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Administrador:
O.~ju~ln CarbaUedo
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I [ol!~iO~~! 'fa(Ii[aDt!~ ~! M!~i[iDa J [irn~ía~ Órgano. oficial de los Colegios unido. ' ~
~ . Director: Presidente del Colegio ,Central: ~
O. Eneique Quiíada O. Angel Baeal)ona
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ipreparaCión la más racional para curar la tuberculosis, bronquitis, catarros crónicos, infecciones gripales, enfermedades consunUvas, inapetencia, debilidad general, postración nerviosa, neurastenia,
enfermedades mentales, caries, raquitismos, escrofulismo, etc. Fr.aco 2,50 peaet.a.Depósito, Farmacia del Dr. Benedicto, San Bernardo, 41, Madrid y principales farmacias.
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tE Se dan lecciones de· Solfeo, Piano, Dibujos al Oleo, Acuarela, Pastel, Adorno, Figura,
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fía y Dibujo del Yeso. Clase Alterna, 15 pesetas, y Diaria, 25 pesdas mensuales.TIEMPO UNA HORA PALMA BAJA, 6 Loa honorario a .on adelantadoa.
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lol~tín ~~ lo~ [ol~~io~ ~~ ~ra[ti[ant~~ ~~ M~~i[ina y[irll~íaORGANO OfICIAL DE LOS COLEGIOS UNIDOS
Se publica la primera decena de cada mes
OlRecrOR: D. encique Quijada Oillapadlecna
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Direl'ci61Q y Jj dminf.traci6n: calle de Manuel Fernández y Conzález,núm. 8, pral.donde se dirigirá toda la curresp()lld~Dcia.
Año XII MADRID, JUNIO 1917 Núm. 107
1111
N om b re regIstrado
PREPARADO POR
Robert.--Lauria, 74
Phosphorrenal Roberl
(Granular, Elixir, Inyectable)
Ingeniero químico y Farmaciu leo
José Robect Solee
MARCA ReGISTRADA
RECO NS TI TU YEN.TE
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II Farrnaci91 BARCELONA 11 1$-------- "-'--'-'-~'~ ~.....-~~-~~-@
2 BOLETIN DE PRACTICANTES
SUMARIOEl doctor Garda Sierra y los practicantes, por O. Earique Qtlijada Villapadierna.-Oe Junta Cenlral,
. por O. Angel Barahona.--Figuras contemporáneas, por Q,¡ijada.-Absoluta necesidad de los servi·cios del practicante, por el doctor Julián de la Villa.-Una tarde de guardia, por Montenegro.Practicantes militares, por O. Leonardo Sánchez.-A favor de los practicantes de la Benl'ficenciamunicipal.-Sección cientifica, por el Dr. César Juarros.-Ecos.-Correspondencia administrativa.
n~o[lor ~aróa ~i!rra J lo~ Jra[li[anl!~Espronceda, aquel cantor tan vibrante que
lloró los defectos de la Humanidad dejando almundo literario un Diablo Mundo, y pintó elambiente nacional produciendo un Estudiantede Salamanca, dijo que «la vida es bella».
No hemos de contradecir al vate ilustre,como no contradeciríamos a otros pensadoresque han abundado en la misma opinión; perosi hemos de explicar a nuestra manera el significad de un aserto que envuelve en su vaguedad determinadas concreciones.
¡La vida es bella! ¡Quién 10 duda!; mas sepamos a qué vida hay que atrivuir esa belleza.
No será a la vida del misántropo; no será ala vida del asceta, que cifra sus deleites en loséxtasis producidos por una contemplación delas maravillas nacionales.
Esa vida, aunque sea bella, no aumenta contal condición sus encantos, porque entrrañauna belleza ajena a los esfuerzos del hombre
La belleza debemos aquilatarla en la vidasocial; en la vida donde palpitan las agitaciones del intelectualismo y de los trabajos de laHumanidad.
y para que la belleza sea un hecho en estavida, preciso se hace que haya convivientesque la hagan adorable o, cuando menos, deseable.
¡La vida social! ¿Y sus aspectos? Son muchos: el industrial, el artístico, el político, elcientífico y otros. Y en el mundo de la intelectualidad española figura en primera línea, enlugar preferentísimo, el doctor Garda Siena,
personalidad altamente simpática, y tan respetada por sus grandes méritos, como querido'por sus bellisimas dotes de carácter.
Sabio y respetado médico, el Sr. Sierra estambién conocido en todas las esferas del saber, pues su vida es un verdadero complemento de conocimientos y de erudición profunda,que sabe exponer con pintoresca frase y estilotan sencillo y elegante que deleita leerle y escucharle, aún en aquellas áridas estepas de lademostración científica, de cuyas observaciones hace lingotes de oro que vierte en sus conferencias, contribuyendo así no poco a la cultura nacional.
Demostración de 10 que digo es el nuevotriunfo que ha conseguido en el Congreso delas Ciencias que se ha celebrado días pasadosen Sevilla. En él se ha destacado poderosamente er trabajo presentado por nuestro ilustre protector doctor Sierra, una de las figurasmás sobresalientes de la Sanidad militar.
«Ensayos clínicos de seroterapia homóloga» es el título del trabajo presentado, y queinicia nuevos derroteros en el tratamiento delas enfermedades infecciosas. Consiste en inyectar de la sangre suero de los convalecientes enfermos que padecen la misma enfermedad que aquéllos acaban de sufrir.
Y, en fin, demostración palparía de su brillante gala oratoria es la noche del miércoles16 del pasado. .
Ante un público numeroso, que llenaba elamplio salón de actos del Colegio de Médicos,y en medio de las mayores demostraciones dI;
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entusiasmo, pronunció el ilustre médico quenos ocupa una conferencia completamnte improvisada, pues era distinta de la anunciadacon el título de «Reorganización científica yprofesional de la carrerra 'de practicantes enEspaña».
Mas no fué menos importante su oración.El conferenciante expuso en ella el estado actual de nuestra profesión y los medios de lograr su total reivindicación, reorganizando losestudios de la carrera del Practicante en armonía con el estado actual de las ciencias médicas.
La vasta cultura del conferenciante, una delas más sólidas de la juventud médica eSl?añola; su verbo flúido y enérgico, el dominioque de los asuntos que nos atanen tiene, por
estar preparando desde hace más de quinceaños a muchísimos practicantes, a quienesilustra con sus valiosísimos conocimientos,dándoles libros de texto reconocidos como degran mérito por el Consejo de Instrucción pública, y sobre todo esto, la virilidad con quedefendió ideas que en el ánimo de todos estaban latentes, arrancó aplausos y vítores a lamultitud que llenaba el salón, alcanzando elentusiasmo de los practicantes proporcionesgigantestas cuando el Sr. García Sierra pronunció las palabras de: «O se nos atiende, otodos juntos marcharemos a la Puerta del Sol,y romperemos nuestros títulos, que hoy paranada nos sirven.»
y el entusiasmo llegó a su colmo cuandocon elocuencia indescriptible el joven doctor
Conferencia del doctor Sierra, qne tuvo lugar en el Colegio de médicos el día I6 del pasado.
(Esta fotografía puede adquirirse 4;Q·cas. ~el Sr, Roca, fotógrl\fo, Tetuáo 20.-Ma<lrid.)
BoLETIN DE PRACTICANTES
nos dijo: «Hay que demostrar a los Poderespúblicos, que no pueden ejercer la profesióndel practicante aquellos que ahora lo hacensólo porque llevan un sayal y sobre él unacruz; y que el título de Practicante no se hahecho para que figure en el frontispicio deuna barberia.»
Acogió estas palabras una ovación estruendosa. Y desde estas columnas enviamos anuestro ilustre protector nuestro sincero agradecimiento.
