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HOJA A HOJA 14 / MAELA / Setiembre 2013
HOJA A HOJA 14 / MAELA / Setiembre 2013
Editorial
Soberanía Alimentaria de los Pueblos y anticapitalismo
Desde Guatemala, desde MAELA a los y las hermanas de Latinoamérica, en Movimiento y Alianza
EL CAPITALISMO ES UNA FORMA DE VIDA BASADA EN LA ACUMULACIÓN DE BIENES utilizando
todos los medios necesarios para lograr el fin, ausente en esa carrera de total
sensibilidad y solidaridad, de toda ética. Así vemos como el sistema, sediento de bienes, avanza en el despojo de poblaciones nativas, ecosistemas, comunidades
campesinas. Y vemos como el capitalismo ubica su visión poniendo a la naturaleza como un recurso a explotar de manera insostenible, agregándole valores como la
competitividad, la productividad y la eficiencia sin importar el impacto social que ello tenga.
Vivimos en un sistema donde a partir de la diferencia se discrimina, se criminaliza
y se mata, donde las jerarquías son un medio de opresión totalmente valorado y
respetado. Donde la educación formal no es orientada a pensar sino a la formación
de tecnócratas al servicio de las empresas. La dependencia, el conformismo y la
violencia son parte de la cultura capitalista.
El capital, en su expresión latinoamericana, en varios de nuestros países se ha
visto reducido a ser gerente de los intereses capitalistas de las transnacionales
(privatizando los ecosistemas, cuidando la propiedad privada, militarizando,
reprimiendo, etc.). En otros, en tanto, son objeto de disputa por parte de los
movimientos sociales, aunque en ese proceso asimismo se ven actuar las fuerzas
retardatarias de los antiguos regímenes que se niegan a verse desplazados.
Son solo algunas de las problemáticas que enfrentamos los pueblos viviendo en
este Estado Terrorista y Genocida de Guatemala, por ejemplo.
La Soberanía Alimentaria es una propuesta radical y una
construcción antisistémica que genera cambios sociales hacia
una forma de vida armónica con la naturaleza, independiente de
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la economía global, que parte de establecer relaciones
horizontales de poder.
Decimos que es Radical porque regresa a la raíz, revalora el conocimiento
ancestral y cultural de los pueblos Mayas, Xincas, Garífunas, Andinos y Mestizos de
Nuestra América. Aquí es donde se desarrolló una agricultura que respeta la vida
y la regenera constantemente, es diversa y está llena de historia y creatividad.
Este conocimiento se demuestra con la presencia de calendarios agrícolas
ceremoniales, el manejo de la luna, el sol y los planetas en la agricultura, las
formas de organización en defensa y manejo de los elementos naturales, la
riqueza culinaria, el uso y cuidado de plantas medicinales, la económica
campesina, etc.
Antisistémica porque reclama reforma agraria integral, dando valor a la
recuperación de territorios que han sido usurpados por oligarcas, criollos, militares
y transnacionales en los territorios latinoamericanos y caribeños.
La Agroecología, con sistemas agroalimentarios que manejan el equilibrio animal y
vegetal, se conservan, mejoran, intercambian y se multiplican las semillas nativas,
se protege el suelo con cobertura vegetal y se enfría el planeta. Para nosotros,
desde la Agroecología no existen las “plagas” sino únicamente insectos, no hay
“malezas” sino hierbas y todo el sistema es al fin un proceso regenerativo con un
intercambio de conocimientos de experimentadores y experimentadoras por miles
de años.
La Agroecología crea una economía antisistémica, donde la base es la comunidad,
se da el intercambio, es local, es de beneficio familiar, es sana, responsable con el
ambiente, no depende del mercado global y se consume fresco. Nos empuja a la
búsqueda de una Soberanía Energética.
Crea nuevas relaciones sociales, basadas en el apoyo mutuo, la solidaridad, la
cooperación, y la independencia autonomía de trasnacionales.
La Soberanía Alimentaria es acción directa y modifica el Sistema de hecho, sin
entrar en el juego de las negociaciones, porque se construye: no se pide.
En ese sentido, como Movimiento Latinoamericano de Agroecología estamos muy
felices por el nacimiento en Colombia de la Alianza por la Soberanía Alimentaria de
los Pueblos de América Latina y el Caribe a comienzos de agosto en Bogotá,
Colombia, cuyos principales momentos, resoluciones y avances pueden recorrerse
en las próximas páginas.
