EcoHabitar y Mi Estrella de Mar. "Zona blanca, zona cero I" (Carlos Requejo. n. 28. Invierno...

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ECOHABITAR nº 28. Invierno 2011 46 S omos sensibles al entorno, natural o artifi- cial, que nos rodea; nuestra salud depende de la calidad ambiental, si dormimos mal y despertamos cansados y confusos cada ma- ñana, sin causa objetiva, posiblemente estamos en un entorno nocivo, con factores ambientales perju- diciales para la salud, es decir, tenemos el enemigo en casa. La existencia de domopatías puede afectar a la salud, especialmente al sistema inmunitario y al equilibrio neurológico. La polución electromagnética de alta frecuencia de la telefonía móvil ha llevado a muchos afectados de Electrosensibilidad (o électro-hypersensibilité, EHS), a emigrar de las ciudades para buscar “zonas blancas” (ya existen en Suecia, Canadá y Francia), e incluso, a algunos les ha llevado a vivir bajo tierra para poder dormir y superar la sintomatología del síndrome de las microondas. En Francia (Next-Up, Dr. ROGER SANTINI) la EHS afecta ya al 14% de la población, y sólo 3-4% lo manifiesta, se puede prever que el 50% de la po- blación será electrosensible en 20 años. Esta alarma social se concreta en la creación de la primera “Eco- village Zone blanche-zone santé” (Ecoaldea zona blanca-zona salud), destinada a la recuperación de las personas electrohipersensibles (electro-hyper- sensibilité EHS). La “salud ambiental” exige una visión global y multidisciplinar, el problema ambiental es siempre multifactorial (químico, eléctrico, biológico, acús- tico, etc.); si únicamente consideramos el impacto del mercurio o de las antenas de telefonía, no ayu- damos suficientemente a la salud. Hipersensibilidad ambiental múltiple La comunidad científica acepta que la difusión de los derivados del petróleo desde los años 50 ha contri- buido a la sensibilización ambiental; también se popula- rizó el automóvil, la televisión, la revolución de los elec- trodomésticos, y la electricidad invadió nuestras casas. Aparecen los plásticos, la melamina, el aglomerado, y paralelamente con la revolución de los sistemas de cons- trucción surge el síndrome del edificio enfermo. En los últimos años, observamos un incremento exponencial de afecciones de origen ambiental, en ocasiones crónicas y graves, que pueden afectar a una cuarta parte de la población, se concretan en diversas manifestaciones clínicas: trastornos neu- ropsiquiátricos, cardiovasculares, reumáticos, alér- gicos y por hipersensibilidad, además de lipoatrofía, fibromialgia, fatiga crónica, sonosensibilidad, elec- trosensibilidad y otras patologías emergentes de clara etiología medioambiental. Al analizar las condiciones ambientales de los afectados, observamos una clara relación temporal y espacial entre la aparición de estas dolencias y la concurrencia de factores ambientales nocivos, como contaminación eléctrica y magnética, físico/quími- ca, acústica y vibratoria, biológica, y cada vez más, las patologías del edificio enfermo. En mi experiencia como domoterapeuta, he en- contrado casos que se salen de lo normal. Cómo una persona, que presenta un complejo cuadro de sensibilidad química múltiple, electrosensibilidad y síndrome de fatiga crónica, su capacidad está muy limitada y apenas sale de casa, caminar más de diez minutos sobre el asfalto es un esfuerzo a veces insu- perable, sin embargo pasa unos días en el Pirineo, y Salud en el hábitat Zona blanca Zona cero 1ª parte u La invasión de tecnologías agresivas en el hábitat residencial genera múltiples patologías de etiología medioambiental y crea la necesidad de establecer espacios con Polución Cero. Los afectados necesitan un entorno para poder vivir. Por CARLOS M. REQUEJO. Domoterapeuta. Gerente de Domobiotik. www.domobiotik.com

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EcoHabitar nº 28. Invierno 2011

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S omos sensibles al entorno, natural o artifi-cial, que nos rodea; nuestra salud depende de la calidad ambiental, si dormimos mal y despertamos cansados y confusos cada ma-

ñana, sin causa objetiva, posiblemente estamos en un entorno nocivo, con factores ambientales perju-diciales para la salud, es decir, tenemos el enemigo en casa.

La existencia de domopatías puede afectar a la salud, especialmente al sistema inmunitario y al equilibrio neurológico.

La polución electromagnética de alta frecuencia de la telefonía móvil ha llevado a muchos afectados de Electrosensibilidad (o électro-hypersensibilité, EHS), a emigrar de las ciudades para buscar “zonas blancas” (ya existen en Suecia, Canadá y Francia), e incluso, a algunos les ha llevado a vivir bajo tierra para poder dormir y superar la sintomatología del síndrome de las microondas.

