El Bergsonismo

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H ENRI BERGSON luchô con su filosofla contra los hâbitos intelectuales, negando todo sistema. Criticô incesantemente los puntos de vista dei intelectualismo y creva necesaria la orientaciôn dei esplritu hacia 10 absoluto mediante una intuici6n que superara cualquier anàlisis. La intuici6n es el método dei bergsonismo y sus reglas constituyen 10 que Bergson lIama la «precision» en filosofia. Fruto de este método son las tres grandes etapas de lafilosofla bergsoniana: Duraciôn, Memoria e Impulso vital. El profesor y filôsofo francés Gilles Deleuze trata de determinar en este libre la relaciôn y el progreso que implican.

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HENRI BERGSON luchô con su filosofla contra loshâbitos intelectuales, negando todo sistema.Criticô incesantemente los puntos de vista dei

intelectualismo y creva necesaria la orientaciôn deiesplritu hacia 10 absoluto mediante una intuici6n quesuperara cualquier anàlisis. La intuici6n es el métododei bergsonismo y sus reglas constituyen 10 queBergson lIama la «precision» en filosofia.

Fruto de este método son las tres grandes etapas delafilosofla bergsoniana: Duraciôn, Memoria e Impulsovital. El profesor y filôsofo francés Gilles Deleuze tratade determinar en este libre la relaciôn y el progresoque implican.

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Colecci6n Teorema

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Gilles Deleuze~

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El bergsonismo

SEGUNDA EDICION

CATEDRA

TEOREMA

Page 3: El Bergsonismo

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Îndice

CAPITULO 1: La intuiaon (Omo metodo (Las cinco reglas delmétodo) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9

CAPITULO II: La duraaon (Omo dato inmediato (Teorfa delas multiplicidades) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. ?>'1

Titulo original de la obra: Le Bergsonisme

Traduccién de Luis Ferrero CarracedoCAPlnJLO Ill: La memoria (Omo coexistencia »irtua! (Ontolo-

gia del pasado y psicologia cie la memoria) . 51

lkserv:lc!o.s todos los dcrecho». El contcnido cie esLi oh!': 1C'S!:I plipor la Ley, que esuhlcce pen:\.s cie prision v/o mult.is :1(km.l" ,le'

correspondientcs indemniz.rcioncs por (!:1l1<JS \ lX'rjLlilil 1". l'. 1.1quicnex reprodujeren, pbgi:lren. dixtribuxcrcn ,) l', »nuni.a 1','11

public.uncnte. en todo 0 en parte. UILI obr.: litcr.ui.i. ,llli"II,.1o cientîllGl, 0 xu tr.msformncion. interprct.uion () ('1,'(L1li, 'il

.utistic.t 1Jj:lcl:l en cuulquicr tipo dl' Soporlc' () l'0l11lll11c:IJ.I:1 tr:lvés de «unlquier medio. sin la prl'\.'epti\:l :lLllO!l/:llliill

© Presses Universitaires dl' France© Ediciones Catcdra, S. A.. 1996

Juan Ignacio Luca de T l'na, 15. 28027 ;\ladridDeposito lcgal: M. 36.792/1 èJ\.)6

ISBN: 84-376-0714-0Prill/cd il! Spain

Impreso en Espana par Fernandez Ciudad. S. L.

C,\PITULO IV: 2Una 0 muchas duraciones? (Duracion ysimultaneidad) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7'1

CAPITULO V: E! impulsa uita! coma mouimiento de la diferen-ciacion (Vida, inteligencia y sociedad) 95

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CAPiTuLa PRIMERa

La intuicion como método

Duracion, Memoria e Impulsa vital senalan las gran­des etapas de la filosofia bergsoniana. El objeto de este Ii­bro consiste en la determinacion de la relacion entre estastres nociones y del progreso que implican.

La intuition es el método del bergsonismo. La intuicionno es un sentimiento ni una inspiracion, no es tampocouna simpatia confusa, sino un método elaborado, inclusouno de los métodos mas elaborados de la filosofia. Tienesus reglas estrictas, que constituyen 10 que Bergson Hama<da precision» en filosofia. Es verdad que Bergson insisteen esta: la intuicion, tal coma la entiende metodicamen­te, supone ya la duracion. «Estas consideraciones sobre laduracion nos parecieron decisivas. En un gracio cada vezmayor nos movieron a erigir la intuicion coma métodofilosofico. Intuicion es, por otra parte, una palabra ante lacual mantuvimos la duda durante largo tiempo» 1. Y asi

1 PM, 1271,25. Citamos las obras de Bergson par sus iniciales. Essai sur lesdonnées immédiates de la conscience, 1889: DI. Matière et Mémoire, 1896: M:\1. LeRire, 1900: R. L'Évolution créatrice, 1907: EC. L'Energie spirÙuelle, 1919: ES. Du­rée et Simultanéité, 1922: OS. Les deux sources de la morale et de la religion, 1932:.\IR. La Pensée et le illouvant, 1941: P;\l. Citamos OS segun la 4." edicion. Pararodas las demas obras nuestras referencias remiten en primer lugar a la pagina­cion de la edicion del Centenario (Presses Universitaires de France) y, seguida­mente, segLin las indicaciones de ésta, a las rcimpresiones de 1939-1941.

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escribe a Hoffding: «La teoria de la intuicion sobre la queusted insiste mucho mas que sobre la de la duraciôn se hadespejado ante mis ojos bastante después de ésta» ~.

Pero «antes» y «después» tienen muchos scnridos. Escierto que la intuicion esta después en relacion con 1:1 du­racion 0 la memoria. Sin embargo, a pesar de que estasnociones designan por si mismas realidades y expericn­cias vividas, no por ello nos proporcionan rnedio algunode conocerlas (con una precision analoga a la de la ciencia).Aunque resulte extrafio, se puede afirmar que la duracionse quedarïa en meramente intuitiva, en el sentido ordina­rio de la palabra, si no existiera precisamente la intuicioncoma método, en el sentido propiamente bergsoniano.El hecho es que Bergson contaba con el método de intui­cion para establecer la filosofia coma disciplina .ibsoluta­mente «precisa», tan precisa en su dominic como la cien­cia en el suyo, tan prolongable y transmisible como laciencia misma. Ademas, las relaciones entre DULlCi(')n,Memoria e Impulso vital permanccerïan indcterrnin.ida«

desde el punto de vista del conocimiento sin cl hilo mc­todico de la intuicion. Por todas estas razones es precisohacer pasar al primer plano de una exposicion la intui­cion coma método riguroso 0 preciso '.

La cuestion metodolôgica mas general es la siguieme:ècômo puede la intuicion formar un método, roda vezque el método implica esencialmente una 0 varias media­ciones y la intuicion designa ante todo un conocimientoinrnediato? Con frecuencia Bergson presenta la intuicion

coma un acto simple. Pero, segûn él, la simplicidad nocxcluye una multiplicidad cualitativa y virtual, unas di­recciones diversas en las que se actualiza. En este sentido

Irttre à ff0/ldit\1!" 1916 (cfr. Ecrits et Paroles, t. Il l, pag. 456)."()hrc ci ernpleo de la palabra intuidon y la génesis de dicha nocion en Don­

';" ... :"I!J/edlù!es \ .llatière et Jfémoire rernitimos al \ibro de -:\1. Husson, L'inteffectua-.t.»» 81~<J"Ii. Presses l'niversitaires de France, llJ47, pags. 6-Hl.

la intuicion implica una pluralidad de acepciones, de as­pectos multiples irreductibles", Bergson distingue esen­cialmente tres tipos de actos, los cualcs a su vez determi­nan las reglas dei método: la primera sc refiere al plantea­micnto y a la creacion de los problcmas; la segunda, aldescubrimiento de las verdaderas diferencias de naturale­za; la tercera, a la aprehension dei tiempo real. Mostran­do corno se pasa de un sentido al otro y cual es «el senti­do fundamental» es coma debemos encontrar la simplici-

" dad de la intuicion como acto vivido, para responder a lacuestion metodolôgica general.

* * *

REGLA PRIMERA: Aplicar la prueba de 10 uerdaderoyde 10 falso a losproblemas mismos, denunciar losfalsosproblemas,reconciliar uerdady creacion en el nivelde losproblemas.

En efecto, nos equivocamos cuando creemos que 10verdadero y 10 falso se refieren solo a las soluciones, quesolo con las soluciones comienzan, Es éste un prejuiciosocial (pues la sociedad y el lenguaje que transmite susconsignas nos «dam> los problemas ya hechos, coma saca­dos de las «carpetas administrativas de la ciudad», y nosobligan a resolverlos de jandonos un estrecho margen delibertad). Es mas, se trata de un prejuicio infantil y esco­lar: quien «da» el problema es el maestro, siendo la tareadel alumno descubrir su solucion, Por esta razon nos he­mos mantenido en una especie de csclavitud. La verdade­ra libertad reside en un poder de decision, de constitu­cion de los problemas mismos: este poder, «semidivino»,implica tanto la desaparicion de los falsos problemascoma el surgimiento creador de los verdaderos: «La ver­dad es que, en filosofia e incluso en otros campos, se tra-

4 P:\I, 1274-1275, 29-30.

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ta de encontrar el problema y, por consiguiente, de plan­tearlo mas aiin que de resolverlo. Porque un problema es­peculativo es resuelto en cuanto esta bien planteado. En­tiendo por ello que su solucion existe entonces inmedia-

• tamente, aunque puede permanecer oculta y, por asf de­cirlo, cubierta: solo queda el descubrirla. Pero plantear elproblema no es simplemente descubrir, es inventar. Eldescubrimiento atafie a 10 que ya existe actual 0 virtual­mente: era, pues, seguro que tarde 0 temprano tenia quellegar. La invencion le da el ser a 10 que no era y hubierapodido no llegar jamâs. Ya en matematicas, y con muchamayor razon en la metaffsica, 10 mas frecuente es que elesfuerzo de la invencion consista en suscitar el problema,en crear los términos mediante los cuales se plantearâ.Planteamiento y solucion del problema estan aquf muycerca de ser equivalentes: los verdaderos grandes proble­mas solo son planteados cuando son rcsueltosa''.

No solo le da la razon a Bergson toda la historia de lasmatemâticas. Podemos también comparar la ultima frasedel texto de Bergson con la formula. de Marx, valida para

1 la practica: «La humanidad solo se plantea los problemasque es capaz de resolver.» En ninguno de los dos casos setrata de decir que los problemas sean como la sombra delas soluciones preexistentes (todo el contexto indica 10contrario). Tampoco se trata de decir que solo cuentenlos problemas. Por el contrario, 10 que cuenta es la solu­cion; pero el problema tiene siempre la solucion que me­rece en funcion de la forma en que se plantea, de las con­diciones bajo las que es determinado en cuanto problema,de los medios y de los términos de que se dispone paraplantearlo. En este sentido la historia de los hombres,tanto desde el punto de vista de la teorïa como de laprâctica, es la historia de la constitucion de problemas.

, P\l, 1293,51-52 (sobre «el estado semidivino», cfr. 1306,68).

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En ella hacen los hombres su propia historia, y la tomade conciencia de esta actividad es como la conquista de lalibertad. (Es verdad que, seglin Bergson, la nocion delproblema tiene sus ratees, mas alla de la historia, en lavida misma 0 en el impulso vital: la vida se determinaesencialmente en el acto de superar unos obstaculos, deplantear y de resolver un problema. La construccion delorganismo es a la vez planteamiento de problema y solu­cion)".

Pero, 2como conciliar con una norma de 10 verdaderoeste poder constituyente que el problema encierra? Si,una vez planteado el problema, definir 10 verdadero y 10falso en relacion con las soluciones es relativamente fâcil,parece mucho mas diffcil decir en qué consiste 10 verda­dero y 10 falso cuando los aplicamos al planteamientomismo de los problemas. Muchos filosofos a este respec­to parecen caer en un circulo: conscientes de la necesidadde llevar la prueba de 10 verdadero y de 10 falso mas allade las soluciones, se contentan con definir la verdad 0 lafalsedad de un problema por su posibilidad 0 imposibili­dad de recibir una solucion, El gran mérito de Bergson,por el contrario, esta en haber intentado una determina­cion intrfnseca de 10 falso dentro de la expresion «falsoproblema». De ahf una regla complementaria de la reglageneral precedente.

REGLA CqJ\;IPLEJ\;IENTARIA: Los falsos problemasson de dos tipos:"(problemas inexistentes», que se definen por elhecho de que sus términos imfllican una coqusirJn dei «mds» y dei

;> ) 1"'((menos»;'(iproblemas mal planteados», que se definen por el hechode quesus términos representan mixtos mal analirados.

Bergson propone como ejemplos del primer tipo elproblema del no ser, el del desorden y el de 10 posible

b Segûn Bergson, la categoria de problema tiene una importancia biolrigica mu­cho mayor que la categoria negativa de necesidad.

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r(problemas dei conocimiento y dei ser); como ejemplosdeI segundo tipo, el problema de la libertad y el de la in­tensidad 7• Sus analisis a este respecto son célebres. En elprimer casa consisten en mostrar que en la idea de no serno hay menas sino mas que en la idea de ser; en la de de­sorden no hay menas sino mas que en la de orden; en la deposible no hay menos sino mas que en la de real. En la ideade no-ser, en efecto, esta la idea de ser mas una opera­cion logica de negacion generalizada, mas cl motive psi­cologico particular de esta operacion (cuando un scr noresponde a 10 que esperabamos, 10 tomamos solamentecomo la falta 0 la ausencia de aquello que nos intcrcsa),En la idea de desorden esta ya la idea de orden, mas sunegacion, mas el motivo de esta negacion (cuando nosencontramos con un orden que no es aquel que nosotrosesperabamos). En la idea de posible hay mas que en laidea de real: «pues 10 posible no es mas que 10 real juntocon un acto deI espïritu que arroja su imagen al pasadouna vez que se ha producido», y el motivo de este acto(cuando confundimos el surgimiento de una realidad enel universo con una sucesion de estados en un sistema ce­rrado)8.

Cuando nos preguntamos «cpor qué algo mas bien quenadar», 0 «cpor qué el orden mas bien que el desorden?»,o «cpor qué esto mas bien que aquello (aquello que eraigualmente posible)?», caemos en el mismo vicio: toma­mos el mas por el menos y hacemos como si el no-ser ex­istiera antes que el ser, el desorden antes que el orden, 10posible antes que 10 existente; como si el ser viniera a Ile­nar un vacïo, el orden a organizar un desorden previo, 10

- P\\, L116, 105. La distribucion de los ejemplos varia segùn los tex tas deBergson. Lsto no tiene nada de sorprendente, ya que cada uno de los falsosproblemas, coma verernos, presenta ambos aspectas en proporcion variable.Sohre la libcrtad y la intcnsidad coma falsos problemas, cfr. P\\, 1268, 20.

, P\\, ))19, 110. Sobre la critica dei desorden v deI no-ser, cfr. tambiénLC, Mn, 221 \ ss. \ 710, 278 Yss. .

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real a realizar una posibilidad primordial. El ser, el ordeno 10 existente son la verdad mis ma; pero en el falso pro­blema hay una ilusion fundamental, un «rnovirniento re­trogado de 10 verdadero», por el cual consideramos queel ser, el orden 0 10 existente se preceden a sî mismos 0

preceden al acta creador que los constituye, retroyectan­do una imagen de si mismos en una posibilidad, un de­sorden, ~n no-ser supuestamente primordiales. Este temaes escncial en la filosoffa de Bergson: resume su crîtica de10 negativo y de todas las formas de negacion como fuen­tes de falsos problemas.

Los problemas mal planteados, el segundo tipo de fal­sos problemas, parece que hacen intervenir un mecanis­mo diferente: se trata en este casa de mixtos mal analiza­dos, en los que se agrupan arbitrariamente cosas que di-

fieren en naturalera. Nos preguntamos, por ejemplo, si lafelicidad se reduce 0 no al placer; pero quizas el términoplacer encierra estados irreductibles muy diversos, aligual que la idea de felicidad. Si los términos no respon­den a «articulaciones naturales», entonces el problema csfalso y no concierne a «la naturaleza misma de las co­sas»9. También en este casa son célebres los analisis deBergson, cuando denuncia la intensidad como uno de di­chos mixtos: al confundir la cualidad de la sensacion conel espacio muscular que le corresponde, 0 con la cantidadde la causa ffsica que la produce, la nocion de intensidadimplica una mezcla impura entre determinaciones que di­fieren en naturaleza, de tal modo que la pregunta: «ccuan­to aumenta la sensacion?» remite siempre a un problemamal planteado 10. Lo mismo sucede con el problema de laIibertad, en el que confundimos dos tipos de «multiplici­dad», la de términos yuxtapuestos en el espacio y la de es­tados que se funden en la duracion,

~ PM, 1291-1294,52-51.]0 Cfr. DI, cap. I.

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rVolvamos al primer tipo de falsos problemas. En

ellos, dice Bergson, se toma el mas por el menos. Pero deigual modo Bergson afirma que se toma en ellos el me­nos por el mas: asi coma la duda sobre una acci6n no seafiade a la accion sino en apariencia, dando en realidadtestimonio de un semiquerer, asï la negaci6n tampoco seafiade a 10 que niega, dando testimonio solamente de unadebilidad en el que niega: «Sentimos que una voluntad 0 unpensamiento divinamente creador esta demasiado lIenode si mismo en su inmensidad de realidad, para que laidea de una falta de orden 0 de una falta de ser pueda tansiquiera rozarlo. Representarse la posibilidad de un de­sorden absoluto y, con mayor razon, de la nada seria paraél como afirmar de si mismo que habria podido no ser enabsoluto, y esto seria una debilidad incompatible con sunaturaleza, que es fuerza... No es algo de mas, sino demenos; es un déficit deI querer» t 1. 2Se da contradicci6nentre las dos formulas, donde el no-ser es presentado yacoma un mas en relacion al ser, ya coma un menos? ;\;0se da contradiccion alguna si pensamos que 10 que Berg­son denuncia en los problemas «inexistentes» es de Iodasmaneras la mania de pensar en términos de mas y menos.La idea de desorden aparece cuando, en lugar de ver quehay dos 0 mas ordenes irreductibles (por ejemplo, el de lavida y el del mecanismo, estando uno presente cuando elotro no 10 esta), retenemos solamente una idea general deorden, contentândonos con oponerla al desorden y conpensarla en correlaci6n con la idea de desorden. La ideade no-ser aparece cuando, en lugar de captar las realida­des diferentes que se van dando paso unas a otras indefi­nidamente, las fundimos en la homogeneidad de un Seren general, que no tiene mas remedio que oponerse a lanada, relacionarse con la nada. La idea de posible aparece

cuando, en lugar de tomar cada instante en su novedad,relacionamos el conjunto de la existencia con un elemen­to preformado dei que consideramos que todo sale porsimple «realizacion».

En una palabra, cada vez que pen samos en términosde mâs 0 menos, ya hemos descuidado las diferencias denaturaleza entre ambos 6rdenes, 0 entre los seres, 0 entrelos existentes. Por esta razon vemos aima el primer lipo de

falsos problÔlIas descansa en ûltima instanaa sobre el segundo: laidea de desorden nace de una idea general de ordencoma mixto mal analizado, etc. Y quiza sea éste el errormas general dei pensamiento, el error cornun de la cien­cia y de la metaflsica: el concebirlo todo en térrninos demâs 0 menos, el ver s610 diferencias de grado 0 diferen­cias de intensidad alli donde, mas profundamente, hay di­ferencias de naturaleza.

Somos, pues, vïctimas de una ilusion fundamental, quecorresponde a los dos aspectos deI falso problema. Lanocion misma de falso problema implica, en efecto, quetenemos que luchar no contra los simples errores (falsassoluciones), sino contra algo mas profundo: la ilusionque nos arrastra 0 en la que estamos inmersos y que esinseparable de nuestra condici6n. Espejismo, coma diceBergson a proposito de la retroyecci6n de 10 posible.Bergson toma prestada una idea de Kant, con la libertadde poder transformarla completamente: Kant mostrabaque la razon, en 10 mas profundo de si misma, no engen­dra errores, sino ilusiones inevitables, de las que s610 po­demos conjurar su efecto. Bergson trata la ilusi6n de unaforma anâloga a la de Kant, aunque determina de unmodo completamente distinto la naturaleza de los falsosproblemas, y aunque la cntica kantiana le parece un con­junto de problemas mal planteados. La ilusion esta fun­dada en 10 mas profundo de la inteligencia y, propiamen­te hablando, ni esta disipada ni es disipable, sino que uni-

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rcamente puede ser reprimidav". Tendemos a pcnsar entérminos de mas v menos, es decir, a ver diferencias degrado alli donde -hay diferencias.de naturaleza. Contraesta tcndcncia intelectual solo podemos reaccionar susci­tando, también en la inteligencia, otra tendencia, la crÎti­ca. Pero prccisamente, «le donde procede esta segundatendencia? Solo la intuicion puede suscitarla y animarla,porque encuentra las difcrcncias de naturaleza bajo las di­ferencias de grado y comunica a la intcligencia los crite­rios que perrnitcn distinguir los verdaderos problcmas delos Fal5os. Bergson muestra perfectamente que la inteli­gencia cs la facultad que plantea los problemas en general(el instinto sera mas bien una facultad de encontrar solu­ciones) 1.~. Pero ûnicamente la intuici6n decide sobre 10verdadero y 10 falso en los problemas plantcados, a sa­biendas de que empuja a la intcligencia a volvcrsc contrasÎ misma.

* * *

REGLA SEGUNDA: Luchar contra la ilusio»), encoutrarlas verdaderas diferencias de naturalera 0 las articulaciones de 10 ,

reai'". .Son celebres los dualismes bergsonianos: duracion­

espacio, cualidad-cantidad, heterogéneo-homogéneo, co.n­tinuo-discontinuo, las dos multiplicidades, memona­materia, recuerdo-percepci6n, contradicci6n-distensi6n,instinto-intcligencia, las dos Fuentes, etc. Incluso los t ïtu­los que Bergson coloca en la cabecera de cada pagina de

l' (.fI'. un.i nota mm importante en P\I, 1.')(J(), M~.

1 \ 1(, (,21, 1'12.1 .; I.a-, clitcrcncias de natur.ilcza 0 las art iculaciones de 10 real son termines \

tema- consLlntes en l.i filosofïa de Hergson: ctr. cspccialmcntc P\l, passim. Lneste senrido se punie hablar de un platonisme de Hergson (rncrodo de la divi­xion ); ,1 Bergson le gusta citar un tcxto de Platon sobre el arre de dcstazar y elhucn l'(lcincr(\. (Ir. Le, (,2-, 1.'1~.

lH

sus libros dan testimonio de su gusto por los dualismos-que no constituyen, sin embargo, la iiltima palabra desu filosofia. ~Cwil es, por tanto, el sentido de los mismos?Segûn Bergson, se trata siempre de dividir un mixto si­guiendo sus articulaciones naturales, es decir, en elemen­tos que difieren en naturaleza. La intuici6n como métodoes un método de division, de espiritu plat6nico. Bergsonno ignora que las cosas se mezclan en realidad, de hecho;la experiencia s610 nos ofrece mixtos. Pero cl mal no estaahi. Por ejemplo, dei tiempo nos hacemos una represen­taci6n impregnada de espacio. Lo enojoso es que no se­pamos distinguir en esta representaci6n los dos elernen­tos que la componen y que difieren en naturaleza, las dospresencias puras de la duraci6n y de la extensi6n. Mezcla­mos de tal manera la extensi6n y la duraci6n que ya nopodemos oponer su mezcla sino a un principio que supo­nemos no espacial y no temporal a la vez, en relacion conel cu al espacio y tiempo, duraci6n y extension son s610degradaciones l 'i. Poniendo otro ejemplo, mezclamos re­cuerdo y percepci6n; pero no sabemos reconocer 10 quecorresponde a la percepci6n y 10 que corresponde al re­cuerdo; ya no distinguimos en la representaci6n las dospresencias puras de la materia y de la memoria, y s610 ve­mos diferencias de grado entre percepciones-recuerdos yrecuerdos-percepciones. En resumen, medimos las mez­clas con una unidad impura y ya mezclada. f lemos perdi­do la raz6n de los mixtos. La obsesi6n por 10 puro enBergson corresponde a esta restauraci6n de las diferen­cias de naturaleza. S610 10 que difiere en naturaleza pode­mos decir que es puro, pero s610 las tendenaas difieren ennaturaleza 1b. Se trata, por tanto, de dividir el mixto segûn

l' Ee, 7M, 318.10 Por ejemplo: acerca de la ime1igencia y el instinto que componcn u.n mix­

to dei que solo sc puedcn disociar tcndcncias en el estado pum, dr. L(.,ÔlO,137.

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unas tendencias cualitativas y cualificadas, es decir, seglinsu forma de combinar la duracion y la extension defini­das coma movimientos, coma direcciones de movimien­tos (asi la duracion-contraccion y la materia-distension).La intuicion coma método de division no carece de se­mejanza incluso con un analisis transcendental: si el mix­to representa el hecho, es preciso dividirlo en tendenciaso en presencias puras que no existan mas que de derecho 17.Se sobrepasa la experiencia hasta las condiciones de la ex­periencia; pero éstas no son, al modo kantiano, las condi­ciones de toda experiencia posible, sino las condicionesde la experiencia real.

Este es el leitmotiv bergsoniano: solo se han visto di­ferencias de grado aIli donde habia diferencias de natura­leza. Bajo este punto esencial agrupa Bergson sus criticas •principales de caracter mas diverso. A la metafisica le re­prochara esencialmente el haber visto solo diferencias degrado entre un tiempo espacializado y una eternidad en­tendida coma primera (el tiempo coma degradacion, dis­tension 0 disminucion de ser...): todos los seres se defi­nen dentro de una escala de intensidad entre los limitesde una pcrfeccion y de una nada. y a la ciencia le hara unreproche analogo: no hay otra definicion de mecanicismoque la que invoca, de igual modo, un tiempo espacializa­do, conforme al cual los seres solo representan diferen­cias de grado, de posicion, de dimension, de proporcion.Encontramos el mecanicismo incluso en el evolucionis­mo, en la medida en que éste postula una evolucion unili­neal y nos hace pasar de una organizacion viviente a otramediante simples intermediarios, transiciones 0 variacio­nes de grado. En esta ignorancia de las verdaderas dife­rencias de naturaleza se encuentra, en verdad, la fuentede los falsos problemas y de las ilusiones que nos abru-

17 Sobre la oposicion «de hecho-de derecho», cfr. .\IM, cap. 1 (especialmente213, 68). Y sobre la distincion «presencia-representacion», 185, 32.

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man. Desde el primer capitulo de Matière et Mémoiremuestra Bergson coma el olvido de las diferencias de na­turaleza entre la percepcion y la afeccion, por una parte,y entre la percepcion y el recuerdo, par otra, engendratoda suerte de falsos problemas, haciéndonos creer en uncaracter inextensivo de nuestra percepcion: «En esta ideaque proyectamos fuera de nosotros de los estados pura­mente internos se encontrarian tantos malentendidos,tantas respuestas incompletas a cuestiones mal plantea­das ...»18.

