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    Herramientaspara el diseo de

    proyectos socialesEsther Raya Dez, coordinadora

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    HERRAMIENTAS PARA EL DISEO DE

    PROYECTOS SOCIALES

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    30B

    MATERIAL DIDCTICO

    Trabajo socialn 1

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    Esther Raya DezCoordinadora

    HERRAMIENTAS PARA EL DISEO DEPROYECTOS SOCIALES

    UNIVERSIDADDELARIOJA

    SERVICIO DE PUBLICACIONES

    2011

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    Herramientas para el diseo de proyectos sociales / Esther Raya Dez,coordinadora. [Logroo] : Universidad de La Rioja, Servicio dePublicaciones, 2011190 p. ; cm. (Material didctico. Trabajo social ; 1)ISBN 978-84-694-0837-7

    1. Proyectos sociales. I. Raya Dez, Esther. II Universidad de La Rioja.Servicio de PublicacionesT364.4.042

    Reservados todos los derechos. No est permitida la reproduccin total o parcial de estelibro, bajo ninguna forma ni por ningn medio, electrnico o mecnico, ni por fotocopia ograbacin, ni por ningn otro sistema de almacenamiento, sin el permiso previo y porescrito de los titulares del Copyright.

    Los autoresUniversidad de La Rioja. Servicio de Publicaciones

    Edita: Universidad de La Rioja. Servicio de Publicaciones

    Diseo de portada: Universidad de La Rioja. Servicio de ComunicacinISBN 978-84-694-0837-7

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    INDICE

    Presentacin ............................................................................................7

    De la idea al proyecto: estrategias para la construccin de posibilidades deintervencin social ................................................................................... 11Esther Raya-Diez, Universidad de la Rioja

    Poltica por evidencias: la informacin en los procesos de toma de decisiones ........ 25Esther Raya-Diez, Universidad de la RiojaJoseba Zalakain, SIIS, Centro de Documentacin

    Las fuentes documentales para el diseo y fundamentacin de un proyecto deintervencin social.................................................................................... 37Arantxa Mendieta, SIIS, Centro de Documentacin

    Criterios de valor en el diseo de proyectos sociales ........................................ 49Marce Masa Carraqueo, Adimen Investigacin, s.l.

    Sistemas de informacin y evaluacin de programas sociales .............................. 59

    Gustavo Garca Herrero, Ayuntamiento de Zaragoza

    Sistemas de calidad en programas sociales ..................................................... 81Leonor Gonzlez Menorca, Universidad de la RiojaRubn Fernndez Ortiz, Universidad de la RiojaEmma Juaneda Ayensa, Universidad de la RiojaJess M. Fernndez de Bobadilla Murillo, Gobierno de La Rioja

    Evaluacin participativa ............................................................................ 91M Jos Aguilar Idaez, Universidad de Castilla La Mancha

    Marketing de las causas sociales .................................................................103

    Cristina Olarte Pascual, Universidad de La RiojaEva Marina Reinares Lara, Universidad Rey Juan CarlosManuela Saco Vzquez, Universidad CEU San Pablo

    Fuentes de Financiacin de las Organizaciones no Lucrativas ............................117Miguel ngel Acedo Ramrez, Universidad de la Rioja

    La solicitud de financiacin privada para proyectos sociales: La perspectiva deun banco tico .......................................................................................129Juan Garibi, Fiare Banca tica

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    Evaluacin de la participacin en dinamizacin comunitaria. Una llamada a laautoconsciencia de los nuevos movimientos sociales sobre su capacidad deconexin y transformacin social ............................................................... 139Antonia Aretio Romero, Plataforma YATQTI?Alfonso Troya Rodrguez, Plataforma YATQTI?

    Anlisis de casos de evaluacin de proyectos: La experiencia de la Red deTalleres de Aprendizaje y la Participacin de las personas en los proyectos .......... 155Marta Senz,Federacin SartuConcha Cavero, Federacin Sartu

    Anexos ................................................................................................. 163Anexo I: Bsqueda de datos en fuentes documentales ........................................ 165Anexo II: Sistema de informacin del Albergue Municipal de Zaragoza ..................... 167Anexo III: Tarjeta de informacin a los usuarios de un centro de acogida a personassin hogar ............................................................................................... 172Anexo IV: Memoria del Albergue Municipal ...................................................... 173

    Anexo V: Panel de control en soporte papel .................................................... 174Anexo VI: Panel de control en soporte informatizado ......................................... 175

    Bibliografa general ................................................................................. 177

    ndice de Autores ................................................................................... 183

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    PRESENTACIN

    De la i dea al pr oyect o: herr ami ent as par a el di seo depr oyect os de int erv encin socia l

    La puesta en marcha de un proyecto de intervencin social implica la realizacin dediferentes operaciones por parte de los promotores del proyecto. Como las piezas de unpuzzle, cada una de las fases del diseo debe encajar perfectamente para conseguir el

    resultado final. Por ello, es difcil determinar cul es la ms importante. Indudablemente, esnecesario partir de una idea que impulsa el proyecto. Pero una buena idea no es sinnimo deun buen resultado; adems de la idea es preciso saber; conocer el problema y las solucionesdadas al mismo en otros contextos; los resultados obtenidos y las mejoras posibles.... Peroconocer no es suficiente, adems hay que saber hacer, esto es, ser capaz de conducir elproyecto; de gestionarlo adecuadamente; de establecer mecanismos de informacin, calidady evaluacin, que permitan garantizar la eficacia y eficiencia del mismo. Sin embargo, paraque la idea sea llevada a la prctica es necesario que el proyecto consiga financiacin. Y estolleva al principio, como en el cuento de la montaa y el picapedrero, para que un proyectosea financiado, es necesario partir de una buena idea. Por tanto, qu es lo ms importante.

    Este libro desgrana cada una de las fases del diseo de proyectos sociales, fijando la mirada

    en los aspectos prcticos que deben considerarse por parte del equipo promotor de la idea.Los proyectos sociales surgen para dar respuesta a necesidades sociales. Ante una mismasituacin problema pueden plantearse diversas formas de intervencin. La realidad social escompleja; los problemas sociales responden a causas multifactoriales y producenconsecuencias no siempre comparables en diferentes contextos. Esto incrementa lacomplejidad de la intervencin en el mbito de lo social. La ciencia y la tecnologa avanzanmediante la observacin de resultados constantes ante problemas similares. El poso deconocimiento germina en teoras y metodologas contrastadas que garantizan unos resultadosesperados. Sin embargo, en los procesos de intervencin social, tales como la atencin apersonas sin hogar, el trabajo social con personas en situacin de exclusin, o la dinamizacincomunitaria, la naturaleza de los problemas, sus causas y sus consecuencias, estnfuertemente determinadas por factores contextuales, de carcter sociopoltico, pero tambin

    psicosocial y en gran medida comunitario. La respuesta a estos problemas sociales, queafectan a personas en concreto y singular, requiere de proyectos de intervencin a medida,adaptados a las caractersticas de los sujetos y del contexto. Aqu no hay recetas. Por elcontrario, se necesita capacidad de adaptacin y creatividad. Esto no significa disear en elvaco o desde cero, sino aplicando el conocimiento y el saber hacer adquirido, desde unaperspectiva interdisciplinar, con el horizonte trazado y el camino por recorrer.

    De la idea al proyectoes un libro colectivo realizado por diferentes autores, procedentes dedisciplinas cientficas diversas, en algunos casos procedentes del mbito acadmico y en otrosdel profesional. El denominador comn a todos ellos es la aplicacin de su conocimiento yexperiencia al diseo y desarrollo de proyectos sociales. El libro desgrana los elementospresentes en el proceso de intervencin social. Ms all del diseo del proyecto y su

    plasmacin en una memoria, se trata de considerar aspectos vinculados a todo el proceso,tales como la documentacin para la fundamentacin; la gestin y evaluacin del proyecto

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    (ex ante, in via y post facto); la financiacin y la visibilizacin de resultados. Se trata portanto, de orientar a estudiantes, profesionales y personas involucradas en el desarrollo deproyectos sociales, sobre los aspectos relevantes a considerar en el desarrollo del proyecto,que posibilitarn la viabilidad del mismo.

    El libro se estructura en dos partes. En la primera se revisan cada una de las fases para el

    diseo del proyecto. La segunda ofrece ejemplos reales de proyectos de intervencin social.En el primer captulo, Esther Rayase cuestiona sobre el recorrido desde la idea al proyecto.Como el arquitecto que esboza el edificio a construir, el proyecto pasa por una fase deboceto de ideas, que implican, complican y aplican a los y las profesionales de la intervencinsocial en el diseo del proyecto. Tomando como punto de partida la idea como la imaginacinde un cambio posible, se defiende la necesidad de articularla en el proceso de planificacin yplasmarla en un documento escrito, que cumple la funcin de contrato con las personasdestinatarias de la accin, y tambin con el resto de los agentes implicados (familiares,allegados, sociedad, entidades financiadores etc.).

