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Dial€ctica 1
Dial€ctica
La dial€ctica (del griego •‚ƒ„…†‡‚†ˆ(dialektik€), ‡‰Š‹Œ(t€chne), literalmente: t€cnica de la conversaci•n; con igual
significado, en latn (ars) dialectica) es una rama de la filosofa cuyo Žmbito y alcance ha variado significativamente
a lo largo de la historia.
Originariamente designaba un m€todo de conversacin o argumentacin anŽlogo a lo que actualmente se llama
lgica. En el siglo XVIII el t€rmino adquiri un nuevo significado: la teora de los contrapuestos en las cosas o en los
conceptos, as como la deteccin y superacin de estos contrapuestos. De manera mŽs esquemŽtica puede definirse la
dial€ctica como el discurso en el que se contrapone una determinada concepcin o tradicin, entendida como tesis, y
la muestra de los problemas y contradicciones, entendida como anttesis. De esta confrontacin surge, en un tercer
momento llamado sntesis, una resolucin o una nueva comprensin del problema. Este esquema general puede
concretarse como la contraposicin entre concepto y cosa en la teora del conocimiento, a la contraposicin entre los
diferentes participantes en una discusin y a contraposiciones reales en la naturaleza o en la sociedad, entre otras.
El t€rmino adquiere un significado no circunscrito al Žmbito de la retrica gracias, fundamentalmente, a los escritos
del filsofo alemŽn G.W.F. Hegel. En la €poca en que escribe una de sus grandes obras ( Fenomenolog‚a del esp‚ritu,1808) el mundo parece haberse puesto en movimiento, transformando de forma visible lo que haba durado siglos. Se
trata de los primeros momentos del modo de produccin capitalista que, a diferencia de los anteriores, se basa
primordialmente en la circulacin de las mercancas y del dinero. Entonces el viejo problema filosfico del cambio
se agudiza: cmo entender racionalmente que una cosa pueda cambiar de apariencia y seguir siendo la misma cosa?
Hegel concibe la realidad como formada por opuestos que, en el conflicto inevitable que surge, engendran nuevos
conceptos que, en contacto con la realidad, entran en contraposicin siempre con algo. Este esquema es el que
permite explicar el cambio manteniendo la identidad de cada elemento, a pesar de que el conjunto haya cambiado.
Con el mismo proceder Karl Marx analizarŽ la realidad social y, claramente en sus escritos a partir de 1842, la
entenderŽ como una realidad conflictiva debido a la contraposicin de intereses materiales incompatibles. As dirŽ,
en el Manifiesto comunista (1848), que "toda la historia de la humanidad es la historia de la lucha de clases"; esto es:la confrontacin entre clases sociales es el motor del cambio histrico.
En el siglo XX el filsofo alemŽn Theodor W. Adorno titularŽ Dial€ctica negativa (1966) una de sus obras capitales.
Esta obra se inicia con una afirmacin provocativa: " La formulaci•n dial€ctica negativa atenta contra la tradici•n".
Se refiere Adorno a que en la dial€ctica de Platn o en la de Hegel el resultado del movimiento de contraposicin es
la afirmacin de algo, mientras que lo que €l pretende es subrayar el carŽcter inconcluso de cualquier momento del
movimiento de contraposicin, tanto a nivel social como cultural.
Historia
Dial€ctica espont•nea en la Antig‚edad
Para el hinduismo, la diversidad de cosas y eventos contradictorios que nos rodean, no son sino diferentes
manifestaciones del todo, llamado Brahman. As, a los diversos aspectos de lo Divino, dieron en la India antigua
distintos nombres de variados dioses que no son mŽs que reflejos de una ‘nica realidad ‘ltima, de manera que, por
ejemplo, la fuerza destructora y la fuerza creadora son dos manifestaciones de esa misma realidad.
La dial€ctica como m€todo en la filosofƒa griega
Uno de los primeros ejemplos de aplicacin del m€todo dial€ctico lo ofrecen los Diƒlogos del filsofo griego Platn,
quien ademŽs reflexiona sobre el funcionamiento y el alcance de este procedimiento, notablemente en sus obras
Gorgias, Rep„blica VI y Teeteto.
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Dial€ctica 2
En los diŽlogos platnicos tempranos, el procedimiento permite someter a examen cierto conjunto de creencias que
mantiene determinado individuo. A partir de los diŽlogos medios, su alcance se ampla, para poner a prueba hiptesis
o teoras con las que no necesariamente alguien estŽ comprometido. El examen usualmente lo lleva a cabo Scrates,
quien dirige a su interlocutor una serie de preguntas para explorar si hay inconsistencias entre sus dichos. Estas
preguntas son, pues, crticas y comprometedoras, y puede considerarse que equivalen a objeciones; pues
naturalmente, una teora que muestra ser contradictoria no podra aceptarse como verdadera (Vg., ha sido refutada).
Por otra parte, en muchos diŽlogos de Platn puede constatarse cmo los interlocutores de Scrates se defienden de
sus objeciones; en ocasiones es el propio Scrates quien responde a sus crticas anteriores. El procedimiento de
preguntas y respuestas da lugar as a una discusin o controversia racional, cuyo resultado es a menudo la refutacin
de las ideas que se examinan. En cualquier caso, mediante la deteccin y eliminacin de errores, el procedimiento
tiende a la identificacin de la verdad -o al menos, de lo que racionalmente puede aceptarse como tal. La refutacin
(en griego: elench…) se convierte en un m€todo de prueba (Vlastos, G. Socratic Studies, Cap. 1)
Casi todos los filsofos presocrŽticos haban escrito como profetas iluminados, sin pensar siquiera en dar alguna
prueba de la validez de sus puntos de vista (M. D€tienne). Una excepcin importante es Zenn de Elea, quien
introduce en la filosofa la idea de refutar racionalmente las teoras de sus adversarios, mostrando que conducen a
paradojas. Este es el antecedente del que parten Scrates y Platn, el ‘ltimo de los cuales lleva la idea un paso mŽslejos. Es notable que en el Parm€nides Platn haya utilizado el procedimiento de preguntas comprometedoras, para
poner a prueba teoras de su propia factura (concretamente, la teora metafsica de las Formas), convirti€ndose as en
el primer filsofo que practica la autocrtica. Tal vez Platn intenta mostrar as cuŽnto mŽs le interesa la b‘squeda de
la verdad, que la defensa de sus posiciones. En todo caso, la dial€ctica (i.e., la controversia, y mŽs
fundamentalmente, la exposicin a la crtica) queda perfilada por €l como un procedimiento de investigacin. A este
gesto del clŽsico puede atribuirse el que la filosofa sea hoy un campo de investigacin acad€mica, y no una rama de
la mitologa o de la literatura fantŽstica.
