el alquimista

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Santiago es un joven que con su sed de conocer nuevos lugares se aventura a ser pastor, cuidando sus ovejas y llevándolas al pueblo para vender su lana. Un día, Santiago se sentó en un banco en la plaza para leer un libro, y se encuentra con un viejo, que le dice que no vale la pena leerlo. Santiago, increíblemente asombrado, le pregunta si ya lo ha leído, a lo que el viejo responde afirmativamente. El viejo le cuenta que es un rey, el Rey de Salem. Le da la decima parte de sus ovejas a cambio de que le mostrase dónde está su tesoro y el misterioso rey le da unas piedras místicas, una negra y una blanca (Urim y Tumim), y le cuenta una historia: la meta en la tierra de todo hombre es su leyenda personal, encontrarla y alcanzarla. "Cuando una persona desea realmente algo, todo el mundo complota para que pueda realizarlo". Atraviesa en barco el Estrecho de Gibraltar, llegando a África. Es una tierra ajena, donde todos hablan lenguas extrañas y tienen costumbres y vestimentas muy diferentes, donde reinan los ladrones y bandidos y no se puede confiar en nadie. Cuando le roban se siente miserable y tonto. Ayudado por un hombre noble se vuelve a aventurar por las calles de Tánger hasta encontrar un negocio de cristales, en el cual entra y empieza a limpiar los cristales expuestos. El dueño, percatándose, le deja hacer sin decirle nada. Después Santiago le dice por señas que tiene hambre. Pasan a un comedor donde el dueño le habla en español y le dice que no era necesario que hubiese limpiado los recipientes, pues su religión le obliga a dar de comer al hambriento, a lo que el muchacho pregunta asombrado por qué lo había dejado limpiar los cristales. El comerciante responde que necesitan una limpieza de vez en cuando. El hombre contrata al muchacho, este trabaja con empeño y gana mucho dinero para poder regresar y comprar todo su rebaño de nuevo. Gana dinero suficiente como para duplicar su antiguo rebaño y piensa que ese era su tesoro. Pasaba poco menos de un año, cuando un vendedor de llegó al negocio y

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Santiago es un joven que con su sed de conocer nuevos lugares se aventura a ser pastor, cuidando sus ovejas y llevándolas al pueblo para vender su lana. Un día, Santiago se sentó en un banco en la plaza para leer un libro, y se encuentra con un viejo, que le dice que no vale la pena leerlo. Santiago, increíblemente asombrado, le pregunta si ya lo ha leído, a lo que el viejo responde afirmativamente.

El viejo le cuenta que es un rey, el Rey de Salem.

Le da la decima parte de sus ovejas a cambio de que le mostrase dónde está su tesoro y el misterioso rey le da unas piedras místicas, una negra y una blanca (Urim y Tumim), y le cuenta una historia: la meta en la tierra de todo hombre es su leyenda personal, encontrarla y alcanzarla. "Cuando una persona desea realmente algo, todo el mundo complota para que pueda realizarlo". Atraviesa en barco el Estrecho de Gibraltar, llegando a África. Es una tierra ajena, donde todos hablan lenguas extrañas y tienen costumbres y vestimentas muy diferentes, donde reinan los ladrones y bandidos y no se puede confiar en nadie.

Cuando le roban se siente miserable y tonto. Ayudado por un hombre noble se vuelve a aventurar por las calles de Tánger hasta encontrar un negocio de cristales, en el cual entra y empieza a limpiar los cristales expuestos. El dueño, percatándose, le deja hacer sin decirle nada. Después Santiago le dice por señas que tiene hambre. Pasan a un comedor donde el dueño le habla en español y le dice que no era necesario que hubiese limpiado los recipientes, pues su religión le obliga a dar de comer al hambriento, a lo que el muchacho pregunta asombrado por qué lo había dejado limpiar los cristales. El comerciante responde que necesitan una limpieza de vez en cuando.

El hombre contrata al muchacho, este trabaja con empeño y gana mucho dinero para poder regresar y comprar todo su rebaño de nuevo. Gana dinero suficiente como para duplicar su antiguo rebaño y piensa que ese era su tesoro. Pasaba poco menos de un año, cuando un vendedor de té llegó al negocio y el muchacho le recomienda al vendedor de cristales que tambien el venda té. El dueño de la tienda respondió negativamente ya que en su interior tenía miedo a lo desconocido, tenía miedo a que su negocio creciese y no lo pudiese controlar él solo.

