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Por: Dra. Irina Moncayo

El tiempo y con l las experiencias que marcan hitos en nuestra historia, realmente crean ideas y cuestionan paradig-mas, y en medio de una avalancha de cuestionamientos tericos y clnicos, creo que puedo arriesgarme a decir que hay algo de la paternidad que es tan cierto hoy como el primer da en que un hombre sostuvo un beb entre sus brazos, lo reconoci y lo llam hijo. Y es que padre, como dicta la sabidura popular, no es el que engendra sino el que educa, mantiene, alimenta y protege; padre es aquel que ensea a sus hijos a enfrentar el mundo y los prepara para superar las eventualidades de la vida y sobrevivir a los peligros.

Para nosotros los profesionales de la terapia familiar, padre es aquel que ensea a su hijo acerca de la ley y lo educa para respetarla, alguien que da ejemplo de sujecin a las normas que hacen de un hombre, un ser humano y de un habitante un ciudadano. Padre es aquel que an a costa de su propia conveniencia, interrumpe en la articulacin ldica para poner las cosas en orden, las leyes en efecto, con la esperan-za de que este punto de inexin haga de su hijo un sujeto de ley as como sujeto de deseo.

Siendo el padre, el representante de la ley para su familia, es el padre quien debe hacer el corte, detener el deseo desbo-cado de su hijo y poner lmites que no sean salvables, movi-bles o negociables. Cuando el nio hace un berrinche, desata una pataleta o intenta mover los afectos maternos para salirse con la suya, es el momento preciso para ejecutar la

ley que la gura paterna representa imponiendo un princi-pio bsico, la primera norma fundamental y los cimientos de una persona bien adaptada y comprometida con el inter-cambio social; decirle rme, sencilla y categricamente que NO! Pero cuando el padre falla en imponer la ley, la norma o el lmite, el nio cae presa de sus deseos desenfrenados y termina por ser esclavo del ms pequeo de sus apetitos.

NO SIGNIFICA NONO SIGNIFICA NOace algn tiempo me preguntaron si la modernidad ha marcado alguna diferencia en la manera de ser padres, en lo que signica tener un hijo y representar en l la funcin de paternidad. La verdad, en ese momento habra podido escribir una decena de libros tan solo describiendo las

increbles diferencias entre la paternidad en el siglo pasado y la forma de enfrentar la funcin parental en nuestros tiempos. Sin embargo todas mis respuestas habran estado equivocadas al armar categ-ricamente que la familia moderna implica una forma total y absolutamente nueva de ver el mundo, de relacionarse entre los miembros de la constelacin familiar, y por supuesto, de criar a los hijos.

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Los seres humanos tenemos la capacidad de cuestio-

nar la ley, de estirarla un poquito e inclu-so de romperla, es por eso que la funcin

paterna es indispensable en el establecimiento de una autoimagen de perspectivas reales. Mientras

menos leyes reconocemos, menos principios respeta-mos y ninguno introyectamos como parte de nuestra brjula interna. Si bien es cierto, que cada persona tiene el derecho de hacer de su vida un orero incluyendo su pertenencia a un cdigo nico y personal, tambin es cierto que somos seres sociales y necesitamos contacto con otros seres, entonces la nocin de tener leyes,

principios y reglamentos propios, sostenidos y respe-tados por una moralidad comprometida y una

tica propia, se convierte ms que una sugerencia, en una necesidad. Para bien o

para mal, vivir en comunidad impli-ca pagar el precio de la ley.

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Han pensado que por difcil que parezca, estn aqu para asegurarse de que su hijo sabe de las limitaciones del mundo y de sus obligaciones para con sus pares. Si su hijo

no aprende ahora, de ustedes y con ustedes, cmo se va

a dar cuenta de que no es posible tenerlo

to d o, d e c i r l o todo o ganar

todas y cada una de las veces? Mi papi dice

que lo que uno no apren-

de por las buenas, la vida nos lo ensea a palos. Pero de quin es la culpa si un nio

malcriado se convierte en un adulto irresponsable, o de que

un pequeo monstruo capricho-so, haga una despus de otra patale-

ta hasta conseguir todo lo que su capri-chosa cabecita es capaz de conjurar?

Quien deba detener a su criatura y decirle NO!; basta!, suciente!,

detente ya!

Pues s, los PADRES! Mientras las madres tenemos el sacrosanto derecho de consolar, abrigar y consentir a nuestros pequeos, los padres tienen la obligacin de poner normas y de hacer-las respetar. Claro que la pareja parental, padre y madre tienen que funcio-nar como una unidad, lo cual signica que as como en el

mundo civilizado, tambin dentro del hogar; LEX DURA LEX, la ley es dura pero la ley es la ley y debe respetarse por todos y para todos.

