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Univ. Psychol. Bogotá (Colombia), 4 (2): 205-219, julio-septiembre de 2005 ISSN 1657-9267  

EFECTIVIDAD DE UNA  INTERVENCIÓN

COGNITIVO-CONDUCTUAL PARA  EL

TRASTORNO POR  ESTRÉS POSTRAUMÁTICO

EN EXCOMBATIENTES COLOMBIANOS

C AROLINA  BOTERO G ARCÍA *

PONTIFICIA  UNIVERSIDAD J AVERIANA , BOGOTÁ 

Recibido: octubre 20 de 2004 Revisado: noviembre 23 de 2004 Aceptado: diciembre 13 de 2004

 A BSTRACT

The results of cognitive-behavioral group interventions applied from 2002 to 2004 to 42 colombian combat veteranswith Post Traumatic Stress Disorder (PTSD) are presented. The goal of the study was to stablish the effectiveness of the group interventions based in Prolonged Exposition and Stress Inoculation treatment processes. Differencesbetween pre-in-post symptomatology scores of PTSD were measured by Foa Posttraumatic Stress Diagnostic Scale(PDS) and the Beck Depression Inventory. The statistical analysis was made byt test for paired samples, with alpha of 0.05. Results show significant decrease in symptomatology and severity level after the intervention both in depressionand PTSD symptoms.

Keywords: PTSD, Posttraumatic Stress Disorder, cognitive-behavioral therapy, group therapy, Prolonged Exposition,Stress Inoculation, trauma, veterans, combat.

R ESUMEN

En este estudio se presentan los resultados de las intervenciones grupales cognitivo-comportamentales para el Trastor-no de Estrés Postraumático (TEP) realizadas desde el 2002 hasta el 2004, con 42 miembros de fuerzas armadascolombianas en proceso de rehabilitación. El objetivo del estudio fue establecer la efectividad de la intervención grupalbasada en procesos de tratamiento de Exposición Prolongada e Inoculación de Estrés. Se evaluaron las diferenciasentre las distintas mediciones de la sintomatología del estrés postraumático, realizadas antes, durante y después delproceso de intervención mediante la escala de Diagnóstico del Desorden por Estrés Postraumático (PDS) de Foa y elInventario de Depresión de Beck. El análisis estadístico fue realizado con la Pruebat para medias de dos muestrasemparejadas, de una sola cola, con un alfa de 0,05. Los resultados reflejaron que las diferencias en la sintomatología y

en el grado de severidad eran significativamente menores después de la intervención grupal.

Palabras clave: TEP, PTSD, Trastorno Estrés Postraumático, terapia cognitivo-conductual, terapia grupal, Exposi-ción Prolongada, Inoculación de Estrés, trauma, veteranos, combate.

* Correspondencia relacionada con este artículo debe ser enviada a Carolina Botero García, docente Área Clínica, Facultad dePsicología, Pontificia Universidad Javeriana. E-mail: [email protected]

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En el contexto colombiano, a pesar de los constanteseventos de violencia, conflicto armado y episodios queamenazan la vida y la integridad de la población, sonmuy aislados los esfuerzos que se han hecho por ofreceruna intervención psicológica integral a las víctimas deeventos terroristas, combates, secuestros, entre otros.El presente estudio busca constituir un aporte desde lapsicología clínica para el tratamiento de poblaciones afec-tadas por el trastorno de estrés postraumático en el con-texto colombiano, en especial aquellos que viven lasconsecuencias psicológicas del conflicto armado que sepresenta en la actualidad.

El Trastorno por Estrés Postraumático –TEP (oPTSD por sus siglas en inglés)- ha sido reportado en laliteratura por más de 100 años. No obstante, fue en1980 cuando tomó su denominación actual y empezó afigurar en el Manual Diagnóstico y Estadístico de losTrastornos Mentales –DSM. Actualmente, el TEP se cla-sifica en el DSM IV (APA, 1994) dentro de los trastor-nos de ansiedad, categorizados en el eje I. Este desordenha cobrado mayor atención desde la agudización de lasguerras a nivel mundial y los ataques terroristas, lo cualha implicado una demanda social hacia los psicólogosquienes tenemos una tarea en la investigación y trata-miento de los sobrevivientes de este tipo de eventos. Elestrés postraumático es un trastorno que se puede pre-sentar en personas que han experimentado o presencia-do eventos que involucran amenaza de muerte o muerte,daño serio o amenaza a la integridad física de la personau otros cercanos. El trastorno ha sido considerado unsíndrome, dada la complejidad de su sintomatologíaque incluye el experimentar temor, desesperanza u ho-

rror, además de síntomas de reexperimentación persis-tente del evento, evitación de estímulos asociados con eltrauma y entumecimiento de la responsividad, ademásde síntomas de activación persistentes. Su duración debeser de más de un mes y provocar deterioro en las áreasfuncionales en que se desenvuelve el individuo.

 Algunos factores que median la severidad del tras-torno tienen que ver con la intensidad del trauma, suduración, las circunstancias del suceso, la edad del indivi-duo, su historial de agresiones previas, la estabilidademocional anterior, los recursos psicológicos propios, laautoestima, el apoyo social y familiar, entre otros (e. g.Novoa, Nieto, Forero, Aponte, Caicedo, Riveros,

Montealegre, Bayona & Sánchez, 2005). En los casos deeventos traumáticos provocados por el hombre, como violaciones, combates, secuestros, etc. se presenta dete-rioro de la modulación afectiva, conductas impulsivas yautodestructivas, síntomas disociativos, quejas somáticas,sentimientos de vergüenza, ineficacia, desesperanza, sen-sación permanente de peligro, hostilidad, aislamientosocial, constante sensación de amenaza y alteración en larelación con los otros.

Los excombatientes con estrés postraumático pue-den presentar además otros desórdenes de ansiedad,depresión, abuso de sustancias, conductas antisociales ytrastorno en el control de impulsos. Estos sujetos ade-más reaccionan ante situaciones de amenaza percibida demanera violenta. Algunos autores como Chemtob,Novaco, Hamada, Gross y Smith (1997) afirman que laira es un síntoma sobresaliente del ajuste de la postgue-rra y contribuye a las dificultades que reportan en lasrelaciones interpersonales y en el trabajo. Por otra parte,se ha encontrado que los excombatientes son una de laspoblaciones más proclives a desarrollar este trastorno. Además, el TEP de combate, en comparación con otrostipos de trauma, ha sido relativamente bien documenta-do. Kulka, Schlenger, Fairbank, Hough, Jordon, Marmar y Weiss (1990, citados en Joseph, Williams & Yule, 1997)presentaron los datos del Estudio Nacional de Reajusteen Veteranos de Vietnam, estimando que en ese mo-mento el 15% de todos los hombres veteranos y 8,5%

de las mujeres, eran aún, 15 o más años después, casosde TEP. Además, establecieron que un tercio de los hom-bres y un cuarto de las mujeres participantes de esa gue-rra habían presentado alguna vez el trastorno. Adicionalmente, se encontraba que muchos de los vete-ranos tenían o habían tenido un subdiagnóstico de cons-telación de síntomas de PTSD, y junto a los anteriores(completos y parciales) se estimó que más de la mitad delos hombres veteranos (53,4%) y casi la mitad de lasmujeres (48,1%) habían experimentado sintomatologíaclínicamente significativa.

