Editorial Mayo

1
EDITORIAL La ‘quema’ de libros en Costa Rica La cuasi única razón para quemar y satanizar libros en siglos pretéritos fue a causa de la religión, ‘casi’, porque también en algunas coyunturas históricas se proscribieron obras literarias por motivos ideológicos. Pero fue siempre, y es, la establecida y ‘sacra’ religión, paradójicamente, el ‘bárbaro Atila’ de la literatura. Hoy con estupor, veo y deploro en Costa Rica intentan instaurar la ‘quema’ - proscripción- de una de las pocas obras (que no superan el número de dedos de mi mano derecha) que ha trascendido nuestras escasas y mediocres fronteras literarias: ‘Cocorí’, del extinto camarada Joaquín Gutiérrez Mangel (1918- 2000), también escritor que felizmente dominó varios géneros literarios, y que trascendió nuestro ámbito cultural de múltiples maneras al ser cronista de guerra, reportero, profesor universitario, político traductor, editor… Quién gozó de la amistad del poeta chileno Pablo Neruda, y de otros muchos personajes de la literatura y cultura de nuestra América; y casado con la hija del editor de la otrora prestigiosa chilena Editoral Nascimento, misma que publicó muchas obras del poeta de Isla Negra. ‘Cocorí’ es un cuento, para algunos novela corta, a la altura de obras tan entrañables y mágicas como ‘Platero y Yo’, del poeta y escritor español Juan Ramón Jiménez, y de ‘El Principito’, del escritor y aviador francés Antoine de Saint-Exupéry. Prohibirla de manera oficial, representa un crimen más contra la cultura, no solo de nuestros queridos compatriotas afrodescendientes, también va contra toda la nación tica, formada y establecida además por blancos (la mayoría), indígenas y población de origen asiático. Haberle dado curso a la propuesta de estas dos acomplejadas negritas políticas del Congreso, Epsy Campbell Barr y Maureen Cecilia Clarke Clarke, hubiera sentado un nefasto precedente al abrirse una nueva etapa de oscurantismo en una Asamblea Legislativa costarricense, de por sí, ya demencial, por permitir en puestos de elección popular a diputados catapultados al Primer Poder de la República por las diferentes denominaciones cristianas puritanas que pugnan por poder político en el país. A ‘Cocorí’, de seguro le hubiera seguido alguna obra que hable a fondo de los indígenas y la Conquista, como, por ejemplo, Tenochtitlan, del querido escritor José León Sánchez, otro de los escritores de nuestro país proscritos en cuerpo y obra por motivos religiosos. Un lector no se convierte en un 'talibán' por leer a ‘Paco y Lola’, ni mucho menos en racista por amar desde su niñez a esta gran obra de la literatura universal con sello tico que es ‘Cocorí’. Frank Ruffino

description

Mayonesa Lizano

Transcript of Editorial Mayo

EDITORIAL

La quema de libros en Costa Rica

La cuasi nica razn para quemar y satanizar libros en siglos pretritos fue a causa de la religin, casi, porque tambin en algunas coyunturas histricas se proscribieron obras literarias por motivos ideolgicos. Pero fue siempre, y es, la establecida y sacra religin, paradjicamente, el brbaro Atila de la literatura.

Hoy con estupor, veo y deploro en Costa Rica intentan instaurar la quema -proscripcin- de una de las pocas obras (que no superan el nmero de dedos de mi mano derecha) que ha trascendido nuestras escasas y mediocres fronteras literarias: Cocor, del extinto camarada Joaqun Gutirrez Mangel (1918-2000), tambin escritor que felizmente domin varios gneros literarios, y que trascendi nuestro mbito cultural de mltiples maneras al ser cronista de guerra, reportero, profesor universitario, poltico traductor, editor Quin goz de la amistad del poeta chileno Pablo Neruda, y de otros muchos personajes de la literatura y cultura de nuestra Amrica; y casado con la hija del editor de la otrora prestigiosa chilena Editoral Nascimento, misma que public muchas obras del poeta de Isla Negra.

Cocor es un cuento, para algunos novela corta, a la altura de obras tan entraables y mgicas como Platero y Yo, del poeta y escritor espaol Juan Ramn Jimnez, y de El Principito, del escritor y aviador francs Antoine de Saint-Exupry. Prohibirla de manera oficial, representa un crimen ms contra la cultura, no solo de nuestros queridos compatriotas afrodescendientes, tambin va contra toda la nacin tica, formada y establecida adems por blancos (la mayora), indgenas y poblacin de origen asitico. Haberle dado curso a la propuesta de estas dos acomplejadas negritas polticas del Congreso, Epsy Campbell Barr y Maureen Cecilia Clarke Clarke, hubiera sentado un nefasto precedente al abrirse una nueva etapa de oscurantismo en una Asamblea Legislativa costarricense, de por s, ya demencial, por permitir en puestos de eleccin popular a diputados catapultados al Primer Poder de la Repblica por las diferentes denominaciones cristianas puritanas que pugnan por poder poltico en el pas. A Cocor, de seguro le hubiera seguido alguna obra que hable a fondo de los indgenas y la Conquista, como, por ejemplo, Tenochtitlan, del querido escritor Jos Len Snchez, otro de los escritores de nuestro pas proscritos en cuerpo y obra por motivos religiosos.

Un lector no se convierte en un 'talibn' por leer a Paco y Lola, ni mucho menos en racista por amar desde su niez a esta gran obra de la literatura universal con sello tico que es Cocor. Frank Ruffino