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Resumen Los temas relacionados con la energía han pasado a un pri- mer plano en el escenario de la política mundial. Los precios del petróleo y el gas crecieron significativamente durante 2003 y 2004, han seguido aumentando a lo largo de 2005 y 2006. En relación con estas tendencias en los precios, se encuentra la emergencia de Asia dentro de la economía mundial y en la escena energética global. La rápida y cre- ciente demanda de petróleo y gas por parte de Asia ha sido la responsable en gran medida de la presión cada vez más acuciante sobre los precios in- ternacionales durante los últi- mos años. Además, las empresas energéticas asiáticas han irrum- pido en el panorama energético internacional, generando la per- cepción generalizada de una lucha cada vez más dura entre las empresas mundiales de pe- tróleo y gas privadas y públicas, y suscitando el fantasma de la competencia geopolítica por los recursos energéticos, tanto dentro de Asia como en todo el mundo. Introducción El notable crecimiento de las economías asiáticas y la con- tribución de tal crecimiento a una mayor demanda energé- tica, por una parte, y la escasez relativa de petróleo y gas en Asia, por otra, son los dos factores que originan la nueva importancia de Asia dentro de la escena energética global. Con cada año que pasa, Asia es más dependiente de las importaciones de energía. Y a pesar de que se han dado al- gunos pasos en los últimos años para empezar a diversificar el suministro, al tiempo que los exportadores de Asia Cen- tral y Rusia empiezan a mirar hacia el Este, ni un desarrollo rápido en este sentido evitará que las naciones asiáticas consumidoras de energía sean cada vez más dependientes de más importaciones procedentes de Oriente Medio (en términos absolutos y relativos) en los próximos años. Y lo mismo ocurrirá en los países del relativamente desarrollado noreste asiático (Corea del Sur, Japón y Taiwan) cuyo creci- miento en la demanda energética se está ralentizando, co- mo en los países del Asia en desarrollo –incluyendo a Chi- na, el Sudeste Asiático e India–, donde el crecimiento de la demanda energética está previsto que siga en aumento du- rante años. La demanda creciente de petróleo y la mayor dependencia de Oriente Medio plantean ciertas cuestiones importantes para los países asiáticos. En primer lugar, estos aconteci- mientos los dejan cada vez más expuestos, en el plano eco- nómico, a la volatilidad de los precios mundiales de la ener- gía, y todo parece indicar que seguirán creciendo en un futu- ro a medio plazo, y en concre- to mientras la demanda asiáti- ca aumente. En segundo lugar, la posibilidad de que los países asiáticos tengan que hacer fren- te a una competencia creciente con Europa y EEUU por los re- cursos procedentes principalmente de Oriente Medio, aun- que también de la ex URSS, África y América Latina, será ca- da vez mayor. Finalmente, esta agudizada competencia plantea importantes desafíos dentro de Asia. La diferencia cada vez mayor entre la demanda de petróleo y gas, y su su- ministro, junto con el potencial para explotar ciertos recur- sos energéticos dentro de Asia, planteará a los miembros de la comunidad asiática más extensa (ASEAN+3, junto con el sur de Asia) un duro dilema entre el afán nacionalista de la competencia energética y los intentos de forjar una coope- ración e integración más profundas en Asia. La demanda energética asiática El crecimiento económico asiático ha sido muy fuerte en los últimos años y todo parece indicar que dicha fuerza, salvo otros picos muy significativos y extendidos en los precios de la energía, seguirá así en el futuro. China sigue registrando un crecimiento anual de más del 9%. El sur de Asia crece una media de aproximadamente un 7% anual. El Sudeste Dragones que escupen fuego: Asia y el desafío de la seguridad energética Paul Isbell Investigador Principal del Área de Economía del Real Instituto Elcano 311 Anuario ASIA PACIFICO “Las empresas energéticas asiáticas han irrumpido en el escenario energético internacional (...) suscitando el fantasma de la competencia geopolítica por los recursos energéticos. (...) La rápida y creciente demanda de petróleo y gas por parte de Asia ha sido la responsable (...) de la presión cada vez más acuciante sobre los precios internacionales durante los últimos años.”

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Resumen

Los temas relacionados con la energía han pasado a un pri-mer plano en el escenario de la política mundial. Los preciosdel petróleo y el gas crecieron significativamente durante2003 y 2004, han seguido aumentando a lo largo de 2005y 2006. En relación con estas tendencias en los precios, seencuentra la emergencia de Asia dentro de la economíamundial y en la escena energética global. La rápida y cre-ciente demanda de petróleo y gas por parte de Asia ha sidola responsable en gran medida de la presión cada vez másacuciante sobre los precios in-ternacionales durante los últi-mos años. Además, las empresasenergéticas asiáticas han irrum-pido en el panorama energéticointernacional, generando la per-cepción generalizada de unalucha cada vez más dura entrelas empresas mundiales de pe-tróleo y gas privadas y públicas,y suscitando el fantasma de lacompetencia geopolítica por los recursos energéticos, tantodentro de Asia como en todo el mundo.

Introducción

El notable crecimiento de las economías asiáticas y la con-tribución de tal crecimiento a una mayor demanda energé-tica, por una parte, y la escasez relativa de petróleo y gas enAsia, por otra, son los dos factores que originan la nuevaimportancia de Asia dentro de la escena energética global.Con cada año que pasa, Asia es más dependiente de lasimportaciones de energía. Y a pesar de que se han dado al-gunos pasos en los últimos años para empezar a diversificarel suministro, al tiempo que los exportadores de Asia Cen-tral y Rusia empiezan a mirar hacia el Este, ni un desarrollorápido en este sentido evitará que las naciones asiáticasconsumidoras de energía sean cada vez más dependientesde más importaciones procedentes de Oriente Medio (entérminos absolutos y relativos) en los próximos años. Y lomismo ocurrirá en los países del relativamente desarrollado

noreste asiático (Corea del Sur, Japón y Taiwan) cuyo creci-miento en la demanda energética se está ralentizando, co-mo en los países del Asia en desarrollo –incluyendo a Chi-na, el Sudeste Asiático e India–, donde el crecimiento de lademanda energética está previsto que siga en aumento du-rante años.

La demanda creciente de petróleo y la mayor dependenciade Oriente Medio plantean ciertas cuestiones importantespara los países asiáticos. En primer lugar, estos aconteci-mientos los dejan cada vez más expuestos, en el plano eco-

nómico, a la volatilidad de losprecios mundiales de la ener-gía, y todo parece indicar queseguirán creciendo en un futu-ro a medio plazo, y en concre-to mientras la demanda asiáti-ca aumente. En segundo lugar,la posibilidad de que los paísesasiáticos tengan que hacer fren-te a una competencia crecientecon Europa y EEUU por los re-

cursos procedentes principalmente de Oriente Medio, aun-que también de la ex URSS, África y América Latina, será ca-da vez mayor. Finalmente, esta agudizada competenciaplantea importantes desafíos dentro de Asia. La diferenciacada vez mayor entre la demanda de petróleo y gas, y su su-ministro, junto con el potencial para explotar ciertos recur-sos energéticos dentro de Asia, planteará a los miembros dela comunidad asiática más extensa (ASEAN+3, junto con elsur de Asia) un duro dilema entre el afán nacionalista de lacompetencia energética y los intentos de forjar una coope-ración e integración más profundas en Asia.