El DSM IV (1994) plantea que los estudios con po-blación en riesgo (como los militares) muestran una pre-

 valencia del 3 al 58% de TEP. La investigación en el tema,ha concluido que algunos eventos pueden ser tantraumáticos, es decir que involucran un grado tan alto deamenaza a la vida y daño personal, que cada individuoque se exponga a ese evento desarrollaría TEP. La preva-lencia del desorden dependerá de la naturaleza y la inten-sidad de la experiencia. Por ejemplo, Foy, Sipprele y Carroll(1987) observaron que de 25 a 30% de los sujetos ex-puestos levemente al combate y 70% de los sujetos alta-mente expuestos fueron diagnosticados con TEP. Foy ycolegas observaron que ser herido en combate, involu-crarse en las muertes de no-combatientes y la exposicióna atrocidades son elementos críticos en el desarrollo del

TEP en veteranos de combate. Entre tanto, Helzer,Robins y McEvoy (1987) reportaron una prevalencia de3,5% en veteranos de Vietnam que no fueron heridos enbatalla, comparada con una de 20% en veteranos que sílo fueron, encontrando una alta relación del desarrollodel TEP con el hecho de ser herido en combate.

 Así mismo, dada la presencia de trastornos afectivosasociados al TEP en esta población y puesto que laexperiencia clínica ha mostrado una prevalencia impor-

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tante de trastornos depresivos en la población militar,se considera que la investigación debe evaluar los trata-mientos que ayuden a la reducción de los síntomas nosólo del TEP sino de los síntomas de trastornos aso-ciados como la depresión.

Las teorías conductuales del aprendizaje han sidoampliamente utilizadas para explicar el TEP. Dentro deellas, la teoría bifactorial de Mowrer plantea que las res-puestas del TEP podrían adquirirse y mantenerse porcondicionamiento clásico y operante. En primer lugar seha retomado el modelo del condicionamiento clásicopara explicar el desarrollo de los síntomas. En éste, eltrauma es el estímulo incondicionado (EI) que provocael temor extremo (respuesta incondicionada – RI). Eltrauma se asocia con el recuerdo del trauma que se con- vierte entonces en el estímulo condicionado. Así, el re-cordar el trauma provoca el temor extremo que se vuelvela respuesta condicionada (RC). Por medio de la genera-lización de estímulo y condicionamiento de segundoorden, otras señales asociadas con el recuerdo y aquellasneutrales, se convierten en estímulos condicionados queprovocan el temor extremo (RC). Por otra parte, el mo-delo del condicionamiento operante se emplea para ex-plicar el mantenimiento de los síntomas, a pesar de queel estímulo incondicionado (EI) no vuelve a ocurrir.Debido a que el recuerdo del trauma desencadena unaansiedad excesiva, se evita el recuerdo del trauma, resul-tando en la reducción de la ansiedad. Así, la evitación delrecuerdo del trauma se refuerza negativamente, impi-diendo la extinción de la asociación entre el recuerdo deltrauma y la ansiedad (Astin y Resick, 1997).

 Aunque esta teoría del aprendizaje explica gran partedel desarrollo y mantenimiento del TEP, no explica lossíntomas invasivos (recuerdos reiterativos e inesperados).La Teoría del Procesamiento Emocional propone que losindividuos que han sufrido acontecimientos estresantestraumáticos desarrollan estructuras de temor que contie-nen recuerdos del evento traumático, así como emocionesasociadas y planes de escape. Foa, Steketee y Rothbaum(1989) plantean que el TEP surge por el desarrollo de unaestructura de temor interna que provoca el escape y evita-ción y que cualquier estímulo asociado con el trauma po-dría evocar la estructura de temor y generar la posteriorevitación. Según esta teoría estas estructuras son activadasconstantemente en individuos con TEP y guían la inter-

pretación de acontecimientos como peligrosos.El resultado eventual de una experiencia traumática se

puede describir a través de dos procesos: primero, la extre-ma facilidad de recuperación, o hiper-accesibilidad de me-morias relacionadas con el trauma; y segundo, esfuerzospor defenderse de, o evitar estas memorias dolorosas eindeseables. (Flack, Linz y Keane, 1998). Flack y sus cole-gas aseguran, que con el tiempo, la ocurrencia repetida derecuerdos intrusivos sobre el trauma y las respuestas de-

fensivas conducen a tener cambios en las visiones de símismos y del mundo, denominados esquemas. Estosesquemas incluyen expectativas generalizadas sobre sí mis-mos y otros, las cuales son amenazantes ydominantemente negativas. Los temas predominantesen estos individuos son la desesperanza, el miedo, la ra-bia, pérdida, autoacusación/culpa, vergüenza, legitimidad,aislamiento, pensamientos negativos de sí mismos, delmundo y de la influencia cultural. En excombatientes, enparticular, los esquemas más sobresalientes se relacionancon la confianza, el autocontrol y la culpa. Dichos esque-mas se relacionan con las experiencias premilitares (abusosexual, maltrato, etc.) y los eventos posmilitares (expe-riencias de fracaso en el trabajo). Dichos esquemas, segúnlos autores mencionados, llevan al excombatiente a serincomprendido o invalidado, a temer por la pérdida deautonomía y capacidad de acción, a evitar el afecto y laemoción por temor a sentirse abrumado y desesperado.Los impulsos suicidas en esta población son muchas ve-

ces el resultado del desespero, desmoralización y culpa. Elabuso de sustancias en ellos, frecuentemente es un inten-to de defenderse de las crisis de ansiedad.

La Terapia Cognitivo-Conductual (TCC) para el Tras-torno de Estrés Postraumático abarca diversas técnicasde intervención. Los procedimientos contemporáneosde tratamiento, enfocados específicamente en los sínto-mas del TEP (exposición prolongada, terapia cognitiva,terapia de procesamiento emocional) hicieron que pre-dominaran las teorías de procesamiento emocional deinformación sobre la teoría del aprendizaje (las cuales seenfocaban principalmente en la teoría bifactorial deMowrer: del miedo condicionado y evitación operante).