Para Aristteles, la b‘squeda de la base filosfica de la ciencia (y de la propia filosofa) requiere un ejercicio
dial€ctico. En la Metaf‚sica, Libro ’ (o IV), Cap. 4, Aristteles explica por qu€ la b‘squeda de una prueba de los
"principios" debe hacerse mediante una demostracin refutativa, y en cambio sera imposible dar de ellos una"demostracin" (vg., una prueba positiva de ellos). Aristteles tambi€n trata de la dial€ctica en los T•picos.
Esta clase de justificaciones o pruebas, que la actividad dial€ctica permite conseguir seg‘n los clŽsicos, slo pueden
desarrollarse gracias a la confrontacin de puntos de vista opuestos. Sin embargo, a partir de la Ilustracin se
difundi ampliamente, aunque al parecer sin discusin de por medio, un juicio contrario, de David Hume, quien en la
Investigaci•n sobre el Entendimiento Humano “ 4, afirma sin mŽs que todo razonamiento humano es inductivo (en
sus t€rminos, "probable", o "moral") o deductivo ("demostrativo"); por tanto, no dial€ctico sino monol€ctico. Es
decir que seg‘n Hume, toda prueba cientfica o filosfica debe ser construble en su integridad desde un ‘nico punto
de vista. Esta idea no ha sido suficientemente discutida, y puede considerarse como una hiptesis, tanto como la idea
contraria.
AdemŽs de la propia confrontacin de ideas, un par de conceptos o reglas lgicas distinguen a los argumentos
dial€cticos de los monol€cticos. Son 1) la argumentacin ex concessis, seg‘n la cual es lcito razonar a partir de los
presupuestos o premisas del antagonista, sin que en suma, haga falta justificarlas (al menos, no de cara a ese mismo
contrario). Y por otra parte 2), la nocin de la carga de la prueba, que atribuye a uno de los debatientes en particular,
el deber de iniciar la argumentacin, dando un respaldo prima facie razonable a su tesis. Si el interesado lo consigue,
con ello transfiere a su adversario la obligacin (o carga) de responder, argumentando en contra suya. Cualquiera de
los debatientes que deje de atender satisfactoriamente esta obligacin cuando le corresponde, por ese hecho resulta
derrotado en la pol€mica. En Occidente, la carga de la prueba inicial corresponde al que propone novedades, y desde
luego a quien cuestiona los usos y las creencias tradicionales o generalmente aceptadas. Una mŽxima del derecho
romano prescribe: "el que afirma, prueba".
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Dial€ctica 3
Parece que a los estoicos se debe el uso posterior (concretamente, medieval) del t€rmino, con el que 'Dial€ctica' pasa
a referirse al conjunto de la lgica, que por lo demŽs los estoicos cultivaron como estudio del razonamiento
deductivo (por tanto, monol€ctico). Junto con la GramŽtica y la Retrica, la Dial€ctica constituye el Trivium
medieval.
Dial€ctica de la filosofƒa cl•sica alemanaPara Immanuel Kant la sensibilidad tiene como formas a priori el espacio y el tiempo y la razn humana tiene,
tambi€n anteriores a toda experiencia, un conjunto de categoras para concebir los objetos, siempre que haya
fenmenos sobre los cuales ellas puedan actuar. Cuando tal cosa no ocurre, como en el caso de los objetos
denominados "metafsicos", el entendimiento deriva en las llamadas antinomias, en las cuales puede demostrarse
como verdadera tanto una posicin como la contraria, hay argumentos en favor y en contra de las tesis y de sus
respectivas anttesis. La solucin no puede ser dogmŽtica sino crtica de la razn pura, distinguiendo la "cosa en s"
del mundo fenomenolgico, que no existe independientemente de nuestras representaciones.
Para Johann Gottlieb Fichte del yo, del sujeto se deriva todo y de acuerdo con los principios lgicos de la identidad y
negacin, al afirmarse el yo engendra por oposicin el "no yo" y ambos estŽn subordinados a un principio de unidad
total. As como el yo entra en contradiccin consigo mismo y posiciona el no yo, elimina esta oposicin mediante lalimitacin de ambos y fluye un proceso infinito y que se formula en la tr‚ada dial€ctica: tesis, anttesis y sntesis.
El filsofo alemŽn Georg Wilhelm Friedrich Hegel aplica el t€rmino dial€ctica a su sistema filosfico y a su lgica
centrada en el devenir, la contradiccin y el cambio, que sustituye los principios de identidad y no contradiccin, por
los de la transformacin incesante de las cosas y la unidad de los contrarios. Hegel pensaba que la evolucin de la
Idea se produce a trav€s de un proceso dial€ctico, es decir, un concepto se enfrenta a su opuesto y como resultado de
este conflicto, se alza un tercero, la sntesis. La sntesis se encuentra mŽs cargada de verdad que los dos anteriores
opuestos. La obra de Hegel se basa en la concepcin idealista de una mente universal que, a trav€s de la evolucin,
aspira a llegar al mŽs alto lmite de autoconciencia y de libertad.
El filsofo alemŽn Karl Marx aplicaba el concepto de dial€ctica a los procesos sociales y econmicos. El llamadomaterialismo dial€ctico de Marx es con frecuencia considerado como una revisin del sistema hegeliano. Este
propona una solucin a un problema generalizado de extremos econmicos por medio de los tres conceptos: tesis,
anttesis y sntesis. La primera era la fuente del problema en este la propiedad del capital concentrada en la clase
burguesa. La segunda la clase proletaria creadora del valor con su trabajo y despojada de todo medio de produccin.
Estas dos darŽn como sntesis el comunismo, la propiedad social de los medios de produccin.
La dial€ctica de Hegel
El acto mismo del conocimiento es la introduccin de la contradiccin. El principio del tercero excluido, algo o es A
o no es A, es la proposicin que quiere rechazar la contradiccin y al hacerlo incurre precisamente en contradiccin:
A debe ser +A -A, con lo cual ya queda introducido el tercer t€rmino, A que no es ni + ni - y por lo mismo es +A y-A. Una cosa es ella misma y no es ella, porque en realidad toda cosa cambia y se transforma ella misma en otra
cosa. Esto significa la superacin de la lgica formal y el establecimiento de la lgica dial€ctica.
Todas las cosas son contradictorias en s mismas y ello es profundo y plenamente esencial. La identidad es la
determinacin de lo simple inmediato y estŽtico, mientras que la contradiccin es la raz de todo movimiento y
vitalidad, el principio de todo automovimiento y solamente aquello que encierra una contradiccin se mueve.
La imaginacin corriente capta la identidad, la diferencia y la contradiccin, pero no la transicin de lo uno a lo otro,
que es lo mŽs importante, cmo lo uno se convierte en lo otro.
