Detectives de Arte

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El arte se ha convertido a través de los años en más que una mera expresión del sentir humano, en algo más allá que una representación y todavía mucho más allá que solo un discurso. Actualmente el arte es tanto cultura como mercado y tiene tanto un valor estético y subjetivo como un valor mercantil. El mercado de arte es real, y muy redituable. Alrededor del mundo hay estructuras de mercado que engloban a varios agentes y que juntos generan un flujo de intercambio que al mismo tiempo es difusión para las mismas obras. Mundialmente hay productores, dealers, galeristas y coleccionistas que a través del arte generan un proceso creativo, valorativo y que además, genera suficiente dinero como para poder vivir de la industria de la cultura. Es verdad que el mercado del arte se maneja a partir de una lógica distinta al resto de las industrias, pero aun así, al mercado le es inevitable evadir los problemas que cualquier empresa exitosa tiene, por ejemplo, el robo. El robar, en general es un delito contra el patrimonio de cualquier persona, empresa o institución. Ha sido desde el nacimiento de la propiedad privada, una situación que aqueja a los propietarios de bienes. Y por otro lado, ha sido una práctica que para sus ejecutores es obviamente muy redituable. A partir de esta realidad es que existe el otro color de los mercados, el mercado negro. El cual ilegalmente intercambia, compra y vende productos hurtados generando así mayor ganancia para los mercaderes. El robo y el mercado negro del arte son, así como el mercado legal, espacios y trabajos los cuales económicamente generan ganancias y transacciones g r a n d e s mundialmente. Es con estos datos y esta lógica por las que el robo de arte a nivel mundial es una práctica común, la cual, no solo genera ganancias grandes para quien comete el delito, sino que también causa enormes problemas a los dueños de estas propiedades. En el resto de los artículos y entrevistas de esta edición de Kaleidoscopio hemos discutido con nuestros invitados los conceptos de originalidad, falsedad, origen, réplica y valor. La obra de arte se envuelve en estos temas por naturaleza, ya que al generar productos que derivan de la creatividad personal de un artista, los valores y mercados se vuelven más complejos. Pero específicamente en este artículo no estamos hablando de crear falsos, copias o plagios, sino de extraer un bien físico y privado de su propietario, comenzando Detectives del arte Por: Equipo editorial editorial de Kaleidoscopio KALEIDOSCOPIO - Crítica y Reflexión ARTE, ROBO Y FALSIFICACIÓN Universidad del Claustro de Sor Juana A.C. 2011

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El arte se ha convertido a través de los años en más que una mera expresión del sentir humano, en algo más allá que una representación y todavía mucho más allá que solo un discurso.

Actualmente el arte es tanto cultura como mercado y tiene tanto un valor estético y subjetivo como un valor mercantil. El mercado de arte es real, y muy redituable. Alrededor del mundo hay estructuras de mercado que engloban a varios agentes y que juntos generan un flujo de intercambio que al mismo tiempo es difusión para las mismas obras.

Mundialmente hay productores, dealers, galeristas y coleccionistas que a través del arte generan un proceso creativo, valorativo y que además, genera suficiente dinero como para poder vivir de la industria de la cultura.

Es verdad que el mercado del arte se maneja a partir de una lógica distinta al resto de las industrias,

pero aun así, al mercado le es inevitable evadir los problemas que cualquier empresa exitosa tiene, por ejemplo, el robo.

El robar, en general es un delito contra el patrimonio de cualquier persona, empresa o institución. Ha sido desde el nacimiento de la propiedad privada, una situación que aqueja a los propietarios de bienes. Y por otro lado, ha sido una práctica que para sus ejecutores es obviamente muy redituable.

A partir de esta realidad es que existe el otro color de los mercados, el mercado negro. El cual ilegalmente intercambia, compra y vende productos hurtados generando así mayor ganancia para los mercaderes.

El robo y el mercado negro del arte son, así como el mercado legal, espacios y trabajos los cuales económicamente generan ganancias y transacciones

g r a n d e s mundialmente. Es

con estos datos y esta lógica por las que el robo de arte a nivel mundial es una práctica común, la cual, no solo genera ganancias grandes para quien comete el delito, sino que también causa enormes problemas a los dueños de estas propiedades.

En el resto de los artículos y entrevistas de esta edición de Kaleidoscopio hemos discutido con nuestros invitados los conceptos de originalidad, falsedad, origen, réplica y valor. La obra de arte se envuelve en estos temas por naturaleza, ya que al generar productos que derivan de la creatividad personal de un artista, los valores y mercados se vuelven más complejos.

Pero específicamente en este artículo no estamos hablando de crear falsos, copias o plagios, sino de extraer un bien físico y privado de su propietario, comenzando

Detectives del arte

Por: Equipo editorial editorial de Kaleidoscopio

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desde lo general hasta la complejidad y particularidad del producto artístico. Cuando hablamos de robo no estamos lidiando con derechos de autor o valuadores profesionales, sino directamente con ladrones, investigadores y delitos legales.

Por ejemplo, hoy en México ni la falsificación ni la piratería de obras de arte están tipificadas como delitos, esto, aunque no aminora la gravedad de un plagio o una falsificación, al mismo tiempo no permiten la ejecución de sanciones así como lo hace el robo.

