Devocional Efesios 1-7

4
“…en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia” – Efesios 1:7 En este precioso capítulo inicial de la carta a los Efesios el apóstol Pablo expresa de una manera muy clara cuáles son las bendiciones espirituales que reciben los creyentes en Cristo. Habiendo explicado el propósito de Dios cuando decidió salvar un pueblo, para la alabanza de la gloria de Su gracia, ahora amplía en detalles con respecto a lo que esa salvación implica. El uso de la palabra redención debe hacer que consideremos cuál era el estado de aquellos a los que Dios ha salvado. Los creyentes necesitaban ser redimidos, rescatados de una esclavitud, mediante un el pago de un precio. La mayoría de las personas ignoran sus pecados y niegan ser esclavos del pecado. La gente acepta fácilmente que “nadie es perfecto” y que todos cometemos “errores”, pero en general, la gente no puede reconocer el estado de esclavitud, no pueden verse a sí mismos en la cárcel del pecado ni atados con cadenas de iniquidad. Esta es la razón por la cual el ser humano no puede clamar por perdón y arrepentirse verdaderamente, porque solo se considera al pecado como esas inevitables fallas que cometemos como seres humanos que somos. Es indispensable la obra iluminadora del Espíritu Santo para que el ser humano pueda percibir la gravedad de su condición espiritual. Cristo anunció que esta sería una labor del Espíritu Santo “Y cuando Él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio” (Juan 16.8) Aun así, hay quienes sí reconocen sus pecados y están dispuestos a pedir perdón, pero ignoran la necesidad de la redención.

description

Devocional

Transcript of Devocional Efesios 1-7

Page 1: Devocional Efesios 1-7

“…en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados

según las riquezas de su gracia” – Efesios 1:7

En este precioso capítulo inicial de la carta a los Efesios el apóstol Pablo

expresa de una manera muy clara cuáles son las bendiciones espirituales que

reciben los creyentes en Cristo.

Habiendo explicado el propósito de Dios cuando decidió salvar un pueblo, para

la alabanza de la gloria de Su gracia, ahora amplía en detalles con respecto a

lo que esa salvación implica.

El uso de la palabra redención debe hacer que consideremos cuál era el estado

de aquellos a los que Dios ha salvado. Los creyentes necesitaban ser

redimidos, rescatados de una esclavitud, mediante un el pago de un precio.

La mayoría de las personas ignoran sus pecados y niegan ser esclavos del

pecado. La gente acepta fácilmente que “nadie es perfecto” y que todos

cometemos “errores”, pero en general, la gente no puede reconocer el estado

de esclavitud, no pueden verse a sí mismos en la cárcel del pecado ni atados

con cadenas de iniquidad.

Esta es la razón por la cual el ser humano no puede clamar por perdón y

arrepentirse verdaderamente, porque solo se considera al pecado como esas

inevitables fallas que cometemos como seres humanos que somos.

Es indispensable la obra iluminadora del Espíritu Santo para que el ser humano

pueda percibir la gravedad de su condición espiritual. Cristo anunció que esta

sería una labor del Espíritu Santo “Y cuando Él venga, convencerá al mundo

de pecado, de justicia y de juicio” (Juan 16.8)

Aun así, hay quienes sí reconocen sus pecados y están dispuestos a pedir

perdón, pero ignoran la necesidad de la redención.

Page 2: Devocional Efesios 1-7

Dios es Santo y Justo, de manera que Él no puede simplemente “disculpar” el

pecado. Es decir, es imposible para Dios otorgar una absolución sin expiación.

Esto se resume en las siguientes palabras: “Jehová es tardo para la ira y

grande en poder, y no tendrá por inocente al culpable” (Nahúm 1:3)

Sería un acto contrario a la santidad y a la justicia de Dios si Él dejara un solo

delito sin el merecido castigo, Dios no favorece la impunidad de esa manera.

Por esta razón, al pedir perdón por el pecado, el pecador debe ser consciente

de que tiene una deuda pendiente con Dios que él mismo no puede pagar.

La correcta convicción de pecado debe llevar al hombre a clamar en

desesperación, porque se da cuenta de que viene el día en el cual Dios va a

cobrarle todos sus pecados y no tiene cómo deshacer lo que ha hecho ni tiene

forma de pagar esa deuda pendiente.

La situación es terrible, porque aún si Dios decidiera olvidar lo que se cometió

en el pasado, seguiríamos con deudas pendientes por los pecados actuales.

Hay religiones falsas y versiones falsas de cristianismo en las cuales las

personas se engañan a sí mismas pensando que lo malo que han hecho puede

ser compensado con mejores esfuerzos de hacer el bien, pero la Biblia es clara

en cuanto a estos intentos de auto-salvación cuando nos dice: “Si bien todos

nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de

inmundicia…” (Isaías 64.6) – “Aunque te laves con lejía, y amontones jabón

sobre ti, la mancha de tu pecado permanecerá delante de mí, dijo Jehová el

Señor” (Jeremías 2:2)

¿Podemos ver ahora la gravedad del asunto?

Cuando entendemos cuán grave es el pecado y que no hay posibilidad de dar

algo a Dios que sea suficiente para pagar por nuestros pecados, es cuando

comenzamos a apreciar esa redención que fue realizada por el sacrificio de

Cristo en la Cruz y su sangre derramada.

Page 3: Devocional Efesios 1-7

El perdón de pecados no es otorgado porque el pecador se sintió muy mal

después de pecar, ni porque lloró, ni porque ahora está haciendo un gran

esfuerzo por no pecar más. Solo hay un precio aceptable delante del trono del

Dios Justo y Santo: El sacrificio del Santo y Justo, el Cordero de Dios.

Cuando el pecador llegue a verse a sí mismo como debe verse y esté dispuesto

a renunciar a esos intentos de auto-salvación, entonces estará cerca de la

salvación y podrá clamar por perdón, rendido y suplicante.

Dios promete que a todo aquel que se acerque con esta actitud, Él no lo

rechazará “…al corazón contrito y humillado, no despreciarás Tú, oh Dios”

(Salmos 51:17)

Muchas personas se lamentan de sus pecados por causa de las consecuencias

que esos pecados les han traído, de eso no se trata el arrepentimiento. Los

que tienen esta clase de falso arrepentimiento, volverían al pecado si supieran

que no sufrirían consecuencias negativas.

El corazón contrito y humillado, viene a Dios con gran pesar por haberle

ofendido, deseando ser limpio y aborreciendo el pecado que le ha separado

de Dios. Para este sí hay redención.

La redención involucra no solo un pago por la inmensa deuda que teníamos

pendiente con Dios sino que también incluye la libertad del dominio del pecado

sobre nosotros. Dios no otorga el perdón para dejar luego que las personas

sigan su vida, haciendo lo que quieran. Cristo nos redime con un propósito

bien definido:

“…quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y

purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras” (Tito 2:14)

El Señor Jesús derramó su sangre en aquella cruz, y con esto no solo pagó el

precio de aquella deuda suprema que pesaba sobre nuestras cabezas, sino

que con esa misma sangre nos limpia, para que ahora vivamos para Él,

Page 4: Devocional Efesios 1-7

haciendo el bien, pero nunca como una forma de pago, sino como la verdadera

muestra de que la redención ha sido efectiva en nosotros, produciendo un

corazón santo y agradecido.

¿Has experimentando las riquezas de esta gracia Salvadora? Que así sea,

Amén.

Pr. Alexander León