La importancia de esta ingrata funcin de representante de la ley yace justamente en esta naturaleza inquebrantable de los preceptos morales y los principios ticos, puesto que si yo no hago lo que debo hacer, si la ley no me restrin-ge, como puedo conar en que esa misma ley me proteja. Tan sujeto a la ley como estoy yo, deberan estar todos quienes me rodean, solo as puedo saber que estoy seguro, protegido y resguardado de todo mal. La ley es estructural porque convierte una jaura en una comunidad y a un animal racional en un ciudadano consciente de sus derechos y presto a cumplir con sus obligaciones, en resumen, la ley te da el derecho de expresarte, movilizarte, vestirte, educarte y construirte a tu gusto y de tu particular manera. Y como si esto no fuese suciente, la ley tambin es estructurante porque hace de un individuo, un sujeto; una persona digna de vivir en comunin con otros ciudada-nos de una sociedad respetuosa de la integridad tanto personal como material y comprometida con el orden y la seguridad pblica. As, si yo s que debo respetar la luz roja del semforo, tambin estoy absolutamente segura de que puedo cruzar siempre cuando la luz est en verde, Qu pasara si la luz roja no fuera una orden sino una sugerencia?, con que conanza acelero mi auto o cruzo la calle si no s que la ley es la ley y que la ley se respeta?

La importancia de la gura paterna instituye esa seguri-dad de que la ley existe y la generalidad de la norma, la ley es determinante e igual para todos. Sin estas premisas, el sujeto no tiene donde anclar sus paradigmas ni disfrutar de su imaginario social, por eso los nios que carecen de una gura paterna eciente y operativa, se convierten en seres inseguros e incoherentes, por un lado creen rme-mente que pueden hacer todo lo que les provoca sin temor a retaliaciones ni consecuencias, y por otro se sienten tan frgiles, expuestos y vulnerables que son incapaces de mantener con sus semejantes cualquier tipo

de interrelacionamiento intimo o compromiso serio. Si nada es prohibido, sagrado o imposible, enton-ces la ley es una sugerencia, las trasgresiones son

delitos, solo si te atrapan y el mundo es una jungla donde nicamente el ms fuerte sobrevive.

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Han pensado que por difcil que parezca, estn aqu para asegurarse de que su hijo sabe de las limitaciones del mundo y de sus obligaciones para con sus pares. Si su hijo

no aprende ahora, de ustedes y con ustedes, cmo se va

a dar cuenta de que no es posible tenerlo

to d o, d e c i r l o todo o ganar

todas y cada una de las veces? Mi papi dice

que lo que uno no apren-

de por las buenas, la vida nos lo ensea a palos. Pero de quin es la culpa si un nio

malcriado se convierte en un adulto irresponsable, o de que

un pequeo monstruo capricho-so, haga una despus de otra patale-

ta hasta conseguir todo lo que su capri-chosa cabecita es capaz de conjurar?

Quien deba detener a su criatura y decirle NO!; basta!, suciente!,

detente ya!

Pues s, los PADRES! Mientras las madres tenemos el sacrosanto derecho de consolar, abrigar y consentir a nuestros pequeos, los padres tienen la obligacin de poner normas y de hacer-las respetar. Claro que la pareja parental, padre y madre tienen que funcio-nar como una unidad, lo cual signica que as como en el

mundo civilizado, tambin dentro del hogar; LEX DURA LEX, la ley es dura pero la ley es la ley y debe respetarse por todos y para todos.

La importancia de esta ingrata funcin de representante de la ley yace justamente en esta naturaleza inquebrantable de los preceptos morales y los principios ticos, puesto que si yo no hago lo que debo hacer, si la ley no me restrin-ge, como puedo conar en que esa misma ley me proteja. Tan sujeto a la ley como estoy yo, deberan estar todos quienes me rodean, solo as puedo saber que estoy seguro, protegido y resguardado de todo mal. La ley es estructural porque convierte una jaura en una comunidad y a un animal racional en un ciudadano consciente de sus derechos y presto a cumplir con sus obligaciones, en resumen, la ley te da el derecho de expresarte, movilizarte, vestirte, educarte y construirte a tu gusto y de tu particular manera. Y como si esto no fuese suciente, la ley tambin es estructurante porque hace de un individuo, un sujeto; una persona digna de vivir en comunin con otros ciudada-nos de una sociedad respetuosa de la integridad tanto personal como material y comprometida con el orden y la seguridad pblica. As, si yo s que debo respetar la luz roja del semforo, tambin estoy absolutamente segura de que puedo cruzar siempre cuando la luz est en verde, Qu pasara si la luz roja no fuera una orden sino una sugerencia?, con que conanza acelero mi auto o cruzo la calle si no s que la ley es la ley y que la ley se respeta?

La importancia de la gura paterna instituye esa seguri-dad de que la ley existe y la generalidad de la norma, la ley es determinante e igual para todos. Sin estas premisas, el sujeto no tiene donde anclar sus paradigmas ni disfrutar de su imaginario social, por eso los nios que carecen de una gura paterna eciente y operativa, se convierten en seres inseguros e incoherentes, por un lado creen rme-mente que pueden hacer todo lo que les provoca sin temor a retaliaciones ni consecuencias, y por otro se sienten tan frgiles, expuestos y vulnerables que son incapaces de mantener con sus semejantes cualquier tipo

de interrelacionamiento intimo o compromiso serio. Si nada es prohibido, sagrado o imposible, enton-ces la ley es una sugerencia, las trasgresiones son

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