El muchacho le contó que a veces los sueños no se pueden cumplir por la falta de determinación de la gente. Entonces recordó al viejo rey y su leyenda personal; se había olvidado totalmente de ella. El dueño acepto la idea de vender té en los frascos de cristal y su negocio crecio. El muchacho se acuerda otra vez del rey y su leyenda personal. Le dijo al dueño de cristales que al siguiente día se iba y este, con cierta tristeza, aceptó. Al día siguiente, se fue.

Se une a una caravana y se adentra en las arenas del desierto. Por muchas noches y días camina, haciendo amistad con un inglés que busca un alquimista. El caravanero no dormía de noche ya que el miedo lo tenía paralizado; en el desierto

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se desarrollaba una guerra entre varios clanes y una caravana desconocida es asaltada.

Llegaron a lo que, después de haber estado mucho tiempo en el desierto, parecía el paraíso, un oasis en el que el inglés y el muchacho siguieron su búsqueda. Santiago encontró ahí el amor de su vida, Fátima.

Un día el muchacho estaba adormitado en las arenas, cuando dos gavilanes aparecen en el cielo y él tiene una visión, en la cual ve a cientos de hombres entrando en el oasis, matando y quemando todo a su paso.

El muchacho le cuenta su visión a los jefes tribales, los cuales le hacen caso omiso, argumentando que el desierto nunca da señales a extraños.

Pero joven tenía la confianza de todos y comienzan a prepararse.

Esa misma noche, el joven, estaba caminado por el desierto; de repente un jinete negro con voz grave e intimidante le pregunta si él había sido la persona que tuvo la visión de los gavilanes , a lo cual respondió afirmativamente, argumentando que los gavilanes lo habían escogido para decirle lo que tenían que decir.

El jinete desenvainó su espada y rozó con ella la cabeza inclinada del chico. Era tan filosa que salió una gota de sangre. La última y más intimidante pregunta que el jinete formula es: ¿por qué estás aquí? A lo cual el joven responde que busca su leyenda personal, poniendo en duda que el Jinete pueda comprenderlo. El jinete envaina su espada y un halcón llega a su hombro. El jinete responde diciendo que ha puesto a prueba su valor. "El coraje es el don más importante para quien busca el lenguaje del mundo".

El muchacho se sorprende porque aquella persona hablaba de cosas que poca gente conocía."Es necesario no claudicar nunca, aun habiendo llegado tan lejos".

El muchacho ya lo sabía, había encontrado al Alquimista. Y regresaría con él al siguiente día.

En la mañana su visión se había cumplido: 500 jinetes entraron al oasis, pero los nativos de éste los esperaban; en cuestión de minutos había 499 cuerpos esparcidos por las arenas y el comandante del batallón fue condenado a una muerte sin honor, en la horca.

Esa misma noche Santiago va a caminar al desierto. Tras un largo rato se sienta a pensar y ve una silueta acercándose rápidamente. Es el Alquimista, con unos gavilanes posados sobre sus hombros. Lo invita a pasar a su tienda, cocinan y comen aquellas aves.

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Después el alquimista acepta (a pesar de las dudas de Santiago) ser el guía hasta las Pirámides de Egipto. En este punto Santiago se transforma, ya que se "convierte" en una persona "normal" que no quiere seguir sus sueños ni su Leyenda Personal; se vuelve un conformista que sólo quiere vivir en el Oasis con su amada Fátima. El Alquimista le explica a Santiago que si no sigue su Historia Personal vivirá un tiempo feliz pero será una persona vacía.

Santiago se despide de Fátima y parte a la mañana, Fátima jura que le esperará y que mandará besos y su perfume a través del viento.

El Alquimista y el muchacho parten y después de varios días se cruzan con un clan algo peligroso sin decirles nada.

Unos soldados los inspeccionan y encuentran en el equipaje del Alquimista un frasco lleno con un líquido amarillo y un "huevo" de cristal amarillo (parecido al ámbar). Los guardias les interrogan sobre esos extraños objetos,: el Alquimista, responde con la verdad, diciéndoles que es el Elixir de la larga vida, con el cuál jamás caerán enfermos; el otro artículo es la Piedra Filosofal: con un solo grano de ésta cualquier metal es convertido en oro. Los soldados se ríen y los tachan de locos.

Después de alejarse de los soldados, Santiago pregunta al Alquimista sobre la verdad de sus anteriores palabras, y este responde que lo dijo para enseñarle una simple y valiosa lección de la vida: "Los hombres no reconocen los tesoros aunque estén frente a sus ojos", puesto que simplemente no creen en ellos.

