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    Jos Joaqun Fernndez de Lizardi y laeducacin de las mujeres: notas sobre lasheronas mexicanasColumba Camelia Galvn G aytn, UNAM. MxicoEn los primeros decenios del siglo XIX Jos Joaqun Fernndez de Lizardise ocup, en su actividad periodstica y literaria, de manera especial de laeducacin de su tiempo exponiendo sus caractersticas y proponiendomejoras para convertirla en un elemento que contribuyera al desarrollo yprogreso de la nacin. Lizardi escribe en medio de la lucha por laIndependencia, t ratando de que sus producciones contribuyan a lailustracin del pueblo, necesitado de una educacin libre de atavismos ysupersticiones; una educacin basada en la razn, necesaria para crearuna nacin independiente. Sumndose a los pensadores ilustrados quepusieron en la educacin la base para un nuevo orden social en el que lafelicidad del hombre y de la sociedad era el objetivo, Lizardi tambinseala la necesidad de la cooperacin femenina para alcanzarlo.

    El progreso y la prosper idad de la nacin requer a de unatransformacin de los valores: la razn y el conocimiento deban sustituira la supersticin; hbitos de trabajo, ahorro e iniciativa deban suplantaral ocio aristocrtico; el inters cvico deba vencer a la indiferencia. Laformacin de estas nuevas ideas deba hacerse en los nios desde susprimeros aos, y aqu el papel de la madre adquiri una importanciacada vez ms exaltada. Las mujeres slo podran cumplir con suresponsabilidad siendo ilustradas. Era necesario educarlas para ser madresresponsables, esposas ahorrativas y compaeras tiles para los hombres.En esta va educativa, Lizardi trata con gran inters la formacin einstruccin de las mujeres. Le resultaba de particular importancia querecibieran una educacin que les permitiera desempear adecuadamentesu papel de esposa y madre en beneficio de la familia y de la sociedad.Seala tambin Lizardi la necesidad de que aprendieran debidamente lashabilidades domsticas e incluso un oficio (que no implicara grandesesfuerzos fsicos, como el de relojero o sastre).En su novela La Quijotita y su prima (1818), El Pensador Mexicano seocupa de la educacin de las mujeres de su tiempo y pretende combatir

    los errores y preocupaciones ms comunes de la misma. Nuestro autorexpone aqu su concepto cristiano de la mujer, a saber, forma parte delgnero humano redimido por Jesucristo. Comparte con los hombres elpecado original; pero ambos son regenerables por el ejercicio de la razndebidamente encauzada.1

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    Lizardi y la educacin de las mujeres 205Si se acepta que la mujer es un ser de razn, entonces debe recibir unaeducacin y un trato adecuado a ello. El hombre ser el encargado depropo rcionarlo s; bajo su autoridad, herm anas, esposas e hijas aprendernnuevas ideas y conductas.No obstante que Lizardi mantiene la supremaca masculina sobre lasmujeres, su reconocimiento de la igualdad de capacidades 'espirituales'abre la posibilidad de independencia femenina al hacer uso de la razn,y con ella, de la capacidad de anlisis y crtica de ideas y situacionesespecficas.2Si en La Quijotita Lizardi establece com o lmite de accin de las mujeresel hogar; atento como estaba a su entorno social, no deja de reconocer lapresencia femenina en un mbito tan alejado de lo domstico como es elcampo de batalla insurgente. La participacin de algunas mujeres en estalucha es rescatada por Lizardi en un Calendario para el ao de 1825dedicado a las seoritas, especialmente a las patriotas por el PensadorMexicano?En la dedicatoria de este Calendario Lizardi seala nuevamente que laeducacin de las mujeres est a cargo de los hombres, y que si aqullascometen errores es porque los hombres las han inspirado, pues en el sexofemenino 'se halla / lo sabio, lo discreto / lo valiente, lo heroico, / losagaz y halageo.' Claro ejemplo de ello se tiene en numerosas mujeres'del mexicano suelo' que en la guerra de independencia 'fieles semantuvieron / a la santa causa / que defendi algn pueblo. / Y slofieles?, no, / heroicas en extremo, / como lo saben todos / los que lasconocieron, / o tuvieron noticia / de sus famosos hechos'.Cinco son las mujeres de las que Lizardi nos da noticia: Mara JosefaHuerta Escalante, Leona Vicario, Mariana Rodrguez de Lazarn, MaraFermina Rivera y Manuela Herrera. De las cuatro ltimas presenta igualnmero de lminas que ilustran el Calendario, junto con una de ManuelVillalongn.La primera 'patriota' de este sumario fue vctima del jefe realistaTorcuato Trujillo, quien al no poder prender al insurgente ManuelVillalongn apres a su esposa Mara Josefa, sentencindola a muerte;pena que le fue conmutada por ocho aos de reclusin en el convento deMagdalena, Puebla, lugar de donde fue rescatada por Villalongn.Leona Vicario, la segunda patriota referida, ocupa la nota histricams extensa del Calendario, de ella Lizardi dice: 'naci amante de lalibertad de su patria'. Seala que desde la prisin del virrey Iturrigaray(1808), Leona Vicario comenz a preparar el espritu pblico a favor dela independencia, y, luego del grito de Dolores, 'solt las velas a supatriot ismo' .Mariana Rodrguez de Lazarn 'debi a la naturaleza un talentodespejado para conocer los derechos de su patria, y una fibra bastantedelicada para sentir su usurpacin'. Al lado de su esposo, Manuel lazarn,part icip de una conspiracin contra el gobierno despus de la