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En medio del duro proceso de esos hermanos y hermanas, indígenas, afros,
campesinas y campesinos por lograr una paz con justicia social y con todas las
voces presentes, nos dimos cita integrantes de 23 redes regionales y
continentales para estructurarnos en esta Alianza que es la maduración social,
política y organizativa del Comité Internacional de Planificación (CIP) para la
Soberanía Alimentaria.
Fuimos parteras y parteros de ese nacimiento, formaremos parte de su Comité
de Facilitación junto a otras organizaciones y asumiremos junto a ellas los
desafíos y las esperanzas de este espacio continental.
La Asamblea resultó asimismo un espacio de formación en materia de
estructura y trabajo de las organizaciones y movimiento sociales en espacios
multilaterales como el Comité de Seguridad Alimentaria Mundial, donde
también como MAELA tenemos una apuesta grande de trabajo y construcción.
Como espacio en construcción, la Alianza invita a sumarse a este desafío a
todas las redes regionales y continentales que abracen la Soberanía
Alimentaria como mandato político y de movilización hacia el Buen Vivir.
En esta edición de Hoja a Hoja repasamos algunos de los momentos de esa
Asamblea histórica.
Estamos en convergencia
El equipo de comunicación de MAELA integra el esfuerzo de varios
colectivos de comunicadores/as de los movimioentos sociales que,
en una lógica de convergencia y colaboración, en base a un fuerte
intercambio político, de prácticas y metodologías, intentamos
quebrar el cerco informativo que los medios de comunicación del
capital coloca sobre las luchas de los movimientos sociales. Así,
expandimos las llegadas de nuestros mensajes, nuestra solidaridad,
nuestras propuestas y construcciones.
El reciente Encuentro Internacional de la Marcha Mundial de las
Mujeres y el del Movimiento de Afectados por Represas de Brasil
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que se realiza la primera semana de setiembre son ejemplos de esa
dinámica.
Síguenos a través de nuestras redes sociales. Difunde! Rompe tú
también el cerco informativo!
El gran despojo
La disputa por la tierra en
Colombia; testimonio del diputado Wilson Arias
ante la Alianza por la Soberanía Alimentaria
El Banco Mundial
promueve en Colombia la titulación como forma de
“blindar” el proceso de
transferencia seis millones de hectáreas
desde las familias
campesinas hacia las empresas del agronegocio
y la minería en ese país. En paralelo, una
legislación busca formalizar el despojo de
un área similar en la altillanura (Orinoquía)
hoy en poder de la palma aceitera y la caña de
azúcar, vaciando platos para llenar tanques de
combustible.
Este proceso fue
expresado por el diputado colombiano caleño Wilson
Arias, en una
participación enmarcada en la Asamblea de la
Alianza por la Soberanía Alimentaria de América
Latina y el Caribe realizada a inicios de
agosto en Bogotá. (Ver nota completa)
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Surge la Alianza por la Soberanía Alimentaria
Por María Noel Salgado (CCC-MAELA)
La Soberanía Alimentaria está socavada por las instituciones multilaterales y por el capital especulativo. El control cada vez mayor de las empresas multinacionales
sobre las políticas agrícolas ha sido facilitado por las políticas económicas de las organizaciones multilaterales tales como la
Organización Mundial del Comercio -OMC-.
Frente a esto y desde hace más de una década, los movimientos sociales de pequeños productores de alimentos, han comenzado
un proceso de articulación en todos los continentes para defender la Soberanía Alimentaria frente al capitalismo que
renueva y recrea formas para condenar a los alimentos a la mera etiqueta de mercancía, sometiendo de esta forma a los
pueblos. En este contexto nace, en este proceso de articulación, el Comité Internacional de Planificación por la Soberanía
Alimentaria (CIP) como espacio internacional para articular
políticamente estas fuerzas.
(Ver nota completa)
Culmina
exitosamente I
Asamblea de la
Alianza por la
Soberanía
Alimentaria
Bogotá, 6 de Agosto de 2013
23 redes, movimientos y
organizaciones de América Latina y el
Caribe, acompañados por 11 organizaciones
colombianas terminaron
este martes 6 de agosto en
Bogotá, capital de Colombia, la I Asamblea de
la Alianza por la Soberanía Alimentaria de América
Latina y el Caribe.