    Tal como se ha afirmado anteriormente, para desarrollar un proyecto social adems de laidea hay que saber, hay que conocer. Entre las personas vinculadas a los proyectos de

    intervencin social, es frecuente encontrar a trabajadores-as sociales; socilogos-as;psiclogos-as, educadores-as sociales, etc. Todos ellos con formacin universitaria. Este nivelde cualificacin implica un grado de conocimiento sobre la realidad a intervenir. Sinembargo, para intervenir en la realidad social, compleja y cambiante, hay que estaractualizado en los conocimientos generados y producidos en diferentes contextos; en losavances experimentados; en las teoras y metodologas. En el segundo captulo, Esther Rayay Joseba Zalakain abordan la cuestin de la poltica por evidencias y su aplicacin en losprocesos de toma de decisiones en la gestin de proyectos sociales. En el mismo, se aboga poruna mayor conexin entre el mundo de la investigacin social y el mundo de la intervencin.El positivismo que tinta las corrientes defensoras de la evidencia cientfica y su aplicacin alos procesos de intervencin no debe ser razn para negar la utilidad de mejorar los sistemasde informacin que visibilicen los resultados y permitan una mayor transferencia deconocimientos en el sector. Se trata de no inventar la plvora constantemente pero sabiendoque los problemas sociales requieren de respuestas adecuadas al contexto. De ah que en elsiguiente captulo, Arantxa Mendietapresente la utilidad de los sistemas de documentacinespecializados y las bases de datos cientficas como herramientas para los profesionales. Unaparte fundamental en el diseo de un proyecto es la fundamentacin del mismo. Explicar porqu es importante intervenir ante una determinada situacin problema. Argumentar por qula propuesta de intervencin resulta adecuada. Una buena idea con resultadosexperimentados y contrastados se convierte en una idea mejorada o en una respuestaadecuada. La fundamentacin del proyecto puede ser una tarea tediosa sino no se esthabituado a manejar fuentes de informacin; y con ello tiende a caerse en la tentacin dedar todo el protagonismo a la prctica y a la experiencia local. Bucear en las bases de datos,

    sumergirse en el conocimiento universal implica relativizar las prcticas propias enperspectiva comparada y enriquecerse con el conocimiento acumulado en las disciplinasimplicadas en la intervencin a desarrollar.

    Adems del conocimiento hay que saber hacer, es decir, ser capaz de conducir el proyectohacia los resultados esperados. Por eso los siguientes captulos abordan diferentes aspectosvinculados a la gestin del proyecto, incluyendo la evaluacin. Antes de abrir la persianadeun proyecto de intervencin social, antes de llevarlo a la prctica, es necesario valorar todoslos aspectos implicados en el mismo. Muchos de estos aspectos irn perfeccionndoseprogresivamente con la gestin, con la puesta en marcha. Sin embargo, el equipo promotorde un proyecto debe ser consciente de los pasos a dar y de los instrumentos que deberutilizar para desarrollar la idea. En esta fase, deben considerarse los criterios de valor en los

    proyectos sociales. En el captulo cuarto Marce Masa identifica al menos cinco criterios devalor a los que deben responder los proyectos sociales, entre los que incluye eficacia,

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    eficiencia, pertinencia, impacto y viabilidad. Una idea no es buena per se, sino cuando escapaz de producir un valor aadido en la respuesta a las necesidades sociales y de visibilizarloa travs de indicadores de evaluacin.

    En la gestin del proyecto hay que equilibrar el esfuerzo dedicado a las diferentes fases delproyecto. Hay que dedicar tiempo a disear y planificar la intervencin; as como a evaluar el

    trabajo. Pero sobre todo hay que dedicar tiempo a la accin directa, a la intervencinpropiamente dicha. Por ello, desde el punto de vista de la gestin se deben generar sistemasde informacin que faciliten el trabajo de evaluacin. As en el captulo quinto GustavoGarcaseala que los sistemas de informacin deben cumplir cuatro condiciones: garantizarel derecho a la intimidad de las personas usuarias de programas y servicios sociales; Ser tilespara el proceso de intervencin; ser vlidos y fiables; y fcil de obtener la informacin.Adems los datos registrados deben aportar informacin significativa y til para la gestin ypara la intervencin. El mbito del trabajo social y los servicios sociales tiene una largatradicin de registro de informacin, adems se maneja mucha informacin sensible de laspersonas, de ah que generar sistemas de informacin respetuosos con la legislacin enmateria de proteccin social, al servicio de la intervencin y de la mejora de los procesos degestin es un reto de los servicios sociales y una oportunidad para el desarrollo del

    conocimiento cientfico vinculado a los procesos de intervencin social.Asimismo, la calidad en la gestin es hoy en da una realidad tambin en las organizacionesde servicios sociales, tal como sealan Leonor Gonzlez, Rubn Fernndez y EmmaJuaneda en el captulo sexto. La calidad de los servicios sociales es un derecho de losciudadanos y una obligacin de las instituciones. Existen diferentes sistemas de calidad, quesi bien han surgido del mundo empresarial pueden aplicarse al mbito de la intervencinsocial, siendo una de las preocupaciones el inters por la satisfaccin de los usuarios y elestablecimiento de sistemas de indicadores para la evaluacin de la calidad.

    En intervencin social tan importante como el qu se hace es el cmo se hace. Uno de lossignos de identidad vinculados al Trabajo Social es la bsqueda de la implicacin de laspersonas. Sin participacin del usuario-a no hay intervencin posible. Esta premisa tambinpuede llevarse al diseo metodolgico, tanto en la intervencin como en la evaluacin. Talcomo seala M Jos Aguilar en el sptimo captulo, al destacar la importancia que losactores y audiencias tienen en el proceso evaluativo. Presenta diferentes modelos deevaluacin participativa, destacando la propuesta que plantea la evaluacin como unproceso de dilogo, comprensin y mejora. De tal modo, que la evaluacin no es un simpleinstrumento de medicin, o de control sino sobre todo de reflexin.

    Si la evaluacin es una herramienta de reflexin para el equipo promotor del proyecto,tampoco se debe olvidar la importancia de visibilizar los resultados hacia la sociedad. Porello, en el captulo octavo, Cristina Olarte, Eva Reinares y Manuela Seco sealan que elmarketing social no es una simple traslacin del marketing empresarial, sino que implica unanlisis de las actividades desarrolladas por las organizaciones sociales y su ajuste, con el fin deobtener un beneficio para las partes que intervienen en las relaciones de intercambio. Ladificultad es cmo organizar las relaciones de intercambio con pblicos heterogneos ydispersos, siendo fundamental el anlisis del entorno.

    La complejidad de los problemas sociales requiere el concurso de equipos interdisciplinaresy/o personas con capacidades y conocimientos provenientes de las diferentes disciplinasimplicadas. El grado de complejidad del proyecto marcar la composicin del equipo. Sinembargo, no debemos olvidar que para que la idea sea llevada a la prctica es necesario queel proyecto consiga financiacin. Salvo los proyectos de carcter voluntario y de alcancemoderado pueden ser llevados a la prctica sin una concentracin de recursos econmicos.Sin embargo, desarrollar ideas que se conviertan en programas de intervencin social establesa medio plazo, suele implicar la necesidad de recursos econmicos.

    La principal fuente de ingresos de las organizaciones no lucrativas procede de fondospblicos. Sin embargo, para mantener su autonoma y garantizar el funcionamiento de la

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    organizacin cada vez ms deben recurrir a otras fuentes de financiacin, o pluralismofinanciero. Las fuentes de financiacin a travs de intermediarios financieros es una vacomn de obtener liquidez para desarrollar un proyecto en el mundo empresarial. Sinembargo, como se seala Miguel ngel Acedo en el noveno captulo, esta fuente definanciacin no es tan habitual para las organizaciones no lucrativas, lo que genera cuellos debotellaen la gestin econmica, redundando de forma negativa en las condiciones laboralesde los trabajadores que prestan sus servicios en las mismas. En este captulo se repasan lasoperaciones financieras ms habituales como son el derecho de cobro, las cuentas de crdito,los prstamos y el arrendamiento financiero o leasing, explicadas con ejemplos sencillos yaplicados al sector de los proyectos sociales. De manera complementaria en el captulosiguiente Juan Garibiexplica el punto de vista de una entidad financiera, con la peculiaridadde ser la perspectiva de un banco tico. Comprender cmo funciona una entidad financierapermite saber qu espera del promotor del proyecto. Un proyecto social no slo se justificapor el deseo de conseguir una mejora para un sector de poblacin con necesidades nocubiertas. La entidad financiera adems tiene en cuenta criterios de tipo personal de lospromotores del proyecto, la sostenibilidad del mismo, las garantas, etc. Los proyectos no sonconjuntos de pginas mejor o peor estructuradas sino la justificacin de que el equipo

    promotor es capaz de responder con garantas (econmicas) de su proyecto.De la complejidad de la teora a la concrecin de la prctica. En la segunda parte se incluyendos captulos en los que se presentan sendas experiencias de intervencin social. La primerallevada a cabo por una plataforma ciudadana, que muestra la actividad de los movimientossociales. En el captulo Antonia Aretio y Alfonso Troyamuestran la importancia de combinarreflexin accin evaluacin de la experiencia con tcnicas y dinmicas participativas queayuden a la toma de conciencia sobre aspectos que involucran a los miembros de unadeterminada comunidad. La segunda experiencia desarrollada por Marta Senz y ConchaCaverode la Federacin Sartu, una entidad del Tercer Sector con un enfoque profesional,describen la puesta en prctica de una Red de Talleres de Aprendizaje Permanente dirigidos apoblacin en situacin o riesgo de exclusin.

    Ambas experiencias son una pequea muestra del trabajo de bambalinas de la puesta enmarcha de un proyecto/ accin de intervencin social. Una experiencia compartida.

    Finalmente en el libro se han incluido una serie de anexos como ejemplos prcticos extradosde la realidad, que permiten al lector abundar en determinados aspectos tratados en el libro,en concreto con relacin a la bsqueda de informacin en bases de datos especializadas y encuanto al diseo de sistemas de informacin.

    En conjunto el libro se configura como una caja de herramientas para las personas vinculadascon el desarrollo de proyectos de intervencin social. En el mismo se invita a la reflexinsobre aspectos importantes derivados del desarrollo de acciones de intervencin social altiempo que se presentan ejemplos concretos sobre el uso y la utilidad de las herramientas.Ahora bien, en intervencin social las herramientas no son recetas mgicas sino quecorresponde a la creatividad del actor (profesional, voluntario) en interaccin con eldestinatario de la intervencin su aplicacin para dar una respuesta adecuada a la situacinproblema presentada.

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    0BDe la idea al p r oyect o: est r at egia s par a la const r uccin deposi bi l i dades de int erv encin soci al

    Esther Raya-Diez

    Universidad de La Rioja

    Tengo una idea; Tengo un proyecto?

