MADRID

JULIO 1958

N.° 13 - 58 H

EI riegodel trigo

Antonio Bermejo ZuazúoIngeniero Agrónomo.

MINISTERIO DE AGRICULTURA

DIRECCION GENERAL DE COORDINACION, CREDITOY CAPACITACION AGRARIA • SECCION DE CAPACITACION

EL RIEGO DEL TRIGOTodo agricultor de regadío debiera emplear un "medi-

dor de humedad" o, al menos, una especie de bastón conresea muy ancha en su extremo, como un berbiquí, para^onocer la hnmedad de la tierra a distintas profundidades y^lo ^^luc penetra el agua en cada riego.

El riego para la siembra y el encañado.

En Castilla, donde suele llover bastante en octubre-noviembre y,al principio de la primavera, unido a tempe-raturas bajas (escarchas y rocíos) y a cierta humedad delambiente, no es necesario nunca regar para el nacimientodel trigo en otoño y casi nttnca para primavera, pues la tie-rra está saturada de humedad.

En sitios mucha más secos y cálidos en esas épocas, seconsidera, en cambio, fundamental el dar un riego copioso,que penetre un metro o más, antes de arar. Se ara despuésy basta el tempero del riego para sembrar y que germine lasemilla. A veces, especialmente en primavera, al arar se secademasiado la tierra y es necesario dar un riego ligero (connnicha agua, o"módulo" grande, para que el agua avancede prisa) antes de sembrar. Y si se forma costra pasar tmagrada de pítas antes de sembrar (no una grada de discos por-que remueve la tierra a demasiada profundidad, con lo cualla semilla queda en tierra seca y tampoco germina bien).

En Aragón, con clima más seco y viento del Mcncayo,mtry constante y fuerte, es también preciso con frecuencia elregar antes o después de nacer. Lo fundamental es que laplanta tenga bastante humedad, cuando se siembra o a con-tinttación, para llegar al encañado.

Con el encañado comienza el período de intensa asimila-ción de agua y de sustancias nutritivas por el cereal. Es pre-ciso, pcr lo tanto, que la tierra contenga bastante humedaden esta fase. En Castilla, en las primaveras secas, y con fre-cuencia en Aragón, es necesario aplicar el primer riego du-

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rante el encañado. La mayor parte de los años no es nece-sario, pttes tiene bastante agua el terreno.

Durante el espigado es necesario aplicar otro riego, quesuele ser el primero de los tri^os de regadío de Castilla. Laplanta está en plena actividad de asimilación y consume e]a^ua r<ípiclamente en esta fase.

El íiltimo riego clebe darse a los pocos días del anterior,en plena maclurez láctea de las espi^as o muy al principio dela madurez pastosa. Las plantas si^^uen consumiendo muchaagua, empleada principalmente en trasladar el almidón y de-más reservas alimenticias descle las hojas al grano.

A veces se da toclavía otro riego en plena madurez pas-tosa, si el terreno se queda seco. Pero no suele ser com^enien-te, porqtte el ciclo ve^etati^-o de la ^^lanta se alar^,i much^^,c^l tri^;^ siruc ^-crde dcmasiado tieml^o, se retrasa stt ii^a-cíurez y, si se echa encima el calor, como es probable, ^ranaapresuradamente y se "asura", es clecir, c^ueda el gran^"n^ermaclo" porcjtte se seca sin cjtte ten^an tiempo de trasla-darse a él las reservas alimenticias de las hojas. Además esteíiltimo rie^o reblandece las cañas en su base y, cnnio yapesan mucho las espi^as, basta un viento li^ero para proclu-cir el "encama^lo".

í^ECI:SII)AD I)I: ]aTOs RII^GOs.