•••Como el doctor (jarcia Sierra se proponía
en aquella noche levantar su voz en reivindicación de nuestros derechos y de nuestras intervenciones prácticas, que nos han sido negadas, ante el ministro de Instrucción públi¡;a, autoridades sanitarias y Prensa, para queante ellas, en nombre de todos los practicantes españoles, expusiera los fundados motivosque tienen para solicitar de los Poderes públicos la anhelada reivindicación de sus derechos, por la que todos hemos trabajado infructuosamente hasta hoy, suspendió su anunciada conferencia en vista de que estas personalidades no asistieron al acto, encargandoa la Junta directiva del Colegio de Madrid denombrar Comisiones que influyeran cerca delas distintas personalidades sanitarias para suasistencia al acto, que en breve tendrá lugaren el mismo salón del Colegio de Médicos, yque en el artículo de Junta Central viene anunciado.
Hizo también uso de la palabra D. MarianoHerrera, decano de la Beneficencia municipal,el cual, en términos afectuosos, ensalzó la personalidad del conferenciante, demostrando asimismo el cariño que prtlfesaba a los practicantes españoles, mis «hijos», como él losllamó, y manifestando que estaba en un todoconforme en el aplazamiento de la conferencia.
....Una vida inteligente, activa, consagrada al
bi~nestar común, al fomento por igual de los
intereses materiales y morales en las manifestaciones del trabajo y en las altas esferas dela inteligencia, se va a consagrar a nuestrarehabilitación, abandonando, aunque para ellofuera preciso, los tranquilos goces del hogarpor acudir al llamamiento de las exigenciasde la vida pública, imponiéndose sacrificios,tanto más dignos de aprecio cuanto que llevaaparejados el desinterés más puro. Esto haceel doctor Sierra cumpliendo su misión. Por esovive rodeado de los más altos prestigios científicos y en medio del aura de la popularidad.
Echémonos en los brazos de hombre detan fecunda inteligenda, porque el triunfo esseguro.
ENRIQUE QUIJADA VILLAPADIERNA
~.~.~ ..~...-....-- ~.,~ ..~..'"
De Junta Central
La conferencia anunciada en el próximo p,sadonúmero de nu~stro periódico profesional para eldía 16 de mayo fué aplazada por el ilustre doctorGarcia Sierra. con el beneplácito de la numerosaconcurrencia que llenaba el salón de actos del Colegio de Médicos. Y fué aplazada a causa de la /10asistencia de las autoridades saoitarias a quienes ~e
habia invitado.En su consecuencia. una nutrida Comisión del
Colegio de Madrid ha visitado al ministro de lostrucción pública, con la pretensión de que nos con·cediera el honor de su elevada presentación en tansolemne acto. Comenzamos exponiendo al señorministro la difícil situación por que atraviesa la clase,como consecuencia de las actuales condiciones enque se desenvuelve nuestra carrera, y sin dejarnostiempo paJa esl:-ozar siquiera las precisas consideraciones conducentes a nuestro propósito, nos manifestó que predicábamos a un convencido, evidenciando con sus expresivas y categóricas manifestaciones que conoce perfectisimamente el valor efectivo y real que hoy tiene nuestra carrera y los gr.ves defectos de que adolece. Con grata complacencia y con gra~ asombro esc\lcharnos al señor ministro, cuyas 'palabras vibraban al unisono con nuestro
pc;!!~ami~llto! 1;0\1l<:!d!en.dq c;n Iª~ ~lJq~ ..~ Yefc;ctQs
BOLETiN OE PRACTICANTEs
y buscando por idénticos derroteros que nosotrosfluales orientaciones. Ni esperábamos tanto, nihubiéramos deseado más. Así es que fundamentando nuestra pretensión en esta armór.ica coincidencia de pensamientos y aspiraciones, eXDusimosel proyecto de la conferencia del doctor Sierra haciendo hi>toria de su finalidad y trascendencia ydebida mención del ilustre disertante que aparte yademás de su elevada jerarquia científica y profesional, es, en particular, dentro de nuestra clase,por complejas razones, respetabilísima autoridadde méritos reconocidos.
Bondadosamente nos manifestó el Sr. FrancosRodríguez que si sus múltiples ocupaciones se lopermitían, acudiría gustosamente al acto, y que entodo caso esperaba que le entre¡asen las conclusio·nes de nuestros anhelos expresados en la conferencia próxima del doctor Sierra.
y asf terminó nuestra visita con el preclaro mi·nistro de Instrucción pública, a quieu desde estascolumnas enviamos nuestro más sincero agradecimiento en nombre de la clase en general.
Motivo mayor aun de agradecimieDto es el sueltoque publica el Heraldo de Madrid, el cual hace referencia a Duestra visita, que sintetiza diciendo queel ministro está completamente persuadido que envirtud de la evolución que ha tenido la terapéuticaen el trascurso de los años se haga Decesario modificar nuestro sistema pedagógico, que si bacemuchos años tenia razón de ser, ahora mucho másrequiere una modificación alterando también eldesarrollo de la carrera.
ED estas condiciones, ni cabe dudar de la trascendental importaDcia y de la positiva eficacia, quehoy, aun más que ayer, ha de teDer la anunciadaconferencia del doctor Sierra. Esta tendrá lugar elfunes dla 18 del pre'el1te me" a las siete de latarde, en el Colegio de Médic6ls. Y si el ministrono acudiera será presidida por el ilustrísimo señorinspector leneral de Sanidad del Reino, acompañado de la, demá, autoridades saoitarias y científica, a quienes hemos invitado. El acto promete sergrandioso. Y por ello encarecemos a todos 101
compañeros su puntual asistencia.
El día 27 del corriente me, celebrará este Colegio una veladJ artisticJ en su domicilio social,calle de Manuel Fernández y González, 8.
Los entusiastas compañeros O.José Rocamora yO. Venancio Sancho, organizadores de esta fiesta,trabajan con denodado empeño a fin de que la ve·lada se realice con el mayor esplendor. Los compañeros que quieran tomar billetes para este acto pueden dirigirse al domicilio del señor tesorero o alconserje de nuestro Colegio.
En otre. lugar de este número publicamos integro el opúsculo que nos ha remitido el Colegio deCartagena. Hemos tramitado al ministro y al señordiputado de referencia un besalamano y un oficio,respectivamentf'. y en su tiempo oportuno daremoscueDta de las con~ideraciones que nos hagan,
CIRCULAR
Señor presidente de los Colegios Provincialesde PracticaDtef.
Muy señor nuestro: La frecuencia con que se vienen repitiendo las peticiones a los ministerios. colectivas o individuales. pero siempre aisladamente.entorpecen la labor de conjunto que viene realizando la dirección de la .clase por un instrumentode Junta CeDtral, nos obliga, eD beDeficio de todos, asuplicar a usted, como presidente de ese Colegio.baga saber al mismo y a todo practicante en particular, que estamos en un moment(l taD criticoque de la unidad de acción pudiéramos conseguiren no lejana fecba uqa total y radical trasformaciónde nuestro sistema pedagógico, y que, por tanto,se abstengan de gestionar nada que esta JuntaCentral no les baya comunicado y que impliquepetición de reforma de carrera o asunto que afecte en general a la elase.
Madrid, 25 de mayo de 1917.-EI presidente,Angel Barahona.-El secretario, Fernando Mateo.
Con verdadero sentimiento vemos en el Boletindel C<degio de Almeri~ la disensión en que vivenlos compañeros de aquella localidad, y deseamosmuy de veras que cada uno sacri6que sus discrepancias persoDales en beneficio de la Unión, yaque DOS costa que todos y cada uno ban dadoprueba de su entusiasmo y cariño a la elase.-Porajunta Ceolrll. Angel Barahona.
