El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.]

125
 J S Kahn concepto de cultura: textos fundamentales EDITORI L  N GR M B RCELON

Transcript of El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.]

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 1/125

 

J. S. K a h n

E l concepto de cultura:

textos fundamentales

E D I T O R I A L A N A G R A M A

B A R C E L O N A

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 2/125

 

Traducción:

José R . Llobera ( I n t r o d u c c i ó n )

A n t o n i o Desmonts (Texto de T y l o r , Kroeber, M a l i n o w s k i

y Goodenough)Manuel U r í a (Texto de W hi t e )

Revisión:

José R . Llobera

Maqueta de la colección:

Argente y M u m b r ú

© E D I T O R I A L A N A G R A M A ( po r l a in t r o d u cc i ó n y s e l ec c i ó n )

Calle de la Cruz , 4 I

Barcelona -1 7

P r i n t e d i n S p ai n

I S B N 84 - 339 - 0603 . 8

D e p ó s i t o L e g a l : B . 16824 - 1975

G r áf i c as Diamante, Z amor a, 83 , Barcelona - 5

I N D I C E

J . S . K A H N

I n t r o d u c c i ó n . 9

E D W A R D B . T Y L O R

L a ciencia de la cultura (1871) 29

A . L . KROEBER

L o s u p e r o r g á n i c o (1917) 47

B R O N I S L A W M A L I N O W S K I

L a cultura (1931) 85

L E S LI E A . W H I T E

E l concepto de cultura (1959) 129

W A R D H . G O O D E NO U G H

Cultura, lenguaje y sociedad (1971) . 157

Fuentes 249

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 3/125

 

J. S. K A H N

I N T R O D U C C I O N

El historiador de la antropología, cualquieraque sea su formación, debiera estar siempre

atento al pensamiento antropológico actual so-bre los problemas qu e investiga históricamenteya que, esencialmente, uno de los objetivos má simportantes de su investigación es el de contri-buir a nuestro entendimiento de los hechos yprocesos históricos de los cuales emerge laantropología actual (Stocking, 1965, p á g . 143.)

L o s cinco a r t í c u l o s reunidos en este volumen se ocupan d el con-

cepto de cultura. Dichos a r t í c u l o s , ordenados c r o n o l ó g i c a m e n t e , r e

presentan un a variedad de corrientes qu e expresan la s distintas for

m a s e n q u e lo s a n t r o p ó l o g o s h an conceptualizado el objeto de sus

estudios. A d e m á s , l o s cinco autores a mencionar en este trabajo

di f i e re n no só lo en e l alcance q ue otorgan al concepto de cultura,

sino t a m b i é n e n s u o r i e n t a c i ó n t e ó r i c a . Solamente u n a c o n s i d e r a c i ó n

de ambos aspectos d e l a a n t r o p o l o g í a c u l t u r a l n os p e r m i t i r í a com-

prender el estado actual de la disciplina.

E n esta i n t r o d u c c i ó n m e interesa delinear brevemente l a e v o l u c i ó n

d el concepto como s e u t i l i z a e n a n t r o p o l o g í a actualmente. 1 En e l

aná l i s i s de l a s varias conceptualizaciones d el termino cultura tam-

b i é n tendremos o c a s i ó n d e investigar lo s supuestos e p i s t e m o l ó g i c o s

de los distintos t e ó r i c o s . E l p r o p ó s i t o central de esta i n t r o d u c c i ó ns e r á explicar p o r q u é e l t é r m i n o cultura ha llegado a significar

l o que Stocking llama lo «interno», lo «ideacional», lo «integrativo»

y lo «total» (Stocking, 1963), mientras qu e para lo s evolucionistas d el

siglo x i x t e n í a connotaciones m á s amplias. E n esta i n t r o d u c c i ó n tra-

z a r é l a e v o l u c i ó n d e l concepto v i é n d o l o e n general en re l a c ión con l a s

principales corrientes intelectuales que se expresan en su fo rmula -

1. Recientemente h a habido v a r í a s tentativas d e t r a z a r la e v o l u c i ó n d e l

concepto e n la disciplina. Aparte de l interesante trabajo de Stocking (1963,

1965). v e r t a m b i é n Boon (1973), Weiss (1973) y Bohannan (1974).

9

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 4/125

ción, particularmente con referencia a la antropología c u l i m . i l »l< !•

Estados Unidos. El orden cronológico de los artículos se dcj.u.i \>,u

cialmente de lado en favor de un orden lógico. Comenzaré discutiendo

a los evolucionistas del siglo xi x y, partic ularment e, a T y l o i I u< i • • •

observaré los desarrollos que se dieron en Estados Unidos despm d<

Franz Boas, quien intentó derribar muchos de los supuestos y de la*

teorías que habían sido heredadas del siglo xix. Esto lleva .\n

análisis del trabajo de los discípulos de Boas, en particular de Kioe

ber y Benedict y luego, tomando un tema de la obra de Kroebcr, trazo

su desarrollo a través de la obra de Goodenough y de la escuela

de etnociencia en la antropología norteamericana.

En este punto vuelvo atrás, al trabajo m á s temprano de Mal i no w sk i , para di scuti r la historia del concepto de cultura en la an tropo

logia británica. Fin almen te, me ocupo brevemente de teorías que, en

m i opinión, proporcionan una alternativa a las formulaciones res ti n

tivas de la escuela de etnociencia y de la escuela de cultura y per

sonalidad. Por este motivo, trat o las contri buci ones de Leslie Whit e

en los Estados Unidos y de Claude Lévi-Strauss en Francia.

La obra de Tylor es un buen punto de partida para un trabajo

como el que nos ocupa, y por dos motivos. Fue el prim er o en formu

lar una definición de cultura que se aproxima a definiciones moder

nas y, además, en cierto sentido puede considerársele como repre

sentante del evolucion ismo en las ciencias sociales del siglo xi x. Si

bien la teoría de Tylor difiere en algunos aspectos básicos de otras

teorías de la época, en su interés general se acerca a otros tc ór ii <>•.

como Morgan o Spencer. Los objetivos de los evolucionistas han si l. ,discutidos por Harris, quien dice:

Morgan, Tylor y Spencer eran historiadores universalista*, qufl

utilizaron el método comparativo para lograr una interpretación

más detallada y, en general, más exacta, de las secuencias do < am

bio cultural desde los cazadores del Paleolítico hasta la c i v l l i l lción industrial. (1968, pá g. 169).

Más específicamente, Tylor y otros intentaron:

correlacionar las series de artefactos descubiertos por la an|u<•<»

logia con las etapas de desarrollo social e ideacional, espe< tal

mente del parentesco y las instituciones políticas y 11 I I J K • ,.i .

(ibídem, pág. 149).

La definición de cultura propuesta por Tylor —«Aquel todo COIH

piejo...»— corresponde claramente a dicho objetivo. Morgan también

se interesó en una amplia gama de datos. Intentó ligar la tecnología,

los sistemas de parentesco,Ta terminología de parentesco, ¡as I o n

de matrimonio y la organización política, para estudiar el COmpli i "

resultante c omo una tot alidad. Esta definición tan inclusiva de < ul

tur a se vio gradual mente reducida por varios antropólogos de este

siglo. De aquí que Goodenough, un teórico moderno, define la < nltma

como aquellas cosas que debemos «conocer» o «creer» «pan podoi

10

operar de una manera que sea aceptable» para los miembros de la

sociedad estudiada (ver Hymes ed. 1964 pág. 36). Pero antes de ocu

parnos de los desarrollos que tuvieron lugar después di Tvlor, con

viene considerar brevemente las suposiciones que ic hallan datrál <l<

la investigación de Tylor y los resultados de la misma . El objativo

principal de Tylor, en el l ibro cuyo primer capítulo reproducimos

má s adelante, es trazar la evolución de la religión desde su forma

más primitiva —el animi smo— a las formas má s avanzadas de Upo

monoteísta.

Por lo tanto Tylor se interesó en la historia y en la evolución di

la cu ltu ra para poder llegar a compr ender el proceso por el cual cam

bian las culturas, así como para compren der el presente. Su preocupa

ción por la historia se manifiesta en las primeras páginas del libro:

Aquellos que deseen comprender sus propias vidas deberían cono

cer las etapas median te las que sus opiniones y sus costumbres

se convi rti eron en lo que son... Pretender mi rar a la vida moder

na de frente y llegar a comprenderla simplemente por introspec

ción, es una filosofía cuyas debilidades pueden ser probadas fácil

mente... Es siempre peligroso separar una costumbre de sus

lazos con acontecimientos pasados, tratarla como un dato aislado

y descartarla simplemente mediante una explicación que resulte

plausible. (1958, 19f).

Tylor ha sido criticado por antropólogos posteriores tanto con

respecto a su método como a su teoría del cambio cultural. Para su

trabajo utilizó el método comparativo, que consistía en deducir elestado de las culturas del pasado a pa rt ir de las cul tura s ac tuales.

Además, invirtió este proceso al explic ar algunos aspectos actuales

de cultura como supervivencias del pasado. Ambos procesos han sido

atacados por los anti-evolucionistas. Los funcionalistas como Ma l i -

nowski destacaron las funciones que tienen en el presente todos los

aspectos de cultura y, por lo tanto, n egaron la posib ili dad de la exis

tencia de «supervivencias». Lowie criticó también el método compa

rativo pues, a su manera de ver, descansa sobre la inc apacidad para

comprender que aun las sociedades má s simples en que puedan

existir tienen una larga historia (Lowie, 1937, p ág . 25).

La teoría de evolución de la religión de Tylor pone el énfasis

primordialmente en un impulso hacia el progreso intelectual. Básica

mente, la religión existe como explicación de lo inexplicable el cam

bi o en la religión se da como resultado del desarrollo de explicacio

nes mejores y má s satisfacto rias. Con motivo de este énfasis se lo

ha llamado «idealista filosófico» (Opler, 1964). Por otra parte, Leslie

White sugiere que en realidad Tylor era un materialista. Es posible

que el eclecticismo de la idea de historia de Tylor pueda demostrarse

por la siguiente cita:

La enseñanza de la historia es que la civilización se desarrolla

gradualmente con el transcurso de los siglos, mediante el incrt

mentó y la precisión siempre mayor del conocimiento, por la

I I

 

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 5/125

invención y mejoramiento de las artes y el progreiO «!«• lM OO

lumbres e instituciones sociales y políticas hacia un SStadO <<

bienestar general, en Oplcr, 1964), 130f, subrayado suprimido)

Se podr ía llegar a la conclus ión de que, si bien no descartaba la

posibilidad de una teor ía de la historia, Tylor no contaba con u n I

teor ía de este t ipo . Esto se debe en part e a u n empi ri smo QJ1C

le impidió constr uir modelos relativos a la estruc tura de la culi m i

Para Tylor, los diferentes elementos de la cultura evolucionan; duran

te su evolución pueden presentar varias pautas, es decir que cierto

elementos pueden estar ligados con otros. Pero en la obra de Tylor

no se aclara cuál es la naturaleza de dichos l igámenes . 2

Los críticos de la teor ía evolucion ista recalcaron especialmentela variedad de culturas y la falta de orden en la historia, negando

consecuentemente la posibi lidad de formula r simples leyes his tór i -

cas o siquiera considerar etapas específicas en la evolución . Pudieron

hacer cr í t icas vál idas con respecto a las simplificaci ones má s obvias

en los trabajos de Tylor y Morgan, pero p o d r í amo s , al igual que

Harris, llegar a la siguiente conclus ión:

A l contraponer los particularistas históricos y los evolucionistas

debemos por lo tanto tomar en cuenta las exageraciones del grado

de desorden de la historia por parte de los particularistas histó-ricos —que constituye un error por lo menos t an grave como el

orden exagerado que recalcan algunos, pero no todos, los evolu

cionistas. Los errores de los evolucionistas se cometieron al trat ar

de desarrollar una ciencia de cultura hasta —y más allá— del

punto de sus limitaciones de comprobación; los errores de los

particularistas históricos se dieron como resultado de una actitud

de nihilismo científico que descartaba la posibilidad de formar

una ciencia de la historia . (1968, pág . 179).

Tylor aplicaba un concepto amplio de cultur a para indi car los

lazos importantes que exis t ían entre los elementos de la histor ia. No

fue teóricamente rígido, pero tampoco contaba con un conjunto de

supuestos epis temológicos bien desarrollados y defini dos.

Pero en el siglo xx la dis cipli na de antropología cul tural , que estaba

en vías de desarrollo, t o mó una posición má s f i rme. Cristalizaron

u n cierto n ú m e r o de suposiciones respecto al méto d o de la ciencia, a

la posibilidad de crear teor ía y al alcance del campo de fenómenos

estudiados. En cierto sentido esto r ep r e s en tó una toma de posli lónconsciente con respecto a los evolucionistas del siglo x ix . Han habidotentativas de ampliar el alcance del concepto de cultura y de desa

r r o l l a r leyes his tór icas , pero en general estos esfuerzos han porRISnecido fuera de la corriente prir.cip?.! de la antropología , por lo

en la manera en que se desarro l ló en los Estados Unidos y ( H a n

B r e tañ a . Dos de las principales escuelas de antropología cultural Sn

la actualidad —cultura y personalidad y etnociencia— daban IUI

2. Ver Tylor (1889) para una tentativa empírica de demost ltl la IntffOQ

nex i ón o "adherencia" de elementos cu lturales.

12

ca r ac t e r í s t i c a s especiales a este p e r ío d o de reacción contra la escuela

evolucionista. Aunque quizás sea imposible atr ibui i este cambio a la

obra de un solo teór ico , es de sumo in terés , como evidencia de

dicho cambio, el trabajo de Franz Boas, fundador de la antropología

en los Estados Unidos y maestro de muchos de sus más importantes

teór icos .

Si bien Boas se o cu p ó de una amplia gama de fenómenos , en sus

trabajos posteriores se in teresó por la vida mental del hombre. En

la obra de Boas la expl icación del pensamiento y de las ideas se con

vierte en el foco pr imordial de la antropología . Este enfoque se dio

juntamente con un grupo de supuestos más o menos concretos. Nos

detendremos brevemente para considerar tres de estos supuestos,

que se refie ren respectivamente a la impor tanc ia del conoci miento

his tór ico , al m é t o d o induc tivo y empirista, y a la posi bilidad de for-

mular leyes sobre la cultura.

Boas nunca negó la necesidad de un análisis histórico de la socie

dad y, sin embargo, en cierta ocas ión dice que la historia no puede

explicar «la manera en que el individuo vive bajo una ins t i tución . . .»(1966, pá g. 268), lo cual consideraba de suprema im por tancia . En

otra oportunidad dice:

Si conociéramos todos los aspectos, ya sea biológicos, geográ-ficos o culturales que componen el marco total de una sociedad,y si comprendiéramos en el detalle las formas de reacción expre

sadas por los miembros de la sociedad... no deberíamos precisar un conocimiento histórico de los orígenes de la sociedad

para poder comprender el comportamiento de la misma, (ibídem,pág. 264).

Este enfoque reconoce la uti l idad de la historia en la medida en

que pueda aclarar el problema principal, que es el del comportamien

to individual y aun así, la historia es necesaria solamente ante la falta

de otros tipos de datos. La historia en sí no es de in terés alguno.

Boas sos tenía que el méto d o de la antropología deber ía ser induc

t i v o , m é t o d o que consideraba bás ico para todas las ciencias na turales.

E l método implica un razonamiento que parte de lo específico y se

desarrolla hacia lo más general. El observador d eb e r í a ser teórica-

mente «ingenuo» al confrontar los datos:

E l forzar los datos para que quepan en la «camisa de fuerza»que constituye la teoría, se opone al proceso inductivo mediante

el cual se pueden derivar las relaciones reales entre fenómenosconcretos (ibídem, pág. 277).

Esto se basa a su vez en la doctrina empirista según la cual los

«hechos» son fenómenos que pueden ser observados i nmedia tament e.

Luego el inducti vismo toma estos «hechos» y los desarrolla hacia

formulaciones má s generales, es decir, más abstractas.

Boas continuamente expresó escepticismo con respecto a la posi-

13

 

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 6/125

bilidad de descubrir leyes sociales. Esta actitud radicaba cuvisión de extrema diversidad de la cultura:

Los fenómenos culturales son de ta l complejidad que me paren»

dudoso que puedan descubrirse leyes culturales válidas o l . i . l . .. .

pág. 257).

Pensó que una de las maneras en que esta posición podía demos

trarse era la de derribar burdos determinismos (sin atribuirlos, claro

está, a ningún autor en particular).

En 1930 Boas definió la cultura de la siguiente manera:

La cultura incluye todas las manifestaciones de los hábitos soda

les de una comun ida d, las reacciones del individuo en la medida

en que se ven afectadas por las costumbres del grupo en QUÉvive, y los productos de las actividades humanas en l a medida

en que se ven determinadas por dichas costumbres. (1930, \r.\y. 74)

En sus obras posteriores recalcó aun má s el aspecto de comporta-

miento de la cultura y las reacciones psicosomáticas de los Indi

viduos.3

Si bien la definición de Boas es amplia (incluye por ejemplo la

cultura material) y si bien mantuvo un interés que abarcab a a la

arqueología, la historia, la antropología cultural y física, consta que

se interesó principalmente por el entendimiento del comportamiento

humano individual con relación a todos sus factores d etermin an tes.Ya hemos notado que tendía a considerar al análisis histórico so lo

en función de su utilidad para aclarar el comportamiento humano.

Los procesos históricos en sí no eran de interés teórico. Esto es

demostrable mediante una cita de Boas y otra cita tomada de una

de sus más célebres discípulas:

A mi manera de ver, un error de la antropología moderna reside

en poner demasiado énfasis en la reconstrucción histórica, cuya

importancia no debe ser menospreciada, en lugar de coneenti aien el estudio profundo del individuo sometido a las restri<« iomde la cultura en que vive. (Boas, 1966).

Nunca se ha comprendido suficientemente cuan consistente l'uc

Boas durante toda su vida en la definición del objetivo << l .

etnología, como el estudio de la «vida mental del bombo

de las «actitudes psíquicas fundamentales de grupos (iiltma

les», de los «mundos subjetivos del hombre». (Benedict, 1943,

pág. 31).

Si bien la definición de cultura de Boas pudo haber" sido amplia

parece haber aislado este aspecto parti cular como el má s impo i (anh

La economía, la organización política y la organización s o . n l

generalmente vistas como fuerzas externas que reaccionan sobro la

evaluación subjetiva del individuo de su ambiente físico y social

3. Ver, por ejemplo, Kroeber y Kluckhohn (1963, pág. 184 n.).

14

Leyes, reglas, enteras disciplinas de estudio, son inválidas por cuanto

no logran aclarar éste, el problema principal de Boas.

En resumen, la posición de Boas con respecto a la his tori a, a las

leyes sociales, y al método y campo de estudio, era negativa y l i m i

tada. Se interesó en las actitud es ind iv iduale s y se opuso a la i o r m i i

lación de leyes sociales. Su interés en la historia se limitó a la manera

en que la misma pudi era ayuda r el ent end imien to de procesos men-

tales, y su enfoque era particularista, inductivo y empirista* Poi lo

tanto la posición de Boas era opuesta, en un número de puntos im-

portantes, a la de Morgan o de Tylor, quienes se interesaron en la

evolución como proceso en sí mismo, en la formulación de layassociales y en pautas universales. Quizás porque el trabajo de Mor-

gan fue adoptado por Marx y Engels y más tarde fue incorporad o

a la ideología y a las ciencias sociales de la URSS, el concepto de

cultura en los Estados Unidos se desarrolló en un sentido opuesto

y fue Boas, en lugar de Morgan, quien fue considerado como el fun-

dador de la antropología cultural en ese país.

En la obra de Boas y de algunos de sus discípulos, se manifiesta

una teoría general de la cultura que Singer (1968) llama teoría de las

pautas. Según Singer:

Esta teoría general hace hincapié en el estudio de la pauta, la

forma, la estructura y la organización de la cultura má s que en

los rasgos culturales discontinuos y en el contenido cultural,

(pág. 519).

Pero los discípulos de Boas diferían en función de la naturaleza dedichas pautas. Para algunos de ellos, los que quizás se acercan má s

a la posición de Boas, las mismas eran esencialmente pautas de per-

sonalidad. Para otros, como Kroeber, eran «superorgánicas». A partir

de estos dos enfoques surgieron dos escuelas de antropología cul-

tural, que se ocuparon, respectivamente, de cultura y personalidad,

y del análisis formal de los sistemas culturales.

En Patterns of Culture (1959) , Ruth Benedi ct sigue estrechamen-

te a Boas. Sus pautas se refieren primordi almen te a estados psí-

quicos. El enfoque de Benedict ignora en gran par te a la hist oria y

sigue la posición de Boas con relación a la complejid ad de la cultura

y a las leyes sociales y es, esencialmente, un enfoque inductivo. Los

apolónicos zuñi y los dionisíacos indios de las llanuras de Norteamé-

rica, constituyen una especie de tipo abstracto de personalidad. Opel,

quien utilizó el término «tema» en lugar de «pauta», desarrolló su

teoría basándose en este enfoque. 5 La inclusión de nociones provistas

por la psicología di o luga r a una esfera de antropología diferente que

Bidney describe de la forma siguiente:

4. Se debe tener cuid ado de no exagera r estos punt os en la obra de Boas.Siempre podremos encontrar pasajes distintos en su trabajo. Por ejemplo, acercade la historia dice que "su importancia no debería ser menospreciada". Ade-más discute la posibilidad de "leyes generales de i n t e r r e l a c i ó n " de elementosculturales (1966, pág . 255).

5. Ver su artículo sobre "temas" Opler (1946).

15

 

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 7/125

Mientras que los a n t r o p ó l o g o s de la gene rac i ón anterior M ocu

paron principalmente del estudio impersonal de los I P . I . . . I

los datos e instituciones de una determinada cultura v pi« 1.1

ron poca a t e n c i ó n a lo subjetivo, o a la vida i n t e r i o i «l- In

miembros de la cultura, la tendencia actual es de invertu < i .

corriente y poner mayor énfa s i s en la influencia de ciertas tal ti

tuciones y pautas culturales sobre la personalidad y el c a r á c t e rde sus adherentes. (1953, pág. 15).

Este tipo de d e f i n i c i ó n del campo correcto de a p l i c a c i ó n de la

a n t r o p o l o g í a cult ura l se remonta a la p o s i c i ó n de Boas con r e l a c i ó n a

los f e n ó m e n o s que consideraba de importancia b á s i c a .

Si bien en esta i n t r o d u c c i ó n no se d i s c u t i r á en n i n g ú n detalle laescuela de cultura y personalidad, es necesario i n c l u i r algunos comen

tarios sobre la misma. Hemos visto que, al propo ner co mo objet o d i

estudio los estados mentales de los ind ivi duos , Boas operaba me

diante un proceso de e l i m i n a c i ó n y r e s t r i n g í a el campo de la antrop o l o g í a . Procediendo de esta manera, renunciaba a la posibi lidad

de leyes culturales, ya que, s e g ú n él, las mismas no p o d í a n explicar

de manera satisfactoria la personalidad. Pero esto impone l i m i t a

ciones sobre el tipo de descubrimientos que puedan aportar los estu

dios sobre la personalidad, y presenta una trampa para todos los que

se l i m i t a n de esta manera y, sin embargo, retienen una c ierta curio

sidad por los procesos culturales más generales:

1. Mientras más investigamos la conducta individual, menos posi

bilidades tenemos de ver al sistema tota l en funcionamient o y, por lo

tanto, tenemos má s d i f i c u l t a d para concebir las leyes de o p e r a c i ó n

del sistema.

2. Corremos el riesgo de llegar a explicar las estructur as como la

suma t otal del comportamie nto de los individuos y, por lo tanto, redu

c i r las instituciones y d e m á s a dicho total; dicho procedimiento ha

producido resultados desastrosos en las ciencias sociales.

3. P o d r í a m o s llegar a atribuir c a u s a c i ó n a estr ucturas de la pal

sonalidad culturalmentc definidas, procedimiento que Leslie W l u t c

describe como « r a z o n a m i e n t o m e t a f í s i c o » : « E s t o puede ilustrarse me

diante declaraciones como "los fós i l e s fueron producidos por fuer/as

petr ifi cante s" o "el opio adormece debid o a sus poderes s o p o r í l c

r o s " . . . » White sugiere que Boas t a m b i é n c a y ó en este tipo de r azón .»

miento cuando e x p l i c ó los sistemas culturales que clasifican el medio

ambiente del hombre en f u n c i ó n de una tendencia a clasificar poiparte de los seres humanos. (White, 1949, pág. 65).

P o d r í a m o s sugerir que la r e d u c c i ó n que e f e c t ú a Barth de la orga

n i z a c i ó n p o l í t i c a de los swat pathan a elecciones individuales cons

tituye un procedimiento similar. 6 Esto no signifi ca que toda la es< u<

la de cultura y personalidad caiga en estos errores. Las dificultades

se presentan solamente cuando se presta c a r á c t e r explica tivo a las

afirmaciones de dicha escuela.

6. Ver F. Barth (1965). Ver Asad (1972) para un tipo de crítica a este en

foque.

16

La obra de Kroeber representa un segundo desai r o l l o del lema

de las pautas. Posiblement e Kroeb er sea el má s influy ente de todos los

a n t r o p ó l o g o s norteameri canos. Su obra es vasta, y es la consecuencia

de lo que Steward llama «su curiosidad o m n í v o r a con respecto a

todas las esferas de la a n t r o p o l o g í a , la histor ia y de todos los campos

del conocimiento, y es t a m b i é n el resultado de una o r i e n t a c i ó n t i l o

s ó f i c a que lo l l e v ó a examinar e interrelacionar los supuestos y los

m é t o d o s de estos diferentes c a m p o s . » 7 Durante su vida Kroeber ftl€

la personalidad más importante en la disciplina, d e s p u é s de Boas. En

la actualidad, su influencia es t o d a v í a visible.

En el a r t í c u l o incluido en este volumen es evidente que Kroebei

rechaza e s p e c í f i c a m e n t e la posibili dad de un reduccionismo p s í q u i c ocon r e l a c i ó n a su concepto de lo s u p e r o r g á n i c o . La cultura se convierte

en algo externo a las esferas de lo i n o r g á n i c o , lo o r g á n i c o y lo p s í q u i -

co —algo que puede explicarse solamente en f u n c i ó n de sí misma.

Por lo tanto, cuando Kroeber adopta el tema de las pautas, no sor

prende que lo utilice con implicacion es muy diferentes de las de

Benedict. Para Kroeber las pautas no son estr ucturas de la persona

lidad, sino que son pautas de elementos que son culturales en sí

mismos.

Es obvio que Kroe ber y Benedict se encuentran en niveles diferen

tes, pues Benedict lo acusa de misticismo (como t a m b i é n lo hizo, im

p l í c i t a m e n t e , Boas —ver White 1949, pág. 95). La i n c o m u n i c a c i ó n

sobre este tema se debe en parte al empirismo de Benedict, quien

t a m b i é n en esta c a r a c t e r í s t i c a d i f e r í a poco de la p o s i c i ó n de Boas.

Para Kroeber la cult ura es estructura da, per o su d e f i n i c i ó n de la

misma se basa en el aprendizaje:

«...la mayor parte de las reacciones motoras, lo s h á b i t o s , last é cn i ca s , ideas y valores aprendidos y transmitidos —y la conducta que provocan— esto es lo que constituye la cultura. Lacultura es el producto especial y exclusivo del hombre, y es lacualidad que lo distingue en el cosmos. La cultura... es a la vezla totalidad de los productos del hombre social y una fuerza enorme que afecta a todos los seres humanos, social e individual-m e n t e . » (1948, p á g s . 8-9).

En el mismo l i b r o sugiere que «...quizás la manera en que llega a ser

es más c a r a c t e r í s t i c o de la cultura que lo que es.» ( i b í d e m , pág . 253).

Por lo tanto, Kroeber retiene una d e f i n i c i ó n de cultura amplia y

flexible y al mismo tiempo separa el comportamiento de las costumbres, t é c n i c a s , ideas y valores, todos los cuales pueden ser conside

rados como ser pautas de comportamie nto que se encuentran en cada

individuo y que se dan junto con el comportamiento. Esto evoca un

í i aginenio de El Capital en el que Marx dice:

Una a r a ñ a e f e c t ú a operaciones que se asemejan a las de untejedor y una abeja a v e r g ü e n z a a muchos arquitectos por la

7. St ewar d (1973, pág. 25). P a r a otras valoraciones del trabajo de Kroeberver su obituario, escrito por Steward en American Anthropologist, vol. 63 (1961),y Hymes (1964).

17

2 . — EL CONCEPTO DE CULTURA

 

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 8/125

construcción de su colmena. P e r o lo que d i s t i n g u e . « I p mil

tecto de la mejor abeja es que el arquit ecto crine la < . ( M U

en su imaginac ión antes de construirla en la realidad < 1970 r •

gina 178).

Claramente, no es el individuo quien construye estos p l a ñ e . , - a n o «lu

los mismos res ultan de su herencia social. Kroe ber y Kluckhohl

se alejan mucho de este punto de vista en las conclusiones expuesta-,

en su a n á l i s i s de 1952 en el que dicen que la cu ltura es una abs tiai

c i ó n y no comportamiento pr opiamente dicho. Kroeber toma el 0011

cepto de a b s t r a c c i ó n que Boas discutiera al recalcar la i m p o r t a n » ia

d el indu ctiv ismo. En el proceso de a b s t r a c c i ó n se va de lo espc< í l u n

a lo general, excluyendo ciertos aspectos e m p í r i c o s de cada man i l e st a c i ó n en favor de un tipo general que parezca incorporar lo mi

b á s i c o de cada tip o particular. Mientras que en la cita anterior Mal N

localiza la est ruc tura en la mente del arqui tec to, Kroebe r la localiza

en otra parte, en la esfera de lo s u p e r o r g á n i c o , desde donde penetra

en la mente de diferentes individuos. Q u i z á s sea la vaguedad di- estaforma de a b s t r a c c i ó n lo que ha dejado a Kroeber v ulnerable a las

c r í t i c a s de quienes, como Bidney por u n lado, sugieren que lo IU

p e r o r g á n i c o de Kroeber es una forma de idealismo p l a t ó n i c o y, DOl

otra parte, de White, quien dice tener dificultades en comprender lo

que Kroebe r y Kluck hoh n entienden po r a b s t r a c c i ó n (ver Bidney,

1953 y a r t í c u l o de White en este volumen).

A partir de este concepto de lo s u p e r o r g á n i c o Kroeber desarrolle

e l concepto de los pautas, que difieren de las personalidades Ind ividu ales y, por lo tanto, no pueden explicarse en f u n c i ó n de é s t a s

U t i l i z ó varios t é r m i n o s para designar este concepto, siendo los mal

frecuentes los de pauta, c o n f i g u r a c i ó n y estilo.

E l estilo en las artes, por ejemplo, puede referirse tanto al estilo

individual como al estilo de un grupo. En esta ú l t i m a aplicación,

« e s t i l o » es una a b s t r a c c i ó n , en el sentido de que n i n g ú n Individuo

expresa el estilo ideal, y es s u p e r o r g á n i c o en el sentido de que In

fluencia de alguna manera a los proponentes ind ivi duales del estilo

para que se mantengan dent ro de sus l í m i t e s . Asimismo, las paula

« s o n aquellos ordenamientos o sistemas de relaciones i n d i n a , que

pres tan coherencia a una cul tur a y previenen que la misma lea un a

mera a c u m u l a c i ó n de partes c a s u a l e s . » (1943, pág. 311).

S e g ú n Kroeber, existen diferentes t ipos de pautas de acuerdo < ou

los diferentes niveles de generalidad; desde las pautas s i s t e m á t i c a sa las pautas más e s p e c í f i c a s de estilo. Sobre este punto K r o e l n • •..

aleja de Boas y de las pautas de estr uctu ras de la personalidad, «¡ti

b ú s q u e d a de pautas de la cultura ( p r e o c u p á n d o s e poco de lo s asp< i los

cognoscitivos de las mismas). Kroeber t a m b i é n difiere de Boas en

otro punto y es que, una vez establecidas las pautas b á s i c a s , se Intt

r e s ó t a m b i é n por su historia, 8 si bien es cierto que por lo c o m ú n no

8. Ver, por ejemplo, Configurations of Culture Crowth v H * bo-vr

Style and Civilizations. Destacaríamos que, en esta esfera, su trabajo md » detallado se refiere a la evolución de estilos estét icos.

18

i n t e n t ó formular leyes generales. Pero, como lo demuest ra .1 ai tleu

incluido en este volumen, Kroeber c o n t i n ú a limitan do el objet o d<

estudio a lo s u p e r o r g á n i c o . Si bien no toma un a p o s i c i ó n extrema,

es decir, que s ó l o d e b e r í a m o s interesarnos en las capacidades man

tales del hombre, e limina toda posibi lidad de proceder por redui

cionismo y, de hecho, de derivar estados p s í q u i c o s a pa r t i r da lo

s u p e r o r g á n i c o . 9 Por lo tanto, resulta di f í c i l comprender c ó m o la

soci edad se ve afectada p or las pautas s u p e r o r g á n i c a s y en realidad

no tenemos más o p c i ó n que la de tratar las pautas simplemente c o i n o

meros modelos del observador. La d i c o t o m í a individuo-sociedad y

l a d i c o t o m í a entre el modelo del participante y el modelo del obtei

vador se mantien en en la obra de Kroebe r de manera que se excluyela posi bilid ad de fo rmular leyes sociales.

E n 1909 Kroeber e s c r i b i ó un importante a r t í c u l o que muestra

claramente la r e l a c i ó n que existe entre este pensador y los e t n o c i e n t í -

ficos de la actualidad. En dicho a r t í c u l o , titulado « C l a s s i f i c a t o r y

Systems of R e l a t i o n s h i p » (reimpreso en Kroeber, 1952) compara los

t é r m i n o s de parentesco en el idioma i n g l é s con los de algunos idiomas

amerindios, v i é n d o l o s como sistemas de c l a s i f i c a c i ó n l ó g i c a que se

basan sobre ocho reglas fundamentales. El que Kroe ber pueda deter

minar dichas reglas esclarece sus proposiciones posteriores relativas

a las pautas de los f e n ó m e n o s culturales. Para Kroeber, la existencia

de reglas fundamentales no puede explicarse en f u n c i ó n del comporta

mient o social, sino más bien mediante o rdenamient os similares de

los f e n ó m e n o s l i n g ü í s t i c o s , lo que es lo mismo que decir que la pauta

es s u p e r o r g á n i c a .

De a q u í al a n á l i s i s s e m á n t i c o formal o al a n á l i s i s componencial

de Goodenough, Lounsbury, Hammond, Hymes, Frake, Conklin y otros,

hay un breve paso.10 Dichos autores sostienen que mejorando las

t é c n i c a s l i n g ü í s t i c a s , eliminando la p r e o c u p a c i ó n por la historia e

ignorando por lo c o m ú n las implicaciones con respeto a la persona

lidad de las pautas resultantes, el a n á l i s i s s e m á n t i c o formal es un

m é t o d o utili zado para descubr ir pautas en los sistemas clasificatorios

de ciertas sociedades. En el a r t í c u l o reimpreso. Goodenough recono

ce claramente su deuda con respecto a la disciplina de la l i n g ü í s t i c a .

Es evidente que para Goodenough la cultura equivale a un grupo de

reglas que constituye el resultado f i n a l del a n á l i s i s e t n o g r á f i c o :

Una definición correcta de cultura debe en ú l t i m a instancia deri

9. K r o e b e r m o d i f i c ó gradualmente sus opiniones acerca de la existencia de lo

s u p e r o r g á n i c o . Como evidencia de dicha m o d i f i c a c i ó n ver la c o l e c c i ó n de sus

a r t í c u l o s publicados bajo el t í t u l o de The Nature of Culture. Ve r K a p l a n (1965)

p a r a una defensa reciente del concepto.

10. No es posible da r una b i b l i o g r a f í a completo, pero p a r a ejemplos de a n á l i

si s formal, componencia o e t n o c i e n t í f i c o ver: C o n k l i n (1955, 1968), F r a k e (1961,

1962), Goodenough (1968), Hammel (1965), Sturtevant (1964). P a r a algunas c r í t i

ca s de estos enfoques ver a B u r l i n g (1964), H a r r i s (1968) y T y l e r (1969). Parau n a c r í t i c a del formalismo ver L é v i - S t r a u s s (1973). P a r a un a a p l i c a c i ó n reciente

d e l a n á l i s i s formal que trata de responder a las c r í t i c a s , ver Scheffler y L o u n s

bury (1971).

19

 

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 9/125

varse de las operaciones por las que se dcs< riben i ul i 1

culares. (en Hymes, ed. 1964, pág. 11).

En ei -nismo artículo afirma que la cultura debería delinii

aquello ^ le necesitamos saber o creer en una determinad.i • •• i< il ni

«de manera que podamos proceder de una forma que sea accpinl

para los miembros de dicha sociedad». Por lo tanto, la culiuia ibhi n

de los fenómenos materiales y del comportamiento, de las cm<

y de las personas. Es, más bien , «la forma que tienen las c o s . r . . n i .

mente de la población y los modelos de la misma para pcr< ibnl i

relacionarlas e interpretarlas» (ibídem, pág. 36).

Esto introduce un elemento de ambigüedad que hace que dichoanálisis sean vulnerables a las críticas de aquellos que están m i. i«

gados en los estudios de cult ura y personalidad. E n una Inttani I I

concreta Goodenough dice que la cultura es igual a las reglas del Iv i

das por el observador y, en otra ocasión, que las reglas son aquellas

que se hal lan en la mente de los miembros de la sociedad. Esto ni i

gina un problema en cuanto a la validez cognit iva de los modelos

desarrollados por Goodenough.11 De acuerdo con Goodenough, los

modelos de la cultura que han sido desarrollados debe ser puestos a

prueba con referencia a la utilidad de los mismos para intcrpreiai

y predecir el comportamiento (que es una manifestación de la (i d

tura) con respecto a la habi lidad para compor tarnos de una inaneia

que sea correcta en el contexto de dichas reglas y por la intuición del

informador.

Una vez comprobada en esta forma, la teoría es una exposii lófl

válida de lo que debemos conocer para operar como niiembms

de una sociedad, y, como tal, es una descripción válida de la

cultura de dicha sociedad, (ibídem, pág. 36).

Y sin embargo:

[Debemos por lo tanto] elaborar induct ivamente una teoría reía

tiva a la manera en que nuestros informadores han organizado

los mismos fenómenos. La descripción etnográfica no solo trata

de presentar fenómenos, sino también teoría, (ibídem, pág. 36).

Topamos aquí con la misma dificultad que nos presentara lo superoi

gánico de Kroeber ya que, con pocas excepciones, los problemas epi

temológicos importantes quedan sin contestación. Al igual que los

lingüistas estructurales, Goodenough y ot ros se interesan por al COA

junto de reglas, por la gramática de la cultura. Pero dados sus méto

dos se ven restringidos a los sistemas de terminología y no pueden

extender el estructuralismo hasta el pun to que lo hacen aquellos

como Jakobson o Chomsky quienes penetran las formas de in. miles

tación para llegar a las estructuras lingüísticas innatas.

Goodenough adopta la posición de Boas con respecto a los he* llOS,

11. Para esta crítica ver por ejemplo Burling (1964).

20

vale decir que los hechos significativos son las di sti m iones <pi<

pueden percibirse, o sea las distinciones de tipo l i n g ü í s t i c o que « ni

ten en cualquier sistema clasificatorio. Desde aquí la t e m í a . m u

truye inductivamente, es decir, partiendo de los hechos y l l e g a n d o

a un nivel de abstracción, mientras que los estructuralistas r a z o n a n

deduct ivamente, part iendo de la estruc tura de la lengua, b a s t a Ilce.u

a la estructura de la mente. Además, al igual que Boas, los Ion na l i s las

recalcan más la metodología que la teoría. No ven más que una co

rrelación superficial entre los sistemas de terminología y la estructuia

social y, por lo tanto, prefieren concebir estos sistemas clasificatorios

como superorgánicos, es decir, sistemas que sólo pueden explicarse

en función de sí mismos. 12 Goodenough, Lounsbury y otros siguen

a Boas en su idea de restringir el campo de la antropología cultural.

Si bien Goodenough concede que existen gramáticas detrás de la cul

tura material y del comportamiento social, raramente hace referencia

a estas pautas ya que para él la realidad de la formación de las pautas

debe residir en las distinciones lingüísticas. Es obvio que éstas no

siempre reflejan otros tipos de distinciones, pero esto no impone

limitaciones a las int eracciones posibles entre niveles diferent es. Por

ejemplo, estas distinciones pueden tener la función de ocultar o mis

tificar las relaciones sociales y, por lo tant o, podrían tener un efecto

de retroacción en la estruc tura social (que por definición, está fuera

del alcance del análisis).

Es interesante que el concept o de cult ura haya sido generalmente

ignorado en la antropología social británica. Si bien existen, como

hace not ar S inger (1968), un número de semejanzas entre las teoríasde las pautas tal y como se desarrollaron en los Estados Unidos y la

conceptualización de la integración estructural en Gran Bretaña, los

antropólogos británicos raramente se ocuparon del concepto de cul

tura. Malinowski fue uno de los pocos antropólogos en Gran Bretaña

que intentó formular una definición metódica de cultura y que pro

puso su propia teoría. Para Malinowski, la cultura era un todo fun-

cionalmente integrado. Al igual que para Boas, la histori a no es im

portante, si bien en el artículo reproducido más adelante no rechaza

por completo el evolucionismo. En esta ocasión su contribución toma

la forma de un progreso metodológico (o sea el funcionalismo) que

recomienda a los evolucionistas.

La teoría de la cultura de Malinowski se desarrolló más amplia

mente en ot ro ensayo.13 En el mismo trató de «explicar» la cultura

en función de cómo satisface ciertas necesidades. Como indica en

este temprano artículo, descubrió que acudir a necesidades físicas

no bastaría; por lo tanto, para completar su explicación recurrió a

necesidades intpgrativas o sintéticas. Al tomar este paso se acercó

mucho al tipo de tautología que White llama «metafísica».

12. Kroeber notó esta falta de acuerdo entre la sociedad y la terminologíade parentesco en su artículo de 1909.

13. Para un análisis de la teoría de necesidades de Malinowski ver Plddington en Firth (1968).

?\

 

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 10/125

Debemos reconocer en favor de M a l i n o w s k i que a d o p t ó un enfo

que muy amplio de la a n t r o p o l o g í a y, en este sentido, supera a Bou*.

Se i n t e r e s ó por todos los aspectos de la vida del i n d i v i d u o . Sin em

bargo, su empirismo y su p r e o c u p a c i ó n por el i n d i v i d u o no le permi

tieron desarrollar m e t ó d i c a m e n t e una t e o r í a de la cultura. No es

sorprendente que haya recur rido a las necesidades humanas del indi

viduo como e x p l i c a c i ó n de la cultura. A su vez esto p r o v o c ó una

falta de i n t e r é s en la e v o l u c i ó n de los sistemas, debido a que resulta

di f í c i l explicar c ó m o una cultura integrada y en funcionamiento pul

da ser re< hazada en favor de otra.

N oes

fáci lexplicar por qué la

a n t r o p o l o g í a b r i t á n i c a a b a n d o n óel concepto de cultura formulado por M a l i n o w s k i . Q u i z á s se deba

en parle a la ingenuidad t e ó r i c a de este autor. De todas maneras, fue

R a d c l i f f c - B r o w n , y no M a l i n o w s k i , quien se c o n v i r t i ó en la inspira

c i ó n t e ó r i c a de las generaciones posteriores de a n t r o p ó l o g o s b l i t á

nicos. Fortes, al analizar las diferencias entre el concepto totalmente

inclusivo de cultura y el concepto de estructur a social de Radcl ill e

B r o w n nota que el ú l t i m o :

nos ohlij-a a renunciar a fines grandiosos y aceptar la inevita

bi l idad de u n a pluralidad de marcos de referencia para el estudio

da la K M ladad. (1970, pág. 244).

Por lo tanto, lo que concierne al a n t r o p ó l o g o social en el aná l i - i

d e l r i t u a l es la r e l a c i ó n entre el s í m b o l o y la sociedad. Por ejemplo,Monica W i l s o n , en su estudio del simbolismo entre los nyakusa (1957),

considera que los s í m b o l o s no son más que el reflejo de la estructura

social; la natural eza de dichos s í m b o l o s e s t á fuera de su a n á l i s i s .

De a q u í hay un corto tramo a la v i s i ó n de la cultura como algo

residual o idea c io na l , es decir, lo que queda una vez que se sustrae la

estruc tura social. Esta es una p o s i c i ó n que expresa, por ejemplo,

Leach:

e l t é rmino cultura tal como yo lo ut i l i zo , no es esa catcgoi ía (|ti<

todo lo abarca y constituye el objeto de estudio de la antropolo

gí a cultural americana. Soy a n t r o p ó l o g o social y me ocupo de la

estructura social de la sociedad kachin. Para mí los conceptos d.

sociedad y cultura son absolutamente distintos. Si se aceptala sociedad como un agregado de relaciones sociales, entonce?»la cultura es el contenido de dichas relaciones. El término •.•>. n-

dad hace hincap i é en el factor humano, en el agregado de mdl

viduos y las relaciones entre el los. El t é r m i n o cultura hace hlni >

p ié en el componente de los recursos acumulados, maten i

a s í como inmateriales, que las personas heredan, ut i l izan, Iránforman, aumentan y transmi ten (F i r t h ) . (1970, pág. 16)

S i bien la tendencia general en los Estados Unidos ha sido la do

reducir la cultura a un conjunto de reglas relativas a de l e í minado*

sistemas conceptuales y l i m i t a r la a n t r o p o l o g í a al descuhrimii uto d«

22

dichas reglas y la tendencia en ( í r a n B r e t a ñ a ha sido la d< i\< u

la cul tur a en favor de los estudios de estructura social, han existido

varias tentativas de volver a una d e f i n i c i ó n más amplia del < ampo di

a p l i c a c i ó n de la a n t r o p o l o g í a . En los Estados Unidos, Leslie W h l t l

a d o p t ó una d e f i n i c i ó n comprehensiva de cultura en su intento de foi

mular leyes relativas a la e v o l u c i ó n c u l t u r a l . En Francia, Lévi Strauss

propuso una t e o r í a de la estructura social que, a pesar de interpreta

ciones e r r ó n e a s por parte de muchos estudiosos de su obra, tratade combinar en su a n á l i s i s los sistemas de o r g a n i z a c i ó n social y los

sistemas i d e o l ó g i c o s .

A pesar de que Leslie White ha sido i n f l u i d o considerablemente

por las corrientes de la a n t r o p o l o g í a norteamerican a a pa rti r de Boa ,sostiene tener una afinidad directa con los evolucionistas del si

g lo xix. Y rechaza la d e s i g n a c i ó n de « n e o - e v o l u c i o n i s t a » , alegando que

sus fines no di f i e ren significativamente de los de Morgan y T y l o r .