Pasan los días y ellos siguen avanzando hacia su destino. Se cruzan con otro clan cuyos guardias los detienen argumentando que son espías del clan enemigo. Los llevan ante los generales y el Alquimista afirma que los dos son alquimistas, pero que el muchacho se puede convertir en viento. Los generales, entre escépticos y asombrados, les dan tres días para probarlo. El joven medita durante dos días. Al tercero conversa con el desierto (ambos hablan el mismo idioma "El Lenguaje del Mundo") y le pide ayuda; éste le responde que no puede solo, y que necesita ayuda del viento, el cual también acepta pero tampoco puede convertir al muchacho en viento. Entoces el le pide ayuda al sol y este le dice que le falta algo mas antes de convertirse en viento. Finalmente el le reza a "La Mano que lo Creo Todo"(Dios) y este acepta. Los generales asustados ven como se convierte en viento, mientras el Alquimista observa sonriente. Ese día fue histórico para el clan; sus descendientes aún cuentan la historia de un joven que se había convertido en el mismo viento.

Siguen su camino y llegan a un monasterio donde les atiende un monje vestido de negro; les invita a pasar y conversan. El Alquimista toma después un pedazo de metal, de forma esférica, y lo convierte en oro. Luego lo parte en cuatro, le da un pedazo al monje (por su ayuda a todos los peregrinos), le da un pedazo al muchacho para seguir su camino, se guarda un pedazo y le da el otro al monje por si lo necesitase el muchacho.

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El Alquimista regresa a su tienda y el muchacho sigue su camino. Horas más tarde, el muchacho llega a las Pirámides y empieza a cavar. Está agotado cuando llegan unos asaltantes y encuentran oro en la ropa del muchacho. Lo golpean y éste grita "¡estoy buscando un tesoro!". Paran de golpearlo y el líder le dice "no morirás, para que aprendas que un hombre no puede ser tan tonto como para seguir un sueño y cruzar el desierto por esa razón"; le dice que el también había tenido un sueño, sobre un tesoro en una Iglesia semidestruida en España, y que no era tan tonto como para ir hasta allá sólo por un sueño.

Santiago se levanta y le sonríe a las Pirámides. Ha encontrado su tesoro.

De nuevo en España cava y encuentra un cofre con monedas antiguas de oro españolas y piedras preciosas: ha realizado su Leyenda Personal.

Acostado, mirando las estrellas, una corriente de aire que proviene del desierto toca a Santiago. Aquel perfume y aquel beso que le llevó el viento le resultan familiares. "Ya voy Fátima" es la última frase.

Lista de Personajes

Santiago - Santiago es el personaje principal en “El Alquimista”. Él es un joven

pastor quien ha soñado acerca de un tesoro enterado en las pirámides de

Egipto. En lugar de dejarlo pasar como tan solo un sueño, Santiago decide

seguir a su corazón e ir en busca de su tesoro. En el camino él comienza a

crecer y ser sabio en los caminos del mundo.

Melchizedek, el viejo rey - El viejo rey llega a la vida de Santiago un día

después de que él tuvo su sueño profético, y le dice que él ha logrado

conseguir su Leyenda Personal. Él ayuda a Santiago a tomar la decisión de ir

en busca de su tesoro, y aunque Santiago no lo sabe, el viejo rey es un dios.

El comerciante de cristales - El comerciante de cristales emplea a Santiago

después de que él ha sido robado en África. Santiago se ha dado por vencido

en la búsqueda de su tesoro y comienza a transformar la tienda de cristales. El

comerciante es un buen hombre que es justo con Santiago, y aunque le tiene

miedo a los cambios él toma el consejo de Santiago acerca de al tienda.

Comienza a llegar más dinero al negocio, y el tendero está muy agradecido con

Santiago.

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El Inglés - Santiago conoce a un inglés en la caravana a través del desierto. El

inglés ha pasado muchos años y gastado mucho dinero en busca de alcanzar

su propia Leyenda Personal de aprender alquimia, y está en su camino a

encontrar a un alquimista en el oasis del desierto. Él y Santiago se hacen

amigos en el camino.

Fátima - Fátima es una joven del oasis. Ella es hermosa, en cuando Santiago

la ve él se enamora de ella, y ya nunca quiere dejar el oasis. Ella también

quiere a Santiago, y lo convence de que él necesita seguir en búsqueda de su

tesoro, que ella esperara a que él regrese.

El Alquimista - El Alquimista es un brujo en el oasis que ayuda a Santiago en

la segunda parte de su viaje a lo largo del desierto. Él ayuda a enseñarle a

Santiago acerca de la Alma del Mundo, y también le dice al muchacho que

justo antes de descubrir su tesoro es cuando va a tener la prueba mas difícil. El

también practica alquimia ante Santiago para demostrarle que es posible

transformar metales en oro.

