El Caballero Carmelo
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Análisis estructural
El cuento está dividido en seis secciones o capítulos cortos. Cronológicamente el relato es lineal,
con la clásica secuencia: inicio – desarrollo – clímax – desenlace.
Inicio (la llegada del Carmelo).
Desarrollo (la descripción del entorno y los preparativos de la pelea entre el Carmelo y el
Ajiseco).
Clímax (la pelea entre el Carmelo y el Ajiseco, y el triunfo del primero).
Desenlace (la muerte del Carmelo en el seno del hogar).
En el inicio el autor sabe capturar a sus lectores, utilizando la llamada «técnica del anzuelo»: en el
relato irrumpe un jinete desconocido, lo que motiva a que el lector sea picado en su curiosidad y se
adentre en la lectura, hasta llegar al nudo del relato. El final se puede interpretar técnicamente
como un anti-clímax pues el verdadero desenlace es cuando el Carmelo gana a su rival dos días
antes.
A continuación, un resumen del cuento por capítulos, para tener una visión global de su estructura.
I.- El relato se inicia con la llegada de Roberto, hermano mayor del narrador, quien trae regalos
para la familia. A su padre le obsequia un gallo carmelo, que será conocido como el «Caballero
Carmelo» y llegará a ser el preferido de todos.
II.- Empieza describiendo el amanecer en Pisco, la partida del padre hacía su trabajo, la llegada del
panadero. Los niños se encargan de alimentar a los animales del corral, cuya descripción detallada
se hace. Entre estos destaca un gallo llamado el «Pelado», quien, pendenciero y escandaloso, se
escapa y se mete en el comedor causando destrozos. Enterado el padre, sentencia que el
«Pelado» sería sacrificado para el almuerzo del domingo. El dueño del gallo, Anfiloquio (uno de los
hermanos de Abraham), protesta por esta decisión y trata de argüir razones para salvarlo. Pero la
decisión ya estaba tomada. El muchacho entonces llora impotente, ante lo cual interviene la madre,
quien le promete que no matarían a su gallo.
III.- El narrador hace una descripción de Pisco, frente al mar, con sus tres plazuelas y su puerto.
Mas al sur, yendo por el camino de la costa, se llegaba a la aldea de San Andrés de los
Pescadores, poblada de gentes sencillas, dedicadas a la pesca y el comercio, descendientes de
las poblaciones nativas o «hijos del sol». De estos aldeanos el narrador hace una descripción
idílica (en algunas versiones del cuento, sobre toda en aquellas destinadas a los escolares, se
mutila inexplicablemente esta sección).
IV.- Comienza con la descripción del gallo Carmelo, a quien el narrador pinta con trazos de
caballero medieval. Habían pasado ya tres años de que llegara el gallo a casa y había envejecido,
luego de ser ganador en varios duelos con otros gallos de la región. Pero entonces la familia recibe
una noticia aterradora: el padre, molesto porque alguien había dicho que su gallo no era de raza, lo
volvería a hacer pelear, esta vez con otro gallo más joven, el Ajiseco. El duelo se pacta para el día
28 de julio, día de la patria, en la aldea de San Andrés. Un hombre viene seis días consecutivos
para entrenar al Carmelo. Finalmente llega el día esperado y se llevan al Carmelo, ante las
protestas de la madre y el llanto de las niñas. Una de ellas, Jesús, ruega a Abraham que lo siga y
lo cuide.
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V.- El pueblo de San Andrés se halla engalanado para la fiesta. La pelea de los gallos se realiza en
una pequeña cancha, a la que asiste mucha gente, entre apostadores y espectadores. Al frente se
halla el juez, es decir, el dirimente de la pelea. Luego de una pelea preliminar, empieza el duelo
entre el Carmelo y el Ajiseco. El favorito de los apostadores era este último, y todos creían que
sería el ganador. Pero luego de una reñida pelea, el Carmelo se alza con el triunfo, aunque queda
gravemente herido. Todos felicitan al padre de Abraham por la victoria de su gallo de pelea.
Abraham carga al Carmelo y se lo lleva a casa.
VI.- Dos días estuvo el Carmelo sometido a toda clase de cuidados. Pero todo es en vano y expira,
luego de dar su último canto, ante la consternación de toda la familia.
Mensajes
Desde un punto de vista ideológico, la pelea del Carmelo y el Ajiseco puede interpretarse como un
símbolo de la lucha entre dos prototipos de personalidades: el Carmelo representa la nobleza (es
de buena estirpe), la caballerosidad (no usa malas tretas y se limita a atacar con sus patas
armadas) y la autenticidad (no presume lo que no es), mientras que el Ajiseco representa la villanía
(no parecía ser de alcurnia), la vileza (trata de imponerse a aletazos y picotazos) y la vanidad (era
presuntuoso). El Carmelo triunfa y con él todas sus cualidades buenas y ejemplares, pero a costa
de su propia vida. Pero su recuerdo perdura imborrablemente y sin duda allí es donde radica su
mayor victoria.
Algunos intentan «dilucidar» en el cuento un mensaje contrario a las peleas de gallos; sin embargo
no es esa la intención del escritor. Lo que entristece al niño Abraham y a sus hermanos es que se
haga pelear a un animal ya viejo, con el grave riesgo de que sucumba frente a un rival más joven.