N o nos detendremos a investigar esta a f i r m a c i ó n , pero discutiremos

brevemente la a p o r t a c i ó n de W h i t e . La d e f i n i c i ó n de cultura que

White propone en el a r t í c u l o que reimpr imimos a c o n t i n u a c i ó n , es

una d e f i n i c i ó n inclus iva. En otr o trabajo (1949, c a p í t u l o 13), White

sugiere que la cultura puede subdividirse en tres niveles: t e c n o l ó g i c o ,

s o c i o l ó g i c o e i d e o l ó g i c o . Como Morgan, Whit e trata de l i g a r estos

aspectos de la cultura y de formular leyes de una ciencia de la c u l t u

ra que, sugiere, d e b e r í a llamarse « c u l t u r o l o g í a » . A diferencia de

Boas, la obra de White representa una b ú s q u e d a de leyes h i s t ó r i c a s .

Para W h i t e , dichos niveles de los f e n ó m e n o s culturales e s t á n rela

cionados de formas e s p e c í f i c a s . En su trabajo, la t e c n o l o g í a es p r i mordial ya que las formas culturales se determinan por el grado en

que una sociedad puede u t i l i z a r la e n e r g í a .

White afirma que los sistemas sociales son una « f u n c i ó n » de los

sistemas t e c n o l ó g i c o s , mientras que la i d e o l o g í a se ve « f u e r t e m e n t e

condicionada por la t e c n o l o g í a » ( i b í d e m ) . Reconoce la importancia

de los efectos de la i d e o l o g í a sobre los sistemas sociales y de los

sistemas sociales sobre la t e c n o l o g í a , y por lo tanto no merece las

acusaciones de determin ismo vulgar y unidi recci onal que le hicie ran

sus c r í t i c o s . Sin embargo, la e v o l u c i ó n cul tura l es para White un

producto del cambio t e c n o l ó g i c o que, a su vez, resulta de la a p l i c a c i ó n

de mayores cantidades de e n e r g í a . Sus ensayos, como por ejemplo el

titulado « E n e r g y and the E v o l u t i o n of C u l t u r e » , se ocupan de la evo

l u c i ó n de la cultura en general.

E l trabajo de White y otros ha provocado entre los a n t r o p ó l o g o s

norteamericanos una r e n o v a c i ó n del i n t e r é s por la e v o l u c i ó n de la

cultura y por la r e l a c i ó n entre e c o l o g í a , t e c n o l o g í a y cultura. M i e n

tras que el trabajo de White admite la posibili dad de cambio como

consecuencia de contradicciones entre la t e c n o l o g í a y otros niveles

de la cultura (ver por ejemplo su a n á l i s i s del industrialismo en el

ensayo citado anteriormente) los modelos de Harris p a r e c e r í a n ser

m á s m e c á n i c o s . Por ejemplo, Harris afirma lo siguiente:

Creo que el a n á l o g o de la estrategia darwiniana en el campo de

23

 

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 11/125

los f e n ó m e n o s socioculturales es el principio del detei mine,

tecnoambiental y t e cnoeconómico . Este principio i f l r m i que,

t e cno log í a s similares, aplicadas a ambientes s imilares , tienden .»

producir organizaciones similares de trabajo en la p r o d u c c i ó n v

en la d i s t r i b u c i ó n y que é s t o s a su vez originan t i p o , de grupo-,

parecidos que justifican y coordinan sus actividades mcdianl.

sistemas semejantes de valores y creencias. (Harr is, 1968, pág. 4).

Claude L é v i - S t r a u s s toma otro enfoque. Su trabajo e s t á tuerte

mente arraigado en la t r a d i c i ó n s o c i o l ó g i c a francesa y él mis mo admitel a importan te influencia que han tenido sobre él los descub rimientos

de la l i n g ü í s t i c a , particularmente las contribuciones de la escuela de

l i n g ü í s t i c a estructural de Praga. L é v i - S t r a u s s critica el enfoque em

pirista e induc tivi sta de los a n t r o p ó l o g o s culturales y por lo tanto

invierte una de las suposiciones e p i s t e m o l ó g i c a s fundamentales de la

escuela boasiana. Mientras que, como ya hemos visto, Boas, M a l í ,

nowsk i y.o tro s afir maban que las generalizaciones pueden cont inuar

partiendo desde « h e c h o s » determinados, L é v i - S t r a u s s recalca que los

« h e c h o s » no se obtienen mediante la o b s e r v a c i ó n directa. Este punto

e s t á expresado claramente en su c r í t i c a del empirismo de los historia

dores, que sostienen la superioridad del enfoque inductivo basado en

« h e c h o s » h i s t ó r i c o s que se dan e m p í r i c a m e n t e :

En cuanto se pretende privilegiar al conocimiento h i s t ó r i c o , nos

sentimos con derecho (que, de otra manera, no s o ñ a r í a m o s en

reivindicar) a subrayar que la noc ión de hecho h i s t ó r i c o recubreun doble. Pues, por hipó t e s i s , el hecho hi s tó r i co es lo que realmente ha pasado; pero, ¿ d ó n d e ha pasado? Cada episodio de una

r evo luc ión o de una guerra se resuelve en una m u l t i t u d de mo

vimientos ps íqu i cos e individuales; cada uno de estos movimientos

traduce evoluciones inconscientes, y és t a s se resuelven en f enómenos cerebrales, hormonales o nerviosos, cuyas referencias son <«

orden físico o q u í m i c o . . . Por consiguiente, el hecho h i s t ó r i c ono es más dado que los otros; es el historiador, o el agente del

devenir hi s tó r i co , quien lo forma por a b s t r a c c i ó n y como si se

hallara bajo la amenaza de una r eg re s ión al i n f i n i t o (1962, p.i

gina 27).

Y esto sin mencionar la selectividad del c i e n t í f i c o quien, a p o y á n d o s een a l g ú n tipo de idea preconcebida, considera ciertos hechos y e l i

mina otros.

S i bien para L é v i - S t r a u s s la materia fun damental que se estudia

es ideacional, en realidad sus a n á l i s i s tienen un alcance mucho más

amplio. Trata de extender el campo de la a n t r o p o l o g í a de mam i.»

que:

1. Los sistemas de ideas puedan comprenderse en f u n c i ó n de sí

mismos,

2. Se elimine la n o c i ó n de c a u s a c i ó n social (como la propone

Radcliffe-Brown) de los sistemas de ideas, y

3. Que esta n o c i ó n de c a u s a c i ó n sea reemplazada por un a n á l i s i s

24

que proceda ded uctiva mente y que tenga como obje tivo vinc ular l o i

sistemas sociales y lo s sistemas de ideas en un nive l ma s p io lu ndo , n i

u n n i v e l estructural.

Para L é v i - S t r a u s s , existen estructuras que generan la realidad

e m p í r i c a y que no pueden ser descritas o descubiertas por medio de

u n a n á l i s i s del mundo f e n o m é n i c o . Aunque a menudo s u s c u i n o s

sugieren que es un idealista, el caso es que trat a de relaciona] las

ideas a otros aspectos de la cultura, y considera que ambas sean pro

duct o de las estructuras . Por ejemplo, cuando analiza un mito da losindios tsims hian del N.O. de N o r t e a m é r i c a , concluye su a n á l i s i s su

giriendo que las estructuras m í t i c a s son t a m b i é n fundamentales pan

e l potlatch, que es un aspecto de la e c o n o m í a de la zona (Lév i

Strauss, en Leach, pág. 33). En otra o c a s i ó n sugiere la existencia de

un a r e l a c i ó n estructural entre las estructuras l i n g ü í s t i c a s y las del

parentesco (1963: p ág . 55-65).

E l é n f a s i s que pone L é v i - S t r a u s s en describir las estructur as socia

les e i d e o l ó g i c a s en f u n c i ó n de las estructuras de la mente, sugieren

t a m b i é n una manera de superar la d i v i s i ó n de lo o r g á n i c o y de lo

s u p e r o r g á n i c o presentada po r Kroeber . El interesant e tr abaj o de

Chomsky sobre g r a m á t i c a s innatas representa una tentativa similar. 14

E n c o n c l u s i ó n , he tratado de mostrar c ó m o las principales co

rrientes de la a n t r o p o l o g í a y, en particular de la a n t r o p o l o g í a c u l

t u r a l , se desa rroll aron como consecuencia de las formulacion es de los

evoluci onistas de l siglo xix. Progresivamente, el concepto de cult ura

v io reducirse su á m b i t o de a p l i c a c i ó n . Este proceso fue a c o m p a ñ a d o

por escepticismo con respecto a la pos ibil idad de form ula r o descub r i r leyes y tuvo como resultado una p r o f u s i ó n de descripciones etno

g r á f i c a s . Sin embargo, existen algunas alternativas. Leslie White ha

intent ado aplicar un concepto de cultura má s amplio y ha logrado

renovar el i n t e r é s general por los procesos h i s t ó r i c o s y por la evo

l u c i ó n . L é v i - S t r a u s s ha propuesto un conjunto nuevo de supuestos

e p i s t e m o l ó g i c o s que permiten contemplar la c r e a c i ó n de una ciencia

de la cultura y de la historia. Es muy posible que la c o m b i n a c i ó n de

estos dos enfoques (que hasta el moment o han permanecido fuera

de las corrientes principales de la a n t r o p o l o g í a tanto en los Estados

Unidos como en Gran B r e t a ñ a ) , permita una convergencia entre la

a n t r o p o l o g í a y el materialismo h i s t ó r i c o , como algunos signos pare

cen ya indicar.

Universidad de Londres, junio de 1974

14. Para una discusión del trabajo de Chomsky asequible a los no lingüistas, ver Lyons (1970).

23

 

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 12/125

BIBLIOGRAFÍA

A S A D , T., 1972, "Market model, class structure and consent". Man. 7:74-94B A R T H , F . , 1965, Political Leadership among Swaí Pathans. Londres: ÁthlON

Press.

B E N E D I C T , R. , 1959 (1934), Paííerns of Culture. Bosto n: Houghton Mifflin. (Ti r-.p

E l hombre y la cultura. Sudamericana: Buenos Aires).

B E N E D I C T , R., 1943, "F r a n z Boas as an Ethnologist". Memoirs of the Ameih.m

Anthropological Association. Vol. 45, n.° 3, pt. 2.

B I D N E Y , D., 1953, Theoretical Anthropology. Nueva Y o r k : Columbia UniversityPress.

B O A S , F . , 1930, "Anthropology". Encyclopedia of the Social Sciences, 2. Nueva Y o r k :Macmillan.

B O A S , F . , 1966, Race, Language and Culture. Nueva Y o r k : The Free Press.

B O H A N N A N , P., 1973, "Rethinking Culture: A Project for Current Anthropologi.si .

Current Anthropology, 14: 357-372.

B O O N , J . A., 1973, "Further Operations of Culture in Anthropology: A Sy nthet ll

of and for Debate" en L. Schne ider and C. Bonjea n (eds.) The Idea of Cul

ture in the Social Sciences. Cambridge: The University Press.

B U R L I N G , R., 1964, "Cognition and Compone ntial A nalysis". American Anthropo-

logist, 66:20-28.

C O N K L I N , H. , 1955, "Hanunoo Colo r Catcgor ics". Southwestem Journal of Anthro

pology, 11:339-344.

C O N K L I N , H. , 1968, "Ethnogra phy". International Encyclopedia of the Social Scien

ces, 5. Nueva Y o r k : Macmillan.

D O L E , G . E . , C A R N E I R O , R. L . (eds.) , 1960, Essays in the Science of Culture: In ¡lo-

nour of Leslie White. Nueva Y o r k : Thomas Y . Cromwell Company.

F I R T H , R. (ed.) , 1968, Man and Culture: An Evaluation of the Work of Bronis-

law Malinowski. Londr es: Routledge and Kegan Paul. (Tr. esp. M é x i c o : Si

glo xxi).

• F O R T E S , M., 1970, "Radcliffe-Brown's Contribution to the Study of Social Organi-

zation" en Time and Social Structure and other Essays. Londres: Athlonc

Press.

F R A K E , C. O., 1961, "The Diagnosis of Disease amo ng the Su banum ". American

Anthropologist, 63:113-132.

F R A K E , C. O., 1962, "The Ethn ogr aphi c Study of Cogni tive Sy stems" en T . GUtdw in and W. C. Sturtcvant (eds.), Anthropology and Human Behavior. Was

hington: The Anthropological Society of Washington, D. C.

G O O D E N O U G H , W. H., 1968, "Componentia l Analy sis". International Encyclopedia

of the Social Sciences, 3. Nueva Y o r k : Macmillan.

H A M M E L , E . , cd., 1965, "Formal Semantic Analysis". Publ icación especial de Ame

rican Anthropologist, 67, pt. 1.

H A R R I S , M. , 1968, The Rise of Anthropological Theory. Londr es: Routledge and

Kegan Paul.

H Y M E S , D. H . , cd., 1964, Language in Culture and Society. Nueva Y o r k : Herpeian d Row.

K A P L A N , D., 1965, "The Superorganic: Science or Metaphysics?" American Antluo

pologist, 67:958-976.

K R O E B E R , A. L . , 1944, Configurations of Culture Growth. Bcrkelcy y Los Angeles:

University of California Press.

K R O E B E R , A. L . , 1948, Anthropology. Nueva Y o r k : Harcourt and Bracc.

K R O E B E R , A. L . , 1952, The Nature of Culture. Chicago: University of Chicago Press.

K R O E B E R . A. I .. . 1963, Style and Civilizations. Berkeley y Los Angeles: University

of Califor nia Press.

K R O E B E R , A. L . , and K L U C K H O H N , C. A. , 1963 (1952), Culture: a critical rwvfov "/

concepts and definitions. Nueva Y o r k : Vintage Books.

L E A C H , E . , 1979 (1954), Political Systems of Highland Burma. Boston iüOOOPress. (De próxima publ icación en Biblioteca Anagrama de Antropología)

L É V I - S T R A U S S , C , 1962, La pensée sauvage. P a r í s : Plon . (Tr . esp. /:'/ pensamiento

salvaje. M é x i c o : F . C . E. ) .

26

L E V I - S T R A U S S , C , 1967, "The Myth of Asdi wal" en I- . I.tsu li (id ). I he Si,,,, iio.il

Study of Myth and Totemism. Londr es: Tavistock. (Tr. esp. / / estudio estnu

tural del mito. Buenos Aires: Eudeba).

L É V I - S T R A U S S , C , 1973, " La Str uct ure et la forme" en Anthropologie Smu tu

rale II. P a r í s : Plon.

L O W I E , R. , 1937, The History of Ethnological Theory. Nueva Y o r k : Noli, Kine

hart and Winston. ( Tr. esp. Historia de la teoría etnológica. M é x i c o : F, ( I )

L Y O N S , J . , 1970, Chomsky. Londres. Fontana. Collins. (Tr. esp. Chomsky. liaicelo

n a: Grijalbo).

M A L I N O W S K I , B. , 1960, A Scientific Theory of Culture and Other Essays. K t t t V I

Y o r k . Oxford Universit y Press. (T r. esp. Una teoría científica de la cultu/.i

Barcelona: E . D. H. A. S. A.).

M A R X , K. , 1970, El Capital, vol. I. M é x i c o : F. C. E .

O P L E R , M., 1945, "Themes as Dynamic Forces in Culture". American Journal of

Sociology, 51:198-206.O P L E R , M., 1964, "Cause, Process, and Dynamics in the Evoluti onism of E . B. Ty

l or" . Southwestem Journal of Anthropology, 20:123-144.

S C H E F F L E R , H. W . y L O U N S B U R Y , F . G. , 1971, A Study in Structural Semantlcs:

The Siriono Kinship System. Englewood Cliffs: Prentice H a l l .

S T E W A R D , J ., 1961, "Alfred Louis Kro eber 1876-1960". American Anthropologist, 63:

1038-1060.

S T E W A R D , J . , 1973, Alfred Kroeber. New Y o r k y Londres: Columbia University

Press.

S T O C K I N G , G. W. , 1963, "Matthew A rnold, E . B. Tylor, and the Uses of Invention".

American Anthropologist, 65:783-799.

S T O C K I N G , G. W . , 1965, Cultural Darwini sm and Philosophical Idealism in E . B.

Tylor: A Special Plea for Historicism in the History of Anthropology". South

westem Journal of Anthropology, 21:130-147.

S T U R T E V A N T , W . C , 1964, "Studies in Ethnosc ience". American Anthropologist,

63, n.°3, pt. 2:99-131.

T Y L E R , S. A., 1969, "The myt h of P : epistemology and formal analysis". American

Anthropologist, 71:71-78.

T Y L O R , E . B. , 1958 (1871), Primitive Culture. Chicago: University of Chicago Press.

T Y L O R , E . B. , 1889, "On a metho d of Inves tigat ion of the Development of Inst itu-

tions Applied to Laws of Marriage and Descent". Journal of the Royal Anthro

pological Institute, 18:245-269.

W E I S S , G. , 1973, "A Scient ific T heor y of Culture". American Anthropologist, 75:

1376-1413.

W H I T E , L . A., 1949, The Science of Culture. Nueva Y o r k : F a r r a r , Strauss and Co.

( T r . esp. La ciencia de la cultura. Buenos Aires: Paidos).

W I L S O N , M. , 1957, Rituals of Kinship Among the Nyakusa. Londres: Oxford Uni

versity Press.

27

 

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 13/125

E D W A R D B . T Y L O R

L A C I E N C I A D E L A C U L T U R A ( 18 7 1 )

L a cultura o c i v i l i z a c i ó n , en sentido e t n o g r á f i c o amplio, es aquel

todo complejo que incluye el conocim iento, las creencias, el arte, la

moral, el derecho, las costumbres y cualesquiera otros h á b i t o s y ca

pacidades adquiri dos po r el hombre en cuanto mie mbro de la socie

d a d . La s i t u a c i ó n de la cultura en las diversas sociedades de la especie

humana, en la medida en que puede ser investigada s e g ú n principios

generales, es un objeto apto para el estudio de las leyes del pensa

miento y la a c c i ó n del hombre. Por una parte, la uniformidad que

en tan gran medida caracteriza a la c i v i l i z a c i ó n debe atribuirse, en

buena parte, a la a c c i ó n uniforme de causas uniformes; mientras quep o r otr a parte sus disti ntos grados deben considerarse etapas de

desarrollo o e v o l u c i ó n , siendo cada una el resultado de la historia an

terior y colaborando con su a p o r t a c i ó n a la c o n f o r m a c i ó n de la

historia del futuro. Estos v o l ú m e n e s tienen por objeto la i n v e s t i g a c i ó n

de estos dos grandes principios en diversas secciones de la etnogra

f ía , con especial a t e n c i ó n a la c i v i l i z a c i ó n de las tribus inferiores

e n r e l a c i ó n con las naciones superiores.

Nuestros modernos investigadores de las ciencias de la naturaleza

i n o r g á n i c a son los primeros en reconocer, fuera y dentro de sus cam

pos concretos de trabajo, la unidad de la naturaleza, la fijeza de

sus leyes, el concreto orden de causa-efecto por el que cada hecho

depende del que lo ha precedido y a c t ú a sobre el que le sucede.

Comprenden firmemente la doctrina p i t a g ó r i c a del orden que todo

lo penetra en el cosmos universal. A f i r m a n , con A r i s t ó t e l e s , que lanaturaleza no e s t á llena de episodios incoherentes, como una mala

tragedia. E s t á n de acuerdo con Leibnitz en lo que él llama «mi axio

m a, que la naturaleza nunca a c t ú a a saltos (la nature n'agit j a m á i s

par s a u t ) » , así como en su « g r a n principio, normalmente poco em

pleado, de que nada ocurre sin una r a z ó n s u f i c i e n t e » . Y tampoco se

desconocen estas ideas fundamentales al estudiar la estr uctu ra y los

h á b i t o s de las plantas y de los animales, ni incluso al investigar las

funciones inferiores del hombre. Pero cuando llegamos a los proce

sos superiores del sentimiento y la a c c i ó n del hombre, del pensa

miento y el l engua j e» del conocimiento y el arte, aparece un cambio

29

 

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 14/125

en el tono de la o p i n i ó n prevaleciente. En general, el mundo mi i h\

preparado para aceptar el estudio general de la vida hum a n

una rama de las ciencias naturales y a llevar a la p r á c t i c a , <

sentido amplio, el precepto del poeta de « E x p l i c a r la moral i i

cosas n a t u r a l e s » . Para muchos entendimientos educados pare< i n ul

ta r algo presuntuosa y repulsiva la c o n c e p c i ó n de que la hisioiia i

la especie humana es una parte y una parcela de la historia d. i .

naturaleza, que nuestros pensamientos, nuestra voluntad y nuesha

acciones se ajus tan a leyes tan concretas como las que det erminan e l

movimiento de las olas, la c o m b i n a c i ó n de los á c i d o s y las bases, y . I

crecimiento de las plantas y los animales.

L a principal r a z ó n de este estado popular de o p i n i ó n no hay que

buscarla muy lejos. Muchos a c e p t a r í a n de buena voluntad una cien

ci a de la historia si se les presentara con una substancial con cm ióu

de los principios y de las pruebas, pero no sin r a z ó n rechazan los

sistemas que se les ofrecen, por estar muy por debajo de los niveles

c i e n t í f i c o s . El verdadero conocimiento, antes o d e s p u é s , siempre su-

pera esta clase de resistencia, mient ras que la costumbre de oponerse

a la novedad rinde tan excelente servicio contra la i n v a s i ó n de dor.ma

tismos especulativos, que a veces se d e s e a r í a que fuese más fuerte de

l o que es. Pero otros o b s t á c u l o s a la i n v e s t i g a c i ó n de las leyes de la

naturaleza humana nacen de consideraciones m e t a f í s i c a s y t e o l ó g i c a s .

L a n o c i ó n popular del libre a l b e d r í o humano no s ó l o implica libertad

para actuar s e g ú n motivaciones, sino t a m b i é n el poder de zafarse

a la cont inui dad y actuar sin causa, una c o m b i n a c i ó n que se p o d r í a

ejemplificar, aproximadamente, con el s í m i l de una balanza que

a veces actuase de manera normal, pero t a m b i é n poseyera la fat ul

t a d de moverse por sí misma, sin pesas o contra ellas. Esta COZlCep

c i ó n de la a c c i ó n a n ó m a l a de la voluntad, que escasamente hace fa l la

decir que es incompat ible con el razonamiento c i e n t í f i c o , subsiste

como o p i n i ó n patente o latente en los entendimientos humanos y

afecta fuertemente sus concepciones t e ó r i c a s de la historia, aunqu<

p o r regla general, no se exponga de forma destacada en los razona

mientos s i s t e m á t i c o s . De hecho, la d e f i n i c i ó n de la voluntad humana

como estrict amente ajustada a motivaciones es el ú n i c o fundainen

t o c i e n t í f i c o para tales investigaciones. Por suerte, no es indispcm.a

b l e a ñ a d i r a q u í otra más a la lista de disertaciones sobre la I n t t l

v e n c i ó n sobrenatural y la c a u s a c i ó n natu ral , sobre la libertad, la prt

d e s t i n a c i ó n y la responsabilidad. Podemos apresurarnos a escapai d<

las regiones de la f i l osof í a transcendental y la t e o l o g í a , para empc/a i

u n viaje má s esperanzador por un terreno más viable. Nadie n e p a i á

que, como cada hombre sabe por el test imonio de su propia con

ciencia, las causas naturales y concretas determinan en gran R i c d l

da la a c c i ó n humana. Entonces, dejando de lado las c o n s i d e r a » ion<

sobre las interferencias sobrenaturales y la espontaneidad inmotivada,

tomemos esta admitida existencia de las causas y efectos natura les

como nues tro suelo y viajemos por él mientras nos sostenga. Sobre

estas mismas bases las ciencias f í s i c a s persiguen, cada vez con ma-

y o r é x i t o , la i n v e s t i g a c i ó n de las leyes de la naturaleza. Tampoco <

30

necesario que estas limit aciones estorben el estudio c i e n i i l i t o . 1 . In

vida humana, en el que las verdaderas di ficultades son las p r á c t i c a s

de la enorme complejidad de los datos y la i m p e r f e c c i ó n de losm«

todos de o b s e r v a c i ó n .

Ahora bien, parece que esta c o n c e p c i ó n de la voluntad y la con

ducta humana como sometidas a leyes concretas, de hecho la recono-

cen y la manejan las mismas personas que se oponen a ella c ua ndo

se plantea en abstracto como un principio general y se quejan en-

tonces de que aniquila el libre a l b e d r í o del hombre, destruye su

sentido de la responsabilidad personal y le degrada c o n v i r t i é n d o l o en

una m á q u i n a sin alma. Quienes dicen estas cosas pasan sin embargo

gran parte de su propia vida estudiando las motivaciones que dan

lugar a la a c c i ó n humana, intentado conseguir sus deseos mediante

ellas, tramando en sus cabezas t e o r í a s de c a r á c t e r personal, recono-

ciendo c u á l e s son los efectos probables de las nuevas combinaciones

y dando a sus razonamientos el c a r á c t e r f i n a l de la verdadera inves-

t i g a c i ó n c i e n t í f i c a , dando por supuesto que si sus c á l c u l o s salen

equivocados, o bien sus datos deben ser falsos o incompletos, o bien

s u j u i c i o ha sido imperfecto. Tal persona r e s u m i r á la experiencia de

a ñ o s pasados en relaciones complejas con la sociedad declarando su

c o n v i c c i ó n de que todo tiene una r a z ó n en la vida y que cuando los

hechos parecen inexplicables, la regla es esperar y observar con la

esperanza de que a l g ú n día se e n c o n t r a r á la clave del problema. Esta

o b s e r v a c i ó n humana puede haber sido tan estrecha como toscas y

prejuiciosas sus deducciones, pero, no obstante, ha sido un f i l ósofo

inductivo « d u r a n t e más de cuarenta a ñ o s sin s a b e r l o » . P r á c t i c a m e n t e

reconoce leyes concretas al pensamiento y a la a c c i ó n del hombre, ysimplemente no ha tenido en cuenta, en sus estudios de la vida, todo

el tejido del a l b e d r í o inmotivado y la espontaneidad sin causa. A q u í

se supone que no deben tenerse en cuenta, igualmente, en estudios

m á s amplios y que la verdadera f i l osof í a de la historia consiste en

ampliar y mejorar los m é t o d o s de la gente llana que forma sus j u i -

cios a partir de los hechos, y comprobar los frente a los nuevos datos.

Tanto si la doctrina es completamente cierta como si lo es en parte,

acepta la misma s i t u a c i ó n desde la que buscamos nuevos conocimien-

tos en las lecciones de la experiencia y, en una palabra, todo el de-

curso de nuestra vida racional se basa en ella.

« U n acontecimiento es h i j o de otro, y nunca debemos olvidar la

f a m i l i a » es una o b s e r v a c i ó n que el jefe bechuana hizo a Casalis, el

misionero africano. Así, en todas las é p o c a s y en la medida en quep r e t e n d í a n ser algo más que meros cronistas, los historiadores han

hecho todo lo posible para no limitarse a presentar simplemente la

s u c e s i ó n , sino la c o n e x i ó n , de los acontecimientos en su n a r r a c i ó n .

Sobre todo, se han esforzado por elucidar los principios generales

de la a c c i ó n humana y explicar mediante ellos los acontecimientos

concretos, asentando expresamente o dando por t á c i t a m e n t e admi-

tida la existencia de una f i l osof í a de la historia. Si alguien negara

la posibilidad de establecer de este modo leyes h i s t ó r i c a s , contamos

c o n la respuesta que en tal caso Boswell dio a Johnson: « E n t o n c e s ,

a l

 

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 15/125

usted reduce toda la historia a una especie de almanaque - No d< '

sorprender a quienes tengan en cuenta la abrumadora cumplejnl id i

lo s problemas que se plantean ante el historiador general «pie, 111

embargo, los trabajos de tantos eminentes pensadores no haya n

ducido t o d a v í a a la historia má s que hasta el umbral de la <

Lo s datos de que tiene que extraer sus conclusiones el histoi iadoi son

a l mis mo tiempo tan diversos y tan dudosos que es di f í c i l llegar a

una v i s i ó n completa y clara de su p a r t i c i p a c i ó n en una c u e s t i ó n n m

creta, y de este modo se hace irresistible la t e n t a c i ó n de entresacarlos

en apoyo de alguna t e o r í a chapucera y dada del curso de los a c ó n

tecimientos. La f i l o s o f í a de la historia, que explica los f e n ó m e n o s

de la vida del hombre en el pasado y predice los futuros r e m i t i é n -dose a leyes generales, en realidad es una materia que, en gran me

dida, en el actual estado de nuestros conocimien tos, es d i l u í ! de

abarcar i ncluso por un genio que cuente con la ayuda de una extensa

i n v e s t i g a c i ó n . Sin embargo, hay secciones de ella que, aunque con

bastante d i f i c u l t a d , parecen relat ivamente accesibles. Si estrechamos

el campo de i n v e s t i g a c i ó n del conjunto de la historia a lo que a q u í

hemos denominado cult ura , la historia no de las tri bus y las naciones,

sino de las condiciones del conocimiento, la r e l i g i ó n , el arte, las cos

tumbres y otras semejantes, la tarea investigadora queda situada

dentro de l í m i t e s más moderados. T o d a v í a padecemos el mismo tipo

de dificul tades que estorbaban la t e m á t i c a más amplia, pero mu y

disminuidas. Los datos no son tan caprichosamente h e t e r o g é n e o s , sino

que pueden clasifi carse y compararse de una forma más simple, al

mismo tiempo que la posibilidad de deshacerse de los asuntos exó-genos y de tratar cada tema dentro de su adecuado marco de datos,

en conjunto, hace má s factible un razonamiento s ó l i d o que en el

caso de la historia general. Esto puede hacer que aparezca, a p a r í i i

de un breve examen preliminar del problema, c ó m o pueden clasiln ai

se y ordenarse, etapa t ras etapa, en un probable orden de evolm m u .

l o s « f e n ó m e n o s de la cultura.

Examinados con una v i s i ó n amplia, el c a r á c t e r y el h á b i t o << | |

especie humana exhi ben al mis mo tiempo esa s i m i l i t u d y cons i s t en» 1 .1

de los f e n ó m e n o s que condujeron al creador de proverbios italianos

a declarar que « t o d o el mundo es un p a í s » , « t u t t o i l mondo c p a c s c » .

L a igual dad general de la naturaleza humana, por una part e, y la

igualdad general de las condiciones de vida, por otra, esta s i m i l i t u d

y consistencia sin duda puede trazarse y estudiarse conespei IfJ Ido

ncidad al comparar razas con aproximadamente el mismo fundo

de c i v i l i z a c i ó n . Poca a t e n c i ó n necesita dedicarse en tales compaiai 1 0

nes a las fechas de la historia ni a la s i t u a c i ó n en el mapa; los anti

guos suizos que habi taban en lagos pueden ponerse junto a lo s n/t e

cas medievales, y los ojibwa de A m é r i c a del Norte junto a lo s / u l ú <

de A f r i c a del Sur. Como d i j o el doctor Johnson despectivamente • mm

do l eyó sobre los habitantes de la Patagonia y los habitantes de la

islas de los mares del sur, en los viajes de Hawkesw ort h, «un con

junto de salvajes es como cualquier o t r o » . Cualquier museo e l no

l ó g i c o puede demostra r hasta qu é punto es cierta esta general iza

32

c i ó n . E x a m í n e n s e , por ejemplo, los instrumentos con l i l o y < 011 p u n í i

de una c o l e c c i ó n ; el inventario incluye hachas, azuelas, cinceles, cu

chillos, sierras, rascadores, leznas, agujas, lanzas y puntas de flecha, y

la mayor parte de ellos o todos, con s ó l o ligeras diferencias de deta

l l e , pertenecen a las má s diversas razas. Lo mis mo ocurr e con las

ocupaciones de los salvajes; la tala de á r b o l e s , la pesca con red y

sedal, los juegos de lanzar y alancear, encender el fuego, cocinar,

. enrollar cuerda y trenzar cestas, se repiten con hermosa uniformidad

en las e s t a n t e r í a s de los museos que ilustran la vida de las razas

inferiores de Kamchatka a la Tierra del Fuego, o de Dahomey a

Hawai. Incluso cuando se llega a comparar las hordas b á r b a r a s con

las naciones civilizadas, se nos impone la c o n s i d e r a c i ó n de hasta quépunto un a r t í c u l o tras otro de la vida de las razas inferiores se

c o n t i n ú a utilizando para a n á l o g o s procesos por las superiores, con

formas no lo bastante cambiadas para que resulten irreconocib les

y a veces muy poco modificados. O b s é r v e s e al moderno campesino

europeo utilizando su hacha y su azada, v é a s e su comida hirviendo o

a s á n d o s e sobre el fuego de madera, o b s é r v e s e el exacto lugar que

ocupa la cerveza en su v a l o r a c i ó n de la felicidad, o í g a s e su relato

d el fantasma de la casa encantada más p r ó x i m a y de la sobrina del

granjero que fue embrujada con nudos en sus visceras hasta que c a y ó

en espasmos y m u r i ó . Si escogemos de esta forma las cosas que se

h a n alter ado poco en el largo curso de los siglos, podremos trazar

u n cuadro en el que h a b r á poca diferencia entre el labrador i n g l é s

y el negro de A f r i c a central. Estas p á g i n a s e s t á n tan plagadas de

datos sobre tal correspondencia entre la especie humana que no haynecesidad de pararse ahora en detalles, pero puede ser ú t i l rechazar

desde el' pri mer momento un problema que puede compli car el tema,

a saber, la c u e s t i ó n de las razas. Parece tanto posible como deseable

eliminar las consideraciones sobre las variedades hereditarias de ra

zas humanas y tratar a la humanidad como h o m o g é n e a en naturaleza,

aunque sit uada en distintos grados de c i v i l i z a c i ó n . Los detalles de

l a i n v e s t i g a c i ó n d e m o s t r a r á n , creo yo, que pueden compararse l as

etapas de la cul tur a sin tener en cuenta hasta qu é pun to las tr ibus

que utilizan los mismos utensil ios, siguen las mismas costumbres

o creen en los mismos mitos, pueden d i f e r i r en su c o n f i g u r a c i ó n cor

poral y el color de su p i e l y su pelo.

U n primer paso en el estudio de la c i v i l i z a c i ó n consiste en di

seccionarla en detalles y clasificar estos en los grupos adecuados.

A sí , al examinar las armas, deben clasificarse en lanzas, palos, hon

das, arcos y flechas, y así sucesivamente; entre las artes textiles

hay que distinguir la f a b r i c a c i ó n de esteras y redes, y los distintos

grados de p r o d u c i ó n y tejido de hilos; los mitos se dividen s e g ú n

encabezamientos en mitos de la salida y la puesta de l sol, mitos de

lo s eclipses, mitos de los terremotos, mitos locales que explican los

nombres de los lugares mediante cuentos maravillosos, mitos epo-

n'micos que explican el origen de la t r i b u derivando su nombre

d el nombre de un imaginario antepasado; bajo los ritos y cere

monias tienen lugar p r á c t i c a s como las distintas clases de sacri-

33

3. — CL CONCEPTO DE CU L T U RA

 

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 16/125

ficios que se hacen a los e s p í r i t u s de los muertos y a los olios .

espirituales, al orientarse hacia el este para el culto, la p u r i t l i

d el ceremonial o la limpieza moral po r medio del agua o del fu< |

Estos son unos cuantos ejemplos variados de una lista de ne n i o

y la tarea del e t n ó g r a f o es clasificar tales detalles con la pcrsp i

de descifrar su d i s t r i b u c i ó n en la g e o g r a f í a y en la historia, v !••

r e l a c i ó n que existe entre ellos. En lo que consiste esta t a r c a pued.

ejemplificarse casi perfectamente comparando estos detalles de l.i

cultura con las especies vegetales y animales tal como las es tudian

lo s naturalistas. Para el e t n ó g r a f o el arco y la flecha es una esjx

l a costumbre de aplastar el c r á n e o de los n i ñ o s es una especie, la

p r á c t i c a de reconocer los n ú m e r o s po r decenas es una espci ie. I a

d i s t r i b u c i ó n g e o g r á f i c a de estas cosas y su t r a s m i s i ó n de una r e p o na otra tienen que estudiarse como el naturalista estudia la g e o g r a f í a

de sus especies b o t á n i c a s y z o o l ó g i c a s . Igual que ciertas plantas y

animales son pccualiarcs de ciertos distritos, lo mismo ocurre c on

instrumentos como el boomerang australiano, el palo y la ranura

polinesia de encender el fuego, los p e q u e ñ o s arcos y flechas que se

utilizan como lancetas las tr ibus del ist mo de P a n a m á , y alp.o p a n

cido con muchos mitos, artes y costumbres que se encuentran ais

lados en / ( i i i as concretas. Igual que el c a t á l o g o de todas las especies

de plantas y animales representa la f l o r a y fauna, así los a r t í c u l o s

de la vida general de un pueblo representa ese co njunt o que deno

minamos cultura. Y al igual que en las regiones remotas suelen

aparecer vegetales y animales que son a n á l o g o s , aunque de ninguna

manera i d é n t i c o s , lo mismo ocurre con los detalles de la civiliza» idfl

de sus habitantes . Hasta qué punt o existe una verdadera analojM.ientre la d i f u s i ó n de las plantas y los animales y la d i f u s i ó n de

l a c i v i l i z a c i ó n , resulta bien perceptible cuando nos damos C U t n t l

de hasta q ué punt o ambas han sido producidas al mismo tiempo i " "

las mismas causas. Distrito tras distrito, las mismas causas que han

introducido las plantas cultivadas y los animales domestico, h.i n

t r a í d o con ellas el arte y el cono cimiento correspondientes. El curio

de los acontecimientos que l l e v ó caballos y trigo a A m é r i c a , Llevó

co n ellos el uso del f u s i l y del hacha de hierro, mientras que a su

vez el conjunto del mundo r e c i b i ó no s ó l o el m a í z , las pat.it.i-. y I . . .

pavos, sino la costumbre de fumar tabaco y la hamaca de los marinos.

Merece tenerse en cuenta la c u e s t i ó n de que las descrip< iones d<

f e n ó m e n o s culturales similares que se repiten en distintas paiten

de l mundo , en realidad , apo rtan una prueba ac cidental de su p i o p i a

autenticidad. Hace algunos a ñ o s , un gran historiador me planten

una pregunta sobre este punto: « ¿ C ó m o pueden c a l i f i c á i s . d« dal o,

las exposiciones de las costumbres, mitos, creencias, e t c é t e r a , de una

t r i b u salvaje si se basan en el test imonio de a l g ú n v i a j e i o r a o

ñ e r o que puede ser un observador superficial, más o menos i imoiante

de la lengua i n d í g e n a , un narrador descuidado de una charla sin uc

l e c c i ó n , una persona co n prejuici os o incluso obstinadamente i l i io

s a ? » . Esta c u e s t i ó n , en realidad, debe tenerla el e t n ó j u a l o

constantemente presente. Por supuesto, e s t á obligado a j u / y a i lo m<

34

j o r posible la veracidad de todos los autores que cita y, si . pn i

b l e , a conseguir varias descripciones que certifiquen cada p i m í o de

cada localidad. Pero por encima de todas estas medida, de piccau

c i ó n e s t á la prueba de la r e p e t i c i ó n . Si dos visitantes independientes

a distintos p a í s e s , pongamos un m u s u l m á n medieval a Tartaria y un

i n g l é s c o n t e m p o r á n e o a Dahomey, o un misionero j e s u í t a en Brasil

y un wesleyano en las islas F i j i , coinciden en describi r a l g ú n aiie,

rito o mito a n á l o g o entre los pueblos que han visitado, resulta di f í c i l

o imposible atribuir esta coi ncidencia a algo accidental o a fraude"

voluntario. La historia de un guardabosques de Australia puede obje

tarse q u i z á s como un error o i n v e n c i ó n , pero ¿ c o n s p i r a con él el mi

nistro metodista de Guinea para e n g a ñ a r al p ú b l i c o contando la

misma histori a? La posibilidad de la m i s t i f i c a c i ó n intencional o no in

tencional suele quedar descartada cuando las cosas son de tal forma

que se hace una e x p o s i c i ó n similar en dos p a í s e s remotos por dos

testigos tales que A v i v i ó un siglo antes que B y B no parece haber

tenido nunca noticia de A. Quien tan s ó l o eche una ojeada a las

notas a pie de p á g i n a de la presente o bra no n e c e s i t a r á más pruebas

de hasta qu é punto so n distantes los p a í s e s , separadas las fechas, dis

tintos los credos y los caracteres de los observadores en el c a t á l o g o

de los datos sobre la c i v i l i z a c i ó n . Y cuanto más rara es la afirma

c i ó n , menos probable es que varias personas en varios lugares puedan

haberla hecho equivocadamente. Siendo esto as í, parece razonable

juzgar que las exposiciones se hacen en su mayor parte con veracidad

y que su estrecha y regula r co inci denci a se debe a que se recogen

l o s mismos hechos en disti ntos dist rito s culturales. Ahora bien, lo s

datos más importantes de la e t n o g r a f í a se garantizan de esta forma.

L a experiencia lleva al estudioso, al cabo de a l g ú n tiempo, a esperar

y encontrar que los f e n ó m e n o s culturales , como consecuencia de las

causas similares que a c t ú a n con gran amplitud, deben repetirse una

y otra vez en el mundo. Incluso d e s c o n f í a de las exposiciones aisladas

para las que no conoce paralelo en otro lugar y aguarda a que su

autenticidad se demuestre por descripciones similares de otro punto

d e l globo o de otro extremo de la historia. De hecho, este medio de

a u t e n t i f i c a c i ó n es tan fuerte que el e t n ó g r a f o , en su biblioteca, puede

a veces hacer la p r e s u n c i ó n de decidir, no s ó l o si un concreto explo

rador es un observador honesto y perspicaz, sino t a m b i é n si lo que

nar ra se co nfo rma a las reglas generales de la c i v i l i z a c i ó n . « N o n quis,

sed q u i d . »

Pasaremos ahora de la d i s t r i b u c i ó n de la cultura en los distintos

p a í s e s a su d i f u s i ó n dentro de estos p a í s e s . La cual idad de la especie

humana que má s ayuda a hacer posi ble el estudi o s i s t e m á t i c o de la

c i v i l i z a c i ó n es el notable acuerdo o consenso t á c i t o que hasta el

momento induce a poblaciones enteras a unirse en el uso de la misma

lengua, a seguir la misma r e l i g i ó n y las cos tumbres tradici onales, a

asentarse en el mismo n i v e l general de arte y conocimientos. Este

estado de cosas es el que hasta el momento hace posible representar

las inmensas masas de detalles por unos pocos dalos c a r a c t e r í s t i c o s , y

una vez asentados, los nuevos casos recogidos por nuevos observa-

35

 

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 17/125

dores simplemente ocupan su lugar para demostrar la c o r r e c c i ó n do

l a c l a s i f i c a c i ó n . Se descubre que existe tal regula ridad en la compo

s i c i ó n de las sociedades humanas que podemos no tener en cuenta

las diferencias indi vidual es y, de este modo, generalizar sobre la*,

artes y opiniones de naciones enteras, igual que cuando vemos un

e j é r c i t o desde una colina nos olvidamos de los soldados i n d i vi

duales, quienes de hecho escasamente pueden dis tingui rse de la ma M ,

mientras que vemos cada regimiento como un cuerpo organizado,

e x t e n d i é n d o s e o c o n c e n t r á n d o s e , d e s p l a z á n d o s e avanzando o en reí irada . En algunas ramas del estudio de las leyes sociales es ahora

posible pedir ayuda a la e s t a d í s t i c a y aislar, por medio de inventario .

de cobradores de impuestos o de tablas deoficina

de seguros, algunas acciones concretas de las comunidades humanas muy entre

mezcladas. Entre los modernos estudios sobre las leyes de la a c c i ó n

humana, ninguno ha teni do un efecto tan profundo como las gene

ralizaciones de M. Quetelet sobre l a regula ridad, no s ó l o en ma

terias como la estatura media y los í n d i c e s anuales de nacimientos

y defunciones, sino en la r e p e t i c i ó n , añ o tras a ño, de productos tan

oscuros y en apariencia incalculables de la vida nacional como las

cifras de asesinatos y suicidios, y la p r o p o r c i ó n de las mismas ar

mas crimi nale s. Otras cifras llamativas son la regul aridad del nú

mero de personas que mueren accidentalmente en las calles de

Londres y del n ú m e r o de cartas sin d i r e c c i ó n que se depositan en

lo s buzones de correos. Pero al examinar la cult ura de las razas

inferiores, lejos de poder disponer de los datos a r i t m é t i c o s cuan-

tificados de la moderna e s t a d í s t i c a , tenemos que juzgar la situa

c i ó n de las tribus a partir de las descripciones imperfectas que pro

porcionan los viajeros o los misioneros, o incluso razonar sobre las

reliquias de las razas p r e h i s t ó r i c a s cuyos mismos nombres y lenguas

se ignoran sin la menor esperanza. Ahora bien, a primera vista, pue

d en parecer material es tristemente incompletos y poco prometedores

para la i n v e s t i g a c i ó n c i e n t í f i c a . Pero, de hecho, no son ni inconcretos

n i poco prometedores, sino que proporci onan datos que son v á l i d o s y

concretos dentro de sus l í m i t e s . Son datos que, por la forma dife-

renciada en que denotan la s i t u a c i ó n de la t r i b u a que corresponden,

realmente soportan la c o m p a r a c i ó n con los productos de la e s t a d í s -

tica. El hecho es que una punta de flecha de piedra, un b a s t ó n

tallado, un í d o l o , un m o n t í c u l o funera rio en que se han entenado

esclavos y propiedades para uso del difunto, una d e s c r i p c i ó n de los

ritos de un hechicero para provocar la l l u v i a , una tabla de numera

les, la c o n j u g a c i ó n de un verbo, son cosas que por sí solas manil iestan

l a s i t u a c i ó n de un pueblo en un punt o concreto de la cult ura con tanta

veracidad como los n ú m e r o s tabulados de fallecimientos por vene

nos y de cajas de té importadas manifi estan, de forma diferente, otros

resultados parciales de la vida general de toda una comunidad.

Que toda una n a c i ó n tenga un traje especial, armas y herramien

tas especiales, leyes especiales sobre el matrimonio y la propiedad,

doctrina religiosa y moral especial, const ituye un hecho destacable que

apreciamos muy poco porque pasamos toda nuestra vida en medio

36

de ellos. La e t n o g r a f í a tiene que ocuparse especialmente de tales cuall*

dades generales de las masas de hombres organizadas. Sin einbarpo,

mientras se generaliza sobre la cultura de una t r i b u o de una na< ion

y se dejan de lado las peculiaridades de los individuos que la com

ponen por tener poca impor tancia para el resultado principal, debe

mos tener cuidado en no olvidar lo que compone este resultado

principal. Hay personas tan absortas en las distintas vidas de los

individuos que no pueden comprender la n o c i ó n de la a c c i ó n de la

comunidad como conjunto; tal observador, incapaz de una vi s ión

amplia de la sociedad, se describe perfectamente con el dicho de que

« l o s á r b o l e s no le dejan ver el b o s q u e » . Pero, por otra parte, el lil<>

sofo puede estar tan absorto en sus leyes generales de la sociedadcomo para o lvidarse de los actores individuales que componen la

sociedad, y de él puede decirse que e l bosque no le deja ver los

á r b o l e s . Sabemos c ó m o las artes, las costumbres y las ideas se con

forman entre nosotros por la a c c i ó n combinada de muchos i n d i v i -

duos, los motivos y los efectos de cuyas acciones suelen aparecer

completamente diferenciados a nuestra vista. La historia de un inven

to , una o p i n i ó n o una ceremonia es la historia de la sugerencia y la

m o d i f i c a c i ó n , el e s t í m u l o y la o p o s i c i ó n , el beneficio personal y e)

prejuicio part idi sta, y en la que los individuos implicados a c t ú a n

cada uno s e g ú n sus propias motivaciones, determinadas por su c a r á c -

te r y circunstancias. De este modo, a veces observamos a individuos

que a c t ú a n por sus propios fines sin tener muy en cuenta sus efectos

a la larga sobre la sociedad, y a veces tenemos que estudiar m o v i -

mientos del conjunto de la vida nacional , donde los individuos quecooperan en ellos quedan por completo fuera de nuestra o b s e r v a c i ó n .