La teoría contemporánea del aprendizaje intenta darcuenta del desarrollo y mantenimiento de los síntomasde PTSD. Los síntomas de reexperimentación y activa-ción son vistos como respuestas emocionales condicio-nadas que resultan del condicionamiento clásico y sondesencadenadas por estímulos ambientales. De acuerdocon la teoría comportamental, aunque los síntomas ini-ciales pueden ser causados por el trauma, muchos de lossíntomas actuales pueden representar intentos para ma-nejar el malestar inducido por el trauma. Estos intentos,por lo tanto, responden a las contingencias situacionalesactuales: las conductas evitativas, los excesos y los déficitcomportamentales están bajo el control operante

(Rothbaum, Meadows, Resick y Foy, 2000).En la teoría comportamental, así como en las teo-

rías de procesamiento de la información, laexposicióncomo estrategia de intervención, es asimilada como untratamiento apropiado para los síntomas de reexperi-mentación y activación, mientras que el manejo de con-tingencias sería implementado para la evitación y otrosproblemas comportamentales. En esta misma línea, lateoría del procesamiento emocional de Foa y Kozak 

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(1986), afirman que el TEP surge a partir del desarrollode una estructura patológica del temor relacionada conel evento traumático. Esta estructura incluye represen-taciones sobre el estímulo, respuestas y su significado.Cualquier información asociada con el trauma activa laestructura del miedo y dado que en personas con TEPexiste un número particularmente grande de estímulosasociados, sería fácilmente activada. Los intentos deevitar esta activación resultarían en los síntomas de evi-tación del TEP. La teoría de procesamiento emocionalpropone que una terapia exitosa debe incluir la correc-ción de los elementos patológicos de la estructura detemor y que este proceso correctivo es la esencia delprocesamiento emocional. Se han propuesto dos con-diciones para que se reduzca el temor. Primero, la es-tructura de temor debe ser activada. Segundo, nuevainformación debe ser ofrecida que incluya elementosincompatibles con los elementos patológicos existen-tes, para que puedan ser corregidos.

Los procedimientos de exposición consisten en asis-tir al paciente para confrontar el material relacionadocon el trauma, activando la memoria traumática. Estaactivación constituye la oportunidad de integrar la in-formación correctiva y así modificar los elementos pa-tológicos de la memoria traumática.

 Algunos estudios recientes han demostrado la efec-tividad del tratamiento del estrés postraumático a travésde la exposición y el procesamiento emocional del trau-ma. Entre estos estudios, algunos además confrontanlos cuestionamientos de algunos autores respecto a laexacerbación de síntomas con la exposición imaginaria.Foa, Zoellner, Feeny, Hembree y Alvarez-Conrad (2002),por ejemplo, investigaron la exacerbación de síntomasen 76 mujeres con TEP crónico. Sólo una minoría departicipantes exhibieron una exacerbación de síntomassignificativa. Aquellas personas que tuvieron este aumen-to en sus síntomas tuvieron un comprobado beneficiodel tratamiento. Además dicho aumento temporal desíntomas no tuvo relación con la deserción, confirman-do así que aunque una minoría experimentó temporal-mente la exacerbación de síntomas ésta no se relacionócon los resultados. Por su parte, Litz, Orsillo, Kaloupek,Weathers y Frank (2000) estudiaron las respuestas emo-cionales condicionadas y comprobaron que casi cualquierestímulo podría elicitar las respuestas sintomáticas de

TEP, por lo que es necesaria la exposición prolongadacomo método de extinción que facilita el procesamientoemocional del trauma. En otro estudio, Foa, Dancu,Hembree, Jaycox, Meadows y Street (1999) compararonla efectividad de tres tipos de tratamientos con 96 suje-tos con estrés postraumático crónico, asignándolosaleatoriamente a cuatro grupos (condiciones de inter- vención): exposición prolongada (EP), entrenamientoen inoculación de estrés (EIE), tratamiento combinado

(EIE + EP) o grupo control en lista de espera. Los trestratamientos redujeron la severidad del estréspostraumático y la depresión en comparación con el gru-po de lista de espera, pero no difirieron de manera signi-ficativa entre ellos y sus resultados se mantuvieron através del periodo de seguimiento.

Respecto a la necesidad de intervenir las emocionesasociadas al estrés postraumático, especialmente la ira, va-rios estudios, entre los que se encuentra el de Chemtob,Hamada, Roitblat y Muraoka (1994) y los de de Novaco yChemtob (1998), muestran la clara asociación entre estosaspectos, es decir encuentran índices de correlación nota-blemente altos. Los primeros autores estudiaronexcombatientes de Vietnam comparándolos con otraspoblaciones y encontraron que aquellos que tenían diag-nóstico de TEP tenían a su vez altos índices de ira. Asímismo, Novaco y Chemtob (1998) revisaron yconceptualizaron esta asociación encontrando que aunquese ha demostrado la presencia de ira en la mayoría deexcombatientes y en general de personas con traumainterpersonal, poca investigación ha conducido al diseñode intervenciones efectivas dirigidas al manejo de las reac-ciones de ira en personas con trauma. Así mismo, estosautores propusieron un tratamiento dirigido a la reduc-ción de la ira en excombatientes donde se proponen: unaintervención basada en la psicoeducación sobre la natura-leza de la ira, el automonitoreo, técnicas de entrenamientoen relajación, reestructuración cognitiva, entrenamiento enafrontamiento conductual así como en comunicaciónasertiva y práctica a través de juego de roles. En un estudiode comparación de grupos, Chemtob, Novaco, Hamada, y Gross (1997) mostraron la efectividad del anterior trata-

miento para la ira en excombatientes de Vietnam, eviden-ciando que el cambio se mantenía en el seguimiento de laintervención 18 meses después.

Una de las estrategias más ampliamente empleadas enel tratamiento del estrés postraumático es el Entrenamien-to en Inoculación de Estrés (EIE), desarrollado porMeichenbaum en los años 70 para el tratamiento y mane- jo de la ansiedad, el procedimiento original fue adaptadoa casos de estrés postraumático. El objetivo principal delEIE consiste en ayudar a los pacientes a que comprendan y controlen sus reacciones de temor asociadas al trauma. Así, algunos formatos de EIE con pacientes con TEPincluyen educación sobre el trauma, entrenamiento en re-

lajación muscular, reentrenamiento en respiración, juegode roles, modelamiento encubierto, auto-diálogo guiado y detención de pensamiento. El EIE se enfoca en la ansie-dad que se vuelve condicionada en el momento del trau-ma y se generaliza a muchas situaciones. Los pacientesaprenden a manejar la ansiedad usando estas nuevas habi-lidades, por lo que se disminuye la evitación y la ansiedad. Astin y Resick (1997) nombran numerosos autores quehan utilizado el EIE para el manejo del TEP (Kilpatrick et

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al., 1982; Resnock y Newton, 1992; Resick y Jordan, 1988 y Stroebel, 1983; citados por Astin y Resick, 1997). Elaprendizaje de las habilidades en el EIE está dirigido acontrolar las respuestas de temor identificadas en los trescomponentes de la respuesta: fisiológico, cognitivo ymotor. Se incluyen el entrenamiento en respiracióndiafragmática, la detención de pensamiento, el ensayo en-cubierto, el diálogo dirigido con uno mismo y los juegosde roles. También se ha incluido el entrenamiento en rela- jación y en habilidades de solución de problemas.

