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63 MAYO 2015

CIUDAD DE BUENOS AIRES - ARGENTINA // PRECIO DEL EJEMPLAR - SIGNO + CRECER:SIGNO $40 (PESOS CUARENTA) MÁS GASTOS DE ENVÍO

El camino hacia el Sínodo de la Familia 2015

Familia y población: Hacia un invierno demográfico

Dos modos de acompañamiento espiritual a las familias en Buenos Aires

El martirio de los cristianos de Oriente

Red Ser Fiscal: una contribución a la transparencia electoral

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$170

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STAFF

.........................................................................................................Responsables del Área SectoresLic. Carlos Eduardo BulaciosProf. Natalia Lescano sectores@accioncatolica.org.ar.........................................................................................................DirectoraDra. Delia Aboy de Montes Pita.........................................................................................................RedacciónLic. Hernán Biscayart.........................................................................................................Asesor Nacional del Área SectoresP. Abel Julián Padín, Obra Don Orione..........................................................................................................Consejo de RedacciónDra. Beatriz Balian de TagtachianDra. Raquel BoltonDr. Alejandro J. BulacioProf. Beatriz BuzzettiDra. Cecilia DíazLic. Catalina Garavaglia de TamayoHebe HernandoLic. Alicia LouiseCdor. Roberto A. MartireneLic. María Inés PassananteLic. Paola Scarinci de Delbosco.........................................................................................................Colaboración:Lic. Fernando Ibarra.........................................................................................................Diseño Gráfico: Vanesa Martínez // web@dinasis.com.ar.........................................................................................................La revista Signo es propiedad de la Acción Católica Argentina.Domicilio legal: Av. de Mayo 621- 4º piso (1084) Ciudad de Buenos Aires Tel./Fax (011) 4331-6323consejonacional@accioncatolica.org.arwww.accioncatolica.org.ar........................................................................................................ISSN 2314-1042Registro de propiedad intelectual: En trámite.........................................................................................................Impresión: Comunicar Servicios PublicitariosMachado 1594 Castelar - Prov. de Buenos Aires.............................................................................................................Ilustración de tapa:“Jesús sobre el lago de Tiberíades”, de Georges Rouault

Edición nº 63 MAYO 2015

SIGNO SUMARIO

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PRESENTACIÓN

LA FAMILIA y EL CAMINO SINODAL 2013-2015Zelmira Bottini de Rey

FAMILIA y POBLACIÓN: HACIA UN INvIERNO DEMOGRÁFICOMaría Inés Passanante

UNA PROPUESTA DE ACOMPAñAMIENTO ESPIRITUAL A LAS FAMILIAS EN EL CENTRO DE BUENOS AIRESHernán Biscayart

LA PASTORAL vILLERA, ENTRE CUIDAR LA FE y LOS DESAFíOS DE UNA NUEvA EvANGELIzACIÓNP. Carlos Olivero

DE UN CONvENTILLO A UNA vIvIENDA ADECUADAAlejandro Madero

EL MARTIRIO DE LOS CRISTIANOS DE ORIENTEAndrea Riccardi

LA RED SER FISCAL: UNA CONTRIBUCIÓN CIUDADANA A LA TRANSPARENCIA y LA PAz SOCIAL EN LOS COMICIOS

Alejandro J. Bulacio

BIBLIOGRÁFICASBiblioteca “Mons. Manuel Moledo”

Precio Signo + Crecer: $40 + gastos de envío

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En la presentación de este primer ejemplar del año, queremos destacar

especialmente que el 11 de abril el papa Francisco ha convocado de manera

oficial al Jubileo Extraordinario de la Misericordia con la lectura de la Bula

“El rostro de la misericordia”, ocasión en la que expresó: “Una pregunta está

presente en el corazón de muchos: ¿por qué hoy un jubileo de la misericor-

dia? Simplemente porque la Iglesia, en este momento de grandes cambios

históricos, está llamada a ofrecer con mayor intensidad los signos de la pre-

sencia y cercanía de Dios. Este no es tiempo para estar distraídos sino, al

contrario, para permanecer alerta y despertar en nosotros la capacidad de

ver lo esencial. Es el tiempo para que la Iglesia redescubra el sentido de la

misión que el Señor le ha confiado en el día de Pascua: ser signo e instru-

mento de la misericordia del Padre (Jn 20, 21-23). Tiempo para ofrecer a

todos el camino del perdón y de la reconciliación”. Es una reflexión que sin

duda tenemos que aprender a vivir en nuestra Argentina de hoy.

Siguiendo en camino al Sínodo de la Familia que tendrá lugar en octubre,

incluimos varios artículos referentes al tema: “La familia y el camino sino-

dal” de la Dra. Zelmira Bottini del Rey; “Una propuesta de acompañamiento

espiritual a las familias”, reportaje del Lic. Hernán Biscayart al padre Gustavo

Antico, secretario ejecutivo de la Comisión Episcopal de Laicos y Familia de

la Conferencia Episcopal Argentina; “Familia y población: hacia un invierno

demográfico” de la Dra. María Inés Passanante.

El arquitecto Alejandro Madero escribe sobre un tema de acuciante ac-

tualidad: la vivienda, y su experiencia con el grupo Habitat para la Humani-

dad en su artículo “De un conventillo a una vivienda adecuada”. El P. Carlos

Olivero, sacerdote de la Pastoral para las Villas de Emergencia de la arqui-

diócesis de Buenos Aires, transmite sus experiencias en “La pastoral villera,

PRESENTACIÓN

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entre cuidar la fe y los desafíos de una nueva evangelización”; el Dr. Andrea

Riccardi, fundador de la Comunidad de Sant’Egidio, en su artículo “El martirio

cristiano en Oriente”, se refiere al drama de las terribles persecuciones que

están sufriendo las pequeñas comunidades cristianas en territorios donde

el mensaje cristiano fue transmitido en un comienzo, y por último, teniendo

en cuenta que durante este año habrá elecciones de autoridades nacionales

y provinciales en casi todo el país, el Dr. Alejandro Bulacio nos cuenta la ex-

periencia de la Red Ser Fiscal, una organización no gubernamental y no par-

tidaria que ha convocado a ciudadanos independientes a comprometerse en

la fiscalización de los comicios y de esta manera garantizar que la voluntad

popular no sea alterada por maniobras espurias.

Los obispos argentinos, en su reciente documento “Las elecciones, exi-

gencia de compromiso ciudadano”, nos llaman a cada uno de nosotros a

ejercer con responsabilidad nuestra vocación ciudadana, como electores

o como elegidos: “La responsabilidad es de todos. Nadie podría excusarse

razonablemente de participar, según sus posibilidades, en el esfuerzo de

seguir afianzando una mejor convivencia en nuestra Patria. Convivencia que

debe sustentarse en los valores de verdad y justicia, de libertad, solidaridad

y reconciliación, en orden al crecimiento de la amistad social. Como fieles

de Cristo, miembros de su Iglesia, ofrecemos nuestro compromiso y nuestra

plegaria. Que la Virgen, Madre de Dios y madre nuestra, no sostenga para

alcanzar estos horizontes, con humildad y perseverancia”.

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La autora ha representado a los laicos argentinos en carácter de Auditora en el Sínodo de la Familia, que se llevó a cabo en Roma en octubre del año último. Aquí tenemos un testimonio de su participación.

¿Qué es un Sínodo? El Sínodo de los Obispos es una asamblea de obispos, escogidos de las distintas regiones del mundo, con la misión primaria de ase-sorar al Papa en el tema propuesto..

Pablo VI, al inaugurar la última sesión del Con-cilio, el 15 de septiembre de 1965, actualizó esta institución antigua de la Iglesia, con la misión de ayudar al Pontífice a realizar su tarea de gobierno en la Iglesia universal.

La Secretaría del Sínodo programa los Sínodos Ordinarios. Entre el 4 y el 25 de octubre de 2015 se realizará la XIV Asamblea General Ordinaria bajo el título de “La vocación y la misión de la familia en la Iglesia y en el mundo contemporáneo”.

En tres ocasiones, el Papa convocó a Sínodos Extraordinarios. El primero fue en 1969, el segundo en 1985 y el 8 de octubre de 2013 el papa Francisco convocó al tercer Sínodo General Extraordinario titulado:

“Los desafíos pastorales sobre la familia en el contexto de la evangelización”.

Tras la convocatoria, el Vaticano envió a las Conferencias Episcopales del mundo una consulta sobre distintos aspectos que hacen a la temática. Con la síntesis de las respuestas a esta consulta, la Secretaría del Sínodo, a cargo del cardenal Bal-disseri, elaboró el Instrumentum Laboris, que fue publicado en junio de 2014. El trabajo del Sínodo Extraodinario se realizó siguiendo ordenadamente este documento.

