Diagnóstico y tratamiento de las rupturas de la uretra posterior

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Diagnóstico y tratamiento de las rupturas de la uretra posterior K. Bensalah, A. Manunta, F. Guillé, J.-J. Patard Los traumatismos de la uretra posterior suelen ser la consecuencia de traumatismos graves con fractura de la pelvis. La presentación clínica consiste clásicamente en uretrorragia y globo vesical. El tratamiento de urgencia se basa en el drenaje de la orina por vía suprapúbica y en la búsqueda de lesiones traumáticas asociadas (abdominales, óseas, neuroquirúrgicas) que requieren un tratamiento de urgencia. La exploración radiológica de referencia es la uretrocistografía retrógrada, que se practica pocos días después del traumatismo. Ésta permite localizar y clasificar la ruptura uretral. El tratamiento de las rupturas de la uretra ha evolucionado a lo largo de los años. La reparación inmediata a cielo abierto ya no se usa. El catéter suprapúbico se puede dejar en espera de la resorción del hematoma. Una estenosis uretral, que a menudo progresa hasta la obliteración, se produce entonces en todos los casos y deberá ser tratada mediante resección-anastomosis a los 3 meses. Cada vez más, los pacientes se someten a un procedimiento de alineación endoscópica precoz, cuya ventaja es disminuir la incidencia de estenosis uretrales en un 50%. La impotencia sexual y la incontinencia urinaria secundarias al traumatismo y/o al tratamiento se observan en el 20 y el 10% de los casos respectivamente. El seguimiento debe ser regular y prolongado. © 2006 Elsevier Masson SAS. Todos los derechos reservados. Palabras Clave: Traumatismo de la uretra; Uretra posterior Plan Introducción 1 Anatomía 1 Diagnóstico de traumatismo de la uretra posterior 2 Presentación clínica: sospecha de lesión de la uretra posterior 2 Exploraciones radiológicas y clasificación del traumatismo 2 Principios terapéuticos 3 Procedimientos en situación de urgencia 3 Enfoque antiguo: reparación quirúrgica inmediata 3 Enfoque clásico: reparación quirúrgica a distancia 3 Enfoque moderno: alineación endoscópica 4 Elección de la técnica 5 Seguimiento 6 Conclusión 6 Introducción El tratamiento de los traumatismos de la uretra posterior es motivo de controversia. Las lesiones de la uretra posterior suelen producirse en un contexto de traumatismo violento con estallido pélvico. A menudo se asocian lesiones viscerales y/u óseas de consideración, que se deben tratar de manera prioritaria. Se trata de lesiones traumáticas graves que, debido a sus complicaciones potenciales, pueden comprometer la continencia y la vida sexual de pacientes a menudo jóvenes. El objetivo del tratamiento es restituir la continuidad uretral, minimizando los riesgos de complicaciones. Se han descrito varios enfoques. Aunque las técnicas antiguas y clásicas daban prioridad a la reparación quirúrgica abierta, inmediata o diferida, las técnicas endoscópicas ocupan un lugar cada vez mayor en el tratamiento de las rupturas de la uretra. Anatomía [1, 2] La uretra es el conducto por el que la orina sale de la vejiga durante la micción. Empieza en el cuello de la vejiga y termina en el extremo del pene. Se divide en segmentos que reciben el nombre de las estructuras con las que están relacionados (Fig. 1): • uretra prostática: porción inicial de la uretra, atraviesa la glándula prostática desde la base hasta el ápex. A la altura del cuello vesical, la rodea un engrosamiento de las fibras musculares del detrusor que conforman el esfínter liso de la uretra; • uretra membranosa: atraviesa el diafragma urogenital (antes denominado aponeurosis media del periné). A E – 18-340-A-10 1 Urología

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Diagnóstico y tratamientode las rupturas de la uretraposterior