La terapia de procesamiento cognitivo incorpora ele-mentos de la terapia cognitiva y la exposición prolonga-da. El componente cognitivo incluye entrenar a los clientesa desafiar las cogniciones problemáticas. Usando estashabilidades obtenidas de desafiar los pensamientos ycreencias, se le pide a los pacientes trabajar sobre las creen-cias sobregeneralizadas que emanan del eventotraumático. El componente de exposición consiste enescribir una narración detallada del trauma y leerlo al tera-

peuta y en casa. Además de la expresión emocional, lanarración es usada para identificar los puntos clave delevento, que causan mayor conflicto y a los que se les debedar especial atención durante la terapia cognitiva(Rothbaum et al., 2000).

En cuanto al tratamiento grupal con enfoque cogni-tivo-conductual, su objetivo principal es reducir los sín-tomas de TEP directamente o fortalecer el control de lossíntomas crónicos por parte de los miembros del grupo.Mejorar el autocontrol y la calidad de vida son dos de losobjetivos que ayudan a la reducción de síntomas (Foy etal., 2000). La terapia grupal con enfoque cognitivo-conductual enfatiza la aplicación de exposición sistemá-

tica, prolongada y reestructuración cognitiva para cadauna de las experiencias traumáticas individuales y en elentrenamiento de prevención de recaídas para realzar lashabilidades de afrontamiento y los recursos para mante-ner el control sobre los síntomas específicos de TEP. Adicionalmente, el motivar a los miembros del grupo arelatar sus experiencias traumáticas repetidamente, asícomo el ser expuestos a escuchar las experiencias de losotros miembros del grupo, incorpora el componente deprocesamiento del trauma. Foy y sus colegas (2000) revi-saron en varios estudios la efectividad de la terapia grupalen casos de TEP, encontrando que en todos los seisprogramas grupales presentados con enfoque cogniti-

 vo-conductual, se observaron resultados positivos deltratamiento.En conclusión, tal como asegura Serrano (1998), el

TEP se puede comprender como un tipo particular deinteracción entre los procesos biológicos, de aprendizaje/cognitivos y motivacionales: el TEP por combate se pue-de generar por la interacción de un proceso biológico dehiperresponsividad del organismo, una experiencia de con-dicionamiento respondiente de primer orden y experien-

cia de condicionamiento respondiente de segundo orden,interpretación errada de señales en términos de peligro yamenaza y posteriores conductas de evitación. Por lo tan-to, desde esta perspectiva, la estrategia de intervención debecontemplar este tipo de interacción, incluyendo técnicas de

exposición prolongada y de entrenamiento en habilida-des de afrontamiento (inoculación de estrés).De acuerdo con los planteamientos teóricos y meto-

dológicos expuestos anteriormente, el presente estudiose plantea la siguiente pregunta de investigación: ¿Esefectivo el tratamiento cognitivo-conductual en la po-blación de soldados excombatientes colombianos conTEP?

MétodoDiseño 

El estudio es de carácter cuasi-experimental con diseño

intragrupo con medidas pre y post. Además se realiza-ron mediciones semanales con el fin de conocer la evolu-ción de la sintomatología.

Población

En este estudio participaron 42 sujetos con diagnósticode Trastorno de Estrés Postraumático. Los sujetos sonexcombatientes, miembros de las Fuerzas Armadas re-gulares que se encontraban en proceso de rehabilitaciónfísica por enfermedad o lesión en la ciudad de Bogotá.Los sujetos fueron seleccionados de manera intencional.Del total del grupo de soldados evaluados a lo largo de

dos años, se escogieron aquellos que presentaban la sin-tomatología de TEP y estaban dispuestos a participar enla intervención. Los sujetos incluidos en este estudiofinalizaron el proceso de tratamiento.

Instrumentos 

Los instrumentos descritos a continuación fueron em-pleados para la evaluación de los sujetos. Los resultadosfueron utilizados para determinar la efectividad de la in-tervención realizada.• Escala de Estrés Postraumático (PDS) de Foa (1995),

para determinar presencia y grado de severidad de

TEP o ausencia del mismo. El instrumento constade 48 ítems. Puede ser auto o hetero aplicado. Sebasa en los criterios diagnósticos del DSM IV. Elinstrumento fue aplicado, en un primer momento(pre-tratamiento, como medida pretest) y las seccio-nes de sintomatología de reexperimentación, evita-ción y activación se respondieron con una frecuenciasemanal con el fin de determinar los cambios en lossíntomas a lo largo de la intervención.

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• Inventario de Depresión de Beck (1978), cuestiona-rio para la evaluación de depresión consistente en 21ítems de selección múltiple donde se asigna un valornumérico a cada respuesta. El inventario arroja unresultado cuantitativo que indica la presencia y el gra-do de severidad de la depresión.

• Entrevista estructurada. Se aplica a los sujetos conpresencia de TEP según la Escala PDS de Foa (1995).Esta entrevista incluye preguntas sobre los datosdemográficos del paciente, áreas de vida afectada, ac-tividades realizadas durante la permanencia en el ejér-cito, metas o planes hacia la vida futura, entre otros.Fue diseñada exclusivamente para este estudio.

• Escala de Unidades Subjetivas de Malestar (SubjectiveUnits of Distress, SUD), se emplean para evaluar elgrado de ansiedad percibido durante las exposicio-nes prolongadas y determinar el cambio subjetivoentre cada una de las exposiciones.

Procedimiento 

El proyecto de investigación se llevó a cabo a lo largo dedos años y medio. Se diseñó e implementó la interven-ción de tipo grupal de acuerdo con los resultados de estu-dios foráneos que comprobaban la efectividad deltratamiento cognitivo conductual basado en la exposiciónprolongada y el entrenamiento en inoculación de estrés.Se evaluaron aproximadamente quinientos soldados a lolargo de este tiempo. Para efectos de este estudio, se eva-luaron únicamente soldados que no estaban medicadospsiquiátricamente ni que tenían otro diagnóstico psiquiá-trico significativo. Se rechazó para este estudio a aquellos

sujetos que tenían riesgo de suicidio. Se trabajó con lossoldados que en la escala PDS de Foa arrojaban un resul-tado clínicamente significativo (con TEP leve en adelante). Así mismo se seleccionaron aquellos que podrían estar enel sitio de concentración (el batallón) por lo menos dosmeses, y que se encontraban dispuestos a participar en laintervención. Para el análisis de resultados solamente setuvieron en cuenta los datos de los soldados que respon-dieron a los instrumentos en el pre y el postest y queparticiparon por lo menos en el 90% de la intervención. Así, la muestra estuvo constituida por 42 soldados quecumplieron con los anteriores requisitos.