Parte 1

Santiago vive una vida que muchos envidiarían. Como pastor, el recorre las

calles con su rebaño, viajando por nuevos sitios y viendo cosas nuevas. Esa es

la vida que él siempre quiso, y él está contento.

Durmiendo bajo las estrellas él tiene un sueño en el que un niño lo lleva a las

pirámides de Egipto y le dice que allí encontrara un tesoro enterrado. Santiago

está dispuesto a tomar el riesgo y decide pagarle a una gitana en el próximo

pueblo para que interprete su sueño. Ella le dice que su sueño está en el

lenguaje del mundo, y que si va a las pirámides encantara su gran tesoro allí.

Santiago se molesta y decide que ya no va a creer en sus sueños. Él no tenía

que perder su tiempo en una gitana con interpretación pésima. Al día siguiente

él está en el pueblo leyendo y tratando de olvidar que tuvo un sueño cuando un

anciano comienza a hablarle. Santiago trata de ignorarlo pero el hombre no se

da por vencido. Finalmente el hombre le dice que si le da un décimo de sus

ovejas él le dirá donde puede encontrar su tesoro escondido.

Santiago claramente es sorprendido por esto ya que él nunca le menciona su

sueño al hombre. El hombre le dice a Santiago que él ha logrado descubrir su

Leyenda Personal, y que él debe decidir si es lo suficientemente valiente para

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seguirlo. El hombre le dice a Santiago que el seguir su Leyenda Personal hasta

alcanzarla es la única obligación verdadera de una persona en éste mundo.

Santiago tiene una decisión difícil en sus manos. ¿Renuncia a su rebaño de

ovejas, su vida estable, para ir en busca de su tesoro? Parece ser algo loco,

pero el corazón de Santiago quiere ir en esta aventura.

Tomando el riesgo más grande de su vida Santiago decide hacerlo. Él le da un

décimo de sus ovejas al hombre y vende el resto. El hombre, quien es un rey,

le dice que debe de seguir los presagios para encontrar su tesoro. Él le da a

Santiago dos piedras, Urim y Thummim, las cuales le ayudaran a tomar

decisiones cuándo esté realmente estancado mientras vaya en su camino. El

rey le desea buena suerte, y después Santiago sigue su camino.

Cuando Santiago llega a África se sorprende de haber olvidado que tan solo

árabe se habla allí. La ciudad es extraña, y el muchacho está algo asustado

por toda la gente nueva. Él siente un gran alivio cuando conoce a un hombre

en una cantina que habla su mismo idioma, y el hombre porto le promete

ayudarlo a cruzar Sahara. En poco tiempo el hombre desaparece con todo el

dinero de Santiago y lo deja sin nada. Santiago quiere llorar, él está muy triste,

pero pronto decide ver a la situación de forma diferente. Si, lo dejan sin dinero,

pero está en la búsqueda de su Leyenda Personal. Él puede hacerlo.

Mientras Santiago camina por al ciudad se cruza con un comerciante de

cristales que tiene una tienda en la sima de una gran montaña. Necesitando

comida, se ofrece a limpiar los cristales del comerciante para que así la gente

quiera comprarlos. Mientras los limpia, el comerciante vende dos vasos, y

percibe eso como un buen presagio. Él le ofrece trabajo a Santiago, y el

muchacho le platica al comerciante acerca de ir en busca de su tesoro al

desierto. Él le dice que tan solo puede trabajar por éste día porque al día

siguiente tiene que cruzar el desierto.

El comerciante se ríe, y le dice al muchacho que le tomaría años poder reunir

el dinero suficiente para cruzar el desierto porque está a miles de quilómetros

de distancia. El mundo de Santiago cae completamente en silencio, y después

acepta trabajar para el hombre. Él le dice que nenecita utilizar el dinero par

comprar algunas ovejas.

Parte 2

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El muchacho ya lleva trabajando el la tienda de cristales por mas de un mes, y

no esta muy contento. Él trata fuertemente de no pensar en su tesoro, en las

pirámides, y en todo. Él tan solo esta trabajando para reunir el dinero suficiente

para volver a su hogar y comprar algunas ovejas.

Santiago tiene la idea de construir un aparador afuera de la tienda para atraer

a más clientes. El comerciante no está seguro de querer cambiar la forma en

que las cosas están, pero la presencia del muchacho en la tienda ha sido un

buen presagio hasta ahora. Mientras están conversando acerca de los sueños

un día durante el almuerzo, el comerciante le rebela al muchacho que ha

tenido el sueño desde su infancia de viajar a la ciudad sagrada de la Meca. El

comerciante es diferente al muchacho, él dice, porque él no quiere hacer sus

sueño realidad. El pensamiento de ir a la Meca es lo que lo mantiene con vida,

y quiere seguir conservando su sueño. El sueño lo ayuda a pasar sus días en

la tienda de cristales.