6 BOLE:.TIN DE PRACTICANTES
Figllras contemporáneas
Respetadisimo es el nom'>re de este ilustre compañero, lo mijmo en las altas y severas regionesdc:l saber que en la esfera socL.J.
Nosotros, al rendir tributo y admiración a loshombres que enaltecen nuestra profesión, por sutrabajo. por sus virtudes y por su inteligencia, DOanalizamos ni discutimos sus doctrinas Di sus convicciones. El pensamiento e.s libre y respetamosprofundamente ~sta libertad. Y aparte. de estas~vicciones de cada uno, lo mismo 610sóficas que
Ca.Udo Morale.
científicas, todos contribrJyen, dentro del choqueDobilísimo de las ideas, al progreso humano y alequilibrio social.
Exponemos estas reRexiones, porque prescindiendo de todo prejuicio. creemos que el bien y lavirtud no son patrimonio de ninguna escuela, y allí,donde se encuentran. han de ser respetados.
Por eso nosotros, lo mismo en el orden filosóficoque en el cien tilico, tributamos el homenaje denuestros respetos a todos los espíritus superiores;sean unas u otras sus tendenciall o sus aspiraciones.
Nue!>tro insigne biografiado, D Casildo Morales, que por sus profundos conocimientos, por susa'tas dotes intelectuales ocupa lugar preeminenteen nuestra clase; nació en la provincia de Logroño,en 1875; estudió en Zaragoza, y en Madri<t, la autorización a partos normales. Ha ejerciJo dieciséis
años en partidos rurales, donde hl trabajada siempre en pro de nuest'a profesión, cooperando envarias Juntas provinciales, en las que formó parteHizo brillanlisimas campañas periodísticas en favor<le la clase en El Practicante Españ l. de cuyo periódico llegó a ser redactor. En el aña 1905 formuló un reglamento para la formación del CuerpoBenéfico Oficial de Practicantes de España. En1906 vino a Madrid. dond~ obtuvo plaza, despuésde reñidds oposiciones, en la Beneficencia municipal. Todos sabemos su labor en el Colegio de AuxiIilires de Medicina de Madrid. bien provechosa y fecunda. Prueba de ello es la redacción del Proyectodel M()ntepio general de Practicantes de España,que todos conocemos yque tantos aplausos merece.Con este proyecto pone de relieve nuestro compa·ñero D. Casildo M "ales los altos prestigios iote·lectuales, por los cuales ha sabido conquistarse laconsideración social. Y cuando un hombre comoel Sr. M.lrales descuella entre la pléyade de otrosmediocres. cuando entre el numeroso grupo defiguras animadas-valga la frase-, sale un hombreque piensa, un hombre que sabe, un hombre quequiere luchar, y lucha por defender los ideales albergados en su conciencia, nosotros debemos descubrirnos a su paso haciendo de este modo unajusta distinción a aquellas cualidades. Por eso nos·otros queremos consignar en estos renglones eltestimonio de nuestra admiración al compañerofonsecuente, probo, honrado y al perf.:ctisimo caballero D. Casildo M.lrales.
QUIJADA
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Absoluto nuus~ad de los surtió:s del pm[fjmBt!1I1lportantes son los cometidos tiel practicante:
Un buen practicante no puede ser sustitufdo pornadie, absolutamente por nadie; inteligente, hábil,subordinado, podémosle llamar, sin que en elloencontremos exagt'ración, el brazo derecho delmédico. Las cualidades antes apuntadas no sepueden encontrar reunidas en la empingorotadaseñora, ni en la enfame;a mercenaria; la mujercuidará los enf~rmos desde el punto de vista moral, será más útil ayudanjo al médico y practicante en una misión más femenina, más sutil, másel~vada, 51 se quiere, en 10 moral y en lo rel:gioso: levantando el de.:afJo e.>píritu de un enfermo
aÓLETiN DE PRActICANits ,ayudará su bienestar y su curación si se le inculcala idea de confiar en Dios que puede guiar la inteli·gencia de su médico. El médico en lucha con la en·ff1'medad, y más aún el cirujano, como el general enel campo de batalla, quizá no siga, instintivamentede momento, las reglas de urbanidad, y esto confacilidad dispensa un inteligente practicaPIte, quese hace cargo de la situación, quizá no sea perdo·nado sin disgusto, al menos, por una dama habituada al trato de refinada educación, que es ambiente de salones y palacios, ni por una enferme·ra mercenaria que reclama cierta galantería comomujer qu~ es. Se eleva más una señora prestandoconsuelo a un enfermo que sufre, que arrancándole lamentos al hacerle una cura. Si los organismosmasculino y femenino no son iguales; si la psiquistampoco se nos presenta lo mismo en ambos sexos,sus ocupaciones también deben ser distintas. Si lamadre es en la familia la que nos presta el consuelo,el padre la conveniencia, la mujer cerca del enfermodebe representar' el cariño, el consuelo de la made; es su alta, su gran misión, que, seguramente.no podrla <;umplir un hombre. D;ben dejar paramédicos y practicantes lo doloroso, lo penoso,aun cuando útil para el enfermo. Vengo tratandocon hermanas de la caridad en hospitales, y yahace tiempo sé apreciar cuánto valen los consuelos que prestan a Ips enfermos pusilámines: nuncápodré olvidar los grandes senicios que a operados prestó la superiora del hospital de Pontevedra; sIempre tenía una palabra de consuelo, con sufilia psiquis; los hada tener confianza en Dios, ensus médicos y practicantes, lo mismo -que veo enlas que ahora me ayudan en mis labores hospitalarias. Esto es tan digno de admirar, por Jo menospór mí, de tal modo, que aun las cons:ento mereg~ñen en mis faltas morales. Esto y no otra cosadt'be ser la labor de una mujer a la cahecera de unenfermo. .
Estas palabras sean para vosotros una burda(pues no de otra manera me puedo yo expresar)manifestación de lo mucho que aprecio los servi.cios de los-mejor que practicantes, pues dejande serlo en cuanto tienen conocimientos científi·cos para ello-ayudantes o auxiliares de medicinadeben llamarse. Debemo~ dejar a la mujer lo mo·ral, lo ultramaterial, y que nos dejen a nosotroslo mate~ial, lo burdo, lo brutal de nuestra humanitaria profesión.
Si es importante la labor de un ayudante demedicina y cirugía en el tratamiento de un enfer.mo médico, es más todavía ante un herido.
Muchas veces, y creo que de ello no nos debemos quejar, sois nuestra vanguardia. Los pequeños grupos de soldados que exploran el enemigoy no presentan batalla ante fuerzas superiores. Asíque estamos en la obligación de enseñaros la táctica precisa para este impo:tante cometido; no soyde los que creo que no debáis asistir a un herido,si por lo menos se tolera el intrusismo en medicina; no creo se deba quitar esta atribución; perodebéis poseer los datos fundamentales para hacerlo bien, con conocimiento de causa, es decir, conciencia y con arte, no con arte sólo; el que tieneciencia se le supone, con motivo, que posee pru·dencia para no traspasar los límites debidos, parano quuer pelear con fuerzas superiores a las suyas, tener criterio para saber deslindar los campossayos y del cirujano.. En el tratamiento de lqs heridos es de suma hn·portancia los primeros auxilios que, seguramente.no pueden ser dados mas que por un profesional;en las grandes fábricas, talleres, etc., es necesariouna persona que sepa tratar científicamente untaumatismo; de no poder ser un cirujano, debeser un practicante, y muchas veces se evitaríanmuertos y consecuencias desagradJbles, no sólopara el traumatizado, sino para el patrono. Untraumatismo de pOCl importancia, pero con hemorT'gia, es frecuente se. obture, para evitar. lapérdida de sangre, con materiales infectos, y aUIJcuando se trate después en d~bidas condiciones,ya es tarde; los g¿rmenes del pus es un horrorpensar se destruyen tan fácilmente' como se cree·rla por su pequeño tamaño; evitar una supur2ciónes de suma Importancia, pues como consecuenciade ella se adhieren tendones, pierden su func·ón y,por tanto, la de las palancas óseas que mueven,teniendo, por consiguiente, el patrono que pag'ITuna Indemnización que, de ser bien tratada la he·rida de primer momento, hubiera sido menor. Enlos traumatismos graves, en mu;:hos de ellos, 10urgente es reponer el estado general; quietud, suero, cafeína, aceite alcanfora:!o, etc., cc,hibir a~gunahemorrllgia, calor. Malo, muy malo es el transportar un traumat;zado grave, por poca distancia quesea, en los primeros momentos; si no ya un médico, por lo menos, un practicante es el que debe
BOLETIN DE PRACTICANTE.S
ser encargado de p')ner a estos traumatizados encondiciones para luego ser llevados a puerto desalvación por un cirujano.