    Introduccin

    El objeto de este captulo es revisar las cuestiones necesarias para considerar la posibilidadde desarrollar un proyecto de intervencin social. El paso previo y necesario a cualquierproyecto de intervencin es partir de una idea, esto es, la intencin de hacer algo. Sin ideasla intervencin se convierte en un mecanicismo puro repetidor de moldes incuestinados. Laidea surge por la conviccin de los actores de que pueden desarrollar una actividad que va asuponer un cambio. En el contexto de la intervencin social, la idea es la respuestapreconcebida para dar solucin a una situacin percibida como problemtica. Se trata, por

    tanto, de desarrollar un curso de accin encaminado a modificar esa situacin problema.Ahora bien, para que la idea se convierta en proyecto, es preciso que se den una serie decondiciones que permitan la construccin de posibilidades de intervencin social. De ah, elinterrogante que se plantea al inicio: Tengo una idea Tengo un proyecto?. Dedicaremos losprximos epgrafes a desgranar los condicionantes a considerar y establecer estrategias quepermitan convertir las ideas en proyectos de intervencin social.

    La idea consiste en imaginar un cambio posible

    Esta afirmacin la extraemos del Manual prctico para elaborar Proyectos Sociales F1F. La idease convierte en el puente entre la utopa y la realidad. Ante una misma situacin problemalos actores implicados pueden imaginar escenarios de cambio diferentes. La diversidad deopiniones estar marcada por su concepcin del problema; los factores y causas que cadaactor considere relevantes como explicativos del mismo; los valores ideolgicos que orientensu pensamiento; su formacin y experiencia ante el problema en concreto y otros problemassimilares a lo que habr debido responder con antelacin.

    Para que la idea pueda convertirse en proyecto de intervencin social es necesario que losactores perciban que es realizable; que se puede llevar a cabo con los recursos existentes opotenciales del entorno y del equipo humano que impulsa la idea. Tambin que el desarrollode la misma les incumbe, les afecta, les implica. Lo importante es que alguien individual ocolectivo, persona fsica o jurdica- sienta que es su responsabilidad convertir esa idea enproyecto de intervencin social, bien sea para promover cambios en las condiciones de vida

    1 GARCA HERRERO, G. y RAMIREZ NAVARRO, J.M. (2006), Manual prctico para elaborar proyectossociales, Madrid,Siglo XXI.

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    ESTHER RAYA DEZ

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    de un sector de poblacin; para introducir mejoras en los procesos de gestin de un serviciosocial o promover cambios legislativos.

    Cuando esto sucede, cuando alguien se implica en su quehacer cotidiano profesional ovoluntario con un determinado problema social, y comienza a preguntarse de qu se trata,cules son los hechos explicativos y sus causas, hace su propia formulacin del problema,

    conforme a la cual se desencadenar el resto del proceso. En este momento es importantecomplicarsecon la tarea, es decir, hacer suya la complejidad de la realidad. Ser conscientedel carcter multifactico de los problemas sociales, de los diferentes puntos de vista y lascontradicciones existentes, respecto a la percepcin del problema y a las posibles propuestasde intervencin.

    La disposicin para complicarse con los problemas sociales y su atencin marca, desdenuestro punto de vista, la diferencia entre las intervenciones rutinarizadas y lasinnovadoras. Entendemos por prcticas rutinarizadas, aqullas que consisten en hacersiempre lo mismo, como prctica reiterativa incapaz de trascender los siempre estrechosmrgenes de lo establecido (Garca Herrero y Ramrez Navarro, 2006: 11). Por su parte, lasprcticas innovadoras surgen de la inquietud por mejorar, por cuestionarse los aspectos

    disfuncionales de la propia prctica para convertirlos en respuestas ms adecuadas a lasnecesidades de las personas con quienes/para quienes trabajamos y a los objetivos de lasorganizaciones de las que formamos parte.

    En los primeros momentos, cuando la idea es una bombilla encendida que quema el cerebro,construyendo redes neuronales, imaginando futuros posibles, comienza el diseo delproyecto, todava como el boceto del arquitecto o del pintor, en trazo grueso. El impulso enlos proyectos sociales va ms all del empeo personal de un sujeto aislado, sino que requiereel concurso del resto de actores. Alguien puede ser el promotor de la idea, quien la concibe yla comparte con otros; sin embargo, el paso de la idea al proyecto, est marcado por elproceso de socializacin de la idea entre los actores implicados y la interiorizacin de lamisma como respuesta adecuada a los problemas percibidos. Y es en esta fase, cuando sepasa de la ensoacin al contraste con la realidad; cuando el conjunto de los actores debenpercibir la idea como capaz de producir los cambios deseados, para progresivamente irinvolucrando a otros agentes en la potencialidad de la idea para dar respuesta a la situacinproblema considerada. A partir de este momento se puede decir que la idea ha dado paso aldiseo del proyecto.

    Para que el proyecto se convierta en realidad, sea llevado a la prctica, todava faltan porrecorrer tres momentos ms del pensar cientfico, que consisten enpreocuparse, explicarse yaplicarse (Ander-Egg, 1986: 63). Preocuparse en abordar la realidad social, a travs demtodos y tcnicas de recogida y anlisis de informacin; explicarse los problemas sociales ylas teoras que orientaran las intervenciones con el fin de aplicarse en la propuesta de unplan de trabajo, que permita ir hacia la accin con instrumentos y herramientas quegaranticen unos resultados previsibles y su verificacin.

    La idea como desarrollo de PROYECTO/subproyectos

    Hasta el momento se ha utilizado la expresin Proyecto en sentido genrico, para hacerreferencia al primer esquema o plan de cualquier trabajo que se hace a veces como pruebaantes de darle la forma definitiva, tal como lo define el diccionario de la Real Academia de laLengua. Cualquier tipo de intervencin humana pasa por un proceso de proyecto, ms omenos explcito, antes de la accin; salvo las actividades que han conseguido un alto grado derutina, esto es de hbito adquirido de hacer las cosas por mera prctica y sin razonarlas.

    En el mbito de la intervencin social podemos utilizar el trmino proyecto para referirnos al

    trabajo que desarrolla una determinada organizacin para dar respuesta a las necesidades

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    DE LA IDEA AL PROYECTO: ESTRATEGIAS PARA LA CONSTRUCCIN DE POSIBILIDADES DE INTERVENCIN SOCIAL

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    sociales pero tambin para referirnos a cada una de las intervenciones concretas quedesarrollan o que pretenden poner en marcha

    Hemos marcado en mayscula la palabra PROYECTO para referirnos a la intervencin quepretende desarrollar una organizacin en cumplimiento de los fines que la orientan. Estaacepcin nos remitira a la cuestin de la misin y visin de la organizacin, a su percepcin

    de los problemas sociales y de su capacidad para dar respuestas a ellos. Remite a la filosofae ideologa inherente a cualquier organizacin conforme a la cual va a desarrollar suspropuestas de intervencin, que las diferenciaran de otras. Se trata de su PROYECTO comoorganizacin, que engloba y aglutina al resto de subproyectos que va a desarrollar, paracumplir con sus objetivos.

    Si tomamos como ejemplo el PROYECTO de Sartu, F2Fsu finalidad consiste enfacilitar laincorporacin social de las personas y promover personas y entornos integradores,interviniendo activamente en las situaciones que generan exclusin. Para lograrlo se marcandos estrategias de trabajo como principales ejes de actuacin:

    1. Trabajar con las personas para promover cambios que les ayuden a situarse de manerams ventajosa en su entorno social, fomentando el desarrollo de sus competencias

    personales y sus potencialidades.2. Trabajar con el entorno para crear nuevas posibilidades de encuentro entre la persona

    y la sociedad:

    En el contexto social en general, y

    En el contexto laboral, en particular.

    El PROYECTO da sentido a la actividad a desarrollar por la organizacin, que se materializaren diferentes lneas de trabajo o subproyectos. Siguiendo con el ejemplo anterior, se alude ados estrategias: intervencin con las personas e intervencin con el entorno, que sedesarrollan a travs de tres grandes reas de actuacin. Cada una de estas reas trabaja condiferentes programas y elabora diferentes subproyectos de intervencin, como se ve en elsiguiente esquema:

    1. Informacin, Orientacin y Aumento de la Motivacin personal

    2. Formacin

    a. Formacin Socio-personal

    b. Formacin ocupacional

    c. Formacin de acceso al empleo

    3. Promocin de acceso al empleo

    a. Intermediacin laboral

    b. Programa de empleo y formacinc. Apoyo a la creacin de empresas

    En algunos casos se trata de proyectos especficos de cada rea, pero en otros puedenimplicar a varias reas de intervencin y que suponen el uso combinado de diferentesprogramas de financiacin. Por ejemplo, el proyecto Saregune. Por un uso de la tecnologapara el desarrollo social y comunitario, creado en al ao 2001 por la Asociacin Sartu -Alava, supone una combinacin de objetivos de las diferentes reas.

    En la pgina web del proyectoF3F se define a s mismo, ms que como Telecentro, como unespacio de encuentro desde el que potenciar el uso libre y gratuito de las tecnologas como

    2

    La informacin completa sobre finalidad y actividades puede verse en Federacin Sartu, Presentacinde la Federacin en http://www.lamegi.org/eusk/entidades/pdf/federacion_sartu.pdf.3http://saregune.net/index.php/Que-somos.html

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    ESTHER RAYA DEZ

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    herramientas para la dinamizacin social y comunitaria del Casco Medieval de Vitoria-Gasteiz.Se trata de un servicio para:

    Fomentar el acercamiento individual a las tecnologas.

    Ayudar a que grupos e iniciativas sociales del barrio aprovechen sus ventajas.

    Promover el acceso a la informacin y comunicacin que nos ofrecen (las tecnologas)para la reactivacin comunitaria de la zona.

