El castillo de los sueños

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En un castillo encantado En una bonita tarde de primavera, Durne se encontraba en el jardín de su casa y estaba realmente aburrida, de pronto, se dio cuenta que del jardín salía un camino que no había visto antes, que no sabía adonde conducía. Aquello despertó su interés y decidió seguir aquel camino, además no tenía nada más interesante que hacer. Comenzó a caminar y enseguida se dio cuenta que se estaba adentrando en un lugar completamente desconocido para ella, no sólo parecía que no estuviera en el jardín de su casa, sino que cuando miró hacía atrás, no vio nada conocido, ni los árboles de su jardín, ni su casa, ni las flores que había plantado con mamá, todo para ella era desconocido, al parecer se había perdido dentro del jardín de su casa. Durne continuó adelante, para ver hasta donde le conducía aquel extraño sendero. No tardó en descubrir un hermoso castillo medieval que se encontraba en una explanada rodeado de flores, árboles y de animales como los que encontramos en el campo. Se escuchaba cantar a los pájaros y el Sol reflejaba sus rayos sobre

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Cuento fantástico

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En un castillo encantado

En una bonita tarde de primavera, Durne seencontraba en el jardín de su casa y estabarealmente aburrida, de pronto, se dio cuenta quedel jardín salía un camino que no había visto antes,que no sabía adonde conducía. Aquello despertó suinterés y decidió seguir aquel camino, además notenía nada más interesante que hacer.

Comenzó a caminar y enseguida se diocuenta que se estaba adentrando en un lugarcompletamente desconocido para ella, no sóloparecía que no estuviera en el jardín de su casa,sino que cuando miró hacía atrás, no vio nadaconocido, ni los árboles de su jardín, ni su casa, nilas flores que había plantado con mamá, todo paraella era desconocido, al parecer se había perdidodentro del jardín de su casa.

Durne continuó adelante, para ver hasta donde leconducía aquel extraño sendero.

No tardó en descubrir un hermoso castillo medievalque se encontraba en una explanada rodeado deflores, árboles y de animales como los queencontramos en el campo. Se escuchaba cantara los pájaros y el Sol reflejaba sus rayos sobre

el castillo, todo en aquel lugar resultaba alegre ymágico.

Durne no entendía que era lo que había pasado, ellase encontraba en su jardín y derepente estaba en aquel lugar,entonces decidió que para desvelaraquel misterio debía de continuaradelante.

Continuó andando, llegó a la puerta del castillo,la empujó y enseguida se abrió. Durne sentía unpoco de miedo, pero era más fuerte su curiosidad,además estaba deseando resolver aquel misterio,entonces comenzó a subir por una escalera, alllegar a la primera planta encontró un pasillo y a lolargo de el, una serie de puertas cerradas.

Durne ansiosa por descubrir los misteriosque encerraba aquel castillo, abrió lapuerta y una vez dentro, lo que descubrió

allí, resultaba realmente asombroso, en aquellahabitación había unos pinceles, que se dedicabanellos solos a pintar sobre un lienzo el paisaje que seveía a través de la ventana. Durne no daba créditoa sus ojos, se trataba de tres pinceles que pintabany pintaban sin parar, sin un pintor que los guiara,además incluso cantaban mientras pintaban.

Durne volvió al pasillo y abrió la segunda puerta, loque encontró en aquella habitación era igualmenteincreíble, ya que allí se veía a una clase, y loextraño es que el profesor era un loro que llevabaen una de sus patas un puntero y con el ibaseñalando las letras del abecedario, que estaban enuna pizarra, los extraños alumnos que repetían lasletras, eran animales, había un cerdo, una gallina,un pato, una cabra y hasta un conejo que sabíamatemáticas, aquello era una locura, no entendíanada.

Durne volvió a salir al pasillo y una vez allí empujola tercera puerta, nada más comenzar a abrirseempezó a escuchar una hermosa música. Dentro seencontraban diversos instrumentos musicales, sinque ningún músico los hiciera sonar, salía de ellosuna hermosa música, como si de un concierto setratara.

Al rato se encontró delante de la cuarta puerta yuna vez dentro de la habitación, otra vez, encontróuna imagen igualmente asombrosa, la habitaciónestaba llena de lápices que escribían ellos solo.Comenzó a leer los cuadernos que aquellos lápiceshabían escrito y se trataba de unas historiaspreciosas. Antes de salir de esa habitación Durnetomó unos cuadernos e intentó sacarlos de allí,porque pensó que le gustaría tener aquellas

bonitas historias para poder leerlas cuando ellaquisiera, entonces la puerta se cerró de golpe y nole permitió salir, hasta que hubo dejado aquelloscuadernos en su sitio.

Al abrir la quinta puerta, encontró una enormeoreja, y a su vez, se escuchaba una hermosamúsica que no se sabía de donde procedía, aunquea Durne le habría gustado recordar para siempre elsonido de la melodía que en esos momentos estabasonando.

La última habitación en la que entró estabacompletamente vacía, en ella no se escuchaba ruidoalgún y de repente, sonó un Riiinnnng, y Durnese despertó, era la hora de levantarse para ir alcolegio, aquello había sido un sueño tan hermoso,que al regresar del colegio, Durne se sentó ensu escritorio y decidió escribirlo, disfrutó tantoescribiéndolo como en el sueño y desde aquelmomento comenzó a inventarse historias que luegoescribía y se las contaba a sus amigos y asídescubrió que tanto el mundo de la imaginacióncomo el de los sueños era fantástico.

Con el tiempo Durne se convirtió en una famosaescritora de historias para niños y cuando algúnniño le pedía que le contase alguna historia, ellasiempre recordaba aquel fantástico sueño quesiendo niña había tenido.