Los sujetos eran evaluados en el pretratamiento con

los tres primeros instrumentos descritos anteriormente.Se constituyeron diez grupos con un promedio de cincoparticipantes a lo largo de los dos años y medio. Es decir,cada semestre se realizaron dos intervenciones grupalescon el mismo protocolo de tratamiento. La intervención sebasó en los procedimientos de exposición prolongada einoculación de estrés que han demostrado su efectividad yhan sido ampliamente empleados en otros contextos. Además poseen gran respaldo teórico y metodológico desde

las teorías del aprendizaje, del procesamiento emocional ydel procesamiento cognitivo. Así mismo, se introdujeronsesiones de relajación, manejo de la ira, reestructuracióncognitiva, solución de problemas y planeación de metas,con el fin de proveer de recursos de afrontamiento a través

de la estrategia de inoculación de estrés.La secuencia de sesiones de intervención fue la siguiente:1) Introducción y conceptualización. 2) Técnica de respira-ción diafragmática. 3) Técnicas de relajación. 4) Primeraexposición. 5) Pensamiento y emoción. 6) Segunda expo-sición. 7) Reestructuración cognitiva I. 8) Tercera exposi-ción. 9) Manejo de la ira. 10) Cuarta exposición. 11).Solución de problemas. 12) Quinta exposición. 13) Rees-tructuración cognoscitiva II. 14) Planeación de metas.

Los protocolos de intervención fueron construidoscon base en la revisión de la literatura y el análisis de losfactores asociados con el TEP en la población deexcombatientes colombianos. Los instrumentos de apo-

 yo empleados para que cada sujeto hiciera sus trabajospara casa y llevara un registro de su evolución. Las sesio-nes del tratamiento fueron realizadas diariamente a lolargo de cuatro semanas. Cada sesión tuvo una duraciónde dos a tres horas. Una vez se aplicaban los protocolos y se realizaban las mediciones, se volvía a evaluar a cadasujeto para hacer el seguimiento con aquellos sujetoscon quienes fue posible establecer un nuevo encuentro.Las sesiones de seguimiento se realizaron con un inter- valo de un mes después de concluida la intervención.

Se realizaron evaluaciones semanales de sintomatolo-gía con el fin de establecer la evolución de cada sujeto a lolargo del proceso de intervención. Así mismo se evaluaron

diariamente los SUD (o unidades subjetivas de malestar)con el propósito de conocer el grado de ansiedad percibidopor cada sujeto. En cada sesión se midieron en cuatro oca-siones. La finalización de cada sesión se hacía cuando elSUD había bajado de nivel. Así mismo la medición deSUD permitió evaluar el grado de evolución de cada sujetoa lo largo del proceso de intervención, por medio de lacomparación de estos indicadores entre sesión y sesión.

Finalmente, se sistematizó la información recogidacon cada grupo. Se hizo el análisis estadístico de los da-tos para encontrar las diferencias entre las medidas y ana-lizar la efectividad de la intervención.

ResultadosSe reunieron los resultados de los 42 sujetos con sus res-pectivos indicadores en las escalas en el pretratamiento, enla primera, segunda y tercera semanas, el puntaje post(cuarta semana) y de seguimiento. Se tabularon los puntajespor número de síntomas y grado de severidad según laescala de PDS de Foa por cada una de las categorías desíntomas: reexperimentación, activación y evitación.

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EFECTIVIDAD DE UNA  INTERVENCIÓN COGNITIVO-CONDUCTUAL PARA  EL TRASTORNO POR  ESTRÉS POSTRAUMÁTICO  211

En los resultados se evidenció una disminución dela sintomatología total y por categoría en la mayoría desujetos participantes a lo largo del proceso. Los cambiosmás evidentes se observaron en las áreas de reexperi-mentación y evitación, en comparación con la categoríade activación. Esto se puede deber a que en la miliciaresulta adaptativo un estado de alerta, especialmente enlas condiciones actuales del país.

En los resultados de la escala de Depresión de Beck se observó igualmente que la mayoría de soldados pre-sentaron una disminución de sintomatología y en lamayoría de ellos el puntaje al final del proceso no fueclínicamente significativo.

 A continuación se presentan los resultados obteni-dos de la aplicación de la prueba t para dos muestras

emparejadas, en el establecimiento de la efectividad deuna intervención grupal cognitivo comportamental parael manejo del estrés postraumático de combate.

Las tablas que se enseñan a continuación presentan elanálisis estadístico de la aplicación de la Pruebat para me-

dias de dos muestras emparejadas, tanto en la categoría denúmero de síntomas como en el grado de severidad,medido por la escala de Foa y en el inventario de Beck.

La prueba t fue escogida para el análisis estadístico dadasu sensibilidad y capacidad de discriminación para muestraspequeñas. Además es uno de los estadísticos sugeridospara estudios cuasi-experimentales en donde no se puedencontrolar determinadas variables, en este caso el número desemanas de intervención, lo que conllevó a no tener unnúmero fijo de mediciones para todos los participantes.

T ABLA  1. NÚMERO DE SÍNTOMAS PRE – POST

 

Pre Post

Media 12,93 8,14 Varianza 7,87 24,81Observaciones 42 42Coeficiente de correlación de Pearson 0,25Diferencia hipotética de las medias 0Grados de libertad 41Estadísticot  6,13P(T<=t) una cola 1,43366E-07 Valor crítico det(una cola) 1,68P(T<=t) dos colas 2,86732E-07 Valor crítico det (dos colas) 2,02

Como se observa en la Tabla 1, eln total de aplica-ción fue de 42, que corresponde al número de soldadosque terminaron a cabalidad con la intervención. Se ob-serva que la heterogeneidad de los datos es notablemen-te mayor en el post, y que según el estadísticot, en relación

al valor críticot de una cola, existen diferencias significa-tivas en el número de síntomas de la evaluación inicial yde la evaluación final, siendo esta última la que cuentacon un promedio de síntomas menor.

T ABLA  2. GRADO DE SEVERIDAD PRE – POST

 

Pre Post

Media 29,26 13 Varianza 85,12 102,44Observaciones 42 42Coeficiente de correlación de Pearson 0,18

Diferencia hipotética de las medias 0Grados de libertad 41Estadísticot  8,47P(T<=t) una cola 7,57356E-11 Valor crítico det (una cola) 1,68P(T<=t) dos colas 1,51471E-10 Valor crítico de t (dos colas) 2,02

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 212 C AROLINA  BOTERO G ARCÍA 

Según la Tabla 2, el estadístico t muestra una diferen-cia significativa del grado de severidad de los síntomasentre las evaluaciones pre y post, siendo la media de la

evaluación post significativamente menor, que la de laevaluación pre.