    Cada uno de estos objetivos apunta a una de las estrategias de intervencin. El primeroconsiste en actividades de formacin; el segundo de acceso al empleo y el tercero de trabajocon el entorno. As, en este caso se puede aludir al PROYECTO que supone la finalidad delservicio, y a los subproyectos que lo componen, refirindonos a cada una de las actividadesque desarrolla De ah que la financiacin del proyecto sea tambin plural4, con laparticipacin de diversos agentes, a travs de programas diferenciados, perocomplementarios para el objetivo del proyecto, tales como:

    Gobierno Vasco, a travs de dos departamentos: Empleo, mediante el programaPlanes de Empleo y formacin en actividades empresariales dirigidos a jvenes en

    paro y Educacin, a travs del programa de Aprendizaje permanente.Ayuntamiento de Vitoria Gasteiz, mediante convenio de colaboracin para lareactivacin del Casco Medieval.

    Fundacin Esplaia travs del proyecto de apoyo a la red de telecentros.

    La idea en los niveles de planificacin

    Las Naciones Unidas definen la planificacin como el proceso de eleccin y seleccin entreformas alternativas de actuacin, con vistas a la asignacin de recursos, en orden a obtenerobjetivos especficos sobre la base de un diagnstico preliminar que cubre todos los factores

    relevantes que pueden ser identificados5

    F

    . El concepto de planificacin, frecuentementeconfundido con el de programacin, alude en mayor medida al proceso de toma de decisionespara la asignacin de recursos escasos, priorizando una estrategia de intervencin. Por suparte la programacin supone la concrecin de las acciones a desarrollar para la puesta enmarcha de las estrategias priorizadas. La planificacin puede definirse como un procesopreparatorio de un conjunto de decisiones para la accin futura dirigida al logro de objetivospor medios preferibles (Fernndez y Ares, 2002:59).

    Entender la planificacin como proceso significa que se construye y reconstruye con laexperimentacin en la realidad, con el contraste de la experiencia; que se modifica y seenriquece, a partir de una propuesta inicial de trabajo, y no desde la improvisacin. En suaplicacin prctica requiere de cierta flexibilidad para hacer viable lo diseado con lo posible

    en el contexto concreto de la intervencin. Conviene recordar con Garca Herrero y MartnezNavarro (1996:23) que todos los elementos de la planificacin han de servir para mejorar laintervencin. Planificar es ms que disponer de un documento encuadernado en cuatricroma;es una especie de contrato con la sociedad en general y, con las personas usuarias de losprogramas y servicios en particular, incluidos los agentes prestadores de los servicios profesionales y voluntarios-Algunos objetivos inherentes al proceso de planificacin son:

    Aumentar la eficiencia de la intervencin

    Asegurar el control de la accin

    4http://saregune.net/index.php/colaboraciones.html5Tomado de Alemn, C. Trinidad, A. 2006: 128-129

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    Evitar improvisaciones que confunden tanto a los ejecutantes como a los participantesde la intervencin

    Proporcionar secuencia y progresividad

    Priorizar lo esencial: dispensar mayor atencin a los aspectos esenciales de la accin

    Proponer tareas adecuadas al tiempo disponible Proponer tareas adecuadas a las posibilidades de los participantes

    Posibilitar intervencin integrada y global mediante la coordinacin de las accionesentre s

    Posibilitar la concentracin de recursos en horarios oportunos y su utilizacinadecuada

    Evidenciar consideracin y respeto a los participantes

    Con este contratotodos los agentes implicados en el proceso de intervencin social conocende antemano la hoja de ruta, conforme a la cual se van a desarrollar las acciones; as como seevitan o minimizan las falsas expectativas y las demagogias en intervencin social.

    Los principios que deben orientar la planificacin pueden concretarse en su carcterintegrado; participativo y coordinado (Fernndez y Ares, 2002:62-63).

    La integracin del proceso de planificacin, contemplando el conjunto de necesidades,objetivos, teniendo en cuanta los recursos disponibles y el horizonte temporal, a corto, medioy largo plazo.

    La integracin en el mbito territorial, en una doble perspectiva. Por un lado, considerando sise trata de una intervencin a nivel nacional, regional o local y buscando la armonizacin delos distintos mbitos territoriales. Y por otro lado, la planificacin se presenta circunscrita aun territorio. No se trabaja con una sociedad en abstracto, sino de hacer que las personas sesientan parte de la sociedad, de algn grupo o comunidad local.

    La integracin debe realizarse centrndose en un sector de poblacin determinado o en lapoblacin general, considerando sus necesidades de forma amplia. Ahora bien, ningunaactuacin debe ser segregante, es decir, no debe aadir una segregacin especfica a la queya tiene la persona o grupo hacia el que se dirige la intervencin.

    El carcter participativo de la planificacin fomenta la implicacin del sistema cliente en lafijacin de objetivos, metas, determinacin de medios y ejecucin de tareas. Para ello esnecesario el uso de herramientas y tcnicas que promuevan y posibiliten la participacin, msall de una participacin formal. Se trata de involucrar a todos los sujetos implicados, quesientan que el proyecto tambin es suyo, desde la fase de diseo hasta la de evaluacin,pasando por la ejecucin.

    La coordinacin es condicin para que la planificacin sea idnea, eficaz y eficiente en ladotacin de medios, en los procedimientos y estructuras organizativas. Para ello, se debepromover la coordinacin intrainstitucionalmente, es decir, en relacin a los diferentesprogramas, proyectos y servicios que forman parte de la organizacin que desarrolla laplanificacin; e interinstitucionalmente, con otros organismos, agencias tanto pblicas comoprivadas. En ambos casos se trata de obtener una suma positivaentre quienes tienen fines,medios e intereses similares con relacin a la situacin problema objeto de intervencin.

    Tal como se ha afirmado anteriormente, planificar supone anticipar las acciones que se van allevar a cabo. Existen diferentes tipos de planificacin en funcin del momento del procesoque se est desarrollando, siendo el criterio de diferenciacin, el grado de concrecin de losobjetivos, actividades y tareas. Todos los niveles de planificacin estn interrelacionados, de

    tal modo que cada nivel inferior, debe tomar en consideracin los aspectos reflejados en elnivel ms alto; y a la inversa, la puesta en marcha de las actividades programadas y el

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    contraste con la realidad, son un elemento fundamental para reorientar las futurasplanificaciones, tal como se representa en el grfico:

    La planificacin normativa apunta a la orientacin poltica, a ideal de realizacin, a la misinde la entidad. La planificacin estratgica establece las fines a conseguir con la puesta enmarcha de las actividades de la organizacin. Se formaliza en el documento conocido comoPlan. En este tipo de planes se determinan las prioridades y criterios de actuacin, en

    materia de poltica social, en cuanto a cobertura, poblacin destinataria, tipo de servicios,asignacin presupuestaria, etc. Se trata de orientaciones generales a largo plazo. A partir delplan surgen, en el nivel tctico, los programas concretos. Es decir, el alcance determinado dela poltica social o intervencin a desarrollar. Las lneas prioritarias de actuacin y lasmedidas definidas en el plan se concretan en objetivos generales y especficos, enorganizacin de recursos y puesta en marcha de acciones en un territorio determinado.Finalmente, el desarrollo de los programas se realiza mediante la programacin operativa, deforma individualizada de las atenciones previstas en el nivel anterior. Se trata de la ejecucinpropiamente dicha.

    Frecuentemente se confunde el nivel tctico con el operativo, dado que ambos forman partede un mismo proceso. Sin embargo, el nivel tctico describe lo que se va a hacer,

    programando las actividades previstas para conseguir los objetivos, y el nivel operativoestablece tambin las tareas dentro de cada actividad y pilota el desarrollo de laintervencin.

    La relacin entre la idea y los niveles de planificacin, va a depender por un lado, de lanaturaleza del agente promotor de la misma; y, por otro lado, de la naturaleza de la idea ens. En el primer caso, el nivel de planificacin de una idea ser diferente si est promovidapor un Gobierno Autonmico o por una entidad del Tercer Sector. En el segundo caso, serdiferente si se trata de promover un cambio legislativo respecto a una determinada materia odesarrollar un proyecto de intervencin social en un barrio o municipio.

    Plasmacin de la idea en un documento escritoSi tal como hemos definido anteriormente la planificacin se puede concebir como uncontrato con la sociedad y con todas las partes implicadas en la intervencin en concreto,resulta imprescindible generar un documento escrito en el que se describa la idea en todassus dimensiones. Existen diferentes manuales sobre este aspecto, y excede a nuestrosobjetivos describir este paso.F6F No obstante, si nos parece importante realizar algunasconsideraciones, a partir de lo sealado hasta el momento.

    El desarrollo de una idea puede suponer la necesidad de implicar a varios agentes sociales, yatraer diferentes lneas de financiacin, para hacer viable econmicamente el proyecto, talcomo se ha visto anteriormente en el ejemplo del proyecto Saregune. Ello puede suponer al

    6 En la bibliografa final se han incluido algunos manuales de referencia para la elaboracin deproyectos.

    NormativaEstratgica

    Tctica

    Operativa

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    promotor de la idea la presentacin del proyecto en su conjunto o de varios subproyectos endiferentes formatos o formularios, de acuerdo a las caractersticas y requisitos de cadaagente implicado. Los proyectos sociales, por definicin, tienden a ser flexibles y complejos yno entienden de plazos ni calendarios. Sin embargo, si queremos conseguir recursoseconmicos para afrontar la puesta en marcha del proyecto, este paso ser inevitable yconviene realizarlo con atencin para que la idea no se quede en el olvido de las buenas ideasno desarrolladas.

    Antes de iniciar la redaccin de cualquier proyecto, ms all del primer borrador, boceto oanteproyecto de la idea, es imprescindible leer detenidamente la convocatoria a la que sevaya a presentar el proyecto. Con el fin de determinar si es compatible con los objetivos denuestro proyecto; si la idea tiene cabida en el objeto de la misma y si es as, si cumplimos losrequisitos exigidos en la convocatoria para optar a la misma. En este paso hay dos aspectosimportantes a considerar. En primer lugar, tener claros los propios objetivos. Si esto no esas, se corre el riesgo de encontrarse en otra parte y... no darse cuenta. En segundo lugar,calibrar si el esfuerzo de presentarse a una determinada convocatoria o concurso va acompensar para la ejecucin del proyecto.