El comerciante esta vendiendo mas cristales que nunca, y decide tomar el

riesgo con el aparador.

Pasan dos meses y Santiago se siente mejor acerca de su situación. El dinero

esta flotando en la tienda y el calcula que en seis meses mas puede volver a

casa con el dinero suficiente para tener el doble de las ovejas que tenia antes.

Él ha aprendido a hablar árabe, y a encargarse del cristal. Él podría llegar a ser

un hombre de dinero con sus nuevas habilidades y todo por haberse

encontrado con un ladrón, lo que lo llevo al comerciante. Él siente que ahora

este es su camino ha seguir, llegar a ser un pastor aun mas grandioso que el

interior.

Un día el tiene otra idea, y esta consiste en venderle té a individuos en vasos

de cristal cuando estos escalen hacia lo mas alto de la montaña, calurosos y

sedientos. Cuando el muchacho le cuenta la idea al mercante, éste hombre se

asusta otra vez. Ya él esta ganando más dinero que nunca, y si comienzan a

vender el té el hombre tendrá que ampliarse y cambiar su forma de vida. Esto,

él dice, tiene miedo hacerlo. Después de pensarlo claramente, de cualquier

manera, el comerciante decide vender el té en los vasos de cristal. Él medita

en que hay veces en las que no se puede sostener el rió.

La tienda comienza a tener más clientes que nunca en cuanto la gente

comienza a oír sobre su idea. Su refrescante té de menta en vasos de cristal es

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un éxito con los clientes, y el comerciante tiene que contratar dos empelados

mas para poder hacerse cargo del negocio.

Han pasado ya 11 meses, y Santiago decide que es tiempo de irse. Él tiene el

dinero suficiente para comprar 120 ovejas, y mientras se va le pide al

comerciante que le de su bendición. Santiago le dice al hombre que ahora

tiene el dinero suficiente para cumplir su sueño de ir a la Meca, al igual que él

tiene lo suficiente para comprar algunas ovejas. El hombre lo ve

intencionalmente y le dice que él no va a ir a la Meca así como él no va a

regresar a su hogar y comprar algunas ovejas.

Mientras el muchacho camina por el pueblo piensa por un largo rato acerca de

su futuro, y lo que es su camino verdadero. Él decide arriesgar a su camino

otra vez y va en busca de su tesoro. Él razona que si falla otra vez, siempre

puede ganar algo mas de dinero para volver a su hogar. Cuando finalmente

toma sus decisión él esta tremendamente feliz. Él va en busca de una

caravana que lo pueda llevar a través del desierto.

Un inglés se sienta en un corral sucio, ojeando un libro sobre químicos y

pensando acerca de su vida. Él ha gastado fortunas y años besucando el

lenguaje del universo, y la misteriosa piedra del filósofo. Él ha estudiado y

arriesgado todo para encontrar las respuestas detrás de sus preguntas. Ahora

él ha oído escuchar acerca de un alquimista que puede tener las respuestas

las cuales él esta buscando, y ha deseado cruzar el desierto para buscarlo.

Cuando Santiago entra al corral, el inglés se ve inamistoso así que no llegan a

una conversación al principio. Cuando el muchacho saca a Urim y Thummim,

sin embargo, el inglés explota con emoción y saca dos piedras idénticas a las

del muchacho. El rey también lo había visitado a él. Ellos rápidamente entablan

una amistad y comienzan a hablar acerca de sus Leyendas Personales.

Hay más de 200 personas en la caravana cruzando el desierto. Mientras ellos

van por su camino en un enorme vacío día tras día, el muchacho comienza a

entender que realizar su Leyenda Personal es su única razón real para vivir, y

es lo mismo para el inglés y todas las demás personas en el mundo. Cuando

vas en tu camino verdadero, el mundo entero conspira para ayudarte a

lograrlo.

El rumor de guerras entre tribus por todo el desierto causa que la caravana se

mueva más rápidamente. El muchacho pasa su días observando a al gente, y

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pensando en el desierto y en lo que esté puede enseñarle a el acerca del

mundo. La caravana viaja de día y de noche, y el silencio del desierto crece

mas profundamente mientras el tiempo pasa. Antes de darse cuenta, ellos ya

habían llegado al oasis.

El muchacho no puede creer lo grande que es el oasis. Él está muy

decepcionado, cuando el líder de la caravana les informa a todos ellos que

tienen que quedarse aquí hasta que las guerras ente tribus terminen. El

muchacho se encuentra frustrado por el retraso pero decide tener paciencia y

no molestarse. Él sabe si él avanza controlado por sus impulsos ignorara los

presagios que conducen a su tesoro. Cuando sea tiempo de irse, será tiempo

de irse, y eso es todo lo que hay en ello.