LA FAMILIA y EL CAMINO SINODAL 2013-2015

El Sínodo Extraordinario, como todos los síno-dos, fue consultivo y de carácter pastoral. No se trató de debatir asuntos de doctrina, sino de escuchar los problemas y expectativas que viventantas familias, mostrarse cerca de ellas y ofrecer-les de forma creíble la misericordia de Dios y la belleza de la respuesta a su llamada.

Tal como estaba propuesto en el documento de trabajo, el núcleo fue “reflexionar sobre el camino que se ha de seguir para comunicar a todos los hombres la verdad y la belleza del amor conyugal y de la familia –núcleo vital de la sociedad y de la comunidad eclesial–, respondiendo a los múltiples desafíos pastorales que la cultura moderna, con sus luces y sombras, presenta”.

Breve reseña del Sínodo Extraordinario. La Argen-tina estuvo representada por monseñor José María Arancedo, Presidente de la Conferencia Episcopal; monseñor Víctor Fernández, Rector de la Pontificia Universidad Católica Argentina y por mí, invitada en calidad de Auditora laica. Los auditores participan de todas las sesiones y no tienen voto. Hubo unas veinte mujeres auditoras.

La evaluación es sumamente positiva. Ante todo, tiene el valor de haber colocado a la familia en un lugar muy destacado, convocándonos a todos a pensar en los desafíos actuales de las familias.

Durante la primera semana del Sínodo, los Padres Sinodales se expresaron siguiendo estric-tamente el orden del Instrumentum Laboris. Como era de esperar, las temáticas fueron amplias yvariadas y las opiniones fueron diversas. Quedó de manifiesto que hay desafíos para la pastoral fami-liar que se repiten en el mundo. Tal es el caso de ladisminución de los matrimonios sacramentales;

//* Vicepresidenta del Instituto para el Matrimonio y la Familia de la Pontificia Universidad Católica Argentina (UCA), Secretaría de la Red Latinoamericana de Institutos Universitarios de Familia (REDIFAM)..

Zelmira Bottini de Rey //*

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Finalmente, considerando todos los aportes rea-lizados, se elaboró el documento final: Relatio Synodi. Sus distintos puntos fueron votados, uno por uno, por los Padres Sinodales. Si bien todos obtuvieron la mayoría simple, hubo tres puntos que no al-canzaron los dos tercios necesarios para quedar incluidos en el texto final.

Tres Documentos

Frutos del Sínodo Extraordinario

1) El discurso de cierre del papa Francisco.

Al comenzar el Papa realizó una pintura fiel de los distintos momentos que, en el trascurrir de los días, se habían vivido. Luego, en un silencio abso-luto por parte de los participantes, describió las distintas tentaciones que seguramente unos y otros habían sufrido. Finalizó afirmando que “la Iglesia es de Cristo; (…) que los Obispos en comunión con el sucesor de Pedro tienen la tarea y el deber de cus-todiarla y servirla, y que el Papa en este contexto (…) es el garante de la obediencia, de la conformi-dad de la Iglesia a la voluntad de Dios, al Evangelio de Cristo y a la Tradición de la Iglesia”. Al terminar pidió que durante el año que media hasta el próximo Sínodo se trabaje en las Iglesias locales la Relatio Synodi.

Las tentaciones enunciadas por el Papa Fran-cisco en su discurso final me trajeron a la memo-ria el discurso de Benedicto XVI, dirigido a la Curia Romana en 2005, al inicio de su pontificado. Recor-dando los cuarenta años de la clausura del Concilio Vaticano II, manifestó que la correcta interpretación del Concilio depende de una acertada clave de lectura y aplicación. Expresó que ésta puede ha-cerse siguiendo la “hermenéutica de la discontinui-dad y la ruptura” o la “hermenéutica de la reforma y la continuidad” y que una se opone a la otra. La primera tiene como riesgo separar la Iglesia en pre y postconciliar; la segunda, “quiere transmitir la doctrina en su pureza e integridad, sin atenuaciones ni deformaciones”, y agrega: “es preciso que esa doctrina verdadera e inmutable se profundice y se

el aumento de las rupturas de los vínculos fa-miliares; la “moda” de la convivencia entre los más jóvenes, etc. Esto obliga, por un lado, a dar respuestas a las situaciones dadas y por otro a reflexionar sobre las causas que las estimulan o propician, para poder actuar preventivamente. ¿A quién le sirve que una familia se rompa? También quedaron de manifiesto desafíos pastorales pro-pios de determinadas regiones como por ejemplo la situación de los matrimonios mixtos; las conse-cuencias para la estabilidad familiar de los flujos migratorios dentro o fuera de los países; los pro- blemas que suscita la poligamia, etc.

Hubo consenso general en cuanto a que es fun-damental salir al encuentro de las familias y de las personas, cualquiera sea la situación vital que transiten, y actualizar el lenguaje con el que se rea-liza el anuncio de Jesús y del Evangelio de la Fa-milia. Prácticamente todos los Padres Sinodales hicieron hincapié en la necesidad de cultivar la actitud de acogida, de escucha, de acompaña-miento y también en la necesidad de actitudes misericordiosas que ayuden a sanar las heridas y acceder a una vida más plena.

Al finalizar la primera semana en la que todos los participantes del Sínodo, incluidos los Auditores, hicieron uso de la palabra, se presentó un docu-mento borrador (Relatio post disceptationem), para ser trabajado en Círculos menores. Durante esta se-gunda semana se reflexionó, modificó y enriqueció este documento borrador.

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exponga según las exigencias de nuestro tiempo”; “este esfuerzo por expresar de un modo nuevo una determinada verdad exige una nueva reflexión so-bre ella y una nueva relación vital con ella”.

La tentación rupturista está presente hoy como entonces. Se manifiesta cuando se trata de oponer doctrina con pastoral y verdad con misericordia, sin advertir que que uno da sentido y justifica al otro. En el trabajo pastoral es imprescindible la acogida, el acompañamiento, la escucha, corazón abierto, actitudes fundamentales para poder llegar a hacer el Anuncio. También es preciso conocer en qué con-siste el Evangelio de la Familia para poder anun-ciarlo y acompañar hacia una meta con paciencia y respeto, sin forzar los tiempos, pero con claridad en el camino que es preciso recorrer. La meta fi-nal: la santidad a partir del encuentro con Jesús es común para todos los hombres, cualquiera sea su condición y realidad vital.

2) El Mensaje final. Fue elaborado por una co-misión presidida por el cardenal Ravassi, secunda-do por Mons. Víctor Fernández. Este mensaje está dirigido a todas las familias, especialmente a las que siguen a Cristo. Pone énfasis en el desafío de la fidelidad del amor conyugal y todo lo que conlleva; reconoce las situaciones que vive la familia ante la presencia de un miembro con capacidades espe-ciales, enfermedades crónicas, ancianos, muerte de seres queridos, etc. Enumera las distintas dificulta-des con las que se enfrentan las familias y reclama a los gobiernos y organizaciones internacionales que promuevan los derechos de la familia en orden al bien común. Califica al amor conyugal, único e indi-soluble, como uno de los “milagros más bellos”. Se refiere a la familia como Iglesia doméstica, educado- ra de la fe, donde se encuentran las distintas gene-raciones. Concluye exhortando al pueblo de Dios a acompañar el camino hasta el próximo Sínodo.

3) La Relatio Synodi. Consta de sesenta y dos pun-tos y está dividida en tres partes:

1. La escucha: el contexto y los desafíos de la familia; 2. La mirada fija en Cristo: el Evangelio de la familia, 3. La confrontación: perspectivas pasto-rales. Esta finaliza expresando que “Las reflexiones

propuestas (…) deberán ser maduradas y precisa-das por la reflexión de las Iglesias locales durante el año que nos separa de la Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos prevista para octubre de 2015”.

A fines de 2014 se envió a las Conferencias Epis-copales del mundo una serie de preguntas en re-ferencia a los distintos números de la Relatio Syn-odi. La síntesis de las respuestas se tendrán en cuenta para la elaboración de los Lineamenta para la XIV Asamblea General Ordinaria sobre “La vo-cación y la misión de la misión de la familia en la Iglesia y en el mundo contemporáneo”, que se rea-lizará del 4 al 25 de octubre de 2015.

Durante la última Asamblea Plenaria de la Con-ferencia Episcopal Argentina de 2014 se eligió a los obispos que participarán en el próximo Sínodo: Mons. Pedro Laxague, Mons. José M. Arancedo y el cardenal Mario A. Poli. Substitutos: Mons. Andrés Stanovnik y Mons. Héctor Aguer.

Nos corresponde, como laicos comprometidos, conocer, reflexionar sobre las distintas problemáti-cas y acercar propuestas en repuesta a los distintos desafíos que hoy vive la familia, sujeto y objeto de evangelización.

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//* Doctora en Sociologia (UCA). Instituto para el Matrimonio y Familia (UCA).

//1 LÓPEZ TRUJILLO, Alfonso ,”Reflexiones en torno a la cuestión demográfica” en Familia.Vida y nueva evangelización. Navarra: Verdo Divino, 2000.