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    206 Columba Camelia Galvn Gaytnaprehensin de Hidalgo. Descubiertos, fueron presos e incomunicados.Mariana se confes culpable slo despus de que todos los hombres lohicieron; 'viendo que todo se haba perdido y nada avanzaba con susecreto dijo: pues los seores o los nenes no han tenido carcter, es intilque guarde ms silencio'.Mara Fermina Rivera, esposa de Jos Mara Rivera, coronel en lastropas de Vicente Guerrero, fue compaera de armas de los insurgentes,con ellos padeci climas ingratos, pas hambres y atraves caminosfragosos. En ocasiones - dice Lizardi - cuando alguno de los combatientesmora, ella tomaba el fusil y 'sostena el fuego al lado de su marido conel mismo denuedo y bizarra de un soldado veterano'.'La benemrita ciudadana' Manuela Herrera cierra la quinteta depatriotas reseadas por Lizardi. Ella, junto con su hermano Mariano seunieron a Francisco Javier M ina, y con l fueron sorprendidos y apresadospor el ejrcito realista. Manuela 'sufri mil insultos de una soldadescavengativa, hasta desnudarla, amarrarla y hacerla caminar a pie cerca dedos leguas'. Nos sorprende Lizardi al sealar que Manuela Herrera eraya en su tiempo 'elogiada en papeles pblicos de Londres y de los EstadosUnidos' cuando en Mxico apenas si se tenan noticias sobre ella.Apunta Lizardi que este grupo de 'seoras pa triotas' es solo una muestrade las que pueden citarse, pues no deben olvidarse, por ejemplo, lacorregidora Josefa Ortiz de Domnguez, Ana Mara Garca, Mara PetraTeruel de Velasco y las seoras Gonzlez. Un comn denominador enestas heronas de la patria era su pertenencia al grupo con recursoseconm icos, mismos que pusieron al servicio de la causa insurgente, comoLeona Vicario y Manuela Herrera.Leona Vicario ocupa un sitio relevante en la participacin de las mujeresen la lucha por la independencia. Sus contemporneos ya la reconocan.El mismo Lizardi dice haber tenido la satisfaccin de hacerlo en pblico:

    con aquel disimulo que dictaba la prudencia y el temor a nuestrosenemigos. S, yo elogiando por las prensas a una dama griega llamadatambin Leona, hice la apologa de la nuestra, lo que todos entendieron ,aunque el gobierno estaba imposibilitado de reconvenirme segn laley. El am or de la patria (son mis palabras en el tom o III de mi peridicotitulado El Pensador Mexicano, impreso en el ao de [1]814), el amorde la patria ha llenado de valor al sexo dbil, y las flacas mujeres hanhecho prodigios extraordinarios. Una dama ateniense llamada Leonasufri constantemente los tormentos que la mand dar el tirano Hippias,sin conseguir ste que aquella herona descubriese a los codefensores desu pa tria. Esto es, a los que conspiraban contra el tirano. El tiempo enque escrib esto, ser yo el autor, cuyas ideas bien conoca el gobierno,y las circunstancias tan idnticas entre la Leona ateniense y la m exicana,no dejaron duda en que mis elogios se dirigan a la constancia de sta.

