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Resumen El desarrollo de un proyecto de emprendimiento exige la intervención decidida de un sinnúmero de profesionales que, con igual o más ac- titud emprendedora que los estudiantes, aporten en la consolidación de los proyectos de vida que se construyen a la luz de nuevas iniciati- vas empresariales. En ese sentido, la Oficina de Emprendimiento de la Universidad de San Buenaventura, seccional Cali, viene configurando El Banco de Tiempos, espacio para el encuentro de saberes y experiencias al servicio del emprendimiento Expresión legítima de la proyección social universitaria. Caso: Universidad de San Buenaventura, seccional Cali The Bank of Times, space for the meeting of knowledge and experience at the service of entrepreneurship. Legitimate expression of the university’s social projection. Case: University of San Buenaventura, Cali Campus José alonso gonzálEz s. Administrador de empresas, Magíster en educación, aspirante al doctora- do en Estudios Territoriales. [email protected]

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ResumenEl desarrollo de un proyecto de emprendimiento exige la intervención decidida de un sinnúmero de profesionales que, con igual o más ac-titud emprendedora que los estudiantes, aporten en la consolidación de los proyectos de vida que se construyen a la luz de nuevas iniciati-vas empresariales. En ese sentido, la Oficina de Emprendimiento de la Universidad de San Buenaventura, seccional Cali, viene configurando

El Banco de Tiempos,espacio para el encuentro de saberes y experiencias

al servicio del emprendimientoExpresión legítima de la proyección social

universitaria. Caso: Universidad de San Buenaventura, seccional Cali

The Bank of Times, space for the meeting of knowledge and experience at the service of entrepreneurship.Legitimate expression of the university’s social projection.

Case: University of San Buenaventura, Cali Campus

José alonso gonzálEz s. Administrador de empresas, Magíster en educación, aspirante al doctora-do en Estudios Territoriales.

[email protected]

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un Banco de Tiempos a través del cual expertos en diferentes temá-ticas apoyan la formulación y el desarrollo de los proyectos empresa-riales que se originan en los procesos de aula. Es ante todo un espacio para la construcción de diálogos y relaciones futuras, lo que permite trascender la inmediatez y brevedad del tiempo real.

Palabras clave: Actividad empresarial, empresario, emprendedor, his-toria empresarial, plan de estudios, banco de tiempos.

AbstractThe development of an entrepreneurial project requires bold action from a number of professionals who, with an entrepreneurial attitude equal to or even larger than that of students, contribute in the conso-lidation of life projects that are constructed within the framework of new business initiatives. In this regard, the Entrepreneurship Office of the San Buenaventura University Cali Campus has been configuring a Bank of Times, through which experts in different fields support the formulation and development of business projects that originate in the classroom processes. This is primarily a space meant for dialogue and the building of future relationships that transcends the immedia-cy and shortness of real time.

Keywords: Business, businessman, entrepreneur, business history, cu-rriculum, Bank of Times

Fecha de presentación: Junio de 2010 Fecha de aceptación: Octubre de 2010

IntroducciónSi bien el deseo de los individuos por progre-sar y sus intenciones para ello y para conse-guir mejores condiciones de vida han estado siempre presentes a lo largo de su existencia no es menos cierto que en los últimos años esas intenciones se han acrecentado en vir-tud de las nuevas y más complejas exigencias que el entono plantea. El ánimo o la actitud por emprender se han tornado en un factor determinante para el éxito del hombre en la sociedad. Los avances de los últimos años de la tecnología, la ciencia y la industria han estado enmarcados en esta acción. Razón por la cual las universidades y demás centros

educativos han acogido el emprendimiento como una alternativa de formación.

Emprender significa hacer presencia con propuestas que conducen al mejoramiento de las condiciones de vida reinantes, con un alto aprecio por la libertad, libertad para imaginar, libertad para obrar y libertad para decidir; emprender es una opción de vida que se construye no sólo para impactar la vida de otros, sino fundamentalmente la propia. Pero emprender también significa desarrollo, de-sarrollo de las ideas, desarrollo de la imagi-nación y desarrollo de competencias, a través de los cuales se logra ampliar el espectro de observación para identificar las oportunida-des que han de permitir justamente aquella

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libertad reivindicadora del papel del hombre en la sociedad.

En este sentido, el emprendimiento es la acción a través de la cual el individuo logra canalizar y expresar libremente sus propias iniciativas de desarrollo. Una de las vías que se ha privilegiado para materializar dicha opción de vida tiene que ver con proyectos productivos de diversa naturaleza, en los que están presentes la imaginación, el co-nocimiento y la capacidad de realización del individuo emprendedor. La empresa, el ne-gocio o el proyecto sólo serán un medio, no el fin único. Emprender como actitud, tiene tanto de hacer como de saber, en una sim-biosis en la que no existe lo uno sin lo otro. Esa es la apuesta que la Universidad de San Buenaventura hace sobre el emprendimien-to: lo acepta, lo define y lo auspicia como proyecto de vida, pero apoyado en el cono-cimiento. Este documento ofrece una mirada al desarrollo del emprendimiento mediante el ejercicio académico y resalta la relación dialógica que se construye en el día a día de la Universidad y de la que son protagonistas de primer orden el emprendedor y el docente.

Panorama del emprendimientoSería necesario construir acuerdos previos a la revisión del panorama del emprendimien-to. Esto es, precisar a qué se hace referencia cuando entra en uso el término. De un lado, tendríamos los procesos que tienen como objetivo central fortalecer el emprendimien-to y generar conocimiento en torno a él. El otro enfoque daría cuenta de las actividades que centran su atención en el desarrollo de las competencias y habilidades que el em-prendedor requiere para la formulación y ejecución de un proyecto.