Además de dar continuidad al enriquecimiento del
concepto de Soberanía Alimentaria y la lucha por la
misma, la jornada se realizó con especial interés en apoyar a las organizaciones
sociales y al pueblo de Colombia que buscan una salida definitiva al conflicto armado, a los
desplazamientos de millones de campesinas y campesinos, de indígenas y afrodescendientes, y al
conflicto ambiental actual en ese país suramericano.
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Declaración de la I Asamblea de la Alianza por la
Soberanía Alimentaria de América Latina y el Caribe
5 y 6 de agosto de 2013, Bogotá, Colombia
En representación de 23 redes, movimientos y organizaciones de América Latina y el Caribe y acompañados por 11 organizaciones nacionales, hemos llegado a Bogotá mujeres y hombres integrantes de organizaciones continentales y
regionales de campesinos y campesinas, de la pesca artesanal, la agricultura familiar, trabajadores y trabajadoras rurales, jóvenes, pueblos originarios, afrodescendientes,
movimientos agroecológicas, de derechos humanos y ecologistas, para sellar nuestro compromiso de culminación de la creación de la Alianza por la Soberanía Alimentaria de América Latina y el Caribe.
Nuestra Alianza emerge de un proceso histórico. Tenemos una historia de encuentro de más de 16 años. Tenemos una historia que abonamos con esfuerzo y con luchas que data de mediados de los 90. Donde en medio de una crisis que nos condenaba al hambre y a la desnutrición, los gobiernos y la FAO nos daban como respuesta la seguridad alimentaria, propuesta que no daba cuenta ni de nuestras demandas ni dimensionaba la crisis por la que el planeta atravesaba. Desde el nacimiento del concepto de Soberanía Alimentaria que se discute y define por primera vez en la II Conferencia Internacional de la Vía Campesina, realizada en Tlaxcala, México, en abril de 1996, hemos recorrido un largo camino enriqueciendo este concepto para convertirlo en un legado.
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Cuando hace un año decidimos realizar esta Asamblea en Colombia lo hicimos con la decisión de apoyar a las organizaciones sociales colombianas y al pueblo de Colombia que desde la resistencia y la articulación buscan una salida justa y definitiva al conflicto armado, a los desplazamientos de millones de campesinos, indígenas y afrodescendientes y a la devastación ambiental y territorial. Lo hicimos con plena consciencia de la importancia que tenía reunirnos en un país atravesado por conflictos y disputas por los territorios desde hace décadas que resultan emblemáticos del modelo de apropiación de territorios, destrucción de la naturaleza y expulsión de nuestros pueblos que con diferentes matices e intensidades son llevados adelante por los poderes corporativos en todo el continente. Esto cobra hoy mucha mas relevancia ante la posibilidad cierta de la finalización del conflicto armado con la concreción de la puesta en
marcha de las negociaciones de paz.
Estamos seguros que los próximos meses pondrán a Colombia
en el centro de la escena latinoamericana en la cuestión de
tierras y la agricultura frente a los escándalos por el
acaparamiento de tierras por parte de corporaciones como
Cargill que demuestran la continuidad del modelo de despojo y
apropiación apoyado por el gobierno nacional.
Desde el 2002 a la fecha participamos de tres Conferencias Especiales donde logramos llevar la voz de la sociedad civil y la posición política a los gobiernos y la FAO, participamos de la Conferencia de Reforma Agraria y Desarrollo Rural, de las Directrices Voluntarias por la Tierra y el Territorio, de la Conferencia Interparlamentaria sobre derechos a la seguridad alimentaria, de los Mecanismos de la Sociedad Civil del Comité de Seguridad Alimentaria Mundial. En cada una de estas Conferencias llevamos a cabo Foros Paralelos de articulación y debate donde elaboramos nuestras propias propuestas, iniciativas y fortalecimos nuestros mecanismos de articulación logrando en el año 2012 que la FAO se comprometa a discutir la soberanía alimentaria, entre otros logros.
Todo este transitar nos sirvió como organizaciones y movimientos que promovemos y defendemos la soberanía alimentaria para fortalecer nuestras alianzas, construir confianza y propuestas. Como resultado de este proceso, sentimos central profundizar la acumulación de fuerzas populares para nuestra soberanía alimentaria. Para ello entendimos necesario
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transformar la forma de organizar la articulación y en marzo de 2012 fundamos, en Buenos Aires, la Alianza por la Soberanía Alimentaria de América Latina y el Caribe.