K. Bensalah, A. Manunta, F. Guillé, J.-J. Patard

Los traumatismos de la uretra posterior suelen ser la consecuencia de traumatismosgraves con fractura de la pelvis. La presentación clínica consiste clásicamente enuretrorragia y globo vesical. El tratamiento de urgencia se basa en el drenaje de la orinapor vía suprapúbica y en la búsqueda de lesiones traumáticas asociadas (abdominales,óseas, neuroquirúrgicas) que requieren un tratamiento de urgencia. La exploraciónradiológica de referencia es la uretrocistografía retrógrada, que se practica pocos díasdespués del traumatismo. Ésta permite localizar y clasificar la ruptura uretral. Eltratamiento de las rupturas de la uretra ha evolucionado a lo largo de los años. Lareparación inmediata a cielo abierto ya no se usa. El catéter suprapúbico se puede dejaren espera de la resorción del hematoma. Una estenosis uretral, que a menudo progresahasta la obliteración, se produce entonces en todos los casos y deberá ser tratadamediante resección-anastomosis a los 3 meses. Cada vez más, los pacientes se sometena un procedimiento de alineación endoscópica precoz, cuya ventaja es disminuir laincidencia de estenosis uretrales en un 50%. La impotencia sexual y la incontinenciaurinaria secundarias al traumatismo y/o al tratamiento se observan en el 20 y el 10% delos casos respectivamente. El seguimiento debe ser regular y prolongado.© 2006 Elsevier Masson SAS. Todos los derechos reservados.

Palabras Clave: Traumatismo de la uretra; Uretra posterior

Plan

¶ Introducción 1

¶ Anatomía 1

¶ Diagnóstico de traumatismo de la uretra posterior 2Presentación clínica: sospecha de lesión de la uretraposterior 2Exploraciones radiológicas y clasificación del traumatismo 2

¶ Principios terapéuticos 3Procedimientos en situación de urgencia 3Enfoque antiguo: reparación quirúrgica inmediata 3Enfoque clásico: reparación quirúrgica a distancia 3Enfoque moderno: alineación endoscópica 4Elección de la técnica 5Seguimiento 6

¶ Conclusión 6

■ IntroducciónEl tratamiento de los traumatismos de la uretra

posterior es motivo de controversia. Las lesiones de lauretra posterior suelen producirse en un contexto detraumatismo violento con estallido pélvico. A menudose asocian lesiones viscerales y/u óseas de consideración,que se deben tratar de manera prioritaria.

Se trata de lesiones traumáticas graves que, debido asus complicaciones potenciales, pueden comprometer lacontinencia y la vida sexual de pacientes a menudojóvenes.

El objetivo del tratamiento es restituir la continuidaduretral, minimizando los riesgos de complicaciones. Sehan descrito varios enfoques. Aunque las técnicasantiguas y clásicas daban prioridad a la reparaciónquirúrgica abierta, inmediata o diferida, las técnicasendoscópicas ocupan un lugar cada vez mayor en eltratamiento de las rupturas de la uretra.

■ Anatomía [1, 2]

La uretra es el conducto por el que la orina sale de lavejiga durante la micción. Empieza en el cuello de lavejiga y termina en el extremo del pene. Se divide ensegmentos que reciben el nombre de las estructuras conlas que están relacionados (Fig. 1):• uretra prostática: porción inicial de la uretra, atraviesa

la glándula prostática desde la base hasta el ápex. Ala altura del cuello vesical, la rodea un engrosamientode las fibras musculares del detrusor que conformanel esfínter liso de la uretra;

• uretra membranosa: atraviesa el diafragma urogenital(antes denominado aponeurosis media del periné). A

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esa altura está en relación con el esfínter estriado dela uretra. En las fracturas de la pelvis con desplaza-miento, la uretra se puede romper por efecto decizalladura de los bordes de las láminas aponeuróticasdel diafragma urogenital. La proximidad del esfínterestriado explica una complicación posible de lostraumatismos de la uretra posterior, como es laincontinencia urinaria;

• uretra esponjosa: es la porción uretral contenida en elcuerpo esponjoso del pene. Comprende dos segmen-tos: perineal y peniano.La uretra posterior reúne a las porciones prostática y

membranosa. La uretra anterior corresponde a la por-ción esponjosa. Tanto el segmento posterior como laporción perineal de la uretra anterior son estables por laexistencia de conexiones uretrales con la próstata y elperiné. Esta firmeza explica los traumatismos indirectosgenerados por las fracturas desplazadas de la pelvis.