T ABLA  3. NÚMERO DE SÍNTOMAS PRE – 1SEMANA 

 

Pre 1Semana

Media 12,96 12 Varianza 8,04 7,9Observaciones 41 41Coeficiente de correlación de Pearson 0,42Diferencia hipotética de las medias 0Grados de libertad 40Estadísticot  2,0P(T<=t) una cola 0,026 Valor crítico det(una cola) 1,68P(T<=t) dos colas 0,052 Valor crítico det (dos colas) 2,02

Pre 1Semana

Media 12,96 12 Varianza 8,04 7,9Observaciones 41 41Coeficiente de correlación de Pearson 0,42Diferencia hipotética de las medias 0Grados de libertad 40Estadísticot  2,0P(T<=t) una cola 0,026 Valor crítico det(una cola) 1,68P(T<=t) dos colas 0,052 Valor crítico det (dos colas) 2,02

La Tabla 3 muestra unn total de 41, lo que quieredecir que de los 42 soldados participantes uno no tienela evaluación de la primera semana. En cuanto a la hete-rogeneidad de los datos, se observa que es un poco mayoren la evaluación pre, y que según el estadísticot, sí exis-

ten diferencias en el número de síntomas de la evalua-ción inicial y de la evaluación en la primera semana detratamiento, aunque el número de síntomas sigue sien-do casi el mismo.

T ABLA  4. GRADO DE SEVERIDAD PRE – 1SEMANA 

En cuanto al grado de severidad evidenciado en estaTabla 4, se observa un decremento en la media de laevaluación de la primera semana y se evidencian diferen-cias entre las dos evaluaciones, según el estadísticot.

Durante la segunda semana de intervención se eviden-cia una disminución significativa del número de síntomassegún la media y según el estadístico t, teniendo una mayorheterogeneidad los datos de la evaluación pre (Tabla 5). 

En la Tabla 6 se evidencia unnde 40 sujetos, es decirque de 2 no se obtuvo esa evaluación y según el estadís-ticot, existe una diferencia significativa del grado de se- veridad, ratificado por la disminución en la media de laevaluación de la segunda semana de intervención.

Según la media observada en la Tabla 7, el númerode síntomas disminuye con relación a la evaluación pre,pero aumentó en comparación con la segunda semanade intervención. El estadísticot, evidencia diferencias sig-

nificativas entre las evaluaciones comparadas.

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EFECTIVIDAD DE UNA  INTERVENCIÓN COGNITIVO-CONDUCTUAL PARA  EL TRASTORNO POR  ESTRÉS POSTRAUMÁTICO  213

T ABLA  5. NÚMERO DE SÍNTOMAS PRE – 2SEMANA 

T ABLA  6. GRADO DE SEVERIDAD PRE – 2SEMANA 

T ABLA  7. NÚMERO DE SÍNTOMAS PRE –3SEMANA 

  Pre 2 SemanaMedia 12,9 3,68 Varianza 8,07 1,56Observaciones 40 40

Coeficiente de correlación de Pearson 0,33Diferencia hipotética de las medias 0Grados de libertad 39Estadísticot  21,7P(T<=t) una cola 1,1224E-23 Valor crítico det (una cola) 1,68P(T<=t) dos colas 2,2447E-23 Valor crítico det(dos colas) 2,02

Pre 2 SemanaMedia 29,2 19,975 Varianza 86,5 89,41Observaciones 40 40Coeficiente de correlación de Pearson 0,27Diferencia hipotética de las medias 0Grados de libertad 39Estadísticot  5,14P(T<=t) una cola 4,0616E-06 Valor crítico det (una cola) 1,68P(T<=t) dos colas 8,1232E-06 Valor crítico de t (dos colas) 2,02

Pre 3 SemanaMedia 12,93 8,9 Varianza 7,87 22,77Observaciones 42 42Coeficiente de correlación de Pearson 0,11Diferencia hipotética de las medias 0Grados de libertad 41Estadísticot  4,95P(T<=t) una cola 6,5443E-06 Valor crítico det (una cola) 1,68P(T<=t) dos colas 1,3089E-05 Valor crítico det (dos colas) 2,02

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 214 C AROLINA  BOTERO G ARCÍA 

T ABLA  8. GRADO DE SEVERIDAD PRE – 3SEMANA 

de síntomas de la evaluación inicial y de la evaluación enla cuarta semana de intervención, siendo esta última laque cuenta con una media de síntomas menor, aunqueun poco más alta que el de la tercera semana.

La media de esta tabla (Tabla 8) demuestra que elgrado de severidad continúa disminuyendo en la tercera

semana de intervención, y el estadísticot, demuestra quesí existen diferencias significativas entre las muestras.

  Pre 3 SemanaMedia 29,26 15,55 Varianza 85,12 108,20Observaciones 42 42

Coeficiente de correlación de Pearson 0,058Diferencia hipotética de las medias 0Grados de libertad 41Estadísticot  6,58P(T<=t) una cola 3,1934E-08 Valor crítico det (una cola) 1,68P(T<=t) dos colas 6,3868E-08 Valor crítico det(dos colas) 2,02

T ABLA  9. NÚMERO DE SÍNTOMAS PRE – 4SEMANA 

En la Tabla 9, eln total de aplicación fue de 10 suje-tos, que corresponde al número de soldados que tuvie-ron una intervención de 4 semanas de duración. Seobserva que según el estadístico t, en relación al valorcríticot de una cola, sí existen diferencias en el número

  Pre 4 SemanaMedia 12,1 9,3 Varianza 10,77 9,78Observaciones 10 10Coeficiente de correlación de Pearson -0,13Diferencia hipotética de las medias 0Grados de libertad 9Estadísticot  1,83P(T<=t) una cola 0,045 Valor crítico det (una cola) 1,83P(T<=t) dos colas 0,0997 Valor crítico det(dos colas) 2,26

T ABLA  10. GRADO DE SEVERIDAD PRE – 4SEMANA 

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EFECTIVIDAD DE UNA  INTERVENCIÓN COGNITIVO-CONDUCTUAL PARA  EL TRASTORNO POR  ESTRÉS POSTRAUMÁTICO  215

En cuanto al grado de severidad observado en lacuarta semana de tratamiento (Tabla 10), se observa quees menor que la evaluación pre, pero un tanto mayor queel de la tercera semana. Se observa que la heterogeneidadde los datos es notablemente mayor en el pre, y quesegún el estadísticot, en relación al valor críticot de unacola, sí existen diferencias significativas en el grado deseveridad de la evaluación inicial y de la evaluación final.

 A continuación se presenta la gráfica que representael comportamiento de las medias del grupo de partici-pantes correspondiente al número de síntomas en lasdiferentes mediciones (Figura 1), y en la siguiente gráfica(Figura 2) se muestra el comportamiento de las mediasen cuanto al grado de severidad de estrés postraumático,antes, durante y después de la intervención.

FIGURA  1. MEDIAS DE NÚMERO DE SÍNTOMAS DE TEP,EVALUADOS  ANTES,DURANTE  Y  DESPUÉS DEL TRATAMIENTO.

FIGURA  2. MEDIAS DE GRADO DE SEVERIDAD DE ESTRÉS POSTRAUMÁTICO,EVALUADOS  ANTES,DURANTE  Y  DESPUÉS DEL TRATAMIENTO.

