Desarrollo Del Proceso Electoral 2008
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DISCURSO PRONUNCIADO POR EL DR. JULIO CESAR CASTAÑOS GUZMAN, PRESIDENTE DE LA JUNTA CENTRAL ELECTORAL (JCE), COMO ORADOR INVITADO EN EL ALMUERZO MENSUAL DE LA CAMARA AMERICANA DE COMERCIO, CON EL TEMA “DESARROLLO DEL PROCESO ELECTORAL 2008”, EL DIA 2 DEL MES DE ABRIL DEL AÑO 2008.
Deseo agradecer infinitamente, en mi propio nombre y a nombre de la
JUNTA CENTRAL ELECTORAL (JCE), el honor que nos ha dispensado la
CÁMARA AMERICANA DE COMERCIO DE LA REPÚBLICA
DOMINICANA, al convidarnos en el día de hoy como Orador Invitado en
su Almuerzo Mensual para tratar sobre el tema: “DESARROLLO DEL
PROCESO ELECTORAL 2008”.
La presente disertación tiene lugar en este magno escenario a 43 días de
las próximas Elecciones Presidenciales que tendrán lugar el 16 de mayo de
este año, estas palabras procuran responder sus inquietudes y ofrecer la
información necesaria acerca de las venideras elecciones tanto a los señores
miembros y relacionados de esta Cámara Americana, así como de todos
aquéllos que nos escuchan y nos ven a través de la transmisión de esta
actividad que se hace por los medios de comunicación.
No es posible entender el proceso electoral dominicano al día de hoy, si
no se hace una breve mención sinóptica en líneas esenciales de los eventos
electorales acaecidos en el país después de la caída de la tiranía trujillista.
16 jornadas electorales (casi al hilo) y la diecisieteava (17ava.) que
celebraremos el próximo 16 de mayo, han dejado en la historia política
contemporánea una rica experiencia. Como eventos intensos, a veces
dramáticos, las elecciones han sido los momentos cumbres de la joven
democracia dominicana, tanto por sus resultados, como por la dinámica
generada en términos de participación que consolida el sentido de ciudadanía.
Basta con advertir que desde el 1962 al 2008 la Conferencia del
Episcopado Dominicano, institución de Derecho Canónico, que reúne a los
obispos católicos de todas las Diócesis de la República Dominicana, ha
producido:
“Al menos un mensaje prácticamente para cada elección, suman un
total de 25, dedicado sólo a ese tema. En otros siete documentos más, no
precisamente sobre elecciones, se ha referido también a esta temática, de
manera más breve”.
Un lapso de 46 años de vida republicana con incidentes de todo tipo: un
golpe de estado, conato de guerra civil con intervención militar extranjera,
autoritarismo y libertades; no reelección y reelección, suspenso
postelectoral. El Cambio sin Violencia. “Pacto por la Democracia”,
denuncias de fraude, disminución a dos años de un mandato presidencial,
separación de las elecciones congresuales-municipales de las presidenciales,
colegios electorales cerrados, juntas centrales electorales elegidas por acuerdo
y desacuerdo, ballotage con cincuenta más uno, plastificado de actas y un
conteo lento de espanto y brinco. Padrón Electoral fotográfico a color, código
de barras y urnas transparentes. Encuestas a granel y el conteo rápido de
Participación Ciudadana. Scaners con transmisión de actas desde los
recintos… y nuevas casetas de votación que dejan ver el torso; pero, no las
manos.
Unas elecciones son antes que todo un procedimiento establecido por la
ley que permite consultar con eficacia a los ciudadanos acerca de sus
preferencias políticas en un momento determinado a fin de investir
autoridades de elección popular con un mandato por un período determinado.
Actualmente se habla de constitucionalización del Derecho Electoral
como una válida tendencia a considerar cada vez más los asuntos electorales
bajo la tutela de las disposiciones constitucionales no sólo en el orden de la
legalidad más ortodoxa, sino en los valores democráticos que subyacen para la
defensa de los Derechos Fundamentales, ya que votar es un Derecho, un
deber y una obligación.