■ Diagnóstico de traumatismode la uretra posterior

Presentación clínica: sospechade lesión de la uretra posterior

El contexto es el de un traumatismo violento. Casisiempre se trata de un accidente de carretera, de unacaída desde gran altura o de una compresión externaacentuada (por ejemplo, al encontrarse una persona«enterrada» bajo escombros). La fractura pélvica coexisteen más del 90% de los casos. Por el contrario, sólo el5-25% de los varones con fractura de pelvis tienen una

lesión de la uretra posterior [3, 4]. El brusco movimientode los huesos pélvicos provoca la movilización traumá-tica de la próstata por efecto de los ligamentos pubo-prostáticos. La uretra posterior estable se puede desgarrary, en general, lo hace inmediatamente por encima deldiafragma urogenital [5, 6]. De manera excepcional, eltraumatismo puede ser provocado directamente por unfragmento óseo.

Las manifestaciones clínicas del traumatismo uretralson bien conocidas:• uretrorragia: es decir, la presencia de sangre a la altura

del meato uretral, que en el 50% de los pacientestambién se observa aparte de la micción;

• imposibilidad de orinar, en ocasiones asociada a unglobo vesical;

• hematoma perineal en «alas de mariposa» que, si biencertifica la ruptura del diafragma urogenital, nosiempre está presente desde el principio. A continua-ción se puede extender al escroto y al pene.La presencia de uno de esos signos debe despertar la

sospecha de una ruptura de la uretra posterior y contra-indicar cualquier intento de cateterismo uretral, ya quepodría agravar una lesión parcial.

El tacto rectal debe practicarse de forma sistemáticaen caso de traumatismo de la pelvis. Tras una rupturacompleta de la uretra, el bloque prostatovesical asciendey la cavidad se llena de sangre y orina, que en lapalpación se percibe como una masa renitente en elsitio anatómico de la próstata.

Por último, dada la violencia del golpe, a menudo setrata de un paciente politraumatizado y, en consecuen-cia, hay que realizar una exploración física completa yordenada en busca de otras lesiones (abdominal, neuro-lógica, ósea) que requieran un tratamiento de urgencia.

En un número considerable de casos, el traumatismouretral puede pasar inadvertido entre las demás lesionestraumáticas y, en consecuencia, haberse introducido uncatéter en el hematoma. En ese caso, la falta de diuresismotiva la consulta con el urólogo.

Exploraciones radiológicasy clasificación del traumatismo

La valoración radiográfica en urgencias incluye laradiografía de pelvis, que con frecuencia muestra unafractura y permite apreciar su tipo y grado de desplaza-miento. Ante la sospecha de traumatismo de un órganointraabdominal, debe solicitarse una tomografía compu-tarizada o, en su defecto, una ecografía abdominal. Estaexploración inicial debe hacer detectar las lesionesintraabdominales asociadas y precisar el estado de lasvías urinarias superiores y del reservorio vesical.

Respecto a la lesión uretral, la prueba más útil es lauretrografía retrógrada (Fig. 2). El procedimiento seefectúa insertando un catéter de Foley 12 Ch en la fosanavicular, en la que se inyectan 25-30 ml de medio decontraste. Las placas se obtienen en proyección oblicuapara visualizar la uretra en toda su longitud. Esta pruebase realiza de manera sistemática en los países anglosajo-nes. No obstante, expone al riesgo de contaminacióndel hematoma pélvico por vía ascendente, de modo queresulta preferible efectuarla 3-10 días después del trau-matismo. Si ya se ha colocado un catéter suprapúbico,se puede acoplar una cistografía miccional (Fig. 3).

La resonancia magnética (RM) no tiene cabida en laatención de urgencia de las lesiones de la uretra poste-rior. En cambio, puede ser útil para la reparación adistancia de las estenosis postraumáticas, pues permitedeterminar con precisión la longitud de la estenosis

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Figura 1. Representación esquemática de los segmentos ure-trales en un corte sagital de la pelvis menor. a. Uretra anterior; b.uretra posterior; 1. pubis; 2, vejiga; 3. cuello vesical; 4. próstata;5. uretra prostática; 6. esfínter estriado de la uretra; 7. uretramembranosa; 8. uretra esponjosa (contenida en el cuerpo es-ponjoso).

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(con una aproximación de 0,5 cm) y el desplazamientohacia arriba del ápex prostático y, de este modo, guiarla intervención quirúrgica [7].

La clasificación más empleada es la de Colapinto yMcCallum (Cuadro I) [8], que se basa en la uretrografíaretrógrada. Fue modificada por Goldman et al, quienesle agregaron un grado IV, correspondiente a una lesióndel cuello vesical [9]. Sin embargo, la uretrografía nopermite localizar con precisión la extravasación delmedio de contraste, ni distinguir del todo las rupturas

completas de las parciales [10, 11]. Así pues, el interés deesta clasificación en la práctica clínica sería limitado.

