DIPLOMACIA Y ACCIÓN EN LA GUERRA DE LA TRIPLE ALIANZA… · 2 §.1- ANTECEDENTES DIPLOMÁTICOS DE...
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DIPLOMACIA Y ACCIÓN
EN LA
GUERRA DE LA TRIPLE ALIANZA:
EL COMBATE DE YATAY
2
§.1- ANTECEDENTES DIPLOMÁTICOS DE LA GUERRA DE LA TRIPLE ALIANZA 1.1 Cláusula Gatillo: La Libre Navegación de los Ríos El 25 de noviembre de 1842, el Congreso Paraguayo fortaleció al
Poder Ejecutivo con una declaración de independencia, por
considerar endeble la declaración de independencia y la afirmación
constitutiva de 1811-12. Los Cónsules comunicaban la Declaración de
Independencia a Rosas y le pedian que le reconociera. El 26 de abril
de 1843, Rosas contestaba “ que por causa de las circunstancias por que atravesaba la Confederación no podía hacer dicho reconocimiento; pero aseguraba a la vez que jamás las armas de la Confederación Argentina turbarían la paz y tranquilidad del pueblo paraguayo"(1) El hecho emergente era que el Dictador
argentino consideraba les tratados con Corrientes como hostiles a la
Confederación; pero aunque no llegará a reconocer la independencia
del Paraguay, tampoco deseaba aún chocar con éste
irrevocablemente.
El 30 de Agosto de 1843, los Cónsules respondían a la nota de
Rosas con una protesta contra su negativa al reconocimiento, nota
que más bien finalizaba expresando la esperanza de que el Gobierno
de Buenos Aires no hiciera nada para obstaculizar el comercio entre
los dos países.
Esta convención de mutuas conveniencias, establece vinculaciones
efectivas con el Paraguay, lealmente mantenidas.
El 14 de Marzo de 1844, Carlos Antonio López fue electo Presidente
de la República del Paraguay, y Rosas aprovechó esta oportunidad
para contestar la protesta de los Cónsules del 30 de Agosto de 1843.
(1) Báez ,Cecilio. “Resumen de la historia del Paraguay desde la época de la
conquista hasta el año 1880”. Asunción . 1910, pag 72).
3
En una nota fechada el 27de Marzo de 1844, reiteraba su negativa a
reconocer la independencia del Paraguay, pero afirmaba su
disposición amistosa y se mostraba conforme con el principio de la
libre navegación de los barcos que surcaban el Paraná con destino al
Paraguay o procedentes de él, con reservas, sin embargo, para los
casos de necesidad impuestos por la hostilidad continuada de los
unitarios de Corrientes contra el Gobierno de la Confederación
Argentina. (2)
A pesar de su negativa a reconocer la independencia del Paraguay,
Rosas estaba urgido por conseguir la neutralidad del mismo en la
guerra civil argentina, y su actitud, fue de complacencia con respecto
a otros pedidos del Presidente del Paraguay. Aceptó, por ejemplo,
venderle armas: 1000 carabinas, 1.000 pistolas y 1.000 sables (3)
Lopez se vió de nuevo presionado hacia los brazos de Corrientes, y
en vista de ciertas dificultades relativas al tratado anterior, negoció
otro de navegación y comercio con dicha provincia, firmado con el
Gobernador Joaquín Madariaga, en Corrientes, el 2 de Diciembre de
1844*. Este tratado reglamentaba el derecho de visita y apresamiento
de embarcaciones enemigas.
Rosas replico a estas acciones con su famoso decreto del 8 de
Enero de 1845, negando a todo buque el derecho de zarpar de
cualquier puerto de la Confederación Argentina o Buenos Aires con
destino al Paraguay o Corrientes, y negando asimismo el derecho de
entrada de cualquier buque procedente de ambas regiones.
(2)Baez, Cecilio. Op. Cit. pag 73.
(3) Ibidem, pag 73
*Se realizan el tratado de amistad, comercio y navegación, y otro provisional sobre
límites. Este último es una sugestión del Imperio. Los puertos de la provincia se
abren a todos los pabellones, pero las mercaderías ultramarinas son sometidas a un
derecho uniforme de importación sobre su aforo al corriente del valor de plaza al por
4
El 21 de febrero de 1845, instruyó a su ministro en Rio de Janeiro,
General Guido, para que protestara formalmente contra el
reconocimiento dado por el Brasil de la independencia paraguaya,
hecho el 11 de Setiembre de 1844. El 17 de Enero de 1845, el
General Oribe, aliado de Rosas en el sitio de Montevideo, decretó la
prohibicion del comercio con Paraguay por la vía del Río Uruguay a
través de la región conocida de Misiones. Se completo el embargo
con el decreto del 16 de abril de 1845, que prohibía la introducción a
la Confederación de artículos paraguayos por agua o tierra. El tratado
celebrado entre el Paraguay y el Brasil el 19 de agosto de 1844 es el
episodio de la primera campaña del Brasil contra Rosas como puede
documentarse en algunas de sus cláusulas:
“Artículo II. Su Magestad el Emperador del Brasil, que tiene ya reconocida la independencia y soberanía de la República del Paraguay, interpondrá sus efectivos y buenos oficios para que las demás potencias reconozcan igualmente y cuanto antes la misma independencia y soberanía de la República. Artículo III. En caso de que la República del Paraguay sea amenazada de un ataque hostil, Su Magestad el Emperador del Brasil empleará todos los esfuerzos no sólo para prevenir las hostilidades sino también para que la República obtenga justa y completa satisfacción de las ofensas recibidas. Artículo XII. Queda garantida para las dos potencias y sus súbditos la navegación de los ríos Paraná y Paraguay en toda la extensión de los dos estados y dominios. mayor. La industria yerbatera merece la protección de reducirse a la mitad el
derecho fiscal sobre el impuesto vigente. Las mercaderías y productos del
Paraguay, importados o exportados, gozan de una franquicia de tránsito que les
permite introducirse en la capital de Corrientes, en calidad de depósito, durante
noventa días, sin más gastos que el 2 1/2 por ciento por derechos de eslingaje.
5
Artículo XXIII Las altas partes contratantes se comprometen a trabajar de común acuerdo, y con toda eficacia, a fin de afirmar para sus súbditos la libertad de la navegación del río Paraná hasta el río de la Plata.” (4)
Lo que el Brasil deseaba era enfrentar a Paraguay con Rosas y que
Carlos A. Lopez procediera eficazmente a la guerra como la
diplomacia brasileña lo había organizado, ésta no tenía la intención de
cumplir el Tratado y prueba de ello es que el Emperador del Brasil no
lo ratificó.
El Tratado del 2 de Diciembre de 1844 con Corrientes, llevó a Rosas a
inaugurar su sistema continental contra el Paraguay. La guerra era la
única respuesta a semejante bloqueo, por parte de cualquier jefe de
gobierno paraguayo, y el 11 de noviembre de 1845, López concluyó
con Corrientes una alianza ofensiva-defensiva contra la
Confederación Argentina. El Tratado estipulaba la entrega al
Paraguay del territorio oriental de Corrientes en la región de Misiones,
asi como también de la Tranquera de Loreto y de las Puntas del Río
Aguapey. El Paraguay ayudaría a Corrientes con 10.000 hombres, y
la dirección de la guerra estaría en manos del General aliado José
María Paz hijo, de Entre Ríos. El hecho concreto era que el Gobierno
de Corrientes no tenía autoridad para ceder el territorio de la
Confederación Argentina
Para sellar la alianza el 11 de noviembre de 1845, entre Corrientes y
el Paraguay, el Gobernador Madariaga y el General Paz habían
enviado a Asunción al Dr. Santiago Derqui, quien, trece años después
sería el Presidente de la Confedaración Argentina en la lucha contra
Buenos Aires.
(4) Archivo diplomático y consular del Paraguay. Tomo 1, pag 19 a 20
6
En el curso de las negociaciones, López, bajo la oculta influencia del
Ministro brasileño, Pimenta Bueno propuso como condición de la
alianza que Entre Ríos y Corrientes se independizaran de la
Confederación Argentina y se constituyeran en Estado autónomo. La
segregación ulterior de nuevos Estados independientes del antiguo
virreinato de Buenos Aires, era un viejo plan favorito de la cancillería
brasileña, acosada por el temor de una gran Argentina. La idea fue
formulada por el Visconde de Abrantes en 1810, y comunicada al Dr.
Francia, que la rechazó, negándose vigorosamente a ser instrumento
de la política brasileña; ahora López la aceptaba y la proponía a sus
aliados.
El 4 de diciembre de 1845, López lanzó su declaración de guerra al
tirano Rosas, y a principios de 1846, una fuerza paraguaya de 5.000
hombres, bajo el comando del hijo del Presidente, Coronel Francisco
Solano López, de 19 años de edad, cruzaba el Paraná y entraba en
Corrientes. El Presidente se cuidaba de expresar con claridad que se
trataba de una guerra personal contra Rosas y no contra el pueblo
argentino. El Gobierno del General Mitre devolvió este cumplido en
1865, al declarar formalmente que la Argentina no le hacía la guerra
al pueblo paraguayo sino al tirano Francisco Solano López .
En 1846, Urquiza buscó con el Tratado de Alcaraz (concluído con
Madariaga, Gobernador de Corrientes) la formación de una República
independiente de Entre Ríos y Corrientes.
Manuel Herrera y Obes le escribió a Andres Lamas el 24 de febrero
de 1848:
“Recomiendo a usted mucho la insistencia de que el Paraná sea el límite de la República Argentina y que para obtenerlo asuma el Brasil la iniciativa en los proximos arreglos. Urquiza tengalo usted por cierto, acepta desde luego la proposición.
7
Este arreglo era la base del Convenio de Alcaraz, yo se lo garanto a usted”. (5)
La idea subsistió, producida la revolución del 11 de setiembre de
1852, de Buenos Aires contra Urquiza, su Ministro de Relaciones
Exteriores, José Luis de la Peña escribe a Santiago Derqui,
comisionado argentino al Paraguay, el 14 de setiembre para que
tantee las disposiciones de Carlos Antonio López a reconocer esa
independencia “aislandose el Señor Director (Urquiza) completamente de todas (las provincias) y estrechando la alianza con esa República (Paraguay), que podía llegarse el caso de, declararse independientes - Entre Ríos y Corrientes – y constituirse en una Nación”. (6)
El 4 de febrero de 1846 la vanguardia de López fue derrotada por las
tropas federales comandadas por Urquiza. El contingente paraguayo
repasó el Paraná y Corrientes fue obligada a someterse por Urquiza
en la batalla de Vences, sustituyendo al Gobernador Madariaga por
Virasoro.
Antonio Zinny en su obra “Historia de los Gobernadores del
Paraguay”, da cuenta de la actuación de Carlos Antonio López en la
organización del Ejército paraguayo:
"A las naturales dificultades que antes de entrar a ejercer el poder existían, se agregaba la hostilidad de Rosas; que a no hallarse empeñado en la guerra que entonces sostenía, habría seguramente invadido el Paraguay. Este justo temor lo puso en la necesidad de crear y mantener un Ejército. (5) Correspondencia Diplomática del Dr. Manuel Herrera y Obes. Tomo 1. Pag. 62
(6) Cárcano, Ramón. Del Sitio de Buenos Aires al Campo de Cepeda. Pag 356
8
Empezó por uno de tres mil soldados, enrolados sólo por tres años, y siguió con otro de ocho mil con una fuerza efectiva de 30.000 milicianos, sin contar las levas en masa que se levantaron más tarde. En vista de la obstinada resistencia de Rosas en no querer reconocer al Paraguay sino como Provincia argentina y no como República, cerrándole de hecho toda comunicación con el resto del mundo, mientras no se reincorporase a la Confederación, el presidente López, sintiéndose ofendido, hizo a Rosas (4 de Diciembre de 1845) una formal declaración de guerra, y aun amenazó con invadir, encabezando desde entonces todas sus notas con la expresión de ¡ Viva la República del Paraguay! ¡Independencia o Muerte-! Sin embargo, el resultado de la batalla de Vences, en Corrientes (27 de Diciembre de 1847), hizo comprender a López la necesidad de fijar su atención en el Ejército, creando campamentos de instrucción. Para el efecto, ordenó a los Jueces de Paz levantasen un censo de todos los varones de 18 a 30 años de edad y remitir al Cuartel General tantos por Distrito o Departamento. Así pudo anunciar al Congreso Nacional de 1849 la creación de un Ejército y de una fuerza naval, el establecimiento de guardias y fuertes para la defensa contra los indios del Gran Chaco; fundación de un arsenal, de una fábrica de armas y de pólvora y de la fundición del Ibicuy”. (7)
El 25 de Diciembre de 1850 se firmó en Asunción un tratado de
alianza entre el Paraguay y el Brasil, que obligaba a ambos países a
prestarse auxilio mutuo en caso de que cualquiera de ellos fuese
atacado por la Confederación Argentina.
(7) Zinny, Antonio “Historia de los Gobernadores del Paraguay 1535-1887”. Pag 421
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El Brasil ejercería sus buenos oficios para asegurar el reconocimiento
de la independencia del Paraguay. En caso de un ataque argentino
sobre Río Grande do Sul, el Paraguay se obligaba a ocupar Misiones
con 4.000 hombres. El Gobernador de Rio Grande quedaba
autorizado a cooperar con el Paraguay, tan pronto se hiciera efectiva
la amenaza.
El Paraguay, hasta donde lo permitieran su posición y las
circunstancias, acordaba coadyuvar con el Emperador en el
mantenimiento de la independencia del Uruguay. El tratado entraría
en vigencia por seis años a partir de la fecha del canje de
ratificaciones, 26 de abril de 1851 y se mantendría secreto. Cinco días
después del canje de ratificaciones de este tratado en Asunción, se
transformaba la situación del Río de la Plata con el gran
pronunciamiento del 1.o de mayo de 1851 contra Rosas, encabezado
por Justo José de Urquiza, Gobernador de Entre Ríos, aliado con
Virasoro, Gobernador de Corrientes.
El 29 de Mayo de 1851 se reunieron en Montevideo los
representantes del Brasil, Montevideo, Entre Ríos y Corrientes, y
firmaron un tratado comprometiéndose a coligar esfuerzos hasta
obtener la destrucción de Rosas. El 14 de Octubre, el Paraguay, a
instancias del Brasil, que le había reservado un sitio en la alianza,
recibió la invitación de unirse a la cruzada. Este tratado de 1851
constituyó una primera Triple Alianza como con ironía Mitre se le
recordó a Urquiza.
“En los pródromos de la guerra de la Triple Alianza, el 27 de enero de 1865, le expresaba Mitre a Urquiza en una carta:«Comunico a V.E. estas reflexiones, porque me parece entreveren su carta el pensamiento de que todo es preferible a la alianza con el Brasil, que V.E. califica de odiosa. No necesito por mi parte calificar esa alianza, que no he aceptado ni he creído conveniente en estas circunstancias, por más que ella pudiese
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halagarme con ventajas que habrían deslumbrado a otros; y en esta resolución persevero y perseveraré. Pero no puedo olvidar que esa alianza ha sido gloriosa y útil a nuestra patria, cuando V.E. en una época memorable, hizo al país uno de los más grandes servicios, y que posteriormente la ha aceptado como gobernante en las cuestiones internas, y aun en las cuestiones externas que el Brasil ha tenido con el Paraguay antes de ahora. Sobre todo, los principios que rigen mi política de neutralidad respecto del Brasil y del Paraguay están trazados por los tratados solemnes que V.E. ha firmado como Presidente de la República, y en este mismo.momento el Brasil interesado en abrirse paso al Paraguay por el territorio argentino, invoca como precedente la oferta que le hizo el señor del Carril en nombre de V.E. para transitar por el territorio de las Misiones, cuando en 1859 se halló en cuestiones con el Paraguay». (8) El objetivo del Imperio era doble al concertar la alianza para obligar a
sus aliados a reconocer la independencia paraguaya: primero, impedir
a toda costa que se tradujese en realidad su pesadilla de un Virreinato
de Buenos Aires reconstruido, y luego, obtener la libertad del Río de
la Plata. Ambos objetivos fueron alcanzados en Caseros. Urquiza
reunió en San Nicolás de los Arroyos a los gobernadores de todas las
Provincias, llegándose al acuerdo el 31 de mayo de 1852, que
proyectaba las bases para la formación de un Congreso que
sancionará la Constitución Nacional. El Congreso se reunió en Santa
Fe, aprobando la Constitución el 1 de mayo de 1853, la que juraron el
día 9 del expresado mes todas las provincias a excepción de Buenos
Aires.
(8) Calatayud Bosch, José “Los Conflictos entre los Pueblos de la Cuenca y el
proceso formativo de los Estados”, pag 182
11
El Director provisional firma con Francia e Inglaterra los tratados de
San José de Flores (1852). Apenas Presidente Constitucional termina
convenciones con Chile, Bolivia, Bélgica, Cerdeña, Napoles y otras
naciones. Alberdi es nombrado Ministro Plenipotenciario y enviado
extraordinario ante los Gobiernos de Francia, Gran Bretaña, España y
Roma.
El 17 de Julio de 1852 la Confederación Argentina reconocía la
independencia del Paraguay. La influencia brasileña iba en ascenso
en tierras rioplatenses, en el Uruguay y en la Confederación que
presidía el General Urquiza. En 1852 el Presidente del Paraguay
autorizó a su Cónsul en Rio de Janeiro, Manuel Moreira de Castro, a
procurar la renovación de la alianza y el arreglo de la disputa de
límites pendiente. Poca atención recibió esta iniciativa, aunque el
Gobierno brasileño volvió a reclamar la línea del Apa, que López
estaba resuelto a no aceptar a Felipe José Pereira Leal, después de
haberle acusado de intrigar contra el Gobierno paraguayo, y así
comenzó una controversia que parecía tener que terminar en una
guerra entre el Imprerio y el Paraguay .
§.2- LITIGIO SOBRE LIMITES BRASILENO - PARAGUAYO 2.2 – San Ildefonso vs. Uti Possidetis En una disputa de limites con algún vecino, el Brasil sostendrá que el
uti possidetis es el único criterio honorable y satisfactorio para la
determinación de la soberanía de tal porción de tierra ocupada por los
brasileños.
Las primeras discuciones sobre limites entre el Paraguay y el Brasil
tuvieron lugar en 1824-1825, en la época de la misión del Consejero
Antonio Manoel Correa da Camara en Asunción.
Brasil como primera prueba de su lucha contra Rosas buscó la alianza
con el Paraguay. El 19 de agosto de 1844, el enviado brasileno Dr.
12
Jose Antonio Pimienta Bueno, fue recibido por el Presidente Carlos
Antonio López en Asunción. El 14 de setiembre, Pimienta Bueno
reconocia formalmente la independencia del Paraguay y el 7 de
octubre de 1844, firmaba con el Presidente Lopez un “tratado de
amistad, comercio , navegación, extradición y límites”. El documento
consta de treinta y seis artículos de los cuales el articulo XXXV
señalaba:
“Las altas partes contratantes se comprometen también a nombrar comisarios que examinen y reconozcan los limites indicados por el Tratado de San Ildefonso de 1.o de octubre de 1777 para que se establezcan los limites definitivos de ambos estados.” (9)
Al reunirse la Comision demarcadora luso-española, surgió una
controversia respecto a la situacion exacta de dos ríos vitalmente
importantes: el Igurey y el Corrientes. Los portugueses pretendían
que el Igurey era también conocido con el nombre de Garei, que
desemboca en el Paraná a alguna distancia debajo del Salto Grande;
de este modo la frontera del Brasil tocaría las nacientes del río Jujuy,
el cual los portugueses afirmaban que era el Corrientes.
Los españoles apoyados por los conocimientos de Félix de Azara,
sostenían que el Igurey era el río conocido con los diversos nombres
de Yagurei, Yoinheima, Monice o Ivinheima, que entraba en el Paraná
por la ribera occidental bien arriba de la isla del Salto Grande. De
acuerdo con Azara el Corrientes es el río conocido como Apa, de
acuerdo con otros, es el Río Blanco.
(9) Angelis, Pedro de. “Colección de obras y documentos relativos á la historia
antigua y moderna de la provincias del Río de la Plata”. Tomo IV, pag 3.
13
Con todo, los brasileños percibieron que el reconocimiento del
Tratado de San Ildefonso como norma para la determinación de las
fronteras, era una cláusula del Tratado de 1844 totalmente favorable
al Paraguay. La razón de ello radica en la gran extensión del territorio
en las Misiones Orientales que España obtuvo por el Tratado de
1777. El tratado de 1844 quedó sin ratificación y el Brasil aplicó otra
vez la política de ocupaciones clandestinas. En 1847 el Gobierno
Imperial ordenó la construcción de un fuerte en Fecho de Morros y en
1850 se estableció allí un puesto brasilero, sin vacilar Carlos Antonio
El 25 de diciembre de 1850 López firmó una alianza con el Brasil
contra Rosas.
En 1852 Lopez confirió plenos poderes a Manuel Morerira de Castro
en Rio de Janeiro, para concluir un tratado, pero como el Brasil exigio
de nuevo la linea del Apa, esta tentativa de arreglo fracaso, en febrero
de 1853, Pereira Leal presentó a López un proyecto de tratado de
comercio y navegación entre el Brasil y el Paraguay, pero se le
informó en seguida que todo tratado de ese género debia ir
acompañado de otro relativo a la cuestión de límites. Pereira Leal no
explica satisfactoriamente los cargos, y recibe sus pasaportes, por no
inspirar al gobierno del Paraguay “ aquella sincera amistad y positiva confianza que son bases indeclinables de las buenas relaciones entre los pueblos”(12-VII-1853) (10)
Los tratados de comercio y navegación comienzan ha constituirse en
la pieza clave de las relaciones diplomáticas entre los Estados de la
América del Sur, entre sí y con las Grandes Potencias en el siglo XIX.
(10) Cárcano, Ramón. “Guerra del Paraguay”. Pag. 193
14
Como apoyo documental a esta aseveración, tenemos el tratado de
comercio y navegación que Sir Charles Hotham negociaba entre la
Gran Bretaña y el Paraguay, cuya Independencia Sir Charles
Hotham había reconocido a nombre de la Gran Bretaña el 4 de enero
de 1853. El tratado abrió el Paraguay a la bandera Británica hasta
Asunción. Esta actitud de apertura se oponia a los intereses del Brasil
que buscaba el monopolio de la navegación de los ríos.
Bajo tal aprensión, Brent que visitó (ergo conocido el punto de vista
de la Confederación) a Felipe Arana, Ministro de Relaciones
Exteriores de Rosas, el 20 de enero de 1846, le expresó a Arana que
la intervención se convertía en una amenaza creciente y que si Gran
Bretaña obtuviese bases de operaciones en el Paraguay, "deben necesariamente seguir las más desastrosas consecuencias", lo
que había que evitar a toda costa. Agregó que los Estados Unidos
tenían "personalmente" el más profundo interés en evitar que la
intervención, o, mejor dicho, la Gran Bretaña, esclavizara a los países
del Río de la Plata. Explicó a Arana que los Estados Unidos, como
todos los amantes de la libertad continental deseaban ver en paz y
armonía recíproca a las repúblicas del sur, asentadas sobre el
principio representativo.
La esclavización rioplatense no era sin embargo una finalidad para la
Gran Bretaña según Brent, sino un medio. La finalidad consistía en
destruir la supremacía de los Estados Unidos como nación productora
de algodón. Recordó Brent que la Gran Bretaña había intentado
inicialmente introducir el cultivo del algodonero, en la India, pero que
“fracasó completamente”; con el mismo propósito se esforzó por
impedir la “reincorporación pacífica de Texas a los Estados Unidos”, y ahora ya no le quedaba otra esperanza que “sentar pie firmemente en los Países del Río de la Plata...El Paraguay, Corrientes, Misiones y Entre Ríos, tomados en conjunto, eran en cuanto a clima, suelo, superficie y tipo de algodón, la mejor y
15
más extensa región del globo entero para el cultivo de esta importante planta.”
El Río de la Plata caería “... completamente bajo el desgobierno y la tiranía británica, como se ha visto, sin una sola excepción, en todos los países del globo donde ella [Gran Bretaña] ha implantado su infame política”. En presencia de tan grave amenaza a la seguridad de los países del
Plata, Brent preguntó a Arana "si no sería deseable la mediación amistosa de los Estados Unidos para poner término a las diferencias existentes por tanto tiempo entre el Paraguay y Buenos Aires; (y Arana) dijo que estaba seguro de que lo sería, pero que llevaría el asunto ante el gobernador (Rosas)". (11)
El 26 de enero, en otra entrevista, Arana transmitió a Brent el deseo
de Rosas de que el ofrecimiento se concretara por escrito. El 30 del
mismo mes llegó Walsh a Buenos Aires con el mensaje de Wise sobre
las actividades de Hopkins en Asunción y las inquietantes noticias
referentes a los preparativos de López. Se confirmaban así los
temores de Brent, quien, en consecuencia, ofreció oficialmente la
mediación de su gobierno por nota fechada el día 31, y para dar más
solemnidad a su demanda fue a ver en persona a Rosas y Arana,
llevando consigo la comunicación de Wise traída por Walsh, cuyo
contenido hizo traducir y en el que se menciona el proyecto Hopkins.
Brent empleó en su oferta de mediación los argumentos corrientes
sobre la insensatez de la guerra. El documento terminaba expresando
que si el gobierno de Buenos Aires aceptáse la mediación, Brent
presentaría inmediatamente al Paraguay una oferta similar.
(11) Ynsfran. Pablo Max. “Expedición contra el Paraguay”. Tomo I pags. 66-67
16
Arana aceptó la mediación por nota del 26 de febrero, y como era de
suponer, en ella achacaba la responsabilidad del conflicto al
Paraguay, a la falta de discernimiento de su gobierno, y renovaba el
argumento de que Buenos Aires no alentaba ningún sentimiento hostil
hacia el Paraguay, ni intentaba invadir con su ejército el territorio de
esa "provincia".
El proyecto de Hopkins, consistía en la formación de una corporación
paraguaya que operase con vapores construídos en arsenales
americanos bajo su dirección y que estuviese amparada por un
monopolio de veinte años. Hopkins prevenía a Lopez que, con la
apertura de los ríos se harían sentir fuertes presiones con vistas al
monopolio de la navegación, sobre todo de parte de los ingleses, y
que la única forma de eludirlas sería adelantándose a ellas con el
monopolio de una compañía nacional.
El Memorial logró alcanzar hasta cierto punto, el objetivo que buscaba
López. En la Colección Rio-Branco (Coleçao Visconde do Rio-Branco,
Biblioteca Nacional, Río de Janeiro) se conserva una carta sin firma,
fechada el 25 de febrero de 1851, que el presidente López se
disponía a enviar como carta autógrafa a su "Grande y Buen Amigo", el "ciudadano Milard Fillmore", Presidente de los Estados
Unidos, y en la que le anunciaba haber “hecho eleccion del ciudadano de los Estados Unidos Eduardo Augusto Hopkins encargándole una importante comisión cerca del Gobierno Americano en el carácter de Ministro especial de la República del Paraguay: él está bien informado de los intereses relativos de ambos países y el deseo sincero del Pueblo paraguayo, de Procurar el reconocimiento de la Independencia de esta República, por la de los Estados Unidos, bien como de formar, y cultivar las relaciones de amistad y buena correspondencia entre ambos Gobiernos.
17
El conocimiento de la fidelidad del relato ciudadano Americano a los principios del honor, probidad, y buena conducta acredita la confianza de que se hará digno de la aceptación de V.E., por sus esfuerzos de unir y vincular los intereses de las dos Naciones y por tanto pido á V.E. que se sirva recibir favorablemente al expresado ciudadano Eduardo Augusto Hopkins y darle plena fe en todo lo que dirá de la República del Paraguay, y sobre todo cuando asegurara a V.E. la amistad, y votos de esta República, y del Gobierno Nacional que la preside, con la Prosperidad de los Estados Unidos”. (12)
La instrucciones de López para su ministro llevan fecha febrero de
1851, pero sin el día del mes. Se enumeran minuciosamente en ellas
todos y cada uno de los asuntos que Hopkins se encargaría de
exponer o gestionar en Washington empezando, naturalmente, por el
reconocimiento de la independencia.
“... Considerando la persona del señor Hopkins de las mejores circunstancias políticas para una comisión especial en la corte de Washington por su capacidad, y mérito personal, otro tanto que por la buena reputación que goza en su país, y ante su Gobierno, y finalmente, por su larga residencia en este país, habiendo visitado muchos departamentos y navegado muchos ríos de la República... lo he nombrado Minisiro especial de la República del Paraguay cerca del Gobierno de los Estados Unidos. ... Llegado á la ciudad de Washington el Señor Hopkins no perderá tiempo de explicar con franqueza los ardientes votos del Pueblo paraguayo por la prosperidad, y paz continuada de la Confederación Americana, y los agradecimientos por la (12) Ibidem, Tomo I, pags 120-121
18
benevolencia que ha mostrado por la suerte de este país en la predicha comisión especial de 1845, aunque infelizmente de ningún provecho hasta ahora. ...Anunciará formalmente la declaración de Independencia nacional del Paraguay hecha en un congreso nacional de mil diputados en Octubre de 1813, ratificada y puesta en formal expediente en el Congreso general extraordinario de Noviembre de 1842...Recordará que este Gobierno se apresuró a comunicar esta declaración al de los Estados Unidos en 1843...Observará que la nacionalidad paraguaya es la primera de Sud América; y de que se halla reconocida por muchas Potencias de América y Europa. Al hacer esta exposición informará tambien al Exmo. Señor Presidente de los Estados Unidos, la entera falta de fundamento en las reclamaciones del Gobernador de Buenos Aires para incluir esta Repúbllica en la Confederación Argentina: el embarazo al comercio, y los daños incalculables que sus hechos arbitrarios han causado por tantos años”. (13)
El gabinete imperial atribuyó mucha importancia al viaje de Sir
Charles y Saint Georges, y decidió enviar en misión especial al
Paraguay al senador Limpo de Abreu, para vigilar, entre otras cosas,
los pasos que aquéllos daban. Pero luego dejó sin efecto esta
providencia y volvió a encomendar la representación del imperio a
Felippe José Pereira Leal nombrado ya encargado de negocios desde
marzo anterior, quien se embarcó para el Río dela Plata detrás de los
comisionados europeos, llegando a Asunción antes que ellos.
En las instrucciones que Pereira recibió de Paulino, éste le remarco:
“Refira estas noticias ao Preste e procure convenecê-lo de que (13) Ibidem. T. I, pag. 121
19
nao deve repetir as proposicoes daqueles ministros [europeos], admitindo a navegaeao nao por tratado, mas por concessáo própria, e reduzindo-a certos portos habilitados, se Urquiza a conceder ás ditas naçoes, porque entao, opondo-se o Paraguay, far-Ihes-á conta de considerá-lo Provincia Argentina, visto que considerando-o tal, navegarao o río Paraguay em virtúde dequela concessao e destruirao pela força qualquer embaraço que o Preste. Lopez queira opôr-lhes. Acresce que isso daría lugar a que Urquiza fechasse o río ás embarcaçoes paraguayas. Essa República nao se pode opor, convem-lhe abertura do río, deve fazer bôa cara e nao se opor por sí, sob pena de ficar so prejudicado. E se Urquiza negar ou se nao mostrar disposto a semelhante concessao, convem ao Preste. López mostrar boas disposiçoes para por o Agente inglês e francês do seu lado, alegando porêm que a concessao por si só nao lhes aproveita.”(14)
En principio, el Brasil no se oponía a la navegación; más bien
apremiaba a López a que la permitiese, pero no como un derecho
otorgado a las potencias, sino como un acto de liberalidad
espontánea.