La demanda energética asiática

El crecimiento económico asiático ha sido muy fuerte en losúltimos años y todo parece indicar que dicha fuerza, salvootros picos muy significativos y extendidos en los precios dela energía, seguirá así en el futuro. China sigue registrandoun crecimiento anual de más del 9%. El sur de Asia creceuna media de aproximadamente un 7% anual. El Sudeste

Dragones que escupen fuego: Asia y el desafío de la seguridad

energéticaPaul Isbell

Investigador Principal del Área de Economía del Real Instituto Elcano

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“Las empresas energéticas asiáticas hanirrumpido en el escenario energético

internacional (...) suscitando el fantasma dela competencia geopolítica por los recursos

energéticos. (...) La rápida y crecientedemanda de petróleo y gas por parte de

Asia ha sido la responsable (...) de la presióncada vez más acuciante sobre los precios

internacionales durante los últimos años.”

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Asiático experimenta un crecimiento anual entre el 5% y el6%, al tiempo que las tasas de crecimiento de Corea del Sury Taiwan se sitúan dentro del 3-4%. Incluso Japón experi-menta una recuperación, que en el período 2004 y 2005rondaba el 3%.

Este fuerte crecimiento se ha traducido en incrementos sig-nificativos de la demanda energética, particularmente conrespecto a los principales hidro-carburos, petróleo y gas. Entre1990 y 2003, la demanda mun-dial de petróleo creció un 1,3%,mientras que la demanda con-junta de China e India se incre-mentó en un 7% anual. Juntos,estos dos nuevos gigantes emer-gentes suponen casi el 40% delcrecimiento de la demanda depetróleo mundial desde 1990. Asia, en su conjunto, repre-senta un 75% de este crecimiento en la demanda mundial.Desde 2000, la demanda mundial de petróleo ha crecidounos 7 mbd (millones de barriles diarios) de los cuales 2 mbd(o casi el 30%) estaban destinados a China. Sólo en 2004,la demanda de petróleo creció un 16% en China y más del5% en toda la región Asia-Pacífico (muy por encima del3,8% del incremento mundial), con algunos países comoSingapur (12,4%) y Tailandia (9,2%) siguiendo muy decerca a China. Aunque el crecimiento de la demanda de pe-tróleo tanto en Asia como en el mundo se ralentizó deforma evidente en 2005, ya que la demanda china dismi-nuyó significativamente hasta sólo un 2,9% de crecimientoanual (debido a la notable expansión en la capacidad eléc-trica que mitigó la demanda de diésel usado en el encendi-do de los generadores), se calcula que el crecimiento de lademanda en toda Asia aumentará nuevamente en 2006 yseguirá a buen ritmo en el futuro. Se prevé que la deman-da china de petróleo, por ejemplo, crezca nuevamente esteaño en más del 5%. En cualquier caso, el consumo de

petróleo en Asia superó el de América del Norte por prime-ra vez en 2005. La mitad del crecimiento total en el consu-mo de petróleo previsto en los próximos 15 años procederáde Asia.

Mientras, el consumo de gas natural en la región de Asia-Pacífico (incluyendo a Japón, Australia y Nueva Zelanda) hacrecido de manera sustancial, más del doble entre 1990 y

2004, comparado con un in-cremento de la demanda mun-dial de apenas más de un ter-cio. El consumo de gas en Chi-na e India casi se triplicó duran-te el mismo período. En China,es probable que el gas aumen-te hasta el 10% de la mezclade energía primaria en 2010;en 2020 se prevé que el consu-

mo de gas crezca de los actuales 30 bcm (mil millones demetros cúbicos) hasta alcanzar aproximadamente los 200bcm, de los cuales 120 bcm serán importados.

Existe un cierto número de factores que sugieren la conti-nuación de un fuerte crecimiento de la demanda energéti-ca en Asia. En primer lugar, los países asiáticos presentanelevadas elasticidades renta de la demanda de petróleo. Lasdos grandes economías emergentes de China e India pre-sentan elasticidades un 50% más elevadas que el resto delmundo. La mayoría de países asiáticos (con excepcionesnotables que incluyen Japón y Hong Kong, dos de las eco-nomías asiáticas más avanzadas) se ven afectados por unuso ineficiente de la energía si se compara con la media delG-7. Por cada unidad de PIB generada, el Asia en desarrolloutiliza 3,2 veces más energía que la media de los países delG-7 (Japón, por otra parte, necesita solamente el 70%como mucho). Asia del Este (excepto Japón) presenta unaintensidad energética de 3,2 comparada con el 1,0 del G-7,el 2,7 del Sudeste Asiático, y el 3,0 de Asia del Sur.

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Economía

“Entre 1990 y 2003 (...) la demanda[energética] conjunta de China e India se

incrementó en un 7% anual. Juntos, estosdos nuevos gigantes emergentes suponencasi el 40% del crecimiento de la demanda

de petróleo mundial desde 1990. Asia, en suconjunto, representa un 75% de estecrecimiento en la demanda mundial.”

TABLA 1. Demanda energética mundial y países asiáticos seleccionados, 2005-2030

Fuente: Philip Andrews-Speed, Centre for Energy, Petroleum and Mineral Law and Policy, Universidad de Dundee, basado en varias fuentes ypresentación en la Royal United Services institute for Defence and Security Studies (RUSI), Londres, diciembre de 2005.* En Kilos Equivalentes de Petróleo (KgOE)

Japón y Corea del Sur China India Total

Cuota de demanda energética mundial 7% 14% 4% 25%

Cuota de carbón en mezcla de carburante 24% 70% 55% -

Cuota de demanda mundial de petróleo 11% 8% 3% 22%

Demanda energética per cápita* 4,100 900 500 -

Crecimiento de demanda energética hasta 2030 1% 2,6% 2,5% -

Cuota de demanda mundial de petróleo en 2030 7% 11% 5% 23%

Cuota de la demanda mundial de energía en 2030 8% 20% 8% 36%

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Y mientras el crecimiento económico asiático prosigue agran velocidad, la demanda energética seguirá creciendofuertemente. Pero es más: mientras los países del G-7 con-sumen actualmente 18,6 barriles de petróleo per cápita(Japón, 16 y los Estados Unidos más de 25), el Asia en des-arrollo consume solamente 1,7 barriles per cápita, y Chinaincluso menos (1,6). Esto supone que la demanda energéti-ca de Asia tiene margen suficiente incluso para seguir cre-ciendo más en el futuro, ejer-ciendo presión sobre el suminis-tro de petróleo y gas a medioplazo, a no ser que en algúnmomento no muy lejano se in-troduzcan combustibles quesustituyan el petróleo y el gas.Pero dado que el Asia en desarrollo depende menos delpetróleo (35%) en su combinación de fuentes de energíaque el G-7 (40%) –y China utiliza petróleo únicamente parael 25% de sus principales necesidades de energía, con elcarbón actualmente en primer lugar (70%)– queda menosmargen para introducir hipotéticos sustitutos del petróleo.

Además, los automóviles son la mayor fuente de demandade petróleo en Asia y el tamaño de la flota automotriz estálisto para un crecimiento espectacular. A pesar de cierta mo-deración reciente en la demanda, está previsto que China seconvierta en el segundo mayor mercado del automóvil en elmundo hacia 2015. El crecimiento económico continuadoen toda la región de Asia-Pacífico está destinado, por con-siguiente, a agudizar esta tendencia, y con ello, a incre-mentar su demanda de petróleo.