En nuestro país es la propia Constitución de la República Dominicana que expresa:
Artículo 89. Las Asambleas Electorales se reunirán de pleno derecho el 16 de mayo de cada cuatro años para elegir el Presidente y Vicepresidente de la República; asimismo, para elegir los demás funcionarios electivos, mediando dos años entre ambas elecciones. En los casos de convocatoria extraordinaria, se reunirán a más tardar sesenta días después de la publicación de la ley de convocatoria. Las Asambleas Electorales, tal y como las denomina la Constitución, están
articuladas al tenor de lo dispuesto en la Ley 275-97, de Diciembre del 1997 y
sus modificaciones:
Artículo 34.- Colegios Electorales. (Modificado Ley Art.1, 02-03 del7/1/03)
Se entiende por Colegios Electorales las mesas electorales creadas por la Junta Central Electoral bajo las condiciones que se establezcan, en torno a las cuales se reunirán las asambleas electorales debidamente convocadas, a fin de que los ciudadanos puedan ejercer el sufragio, previa identificación del votante.
Artículo 91. Las Elecciones se harán según las normas que señale la ley, por voto directo y secreto,….
Artículo 92. Las elecciones serán dirigidas por una Junta Central Electoral y por juntas dependientes de ésta, las cuales tienen facultad para juzgar y reglamentar de acuerdo con la ley.
PÁRRAFO. Para los fines de este artículo, la Junta Central Electoral asumirá la dirección y el mando de la fuerza pública en los lugares en donde dichas votaciones se verifiquen.
Podemos afirmar que al día de hoy, el núcleo por excelencia de la
seguridad del proceso electoral lo constituye, sin lugar a dudas, el Padrón
Fotográfico a Color de la Junta Central Electoral (JCE). En razón a que dicha
lista de ciudadanos dominicanos aptos para votar en las próximas elecciones
fue inicialmente consolidado por primera vez, como lo conocemos hoy, para
las presidenciales del año 2000, fruto de la cedulación masiva realizada
durante el 1999.
Este Padrón, auditado en el año 2000 por la firma Price
Waterhouse Cooper, ha estado disponible desde entonces como un
instrumento de trabajo en todos los organismos gubernamentales, incluyendo
el congreso y la justicia, la banca pública y privada, la seguridad social y la
sociedad civil, en sentido general. Al mismo tiempo, lo tiene a disposición,
desde un principio, para consultas individuales de los ciudadanos vía internet
a fin de que los votantes puedan ubicar su mesa o colegio de votación,
eliminando el viacrucis de los dislocados y el denominado trastrueque.
Ha sido utilizado con éxito en las elecciones del 2000, 2002,
2004 y 2006 (aparte de las primarias internas celebradas por algunos de los
partidos políticos). Su constante purificación y perfeccionamiento sostenido,
sin los muertos que se quedaban vivos y sin militares, lo convierten, en este
momento, en uno de los mejores de América Latina. Acaso el mejor.
Con una Lista General de Electores consolidada en 5,764,387
ciudadanos, los mencionados votantes se articulan de la manera siguiente:
a) En el territorio nacional tenemos 5,609,598 ciudadanos inscritos
organizados en 12,754 Colegios Electorales, distribuidos en 3,990
recintos; y,
b) En 11 países, Holanda, España, Estados Unidos, Curazao, Italia,
Canadá, Panamá, Puerto Rico, San Martin, Venezuela y Suiza, tenemos
154,789 ciudadanos dominicanos inscritos organizados en 321 Colegios
Electorales, distribuidos en 106 recintos.
Padrón de Electores Crecimiento
2000 4,251,218
2002 4,644,791 393,573
2004 4, 968 263 323 472
2006 5,369,064 400,801
2008 5,764,387 395,323
En apenas ocho (8) años, es decir, del año 2000 al 2008, el Padrón Electoral
aumentó en 1,513,166 electores; y respecto de las últimas elecciones del
2006 aumentamos 395,323 votantes. Lo cual permite colegir que crecimos a
una velocidad promedio anual de 189,145 nuevos ciudadanos por cada año
transcurrido.
Lo más impresionante es que este crecimiento del número de los inscritos en
los últimos dos (2) cuatrienios supera, por ejemplo, el total de los 1,345,406
votos válidos emitidos en las elecciones generales de 1966.
En el año 2000 alcanzamos los 3,236,906 votos válidos, apenas con un 24%
de abstención; y, en el 2004 los votos válidos ascendieron a 3,613,700, con
una abstención de 27.16%. Cifras muy interesantes en un país con niveles de
migración tan altos como la República Dominicana.
En la actualidad el original del Padrón de Electores que se utilizará en las
próximas elecciones ya fue impreso por la JCE con la participación de los
Departamentos de Informática, Registro Electoral y Logística, entre otros, con
la presencia de los Delegados de los Partidos Políticos, y estará como un
componente fundamental para ser utilizado en dicho certamen comicial.