    Una vez valorado positivamente este paso comienza la redaccin del proyecto, siguiendo ensu caso, las indicaciones de la convocatoria.

    El esfuerzo de escritura, en una sociedad acelerada como la nuestra, muchas veces esmenospreciado por el personal tcnico, con ms inters en intervenir en la accin directa,que en dedicar un tiempo a contar que se quiere hacer, cunto, cmo, con quin, con qu.Sin embargo, debe darse importancia a este apartado mxime cuanto tratamos de convencera un tercero del inters de desarrollar una determinada intervencin. Asimismo, el esfuerzode redaccin, es decir, de clarificacin del proyecto, ayuda a todos los agentes implicados aconocer el alcance, y los lmites, de la accin, a compartir un mismo lenguaje y un mismoescenario de intervencin y a no generar(se) falsas expectativas.

    La redaccin del proyecto debe ser clara y concisa, que aborde los aspectos fundamentales

    de la propuesta de intervencin, cuantificada en cuanto a recursos y a resultados esperados yque garantice la capacidad tcnica del equipo para llevarla a cabo. Conviene atender a lasclaves de seleccin establecidas en la convocatoria con el fin de justificar la adecuacin delproyecto a los criterios definidos en la misma.

    Un aspecto determinante del proyecto es la fundamentacin del mismo, es decir, explicarcul es la situacin problema a la que pretendemos dar respuesta con la intervencin yjustificar por qu hay que atender dicha situacin problema y por qu nuestra respuesta esadecuada y garantiza los resultados esperados. Dar respuesta a estos interrogantes de formaconvincente, no tiene una frmula mgica. Sin embargo, es de gran ayuda realizar unabsqueda bibliogrfica y documental sobre otros programas o experiencias similaresdesarrolladas para afrontar problemas de la misma naturaleza en otros contextos. En

    intervencin social, a pesar de tener un sistema fragmentado en diferentes administracionesy entidades sociales, no podemos estar continuamente inventando la plvora. Se trata deconstruir conocimiento y reconstruir sobre lo aprendido, no en el contexto de la experiencialocal/personal, sino cada vez ms global.

    En la fundamentacin tambin deberemos hacer alusin al marco jurdico normativo que sirvepara justificar la intervencin, como derecho social o como objetivo prioritario deintervencin. En este punto se une la planificacin tctica- operativa, con la normativa-estratgica.

    En definitiva, en este apartado, se trata de convencer, y convencernos, del inters y utilidadde nuestro proyecto para dar respuesta a la situacin problema seleccionada.

    Vinculado a la fundamentacin, que apunta a los fines de la intervencin, el para qu,debemos precisar claramente los objetivos. La redaccin de los objetivos determina el gradode dominio del promotor sobre el proyecto. Una buena redaccin de objetivos permite

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    desarrollar las siguientes fases de la elaboracin del proyecto y de su ejecucin de formasencilla. Tal como ha sealado G. Garca realizar acciones y actividades sin objetivos esandar a la deriva y... para eso no hace falta programar (2006:101). Fijar los objetivos esclarificar lo que se quiere hacer, lo que se espera conseguir.

    En la definicin de los objetivos tiene que darse una coherencia entre el objetivo general y

    los objetivos especficos derivados del mismo y entre los objetivos especficos y los resultadosesperados u objetivos operativos.

    As en el proyecto de interculturalidad Would you know me? propuesto por la AsociacinBitartean Jolasean Entretanto Entretente a la Diputacin Foral de lava en la convocatoria desubvenciones destinadas al fomento de la diversidad cultural y la consecucin de laintegracin y participacin social de las personas inmigrantes, en el ao 2008, uno de losobjetivos generales se defini en los siguientes trminos:

    1. Fomentar una actitud receptiva hacia otras culturas, propiciando un respecto hacia lasdiferencias y acentuando el enriquecimiento intercultural.

    A partir de esto objetivo general se concretaron tres objetivos especficos:

    1.1. Despertar el inters por conocer los elementos caractersticos de otras culturas y decompartir la propia.

    1.2. Promover un conocimiento sobre las condiciones de vida en diferentes pases del mundo,en particular fijndose en los menores y en las mujeres

    1.3. Crear espacios de encuentro interculturales que supongan un reconocimiento del valordel otro.

    En el mbito de la intervencin social resulta difcil establecer a priori los objetivosoperativos, dado que los resultados son consecuencia de una suma de factores internos yexternos. Sin embargo, es necesario sealar cuando se puede considerar que el objetivose ha conseguido. As en el ejemplo anterior, se pueden enunciar los siguientes objetivosoperativos:

    1.1.1. Que los participantes en las actividades muestren una actitud receptiva y positivahacia el conocimiento de otras culturas

    1.1.2. Que los participantes presenten aspectos de su propia cultura

    1.2.1. Que los participantes sean capaces de identificar caractersticas significativas de lascondiciones de vida en otros pases

    1.2.2. Que los participantes sean capaces de diferenciar elementos culturales propios de lospases analizados, en aspectos como la escuela, la vestimenta, msica o hbitat

    1.3.1. Que los participantes hayan tomado contacto con personas de otros pases a travs dedinmicas de interaccin

    A las personas que se inician en la redaccin de proyectos, y en particular, a los estudiantesde Trabajo Social, suele confundirles la sensacin de repeticin en el proceso de escritura, en

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    cada uno de los epgrafes o preguntas de la programacin: Siempre estoy diciendo lo mismome han dicho en varias ocasiones. Una metfora que suelo utilizar para explicar estaconfusin es la de la bola de luces de una discoteca. Esta bola siempre es la misma, pero enfuncin del reflejo de luz que reciba se percibir de una manera u otra.

    En la elaboracin de un proyecto, la idea es la misma. Es la propuesta

    que realizamos para atender una determinada situacin problema. Encada epgrafe iluminamos un tipo de informacin requerido paraexplicar esa idea. Sin repetir, avanzamos en la explicacin pero sincambiar la idea.

    La idea es, por tanto, la columna vertebral del proyecto que vamos explicitando a medidaque se cumplimentan los diferentes apartados de la memoria. Al igual que lafundamentacin, la metodologa es otro de los apartados clave. El cmo de la intervencin.Es muy frecuente utilizar cmodas coletillas para evitar profundizar es este punto, del estilo:metodologa activa y participativa; o metodologa adecuada a las caractersticas de losusuarios, por citar dos ejemplos. La metodologa se refiere al mtodo, al modo de actuar enun determinado contexto de intervencin. Si en la fundamentacin est justificado por qu es

    necesario actuar ante una determinada situacin problema; en la metodologa debemosprecisar cmo lo vamos a hacer, qu tcnicas o herramientas vamos a utilizar.

    Ante cualquier situacin problema se pueden dar mltiples formas de respuesta, unas sernms adecuadas que otras y producirn mejores resultados. El uso de unas tcnicas frente aotras dar mayores garantas de xito, que el destinatario de la intervencin debe conocercon antelacin a la puesta en marcha.

    El siguiente ejemplo, extrado de la vida cotidiana, resulta muy grfico:

    En una comunidad de vecinos, la propietaria del 1A se queja de que tiene humedad en el cuartode bao. Despus de varias quejas atendidas por parte de la vecina del 2A, dando parte al seguro

    y hacindose cargo de la pintura del techo, seala que ella tambin tiene problemas de humedad,y que probablemente el problema venga del tercer piso. Deciden solicitar el informe de un perito,para determinar el problema.

    Uno de los fontaneros propone que hay que picar, levantar la baera del 2A y arreglar lahumedad que afecta al 1.

    Esta respuesta no convence a la propietaria del 2A dado que, recientemente ha cambiado elcuarto de bao y las tuberas estn saneadas. Adems esta solucin no da respuesta a la humedadque viene de arriba.

    Solicitan el informe de un segundo perito, que dispone de una herramienta para detectarproblemas de humedad antes de picar los azulejos.

    Este segundo fontanero, utilizando la herramienta determina que la humedad mayor se ubica en la

    unin entre el 2 y 3 piso, por lo que lo recomendable es picar en el techo del 2 piso para ver dedonde viene la humedad.

    La vecina del 2 piso acepta, y se encuentra el origen de la fuga de agua, que despus dearreglado no volvi a generar problemas de humedad.

    La moraleja de esta historia es la necesidad de utilizar herramientas que garanticenresultados esperados, de forma eficaz y eficiente. La metodologa o ciencia del mtodo, es elapartado en el que debemos describir con precisin los fundamentos terico-metodolgicossobre los que se asienta la intervencin. Es posible, que en el apartado de fundamentacin sehaya explicitado el marco terico que orienta nuestra conceptualizacin de la situacinproblema y de las formas de respuestas adecuadas; en tal caso, en este momento sedescribiran las tcnicas a utilizar.

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    En este punto nos encontramos con un taln de Aquiles en el sector de la intervencin social,fuertemente orientada a la prctica para solventar problemas sociales, y con escasadedicacin de recursos a la sistematizacin, evaluacin y anlisis de experiencias. Variosautores han puesto de manifiesto la necesidad de avanzar en la investigacin de los procesosde intervencin sociales y en la transferencia de los resultados (Kisnerman, 1998; Robertis,2003; Karsz, 2007; Raya, 2009). Este es, desde mi punto de vista el reto de maduracin delTrabajo Social como disciplina cientfica.

    En el apartado de metodologa tambin se explicitan las actividades a desarrollar, sedescriben, con mayor o menor grado de concrecin, en funcin de si se trata de unaprogramacin tctica u operativa. En cualquier caso, debe precisarse en qu va a consistir enconcreto la intervencin.