Dependencia de las importaciones

Con este telón de fondo de una demanda creciente deenergía por parte de Asia, encontramos otro factor básicoque define el escenario energético asiático: reservas de pe-tróleo y gas insignificantes. Aunque la región de Asia-Pa-cífico (excluyendo a Asia Central) actualmente produce casiel 9% del petróleo mundial, consume cerca del 30% deltotal mundial. Y lo que es todavía más importante, sin em-bargo, al final de 2004 la región poseía tan sólo un 3,5%de las reservas demostradas de petróleo –menos que cual-quier otra región en el mundo a excepción de Europa (2%).La situación con el gas, aunque de menos gravedad es, enlíneas generales, similar. Actualmente, Asia-Pacífico produ-ce el 12% del gas mundial, pero consume algo más(13,7%). Sin embargo, las reservas de gas de la región re-presentan únicamente el 8% del total mundial, igualandolas reservas de África, aproximadamente doblando las deAmérica Latina, América del Norte y Europa (cada una deellas sobre el 4%) pero muy por debajo de las de la ex UniónSoviética (31%) y Oriente Medio (41%). Debido a la de-

manda creciente en el futuro y a una cuota incrementadade la demanda total mundial de petróleo y energía en lospróximos 20 años, junto con unas reservas tan escasas, ladependencia creciente de las importaciones de petróleo ygas está prácticamente garantizada.

Actualmente China importa sólo el 36% de sus necesidadesde petróleo, pero Asia del Este en conjunto (incluso exclu-

yendo a Japón que importa ca-si el total del petróleo que con-sume) depende en un 60% delas importaciones de petróleopara cubrir su demanda, altiempo que Asia del Sur de-pende de dichas importaciones

en casi un 70% (comparado con el 59% en el G-7 y del56% en los Estados Unidos). Solamente el Sudeste Asiático(28%) se encuentra en una posición mejor en este sentido,como resultado de la producción de petróleo de Vietnam,Malasia e Indonesia. Por otra parte, Asia Central es un ex-portador neto, como lo es la región en desarrollo del Pa-cífico, debido principalmente a las exportaciones de PapúaNueva Guinea (aunque el resto de islas-naciones en des-arrollo del Pacífico dependen exclusivamente de las impor-taciones de petróleo). La región de Asia-Pacífico en desarro-llo en su conjunto importa actualmente casi el 45% delpetróleo que consume, en comparación con el 10% queimportaba a mediados de los años ochenta.

No obstante, cuatro de los diez países que consumen máspetróleo en el mundo ya son asiáticos (China, Japón, Indiay Corea del Sur), y también son asiáticos los cinco mayoresimportadores de petróleo (Japón, China, Corea del Sur, In-dia y Taiwan). Además, todas las previsiones coinciden enapuntar una dependencia de las importaciones en aumentoen Asia, incluyendo aquellas áreas que actualmente regis-tran porcentajes relativamente bajos de dependencia (comoChina, o incluso Indonesia, que tras haber sido un podero-so exportador se convirtió en importador neto por primeravez en 2004). En 2025, es probable que China importe másdel 70% del petróleo que consume –que por entonces yahabrá aumentado– al tiempo que India importará casi el90% y Corea del Sur y Japón, el 100% (véase Tabla 2). Estaprobable tendencia de futuro, apuntalada por un fuerte cre-cimiento económico, una alta intensidad energética y unconsumo energético per cápita actualmente bajo, suponeque Asia seguirá ejerciendo, sin duda, una fuerte presiónsobre los mercados energéticos mundiales e incrementandode manera importante su demanda en los recursos mundia-les de hidrocarburos. De hecho, muchos pronósticos prevénimportaciones de petróleo por parte de Asia de más de 30mbd (millones de barriles diarios) en 2030 (superando losmenos de 20 mbd de 2005). Si a ello añadimos las impor-taciones de petróleo previstas de los Estados Unidos y Europa

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“La región de Asia-Pacífico en desarrollo, en su conjunto importa actualmente casi

el 45% del petróleo que consume, en comparación con el 10% que importaba

a mediados de los años ochenta.”

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a este total, la OPEP (Organización de Países Exportadoresde Petróleo) se verá obligada a doblar prácticamente su pro-ducción actual de 30 mbd.

Vulnerabilidad económica

Por supuesto, el crecimiento económico asiático junto conla demanda energética (en particular la demanda de petró-leo) podría quedar minada en algún momento por los con-tinuos y significativos incrementos en los precios que seregistran en los mercados mundiales. De hecho, la alta in-tensidad energética asiática, el bajo consumo per cápita, yla continua y creciente dependencia de las importacioneshacen que esta región sea particularmente vulnerable en elplano económico a los picos de los precios mundiales delpetróleo. El pasado año, un estudio del Banco Asiático deDesarrollo (BAsD) estimaba los efectos sobre la factura deimportaciones de petróleo y elcrecimiento económico en un75% de incremento de precio(más o menos el alza registradadesde el principio de 2005hasta finales de agosto del mis-mo año) mantenido durantemás de un año. Y mientras losefectos simulados sugerían unareducción de 0,5 pp (puntosporcentuales) en el crecimiento para Estados Unidos, lazona euro, Japón y Corea del Sur, el impacto indicado sobreel resto del Este y Sudeste Asiático sería más de dos vecesmayor (-1,0 pp en China, -1,1 pp en India, -1,3 pp en Sin-gapur, -1,4 pp en Filipinas y -1,8 pp en Tailandia). Única-mente Taiwan (-0,2 pp) saldría más o menos indemne.Después de considerar un cierto número de estudios simila-res realizados por el FMI, junto con una gran variedad dedudas respecto a las respuestas del sector público y privado,el BAsD concluyó que los precios del petróleo en 70 dólares

americanos/barril hasta finales de 2006 recortaría el creci-miento en más de 1,0 pp en un determinado número depaíses asiáticos, especialmente en el sudeste y sur de Asia.

Sin embargo, BAsD también señala que Asia está ahora me-jor posicionada para resistir los significativos aumentos deprecios del petróleo de lo que estaba durante las crisis depetróleo previas, especialmente gracias a sus posiciones ex-teriores saneadas en general, grandes reservas monetariasextranjeras, políticas fiscales y monetarias más creíbles y dis-ciplinadas, economías más flexibles e intensidades energéti-cas en declive, aunque todavía elevadas. De hecho, el efec-to sobre la inflación asiática durante los últimos tres añosmarcados por significativos aumentos de precios en el pe-tróleo ha sido básicamente nulo.

Por otra parte, las subvenciones estatales generalizadas pa-ra los productos petroleros, que mantenían bajos los precios

al usuario final, tuvieron muchoque ver con este escenario in-flacionista benigno. Aunque losprogramas de subvenciones pa-ra el petróleo varían muchísimoa lo largo de la región, las sub-venciones directas e indirectassobre productos energéticosfinales actualmente suman en-tre un 1% y un 3% del PIB en

muchos países asiáticos, incluso a pesar de algunos progre-sos recientes en la reducción o eliminación de ciertas sub-venciones, tal y como ocurrió durante el 2005 en Tailandia,Malasia e Indonesia. Además, los impuestos sobre los pro-ductos petroleros en Asia siguen siendo muy bajos. Apartede promover el consumo y derroche, esta combinación degrandes subvenciones estatales y bajos impuestos energéti-cos socavan los mecanismos de mercado que pueden redu-cir el crecimiento de la demanda energética, promover al-ternativas limpias y seguras para el medio ambiente (y una

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Economía

“Asia está ahora mejor posicionada pararesistir los significativos aumentos de precios

del petróleo de lo que estaba durante lascrisis de petróleo previas. (...) El efecto sobrela inflación asiática durante los últimos tresaños marcados por significativos aumentos

de precios en el petróleo ha sidobásicamente nulo.”