Considerando estos objetivos, y con relación al tipo de enseñanza, Laukkannen (2000) di-

vide la educación en entrepreneurship en dos grandes áreas de interés: Education about entrepreneurship: desarrolla, construye y estudia las teorías sobre emprendedores, la creación de empresas, su contribución al de-sarrollo económico, el proceso emprendedor y las pequeñas y medianas empresas. El gru-po al cual se dirige son estudiantes de pre-grado, masters, doctorados, e investigadores. Es decir, hacia todos aquellos interesados por el entrepreneurship como fenómeno social. La segunda área: Education for entrepreneu-rship: se dirige a emprendedores potencia-les y activos. El objetivo que se plantea es desarrollar y estimular las capacidades em-prendedoras y brinda todas las herramien-tas necesarias para la puesta en marcha de proyectos tanto afuera como adentro de las organizaciones.

Mason (2000) lo define así:

“it is propose to develop the core skills and attributes necessary to roll out a new venture and to identify pre-start-up needs”.

De las definiciones expuestas, se deduce que la diferencia fundamental entre las dos “grandes áreas” se basa en que la primera construye y transfiere conocimiento, y la se-gunda tiene como objetivo el aprendizaje y el desarrollo de competencias, habilidades, actitudes y valores (Ussman y Postigo, 2000). Por lo tanto, los métodos de enseñanza ge-neralmente utilizados en cada una de las áreas no son idénticos. Resulta interesante, entonces, sobre la base de los métodos de enseñanza descritos por Klandt (1993), resal-tar, de acuerdo con Laukkannen (2000), que la introducción de la enseñanza en entrepre-neurship en las carreras de grado puede ser entendida como una respuesta estratégica de las universidades y escuelas de negocios a un contexto cada vez más demandante y a la continua evolución de las sociedades, que hacen de las capacidades emprendedoras y

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acciones un bien útil, hasta necesario. Desde una perspectiva más global, Kourilsky (1995) establece que el crecimiento económico de los países va a depender de la habilidad de crear nuevos empleos a través del entrepre-neurship.

Ronstadt (1985) argumenta que la mayoría de las personas, incluso los emprendedores, no piensan en el entrepreneurship como una carrera. Sólo una minoría de todos los futu-ros emprendedores sabrán, cuando asistan a la universidad, que van a seguir una carrera basada en él. De aquellos que consideran el entrepreneurship mientras están en la Uni-versidad, está previsto que sólo una pequeña minoría va a empezar inmediatamente una empresa recién se gradúe. Otra pequeña mi-noría va a esperar, pero va a anticipar sus careras emprendedoras, trabajando explí-citamente en lugares o industrias que lo preparen para sus futuros emprendimientos. La vasta mayoría de futuros potenciales em-prendedores se va a insertar en el mercado laboral sin anticipar su carrera como em-prendedor. Por ello, se enfatiza la importan-cia de sensibilizar a los estudiantes sobre el entrepreneurship como una opción de carre-ra que pueden encontrar o considerar en el futuro.

Queda claro, por la evidencia de numerosos estudios, que el futuro preferido por un nú-mero considerable de estudiantes y gradua-dos es tener su propio negocio. Sin embargo, muchos estudiantes enfrentan numerosos obstáculos, como la falta de experiencia o de financiamiento que frenan sus sueños em-presariales. También es claro que las univer-sidades pueden aportar considerables ayudas en el primero de estos problemas –la falta de experiencia–, pero poco por ahora en el segundo –la financiación–.

El conocimiento y la experiencia son, enton-ces, dos pilares fundamentales en el fortale-cimiento de una comunidad de emprendedo-res universitarios. El trabajo en las aulas de clase y en algunos casos por fuera de ella –lo cual está contemplado en la programación de los cursos de Emprendimiento– facilita la transferencia de conocimientos pertinentes y necesarios para la construcción de un sa-ber específico sobre la materia. No será, sin embargo, suficiente este trabajo en la conso-lidación de una cultura emprendedora y tal vez menos para la formulación y desarrollo de los proyectos empresariales de los estu-diantes. La sola transferencia de conceptos en el desarrollo de una clase no es suficiente cuando el objetivo fundamental, no sólo de la institución educativa sino del Estado, es tener una generación de empresarios que re-nueve las viejas prácticas de hacer negocios, ofrezca al mercado nuevos bienes y servicios, genere más puestos de trabajo “decente” y en últimas contribuya significativa y cons-cientemente a elevar los niveles de vida de la sociedad. Por supuesto que todo este gran propósito desborda el trabajo de un profesor de emprendimiento en un curso que, en la mayoría de veces, suele estar desarticulado del currículo. En esa dirección para Colombia pueden servir más de referencia los modelos de formación europeos que los mismos esta-dounidenses.

“Europa necesita más negocios nuevos y prós-peros que deseen embarcarse en empresas creativas o innovadoras. El fomento del espí-ritu empresarial es fundamental para lograr estos objetivos. La educación puede contribuir a impulsar el espíritu empresarial, fomentar una actitud favorable aumentar la sensibili-zación hacia las salidas profesionales como empresario o trabajador por cuenta propia, y proporcionar las competencias empresaria-les necesarias. Las capacidades y actitudes empresariales benefician la sociedad, incluso más allá de su aplicación en la actividad em-

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presarial. De hecho, las cualidades personales pertinentes para el espíritu empresarial, como la creatividad, la capacidad de iniciativa y el sentido común, pueden ser útiles para todos tanto en la actividad laboral como en la vida cotidiana. La Comisión Europea opina que en la actualidad existe en casi todos los Estados miembros de la Unión (aunque en diferentes grados) un compromiso político gubernamen-tal/ministerial de promover la enseñanza del espíritu empresarial en el sistema educativo. No obstante, el espíritu empresarial todavía no es una asignatura común o fuertemente implantada en nuestros sistemas educativos ni se ha desarrollado de modo satisfactorio la formación de los profesores sobre la manera de presentar a su alumnado el concepto de es-píritu empresarial”.1

Como se aprecia, hoy en día Europa asume la misma consigna que una buena cantidad de países latinoamericanos: incluir en sus pla-nes de desarrollo la educación en emprendi-miento, empresarismo o espíritu empresarial, términos que en últimas convergen en el mismo objetivo: ampliar la base de personas dedicadas a la función económica de produ-cir bienes o servicios, y por lo tanto a la sa-tisfacción de necesidades.

