Dossier sobre la película «La...

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Dossier sobre la película «La Pasión» Dossier sobre la película «La Pasión»

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Yel silencio se corta nuevamente. En el úl-timo número de Sodalitium nos habíamosalegrado de que después de tantos años la

Fraternidad Sacerdotal San Pío X, haya aceptadofinalmente abrir un serio debate sobre la cuestiónde la autoridad en la Iglesia. Al dossier de laTradizione Cattolica contra el sedevacantismo,habíamos respondido con un número especial to-talmente dedicado a un tema que debiera estar enel corazón de todos los verdaderos católicos paralos cuales el Papa es el Vicario de Cristo, asistidopor Él para dirigir y gobernar en Su nombre la Igle-sia militante. Pero solo el silencio ha sido opuesto anuestra respuesta, con la única excepción de unsacerdote del distrito italiano que envió a algunosde nuestros lectores, reflexiones y objeciones a lasque hubiéramos respondido con gusto personal-mente. El debate doctrinal, cerrado de hecho connosotros, fue en cambio reabierto por la Frater-nidad con los partidarios del ecumenismo, con undocumento presentado en Roma por Mons. Fellay;el lector hallará en este número la breve declara-ción que hacemos al respecto. Por otra parte, des-pués de la encíclica Ecclesia de Eucharistia, ala cual hacía alusión el último editorial, la Instruc-ción Redemptionis Sacramentum (fechada el 25de marzo) fue finalmente publicada por la congre-gación para el culto divino y la disciplina delos sacramentos. No podemos examinar esta Ins-trucción en detalle; nos contentaremos con volversobre el tema de la posibilidad para los católicos derecibir los sacramentos de no católicos (y vicever-sa), de lo cual habla la Instrucción en el nº 85.Se trata de una cuestión gravísima que conciernea la integridad de la Fe y que merece unaprofundización. En efecto, un lector ha formuladoalgunas objeciones a cuanto se ha escrito sobre elasunto en el último editorial, sosteniendo que lanueva disciplina es substancialmente idéntica a laantigua. La impresión que da al lector la Instruc-ción Redemptionis Sacramentum, es la de unacontinua contradicción -así como la encíclica dela cual es aplicación- entre las exigencias de la fey de la moral, y la necesidad de defender todas lasadquisiciones conciliares, que se oponen más omenos directamente a la fe y a la moral. Y a esterespecto, las jornadas del 16 al 18 de enero de esteaño han sido particularmente significativas. El 17de enero, en Bosco Marengo, diócesis deAlejandría, un gran concierto abría las celebracio-nes solemnes por los 500 años del nacimiento de

San Pío V (17 de enero de 1504); al día siguiente,a pedido y en nombre de Juan Pablo II, el cardenalAngelo Sodano concelebró la misa en honor delgran Pontífice. Pero la noche de ese mismo 17 deenero, otro concierto -titulado “Concierto de laConciliación” entre judíos, cristianos y musulma-nes- se desarrollaba en Roma, en la Sala Pablo VI,en presencia de Juan Pablo II en persona, de vein-te cardenales, de un gran número de obispos y derepresentantes de los cismáticos orientales, sin ha-blar de personalidades islámicas y judías (entre lascuales los rabinos Toaff y Di Segni, el gran rabinode Israel, representantes de B’nai B’rith como LisaPalmieri Billig y David Rosen, etc.). En su dis-curso, Juan Pablo II explicó la elección de los frag-mentos musicales, basada en dos puntos que ten-drían en común las tres religiones: “la veneraciónpor el patriarca Abraham y por la resurrecciónde los muertos”. “Hemos escuchado el magis-tral comentario -continuó Juan Pablo II- (...) enla Sinfonía nº 2 de Gustave Malher inspiradaen el poeta Dzady, del ilustre dramaturgo po-laco Adam Mickiewicz” (Osservatore Romano,19-20 de enero 2004, pág. 5). El lector deSodalitium recordará quizás el artículo Karol,Adam, Jacob (nº 48, abril de 1999), en el cual sehabla de las relaciones estrechas entre el marranopolaco Jacob Frank, su heredero Adam Mickiewiczy Karol Wojtyla: el concierto del 17 de enero nohizo más que confirmar estas inquietantes cone-xiones. En esta misma ocasión los dos grandes ra-binos de Israel, Jona Metzgher y Slomo Amar, in-vitaron a Juan Pablo II a las celebraciones solem-nes del centenario de la inauguración de la Sina-goga de Roma, que tuvieron lugar el 22 de mayo.Juan Pablo II no asistió a estos festejos, durantelos cuales el mismo rabino Metzgher gritó triun-fante: “¡Emperador Tito! ¡Tú has destruido eledificio de nuestro Santuario y he aquí que entu ciudad se levanta hace cien años, un pe-queño santuario! La continuidad de nuestrofuturo” (Osservatore Romano it., 26 de mayo,pág. 1). No obstante, publicamos en este númeroel mensaje que Wojtyla hizo leer por su represen-tante, el cardenal Ruini; en un próximo número deSodalitium publicaremos, a guisa de comentario

EditorialEditorial

«Crucifige eum» (foto tomada de la película «La Pasión»)

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de estos sucesos y de la doctrina que herética quesuponen, un largo estudio del Padre Nitoglia. ¿Cómopuede la misma persona, el mismo día, dirigir fes-tejos en honor de San Pío V, el Pontífice que desa-fió a los musulmanes en Lepanto y expulsó a losjudíos de los Estados Pontificios, y presidir el “con-cierto de reconciliación” con los judíos y los mu-sulmanes, deplorando en esta ocasión las divisio-nes pasadas y expresando “la necesidad impe-riosa de una sincera reconciliación entre loscreyentes en el único Dios”, ya que “son como“una única familia con distintos hijos”, segúnexpresión del cardenal Kasper en su discurso diri-gido a la asamblea compuesta por el público pre-sente esa velada?

Mientras Juan Pablo II sigue imperturbable-mente la quimera de Adam Mikiewicz y JacobFrank, de Jules Isaac y de Stalisnas Fumet, es unactor, un director de Hollywood (¡increíble peroreal!) quien, por una película sobre la Pasión deCristo, recuerda la verdad a los hombres del mun-do entero: católicos, protestantes, musulmanes eincluso judíos (a pesar de la prohibición de la

La sinagoga de Roma durante la lectura del mensajede Juan Pablo II el 22 de mayo de 2004

censura israelí), han llenado los cines no obstantela violenta campaña desatada contra la película porla Liga Antidifamación, asociación fundada en 1913por las Logias B’nai B’rith, que tenía sus honrososrepresentantes en el “concierto de la recon-ciliación”. Sodalitium dedica también algunas pá-ginas a la obra de arte y de fe de ese católico sin-cero que es Mel Gibson (no es por casualidad quese opone al Vaticano II y no admite la autoridad dequien lo promulgó). Esta obra, aun siendo una sim-ple película, ha edificado a las almas y predicado elEvangelio, mientras que los conciertos promovidospor Karol Wojtyla (titulados “Asís musical”) sonun enorme escándalo para las almas y un triunfodel infierno. Pero es verdad, no nos olvidemos, queel infierno está vacío y que el mismo Judas se ha-bría salvado, como lo dio a entender por enésimavez -escándalo reiterado una vez más- el Via Cru-cis del Viernes Santo en el Coliseo, en presenciade Juan Pablo II (cf. Osservatore Romano it.,10 de abril de 2004, pág. 6). “La condenaciónpermanece como una posibilidad real -ya habíadicho Juan Pablo II en la audiencia general del 28de julio de 1999- pero no nos es dado conocer,sin una revelación divina especial, si sereshumanos y cuales, son efectivamente concer-nidos”. El “si” que admite la posibilidad de quenadie esté condenado, fue pronunciado por JuanPablo II y publicado al día siguiente en elOsservatore Romano. Sin embargo, un censoranónimo lo quitó del tomo II del volumen XXII delas Enseñanzas de Juan Pablo II (pág. 82; cf.Il Foglio, 24 de marzo de 2004, pág. 1). Los co-rrectores de pruebas del Vaticano tienen todavía laFe Católica.

En este dossier sobre la película deMel Gibson, publicamos cuatro documen-tos. El 1º es un artículo introductorio delPadre Giugni; el 2º es una recensión es-crita por nuestro colega americano, Mons.Sanborn. El 3º es un documento del perio-dista judío David Kinghoffer que muestracómo la película de Gibson es conforme alas escrituras judías. El 4º es un volantedistribuido por “coordinamento cattolico”a la salida de los cines en varias ciudadesitalianas. Finalmente recomendamos al-gunos libros para profundizar temas inhe-rentes a la Pasión de Cristo.

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DOSSIER sobre la película «La Pasión»

Algunas reflexiones sobre lapelícula “La Pasión de Cristo”

Por el Padre Ugolino Giugni

El 7 de abril se ha estrenado, en Italia también, la película de Mel Gibson sobre las últimasdoce horas de la vida de Nuestro Señor: “La Pa-sión de Cristo”. No podemos sino alegrarnos deque después de tantos años sea presentada al pú-blico de todo el mundo, una película hecha por uncatólico y que presenta una visión absolutamenteortodoxa de la Pasión. Estábamos acostumbrados

“La Pasión” ha desenca-denado mucha polémicasobre todo por la acusa-ción de antisemitismo

El Ecce Homo en la película de Gibson(foto © Icon Distribution 2004)

desde treinta años a películas que ofrecían unaversión edulcorada de Jesucristo (como el “Jesúsde Nazareth”, de Zefirelli), conforme a la doctrinadel Concilio Vaticano II, por no hablar de aquellosdeliberadamente blasfemos. Como se sabe, “La Pa-sión” ha desencadenado mucha polémica en laprensa nacional e internacional, aún antes de serpresentada en las salas cinematográficas, sobretodo por la acusación de antisemitismo. Este artí-culo quiere completar el de nuestro colega ameri-cano, Mons. Sanborn, en la óptima recensión de lapelícula publicada a continuación.