■ Principios terapéuticosEl tratamiento de las rupturas de la uretra posterior es

controvertido. El objetivo consiste en restituir la conti-nuidad uretral, minimizando los riesgos de complicacio-nes (impotencia sexual, incontinencia urinaria, estenosisuretral).

Procedimientos en situaciónde urgencia

Muy a menudo, los traumatismos de la uretra seproducen por un golpe violento que además causa otraslesiones. Éstas deben tratarse antes de efectuar cualquierprocedimiento urológico. El diagnóstico de ruptura de lauretra no reviste carácter de urgencia. Ante la sospechade una lesión uretral posterior (uretrorragia y/o próstataen posición elevada al tacto rectal), simplemente hayque colocar un catéter suprapúbico 12 Ch. Esta manio-bra no se debe realizar a ciegas, porque el hematomapélvico modifica las referencias anatómicas y dificulta elreconocimiento clínico del globo vesical. Para localizarla vejiga (que puede estar elevada) y determinar sugrado de repleción, hay que guiarse por ecografía y/otomografía computarizada. Una vez asegurada la eva-cuación vesical, el tratamiento de la ruptura uretralincluye diversas alternativas terapéuticas.

Las posibles lesiones traumáticas asociadas han de sertratadas en función del grado de urgencia por losequipos pertinentes.

Enfoque antiguo: reparaciónquirúrgica inmediata

Consistía en la exploración y la alineación primariapor cirugía a cielo abierto de cualquier tipo de trauma-tismo de la uretra posterior. En la actualidad casi no seusa debido a que los inconvenientes que provoca sondemasiado numerosos en comparación con los métodosactuales. Arrojaba un alto índice de impotencia, incon-tinencia y estenosis uretral [10]. Los pacientes se encon-traban a menudo inestables en el aspectohemodinámico y la hemorragia dificultaba la interven-ción quirúrgica de manera considerable. Además, trans-formaba un hematoma pélvico cerrado en unhematoma abierto, lo que aumentaba el riesgo deinfección y la posibilidad de una necrosis uretral [12].

Sin embargo, la reparación inmediata conserva suvigencia en caso de lesión grave del cuello vesical,herida rectal o lesión vascular pélvica [13].

Enfoque clásico: reparación quirúrgicaa distancia

Iniciada por Johanson [14], y retomada más tarde porMorehouse [15], consiste en derivar la orina por uncatéter suprapúbico y, 3-6 meses después, reparar por víaabierta la inevitable estenosis uretral [16].

La intervención consiste en la resección de la lesióntraumática, seguida de una uretrorrafia terminoterminalpor vía perineal exclusiva [17-19]. Primero se localizan ymovilizan los extremos proximal y distal de la uretra,que después se recortan en zona sana y se espatulan. Laanastomosis se confecciona con puntos separados dehilo reabsorbible y sin tensión. Si la movilización de lauretra distal no alcanza para hacer la anastomosis,existen tres procedimientos que permiten acortar la

Figura 2. Uretrografía retrógrada que muestra un trauma-tismo uretral de grado II.

Figura 3. Cistografía que muestra una extravasación de mediode contraste en una ruptura total de la uretra membranosa.

Cuadro I.Clasificación de McCallum y Colapinto.

Tipo Aspecto de la lesión

I Estiramiento de la uretra sin ruptura

II Ruptura de la uretra membranosa por encima deldiafragma urogenital. La extravasación del medio decontraste queda limitada por encima de dichodiafragma

III Ruptura de la uretra membranosa y de la fascia uro-genital. El medio de contraste irrumpe en el periné

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distancia entre el extremo distal sano de la uretra bulbary el sitio anastomótico membranoso: se pueden separarlos cuerpos cavernosos y realizar una osteotomía delpubis para, por último, modificar el trayecto de la uretradistal entre uno de los cuerpos cavernosos y elisquión [20]. La anastomosis se intuba con un catéter deFoley 18 Ch, que se mantiene por 10-15 días protegidocon una cistostomía de seguridad, que también sirvepara verificar mediante cistografía la cicatrización uretralen el momento de retirar el catéter [21].