Pero considerando que la a c c i ó n social colectiva es la mera resultante

de muchas acciones individuales, resulta claro que estos dos m é t o d o s

tie i n v e s t i g a c i ó n , si se siguen correctamente, deben ser absolutamente

coherentes.

A l estudiar la r e p e t i c i ó n de las costumbres o las ideas concre tas

en distintos distritos, así como su prevalecencia dent ro de cada

distrito, aparecen ante nosotros pruebas que se repiten constante

mente de la c a u s a c i ó n regular que da lugar a los f e n ó m e n o s de la

vida humana, y de las leyes de manten imiento y d i f u s i ó n s e g ú n las

cuales estos f e n ó m e n o s se establecen en forma de condiciones nor

males permanentes de la sociedad en los concretos estadios de la

cultura. Pero, si bien concedemos toda su impor tanc ia a los datosrelativos a estas condiciones normales de la sociedad, debemos tener

cuidado en evitar el peligro que puede atrapar al estudioso incauto.

Desde luego, las opiniones y los h á b i t o s que pertenecen en c o m ú n

a las masas de la human idad sen er gran medida el resultado de un

j u i c i o correcto y una s a b i d u r í a p r á c t i c a . Pero en gran medida no es

a s í . Que muy numerosas sociedades humanas hayan c r e í d o en la in

fluencia d e l mal de ojo y la existencia de la b ó v e d a celeste, hayan

sacrificado esclavos y bienes a los e s p í r i t u s de los desaparecidos,

hayan traspasado tradic iones sobre gigantes que matan monstruo \

hombres que se convierten en bestias, todo esto puede sostenerse

37

 

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 18/125

/azonablemente que fue produ cido en los entendimientos d< In

hombres por causas eficientes, pero no es razonable S O S t e n e i que

lo s ritos en c u e s t i ó n sean beneficiosos, las creencias correctas \ i

historia a u t é n t i c a . Esto parece a prime ra vista una perogrullada,

pero, de hecho es la n e g a c i ó n de una falacia que afecta profunda

mente al entendimiento de toda la humanidad, con e x c e p c i ó n de une

p e q u e ñ a m i n o r í a c r í t i c a . En t é r m i n o s populares, lo que dice todo « I

mundo debe ser cierto, lo que hace todo el mundo debe estar bien

— « Q u o d ubique, quod semper, quod ab ó m n i b u s creditum est, hoc

est v e r é proprieque C a t h o l i c u m » — , e t c é t e r a . Existen diversos topa os .

especialmente en la historia, el derecho, la f i l osof í a y la t e o l o g í a , en

que incluso las personas educadas entre las que vivimos difícilmentellegan a ver que la causa por la que los hombres sostienen una opl

n i ó n o practican una costumbr e, no constituye necesariamente una

r a z ó n no para que tengan que hacerlo así. Ahora bien, las colecciones

de datos e t n o g r á f i c o s ponen tan destacadamente a la vis ta que el

acuerdo de inmensas multit udes de hombres sobre dete rminada,

tradiciones, creencias y usos son peculiarmente susceptibles de peí

utilizados como defensa di rec ta de estas mismas instituciones, que

incluso las antiguas naciones b á r b a r a s son convencidas para que

mantengan sus opiniones contra las llamadas ideas modernas. Como

personalmente me ha ocur rido má s de una vez encont rar que mis

colecciones de tradiciones y creencias se institucionalizan para probar

su propia verdad objetiva, sin un adecuado examen de las razones

p o r las que realmente fueron recibidas, aprovecho esta o c a s i ó n para

hacer notar que la misma a r g u m e n t a c i ó n sirve igualmente bien parademostrar, con el fuerte y amplio consentimiento de las naciones,

que la tierra es plana y que la visita del demonio es una pesadilla.

Habiendo demostrado que los detalles de la cultura pueden c í a a

ficarse en gran n ú m e r o de grupos e t n o g r á f i c o s , de artes, creencia ,

costumbres y d e m á s , aparece la siguiente c o n s i d e r a c i ó n de hasta

q u é punto los hechos organizados en estos grupos se han producido

evolucionando unos de otr os. Escasamente es necesario decir que

lo s grupos en c u e s t i ó n , aunque se mantienen unidos por un c a r á c t e i

c o m ú n , de ninguna manera e s t á n exactamente definidos. Volviendo a

tomar el ejemplo de la historia natu ral , puede decirse que hay eepecies que tienden a dividirse r á p i d a m e n t e en variedades. Y cuando

sale a c o l a c i ó n qué relaciones tienen estos grupos unos con otros,

es evidente que el estudioso de los h á b i t o s de la humanidad tiene u n agran ventaja sobre el estudioso de las especies de plantas y anima

les. Entre los naturalistas e s t á planteada la c u e s t i ó n de si la t e o r í a

tíe l a e v o l u c i ó n de una especie a otr a es una d e s c r i p c i ó n de lo que

•realmente ocurre o un simple esquema ideal ú t i l para la c l a s i f i c a c i ó n

de las especies, cuyo origen ha sido realmente independiente. Pero

entre los e t n ó g r a f o s no existe tal c u e s t i ó n sobre la posibilidad de (pie

las especies de instrumentos, h á b i t o s o creencias hayan evolucionado

unos de otros, pues la e v o l u c i ó n de la cultura la reconoce nuc.iio

conocimiento má s familiar. Las invenciones m e c á n i c a s proporcionan

ejemplos adecuados del tipo de desarrollo que a la larga sufre la

38

c i v i l i z a c i ó n . En la historia de las armas de fuego, se ha pasado de la

tosca llave de rueda, en que una rueda de acero dentada daba vueltas

p o r medio de un muelle contra un trozo de p i r i t a hasta que una

chispa p r e n d í a en el cebo, condujo a la i n v e n c i ó n de la más ú t i l llave

de chispa, de las que t o d a v í a cuelgan algunas en las cocinas de nues

tras granjas para que los n i ñ o s maten p á j a r o s en Navidades; la

llave de chispa, con el tiempo, se c o n v i r t i ó modificada en la llave

de p e r c u s i ó n , que ahora e s t á cambiando su antiguo dispositivo para

pasar de cargarse por la boca a cargarse por la r e c á m a r a . El astro-

labio medieval se t r a n s f o r m ó en el cuadrante, descartado ahora a

s u vez por los marinos, que utilizan el má s delicado sextante, y así

pasa la historia de un arte y un instrumento a otro. Tales ejemplosde p r o g r e s i ó n nos son conocidos como historia directa, pero esta

n o c i ó n de desarrollo e s t á tan metida en nuestros entendimientos

que por medio de ella reconstruimos sin e s c r ú p u l o s la historia per

dida, confiando en los principios generales del pensamiento y la

a c c i ó n del hombre como g u í a para ordenar correctamente los hechos.

Tanto si la c r ó n i c a explica o guarda silenc io al respecto, nadie que

compare un arco con una ballesta d u d a r á de que la ballesta ha sido

una e v o l u c i ó n del inst rumento m ás simple. Así, entre los taladra

dores para encender por f r i c c i ó n , claramente aparece a primera

vista que el taladrador que funciona con cuerda o arco es una mejora

posterior del instrumento p r i m i t i v o má s tosco que se h a c í a girar

entre las manos. Esa instructiva clase de e s p e c í m e n e s que a veces

descubren los anti cuarios, bronces celtas modelados s e g ú n el pesado

tipo del hacha de piedra, escasamente resultan explicables si no es

como primeros pasos en la t r a n s i c i ó n de la edad de piedra a la edad

de bronce, en la que pront o se descubre que el nuevo mate ri al es

apropiado para un d i s e ñ o má s manejable y menos ruinoso. E igual

mente en las otras ramas de nuestra historia, una y otra vez se

presentan ante la vista series de hechos que pueden disponerse cohe

rentemente unos a c o n t i n u a c i ó n de otros en un concreto orden evo

l u t i v o , pero que d i f í c i l m e n t e pueden inverti rse y hacer que sigan el

orden cont rar io. Tales son, por ejemplo, los datos que he agregado

en un c a p í t u l o sobre el arte de contar, que tienden a demostrar que,

p o r lo menos en este aspecto de la cul tur a, las tr ibu s salvajes han

llegado a su s i t u a c i ó n mediante aprendizaje y no por p é r d i d a de lo

aprendido, mediante e l e v a c i ó n desde lo inferior má s bien que por

d e g r a d a c i ó n desde una s i t u a c i ó n superior.

Entre los datos que nos ayudan a rastrear el curso que ha segui

do realmente la c i v i l i z a c i ó n del mundo, se encuentra la gran clase

de hechos que he c r e í d o conveniente denominar int roducien do el t é r -

mino « s u p e r v i v e n c i a s » . Se trata de procesos, costumbres, opinio

nes, etc., que la fuerza de la costumbre ha transportado a una situa

c i ó n de la sociedad distinta de aquella en que tuvieron su hogar

original y, de este modo, se mantienen como pruebas y ejemplos de

l a antigua s i t u a c i ó n cultural a partir de la cual ha evolucionado la

nueva. Así, conozco una anciana de Somersetshire cuyo telar a mano

data de la é p o c a anterior a la i n t r o d u c c i ó n de la « l a n z a d e r a volan-

V )

 

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 19/125

t e » , cuyo novedoso accesorio nunca ha aprendido a utilizar, y la lio

visto tirar su lanzadera de mano a mano de la forma verdaderam* tlt(

c l á s i c a ; esta anciana no va un siglo por d e t r á s de su tiempo, lino qiK

es un caso de supervivencia. Tales ejemplos suelen hacernos u n . ,

ceder a los h á b i t o s de hace cientos e incluso miles de a ñ o s ; la fogata

d e l solsti cio de verano es una supervivencia; la cena de Difuntos

de los campesinos bretones para los e s p í r i t u s de los muer tos es una

supervivencia. El simple manten imient o de las costumbres antiguas

s ó l o es una parte de la t r a n s i c i ó n de lo antiguo a lo nuevo y de los

tiempos cambiantes. Los asuntos serios de la sociedad antigua púa

de n verse metamorfoseados en juegos de las generaciones posteriores

y sus serias creencias agotarse en el f o l k l o r e i n f a n t i l , mientras que

las costumbres que c o n t i n ú a n de la vida del viejo mundo puedenmodificarse en formas del nuevo mundo, t o d a v í a poderosas para

bien o para mal . A veces los viejos pensamientos y p r á c t i c a s brotan

de nuevo, para sorpresa de un mundo que las c r e í a muertas o m o r i

bundas desde mucho tiempo antes; en este caso las supervivencias

se transforman en renacimientos, como de forma tan llamativa ha

ocurrido ú l t i m a m e n t e con la historia del moderno esplritualismo,

u n asunto muy instructivo desde el punto de vista del etnógrafo

D e hecho, el estudio de los fundamentos de las supervivencias no

tiene poca importancia p r á c t i c a , pues la mayor parte de lo que

llamamos s u p e r s t i c i ó n e s t á incluido en las supervivencias y de esta

forma queda abiert a al ataque de su más mortal enemigo, la e x p l i

c a c i ó n razonada. Sobre t odo, insignifi cantes como son en sí mismas

la mayor parte de las supervivencias, su estudio es tan efectivo para

rastrear el curso de la e v o l u c i ó n h i s t ó r i c a , ú n i c a m e n t e gracias alcual es posible comprender su s i g n i f i c a c i ó n , que se convierte en un

punto v i t a l de la i n v e s t i g a c i ó n e t n o g r á f i c a conseguir una v i s i ó n lo

m á s clara posible de su naturaleza. Esta importancia debe j u s t i l u aj

l a e x t e n s i ó n que a q u í se dedica al examen de las supervivencias, a

partir de juegos, dichos populares, costumbres, supersticiones y .1

milares que puedan servir para sacar a la luz la forma en que- I un

cionan.

E l progreso, la d e g r a d a c i ó n , la supervivencia, el renacimiento, la

m o d i f i c a c i ó n , todos ellos son modos de la c o n e x i ó n que mantiem

unida la compleja red de la c i v i l i z a c i ó n . No hace falta má s que una

ojeada a los detalles triviales de nuestra existencia diaria para l i .u ei

nos pensar qué lejos estamos de ser realment e sus creadores y < | i i .

cerca de ser los transmisores y modifi cadores de l o s productos delas edades pasadas. Mirando la h a b i t a c i ó n en que vivimos, podemos

comprobar cuan lejos e s t á de entender correctamente tan s iqu i i 1 .

é s t a quien s ó l o conoce su propio tiempo. A q u í e s t á l a « m a d r e s . Iva-

de Asina, a l l í la fleur-de-lis de A n j o u , alrededor d e l techo hay una

cornisa con una orla griega, el estilo Luis XI V y su a n t e c e t O l

Renacimiento se reparten el espejo. Transformados, t r a s l a d a d o i «• RlU

tilados, tales elementos llevan t o d a v í a su historia c l a r a m e n t e 1 Mam

pada sobre ellos; y si la historia más lejana t o d a v í a e s me n o i fá< II

de leer, no podemos argumentar que, puesto que no sonn. 1 up

40

de distinguirla con claridad, en consecuencia a l l í no hay h i s t o i i a

Y esto es así incluso con las ropas de vest ir (pie usa n los h oml ne s

L o s rabi tos de la chaqueta de los postillones alemanes muestran por

s í solos c ó m o han llegado a degenerar en tan absurdos rudimentos ;

pero los alzacuellos (bands) de los c l é r i g o s ingleses no traspasan ya

s u historia al ojo, y result an absolutamente inexplicable s hasta que

u n o ve las etapas intermedias por las que han descendido desde los

m á s ú t i l e s cuellos anchos, como el que lleva M i l t o n en su ret into ,

y que recibieron su nombre de la « c a j a de c a r t ó n » ( « b a n d - b o x » ) en

que s o l í a n guardarse. De hecho, los libros de trajes que muestran

c ó m o una prenda c r e c i ó o m e r m ó por etapas graduales y se trans

f o r m ó en otra, ilustran con mayor fuerza y claridad la naturaleza

d e l cambi o y el crecimient o, el renacimiento y la decadencia, que se

producen añ o tras a ño en cuestiones má s import ante s de la vida. En

lo s libros, t a m b i é n , vemos a cada autor no s ó l o en sí mismo y por

s í mismo, sino ocupando el lugar que le corresponde en la historia;

e n cada f i l ó s o f o , m a t e m á t i c o , q u í m i c o o poeta vemos el transfondo

de su e d u c a c i ó n : en Leibniz a Descartes, en Dalton a Priestley,

e n M i l t o n a Homero. El estudio del lenguaje q u i z á s ha hecho más

que n i n g ú n otro por apartar de nuestra c o n c e p c i ó n de la a c c i ó n y el

pensamiento humanos la idea de i n v e n c i ó n azarosa y arbitraria, sus

t i t u y é n d o l a por una t e o r í a de la e v o l u c i ó n mediante la c o o p e r a c i ó n

de los hombres individuales, a t r a v é s de procesos razonables e i n t e l i

gibles cuando se conocen todos los datos. Rudimentaria como toda

v í a es la ciencia de la cultura, se e s t á n volviendo fuertes los s í n t o

mas de que los f e n ó m e n o s que parecen más e s p o n t á n e o s e inmotiva

dos pueden demostrarse, no obstante, que e s t á n comprendidos en

u n campo de causa-efecto t an ciert ament e como los hechos de la

m e c á n i c a . ¿ Q u é se considera popularmente más indeterminado e

incontrolable que los productos de la i m a g i n a c i ó n que son los mitos

y las f á b u l a s ? Sin embargo, cualquier i n v e s t i g a c i ó n s i s t e m á t i c a de la

m i t o l o g í a , hecha a partir de un amplia r e c o l e c c i ó n de datos, m o s t r a r á

c o n bastante claridad en tales esfuerzos de la i m a g i n a c i ó n , a la vez,

una e v o l u c i ó n de etapa a etapa y la p r o d u c i ó n de una uniformidad

como consecuencia de la uniformidad de la causa. A q u í , como en

todas part es, la espontaneidad inmotivada parece retroceder má s y

m á s al refugio rodeado por los negros precintos de la ignorancia;

como el azar, que t o d a v í a mantiene su lugar entre el vulgo como

verdadera causa de los acontecimientos de otra forma inexplicables,

mientras que para las personas educadas hace tiempo que no signi

f i c a nada si no es esta misma ignorancia. S ó l o cuando el hombre noconsigue ver la c o n e x i ó n de los acontecimientos tiende a caer en las

nociones de impul sos arbi trario s, caprichos sin causa, azar, absurdo

e indefinida inexplicabilidad. Si los juegos infantiles, las costumbres

s in objetivo y las supersticiones absurdas se consideran e s p o n t á n e o ,

porque nadie puede decir exactamente c ó m o aparecen, la a f i r m a c i ó n

puede recordarnos el efecto similar que los e x c é n t r i c o s h á b i t o s de

una planta de arroz silvestre tuvieron sobre la f i l osof í a de una tribu

de pieles rojas, en otro caso dispuesta a ver en la a r m o n í a de la

41

 

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 20/125

n a t u r a l e z a lo s efectos de u n a v o l u n t a d per s o n a l qu e l a po he i n a i i

G r a n E s p í r i t u , di cen e s t o s t e ó l o g o s sio ux, h iz o to das las cos a-. . *< . ph .

e l a r r o z s i lves t re; pero e l arroz s i lves t re a p a r e c i ó por casua l idad

« E l h o m b r e » , d i j o W i l h e l m v on Humboldt, « s i e m p r e a s o « • .< i •

q u e e s t á a l alcance de la mano (der Mensch k n ü p f t inunei an Voi

handenes a n ) » . Esta n o c i ó n de la continuidad de la c i v i l i z a c i ó n n m i i

nida e n esta m á x i m a no es n i n g ú n p r i n c i p i o f i l o s ó f i c o caduco, -ano

que se vuelve p r á c t i c o por la c o n s i d e r a c i ó n de que aquellos que

desean entender sus propias vidas deben conocer las etapas por In*

que s u s opiniones y h á b i t o s han llegado a ser lo que son. Augustc

Comte escasamente s o b r e v a l o r ó la necesidad de este estudio de la

e v o l u c i ó n cuando declara al p r i n c i p i o de su Filosofía Positiva que

« n i n g u n a c o n c e p c i ó n puede entenderse excepto a t r a v é s de su Insto

r i a » , y su frase acepta amplia rse a la cul tu ra en general. C o n l i a i en

v er la superficie de la vida moderna y comprenderla por limpiei n s p e c c i ó n es una f i l o so f í a cuya debilidad f á c i l m e n t e puede compro

barse. I m a g í n e s e a alguien explicando el t r i v i a l dicho «me lo d i j ou n p a j a r i t o » («a l i t t l e b i r d t o l d me»), sin estar enterado de la vieja

creencia del lenguaje de los p á j a r o s y las bestias, de la que el d O C t O l

Dasent, en su i n t r o d u c c i ó n a los Cuentos Noruegos, t r a z ó tan razo

nablemente sus o r í g e n e s . Los intentos de explicar a la luz de la r a z ó ncosas que necesitan la luz de la historia para mostrar su significa

c i ó n pueden ejemplificarse con los comentarios de Blackstone. Para

e l pensamient o de Blackst one, el derecho de los plebeyos de llevar sus

bestias a pastar a las tierras comunales tiene su origen y expln |

c i ó n en el sistema feudal. « P u e s cuando los s e ñ o r e s de los feudos

c o n c e d í a n parcelas de tierra a los arrendatarios, por servicios r e a l i -zados o por realizar, estos arrendatarios no p o d í a n arar la tierra | | | |

bestias; estas bestias no p o d í a n mantenerse sin pastos; y los pastos

n o p o d í a n conseguirse m ás que en los b a l d í o s del s e ñ o r y en la

tierras de barbecho no cercadas de ellos y de los otros arrendata

rios. Por tanto, la ley llevaba anejo el derecho de las tierras cornilnales como algo inseparable de la c o n c e s i ó n de las tierras; y é s t efu e el origen de la tierra c o m u n a l » , e t c é t e r a . Ahora bien, aunque nada

hay de irracional en esta e x p l i c a c i ó n , no e s t á de acuerdo en absoluto

co n la ley t e u t ó n i c a de l a tierra que p r e v a l e c i ó en Inglaterra desde

mucho antes de la conquista normanda y cuyos residuos nunca ha n

desaparecido por co mpleto . En la antigua comunid ad de aldea, i m I nso la tierra cultivable, situad a en los grandes campos comunales

t o d a v í a rastreables en nuestro p a í s , no h a b í a pasado aú n a cons

t i t u i r propiedades aisladas, mientras que los pastos de los barbechosy los rastrojos y los b a l d í o s p e r t e n e c í a n en c o m ú n a los cabezas de

f a m i l i a . Desde aquellos d í a s , el cambio de la propiedad -comunal u

l a i n d i v i d u a l ha transformado en su mayor parte este sistema di]

v i e j o mundo, pero t o d a v í a se mantienen los derechos que disfruta

el campesino de que su ganado paste en la tierra comunal, no co m o

una c o n c e s i ó n del s e ñ o r feudal, sino en cuenta que los plebeyos la po

s e í a n antes de que el s e ñ o r reclamara la propiedad del b a l d í o . Siem

pre es peligroso aislar una costumbre de su s u j e c c i ó n a los acontc-

42

cimientos pasados, t r a t á n d o l a como un hecho aislado del (pie se

puede uno deshacer simplemente mediante u n a e x p l i c a c i ó n plan

sible.

A l llevar a cabo la gran tarea de la e t n o g r a f í a racional, la i uves

t i g a c i ó n de las causas que han producido los f e n ó m e n o s culturales

y las leyes a que e s t á n subordinados, es deseable conseguir un esque

m a ta n s i s t e m á t i c o como sea posible de la e v o l u c i ó n de esta cultura

en sus muchas l í n e a s . En el siguiente c a p í t u l o , que trata del desarro

l l o de la cult ur a, se intent a hacer un esbozo del curso t e ó r i c o de la

c i v i l i z a c i ó n en la especie humana , tal como en conj unt o parece

concord ar mej or con los datos. Al comparar l os distinto s estadios de

c i v i l i z a c i ó n entre las razas conocidas por la historia, con la ayuda

de las deducciones a r q u e o l ó g i c a s hechas a partir de los residuos de

las tribus p r e h i s t ó r i c a s , parece posible juzgar de forma aproximada

la temprana s i t u a c i ó n general del hombre, que desde nuestro punto

Ü e vista debe considerarse como una s i t u a c i ó n p r i m i t i v a , cualesquiera

que hayan sido las situaciones anteriores que puedan haberla prece

dido. Esta s i t u a c i ó n p r i m i t i v a h i p o t é t i c a corresponde en un grado

considerable a la de las modernas tribus salvajes, que, a pesar de su

diferencia y distancia, tienen en c o m ú n ciertos elementos de c iv i -l i z a c i ó n que parecen mantenerse en general de una etapa temp rana

de la especie humana. Si esta h i p ó t e s i s es cierta, entonces, a pesar

de la continua interferencia de la d e g e n e r a c i ó n , la p r i n c i p a l tenden

ci a de la cultura desde los o r í g e n e s a los tiempos modernos ha sido

d e l salvajismo hacia la c i v i l i z a c i ó n . Con el problema de esta r e l a c i ó nentre la vida salvaje y la c i v i l i z a da , se relacionan casi todos los miles

de datos que se tratan en los sucesivos c a p í t u l o s . Las supervivencias

culturales, situadas a tod o lo largo del curso de los hitos la c i v i l i -z a c i ó n en estado de progreso, llenos de s i g n i f i c a c i ó n para quienes

pueden descifrar sus signos, inclu so ahora constit uyen en med io de

nosotros monumentos tempranos del pensamiento y la vida de los

b á r b a r o s . Su i n v e s t i g a c i ó n dice mucho en favor de la c o n c e p c i ó n de

que los europeos pueden encontrar entre los habitantes de Groen

landia o los m a o r í e s muchos rasgos para reconstruir el cuadro de

sus propios antepasados p r i m i t i v o s . A c o n t i n u a c i ó n viene el proble

m a del origen del lenguaje. Oscuras com o siguen estando muchas

partes de este problema, sus planteamientos más claros se abren

a la i n v e s t i g a c i ó n de si el lenguaje tuvo sus o r í g e n e s en la humani

d a d en estado salvaje, y el resultado de la i n v e s t i g a c i ó n es que, s e g ú ntodos los datos conocidos, tal debe haber sido el caso. Partiendo del

examen del arte de contar, se muestra una consecuencia much o má s

concreta. Puede afirmarse con confianza que no s ó l o se encuentra

este importante arte en estado rud iment ario entre las trib us sal

vajes, sino que datos satisfactorios demuestran que la n u m e r a c i ó nse ha desarrollado por i n v e n c i ó n racional desde un estado i n f e r i o rhasta aquel que nosotro s poseemos. El examen de la m i t o l o g í a que

contiene el primer volumen se ha hecho en su mayor parte desde

l a perspectiva especial, sobre los datos recogidos para p r o p ó s i t oespeciales, de rastrear la r e l a c i ó n entre los mitos de las tribus sal-

43

 

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 21/125

va j e s y sus analogías en las naciones má s civilizadas I I l. ni i di

l a l Investigación va más allá para demostrar que los primeros « u . 1

dores de mitos aparecieron y florecieron entr e las hordas il i|<

poniendo en pie un arte que más culturalizados sucesores contintl I

rían, nasta que sus productos se fosilizaron en la superstición,

tomaron equivocadamente por histori a, se confo rmaron y arropaio n

de poesía, o se dejaron de lado por extravagancias mcntiros.is.

Quizás en ninguna ot ra parte se necesiten má s las coneep» ion.

amplias de la evolución histórica que en el estudio de la religión

A pesar de todo lo que se ha escrito para que el mundo se familiaric<

con las teologías inferiores, las ideas populares de su lugar en la

historia y de su relación con los credos de las naciones superio ressiguen siendo de tipo medieval. Es hermoso cont rapon er los diarios

de algunos misioneros con los Ensayos de Max Müller, y colocar el

odio y el ridículo incapaz de apreciación que el celo hostil y estrecho

prodiga contra el brahmanismo, el budismo y el zoroastrismo, junto

a la simpatía católica con que un conocimiento profundo y amplio

puede examinar aquellas fases antiguas y nobles de la conciencia re

ligiosa del hombre; y tampoco por el hecho de que la religión de

las tr ibus salvajes pueda ser ruda y primitiva, en comparación con

los grandes sistemas asiáticos, está situada en una posición dema

siado baja para merecer interés e incluso respeto. El problema

realmente se sitúa entre la comprensión y la no comprensión. Pocas

personas que se entreguen a dominar los principios generales de la

religión salvaje volverán nunca a considerarla ridicula, ni su conoci-

. mien to superfluo para el resto de la humanidad. Lejos de ser suscreencias y prácticas un montón de basura de distintas extravagan

cias, son consistentes y lógicas en tan alto grado que empiezan a exhi

bi r los prin cipio s de su formación y desarrollo en cuanto se clasifican

por aproximadamente que sea; y estos principios se demuestran esen

cialment e racionales, aunque operan en las condiciones mentales de

una ignorancia intensa e inveterada. Con un sentido de la intención

investigadora muy estrechamente emparentado con el de la teología

de nuestros días, me he puesto a examinar sistemáticamente el de .1

rrol lo, entre las razas inferiores, del animismo; es decir, la doctrina

de las almas y los otros seres espirituales en general. Más de la mitad

de la presente obra la ocupa la masa de datos procedentes de todas

las partes del mundo que muestran la naturaleza y la significación

de este gran elemento de la filosofía de la religión, y rastrea IU

transmisión, expansión, restricción y modificación a todo lo largo

del curso de la historia hasta el centro de nuestro pensamiento

derno. Ni son de poca importancia práctica las cuestiones que tienenque plant earse en ta l int ent o de traza r la evolución de determinadosritos y ceremonias prominentes, costumbres tan instructivas como

lo s profundos poderes de la religión, cuya expresión y resultado piá»

tico constituyen.

No obstante, en estas investigaciones, hechas desde un punto dl9

vista etnográfico más bien que teológico, ha habido poca necesidad

de entrar en controversias directas, pero, por otra parte, me he tORil

44

do la molestia de evitarlas en todo lo posible, l a conexión qu e a l i a

viesa la religión, desde sus formas má s rudas hasta la s i t u a c i ó n del

cristianismo civilizado, puede tratarse de forma conveniente recu

rriendo poco a la teología dogmática. Los ritos de sacrilicio v de

purificación pueden estudiarse en sus etapas evolutivas sin cntrai en

cuestiones de su autor idad y val or, y un examen de las sucesivas lase-,

de la creencia del mundo en una vida futura no necesita discutir lo s

argumentos en favor o en contra de la doctrina misma. Los resultados

etnográficos pueden quedar entonces como materiales para los teó

logos profesionales y tal vez no pasará mucho tiempo antes de qu e

datos tan cargados de significación ocupen su legítimo lugar. V o l

viendo de nuevo a la analogía con la historia natural, pronto puede

llegar el momento en que se considere tan poco razonable que el

teólogo científico no esté competentemente familiarizado con lo s

principios de las religiones de las razas inferiores, como que el fisió

logo considere con el mismo desprecio que los siglos pasados los

datos procedentes de las formas infe riores de vida, considerando la

estructura de las criaturas invertebradas simples un asunto indigno

del estudio filosófico.

Tampoco como simplemente un asunto de investigación curiosa,

sino de una guía práctica importante para la comprensión del pre

sente y la conformación del futuro, la investigación de los orígenes

y los primeros desarrollos de la civilización debe fomentarse celo

samente. Cual quier posible vía de conocimient o debe ser explorada,

debe verse si cualquier puerta está abierta. Ninguna clase de datos

debe dejarse sin tocar en nombre de su lejanía o compleji dad, de supequenez o trivialidad. La tendencia de la moderna investigación va

más y más hacia la conclusión de que la ley está en cualquier parte,

está en todas partes. Despreciar hacia dónde puede conducir una

recolección y estudio concienzudos de los datos y declarar cualquier

problema insoluble en nombre y en el de la dificultad y la lejanía, es

clara mente s ituarse en el lado equivocado de la ciencia; y quien escoja

una tarea sin esperanzas debe disponerse a descubrir los límites del

descubrimiento. Viene a la memoria Comte que comienza su des

cripción de la as t ronomía con una observación sobre la necesaria

limitación de nuestro cono cimiento de las estrella s: co ncebimos, nos

dice, la posibilidad de determinar su forma, distancia, t amaño y

movimiento, mientras que por ningún método podemos llegar a estu

diar su composición química, su estructura mineralógica, etc. Si el

filósofo hubiera vivido para ver la aplicación del análisis del espectro a este mismo problema, su proclamación de la desesperan

z a d o s doct rin a de la ignoran cia necesaria t al vez se hubiera corre

gido en favor de un punto de vista más esperanzador. Y con la

filosofía de la vida humana remota parece ocurrir algo parecido

a lo que ocurre con el estudio de la natural eza de los cuerpos celes

tes. Los procesos que deben reconstruirse de las primeras 'etapas de

nuestra evolución mental están tan distantes de nosotros en el tiem

po como las estrellas en el espacio, pero las leyes del universo no

están limitadas a la observación directa de nuestros sentidos. Existe

45

 

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 22/125

u n amplio material a ser utilizado en nuestra investiga, ió, i; mu. I . , , - ,

estudiosos se ocupan actualmente de dar forma a este tnatei 1*1, aun

que poco puede haberse hecho t o d a v í a en c o m p a r a c i ó n con I..

queda po r hacer; y no parece ya excesivo deci r que los vagos esbozos

de una f i l osof í a de la historia de los o r í g e n e s e s t á n comenzando a

ponerse a nuestro alcance.

A I . . K R O E B E R

L O S U P E R O R G A N I C O ( 1 91 7)

U n a forma de pensar c a r a c t e r í s t i c a de nuestra c iv i l i z ac ión occ i -

dental ha sido la f o r m u l a c i ó n de a n t í t e s i s complementarias, el e q u i l i -

b r i o de opuestos que se excluyen. Uno de estos pares de ideas con

que nuestro mundo ha estado operando desde hace unos dos mi l

a ñ o s es el que se expresa con las palabras alma y cuerpo. Otro par

que ha servido para p r o p ó s i t o s ú t i l e s , pero que la ciencia trata

ahora de quitarse de encima, es la d i s t i n c i ó n entre lo físico y lo

mental. Una tercera d i s c r i m i n a c i ó n es la que se hace entre vital

y social, o, en otros t é r m i n o s , entre orgánico y cultural. E l reconoci

miento i m p l í c i t o de la diferencia entre cualidades y procesos o r g á -

nicos y cualidades y procesos sociales data de hace mucho. No obs

tante, la d i s t i n c i ó n f o r m a l es reciente. De hecho, puede decirse que

l a s i g n i f i c a c i ó n completa de la a n t í t e s i s no ha hecho má s que apun

tarse. Pues por cada o c a s i ó n en que un entend imie nto huma no separa

tajantemente las fuerzas o r g á n i c a s y las sociales, existen docenas

en las que no se piensa en la d i s t i n c i ó n entre ellas, o bien se produce

una verdadera c o n f u s i ó n de ambas ideas.

U n a r a z ó n de esta habitual c o n f u s i ó n entre lo o r g á n i c o y lo social

es el predominio, en la actual fase de la historia del pensamiento,

de la idea de e v o l u c i ó n . La idea, una de las primeras, más simples

y t a m b i é n má s vagas que ha t enido la mente humana, ha tenid o su

fortaleza y su campo más f i r m e en el á m b i t o de lo o r g á n i c o ; en

otras palabras, a t r a v é s de las ciencias b i o l ó g i c a s . Al mismo tiempo,

existe una e v o l u c i ó n , crecimiento o gradual desarrollo, que t a m b i é n

resulta aparente en otros reinos distintos de la vida vegetal y animal.Tenemos t e o r í a s de la e v o l u c i ó n estelar o c ó s m i c a ; y es evidente,

incluso para el hombre menos culto, que existe un cre cimi ento o evo

l u c i ó n de la c i v i l i z a c i ó n . Poco peligro hay, por lo que se refiere a la

naturaleza de las cosas, en llevar los principios daiwini anos o po t̂-

darwinianos de la e v o l u c i ó n de la vida al reino de los soles ard iente s

o las nebulosas sin vida. La c iv i l i z ac ión o el progreso humano, por

otra parte, que s ó l o existe en, y mediante, los miembros vivos de la

especie, es aparentemente tan similar a la e v o l u c i ó n de las plantas y

lo s animales que ha sido inevitable que se hayan hecho amplias ap i i

47

 

las patas delanteras se t r a n s f o r m ó en habilidad para sostener el

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 23/125

cacioncs de los pri ncip ios de la e v o l u c i ó n o r g á n i c a a los hechos del

crecimiento cultural. Por supuesto, se trata de un ra/onamienln poi

a n a l o g í a o a r g u m e n t a c i ó n de que, puesto que dos cosas se parecen « n

u n aspecto, t a m b i é n s e r á n similares en otros. En ausencia de * onoi •

miento, tales supuestos se justifican como supuestos. No obstan!' u

efecto consiste con demasiada frecuencia en predeterminar la actitttd

mental, con el resu ltado de que, cuando empiezan a acumu larse datos

que pueden probar o rechazar el supuesto basado en la a n a l o g í a ,

estos datos no siguen ya c o n s i d e r á n d o s e imparcial y juiciosamente,

sino que, simple mente, se distri buye n y disponen de tal forma (pu

no interfieran con la c o n v i c c i ó n establecida en que se ha convertido,

desde hace tiempo, el supuesto principio a demostrar.Esto es lo que ha sucedido en el campo de la e v o l u c i ó n o r g á n i c a

y social. La d i s t i n c i ó n entre ambas, que es tan evidente que en la.

é p o c a s anteriores p a r e c í a un vulgar t ó p i c o para que mereciera s e ñ a -

larse, ha sido oscurecida en gran medida en los ú l t i m o s cincucnia

a ñ o s por la influencia que ha tenido sobre los entendimientos de

l a é p o c a los pensamientos relacionados con la idea de la e v o l u c i ó n

o r g á n i c a . Incluso parece correcto afirmar que esta c o n f u s i ó n ha sido

mayor y más general entre aquellos para quienes el estudio y la

e r u d i c i ó n constituyen el trabajo de todos los d í a s .

Y , sin embargo, muchos aspectos de la diferencia entre lo o r g á n i c o

y lo que hay en la vida humana de no o r g á n i c o resul tan tan cl an -.

que un n i ñ o puede comprenderlos y que todos los seres humanos,

incluyendo a los más salvajes, utilizan constantemente la d i s t i n c i ó n

Todo el mundo es consciente de que nacemos con ciertos poderes

y que adquirimos otros. No es necesario n i n g ú n argumento para de

mostrar que unas cosas de nuestra vida y c o n s t i t u c i ó n proceden de

la naturaleza, a t r a v é s de la herencia, y que otras nos llegan a t r a v é s

de agentes con los que la herencia nada tiene que ver. No se ha

encontrado t o d a v í a nadie que afirme que el ser humano nace con un

conocimiento inherente de la tabla de multiplicar; por otra p a i i .

tampoco hay nadie que dude de que los hij os de un negro nao n

negros gracias al funcionamiento de las fuerzas de la herem ¡a No

obstante, algunas cualidades de todos los individuos tienen ra/

claramente detectables; y cuando se comparan como conju ntos el

desarrollo de la c i v i l i z a c i ó n y la e v o l u c i ó n de la vida, se ha di judo

pasar de largo con demasiada frecuencia la d i s t i n c i ó n entre los proce

sos que implican.Hace algunos mil lones de a ñ o s , se cree normalmente, la < i

c i ó n natural o a l g ú n otro agente evolutivo dio lugar, por pi u n c í a v<

a la a p a r i c i ó n en el mundo de los p á j a r o s . Salieron de los i c p t l l i

Las condiciones .eran tales que la lucha por la existen* ia cía i l i l h ll

sobre la tie rra, mientra s que en el aire h a b í a seguridad \ p u d ú

Paulatinamente, bien mediante una serie de grados casi nn| i

tibies a lo largo de la l í n e a de las sucesivas gcncra< iones, o I

saltos más notables y r á p i d o s , el grupo de los p á j a r o s fu Iti< !<i

nando a partir de sus antepasados reptibles. En esta evolu

adquirieron plumas y se perdieron escamas; la facultad de < og< i

48

cuerpo en el aire. La gran resistencia de que gozaban por el hecho

de tener sangre f r í a , se a b a n d o n ó por el equivalente de una mayor

c o m p e n s a c i ó n de la acti vida d super ior que a c o m p a ñ a a la sangre

caliente. El resultado neto de este c a p í t u l o de la historia evolutiva

fu e que a ñ a d i ó un nuevo poder, el de la l o c o m o c i ó n a é r e a , a la suma

total de facultades que p o s e í a el grupo de los animales superiores,

lo s vertebrados. No obstante, los animales vertebrados no se vieron

afectados en su conj unt o. La mayor parte de ellos carecen del poder

de volar, al igual que sus antepasados de hace millones de a ñ o s . Los

p á j a r o s , a su vez, han perdido determinadas facultades que una vez

poseyeron y, presumiblemente, t o d a v í a p o s e e r í a n de no ser por la

a d q u i s i c i ó n de las alas.E n estos ú l t i m o s a ñ o s t a m b i é n los seres humanos han conseguido

el poder de la l o c o m o c i ó n a é r e a , y sus efectos sobre la especie son

absolutamente distintos de los que caracterizaron la a d q u i s i c i ó n del

vuelo por parte de los primeros p á j a r o s . Nuestros medios para volar

e s t á n fuera de nuestros cuerpos. El p á j a r o nace con un par de

alas, pero nosotros hemos inventado el aeroplano. Los p á j a r o s renun

ciaron a un par de manos potencial para conseguir las alas; nosotros,

debido a que nuestra nueva facultad no forma parte de nuestra

estructura c o n g é n i t a , mantenemos todos los ó r g a n o s y capacidades de

nuestros antepasados, pero le a ñ a d i m o s una nueva habi lida d. El pro

ceso del desarrollo de la c i v i l i z a c i ó n es, claramente, de a c u m u l a c i ó n :

l o antiguo se mantiene, a pesar del nacimiento de lo nuevo. En la

e v o l u c i ó n o r g á n i c a , por regla general, la i n t r o d u c c i ó n de nuevos

rasgos s ó l o es posible mediante la p é r d i d a o m o d i f i c a c i ó n de los ó r g a -nos o facultades existentes.

E n resumen, el desarrollo de una nueva especie de animales se

produce mediante, y de hecho consiste en, cambios de su c o n s t i t u c i ó n

o r g á n i c a . En lo que se refiere al crecimiento de la c i v i l i z a c i ó n , por

otra parte, el ejemplo citado basta para mostrar que el cambio y

el progreso pueden tener lugar mediante la i n v e n c i ó n , sin ninguna

a l t e r a c i ó n constitucional de la especie humana.

H ay otra forma de observar la diferencia. E s t á claro que al o r i -

ginarse una nueva especie, é s t a procede por completo de individuos

que antes mostraban rasgos particulares distintos de los de la nueva

especie. Cuando afirmamos que deriva de esos individuos queremos

decir, lit eralmente, que desciende de ellos. En otras palabras, la espe

c i e só lo se compone de los individuos que contienen la « s a n g r e » —elplasma germen— de determinados antepasados. De este modo, la

herencia es el medio indispensable de t r a n s m i s i ó n . Sin embargo,

cuando se realiza un invent o, toda la especie humana es capaz de

beneficiarse de él. Las personas que no tienen el menor parentesco

s a n g u í n e o con los primeros d i s e ñ a d o r e s de aeroplanos pueden volar.

Muchos padres han utilizado, han gozado y se han benificiado del

invento de su h i j o . En la e v o l u c i ó n de los animales , la descendencia

puede integrarse en la herencia que le transmiten sus antepasados

y alcanzar un poder super ior y un desarrol lo más perfecto; pero el

49

4. — E L CONCEPTO DE C U L T U R A

 

antepasado, por la misma naturaleza de las cosas, e s t á excluido de bierta de grasa, de la que vive ; y que devora grandes cantidades

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 24/125

talca beneficios de su descendencia. E n resumen, la e v o l u c i ó n oiga

nica e s t á esencial e inevitablemente conectada co n los procesoi here

d i t a r i o s ; la e v o l u c i ó n social que caracteriza al progreso de la c iv i l l

U U i o n , por otra parte, no e s t á ligada, o al menos no necesariamente,

co n los factores hereditarios.

L a ballena no es s ó l o un m a m í f e r o de sangre caliente, sino que se

reconoce como un descendiente remoto de los animales c a r n í v o r o s

terrestres. E n unos cuantos millones de a ñ o s , como generalmente se

supone en tales g e n e a l o g í a s , este animal ha perdido las piernas para

caminar, las u ñ a s para agarrar y desgarrar, el pelo o r i g i n a l y el o í d o

externo, que s e r í a n i n ú t i l e s o perjudiciales en el agua, y a d q u i r i ó

aletas y escamas, un cuerpo c i l i n d r i c o , una capa de grasa y el poderde retener la r e s p i r a c i ó n . La especie ha renunciado a mucho; q u i z á s ,

en conjunto, a má s de lo que ha ganado. Evidentemente , ciertas partes

h an degenerado. Pero hay un nuevo poder que sí c o n s i g u i ó : el de

vagar por el o c é a n o indefinidamente.

U n paralelo, y t a m b i é n un contraste, se encuentra en la adquisi

c i ó n humana de i d é n t i c a facultad. Nosotros no hemos transformado,

en una a l t e r a c i ó n gradual de padres a hijos, nuestros brazos en aletas

n i hemos desarrolladb una .cola. Tampoco penetramos en el agua

para navegar por ella: construimos un barco. Y lo que esto significa

es que preservamos intactos nuest ro cuerpo y nuestras facultades ,

i d é n t i c a s a las de nuestros padres y a las de nuestros remotos ante

cesores. Nuestro medio para viajar por mar e s t á fuera de nuestra

d o t a c i ó n natural. L o hacemos y lo utilizamos: la ballena o r i g i n a l

tuvo que transformarse en barco. L e c o s t ó innumerables generaciones

alcanzar su actual c o n d i c i ó n . Todos los individuos que no consi

guieron adaptarse al tipo no dejaron descendencia; ni tampoco nada

que quede en la sangre de las actuales ballenas.

T a m b i é n podemos comparar los seres humanos y los animales

cuando grupos de ellos alcanzan u n medio ambiente nuevo y á r t i c o ,

o cuando el c l i m a de la zona en que e s t á establecida la especie va

e n f r i á n d o s e lentamente. Las especies m a m í f e r a s no humanas empieza n a tener mucho pelo. El os o polar es peludo; s u pariente de

Sumatra l i so . L a liebre á r t i c a e s t á envuelta en un blando f o r r o de

p i e l ; en c o m p a r a c i ó n , el conejo macho parece tener una piel f ina

y apolillada. Las buenas pieles proceden del lejano norte y pierden

riqueza, en calidad y en valor, proporcionalmente, cuando proceden

de animales de la misma especie queviven

en regiones más tem

pladas. Y esta diferencia es racial, no i n d i v i d u a l . El conejo macho

p e r e c e r í a r á p i d a m e n t e en Groenlandia al finalizar el verano; el oso

polar enjaulado sufre por el calor debido al masivo abrigo que la

naturaleza ic ha ciado.

Ahora bien, hay personas que buscan la misma clase de peen

liaridades c o n g é n i t a s e n los samoyedos y esquimales del A r t i c o ;

y las encuentran, porque las buscan. Nadie puede afirmar que el

esquimal sea peludo; de hecho nosotros tenemos más pelo que ellos.

Pero se afirma que tiene una p r o t e c c i ó n grasa, como la foca recu-

50

d e carne y grasa porque las necesita. Queda por determinai su \a

dera cantidad de grasa, en c o m p a r a c i ó n con otros seres humanos

Probablemente tiene más que el europeo; pero posiblemente no ma s

que el samoano o hawaiano de pur a raza de más abajo de los tro

picos. Y con respecto a su dieta, si consiste ú n i c a m e n t e en foca du

rante todo el invierno, no es por ninguna apetencia c o n g é n i t a de su

e s t ó m a g o , sino porque no sabe c ó m o conseguirse otra cosa. El minero

de Alaska y el explorador del á r t i c o y del antartico no comen p i a n

cantidad de grasa. Su comida se compone de harina de t r i g o , huevos,

c a f é , a z ú c a r , patatas, verduras en lata y todo lo que sus exigciu las

y el coste del transporte per mite n. El esquimal t a m b i é n d e s e a r í a

comer esas cosas, pero, en cualquier caso, tanto ellos como él puedensostenerse tanto con una dieta como con la otra.