La reacción en la prensa

Presentamos aquí algunos comentarios y jui-cios de “personajes notables” publicados en los dia-rios italianos sobre la película de Mel Gibson. Comose verá, son fundamentalmente negativos, pero estoes un buen signo, precisamente por su proceden-cia (“dime con quién andas y te diré quien eres”,dice el proverbio).

• Para Bruno Vespa, la película “pone a losjudíos contra los católicos por cuestión de nego-cios”(http://cinema.libero/it/iol/news/it).

• Francesco Cossiga, que se define “católicoconciliar”, define a la película como un “horror, unwestern religioso... que inspira sentimientos devenganza y destruye totalmente la enseñanza delConcilio Vaticano II sobre los judíos, “nuestros her-manos mayores”” (La Stampa, 9/04/2004).

• Para Furio Colombo, director de l‘Unita[órgano oficial del partido comunista italiano,n.d.a.], “La Pasión” es una película pornográficaque debería prohibirse a los niños. (...) Que perte-nece más a la historia psiquiátrica que a la del cine”.Colombo se pregunta cómo “en nuestros días, lacultura, la Iglesia y el público aceptan una películapornográfica y blasfema. Blasfema sobretodo enesto: en vez de perdonar los pecados del mundo,en esta película la interminable tortura de Cristosirve para enumerar una por una las culpas de losjudíos y su inevitable condenación. Es sorprenden-te, es vergonzoso, pero está sucediendo. Hace pocotambién en Roma, a dos pasos del Papa” (l‘Unita,20/03/2004). La acusación de “pornografía” parece

tomada directamente del Talmud, pero se podríadecir más simplemente que “de la abundancia delcorazón, habla la boca”; y que es igualmente sor-prendente ver al comunista (y judío) Colombo, to-mar la defensa de la “Iglesia y del Papa”.

• El director Zefirelli durante una entrevista aRadio 24 ha criticado la película de Gibson como“demasiado violenta”; pero su juicio parece deri-var más bien de un “conflicto de intereses”, ya queél dirigió en los años ‘70 su “Jesús de Nazareth”,que era hasta ahora considerada como la películacatólica por excelencia (sobre la cual, a decir ver-dad, habría mucho para volver a decir).

• En cambio, es positiva la recensión que hacede la película el Padre di Noia, de la congregaciónpara la doctrina de la Fe (8/12/2003 www.zenit.org.).Para él la película “requiere los ojos de la fe paraver que la desfiguración del cuerpo de Cristo re-presenta la desfiguración espiritual y el desordencausado por el pecado. (...) Hay una sensibilidadcatólica muy eficaz, la película de Mel Gibson será

indudablemente contada entre las mejores”. Sobrela cuestión del antisemitismo el Padre di Noia diceque Gibson “no exagera ni minimiza el papel de lasautoridades judías y del procedimiento legal relati-vos a la condenación de Jesús, (...) y que la pelícu-la propone lo que los evangelistas y la Iglesia hanvisto siempre con claridad”. Finalmente, en cuantoal mensaje espiritual, el Padre di Noia dice: “Creoque la película de Mel Gibson moverá a la gente alamor. El corazón tendría que ser de piedra parapermanecer impasible ante esta película extraor-dinaria y ante la impenetrable profundidad delamor divino que trata de mostrar vivamente en lapantalla”.

• Para Silvia Ronchey “La película de Gibsones una representación sagrada, genialmente seme-jante a las que se realizan siempre el viernes santoen los países católicos”. Ronchey debe reconocerque “una mala interpretación, bonachona y

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modernista de la doctrina posconciliar, la mismaque ha eliminado el latín de la Misa, ha suprimidocasi completamente el valor del sufrimiento entrenosotros” (La Stampa 7/04/2004). El mismo día,siempre en “La Stampa” Igor Man, en un artículomuy político titulado “Pasión sin tregua”, hablan-do de “payaso lefebvrista”, ataca la película defi-niendo, “La Pasión es una comedia ...ahogada enun mar de ketchup”.

• Umberto Eco en una recensión llena devulgaridad se pregunta: “El odio de Gibson por elNazareno debe ser increíble, pues vaya a saberqué antiguas represiones arroja sobre su cuerpocada vez más sanguinolento”. Sin comentarios.

• Ha sido publicado un increíble documentollamado “posición común de representantes judíos,católicos y evangélicos alemanes” contra “los pe-ligros de una película”, de la cual se critica áspera-mente la “brutalidad y violencia, y el peligro de re-vivir prejuicios antisemitas”. Este documento estáfirmado conjuntamente por el Dr. Paul Spiegel, pre-sidente del consejo central de los judíos en Alema-nia, por el cardenal Karl Lehmann, presidente dela conferencia episcopal y por Mons.WolfangHuber, de la iglesia evangélica (La DocumentationCatholique, 4/04/2004, nº 2311).

• Han habido muchas otros comentarios yrecensiones tanto favorables como desfavorables.Prácticamente de todos los ambientes judíos hansalido ataques feroces. No obstante, hay que se-ñalar que la película ha tenido un éxito enorme,incluso en países no católicos como los árabes y elAsia; y en Palestina, donde el gobierno israelí lahabía prohibido, han circulado muchas copias pira-ta que han tenido gran éxito aún entre los islámicos.La Pasión ha acercado a la Fe a muchos no cató-licos en todos los países del mundo.

Una cuestión importante: la sangre de Jesúscomo precio de la Redención

Mel Gibson ha sido criticado ásperamente enambientes católicos, dejando de lado la cuestióndel antisemitismo, por la violencia expresada en supelícula, por la cantidad de sangre derramada porCristo, en particular en las escenas de la flagela-ción. Muchos han hablado de “horror splatter”, de“insulso, ininterrumpido crescendo de violenciagratuita”. Estas críticas pueden compartirse en par-te, con tal que no se olvide la violencia gratuita ydeseducativa a la que Hollywood nos ha acostum-brado por largos años en las películas que pasanen televisión, incluso en la franja horaria de los ni-ños, frente a la cual nadie se rasga las vestidurascomo hacen los Cosiga, Eco y Colombo.

A este propósito es importante considerar elprecio de la sangre que Cristo ha derramado paranuestra redención. Debía haber mucha sangre pararepresentar la inmensidad de Su Sacrificio, y parapresentarlo en términos visuales en la película.Además, “las imágenes de la Última Cena se al-ternan con las de la Pasión, para crear un parale-lismo entre la sangre y el cuerpo de Cristo con elvino y el pan de la Eucaristía. De ahí entonces lapresencia salvífica de la sangre a lo largo de todala película: María que limpia la sangre de Cristo delsuelo, la sangre de Cristo impresa en el velo de laVerónica, Casio que se convierte después de ha-ber recibido en la cara la sangre del costado, ysimbólicamente la sangre salpica los rostros de losflageladores. La Sangre es un símbolo y resultanecesario y apropiado, ya que la sangre de Cristoha lavado nuestros pecados. No han sido los mila-gros que ha realizado en vida, sino el sacrificio desu Pasión (...) No se trata de violencia gratuita...solo así se comprende porqué la película es tandura en mostrar cuantos sufrimientos hemosinfligido a Cristo” (Francesco Faschino enwww.sassiweb.it sitio oficial de Sassi de Matera).La sangre de Jesucristo es realmente el precio porla redención del hombre. La redención se com-prende en relación al pecado, que es una ofensa aDios y hace al hombre moralmente esclavo deldemonio. Jesús, para salvarnos, nos vuelve a com-prar, ofreciendo objetivamente al Padre una expia-ción o satisfacción en justicia por el pecado y unrescate o reintegración de los hombres a los bie-nes que habían perdido. La teología católica ense-ña pues que el Verbo de Dios se encarnó uniendoa sí la humanidad, y así expía y repara en lugar delhombre pecador ante el Dios ofendido (satisfac-ción vicaria), mereciendo para todos la reconcilia-ción con Dios y la liberación de la esclavitud deSatanás y del pecado (en el artículo siguiente,Mons. Sanborn explica muy bien la diferencia en-tre la concepción de redención católica y protes-tante). Sin embargo, es necesario notar que la re-dención operada por Jesús fue de valor sobreabun-dante, en el sentido de que habría podido salvarnossufriendo mucho menos, ya que la más pequeñaacción de Cristo (aún una lágrima suya), a causa

James Caviezel:un Jesucristodigno yconvincente

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de la unión hispostática de la naturaleza humanacon la divina, tiene de por sí un valor infinito quehabría podido salvar al mundo. Jesús entonces hasobrepasado la estricta justicia derramando todasu sangre y, sufriendo como lo hizo, ha mostrado lagrandeza de su amor y de su misericordia hacia loshombres para atraerlos a todos a su infinito amor.Viendo cuánto nos ha amado el Señor, ¿quién no ledevolverá un amor semejante?