País/región Importaciones en 2025 Incremento % demanda en 2025(mbd) (2005-2025) (mbd) cubierto por importaciones

Asia (total) 29 +11,9 79

Corea del Sur 2,5 +0,6 100India 4,5 +2,7 87Japón 4,0 -1,7 100China 10,2 +6,1 71

Europa 12,5 +2,4 80EEUU 17,0 +4,0 72

TABLA 2. Importaciones de petróleo, Asia 2005-2025 (en%)

Fuente: Herman Franssen, presidente, International Energy Associates, Inc, basado en datos de varias fuentes, presentación en la RUSI.Londres, diciembre de 2005.

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Cuestiones estratégicas y competencia geopolítica

A pesar del potencial existente para una exploración yexplotación del petróleo y el gas en Asia, especialmente enlos mares del este y del sur de China, varios productores pe-troleros asiáticos han entrado en un período de producciónde declive. Este es sin duda alguna el caso de Indonesia, tra-dicionalmente el mayor exportador de la región, el cual estáahora importando petróleo. La producción indonesia estuvocayendo de manera constante desde su punto máximo de1,7 mbd en 1991 hasta 1,1 mbd en 2004, al tiempo que elconsumo se doblaba, de los 670.000 bd (barriles diarios)hasta los 1,15 mbd.

mayor diversificación de la mezcla energética primaria engeneral), y encauzar los recursos de manera eficiente.También afecta negativamente al clima de inversiones en elsector energético. Y aunque una política como ésta puedeproteger a los consumidores de los efectos adversos de losprecios mundiales significativamente elevados, mitigandolos impactos negativos sobre el crecimiento y la inflación, siestos precios siguen altos y continúan aumentando, estapolítica acabará ejerciendo una grave presión sobre lasfinanzas exteriores y las posiciones presupuestarias de lamayoría de países asiáticos comprometidos con estas políti-cas. Al final, tendrán que producirse ajustes en la demandadoméstica.

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CONSUMO DE PETRÓLEO (mbd)

0,22TAILANDIA0,91

0,20,1TURKMENISTAN

0,150,19

UZBEKISTÁN

0,91KAZAJSTÁN 1,3

0,822,56

INDIA

0,5MALASIA

0,91

1,151,13

INDONESIA

0,86AUSTRALIA0,54

IRÁN4,08

1,55 3,496,68

CHINA

9,32,57RUSIA

RESERVAS PROBADAS DE PETRÓLEO

EXPORTACIÓN DE PETRÓLEO (mbd)

MAPA 1. Reservas y producción de petróleo (2004)

Elaboración propia. Fuente: British Petroleum (BP)

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El mayor productor, China, sigue incrementando la produc-ción pero la demanda creciente requiere importacionescada vez más elevadas. En un desarrollo favorable, a princi-pios de 2005, Sinopec (una de las tres compañías naciona-les de hidrocarburos) descubrió un importante yacimientode petróleo y gas, cuya capacidad se estima en 8 mil millo-nes de barriles de petróleo y 56 bcm de gas en la remotaprovincia de Xinjiang, al noroeste de China. Esto significaríaun incremento en las reservas de crudo chinas de más del33% (de los 17 mil millones de barriles hasta los 25 mil mi-llones de barriles). Sin embargo, algunos expertos creen quelas reservas procedentes de este nuevo yacimiento puedenalcanzar hasta los 19 mil millones de barriles, lo que dobla-ría las reservas chinas. Basándose en el actual consumonacional (el cual, no cabe duda, va a crecer inexorablemen-te), este descubrimiento podría alargar potencialmente lavida de las reservas chinas entre 4 y 15 años. No obstante,la explotación de este petróleo requerirá una inversión muy

importante, al tiempo que la creciente demanda seguirá exi-giendo un aumento de las importaciones.

Aunque existe cierto potencial adicional de descubrir hidro-carburos en Asia, se trata de un potencial relativamentepequeño y probablemente sólo serviría para satisfacer par-cialmente el consumo nacional en los países en los que estenuevo petróleo y gas se produce, ejerciendo un impactomenor en la necesidad en aumento de los consumidoresasiáticos de depender de las importaciones procedentes delas mayores regiones productoras de energía del mundo. Talcomo hemos indicado anteriormente, el sur y el este de Asiadependerán cada vez más, ante todo, del denominado“gran creciente” –el largo arco que va de la penínsulaArábiga, hasta el golfo Pérsico, pasando a través de laregión del Cáucaso y el Mar Caspio, a través de los Uralespara después seguir su recorrido a través del oeste y este deSiberia hasta el costa del Pacífico y la isla rusa de Sajalín–

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Economía

•Nakhodka

• DaqingUrumqui•

Angarsk •

Beijing •

• Shanghai

Skovorodino • Sajalín

H O K K A I D O

Ulam Bator •

Alashankou•

Hacia Pakistán e India

Krasnoïarsk •

Taishet •

C H I N A

R U S I A

J A P Ó N

COREA NORTE

COREA SUR

M O N G O L I A

K A Z A J S T Á N

AFGANISTÁN

I R Á N

PAKISTÁN

I N D I A

Luoyang •

Gaseoducto en servicio

Transporte mediante vagón cisterna

Vías de abastecimiento ya existentes

Vías de abastecimiento proyectadas

Reservas probadas de petróleo o gas

País productor de petróleo o gas

País receptor de petróleo o gas

MAPA 2. Producción y distribución de hidrocarburos en Asia

Elaboración propia. Fuente: Le Monde Diplomatique

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donde se hallan más del 70% de las reservas seguras depetróleo y gas del mundo. Y después dependerá, en segun-do lugar, del denominado “creciente menor” –que se ex-tiende desde Alaska bajando la costa del Pacífico y las mon-tañas Rocosas, tomando el golfo de México y la región andi-na de América del Sur, pasando a través de Brasil y atrave-sando el Atlántico hasta el golfo de Guinea– donde se hallaaproximadamente el 20% de las restantes reservas seguras.

En un contexto como este, la posibilidad de rivalidades geo-políticas por los recursos energéticos –tanto dentro de Asiacomo entre Asia y Occidente– es real, y las maniobras estra-tégicas ya han empezado. Esto puede observarse al menosen tres hechos. En primer lugar, las intensas pugnas políti-cas entre los asiáticos, por una parte, y entre europeos ynorteamericanos, por la otra, sobre las trayectorias que de-ben seguir los oleoductos y gasoductos procedentes deOriente Medio, Asia Central y Rusia. En segundo lugar, lareciente oleada de inversiones por parte de las compañíasestatales de petróleo y gas de Asia en aquellas regionesproductoras en todo el mundo, a menudo en colaboracióncon empresas estatales de estos mismos países productores,creando competencia no sólo entre las empresas asiáticassino también entre empresas estatales en general y lasempresas energéticas, en su mayoría privadas, de las nacio-nes consumidoras occidentales. Finalmente, esta competen-cia geopolítica resulta evidente en el cúmulo de acuerdosestratégicos firmados al más alto nivel entre las principalesnaciones consumidoras de Asiay los estados productores del“gran creciente” y del “crecien-te menor”.

En concreto, la competenciaestratégica asiática se está des-arrollando actualmente alrede-dor de las reservas de petróleoy gas rusas e iranianas dentrodel “gran creciente”, y alrede-dor del prometedor petróleono-convencional del “creciente menor”, incluyendo losesquistos de petróleo y las arenas bituminosas de Canadá ylos petróleos extrapesados de Venezuela. Como consecuen-cia de esta competencia, han aparecido un número deter-minado de triángulos geopolíticos en los que se han puestoen escena las rivalidades estratégicas. Éstas incluyen: las ri-validades chino-japonesas para garantizar el acceso a losrecursos energéticos rusos, la rivalidad Este-Oeste por la in-fluencia sobre los grandes productores energéticos enOriente Medio y Asia Central, y la rivalidad entre las empre-sas Petroleras Nacionales Asiáticas (NOC, por sus siglas eninglés) y las empresas Petroleras Internacionales Occi-dentales (IOC) por el acceso a las reservas de petróleo y gasen Asia Central, África y América Latina, así como la rivali-

dad Este-Oeste por la influencia sobre regímenes en ambos“crecientes” con políticas energéticas cada vez más contro-ladas por el estado y nacionalistas. El reto para la RepúblicaPopular China, la comunidad asiática, y el mundo será trans-formar estas potenciales rivalidades geopolíticas en canalessostenibles de colaboración dentro del contexto de unaeconomía globalizada abierta, fluida e integrada.