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 216 C AROLINA  BOTERO G ARCÍA 

Se puede apreciar en las Figuras 1 y 2 cómo el grado deseveridad de la sintomatología disminuye cada vez más amedida que se va realizando la intervención. El númerode síntomas disminuye en relación a la medición pre, aun-que su comportamiento es variable a lo largo de la inter- vención. La disminución más importante se da entre la

primera y segunda semana. Estas gráficas evidencian quesi bien el número de síntomas disminuye comparando lamedición pre y post, el cambio más continuo se da en ladisminución de la severidad de la sintomatología del estréspostraumático a lo largo de las mediciones realizadas du-rante el proceso de intervención.

T ABLA  11. INVENTARIO DE BECK  PRE- POST

  Pre PostMedia 20,46 10,27 Varianza 88,5 65Observaciones 41 41Coeficiente de correlación de Pearson 0,22Diferencia hipotética de las medias 0Grados de libertad 40Estadísticot  5,96P(T<=t) una cola 2,7314E-07

 Valor crítico det

 (una cola) 1,68P(T<=t) dos colas 5,4627E-07 Valor crítico det (dos colas) 2,02

En cuanto a las diferencias entre la evaluación pre ypost del Inventario de Beck, se puede decir que sí sonsignificativamente diferentes y como se observa en laTabla 11, la media de la evaluación post, es muchomenor que la evaluación inicial. Eln en esta prueba esde 41, debido a que uno de los participantes no tenía laevaluación final.

En resumen, las anteriores tablas muestran que laevolución media de los pacientes fue favorable, en cuan-

to a que disminuyó el número y severidad de síntomasde TEP con el tratamiento. Los primeros cambios seempezaron a evidenciar desde el inicio del tratamientoen la primera semana. Los cambios más significativosse presentaron entre la segunda y tercera semana deintervención, cuando se realiza la intervención en ex-posición prolongada y entrenamiento en habilidadesde afrontamiento. La mayoría de sujetos termina el tra-tamiento con una disminución del número de sínto-mas significativa y con un grado de severidad de lasintomatología más baja que la inicial. Esto nos puedeindicar que el tratamiento para el grupo en general fueefectivo en el manejo del trastorno por estrés

postraumático. Así mismo, fue evidente el cambio enla sintomatología de la depresión. En la mediciónpretest el indicador promedio de severidad de sínto-mas fue de 20 (depresión moderada), y en la mediciónfinal (postest) el indicador cayó a 10, el cual está en ellímite entre grado nulo y leve de depresión. Esta com-paración nos lleva a presumir que la intervención tuvoun efecto en la disminución de la severidad de la depre-sión del grupo de sujetos intervenido.

Discusión y conclusiones

De acuerdo con el análisis de los datos recogidos en lasevaluaciones de TEP de combate con los 42 sujetos queparticiparon en la intervención cognitivo-conductual pla-neada para la presente investigación, se evidenciaron di-ferencias significativas en la sintomatología y severidadde TEP, entre la evaluación pre y post en la escala PDS deFoa (1995) y en el Inventario de Depresión de Beck (1978).

El análisis permitió igualmente concluir que la dife-rencia más significativa en el número de síntomas no seda entre la evaluación pre-post, en relación con las eva-luaciones pre-semanales, sino en la segunda semana deintervención. Sin embargo, la diferencia más significativaen el grado de severidad se da entre la evaluación pre-post, en relación con las evaluaciones pre-semanales.

Según los resultados, desde la primera semana seobserva una disminución en el grado de severidad delos síntomas (aunque su número sea semejante), siendoesta diferencia muy notable en la segunda semana deintervención y aunque se incrementa un poco en la cuar-ta. Al mismo tiempo se observa una disminución en elgrado de severidad, el cual se incrementa un poco en lacuarta semana en relación con las anteriores, pero dismi-nuye en los resultados de la evaluación final.

Para concluir se puede afirmar que la intervencióngrupal cognitivo comportamental, basada en la exposi-ción prolongada al recuerdo traumático y en el entrena-miento en inoculación de estrés con soldadosexcombatientes colombianos fue efectiva en la reduc-ción de los síntomas, el grado de severidad del estrés

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EFECTIVIDAD DE UNA  INTERVENCIÓN COGNITIVO-CONDUCTUAL PARA  EL TRASTORNO POR  ESTRÉS POSTRAUMÁTICO  217

postraumático de combate, y el grado de severidad de ladepresión (que es un trastorno comórbido).

El estudio realizado con combatientes colombianosdemostró también que las intervenciones sugeridas enotros países con veteranos (por ejemplo los de Viet-

nam), también son útiles en nuestro contexto. La sinto-matología y las reacciones que muestran nuestrossoldados tienen características muy similares a las de loscombatientes de otras guerras.

Los resultados de este estudio confirman la teoría deFoa et al. (2002) respecto a que la exposición prolongadaa los recuerdos traumáticos, a pesar del malestar tempo-ral que presupone para el paciente con TEP, que en algu-nos casos lo lleva a una deserción del tratamiento, es unaestrategia terapéuticamente efectiva para disminuir lossíntomas del trastorno, no sólo por la extinción que sedesprende del modelo de condicionamientorespondiente, sino por el procesamiento emocional y

cognitivo que permite el acceder a los recuerdostraumáticos. Sin la exposición al recuerdo, la estructurade temor que propone Foa no podría ser modificada y lared (network) de elementos asociados al trauma que seasocian con las creencias previas del individuo de los quehabla Astin y Resick (1997), impedirían la flexibilizaciónde los esquemas cognitivos en sujetos con TEP. La ex-posición a las memorias traumáticas tiene, por lo tanto,una triple función: romper con la asociación entre lamemoria traumática (EC) y la respuesta emocional con-dicionada, dado que no se presenta el estímulo traumático(incondicionado), impide que se siga manteniendo eltemor a través de la evitación, impidiendo que se conti-núe reforzando negativamente y a su vez se puedan pro-cesar los recuerdos traumáticos incorporando elementosnuevos y más ajustados con la realidad, además del pro-cesamiento de emociones como culpa e ira facilitado porel autocuestionamiento de las acciones y las alternativasreales durante el episodio traumático.