La intervención se planifica mejor con una uretrogra-fía retrógrada acoplada a una cistografía por el catétersuprapúbico, lo que permite localizar con precisión lazona traumática y medir la longitud del hiato entre losdos extremos uretrales. La valoración radiológica están-dar se puede completar con RM, que informa sobre lalongitud de la estenosis y el desplazamiento hacia arribadel ápice prostático, el cual, si es acentuado, puederequerir una vía de acceso suprapúbica [7].

Sus ventajas respecto a la técnica antigua son:• evitar una cirugía mayor en un paciente traumati-

zado;• disminuir el riesgo de infección del hematoma pél-

vico;• evitar la movilización de la próstata y de la uretra

membranosa, pues esto puede provocar un trauma-tismo de los nervios erectores [22]. Así, esta conductapermitió mermar la incidencia de las tres complica-ciones principales en comparación con el enfoqueantiguo [15].Sus inconvenientes son un período prolongado de

derivación urinaria y la formación inevitable (97-100%)de una estenosis/obliteración de la uretra, que requiereuno o más procedimientos de reconstrucción uretral [23].

Enfoque moderno: alineaciónendoscópica

Más recientemente, el desarrollo de las técnicasendourológicas favoreció la aparición de la alineaciónendoscópica precoz. Numerosos autores [13, 23-26] reco-miendan este método.

La alineación se debe efectuar lo antes posible si eltraumatismo de la uretra es aislado. Ésta se difiere si elpaciente se encuentra inestable desde el punto de vistahemodinámico, o en presencia de otra lesión queamenace el pronóstico vital. En ocasiones se puedepracticar al mismo tiempo que un procedimiento orto-pédico. Para algunos, se debe hacer dentro de las2 semanas siguientes al traumatismo, con el fin de quela cicatrización no esté demasiado avanzada [27]. Hayque verificar la esterilidad de la orina y, si es necesario,iniciar un tratamiento antibiótico específico. La inter-vención siempre comienza con una uretroscopia, que aveces sólo pone de relieve un estiramiento, o inclusouna ruptura parcial de la uretra. Si esta lesión se puedeatravesar, se deja una guía para introducir luego uncatéter de Foley 18 Ch. En los demás casos, el enfoque

es doble, suprapúbico y uretral. El catéter se retiradespués de haber colocado una guía 0,038. Se dilata eltrayecto con los dilatadores de Amplatz hasta 24 Ch. Seintroduce la vaina de Amplatz, que se usa para pasar unendoscopio flexible o rígido con el fin de explorar lavejiga, el cuello y la uretra posterior hasta el sitio de lalesión (Fig. 4). De forma simultánea, mediante uretros-copia, se explora la uretra anterior hasta la zona deltraumatismo. En algunos casos, los cistoscopios seencuentran entre sí y es posible pasar el uretroscopioretrógrado hacia la vejiga. En los demás casos, se pasauna guía o un catéter ureteral a través del conductooperador del cistoscopio suprapúbico. La guía se visua-liza con el uretroscopio retrógrado, se atrapa con unapinza para biopsia y se extrae por el meato uretral. Laguía permite insertar después un catéter de Foley cuyoextremo ha sido recortado. El catéter suprapúbico sedeja en su sitio durante 3 días, el catéter vesical se retiraal cabo de 6 semanas y la integridad de la uretra severifica mediante una cistografía miccional.

Las ventajas de la alineación son su práctica sencillay su carácter poco invasivo. La uretra se alinea sinaumentar el hematoma pélvico, lo que conduce a laformación de estenosis/obliteraciones más cortas ymejor alineadas. En la mayoría de las series publicadasse señala un descenso de la incidencia de las estenosis/obliteraciones en un 50% aproximadamente (Cuadro II).Además, las estenosis que se forman después de laalineación serían menos graves que las que lo hacendespués de la inserción de un catéter suprapúbico solo(Fig. 5) [29, 30]. Así se facilita la reparación, ya que laalineación se respeta más y la fibrosis periuretral esmenor. Estas estenosis se controlan en su mayoría conuretrotomía endoscópica y sólo el 10% de los pacientesnecesita una uretroplastia secundaria [4, 12, 28]. Otrosequipos han comunicado resultados menosalentadores [31].

En caso de lesión de tipo I (estiramiento vesical), secoloca un catéter vesical durante 5-7 días. La mayoríade las veces, este tipo de lesión cura sin secuelas. Delmismo modo, las rupturas parciales se tratan con un

Figura 4. Aspecto endoscópico de la uretra membranosatraumatizada.