Pero obviamente el asunto no se reduce a la promulgación de una política pública por parte del Estado –como en Colombia– con la Ley 1014 de 2006 ni tampoco a los es-fuerzos aislados de instituciones públicas y privadas ni mucho menos al ofrecimiento de seminarios y cursos donde se dé la op-ción de crear una empresa como la solución definitiva de todos los problemas sociales y económicos de las personas y la comunidad. El asunto necesariamente implica un trabajo concertado de todas las partes involucradas y comprometidas, requiere un trabajo en red,

necesita la definición de competencias ins-titucionales de tal manera que no se subu-tilicen recursos, sino que lo que se construya sea una perfecta cadena de valor en torno a los proyectos de empresa.

El caso colombianoLa situación en Colombia no difiere mucho de la de los países latinoamericanos y, para sorpresa nuestra, la de la misma Europa. Lo primero que habría que consignar es que el tema del empresarismo ha sido ampliamente estudiado, lo que no significa que su estudio sea directamente proporcional al desarrollo de la actividad empresarial propiamente di-cha. Como sucede con otros temas del país, es más lo que se estudia que lo que se prac-tica. Al margen del presente documento, y a manera de ejemplo, es lo que sucede con los temas de la violencia y la pobreza, por nom-brar sólo dos. Los escritos producto de in-vestigaciones en Colombia dan en la actua-lidad para llenar una muy buena biblioteca de cualquier universidad del mundo, lo cual no significa necesariamente que hayamos aprendido la lección, que hayamos puesto en práctica las observaciones y por lo tanto superado ciertos niveles de marginación por causa de la violencia y la pobreza. De ser así, ya habríamos erradicado esos dos males que tanto nos aquejan.

La evolución de los trabajos académicos en emprendimiento ha estado asociada funda-mentalmente a la evolución misma de la in-dustria y de la educación superior, sin desco-nocer la influencia que han ejercido en esta última las crisis por la que ha atravesado el ejercicio profesional de los graduados de las universidades colombianas, que de alguna

1. Comisión Europea. “Ayudar a crear una cultura empresarial”. Guía de buenas prácticas para promover las actitudes y capacidades empresariales mediante la educación. Bruselas, Bélgica. 2004 http://europa.eu.int.

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manera han generado, además de preocupa-ción, un interés por incluir en los programas de estudio el tema del emprendimiento. En la actualidad existe una amplia diversidad de posiciones frente a este asunto, las cua-les se materializan en programas, modelos y cursos, pasando por estructuras administra-tivas y organizacionales como departamen-tos, centros y unidades que justamente dan cuenta de esas diversas posiciones concep-tuales e incluso empíricas.

Un poco de historiaEs relevante en el recuento histórico sobre la aparición de los primeros cursos sobre em-presarismo en Colombia, la obra de Mayor Mora (1989), quien advierte sobre la exis-tencia en la Escuela Nacional de Minas de Medellín del curso de Economía Industrial, presentado como un antecedente legítimo de las primeras cátedras sobre administra-ción de empresas y posteriormente de las primeras escuelas o instituciones formadoras de administradores profesionales. Estudios relacionados naturalmente con el mane-jo directivo de las empresas y desde luego con la creación de las nuevas industrias que paulatinamente empezaron a aparecer en las ciudades de importancia de ese entonces: Medellín, Barranquilla y Bogotá.

Es, pues, aceptable que los primeros atisbos sobre la enseñanza de empresarismo estu-vieran asociados a la formación en adminis-tración, economía y algunos campos de la ingeniería; de alguna manera esto coincide con lo que pasó en los EUA: las cátedras de Entrepreneurship tuvieron sus primeros es-cenarios en las escuelas de negocios, The Business School.

La historia empresarial de Colombia ha sido contada e investigada por diversos académi-cos, entre los más importantes que se des-

tacan autores como Eduardo Sáenz Rovner, John Sudarsky Rosenbaum, Carlos Dávila L. de Guevara, Enrique Ogliastri, Aurelio Or-dóñez y Gerardo Ramos; muchos de estos trabajos se convirtieron en marco bibliográ-fico de cursos de historia empresarial, los que a su vez fueron un antecedente legítimo de los actuales cursos sobre emprendimiento en el país. Hasta aquí mucha teoría, poca prác-tica.

De una época en que no se transcendió más allá de cursos sobre historia –o en el mejor de los casos de economía industrial o de de-sarrollo empresarial– se dio paso a los prime-ros cursos sobre creación de empresas, des-provistos de metodologías apropiadas y que daban cuenta en esencia de la forma más adecuada de administrar organizaciones. Era la época de la gran influencia de nociones como desarrollo organizacional, planeación estratégica y control total de calidad.

Algunos de estos cursos recibieron una in-fluencia positiva del auge del concepto de microempresa, que por la década de los se-tenta empezaba a consolidarse en algunas organizaciones sin ánimo de lucro en el país. De ahí se dio paso a módulos de creación de empresas, en el marco de los trabajos para la materia administración de microempresas; en dichos módulos se empezaba a apreciar la importancia de revisar lo pertinente a la personalidad de ese sujeto ideal capaz de hacer realidad sus sueños de independencia, aun cuando en el fondo estuviera alentados sólo por la necesidad natural de subsistencia.