D e hecho, lo qué hace el habitante humano de una l a t i t u d i n l c m

perante no es desarrollar un sistema digestivo peculiar, ni tampoco

aument ar el crecimiento del pelo. Cambia su medio ambiente y,

en adelante, puede mantener su cuerpo o r i g i n a l inalterado. Construye

una casa cerrada, que proteja del viento y retenga el calor de su

cuerpo. Hace fuego o enciende una l á m p a r a . Despoja a la foca o al

reno del cuero peludo con que la s e l e c c i ó n natu ral u otros procesos

o r g á n i c o s han dotado a estos animales; tiene chaqueta y pantalones,

botas y guantes que le hace su mujer, o dos juegos de ellos; se los

pone; y en pocos a ñ o s o d í a s cuenta con la p r o t e c c i ó n que el oso

polar o la liebre á r t i c a , la marta cebellina y el l a g ó p e d o , necesitaron

indecibles p e r í o d o s para adquirir. Lo que es má s, su h i j o , y los hijos

de su h i j o , y sus cientos de descendientes, nacen tan desnudos yf í s i c a m e n t e desarmados como nacieron él y sus cientos de antepa

sados.

Que esta diferencia de m é t o d o para resistir a un medio ambiente

di f í c i l , entre los seguidos, respect ivamente, por la especie del oso

polar y la raza de los esquimales, es absoluta, no necesita afirmarse.

Que la diferencia es profunda, es indiscutible. Y que es tan impor

tante como con frecuencia olvidada es lo que pretende demostrar

precisamente este a r t í c u l o .

Durante mucho tiempo se ha acostumbrado a decir que la diferen

ci a es la que existe entre el cuerpo y el e s p í r i t u ; que los animales

tienen su f í s i co adaptado a sus circunstancias, pero que la superior

inteligencia del hombre le permite elevarse por encima de tales nece-

sidades rastreras. Pero no es é s t e el aspecto más s ign i f i c a t i vo de la

diferencia. Es cierto que, sin las muy superiores facultades del hom

b r e , é s t e no p o d r í a alcanzar los conocimientos cuya ausencia mantie

ne al bru to encadenado a las limitaciones de su a n a t o m í a . Pero la

mayor inteligencia humana no es causa en sí misma de la diferencia

existente. Esta superioridad p s í q u i c a s ó l o es-una c o n d i c i ó n indispen

sable de lo que es peculiarmente humano: la c i v i l i z a c i ó n . Directa

mente, es la c i v i l i z a c i ó n en la que cada esquimal, cada minero á r t i c o

o cada explorador antartico e s t á criado , y no una mayor facultad

c o n g é n i t a , lo que le induce a construir casas, encender fuego y ves t i l

S I

 

ropas. La d i s t i n c i ó n primordial entre el animal y el hombic n» «••• l<

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 25/125

mental y la f í s i c a , que es de orden relativo, sino la de l<> 0 1 1 - : « •

y lo social, que es cualita tiva. La bestia tiene me ntalida d y n o s o t m

tenemos cuerpo; pero, en la c i v i l i z a c i ó n , el hombre tiene algo de lo

que la bestia carece.Que esta d i s t i n c i ó n es realmente algo más que la d i s t i n c i ó n entrt

l o f í s i co y lo mental resulta evidente a partir de un ejemplo que put

de escogerse de entre lo corporal: el lenguaje.Superficialmente, el lenguaje humano y el animal, a pesar de la

enorme mayor riqueza y complejidad del primero, son muy seme-jantes. Ambos expresan emociones, posiblemente ideas, mediante so

nidos producidos por los ó r g a n o s corporales e intel igibles para el

oyente i n d i v i d u a l . Pero la diferencia entre el llamado lenguaje de

las bestias y el de los hombres es infinitamente grande; como p o n d r á

de relieve un sencillo ejemplo.

U n a gata que e s t á criando lleva un perrillo r e c i é n nacido a la

carnada de gatitos. En contra de las a n é c d o t a s familiares y los a r t í c u -

lo s de los p e r i ó d i c o s , el cachorrito l a d r a r á y g r u ñ i r á , no r o n r o n e a r á

n i m a u l l a r á . Nunca t r a t a r á de hacer esto ú l t i m o . La primera vez quele pisen la pata g e m i r á , no c h i l l a r á , con tanta seguridad como quecuando se enfade mucho m o r d e r á como h a c í a su desconocida mad rey nunca i n t e n t a r á a r a ñ a r como ha visto hacer a su madre de leche.Durante la mitad de su vida la r e c l u s i ó n puede mantenerle sin ver,o í r ni oler a n i n g ú n otro perro. Pero, entonces, si se le hace escucharu n ladrido o g r u ñ i d o a t r a v é s de una pared, se m o s t r a r á mucho másatento que ante ninguna de las voces emitidas por sus c o m p a ñ e r o s

gatos. Hagamos que se repita el ladr ido , y el i n t e r é s d a r á paso a [a

e x c i t a c i ó n , y r e s p o n d e r á del mismo modo, tan seguro como que, pues-to junto a una perra, los impulsos sexuales de su especie se manifes-t a r á n por sí solos. No puede dudarse de que el lenguaje del perroes parte erradicable de la naturaleza del perro, tan contenida enél por completo sin entrenamiento ni cultura, tan por completo ÍOlmando parte del organismo del perro como los dientes, los pies, ele s t ó m a g o , el modo de andar o los instintos. N i n g ú n grado de COIItatto con gatos ni de p r i v a c i ó n de a s o c i a c i ó n con los de su propia es

pecie puede hacer que un perro adquiera el lenguaje de los gato, vpierda el suyo, de la misma manera como tampoco puede hacerleenrollar el rabo en vez de menearlo, lamer a sus d u e ñ o s ende restregarse con sus costados o echar bigotes y llevar erectas su s

orejas c a í d a s .

Tomemos un n i ñ o f r a n c é s , nacido en Francia de padres franceses,descendientes ellos durante numerosas generaciones de antepasadosde lengua francesa. Inmediatamente d e s p u é s de nacer, confiemos ,1n i ñ o a una nodriza muda, con instrucciones de no dejar a nadie quetoque ni vea su carga mientras viaja por la ruta más directa hacia elinterior de China. All í deja el n i ñ o en manos de una pareja china,que lo adoptan legalmente y lo trata como a su propio h i j o . Supongamos ahora que transcurren tres, diez o treinta a ñ o s . ¿ H a c e faltadiscutir lo que el f r a n c é s adulto o t o d a v í a en crecimiento h a b l a r á ?

52

N i una palabra de f r a n c é s , sino chino, sin rastro de acento \nfluidez china; y nada más.

Es cierto que existe la i l u s i ó n c o m ú n , frecuente inc luso c u í n

personas educadas, de que en el chino adoptado sobrevivirá alguna

influencia oculta de sus antepasados que hablaban francés, que lólo

hace f a l t a enviarlo a Francia con un grupo de verdaderos chinos \

a p r e n d e r á la lengua materna con una mayor facilidad, fluidez, correc-c i ó n y naturalidad apreciable con respecto a sus c o m p a ñ e r o s . Elhecho de que una creencia sea habit ual , no obstante, tan to puede que

rer ».::cir que se trata de una s u p e r s t i c i ó n habitual como que se tratade un t ó p i c o . Y u n b i ó l o g o razonable, o, en otras palabras, un exper-to cuanficado para hablar de la herencia, p r o n u n c i a r á esta respuesta

ante este problema de herencia: s u p e r s t i c i ó n . Y l o ú n i c o objetable esque p o d r í a escoger una e x p r e s i ó n más amable.

Ahora bien, a q u í hay algo más profundo. Ninguna a s o c i a c i ó n conchinos v o l v e r á n negros los ojos azules de nuestro joven f r a n c é s , nil o s s e s g a r á , ni le a p l a s t a r á la nariz, ni e n d u r e c e r á y p o n d r á tiesosu ondulado pelo de s e c c i ó n oval; y, sin embargo, su lengua es com-pletamente la de sus asociados, y de ninguna manera la de sus pa-rientes c o n s a n g u í n e o s . Los ojos, la nariz y el pelo son suyos por herencia; su lenguaje no es hereditario, en la misma medida que no loes la longitud con que se deja crecer el pelo o el agujero, que s e g ú n

l a moda, puede llevar o no en la oreja. No se trata tanto de que ellenguaje sea mental y las proporciones faciales f í s i c a s ; la d i s t i n c i ó n

que tiene significado y uso es que el lenguaje es social y no heredi-

tario, mientras que el color de los ojos y la forma de la nariz sonhereditarios y o r g á n i c o s . Por el mismo criterio, el lenguaje del perro,y todo lo que vagamente se denomina el lenguaje de los animales,pertenece a la misma clase que las narices de los hombres, las pro-porciones de los huesos, el color de la p i e l y el sesgo de los ojos, yno a la clase a que pertenece cualquier lenguaje humano. Se hereday , por tanto, es o r g á n i c o . S e g ú n el e s t á n d a r humano, en realidad noes en absoluto un lenguaje, excepto en esa clase de m e t á f o r a s quehabla del lenguaje de las flores.

Es cierto que, de vez en cuando, un n i ñ o f r a n c é s que se encontra-ra en las condiciones del supuesto experimento a p r e n d e r í a el chinom á s lentamente, menos i d i o m á t i c a m e n t e y con menor capacidad dee x p r e s i ó n que el chino medio. Pero t a m b i é n h a b r í a n n i ñ o s franceses,y en la misma cantidad, que a d q u i r i r í a n la lengua china más r á p i -

damente, con mayor fluencia y mayor capacidad para revelar susemociones y manifestar sus ideas que el chino norma l. Se tra ta dediferencias individuales que s e r í a absurdo negar, pero que no afectana la media ni constituyen nuestro tema. Un i n g l é s habla mejor inglesque otro, y t a m b i é n puede haberlo aprendido, por precocidad, muchosm á s de prisa; pero el uno no habla ni más ni menos verdecer© i n g l é s

que el otro.

H a y una forma de e x p r e s i ó n animal en la que a veces se ha a f i r -

mado que es mayor la influencia de la a s o c i a c i ó n que k. influenciade la herencia. Y esa forma es el canto de los p á j a r o s . Hay una

53

 

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 26/125

gran canti dad de opiniones contrari as, y aparentemente di dalo

sobre este tema. Muchos p á j a r o s tienen un impulso fuc i te c inl Iti

a imitar los sonidos. T a m b i é n es un hecho que el canto de un Indi

viduo estimula a otro, como ocurre con los perros, los l o b o s , i

gatos, las. ranas y otros muchos animales. Que en determinadas espr

cies de p á j a r o s capaces de realizar un canto complejo no suele lo

grarse el completo desarrollo del individuo si se le priva de escuchar

a los de su clase, es algo que puede admitirse. Pero parece claro que

cada especie tiene un canto propio distintivo; y que este mínimo

se obtiene sin a s o c i a c i ó n de Cada miembro normal de sexo c a u t í n

ta n pronto como se cumplen las condiciones de edad, alimenta! ion

y calor adecuados, así como el requerido e s t í m u l o de ruido, sllemlo

o desarrollo sexual. El hecho de que hayan existido serias disparida

des de o p i n i ó n sobre la naturaleza del canto de los p á j a r o s puede

deberse, en ú l t i m o t é r m i n o , a que han pronunciado opiniones sobo

l a c u e s t i ó n personas que leen sus propios estados mentales y ac t i v l

dades en los animales (una falacia normal contra l a que ahora se

prepar a a todos los estudiantes de b i o l o g í a en los comienzos de su

carrera). En cualquier caso, tanto si un p á j a r o « a p r e n d e » o no en

alguna medida de otro, no existen pruebas de que el canto de los

p á j a r o s sea una t r a d i c i ó n , y de que, como la lengua o la m ú s i c a huma

na, se acumule y desarrolle de una é p o c a a otra, de que inevitable

mente se altere de g e n e r a c i ó n en g e n e r a c i ó n por la moda o la cos

tumbre, y de que le sea imposibl e seguir siendo siempre el mismo:

en otras palabras, de que se trate de una cosa social o debida a un

proceso siquiera remotamente a f ín a los que afectan a los const ituyentes de la c i v i l i z a c i ó n humana.

T a m b i é n es cierto que en la vida humana existen una serie de rea

lizaciones l i n g ü í s t i c a s que son del tipo de los gritos de los animales

U n hombre que siente dolor se queja sin p r o p ó s i t o comunicativo. El

sonido es, literalmente, exprimido de él. Sabemos que este grito <

inintencionado, y constituye lo que los f i s i ó logos llaman una a c c i ó n

refleja. El verdadero c h i l l i d o es tan suceptible de salvar a la v í c t i m a

situada delante de un tren sin maquinis ta como a quien es perseguido

p o r enemigos conscientes y organizados. El guardabosques que es

aplastado por una roca a cuarenta millas del ser humano más p r ó x i -

m o se q u e j a r á igual que el habitant e de ciudad atropellado y rodeado

de una m u l t i t u d que espera a la veloz ambulancia. Tales gritos son de

l a misma clase que los de los animales. De hecho, para entendci

verdaderamente el « l e n g u a j e » de las bestias debemos imaginarnos en

una s i t u a c i ó n en la que nuestras expresiones queden completamente

restringidas a tales gritos instintivos ( « i n a r t i c u l a d o s » es su desig

n a c i ó n general, aunque c o n - f r e c u e n c i a inexacta) . En senti do exat I«>.

no son lenguaje en absoluto.

Esta es exactamente la c u e s t i ó n . Indudablemente, tenemos ( lertai

actividades l i n g ü í s t i c a s , determinadas facultades y h á b i t o s de la pro

d u c c i ó n de sonidos, que son verdaderamente paralelas a los de los

animales; y t a m b i é n tenemos algo más , que es bastante diferente

y sin parale lo entre los animales. Es fatuo negar que hay. algo pura-

54

mente animal que subyace en el lenguaje humano; pero igualmente

s e r í a falso creer que, puesto que nuestro lenguaje sale de un h u i d a

m e n t ó anima l, no sea m ás que pronunciaciones y mentalidad de am

m a l ampliada en gran medida. Una casa puede construirse con piedra;

si n esta base p o d r í a ser i mposib le que hubiera sido erigida; peí o

nadie s o s t e n d r á que la casa no es más que piedra glorificada y mejo

rada.

E n reali dad, el elemento purament e ani mal del lenguaje humano

es p e q u e ñ o . Aparte de la risa y el llanto, no encuentra casi e x p í e

s i ó n l i n g ü í s t i c a . Los f i l ó l o g o s niegan que nuestras interjecciones sean

verdadero lenguaje o, al menos, s ó l o lo admiten a medias. Es un

hecho que difieren de las verdaderas palabras en que no se pronuncian, generalmente, pa ra transpor tar un significado, ni para disimu

l a r l o . Pero incluso estas p a r t í c u l a s e s t á n conformadas y dictadas por

la moda, la costumbre y el tipo de c i v i l i z a c i ó n a que pertenecen; en

resumen, por elementos sociales y no por elementos o r g á n i c o s . Cuan

do d i r i j o el martillo contra mi pulgar en vez de contra la cabeza del

clavo, una m a l d i c i ó n involuntaria puede e s c a p á r s e m e con facilidad

tanto si estoy solo en casa como si me encuentro rodeado de com

p a ñ e r o s . En este sentido la e x c l a m a c i ó n no sirve para p r o p ó s i t o s

l i n g ü í s t i c o s y no es lenguaje. Pero el e s p a ñ o l , el i n g l é s , el f r a n c é s ,

e l a l e m á n o el chino u t i l i z a r í a n distintas expresiones. El americano,

p o r ejemplo, dice « o u t c h » cuando se hace d a ñ o . Otras nacionalidades

no comprenden esta s í l a b a . Cada pueblo tiene su propio sonido; algu

nos incluso dos, uno que utilizan los hombres y otro de las mujer es.

U n chino c o m p r e n d e r á un quejido, una risa, un n i ñ o que l l o r a , tanbien como nosotros los entendemos y tan bien como un perr o ent iende

e l g r u ñ i d o de otro perro. Pero t e n d r á que aprender « o u t c h » , o bien

c a r e c e r á (para él) de sentido. Por otra parte, n i n g ú n perro ha pro

nunciado un nuevo ladrido, ininteligible para los d e m á s perros, como

consecuencia de haber crecido en dist inta c o m p a ñ í a . Así pues, incluso

este í n f i m o elemento del lenguaje humano, este semilenguaje i n v o -

luntario de las exclamaciones, e s t á conformado por influencias so

ciales.

Hcrodoto habla de un rey egipcio que, deseando poner en claro la

lengua materna de la human idad , hizo que se aislara a algunos n i ñ o s

de los de su* especie, teniendo s ó l o cabras por c o m p a ñ í a y sosteni

miento. Cuando los n i ñ o s se hicieron mayores y fueron visitados

gritaban la palabra « b e k o s » o, sustrayendo el f i n a l que el sensible y

normalizador griego no p o d í a o m i t i r para nada que pasara por sus

labios, más probablemente « b e k » . Entonces el rey e n v i ó gentes a

todos los p a í s e s para ver en qué tierra significaba algo este vocablo.

Supo que en la lengua f r i g i a significaba pan y, suponiendo que los

n i ñ o s gritaban pidiendo comida, s a c ó la c o n c l u s i ó n de que hablaban

f r i g i o al pronunciar su lenguaje humano « n a t u r a l » y que, por tanto,

esta lengua d e b í a ser la original de la humanidad. La creencia del

re y en un lenguaje inherente y c o n g é n i t o del hombre, que s ó l o los

ciegos accidentes del tiempo h a b í a n distorsionado en una m u l t i t u d

de lenguas, puede parecer simple ; pero, en su misma ingenu idad, la

55

 

in\•»••.!ij'.u ion r e v e l a r í a la existencia de m u l t i t u d de persona', u v i l i explicar la c i v i l i z a c i ó n —es d ecir, la hist ori a— p o r m c d i o de facto

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 27/125

/ . u l . r . que l oda v ía se adhieren a ella.

No obstante, no es é s t a nuestra moraleja del cuento. La morali ¡I

se encuent ra en el hecho de que la ú n i c a palabra atribuida a los n i ñ o

In k», s ó l o era, si la historia tiene a l g ú n tipo de autenticidad, mi

reflejo o i m i t a c i ó n —como han conjeturado desde hace mucho tli m

po los comentari stas de Herodo to— del bali do de las cabras, (pie c í a n

l a ú n i c a c o m p a ñ í a y los instructores de los n i ñ o s . En resume n, si si

puede sacar alguna d e d u c c i ó n de una a n é c d o t a tan a p ó c r i f a , lo que

demuestr a es que no existe un lenguaje humano n atu ral y, por tanto,o r g á n i c o .

Miles d e ' a ñ o s d e s p u é s , otr o soberano, el emperador mogol AkbaXjr e p i t i ó el experimento con la p r e t e n s i ó n de encontrar la r e l i g i ó n « n a

t u r a l » de la humanidad. Su grupo de n i ñ o s fue encerrado en una

casa. Y cuando, d e s p u é s de transcurrir el tiempo necesario, se abrier o n las puertas en presencia del expectante e ilustrado gobernante,

su f r u s t r a c i ó n fue muy grande: los n i ñ o s salieron en tropel tan calla

dos como sordomudos. No obstante, la fe es di f í c i l de matar; y po

demos sospechar que t e n d r á lugar un tercer intento, en condiciones

modernas escogidas y controladas, para convencer a algunos cien

t í f i c o s naturales de que el lenguaje, para el individuo human o y pan

l a especie humana, es algo completamente adquirido y no heredi

tario, absolutament e e xter ior y no interior, un producto social y no

u n desarrollo o r g á n i c o .

Por tanto , el lenguaje huma no y el animal, aunque uno con r a í c e s

en el otro, son por naturaleza de distinto orden. S ó l o se parecenentr e sí como se asemejan el vuelo de un p á j a r o y el de un aeronauta.

Que la a n a l o g í a entre ellos frecuentemente haya e n g a ñ a d o s ó l o de

muestr a la candidez del entend imien to humano. Los procesos opera

tivos son completamente distintos; y esto, para quien e s t á ansioso de

comprender, es mucho má s importa nte que la s i m i l i t u d de los efectos.

E l salvaje y el campesino que tienen cuidado en limpiar el cuchillo

y dejan a la herida curarse por sí misma han observado determin ados

hechos indiscutibles. Saben que la limpieza ayuda, mient ras que la su

ciedad impide la r e c u p e r a c i ó n . Saben que el cuchillo es la causa, la

herida el efecto; y comprenden, t a m b i é n , el correcto principio de

que el tratamiento de la causa tiene, en general, más efectividad que

e l tratamiento del s í n t o m a . S ó l o fallan en la i n v e s t i g a c i ó n del pro

ceso de que se trata. No sabiendo nada de la naturaleza de la asepsia,

de las bacterias, de los agentes de la p u t r e f a c c i ó n y del retraso de la

c u r a c i ó n , recaen sobre agentes que les son más familiares y u t i l i / a n ,

l o mejor que pueden, el procedimiento de la magia mezclado con el

de la medici na. Rascan cuidadosamente el cuchillo, luego lo u n í a n

co n aceite y lo guardan bien relucie nte. Los hechos a pait'u d«

cuales operan son correctos; su l ó g i c a es rotunda; simplemente no

distinguen entre dos procesos irreco ncilia bles —el de la magia v el

de la q u í m i c a f i s i o l ó g i c a — y aplican uno en vez de otro. El estu

diante actual que ve el entendimiento moldeado por la c i v i l i / a c i ó n

de l hombr e en la ment alid ad del perr o o del mono, o que tr ata de

56

res o r g á n i c o s , comete un error que es menos entícuado y e s t á más de

moda, pero que es de la misma clase y naturai c v . ,

E n p e q u e ñ a medida se trata de un problema de alto y bajo, como

entre el hombre y el animal. Muchas actividades puramente i n s t i n l i

vas de las bestias conducen a logros mucho r n á s c o m p l e j o s y «lili

ciles que algunas de las costumbres a n á l o g a s de e s t a 0 aquella n a c i ó n

humana. E l castor es mucho mejor arqui tecto q U e muchas tribus

salvajes. Derriba á r b o l e s mayores, los arrastra m a s lejos, construye

una casa má s cerrada y lo hace tanto dentro como fuera del agua;

y realiza lo que muchas naciones nunca in t en t a n nevar a cabo: sé

construye una agradable t o p o g r a f í a para el habitat erigiendo un

dique. Pero lo esencial no es que, d e s p u é s de t 0 d 0 > e j hombre puede

hacer más que el castor, o que un castor pue^ a hacer tanto como

u n hombre; se trata de que lo que consigue e i c a s t o r \ hace por

unos medios, y el hombre, lo hace por otros, ¿i s a i V aje más rudo,

que s ó l o construye una cabana que atraviesa e i viento, puede ser

e n s e ñ a d o , y lo ha sido innumerables veces, a s e r r a r y unir con clavos

tableros de madera, a poner piedra sobre piedra. C on mortero, a cavar

cimientos, a crear un entramado de hierro. T od a i a historia humana

trata, fundamentalmente, de tales cambios. ¿ Q u e - f u e r o n nuestros

antepasados, de nosotros, los cons truc tore s co n acero europeos y ame

ricano s, sino salvajes que v i v í a n en chozas ha c e u n o s cuantos miles

de a ñ o s , un p e r í o d o tan breve que escasamente p u e d e haber bastado

para la f o r m a c i ó n de una nueva especie de or g a n j s m o s ? y por otro

lado,¿ q u i é n s e r í a

tan temerario com o para af irmar que diez mi l

generaciones de ejemplo e i n s t r u c c i ó n c o n v e r t i r í a n al castor de

lo que es ahora en carpintero o a l b a ñ i l , o bie ^ teniendo en cuenta

su deficienc ia por faltar le las mano s, en un ingeniero planif icador ?

L a divergenci a entre las fuerzas sociales y o r g á n i c a s no se com-

rende q u i z á s por completo hasta que se e n t i e n d e absolutamente la

mentalidad de los llamados insectos sociales, i a s abejas y las hormi

gas. La hormiga es social en el sentido de qu e s e asocia; pero e s t á

ta n lejos de ser social en el sent ido de poseer c iv i l i z ac ión o de estar

i n f l u i d a por fuerzas no o r g á n i c a s , que más b i e n p u e d e considerarse

como anim al antisocial. Los maravi llos os poderes de la hormiga no

pueden subestimarse. A nadie puede hacerle mas servicio la completa

e x p l o t a c i ó n de su c o m p r e n s i ó n que al histori a a. o r p e r o n o u t i l i z a r á

esta c o m p r e n s i ó n aplicando su conocimiento d e ¡ a mentalidad de la

hormiga al hombre. La u t i l i z a r á para f o r t i f i ca r y hacer exacta, me

diant e un contraste i nteligente, su c o n c e p c i ó n ¿ e i o s agentes que

moldean la c i v i l i z a i ó n humana. La sociedad ¿ e j a s hormigas tiene

ta n poco de verdadera sociedad, en el sentido humano, como una

caricatura tiene de retrato.

T ó r n e s e unos cuantos huevos de hor mi ga d e ¡ o s s e xos adecuados,

huevos no incubados, r ec i én puestos. R á y e s e c a a * a individuo y cada

uno de los otros huevos de la especie. Désele a la pareja un poco

de a t e n c i ó n en lo relativo a cal or, hu medad, p r o t e c c i ó n y comida.

Toda la « s o c i e d a d » de las hormigas, cada uno de sus poderes, h a b í

57

 

seguramente es e x t r í n s e c o al papel e incluso a la tinta que hay

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 28/125

lidadcs, logros y actividades de la especie, cada «pensamien to»» que

haya tenido alguna vez, se r e p r o d u c i r á n , y lo h a r á n sin d i s m i n u í ion,

en una g e n e r a c i ó n . Pero c o l o q ú e s e en una isla desierta o en lugai

aislado a doscientos o trescientos n i ñ o s humanos de la mejor estirpe,

de la clase más alta, de la n a c i ó n má s civilizada; d é j e s e l o s en total

aislamiento de los de su especie; ¿y qu é tendremos? ¿La c i v i l i z a c i ó n

de que fueron arrebatados? ¿ U n a d é c i m a parte de ella? No, ni una

f r a c c i ó n ; ni una f r a c c i ó n de los logros de la t r i b u más p r i m i t i v a da

salvajes. S ó l o una pareja o un grupo de mudos, sin artes, ni conoci-

mientos, ni fuego; sin orden ni r e l i g i ó n . La c iv i l i z ac ión se e x t i r p a r í a

de estos confines; no desintegrada ni herida en lo v i v o , sino l i t e ra l -

mente borrada. La herrencia sa lva para la hormi ga todo lo que ellaes, de g e n e r a c i ó n en g e n e r a c i ó n . Pero la herencia no mantiene y no

ha mantenido, porque no puede hacerlo, ni una p a r t í c u l a de la c i v i l i -

z a c i ó n , que es lo e s p e c í f i c a m e n t e humano.

L a actividad mental de los animales es parcialmente instintiva y

se basa en parte en la experiencia i n d i v i d u a l ; el contenido, por

lo menos de nuestro entendimiento, nos llega gracias a la t r a d i c i ó n

en el sentido más amplio del t é r m i n o . El instinto es lo que e s t á

« m a r c a d o » ; una pauta inalterable inherente a la « m e r c a n c í a » , inde-

leble e inexti nguible, porque el d i s e ñ o no es más que la urdimbre

y la trama, el mismo d i s e ñ o que aparece dispuesto desde el telar

de la herencia.

Pero la t r a d i c i ó n , lo que «se t r a n s m i t e » , lo que se pasa de uno

a otro, s ó l o es un mensaje. Por supuesto, debe transportarse; pero,

a fi n de cuentas, el mensajero es e x t r í n s e c o a la noti cia. Así, debe

escribirse una carta, pero su importancia e s t á en el significado de

las palabras, como el valor de un billete no e s t á en la f i b r a del papel

sino en los caracteres escritos sobre su superficie, así t a m b i é n la

t r a d i c i ó n es algo s o b r e a ñ a d i d o a los organismos que la transportan,

que se impon e sobre ellos, externo a ellos. Y de la misma form a

que el mismo fragmento 'puede llevar una cualquiera de miles de

inscri pciones, de la más diversa fuerza y valor, e incl uso puede ser

borrado y reinscrito, así ocurre t a m b i é n con el organismo humano

y los incontables contenidos que la c iv i l i z ac ión puede verterle. La

diferencia esencial entre el animal y el hombre, en este ejemplo,

no consiste en que el ú l t i m o tenga un grano más f i no o un material

de calidad más virtuosa; es que la estructura, la naturaleza y la

textu ra son tales que es insc ribible y que el ani mal no lo es. Q u í m i c ay f í s i c a m e n t e da pocos resultados ocuparse de tales m í n i m a s d i l e

rencias. Pero q u í m i c a y f í s i c a m e n t e existe t o d a v í a menos dil erem ¡a

entre el billete de banco con la i n s c r i p c i ó n « u n a » y con la insci [pt lón

« m i l » ; y t o d a v í a menor diferencia entre el cheque con una f irma

solvente y el escrito con la misma pluma, la misma tinta e incluso

lo s mismos movimien tos, por un falsi ficad or. La diferencia que IflO

porta entre el cheque v á l i d o y el falsificado no consiste en la l í nea

m á s ancha o más estrecha, la curva continua de una letra en lugai

de la rup tur a, sino en la puramen te soc ial de que un firman te tiene

una cuenta corriente v á l i d a en el banco y el otro no; un hecho jque

58

sobre él .

Exactamente paralela a esto es la r e l a c i ó n de lo instintivo y l<>

tradicional, lo o r g á n i c o y lo social. El ani mal , en todo lo que se

refiere a las influencias sociales, es tan inadecuado como un platode gachas como material para escribir; ahora bien, cuando es Inserí

bible mediante la d o m e s t i c a c i ó n como la arena de la playa no puederetener impresiones permanentes en cuanto especie. De ahí que no

tenga sociedad y, por tanto, his tori a. No obstante, el hombre com-

prende dos aspectos: es una sustancia o r g á n i c a , que puede conaide

rarse en cuanto sustancia, y t a m b i é n es una tabla sobre la que se

escribe. Un aspecto es tan v á l i d o y tan justificable como el otro;pero es un grave error confundir ambos puntos de vista.

E l a l b a ñ i l construye con granito y cubre con pizarra. El n i ñ o que

aprende a leer no sabe nada de las cualidades de su pizarra, pero

le desconcie rta s i tiene que escribi r una c o una k. El m i n e r á l o g o no

da preferencia a una piedra sobre otra; cada una tiene su constitu-

c i ó n , estructura, propiedades y usos. El educador ignora el grani -

t o ; pero, aunque u t i l i z a la pizarra, no por eso la clasifica como

superior ni niega la u t i l i d a d del otro materia l; toma su sustancia

ta l como la encuentra. Su problema consiste en si el n i ñ o debe

comenzar por las palabras o por las letras a qu é edad, duran te c u á n -

tas horas, en qué orden y en qué condiciones debe iniciar su proceso

de a l f a b e t i z a c i ó n . Decidir sobre estos temas a partir de datos cris-

t a l o g r á f i c o s debido a que los alumnos escriben sobre una variedad

de piedra s e r í a tan fú t i l como si el g e ó l o g o tuviera que emplear suconocimiento de las piedras para hacer deducciones sobre los p r i n -

cipios más correctos de p e d a g o g í a .

De este modo, si el estudioso del logro humano tuv iera que in-

tentar apartar de la o b s e r v a c i ó n del historiador natural y del filó-

sofo mecanicista a los seres humanos sobre los que e s t á inscrita

l a c i v i l i z ac ión que él mismo investiga, r e s u l t a r í a r i d í c u l o . Y cuando,

p o r otra parte, el b i ó l o g o se propone volver a escribir la historia,

en su totalidad o en parte, mediante la herencia, tampoco a c t ú a

mucho mej or, aunque pueda tener la s a n c i ó n de a l g ú n precedente.

H a n sido muchos los intentos de hacer precisa la d i s t i n c i ó n entre

instinto y c i v i l i z a c i ó n , entre lo o r g á n i c o y lo social, entre el ani mal

y el hombre. El hombre como el animal que se viste, el animal que

u t i l i z a el fuego, el animal que hace o u t i l i z a herramientas, el animal

que habla, todas estas concepciones son conclusiones que contienen

alguna a p r o x i m a c i ó n . Pero, para la c o n c e p c i ó n de la d i s c r i m i n a c i ó n

que es a la vez más completa y má s e c o n ó m i c a , debemos retroceder,

al igual que para la primera e x p o s i c i ó n exacta de muchas ideas con

las que operamos a la mente ext raor dina ria de A r i s t ó t e l e s . «El hom-

bre es un animal p o l í t i c o . » La palabra p o l í t i c o ha cambiado de sen-

t i d o . En su lugar utilizamos el t é r m i n o latino social. Esto, nos dicen

tanto los f i l ósofos como los f i l ó logos , se r í a lo que hubiera dicho el

gran grie go de hablar hoy en nuestro i dio ma. El hombre es pues un

animal social; un organismo social. Tiene c o n s t i t u c i ó n o r g á n i c a ; pero

59

 

t a m b i é n tiene c i v i l i z a c i ó n . Ignorar uno de los elementos es s. i i.m d r í a dar resultad os de l mayor valor; pero, sin embargo, d i f í c i l m e n t e

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 29/125

corto de vista como pasar por encima el otro; c o n v e i f n el uno - n

el otro, si cada uno tiene su realidad, es negativo. Con esta I m

l a c i ó n b á s i c a de más de dos mil a ñ o s de a n t i g ü e d a d , y c o n o » ¡da poi

todas las generaciones, hay algo de mezqui no y de obstinailainent<

destr ucti vo en el esfuerzo de anular la d i s t i n c i ó n o de obstaculizar s u

m á s í n t e g r a f r u i c i ó n . El actual intento de tratar lo social como o r g á

nico, de entender la c i v i l i z a c i ó n como hereditaria, es tan csem i a l

mente estrecho de miras como la declarada i n c l i n a c i ó n medieval a

apart ar al hombre d el reino de la naturaleza y del alcance de los

c i e n t í f i c o s en nombre de que se le s u p o n í a poseedor de un a l m i

i n m o r t a l .

Pero, por desgracia, t o d a v í a persisten las negativas y una docena

de confusiones por cada negativa. Dichas negativas dominan la m e n

talidad popular y desde ahí se elevan, una y otra vez, a las ideas de

la ciencia declarada y reconocida. Incluso parece que en un centenal

de a ñ o s hemos re troc edid o. Hace uno o dos siglos, con generoso im

pulso, los l í d e r e s del pensamiento dedicaron sus e n e r g í a s , y los l í d e

res de hombres sus vidas, a la causa de la igualdad de todos los

hombre s. No necesitamos ocuparnos a q u í de todo lo que esta Idea

i m p l i c a ni de su exactitud; pero, indudablemente, i m p l i c a la propo

s i c i ó n de igualdad de capacidad de las razas. Posiblemente nuestros

antepasados pudieron mantener esta p o s i c i ó n l i b e r a l porque t o d a v í a

no se enfrentab an a toda su impor tanc ia p r á c t i c a . Pero, cualquic i |

que sea la r a z ó n , sin duda hemos retrocedido, en A m é r i c a , Europa y

en sus colonias, en nuestra a p l i c a c i ó n del supuesto; y t a m b i é n hemos

retrocedido en nuestro a n á l i s i s t e ó r i c o de los datos. Las difer encias

raciales hereditarias de capacidad pasan por ser una doctrina apro

bada en muchas partes. Hay hombres de eminente conocimiento que

se s o r p r e n d e r í a n de saber que se mantienen serias dudas sobre la

c u e s t i ó n .

Y , sin embargo, debe sostenerse que pocas de las pruebas verdade

ramente satisfactorias que se han aportado en apoyo del supuesto

de las diferencias que presenta una n a c i ó n de ot ra —y muc ho me

nos la superi orid ad de un pueblo sobre otro — son inhere ntement e

raciales, es decir, con fundamento o r g á n i c o . No importa lo ilesta

cados que hayan sido los e s p í r i t u s que sostuvieron que tales di l e

rencias son heredit arias : en su mayor parte se limitaban a dai

p o r supuesta su c o n v i c c i ó n . El s o c i ó l o g o o el a n t r o p ó l o g o puede

i n v e r t i r la c u e s t i ó n con i g u a l j u s t i f i c a c i ó n , y a veces lo hace; y entonces puede ver cada acontecimiento, cada desigualdad, todo el

curso de la historia humana, confirmando su tesis de que la s d i l «

rencias entre uno y otro grupo de hombres, pasados y actuales, se

deben a influencias sociales y no a causas o r g á n i c a s . La verdadera

d e m o s t r a c i ó n , a no dudarlo, e s t á tan ausente en un lado como en

otro. Un experimento, en condiciones que pudiera dar lugar a pruebas satisfactorias, se r í a d i f í c i l , costoso y q u i z á s contrario a la ley.

U n a r e p e t i c i ó n de la interesante prueba de Akbar , o alguna i n o d i l i

c a c i ó n de ella, inteligentemente d i r i g i d a y llevada hasta el f i n a l , po

60

s e r í a tolerada por n i n g ú n estado c iv i l i z ado .

Se han producido algunos intentos de investigar las llamadas dife- .

rencias raciales con el aparato de la p s i c o l o g í a experimental. Los

resultados se i n c l i n a n superficialmente hacia la c o n f i r m a c i ó n de las

diferencias o r g á n i c a s . Pero, no obstante, no debe ponerse demasiado

é n f a s i s en esta c o n c l u s i ó n , puesto que lo que tales investigaciones han

revelado, sobre todo, es que los agentes sociales son tan influyentes

en cada uno de nosotros que es di f í c i l encontrar n i n g ú n test que,

si realmen te las cualidades raciales dis tinti vas fueran c o n g é n i t a s ,

revela ra verdaderamen te el grado en que lo son.

T a m b i é n conviene recordar que el problema de si las razas huma

nas son o no en sí mismas i d é n t i c a s tiene innumerables aspectosp r á c t i c o s que* se relac ionan con las condiciones de vida y con con

cepciones que tienen relaciones emocionales, de tal forma que resulta

bastante di f í c i l encontrar una p r e d i s p o s i c i ó n imparcialmente abs

tracta. Es p r á c t i c a m e n t e f ú t i l , por ejemplo, tratar siquiera el asunto

co n la mayor parte de los americanos de los estados sudistas o los

t e ñ i d o s de influencias sudistas, sin que importe su e d u c a c i ó n ni su

p o s i c i ó n en el mund o. El verdade ro foso social que es f undame ntal

para toda la vida en el sur, y que fundamenta lmente se concibe co mo

u n problema racial, e s t á tan oscurecido y es tan inevitable que o b l i

ga, tanto al i n d i v i d u o con casi tanta firmeza como a su grupo, a adop

tar una l í n e a de a c c i ó n , una forma de conducta consciente e i n a l

terable; y no p o d r í a ser de otra forma, ya que las opiniones que

con trad icen flagrantemente las actividades habituales y sus ideales

asociados despiertan ho stilida d. Así pues, es natural que el sudistareciba frecuentemente la p r o f e s i ó n de igualdad racial, cuando puede

c o n v e n c é r s e l e de que es sincera, como una afrenta; y que suela

consid erar, inclus o las consideraciones más abstractas, impersonales

y j u r í d i c a s de los temas implicados, con resentimiento o bien, si la

c o r t e s í a lo reprime, con disgusto interior.

L a actitud de los ingleses en la India o de los europeos c o n t i

nentales en sus colonias q u i z á s sea menos extremadamente mani

fiesta; pero todas las descripciones indican que no e s t á menos esta

blecida.

Por ot ra parte, los declarados y escrupulosos socialistas o in

ternacionalistas deben adoptar la p o s i c i ó n contraria, por muy a n t i

p á t i c a que pueda resultarles personalmente, o renunciar a las aspi

raciones que sostienen con e m p e ñ o . Por tanto, si sus inclinacionese s t á n por lo general menos claramente definidas, no por ello son

menos predeterminadas y persistentes.

A s í pues, no puede esperarse imparcialidad en este gran problema,

excepto en alguna medida por parte de los estudiosos verdadera men

te aislados y, por tanto , sin influen cia; de" tal for ma que el m á x i m o

de seguridad y rencor y el m í n i m o de pruebas prevalecientes tienen

que aceptarse como cosas lamentables, pero inevitables y di f í c i l e s

de censurar.

E n el estado actua l de nuestros conoci mientos no es posible resol-

61

 

ver el problema, ni tampoco d i s c u t i r l o . No obstante, < poslbl i

zas sea demasiado esperar que alguien atrapado, delibei a d á m e n t e «»

s in saberlo, por explicaciones o r g á n i c a s descarte é s t a s completa

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 30/125

prender que puede darse una e x p l i c a c i ó n completa y «<>l>< " m. «I-

las llamadas diferencias raciales basada en causas puramente no

o r g á n i c a s y de c i v i l i z a c i ó n ; y t a m b i é n llegar al reconocimiento d.

que el simple hecho de que el mundo en general suponga que tal.

diferencias entre un pueblo y otro sean c o n g é n i t a s c indelebles, C M ep

to por cruzamiento, no constituye una prueba a favor de que la

s u p o s i c i ó n sea cierta.

E l ú l t i m o argumento, en el que se puede realmente ver que tales

peculiaridades nacionales nacen en cada g e n e r a c i ó n y que es innece

sario verificar el supuesto porque su verdad es evidente para todoel mundo, es el que menos peso tiene de todos. Pertenece a la mismaclase de a s e v e r a c i ó n que p o d r í a hacerse sobre que este planeta es,

d e s p u é s de todo, el punto central f i j o del sistema c ó s m i c o , puestodo el mundo puede ver po r sí solo que el sol y las estrellas se

mueven y que nuestra Ti err a se mantiene quieta. Los campeones de la

doctrina copernicana t e n í a n esto a su favor: se ocupaban de f enó-

menos cuya exactitud era f á c i l m e n t e apli cable, sobre los que se p o d í a n

hacer predicciones verificables o refutables, cuya e x p l i c a c i ó n enea

jaba o no encajaba. En el campo de la histo ria humana esto no es

posible, o t o d a v í a no se ha encontr ado la manera de que lo sea;

de tal forma que, actualmente, no es de esperar una i gua l claridad

de d e m o s t r a c i ó n , una c o n c r e c i ó n de la prueba, una concordanc ia de

l a t e o r í a con los hechos que excluya todas las t e o r í a s contrarias.

Pero hay un cambio del punto de vista mental y emocional casi tan

fundamental, una i n v e r s i ó n tan absoluta de la actitud implicada, cuan

do se pide a la c o n c e p c i ó n hoy en boga que considere la c iv i l i z ac ióncomo un asunto no o r g á n i c o como cuando la doctrina copernicana

d e s a f i ó las anteriores convicciones del mundo.

De cualquier forma, la m a y o r í a de los e t n ó l o g o s e s t á n conven

cidos de que la abrumadora masa de datos h i s t ó r i c o s y mal llamados

raciales que ahora se atribuyen a oscuras causas o r g á n i c a s , o que

en su mayor parte e s t á n en d i s c u s i ó n , s e r á n en ú l t i m o t é r m i n o consi

derados por t odo el mundo como inte ligibles en sus relaciones SCM la

les. S e r í a d o g m á t i c o negar que pueda ex ist ir un residuo en el que

hayan sido operativas las influencias hereditarias; pero incluso este

residuo de agentes o r g á n i c o s puede que se descubra que es operativo

de otras forma s absolutamente distint as de las que se a costumbra n

a aducir en la actualidad.

S in compromisos, puede mantenerse la o p i n i ó n de que para elhistoriador, es decir, para el que desee comprender cualquier ( lase

de f e n ó m e n o s sociales, es inevitablemente necesario descartar l«»

o r g á n i c o como tal y ocuparse ú n i c a m e n t e de lo social. Para el n ú m e r o

m á s amp lio de los que no son estudiosos profesionales de la dv l

l i z a c i ó n , no s e r í a razonable insistir en estos asuntos, dada nuestra

actual incapacidad para demostrarlos. Por otra parte, lo social i o n i o

algo distinto de lo o r g á n i c o es un concepto suficientemente antiguo,

y un f e n ó m e n o lo bastante claro en nuestra vida diaria, como para

garantizar que no se puede prescindir de él sin forzar las cosas. Qui-

62

mente contra unas pruebas tan incompletas como las que se disponen

en contra de dichas explicaciones. Pero parece justificable mantenerse sin ( I nd . I I en la p r o p o s i c i ó n de que la c iv i l i z ac ión y la herencia

son COSas que operan de formas distint as; que, por tanto , cualqu iei

s u s t i t u c i ó n forzada de una por la otra en la e x p l i c a c i ó n de los l i n o

menos del grupo humano es una torpeza; y que la negativa a i c i o

nocer, por l o menos, la posibil idad de una e x p l i c a c i ó n del logro

huma no completa mente di sti nta de la prevaleciente tendencia hacia

l a e x p l i c a c i ó n b i o l ó g i c a , es un acto de intol eranci a. Una vez que se

haya convertido en general tal reconocimiento de la racionalidad de

esta acti tud mental, diametral mente opuesta a la habitual, se h a b r á

efectuado un gran prog reso en el camino hacia un ú t i l acuerdo sobre

la verda d; muc ho má s que en ninguno de los intent os actuales de

ganar conversos mediante la d i s c u s i ó n .

U n o de los e s p í r i t u s dotado de un eminente poder de p e r c e p c i ó n

y de f o r m u l a c i ó n como el de Gustave Le Bon, cuya fama es grande

a pesar de que su descuidada falta de miedo no le ha ganado más

que unos pocos partidarios, ha llevado la i n t e r p r e t a c i ó n de lo social

como o r g á n i c o a su consecuencia l ó g i c a . Su Psychology of Peoples

es un intento de explicar la c i v i l i z a c i ó n b a s á n d o s e en la raza. Lo

cierto es que Le Bon es un historiador de aguda sensibilidad y gran

perspicacia. Pero su intento expreso de reducir los materiales de la

c i v i l i z a c i ó n de que se ocupa directamente a factores o r g á n i c o s le

conduce, por una parte, a renun ciar a sus diestras i nterpr etacion es

de la historia que s ó l o se mantienen como destellos intermitentes;y, por otra parte, a apoyar sus confesadas soluciones, en ú l t i m o

t é r m i n o , en esencias tan m í s t i c a s como el « a l m a de la r a z a » . Como

concepto o herramienta c i e n t í f i c a , el alma de la raza es tan i n in t e -

l i g i b l e e i n ú t i l como una e x p r e s i ó n de la f i l oso f í a medieval, y al mismo

n i v e l que la e s p o n t á n e a d e c l a r a c i ó n de Le Bon de que el i n d i v i d u o

es a la raza lo que la c é l u l a es al cuerpo. Si en vez del alma de la

raza el distinguido f r a n c é s hubiera dicho e s p í r i t u de la c i v i l i z a c i ó n , o

tendencia o c a r á c t e r de la cultura, su pronunciamiento hubiera des

pertado menos i n t e r é s , porque p a r e c e r í a más vago; pero no hubiera

tenido que basar su pensamiento en una idea sobrenatural a n t a g ó -

nica al cuerpo de ciencia al que trataba de adherir su obra; y, no sien

do mecanicist as, sus esfuerzos de e x p l i c a c i ó n por lo menos hubi eran

obtenido el respeto de los historiadores.