El episcopado francés ha expresado su opi-nión en una “Nota doctrinal sobre la Pasión deCristo, película de Mel Gibson”, firmada por elPadre Philippe Vallin c.o., secretario de la comi-sión doctrinal de la conferencia episcopal francesa(Un extracto de este documento se halla en la“Documentation Catholique”, nº 2312 del 18/04/2004). Allí se puede leer lo que sigue: “Jesús ofen-dió; lo que la teología ha tomado la costumbrede llamar sus pretensiones (perdonar los peca-dos, transgredir la letra del sábado como due-ño del espíritu del sábado, relativizar el hechodel templo de Jerusalén, etc.) [¡lo cual es afir-mar ser Dios y dar la prueba con milagros!, n.d.a],provocó reclamos legítimos entre los judíos, sushermanos. Las respuestas que dio no eran me-cánicamente convincentes y suponían que unfariseo, un centurión, un publicano, un lepro-so, se remitiesen a su inaudita autoridad conun acto de fe radical. (...) El espectador menosadvertido se expone al riesgo de no percibir enestas dos horas de horrible linchamiento másque una especie de acontecimiento errático, undesencadenarse de violencia furiosa, demente,del todo incomprensible. (...) Hay que evitar juz-gar las intenciones del autor de esta películarespecto del antisemitismo. Pero es verdad queel partido que ha tomado de no mostrar nada[de la violencia] de las discusiones entre Jesúsy los fariseos, los escribas, los príncipes de lossacerdotes, lleva a este efecto de mutilaciónmecánica: los judíos del Sanhedrín son amplia-mente privados de la expresión de sus motivos,recibidos de la misma Revelación, que debie-ron sentirse como mínimo sorprendidos, ofen-didos, contradichos por la predicación del Rabíde Nazareth. (...) ¿Cómo podría [el pueblo judío]no sentirse herido por la representación cho-cante que Jesús provocaba deliberadamente enmedio de sus hermanos, con su pretensión deser el mediador de una Nueva Alianza?” En con-secuencia, según el episcopado francés los judíoscontemporáneos de Jesús no podían comprendersus pretensiones de divinidad y han hecho bien encrucificarlo, ya que los milagros (¡de los cuales nohablan porque no creen!...) no eran suficientes para

hacer un acto de fe en Él. Pero también turba a losobispos transalpinos la cuestión de la sangre deCristo, aquí hay otro rechazo de la teología católi-ca tradicional que ve a la sangre de Jesús comonecesaria en justicia para la redención por los pe-cados de los hombres. En efecto, continúa el P.Vallin: “Este aislamiento de la Pasión [del restode la vida de Jesús] lleva a otro equívoco teoló-gico de gran alcance: el pecado del mundo yante él, la intención de salvación que dirige laexistencia del Hijo de Dios venido entre loshombres, no es la necesidad, también totalmen-te mecánica, de negociarla al precio de su sangre.Como si la omnipotencia de Dios estuviese so-metida desde toda la eternidad a una regla quelo obliga y lo somete a Él, el Dios infinitamentelibre: la injusticia de los hombres solo podríaser compensada, corregida, curada, por la jus-ticia de Dios Padre, al precio de los sufrimien-tos y de la muerte del Hijo. (...) La necesidadde la sangre reparadora peligra ocultar la de-cisión filial del amor”. Sin embargo, San Pablorecuerda el valor de la sangre de Jesucristo:“¿Cuánto más la Sangre de Cristo, El cual pormedio del Espíritu Santo, se ofreció a Sí mismocomo víctima inmaculada a Dios, purificaránuestras conciencias de las obras de muerte,para servir al Dios vivo?” (Hebr. VIII, 14); ycon él, San Pedro: “bien sabéis que habéis sidocomprados, no al precio de cosas corruptibles,como el oro y la plata,...sino al precio de laSangre preciosa de Cristo, Cordero sin man-cha ni arruga, preordenado desde antes de lacreación del mundo, y manifestado en estosúltimos tiempos por amor de vosotros” (I PedroI, 18-20).

Algunas reflexiones espirituales

• Lo que más me ha impresionado de estapelícula son los flashback entre la Crucifixión y laÚltima Cena con la Institución de la Eucaristía, quemuestran muy bien la identificación del Sacrificiodel Calvario con el Sacrificio de la Santa Misa, quees su renovación incruenta. El actor que interpretaa Jesús (J. Caviezel) tiene una majestad, unadignidad y simplicidad extraordinarias, reflejaverdaderamente bien a Nuestro Señor, cosa paranada fácil.

• También la figura de la Santísima Virgenestá muy bien representada. Ella está siempre allado de su Hijo del comienzo al fin de la Pasión;todo lo que el Hijo padece en el cuerpo lo padeceen el corazón, y asocia así su dolor al del Reden-tor; ella es también la Corredentora universal del

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género humano. Esta verdad está enraizada cadavez más en la doctrina católica y en el corazón delos fieles, sobre todo a partir del pontificado de PíoXII, cuando parecía que iba a ser definida comoDogma y fiesta litúrgica. Particularmente conmo-vedor es el encuentro de Jesús con la Virgen du-rante el Via Crucis, cuando le dice “ecce novafacio omnia”. Muy tocante es también la escenaen que, después del juicio, la Virgen se arrodilla yapoya el oído en el pavimento, pues debajo se hallala celda en la que Jesús está preso, y el Hijo “sien-te” la presencia del Corazón Inmaculado de laMadre.

• San Juan sigue siempre al Señor y sostienea la Santísima Virgen en su aflicción. Esto es con-forme a los Evangelios; se ve en él al predilectodel Señor y testigo ocular de lo que realmente su-cedió (se tiene verdaderamente la impresión queregistra todo lo que ve), que luego escribirá en suEvangelio y en sus Epístolas, como él mismo lodijo: “Quién ha visto testimonia, y su testimonioes verdadero, y él sabe que dice la verdad, paraque vosotros también creáis” (Jn. XIX, 35).

• Mel Gibson parece haberse inspirado, en larealización de su película, en la obra del Caravaggioy en la escuela italiana renacentista, así como enlos artistas flamencos. Esto es particularmente evi-dente en las escenas del huerto de los olivos y deljuicio, con claroscuros e iluminación tomada de laspinturas de la Contrarreforma Católica, y más to-davía en las escenas de la Última Cena en queJesús habla con sus Apóstoles. Hay entonces unaclara evocación del arte antiguo tradicional.

• El uso de la lengua latina y aramea es ver-daderamente muy hermoso: es emocionante es-cuchar hablar en latín, considerada una lenguamuerta. Es de notar que a Pilato que lo interrogaen arameo, Jesús responde en latín, ya que, siendoDios, conoce a la perfección todas las lenguas.

• La escena en que, con un flashback, semuestra a Jesús trabajando en la casa de Nazareth,construyendo una mesa de madera, ha sidodiversamente interpretada. A pesar de la inexacti-tud, de la no correspondencia con los Evangelios, ycualquiera sea el alcance teológico que pueda te-ner (léase lo dicho por Mons. Sanborn), es a mijuicio, muy importante. Veo allí un significado ocul-to, no fácil quizás de percibir, pero verdaderamen-te espiritual. Jesús construye una mesa que la Vir-gen considera “demasiado alta” para poder comerencima, pero en realidad parece tratarse de un al-tar (para la Misa de San Pío V...) que, como sesabe, debe ser más alto que una mesa normal.Además, para probarla, el Señor se apoya con loscodos, precisamente la misma posición que asume

el sacerdote para consagrar la Eucaristía, y des-pués se sienta encima porque, sobre el altar, du-rante la S. Misa desciende el Cuerpo y la Sangrede Jesús, “verdadero pan de los ángeles baja-do del cielo” (Jn. VI, 41). Veo también este otroparalelismo, en esta escena, con el Sacrificio de laMisa que Jesús se prepara a instituir al final de suvida oculta. Solo por este motivo esta escena nodebería quitarse. Por otra parte, hay que decir queeste pasaje de la vida oculta (probablemente to-mado de los escritos de Anne Catherine Emmerich)contribuye a hacernos comprender la humani-dad de Jesús, su afecto e intimidad con su SantaMadre.

• La última escena, la de la Resurrección, tie-ne una sobriedad evangélica. Sin énfasis, pero deun modo muy significativo se ve el lienzo desinflar-se y al Señor nuevamente lleno de dignidad, belle-za y majestad, levantarse y salir. La referencia a laSanta Síndone de Turín con el Señor que pasa através del sagrado lienzo y deja su imagen impresaes clarísima. Lo cual es absolutamente tradicionaly católico.

• Los caracteres humanos están muy bien re-presentados en la película. Los soldados y Herodesfiguran el orden de la sensualidad y brutalidad, delhombre carnal, esclavo de sus pasiones, que lohacen incapaz de comprender los misterios divi-nos. Los jefes religiosos, Caifás, Pilato, figuran aquienes detentan el poder en el mundo, y que portemor de perderlo y por orgullo intelectual, cierranlos ojos ante la verdad que se les da a conocer.Jesús, los Apóstoles y María figuran el orden de lacaridad, del amor y de la justicia perseguida porquienes hacen el mal. El Cirineo, las santas mu-jeres, María Magdalena, el buen ladrón y elcenturión que se convierten, son la mejor partede la humanidad que, sin prejuicios, con un co-razón simple y puro, reconocen la verdad y hacenel bien por amor a Dios, aun a costa de grandí-simos sacrificios.