    Tambin conviene recordar el inters de introducir metodologas participativas en lasdiferentes fases del proyecto (programacin, ejecucin y evaluacin); estableciendo canalesde comunicacin con las personas destinatarias del programa o servicio; con los profesionalesy otros agentes implicados. Esta participacin es la garanta de un mayor ajuste a la realidad.Se suele decir que el papel lo soporta todo. Sin embargo, para evitar que lo proyectado

    quede como papel mojado, es necesario dotar al diseo de principios de realidad, loproyectado es ejecutable porque ha sido contrastado previamente con los agentes implicados.

    Cualquier diseo de proyecto requiere incluir en esta fase una aproximacin a la evaluacin.Tal como sealan Garca Herrero y Ramrez Navarro, el diseo de un proyecto no estarcompleto sin decir cmo se va evaluar (2006:47). Analticamente tendemos a considerar laevaluacin como la parte final del proyecto. Primero programamos, despus ejecutamos yfinalmente evaluamos. La evaluacin forma parte del proyecto casi desde el primer momentodel nacimiento de la idea. Cuando la idea divaga en la cabeza del promotor, ste no slopiensa en cmo se llevar a cabo, sino tambin cmo demostrar que dicha idea es til parael problema que pretende solventar. Esta es la gnesis de la evaluacin, que al menos debeformar parte de la plasmacin de la idea en el documento escrito.

    Planificar la evaluacin en la fase de diseo de proyecto significa interrogarse y preocuparsepor tres cuestiones fundamentales: qu se va a evaluar, lo cual nos remite a los criterios devalor; cmo se va a evaluar, esto es qu metodologas de evaluacin vamos a utilizar yfinalmente qu herramientas o sistemas de informacin vamos a utilizar para la evaluacin.

    Todos estos pasos son necesario tenerlos previstos con antelacin a la apertura de la persianadel proyecto o servicio, con el fin de evitar improvisaciones, pero tambin para avanzar en laconstruccin del conocimiento en intervencin social, que permita una mayor transferencia yadecuacin de fines, objetivos, medios y resultados.

    Aspectos de gestin

    La plasmacin del proyecto por escrito es condicin necesariapero no suficientepara que laidea se convierta en realidad. El proyecto escrito permite partir de una idea, cuando menosreflexionada y conocida por las personas implicadas en el desarrollo de la misma. Sin embargopara que la idea llegue a buen puerto, para que tenga xito, o se desve lo menos posible delobjetivo inicial, es preciso considerar una serie de condicionantes de gestin, de acuerdo a laexposicin de Navarro en el I Curso de Herramientas para el Diseo de proyectos deIntervencin Social7.

    7Las ideas expuestas en este epgrafe son un resumen de la exposicin realizada por Javier Navarro

    Algs, gerente de Fundacin Pioneros de La Rioja en la Mesa Redonda titulada: Estrategias para laconstruccin de posibilidades (Tengo una idea tengo un proyecto?) en el I Curso de Herramientas parael Diseo de proyectos de intervencin social., celebrado en Logroo en 2007.

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    La primera condicin para llevar adelante un proyecto, o varios a la vez como ocurre en laprctica, es una cuestin de voluntad, de carcter de la persona promotora de la idea. Segnel diccionario de Mara Moliner, se entiende por carcter la voluntad de la persona que semantiene firme en su lnea de conducta y es capaz de dirigir a otros. Como sinnimos seproponen los trminos: energa, entereza, firmeza, empuje, fibra, nervio, tesn, voluntad. Y,tambin estilo, originalidad, personalidad.

    Este aspecto es distinto del tipo de liderazgo (autoritario, democrtico, laissez-faire) y de laestructura organizativa (direccin unipersonal, liderazgo compartido...), es la voluntad dequerer conducir el proceso; la conviccin de poder hacerlo y de creer en la necesidad delmismo. Cuando existe este carcter en una o varias personas estamos en el principio. A partirde aqu la tcnica, la utilizacin de la programacin, mediante instrumentos como el marcolgico o los formularios ayudan a concretar el proyecto, y a pensar en los diferentescuestiones, desde la finalidad hasta la organizacin de los recursos materiales, humanos, etc.No obstante, no hay que olvidar que nos movemos en el terreno de las ciencias sociales,donde los planteamientos tericos no son un fiel reflejo de la realidad. Planteamosintervenciones en el mbito de los comportamientos humanos, donde surgen imprevistosdifcilmente de controlar a priori. De ah la necesidad de reconocer los errores, riesgos y

    dificultades como una oportunidad para aprender no para paralizar. Para minimizar losefectos de los mismos conviene utilizar herramientas que nos permitan prevenirlos ycorregirlos, como los sistemas de calidad.

    Carcter y capacidad de aprender de la experiencia son dos caractersticas que aporta elpromotor de la idea. Su quehacer concreto estar condicionado, en cuanto a acciones yrecursos disponibles, por el contexto de la intervencin. Los posibles contextos son laAdministracin pblica, la empresa privada y el tercer sector. Cada uno responde a unafinalidad y trata de dar respuestas a diferentes necesidades.

    El contexto de la Administracin Pblica tiene por finalidad llegar al mximo nmerode ciudadanos cubriendo necesidades sociales y garantizando derechos. Debe evitardesignaciones arbitrarias, estableciendo un sistema de mritos.

    El contexto de la empresa privada tiene por finalidad alcanzar el mayor beneficioeconmico posible y lograr el mejor posicionamiento de la empresa en el mercado.

    El contexto del Tercer Sector es satisfacer necesidades no cubiertas por laAdministracin Pblica ni por la empresa privada. Sus Patronatos o Juntas Directivasresponden ante sus socios o donantes en cumplimiento de su misin.

    El contexto determina el margen de maniobra del promotor del proyecto. Cada vez resultams frecuente responder simultneamente a la lgica de los diferentes contextos, teniendoen cuenta la pluralidad de agentes que cofinancian un proyecto de intervencin social. En el

    diseo del proyecto conviene tener en cuenta al menos cuatro perspectivas:

    Perspect iva de sat i sf accin de necesida des de las par t es imp l icad as

    El idealismo que acompaa a cualquier promotor novel le lleva a considerar nicamente comoparte interesada a las personas destinatarias del programa o servicio. Conforme se vaadquiriendo experiencia se va tomando conciencia del resto de partes interesadas, talescomo:

    Los socios, donantes privados, que reclaman operatividad social de las intervenciones.

    Los trabajadores que reclaman el respeto a sus derechos laborales y mejoras de las

    condiciones de trabajo. Junto a ellos los sindicatos que vigilan el cumplimiento de lalegislacin en materia de prevencin de riesgos laborales, de aplicacin de convenioscolectivos.

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    Las Administraciones pblicas y otras entidades financiadoras del proyecto, que exigenun adecuado uso de los recursos, la coordinacin de las acciones respecto a laplanificacin general, un marketing social y publicidad de su participacin en elproyecto.

    Perspect iv a d e sat i sf accin de ob l igaciones legales

    Para gestionar un proyecto social ya no es suficiente con atender a las obligaciones fiscales ytributarias sino que cada vez ms la complejidad de los proyectos conlleva a otrasobligaciones legales tales como:

    Implantacin de sistemas de calidad

    Proteccin de datos de origen personal

    Prevencin de riesgos laborales

    Cobertura de riesgos a travs de seguros de responsabilidad civil

    Incorporacin de nuevas tecnologas y tramitacin electrnica de solicitudes, etc.

    Perspect iv a de la comp lej id ad tcnica de la i nt erv encin con personas

    Al igual que la voz humana es el ms complejo e inimitable instrumento musical, se puedeafirmar que de todas las profesiones las ms complejas son las que implican intervenir en lasconductas, valores de las personas. Trabajar con quienes presentan historias de marginacin,maltrato, abusos, con biografas de exclusin requiere de profesionales altamentecualificados. Adems de la formacin de partida es preciso conseguir condiciones laboralesque garanticen estabilidad, con el fin de disponer de equipos consolidados para afrontar losretos de la intervencin.

    Perspect iv a econmica

    Como corolario de las perspectivas anteriores, en la elaboracin de presupuestos hay queconsiderar la satisfaccin de las necesidades sealadas hasta el momento. Por lo tanto, hayque tener en cuenta:

    Coste de los profesionales que van a intervenir, si se quiere atraer talento, ymantenerlo, no se puede pagar mal.

    Costes indirectos derivados de la aplicacin de las obligaciones anteriores (gestin decalidad, proteccin de datos de origen personal, prevencin de riesgos laborales,auditoras econmicas...)

    Costes derivados de acciones de comunicacin dirigidas a la sociedad.

    Costes de administracin y gestin del proyecto.

    Cuando se ha tenido en cuenta todo esto es el momento de empezar a desarrollar la idea yconvertirla en realidad.

    Bibliografa citada

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    Polt i ca por evi dencias: l a i nf ormacin en los pr ocesos det oma de decisiones en los proyect os social es

    Esther Raya Diez

    Universidad de La Rioja

    Joseba Zalakain

    SIIS, Centro de Documentacin

    Introduccin

    En este captulo se parte de la cuestin sobre quin tiene la responsabilidad de tomardecisiones en los proyectos sociales. Es frecuente recurrir a la diferenciacin entre el polticoy el cientfico (o tcnico). Se tiende a pensar que el poltico decide, y el tcnico ejecuta. Sinembargo, la responsabilidad en la toma de decisiones se ejerce en cualquier nivel dentro delproceso de intervencin, respecto a la gestin del programa, a la introduccin de nuevosprogramas, de planificacin, de regulacin de un modo de actuacin, sobre la forma deintervencin ms adecuada ante una determinada situacin problema planteada por unapersona, etc. Por tanto, la toma de decisiones no es slo competencia de los polticos o los

    tcnicos de niveles superiores. Se trata de un asunto importante a cualquier nivel, aunque sualcance sea diferente segn se trate de decisiones a nivel estatal, autonmico o municipal; ode planificacin estratgica, tctica u operativa. En cualquier caso, son muchsimas laspersonas que toman decisiones relativas a la regulacin, planificacin o diseo de programasde intervencin social. A todas esas personas se dirigen las siguientes reflexiones.