La administración de los procesos electorales conlleva necesariamente cumplir
con un trabajo profundo, delicado y objetivo, el cual amerita de estudio,
preparación técnica, mucha paciencia y disposición de escucha. El uso
intensivo de la tecnología que impacta los procesos electorales a través de la
foto digital del acta unívoca, pareada y criptada por la magia del código de
barras y los seriales del lenguaje informático, serán transmitidas como
escrutinio electoral provisional desde los mismos recintos a fin de obtener
resultados electorales más rápidos.
El país estrenará, para las próximas elecciones, un nuevo sistema de
transmisión de actas desde los Recintos Electorales, el cual será operado por
la Unidad de Escaneo y Transmisión con las siguientes ventajas:
1. Eliminación de las largas filas en las Juntas Electorales por la entrega
de valijas.
2. Transmisión electrónica inmediata a las Juntas Electorales.
3. Disponibilidad inmediata de las Imágenes de las Actas para los Partidos
Políticos.
4. Entrega de constancia impresa a los delegados políticos de la
trasmisión del acta.
El procedimiento en sentido general sería el siguiente:
Procedimiento:
1. Escrutinio en las mesas.
2. Llenado del Acta.
3. Entrega de relaciones de votación a los Partidos Políticos.
4. Escaneo e impresión.
5. Entrega de constancia impresas del Acta a los partidos.
6. Transmisión electrónica.
7. Entrega de valija en el Recinto.
8. Digitación del Acta en la Junta Electoral.
9. Relaciones para validar con los delegados en las Juntas Electorales.
10. Emisión del Boletín.
La data referente al volumen de votantes cuyas actas de votación se
transmitirán vía Scaners desde los recintos asciende a:
El 51% de los Colegios Electorales y el 54% de los votantes, lo cual equivale
a 3,051,141 electores, permitiendo una aceleración tal que preludia resultados
consolidados la noche de las elecciones a fin de eliminar las tradicionales
noches electorales con boletines tardíos y rumores de todo tipo. Que someten
al órgano electoral a dudas y al peligro del descrédito.
Una práctica incorrecta que no se corresponde con la ley ni con los tiempos
que vive el país ha determinado, en el pasado, un exceso de celo al realizarse
una denominada “validación” que hacen los partidos políticos de los
boletines que ofrecen las juntas electorales de los municipios. Usualmente
ocurre, que la fuerza política que inicialmente se percibe a sí misma en
desventaja se resiste a aceptar los resultados, y pone innumerables reparos a
que esta información fluya a la velocidad que demanda el respeto por la
verdad –que siempre es una—y la consideración al público que espera con
ansias saber a quienes ha elegido.
En las diversas misiones de observación internacional a que son invitados el
Presidente de la Junta Central Electoral y todos los Miembros Titulares del
Pleno, encontramos la realidad global de que los resultados electorales
provisionales fluyen a una velocidad tal, aún en países con un sistema
electoral menos avanzado que el nuestro, que desde el primer boletín
perfectamente se edifica la masa de una data que no deja dudas acerca del
curso de los acontecimientos.
Es muy posible que después de estas elecciones se establezca como un
modelo a seguir, el cronograma agotado por la Junta Central Electoral (JCE)
para la organización de las próximas elecciones, ya que el cúmulo de los
eventos se han venido cumpliendo sin demora, tanto en el nivel de la
organización logística, así como los objetivos resolutivos normativos, que
marcan un hito en cuanto a la eficacia del uso de los recursos y del tiempo.
Se han dictado las Resoluciones que corresponden: Proclama Electoral,
Menores que serán mayores el 16 de mayo, la Plantilla para los no videntes,
Casetas y Urnas, el Orden de los Partidos Políticos, formato e impresión de la
Boleta Electoral y la Hora de la Votación en el Exterior.
También la admisión de los Pactos de Alianza, Admisión de Propuestas
de Candidaturas, Delegados Políticos y Técnicos, Observadores y Plastificado
de actas.
Los talleres educativos a tiempo, la reestructuración y juramentación
de las 154 Juntas Electorales de todo el país, la consolidación del banco de
elegibles de unas 124,000 personas para escoger de entre éstas los
presidentes, 1er. y 2do. Vocal, Secretario y Suplente de Secretario, y que
ascienden a un total de 65,375 hombres y mujeres que compondrán el personal
que integrarán las 13,075 colegios electorales, auguran una jornada electoral
exitosa. Ello sin contar los técnicos informáticos, los supervisores,
facilitadores y personal técnico.