Ningün texto coma este primer capitulo de Matière etMémoire muestra la complejidad del manejo de la intui­cion coma método de division. Se trata de dividir la re­presentacion en elementos que la condicionan, en presen­cias puras 0 en tendencias que difieren en naturaleza.~Cual es el procedimiento de Bergson? En primer lugar,se pregunta entre qué cosas puede (0 no puede) haber di­ferencia de naturaleza. La primera respuesta es esta: sien­do el cerebro una «imagen» entre otras imageries, 0 elque asegura determinados movimientos entre otros mo­vimientos, no puede haber diferencia de naturaleza entrela facultad del cerebro Hamada perceptiva y las funcionesreflejas de la médula. El cerebro, por tanto, no fabrica re­presentaciones, sino que unicam ente complica la relacionentre un movimiento recibido (excitacion) y un movi­miento ejecutado (respuesta). Entre ambos establece unaseparacion, ya dividiendo al infinito el movimiento reci­bido, ya prolongandolo en una pluralidad de reaccionesposibles. El hecho de que los recuerdos se aprovechen deesta separacion y, ptopiamente hablando, «se intercalen»no cambia en nada el asunto. Por el momento podemoseliminarlos coma participes de otra «lïnea». Sobre la queestamos trazando no tenemos, no podemos tener mas

18 .\1.\1, 197,47.

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que materia y rnovimiento, movimiento mas 0 menoscomplicado, mas 0 menos retardaelo. Toda la cuesti6nesta en saber si, en esta misma lïnea, no tenemos ya tarn­bién la percepci6n. En efecto, en virtuel de la separaci6ncerebral un ser s610 puede retener de un objeto material yde las acciones que emanan de él 10 que le interesa Il).

Tanto es asï que la percepci6n no es el objeto mas algo,sino el objeto menos algo, menos todo aquello que no nosinteresa. Esto equivale a decir que el objeto se confunelecon una percepci6n pura virtual, al mismo tiempo quenuestra percepci6n real se confunde con el objeto, deIque aparta s610 10 que no nos interesa. De ahï la célebretesis de Bergson, de la que habremos de analizar todas lasconsecuencias: percibimos las cosas allï donde estan, lapercepci6n nos introduce de golpe' en la materia, es im-.personal y coincide con el objeto percibido. Siguiendoesta linca, todo el método bergsoniano ha consistido enbuscar en primer lugar los términos entre los que nopodiahaber diferencia de naturaleza: no pue de haber diferenciade naturaleza, sino s610 diferencia de grado entre la facul­tad deI cerebro y la funcion de la médula, entre la percep­cion de la materia y la materia misma.

Estamos l'a en condiciones de trazar la segunda lïnea,que difiere en naturaleza de la primera. Para trazar la pri­mera hemos necesitado cleficciones: hernos supuesto que elcuerpo era como un puro punto matematico en el espa­cio, un puro instante, 0 una sucesion de instantes en eltiempo. Pero estas ficciones no cran mas que simples hi­p6tesis: consistïan en llevar mas alla de la experiencia unadireccion tomada de la experiencia; s610 asf podïamos

1" \! \ 1, 18(l, :B: «Si los scres ~'ivos constituven en cl universo "centres deindetcrrrunacion'', y si el grac!o de esta indeterm'inacion se miclc por cl numerov alr ur.i de sus runciones, se concibe que su sola presencia pueda equivaler a lasuprcvion de rodas las partes de los objetos en las que sus funciones no est an in­tercs.ida-.»

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despejar todo un lado de las condiciones de la experien­ciao Nos queda ahora preguntarnos qué es 10 que viene allenar la separacion cerebral, qué es 10 que se aprovechade ella para encarnarse. La respuesta de Bergson sera tri­ple. En primer lugar, la afectividad supone precisamenteque el cuerpo es algo distinto de un punto matematico yle confiere un volumen en el espacio. En segundo lugar,los recuerdos de la memoria relacionan los instantes en­tre si e intercalan el pasado en el presente. Por ultimo,también la memoria bajo otra forma, bajo la forma deuna contraccion de la materia, hace surgir la cualidad.(La memoria, por tanto, hace que cl cuerpo no sea algoinstantanee y le otorga una duracion en el tiempo.) He­nos, pues, aquï desde ahora en presencia de una nueva 11­nea, la de la subjetividad, en la que se escalonan afectivi­dad, memoria-recuerdo, memoria-contraccion. Hay quedecir que dichos términos difieren en naturaleza de los dela lïnea precedente (percepcion-objcto-rnateriaj/", En re­sumen, la rcpresentacion en general se divide en dos di­recciones que difieren en naturaleza, en dos presenciaspuras que no se de jan representar: la de la percepci6n quenos introduce de/!,olpe en la materia, la de la memoria quenos introduce dego/pe en el espïriru.: Que ambas lïncas seencuentren y se mezc!en, una vez mas, esa no es la eues­tion. Esta mezcla es nuestra experiencia misma, nuestrarepresentacion, Todos nuestros falsos problemas tienensu origen en el hecho de que no sabemos sobrepasar laexperiencia hasta las condiciones de la experiencia, hastalas articulaciones de 10 real, y de ese modo encontrar 10

2ll ~o cs necesario que la lïnea sea completamente homogénea; puede seruna lïnea quebrada. Asi, par ejemplo, la afectividad sc distingue en naturalczade la percepcion, pero no de la misma forma que la memoria: mientras que unamemoria pura se opane a la perccpciàn pura, la afectividad es mas bien comouna «impurcza» que perturba la percepcion (cfr. \1\1, 2U7, 6U). Veremos masadelante como la afectividad, la memoria, etc., designan aspectas muy diversesde la subjerividad.

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Page 12: El Bergsonismo

LJUC ,:;rlcrc en naturaleza en los mixtos que nos son dadosy cft: 10-' que vivimos. «Percepcion y recuerdo se penetransiempre, siempre intercambian algo de sus sustancias porun fenomeno de endosmosis. El papel deI psicôlogo esta­ria en disociarlos, en devolver a cada uno su pureza natu­raI; asf se esclareceria un buen numero de dificultadesque suscita la psicologia, e incluso también la metafisica.Pero no hay nada de esto. Queremos que esos estadosmixtos, todos ellos compuestos, en dosis desiguales, depercepcion pura y de recuerdo puro, sean estados sim­ples. Por eso nos condenamos a ignorar tanto el recuer­do puro como la percepcion pura, a no conocer sino unsolo gênero de fenomenos, que llamaremos ya recuerdoya percepcion seglin cual de los dos aspectos predomineen él, y, por consiguiente, nos condenamos también a no'encontrar entre la percepciôn y el recuerdo mas que unadiferencia de grado y no ya de naturalezav-".

La intuicion nos empuja a sobrepasar el estado de laexperiencia hasta las condiciones de la experiencia. Peroestas condiciones no son generales ni abstractas, ni sonmas amplias que 10 condicionado; son las condiciones dela experiencia real. Bergson habla de «ir a buscar la expe­riencia en su fuente, 0 mas bien por encima de ese girodecisivo en el que, haciendo un viraje en el sentido denuestra utilidad, se convierte propiamente en la experien­cia humana» 22. Por encima del giro esta precisamente elpunto en que se descubren, al fin, las diferencias de natu­raleza. Pero existen tantas dificultades para alcanzar estepunto focal que es preciso multiplicar los actos de intui­cion, en apariencia contradictorios. Por este motivo noshabla Bergson, ya de un movimiento apropiado exacta­mente a la experiencia, ya de una ampliacion, ya de unacompresiôn y de una reducciôn. Porque, en primer lugar,

21 \1\1,214,69.-- \1.\1,?>21,205.

24

la determinacion de cada «Iïnea. implica una especie decontraccion, en la que hechos en apariencia diversos seencuentran agrupados conforme a sus afinidades natura­les, comprimidos seglin su articulaciôn. Pero, por otraparte, hacemos avanzar cada lïnea mas alla del giro hastael punto en que sobrepasa nuestra experiencia: prodigio­sa ampliaciôn que nos fuerza a pensar una percepciônpura idéntica a toda la materia, una memoria pura idénti­ca a la totalidad del pasado. En este sentido Bergsoncompara multiples veces el modo de proceder de la filo­sofia con el procedimiento deI calcule infinitesimal: cuan­do la experiencia nos ha proporcionado un pcqueùo vis­lumbre que nos sefiala una lfnea de articulacion, queda elprolongarla mas alla de la experiencia, dei mismo modocomo los matematicos, con los elementos infinitamentepequenos que columbran de la curva real, reconstituyen«la forma de la curva misma que en la oscuridad se ex­tiende a sus espaldasx". De todas maneras, no es Berg­son uno de esos filôsofos que asignan a la filosofia unasabiduria y un equilibrio propiamente humanos. Abrir­nos a 10 inhumano y a 10 sobrehumano (las duraciones in­feriores 0 superiores a la nuestra), sobrepasar la condicion humana: éste es el sentido de la filosofïa, ya quenuestra condicion nos condena a vivir entre los mixtosmal analizados y a ser nosotros mismos un mixto malanalizado ".

Pero esta arnpliacion, 0 incluso este rebasamiento, noconsiste en sobrepasar la experiencia hasta los conceptos.

21 :\1:\1, 321, 206. Parece que Bergson critica con frccuencia el anâlisis infi­nitesimal: éste tiene a bien reducir al infinito los intervalos que considera, sccontenta hasta ahora con recompaner cl movimiento mediante el cspacio reco­rrido (par ejernplo, DI, 79-90, 89). Pero, mâs profundamcnte, Bergson exigeque la metafisica realice par su cuenta una revolucion andloga a la deI calcule enciencia: cfr. EC, 773-786, 329-344. Y la metafisica debe incluso inspirarse en«la idea generatriz de nuestra matematica» para «opcrar las diferenciaciones v lasintegraciones cualitativas» (P\I, 1423, 215). .

24 P:\I, 1315, 80.

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Page 13: El Bergsonismo

Porque los conceptos definen solamente, a la manera deKant, las condiciones de toda experiencia posible en ge­neral. Aqul, por el contrario, se trata de la experienciareal en todas sus particularidades. y si es preciso am­pliarla, e incluso sobrepasarla, 10 es solo para encontrarlas articulaciones de las que dependen esas particularida­des. Tanto es aSI que las condiciones de la experiencia es­tan menos determinadas en los conceptos que en los per­ceptos puros". y si estos perceptos se reunen en un con­cepto, se trata entonces de un concepto cortado a la me­dida de la cosa misma, que no le conviene mas que a ellay que, en este sentido, no es mas amplio que aquello de 10que debe dar cuenta. Porque cuando hemos seguido cadauna de las «lmeas» mas alla del giro de la experiencia, espreciso encontrar también el punto en que las llneas se'intersecan, las direcciones se cruzan, las tendencias quedifieren en naturaleza se anudan para engendrar la cosatal como la conocemos. Se dira que nada es mas facil yque la experiencia misma ya nos daba este punto. Lacucstion no es tan simple. Después de haber seguido laslïneas de divergencia mas alld de!giro, es preciso que estaslïneas sc corten de nuevo, no en el punto deI que habia­mos partido, sino mas bien en un punto virtual, en unaimagen virtual deI punto de partida, situada mas alla delgiro de la experiencia y que nos da final mente la razonsutîciente de la cosa, la razon suficiente del mixto, la ra­zon suficiente del punto de partida. De tal modo que laexpresion «por encima del giro decisivo» tiene dos senti­dos: primeramente designa el momento en que las lïneas,partiendo de un punto comun confuso dado en la expe­riencia, divergen cada vez mas conforme a las verdaderasdiferencias de naturaleza; luego designa ese otro momento en que las lïneas convergen de nuevo para darnos, esta

c' \IR. 11()()-12UU. 28U-281.

vez, la imagen virtual 0 la razon distinta del punto co­mun. Giro y nuevo giro. El dualismo es solo un momen­to que debe terminar en la re-forrnacion de un monismo.Por esta razon, des pués de la ampliacion, sobreviene unaiiltima reduccion, como después de la diferenciacion te­nemos la integracion: «Hace tiempo hablabamos de estaslïneas de hechos, cada una de las cuales solo nos propor­ciona la direccion de la verdad, porque no va bastante le­jos; sin embargo, prolongando dos de entre ellas hasta elpunto en que se cortan, se llegara a la verdad misma... es­timamos que este método de interseccion puede haceravanzar definitivamente la metafïsica»?". Hay, pues,como dos giros sucesivos de la experiencia, en sentidoinverso, que constituyen 10 que Bergson llama la precisionen filosofïa,

De ahi una REGLA COMPLEMENTARIA de la se­<f!,unda regla: 10 real no es solo 10 que se divide szguiendo articula­ciones naturales 0 diferencias de naturaleza, sino también 10 que seretine siguiendo vias que convergen en un punto idealo virtual.

Esta regla tiene por funcion particular mostrar cornoun problema que esté bien planteado tiende a resolversepor SI mismo. Por ejemplo, siguiendo con el primer capï­tulo de Matière et Mëmoire, planteamos bien el problemade la memoria cuando, partiendo del mixto recuerdo­percepci6n, 10 dividimos en dos direcciones divergentesy dilatadas, que corresponden a una verdadera diferenciade naturaleza entre el alma y el cuerpo, el espfritu y lamateria. Pero la solucion del problema solo la obtenemospor reduccion cuando aprehendemos el punto original enque las dos direcciones divergentes convergen de nuevo,el punto preciso en el que el recuerdo se inserta en la per­cepcion, el punto virtual que es como la reflexion y la ra­zon del punto de partida. De este modo el problema del

èc \1 R, 118(), 2(J3.

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alma y del cuerpo, de la materia y del espïritu solo se re­suelven mediante una extrema reduccion, en la que Berg­son muestra camo la linea de la objetividad y la de la sub­jetividad, la linea de la observacion externa y la de la ex­periencia interna deben converger al final de sus proce­sos, hasta el casa de la afasia 27.

Bergson muestra asimismo que el problema de la in­mortalidad del alma tiende a resolverse mediante la con­vergencia de dos lineas muy diferentes: precisamente lade una experiencia de la memoria y la de una experienciacompletamente distinta, la mïstica". Todavia son mascomplejos los problemas que se anudan en el punto deconvergencia de tres lineas de hechos: este es el casa de lanaturaleza de la conciencia en el primer capitulo de L'E­nergie spirituelle. Hay que sefialar que este método de inter­seccion forma un verdadero probabilisme: cada linea de­fine una probabilidad?", Pero se trata de un probabilismocualitativo al ser las lineas de hechos cualitativamentedistintas. En su divergencia, en la desarticulacion de 10real que llevan a cabo siguiendo las diferencias de natura­leza, constituyen ya un empirisme superior, apto paraplantear los problemas y sobrepasar la experiencia hastasus condiciones concretas. En su convergencia, en la in­terseccion de 10 real a la que proceden, definen ahora unprobabilismo superior, apto para resolver los problemas,para relacionar la condicion con 10 condicionado, de talmodo que ya no queda entre ellos ninguna distancia.

* * *REGLA TERCERA: Plantear losproblemas y resoluerlos

enjuncirfn dei tiempo mas bien quedei espacio'".

27 PM,nl5,80.2~ \IR, 1199-1200, 280-281.2~ ES, H17-H 18,4; 835, 27.lU Cfr. \1 \1, 218, 74: «Las cuestiones relativas al sujeto y al objeto, a su dis-

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f

Esta regla da el «sentido fundamental» de la intuicion:la intuicion supone la duracion, consiste en pensar entérminos de duracion 31. Solo podemos comprenderlavolviendo al movimiento de la division que determina lasdiferencias de naturaleza. A primera vista pareceria queuna diferencia de naturaleza se establece entre dos cosaso mas bien entre dos tendencias. Esto es verdad, perosolo superficialmente. Consideremos la division bergso­niana principal: la duracion y el espacio. Cualquier otradivision, cualquier otro dualismo la implica, deriva deella 0 desemboca en ella. Ahora bien, no podemos con­tentarnos con afirmar simplemente una diferencia de na­turaleza entre la duracion y el espacio. La division sehace entre la duracion, que «ticnde» por su cuenta a asu­mir 0 sostener todas las diferencias de naturaleza (porqueesta dotada del poder de variar cualitativamente consigomisma), y el espacio que iinicamente presenta diferenciasde grado (ya que es homogeneidad cuantitativa). No hay,por tanto, diferencia de naturaleza entre las dos mitadesde la division; la diferencia de naturaleza esta toda ella deun lado. Cuando dividimos algo siguiendo sus articula­ciones naturales, tenemos, con proporciones y figurasmuy variables seglin el caso, por una parte, el lado espa­cio, en el que la cosa ünicamente puede diferir en gradode las demas y de si misma (aumento, disminucion), y, porotra parte, el lado duracion, en el que la cosa difiere ennaturaleza de todas las demas y de si misma (alteracion).

Tomemos por casa un terron de aziicar: tiene unaconfiguracion espacial, pero bajo este concepto no apre­hendemos nunca las diferencias de grado entre este azu­car y cualquiera otra cosa. Sin embargo, tiene tambiénuna duracion, un ritmo de duracion, una manera de ser

tincion y a su union, deben plantearse en funcion dei tiempo mas bien que deIespacio.»

.11 PM, 1275,30.

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en el tiempo, que se revela, al menos en parte, en el pro­ceso de su disolucion, y que muestra camo dicho azucardifiere en naturaleza no solo de las demas cosas, sinotambién, sobre todo y en primer lugar, de sf mismo. Estaalteracion, que forma una unidad con la esencia 0 la sus­tancia de una cosa, la aprehendemos cu an do la pensamosen términos de Duracion. A este respecta, la famosa for­mula de Bergson «debo esperar a que el aziicar se disuel­va» tiene un sentido incluso mas amplio que el que le dael conrexro". Significa que mi propia duracion, tal comola vi, por ejemplo, en la impaciencia de mis esperas, sirvecomo revelador de otras duraciones que laten con otrosritmos, que difieren en naturaleza de la mîa. La duraciones siempre el lugar y el medio de las diferencias de natu­raleza, es incluso el conjunto y la multiplicidad de lasmismas; en la duracion solo hay diferencias de naturale­za, mientras que el espacio no es mas que cl lugar, el me­dio, el conjunto de las diferencias de grado.

Quiza tengamos el medio de resolver la cuestion meto­dologica mas general. Cuando Platon elaboraba su méto­do de la division, también se proponîa dividir un mixtoen dos mitades 0 siguiendo varias lïncas. Pero todo elproblema consistîa en saber camo se escogîa la mitadbuena: ~por qué 10 que buscabamos estaba de tal lado yno de tal otro? Se podîa, por tanto, reprochar a la divi­sion el no ser un verdadero método, porque careda de«término medio» y dependîa ademas de una inspiracion,Parece que en el bergsonismo la dificultad desaparece.Porque al dividir el mixto segun dos tendencias, de lasque solo una presenta el modo en que una cosa varîa cua­litativamente en el tiempo, Bergson se procura efectiva­mente cl media de elegir en cada caso el «lado bueno», el

" 1:C, .~()2, 10. En cl contexto, Bergson solo otorga al azucar una duracionen LI mcdida en que participa dei conjunto del univcrso, V ercmos mas adelantecl sentido tic- esta restriccion: cfr. cap. IV.

de la esencia. En resumen, la intuicion se ha convert idoen método, 0 mejor, el método se ha reconciliado con 10inmediato. La intuicion no es la duracion misma. La in­tuicion es mas bien el movimiento por el que salimos denuestra propia duracion, por el que nos servimos denuestra duracion para afirmar y reconocer inmediata­mente la existencia de otras duraciones por encima 0 pordebajo de nosotros: «Solo el método dei que hablamospermite superar tanto el idealismo coma el realismo, afir­mar la existencia de objetos inferiores y superiores a no­sotros, aunque en un cierto sentido interiores a noso­tros... Podemos percibir tantas duraciones coma quera­mos, a cual mas diferente una de otra» (en efecto, las pa­labras inferior y superior no deben enganarnos, pues desig­nan diferencias de naturalczaj- '. Sin la intuicion comamétodo la duracion se quedarîa en una. simple experien­cia psicologica. Y a la inversa, sin su coincidencia con laduracion la intuicion no sena capaz de realizar el progra­ma correspondiente a las reglas precedentes: la deterrni­nacion de los verdaderos problemas 0 de las auténticasdiferencias de naturaleza...

Volvamos, pues, a la ilusion de los falsos problemas.~De doride procede y en qué sentido es inevitable? Berg­son trae a consideracion el orden de las necesidades, de laaccion y de la sociedad, el cu al nos inclina a retener solo10 que nos interesa; el orden de la inteligencia, en su afini­dad natural con el espacio; el orden de las ideas genera­les, que viene a recubrir las diferencias de naturaleza.o mejor dicho, hay ideas generales muy diversas que di­fieren en naturaleza, de las cuales unas remiten a las seme­janzas objetivas en los cuerpos vivos, otras a las identida­des objetivas en los cuerpos inanimados, otras, por ultimo,a las exigencias subjetivas en los objetos fabricados; pero

JJ P:\I, 141()-1417, 20CJ-20H.

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estamos prestos a formar una idea general de todas lasideas generales y a fundir las diferencias de naturaleza en­este elemento de generalidad34. «Fundimos las diferenciascualitativas en la homogeneidad del espacio que las sub­tiende»3'i. Es verdad que este conjunto de razones es to­davfa psicolôgico, inseparable de nuestra condicion. De­bemos tener en cuenta razones mas profundas. Porque sila idea de un espacio homogéneo implica una especie deartificio 0 de sïmbolo que nos separa de la realidad, nodebemos olvidar que la materia y la extension son reali­dades que prefiguran el orden del espacio. Aun siendouna ilusion, no solo esta fundada en nuestra naturaleza,sino también en la naturaleza de las cosas. La materia esefectivamente el «lado» por el que las cosas solo tienden apresentarentre ellas y a nosotros diferencias de grado. Laexperiencia nos da mixtos; pues bien, el estado del mixtono consiste solamente en reunir elementos que difierenen naturaleza, sino también en reunirlos en condicionestales que nopodemos aprehender en él esas diferencias denaturaleza constituyentes. En resumen, hay un punto devista, mas aiin un estado de cosas en el que las diferenciasde naturaleza ya no pueden aparecer. El movimiento retro­grado de 10 verdadero no es solo una ilusion sobre 10 ver­dadero, sino que pertenece a 10 verdadero. Dividiendo elmixto «religion» en dos direcciones, religiôn estatica y re­ligiôn dinamica, Bergson afiade: colocandonos en un de­terminado punto de vista, «advertirfamos una serie detransiciones y algo asf como diferencias de grado allidonde realmente hay una diferencia radical de natura­leza»36.

La ilusion, por tanto, no de pende solo de nuestra na-,turaleza, sino también del mundo que habitamos, del

q P'\!, 1298-1303, 58-64." EC, ()79, 217.1" \!R, 1156, 225.

lado del ser que en primer lugar se nos presenta. Desdeel principio al fin de su obra Bergson ha evolucionado deuna determinada forma. Los dos puntos principales de suevolucion son los siguientes: la duracion le parccio cadavez me~os reductible a una experiencia psicolôgica, paraconvertirse en la esencia variable de las cosas y aportar eltema de una ontologia compleja. Pero por otra parte, almismo tiempo, el espacio le parecfa cada vez menos re­ductible a una ficciôn que nos separase de esa realidadpsicolôgica, para estar también fundado en el ser y expre­sar una de sus dos vertientes, una de sus dos direcciones.El absoluto, dira Bergson, tiene dos fados: el espïriru pe­netrado por la metafïsica, la materia conocida por la cien­cia-". Pero precisamente la ciencia no es un conocimien­to relativo, una disciplina simbolica que se avala solo me­diante sus éxitos 0 su eficacia; la ciencia es ontologia, esuna de las dos mitades de la ontologia. El Absoluto es di­ferencia, pero la diferencia tiene dos caras: diferencias degrado y diferencias de naturaleza. He aqui, pues, quecuando aprehendemos simples diferencias de grado entrelas cosas, cuando la ciencia misma nos invita a ver elmundo bajo este aspecto, estamos todavfa en un absoluto(<<al revelarnos la fïsica moderna, cada vez mejor, diferen­cias de numero derras de nuestras distinciones de cuali­dad...»)38. Sin embargo, es una ilusion. Pero solamente 10es en la medida en que proyectamos sobre la otra vertien­te el paisaje real de la primera. La ilusion solo puede serrechazada en funciôn de esta otra vertiente, la de la dura­cion, que nos da las diferencias de naturaleza que corres­ponden en ti!tima instancia a las diferencias de proporcion talcomo aparecen en el espacio, y antes en la materia y laextension.

.17 Cfr. P\!, 1278 Yss., 34 y ss. (y 1335, 104: La inteligencia «roca cntonccsuno de los lados dei absoluto, as! como nuestra conciencia roca otro...»).

1~ P\!, isoo, 61.

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* * *

Asî pues, la intuicion forma ciertamente un métodocon sus tres (0 sus cinco) reglas. Es un mérode esencial­mente problemaiizante (crîtica de los falsos problemas e in­vencion de los verdaderos), diferenciante (divisiones e in­tersecciones), temporalirante (pensar en términos de dura­ciôn). Pero queda por determinar como la intuicion su­pone la duraciôn y como, en compensaciôn, le da a la du­racion una nueva extension desde el punto de vista delser y del conocimiento.

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CAPiTULO II

La duraci6n como dato inmediato

Damos por conocida la descripcion de la duracioncoma experiencia psicolôgica, tal coma apare5=e enLesDonéesimmédiates y en las primeras paginas de L'Evolution créatri­ce: se trata de un «paso», de un «cambio», de un devenir;pero de un devenir que dura, de un cambio que es la sus­tancia misma. Hay que destacar que Bergson no encuen­tra ninguna dificultad para conciliar los dos caracteresfundamentales de la duracion, continuidad y heterogenei­dad 1. Pero, definida asï, la duracion no solo es experien­cia vivida; es también experiencia ampliada, e incluso so­brepasada; es ya condicion de la experiencia. Porque 10que da la experiencia es siempre un mixto de espacio y deduracion. La duraciôn pura nos presenta una sucesionpuramente interna, sin exterioridad; el espacio, una exte­rioridad sin sucesion (en efecto, la memoria del pasado,el recuerdo de 10 que ha pasado en el espacio implicarîaya un espïritu que dura). Entre ambos se produce unamezcla, en la que el espacio introduce la forma de sus dis­tinciones extrînsecas 0 de sus «cortes» homogéneos y dis-

1 Sobre este punta, cfr. el excelente analisis de :\. Robinet, Bergson (Seghers,1965), pâgs. 28 y ss.

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continuos, mientras que la duracion aporta su sucesioninterna, heterogéneay continua. Somos entonces capacesde «conservar» los estados instantanees del espacio y deyuxtaponerlos en una especie de «espacio auxiliar»; perotambién introducimos en nuestra duracion distincionesextrïnsecas, la descomponemos en partes exteriores y laalineamos en una especie de tiempo homogéneo. Estemixto (el tiempo homogéneo se confunde con el espacioauxiliar) debe ser dividido. Incluso antes de haber toma­do conciencia de la intuicion como método, se encuentraya-Bergson ante la tarea de dividir el mixto. C:Se trata yade dividirlo siguiendo dos direcciones puras? Hasta queBergson no plantee explicitamente el problema de un or­den ontologico deI espacio, se trata mas bien de dividir elmixto en dos direcciones, de las que solo una es pura (laduracion), representando la otra (el espacio) la impurezaque la desnaturaliza2• La duracion sera alcanzada como«daro inmediato» precisamente porque se confunde conel lado derecho, el lado bueno del mixto.