Al día siguiente el inglés le pide su ayuda para encontrar al alquimista que vive

en el oasis. El muchacho, quien habla mejor árabe que el inglés, le comienza a

preguntar a los aldeanos dónde vive el alquimista. Nadie se lo quiere decir, y

finalmente ve a una joven muchacha en el pozo que lo pude ayudar. Él se

apresura hacia ella para preguntarle, y todo termina después de eso. Con tan

solo una mirada de sus ojos el muchacho está perdido. Ella sonríe y el

muchacho sabe que éste es le presagio que el ha estado buscando toda su

vida. Ya nunca va a haber nadie más después de ella, y mientras la ve él se

siente sorprendido al darse cuanta de que ella entiende lo mismo. Sin decirse

una sola palabra, ellos han hablado en el lenguaje más verdadero del mundo.

El inglés lo sacude de su ensueño, y el muchacho descubre que el nombre de

ella es Fátima. Cuando él le pregunta acerca del alquimista, ella señala hacia el

sur y después se va.

Al día siguiente Santiago espera a Fátima en el pozo, y cuando ella lega él le

dice que la ama y que se quiere casar con ella. Ella se ha convertido en algo

más importante para él que su tesoro.

Mientras los días pasan él su encuentra con ella en el pozo todos los días y él

le cuenta todo acerca de lo que es ser un pastor, acerca del rey, la tienda de

cristales, y acerca de su búsqueda.

Fátima le dice un día que ella quiere que él siga su búsqueda de encontrar su

tesoro. Ella quiere que él ande libre, y le dice que si ella es realmente parte de

su Leyenda Personal él regresara hacia ella algún día. Ella lo esperara

orgullosamente.

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Santiago va en busca del hombre Inglés para contarle acerca de Fátima, y se

sorprende al enterarse con que el inglés a construido un horno afuera de su

tienda de campaña. El alquimista le dijo a él que primero tenía que comenzar

con el proceso de dividir el sulfuro, así que eso es lo que él está tratando de

hacer. Él ha perdido su miedo al fracaso, y realmente cree que está vez lo va a

lograr.

Mientras el muchacho anda por el desierto mas tarde ese día ve dos halcones

en el cielo. Algo acerca de su movimiento lo intriga, y mientras observa uno de

los halcones es atacado por el otro. Tan pronto como esto pasa, Santiago ve a

un ejército cabalgando hacia dentro del oasis. Él trata de olvidar su visión

después de que se va pero su corazón no lo deja. Él está agitado, y va a ver a

los jefes de la tribu.

Él tiene que esperar horas para ver a los jefes. Después de mucha discusión,

ellos le dicen que le van a hacer caso a su advertencia acerca del ataque, pero

que si no pasa el muchacho será asesinado al alba al día siguiente.

Mientras va caminando de regreso hacia su casa de campaña él es por poco

atacado por un hombre de negro en un gigantazo caballo blanco. El hombre

exige saber como es que él lee vuelo de los halcones. Santiago le dice que la

miasma mano que hizo al alercito también a hizo a los halcones, y que tan solo

estaba viendo lo que Alá quería que él supiera. Santiago se encentra tranquilo,

aunque sabe que el hombre lo puede matar. Él agacha su cabeza, esperando

la caída del golpe. Él se da cuenta de que si tiene que morir esta noche, puede

morir feliz sabiendo que arriesgó todo por seguir su sueño, y que llegó a amar

el desierto y a Fátima.

De pronto el hombre retira su espada, y le dice que tenía que probar la valentía

del muchacho. El hombre dice que si el muchacho sigue vivo después de la

puesta de sol lo vaya a ver. Mientras él se va, el muchacho se da cuenta de

que acaba de conocer al alquimista.

Al día siguiente todos los hombres del oasis están armados para la batalla.

Antes del medio día el ejército de 500 había tratado de atacar el oasis, y todos

excepto uno fueron acecinados por los hombres de allí. El jefe del oasis se

siente muy contento de que tantas vidas hayan sido salvadas, y le pide al

muchacho que se convierta en el consejero del oasis.

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Esa noche Santiago se dirige al desierto a su sita con el alquimista. Mientras

caminan hacia su casa de campaña, el alquimista dice que él esta allí para

ayudar al muchacho a encontrar su Leyenda Personal. El alquimista le dice al

muchacho que debe de continuar su búsqueda de las pirámides, y le aconseja

que venda su camello y compre un caballo.

