Dia de La Memoria Verdad y Justicia

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Continuamos recordando aquel 24 de marzo de 1976 donde las Fuerzas Armadas dieron un nuevo golpe de Estado en la Argentina, derrocando a la presidenta constitucional de entonces, María Estela Martínez. El golpe fue recibido con aceptación, pasividad, indiferencia y hasta naturalidad por amplios sectores de la sociedad, ya que estos no eran una novedad en la historia nacional: se trataba del sexto golpe militar en el siglo, pero éste tendría características inéditas. El autodenominado Proceso de Reorganización Nacional implicó un “salto cualitativo” con respecto a los otros golpes militares anteriores, porque la dictadura de 1976 hizo uso de un particular ejercicio de la violencia política. Lo que singularizó a la última dictadura fue un hecho que ninguno de los regímenes previos practicó: la desaparición sistemática de personas y que llegó, inclusive, a robar la identidad a los hijos de sus víctimas, apropiándose de ellos y asesinando a sus padres. Para desarrollar este modelo represivo, el Estado actuó en forma ilegal y clandestina: dividió el país en zonas operativas para organizar la represión, instalaciones públicas y privadas fueron transformadas en centros clandestinos de detención, dictó una serie de medidas que les otorgaba la suma del poder público, entre ellas, disolución de los partidos políticos y sindicatos, prohibición de la actividad política y cesantías en los cargos, entre otras. Los alcances y las formas de la represión estuvieron directamente relacionados con la voluntad de un profundo e irreversible disciplinamiento puesto en marcha a partir del vínculo que las Fuerzas Armadas establecieron con sectores económicos y sociales afines. Por eso el día 24 de marzo es recordado por los argentinos como una fecha para la memoria, por las víctimas, para no olvidar. El primer asesinado el 24 de marzo de 1976 fue un maestro, ISAURO ARANCIBIA, cofundador de CTERA, quien presidía entonces el gremio de los docentes . Esta historia y tantas otras no hacen más que rectificar que la represión no fue azarosa: tuvo como objetivo erradicar todo proyecto colectivo. La lucha por Memoria, Verdad y Justicia hermana hoy a todos los argentinos en una sola voz por que estos hechos no se repitan.

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Continuamos recordando aquel 24 de marzo de 1976 donde las Fuerzas Armadas dieron un nuevo golpe de Estado en la Argentina, derrocando a la presidenta constitucional de entonces, Mara Estela Martnez. El golpe fue recibido con aceptacin, pasividad, indiferencia y hasta naturalidad por amplios sectores de la sociedad, ya que estos no eran una novedad en la historia nacional: se trataba del sexto golpe militar en el siglo, pero ste tendra caractersticas inditas.El autodenominado Proceso de Reorganizacin Nacional implic un salto cualitativo con respecto a los otros golpes militares anteriores, porque la dictadura de 1976 hizo uso de un particular ejercicio de la violencia poltica. Lo que singulariz a la ltima dictadura fue un hecho que ninguno de los regmenes previos practic: la desaparicin sistemtica de personas y que lleg, inclusive, a robar la identidad a los hijos de sus vctimas, apropindose de ellos y asesinando a sus padres.Para desarrollar este modelo represivo, el Estado actu en forma ilegal y clandestina: dividi el pas en zonas operativas para organizar la represin, instalaciones pblicas y privadas fueron transformadas en centros clandestinos de detencin, dict una serie de medidas que les otorgaba la suma del poder pblico, entre ellas, disolucin de los partidos polticos y sindicatos, prohibicin de la actividad poltica y cesantas en los cargos, entre otras. Los alcances y las formas de la represin estuvieron directamente relacionados con la voluntad de un profundo e irreversible disciplinamiento puesto en marcha a partir del vnculo que las Fuerzas Armadas establecieron con sectores econmicos y sociales afines. Por eso el da 24 de marzo es recordado por los argentinos como una fecha para la memoria, por las vctimas, para no olvidar.El primer asesinado el 24 de marzo de 1976 fue un maestro, ISAURO ARANCIBIA, cofundador de CTERA, quien presida entonces el gremio de los docentes. Esta historia y tantas otras no hacen ms que rectificar que la represin no fue azarosa: tuvo como objetivo erradicar todo proyecto colectivo.La lucha por Memoria, Verdad y Justicia hermana hoy a todos los argentinos en una sola voz por que estos hechos no se repitan.Para finalizar quiero citar un fragmento de la Carta deAdolfo Prez Esquivel, Premio Nobel de la Paz, con respecto al 30 aniversario de este hecho, que dice: Lamemoria nos ayuda a iluminar el presente y a generar el futuro en la vida de los pueblos y en nuestras propias vidas. La historia es memoria de la vida de los pueblos, que se fue construyendo en el tiempo, entre luces y sombras, entre el dolor y la resistencia