El Jesús flagelado y coronado de espinas de Gibson(a la izquierda) y el de Caravaggio (a la derecha)

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• Se ha dicho que Gibson se ha inspirado enlos escritos de Anne Katharina Emmerich, místicaalemana de comienzos del siglo diecinueve. Qui-zás se trate de una de elección discutible, ya que,como se sabe, fue Klemens María Brentano, es-critor romántico alemán imbuido de esoterismo,quién compiló los escritos póstumos de Emmerichal punto que, al decir de la Enciclopedia Católi-ca, se hace prácticamente imposible distinguir loque es de la mística de lo que es de Brentano.No obstante, se puede decir que estos detalles queno se hallan en los Evangelios, no distraen de-masiado.

La Pasión como término (o inicio) de un ca-mino de conversión para Mel Gibson

Se ha hablado mucho del tradicionalismo deGibson y de su visión anticonciliar de la Pasión.Es verdad que el padre de Gibson, Athon, es nosolo tradicionalista sino un sedevacantista conven-cido, y que Mel ha recibido en su juventud una for-mación católica (ha sido formado en escuelas dela Fraternidad San Pío X), pero después, cuandocomenzó a actuar, se alejó de Dios. El mismo MelGibson en entrevistas (en particular en una televi-sada por una conocida cadena norteamericana, di-fundida en nuestra península por Italia 1), ha di-cho que la idea de hacer la película lo ha salvadode un período de profunda crisis en que pensabahasta en el suicidio, disgustado como estaba de todolo que tenía (bienes del mundo, dinero, placeres yéxito, etc.), ya que no satisfacían plenamente sucorazón. San Agustín decía: “Tu nos has creadopara ti Señor, y nuestro corazón está inquieto hastaque descanse en ti”. Presento aquí un fragmentode la entrevista al famoso director y actor:

“¿Qué lo ha llevado a realizar esteproyecto?

La idea se ha delineado gradualmente en elcurso de los últimos diez o doce años cuando, ha-cia los 35 años, comencé a indagar en las raíces demi fe. Siempre he creído en Dios, en su existencia,y he sido educado para creer, en cierto modo.

Pero hacia los 30 años andaba a la deriva yotras cosas habían tomado el primer lugar. Enton-ces me di cuenta que tenía necesidad de algo mássi quería salvarme. Sentí la exigencia de hacer unestudio más profundo de los Evangelios, de recons-truir toda la historia... Fue entonces que la ideacomenzó a florecer en mi mente. Comencé a verlade un modo realista, a recrearla en mi mente demodo que tuviese un sentido para mí, como parteintegral de ella. Eso fue lo que quise llevar a lapantalla.

Se han hecho muchas películas sobre lavida de Cristo. ¿Porqué hacer otra?

No creo que las otras películas hayan tenidola fuerza realista de esta historia. De hecho, ¿vioalguna? O se aproximan a la historia, o tienen muymala banda sonora... Esta película quiere mostrarla Pasión de Jesucristo exactamente tal como fue.Es como viajar en el tiempo y ver los sucesos de-sarrollarse tal como se dieron” (entrevista publica-da por la agencia www.zenit.org).

Como pue-de verse, fue uncamino de con-versión lo quecondujo a Gibsona hacer esta pelí-cula. No podemossino implorar parael director la ayu-da de Dios, ya quegracias al bienque su película hahecho muchasalmas podrán com-prender el amorde Jesús y la bru-talidad del pecado.También señala-mos dos cosas:la primera, que elcine se ha vueltoen nuestros díasuno de los mediosmás poderososen las manos delmal para la per-versión de las al-mas , s i fuesebien utilizado ypor católicos, seríacapaz de hacer mu-cho, pero muchobien; la segunda,que Nuestro SeñorJesucristo da siem-pre que hablar des-pués de dos milaños. Siendo “elsigno de contra-dicción y piedrade escándalo” (cf.Luc. II, 34), no sepuede permanecerindiferente: “o conÉl o contra Él”.

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Conclusión

Se puede decir que se trata de una película“excepcional”, que sale de la norma de cuanto esta-mos habituados a ver. A pesar de todos los límitesde una obra cinematográfica, parece acercarse a lasobras de arte de la pintura del pasado, que tanto hanayudado a la meditación de la Pasión del Señor.Se trata incluso de una “representación sagrada”,que ayuda a meditar en los sufrimientos de Jesu-cristo Nuestro Salvador, a fin de que los hombres“vean a Aquel que han traspasado” (Jn. XIX, 37).Todos aquellos que miren esta película sin prejui-cios, podrán, por la gracia de Dios y a través de laPreciosísima Sangre de Jesús, penetrar en el miste-rio del inefable amor divino, ya que como dice elEvangelio: “no hay amor más grande que dar la vidapor sus amigos” (Jn. XV, 13); y justamente Jesús hamuerto por nosotros, para mostrarnos su gran amor. El director y actor Mel Gibson

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Una recensión de lapelícula “La Pasión de Cristo”

Por S.E.R. Mons. Donald J. Sanborn

VALORACIÓN GENERAL: Excelente. Ir a ver esta película es verdaderamente co-mo asistir en persona a la Pasión y muerte deNuestro Señor Jesucristo.

sentado. Es cosa, muy, pero muy difícil de hacer,casi imposible. Retratar a Cristo como realmenteera, requiere saber combinar la autoridad y ladignidad de su divinidad con la extrema humildad,inocencia y bondad de su humanidad. El Sr. Gibsonha combinado ambas cosas en su película, al menosen cuanto es humanamente posible hacerlo. Es todauna hazaña.

Los actores: James Caviezel, el actor queinterpreta a Cristo, hace un trabajo verdaderamentefantástico durante toda la película, sea en lasescenas de la misma Pasión, sea en los flashbackssobre la vida pública de Nuestro Señor. En miopinión, representar exactamente a Cristo en losflashback era más difícil que retratarlo en la Pasión,ya que en esta la humanidad de Nuestro Señor esmás evidente. Pero en la vida pública, la divinidadde Nuestro Señor es más manifiesta.

El Sr. Caviezel propone un Cristo absoluta-mente creíble, y rápidamente se pierde la sensaciónde estar mirando una película. El espectador estransportado a la escena como si fuese testigoocular.

Maia Morgenstern es una Virgen María muyconvincente, pero el aplauso mayor va para eldirector, que ha comprendido que Nuestra Señorano era solo una mujer doliente al borde del ViaCrucis, como se la retrata frecuentemente, sino queestaba verdaderamente asociada a Nuestro Señoren Su Pasión y muerte. Solo un católico podíaretratarla de esta manera. Nuestra Señora no sereduce a una mujer emocionalmente herida, queno soporta ver sufrir a su Hijo y que necesita ser

Ir a ver esta película esverdaderamente comoasistir en persona a laPasión y muerte deNuestro Señor Jesucristo

Como ha sido tratado en general el TEMA:He ido a ver la película con gran escepticismo,temiendo quedar tremendamente desilusionado porla representación de Cristo y de la Santísima VirgenMaría. Cristo es verdadero Dios y verdadero hom-bre, pero la persona de Cristo es la Persona divina,la Segunda Persona de la Santísima Trinidad. Casisiempre las películas humanizan demasiado la figurade Cristo. Lo característico de Cristo es su divinidad,no su humanidad.

Pero en esta película, el predominio de ladivinidad en el carácter de Cristo está bien repre-

sostenida después de encontrarlo. Por el contrario,está con él desde el comienzo, observando todomovimiento, sintiendo y recibiendo cada golpe delflagelo. Esta es su compasión, su pasión con la deNuestro Señor. San Bernardo dice que el amor deella por Nuestro Señor era tan fuerte que nopermitía que ningún sufrimiento lo afectara, siprimero no pasaba a través de su propio corazón.La película describe esta realidad a la perfección.

Mientras Nuestra Señora ciertamente sufredel principio al fin, mantiene la compostura y soportatodo hasta el último momento. Esto es teológica ehistóricamente, perfectamente correcto.

El actor que interpreta a San Juan hace untrabajo maravilloso y convincente. Pero de nuevo,es al director que va el mérito. Lejos de ser el débily afeminado que muestran casi todas las películasde Cristo, San Juan es un joven fuerte, digno einocente, que sigue intensamente a Nuestro Señoren todo lo que le sucede, pareciendo comprenderperfectamente la sagrada misión que la Pasiónrepresenta.

La actriz que interpreta a Santa MaríaMagdalena es correcta, aunque, en mi opinión, noes tan convincente como los demás. El actor queencarna a Poncio Pilato es grande en su papel,siendo capaz de decir mucho solo con la expresióndel rostro. La mayor parte del tiempo no es ne-cesario que hable, es clarísimo lo que piensa.Su conciencia, torturada por la condenación deCristo, es presentada a la perfección.

Los miembros del Sanedrín, especialmenteCaifás, están muy bien interpretados.

PRECISIONES. La película es, en conjunto,muy precisa y fiel al Evangelio, aun en pequeñosdetalles.

El arresto en el huerto de los olivos es muyrealista, especialmente el corte de la oreja de Malcoy la curación por parte de Nuestro Señor.

El juicio ante el Sanhedrín correspondeexactamente al relato del Evangelio.

Las negaciones de Pedro son presentadas ala perfección.

La flagelación a la columna es tan realista ycorresponde tan precisamente en todos los detalles,tanto al Evangelio como a los comentadores, queuno siente como propios cada golpe sobre el pechoy la espalda del Salvador.