La noche siguiente el alquimista le plantea un reto al muchacho. Él le dice que

vaya a encontrar vida al desierto, por que tan solo aquellos que pueden

encontrar vida en la intemperie pueden encontrar su tesoro. El muchacho no

sabe que hacer. El muchacho no sabe como encontrar vida, y el alquimista

finalmente le da una pista, diciéndole que la vida atrae vida. El muchacho

entiende, y afloja las riendas de su caballo, permitiéndole a correr libre por el

desierto. Su caballo lo dirige directamente hacia una cobra.

El alquimista le dice a Santiago que ese era el presagio que él necesitaba y

que lo guiara a través del desierto. El corazón de Santiago esta pesado por

que no quiere dejar a Fátima. El alquimista le dice que ella es una mujer del

desierto y entiende que si ella quiere que él regrese, ella tiene que dejarlo ir. El

muchacho decide ir con el alquimista en busca de su tesoro, y su corazón está

en paz para finalmente seguir su camino otra vez.

Esa noche Santiago va en búsqueda de Fátima. Él le dice que la ama y que va

a ir en busca de su tesoro. Ella lo entiende, y le dice que esperara a que el

regrese. El oasis es ahora en lugar vació para ella y ella mirara hacia el

desierto en su espera durante el día entero.

Ellos cabalgan por el desierto en silencio por una semana, hablando muy poco.

Santiago finalmente le dice al alquimista que no le ha dicho nada durante el

camino, y el alquimista le dice que la única manera de aprender es por medio

de acciones. Él le dice a Santiago que para poder entender al mundo primero

tiene que escuchar a su corazón, siempre. El corazón viene de la Alma del

Mundo, y dice la verdad.

Ellos continúan por dos días más, siendo precavidos acerca de las guerras

entre tribus. Mientras ellos cabalgan sus caballos profundamente dentro del

desierto el muchacho trata de escuchar a su corazón y aprender las maneras

del mismo. Él se da cuenta de que su corazón le tiene miedo al fracaso y

quiere regresar hacia mujer que ama. Ellos continúan cabalgando por muchos

días más y Santiago aprende la manera de su corazón. Él finalmente se da

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cuenta un día de que es completamente feliz, y que la nostalgia y el miedo han

desaparecido. Él aprende del alquimista que cada segundo de su búsqueda

por su Leyenda Personal es un segundo el la compañía de dios y la eternidad.

El alquimista entonces le enseña la lección más importante de todas: que la

Alma del Mundo va a poner a prueba todo justo antes de que sea la hora de

que Santiago cumpla su sueño. No hace esto porque sea malvada, tan solo

para que todas las lecciones que fueron aprendidas a lo largo del camino

puedan ser dominadas. Él le advierte al muchacho que es justo en éste

momento cuando la mayoría de las personas se dan por vencidas, cuando

están tan cerca. El refrán " la hora mas oscura de la noche llega justo antes del

alba" suena como algo cierto para el muchacho, y determina no darse por

vencido cuando sea puesto a prueba.

Esa tarde el corazón de Santiago le advierte que ellos están en peligro y de

repente más de cien hombres los rodean. Ellos son llevados a un campo militar

que se encintra cerca, donde el alquimista el informa al líder de la tribu que él

es tan solo un guía para su amigo, el alquimista. El alquimista dice que el

muchacho podría destruir el campo con simplemente convertirse en el viento.

El jefe se ríe, y les da tres días para realizar ésta hazaña. Si ellos no pueden

hacerlo, sus vidas serán su penalización.

Santiago esta aterrado. Él no tiene la menor idea de como convertirse en el

viento, y rápidamente comienza a entrar en pánico. El alquimista le dice

dócilmente que no se preocupe, que su corazón tiene las respuestas que él

necesita para hacerlo.

El primer día el muchacho camina por el campo, y no se acerca ni un poco a

descubrir como convertirse en el viento. Esa noche él está hablando con el

alquimista, y le pregunta que por que se molesta en alimentar a su falcón

cuando tal vez ellos pueden morir. El alquimista sonríe y le dice "Tal ves tu

mueras. Yo ya se como convertirme en el viento."

En el tercer día, el jefe y sus hombres se reunieron en el acandilado para ver al

muchacho. Él le advierte a la muchedumbre que puede tomar un largo rato, y

todos le dicen que no están apurados. Ellos se sientan y esperan. Y entonces

el viento comienza a hablarle a Santiago.

Él le dice al desierto que ésta sosteniendo a la mujer que el ama, y el desierto

quiere saber lo que es el amor. Cuando el muchacho lo explica, el desierto le

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dice que puede prestar su arena para ayudarle al viento a soplar, pero que si

quiere saber como convertirse en el viento le tiene que preguntar al propio

viento. La brisa comienza a liar, y el alquimista sonríe.

