Ejemplo COMENTARIO DE TEXTO PERIODÍSTICO
-
Upload
jorge-trallero-alastuey -
Category
Documents
-
view
2.098 -
download
33
Transcript of Ejemplo COMENTARIO DE TEXTO PERIODÍSTICO
COMENTARIO DE TEXTO PERIODÍSTICO.
Acerca de Caperucita y el lobo.
La primera muerte de una mujer maltratada es la de la angustia del miedo. La
primera muerte de un maltratador es el descubrimiento de que él no es nada puesto que
necesita ejercer la violencia sobre una persona para creerse alguien. Incapaz de amar, la
posesión representa su territorio: el de las alimañas prestas a devorar a su presa, no antes
de haberla matado de terror. De manera que autoinvestirse de dueño le reporta al
agresor estos privilegios: puede herir y vejar ya que le asiste la potestad de infligir una
herida o una humillación por el mero hecho de poseer dos piernas, dos brazos y una
lengua capaces de causar dolor; asimismo está facultado para matar en vista de que le ha
asistido desde siempre la indolencia de un sistema legislativo cuyo eje era la honra del
marido y el mantenimiento de la hombría y de la superioridad masculina sobre la mujer,
su cenit. Todo ello al objeto de moldear, estirpe tras estirpe, al hombre de Calderón, con
infinita más trascendencia para el futuro de las relaciones de pareja que el hombre de
Cromagnon.
Al menos sesenta y ocho mujeres murieron en España el año pasado (y una el
primer día de éste) porque otros tantos hombres decidieron que aquéllas no vieran, ni
sintieran, ni pudieran reflejar a través de sus ojos la verdadera estampa de un asesino
nunca más. Murieron al desear que el tiempo del corazón de las tinieblas se detuviera y
comenzara un tiempo de minutos nuevos, de horas nuevas, de días nuevos. Sin golpes.
Sin insultos. Pero ni el tiempo se detuvo ni los cielos se vinieron abajo. "Los cielos",
escribió Conrad, "no se vienen abajo por tonterías". A lo que parece tampoco cuando
debajo de ellos la tierra se abre y las mujeres mueren de una misma muerte. Profunda y
lenta. Los cielos no se caen de vergüenza. Como los asesinos, cumplida su misión de
que una mujer no sea una mujer, sino SU mujer.
Lo que nos lleva a preguntarnos si un maltratador nace o se hace. Perrault, el
autor de Caperucita Roja, creía lo primero: el lobo nace lobo. Mas si fuera así éste se
hubiera comido a caperucita en el bosque. A la primera oportunidad. No hubiera
esperado, por contra, a llevarla a casa con engaños ni se hubiera colocado, durante un
tiempo, el disfraz de abuela. El maltratador es un lobo consciente, por tanto, del poder
que le concede sobre la víctima el temor que inspira en ella. Un lobo, además, que ha
crecido sabiendo que no puede hacer daño a caperucita en campo abierto: a la vista de
todos. De ahí que le cuente un cuento para atraparla en casa, donde los muros se alíen
en su contra y la desangren. Esto es, el maltratador se hace, macerado entre enseñanzas
sexistas que le conducen a contemplarse a sí mismo desde un plano superior al de la
mujer. De nada sirven, pues, medidas como las órdenes de alejamiento, las leyes
tendentes a la permisividad cero e inclusive una mayor dotación de policías para
proteger a las víctimas si a las mismas no se les añade la reeducación de los adultos y la
educación igualitaria de niños y niñas. Lo cual resulta incompatible con ese nefasto
aprendizaje lúdico que transmitimos a nuestros hijos por medio de los juguetes con que
los agasajamos. Porque una muñeca Bratz día y noche, sumisa y tierna, con su pijamita
y sus cremas; con su imposible cuerpo de diosa griega no puede compararse, por
ejemplo, al dominio y a la violencia emanados de un action man, en un 4 x 4, con un
perro de presa que salta desde el vehículo.
Así las cosas, las campañas en favor de los juguetes educativos y no sexistas
constituye un auténtico regalo de Reyes. El primer paso de un viaje de mil millas que
ojalá el próximo año otros secunden.
Soledad Galán. Diario de Sevilla. 5 diciembre 2004.
1) ORGANIZACIÓN DE IDEAS.
El texto está compuesto por cuatro párrafos. La idea principal se centraría en
entender si el maltratador nace o se hace, cuestión para la que la autora, Soledad Galán,
aporta una serie de ideas para apoyar su teoría, como la del cuento de Perrault,
Caperucita Roja, en el que, aunque el autor defendiera lo contrario, el cuento confirma
que el maltratador se hace. Esta idea aparece en la segunda mitad del texto, en el tercer
párrafo, una vez aportadas distintas ideas secundarias que conducen a la principal. Por
ello diríamos que la estructura es inductiva.
El texto está compuesto por cuatro párrafos. En el primer párrafo describe al
maltratador como un ser insensible e incapaz de amar a causa de sus propios complejos.
En el segundo párrafo, nos cuenta, de una forma más poética, el dolor al que están
sometidas las víctimas, incluyendo cifras y citas textuales. En el tercer párrafo, como ya
hemos dicho, desarrolla la idea principal, “un maltratador nace o se hace”,
introduciendo el punto de vista de Perrault, escritor de Caperucita Roja, y planteando la
solución al problema. Finalmente, apoya los juguetes no sexistas y espera contar con
más apoyo en un futuro próximo.
2) TEMA.
El maltrato a la mujer en nuestra sociedad.
3) RESUMEN.