La Alianza que hoy consolidamos en esta primer Asamblea constituye una confluencia de redes regionales y subregionales que se propone ser una fuerza de unidad de los pueblos que luchan por la Soberanía Alimentaria como elemento sustancial en la construcción de un nuevo modelo de sociedad basada en el Buen Vivir y la Soberanía Popular. Nuestra Alianza está llamada también a contribuir a la resistencia al modelo de desarrollo imperante que privatiza los sistemas alimentarios, la cultura, saberes y conocimientos a favor de las grandes corporaciones. Desde estas posiciones nos definimos autónomos, miembros del Comité Internacional de Planificación para la Soberanía Alimentaria CIP y con voluntad de diálogo para con los gobiernos y los organismos internacionales.
Nuestra compromiso es llevar adelante la lucha por la Soberanía Alimentaria asumiéndola como principio, visión, legado, derecho y deber construido por los Pueblos Indígenas, campesinos, agricultores familiares, pescadores artesanales, mujeres, afrodescendientes, jóvenes y trabajadores rurales, que se ha convertido en una plataforma aglutinadora de nuestras luchas y en una propuesta para la sociedad en su conjunto.
Asumimos la defensa de nuestros Territorios que incluyen las tierras, los océanos, las aguas y los bosques, para fortalecer la lucha contra el acaparamiento y la explotación a gran escala; el extractivismo y privatización de bienes; la agricultura industrial a gran escala, fomentada desde la lógica del sistema capitalista es el modelo predominante en nuestros países que mercantiliza la vida y precariza las relaciones laborales, debilitando las condiciones de vida de los asalariados. No nos resignamos a ver nuestros territorios, nuestros mares y nuestros ríos contaminados y degradados por la aplicación de agrotóxicos, medicamentos y miles de productos químicos producidos por este modelo de muerte y seguiremos luchando contra su imposición y para mantener libres de ellos a los mismos.
Esta lucha por el Territorio conlleva el derecho a la autodeterminación y el derecho al Consentimiento libre, previo e informado de los pueblos. Y va ligada indisolublemente a la lucha por una Reforma Agraria Integral que impulse la restitución y reconstrucción territorial, rural, urbana y acuática, y la tenencia de la tierra de los pueblos indígenas, originarios.
En este caminar nos hemos encontrado en la defensa de nuestra Biodiversidad a partir de las prácticas agrícolas tradicionales de nuestros
pueblos con base agroecológica que son una respuesta concreta a los graves problemas globales que sufre nuestro planeta.
Nuestros sistemas productivos tienen la capacidad de enfriar el planeta, de producir alimentos respetando y alimentando la biodiversidad y nuestros bosques y de cuidar y alimentar nuestros suelos que están siendo desertificados gravemente como consecuencia de la imposición de la agricultura industrial.
La lucha por la Biodiversidad incluye la protección de las semillas y el conocimiento tradicional, libre de patentes y de propiedad intelectual. Nos manifestamos contra las tecnologías tales como los transgénicos, la geoingeniería, etc., que amenazan, socavan, destruyen los ecosistemas terrestres y acuáticos y se apropian o contaminan los saberes
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ancestrales. Así mismo, estamos definitivamente comprometidos en recuperar y defender la diversidad silvestre y cultivada, especialmente de las semillas y animales como patrimonio de los pueblos.
Ello implica también contribuir a la resistencia al modelo de desarrollo imperante que artificializa, privatiza y mercantiliza los sistemas alimentarios. Rechazamos el sistema capitalista, patriarcal, y cualquier tipo de discriminación, reafirmando nuestro compromiso en lograr una equidad total entre hombres y mujeres. Este sistema es el que hoy produce como resultado la violencia, la militarización y la criminalización de nuestras luchas y resistencias.
Elegimos la vía de la Agroecología como modo de vida que
recupera todo lo que hemos perdido, una conexión con los
saberes ancestrales.
Es una fuerza que enfrenta al modelo capitalista; rescata los mercados locales como parte fundamental de preservar los valores, saberes de las comunidades; pone en discusión los precios, fomenta el intercambio y el trueque como modelo económico de una economía social y solidaria basada en la sustentabilidad, redistribución y la reciprocidad. Es una propuesta alternativa al cambio climático que afecta principalmente a los productores de alimentos locales.
