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El Evangelio de hoy nos presenta tres protagonistas: Jesús, la Viuda de Naín y su hijo muerto. (Lc 7,11-17) Lucas describe un gran acontecimiento humano: el encuentro de la Muerte y de la Vida.

+ Dos cortejos se aproximan por los caminos de Naín. - Uno está formado por Jesús y sus discípulos. - El otro formado por una madre los que llevan un féretro de su hijo. Delante de uno va Jesús, el Resucitado, el Vencedor de la Muerte. El otro va precedido por un cadáver. - Uno representa a la comunidad cristiana radiante de alegría

junto a su "Señor", que la conduce a la vida. - El otro es símbolo de la humanidad que aún no ha encontrado a Cristo: va camino del cementerio con muerte como derrota irreversible. Jesús dice a la madre: “no llores más” y al hijo “levántate”. El llanto se vuelve alegría y el dolor entusiasmo por el triunfo de la Vida.

¡¡¡No olvidar!!!

“Muchacho, a ti te lo digo:

levántate” (Lc 7,15)

PLEGARIA DESDE LA PALABRA DE HOY

Señor, Jesús, no permitas que nos acostumbremos a tanta muerte

como vemos cada día en el mundo:

muerte de esperanzas y del sentido de la vida,

muerte de la dignidad humana y quizás también muerte de la fe.

Haznos, como Tú, testigos de la Vida; que sepamos actuar movidos

por la compasión, acercándonos a cuantos sufren, sin miedo de tocar

tantas situaciones de muerte creadas por el egoísmo humano.

Señor, Jesús, que te diste a conocer a Pablo y lo convertiste en tu

testigo y apóstol, ayúdanos a responder generosamente a la gracia

que nos has dado y a ser testigos sinceros y honestos de tu evangelio

de vida y salvación para con todos.

No nos dejes perder la esperanza.

Haz de tu comunidad, y de cada uno de nosotros,

un signo de tu presencia en el mundo capaz de mostrar la belleza de

la vida y de invitar a seguir tu Palabra.

OPTAR POR LA VIDA, OPTAR POR LA MUERTE

La escena de Naín se repite todos los días: - Hay grandes cortejos llenos de muertos, de muertos que andan y se mueven, pero no tienen vida: Es el gran cortejo de los desempleados, de los drogadictos, de los analfabetos, de los sin-techo, de los terroristas, de los corruptos, de los violentos, de los ancianos, de los enfermos, de los niños explotados... Este cortejo pasa todos los días a nuestro lado y no lo notamos. - A su encuentro puede y debe ir otro cortejo, formado por personas llenas de vida que acompañan a Cristo..., comprometidas en responder a la muerte con la vida. - ¿En qué cortejo estamos? - ¿Qué respuesta damos a los que caminan con el cortejo de la muerte? Jesús no quedó indiferente ante el sufrimiento humano. Como seguidores de Cristo, debemos ir al encuentro de los que sufren. Si no podemos eliminar el sufrimiento, podemos a lo menos ser solidarios. La presencia es siempre una forma de ayudar a quien pasa por dificultades... Ante el milagro, el PUEBLO exclamó: "Un gran Profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo". ¿Podrá contar con nosotros?