Lo importante esta en que la descomposicion del mix­to nos revela dos tipos de «multiplicidad». Una esta re­presentada por el espacio (0 mas bien, si tenemos encuenta los matices, por la mezcla impura deI tiempo ho­mogéneo): es una multiplicidad de exterioridad, de simul­taneidad, de vuxtaposicicin, de orden, de diferenciacioncuantitativa, de diferencia de grado, una multiplicidad nu­mérica, discontinua y actual. La otra se presenta en la dura­cion pura; es una multiplicidad interna, de sucesion, defusion, de organizacion, de heterogeneidad, de discrimi­nacion cualitativa 0 de diferencia de naturaleza, una multi­plicidad virtualy continua, irreductible al mimero '.

è Es verdad que, desde Les données immédiates, Bergson indica el problema deuna génesis dei concepto de espacio a partir de una percepcion de la extension:cfr. 64-ôS, 71-72.

i 0 J, cap. II (y cap. III, 107, 122). El mixto mal analizado, 0 la confusionde dos multiplicidades, define precisamente la falsa nocion de intensidad.

36

* * *

Nos parece que no se le ha dado demasiada import.u.cia al empleo de esta palabra: «multiplicidad», l\o torrn..parte en modo alguno del vocabulario tradicional, sobretodo para designar un continuo. No solo vamos a ver quees esencial desde el punto de vista de la elaboracion delmétodo, sino también que ya nos informa sobre los pro­blemas que aparecen en Les Données immédiates y que scdesarrollaran mas tarde. La palabra multiplicidad no estaahi como un vago sustantivo que corresponde a la bienconocida nocion filosofica de 10 Mûltiple en general. Enefecto, nose trata para Bergson de oponer 10 Multiple a 10 L'no,sino por el contrario de distinguir dos tipos de multiplicidad.Pues bien, este problema se remonta a un sabio genial, fl­sico y maternatico: Riemann. Riemann definia las cosascomo «rnultiplicidades» déterminables en funcion de susdimensiones, 0 de sus variables independientes. Distin­guia entre multzplicidades discretas y multzplicidades continuas,'las primeras llevaban consigo el principio de su métrica(al estar dada la medida de sus partes por el numero deelementos que contenian); las otras encontraban un prin­cipio métrico en otra cosa, aun cuando no fuera mas queen los fenomenos que se desarrollaban en ellas 0 en lasfuerzas que en ellas actuaban". Es evidente que Bergson,en cuanto filosofo, estaba muy al corriente de los proble­mas generales de Riemann. No solo su interés por lasmatemâticas seria suficiente para persuadirnos de ella,sino que, mas particularmente, Durée et Jimultaneité es unlibro en el que Bergson confronta su propia doctrina conla de la Relatividad, la cual depende estrechamente de

4 Sobre la teoria riemanniana de las multiplicidades, cfr. B. Riemann, ()fI/­

lires mathématiques (trad. fr. Cauthier-Villars éd., «Sur les hypothèses qui servent

de fondement à la géometrie»), y H. Weyl, Temps, Espace, Matière. También f Iu«.seri, aunquc en un sentido cornpletamente clistinto al de Bergson, se inspira U1

la teoria riernanniana de las multiplicidades.

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Riemann. Si nuestra hip6tesis es fundada, este libro pier­de su caracter doblemente insolito, pues no surge brutal­mente y sin razon, sino que trae a la luz una confronta­cion que habïa permanecido implïcita hasta entonces en­tre la interpretacion riemanniana y la interpretacion berg­soniana de las multiplicidades continuas; por otra parte,si Bergson renuncia a este libro y 10 denuncia, 10 hacequiza porque estima que no puede proseguir la teorfa dela multiplicidad hasta sus implicaciones matematicas. Enefecto, habla cambiado profundamente el sentido de ladistincion riemanniana. Le pareda que las multiplicida­des continuas pertenedan esencialmente al dominio de laduracion, Por eso para Bergson la duracion no era sim­plemente 10 indivisible 0 10 no-mensurable, sino masbien 10 que solo se dividia cambiando de naturaleza, 10que solo se dejaba medir variando de principio métricoen cada estadio de la division. Bergson no se contentabacon oponer una vision filosofica de la duracion a unaconcepcion cientïfica del espacio; trasladaba el problemaal terreno de los dos tipos de multiplicidad y pen saba quela multiplicidad propia de la duracion tenia por su cuentauna «precision» tan grande como la de la ciencia; es mas,debia actuar de nuevo sobre la ciencia y abri rie una viaque no se confundiera necesariamente con la de Riemanny de Einstein. Por esta razon debemos conceder una granimportancia a la forma en que Bergson, tomando la no­cion de multiplicidad, renueva su alcance y su reparto.

èComo se define la multiplicidad cualitativa y continuade la duracion por oposicion a la multiplicidad cuantitati­va 0 numérica? Un texto oscuro de Les Données immédiateses tanto mas significativo a este respecto cuanto queanuncia los desarrollos de Matière et hlémoire. Dicho textodistingue 10 subjetivo y 10 objetivo: «Llamamos subjetivoa 10 que aparece entera y adecuadamente conocido y ob­jetivo a 10 que es conocido de tal forma que la idea que de

ello tenemos actualmente podna ser sustituida por unamultitud siempre creciente de impresiones nuevas»>. Sinos atenemos a estas formulas, corremos el riesgo decaer en contrasentidos que, felizmente, disipa el contexto.En efecto, Bergson precisa que un olijeto puede estar divi­dido de infinitas maneras. Ahora bien, estas divisiones,incluso antes de ser efectuadas, son aprehendidas por elpensamiento como posibles sin que cambie nada en el as­pecto total del objeto. Asi pues, son ya visibles en la ima­gen del objeto: incluso sin estar realizadas, permanecien­do simplemente como posibles, son percibidas actual­mente 0, al menos, son perceptibles de derecho. «Estapercepcion actual, y no solo virtual, de subdivisiones en10 indiviso es precisamente 10 que llamamos objetividad.»Bergson quiere decir que 10 objetivo es 10 que no tiene vir­tualidad: realizado 0 no, posible 0 real, todo es actual enloobjetivo. El primer capïtulo de Matière et Mémoire desa­rrollara este tema con mas claridad: la materia no tienevirtualidad ni potencia escondida, por 10 que podemosidentificarla con «la imagen»; sin duda puede haber masen la materia que en la imagen que nos hacemos de ella,pero no puede haber otra cosa distinta, de otra naturale­za6 . Y en otro texto Bergson Felicita a Berkeley por haberidentificado cuerpo e idea justamente porque la materia«no tiene interior, no tiene fondo... no esconde nada, nioculta nada... no posee ni potencias ni virtualidades deninguna especie... esta desplegada en superficie y se man­tiene toda entera a cada instante en 10 que da» 7 .

En resumen, llamaremos objeto, objetivo, no solamen­te a 10que se divide, sino a 10 que no cambia de naturale­za al dividirse. Se trata, por tanto, de 10 que se divide por

" DI, 57, 62." \1\1,218-219,75-76.7 P\I, 1353, 127.

39

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diferencias de grados. Lo que caracteriza al obie~o, es laadecuacion reciproca de 10 dividido y de las divisiones,dei numero v de la unidad. En este sentido diremos queel objeto es una «rnultiplicidad numérica», pues el nume­ro, y en primer lugar la unidad aritrnética, es el mo~elode 10 que se divide sin cambiar de ~atural~za, Lo mismoda decir que el numero tiene solo difercncias de grado 0que sus diferencias, realizadas 0 no, sO,n si,e~pre actual~s

en él. «Las unidades con las que la arrtmenca forma nu­meros son unidades provisionales, susceptibles de divi­dirse indefinidamente, y cada una de ellas constituye unasuma de cantidades fraccionarias, tan pequefias y tan nu­merosas como se quiera imaginar. .. Si toda multiplici~ad

implica la posibilidad ~le tratar a un numero cualq,U1eracomo una unidad provisional que se afiadc a si misrna,inversamente las unidades son verdaderos numeros, tangrandes como se quiera, pero que se consideran provisio­nalmente indescomponibles para componerlos entreellos. Pues bien, por el hecho mismo de admitir la posibi­lidad de dividir la unidad en cuantas partes se quiera, estaes considerada como extensa» 9.

A la inversa, c:qué es una multiplicidad cualita~iva?

c:Qué es el sujeto 0 10 subjetivo? Bergso~ nos da el e!em­plo siguiente: «Un sentimiento compleJ~ c~ntendra unnumero bastante grande de elementos mas simples; perono podremos decir que dichos elemen~os estân com~I,eta­

mente realizados, en tanto no se despejen con una niridezperfecta; y, desde el momen~o en que la concie~ci~ tengapercepcion distinta de los rrusmos, el estado pSlqulCo que

, bi l 10resulta de su sintesis habrâ por eso rmsmo cam lac 0» .

" (Jr. \\\\,341,2.)1: «Mient ras se rrate de espacio, se puedc llcvar la division tan lejos como se quiera; nada se cambia de este modo en la naturaleza de10que se divide ...»

y DI, .::;S-S(J, CJO-Ô LIl) DI,::;7, Ô2.

4U

(Por ejemplo, un complejo de amor y de odio se actualizaen la conciencia, pero el odio y el amor se vuelven cons­cientes en tales condiciones que difieren en naturaleza en­tre e1los y difieren en naturaleza deI complejo inconscien­'-~). ~~'ti, )J~~~, ~~ %'t(\~ ~n()'t CX~~'t q~~ \(\ ~~'t(\c\6\\ \:~

simplemente 10 indivisible, aunque Bergson se expresaasî con frecuencia por comodidad. En verdad, la dura­cion se div ide v no cesa de dividirse: por eso es una JJllI/­

tiplicidad. Pero' no se divide sin cambiar de naturaleza,cambia de naturaleza al dividirse: por eso es una multipli­cidad no numérica, en la que, en cada estadio de la div i­sion, podemos hablar de «indivisibles». Se da otra cosa sinque se den muchas: numero solamente en potencia Il, Conotras palabras, 10 subjetivo, 0 la duracion, es 10 uirtua].

De una forma mas precisa, 10 virtual en cuanto se actua­liza, en cuanto se esta actualizando, es in separable deImovimiento de su actualizacion, porque la actualizacionse lleva a cabo por diferenciacion, por lîneas divergentes,y crea por su propio movimiento otras tantas diferenciasde naturaleza. Todo es actual en una multiplicidad numé­rica: no todo en ella esta «realizado», pero todo en ella csactual; solo se dan relaciones entre actuales, solo diferen­cias de grado. Por el contrario, una multiplicidad no nu­mérica, por la que se definen la duracion 0 la subjetivi­clad, se hunde en otra dimension puramente temporal yno ya espacial: va de 10 virtual a su actualizacion, se ac­tualiza creando lïneas de diferenciacion que correspondena sus diferencias de naturaleza. Dicha multiplicidad gozaesencialmente de tres propiedades: la continuidacl, la he­terogeneidad y la simplicidad. y en verdad no hay aqui,para Bergson, ninguna dificultacl para conciliar la herero­geneidad y la continuiclad.

Ese texto de Les Données immédiates, en el que Bergson

Il DI, 81, C)().

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distingue 10 subjetivo y 10 objetivo, nos parece tanto masimportante cuanto que es el primero en introducir indi­rectamente la nocion de virtual, Hamada a adquirir unaimportancia cada vez mayor en la filosofïa bergsoniana 12.

Pues, coma veremos, el mismo autor que recusa el con­cepto de posibilidad -reservandole solamente un uso enrelacion con la materia y con los «sisternas cerrados»,pero viendo siempre en él la fuente de todo tipo de falsosproblemas- es el que Heva también a su punto mas altola nocion de virtual, y fundamenta sobre ella toda una fi­losoffa de la memoria y de la vida.

En la nocion de multiplicidad es muy importante laforma en que se distingue de una teoria de 10 Uno y de10 Multiple. La nocion de multiplicidad nos evita el pen­sar en térrninos de «Uno y Multiple». Conocemos en filo­sofia muchas teorïas que combinan 10 uno y 10 multiple.

1: Lo objerivo, en efecto, se define mcdiantc partes que son percibidas ac­tualmente, no virtualmente (01,57, (J.), Esto implica que 10 objetivo sc define,en cambio, por la virtualidacI de sus partes, Volvamos al tcxto: «Llamarnos sub­jetivo a 10que aparece entera y adecuaclamente conocido, y objetivo a 10 que csconocido de ta] forma que la idea que de ello tcnernos actualmente podria sersustituida por una multitud siempre creciente de impresiones nuevas.» Tornadasa la letra, estas definicioncs rcsultan cxtranas, En virtud dei contexte, tendriauno ganas de invertirlas. Porque, (no es 10 objetivo (la materia) 10 que, al estarsin virtualidad, tiene un ser seme jante a su «aparecef» y se cncuentra, por tanto,adecuadamente conocido? tY no es 10 subjetivo 10 que puede dividirse sicmpreen partes de naturaleza distinta que s610 contenïa virtualmente? Uno tendria ga­nas de creer en un error de imprcsion. Pero los términos ernplcados por Berg­son se justifican desde otro punto de vista. En cl casa de la duracion subjetiva,las divisiones s610 tienen valor en cuanto son efectuadas, actualizadas: «Las par­tes de nuestra duracion coincicIen con los mementos sucesivos deI acta qlle ladivide... , y si nuestra conciencia solo puede cIistinguir en un intcrvalo un mime­ro determinaclo de actos elementales, si dctiene en al~'Una parte la division, allise deticne también la divisibilidad» (\1:\1,)41, 232). Se puede, por tanto, decirque la division nos da adecuacIamente, en cada uno de sus niveles, la naturalezaindivisible de la cosa, mientras que en el casa cie la materia objetiva la divisionni siquiera tiene neccsidad de ser efectuacIa: sabemos cie antemano que es posi­bic sin ningun cambio en la naturaleza cie la cosa. En este sentido es verdadque, aunque el objeto no contiene li/ra cosa que 10 que conocemos, sin embat­tr0 contiene siempre mas (:\1:\1,289,164); por tanto, no es conocicIo adecuacIa­mente.

Todas ellas tienen en comiin la pretension de recompo­ner 10 real con ideas generales. Se nos dice: el Y0 es uno(tesis) y es multiple (anutesis), luego es la unidad de 10~ultiple (sfntesis). 0 bien, se nos dice: 10 Uno es ya mul­tiple, el Ser desaparece en el no-ser y produce el devenir.Las paginas en las que Bergson denuncia este movimien­to del pensamiento abstracto forman parte de las mas be­lias de su obra: tiene la impresion de que en este métododialéctico se parte de conceptos excesivamente amplioscual vestidos que quedan muy holgados 13. Lo Uno en ge~neral, 10 multiple en general, el no-ser en general. ..: re­componemos 10 real con abstractos; pero C:qué valor tieneun~ dialé~tica.que cree alcanzar 10 real, cuando compensala insuficiencia de un concepto demasiado amplio 0 de­masiado general apelando al concepto opuesto, no menosamplio y general? Jamas se alcanza 10 concreto combi­nando la insuficiencia de un concepto con la insuficienciade su opue~to, jamas se alcanza 10 singular corrigiendouna generaltdad por otra generalidad. Bergson esta pen­sando aquî evidentemente en Hamelin, cuyo Essai sur leséléments principaux de la représentation data de 1907. Perotambién se manifiesta en estas paginas la incompatibili.dad del bergsonismo con el hegelianismo, e incluso concualquier método dialéctico. Bergson le reprocha a la dia­léctica el ser un falso movimiento, es decir, un movimientodel concepto abstracto que, a fuerza de imprecision, solova de un contrario a otro contrario 14.

Una vez mas recobra Bergson acentos platonicos, FuePlaton el primero en burlarse de aquellos que dedan: 10Uno es multiple y 10 multiple uno; el Ser es no-ser; etc.En cada casa preguntaba cudnto, aimo, donde y cudndo.

1.1 PM, 1408, 196-197.

_ 14 En contextes muy diversos, la cIenuncia de la dialéctica hegeliana comotalso movirmento, movimiento abstracto, incomprcnsion ciel rnovimiento real,es un tema frecuente en Kierkegaard, Feuerbach, Marx, \;ietzsche.

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2«Qué» unidad de 10 multiple y «qué» multiple de 10uno? I.~. La combinaci6n de opuestos no nos dice nada, alformar una red tan floja que 10 deja escapar todo. A lasmetaforas de Platon, que a Bergson tanto le gustan, refe­rentes al arte de destazar v al buen cocinero, respondenlas de Bergson, que apelari al buen sastre y al vestido a lamedida. Asî debe ser el concepto precisa. «Lo que verda­deramente importa a la filosofia es saber qué unidad, quémultiplicidad, qué realidad superior a 10 uno y a 10 multi­pIe abstractos es la unidad multiple de la persona... Losconceptos andan ordinariamente en parejas y representanlos dos contrarios. Apenas existe realidad concreta de laque no se puedan tomar a la vez dos vistas opuestas yque, por consiguiente, no se subsuma bajo .dos conceptosantag6nicos. De ahî una tcsis y una antttesis que en vanose intentarîa reconciliar 16gicamente por la razon muysimple de que nunca con conceptos, 0 punt~s de vista, .sehara una cosa... Si intento analizar la duracion, es decir,resolverla en conceptos ya hechos, estoy obligado, por lanaturaleza misma del concepto y del analisis, a tomar dela duracion engeneral dos vistas opuestas, con las que pre­tenderé acto seguido recomponerla. Esta combinaci6nno podra presentar ni una diversidad de grados ni unavariedad de formas: es 0 no es. Diré, por ejemplo, quehay, por una parte, una multiplicidad de est~dos de con­cicncia sucesivos y, por otra parte, una unidad que losliga. La duraci6n sera la sintesis de esta unidad y esta mul­tiplicidad, operacion misteriosa en la que no se ve, vuel­vo a dccir, como comportarîa matices 0 grados» ln.

l' Ctr. Platon, j'ï!elio.10 P\I, 14()')-141(l, Il)"7-2()7. Ls este un rcxto cercano al de Platon cuando

dcnuncia las facilidades de la dialéctica. 1lem os visto que el método bergsonia­no de .livision cra de inspiracion plat6nica. LI punto en cornun de Bergson \' dePlaton es, en ctccto, la husqueda de un procedimiento capaz de dctermmar enc.id.i (,ISO la «mcdicla», cl «cu.il» 0 el «cuanto». Es verdad que Platon pcnsaba

Lo que Bergson invoca contra la dialéctica, contra unaconcepci6n general de los contrarios (lo Uno y 10 IV!ulti­pIe), es una fina percepci6n de la multiplieidad, una finapercepci6n del «cual» y del «cuanto», de 10 que Hama el«matiz» 0 el numero en potencia. La duraci6n se oponeal devenir precisamente porque es una multiplicidad, untipo de multiplicidad que no se deja reducir a una combi­naci6n demasiado amplia en la que los contrarios, 10 Unoy 10 Mûltiple en general, coinciden s610 a condici6n deser aprehendidos en el punto extremo de su generaliza­cion, vaciados de toda medida y de toda sustancia real.Esta multiplicidad que es la duraci6n no se confunde enmodo alguno con 10 multiple, como tampoco su simplici­dadse confunde con 10 Uno.

Se distinguen con frecuencia dos formas de 10 negati­vo: 10 negativo de simple limitaci6n y 10 negativo deoposici6n. Y se asegura que la sustitucion de la primeraforma por la segunda, con Kant y los postkantianos, fueuna revolucion considerable en filosofia. Tanto mas no­table es que Bergson, en su critica de 10 negativo, denun­cie igualmente una y otra forma. Ambas le parecen impli­carse y dar testimonio de una misma insuficiencia. Puessi consideramos nociones negativas tales como la de de­sorden 0 la de no-ser, da 10 mismo concebirlas, a partir delser y del orden, como el limite de una «degradaci6n» encuyo intervalo todas las cosas estan comprendidas (anali­ticamente), que concebirlas, en oposici6n con el ser y el

que una dialéctica afinada podïa satisfacer estas exigencias. Bergson estima, porel contrario, que la dialéctica en general, comprendida la de Platon, vale sola­mente para el comienzo de la filosoffa (y de la historia de la filosoffa): la dialécti­ca pasa al lado de un verdadero método de division, no puede hacer otra cosaque dividir 10 real seglin articulaciones completamente formales 0 verbales. Cfr.P\I, 1321,87: «Nada mâs natural que la filosoffa se contentara en principio concso y que haya comenzado por ser dialéctica pura. 1\0 disponïa cie otra cosa. UnPlaton, un Aristoteles adoptan la division de la realidad que encuentran ya he­cha en ellenguaje...»

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orden, como fuerzas que ejercen su potencia y se combi­nan con su opuesto para producir (sintéticamente) todaslas cosas. De tal modo que la cntica de Bergson es doble,denunciando en ambas formas de 10 negativo una mismaignorancia de las diferencias de naturaleZl1~ ~ue reemplaza­mos ya por «degradaciones» ya por 0posIClones. L~ esen­cial del proyecto de Bergson esta en pensar las diferen­cias de naturaleza independientemente de toda forma denegacion: hay diferencias en el ser y, sin embargo, nadanegativo. Porque la negacion implica siempre conceptosabstractos demasiado generales. 2Cual es, en efecto, laraïz cormin de toda negacion? Ya 10 hemos visto: en lu­gar de partir de una diferencia de naturaleza entre dos se­res, nos hacemos una idea general de orden 0 de ser, queya solo podemos pensar en oposici~n con ~n no-ser engeneral, un desorden en general, 0 bien que solo poden:osplantear como el punto de partida de una degradaClonque nos lleva al desorden e~ general, al n~-:er en gene~al.De todas formas se ha olvidado la cuestion de las dife­rencias de naturaleza: 2«qué» orden? 2«qué» ser? 19ual­mente se olvida la diferencia de naturaleza entre los dostipos de multiplicidad. En este casa nos hacemos unaidea general de 10 Uno, que combinamos con su opuesto,10 Multiple en general, para recomponer t?das las c~s~sdesde el punto de vista de la fuerza contraria de 10 multi­ple 0 de la degradacion de 10 ~no. ~n verdad, la catego­ria de multiplicidad, con la diferencla de n~turalez~ 9ue

implica entre dos tipos, nos permite denun Clar la .mIstIfi­cacion de un pensamiento que procede en términos deUno y de Multiple. Se ve, por tanto, c.omo tod?~ los as­pectos crfticos de la filosofïa bergs~mana ~ar~1CIp~n deun mismo tema: la crïtica de 10 negativo de limitacion, de10 negativo de oposicion, de las ideas generales.

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* * *

«Sometiendo al mismo analisis el concepto de movi­miento...»17. En efecto, el movimiento como experienciafïsica es un mixto: por una parte, el espacio recorrido porel movil, que forma una multiplicidad numérica divisibleindefinidamente, de la que todas las partes, reales 0 posi­bles, son actuales y solo difieren en grado; por otra parte,cl movimiento puro, que es aùeraciôn, multiplicidad vir­tuai cualitativa, como la carrera de Aquiles que se divideen pasos, pero que cambia de naturaleza cada vez que sedivide 18. Bergson descubre que bajo el traslado local haysiempre un transporte de otra naturaleza. y 10 que, vistodesde fuera, aparece como una parte numérica que com­pone la carrera no es, vivido desde dentro, otra cosa queun obstâculo superado.

Pero al duplicar la experiencia psicologica de la dura­cion con la experiencia fïsica dei movimiento, surge unproblema apremiante. Desde el punto de vista de la expe­riencia psicologica la pregunta: «clas cosas exteriores du­ran?» permaneda indeterminada. Ademas Bergson invo­caba dos veces en Les Données immédiates una razon «inex­presable», una razon «incornprensible»: «2Qué existe de laduracion fuera de nosotros? El presente solamente 0, sise quiere, la simultaneidad. Sin duda las cosas exteriorescambian; pero sus movimientos solo suceden para unaconciencia que los recuerda... No es preciso, por tanto,decir que las cosas exteriores duran, sino mas bien quehay en ellas alguna razon inexpresable en virtud de lacual no podrîamos considerarlas en momentos sucesivosde nuestra duracion sin constatar que han cambiado.» «Si

17 DI, 74,82.I~ Cfr. un tcxto muy importante en EC, 757 y 55., 310 y 55.: «Todo movi­

miento esta articulado interiorrnente», etc.

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las cosas no duran como nosotros, al menos debe haberen ellas alguna razon incomprensible que hace que los fe­nomenos parezcan sucederse unos a otros y no des arro­Barse todos a la vez» 19.

Sin embargo, Les Données immédiates disponïa l'a de unanalisis del movimiento. Pero el movimiento estaba plan­teado fundamentalmente como un «hecho de conciencia»que implica un sujeto consciente y que dura, que se con­funde con la duracion como experiencia psicologica. So­lamente en la medida en que sea aprehendido como per­teneciente a las cosas 10 mismo que a la conciencia, dejarael movimiento de confundirse con la duracion psicologi­ca, desplazara, mas bien, el punto de aplicacion de la mis­ma y, por esa razon, hara necesaria una participacion di­recta de las cosas en la duracion misma. Si hal' cualidadesen las cosas no menos que en la conciencia, si hal' unmovimiento de cualidades fuera de mï, es preciso que lascosas duren a su manera. Es preciso que la duracion psi­cologica sea solamente un casa bien determinado, unaapertura a una duracion ontologies. Es preciso que la on­tologîa sea posible. Pues la duracion, desde el principio,ha sido definida como una multiplicidad. Esta multiplici­dad, gracias al movimiento, tno acaba confundiéndosecon el ser? y puesto que esta dotada de propiedades muyespeciales, ten qué sentido se dira que hal' muchas dura­ciones? œn qué sentido una sola? ten qué sentido se supe­rara la alternativa uno-muchos? Al mismo tiempo ad­quiere toda su urgencia un problema conexo. Si las cosasduran 0 si hal' duracion en las cosas, sera preciso que lacuesrion del espacio sea retomada sobre nuevas bases.Porque el espacio l'a no sera simplemente una forma deexterioridad, una especie de pantalla que desnaturaliza la

IY DI, 148, 170; Y 137, 157.

