El Abecedario Latino 2014

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Ad usum privatum LINGVA LATINA I 1 EL ABECEDARIO LATINO Primero, aprendemos a hablar y, mucho más tarde, a escribir; en la historia de la humanidad, el proceso es parecido: la historia de las lenguas, como hemos visto, es muy antigua; la historia de nuestra escritura, mucho más reciente. Los hombres hablan lenguas diferentes (chino, árabe, inglés, etc.) y también utilizan diferentes sis- temas de escritura. La historia de la escritura presenta dos períodos bien diferencia- dos: la escritura no fonológica (pictográfica e ideográfica) y la escritura fonológica (silábica y alfabética). La historia de la escritura Escritura pictográfica Representa objetos reales mediante un dibujo simplificado; así un pictograma que representa un ojo significa “ojo”, etc. La escritura jeroglífica egipcia es una es- critura pictográfica. Papiro con jeroglíficos egipcios. Escritura ideográfica En esta escritura, los dibujos ya no repre- sentan objetos, sino ideas o palabras. En China existe actualmente un sistema de escritura ideográfica. Este sistema de es- critura presenta problemas por la elevada cantidad de signos que hay que memori- zar y usar para escribir. Pintura con escritura china. Escritura silábica En esta escritura, un signo no representa ya un concepto, sino una parte de la pala- bra, una sílaba. Nacen así los silabarios, conjunto de signos que representan las sílabas de una lengua. La escritura japo- nesa actual es silábica. Caracteres de la escritura japonesa. Escritura alfabética En esta escritura, cada signo representa un fonema. La invención de la escritura alfabética supuso un avance trascenden- tal en la historia de la escritura, pues con un número reducido de signos (entre 20 y 30) se puede representar todas las pala- bras de una lengua. Cartel escrito en alfabeto latino.

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    EL ABECEDARIO LATINO

    Primero, aprendemos a hablar y, mucho ms tarde, a escribir; en la historia de la humanidad, el proceso es parecido: la historia de las lenguas, como hemos visto, es muy antigua; la historia de nuestra escritura, mucho ms reciente. Los hombres hablan lenguas diferentes (chino, rabe, ingls, etc.) y tambin utilizan diferentes sis-temas de escritura. La historia de la escritura presenta dos perodos bien diferencia-dos: la escritura no fonolgica (pictogrfica e ideogrfica) y la escritura fonolgica (silbica y alfabtica). La historia de la escritura

    Escritura pictogrfica Representa objetos reales mediante un dibujo simplificado; as un pictograma que representa un ojo significa ojo, etc. La escritura jeroglfica egipcia es una es-critura pictogrfica.

    Papiro con jeroglficos egipcios.

    Escritura ideogrfica En esta escritura, los dibujos ya no repre-sentan objetos, sino ideas o palabras. En China existe actualmente un sistema de escritura ideogrfica. Este sistema de es-critura presenta problemas por la elevada cantidad de signos que hay que memori-zar y usar para escribir.

    Pintura con escritura china.

    Escritura silbica

    En esta escritura, un signo no representa ya un concepto, sino una parte de la pala-bra, una slaba. Nacen as los silabarios, conjunto de signos que representan las slabas de una lengua. La escritura japo-nesa actual es silbica.

    Caracteres de la escritura japonesa.

    Escritura alfabtica En esta escritura, cada signo representa un fonema. La invencin de la escritura alfabtica supuso un avance trascenden-tal en la historia de la escritura, pues con un nmero reducido de signos (entre 20 y 30) se puede representar todas las pala-bras de una lengua.

    Cartel escrito en alfabeto latino.

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    El abecedario latino A a a N n en B b be O o o C c ke P p pe D d de Q q cu E e e R r er F f ef S s es G g gue T t te H h ha U u u I i i V v ve K k ka X x ix L l el Y y y graecum M m em Z z zeta Pronunciacin del latn Por muchos siglos el latn fue la lengua que usaron los sabios, los filsofos, la mayora de los que escriban. Hasta el s. XVIII sigui siendo la disciplina esencial. En el s. XIX el uso del latn como medio de expresin se mantuvo en dos instituciones: la Iglesia y en cierta medida en la Universidad.

