“Cuando la Cruz Cae en brazos abiertos para reCibirla, en vez de maderos que aplastan, se Convierten en alas que elevan”

(nazaria ignaCia).

la Cruz evangelizadoraLa cruz anima nuestra espiritualidad misionera, ella expresa el Amor sin límites de Cristo para la salvación de la humanidad. Nazaria nos muestra la capacidad de amar este misterio y ser un instrumento al servicio de la misión en el afán de llevar la Buena Noticia a Todos.

EElla se involucró en los problemas de la gente, sirviendo y atendiendo las necesidades más apremiantes de niños, jóvenes, mujeres y

ancianos; testimoniando el evangelio en contextos sociopolíticos complejos como la Guerra del Chaco entre Paraguay y Bolivia, y la Segunda Guerra Mundial entre otros.

Ella fue sin duda alguna, una extraordinaria mujer de fe, que desde muy joven y con su testimonio valiente, cambió definitivamente el paradigma de mujer y de religiosa. Sembró en nosotros la lucha por la defensa de los derechos humanos, en especial por los derechos de la mujer, fue y es una luz que guía nuestro camino misionero desde Oruro al mundo.

Nosotros vemos en la Madre Nazaria un ejemplo de profecía evangélica, queremos que ella siga siendo testimonio e inspiración para jóvenes, laicos, hombres y mujeres, que amando a Jesús lleven su Palabra con alegría más allá de las fronteras.

Cada Iglesia de nuestro continente tiene testigos de santidad y de entrega misionera. En esta etapa de preparación al Vº Congreso Americano Misionero es fundamental tenerlos presente para que nuestra misión tenga rostro propio.

pidamos al señor y a la bienaventurada madre nazaria ignaCia que guie nuestros pasos para dar

testimonio alegre y fiel de la presenCia y el amor de dios por toda la humanidad.

CONfErENCIA EPISCOPAL BOLIVIANAOBrAS MISIONALES PONTIfICIAS

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www.misionerascuzadasdelaiglesia.net

Compartimos con ustedes la historia de una mujer valiente que amaba a Jesús con todo su corazón, que respondió con su vida y entrega a la misión que Él le había encomendado.

Nació en Madrid – España el año 1889 y se llamó Nazaria Ignacia de Santa Teresa de Jesús March Mesa. Llegó a Oruro-Bolivia en 1912 como Hermanita de los Ancianos Desamparados. Vivió y trabajó arduamente dedicándole su vida al Señor, sirviendo a sus hermanos.

Por una iluminación del Espíritu Santo y, viendo la realidad difícil de ese tiempo, ocho años después de su llegada decidió fundar la Misión de la Cruzada Pontificia que los Obispos vieron con buen agrado y apoyaron dicha fundación. Esta obra misional hoy perdura y sigue realizando un servicio valioso a los más necesitados.

A las hermanas que siguen sus pasos las conocemos como Misioneras Cruzadas de la Iglesia, primera congregación religiosa femenina fundada en Bolivia.

El Papa San Juan Pablo II la beatificó el 27 de septiembre del año 1992. Damos gracias porque su obra social y misionera, se halla hoy extendida en 21 países de cuatro continentes.

La Madre Nazaria Ignacia, junto con sus Hermanas vivía sirviendo a los pobres en las periferias de la ciudad de Oruro. Ella prefería estar en las zonas mineras y rurales. Se preocupó fundamentalmente en organizar casas de acogida para niños huérfanos, a quienes dio educación y alimento, a través de la “olla del pobre”, actividad que continua hasta el presente.

Creó centros profesionales de formación técnica para mujeres y la revista “Adalid de Cristo rey”, apoyó a empleadas del comercio y mercados en la organización del primer sindicato obrero femenino de Bolivia y América, en 1933. Organizó y sirvió a mineros, migrantes y desempleados en Bolivia, por el cierre de las minas salitreras en el norte de Chile.

La obra evangelizadora que Dios le confió, creció y se extendió rápidamente en nuestro territorio y en otros países como: Argentina, Uruguay, España, hasta extenderse por América, Europa, África y Asia.

Misionera que se acercó a los más necesitados por amor a Jesús y por su fidelidad al llamado que Él le hizo. Su corazón y todo el servicio que realizó estuvieron siempre abiertos a todos, aunque se dedicó preferentemente a los pobres y marginados. Por ellos trabajó incansablemente, atenta a sus necesidades y tratando de cambiar las causas que producen pobreza, exclusión y que hieren a la dignidad de los hijos de Dios.

Buscó no sólo los medios para ayudar a los pobres, sino que se esforzó en capacitarlos para que puedan defenderse en una sociedad injusta; les ayudó a encontrar trabajo, a elevar su dignidad humana de hijos de Dios. Ella decía: “Quiero levantar a Bolivia de su postración, no quiero sólo pan para sus pobres, ni repartir las limosnas que se recogen de la caridad sino elevar la dignidad moral de este pueblo, enseñándole a trabajar, procurándole trabajo digno, haciéndole sentir que en las manos de todos, y de cada uno está el participar de la belleza, de la armonía, de la dulzura y de la felicidad de sentirse hijos de Dios” (revista Adalid de Cristo rey, 1930).

Madre Nazaria Ignacia, en una época en que su condición de mujer y de religiosa constituía una limitación, actuó como visionaria y profetisa.

una misiÓn realizada Con amor¿quiÉn es nazaria?