Las burlas y los ultrajes por parte de lossoldados romanos, son conformes a la historia ytípicos de su mentalidad. A sus ojos, todocondenado era algo despreciable con lo cual poderdivertirse. Un hombre condenado, aunque lossoldados no lo conocieran, era una figura sin valor,

privada de dignidad. Los soldados romanos tratabana sus víctimas exactamente como el gato que sedivierte con el ratón antes de devorarlo.

Nuestro Señor responde en latín a Pilato quese dirige a Él en arameo. Este sutil detalle mani-fiesta claramente la divinidad de Nuestro Señor,ya que Él sabía esta lengua por ciencia infusacomunicada a Su inteligencia humana por Sunaturaleza divina, y no por conocimiento humanoadquirido.

El deseo de Nuestro Señor de sufrir Su Pasióny de llevar la cruz aparece a lo largo de toda lapelícula en numerosos detalles. Por ejemplo: caminacon paso veloz cuando se lo conduce a Caifás yluego a Pilato. Después del primer golpe de flagelo,se levanta para recibir todavía más. Besa la Cruz.La lleva heroicamente al encontrar a Su madre.Se arrastra hacia la Cruz para ser clavado.

Esta voluntad, humildad y obediencia sonabsolutamente conformes a la Teología católica.El concepto de Lutero sobre la pasión y la muertede Cristo es el siguiente: Dios Padre, en un accesode cólera a la vista de los pecados de los hombres,inflige un terrible castigo a Cristo, Su Hijo, a fin desatisfacer Su ira y deseo de justicia.

La visión católica de la Pasión es diferente:Cristo acepta voluntariamente, por obediencia a SuPadre, sufrir la Pasión en lugar nuestro como precioa pagar por nuestros pecados. Para la teologíacatólica es el acto de obediencia de Jesús, tanagradable para Su Padre, lo que realiza un sacrificiode reparación de valor infinito por todo pecadocometido o a cometerse. “Así como por la desobe-diencia de un solo hombre, muchos se hicieronpecadores; por la obediencia de uno solo,muchos fueron justificados” (Rom. V, 19). Segúnla teología luterana, lo que realiza la redención, esla brutalidad que se abate sobre Jesús parasatisfacer al Padre, que de otra manera la habríahecho caer sobre todos los hombres. Pero para lateología católica, Cristo era una víctima voluntariaque quiso sufrir lo más posible en la Pasión poramor a Su Padre, para que el Sacrificio fueracompleto.

Es por eso que dijo: “Todo ha sido con-sumado”. Según la teología luterana, Cristo es unavíctima como el animal que se degüella. Esta teo-logía se traduce en la vida moral. Para laespiritualidad católica, debemos llevar la Cruz decada día y realizar el mismo acto de obediencia aDios de Cristo, y crucificar al hombre viejo, elhombre de pecado (Rom. VI, 6).

Según la teología luterana la aceptación delcastigo por Cristo nos dispensa de aceptarlo no-sotros mismos y de obedecer a los mandamientos.

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Es suficiente creer que Cristo nos ha salvado. Estateología también se aplica en el Culto. El Cultocatólico es la renovación de la pasión y muerte deCristo y es omnipresente en la Iglesia. El cultoluterano es una simple conmemoración del castigoinfligido a Cristo hace 2000 años, en lo cual debemoscreer para salvarnos. La teología del Sr. Gibsonciertamente sale de los manuales católicos previosal Vaticano II.

El encuentro con Nuestra Señora es uno delos momentos claves de la película. Es profunda-mente conmovedor. Durante el mismo, Él explicael porqué de Su pasión: “He aquí que Yo hagonuevas todas las cosas”. Aunque el Evangelio nolo mencione, es muy verosímil que Jesús haya dichoalgo semejante a Su Madre.

El Sr. Gibson hace alusión claramente a laelevación del Santísimo Sacramento durante elSanto Sacrificio de la Misa, cuando muestra -enflashback- a Nuestro Señor elevando la Hostia, enel preciso momento en que Cristo es elevado en laCruz. Este elemento tan católico solo puedecomprenderse en referencia a la Misa Tradicionalen latín.

Las escenas en que se clava a Jesús a la Cruzy luego se la planta en el monte Calvario, estánllenas de un poderoso realismo que toca el corazón.

Las últimas siete palabras del Salvador estánbien presentadas, en particular cuando Jesús confíaNuestra Señora a San Juan y cuando exclama:“Eloi, Eloi, ¿lamma sabacthani?” (Dios mío, Diosmío, ¿porqué me has abandonado?).

Las tinieblas y el terremoto están repre-sentados con fuerza y realismo.

IMPRECISIONES. La película encierraalgunas inexactitudes que es bueno precisar alespectador.

Se ve al diablo tentar a Cristo durante laAgonía en el Huerto de los Olivos. Esto no se diceen los Evangelios, pero no es imposible.

La mayor inexactitud se halla en el flashbacksobre la vida de Nuestro Señor en Nazareth, enque se lo ve como un joven que: (a) no responde asu madre que lo llama; (b) fabrica una mesadefectuosamente; (c) jugando, arroja agua al rostrode Nuestra Señora mientras se lava las manos.

Ninguna de estas cosas es verdad. ¿Porqué?Porque son o pecados o imperfecciones. NuestroSeñor, verdadero Dios y verdadero hombre, eraincapaz del menor pecado, de la menorimperfección. Además, era tan humilde y obediente,que habría respondido al primer llamado de NuestraSeñora. En cuanto al juego, Nuestro Señor cierta-mente no era amargo, sino al contrario afable, perono hacía nada tonto o que pudiese aún minimamentedesagradar a alguien.

Por otra parte, Nuestro Señor en Su SagradaInteligencia humana gozaba de la visión beatífica.Esta visión continua de Dios debía dar a Su carácteruna suprema gravedad e incluso una ciertasolemnidad a sus gestos cotidianos.

Esta gravedad y solemnidad aparecenclaramente en otros momentos de la película,particularmente cuando responde a la pregunta deCaifás: “¿Eres tú el Mesías, el Hijo del Diosvivo?”. Las escenas de Nazareth desentonan conel resto de la película y deberían ser suprimidas.

Santa María Magdalena es representadacomo la mujer adúltera que Nuestro salva de lalapidación. Es falso. Esta era la mujer que lavó lospies a Nuestro Señor en la casa del fariseo, lahermana de Lázaro, a quien Nuestro Señor resucitóde entre los muertos. Todos los comentariostradicionales lo confirman.

Algunos subtítulos traducen mal o falsamente.El Espíritu Santo, el Paráclito, es llamado “El Au-xiliador”/ “El que ayuda” (?), lo cual es una tra-ducción incorrecta. Jesús dice que el Espíritu Santo“viene del Padre”, lo cual es seriamente inexacto.La traducción justa es que “Él procede del Padre”.Es una distinción muy importante. Por otro lado,

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a la pregunta de Pilato: “¿Tú eres rey?”, Cristo noresponde “tú lo has dicho”, según una expresión he-brea que equivale a un “sí” muy enfático. Hay otroscasos en que pensamos que la traducción esdefectuosa. No obstante, rinde honor a la películaque las palabras de la consagración del vino nosean “por todos” para los subtítulos, lo cual esmodernista (Novus Ordo), sino “por muchos”, quees la traducción tradicional. Finalmente, durante laCena, el texto debiera haber sido: “Este es el Cálizde mi Sangre que será derramada”, y no “LaSangre es entregada”, lo cual no es exacto.

OMISIONES. Sorprendente y desgracia-damente, hay algunas omisiones:

La caída de los soldados en el Huerto de losOlivos cuando Nuestro Señor se revela. Este hecho,registrado por los Evangelios es una clara indicaciónde la divinidad de Nuestro Señor.

El ángel que conforta a Nuestro Señor enGethsemaní.

El episodio de la insistencia de Pilato ante lasprotestas de los fariseos por la inscripción INRI:“lo escrito, escrito está”.

La frase de los judíos: “Caiga Su sangresobre nosotros y sobre nuestros hijos” (Estápresente en arameo, pero no en los subtítulos).

Las palabras a las mujeres de Jerusalén, quelloran por Él: “No lloréis por mí, llorad más bienpor vosotras y por vuestros hijos; porquevendrán días en que se dirá: ¡felices lasestériles y los senos que no han concebido, ylos pechos que no han alimentado! Entoncesdirán a las montañas: caed sobre nosotros; y alas colinas: cubridnos. Porque si así tratan alleño verde, con el seco, ¿qué se hará?” (Luc.XXIII, 27-31). Esto evoca claramente la destrucciónde Jerusalén en el año 70 por los romanos, castigode la generación que rechazó al verdadero Mesías.

El velo del Templo solemnemente rasgado.En la película la escena es mostrada rápidamentecomo consecuencia del terremoto. Pero en realidadno fue un accidente, sino un acontecimientomilagroso. Los comentaristas dicen que era un pañotejido en oro de 15 cm de espesor; debió ser algoespectacular.

La declaración de Longinos: “Verdadera-mente este hombre es el Hijo de Dios”. Es impor-tante, ya que es la conversión del primer gentil.

EL DIABLO. El diablo aparece a menudoen la película, como una mujer que habla con vozde hombre. La representación es eficaz.

Sin duda el Diablo estuvo presente en la Pasióny se alegraba. Según la película, el diablo no estabaseguro de la divinidad de Cristo. Esto es muy verosímil,

ya que la Encarnación es un misterio sobrenatural,que es muy probable que el diablo no conociera.Los mismos Apóstoles no comprendieroncompletamente el misterio de la Encarnación antesde Pentecostés.