Otros muchos ca~os se podían poner, pero no.creernos necesario éansar más; la personalidad delpracticante es necesaria, y aun con buena· basecientlfica, podemos decir imprescinJible, comovanguardia de los cirujanos, casi más que de losmédicos. Ya sabéis, pues, mi opinión; os aprecioen lo que valéis, y como creo os haréis valer mástodavía por mé, itas cientificos, seguramente, nohab:á más remedio que acudir a vosotros en cosasque r~almellte os pertenecen.
DR. JULIÁN DE LA VILLA
Una tarde de guardia"
Impulsado por mis aficiones hacia la prácticl dela abstrusa ciencia de la vidJ, tanto como pJra hacer menrs ostensible la holg~nza de un excelentey muy queridp amigo mío, cuyo nombre no citaré-védame~o el juicio ya emitido - y que por loque al caso presente hace referencia pudiera queda: justificada por el excepcional dese') en él deunas horas de honesto vag~r, y acaso también portratarse de un día nubloso y triste, en que los rayos solares, sustrayéndonos a su influencia bienhechora, que tanto nos estimula para el trabajohaciéndonos prácticos en las múltiple~ manifestaciones de nuestra actividad, cualquiera que sea elorden a que ésta se inc ine, llegablll hasta nos·otros, d¿biles y opacos, at'~nuante que pudiera muybien ser admitida, por hallarse bien probldo cuán·to influyen en ambJs vidas las alteraciones climatológicas, Pues bien; el deseo de holgar de mi
buen amigo me proporcioftó a mí el de prestar uóservicio méJico.
El trajín de la maftana había quebrantado untanto mis fuerzas y despertado mi apetito. Con·sulté mi reloj. Era llegld.i la hora del almuerzo.Abandoné la casa de Caridad adond~ mis aficiones, aun en edad bien temprana me encaminaban,y presuroso llegué a la mia, donde me dispuse adar satisfacción a una de las más perentorias y neocesari<¡s fun::iones para la vida, Luego, reposada·mente, fumando un cigarrillo, con la tranquilidaddel que cree su deber cumplido, me dirigi n:.:evamente hacia el hospital.
No puedo recordJr dónde fué ... ' Pero sí tuveocasión de leer alguna vez la influencia que el elltómago ejerce en nuestro estado psicológico. Nadamás incompatible con la poesía que este órganovital, necesario, imprescindible. Retrátase al corazón siempre como el propulsor de nuestros sen·timientos, rigiendo normalmente todo el desenvol·vimiento de nuestra vitalidad menhl; generadorde nuestras románticas perconcepciones. No leíjamás en ninguna producción literaria nada quehiciera referencia al aparato digestivo. Monstruoinsaciable, devorador, prosaico, implacable recordatorio en las escaseces, y remilg'¡do y jugue ónen las abundancias. Y sin embargo, su Influenciaen la vida del espíritu es dejsiva. Una locomotora cualesquiera de los cO~l1plicados arl~¡actos qu~
lograrían caus lf la estupefacción de nuestro, antepasadls, no vibran, no titilan, no ponen en armónica convulsión sus piezls eslabonadas al tra·vés de compli~ados engranajes, sin una fuenaviril, generadora, premonitoria de sus movimientos. El vapor al través de la com')ustión, la elec·tricidad aplicada y encauzada, empleada comafuerza motriz, el agul, tod)s estos elementos saobiamente dispuestos, ¿qué son? ¿qué papel desempenan en lo inorgánico sino el mismo fin que elestómago en los seres animales de orden superior?A e5tómlg1s vacíos, dijo Costa, no pertenecen cerebros abundantes en ideJles. Aquiles Loria pudosacar la consecuencia de la decadencia de las na·ciones pOI la dep]uperación fisiológica de sus individuos. Y como consecuencia inmediata, el latifun,lio en sus paUas y la exp1triación. Pues bien;efecto sin duda de e~t I influencia que el estómagosatisfecho ejerce en nosotros, caminaba llevandomi Imaginación hacia algo que, sin aparecer precio
BOLET1N DE. PRACTICANTES <)
sado en mi mente, como ahora que lo transcribo,era sin duja alguna cond~nsaclón de otros o parecidos razonamientos.
Sentiame romántico, en una palab~a.
S.n duda p.uecióme por esto m:ís triste y pesarlo el vetu.>to ectifido donde la m'seria y la lace·ria arroja a tantos d~sdichados. Mézclase en élel lamento del enfermo que acaso en breve exhalará el último suspiro; el alegre canto d~ u n mozoque, Lladvertid) a CU3nto !e roctel, realiza sistemáticam~nte ~u cometiJo; la dulce voz d~ la hermln I de la Caridad; el bullicio.>o charloteo de losestuJiantes, que discuten acalo -adámente sobre untema improvisado; la estr:d~nte voz de la vendedora que pregona su mercancía; las constqntcs de,¡nanJas de los menos graves; el acompasado tintileo de una campanilla que anuncia el paso delSefior; las silenciosas pisadas de varios hombresque transportan en sus manos en una c:lmilla aalgún desg:aciado ... tantos y tantos incidentescomo concurr~n en aqu~1 pequ~fio rnunJo, cuyoss 'res conviv~n unido, p1r la de.>g-acia y el infortunio. SlIS dolare:> de a1m3 y cuerpo son sim ultáneos, profundos, continuado:>...
Arrellanado muelkmente en un diván del cualtode guardia dejé di vagar mi pemamiento largorato sOJre esos y otro.> aspectos de la vida social,enlazándJlos y acaso pretendiendo deducir suscau?as mediatas.
No sé el tiempo que transcurrió. Maquinalmenteme l~vanté y lei los partes.
Presto me dispuse a cumplir lo en ellos Indicado,pues la tarde aVJnziba. Entré en una estrecha ylóbrega sala salpica la de manchas indescriptibles,acusadoras del mIyor abandono, donde la infestacondensación de los olores y mi.>mas que se desprendían de aquel antro, cuyos muros no venía aversal el sol con un rayo alegre y vivificante, eravivero de la infección y de la miseria allí acumulada por muchos afias y fermentaJa en aquel sitio,acaso desde un siglo, en que se construyó aquellacasa, por la que t mtos enf~rmos andrajosos y desg-aciados habían d~sfilad'), d~janJo marcado cadauno de ellos, con una huella inJeleble y negra, elrastro de su miseria.
S Ist.mtes desgraciados no sallan de alli hadamucho tiempo, y como una veintena haLáb1\J1seen su respectivas camas. Se destacaban en lo:>blancos cabezales las caras secas; ojos que creían
haber visto todas las inju~ticlas de la vida, se volvían escrutadores unos sob:e otros, como intertogando sobre los recién IL'g ldJs, encarnación también 'de la de,gracia, y acaso de un crimen no con·cebido ni sup~e.>to: la miseria. Y más al á, en otrasala, mujeres jóvene, y viejas septuagenarias, octogenJria>, incapaces para si mismas, y son lasque al salir d~ la casa de la Providencia no tend án un refugio, ni siquiera un hospital dondemJrir.