El derecho, para el Brasil era una ventaja exclusiva de las naciones
ribereñas. Paulino volvió a recalcar esta diferencia a Pereira Leal en
otra nota:
“...Quanto a concessao de navegaçao aos ingleses e franceses Vmce. limite-se a dizer que o Gov.o Imp.al nao se opoe, mais com López sómente insista na idéia de que tal concessáo a bandeiras nao-ribeirinhas nao deve ser feita por tratados, mas por (14) Ibidem. Tomo I, pag. 148
20
concessoes espontâneas e revogaveis, como a que acaba de ser feita pelo Govo. Argentino no Decreto de 28 de agôsto.” (15)
Al respecto sobre esta línea diplomática Pendleton escribió a Schenck
la noticia en la siguiente carta:
“Asunción del Paraguay, Marzo 8 de 1853. Querido Schenck: Usted quedará completamente sorprendido, como lo estoy yo mismo, al oír que he obtenido un tratado de este Gobierno. Se lo firmó el 4 del corriente. El mismo tratado para el inglés, el francés, el sardo y yo. Perfectamente idéntico, excepción hecha de los nombres, preámbulo, el artículo sobre ratificaciones, y uno que yo decliné apoyar conjuntamente con el francés y el sardo, referente a lo que se llamó “el tráfico negro”`[negro dealing]. Nos encontramos a nuestra llegada con que López no solamente se encontraba reacio a tratar, sino que estaba decidido a no tratar de ningún modo. Que el encargado de negocios del Brasil gozaba de su entera confianza; se lo permitía ver privadamente nuestras proposiciones, y empleaba todos los medios a su alcance para defraudarnos. Y pronto fue evidente que si cada cual continuaba actuando por su lado, todos fracasaríamos. Y así resolvimos, primero, ponernos de acuerdo sobre un tratado que todos podríamos aceptar, y luego ejercer presión con él, y haciendo causa común, resistir o caer juntos. El resultado- después de una larga, ardua y enfadosa conversación- es el tratado que le enviaré una copia en ingles. Es casi con precisión el plan que adopta el Gobierno británico en tratados de este género. Como el único documento que yo tenía era una copia de aquella nota de (15) Ibidem.TomoI, pag 149
21
Mr. Webster del 27 de Abril, por supuesto que me costó mucho trabajo que [López] me reconociera en alguna forma. Pero [de esto] le hablaré después. Leal (el brasileño) está a punto de provocar una gran explosión... Quiere nuestro tratado para su Gobierno. López rehusa dárselo, salvo que sea a condición de que el Brasil renuncie a una parte de sus pretensiones en la controversia de fronteras. Se cruzan enojosísimas notas -háblase de pasaportes, etc., ete. Esto es entre nous naturalmente. Yo me inclino a creer que López es mucho para él y acabará por aventajarle”. (16)
El acto de la firma del Tratado de amistad, comercio y navegación con
las cuatro potencias (Gran Bretaña, Francia, Estados Unidos y
Cerdeña) se realizo el 4 de marzo, el 12 de marzo ratificó el tratado
con los Estados Unidos.
El Senado norteamericano pidió que se enmendaran algunos pasajes
que consideraba equívocos. El Presidente Pierce ratifico el tratado
con las enmiendas, las cuales requerían ahora la aprobación
paraguaya (una segunda ratificación) para que se pudiera proceder al
canje. Pero quizo las circunstancias que el asunto se planteara en el
peor momento coyuntural. Acababa Hopkins de ser expulsado del
Paraguay después de una tempestuosa ruptura con López, en la que
se vió envuelto otro norteamericano, el teniente Page, comandante
del Water Wich.
El Congreso autoriza al presidente Buchanan para exigir por las
armas las reparaciones que no puede obtener por la diplomacia (XII-
1857).
La expedición de guerra comienza a prepararse en la mayor reserva.
En enero de 1859, aparece una flota de guerra en el puerto de
(16) Ibidem. TomoI, pag 154
22
Rosario de Santa Fe, ondeando la bandera de los Estados Unidos.
Son siete vapores, como vanguardia de una escuadra de dieciocho
barcos de guerra, con 191 cañones, 257 oficiales y 2.400 soldados de
desembarco.
La manda el comodoro Williams B. Schubrick, le acompaña como
representante del presidente Buchanan, el doctor James B. Browlin,
antiguo juez de la corte. Vienen a operar contra el Paraguay e
imponer una satisfacción a su gobierno.
En realidad vienen a combatir por la libertad fluvial. El general
Urquiza que se encuentra en Paraná, apenas conoce el arribo y
objeto de la escuadra norteamericana, consideró de suma gravedad
el incidente para la independencia y soberanía de las naciones de
América. Ofrece su mediación en el conflicto, y parte en el acto para
Asunción con el objeto de intervenir personal y decididamente. Le
acompaña el general Guido como ministro plenipotenciario, y en
calidad de secretario Benjamín Victorica.
El Brasil propone, a su vez, la mediación.
Después de laboriosas gestiones, en las cuales Urquiza aplica todo el
peso de su influencia, convienen las bases definitivas de conciliación
y amistad. El Paraguay consiente las exploraciones científicas en sus
costas y ríos. Ofrece, por notas satisfactorias, un desagravio por el
inciente del Water Witch y la expulsión de los cónsules.
Se concierta la formación de un tribunal de arbitraje, a reunirse en
Washington, para fijar el derecho a cobrar, y la cuenta de
indemnización a pagar, en caso afirmativo.
En la casa de gobierno de Asunción se firma al fin el nuevo tratado de
amistad, comercio y navegación y la convención especial de arreglo
de las diferencias entre los Estados Unidos y el Paraguay (9-11-
1859).
Brasil que venía continuando la práctica de su política de ocupación
para luego legalizarla mediante la realización de tratados de límites
23
con sus vecinos. En 1855 intentó posesionarse de la frontera
septentrional, con el establecimiento de un puesto en las Salinas
sobre la margen derecha del río Paraguay y al norte del Fuerte
Olimpo. Lopez despachó una guarnición expulsandolos por la fuerza.
El Gobierno Imperial envió al Comandante Pedro Ferreira de Oliveira,
como plenipotenciario en 1855. Su misión principal es exigir el
cumplimiento del Tratado Bellegarde (1850) y una satisfacción del
agravio que importa la expulsión del ministro Pereira Leal.
«Semejante forma en una misión diplomática, cuando no ha precedido reclamación alguna, que el Paraguay hubiese desechado, es inusitada, es imperiosa, ofensiva y humillante sin necesidad». (17) El presidente López no recibe al plenipotenciario
imperial mientras no se cumplan las condiciones que impone un
desagravio a una injuria gravísima. Pedro Ferreira de Oliveira se
encuentra con una escuadra en aguas paraguayas, para exigir
reparaciones por el insulto inferido al enviado imperial y obtener un
acuerdo sobre la cuestión fluvial de importancia vital para el Imperio.
Éste dependía de la libre navegación del Río Paraguay en su
comunicación regular con la inmensa pero aislada Provincia de Matto
Grosso.
La cuestión de la reparación se arreglo pronto con un saludo de 21
cañonazos a la bandera brasileña el 21 de Marzo, la negociación
concluyó el 27 de abril de 1855 con la firma de Ferreira de Oliveria y
Francisco Solano López, plenipotenciario paraguayo de un tratado y
convención postergando el arreglo de la disputa de los límites por un
año.
El articulo II de la Convención establecia que el tratado de amistad,
comercio y navegación y que el canje de ratificaciones del uno no
sería válido sin el canje simultáneo de ratificaciones del otro.
(17) Cárcano,Ramón, Op. Cit, pag 194
24
El general López en nota fechada entre el 18 y 23 de abril de 1855
rebate categóricamente la teoría imperial:
«el uti possidelis del Imperio, son líneas divisorias trazadas arbitrariamente por donde le conviene, sin apoyarse en ningún hecho anterior y cierto». (18)
La convención de amistad, comercio y navegación se acuerda sin
dificultades. El gobierno paraguayo impone algunas restricciones que
la inutilizan por completo. No se incluye la cláusula sobre la posesión
de Martín García, inserta en los tratados anteriores. No se registra
ninguna estipulación que subordine al Paraguay a la política exterior
del Brasil. Asunción conserva intacta su soberana independencia.
Las franquicias concedidas a la navegación son muy restringidas.
En una convención especial celebrada el 27 de abril de 1855 se
estipula «que la cuestión de la demarcación de límites, queda aplazada por el término de un año, dentro del cual, o antes si fuera posible, se ajustará o concluirá el mencionado tratado de límites». (19)
El nuevo tratado sería canjeado al mismo tiempo que el de límites,
haciendose esta operación al unísono, de modo que aquél tendrá
existencia cuando existiendo el último.
En julio 8 de 1855, el Emperador le niega su ratificación, y lo
comunica al Paraguay fundando su actitud y protestando amistad.
El canciller brasileno José Maria da Silva Paranhos, al explicar esta
negativa fundaba el caso en la lógica del articulo III del Tratado de
Alianza brasileno-paraguayo del 25 de diciembre de 1850.
(18) Ibidem, pag. 195
(19) Ibidem, pag. 196
25
“S.E el Presidente de la República del Paraguay y S.M. el Emperador del Brasil se comprometen a auxiliarse reciprocamente a fin de que la navegación del Río Paraná hasta el Río de la Plata quede libre para los súbditos de ambas naciones.”(20)
En el ámbito universal concluída la guerra de Crimea a raíz del
Tratado de Paris del 30 de marzo de 1856 que imponía a Rusia la
neutralización del Mar Negro e impedía al Gobierno Ruso el cierre de
los estrechos (Bósforo y Dardanelos) por medio de una presión sobre
el Gobierno Turco, existiendo una comisión internacional(Gran
Bretaña, Francia y Sardos) que garantizaba la libre navegación del río
Danubio, no es descabellado pensar que el mismo motor impulsor se
aplicó de manera inminente en la intervención de Inglaterra y Francia
para adueñarse del tráfico de los ríos platenses.
En una conversación sobre la cuestión de límites con el cónsul
británico, López descubre su íntimo sentimiento.
“Estoy firmemente convencido de que el resultado inevitable será una guerra con el Brasil. El Paraguay está preparándose militarmente, porque pienso que las cuestiones entre los dós países traerán una guerra, la que me hallo completamente dispuesto a emprender de una manera vigorosa y decidida”.( 21)
En la Corte de Río de Janeiro se piensa en forma similar:
“Sólo la guerra (escribe el Ministro Paulino en 1853) podrá cortar, ya que no desatar, las dificultades del imperio con la República”.(22)
(20) Archivo Diplomático y Consular del Praguay. Tomo 1, pag. 40
(21) Cárcano, Ramón, op.cit, pág. 199
(22) Ibidem, pág. 200
26
Urge el libre tránsito del Paraná y Paraguay para los buques y
súbditos brasileños. Está clausurado la comunicación fluvial con
Matto-Grosso. Ferreira de Oliveira debe abrirla con sus barcos. Está
autorizado para usar de la fuerza coercitiva, para llevar la guerra, si
fracasa la gestión amigable. La expedición misma es ya un acto de
guerra antes de iniciar la gestión. Es un error grave el envio inusitado
y secreto de una escuadra. Resulta una provocación inmotivada y
ofensiva a las naciones del Plata. El Imperio no necesita de esta
violencia espectacular para influir y predominar sobre Paraguay.
Ferreira de Oliveira fija el uti possidetis, lo que está poseído como
punto de partida. Para mayor claridad, determina los limites de lo
poseído: El río Paraná divide al Brasil del Paraguay desde donde
empiezan las posiciones del Imperio hasta la boca del Yguatemy,
siguiendo después por las cumbres de las sierras de Maracayú hasta
llegar a las vertientes del Apa, y por este río hasta su confluencia con
el Paraguay. Desde este punto, la margen izquierda u oriental
pertenecería al Brasil,y la derecha u occidental al Paraguay. Desde la
confluencia del Apa hasta Bahía Negra correspondía al Paraguay.
Desde cuyo punto las posiciones del Brasil ocupan ambas márgenes
del río Paraguay (abril de1855).
En esta forma, el uti possideti carece de elasticidad. Es una línea
rígida y seca (23).
Antonio Paulino Limpo de Abreu, vizconde de Abaeté, es nombrado
Ministro Plenipotenciario ante la Confederación. La caída del General
Flores, de la Presidencia del Uruguay, le ahorra intervenir en
Montevideo, en un conflicto doméstico, como es su designio.
Juan María Gutiérrez es el ministro de Relaciones Exteriores de la
Confederación. Inmediatamente principia el estudio de los tratados
(24-11-1856).
(23) Accioli, “Límites do Brasil”, pág. 53
27
A los seis días son aceptados en todas sus cláusulas. El vizconde los
trae preparados. Son los mismos famosos tratados de Lamas. Urquiza
y el emperador les prestan su aprobación, el Congreso de Paraná los
sanciona y, tres meses después de firmados, se canjean las
ratificaciones. Es el primer tratado de amistad, comercio y navegación
vigente hasta ahora entre la Argentina y el Brasil (25-VI-1856).
El Presidente López empecinado en imposibilitar la navegación del
Río Paraguay a pesar de los derechos reconocidos y consagrados por
el reciente tratado Berges (Río de Janeiro) coloca al Brasil en el
peligro de obligarle a hacer uso de la violencia.
Las convenciones previstas por el tratado de alianza (1857), están
retardadas por las agitaciones políticas internas de la Confederación
que la conmueven. Nuevas complicaciones se preven, y convendría a
todos resolver cuestiones fundamentales que consoliden las
situaciones recíprocas. Las gestiones del Imperio se concretan a
estos puntos de vital importancia para vivir dentro de un orden
jurídico.
Convención fluvial para la navegación en común de los rios Paraná,
Paraguay y Uruguay.
Extradición de criminales, desertores y esclavos. Límites entre el
Brasil y la Confederación.
Verificadas estas convenciones, el Imperio entregaría en calidad de
empréstito la suma de 300.000 patacones, cuyas condiciones se fijan
prolijamente.
Urquiza prepara la campaña de Cepeda, Santiago Derqui, ministro del
Interior, y Bernabé López, ministro de Relaciones Exteriores, son
nombrados por el gobierno de Paraná para tratar el caso con el
representante del Imperio.
Paranhos tiene urgencia en concluir, por el momento, la convención
fluvial ya firmada en el Uruguay (15-1X-1856).
28
Firmado entonces el tratado (20-XI-1857), vigente hasta ahora, se
ajusta a los principios más avanzados del derecho de gentes que,
después de Rosas, son una convicción y una práctica en la
República. «La libertad de los ríos a todas las banderas, la Nación Argentina la consagra en todas las formas: leyes y decretos especiales, convenciones de amistad, comercio y navegación con los países de Europa y América, acuerdos entre las naciones ribereñas, declaraciones constitucionales, como expresión espontánea de la soberanía nacional. La doctrina y práctica dela libre navegación no la impusieron las armas triunfantes, ni la diplomacia extranjera, ni el verbo de los publicistas. La dictaron todos, estadistas y caudillos, gobiernos y pueblos, la geografía y las necesidades progresivas del país, que constituyen las leyes permanentes de la historia. Se da a la civilización lo que la Colonia y el tirano han negado, lo que exige la vida nacional como esencia de su fuerza y substancia de su cultura. La presión pudo contener la expansión mientras el crecimiento y la lucha robustecían los organismos y estimulaban las funciones. Al otro día de Caseros fué por eso la primera proclama de libertad fluvial. Que en cada gran río y sus afluentes naveguen los colores de todas las naciones; que cada caleta fuera un puerto; que en cada margen surgiera un emporio. La vida emancipada y anhelosa de la Argentina se incorporaba a la vida libre y febril del mundo.» (24)
Determinadas instrucciones, a modo de antecedentes históricos, se
desprenden y observan claramente de la correspondencia de Limpo
de Abreu como líneas permanentes en la diplomacia brasileña:
Nao deixarei de fazer sentir a V. Mcê. que a navegaçao dos Rios interiores da América é um assunto de alta importância. V..Mcê. (24) Cárcano, Ramón, op. Cit. Pág. 219
29
nao ignora que as Naçoens da Europa sao avaras desta navegaçao. nao a permitindo os Estados que nao sejam ribeirinhos. Entretanto elas contemplan com olhos de codicia, e desejam conquistar para si esta navegaçao na América Haveria grande perigo em reconhecer o direito de abrir pela força a navegaçao fluvial, e de franqueá-la a Estados que nao sao ríbeirinhos. Ao Brasil, mais do que a ninguem seria prejudicial um tal principio.”(Limpo de Abreu a Pimenta Bueno, Río, noviembre
14 de 1845). (25)
El ministro Paranhos trae también redactado un proyecto sobre
delimitación de las fronteras. El Imperio sostiene la nulidad de todas
las estipulaciones.ajustadas entre las coronas de Portugal y España,
para fijar sus límites territoriales de América. A falta de derecho
escrito, adopta y propone las únicas bases razonables y equitativas
que puede invocar: Uti possidetis donde exista, y las prescripciones
del tratado de San lldefonso (1777) donde ellas coincidan o no se
opongan a las posiciones actuales de una y otra parte contratante.
El cambio de situación lo establece Paranhos en la cláusula que
declara «los ríos Pepiri-guazú y San Antonio son los que fueron reconocidos en 1759 por los demarcadores del tratado de enero de 1750, celebrado entre España y Portugal» (art. 2º). (26)
Nunca existió conformidad de las partes respecto de la ubicación de
los ríos mencionados. Precisamente al fijar su posición, se produce la
(25) Ynsfran, Pablo Max, op.cit. Tomo II, pág 157
(26) Con el proyecto o tratado de límites, los Plenipotenciarios signatarios
celebraron el siguiente Protocolo:
“A los 14 días del mes de Diciembre de 1857, en esta ciudad de Paraná, reunidos Sus Excelencias los Sres. D. Bernabé López y D.Santiago Derquí, Plenipotenciarios de la Confederación Argentina, y Su Excelencia el señor Consejero José María da Silva Paranhos, Plenipotenciario de S.M. el Emperador del Brasil, convinieron en consignar en el presente Protocolo, las
30
disidencia entre los comisarios demarcadores, quedando interrumpida
la operación. Con la ubicación que ahora se reconoce, se asigna al
Brasil el dominio de las Misiones orientales, pobladas por España y
pertenecientes a su jurisdicción.
siguientes declaraciones, para inteligencia, por parte de uno y otro Gobierno, del tratado de límites firmado en esta misma fecha. Estando de acuerdo ambos Gobiernos en la fijación de la línea divisoria de los ríos Pepirí-guazú y San Antonio, los señores Plenipotenciarios prescindieron, por inútil, en el asunto de que se trata, de la cuestión ventilada en la Memoria presentada por el señor Plenipotenciario brasilero, de ser o no válidas las estipulaciones de límites celebradas en otro tiempo entre Portugal y España sobre sus dominios en la américa del Sur.
Queda por lo tanto entendido que no importa reconocer la validez o invalidez de ninguno de los antiguos tratados la referencia que se hace de la demarcación del de 13 de Enero de 1750, en el artículo 2.º del que acaba de ser firmado entre el Brasil y la Confederación.- Esa referencia tiene únicamente por fin precisar la designación de la línea divisoria del territorio comprendido entre los ríos Uruguay y Paraná. El señor Plenipotenciario brasilero declaró que accediendo al deseo expresado por sus colegas, para que al final del art. 4º se agregasen las palabras “Conforme á los principios del derecho internacional”, lo haría en la inteligencia de que por ésta cláusula no se tenía en vista prejuzgar los hechos de posesión, por parte de una o de otra Nación, de las islas del río Uruguay fronterizas a sus respectivos territorios, lo que él juzga además bien subentendido, porque el derecho de gentes consagra también el principio de uti possidetis como título legítimo de propiedad territorial. Los señores Plenipotenciarios argentinos contestaron que la frase final del art. 4º indica que los dos Gobiernos deberán, como no podía dejar de ser, reglarse por los principios universalmente aceptados, para acordar la división
del dominio de las islas, y dirimir cualquiera duda que a ese respecto se suscitase en el referido acuerdo: que no tenían en vista prejuzar los hechos de posesion a que alude el señor Plenipotenciario brasilero, pero que también era de su deber y lealtad declarar desde ahora que su gobierno ni pretende fundar derecho a las islas en tales precedentes, ni podrá reconocer posesiones que no deriven de la soberanía que tiene el Imperio sobre una de las márgenes y la mitad del Rio.
31
En el Congreso, a puerta cerrada, se producen discusiones logrando
romper su mayoría e introducir en el tratado una aclaración.
«Es entendido que los ríos Pepiri-Guazú y San Antonio, que se designan como limites, son los que se hallan más al oriente con estos nombres, según consta de la operación citada» (art. 2º)(24-
1X-1858). (27)
El agregado importa el restablecimiento de los límites del pacto de
San lldefonso (1777) y la descalificación del principio del uti
possidetis. La aprobación de un tratado, por otra parte, es indivisible y
la modificación significa su rechazo. Nunca se canjean y resultan
anulados para siempre.
La “diplomacia del patacón”, para fraseando al Dr. José María Rosa,
pierde una oportunidad fácil.
Firmados los tratados de Paraná, el Ministro Paranhos se traslada a
Asunción (30/12/1857). El Paraguay no respeta el Tratado de Río de
Janeiro. Continúa obstaculizando la navegación de los ríos y las
comunicaciones con Matto-Grosso. Domina en su gobierno la
preocupación de la organización militar.
Leído el presente Protocolo, v hallado exacto, lo firmaron los tres Plenipotenciarios, en dos autógrafos, y sellaron con sus respectivos sellos.
(L.S.) – Bernabé Lopez. (L.S.) - Santiago Derqui.
(L.S.) – José María da Silva Paranhos.”( Cárcano, Ramón, op. Cit. Pág 221) (27) Cárcano, Ramón, op.cit. pág 222
32
Apenas el ministro Paranhos se ausenta de Asunción, el presidente
López multiplica sus trabajos de preparación militar.
El camino fluvial de Matto - Grosso está clausurado desde el
advenimiento de Rosas.
« El presidente López - dice Washhurn --desea que se arregle la vieja cuestión de límites, y se queja de que el Brasil lo presiona en todo tiempo y que no llegará a un acuerdo, pues, al amparo de la dilación, se sigue apropiando continuamente de territorio paraguayo. El presidente odia cordialmente a los brasileños y les desprecia como soldados». (28)
«El presidente temía que la cuestión de límites- comunica por oficio Thornton a Russell- llevara a una ruptura a los dos países, porque el gobierno brasileño se empeñaba en ponerla de lado, mientras él estaba resuelto a que se arreglara, debido a que los brasileños incursionaban continuamente en territorio paraguayo e insistían, sin embargo, en que el asunto se arreglara de acuerdo con el principio del uti possidetis». (29)
El Paraguay adquiere armas, contrata ingenieros y militares europeos,
funda campos de concentración y escuelas militares, construye al
norte el fuerte Olimpo y al sur fortica a Humaitá.
La guerra próxima esta latente en el espíritu de López. La Argentina
y el Brasil no reparan en el hecho, del cual carecen de suficiente
conocimiento, están confiadas en la propia superioridad respecto del
Paraguay.
(28) Ibidem, pág 229
(29) Ibidem
33
El encargado de negocios británico en Río de Janeiro informo:
“Se me ha dado a entender que la intención del Brasil, antes de que el Presidente del Paraguay despachara al señor Berges para tratar amigablemente con este país, era procurar la conclusión de un Tratado de alianza con el General Urquiza para actuar de concierto contra el Paraguay, en caso de que las cosas asumieran un carácter bélico. Quizás el conocimiento de esto haya podido inducir al Presidente López a confiar una misión pacífica a su plenipotenciario, y mediante un esfuerzo encaminado a arreglar las dificultades pendientes, impedir la conclusión de una alianza ofensiva y defensiva entre el Brasil y la Confederación Argentina con respecto al Paraguay.”(30)
José Bergés fue el plenipotenciario designado y las conferencias
tuvieron lugar en Rio de Janeiro. El Plenipotenciario brasileño era
José María da Silva Paranhos. Este contestó la sugestión de Berges
proponiendo una linea fronteriza definitiva que era una reproducción
de la sugerida por el Ministro brasileño en Asuncion, Felipe José
Pereira Leal, en 1853-1854 y repetida por Ferreira de Oliveira en
1855.
“El territorio del Imperio del Brasil se divide del de la Republica Paraguay por el río Paraná, desde donde comienzan las posesiones del Brasil, y por encima de él hasta la boca del Iguatemy, siguiendo por este río arriba y por su canal principal (dejando al norte a su confluente Escopil) hasta sus más altas vertientes, y de ahí, por la línea más corta, procurando lo alto de la sierra Maracayú, que divide las aguas del Paraná de las del Paraguay (30) Horton Box, Pelhan. “Los orígenes de la Guerra del Paraguay contra la Triple
Alianza”. Pag 41
34
Sigue por las cumbres de esta sierra siendo las vertientes del este del Brasil, y las del oeste del Paraguay, hasta llegar a las primeras vertientes del Apa, desciende por este río hasta su confluencia con el Paraguay, desde donde la margen izquierda, u oriental, pertenece al Brasil, y la derecha u occidental, a la República del Paraguay. De la confluencia del Apa sigue por el Paraguay arriba hasta la Bahía Negra, donde las posesiones del Brasil ocupan ambas márgenes del Paraguay.”(31)
La línea fronteriza reclamada por el Paraguay era: por el lado del
Paraná, el Río Yoinheima o Igurei; y por el lado del Paraguay, el río
Blanco, que corre al norte del río Apa y paralelo a él, unidos estos dos
ríos por las Sierras de Maracuyú y Amambay, desde sus cabeceras
que de ellas nacen.
Los tratados ya no estaban en vigor, pero al mismo tiempo, podían
perentoriamente resolver dudas sobre límites, en territorios en que no
hubiese ocupación efectiva.
En sus negociaciones sobre límites con Bolivia y Venezuela, el Brasil
sostenía que los acuerdos de fronteras entre España y Portugal
habían sido derogados por los hechos. Ante el Paraguay abogaba
también por el uti- possidetis, con las dos excepciones fundamentales,
de que los antiguos tratados habían de servir para determinar los
títulos a regiones desocupadas, pero que, en cuanto a los territorios
ocupados, solo se aplicaría el uti- possidetis, aunque estuviera
contradicho por los términos de los antiguos tratados.
Paranhos empleo luego otra sutileza:
(31)Quesada, Vicente. “Historia diplomática latino-americana”. Tomo III, pag 140
35
“ Al Brasil pertenece incontestablemente el territorio que en América del Sud pertenecía a Portugal, con las perdidas y adquisiciones que tuvieron lugar después de los tratados de 1750 y 1777; y reciprocamente a los estados confinantes que fueron colonias de España pertenece lo que era del dominio de esta nación, salvo las alteraciones que indica su uti-possidetis.”(32)
Cuando Berges le pregunto derechamente por que el Brasil
reclamaba la línea del Iguatemy y del Apa, Paranhos contestó que
esa línea se conformaba con el uti-possidetis.
La pretensión brasileña de que el tratado de 1777 había sido
invalidado por la guerra entre España y Portugal de 1800, que terminó
con el Tratado de Badajoz del 6 de junio de 1801. El Tratado
Provisorio de San Ildefonso de 1777 fue confirmado por el Tratado del
Pardo del 1.o de Marzo de 1778. Este último renovó la extensión de
los límites acordados en 1777. El Tratado de Badajoz no cita el
Tratado de 1777.
El tratado de 1801 por eso presupone la no validez continuada del
tratado de 1777.
Las ciudades de Alburquerque y Coimbra en Matto Grosso, estuvieron
en la posesión efectiva de Portugal después de 1780, aunque se
hallaban situadas en el territorio asignado a España por el Tratado de
1777. Por el Tratado de Badajoz, Portugal cedió a España la fortaleza
de Olivenza. Pero este Tratado no mencionaba cesión alguna a
Portugal de territorios en Sud América que Portugal hubiese ocupado
desde 1777.
“Si se admitiese el Principio de que la emergencia de la guerra (32) Ibidem, Tomo III, pág 175
36
anula tratados anteriores, sería igualmente sano el Principio de que para la Posesión justa de Conquistas hechas durante la guerra, o previamente durante un estado de Paz, debe tener lugar una cesión formal de dichas Conquistas...No se puede adjudicar al Brasil ningún derecho cimentado en el silencio del Tratado de Paz de 1801 concerniente a las posesiones americanas de España y Portugal.” (33)
La reclamación del Paraguay a una frontera en el Río Blanco,
descansaba en el hecho de que España tenía establecimientos en la
región comprendida entre el Río Apa, pretendida por el Brasil, y el
Blanco.
España había fundado el Fuerte Borbón en esta región, que
permaneció en manos del Paraguay como Fuerte Olimpo, un poco
mas debajo de la desembocadura del Río Blanco y en la márgen
derecha del río Paraguay. El Brasil nunca había objetado la
jurisdicción paraguaya sobre la márgen derecha del Río Paraguay en
este punto, pero Paranhos sostuvo que Fuerte Olimpo no podía ser
considerado como un “punto cardinal” para la ocupación de la márgen
izquierda entre los ríos Apa y Blanco.
No puede negarse la posesión, observaba Berger secamente, a un
Estado que ha ocupado una margen del río, a favor de otro Estado
que no ha ocupado ninguna márgen.
Finalmente Berges apoyaba la reclamación paraguaya a la línea del
Río Blanco en consideraciones estratégicas. Ni el Apa ni el Blanco
son verdadero ríos, sino grandes arroyos, secciones enteras de los
cuales se secan en verano, y ni uno ni otro son navegables en
estación alguna. El territorio situado entre el Apa y el Blanco no tenía
valor intrínseco subido. Si el Apa formáse una barrera efectiva, el
Paraguay hubiese de buena gana abandonado sus reclamaciones al (33)Horton Box, Pelhan. “Los orígenes de la Guerra del Paraguay contra la Triple
Alianza”. Pag 44
37
territorio comprendido entre dicho río y el Blanco. Pero no era así; y
puesto que el terreno intermedio es bajo y anegadizo, el Paraguay
necesitaba esta pantanosa envoltura estratégica como una
protección.(34)
Esta consideración estratégica era la que había inspirado el proyecto
de GELLY en 1847 cuando a nombre de Lopez, sometió al Brasil la
proposición de neutralizar el territorio comprendido entre los Ríos Apa
y Blanco.
Por el lado del Paraná, Paranhos reclamaba la línea del Iguatemy en
virtud de un antiguo puesto portugués establecido en él. Berges refutó
esta prueba con la manifestacion de que los portugueses habían sido
expulsados de su puesto como intrusos por Agustin Fernando de
Pinedo, Gobernador español del Paraguay.
Vale la pena hacer notar de paso que el hombre a quien el
Gobernador Pinedo envio para inspeccionar la fuerza del puesto
portugues en 1777, fue don García Rodriguez de Francia, padre del
Dr. Francia.