 Además de la exposición prolongada y el consiguien-te procesamiento cognitivo y emocional, se hace necesa-rio que los individuos con TEP adquieran habilidadesde regulación emocional a través del aprendizaje de es-trategias de respiración y relajación que les facilite mane- jar los síntomas en momentos de incremento de laansiedad. Esto conlleva una sensación de autocontrolque retroalimenta al individuo respecto a su propia capa-

cidad de modificar su comportamiento y de cómo esteno depende ahora de factores externos sino que él puedemanejar sus propias reacciones. Así mismo, el entrena-miento en manejo de la ira permite la identificación delos estímulos desencadenantes y el afrontamiento de lassituaciones provocadoras de ira a través de nuevas estra-tegias que impedirán la confrontación interpersonal.Estrategias como el tiempo fuera facilitarán este proceso. Así mismo se ha encontrado que los procedimientos de

reestructuración cognitiva ayudarán al individuo a con-frontar sus propias creencias y pensamientos irracionalesque están asociados no sólo con su propia percepcióndel evento traumático sino con su visión de sí mismo,los otros y el futuro, que (en individuos con TEP) gene-

ralmente están afectados negativamente. El aprendizajede estrategias de solución de problemas, planeación demetas y toma de decisiones incluido dentro del EIE,permite a los soldados una proyección hacia la resolu-ción de problemas futuros y especialmente hacia la cons-trucción de un proyecto de vida más acorde con susposibilidades, capacidades y recursos. En conclusión, elentrenamiento de habilidades a través del Tratamientode Inoculación de Estrés genera la posibilidad de que elindividuo no sólo aprenda las herramientas para mane- jar y controlar síntomas de ansiedad, ira, etc., sino que loproyecta hacia el enfrentamiento de situaciones futurasque le permitirán aumentar su sensación de autocontrol

 y su autoeficacia percibida.En cuanto a los hallazgos de este estudio respecto ala disminución de la depresión, de acuerdo con el Inven-tario de Beck, se presume que la intervención en estréspostraumático tiene un efecto indirecto sobre la sinto-matología depresiva. Según el DSM IV (1994), la depre-sión, en sus diversas manifestaciones, es uno de lostrastornos más frecuentemente asociados con el estréspostraumático, encontrándose altos grados de correla-ción entre uno y otro en población de excombatientes.Esto se entiende dado el alto grado de discapacidad quetienen que enfrentar los individuos lesionados en com-bate, además del malestar generado por los síntomas

del TEP que van a incidir en el deterioro de la calidad de vida de esta población. En esta investigación se encon-tró que interviniendo el estrés postraumático a través deestrategias como el entrenamiento en inoculación deestrés y exposición prolongada, los síntomas de depre-sión se reducen significativamente.

Uno de los aspectos que se debe tener en cuenta parafuturas investigaciones es el planteamiento de procesosevaluativos más específicos que abarquen los factores par-ticulares de la interacción del individuo con los factoresambientales en la determinación del TEP. Tal como loafirman Wolfe y Keane (1993), es cada vez más claro que lamedición de variables comoculpa y recursos de afronta-

miento es importante por su influencia en la manifesta-ción del trastorno. Dado que la motivación es un factor deajuste, la capacidad de evaluación de los instrumentos paraidentificar la sinceridad y manipulación en las respuestasdebe ser también una consideración importante. Esto esespecialmente cierto en poblaciones de excombatientes ycasos que involucren litigios, donde los beneficioscompensatorios están a menudo ligados con el diagnós-tico y búsqueda de ayuda.

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 218 C AROLINA  BOTERO G ARCÍA 

Otro aspecto que se puede tener en cuenta para otrosestudios es utilizar diseños investigativos con compara-ción de grupos y en donde se intente controlar algunas variables que pueden afectar el desarrollo del estudio. Esdecir, para sacar conclusiones más generalizables y certe-ras se debe buscar una mayor rigurosidad metodológicaque por aspectos institucionales y prácticos, no se pudie-ron considerar en ésta. Así, el que los facilitadores nosean los mismos en todas las intervenciones, el que al-gunos sujetos no terminaran el proceso por remisión dela institución, las diferencias cronológicas entre una in-tervención y otra, y la heterogeneidad en las característi-cas de la población son variables que en futuros estudioses necesario controlar.

 Así mismo, se sugiere que estudios de este tipo serealicen con mayor frecuencia, dado que la población com-batiente es una de las más vulnerables a padecer el trastornode estrés postraumático y se requiere encontrar intervencio-nes científicamente válidas y efectivas para que sean emplea-das con esta población. El significativo cambio en la muestrautilizada en este estudio evidencia que los tratamientoscognitivo-conductuales son altamente recomendables parapoblación militar que requiere de intervenciones breves,eficaces y comprensibles para los mismos sujetos.

Muchos sujetos que son diagnosticados con TEP re-ciben un tratamiento farmacológico sin ser complementa-do con terapia psicológica, lo que obviamente limita losalcances del tratamiento. Los sujetos únicamente tratadoscon tratamiento psicofarmacológico controlan algunos desus síntomas de ansiedad a través de esos medicamentos,pero la capacidad del propio individuo de actuar sobre sutrastorno se ve subestimada y su mejoría siempre depen-derá de agentes externos y no de un autoagenciamiento.Por lo anterior, se requiere, una sensibilización en losmedios profesionales de la salud, respecto a la necesidadde implementar tratamientos más efectivos para el estréspostraumático tanto en población militar como civil.

El aporte que este tipo de investigaciones puede te-ner en nuestro medio es altamente significativo dada laprevalencia de trastornos psicológicos en la poblacióncolombiana asociados con problemáticas sociales y polí-ticas. Colombia, por ser un país con conflicto armado,requiere implementar políticas de atención en salud men-tal que cobijen a la población vulnerable. Estas políticasdeben incluir programas de prevención primaria, secun-

daria y terciaria y dentro de estas últimas es necesariotener en cuenta tratamientos cuya efectividad haya sidocomprobada empíricamente. La presente investigaciónes un intento por mostrar que existen tratamientos querealmente pueden tener un impacto positivo en la recu-peración de víctimas de violencia y que a través de unprocedimiento breve, intenso y eficaz, se puede cubrir lanecesidad de intervención de un amplio sector de nues-tra población afectada por la experimentación de even-

tos altamente traumáticos, asociados con la guerra, elterrorismo y la delincuencia.

 Así mismo, esta investigación mostró la efectividaddel tratamiento cognitivo conductual en modalidadgrupal, ya que este tipo de intervenciones puede facilitar la

normalización de las reacciones, el procesamiento del even-to gracias al aporte de elementos provenientes de otrosrelatos, y la construcción y fortalecimiento de redes de apoyoentre otras ventajas. Congruente con los hallazgos de Foyet al. (2000), este estudio muestra que la modalidad grupaldebe ser tomada más en cuenta como estrategia terapéuti-ca dada su comprobada efectividad al ser empleada consujetos con PTSD. No obstante, deben ser realizadas in- vestigaciones más controladas en este sentido para reafir-mar la conveniencia de este tipo de intervenciones.

La presente investigación constituye un aporte parael avance de la psicología clínica, que tiene una importan-te responsabilidad en la formulación de tratamientos

efectivos y científicamente respaldados, de los proble-mas comportamentales de la comunidad asociados a si-tuaciones de conflicto sociopolítico y a todas lasmodalidades de violencia que enfrenta actualmente nosólo el país sino el mundo entero. Este estudio preten-de contribuir a la generación de alternativas que puedepromover la psicología en la atención de la poblacióncolombiana en alto riesgo.

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Univ. Psychol. Bogotá (Colombia), 4 (2): 205-219, julio-septiembre de 2005

EFECTIVIDAD DE UNA  INTERVENCIÓN COGNITIVO-CONDUCTUAL PARA  EL TRASTORNO POR  ESTRÉS POSTRAUMÁTICO  219

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