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    Lizardi y la educacin de las mujeres 207La participacin femenina en la lucha por la Independencia es paraLizardi un acto para admirarse y alabarse, por el beneficio que acarrea ala nacin, pero no debe ser ejemplo a imitarse, ya que era preferible quela mujer se mantuviese subordinada al hombre, cumpliendo su papel deesposa y madre.Como l mismo seala, en 1814 puso de relieve las acciones de lasmujeres fuera de la esfera domstica; a fines de 1818, tres aos despusde la publicacin de La Quijotita, apareci el folleto Cincuenta preguntasde El Pensador a quien quiera responderlas,donde en 7 preguntas - de la43 a la 49 - trata el tema de la participacin de las mujeres en poltica.Dice que como ciudadanas tienen derecho a ir como diputadas a Cortes,pues si no son ciudadanas, 'estn de peor condicin que los originariosde frica, declarados ciudadanos en el imperio como cualquier hijo devecino.'4En Anita la tamalera ha dado en ser diputada y en Respuesta de ElPensador a Anita la tam alera, ambos folletos de 1826, Lizardi continael tema de la mujer en la poltica y, fiel a su idea del papel de la mujer enla sociedad, aconseja a su interlocutora desista de su idea de ser dipu tada,que su talento ha de usarlo en beneficio de su familia. En la Respuesta aAnita dice:en nuestra misma patria, en la revolucin pasada hem os tenido mujeresheronas que han prestado servicios distinguidos de valor y desinters.Esto prueba que las mujeres, por serlo, nunca desmerecen los msaltos puestos de la repblica, pues que las ha habido tan tiles comolos hombres para las artes y las ciencias, para los tribunales y lasctedras, y para las campaas y los tron os . Hasta aqu dirs que trabajoa tu favor, y es verdad; pero no lo es menos que no son convenienteslas mujeres, en lo general, para desempear las magistraturas y otroscargos propios de los hombres. En primer lugar, porque no tienen,por lo regular, ni el talento ni la educacin necesarias; en segundo,porque son destinadas por la naturaleza para la alta dignidad demadres; y es ms til una mujer desempeando aquel t tulo, ycuidando a sus hijos y marido, que ocupndose en otros ejercicios.5

    En el citado Calendario de 1825, nuestro autor escribe unos versospara cada mes en los que priva el consejo de que las mujeres han de serbuenas esposas y madres, esto ltimo sobre todo para que enseen a sushijos a defender a la patria. 'Insprale a tu prole / el patriotismo / que elque no ama su patria / es un indigno./ Libres nacisteis / dile siempre a tushijos, / pues morid libres.'Resulta ev idente la contradiccin de El Pensador Mexicano al reconocer,por un lado, el derecho de las mujeres a la educacin y la ejemplarparticipacin en la lucha independentista, y recomendar, por otro, quese mantuviesen en su papel pasivo y dominado. Pero, recordemos que la

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    208 Columba Camelia Galvn Gaytndefensa de la patria, la creacin de una nueva nacin fue para Lizarditarea insoslayable, por ello admir y rescat, entre los primeros, lapresencia femenina en la guerra de Independencia.

    Leona Vicario conminar a Lucas Alamn al reconocimiento que Lizardiya haba externado. En una carta publicada en El Federalista del 2 deabril de 1832 dice:

    Confiese usted, seor Alamn, que no slo el amor es el mvil de lasacciones de las mugeres: que ellas son capaces de todos los entusiasmosy que los deseos de la gloria y de la libertad de la patria, no les sonunos sentimientos extraos; antes bien suelen obrar en ellas con msvigor, como que siempre los sacrificios de las mugeres sea el que fuereel objeto o causa por quien las hacen, son ms desinteresados, y pareceque no buscan ms recompensa de ellos, que la de que sean aceptados.6

    NOTAS1 Mara del Carmen Ruiz Castaeda, introduccin a Jos Joaqun Fernndezde Lizardi, La Quijotita y su prima, 5a ed (Mxico: Porra, 1990; SepanCuantos, 71), p. xi.2 Nancy Vogeley, 'La Quijotita y su prima: la mujer como sujeto colonial',ponencia presentada en el VII Simposium Internacional de CamposSemiticos: Homenaje a la lengua escrita castellana (Jalapa, Mxico,1992).' Publicado enJos Joaqun Fernndez de Lizardi, Obras XIII, recopilacin,edicin y notas de Mara Rosa Palazn Mayoral e Irma Isabel FernndezArias, prlogo de la primera (Mxico: UN AM , 1995 ). Todas las referenciassobre las heronas proceden de este Calendario.4 Jos Joaqun Fernndez de Lizardi, Obras XI. Folletos (1821-1822),edicin, notas y presentacin de Irma Isabel Fernndez Arias (Mxico:

    UNAM, 1991), p. 348.5 Ambos folletos aparecen en Obras XIII, citada en la nota 3.6 C. A. Echnove Tru j i l l o , Leona Vicario. La mujer fuerte de laIndependencia (Mxico: Ediciones Xchitl, 1945;Vidas Mexicanas).

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