La cartilla instructiva de la Policía Militar Electoral, constituida por
unos 39,000 efectivos, distribuida oportunamente, permitirá que la labor de
ese importante estamento militar asegure el mantenimiento del orden público
imprescindible para el funcionamiento de los colegios y juntas electorales,
desde el día antes, durante y después de las próximas elecciones, con
caballerosidad, energía y respeto de las personas, acompañado del carácter
garantista de respeto a los Derechos Fundamentales consignado en el Pacto
Internacional de los Derechos Civiles y Políticos, y la Convención
Interamericana de los Derechos Humanos.
Aparte de que la actividad política y las elecciones, siempre pueden
ser enjuiciadas desde el punto de vista de la moral y de la ética. Sobre todo
porque abarca el concepto del bien común, que es el fin teleológico de
cualquier doctrina política.
Podría decirse que en cada elección reaparecen los mismos temas, con
matices más de avance que de retroceso; pero es la misma temática que
permite enjuiciar nuestra cultura política, la doble moral y la conciencia a
veces crasa de nuestros actores en un sistema, que tiende a repetir los mismos
yerros. Y que también se supera a si mismo, en el claroscuro de luces y
sombras de un crepúsculo que a veces preludia el día y otras veces la noche.
La Conferencia del Episcopado Dominicano le ha llamado en más de
una ocasión a las elecciones JUSTA ELECTORAL, es decir, una actividad
que debe garantizar la justicia y equidad para todos los participantes.
La Constitución de la República dispone que:
Artículo 100. “La República condena todo privilegio y toda situación que tienda a
quebrantar la igualdad de todos los dominicanos, entre los cuales no deben
contar otras diferencias que las que resulten de los talentos o de las
virtudes…”.
Es preciso advertir que:
“Un período de elecciones es un momento rigurosamente nacional,
especialmente intenso cargado de responsabilidad.” Donde se hace necesario
preservar: “La igualdad de derechos de los partidos legalizados.”
La República Dominicana aspira a un debate de altura, mutuamente
respetuoso, centrado no en la descalificación y ataques personales, sino en la
visión de la problemática nacional y en las soluciones concretas que cada uno
le daría. Lo que interesa es saber el programa de cada candidato: qué va a
hacer, cómo, con qué recursos y en qué plazos.
Así como Lincoln y Douglas agotaron una jornada de célebres debates
en pleno siglo XIX, disputándose una candidatura a Senador, sobre la
pertinencia de la Unión Americana y la esclavitud, que todavía hoy se
recuerdan en los anales de esa gran Nación del Norte, Aspiramos a que en un
futuro no muy lejano se instituya definitivamente la práctica del debate entre
los candidatos presidenciales, a fin de que los electores sean edificados acerca
de las reales condiciones de cada propuesta de candidatura.
La Democracia como régimen de mayorías se legitima, ordinariamente, respetando el principio de legalidad que desemboca en el denominado Estado de Derecho. En tal sentido, el postulado de la división de los poderes vendría a
darle en términos analógicos a un Órgano Electoral Soberano, como la Junta Central Electoral y a las Juntas Electorales dependientes de esta, con capacidad para juzgar y reglamentar conforme a la ley, la categoría de estamento independiente, constituyéndolo como una herramienta imprescindible para alcanzar los fines de la Democracia: Libertad e Igualdad.
El gran reto de estos tiempos no radica necesariamente en la
organización de las elecciones per se, una vez la amplia experiencia en
procesos anteriores permite dentro de lo previsible anticiparse a los problemas
que consuetudinariamente suelen presentarse.
Los nuevos retos vienen en el orden del peligro que encierra para el
sistema de partidos y la democracia el clientelismo, y el financiamiento
inadecuado de la política. En razón a que se ha demostrado que estas
prácticas abren espacio para la corrupción y la degradación de la participación
ciudadana.
La Junta Central Electoral (JCE) está abierta completamente a ser
observada en total transparencia; sólo podemos hacer aquellas cosas que
seamos capaces de explicar públicamente, de donde estamos abiertos a la
observación electoral nacional e internacional, conforme establece el
Reglamento dictado al efecto por el Pleno de la JCE. A tales fines hemos
cursado a partir del mes de enero de este año las invitaciones a todos los
órganos electorales de las Américas y aún a algunos de Europa, así como a los
organismos internacionales que hacen observación electoral, vale decir, la
Organización de los Estados Americanos (OEA), la Organización de las
Naciones Unidas (ONU) y la Unión Europea, así como organizaciones no
gubernamentales de conocido prestigio mundial como Idea Internacional,
IFES y el Centro Carter, el Instituto Interamericano de los Derechos Humanos
y CAPEL, entre otras. Independientemente de la invitación cursada a todos los
diplomáticos acreditados en la República Dominicana.