Hoy por hoy en Colombia todo lo que está relacionado con el emprendimiento vive un apogeo sin precedentes, pero entendible desde la base de las crisis económicas, so-ciales y culturales que ha atravesado el país en los últimos diez años. Por un lado, está la problemática derivada de la falta del desem-

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pleo profesional, de la crisis de valores en los mismos profesionales y en los que están en proceso de formación. Y por otra parte, hay problemas más estructurales como los aso-ciados al estado actual de nuestra economía que lucha por integrarse activamente a diná-micas económicas internacionales. Esto exi-ge un empresario más creativo y preparado, pero también más convencido de que su pa-pel debe responder a un auténtico proyecto de vida, lo que de alguna manera podría ga-rantizar una mayor permanencia en el esce-nario económico como gestor de proyectos altamente productivos que no sólo satisfa-gan sus necesidades personales, sino las de un mercado cada vez más exigente y diverso.

Al trabajo actual sobre emprendimiento en Colombia se han ido sumando actores de muy diversa naturaleza, entre ellos, institucio-nes públicas y privadas con ofertas que van desde capacitaciones técnicas hasta fondos con capitales de fomento –capital semilla–, fondos de capital de riesgo y otros figuras necesarias para el desarrollo de proyectos empresariales. Lo que aún está en duda es si todas estas instancias y alternativas tienen como objetivo los emprendimientos de los estudiantes universitarios. Pareciera que no.

La relación puede resultar grande, difusa y diversa: las universidades y en general las instituciones de educación superior, IES, con sus respectivos espacios institucionales: ofi-cinas, centros, unidades. Las fundaciones, para quienes el trabajo en el tema empresa-rial no resulta nuevo. Las cajas de compen-sación, con una población objetivo y benefi-ciaría muy bien delimitada. Algunos gremios que han entendido la importancia de trabajar en función de la sostenibilidad de la función empresarial. Los gobiernos locales y departa-mentales, quienes a través de algunas secre-tarías promueven el Emprendimiento entre

sus poblaciones-objetivo. Amén de toda una gama de ofertas que van desde cursos, libros, manuales, concursos y asesorías especializa-das que se consiguen de muy variada calidad y costo.

La diversidad de la oferta no necesariamente da cuenta de un trabajo articulado, ese es un asunto en el que todavía falta mucho camino por recorrer e intereses particulares por superar. La universidades fortalecen sus competencias discursivas a través de progra-mación y participación de congresos, semi-narios, simposios y toda suerte de eventos en esa línea, lo que ha permitido ampliar la base conceptual y que es transferida pos-teriormente a los estudiantes en los cursos sobre emprendimiento. Algunas instituciones muestran a la fecha, incluso, un muy buen trabajo investigativo y de producción escrita que se deja a disposición de la comunidad interesada y que resulta de muy fácil acceso. Entonces, a estas alturas se advierte un inte-resante avance en lo teórico, es decir, en la producción y transferencia de conocimien-tos. No sucede lo mismo con la puesta en práctica de muchos de estos planteamientos teóricos y de las correspondientes iniciativas que regularmente se generan en los ejer-cicios del aula. Aquí sigue existiendo una brecha, que en los próximos años se tendrá que reducir a pesar de su considerable valor económico en una estructura institucional de costos. Acompañar el proyecto empresa-rial de un estudiante emprendedor desde sus mismos inicios como una simple idea hasta el despegue como empresa puede resultar un objetivo inalcanzable para cualquier ins-titución universitaria, de ahí la necesidad y la importancia de trabajar en redes locales o regionales bajo la lógica de una cadena de valor, pero para eso hacen falta todavía mu-chos acuerdos interinstitucionales.

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El emprendimiento en la Universidad de San Buenaventura, seccional CaliEn cuarenta años de existencia, la Universi-dad de San Buenaventura ha formado una considerable y exitosa suma de profesionales en campos como la Economía, el Derecho, la Arquitectura, la Educación, la Contaduría, la Ingeniería de Sistemas, Agroindustrial, Elec-trónica, Industrial, de Materiales y Multime-dia, la Administración de Negocios, la Psico-logía, el Diseño de Vestuario y en variados programas de postgrado.

Muchos de estos profesionales ejercen ac-tualmente en organizaciones o empresas propias que nacieron como ejercicio profe-sional derivado de los conocimientos propios de su disciplina.

El proceso evolutivo del emprendimiento en la Universidad no difiere del que muestra en términos generales el país. Sus inicios han estado asociados a cursos de historia em-presarial, desarrollo empresarial o creación de empresas. En esta revisión se aprecia que en su momento se hizo uso de ciertas asig-naturas para agregarles el tema empresarial como una acción orientada a la formación de empresas, pero no como un asunto fun-damentalmente actitudinal. El cambio de enfoque en los cursos, que implica no sólo la modificación del nombre, responde a nuevos lineamientos institucionales en la formación de sus profesionales.2

De otra parte, es claro que la idea de em-prendimiento como alternativa de desempe-ño del estudiante nace en los programas de

estudio, y a partir de ahí sigue un proceso para convertirse en su proyecto de vida pro-ductivo: tener su propia empresa. Este pro-ceso de transformación de una idea en una realidad requiere de una posición corporati-va que garantice igualdad de oportunidades para todos los actores comprometidos con su desarrollo, en especial los estudiantes y en particular aquellos que provienen de dis-ciplinas que no tienen su énfasis en lo em-presarial, en la dinámica productiva o en los negocios.

Desde el 2006 la Universidad de San Bue-naventura, Cali, cuenta con una importante infraestructura física, tecnológica y de cono-cimientos alojada en su Parque Tecnológico; gracias a ello, la Universidad pudo avanzar a una nueva etapa en el desarrollo del em-prendimiento. Así, se abren espacios en los planes de estudio para la cátedra y trabajos de grado sobre emprendimiento, que impar-ten los conceptos y prácticas de esta opción de vida del hombre contemporáneo y los apoyan. Con ello, la Universidad ha hecho un tránsito de cursos empresariales a cátedras de emprendimiento.