Avanzaba la hora, el deber se imponia.
Después d~ haberle cump:ido con el calor que seexperimenta cuanjo se tiene amor a la ciencia,descendí por la escalera opuesta, y me quedé aterrado. Dos jóvenes, casi n:flas, se habían lanzadolas inocente.> en medio del peligro de muerte. Habi ll1 penetrado en la sala d~ los infecciosos. Quiseevitar el peli¡;ro, y penetré resueltamente en aquelantro. Al ruijo que projujeron mis pasos se des.prenJieron de los brazo" de una mujer de edadaV.-lnzadl. N.J sabían, quizá, que abrazaban lamuerte.
Jóvenes-las dije-síganme, porquc en estasala no puede entrar nadie, mas que aquél que tiene un deber sagrado que cumplir con los enfermos.
Es nuestra madre, y venimos a verla; no tene·mas más tesoro que él en el mundo, pues somoshuéríanas de padre y no tenemos hermanos. Siacaso es que nos presagia algún mal, no nosimpo ta morir aqui aliado de nuestra madre.
Me compadecí de ellas; pero temiendo contagio,quise evitdr un peligro próximo, y a fuerza de razonamientos conseguí que me sigu!eran.
Querían hablarme, pero desde aquel momentono podían. Sus pasos eran cada vez más inseguros,tenian que apoyalse a ratos en el res¡;a:do de lascamas, a cuya inmediac;ón pasaban, sintiendo quesus fuerzas dismi.nuian considerablemente.
Presas de una especie de vértigo de dolor y espanto, hubiérase dicho que eran puramente maquinales sus movimientos... Temblé por ellas. Lasangelicales criaturas empezaban a experimentar losterribles síntomas que me temia. Solas, huérfanasde padre, pronto de madre, gemelds, nacieronunidas y juntas quizá perecieran.
En virtud del fenómeno fisiológico tan frecuente en los gemelos, una causa misteriosa sometía su
10 BOLETíN DE. PRACTIcANTES
organismó á sensaciones y a:cidentes simultáneo~,
asemejándolas a dos. flores elel mismo tallo, que aun tiempo alcanzan la plen;tud de su vivir y tamobién a un tiempo se Ola chitan. Las dos helmanasostentaban ya, sob:e sus rostros descompuestos,desfi~urados, la mortal etiqueta del contagio.
Como caminaba en el centro de ell3s, no habíanpodido verse; pero cuando traspasamos la sala ysalimos, mientras que yo cerraba la puerta deaquel recinto que tan fU:lestos resultados hab·fande dar a las pobres criatu:as, é:i!as cambiaron ullamirada, y al verse las dos lanzaron un grito desgarrador.
Lívida pa~idez habíJ reemplaza:lo el color f~esco
y sonrosado de ambas jóvene:i; sus rasgados ojosazules apa,ecían hend dos, sus labios purpúreosantes, iJan cub:iéndose de un matiz violáceo,igual al que sucedía poco a poco a la carmíneatransparencia de sus mejillas.
Al encontrarse frente a frente, cada una espantada ante la inesperada transform:ldón de la otra,exclamó:
-¡Hermana mía! ¡Tú tlmbién sufres. Yambasse abrazaron vertiendo amargas lágrimas. Luegoseguimos.
-¡Dios mío-le dijo la una a la o+ra-, que pá1ida estás!
-¿S:e:ltes t;¡mbién escalo:ríos?-d:jo la otra.-Sí; no puedo lenerme... mi vi:ita se enturbia ..
Yo s edto como si tuv;erJ furgo en el pecho .¡Hermana mlJ, creo que Vdmos a morir!
Con t31 de que muramos juntas. ¿Y nuestra pobre madre?
Ni fuerzas tenran para sostenerse. Llamé a unahermana, y ayudadv de ella pud~ coloc Ir a IJS jóvenes en un 1.'cho desocupado y de;tinJdo a otroenfermo. Por mieJo d~ q t.le el es;>ectá:ulo d~ su:ag 1I11a impresionara demasiad) vivamente a las-enfermas más pródmas, la h~rmana corrió unag"an cortina, y las pobres niñas quedJron aislaJas,de esta suerte, d~1 resto de la sala.
Hab:an:ie entrelazado SU3 m1l10s tan estrechamente en un exceso de paroxism1 nervioso, que nofué posibl~ s~pararsu; crispa Jos dejos; en tal situación les pre3té 105 primeros auxili:>s, impotentesdesde lueg"l para vencer el mal; pero que ralmJronal menos p Jr unos in:itante, \.1 atroz violencia desus d )lo-e3 y esp:!rcieron una débil claridad entrelas sombras de su razón obs:u:ecid~ y turbad:!.
Yo, de pie a la cabecera del jecho, las contempla.ba con dolor indecible; despedazado el corazón,bañaJo el rostro en sudor, pensaba con terror enla extraña casualidad que me hada ser testigo dela muerte de aquellas preciosas criaturas. No obstante la costumbre de ver d2sgracias s:c'mejantes, yde la firmeza de mi alma, no pude por menos deestremecerme al reflexionar sobre el triste destinode las huérfJllas.
Las dos ~e-manas. saliendo por un momento deldoloroso letargo en que estaban sumidas, entreabrieron sus g andes ojos, ya emp1ñ Idos, casi vi·driosos, y lu 'go, crec:e:ldo graJuJlmellte su delirio, fija:·on una mirada p~rsistente, extálica, en mirostro.
- ¡Hermana mía!-dljo una con '!oz débil-;qúe el Ar-:ángel... el santo Arcángel... rue~ue aDías... por nuestra madre... y por nosotras ...
Hasta entonces, asombrado y lleno de dolor, nohabil podijo articular pJlabra, pero al oír a lashuérfanas exclamé:
---Apartad de vuestra imaginación esas funestasideas... No moriréis ... pensad en vuestra madre...
·--¡Ay, ya no nos ve·á másl-·'1011, buen Arcángel, aparécete en suenas a
nuestra madre y dila que al mo. ir el último pensamiento... dt: sus•.. hi... hi...jas... ha ... si. ..si. .. dopara ... ella.
Una de ellas exhaló un p~ofundo suspiro ymurmuró con voz éxpirante:
-Que nos sepulten juntas y qu~ nos .l1even en ... la ... misma ca ja Queremos .estar en la mue. te como en ... la vida ...
y las dos he~manas, ya en los postreros instan·tes de la ag1nía. volvieron sus ojos hacia mí y al·zaron sus manos sUplicantes.
-¡Hermana míJ!... ¡Madre m[al...Tales fueron las ú;timas palab:as que las huér·
fanas pronun,iaron con moribunda voz. De suslabios amoratados salió una el>puma sanguinolt:n.ta, y un débil y c ¡si Lnpe:ceptible suspiro.
L1s do; hu~rfmas h:Jbf 111 muerto.Mi deber hJbía concluid l. Sa1/ fueta de la habl·
tación y me dirigí nu~vam ~nte h1cia el cuarto deguardia d )J1je se oía un g·an tumulto.
Entre todas las vo:es juv.'niles y alegres P'oJuctoras d~ ese ruido Qf una que gíitaba, alzándosesobre I3s demás: ·Vamos a to;nar caf¿.~
Descorrióse el velo de la realidaj, y pensando
BOLETIN DE PRACTICANTES 11
Pr-ecloa rY1ódlcoa
Por la Comisión,
Ca<;a acreditada para toda clase de trabajos de re!ojería y aparatos de precisión
Relojería de
Julián García HerrerosMesón de Paredes, 7 • • MADRJD
LIl.NARDO SANCHEZMadrid, 25 de mayo de 1917.