Hemos aprobado además, los más de 4 mil observadores de
Participación Ciudadana, institución no partidista que hace este trabajo en
todas las elecciones celebradas en el país desde hace 12 años.
Todo esto sin perder un ápice del sentido de la Soberanía que
caracteriza un órgano electoral independiente, ya que la misión permitida a
nuestros observadores, sea quien sea, es observar, no intervenir.
Las elecciones se ganan en las urnas mediante la sumatoria que acumula
los votos de la mayoría necesaria para consolidar una victoria electoral, si
bien las encuestas hechas con rigor científico y seriedad determinan con
bastante probabilidad las simpatías del electorado en un momento específico,
no menos cierto es, que la única forma de ganar un cargo electivo, conforme a
la Constitución y las leyes vigentes, es a través del conteo de los votos
emitidos por los electores que hace la Junta Central Electoral (JCE), el día de
las elecciones, a través del personal de las mesas electorales y los lotes de
información definitiva que consolidan nuestras 154 juntas electorales y las
Oficinas de Coordinación de Logística Electoral en el Exterior (OCLEES).
Independientemente de la propuesta de candidatura que hacen los
Partidos Políticos, es la mayoría de los electores la que tiene el derecho a
definir quién será el que rija los destinos de la Nación. Sólo uno será el
ganador. Pero siendo voluntad de la mayoría al final siempre habremos
ganado todos.
Esta Junta Central Electoral (JCE) está llamada a asumir con
responsabilidad, honestidad, imparcialidad, valentía y firmeza la función que
le compete ejercer. No existe para apañar candidaturas individuales y sí tiene
por misión exigir de todos el cumplimiento de la Ley.
La serenidad y la paz son la consigna del momento actual. No
permitamos que la pasión nos domine. La ausencia programática y una
Campaña dispendiosa vienen a ser elementos odiosos que en nada contribuyen
a consolidar el proceso electoral.
Los medios de comunicación, actores de primer orden en el debate
político que constituye el ambiente de las elecciones, están llamados a realizar
un papel fundamental informando fielmente a la ciudadanía los hechos
verídicos que constituyen el evento democrático. De donde, deben ayudar a
serenar el ambiente y en modo alguno deben ser instrumentos de su deterioro.
Apenas terminen las próximas elecciones el país precisa de una Ley de
Partidos Políticos y una Nueva Ley Electoral conforme a los requerimientos
de estos tiempos y para asegurar el debido desempeño de las funciones del
Tribunal de Elecciones, con poderes más operantes en términos regulatorios y
jurisdiccionales, que le permitan hacer el trabajo que demanda el país.
Un tiempo de cambios no es igual que un cambio de época; un cambio
de época supone un nuevo orden y el espacio para la reformulación de los
valores existentes, así como de un proceso de construcción de la verdad, sobre
la base del conocimiento y el debate de las ideas.
Para un cambio de época fue escogida esta Junta Central Electoral
(JCE). Para los nuevos aires de esta postmodernidad que lleva al mundo como
una cuerda tensada entre la clavija de los nuevos paradigmas que se erigen y
añejos esquemas amarrados al cáncamo de otra época.
Al concluir estas palabras, hacemos una exhortación a todos los
dominicanos, para que de forma masiva participemos con entusiasmo
ejerciendo el derecho al voto durante las próximas elecciones, a fin de que lo
hagamos de forma ordenada y pacífica. Que lo hagamos en paz, libremente y
por el candidato de nuestras simpatías
Finalmente, siempre será necesario y oportuno evocar el nombre de los
fundadores de nuestra República Dominicana: Juan Pablo Duarte, Francisco
del Rosario Sánchez y Matías Ramón Mella, expresión excelsa de lo más
noble de la juventud dominicana. A ellos se dirigen hoy nuestros mejores
pensamientos, la pureza de todos estos desvelos, por dotar a esta Patria
nuestra de un sistema electoral válido que defina el perfil de la Democracia.
A ellos, a su insigne memoria marcada por la impronta del martirio,
dedicamos estos trabajos, estas fatigas que templan nuestros espíritus. A la
espera de ver coronado este esfuerzo serio y honesto, con todo el éxito que se
merece el Pueblo Dominicano.
Para que esta Nación se goce y regocije, para que se redima a sí misma,
levantándose sobre todas sus flaquezas, con unas elecciones ejemplares,
limpias, justas y transparentes.
Que viva, que mil veces viva y por siempre, la República Dominicana.
Muchas Gracias.