En Francia (Next-Up, Dr. RogeR Santini) la EHS afecta ya al 14% de la población, y sólo 3-4% lo manifiesta, se puede prever que el 50% de la po-blación será electrosensible en 20 años. Esta alarma social se concreta en la creación de la primera “Eco-village Zone blanche-zone santé” (Ecoaldea zona blanca-zona salud), destinada a la recuperación de las personas electrohipersensibles (electro-hyper-sensibilité EHS).

La “salud ambiental” exige una visión global y multidisciplinar, el problema ambiental es siempre multifactorial (químico, eléctrico, biológico, acús-tico, etc.); si únicamente consideramos el impacto del mercurio o de las antenas de telefonía, no ayu-damos suficientemente a la salud.

Hipersensibilidad ambiental múltipleLa comunidad científica acepta que la difusión de

los derivados del petróleo desde los años 50 ha contri-buido a la sensibilización ambiental; también se popula-rizó el automóvil, la televisión, la revolución de los elec-trodomésticos, y la electricidad invadió nuestras casas. Aparecen los plásticos, la melamina, el aglomerado, y paralelamente con la revolución de los sistemas de cons-trucción surge el síndrome del edificio enfermo.

En los últimos años, observamos un incremento exponencial de afecciones de origen ambiental, en ocasiones crónicas y graves, que pueden afectar a una cuarta parte de la población, se concretan en diversas manifestaciones clínicas: trastornos neu-ropsiquiátricos, cardiovasculares, reumáticos, alér-gicos y por hipersensibilidad, además de lipoatrofía, fibromialgia, fatiga crónica, sonosensibilidad, elec-trosensibilidad y otras patologías emergentes de clara etiología medioambiental.

Al analizar las condiciones ambientales de los afectados, observamos una clara relación temporal y espacial entre la aparición de estas dolencias y la concurrencia de factores ambientales nocivos, como contaminación eléctrica y magnética, físico/quími-ca, acústica y vibratoria, biológica, y cada vez más, las patologías del edificio enfermo.

En mi experiencia como domoterapeuta, he en-contrado casos que se salen de lo normal. Cómo una persona, que presenta un complejo cuadro de sensibilidad química múltiple, electrosensibilidad y síndrome de fatiga crónica, su capacidad está muy limitada y apenas sale de casa, caminar más de diez minutos sobre el asfalto es un esfuerzo a veces insu-perable, sin embargo pasa unos días en el Pirineo, y

Salud en el hábitat

Zona blancaZona cero

1ª parte

u

La invasión de tecnologías agresivas en el hábitat residencial genera múltiples patologías de etiología medioambiental y crea la necesidad de establecer espacios con Polución Cero. Los afectados necesitan un entorno para poder vivir.

Por Carlos M. rEquEjo. Domoterapeuta.

Gerente de Domobiotik. www.domobiotik.com

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allí no se ahoga, no se marea, no se fatiga, y sus piernas pueden llevarla sin dificultad hasta la casca-da, disfrutando de la montaña. Es evidente la dife-rencia de respuesta fisiológica entre el entorno ur-bano y la naturaleza, la pureza del aire, no hay ruido, ni tráfico, ni torres de alta tensión, ni antenas de telefonía, o sea Polución Cero.

Más serios son los casos de la chica burbuja de Valencia, o MaRia JoSé, editora del blog "mi-estre-lla-de-mar" que prácticamente no pueden salir de casa, a pesar de usar mascarilla, y tomar múltiples precauciones frente a la polución.

Estos cuadros pueden aparecer de forma aguda a partir de una exposición intensa y puntual, como una intoxicación por el mercurio de una amalgama, un lugar de trabajo con excesiva carga tóxica, una fumigación o un accidente industrial. En otros ca-sos surge de modo solapado, tras un largo goteo de exposiciones débiles y repetidas, que se producen de manera inadvertida, crónica y habitual.

El desencadenante puede ser un cambio en el tra-bajo, o la renovación del piso con materiales modernos como PVC, pladur o parket sintético. En otros ha sido la mudanza a las cercanías de una fábrica, la instalación de una antena de telefonía cerca de la vivienda, o la nueva red wifi en el colegio donde trabaja.

Estos afectados necesitan Zonas Blancas donde vivir, con Polución Cero.

En esta línea de trabajo, es de agradecer la investi-gación del Dr. FeRnández-Solà y su equipo del Hospi-tal Clínic de Barcelona con las patologías emergentes, como el síndrome de fatiga crónica, la electrosensibili-dad y la sensibilidad química múltiple, que se recoge en un libro de próxima publicación.

Patologías ambientalesDesde mediados del siglo XX somos conscientes

de la creciente polución química, un progreso tecnoló-gico incontrolado ha traído el humo de las fábricas y el escape de los coches hasta nuestro hábitat, una polu-ción material que podemos ver, oler y mascar. Somos apenas conscientes de la polución vibratoria, ruido y vibraciones, que si bien podemos captar por el oído, llegan a ser imperceptibles por el hábito, y sólo somos conscientes cuando surge el silencio. Nos invaden on-das electromagnéticas en la calle, la casa y el trabajo, penetran nuestro cuerpo y nuestro cerebro, estas on-das, incluso penetran la barrera hematoencefálica, pero nuestros sentidos no nos alertan de esta polución invi-sible e inmaterial, como mostró en su día TV2 en el reportaje “Sensibles a lo Invisible”, en su programa “El Escarabajo Verde”.