El texto trata sobre la realidad a la que se enfrentan las mujeres maltratadas, y
cómo la sociedad con su “perfecto” sistema de leyes lo permite. Nos muestra cómo
actúan y piensan estos causantes del dolor y asesinos en algunos casos y cómo, si no
ponemos remedio, esta situación se puede agravar.
4) COMENTARIO DEL CONTENIDO DEL TEXTO.
Estamos ante un artículo periodístico de opinión firmado por Soledad Galán y
publicado en el Diario de Sevilla. La autora titula el artículo Acerca de Caperucita y el
lobo, con lo que ya nos sitúa en una escena concreta que va a utilizar como metáfora del
maltrato, una historia que todos conocemos y con la que todos hemos sufrido al saber
que Caperucita no tenía escapatoria. Soledad Galán quiere que veamos y sintamos lo
mismo tratándose de una mujer que sufre cada día la angustia del miedo a su
maltratador. Introduce este ejemplo literario con el que pretende llegar a un público más
amplio a la hora de conseguir su objetivo último, y además, gracias a este recurso,
consigue un texto ameno e interesante, con el que vemos el sufrimiento de la mujer
desde otro punto de vista que impacta más al lector.
La autora crea este texto con una finalidad bastante clara, intentar que los
maltratos se extingan educando igual a nuestros hijos, porque ella cree, como se expone
en el texto, que los maltratadores no son así por naturaleza, sino que los formamos
nosotros, la sociedad. Defiende el fomento de juguetes no sexistas, por un bienestar
común y espera con ilusión que la apoyemos en este cambio que nos afecta de manera
positiva. Defiende ante todo una educación y reeducación igualitaria.
El trato que la autora le da a temas como la vida y la muerte, por decisión ajena,
es muy acertado, porque nos hace ver que hay personas que, como dice ella son
“incapaces de amar, intentan devorar a su presa”, intentan que veamos la vida como
algo malo, sin que podamos disfrutar de toda su belleza, su esplendor y su amor;
porque, aunque el sendero esté repleto de espinas, al final siempre estarán los pétalos,
dulces y tiernos, haciendo que valga la pena luchar. Si nos rendimos ante el maltratador
sería como recorrer sólo medio camino, dejando lo más bello por alcanzar y descubrir.
Lo malo de “permitir” esto es que no sólo afecta al maltratador y al maltratado,
porque cuando una mujer muere maltratada, ésta tiene también familia e hijos que
sufren de manera activa o pasiva estos maltratos. Este texto intenta que cambiemos
nuestra forma de actuar, abriéndonos los ojos y produciéndonos una sensación de asco e
intolerancia hacia los maltratadores. Los lectores se sienten partícipes del dolor de esas
mujeres y desean luchar con todas sus fuerzas porque esto no siga ocurriendo.
La autora utiliza un lenguaje aparentemente sencillo, aunque hay algunas
palabras y algunas formas más poéticas que pueden escaparse al alcance de ciertos
lectores de una cultura más limitada. Aún así, es claro, directo, dinámico y enérgico,
envuelto siempre en un desconsolador ambiente trágico. Está compuesto, en su mayoría,
de oraciones cortas y coordinadas y en presente, con lo que la autora consigue aún más
el acercamiento al lector que pretende. Nos llama la atención dos oraciones en medio
del texto que son más cortas que el resto, lo que hace que nuestros ojos se posen
directamente en ellas: “Sin golpes. Sin insultos”. Realmente son tan cortantes, tan
directas que pareciera que la autora quisiera grabarnos estas palabras en la mente,
incluso nos invade esa sensación del golpe, fuerte y directo, como lo son estas dos
oraciones.
Aún así, la autora también intercala el tiempo pasado, a partir del segundo
párrafo, para darle un toque más literario, y no tan real y directo. Así llega mejor a la
sensibilidad del lector.
Otro recurso gráfico que utiliza la autora, y que también llama nuestra atención
es la forma mayúscula del determinante posesivo “su”, al final del segundo párrafo: “SU
mujer”, otra forma de darnos directamente donde más duele, de hacernos partícipes de
esa sensación de opresión, de posesión involuntaria por parte de un sujeto repugnante.
Como podemos apreciar a lo largo de todo el texto, Soledad Galán utiliza un
tono subjetivo, que se nota cuando habla del sistema legislativo y critica sus carencias,
al igual que las carencias de la educación sexista. Por este motivo, podemos hablar de
un lenguaje connotativo, aunque el tema sea totalmente de actualidad y una auténtica
realidad, al enfocarlo desde su punto de vista toma ese matiz de subjetividad y no tanto
de objetividad.
Aparecen diversas figuras retóricas, que ayudan a apoyar la tesis de la autora,
desde un punto de vista literario. Hay oraciones que son auténticas maravillas literarias,
que nos sumergen aún más en esta historia tan real de cada día. Una de esas célebres
oraciones sería: “Murieron al desear que el tiempo del corazón de las tinieblas se
detuviera”, lo que también implica una dificultad en la comprensión añadida. Por
supuesto, la metáfora es la figura que más aparece en todo el texto: “el maltratador es un
lobo”. La ironía está presente en estas palabras: “el agresor tiene estos privilegios: herir
y vejar”. Todas estas figuras nos producen una sensación de crudeza, agudizando la
mala imagen que tenemos de los maltratadores.
Para concluir, podemos volver a afirmar que este texto consigue claramente su
objetivo principal, hacernos pensar, hacernos ver en la piel de esa “Caperucita” que
huye del lobo con todas sus fuerzas, aunque ya sea consciente de que no tiene
escapatoria.
(Jessica Pacheco Núñez. 1º Bachillerato B)