La mejor orientación para dar los rie^^os mencionados,la cbtendremos del estado de humedacl de la tierra, que ela^rictiltor conocerá hacienclo calicatas eon azadón o much^^u^ás sencillamente, con ]a "sonda" cíe fabricación casera an-tes mencionacla. El aspecto de la planta da datos fidedignos^^lue suele co^nocer el ^a^ -ricultor, pero demasiado retrasados,perque com^iene que no "pase secP'. El tri^o, al secarse elsuelo, irá tomando un color ^rerde azulado oscuro y mate vmás adelante se "ajtmca" enrollándose los bordes de las h^-jas. Naturalmente, nunca se debe esperar para regar a quese "ajunque". Después de regar, incluso a]as pocas horas,las hojas se extienden y toman un colcr vercle pálicío.

Las orientaciones anteriores pueden variar se^tín la na-

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turaleza de la tierra. Por ejemhlo, un suelo arenoso retienemenos agua y la conserva menos tiempo que uno fuerte, es-pecialmente si aquél tiene un subsuelo de grava. Por ello,puede ser necesario para él un riego más de los mencic^-nados.

Cantidad de agua para el riego.

La cantidad de agua por segundo que se emplee al reg-ar(módulo de riego) y la cantidad total de agua que se gasteen un riego depende de las posibiliclades de agua, de la na-turalez_a del terren^^ y de su preparación, en superficies pe-queñas c^ grandes para el riego. Veremos someramente estastres influencias.

A1 decir "posibilidad" nos referimos a que, en muchoslugares, se riega con el agua de un pozo que da poca (2, 3 óinclttso To litros por segundo) y se van regando los tablarescon un hilillo de agua que tarda mucho en llegar al final deltablar, o incluso para lo mistno tomando el agua "de pie"porque la concesión es pequetla. Ccmo consecuencia, en elcabecero del tablar se riega excesivamente, pues pasa el aguadetuasiado tieuipo sobre él para llegar al extremo de la"era" o"tabl<ir" y regar esta partc. Esto es un despilfarrode agua costosísimo, especialtnente si se trata de "agua ele-vada". Es preferible construir un "gran depósito regula-dor", Ilenarle de agua y soltar ésta en gran cantidad pararegar, al menos, con módulo de 50 litros po^r segundo ^^por regad^r, aunque sea^l menos horas. Se ahorra así muchamano de obra y, ^obre todo, mucha agua, y además, puedenhacerse "eras" mayores clue faciliten la mecanización.

La i^aturaleza del terreno influye en el gasto total deagua, porque eu un terreno suelto, o con grava a poca pro-fttndicíad (o ambas cosas), se gastará mucha agua porque sepierde por intiltración. Yara aminorar ese gasto se construi-rán las "eras" más pequeñas }^ se regará con módulos ma-yores (incluso 200 litros y aíul más por segundo; conocetnoscasas cle 500 litros por segunclo manejados por un solo rega-dor en ciertos sitios cíe Arizona y en una finca de Aragón)qtte, al cubrir con rapiclez todo el tablar, darán pocas pérdi-

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das Ix^r infiltración. ^n los terrenos pesados o fuertes sepierde n^en^^s agtta hor infiltración. Pero debe estar ^nástiemSx^ ^l agua sobre el suelo, pcrque estos terrenos se em-pa}^an y son cahaces de retener más a^;tta que los li^eros.

La diversa preparación del terre»^^ hara cl rieg^^ deter-mina el regar con módulos nlayores ^^ n^enc^res }^ cl ^astrirniás ^> menc^s ^lnua t^^tal. Per^^ de est^^ ya ^x^s ^^cu^^areil^os.

La ĉa^!tid^rd c^c ^rg^^a que se gasta en cada rie^o varía nni-chísim^^ se^tín l^^ ^^erfecta qtte sea lrt ni^-elaci^m, la clase detierra y e] "nuíclul^^" ^^^ue se en^hlee. ndemás cle est^^, el pri-mer rie^^> cle ^^rimavera suele ser más c^^^i^^sc^ <<ue los si-^uientes, p^^r^lue la tierra está eilt^rlces ^ntiy seca. El gastar-r.^oo metr^,s ctíbicos en el ^^rimer rie^o, 70o en el se^undoy 60o en el terrer^^, será normal. Cun rie^o ^x^r as^^crsi^ín sereducen estas cifras a al^o men^^c de la tnitacl.

Recolección.