Causa y efecto son momentos de la dependencia recproca universal, de la conexin y concatenacin recproca de los
acontecimientos, eslabones en la cadena del desarrollo de la materia y la sociedad: la misma cosa se presenta primero
como causa y luego como efecto. Es necesario hacer conciencia de la intercausalidad, de las leyes de conexin
universal objetiva, de la lucha y la unidad de los contrarios y de las transiciones y las transformaciones de la
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Dial€ctica 4
naturaleza y la sociedad. La totalidad, de todos los aspectos del fenmeno, de la realidad, de los fenmenos y de sus
relaciones recprocas, de eso estŽ compuesta la verdad.
La realidad es la unidad de la esencia y la existencia. La esencia no estŽ detrŽs o mŽs allŽ del fenmeno, sino que por
lo mismo que la esencia existe, la esencia se concreta en el fenmeno. La existencia es la unidad inmediata del ser y
la reflexin. Posibilidad y accidentalidad son momentos de la realidad puestos como formas que constituyen la
exterioridad de lo real y por tanto son cuestin que afecta el contenido, porque en la realidad se re‘ne estaexterioridad con la interioridad en un movimiento ‘nico y se convierte en necesidad y as lo necesario es mediado
por un c‘mulo de circunstancias o condiciones.
La cantidad se transforma en cualidad y los cambios se interconectan y provocan los unos con los otros. Las
matemŽticas no han logrado justificar estas operaciones que se basan en la transicin, porque la transicin no es de
naturaleza matemŽtica o formal, sino dial€ctica.
Las determinaciones lgicas anteriormente expuestas, las determinaciones del ser y la esencia, no son meras
determinaciones del pensamiento. La lgica del concepto se entiende ordinariamente como ciencia solamente formal,
pero si las formas lgicas del concepto fueran recipientes muertos, pasivos, de representaciones y pensamientos, su
conocimiento sera superfluo; pero en realidad son como formas del concepto, el espritu vivo de lo real y por tanto
se requiere indagar la verdad de estas formas y su conexin necesaria.
El m€todo del conocimiento no es una forma meramente exterior, sino que es alma y concepto del contenido. Por lo
que se refiere a la naturaleza del concepto el anŽlisis es lo primero, porque debe elevar la materia dada a la forma de
abstracciones universales, las cuales luego mediante el m€todo sint€tico son puestas como definiciones. El anŽlisis
resuelve el dato concreto, asla sus diferencias y les da forma de universalidad o, deja lo concreto como fundamento
y por medio de la abstraccin de las particularidades que aparentan ser inesenciales, pone de relieve un universal
concreto o la fuerza y la ley general. Esta universalidad tambi€n es determinada mediante la sntesis del concepto en
sus formas, en definiciones.
La actividad humana une lo subjetivo con lo objetivo. El fin subjetivo se vincula con la objetividad exterior a €l, a
trav€s de un medio que es la unidad de ambos, esto es la actividad conforme al fin. As, con sus herramientas elhombre posee poder sobre la naturaleza exterior, aunque en lo que respecta a sus fines se encuentra con frecuencia
sometido a ella. Hegel llev este m€todo de razonamiento hasta sus ‘ltimas consecuencias en la Fenomenologa del
Espritu y en otras obras suyas que influyeron mucho no slo en la filosofa posterior a €l, sino en la concepcin de la
historia y de la poltica. Para dar un ejemplo, en su dial€ctica se basan tanto el marxismo como el fascismo y el
nazismo.
Para Hegel toda la realidad tiene un sentido lgico: lo que existe, no existe caprichosamente, sino que responde a una
necesidad interna de todas las cosas, que las hace ir evolucionando € cambiando € seg‘n una dial€ctica de oposicin
de los extremos: Una cosa, una idea, una circunstancia histrica cualquiera, pueden ser tomada como una posicin, o
sea como una tesis. Como ninguna cosa ni idea es completa y perfecta, frente a esa posicin surge una que se le
opone, la oposicin, o sea la anttesis. De la confrontacin o el encuentro entre estos dos opuestos surge lacomposicin, o sea la sntesis, que supera ambas posiciones anteriores y alcanza una nueva mŽs completa y perfecta
que las incluye a las dos, pero que estŽ abierta a su vez a una nueva oposicin, con lo que la evolucin de la realidad,
del mundo, de la historia, de lo que sea, nunca se detiene.
Un corolario € una consecuencia € de esta evolucin lgica es el famoso enunciado "Todo lo real es racional" (todo
tiene una razn lgica para ser real), "y todo lo racional es real". Esto ‘ltimo es mucho mŽs importante en sus
consecuencias, porque significa que todo lo que el intelecto pueda llegar a concebir € la utopa marxista, el nazismo,
el estado por encima de las personas € puede tambi€n hacerse real, y en cierto sentido debe hacerse real, de modo que
va a surgir inevitablemente aunque no lo conciba la razn humana, porque por encima de nuestro espritu estŽ el
Espritu Absoluto, que se piensa a s mismo y nos piensa a nosotros y al mundo. Como consecuencia, la historia no
es algo que el hombre pueda modificar, sino que es la manifestacin en el mundo del Espritu Absoluto, que a trav€s
de ella se autoconoce.
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Como se deduce de esto, el hombre no es un ser libre sino que es una pieza necesaria de la evolucin del Espritu
Absoluto € que es una especie de Dios lgico, pero no justo ni piadoso, sino solamente todopoderoso € . Otra
consecuencia de esta manera de ver la realidad es que se absolutiza al Estado frente a las personas, por lo que el
hegelianismo estŽ en la base de todos los totalitarismos modernos € y en todas las seudodemocracias como los
EE.UU. y la Unin Europea € .
Cuando se aplica la dial€ctica a las relaciones sociales y personales, aparece otro famoso enunciado de Hegel: "Ladial€ctica del amo y del esclavo". Este es otro corolario € consecuencia € del planteo de la realidad como un proceso
de tesis-anttesis-sntesis. En este caso € y aqu aparecen las relaciones de poder que son el tema de su estudio €
significa que en toda organizacin humana, en toda institucin o a‘n en cada parte de una institucin € por ejemplo,
la enfermera dentro de la estructura de un hospital € aparece la tendencia de algunas personas o grupos a afirmarse
como tesis y ejercer el poder sobre los demŽs, que pasan a ser la anttesis de su posicin. Ya sea a trav€s del diŽlogo
y la colaboracin, o de la resistencia y la lucha mŽs o menos solapadas, con todos sus condimentos de
murmuraciones, mentiras, injurias, calumnias, hostilidades, actitudes deshonestas, etc., lo cierto es que un sector
tiene el lŽtigo en sus manos € el amo € y el otro recibe los latigazos € el esclavo € .