~""""""'''V'''V'''''''''~'''''''''''''''''''''''''''''''II'''\
que supone un escaso perjuicio para nosotros,mucho más si se tiene eo cuenta la recta iotenciónque ha guiado a los que lo ban informado asf.H3cer otra cosa sería un graviJimo perjuicio parala clase. con la seguridad de que DadA prácticoiriamos obteniendo.
D~spués de resolver el expediente teníamos laduda de si seria necesario pasar a las Cortes parasu inclusión en presupuesto cuando le haya. Esteha sido el mayor enigma en estos últimos meses, ydificil era adivinar la marcha que habria de seguiruna vez aprobado. aumentando extraordinariamente esta zozobra de la duda las circunstanciastan excepcionales en que se baila nuestra Pcltria acausa de la guerra mundial.
Lo más optioJista que concebimos la Comisiónera que seda necesario esperar la apertura de lasCortes pjlra tratar de presupuestos. Sin embargo,tenemos informes, se ha dejado traslucir que baypensamiento de presentarle al señor ministro dela Guerra. la creación del Cuerpo de Practicantesde medicina militare~, pa a que firme un real decreto. Despué. de tanta luch '. d ~ tanto trabajo,recorriendo esh especie de calvario ¿conseguiremos la firma regia? 1Aun nos queda a la Comhiónuna parte del amargo camino que transitar!
Ante todo, antes de terminar, vaya desde estascolumnas nuestra gratitud al ilustre médico militarD. José Ma"farré y Jugo, teniente coroDel de Sanidad, con des lino en el Estado Mayor Cenhal,por el bien que ha reportado a la profe~ión depracticantes al informar el proyecto satisfactoriamente.
Q lizás sea el mes de junio cuando demos elpaso decisivo ...
que ya me había unido con mi:; compañeros deguardia, precipité el paso, y entrando ligero en elcuarto exclamé: ·Sí, sí; vamos a tomar café.•
Practicantes militares
MONTENEGRO
D~sde el mes de marzo los individuos de la Comisión no hemos vuelto a tratar en estas colu '1l
nas de esta trascendental cuestió .... que tan apa.io.nada tiene a la clase en general. Volvió en dichomes el proyecto del Congreso al Estado Mayorcentral, y en este alto Centro militar ha estadotramitáCldoie su inforll)~ h15ta el momento de escribir estas lineas. Fácil es mponer la impacienciasufridJ hasta saber de modo terminante cuál habiade ser su resolución. Se han hecho en todo e~te
tiempo tantas conjeturas y comentarios, desde losmás absurdos hasta los más sensatos, que nosotros no nos hemos atrevHo a formar juicio algu
no con el fin de evitar rectificaciones, basta no. poder precisar, lo más acerladamente posiblf', laverdad de los hechos; mi,ión, como se comprenderá. sobradamente difícil si se tiene en cuenta laD"cabable serie de trámites que forzosamente tiene que seguir un eX¡ledi~nte de esta índole, pasando por cad todas las dependencias del ministeriode la Guerra.
Cuaodo traz~mos estas Hopas sabemos, por referencias absolutamente fidedignas, que se estáerminando el informe, siendo é"te completamentefavorable.
El proyecto tieJe proporciones tan grandes,como la Comisión no creímos nunca que pudieralograrse de una vez, pues se crean plazas parahospitales, regimiento. y dependencias militares,eD nú nero considerable, resultando la formaciónde un Cuerpo en toda regla.
Se nos astgura que en el referido proyecto sefavorece mucho, en las primeras oposiciones. alos inclividuos que actualmente prestan serviciosen la Brigada de tropas de Sanidad Mi'itar, aunque éstos no sean practicautes titulados, por lacual la Comi·ión os pidf', os ruega muy encarecidamente, a todos los practicantes españoles, loacatéis sio exteriorizar el menor comentario, por-
12 BOLETIN DE PRACTICANTES
I favor de los prn[tirunfesd! lo 8n~n~gUiD M]ni[lp]1
Bn la sesión celebrada el día 22 de febrerode 1917 en el Congreso,
el diputado por Cartagena D. BduardoBspín dirigió el siguiente ruego:
El Sr. ESPIN: He pedido la palabra para formuar un ruelt0 al señor mini,tro de la Gobernación.relativo a la situación de los prilcticantes munici·pales de mucb()~ Ayunta'Tlientos. CJmo no voy ademandar de S. S. una explicación y una informa·ción sobre lo que ha de ser objeto de mi ruego. nose lo be anunciado previamente. H"brá de perdonármelo, y yo tendré espera p<lra que S. S., enotra tarde, en otra ocaaión, pueda contestarme, sies que tiene la bondad de ac~ptar la indicaciónque voy a hacerle.
S ,be S. S. que desde que se reglamentó el servi·cio benéfico sanitario de los pueblos, ti-enen losAyuntamientos obligación ineludible de tener practicantes municipales. COA posterioridad a esta disposición se dictó la in~trucción general de Sanidad,y se consiguió igualmente la obli;cación de tener unnúmero determinado de médicos titulares y practicllntes municipales, correspondientes uno a cada300 fa.nilias pobres por lo menos; pero en estainstrucción general de Sanidad, en el reglamentoposterior que reguló lo referente a los médicostitulares, y en otras di-posiciones, se ban establecido toda suerte de garantías para los médicostitulares. para los farmacéuticos y para los veterinarios titulares, de manera que estén a cubiertoestos funcionarios de toda po,ible y hasta posiblearbitrariedad de los Ayuntamientos en relacióncon su nombramiento y, sobre todo, con su separación arbitraria e ilegal; pero, en cambio, los practicantes municipales no tienen estas garantias deuna manera tan expre~a. con lo cual se da el casode que fácilmente los Ayuntamientos cometan arbitraried'1des que ya no pueden cometer 'con losotros funcionarios.
No tiene, a mi juicio, otra garantía que la que
sig:oifica el arto 8.0 de esa reglamentación de 14 dejunio de 1891, en donde se e~tablece que estOIpractical)tes estarán bajo la dirección y dependen'cia de los médicos titulares de 105 distritos respec"ti vos, y se establece, también a continuación, res'pecto de su nombramiento, que no se podrá realizu éste sin el previo informe del médico titularcorrespondiente. De suerte, que 105 Ayuntamientostienen restringido en cierto modo el derecho, lafacultad omnimoda que les concede el arto 78 dela ley Municipal para el nombramiento de esosfuncionario~; pero, en cambio, no lo tienen de unamanera tan expresa para la separación.
. Yo e.timo, y este es criterio particular mio, queel arto 8. 0 citado, al colocar a 105 practicantes bajola dirección y drpendencia de los médicos titularesde los Ayuntamientos, en Ielación con este apartado, que denota ya una reglamentación para sunombramiento, significa una garantia para los practicantes, garantía que se entiende en el sentido deque no pueden ser separados sin la iutervenciónde los médicos titulares o sin su informe¡ y a lavez esta garantía no es tan débil como a primeravista parece en cuanto a los médicos titulares: primero, por el respeto que tienen a su cargo: segundo, por el auxilio que les prestan estos funcionarios que bajo su dependencia sirven, y, por último,porque estando ellos bajo la jurisdicción, no sólode la Junta provincial de Sanidad, sino de la Juntade gobierno y patronato, cualquier arbitrariedadque ellos cometieran en su informe respecto a estos funcionarios sería fácilmente corregida poresas Juntas de gobierno y patronato en cuanto aellas acudieran en queja los practicantes.