//2 CONTRERAS, Francisco José, El invierno demográfico europeo. Causas, consecuencias, propuestas.

//3 CONTRERAS, Francisco José, ob. cit.

FAMILIA y POBLACIÓN: HACIA UN INvIERNO DEMOGRÁFICO

María Inés Passanante //*

Introducción. La demografía es el estudio es-tadístico de la población humana, de su estructura, composición y procesos. Comprende hechos vita-les propios de las personas y de las familias como la nupcialidad, la fecundidad y la esperanza de vida al nacer. La evolución de estos fenómenos incide en el presente y el futuro de las sociedades y preo-cupa a los estados y a la Iglesia, principalmente en Europa occidental, donde sus poblaciones se en-caminan hacia una situación “invernal”

En este artículo describimos esta tendencia a nivel mundial a fin de suscitar algunas reflexiones sobre la relevancia social de los hechos demográficos.

La cuestión demográfica actual. La dinámica de la población, su crecimiento o decrecimiento, varía según regiones, países y en el interior de estos. Hay diferencias entre las áreas más po-bres, donde sus tasas de crecimiento son altas y los países más desarrollados que no alcanzan el nivel mínimo de reemplazo generacional. Para garantizarlo, es necesario un número promedio de dos hijos por mujer.

A fines del siglo XVIII, Thomas Malthus sostuvo la hipótesis del crecimiento excesivo de la po-blación que podría ser superior a la producción de alimentos. El problema, según la teoría mal-thusiana, radicaba en que no cabría más gente en el “banquete de la vida”. Durante las décadas de 1960 y 1970, el paradigma neo-malthusiano y su inquietud por la “explosión demográfica” se siguió sosteniendo.

Pablo VI y san Juan Pablo II, siempre con la ima-gen del banquete, han respondido con un criterio diferente: “No se trata de impedir el acceso a más comensales en el banquete de la vida, sino de ha-cer posible que participen otros, que haya más pan, solidaridad, posibilidades”(//1).

En la actualidad “son muy pocos los que saben que el ritmo de crecimiento se ha desacelerado, y que la población mundial comenzará a descender entre 2045 y 2060”(//2).

En esto consiste la nueva cuestión demográfica: la tasa global de fecundidad, o número promedio de hijos por mujer, de varios países no llega al mínimo requerido. En Francia se habló de “des-natalidad”, palabra que representa un antece-dente de la idea de “crisis o invierno demográfico”, cuyas consecuencias se advierten a nivel del enve-jecimiento de la población, que “está poniendo ya plomo en las alas de la prosperidad europea como lo hace también en la japonesa”(//3).

Algunos países están perdiendo población. En varios países europeos, también en China y en

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//4. S.S. BENEDICTO XVI, Caritas in Veritate, 44.

Japón, el número promedio de hijos por mujer registra un descenso desde la década de 1960. Alemania, con 83 millones de habitantes en 2005, descendió a 82 millones en 2010. Según las proyec-ciones de la Organización de las Naciones Unidas, descendería a 72 millones en 2060. La pérdida de población en Alemania se registra desde hace cua-tro décadas.

Las estimaciones de la ONU son optimistas, porque suponen una futura recuperación de las tasas de natalidad en los países que más han caído. Parten de una teoría según la cual las na-ciones evolucionarían en tres etapas: 1) fecundi-dad alta (tradicional); 2) fecundidad en transición; 3) fecundidad de post-transición. En la última de estas etapas, la tasa global de fecundidad se es-tabilizaría en un promedio de 1,85 hijos por mujer. Sin embargo, si bien ha habido algún aumento en los países nórdicos y en Europa atlántica, la ten-dencia descendente de la fertilidad se manten-drá durante varias décadas. En estas naciones, la inmigración puede incidir en el aumento de la natalidad, no así en Europa del Este., donde no ha habido recuperación. Bulgaria, por ejemplo, alcanzó su máximo de 9 millones de habitantes en 1985, pero bajó a 8 millones en 2010, y podría caer a 5 millones en 2060.

La Argentina se encamina hacia un proceso demográfico similar al de los países de Europa Occidental. El descenso de la fecundidad se ad-vierte también en América Latina y el Caribe. En los países más pobres como Haití, ello se debe a las políticas demográficas de control de la na-talidad. Su Santidad Benedicto XVI se ha referido a esta cuestión en la encíclica Caritas in Veritate: “La responsabilidad evita tanto que se considere la sexualidad como una simple fuente de placer, como que se regule con políticas de planificación

forzada de la natalidad. En ambos casos se trata de concepciones y políticas materialistas, en las que las personas acaban padeciendo diversas formas de violencia. (...) La apertura moralmente respon-sable a la vida es una riqueza social y económica. Grandes naciones han podido salir de la miseria gracias también al gran número y a la capacidad de sus habitantes. Al contrario, naciones en un tiempo florecientes pasan ahora por una fase de incertidumbre y en algún caso de decadencia, pre-cisamente a causa del bajo índice de natalidad, un problema crucial para las sociedades de mayor bienestar”(//4) .

Entre las causas sociales y culturales de la dis-minución de la natalidad se señalan los cambios en el papel de la mujer en la sociedad, su creciente participación en el mercado de trabajo, la incorpo-ración femenina de manera masiva a la educación superior y universitaria, y la generalización del

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//5. SOCIAL TRENDS INSTITUTE (2011): El dividendo demográfico sostenible ¿Qué tienen que ver el matri-monio y la fecundidad con la economía?

control de la concepción. A ello se suma, la dis-minución del número de matrimonios y su cele-bración más tardía.

En varios países europeos se implementaron algunas medidas de política familiar para revertir la disminución de la natalidad: por ejemplo, en Alemania, la licencia por paternidad, aprobada en 2007 por la entonces Ministra de Familia, una demócrata cristiana, madre de siete hijos, que otorga hasta catorce meses máximos de licencia para los padres (en conjunto) por cada hijo. Ellos pueden elegir cómo distribuirse esos meses. Sin embargo, el objetivo de esta medida no se cumplió.

Familia y economía.

Los cambios demográficos inciden en la pros-peridad de la economía moderna de varias na-ciones. Un informe del Social Trends Institute(//5) publicado en noviembre de 2011, señala “la riqueza de las naciones y el comportamiento de los grandes sectores de la economía moderna de-penden en gran parte del futuro de la familia”.

Este informe analiza la función clave que el ma-trimonio y la fecundidad juegan en el mantenimien-to del crecimiento económico a largo plazo, en la viabilidad del Estado de bienestar, en la cantidad y la calidad de la mano de obra, y en la productividad de los grandes sectores de la economía moderna. Si se fortaleciera la institución familiar, las empre-sas, los Gobiernos, la sociedad civil y los ciudada-nos se beneficiarían.

Según el Informe del Social Trends Institute, “La crisis económica y fiscal que actualmente viven muchos de los países más ricos del mundo –desde

Italia y Japón al Reino Unido y Estados Unidos– tiene su origen, en parte, en cambios estructurales de la demografía. En concreto, se comprueba que las poblaciones de ancianos dependientes están creciendo vertiginosamente, mientras las pobla-ciones productivas en edad de trabajar se estancan o decrecen en la mayor parte del mundo desarro-llado. Estas tendencias demográficas auguran un gran cambio en el pa-norama de la economía: importantes incrementos en los niveles de deuda pública y un crecimiento económico más lento, según los economistas políticos Nicholas Eber-stadt y Hans Groth”.

¿Hacia dónde vamos? A modo de conclusión.

El invierno demográfico y la crisis por la que atraviesan las poblaciones de hoy son una conse-cuencia de los problemas que aquejan a la familia actual. ¿Es posible un cambio en las tendencias? El invierno demográfico tiene raíces culturales, entre las que podemos mencionar: 1) el secularismo; 2) el individualismo; 3) la búsqueda de la autorreali-zación personal, más que un proyecto familiar.

Se requiere un esfuerzo cultural por parte de toda la sociedad y en especial de grupos profa-milia, para lograr revertir la dirección. Se necesita incorporar la perspectiva de familia para afrontar la crisis económica y demográfica. Los gobiernos europeos han buscado soluciones a través de las políticas familiares. Se señalan entre las más efec-tivas aquellas que prevén instrumentos para con-ciliar la vida laboral y familiar, reconocen el valor de una vida familiar estable y prestan atención a las necesidades de las familias numerosas.

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UNA PROPUESTA DE ACOMPAñAMIENTO ESPIRITUAL A LAS FAMILIAS EN EL CENTRO DE BUENOS AIRES

Hernán Biscayart //*

El padre Gustavo Antico S.J. está incardinado en la arquidiócesis de Buenos Aires desde 2009 y desde fines de 2010 es rector de la iglesia Santa Catalina de Siena, uno de los templos más an-tiguos de la ciudad de Buenos Aires. Además es secretario ejecutivo de la Comisión Episcopal de Laicos y Familia (CELAF) de la Conferencia Epis-copal Argentina. Signo lo entrevistó para conocer las acciones en materia de pastoral familiar que se llevan a cabo en esta histórica iglesia y el ser-vicio que se presta desde la CELAF a los agentes pastorales.