Como consecuencia, encontramos cuadros de hipersensibilidad a factores ambientales múltiples, sensibilidad química, biológica, electromagnética, acústica, lumínica, y otras enfermedades emergen-tes hasta hace poco desconocidas. Todos somos sensibles en algún grado, pero no reaccionamos igual ante los agentes nocivos, mientras uno presen-ta un cuadro de sensibilidad que le causa molestias menores, otros desarrollan patologías serias que les inhabilitan, e incluso ponen en peligro su vida.

El origen de la sensibilidad química múltiple se relaciona con la exposición a fuentes de contamina-ción conocidas, como la polución por amianto, fi-bra de vidrio, CFC, metales pesados (mercurio, plo-mo, cadmio, zinc, etc.), benceno, ftalatos, formaldehído, organoclorados, radón, etc. Y el cua-dro se agrava por el consumo de agua y alimentos desnaturalizados, o contaminados, especialmente

El caso de Maria josé es especial en cuanto en que ella se unen varias dolen-cias: afectada de sensibilidad química múl-tiple (SQM) severa, asociada a síndrome de fatiga crónica (SFC) infantil, fibromialgia (FM), electrosensibilidad y lumbalgia cró-nica. Su lucha por que se enfermedad sea reconocida por el Ministerio de trabajo es inquebrantable y su pequeña ventana al exterior, que es su blog una auténtica lec-ción de lucha

Una vida llena de recaidas y dolencias debido a un entorno repleto de radiaciones y sustancia químicas que poco a poco han minado su salud.

Desde 2006 vive prácticamente en-cerrada y aislada en casa por la gravedad de la SQM y de la fatiga, y apenas puede hacer nada sin pagar un alto peaje en tér-minos de salud.

La Administración, sólo “reconoce” su grado de discapacidad de forma in-directa. Esto es, a través de la asignación por Servicios Sociales desde 2005 de una ayuda domiciliaria; y con la resolución en 2008 de una minusvalía del 71% revisable por sensibilidad química múltiple, síndro-me de fatiga crónica, fibromialgia, y pato-logías asociadas.

Por su parte, el sistema de salud ma-drileño, a día de hoy sigue sin interesarse

tan siquiera por su caso o hacerle algún tipo de seguimiento. De hecho, llevan años sin hacerle ni un análisis aún básico, ni que el médico de cabecera se haya interesa-do por saber cómo andará “esa chica con mascarilla que vino hasta 2008 a por los partes de baja y que cada vez tenía más problemas para salir de su casa por eso que decía tener”…

Un caso ejemplar de lucha, que ha traspaso las cuatro paredes de su casa, ha-cia la ventana de la red desde su blog.

Más info: http://mi-estrella-de-mar.blogspot.com

Una vida con SQM

por hormonas, pesticidas y abonos, mercurio y otros metales pesados.

El informe Greenpeace sobre el polvo doméstico en-cuentra más de cien productos químicos tóxicos dentro de nuestras casas, a veces en triple concentración que en la atmósfera del exterior.

La reciente epidemia de lipoatrofia semicircularis, en edificios emblemáticos de Barcelona, ha puesto de relieve que cierta arquitectura moderna, excesivamente tecnifica-da, resulta realmente inhabitable, edificios enfermos. De-bemos investigar si esas condiciones laborales nocivas, en primer lugar los campos eléctricos y magnéticos, pueden afectar también la mielina del sistema nervioso.

A finales del siglo XX surge una gran alarma social por las líneas eléctricas de alta tensión o las subestaciones transformadoras, con miles de kilovoltios, que causan im-portantes efectos bioeléctricos como informa el Instituto Karolinska, relacionados con leucemia infantil y cáncer de cerebro.

Y más recientemente surge una gran preocupación por la presencia de las antenas de telefonía móvil; red que in-vade todo el territorio, a veces al otro lado de nuestra ven-tana, e introduce radiofrecuencias (microondas pulsantes) que están creando daños neurológicos identificables con el “síndrome de las microondas”, ya estudiado por los rusos en los años 70 en operadores de radar.

El contrato programa que las operadoras de telefonía tienen con el Ministerio de Industria les obliga a eliminar las “zonas blancas”. estableciendo la plena cobertura en todo el territorio nacional, como un servicio público.

Precisamente, esto es lo que los colectivos de afecta-dos quieren evitar, exigiendo el reconocimiento oficial por parte del Estado de las patologías de hipersensibilidad am-biental, y promoviendo los cambios legislativos necesarios, y crear las Zonas Blancas. 0