Ejemplo clase para escuela biblica
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COMPARTIENDO Y OFRENDANDO CON EL CORAZÓN
Nehemías 7:66-73
Introducción:
Para iniciar dar dos galletas a un niño, a otros solamente una y a algunos no dar ninguna.
Mediante la diferencia de cantidades veremos si aquellos a los que se les dio una sola
galleta son capaces de compartir como aquellos a los que se les dieron dos.
Luego de eso preguntar si conocen el significado de la palabra “compartir” y explicar de
manera practica el juego, algunos teniendo poco deciden compartir, mientras que quizá
los que tienen más deciden no hacerlo o dieron lo que les sobraba. Posteriormente
explicar lo que significa la ofrenda y aplicar su concepto a la dinámica previamente
realizada.
Objetivo Espiritual:
Enseñar al niño a ofrendar no como una imposición sino como voluntad o deseo
propio.
Explicar que la ofrenda no es únicamente monetaria, sino que está también se
puede traducir en servicio, obediencia a Dios, alabanza, etc.
Ayudar al niño a comprender que Dios nos manda a compartir con los demás, aun
cuando tengamos pocos recursos para hacerlo.
Objetivo Práctico:
Definir el concepto de Compartir y su aplicación a la vida diaria.
Enseñar al niño las diversas maneras en las que podemos dar ofrendas a Dios con
la finalidad de que en su corazón nazca el deseo de hacerlo.
Historia Bíblica:
Después de que los muros y puertas de Jerusalén fueron reconstruidos, en el corazón de
la congregación nació el deseo de ofrendar y compartir los que cada uno tenía según sus
posibilidades.
66 »Toda la congregación reunida era de cuarenta y dos mil trescientos sesenta, 67 sin contar sus siervos y siervas, que eran siete mil trescientos treinta y siete. Entre ellos
había doscientos cuarenta y cinco cantores y cantoras. 68 Tenían setecientos treinta y seis caballos, doscientos cuarenta y cinco mulos; 69 los camellos eran cuatrocientos treinta y
cinco y los asnos seis mil setecientos veinte.
70 »Algunos de los cabezas de familia dieron ofrendas para la obra. El gobernador dio para el tesoro mil dracmas de oro, cincuenta tazones y quinientas treinta vestiduras sacerdotales. 71 Los cabezas de familia dieron para el tesoro de la obra veinte mil
dracmas de oro y dos mil doscientas libras de plata.
72 »El resto del pueblo dio veinte mil dracmas de oro, dos mil libras de plata y sesenta y siete vestiduras sacerdotales. 73 Y los sacerdotes, los levitas, los porteros, los cantores,
los del pueblo, los sirvientes del Templo y todo Israel habitaron en sus ciudades.»
Al llegar el mes séptimo, ya los hijos de Israel estaban en sus ciudades.
Aplicación:
¿Cómo compartir?
En la congregación de Israel (en ese momento) no existían divisionismos, eran como un
solo cuerpo, por lo que todos compartían entre ellos. De la misma manera nosotros
debemos compartir con aquellos a los que amamos sin esperar algo a cambio. Lo que nos
lleva a reflexionar en aquel mandamiento que nos indica amar a nuestro prójimo, teniendo
en cuenta que nuestro prójimo son todos los que nos rodean, debemos aprender a
compartir con todos los que nos rodean, porque es lo que el Señor nos ha mandado a
hacer; asimismo no debemos compartir “por compromiso” sino con alegría y con el
corazón.
¿Cómo ofrendar?
En la historia se menciona que los habitantes de Jerusalén como ofrenda dieron oro,
plata, vestiduras. Lo hicieron de corazón. Muchos de nosotros no tenemos nada de lo
anterior, sin embargo, podemos ofrendar con nuestra obediencia a Dios, por medio de
nuestros padres, abuelos, tíos, maestros y otras personas que ejercen autoridad sobre
nosotros.
De igual manera podemos ofrendar nuestro servicio, ayudando a otros, compartiendo con
ellos.
Otra ofrenda que es muy preciada ante los ojos de Dios es nuestra alabanza, cuando
vamos a la iglesia y cantamos, cuando prestamos atención en la clase, cuando leemos
nuestra biblia y oramos constantemente.