Si el teri-en^^ nc^ está bien ili^-ela^l^^ ^• s^ cm^^le^^» "^nódtz-

l^^s dc rie^o" (agtta citte manej^ un rcnad^^r) ^lei^^asiad^ pe-^lueñ^^s, la ^^arcela estará atravesada transversalmente pc^r"regtteras" hechas en tierra con el arado, se^ítn clijin^os.

Ccni^ cstas regueras estorban much<^ ^^^ar^ el ^^aso delas ^ná^^ttinas de se^ar o cosechar, es necesario deshacerlas.Para ell^^ se segará a^1^ano un ^^asill^ de tin<^s d^^s ^netr^^sde ^tuchr^ en ca^la re^uera. P^^r él se pa^ar^i el tractor conun culti^-adc^r c^^n rejas escarificad^^ras, deshaciend<^ y alla-nando algo ]a reguera.

Si se em^^lea cc^echadc^r^, es necesari^ e^i^erar a due eltri^^^ esté casi en inadurez ^le inuerte para c^^secharl^, ht^esent<^nces la n^á^jtiina 1^^ trilla c^n faciliclad. ^e hará el cortealto, a uno^s 3o centímetros del suelo y se llevará re^uladala n^^l^^ttina (vel^^cidacl y httel^o en el cilin<lr^^ ^les^ra»ador,cribas a^n-^^^^ia^l^^s, ^^alems, ^•enti?^cl^^r, etc.) ^e^íin c^mvieneal tri^^; y a la mies m^s ^^ men^s seca. C^^m la c^^serhadaran^ hay inc^^il^^eniente en es^^er^r a^^uc se sc^^uc bicn la ^1^ies,^x^r^^uc casi t^xl^^ el ^ratlo c^ue se des^rana c^ ^i^ el m^^li^letecae ya <lentr^^ de la máquina. Si se em^^lea un nu^linete ar-ticulad^^ "lc^-anta-mics" casi nc^^ se clc^;,-rrln^i na^lrl ^x^r^^uc

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se introduce muy suavemente entre las es^igas sin golpearlas.Si se siega primero el trigo para trillarlo des^ués (siega

coii segadcra-agavilladora, atadora o incluso a mano) debesegarse antes, especialmente si se trata de algunas varieda-des de regadío que se desgranan con facilidad. Se hará enntaclurez hastosa o completa. El trig^o se terminará de secaren las "morenas", hasta quedar el grano con un i2 por roocle humedad aproximadamente.

Si se emplea cosechadora remolcada, ag^avilladora o ata-dcra, hay que segar "en redondo", alrededor del campo.En la hrimera vuelta se pisa la mies y se desgrana algo. Laseguncla vuelta se da en sentido contrario, segando "a con-tra mano" lo que se Pisó que, como queda tumbado hacia labarra cíe corte, se siega fácilmente. En la tercera vttelta ysiguientes se siega en redondo, en el mismo sentido de mar-cha que en la primera.

Si se quiere evitar la pérdida de grano que supone el mé-tocíe anterior, no hay otro remedio que "abrir una carrile-ra", segando a mano alrededor del camp^o en una anchurasuficiente para que pase el tractor o las caballerías que re-molcan la máquina segadora. Este método se va abandonan-do en todos sitios, pues el coste de los jornales no suele com-Pensar la pérdida de grano que evita.

Una vez trillado o cosechado el trigo, se lleva directa-mente a los silos o almacenes del S. N. T. o bien se almacenaprovisionalmente en lccal 1^roPio^. En España y gran partecíe EuroPa todavía se emplean sacos para el transporte deltrigo. Pero resttlta más económico, con cosechadoras moder-nas, utilizar remolques o camiones cuya caja cierre perfec-tamente y se descargue por una trampilla inferior,^ o biensea "^-olquete", para hacer "a granel" todo el transporte deltrigo, sin emhíear sacos. El saquerío es un gasto considerabley dificulta además el empleo de máquinas transportadoras yele^^adoras aut^^máticas en la carga y descarga.

Métodos de riego apropiados al trigo.