Lo mŽs importante es que el hecho de estar sometido al poder € de los jefes, autoridades, superiores € no convierte
necesariamente al esclavo en una buena persona que slo sufre y despierta nuestra compasin y simpata, sino que elindividuo o el grupo dominado € la anttesis de la tesis representada por el individuo o el grupo dominante € trata de
encontrar la manera de hacerse a su vez con el poder, con el lŽtigo, no slo por un comprensible deseo de venganza o
revancha, sino por exigirlo as la dial€ctica de los acontecimientos, que no estŽ en manos de los amos ni de los
esclavos, sino que es una consecuencia inevitable de la dial€ctica del espritu absoluto que se piensa a s mismo a
trav€s de ellos. Esta superposicin del esclavo sobre el amo, se logra debido a que el esclavo trabaja, y al trabajar
logra su realizacin; mientras que el amo cae en una dependencia absoluta de su subyugado. No debe confundirse los
t€rminos amo y esclavo con los t€rminos se†or y siervo, pues al hablar de se†or y siervo se produce una relacin
dil€ctica diferente a la que produce el amo en oposicin al esclavo.
Hasta aqu estamos todava en el plano de los fundamentos tericos, pero con esta herramienta conceptual es posible
analizar las circunstancias concretas que se dan, por ejemplo, en la administracin y la organizacin de un servicio
de enfermera constituido por un grupo € que fatalmente se enfrenta con los otros grupos € o las dificultades que debe
enfrentar una enfermera en su relacin con los m€dicos, o incluso con un solo m€dico € los amos o el ‘nico amo € .
Dial€ctica materialista
La mŽs simple e influyente formulacin del materialismo dial€ctico se halla en Engels, que crey con ello no
desviarse de Marx o, en todo caso, crey completar a Marx. La formulacin de Engels se ha incorporado al
marxismo calificado de ”ortodoxo. Esto no quiere decir que slo los marxistas ”ortodoxos sean materialistas
dial€cticos. Es posible sostener el materialismo dial€ctico dentro de formas de marxismo ”no ortodoxo € cuando
menos no ortodoxo respecto al marxismo ortodoxo aludido €
. Ello puede ocurrir de varios modos, entre los cualessobresalen dos: como un intento de suplementar y sistematizar el marxismo en forma distinta del conglomerado hoy
tradicional ”Marx-Engels-Lenin, o ”marxismo-leninismo; o bien como una posibilidad para el futuro, cuando se
haya ”absorbido por completo la razn analtica y positiva que se supone caracteriza a‘n las ciencias y €stas puedan
constituirse dial€cticamente, o materialstica-dial€cticamente.
Engels desarroll el materialismo dial€ctico en la obra " La transformaci•n de las ciencias por el Sr. D‡hring" (Herrn
D–hring Umw—lzung der Wissenschaften, 1878; publicada como una serie de artculos en Vorw—rts, 1877), conocida
con el nombre de Anti-D‡hring, y tambi€n en una serie de 2148 manuscritos procedentes de 1873-1883 y publicados
por vez primera en 1925 con el nombre Dialektik der Natur (hay posteriores ediciones, mŽs fidedignas; trad. esp. con
introduccin por Manuel SacristŽn). Aunque Engels se opuso al idealismo, incluyendo el idealismo de Hegel,
encontr en este autor apoyo para una ”filosofa de la Naturaleza que descartara y superara el materialismomecanicista, caracterstico de gran parte de la fsica (mecŽnica) moderna y en particular de las interpretaciones
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Dial€ctica 6
filosficas de la ciencia moderna que proliferaron en el siglo XIX por obra de Ludwig B–chner y otros autores. Este
materialismo es, seg‘n Engels, superficial y no tiene en cuenta que los modelos mecŽnicos no se aplican a nuevos
desarrollos cientficos, tales como los habidos en qumica y en biologa, y especialmente tal como se manifiestan en
la teora de la evolucin de las especies. El materialismo ”vulgar mecanicista no tiene tampoco en cuenta el carŽcter
prŽctico del conocimiento y el hecho de que las ciencias no son independientes de las condiciones sociales y de las
posibilidades de revolucionar la sociedad.
Mientras el materialismo mecanicista se apoya en la idea de que el mundo estŽ compuesto de cosas y, en ‘ltimo
t€rmino, de partculas materiales que se combinan entre s de un modo ”inerte, el materialismo dial€ctico afirma que
los fenmenos materiales son procesos. Hegel tuvo razn en insistir en el carŽcter global y dial€ctico de los cambios
en los procesos naturales, pero err en hacer de estos cambios manifestaciones del ”Espritu. Hay que ”invertir la
idea hegeliana y colocar en la base la materia en cuanto que se desarrolla dial€cticamente. La dial€ctica de la
Naturaleza procede seg‘n las tres grandes leyes dial€cticas:
˜ ley del paso de la cantidad a la cualidad,
˜ ley de la interpenetracin de los contrarios (u opuestos) y
˜ ley de la negacin de la negacin.
Negar que hay contradicciones en la Naturaleza es, seg‘n Engels, mantener una posicin metafsica; lo cierto es queel movimiento mismo estŽ lleno de contradicciones. Son contradicciones ”objetivas y tambi€n ”subjetivas. Sin la
constante lucha de los opuestos no pueden explicarse los cambios.
El carŽcter de lucha y oposicin de contrarios es, seg‘n Engels, universal. Se manifiesta no slo en la sociedad y en
la Naturaleza, sino tambi€n en la matemŽtica. La negacin de la negacin se manifiesta en que de un germen procede
una planta que florece y muere, produciendo otro germen que vuelve a florecer. Tambi€n se manifiesta en que la
negacin de una cantidad negativa da una positiva. El materialismo dial€ctico no es, seg‘n Engels, contrario a los
resultados de las ciencias; por el contrario, explica, justifica y sintetiza estos resultados.
En la Dial€ctica de la Naturaleza, Engels se manifest en desacuerdo con considerar la necesidad o lo necesario
como lo ‘nico interesante desde el punto de vista cientfico y el azar o lo casual como indiferente para la ciencia,pues as "cesa toda ciencia, ya que €sta debe precisamente investigar lo que no conocemos". Consider que la
metaf‚sica estƒ cautiva de la contraposici•n que media entre casualidad y necesidad y no entiende c•mo lo casual es
necesario y lo necesario, al mismo tiempo, casual. "El determinismo, que pasa del materialismo franc€s a las
ciencias naturales, trata de resolver el problema de lo casual pura y simplemente negŽndolo. Seg‘n esta concepcin,
en la naturaleza reina sencillamente la necesidad directa". En cambio, Darwin fundament la necesidad de la
evolucin, sobre "la mŽs amplia base de casualidad". La naturaleza se ha desenvuelto "mŽs o menos
accidentalmente, pero con la necesidad que es tambi€n inherente a la casualidad". Actualmente podra verse en las
matemŽticas de las probabilidades, una confirmacin de esta visin dial€ctica, en sus especificidades para las
ciencias naturales y para las ciencias sociales.
