El Clis de Luna, Lit. Costarr.

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EL CLIS DE LUNA

EL CLIS DE LUNA

Es un cuento, no una historia leda de la pluma de algn autor, sino del rumor que inici un tal maestro italiano trado para restaurar el saln de bailes de la villa; es un cuento que narra los hechos no como fueron sino como pudieron haber sido...

El rumor dice as: una vez el Seor Cornelio, gran lder y presidente de la Asociacin de Desarrollo, hombre por dems instruido, de buen ver, alto, pelirrojo y algo descredo; fue a observar el progreso de la restauracin del saln de bailes, al ver que todo marchaba sin ningn contratiempo se alegr de esto adems empez a observar que entre los trabajadores uno ellos descollaba sobre los dems, a el Seor le pareci pertinente invitarlo a su casa para comer y tambin para aprovechar su agasajo y pedirle una manita con la reparacin de su morada.

El Seor Cacheda, que este es era su apellido le dijo:

---- Buen hombre mientras usted contina con la reparacin del saln por el da, por las noches puede continuar con mi casa y quedarse a dormir despus----

El maestro italiano acepto de buen gusto el ofrecimiento; a quin no le gust la idea fue a la esposa del Seor Cornelio, Lina. Que al ver la imagen de aqul sujeto mitad hombre, mitad bestia, de aspecto ms que repulsivo, costeo siciliano, tostado por el sol abrasador del mediterrneo, totalmente desmuletado y con las manos tan llenas de callos que parecan dos manos de bananos, siempre desconfi de l.Mientras la obra avanzaba, el nimo del Seor Cacheda cambi mucho, se fue encerrando en su vana intelectualidad, olvido lo bello de la vida: las flores, el trinar de los pjaros por la maana, la msica, etc. hasta olvidar a su dulce amor Lina, olvido amarla, escribirle, rer con ella, incluso intimar juntos.

Por otra parte Lina caa en la desesperacin de tener que pasar las noches sola, porque su esposo no sala de su estudio por nada del mundo, la hermosa Lina vea pasar sus mejores aos de juventud sola, al margen de la soledad, su estado empez a hacerse histrico, olvidaba con facilidad, por el da el pnico la atormentaba y por la noche el insomnio no la dejaba en paz.

Una noche de plenilunio, el maestro italiano se quedo en casa de los Cacheda como de costumbre despus de su fatigante faena, el maestro no ocultaba su admiracin por la belleza y por suavidad de la piel de Lina, la deseaba para s, sus hormonas pululaban despus de un largo da de agobiante trabajo; pero a Lina lo nico que senta por l era repulsin.Durante esta noche la influencia de la Luna, se personific en la bella diosa del amor, hiriendo a Lina, pero su esposo estaba siempre ausente, retrado en sus disertaciones. Pero en un arrebato de histeria-pasin Lina desahogo sus ardores y fogosidades con el hombre que se encontraba en casa, ella perdi toda conciencia de sus acciones, olvidando todo lo sucedido en aquella noche de pasin.

Haba pasado un eclipse de luna, todo lo que sucedi nadie lo vio y nadie se acuerda, la noche todo lo encubre, excepto al hombre que tambin disfrut del arrebato de la bella Lina.

Aos despus, Lina pudo controlar su neuralgia y continuar su vida normalmente; por otro lado la vida del pueblo volvi a su cauce, la obra estaba concluida el saln de bailes tambin, y a la familia Cacheda le sobrevino una doble alegra.

Lina haba dado a luz a dos niitas, que extraamente no guardaban parentesco alguno con sus progenitores. Pero que eran el orgullo del Seor Cornelio, tanto as que siempre las ofreca a la parroquia para que las vistieran y salieran en las procesiones de Semana Santa, pero el Cura Prroco siempre tena los puestos ya ocupados; en la escuela no las queran ya que su aspecto casi desdeable, sus cabellos chusos negros, su piel tostada achocolatada, puede decirse que algo acholadas y con los dientes picados, no pasaban desapercibidas para sus compaeritas y maestros que nos las dejaban continuar su vida normalmente. El padre nunca se extrao del poco parentesco con l, ya que nunca dejaba de estar en su estudio pensando en quin sabe cunta maquina de invenciones y Lina en su amor maternal nunca observ defecto alguno en sus pequeas.Pero quin no dejaba de admirar la belleza de las dos nias fue el maestro italiano que nunca dej de visitar el hogar de la familia Cacheda.

UNIVERSIDAD DE COSTA RICAFACULTAD DE LETRAS

ESCUELA DE FILOLOGA, LINGSTICA Y LITERATURA

CURSO: LITERATURA COSTARRICENSE I

PROF. SONIA JONES LEN

EL CLIS DE LUNA

POR: DARSY ANTONIO NAVARRO CORRALES

CARN: A64077

I -2010