    En la pronunciacin latina podemos considerar de tres tipos: 1) La clsica o restituta (restituida o restablecida), con la que se busca imitar la pronunciacin del perodo clsico de la literatura latina (siglos I a. C. y I d. C.). 2) La usual, que en varios puntos se ajusta a las pronunciaciones de las lenguas modernas, segn el idioma de cada hablante. 3) La romana o de la Iglesia Catlica. Pronunciacin clsica o restituta

    Restituta (lat. restituta [pronuntatio]: [pronunciacin] restituida). f. Pronuncia-cin del latn clsico con la que se trata de imitar la de los romanos de la edad de oro.

    Diccionario Enciclopdico Quillet Sera demasiado largo de explicar aqu cmo hemos llegado a conocer la pronun-

    ciacin del latn en periodos de los que no tenemos registro sonoro; pero es una cues-tin en la que han trabajado muchos especialistas, y el principiante tiene que ejercer un cierto grado de confianza en el maestro. Mencionaremos aqu, sin embargo, los

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    principales instrumentos que nos permiten saber cmo se pronunciaba una lengua como el latn en el pasado.

    1. En primer lugar, tenemos la filolga histrica y comparada. Si una palabra latina como mter, por ejemplo, ha evolucionado hasta el italiano y espaol madre, ca-taln mare, francs mre, portugus me y en todas esas lenguas sin excepcin la le-tra m se pronuncia de la misma manera, podemos acaso dudar de la pronunciacin de las otras letras de la palabra; pero no tenemos en principio ninguna razn para pensar que la m se pronunciara de ninguna otra forma en latn de como se pronuncia en todas esas lenguas que derivan de ella. Si comparamos luego el latn no con sus lenguas hijas que evolucionaron a partir de ella en tiempos posteriores, sino con las lenguas her-manas que estn relacionadas con ella porque comparten un origen comn an ms antiguo, las llamadas lenguas indo-europeas, y observamos que la letra m ha manteni-do exactamente la misma pronunciacin, independientemente del latn, hasta el griego

    moderno [mi.'t.ra], alemn Mutter ['m.t] e hindi ['m:.t:], todos los cuales corresponden al latnmter, entonces encontramos razones una vez ms para estar bastante seguros de la forma en que se pronunciaba la m latina. Analogas simi-lares pueden establecerse para todas las dems letras. La filologa histrica y compa-rada puede explicar tambin los casos en que observamos diferencias en las lenguas relacionadas, como la presencia de una en francs o una u en alemn donde tene-mos en latn, y podemos as tener una idea de la forma en que el latn se pronunciaba o dejaba de pronunciar.

    2. Tenemos tambin el testimonio escrito de los gramticos latinos, que describie-ron cmo se articulaban los sonidos, o los escritores latinos en general que hicieron comentarios sobre muchos aspectos de la pronunciacin.

    3. Los errores ortogrficos que encontramos en inscripciones tambin nos ilumi-nan acerca de la pronunciacin de la poca. Si durante un cierto siglo todo el mundo escribe quus cuando quieren decir justo, y equus cuando quieren decir caballo, y no encontramos, ni aun en los escritos de los menos educados, a nadie que confunda las dos palabras, pero en el siglo siguiente mucha gente, incluso los mejor educados, empiezan a dudar y escriben a veces equus para decir justo y quus para caballo, podemos deducir dos cosas: primero, que en el siglo posterior la pronunciacin de y e era lo suficientemente similar para que incluso la gente educada cometiera errores cuando escriban esas palabras que no tienen ninguna otra conexin; y, se-gundo, que en el siglo anterior, por el contrario, la pronunciacin de y e era todava lo suficientemente distinta para que ni siquiera la gente sin educacin confundiera las dos palabras al escribir.

    4. Finalmente, la poesa nos ofrece un montn de indicios sobre la pronunciacin, dado que un poema debe cumplir ciertas reglas de sonoridad que nos dicen cmo deb-an pronunciarse las palabras para crear el ritmo adecuado.