La alimentación no es una mercancía sino un derecho humano reconocido por los Estados a partir de diversos instrumentos jurídicos internacionales. Reconocer este derecho plantea la obligación de los Estados de respetar, proteger y garantizar el Derecho a la Alimentación de los pueblos y en especial de los productores de alimentos, que se garantice el derecho al trabajo y empleo dignos, al salario justo basado en los principios de justicia social y dignidad humana.
El camino que hemos emprendido, tal como lo hemos compartido, es fruto de casi dos décadas de construcciones colectivas en diferentes ámbitos que hoy nos permiten asumir este nuevo desafío que dejando de lado diferencias puntuales nos hace unirnos en la diversidad para fortalecer y lograr un potente accionar colectivo transformador.
Un componente estratégico en estas luchas por Soberanía Alimentaria desde los territorios es la comunicación, entendida en su rol transformador, unificador, creador de sentidos y valores que representan nuestros objetivos políticos y no como mercancía como la entiende el mercado informativo. En ese sentido, la Alianza reivindica el papel de la comunicación desde los movimientos sociales y comunitarios, que visibilice los procesos de resistencia y la construcción de propuestas, con carácter colaborativo, solidario y complementario.
Asumimos plenamente el compromiso de seguir a partir de hoy fortaleciendo esta Alianza y alimentarla con la integración de nuevas articulaciones para desde el internacionalismo, la solidaridad, la
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defensa del bien común, el respeto por la autonomía y la autodeterminación de los pueblos lograr las transformaciones que la crisis presente y el compromiso con las futuras generaciones nos demandan.
Expresamos nuestra solidaridad y compromiso con todos los movimientos sociales de Colombia con el convencimiento de que una paz duradera solamente será posible cuando se escuche la voz de las organizaciones, su demanda por una Reforma Agraria Integral basada en el respeto por los derechos colectivos territoriales y libres de explotación de proyectos de agronegocio o extractivistas donde la restitución de las tierras a las comunidades desplazadas se haga efectiva sin artilugios que legitimen la usurpación.
Celebramos con entusiasmo el renacer de la unidad de los movimientos sociales en América Latina en lucha por la Soberanía Alimentaria y en lucha por la vida durante la última década y los logros que hemos tenido en el camino de reinvidicar la dignidad, la justicia y el buen vivir de nuestros pueblos. El paso que estamos dando es trascendental en la lucha por lograr las transformaciones profundas que nuestro Continente requiere frente al agotamiento de un modelo de desarrollo que sobre la base del extractivismo en sus diferentes formas marca la continuidad de siglos de despojo y exterminio.
¡Construyendo la Unidad de los pueblos latinoamericanos y
caribeños para la Soberanía Popular y Alimentaria!
Agradecemos las fotografías que ilustran esta sección a Claudia Lotta.
>>>Más información>>> “No creemos en la inversión agrícola responsable” Movimientos sociales de América Latina y el Caribe debatieron en consulta regional sobre cuáles son las inversiones necesarias para el desarrollo rural Cronología de una Alianza 17 años de lucha por la Soberanía Alimentaria: intervención de Mario Ahumada en la Asamblea de la Alianza por la Soberanía Alimentaria en Bogotá, Colombia Mano a Mano con Saúl Vicente “Para el capital somos un estorbo” Con Luzmila Ruano, del Coordinador Nacional Agrario (CNA) de Colombia La Alianza fortalece Con Gerardo Jumí, de la Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas (CAOI)
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La Agroecología como base
La Asamblea de la Alianza por la Soberanía Alimentaria de América Latina y el Caribe que se realizó en Bogotá, Colombia, definió a la Agroecología como la vía para alcanzar dicho objetivo teórico y práctico, que incluya la defensa de los territorios, la biodiversidad y el enfrentamiento al modelo hegemónico de producción y comercialización de alimentos.
Varios integrantes de las regiones de MAELA, así como de su Comité Coordinador Continental estuvimos presentes en el colegio Jorbalán, a una hora al norte de Bogotá. Javier Rivera y Erminsu David Pavón (MAELA Colombia), Antonio González (MAELA Centroamérica), y María Noel Salgado y José Rivadeneira del Comité Coordinador participamos activamente de los grupos de trabajo y las plenarias, reivindicando un concepto de Agroecología que se distancie de un conjunto de prácticas para transformarse en un camino, productivo y social, hacia la Soberanía Alimentaria.