Pero bien, entendemos que el robo de piezas de arte es real, de hecho, tan real que año con año se incrementan los casos y el dinero que generan en el mercado negro. Por ejemplo, una de las áreas que más se afecta a partir de estas situaciones es el arte sacro. A pesar de su poca notoriedad, se trata de una de las actividades ilícitas que más ha crecido en nuestro país. Su práctica ha aumentado en los últimos 20 años hasta en un 600 por ciento, con un total de 26 iglesias afectadas cada semana.2

Es por eso que esta acción la llevamos a un plano distinto al del resto, un robo no queda en el discurso de una obra ni en la firma de una pintura, sino en una denuncia, en el levantar un acta frente a las autoridades correspondientes y… comenzar a buscar el bien robado.

Y entonces, ¿Cómo puede un coleccionista, una institución, un

particular o una empresa proteger sus obras de arte?

Siempre existen los seguros, los cuales a partir de la valuación de la obra pueden proteger el valor económico que conlleva una obra de arte. También existe la seguridad para físicamente proteger el objeto gracias a nuevas tecnologías que se desarrollo específicamente para resguardar estos bienes.

Pero, qué pasa si alguien logra pasar más allá de la seguridad física y legal de la obra y exitosamente hurta un producto artístico… ¿existe algún organismo u personajes que nos pueda ayudar a recuperarlo?

Si.

Además de las áreas gubernamentales que tienen como deber el darle seguimiento a una denuncia y “buscar las pistas” que le lleven a recuperar el objeto hurtado, también existen personas y o r g a n i s m o s privados los c u a l e s s e dedican a encontrar tus o b j e t o s perdidos. Si, a lgo muy similar a un d e t e c t i v e privado pero en este caso especializado en obras de arte como p i n t u r a s , esculturas y

o tras ar tes p lás t i cas .

Y es que, aun cuando el robo puede ejercerse hacia cualquier objeto, el recuperar una obra de arte requiere de todo un conocimiento e investigación especializada en historia del arte, en técnica, en mercado actual del arte, casa de subastas y obviamente en cómo se mueve las redes del mercado negro nacional e internacionalmente ya que sin esto los investigadores no sabrían qué buscar, o dónde buscar.

Estos detectives especializados son entonces los que tienen la infraestructura y la técnica para poder recuperar objetos perdidos y al mismo tiempo la sensibilidad para detectar las redes y espacios en donde las obras de arte adquieren un valor mayor al estético y hasta al legal. A fin de cuentas entonces, ellos son los que, junto con todo el aparato del arte, protegen el patrimonio privado o público, artístico.

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Algunos ejemplos

The Art Loss Register es una iniciativa que se fue creando poco a poco, primeramente naciendo en Nueva York en 1969 como una base de datos o registro de arte robado llamado IFAR. Hoy en día esta organización es un registro y base de datos computarizado internacional que captura información acerca de obras de arte, antigüedades y objetos coleccionables hurtados para que después sea posible el seguimiento de estos datos logrando con esto rescatar el patrimonio.

Chriss Marinello es el actuar director y administrador de este registro, el cual está completamente dedicado a resolver casos de robo y desaparición de arte. A partir de la gran base de datos que se fue formando de únicamente obras desaparecidas, Marinello junto con su equipo decidieron llevar estas acciones a algo más, abriendo oficinas y antenas de información en diversos países para a partir de ellas revisar los circuitos del arte e intentar encontrar las obras perdidas.

Art Loss Register con todas estas antenas en el mundo revisa extensivamente catálogos, subastas, ferias, exposiciones y hasta ventas de garaje para encontrar entre ellas alguna de las piezas que en su base de datos se

muestra como robadas, y entonces, poder localizarla, adquirirla y regresarla a su dueño.

Otro notable ejemplo de la complejidad que conlleva el rescatar una obra de arte es Robert King Wittman, un trabajador del FBI que fue entrenado específicamente para recuperar obras de arte y otros objetos de valor similar.

A partir de un entretenimiento especializado en identificación de arte, antigüedades, joyería y gemas, Wittman se volvió uno de los investigadores más importantes y el coordinador de casos relacionados a estas áreas así como al fraude. Durante sus 20 años con el FBI, ha recuperado más de $300 millones de dólares en arte y propiedad artística. También es uno de los creadores del Art Crime Team de la FBI y ha capacitado a miles de personas alrededor del mundo en torno a recuperar obras y mantenerlas seguras.

La lista de obras que ha rescatado es impresionante y muy extensa, entre sus logros se encuentran varias obras de Francisco Goya, un autorretrato de Rembrandt y una de las copias originales de la Declaración de Derechos (Bill of Rights) de 1865.

Su fama y su especialidad en el trabajo lo han llevado a miles de lugares, y todas sus experiencias

las depositó en su primer libro “Priceless: How I Went Undercover to Rescue the World's Stolen Treasures”. Actualmente trabaja con la iniciativa privada como uno de los mejores detectives de arte del mundo.

 Estos dos ejemplos son apenas un esbozo de lo que existe en el mundo entero para recuperar obras de arte extraviadas o robadas, como ya fue mencionado, el mercado negro del arte es un negocio altamente redituable que no deja dormir a varios agentes del mercado. Lamentablemente gracias a ellos es que la protección y el aseguro de las obras de arte crece cada vez más y el temor a ser víctima de un hurto está en la mente de todos.

Los “detectives del arte” son entonces quienes nos protegen, los que a partir de un robo no permiten que se pierda la esperanza de recuperar el valor económico y artístico de una propiedad. Son a fin de cuentas, los que cierran este círculo de movimiento en el mundo del arte. Ya que en el mercado se tejen redes entre los galeristas, coleccionistas y artistas, pero cuando surge un robo el círculo se puede romper, gracias a los detectives que recuperan las obras, el mercado puede volver a rodar.

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