L^s cereales, así como la alfalfa, las praderas y tcdasaquellas hlantas que cubren bien el terreno y que no se siem-

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bran en regadío en líneas separadas para dar "binas" por las"calles", se siembran preterentemente en "eras" si el terre-no está bien nivelado y tiene poca pendiente. Pero, antes detratar de este nlétodo estudiaremos otros dos, menc^s perfec-tos en general, aplicables para terrencs menos nivelados ; elriego "a nianta" ^- el riego por "corrugaciones".

RLI:GO ^^A MAN'rA".

Aunque la expresión "regar a nianta" suele aplicarse atodo rieg^o en que el agua se extiende por toda la superfi^ciedel terreno, con lo cual se aplica talnbién para el riego "eneras", aquí la enlpleamos en un sentido limitado. Nos refe-rimes únicatuente a la preparación de un terreno desniveladoen el que hacemos regueras por los "lomos" o partes altas,soltando desde cllas el agua para que se extienda por la su-perficie descendiendo a las partes bajas. Es ésta, por tanto,la sistematización más elemental de un terreno para regarlo.

Este métoclo de riego suele dar malus resultados en ce-reales. El agua suele ecrrer cíenlasiaclo por los cleelives, pe-netrando poco y regándolos insttticicnte, fo^rniará cárcavas,producirá una ftierte erosión que arrastrará las partículasinás finas y ricas cíe la tierra y que dificultará su ulterior sis-tematización. h.n las partes bajas se pueden prodttcir enchar-camientos qtie ahogan el cereal.

Las regueras deben hacerse tanto más próximas cuanton^ayor es la pendiente.

RII:GO I'OIZ SiJRQUILLOS O POR CORRUGACfÓN.

Nos permitimos emplear la palabra "corrugación" quesignifica en castellano "contracción" o"encogimic:nto^" paratradttcir el vocablo inglés, "corrttgation", inclttclableil^entede origen latino, con el cual los atnericanos designan las di-minutas regueras cjue se emplean para regar por ntedio deeste Iuétodo. Que nosotros sepamos, el métedo de riego "porcorru^aciones" no se emplea en España ni se ha dado a co-nocer anteriorn^ente, por lo cual no creemos exista otro ve-cabulario disponible.

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D^is^osició^z de los si,r^^qitiillos.-Para regar hor este méto-do, desde la "reguera de cabecera" se trazan tina serie depequeños surcos o"cerrugaciones", de unos ocho centíme-tro^s de protttndidad, en el sentido de la máain^a pendiente, ypoco distanciados entre sí (dc ^o a 7o ctn.). Por ellos se hacencorrer unos hilillos de agua, de modo qt^e ésta avanza pocoa poco y en el extremo se vierte a otra reguera que la vuelvea distribuir en otros pequeños surcos, etc. Se riega así la^^arcela durante muchas horas (veinticuatro horas, por ejem-hlo). Si todo fttnciona correctainente, ]o^s pasillos estrechosentre surco y surco scn mojados por cahilaridad horizontaly, cuando se terminan de n^ojar, el a^-ua ha descendido porgravedad hasta una protundidad de z'zo metros aprohima-damente. De este modo, al no cubrirse de a^ua la tierra, sehumedece con suavidad y no cría nada o casi na<la de costra.

Condici,o^z^^s de a^hlicaci^^^n.-Este método de riego no espr^ictico para tierras nluy sueltas o mtty permeables en gene-ral, porque en ellas el agtta desciende rápidan^ente y se ex-tiende muy poco a poco, en cainbio, horizontaln^ente, por locual, cuando se llega a humedecer toda la suherficie, se hangastado cantidades de agua exageradísimas. Tampoco con-viene en terrenos salinos o sali.trosos, porque tiende a aumen-tar la concentración de sales en la suPerficie.

Encuentra su máxima aplicación, dentro de los cultivosmencionados, en tierra inedia o fuerte y en dos casos :a) cuando la pendiente es fnerte (z a 12 por ioo) y nc seha nivelado, y b) cuando un tablar preparado ^^ara ser rega-do "en eras" no está bien nivelado o bien se hretende hacernacer la semilla re^ando sin formar costra. I?ste método her-mite re^-ar con cattdales de a^ua tntty hequeños, v_ es muysencilla la preparación del terreno^ para el rie^;o.