El gobernador Pinedo operó contra los intrusos desde el fuerte de San
Carlos, que construyó especialmente con este propósito. San Carlos,
en las riberas del Iguatemy, era el único establecimiento construído
entre dicho río y el Yoinheima reclamado por el Paraguay como su
frontera con el Brasil.
Por último el 6 de abril de 1856 se firmó en Río de Janeiro un tratado
y convención por José Berges y José María da Silva Paranhos. El
tratado de amistad, navegacion y comercio garantizaba a ambas
partes la libre navegación del Paraná y del Paraguay. El Articulo VI
reservaba el derecho de ambas partes de adoptar medidas fiscales y
policiales en los ríos para evitar el contrabando. (35)
(34) Quesada, Vicente, op. Cit., Tomo III, pag 201
(35) Archivo Diplomático y Consular del Paraguay. Tomo 1 , pag 87
38
La Convención obligaba dentro del plazo de seis años a que
examinaran y ajustaran definitivamente la línea divisoria de los dos
paises. La noticia de la concesión formal de la navegación del Alto
Paraguay al Brasil por el Tratado del 6 de Abril de 1856, no fue bien
recibida por el Presidente Lopez. La ratificación del Tratado permitió
el comentario del cónsul británico:
“El Gobierno paraguayo se vio al fin compelido a conceder la navegación del río al Brasil; pero su consentimiento no es cordial, e indudablemente empleará sus mejores empeños para hacer que la concesión resulte lo mas ineficaz que sea posible.” “Aquí se abriga poca confianza en un arreglo definitivo de la Cuestión de Límites entre este País y el Brasil, y su Excelencia el Presidente mismo se expresó, en una conversación, que estaba firmemente convencido de que el resultado inevitable sería una guerra con el Brasil”(36)
Algunos días mas tarde el Presidente López rehusaba formalmente
acceder a la Declaración de París sobre los derechos de los neutrales
en tiempo de guerra, que fuera invitado a aceptar por el gobierno
británico.
Durante la instancia de una conversación con el Cónsul británico
sobre el tema se:
“Dijo que por fin le habia concedido al [Brasil] la navegación del río, aunque sabía que el Brasil, sólo la deseaba para fines militares y no para la promoción del comercio. El Paraguay, sin embargo, estaba también haciendo preparativos militares, porque el tenia el convencimiento de que las Cuestiones entre
(36) Horton Box, Pelhan, op. Cit., Pág 48
39
los dos países traerían una guerra, que él se hallaba completamente dispuesto a emprender de una manera vigorosa y decidida.” (37)
López se determinó a presionar una vez más sobre el Imperio
mediante el Río Paraguay. Se fundó en el Articulo VI del Tratado del 6
de Abril de 1856 para desviar la intencion del mismo. El 10 de agosto
de 1856 lanzó un decreto por el cual los buques mercantes
extranjeros debían llevar un piloto paraguayo desde Asunción hasta el
primer puerto brasileño de Matto Grosso. El 10 de Agosto de 1856
otro decreto imponía derechos que en realidad anulaban la libertad de
navegación estipulada por el tratado. Se ordenaba que las
embarcaciones tocasen varios puertos paraguayos para ser
inspeccionadas y pagasen derechos de pasaje pesados. Un decreto
imperial había abierto el bajo Matto Grosso bañado por el río
Paraguay a las banderas de todas las naciones. Pero ahora el
gobierno brasileño se encontraba con que López intentaba prohibir
que toda embarcación no brasileña remontase el río más arriba de
Asunción y lo que era mas importante, considerar como contrabando
las cargas extranjeras en buques brasileños.
Luego de la protesta en enero 26 de 1857, firmada por José María
da Silva Paranhos, el gobierno Brasileño envió al consejero José
María do Amaral en misión especial a Asunción, no llego a nada
concreto abandonando el Paraguay.
El Brasil se decidio a jugar su mejor ficha que era da Silva Paranhos.
El Vizconde de Maranguapé, Ministro de Negocios Extranjeros
escribió en sus instrucciones al plenipotenciario brasileño, quien las
recibio el 16 de setiembre de 1857:
(37) Ibidem, pag 48
40
“Parece que el espiritu de intriga le ha infundado [a López] la desconfianza de que pretendemos preparar la Provincia de Matto Grosso para resolver la cuestión de límites por medio de las armas. Las instrucciones que tengo que dar a vuestra excelencia para disipar la infundada preocupación, importaría el desconocimiento de los medios que tiene Vuestra Excelencia para convencer al Sr. López de los sentimientos pacíficos de que el gobierno imperial ha estado hasta ahora poseído por esperar que el de Paraguay procediese de igual modo en el cumplimiento de sus estipulaciones. No es dudoso para el Gobierno Imperial el triunfo de nuestras armas en una lucha con el Paraguay, atentos a las fuerzas de que podemos disponer, la guerra sin embargo, debe ser el último recurso entre dos pueblos civilizados.” (38)
Tropas de línea y de la Guardia Nacional eran entre tanto
concentradas en San Gabriel, al interior y en San Borja y otros puntos
sobre la frontera de Río Grande.
El 20 de noviembre de 1857 Paranhos firmó con los plenipotenciarios
argentinos una Convención declarando libres para las banderas de
todas las naciones los ríos Uruguay, Paraná y Paraguay. La
Convención prescribía luego, detalladamente las reglamentaciones
necesarias para guardacostas, conservación de los ríos. El 14 de
diciembre de 1857 ese tratado fue seguido por otro de límites que
definía las fronteras de la Confederación en el territorio de Misiones.
Por ese tratado el Brasil reconocía la márgen derecha del río Uruguay
como territorio argentino.
Estos acuerdos fueron precedidos por un ajuste suscrito en Río de
(38) Ibidem, pag 50
41
Janeiro el 15 de setiembre de 1856 por Andrés Lamas a nombre del
Uruguay y el Visconde de Maraguapé a nombre del Brasil, en que se
definían los principios que las dos partes aplicarían para asegurar la
libertad del río Uruguay( garantizada por el tratado del 12 de octubre
de 1851 entre las dos potencias contratantes) y por el cual estas se
comprometían a colaborar para invitar a los estados ribereños del
Paraná y del Paraguay a aplicar también dichos principios en sus
aguas.
Paranhos pronunció un elocuente discurso:
“Deseo ver realizada la más estrecha unión entre el Imperio y la Confederación y que la gloria de Caseros no sea la única gloria en común por el Brasil y la Nacion Argentina.”(39)
Paranhos llego a Asunción el 7 de enero de 1858, el 12 de febrero de
1858, Francisco Solano López y José María da Silva Paranhos
firmaron en Asunción una Convención fluvial que reproducia
textualmente con ciertas omisiones y arreglos la Convención de
Paraná del 20 de noviembre de 1857.
López tuvo que derogar todos sus decretos sobre navegación del río y
cualquiera fuese la compensación la verdad es que fue forzado a
firmar por el Brasil.
Después de este arreglo se inauguró un servicio brasileño de vapores
por el río Paraguay hasta Matto Grosso. Los vapores hacian ocho
viajes completos por año, ida y vuelta, entre Río de Janeiro y Cuyaba,
capital de la Provincia.
Bajo la inspiracion de su hijo Francisco Solano, Carlos Antonio López
comenzó a armarse, se fortificó Humaitá, se aumentó el efectivo del
ejército permanente, fueron contratados expertos militares e
(39) Ibidem, pág 51
42
ingeneiros europeos, la tregua por llamarlo de alguna manera
expiraba el 13 de junio de 1862, así lo manifestaba el Ministro
Norteamericano en Asunción el 24 de abril:
“El Encargado de Negocios brasileño Senor Borges salió de Asunción con su familia hace unos diez días y se dice que una enojosa correspondencia se ha cruzado entre él y este Gobierno, y que él se retiró a Montevideo a esperar instrucciones de su país. El Presidente López desea que se arregle la vieja cuestión de límites entre el Paraguay y el Brasil y se queja de que este último lo presiona en todo tiempo y no llegara a un acuerdo, pues, al amparo de la dilación, se sigue apropiando continuamente de territorio paraguayo. El Presidente odia cordialmente a los brasileños y los desprecia como soldados y al hablar de ellos acostumbra a llamarlos macacos...”(40)
A comienzos de Abril de 1862, Thornton, Ministro británico en Buenos
Aires, visitó Asunción, en el momento mismo en que ambos países
debían disponer el nombramiento de un plenipotenciario, de acuerdo
con el tratado del 6 de abril de 1856, para arreglar las cuestiones de
límites.
El 10 de setiembre de 1862, falleció el Presidente Carlos A. López,
haciendo uso del derecho que le confirió el Congreso en 1856, de
nombrar a un Vice-Presidente que, en caso de su deceso, actuaría
como Presidente hasta que se reuniera el Congreso que había de
elegirle sucesor. El Presidente López, en su lecho de muerte
designó a su hijo Francisco Solano López para aquel cargo.
El nuevo Vice- Presidente habia sido por largo tiempo Comandante en
Jefe y Ministro de Guerra y Marina.
(40) Ibidem, pág 53
43
Prueba de esto es el testimonio presencial del Sacerdote Fidel Maíz,
quien le acababa de administrar la extrema unción, señala que le le
hablo a su hijo Francisco Solano lo siguiente:
“hay muchas cuestiones pendientes a ventilarse; pero no trate Vd. de resolverlas con la espada sino con la pluma, principalmente con el Brasil.”(41)
Menos de dos meses después de la muerte de su padre se vio con el
Ministro norteamericano Washburn, éste informó a Seward lo
siguente:
“Le asegure que si deseaba propinar una paliza al Brasil, o a otro cualquiera de sus vecinos, los yanquis le facilitarían los instrumentos para hacerlo, con la mas grande celeridad en las condiciones mas razonables, dándole al propio tiempo un artículo más eficaz que el que pudiera darle otra nación o pueblo”. (42)
§.3 - DISPUTA DE LIMITES PARAGUAYO – ARGENTINA 3.1 – Soberanía sobre el Chaco La Confederación Argentina y el Paraguay heredaron un problema al
Este y otro al Oeste de su frontera común: el Paraná. Al Oeste se
extiende la región del Gran Chaco, inexplorada en su mayor parte,
forma toda la márgen occidental del Río Paraguay, desde su
confluencia con el Paraná en las tres bocas, exactamente al Norte y
Este de Corrientes y en línea recta a Bahía Negra.
En el Este de esta frontera del Paraná se extiende la región de
(41) Ibidem, pag 57
(42) Ibidem, pag 57
44
Misiones de la República Argentina en la actualidad, situado al
Noreste de la Provincia de Corrientes, entre esta Provincia y la
frontera brasileña.
Una Real Cédula de 10 de noviembre de 1659, declara que son
“trece señaladamente los pueblos que siempre fueron de la jurisdicción del Paraguay”. Ratifica esta afirmación otra Cédula
Real de 28 de diciembre de 1743 que detalla minuciosamente los
nombres de las Misiones. De los trece pueblos, ocho estan situados
sobre la márgen derecha del Paraná: SANTA MARÍA DE FE, SAN
IGNACIO GUAZÚ, SANTA ROSA, SANTIAGO, SAN COSME Y
DAMIAN, ITAPÚA, TRINIDAD Y JESÚS y cinco sobre la márgen
izquierda: CANDELARIA, SANTA ANA, LORETO, SAN IGNACIO
MINÍ Y CORPUS. Estas trece Misiones componían el departamento
de Candelaria. A Buenos Aires, que en 1618 se convirtio en provincia
separada, independiente de Paraguay, le fueron asignados diecisiete
de los treinta pueblos que formaban las Misiones y se entendía que la
jurisdicción se extendía hasta las Misiones del río Uruguay.
Una Real Cédula fechada el 11 de Febrero de 1724, el rey de España
ordenó que los obispos de las diócesis acordaran el modo de poner
fin a sus diferencias. Los árbitros se reunieron en Candelaria y
resolvieron que en el territorio de Misiones la jurisdicción del obispo
del Paraguay se extendía sobre el área bañada por las corrientes que
desaguan en el Paraná y la del obispo de Buenos Aires, sobre el área
de los tributarios del Río Uruguay.
Por Real Cédula de 6 de noviembre de 1726, los trece pueblos de las
Misiones paraguayas fueron separados del Paraguay e incorporados
a la Jurisdicción de Buenos Aires. La jurisdicción de Paraguay, tanto
en lo religioso como en lo civil, se extendería sin oposición del
Gobierno de Buenos Aires sobre todo el terreno abarcado por la
cuenca del Río Paraná (Alto) y la jurisdicción del Gobierno de Buenos
Aires sería sobre la cuenca del Río Uruguay es decir, que el límite
45
entre ambas provincias estaría determinado por la divisoria de aguas
de los ríos Paraná y Uruguay en el territorio de las Misiones.
Los pueblos de Candelaria, San Cosme y Santa Ana, aun cuando
situados en la margen izquierda del Río Paraná, como también los de
Nuestra Señora de Loreto, Misiones y Corpus quedaron en posesión
de Paraguay.
La Real Cédula fue motivada por los disturbios relacionados con la
Revolución de los comuneros iniciada por el Gobernador José de
Antequera y Castro, favorecida por los franciscanos, dirigida contra la
arrogancia de los jesuítas.
En 1762 el Gobernador José Martinez Fontes pidió la devolución de
los trece pueblos a su jurisdicción y el pedido fue renovado por su
sucesor Pedro Melo de Portugal, en consecuencia el Virrey de
Buenos Aires ordenó el 14 de julio de 1784 la división de los treinta
pueblos de Misiones: el Gobernador Intendente General del Paraguay
recibiría los trece pueblos que anteriormente pertenecían a su
jurisdicción.
La Real Cédula de 17 de Mayo de 1803 dada en Aranjuéz disponía
la separación de Buenos Aires de las diecisiete Misiones del Uruguay
y de Paraguay las trece misiones del Paraná. Los treinta pueblos
guaraníes y tapes del territorio de Misiones fueron reunidos en una
Provincia separada, con el Teniente Coronel Bernardo de Velazco a la
cabeza como gobernador político y militar con total independencia del
Paraguay y Buenos Aires.
Este arreglo no duro mucho, así entre el 12 y 18 de setiembre de
1805 la Junta de Fortificaciones y Defensa de Indias presentó dos
informes, señalando la conveniencia de reunir las dos provincias del
Paraguay y Misiones y proponiendo que Bernardo de Velazco fuera
nombrado Gobernador del Paraguay, además de su cargo de
gobernador de Misiones.
46
El 24 de marzo de 1806, el Virrey de Buenos Aires , Marqués de
Sobremonte, escribió a Velazco para informarle que por orden de su
Magestad se le había nombrado “Gobernador Militar y Político e
Intendente de la Provincia del Paraguay con agregación de los treinta
pueblos” de las Misiones de Indios Guaranies y Tapes del Uruguay y
Paraná.
En 1810 tuvo lugar la revolución nacional de Buenos Aires y cuando
el 9 de junio de 1811, el gobernador Velazco fue depuesto por sus
dos asociados de la Junta, que como una concesión a la revolución
constituyera el mismo Velazco el 15 de mayo, si la prueba de la
propiedad de un territorio disputado en America Latina debe ser el uti
possidetis del momento de la independencia, entonces el 14 de mayo
de 1811 el Paraguay, al afirmar esa independencia, sucedió a la
jurisdicción de la autoridad española constituída que se extendía
sobre la Provincia del Paraguay y los treinta pueblos de las Provincia
de Misiones.
Reconocido el nuevo estado de cosas por la Junta de Buenos Aires
en un tratado, firmado el 11 de Octubre de 1811, quedaba solamente
por arreglar el asunto de los límites entre estos dos nuevos Estados,
desde que, por no poderse llegar a un acuerdo definitivo al respecto
en dicho tratado, sólo se hacía constar en él la promesa de un pronto
arreglo.
El doctor Francia consideraba a la República de Paraguay como la
heredera legítima del territorio de las antiguas Misiones Jesuíticas las
cuales pertenecía todo el noreste de la Provincia de Corrientes, así
como todo el Gran Chaco, ese extenso desierto situado en la márgen
derecha del Río Paraguay entre la República de Bolivia y la Provincia
argentina de Santa Fe. Pero, habiendo la Provincia de Corrientes
preferido conservarse unida a las otras que formaban la
Confederación del Plata, la Junta de Buenos Aires no podía consentir
47
que una parte integrante de su territorio fuese segregada de ella en
provecho del Paraguay.
El Tratado del 12 de Octubre de 1811 por el cual Buenos Aires
reconocía la independencia efectiva del Paraguay, la jurisdicción de
éste sobre parte de Misiones fue igualmente reconocida en el Articulo
IV:
“...Hasta tanto que con mas conocimiento se establezca en el Congreso general la demarcación fixa de ambas Provincias hacia ese costado, debiendo en lo demás quedar también por ahora los límites de esta Provincia del Paraguay en la forma en que actualmente se hallan, encargándose consiguientemente su gobierno de custodiar el departamento de Candelaria”. (43)
En 1813 la Junta de Gobierno Paraguaya integrada por cinco
miembros se disolvía, nombrándose en su reemplazo a dos cónsules,
el Doctor Francia y Fulgencio Yegros. Un año más tarde Francia es
nombrado dictador por cinco años, siendo declarado vitalicio
posteriormente. En tal calidad gobernó el Paraguay hasta su muerte
ocurrida en 1840. Le sucedieron en el Gobierno del Paraguay los
cónsules Carlos Antonio López y Roque Alonso. Este gobierno
permaneció hasta 1844 en que Carlos Antonio López es nombrado
primer Presidente de la República del Paraguay por un lapso de 10
años. Al concluir su mandato fue reelecto dos veces consecutivas,
ocupando el poder hasta su fallecimiento en 1862.
Por el Tratado del 31 de Julio de 1841, entre el Paraguay y la
Provincia de Corrientes, se estableció una verdadera frontera
provisoria. Carlos Antonio López estaba dispuesto a entregar la mitad
del territorio de Misiones. El Articulo II declara:
(43) Archivo diplomático y consular del Paraguay. Tomo 1, pag 7
48
“Sin perjuicio de los derechos de la República del Paraguay y de la Argentina se reconoce como pertenencientes a la primera las tierras del campamento llamado San José de la Rinconada y de los Pueblos extinguidos Candelaria, Santa Ana, Loreto, San Ignacio Miní y San José hasta la tranquera de Loreto; y por el de la segunda: San Carlos, Apóstoles, Mártires y los demás que están en la costa del Uruguay.”(44)
Este tratado fue la causa de los conflictos con Rosas, era nulo, pues
Corrientes como Provincia de la Confederación Argentina, carecía de
autoridad internacional para negociar sobre límites.
Se llegó al reconocimiento de la independencia del Paraguay por
parte de la Confederación Argentina (Urquiza) con la firma de un
Tratado referente a la navegación y límites el 15 de julio de 1852.
Por el artículo I establece que el Río Paraná es el límite entre el
Paraguay y la Confederación Argentina, desde las posesiones
brasileñas hasta la Isla del Atajo, que queda en la confluencia de los
ríos Paraguay y Paraná. Se abandonaba de golpe la reclamación
paraguaya sobre Misiones, este tratado fue desaprobado por el
Congreso de la Confederación, debido a las cláusulas relativas a la
frontera del Chaco. En homenaje a un apoyo contra el Brasil, Carlos
Antonio López estaba dispuesto a entregar Misiones, territorio rico en
sí mismo - centro de cultivo de yerbamate- sino que permitía al
Paraguay un acceso directo a la Provincia brasileña de Río Grande do
Sul por la vía del río Uruguay y llegaba aguas abajo hasta la gran
arteria del Río de la Plata. Un país encerrado tierra adentro como el
Paraguay depende absolutamente en su vida económica del libre
acceso a todo río navegable que pueda correr cerca de él. El artículo
VII de este tratado concedia a la bandera de la recluída nación la
(44) Idiem, Tomo 1, pág 15
49
libre navegación del Paraná y sus afluentes; pero sacrificar a cambio
de dicha ventaja, la ruta del Rio Uruguay, era pagar un precio
demasiado alto y el Paraguay no lo hubiera pago si no fuera por la
desconfianza hacia el Brasil.
El Tratado de Amistad, Comercio y Navegación celebrado entre entre
el Paraguay y la Confederación Argentina el 29 de julio de 1856
aplazó el asunto de límites (artículo 24) explicitado en el Tratado de
15 de Julio de 1856 arriba mencionado. Necesario es destacar que en
el artículo 25 se establecía “...que la Isla de Apipé, en el Paraná pertenence a la Confederación Argentina, y la de Yaceretá al Paraguay”(45)
§.4- ANTAGONISMOS E INTERESES SOBRE EL CHACO 4.1. Todos los caminos conducen al Chaco Asuncion, Capital del Paraguay fue fundada en 1537 en la márgen
izquierda del gran río que da su nombre a la República, en la márgen
derecha se extiende el Chaco inexplorado, refugio de tribus de indios
salvajes, desde la fundación hasta el presente las autoridades de
Asunción han ejercido la jurisdicción sobre el Chaco, mediante
expediciones, establecimientos civiles y puestos militares.
En 1585 el Capitán Alonso de Vera y Aragón funda en el Chaco uno
de los establecimientos mas antiguos, la Ciudad de Concepción de la
Buena Esperanza del Bermejo sobre la márgen derecha del Bermejo,
por una Real Cédula de 1618 la inmensa Provincia del Paraguay fue
dividida en dos Provincias: Buenos Aires y Paraguay, así Buenos
Aires recibió el territorio situado al Sud de la ciudad de Concepción,
es decir al sur del río Bermejo, incluyendo las ciudades de Corrientes
y Santa Fe. El Chaco austral situado entre los ríos Bermejo y Salado
quedó bajo la jurisdicción de Buenos Aires
(45) Beverina, Juan, La Guerra del Paraguay,Tomo 1, pág 42
50
En 1792 con motivo de poner fin a las incursiones de Portugueses,
que avanzaba desde Coimbra y Alburquerque, el Virrey ordenó al
intendente del Paraguay , don Joaquin de Alós y Bru, la construcción
de un fuerte sobre la costa chaquena del Río Paraguay. Alós fundó el
Fuerte Borbón, éste dominaba la parte del Chaco hasta el río Negro
(Bahía Negra), desde entonces el fuerte Borbón u Olimpo, tuvo una
guarnición permanente.
Por el tratado del 15 de julio de 1852 entre el Paraguay y la
Confederación Argentina, la soberanía del Paraguay sobre el Gran
Chaco arriba del Rio Bermejo esta justificada implícitamente en dos
articulos:
Articulo IV “El río Paraguay pertenence de costa a costa en perfecta soberanía a la República del Paraguay, hasta su confluencia en el Paraná.” Articulo V “ La navegación del río Bermejo es perfectamente común a ambos Estados.”(46)
La clausula critica que motivo el fracaso de este tratado fue el artículo
VI:
“La orilla terrestre desde la desembocadura del Bermejo hasta el río de Atajo, es territorio neutral, en la latitud de una legua, de conformidad que las Altas partes contratantes no podrán hacer allí acantonamientos militares ni guardias policiales ni aún con el intuito de observar a los bárbaros que habitan esa costa.” (47)
Hay aquí un pacto internacional por el que dos Estados Soberanos
han fijado respectivamente el límite común de sus territorios: si uno de
(46) Archivo diplomático y consular del Paraguay, Tomo 1, pág 46
(47) Horton Box, Pelhan, “Los orígenes de la Guerra del Paraguay contra la Triple
Alianza”, Pág 68
51
ellos estuviera fuera del suyo, debe retirarse a las líneas que él mismo
de antemano se trazó. (Art. 20 del Tratado de 1777)
Si bien no ratificado por el Congreso Argentino, el tratado Varela-
Derqui del 15 de julio de 1852, fue el primer acto oficial en que la
Confederación Argentina consagró el reconocimiento de la
independencia del Paraguay y su derecho a navegar libremente el
Paraná y sus afluentes.
El Tratado Derquí representa únicamente un recurso político de
circunstancias. El Paraguay lo aprueba inmediatamente, y el
Congreso de la Confederación lo rechaza a los tres años de espera.
El General Guido es nombrado plenipotenciario y enviado
extraordinario en el Paraguay en relación a la perfecta armonía y
reciprocidad de relaciones que se habían estrechado hasta la fecha.
(13/11/1855)
El general Guido se apresura a concretar los objetos de su misión:
Revisión del tratado de limites, sobre la base sostenida por la
Confederación en esta materia; la libre navegación del Paraguay en la
parte que la Confederación es ribereña, no reclamando para su
comercio más franquicias que las impuestas por la reciprocidad.
El punto fundamental de partida, para establecer los límites
definitivos, son los ríos Paraná y Paraguay, como divisorios de los dos
países. El Paraná, desde la línea divisoria con el Brasil, y la Argentina
hasta su confluencia con el río Paraguay. Este último, desde la
confluencia mencionada hasta los límites meridionales de Bolivia.
Los límites son siempre líneas a discutirse. No existen estudios
previos, pero es manifiesto el propósito de respetar la soberanía de la
nueva nación.
Por fin, después de reuniones que parecen batallas López posterga
definitivamente la cuestión de límites, se niega a todas las instancias,
y así lo subscribe en un protocolo. El tratado de comercio y
navegación suaviza asperezas y resulta fácil y cordial. El presidente
52
López rehusa el ofrecimiento de neutralizar a Martín Garcia. «De ninguna manera apoyaría el fraccionamiento de Estados amigos». Defiende la integridad territorial de los vecinos, creyendo
asegurar mejor la propia.
La neutralidad acordada, en caso de guerra de una de las partes
contratantes, «no se extendería hasta negar puerto y provisiones de boca a los beligerantes que por ley de la nación neutral tengan derecho al tránsito para el Estado en general». (48)
El tratado de amistad, comercio y navegación se firma en Asunción
entre los ministros Guido y Nicolás Vazquez (2/6/1856)
El Congreso Federal le presta su sanción y promulga la ley el
presidente Uruqiza (30/9/1856). El presidente López lo aprueba
inmediatamente, y pocos días después se canjean las ratificaciones
del tratado que hasta hoy rige las relaciones entre la Argentina y el
Paraguay (6/11/1858)
El regreso de Guido a Paraná coincide con la vuelta desde San
Cristóbal del ministro de la Peña, fracasado en su intento de buscar
recursos de guerra y en la consecución de que el Brasil quiebre su
neutralidad.
Una antigua amistad unía a de la Peña con el presidente López,
aprovechando esta situación se confia en la influencia personal y
sigue viaje a Asunción a continuar las gestiones fracasadas en manos
de Guido (18-1V-1859).
Se repiten las mismas dificultades. López no asiente a nada sin previa
solución de la cuestión de límites.
Una razón más sencilla fue la aducida por el plenipotenciario Dr.
Derquí, según el cual la cláusula “fue exigida por el gobierno paraguayo como necesaria a la seguridad de la República.” (49)
(48) Cárcano, Ramón, op. Cit., pág 207
(49) Horton Box, Pelhan, op.cit., pág 68
53
Este territorio neutralizado es el que mas tarde va a ocupar la
fortaleza de Humaitá. Carlos Antonio López lo ratificó pero el
Congreso Argentino lo rechazó hasta tres años después y Urquiza
mandó al General Guido para negociar un nuevo tratado.
Si a la Confederción Argentina bajo Rosas se le enjuicio de haber
pretendido construir el antiguo Virreinato del Río de la Plata; el
Imperio del Brasil desesperaba de poder asegurar sus fronteras de
Río Grande, pretendiendo como límites naturales los territorios que
llegan a la ribera del Río de la Plata.
El Brasil continúa desenvolviendo la política que le llevó a Caseros y
que aplica en todos los días de su historia después de Ituzaingó:
conservar, por la diplomacia o por las armas, la independencia del
Uruguay y del Paraguay, siempre amenazadas, en su opinión, por la
ambición argentina, a pesar de tratados y declaraciones solemnes
«Y quién nos dice, - expresa el ministro Soares de Souza en el
Parlamento - que no se nos vendría a exigir la ejecución de los tratados de San lldefonso (1777). « Las cuestiones de límites, que no están resueltas, ¿no harían inevitable la guerra con un vecino que, absorbiendo nacionalidades que hemos reconocido, habría aumentado extraordinariamente su poder y adquirido proporciones gigantescas?”. (50)
Alberdi devela los móviles del Brasil en su expansión hacia el sur
señalando que:
“El Brasil necesitaba salir de la zona tórrida en que está metida la casi totalidad de su territorio, y no tiene mas dirección para (50) Cárcano, Ramón, op.cit. pág 212
54
buscar los territorios templados de que carece. Esta dirección es el sur y los territorios que necesita son la Banda 0riental o Estado del Uruguay, las Misiones, Corrientes, Entre Ríos y el Paraguay: es decir, todo el territorio que queda a la izquierda de la línea norte a sur, que forman los ríos Paraguay, Paraná y Plata. Tres causas hacen esenciales a la vida del Brasil esos territorios que busca en el Plata: 1.o la necesidad de poblarse con razas blancas de la Europa, para las cuales busca territorios templados que no tiene; 2.o la necesidad de tierras apropiadas para la producción de artículos de alimentación y sustento de su pueblo, que no tiene al menos disponibles y 3.o la necesidad de asegurar sus actuales territorios inmediatos a los afluentes del Plata, por la adquisición y posesión de los países propietarios de la parte inferior de esos ríos". (51) §.5- EL GOBIERNO ORIENTAL Y LA GUERRA CIVIL 5.1 De la Internacionalización de los partidos y partidarización de las grandes potencias a la Universalización de la libre navegación de los ríos. El decreto del Presidente Giró (30-11-1852) devolviendo al Estado
todas sus rentas hipotecadas, levanta una fuerte resistencia y no se
aplica con decisión. La enajenación y administración de la totalidad de
las entradas fiscales constituyen actos nulos por su extensión y
naturaleza.
La revolución es preparada activamente por los hombres del partido
colorado. El presidente Giró considera inminente su caída. Para
sostenerse solicita el auxilio del Brasil, conforme a disposiciones
categóricas de los tratados de Lamas (12 de octubre de 1851).
«Abstención (51) Alberdi, Juan Bautista. Obras Completas. Tomo VI, pág 30
55
absoluta» en la guerra civil, es la respuesta del ministro brasileño.
El Gobierno de Giró declaró nulos los pactos de 1851, se temió una
reacción contraria. La intervención del Imperio, opresora y absorbente
solicitada en circunstancias angustiosa por los gobernantes orientales
es el resultado lógico del desequilibrio político en el Estado Oriental,
considerando que es la única fuerza capaz de salvar y consolidar la
independencia oriental, a pesar del interés tradicional por asegurar su
dominio.
El Brasil consigue la ratificación legislativa de los tratados de Lamas,
pero estima siempre insegura la situación política del Río de la Plata.
Contnúa aplicando la acción coercitiva por temor a la anarquía que el
mismo incita y la desconfianza que le despierta el Presidente Giró .
Un motín del cuartel derriba al Gobierno legal, renunciando Giró
refugiado en una Legación Extranjera. Bajo la férula del General
Melchor Pacheco y Obes, en setiembre de 1853 se acuerda la
elevación en el poder de un Triunvirato a cargo del Coronel Venancio
Flores, el General Lavalleja y su par el General Fructuoso Rivera.