Actualmente todos los programas de pre-grado disponen de una cátedra de empren-dimiento. En los de postgrado, esta cátedra está adscrita al programa de Ingeniería de Sistemas: Especialización y Maestría en procesos para el desarrollo de software que incluye el módulo: Conceptualización y Apli-cabilidad del emprendimiento, equivalente a tres créditos y dieciséis horas. La Universi-dad ha hecho, entonces, el tránsito de cursos empresariales a Cátedras de Emprendimien-

2. GÁMEZ, G. Jorge. Aproximación a los modelos de Emprendimiento. Revista Universidad de San Buenaventura Bogotá. Diciembre de 2009. “El nacimiento de centros de estudios empresariales a finales del siglo XX en Latinoamérica dio origen al análisis del origen del empresario latinoamericano, su formación, desempeño y protagonismo en el desarrollo económico y social de la región. El emprendimiento en Colombia se empezó a fomentar desde el Estado a través de la formación para el trabajo con la creación del SENA en 1959; a finales del siglo XX se crearon los primeros centros de desarrollo empresarial, y a principios de siglo XXI se expidieron leyes de fomento de mipymes y emprendimiento”.

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to. Esta decisión y sus intencionalidades for-mativas pasa por la línea epistemológica de cada programa. Hablamos entonces de cáte-dra una experiencia de vida, espacio abierto al diálogo de saberes, justo a aquellos que se hacen indispensables para construir un pro-yecto de vida emprendedor.

Unidad de emprendimiento La Unidad de Emprendimiento en la Univer-sidad de San Buenaventura, seccional Cali, agrupa recursos de orden administrativo y académico para promover y fortalecer la cultura de emprendimiento en toda la comu-nidad, tanto interna como externa, que esté interesada en asumir como opción de vida la creación, el diseño y el desarrollo de iniciati-vas productivas y sociales.

Este trabajo se adelanta en coordinación con la Vicerrectoría Académica y Administrativa, la dirección de proyección social y la direc-ción del parque tecnológico; está transver-salmente relacionado con los programas de pregrado y postgrado; y con las línea de tra-bajo con los profesores de emprendimiento y de otras disciplinas. A través de esta relación los estudiantes reciben la orientación para formular y desarrollar sus iniciativas em-presariales y, en ese sentido, a la Unidad le compete apoyar la gestión del conocimiento pertinente, según la disciplina y la natura-leza de los proyectos que en cada programa se formulen como resultado del ejercicio for-mativo.

Con el propósito de consolidar la cultura emprendedora, la Unidad diseña, programa y desarrolla una serie de actividades orienta-das a actualizar la comunidad comprometida con el ejercicio formativo del emprendimien-to: seminarios, talleres, congresos, muestras, visitas y excursiones empresariales. La uni-dad hace parte de la Oficina de Emprendi-miento y cuenta con un coordinador y un

profesor, quienes son el vínculo entre la po-blación interesada y los recursos de talento humano congregados (profesores, asesores, consultores) y demás recursos necesarios.

Es responsabilidad de la unidad, de igual ma-nera, producir los documentos que den sus-tento teórico y práctico al emprendimiento; éstos son generados por la misma oficina, por los docentes a cargo de la cátedra empren-dedora o por otros miembros de la comuni-dad interesada en el emprendimiento como tema de investigación. En la Universidad de San Buenaventura, el emprendimiento como actividad abarca todos sus diversos tipos, cu-briendo con ello todas las intenciones que se puedan formular en las diferentes disciplinas de los programas y las facultades.

Fomentar y fortalecer la cultura del empren-dimiento implica disponer de espacios cu-rriculares que faciliten y garanticen la libre circulación del conocimiento interdiscipli-nario y que permitan la construcción de los proyectos. Los espacios físicos en los que se puedan materializar las ideas de emprendi-miento son fundamentales; en este sentido, el parque tecnológico de la Universidad de San Buenaventura es el aliado ideal para ha-cer realidad la imaginación creativa de toda la comunidad académica. Materializar los sueños y la imaginación de los estudiantes emprendedores en el parque tecnológico im-plica llevar a cabo las etapas del proceso de desarrollo empresarial: preincubación, incu-bación y aceleración, las cuales están orien-tadas por la Unidad de Emprendimiento.

– Preincubación: proceso de naturaleza eminentemente académica. Se desarrolla a través del currículo de los programas de pregrado y de postgrado propios de la universidad. En esta etapa se obtiene el perfil de una iniciativa empresarial.

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– Incubación: etapa orientada al desarrollo del proyecto de emprendimiento, con el cual el emprendedor hace presencia en las instalaciones físicas del parque tec-nológico. En esta etapa se obtiene el plan de negocios.

– Aceleración, consolidación y crecimiento de la empresa: en el proceso de segui-miento al empresario que la Unidad rea-liza se le brinda consultorías especializa-das en áreas determinadas. En esta etapa, la empresa permanecerá en el parque el tiempo que las directivas –tanto de la nueva empresa como las del parque– es-timen conveniente, según la importancia estratégica de la empresa en el desarro-llo de las actividades propias del parque tecnológico. Aquí se obtiene la empresa consolidada.

El emprendimiento y las funciones sustantivasEn la universidad las funciones sustantivas son las diversas instancias de orden corpora-tivo encargadas de diseñar, formular y ejecu-tar las siguientes acciones, que le competen como institución educativa universitaria: la investigación, la docencia, el bienestar uni-versitario y la proyección social.

La investigación

La relación del emprendimiento con la inves-tigación se fundamenta en la generación de nuevo conocimiento orientado a ampliar la base conceptual que enriquece los conteni-dos de las asignaturas e incentiva la crea-ción de proyectos productivos basados en la transferencia de tecnología. La investigación en emprendimiento se orienta a descubrir aquellos fenómenos sociales, económicos, políticos, culturales y tecnológicos en los que se manifiesta la intención del hombre por el desarrollo y en donde se encuentran

comprometidas sus competencias creativas, de trabajo colectivo, de logro, entre otras. Esta investigación es, además, el vínculo con escenarios tradicionalmente aislados del ejercicio académico del emprendimiento; la universidad asume como poblaciones obje-to de investigación las rurales y las urbanas marginales. Finalmente, está centrada en los problemas específicos de poblaciones como la empresarial que requiere la efectiva inter-vención de la universidad a través de proce-sos de innovación y desarrollo conducentes que lleven a mejorar las condiciones compe-titivas de las organizaciones productivas.