La seguridad energética china: el eje de la geopolítica energética en Asia

La cada vez mayor y más importante presión que sufre el sis-tema energético actual procede de China, como economíamás dinámica del mundo –y potencialmente la mayor. Laseguridad energética china –o al menos la percepción quetiene China y el mundo de dicha seguridad energética– seha convertido, por lo tanto, en una de las cuestiones geo-políticas más importantes y potencialmente más peligrosas.

La evolución de la seguridad energética china

En 1959, justo antes de la ruptura entre China y la UniónSoviética, la producción anual de petróleo de China ascendíatan sólo a 3,73 millones de toneladas. Ese mismo año, se des-cubrió el gigantesco yacimiento petrolero de Daqing del queen 1963 ya se obtenían 4,3 millones de toneladas de crudoal año (unas dos terceras partes de la producción total nacio-

nal china estimada en 6,5 millo-nes, algo más de 86.000 barrilesdiarios de un total de 130.000barriles diarios). Esto permitió aChina poner fin a un siglo dedependencia de las importacio-nes de petróleo.

A mediados de los años setenta,China seguía siendo autosufi-ciente energéticamente, aun-que dependía todavía de los su-

ministros de petróleo y de la asistencia tecnológica soviéticospara seguir siendo autosuficiente. Sin embargo, el final delprograma de ayuda soviética en 1960 significó que Chinadebía prepararse para una posible guerra con la superpoten-cia soviética en el contexto del embargo comercial lideradopor los Estados Unidos que se mantuvo firme hasta que lanueva política diplomática de Nixon estableció relaciones conChina una vez más. Sin embargo, lo cierto es que China dis-frutaba de una autosuficiencia energética técnica bajo unascircunstancias internacionales tensas. La auténtica seguridadenergética seguía siendo difícil de conseguir.

Tras la casi implosión de la economía china en los años se-tenta, los progresos obtenidos en las relaciones internacio-

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Dragones que escupen fuego: Asia y el desafío de la seguridad energética

“El sur y el este de Asia dependerán cadavez más (...) del denominado “gran

creciente” –el largo arco que va de lapenínsula Arábiga, hasta el golfo Pérsico,pasando a través de la región del (...) Mar

Caspio (...) para después seguir su recorridoa través del oeste y este de Siberia hasta elcosta del Pacífico y la isla rusa de Sajalín–

donde se hallan más del 70% de las reservasseguras de petróleo y gas del mundo.”

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Page 8: Dragones que escupen fuego: Asia y el desafío de la seguridad … · G-7. Por cada unidad de PIB generada, el Asia en desarrollo utiliza 3,2 veces más energía que la media de los

nales de China junto con el inicio de las reformas económi-cas internas contribuyeron a promover lo que hasta hoy hansido 25 años de espectacular crecimiento económico. Elconsecuente aumento de la demanda de energía provocóuna pérdida de autosuficiencia pero permitió una mayorseguridad energética, mientras la economía china empezósu larga evolución hacia la completa integración económicainternacional.

La energía supuso para China un valioso objetivo estratégi-co, al favorecer la renovación de vínculos esenciales con laseconomías industriales del mundo. Tanto el petróleo comoel carbón se convirtieron en los principales productos de ex-portación de China y resultaron cruciales en la generaciónde divisas para hacer frente a las importaciones de bienes deequipo y tecnología. China supo aprovechar la crisis del pe-tróleo de los años 1973-74 exportando crudo a Tailandia,Filipinas y otros países asiáticos (incluso a Japón), lo quecontribuyó a establecer las bases para un ambiente regionalfavorable propicio a la modernización, el desarrollo, y la in-tegración económica regional e internacional.

En 1985 las exportaciones de crudo de China alcanzaron los30 millones de toneladas (más de 600.000 bd), antes queun crecimiento más lento en la producción nacional depetróleo y una cada vez más fuerte demanda nacional pro-vocaran una caída en las exportaciones netas del país. Chi-na empezó a importar petróleo nuevamente en 1983 deOmán. En 1988, debido a las presiones de la demanda na-cional, las importaciones de crudo y productos derivadosempezaron a aumentar de manera significativa. En 1993China pasó a ser importadora neta de productos derivadosdel petróleo por primera vez en décadas.

En 2000 surgió una nueva preocupación sobre la seguridadenergética china (tanto dentro como fuera del país) cuandolas importaciones de petróleo aumentaron casi el doble,pasando de 36,6 millones de toneladas (735.000 bd) a 70,2millones de toneladas (más de 1,4 mbd). En los años noven-ta la producción nacional de petróleo siguió aumentando(casi en un 18% durante esta década), pero su ritmo de cre-cimiento disminuyó significativamente, apenas con un cre-cimiento del 7%, durante los primeros cinco años de estadécada. Sin embargo, el consumo de petróleo se multiplicópor más de tres durante estos 15 años. En 2005 las impor-taciones de petróleo habían aumentado a 4,1 mbd y actual-mente el volumen de importación de China se aproxima alde Japón (5,7 mbd en 2005), el segundo mayor importadorde petróleo mundial después de los Estados Unidos.

Esta situación ha pillado a todos por sorpresa –incluso a lospropios chinos. China no ha concedido prioridad a la políti-ca energética hasta hace bien poco; por ello, los mecanis-mos de política energética de este país están poco desarro-

llados y aún no han sido puestos a prueba. Mientras que nohace mucho que las compañías de hidrocarburos estatalesse han arriesgado en el extranjero con creciente ímpetu, noes probable que esta tendencia por sí sola resuelva el temade seguridad energética. En el mejor de los casos, Chinatendrá que mejorar sus relaciones económicas y políticasglobales con el mundo para mejorar su percepción de segu-ridad energética.

La renovación de la política energética china

Ya en 1997, el entonces primer ministro Li Peng, puso enmarcha la ambiciosa diplomacia energética china, pero nofue hasta el año 2003 cuando China arrebató a Japón elsegundo puesto en la lista de mayores consumidores depetróleo y los precios emprendieron su larga subida, que seempezó a detectar una percepción de urgencia con respec-to a la seguridad energética lanzada sobre la extensa litepolítica china. Desde mayo de 2003 un equipo especialcompuesto por 150 expertos bajo la dirección del primerministro Wen Jiabao se encarga de desarrollar una nuevaestrategia energética nacional.

Una de las reformas anunciadas recientemente en mayo de2005, ha sido la creación de una nueva agencia central po-tente encargada de mejorar la seguridad energética de Chi-na. Esta nueva agencia recibe el nombre provisional deOficina Estatal de Energía y sustituirá al pequeño grupo depersonal que actualmente se encuentra trabajando en elInstituto de Energía de la Comisión Nacional para el Desa-rrollo y la Reforma (CNDR). La dirección de dicha agenciaestará en manos del actual director de la CNDR Ma Kai (ydel antiguo director general de PetroChina, Ma Fucai, encalidad de subdirector). El propósito de la nueva Oficina deEnergía es aportar claridad, autoridad y visión estratégica ala política energética de China, algo de lo que sin duda ca-recía en las dos últimas décadas durante las que China seconvirtió en un relevante importador neto de petróleo.