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duracion, una impureza que viene a enturbiar 10 puro, unrelativo que se opone al absoluto. sera preciso que estéfundado en las cosas, en las relaciones entre las cosas yentre las duraciones, que también él pertenezca al absolu­to, que tenga su «pureza». Esta va a ser la doble progre­sion de la filosofïa bergsoniana.

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CAPiTuLa III

La memoria coma coexistencia virtual

1.a duraci6n es esencialmente memoria, conciencia, li­bertad. Es conciencia y libertad porque en primer lugares memoria. Ahora bien, esta identidad de la memoriacon la duracion nos la presenta Bergson siempre de dosmaneras: «conservacion y acumulacion del pasado en elpresente»; a bien: (~ya sea que el presente encierra distinta­mente la imagen siempre creciente del pasado,ya sea, masbien, que testifica, mediante su continuo cambio de cuali­dad, la carga que uno lleva a sus espaldas, tanto mas pe­sada cuanto mas viejo uno se va hacienda»; a también:«la memoria bajo estas dos formas: en cuanto recubre conuna capa de recuerdos un fonda de percepcion inmediatay en cuanto contrae una multiplicidad de mornentos» 1.

En cfecto, debemos expresar de dos maneras el modo enque la duracion se distingue de una serie discontinua deinstantes que se repiten idénticos a sf mismos: par unaparte, «el momento siguiente contiene siempre, ademasdel precedente, el recuerdo que éste le ha dcjadox-; par

1 ES, HIH, 'l; P:\I, 1411,201; Ml\!, 184,31. El subrayado es nuestro encada uno de los tex tas. 1\;0 hay que confundir estas dos formas de la memoriacon aqucllas de las que Bergson habla al comienzo del capitule II de Mi\1 (225,S.); no es en ahsoluto el mismo principio de distinci6n. Cfr. pàg. 70, n. 35.

-' \>:\1, 1)l)S, IH3.

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otra parte, ambos momentos se contraen 0 se condensanuno en otro, pues no ha desaparecido uno todavia cuan­do ya el otro aparece. Hay, por tanto, dos memorias, 0dos aspectos de la memoria indisolublemente ligados: la~memoria-recuerdo y la memoria-contraccion. (Si final­mente nos preguntamos cual es la razon de esta dualidaden la duracion, sin duda la encontraremos en un movi­miento que estudiaremos mas adelante, por el cual el«presente» que dura se div ide a cada «instante» en dos di­recciones, una orientada y dilatada hacia el pasado, otracontraida, contrayéndose hacia el futuro.)

Pero la duracion pur,?- es el resultado de una divisionde «derecho». Es cierto que la memoria es idéntica a laduracion, que es coextensiva a la duracion; pero esta pro­posicion es valida de derecho mas que de hecho. El pro­blema particular de la memoria es el siguiente: 2c6mo,por medio de qué mecanismo, la duracion llega a ser me­moria de hecho? 2C6mo se actualiza 10 que es de dere­cho? Bergson mostrarâ igualmente que la conciencia esde derecho coextensiva a "la vida; pero, ccomo, en quécondiciones llega la vida a ser de hecho conciencia de si?3.

* * *

Retomemos el anâlisis del primer capitulo de Matière etMémoire. Dicho analisis nos lleva a distinguir cinco senti­dos 0 cinco aspectos de la subjetividad: 1.0 la sulijetividad­necesidad, momento de la negaci6n (la necesidad abre unabrecha en la continuidad de las cosas y retiene del objetotodo aquello que le interesa, dejando pasar el resto); 2.0 lasu,?/etividad-cerebro, momento de la separaci6n 0 de la in­deterrninacion (el cerebro nos da el medio de «elegir» enel objeto 10 que corresponde a nuestras necesidades; él

1 Cfr. ES, 820, 8.

mismo, al introducir una separacion entre el movimientorecibido y el movimiento ejecutado, es una eleccion dedos formas: una, dividiendo en si mismo y en virtud desus vias nerviosas la excitacion al infinito; otra, dejândo­nos elegir, en relacion con las células motrices de la mé­dula, entre varias reacciones posibles); 3. 0 la subjetioidad­qfecciôn, momento del dolor (pues la afeccion es el tributodel cerebro 0 de la percepcion consciente; la percepcionno refleja la accion posible, el cerebro no asegura la «se­paracion» sin destinar ciertas partes orgânicas a la inmo­vilidad de un papel puramente receptivo, que las exponeal dolor); 4.° la subjciiuidad-rccuerdo, primer aspecto de lamemoria (el recuerdo es 10 que viene a llenar la separa­cion, a encarnarse 0 actualizarse en el intervalo propia­mente cerebral); 5.° la subjetividad-contracciôn, segundo as­pecto de la memoria (el cuerpo es un instante puntiformeen el tiempo de igual modo que un punto matemâtico enel espacio, y asegura una contraccion de las excitacionessufridas, de la que nace la cualidad).

Ahora bien, estos cinco aspectos no s610 se organizanen un orden de profundidad creciente, sino que ademâsse distinguen sobre dos lineas de hechos muy diferentes. El primercapïtulo de Matière et Mémoire pretende descomponer unmixto (la Representaci6n) en dos direcciones divergen­tes: materia y memoria, percepci6n y recuerdo, objetivo ysubjetivo (cfr. las dos multiplicidades de Les Données...).De entre los cinco aspectos de la subjetividad, los dosprimeros participan evidentemente de la lînea objetiva,pues uno se contenta con sustraer algo del objeto y elotro con instaurar una zona de indeterminaci6n. El casade la afeccion, el tercer sentido, es mas complejo y sinduda depende del cruce entre las dos lïneas. Pero a suvez, la positividad de la afecci6n no es rodavïa la presen­cia de una pura subjetividad que se opondrïa a la objetivi­dad pura, sino mas bien la «impureza» que viene a entur-

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biar a ésta4 . El cuarto sentido, y también el quinto, sonlos que corresponden a la lïnea pura de la subjetividad.Solamente los dos aspectos de la memoria significan for­malmente la subjetividad, pues las otras acepciones seconcentran con preparar 0 asegurar la inserci6n de unalïnca en la otra, el cruce de una linea con otra.

* * *

1.a pregunta: ~d6nde se conservan los recuerdos? im­plica un falso problema, es decir, un mixto mal analizado.Se procede coma si los recuerdos tuvieran ~ue conser­varse en algun sitio, como si el cerebro, por ejernplo, fue­sc capaz de conservarlos. Pero el cerebro esta por co~­

pleto sobre la lïnea de la objetividad: no puede tener run­guna diferencia de naturaleza con los demâs estados de lamateria; todo en él es movimiento coma en la pcrcepci6npura que determina. (Ademâs el término movimi~nto no hade entenderse coma el movimiento que dura, smo por elcontrario coma un «corte instantaneoaj>. Por el contra­rio, el recuerdo forma parte de la lïnea de subjetividad.Es absurdo mezclar ambas lïneas concibiendo el cerebrocoma el deposito 0 el substrato de los recuerdos. Es mas,bastarïa el examen de la segunda lïnea para mostrar quelos recuerdos no pueden conservarse en otro lugar que«en» la duraci6n. El recuerdo, por tanto, se conserva en si.«Nos dimos cuenta de que la experiencia interna en esta­do puro, al darnos una sustancia cuya esencia misma esdurar y, por consiguiente, prolongar sin ce:ar e~ el p~e­

sente un pasado indestructible, nos habïa disuadido e in­

cluso nos habïa impedido indagar doride se conserva elrecuerdo. Este se conserva a si mismo... ))6. No tenemos,

-l Cfr. :\1\1,206,59., \1\1,223,81.o P\I, U15, 80.

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por otra parte, interés alguno en suponer una conse.rva­cion del pasado en otro lugar que en si, como, por ejem­plo, en el cerebro; seria preciso que el cerebro, a su v~z,

tuviera el poder de conservarse a si mismo; seria preCIS?conferirle a un estado de la materia, 0 incluso a la matenaen su totalidad, ese poder de conservaci6n que habriamosdenegado a la duraci6n 7.

Estamos tocando uno de los aspectos mas profundos yquizâ también de los peor comprendidos ~el bergsonis­mo: la tcoria de la memoria. Entre la materra y la memo­ria, entre la percepci6n pura y el recuerdo puro, entre elpresente y el pasado ha de haber una diferenci~ ~e n~tu­

raleza, coma entre las dos lïneas que hemos distinguidoanteriormente. Tenemos tanta dificultad para pensar enuna supervivencia en si del pasado porque creemos. queel pasado ya no es, que ha dejado d~ ser. Confundimosentonces el Ser con el ser-presente. Sm embargo, el pre­sente no es; seria mas bien puro devenir siempre fuera desi. No es, sino que actua. Su elemento propio no es.el ser,sino 10 activo 0 10 util, Del pasado, por el contrario, hayque decir que ha dejado de actu.ar 0 .de se~ iitil. Pero noha dejado de ser. Inutil e inactivo, impasible, el pasadoES, en el sentido pleno de la palabra: se confunde con elser en si. No se podrâ decir que «fue», puesto que es el ensi del ser y la forma bajo la que el ser se conserva en si(por oposicion al presente, forma bajo la que el ser seconsume v sale fuera de si). En ultimo extremo, las deter­minacion~s ordinarias se intercambian: del presente hayque decir que a cada instante ya «fue»; del pasado, que«es», que es eternamente, en todo momento. Esta es ladiferencia de naturaleza entre el pasado y el presentes.

7 i\I :\1, 290, 165-166. .K Sin. embargo, en otra ocasion afirmaba. Bergson_que sÔ!o habia una dife­

rencia de grado entre ser yser util: la percepcion, en eteet~, solo se distingue desu objeto porque retiene de él unicamente la que nos es util (cfr. :\1:\1, cap. 1);

55

Page 28: El Bergsonismo

rPero este primer aspecto de la teorfa bergsoniana perde­rfa todo su sentido si no se subrayara su alcance extra­psicolôgico. Lo que Bergson denomina «recuerdo purQ)no tiene existencia psicolôgica alguna. Por eso dice quees virtual, inactivo e inconsciente. Estas palabras son peli­grosas, sobre tçdo «inconsciente», que desde Freud nosparece inseparable de una existencia psicolôgica singular­mente eficaz y activa. Tendrfarnos que confrontar el in­consciente freudiano con el inconsciente bergsoniano, yaque el mismo Bergson hace la comparaciôn 9. No obstan­te, es necesario comprender desde ahora que Bergson noemplea la palabra «inconsciente» para designar una reali­dad psicolôgica fuera de la conciencia, sino para designaruna realidad no psicolôgica: el ser tal como es en si. I Ia­blando con rigor, 10 psicolôgico es el presente. Solo elpresente es «psicologico»; el pasado, por el contrario, esla ontologia pura. El recuerdo puro no tiene otra signifi­cacion que la ontolôgica 10.

Citemos un texto admirable en el que Bergson resumetoda su tcoria. Cuando buscamos un recuerdo que se nosescapa, «tenernos conciencia de un acta sui generis por elque nos distanciamos dei presente para situarnos prime­ramente en el pasado en general y después en una deter­minada regiôn del pasado: operacion de tanteo anâloga ala puesta a punto de un aparato fotogrâfico. Pero nuestrorecuerdo permanece todavia en estado virtual; de estemodo nos disponemos simplemente a recibirlo adoptan­do la actitud apropiada. Poco a poco aparece como una

hay mas en el objero que en la perccpcion, pero no hay nada que sea de otra na­turaleza. Sin emhargo, en este caso el ser es solo el de la materia 0 del objctopercibido, un serpresente, pues, que no ha de distinguirse de 10ut il de otro modoque no sea en grado.

~P\I,U1(),81.

III Este aspecta es profundamente analizado por \1. Ilyppolite, quicn den un­cia las interpretaciones «psicologistas- de Matière et .11émoire: cfr. «Du hergsonis­me à l'existentialisme», Mercure de France, julio de 1941J; y «Aspects divers de lamémoire chez Bergson», en Revue internationale dephilosophie, octubre de 1949.

nebulosidad que se condensa y pasa dei estado virtual alactua1...» 11. También aquf es necesario evitar una inter­p.retaciôn demasiado psicolôgica dei texto. Bergson hablaciertamente de un acta psicolôgico; pero este acto es «suigeneri.w porque consiste en dar un verdadero salto. Nosinstalamos degolpe en el pasado, damos un salto al pasadocom? .a un elemento propio 12. Del mismo modo que nopercibimos las cosas en nosotros mismos, sino alli dondeestan, asi tampoco aprehendemos el pasado mas que allidonde esta, en si mismo y no en nosotros 0 en nuestropresente. Hay, p~r tanto, un «pasado en general» que noes el pasado particular de tal 0 cual presente, sino que,como un elemento ontolôgico, es un pasado eterno v entod~ tiempo, condiciôn para el «paso» de todo presenteparticular. El pasado en general hace posibles todos lospasados. Primeramente, dice Bergson, nos situamos en elpasado en general: 10 que asf describe es el salto a !a ontolo­

l!,Îa. Saltamos realmente al ser, al ser en si, al ser en si deipasado. Se trata de salir de la psicologia, se trata de unaMemoria inmemorial y ontolôgica. Solo después, una vezd.ado ~I salto, toma el recuerdo poco a poco una existen­cia psicologica: «dei estado virtual pasa al actua1...». He­mos ido a buscarlo alli donde esta, en el Ser impasible,par~, darle poco a poco una encarnacion, una «psicologi­zacion».

Es necesario senalar el paralelismo de otros textos conéste. Porque Bergson analiza el lenguaje de la misma for­ma q~e la ~e~~ria. La forma de comprender 10 que senos dice es idéntica a la forma de encontrar un recuerdo.~o solo no recomponemos el sentido a partir de los so­n.ldos que escuchamos y de las imâgenes a ellos asociadas,S100 que nos instalamos deJ!,olpe en el elemento dei sentidoy des pués en una regiôn de ese elemento. Un verdadero

il \1 \1, 276-277, 148.

lè La expresion «de golpe» es frecuente en los capitulos Il v III de \1\1.

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Page 29: El Bergsonismo

r salto al Ser. El sentido solo se actualiza después en los so­nidos fisiologicamente percibidos asî coma en las image­nes psicologicamcnte asociadas a los mismos. Hay corn?una transcendencia del sentido y un fundamento ontolo­gico del lenguaje que, como veremos, tienen suma i~­

portancia en un autor que pasa por haber hecho una cnn-. d Il . 13ca muy smmana e enguaJe·.

Es preciso instalarse de golpe en ~l pasad~: ~e un sal­to, de un brinco. Pero también esta idea cast kIerkegaar­diana de un «salto» es extrafla en un filosofo que pasa porser tan amante de la continuidad. (Qué significado tiene?Bergson no cesa de repetir: nunca recompondréi~ el pa­sado con presentes, sean éstos cuales fueren. «~~a 1IT~agen

pura y simple me trasladara al pasado solo SI he ido abuscarla efectivamente en el pasado» 14. Es verdad que elpasado se nos presenta acuflado entre dos presentes: elantiguo presente que ha sido y el presente actual en rela­cion con el cual es pasado. De ahï estas dos falsas creen­cias: por una parte, creemos que. el pasado coma tal solose constituye después de haber sido presente y, po~ otraparte, que en cierto modo se reconstituye por medio deinuevo presente respecto del cu al ahora es pasa~o. E~ta

doble ilusion esta en el corazon de todas las teonas fiSIO­logicas y psicologicas de la memoria. Bajo s~ ,infl~encia

se supone que entre el recuerdo .Y la percepcl0n sol~ seda una diferencia de grado. Nos instalamos en un m.Ixtomal analizado. Este mixto es la imagen como realidadpsicologjca. La imagen, en efecto, retiene algo de las r~­

giones donde hemos ido a buscar el re~uerdo que actuali­za 0 encarna; pero este recuerdo, precisamente, no 10 ac­tualiza sin adaptarlo a las exigencias del presente:. hace ~eél algo presente. De este modo sustituimos la diferencia

l' Cfr. \1 \1, 2()1, 129: «El oyente sc coloca de golpe entre las ideas corrcs­

pondientes...»

I~ \1\1,278, 150.

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de naturaleza entre el presente y el pasado, entre la per­cepcion y la memoria pura, por simples diferencias degrado entre imagenes-recuerdos y percepciones-ima­genes.

Estamos demasiado acostumbrados a pensar en térmi­nos de «presente». Creemos que un presente solo es pas a­do cuando otro presente 10 reemplaza. Reflexionemos,sin embargo: (Camo podrîa sobrevenir un nuevo presen­te, si el presente anterior no pasase al mismo tiempo quees presente? (CamO pasarîa un presente cualquiera, si notuera pasado al mismotiempo que presente? Nunca se cons­tituirïa el pasado si no se bubiera constituido primeramen­te, al mismo tiempo que ha sido presente. Tenemos aquîcoma un planteamiento fundamental del tiempo y tam­bién la paradoja mas profunda de la memoria: el pasadoes «conremporaneo» dei presente que ha sido. Si el pasadotuviera que aguardar a no ser ya, si ahora y desde ya nofuera pasado, «pasado en general», nunca podrîa llegar aser 10 que es, nunca serîa ese pasado. Si no se constituyerainmediatamente, no podrîa ser reconstituido des pués apartir de un presente ulterior. Nunca el pasado se consti­ruina si no coexistiese con el presente cuyo pasado es l'i.

El pasado y el presente no designan dos momentos suce­sivos, sino dos elementos que coexisten: uno, que es elpresente que no cesa de pasar; el otro, que es el pasado yque no cesa de ser, pero mediante el cual todos los pre­sentes pasan. En este sentido hay un pasado puro, unaespecie de «pasado en general»: el pasado no sigue al pre­sente, sino que es supuesto por él coma la condicionpura sin la cual no pasarîa. Con otras palabras, cada pre-

l, Cfr. ES, 913-914, 1.)0-131: «Afirmarnos que lajormacidn dei recuerdo nuncaesposteriora la de la percepaon; tiene Iu,gar a la vez que ésta... Supongamos, en efecto,que el recuerdo no sc creara en cl curso de la perccpciôn misrna; pregunto enqué momento se originarîa... Cuanto mas se reflcxionc sobre ello menos secomprenclerà que cl recuerdo puecla nacer alguna vez si no se crea a la par quela percepci6n misma...»

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Page 30: El Bergsonismo

sente remite a si mismo como pasado. Solo en Platon en­contramos el equivalente de una tesis semejante: la Remi­niscencia. También la reminiscencia afirma un ser purodel pasado, un ser en si del pasado, una Memoria ontolo­gica capaz de servir de fundamento al desarrollo deItiempo. Una vez mas se deja sentir profundamente enBergson una inspiracion platonica 16.

La idea de una contemporaneidad del presente y delpasado tiene una ultima consecuencia. No solo coexisteel pasado con el presente que ha sido, sino que adernas,como se conserva en si (mientras que el presente pasa),es el pasado en su totalidad, el pasado integral, todonuestro pasado el que coexiste con cada presente. La cé­lebre metâfora del cono representa este estado completode coexistencia. Pero dicho estado implica finalmenteque en el pasado mismo figuren toda suerte de niveles enprofundidad, senalando todos los intervalos posibles enesta coexistencia 17. El pasado AB coexiste con el presen­te S, pero conteniendo en si todos los cortes A'B', A"B",etcétera, que miden los grados de un acercamiento pura­mente ideales con relacion a S. Cada uno de estas corteses virtua! y pertenece al ser en si del pasado 1~. Cada unode estos cortes 0 cada uno de estos niveles comprendesiempre la totalidad del pasado, no tales 0 cuales elemen­tos dei mismo. La comprende sencillamente en un nivelmas 0 menos dilatado, mas 0 menos contraïdo. He aqui,pues, el punto exacto en el que la Memoria-contraccion

le Este punto rarnbién podria scr objeto dl: una cornparacion entre Bergson\ Proust. Sus concepciones del ricrnpo son cxtrernadarncnre difcrenrcs; pero.unbas admitcn una cspccie de pasado puro, un scr en si de] pasado. l':s vcrdadque, segun Proust, este sn en si puede ser vivido, cxpcnrncnt ado, en provcchocil: una coincidencia entre dos instantes del ticrnpo. Pero, segun Bergson, cl re­cuerdo ° el pasado puros no pertenecen al dominio cil: 10 vivido: incluso en laparamnesia vivimos solamentc una imagcn-rccucrdo.

17 La mctafora dei cono l:S int roducida primcrarnente en \1\1,2<),\ 1()<); lassecciones dei cono aparecen en \1 \1, 302, 1Ri.

l' \!\1,)'-'1,2'"2,

{JO

se inscribe en la j\;femoria-recuerdo y, en cierto modo, lareleva. De ahi precisamente la siguiente consecuencia:al fin~~, la duracion bergsoniana no se define tanto por lasucesron cuanto por la coexistencia.

En Les Données immédiates la duracion se define real­men~e por la sucesion, remitiendo al espacio las coexis­t~~clas, y por la potencia de novedad, remitiendo la repe­tlclon. ~ la Materia. Pero, en un plano mas profundo, laduracI~_m solo es sucesion muy relativamente (hemos vis­to de 19u~! mod~ que solo era indivisible relativamente).La dur~clon es clertamente sucesion real; pero 10 es por­que, mas profundamente, es coexistencia virtua/' coexisten­cia consigo de todos los niveles, de todas las tensiones,de todos los grados de contraccion y de distension. Ade­n:~s, con la coexi~tencia es preciso reintroducir la repeti­eton en la durac~o~. Repeticion «psiquica» de un tipocomp~etamente distinto al de la repeticion «fïsica» de lan:~tena. Rcpeticion de «planos» en lugar de una repeti­C.l~~ de ,elementos sobre un unico y mismo pIano. Repe­neron virtual en lugar de repeticion actual. Todo nuestrop,asado se juega y se retoma a la vez, se repite al mismottempo sobre todos los niveles que traza 19. Volvamos denuevo al «salto» que damos cuando, buscando un recuer­do, nos inst~lamos de ~olpe en el pasado. Bergson preci­sa que nos ~ltuamos «pnmeramente en el pasado en gene­raI y despues en una determinada region del pasado». Nose trata de una region que contenga tales elementos deIpasado, tales recuerdos, en oposicion a otra que contengaotros diferentes. Se trata de esos niveles distintos, cadauno de los cual~s contiene todo nuestro pasado, aunqueen ~n estado mas 0 ~enos contraido. En este sentido hayregiones deI, Ser, regiones ontologicas deI pasado «en ge­neral», coexlstentes todas ellas y todas ellas «repitiéndo­se» unas a otras.

IY Sobre esta repetiadn me/allsica, cfr. \1.\1,250, 115; 302, IR 1.

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Page 31: El Bergsonismo

Veremos corno esta doctrina relanza todos los proble­mas del bergsonismo. Baste por ahora resumir las cuatrograndes proposiciones que dan lugar a sendas paradojas:1.° nos colocamos de golpé, de un salto, en el elementoontolôgico del pasado (paradoja del salto); 2.° hal' una di­ferencia de naturaleza entre el presente y el pasado (para­doja del Ser); 3.° el pasado no sucede al presente que hasido, sino que coexiste con él (paradoja de la contempo­raneidad); 4.° 10 que coexiste con cada presente es todo elpasado, integralmente, en niveles diversos de contracciony de distension (paradoja de la repeticion psïquica). Estasparadojas estân encadenadas: cada una necesita de la otra.y a la inversa, las proposiciones que denuncian Formantambién un conjunto caracterîstico de las teorîas ordina­rias de la memoria. Una sola y misma ilusion sobre laesencia del Tiempo, un mismo mixto mal analizado, noshacen creer que podemos recomponer el pasado con elpresente, que pasamos gradualmente de uno a otro, queuno y otro se distinguen por el antes y el des pués y que eltrabajo del espiritu se lleva a cabo mediante la agregaciônde elementos (en lugar de hacerse mediante cambios deniveles, saltos verdaderos, retoques de sistemasj-".

* * *

Nuestro problema es ahora el siguiente: 2cômo adquie­re el pasado puro una existencia psicolôgica?, 2cômo se

211 Cfr. ;\1:\1, 249-2S0, 114. Bergson muestra con mucha claridad corno cree­mos neccsariamente que el pasado sucede al presente desde cl momento en queentre arnbos establecemos solamente una diferencia de/!,rado: ES, 1914, 132 (<<AIdefinirse la percepci6n como un estado fuerte y cl recuerdo como un estado dé­bi!, de tal forma que el recuerdo de una percepcion no pueda ser otra cosa sinocsa perccpcion debilitada, nos parece que, para registrar una pcrcepcion en elinconsciente, la memoria habna tenido que esperar a que la percepcion se ador­meciera en recuerdo. Por eso juzgamos que el recuerdo de una percepcion nopodria crcarsc con esta percepcion ni desarrollarse al mismo tiempo que clla.»)

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IJega a act~alizar e~e virtual puro? Pues bien, del presentesurge ~na l~vocaclôn segûn las exigencias 0 necesidadesde la situacion presente. Damos el «salto» y nos instala­mos ~? solo en el elemento dei pasado en general, sinotambién en tal 0 cual regiôn, es decir, en tal 0 cual nivelque, en una especie de Reminiscencia, suponemos quecorresponden a nuestras necesidades actuales. Cacia nivelen efecto, comprende la totalidad de nuestro pasado:a~nque en u~ estado mas 0 menos contrafdo. y Bergsonanade: tambl~n hal' recuerdos dominantes, como puntosnotables, v~nables de un nivel a otro ". Una palabra in­gl~sa, por ejemplo, ha sido pronunciada ante ml. No es 10rrusmo, en virtud de la situaciôn, tener que preguntarmecuâl puede ser la len$ua en general de la que esta palabraforma parte, que quién me ha dicho anteriormente estapalabra u otra semejante. Segûn el casa dov un salto au~a u otra regiôn dei pasado, me instalo en uno u otronivel, solicito una u otra dominante. Sucede que fracaso.AI buscar un recuerdo me insralo en un nivel demasiadocontraïdo, de~asiado estrecho para dicho recuerdo, 0,

por el contrano, demasiado amplio y dilatado. Habrâ querehacerlo t?d~ ~e nuevo para encontrar el salto justo.Queremos InSl~tlr en esto: este analisis, que parece tenerrant.a finura psicologica, tiene realmente un sentido muvdistinto. Se refiere a nuestra afinidad con el ser a nuestrarelacion con el Ser y a la variedad de esta relacion. Laconciencia psicolôgica todavfa no ha nacido, sino que vacl ~acer. .~ nacerâ p!""ecisamente porque encuentra aqufsus condicionr-, propramente ontolôgicas.

Ante unos textos extremadamente difîciles la tarea delcomentador consiste en multiplicar las distinciones, in­c1uso y sobre todo cuando estos textos se contentan consugerirlas mas bien que establecerlas formalmente. En

21 \1\1,'\09-310, 1()O.