La docencia

En este sentido, el aula de clase es el escena-rio natural para el encuentro del emprendi-miento como práctica y como conocimiento; los procesos de enseñanza – aprendizaje se enriquecen no sólo con los nuevos conceptos producto de la investigación, sino con aque-llos que se originan en otros campos del sa-ber, pero que se articulan con la experiencia formativa del estudiante a través de los ejer-cicios que tienen asiento en la denominada Cátedra de Emprendimiento. Estos ejercicios, a su vez, se amplían con la experiencia pro-veniente de la práctica. “Aprender – hacien-do” se desarrolla según la capacidad de ob-servación y análisis que el estudiante ponga a disposición del hacer emprendedor.

Bienestar institucional

La Universidad de San Buenaventura, sec-cional Cali, entiende y desarrolla la práctica del emprendimiento como una experiencia de vida de la persona humana sea esta es-tudiante, profesional, empleado o miembro de las comunidades externas interesadas en su aprendizaje y aplicación. Todas aquellas dinámicas de formación que orienten el pen-samiento y la acción de las personas hacia

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el emprendimiento tendrán cabida en la pro-gramación de Bienestar Institucional como una instancia que coadyuva en los procesos para una formación integral.

Los espacios contemplados para fortalecer la cultura del emprendimiento, las sesiones motivacionales, son apoyados por esta fun-ción sustantiva e instancia corporativa de la Universidad. El trabajo en equipo, la creati-vidad, la comunicación, la expresividad cor-poral y la práctica deportiva constituyen una formación integral en emprendimiento y son atendidos por Bienestar Institucional junto con la oficina de emprendimiento.

La proyección social

La Universidad de San Buenaventura acoge el emprendimiento como una praxis huma-na y lo articula a la proyección social como espacio formativo para la práctica del saber, en el que el encuentro con las comunida-des interna y externa es no sólo vital para su legitimidad institucional, sino orientador y enriquecedor de las dimensiones que con-templa su ejercicio. Es tarea prioritaria de la Universidad y del centro para el desarrollo del emprendimiento extender lo académico de la teoría y de la práctica a comunidades que lo necesitan para ampliar sus posibili-dades de emprendimiento. Este trabajo se adelanta paralelo con la investigación en una sinergia de conocimientos, esfuerzos y recursos que ha permitido llevar el empren-dimiento a comunidades rurales y urbanas marginales. Hay que tener en cuenta que la relación del emprendimiento con la función sustantiva de la proyección social no se li-mita solamente a la transferencia de este propósito humano y social a comunidades específicas. En el último año se ha venido consolidando la figura del banco de tiempos, estrategia dinamizadora de la función sus-tantiva y articuladora de la comunidad del

conocimiento –docentes especializados y la comunidad de Emprendedores–.

El Banco de Tiempos, espacio para el encuentro de saberes y experiencias al servicio del emprendimientoEl desarrollo de un proyecto de emprendi-miento requiere de la intervención decidida de un sinnúmero de profesionales, que con igual –o más– actitud emprendedora que los estudiantes, aporten a la consolidación de los proyectos de vida que se construyen a la luz de nuevas iniciativas empresariales. En ese sentido, la Oficina de Emprendimiento de la universidad viene configurando un Banco de Tiempos a través del cual expertos en di-ferentes temáticas apoyan la formulación y desarrollo de los proyectos.

AntecedentesEl antecedente de esta iniciativa de alto con-tenido social, voluntario y formativo, debe buscarse en el origen mismo de las activida-des de las denominadas organizaciones del tercer sector (ONG), primer sector (el Estado), segundo sector (el mercado). Hace veinticin-co años las Naciones Unidas definieron como Organizaciones No Gubernamentales (ONG) a aquellas instituciones de la sociedad civil que apuestan al desarrollo social. Este hecho evidenció la idea de que las personas, más allá de los gobiernos, son un factor decisivo para los destinos de sus países. A partir de ese momento, el tercer sector se ha desarro-llado a escala mundial con una identidad de-finida, lo que ha dado lugar a un crecimiento notable de este tipo de organizaciones.

Las organizaciones del tercer sector son instituciones privadas que desarrollan sus tareas gracias al compromiso de personas

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interesadas por la cuestión social y su inter-vención en ellas. Comparten con el Estado la característica de bien público, pero nacen de la comunidad misma para dar soluciones específicas a dificultades de la gente. Sus rasgos distintivos son: el voluntariado como recurso humano fundamental, su carácter multitemático y su actividad no lucrativa (Lester, 1992).

Es clave para la funcionalidad y el logro de los objetivos, que estas organizaciones se apo-yen en la intervención de agentes externos a su estructura orgánica, con fuertes nexos de identidad misional y visión compartida de una sociedad con más oportunidades para todos, así como poner al servicio de unos el conocimiento y la experiencia de otros.

En Colombia el antecedente se ubica, según referencia del Banco de Tiempos de la Oficina de Fomento al Empleo y Desarrollo Empresa-rial –Fonede– Comfandi, en el programa de la Fundación Colombia Presente, entidad sin ánimo de lucro fundada en 1993 y presidi-da desde entonces por la doctora Ana Mi-lena Muñoz de Gaviria. El objetivo de este banco es promover la responsabilidad social, la participación ciudadana, la convivencia y la tolerancia. Tiene como misión crear con-ciencia y generar un espacio de participación ciudadana y responsabilidad social a través del aporte de tiempo para ayudar a otros y buscar soluciones para el país.

DefiniciónUn Banco de Tiempos congrega la oferta y la demanda de tiempo y define posibles activi-dades para que todos puedan aportar. Facili-ta el encuentro entre quienes tienen tiempo para donarlo a la comunidad y las organiza-ciones que trabajan diariamente en pro de la población vulnerable.