-¿Cómo nace tu vocación por el trabajo pastoral orientado a las familias en sus distintas etapas?

-Desde hace aproximadamente veinte años yo tengo una especial dedicación dentro de mi minis-terio al servicio a matrimonios, parejas y familias. A partir de allí fui encontrándome con personas y matrimonios que también tenían interés en acom-pañar la vida de otras familias y con ellos fui-mos animándonos a diseñar distintas propuestas pastorales que vinimos ensayando a lo largo del tiempo. A ese programa le pusimos un nombre: “Hacer crecer”. A través de “Hacer crecer” ofrec-emos retiros para novios y matrimonios. También, para ayudar a la reflexión de los novios y para los agentes pastorales que los acompañan en su dis-cernimiento, escribimos un libro. Además de eso damos charlas, talleres y cursos y dedicamos un tiempo importante al acompañamiento de las parejas en la situación en la que se encuentren: no solamente a los que recibieron el sacramento sino a toda pareja, en el camino de crecimiento o de sanación de su vínculo en el que esté.

Esto arranca cuando yo estaba trabajando en la Iglesia del Salvador y luego lo continué en mi ministerio en otras iglesias de la arquidiócesis de Buenos Aires, como Patrocinio de San José, Mater Admirabilis y la Pastoral Universitaria. Continúo con esta tarea por pedido del cardenal Bergoglio,

cuando monseñor Ojea era obispo auxiliar. El card-enal, de hecho, presentó mi libro. Como rector de Santa Catalina me toca orientar las acciones pas-torales que se hacen aquí.

-Muchas veces observamos que la catequesis para el matrimonio se reduce en la práctica a esas dos o tres charlas a las que los novios asisten an-tes de recibir el sacramento.

-Nuestra propuesta intenta ir más allá. Termina siendo una buena preparación para los novios que eligen recibir el sacramento, pero se trata prin-cipalmente de acompañar a las personas en su camino madurativo, encontrarnos con sus interro-gantes y sus deseos y poder realmente ayudarlos a descubrir que hay una buena noticia que brota del Evangelio. Muchas veces no se conoce esta buena noticia, o se la conoce mal, tergiversadamente, y por eso no se la vive y genera dolor en la vida de las parejas. Lo que queremos es anunciar, ser tes-tigos, como dice la primera carta de Juan: lo que hemos visto, lo que hemos oído, es lo que anuncia-mos, hecho pedagogía y testimonio, de una manera vivencial y creativa, adaptada a ritmos y horarios, en contextos que no son los habituales.

-Teniendo en cuenta que esta zona de la ciudad no se caracteriza por tener residentes perma-nentes, ¿cómo se trabaja todo esto?

-Nuestra misión pastoral en Santa Catalina es acompañar las necesidades espirituales de las personas que trabajan y transitan en el microcen-tro. Quienes andan por esta zona vienen principal-mente por cuestiones laborales. Ahí se nos pre-senta una oportunidad cuando la gente se detiene al mediodía en sus actividades para el descanso o para el almuerzo. Muchos vienen a rezar, bus-cando el silencio, y eso es propicio para pensar en sus vínculos. Uno viene al trabajo con su realidad de familia, sus búsquedas, sus miedos, sus dificul-tades. Nosotros, desde acá, queremos prestarles un oído, un espacio y un tiempo de encuentro, para que puedan revitalizar y reorientar todo eso, en un ámbito de celebración de los vínculos. A los vín-

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culos no solo hay que sanarlos, sino celebrarlos, valorarlos y alimentarlos. Esto lo hacemos con tiempos y ritmos distintos a los de las parroquias.

Por eso nuestra actividad más fuerte es de lunes a viernes, tanto al mediodía como al atardecer, con distintas propuestas y espacios. Los fines de semana cambia bastante la concurrencia, porque suelen venir muchos turistas, a los cuales también habría que atender en sus necesidades. Lo que hacemos lo pensamos como un complemento de la tarea de las parroquias, porque durante la se-mana la gente no se acerca a sus parroquias, pero se la acompaña con el servicio que presta Santa Catalina.

-Esto se enmarca en lo que se viene hablando en los últimos años acerca de la pastoral urbana.

-Sí, exactamente. Nosotros, más que ejecutar un plan predeterminado, necesitamos hacer una investigación pastoral, ir descubriendo la realidad en la que estamos para poder responder a ella con una nueva sensibilidad, buscando las preguntas que tienen las personas en su corazón, para que puedan integrar su vida y su fe.

-Pasando a lo que es tu tarea en la Comisión Episcopal de Laicos y Familia, ¿cómo se acompaña desde ahí lo que hacen los agentes pastorales?

-Lo que pretenden las comisiones de la Confer-encia Episcopal es acompañar con algunos crite-rios y sugerencias la pastoral de la Iglesia en la Argentina, brindando un servicio en su área par-ticular y respetando el trabajo de cada diócesis en función de su organicidad y de lo que crea conveni-ente. En el caso de la CELAF, está formada por si-ete obispos. Yo soy el secretario ejecutivo, y traba-jamos sobre familia, niñez, juventud y laicado. En cuanto al tema de familia, sabemos que estamos en un tiempo muy especial, marcado por el Sínodo. La Comisión ha coordinado la primera consulta que se hizo el año pasado para plantear la reali-dad de las familias existentes, sus características, el contexto sociocultural, y ahora está coordinando la nueva consulta a partir de los Lineamenta que mandó la Secretaría General del Sínodo. Estamos por recibir los aportes y la síntesis de cada una de las iglesias locales y los movimientos nacionales. A través del Secretariado Nacional de la Familia estamos promoviendo en cada región del país en-cuentros de pastoral familiar, donde tratamos de compartir los lineamientos pastorales que tiene la Conferencia Episcopal para estos temas durante este trienio. El Secretariado está organizando la Junta Nacional de Pastoral Familiar, que se re-unirá dentro de pocos días con delegados de todo el país. También invitamos a los sacerdotes refer-

entes y a los obispos diocesanos para compartir los desafíos que tenemos en la pastoral, para ir construyendo esos lineamientos comunes. Creo que la pastoral se fortalece en la medida que hay una mayor comunión y un aprovechamiento de los recursos humanos y materiales.

-Viendo lo que fue el Sínodo, las discusiones que han trascendido, me da la impresión de que los te-mores que algunos cardenales han expresado son los que tienen muchos católicos, como si se dijera: “va a cambiar la doctrina”.

-Creo que el planteo se ha quedado un poco trabado ahí. Tenemos que hacer un sincero es-fuerzo para abrir la cabeza y el corazón. Más que plantear un cambio en la doctrina, el Espíritu nos invita a su profundización y abrirnos a una nueva revelación. Cuando se profundiza la doctrina se enriquece la mirada y el resultado es una reno-vación de las acciones pastorales. Me gustaría mucho que viéramos que la Iglesia no está plant-eando un cambio en la doctrina. Lo que busca el Sínodo, en cambio, es una renovada pastoral y una renovada evangelización. El abrir el corazón y el entendimiento a lo que el Espíritu quiere revelar-nos para la profundización de la doctrina nos va a posibilitar esas nuevas respuestas. Por nuestra historia personal sabemos que el Espíritu puede hacer maravillas.

-Más que insistir en cómo debería ser la familia, la clave es cómo acompañar a las familias tal cual son.

-Es así: invitar a todos a descubrir la Buena No-ticia de la fe y que puedan vivirla, que todos po-damos recibir la invitación de Jesús a conocerlo y seguirlo. En ese sentido, la realidad plantea una diversidad importante de situaciones que a los agentes pastorales nos obligan a una nueva escu-cha, a una cierta elasticidad, para poder hacer ese camino de crecimiento.

-En tus respuestas veo tu formación jesuita y la experiencia de haber trabajado con el cardenal Bergoglio, sintetizando muchas de sus preocupa-ciones.

-Creo que en el papa Francisco hay un profundo interés, una urgencia pastoral por ir al encuentro de tantos hermanos nuestros que buscan a Jesús y que esperan a una Iglesia que los acompañe en esa búsqueda, desde la alegría del testimonio y la palabra, en una propuesta liberadora.

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LA PASTORAL vILLERA, ENTRE CUIDAR LA FE y LOS DESAFíOS DE UNA NUEvA EvANGELIzACIÓN

Los sacerdotes que vienen trabajando desde hace muchos años en las villas de emergencia de la ciudad de Buenos Aires han enriquecido su labor pastoral al compartir sus experiencias. El autor de la nota nos brinda su visión de una realidad muy dura a la que intenta dar respuestas desde la vivencia profunda del Evangelio.