De acuerdo al contexto cultural de entonces (y aun de ahora) se considera que el gallo de pelea
nace y vive para pelear (lo mismo se diría de un toro de lidia), al menos hasta donde las fuerzas lo
permitan; no hay ninguna objeción al respecto, incluso el autor idealiza la lucha gallística y la
compara con los duelos de caballeros medievales. Si se quiere entresacar mensajes del relato,
estos serían:
El amor filial y fraternal. La unidad familiar. El hermano mayor que retorna al hogar luego de
recorrer el país (en busca de trabajo) y trae regalos para cada uno de los miembros de su
familia (padres y hermanos).
El entorno hogareño armónico. La madre, abnegada y cariñosa, que cumple devotamente sus
tareas conyugales y vela por su numerosa familia. El padre que sale temprano a trabajar y que
regresa al atardecer al hogar.
El respeto a la autoridad paterna; a pesar de que la decisión del padre causa pesar a la madre
y a los hijos, ninguno de ellos se rebela de manera desaprensiva contra tal decisión.
El sentimiento de sincero respeto y admiración hacia la raza nativa, «los hijos del sol»; y en
general hacia todas las personas sencillas dedicadas a tareas como la pesca y la artesanía.
La sensibilidad por el sufrimiento de un animal; cuando el Carmelo es llevado a casa
gravemente herido es «sometido a todo tipo de atenciones»; cuando muere, toda la familia
queda apesadumbrada.
Personajes
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Caso insólito en la literatura peruana hasta ese entonces (aunque no en la hispanoamericana), que
los personajes principales sean animales, en este caso dos gallos de pelea:
El Carmelo y,
El Ajiseco
Estos apelativos no son nombres propios, como se podría pensar, sino que aluden al color del
plumaje de ese tipo de aves, tal como era costumbre clasificarlos entre la afición gallística peruana
desde el siglo XVII.
Habría que mencionar también al gallo «Pelado», el protagonista de la sección II del cuento. Este
es otro gallo de estirpe, que fue suplantado por el Carmelo en las preferencias de la familia.
El otro personaje principal es el narrador y testigo de la historia, es decir el mismo Abraham
Valdelomar, que cuando aquella transcurre debía tener entre 8 y 9 años de edad, no más (algunas
versiones dicen que tenía entonces 12 años, pero esto es improbable, ya que cerca de cumplir 11
años abandonó Pisco con toda su familia y se fue a vivir a Chincha).
Luego están los integrantes de la familia del narrador:
Los padres (cuyos nombres no se mencionan). El padre, el aficionado de la gallística, se
levantaba temprano para ir a trabajar. La madre se dedicaba a las tareas del hogar y al
cuidado de sus 6 hijos menores todavía.
Los hermanos:
Roberto, el mayor, quien retorna al hogar luego de un largo viaje trayendo regalos.
Anfiloquio, el protector del gallo «Pelado».
Rosa, la hermana mayor.
Jesús, una niña muy inquieta y sensible, de menor edad de Abraham.
Héctor, sin duda muy pequeño aún, pues no participa en la historia y solo se le menciona
como uno de los receptores de los regalos del hermano mayor.5
Finalmente, son mencionados también el panadero («un viejo dulce y bueno»), el entrenador del
Carmelo, el juez de las jugadas de gallos, el dueño del Ajiseco, los espectadores y apostadores de
las peleas de gallos, los pescadores de la caleta de San Andrés.
ESCENIFICACION
El Caballero Carmelo se inicia con la llegada de Roberto, el hermano mayor que se ausentó hace tiempo de casa. Roberto regresó a casa cabalgando un hermoso caballo y llevando regalos para sus seres queridos.
Su madre lo recibió cariñosamente, besándole con amor y le dijo que estaba muy flaco. Roberto se paseó por toda la casa, revisándola. Después entregó uno a uno de la
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familia un regalo; pero el regalo que más impactó fue el que dio a su querido padre: era un gallardo gallo.
Le pusieron el nombre de Caballero Carmelo. Después de un corto tiempo, Anfiloquio se quejó diciendo que desde que llegó el Caballero Carmelo todos miran mal al gallo Pelado.
Durante tres años, el Caballero Carmelo salió victorioso de muchas peleas de gallos. El Caballero Carmelo era el orgullo de la familia y su héroe, pero el tiempo pasó y el gallo perdió su brillo y juventud.
El dueño del Caballero Carmelo había pactado una pelea con otro gallo el Ajiseco, que era joven y lleno de vida. La familia que era dueña del gallo sintió mucha pena y preocupación porque su gallo estaba achacoso y no podía soportar una pelea con el Ajiseco.
La pelea se efectuará en el día de la patria. El día de la pelea entre el Caballero Carmelo y el Ajiseco, todos apostaban a favor del Ajiseco.
Después de una sangrienta pelea de gallos, el Caballero Carmelo logró enterrar en la arena el pico del Ajiseco; pero el achacoso gallo quedó mortalmente herido y murió después, dejando en la profunda tristeza a la familia de Abraham.