Al llegar a su fin el 6 de agosto la Asamblea de la Alianza por la Soberanía Alimentaria se reivindicó como un instrumento de unidad de los pueblos que enfrentan al modelo de producción y distribución alimentaria global, el cual mantiene en situación de hambre a mil millones de personas en todo el planeta.
Aunque se señala que la creación de esta Alianza “no parte de cero” dado que se basa en casi dos décadas de confluencia de organizaciones y redes regionales en lo cual ha dado luz y profundidad al concepto de Soberanía Alimentaria, la declaración final de la Asamblea, celebrada en las afueras de Bogotá, reconoce la importancia de estructurar esta plataforma dando inicio a una nueva etapa de confluencia y movilización.
“El objetivo de la Alianza es ser el instrumento de unidad de los pueblos que luchan por la Soberanía Alimentaria como elemento sustancial en la construcción de un nuevo modelo de sociedad basada en el Buen Vivir y la Soberanía de los Pueblos”, indica la declaración. Para ello se requiere resistir al modelo de desarrollo imperante “que privatiza los sistemas alimentarios, la cultura, saberes y conocimientos a favor de las grandes corporaciones”.
De esta forma la Soberanía Alimentaria se convierte en “principio, visión y legado construido por los Pueblos Indígenas, campesinos, agricultores familiares, pescadores artesanales, mujeres, afrodescendientes, jóvenes y trabajadores rurales, que se ha convertido en una plataforma aglutinadora de nuestras luchas y en una propuesta para la sociedad en su conjunto”.
Para ello, se reivindica la necesidad de defensa de los territorios entendidos como tierras, manglares, humedales, aguas y bosques, para fortalecer la lucha contra el acaparamiento y la explotación a gran escala; el extractivismo y privatización de bienes; la agricultura industrial a
Saludo de MAELA al
Encuentro Internacional de la Marcha Mundial de las
Mujeres en Sao Paulo, Brasil
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gran escala, fomentada desde la lógica del sistema capitalista todavía predominante que mercantiliza la vida.
Asimismo, la Soberanía Alimentaria con base en la Agroecología se señala como capaz de superar los grandes problemas ambientales que hoy amenazan la vida: la desertificación, el cambio climático y la pérdida de biodiversidad. Y claramente de dar respuesta al hambre en el planeta, así como al aumento inflacionario de los precios agrícolas.
Para la Alianza, la lucha por la Biodiversidad incluye la protección de las semillas y el conocimiento tradicional, libre de patentes y de propiedad intelectual. “Contra las ‘Monotecnologías’ tales como los transgénicos, la geoingeniería, etc., que amenazan, socavan, destruyen los ecosistemas terrestres y acuáticos y se apropian o contaminan los saberes ancestrales. Así mismo, significa recuperar y defender la diversidad silvestre y cultivada, especialmente de las semillas y animales como patrimonio de los pueblos”.
Para ello, la Alianza reivindica el camino de la Agroecología, entendida como “modo de vida que recupera todo lo que hemos perdido, una conexión con los saberes ancestrales. Es una fuerza que enfrenta al modelo capitalista; rescata los mercados locales como parte fundamental de preservar los valores, saberes de las comunidades; pone en discusión los precios, fomenta el intercambio y el trueque como modelo económico de una economía social y solidaria”.
Finalmente, los participantes de esta Asamblea fundacional manifiestan su convicción de que “el paso que estamos dando resulta trascendental en la lucha por lograr las transformaciones profundas que nuestro Continente requiere frente al agotamiento de un modelo de desarrollo que
sobre la base del extractivismo en sus diferentes formas marca la continuidad de siglos de despojo y exterminio”.
Escuche la entrevista hecha a la integrante del CCC María Noel Salgado por la radio comunitaria Contagio Radio de Bogotá.
FRENTE AL PARO NACIONAL AGRARIO EN CLOMBIA
LA PAZ Y EL AGRO COLOMBIANO NECESITA UNA ECONOMIA MAS
SOLIDARIA
Desde el pasado lunes 19 de agosto, se inició en Colombia lo
que se ha denominado el Paro Nacional Agrario. En municipios
de cerca de 12 departamentos se han registrado movilizaciones
y protestas de nuestros campesinos y pobladores urbanos. Al
paro agrario se suman ahora otros sectores sociales como los
camioneros, mineros, estudiantes, maestros, trabajadores de la
salud y las organizaciones sindicales anuncian su participación
en las nuevas jornadas que se programan.
Ver declaración completa de la Red de Economía Social y Solidaria de Colombia.