P. Carlos Olivero //*

//* Integrante de la Pastoral de Villas de la Arquidiócesis de Buenos Aires. Desempeña su labor pastoral en la parroquia Virgen de los Milagros (Caacupé) de las villas 21, 24 y Zavaleta, al sudoeste de la ciudad..

“Somos como enanos a los hombros de gigantes”.

Probablemente la frase que se atribuye a Ber-nardo de Chartres nos ayude a comprender un trabajo pastoral que se apoya en años, siglos de evangelización en la Iglesia. La razón no debemos buscarla en otro lado más que en la identidad de estos barrios. En efecto, más allá de cualquier lectura posterior, las villas son espacios habita-cionales pobres en torno a los diversos centros urbanos, comerciales o industriales. Sus habitan-tes suelen ser, al menos en sus primeras genera-ciones, inmigrantes provenientes de zonas desfa-vorecidas de nuestro país o los países limítrofes.

Estos inmigrantes llegaron a la villa buscando mejores oportunidades de trabajo, acceso a la

salud de sus enfermos o a la educación de sus hi-jos. No dejaron su tierra natal porque quisieran; sufren el destierro, y a pesar del avance de las comunicaciones lloran en el exilio por sus seres queridos a los que ya no ven. Añoran su terruño, soñando un día poder volver. Tal vez por eso se aferran a las costumbres y tradiciones de su infan-cia como un náufrago se aferra al último tronco de su embarcación; lo hacen con la única intención de que no se pierda su identidad. Toda una resistencia cultural.

¿Cuales son esas tradiciones? ¿Donde residen sus añoranzas? En la campiña paraguaya, el al-tiplano boliviano, los pueblitos de Corrientes, Santiago del Estero o Jujuy… Pero no alcanza recorrer hoy esos lugares para reconstruir el an-helo; habría allí que retrotraerse treinta, cuarenta o cincuenta años para encontrar lo que Unamuno

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llamaba Matria. ¿Cómo se vivía allí cuando los habitantes de la villa eran niños?

La sociedad agraria de aquella época sin lugar a dudas vivía una cultura cristiana, heredada de la gran misión continental que llevaron a cabo los misioneros, fundamentalmente jesuitas y francis-canos. Pienso que fue la aparición intempestiva de las nuevas tecnologías de la comunicación, el acceso a los medios masivos de información y la internet las causas que aceleraron los cambios culturales, y progresivamente fueron dejando en el olvido algunas tradiciones cristianas impor-tantes para la transmisión de la fe. Estos cambios se dieron fundamentalmente en aquellos lugares más expuestos a esa invasión mediática: en primer lugar las ciudades, en menor medida las zonas ru-rales más desfavorecidas.

Explico todo esto para mostrar que en el corazón del villero está la tensión que vivieron nuestras so-ciedades urbanas al comienzo de la modernidad; se debaten entre el apego a las tradiciones cristia-nas (con tendencia a cristiandad) y la influencia de un liberalismo que se encuentra en el fundamento mismo de nuestra cultura urbana, que invita a de-jar lo religioso (entendido como mítico) para darle paso a la luz de una razón independiente.

Esta rápida postal ya permite intuir el primer capítulo de la pastoral villera, que es el cuidado de esa fe, de la religiosidad, de la cultura natal de los habitantes de la villa. Celebrar todas las devo-ciones propias de cada colectividad según el modo como se hacía en su lugar de origen: la misa en la noche de San Juan a la usanza paraguaya, con su liturgia del fuego, la quema del Judas Kai (que re-presenta al hombre viejo), el paso por las brasas, el “toro candil” y los juegos tradicionales que se pre-paran esa noche; celebrar tantas misas a la Virgen de Copacabana como imágenes hay en el barrio, apoyar los bailes tradicionales de la morenada, la diablada o los tinkus; acompañar la procesión de la Cofradía del Cristo Morado y las marineras y “valsecitos” que se bailan después; las novenas de los santos, las de los difuntos, las misas de ca-bodeaño; ir a la fiesta del Señor del Mailín, can-tar chacareras; preparar las comidas típicas que acompañan esas devociones: chipa guazú, mandió chiriri, sopa de maní, carapulcra con su chicha mo-rada; conseguir arrope y mistol.

El cuidado de la fe y las tradiciones exige a los sacerdotes que nos dejemos llevar, que camine-mos al ritmo de la fe del pueblo, que acompañemos las devociones, que no nos escondamos ni ence-rremos, que aprendamos mucho y nunca dejemos de llamar a la unidad.

Todas nuestras acciones –el catecismo, los ex-ploradores, grupos misioneros, nuestros progra-mas de líderes positivos, los grupos preventivos, nuestros colegios, las escuelas de oficios, nues-tras radios y periódicos–, todo baila al ritmo de esa fe, de esas tradiciones y de la pujanza que carac-teriza esta oleada migratoria. Toda la vida parro-quial se organiza en función de las grandes fiestas populares: cinco, seis, siete o a veces más fiestas patronales por año.

Contrariamente a lo que puede pensar quien no conoce, resulta relativamente fácil ese trabajo de cuidar la fe, porque responde a la necesidad pro-funda del villero de custodiar sus raíces, de no per-der identidad, porque tanto en el exilio como en la enfermedad o cualquier otra situación humana que nos desinstala, la pregunta religiosa está a flor de piel. Aparece la necesidad de encontrar sentido y respuestas.

Sin embargo, vemos el camino general de nues-tra sociedad y entendemos que los últimos sigloshan sido de una progresiva desacralización. Y aunque el movimiento afectivo de los habitantes de nuestro barrio tienda a profundizar la fe como un intento de volver sobre la propia identidad, comprendemos que se trata de una corriente que navega en el sentido contrario del resto de la so-ciedad. Y vemos que junto al envejecimiento de los migrantes y a la aparición de segundas y terceras generaciones de habitantes de la villa, en nuestros barrios aparecen cada vez más propuestas que de-terioran la fe: la proliferación del narcomenudeo (los narcos no viven en barrios donde se corta la luz y se desbordan las cloacas), la invasión de mo-vimientos religiosos como el umbanda o los “pare de sufrir” o la multiplicación de militancias políti-cas cortoplacistas que se buscan a sí mismas. Por esta razón entendemos que también nuestros ba-rrios deben recibir el impulso de una nueva evan-gelización. Para decirlo en lenguaje futbolístico: después de un primer tiempo comprendimos que no alcanza con defender; ahora también debemos salir a atacar.

Y para explicar cómo desarrollamos esta nueva evangelización quiero presentar la experiencia del Hogar de Cristo, un programa para acompañar a los “pibes del paco”, que nació en las villas de la ciudad de Buenos Aires y en el último tiempo se fue expandiendo primero hacia el gran Buenos Aires, luego hacia otras provincias.

Desde los distintos centros del Hogar salimos a la calle a buscar a los pibes, pibas, hombres y mujeres que están más heridos; los visitamos en penales y hospitales. Tratamos de entrar en contac-to en todo momento, pero sin dudas los momentos

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dolorosos son un tiempo privilegiado para el en-cuentro. Nos hacemos cercanos, atentos a su si-tuación. Con paciencia seguimos estando cerca y cuando quieren arreglar algo de su vida, allí segui-mos al lado.

Volver a ver un hijo, salir de la situación de calle, sacar el dni, resolver un problema penal, dejar el “paco”, enderezar la vida: lo que sea. Allí estamos para gestionar, acompañar, sugerir o recordar. Siempre desde la amistad, con paciencia, sin for-zar nada, renunciando a cualquier intento de con-trol, apostando con confianza por la libertad, con la clara conciencia de que a nadie le puede gustar esa vida de marginalidad y sufrimiento.

Resulta muy importante amigarse con el tiempo. Habitualmente pasa que luego de un proceso largo de acompañamiento las personas se reconocen queridas, y empiezan a desear estar mejor. Desde el Hogar disponemos con creatividad los recursos, relaciones o influencias que tenemos, tratando de dar una respuesta a cada necesidad. No siempre se logra responder a tanta marginalidad, pero casi siempre nos encontramos con un fruto bellísimo: un nuevo integrante se une a nuestra familia, a nuestra comunidad. Amanece la conciencia de que todos somos parte de un grupo que debe acom-pañarse, quererse, ayudarse, ser familia, que debemos cuidarnos entre todos, que la ayuda de cada uno es importante. Entonces alguno que es-tuvo preso se ocupa de visitar a los que están pri-vados de su libertad, o alguna chica que vivió mu-cho tiempo en la calle y tuvo familia allí mismo hoy recibe en su casa a otras mujeres que atraviesan igual situación. Visitar a los que están enfermos

en los hospitales, llevar un plato de comida al que está en la calle, o alojarlo, acompañar a hacer un trámite, o el regreso a casa de alguien que hace mucho no ve a su familia: todo es ocasión de acom-pañamiento. Todos acompañamos, unos a otros.