Pero a pesar de esta interpretación recta de tales preceptos, cvmo no existe una disposición quede una manera terminante así lo establezca; comono hay tampoco mucha juri prudencia ulliformesobre estas cosa~, se da el caso de que muchas veces, funcionarios que están sirviendo diez o veinteaños, y yo conozco casos de individuos que hanestado treinta y siete años en el mismo distritomunicipal, sin haber dado lugar a la más peq'leñaqueja, sin censura alguna del titular correspondien'te, b jo cuya dirección y dspendencia sirven, sinembargo, en lIn momento determiDado, por unaarbitrariedad municipal, por malquerencia de un
"'--"'~I~""".~.""""'.~.~.•~.. ""'" ........~..~.~..........~~........~..-.........--..~...-....-...@t
1ROCA Fotógrafo IIEl más artístico y económico II TETUAN, 20 ItIj..-..--~~..~.~ ~ ~~.~~~ .-..~ .-...-.. ~(!)
BüLETIN DE PRACTICANTES 13
concrjal, por un acto cualquiera de caciquismo. de esos q le todavía existen en muchas partes, se vensrparados de su puesto y se ven obligados a se·guir todos aquellos fxpedientes y recursos de qUf'jaque son si.:mpre muy largo~, que son co~tosos, y acuyo t~rmillo rara vez suele hacerse justicia.
Lo que yo deseo y rueKo al señor ministro de laGub~rnacióll es que, si estima, como yo creo quehabrá de estimar, que este es un asunto importantey que es ju~to que estos modestos y digní~ímos
funcionarios tengan una garantía similar o análogaa la que se ha obtenido para todos 101 demás individUal que por sus fUllciones vit~n"n a illt~ arrel servicio benéfico sanitario de España, dicte al·guna disposición aclaratoria, bien en e[ sentido enque yo interpreto estos preceptos del reglamentoen cuanto a la manera de separar a esos funciona·rios, o bien dando alguna etra sólida garantía queel señor ministro de [a Gobernación estime con·veniente.
'Este es el ruego que deseaba hacerle y esta lapetición que yo someto al recto juicio de S. S., es·perando que se sirva atenderla por [a justificaciónque tiene y por la importancia que reviste paraestos modestos funcionarios, que no son sólo deunos cuantos Ayuntamientos, sino de muchos, porque aun cuando algunos Ayuntamientos han esta'blecido ellos mismos una reglamentación, con lacual las facultades omnímodas del arto 78 de la leymnnicipal son ya regladas, y cuando las infringenvan los interesados a los recursos cOntencio~os,
que, naturalmente, prosperan; hay otros muchosAyuntamientos en que esa reglamentación no existe, es decir, no existe mas que en los hechos con'cretos, y es, por tanto, muy varia, habiéndose re·suelto cada caso con arreglo a las conveniencial~eI ~ome?~o, a la presión de aquel instante, alInflUjO pohlJco que en aquella sazón ha preponderado, y contra esto es contra lo que 'yo voy, con·tra lo que quiero poner el recto critedo de S. S.,sirviendo, mediante la dispodción que le pido, elJuego que he tenido el honor de formular.
(Se continuárá)
Venta de SanguijuelasDocena. • . . • .. 2,50 ptas.Una sola. • • • .. 0,25 cts.
Alos aDIUareS d! led tina. amlr¡d de pretioDIRECCIÓN
Lucio de la. Hera. Hontln(Auxiliar de Medie na y Cirugía)
Calle de Ave Maria, número 8
A[D~i~ 10(01 el ~ía 18 al [ol!lio ~e Mé~iiOI
COLEGIO DE SEVILLA
El Colegio provinci~1 de practic1ntes de Sevilla,en sesión celebrada el d;a 7 de mayo, acordó lo siguiente:
Aprob3r e[ acta de la sesión anterior, comunicara varios colegiados los reCIbos que tienen en descubierto y aprobar las cuentas del mes de abril.
Se dió cuenta de la copia que mand,m los compañeros de Cartagena d~ la defensa que ha hechoen el Congreso, el día 22 de fe brero, en favor delos practicantes de España, el diputados a Cortespor aquella ciudad D. Eduardo Espín, y se acordó,por unanimidad, cficiarle al Sr. Espín dánc'lole lasg·ad~s en nomb:e de este Colegio y de todos loscompañeros de esta provincia, por la defensa enp:o de la mejora de la clase.
Tras breves TU gas a la presidencia de los seflores León Ríos y O:tiz Rtlksteros se levantó lasesión a las diez de la 1I0cha.
'" * *
Se encuentra enfermo, habiendo tenido queguardar cama, el practicante de la Beneficenciamunicipal y estimado com¡:;aI1ero nue~tro D. Guillermo Puerto, muy de veras hacemos voto por supronto restablecimiento.
COLEGIO DE LEÓN
Va aumentando la suscripción abierta a favor dela viuda del Sr. Lozano. Mucho agradecemos losbuenos sentimientos de algunos comrañeros, ysuplicamos a todos secunden tan laudable inidativa.
14 BOLETIN DE PRACTICANTES
jJoaa:/
La condena de la cuna
LOS RIESGOS DE MECER
A LOS NI~OS
La poesía de la cuna ha sido cantada tantas veces como elotrellas hay en los cielos. Ruo s rá elpoeta que no haya hecho vibrar su Iir3 alguna vezpara «'Dsalzar el encanto dulce, armónico, ensoñador, de la cuna. A la cuna dió magnificencia detrono la religión cató~ica. S.J sola presenc:a bastópara sembrar de ternura las almas y ha~ta los vagabundos de sandalias ennegrecidas por la tiel ragri. de los caminos y de piel requemada por el solsienten humedecerse sus ojos cansados ante el espectáculo de una cuna.
Sin embar.&o, pese a todo su abolengo sentimental, la cuna está condenada a desaparecer. Amedida que la higiene salvadora impol ga sus preceptos, la cuna ha de ir desapareciendo, para sersustituida por camitas rectangulares.
La cuna repruenta una C1Jorme serie de peligros,a que no debe exponerse al niño.
Estos peligros pueden clasificarse en tres gru·pos: el acunamiento, la posibilidad de un diagnóstico equivocado y las malas condiciones en que.mantienen al niño,
El acunamiento es una mala co~tumbre, un hábito perjudicial, a que se entregan ignorantes deldaño que Cllusan legiones de madres.
¿Q.le acunándolos se duermen lo, niños?Como se duermen chupándose un dedo. Como
se duermen siempre que ejecutan un acto al cualse han ar.ostumbrado, como prodrómico del sue·ño. El profesor Martintz v.<Hga<, ilustre especialista en enfermedades de los lJiños, explic. así lostnales que cauJa el aCllnamiento:
<oo. al mecer al niñ" le perjudicamos; recuérdesela centrifugación en nuestros laboratoríos y esaley fjijca, segú I la cual los movimientos ritmicos,repetidos. Vdn aglomerando los líquidos hacia losextremos; como uno de los puntos más p.opensosa la aglomeración de la sangre es la cabeza, é;ta secongestiona por ese repetido movinliento, y me·ciendo a los uiños les producimos congestiones,dolores de cabeza y quien sabe si contribuimos aldesarrollo de la meningili<: por esto yo condenoenérgicamente esas cunas de mimbre que descansan sobre un plano arqueado, en ~ 1 suelo, o esalotras metálicas. suspendidas sobre dos vástagosde hierro y dos cuchillas que pumiten el movi·miento oscilatorio. En nombre de la higiene y del
BOLETIN DE PRACTICANTES 15
biene~tar del 0100 mandaría rdirar de la circulación todas las CUllas, altas o bajas, lujosas o modestas, que fueran susceptibles de movimiento debalanceo. Es censurable, por lo pel"grosa, la costumbre de acunar. un niño; por ningún motivo seconsentirá el balanceo de los r.iños••
Estas palabras son lo suficientemente rotundas,autorizadas y precisas para que toda madre cons'ciente de sus deberes rechace la cuna y opte por la
camita.No sólo porque asi se pone término a la mala
costumbre de mecer a los niños, sino po~que lacuna mantiene al niño muy cerca del suelo, dondees más densa la atmósfera, dOllde se halla máscargada de polvo, de agentes microbianos y dondetienen lugar peligrosas corrientes de aire.