La mujer-diablo de la película es la antítesisde la Virgen María. Al comienzo, durante la agoníaen el Huerto de los Olivos, Nuestro Señor aplastala cabeza de la serpiente, muy clara referencia alGénesis (III, 15). San Jerónimo aplica el versículoa Nuestra Señora, pero otros comentaristastradicionales lo aplican legítimamente a NuestroSeñor. La traducción de este versículo ha sidoobjeto de muchas controversias a través de lossiglos, pero pueden admitirse las dos versiones sintemor de pecar contra la Fe.

Durante toda la película Nuestra Señora escontrapuesta a esta horrible mujer-demonio.Esto se ve particularmente durante la flagelaciónen que la Virgen llora a la vista de su Hijo golpeadocasi hasta la muerte, mientras aparece sucontrario demoníaco con su “hijo”, el cual volteapara solazarse de la horrenda escena de laflagelación. Este “hijo” representa probablementeal Anticristo.

Falta señalar el simbolismo de las moscas queatacan a Judas. Beelzebub, palabra hebrea quedesigna al diablo, quiere decir “Señor de lasmoscas”. Notamos también el secarse de los labiosde Judas, símbolo de la traición de Cristo con unbeso.

Finalmente, cuando muere Nuestro Señor,realizando así la Redención de los hombres, el diabloes precipitado en el reino de la muerte: la mujer-demonio, rodeado de cuerpos en descomposición,grita de desesperación ante su derrota.

¿ANTISEMITISMO? Ante todo, preci-semos el sentido de este término.

Los semitas son los descendientes de Sem,uno de los hijos de Noé. Esta palabra designa nosolamente a los judíos, sino también a los árabes ya numerosos otros pueblos de la región.

Por consiguiente ser antisemita significa quese está en contra los descendientes de la raza

«Caiga su sangre sobre nosotros y sobre nuestros hijjos»(Mat. XXVII, 25)

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de Sem, basándose únicamente en la raza. Es unabsurdo. El Papa Pío XI ha dicho que, espiritual-mente, todos somos semitas, ya que por la Fe,descendemos del padre de la Fe, que es Abraham.¿Será necesario recordar que el Dios que adoramoses semita, al igual que la Santísima Virgen, SanJosé y los Apóstoles?

En consecuencia, la única verdadera preguntaque se plantea es la siguiente: ¿la película esantijudía?

Si por antijudía se entiende que la películaacusa erróneamente a los judíos de algo que nohan hecho en realidad, entonces evidentemente, larespuesta es no, la película no es antijudía.

Si por antijudía se entiende que la películadenuncia una mala acción o crimen cometido porlos judíos en época de Cristo, entonces sí, lapelícula es antijudía.

Pero con ese criterio, del mismo modo, debe-ríamos decir que “Diario de Guadalcanal”, con JohnWayne o “Tora, Tora, Tora”, son antijaponesas.“El día más largo”, sería antialemana. “Zulú” seríaantiafroamericana, ya que los negros se muestrancrueles para con los ingleses. “Khartoum”, seríaantisudanesa. “Un hombre para toda estación”,sería antiprotestante. Se podría acusar a todos loswesterns producidos por Hollywood de serantiindígenas. Y se podría alargar la lista.

En “La Pasión” los soldados romanos seburlan de Nuestro Señor y lo tratan cruelmente.¿Diremos por eso que la película es antiromana?

Esta susceptibilidad de los judíos y la drama-tización exagerada del supuesto daño que “LaPasión” les habría hecho, refleja muy bien la actitudarrogante que tienen desde la IIª guerra mundial.Es suficiente señalar una contravención a un judíopara que él los acuse de complicidad en el ex-terminio nazi. En cuanto al antijudaísmo, me pareceque los judíos no tienen tanto que temer del quepudiese producir “La Pasión”, como del que ellosmismos provocan con las dificultades que no hancesado de crear a esta película, desde que co-menzaba a tomar forma.

La película es un retrato fiel de la historia, nimás ni menos. De hecho, de todos los sucesospresentados por la película, la representación delSanhedrín y los diálogos de Caifás y de los príncipesde los sacerdotes, son los más fieles al Evangelio.Nada está adornado. Los príncipes de los sacer-dotes y los fariseos complotaron para la muerte deJesús después de la resurrección de Lázaro (JuanXI, 53), lo cual es histórico. La escena del juicio esexactamente conforme al relato evangélico.

Entonces si la película es antijudía, también loson los Evangelios. Aquí entramos al corazón

del problema. Muchos judíos son lo bastantesinceros como para decir abiertamente que losEvangelios son documentos antisemitas y que hayque corregirlos. Es esta actitud blasfema denumerosos judíos, lo que se oculta tras la acusacióna la película por antisemita. Ellos quieren vernosedulcorar los Evangelios, quieren que neguemossu historicidad. Pero esto es un ultraje sacrílego.Esta es la verdadera persecución, la persecuciónjudía a la Iglesia Católica.

Los judíos que acusan a la película de mostrara sus ancestros bajo una luz desfavorable, conocenmal sus propias escrituras. El Antiguo Testamentoes la historia de la infidelidad del pueblo judío, relatacomo los judíos mataron a los profetas que Diosles enviaba. Léanse ustedes mismos y verán, noes la historia de un pueblo fiel a la Ley de Moisés.Si, como ellos dicen, el Nuevo Testamento es anti-semita, el Antiguo todavía lo es más, ya que es,página tras página, la infidelidad del pueblo judío.

Esta tendencia general a la infidelidad a laLey de Moisés llega a su paroxismo en la época deCristo, pues entonces no fue solamente un profetaa quien hicieron morir, sino al Hijo de Dios enpersona, el verdadero Mesías.

Pero imaginen ahora qué pasaría si los cris-tianos pidiesen a los judíos despreciar sus propiasescrituras o tomar a burla su carácter de puebloelegido.

Además el Talmud (comentario judío pos-cristiano de la Ley) dice exactamente lo mismoque la película y el Nuevo Testamento sobre laparticipación de los judíos en la muerte de Cristo ysu responsabilidad en el crimen. David Klinghoffer,periodista del “Jewish Forward”, escribe en “LosAngeles Times”, del 1º de enero de 2004:

“Pero, así como los Evangelios cristianos,que forman la base de la película de Gibson, lamisma tradición judía reconoce que, en laPalestina del primer siglo, nuestros jefesdesempeñaron un papel en la ejecución deJesús. Si Gibson es antisemita, también lo es elTalmud e incluso Maimónides, el más grandefilósofo judío del último milenio”.Y cita el Talmudque comenta la actitud del Sanhedrín para conJesús: “La vigilia de la Pascua colgaron a Jesúsde Nazareth. Y durante cuarenta días pasó elheraldo [gritando: “Jesús] será condenado a lalapidación por practicar la magia, haberengañado y corrompido a Israel”. El Talmud,explica, data del año 500 d.C., aproximadamente.También cita la Mishnah, “obra rabínica sobrela que se basa el Talmud, compilada hacia elaño 200”. Klinghoffer nos da la clave de estepasaje: “Rabí Eliezer explica que quien era lapidado

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hasta la muerte debía ser luego colgado de lasmanos a dos troncos en forma de T; es decir, a unacruz (Sanhedrín, 6, 4). También cita a Maimónides,que escribe en el Egipto del siglo XII: “Jesús deNazareth, que se tenía por Mesías, pero fuecondenado a muerte por el tribunal”.

Es verdad que toda la raza humana esresponsable de la muerte de Cristo a causa de suspecados, pero la raza judía tiene una responsabilidadparticular, ya que recibió una vocación especial deDios. Su única razón de ser como pueblo, era la deaceptar a Cristo y anunciarlo al resto del mundo.

Al rechazarlo y crucificarlo pervirtieron yeliminaron la razón de existencia de su religión y,desde entonces, de raza separada. Pues por razason semitas y no difieren de los demás semitas másque por el solo hecho de haber sido Abrahamseparado de los otros por razones de religión.

Respecto de Cristo, o era el verdadero Me-sías o no lo era. Si lo era, los judíos de su épocason manifiestamente culpables de Deicidio.Además, si era el verdadero Mesías, el judaísmoha dejado de ser la verdadera religión. Si no loera, los judíos estaban entonces obligados acondenarlo a muerte por la Ley de Moisés(Deuteronomio), como blasfemo. En este caso,los judíos de hoy no pueden disentir de lasentencia de muerte pronunciada por Caifás, yaque era conforme a la Ley. Luego, siempre sison judíos, están implícitamente de acuerdo conSu muerte, al menos por consentimiento.

Profesar el judaísmo es afirmar que Cristono es el verdadero Mesías. Afirmar que Cristono es el verdadero Mesías, es reclamar Sumuerte como blasfemo, como lo manda la Leyde Moisés.

Luego, el judío de hoy que continúa siendojudío y espera, en consecuencia, la venida de unfuturo Mesías, consiente a la muerte de Cristocomo blasfemo y falso Mesías. No pueden negarsu culpabilidad por consentimiento sin renegardel Deuteronomio.Y si reniegan del Deute-ronomio, reniegan de su judaísmo.

Pero los judíos de hoy juegan doble. Quierenser el pueblo elegido por Dios con una vocaciónparticular y al mismo tiempo ser absueltos de unacondenación a muerte, que si bien no han pronuncia-do ellos mismos, su propia Ley les obliga a aceptar.