A despecho del ejemplo citado en la matemŽtica se ha preguntado a menudo hasta qu€ punto las ciencias formales, yespecficamente la lgica, son dial€cticas y estŽn sometidas a las leyes enunciadas por el materialismo dial€ctico.
Engels se expres al respecto de un modo un tanto ambivalente, pues mientras las leyes de referencia tienen, a su
entender, un alcance verdaderamente universal, por otro lado las leyes dial€cticas mismas constituyen un elemento
invariable. Puesto que la lgica misma es dial€ctica, parece que no cabe preguntar si la propia lgica dial€ctica es o
no dial€ctica; no parece que se pueda negar la lgica dial€ctica por otra lgica no dial€ctica. Por otro lado, la
negacin de la negacin de esta lgica dial€ctica dara una lgica dial€ctica supuestamente ”superior. Son muchas
las discusiones sobre la autonoma o heteronoma de la lgica formal dentro del materialismo dial€ctico.
Muchos autores despu€s de Engels han seguido a este autor en el camino del materialismo dial€ctico, si bien han
modificado €ste de varios modos. Tal sucede con Lenin, con quien se inicia una tradicin de materialismo dial€ctico
llamada ”marxista-leninista. Para €l la dial€ctica es la doctrina del desarrollo en su forma mƒs completa, profunda
y libre de unilateralidad, la doctrina acerca de lo relativo del conocimiento humano, que nos da un reflejo de la
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Dial€ctica 7
materia en perpetuo desarrollo.
Lenin insisti inicialmente menos que Engels en la nocin de ”materia como realidad sometida a cambios de
acuerdo con un proceso dial€ctico, porque le interesaba defender el realismo materialista contra el idealismo y el
fenomenismo de los que seguan a autores como Mach y Avenarius. En Materialismo y empiriocriticismo (1909),
Lenin equipar la realidad material con la realidad del mundo real ”externo, reflejado por la conciencia, la cual
”copia este mundo mediante las percepciones. ™stas no son smbolos o cifras, sino reflejos de ”la realidad (material)misma. Esto no quiere decir que las percepciones, o las sensaciones, describan el mundo real fsico tal como €ste es.
El verdadero conocimiento de este mundo es el conocimiento cientfico, pero la percepcin no es incompatible con
este conocimiento. El materialismo dial€ctico y la epistemologa ”realista y ”cientfica que lo acompaša es, seg‘n
Lenin, la doctrina que debe adoptarse para luchar en favor del comunismo. Esto parece convertir el materialismo
dial€ctico en una ideologa cuya verdad depende de la situacin histrica. El materialismo dial€ctico es, en suma,
”partidista. Sin embargo, este partidismo no puede equipararse al de las ideologas no proletarias y no
revolucionarias; si es una ideologa, es una que contribuye a traer al mundo la ”teora verdadera, que es la que
corresponde a la sociedad sin clases.
En las discusiones entre los materialistas dial€cticos ha surgido con frecuencia el problema de si, y hasta qu€ punto,
hay que destacar el aspecto materialista o el dial€ctico. En escritos posteriores al citado antes, y especialmente en losCuadernos filos•ficos (1915), Lenin subray considerablemente el aspecto dial€ctico y, con ello, lo que interpret
como el verdadero m€todo hegeliano, pero ello no equivale a‘n a dejar de lado el materialismo, sin el cual se
desembocara en un idealismo:
La dial€ctica como conocimiento vivo, multilateral (con el n„mero de aspectos siempre en aumento), de
innumerables matices en el modo de abordar, de aproximarse a la realidad (con un sistema filos•fico qu€, de
cada matiz, se desarrolla en un todo): he aqu‚ el contenido inconmensurablemente rico, en comparaci•n con
el materialismo 'metaf‚sico', cuya desgracia principal es la de no ser capaz de aplicar la dial€ctica a la
'Teor‚a de Reflejo', al proceso y desarrollo del conocimiento.
As, mientras la dial€ctica en el materialismo dial€ctico pone de relieve aspectos ”idealistas y ”hegelianos, el
materialismo en la misma doctrina pone de relieve, o puede terminar por poner excesivamente de relieve, aspectos
puramente ”mecanicistas o ”superficiales. El equilibrio entre dial€ctica y materialismo en el materialismo
dial€ctico es por ello uno de los desiderata de muchos de los autores adheridos a esta tendencia.
En ocasiones se ha procurado resolver el conflicto entre los dos componentes del materialismo dial€ctico
acentuŽndose los aspectos ”prŽcticos. As sucede, por ejemplo, con el maosmo y con varas tendencias polticas
mŽs interesadas en la realizacin de un programa que en discutir las bases filosficas subyacentes en el mismo. Mao
escribi en 1937 el ensayo Sobre la Contradicci•n [1], que ademŽs de partir de la universalidad de la contradiccin y
las particularidades de cada contradiccin, se centra en determinar la contradiccin principal y el aspecto principal de
una contradiccin, as como el antagonismo, la lucha y la identidad de contrarios, de manera que los militantes
revolucionarios tuvieran un manual de lgica para la solucin de los problemas polticos concretos. El materialismodial€ctico, cuya presentacin como tal se debe mŽs a la actividad de Engels que a la del propio Marx, ha sido
considerado tradicionalmente como la toma de posicin filosfica de Marx y Engels frente al idealismo hegeliano, es
decir, como el resultado de su crtica del idealismo y, como tal, se ha presentado por la mayora de los estudiosos del
marxismo como el marco de referencia conceptual desde el que desarrolla el materialismo histrico, que sera la
expresin propiamente cientfica de su pensamiento. La exposicin del materialismo dial€ctico se encuentra
fundamentalmente en las obras de Engels: "Anti-D–hring", (con contribuciones de Marx, publicado en 1878), y
"Sobre la dial€ctica de la naturaleza", (escrito entre 1873 y 1886), obra, esta ‘ltima, tambi€n conocida por Marx,
cuyos contenidos nunca rechaz y que, dada la estrecha colaboracin entre ambos hasta su muerte, se suele
considerar tambi€n como expresin del pensamiento propio de Marx.
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Dial€ctica 8
Oposici„n al idealismo y al mecanicismo
El materialismo dial€ctico se opone al idealismo, en el sentido en que considera que no existe mŽs realidad
fundamental que la materia; pero la materia no es una realidad inerte, sino dinŽmica, que contiene en s la capacidad
de su propio movimiento, como resultado de la lucha de los elementos contrarios, (siendo la contradiccin la esencia
de la realidad, al igual que para Hegel), que se expresa en el movimiento dial€ctico. As, el movimiento hegeliano de
la idea a la cosa y a su reconciliacin, queda invertido, seg‘n la famosa frase de Marx, pasando a convertirse en unmovimiento que va de la cosa a la idea y a su futura reconciliacin. Todo el bagaje conceptual de la dial€ctica
hegeliana es conservado por el materialismo dial€ctico, pero orientado ahora en la direccin opuesta.