Otra reforma en la infraestructura energética de China in-cluida en la nueva estrategia ha sido la creación de unaReserva Estratégica nacional de Petróleo (REP) establecida porel Décimo Plan Quinquenal (2001-05). El Gobierno ha adop-tado un plan de construcción de cuatro reservas de petróleoestratégicas nacionales ubicadas en Ningbo y Zhoushan(ambas en la provincia de Zhejiang), Qingdao (Shandong) yDalian (Liaoning). Se prevé que la construcción concluya en2008, con lo que China dispondrá de una reserva total depetróleo (incluyendo los inventarios “comerciales”) suficientepara autoabastecerse durante 30 días (en comparación a losmenos de siete días de reserva a principios del plan REP).

El Gobierno de Beijing espera que esta nueva centralizaciónde la política energética proporcione una respuesta cohe-

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Economía

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rente al llamamiento lanzado por Li Peng, en el año 1997 afin de desarrollar una ambiciosa política de “diplomacia ener-gética”.

Percepción de aislamiento

Para bien o para mal, uno de los motivos que mueven aChina a buscar la seguridad energética es un persistentetemor a quedar aislada económica y políticamente de lasfuturas fuentes de energía vitales. En 2004, un artículo enla revista Energía china (Zhongguo Nengyuan) publicadopor cuatro expertos de la Universidad del Petróleo de Beijingidentificó el peligro de un bloqueo energético de China:“Está claro que cuando, a raíz de las tensiones internacio-nales, estalle una guerra, se cerrarán los canales de trans-porte de petróleo... Si se corta el suministro de petróleo porun tiempo prolongado, las limitadas reservas de petróleo noserán suficientes para satisfacer la demanda hasta que selevante el bloqueo”.

Si bien el comercio energético de China no ha sido nuncavíctima de un bloqueo políticamente motivado, el riesgo deun conflicto militar persiste en el estrecho de Taiwan. Sinembargo, está en manos de China evitar el que sería el peorde los casos: un bloqueo marítimo total provocado por unataque de China a Taiwan. Mientras que los costes en Asia

de un embargo de tales características aumentan continua-mente para los vecinos asiáticos de China –ya que Chinaestá cada vez más integrada en la economía regional y glo-bal– la propia interdependencia económica de China con laregión y el mundo es actualmente el factor disuasivo máspoderoso para un ataque de estas características.

China se enfrenta a una situación similar con respecto aOriente Medio, fuente del 60% de sus importaciones depetróleo actuales. China ha diversificado hasta cierto puntosu dependencia de Oriente Medio; sin embargo, ha sidoobligada a perseguir una política exterior equilibrada haciaesta zona, manteniéndose en un terreno propicio en el con-flicto árabe-israelí, comprometiendo al Consejo de Coo-peración del Golfo (CCG) con la perspectiva de un acuerdode libre comercio y ampliando sus vínculos económicos bila-terales con cada país de la región por separado.

El caso de Irán es un ejemplo. En el caso de un enfrenta-miento entre Irán y Occidente, China perdería mucho másque simplemente sus intereses energéticos y económicosdirectos. Una intervención militar en Irán por parte de fuer-zas occidentales (o simplemente la aplicación de sanciones)puede provocar, sin duda, el intento por parte de Irán decerrar el estrecho de Hormuz –a través del cual pasa más del25% del petróleo del mundo– una consecuencia que perju-

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Tsugaru

La Perouse

Corea

Malaca11mbd

Sunda

Lombok

Makassar

Torres

Mar del Sur de China

Hormuz15.3 mbd

Taiwan

CANTIDAD DE PETRÓLEO QUE ATRAVIESAEL ESTRECHO (Millones de Barriles diarios)(Datos para Hormuz y Malaca)

MAPA 2. Rutas de transporte marítimo de petróleo

Elaboración propia. Fuente: IEA World Energy Outlook 2004

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dicaría en gran medida a todas las economías, incluyendo(aunque, desde luego, no solamente) a China. En cualquiercaso, la interdependencia económica creciente es la mejor yúnica póliza de seguros contra un embargo por parte de losproductores de Oriente Medio –tanto si va dirigido particu-larmente a China como si no– o contra un posible bloqueode los estrechos.

Sin embargo, en todos estos casos China es un actor princi-pal, por no decir el protagonista. La creciente dependenciade China de los mercados mundiales de tecnología y consu-mo actúa como una potente fuerza disuasoria para la únicaacción de China (un ataque a Taiwan) que podría provocaruna serie de interrupciones dirigidas a China en la afluenciade importaciones. Inevitablemente, China necesitará consi-derar cada vez más la seguridad energética en términos devulnerabilidades económicas y soluciones de mercado.

La expansión de las empresas de energía chinas en el exterior

Aun así, la dependencia en rápido crecimiento de las impor-taciones de energía ha llevado a China a seguir una diplo-macia energética agresiva en el exterior, que sin dudaaumenta el espectro de competencia geopolítica en el sumi-nistro de energía. Actualmente China se mantiene a la de-fensiva diplomática respecto a la estrategia de sus tresmayores empresas estatales de hidrocarburos (CNPC, Sino-pec y CNOOC) para penetrar en los mercados upstream detodas partes del mundo.

Las Compañías Petroleras Nacionales chinas (NOC) traspa-saron las fronteras en 1993 y adquirieron derechos de con-cesión en sectores upstream extranjeros. Todo ello empezócon la compra por parte de CNPC del bloque petrolero deTalara en Perú por la suma de 25 millones de dólares. Estatendencia no ha cesado y se ha intensificado recientementecon la presencia que de algún modo han sabido ganarse lasNOC chinas en la región andina, el Caribe (incluyendo Cu-ba) Asia Central, Oriente Medio, Sudeste Asiático (incluidoel mar del Sur de China) e incluso Canadá (véase Tabla 3).No es probable que dichas inversiones puedan compensar alargo plazo la dependencia de importación de la China; sinembargo, es probable que cualquier producción neta aña-dida por parte de las NOC chinas que operen en el extran-jero se introduzca en el mercado internacional y posible-mente sea intercambiada por otro petróleo que puedapenetrar en el mercado chino con mayor facilidad.

Los intentos de China en el exterior para obtener suministrode hidrocarburos también han llevado a Beijing a intentardirectamente el desarrollo de vínculos diplomáticos más es-trechos con un determinado número de países productoresde petróleo y gas, que los Estados Unidos (y con frecuenciatambién Europa) consideran parias –como Irán, Sudán,Uzbekistán y Venezuela –por no mencionar los acuerdosestratégicos en el sector de la energía que China ha firma-do con Rusia, Arabia Saudí e India. En Occidente esta ten-dencia diplomática ha despertado dudas respecto al intentoestratégico de la política china: ¿debe esto interpretarse co-mo competencia geopolítica o simplemente como el resul-

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Economía

Empresa Objetivo Valor (mill. de dólares) País Fecha Comentarios

CNPC PetroKazajstán 4.200 Kazajstán 2005 Empresa canadiense de Exploración y Producción (E&P) que cotiza en el mercado con operaciones en Kazajstán.

ONGC Bloque 128 70 Vietnam 2005 ONGC concedió 100% de participación en un nuevo bloquede exploración en alta mar (su quinta concesión en el país).

CNPC/ Sinopec EnCana 1.420 Ecuador 2006 CNPC posee 55% de Andes, Sinopec posee el 45%.

ONGC Varios bloques -- Cuba 2005 ONGC adquirió un 30% de participación en siete bloquesde petróleo y gas de Repsol-YPF (operador).