No solo eso, sino que mientras son rápidospara absolverse ellos mismos de los pecados desus padres, cargan con un pesado fardo de cul-pabilidad y de reparación financiera a los alema-nes de hoy, que no tienen nada que ver con elexterminio nazi, y que no lo aprueban.

Espero sinceramente que esta películacontribuya, a fin de cuentas, a la conversión delos judíos a la verdadera Fe -conversión que SanPablo ha anunciado expresamente (RomanosXI)- y rezo por esta intención. Cuando se pro-duzca este gran acontecimiento, la combinaciónde su inteligencia y de su audacia, y el poder einmensa influencia que ejercen actualmente,devolverá el orden a un mundo que se muere enun océano de infidelidad e inmoralidad. Que almirar esta película, reviviendo su propio rechazodel Mesías, su Mesías, y tocando con el dedo,de alguna manera, la divinidad de Aquel quecrucificaron sus ancestros, mediten en lo queha sido su destino después de 2000 años y, porla gracia de Dios, puedan responder a la sagradavocación de Abraham. Que como para SanPablo, el fuego de la fidelidad de los judíossobrepase por el bien que harían, el mal que hanhecho siendo infieles. La conversión de su pro-pio pueblo sería el más grande de los consuelospara Jesús crucificado.

CONCLUSIÓN. A pesar de algunas inexac-titudes y omisiones, la película retrata de maneramagnífica la Pasión de Cristo. Presenta un relatoauténtico, de primer orden, profundamente emotivo.La recomiendo a todos. Véanla, no una vez, sinomuchas veces.

Aunque pienso que el Sr. Gibson debe re-negar públicamente de muchas malas películas quehizo antes, ha prestado un gran servicio llevando ala pantalla la pasión y muerte de Nuestro SeñorJesucristo. Merece un agradecimiento por estanoble y valiente empresa, y especialmente porhaberla llevado a buen fin, a pesar de las protestasdel Sanhedrín moderno.

El terremoto en el templo después de la muerte de Jesús

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“La Pasión” conforme a lasSagradas Escrituras. La contro-

vertida película de Gibsonconcuerda rigurosamente con

los antiguos escritos judíos

Por David Klinghoffer

«1º de enero de 2004; Los Angeles Times

La próxima película de Mel Gibson sobre la muerte de Jesús, “La Pasión”, suscitó un ac-ceso de cólera por parte de los críticos judíos queacusan al autor de antisemitismo.

Es una controversia que no dejará de afectarlas relaciones entre cristianos y judíos a menos quese halle algún modo de apaciguarla. Hay uno posi-ble: consiste en una mirada honesta a la manera enque las antiguas fuentes judías describen la Cru-cifixión.

Según quienes la vieron en avant-première,la película de Gibson muestra a Cristo recibiendola muerte de manos de los romanos pero a instiga-ción de los jefes judíos, los sacerdotes del Templode Jerusalén. La Liga AntiDifamación acusa a estepasaje de excitar imprudentemente el odio antijudíoy pide que la película sea realizada de tal modo quese elimine toda sugestión de deicidio judío.

Pero, así como los Evangelios cristianos queforman la base de la película de Gibson, la mismatradición judía reconoce que, en la Palestina delprimer siglo, nuestros jefes desempeñaron unpapel en la ejecución de Jesús. Si Gibson esantisemita, también lo es el Talmud e inclusoMaimónides, el más grande filósofo judío del últi-mo milenio.

No tendremos nunca todas las certezas so-bre lo que pasó en la Palestina romana hacia elaño 30, pero sabemos lo que dijeron de la ejecu-ción de Jesús los judíos que vivieron inmediatamentedespués.

El Talmud fue compilado hacia el año 500aproximadamente, a partir del material rabínico

transmitido oralmente en el curso de los siglos.Hacia el siglo XVI, el texto fue censurado; los pa-sajes concernientes a Jesús y su ejecución fueronborrados para escapar de la cólera de los cris-tianos. Pero el texto íntegro se conservó en los ma-nuscritos más antiguos y hoy se pueden hallar laspartes censuradas en pequeños caracteres en apén-dice, al final de algunas ediciones del Talmud.

Un ejemplo impresionante se nos da en elTalmud en la parte concerniente a los procedimien-tos del supremo tribunal judío conocido con el nom-bre de Sanhedrín: “La vigilia de la Pascua colga-ron a Jesús de Nazareth. Y durante cuarenta díaspasó el heraldo [gritando: “Jesús] será condenadoa la lapidación por practicar la magia, haber enga-ñado y corrompido a Israel. Quien tenga algo quedecir en su favor, que venga y hable. Y no se hallónadie en su favor”.

El pasaje indica que la suerte de Jesús estabacompletamente en manos del tribual judío. De lostres puntos, los dos últimos figuran en la lista deacusaciones contra Jesús; es decir, que “haber en-gañado y corrompido” a sus hermanos judíos, sontérminos de la ley bíblica judía para con un indivi-duo que ha incitado a los demás a adorar falsosdioses, crimen penado con la lapidación seguida decrucifixión. En la Mishnah, obra rabínica sobre laque se basa el Talmud compilada hacia el año 200,Rabí Eliezer explica que quien era lapidado hastala muerte debía ser luego colgado de las manos ados troncos en forma de T; es decir, a una cruz(Sanhedrín 6, 4).

Estos textos transmiten creencias religiosas,no necesariamente hechos históricos. Pero elTalmud está de acuerdo con el Evangelio de Juanen el hecho de que en la época de la Crucifixión,los Judíos no tenían el poder de ejecutar la pena demuerte. También existen pasajes del Talmud quesitúan 100 años antes o después de la época real,la vida de Jesús. Algunos apologistas judíos afir-man en consecuencia que estos pasajes deben re-ferirse a un Jesús de Nazareth diferente. Pero noes así que los intérpretes rabínicos más autori-zados, filósofos del medio evo tales comoNachmanides, Rashi y los Tosaphistas, ven lacuestión.

Abraham Foxman,presidente de la

A.D.L., entrega elpremio «Statesman

award» a Berlusconi

«La Pasiónes un arma

mortalcontra losjudíos»,

proclamael cartelde este

militante

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Maimónides, que escribe en el Egipto del si-glo XII, dice claramente que el Jesús del Talmudes aquel que fundó el Cristianismo.

En esta vasta suma de creencias y de leyesjudías, la Mishnah Torah habla de ese “Jesús deNazareth, que se tenía por Mesías, pero fue con-denado a muerte por el tribunal”. En su “Epístola aYemen” Maimónides afirma que Jesús de Na-zareth... interpretaba la Torah y sus preceptos demanera que equivalía a anularlos totalmente.Los filósofos, de gloriosa memoria, se dieron cuentade sus planes antes de que su reputación fuera ex-tendida en nuestro pueblo, infligiéndole una penaapropiada”.

No es honesto de parte de los críticos judíosdifamar a Gibson, ya que dice lo mismo que elTalmud y Maimónides, como así también numero-sos historiadores. Extrañamente, uno de los erudi-tos en hacer la denuncia más vigorosa contraGibson -Paula Fredriksen, profesora de estudiosreligiosos en la Universidad de Boston-, es la au-tora de una meticulosa investigación: “Jesús deNazareth”, que parece indicar que fueron los prín-cipes de los sacerdotes quienes denunciaron a Je-sús a las autoridades romanas.

¿Hubiera sido mejor que Gibson no hubieracomenzado nunca a realizar la película precisamen-te de esta manera? Quizás, pero tratar intimi-datoriamente de empujarlo a una revisión total nofue nunca un objetivo realista y loable. Lo mejorque se puede hacer en adelante es reconocer que,además de los Evangelios, otras fuentes confirmanla implicación de los jefes judíos en la condenaciónde Jesús, y descomprimir la atmósfera de cólera.Siendo el retrato de Gibson estrictamente confor-me a la creencia judía tradicional, parece que lomás decente y lo mejor que pueden hacer los ju-díos es dejarlo en paz.

David Klinghoffer es cronista del Jewish Forward yautor de “El descubrimiento de Dios; Abraham y el naci-miento del monoteísmo” (Doubleday, 2003) y próximamente,“Porqué los judíos rechazaron a Cristo”: En búsqueda delpunto decisivo en la historia de Occidente”.

Volante

La película de Mel Gibson yla divinidad de Jesús

Usted ha visto o verá la película de Mel Gibson, “La Pasión de Cristo”, que hace revivir -congran fidelidad al texto evangélico- el Sacrificio de laCruz renovado cada día sobre los altares.

Desde muchos años somos castigados conpelículas obscenas y blasfemas sobre Cristo y laReligión Católica, sin suscitar ninguna reacción.Encambio, una película cristiana sobre Cristo ha des-encadenado ataques virulentos que amenazaron lamisma carrera de Gibson, la producción y distribu-ción de la película ya dos años antes de la proyec-ción en las pantallas, que se esperaba impedir.¿Porqué una película que habla del amor de Diospor nosotros ha suscitado tanta aversión?