El materialismo dial€ctico no se opone slo al idealismo hegeliano, sino a toda concepcin mecanicista y atomista de
la naturaleza, es decir, no finalista.” "La comprensin del total error por inversin del anterior idealismo alemŽn
llev necesariamente al materialismo, pero, cosa digna de observarse, no al materialismo meramente metafsico y
exclusivamente mecanicista del siglo XVIII" (Engels, Anti-D–hring). Se opone, pues, a la concepcin que haba
predominado en la ciencia en el siglo XVIII y que lo seguira haciendo en los siglos XIX y XX. Es propia del
idealismo hegeliano la afirmacin de un final feliz de la historia, de una reconciliacin de la realidad consigo misma
en el Espritu Absoluto, como resultado mismo del movimiento dial€ctico, una finalidad que no desaparecerŽ del
materialismo dial€ctico, al conservar, como lo hace, la dial€ctica hegeliana para explicar el movimiento en lanaturaleza.
Y as hemos vuelto a la concepcin del mundo que tenan los grandes fundadores de la filosofa griega, a la
concepcin de que toda la naturaleza, desde sus partculas mŽs nfimas hasta sus cuerpos mŽs gigantescos,
desde los granos de arena hasta los soles, desde los protistas hasta el hombre, se halla en un estado perenne de
nacimiento y muerte, en flujo constante, sujeto a incesantes cambios y movimientos. (F.Engels, Dial€ctica de
la naturaleza. Introduccin)
Las propiedades que el materialismo dial€ctico atribuye a la materia derivan de su concepcin de la misma como
‘nica realidad objetiva, que es captada mediante los sentidos, permitiendo as su conocimiento. Del anŽlisis de la
materia se desprende que es infinita en duracin, extensin, profundidad y movimiento. Que la materia es infinita en
duracin quiere decir que es eterna, increada e indestructible, por lo que el tiempo serŽ concebido como una forma
de existencia de la materia, constituyendo la eternidad y la temporalidad dos contrarios dial€cticos de la materia. Que
es infinita en extensin supone afirmar la infinitud del espacio. La afirmacin de que es infinita en profundidad se
refiere a la inagotable variedad de formas materiales, que se encuentran sometidas a un cambio perpetuo, es decir, a
un movimiento infinito: movimiento y materia son inseparables.
Pero el movimiento de la materia no es ‘nicamente tosco movimiento mecŽnico, mero cambio de lugar; es
calor y luz, tensin el€ctrica y magn€tica, combinacin qumica y disociacin, vida y, finalmente, conciencia.
(F.Engels, Dial€ctica de la naturaleza. Introduccin )
Las formas de concienciaEn cuanto a la conciencia, se distinguen cuatro formas o tipos de conciencia: la conciencia de s, por la que
accedemos al conocimiento de nuestro propio ser; la conciencia psicolgica, por la que conocemos nuestra propia
identidad y la diferenciamos de la de los demŽs y de las otras cosas; la conciencia de clase, por la que accedemos al
conocimiento de los intereses del grupo social al que pertenecemos; y la conciencia social, que se forma en las
sociedades humanas como una especie de trasfondo ideolgico, por el que asumimos creencias y costumbres al
margen de toda consideracin crtica.
La relacin de la materia con la conciencia no dejarŽ de plantear problemas, al ser concebida la conciencia como el
resultado de las fuerzas materiales, que la determinan, no quedando, seg‘n la formulacin tradicional del problema,
espacio para la accin de una conciencia libre, de una conciencia que se autodetermina. La conciencia es
necesariamente un producto, una manifestacin, de la materia, inseparable de ella. Como tal, representa la capacidadque tiene el ser humano de comprender, pero tambi€n de amar y de decidir libremente (voluntad). Pero cuŽl puede
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Dial€ctica 9
ser el papel de la voluntad en una conciencia que deriva de una materia que existe independientemente del ser
humano y de su propia conciencia?
"Hegel ha sido el primero en exponer rectamente la relacin entre libertad y necesidad. Para €l, la libertad es la
comprensin de la necesidad. "La necesidad es ciega slo en la medida en que no estŽ sometida al concepto."
La libertad no consiste en una sošada independencia respecto de las leyes naturales, sino en el reconocimiento
de esas leyes y en la posibilidad, as dada, de hacerlas obrar seg‘n un plan para determinados fines. Esto valetanto respecto de las leyes de la naturaleza externa cuanto respecto de aquellas que regulan el ser somŽtico y
espiritual del hombre mismo: dos clases de leyes que podemos separar a lo sumo en la representacin, no en la
realidad. La libertad de la voluntad no significa, pues, mŽs que la capacidad de poder decidir con conocimiento
de causa."
"Cuanto mŽs libre es el juicio de un ser humano respecto de un determinado punto problemŽtico, con tanta
mayor necesidad estarŽ determinado el contenido de ese juicio; mientras que la inseguridad debida a la
ignorancia y que elige con aparente arbitrio entre posibilidades de decisin diversas y contradictorias prueba
con ello su propia ilibertad, su situacin de dominada por el objeto al que precisamente tendra que dominar.
La libertad consiste, pues, en el dominio sobre nosotros mismos y sobre la naturaleza exterior, basado en el
conocimiento de las necesidades naturales; por eso es necesariamente un producto de la evolucin histrica."(F.Engels, Anti-D–hring, XI, Moral y derecho. Libertad y necesidad )
Las leyes de la dial€ctica
El materialismo dial€ctico nos propone, pues, una interpretacin de la realidad concebida como un proceso material
en el que se suceden una variedad infinita de fenmenos, a partir de otros anteriormente existentes. Esta sucesin, no
obstante, no se produce al azar o arbitrariamente, ni se encamina hacia la nada o el absurdo: todo el proceso estŽ
regulado por leyes que determinan su evolucin desde las formas mŽs simples a las mŽs complejas, y que afectan a
toda la realidad, natural y humana (histrica).
"Este es el ciclo eterno en que se mueve la materia, un ciclo que ‘nicamente cierra su trayectoria en perodos
para los que nuestro ašo terrestre no puede servir de unidad de medida, un ciclo en el cual el tiempo de
mŽximo desarrollo, el tiempo de la vida orgŽnica y, mŽs a‘n, el tiempo de vida de los seres conscientes de s
mismos y de la naturaleza, es tan parcamente medido como el espacio en que la vida y la autoconciencia
existen; un ciclo en el que cada forma finita de existencia de la materia -lo mismo si es un sol que una
nebulosa, un individuo animal o una especie de animales, la combinacin o la disociacin qumica- es
igualmente pasajera y en el que no hay nada eterno do no ser la materia en eterno movimiento y
transformacin y las leyes seg‘n las cuales se mueve y se transforma." (F.Engels, Dial€ctica de la naturaleza.