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primer lugar no debemos confundir la invocaci6n al re­cuerdo y la «evocacion de la imagen». La invocaci6n alrecuerdo es ese salto subito por el que me instalo en 10virtual, en el pasado, en una determinada regi6n del pa­sado, en tal 0 cual nivel de contracci6n. Creemos queesta invocaci6n expresa la dimension propiamente onto­lôgica del hombre 0, mas bien, de la memoria: «Peronuestro recuerdo permanece todavfa en estado vir­tual...»22. Cuando hablamos, por el contrario, de evoca­ci6n 0 de reviviscencia de la imagen, se trata de otra cosacompletamente diferente. Cuando ya nos hemos instala­do en ese nivel en el que yacen los recuerdos, entonces ysolo entonces tienden éstos a actualizarse. Bajo la invoca­ci6n del presente ya no tienen la ineficacia, la impasibili­dad que los caracterizaba como recuerdos puros: se con­vierten en imagenes-recuerdos capaces de ser «evoca­dos». Se actualizan 0 se encarnan. Esta actualizaci6n tienetoda suerte de aspectos, de etapas y de grados distintcs-";pero a través de estas etapas y estos grados constituye ella(y solo ella) la conciencia psico16gica. De cualquier formala revoluci6n bergsoniana es clara: no vamos del presenteal pasado, de la percepci6n al recuerdo, sino del pasado alpresente, del recuerdo a la percepci6n.

«La memoria integral responde a la invocaci6n de unestado presente por medio de dos movimientos simulta­neos: uno de traslacion, mediante el cual se dirige en su to­talidad al encuentro de la experiencia y se contrae mas 0menos, sin dividirse, en vistas de la acci6n; el otro de ro­taciôn sobre si misma mediante el cual se orienta hacia la si­tuaci6n del momento para presentarle la cara mas util»24.Tenemos ya, pues, aquf dos aspectos de la actualizaci6n:la contracci6n-traslaci6n y la orientacion-rotacion. Nues-

-- :\1\1,277, 148.2~ \1\1,274-275, 145.2~ \1\1, J()7-J()8, 188 (el subrayado es nuestro).

CA

tra pregunta es: 2se puede confundir esta contracci6n­t~aslaci6n con la contracci6n variable de las regiones \"niveles del pasado, de la que acabamos de hablar? El con­~exto de Bergson parece que nos invita a hacerlo, ya quel~voca constantemente la contracci6n-traslaci6n a prop6­siro ~~ lo.s cortes del cono, es decir, de los niveles del pa­sado-". Sl~ embargo, todo tipo de razones nos persuadede gue eVldentemente hay una relacion entre ambas con­tracciones, pero gue en modo alguno se confunden.Cua~do Bergson ha~la de niveles 0 de regiones del pasa­do: es~os son tan virtuales como el pasado en general;mas aun, cada uno de ellos contiene todo el pasado, aun­gue en un estado mas 0 menos contraïdo en torno a de­terminados recuerdos dominantes variables. La contrac­cion mas 0 menos grande expresa, por tanto, la diferen­cia de un nivel .a.otro. Por el contrario, cuando Bergsonhabla de traslacion, se trata de un movimiento necesarioen la actualizaci6n de un recuerdo tomado en tal 0 cualnivel. La contracci6n ya no expresa agui la diferencia on­to16gica entre dos niveles virtuales, sino el movimientop~r el 9ue un recuerdo se actualiza (psico16gicamente) almtsmotzempo gue el nivel gue le es propio".

El contrasentido e:tarîa efectivamente en creer gue unrecuerdo, para actuahzarse, debe pasar por niveles mas 0menos contraidos a fin de aproximarse al presente comopunto de contracci6n suprema 0 vértice del cono. Seriaesta u,na interpretaci6n insostenible por multiples razo­ne~. En la metaf~ra del cono un nivel incluso muy con­traido, muy proximo al vértice, no deja de presentar, en

2, ,",si succde en el t exto mismo que acabamos de citar.

20, En et~cto, el niv~l del~ scr actualizado de igual modo que el recuerdo quecncrerra. Ch. \1 \1,C) . 1, :2 /2: «Estos planas, por otra parte, no estan dadoscoma cosas )la hechas, supcrpuestas unas a otras. Arnes bien, existen virtual­mente con esa exisrencia propia de las cosas dei espiritu. La inteligencia, mo­viéndose en rodo memento a 10 largo ciel intervalo que los separa, los vuelve aencontrar 0, mas bien, los crea de nuevo sin cesar...})

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l

cuanto que no esta actualizado, una verdadera diferenciade naturalcza con dicho vértice, es decir, con el presente.y sobre todo teniendo en cuenta que para actualizar unrecuerdo no tenemos que cambiar de nive1, pues si tuvié­ramos que hacerlo la operacion de la memoria serîa im­posiblc. Porque cada recuerdo tiene un nivel que le espropio; esta demasiado desmembrado y esparcido en lasregiones mas anchas, demasiado reducido y comprimidoen las regiones mas estrechas. Si fuera preciso pasar deun nivcl a otro para actualizar cada recuerdo, entoncescada rccuerdo perderîa su individualidad. He aquî la ra­zon por la que el movimiento de traslacion es un movi­miento mcdiante el cual se actualiza el recuerdo al mismotiempo que su nivel: hay contraccion porque' el recuerdo,llcgando a ser imagen, entra en «coalescencia» con el pre­sente. Pasa, pues, por «pianos de conciencia» que 10 efec­tuan; pero en ningun casa por los niveles intermedios,que le impedirîan precisamente efectuarse. De ahf la ne­cesidad de no confundir los pianos de conciencia, a través delos cuales el recuerdo se actualiza, con las regiones, los cor­tes, 0 los niueles dei pasado, seglin los cuales varia cl estadodel rccucrdo siempre virtual. De ahf la necesidad de dis­tinguir la contraccion ontologica, intensiva, en la que losniveles coexisten virtualmente, contraîdos 0 distendidos,y la contraccion psicologica, traslativa, por la que cadarecuerdo en su nivel (por muy distendido que esté) debepasar para actualizarse y llegar a ser imagen.

Pero, por otra parte, dice Bergson, esta la rotacion. Elrccuerdo, en su proceso de actualizacion, no se contentacon operar esta traslacion que 10 une al presente, sinoque opera también una rotacion sobre sî mismo, parapresentar en esta union su «cara util». Bergson no precisala naruraleza de esta rotacion, Debemos elaborar hipote­sis a partir de otros textos. En el movimiento de trasla­cion sc actualiza, pues, todo un nivel del pasado al mis-

mo tiempo que un determinado recuerdo. Todo c1 r.;. ~.

se encuentra, por tanto, contraido en una represent,lCl<:~

indivisa que ya no es un recuerdo puro, pero que tod.iv L,

tampoco es, hablando propiamente, una imagen. Por e''.irazon Bergson precisa que desde este punto de vista nohay todavia division?". Sin duda el recuerdo tiene su incli­vidualidad; pero 2como tomamos conciencia de él~,

2como 10 distinguimos en la region que se actualiza conél? Partimos de esa representacion indivisa (que Bergsonllamara «esquema dinamico»), donde todos los recuerdosen vîas de actualizacion estan en relacion de penetracior:recïproca, y la desarrollamos en imageries distintas, extc­riores las un as a las otras, que corresponden a tal 0 CUJI

recucrdo ". También aqui habla Bergson de una sucesionde «pianos de conciencia», Pero el movimiento va no C"

el de una contraccion indivisa, sino por el contrario, elde una division, de un desarrollo, de una expansion, :\0se podra decir que el recuerdo se ha actualizado hasta queno haya llegado a ser imagen. Es en este memento, enefecto, cuando entra no solo en «coalescencia», sino tarn­bién en una especie de circuito con el presente, remitiendola imagen-recuerdo a la imagen-percepcion e inversamen­te 2LJ • De ahï la metafora precedente de la «rotacion», queprepara esta puesta en circuito.

He aquî, pues, dos movimientos de actualizacion, unode contraccion y otro de expansion. Vemos claramenteque corresponden de un modo singular a los niveles mul-

'7 \1\1, JOH, IHH((sin dividirse...»).LS,9Vl-9.'\H, 161-1 (l.), De ahï la mctatora de la pir.imidc para rcprc'cnur

el esquema din.imico: «Se dcscendera de nuevo dcsc'c el vértice de L1 piLlmllklucia la base ...» Ls c1aro aqui que la piramidc cs muv diferente dei cono \ de'I;:­na un rnovimicnto cornpleramcntc distinro, orientado de ot ro modo. Sin cm­bargo, en otro texto (ES, HH(l, 9'1) Bergson cvoca la pir.irnide corno sinonin» (de cono; la razon de csto sc halla en la ambigüedad scnalacla mas .irrib«, 1'.1­gina 6'1, n. 2'1.

2Y \1\1,249-2')0,114-11'1.

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tiples del cono, distendidos unos y contraîdos otros. Por­que, cqué sucede en una criatura que se contenta con so­nar? Por ser el suefio como una situacion presente queno tiene otra exigencia que el reposo ni otro interés queel «desinterés», todo sucede como si la contracci6n falta­ra como si la relacion en extremo distendida del recuer­do con el presente reprodujera el nivel mas distendidodel pasado mismo. Y a la inversa, 2qué sucederîa en ~n

autômata? Todo ocurrirîa como si la dispersion se volvic­ra imposible, como si la distinci6n de imâgenes ya no seefectuara y subsistiera solamente el nivel mas contraîdodel pasado". Se da, por tanto, una estrecha analogîa en­tre los diferentes niveles del cono y los aspectos de actua­lizacion de cada nivel. Es inevitable queéstos recubran a aqué­llos (de ahï la ambigüedad senalada precedentemente). Sinembargo, no debemos confundirlos, porque el primertema se refiere a las variaciones virtuales del recuerdo ensf y el segundo al recuerdo para nosotros, a la actualiza­cion del recuerdo en la imagen-recuerdo.

2Cuâl es el marco cornun al recuerdo en vîas de actua­lizaci6n (el recuerdo que llega a ser imagen) y a la ima­gen-percepci6n? Este marco cormin es el movimiento.Ademâs, los ûltimos momentos de la actualizaci6n losdebemos encontrar en la relaci6n de la imagen con elmovimiento, en la forma en que el movimiento se pro­longa en imagen: «los recuerdos necesitan para actuali­zarse de un motor advuvanten". También aquî este adyu­vante es doble. En un primer momento la percepci6n seprolonga de forma natural en movimiento; una tendenciamotriz, un esquema motor operan una descomposici6n de10 percibido en funcion de la utilidad 32. Esta relacion de

III Sobre estas clos cxtremos, \1:\1, 294, 170.il \1\1,26\ LB; y 245, 108: «la ultima fasc de la rcalizacion del recucrdo. ..

la fase de la accion». .lè Cfr. \1\1, 238-240, 100-102; 243-244, 107; 255-256, 121-122. Sobre

68

percepcion-movimiento bastarîa por si sola para definirun reconocimiento puramente automâtico sin interven­cion de los recuerdos (0, si se quiere, una memoria ins­tantânea que reside toda ella en los mecanismos moto­res). Sin embargo, los recuerdos intervienen efectivamen­te, pues las imâgenes-recuerdos, en la medida en que seasemejan a la percepcion actual, se prolongan necesaria­mente en los movimientos que corresponden a la percep­cion y se hacen «adoptar» por ella 33.

Supongamos ahora que hubiera una perturbaci6n deesta articulacion percepci6n-movimiento, una perturbationmecdnica del esquema motor: el reconocimiento se harîaimposible (aunque subsiste otro tipo de reconocimiento,como se ve en los enfermos que describen a la perfecci6nun objeto que se les nombra, pero no saben «servirse» deél; 0 bien, que repiten correctamente 10 que se les dice,pero ya no saben hablar espontâneamente). El enfermoya no sabe orientarse, configurar, es decir, descomponerun objeto segûn las tendencias motrices; su percepci6ns610 provoca movimientos difusos. Sin embargo, los re­cuerdos estân ahî. Es mas, contimian siendo evocados,encarnândose en imâgenes distintas, es decir, sufriendoesa traslaci6n y esa rotacion que caracterizan los primerosmomentos de la actualizaci6n. Lo que falta, pues, es el ul­timo momento, la ultimaJase de la accion. Como los mo­vimientos concomitantes de la percepci6n estan desorga­nizados, la imagen-recuerdo permanece tan inûtil e inefi­caz como un recuerdo puro y ya no puede prolongarseen acci6n. He aquî el primer hecho importante: los casosde ceguera y de sordera psîquicas 0 verbales con supervi­vencia de los recuerdos 34.

todo no hay que confundir cl esquema motor con el esquema dinamico; arnbos inter­viencn en la actualizacion, rero en fases completamente difercntes: uno es rura­mente sensorio-motor, el otro, psicologico y mnernonico,

11 :\1:\1,241, 104.q Cfr. :\1:\1,252-25.), 118-119.

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Pasemos al segundo tipo de relaciôn percepcion­movimiento, que define las condiciones de un reconoci­miento atento. No se trata ya de movimientos que «pro­longan nuestra percepciôn para extraer de ella efectosutiles» y que descomponen el objeta en funcion de nues­tras necesidades, sino de movimientos que renuncian alefecto, que nos bacen uoluer al objeto para restituir su deta­Ile y su integralidad. En este casa las imâgenes-recuerdos,anâlogas a la percepciôn presente, adquieren un papel«preponderante y no ya accesorie», regular y no ya acci­dental '>. Supongamos que este segundo tipo de movi­miento esta perturbado (perturbaciôn dindmica y no ya me­cânica de las funciones sensorio-motrices)36. Puede queel reconocimiento automâtico permanezca, pero el re­cuerdo ciertamente parece haber desaparecido. Estos ca­sos, por ser los mas frecuentes, han inspirado la concep­cion tradicional de la afasia coma desapariciôn de los re­cuerdos almacenados en el cerebro. Todo el problema deBergson consiste en esto: 2qué es exactamente 10 que ha

desaparecido?Primera hipôtesis: 2Es el recuerdo puro? Evidente-

mente no, porque el recuerdo puro no es de naturalezapsicolôgica y es imperecedero. Segunda hipotesis: 2Es lacapacidad de evocar el recuerdo, es decir, de actualizarloen una imagen-recuerdo? Es cierto que Bergson se expre­sa a veces de este modo". Sin embargo, la cuestion es

:\1:\1, 244, 107. l Iav, por tanto, dos formas de reconocimiento, una auto­marica y otra atenta, a las que corresponden sendas formas de memoria, un.i

mot riz ~, «cuasi-instantanea» y otra representativa y que dura. Sobre todo no scdebe mezclar esta clistincic\n, que se hace clesde cl punto de vista cie la actualizacion deI recuerdo, con una distincion completamente difercnte, que sc hace des­de el punto de vista de la :\Iemoria en si (memoria-recuerdo y mcmoria-

contraccic\n).lb Sobre los dos tipos de perturbaciones, cfr. tres textos esencialcs: 245- ]()K,

25~-11 K, ~ 14-1% (en este ultimo texto es donde Bergson distingue las pertur­

baciones mecanicas \' dinamicas).Cfr. \1 \1, 25~, 119 («]a evocacion cie los recuerdos esta irnpedida»); \

también 245, 10K.

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mas c?m~licada, porque los dos primeros aspectas de laactualizacion (traslaciôn y rotacion) dependen de una ac­tit~d psïquica y los dos segundos (los dos tipos de movi­miento) dependen de la sensorio-motricidad y de actitu­des del cuerpo. Cualesquiera que sean la solidaridad v lacomplementariedad de ambas dimensiones, una no puedeanular completamente a la otra. Cuando solo estân afec­tados los movimientos dei reconocimiento autornatico(perturbaciones mecânicas de la sensorio-motricidad), en­tonces el recuerdo mantiene con la misma integridad suactualizaciôn psiquica y conserva su «aspecto normal»;pero ya no puede prolongarse en movimiento, al resultarimposible el estadio corporal de su actualizaciôn. Cuandoestân afectados los movimientos dei reconocimientoatento (perturbaciones dinâmicas de la sensorio-motri­cidad), entonces la actualizaciôn psiquica esta sin dudamucho mas comprometida que en el casa precedente,porque aquf la actitud corporal es realmente una condi­cion de la actitud mental. Bergson mantiene, sin embar­go, que incluso aquf ningûn recuerdo es «sustraïdo», So­lamente hay «ruptura de equilibrioa". Quizâ sea precisocomprender que los dos aspectos psïquicos de la actuali­zacion subsis~en, pero que estan coma disociados por fal­ta de una actltud corporal en la que pudieran insertarse 0

c?~binarse. En es~e caso, 0 bien tendrfan lugar la trasla­cion y la contraccion, pero faltariael movimiento corn­plementario de la rotacion, puesto que no habrïa ningunaimagen-recuerdo distinta (0, al menos, parecerfa abolidatoda un.a categorfa de imâgenes-recuerdos); 0 bien, por elcontr~n?, la rotacion tendrfa lugar y se formarfan imâge­nes distintas, aunque distanciadas de la memoria y quehabrïan renunciado a su solidaridad con las otras. Entodo casa no basta con decir que segûn Bergson el re-

l, \1\1, ~14, 1%.

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cuerdo puro se conserva siempre; es preciso decir tarn­bién que la enfermedad no suprime nunca la imagen­recuerdo coma tal, sino que pone en peligro solamentetal 0 cual aspecto de su actualizaci6n.

He aqui, por tanto, cuatro aspectos de la actualizaci6n:la traslaci6n y la rotacion, que forman los momentos pro­piamente psïquicos; el movimiento dinamico, que es laactitud del cuerpo necesaria para el buen equilibrio de lasdos determinaciones precedentes; por fin, el movimientomecanico, el esquema motor que representa el ultimo es­radio de la actualizaci6n. Se trata, en todo esto, de laadaptaci6n del pasado al presente, de la utilizacion dei pa­sado en funci6n del presente, de 10 que Bergson llama «laatencion a la vida». El primer momento asegura un pun­to de encuentro del pasado con el presente: literalmente,el pasado se dirige hacia el presente para encontrar unpunto de contacta (0 de contracci6n) con él. El segundomomento asegura una transposici6n, una traduccion, unaexpansion del pasado en el presente: las imagenes­recuerdos restauran en el presente las distinciones del pa­sado, al menos aquéllas que son utiles. El tercer momen­to, la actitud dinamica del cuerpo, asegura la armonïa delos dos momentos precedentes, corrigiendo al uno pormedio del otro y llevandolos hasta el final. El cuarto mo­mento, el movimiento mecanico del cuerpo, asegura lautilidad propia del conjunto y su rendimiento en el pre­sente. Pero precisamente esta utilidad, este rendimientoserian nulos si no se les afladiera a los cuatro momentosuna condici6n que es valida para todos. Hemos visto queel recuerdo puro es contemporaneo del presente que hasido. El recuerdo, cuando se esta actualizando, tiende portanto a actualizarse en una imagen contemporanea de di­cho presente. Ahora bien, es evidente que una imagen­recuerdo tal, que un «recuerdo del presente» tal seriacompletamente inutil, ya que s610 vendrïa a duplicar la

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imagen-percepci6n. Es preciso que el recuerdo se encar­ne, no ~n funci?n de su propio presente (dei que es con­temporaneo), S100 en funci6n de un nuevo presente enrela~i6n con el cual es ahora pasado. Esta condici6n serealiza normalmente por la naturaleza misma del presen­te, que no ~~sa de pasar, de ir hacia adelante y de abriruna.sep.araclon. He aqui, pues, el quinto aspecto de la ac­tualizacion: una especie de desplazamiento mediante elcu al el pasado se encarna uni cam ente en funci6n de unp.r~sente distint~ de aquél que él ha sido (la perturba­CIO~ correspondienre a e~te ultimo aspecto seria la param­nesta, en la que se actualizarïa el «recuerdo deI presente»coma tal)\9.

* * *

As! s.e define un inconsciente psicol6gico distinto deIInconsc~ente ~ntoI6gico. Este corresponde al recuerdopuro, ~Irt.ual, impasible, inactivo, en si. Aquél representael movrmiento deI recuerdo cuando se esta actualizando:los recuerdos, como los posibles en Leibniz, tienden en­tonces ~ encarnarse, presio~an para ser recibidos, ya quees precIs.a, toda u~a represion surgida del presente y de«la atencion a la VIda» para rechazar aquéllos que son inu­tiles 0 pelig~os~s4(). No hay contradicci6n alguna entrescndas descripciones de dos inconscientes disrintos. Esmas, toda la obra de j11~tière et Mémoire es un juego entreambos, con consecuencias que nos quedan por analizar.

1" ES, 925-928, 146-150.~11 ES, 8%, 107.

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Page 37: El Bergsonismo

CAPiTULO IV

2Una 0 muchas duraciones?

El método bergsoniano presentaba dos aspectos prin­cipales, uno dualista y otro monista. Primeramente habîaque seguir las lîneas divergentes 0 las diferencias de natu­raleza mas alla del «giro de la experiencia»; después, toda­da mas alla, era preciso encontrar el punto de conver­gcncia de esas lineas y restaurar los derechos de un nue­\0 monismo 1. Este programa se encuentra realizadocfectivamente en Matière et Mémoire. En efecto, primera­mente despejamos la diferencia de naturaleza entre la lî­nea de objeto y la de sujeto: entre la percepcion y el re­cucrdo, la materia y la memoria, el presente y el pasado.~Qué es 10 que sucede después? Sin duda resulta que ladiferencia de naturaleza entre el recuerdo y la percepciontiende a borrarse cuando aquél sc actualiza. Solo hay,solo puede habcr diferencias de grado entre las imagenes­rccuerdos y las perccpciones-imagenes-. Por esta mismo,

1 Cfr. mas arriba, pâgs. 24-27.è \1.\1, 22'), 83: «Se pasa, por grados impcrccpribles, de los rccuerdos ordc­

n.idos a 10 largo dei tiernpo a los rnovimientos que configuran su acci6n nacien­te 0 posible en el espacio...»; 266, 1.")'): «Hay ah! un progreso continuo... Enningun momento se pucde decir con precision que la idea 0 que la imagen­rccuerdo termina, que la imagen-recuerdo 0 que la scnsacion comicnza»; 270,] -+1): «A medida que estas recuerdos toman la forma de una represcnracion mas

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cuando nos falta el método de intuicion permanecemosirremediablemente prisioneros de un mixto psicologicomal analizado, en el que no se pueden discernir las dife-

rencias de naturaleza originales.Pero es claro que en este nivel no disponemos tad~via

de un verdadero punto de unidad. El punta de unidaddebe dar razon del mixto por ei otro lado del giro de la ex­periencia y no confundirse con él en la experiencia. Enefecto, Bergson no se contenta con decir que entre. laimagen-recuerdo Yla percepcion-imagen se dan solo dlf~­rencias de grado, sino que ademas presenta una proposl­cion ontologica mucho mas importante: si elpasado coexis.­te con su propio presente y ademàs coexiste consigo mismo en dz­versos niueles de contracciôn, debemos reconocer que ei presente essolamente ei niuel mas contraido dei pasado. En este caso elpresente puro y el pasado puro, la perc~pcion pura y ~lrecuerdo puro en cuanto tales, la matena y la memoriapuras solo tienen diferencias de distension y de contrac­cion, encontrando asf una unidad onrologica. Al descu­brir en el fondo de la memoria-recuerdo una memoria­contraccion mas profunda, hemos fundado la posibilidadde un nuevo monismo. Nuestra percepcion contrae a cadainstante «una multitud incalculable de elementos reme­morados», nuestro presente contrae infinitamente nuestropasado a cada instante: «Los dos términos que pr~me­ramente habiamos separado se vuelven a soldar mtima­menteo '. En efecto, 2qué es una sensacion? Es la operacionde contraer trillones de vibraciones sobre una super­ficie receptiva. De ellas sale la cualidad, que no es otracosa que la cantidad contraida. De este m~do la noci~nde contraccion (0 de tension) nos proporclona el mediopara superar la dualidad cantidad homogénea-cualidad

completa, mas concreta v mas consciente, tienden mas a confundirse con la

perccpcion que los atrae y cuyo cuadro adoptan.»1 \1\1,292, j(,R.

heterogénea y de hacernos pasar de una a otra en un mo­vimiento continuo. Y a la inversa, si es verdad que nues­tro presente, mediante el cual nos insertamos en la mate­r~a, es el grado mas contraïdo de nuestro pasado, la mate­na sera a su vez como un pasado infinitamente dilatadodistendido (tan distendido que el momento precedente h~desaparecido cuando el siguiente aparece). De este modola idea de distension -0 de extension [como accion deextender]- sobrepasa la dualidad de 10 inextenso y de 10extenso y nos proporciona el medio para pasar de uno aotro. Porque la percepcion es extensa y la sensacion ex­tensiva en la medida en que 10 que contraen es precisa­mente algo extendido, es precisamente algo distendido(la percepcion nos lleva a disponer del espacio «en laexacta proporcion» en que disponemos deI tiempo)4.

De ahï la importancia de Matière et A1émoire: el movi­miento se atrib~ye a las .c~sas mismas, de tal modo quelas cosas matenales part1Clpan directamente de la dura­cion, formando un casa limite de duracion. La obraLes Données immédiates es superada: el movimiento estatanto fuera de mi como en mi y, a su vez, el Y0 es soloun casa entre otros en la duracion 5. Pero entonces seplantea todo tipo de problemas. Debemos distinguir deentre ellos dos fundamentales.

1.0 2No se da una contradiccion entre los dos momen­tas del método, entre el dualismo de las diferencias denaturaleza y el monismo de la contraccion-distension?Porque en nombre del primero denunciamos a los filoso­fos que se atenian a las diferencias de grado y de intensidad.Mas aun, 10 que denunciamos eran las falsas nociones degrado y de intensidad, al igual que la de contrariedad, 0

~ Sobre la superacion de ambos dualismes, canridad-cualidad v extenso-inexrenso, cfr. \1\1, caps. 1 y IV. .

. ' Sobre el movimiento como pertcneciente a las cosas 10 rnismo que al Y0,dr. \1\1, .1.11, 219;'l40, no.

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de negaciôn, fuentes de todos los falsos problemas. Aho­ra bien, èno esta Bergson restaurando todo 10 que habïaderribado? èQué diferencias puede haber entre la disten­sion y la contraccion salvo las diferencias de grado y deintensidad? El presente no es mas que el grado mas con­traîdo del pasado y la materia no es mas que el grado masdistendido dei presente (mens »mmentanea)". Y si se inten­ta corregir 10 que aquî hay de demasiado «graduaI», solopodra hacerse reintroduciendo en la duraciôn toda lacontrariedad V toda la oposicion que Bergson habîa de­nunciado como otras tantas concepciones abstractas einadecuadas. Huimos de la materia como degradaciôn dela duraciôn solo por caer en una materia-«inversiôn» dela duraciôn 7. èEn qué queda el proyecto bergsoniano demostrar que la Diferencia como diferencia de naturalezapodîa y debîa comprenderse independientemente de l?negativo (negativo tanto de degradaci6n como de 0POSl­

ciôn)? Parece que la peor de las contradicciones se instalaen el corazôn del sistema. Todo se vuelve a introducir denuevo: los grados, la intensidad, la oposicion.