Si tenenios ttna parcel_^t con pendiente ^^ariable (fi^-. 1 ydeben hacerse re^ueras de distribución sensiblen^ente hori-zontales en todos los can^bios de pendiente, ^^ues de lo con-trario se rie^a desigualmente y se causa erosi^ín. Si el terre-no es ondulado, con pendiente desigual, las re^ueras de dis-tribución segttirán curvas de nivel y las corru^aciones, aun-

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que intentemos hacerías según líneas de máxima pendiente,irán algo oblicuas en algttnas partes de la parcela. En estecaso, en sentido perpendicular a las corrugaciones, el terreno

}^i,^. i.-kZie^o por suryuillos en pendiente fuerte. Nótese yue las regueras estánhechas en toclos los cambios cíe pendiente.

no será horizontal, sino algo inclinado, debiendo admitirsemás de un 3 por ioo de pencíiente.

Las corrugaciones, naturalmet,7tc, deben ser más cortasen terrenos sueltos que fuertes y también con pendientes ma-yores. A continuación clamos las medicías aconsejadas porel "Servicio de Conservación de Suelos" de Estados Unidos.segíin los casos :

I.O\(^ITC'D E\TI:E L:^ti COP.Rt3 GACIONLS

'1'fl^:illl.\ti l^l'I^:12'I'Eti 'fll?I/ItA^ I'1tA\1'..\ti 'llr:iil{.\^ tl'F.I.TAI

Pendiente Longitud Separación Lon^itud Sl^ilura^ ion LunKilud ti/^p:u•ncilin

m. cm. m. cm. m.

Gie(ti¢,+os cle'r^r.íces rrofwnclcrsr Fn tE^rreno ,prrof^wruda.

1' n r

2 t7o 6o iz7 60 67 454 tzo Sz ^ 6o a5 456 90 45 75 5z 37 37^ 8z 45 60 45 30 37ro 75 45 52 45 -

C^il.ltiz^^os de rníccs su^¢crfi^ci^rles, terrc^rtn ^^rofv.n^lo.

_ r2o 52 ^0 5z q5 374 82 .}5 60 45 30 376 67 45 52 37 - -H ^ 37 45 37 - -

Io 52 37 37 37 - -

- IO -

Manejo del agua.-Para regar por medio de las regueri-tas de corrugación se abre una salida de agua para cada unade ellas, dejando salir tanta agua como p^erinita llevar la co-rrugación sin erosionarse. Al llegar el agua al final de la co-rrugación se disminuye su "gasto" (como después veremos)en la reguera de cabecera, de mocío que al final de aquélla nose marche nada o casi nada de agua. Así se va regancío len-

Requera

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Fig. 2.-ltiego por ^surquillos. lliversas clases de salidas de a.gua, múltiples

^^ic:^de las regueras. Los dos tablares se representan partidos. (Las "corrugaciones"

so^^, en realidad, mucho más largas en proporción o en separación.)

tamente hasta que penetra el agua lo que las raíces de laplanta (de r'ao m. a 3 m., segíln cultivos), en cuyo momentodebe también haberse humedecido por capilaridad toda lasuperfi^cie entre corrugaciones. Entonces se cierran las sali-das de agua a estos surquitos y se abren las siguientes. Seriega con muchas corrugaciones simultáneamente, dependien-do del caudal de agua que lleva la regttera para ser distribuí-da entre ellas. Los caudales de riege de cada corrugaciónoscilan entre o'2 y i litro por segundo, siendo más pequeñoscuanto mayor es la pendiente.

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Un regador atiende a la vez ^o a 20o corrugaciones, sien-do corriente el abandonar el campo bastantes horas (porejemplo, toda la noche) en cuanto se han reg-ulado de modo^que el ag^ua se va infiltrando a lo largo de todas ellas.