El viento ya sabe de la conversación del muchacho porque el viento lo sabe

todo. Le pregunta al muchacho cómo es que él sabe el lenguaje del mundo, y

Santiago le dice que él lo aprendió de su corazón. El viento le dice que él no

puede convertirse en el viento sin importar que tanto quiera hacerlo, porque un

muchacho y el viento son dos cosas muy diferentes.

Santiago le dice al viento que ambos fueron escritos por la misma mano, y que

ellos realmente no son tan diferentes. Si el viento tan sólo lo transformará por

un ratito, ellos podrían tener una maravillosa conversación sobre todo eso.

La curiosidad del viento se despierta, algo que nunca había pasado antes.

Comienza a soplar, pero después reconoce rápidamente que no sabe como

transformar al muchacho. El viento le dice que tal vez le debería de preguntar

al cielo, y entonces Santiago le pide al viento borrar el sol para poder mirar

hacia el cielo sin cegarse. El viento aúlla, levantando la arena para que el

muchacho pueda mirar hacia arriba para hacer su pregunta.

El muchacho voltea su cabeza hacia arriba, y le pregunta al sol si el sabe sobre

el amor y el Alma del Mundo. El sol dice que sí, porque el ama la tierra y todo

en ella. Mientras ellos hablan, el muchacho le dice al sol que cuando las cosas

se esfuerzan por ser mejores entonces todo a su alrededor mejora también. Él

se da cuanta de que el sol realmente no sabe sobre el amor, o como

convertirlo en el viento, y él pregunta al sol que a quién se puede dirigir para

que su pregunta pueda ser contestada. El sol le dice que él tiene que hablar

con la mano que lo escribió todo. El viento, quién disfruta de la conversación,

grita de encanto y sopla aun más fuerte. En la tierra, los hombres tratan de no

ser llevados por el viento.

El muchacho voltea hacia la mano que escribió todo y se calla. En su corazón

él comienza a rezar sin palabras. Él comienza a entender que el viento y el sol

y el desierto también tratan de encontrar su camino y entender los signos que

son escritos por esa mano. Él comienza a comprender que su alma es la Alma

del Mundo, la cual es el Alma de Dios. Él ve que su alma es una y la misma

que el Alma de Dios, y que él puede realizar milagros.

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Cuando el viento deja de soplar, el muchacho está de pie al lado del jefe, quien

se da cuenta de que acaba de atestiguar un milagro. Al día siguiente, él

permite que el muchacho y el alquimista se vayan.

Al día siguiente ellos paran en un monasterio. El alquimista le dice a Santiago

que él está a sólo 3 horas de las Pirámides y que él tendrá que recorrer el resto

del camino solo. Antes de separarse, sin embargo, el alquimista le muestra al

muchacho que el plomo de hecho si puede ser convertido en oro.

Horas más tarde Santiago sube una duna y contempla las Pirámides egipcias.

Él llora de felicidad porque finalmente consiguió su Leyenda Personal y lo vio

hasta el final. Cuando él mira hacia abajo en donde sus lágrimas golpean la

arena él ve a un escarabajo, que en Egipto es una señal de Dios. Él comienza

a cavar profundamente en la arena, y esta convencido que aquí en donde su

tesoro esta.

Él cava todo el día, pero de repente es rodeado por un grupo de hombres que

le roban su dinero y luego lo golpean con severidad. Ellos lo obligan a seguir

cavando, y luego cuando no encuentran oro en la tierra ellos lo abandonan.

Antes de irse, el líder le dice a Santiago que él no va a morir, aunque siente

que tal ves si. Sin embargo le dice que él no debería ser tan estúpido como

para seguir sus sueños.

El ladrón le dice que hace 2 años específicamente en éste mismo lugar él tuvo

un sueño, que él debería de viajar a una iglesia arruinada en España donde

pastores dormían y cavar profundamente en las raíces de un gran árbol de

sicómoro para encontrar un tesoro. El ladrón dice que él no lo hizo porque él no

es tan estúpido para cruzar un desierto entero por un sueño constante.

Epílogo

Santiago llega a la iglesia justo cuando cae la noche. Cuando él comienza a

cavar, recuerda todo que lo condujo a éste momento. Horas más tarde, él tiene

ante de él un cofre de monedas españolas de oro y piedras preciosas. Él

recuerda que tiene que ir a Taifa para poder darle un décimo de su tesoro a la

vieja mujer gitana.

De repente el viento comienza a soplar desde África y le trae el olor de un

perfume que él conoce bien, y el roce de un beso.

Él le dice a Fátima que ya va.

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