    Decidir significa escoger de entre una serie de alternativas aqulla que optimice un criteriode valor. Escoger implica incertidumbre, en la medida en que existe el riesgo de equivocarse.Se trata, por tanto, de seleccionar una de las alternativas de actuacin, dado que ante unmismo problema social pueden plantearse diferentes respuestas. La respuesta seleccionadaresponde a un criterio de valor, es decir, la opcin que ha sido juzgada por quin tiene lacompetencia de eleccin como las ms adecuada desde un determinado punto de vista

    (cientfico, ideolgico, poltico o tcnico) para dar respuesta a la situacin problemaplanteada.

    El xito de la gestin consiste en decidir consiguiendo que el riesgo de error no se materialiceo que la eleccin tomada tenga posibilidad de reconduccin. Para ello es condicin necesariala existencia de informacin relevante sobre el objeto y sobre las frmulas de intervencin.Sin esa informacin (o si esa informacin es errnea, insuficiente o sesgada), la toma dedecisiones se convierte en un proceso ciego. La cuestin radica en quin produce lainformacin. Entre la pluralidad de agentes implicados en los procesos de intervencin social,nos interesa destacar en estos momentos entre los investigadores de la realidad social y lostcnicos de programas y servicios. Nos referimos a ellos en sentido genrico, siendoconscientes de las diferencias existentes segn la naturaleza de la organizacin a la que se

    adscribe su trabajo.

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    A lo largo del capitulo responderemos a una serie de interrogantes en torno a la poltica porevidencias y su aplicacin en los procesos de toma de decisiones en la gestin de proyectossociales. La primera cuestin nos remite a la responsabilidad en la toma de decisiones.

    Se puede diferenciar claramente el papel del investigador del papel del que tomalas decisiones? Se puede hablar claramente de dos mundos?

    El anlisis simplificado de la realidad nos lleva a considerar como mundos independientes lainvestigacin y la accin. Sin embargo, desde nuestro punto de vista, esta diferenciacin es (odebera ser) solo aparente, o bien, solo posible en sus extremos: entre el mundo de losinvestigadores puros y los tcnicos puros existe todo un conglomerado de actores implicadosen los procesos de gestin de programas sociales que toman decisiones sobre la base de unainformacin y de un anlisis de la evidencia con la que cuentan. En la distribucin de papeles,a unos les corresponde en mayor medida producir informacin, sistematizarla, analizarla, eincluso interpretarla y a otros utilizarla en la aplicacin de su trabajo, a partir, del cualgenera nueva evidencia, que debe ser, asimismo, sistematizada, analizada e interpretada.

    Cuando hablamos de evidencia hablamos tanto de la investigacin pura, como de evaluacinde programas y de anlisis de las acciones realizadas. En ese sentido, de una forma ms omenos explcita, todas las personas y las entidades que desarrollan programas generanevidencia de una forma ms o menos consciente y ms o menos estructurada. Por lo general,las propias entidades que tienen la responsabilidad de tomar decisiones tienen tambinservicios propios de anlisis y de investigacin. Si bien existe un mundo especialmentededicado a la investigacin y al anlisis de las polticas sociales, vinculado a las universidadesy al Centro Superior de Investigaciones Cientficas, tampoco hay que olvidar el papel de loscentros de investigacin de entidades tanto pblicas como no lucrativas (en ese sentido, elejemplo de Critas sera el ms notable). De forma creciente, adems, debemos tener encuenta el papel de un amplio grupo de entidades especializadas en consultora, a vecesdependientes de empresas y a veces de entidades sin fin de lucro, que desarrollan un trabajo

    importante en el campo de la investigacin social.

    Cul es la valoracin de la situacin actual? En qu medida las decisionestcnicas y polticas que se toman en el campo de la intervencin social se basanen la evidencia cientfica y en informacin contrastada?

    El anlisis comparado de la investigacin en las ciencias sociales y su aplicacin para eldesarrollo de los programas de intervencin social respecto al estado de la investigacin enotros sectores, como la industria, la medicina o el turismo, punta negativamente en todoslos indicadores considerados, tales como presupuesto de I+D+i; inversin, nmero dedoctores, etc.

    Por tanto, la primera consideracin que podemos hacer a este respecto es que la valoracinde la situacin no es buena: en Espaa se investiga poco sobre intervencin social. Se opinabastante, pero se investiga poco. Frente a la poltica por evidencias, lo que impera es lapoltica por opinin, poltica por intuicin, poltica por inercia o, en el mejor de loscasos, la poltica por imitacin. La evidencia tcnica no siempre se tiene en cuenta: hayproblemas para generarla, para identificarla, para transmitirla, para aplicarla y para darlevalor. Hay un dficit importante y la informacin (la evidencia cientfica) no circula siempreadecuadamente entre quienes pueden investigar o analizar y entre quienes pueden aplicarla.

    El mundo de la investigacin y el mundo de la accin deben superar una serie de dificultadescoyunturales, estructurales y culturales para que pueda darse una colaboracin de suma

    positiva. Entre las dificultades coyunturales hay que destacar la escasa interrelacin ycontacto entre investigadores y gestores, aunque a veces formen parte de la misma entidady, al margen de que haya personas que, como hemos dicho, asumen ambos papeles).Este es

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    un caballo de batalla de los programas de poltica cientfica que buscan una mayorcolaboracin entre ambos mundos, y que est fuertemente orientado hacia la investigacintecnolgica e industrial y con muy poca presencia en la investigacin social. Estas dificultadesde entendimiento tienen que ver, entre otros aspectos, con diferentes enfoques de lainvestigacin: para unos abstracta y generalizable, para otros concreta y aplicada; condiferentes necesidades: para unos de trascender en el conocimiento de una realidad socialcompleja, para otros dar respuesta a una necesidad prctica; y con diferencias en el ritmo yen los tiempos.

    Entre las dificultades estructurales cabe recordar que el proceso tcnico de investigacin y elproceso poltico de toma de decisiones no siempre se corresponden: unos buscan soluciones ojustificaciones ante unas decisiones ms o menos prefijadas y otros ofrecen explicaciones dedeterminados hechos sociales.

    Finalmente, entre las dificultades culturales hay que destacar una falta de desarrollo de lainvestigacin sobre intervencin social. El sector adolece de una cultura sobre lainvestigacin sobre el proceso de trabajo. En la investigacin social suele darse mayorrelevancia a la definicin conceptual, a la ideologa subyacente frente a la evidencia

    cuantitativa. De tal modo que gran parte del esfuerzo investigador se orienta a construirsobre cimientos de tierra movediza; cada equipo investigador construye sus propiosconceptos, y no a partir de lo ya establecido. Por su parte, en la intervencin socialpredomina la cultura del hacer frente a la de analizar, reflexionar y construir sobre loaprendido, sedimentando nuevas intervenciones desde la transferencia de conocimiento yevidencia.

    Como sntesis de esta introduccin y punto de partida consideramos que en el caso de laspolticas sociales es necesario contribuir a un cambio en la prctica de la poltica basada en laideologa, que confa en la evidencia sesgada, en puntos de vista individuales, prejuicios,rutinas y supuestos ideolgicos, a una prctica poltica que busque activamente la mejorevidencia posible, promoviendo acciones de visibilizacin de la intervencin y del trabajodesarrollado. Ahora bien, como no siempre existe evidencia fiable, procedente deexperiencias realizadas previamente, es esencial el compromiso con la evaluacin de laefectividad real de las polticas que se ponen en marcha. Ante la escasez de evidencia previafiable, el argumento debe ser favorable a la generacin de evidencias tiles que ayuden a latoma de decisiones en el futuro.

    El debate sobre la Poltica Social Basada en la Evidencia

    En los ltimos aos, desde mediados de los 80, ha surgido un movimiento interesante quebusca aplicar polticas basadas en la evidencia en la gestin de las polticas de bienestarsocial. Tomamos la definicin aportada por Pinilla, para quien los procedimientos de laPoltica Basada en la Evidencia tratan de hallar, mediante el consenso fundado en laevidencia, propuestas tcnicamente correctas y polticamente aceptables para la mayora delos agentes en un futuro plausible.

    Este movimiento proviene de la medicina basada en la evidencia. Se entiende por ello el usoconcienzudo, explcito y juicioso de la mejor evidencia en el proceso de toma de decisionesacerca del cuidado de la salud de la persona (Sackett et al, 1996)1. La evidencia procede dela investigacin cientfica bsica y clnica. A partir de la evidencia clnica, la prctica mdicasustituye pruebas diagnsticas y tratamientos previamente aceptados por otros nuevos queson ms potentes, precisos, eficaces y seguros. Este proceso de innovacin basado en lainvestigacin es lo que caracteriza a la medicina cientfica, frente a una prctica de lamedicina ms orientada a los mitos y a las tradiciones.

    1Tomado de Morago, P. (2004), Prctica basada en la evidencia: de la Medicina al Trabajo Social,Cuadernos de Trabajo Social, 17 (4): 5-20.

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    El desarrollo de esta prctica se relaciona con los cambios tecnolgicos y el desarrollo de lasociedad de la informacin, con bases de datos, herramientas estadsticas y sistemas deexplotacin, anlisis y transmisin de la informacin ms potentes y en lnea. Tambin tienesu origen, sin duda, en la necesidad de introducir principios de eficiencia econmica y deresponsabilidad en las intervenciones.

    La traslacin de este movimiento a los procesos de intervencin social resulta a prioriinteresante, dado que reivindica muchas cosas razonables y hasta ahora poco presentes eneste campo, tales como, el carcter cientfico de la intervencin social, la necesidad de noimprovisar, de no guiarse solo por el sentido comn, sino tambin por el contraste y laverificacin de la intervencin; de elevar, en definitiva, la intervencin social a una fase msadulta.

    Cules son las principales herramientas tcnicas de este movimiento? Cmo dedetecta la evidencia cientfica en el campo de la intervencin social?