2.0 Suponiendo incluso que este problema esta resuel­to, èpodemos hablar de un monismo recobrado? Sî en unsentido: en la medida en que todo es duraciôn. Pero tarn-

b ReintroduccÙ;n de! tema de iosRrados)'de !as inten.ridades: cfr. ~1\1, cap. 1V , pas­sim, v 355, 250: «Entre la materia bruta v cl espiritu mas capacitado para la re­tlexi~)n se dan todas las inrensidadcs posihlcs de la memona, 0 10que cs 10rrus­mo, todos los grados de libertad»; Ee:, Ml'), 201: «;\uestro sentimiento de la du­racion, quiero decir, la coincidencia de nucst ro yo consigo mismo, admlte gra­dos»; v va en DI, 15Ô, 180: «l-s que se pasa por grados imperceptibles de la du­raciÔr~ ~oncreta, CLl\OS e!cmentos sc penetran, a la duracion simbolica, cuy ose1ementos se vuxtaponcn, y por consiguiente, de la acrividad libre al autornans-

mo conscicntc.»Reiniroducaon de! tema de !o Jle,gatilJo como lirnitacion y como oposicion a la

vez: cfr. IL, 571 \ SS., 90 v ss. (la matcria cs a la vez limiraci6n dei rnovirrucntov ohstâculo para 'el movimiento, «es una negacion mas hien qu.c una rcalidadpositivall); ÔÔÔ, 202 (la matcria como «inversion», «mtcrvcrsion», «mterrup­cion»... ). Estos textos, sin emhargo, estân proxlmos a aquellos en los que l'erg­

son recusa la nocion de negati\'C).

bién caemos de inmediato en una especie de pluralismocuantitativo, ya que la duracion se disipa en todas esas di­ferencias de grado, de intensidad, de distension v de con­traccion que la afectan. De ahï la importancia de la pre­gunta: èes la duracion una 0 muchas y en qué sentido?èSe ha superado verdaderamente el dualismo 0 se ha di­luido en un pluralismo? Es ésta la pregunta por la quedebemos comenzar.

* * *

Pues bien, los textos de Bergson al respecto parecenextremadamente variables. Los de Matière et Nlémoire van10 mas lejos posible en la afirmaciôn de una pluralidad ra­dical de duraciones: el universo esta hecho de modifica­ciones, perturbaciones, cambios de tension y de energîa yde nada mas. Sin duda Bergson habla de una pluralidadde ritmos de duracion; pero en el contexto, a proposito delas duraciones mas 0 menos lentas 0 rapidas, precisa quecada duraciôn es un absoluto y que cada ritmo es una du­racion", En un texto esencial de 1903 insiste sobre elprogreso logrado des pués de Les Données immédiates: la du­racion psicolôgica, nuestra duracion, es solo un casa en­tre otros dentro de una infinidad de casos, es «un a ciertatension bien determinada, cuya determinaciôn mismaaparece como una eleccion entre una infinidad de dura­ciones posibles» 9. He aquî que, conforme a Matière et Me­moire, la psicologîa es solo una abertura a la ontologîa, untrampolîn para una «instalacion» en el Ser. Pero apenasnos hemos instalado, advertimos que el Ser es multiple,

" Cfr, ~L\l, .-n 7, 22Ô, sobre las modificaciones \ perturbaciones; .142,2.12-2.-).\ sobre los ritmos irreductiblcs;1.1 1-3.12, 219, sobre el caracter absolu­tu de las diferencias.

y P~I, 141 (1-1419, 207-209 (las dos citas siguientes cstan cxtraïdas de esteTl1ISmO texto, que es mu)' importante para roda la filosofia de Bergson).

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-

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que la duracion es muy numerosa, que la nuestra estaacuflada entre duraciones mas relajadas y duraciones mastensas, mas intensas: «Desde entonces se advierten dura­ciones tan numerosas coma se quiera, a cual mas diferen­te una de otra...» La idea de una coexistencia virtual detodos los niveles del pasado, de todos los niveles de ten­sion, es extendida, por tanto, al conjunto deI universo.Esta idea no solo significa mi relacion con el ser, sinotambién la relacion de todas las cosas con cl ser. Todosucede coma si el universo fuera una formidable Merno­ria. Y Bergson se felicita de la potencia del método de in­tuicion: solo él nos «perrnite superar tanto el idealismocoma el realismo, afirmar la existencia de objetos irifèriores] superiores a nosotros, aunque en un cierto sentido inte­riores a nosotros, y hacerlos coexistir conjuntamente sindificultad». Esta extension de la coexistencia virtual a unainfinidad de duraciones espedficas aparece claramente enL'Evolution créatrice, donde la vida es comparada con unamemoria, correspondiendo los géneros 0 las especies agrados coexistentes de esta memoria vital!". Tenemosaqui, por tanto, una vision ontologica que parece impli­car un pluralismo generaliza00'

Pero precisamente en L'Evolution créatrice esta perfecta­mente senalada una importante restriccion: si se dice quelas cosas duran, no es tanto en si mismas 0 absolutamen­te cuanto en relacion con el Todo del universo, del queparticipan en la medida en que sus distinciones son artifi­ciales. Asi, el terron de azûcar nos hace esperar solo por­que, a pesar de su corte arbitrario, se abre al universo ensu conjunto. En este sentido ninguna cosa tiene ya dura­cion propia. Solo tendran una duracion los seres seme­jantes a nosotros (duracion psicologica), después los vi­vientes que forman de modo natural sistemas cerrados

RO

relativos, y finalmente el Todo del universo Il. Ya no setrata, por tanto, de un pluralismo generalizado sino res­tringido.

Finalmente Durée et Simultanéité recapitula todas las hi­potesis posibles: pluralismo generalizado, pluralismo res­tringido, monismo 12. Segûn la primera habria coexisten­cia de ritmos completamente diferentes, de duracionesrealmene distintas y, por tanto, multiplicidad radical delTiempo. Bergson afiade que ya habia planteado anterior­mente esta hipotesis, pero que fuera de nosotros solo sepodia aplicar a las especies vivientes: «No advertimos en­tonces, no vemos todavia hoy razon alguna para extenderal universo material esta hipotesis de una multiplicidadde duraciones.» De ahi la segunda hipotesis: las cosas ma­teriales fuera de nosotros no se distinguirian por duracio­nes absolutamente diferentes sino por una cierta formarelativa de participar en nuestra duracion y de escandirla.Parece que Bergson condensa aqui la doctrina provisio­nal de Les Données immédiates (habria una participacionmisteriosa de las cosas en nuestra duracion, una «razoninexpresable») y la doctrina mas elaborada de L'ÉzJolutioncréatrice (esta participacion en nuestra duracion se explica­da por la pertenencia de las cosas al Todo dei universo).Pero incluso en el segundo casa se mantiene el misteriorespecto a la naturaleza del Todo y a nuestra relacion conél. De ahi la tercera hipotesis: solo habria un tiempo uni­co, una duracion unica de la que todo participaria, inclui­das nuestras conciencias, incluidos los seres vivos, inclui-

Il 1.C, 502, 10: «(Qué puede decirse sino que el vaso de agua, el azûcar y elnroccso de disolucion deI azucar en cl agua son sin duda abstracciones, y que clIodo en el que han sido recortadas par mis sentidos y mi entendimiento pro­<.:resa quiza al modo de una conciencia?» Sobre el caracter particular del scr vivo" su semejanza con el Todo, cfr. Le, 5(J7, 1S. Pero va Matière et Mémoire invoca­h,l el Todo como la condicion bajo la cual se atribu(~ a las cosas un movimienro" una duraci6n: \1:\1,)29,216; ,)32, 220.

l' DS. ,~7-~R.

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da la totalidad del mundo material. Ahora bien, para sor­presa del lector Bergson presenta esta hipotesis como lamas satisfactoria: un solo Tiempo, uno, uniuersal, impersonal'>.En resumen, un monismo del Tiempo... Nada mas sor­prendente. Cualquiera de las otras dos hipotesis hubieraparecido expresar mejor el estado del bergsonismo, yafuese segûn Matière et Ai/émoire, ya segûn L'Evolution créa­trice. Es mas, tha olvidado Bergson que desde Les Donnéesimmédiates definîa la duracion, es decir, el tiempo realcomo una «multiplicidad»?

tQué es 10 que ha sucedido? Sin duda la confrontacioncon la teorîa de la Relatividad. Esta confrontacion se leimponîa a Bergson porque la Relatividad, por su cuenta,invocaba a proposito deI espacio y deI tiempo conceptoscomo los de expansion y de contraccion, de tension y dedilatacion. Pero, sobre todo, esta confrontacion no surgîabruscamente: estaba preparada por la nocion fundamen­tal de NI ultiplicidad, que Einstein recogîa de Riemann yque Bergson habîa utilizado por su cuenta en Les Donnéesimmédiates. Retengamos sumariamente los principales ras­gos de la teorïa de Einstein tal como Bergson la resume:todo parte de una determinada idea del movimiento, queentrana una contraccion de los cuerpos y una dilatacionde su tiempo; a partir de ella se concluye con una disloca­cion de la simultaneidad, de jando de ser simultanee paraun sistema movil 10 que 10 es para un sistema fijo; es mâs,en virtud de la relatividad del reposo y del movimientoacelerado estas contracciones de extension y estas dilata-

Il DS, ')H-')l). Bergson Ilega a decir que este Tiempo impersonal solo tiencun unico \ mismo «ritrno». Matière et ,lféJJloire, por el contrario, afirmaba la plu­ralidad d~ ritmos y cl car.ictcr persona! de las duraciones (cfr. ,")42, 2,12: «no csl'or mas ticmpo esta duracion impcrsorial \ homogénea, la misma para todo ypara rodes...»), Mas no hav contradiccion: en DS la divcrsidad de flujos reem­plazar.i a la de ritmos por razones de precision terminologica; \' cl Tiempo im­persona! no scr.i de ningùn modo, l'omo vcrcmos, una duracion impersonal fJo­JJI«~énea.

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ciones de tiempo, estas rupturas de simultaneidad sevuelven absolutamente redprocas; habrîa en este sentidouna multiplicidad de tiempos, una pluralidad de tiempos,que transcurren con velocidades diferentes, todos ellosreales y cada uno propio de un sistema de referencia; ycomo para situar un punto se hace necesario indicar suposicion en el tiempo al igual que en el espacio, la ûnicaunidad deI tiempo consiste en ser una cuarta dimensiondeI espacio; es precisamente este bloque Espacio-Tiempoel que se div ide actualmente en espacio y en tiempo deinfinitas maneras, cada una propia de un sistema.

tDe qué trata la discusion? Contraccion, dilatacion, re­latividad deI movimiento, multiplicidad son nociones to­das ellas familiares a Bergson, quien las emplea por sucuenta. Bergson nunca renunciarâ a la idea de que la du­racion, es decir, el tiempo sea esencialmente multiplici­dad. Pero el problema es el siguiente: «Ie qué tipo demultiplicidad se trata? Recordemos que Bergson oponîados tipos de multiplicidad: las multiplicidades actuales,numéricas y discontinuas, y las multiplicidades virtuales,continuas y cualitativas. Es cierto que en la terminologîade Bergson el Tiempo de Einstein pertenece a la primeraGltegorîa. Bergson le reprocha a Einstein el haber con­fundido los dos tipos de multiplicidad y, por consiguien­te, el haber resucitado la confusion deI tiempo con el es­pacio. La discusion versa tan solo en apariencia sobre sicl tiempo es 0 no multiple. El verdadero problema est ri­ha en saber «cual es la multiplicidad propia del tiempo».Lsto se ve bien en la forma en que Bergson sostienela existencia de un Timepo iinico, universal e imper­sonal.

«Cuando estamos sentados al borde del rïo, el correrdel agua, el deslizamiento de un barco 0 el vuelo de unpajaro, el murmullo ininterrumpido de nuestra vida pro­funda son para nosotros tres cosas diferentes 0 una sola,

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segun queramos...» 14. Bergson le otorga aquf a la aren­cion el poder de «repartirse sin dividirse», de «ser una ymuchas»; pero, de un modo mas profundo, le otorga a laduracion el poder de englobarse a si mis ma. El correr deiagua, el vuelo del pajaro, el murmullo de mi vida formantres flujos; pero 10 son porque mi duracion es uno entreellos y ademas el elemento que contiene a los otros dos.(Por qué no contentarse con dos flujos, mi duracion y elvuelo dei pajaro, por ejemplo? Porque nunca podria de­cirse que dos flujos coexisten 0 son simultanees si no es­tuvieran contenidos en un tercero. El vuelo del pajaro ymi duracion solo son simultanees en la medida en que mipropia duracion se desdobla y se refleja en otra que lacontiene al mismo tiempo que contiene el vuelo dei paja­ro: hay, por tanto, una triplicidad fundamental de los flu­jos 15. En este sentido mi duracion tiene esencialmente elpoder de revelar otras duraciones, de englobar a las de­mas y de englobarse a si misma hasta el infinito. Pero seve que este infinito de la reflexion 0 de la atencion de­vuelve a la duracion sus verdaderos caracteres, a los queconstantemente hay que apelar: la duracion no es simple­mente 10 indivisible, sino 10 que tiene un estilo muy par­ticular de division; no es simplemente sucesion, sino coe­xistencia muy particular, simultaneidad de flujos: «Esta esnuestra primera idea de simultaneidad. Llamamos enton­ces simultanees a dos flujos exteriores que ocupan la mis­ma duracion porque uno y otro se mantienen en la dura­cion de un tercero, la nuestra... (Esta) simultaneidad de

1.\ OS, Cli.l'OS, 59: «:\os sorprendcrnos desdoblando y multiplicando nucstra con­

ciencia...» Este aspecta reflexivo de la duraci6n la aproxima particularmente aun cogito. Sobre la triplicidad, cfr. iO: hay, en efecro, tres formas esenciales decontinuidad: la de nuestra vida interior, la deI movirniento voluntario y la de unmovimicnto en el espacio.

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flujos nos conduce a la duracion interna, a la duracionreal»!".

Volvamos de nuevo a los caracteres con los que Berg­son definïa la duracion como multiplicidad virtual 0 con­tinua: por una parte, se divide en elementos que difierenen naturaleza; por otra, estos elementos 0 partes soloexisten actualmente en la medida en que la division estaefectivamente hecha (si nuestra conciencia «detiene la di­vision en alguna parte, alli se detiene también la divisibi­lidad») 17. Si nos situamos en un momento en que la divi­sion no esta hecha, es decir, en 10 virtual, es evidente queno hay mas que un solo tiempo. Coloquémonos ahora enun momento en que la division esta hecha: sean dos flu­jos, por ejemplo, el de la carrera de Aquiles y el de la ca­rrera de la tortuga. Decimos que difieren en naturaleza (ysi llevamos la division todavia mas lejos, cada paso deA.quiles difiere de cada paso de la tortuga). Que la divi­sion esté sometida a la condicion de estar hecha actual­mente significa que las partes (flujos) deben ser vividos, 0

al menos estar planteados y pensados como pudiendoserio. Ahora bien, toda la tesis de Bergson consiste en de­mostrar que sôlo en la perspectiva de un tiempo unico pueden serriuibles 0 vividos. El principio de la dernostracion es el si­guiente: cuando admitimos la existencia de muchos tiem­pos no nos contentamos con considerar el flujo A y eltlujo B, 0 incluso la imagen que el sujeto de A se hace deB (el modo como Aquiles concibe 0 imagina que la tortu­ga puede vivir su carrera). Para plantear la existencia dedos tiempos nos vemos forzados a introducir un factorextrano: la imagen que A se hace de B, sabiendo que Bno puede vivirse asï. Es un factor completamente «sim­bolico», es decir, que se opone a 10 vivido, que excluye 10

10 OS, Cl8 V 81.I~ \1:\1,")41,2.\2.

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vivido; y solo por medio de él el pretendido segundotiempo se realiza. Bergson concluye de aqui que existe unTiempo y uno solo tanto en el nivel de las partes actualescomo en el del Todo virtual. (Pero enseguida veremosqué significa esta oscura demostracion.)

Si, volviendo arras, tomamos la division en otro senti­do, vemos siempre que los flujos, con sus diferencias de natu­raleza, sus diferencias de contraction y de distension, se comuni­can en un unico y mismo Tiempo, que es como su condi­cion: «Una misma duracion recoge a 10 largo de su rutalos acontecimientos de la totalidad del mundo material;podremos entonces eliminar las conciencias humanas queprimeramente habiamos colocado de tarde en tarde comootros tantos relés en el movimiento de nuestro pensa­miento: ya solo existira el tiempo impersonal en el quefluirân todas las cosas» 18. De ahi la triplicidad de flujos, alser nuestra duracion (la duracion de un espectador) nece­sari a a la vez como flujo y como representante del Tiem­po en el que todos los flujos se abisman. En este sentidolos diversos textos de Bergson se concilian perfectamentey no comportan ninguna contradiccion: no hay mas queun solo tiempo (monismo), aunque haya una infinidad deflujos actuales (pluralismo generalizado) que participannecesariamente del mismo todo virtual (pluralismo res­tringido). Bergson no renuncia para nada a la idea de unadiferencia de naturaleza entre los flujos actuales; ni tarn­poco a la idea de diferencias de distension 0 de contrac­cion en la virtualidad que los engloba y se actualiza enellos, Pero estima que estas dos certezas no excluyen sinoque, por el contrario, implican un tiempo iinico. En resu­men: no solo las multiplicidades virtuales implican unsolo tiempo, sino que ademâs la duracion como multipli­cidad virtual es ese Tiempo unico y el mismo.

II' DS,59.

86

La demostracion bergsoniana del carâcter contradicto­rio de la pluralidad de tiempos sigue pareciendo oscura.Precisémosla en el nivel de la teoria de la Relatividad, yaque, paradojicamente, solo esta teoria permite volverlaclara y convincente. En efecto, en cuanto se trata de flu­jos cualitativamente distintos puede ser dificil saber si losdos sujetos viven y perciben el mismo tiempo 0 no: seapuesta por la unidad, pero solo como idea mas «plausi­ble». En cambio, la teoria de la Relatividad se situa en lahipotesis siguiente: ya no se trata de flujos cualitativos,sino de sistemas «en estado de desplazamiento redprocoy uniforme», en los que los observadores son intercam­biables, pues ya no hay un sistema privilegiado 19. Acep­temos esta hipotesis, Einstein dice que el tiempo de dossistemas, S y S', no es el mismo. Pero ccual es ese otrotiempo? No es el de Pedro en S ni el de Pablo en S', yaque, por hipotesis, estos dos tiempos solo difieren cuanti­tativamente como sistemas de referencia. 2Se dirâ al me­nos que ese otro tiempo es el que Pedro concibe comovivido 0 que puede ser vivido por Pablo? Tampoco. Yaqui estd 10 esencial de la argumeniacion bergsoniana. «Sin dudaPedro pega sobre ese Tiempo una etiqueta en nombre dePablo; pero si se representara a Pablo consciente, vivien­do su propia duracion y midiéndola, por esa misma razonveria a Pablo tomar su propio sistema por sistema de re­ferencia y situarse entonces en ese Tiempo ünico, interiora cada uno de los sistemas de los que acabamos de hablar.Por eso mismo también, por otra parte, Pedro abandona­ria provisionalmente su sistema de referencia y por consi­guiente su existencia como fisico y por consiguiente tarn­bién su conciencia: Pedro ya solo se veria a si mismocomo una vision de Pablov-". En resumen, el otro tiempo

IY Sobre esta hip6tesis de la Relatividad, gue c1efine las concliciones de unaespecie de experiencia crucial, cff. OS, 97, 114, 1M.

10 OS, 99. Sc ha clicha con frecuencia que cl razonamiento de Bergson impli-

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es algo que no puede ser vivido ni por P~dro .ni po~ Pa­blo, ni por Pablo tal como Pedro se 10 Imagma. Es unpuro simbolo que excluye 10 vivido y senala solamenteque determinado sistema y no otro es t~mad~ c.om.a refe­rencia. «Pedro ya no ve en Pablo un fïsico, nt slq~lera .unser consciente, ni siquiera un ser: vada de su mtenorconsciente y viviente la imagen visual de Pablo, retenien­do dei persona]e solamente su envoltura ex~e~ior.»

De este modo en la hipotesis de la Relarividad se vuel­ve evidente que solo puede haber un tiempo vivible y v!­vido. (Esta demostraciôn es extendida mâs alla de la hl­potesis relativista, l'a que las difer~n.cia~ cualitativa,s,. a suvez, no pueden constituir las distinciones numéricas.)Por eso Bergson sostiene que la Relatividad demuestrade hecho 10 contrario de 10 que afirma respecto a la plu­ralidad de tiempos ". Todos los demâs reproches deBergson derivan de éste. Porque ten qué simulta~eidad

piensa Einstein cuando la declara v~riable de u~ s~ste~a

al otro? En una simultaneidad definida por las indicacio­nes de dos relojes alejados. Y es cierto que esta simulta­neidad es variable 0 relativa. Pero 10 es precisamenteporque su relatividad no expresa algo vivido ni vivible,sino el factor simbolico deI que hemos hablado hace un

caha un contrasentido sobre Linstein. Pero con frecuencia r.unbicn sc ha come­tido un contrasentido sobre cl razonamicnro de Bergson. Bergson no se ({)ntenta(On dear: un ricmpo diferenre dei mio no es vivicio ni por mi ru por ot ro, sino

que irnplica una imagen que yo me tormo de otro ('. reciprocamente)., PorqueBergson admite la legitimidad de un.t 1I1lagen de ese tlpO l'omo expreslon de LIsdi\'ersas tensiones , las rclacioncs entre duracioncs, Icgmmldad que no de/ara dereconoœr po,. su cuesta. 1,0 que le reprocha a la Relarividad es algo complctamcnredistinto: la imagen que '0 me forrno de otro, 0 que Pedro se forma de Pablo, esentonces una imagen que no puede ser vivida 0 pensada l'omo viviblc SIn ,con­tr.idiccion (por Pedro, por Pablo, 0 POT Pedro tal ({)!JIO l!JIagma a Pablo). Ln terrm­nos hergsonianos no es una imagen; es un «sirnbolo». SI se ok Ida este punto,todo el razonarnicnto de Bergson pierdc su sentido. De ahï cl cuidado que Berg­son pone en recordar al final de DS, pâg. 234: «Pero estos fisicos no son imagi­nados l'omo seres reales ni l'omo pudlendo serlo...»

èl OS, 112-11(),

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momento-". En este sentido dicha simultaneidad suponeot ras dos que la acompafïan en el instante y que no sonvariables ni absolutas: la simultaneidad entre dos instan­tes tomados de movimientos exteriores (un fenômenoccrcano y un momento de reloj) y la simultaneidad decsos inst~ntes con instantes tomad~s por ellos de nuestraduraciôn. y estas dos simultaneidades suponen otra, la

. bl Î~ l 'de los flujos, que todavïa es menos vana e~. .a teonahergsoniana de la simultaneidad viene, por tanto, a confir­mar la concepcion de la duracion como coexistencia virtualde todos los grados en un unico y mismo tiempo.

En resumen, Bergson le reprocha a Einstein desde elprincipio al fin de Durée et Simultanéité cl haber confundi­do 10 virtual y 10 actual (la introduccion deI factor simbo­lieo, es decir, de una ficcion expresa esta confusion); elhaber, pues, confundido los dos tipos de multiplicidad, lavirtual v la actual. En el fondo de la pregunta «tes la du­racion una 0 multiple?» se halla un problema completa­mente distinto: la duracion es una multiplicidad, pero Mequé tipo? Seglin Bergson, unicamente la hipotesis deiTiempo unico da razon de la naturaleza de las multiplici­dades virtuales. Einstein, al confundir los dos tipos demultiplicidad, la espacial actual y la temporal virtual, tansolo ha inventado una nueva forma de espacializar cltiempo. Y no se puede negar la originalidad de su espa­cio-tiempo, la conquista prodigiosa que representa para laciencia (nunca la espacializacion habia sido lIevada tan le-

èè DS,120-121.èl Bergson distingue, por tanro, cuat ro tiposde Ji!JIultaneidad en un orden de

profundidad creciente: a) la simultaneidad rclativist a entre rcioles alCJados (DS,..., 1 \' II () v ss.); b) las dos simultancidadcs en cl instante entre .tcontccrnucnto \rclo] proximo v entre este rnomcnro y un momento de nucsrra duracion(70-75); c) la simultaneidad de flujos «()7-()H, Hl). \lerleau-Pont\ mucstra per­fectamente l'omo el tema de la simultaneidad en Bergson vicnc a confirrnar unaverdadera filosofïa de la «coexistcncia» (cfr. Ij~l!,e de la philoJophie. pâgs. 24 v ss.).

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jos ni de esta forma)?". Pero esta conquista e~ la ~e unsimbolo para expresar los mixtos, no la de la vlven~la ca­paz de expresar, coma diria Proust, «un poco de, tl~~pOen estado puro». El Ser, 0 el Tiempo, es una multzplzczdad,'pero precisamente no es «multiple»: es Uno conforme asu tipo de multiplicidad.

* * *Cuando Bergson defiende la unicidad deI tiempo, no

renuncia a nada de 10 que anteriormente ha dicho con­cerniente a la coexistencia virtual de diversos grados dedistension y contracciôn y a la diferencia de naturalezaentre los flujos y los ritmos actuales. Cuando afirma queel espacio y el tiempo no se «muerden» nunca el uno.alotro ni se «entrelazam>, cuando mantiene que solo su dis­tinciôn es real-", no renuncia a nada de la ambiciôn deMatière et Alémoire, que consistia en integrar algo deI espa­cio en la duraciôn, en encontrar en la duraciôn una razonsuficiente de la extension [como accion de extender]. Loque denuncia desde el principio. es cualquier. combinacirJnde espacio y de tiempo en un rnixto mal anahzad~, en elque el espacio es considerado como ya.hech~Xel tiempo,en consecuencia, coma una cuarta dimension deI espa­Ci026 . Esta espacializaciôn deI tiempo es, sin duda insepa­rable de la ciencia; pero es propio de la Relatividad haberextremado esta espacializaciôn, haber soldado el mixto deuna forma completamente nueva, ya que en la cienciaprerrelativista el tiempo, asimilado a una .ciert~ dimen­sion deI espacio, no dejaba de ser una vanable 1t1dep~~­

diente y realmente distinta, mientras que en la Relativi-

è4 DS 199 v 2.)) v ss." Cfr: OS, '199 Y'22) (denuncia de un «cspacio que ini-,rurgita ticmpo», de un

«tiernpo que absorbe a su \TZ esracio»). . ~ .. (!

,c Contra la idea de un espaclo que sc da ya hecho, dr. Le, M,J, ~()(l.

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dad la asimilacion deI tiempo al espacio es, por el contra­rio, necesaria para expresar la invariaciôn de la distancia,de tal modo que se introduce explicitamente en los calcu­los y no deja subsistir la distincion real. En una palabra,la Relatividad ha elaborado una mezcla particularmenteligada, pero que cae bajo la cntica bergsoniana deI «mix­ta» en general.