E n realidad, Le Bon opera claramente con f e n ó m e n o s sociales, por

m u y insistent emente que les dé nombres o r g á n i c o s y proclame que

lo s ha resuelto o r g á n i c a m e n t e . Que «no fue el 18 de Brumario, sino

el alma de su raza lo que estableciera a N a p o l e ó n » es, b i o l ó g i c a m e n t e

y bajo cualquier aspecto de la ciencia que se ocupa de la causalidad

m e c á n i c a , una a f i r m a c i ó n sin sentido; pero se convierte en exce

lente historia en cuanto sustituyamos « r a z a » por «c iv i l i z ac ión» y,

desde luego, tomemos alma en sentido figurado.

Cuando dice que el « m e s t i z a j e destruye una c i v i l i z a c i ó n ant iguo.

 

•.«'•lo . i l i i i n . i lo que muchos b i ó l o g o s e s t a r í a n dispues tos a s o . t e m í

C u a n d o a ñ a d e : « p o r q u e destruye el alma del pueblo que la posee..,

s i ó n de ó r g a n o s y facultades, no mediante un aumento por a g r e g a

c i ó n de ellos.

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 31/125

a r a z ó n que puede provocar estremecimientos a un científico

Pero si cambiamos « m e s t i z a j e » , es decir, la mezcla de tipos o i g á m

eos tajantemente diferentes, por « c o n t a c t o repentino o conflicto di

i d e a l e s » , es decir, mezcla de tipos sociales tajantemente diferencia

dos, el efecto profundo de tal acontecimiento no admite discu

sión.

A d e m á s , Le Bon afirma que el efecto del medio ambiente es gran

de sobre las nuevas razas, sobre las razas que se forman por el mesti

zaje de pueblos con herencias contrarias; y que en las r a z a s aun

guas, s ó l i d a m e n t e establecidas por la herencia, el efecto del medio

ambiente es casi nulo. Es evidente que en una c i v i l i z a c i ó n antigua \f i r m e el efecto activamente cambiante del medio ambiente g e o g r á -

f i co debe ser menor, porque hace mucho tiempo que la c i v i l i z a c i ó n

ha tenido amplia oportunidad de u t i l i z a r el medio ambiente para

s u s necesidades; pero, por otra parte, cuando la c i v i l i z a c i ó n es nue

va —sea porque se ha trasladado, por proceder de una f u s i ó n de

varios elementos o por simple desarrollo interno—la r e n o v a c i ó n de la

r e l a c i ó n entre la c i v i l i z a c i ó n y la g e o g r a f í a f í s i c a circundante debe

progresar muy r á p i d a m e n t e . En este caso , de nuevo, la buena historia

se convierte en mala ciencia por una c o n f u s i ó n que parece casi delibe

radamente perversa.

U n pueblo es guiado mucho más por sus muertos que por sus

vivos, dice Le Bon y trata de establecer la importa ncia de la herencia

para las ca rreras nacionales. Aunque él mismo no lo reconozca, lo

que hay en el fondo de su pensamiento es la verdad de que toda

c i v i l i z a c i ó n se basa en el pasado, que por mucho que sus antiguos

elementos dejen de existir como tales, constituyen sin embargo

su tronco y su cuerpo, a cuyo alrededor el alburno v i v o del día

s ó l o es una costra o superficie. La e d u c a c i ó n impuesta, algo f o r m a l

y consciente, no puede dar la sustancia de una c i v i l i z a c i ó n nueva

u otra a un pueblo; é s t a es una verdad que Le Bon ha planteado

c o n vigor. Pero cuando extrae esta m á x i m a como d e d u c c i ó n del abis

m o insalvable que existe exteriormente entre las razas, basa un hecho

obvio, que no .ha discutido nadie con j u i c i o , en una a s e v e r a c i ó n mis

tica-

Casi p o d r í a haberse adivinado, d e s p u é s de las anteriores citas, que

L e Bo n s i t ú a el « c a r á c t e r » de sus « r a z a s » en «la a c u m u l a c i ó n por

l a h e r e n c i a » . Ya se ha demostrado que si hay algo que la herein iano hace es, precisamente, a cumular. Si, por otra par te, hay a l g ú n

m é t o d o por el que pueda definirse el funcionamien to de las c iv i l izaciones es exactamente el de a c u m u l a c i ó n . A ñ a d i m o s el poder de

volar, la c o m p r e n s i ó n del mecanismo del aeroplano, a nuestros lo

gros y conocimientos anteriores. El p á j a r o no lo hace así; ha cedido

sus patas y dedos por las alas. Puede ser cierto que el p á j a r o es,

en conjunto, un organismo superior al de su antepasado r e p t i l , que

ha llegado más lejos en el camino de la e v o l u c i ó n . Pero su avance

se ha logrado mediante la t r a n s m u t a c i ó n de cualidades, la convei

64

Toda la t e o r í a de la herencia por a d q u i s i c i ó n se basa en la COnfll

s i ó n de estos procesos tan dist intos , el de la h e r e n c i a y el de la

c i v i l i z a c i ó n . Se ha alimentado, q u i z á s , de las necesidades insatis lei has

de la ciencia b i o l ó g i c a , pero nunca ha conseguido la más l igera veri

f i c a c i ó n incontrovertible de la b i o l o g í a , y de hecho hace mucho tiem

po que ha sido atacada, por un correcto y vigoroso instinto, así como

a consecuencia del fracaso en la o b s e r v a c i ó n y la e x p e r i m e n t a c i ó n ,

desde dentro de esta ciencia. Se trata de una doctrina que es la

constante d i v u l g a c i ó n del dilettante que sabe algo de la historia y

de la vida, pero al que no le impo rt a comprender su funciona miento.

L os estudios de Le Bon, en cuanto inte nto de expli car la una por la

otra y su u t i l i z a c i ó n de la doctrina de la herencia por a d q u i s i c i ó n o

a c u m u l a c i ó n , casi p o d í a n haberse predicho.

Desde un temp erame nto dis tin to y menos agresivo surge la nece

sidad que ha proclamado Lester Ward de un elemento amplio y am

biciosamente serio. La herencia se produce por a d q u i s i c i ó n , argu

menta, o bien no hay esperanzas de progreso permanente para la

humanidad. Creer que lo que hemos ganado no se i m p l a n t a r á , por lo

menos en parte, en nuestros hijos, suprime el incenti vo de t rabaja r.

Todo el trabajo vertido sobre la juventud del mundo s e r í a i n ú t i l . Las

cualidades mentales no e s t á n sometidas a la s e l e c c i ó n natural; de ahí

que deban acumularse en el hombre por a d q u i s i c i ó n y fijarse por la

herencia. Este punto de vista puede o í r s e una y otr a vez en boca de

personas que han llegado a esta actitud a t r a v é s de sus propios

reflexiones; el mundo de dichas personas, que probablemente nuncahan l e í d o directa ni indirectamente a Ward, parece quebrarse cuan

do se tambalean las bases de la herencia. Si bien no se trata de un

punto de vista profundo, al menos resulta habitual; y por esa r a z ó n

l a f o r m u l a c i ó n de Ward, aunque i n t r í n s e c a m e n t e carece de valor, es

representativa y significativa. Revela la tenacidad y la insistencia con

que muchos intelectos conscientes no desean y no pueden ver lo social

excepto a t r a v é s del cristal de lo o r g á n i c o . Que este h á b i t o mental

puede ser en sí mism o desalentador, que prelimita para siempre

el desarrollo y encadena eternamente el futuro a las miserias y esca

seces del presente, es algo que no captan sus devotos; de hecho, pro

bablemente, la fijeza es lo que le proporciona su apoyo emocional.

Parece probab le que el mayor adalid de la herencia adqui rida, Her-

bert Spencer, se viera llevada a su p o s i c i ó n por un motivo semejan

te . El m é t o d o exacto mediante el cual tiene lugar la e v o l u c i ó n o r g á -nica es, a f in de cuentas, un probl ema esencialmente b i o l ó g i c o y no

f i l o s ó f i c o . Spencer, no obstante, como Comte, t e n í a tanto de s o c i ó -

logo como de f i l ó s o f o . Que tuviera que responder de forma tan i n f l e -

x i b l e a lo que en sí mismo era una c u e s t i ó n de b i o l o g í a , d i f í c i l m e n t e

puede entenderse, excepto con la s u p o s i c i ó n de que sintiera que la

c u e s t i ó n afectaba v ita lment e a sus principios; y que, a pesar de su

f e l i z a c u ñ a m i e n t o del t é r m i n o que ha sido prefijado como t í t u l o del

presente ensayo, no conc ibi era adecuadamente la sociedad humana

65

5. — EL CONCEPTO DE C U L T U R A

 

como algo que sostiene un contenido e s p e c í f i c o que es no-orp.áni i <»

Cuando R. R. Mare tt, al iniciar su Anthropology —uno de los li

l a c a u s a parece ser la incapacidad de- distinguii cntic lo s oi tal

\o mental. En c i e r t o sen t i do , t oda l a c i v i l i z ac ión só lo existe SU

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 32/125

bros más estimulantes producidos en este campo— define la ciencia

como « t o d a la historia del hombre en cuanto animada e imbuida

p o r la idea de la e v o l u c i ó n » , y a ñ a d e que la « a n t r o p o l o g í a es h i j a

de Darwin; el darwinismo la hizo p o s i b l e » , desgraciadamente e s t á

retratando las ú l t i m a s condiciones de esta ciencia con alguna vera

cidad; pero, en cuanto progr ama o ideal, su bosquejo debe ser discu

t i d o . La a n t r o p o l o g í a puede ser b i o l o g í a , puede ser historia, puede

ser un intento de establecer las relaciones entre ambas; pero, en

cuanto historia, el estudio de lo social, atravesado de extremo a ex

tremo por la idea de la e v o l u c i ó n o r g á n i c a , s e r í a un revoltijo de

diversos m é t o d o s y, por tanto, no una ciencia en el sentido estrictod e l t é r m i n o .

De todas las mescolanzas de lo cultural con lo v i t a l , la que ha

cristalizado con el nombre de movimiento e u g e n é s i c o es la má s co

nocida y de atractivo más dilecto. En cuanto programa constructivo

para el progreso nacional, la eugenesia es una c o n f u s i ó n de los pro

p ó s i t o s de engendrar mejores hombres y de dar a é s t o s mejores

ideales; un ingenio o r g á n i c o para alcanzar lo social; un atajo b i o l ó

gico para un fin moral. Contiene la imposibilidad inherente de todos

lo s atajos. Es más refinado, pero no menos vano, que el atajo que

sigue el salvaje * i i .mdo, para evit ar el proble ma y el peli gro de mat ar

a su enemigo corporalme nte, cuelga, a escondidas y entre insult os

pronunc iados en la comodi dad de su prop io hogar, una image n en

miniatura l la que se dirige con el nombre de su enemigo. La euge

nesia, en la medida en que es má s que una d e d i c a c i ó n a la higienesocial en un nuevo campo, es una falacia; un espejismo como la

piedra filosofal, el elixir de la vida, el anillo de S a l o m ó n o la eficacia

material de una o r a c i ó n . Poco hay que discu tir al respecto. Si los

f e n ó m e n o s sociales son s ó l o (o fundamentalmente) o r g á n i c o s , la euge

nesia es correcta y no hay nada má s que deci r. Si lo social es algo

m á s que lo o r g á n i c o , la eugenesia es un error del pensamiento poco

claro.

Galton, el fundador de la propaganda e u g e n é s i c a , fue uno de los

intelectos más verdaderamente imagina tivos que ha produ cido su

p a í s . Pearson, su principal protagonista v i v o con armas c i e n t í f i c a s ,

posee una de las mentes má s agudas de su g e n e r a c i ó n . Cientos de

hombres de capacidad y eminencia se han confesado conversos. E s t á

claro que una simple falacia debe haberse presentado en un envoltorio de atrayente c o m p l i c a c i ó n para que les haya resultado atractiva.

Tales hombres no hubieran confundido cosas que son i n t r í n s e c a m e n t e

distintas sin una buena r a z ó n . La e x p l i c a c i ó n de que Galton, Pearson

y ia m a y o r í a de los más creativos de sus c o m p a ñ e r o s eran b i ó l o g o s

profesionales y, por tanto, estaban inclinados a contemplar el mundo

a t r a v é s de la lente de lo o r g á n i c o , es insuficiente. El simple i n t e r é s

p o r "un factor no conduce a entendimientos pensantes a la n e g a c i ó n

de otros factores. ¿ C u á l es, entonces, la r a z ó n de la c o n f u s i ó n en que

todos ellos se han precipitado?

66

la mente. La p ó l v o r a , las artes textiles, la m a q u i n a r í a , las leyes, los

teléfonos, no se transmiten en sí mismos de hombre a hombre ni de

g e n e r a c i ó n en g e n e r a c i ó n , al menos de una forma permanente. Es la

p e r c e p c i ó n , el conocimiento y la c o m p r e n s i ó n de ellos, sus ideas en el

sentido p l a t ó n i c o , lo que se traspasa. Todo lo social s ó l o puede tener

existencia gracias a la mente. Por supuesto, la c i v i l i z a c i ó n no es en

sí misma una a c c i ó n mental; la transportan los hombres, sin que

e s t é en ellos. Pero su r e l a c i ó n con la mente, su absolut o enraiza

miento en la facultad humana, es obvia.

Entonces, lo que ha ocurrido es que la b i o l o g í a , que correlaciona

y con frecuencia identifica los «f í s i co» y lo mental, ha dado un pasoadelante, natural y sin embargo injustificado, y ha supuesto lo social

como mental; a partir de ahí la e x p l i c a c i ó n de la c i v i l i z a c i ó n en t é r

minos f i s i o l ó g i c o s y m e c á n i c o s era una consecuencia inevitable.

Ahora bien, la c o r r e l a c i ó n hecha por la ciencia moderna entre lo

f í s i co y lo mental es evidentemente correcta. Es decir, e s t á j u s t i f i

cada como m é t o d o que puede emplearse de forma coherente en la

e x p l i c a c i ó n de los f e n ó m e n o s , y que conduce a resultados intelectual-

mente satisfactorios y p r á c t i c a m e n t e ú t i l e s . La c o r r e l a c i ó n de los dos

conjuntos de f e n ó m e n o s la hacen o la admiten todos los p s i c ó l o g o s ;

es claramente v á l i d a para todas las facultades e insti ntos ; y tiene al

guna clase de c o r r o b o r a c i ó n q u í m i c a y f i s i o lóg i ca concreta, aunque

de un tipo má s bur do y menos completa mente establecido de lo que

a veces se cree. En cualquier caso, esta c o r r e l a c i ó n es un axioma

indiscutido de quienes se ocupan de la ciencia: todo el equipamiento

mental y toda la actividad mental tienen un fundamento o r g á n i c o . Y

esto basta para lo que a q u í se trata.

Esta inseparabilidad de lo f í s i co y lo mental debe de ser t a m b i é n

ciert a en el campo de la herencia. Es bien sabido que cuando los

instintos son concretos o especializados, como en el caso de los insec

tos, se heredan de manera tan absoluta como los ó r g a n o s o la estruc

tur a. La experiencia nor mal nos muestra que nuestros propi os rasgos

mentales v a r í a n tanto y concuerdan con tanta frecuencia con los de

nuestros antepasados como los rasgos f í s i c o s . No existe ninguna

r a z ó n l ó g i c a , y nada hay en la o b s e r v a c i ó n de la vida diaria, que

opere con tra la creencia de que un temperame nto i rascib le es tan

hereditario como el pelo rojo con que tradicionalmente se asocia, y

que determinad as formas de apt it ud musica l pueden ser tan con-g é n i t a s como los ojos azules.

Por supuesto, hay mucha d e d u c c i ó n falsa en estas cuestiones, por

lo que respecta al hombre, a t r a v é s de la i n t e r p r e t a c i ó n del é x i t o

como prueb a del grado de inteligen cia. No es f ác i l discriminar entre

ambas cosas; con frecuencia requiere un conocimiento de los hechos

adquiridos trabajosamente, así como un j u i c i o cuidadoso; y es pro

bable que el razonamiento popular carezca de ambas cosas. Una fa

cultad c o n g é n i t a muy marcada puede establecer al padre como t r i u n

fador en una o c u p a c i ó n determinada. Esto, a su vez, puede propor-

67

 

cionar una influencia ambienta l, o un entrenamien to deli berado, qu<

e l e v a r á al h i j o medio cre , en lo que respecta a sus logros, imiv. poi

de lo que garantizaba su r e l a c i ó n con un problema de i n t e r é s gener a l . Esta actitud negativa puede deberse, en parte, a la persistencia

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 33/125

encima de lo que sus facultades naturale s le hubie ran asegurado in

ayuda y por encima de otros muchos individuos de mayores capaci

dades hereditarias. Ganar un m i l ló n es normalmente una muestra

de capacidad; pe ro exige normalme nte mayor capacidad gan.u un

m i l l ó n partiendo de nada que comenzar con un m i l l ó n recibido como

regalo y t r i p l i c a r l o . El hecho de que los m ú s i c o s sean más frecuen

temente hijos de m ú s i c o s que lo cont rar io, al menos cuando se t i e n e n

en cuenta n ú m e r o s rel ati vos, no es en sí mismo una prueba de que el

talento musical sea heredable, pues conocemos influencias puramente

sociales, como la casta h i n d ú , que consiguen resultados similares con

mucha mayor regularidad de lo que se p o d r í a asegurar para nosotrossumando la herencia a las influencias sociales.

Pero no s e r í a razonable exagerar esta p r e v e n c i ó n hasta transfor

marla en una n e g a c i ó n directa de la herencia mental, hasta descalifi

carla por completo.

Nada hay en un examen improvis ado de la s i t u a c i ó n que conduzca

a la n e g a c i ó n de la creencia, y sí una gran masa de experiencias nor

males que confirman la c o n v i c c i ó n de que los caracteres de la mente

e s t á n sometidos a la herencia tanto como los rasgos corporales.

A d e m á s , hay alguna d e m o s t r a c i ó n que, aunque no sea global re

sulta di f í c i l resistir. Galton, en una serie bastante grande de fichas,

ha encontra do que la importan cia de la r e g r e s i ó n —un í n d i c e cuanti

tativo de la fuerza de la herencia— es la misma para la facultad

a r t í s t i c a que para la estatura corporal. En otra obra ha investigado

a los parientes c o n s a n g u í n e o s de los hombres eminentes, encontrando

que la emine ncia se presenta e ntre a q u é l l o s como una frecuencia y en

u n grado exactamente igual al de la influencia de la herencia con

respecto a los caracteres f í s i c o s . Pearson ha asegurado que la corre

l a c i ó n —el grado de parecido, cuantitativamente expresado, de los

f e n ó m e n o s disponibles en forma n u m é r i c a — entre los hermanos es

sustancialmente el mismo para la conciencia y para la forma de la

cabeza, para la actividad intel ectual y para el color del pelo, e Igual-

mente para otras cualidades mentales, morales y f í s i c a s . Existe, desde

luego, la posibilidad de que en los datos que han dado lugar a esl

resultados, así como en los de Galton, haya habido alguna confusión

d e l temperamento con las malas maneras, de la inteligencia nativa con

e l entrenamiento del intelecto, de la facultad a r t í s t i c a c o n g é n i t a con

e l gusto cultivado. Pero el i n t e r é s de quienes han hecho las fichas

parece haber estado dirigido concretamente hacia los rasgos Ind i vi

duales innatos. A d e m á s , todos los coeficientes o cif ras de hercn< la

de estas c a r a c t e r í s t i c a s p s í q u i c a s coinciden, como p o d r í a esperarse

c o n los correspondientes re lativos a los rasgos corporales. Por t a n t o ,

l a c u e s t i ó n puede considerarse sustancialmente demostrada, al menos

hasta que se disponga de nuevos datos.

A pesar de la amplia a c e p t a c i ó n de estas demostraciones, espe

cialmente por parte de los predispuestos a simpatizar con el pt

b i o l ó g i c o , t a m b i é n han encontrado alguna o p o s i c i ó n y más Ignoran* la

63

de las creencias religi osas, en su m a y o r í a ya superadas pero t o d a v í a

presentes parcialmente, que se centran alrededor del viejo con» (pío

de alma y que ven en cada v i n c u l a c i ó n de la mente con el cueipo

una d e s t r u c c i ó n de la fomentada d i s t i n c i ó n entre cuerpo y alma.

Pero este trasnochado conservadurismo no explica por completo el

fracaso de las demostraciones de Galton-Pearson en encon trai accp

t a c i ó n universal o despertar amplio entusiasmo.

E l alcance de la o p o s i c i ó n ha sido promovido por los propios Gal

t o n , Pearson y sus adherentes, que no se han limitado a sus conclu

siones bien demostradas, sino que han forzado nuevas deduce Iones

que s ó l o se basan en la a s e v e r a c i ó n . Que la herencia opera en el

á m b i t o de la mente, a sí como en el del cuerpo, es una cosa; que, por

tanto, la herencia es la principal m o t i v a ci ó n de la c i v i l i z a c i ó n es una

p r o p o s i c i ó n completamente distinta, sin c o n e x i ó n necesaria ni demos

trada con la primera c o n c l u s i ó n . Pero mantener ambas doctrinas, la

segunda como corolario necesario de l a primera , ha sido la costum

bre de la escuela b i o l ó g i c a ; y la consecuencia ha sido que aquellos

cuyas inclinacione s intelectuales eran distintas, o que s e g u í a n otro

m é t o d o de i n v e s t i g a c i ó n , han rechazado expresa o t á c i ta m e n t e ambas

proposiciones.

L a r a z ó n de que la herencia mental tenga tan poco que ver, si es

que tiene algo, con la c i v i l i z a c i ó n es que é s t a no es a c c i ó n mental,

sino una masa o co rrien te de productos del ejercicio mental. La

actividad mental, de la que se han ocupado los b i ó l o g o s , por ser o r g á -

nica, no prueba nada, en ninguna de las demostraciones a ella refe

rida, que tenga que ver con los acontecimientos sociales. La mentali

d a d se refiere al individuo. Lo social o cultural, por otra parte, es,

en su esencia, no i n d i v i d u a l . La c iv i l i z ac ión como tal s ó l o comienza

donde acaba el individuo; y quien no perciba en alguna medida este

hecho, aunque s ó l o sea de forma burda y sin r a í c e s , no e n c o n t r a r á

s i g n i f i c a c i ó n en la c i v i l i z a c i ó n y para él la historia s ó l o s e r á un revol

t i j o molesto o una oportu nida d para el ejer cicio del arte.

Toda la b i o l o g í a remit e necesariamente al individuo. Una mente

social es una inidentidad tan absurda como un cuerpo soci al. S ó l o

puede haber una clase de organicidad: lo o r g á n i c o situado en otro

plano d e j a r í a de serlo. La doct rina darwinia na, es cierto, se refiere

a las razas; pero la raza, excepto como a b s t r a c c i ó n , s ó l o es una

c o l e c c i ó n de individuos; y los fundamentos de esta doctrina, la herenc i a , la v a r i a c i ó n y la competencia, se ocupan de las relaciones entre

lo s individuos, desde el individuo y contra el individuo. Toda la

clave del é x i t o de los m é t o d o s mendelianos de estudiar la herencia

se hallan en los rasgos y los individuos aislados.

Pero un m i l l a r de individuos no componen una sociedad. Son las

bases potenciales de una sociedad; pero en sí mismos no dan lugar a

ella; y t a m b i é n constituyen las bases de un m i l l a r de otras sociedades

potenciales.

Lo s descubrimientos de la b i o l o g í a sobre la herencia, tanto mental

 

como f í s i c a , pueden, y de hecho deben, ser aceptados sin reservas.

Pero que, por tanto, la c i v i l i z a c i ó n pueda ser comprendida nu-dianii

vellido en un campesino p r ó s p e r o y contento, en un tendero <» en bu

lociata, o en un rutinario c a p i t á n retirado con p e n s i ó n , mantenei

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 34/125

e l a n á l i s i s p s i c o l ó g i c o , o explicada por las observaciones o expt um en

tos sobre la herencia, o, para volver al ejemp lo conc reto , que |>u< da

predecirse el destino de las naciones a partir del a n á l i s i s de la • om ,

t i t u c i ó n o r g á n i c a de sus mi embr os, presupone que la sociedad <

simplemente una c o l e c c i ó n de individuos; que la c iv i l i z ac ión só lo <

u n agregado de actividades p s í q u i c a s y no t a m b i é n una entidad m á s

a l l á de ellas; en resumen, que lo social puede resolverse por com

pleto en lo mental, del mismo modo que se piensa que lo mental se

resuelve en lo f í s i c o .

E l orige n de las perturb adas transferencias de lo o r g á n i c o en lo

social hay que buscarlo en r e l a c i ó n con este aspecto del tentador salto

de lo indivi dualm ente menta l a lo socialmente cultural, que presu

pone pero no contiene mentalidad. Por tanto, resulta deseable un

examen más exacto de la r e l a c i ó n entre ambos.

E n un brillante ensayo sobre la herencia en los gemelos escrito

bajo la influencia de Pearson. Tho rnd ike llega de nuevo, y mediante

una convincente u t i l i z a c i ó n de los datos e s t a d í s t i c o s , a la c o n c l u s i ó n

de que, en la medida en que se refiere al individuo, la herencia es

todo y el medio ambiente nada; que el é x i t o de nuestro paso por la

vida e s t á esencialmente de termin ado en el nacimi ento; que el pro

blema de si cada uno de nosotros debe aventajar a sus c o m p a ñ e r o s

o quedarse d e t r á s e s t á establecido cuando se unen las c é l u l a s de los

progenitores y e s t á absolutamente concl uido cuando el n i ñ o emerge

d el vientre, no siendo todas nuestras carreras hechas bajo el sol más

que una suelta, mayor o menor, s e g ú n accidentes fuera de nuestro

control, del h i l o enrollado en el carrete antes de que comenzara

nuestra existencia.

Este descubrimiento no s ó l o es completamente elucidado por el

autor, sino que cuenta con el apoyo de nuestra experiencia normal

en la vida. Nadie puede negarle algo de verdad al proverbio que dice

que de mal p a ñ o nunca sale un buen sayo. Todo el mundo cuenta

entre sus conocidos con indivi duos con una e n e r g í a , una gracia y una

habilidad, con lo que parece una preciencia misteriosa, o con un í

fuerza de c a r á c t e r que no deja lugar a dudas en nuestro j u i c i o de

que, cualquiera que hubiera sido la suerte de su nacimiento, se hubiflr a n elevado por encima de sus c o m p a ñ e r o s y hubieran sido hombres

y mujeres notables. Y, por otra parte, t a m b i é n admitimos con pesar

la torpeza y la indolencia, la incompetencia y la vulgaridad, d i OjllU

nes, nacidos en cualquier momento , hubie ran sido mediocridades \

desafortunados dent ro de su tiemp o y clase. Que N a p o l e ó n , puesto Bfl

otra era y otro p a í s , no hubiera conquistado un continente es suli

cientemente seguro. La a f i r m a c i ó n contraria puede decirse con Impaicialidad que parece most rar una ausencia de c o m p r e n s i ó n de la Insto

r i a . Pero la creencia de que, en otras circunstancias, este eterno l a i o

de luz pudiera haberse quedado en una l á m p a r a d o m é s t i c a , que sus

fuerzas nunca h ubie ran salido, que un ligero cambio de los ao ídentesde la é p o c a , del lugar o del entorno pudieran haberle dejado ion

7 0

esto manifiesta una falta o una pervertida s u p r e s i ó n del co nocimu n

lo de la naturaleza humana. Es importante comprender que las dife-rencias c o n g é n i t a s s ó l o pueden tener efectos limitad os sobre el t i n o

de la c i v i l i z a c i ó n . Pero es igualmente import ante comprende r que po

demos y debemos admitir la existencia de tales diferencias y su Inextinguibilidad.

S e g ú n un dich o que casi es proverb ial, y just o en el grado en que

tales t ó p i c o s puedan ser ciertos, el moder no escolar sabe más que

A r i s t ó t e l e s ; pero aunque supiera mi l veces más , este hecho no lo

dota en lo más m í n i m o con una f r a c c i ó n del intelecto del gran griego.

Socialmente —porque el conocimiento debe ser una circunstancia soc i a l — es el conocimiento y no el mayor desarrollo de uno u otro

individuo lo que cuenta; exactamente igual que, para valorar la ver

dadera fuerza de la grandeza de la persona, el p s i c ó l o g o o el genetista

no tiene en cuenta el estado general de i l u s t r a c i ó n ni los distintos

grados de desarrollo cultural, para hacer sus comparaciones. Un cen

tenar de A r i s t ó t e l e s que hubiera habido entre nuestros antepasados

c a v e r n í c o l a s no hubieran sido menos A r i s t ó t e l e s por derecho de naci

miento; pero hubieran con tribu ido menos al avance de la ciencia

que una docena de labor iosas me diocridades del siglo veinte. Un super

A r q u í m e d e s de la edad del hielo no hubie ra inventad o ni las armas

de fuego ni el t e l é g r a f o . Si hubiera nacido en el Congo en vez de en

Sajonia, Bach no hubiera compuesto ni siquiera un fragmento de coral

n i de sonata, aunque podemos confiar igualmente en que hubiera ex

cedido a sus compatriotas en alguna forma de m ú s i c a . Si ha nacidoo no a l g ú n Bach en el Congo es otra c u e s t i ó n ; una c u e s t i ó n a la

que no puede darse una respuesta negativa por el mero hecho de

que nunca haya aparecido a l l í n i n g ú n Bach, una c u e s t i ó n que en

justicia debemos afirmar que no tiene respuesta, pero a cuyo respecto,

el estudioso de la c i v i l i z a c i ó n , hasta que no se haya hecho alguna

d e m o s t r a c i ó n , s ó l o puede dar una respuesta y perseguir un curso:

suponer, no como un fi n sino como una c o n d i c i ó n m e t o d o l ó g i c a , que

se han producido tales individuos; que el genio y la habilidad se

presentan con una frecuencia sustancialmente regul ar y que todas

las razas, o grupos de hombres lo bastante grandes, tienen una media

sustancialmente igual en cuanto a cualidades.

Estos son casos extremos, cuya clarid ad es poco probab le que

despierte o p o s i c i ó n . Normalmen te, las diferencias entre los individuosson menos imponentes, l os tipos de sociedad má s simil ares y los dos

elementos implicados s ó l o pueden separarse mediante el ejercicio de

alguna d i s c r i m i n a c i ó n . Entonces es cuando comienza Ja c o n f u s i ó n .

Pero si el factor de la sociedad y de la personalidad natal se distin

guen en los ejemplos noto rios , por lo menos son distingu ibles en los

m á s sutilmente matizados e intrincados; contando ú n i c a m e n t e con

que queramos distinguirlos.

S i esto es verdad, de ahí se deduce que todos los llamados inven

tores de inst rume ntos o descubridore s de pensamientos notable s eran

7 1

 

hombres de capacidad poco hab itual, dotados desde antes de nacer

c o n facultades superiores, que el p s i c ó l o g o puede confiar en anal i/a iesta ú l t i m a posibilidad no es una ociosa conjetura se evidcni ia en l<>

que actualmente e s t á teniendo lugar en el caso de uno de los mas

grandes c o n t e m p o r á n e o s de Darwin, su entonces desconocido l uí mano

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 35/125

y definir, el f i s i ó logo en poner c o r r e l a c i ó n con las funciones d<los

ó r g a n o s y el b i ó l o g o genetista en investigar en sus o r í g e n e s l i e n

dilarios hasta alcanzar no s ó l o el sistema y la ley, sino el podi •

verificable de la p r e d i c c i ó n . Y, por otra parte, el contenido di l i

i n v e n c i ó n o del descubrimiento de ninguna forma nace de la esiruc-

tura del gran hombre, ni de la de sus antepasados, sino que es un

puro producto de la c i v i l i z a c i ó n en la que nace é s t e con millones de

otros como un hecho si n sentido y regularmente repetido. Tanto i

personalmente se convierte en inventor, en explorador, o en imitador

o en consumidor, es una c u e s t i ó n de fuerzas de la que se ocupan

las ciencias de la causalidad m e c á n i c a . Tanto si su invento es e l cañ ó n o es el arco, el logro de una escala musical o de un sistema

a r m ó n i c o , eso no es explicable po r medio de las ciencias m e c á n i c a s

—por lo menos, no por los m é t o d o s de que actualmente dispone la

ciencia b i o l ó g i c a — , sino que ú n i c a m e n t e encuentra su s i g n i f i c a c i ó n

en las operaciones del material de la c iv i l i z ac ión de que se ocupan l a

historia y las ciencias sociales.

Darwin, cuyo nombre se ha citado tan a menudo en las p á g i n a s

precedentes, proporciona una bella e j e m p l i f i c a c i ó n de estos p r i n -

cipios. S e r í a fatuo negar a este gran hombre genio, eminencia mental

y superioridad inherente sobre la masa de la grey humana. En lafamosa c l a s i f i c a c i ó n de Galton, probablemente o b t e n d r í a , s e g ú n l ao p i n i ó n general, por lo menos el grado G, ta l vez t o d a v í a más, elmayor grado, el grado X. Es decir, fue un individuo nacido con tanta

capacidad como catorce, o más probablemente uno, o t o d a v í a meno I ,de cada m i l l ó n . En resumen, hubiera ocupado un lugar intelectual-

mente po r encima de sus c o m p a ñ e r o s en cualquier sociedad.

Por otro lado, nadie puede creer que la d i s t i n c i ó n del mayoi

logro de Darwin, la f o r m u l a c i ó n de la doctrina de la e v o l u c i ó n pofll a s e l e c c i ó n natural, s o s t e n d r í a ahora su fama de haber nacido c m

cuenta a ñ o s antes o d e s p u é s . Si d e s p u é s , infaliblemente hubiera lidoanticipada po r Wallace; o por otros, caso de que Wallace hubieia

muerto pronto. Que su incansable entendimiento hubiera produi Ido

algo notable es tan probable como lejano de lo que nos ocupa: la dis

t i n c i ó n de un descubrimiento concreto que hizo no hubiera sido suya.

E n el supuesto contrari o, puesto sobre la tierra media siglo antes,

su idea central no hubiera podido llegarle, como no c o n s i g u i ó llegarle

a su brillante predecesor el evolucionista Lamarck. O hubiera nu

cido en su entendimiento, como n a c i ó en todas sus partes esem ial<

en el de A r i s t ó t e l e s , para descartarse po r ser de hecho l ó g i c a m e n t e posible, pero no merecedora de ser tenida en cuenta. Obien, finalmant

l a idea p o d r í a de hecho haber germinado y crecido dentro de él, p e í oh a b r í a sido ignorada y olvidada por el mundo, un simple a c< idi nt<infructuoso, hasta que la c iv i l i z ac ión europea estuviera prcpaiada,

algunas d é c a d a s más tarde, y tan hambrienta como preparada p a n

utilizarla: cuando se redescubrimiento y no su e s t é r i l dcs< ul m uto

formal hubiera sido el acontecimiento de s i g n i f i c a c i ó n hi stoii t .« <)ui

72

de armas, Gregor Mendel.

Es inconcebible que el hecho de que ocurriera co n Independen! la

la idea de la s e l e c c i ó n como fuerza motriz de la e v o l u c i ó n o r g á n i c a

s i n c r ó n i c a m e n t e en las mentes de Darwin y Wallace pueda ser una

mera casualidad. La inmediata a c e p t a c i ó n de la idea por el mundono demuestra nada sobre la verdad i n t r í n s e c a del concepto; pero esta

blece la d i s p o s i c i ó n del mundo, es decir, de la c i v i l i z a c i ó n de la é p o i a,

para la doctrina. Y si la c i v i l i z a c i ó n estaba preparada para, y ham

brienta de, la doctrina, la e n u n c i a c i ó n parece haber estado destina

da a aparecer cuando a p a r e c i ó . Darwin l l e v ó consigo el germen de la

idea de la s e l e c c i ó n natural durante veinte largos a ñ o s antes de atreverse a lanzar la h i p ó t e s i s que anteriormente t e n í a la s e n s a c i ó n de

que s e r í a recibida con hostilidady que debe haber considerado insu

ficientemente armada. S ó l o fue la e x p r e s i ó n mucho más breve de la

misma v i s i ó n po r parte de Wallace lo que l l e v ó a Darwin a darle

publicidad. ¿ P u e d e imaginarse que si Wallace hubiera muerto en el

mar, entre las islas de Malaya, y Darwin, no espoleado por la a c t i v i -

dad de sus colegas competidores, hubiera mantenido su t e o r í a en t i t u -

beante silencio durante unos cuantos a ñ o s más y luego hubiera su

cumbido a una enfermedad mortal, nosotros, el mundo civilizado de

h o y , h u b i é r a m o s v i v i d o toda nuestra vida intelectual si n tener un

mecanismo concreto de la e v o l u c i ó n y, po r tanto, si n n i n g ú n empleo

activo de la idea evolucionista, que nuestros b i ó l o g o s s e g u i r í a n estan

do donde Linne o, Cuvi er o, cuando más , donde Lamarck? Si es

a s í , las grandes corrientes de la histori a hubieran sido absolutamentecondicionadas por el alojamiento o desalojamiento de un bacilo en

u n determinado entramado humano un cierto día; c o n v i c i ó n que cer

t i f i c a r í a tanta c o m p r e n s i ó n como le a c r e d i t a r í a m o s al que, habiendo

descubierto en los altos Andes la ú l t i m a fuente de la p e q u e ñ a corrien

te de agua que más adelante se aleja tortuosas millas del o c é a n o At

l á n t i c o , pusiera el pie sobre el burbujeante nacimiento y creyera que,

mientras lo mantiene a l l í , el Amazonas deja de drenar el continente

y de arrojar su agua al mar.

N o . El hecho de que Wallace le pisara los talones a Darwin, de

t a l forma que t a m b i é n él tuvo parte, aunque de menor importancia,

en la gloria del descubrimiento, demuestra que d e t r á s de él t o d a v í a

h a b í a otros, desconocidos y q u i z á s ellos mismos para siempre in

conscientes;y que de

haberc a í d o el

primeroo el

segundopo r

algunos

de los innumerables accidentes a que e s t á n sujetos los hombres, lo s

siguientes, uno, varios o muchos, hubieran empujado adelante, s e r í a

mejor decir hubieran sido empujados hacia adelante y hubieran he

cho su obra: inmediatamente, como la historia marca el tiempo.

E l hecho de que los experimentos revolucionarios de Mendel

sobre la herencia no lograran reconocimiento durante la vida de

su autor, ni tampoco durante a ñ o s d e s p u é s , ya se ha aludido como

u n ejemplo del destino inexorable que aguarda al descubridor que se

73

 

Ant i c ipa B BU tiempo. De hecho ya es afortunado si se le permite

V i v i r su suerte en la oscuridad y escapar a la c r u c i f i x i ó n que p a r e c i ó

l a historia de las invenciones es una cadena de casos p a r a l e l o - ,

U n examen de los archivos de patentes oficiales, con un e s p í r i t u que

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 36/125

i e r el castigo i d ó n e o para el primer circunnavegante de A fr i ca que

v io el Sol en su norte. Se ha dicho que el ensayo de Mende l, en el

que se e s t á n contenidos la mayor parte de los principios v i ta les <<

l a i a m a de la ciencia que ahora lleva su nombre, fue publicado en

U n a fuente remota y poco conocida y, por tant o, durante una gene

r a c i ó n no c o n s i g u i ó llegar al conocimiento de los b i ó l o g o s . La ú l t i m a

a f i r m a c i ó n puede discut irse como indemost rable e inherentemente

improbable. Es mucho má s probabl e que b i ó l o g o tras b i ó l o g o viera

el ensayo, que algunos incluso lo leyeran, pero que, todos y cada

uno lo siguieran considerando sin sentido, no porque fueran personas

inhabitualmente e s t ú p i d a s , sino porque c a r e c í a n de la trascendentesuperioridad del ocasional individuo que ve las cosas que hay más

a l l á que las que el mundo de su é p o c a discute. No obstante, lenta-

mente, el tiempo s e g u í a avanzando y se iba preparando un cambio

d el contenido del pensamiento. El propio Darwin se h a b í a ocupado

de l origen y la naturaleza de las variaciones. Cuando h a b í a empezado

a ser asimilado por la conciencia c i e n t í f i c a el primer shock de la

abrumadora novedad de su descubrimiento central, este problema

de la v a r i a c i ó n p a s ó a primer plano. Las investigaciones de De Vries

y Bateson, aunque su resultado reconocido s ó l o p a r e c í a un a n á l i s i s

destructivo de los pilares del darwini smo, acumularon conocimiento

sobre el verdadero funcionamiento de la herencia. Y de repente, en

1900 , con d r a m á t i c o aplauso, tres estudios, independientemente y «a

unas cuantas semanas uno de o t r o » , descubrieron el descubrimiento

de Mendel, confir maron sus conclusiones con experiencias propias ,y se l a n z ó una nueva ciencia a una carrera de e s p l é n d i d a s consecu-

ciones.

Puede que existan quienes s ó l o vean en estos acontecimientos

r í t m i c o s un juego sin sentido de causalidades caprichosas; pero h a b r á

otros para quienes r e v e l a r á n una v i s i ó n de la grande e inspiradora

inevitabilidad que se eleva tan por encima de los accidentes de la

personalidad como la marcha de los cielos transciende los fluctúan

tes contactos de las pisadas azarosas sobre las nubes de tierra. B x t l l

pese la p e r c e p c i ó n de De Vries, Correns y Tschermak, y sigue e s t á n

do claro que, antes de que hubiera pasado otro año, los principio", de

la herencia mendeliana hubier an sido proclamados a un mundo que

l o s a c e p t a r í a , y por seis más bien que por tres mentes pcr spi i a< es

Que Mendel viviera en el siglo xix en vez de en el xx y que publlcara en 1865, es un hecho que tuvo gran y, tal vez lamentable . Influetl

ci a sobre su suerte personal. Como c u e s t i ó n h i s t ó r i c a , su vida y M I.des cubri mient o no tienen más importancia, excepto como anticipa

c i ó n prefigurada, que la de billones de aflicciones y c o m p e n s a » iones

de las p a c í f i c a s vidas de los ciudadanos o las muertes sangi ientas

que han sido el destino de los hombres. La herencia mendeliana "..dat a de 1865. Fue descubierta en 1900 porque s ó l o p o d í a sei «I. •

bierta entonces y porque, infaliblemente, d e b í a serlo e n t o n c e » , dado

el estado de 1? c i v i l i z a c i ó n europea.

74

no sea comercial ni a n e c d ó t i c o , r e v e l a r í a por sí solo la inexo rabi lidad

q u e prevalece en el progreso de la c i v i l i z a c i ó n . El derecho al m o n o p o

l i o de la f a b r i c a c i ó n de t e l é f o n o s estuvo largo tiempo en l i t i g i o ; la

d e c i s i ó n ú l t i m a se basaba en el intervalo de horas entre las a n o t a

ciones de las descripciones coincidentes de Alexander B e l l y Elisha

Gray. Aunque fo rma part e de nuestro pensamiento vulga r clesei hai

tales conflictos como pruebas de la codicia sin e s c r ú p u l o s o c o m o

coincidencias m e l o d r a m á t i c a s , son ú t i l e s al historiado r para ver mal

a l l á de tales juegos infantiles del intelecto.

E l descubrimiento del o x í g e n o se atribuye tanto a Priestly como

a Scheele; su l i q u e f a c c i ó n a Cailletet así como a Pictet, cuyos resul-tados fue ron conseguidos en el mis mo mes de 1877 y se anunci aron

en una ú n i c a s e s i ó n . Kant así como La Place puede alegar haber

promulgado la h i p ó t e s i s nebular. Neptuno fue profetizado por Adams

y por Laverrier; el c á l c u l o del uno y la p u b l i c a c i ó n del c á l c u l o del

otro se sucedieron en pocos meses.

L a gloria de la i n v e n c i ó n del barco de vapor la reclaman sus com-

patriotas para Fulton, Jouffroy, Rumsey, Stevens, Symmi ngto n y

otros; la del t e l é g r a f o para Steinhe il y Morse; en la f o t o g r a f í a , Talbot

fu e el r i v a l de Daguerre y Niepce. El r a í l con doble reborde proyec-

tado por Stevens fue reinventado por Vignolet. El aluminio fue p r á c

ticamente reducido por primera vez por los procedimientos de H a l l ,

Heroult y Cowles. Leibnitz en 1684 así como Ne wt on en 1687 formu-

laron el c á l c u l o . Las anestesias, tanto de é t e r como de ó x i d o nitroso,

fueron descubier tas en 1845 y 1846 por no menos de cuat ro personasde la misma naciona lidad . Tan independientes fueron sus consecu-

ciones, tan similares incluso en los detalles y tan estrictamente con-

t e m p o r á n e a s que las p o l é m i c a s , los procesos judiciales y la a g i t a c i ó n

p o l í t i c a prosiguieron durante muchos a ñ o s , y ninguno de los cuatro

se l i b r ó de que su carrera se viera amargada, cuando no arruinada,

p o r las animosidades nacidas de la indistinguibilidad de la prioridad.

Incluso el polo sur, nunca antes hollado por el pie de los seres hu-

manos, fue finalmente alcanzado por dos veces en un mismo verano.

P o d r í a escribir se un volu men, si bien con el trabajo de unos cuan-

tos a ñ o s , lleno de inacabables repet iciones, pero siempre con nuevas

acumulaciones de tales ejemplos. Cuando dejemos de considerar la

i n v e n c i ó n o el descubrimiento como alguna misteriosa facultad inhe-

rente de los entendimient os indiv idual es que el destino deja caer

azarosamente en el espacio y en el tiempo; cuando centremos nuestra

a t e n c i ó n en la r e l a c i ó n más clara que tienen tales avances entre sí;

cuando, en resumen, se traslade el interés de los elementos b i o g r á

ficos individuales —que s ó l o se pueden interpretar de forma dra-

m á t i c a o a r t í s t i c a , d i d á c t i c a m e n t e moralizante o p s i c o l ó g i c a — y nos

apeguemos a lo social o lo cultural, los datos sobre este punto s e r í a n

infinitos en canti dad, y la presencia de majestuosas fuerzas u órdenesque atraviesan de parte a parte la c i v i l i z a c i ó n r e s u l t a r á n irresistible-

mente evidentes.

73

 

Conociendo la c i v i l i z a c i ó n de una é p o c a y de un p a í s , podemos ahí

mar sustancialmente que sus descubrimient os dist inti vos, en ( t e o

todos lo son en capacidad potencial. Si esta eoncepi no «

ta , entonces poco importa si las clases de capacidad son valias o

muchas, porque en cualquier caso s e r á n muy pocas en compara* Ion

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 37/125

en aquel campo de la activida d, nó fueron directamente contingenti

en v i r t u d de los verdaderos inventores que agraciaron el p e r í o d o ,

s i n o que se hub ier an hecho sin ellos; y que, inversamen te, de habei

nacido las grandes mentes iluminadoras de otros siglos y climas en

la referida c i v i l i z a c i ó n , en vez de los suyos propios, les hubieran

tocado en suerte los inventos de é s t a . Ericson o Galvani, hace ocho

m i l a ñ o s , p o d r í a n haber pulimentado o taladrado la primera piedra;

y a su vez, la mano y el entendimiento cuya actividad f i jó los inicios

de la edad n e o l í t i c a de la cultu ra humana, si se hubiera manteni do

desde su infancia en una inalterable catalepsia hasta nuestros d í a s , es

t a r í a ahora d i s e ñ a n d o t e l é f o n o s sin hilos y extractores de n i t r ó g e n o .