“Los Evangelios no son documentos históricos”(León Wieseltier)

La película de Gibson fue tachada de antijudíapor la Anti-Defamation League de B’nai B’rith (queacusa a Gibson de renegar de “la encíclica -sic-Nostra Aetate y la doctrina papal de las últimasdécadas”), por el rabino Hier del Simon WiesenthalCenter (que acusa a Gibson de “repudiar el Conci-lio Vaticano II”), por León Wieseltier -“filósofo deljudaísmo contemporáneo y miembro del comité parala liberación de Irak”- desde las columnas del “NewRepublic” (“Se objetará que en la película... yo novea más que una piadosa pornografía, ya que nosoy cristiano. Es ciertamente eso. ... Desde un puntode vista historiográfico no existe ninguna ‘verdad’en los Evangelios”). Es en verdad paradójico queno cristianos se definan paladines de un Concilio yde la “doctrina papal de las últimas décadas”, y sinembargo olviden su propia doctrina religiosa –delTalmud a Moise Maimónides- según la cual Cristomerecía la muerte; es lo que recuerda a los críti-cos de “La Pasión” su correligionario DavidKlinghoffer desde las columnas de Los AngelesTimes (1/1/04).

¿Porqué murió Jesucristo?

Jesús murió para perdonar nuestros pecados.Pero quienes lo mataron lo hicieron porque se de-cía Dios: “Los judíos le respondieron: Nosotros te-nemos una ley y según esa ley debe morir, porquese hace Hijo de Dios” (Evangelio según San JuanXIX, 7).

También hoy: si Jesús es el Hijo de Dios debeser adorado y amado por todos nosotros, es nues-tro Salvador. Si Jesús no era el Hijo de Dios, en-tonces, conforme a la ley de Moisés debía morir,pues así lo acusaron ellos: “siendo un hombre tehaces Dios” (San Juan, X, 33); “ha blasfemado” y

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“merece la muerte” (Evangelio según San MateoXXVI, 65-66). “Yo no creo que Jesús sea mi Salva-dor más que cualquier otro” (L. Wieseltier).

La divinidad de Cristo: ¡he aquí el corazón delenfrentamiento reavivado por Mel Gibson!

“Y vosotros, ¿quién decís que soy?” (Mat. XVI,15-16).

Con San Pedro respondemos: ¡“Tu eres elCristo, el Hijo del Dios vivo”!

Y para Usted., ¿quién es Jesús?

Controversias

Al margen de la conferencia deMons. Fellay en Roma (2/2/2004)

Por el Padre Francesco Ricossa

“Mons. Bernard Fellay, sucesor de Mons. Lefebvre a la cabeza de la Frater-

nidad Sacerdotal San Pío X, aterrizó en Romael lunes próximo pasado 2 de febrero (a las11.30 hs.) para brindar una conferencia sobreel tema: ‘Del ecumenismo a la apostasía si-lenciosa. Un llamado al Papa y a los carde-nales’. “En particular -escriben los tradicio-nalistas considerados como cismáticos por laSanta Sede- Juan Pablo II reconoció que lostiempos que vivimos son de “apostasía si-lenciosa”. Una de las causas de esta situaciónes, sin ninguna duda, el ecumenismo”. Cosa cu-riosa, la conferencia tuvo lugar en la via dellaConciliazione, en el Hotel Columbus de losCaballeros del Santo Sepulcro, orden ecuestreoficialmente reconocida por el Vaticano y pues-ta bajo la protección de la Santa Sede”.

Fragmento de Il Flogio (del 27 de enero de2004, pág. 3), periódico dirigido por GiulianoFerrara. Como no asistí a la conferencia de prensade Mons. Fellay, me he procurado los documentospresentados en esa ocasión, de DICI. Se trata deuna carta a todos los cardenales fechada el 6 deenero y firmada por Mons. Fellay, por su primerasistente general, Padre Franz Schmidberger y porlos otros tres obispos de la Fraternidad (Monss.de Galarreta, Tissier de Mallerais y Wiliamson);así como también de un estudio titulado Delecumenismo a la apostasía silenciosa. Veinticin-co años de pontificado. La carta a los cardenales

es escrita para presentar el estudio en cuestión.Debo decir que las quince páginas de Del ecume-nismo a la apostasía silenciosa constituyen unbuen análisis, riguroso y serio del ecumenismo talcomo es defendido por el Vaticano II, Juan Pablo IIy el cardenal Kasper. En lo que se refiere al aná-lisis (y a la condenación) del ecumenismo, no pue-do sino felicitar a la Fraternidad San Pío X por eltrabajo realizado e invitar a nuestros lectores a to-mar conocimiento del mismo. También considerofavorablemente el hecho de que este estudio hayasido enviado a los cardenales: en efecto, es nues-tro deber testimoniar la Fe y condenar la herejíajustamente ante aquellos que, de hecho, ocupan lospuestos de responsabilidad de la Iglesia.

Pero, en su estudio, la Fraternidad recuerdatambién, citando entre otros a la Congregaciónpara la Doctrina de la Fe, que “todos los dog-mas, al ser revelados, deben ser creídos igual-mente con fe divina” (nº 34). Pero aquí, lamenta-blemente debemos decirlo, tanto en la carta a loscardenales como en el documento Del ecumenismoa la apostasía silenciosa, hay un error contra lafe divina que arruina totalmente el trabajo hechopor la Fraternidad, ya que o la fe es íntegra o no lo es.Es triste constatar que -en un escrito en que seacusa a otros de herejía- desgraciadamente ellosmismos caen en la herejía...

La herejía de Mons. Fellay y su origen

La herejía de Mons. Fellay (y de los otrosresponsables de la Fraternidad que firmaron los dosdocumentos) es una consecuencia necesaria delhecho de reconocer la legitimidad de Juan Pablo IIy, antes de él, de Pablo VI. En efecto, en tal hi-pótesis, las enseñanzas del Vaticano II (promulga-das por Pablo VI) y de Juan Pablo II, habría queatribuirlas, por el hecho mismo, a la Iglesia Ca-tólica. Y como la Fraternidad San Pío X tacha -conrazón- de herejía a estas enseñanzas, se sigue quepara dicha Fraternidad es la Iglesia Católica (y nosolamente Juan Bautista Montini o Karol Wojtyla)quien está en el error e incluso en herejía.

Esto es lo que escriben los cinco responsa-bles de la Fraternidad a los cardenales:

“... les suplicamos hacer todo lo queesté en su poder para que el Magisterio ac-tual retome bien pronto el lenguajemultisecular de la Iglesia según el cual ‘launión de los cristianos no puede ser procu-rada por otro medio que favoreciendo el re-torno de los disidentes a la única verdaderaIglesia de Cristo, de la cual desdichadamen-te un día se alejaron’ [Pío XI]. Será entonces

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que la Iglesia Católica volverá a ser a la vezfaro de verdad y puerto de salvación en unmundo que corre hacia su ruina porque la salse ha vuelto insípida...”

De este texto se deduce que el Magisteriohabría perdido el lenguaje multisecular de la Igle-sia: pero, ¿acaso el Magisterio no es precisamenteel “lenguaje de la Iglesia”? También se deduce quela Iglesia no es más faro de verdad y puerto desalvación para el mundo. Ahora bien, esto es unaherejía contra la indefectibilidad de la Iglesia.

El documento presentado por la carta no secomporta diferentemente. En el nº 42 se lee: “Lapráctica ecuménica de los pedidos de perdóndisuade a los infieles de dirigirse a la IglesiaCatólica, vista la falsa imagen que ella da de símisma”.

Paradójicamente, este texto comete el mis-mo error que condena en los “pedidos de perdón”,es decir que endosa a la Iglesia la falta de dar “unafalsa imagen de sí misma”. Para Juan Pablo II estafalta fue cometida por la Iglesia del pasado, paraMons. Fellay la Iglesia la comete en el presente,pero en los dos casos se atribuye a la Iglesia unafalta incompatible con su santidad.

Es bien real que los “pedidos de perdón” danuna falsa imagen de la Iglesia que aleja a los infie-les, pero esta falsa imagen no la da la Iglesia de símisma, sino que es Juan Pablo II que no represen-ta a la Iglesia sino aparentemente.

En el nº 47 leemos una afirmación más gravetodavía, si es posible: “Pero el ecumenismo libe-ral tal como es practicado por la Iglesia actual

sobre todo después del Concilio Vaticano II,comporta necesariamente verdaderas herejías”.

Aquí la Iglesia -a la cual los obispos de laFraternidad dicen pertenecer (“concientes de per-tenecer de pleno derecho a esta misma Igle-sia...”)- es explícitamente acusada de herejía.El autor de esta acusación -como se lee en nota-es Mons. Lefebvre mismo en una conferencia del14 de abril de 1978, por ahí constatamos la fideli-dad de los discípulos al maestro, pero también quela raíz del error es bien profunda. Entendámonos:Mons. Lefebvre tiene absolutamente la razón cuan-do acusa de herejía al ecumenismo montiniano.Pero no se daba cuenta (?) que por defender aPablo VI (que sería Papa), prefería acusar a laIglesia.

Conclusión

Sodalitium ya ha tratado varias veces estetema, nos repetimos. Nos repetimos ‘porque des-graciadamente se repiten nuestros colegas de laFraternidad San Pío X. Cuanta pena da ver queuna denuncia de la herejía ecumenista tan bien ar-gumentada pierde autoridad y valor eclesial por esteúnico error respecto de la autoridad de Juan Pablo II,error que conduce -por caminos distintos que losdel ecumenismo- a la herejía (esperamos que solomaterial). Es la única razón por la cual Sodalitiumy el Instituto Mater Boni Consilii no pueden apo-yar la acción de la Fraternidad San Pío X y el do-cumento, en otros aspectos excelente, contra elecumenismo.

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