En cambio, des de el punto de vista de Bergson se pue­den, se deben concebir combinaciones que dependen deun principio completamente distinta. Consideremos losgrados de contracciôn y de distension, todos ellos coexis­tentes: en el limite de la distension tenemos la materia 27.

Sin duda la materia no es todavia el espacio, pero ya esextension. Una duraciôn intînitamente relajada, distendi­da, establece sus momentos en relacion de mutua exterio­riclad: uno tiene que haber desaparecido cuando el otroaparece. Lo que pierden en penetracion recïproca 10 ga­nan en despliegue respectivo. Lo que pierden en tension10 ganan en extension [como accion de extender]. De talmodo que en cada momento todo tiende a desplegarse enun continuo instantanee, indefinidamente divisible, que nose prolongara en el otro instante, sino que morira pararcnacer al instante siguiente, en un pestaneo 0 escalofrioque siempre comienza de nuevo-". Seria suficiente llevarhasta el final este movimiento de la distension para obte­ner el espacio (pero precisamente entonces encontrare­mos el espacio al final de la lïnea de diferenciaciôn comaese término extremo que ya no se combina con la dura­cion). El espacio no es, en efecto, la materia 0 la exten­sion [como acciôn de extender], sino el esquema de lamateria, es decir, la representaciôn deI término en el que

è7 En este sentido la matcria v cl sueno tienen una afinidad natural, repre~

<cnrando ambos un cstado de di;tensi6n en nosotros v fuera de nosotros: EC,Ml)-(l(, 7, 202~201

è" IL, MÔ-(,(,7, 2m-204 \ \1\1, car. IV, paSJ/!1I.

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.....'

el movimiento de distension alcanza su fin, como la en­voitura exterior de todas las extensiones [como accionesde extender] posibles. En este sentido no es la materia,no es la extension la que esta en el espacio, sino todo 10contrario-". Y si consideramos que la materia tiene milformas de distenderse 0 de extenderse, debemos decirque existe todo tipo de extensiones distintas, todas ellasemparentadas pero también cualificadas, que terminarânpor confundirse solamente en nuestro esquema dei es­paclo.

Lo esencial, en efecto, esta en saber cuânto tienen derelativas la distension y la contraccion una respecto de laotra. ~Qué es 10 que se distiende sino algo contraido?~Qué es 10 que se contrae sino algo extendido, distendi­do? Por eso siempre hC1)! extension en nuestraduracion'y siempreha)' duracion en la materia. Cuando percibimos, contraemosen una cualidad sentida millones de vibraciones 0 de sa­cudidas elementales; pero 10 que contraemos de estemodo, 10 que de este modo «tensamos» es la materia, esla extension [como accion de extender]. En este sentidono hay lugar para preguntarnos si hay sensaciones espa­ciales, cuales 10 son y cualcs no. Todas nuestras sensacio­nes son extensivas, rodas son «voluminosas» y extensas,aunque en grados diversos y en diferentes estilos, seglinel género de contracciôn que operen. Las cualidades per­tenecen a la materia tanto como a nosotros mismos:pertenecen a la materia, estan en la materia en virtudde las vibraciones y de los numeros que las escandeninteriormente. Por tanto, las extensiones estan toda­via cualificadas al no ser separables de las contraccio­nes que se distienden en ellas; a su vez, la materianunca esta 10 bastante distendida para ser espacio

è'i Sobre cl espacio como esqucma, cfr. \1,\1, 341, 2J2; 344-.)4S, 2JS-2)6;«J" 66 i. 2l)).

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puro, para .d~jar de tener ese minimo de contracciôn porel que particrpa de la duracion y por el que ella misma esduraciôn.

Inversamente, la duracion nunca esta 10 bastante con­traîda para ser independiente de la materia interior en laque opera y de la extension [como accion de extenderJque viene a tensar. Volvamos a la imagen deI cono inver­tido: su vértice (nuestro presente) representa el puntomas contraîdo de nuestra duracion, pero también nuestrainsercion en 10 menos contraîdo, es decir, en una materiainfinitamente distendida. Por eso la inteligencia, seglinBergson, tiene dos aspectos correlativos, constituventesde una ambigüedad que le es esencial: es conocimie~to dela materia, sefiala nuestra adaptaciôn a la materia, seamolda a la materia; pero 10 hace solo a fuerza de espirituo de duracion, a fuerza de insertarse en la materia en unpunto de tension que le permite dominarla. Por tanto, enla inteligencia se deben distinguir la forma y el sentido:tiene su forma en la materia, con la materia encuentra suforma, es decir, en 10 mas distendido; pero su sentido 10tiene y 10 encuentra en 10 mas contraido, mediante 10cual domina y utiliza la materia. Se dirâ, por tanto, que suforma la separa de su sentido, pero también que su senti­do sigue estando presente en ella y debe ser recobradopor la intuiciôn. Por eso Bergson rechaza finalmentecualquier génesis simple que pretenda dar razon de la in­teligencia a partir de un orden de la materia supuesto deantemano, 0 que pretenda dar razon de los fenornenos dela materia a partir de categorîas de la inteligencia dadastambién ya por supuestas. Solo puede haber una génesissimultânea de la materia y de la inteligencia. Un pasouna, un paso la otra: la inteligencia se contrae en la mate­ria al mismo tiempo que la materia se distiende en la du­racion; ambas a dos encuentran en la extension la formaque les es cormin, su equilibrio, a sabiendas de que la in-

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:'

t

:CllgenCla a su vez eleva esta forma a un grado de disten­sion que la materia y la extension jamas alcanzaran por simismas: la de un espacio pur0 30 .

1(} Ctr. IL, cap. III.

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CAPiTULO V

El impulsa vital coma movimientode la diferenciacion

'\ucstro problema es ahora el siguiente: ~no introduceBergson en su filosofia todo 10 que habia denunciado-lJs diferencias de grado 0 de intensidad tan criticadasen Les Données immédiates1_, al pasar del dualismo al mo­nismo, de la idea de diferencias de naturaleza a la idea deniveles de distension y de contraccion? Bergson dice al­tcrnarivamente que el pasado y el presente difieren en na­tur.ilcza y que el presente es solo el nivel 0 el grado mascontraïdo deI pasado. ~Como conciliar estas dos proposi­ciones? El problema ya no es el deI monismo, pues he­:110S visto como los grados de distension y de contrac­.ion coexistentes implicaban efectivamente un tiempo.inico en el que los «flujos» eran simultanees. El proble­'~1.l cs el del acuerdo entre el dualismo de las diferencias:e naturaleza y el monismo de los grados de distension,

.rure los dos momentos del método 0 los dos «mas alla»~cl giro de la experiencia, una vez dicho 'lue el momento!cl dualismo no es en modo alguno suprimido, sino que

-nantiene enteramente su sentido.

Cfr. pâgs. 7/·78.

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La critica de la intensidad tal como aparece en LesDonnées immédiates es muy ambigua. 2Esta dirigida contrala nocion misma de cantidad intensiva 0 solamente con­tra la idea de una intensidad de estados psiquicos? Porquesi bien es verdad que la intensidad nunca es dada en unaexperiencia pura, 2no es ella la que da todas las cualidadesque experimentamos? De este modo Matière et Alémoi~e

reconoce intensidades, grados 0 vibraciones en las cuali­dades que vivimos como tales fuera de nosotros y quecomo tales pertenecen a la materia. Hay numeros envuel­tos en las cualidades, intensidades comprendidas en laduracion. éEs preciso hablar también aquï de contradic­cion en Bergson 0, mas bien, de momentos diferentes delmétodo, sobre los que recae el acento alternativamente,pero que coexisten todos ellos en una dimension de pro­fundidad?

1. Bergson comienza criticando toda vision del mun­do fundada en las diferencias de grado 0 de intensidad.Se pierde aquï, en efecto, 10 esencial, es decir, las articula­ciones de 10 real 0 las diferencias cualitativas, las diferen­cias de naturaleza. Hay una diferencia de naturaleza entreel espacio y la duracion, la materia y la memoria, el pre­sente y el pasado, etc. Esta diferencia no la descubrimosmas que a fuerza de descomponer los mixtos dados en laexperiencia, yendo mas alla del «giro». Descubrimos lasdiferencias de naturaleza entre dos tendencias actuales,entre dos direcciones actuales en estado puro que se re­parten cada mixto. Es el momento del dualismo puro 0

de la divisiôn de los mixtos.2. Pero ya vemos que no basta con decir que la dife­

rencia de naturaleza se da entre dos tendencias, entre dosdirecciones, entre el espacio y la duraciôn... Porque unade ambas direcciones toma sobre si todas las diferenciasde naturaleza, recayendo en la otra direccion, en la otratendencia todas las diferencias de grado. La duracion

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comprende todas las diferencias cualitativas hasta el pun­to de definirse como alteracion en relacion consigo mis­ma. Es el espacio el que experimenta exclusivamente di­ferencias de grado, hasta el punto de aparecer como el es­quema de una divisibilidad indefinida. De igual modo laMcmoria es esencialmente diferencia y la materia esen­cialmente repeticiôn. Por eso ya no hay diferencia de na­turaleza entre dos tendencias, sino diferencia entre dife­rcncias de naturaleza que corresponden a una tendencia ydiferencias de grado que remiten a la otra. Es el momen­to del dualismo neutralizado, compensado

3. La duracion, la memoria 0 el espïritu, es la dife­rcncia de naturaleza en si y para si, y el espacio, 0 la ma­teria, es la diferencia de grado fuera de si y para nosotros.lntre ambas se dan todos los grados de fa diferencia 0, si seprefiere, toda fa naturaieza de fa diferencia. La duraciôn nocs otra cosa que el grado mas contraïdo de la materia y lamateria es el grado mas distendido de la duraciôn. Perol'or otra parte la duracion es como una naturaleza natu­rante y la materia como una naturaleza naturada. Las di­tcrencias de grado son el grado mas bajo de la Diferencia;l.is diferencias de naturaleza son la naturaleza mas eleva­da de la Diferencia. No hay ya dualismo alguno entre lanaturaleza y los grados. l'odos los grados coexisten enuna misma Naturaleza, que se expresa por un lado en lasdiferencias de naturaleza y por el otro en las diferenciasde grado. Este es el momento del monismo: todos losgrados coexisten en un solo Tiernpo, que es la naturalezaen si misma'. No hay contradicciôn entre este monismo

Este «naturalismo» ontoJ6gico aparcce c1aramente en \IR (sobre la l\atu­r.ilcza naturante y la Naturaleza naturada, cfr. 1024, SC)). Es aqui donde aparece1.\ nocion, extrana en apariencia, de «plan( 0) de la naturaleza» (1022, 54). ;\ pe­<ar de ciertas expresiones de Bergson (cquc rido por la naturalcza», 1029, Cl.)),no es precise intcrpretar esta nocion en un sentido demasiado finalista: hav mu­chos plan(e/o)s y cada uno corresponde, como verernos, a uno de los grados 0

niveles de contraccion que coexisren conjuntamente en la duracion. \Us que a

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y el dualismo coma momentos deI método. Porque ladualidad era valida entre tendencias actuales, entre direc­ciones actuales que conducen mas alla dei primer giro dela experiencia; pero la unidad se l1eva a cabo en un se­gundo giro: la coexistencia de todos los grados, de todoslos niveles es virtual, solamente virtual. El punto de uni­ficacion es virtual. Dicho punto no carece de semejanzacon el Uno-Todo de los platonicos, Todos los niveles dedistension y de contraccion coexisten en un Tiempo uni­co y forman una totalidad; pero este Todo y este Unoson virtualidad pura. Este Todo tiene partes y este Unotiene un numero, pero solamente en potencia ', Por esoBergson no se contradice cuando habla de intensidades 0

de grados diferentes en una coexistencia virtual, en unTiernpo unico, en una Totalidad simple.

* * *

Esta filosofia supone que la nocion de virtual deja deser vaga e indeterminada. Es necesario que tenga en simisma un maximo de precision. Esta condicion solo sepuede cumplir si a partir dei monismo somos capaces derecobrar el dualismo y dar razon de él sobre un nuevopIano. Sera, por tanto, necesario afiadir a los tres 010­

mentos anteriores un cuarto momento, el deI dualismorecobrado, dominado y, en cierto modo, engendrado.

2Qué quiere decir Bergson cuando habla de impu/so vi­ta!? Se trata siempre de una virtualidad que se esta actua­lizando, de una simplicidad que se esta diferenciando, de

un proyecto a a un fin, la palabra plane0) remite a los cortes, a las secciones deicano.

1 Seglin Bergson, la palabra «Toda» tiene un sentido, pero a condiciôn de JlO

designar algo actual, Bergson recuerda constantemente que el Toda no estadada. La que no significa que la idea de todo esté desprovista cie sentido, sinoque designa una virtualidad cuyas partes actualcs no se de jan totalizar.

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una totalidad que se esta dividiendo: la esencia de /.1 \1,:.:consiste en proceder «por disociacion y desdoblamicnto »,

por «dicotomïa» '. En los ejemplos mas conocidos la vid.;se divide en planta y animal; el animal se divide en instinto e inteligencia; el instinto, a su vez, se div ide en muchasdirecciones, que se actualizan en especies diversas; la in­te1igencia misma tiene sus modos 0 sus actualizacionesparticulares. Todo acontece coma si la Vida se confun­diera con el movimiento mismo de la diferenciacion enseries ramificadas. Este movimiento se explica sin dudal'or la insercion de la duracion en la materia: la duracionse divide segun los obstâculos que encuentra en la mate­ria, seglin la materialidad que atraviesa, seglin el génerode extension [como accion de extender] que contrae.Pero la diferenciacion no tiene solamente una causa ex­terna. La duracion se diferencia en si misma por unafuerza interna y explosiva: solo se afirma y se prolonga,solo avanza en series ramosas y ramificadas". La Dura­cion se l1ama precisamente vida cuando se muestra eneste movimiento. 2Por qué la diferenciacion es una «ac­tualizacion»? Porque supone una unidad, una totalidadprimordial y virtual que se disocia segun las lineas de di­tcrenciacion, pero que sigue dando testimonio en cada \i­nea de su unidad, de su totalidad subsistentes. De estemodo, cuando la vida se divide en planta y animal, cuan­do el animal se divide en instinto y en inteligencia, cadal.ido de la division, cada ramificacion, arrastra consigo eltodo bajo un determinado aspecto, coma una nebulosi­.lacl que la acompafia, testimoniando su origen indiviso.

. Cfr. IL, 571, 90; Y \IR, 1225,313: «La cscncia de una tendencia vital es·".,rrull<lfse en forma de haz, creando par cl solo hecho de su crecimiento di­

' .. ll' )[les divergentes entre las que se reparte el impulso.» Sobre el primadode una Totalidad en principio indivisa, de una Lnidad 0 de una Simplici­

" :. âr. Le, 571-572,90-91; 595, 119 («]a identidad original»)..«. 5-8, 99.

99

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Por eso hay una aureola de instinto en la inteligencia,una nebulosa de instinto en la inteligencia, un algo deanimico en las plantas, un algo de vegetativo en los ani­males". La diferenciaciôn es siempre la actualizaciôn deuna virtualidad gue persiste a través de sus lïneas diver­gentes actuales.

Encontramos de nuevo agui un problema propio deibergsonismo: hay dos tipos de division gue es preciso noconfundir. Seglin el primer tipo partimos de un mixto,por ejemplo de la mezcla espacio-tiempo, 0 de la mezclaimagen-percepciôn e imagen-recuerdo. Este mixto 10 di­vidimos en dos Iïneas divergentes actuales gue difierenen naturaleza y gue prolongamos mas alla dei giro de laexperiencia (materia pura y duraciôn pura, 0 bien presen­te puro y pasado puro). Pero en este momento estamoshablando de otro tipo de division completamente distin­to: nuestro punto de partida es una unidad, una simplici­dad, una totalidad virtual. Es esta unidad la gue se actua­liza siguiendo lïncas divergentes gue difieren en naturale­za; es ella la gue «explica» y desarrolla 10 gue tenia vir­tuai mente envuelto. Por ejemplo, la duracion pura se di­vide a cada instante en dos direcciones, una de las cualeses el pasado y la otra el presente; 0 bien, el impulso vitalse disocia a cada instante en dos momentos, una de dis­tension gue se hunde de nuevo en la materia y otro decontraccion gue de nuevo se eleva hasta la duraciôn. Ve­mos como las lïneas divergentes obtenidas en los dos ti­pos de division coinciden y se superponen, 0 al menos secorresponden estrechamente: en el segundo tipo de divi­sion encontramos de nuevo diferencias de naturaleza

" En efecto, los productos de la diferenciacion no son nunca completamen­te puros en la experiencia. Ademas, cada Iïnea «compensa» la que tiene de exclu­sivo. Par cjernplo, la linea que termina en la inteligencia suscita en los seres in­teligentes un equivalente deI instinto, un «instinto virtual» representado por la

(abu/ar/dlJ (cff. :\IR, 1068, 114).

100

idénticas 0 anâlogas a las determinadas segtin c: 'V" .~. "­

tipo. En ambos casos se critica una vision dei mundo '-:_~

retiene solamente diferencias de grado alli donde rr.a­

profundamente hay diferencias de naturaleza". En amlx»casos se determina un dualismo entre tendencias gue dl­fieren en naturaleza. Pero no se trata en modo alguno delmismo estado de dualismo; no se trata en modo algunode la misma division. En el primer casa se trata de undualisme reflexivo gue proviene de la descomposicion de unmixto impuro: constituye el primer momento dei método.1.n el segundo casa se trata de un dualismo genético naci­dr) de la diferenciacion de un Simple 0 de un Puro: forma el ulti­mo momento del método, gue por fin recobra el puntode ;Jartida sobre ese nuevo plano.

L" na pregunta se impone entonces, cada vez con mas.nsistencia: 2cuâl es la naturaleza de este Virtual uno y'Impie? 2Cômo se explica gue la filosofia de Bergson, pri­.ncramente en les Données immédiates y después en Matière< .slemoire, haya dado tanta importancia a la idea de vir­.u.ilidad en el momento en gue recusaba la categoria de:"\( .sibilidad? La razon esta en gue 10 «virtual» se distingue:c 10 «posible» al menos desde dos puntos de vista. En_~"ceto, desde un determinado punto de vista 10 posible es

, contrario de 10 real, se opone a 10 real; pero también 10. : rt ual se opone a 10 actual, 10 cual es algo completamen­.~ .Iistinto. Debemos tomar en serio esta terminologia: 10", «ible no tiene realidad (aungue pueda tener una actua-. :.ld); inversamente, 10 virtual no es actual, pero posee

-»: .uanto tal una realidad. También agui la mejor formula·'.:~.l definir los estados de virtualidad sera la de Proust:

:-~'.des sin ser actuales, ideales sin ser abstractos». Por':-.1 parte, desde un punto de vista distinto, 10 posible es

-.':f.1O reproche que Bergson dirige a los fil6sofos de la Naruraleza es el'~,!X'r visto sino diferencias de grado sobre una misma lïnea en la evolu

: .litcrenciacton: EC, 609, 136.

101

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..

10 que se «realiza» (0 no se realiza); ahora bien, el procesode realizacion esta sometido a dos reglas esenciales, la dela semejanza y la de la limitacion. La razon estriba en quese considera que 10 real es a imagen de 10 posible que rea­liza (solo tiene de mas la existencia 0 la realidad, 10 cualse traduce diciendo que desde el punto de vista delconcepto no hay diferencia entre 10 posible y 10 real).y como no todos los posibles se realizan, la realizacionimplica una limitacion por la que determinados posiblesse consideran rechazados 0 impedidos, mientras otros«pasan» a 10 real. Lo virtual, por el contrario, no tieneque realizarse sino que actualizarse; y la actualizacion yano tiene como reglas la semejanza y la limitacion, sino ladiferencia 0 la divergencia y la creacion. Cuando ciertosbiologos invocan una nocion de virtualidad 0 de poten­cialidad organica y mantienen, sin embargo, que dichapotencialidad se actualiza por simple limitacion de su ca­pacidad global, es claro que caen en una confusion de 10virtual y 10 posible". Porque 10 virtual no puede procederpor eliminacion 0 limitacion para actualizarse, sino quedebe crear sus propias lïncas de actualizacion en actos po­sitivos. La razon de esto es simple: mientras que 10 reales a imagen y semejanza de 10 posible que realiza, 10 ac­tuaI por el contrario no se parece a la virtualidad que en­carna. La diferencia es 10 primero en el proceso de actua­lizacion -la diferencia entre 10 virtual de que se parte ylos actuales a los que se llega, y también la diferencia en­tre las lïneas complementarias seglin las cuales se Ileva acabo la actualizacion. En resumen, 10 propio de 10 virtuales existir de tal forma que solo se actualiza diferenciando­se, que se ve forzado a diferenciarse, a crear sus lineas dediferenciacion para actualizarse.

c:Por qué recusa Bergson la nocion de posible en bene-

, Dentro deI terreno filosofico, se encontrarîa en un sistema corne el deLeibniz un titubeo semejante entre estos dos concertos de virtual y de posiblc.

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ficio de la de actual? Porque, precisamente en virtud delos caracteres precedentes, 10 posible es una falsa nocion,fuente de falsos problemas. Se supone que 10 real se leasemeja, es decir, que se da un real ya hecho, preforma­do, que preexiste a si mismo y que pasara a la existenciasiguiendo un orden de limitaciones sucesivas. Esta ya tododado, todo 10 real en imagen, en la pseudoactualidad de 10posible. El juego malabar se hace entonces evidente. Sidecimos que 10 real se asemeja a 10 posible, c:no 10 deci­mos porque de hecho hemos esperado a que 10 real surjapor sus propios medios, para «retroyectar» una imagenficticia del mismo y pretender que, antes de surgir, eraposible en todo momento? En realidad no es 10 real 10que se asemeja a 10 posible, sino que es 10 posible 10 quese asemeja a 10 real. La razon esta en que 10 posible esabstraïdo de 10 real cuando éste ha surgido; es abstraidoarbirrariamente de 10 real como un doble estéril". A par­tir de aqui ya no se comprende nada ni dei mecanismo dela diferencia, ni dei mecanismo de la creacion,

La evolucion tiene lugar de 10 virtual a los actuales. Laevolucion es actualizacion y la actualizacion es creacion.(:uando se habla de evolucion biologica 0 de los seres vi­vos, es preciso evitar dos contrasentidos: 0 bien el de in­terpretarla en términos de «posible» que se realiza, 0 bienel de interpretarla en términos de puros actuales. El pri­mer contrasentido aparece evidentemente en el prefor­mismo. Y contra el preformismo siempre tendra el evo­lucionismo el mérito de recordar que la vida es produc­cion, creacion de diferencias. Todo el problema estribaen la naturaleza y en las causas de estas diferencias. Cier­tamente estas diferencias 0 variaciones vitales las pode­mos concebir como puramente accidentaies. Pero tresobjeciones surgen contra esta interpretacion: 1.0 estas va-

, Cfr. P\I, «Le possible et le réel»,

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riaciones, por pequefias que sean, al ser debidas al azar,permanecerian exteriores e «indiferentes» unas respectade otras; 2.0 al ser exteriores, lôgicamente solo podrianentrar unas con otras en relaciones de asociacion y deadicion; 3.0 al ser indiferentes, ni siquiera tendrian real­mente el medio de entrar en relaciones de ese tipo (por­que no habria razon alguna para que pequenas variacio­nes sucesivas se encadenen y se adicionen en una mismadireccion, ni tampoco para que variaciones bruscas y si­multaneas se coordinen en un conjunto vivible) la. Aun­que se invoque la accion del medio y la influencia de lascondiciones exteriores, las tres objeciones subsisten bajootra forma. La razon esta en que las diferencias todaviason interpretadas en la perspectiva de una causalidad pu­ramente exterior: en su naturaleza serian solo efectos pa­sivos, elementos abstractamente combinables 0 adiciona­bles; en sus relaciones, sin embargo, serian incapaces defuncionar «en bloque» para poder dominar 0 utilizar suscausas Il.

El error del evolucionismo consiste, pues, en concebirlas variaciones vitales como otras tantas determinacionesactuales, que deberian entonces combinarse sobre unaunica y misma lïnea. Las tres exigencias de una filosofiade la vida son las siguientes: I.v La diferencia vital solopuede ser vivida y pensada como diferencia interna; uni­cam ente en este sentido la «tendencia a carnbiar» no esaccidentaI y las variaciones encuentran en dicha tenden­cia una causa interior. 2.0 Estas variaciones no entran enrelaciones de asociaciôn ni de adicion sino, por el contra­rio, de disociacion 0 de division. 3.0 Implican, por tanto,una virtualidad que se actualiza siguiendo lineas de diver-

III EC, 549-554,' 64-70.II EC, 555, 72: «ximo habria podido una encrgia fisica cxterior, la luz por

ejernplo, «convertir una impresion dejada por ella en una maquina capaz de uti­Iizaria»?

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gencia, de tal modo que la evolucion no va de un térmi­no actual a otro término actual en una serie unilineal ho­mogénea, sino de un virtual a los términos heterogéneosque 10 actualizan a 10 largo de una serie ramifi­cada 12,

Pero habra que preguntarse corno 10 Simple 0 10 Uno,la «identidad original», tiene el poder de diferenciarse.Precisamente la respuesta esta contenida ya en Matière etJ/émoire. y el encadenamiento de L'Évolution créatrice conJ11atière et Mémoire es perfectamente riguroso. Sabernosque 10 uirtual en cuanto virtual tiene una realidad; esta rcali­dad, extendida a todo el uni verso, consiste en todos losgrados coexistentes de distension y de contracciôn: gi­gantesca memoria, cono universal, donde todo coexisteconsigo con mas 0 menos diferencia de nivel; y en cacianivel algunos «puntos brillantes» como puntos notablesque le son propios. Todos estos niveles 0 grados y estospuntos son virtuales. Pertenecen a un Tiempo unico,coexisten en una unidad, estan envueltos en una Simpli­cidad, forman las partes en potencia de un Todo virtual.Son la realidad de este uirtuai. Este era el sentido de la teo­ria de las multiplicidades virtuales, que animaba al berg­sonismo desde el principio. Cuando la virtualidad se ac­tualiza, se diferencia, se «desarrolla», cuando actualiza ydesarrolla sus partes, 10 hace seglin lïneas divergentes,pero correspondiendo cada Iïnea a tal 0 cual grado en latotalidad virtual. Aqui ya no se da coexistencia alguna;solamente hay lfneas de actualizacion, unas sucesiuas, otras

12 Sin duda, la idea de lineas divergentes 0 de series ramificadas no cs desco­nocida por los taxonomistas desde el siglo XVlII. Pero 10que a Bergson le impor­ta es que estas divergencias de direcciones solo se pucdcn interpretar bajo lapcrspectiva de la actualizacion cie un virtual. Seglin R. Ruyer, hov en dia se cn­contranan exigencias analogas a las de Bergson: apclacion a un «potencialtrans-espacial, mnémico e inventivo», rechazo cie la inrerpretacion de la evolu­cion en términos puramcnte actuales (cfr. E.Jément de psychobioloJ!,ie, Presses L ni­versitaires de France).