Deben admitirse algunas reservas a este principio. E s t á lejos de

afirmar, si no más bien lo contrario, que una capacidad extraordi

naria, por muy igual que sea en intensidad, es i d é n t i c a en cuanto a

d i r e c c i ó n . Resulta muy improbable que Beethoven, colocado en la

cuna de Newton, hubie ra produ cido el c á l c u l o , o que el otro hubiera

dado su ú l t i m a forma a la s i n f o n í a . Evidentemente podemos admi

t i r facultades c o n g é n i t a s muy especializadas. Todo demues tra que las

facultades mentales elementales como la memoria, el i n t e r é s y la

a b s t r a c c i ó n son, por naturaleza, desiguales en individu os de capacidad

equivalente per o disti ntas disposiciones; y ello a pesar de ser cultos.

E l educador que procl ama su habi lida d para conve rtir una memo ria

absoluta para los n ú m e r o s o para las f ó r m u l a s m a t e m á t i c a s en una

capacidad retenti va igualmente fuert e de los tonos simples o las mel o d í a s complejas, debe ser rechazado. Pero no tiene importancia

esencial si la facultad original es una o varias de la mente . Si El i

Whitney no p o d r í a haber formulado las diferencias entre lo sub

jetivo y lo objetivo y Kant en su lugar no hubiera conseguido d i s e ñ a r

l a p r á c t i c a desmontadora de a l g o d ó n , Wat t, Fulton, Morse o Stephen

son hubieran podido realizar su logro en el lugar del primero, y Arlat ó t e l e s o Santo T o m á s la tarea del segundo. Posiblemente ni s i qu i e ra

es bastante exacto sostener que las individualidades de los invento

res desconocidos del arco y la flecha y los de las armas de fuego

pudieran haberse intercambiado, pues la primera c o n s t r u c c i ó n de UU

arco necesariamente implicaba una facultad m e c á n i c a e incluso mi

nual, mientras que el descubrimiento de la p ó l v o r a y de su ap l l

cabilidad a las armas puede haber exigido la distinta capa c idad d i

percibir determinadas peculiaridades de naturaleza muy d i n á m i c a oq u í m i c a .

E n resumen, es un asunto discutible, aunque del mayor i n t e r é s

psicológico, basta qué punto es divisible y subdivisible la capacidad

humana en distintos tipos. Pero la c u e s t i ó n no es v i t a l para lo q iK

a q u í se trata, pues d i f í c i l m e n t e h a b r á alguien lo bastante temerario

como para sostener que existen tantas capacidades humanas dis t in

guibles como distintos seres humano s; lo que, de hecho, se r í a a f i r -

mar que las capacidades no difieren en intensidad o prado, i n -

solo en d i r e c c i ó n o clase, que aunque no hay dos hombres i g u a l e » ,

76

co n el i n f in i t o n ú m e r o de organismos humanos; porque, en muse

cuencia, h a b r á tantos individuos que posean cada capacidad que toda-,

las é p o c a s deben contener personas con baja, mediocre y alta medi

da de intensidad de cada una de ellas; y por ta nto, los hombres . »

traordinarios de una clase de un p e r í o d o s e r í a n sustituibles por aque

llos de otro tiempo de la forma indicada.

Por tanto, si alguna i n t e r p r e t a c i ó n se siente molesta por algunas

de las equivalencias concretas que se han sugerido, f á c i l m e n t e puede

encon trar ot ras que parezcan más justas, sin disenti r del principio

subyacente de que la marcha de la historia o, como es habitual decirl o , el progreso de la c i v i l i z a c i ó n , es independiente del nacimi ento de

personalidades concretas; puestos que é s t a s siendo en apariencia sus

tancialmente iguales, tanto en lo que respecta a genio como a norma

lidad, en todos los tiempos y lugares, proporci onan el mismo sustrat o

para lo social.

Tenemos a q u í , por tanto, una i n t e r p r e t a c i ó n que permite conceder

a l individuo, y a t r a v é s de él a la herencia, todo lo que la ciencia de

l o o r g á n i c o puede reclamar l e g í t i m a m e n t e por la fuerza de sus ver

daderos logros; y que t a m b i é n rinde el más completo campo a lo

social en su propio terreno. El logro de un individuo valorado en

c o m p a r a c i ó n con el de otro individuo depende, si no completa sí p r i n -

cipalmente, de su c o n s t i t u c i ó n o r g á n i c a en cuanto constituida por su

herencia. Los logros de un grupo, en r e l a c i ó n con los de otro, e s t á n

poco o nada influidos por la herencia, porque en grupos suficientemente grandes la media de c o n s t i t u c i ó n o r g á n i c a debe ser muy si

milar.

Esta id enti dad de la media es indiscut ible gracias a algunos ejem

plos de las mismas naciones en é p o c a s sucesivas muy p r ó x i m a s —co

mo Atenas en 550 y 450 o Alemania en 1800 y 1900— durant e las cua

les su c o m p o s i c i ó n hereditaria no p o d r í a haberse alterado en una

p e q u e ñ a f r a c c i ó n del grado en que v a r í a n los logros culturales; evi-

dentemente, es probab le incluso para personas de la misma sangre

separados por largos interva los de tiemp o y amplias divergencias de

c i v i l i z a c i ó n ; y es, si bien ni se ha probado n i ha dejado de probarse,

probable que sea casi verdadero, como antes se s u g i r i ó , para las

razas más distantes.

L a diferen cia entre los logros de un grupo de hombres y los de

otro es, por tanto, de otro orden que las diferencias entre las facul

tades de una persona y las de otra. Mediante esta d i s t i n c i ó n resulta

posible descubrir una de las cualidades esenciales de la naturaleza

de lo social.

L o f i s i o l ó g i c o y lo mental e s t á n entrelazados en cuanto aspectos

de una misma cosa, siendo reducible el uno al otro; lo social, direc

tamente considerado, no es reducible a lo mental. S ó l o existe des

p u é s que una determinada clase de mentalidad e s t á en a c c i ó n , lo cual

ha conducido a la c o n f u s i ó n de ambas cosas, e incluso a su identifica-

11

 

ción. El error de esta identificación es una falta que tiende ¡i ínlluli

el pensamiento moderno sobre la civilización y que debe ser IU] 1

i f f l l l i e i t r a que el individuo sea completamente un producto de las

11 1 ias exteriores a el, mas alia de lo que es cierto lo contra

i lo q i i< la • ivili/.ación sólo es la suma total de los productos de un

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 38/125

por autodisciplina antes de que nuestra comprensión de este oidi n

de fenómenos que llena y colorea nuestras vidas pueda rcsultai i l . u o

o útil.

Si es cierta la relación del individuo con la cultura que aquí

hemos esbozado, la concepción contraria, que a veces se mantiene

y a la que ya hemos aludi do, es in sostenible. Esta concepción es de

la opinión de que todas las personal idades son, si bien no idcnla as,

potencialmente iguales en capacidad, debiéndose sus distintos grados

de realización a distintas valoraciones de acuerdo con el medio em

biente social con el que están en contacto. Tal vez esta c o n c e p c i ó n

haya sido formulada rara vez como principio genérico, pero p ansubyacer, aunque por regla general de forma vaga y sólo implícita,

en muchas de las tendencias orientadas hacia la reforma social y

educativa y, por tanto, es probable que en algún momento encucntie

su enunciación formal.

Este supuesto, que evidentemente tendría una extensa aplicación

práctica si se pudiera verificar, parece basarse en último término en

una percepción débil, pero profunda, de la influencia de la c i v i l i / . i

ción. Aunque esta influencia de la civilización debe ser m á s completa

sobre las naciones que sobre los individuos, no obstante también debe

i n f l u i r a estos en gran medi da. El islamismo —un fenómeno social—,

al hacer má s rígidas las posibilidades imitativas de las artes plástii ai

y pictóricas, ha afectado obviamente a la civilización de muchos

•pueblos; pero también debe haber alterado las carreras de muchas

personas nacidas en tres continentes durante un millar de años. Lostalentos especiales que aquellos hombres y mujeres poseyeran para

la representación dibujada pueden haber sido suprimidos sin una

compensación equivalente en otra dirección en el caso de aquellos

cuya dotación fuera única. En el caso de tales individuos es cierto

que las fuerzas sociales a que estuvi eron sometidos limitaron sus

logros en un nivel má s mediocre. Y sin discusión él mismo medio .un

biente elevó a muchos individuos a una categoría por encima de sus

compañeros cuyas especiales capacidades, en otra época y otro país,

hubieran sido reprimidas para su personal desventaja. Por ejemplo,

la personalidad nacida con aquellas cualidades que pueden conver

t i r a uno en líder de bandidos religiosos, in dudablemente tiene asegu

rada, en la actuali dad, una carrera má s próspera y afi rmada i n

Marruecos que en Holanda.

Incluso dentro de la esfera de civilización de límites nacionales,

necesariamente ti enen que produc irse similares consecuencias I I In

gico o administrador por naturaleza, nacido en una casta de pescado

res o "de barren deros, es probable que no logre la satisfacción en la

vida, y sin duda no logrará el éxito, que habría sido su suerte si sus

padres hubi eran sido brahmanes o kshatriyas; y lo que formaluu ul

es cierto para la India se mantiene sustancialmente en Europa.

Pero que un medio ambiente-social pueda afectar las suei tes y las

carreras de los individuos en comparación con otros i n d i v i d u o , no

78

g u i p o de meiilcs orgánicamente conformadas. El electo c o m i d o

di . . i . l . i individuo sobre la civilización está determinado por la p r o p i a

. o di/.a ion. La civilización parece incluso, en algunos casos y en algu-

n. i medida, i n f l u i r en los electos de las actvidades nativas del indi

v i d u o s o l > i e sí mismo. Pero pasar de estas realizaciones a la deducción

de i p i e todo el grado y cualidad del logro del individuo es el resultado

de su moldeamien lo por la sociedad que lo abarca es una suposición

nema y en desacuerdo con la observación.

Por tanto, es posible sostener la interpretación histórica o cul-

t ni al de los fenómenos sociales sin pasar a adoptar la postura deque los seres humanos, que son los canales dados por los que circula

la civilización, son única y exclusivamente productos de su f l u j o .

Tuesto que la cul tura se basa en una facultad humana específica, de

ahí no se deduce que esta fac ultad, lo que tiene el hombre de supra-

animal, sea una determinación social. La frontera entre lo social y

lo orgánico no puede trazarse n i al azar n i tampoco a la ligera. El

umbral entre la dotación que da paso al flujo y a la continuación de

la civilización posible y el que prohibe incluso su inicio es la demar

cación —a la vez bastante dudosa, muy probablemente, pero abierta

durante má s tiempo del que abarca n uestro conoc imien to— entre

el hombre y el animal. No obstante, la separación entre lo social

(la entidad que nosotros llamamos civilización) y lo no social, lo pre-

social u orgánico, es la diversidad cualitativa o de orden que existe

entr e el an imal y el hombre con juntamente, por una parte, y los

productos de la interacción de los seres humanos, por otra. En las

páginas anteriores se ha substraído lo mental de lo social y añadido

a lo físicamente orgánico, que es lo sometido a las influencias de lo

orgánico. De igual modo, es necesario eliminar el factor de la capa

cidad individual de la consideración de la sociedad civilización. Pero

esta eliminación significa la transferencia al grupo de los fenómenos

orgánicamente concebibles, no su negación. De hecho, nada está má s

lejos del camino de la justa búsqueda de la comprensión de la

historia que tal negación de las diferencias de grado de las facul

tades de los hombres individuales.

En resumen, las ciencias sociales, si podemos tomar la expresión

como equivalen te de histor ia, no niegan la individualidad má s allá

de lo que niegan al individuo. Se niegan a ocuparse de la individuali

dad y del individuo como tal. Y basan este rechazo únicamente en

la negación de la validez de cualquiera de estos factores para el logro

de sus propios fines.

Es cierto que los acontecimientos históricos también pueaen consi

derarse de forma mecánica y expresarse, en última instancia, en tér

minos físicos y químicos. El genio puede resultar definible en carac

teres o en la constitución de los cromosomas, y sus especiales logros

en reacciones osmóticas o eléctricas de las células nerviosas. Puede

llegar el día en que lo que tuv o lugar en el cerebro de Darwin cuando

79

 

p e n s ó por primera vez el concepto de s e l e c c i ó n natural pueda estu-

diarse con provecho, o incluso fijarse aproximadamente, por parte

de los f i s i ó l o g o s y los q u í m i c o s . Tal r e a l i z a c i ó n , destructiva como

pasado má s a l l á de la s e l e c c i ó n natural, que no s e g u í a siendo eom

pletamente dependiente de n i n g ú n factor de la e v o l u c i ó n orgánica,que pormuy bamboleado e i n f l u i d o queestuviera por las oscilaciones

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 39/125

p o d r í a parecer a aquellos a quienes atrae la r e v e l a c i ó n , no s ó l o sedadefendible, sino de enorme i n t e r é s , y posiblemente de u t i l i d a d . P i n »

no s e r í a historia, ni tampoco un paso hacia la historia o hacia las

ciencias sociales.

Conocer las reacciones exactas delsistema nervioso de Darwin en

el momento en que el pensamiento de la s e l e c c i ó n natural relampa-

g u e ó sobre él en 1838, s u p o n d r í a un genuino triunfo de la ciencia.

Pero h i s t ó r i c a m e n t e no s i g n i f i c a r í a nada, puesto que la historia se

ocupa de la r e l a c i ó n dedoctrinas tales como la de la s e l e c c i ó n natural

c o n otros conceptos y f e n ó m e n o s sociales, y no con la r e l a c i ó n delpropio Darwin con otros f e n ó m e n o s sociales ni con otros f e n ó m e -

nos. Esta no es la c o n c e p c i ó n normal de la historia; pero, por otra

parte, la c o n c e p c i ó n normal se basa en el infinitamente repetido, pero

obviamente ilógico supuesto, de que, puesto que la c i v i l i z a c i ó n no

p o d r í a existir sin individuos, la c i v i l i z a c i ó n , es, por tanto, la suma

total de las acciones de una masa de individuos.

A sí pues, hay dos l í n e a s de d e d i c a c i ó n intelectual en la historia

y en la ciencia! cada una de ellas condistinto objetivo y conjunto

de mé t o d o v s ó l o es su c o n f u s i ó n la que tiene como consecuencia

la esterilidad; por ello t a m b i é n debe reconocerse dos evoluciones

completamente distintas: la de la sustancia quenosotros llamamos

o r g á n i c a y la de los f e n ó m e n o s llamados sociales. Lae v o l u c i ó n social

no tiene antecedentes en los comienzos de la e v o l u c i ó n o r g á n i c a . Co-

mienza tarde en el desarrollo de la vida, mucho d e s p u é s que los

vertebrados, mucho d e s p u é s que los m a m í f e r o s , mucho d e s p u é s de

que incluso e s t á n establecidos los primates. Suexacto punto deorigen

no lo sabemos y tal vez no lo sepamos nunca; pero podemos l i m i t a r

el campo dentro del que se produce. Este origen se produjo en una

serie de formas o r g á n i c a s má s avanzadas, en la facultad mental en

general, que el gorila, y mucho menos desarrollada que la primera

raza que se acepta u n á n i m e m e n t e como habiendo sido humana: el

hombre de Neandertal y LeMoustier. En cuanto al tiempo, los pri-meros progresos de los rudimentos de c iv i l i z ac ión deben deanteceder

co n mucho a la* raza de Neandertal, pero deben de ser posteriores a

otros antepasados humanos extintos de un n i v e l intelectual aproxi-

mado al del gorila y el c h i m p a n c é actual.

E l comienzo de la e v o l u c i ó n social, de la c iv i l i z ac ión que es el

objeto deestudio de la historia, coincide deeste modo con ese miste-

r io de la mentalidad popular: el e s l a b ó n perdido. Pero el t é r m i n o

« e s l a b ó n » es e n e a ñ o s o . Implica unacadena continua. Pero en losdes-

conocidos portadores de los originarios y gradualmente manifiestos

principios de la c i v i l i z a c i ó n tuvo lugar unaprofunda a l t e r a c i ó n más

bien que un paso hacia adelante de lo existente. H a b í a aparecido un

nuevo factor que iba a dar lugar a sus propias consecuencias inde-

pendientes, al principio con lentitud y poca importancia aparente,

pero queacumulaba peso, dignidad e influencia; un factor que h a b í a

80

de la herencia subyacentes a él, sinembargo, flotaba sin hundirse en

ella.

E l amanecer de lo social, pues, no es un e s l a b ó n de unacadena,no es un paso en el camin o, sino, un salto a otro plano. Puede com-

pararse con la primera a p a r i c i ó n de la vida en el universo hasta en

tonces sinvida, el momento en que seprodujo una c o m b i n a c i ó n quí

mica entre las infinitas posibles que dio existencia a lo o r g á n i c o e

hizo que, a part i r de entonces, hubiera dos mundos en vez de uno.

Lo s movimientos y las cualidades a t ó m i c a s , cuando tuvo lugar aquel

acontecimiento en apariencia ligero, no se conmovieron; la majestadde las leyes m e c á n i c a s delcosmos no d i s m i n u y ó ; pero se a ñ a d i ó algo

nuevo, inextinguiblemente, a la historia de este planeta.

Se p o d r í a comparar el i n i c i o de la c iv i l i z ac ión con el f i n a l del pro-

ceso de calentar lentamente el agua. La e x p a n s i ó n del l í q u i d o con-

t i n ú a durante largo tiempo. Su a l t e r a c i ó n puede observarse por el

t e r m ó m e t r o así como, enbruto, en su poder de d i s o l u c i ó n y t a m b i é n

en su a g i t a c i ó n interna. Pero sigue siendo agua. Finalmente, sin em-

bargo, se alcanza el punto de e b u l l i c i ó n . Se produce vapor: el í n d i c e

de aumento delvolumen crece un m i l l a r de veces; y en lugar de un

f l u i d o brillante y filtrante, se difunde un gas v o l á t i l e invisible. No

se violan las leyes de la f í s i c a ni las de la q u í m i c a ; no se prescinde

de la naturaleza; pero, sin embargo, ha tenido lugar un salto: las

lentas transiciones que se han acumulado desde cero a hasta cien

grados han sido transcendidas en un instante y aparece un estado dela materia connuevas propiedades y posibilidades de a c t u a c i ó n .

De alguna forma, así debe de haber sido el resultado de la apari-

c i ó n deesta nueva cosa: lac i v i l i z a c i ó n . No necesitamos consi derar que

a b o l í a el curso deldesarrollo de la vida. Evidentemente, de ninguna

forma se d e s h a c í a de su propio sustrato o r g á n i c o . Y no hay r a z ó n

para creer quen a c i ó completamente madura. Todos estos incidentes

y maneras de i n i c i a c i ó n de lo social tienen, al fi n y al cabo, poca im-

portancia para la c o m p r e n s i ó n de su naturaleza e s p e c í f i c a y de la

r e l a c i ó n de esa naturaleza con el c a r á c t e r de la sustancia o r g á n i c a

que la p r e c e d i ó en el tiempo absoluto y que t o d a v í a la sostiene. La

c u e s t i ó n es que hubo una a d i c i ó n de algo cualitativamente nuevo,

una i n i c i a c i ó n de algo que iba a seguir un curso propio.

Podemosesbozar

lar e l a c i ó n

queexiste entre lae v o l u c i ó n

de lo

o r g á n i c o y la e v o l u c i ó n de lo social (fig. 1). Una l í n e a que progresa

en el curso del tiempo y se eleva lenta pero uniformemente. En un

determinado punto, otra l í n e a comienza a divergir de la primera,

a l principio insensiblemente, pero ascendiendo cada vez más por

encima de ella en su propio curso; hasta el momento en que la cor-

tina del presente nos quita la v i s i ó n , avanzando ambas, pero lejos

una de otra y sin influirse mutuamente.

E n esta i l u s t r a c i ó n la l í n e a continua denota el n i v e l i n o r g á n i c o ,

l a l í nea discontinua la e v o l u c i ó n de lo o r g á n i c o y la l í n e a de puntos

81

6. —EL CONCEPTO DECULTURA

 

el desarrollo de la c i v i l i z a c i ó n . La altura sobre la l i « . < I piado

de progreso, sea en complejidad, en heterogeneidad, en juado ' I .

c o o r d i n a c i ó n o en cualquier otra cosa. A es el comienzo dd tiempo

pe í i o d o s r e c i e n t e s de la c iv i l i z ac ión se ha marchado a una velocidad

t an por encima del r i t m o de la evolución he redi ta i la que esta u l t i m a ,

i vei dadei a m e n t é no se ha quedado completamente detenida, tiene

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 40/125

sobre la tierra tal como lo entiende nuestro entendimiento. D s e ñ a l a

el punto del verdadero e s l a b ó n perdido, del prime r precursor huma

no , del primer animal que transportaba una t r a d i c i ó n acumulada

C d e n o t a r í a el estado alcanzado por el que solemos denominar el

hombre p r i m i t i v o , el hombre de Neandertal que fue nuestro antepa

sado c u l t u r a l , si no s a n g u í n e o ; y D el momento actual.

™ a c o.

Fie. i

Es inevi table que si hay fundamento para los temas que se han

expuesto, s e r í a f ú t i l argumentar con una de estas l í n e a s para las

otras. A f i r m a r , en nombre de que la l í n e a superior se ha elevado

m u y r á p i d a m e n t e antes de cortarse, que la i n f e r i o r t a m b i é n debe

haber ascendido proporcionalmen te má s en este p e r í o d o que en cual-

quiera de los anteriores, no es, evidentemente, convincente. Que nues-

tras ins tituciones , nuestros conoc imientos, el ejercicio de nuestr o

entendimiento haya avanzado vertiginosamente en los veinte mi l ú l t i -

mos a ñ o s no es r a z ó n para que nuestros cuerpos y nuestros cerebros,

nuestro equipamiento mental y su base f i s i o lóg i ca , hayan avanzado en

ninguna medida proporcional, como algunas veces argumentan los

c i e n t í f i c o s y dan por supuesto los hombres en general. En todo caso,

p o d r í a n haber pruebas de que la l í n e a i n f e r i o r , o r g á n i c a , queda fuera

de su í n d i c e de ascenso. Los cuerpos y los entendimientos de esta

l í n e a han continuado transportando la c i v i l i z a c i ó n ; pero esta c iv i -

l i z a c i ó n se ha enfrentado a la lucha del mundo de tal manera que

gran parte del acento ha sido d i r i g i d o fuera de estos cuerpos y enten

dimientos. No defendemos que el progreso de la e v o l u c i ó n o r g á n u •

sea prima facie una i n d i c a c i ó n de que la materia i n o r g á n i c a es mal

compleja, más avanzada en sus combinaciones, ni en n i n g ú n sentido

« s u p e r i o r » , de lo que era hace cincuenta millones de a ñ o s ; y mucho

menos que la e v o l u c i ó n o r g á n i c a haya tenido lugar a causa de la

e v o l u c i ó n i n o r g á n i c a . Y tampoco puede deducirse, con más razón,

que el desarrollo social haya sido un progreso de las formas h dita

rias de vida.

De hecho, no s ó l o es t e ó r i c a m e n t e tan injustificable la C O I K I . H ion

de las l í n e a s del desarrollo o r g á n i c o y del social como lo s e r í a defen-

der la compresibilidad o el peso del agua en f u n c i ó n de la del vapor;

sino que todos los datos nos llevan a la c o n v i c c i ó n de que en los

82

t o d a la apariencia, comparativamente, de no haber progresado. Hay

l i e n t o s de elementos de c iv i l i z ac ión donde s ó l o h a b í a uno c u a n d o

e l c r á n e o tic Neandertal encerraba un cerebro v i v o ; y no s ó l o el CO A

tenido de la c i v i l i z a c i ó n ha aumentado un centenar de vece, l inot a m b i é n la complejidad de su o r g a n i z a c i ó n . Pero el cuerpo, y el c u t e n

dmiiento que conlleva, de aquel hombre de los primeros t i e m p o s

no ha alcanzado un punto cien veces, ni siquiera dos, superior en

i< I inamiento, eficacia, delicadeza ni fuerza con respecto a como era

entonces; res ulta inclus o dudoso saber si ha mejorado en una quinta

parte. Existen, es cierto, los que formulan la a f i r m a c i ó n contraria.

S in embargo, parece que la mente despejada debe reconocer que

tales afirmac iones no se basan en una i n t e r p r e t a c i ó n objetiva de los

hechos, sino en el deseo de encontrar una c o r r e l a c i ó n , en el deseo

de hacer que el h i l o de la e v o l u c i ó n sea ú n i c o , sin ramificarse, para

v er lo social ú n i c a m e n t e como o r g á n i c o .

Ahora, pues, tenemos que llegar a nuestra c o n c l u s i ó n ; y a q u í nos

quedamos. La mente y el cuerpo no son má s que facetas del mis mo

material o r g á n i c o o actividad; la sustancia soc ial —o el tejido inma-

t e r i a l , si se prefiere la e x p r e s i ó n — , lo que nosotros denominamos

c i v i l i z a c i ó n , lo trasciende por mucho que e s t é enraizada en la vida.

L os procesos de la actividad civilizadora nos son casi desconoci-

dos. Los factores que determinan su funcionamiento e s t á n por d i l u -

cidar. Las fuerzas y principios de las ciencias m e c á n i c a s pueden, de

hecho, analizar nuestra c i v i l i z a c i ó n ; pero, al hacerlo, destruyen suesencia y nos dejan sin ninguna c o m p r e n s i ó n de lo que p e r s e g u í a m o s .

Por el momento el his tor iador puede hacer poco má s que descr ibir .

Rastrea y relaciona lo que parece muy alejado; equilibra; integra; pero

realmente no explica ni transmuta los f e n ó m e n o s en nada distinto.

S u m é t o d o no es mecanicista; pero tampoco el f í s i co ni el f i s i ó l o g o

puede ocuparse del material h i s t ó r i c o y dejar la c i v i l i z a c i ó n , ni con-

v e r t i r l o en conceptos de vida y no dejar nada por hacer. Lo que

podemos es hacernos cargo de este v a c í o , dejarnos impresionar por

é l con humildad y seguir nuestros caminos por sus respectivos lados,

s in jactancias e n g a ñ o s a s de que se ha cruzado el foso.

83

 

I I K O N I S 1 . A W M A L I N O W S K I

L A C U L T U R A (1931)

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 41/125

E l hombre v a r í a en dos aspectos: en forma f í s i c a y en herencia

social, o cultura. La ciencia de la a n t r o p o l o g í a f í s i c a , que u t i l i z a un

complejo aparato de definiciones, descripciones, t e r m i n o l o g í a s y mé-

todos algo más exactos que el sentido c o m ú n y la o b s e r v a c i ó n no

disciplinada, ha logrado catalogar las distin tas ramas de la especie

humana s e g ú n su estructura corporal y sus c a r a c t e r í s t i c a s f i s i o l ó -

gicas. Pero el hombre t a m b i é n v a r í a en un aspecto completamente

distinto. Un n i ñ o negro de pura raza, transportado a Francia y criado

a l l í , d i f e r i r á profundamente de lo que hubiera sido de educarse en

l a jungla de su tierra natal. Hubiera recibido una herencia social dis-

tinta: una lengua distinta, distintos h á b i t o s , ideas y creencias; hubiera

sido incorporado a una o r g a n i z a c i ó n social y un marco cultural dis-

tintos. Esta herencia social es el concepto clave de la a n t r o p o l o g í a

c u l t u r a l , la otra rama del estudio comparativo del hombre. N o r m a l -

mente se la denomina cultura en la moderna a n t r o p o l o g í a y en las

ciencias sociales. La palabra cultura se u t i l i z a a veces como s i n ó n i m o

de c i v i l i z a c i ó n , pero es mejor u t i l i z a r los dos t é r m i n o s d i s t i n g u i é n -

dolos, reservando c i v i l i z a c i ó n para un aspecto especial de las c u l t u -

ras más avanzadas. La cultura incluye los artefactos, bienes, proce-

dimientos t é c n i c o s , ideas, h á b i t o s y valores heredados. La organiza-

c i ó n social no puede comprenderse verdaderamente excepto como

una parte de la cultura; y todas las l í n e a s especiales de i n v e s t i g a c i ó n

relativas a las actividades humanas, los agolpamientos humanos y

las ideas y creencias humanas se f e r t i l i z a n unas a otras en el estudio

comparativo de la cultura.

E l hombre, con objeto de v i v i r altera continuamente lo que le

rodea. En todos los puntos de contacto con el mundo exterior, crea

u n medio ambiente secundario, a r t i f i c i a l . Hace casas o construye

refugios; p r e p a r a r á sus alimentos de forma má s o menos elaborada,

p r o c u r á n d o s e l o s por medio de armas y herramientas; hace caminos

y u t i l i z a medios de transporte. Si el hombre tuviera que r u n f i a r exclu-

sivamente en su equipamiento a n a t ó m i c o , pronto s e r í a destruido 0

p e r e c e r í a de hambre o a la intemper ie. La defensa, la a l i m e n t a c i ó n ,

el desplazamiento en el espacio, todas las necesidades f i s i o l ó g i c a s y

 

espirituales se satisfacen indirectamente por medio de á r l e l a , lo

incluso en las formas más primitivas de vida humana. El hombre de

la naturaleza, el Natürmensch, no existe.

< n I n d a s e s l a s formas di- actividad humana es un coriclato i m l i s p c n

sable del comportamiento manual y corporal. El significado de las

palabras consiste en lo que logran mediante la a c c i ó n concertada, la

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 42/125

Estos pertrechos materiales del hombre —sus artefactos, sus tdl

f i c i os , sus embarcaciones, sus instrumentos y armas, la parafemalia

l i t ú r g i c a de su magia y su r e l i g i ó n — constit uyen todos y cada uno

lo s aspectos más evidentes y tangibles de la cultura. DeterminanI U

n i v e l y constituyen su eficacia. El equipamiento material de la cu l -

tura no es, no obstante, una fuerza en sí mismo. Es necesario el

conocimiento para fabricar, manejar y utilizar los artefactos, los tal

trunientos, las armas y las otras construcciones, y e s t á esencialmente

relacionado con la disciplina mental y moral de la que la r e l i g i ó n

y las reglas é t i c a s constituyen la ú l t i m a fuente. El manejo y la poses i ó n de los bienes implica t a m b i é n la a p r e c i a c i ó n de su valor. La

m a n i p u l a c i ó n de las herramientas y el consumo de los bienes tam

b i é n requiere c o o p e r a c i ó n . El funcionamiento normal y el disfrute

normal de sus resultados se basa siempre en un determinado tipo de

o r g a n i z a c i ó n social. De este modo, la cultura material requiere un

complemento menos simple , menos f ác i l de catalogar o analizar, que

consiste en la masa de conocimientos intelectuales, en el sistema

valores morales, espirituales y e c o n ó m i c o s , en la o r g a n i z a c i ó n social

y en el lenguaje. Por otr o lado, la cult ura material es un aparato

indispensable para el moldeamiento o condicionamiento de cada

g e n e r a c i ó n de seres humanos. El medio ambiente secundario, los

pertrechos de la cultur a material, constituye un labor atorio en el

que se fo rman los reflejos, los impulsos y las tendencias emociona

les del organismo. Las manos, los brazos, las piernas y los ojos se

ajustan, mediante el uso de las herramientas, a las habilidades t é c -

nicas necesarias en una cultura . Los procesos nerv iosos se modifican

para que produzcan todo el abanico de conceptos intelectuales, sen

timientos y tipos emocionales que forman el cuerpo de la ciencia, la

r e l i g i ó n y las normas morales prevalecientes en una comunidad. Como

importante contrapartida a este proceso mental, se producen modi

ficaciones en la laringe y en la lengua que f i j a n algunos de los con

ceptos y valores cruciales mediante la a s o c i a c i ó n con sonidos con

cretos. Los artefactos y las costumbres son igualmente indispensables

y mutuamente se producen y se determinan.

E l lenguaje suele ser considerado como algo disti nto tanto de l e.

posesiones materiales del hombre como de sus costumbres. Esta

c o n c e p c i ó n suele emparejarse con una t e o r í a en la que el significadose considera un contenido misterioso de la palabra, que puede t r a n

mitirse mediante a c t u a c i ó n l i n g ü í s t i c a de un entendimiento a otro.Pero el signifi cado de una palabra no e s t á misteriosamenie contenido

en ella, sino que m ás bien es el efecto activo del sonido pronuncia

do dentro del contexto de la s i t u a c i ó n . La p r o n u n c i a c i ó n de un so

nido es un acto significativo indispensable en todas las f o r m a s de

a c c i ó n humana concertada. Es un tipo de comportamiento estricta

mente comparable a manejar una herramien ta, esgrimi r un arma,

celebrar un r i t u a l o cerrar un trato. La u t i l i z a c i ó n de las palabras

8 6

m a n i p u l a c i ó n indirecta del medio ambiente a t r a v é s de la a c c i ó n di-

lec ta sobre otros organismos. La lengua, por tanto, es un h á b i t o

corporal y es comparable a cualquier otro tipo de costumbres. El

aprendizaje del lenguaje consiste en el desarrollo de un sistema de

i el le j o s condicionados que al mismo tiempo se convierten en c s t í

mulos condicionados. La lengua es la p r o d u c c i ó n de sonidos articu

lados, que se desarrolla en la infancia a partir de las e x p r e s i ó n »

infantiles inarticuladas que constituyen la principal d o t a c i ó n del

n i ñ o para relacionarse con el medio ambiente. Conforme el individuo

crece, su aumento en el conocimiento l i n g ü í s t i c o corre paralelo asu desarrollo general. Un creciente conocimiento de los procedi

mientos t é c n i c o s va ligado al aprendizaje de los t é r m i n o s t é c n i c o s ; el

desarrollo de la c i u d a d a n í a t r i b a l y de la responsabilidad social va

a c o m p a ñ a d o de la a d q u i s i c i ó n de un vocabulario s o c i o l ó g i c o y de un

habla educada, de ó r d e n e s y de f r a s e o l o g í a legal; la creciente expe

riencia de los valores religiosos y morales se asocia al desarrollo de

las f ó r m u l a s é t i c a s y rituales. El completo conocimiento del lenguaje

es el inevitable correlato del completo logro de un estatus t r i b a l y

cultural. El lenguaje, pues, forma parte integral de la cultura; no es,

s in embargo, un sistema de herramientas , sino má s bien un cuerpo de

costumbres orales.

L a o r g a n i z a c i ó n social suele ser considerada por los s o c i ó l o g o s

como exterior a la cultura, pero la o r g a n i z a c i ó n de los grupos sociales

es una c o m b i n a c i ó n compleja de equipamiento material y costumbres

corporales que no pueden divorciarse de su substrato ma teri al ni

d e l p s i c o l ó g i c o . La o r g a n i z a c i ó n social es la manera est andarizada de

comport arse los grupos. Pero un grupo social siempre consta de

personas. El n i ñ o , adherido a sus padres para la s a t i s f a c c i ó n de todas

sus necesidades, crece dentro del refugio de la casa, la choza o la

tienda paterna. El fuego d o m é s t i c o es el centro a cuyo alrededor se

satisfacen las distintas necesidades de calor, comodidad, alimento

y c o m p a ñ í a . Más adelante, en todas las sociedades humanas, se asocia

la vida comunal con el asentamiento local, ciudad, aldea, o conglome

rado; se localiza dentr o de l í m i t e s precisos y se asocia con las ac t i v i -

dades p ú b l i c a s y privadas de naturaleza e c o n ó m i c a , p o l í t i c a y r e l i -

giosa. Por tanto, en toda actividad organizada, los seres humanos

e s t á n ligados entre sí por su c o n e x i ó n con un determinado sector

d e l medio ambiente, por su a s o c i a c i ó n con un refugio c o m ú n y por

el hecho de que llevan a cabo ciertas tareas en c o m ú n . El c a r á c t e r

concertado de su comportami ento es el resultado de reglas sociales,

es decir, de costumbres, bien sancionadas por medidas e x p l í c i t a s o

que funcionan de forma en apariencia a u t o m á t i c a . Las reglas sancionadas —leyes, costumbres y maneras— pertenecen a la c a t e g o r í a

de los h á b i t o s corporales a dquiri dos. La esencia de los valores mora

les, por los que el hombre se ve conducido a un comportamiento

concreto mediante la c o m p u l s i ó n interior, ha sido adscrita en el

87

 

pensamiento religioso y metafísico a la conciencia, la voluntad de

Dios o un imperativo categórico innato; mientras quealgunos so< m

logos lian explicado que sedebe a unsupremo sermoral: la sociedad

l ' i i i i eso de < ondicionamiento y a través del medio de la ( ultuia mate

n a l mediante la c u a l se-produce el condicionamiento. Los pequeños

grupos ai l u á n como unidades porque, debido a su similitud m e n t a l ,

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 43/125

o elalma colectiva. Lamotivación moral, cuando se considera empi

ricamente, consiste en una disposición del sistema nervioso y de

todo el organismo a seguir, dentro decircunstancias dadas, una línea

de comportamiento dictada por una restricción interior que no se

debe a impulsos innatos ni tampoco a losbeneficios o ventajas evJ

dentes. Larestricción interior es el resultado del gradual entrenamiento del organismo en unconjunto concreto de condiciones c u l t l l

rales. Los impulsos, deseos e ideas están, dentro de cada sociedad,

soldados a sistemas específicos, denominados en psicología sentímientos. Tales sentimientos determinan las actitudes de un hombrehacia los miembros de su grupo, sobre todo hacia unos parientes

más próximos; hacia losobjetos materiales que le rodean; hacia el

país en quehabita; hacia la comunidad en que trabaja; hacia las

realidades de suWeltanschauung mágica, religiosa o metafísica. Los

valores o sentimientos fijados suelen condicionar elcomportamiento

humano hasta el punto de que unhombre prefiera la muerte a la

renuncia o elcompromiso, eldolor alplacer, laabstención a la satis-

facción deldeseo. Laformación de lossentimientos y, portanto, dé-

los valores, sebasa siempre en elaparato cultural de lasociedad. Los

sentimientos se forman a lo largo de un gran espacio de tiempo y

mediante un entrenamiento o condicionamiento gradual del orga-

nismo. Sebasan enformas de organización, muchas veces de ampli-

tud mundial, tales como la iglesia cristiana, la comunidad del Islam,

el imperio, labandera, todos ellos símbolos o reclamos detrás de Los

cuales hay, noobstante, realidades culturales vivas y vastas.

E l entendimiento de lacultura hay que encontrarlo en su proceso

de producción por las sucesivas generaciones y en la forma en que,

en cada nueva generación, produce el organismo adecuadamenn

moldeado. Losconceptos metafísicos de un espíritu degrupo, una

conciencia o aparato sensorial colectivo, se deben a una aparenteantinomia de la realidad sociológica: lanaturaleza psicológica de la

cultura humana, por unaparte, y porotra el hecho de la cultura

transciende al individuo. Una solución falaz a esta antinomia es l.i

teoría de que lasmentes humanas se combinan o integran y formanun ser supraindividual y sinembargo, esencialmente espiritual. Iiteoría de Durkheim de la coacción moral mediante la influcni la di

recta del ser social, las teorías basadas en un inconsciente c o l ' » tivo

y elarquetipo de la cu ltu ra, conceptos tales como la conciem ia delgrupo o la inevitabilidad de la imitación colectiva, explican la natU

raleza psicológica y, sin embargo, supraindividual de larealidad social

introduciendo atajos teóricos metafísicos.

Sin embargo, la naturaleza psicológica de la rea lidad so< ial -

debe alhecho deque suúltimo medio es siempre elsistema nen

o la mente individual. Los elementos colectivos se deben a la i g u a l

dad de las reacciones que se producen dentro de los p e q u e ñ o s gi u

pos que actúan como unidades de organización social medianl< « l

88

se integran enesquemas má s amplios deorganización s o c i a l mediante

los principios de la distribución territorial, la cooperación y la d i v l

s i ó n en estratos decultura material. De este modo, la realidad de lo

supraindividual consiste en la masa de cultura material, queperma-

nece fuera decualquier individuo ysin embargo leinfluye de manera

fisiológica normal. Nada misterioso hay, pues, en el hecho de que la

cultura sea al mismo tiempo psicológica ycolectiva.

La cultura es unarealidad sui generis y debe ser estudiada como

tal. Lasdistintas sociologías que tratan el tema de la cultura me

diante símiles orgánicos o por la semejanza con unamente colectivano sonpertinentes. Lacultura es unaunidad bien organizada que se

divide en dosaspectos fundamentales: unamasa de artefactos y un

sistema de costumbres, pero obviamente también tiene otras subdi-

visiones o unidades. Elanálisis de la cultura en sus elementos com-

ponentes, la relación de estos elementos entre ellos y su relación

con las necesidades delorganismo humano, con el medio ambiente

y con los fines humanos unive rsalmente reconocidos que sirven cons-

tituyen importantes problemas de la antropología.

La antropología hatratado este material por dos métodos distintos,

determinados por dos concepciones incompatibles del crecimiento

y la historia de la cultura. Laescuela evolucionista ha concebido el

crecimiento de la cultura como unaserie de metamorfosis espontá-

neas producidas según determinadas leyes y que handado lugar a

una secuencia f i j a de etapas sucesivas. Esta escuela da por sentadola divisibilidad de lacultura enelementos simples y seocupa deestos

elementos como sifueran unidades del mismo orden; presenta teorías

de la evolución de la producción de fuego junto con descripciones

de cómo se desarrolló la religión, versiones delorigen y desarrollo

del matrimonio y doctrinas sobre el desarrollo de la alfarería. Se

han formulado lasetapas del desarrollo económico y los pasos de la

evolución de los animales domésticos, del labrado de losutensilios

y del dibujo ornamental. Sin embargo, nocabe duda de que aunque

determinadas herramientas hayan cambiado, pasado por una sucesión

de etapas y obedecido a leyes evolutivas má s o menos determinadas,

la familia, el matrimonio o las creencias religiosas no están some-

tidas a metamorfosis simples y dramáticas./Las instituciones funda-

mentales de la cultura humana no han cambiado mediante trans-

formaciones sensacionales, sino má s bien mediante la creciente dife-renciación de su forma según una función cada vezmá s concreta.

Hasta que se comprendan v describan con m ás exactitud lanaturale-

za de los distintos fenómenos culturales, su función y su forma,

parece prema turo especular sobre los posibles orígenes y etapas. Los

conceptos de orígenes, etapas, leyes de desarrollo y crecimiento de

la cultura han permanecido nebulosos y son esencialmente noemplricos. El método de la antropología evolucionista se basaba funda-

mentalmente en elconcepto de supervivencia, puesto que éste permi

89

 

tía al estudioso reconstruir las etapas pasadas a partir de las r o m h

ciones actuales. El concepto de supervivencia, no obstante, impl ¡< ,i

que una organización cultural puede sobrevivir a su función. Cuanto

i l . i d d. do elementos de la cultura, los difusionistas utilizan los ci ite

|Ue podrían llamarse de forma no pertinente y de concate-

na i a/arosa de los elementos, respectivamente. La no pertenencia

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 44/125

mejor se conoce un determinado tipo de cultura, menos lUJX > 1

vencías parecen haber en ella. Por tanto, la investigación cvolin io

nista debe ir precedida por un análisis funcional de la cultura.

La misma crítica vale para la escuela difusionista o histórica, que

intenta reconstruir la historia de las culturas humanas, principal

mente siguiendo su difusión. Esta escuela niega la importaiu 1 .1 • ! «

la evolución espontánea y sostiene que la cultura se ha producido,

principalmente, mediante imitación o adquisición de los artefactos y

las costumbres. El método de esta escuela consiste en un cuidadoso

trazado de las similitudes culturales de grandes porciones del globoy en la reconstrucción especulativa de cómo se han trasladado las

unidades similares de cultura de un lugar a otro. Las discusiones de

los antropólogos históricos (pues existe poco consensus entre Elliot

Smith y F. Boas; W. J. Perry y Pater Schmidt; Clark Wissler y Graeb-

ner; o Frobenius y Rivers) se refieren sobre todo al problema de

dónde se originó un tipo de cultura, hacia dónde se trasladó y cómo

fue transportado. Las diferencias se deben, fundamentalmente, a la

forma en que cada escuela concibe, por un lado, la división de la

cultura en sus part es componentes y, por otro lado, el proceso de

difusión. Este proceso ha sido muy poco estudiado en sus manifes

taciones actuales y sólo a partir de un estudio empírico de la difusión

contemporánea se podrá encont rar respuesta a su historia pasada.

E l método de dividir la cultura en sus unidades componentes, que se

supone se difunden, es todavía menos satisf actorio. Los conceptos

de rasgos cult ura les, complejos de rasgos y Kulturkomplexe se apli

can indiscrimi nada mente a ut ensilios sencillos o herramienta s, t ales

como el boomerang , el arco o los palos para hacer fuego, o a carac

terísticas vagas de la cultura material, como la meg alicida d, la suges-

tividad sexual de la concha de cauri o ciertos detalles de forma

objetiva. La agricultura, el culto de la fertilidad y los grandes p r i l l

cipios, aunque vagos, del agrupamiento social, tales como la orga

nización dual, el sistema de clanes o el tipo de culto religioso, se

consideran rasgos únicos, es decir, unida des de difusión. Pero la

cultura no puede considerarse como un conglomerado fortuito de

tales rasgos. Sólo los elementos del mismo orden pueden tra ta rse

como unidades idénticas en la discusión; sólo los elementos compa

tibies se mezclan para componer un todo homogéneo. Los detallesinsignificantes de la cultura material, por una parte, las institucionessociales y los valores cultur ales , por otra , deben tra ta rse de forma

distinta. No han sido inventados de la misma manera, no pueden

transportarse, difundirse ni implant arse por los mismos sistemas.

E l punto má s débil del método de la escuela histórica es la forma

en que sus miembros establecen la identidad de los elementos cul

turales. Pues todo el problema de la difusión histórica se plantea a

partir del hecho de que se presenten rasgos rea l o aparentemente

idénticos en dos áreas dist int as. Con objet o de establecer l a identi-

90

d< I . . 1 1 1 1 . 1 forma,

d i. i . i d . t por la necesidad interior, puede haberse desarrollado de

manera independiente. Los complejos, concatenados de manera natu

. il t a m b i é n pueden ser el resultado de una evolución indepen

dí , - n i . . de a hí que no haya necesidad de considera r únicamente los

laspos fort uita mente conectados. No obstante la concatenación accidental y los detalles no pertinentes de la forma sólo pueden ser,

s e g ú n (íracbner y sus seguidores, el result ado de una difusión direc-

i .i I V r o lauto la no pertinencia de la forma como lo fortuito de la

concatenación son asertos negativos, lo que en última instancia sigu í! ica que la forma de un artefacto o de una institución no puede ser

l cplicada, ni puede encontrarse la concatenación entre varios ele

mentos de la cultura. El método histórico utiliza la ausencia de cono-

. 1 mientos como base de su argumento. Para que sus resultados sean

olidos deben i r precedidos de un estudio funcional de la cultura

dada, que debe agot ar toda s las posibil idades de explicar la forma

p o r la función y de establecer relaciones entre los dist int os elemen

tos de la cultura.

Si la cultura en su aspecto mat eria l es fundamentalmente una

masa de artefa ctos instrument ales, a primer a vista parece improba

ble que ninguna cultura deba albergar demasiados rasgos no perti

nentes, supervivencias o complejos fortuitos, ya provengan de una

cultura itinerante extraña o sean traspasados como supervivencias,

fragmentos inútiles de una etapa desaparecida. Todavía es menosprobable que las costumbres, las instituciones o los valores morales

deban presentar este carácter necrótico o no pertinente por el que

se interesan fundamentalmente las escuelas evolucionistas o d i f u

sionistas.