Para sacar el agua de la reguera y echarla en las corru-^aciones se emplean diversos pr^^cedimientos. Uno de ellos essacar en varios sitios una cantidad relativan^ente ^rande dela reguera y distribuirla entre unas seis corru^aciones.

Es mejor surtir de agua cada corrugaci6n a través dea^^ultitud de tubos perinanentes, colocados todos a ig-ual al-

I^ i^. 3.-Tubo y compuerta para ^^corrugaci^íu^^.

^tura, uno para cada corrugación. Estos tubitos son de unosjo centímetro^ de largo, para atravesar la pared de la re-guera, y se pueden hacer clavando cuatro listones como in-clica la figura 3 y colocanclo en ellas una diininuta con^huer-ta de chapa de cinc. ^n ltz^ar de enibutir estos tubcs direc-tamente en la hared de la reguera es hreferible hacerlo enuna serie de "balsas" sucesivas, comunicadas con la reguera,en las cuales, por no haber corriente de a^ua loi^^itudinal, seiguala el nivel del agua (fig, 4). Conviene que estas balsasse comuniquen entre sí por "vertederos de superficie" en lostabiques de separación, para que, si el anua sube demasiadoen ellas, no salte los "hombros" de la balsa, destruvéndolcs^e inundando^ la parcela, sino que corra de una a otra balsa yvaya a parar al final a una reguera.

Otro método para sacar el agua desde la reguera o desde

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las "balsas" a las corrugaciones de la parcela es emplearsendos sifones de cinco centímetros de diámetro y regularel agua que sale de ellos levantando el extremo que apoya enla parcela, para que salga menos agua.

En la reguera se embalsa el agua por medio cle una com-puerta de chapa fija (reg^ueras de hormigón) o móvil, que se-

Fir=. q.-Riego por "corrugación". r) Reguera de cabecera. 2) Balsa i^ualado-i a. 3) Vertedero entre dos balsas. 4) Salidas del agua a las "corrugacionta ".

5) "Corrugáciones ".

clava vertical (en las de tierra) o de tma lona con un palo,que se pega al fonda y paredes cíe la reguera (en cualquierade ambos tipos de reguera).

Las corrugaciones de la parcela suelen hacerse como he-mos dicho, después de sembrarla. Se hacen pasando sobre laparcela diversos aperos, tales conlo el de la fi^^ura ^, de cons-trucción casera. En tierras fuertes abre mejor los surqui-tos un apere que 11eVa varias rejas pequeñas delante y unasrttedas detrás para ahretar la tierra, o bien un rulo al quese colocan tantos anillos de sección triangular como corru-gaciones caben en él y tu7as rejas pequeñas delante para irabriendo los pequeños surcos.

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RIEGO EN ^^ER!15^^.

Es el método nlejor para regar altalfa u otras praderas<u-tificiales y cereales en terrencs llanos y bien nivelados.

La harcela debe estar nivelacía con una pendiente long-i-tudinal rrn^i^fo^^^^ie, del ^ al 5 j^or z.ooo en general y sin ^^en-{liente transversal o bastante nlenor todavía que la anterior.Se divide en ur^a serie de "eras" o trc^zos recta^Ig-ulares, es-

i^ig^. 5.-Sencillo apero para hacer "corrug^acioues" e q tierra bien mullida.

trechos y larg^os, liinitados en un extreulo ^ur la reguera }-a los lados por las "albardillas". Si la pendiente lcngitudiualn^^ es unifortne se deben abrir regtteras h^r 1«^s siti^^s enque canlbia, terrninand^ en ellas las eras.

En los regadícs de Castilla la Vieja es lo más corrientetener parcelas mal niveladas, con pendientes variables y ina-nejar módulos de agua pequeilísimos para regar (ocho litros^^or segundo, por ejetnplo). F^i estas rualas condicioi^es tio esraro ver tablares (rnejor "era^") de cl^^s metr^^s cle anchttra^^or 15 de largas. Y si scn de ^. X roo metros ya pareccnmuy grandes.

En Aragón, donde se nivela n^ucho mejor y se utilizanc^rrientemente módulos de 50 litros por segundo por rega-

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dor, se hacen tablares mucho mayores, de Io metros de an-chura por ioo-2oo cle largo, por ejemplo.