En estas circunstancias, dentro del mes de octubre, el general
Lavalleja muere repentinamente en la casa de gobierno. Pocas
semanas después, en viaje para incorporarse al triunvirato, muere
también el general Rivera en enero de 1854 en Cerro Largo.
Durante su gestión, Flores provoca una oposición incontrastable. No
puede gobernar. El partido colorado, se divide en dos grandes
facciones, una liderada por el propio Flores y la otra, poderosa,
denominada «conservadores», que lo combate reciamente. Recurre a
la protección del emperador, como antes lo hizo Giró. Invoca como
éste cláusulas expresas de los tratados de Lamas, y pide auxilios de
fuerza y dinero.
Esta vez la respuesta no es la «abstención».
Cuatro mil soldados brasileños penetran en el territorio oriental y
ocupan sus principales ciudades. La escuadrilla de guerra, al mando
56
de su mejor almirante, vigila los ríos y los puertos. La intervención
militar del Imperio se implanta francamente. Todos los gastos que
ocasione son por cuenta de la misma nación uruguaya. Carece de
rentas para cubrir su propio presupuesto ordinario y solicita un
empréstito de su protector imperial, quien cobra su interés y ocupa
militarmente aduanas y territorios en julio de 1854.
El emperador escribió a su parlamento en 1854:
“Deseando ver pacificada y sólidamente consolidada a la República Oriental del Uruguay, con la que el Imperio mantiene tan múltiples y estrechas relaciones, accedí a los numerosos requerimientos dirigidos a mi gobierno, concedí un subsidio pecuniario y las tropas terrestres que se me pidieron. Estos auxilios tienen por único objeto facilitar los medios para consolidar la paz e independencia de aquel Estado». (52)
El instrumento de pacificación empleado por el Imperio del Brasil
subrepticiamente es la fuerza y el dinero y sus equivalentes: el temor
y el interés. La violencia y el subsidio desarman y pacifican a quienes
favorecen y por el contrario enojan y exaltan a quienes no alcanza el
beneficio.
El primer período de la vida orgánica de la República Oriental del
Uruguay - 1852-1856 -transcurre bajo la permanente intervención y
predominio del Imperio, y cuenta en sus estadísticas dos presidentes
legales, tres dictadores y dos interinatos.
El 24 de abril de 1854 Magariños canciller uruguayo escribió a José
Falcón, canciller paraguayo interino anunciándole el nombramiento de
Estanislao Vega como agente confidencial en Asunción con el
(52) Cárcano, Ramón, op. Cit., pag 248
57
principal objeto de una alianza ofensiva-defensiva y el traslado de los
restos de Artigas
Los dos caudillos, Oribe y Flores, incuestionables jefes de los partidos
- divisas como correspondería llamarlos en este momento- blancos y
colorados, acuerdan «un pacto de unión» (11 de noviembre de 1855).
Renuncian a sus respectivas candidaturas a la presidencia y
resuelven buscar un candidato que merezca el apoyo de todos.
Redactan un programa simplista, limitado a las necesidades
fundamentales de la situación.
Dos candidaturas se presentan a la lucha: el General César Diaz, jefe
militar del partido conservador, brillante soldado de Caseros, y
Gabriel A. Pereira vecino acaudalado y honrado por los servicios
prestados al país.
Pereira tiene participación activa en todas las luchas por la
nacionalidad. Sus vinculaciones más antiguas y estrechas están con
los colorados, aunque algunos le atribuyen preferencia por los
blancos, especialmente al General Oribe.
El Presidente Pereira organiza su Ministerio con José Ellauri, colorado
como Ministro de Gobierno y Relaciones Exteriores; Doroteo García,
blanco , Ministro de Hacienda y el General Carlos de San Vicente,
Ministro de la Guerra. Ellauri renuncia a los pocos días y lo reemplza
el Dr. Joaquín Requena, argentino, nacido en Córdoba y de filiación
blanca.
El general Flores se retira a Buenos Áires y se incorpora al ejército de
la Provincia. El general Oribe muere un año después, en su quinta de
Paso del Molino (12 de noviembre de 1857).
Coincide con los momentos más ardientes de la contienda la
presentación a la Asamblea de la modificación de los tratados de
Lamas, prometida por Carneiro Leáo y largo tiempo reclamadas. Se
recupera la comunidad de la navegación fluvial fronteriza de la laguna
Merim y rio Yaguarón; se obtiene la libre introducción de ganado,
58
carnes y sus derivados; se concede reducción de tarifas a los
productos brasileños; se acuerda la instalación en la frontera de
aduanas comunes e igualdad de tarifas y la supresión de todo
impuesto sobre los pasaportes de tránsito.
La reducción de 6 a 3 por ciento de los derechos aduaneros, que se
concede al Imperio sobre sus productos, en compensación, de las
franquicias para las carnes, representa un 50 por ciento de beneficio
para el Brasil, violando el principio de la reciprocidad y creando un
privilegio sobre el mercado uruguayo.
La concesión de depósitos de carbón en territorio oriental permite la
fundación de un arsenal, de la marina imperial, de arribada y estación
forzosa aún en caso de guerra y neutralidad uruguaya.
Largos años tarda Lamas para obtener la reforma de su propia obra, y
cae en un desprestigio agresivo en la opinión del Estado Oriental.
El presidente convoca a las Cámaras, que son partidarias de la tan
mentada reforma, pero encuentra que carece de mayoría, entre sus
propios amigos, para aprobar las enmiendas de Lamas.
No vacila en el uso de la violencia, disuelve la Asamblea, clausura los
clubs políticos y destierra a los adversarios, a cuyo frente van Juan
Carlos Gómez y el general César Díaz.
La Asamblea aprueba en silencio las enmiendas de Lamas. Las
tenazas de la diplomacia imperial aprietan todos los resortes.
La población de Minas se subleva. En Montevideo se sofoca la
explosión. El general Diaz desembarca de Buenos Aire y asume la
dirección militar de la revolución.
El gobierno de Montevideo sufre una profunda alarma. Sus informes
le afirman que existe una alianza con Buenos Aires para constituir,
con el Estado Oriental, la República del Plata. Paranhos acaba de
firmar los tratados de Paraná y Asunción. En 1856, el Imperio del
Brasil y la Confederación Argentina firmaron un acuerdo en el cual
desconocían nuestra soberanía. Nuestro Gobierno levantó una
59
fundada protesta, logrando el Dr. Lamas que el Brasil declarase
publicamente y por escrito que el mismo no menoscababa ni un ápice
de nuestra independencia. En dicho tratado nuestro país se
neutralizaba, es decir no podía incorporarse ni confederarse a otra
nación. Los signatarios se arrogan el poder de defender nuestra
integridad e independencia.
A pesar de que el general Flores se abstiene de toda participación en
la revuelta, el presidente Pereira teme la derrota y solicita la
intervención armada del Brasil y de la Confederación invocando los
pactos de Lamas. Antes fue el gobierno blanco, después el colorado y
ahora es nuevamente el gobierno el que toma esta iniciativa. Todos
piden protección. No pueden como nación vivir por sí mismos, sin
contar con el respeto de los vecinos.
Acusa el presidente Pereira al gobierno de Buenos Aires de su
pública y escandalosa participación en la revuelta, la propaganda de
exterminio de su prensa, el soborno, el reclutamiento de mercenarios
extranjeros, el notorio embarque de recursos y filibusteros en su
puerto.
El Brasil envia en el acto 400 hombres para reforzar la guarnición de
Montevideo, un parque de artillería, pertrechos, municiones, auxilios
pecuniarios, y prepara nuevos contingentes.
La intervención del Brasil debía limitarse, por el momento,a impedir la
incorporación a los rebeldes de las fuerzas reclutadas en Buenos
Aires. Si en alguna ocasión pudiera peligrar la integridad de los
tratados de Lamas, entonces la fuerza militar deberia proteger
francamente al gobierno de Montevideo.
El presidente, general Urquiza, sin recibir ninguna insinuación del
Brasil, resuelve sostener al gobierno de Montevideo, conjunta o
separadamente.
Al Imperio le interesa conservar la integridad de los tratados de
Lamas, la fuente del derecho público por él dictado en la región del
60
Plata, y a la Confederación le conviene impedir que Buenos Aires
agrande su fuerza, en momentos en que contra ella prepara sus
ejércitos, para dominarla.
Urquiza, autorizado por el congreso de Paraná, inmediatamente
marcha al Uruguay a la cabeza de 4.000 hombres.
«Vamos – dijo Urquiza - a defender, la independencia y soberanía del pueblo oriental, en cumplimiento de los pactos vigentes».(53)
En Paso de Paysandú, recibe noticia de que la rebelión acaba de ser
vencida y hecho prisionero su jefe, el general Díaz
Urquiza regresa entonces con su ejército al cuartel general de San
José. Al disolverlo en noviembre de 1858 los despide con esta
proclama:
«Hemos cumplido con lealtad y decisión nuestros compromisos, y las armas argentinas están limpias de sangre».(54)
Pocos días después se produce la «hecatombe de Quinteros». El
general Díaz, Freire, el último de los 33, Tajes, los oficiales más
destacados, la tropa, vencidos, rendidos y prisioneros, son pasados
por las armas, sin juicio ni sumario.
Flores, que se mantuvo al márgen de las cuestiones internas durante
el Gobierno del Presidente Pereira, desempeñó un gran papel en la
otra orilla del Plata al evitar el desastre de las fuerzas de Mitre
después de Cepeda y al asegurar la victoria de Pavón. Bartolomé
Mitre había contraído grandes obligaciones con el caudillo oriental.
Flores no iba a tardar en dejarle caer una insinuación al expresarle
(53) Herrera, Luis Alberto, “Buenos Aires, Urquiza y el Uruguay”, pág 163
(54) Ibidem
61
“que el triunfo de Pavón va á asegurar la paz futura de Buenos Aires y su engrandecimiento, como también la de toda la República Argentina, me tomo la libertad de hacerle un recuerdo, cual es el que no olvide á los orientales que, proscriptos de la patria, desean volver á ella, dándonos participación en los destinos públicos: pertenezco á un gran circulo de mis amigos políticos,para con los que tengo que llenar deberes muy sagrados....” (Mitre a Flores, Rosario oct. 24 de 1861) (55)
La respuesta de Mitre trasunta en la letra una hermandad entre los
rioplatenses que puede desdibujarse hacia la unión. Idea ésta que
Juan Carlos Gomez desde las columnas de “El Nacional “ tituló “El
Zollverein del Plata” .(56)
“Nada más natural que V., en representación de los orientales que nos han ayudado á alcanzar ese triunfo, me recuerde en esta ocasión que no olvide á los orientales proscriptos.... V. sabe, general, que mi corazón pertenece á V. y á sus compatriotas, como amigo, como antiguo compañero de armas y como correligionario político...”. (57)
Por su parte el Presidente del Estado Oriental que sucedió a Pereira,
don Beranrdo Prudencio Berro formuló un Mensaje a la Asamblea
General que acababa de inugurar el 15 de febrero de 1862, en el cual
manifiesta la posición internacional del Uruguay de observancia de la
neutralidad en los conflictos internos de otros Estados:
(55) Quesada, Ernesto, “La política argentino- paraguaya”, pag 23.
(56) Publicación Oficial, “Juan Carlos Gomez y su actuación en la prensa de
Montevideo”, Tomo I, pág 53
(57) Quesada, Vicente, op. Cit , pág 23
62
“ En la lucha que a mediados del año pasado se emporendió entre la Provincia de Buenos Aires y las otras de la Confederación, ha sido observada la más estricta neutralidad...Lejos de mi la idea de producir cargos contra nadie.” “...preciso era que la república se recogiese á llevar una vida propia, á separar sus cosas de las cosas extrañas, á nacionalizar, digamos así, su existencia y sus destinos. A eso me he aplicado con firme y decidida voluntad y espero que tal procedimiento merecerá vuestra aprobación y la de los pueblos que representais.”(58)
El 25 de febrero de 1862, el Dr. Juan José de Herrera recibió
instrucciones para la misión que iba a desempeñar en Asunción de
manos de Enrique Arrascaeta, canciller oriental. Debía informar que el
Gobierno del Uruguay sabía de buena fuente que la misión del Sr.
Seoane, Ministro del Perú en Buenos Aires era con motivo de tratar la
repartición de Bolivia entre la Argentina y el Perú. Se encontró con un
panorama de preocupación por parte de Carlos Antonio López,
alarmado por la anexión de Santo Domingo y la intervención europea
(España, Francia y Gran Bretaña ) en México.
En la noche del 19 de abril de 1863, Flores desembarcó en suelo
oriental en el llamado Rincón de las Gallinas, en la desembocadura
del Río Negro. La bandera de la Revolución era vengar el Episodio de
Quinteros y los principios de la religión católica a raíz del conficto del
Presidente Berro y el Vicario Apostólico Benito Lamas, como lo
estamparon a través del simbolo de la cruz en sus pendones.
Desde el primer momento la prensa y la opinión pública de Buenos
Aires se manifestó a favor de Flores, hecho éste que motivó al
(58) Diario de Sesiones de la H. Asamblea General, Tomo III, pág 412
63
gobierno oriental que se decidió enviar en misión especial ante el
Gobierno argentino al Dr. Andrés Lamas. Éste por nota fechada en 2
de mayo de 1863 informó al Gobierno argentino de la ayuda prestada
a la invasión desde Buenos Aires.
El canciller argentino Rufino de Elizalde contestó en forma negativa
las acusaciones dejando en claro al Sr. Lamas “que en la República es libre el comercio de armas, y que no podría impedirse se sacasen las que quieran exportarse, siendo sólo la acción del Gobierno Oriental vigilar no vayan á puntos ocupados por fuerzas del General D. Venancio Flores.”(59)
La insistencia de Lamas para asegurar la neutralidad del Gobierno
argentino, recibió como respuesta categórica y definitiva la siguiente
nota que deja leer entre líneas una sugerencia marcada hacia el
protectorado:
“El Gobierno Argentino que no puede persuadirse ni por un momento que se ponga ni aun en duda la seriedad y la lealtad de su espontánea y categórica declaración de neutralidad comprobarda por los hechos, se inclinaria á creer que las notas pasadas por el Sr. Lamas por órden de su Gobierno, envuelven el pensamiento de que al Oriental, no le bastase la estricta
neutralidad del Argentino, y que al parecer desearia actos, que adoptados por este, importasen o bien la condenación de uno de los beligerantes, ó bien la adopción de medidas hostíles á una de las partes combatientes en la República Oriental, si como el Sr. Lamas lo comprenderá perfectamente, esto no fuera pedir el abandono del carácter de neutral que el Gobierno Argentino se ha propuesto conservar y está resuelto a mantener”. (60)
(59) Horton Box, Pelham, op. Cit., pág 95.
(60) Ibidem, pág 96
64
A principios de junio de 1863 las autoridades orientales descubrieron
un contrabando de guerra en el puerto de Fray Bentos a bordo del
paquete argentino “Salto”, embarcación cuyo propietario era el
Gobierno argentino pero arrendada a particulares. El “Salto” fue
llevado a Montevideo y poco después puesto en libertad. Se le
informó al Ministro de Relaciones Exteriores argentino, replicándo
éste en cambio una nota dirigida directamente al canciller del
Uruguay, Juan José de Herrera, protestando por la violencia ejercida
por el vapor de guerra oriental “Villa del Salto” contra el paquete
argentino “Salto”. El 22 de junio el Gobierno argentino aplicó las
medidas coercitivas con la ruptura de relaciones hasta ahora
mantenidas con el Estado Oriental.
Con la misión Octavio Lapido celebrada en julio de 1863, propone al
canciller paraguayo Berges una alianza ofensiva-defensiva, presentó
un borrador del Proyecto, en el cual el artículo II obligaba a ambos
Estados a una garantía mutua de integridad territorial e
independencia. Además en su artículo IV deja en claro los derechos
territoriales del Estado Oriental a la Isla Martín García detentada en
ese momento por el Gobierno de Buenos Aires, y declaran impedir
que la Provincia de Buenos Aires la convierta en una fortaleza o punto
militar con lo cual la consecuencia inmediata sería el impedimento de
la libre navegación de los afluentes del Plata.
El Paraguay se decidió a enviar a la Argentina, las copias de los
despachos orientales del Dr. Lapido, ante lo cual el General Mitre
exigió la retractación del Uruguay de los cargos y acusaciones
contenidos en aquellos despachos.
El 1 de mayo de 1864, el Dr. Herrera, entregaba instrucciones al
nuevo Ministro Oriental en el Paraguay, Dr. José Vázquez Sagastume
con la intención de pedirle al Presidente López que oficiara de
mediador-arbitro en el conflicto surgido con la Argentina.
65
La calma de la tormenta vino con la firma del Protocolo Lamas-Elizalde
de 1863, en el cual se establecía que el diferendo entre el Estado
Oriental y la Argentina se resolvería con la mediación arbitral del
Emperador del Brasil.¡Error! Marcador no definido. A esto sigue la negativa de Mitre de aceptar a López simultaneamente
como arbitro con el Emperador, en las diferencias entre la Argentina y el
Uruguay, previstas por el Protocolo Lamas- Elizalde del 20 de octubre
de 1863.
Berges había escrito a su agente confidencial en Buenos Aires:
"Aparte del deseo que tenemos de ver restablecida la paz, la amistad entre las dos Repúblicas hermanas y vecinas, es sensible el poco carácter y la ninguna sustancia, que marcan en sus resoluciones los actos oficiales del Gabinete Oriental. Cuando un Gobierno tiene una política tan tímida y vacilante (referencia al Uruguay), es peligroso tratar con él..."(61)
El 1° de mayo de 1864, Herrera entregaba nuevas instrucciones al
nuevo Ministro Oriental en Paraguay: José Vázquez Sagastume.
Herrera señaló que la política de absorción era igual bajo federales que
unitarios, por ello el Uruguay tenía que seguir una política
verdaderamente nacional, con independencia de sus vecinos, por eso
cuando sobrevino la invasión de Flores, el Uruguay no cometió el error
de inclinarse ante el trono imperial en solicitud de oneroso servicio sino
que se limitó a recordarle al Brasil sus obligaciones convencionales.
El punto de partida de Herrera era la espontánea declaración del
Paraguay a la Argentina, al Brasil y a las potencias europeas de que:
(61) Ibidem, pág. 179
66
"la independencia del Estado Oriental es condición de existencia propia, como que es condición necesaria del equilibrio político del continente en que está situado". (62)
El 13 de junio de 1864 el diplomático oriental solicitaba formalmente la
mediación del Paraguay entre el Uruguay y el Brasil y cuatro días
después López accedía a la solicitud despachando un mensajero
especial con destino de informar a Río de Janeiro de la aceptación.
Berges escribió a su agente en Buenos Aires señalando:
"Espero que Vd. apreciando la política humanitaria de S.E el Sr. Presidente, hará conocer a sus relaciones este nuevo paso que da con el fin santo de restablecer el orden y la concordia en el Río de la Plata".(63)
La nota Paraguaya llegó en el momento de la mediación Thornton-
Saravia-Elizalde para con el Gobierno Oriental y Flores.
Saraiva señaló que la mediación era innecesaria, el propio Dr. Herrera
escribió a Vazquez Sagastume para decirle que en vista del exito que
parecía coronar la mediación Thornton-Saravia-Elizalde, creía de su
deber no hacer uso por entonces de los servicios del Gobierno del
Paraguay.
Una vez más López recibió un enorme desaire, como se documenta en
el oficio de Berges a su agente en Buenos Aires:
"Vd. conoce la marcha poco delicada, que ha seguido respecto de nosotros el Gobierno Oriental, hasta el último caso de desechar la mediación ofrecida por este Gobierno para el arreglo (62) Herrera, Luis Alberto, “La Diplomacia Oriental en el Paraguay”, tomo III, pág 352
(63) Horton Box, Pelham, op. Cit., pág 184
67
de sus cuestiones con el Brasil. Este paso inesperado nos ha cerrado el camino para tener ingerencia en los sucesos del Estado Oriental."(64)
El fracaso definitivo de la mediación conjunta a principios de julio
motivada por la cuestión de admitir miembros colorados en el gabinete
blanco, decidió a Herrera a apelar de nuevo a López el 14 de julio de
1864, entregó a Antonio de las Carreras para su misión especial en
Asunción, donde debía trabajar en cooperación con Vazquez
Sagastume.
Las Instrucciones de Antonio de las Carreras abarcaban los siguientes
puntos:
a)Conseguir un empréstito
b)Asegurar el auxilio diplomático del Paraguay, al cual se pediría que
notificara a la Argentina y al Brasil que tomaría parte en cualquier
conflicto que surgiera con Uruguay.
c) Obtener el auxilio inmediato de fuerzas para vencer la invasión en el
interior de la República.
El 1 de agosto de 1864, de las Carreras presenta a Berges un
Memorandum*, en el que resurgía el plan iniciado por el General Mitre
y aceptado por los orientales que acompañaban a Flores, de reconstruir
el antiguo virreinato de Buenos Aires, bajo la denominación de "Estados
Unidos del Río de la Plata".
El peligro que pendía sobre el Uruguay también amenazaba al
Paraguay y subsistiría mientras Buenos Aires dominase a las provincias
del interior. La única manera de conjurar este peligro era la segregación
de las Provincias restantes.
(64) Ibidem, pág. 185
*En ofico de Berges al Señor Juan José Brizuela, fechado en Asunción 6 de agosto de
1864 se habla de la marcha poco delicada que ha seguido el Gobierno Oriental en la
68
"Las provincias de Entre Ríos y Corrientes serían las primeras que darían el grito de independencia, tan luego como hallasen el menor apoyo y las demás seguirían muy pronto su ejemplo". (65)
Una liga entre Paraguay, Entre Ríos, Corrientes y demás provincias
tendría un gran prestigio (propuesta que reitera Antonio de las Carreras
en sus escritos al canciller Berges, según oficio de éste a Brizuela de 6
de agosto de 1864). Ya desde 1863 en que se dió la misión Lapido a
Asunción, el Gobierno oriental había iniciado el Plan apoyado por el
General Urquiza.
Por otro lado Francisco Solano López que había viajado (1853-1854)
por el extranjero como representante de su padre en Europa, visitando
Inglaterra, Francia, Alemania, Italia y España, realizando numerosas
compras de armas, municiones y buques a vapor para el Gobierno
Paraguayo, no sólo adquirió un conocimiento cercano y descontado
apoyo de la diplomacia europea, sino que a su regreso de Europa, vino
acompañado por una dama de origen irlandes que conoció en París:
Elisa Alicia Lynch.
En setiembre de 1862, muere Carlos Antonio López y en octubre
Francisco Solano López como Vicepresidente convocó un Congreso
con el objetivo de elegir un nuevo Presidente. El Congreso se formó con
miembros nombrados directamente por el Gobierno y dependientes de
él. López fue electo por “unanimidad “Presidente por 10 años en octubre
de 1862. mediación ofrecida por el Gobierno del Paraguay “para el arreglo de sus cuestiones con el Brasil.” “Este paso inesperado nos ha cerrado el camino para tener ingerencia en los sucesos del Estado Oriental sin embargo el dor. Carreras ha presentado un extenso Memorandum, con el título de particular y que en un lenguaje acre y particularmente suyo pondera el peligro que amenaza a la República Oriental, por el plan de absorción combinado entre los Gobiernos Argentino y Brasileño”. (Herrera, Luis Alberto, op. Cit., tomo III, pág. 378)
(65) Herrera, Luis Alberto, op. Cit., tomo III, pág 379
69
El encargado de negocios británico en Buenos Aires informó:
"Supe de una fuente confidencial que D. Benigno López, el más joven de sus hermanos, fue el "leader" de un partido contrario al Presidente que se había opuesto a su elección a la presidencia”.(66)
El Encargado de Negocios británico en Buenos Aires Mr. Doria,
después de una visita a Asunción escribió:
"El General López me ha expresado a menudo sus temores de que Mitre le atacara para ocupar una porción de territorio que el Paraguay conserva y reclama como suyo, en su frontera sudeste o costa del Paraná, y no más que en la última semana uno de los diarios locales escribió en el sentido de que se llevase la guerra al Paraguay". (67)¡Error! Marcador no definido. En febrero de 1863, Mitre a través de su intermediario Dr. Lorenzo
Torres envio un mensaje a López indicando que le sería grato formar
una negociación para arreglar la cuestión de límites es probable que
Mitre haya querido testear hasta donde eran profundas las relaciones
paraguayo-orientales del año anterior en la misión Herrera.
Berges, canciller paraguayo, había escrito al agente de Paraguay en
Buenos Aires, Felix Egusquiza, que existía una combinación secreta
entre Argentina y Brasil, éste ayudaría a mantener el statu quo en el Río
de la Plata especialmente en lo relativo a Entre Ríos y Corrientes a
cambio de que la Argentina apoyará al Brasil en sus reclamaciones de
límites con el Paraguay.
(66) Horton Box, Pelham, op. Cit., pág. 194
(67) Ibidem, pág 199
70
El 2 de setiembre de 1863, Octavio Lapido dirigió una nota al Gobierno
Paraguayo en la que formuló las siguientes quejas contra la Argentina:
"...que el Gobierno Argentino no ha cumplido, ni cumple con los deberes que la ley de las naciones le impone para con un pueblo vecino y amigo y que por faltar a ellos la Republica Oriental se ve invadida todos los días con el consentimiento y hasta con la cooperación de las autoridades argentinas,..." "El Gobierno Oriental entiende, Sr. ministro, que el peligro que hoy amenaza a la República del Uruguay, debe ser un motivo de alarma para la República del Paraguay, que la independencia de la República Oriental es una condición de equilibrio, de seguridad y de paz, para la República del Paraguay, y que sus Gobiernos sin desconocer los intereses mas vitales de ambos pueblos, no podrían mirar con indiferencia los ataques dirigidos a la independencia de cualquiera de ellos."(68)
Estas notas son las que Berges hace conocer al Gobierno Argentino en
la persona de su canciller don Rufino de Elizalde.
El 25 de agosto de 1863 el Ministro Oriental Vazquez Sagastume en
Asunción informó al Gobierno Paraguayo del ultimatum de Saraiva y de
la consiguiente ruptura por lo cual pidió nuevamente su intervención.
Cinco días mas tarde Berges envió una nota al Ministro Brasileño
Vianna de Lima poniendo énfasis en que "...cualquier ocupación del territorio Oriental por fuerzas Imperiales por los motivos consigandos en el ultimatum del 4 de este mes... como atentatorio al equilibrio de los estados del Plata que interesa a la República del Paraguay, como garantía de su seguridad, paz y prosperidad y que protesta de la manera más solemne contra tal acto..." (69)
(68) Ibidem, págs. 203-204
(69) Ibidem, pág.226
71
El primer incidente se dió en setiembre de 1864, un choque en Santo
Tomé entre 24 soldados correntinos y un oficial y 4 soldados
Paraguayos persiguiendo unos ganados, el combate se realizó en
territorio de Misiones.
El 11 de noviembre de 1864, en su viaje aguas arriba, llegó a Asunción
el vapor Marquez de Olinda, que hacía la carrera Río de Janeiro - Matto
Grosso. Llevaba a bordo al Gobernador de Matto Grosso. El vapor de
guerra paraguayo Tacuarí salió en su persecución, el vapor fue
apresado y traído a Asunción en el mismo día. Berges envió a Vianna
de Lima una nota en la cual expresaba que en vistas de haber invadido
el Uruguay las fuerzas imperiales, el Paraguay cumpliría* con lo
anunciado en su nota del 30 de agosto.
Declaraba rotas las relaciones diplomáticas entre el Brasil y el
Paraguay, clausurando el río Paraguay para los buques de guerra y
mercantes del Brasil. El Ministro brasileño pidió sus pasaportes.
Comenzaron las hostilidades, preparando el Paraguay una invasión al
Matto-Grosso.
“Asegurada nuestra casa por ese lado tomaremos el camino al Río Grande y pronto oirá hablar de nosotros".(70) (oficio de Berges a
Egusquiza del 9/12/1864)
*”Por los periódicos que le envío verá V. Mas detalladamente esta importante
resolución de nuestro Gobierno, que se ha llevadoa efecto, comenzando por la detención del “Marquez de Olinda”, tan luego como se ha sabido que la vanguardia del Ejército imperial al mando del Gral. Mena Barreto se ha apoderado de la Villa de melo, Capital del Departamento Oriental del Cerro Largo”. (Oficio de Berges a Brizuela, Asunción diciembre 22 de 1864 publicado en
Herrera, Luis Alberto, op. Cit., tomo III)
(70) Ibidem, pág. 202
72
Berges comunicó a su vez al norteamericano Washburn (éste lo declaró
a través de la correspondencia reservada a su superior jerárquico
Seward)
“...que el Emperador del Brasil había despachado recientemente a un enviado especial a Europa a fin de negociar con los Gobiernos de Inglaterra y Francia y obtener el asentimiento de los mismos para la anexión de la República Oriental a sus dominios. El Ministro Oriental Sr. Sagastume me ha dicho también la misma cosa”. (71)
El Ministro Británico en Buenos Aires Thornton, informó a su Gobierno a
fines de diciembre de 1864, sobre la situación de un gran ejército de
15.000 hombres paraguayos dispuestos a invadir Río Grande.(72)
Menna Barreto avanzó desde el Norte y Tamandaré remontó el río
Uruguay para encontrarse. El Salto se rindió el 28 de noviembre de
1864 y a porincipios de diciembre Flores y las fuerzas brasileñas
atacaron Paysandú defendida por Leandro Gomez. Éste recibió los
bombardeos desvastadores de Tamandaré y recibió a balazos la
intimación de Flores de rendirse o pagar con su vida. El final sobrevino
el 2 de enero de 1865, el Generl Leandro Gomez se rindió a los
brasileños confiando en el honor del Brasil, pero fue entregado a un
oficial de Flores, el Coronel Gregorio Suarez, quien lo fusiló cegando su
vida.
El Gabinete liberal del Imperio del Brasil decidió enviar a Silva Paranhos
(conservador) al Río de la Plata para completar el trabajo de Saraiva
ante una posible intervención europea.
(71) Ibidem, pág 233
(72) Ibidem, pág 256
73
El Gobierno Oriental envió a Europa al Dr. Cándido Joanicó con el
propósito de obtener la intervención (o a lo sumo mediación) inglesa o
francesa.
En diciembre de 1864 los Blancos incendiaron en la Plaza Pública los
originales de los Tratados firmados entre la República Oriental y el
Imperio del Brasil el 12 de octubre de 1851. El Gobierno Oriental
presidido por Atanasio Aguirre, (éste, ante el asesinato del Presidente
Constitucional Bernardo Prudencio Berro, asumió el cargo de
Presidente interino en su condición de Presidente del Senado y la
Asamblea General como lo establecía la Constitución de 1830) rechaza
la mediación de Mitre con el argumento de que la política observada por
el Gobierno argentino no podía inspirar confianza en el pueblo oriental.
El 3 de febrero de 1865, Aguirre prometió renunciar, el 8 del mismo
mes, a fin de que el Senado eligiera el sucesor en la Presidencia de
dicho cuerpo (designación que recayó en el Dr. Tomás Villalba) es
otorgada una prorroga por Tamandaré que estaba bloqueando
Montevideo y pronto a bombardearla.