Se trata de la reconstrucción del tejido social, y los lazos que permiten esta tarea son los mismos valores evangélicos: hospitalidad, solidaridad, pa-ciencia, perdón, amor desinteresado, compasión. Pero el circuito no se cerraría sin el momento cen-tral de la explicitación del fundamento de nuestras acciones. En la liturgia celebramos cotidiana-mente la vida del hogar: bautismos, confesiones, casamientos, misas, aniversarios. Celebramos la vida de nuestra gran familia, y cada encuentro es ocasión para iluminar desde la fe los aconte-cimientos cotidianos. De este modo, quien experi-mentó en carne propia la resurrección como un don que Dios le dio a través de la comunidad siente pertenencia, intenta vivir en comunión, y encuentra en la oración, las charlas y en la liturgia la explici-tación de lo que le hizo volver a vivir. Su testimonio se vuelve entonces fortísimo.

Por eso cuando el papa Francisco, en el N° 24 de la encíclica Evangelii Gaudium enseña que una Igle-sia en salida debe “primerear, involucrarse, acom-pañar, fructificar y celebrar”, nosotros en el Hogar de Cristo nos sentimos deslumbrados, porque en-tendemos que el Santo Padre puso las palabras que iluminan nuestro modo de vivir.

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DE UN CONvENTILLO A UNA vIvIENDA ADECUADA

Alejandro Madero//*

Una experiencia que apunta a mejorar las condiciones de vida de los habitantes de los conventillos de la ciudad de Buenos Aires que pagan alquileres informales. Con su esfuerzo, el de distintos voluntarios y la colaboración estatal, se reparan las viviendas que ocupan y se organizan para mantener los espacios comunes. Se trata de un programa que tiene un carácter interreligioso.

//* Arquitecto. Ex presidente del Consejo Nacional de la Acción Católica Argentina (2002-2009). Actualmente integra la Comisión Nacional del Área Sectores.

El tema de la vivienda es todavía una de las grandes deudas pendientes, que no termina de en-caminarse a una solución, a pesar de las diversas iniciativas que han desarrollado los últimos gobier-nos. Podemos repasar las políticas de los últimos veinte años, y sin duda se verificará que algunos le han dedicado mayor atención al tema, pero la brecha entre la demanda y las soluciones sigue siendo tan importante que todavía queda mucho por recorrer y hacer.

Desde esta perspectiva, de acompañar y de ha-cer, se ubica un número cada vez más creciente de organizaciones civiles que contribuyen con esfuer-zo, seriedad, compromiso y sobre todo voluntad de hacer y participar, a dar algunas soluciones.

Ésta es la realidad de Hábitat para la Humanidad en Argentina, una organización internacional que tra-baja en el país desde hace diez años, que se define como una organización de personas apasionadas por la causa de la vivienda adecuada, recono-cida por su impacto sostenible, por las transforma-ciones comunitarias emprendidas, por su fe en ac-ción, su profesionalismo y su innovación. Siguiendo las enseñanzas de Jesucristo, busca tener impacto en la construcción de un país mejor, movilizando recursos para mejorar el acceso a la vivienda de los más necesitados. Esa pasión es la que me atrapó y desde hace ya casi cuatro años acompaño y com-parto, desde distintos lugares, estas definiciones.

Su visión es “Un mundo donde todos tengan un lugar adecuado donde vivir”. Su misión, “En Hábi-tat para la Humanidad Argentina, convocamos a

la gente para construir viviendas, comunidades y esperanza”.

Las premisas mencionadas, que definen el es-píritu y la dedicación con que se encaran los tra-bajos, son muestra de la búsqueda de alternativas y de la innovación permanente. Muestra de ello es justamente el motivo del presente titulo, como parte de uno de los proyectos principales, llamado “Reciclando Hogares”, que busca dar soluciones de vivienda o mejorar las condiciones de estas a nivel urbano.

Así, motivados por la realidad de muchas fa-milias que vivían en condiciones en situación de permanente riesgo, se encargó en 2008 un estudio interdisciplinario que identificó como crítica la si-tuación de aquellas familias que viven en conven-tillos, inquilinatos y hoteles-pensión, y que pagan un alquiler a valor de mercado pero por un lugar en condiciones inadecuadas.

Cuestiones como el hacinamiento, el riesgo es-tructural y los efectos en la salud, especialmente de niños y ancianos, son alarmantes en esta tipología de vivienda. En consecuencia, la situación del alquiler informal termina siendo explosiva. Las razones que obligan a familias a vivir en es-tos lugares son los requisitos para alquilar en las grandes ciudades del país, que incluye una propie-dad en la ciudad como garantía que es algo que las familias de más bajos ingresos no poseen.

Nace así el proyecto Alquileres Tutelados, con el objetivo de ofrecer una solución para familias que hoy viven en esta situación, atendiendo así la pro-blemática habitacional en el contexto urbano.

Este proyecto busca oportunidades para adquirir

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inmuebles a fin de transformarlos en departamen-tos para alquilar, y de esta manera favorecer la transición hacia la formalidad del alquiler por par-te de muchas familias que hoy pagan un alquiler informal a cambio de espacios que se encuentran en condiciones inadecuadas.

Por medio de la educación, el acompañamiento y el empoderamiento de habilidades para el desa-rrollo humano, este proyecto busca transformar la vida de las familias durante el proceso de tran-sición hacia la formalidad del alquiler.

El proyecto ya estaba listo para concretarse, y la primera experiencia comenzó en un conventillo de La Boca, que se adquirió una vez asegurado el financiamiento, y se presentó a las autoridades del Gobierno de la Ciudad para solicitar los permisos y la aprobación para el proyecto por desarrollar, que consistía en desmantelar el conventillo y construir un edificio de ocho departamentos para alquilar.

Recibió el apoyo y menciones de varios orga-nismos, entre ellos del Gobierno de la Ciudad y de otros foros y encuentros internacionales. De la relación y las gestiones con representantes del Go-bierno de la Ciudad, mantenidas en los casi cuatro años que duró el proceso, desde la presentación hasta la inauguración del edificio en 2014, han germinado verdaderos frutos, que hoy se anun-cian como una iniciativa conjunta, con el nombre de “Alquilar se puede”, con los mismos objetivos enunciados, pero con todas las posibilidades que aporta la iniciativa desde el orden público.

La obra se inició en julio de 2012 y, casi al mismo tiempo, se comenzó el proceso de selección de las primeras familias del barrio que serían las benefi-ciarias del proyecto, y que hoy vivían en conventi-llos, inquilinatos u hoteles-pensión, por medio de referencias de organizaciones locales. Este pro-ceso tiene en cuenta la voluntad de la familia de superar su situación de informalidad y su capaci-dad de asumir la responsabilidad de un pago de alquiler formal, además de los costos que genera

compartir un consorcio de vecinos.

Un aspecto por destacar es que si bien la cons-trucción estuvo a cargo de una empresa cons-tructora, dadas las características del edificio, se decidió, como es habitual en la organización, la participación de voluntarios para llevar adelante muchas tareas de la construcción, que han sido fundamentales para su terminación. Estos volun-tarios entregan parte de su tiempo para realizar tareas a las que no están acostumbrados, como revocar, rasquetear, pintar, limpiar, etc. Son em-pleados de empresas que se suman a estas ac-ciones como parte de la política de Responsa-bilidad Social Empresaria que llevan adelante, asistiendo con grupos rotativos en distintas opor-tunidades y convocatorias. Una de las acciones que más concentra la atención de algunos miembros de la organización es la vinculación con estas em-presas para ampliar la cartera de apoyos y subsi-dios, además de concretar la experiencia del envío de sus empleados para participar en una tarea tan digna como ayudar a otros a que puedan vivir ade-cuadamente. El vinculo entre los voluntarios y los propietarios, ya en su unidad o de los que están por llegar, es una motivación muy fuerte que destaca y valora la actitud de servicio, y me animo a decir que perdura en el tiempo.

Fiel a su identidad cristiana, Hábitat para la Hu-manidad también se ha planteado la posibilidad de convocar a distintas comunidades cristianas, a través de una jornada o brigada, como así se le llama al día destinado a trabajar en el edificio o casa. Se le denominó Brigada de Fe, y asistieron representantes de la Iglesia Católica, de la Iglesia Anglicana y de la Iglesia Luterana. Compartieron el trabajo y también la oración. La experiencia ha sido muy positiva, y abre un camino de encuentro y co-munión a partir de la experiencia de construir jun-tos, no solo viviendas sino también comunidades y esperanzas.

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EL MARTIRIO DE LOS CRISTIANOS DE ORIENTE

El fundamentalismo islámico ha elegido como víctimas a los cristianos que viven en los países de Asia menor. La convivencia entre musulmanes y cristianos ha sido difícil en la región, pero la historia no confirma la incompatibilidad entre ambas creencias.