Debe tenerse en cuenta que el enlplear grandes módulosde riego no supone despilfarro de agua, sino, por el contra-rio, ahorro. Cuanto antes llegue el agua al final de la parcela

I^ i,^. h. IZcgadío. bien q ivelados preparado-s eu eras. Se ven muchas inun-cfariunes c(e ar^ua para desalarlas, por tratarse de terrenos salinos.

n^enos agua g-astaremos. El íinico límite due debe pcnerseal "módulo" es el de que el agua no avance con una velocidadclue erosione el terreno. Cuando el agua ha llegado al extre-mo de la era se disminuye su caudal para que entre en laera tanta agua como la tierra absorbe, hero no más. ^' setermina el riego cuanclo ha profunclizado bastante.

Para preparar las eras es fundamental tener bien nivela-do el terreno. Después, y a partir de la reguera de cabecera,se hacen las albardillas con un al^arato como el de la figu-ra ^, c^ue avanza p^or su parte más ancha y va empujando

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la tierra hacia la más estrecha f ormando ahí un lomo. Esmás corriente aíin el hacerlas con arado reversible, bien an-tes o bien después de sembrar, como queda dicho. Pero es

preterible hacerlas primero, anchas y redondeadas superior-mente, no muy altas ( por ejemplo, un metro de ancho y 20centímetros de altttra o incluso de i' So X o'25). Despuésse siembran como si no elistieran, con máquina sembradora

l^^g. ;.-:lpero sencillo para construir "albardillas" eiitre eras.

cuyas bctas (o discos) suban y bajen independientemente col^facilidad, de tal modo que ttna irá por lo alto de la albardillamientras que otra siembra la era en un nivel inferior, peroenterrando ambas la semilla a la misma profundidad.

Cada era se riega haciendo pasar a ella el agua desde lareguera por medio de compuertas ^ de sifo^nes de gran diá-metro (varios sifones de io cm. de diámetro, por ejemplo).

Si la pendiente transversal de la era es excesiva y el aguatiende a marchar hacia la albardilla de la parte baja, sel^ueden hacer cle trecho en trecho pequeños lomos (unos iocentímetros de alto) que conduzcan el agua hacia la otra al-bardilla. Pero no debe ser necesario hacerlo.

Como hemos dicho, este método de riego es el meior y elmás corriente en España para el trigo, alfalfa, etc. Pero enmuchos regadíos (casi todos los de Castilla) es necesario ni-

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velar mucho mejor el suelo y regar con módulos de aguamucho^ mayores si se quiere mecanizar bien el cultivo (espe-cialmente para la alfalfa en que no se pueden deshacer lasregueras de cada corte) y ahorrar agua. Fara poder em-hlear esos grandes módulos de agua de riego, allí donde sedisponga de poca agua, bastará construir un gran "depósitoregt^tlador" que se Ilenará durante ^rarias horas y se vaciaráen cambio en poco tiempo.

RII:GO POR ASPERSIÓN.

El riego por aspersión tiene grandes ventajas allí dcndee1 terreno esté muy desnivelado, ya que hace innecesario elnivelar. Asimismo es muy ventajoso si el agua es cara (ele-vaciones altas, por ejemp^lo), puesto que gasta la mitad yaún menos que regando "de pie".

En cambio supone un gasto inicial elevado (unas Io.ooopesetas por hectárea, o algo más actualmente) y tm ciertogasto de combustible (aproaimadamente cuatro litros dia-rios un grupo de 15 CV. que riegue Io hectáreas toda latemporada).

En general convienen para todos los cultivos los asper-sores de alcance medio o pequeño y de gota fina, en lugar delos "cañones" de gran alcance y chorro considerable. Estoes especi.^ímente cierto para regar el trigo y cereales, puesla "lluvia torrencial" de los últimos aspersores tumba bas-tante la mies cuando se riega ya granada.

Antes de adquirir un equipo de aspersión convendrá ha-cer un estudio del tipo más apropiado a cada caso.

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