El 15 de febrero el Dr. Villaba asumió el Poder Ejecutivo en forma
interina, e inmediatamente envió a Manuel Herrera y Obes para lograr
una paz con Flores. El acuerdo se firmó en la Villa de la Unión.
Estipulaba la asunción inmediata del Gobierno por su “Excelencia el
General Flores” y sus ministros eran electos por el propio Flores, se
completó la pacificación con una amnistía general.
El Protocolo terminaba con esta declaración:
“Habiendo sido antes ofrecido al Brasil por S.E. el Brigaier General D. Venancio Flores, como su aliado, la justa reparación que el Imperio había reclamado con anterioridad a la guerra, y confiando plenamente el gobierno Imperial en el amigable y honroso acuerdo constante de las notas de 28 y 31 de Enero último, espontamneamente iniciado por el ilustre General, que vá a asumir el gobierno supremo de toda la República, el representante del
74
Brasil declaró que nada más exija a ese respecto; juzgando que la dignidad y los derechos del Imperio quedan salvados, sin menoscabo de la independencia y de la integridad de la República, y de armonía con la política pacífica y conciliadora que se iba a inaugurar en este país”. (73)
Simultaneamente Mitre uniformizó opinión con Urquiza relativo a
mantener y no dejar violar su política de neutralidad. Mitre conocía la
existencia de una carta del Presidente López al Gral. Urquiza, en la cual
sondeaba la opinión del Gobierno argentino relativa a la marcha de las
tropas paraguayas a través de su territorio. En el oficio de Urquiza a
Mitre fechado en 23 de febrero de 1865 reconfirmaba su opinión de que
cualquier acto atentatorio contra la soberanía, desconociendo sus
derechos significaría el enfrentamiento bélico para "...hacer triunfar su razón y prevalecer sus derechos..." (74)
En diciembre López despacho una expedición de 6000 hombres hacia
Matto Grosso que tomó Fuerte Coimbra y Corumbá, capital de la
Provincia.
En enero de 1865, Berges dirigió una nota a Elizalde pidiéndole permiso
para que las fuerzas paraguayas transitaran por Corrientes. Terminaba
citando como precedente el hecho que el Gobierno de Buenos Aires-
separado en aquel entonces de la Confederación Argentina- había
consentido en 1855 el paso de la expedición naval brasileña contra el
Paraguay, con tropas de desembarco por las aguas del Plata y Paraná
hasta el Río Paraguay, por ello Berges estima que el Gobierno
Argentino accedería a "este acto de reciprocidad". (75) (73) Ibidem, pág 253
(74) Archivo Mitre, tomo II, págs 107-108
(75) Horton Box, Pelham, op. Cit., pág 269
75
Elizalde realizó los descargos correspondientes aclarando que el Brasil
había solicitado permiso pero no hubo una previa declaración de guerra
entre Brasil y Paraguay como existía en ese momento.
Por el Tratado de Amistad, Comercio y Navegación firmado en Paraná
el 7 de marzo de 1856, por los plenipotenciarios del Brasil Visconde de
Abaeté y Juan María Gutierrez respectivamente, se establecía que que
quedaba libre la navegación del sistema del Río de la Plata en caso de
guerra, de aquí se establecía que los puertos y no los ríos podían ser
bloqueados por ello se explica que Tamandaré bloqueo los puertos de
Salto y Paysandú y no la desembocadura del Río Uruguay. Pero ahora
el Brasil tenía la intención de bloquear las tres bocas, es decir la
conjunción de los tres ríos, Paraná, Paraguay y Uruguay. Mitre se niega
a este petitorio como informó el ministro británico Thornton (76)
El 29 de marzo de 1865, José Berges dirigió una nota al Dr. Elizalde
anunciandole la declaración de guerra. Según la nota la observancia de
la neutralidad exigía o la concesión del derecho de "tránsito inocente"
por la Provincia de Corrientes o la clausura de la ruta fluvial al Brasil*.
El 13 de abril de 1865 cinco buques de guerra paraguayos aparecieron
frente a Corrientes y sin aviso atacaron y capturaron dos pequeños
cañoneros argentinos el "25 de Mayo" y el "Gualeguay", una gran fuerza
desembarcó y se apoderó de la ciudada escapando el Gobernador
Lagraña.
Ante la declaración de Guerra, Mitre pronunció su histórica arenga:
"En veinte y cuatro horas en los cuarteles; En tres semanas en campaña; En tres meses en Asunción". (77)
(76) Ibidem, pág 281
*ver anexo, ofico de Mitre a Urquiza de 17 de febrero de 1865.
(77) Rosa, José María,“La Guerra del Paraguay y las Montoneras Argentinas”, pág
181
76
§.6- TRATADO DE ALIANZA TRIPLE 6.1 Tratado del tres contra uno En reemplazo de Paranhos llegó a Buenos Aires en marzo de 1865 el
consejero brasileño Francisco Octaviano de Almeida Rosa, hombre de
la corriente liberal en los escaños del Imperio. Según el historiador
Nabuco “pocas veces se ha realizado tan apresuradamente un acto
internacional de esa importancia”(78) que se firmó el 1° de mayo de
1865 el llamado Tratado de Triple Alianza.
El Tratado que se concertó entre nuestra República, la Argentina y el
Imperio del Brasil, para llevar las armas de los tres países, "en alianza ofensiva y defensiva en la guerra provocada por el gobierno del Paraguay" fué un pacto secreto, como también fue secreta las
sesiones de las Asambleas para ratificarlo.
Lo firmaron en Buenos Aires el Dr. Carlos de Castro, Ministro de
Realciones Exteriores de la República, el Dr. Francisco Octaviano de
Almeida Rosa, Consejero y Diputado en representación del Brasil, y el
Dr. Rufino de Elizalde, Ministro Secretario de Relaciones Exteriores
argentino.
Muy ilustrativo es el informe del Ministro Británico en Buenos Aires,
Thornton escaso tiempo antes de firmarse el Tratado de Alianza:
“Tanto el Presidente Mitre como el Sr. Elizalde me han declarado en diferentes oportunidades, que ellos por el momento deseaban que el Paraguay fuese independiente, que no les convenía anexarse el Paraguay, aunque el Paraguay lo quisiera, pero que no estaban dispuestos a concertar ningún compromiso con el Brasil (78) Nabuco, J, “La Guerra del Paraguay”, pág 77
77
en ese sentido, porque no ocultaban que cualesquiera fuesen sus vistas actuales sobre este punto, las circunstancias podrían modificarlas en adelante, y el Sr. Elizalde, que tiene cerca de cuarenta años, me dijo un día, si bien en una simple conversación que “esperaba vivir [lo bastante] para ver a Bolivia, al Paraguay y al Uruguay y a la República Argentina, unidas en una Confederación, y formando una poderosa República en Sud América.” (79)
Es clara la presencia oculta del Ministro Británico en la trastienda de las
discuciones y propuestas como sin duda lo estuvo detrás de la
resolución de este obsequio que el Brasil “generosamente” le hacía
llegar a Mitre. El Congreso expresó su opinión para que el Tratado fuera publicado y
en consecuencia se dirigió una misiva al Gobierno Imperial brasileño,
para que diera o no su consentimiento. El Gobierno brasileño sopesó
las repercusiones de la publicación del documento y rehusó su
consentimiento.
Los aliados se obligan a respetar la independencia, soberania y
integridad del Paraguay según el articulo VIII . Debiendo comenzar las
hostilidades en el territorio de la República Argentina (art. III) o en la
parte colindante del territorio paraguayo, el mando y la dirección de los
ejércitos aliados quedan a cargo del Presidente de la República
Argentina, General Bartolomé Mitre. “Las fuerzas terrestres de la Republica Oriental del Uruguay, una división del las fuerzas Argentinas y otra de las fuerzas Brasileras, que designarán sus respectivos jefes superiores, formarán un Ejército bajo las inmediatas órdenes del Gobernador Provisorio de la República Oriental del Uruguay, Brigadier General Don Venancio Flores.”
(79) Horton Box, Pelham, op. Cit., pág 287
78
Por el artículo VII “no haciéndose esta guerra contra el pueblo del Paraguay, los aliados podían admitir en una Legión Paraguaya a todos los ciudadanos de esa Nación” que aspirasen a combatir la
tiranía de su gobierno con la ayuda de los enemigos de su patria.
Según el articulo XI uno de los objetos de la guerra era asegurar la libre
navegación de los rios Paraná y Paraguay a los buques de guerra y
mercantes de los estados aliados.
El articulo XIV colocaba sobre las espaldas del Paraguay, en caso de
ser derrotado el costo entero de la guerra. El articulo XVI establecia el
arreglo de las fronteras en disputas para “evitar las discusiones y guerras que traen consigo las cuestiones de limites”. “La Republica Argentina será dividida de la República del Paraguay por los ríos Paraná y Paraguay hasta encontrar los límites con el Imperio del Brasil, siendo éstos por la margen derecha del rio Paraguay y la Bahía Nagra. El imperio del Brasil se dividirá de la República del Paraguay: Del lado del Paraná, por el primer río abajo del Salto de la Siete Caidas que, según la recinte carta de Mauchez, es el Igurey, y desde la embocadura del Igurey por él arriva hasta encontrar sus nacientes. En el interior, por las cumbres de la sierra de Maracayú, siendo las vertientes del Este del Brasil y las del Oeste, del Paraguay, y tirándose de la misma sierra líneas las más derechas en direccion a las nacientes del Apa y del Igurey”. (80)
El ministro Britanico en Buenos Aires a quien Octaviano ya habia dado
a conocer la sustancia del tratado señalo: “Con referencia al Artículo XVI, ... el señor Elizalde me ha expresado que, si bien la República Argentina aparece pretendiendo la margen derecha del rio Paraguay hasta la frontera brasileña, está dispuesta a reconocer que Bolivia tiene derecho a un espacio intermedio de la frontera (80) Secretaria del Senado, “Tratados y Convenios Internacionales”, tomo1, pag.63)
79
brasileña al rio Pilcomayo, y que aún consentiría bajo ciertas condiciones en ceder a Bolivia hasta el rio Bermejo; pero tanto el gobierno brasileño como el argentino, creen muy deseable que el Paraguay no tenga dominio, en ningún punto, sobre ambas márgenes del rio de ese nombre”. (81)
Por un Protocolo adicional, la alianza estipulaba la demolición de un
Humaitá y el desarme completo del Paraguay. El articulo XVIII
establecía que el tratado se conservaría secreto hasta que se hubiera
obtenido el objetivo principal de la alianza.
Para la firma junto con su Ministro se traslado a la capital argentina el
Gobernador Provisorio General Venancio Flores.
En el Museo Histórico Nacional del Uruguay existe un cuadro al óleo de
Eduardo de Martino- testigo ocular- que representa el momento de la
partida. Lo curioso que dicha tela tiene por título original "Aduana de Montevideo", que nada tiene que ver con el episodio representado.
Según afirma el Teniente coronel Jorge Thompson, en su libro sobre la
guerra del Paraguay, no obstante el caracter secreto del pacto "... se traslució que los aliados habían determinado acatar con el último de sus hombres y el último ´peso de su tesoro, para humillar al déspota del Paraguay" y añade "Algunos días después los diaristas consiguieron sonsacar a los ministros que habían firmado el tratado las principales estipulaciones, y fueron publicadas, aunque sin autorización oficial." (82) Mantenía el
mandatario paraguayo una extensa y bien paga legión de espías,
repartida estrategicamente en Europa, el Río de la Plata y Brasil y con
alguna onza de oro tenía de su lado a periódicos y periodistas de todas
partes. (81) Horton Box, Pelham, op. Cit., pág 288
(82) Thompson, Jorge, “La Guerra del Paraguay”, pág 65
80
Confirmatorio de esta afirmación es la carta de José Berges al Señor
Juan José Brizuela fechada en Asunción, octubre 6 de 1864:
“Mi apreciado amigo. He visto p.r los últimos números del Plata, que este periódico combate los insultos gratuitos que la prensa de Buenos Aires prodiga al pueblo paraguayo y á su Gobierno por lo que creo cumplir un deber de gratitud, encargando a V.E. ofrezca al Sr. D.N Federico de la Barra, redactor del “Plata”, la módica subvención de ocho onzas de oro mensuales, para que continúe dedicando sus trabajos en defensa de la política y los derechos del Paraguay. Como las cuestiones que sostenemos en el Río de la Plata, son elevadas y justas, no trepido en pedir cooperación á un escritor independiente, como es el Sr. Barra, y espero que el aceptará el pequeño obsequio, que por conducto de V. Le ofrezco.” (83)
Sin embargo la revelación del Secreto vino por donde menos se podía
esperar después de transcurrido un año de la firma del Tratado.
A principios de mayo de 1866 llegaron a Montevideo las primeras
noticias de Inglaterra, diciendo que el Gobierno Ingles lo había dado a
conocer, pero tratándose de una cosa tan extraordinaria lo prudente era
aguardar la confirmación que vendría en la correspondencia del próximo
paquete.
Antes de arribar éste, sin embargo el diario "La America"*, órgano
lopizta de violenta oposición al gobierno de Mitre, publico integramente
el texto del Tratado, copiándolo de un impreso de Harrison e hijos, de
Londres, de caracter oficial y en sobre el expresó “¡El tratado es secreto, la sesión es secreta, sólo la vergüenza es pública!”. (84)
(83) Horton Box, Pelham, op. Cit., pág 285
(84) Rosa, José María, op. Cit., pág 183
81
El "Memorial Diplomatique" del 8 de abril de 1866, lo insertaba traducido
al francés.
Un detalle protocolario dejaba conocer de donde venía la copia.
Es práctica en las cancillerías que el ejemplar que corresponde a cada
nación lleve en primer término el nombre del Ministro respectivo, quien
además firma primero en esa copia. El nombre del Ministro uruguayo
Dr. Carlos de Castro y su firma aparecían respectivamente a la cabeza
del texto y en primer lugar en las firmas signatarias del mismo.
La infidencia del gobierno inglés se originaba en el documento
perteneciente a la cancillería de Uruguay.
En cuanto a los motivos que Flores tenía para atacar al Paraguay,
quedan expuestos en la correspondencia que Maillefer envió a su
canciller el Marqués de Moustier, referida a una conversación privada
con Flores:
“Volvamos... a mi conversación con el Gral. Flores. Ese día estaba de muy buen humor, encontraba perfectos mis cigarros. En cuanto a la política lo tenía harto. Sin permitirme preguntar en que quedaba la diferencia, objeté sin embargo, que la República aumenta así sin necesidad, considerando el floreciente estado de sus rentas, una deuda que mas tarde podría convertirse en una complicación y un peligro con un vecino tan dispuesto a inmiscuirse en las querellas intestinas del país...” “Las circunstancias, respondió el general, son muy diferentes hoy. Una derrota tan poco considerable nada tiene de inquietante. Nuestro acreedor nos necesita mas de lo que lo necesitamos nosotros de él. Sin nosotros no puede dar un paso fuera de sus fronteras. Por eso se mostrará siempre complaciente. Por mi parte sacrifico lo menos posible a las necesidades de la alianza;
82
pero al fin de cuentas, nuestra palabra está comprometida y es preciso seguir haciendo algo”. (85)
El plan de López era dirigirse directamente al Uruguay, en auxilio del
gobierno de Aguirre, vencer a los aliados, aliarse con los orientales y
llevar la guerra al Brasil, contando con la manifiesta simpatía de
Urquiza.
§.7- INESTABILIDAD POLÍTICA EN LA CONFEDERACIÓN. 7.1 Conflicto de intereses: Porteños y Confederación. De la Disgregación a la Unión
La cuestión sobre la Ley de derechos diferenciales agravó la tirantez
entre Paraná y Buenos Aires. Por esta ley todas las manufacturas
extranjeras que se introdujesen en la Confederación por reembarco o
trasbordo operado en un puerto de cabos adentro pagarían el duplo
de los impuestos si no estaban sujetos al régimen de los derechos
específicos, y el 30% ad valoren si lo estaban, en tanto que se
mantenían los derechos ordinarios para todas las mercaderías que se
introdujeran directamente desde cabos afuera, vale decir desde otros
puertos que no fuesen los del Plata y sus afluentes. La “Ley de
derechos diferenciales” era un golpe recio para el comercio de
Buenos Aires y Montevideo, más rudo para ésta última que el decreto
rosista de 4 de marzo de 1836. Buenos Aires enfrentó esta situación
deficitaria para sus arcas dictando tres leyes entre el 15 y 20 de mayo
de 1857 que se oponían a los privilegios concedidos por la
Confederación. (86)
En Corrientes se produce una cuestión constitucional interesante y de
importancia trascendental por las pasiones exaltadas que despierta.
Jurada la Constitución por todos los pueblos de la República, el (85)Revista Histórica, tomo XXV, pág 453
(86) Martinez Montero, Homero, “Marina Mercante y de pesca”, pág. 99-100
83
Presidente convoca al Congreso a sesiones extraordinarias para el 1º
de abril (1861), en cumplimiento del pacto de noviembre y convenio
complementario (6 de junio de 1860).
En el decreto de convocatoria se establece que «los gobernadores de provincia procederán, a la brevedad posible, a la elección de diputados y senadores que deban reemplazarse, a mérito de la reforma hecha en el artículo 40 de la Constitución Nacional, a fin de que puedan concurrir a la sesión extraordinaria, el día prefijado para ella».(87)
El decreto es incompleto y obscuro. No resuelve si las disposiciones
del artículo 40 se aplican únicamente a las vacantes existentes, o si
también comprenden a los senadores y diputados en ejercicio, que no
están en las condiciones fijadas en el mismo artículo (los alquilones).
El artículo 40 reformado declara: “Para ser diputado se requiere haber cumplido la edad de 25 años, tener cuatro años de ciudadanía en ejercicio y ser natural de la provincia que lo elija, o con dos años de residencia inmediata en ella.”(88)
El Gobernador de Corrientes, presbítero Rolón, producto del Ministro
Pujol, se niega a convocar elecciones para reemplazar a diputados y
senadores en ejercicio, mientras el mismo Congreso no lo resuelva.
Estima que, por el artículo 59 de la Constitución, es atribución
exclusiva de este cuerpo “el juzgamiento sobre la validez de las elecciones y títulos de sus miembros y , por consiguiente, es a él y no al gobierno a quien le corresponde declarar cuáles sean los diputados y senadores que deban cesar en su mandato.
(87) Cárcano, Ramón, op. Cit., pág 344
(88) Ibidem, pág. 345
84
Mientras tanto, los diputados y senadores que la representan actualmente, continuarán en el mismo carácter hasta que se avise al gobierno si debe o no proceder a la expresada elección”.(89)
En el fondo de la cuestión institucional existe una cuestión política, de
carácter personal, difícil de suprimir.
La opinión de Buenos Aires resiste la continuación en el Congreso de
los “alquilones”, contra quienes se sanciona en la reforma la
residencia inmediata de dos años.
La disidencia entre Uruquiza y Mitre, después de noviembre de 1860
surge de la primera matanza de San Juan, donde aparece
responsable la cabeza liberal de Aberastain; así Urquiza le escribe a
Mitre el 19 de diciembre de1860:
«..... estoy al cabo de la larga premeditación del hecho, de los agentes que se han movido, de lo que han recibido, de los que han repartido las armas y el dinero. «Cuando yo supe que Virasoro se proponía para gobernador de San Juan, le escribí una carta aconsejándole que no aceptara. «Rechazaba a Virasoro como gobernador, aunque estimaba en él otras cualidades como militar, como rechacé a Aberastain, cuando usted me lo indicó como sucesor, diciéndole que era un hombre exagerado en sus pasiones políticas y que fue el principal instigador en el asesinato de Benavídez, no insistiendo usted en ello. «Estoy perfectamente de acuerdo con usted en que la situación actual requiera de parte de los hombres influyentes del país la (89) Ibidem, pág 346
85
más imperturbable serenidad. Se ven síntomas reaccionarios. Los hombres que han pertenecido a un partido, los que han estado de parte de la Confederación, son excluidos con cuidadoso odio del poder y de toda influencia. La fusión, que debiera ser una condición de paz y de unión, se rechaza, y, en cambio, se mata como se mataba en plena anarquía o en pleno despotismo. Los gobernadores se echan abajo a puñaladas, y los legisladores van en cuerpo a los calabozos. La alarma cunde, el país se conmueve, y no sabemos hasta dónde puede llegar esa alarma, si no es contenida enérgicamente por los que ejercen el poder legitimo y por la influencia moderadora de los hombres de patriotismo y de valor». (90)
Mitre le respondía:
«No cabe ya duda alguna de que se cree que la revolución de San Juan y la muerte de Virasoro es obra directa de BuenosAires, ordenada desde aquí y preparada con nuestro oro y hasta con el apoyo de mi gobierno, y que usted prestando oídos a estas acusaciones, se ha guardado de comunicarme sus creencias o sus dudas, dando a sus amigos la alarma en el sentido de que tales hechos son el resultado de un plan de partido que tiene por objeto el exterminio de los hombres que le son opuestos en otras provincias. «De Buenos Aires no ha ido ni un solo peso, ni un consejo directo o indirecto, ni una esperanza siquiera que pudiese autorizar la revolución de San Juan; ...”(91)
(90) Ibidem, págs 383-384
(91) Ibidem, pág. 384
86
Apenas realizadas las elecciones, cuando se preparan los
representantes electos. Para concurrir a la apertura del Congreso,
empieza a circular la versión de que los diputados por Buenos Aires
no serán admitidos.
El presidente Derqui apoya decididamente la incorporación, como
solución de paz, y será también vencido.
La cuestión de San Juan pasa a un plano secundario.
Categóricamente, el gobernador Mitre denuncia la conspiración en
oficio al Presidente Derqui:
«Hay una conspiración para no admitir a los diputados por Buenos Aires. Sé que a una consulta usted ha respondido que están bien electos y que deben ser admitidos. Es muy claro nuestro derecho.» (24-XI-1861). (92)
Producido el rechazo por el Congreso, Mitre repite al General Urquiza
lo mismo que había dicho al Presidente Derqui, y escribe con
profunda desánimo:
«Pero lo que entonces no le dije, debo decírselo hoy, con todo dolor, pero con toda la tranquilidad del que se ha recogido en sí mismo y ha contemplado y comprendido la situación tal cuales. En efecto, nuestros comunes esfuerzos están separados desde que usted, aceptando, o no declinando por lo menos, el puesto de jefe de una reacción, aparece como el protector de los que oponiendo un serio obstáculo a la unión definitiva de los pueblos argentinos, acaban de hacer una injuria tan injustificable como impolítica al pueblo y al gobierno de Buenos Aires, violándoselas formas y faltando a todos los respetos. (92) Ibidem, pág 391
87
«Yo no he promovido esa dificultad, y usted sabe cuánto he hecho por evitarla, y creo que ha estado en su mano hacerlo. Me dice usted, sin embargo, que le queda la satisfacción de haber permanecido fiel en el sostenimiento de los principios. Comprendería que su satisfacción fuese mayor si, usando de la alta influencia que le han dado los sucesos y que le da su posición, la hubiese empleado a fin de evitar una eventualidad amenazadora, que no habla derecho para promover o buscar, y que, aun cuando la hubiese, habría sido digno y conveniente evitar por todos los medios prudentes que aconsejaba el patriotismo. Habiendo usted evitado entenderse conmigo sobre el particular, no obstante incitarlo a ello, e insistir con repetición sobre lo
mismo, no hemos tenido discusión a este respecto, y la opinión que usted haya formado, sobre la cuestión del rechazo de los diputados de Buenos Aires, la ha formado sin procurar ilustrarse y sin buscar un acuerdo previo, no obstante haberle indicado, por repetidas veces, las funestas consecuencias que ello podría tener.» (93)
El Congreso de la nación declara rebelde a Buenos Aires por romper
los pactos establecidos, y autoriza al Poder Ejecutivo a intervenir en la
Provincia, a la que declara el 5 de julio de 1861 en estado de sitio
hasta restablecer el orden.
Designado Manuel Ocampo gobernador delegado, el General Mitre
asume el mando del Ejército de Buenos Aires. Nombrado el General
Urquiza Comandante del Ejército Nacional y Director de la Guerra, ya
está en Diamante presidiendo el paso de sus tropas sobre el Paraná.
El encuentro se produce en los campos de Pavón. Apenas la famosa
(93) Ibidem, pág 394
88
infantería de Buenos Aires inicia el triunfo, el General Urquiza, todavía
en pleno combate, salva la caballería entrerriana, abandona el campo
y se dirige a la provincia de Entre Ríos.
“La actitud pacífica en que se ha colocado el General Urquiza- escribe Mitre cuarenta días después de Pavón- importa un gran servicio al país.”(28/10/1861). (94)
El mismo general Urquiza lo confirma en documento solemne:
«Todos me han visto alejarme de la guerra con firmeza más difícil que la acostumbrada para afrontar el peligro, cuando esa lucha vino a hacerse lo que yo de antemano temía, una lucha irregular y desastrosa; cuando el vandalismo y los desórdenes tenían que emplearse como recursos bélicos; cuando era necesario sacrificar al país entero, tocando todos los extremos, a un éxito incierto y tardío. « Soldado republicano, de una causa que no tiene una denominación personal sino la muy grande de la paz, de unión y constitucionalidad argentina, ocupo el puesto desigual que los sucesos me designan. «Si al substraer mi persona de la lucha por tan nobles móviles,si al desear que la provincia de Santa Fe dejase de ser la víctima expiatoria, si al querer impedir la guerra para Entre Ríos y Corrientes, que tanto se han sacrificado por la Libertad y organización de la república, así como para los demás pueblos que tanto necesitan de la paz, soy tachado por algunos o (94) Ibidem, pág 426
89
interpretado desfavorablemente, yo confío en la aprobación de mi conciencia, en el aplauso de los buenos, en la justicia de la posteridad y en los benéficos resultados que su éxito, que a V. E. (Mitre) se debería, tendría para la vida y prosperidad de los argentinos, cuyas luctuosas desgracias cesarían, desacreditando, una vez más, sus luchas intestinas». (95)
Ambos Generales se atribuyeron la victoria, Urquiza dejó a Mitre
dueño de la situación. A fines de febrero de 1862 todas las provincias
del norte argentino, habían reasumido su soberanía y posteriormente
declararon su adhesión a los principios políticos de Buenos Aires,
otorgando a Mitre la facultad de convocar a un congreso nacional, a la
vez que le autorizaban a manejar interinamente las relaciones
exteriores del Estado. El 15 de marzo de 1862, Mitre envía las
circulares de la convocatoria de un Congreso Nacional, que se reunió
en Buenos Aires el 25 de mayo. Por ley de 3 de junio de 1862 se le
confió a Mitre el Poder Ejecutivo hasta la elección del Presidente de la
República. Llevada a cabo dicha elección el 27 de agosto de 1862, la
unanimidad de votos de los electores provinciales recae en la persona
de don Bartolomé Mitre.
Urquiza se pone en contacto en 1863 con los Blancos Orientales y
Paraguay, manda a Montevideo al Senador Moreno y recibe en San
José al oriental Vázquez Sagastume, a quien expresa sus simpatías
por el Presidente Berro, se dirige por una persona de su confianza ( el
santafecino José Caminos) al cónsul paraguayo José Rufino
Caminos (tío del enviado de confianza de Uruquiza), para llevar un
urgente mensaje a Francisco Solano López.
(95) Ibidem, pág 427
90
"El general se empeña en que por el primer vapor salga Ud. para el Paraguay, y haciendo valer toda su influencia ante el presidente López, trabaje para que el doctor Lapido (representante de Berro en Asunción) establezca y afiance un tratado de alianza ofensivo y defensivo. "Si este pacto se realiza, el general tendrá de la República Oriental todos los elementos que necesito de dinero y armas para ponerse al frente de un gran pronunciamiento que dé por resultado la separación definitiva de Buenos Aires de las demás provincias, de manera de resolver de acuerdo con Paraguay todas las cuestiones del Río de la Plata. En treinta o cuarenta días terminaría la campaña. El general cuenta con la voluntad de las potencias para reconocer al nuevo Gobierno de las trece provincias. "Me ha encargado que diga a usted que él aborrece y habrá de aborrecer por siempre a los porteños, y que era llegado el caso dede separarnos de ellos para toda la vida". (96)
Berro había concluído el cuatrienio el 1.o de marzo de 1864,
sucediéndole el Presidente del Senado Atanasio Cruz Aguirre,
también en 1864, el candidato para suceder a Urquiza que finalizaba
su período en mayo de 1864, era Ricardo López Jordán, apoyado por
Urquiza, con características de Federal e intervencionista.
Urquiza, quizás en acuerdo con Mitre, trabaría su candidatura,
comprometiendo contra López Jordán algunos diputados e intervino
fraguando la elección de los “compromisarios”, formando un Colegio
Electoral manejable e hizo gobernador a José Dominguez, que en
todo asentía. Urquiza le ofició a Mitre el 7 de abril de 1864:
(96) Ibidem, págs. 131-132
91
“Tengo el gusto de participar a V.E. que los candidatos apoyados por mí para electores de gobernador han tenido una entusiasta e inmensa mayoría contra una oposición compuesta de algunos amigos disidentes y de todos los malos elementos que hay en la Provincia. Quiero decir que ha triunfado el principio del orden, de legalidad y de adhesión a la autoridad nacional que forma la base de mi política indeclinable (97) y el 30 de Abril de
1864, le informaba sobre la asunción de José Dominguez:
Es mi actual Ministro. Cuento con todo el apoyo de mi influencia. V.E contará en él un cooperador decidido”. (98)
§.8- ASPECTOS MILITARES DE LA GUERRA DE LA TRIPLE ALIANZA 8.1 El Ejército: Brazo armado de la Diplomacia Las Constituciones políticas de los cuatro países en conflicto
designaron a sus respectivos jefes de estado como comandantes
supremos de todas las fuerzas de mar y de tierra, en guerra y paz,
con plenas facultades para delegar el mando de los Ejércitos en
campaña en generales que consideren aptos para tales funciones. En
los hechos con la excepción del Brasil, los restantes jefes de Estado
asumieron directamente el mando de sus Ejércitos en campaña. El
prestigo que rodeaba a la monarquía del Brasil y la concepción del
Emperador como persona “inviolable y sagrada y por consiguiente, no
sujeta a responsabilidad alguna” lo exceptuaba de coonducir las
tropas directamente.
Las funciones administrativas y de comando del Ejército en tiempo de
paz se confiaban al Ministerio de Guerra y Marina, que ejercía igual
potestad sobre la Escuadra.
(97) Ibidem, pág 306
(98) Rosa, José María , op. Cit. Pág 231
92
Exceptuábase de esta práctica el Brasil, donde además del Secretario
de Estado para los Negocios de Guerra. existía otro para los de
Marina.
No existía en época de paz el Estado Mayor General, en la medida
que se consideraba su importancia en campaña.
En la República Argentina la principal dependencia del Ministerio de
Guerra y Marina era la Inspección y Comandancia General de Armas
(hasta 1863 había existido como dos organismos independientes
pero fueron unificados el 30 de enero de 1863). En las Provincias del
Interior y en las fronteras las funciones se delegaron en los llamados
Inspectores Generales de la Nación y en los Comandaqntes de
Frontera.