Andrea Riccardi//*

Los cristianos de las aldeas de los alrededores de Hassaké, en Siria, han sido raptados por los mi-licianos de Isis (algunos, parece, han sido asesi-nados). Es el último hecho de la milenaria histo-ria cristiana en Siria. Muchos cristianos huyen y algunos eligen defenderse, poniéndose al lado de los kurdos. En las tierras del Califato no hay más lugar para ellos. En Iraq, las tropas fundamenta-listas han echado a los fieles cristianos del valle de Nínive y de la ciudad de Mosul. Un Estado to-talitario musulmán no puede aceptar la existencia de estas minorías que, en cambio, han sobrevivido a todos los regímenes islámicos desde el primer milenio. También las huellas del cristianismo deben ser borradas: son arrancadas las cruces, quemadas las iglesias y hasta las preciosas bi-

bliotecas cristianas de Mosul. En esta ciudad, hace poco tiempo, ha sido detenido un librero que vendía textos cristianos. Sí, los cristianos parecen volver “impura” la tierra redimida del totalitarismo musulmán. ¿Estamos asistiendo al fin de los cris-tianos de Oriente? En Siria y en Iraq, parece clara-mente que sí. Pocos cristianos quedan en aquel 40 % de Siria controlada por Assad: en Damasco y en Alepo, sitiada y casi aislada. Fuerte es el apego de estas comunidades a sus tierras ancestrales, a tal punto que desafían la humillación de ser ciu-dadanos de segunda categoría durante siglos, a pesar de su contribución histórica a la civilización árabe. Quien puede se refugia en Líbano o en otro lugar. Pero también el Líbano es muy frágil, con 1.435.000 refugiados de Siria, mientras no logra encontrar el consenso necesario para elegir al presidente. A pesar de todo, ese es todavía el es-pacio más libre y seguro para los cristianos medio orientales, con sus universidades e instituciones, y los patriarcados. El futuro del Líbano es profunda-mente incierto.

//* Fundador de la Comunidad de Sant’Egidio y académico de Historia Contemporánea.

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Existe en Egipto una gran comunidad cristia-na, los coptos, con casi ocho millones de fieles: el 14% de la población del país. Esta es la Iglesia cristiana más grande del mundo árabe, con un im-portante arraigo popular, y fuerte vitalidad. El Isis quiso desafiarla, matando 21 trabajadores coptos a las orillas del Mediterráneo en Libia. Ha sido un asesinato que ha hecho temblar a los cristianos de todo el mundo árabe: ¿era una advertencia? Los coptos egipcios han vivido recientemente tiempos difíciles, durante el gobierno del presidente Morsi, pero ahora apoyan con decisión al presidente Al Sisi, considerándolo una garantía esencial para su futuro. El patriarca copto Tawadros y el gran imam de Al Azhar, Al Tayeb, forman un frente religioso moderado que sostiene el actual régimen político en Egipto.

Muchos se interrogan sobre cuál será el futuro de los coptos si la ‘hermandad musulmana’ rea-pareciera en la escena política. En todo caso, los coptos juegan con realismo su partido por la su-pervivencia. Por otra parte, los cristianos de Orien-te, han tenido temor de las primaveras árabes. Están cerca del presidente Assad en Siria, consi-derándolo un baluarte contra el fundamentalismo.

En Egipto, los coptos han sido conscientes de la ambigüedad del rais Mubarak, que se presentaba a ellos como protector, pero cuyos servicios golpea-ban a la Iglesia copta de los Santos en Alejandría de Egipto. Sin embargo Mubarak parecía para ellos una garantía frente al caos. Es el realismo doloro-so de los cristianos de Oriente, muchas veces en la búsqueda de un defensor, ya sean los regímenes árabes u Occidente.

Los cristianos orientales vienen de una histo-ria tan dolorosa. El siglo XX se ha abierto con la matanza de los Armenios y de los cristianos en el Impero Otomano en 1915: un millón y medio de

muertos. Los cristianos eran alrededor del 18 % de la población de Anatolia, y casi todos han desa-parecido. Los perseguidos de Hassaké en realidad descienden de cristianos de Anatolia refugiados en Siria después de la Primera Guerra Mundial. Con-taban con la protección de Francia, potencia man-dataria, y han vivido en la Siria independiente como una minoría, respetada a pesar de ser discrimina-da. Pero ahora el éxodo vuelve. Sin cristianos el mundo árabe musulmán no será más el mismo; devendrá totalitario. Es cuanto quiere el Califato. Pero es el fin de un mundo. Corren el riesgo de desaparecer los últimos descendientes de las co-munidades de los orígenes.

La liturgia de los cristianos sirios tiene una fuerte conexión con la tradición judío-aramaica. No es, sin embargo, algo arqueológico. Se pone en tela de juicio la posibilidad de convivencia en-tre cristianos y musulmanes. Se da voz a quienes sostienen la incompatibilidad total del Islam con el cristianismo. La historia no confirma esta incom-patibilidad, a pesar que la convivencia ha sido difícil.

Lo que sucede bajo nuestra mirada es absurdo desde diferentes perspectivas. En el mundo glo-bal, donde pueblos diferentes se mezclan, parece evidente la locura de esta limpieza religiosa. Nos preguntamos: ¿qué se puede hacer? Es necesario devolver la paz a Siria y reconstruir el país. La co-munidad internacional (Occidente, Rusia, Turquía, Países Árabes) debe encontrar el camino del en-tendimiento, sin el cual es imposible “imponer” la paz. El cese del fuego sobre Alepo, aceptado por el presidente Assad en el coloquio con el enviado Staffan de Mistura, es un comienzo. Pero no se puede perder tiempo. El fin de los cristianos de Oriente es el último signo de un mundo que se de-rriba. No podemos quedarnos inertes.

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LA RED SER FISCAL: UNA CONTRIBUCIÓN CIUDADANA A LA TRANSPARENCIA y LA PAz SOCIAL EN LOS COMICIOS

Alejandro J. Bulacio//*

//* Profesor adjunto de Teoría del Estado (UBA). Encargado territorial de la Red a nivel nacional.

Hace unos días, el papa Francisco recibió a re-presentantes de la Red Ser Fiscal. Resulta intere-sante remarcar los puntos salientes del diálogo.

Encabezó la delegación de la Red Claudio Bar-gach, su coordinador general, quien expresó: “En la Argentina el interés del Papa se concentró en que las elecciones sean transparentes, que hayan propuestas concretas, y que el tema económico no sea determinante, en cuestiones que deberían ser gratuitas. También hizo referencia explícita a su preocupación por la droga, por el dinero espu-rio que se vuelca a la política y los candidatos que después quedan pegados a esos intereses”.

Bargach a su vez hizo referencia a que habiendo tantos intereses en juego, que van desde el cambio de presidente, a un ambiente tenso y polarizado, procesamientos judiciales, y la defensa de muchos años en el poder de algunos, así como “kioscos” e intereses personales, existe preocupación por que se desate algún tipo de violencia.

Francisco se mostró receptivo ante sus preocu-paciones e insistió en la necesidad de reforzar el control ciudadano de los comicios, empezando por la “tarea chica” que realizan los fiscales en las me-sas de votaciones.

En relación a la corrupción, Francisco planteó que es un problema generalizado, más bien mun-dial. La Red enfatizó que la falta de transparencia electoral es corrupción de origen, porque así no se

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respeta la voluntad popular en el voto y por tram-pas como la falta de boletas, los “votos cadena”, o la “volcada de urnas”, que distorsionan la voluntad popular.-

Francisco insistió con el respeto por la institu-cionalidad y la vida democrática, que es funda-mental para cualquier país que se precie de tal, y en ese sentido mostró su preocupación por el problema del financiamiento de las campañas, ya que de esa forma el sistema es vulnerable al dine-ro proveniente del narcotráfico y otros intereses.

Ahora bien, ¿qué es la Red Ser Fiscal? Quizá contar cómo me integré a ella ayude a comentar-les de qué se trata.

Deseo remarcar que me uní a ella sin tener una identidad partidaria concreta, hace unos tres años, luego de haber sido fiscal por diversos par-tidos políticos y con una fuerte presencia en diver-sos grupos de las redes sociales. En ese sentido, remarco la bienvenida que me fuera brindada. Me uní a un grupo variopinto de ciudadanos con dife-rentes pertinencias. Nos unió desde un principio trabajar en pos de la transparencia y la República. El momento clave, obviamente, fueron las eleccio-nes nacionales.

Hay una enorme distancia entre la dirigencia política y los ciudadanos, los que muchas veces no se sienten convocados para trabajar en política. Esto hace que en ese momento fundamental de la vida en democracia no existan fiscales que ase-

guren que lo que vota nuestro pueblo se exprese exactamente en el resultado electoral.

Ello se potencia por cuanto los partidos gober-nantes (sean a nivel municipal, provincial o na-cional) tienen en el momento de las elecciones una enorme ventaja, ya que de diversas formas (particularmente pagando a los fiscales) pueden cuidar sus boletas y sus votos, no así los demás partidos.