    Con todas estas herramientas y la cantidad de documentos que han llegado hasta nosotros desde la antigedad, podemos estar seguros de que sabemos con bastante exactitud siempre hay, por supuesto, algunas reas obscuras de importancia me-nor cmo se pronunciaba el latn durante el periodo clsico. Se invita a los alumnos interesados a que se remitan a W. Sidney Allen, Vox Latina, The Pronunciation of Clas-

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    sical Latin, Cambridge University Press 1992 [1965], donde se encontrar un trata-miento mucho ms detallado de todos estos temas.

    Existen pocas diferencias con el alfabeto que nosotros utilizamos. Adems, sobre

    su pronunciacin tenemos que tener en cuenta:

    La c se pronuncia siempre como -k-: Cicero kkero. La g se pronuncia siempre suave: genius gunius, gaudeo gudeo. En la se-

    rie latina gu se pronunciaba siempre la u, incluso seguida de i, e: sanguis sngis, unguem ngem.

    La h no se pronuncia: hostis stis. Tampoco en los grupos ch, rh y th, trans-cripcin de grafas griegas: cholera klera, rhetoricus retrikus, theatrum tetrum. En cambio, el grupo ph, transcripcin de la grafa griega f, se pro-nuncia como -f-: philosophus filsofus.

    La grafa i es una semivocal. Representa el fonema voclico -i- en contexto con-sonntico y un fonema consonntico -y- ante vocal: cinis knis, iam ym.

    La doble l se pronuncia como tal: puella pul-la. La q va siempre seguida de u, se pronuncia: quinque kunkue, quoque ku-

    kue. Tambin la u es una semivocal. Aunque en poca clsica se pronunciaba siem-

    pre como -u- (multus mltus, uiuere uuere), pronto empez a tener una realizacin consonntica en contexto voclico, cercana a la -b-. En poca me-dieval se representaron ambas realizaciones mediante las grafas u y v, respec-tivamente, tuus tus, vivere bbere.

    La grafa x representa el doble sonido ks: dux dks. Las grafas y y z representaban a las correspondientes grafas griegas u y z, por

    lo que se pronunciaban como la -u- francesa y como -ds-: zephyrus dsfrus, Zacynthus dsakntus.

    Pronunciacin usual del latn

    Aunque se hable una misma lengua en varios pases, siempre existen diferen-cias en su pronunciacin. Por ejemplo, los mexicanos no pronunciamos exactamente igual que los espaoles o los argentinos, ni los que hablan ingls en Australia pronun-cian su lengua igual que quienes viven en Inglaterra, en Texas o en Canad.

    Por lo tanto, nada tiene de raro que a travs de la historia haya habido, y toda-va haya, peculiaridades de las diversas regiones en lo que respecta a la pronunciacin del latn.

    La pronunciacin latina usual en Mxico se caracteriza por hacer ms castella-nizada dicha pronunciacin. Se diferencia de la clsica slo en la pronunciacin de v, ya que en la clsica corresponde al sonido u y en la usual corresponde al sonido de v. Ejemplo: vanitatem (vanidad) en la pronunciacin clsica es uanittem y en la usual es vanittem.

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    Pronunciacin italiana del latn