Respecto al Brasil las funciones administrativas se distribuían sobre
cuatro dependencias (Gabinete del Ministro, Repartición del Ayudante
General, Repartición del Cuartel Maestre General y Repartición de
Contabilidad de Guerra). Del Ministerio de Justicia del Imperio
dependía la organización de la Guardia Nacional, extendiendo sus
funciones a las provincias a través de los presidentes de las mismas.
“La unidad superior, orgánica y táctica de la infantería, tanto de línea como de la Guardia Nacional es el batallón, por lo general a órdenes de un coronel o teniente coronel. La subdivisión de esta unidad en compañía y las agrupaciones que para el combate podían formarse con las compañías en el batallón, no eran uniformes en los cuatro ejércitos...” (99)
El batallón argentino y el oriental presentaron la misma organización
de aquellos que combatieron en Caseros, organización tomada según
Beverina del Ejército Francés, diferenciando la instrucción y táctica
(99) Beverina, Juan, op. Cit., tomo I, pág 257
93
con influencia de las Ordenanzas españolas. Las seis compañías que
conformaban el batallón se nominaban de granaderos, del centro y de cazadores. De igual constitución se presenta el batallón paraguayo, que presenta
como diferencia en caso de movilización el agregado de una séptima
compañía llamado de reemplazo, destinada a llenar las bajas que se
provocadas en las otras unidades del mismo batallón. El batallón
brasileño se conforma de a ocho compañías especializadas en dos
de granaderos, cuatro de fusileros y dos de cazadores.
Respecto a la Caballería, la unidad orgánica es el regimiento,
subdividido en número cambiante de escuadrones y de compañías. El
regimiento argentino y paraguayo es conformado a base de cuatro
escuadrones, en cambio en la República Oriental se conforma por dos
escuadrones. El regimiento de caballería brasileño se subdivide en
ocho compañías comandadas por un capitán cada una. Las
compañías de caballería brasileña se podían subdividir en
escuadrones y éstos se subdividían cada uno a dos compañías. El
escuadrón de caballería en los otros Ejércitos participantes de la
guerra de la Triple Alianza se subdividían en dos compañías, una de
ellas dirigida por el comandante del escuadrón y la otra por el
teniente más antiguo.
Los lanceros y carabineros que contiene un regimiento es de
proporción variable, subsiste el cuerpo de Dragones (carabineros)
armados con armas de fuego. Estos últimos junto con los carabineros
entraban a fuego casi siempre sin desmontar, pero si el terreno
impedía avanzar a caballo iniciaba el combate a pie. Esta disposición
que se practicó en la Guerra del Paraguay respondia a causas como
la falta de caballos o bien por tener poca infantería frente a la
sueprioridad numérica del contrario. Referido a la falta de caballos el
94
día 20 de julio de 1865, dos días antes de la partida hacia el
enfrentamiento con los paraguayos, se dictó la Orden General para
la División Oriental cuyo inciso 2º establecía la prohibición a los
soldados del Ejército vender sus caballos “elemento de Guerra y necesidad prima para la movilida” (100)
Respecto a la Artillería se organizaba teneindo en cuenta el calibre
del material en regimientos de artillería ligera, batallones de artillería a
pie y batallones de artillería de posición.
“Tanto en el Ejército argentino como en el oriental el único regimiento de artillería ligera que cada uno deellos poseía, dividíase en escuadrones (cuatro y dos respectivamente), con un número de piezas que variaba de seis a nueve en cada uno de éstos. En el término de escuadrón se comprendía: a)la batería, o sea el material; b) la compañía, constituída por el personal que tenía a su cargo el servicio de dicha batería.” (101)
Sólo el Ejercito brasileño poseía desde 1858 un batallón de
zapadores. Los otros contendientes no disponían de tropas
especiales de ingenieros.
8.2 - RECLUTAMIENTO Y MOVILIZACIÓN EN PARAGUAY “El sistema de reclutamiento de las fuerzas militares del Paraguay, tan distinto del que empleaban los países contra los (100) Boletin Histórico, Documentos Relativos a la Guerra del Paraguay. 1865-
1868, pág 172
(101) Beverina, Juan, op. Cit., tomo I, pag 264
95
cuales pensaba llevar la guerra el mariscal López, encuentra en la movilización del ejército paraguayo la peculiaridad que caracteriza al servicio militar obligatorios”. (102)
Es indudable entonces que la preparación de las fuerzas en este país,
revelaba un grado de adelanto superior al resto de los estados
sudamericanos.
Ya a principios del aiáo 1864, empiezan a realizarse una serie de
medidas previas para el reclutamiento y la movilización. Fueron los
acontecimientos políticos del Uruguay, que al tornarse desfavorables
para el Paraguay, obligaron a López a tomar estas medidas de
carácter militar.
Así lo da a entender en sus Memorias el coronel don Juan Crisóstomo
Centurión, en Buenos Aires, 1894. Al pie de la cordillera de Ascurra, se funda un campamento de
reserva, en Cerro-León. Se envían jefes militares a todos los
departamentos de la República para reclutar a todo ciudadano apto
de 16 a 50 años. Esto ocurre a principios de 1864. El 10 de febrero ya
había unos 5.000 hombres.
Se encargó de la «organización, instrucción y disciplinas al general Wenceslao Robles. El número a que ascendió dicho ejército al principiode la guerra era más o menos de treinta mil hombres de las dos armas,infantería y caballería”. (103) Según Beverina la fecha de regreso a que alude Centurión en el
párrafo anterior, era el mes de abril de 1864
Del mismo modo que se iban constituyendo estas tropas en Cerro
León, en otras partes se organizaban con los ciudadanos reclutados
batallones de infantería y las unidades de artillería.
(102) Beverina,Juan, op. Cit., tomo II, pág 42
(103) Ibidem.
96
Eran centros de reclutamiento y movilización: Asunción,
Concepción,Humaitá, Paso de la Patria e Itapuá.
El teniente coronel del ejército paraguayo, don Lucas Carrillo, que
mandaba juntamente con el comandante Thompson la posición
denominada Angostura y que capituló después del desastre que sufrió
López del 21 al 27 de diciembre de 1867, declara ante el juez fiscal : «Que el Ejército tenía 56.000 hombres por todo, pues allí no hay guardia nacional, esto es en 1864. Que en cuanto a su composición sólo puede decir que era de las tres armas, incluyendo la marina; que en cuanto a su disciplina era regida por la Ordenanza Española... ». «Preguntado sobre la edad que se exigía a los reclutas para servir en el Ejército antes de la guerra, dijo: Que desde 16 a 50 años, pero que en el curso de la guerra se han traído desde 10 hasta 60 años».(104) En efecto, el esfuerzo que se había exigido a la población paraguaya
era muy grande. De ésta no se tiene datos exactos. Así el personaje
que se acaba de citar en la declaración que presta dice que era de
seiscientos mil habitantes.
En un estudio monográfico, que realizó en el año 1912, el teniente
Enrique Sisterna, titulado: «Estudio comparativo de la potencialidad militar de la Triple Alianza y el Paraguay», hace consideraciones referentes a la población y llega a darle a este país, 1.337.000”(105)
Carlos Pereyra, en su obra “Francisco Solano López y la Guerra del Paraguay”, expresa:
«Según Azara, la Población del Paraguay era de 97.480 habitantesen 1795». (104) II Congreso Internacional de Historia de América, pág. 565
(105) Ibidem.
97
«En 1857, o sea en vísperas de la guerra, se le suponían 1.337.4319habitantes». «¿Podía el Paraguay, con una población de 97.480 individuos a fines del siglo XVIII tener más de un millón y cuarto en 1857 y cerca de un millón y medio, según Du Gratry en 1862?». «M. Martín de Moussy, musa geográfica de los argentinos, no des-cubría sino 350.000 habitantes para el Paraguay. El teniente de navío Mouchez calculaba la población de ese país en 800.000 habitantes». «Aun teniendo en cuenta que la población del Paraguay aumentó, no sólo por excesos de nacimientos, sino por inmigración, parece recomendable la cautela para aceptar cifras altas». «Los paraguayos son prolíficos y además durante los años de las dic-taduras sombrías, el país fué centro de atracción, para ciertos pueblosindígenas circunvecinos que huían de la política de persecución practicada por los brasileños y argentinos contra los aborígenes». (106)
Como vemos, la diversidad de datos trae cierta confusión, sin
embargo, conviene aceptar lo que expresa Carlos Pereyra, quien ha
revelado profundos conocimientos del Paraguay.
El sacrificio que debía sostener el pueblo, de todo orden, era en
realidad muy grande en este sentido.
8. 3- ARMAMENTO DEL PARAGUAY Relativo al armamento, el teniente coronel Lucas Carrillo, en la
declaración que se mencionó líneas arriba expresó:
(106) Pereyra, Carlos, “Francisco Solano López y la Guerra del Paraguay”, pág 68
98
«El armamento se componía en artillería, una batería de 6 piezas
rayadas de a nueve, la demás artillería era común y se calculaba, por todo, en 300 y tantas piezas de todo calibre, incluso la de marina y la de 150 y otra de 120, compuesta con las campanas de las iglesias ... » (107)
En otra monografía del teniente coronel Brollo, del año 1912, de la
Escuela Superior de Guerra, sobre Ganado y tren rodante de los
beligerantes de la guerra del Paraguay, dice:
«El país no era rico en ganadería; en esa época se calculaba que no había más de 100.000 caballos (Schneider, tomo I); y según un autor, los caballos paraguayos nunca habían sido buenos y sólo la mitad (de los 100.000) podían galopar 3 millas. (Thompson, capítulo V). «Uno de los grandes inconvenientes desde el principio de la campaña fué según Thompson el mal estado del ganado». (Thompson, cap. V). “Entonces las bajas forzosamente tenían que ser reemplazadas por baguales que debían domar los soldados. Se usaba el recado, como silla, y para manejarlo, el bocado. (Thompson, cap. V).”Respecto al material rodante, citaré lo que expresa el teniente coronel Brollo en su trabajo: «Sólo un vehículo podía marchar en ese territorio con aIguna facilidad aunque con perjuicio de la velocidad, era la histórica carreta, tirada por bueyes, que se ha usado en todas las guerras de América». (108) En párrafos posteriores señala que la caballería
llevaba carros livianos arrastrados por caballos o mulas, esto último lo
dice en referencia a los ejércitos aliados. (107) II Congreso Internacional de Historia de América, pág. 567
(108) Ibidem
99
8.4 - EJÉRCITO ALIADO El 1 de Junio de 1865 se designa Jefe del Estado Mayor General del
Ejército de Operaciones al General José A. Costa(art. 4º) . El artículo
siguiente establece: el mismo Ministerio con fha de hoy dice: El Gob.
no ha dispuesto que los cuerpos que deben marchar para la próxima
campaña, se pondrán á las ordenes del Jefe del E. M. Del Ejército de
Operaciones General D. José A. Costa. Los cpos. que deben
movilizarse serán : “Batallón 24 de Abril” “Batallón Florida” “Voluntarios
del Coronel Fidelio(Paes Da Silva), del Comandante Bustamante(José
Cándido) y 2º Escuadrón de Artillería”.
La situación creada sobre el río Uruguay, el avance del Ejército
paraguayo comandado por el Teniente Coronel Estigarribia, tuvo por
reacción que el General Mitre formara un destacamento de las tres
armas el cual marchando desde Concordia hacia el norte operaría
contra las dos columnas que venían avanzando por el río Uruguay hacia
el sur por el territorio de Río Grande y Corrientes.
Ya en los primeros días de julio se había planteado la posibilidad de
enviar a Uruguayana al General Flores con algunos batallones como
quedó expresado en la correspondencia de 5 de julio del General
Osorio al Ministro Octaviano*.
El día 14 de Julio el Ministerio de Guerra y Marina decreta y hace saber
al Estado Mayor que el Ejercito Oriental de Operaciones contra
* “El General Canabarro clama por una fuerza de infantería de este Ejército que lo
ayude, porque tiene escasez de esta arma; pero, habiendo yo consultado al respecto al
general en jefe, comprendo que éste no quiero desprenderse de fuerzas brasileñas, y
propone que el general Flores con algunos batallones haga esta expedición en buques
que, aprovechando la crecida del Río Uruguay, lleguen hasta Uruguayana. En este
estado, esperamos ansiosamente la venida del Señor Tamandaré... " (Beverina, Juan,
op. Cit., tomo III, pág 61). Además el inciso segundo del artículo tercero del Tratado
de Alianza ponía a la cabeza de las tropas de los aliados al “gobernador provisorio de
la República Oriental del Uruguay, brigadier general D. Venancio Flores”.
100
Paraguay usará un distintivo facilmente reconocible por los ejercitos
aliados. Dicho distintivo consiste el uso en la gorra o Kepí una cinta
punzó con el lema “Ejercito Oriental”. (109) El 22 de junio de 1865 se
embarcaron en el muelle de la Aduana de Montevideo a bordo de los
vapores “Román” y “Emperatriz” dirigiendose a Colonia ( el 23 a las 11
del día) , luego el 24 pasan por
Martín García en dirección a Carmelo, fondeando frente a Nueva
Palmira. El 25 a las once y media llegan a Fray Bentos que el Coronel
Palleja describe como “punto muy importante también, por su posición comercial estratégica”. (110) Continuando el derrotero el día
27 llegan a Paysandú para dirigirse hasta la Concordia donde
desembarcaron para acampar en la margen del río.
Después de un intercambio de ideas entre los altos mandos aliados y el
Almirante Tamandaré, el General Mitre decide reforzar el contingente
oriental comandado por Flores con la XII Brigada de infantería brasileña
del teniente coronel Coelho Kelly; batallones Vy VII de línea (unos 600
infantes) y con el regimiento de caballería argentino General San
Martín a cargo del teniente coronel Estaban García que correspondían
a tres Escuadrones con 300 lanzas y 50 carabinas. Esa fuerza se
denominó Ejército de Vanguardia, correspondiendo a 1.700 infantes
distribuidos en 5 batallones; 1.850 jinetes y 8 piezas de artillería con 150
artilleros, conformando una totalidad de 3.700 hombres de las tres
armas. (111)
(109) Boletin Histórico, “Documentos relativos a la guerra del Paraguay 1865-1868”,
pag. 165, 170
(110) Palleja, León de, “Diario de la Campaña de la fuerzas aliadas contra el
Paraguay”, tomo I, pág 11
(111) Beverina, Juan,, op. Cit., tomo III, pág 62
101
“Amaneció lloviendo, lo que no deja de molestarnos bastante porque el General pensaba haber llevado los cuerpos a acampar en el Ayuí, donde está el ejército argentino.” “Tenemos muchos enfermos” “También tenemos ya cuatro individuos de menos que han desertado o andan vagando por este vasto campamento...” (112 )
Teniendo buenas condiciones de clima que posibilitaron la partida hacia
el Ayuí el día 3 de julio, acamparon sobre la margen izquierda de este
arroyo. El Coronel Palleja en su Diario nos relata la escasez de
alimentos y el azote de las enfermedades:
“No hay Estado Mayor, no hay cuerpo de sanidad militar. Dos grandes vacíos; por estas dos cosas principia a organizarse un ejército.”(113) Diez días después se trasladan al Ayuí Grande, “a poco más de una legua de distancia del campo que ocupabamos”.
Se practicaron ejercicios y “Dos compañías ejecutaron el tiro al blanco a seis tiros por hombre; las otras seis hicieron ejercicio doctrinal. Esta ha sido una medida muy acertada del General en Jefe; nada mas necesario que la enseñanza individual del tiro, para pasar después a la precisión de los fuegos colectivos.” (114)
Destaca en su crónica la llegada de una orden general con fuerza de
Bando Militar, imponiendo la pena de muerte al que desertase de las
filas del ejército. Los comentarios y juicios del Coronel Palleja a raíz de
la deserción continua se ubican casi enseguida de la salida misma de
las tropas, ante este hecho de capital importancia se entiende su
postura al expresar:
“Estamos dando al cuerpo el haber de junio; probablemente (112) Palleja, León de, op.cit., tomo I, pág 17 (113) Ibidem, tomo I, pág 21
(114) Ibidem, tomo I, pág 29
102
perderemos mas hombres con la distribución del sueldo. Esta deserción es lo mas aterrante y desconsolador. Hace aborrecible el servicio, el tener que lidiar con esta canalla hija del rigor, que no tiene apego a la bandera que deshonra, ni sabe valorar la noble misión que es llamada a desempeñar...La deserción durante algunos años debe ser castigada con la última pena si se quiere tener ejército;...” (115)
El día dieciocho de julio festejaron el aniversario de la Jura de la
Constitución, el Ejército Oriental formó en lo alto de la cuchilla que
distaba media legua del campamento, donde previa pasada en revista,
recibió una fogosa arenga del General en Jefe del Ejercito, General
Bartolomé Mitre, acompañado por el General Flores y los Jefes
superiores del Ejéricto argentino.
Las columnas menos el Regimiento de Caballería General San Martín,
que todavía no se había incorporado] marcharon a acampar en el
arroyo Gualeguaycito (San Pascual), que se encontraba a 3 leguas
(casi 17 kilómetros) distante del Ayuí Grande. La crecida del arroyo
debida a las continuas lluvias le imposibilitan en primera instancia
cruzarlo, cuando logran hacerlo:
“Era magnifico y hasta dellicioso el presenciar la marcha del ejército en cuatro columnas; dos de caballería por los flsancos y dos de infantería por el centro. A la cabeza de ésta iba el Florida con el 7º brasileño, codo con codo...” (116) llegando el día 23 al Paso
del Mandisovi. A su paso por Federación en dirección a Corrientes,
hace referencia al caudillo Justo José de Urquiza expresando que “la mitad de Estre Ríos es propiedad de Urquiza y (115) Palleja, León de, op. Cit., tomo I, págs 17-18
(116) Ibidem, tomo I, pág 37
103
toda la provincia es una especie de feudo de este ser dichoso”.(117)
Desde este emplazamiento geográfico tienen noticias del ejército
paraguayo, aduciendo que dos columnas paralelas( una que estaba en
Itaquí ha pasado a Ibicuy ) bajan bordeando el río Uruguay en dirección
a dos centros: Uruguayana y Restauración (Paso de los Libres). El
General Flores en oficio al General Bartolomé Mitre datado en 23 de
Julio en Campo en marcha sobre Mandisoví expreso su plan de ataque
en esta zona como lo testifican sus propias palabras:
“Esta división enemiga, separada á una gran distancia del grueso del ejército y en un pais todo hostil para. ellos, no puede dejar de ser cortada maniobrando con tino y actividad, pues marchando sobre ellos las fuerzas brasileras que obren sobre sus flancos, pueden hacerse servir con ventaja no sólo para hostilizarlos, sino para batirlos, ya. porque el enemigo se debilite, ya porque se sientan apoyados por el ejército oriental. De cualquier modo, esta operación debe ser de inmensos resultados, cuando rnas no fuese que hacerse sentir sobre el enemigo”. (118)
En la misma fecha otro oficio anotaba que informes de buena fuente
calculaban entre 8 y 10.000 los hombres del otro lado del Uruguay y
entre cuatro y cinco mil los de este lado, teniendo un buen número de
canoas para facilitar el pasaje, “podrían muy bien en una noche repasar algunos batallones y reforzarse para esperarnos. Habiendo llegado hasta aquí y en el deber de marchar a encontrarlos y que (117) Ibidem, tomo I, pág 40
(118) Archivo Mitre, tomo IV, pág 20
104
sientan el poder de las armas aliadas, yo no puedo retroceder...”(119)
El honor de un militar como se entendía en la época del Gral. Flores le
exige el avanzar siempre, porque lo contrario implica la deshonra para
el soldado.
El avance de la columna paraguaya del Teniente Coronel Estigarribia en
territorio brasileño y a lo largo del río Uruguay iba a ser acompañado por
un movimiento por la margen argentina a las órdenes del Mayor Duarte
(batallones Nº 16 y 28; regimientos de caballería Nº 24 y 26 y un
escuadrón de auxiliares correntinos y orientales: en conjunto 1500
infantes y 1200 jinetes. La misión atribuida al Mayor Duarte era la de
abastecer de ganado a la División que operaba sobre el Río Grande.
Mitre inmediatamente informó detalladamente al General Flores que la
fuerza que invade por una y otra márgen del Alto Uruguay, no pasa de
doce mil hombres, nueve mil por el territorio brasileño y tres mil por el
territorio argentino. Frente a Itaquí han pasado mil hombres para
reforzar la columna que invade por el Brasil, de modo que según
informes de Madariaga y Paiva quedaron dos mil hombres( mil de
infantería y mil de caballería) que amenazan pasar por Guaviraví*. El
Coronel Fernandez Lima (éste ubicado a la retaguardia de los
paraguayos) con la I y IV Brigada de la División Canabarro
permanecían sobre el flanco izquierdo de los invasores y tienen por plan
atacar la columna paraguaya comprometida en el pasaje por el Ibicuy.
El plan daría resultado, si burlando la vigilancia paraguaya, consiguen
tomarlos en el desfiladero del paso.
(119) Archivo Mitre, tomo IV, pág 19
*El 12 de julio el Coronel Paiva había comunicado a Mitre desde el Arroyo Tapevicuá
que los paraguayos desde La Cruz iban a “continuar su invasión hasta el Paso de los Libres”. (Beverina, Juan, op. Cit., tomo III, pag 43)
105
“Me permitiré hacerle presente que tanto la división del general Paunero, que forma el núcleo y la base, del ejército argentino, como la división del general Madariaga que hoy es su vanguardia, obrarían de acuerdo con usted, y se pondrán á sus órdenes para las operaciones de la guerra que haya que practicar, mientras marcho con el resto del ejército, y no á título de contingentes para reforzar el ejército oriental. Digo esto, por que lo veo á usted en un error, al decir que los ejércitos argentino y brasilero deben concurrir según convenios, con un contingente de tres mil hombres cada uno para reforzar el ejército oriental. En efecto, asi lo propuso el doctor Castro en las conferencias, pero él mismo retiró su proposición en vista de las reflexiones que se le hicieron. Y quedó convenido que cada uno de ellos pondría á sus órdenes una división con su bandera, para que de este modo el jefe supremo del Estado Oriental tuviese en esta guerra una posición digna y elevada conduciendo al combate las tres banderas aliadas”. (Correspondencia de Mitre a Flores. Cuartel General – Concordia, julio 23 de 1865) (120)
La mejor forma de lograr la cooperación entre el Ejército de Vanguardia
y las fuerzas del General Paunero es dejar la plena y total iniciativa al
General Flores*. -
(120) Archivo Mitre, tomo IV, págs 22-23
* “Es conveneinte que usted se ponga en comunicación directa con Paunero, cambien sus ideas y combinen lo mejor. Reposo tranquilo en su prudencia como en su reconocida inteligencia militar; así como confío en el buen juicio y en los conocimientos exactos que del enemigo tenga el general Paunero”.(Archivo Mitre,
tomo IV, pág 22)
106
La continua marcha por una zona de incomodos bañados, le merece al
Coronel Palleja una reflexión de carácter organizativo-militar
interesante:
“Es éste un maldito país[Entre Ríos] para infantería; esto me hace afirmar más en la convicción que he tenido siempre que en la América del Sur tendría buena aplicación la organización de cuerpos mixtos, Dragones. Hay facilidad de envcontrar personal que sepa andar a caballo; es una dificultad de menos; podrían ir armados con carabina, rifle,, un sable, bayoneta de gran magnitud y lanza. Esta fuerza podría aprender bien el manejo de estas dos armas; munidos los caballos de manea con traba. Cuando se precisara servicio de infantería, manearían los caballos, clavarían las lanzas y maniobrarían y se batirían a pie. Estos cuerpos serían de grandísima utilidad en la vanguardia, para acompañar divisiones de caballería, a la que no puede acompañar la infantería por malos pasos y dificultades que se encuentran a cada momento...” (121)
Alcanzando el Paso de Mocoretá, se tiene nuevas noticias sobre los
paraguayos que se hallan estacionados en Restauración y Uruguayana,
procedentes del Ibicuy en el paso de Santa María, siendo hostilizados
por los brasileños y fuerzas correntinas. Encuentra el Ejercito de la
Alianza serias dificultades a medida que se internan en Corrientes,
confirmando lo intransitable del campo para la infantería. Flores
estimando que el enemigo del Paraná( Gral. Robles, luego sustituído
por el General Isidro Resquín) quiera proteger el ejército del Uruguay,
toma como medidas inmediata que el grueso del ejército que comanda
tome la altura de Mocoretá arriba, para reconcentrar sus fuerzas y batir
a los ejércitos paraguayos. Se deja en claro las malas condiciones de
los caminos para la marcha en masa del ejército ya sea por su número
(121) Pallejas, León de, op. Cit., tomo I, pág. 44
107
como por el gran bagaje.
Las malas las noticias que llegan- nos relata el Coronel Palleja-
indudablemente inciden en la moral de las tropas; al parecer
Uruguayana ha sido desalojada por los brasileños y Restauración por
los correntinos, siendo ocupados esos puntos por el ejército paraguayo.
Flores le comunica a Mitre la necesidad de mover el ejército a las
alturas de Timboy y Miriñay, para que se constituya en punto céntrico y
de apoyo a los diferentes cuerpos de ejército que obran
separadamente.
Luego de haber dejado atrás el arroyo Timboy en dirección al arroyo
Curupí (distante uno de otro unas cuatro leguas) y sin haber entrado en
combate Palleja refiere que continuan las bajas en sus filas, el 2 de
agosto cuenta con catorce bajas, conformandose al decir que el Florida
“es el cuerpo más feliz a este respecto”, lo que nos induce a pensar
que el número era crecido en los demás cuerpos.
El gran y último obstáculo geográfico que encuentra a su frente es el
caudaloso
Río Miriñay, afluente del Curupí:
“aquí nos veremos en trabajos para atravesarlo con infantería. La caballería pasará y la artillería primeramente con ella. El General en Jefe se propone reconocer al enemigo, mientras la infantería verifica el paso en balsa, canoas, o en lo que se pueda. Arriesgada operación es la que se propone, no marchando acompañado siquiera de un batallón. El arma de caballería es muy vidriosa y no sería bueno desvirtuarla al empezar la campaña, maxime cuando los paraguayos no desprenden batidores de caballería sin ir acompañados de infantería y artillería.” (122)
Aquí se le pliega al Ejército de Vanguardia una fuerza de caballería de
la Guardia Nacional oriental que había atravesado el Río Uruguay
(122) Ibidem, tomo I, pág. 58
108
desde Santa Rosa a Monte Caseros, cuyo número ascendía a 500
hombres a las órdenes del General Suárez.
El contingente oriental que dependia del Comandante en Jefe estaba
constituido en su mayor parte por agrupaciones organizadas en
múltiples pequeñas unidades, era menester darle una organización
prefijada máxime si tenemos en cuenta que el cruce del rio Miriñay asi
lo exigía.
La Orden General del 3 de agosto daba cuenta de la Primera división
del Ejército Oriental integrada por los Regimientos 1º, 2º, 3º y 4º al
mando del General Enrique Castro “que ocupará la derecha ya sea en marcha o el día de una Batalla, la segunda división la compondrán las fuerzas de Caballería que trae el Gral. Nicasio Borges”(123). La tercera división al mando del General José Suarez
ocupará la izquierda conformando parte de la mencionada división el
Regimiento Argentino San Martín que quedaba al día de la fecha
adscipto a las ordenes inmediatas del General Suarez. Hacia el día 5 de
agosto cuenta ya con 21 bajas, desglosadas en 19 desertores y 2
muertos. En el Ejército Oriental están ya presentes las filas de la
division de caballería del General Nicasio Borges, el batallón de
Voluntarios de la Libertad y el de Voluntarios Brasileños, todos al mando
del mencionado General.
Se planifica por parte del General Brasileño un ataque a Uruguayana
(ocupada por los paraguayos) desde dos direcciones; por el ejército
oriental desde la margen izquierda del río Uruguay y el ejercito brasileño
desde la margen opuesta:
“Cosa muy acertada; porque así se priva al enemigo de disponer de todas sus fuerzas en un solo punto, con la facilidad que tiene de trasladar con sus grandes barcas infantería y artillería (123) Boletín Histórico del Ejército, op. Cit., pág 172-173
109
del uno al otro lado del Uruguay. A mi entender el enemigo ha ocupado Restauración y Uruguayana* para esperar el ataque de *Las incidencias de la marcha de la columna paraguaya en su avance sobre
Uruguayana, a partir del Arroyo Pidanhy mirim están relatadas en esta comunicación
del 7 de Agosto del teniente coronel Estigarribia "Desde entonces (terminado el franqueo del Pindahy mirim) se presentó a nuestra vista el enemigo, con fuerzas numerosas, continuando nosotros el día 3 la marcha haciendo guerra de guerrillas en todas direcciones, guerra que siempre ocasionó pérdidas al enemigo, sin tener nosotros que lamentar alguna de nuestra parte. En la tarde del día 4 y cuando llegábamos al paso del arroyo Tapechay el enemigo formó en línea de batalla, colocando en el frente y en el mismo paso numerosas guerrillas, con la intención de disputarnos el pasaje. Coloqué entonces nuestras fuerzas en el orden conveniente y, resuelto a aceptar combate, ordené al batallón N.o 32 que forzase el paso del arroyo; dicho batallón, avanzando en guerrillas, sostuvo un fuego nutrido con el enemigo, protegidas aquellas por el regimiento N.o 27 (de caballería) ; pero el enemigo, viendo nuestra resolución, reconcentró sus fuerzas, marchando en retirada. Tuvimos un solo muerto, habiendo el enemigo dejado dos en el campo de batalla y llevado algunos heridos. El día 5 desde el amanecer apareció el enemigo con una fuerza de seis cuerpos, fraccionados en guerrillas entre los arroyos Tapechay y Salso, teniendo en esta parte del último arroyo cuatro cuerpos de infantería., y sobre nuestro frente un regimiento de caballería. Habiendo observado esta operación del enemigo, dividí mis fuerzas en 3 columnas, colocando en el centro el parque de artillería y los medios de locomoción, con el fin dé estar pronto a formar mi línea de batalla en cualquier parte que el enemigo quisiese pelear con nosotros, y cubriendo los flancos, frente y retaguardia con guerrillas de infantería. Situadas así mis fuerzas, emprendí la marcha en dirección a esta villa, habiendo sostenido en el camino un fuego vivo con las guerrillas enemigas, sin más consecuencias que un soldado nuestro levemente herido y dos muertos del enemigo. A pesar de la amenaza imponente del enemigo, no presentó batalla, entregándonos la villa a nuestra aproximación. Desde las 10 1/12 de la mañana del mismo día (5, de Agosto) ondea en la villa de Uruguayana la bandera del Paraguay. Hallamos la villa atrincherada, habiendo dejado únicamente una entrada del lado sur, lo que manifiesta que el enemigo tenía la intención de defenderla... Por algunos extranjeros aquí residentes y por las declaraciones hechas por un individuo oriental y por otro santafecino, pasados del enemigo..., sabemos que la fuerza enemiga está compuesta por 6 regimientos de caballería, 4 batallones de
110
nuestros dos ejércitos, atrincherandose en estos dos puntos. Nuestra caballería es más numerosa que la suya; así se ve de ser envuelta. Su infantería es más adaptada para la resistencia que para el ataque...”(124)
El día 3 de agosto a las 11 de la mañana Flores instala su Cuartel
General en Miriñay, expresando que al día siguiente pasará toda la
caballería dejando la infantería en el Miriñay para esperar la división del
General Borges que todavía no se le había incorporado.
