El árbol y la pequeña Luna

Autor: Yolimar Túa

Érase una vez en un lejano pueblito con muy pocos habitantes, donde vivía una niña llamada Luna, junto a sus padres y su abuelo de nombre Tobías. Un día fue con su abuelito hacer unas compras al mercado del pueblo 1

En los puestos del pequeño mercado habían muchas cosas: verduras, carnes, peces, juguetes, frutas… y también gran variedad de árboles y muy llamativas flores, en ese puesto fue donde el abuelo Tobías se detuvo. Él tocaba con sus manos las hojas de un viejo y marchito árbol al que miraba fijamente… 2

La pequeña Luna dice: ¡Abuelo! Vamos a ver las muñecas de aquel puesto, a lo que el abuelo Tobías responde: No Luna, espera un momento, quiero comprar una planta para nuestro jardín y estoy a punto de elegir este árbol. 3

¡Este no abuelo! Es muy feo y tiene un color muy triste, dice Luna.

El abuelo le contestó muy sonriente:

- ¡Ay pequeña Luna! Si lo cuidamos y esperas un tiempo este árbol será muy hermoso y frondoso, solo necesita paciencia, cariño y dedicación en su cuido.

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Desde ese día el abuelo regaba el pequeño arbolito todas las mañanas con gran cariño y dedicación, quitándole las hojas secas y vigilando que los perros no escarbaran en su tierra. 5

Al paso de varias semanas el árbol empezó a perder sus hojas feas y se fue cubriendo de verdes hojas nuevas. 6

Pasado más de un mes Luna salió al jardín como de costumbre a jugar en su casa de muñecas. 7

Caminó sin darse cuenta hasta llegar a los pies de un frondoso árbol de tronco fuerte y marrón, preciosas y enormes hojas verdes. 8

La niña no pudo evitar sonreír y empezar a gritar:

- ¡Abuelo! ¡Sal abuelo! ¡Ven a ver esto!

- ¿Qué quieres mi bella Luna?

– Tobías se acercó a su nieta

con paso lento.

- Mira, qué bonito.

- Sí que lo es, querido abuelito…

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- ¡Qué bien huelen sus flores! Voy a cortar una para adornar mi habitación.

¿Ves Lunita, como tu abuelito tenía razón? No debemos juzgar las cosas por su apariencia.

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…tienes que aprender que la belleza de las cosas, al igual que la de las personas, está en su interior, y debemos aprender a mirar más allá de lo físico siempre.

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… y colorín colorado este cuento ha terminado. 12