Sinopec Synenco Energy 83 Canadá 2005 Un 40% de participación en el proyecto de arenas bituminosasNorthern Lights desarrollado por Synenco.

CNOOC MEG Energy 124 Canadá 2005 CNOOC adquirió el 17% en esta empresa centrándose en las arenas bituminosas.

PetroChina Enbridge -- Canadá 2005 Enbridge firmó un acuerdo de cooperación con PetroChina parael suministro de 200.000 bd a través del oleoducto del proyectoGateway (una ruta para la exportación de arena bituminosa).

Sinopec First International Oil 150 Kazajstán 2004 --

CNPC Sheer Energy -- Irán 2004 --

CNPC Pluspetrol Norte 200 Perú 2004 CNP adquirió el 45% de Pluspetrol Norte.

TABLA 3 Recientes adquisiciones en alza de las NOC chinas e indias en el exterior

Fuente: Booz Allen Hamilton, publicado por John McCreery y Adrian Del Maestro, “Unlocal: a bump in the road”, Petroleum Economist, abril2006, y otras fuentes.Nota: la ONGC es la principal NOC de la India.

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tado de una política energética de la República PopularChina carente de coordinación que a menudo parece cho-car con los intereses o preferencias estadounidenses y euro-peos?.

Todavía no está del todo claro si el Gobierno chino dirige suscompañías de energía estatales o si el objetivo de éstas essimplemente garantizar el apoyo diplomático del estadochino. China ha carecido desde hace mucho tiempo de unaagencia ministerial central para supervisar la industria, unasunto abordado recientemente. Además, las compañías deenergía chinas tan sólo poseen una escueta experiencia enla gestión de los riesgos económicos y políticos que conlle-va la penetración en mercados extranjeros. En muchos ca-sos, especialmente en África y América Latina, las empresaschinas han podido asegurar concesiones de exploración ydesarrollo, o comprar participaciones en operaciones petro-líferas y de gas ya existentes, simplemente porque están dis-puestas a asumir un nivel de riesgo económico e incerti-dumbre política mucho más ele-vado que sus equivalentes deOccidente en el sector privado.

En cualquier caso, dos cosas es-tán claras. Por una parte, hastaahora las compañías de energíachinas tan sólo han tenido unimpacto mínimo en la produc-ción energética mundial y en elacceso directo a las importaciones, actuando como lo sue-len hacer con bastante asiduidad como sustitutos de em-presas occidentales más sensibles a la cautela de sus accio-nistas en cuanto a operar en zonas del mundo inestables opeligrosas. Por otra parte, hasta el punto de que las com-pañías de energía chinas hayan demostrado a lo largo de losaños su capacidad de contribuir significativamente a la pro-ducción mundial, esta posible consecuencia debería ser bienrecibida por todos, ya que aportaría grandes cantidades depetróleo a un mercado mundial fungible –incluso si una parteconsiderable de esta nueva producción de petróleo vuelve aChina. Después de todo, China, como cualquier otra econo-mía en el mundo, tendrá que obtener su energía de algúnlado; si diversifica sus importaciones a África, por ejemplo,este mismo desarrollo –lejos de asegurar fuentes petrolíferaspara China– en realidad liberará otros suministros de petróleoal mercado mundial que apunta hacia el oeste.

El entorno internacional todavía no se ha mostrado muyhospitalario con las NOC chinas. En 2003 tanto a CNOOCcomo a Sinopec se les negó la participación en el desarrollode un campo petrolífero en el Mar Caspio, cuando los so-cios existentes decidieron aumentar su propia participaciónantes que permitir la entrada a los chinos. Al mismo tiempoChina ha impedido la entrada de las compañías privadas

occidentales a su mercado nacional (aunque se ha mostra-do más flexible con el acceso a sus zonas en alta mar dondeChina depende más del capital extranjero). Los Estados Uni-dos han respondido con la aplicación de una política similar,impidiendo el intento de perfil mucho más elevado deCNOOC de adquirir UNOCAL. Esta dinámica nacionalista ycompetitiva ha perdurado en los últimos años –en detri-mento de la dinámica de preferencia de cooperación queexigen naturalmente la situación internacional en el sectorde la energía y la globalización– y ha sido la causa inclusode más malentendidos y desconfianza mutuos.

Oriente Medio

Desde los años ochenta, la diplomacia china en OrienteMedio, la fuente del 60% de sus importaciones actuales depetróleo, ha sido problemática para Occidente. En la últimadécada, China ha desarrollado unas fuertes relaciones con

Libia, Arabia Saudí, Siria e Irán,lo cual preocupa especialmentea Estados Unidos. Pero el com-portamiento de China se ha mo-derado, ya que ha empezado aentender que sus intereses enla estabilidad de los flujos depetróleo desde Oriente Medioeran básicamente los mismosque los de Estados Unidos. Sin

embargo, China participa más activamente en los asuntosde Oriente Medio con el principal objetivo de asegurar lossuministros de energía.

La diplomacia energética de China con Irán es particular-mente controvertida. En 2004, Sinopec, que gestiona el80% de las importaciones de petróleo chinas y es el princi-pal refinador en China, trató de asegurar los derechos paradesarrollar 16 campos petrolíferos iraníes, a pesar de losesfuerzos estadounidenses para convencerla de que renun-ciara a ello. A finales de año, Sinopec firmó un acuerdo de70.000 millones de dólares con los iraníes para desarrollar elcampo petrolífero de Yadavaran, que según el Departa-mento de Energía de Estados Unidos podría producir unos300.000 barriles al día. Este asunto provocó un enfriamien-to de las relaciones sino-estadounidenses, y quizás inclusodesempeñó un papel importante a la hora de definir la nue-va política estadounidense para con India, que apuesta porconvertir a India en una superpotencia para contrarrestar lainfluencia china en Asia e incluso contempla la colaboracióncon el país en tecnología nuclear. Naturalmente, esta res-puesta estadounidense refuerza las posturas de los partida-rios de la línea dura en China, que ven la diplomacia políti-ca como el instrumento definitivo para garantizar los sumi-nistros de energía.

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“Desde los años ochenta, la diplomaciachina en Oriente Medio, la fuente del 60%de sus importaciones actuales de petróleo,ha sido problemática para Occidente. En laúltima década, China ha desarrollado unasfuertes relaciones con Libia, Arabia Saudí,

Siria e Irán, lo cual preocupa especialmente aEstados Unidos.”

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África

El primer viaje del presidente Hu Jintao a África, a principiosde 2004, el año en que la demanda china de petróleoaumentó drásticamente, fue una señal clara de que Chinaconsideraba que el continente iba a desempeñar un papelvital en el suministro de energía al país. El reciente viaje delprimer ministro Wen Jiabao, en junio de 2006, fue precedi-do muy de cerca por la gira africana del ministro de AsuntosExteriores Li Zhaoxing en enero y la visita más reciente delpresidente Hu Jintao a Marruecos, Nigeria y Kenya en abril.Entre los tres líderes chinos visitaron 15 países africanos enseis meses, lo cual subraya la intensidad de los esfuerzosdiplomáticos chinos para garantizar el acceso a los recursosafricanos, en particular su energía. China no sólo ha supe-rado recientemente al Reino Unido como tercer socio co-mercial más importante de África (después de Estados Uni-dos y Francia), sino que además África suministra actual-mente cerca de una tercera parte de las importaciones chi-nas de petróleo, y Angola se ha convertido en el segundoproveedor más importante de crudo a China por detrás deArabia Saudí.