    Las principales herramientas que utiliza este movimiento, especialmente en el mbito de la

    medicina, son las revisiones sistemticas y los diseos experimentales. La primera puededecirse que es la regla de oro. Se trata de la metodologa ms comn y ms habitual. Consisteen la seleccin sistemtica de toda la documentacin que evale o valore la efectividad deuna intervencin concreta siempre que ese anlisis respete unos criterios determinados derigor metodolgico, compararlos y extraer de ellos las conclusiones correspondientes. Setrata de seleccionar y evaluar de forma crtica estudios relativos a una cuestin determinaday de analizar y contrastar sus resultados, siguiendo siempre unos criterios metodolgicos muyexplcitos. En ocasiones se realizan meta-anlisis, que implican el tratamiento estadstico dedatos cuantitativos recogidos de diferentes investigaciones.

    Desde hace ya aos, en el campo de la medicina es relativamente frecuente la elaboracin ydifusin de este tipo de revisiones sistemticas. Se pueden consultar los resultados en

    diferentes pginas web. El ejemplo ms significativo es el de la Colaboracin Cochrane.2

    Setrata de una organizacin internacional que busca ayudar a quienes necesitan tomardecisiones bien informadas en atencin sanitaria. La biblioteca Cochrane es el productoprincipal de esta organizacin sin nimo de lucro, cuyos contenidos son actualizados cada tresmeses y distribuidos por suscripcin anual o por internet, incluyendo diferentes bases dedatos. La Biblioteca Cochrane Plus es la versin en castellano de The Cochrane Libraryy est accesible de forma gratuita para muchos pases desde la direccin:http://www.bibliotecacochrane.net/

    En la pgina se ofrece una amplia variedad de entradas organizadas alfabticamente sobreaspectos relacionados con la atencin sanitaria. Hemos seleccionado un ejemplo extrado dellistado, que puede servir para el mbito de la intervencin social. Consiste en la asistencia a

    la consulta de personas con enfermedad mental. El artculo se denomina Guas paraestimular la asistencia a las citas en personas con enfermedades mentales graves.

    En la primera pantalla aparecen los datos de la informacin (fecha de publicacin, autores) seofrece un primer resumen sencillo sobre la cuestin y las evidencias sobre la misma.

    2http://www.cochrane.es/?q=es/disknode/get/19/triptic.doc&download.

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    A partir de ah el lector interesado puede ampliar la informacin recogida en la pantalla, enla que se indica los antecedentes del tema objeto de revisin, los objetivos, las estrategias debsqueda de informacin en fuentes documentales; los criterios de seleccin; la recopilaciny anlisis de datos, los principales resultados y las conclusiones de los revisores. En el temaque nos ocupa, concluyen que un simple aviso para recordar la asistencia a la clnica,utilizado muy cerca al tiempo de la cita, puede estimular la asistencia. El uso de una cartasimple de orientacin, enviada 24 horas antes de la cita en el servicio, puede ser msefectivo que un aviso telefnico. La revisin aporta, por tanto, una informacin contrastada

    que puede ser utilizada por quien tiene la responsabilidad en la toma de decisiones sobre esteaspecto en cuestin.

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    Otras pginas web en la misma lnea, en lengua inglesa son:

    http://campbellcollaboration.org/

    http://www.sfi.dk/sw22406.asp

    Adems de las revisiones sistemticas es necesario contar con investigacin basada en diseosexperimentales con grupos de control. Es decir, se trata de aplicar una intervencin a ungrupo determinado y no aplicrsela a otro grupo de las mismas caractersticas y, despus,valorar los cambios que se han producido en cada uno de los dos grupos en una serie deaspectos previamente definidos. En este tipo de grupo, la aleatoriedad en la asignacin de losmiembros de cada uno de los grupos (el experimental, con el que se realiza la intervencin, yel grupo de control, con quienes no se realiza esa intervencin) es un rasgo importante, paradeterminar que el resultado es consecuencia de la intervencin realizada y no de otrosfactores. La base que subyace a estos estudios es que, en la medida en que los dos grupos sonidnticos en todas sus caractersticas, salvo en el hecho de haber sido sometidos a laintervencin objeto de evaluacin, cualquier resultado diferencial puede serle atribuido a lapropia intervencin.

    Un ejemplo de la aplicacin de este tipo de diseo con grupos experimentales y de control enel mbito de la intervencin social puede verse en:http://www.srdc.org/fr_what_we_do.asp.

    En la misma se presentan diferentes investigaciones con asignacin aleatoria de miembros, enmbitos tan diversos como son: programas de empleo en economa social; programas deahorro en personas de bajos ingresos o el acceso a la educacin postsecundaria.

    Aunque estas dos herramientas no son exclusivas de la Poltica por Evidencia, ni son las nicasherramientas, si constituyen sus principales elementos metodolgicos. La cuestin que se nosplantea, entonces es:

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    resultados, pese a su utilidad, no siempre son el elemento ms importante paraconsiderar la validez de la misma.

    Se basa en una concepcin tecnocrtica de la intervencin social. Ese paradigmaignora el complejo proceso de deliberacin y eleccin que subyace a la toma dedecisiones en el campo de la intervencin social, tanto a nivel micro (individual) como

    a nivel macro (poltico). Finalmente una cuestin crucial para la aceptacin de la Poltica Basada en la

    Evidencia es que la definicin de le evidencia cientfica, queda en manos de losespecialistas de la investigacin, y no de los gestores de la intervencin. En estesentido se critica que este enfoque sea una forma de limitar la autonoma de losprofesionales y de establecer una serie de programas determinados que desde undeterminado criterio cientfico o cientifista se presentan como ms efectivos y/oeconmicos. Y en este aspecto cabe preguntarse si es la efectividad econmica elcriterio ms adecuado para calibrar la utilidad de una intervencin social.

    Cabe tambin sealar, a medio camino entre los reparos ideolgicos y metodolgicos,que la evidencia basada en la prctica difcilmente acepta la pluralidad de mtodos de

    investigacin que caracterizan a las ciencias sociales, y que sin duda privilegia losmtodos estadsticos y economtricos frente a los cualitativos (que pueden provenirde disciplinas como la antropologa, la psicologa, la sociologa o el psicoanlisis, consu acento en el anlisis de los discursos y de las opiniones).

    El debate respecto al establecimiento de este tipo de indicadores se vincula, en muchosaspectos, al que ha existido en torno a la evaluacin de los programas de intervencin. En esesentido, hace ya algunos aos sealbamos que el inters por la evaluacin de los programasde intervencin en materia de drogodependencias no es ajeno a la aplicacin en los serviciospblicos de mtodos cientficos de gestin (vlidos, en principio, para gestionar cualquiertipo de organizacin con criterios de racionalidad y eficacia), la influencia de polticasliberales proclives a la reduccin de tales servicios y, desde luego, favorables a la eliminacin

    de programas incapaces de acreditar resultados contantes y sonantes; ni al peso de ideologasconservadoras que interpretan cuestiones como la delincuencia, la discapacidad o ladrogodependencia en clave de patologa individual. No es de extraar por tantosealbamosla desconfianza de muchos profesionales de la intervencin social, incluyendoa los tcnicos de prevencin de drogodependencias, respecto de los mtodos cientficos ycuantitativos en el mbito de la evaluacin. Tal desconfianza est apoyada, adems, enconsideraciones prcticas: las evaluaciones cientficas requieren una adecuada definicinde objetivos e indicadores de eficacia y la aplicacin de diseos de investigacin quepermitan medir de forma vlida y fiable sus resultados. Sin embargo, en el campo de lasciencias sociales es difcil reconstruir la cadena de efectos buscados y, en consecuencia,reducir un programa a un modelo simplificado que permita una evaluacin convencional. Aello se aade la escasa utilidad de muchas de estas evaluaciones, la ambigedad de susresultados, su alto coste y su incapacidad para reconocer la pluralidad de puntos de vista delos actores implicados (Zalakain, 1999).

    Un marco general para hacer posible la Intervencin social basada en la Evidencia

    Las consideraciones anteriores nos llevan a los siguientes interrogantes: Carece de sentidohablar de poltica social basada en la evidencia? No tiene sentido hablar de la informacin enlos procesos de toma de decisiones en los proyectos sociales? Es obvio que s, que el dficit alque nos referamos antes sigue existiendo. La ltima parte del captulo se centra en proponerun marco general para hacer posible la Intervencin social basada en la Evidencia, atendiendoa las especificidades propias de las ciencias sociales y de las caractersticas del sector de losservicios sociales y de la accin social. El esquema general se asienta en tres puntos: a)identificar la evidencia; b) trasmitirla; c) aplicarla.

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    a) Ident i f icar la evidencia: Anal i zar / Eval uar / Invest i gar. Quelementos necesi t amosref orza r pa ra p oder hacer una invest i gacin de cal i dad en el mbit o de la int erv encinsocial?

    El primer paso a dar como hace tiempo hicieron otras disciplinas cientficas consiste enhomogenizar la terminologa utilizada. En el mbito de los servicios sociales y de la

    intervencin social se utiliza una terminologa fluida y difusa, excesivamente polismica yexcesivamente abierta a la interpretacin. Si bien es cierto que nunca se va a alcanzar elnivel de concrecin y de definicin propio de las ciencias naturales, es necesario realizar untrabajo de consolidacin de un lxico bsico comn, que evite las indefiniciones, huyendo dela polisemia.

    Este paso es necesario para registrar las actividades y los procesos de forma homognea. Enla actualidad, la preocupacin por el hacer se impone a la de registrar, medir, analizar. Porotra parte, en el mbito de la intervencin social, el flujo de informacin tanto macro comomicroes escaso, y nos encontramos ante un sistema relativamente opaco, al menos si secompara con otros sectores de la proteccin social como la Educacin, la Sanidad o laSeguridad Social. Sin embargo, sin registros de informacin y sin transmisin de esa

    informacin difcilmente se puede trascender el aprendizaje de la experiencia personal a lacolectiva.