    Es la pronunciacin de la Iglesia Catlica. Tras la cada del imperio romano, el latn, que sobrevivi como lengua docta, pas a pronunciarse en cada pas de acuerdo con las convenciones de los respectivos vernculos; as, la palabra latina ltitia [la .'t.t.a] recibi en Italia la pronunciacin [le.'ti.tsja] como el nombre italiano Letizia, en Espa-a [le.'ti.ja] como el nombre Leticia, en Inglaterra [l.'t.], etc. (cf. Op. cit., "Appen-dix B: The pronunciation of Latin in England", pp. 102-110). Estas pronunciaciones tradicionales, que cambiaban de un pas a otro, estaban vigentes en cada pas en todas las reas del latn, tanto en contextos acadmicos como en los eclesisticos, por su-puesto de manera indistinta dado que nunca hubo conciencia de que debiera haber una divisin entre los dos. Es incorrecto pensar, por lo tanto, como a no pocos en nuestros das se les ha inducido errneamente a creer, que existiera histricamente una pronunciacin del latn especficamente eclesistica o que la pronunciacin italia-na hubiera sido usada jams por los no italianos. Contra estas diferentes pronuncia-ciones tradicionales, es cierto, haba habido a lo largo de la historia distintas iniciati-vas eruditas para promover una pronunciacin unificada del latn; sin embargo, stas no se basaban en el vernculo italiano, sino ms bien en el testimonio de las fuentes antiguas, que normalmente se entenda que apoyaban el principio de "una letra un sonido" independientemente del contexto ortogrfico, como parecan sugerir descrip-ciones fonticas de las letras del alfabeto como la que proporciona, por ejemplo, Mar-ciano Capela en su D nuptis. Estas tendencias unificadoras eruditas, por supuesto, afectaban al latn usado tanto dentro como fuera de la iglesia de manera indistinta, dado que durante siglos acadmicos y eclesisticos fueron las mismas personas. De hecho, ese tipo de pronunciacin todava estaba vigente en la corte del papa Len XIII, como puede percibir fcilmente cualquiera que escuche las grabaciones de 1902 del castrato italiano Profesor Alessandro Moreschi (dice [pon.'ti.fi.kem], ['e.ti.am], etc.). Sin embargo, esos esfuerzos eruditos fracasaron durante siglos en el intento de des-plazar las varias pronunciaciones nacionales que tradicionalmente prevalecan en los diferentes pases, tanto dentro como fuera de la iglesia.

    Conforme la erudicin se fue haciendo cada vez ms sofisticada, el simple principio de "una letra un sonido" se refin mediante la ulterior inspeccin de las fuentes anti-guas, notablemente por Erasmo y sus sucesores, y la tendencia a acercar la pronuncia-cin del latn cada vez ms a la que tena en poca clsica se convirti en el objetivo de los mejor educados, que estaban tambin cada vez ms desconectados de los medios eclesisticos. Tras el fascinante avance que la ciencia de la filologa experiment en los ltimos cien aos la filologa comparada cientfica no empez realmente hasta el siglo XIX, con el desarrollo del inters por el snscrito que lleg de la mano de la colo-nizacin europea de la India, fue finalmente posible recuperar la pronunciacin clsica del latn con notable precisin. El esplendor de esta hazaa intelectual de la ciencia filolgica hizo que en un muy breve espacio de tiempo la pronunciacin erudi-ta unificada del latn finalmente desplazara las diversas pronunciaciones vernculas tradicionales de todas las reas educativas de todo el mundo (excepto, parcialmente, en Italia); pero dado que la erudicin y la iglesia iban ya entonces por caminos com-pletamente divergentes, las distintas pronunciaciones tradicionales prevalecieron en

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    el contexto eclesistico. Este siglo vio, por tanto, por vez primera en la historia, una divisin entre la pronunciacin del latn dentro y fuera de la iglesia, y el nacimiento de la etiqueta de 'eclesistico' para lo que no eran sino las pronunciaciones tradicionales vernculas del latn. Como haba sido el caso tradicionalmente, esas pronunciaciones vernculas eran todava diferentes en los distintos pases, y como respuesta a la eficaz internacionalizacin de la pronunciacin erudita, las autoridades eclesisticas comen-zaron una batalla por la unificacin tambin del latn eclesistico; pero, en vez de hacerlo mediante la finalmente prspera pronunciacin de los eruditos, que era en origen no menos eclesistica que las vernculas, decidieron intentar propagar la pro-nunciacin tradicional de un solo pas, Italia, al resto del mundo. El papa Po X expres este deseo en una carta al arzobispo de Bourges en 1912 (cf. Op. cit., p. 108) y la an-histrica identificacin del latn eclesistico con la pronunciacin verncula del italia-no moderno se ha estado difundiendo desde entonces. Aun con todo, todava en los 80, los ltimos sacerdotes espaoles a los que o usar el latn seguan aferrndose firme-mente a la pronunciacin espaola, y s muy bien que la pronunciacin alemana del latn es todava la norma en ese pas. En cualquier caso, la desaparicin del uso del latn en la iglesia parece estar haciendo irrelevantes tanto las pronunciaciones tradi-cionales locales en general como la italiana en particular.