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simuùdneas, pero que representan cada una de ellas una ac­tualizacion dei todo en una direccion y no se combinancon las otras lîneas 0 las otras direcciones. No obstante,cada una de estas lîneas corresponde a uno de esos gra­dos que coexiste con todos en 10 virtual; actualiza el niveldei mismo separandolo de los demis; encarna sus puntosnotables, ignorando todo 10 que pasa en los otros nive­les I.~. Debemos pensar que cuando la duracion se div idecn materia y vida y la vida a su vez en planta y animal, seactualizan diferentes niveles de contraccion, que solocoexistîan en cuanto permanecîan virtuales. y cuando elinstinto animal se div ide en instintos diversos, 0 cuandoun instinto particular se div ide en especies, todavîa se se­paran niveles 0 se recortan actualmente en la region delanimal () dei género. Y no se ha de creer que las lîneas de,lctualizacion se contentan con calcar y reproducir porsimple semejanza los niveles 0 grados virtuales de disten­sion 0 de contraccion, por muy estrechamente que se co­rrespondan, pues 10 que coexistîa en 10 virtual deja decoexistir cn la actual y se distribuye en lîneas 0 partes nosumables, cada una de las cuales retiene el todo, aunquebajo un determinado aspecto, bajo un determinado puntode vista. También estas lîneas de diferenciacion son ver­daderamente creadoras: solo actualizan por invencion yen estas condiciones crean el representante fïsico, vital 0

psîquico del nivel ontologico que encarnan.Si retenemos solamente los actuales que dan término a

1 \ (:uando Bergson dice (EC, ()f.7, 1CJ8): «Parcce como si la vida, dcsdc elmomento en que se contrae en una especie determinada, percliera contacta concl reste: de l'ILl misma, exceptuando uno 0 dos puntos de intcrés para la especleque ;lclha de nuccr. "CÔmo no ver que la vida procede aqui como la concienciaen general, como la memoria?», el lector debe pensar que estos puntos corrcs­pondcn a los puntos brillantes que destacan en cada nivel del cono. Cada lineade diferenci:lCiÔn 0 de actualizaciÔn constituye, par tanto, un «plan(0) de la na­t ur.rlcz.i» llue rctornu a su modo una scccion 0 nivel virtuales (cfr. mas arriba,

pâg. (n, n. 2).

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cada lînea, entonces establecemos entre ellos relacionesya sea de gradacion ya sea de oposicion: entre la planta;el animal, por ejemplo, 0 entre el animal y el hombresolo veremos diferencias de grado. 0 bien introducire­mos en cada uno de ellos una oposicion fundamental: ve­remos en uno el negativo del otro, la inversion deI otro 0

el obstaculo que se opone al otro. Sucede a menudo queBergson se expresa asî, en términos de contrariedad: lamateria es presentada como el obstaculo que el impulsovital debe superar y la materialidad, como la inversiondel movimiento de la vida 14. Sin embargo, no hay quepensar que Bergson vuelve de nuevo a una concepcionde 10 negativo que habïa denunciado anteriormente,como tampoco vuelve a una teorïa de las degradaciones.Es suficiente colocar los términos actuales en el movi­miento que los produce y relacionarlos con la virtualidadque se realiza en ellos, para ver que la diferenciacion noes una negacion sino una creacion y que la diferencianunca es negativa sino esencialmente positiva y creadora.

* * *

Siempre encontramos leyes comunes en estas lîneas deactualizacion 0 de diferenciacion. Entre la vida y la mate­ria, entre la distension y la contraccion, hay una correla­cion que da testimonio de la coexistencia de sus gradosrespectivos en el Todo virtual y de su relatividad esencialen el proceso de actualizacion. Cada lînea de la vida se re­laciona con un tipo de materia, que no solo es un medioexterior, sino que en funcion deI mismo el ser vivo se fa­brica un cuerpo, una forma. Por esta razon el ser vivoaparece, en relacion con la materia, ante todo como plan­teamiento de problema y capacidad de resolver proble-

I~ Sobre este vocabulario negativo, cfr. EC, todo el cap. Ill.

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mas: la construcci6n de un ojo, por ejemplo, es ante todola solucion de un problema planteado en funcion de laluz 1S• y en cada momento se dira que la solucion era lamejor posible, de acuerdo con la forma en que el proble­ma estaba planteado y con los medios de que disponïa elser vivo para resolverlo. (De este modo, si se comparaun instinto semejante en especies diversas, no se deberaafirmar que es mas 0 menos completo, que esta mas 0menos perfeccionado, sino que es tan perfecto coma le esposible en grados diverses)!". Sin embargo, es evidenteque no toda solucion vital es en sf un éxito: al dividir elanimal en dos, artr6podos y vertebrados, no hemos teni­do en cuenta otras dos direcciones, equinodermos y mo­luscos, que para el impulso vital son un fracaso !". Todosucede coma si los seres vivos, también ellos, se plantea­ran falsos problemas en los que corren el riesgo de per­derse. Mas aün, aunque toda solucion es un éxito relativoen relacion con las condiciones del problema 0 del me­dio, es todavla un fracaso relativo en relaci6n con el mo­vimiento que la inventa: la vida coma movimiento se alienaen la forma material que suscita; al actualizarse, al diferen­ciarse, pierde «contacte con el resta de sf misma». Portanto, cada especie es una detencion del movimiento; ha­brïa que decir que el ser vivo gira sobre sf mismo y se cie­rra'>. No puede ser de otro modo, pues el Todo es s610

l'Esta caracterïstica de la vida, planteamiento y solucion de problema, lepan.:cc a Bergson mas importante que la determinaci6n negativa de necesidad.

ln EC, 640, 172; \IR, 10H2, U2 («...en cada detencion, una combinaci6nperfecta en su género»).

17 EC, ô06, LE1~ Sobre la oposici6n vida-forma, EC, 603 y ss., 129 y ss.: «Como torbellinos

de polvo que el viento levanta al pasar, los seres vivos giran sobre sf mismos,supendidos deI gran soplo de la vida. Son, par tanto, relativamenre estables e,incluso, imitan de un modo tan perfecto la inmovilidad...» Sobre la especiecomo «detcncion», \IR, 115.), 221. Este es el origen de la nocion de cerrado, queva a tornar una enorme impartancia en el estudio de la sociedad humana. La ra­zon esta en que, desde un determinado punto de vista, el hombre se ha vuelto

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virtual, se divide al pasar al acto, y no puede parecerse asus partes actuales, las cuales permanecen exteriore~ unasa otras: el Todo nunca esta «dado» y en 10 actual reina unpluralismo irreductible tanto de mundos coma de seresvivos, todos ellos «cerrados» sobre si mismos.

Pero, desde otro punto de vista, debemos alegrarnosde que el Todo no esté dado. Este es el tem.a constante d~l

bergsonismo desde el principio: la confusion d~l espacioy del tiempo, la asimilacion del tiempo al espaClo nos ha­cen creer que todo esta dado, aunque solo sea de dere­cho, aunque solo sea bajo la mirada de un Dios. y es é~te

ciertamente el error comun del mecanicismo y del finalis­mo. El primero supone que todo es calculable en funcionde un estado; el segundo, que todo es determinable enfuncion de un programa. Tanto en uno coma en otro eltiempo es coma una pantalla que oculta .10 eterno ? qu.enos presenta sucesivamente 10 que un DlOS 0 una inteli­gencia sobrehumana verian de un solo golpe 19. Ahorabien, esta ilusion es inevitable desde el momento en queespacializamos el tiempo. En el espacio, efectivam~nte,

basta con disponer de una dimension suplementana d.eaquellas en las que ocurre el fenomeno, para que el mOVI­miento que se esta haciendo se nos presente como unaforma ya hecha. Si consideramos el tiempo coma unacuarta dimension del espacio, supondremos que estacuarta dimension contiene en bloque todas las formasposibles del universo; y el movimiento en el espaci~ aligual que el transcurrir en el tiempo seran solo apanen­cias ligadas a las tres dimensiones?". Pero 10 qu~ en v~r­

dad significa que el espacio real solo tenga tres dimensio-

sobre si, se ha cerrado sobre si, en circulo, no menos que los dcmas animales: sedira que esta «cerrado». Cfr. :--'lR, 1006, 34; 1193, 273.

\y EC, 526-528, 37-40."0 OS, 203 y ss. (sobre cl ejemplo de la «curva plana» y de la «curva de tres

dirnensiones»).

110

nes y que el Tiempo sea solo una dimension del espacioes 10 siguiente: hay una eficacia, una positividad del tiem­po, que se confunde con un ««titubeo» de las cosas y, poreso mismo, con la creacion en el mundo".

Es cierto que hay un Todo de la duracion. Pero estetodo es virtual. Se actualiza segûn lineas divergentes; masprecisamente estas lineas no forman un todo por sucuenta ni se asemejan a 10 que actualizan. Entre el rneca­nicismo y el finalismo es éste preferible bajo la condicion desometerio a dos correcciones. Por una parte, se tiene razoncuando se compara al ser vivo con todo el universo; perose esta equivocado cuando se interpreta esta comparacioncoma si expresara una especie de analogia entre dos tota­lidades cerradas (macrocosmos y microcosmos). Si el servivo tiene finalidad, la tiene por el contrario en la medidaen que esta esencialmente abierto a una totalidad tambiénabierta: «la finalidad es externa 0 no es nada en absolu­tO»22. La comparacion clasica cambia, por tanto, de senti­do: ya no se cierra el todo a modo de un organismo; es elorganismo el que se abre a un todo a modo de este todovirtual.

Por otra parte, tenemos ciertamente una prueba de lafinalidad en la medida misma en que se descubren actua­lizaciones semejantes, estructuras 0 mecanismos idénticossobre lineas divergentes (por ejemplo, el ojo en el molus­co y en el vertebrado). El ejemplo sera tanto mas signifi­cativo cuanto mas separadas estén las lineas y mas seme­jante sea el organo obtenido a través de medios deseme­jantes-". Se ve aqui corne en los procesos de actualizacion

"lOS, 84: «un cierto titubeo 0 indeterminacion inherente a una parte deter­minada de las casas», y que se confunde con «la evolucion creadora».

"" EC, 529, 4l.2' EC, 541 y S5., 55 y S5. (<<tCÔmo suponer que causas accidentales, presen­

tandose en un orden accidentai, hayan Ilegado muchas veces al mismo resulta­do, siendo las causas infinitas en numero y el efecto infinitamente complica-

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la categoria misma de semejanza se encuentra subordina­da a la de divergencia, de diferencia 0 de diferenciaciôn.Aunque las formas 0 productos actuales pueden parecer­se, ni los movimientos de actualizaciôn se parecen, ni losproductos se asemejan a la virtualidad que encarnan. Poreso la actualizaciôn y la diferenciaciôn son una verdaderacreaciôn. Es preciso que el Todo cree las lineas divergen­tes segûn las cuales se actualiza y los medios deseme jantesque utiliza en cada lïnea. Hay finalidad, porque la vida noopera sin direcciones; pero no hay «fin», porque dichasdirecciones no preexisten ya hechas, sino que son creadas«al par» del acta que las recorre". Cada lïnca de actuali­zaciôn corresponde a un nivel virtual; pero debe inventarcada vez la figura de esta correspondencia, crear los me­dios para el desarrollo de 10 que solo estaba envuelto,para la distinciôn de 10 que estaba confuso.

* * *

La Duraciôn, la Vida, es de derecho memoria, es dederecho conciencia, es de derecho libertad. De derechosignifica virtualmente. Toda la cuestion (quid Jacti?) estaen saber bajo qué condiciones la duracion llega a ser dehecho conciencia de si, corne la vida accede actua/mente auna memoria y a una libertad de hecho-". La respuesta deBergson es ésta: el impulso vital solo «pasa» con éxito so­bre la linea del Hombre; en este sentido el hombre es sinlugar a dudas «la razon de ser del desarrollo en su totali­dad»?". Se dira que en el hombre y solo en el hombre 10actual se adecûa a 10 virtual; se dira que el hombre es ca-

do?») 1.. Cuénot ha expucsto todo tipo de cjernplos en cl sentido de la reorrahcrgsonlana: cfr. [numtion etfinalité en bi/~~ie.

2~ EC, 538, 51.Ur. U:, CAl), 182; LS, 818 Yss., 5 \ ss.

20 \IR, 1154,221

112

paz de recobrar todos los niveles, todos los grados de dl~­

tension y contracciôn que coexisten en el Todo virtual.Como si fuera capaz de todos los frenesies y lograra quesucediera en él todo 10 que, en otra parte, solo se puedeencarnar en especies diversas. Hasta en sus suenos reco­bra 0 prepara la materia. Y las duraciones que le son in­feriores 0 superiores le son también interiores. El hom­bre crea, por tanto, una diferenciaciôn que es valida parael Todo, y solo él traza una direccion abierta capaz de ex­presar un todo abierto. Mientras que las demas direccio­nes se cierran y giran en redondo y a cada una le corres­ponde un «plan(0)>> de la naturaleza distinto, el hombrepor el contrario es capaz de entremezclar los pianos y so­brepasar su propio plane como su propia condiciôn, paraexpresar finalmente la Naturaleza naturante".

2De donde proviene este privilegio del hombre? A pri­mera vista su origen es humilde. Al ser toda contraccionde la duracion relativa a una distension y toda vida relati­va a una materia, el punto de partida esta en un deterrni­nado estado de la materia cerebral. Recordemos que ésta«analizaba» la excitacion recibida, seleccionaba la reac­cion y hacia posible una separacion entre la excitaciôn y lareacciôn. Nada sobrepasa aqui las propiedades fïsico­quimicas de una materia particularmente complicada.Pero es toda la memoria, como ya hemos visto, la quedesciende en esta separaciôn y llega a ser actual. Es todala libertad la que se actualiza. Sobre la linea de diferencia­cion dei hombre ha sabido el impulso vital crear un ins­trumento de libertad, «fabricar una mecanica que triunfa­se sobre el mecanicismo», «ernplear el determinismo de lanaturaleza para pasar a través de las mallas de la red que

27 Sobre el hombre que engai'la a la Naturaleza, desborda su «planfo)» y al­canza la Naturaleza naturante, cfr. \lR, 1022-1029, 55-CA. Sobre el rebasa­miento por el hombre de su condici6n, :-'lR,passim, y P\l, 1425,218.

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él mismo habia tendidos". La libertad tiene precisamen­te este sentido fisico: «hacer detonar» un explosivo, utili­zarlo para movimientos cada vez mas potentes".

Pero ten qué parece desembocar este punto de parti­da? En la percepci6n; y también en una memoria utilita­ria, pues los recuerdos utiles se actualizan en la separa­cion cerebral; y en la inteligencia como 6rgano de domi­nio y utilizaci6n de la materia. Se comprende incluso quelos hombres formen sociedades -no que la sociedad seasolo 0 esencialmente inteligente. Sin duda las sociedadeshumanas implican desde su origen una cierta compren­sion inteligente de las necesidades, una cierta organiza­cion racional de las actividades. Pero se forman tambiény solo subsisten por factores irracionales 0 incluso absur­dos. La obligaci6n, por ejemplo, carece de fundamentoracional. Cada obligaci6n particular es convencional ypuede rozar el absurdo. Lo unico fundado es la obliga­cion de tener obligaciones, el «todo de la obligacion»;pero no esta fundada en la raz6n sino en una exigenciade la naturaleza, en una especie de «instinto virtual», esdecir, en una contrapartida que la naturaleza suscita en elser razonable para compensar la parcialidad de su inteli­gencia. Cada lïnea de diferenciaci6n, aun siendo exclusi­va, tiende a alcanzar por los medios que le son propioslas ventajas de la otra linea. De este modo el instinto y lainteligencia, en su separaci6n, son tales que aquél suscitaen si un sucedaneo de inteligencia y ésta un equivalentede instinto. Esta «es la funci6n fabuladora»: instinto vir­tual, creador de dioses, inventor de religiones, es decir,de representaciones ficticias «que haran frente a la repre­sentacion de 10 real y que, por mediaci6n de la inteligen­cia misma, contrarrestaran con éxito el trabajo intelec-

2~ EC, 719, 264.2Y ES, 825-826, 14-15.

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tual». Y al igual que la obligaci6n, todo dios es contin­gente 0 incluso absurdo; pero tener dioses, el pante6n delos dioses, es natural, necesario y fundado". En resu­men, se dira que la sociabilidad (en el sentido humano)solo puede existir en seres inteligentes; pero no se fundaen su inteligencia: la vida social es inmanente a la inteli­gencia, comienza con ella, mas no deriva de ella. Desdeeste momento nuestro problema parece que se complicaen lugar de resolverse, pues si consideramos la inteligen­cia y la sociabilidad en su complementariedad y a la vezen su diferencia, nada hay aiin que justifique el privilegiodel hombre. Las sociedades que forma son tan cerradascomo las especies animales y participan de una plan(0) dela naturaleza en la misma medida que las especies y lassociedades animales. y el hombre gira en redondo den­tro de su sociedad al igual que las especies sobre si mis­mas 0 las hormigas sobre su propio camp031. Parece quenada aqui puede conferirle al hombre la abertura excep­cional anteriormente anunciada, es decir, el poder de so­brepasar su «plan( 0)>> y su condici6n.

A menos que esta especie de juego de la inteligencia yde la sociedad, esta pequefla separacion entre las dos seaun factor decisivo. Ya la pequefla separaci6n intracere­bral hacïa posible la inteligencia y la actualizaci6n de unamemoria ûtil; mas aun, gracias a esa separaci6n el cuerpoimitaba la vida del espiritu en su totalidad y podïamosinstalarnos de un salto en el pasado puro. Nos encontra­mos ahora ante una separacirJn distinta, intercerebral, entrela inteligencia y la sociedad: tno es este «titubeo» de la in­teligencia el que va a poder imitar el «titubeo» superiorde las cosas en la duraci6n y permitir al hombre romperde un salto el cïrculo de las sociedades cerradas? A pri-

1(1 ?-.IR, 1145, 211. Sobre la funcion fabuladora y el instinto virtual, 10(>7v 55., 113 v 55., v 1076, 124. Sobre la obligacion y el instinro virtual, 998, 23.. li ?-.IR:l00~ 34.

115

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mera vista, no. Pues si la inteligencia titubea y a veces serebela, 10 hace en principio en nombre de un egoismoque intenta preservar contra las exigencias sociales 32. Lasociedad se hace obedecer gracias a la funciôn fabuladoraque persuade a la inteligencia de que ratificar la obliga­cion social es de su interés. Parece que en todo momentose nos remite de un término al otro. Pero todo cambia enla medida en que algo viene a insertarse en la separaciôn.

~Qué es 10 que viene a insertarse en la separacion inte­ligencia-sociedad (al igual que la imagen-recuerdo se in­sertaba en la separaciôn cerebral propia de la inteligen­cia)? No podemos responder: es la intuicion, En efecto,se trata mas bien de llevar a cabo una génesis de la intui­cion, es decir, se trata de determinar la forma en que lainteligencia misma se convierte 0 es convertida en intui­cion, Y si recordamos, de acuerdo con las leyes de la di­ferenciaciôn, que la inteligencia, aunque se separa del ins­tinto, conserva sin embargo un equivalente de instintoque seria como el nuclee de la intuicion, no estamos di­ciendo nada serio, porque este equivalente de instinto seencuentra por completo movilizado en la sociedad cerra­da en cuanto tal por la funciôn fabuladora 33. La verdade­ra respuesta de Bergson es muy distinta: 10 que viene ainsertarse en la separaciôn es la emociôn. En esta respuesta«no tenemos eleccion»>', Solo la emocion difiere en natu­raleza al mismo tiempo de la inteligencia y del instinto,del egoismo individual inteligente y de la presion social

12 ;\CIR, 1053, 94; 1153, 222.11 Sin embargo, Bergson sugiere esta explicacion en determinados tcxtos,

por ejemplo :\IR, 1155, 224. Pero tiene solarnente un valor provisional.,14 ;\CIR, J008, 35 (La teorfa de la emocion creadcra es tanto mas importante

cuanto que le da a la afectividad un estatuto dei que carecia en las obras prece­dentes. En Les Données immédiates la afectividad tendia a confundirse con la du­racion en general. En Matière et Afémoire, por el contrario, tenia un papel muchomas preciso, pero era impura y mas bien dolorosa). Sobre la ernocion creadoray sus relaciones con la intuicion hay que hacer referencia al estudio de M. Gou­hier en L 'histoire et saphilosophie (Vrin, pags. 76 y ss.).

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cuasi-instintiva. Nadie niega evidentemente que el egois­mo proporciona emociones; y mas todavia la presion so­cial con todas las fantasias de la funciôn fabuladora. Peroen ambos casos la emocion esta siempre ligada a una re­presentaciôn de la que se considera que depende. Nosinstalamos entonces en un mixto de ernocion y represen­tacion sin ver que la emocion es la potencia, sin ver lanaturaleza de la emocion como elemento puro. La erno­cion precede en verdad a toda representaciôn: es la gene­radora de ideas nuevas. Propiamente hablando, no tieneobjeto sino solo una esencia que se extiende sobre objetosdiversos: animales, plantas, la naturaleza entera. «Estarmisica sublime expresa el amor. Sin embargo, no es elamor de nadie... el amor sera cualificado por su esencia,no por su objetoe"', Siendo personal, no es individual;siendo transcendente, es como el Dios en nosotros.«Cuando la musica llora, es la humanidad, la naturalezaentera la que llora con ella. A decir verdad, no introduceestos sentimientos en nosotros; nos introduce mas bienen ellos como a transeüntes empujados a bailar.» En re­sumen, la ernocion es creadora, en primer lugar, porqueexpresa la creacion entera; en segundo lugar, porque creala obra en la que se expresa; y finalmente, porque com~­

nica a los espectadores u oyentes un poco de esa crean-

vidad.La pequefia separaciôn «presion de la sociedad-resis-

tencia de la inteligencia» definfa una variabilidad propiade las sociedades humanas. Ahora bien, sucede que, conocasion de esta separaciôn, algo de extraordinario se pro­duce 0 se encarna: la emocion creadora. Esta no tienenada que ver con las presiones de la sociedad ni con ~as

protestas del individuo. No tiene nada que ver con un In­

dividuo que protesta, 0 incluso inventa, ni tampoco con

j, \IR, 1191-1192,270 (y 1007-1008,35-36).

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L

una sociedad que constrifie, que persuade 0 incluso fabu­la36. Solamente se sirve de su juego circular para romperel circule, de igual modo que la Memoria se servia deljuego circular excitacion-reaccion para encarnar recuer­dos en imagenes. Y ~qué es esta emocion creadora sinoprecisamente una Memoria cosmica que actualiza a la veztodos los niveles, que libera al hombre deI plan(0) 0 delnivel que le es propio, para hacer de él un creador ade­cuado a todo el movimiento de la creacionr". Sin dudaesta liberacion, esta encarnacion de la memoria cosmicaen emociones creadoras, tiene lugar en aImas privilegia­das. Salta de un alma a otra «de tarde en tarde», atrave­sando desiertos cerrados. Pero a cada miembro de unasociedad cerrada, si se abre a ella, la memoria cosmica lecomunica una especie de reminiscencia, una emocion quele permite continuar. Y, de alma en alma, traza el disefiode una sociedad abierta, de una sociedad de creadores, enla que se pasa de un genio a otro por mediacion de discï­pulos, espectadores u oyentes.

La ernocion es la génesis de la intuicion en la inteli­gencia. El hombre accede a la Totalidad creadora abiertaactuando, creando mas bien que contemplando. En la fi­losofia misma hay todavia demasiada contemplacion su­puesta: todo ocurre coma si la inteligencia estuviese yapenetrada de emocion y, por tanto, de intuicion, pero no10 suficiente coma para crear conforme a dicha erno­cion ". Por eso las grandes aImas, en mayor profundidadque los filosofos, son las aImas de los artistas y los misti-

1~ Ilay que senalar que el arte, seglin Bergson, tiene también dos fuentes.lIay un arre fabulador, ya colectivo, ya individual (:-IR, 1141 ~ 1142, 206~207).

y hay un arte emotiuo 0 creador (1190, 2(8). Quizas todo arte presenta estos dosaspectos, aunque en proporcion variable. Bergson no oculta que el aspecto fa­bulacion le parecc inferior en arte; la novela seria sobre todo fabulacion la mu-sica, por el contrario, ernocion v crcacion. '

17 Cfr. :-IR, 1192, 27(); «...crear creadores»,1~ :-IR, 1029, 63.

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cos (al menos los pertenecientes a la mistica cristiana, 9~eBergson describe co~o activid:d so~re.abundante"a~Clony creacion en su totalidadr'". En el h~lte, es el mistico elque goza de toda la creacion, el que inventa u,na ~x?r~­

sion de la misma tanto mas adecuada cuanto mas dinami­ca. El alma mistica, servidora de un Dios abierto y finito(estos son los caracteres deI Impulso vital), goza activa­mente de todo el universo y reproduce la abertura de U?Todo en el que no hay nada que ver 0 contemplar. Ani­mado por la emocion, el filosofo despeja~a ~a lineas quese repartian los mixtos dados en la e~pen~nc~a, y prolon­gaba su trazado hasta mas alla del «giro», indicando en lalejania el punto virtual donde todos ": encontr~ban.Todo sucede como si 10 que permanecla mdetermmadoen la intuicion filosofica recibiera una determinacion deun nuevo género en la inruicion mistica, como si la «pro­babilidad» propiamente filosofica se prolongase ~n certe­za mistica. Sin duda el filosofo solo puede considerar elalma mistica desde fuera y desde el punto de vista de suslineas de probabilidad40. Pero precisame?~e la exist~nciamisma del misticismo otorga una probabilidad supenor aesta transmutacion final en certeza, y también como unaenvoltura 0 un limite a todos los aspectos del método.

* * *

Al principio nos preguntamos: ~cual es la relacion en­tre los tres conceptos fundamentales de Duracion, deMemoria y de Impulso vital? ~qué progreso senalan en lafilosofia de Bergson? Nos parece que la Duracion define

lY Sobre los tres misticismos, gricgo, oriental y cristiano, cfr. \IR, 1158 Y ss.,

229 ss, . . 1 1 .Cfr. :\IR, 1184, 260. Recordemos que la nocion de probabilic ac. nene una

importancia fundamental en el método bergsoniano, y que la mtuicron es tanto

un método de exterioridad como de tntenondad.

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esencialmente una multiplicidad virtual (10 que difiere ennaturaleza). La Memoria aparece entonces coma la coe­xistencia de todos los grados de diferencia en esta multiplici­dad, en esta virtualidad. Finalmente, el Impulso vital de­signa la actualizaciôn de este virtual siguiendo lineas de di-

ferenciaciôn, que se corresponden con los grados, hasta esalïnea precisa deI hombre en la que el Impulso vital tomaconciencia de si.

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