Introduccin )
Las leyes seg‘n las cuales la materia se mueve y se transforma son leyes dial€cticas. Al igual que ocurre con la
dial€ctica hegeliana, que es simultŽneamente un m€todo y la expresin misma del dinamismo de la realidad, ladial€ctica de Marx y Engels encerrarŽ ese doble significado. No se puede convertir, sin embargo, la dial€ctica en un
proceso mecŽnico, en el que se suceden los tres momentos del movimiento (tesis, anttesis y sntesis), como se hace a
menudo con Hegel, en un esquema mecŽnico sin contenido alguno. "La dial€ctica no es mŽs que la ciencia de las
leyes generales del movimiento y la evolucin de la naturaleza, la sociedad humana y el pensamiento", dice Engels
en el Anti-D–hring.
La dial€ctica nos ofrece, pues, leyes generales, no la particularidad de cada proceso. Que son leyes generales quiere
decir que son el fundamento de toda explicacin de la realidad, pero tambi€n que afectan a toda la realidad
(naturaleza, sociedad, pensamiento) y que son objetivas, independientes de la naturaleza humana. Marx y Engels
enunciarŽn las siguientes tres leyes de la dial€ctica:
Ley de la unidad y lucha de contrarios.
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Dial€ctica 10
"Pero todo cambia completamente en cuanto consideramos las cosas en su movimiento, su transformacin, su
vida, y en sus recprocas interacciones. Entonces tropezamos inmediatamente con contradicciones. El mismo
movimiento es una contradiccin; ya el simple movimiento mecŽnico local no puede realizarse sino porque un
cuerpo, en uno y el mismo momento del tiempo, se encuentra en un lugar y en otro, estŽ y no estŽ en un mismo
lugar. Y la continua posicin y simultŽnea solucin de esta contradiccin es precisamente el movimiento".
"Si ya el simple movimiento mecŽnico local contiene en s una contradiccin, a‘n mŽs puede ello afirmarse delas formas superiores del movimiento de la materia, y muy especialmente de la vida orgŽnica y su evolucin.
Hemos visto antes que la vida consiste precisamente ante todo en que un ser es en cada momento el mismo y
otro diverso. La vida, por tanto, es tambi€n una contradiccin presente en las cosas y los hechos mismos, una
contradiccin que se pone y resuelve constantemente; y en cuanto cesa la contradiccin, cesa tambi€n la vida y
se produce la muerte. Tambi€n vimos que tampoco en el terreno del pensamiento podemos evitar las
contradicciones, y que, por ejemplo, la contradiccin entre la capacidad de conocimiento humana,
internamente ilimitada, y su existencia real en hombres externamente limitados y de conocimiento limitado, se
resuelve en la sucesin, infinita prŽcticamente al menos para nosotros, de las generaciones, en el progreso
indefinido". (Engels, Anti-D–hring, XII. Dial€ctica. cantidad y cualidad.)
Siguiendo los pasos de HerŽclito y Hegel, Marx y Engels consideran que la realidad es esencialmente contradictoria.Todos los fenmenos que ocurren en la Naturaleza son el resultado de la lucha de elementos contrarios, que se hallan
unidos en el mismo ser o fenmeno, siendo la causa de todo movimiento y cambio en la Naturaleza, en la sociedad y
en el pensamiento. Con esta ley se explica, pues, el origen del movimiento.
Entre los argumentos que se aportan para justificar esta explicacin predominan los procedentes de las ciencias
(Fsica, Ciencias naturales, MatemŽticas, Economa), pero tambi€n de la Historia y de la filosofa. Entre las parejas
de contrarios puestas como ejemplos podemos citar: atraccin y repulsin, movimiento y reposo, propiedades
corpusculares y ondulatorias, herencia y adaptacin, excitacin e inhibicin, lucha de clases, materia y forma,
cantidad y cualidad, sustancia y accidentes.
Ley de transicin de la cantidad a la cualidad.
"Hemos visto ya antes, a propsito del esquematismo universal, que con esta lnea nodal hegeliana de
relaciones dimensionales en la que, en un determinado punto de alteraciones cuantitativas, se produce
repentinamente un cambio cualitativo, el sešor D–hring ha tenido la pequeša desgracia de que en un momento
de debilidad la ha reconocido y aplicado €l mismo. Dimos all uno de los ejemplos mŽs conocidos, el de la
transformacin de los estados de agregacin del agua, que a presin normal y hacia los 0› C pasa del fluido al
slido, y hacia los 100› C pasa del lquido al gaseoso, es decir, que en esos dos puntos de flexin la alteracin
meramente cuantitativa de la temperatura produce un estado cualitativamente alterado del agua."
"Habramos podido aducir en apoyo de esa ley cientos mŽs de hechos tomados de la naturaleza y de la
sociedad humana. As por ejemplo, toda la cuarta seccin de El Capital de Marx -produccin de la plusvala
relativa en el terreno de la cooperacin, divisin del trabajo y manufactura, maquinaria y gran industria- tratade innumerables casos en los cuales la alteracin cuantitativa modifica la cualidad de las cosas de que se trata,
con lo que, por usar la expresin tan odiosa para el sešor D–hring, la cantidad se muta en cualidad, y a la
inversa. As, por ejemplo, el hecho de que la cooperacin de muchos, la fusin de muchas fuerzas en una
fuerza total, engendra, para decirlo con las palabras de Marx, una "nueva potencia de fuerza" esencialmente
diversa de la suma de sus fuerzas individuales". (F.Engels, Anti-D–hring , XI, Moral y derecho. Libertad y
necesidad.)
Hablamos de cambio cualitativo cuando una cosa se transforma en otra que es esencialmente distinta. Por qu€ unas
cosas se transforman en otras que tienen propiedades diferentes a las de las cosas de las que proceden? Seg‘n la ley
de transicin de la cantidad a la cualidad, el aumento o disminucin de la cantidad de materia influye en la
transformacin de una cosa en otra distinta. La acumulacin o disminucin de la materia es progresiva, mientras que
el cambio de cualidad supone una modificacin radical de la cosa, una revolucin. Con esta ley se explica el
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Dial€ctica 11
desarrollo de los seres y los fenmenos naturales, sociales, etc.