La cultura consta de la masa de bienes e instrumentos, así como

de las costumbres y de los hábitos corporales o mentales que fun

cionan directa o indi rect ament e para sat isfacer las necesidades huma

nas. Todos los elementos de la cultura, si esta concepción es cierta,

deben estar funcionando, ser activos, eficaces. El carácter esencial

mente dinámico de los elementos cul turales y de sus relaciones

sugiere que la tarea m á s import ant e de la antropología consiste en

el estudio de la función de la cultura. La antropología funcional se

interesa fundamentalmente por la función de las i nstituciones, las

costumbres, las herramientas y las ideas. Sostiene que el proceso

cid tu ral est á sometido a leyes y que las leyes se encuentran en la

•••••ion de los verdaderos elementos de la cultura. El tratamiento de

los rasgos culturales por atomización o aislamiento se considera es

t é r i l , porque la significación de la cultura consiste en la relación entre

sus elementos, y no se admite la existencia de complejos cultúrale

fortuitos o accidentales.

Para formular cierto número de principios fundamentales puede

lomarse- un ejemplo de la cultura material. El artefacto más simple,

 

amplia mente ut ili zado en las cultur as mas simples, un palo l i so, huí

damente c ortado , de unos seis o siete pies de l o n g i t u d , de tal forma

que puede utilizarse para excavar r a í c e s en el c u l t i v o del s u d o , p a n

d in . i i < n.in y con sum en los frutos. Igualmente, el grupo de personas

que O S propietario del t e r r i t o r i o , la siembra y el producto, y que tra-

baja en c o m ú n , goza del resultado de sus trabajos y lo consume,

s innpi c e s t á bien definido.

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 45/125

empujar una e m b a r c a c i ó n o para caminar , constitu ye un ele mento

o rasgo de cultura ideal, pues tienen una forma f i j a y sencilla, ap a

rente mente es una unid ad autosufic iente y tiene gran impo rtan cia

en todas las culturas. D e f i n i r la identidad cultural del palo por su

forma, por la d e s c r i p c i ó n de su material, su l o n g i t u d , su peso, su c o l o i

o cualquier otra de sus c a r a c t e r í s t i c a s f í s i c a s —desc ribir lo de hec ho

s e g ú n el criterio ú l t i m o de la forma que u t i l i z a n los difusionistas

s e r í a una forma de proceder m e t ó d i c a m e n t e equivocada. El palo de

cavar se maneja de una manera determinada; se u t i l i z a en el huerto

o en la selva para p r o p ó s i t o s especiales; se obti ene y se abandonade forma algo descuidada —pues un ejemplar suele tener muy poco

valor e c o n ó m i c o . Pero el palo de cavar reluce ampliamente en al

esquema e c o n ó m i c o de cualquier comunidad en que se u t i l i z a , a i

como en el f o l k l o r e , la m i t o l o g í a y las costumbres. Un palo de i d é n -

tica forma puede utili zarse en la mism a cultur a como palo para en

pujar una e m b a r c a c i ó n , b a s t ó n para andar o arma rudimentaria.

Pero en cada uno de estos usos e s p e c í f i c o s , el palo se incrustra en

u n contexto cultural distinto; es decir, se somete a distintos uso.,

se envuelve en distintas ideas, recibe un valor cultural distinto y

p o r regla general se designa con nombres dis tint os. En cada caso

forma parte integrante de un sistema distinto de actividades humanas

estandarizadas. En resumen, cumple distintas funciones. Lo p c i t i

nente pa ra el estudioso de la cul tur a es la diver sidad de funciones

y no la identidad de forma. El palo s ó l o existe como parte de la

cultura en la medida en que se u t i l i z a en las activ idades humanas, en

la medida en que sirve a necesidades humanas; y por tant o el palode cavar, el b a s t ó n de andar, el palo para empujar una e m b a r c a c i ó n ,

aunque puedan ser i d é n t i c o s en su naturaleza f í s i c a , constituyen cada

uno de ellos un elemento distinto de cultura. Pues tanto el más

simple como el má s comple jo de los artefactos se define por su

f u n c i ó n , por el papel que juega dentro de un sistema de actividades

humanas; se define por las ideas conectadas con él y por los valoies

que lo envuelven.

Esta c o n c l u s i ó n tiene importancia por el hecho de que el sistema

de actividades a que se refieren los objetos materiales no son foftul

tos sino organizados, bien determinados, e n c o n t r á n d o s e sistemas COR]

parables a todo lo largo del mundo de la diversidad c u l t u r a l . I I < m i

texto cultural del palo de cavar, el sistema de actividades a g r í c o l a s ,siempre presenta las siguientes partes componentes: una p o r c i ó n del

t e r r i t o r i o se deja a un lado para el uso del grupo humano s e g ú n la s

reglas de tenencia de la tie rra . Existe un cuerpo de usos tradii i<>

nales que regula la forma en que se c u l t i v a este t e r r i t o r i o . Las reglan

t é c n i c a s , los usos ceremoniales y rituales determinan en cada cultuia

q u é plantas se c u l t i v a n ; c ó m o se despeja la tie rra, se prepar a v leí ti

l iza el suelo; c ó m o , c u á n d o y q u i é n celebra los actos m á g i c o s y la s

ceremonias religiosas; c ó m o , por ú l t i m o , se recolectan, di s t r i buy f f l t i

92

I . la s son la s c a r a c t e r í s t i c a s de la i n s t i t u c i ó n de la agriculturata l i o n i o umversalmente se encuentra dondequiera que el medio am-

biente es favorable al c u l t i v o del suelo y el n i v e l de la cultura lo

suli i i. ntcmentc alto como para p e r m i t i r l o . La identidad fundamental

de este sistema organizado de actividades se debe fundamentalmente

a l he c ho de que surge para la s a t i s f a c c i ó n de una profunda necesidad

humana: la p r o v i s i ó n regular de alimento b á s i c o de naturaleza vege-

ta l l a s a t i s f a c c i ó n de esta necesidad mediante la agri cul tura , que

asegura la posibilidad de control, regularidad de p r o d u c c i ó n y abun-

dancia relati va, es tan superior a cualquier otra acti vidad suministra-

dora de comi da que se vio obligada a difundir se o desarroll arse don-

dequiera que las circunstancias eran favorables y el n i v e l de la

cultura lo suficiente alto.

L a uniformidad fundamental de la agricul tura institucionaliza da

se debe sin embargo a otro m o t i v o : al p r i n c i p i o de las posibilidades

limitadas, expuesto por primera vez por Goldenweiser. Dada una

necesidad cultural concreta, los medios para su s a t i s f a c c i ó n son pe-

q u e ñ o s en n ú m e r o y, por tanto, el dispositivo cultural que nace en

respuesta a la necesidad e s t á comprendido dentro de estrechos l í m i -

tes. Dada la necesidad humana de p r o t e c c i ó n , armas rudimentarias

y herramientas para explo rar en la oscuridad, el mater ial más ade-

cuado es la madera; la ú n i c a forma adecuada es la larga y f i na , y que

a d e m á s resulta f á c i l m e n t e accesible. Sin embargo es posible unas o c i o l o g í a o t e o r í a cultural sobre el b a s t ó n de caminar, pues el b a s t ó n

exhibe una diversidad de usos, ideas y misteriosas asociaciones, y en

sus desarrollos ornamentales, rituales y s i m b ó l i c o s se convierte en

parte importante de una i n s t i t u c i ó n tal como la magia, la jefatura y

la realeza.

Las verdaderas unidades componentes de las culturas que tienen

u n consider able grado de permanenci a, unive rsali dad e independencia

son los sistemas organizados de actividades humanas llamados ins-

tituciones. Cada i n s t i t u c i ó n se centra alrededor de una necesidad fun-

damen tal, une permanent emente a un grupo de personas en una

tarea coopera tiva y tiene su cuerpo especial de doct rin a y su t é c n i c a

artesanal. Las instituciones no e s t á n correlacionadas de forma simple

y directa con sus funciones: una necesidad no recibe s a t i s f a c c i ó n en

una i n s t i t u c i ó n , sino que las insti tucio nes presentan una pro nunci adaamalgama de funciones y tienen c a r á c t e r s i n t é t i c o . El p r i n c i p i o l o c a l

o t e r r i t o r i a l y la r e l a c i ó n mediante la p r o c r e a c i ó n a c t ú a n como los

factores integradores m ás importantes. Cada i n s t i t u c i ó n se basa en

u n substrato de material de medio ambiente compartid o y de apa-rato c u l t u r a l .

S ó l o es posible d e f i n i r la identidad cultural por cualquiera de los

artefactos s i t u á n d o l a dentro del contexto cultural de una i n s t i t u c i ó n ,

mostrando c ó m o funciona culturalmente. Un palo puntiagudo, es

 

decir, una lanza, que seutiliza como arma decaza conduce al< ludio

del tipo decaza que se practica en unacomunidad dada, < n la ipi<

funcionan los derechos legales de lacaza, laorganización del < quipo

cazador, la técnica, el ritual mágico, la distribución de la ia /a , a i

para la que laembarcación es un instrumento. Hay ciertos elementos

\. . d. Indos b i e n a las posibilidades alternativas de s o l í a io n o

bu n a detalles menos importantes asociados con una posible s o l u

• ion I s t e es un principio universal que se aplica a todos losai le

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 46/125

como larelación del concreto tipo decaza con otros tipos y la ImpOI

tancia general de la caza dentro de la economía de la tribu. La» cu-

noas han solido uti lizars e como rasgos característicos para elcstabl.

cimiento de afinidades culturales y, de ahí, como pruebas de la di

fusión, porque la forma varía dentro de amplio abanico y presenta

tipos de carácter sobresaliente, tales como la canoa con uno o dos

flotadores, la balsa, el kayak, el catamarán o lacanoa doble. Y sin

embargo, estos complejos artefactos nopueden definirse sólo por la

forma. La canoa, para lagente que lafabrica, posee, utiliza y valora,

es fundamentalmente un medio para un fin. Tienen que etravesai

una extensión de agua, bien porque viven en pequeñas islas o efl

viviendas sobre estacadas; o porque quieren comerciar o tener p

cado o hacer laguerra; o por eldeseo deexplorar y deaventuras. El

objeto material, la embarcación, su forma, sus peculiaridades, estándeterminados por el usoespecial a que se destina. Cada usodicta un

sistema determinado denavegar, es decir, enprimer lugar, la téc&l

ca de utilizar remos, remo timón, el mástil, el aparejo o las velas.

Tales técnicas, sinembargo, se basan invariablemente en los conocí-

mientos: principios de estabilidad, flotación, condiciones de velo

cidad y respuesta al timón. La forma y laestructura de lacanoa están

estrechamente relacionadas con la técnica y la forma de su Utiliza

ción. Sinembargo, se dispone de innumerables descripciones de la

simple forma y estructura de la canoa, mientras que se sabe poco

sobre la técnica de navegación y la relación de ésta con el usocon

creto a que se destina la canoa.

La canoa también tiene su sociología. Incluso cuando la tripula

una sola persona, es una propiedad que se fabrica, se presta o se

alquila, y en esto está invariablemente involucrado tanto elgrupocomo el individuo. Pero generalmente lacanoa tiene que ser manejada

por una tripulación y esto entraña la compleja sociología de la pro

piedad, de la división de funciones, de los derechos y de las obll

gaciones. Todo esto se vuelve más complicado por el hecho de que

una gran embarcación tiene que fabricarse comunitariamente, y la

pioducción y la propiedad suelen estar relacionadas. Todos es ios

hechos, que soncomplejos pero regulados, quepresentan distintos

aspectos, todos loscuales están relacionados según reglas concreta .

determinan la forma de la canoa. Laforma nopuede tratarse como

un rasgo independiente y autosuficiente, accidental y nopertinente,

que se difunde solo sin sucontex to. Todos los supuestos, argumentos

y conclusiones relativos a la difusión de unelemento y a laexponsión deuna cultura engeneral, tendrán quemodificarse unavez que

se reconozca que lo que se difunden son las instituciones y no lee

rasgos, ni las formas ni los complejos fortuitos.

En laconstrucción de unacanoa de altura hay determinados ele

mentos estables de forma determinados por la naturaleza de la acción

94

Lutos Lospioductos cpie se utilizan para la satisfacción directa di

las necesidades corporales o se consumen en el uso deben cuinplu

i n i i . i n iones directamente planteadas por las necesidades corporal,

i os comestibles, porejemplo, están determinados dentro de cierto,

límites por la fisiología; deben ser alimenticios, digeribles, novenenosos. Porsupuesto, también están determinados por el medio ain

biente y por el nivel de la cultura. Las viviendas, las ropas, los refu

gios, el fuego como fuente de calor, luz y sequedad, las armas, la|

embarcaciones y los caminos están determinados dentro de ciertos

limites por las necesidades corporales a que están correlacionados.Los instrumentos, las herramientas o las máquinas que se utilizan

para la producción de bienes tienen definida su naturaleza y su

forma por el propósito para el que van a ser utilizados. Cortar o

raspar, juntar o machacar, golpear o impeler, horadar o taladrar,

definen la forma del objeto dentro deestrechos límites.

Pero se presentan variaciones dentro de los límites que impone

la función principal, quehace que el carácter principal del artefacto

se mantenga estable. No hayinfinitas variaciones, sino que se pre

senta un tipo f i j o , como si hubiera habido una elección y luego se

adhiriera a ella. Encualquier comunidad marinera, porejemplo, no

se encuentra una infinita variedad de embarcaciones que vayan

desde el simple tronco vaciado hasta la complicada canoa; la mayor

parte de las veces se presentan unas pocas formas, distintas en ta-

maño y construcción y también en el marco y el propósito sociales,y cada forma tradicional se reproduce constantemente hasta en el

menor detalle de la decoración y del proceso de construcción.

Hasta el momento la antropología haconcentrado suatención en

estas regularidades secundarias de forma que no pueden ser expli

cadas por lafunción fundamental del objet o. La presencia regular de

tales detalles de forma aparentemente accidentales ha planteado el

problema de si se deben a invenciones independientes o a difusión.

Pero muchos deestos detalles deben explicarse por el contexto cul

tural; es decir, la forma concreta en que unobjeto es utilizado por

un hombre o un grupo depersonas, po r las ideas, ri t os y asociaciones

ceremoniales que rodean su usoprincipal. Laornamentación de un

bastón decaminar generalmente significa que ha recibido dentro de

la cultura una asociación ceremonial o religiosa. Unpalo de cavar

puede ser pesado, puntiagudo o romo, según el /tipo de suelo, las

plantas quecrezcan y el tipo de cultivo. Laexplicación *de la canoa

de los mares del Sur puede encontrarse en el hecho de que su

disposición damayor estabilidad, seguridad y manejabilidad, tenien

do encuenta las limitaciones enmateriales y en técnica artesana de

las culturas oceánicas.

La forma de los objetos culturales está determinada, por una pa r

te, por las necesidades corporales directas y, porotra, por los usos

95

 

instrumentales, pero esta división en necesidades y usos un < •

plcta ni satisfactoria. El bastón ceremonial que se utiliza ( «mu» ••< nal

de rango o de cargo no es una herramienta ni una mercancía, I 1

costumbres, palabras y creencias no pueden remitirse a la l i s i o l o g i .

piodu jera d oi o en ocasiones má s hijos por pareja, para asegurar

que \olu e v i v i i ían dos individuos por cada dos que murieran. Si solo

la biología controlara la procreación humana, la gente se empale ja i 11

s e g ú n leyes I isiológicas, que son las mismas para todas las especies,

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 47/125

n i al taller.

E l hombre, como cualquier otro animal, debe alimentáis, y reproducirse para continuar existiendo individual y racialmente Tamba n

debe tener refugios permanentes contra los peligros procedentes del

medio ambiente físico, de los animales y de los otros seres humanos.

Debe conseguirse todo un abanico de necesarias comodidades cor

porales: refugio , calor, lecho seco y medios de limpie za. La satislai

ción eficaz de estas necesidades corporales prima rias impone o di< ta

a cada cultura cierto número de aspectos fundamentales; institucio

nes para la nutrición, o la intendencia; instituciones para el empare-

jamiento y la reproducción; y organizaciones para la defensa y la

comodidad. Las necesidades orgánicas del hombre constituyen los

imperativos básicos que conducen al desarro llo de la cultura , en la

medida en que obligan a toda comunidad a llevar a cabo cierto núme-

ro de actividades organizadas. La religión o la magia, el mantenimicm

to de la ley o los sistemas de conocimiento y la mitología se presen-

tan con tan constante regula ridad en todas las culturas que puedeconcluirse que también son el resultado de profundas necesidades

o imperativos.

E l modo cultural de satisfacer estas necesidades biológicas del

organismo humano creó nuevas condiciones y, de este modo, impuse

nuevos imperativos culturales. Con insignificantes excepciones, el de-

seo de comida no lleva al hombre a un contacto directo con la natu-

raleza ni le fuerza a consumir los frutos tal como crecen en la aelvaEn todas las culturas, por simples que sean, el alimento básico se

prepara y guisa y come según reglas estrictas dentro de un grupo

determinado, y observando maneras, derechos y tabúes. General

mente se obtiene por procedimientos más o menos complicados, que

se llevan a cabo colectivamente, como en el caso de la agricultura,

el intercambio, o algún otro sistema de cooperación social y distrl

bución comunitaria. En todos los casos el hombre depende de aparatos o armas artificialment e producidos: los instrumentos agrícolas, las

embarcaciones y los aparejos de pesca. Igualmente depende de la

cooperación organizada y de los valores económicos y morales.

De este modo, a partir de la satisfacción de las necesidades Ralológicas nacen imperativos derivados. Puesto que esencialmente son

medios para un fi n, pueden ser denominados imperati vos instruinentales de la cult ura . Son tan indispensables par a la intend encia huma

na, para la satisfacción de sus necesidades nutritivas, como la materia prima del alimento y los procedimientos de su ingestión. Pues el

hombre está moldead o de ta l forma que si se viera privado de IU

organización económica y de sus instrumentos perecería con la misma

segurid ad que si se le retira ra la sustancia de sus alimen tos.

Desde el punto de vista biológico, la continuidad de la raza puede

lograrse de forma muy simple; bastaría con que la gente copuhua.

96

pmduciiia descendencia según el curso nat ural d el embarazo y el

aluinbiainiento; y la especie animal hombre tendría una típica vida

l a i i u l i . i l , lisiológicamente determinada. La familia humana, la unidad

biológica, presentaría entonces la misma constitución a todo lo ancho

de la humanidad. También quedaría fuera del campo de la cienciade la cultura, como han postulado muchos sociólogos, singularmc nt.

Durkheim. Pero en lugar de esto, el emparej amiento, es decir, el

sistema de hacer la corte, el amor y la selección de consortes esta

tiadicionalmente determinado en todas las sociedades humanas por

un cuerpo de costumbres culturales que prevalecen en cada comu-nidad. Existen reglas que prohi ben el matri monio de determinadas

personas y que hacen deseable, si no obl igat orio , que otras se casen;

existen reglas de castidad y reglas de libert inaj e; hay elementos es-

trictamente culturales que se mezclan con el impulso natural y pro-

ducen un atractivo ideal que oscila de una sociedad y una cultura a

otra. En lugar de la uniformidad biológicamente determinada, existen

una enorme variedad de costumbres sexuales y dispositivos para

hacer la corte que regulan el emparejamiento. Dentro de cualquier

cultura humana, el matr imo nio no es de ninguna forma una simple

unión sexual o cohabitación de dos personas. Invariablemente es un

cont rat o legal que det ermina el modo en que el mari do y la esposa

deben v i v i r juntos y las condiciones económicas de su unión, as í

como la cooperación en la propiedad, las mutuas contribuciones y

las contribuciones de los respectivos parientes de cada consorte.Invariablemente es una ceremonia pública, un asunto de interés so-

cial, que implica a grandes grupos de personas así como a los acto-

res principales. Su disolución también está sometida a reglas tradicio-

nales fijas.

Tampoco la paternidad es una simple relación biológica. La con-

cepción es objeto de un rico folklore tradicional en todas las comu-

nidades humanas y tiene su aspecto legal en las reglas que discrimi-

nan los hijos concebidos en el matr imonio y de los que nacen fuera

de él. El embarazo está envuelto en una atmósfera de reglas y valo-

res morales. Por regla general, la madre que espera se ve obligada

a llev ar un modo de vid a especial, rodeada d e tabúes, todos los cuales

tiene que observar a cuenta del bienestar del niño. Existe, pues, una

maternid ad anticipada, cultu ralmcnte establecida, que precede al lu-cho biológico. El alumbramiento es también un acontecimiento pro-

fund amente modi ficad o por los concomitantes rituales, legales, má-

gicos y relig iosos , en los que se moldean las emociones de la mad re,

sus relaciones con el hijo y las relaciones de ambos con el grupo

social de acuerdo con una pauta t rad icional concreta. Tampoco el pa-

dre es pasivo o indiferente al alumbramiento. La tradición define den

tro de límites estrechos las obligaciones de los padres durante la pi 1mera parte del embarazo y la forma en que se dividen entre al

97

7 — L L C O N C E P T O D E C L L T I . R V

 

marido y la esposa, y en parte se trasladan incluso a algunos parlantes más lejanos.

E l parentesco, el lazo entre el niño y sus padres y pariente. , num a

es un asunto dejado al azar. Su desarrollo está determinado por el sis

i i . i . I I I I K I I ! M vaya seguido de la lactancia, y esta va inevitablemente

asociada .1 los tiernos cuidados de la madre al n i ñ o , que gradual

mente se tianslorman en los primeros servicios educativos. La madre

necesita un compañero varón y el grupo de parentesco debe con-

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 48/125

tema legal de la comunidad , que organiza sobre una pauta concreta

todas las respuestas emocionales así como todas las obligaciones, a< ii

tudes morales y obligaciones consuetudinarias. La importante d i s t i u

ción entre parientes matr ilineales y patril ineales, el desarr oll o de

relaciones de parentesco más amplias o clasificatorias, así como la

formación de clanes o sibs, en los que grandes grupos de parientes

son tratados hasta cier to punto como verdaderos parientes, con.ii

tuyen modificaciones culturales del parentesco natural. De este modo,

en las sociedades humanas, la procreación se convierte en un VMtO

esquema cultural. La necesidad racial de continuidad no se satisface

por la mera acción de los impulsos fisiológicos y los procesos fisioló

gicos, sino mediante el funcionamiento de reglas tradicionales aso

ciadas a un aparato de cultura material. El esquema procreador, ade

m á s , se considera compuesto de varias insti tuciones componente .

la corte normat ivizada, el matr imon io, la paternidad, el parentesco

y la pertenencia al clan. De la misma manera, el esquema nutritivo

puede divi dirse en insti tuciones consumidoras, es decir, la familia y

el club con su refectorio de hombres; las instituciones product ivas de

la agricultura, la pesca y la caza tribal; y las instituciones distribu

tivas, como los mercados y dispositivos comerciales. Los impulso,

actúan en forma de órdenes sociales o culturales, que son las rein

terpretaci ones de los impulsos fisiológicos en términos de regle

sociales tradicionalmente sancionadas. El ser humano empieza a

hacer la corte o a cavar el suelo, a hacer el amor o a i r de pesca ode caza, no porque lo mueva directamente el inst int o, sino porque

la rutina de su tribu le hace hacer estas cosas. Al mismo tiempo, la

rutina tribal le asegura que sus necesidades fisiológicas serán sanI

fechas y que los medios culturales de satisfacción se conformarán a

la misma pauta, con sólo pequeñas variaciones de detalle. El motivo

directo de las acciones humanas se expresa en términos culturales

y se atiene a una pauta cultural. Pero las exigencias culturales sieffl

pre ofrecen al hombre satisfacer sus necesidades de manera más o

menos direct a, y en conjunto el sistema de exigencias culturales de

una sociedad dada deja muy pocas necesidades fisiológicas sin satis

facer.

En muchas instituciones humanas se produce una amalgama de

funciones. La familia no es sólo una institución simplemente reproductor a: es una de las princi pales insti tuciones nutr ici as y una uní

dad legal y económica, y muchas veces religiosa. La familia es el lugai

donde se sirve a la conti nuidad cul tur al mediante la educación

Esta amalgama de funciones dentro de la misma institución no es

fortuita. La mayor parte de las necesidades fundamentales del nORlbre están tan concatenadas que su satisfacción puede conseguirse

mejor dentro del mismo grupo humano y mediante un aparato com

binado de cultura material. Incluso la fisiología humana hace que el

98

e l m a t i i n i o n i o sea una relación económica educativa y procreadora

i n i luye profundamente en el noviazgo, y éste se convierte en Una

selección de compañerismo, trabajo común y responsabilidades CO

muñes para toda la vida, de tal for ma que el sexo debe combinarse

con otras exigencias personales y culturales.

Educación significa entrenamiento en la utilización de instrumen

tos y bienes, en el conoci miento de la tradición, en el manejo del

poder y la responsabilidad sociales. Los padres que desarrollan en su

prole actitudes económicas, destrezas técnicas, obligaciones moralesy sociales, también tienen que traspasarle sus posesiones, su status

o su cargo. Por tanto, la relación doméstica implica un sistema de

leyes de herencia, de filiación y de sucesión.

De este modo queda clarificada la relación entre la necesidad cul

tural, un hecho social total, por una parte, y los motivos individuales

en que se transf orma por ot ra. La necesidad c ul tur al es la masa de

condiciones que deben cumpli rse si la comuni dad ha de sobrevi vir y

cont inuar su cultur a. Los motivos individuales, por otr a parte, no

tienen nada que ver con postulados tales como la continuidad de la

raza o la conti nuida d de la cultur a, ni siquiera con la necesidad de

nutrición. Pocas personas, salvajes o civilizadas, se dan cuenta de

que tales necesidades generales existen. El salvaje ignora o sólo

es vagamente consciente de que el hecho del emparejamiento produ

ce niños y que la comida sostiene al cuerpo. Lo que está presente

para la conciencia individual es un apetito culturalmente conforma

do que impulsa a la gente, en ciertas estaciones, a buscar un com

pañero o bien, en determinadas circunstancias, a buscar frutos s i l -

vestres, cavar la tierra o ir de pesca. Los fines sociológicos nunca

están presentes en los indígenas, y nunca se ha encontrado una legis

lación tribal en gran escala. Por ejemplo una teoría como la de Frazer

relativa a los orígenes de la exogamia como un acto deliberado de la

ley ori gina ria resulta insostenible. A todo lo largo de la litera tur a

antropológica existe una confusión entre necesidades culturales, que

se manifiestan en vastos proyectos, esquemas o aspectos de la cons

titución social, y motivación consciente, que existe como un hecho

psicológico en el entendimiento del miembro individual de la so

ciedad.

La costumbre, el modo normal de comportamiento que tradicional

mente se impone a los miembros de una comunidad , puede actuar o

funcionar. El noviazgo, por ejemplo, no es más que una etapa dei

proceso culturalmente determinado de la procreación. Consiste en

la masa de dispositivos que permiten una adecuada selección ma

trimonial. Dado que el contrato matrimonial varía considerablemente

de una cul tur a a otra, las consideraciones de adecuación sexual, legal

y económica también varían, y los mecanismos mediante los cuales

<>•>

 

se combinan estos distintos elementos no pueden ser los mismo*.

Cualquie ra que pueda ser la lib erta d sexual perm itid a, en ninguna

sociedad humana se consiente que los j ó v e n e s sean completamente in

discriminados o promiscuos en las experiencias amorosas sexuales.

»•'•' "» v á l v u l a s v reacciones de seguridad contra su severidad

muchas veces fastidiosa.

Las reglas tradicionales determinan las ocasiones de hacer el

amor, los m é t o d o s de a p r o x i m a c i ó n y de galanteo, incluso los medios

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 49/125

Se conocen tres grandes tipos de limitaciones: la p r o h i b i c i ó n del

incesto, el respeto a las obligaciones matrimonial es anteriore s y las

reglas combinadas de exogamia-y endogamia. La p r o h i b i c i ó n del in

cesto, con unas pocas excepciones i nsignifica ntes, es univer sal. Si

pudi era demostrars e que el incesto es b i o l ó g i c a m e n t e pernicioso, la

f u n c i ó n de este t a b ú universal r e s u l t a r í a evidente. Pero los especialistas en la herencia no e s t á n de acuerdo sobre el asunto. No obstante,

es posible demostrar que desde un punto de vista s o c i o l ó g i c o la fun

c i ó n de los t a b ú e s del incesto tiene gran importancia. El impulso

sexual, que en general es una fuerza muy desordenada y socialmentedestructiva, no puede penetrar en un sentimiento previamente exis

tente sin dar luga r a un cambio revol ucion ario. El i n t e r é s sexual, por

tanto, es incompatible con cualquier forma de r e l a c i ó n familiar, sea

entre padres e hijos o entre hermanos y hermanas, pues estas rela

ciones se constituyen en el p e r í o d o presexual de la vida humana

y se fundan en profundas necesidades f i s i o lóg i ca s de c a r á c t e r no se

xual. Si se permitiera que la p a s i ó n e r ó t i c a invadiera los recintos

d el hogar no solamente c r e a r í a celos y elementos de competenc ia y

d e s o r g a n i z a r í a la f a m i l i a , sino que t a m b i é n s u b v e r t i r í a los lazos de

parentesco má s fundamentales sobre los que se basa el futuro desa

r r o l l o de todas las relaciones sociales. Dentro de cada f a m i l i a s ó l o

puede permitirse una r e l a c i ó n e r ó t i c a y é s t a es la r e l a c i ó n del ma

rido y la esposa, que aunque desde un principio e s t á construida a

partir de elementos e r ó t i c o s debe ajustarse muy sutilmente a lasotras partes componentes de la c o o p e r a c i ó n d o m é s t i c a . Una sociedad

que permitiera el incesto no p o d r í a desarrollar familias estables; por

tanto, q u e d a r í a priv ada de los má s fuertes cimie ntos del parentesco

y esto, en una sociedad p r i m i t i v a , s i g n i f i c a r í a la ausencia de l orden

social.

L a exogamia elimina el sexo de todo un conjunto de relacionessociales, aquellas que se producen entre los miembros masculinos v

femeninos del mismo clan. Puesto que el clan constituye el g r u p o

cooperativo t í p i c o , cuyos miembros e s t á n unidos por cierto númerode intereses y actividades legales, ceremoniales y e c o n ó m i c o s , al

quitar de la c o o p e r a c i ó n del trabajo d iari o un elemento destructivoy de competencia, la exogamia cumple una vez más una importante

f u n c i ó n cultural. La salvaguardia general de la exclusividad sexualdel matrimonio establece esa relati va estabil idad del matr imo nio que

• a m b í é n es inevitable si la i n s t i t u c i ó n no ha de ser minada poi !<>••

celos y desconfianzas del galanteo comp eti tiv o. El hecho de (pie nin

guna de las reglas del incesto, la exogamia y el adulterio mima

funcionen con absoluta p r e c i s i ó n y fuerza a u t o m á t i c a s ó l o r e l u c í / a la

l ó g i c a de este argumento, pues lo más importante es la eliinina< ion

d el funcionamiento abierto del sexo. La e v a s i ó n subrepticia de las

reglas y las ocasionales anulaciones en momentos ceremoniales op<

100

p a i a atraer y gustar. La t r a d i c i ó n t a m b i é n permite determinadas h

b c i tades c incluso excesos, aunque t a m b i é n les e s t a b l e c í - limites r i gu

roaos. Estos l í m i t e s determina n el grado de publicid ad, de promist uld a d , de indecencias verbales y activas; dete rmi nan lo que se cl< b.

considerar normal y lo que se debe considerar p e r v e r s i ó n . En todoesto, los a u t é n t i c o s impulsos del comportamiento humano sexual no

consisten en impulsos f i s i o l ó g i c o s naturales, sino que se presentan

a la concienci a human a en forma de mandamie ntos dictados poi la

t r a d i c i ó n . La poderosa in flue ncia destru ctiva del sexo tiene que con

tar con un juego libre dentro de unos l í m i t e s . El principal tipo de

libertad regulada es la lib ert ad de copul ar que se deja a las persona ,

solteras, que muchas veces es considerado equivocada mente co mo

una supervivencia de la promiscuidad p r i m i t i v a . Para apreciar la

f u n c i ó n de la r e l a j a c i ó n prenupcial, é s t a debe ponerse en concia

c i ó n con los hechos b i o l ó g i c o s , con la i n s t i t u c i ó n del matrimonio y

c o n la r e l a c i ó n entre padres e hijos dentro de la f a m i l i a . El impulso

sexual que lleva a las personas a copular es extraordinariamente más

poderoso que cualquier otro motivo. All í donde el matrim oni o es la

c o n d i c i ó n indispensable para la c o p u l a c i ó n , el impulso que supera

todas las d e m á s consideraciones debe conducir a uniones que no

son adecuadas ni estables, espiritual ni f i s i o l ó g i c a m e n t e . En las cu l

turas m ás elevadas, el entren amiento mor al y la s u b o r d i n a c i ó n del

sexo a intereses culturales má s amplios funcionan como salvaguardias

generales contra el dominio exclusivo del elemento e r ó t i c o en el

matrimonio, o bien los matrimonio s culturalme nte determinados,

concertados por los padres o por las familias, aseguran la influencia

de factores e c o n ó m i c o s y culturales sobre el simple erotismo. En

ciertas comunidades primitivas así como en grandes sectores del cam

pesinado europeo, el emparejamiento de prueba, como forma de ase

gurar la com patibi lidad personal y t a m b i é n en gran medida como

medio para eliminar la simple urgencia sexual, funciona como una

salvaguardia de la i n s t i t u c i ó n del matrimon io permanente. Gracias

a las libert ades prematri moni ales dura nte el noviazgo, la gente deja

de valorar el simple s e ñ u e l o del atractivo e r ó t i c o y, por otr a parte, se

ye cada vez más i n f l u i d a por las afinidades personales, si no existe

incompatibilidad f i s i o l ó g i c a . La f u n c i ó n , pues, de la libertad prema

trimonial consiste en que influye en la e l e c c i ó n matrimonial, que se

convierte en deliberada, basada en la experiencia y orientada por consideraciones m ás amplias y s i n t é t i c a s que el ciego impulso sexual.

Por tanto, la falta de castidad prematr imoni al funciona como una

forma de p r e p a r a c i ó n del matri moni o, eliminando el impul so sexual

crudo, e m p í r i c o y no educado, y fundiendo este impulso con otrosen una a p r e c i a c i ó n má s profunda de la personalidad.

L a couvade, el r i t u a l s i m b ó l i c o mediante el cual un hombre i m i t a

e l sobreparto mientras la esposa va a su trabajo , no es tampoc o una

l i d

 

supervivencia, sino que puede explicarse funcionalinente poi su u m

texto cultural.

E n las ideas, costumbres y dispositivos sociales referentes ¡i la

c o n c e p c i ó n , el embarazo y el alumbramien to, el hecho de la Riatt mi

basa en las relaciones personales con el padre y la madre, con los

h< iina nos y hermanas. Siempre se adquiere un comple to equipo de

t é r m i n o s familiares, con significados individuales bien determinados,

•m i e s (pie cualquier otro desarrollo l i n g ü í s t i c o . Pero luego tiene

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 50/125

d a d e s t á culturalmente determinado sobre todo por su n a i i i i . i l / .

b i o l ó g i c a . La patern idad se establece de forma s i m é t r i c a , mediantereglas en las que el padre tiene que imitar en parte los t a b ú e s , las

observancias y reglas de conducta que tradici onalmente recaen sobre

l a madre y t a m b i é n que encargarse de determinadas funciones ato

ciadas. El comportamie nto del padre en el nacimiento e s t á estrit ta

mente deter minado , y en todas partes, tant o si se le excluye de I. .

c o m p a ñ í a de la madre como si se le obliga a asistir, tanto si se le

considera peligroso como indispensable para el bienestar de la madrey del n i ñ o , el padre tiene que asumir un rol concreto, estrictamente

prescrito. Más adelante el padre comparte gran par te de las obliga-

ciones de la madre; la sigue y la sustituye en gran parte de los tier-

nos cuidados que recaen sobre el infante. La f u n c i ó n de la couvade

consiste en establecer la pater nidad social mediante la a s i m i l a c i ó n

s i m b ó l i c a del padre a la madre. Lejos de ser una supe rvivencia o un

rasgo muerto o i n ú t i l , la couvade es simplemente uno de los actos r i -

tuales creativos que e s t á n en la base de la i n s t i t u c i ó n de la f a m i l i a .

Su naturaleza puede comprenderse, no mediante aislamiento, sino

s i t u á n d o l o dentro de las instituciones a las que pertenecen, compren-

d i é n d o l o como parte integrante de la i n s t i t u c i ó n de la f a m i l i a .

Las t e r m i n o l o g í a s clasificatorias se conciben como si al mismo

tiempo reunieran un « p l a n i n t e l i g e n t e » (en palabras de Morgan) para

l a c l a s i f i c a c i ó n de los parientes. En la t e o r í a de Morgan se s u p o n í a

que esta c l a s i f i c a c i ó n proporcionaba con p r e c i s i ó n casi m a t e m á t i c a

l o s l í m i t e s de la paternidad potencial. S e g ú n t e o r í a s más reciente,

sobre todo la de Rivers, las t e r m i n o l o g í a s clasificatorias fueron en

a l g ú n momento la m a n i f e s t a c i ó n clara y real de a n ó m a l o s matrimo-

nios. Cualquiera que sea el aspecto concreto de las distintas teorías,el dato de las t e r m i n o l o g í a s clasi ficatorias ha sido la fuente de un

torrente de especulaciones sobre las etapas de la e v o l u c i ó n del ma

trimonio, sobre las uniones a n ó m a l a s , sobre la promiscuida d y la ge

rentocracia primitivas, sobre el clan u, otros esquemas procrcativoscomunitarios que en una u otra etapa ocupan el lugar de la familia

N o obstante, pocos fueron los que invest igaron seriamente la f u n c i ó n

actual de los t é r m i n o s clasificatorios. McLennan s u g i r i ó que p o d r í a n

ser una forma simplemente educada de tratamiento, y en esto fue

seguido por unos cuantos autores. Pero puesto que estas nomen-

claturas e s t á n muy r í g i d a m e n t e adheridas y puesto que, c o m o lia

mostrado Rivers, e s t á n asociadas a concretos status sociales, la ex-

p l i c a c i ó n de McLennan tiene que ser descartada.

Las t e r m i n o l o g í a s clasificatorias, no obstante, cumple n una lu n

c i ó n muy importante y muy concreta, que s ó l o puede apreciarse

a partir de un cuidadoso estudio de c ó m o los t é r m i n o s desarrollansignificado durante la historia b i o g r á f i c a de un miembro de la t r i b u .

E l primer significado que adquiere el n i ñ o es siempre i n d i v i d u a l . Se

102

lugai una serie de extensiones del significado. Las palabras padre y

madre se aplican pr imero a la hermana de la madre y al hermano del

padie, respectivamente, pero se aplican a estas personas de manera

I raucamente m e t a f ó r i c a , es decir, con un significado ampliado y

distinto, que de ninguna forma interfiere u obstaculiza el significado

original cuando se aplica a los padres origina les. La e x t e n s i ó n tiene

lugar porque, en una sociedad p r i m i t i v a , los parientes más p r ó x i m o s

tunen la o b l i g a c i ó n de actuar como sustitu tos de los padres, de

sustituir a los progenitores de los n i ñ o s en caso de muerte o ausen-

cia , y en todos los casos deben compartir sus obligaciones en una

considerable medida . Sin embargo, hasta que no tenga luga r una

completa a d o p c i ó n , los parientes susti tutivos no reemplazan a los

originales y en n i n g ú n caso se confunden o identifican los dos con-

juntos. Simplemente se asimilan de forma parcial. El acto de nom-

brar a las personas siempre es un acto semilegal, especialmente en las

comunidades primitivas. Así como en las ceremonias de a d o p c i ó n

se i m i t a el nacimiento verdadero, en la couvade se simula un alum-

bramiento, en el acto de la hermandad de sangre hay ficciones tales

como el intercambio de sangre, en el matrimonio una atadura, u n i ó n

u o b l i g a c i ó n s i m b ó l i c a o un acto de comida c o m ú n y a p a r i c i ó n pú-

blica c o m ú n a veces, igualmente a q u í una r e l a c i ó n derivada, parcial-

mente establecida, se caracteriza por el acto de la i m i t a c i ó n verbal

en el nombramiento. La f u n c i ó n del uso verbal clasificatorio consis-

te , pues, en establecer los derechos legales de la pat ern idad y ma-

ternidad delegada mediante la m e t á f o r a unitiva de la e x t e n s i ó n de

l o s t é r m i n o s de parentesco. El descubrimiento de la f u n c i ó n de la

t e r m i n o l o g í a clasificatoria abre un conjunto de nuevos problemas:

el estudio de la s i t u a c i ó n i n i c i a l del parentesco, de la e x t e n s i ó n del

significado del parentesco, del parcia l hacerse cargo de las obliga-

ciones de parentesco y de los cambios producidos en las anteriores

relaciones por tales extensiones. Se trata de problemas e m p í r i c o s

que no llevan a la mera e s p e c u l a c i ó n , sino a un estudio má s completo

de los hechos que se producen sobre el terreno de i n v e s t i g a c i ó n . Al

mismo tiempo, el descubrimiento de la f u n c i ó n del uso de la termi-

n o l o g í a clasificatoria en t é r m i n o s de la realidad s o c i o l ó g i c a actual

corta las razones en las que se basaban series enteras de especula-

ciones s e g ú n las cuales las nomenclaturas salvajes d e b í a n explicarse

como supervivencias de etapas anteriores del matrimonio humano.

El aparato de la domesticidad influye en c! aspecto moral o es-

p i r i t u a l de la vida familiar. Su substrato material consiste en los

alojamientos, los dispositi vos inte rnos, los aparatos de cocina y los

instrumentos d o m é s t i c o s y t a m b i é n el modo de asentamiento, es decir,

l a forma en que se reparten los alojamientos sobre el territorio. Este

substrato materia l entra de la forma má s s u t i l en la textura de la

vida familiar e influye profundamente en sus aspectos legales, e c o n ó

103

 

micos y morales. La const i tuc ión de una familia caractci i s t i i . 1 de una

cultura va profundamente asociada al aspecto mate rial del m i . 1101

del alojamien to, tanto si se trata de un rascacielos como de un rffugio, de un suntuoso apartamento o de un cobertizo . Existe u fl

nito campo de asociaciones personales ínt imas en el hogai desde

ramentc t é c n i c o , bastan unas pocas indicaciones sobre c ómo se coló-1 an las piedlas, cómo se expulsa el humo, como se utiliza el luego

pata < . i l . n i . 1 1 o para iluminar, i o n i o se disponen los soportes paia

j in 11 Tero incluso al exponer estos simples detalles, uno se ve

anas tra do al estudio de los usos carac ter í s t icos del fuego, a las i n d i

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 51/125

la infancia y adolescencia, a t ravés de la pubertad y el despertai

emocional, la etapa de noviazgo y el principio de la vida mal 1 u n . . m i l .

hasta la ancianidad. Estas implicaciones sentimentales y románt icas

de estos hechos se reconocen, en la cultura c o n t e m p o r á n e a , en la pri

servac ión y culto de los lugares de nacimien to y hogares de los grandes hombres. Pero aunque se conoce gran parte de la tecnología de

la const rucc ión de viviendas e incluso de la estructura de las CASA S

en diversas culturas, y aunque t ambién se conoce mucho sobre la

const i tuc ión de la familia, pocas descripciones se ocupan de la reíac ión entre la forma de alojamiento y la forma de los dispositivos

d o m é s t i c o s , por una parte, y la const i tuc ión de la familia, por otra,y sin embargo tales relaciones existen. El solar familiar aislado,

distante de todos los d e m á s , produce una familia fuertemente unida,

autosuficiente e c o n ó m i c a m e n t e , así como moralmente independiente.

Las casas a u t ónoma s reunidas en comunidades de aldea permiten

una textura mucho más apretada del parentesco der ivado y una

mayor amplitud de la cooperac ión local. Las casas compuestas de

familias unidas, especialmente cuando están unidas bajo un propie

tario, constituyen las bases necesarias para una familia extendida o

Grossfamilie. Las grandes casas comunitarias donde sólo los distintos

hogares o porciones diferencian a las distintas familias componentes

colaboran a un sistema de parentesco aun m ás entrelazado. Por ú l t i

mo, la existencia de clubes especiales, donde los hombres, los solteroso las muchachas no casadas de la comunidad duermen, comen o

guisan juntos, está evidentemente correlacionada con la estruetma

general de una comunidad en la que el parentesco se compl ica poi

grados de edad, sociedades secretas y otras asociaciones masculinas

o femeninas, y generalmente también está cor relacionado con la pre

sencia o ausencia de libertad sexual.

Cuanto más se sigue la correlación entre la sociología y la forma

de los asentamientos y alojamientos, mejor se comprende cada pal te

Mientras que, por una parte, la forma de los disposit ivos material t

recibe su única significación a partir de su contexto s o c i o l ó g i c o , poi

otra parte toda la determinación objetiva de los fenómenos sociales

y morales puede definirse y describirse mejor en t é rmi nos de subs ti a

to material, dado que éste moldea e influye en la vida social y espiritual de una cu ltu ra. Los dispositivo s del interior de la casa tara

.bien muestran la necesidad de un estudio paralelo y en corre lac ión

de lo material y lo espiritual. El escaso mobiliario, el hogar, los ban

cos de dormir, las esteras y colgadores de una choza indígena mu é >

tran una simplicidad, incluso una pobreza de forma que, no obstan

te, se vuelve inmensamente significativa con ayuda de la profundidad

y la clasificación de la asociación sociológica y espiritual. El hogar,

por ejemplo, cambia poco de forma; desde el pun to de vista me

104

caiioncs de las actitudes y emociones humanas; en resumen, al ana

lisis de las costumbres sociales y morales que se constituyen alrede

dor del hogar. Pues el hogar es el centro de la vida d o m é s t i c a ; y la

nianeia en que se utiliza, las costumbres para encenderlo, mantenerloy extinguirlo, el culto domést ico que suele desarrollarse a su alrededor, la mitología y la significación simbólica del hogar, son datOlindispensables para el estudio de la domesticidad y de su lugar den

tí o de la cultura. En las islas Trobriand, por ejemplo, el hogar tienen

que situarse en el centro, para evitar los hechizos, que son especialmente eficaces si utilizan el humo para entrar desde fuera. El hogar

es una propiedad especial de las mujeres. Hasta cierto punto, guisar

es t a bú para los hombres y su proximidad contamina los alimentos

vegetales no guisados. De ah í que exista una división entre almace

nes y casas de guisar en las aldeas. Todo esto hace que el simple dispositivo material de una casa sea una realidad social, moral, legal y

religiosa.

E l dispositivo de los bancos para dormir está correlacionado

con el lado sexual y de parentesco de la vida matrimonial, con el

t a bú del incesto y la necesidad de casas para los solteros; el acceso

a la casa está correlacionado con el aislamiento de la vida familiar,

con la propiedad y la moralidad sexual. En todas partes la forma

se hace más y más significativa conforme se comprende mejor la

re lac ión entre las realidades sociológicas y su substrato material.