La relación energética de China con Sudán, donde la CNPCtiene una participación notable en la producción de loscampos petrolíferos, ha sido tan controvertida como sus vín-culos con Irán. Para muchos, la presencia de China en elpaís ha contribuido a socavar la posibilidad de una resolu-ción internacional rápida de las violaciones de los derechoshumanos en Darfur. Un número creciente de expertos afri-canos y chinos, tanto en Occidente como en la propia Chi-na, alertan sobre el riesgo de que la CNPC sufra ataqueslocales similares a los producidos recientemente en las ex-plotaciones petrolíferas de la región del Delta de Nigeria,especialmente si los beneficios del petróleo no repercutenen la economía local.

América Latina

Incluso en América Latina, tradicionalmente el “patio trase-ro” geopolítico de Estados Unidos, China está cortejando alos países productores de energía de la zona, en particularen la conflictiva región andina, que incluye Venezuela,Bolivia, Ecuador y Perú, pero también en Brasil y, probable-mente en un futuro próximo, Argentina. La simple idea deque las NOC chinas, posiblemente junto con las rusas, pue-dan sustituir a las empresas energéticas privadas internacio-nales en los países andinos ha impulsado indirectamente laevidente tendencia a la nacionalización que se produce enla actualidad en Venezuela y Bolivia (y en cierta medida enEcuador), que ha llevado a las empresas privadas interna-cionales a replantearse la lógica de sus actividades, e inclu-so su presencia, en estos países.

Eurasia

En la región de Eurasia se han producido algunos signosalentadores de colaboración potencial entre China y susvecinos en asuntos energéticos. Una serie de acuerdos decodesarrollo ha abierto recientemente la posibilidad de des-bloquear el potencial de recursos energéticos del mar deChina Meridional, una zona offshore que durante años seha visto azotada por las disputas territoriales entre China ysus vecinos. Además, los dos principales países consumido-res de energía de la Asia en desarrollo, China e India, fir-maron su propio acuerdo de cooperación estratégica en elcampo de la energía en 2005, con el objetivo de evitar losefectos negativos de la competencia innecesaria entre susrespectivas NOC en los mercados productores de tercerospaíses.

Sin embargo, una serie de incidentes durante 2005 y 2006sobre los trabajos de prospección en la zona gasífera deChunxiao, entre Okinawa y China, y en otros campos petro-líferos y gasíferos en el mar de China Oriental, pusieron derelieve la sensibilidad geopolítica vinculada al suministro cre-ciente de esta zona.

Al fin y al cabo, Eurasia en su conjunto (con la excepciónobvia de Oriente Medio) y la región pacífica todavía cubrenuna mínima parte de las necesidades energéticas chinas. Apesar de las previsiones futuras de aumentar las importa-ciones de Gas Natural Licuado (LNG) de Malasia y Australia,y en parte como resultado de la competencia de los merca-dos de consumo de Estados Unidos y Japón, los suministrosenergéticos de los países de Asia-Pacífico representanmenos del 18% de las importaciones totales de China.

En la actualidad, Kazajstán es el único país de Asia Centralque suministra energía a China, y en cantidades muy limi-tadas. El oleoducto que se está construyendo actualmenteentre Kazajstán y China podría aumentar este flujo, y posi-blemente influiría en la dependencia energética que tienenambos países de Rusia, pero es difícil imaginar que la ener-gía del Caspio pueda ir más allá de mejorar el cóctel ener-gético en el noroeste de China. El transporte de gas delCaspio hasta Shanghai no podría competir efectivamentecon la alternativa de importar LNG a la costa este china. Enla actualidad, los suministros energéticos de Rusia y AsiaCentral juntos sólo representan alrededor del 6% de lossuministros de energía totales de China.

Teniendo en cuenta el difícil equilibrio energético mundialprevisto para 2030, y a la luz de los actuales debates sobrelos nacionalismos energéticos entre los principales produc-tores y naciones de consumo, parece clara la necesidad deque China y la comunidad internacional colaboren en elcampo de la energía. El apoyo, cuando menos indirecto, de

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Economía

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China a estados parias como Sudán e Irán, sólo atiza el sen-timiento de competencia geopolítica inminente respecto alos recursos energéticos entre China y Occidente.

La gran ironía de todo esto es que, para bien o para mal,ningún estado puede bloquear un producto básico fungiblecomo el petróleo. El consumo creciente de un país compitecon el consumo creciente de otros en el mercado mundialdel petróleo y en última instancia el árbitro es el precio. Perolas estrategias agresivas para producir más petróleo en elextranjero no compiten directamente entre ellas: en el peorde los casos, las actividades de las NOC chinas ejercen comosustitutas de las actividades que abandonan las empresasoccidentales más desconfiadas en las zonas más inestablesdonde han penetrado las empresas chinas; en el mejor delos casos, se complementan entre ellas, contribuyendo a laproducción mundial total. Si observamos estas hipótesis conuna mirada fría, veremos que realmente no hay lugar racio-nal para la competencia geopolítica en el reino del petróleo.Aunque quizás lo haya en el reino del gas natural transpor-tado por gasoducto, a largo plazo la perspectiva de un mer-cado internacional de LNG también puede cambiar comple-tamente la lógica de la competencia por los recursos.

Lo cierto es que la lógica económica de la globalización ensu conjunto debería frenarse, o romperse, para que la com-petencia por los recursos energéticos adoptara una trayec-toria más racional. Quizás más que cualquier otro país,China es consciente de que su futuro (independientementede su tendencia ideológica) está estrechamente ligado auna economía global integrada, fluida y abierta. La energíaes la base de esta economía global; si los recursos energéti-cos mundiales se disgregan y abandonan el mercado debi-do a la rivalidad de los nacionalismos, no sólo el resultadoserá bastante más ineficaz para todos, sino que la propiaeconomía global integrada y abierta entraría en crisis, y nosveríamos abocados a una dinámica parecida a la que habíaantes de la Primera Guerra Mundial.

Conclusión

En los últimos dos años, Asia en general y China en parti-cular han irrumpido con fuerza en el panorama energéticointernacional. Esto se puede observar en el aumento de lademanda asiática de petróleo y gas y el consiguiente incre-

mento de la presión sobre los precios mundiales. Tambiénen la presencia cada vez mayor de las compañías petrolífe-ras nacionales chinas e indias en los mercados abastecedo-res de los países productores de todo el mundo, pero enparticular en Asia Central, Oriente Medio, África y AméricaLatina. Por último, los países asiáticos, con China, India yJapón a la cabeza, son cada vez más activos en la geopolí-tica energética internacional y compiten entre ellos y con losprincipales países consumidores de Occidente por ejercer suinfluencia sobre los países productores de energía y accedera sus recursos.

Sin embargo, se han desarrollado una serie de iniciativas decooperación entre los países asiáticos a las que no se prestademasiada atención y que están destinadas a contrarrestarlas tendencias rivales dentro del continente. Por ejemplo, laIniciativa Qingdao de 2004, bajo los auspicios del Diálogode Cooperación Asiática, intenta reunir a los 25 estadosmiembros asiáticos para apoyar una infraestructura energé-tica que sea útil para los intereses de toda Asia. El recienteacuerdo estratégico entre China e India para evitar unacompetencia innecesaria en el sector abastecedor interna-cional también demuestra que la política energética chinatiene algunas características integradoras. De hecho, aun-que está claro que los recursos energéticos van a fomentarla rivalidad geopolítica, es tan probable que dicha rivalidadse desarrolle entre Asia y Occidente, por ejemplo, como quelo haga entre China y Japón, por un lado, o entre China eIndia, por otro.

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Dragones que escupen fuego: Asia y el desafío de la seguridad energética

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