El tiempo parece estar en todas las cosas, en la tierra, en el mar, en el cielo, pero ante todo es un estado del alma que le da sentido a nues-tras acciones. Donarlo a nuestros semejantes, a aquellos que están en estados de indefen-sión por alguna razón o causa, o a quienes lo solicitan, significa convertirnos en agentes de transformación en búsqueda de una sociedad mejor.

La Universidad de San Buenaventura lo de-fine como el encuentro entre el sujeto em-prendedor y el profesional experto y conoce-dor de problemáticas propias de la actividad productiva. Se construye en el marco de la relación dialógica que propicia la Universi-dad como parte de su quehacer institucional y que aparece contemplado en el Proyecto Educativo.

Contexto bonaventuarianoEl Banco de Tiempos se configura en presen-cia e intervención de dos agentes claramente identificables: el demandante del tiempo y el donante de tiempo. Para el caso de la univer-sidad, y en particular para el desarrollo del emprendimiento, se acoge al demandante como sujeto que en tiempo presente adelan-ta las acciones pertinentes del orden técnico, comercial, financiero, entre otras, conducen-tes a consolidar su proyecto empresarial.

Todo proyecto, independientemente de la etapa en que se encuentre, puede ser con-siderado como demandante del Banco de Tiempos, ya que cada propuesta tiene su propia dinámica, que está mediada por el esfuerzo e iniciativa del sujeto emprendedor. Se entenderá como estado final del proce-so el momento justo en que el proyecto de emprendimiento cumpla con todas las nece-sidades y requerimientos de estudios y pase a ejecutar acciones propias de una actividad empresarial o de negocios típico: producir, comercializar, facturar, contratar, tributar, importar o exportar (según la naturaleza del

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negocio), y el correspondiente registro legal como actividad económica ante las autori-dades respectivas.

Este sujeto puede ser miembro de la comu-nidad universitaria bonaventuriana, o de la comunidad local y regional que acoge el ejercicio del emprendimiento como proyecto de vida y que tiene vínculo directo o indirec-to con grupos de interés de la USB: colegios, instituciones educativas de orden técnico, tecnológico y superior, y organizaciones pri-vadas y públicas de cualquier actividad pro-ductiva. Incluye también a la población en condiciones de vulnerabilidad referidas por fundaciones o cajas de compensación.

El segundo, el donante, es el profesor de tiempo completo adscrito a alguno de los programas de formación de la universidad, debe ser un profesional idóneo en el cam-po específico del ejercicio empresarial, con plena disposición de apoyar el esfuerzo y las iniciativas emprendedoras de las poblaciones antes señaladas. Su participación decidida en el Banco de Tiempos se comprende, en general, como parte de su compromiso ins-titucional, y en particular, como ejercicio de la proyección social, función sustantiva de la universidad.

En este sentido se acoge lo planteado por el documento de políticas de proyección social en torno a su misión: “La proyección social bonaventuriana se integra corporativamente a las comunidades intercambiando valores, conocimientos y destrezas, con el fin de con-solidar en estudiantes y profesores, así como en comunidades e instituciones con quienes se interactúa, una verdadera responsabilidad social que promueve el trabajo por el desa-rrollo humano, mediante proyectos interdis-ciplinarios, dialógicos y transformadores”.3

El citado documento alude a políticas de la proyección social claramente articulables a la intención de acoger como expresión de esta función sustantiva la participación de docentes en el Banco de Tiempos:

“La proyección social es un espacio formati-vo que infunde identidad bonaventuriana al fomentar un estilo de vida donde priman los principios de solidaridad, lealtad, compromiso y honestidad, así como un espíritu emprende-dor y una responsabilidad social en todas las facetas de la vida de los miembros de la comu-nidad universitaria".

”Todos los profesores, de tiempo completo o no, dentro de su asignación académica, deben orientar actividades de Proyección Social des-de los diferentes programas académicos…”

El conocimientoEl conocimiento media la relación del em-prendedor y del profesor, lo teórico–práctico requerido por el proyecto de emprendimien-to. El mercadeo, las finanzas, la contabilidad, la producción, en todas sus diferentes expre-siones, el diseño de producto, de empaques, de procesos, el talento humano, lo jurídico-legal. En general, todas aquellas necesidades de conocimientos que tiene un proyecto in-novador.

Esta mediación, sin embargo, no sólo se li-mita a la transferencia de un conocimiento técnico, sino a la construcción de relaciones dialógicas que permitan consolidar auténti-cos proyectos de vida. Al final de la inter-vención el profesor habrá cumplido con un compromiso institucional, profesional y per-sonal, y el emprendedor tendrá un referente más para la construcción de su red de ami-gos, contactos y apoyo futuro.

3. Proyecto Educativo Bonaventuariano (2006). Bogotá, Colombia.

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El proceso

La Oficina de Emprendimiento programa vía mail una entrevista inicial con el coordinador de emprendimiento.Paso 4

El coordinador de emprendimiento y el emprendedor se entrevistan y se evalúa el grado de avance del proyecto emprendedor.Paso 5

El coordinador de emprendimiento entrega el formato de perfil del proyecto emprendedor.Paso 6

El emprendedor indaga el apoyo en el Parque Tecnológico de La Umbría.Paso 1

La Oficina de Emprendimiento entrega un formato de datos básico para ser diligenciado por el emprendedor.Paso 2

El emprendedor entrega el formato datos basicos diligenciado.Paso 3

La Oficina de Emprendimiento envía un e-mail al docente donante de tiempo y al emprendedor para confirmar la asesoría en el PTU.Paso 10

El día convenido, el donante de tiempo y el emprendedor se encuentran en PTU y se lleva a cabo la asesoría. Se diligencia el formato de seguimiento y se asignan las tareas pertinentes.Paso 11

Periódicamente el coordinador de emprendimiento hace revisión y cita al emprendedor para hacerle seguimiento en la evolución del proyecto.Paso 12

El emprendedor regresa con el perfil de proyecto emprendedor diligenciado.Paso 7

Si es pertinente su ingreso, el coordinador de emprendimiento se lo presenta al comité de ingreso al PTU para evaluarlo.Paso 8

Si no es pertinente la incubación interna en el PTU, se diseña la ruta emprendedora y se socializa con el emprendedor.Paso 9

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Algunas cifrasLos programas que han apoyado el proceso son:

Periodo Programas

2008-01 Administración de Negocios.

