Educamos o Dominamos

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-ABSTRACT- El análisis de la problemática de la educación no es tarea sencilla. El hecho educativo y su reflexión teórica son nociones atravesadas por múltiples contradicciones, mitos, dilemas y paradojas que se han ido construyendo social e históricamente. Si esta realidad heterogénea pasible de ser pensada desde configuraciones múltiples y contingentes, deja indefinido el lugar y las características de la escuela pública actual, debemos darnos a la tarea de preguntarnos ¿dónde estamos parados hoy?, ¿dónde queremos llegar? Y ¿qué hacemos en el mientras tanto?… Desde nuestra perspectiva la educación debe repensarse en función de las nuevas realidades, entendiendo que no hay una realidad única, sino múltiples realidades diversas, las cuales requieren una respuesta diferente. Nos proponemos dar respuesta a estas preguntas, desde nuestra práctica diaria apoyándonos teóricamente en los trabajos de Pablo Freire, Sandra Carli, Silvia Duschatzky y Rodolfo Kusch. El análisis de la problemática de la educación no es tarea sencilla. El hecho educativo y su reflexión teórica son nociones atravesadas por múltiples contradicciones, mitos, dilemas y paradojas que se han ido construyendo social e históricamente. A través de la historia el término educación encuentra una pluralidad de significados, no hay sentidos equivalentes en todos los tiempos y en todas las situaciones, por ello no podemos adjudicar ningún contenido o significado último y verdadero. Desde nuestra perspectiva la educación debe repensarse en función de las nuevas realidades, entendiendo que no hay una realidad única, sino múltiples realidades diversas, las

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-ABSTRACT-

El análisis de la problemática de la educación no es tarea sencilla. El hecho educativo y su reflexión teórica son nociones atravesadas por múltiples contradicciones, mitos, dilemas y paradojas que se han ido construyendo social e históricamente. 

Si esta realidad heterogénea pasible de ser pensada desde configuraciones múltiples y contingentes, deja indefinido el lugar y las características de la escuela pública actual, debemos darnos a la tarea de preguntarnos ¿dónde estamos parados hoy?, ¿dónde queremos llegar? Y ¿qué hacemos en el mientras tanto?…

Desde nuestra perspectiva la educación debe repensarse en función de las nuevas realidades, entendiendo que no hay una realidad única, sino múltiples realidades diversas, las cuales requieren una respuesta diferente.

Nos proponemos dar respuesta a estas preguntas, desde nuestra práctica diaria apoyándonos teóricamente en los trabajos de Pablo Freire, Sandra Carli, Silvia Duschatzky y Rodolfo Kusch.

 El análisis de la problemática de la educación no es tarea sencilla. El hecho educativo y su reflexión teórica son nociones atravesadas por múltiples contradicciones, mitos, dilemas y paradojas que se han ido construyendo social e históricamente.  A través de la historia el término educación encuentra una pluralidad de significados, no hay sentidos equivalentes en todos los tiempos y en todas las situaciones, por ello no podemos adjudicar ningún contenido o significado último y verdadero.

Desde nuestra perspectiva la educación debe repensarse en función de las nuevas

realidades, entendiendo que no hay una realidad única, sino múltiples realidades

diversas, las cuales requieren una respuesta diferente… en este sentido quizá haya que

pensar la escuela en relación a cada región, y cada realidad, y no pensar en una escuela

única con similares características a lo largo de toda la Argentina, porque evidentemente

ya no hay posibilidad de homogenización.

La educación argentina enfrenta hoy una crisis profunda y radical que provoca entre

sus actores distintas reacciones. Entre ellas, una creciente desorientación respecto del

presente y una fuerte desconfianza en el futuro. La escuela actual no se ha adaptado a

los grandes cambios de nuestra sociedad. Se siguen repitiendo viejos esquemas para

transmitir conocimientos. Habría que preguntarse si realmente está el sistema educativo,

los docentes, todo el edificio educativo en general, preparado para educar y hacer frente

a esta nueva sociedad. La actual lógica de subordinación de la escuela a las necesidades

del mercado, requerirá que las instituciones educativas entren en un proceso de

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reinvención de la institución, en el cual el conocimiento y la innovación tendrán que ir

unidos a los beneficios sociales. La escuela debe ser el lugar en donde se produzca el

tránsito de una sociedad autocrática, intolerante y dogmática a una sociedad

democrática, tolerante y crítica.

Hasta llegar a esa transformación de la educación debemos pensar en una pedagogía

de transición, Y en este sentido creo que los maestros descriptos por Silvia Duschatzky,

podrían ser los que lleven a cabo la misma. La autora describe a los maestros errantes

como cazadores de signos, habla de un maestro heterodoxo, abierto a la

experimentación que puede utilizar y aprovechar educativamente diferentes tipo de

situaciones y considerarlas como oportunidades que se abren. El maestro errante

tartamudea, se permite dudar, se descorre del sitio aquel del que todo lo sabe y controla,

habilitando, así, al otro, generando de allí una oportunidad.

Los maestros errantes se mueven en recorridos imperceptibles. Expresan una

curiosidad existencial, quieren saber, conocer quiénes son los jóvenes con los que

trabajan, así su espacio de intervención no está definido por las fronteras institucionales

sino por los circuitos que atraviesan los chicos. Este corrimiento subjetivo implica

entrar en sus vidas y estar dispuesto a pensar lo que no se había pensado aún.

Para la autora estos maestros errantes tienen la capacidad de trascender la

heterogeneidad1.

Para poder llegar a una escuela que trasmita una sociedad democrática, tolerante y

crítica hay que pensar en el vínculo entre aquel que enseña y quienes aprenden, un

vínculo que, pensado desde Freire, no puede ser construido desde la ira o el odio, que no

se puede reducir a la trasmisión de contenidos y destrezas. “Es preciso que quien se está

formando, desde el principio mismo de su experiencia formadora, al asumirse también

como sujeto de la producción del saber, se convenza definitivamente de que enseñar no

es trasferir conocimiento, sino crear las posibilidades de su producción o construcción.”2

Frente a las nuevas subjetividades de los jóvenes que rechazan la forma clásica de

escolaridad, la escuela debe potenciar el carácter crítico en las culturas juveniles

actuales. Integrar y respetar al otro; comprender los cambios propios y ajenos, reconocer

la injusticia y trabajar para revertirla, construir un sentido de autonomía y

responsabilidad personal.

1 DUSCHATZKY, Silvia Maestros errante, Págs. 87 a 1142 FREIRE Paulo, Pedagogía de la autonomía, Pág. 24