Cuadro II.Resultados de la alineación endoscópica precoz por ruptura de la uretra posterior.

Serie Pacientes (n) Incontinencia (%) Impotencia sexual (%) Estenosis (%)

Elliott y Barrett [24], 1997 57 4 21 33

Guillé et al [28], 1991 5 20 0 60

Herschorn et al [13], 1992 16 0 42 54

Jepson et al [12], 1998 8 38 13 50

Moudouni et al [23], 2001 29 0 4 48

Mouraviev et al [25], 2004 59 18 34 49

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catéter vesical que puede introducirse de entrada porvía retrógrada sin forzar o bajo control endoscópico.

Elección de la técnicaEvidentemente, no existe ninguna conducta unitaria,

de modo que el tratamiento (Fig. 6) depende de muchosfactores: hábitos quirúrgicos, lesiones asociadas, equipa-miento, etc.

La reparación quirúrgica a distancia fue la técnica dereferencia en los años 1980-1990. Los resultados publi-cados son buenos, pero deben matizarse, pues se tratade una cirugía difícil, que en la mayoría de los casos esrealizada en centros de referencia y por cirujanosexperimentados [25]. Si éste fuera el caso, el índice debuenos resultados sería notablemente elevado (más del95%) [32]. El principal inconveniente de este enfoqueterapéutico es que casi todos los pacientes tratados conun catéter suprapúbico necesitarán un procedimiento deresección-anastomosis a distancia, que es técnicamentedifícil y puede resultar arriesgado. La técnica de alinea-ción endoscópica evita este tipo de cirugía en el 50% delos casos [25]. Además, las estenosis producidas despuésde la alineación son más fáciles de tratar. En la mayoríade los casos basta con una simple uretrotomíaendoscópica [23].

Los índices de incontinencia después de la alineaciónrondan el 5-10% [4, 12, 24, 33] en las series recientes, unacifra equiparable al 5-12% observado en caso de trata-miento quirúrgico [22, 34]. La incontinencia depende de

Figura 5. Aspecto de estenosis tras alineación endoscópica deuna lesión traumática de la uretra membranosa.

Proscribir el cateterismouretral a ciegas

Uretrocistografíaretrógrada al 5.° día

Lesión de estadioII o III

Cateterismo vesical5-7 días

Lesión de estadio I

Éxito Fracaso

FracasoOptar entre

resección-anastomosiso uretroplastia

Ruptura parcial

Confirmacióncistoscópica

Cistografíaa las 6 semanas

Estenosisuretral

Integridaduretral

Integridad uretralen la cistografía

Estenosisuretral

Uretrotomíainterna

Seguimiento

Reanudaciónde la micción

Seguimiento Uretrotomíainterna

o uretroplastia

Cirugía reparadoraa cielo abierto

Cateterismo vesical1 mes

Alineaciónendoscópica precoz

al 10.° día

Buscar una lesiónasociada

Sospecha de traumatismode la uretra posterior

Figura 6. Árbol de decisiones. Algoritmo que resume la conducta médica ante los traumatismos de la uretra posterior.

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la presencia de una lesión asociada del cuello vesical, asícomo de su longitud [35]. Además, cuando se someten auna resección endoscópica en los años siguientes, lospacientes con un traumatismo de la uretra posteriordesarrollan un riesgo elevado de incontinenciapostoperatoria.

Respecto a la impotencia sexual, los índices entretratamiento endoscópico y reparación quirúrgica adistancia son comparables (22 frente a 19%) [3, 12]. Detodas formas, los trastornos de la erección estarían cadavez más relacionados con el traumatismo inicial y nocon el tratamiento. Antes de iniciar cualquier procedi-miento, es fundamental prevenir al paciente y establecermediante la observación una posible impotencia sexual.