2008-02 Administración de Negocios, Derecho, Ingeniería de Sistemas.

2009-01Administración de Negocios, Derecho, Ingeniería de Sistemas, Ingeniería Industrial, Contaduría Pública, Oficina de Posgrados.

2009-02Administración de Negocios, Derecho, Ingeniería de Sistemas, Ingeniería Industrial, Ingeniería Agroindustrial, Contaduría Pú-blica, Educación, Arquitectura, CIDEH.

2010-01Administración de Negocios, Derecho, Ingeniería de Sistemas, Ingeniería Industrial, Ingeniería Agroindustrial, Contaduría Pú-blica, Economía, Educación, Arquitectura, CIDEH.

Programa Especialidades

Derecho

Constitución de empresas, Derecho comercial, contratos, regulación de nuevas tecnologías, Derecho laboral, Derecho tributario, económico y financiero, marcas y patentes, propiedad intelectual, contratos y asesoría general al PTU, ética empresarial, sociedades.

Administración de negocios

Plan de mercadeo, mercado general, importaciones y exportaciones, inteligencia de mercados, oportunidades de negocios, recursos humanos, finanzas y costos, planeación estratégica, gestión humana y estratégica.

Ingenierías

Desarrollo de software, ingeniería de software y desarrollo web, desarrollo de software, ingeniería de software y JEE, bases de datos, integración, desarrollo formal de software, logística, producción, comunicación empresarial 2.0 (contenidos digitales).

Oficina de emprendimiento

Identificación de ideas y oportunidades de negocio, análisis de contexto, contabilidad básica y finanzas.

Unidades variasProyecto de vida, diseño industrial, estadística en mercadeo, variables de oferta y demanda, promedios de consumo, etc.

Las especialidades apoyadas por el Banco de Tiempos son:

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Los docentes han apoyado la gestión del Banco de Tiempos de la siguiente manera:

Periodo Cantidad docentes2008-01 42008-02 152009-01 342009-02 212010-01 24

Las horas donadas por los programas fueron las siguientes:

Periodo Cantidad de horas2008-01 1132008-02 1232009-01 1352009-02 742010-01 *

*Datos a abril de 2010.

Gráfico 1. Cantidad de docentes que han apoyado el Banco de Tiempos

Gráfico 2. Cantidad de horas donadas semestralmente al Banco de Tiempos

0

5

10

15

20

25

30

35

2008-01 2008-02 2009-01 2009-02 2010-01

2008-01 2008-02 2009-01 2009-02 2010-010

30

60

90

120

150

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ConclusionesEl emprendimiento se configura en dos di-námicas perfectamente interdependientes: la formación en emprendimiento, que se sustenta en los procesos educativos, y el desarrollo de los proyectos de empresa, que implica el fortalecimiento de competencias en el individuo que faciliten su desempeño como empresario.

En el normal y exitoso desarrollo de estas dos dinámicas se precisa la intervención de un variado e idóneo grupo de personas e institu-ciones quienes según sus propias competen-cias y recursos aporten a la construcción de los proyectos empresariales.

Para el caso de las instituciones educativas, el compromiso y la responsabilidad se cen-tran en el conocimiento, considerado como la transferencia de saberes propios del ejer-cicio económico y social, lo que le permite al emprendedor desenvolverse con efectividad en su actividad productiva.

Pero las nuevas dinámicas y demandas so-ciales impulsan a las universidades a ampliar sus espacios de apoyo y acompañamiento en el desarrollo de los proyectos empresariales de sus estudiantes. Estos nuevos espacios tienen una infraestructura física y tecnológi-ca que favorece la incubación y aceleración de los proyectos. Deben estar soportados por una red de conocimientos que le permita al emprendedor resolver en tiempos reales to-dos y cada uno de los requerimientos que el desarrollo de sus proyectos planteen.

El Banco de Tiempos resulta una estrategia de gran impacto para cumplir con el pro-pósito de aportarles conocimientos y expe-riencias reales a los emprendedores en el de-sarrollo de sus proyectos. Es una figura que se basa en la gratuidad del servicio, lo cual

favorece la sostenibilidad de una estructura de costos.

El sustento de un banco de tiempos no sólo está en la donación de una unidad de tiempo y conocimiento, sino en algo que resulta más determinante: la construcción de relaciones dialógicas entre donante y demandante. Esta premisa resulta altamente significativa en la consolidación de redes por parte del empren-dedor.

La figura del Banco de Tiempos, además, dinamiza las relaciones entre las diferentes instancias corporativas al interior de una institución educativa y de ésta con sus gru-pos de interés. Los servicios deben, en lo po-sible, trascender las fronteras institucionales, con ello se estaría configurando una forma de responder al compromiso con la extensión universitaria.

En la Universidad de San Buenaventura el Banco de Tiempos no se ha limitado al cuer-po docente como donantes de tiempo y co-nocimiento; los propios emprendedores han asumido este compromiso y lo hacen en cali-dad de donantes. De esta manera se configu-ran auténticas comunidades emprendedoras, que han permitido vislumbrar una esperanza en la construcción de sociedades más soli-darias y participativas. A no dudarlo el em-prendedor es un sujeto lleno de atributos esencialmente humanos antes que técnicos, que sólo requiere que se le proporcione el lu-gar adecuado para que exprese todas estas cualidades.

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empresarial de Colombia: Estudios, problemas y perspectivas. Universidad de los Andes.

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