El día 9 se lográ finalizar el pasaje del río Miriñay, recibe la
incorporación del coronel Amuedo con dos escuadrones de 35 jinetes
cada uno. Se continua avanzando para reunirse con el General
Wenceslao Paunero que debía cruzar el Miriñay a la altura del Paso
Yeguas.
Se tiene noticias de que los paraguayos emprendieron (el 10 de agosto)
marcha Uruguay arriba, prendiendo fuego algunas carretas y un
campamento, marchando como media legua, para hacer luego un alto
donde fueron rodeados por el ejército brasileño quienes le tiraron
algunos tiros de cañon, ante esta situación el ejército paraguayo marchó
otra vez sobre Uruguayana. “Esto prueba que el enemigo está indeciso, sin saber que hacer; no tienen que comer, están matando los bueyes de las carretas, y el ejeército brasileño les tiene sitiados completamente”. (Oficio de Flores a Mitre. Cuartel General Paso de
los Libres, agosto 10 de 1865). (125)
infantería y 8 piezas de artillería, cuyos efectivos en general son débiles por tratarse de cuerpos recién formados”.(Beverina, Juan, op. Cit., tomo III, págs 78-79)
(124) Palleja, León de, op. Cit., tomo I, pág. 65)
(125) Archivo Mitre, tomo IV, págs. 29-30
111
El Comandante Estigarribia tenía la orden de López de detenerse sobre
el Río Ibicuy ( “Mañana pienso mover las tropas de esta villa y marchar a esperar nuevas órdenes de V.E. en la márrgen del Ibicuy...” escribía Estigarribia al Mariscal López desde Itaquy el 13 de
julio de 1865 (126), hasta recibir nuevas instrucciones de López, pero el
expresado Comandante creyó de su deber franquear el Ibicuy,
realizando teneindo en cuenta de la ausencia de fuerzas enemigas en
gran número.
Un primer enfrentamientodado entre las tropas de la alianza y las
paraguayas, una “sableada” en los términos del Coronel Palleja a la
vanguardia paraguaya por parte de los coroneles Paiva y Reguera
enalteció el espíritu de victoria y la confianza de las armas aliadas como
lo deja ver claramente el Parte al respecto:
“Campo en Miriñay Agosto 10 de 1865 Ayer a las once de la mañana el C.nel Reguera con 300, bravos correntinos acuchilló la vanguardia enemiga en fuerzas superiores matándoles un Oficial y 20 hombres, arrollándolos y persiguiéndolos hasta una legua del Paso de los Libres llevando crecido número de heridos y dejando en nuestro poder porción de armas vestuarios y Caballos ensillados. Este pequeño triunfo es la mejor prueba que podemos tener de la cobardía de los enemigos con quienes vamos a combatir y ese triunfo que parece esfiemro será precursor de otros mayores con que serán coronados nuestros esfuerzos y privaciones del Ej.to Oriental y sus Aliados Argentinos y Brasileros. 2o. Mañana se Incorporará el primer cuerpo del Ej.to Argentino[al
mando del General Paunero, que en realidad se incorporó el día 13
sobre el Arroyo Santa Ana a 40 kilómetros de Paso de los Libres].* (126) Ibidem
* El total efectivo de su destacamento no era mucho mayor de 3.500 hombres de las
tres armas, “ sin embargo la calidad de sus tropas que lo componen y la sólida
112
Desde ya me anticipo a presagiar la victoria; las armas aliadas son invencibles porque su valor, su decisión y disciplina responden de ello. 3º. Estamos en el territorio Argentino de nuestros Aliados y amigos, es preciso que el Ej.to Oriental no desmienta sus antecedentes observando la mas exacta disciplina y moral que es el temple del valiente soldado Oriental.” (127)
Sin embargo Pallejas insiste en informar que:“Seguimos teniendo deserciones en nuestro cuerpo. El dia once[de agosto] tuvimos cuatro y anoche[día 13] otras cuatro, correntinos, entrerrianos y algún oriental entre ellos, de las altas del Salto y Paysandú. Individuos sacados de la cárcel pública para venir a reforzar la infantería; valiera más que no hubieran venido. De los soldados viejos no tenemos un desertor. Así van nuestras cosas. Cuando debiera haberse buscado un personal selecto, joven, robusto y de gente buena y no de bandidos encarcelados, para confiarles la bandera nacional en los combates, dan a los cuerpos lo primero que cae a la mano y luego el jefe a quien le toquen, averiguese como pueda”(128)
organización que le ha dado le ofrecen una cierta garantía de eficacia táctica y operativa”. Se componía de tres divisiones mandadas la primera por el coronel Rivas, la segunda por el coronel Arredondo y la tercera por el coronel Rivero. Estas divisiones se descomponían cada una en dos brigadas la primera por los batallones 1º de línea y el de guardias nacionales de San Nicolás de los Arroyos, al mando del Comandante Roseti; y la segunda brigada de la “Legión Militar”, batallón 3º de línea y el escuadrón de artillería del mayor Maldones, a las órdenes del comandante Charlone. La segunda división contaba igualmente con dos brigadas; la primera formada por el 2º de línea y el batallón “Correntino”, al mando del comandante Horma; la segunda, por el 4º de línea, el primer batallón
(127) Boletín Histórico del Ejército, op. Cit., pág 173
(128) Pallejas, León de , op. Cit., tomo I, pág 78
113
Flores tiene la firme convicción de aprovechar el fraccionamiento
enemigo para batir al grupo menor antes de que le lleguen refuerzos
desde el grupo principal del Paraná “interponer nuestro grande Ejército entre los dos enemigos y estar en aptitud de batirlos en detalle”. (129)
Entre los días 15 a 17 de agosto pasan por los puntos del arroyo Santa
Ana, el San Joaquin, llegando a las márgenes del arroyo Capiyquisé en
busca de los enemigos que habían visto “a una legua del arroyo tiroteándose con la vanguardia", pero los paraguayos se pusieron al
momento en retirada. Ya el 15 de agosto Venancio Flores informó que
el enemigo permanecía en Restauración a tres o cuatro leguas de su
Cuartel General, vaticinando que “el 17, les daremos una batalla, con todas las probabilidades de un triunfo cierto”. (130)
En ocasión de un seguro encuentro con las tropas enemigas, el General
Paunero organizó el mismo día 15 una Brigada de Reserva de las tres
armas al mando del coronel Matías Rivero a las inmediatas órdenes del
I. Cuerpo de Ejército argentino. Dicha Brigada se componía de un
batallón de Guardia Nacional de Corrientes a cargo del mayor Sosa; un
Regimiento 1º de caballería de línea bajo la dirección del teniente
coronel Segovia y un Escuadrón de artillería de “Nueva Creación” a
cargo del teniente coronel Nelson. (131)
Los paraguayos habían tomado una posición defensiva en la costa, en
una región en que existian varias chacras conocida con el nombre de
Ombucito. (129) Archivo Mitre, tomo IV, pág. 19
(130) Ibidem, tomo IV, pág. 31 (131) Beverina, Juan, op. Cit., tomo III, pág. 107
“Legión de Voluntarios” y la artillería de Nelson, a las órdenes del comandante Fraga. La tercera división se componía del escuadrón de artillería del comandante Viejo Bueno, el 1º de caballería de línea y la división del coronel Paiva. (Beverina, Juan, op. Cit., tomo III, pág. 44)
114
Atrás quedaba el campamento donde estaban estacionados. La
posición escogida no era buena en la medida que le demoraba en la
retaguardia el arroyo
Despedida, luego el arroyo Yatay y por último el Río Uruguay. Debido a
las fuertes e intensas lluvias que provocaron el desborde e
inundaciones desde el Despedida hasta el río Uruguay. Antes de iniciar
el ataque la Caballería de la Vanguardia (Madariaga y Suarez) ganaron
el flanco izquierdo de los aliados.
En los campos de Yatay los cuerpos orientales “vestidos de parada” se
pusieron
en movimiento en cinco columnas paralelas formadas las dos del
centro por la artillería argentina y la oriental, encuadradas por tres
columnas laterales de infantería; sobre las alas de esta formación de
marcha se situó la caballería oriental, mientras que la Brigada de
Reserva argentina( coronel Rivero) marchaba a retaguardia (132)
El General convocó a una junta de oficiales superiores para determinar
el combate, el Coronel Palleja recibio las ordenes de desplegar los
cuatro batallones a su mando, “cubrir el frente de la linea con tiradores, y marchar a atacar de frente al enemigo. Las columnas brasileñas y argentinas siguieron a retaguardia inclinandose hacia la izquierda para envolver al enemigo”. (133)
8.5 – TEATRO DEL COMBATE Y DESARROLLO DEL MISMO
Prodújose el combate 17 de agosto de 1865, en el territorio de la
Provincia argentina de Corrientes a la vista del Pueblo de Paso de los
Libres, a la orilla pantanosa del arroyo Yatay, río Uruguay por medio con
la población brasileña de Uruguayana. Como antecedente de la acción
en el territorio de Corrientes tomado como teatro de operaciones
tenemos la existencia de la nota del General Mitre sobre el Plan de
Campaña y operaciones militares dirigida al Brigadier General Venancio (132) Beverino, Juan, op. Cit., tomo III, pág 108
(133) Palleja, León de, op. Cit., tomo I, pág 83
115
Flores, fechada en Buenos Aires 4 de junio de 1865, es decir dos
meses antes de Yatay. Mitre señala con claridad que el teatro de la
guerra será definitivamente Corrientes, invadida por el enemigo
fraccionado en dos columnas paralelas a los ríos Paraná y Uruguay.
“ En tal situación y, siendo evidente que el teatro de la guerra es Corrientes, me parece que lo que corresponde es la reconcentración del ejército del Río Grande en el Alto Uruguay, no sólo para asegurar su territorio, sino para obrar sobre el flanco y aun por la retaguardia de la columna invasora por esa parte, para lo cual basta y sobra con las fuerzas que hay hoy en armas allí, las cuales pueden obrar, además, en combinación con la columna correntina de observación, que al mando del coronel Payba esta sobre SantoTomé en número de mil doscientos hombres. En cuanto á las tropas brasileras que han salido de Montevideo, ó que van llegando de Río de Janeiro y se reconcentran en el Uruguay, me parece que lo indicado es pasar á la Concordia á operar en combinación, y que así defienden mejor el territorio brasileño, concurriendo á la vez á formar un ejército de mas de cuarenta mil hombres, que pueden acabar con seguridad y de un golpe la campaña, entregandonos desarmado el Paraguay.” (134)
La noche que amaneció para el 17 se sufrió una terrible helada que se
levantó hacia la madrugada.
"Pasamos la noche sin carpas y fué terrible el frio y el viento que partía”(135) subraya el Coronel León de Palleja en su
"Diario”.
(134) Archivo Mitre, tomo IV, pág. 17
(135) Palleja, León de, op. Cit., tomo I, pág. 82
116
Los ejércitos aliados contaron con 16 batallones de infantería ,
perteneciendo a esta arma un total de efectivos de 5200 hombres, el de
la caballería ascendía a unos 5000 jinetes, teniedo presente que
contaban con 32 piezas de artillería accionadas por 480 artilleros.
Se afirma luego que las fuerzas del enemigo se componian de “dos batallones de ochocientas cuarenta plazas cada uno, números 28 y 16 al cargo de los tenientes Zorrilla[ 16] y (Cirilo)Patiño [28] [contaban cada uno de siete compañías]; de un batallón provisional de trescientas plazas, de los enfermos que dejaron en Encarnación al cargo de un alférez ; y dos regimientos de caballeria números 28 y 26 (total de efectivos 1000 jinetes) al cargo del mayor Duarte, jefe de este cuerpo y de toda la fuerza y del teniente cabrera. Cada regimiento de caballeria se componia de cuatro escuadrones de ciento veinte a ciento cuarenta hombres. Total del ejercito paraguayo, tres mil veinte combatiente; nada de músicas; algunos tambores y clarines y no más.” (136)
No contaban con una sola pieza de artillería, pero es necesario incluir a
150 o 200 auxiliares orientales y correntinos que no participaron en el
combate por estar destacados en Paso de los Libres.
Don José Cándido Bustamante, que de secretario particular del General
Flores en la revolución oriental de 1863, pasó a organizador y jefe del
batallón Voluntarios de la Libertad, en su actuación en Yatay le escribió
a un amigo con fecha 18 de agosto de 1865 que “...las fuerzas paraguayas en número de cuatro mil quinientas a cinco mil hombres...” (137) Este dato erróneo se contrasta con los aportados por
el General paraguayo Francisco Isidoro Resquín en su obra “Datos
Históricos” donde expresó:
(136) Ibidem, tomo I, pág 83
(137) Archivo General de la Nación. Montevideo. Ministerio de Guerra y Marina,
agosto-setiembre 1865.
117
“...el general Flores, al frenta de cinco mil hombres, atacó la columna de dos mil que mandaba el mayor Duarte...” (138) El General Antonio Díaz en su “Historia de las Repúblicas del Plata”
opina ajustándose a los datos dados por el coronel Pallejas, de unos
tres mil hombres paraguayos.
La brigada comandada por Palleja se desplego en el siguiente orden: el
24 al centro, los Voluntarios Garibaldinos a la izquierda y el Batallon
Florida a la derecha. El frente de la línea quedo cubierto por el batallon
Libertad que desplego todo en tiradores.
“Se tocó el himno nacional y marchamos en plan de ataque sobre el enemigo. La guerrilla nos recibió con un vivo fuego casi a quemarropa, al cual contestaron los tiradores del comandante Bustamante. La marcha no se detuvo; arrollamos la línea de tiradores y el Florida cortó un trozo grande de ésta que todo pereció. Descubierto el frente nos recibieron los tres batallones enemigos desplegados en batalla en un vivo fuego graneado. Los tres nuestros se lanzaron impávidos a la bayoneta y los arrollaron contra su campamento; aquí trataron de rehacerse, pero fueron cargados de nuevo por nuestros bravos y por la caballería sobre los flancos[ llevado por la brigada brasileña y el cuerpo de Paunero]
que los acuchilló hasta el bañado. En este instante llegaron algunos batallones argentinos que los acabaron de arrollar por la izquierda y desahogaron al 24 y Voluntarios que eran los que sufrían más daño del enemigo. El Florida rompió la línea enemiga y separó del ejército una fracción de infantería y caballería*. Fuimos hasta el Uruguay con (138) Beverina, Juan, op. Cit., tomo III, pág. 332
*Leopoldo Pellegrini, testigo presencial destacó “Entre los orientales llamaba la atención el batallón Florida, compuesto de 400 negros, cuyos ojos relucientes y el aspecto marcial inspiraban terror” (Tasso Fragoso, Augusto, “Historia da Guerra
entre a Tríplice Alinça e o Paraguai”, vol. II, pág 185)
118
agua al vientre. La fuerza cortada se vio desesperada, fusilada por un lado, acuchillado por otro, toda fue muerta o prisionera. La demás fuerza enemiga acosada por el 24, Voluntarios y tres o cuatro batallones argentinos, se metió en la barra del arroyo que vadearon a nado algunos y desde la otra orilla nos escopeteaban; pero el general Suárez despuntó el arroyo y los tomó a todos prisioneros”. (139)
Se puede sintetizar este relato expresando que el esfuerzo principal se
debía hacer contra el flanco derecho desbordándolo, cortar la retirada a
los defensores y acorralarlos contra el Río Uruguay. Se formaron dos
masas de ataque, una en el frente Palleja, escalonado y en retaguardia
W. Paunero que debía realizar la maniobra envolvente sobre el flanco
derecho del enemigo, por ello dispuso sus tropas en tres columnas
paralelas, por el centro la primera división de Rivas, a la izquierda la
segunda de Arredondo y a la derecha la brigada brasileña de Kelly. En
la retaguardia de esta segunda masa se contaba con una brigada mixta
de reserva que Paunero constituyó para sí. Todo el dispositivo es
cubierto a la derecha por la división de caballería del General Castro y
a la izquierda por las tropas de Madariaga y Suárez, éstos tuvieron por
mision cruzar el Yatay y cortar la retirada a los paraguayos para el norte
a través de este arroyo.
Los paraguayos, especificamente Duarte, toma las siguientes medidas
para el combate: delante del campamento se establecería la línea de
batalla en la “hondonada que forma un angulo entrante en la cuchilla en la terminación de su dorsal” (140) dispuso su infantería de
modo que a la derecha estaba el Baltallón 28 (se apoyaba en la
pendiente que limita la hondonada), a la izquierda el 16 y en el centro el
batallón provisorio ( que en realidad tenía las (139) Palleja, León de, op. Cit., tomo I, pág 84
(140) Beverina, Juan, op. Cit., tomo III, pág 120
119
condiciones de una compañía). Coloca en el flanco izquierdo a los dos
regimientos de caballería ( el 24 al mando del Mayor Pedro Duarte y 26
a las órdenes del Teniente Elías Cabrera), los cuales dispuestos en
forma escalonada cerrarán el espacio entre la línea de infantería(Nº28)
y el Arroyo Despedida y dejó el derecho expuesto totalmente. Su
objetivo principal fue afirmarse en el terreno aprovechando las zanjas y
excavando trincheras.
Duarte había lanzado su caballería (favorecido por el terreno en
descenso) contra la división de Castro, retrocede sin poder resistir el
ataque, emprendiendo una desordenada fuga. Los batallones orientales
teniendo su flanco derecho y sus espaldas descuidadas por el ataque a
la caballería del General Castro, continuaron avanzando contra la línea
de batalla donde estaban tres batallones paraguayos, quienes abrieron
fuego provocando importantes bajas a los orientales. El regimiento
argentino Nº 1 de caballería de línea conducido por el teniente coronel
Segovia se lanza en apoyo a la 1º División de caballería oriental,
reforzándolo el regimiento Escolta comandado por Fortunato
Flores(hermano de donVenancio Flores), quienes contratacan a los
jinetes paraguayos del mayor Duarte, desbaratadandolos. Paunero
entra en acción en la dirección asignada. Los paraguayos se ven
obligaods a ceder terreno retrocediendo hacia su campamento, siendo
arrinconados contra los arroyos Yatay y Despedida, muchos lograron
atravesar el primer arroyo y desde la otra orilla abren fuego contra la
infantería aliada que los venía persiguiendo incluso por la zona
pantanosa. Es en ese momento que entran en acción Madariaga y
Suárez sobre las espaldas de los paraguayos (141).
(141) “En el sector limitado por el Río Uruguay y por sus afluentes los arroyos Yatay y Capí quise elevase una cuchilla, cuya dorsal,,de un ancho medio de 1 kilómetro, conserva una dirección paralela al Río Uruguay. Los varios pequeños afluentes de los tres cursos, de agua que encierran esta cuchilla, han formado en
120
Todas las energías de los aliados se unirán contra la línea de
infantería paraguaya. Madariaga y Suarez, situados a la izquierda de
las tropas del General Paunero, mediante un rodeo por el noroeste
pasará el Arroyo Yatay para tomarlos por las espaldas y cerrarles el
camino transitable para el norte, ante lo cual viraron hacia el bañado
donde sucumbe una gran parte.
El General Paunero, vió claramente el ataque precipitado e imprudente
de los orientales, ante lo cual toma como primer medida apresurar la
marcha de la infantería para intervenir lo antes posible apoyando al
Coronel Palleja. Ordenó el adelantamiento del III escuadrón de artillería
comandado por el Mayor Maldones para que tomara posición sobre una
altura abriendo fuego lo mas rapidamente posible sobre la infantería
paraguaya. También acude el II escuadron de artillería al mando del
Mayor Viejobueno ubicado sobre una pequeña elevación más al norte
del II escuadrón, abriendo fuego sobre el ala derecha paraguaya. Por
momentos se debe suspender el fuego ya que se interponía la infantería
oriental y no era intención de los aliados ocasionar bajas orientales.
El teniente Coronel Juan Beverina realizó un pormenorizado estudio
de lo acontecido al respecto:
“...el grueso de la infantería paraguaya había conseguido poner en una situación muy difícil a los otros dos batallones orientales, el 24 de Abril y el Voluntarios Garibaldinos, que habían atacado respectivamente al centro y contra el ala dere-cha enemiga. Por el terreno algunas hondonadas que, por su orientación, no pueden ser utilizadas por las tropas para un avance a cubierto. Se trata, en efecto, de pequeños cursos de agua orientados en sentido perpendicular al curso principal del cual son tributarios: el Arroyo Despedida y el Arroyo Florida, afluentes de derecha del Arroyo Yatay; el Arroyo Poná que desemboca en el Capí quise. En épocas normales no llevan agua; pero las partes de su lecho que no corren por terreno a fuerte desnivel, son permanentemente pantanosoas y ofrecen limitados puntos de pasaje.” (Beverina,
Juan, op. Cit., tomo III, pág 118)
121
fortuna para el atacante, en esta crítica circunstancia llegaban los batallones conducidos por el general Paunero*, que habían de inclinar inmediatamente la suerte del combate en favor de las armas aliadas. Los batallones de cabeza de la III División argentina (coronel Rivas), no bien fueron llegando a las inmediaciones del campo de batalla, avanzaron a paso de trote y cargaron a la bayoneta contra la infantería paraguaya del ala derecha (batallón Nº 28) que estaba empeñada en contraatacar a los dos batallones orientales a su frente. Las demás unidades de la 1.a y 2.a División argentina, a medida que llegaban al terreno del combate, fueron prolongando cada vez más la línea hasta envolver por completo el ala derecha adversaria, impotente para resistir al choque de fuerzas tan superiores. A su vez la caballería aliada que había derrotado a los dos regimientos del mayor Duarte, se lanzaba en unión con el *Desde las columnas del diario “El Siglo” el ciudadano don Servando Martínez en carta
al doctor José Pedro Ramírez, le escribió:
« Hoy se ha incorporado el general Paunero con dos mil trescientos hombres, veinticuatro piezas de artillería y doscientos hombres de caballería - en todo como tres mil hombres. - Unidas estas fuerzas á las nuestras, que son como cinco mil quinientos hombres de las tres armas, formarán un ejército de ocho mil quinientos hombres, con treinta y dos piezas de artillería. - Los paraguayos están en Restauración, y aunque hay varias versiones respecto al número de sus fuerzas, pueden estar seguros que no bajan de seis mil, la mayor parte infantes. En Uruguayana hay de ocho á diez mil hombres, que están hostilizados por Canavarro y por el barón de Yacuí (Chico Pedro), con diez mil hombres, de caballería en su mayor parte.- Los cuatro mil quinientos infantes con que contamos, son número más que suficiente para derrotar á los seis mil paraguayos, y las caballerías se encargarán de que ninguno pase al territorio del Paraguay. - Hemos de formar batallones de seiscientas plazas con los paraguayos que han invadido estas tierras”. (“El Siglo” 23 de julio de 1865)
122
batallón Corrientes contra el ala izquierda de la infantería paraguaya, cuya línea había sido cortada en dos por el ataque impetuoso del batallón Florida.”(142)
“La superioridad númerica del Ejército de Vanguardia” será
explotada para combinar el ataque frontal con un movimiento
envolvente sobre el flanco descubierto(derecho) del enemigo y sobre
las espaldas del mismo. (143)
Los paraguayos en su fuga cedieron terreno encerrándose como
expresamos líneas arriba en el ángulo que conforman el Arroyo
Despedida y Yatay.
El combate había comenzado a las 10 y 30 de la mañana y a las dos y
media de la tarde había concluído, calculándose un total de bajas de
alrededor de doscientos cincuenta. Del lado enemigo se cuentan
muchos heridos que van llegando al Cuartel General.
“El Jefe Duarte está prisionero en el Cuartel General; no parece mal sujeto. El teniente Zorrilla también se encuentra prisionero...”(144)
De instrucción rudimentaria, Duarte no hablaba bien el español, entre
los suyos se entendía en guaraní.
Prisionero una primera vez el jefe paraguayo volvió a quedar libre
porque ni el que lo tomó lo conocía ni era fácil distinguirlo, carente de
uniforme apropiado y de cualquier exterioridad de jefe que,
probablemente, procuraba ocultar por seguridad propia.
El Teniente José Basedas de las fuerzas del salto lo capturó otra vez
conduciendolo, identificado, al cuartel general de Flores.
(142) Beverina, Juan, op. Cit. Tomo III, pág. 128
(143) Ibidem, tomo III, pág. 122
(144) Palleja, León de, op. Cit., pág. 83
123
Llevado a Buenos Aires, Duarte no se mostró descontento con su
suerte. Interrogado por un periodista declaró Duarte, que si bien había
tenido la desgracia de ser vencido, también había tenido el honor de
que lo venciera el Señor presidente de la República Oriental del
Uruguay; que el respeto y la generosidad de los vencedores habían
mejorado su suerte y que gozaba de libertades y consideraciones que él
mismo dudaba a veces si era prisionero.
En cuanto al Teneinte Zorrilla se le fijo residencia en Montevideo,
asignandolsele desde la fecha de la batalla de Yatay el sueldo
correspondiente a un capitán. (145)
“En todos los cuerpos, tanto orientales como brasileños y argentinos, hay un determinado número de paraguayos prisioneros; pero creo que estos dos últimos cuerpos de ejército no los han dado de alta como soldados todavía, sino que los conservan prisioneros. Estos son asimismo bastantes;... pero no bajarán con los heridos de ochocientos: entre ellos tres o cuatro oficiales.” (146) Que confianza podía merecer el extranjero vencido y transformado
subitamente en un nuevo soldado contra sus hermanos compatriotas.
Así se lamentadba el coronel Palleja debido a estos hechos:
“Cincuenta y un prisioneros han sido destinados al cuerpo por el Excmo. Sr. General en Jefe. ¡ Pobre de mi querida bandera confiada a semejantes gentes!” (Diario pag 88)
(145) Suplemento Dominical de “El Día”, nov. 1944
(146) Palleja, León de, op. Cit., tomo I, pág 88
(147) Ibidem
124
Mitre en oficio a Marcos Paz fechado en 4 de octubre de 1865, le
expresaba:
“El General Flores adoptó el sistema de incorporar en sus filas los prisioneros y despues de llenar con ellos su batallón, organizó otro nuevo, de 500 plazas, solamente de paraguayos. El señor sabe mi modo de pensar en cuanto a este aunto. No creo conveniente, ni regular, obligar a los prisioneros al servicio, ni llenar con ellos nuestros batallones; pueden juzgar siempre que se pudiese admitir hasta 10 o 15 % de ellos, en calidad de voluntarios, y puedo asegurle que, de hecho no hay gente mas deseosa de ingresar en nuestras filas que los paraguayos, pues se ofrecen espontaneamente para eso.”(148)
Es el propio Venancio Flores, quién en carta dirigida al día siguiente de
la Batalla de Yatay, al “Excelentísimo General en Jefe don Bartolomé
Mitre” le comunica su pesar porque:
“Los batallones orientales han sufrido una gran baja; y estoy resuelto a reemplazarla con los prisioneros paraguayos, dándole una parte al general Paunero, para aumentar sus batallones, que están pequeños algunos.” “General un incidente en contrario de mis repetidas órdenes, ha dádome el disgusto de perder una porción de soldados de los batallones orientales”.(149)
(148) Tasso Fragoso, Augusto, op. Cit., vol. II, pág 188
(149) Archivo Mitre, tomo IV, pág. 32
125
“La pérdida de la brigada de infantería oriental a mis órdenes ha consistido en:
Florida. –
Tropa, muertos 4. Oficiales. heridos 3, tropa 13........................ 20
24 de Abril-
Oficial muerto 1, tropa 15, heridos 1 jefe, 4 oficiales, tropa 45... 66
Voluntarios Garibaldi.
Muertos de tropa 18; heridos, 1 jefe y 19 soldados................... 38
Batallón Libertad. –
Muertos de tropa 9, heridos 1 oficial y 17 de tropa .............. 27
Total ............................. 151
Además, extraviados......................................................... 4
Total de hombres fuera de combate................................. 155
Yo calculo la pérdida nuestra en trescientos hombres fuera de combate y la del enemigo en dos mil.” (150)
En opinión del Teniente Coronel Juan Beverina, el Gral. Flores tuvo que
haber precavido el avance oportuno de las fuerzas orientales
(inferiores en número a las del enemigo), cuya proximidad a las fuerzas
defensivas desencadenaría la acción antes de contar con las fuerzas
necesarias para doblegar al adversario.
(150) Palleja, León de, op. Cit. Tomo I, págs. 88-89
126
Además- según el mencionado historiados militar- debío recordar
situaciones similares pasadas por “el peligro que siempre representa una emulación mal entendida de los jefes cuando en un combate intervienen tropas de diferentes países: el ejemplo del coronel César Díaz en la batalla de Caseros , atacando antes de tiempo y en contra de las órdenes del General en Jefe el ala derecha de la posición defensiva de Rosas, debió servirle para evitar la repetición de un acto que, si tal vez no compromete el éxito de la acción, puede sin embargo, acarrear pérdidas sensibles e innecesarias”. (151)
De la artillería oriental nada se sabe, Paunero señaló que el ataque de
Palleja fue protegido por una bateria, pero nada refiere a la artillería de
su propio cuerpo. Según el Capitán Napoleón Uriburu, ayudante a las
órdenes de Paunero y portador del parte de batalla el General dirige a
Mitre, menciona la entrada en acción de las piezas de artillería del
teniente- coronel Nelson y del mayor Maldones. La conclusión que se
extrae es que en todo el día 17 la artillería jugó un papel casi nulo.
La perdida de los aliados correspondió a 26 oficiales y 220 plazas
heridas y 6 oficiales y 66 plazas muertas. Según Rio Branco los
paraguayos sufrieron las bajas de 1700 muertos en el campo de batalla,
300 heridos y 1200 prisioneros.
Las pérdidas de los aliados según Rio Branco constaron:
Muertos Heridos Total
Brasileños .......................................19 34 53
Argentinos ...................................... 13 86 99
Orientales ....................................... 51 137 188 (Tasso Fragoso, Augusto, op. Cit., vol II, pág 187)
(151) Beverina, Juan, op. Cit., tomo III, pág. 123
127
“EJÉRCITO ALIADO DE VANGUARDIA CONTRA EL GOBIERNO DEL PARAGUAY Resumen de los jefes, oficiales y tropa que han sido heridos ó muertos
en el hecho de armas de 17 de agosto de 1865 en el Paso de los
Libres.
HERIDOS MUERTOS
Cl.s Sgs.Mrs. Of.s T.s Cl.s Sg.Mrs. Of.s T.s
Ejército oriental ...... 3 2 9 136 - - 3 58
Primer cuerpo del
ejército argentino....... 1 1 9 71 - 1 2 7
2.ª brigada de infant.
brasileña ................ - - 1 13 - - - 1
TOTAL ....... 4 3 19 220 - 1 5 66
Cuartel general del ejército aliado de vanguardia, junto á la Uruguayana, á 25 de agosto de 1865. – P.O. Francisco Díaz. – Visto bueno: Flores”(152)
(152) Archivo Mitre, tomo IV, págs. 36-37
128
Necesario es remarcar los inconvenientes presentes en este hecho
histórico, que contribuyeron a incrementar las bajas en ambos ejércitos.