Mouraviev et al han publicado recientemente susresultados a partir de una serie de 191 pacientes afecta-dos por una ruptura de la uretra posterior [25]. Se tratabade traumatismos violentos, ya que el 50% de los pacien-tes falleció y el 76% sufría un traumatismo grave de lapelvis. 57 pacientes fueron tratados por alineaciónprecoz y 39 por reparación a distancia. El seguimientofue de 8,8 años. Una estenosis uretral se observó en el100% de los pacientes que recibieron un catéter supra-púbico, pero sólo en el 49% de los sometidos a alinea-ción precoz. La impotencia sexual y la incontinenciafueron menos frecuentes en el grupo tratado por víaendoscópica. La cantidad de intervenciones era máselevada en el grupo de reparación a distancia (3,1) queen el grupo de alineación (1,6). Los autores llegaron ala conclusión de que el tratamiento endoscópico teníauna ventaja significativa, sobre todo en lo que se refierea la incidencia de estenosis uretrales. Este estudio reflejala opinión de la mayoría de los autores: la alineaciónendoscópica precoz es un método simple, no invasivo,que no aumenta la incidencia de complicaciones ypermite evitar la estenosis uretral en el 50% de loscasos. Sin embargo, no todos comparten esta opinión:Husmann [31] describió una estenosis uretral recidivanteen 16 de 17 pacientes sometidos a alineación. Asciobservó un leve aumento del índice de incontinencia(10 frente al 6%) en caso de alineación, comparado conel de los pacientes tratados a distancia [36], mientras queotros comunican índices más elevados de impotenciasexual y de incontinencia tras alineación que después decirugía abierta [37].

Por último, en la comparación entre los tratamientosexisten sesgos inevitables. Los pacientes seleccionadospara una alineación pueden ser más estables en elaspecto hemodinámico y, en consecuencia, tener untraumatismo menos grave y una lesión uretral menosmarcada que el grupo tratado por catéter. Si fracasan laalineación y la colocación del catéter suprapúbico, lalesión uretral puede haberse agravado por la tentativa dealineación y, de este modo, hacer que el tratamientoquirúrgico a distancia sea más difícil.

SeguimientoHay que efectuar un seguimiento anual de los pacien-

tes mediante exploración física, flujometría y determi-nación ecográfica del residuo posmiccional. En caso dedisminución del flujo o de aumento del residuo, sepractica una uretrocistografía retrógrada o una cistosco-pia para descartar la presencia de estenosis. El trata-miento de elección en este caso sería la uretrotomíainterna.

■ ConclusiónLas rupturas de la uretra son traumatismos graves

cuyo tratamiento deben realizarlo profesionales entre-nados. En situación de urgencia hay que descartar, sobre

todo, una lesión traumática asociada que requieretratamiento inmediato, y la orina debe ser evacuada porvía suprapúbica. La prueba de referencia es la uretrogra-fía retrógrada, en ocasiones acoplada a una cistografía.

El tratamiento consiste en restaurar la continuidaduretral y se hace de forma cada vez más precozmediante alineación endoscópica. La cirugía abierta adistancia se considera ante el fracaso de la alineación.Sólo se practica de entrada cuando se impone unavaloración quirúrgica debido a la presencia de otraslesiones perineales. Únicamente deben practicarlaequipos bien entrenados.

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“ Puntos fundamentales

• Los traumatismos de la uretra posterior sonlesiones graves.• A menudo se trata de un pacientepolitraumatizado y, en urgencias, es precisobuscar lesiones traumáticas (abdominales, óseas,neuroquirúrgicas) asociadas que exigen untratamiento inmediato.• La orina debe derivarse de inmediato por víasuprapúbica y con ayuda de la ecografía ante lamenor duda.• La exploración radiológica de referencia es lauretrografía retrógrada pocos días después deltraumatismo, en ocasiones acoplada a unacistografía.• La reparación quirúrgica inicial a cielo abiertono se usa en la actualidad.• En caso de tratamiento por catéter suprapúbicosolo, la estenosis uretral se produce en el 100% delos casos. En este caso se trata a distanciamediante cirugía a cielo abierto por vía perineal.• La alineación endoscópica es una técnica simpley poco invasiva que disminuye a la mitad laincidencia de las estenosis uretrales.• Después de cualquier traumatismo de la uretraposterior se impone un control regular yprolongado.

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K. Bensalah.A. Manunta.F. Guillé.J.-J. Patard ([email protected]).Hôpital Pontchaillou, 2, rue Henri-Le-Guilloux, 35033 Rennes cedex 9, France.

Cualquier referencia a este artículo debe incluir la mención del artículo original: Bensalah K., Manunta A., Guillé F., Patard J.-J. Diagnostic ettraitement des ruptures de l’urètre postérieur. EMC (Elsevier Masson SAS, Paris), Urologie, 18-340-A-10, 2006.

Disponible en www.emc-consulte.com/es

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