Todos los objetos de la Naturaleza poseen caractersticas mensurables, por lo que su esencia, su cualidad, es
inseparable de los aspectos cuantitativos. Cuando una cosa pasa de poseer una cualidad a poseer otra hablamos de
"salto cualitativo". Como todo movimiento es el resultado de la lucha de elementos contrarios, el salto cualitativo
supone la resolucin de una contradiccin, que da lugar a una nueva realidad, que representa un avance en el
desarrollo de la Naturaleza. El salto cualitativo no supone el mero cambio de una cualidad por otra, sino por otra quesupera, de alguna manera, a la anterior.
Ley de negacin de la negacin.
"En la dial€ctica, negar no significa simplemente decir no, o declarar inexistente una cosa, o destruirla de
cualquier modo. Ya Spinoza dice: omnis determinatio est negatio, toda determinacin o delimitacin es
negacin. AdemŽs, la naturaleza de la negacin dial€ctica estŽ determinada por la naturaleza general, primero,
y especial, despu€s, del proceso. No slo tengo que negar, sino que tengo que superar luego la negacin."
"Tengo, pues, que establecer la primera negacin de tal modo que la segunda siga siendo o se haga posible.
Cmo? Seg‘n la naturaleza especial de cada caso particular. Si muelo un grano de cebada o aplasto un
insecto, he realizado ciertamente el primer acto, pero he hecho imposible el segundo. Toda especie de cosas
tiene su modo propio de ser negada de tal modo que se produzca de esa negacin su desarrollo, y as tambi€n
ocurre con cada tipo de representaciones y conceptos". (F.Engels, Anti-D–hring , XIII. Dial€ctica. Negacin
de la negacin.)
La ley de negacin de la negacin completa la anterior, explicando el modo en que se resuelve la contradiccin,
dando paso a una realidad nueva que contiene los aspectos positivos de lo negado. El primer momento del
movimiento dial€ctico, el de la afirmacin, supone la mera existencia de una realidad; el segundo momento, el de la
negacin, supone la accin del elemento contrario que, en oposicin con el primer momento, lo niega. El tercer
momento, negando al segundo, que era ya, a su vez, la negacin del primero, se presenta como el momento de la
reconciliacin, de la sntesis, recogiendo lo positivo de los dos momentos anteriores.
Una vez alcanzado este estadio del movimiento nos encontramos ante una nueva realidad que entrarŽ de nuevo enotro ciclo de transformacin dial€ctica, dando lugar, as, al desarrollo progresivo de la Naturaleza, de la sociedad
humana y del pensamiento. Un desarrollo que se dirige hacia formas mŽs completas, mŽs perfectas, mŽs
integradoras, de la realidad.
La crƒtica de Sartre
La Cr‚tica de la raz•n dial€ctica, del filsofo franc€s Jean-Paul Sartre, fue publicada en 1960 con el ttulo original
de Critique de la raison dialectique (pr€c€d€ de Questions de m€thode). En ella, Sartre se preguntaba cmo
constituir una antropologa estructural e histrica, que no sacrifique la concrecin del objeto estudiado en un sistema
fijo de conceptos. Subrayaba entonces que slo la antropologa marxista puede servir para tal propsito, pero con la
condicin de que €sta se fundamente en la comprensin de lo humano que supone el existencialismo, la dial€ctica
fenomenolgica del Ser y la Nada. No obstante, si el materialismo histrico de Karl Marx es cierto, entonces la
historia es dial€ctica, una totalizacin: pero hay una razn dial€ctica? O bien la racionalidad positivista de las
ciencias es suficiente para estudiar al hombre y a la existencia humana? Estas son las preguntas fundamentales
planteadas por Sartre en Crtica de la razn dial€ctica. Aunque el "ejercicio dial€ctico" entendido a la manera clŽsica,
como aquello que pertenece a un debate o controversia, no fue el objeto de su estudio, Sartre fue ante todo un
polemista y un defensor de la importancia de la confrontacin de opiniones como condicin del conocimiento y de
las transformaciones conscientes de la vida y la sociedad.
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Dial€ctica 12
V€ase tambi€n
˜ Lgica
˜ Materialismo dial€ctico
˜ Anal€ctica
Referencias
˜ Este art‚culo fue creado a partir de la traducci•n del art‚culo Dialektik de la Wikipedia en alemƒn, bajo licencia
Creative Commons Atribuci•n Compartir Igual 3.0 y GFDL.
[1] http:/ / www. marxists.org/ espanol/ mao/ OC37s. html
Bibliografƒa
˜ Parm€nides, Platn
˜ Teeteto, Platn
˜ Gorgias, Platn
˜ T•picos, Aristteles˜ Cr‚tica de la raz•n pura, Kant
˜ Fundamento de la doctrina de la ciencia, Fichte
˜ Ciencia de la L•gica, G. W. F. Hegel
˜ Cr‚tica de la raz•n dial€ctica, Jean-Paul Sartre
˜ Tratado de la argumentaci•n, Chaœm Perelman y L. Olbrechts-Tyteca
˜ A Systematic Theory of Argumentation, Frans Eemeren y Rob Grootendorst
˜ The New Dialectic, Douglas Walton
˜ D€tienne, Marcel. Los maestros de verdad en la Grecia arcaica. M€xico: Sexto Piso Ediciones. ISBN
968-5679-21-5
˜ D€tienne, M. "From Practices of Assembly to the Forms of Politics. A Comparative Approach", en Arion,Invierno 2000.
˜ Pardo Tovar, Andr€s Historia de la Filosof‚a y Filosof‚a de la Historia. BogotŽ: Ediciones Tercer Mundo, 1970.
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Fuentes y contribuyentes del artculo 13
Fuentes y contribuyentes del artƒculoDial€ctica Fuente: http://es.wikipedia.org/w/index.php?oldid=49864457 Contribuyentes: Aeveraal, AldanaN, Alexquendi, Andreasmperu, Angel GN, Antur, Bafomet, Banfield, BuenaGente,Camilo, Camisacruz, Cartuchera, Cesarth15, Cgb, Cobalttempest, Corroc, Diegusjaimes, Digigalos, Don cristian, Eduardosalg, Elchsntre, Eldelgas, Erca, Ezarate, Fernando H, Fmariluis,Fmateos, Fonsi80, Greek, Gžtz, Isha, Jcaraballo, JdeTeresa, Jlpadillamartin, Jorge c2010, Jose de Teresa, Ketamino, Lagarto, Lin linao, Lord Arioch, Luis Felipe Schenone, Manuel jose,Manuelt15, Marchiz, Matdrodes, Maxijozami, Mctpyt, Nicop, Nihilo, OboeCrack, Oscar ., Pan con queso, PoLuX124, Retama, Rosarino, Rrmsjp, Salazartatiana, Salvador alc, SebastianRC,Segedano, Siger, Taichi, Valentin estevanez navarr o, Wewe, Wilfredor, Yrithinnd, 223 ediciones annimas
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