El primero corresponde a la distancia que separaba Concordia de Paso
de los Libres, sumado ello a la escasez de comunicación por agua que
permitiera la llegada de personal y elementos sanitarios o el traslado de
heridos a Concordia. Estas condicionantes explican las palabras
contenidas en la nota elevada al General Paunero el 25 de agosto de
1865 por el Comandante del 1 Cuerpo de Ejército argentino, el
doctor(cirujano general) Caupolicán Molina : “Si este estado, Señor General, no es remediado con prontitud, muchas serán las pérdidas que sufran los Cuerpos del Ejército, porque el soldado que no muera en el campo de batalla y quede herido, vendrá a sucumbir en lo que actualmente se está denominando Hospital de sangre”. (153)
Ilustrativo de todos estos hechos históricos es la proclama de Venancio
Flores el dada en agosto 17, expresando su orgullo ante la acción y el
arrojo en el campo de batalla de los patriotas orientales:
“El Gobernador Provisorio de la República Oriental del Uruguay Gral.en jefe del Ejército Aliado de Vanguardia Soldados Brasileros, Orientales y Argentinos que a travéz de marchas forzadas, de fatiga de todo género venciendo todo el rigor de los elementos habéis llegado hasta donde la fuerza del invasor ostentaba sus legiones desolando el territorio de Corrientes hoy las habéis pulverizados dando una lección terrible á los tiranos: vuestros esfuerzos no han sido estériles estan recompensados vuestro valor y vuestro denuedo, todo lo ha separado asi que la mas (153) Beverina, Juan, op. Cit., tomo III, pág. 137
129
espléndida victoria con gloria inmaisecible en vuestras armas. La División Paraguaya, fuerte de más de 3.000 hombres de, las armas de Infanteria y Caballería han desaparecido de vuestra presencia, quedando prisioneros más de 1.000 hombres con su jefe el Mor Duarte. El resto, muertos y heridos sobre el campo de batalla por la tenacidad bárbara é ignorante que los domina. Todos sus bagajes, armamento, pertrechos de guerra: y banderas son trofeos que han quedado en vuestro poder y que debe sustentar con orgullo porque lo habéis sustentado con valor y riesgo. Soldados, los tiranos son impotentes ante los Ejércitos Aliados que combaten por la libertad de los Pueblos. El triunfo de Yatay no es sino el precursor de otros mayores, que os abrirán las puertas de la Asunción para redimir ese pueblo hermano, dándoles patria, institución y libertad, os saluda vuestro Gral. y Amigo, Venancio Flores. Campo de Batalla en Yatay agosto 17 de 1865. (154)
Por otro lado Flores deja entrever la adversidad de las circunstancias
en el oficio a Mitre, remarcando que “Hemos luchado en esta marcha hasta contra los elementos del Ser Supremo, porque las lluvias y los fríos han sido insoportables, no obstante nuestros soldados todo lo han arrostrado con valor y resiganción.” (155)
El Coronel Centurión en sus “Memorias” (pag 350 del tomo I) describió
que los “aliados, después de terminado el combate, mancharon sus armas con atrocidades inauditas, que la pluma se resiste a referir...” (156)
(154) Boletín Histórico del Ejército, op. Cit., págs. 174-175
(155) Archivo Mitre, tomo IV, pág. 33
(156) Centurión “Memorias” , tomo I, pág. 350
130
El mariscal López en la comunicación que en 30 de noviembre de 1865
dirigió al General Mitre, desde Humaitá, le refería sobre “... bárbara crueldad con que han sido pasados á cuchillo los heridos del combate de Yatay...no han sido bastantes á hacerme cambiar la firme resolución de no acompañar á V.E. en crímenes tan bárbaros y atroces...” (157)
Hasta la victoria de Yatay, la seguridad de que el país podría liberarse
de la invasión de las fuerzas armadas del mariscal paraguayo no se
pudo abrigar razonablemente.
Batalla dirigida en jefe por el General Venancio Flores y librada con un
ejército en que predominaban las divisiones orientales. Yatay es la
victoria genuinamente uruguaya de la sangrienta guerra.
La noticia de la victoria causó gran júbilo, tal es así que el Gobernador
Delegado Dr. Francisco A. Vidal, decretó la creación de una medalla
militar para premiar a nuestros soldados y a los aliados argentinos y
brasileños participantes de la jornada.
El decreto de 30 de setiembre está refrendado por el Ministro de Guerra
y Marina Lorenzo Batlle y se fundamenta en dos considerandos donde
se expresa "que la batalla de Yatay alcanzada conta las huestes del déspota paraguayo que estaban destinadas a invadir nuestro territrio y convulsionar a sus habitantes, reproduciendo los horrores y ruinas de 1843, es un hecho glorioso precursor de mayores y esplendidos triunfos, siendo un timbre de honor haber concurrido a él, no sólo por su importancia política, sino por el valor y emulación con que todas las tropas lidiaron para obtener (157) Pérez Acosta, Juan, “Carlos Antonio López, obrero máximo”, pág. 420
131
un triunfo tan completo, y que aquella victoria se obtuvo bajo las órdenes del General en Jefe del Ejército de Vanguardia de los Aliados y gobernador Provisorio de la República Brigadier General Venancio Flores." (158)
(158) Alonso Criado, Matías, “Colección Legislativa de la República Oriental del
Uruguay”, tommo III, págs. 67-68
132
EPÍLOGO
Las líneas presentadas en el trabajo nos dejan ver con cierta claridad
que la guerra se planteo en una coyuntura de inestabilidad política,
social y económica de los países integrantes de la cuenca platense.
La superposición de los diferentes dualismos en el Plata derivó
necesariamente, para lograr la imposición de uno sobre el otro, en la
conclusión de alianzas diplomáticas, cuya acción se materializó en las
acciones bélicas de los aliados por partida triple.
La confrontación dialéctica de Buenos Aires y la Confederación
(federales y unitarios) que derivó en la organización nacional argentina,
el dualismo entre Blancos y Colorados en el Estado Oriental, y la
confrontación del Imperio del Brasil con los separatismos, en este caso
subrayamos el de Río Grande, separatismo que tiene por motivos
subyacentes el económico, teniendo en cuenta que los pobladores
brasileños propietarios de tierras en el Estado Oriental, en la zona
fronteriza con el Imperio se abastecían de materias primas que
alimentaron a sus saladeros por varias décadas. En Brasil se mantenía
el régimen de esclavitud, aquí en el territorio oriental el artículo 131 de la
Constitución abolió la trata de esclavos y la ley de 12 de diciembre de
1842 abolió la esclavitud, por tanto ese capital humano se escapaba
por la frontera para lograr la libertad en nuestro territorio, esto sin duda
preocupó de manera especial al Emperador.
Esta superposición de los diferentes círculos de confrontación derivó en
un sistema y entrecruzamiento de tratados de alianzas defensivas-
ofensivas en lo político y tratados de comercio y navegación (libre) en
lo económico entre aquellos grupos que tenían objetivos comúnes y
otros que sin tenerlos estaban obligados por las circunstancias a aunar
sus esfuerzos.
133
La Guerra del Paraguay le costó unos diez mil pesos mensuales al
Estado Oriental del Uruguay, mientras Brasil entregaba 30 mil pesos a
título de subsidios.
La Guerra duró cinco años, terminando con la muerte y arrasamiento
del Paraguay.
Maillefer resumía sus resultados de esta forma:
“Estos cumplimientos, hasta merecidos por otra parte, son aparentemente el único fruto, que esta pobre República (Uruguay) sacará de casi cinco años de guerra contra su aliada natural, que ayudó a despoblar y arruinar de punta a cabo en su provecho del Brasil y de la Confederación Argentina, quienes ya cobraron en parte sus enormes sacrificios, aquel por el dominio directo de toda la red fluvial ésta por la toma de posesión del Chaco, obrada a pesar de la protesta del fantasma del Gobierno Provisorio que preside sobre las ruinas del Paraguay”. (159)
Los británicos sacaron gran tajada, ya que Paraguay contrató un
emprestito de 300 mil libras esterlinas; Paraguay reconoció una deuda
de 1.438.000 libras esterlinas.
El Tratado de la Triple Alianza revelaba la oprtunidad de los liberales de
Buenos Aires de afirmar sus pretensiones territoriales, que el Brasil,
dejando en claro las suyas propias, apoyó hasta donde el camino de los
intereses comunes no se bifurcaba. Más tarde cuando la guerra hubo
terminado, el Brasil se convirtió el defensor de los derechos
paraguayos.
En 1862 están formados y no consolidados los actuales cinco Estados
que abarcan la cuenca. Iniciada la guerra por el Paraguay ocupando
los terrenos del Matto Grosso en pos de reestablecer el tan mentado
equilibrio del que hablaba el Dr. Juan José Herrera, ante la agresión al
Gobierno Oriental.
(159) Revista Histórica, tomo XXVII , números, pág. 310
134
El transcurso del tiempo y el desgaste de la contienda, hacen que
Argentina y Brasil vayan bifurcando la simétrica entente.
“Parecería ahora que aquellas recíprocas desconfianzas y aquellas alianzas para combatir al hermano enemigo son definitamente hechos del pasado y que se ha cerrado para siempre un prolongado lapso de rivalidad que se inició hace quinientos años, cuando unos hombres muy osados del occidente de Europa se arriesgaron intrépidamente por mares ignotos para, sin imaginarlo, darle unidad al planeta y vincular profundamente a todas las culturas”. (160)
(160) Calatayud Bosch, José, op.cit., pág 186
135
ANEXO DOCUMENTAL
ACCION DEL YATAI
El Presidente de la República y Jeneral en Jefe del ejército aliado.
Cuartel Jeneral, Concordia, Agosto 21 de 1865.
Al Exmo. Sr. Vice Presidente de la República, Coronel, Dr. D. Marcos
Paz.
Tengo el honor de adjuntar orijinales el parte que me pasa el Exmo. Sr.
Gobernador del Estado Oriental y Jeneral en Jefe de la vanguardia del
ejército aliado, Brigadier Jeneral D. Venancio Flores, y el anexo del
Jeneral de Wenceslao Paunero, Comandante en Jefe del 1.er Cuerpo
del Ejército arjentino, por los cuales se impondrá el Gobierno del
completo triunfo obtenido sobre la columna paraguaya que invadia
nuestro territorio por la márjen derecha del Uruguay, la cual ha sido
totalmente destruida,. Quedando en el campo toda ella ó muerta ó
prisionera, esceptuando apenas diez hombres para ir á llevar la noticia
de su derrota.
Remito igualmente á V. E. dos de las cuatro banderas tomadas al
enemigo en el campo de batalla, trofeos gloriosos de esta jornada,
quedando en este cuartel jeneral el jefe superior de la columna
enemiga, tomado prisionero en medio del fuego por las fuerzas
arjentinas, ante quienes rindió su espada.
136
Felicitando al pueblo oriental por la parte distinguida, que en este triunfo
ha cabido á su ilustre jefe el Exnio. Sr. Joneral Flores, así como á sus
valientes tropas, á la vez que al Imperio del Brasil y á la República
Arjentina, cuyos bizarros Jefes, Oficiales y soldados presentes en el
campo, han cumplido gloriosamente con su deber, felicito en jeneral al
pueblo arjentino por esta victoria comun á las naciones aliadas, y en
particular al Gobierno Arjentino por la parte notable que en él ha tocado
á las tropas nacionales, y á su Jeneral D. Wenceslao Paunero,
recomendando á su particular consideracion á todos sin escepcion
ninguna, pues todos son igualmente dignos de ella, segun los partes
que se me han dirijido.
Dios guarde á V. E.
BARTOLOME MITIRE.
Thompson, Jorge, “La Guerra del Paraguay”, pags. VIII y IX.
137
Cuartel Jeneral paso de los Libres, Agosto 18 de 1865.
Al Exmo. Sr. Presidente D. Bartolome Mitre, Jeneral en Jefe de los
Ejércitos Aliados.
Ayer á las diez y media de la mañana, despues de penosísimas
marchas para nuestros beneméritos soldados de infantería, por las
copiosas lluvias, en que los campos estaban llenos de agua, llegamos
al frente del ejército enemigo, que no bajaba de tres mil hombres, mas
bien mas que menos.
Quedando en poder del ejército de vanguardia 1200 prisioneros y su
jefe Duarte, con 1700 cadáveres, cuatro banderas, armamento,
municiones, ocho carretas, y sus caballos flacos y mas de trescientos
heridos.
El ejército de vanguardia habrá tenido doscientos cincuenta hombres
fuera de combate entre muertos y heridos. No ha sido posible, Exmo.
Sr. Jeneral, evitar el derramainiento de sangre; los enemigos han
combatido como bárbaros. Tal es el fanatismo y barbarie que les ha
imprimido el déspota Lopez y sus antecesores tiranos; no hay poder
humano que los haga rendir, y prefieren la muerte cierta antes que
rendirse.
El primer cuerpo del ejército arjentino á las órdenes del Sr. Jeneral
Paunero; la Brigada 12 del ejército brasilero al mando de su
Comandante D. Joaquin R. Cuello Quelly; los orientales y la division
correntina al mando del Jeneral D. Juan Madariaga, todos sus Jefes,
Oficiales y soldados, han llenado su deber, combatiendo como valientes
y yendo mucho mas allá de lo que podia exijírseles como soldados. Por
lo tando, llenando un deber de justicia y de distincion para los que
cambaten por la patria, Ios recomiendo á la consideracion de V. E.
Estos son, Exmo. Sr. Jeneral, los pequeños trofeos que os ofrece el
ejército de vanguardia que habeis confiado á mis inmediatas órdenes, y
138
que me ha cabido el honor de mandarlo en un día de gloria para la
patria de los gobiernos aliados.
Lleno el último deber del ejército de vanguardia, como su Jeneral, y es
felicitando á V. E. y á todos los que componen ese grande ejército, por.
el triunfo del 17 del corriente en los campos del Yatai; el que es de
esperar sea seguido de otros mayores.
Dios guarde á V. E. muchos años.
Venancio Flores.
Es copia
José M. La Fuente
Secretario de S.E el General en Gefe
Archivo General de la Nación. Montevideo. Ministerio de Guerra y
Marina. Agosto de 1865. Legajo Nº 237.
139
Comandante en Jefe del 1er Cuerpo del Ejército Nacional.
Campo de batalla en la costa Yatahí, Agosto 17 de 1865.
Al Exmo. Sr. Gobernador Provisorio del Estado Oriental del Uruguay,
Brigadier Jeneral D. Venancio Flores.
Va á tener el infrascripto el honor de dar cuenta á V. E. de la
participacion que en el combate de este día ha tenido la infantería y
artilleria de este ejército aliado, que al aproximarse el enemigo se sirvió
V. E. disponer que mandase inmediatamente el infraseripto.
Habiendo formado todas las fuerzas del mando del infrascripto en
columna de ataque, para verificarlo sobre el grueso del enemigo,
marchó hácia él en ese órden, cuando asegurado personalmente V. E.
de que eran exactos los partes que se le habian dado, de no ascender á
mas de tres mil hombres las fuerzas paraguayas, se sirvió disponer que
se adelantase mas rápidamente la brigada de infantería oriental
protejida de una bateria, la que, realizándolo así, y al coronar la cuchilla
que ocultaba al enemigo, fué recibida, por todos sus fuegos, que sufrió y
contestó con el mayor vigor, hasta hacerlo retroceder.
En tales momentos llegó á paso de carrera la division arjentina y la
brigada brasilera, cayendo en masa sobre la fuerza contraria, que
retrocedió en desórden, pero haciendo un vivo fuego y dando cargas de
caballería sin quererse rendir, ni aun cuando fué estrechado sobre el
arroyo Yatahi, á consecuencia de lo que han tenido lugar lamentables
pérdidas, de las que dará el infrascripto cuenta á V. E. en el parte
detallado.
Por su parte el enemigo, y aunque no es posible en este momento al
infrascripto dar los detalles consiguientes, ha sido completamente
140
destruido, dejando en el campo mas de mil muertos, todas sus armas y
demas despojos, y como mil quinientos prisioneros, incluso el jefe de
toda la fuerza, el de un batallon y cuatro banderas que se hallan en
poder de las armas aliadas.
No lo es posible al infrascripto hacer mención especial de ninguno de
los cuerpos que han tenido parte en esta corta pero recia lucha, porque,
así como sus Jefes y Oficiales, rivalizaban en ardor y entusiasmo, como
V. E. ha tenido ocasion de presenciarlo, junto con los demas incidentes
del combate.
Felicitando á V. E. por este nuevo triunfo de las armas aliadas, le es
grato al infraseripto ofrecer á V. E las seguridades de su mas
distinguida consideracion.
W. Paunero.
Es copia
José M. La Fuente
Secretario de S.E el General en Gefe
Archivo General de la Nación. Montevideo. Ministerio de Guerra y
Marina. Agosto de 1865. Legajo Nº 237.
141
EL PRESIDENTE MITRE CONFIRMA SU RESOLUCIÓN DE
PERMANECER NEUTRAL, PERO HARÁ RESPETAR LA SOBERANÍA
NACIONAL. - RECUERDA QUE EL GENERAL URQUIZA NO LE HA
MANIFESTADO CUÁL SERíA, SU ACTITUD EN EL CASO QUE LA
SOBERANÍA FUERA VIOLADA. - DECLARA QUE NO PONDRÁ EL
TERRITORIO ARGENTINO Á DISPOSICIÓN DE NINGÚN EJÉRCITO
EXTRANJERO. - INCITACIÓN Á LA UNIÓN PARA SER FUERTES Y
EVITAR TODA COMPLICACIÓN. - DEJAR DE SOSTENER
NUESTROS DERECHOS POR TEMOR Á VIOLACIONES DEL
TERRITORIO SERIA LA POLITICA DE LA COBARDIA. – ALEJAR Á
LOS BELIGERANTES DEL TERRITORIO, ES ALEJAR LA GUERRA. -
EL PRESIDENTE DEL PARAGUAY HA PEDIDO PASO POR EL
TERRITORIO POBLADO DE CORRIENTES. - SE LE HA NEGADO,
PORQUE TENIENDO EL PARAGUAY Y EL BRASIL VASTAS
FRONTERAS DONDE ENCONTRARSE, HABRIA SIDO HUMILLANTE
DEJARLOS PISOTEAR EL TERRITORIO ARGENTINO. -EL
PROTOCOLO DEL 58. - EL PRESIDENTE SE OPONE Á LA
FORMACIÓN DE UNA DIVISIÓN EN LA FRONTERA ORIENTAL.
Buenos Aires, febrero 17 de 1865.-Excelentísirno señor Capitán
General don Justo J. de Urquiza. Mi estimado amigo: He recibido su
apreciable carta fecha 8 del corriente, á que tengo el gusto de contestar.
Como jefe de la administración general y como amigo de V.E. le he
manifestado con la franqueza con que siempre le he hablado, mis
opiniones en las circunstancias difíciles por que atraviesa el país, la
decisión del Gobierno y la mía propia de conservar la paz que hemos
alcanzado, observando una estricta neutralidad en las cuestiones de
nuestros vecinos, salvo asumir la posición debida si lo que no es de
esperar -alguno de los beligerantes no respetase esa neutralidad y
cometiese actos atentatorios contra la soberanía y dignidad de la
República, que requiriesen su vindicación.
142
Comprendo bien que V. E., como buen argentino que ama la dicha de
su patria, aspire á que se perpetúe la paz y prosperidad que se
experimenta en todos los ángulos de la República ; y á ese sentimiento
patriótico de que yo también participo en igual grado, atribuyo la
calorosa manifestación de V. E. por la salvación de nuestra actualidad,
y sus ofrecimientos para cooperar á la consumación de tan alto objeto.
Nada me dice V. E., sin embargo, sobre el caso hipotético en que
violados los derechos y soberanía argentinos y comprometida su
seguridad, fuese indispensable salir á su defensa. Respeto el silencio
de V. E. á este respecto, pero respetándolo cumplo por mi parte para
con V. E. el deber de amigo, participándole como lo he hecho, cuál será
mi conducta en este caso, y la esperanza que abrigo de que para
sostener el honor y la dignidad de la República, si fuere necesario, los
argentinos han de responder dignamente al llamado que les haga el
Gobierno Nacional en nombre de los intereses comunes.
He tenido el gusto de hablar con el doctor Carril, el cual cumpliendo las
instrucciones que tenía de V. E., me mostró las cartas del señor
Presidente del Paraguay á V. E., que la había entregado con tal objeto.
Como el referido doctor Carril habrá transmitido á V. E. nuestra
conversación, excuso repetirle aquí las observaciones que le hice.
No pudiendo hacer transacciones con lo que el deber y el honor me
prescriben, ínterin ocupe el puesto á que he sido llamado por el voto
espontáneo de la nación, y siendo privativa facultad del Congreso
permitir la entrada de fuerzas extranjeras á territorio argentino, no puedo
ni debo poner á disposición de ningún ejército extranjero ese territorio.
V. E. conoce ya mis opiniones á este respecto, y no es el temor de
mayores males ó desgracias, lo que me harían conceder ni al Paraguay
ni al Brasil aquello á que no tuviese derecho, con mengua de la
soberanía y seguridad del pueblo argentino. Una nación que no sabe ó
no puede hacerse respetar de sus vecinos, en sus propios y legítimos
derechos, no merece figurar entre los pueblos libres de la tierra, y el
143
Gobierno que consintiera en tal cosa, ultrapasando sus facultades,
caería ignominiosamente despreciado por nacionales y extranjeros. Así
es que llegado el caso, que no temo y que no es probable, de que
nuestro derecho fuera despreciado y nuestro territorio violado y
convertido en teatro de guerra por los beligerantes, aunque no me
siguiera más que una sola provincia, con ella dejaría bien puesto el
nombre y el honor argentinos, y cumpliría con mi deber; sin embargo de
que el sentimiento de la gran mayoría del país, que he tenido ocasión
de apreciar con sereno espíritu, está fuertemente pronunciado, en favor
del sostenimiento de la soberanía y derechos del país, contando, por lo
tanto, con su decidido y más eficaz apoyo, como cuento confiadamente
con el de V. E., si tal extremidad llegase, que confío en Dios no ha de
llegar.
Salvar la paz, salvando la dignidad de la República sin comprometer su
seguridad y su progreso, es el gran triunfo á que debemos aspirar.
Hacernos respetar de los beligerantes como nación neutral y como
nación soberana, alejando de nosotros las complicaciones de la guerra
debe ser nuestra invariable politica, única que puede salvarnos, porque
de no seguirla, nos comprometería en la guerra y comprometería al
país.
Si todo el país y sus hombres influyentes se manifiestan decididos á
apoyar la política y las resoluciones del Gobierno Nacional que tienden
á la conservación de la actualidad y de la paz, podemos decir desde ya
que la situación está salvada, porque ni el Brasil ni el Paraguay pueden
encontrar conveniencia en desconocer nuestro derecho, ni en provocar
conflictos con el pueblo argentino, sino contando con nuestras propias
divisiones. Es en este sentido que pedí á V. E. en mi anterior, que
haciéndose superior á sus repugnancias ó simpatías, hiciese
comprender á todos que estaba decidido á acompañar al Gobierno
Nacional en todas las emergencias posibles, porque este es el medio
144
más seguro de evitar toda complicación y de alejar la guerra. Y
felizmente en este caso la política decorosa es la política más prudente.
Por el temor de que nuestro derecho sea desconocido y nuestro
territorio sea violado, no podemos dejar de sostener nuestro derecho, y
de mantener la soberana del territorio, respecto del cual sólo al
Congreso nacional corresponde estatuir lo conveniente.
Esta seria la politica de la cobardía y del miedo que abandona hasta la
defensa de sus legítimos derechos, lo que nos colocaría en el último
nivel de las últimas naciones.
Pero aun mirada la cuestión del punto de vista de la política del miedo, que indujese á conceder al Paraguay lo que no podemos ni debemos, parece que V. E. sólo la ha mirado de un solo punto de vista, sin acordarse de que una vez hecha esa concesión por evitarnos una complicación con el Paraguay, la tendríamos con el Brasil y con la Banda Oriental, triunfante la revolución; y que estos países nos pueden hacer mil veces más mal ahora y en todo tiempo que el Paraguay. Una sola observación convencerá á V. E. concedido el paso á uno de
los beligerantes, estaría igualmente abierto á todos ellos. Si el Paraguay
penetraba por territorio argentino, el Brasil tendría el derecho de
penetrar por el mismo punto ; y entonces nuestro territorio vendria á ser
el teatro de la guerra, y tendríamos en él no solamente la guerra
extraña, sino la guerra civil en cierto modo, y las complicaciones que
haría nacer. Alejar, pues, á los beligerantes de nuestro territorio, es acto
de prudencia ; es alejar de nosotros la guerra misma y toda
complicación posible en ella.
V. E. me habla de paso por territorio desierto, sin duda por no haberse
fijado en el tenor de la nota del Paraguay, de que el Presidente López le
ha enviado copia. Por ella verá V. E., si lee con atención, que se pide
paso por el territorio poblado de Corrientes, sin limitación alguna y sin
condición de ningún género, pues ofrece en su tránsito respetar las
145
autoridades y vecinos de Corrientes, de manera que hasta por la misma
ciudad de Corrientes podrían atravesar sus ejércitos. Esto seria dar
jurisdicción al Paraguay en el territorio argentino.
Muchas otras consideraciones han pesado en el ánimo del Gobierno
para no acceder á la solicitud del Paraguay, las cuales han sido
explanadas en parte en la nota contestación, sobre lo que omito
extenderme, pues habiendo hecho leer al señor Carril dicha nota, le he
encargado transmita á V. E. sus ideas capitales para su conocimiento y
satisfacción.
Establecida así la situación y marchando las cosas por el camino que le
trazan las conveniencias del país y la constitución de la República, y
habiendo graves peligros de comprometer lo mismo que querernos
salvar, si no nos mostramos ante los extraños unidos y de acuerdo en
un todo, es que vuelvo á excitar su patriotismo y su buena amistad para
que coopere en este sentido, con lo cual cuento y he contado siempre
para bien del país.
Apoyado de este modo, esté V. E. seguro que no se ha de comprometer
el país, ni se ha de ver envuelto en ninguna complicación, y que ha de
recoger al fin los frutos de una polítioa leal y prudente, pero firme á la
vez en el mantenimiento de sus derechos.
La paz no puede salvarse violando doblemente la neutralidad y
atrayendo la guerra á nuestro propio territorio. El sentido común hace
ver que esto es lo contrario de lo que debe hacerse para prevenir una
complicación.
Cuando el Brasil y el Paraguay tienen vastas fronteras por donde
encontrarse, y por donde se han hostilizado ya, y cuando tienen abierto
uno y otro para sus naves de guerra la libre navegación del Paraná,
que V. E. les ha asegurado en los tratados que firmó como Presidente de la República Argentina, no veo yo qué necesidad tengan
de pisotear precisamente un pedazo del territorio argentino para batirse,
146
sino es con el ánimo de humillarnos, y creo que así lo comprenderá el
país entero.
Por lo demás, no temo nada del Brasil ni del Paraguay. Estoy muy lejos
de mirarlos en menos, pero no me exagero su poder, y respecto del
Paraguay, me parece ver muy claro en la marcha fatal que deben seguir
los asuntos de la política y de la guerra en que se ha comprometido.
Más adelante tal vez tendremos ocasión de tocar este punto
amistosamente.
Ahora diré á V. E. algunas palabras por lo que respecta al hecho del 59, de que hice referencia en mi anterior. Me refería al protocolo que los señores Derqui y López firmaron con el señor Paranhos, ajustando una alianza convencíonal contra el Paraguay, que el Brasil solicitaba en nombre de la libre navegación de los ríos, y que la República Argentina aceptaba sólo por la cuestión de límites con el Paraguay, contra el cual los comisionados se expresaron contal motivo por la usurpación de los territorios que nos pertenecen. Esta proposición de alianza, que fué reducida á protocolo, contenía otra cláusula que no era condicional, y era que en todo caso, sea que se efectuase ó no la alianza, la República Argentina se comprometía á dar paso por su territorio á los ejércitos del Brasil contra el Paraguay, por reconocer que la causa era común, y que el Brasil iba á combbatir á la vez por la navegación de los ríos y los límites de Ia República Argentina. Cuando recordé esta á V. E., no fué como un reproche, sino
simplemente como un precedente que establecía contradicciones en el
modo absoluto de juzgar las alianzas argentinas y brasileñas, que
puedo decir soy el primero en no haber aceptado, no por odio, sino
porque así me lo aconsejaban las altas conveniencias del país.
Por lo que respecta á la división de que V. E. me habla, me parece
innecesaria desde que V. E. mismo me dice que no hay cuidado
147
alguno, y sobre todo, desde que la cuestión oriental se aproxima á un
desenlace definitivo y pacífico. Además de esto, en materia de
medidas de precaución, es muy necesario ser muy circunspecto para
no incomodar y alarmar inútilmente á los pueblos. V. E. habrá visto
por esto, que á pesar de la justa alarma que ha habido en Corrientes
y de ser el punto donde se requiere mayor vigilancia, no he querido
hasta ahora adoptar ninguna medida militar, limitándome á las
puramente preventivas, porque creo que muchas veces las
complicaciones pueden nacer de lo mismo que se hace para evitarlas,
si no se procede con cordura. Sin embargo, tendré siempre presente
su indicación por lo que pudiera ocurrir.
Aprovecho esta oportunidad para repetirme de V.E. afectísimo
amigo y S.S. – Bartolomé Mitre.
Archivo del General Mitre, Guerra del Paraguay, tomo II, pags. 101-
106
148
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154
ANEXO CARTOGRÁFICO
155
156
157
158
INDICE §.1- Antecedentes diplomáticos de la guerra de la
triple alianza................................................................. 2
1.1 Cláusula Gatillo: La Libre Navegación de los Ríos......... 2
§.2- Litigio sobre limites brasileno – paraguayo............... 11 2.2 – San Ildefonso vs. Uti Possidetis............................... 11
§.3 - Disputa de limites paraguayo – argentina................. 43 3.1 –Soberanía sobre el Chaco.......................................... 43
§.4- Antagonismos e intereses sobre el Chaco................. 49 4.1. Todos los caminos conducen al Chaco...................... 49
§.5- El gobierno oriental y la guerra civil........................... 54
5.1- De la Internacionalización de los partidos
y partidarización de las grandes potencias
a la Universalización de la libre navegación de los ríos.. 54
§.6- Tratado de Alianza Triple.................................................. 76 6.1- Tratado del tres contra uno............................................... 76
§.7- Inestabilidad política en la Confederación................... 82
7.1 Conflicto de intereses: Porteños y Confederación.
De la Disgregación a la Unión........................................ 82
159
§.8- Aspectos militares de la guerra de la Triple Alianza.... 91
8.1- El Ejército: Brazo armado de la Diplomacia................ 91
8.2 - Reclutamiento y Movilización en Paraguay................. 94
8.3 - Armamento del Paraguay............................................ 97
8.4 - Ejército Aliado.............................................................. 99
8.5 - Teatro del combate y desarrollo del mismo................. 114
Epílogo.................................................................................... 132
Anexo Documental................................................................. 135
Bibliografía.......................................................................... 148
Diarios y Documentos........................................................ 153
Anexo Cartográfico.............................................................. 154
Indice.................................................................................. 158
160