Hemos enumerado só'o dos ~rupos de causas;nos queda, pues, por citar la tercera, que no esotra sino la dificultad que para la exploración médica representa un niño acostado en uua cunll; detan dHi~il acceso para el doctor eomo fácil para101 animales domé.ticos.
Una cama de metal, rectangular, recibiendo laluz de f.eDte, es el lecho ideal pala UD niño. La
cuna no puede ni debe seguir siendo el prderido.La higiene condenó a la cuna, y su sentencia fué
de muerte. La higiene, antes o después, según elgrado de civiliza, ión d~ cada pais, acaba triunfando siempre. La cuna dejará de di- fl utar su actoalpreen inencia, y arlte su destierro los sentimentalesse enternecerán y lanzarán unas cuantas censurassobre los médilOs q'le asi matan la poesia y aridecc!O la vida. Por lo lT ismo q'.e es ésta una actitudtotalmente ilógica, es fácil de adoptar, y muchosla escogerá!'.
Sin embargo, la camita limpia, de metales espejeantes, en que se qui bra y saltarinea la IUI, soleada, firme, no puede hrdar en tener sus cantores, ya que su poesia es la poesia misma de lacuna, la que emana de la infancia.
y tan bien como salida de una cuna ha de sonar la que venga de una cainita, cOn tal de quequien ria sea un niño, lleno de ignorancil y lie alegría, alrededor de cuyos cabelos teja el Sol enhalo de luz blanca, suavemente blanca, humildemente blanca.
DR. CÉSAR J'JARROS
CltATñPANJJ:J:A 10R7UNUGran estimulante digelllivo HORCHET
Trancl8CO TortunuexPORTACIÓJ'{ A TOCOS lOS PAISES
rPt?{nc~~a,i~ ;;.:8ARCelO j'{A. (eE~aña).
16 BOLETIN DE PRACTICANTES
El dia 18 del presente mf'S, a las siete de la tardr,en el salón de actos del Col('gio de Médicos severi6cará la confert'Dcia aplazada por el ilustredoctor D. Emilio Garcia Sierra. Encarecemos lapuntual asistencia. .
•••El dia 27 del presente mn tendrá lugar en el
domicilio social de I ueslro Colr gifl, calle de Manuel Fernándu y Gonzálu, núm. 8, la segundavelada artística de las organizadas por los señoresRocamora y Sancho.
•••Después de brillantísimas OpOSIC'lones ha obte·
nido, por unanimidad en la votación, Cátedra dePatologia Quirúrgica el encumbrado profesor delhospital Provincial, D. Laureano Olivarn Sexmilo.
Mucho gana la Facultad de Medicina con el nuevo y joven catedrático.
Su ciencia profunda ha creado a este distinguido médico una reputación envidiable, tanto aquicomo fuera, pues por sus acertados diagnósticos yIUS conocimientos de cuanto con la ciencia médicale relaciona, ha conseguido tal signi6cación yfama, que es hoy. justamente. considerado comouno de nuestros primeros cirujanos.
Sus grandes méritos y sus profundos estudios lehan llevado a la Facultad de San Carlos, sabiaCorporación, en la que sólo tienen entrada laseminencias dt.l saber.
Desde estas columnas nos congratulamos en en·viarle nuestra más cordial enhorabuena.
•••Tenemos conocimiento de que en breve saldrá
la convocatoria a oposiciones al Cuerpo de Practi·cantes de la Bendicencia municipal.
•• *Rog~mol muy encarecidamente a 105 practican
tes de provincias st"an mesurados en sus iniciativas,tomadas en reuniones o asambleas, y lanzadas a losdistintos Centros 06ciales, pues a ello obliga la de·Iicadeza de las circunstancias actuales.
•••Hemos t('nido el gusto de saludar en Madrid a
los dbtiflFuidos compañeros de Sevilla, D. SantosBonilla" D. Fernando Gayoso.
[1frH~DDn1Hltio D~minlstrDtiyoDon Juan Malou, hizo su suscripción hasta fin
de diciembre 1917. Rec;bí, 2,50.Don Manuel Izqu.erc1o, h:zo su suscripción has
ta fin de diciembre 1917. Recihí, 2,50.Don Victoriano Salmador, hizo su suscripción
hasta fin de diciemb'e 1916. ReCibí. 2,50.Don Antonio Manuel, hizo su suscJipción hasta
fin de diciemb'e 1917. kecibí, 3,00.Colegio de Vall:tdolirl, por la suscripción hasta
fin de diciemb:e 1917. Recibí, 9,00.Colegio de :-oledo, por los números mandados
en el ano de 1916. Recihí, 15,00.Don Feliciano Carbonell, por su suscripción
ha~ta fin de diciembre 1917. Recibí, 2,50.Don José Terón, por su suscripción hasta fin
de diciembre 1917. Recibí, 2.50.Don José Ma·tlnez, por su suscripción hasta fin
de dici( mbre 1917. Recibí, 2,50.Colegio de Palencia, abono por los númerns
remitidos hasta fin de diciembre 1916. Recibí. 8,25.Cole~io de Sevilla, pcr los boletines de lo;; me·
ses de febrero, marzo y abril 1917. Recibí, 22,50.Don A~ustín Ortiz. por su sUl>clÍpción hasta fin
de febrero 1918. Recibí, 2,50.Don Diosdado Carbonero, por su suscripción
ha~ta fin de m~rzo 1918. Recibí, 2,50.Don Eugenio Santos, por su suscripción hasta
fin de marzo 1918. Recibí, 2,50.Colegio de SaJas de los Infan'es, por su susrrip·
ción hasta fin dI' diciembre 1917. Recihí, 36,00.Colegio de Murcia, por su suscJi¡;ción hasta fin
de diciembre 1917. Recibí, 20,00.Don Esteban Martíllez Abarca, por su suscrip
ción hasta fin de junio 1918. Recibí, 2,50.Don Ant' nio Martlnez Abarca, por su suscrip
ción hasta fin de junio 1918. Recibi, 2,50.Don Leoncio Serrano, por su susc. ipción hasta
fin de ft'b'e;o 1918. Recibí, 2,50.Don José Misoso, por su suscripción hasta fin
de abril 1918. Recibí, 2,50.Don Pablo Ramos, por su suscripción hasta fin
de abril 1918. Recibl, 2,50.Don Manuel Moreno S3nz, por su suscripción
hasla fin de abril 1918. Recibl, 2,50.Don Teodoro de la Fuente, pr¡r su suscripción
ha~ta fin de julio 1918. ReCibí, 2,50.Don Juan Olión, por su suscripción, 2,50.Don José CaJella, por Sil suscripción hasta fin
de malzo 1918. Recibl, 2,50.Don Nicolás Hernandorena, por su suscrip
ción hasta fin de abril 1918. Recibí, 2,50.NOTA. Se ruega a los Sres. D. Manuel Jorque
ra y D. Juan Afión Peralta, terminen de compll:'larsu suscripción, pues hall abonado 2.50, y en Madrid la suscripción es 3 pesltas. D. Donando Macho ha remitido 2,85 para el p:eito.
El administrador,JUAN CARBALLEDO
ROQUE CATALINASOMBRERERIA DE LU~O
Glorieta de Bilbao, 4
El .nfisépfico~f'.!!.det"O$Od. loa 8'~9~
CATARROSBAONQU·ITI S .
EN FISIEMA ASMA
8KCU&ü,fARABE FAMEI.:'
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