El anhelo por un mayor respeto de la volun-tad popular me llevó a integrarme en la Red. No somos una propuesta partidaria, y entendemos que todos los ciudadanos, estemos o no afiliados, debemos involucrarnos en los comicios.

Para ello tenemos una organización federal, con encuentros nacionales y una organización en cada provincia. En ella están representadas di-versas ONG que adhieren al proyecto, así como los partidos políticos que firman el acuerdo de transparencia, y un sólido equipo de trabajo, con profesionales muy experimentados en la fiscali-zación de las elecciones.

Desarrollamos tareas de asesoramiento en cuestiones de normativa electoral, capacitamos futuros fiscales (en las últimas elecciones se ca-pacitaron más de 20.000 ciudadanos de los 40.000 que fiscalizaron), y los derivamos a los partidos políticos sin que tuvieran que afiliarse a ellos, ya que así lo exige la ley electoral. La capacitación que recibieron permite que se exprese exac-tamente cómo fue emitida la voluntad popular. Es decir, no importa el partido por el que uno sea fis-cal; se cuidan todos los votos emitidos.

No puedo dejar de mencionar la gran capaci-dad creativa que he visto en muchos de mis com-pañeros, ya sea para realizar capacitaciones on-line, utilizar las redes sociales y crear plataformas donde se inscribieron miles de fiscales, a fin de su derivación a los partidos políticos para el día del acto comicial (reitero, sin afiliación ni pertenencia a ellos, al menos en su inmensa mayoría). Tam-bién se organizó durante el desarrollo del comicio un Centro de Atención al Ciudadano, que nos per-mitió monitorear la situación en todo el país, en total conexión con la Cámara Nacional Electoral, y se dispuso la realización de un Mapa del Delito Electoral, integrando grupos especializados en temas de fraude informático y empleando aplica-ciones para el control de las actas electorales.

Para estas elecciones entendemos que será necesaria también, la búsqueda concreta de la paz social en el momento del acto electivo. Ca-pacitamos a los fiscales para que sean agentes

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de construcción social, en medio de la discordia imperante.

Es una gran experiencia, en primer lugar por lo heterogéneo de quienes conforman la Red y la posibilidad cierta de desarrollar un trabajo en común. ¡Ojalá muchos grupos políticos y sociales actuaran con tanta apertura!

En segundo término, por ser una experiencia realmente federal (de hecho, soy el encargado territorial en toda la República).

En tercer lugar por ser una experiencia soli-daria; trabajar en red supone equipos de trabajo, y saber que todos dependemos de todos, lo que nos lleva a hermanarnos en el servicio.

En cuarto lugar, por ser una forma de voluntaria-do ciudadano. Como fiscales entendemos que no corresponde recibir un solo peso por nuestro tra-bajo, el que es una escuela de formación de com-promiso cívico.

La Red Ser Fiscal y la Acción Católica. Como laico cristiano en el mundo, sinceramente me sentí “instaurando todo en Cristo”, por cuanto sin transparencia de origen, la corrupción futura es segura.

Debe quedar claro que es una propuesta laica, en el buen sentido, es decir, no confesional, pero en la cual convergemos amigos de todas las reli-giones, ideologías, y pertenencias, con la sola ban-dera de la transparencia electoral y la República.

Hemos tenido algunas charlas en el DEPLAI, donde fuimos invitados a compartir nuestra expe-riencia, que entiendo se complementa perfecta-mente con la iniciativa que lleva varios años, de-nominada “¡Votá! ¡Tu voto vale!”, que viene llevando adelante la Acción Católica y que ha sido relanzada con fuerza para las próximas elecciones.

A nivel personal, muchísimos ciudadanos católicos se han comprometido en la Red, como forma de hacer efectivo su compromiso ciudada-no. Tenemos que encarnar el lema “De habitantes a ciudadanos” y una forma concreta es colaboran-do con la fiscalización de los comicios.

Agradezco a la Acción Católica que me permita contar esta experiencia, e invitarlos a participar en ella. Para ser fiscales, simplemente hay que seguir el enlace www.serfiscal.org, donde pu-blicamos la totalidad de la información para ins-cribirse para ser fiscales, capacitarse e incluso, llegado el momento, el seguimiento del acto elec-toral con el Mapa del Delito y el Centro de Atención al Ciudadano.

No puedo más que invitarlos, en la seguridad de que ayudarán a la transparencia electoral, a los valores democráticos y republicanos, y a asegurar la paz social.

Resumiría todo lo anterior diciendo: “¡Votá! ¡Tu voto vale!” ¡Fiscalizá para que nuestro anhelo se haga realidad! ¡Alabado sea Jesucristo!

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BIBLIOGRÁFICASBiblioteca “Mons. Manuel Moledo”

“Este libro tiene la intención de mostrar al lector la rea-lidad de una pastoral evangelizadora, ‘Iglesia en salida y con puertas abiertas’, que hace presente en el mundo de la salud, los gestos y las palabras de Jesús, quien, acariciando las heridas pasa por nuestras vidas haciendo el bien” (Prólo-go). Partiendo de breves reflexiones acerca del misterio del dolor, de la vida y de la enfermedad, la Dra. Bolton enfoca distintos aspectos básicos en la formación de los involucra-dos en el cuidado y acompañamiento de enfermos: profe-sionales y voluntarios. Incluye un capítulo sobre bioética y dos anexos: Anexo I: “Síndrome postaborto: acompañamien-to pastoral” y Anexo II, “Enfermo drogadependiente: acom-pañamiento pastoral”. La obra se completa con una muy útil bibliografía que incluye los documentos del Magisterio de la Iglesia sobre el tema.

BOLTON, Raquel.

Una pastoral de la salud en clave misionera. Buenos Aires: Santa María, 2014.

Dice el autor en el prólogo: ”Vamos a leer las parábolas que narrara Jesús para ponernos en movimiento, para replan-tearnos cuestiones existenciales, para convertirnos; para que nuestra vida se haga más parecida a su vida. Estamos invitados a escuchar/leer como si fuésemos palestinos a orillas del mar de Galilea. Y también como lo que somos, dis-cípulos en este siglo, preocupados por comunicar la Buena Noticia de un Reino distinto de los reinos de este mundo, de un Padre misericordioso y compasivo, de una realidad que puede ser transformada por la misma fuerza del amor y la esperanza”. Leonardo Biolatto es médico por la Universidad Nacional de Córdoba, a la vez que catequista y misionero.

BIOLATTO, Leonardo.

Discípulos de este siglo. La misión en las parábolas de Jesús. Buenos Aires: Claretiana, 2013.

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Este libro es la primera publicación del Movimiento Políticos por la Unidad, una asociación a la que adhieren dirigentes políticos y ciudadanos de distintos partidos y tendencias, con el compromiso común de contribuir a la construcción de un orden social y político más justo y fraterno. Quienes la inte-gran reconocen en la fraternidad universal el fin, contenido y método específico del compromiso político. Se inspira en el pensamiento de Chiara Lubich –fundadora del Movimiento de los Focolares en Italia durante la Segunda Guerra Mun-dial– que “percibió la necesidad de mirar a la humanidad desde el reconocimiento de cada persona como una posible hermana o hermano con quien construir relaciones nuevas como condición necesaria para cimentar la gran familia humana desde las semillas de verdad y justicia que hay en esencia en cada ser humano, en cada identidad personal,

LÓPEZ, Verónica (compiladora).

Fraternidad y acción política. Desafíos y concreciones desde un nuevo paradigma. Buenos Aires: Ciudad Nueva, 2013.

“Esta es la historia de un hombre de Dios, que, con seguridad, aún dará que hablar; un estilo de vida sobre el que el lector puede tomar apuntes para la suya” (Prólogo). Con un lenguaje ameno y coloquial Silvina Premat nos cuenta su experiencia de seguir la trayectoria del padre “Pepe” Di Paola desde el lugar donde se fraguó su vocación –el hogar familiar–, donde intuyó el sentido de su vida –el colegio secundario– y su modo de ser sacerdote. Se narran historias de vida y experiencias llevadas a cabo en las villas con el esfuerzo de muchos: curas, residentes de las vi-llas, voluntarios y también de algunos jóvenes extranjeros que, impactados por relatos escuchados, ofrecieron su participación.

PREMAT, Silvina.

Pepe, el cura de la villa. Buenos Aires: Sudamericana, 2014.

cultural, nacional o internacional”. No es un partido nuevo, sino un movimiento portador de una cultura y una praxis política nuevas. Nace en la Argentina en 2001. La obra cuenta las expe-riencias concretas de quienes se comprometieron en esta propuesta y en su accionar político trataron de llevarla a la práctica teniendo en cuenta no solo al ciudadano que les había dado su apoyo sino al partido opositor, al votante que no los había elegido, buscando el espacio común de una comunidad política superadora.

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Caminamos juntos, caminamos con todos…

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