    Se recomienda utilizar esta pronunciacin en el canto sacro y, especialmente en las iglesias. Emplea la pronunciacin romana para el uso litrgico, que se adapta en varios puntos a la fontica del italiano. Incluimos slo las caractersticas que difieren de la pronunciacin clsica.

    a) Los diptongos ae y oe se pronuncian como (e) b) La combinacin ph se pronuncia como (f) c) Las slabas ce y ci se pronuncian como (che) y como (chi) d) Las slabas ge y gi se pronuncian como (ye) y como (yi) e) El grupo consonntico gn se pronuncia como () f) La slaba ti seguida de vocal se pronuncia como (ci)

    Caractersticas de la acentuacin latina La lengua latina no tiene acento grfico, pero ste se puede emplear como un medio para facilitar a los principiantes la pronunciacin correcta del acento prosdico o fontico.

    1. Slo tiene acento prosdico. 2. No tiene palabras agudas ni sobresdrjulas. 3. La mayora de las palabras son graves y algunas otras esdrjulas:

    - En las palabras de dos slabas, el acento cae siempre sobre la primera, cual-quiera que sea su cantidad: ptrem, rsam.

    - En la de tres o ms slabas, el acento se coloca en la penltima, cuando sta es larga: co-l-rem; y en la antepenltima, cuando la penltima es breve: r-b-rem.

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    4. Las palabras aumentadas por una de las partculas enclticas (-que, -ve, -ne) se acentan en la penltima slaba: rma + que, ve, ne = armque (y las armas), armve (o las armas), armne (las armas?).

    5. El diptongo ae se pronuncia /e/; aunque en latn era diptongo, la fontica del castellano casi obliga a pronunciarlo en dos slabas. Por tanto, hay que evitar la pronunciacin arromanzada como una simple */e/: quae se lee /kue/, no */kue/. Lo mismo se aplica al diptongo oe, menos frecuente, que se pronuncia /e/: amoenus se pronuncia /amenus/, no */amnus/. Entonces, si acabamos de decir que ae es un diptongo, una pronunciacin del tipo */rose/ estara acentuando la ltima slaba, es decir, realizndola como aguda. Este error es muy comn y hay que atacarlo de forma directa y contun-dente. El diptongo ae es desinencia de dos casos importantes: el genitivo singu-lar y el nominativo plural. Respecto al caso del genitivo singular, sobre todo, porque es la segunda forma del enunciado de un sustantivo; todo el mundo habr escuchado, no sin cierta chanza, el tpico rosa, rosae */rsa rose/ (cuya pronunciacin correcta es /rsa rsae/). En cuanto al nominativo plural, porque es la forma de facto con la que formamos los plurales latinos cu-yos singulares acaban en -a (la 1 declinacin); si nos referimos a una nia, es-cribimos puella y pronunciamos /pulla/ y, si nos referimos a nias, escri-bimos puellae y pronunciamos /pullae/, no */puelle/.

    Bibliografa consultada: Diccionario Enciclopdico Quillet, Editorial Argentina Arstides Quillet, Buenos Aires, 1976. MARCOVICH, Miroslav, Latn en seis lecciones, Grficas Marina, Barcelona, s. f., p. 17. NAVARRO GONZLEZ J. L., Latn 4, Anaya, Madrid, 2008, pp. 13-14. OROZ, Rodolfo, Latn I, Kapelusz Venezolana, Caracas, 1983, p. 5. RODRGUEZ ESTRADA, Mauro, Presencia del latn en el espaol, Limusa, Mxico, 2004, p. 23. ROYO, Martha, Latn I- lengua y civilizacin, Ediciones Colihue, Buenos Aires, 2005, p. 11 VITAL RAMREZ, Crisanta, Etimologas grecolatinas del espaol, Oxford, Mxico, 2006, pp. 202-

    203. http://cristobaldemorales.net/content/fonetica_latina http://avitus.alcuinus.net/schola_latina/soni_es.php http://www.delcastellano.com/2013/10/13/corrijamos-errores-basicos-pronunciacion-latina/