Las ideas, las costumbres y las leyes codifican y determinan los

dispositivos materiales, mientras que estos úl t i mos son los principa

les aparatos que moldean a cada nueva generac ión en la pauta tra

dicional t ípica de su sociedad.

Las necesidades biológicas fundamentales de una comunidad, es

decir, las condiciones en que una cult ura puede prosperar , desarro

llarse y continuar, se satisfacen de una forma indirecta que impo

ne condiciones secundarias o derivadas. Estas pueden designarse-

corno imperativos instrumentales de la cultura. El conjunto de la

masa de cultura material debe producirse, mantenerse, distribuirse

y util izars e. Por tanto, en cada cultu ra se encuentra un sist ema de

reglas o mandamientos que determina las actividades, los usos y los

valores mediante los cuales se produce, almacena y reparte la comida,

se manufacturan, poseen y utilizan los bienes, se preparan e incor

poran las herramientas a la p r o d u c c i ó n . La or^p.nizac ión economía

es indispensable para cual quier comunidad, y la cul tur a siempre debe

mantenerse en contac to con este substrato material.

Entre los primitivos más inferiores existe cooperac ión regulada

incluso en actividades tan simples como la búsque da de alimento.

A veces tienen que abastecer a grandes reuniones tri bales y ello exige

un compl icado sistema de intendencia. Existe división del trabajo

) ( ) ' >

 

dentro de la f a m i l i a y la c o o p e r a c i ó n de las familias dentro de la

comunidad l oca l nunca es un asunto e c o n ó m i c o sencillo. F.l manh

nimiento del p r i n c i p i o u t i l i t a r i o de la p r o d u c c i ó n e s t á estrechan!. nl<

vinculado a actividades a r t í s t i c a s , m á g i c a s , religiosas y ceremonial.

nna g e n e i n . ion a o t r a . Los cuentos popula res y la m i t o l o g í a c o u s t i t t i

v< " o l i o aspecto de la t r a d i c i ó n verbal. En las culturas má s e l e v a d a s

se a ñ a d e la escritura para transportar la t r a d i c i ó n o r a l . El no haberse

dado ( l i e n t a de que el lenguaje es una parte integrante- de la c u l l i i i . i

ha llevado a vagos, m e t a f ó r i c o s y equivocados paralelos entre las so

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 52/125

L a propiedad p r i m i t i v a de la tierra, de la p o s e s i ó n personal y de los

distintos medios de p r o d u c c i ó n es mucho más complicada de lo que

s u p o n í a la vieja a n t r o p o l o g í a , y el estudio de la e c o n o m í a p r i m i t i v a

e s t á desarrollando un considerable i n t e r é s por lo que p o d r í a deno

minarse las primeras formas delderecho c i v i l .

C o o p e r a c i ó n significa sacrificio, esfuerzo, s u b o r d i n a c i ó n de las

inclinaciones y de los intereses privados a los fines comunes de la

comunidad, la existencia de c o a c c i ó n social. La vida en c o m ú n pro

picia distintas tentaciones, especialmente a impulsos delsexo, y comoconsecuencia, se hace inevitable un sistema de prohibiciones y coac

ciones, así como de reglas obligatorias. Lap r o d u c c i ó n e c o n ó m i c a pro

porciona al hombre las cosas deseadas y valoradas, no indiscrimina

damente accesibles para uso y disfrute por todo el mundo por i g u a l ,

y es por ello que surgen y se hacen cumplir las reglas de la propie

dad, de la p o s e s i ó n y del uso. Lao r g a n i z a c i ó n concreta e n t r a ñ a d i f e -

rencias de rango, liderazgo, status e influencia. La j e r a r q u í a desa

r r o l l a las ambiciones sociales y exige salvaguardias que se sancionan

de manera efectiva. Todo este conjunto de problemas ha sido s e ñ a -

ladamente omitido porque la ley y sus sanciones, en la sociedad p r i -

m i t i v a , raramente e s t á n personificadas en instituciones especiales.

L a l e g i s l a c i ó n , las sanciones legales y la a d m i n i s t r a c i ó n efectiva de

las reglas tribales suelen llevarse a cabo muchas veces como subpro

ductos de otras actividades. El mantenimiento de la ley suele ser

una de las funciones secundarias o derivadas de instituciones como

l a f ami l i a , la comunidad l oca l y la o r g a n i z a c i ó n t r i b a l . Pero aunque

no e s t é n contenidas en un cuerpo e s p e c í f i c o de reglas codificadas

n i tampoco d e s e m p e ñ a d a s por grupos especialmente organizados de

personas, las sanciones de la ley p r i m i t i v a funcionan sin embargo

de forma concreta y desarrollan rasgos concretos en las i n s t i t u c i ó n ,

a que pertenecen. Pues es esencialmente incorrecto sostener que,

como se ha hecho con frecuencia, la ley p r i m i t i v a funciona a u t o m á -

ticamente y el salvaje es por naturaleza un ciudadano que se somete

a la ley. Las reglas de conducta deben ser grabadas en cada nueva

g e n e r a c i ó n mediante la e d u c a c i ó n ; es decir, debe asegurarse la con

tinuidad de la cultura a t r a v é s de la i n s t r u m e n t a l i z a c i ó n de la tra

d i c i ó n . La primera c o n d i c i ó n es la existencia de signos s i m b ó l i c o s

mediante los cuales pueda traspasarse de una g e n e r a c i ó n a otras la

experiencia acumulada. El lenguaje constituye el tipo m ás Importen

tes-dc- tales signes s i m b ó l i c o s . El lenguaje no contiene la experiencia;

m á s bien es un sistema de h á b i t o s sonoros que a c o m p a ñ a al desairo

l i o de la experiencia cultural de toda comunidad humana y se con

vierte en parte integrante de esta experiencia c u l t u r a l . En las c ul

turas p r i m i t i v a s , la t r a d i c i ó n se mantiene o r a l . Elhabla de una coinu

nidad p r i m i t i v a e s t á llena de dichos establecidos, m á x i m a s , reglas

y reflexiones que traspasan de forma estereotipada la s a b i d u r í a de

106

« ¡ e d a d e s animales y la cultura humana, que han perjudicado mucho

a la s o c i o l o g í a . Si se comprendiera claramente que la cultura no

existe sin el lenguaje, el estudio de las comunidades animales deja

r ía de formar parte de la s o c i o l o g í a y las adaptaciones de los anima

les a la naturaleza se d i s t i n g u i r í a n claramente de la cultura. En la

sociedad p r i m i t i v a , la e d u c a c i ó n raramente i m p l i c a instituciones espe

ciales. La f a m i l i a , el grupo parientes c o n s a n g u í n e o s , la comunidad

l oca l , los grados de edad, las sociedades secretas, los campos de

i n i c i a c i ó n , los grupos profesionales o gremios de t é c n i c o s , la habil i d a d m á g i c a o religiosa, son las instituciones que corresponden, en

algunas de sus funciones derivadas, a las escuelas de las culturas

m á s avanzadas.

Lo s tres imperativos instrumentales, la o r g a n i z a c i ó n e c o n ó m i c a , la

le y y la e d u c a c i ó n , no agotan todo lo que la cultura e n t r a ñ a en su

s a t i s f a c c i ó n indirecta de las necesidades humanas. La magia y la

r e l i g i ó n , el conocimiento y el arte, forman parte delesquema univer

sal que subyace a todas las culturas concretas y puede decirse que

nacen en respuesta de un imperativo integrador o s i n t é t i c o de la

cultura humana.

A pesar de las diversas t e o r í a s sobre el c a r á c t e r e s p e c í f i c o , no

e m p í r i c o y p r e l ó g i c o de la mentalidad p r i m i t i v a , no cabe duda de que

ta n pronto como el hombre d e s a r r o l l ó el dominio delmedio ambientemediante la u t i l i z a c i ó n de utensilios, y tan pronto como a p a r e c i ó el

lenguaje, t a m b i é n d e b i ó existir un conocimiento p r i m i t i v o de c a r á c -

ter esencialmente c i e n t í f i c o . Ninguna cultura p o d r í a sobrevivir si

sus artes y of i c ios , sus armas y p r o p ó s i t o s e c o n ó m i c o s se basaran en

concepciones y doctrinas m í s t i c a s y n\. Cuando uno se

aproxima a la cultura humana por este lado p r a g m á t i c o y t e c n o l ó -

gico, se descubre que el hombre p r i m i t i v o es capaz de una observa

c i ó n exacta, de perfectas generalizaciones y de razonamiento l ó g i c o

en todos los asuntos que afectan a sus actividades normales y son

b á s i c o s para su p r o d u c c i ó n . El conocimiento, pues, es una necesidad

absoluta derivada de la cultura. Noobstante, es más que un medio

para un fin y, por tanto, no se c l a s i f i c ó entre los imperativos ins

trumentales. Su lugar en la cultura, su f u n c i ó n , es ligeramente dife-

rente al de la p r o d u c c i ó n , la ley o la e d u c a c i ó n . Los sistemas de conocimiento sirven para conectar distintos tipos de comportamientos;

traspasan los resultados de las experiencias pasadas ? las fu turas

empresas y r e ú n e n los elementos de la experiencia humana permi

tiendo que el hombre coordine e integre sus actividades. El cono

cimiento es una actitud mental, una d i á t e s i s del sistema nervioso

que permite que el hombre lleve a cabo el trabajo que la cultura

le asigna. Su f u n c i ó n consiste en organizar e integrar las actividades

indispensables de la cultura.

107

 

La corporización material del conocimiento consiste en la mitán

de arles y oficios, de procedimientos técnicos y de reglas de artesa

nía. Má s específicamente, en las culturas másprimitivas y eviden

teniente en las má s elevadas, existen utensilio s especiales del CODO

desanol lada lo s que e s t á n familiarizados con alguna buena magia

t i e n e n , en virtud de e l l o , valentía y confianza. Cuando se utilizan las

canoas para la pesca, los accidentes y la buena o mala suerte pueden

iclcrir.se no solo al transporte, sino también al hallazgo del pesiado

V •« las i o n d ú iones de captura. En el comercio, sea marítimo o entre

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 53/125

I in nenio: diagramas, modelos topográficos, medidas, ayudas para

la orientación o para contar.

La conexión entre el pensamiento indígena y el lenguaje abre

importantes problemas de función. Laabstracción lingüística, las ca-

tegorías de espacio, tiempo y relación, y los medios lógicos para ex-

presar la concatenación de las ideas constituyen puestos extraordi-

nariamente importantes, y el estudio de cómo funciona el peneamiento a través del lenguaje de cualquier cultura sigue siendo un

terreno virgen de la lingüística cultural. Cómo funciona el lenguajeprimitivo, dónde está incorporado, cómo se relaciona con la orga-

nización social, con la religión y la magia primitivas, constituyen im-

portantes problemas de la antropología funcional.

Por la misma premeditación y previsión que proporciona, la fun-

ción integradora delconocimiento crea nuevas necesidades, es decir,

impone nuevos imperativos. El conoci miento concede al hombre la

posibilidad deplanificar poradelantado, deabarcar un vasto espacio

de tiempo y espacio; permite un amplio campo devariaciones a sus

esperanzas y deseos. Pero pormucho que el conocimiento y laciencia

ayuden al hombre, permitiéndole conseguir lo que desea, son com-

pletamente incapaces de controlar la suerte, de eliminar accidentes,

de adivinar un giro inesperado de los acontecimientos naturales

o bien de hacer que el trabajo manual humano sea digno de con-

fianza y adecuado para todas las exigencias prácticas. Eneste campo,mucho más práct ico, concreto y circunscrito que el de la religión, se

desarrolla un tipo especial deactividades rituales que la antropología

etiqueta colectivamente como magia.

La má s azarosa de todas las empresas humanas conocidas por el

hombre primitivo es la navegación. Para la preparac ión de su em

barcación y el trazado de sus planes, el salvaje se dirige a la cien, la

La obra cuidadosa a sí como el inteligentemente organizado trabajo de

la construcción y de la navegación dan testimonio de la confianza

del salvaje en la ciencia y de su sometimiento a ella. Pero es posible

que los vientos adversos o la falta de viento, el mal tiempo, las co-

rrientes y los arrecifes desbaraten sus mejores planes y sus mas

cuidados preparativos. Tiene que admitir que ni sus conocinnen

tos ni sus esfuerzos más cuidadosos son una garantía del éxito

Algo inexplicable suele penetrar y frustrar sus previsiones. Pero aunque inexplicable, parece tener sinembargo, un profundo significado,

y actuar o comportarse con alguna intención La secuencia, la c o m a

tcnación significativa de acontecimientos, parece contener alguna co-

herencia lógica interna. El hombre siente que no puede hacci nada

po r combatir este misterioso elemento o fuerza, y ayudar y lavoie» ei

a su suerte. Existen siempre, por tanto, sistemas de superstii ion, de

ritual má s o menos desarrollado, asociados a la navega» ion, y en las

comunidades primitivas la magia de las embarcaciones está i m i v

108

V . I I I I O S próximos, la suerte puede favorecer o impedir los lines y

deseos humanos. En consecuencia, ha tenido un fuerte desarrolle

l a u t o la magia de la pesca como la magia delcomercio.

Igualmente en la guerra, el hombre, por primitivo que sea, sabe

que las armas de ataque y de defensa bien hechas, la estrategia, la

fuerza delnúmero y la fuerza de los individuos aseguran la victo! la

Sin embargo, a pesar de todo esto, lo imprevisto y accidental ayuda

incluso al má s débil a la victoria cuando el combate se lleva a cabo

po r la noche, cuando sonposibles las emboscadas, cuando las con-diciones del encuentro favorecen obviamente a un bando a expen-

sas del otro. La magia se utiliza como algo que, por encima del

equipo y la fuerza del hombre, ayuda a dominar los accidentes y

a engañar a la suerte. También en el amor existe unacualidad inex-

plicable de éxito o de predestinación al fracaso que parece ir acom-

pa ña da de alguna fuerza independiente de la atracc ión ostensible y

de los planes y dispositivos mejor preparados. La magia participa

para asegurar algo que cuenta porencima de las cualidades visibles

y contabilizables.

Para su bienestar, el hombre primitivo depende de sus ocupa-

ciones económicas de talmanera que siente la mala suerte de forma

muy dolorosa y directa. Entre las personas que dependen de sus

campos o de sus huertos, invariablemente está bien desarrollado lo

que se podría denominar el conocimiento agrícola. Los indígenas

conocen las propiedades del suelo, la necesidad de una cuidadosa

limpieza de la selva y los matojos, de fertilizar con cenizas y de

sembrar de forma adecuada. Pero por bien escogido que esté el

emplazamiento y por bien trabajados que estén los huertos, se pro-

ducen calamidades. La sequía o el diluvio aparecen en los momen-

tos más inapropiados y destruyen los frutos por completo, o bien

los añublos, los insectos o los animales salvajes los disminuyen.

O bien en otros años, cuando el hombre es consciente de que sólo

obtendrá un pobre fruto, todo se produce de forma tan suave y

próspera que unos inesperados buenos rendimien tos pr emia n al

agricultor que no lo merece. Los temidos elementos de la lluvia y el

sol, las plagas y la fertilidad parecen estar controlados por una fuerzaque está má s allá de la experiencia y el conocimiento humano ordi-

narios, y el hombre recurre, una vezmás, a la magia.

En todos estos ejemplos aparecen los mismos factores. La expe-

riencia y la lógica enseñan al hombre que, dentro de determinados

límites, el conocimiento es soberano; pero que más allá de ellos

no se puede hacer nada conesfuerzos práct icos de fundamento ra

cional. Sinembargo, él se rebela contra la inacción porque, aunque

se da cuenta de su impotencia, se siente igualmente impelido a la

acción por un intenso deseo y por fuertes emociones. Y tampoco es

i o n

 

posible la total inacción. Una vez se ha embarcado para un Intuo

viaje o se encuentra en medio de un combate o a mitad de <

del ciclo de desarrollo de los huertos, el indígena trata do hmn

que su canoa sea más marinera mediante encantos o de txpul 1

a las langostas y los animales salvajes mediante un ritual o do

tingedla ni.n 11 una sensacionalista se ha formado un mito que presenta las mismas misteriosas indicaciones mágicas o da razones

mágii as p a i . i la tragedia. Laaviación e s t á desarrollando sus s u p e i s l i

« i o n e s y su magia. Muchos pilotos se niegan a aceptar al pasajeio

que viste algo de color verde, a salir de viaje en martes o cnccndei

tres cigarrillos con la misma cerilla cuando están en el aire, y su

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 54/125

vencer a sus enemigos conayuda de una danza.

La magia cambia en la forma; varía de fundamento; pero < <¡ 1en todas partes. En las sociedades modernas, la magia está aso.

con encender un tercer cigarrillo con la misma cerilla, con la < aid.i

de la sal y la necesidad de tirarla por encima del hombro Izquierdo,con losespejos rotos, conpasar pordebajo de una escalera, con la

luna nueva vista a través de un cristal o en la mano izquierda, < mi

el número trece o con el martes. Estas son supersticiones de poca

importancia que simplemente parecen vegetar entre la intclligcntsiadel mundo oc cidenta l. Pero estas supersticiones y sistemas muchomás desarrollados también persisten tenazmente y reciben serio cré

dito entre las modernas poblaciones urbanas. La magia negra se

practica en losbarrios pobres de Londres por el clásico método de

destruir el retrato del enemigo. En las ceremonias matrimoniales,

se consigue buena suerte para la pareja decasados mediante la estritta observancia de varios métodos mágicos tales como arrojar la

zapatilla y la lluvia de arroz. Entre los campesinos de la Europa

central y oriental, todavía florece la magia elaborada y se trata

a losniños conayuda de brujas y brujos. Existen personas de las

que se suponen que tienen poder para impedir que las vacas den

leche, para inducir al ganado a que se multiplique indebidamente,

para producir lluvia y.sol, y para hacer que la gente se ame <> se

odie. Los santos de la iglesia católica romana se convierten, en lapráctica popular, en pasivos cómplices de la magia. Son golpeados,

adulados y llevados de ?.n sitio a otro. Pueden traer lluvia si se- les

sitúa en el campo, para losflujos de lava al enfrentarlos y deteni Iel progreso de una enfc::nedad, o de un añublo, o de una plaga de

insectos. La utilización ,. táct ica que se hace de ciertos ritual

objetos religiosos convierta a su función enmágica. Pues la magia se

distingue de la religic •» e:. que la última crea valores y se atienf

directamente a fines, mientras que la magia consta de actos que n

nen unvalor práctico utilitario y sólo soneficaces como medios para

un fin . De este modo, el objeto o tema estrictamente utilitario de un

acto y su función directa e instrumental lo convierten en magia, v

la mayor parte de las religion es modernas establecidas alberg an en

su interior, dentro delritual e incluso en su ética, unabuena can t i

dad de cosas que en realidad pertenecen a la magia. Pero la magiamoderna no sólo sobrevive en forma de las supersticiones menores

o dentro del cuerpo de lossistemas religiosos. Siempre que hay pell

gro, incertidumbre, gran incidencia de lasuerte yel accidente, ln< lusoen formas deacti vidad completamente modernas, la magia f r u c t i f i i >

E l jugador déMontecarlo, delhipódromo o de cualquier lotería na

cional desarrolla sistemas. El automovilismo y la moderna navega

ción exigen mascotas y desarrollan supersticiones. Alrededor decada

110

s e n s i b i l i d a d a la superstición parece aumentar con la a l t u r a . En

todas las grandes ciudades de Europa y América puede comprarse

la magia de quirománticos, clarividentes y otros adivinos que pre

dicen el futuro, danconsejos prácticos para la conducta afortunada

y venden al pormenor aparatos rituales como amuletos, mascotas y

talismanes. No obstante, tanto en la civilización como entre los salvajes, el campo más poderoso de la magia es el de la salud. También

en esto las antiguas y venerables religiones se prestan fácilmente a

la magia. El catolicismo romano abre sus sagradas reliquias y loslugares de culto al peregrino achacoso, y las curaciones por la fe

también florecen en otras iglesias. Laprincipal función de la Chris-

tian Science es la expulsión mental de la enfermedad y el decaimien

to; su metafísica es fuertemente pragmática y utilitaria y su ritual

consiste esencialmente enmedios para elf in de lasalud y la felicidad.

E l abanico ilimitado de remedios y bendiciones, osteopatía y quiro-

práctica, dietética y curación por el sol, el agua fría, el jugo de uva

o de limón, alimentos crudos, inanición, alcohol o su prohibición,

todos y cada uno invariablemente tienen algo de magia. Los inte

lectuales todavía se someten a Coué y Freud, a Jaeger y Kneipp, al

culto al sol, ya sea directo o mediante la lámpara de mercurio, por

no mencionar el género de cabecera del especialista bien pagado.

Es muy difícil descubrir dónde acaba elbuen sentido ydónde comien

za la magia.

E l salvaje no es nomás racional nimás supersticioso que elhom

bre moderno. Es má s limitado, menos suceptible de tener imagina

ciones libres y a ser engañado por lasnuevas invenciones. Sumagia es

tradicional y tiene su plaza fuerte de conocimientos, su tradición

empírica y racional de ciencia. Dado que el carácter supersticioso

o prelógico delhombre primitivo ha sido tan resaltado, es necesario

trazar conclaridad la línea divisoria entre la ciencia y lamagia p r i -

mitivas. Existen dominios donde la magia nunca penetra. Hacer fue

go, la cestería, la verdadera producción de utensilios de piedra, la

fabricación de cuerdas o esteras, guisar y todas las pequeñas activi

dades domésticas, aunque sean extraordinariamente importantes, no

están nunca asociadas a la magia. Algunas pertenecen al centro de

las prácticas religiosas y de la mitología, como porejemplo el fuego,guisar, o losutensilios de piedra; pero la magia nunca está relacio

nada con su fabricación. Larazón es quebasta con la habilidad nor

mal dirigida por un buen conoc imiento para poner al hombre en el

buen camino y darle la certeza de uncontrol correcto y completo de

estas actividades.

En algunas ocupaciones, la magia se utiliza en determinadas con

diciones y en otras permanece ausente. En unacomunidad marítima

111

 

que depende de los productos del mar, nunca hay una magia rela

cionada con la r e c o l e c c i ó n de c o n c h a s marinas o con la pesi . i in< dian

te veneno, e n c a ñ i z a d a s y trampas, en la medida en que estos m< lodo

son de toda confianza. En cambio, cualquier tipo de pes< •> pi lig

azaroso e incierto e s t á rodeado de r i t u a l . En la caza, las formas am

I . icglas de la experiencia y de la l ó g i c a se- apli can ig ual ment e de

l o i u i a tan c s l i i t ta i o n i o las que se refieren a la t é c n i c a , y el c o n o c í

ICO v la t é c n i c a reciben el debido c r é d i t o por todos los buenos

i i n l i . i d . . . (pie pueden a t r i b u í r s e l e . El salvaje s ó l o intenta controlar

m e d i a n t e la magia los resultados inexplicables, que un obscrvadoi

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 55/125

pies y seguras de atrapar o matar solamente e s t á n controladas poi

el conocimiento y la habilidad; pero en cuanto haya a l g ú n peligro

o incertidumbre relacionados con una p r o v i s i ó n importante de caza,

inmediatamente aparece la magia. La pesca costera, en la medidaen que es perfectamente segura y f ác i l , no prescribe ninguna magia.

Las expediciones ultramarinas invariablemente van ligadas a cere

monias y r i t u a l . El hombre recurre a la magia s ó l o cuando la suene

y las circunstancias no e s t á n completamente controladas por el CO

nocimiento.

Esto se aprecia mejor en lo que se p o d r í a denominar los sistemasde mag ia. La magia s ó l o puede relacionarse de for ma laxa y c a p í i

chosa con su marco p r á c t i c o . Un cazador puede u t i l i z a r ciertas fól

m u í a s y ritos y otro ignorarlos; o bien el mismo i n d i v i d u o puede

aplicar sus conjuros en una o c a s i ó n y no en otra . Pero existen formas

de acti vidad en las que debe utiliz arse la magia. En una gr an empresa

t r i b a l , como la guerra, o una e x p e d i c i ó n m a r í t i m a arriesgada o en un

largo viaje o al emprender una gran caza o una peligrosa e x p e d í

c i ó n de pesca, o bien en el c i c lo normal de los huertos, que por reglageneral es v i t a l para la comunidad, la magia suele ser obligatoria.

Se produce s e g ú n un orden f i j o , concatenado con los acontecimiento .

p r á c t i c o s , y los dos ó r d e n e s , m á g i c o y p r á c t i c o , dependen el uno

d e l otro y constituyen un sistema. Tales sistemas de magia parecena prime ra vista inextricabl es mezclas de traba jo eficaz y p r á c t i

supersti ciosas , y de esta manera parecen proporc ionar un incontesta

b le argumento a favor de las t e o r í a s s e g ú n las cuales la magia y la

ciencia, en las condiciones de los p r i m i t i v o s , e s t á n tan fusionadasque no se pueden separar. No obstante, un a n á l i s i s más completo

demuestra que la magia y el trabajo p r á c t i c o son completamente m

dependientes y nunca se confunden.

Pero la magia nunca se u t i l i z a para sustituir al trabajo. En la

agricultura, la o p e r a c i ó n de cavar o de despejar la tie rr a o la solídez de las vallas o la cal idad de los soportes nunca se rehuye en

r a z ó n de que se haya pract icado sobre ellos una magia má s f u c i l e

E l i n d í g e n a sabe muy bien que la c o n s t r u c c i ó n m e c á n i c a debe SCI

hecha por el trabajo humano s e g ú n las estrictas reglas de la artesa

n í a . Sabe que todos los procesos que ha habido en el suelo puedenser controlados por el esfuerzo humano, hasta una cierta medida

y no más a l l á , y es s ó l o en ese más a l l á donde trata de i n f l u i r m<

diante la magia. Pues su experiencia y su r a z ó n le dicen que en de

terminados casos sus esfuerzos y su inte ligencia no son un aval dsninguna clase. Por otra parte, sabe que la magia ayuda; eso le dice

p o r lo menos su t r a d i c i ó n .

E n la magia de la guerra y del amor, de las expediciones con n i

c í a l e s y de la pesca, de la n a v e g a c i ó n y de la f a b r i c a c i ó n de canoas.

112

I Cteiior a t r i b u i r í a a la suerte, al gancho para hacer las cosas con

é x i t o , al azar o a la fortuna.

I a magia, po r tanto, lejos de ser la ciencia p r i m i t i v a , es el resul

( a n t e del claro reconocimiento de que la ciencia tiene sus l í m i t e s y

d e que el entendimiento y la habilidad humanas a veces son i m p o

t i n t e s . Por toda su apariencia de m e g a l o m a n í a , por todo lo que

parece ser una d e c l a r a c i ó n de la « o m n i p o t e n c i a del p e n s a m i e n t o » ,

como reci entemente ha sido definida por Freud, la magia tiene ma

y o r afinidad con una e x p l o s i ó n emocional, con los s u e ñ o s diurnos,

c o n los deseos fuertes e irrealizables.

A f i r m a r con Frazer que la magia es pseudociencia s e r í a reconocer

que la magia no es en realidad la ciencia p r i m i t i v a . I m p l i c a r í a que

la magia tiene afinidad con la ciencia o, al menos, que es el mate

r i a l bruto a partir del cual se desarrolla la ciencia, implicaciones que

son insostenibles. El r i t u a l de la magia presenta importantes caracte

r í s t i c a s que han hecho posible que muchos autores afirmen, desde

G r i m m y T y l o r hasta Freud y L é v y - B r u h l , que la magia ocupa el

lugar de la ciencia p r i m i t i v a .

Indiscutiblemente, la magia e s t á dominada por el p r i n c i p i o de

s i m p a t í a : lo mismo produce lo mismo; el todo se ve afectado si el

hechicero a c t ú a sobre una parte de él; pueden impartirse influencias

ocultas mediante contagio. Si nos concentramos s ó l o en la forma delr i t u a l , podemos concluir l e g í t i m a m e n t e con Frazer que la a n a l o g í a

entre las concepciones c i e n t í f i c a y m á g i c a es estrecha y que los dis

tintos casos de magia por s i m p a t í a son aplicaciones e r r ó n e a s de una

u otra de las dos grandes leyes fundamenta les del pensami ento, a

saber, la a s o c i a c i ó n de ideas por s i m i l i t u d y la a s o c i a c i ó n de ideas

p o r c o n t i g ü i d a d en el espacio o en el tiempo.

Pero el estudio de la f u n c i ó n de la ciencia y de la f u n c i ó n de la

magia hace dudar de la suficiencia de estas conclusiones. La s i m

p a t í a no se cuenta entre las bases de la ciencia p r a g m á t i c a , ni si

quiera en las condiciones más p r i m i t i v a s . El salvaje sabe c i en t í f i

camente que una p e q u e ñ a vara puntiaguda de madera dura frotada

o golpeada contra un trozo de madera blanda y quebradiza, estando

ambas piezas secas, produce fuego. T a m b i é n sabe que debe u t i l i z a r

se una veloci dad de movim ient o fuerte, e n é r g i c a y creciente, que enl a a c c i ó n debe producirse yesca, mantenerse fuera del viento y la

chispa aventarse inmediatamente para que se transforme en una

brasa y é s t a en una ll ama. No hay ninguna s i m p a t í a , ni s i m i l i t u d ,

no se toma una parte en vez del todo, ni hay contagio. La ú n i c a

a s o c i a c i ó n o c o n e x i ó n es la e m p í r i c a c o n c a t e n a c i ó n de los aconteci

mientos naturales correctamente observada y entramada. El salvaje

sabe que un arco fuerte bien manejado lanza una flecha veloz, que

una viga ancha produce estab ilidad y luz, un casco bien formado

113

8 — E L C O N C E P T O D E C U L T U R A

 

n i . l í m e n l a la velocidad de su canoa. A q u í no hay a s o c i a c i ó n de ideas

pO I l i m i ü t u d , ni contagio, ni pars pro loto. El i n d í g e n a coloca un

h i u l e de ñ a m e o banana en el adecuado trozo de tierra. Lo riega o

humedece a menos que e s t é bien empapado de l l u v i a . Escarda la

iur ra a su alrededor y sabe perfectamente que si no se presenten

m.igi.i ii<» puede ir guiada por la experiencia y, al mismo tiempo, uten-

. 1 . i constan lamente al m i t o .I I tiempo l i j a d o , el lugar determinado, las condiciones p i e l i n u

n a i . d. aislami ento de la magia, los t a b ú e s que debe obseivai el eje

CUtani.. así como su naturaleza f i s i o l ó g i c a y s o c i o l ó g i c a , s i t ú a n al

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 56/125

calamidades inesperadas la planta c r e c e r á . A d e m á s , no existe p r i n -

cipio a f í n al de s i m p a t í a que vaya incluido en esta actividad. Crea

condiciones que son perfectamente c i e n t í f i c a s y racionales y deja

que la naturaleza haga su parte. Por tanto, en la medida en que la

magia consiste en la i m p l a n t a c i ó n de la s i m p a t í a , en la medida en

que e s t á controlada por la a s o c i a c i ó n de ideas, difiere radicalmente

de la ciencia; y al analizar la s i m i l i t u d de forma entre la magia y la

ciencia se revela como meramente aparente, no real.

E l r i t o s i m p á t i c o , aunque es un elemento muy prominente de la

magia, funciona siempre en el contexto de otros elementos. Su p r i n -

cipal p r o p ó s i t o consiste en la g e n e r a c i ó n y la transferencia de fuerza

m á g i c a y, de acuerdo con esto, se celebra en la a t m ó s f e r a de lo sobre

natural. Como han mostrado Hubert y Mauss, los actos de la magia

siempre se ponen aparte, se consideran d istin tos, se conciben y l l e -

v an a cabo en condiciones diferentes. El momento en que se celebra

la magia suele estar determinado por la t r a d i c i ó n más que por el

principio de s i m p a t í a , y el lugar en que se celebra s ó l o en parte

e s t á determinado por la s i m p a t í a o el contagio y má s por las asocia

ciones sobrenaturales y m i t o l ó g i c a s . Muchas de las sustancias que

se u t i l i z a n en la magia son en gran medida s i m p á t i c a s , pero suelen

utilizarse fundamentalmente por la r e a c c i ó n f i s i o l ó g i c a y emocional

que pro vocan en el hombre. Los elementos emocionales y d r a m á t i c o s

de la i m p l a n t a c i ó n r i t u a l inco rpor an, en la magia, factores que van

mucho más a l l á de la s i m p a t í a o de cualquier principio c i e n t í f i c o

o p s e u d o c i e n t í f i c o . La m i t o l o g í a y la t r a d i c i ó n e s t á n incrustadas en

todas partes, especialmente en la c e l e b r a c i ó n del conjuro m á g i c o , que

debe repetirse con absoluta fidelidad al o r i g i n a l tradicional y duran

te el cual se recuentan los acontecimientos m i t o l ó g i c o s en los que se

invoca el poder del prototipo. El c a r á c t e r sobrenatural de la magia

se manifiesta t a m b i é n en el c a r á c t e r anormal del mago y en los

t a b ú e s temporales que rodean su e j e c u c i ó n .

E n resumen, existe un principio de s i m p a t í a : el r i t u a l de la magia

contiene po r regla general algunas referencias a los resultados por

conseguir; los prefigur a, antici pa los acontecimientos deseados. El

mago recurre a menudo a la i m a g i n e r í a , al s imbo lismo, a las aso< ia

ciones de los resultados que deben seguirse. Pero t a m b i é n e s t á p<>s e í d o de forma total y completa por la o b s e s i ó n emocional de la

s i t u a c i ó n que le ha obligado a rec urr ir a la magia. Estos hec ho, no

encajan en el sencillo esquema de la s i m p a t í a concebida como mala

a p l i c a c i ó n de observaciones imperf ectas y de deducciones s e m i l ó g i c a s .

Lo s dist into s elementos aparentemente desunidos del r i t u a l m á g i c o

—los rasgos d r a m á t i c o s , el lado emocional, las alusiones m i t o l ó g i c a s

y la a n t i c i p a c i ó n del f i n — hacen imposi ble considerar la magia n

una p r á c t i c a c i e n t í f i c a moderada basada en una t e o r í a e m p í r i c a . La

114

.i i lo m á g i c o en una a t m ó s f e r a sobrenatural. Dentro de este i o n

texto de lo sobrenatural, el r i t o consiste, funcionalmente hablando, en

l a p r o d u c c i ó n de una v i r t u d o fuerza e s p e c í f i c a y en el lanzamien-

iu , c o n d u c c i ó n o i m p u l s i ó n de esta fuerza hacia el objeto deseado. La

producción de la fuerza m á g i c a tiene lugar mediante el conjuro, la

g e s t i c u l a c i ó n manual o corporal y las adecuadas condiciones del magooficiante. Todos estos elementos exhiben una tendencia hacia la asi

m i l a c i ó n f o r m a l del fin deseado o hacia los medios normales de pro

ducir este fin. Este parecido f o r m a l se define probablemente mejo r

en la a f i r m a c i ó n de que todo el r i t u a l e s t á dominado por las emocio

nes de odio, miedo, ira o p a s i ó n e r ó t i c a , o bien por el deseo de obte

ner un fin p r á c t i c o determinado.

L a fuerza o v i r t u d m á g i c a no se concibe como una fuerza natural.

De ahí que no sean satisfactorias las t e o r í a s propuestas por Preuss,

Marett, Hubert y Mauss, que hacen del m a n á melanesio o de concep

tos similare s norteamericano s l a clave para comp render toda la ma

gia . El concepto de m a n á abarca el poder personal, la fuerza natural,

la excelencia y la eficacia junto con la v i r t u d e s p e c í f i c a de la magia.

Es una fuerza que se considera absolutamente sui generis, que difiere

tanto de las fuerzas naturales como de las facultades normales del

hombre.

f La fuerza de la magia s ó l o y exclusivamente pnpHp producirse dent r o de los ritos tradirionalmente prescritosV S ó l o puede recibirse y

aprenderse mediante la debida i n i c i a c i ó n en el of i c io y mediante

l a a d q u i s i c i ó n de un sistema r í g i d a m e n t e definido de condiciones,

actos y observancias. Incluso cuando se descubre la magia, invaria

blemente se concibe como una verdadera r e v e l a c i ó n de lo sobrena

t u r a l . La magia es una cualidad i n t r í n s e c a y e s p e c í f i c a de una situa

c i ó n y de un objeto o f e n ó m e n o dentro de la s i t u a c i ó n , que consiste

en que el objeto se hace asequible al control humano por medios

que e s t á n concreta y ú n i c a m e n t e conectados con el objeto y que

s ó l o puede manejar la persona adecuada. Por tanto, la magia s iempre

se concibe como algo que no reside en la naturaleza, es decir, fuera

d el hombre, sino en la r e l a c i ó n entre el hombre y la naturaleza. S ó l o

lo s objetos y fuerzas de la naturaleza que son muy impor tant es para

e l hombre, de los que depende y que sin embargo no puede controlarnormalmente, atraen la magia.

U n a e x p l i c a c i ó n funcional de la magia puede plantearse en t é r m i -

nos de la p s i c o l o g í a i n d i v i d u a l y del valor cultural y social de la

magia. Puede esperarse encont rar magia, y generalmente se encuentr a,

cuando el hombre se enfrente a un v a c í o insalvable a un hiato en

sus conocimientos o en sus poderes para el control p r á c t i c o , y sin em

bargo tiene que continuar su empresa. Abandonado por sus c o n o c í

m í e n l o s , atu rdi do por los resultados de su experiencia, incapaz de

n a

 

aplicar ninguna habilidad o t é c n i c a efectiva, se da cuenta de

potencia. Sin embargo, su deseo le acucia cada vez con ma s I n . i i

Sus miedos y esperanzas, su ansiedad general, producen un rulado

de equilibrio inestable del organi smo, mediante el cual < \ in

cido a alguna clase de actividad sustitutiva. En la r e a c c i ó n In n

i u n . I . un . ni . en la magia porque su eficacia p s i c o l ó g i c a e incluso f i l i o -

l ó g i c a atestigua su verdad p r a g m á t i c a , puesto que en su forma y en su

i d e o l o g í a y estructura la magia corresponde a los procesos naturales

d . l oiganismo humano. La c o n v i c c i ó n que va i m p l í c i t a en estos pi<>

cesos se extiende evidentemente a la magia regularizada. Esta con

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 57/125

ante lumia

ria prima de la magia negra. El amor no correspondido p i o v m .i

actos e s p o n t á n e o s de magia p r o t o t í p i c a . El miedo mueve a todos los

seres humanos a actos sin finalidad pero compulsivos; ante la p i e

sencia de una prueba rigurosa, siempre se tiene el recurso de los sue

ñ o s diurnos obsesivos.

E l f l u j o natural de las ideas, bajo la influencia de las emociones y

de los deseos frustrados en su completa s a t i s f a c c i ó n , lleva inevitable

mente a la a n t i c i p a c i ó n de los resultados posi tivos . Pero la experienci asobre la que descansa esta actitud anticipatoria o s i m p á t i c a no es

l a experiencia normal de la ciencia. Es mucho más a f ín a los s u e ñ o s

diurnos, a lo que los psicoanalistas lla man la s a t i s f a c c i ó n del deseo.

Cuando el estado emocional alcanza el punto de ruptura en que el

hombre pierde el control de sí mismo, las palabras que pr onuncia , los

gestos que deja que se produzcan y los procesos f i s i o l ó g i c o s del inte

r i o r de su organismo que a c o m p a ñ a n a todo esto, permiten que la

t e n s i ó n acumulada se descarge. Sobre todos esos exabruptos de emo

c i ó n , sobre actos tales como la magia p r o t o t í p i c a , preside la obsesiva

imagen del fin deseado. La a c c i ó n sustitu tiva en que encuentra expre

s i ó n la crisis f i s i o l ó g i c a tiene un valor subjetivo: el fin deseado pa

rece má s p r ó x i m o a su s a t i s f a c c i ó n .

L a magia estandarizada tradi ciona l es tan s ó l o una i n s t i t u c i ó n que

f i j a , organiza e impone a los miembros de una sociedad la posible

s o l u c i ó n a esos conflictos inevitables que plantea la impotencia hu

mana al ocuparse de los asuntos arriesgados con el simple conoci

miento o la habilidad t é c n i c a . La r e a c c i ó n e s p o n t á n e a y natural del

hombre ante tales situaciones proporciona el material bruto de la

magia. Este material bruto implica el principio de s i m p a t í a en el

sentido de que el hombre tiene que apoyarse tanto en el fin deseado

com o en los mejores medios para co nseguirl o. La e x p r e s i ó n de las

emociones mediante actos verbales, mediante gestos, en la casi me.

teriosa creencia de que tales palabras y gestos tienen poder, f r u c t i h . I

naturalmente como una r e a c c i ó n f i s i o l ó g i c a norma l. Los elementos

que no existen en la materia prima de la magia , pero se enc uentran

en los sistemas desarrollados, son los elementos tradicionales, m i t o

l ó g i c o s . En todas partes, la cultura humana integra el material bruto

de los intereses y pretensiones humanas en costumbres tra dicionales

y normativizadas. En toda t r a d i c i ó n humana se hace una e l e c c i ó n

entre una diversidad de posibilidades. En la magia t a m b i é n el ma

terial bruto proporciona cierto n ú m e r o de formas posibles de com

portamiento. La t r a d i c i ó n escoge entre ellas, f i j a un tipo concreto y

l o inviste con un sello de valor social.

L a t r a d i c i ó n t a m b i é n refuerza la creencia en la eficacia de la ma

g ia mediante el contexto de la experiencia concreta. Se cree tan pro-

116

v i i i ion es út i l porq ue eleva la eficacia de la persona que se somete

a ella. La magia posee, por tanto, una verdad funcional o p r a g m á -

t i . i . pttesto que siempre aparece en condiciones en las que el orga-

n i s i n o humano e s t á desintegrado. La magia corresponde a una ver

d . i d e i a necesidad f i s i o l ó g i c a .

Le propo rcio na un respaldo adic ional el sello de a p r o b a c i ó n S04 íal

que reciben las reacciones regularizadas, seleccionadas tradicional-

mente del material bruto de la magia. La c o n v i c c i ó n general de que

este y s ó l o este r i t o , conjuro o p r e p a r a c i ó n personal, posibilita al ma

go para controlar la suerte, hace que cada individuo crea en ello

a t r a v é s del mecanismo normal del moldeamiento o condicionamiento.

L a i m p l a n t a c i ó n p ú b l i c a de ciertas ceremonias, por una parte, y el se

creto y la a t m ó s f e r a e s o t é r i c a en que se desenvuelven otras a ñ a d e n

algo a su credibilidad. T a m b i é n el hecho de que la magia vaya nor

malment e asociada a la intel igenc ia y a la fuerte per sonal idad eleva

su c r é d i t o ante los ojos de cualquier comunidad. De este modo, la

c o n v i c c i ó n de que el hombre puede con tro la r las fuerzas de la natu

raleza y a los seres humanos mediante un manejo especial, trad ici onal

y regularizado, no es simplemente una verda d subjetiva debida a sus

fundamentos f i s i o l ó g i c o s , ni simplemente una verdad p r a g m á t i c a que

colabora a la r e i n t e g r a c i ó n del individuo, sino que transpor ta una

prueba adi cional que nace de su f u n c i ó n s o c i o l ó g i c a .

L a magia no s ó l o sirve de fuerza integradora del individuo, sino

t a m b i é n de fuerza organizativa de la sociedad. El hecho de que el

mago, por la naturaleza de su s a b i d u r í a secreta y e s o t é r i c a , tenga

t a m b i é n control sobre las actividades p r á c t i c a s asociadas, hace que

p o r regla general sea una persona de la m á x i m a importancia en la

comunidad. Descubrir esto fue una de las grandes contribuciones de

Frazer a la a n t r o p o l o g í a . No obstante, la magia no s ó l o tiene impor

tancia social porque conceda poder y de esta forma eleve a un hom

bre a una p o s i c i ó n alta . Es verdader amente una fuerza organiza dora.

E n Australia, la c o n s t i t u c i ó n de la t r i b u , del clan, del grupo local,

se basa en un sistema de ideas t o t é m i c a s . La principal e x p r e s i ó n cere

monial de este sistema consiste en los ritos de la m u l t i p l i c a c i ó n má

gica de las plantas y los animales y en las ceremonias de i n i c i a c i ó n

a la v i r i l i d a d . Ambos ritos subyacen al entrama do t r i b a l y ambosson e x p r e s i ó n de un orden m á g i c o de ideas basadas en la m i t o l o g í a

t o t é m i c a . Los dirigentes que organizan las reuniones tribales, que

las conducen, que dirigen la i n i c i a c i ó n y son los protagonist as de le

representaciones d r a m á t i c a s del mito y de las ceremonias m á g i c a s

p ú b l i ca s , d e s e m p e ñ a n este papel en v i r t u d de la tradicional f i l i a c i ó n

m á g i c a . La magia t o t é m i c a de estas tribus es su principal sistema de

o r g a n i z a c i ó n .

Esto t a m b i é n es cierto en gran medida para las tribus p a p ú e s de

117

 

Nutva Guinea, de Melanesia y de las gentes del a r c h i p i é l a g o ha lo

nesio, donde las ideas y los ritos m á g i c o s proporcionan concreta

mente el principio organizador de las actividades p r á c t i c a . I as s<>

ciedades secretas del a r c h i p i é l a g o de Bismarck y de A f r i c a occiden

t a l , los hacedores de l l u v i a de S u d á n , los exorcistas de los indios

l i l i c a c i ó n de- su verdad, un pedigrec de su f i l i a c ión , una caita . < r n . l i

tu . ional de sus derechos de validez.

BstO no s ó l o es cierto para la m i t o l o g í a m á g i c a . El mito en

ncral no es una e s p e c u l a c i ó n ociosa sobre los o r í g e n e s de las . . . . . . .

o de las inst itu ciones . N i es un produ cto de la c o n t e m p l a c i ó n . 1 . la

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 58/125

norteamericanos, todos combinan el poder m á g i c o con la influencia

p o l í t i c a y e c o n ó m i c a . Muchas veces se carece de los suficientes deta

lles para valorar la medida en que la magia controla la vida secular

y no rmal y el mecanismo por el que lo penetra. Pero entre los m a s a i

o nandi de A f r i c a oriental, las pruebas revelan que la o r g a n i z a c i ó n

m i l i t a r de la t r i b u e s t á asociada con la magia de la guerr a y que el

gobierno de los asuntos p o l í t i c o s y de los intereses tribales generales

dependen de la magia de la l l u v i a . En la magia de los huertos de

Nueva Guinea, en las expediciones ultramarinas, de pesca y de caza

en gran escala, se demuestra que la s i g n i f i c a c i ó n ceremonial propor

ciona el entre mado legal y mor al mediante el cual se celebran jun tas

todas las actividades p r á c t i c a s .

L a h e c h i c e r í a , en sus formas mayores, suele ser especializada y

estar inst itu cion ali zada ; es decir, o bien el hechicero es un profe siona l

cuyos servicios pueden comprarse u ordenarse, o bien la h e c h i c e r í a

e s t á investida en una sociedad secreta u o r g a n i z a c i ó n especial. En

cualquier caso, o bien la h e c h i c e r í a e s t á en las mismas manos q ue

el poder p o l í t i c o , el prestigio y la riqueza, o bien puede ser compra

da o solicita da por aquellos que puedan costearla. Así , la h e c h i c e r í a

es invariablemente una fuerza conservadora que se u t i l i z a a veces

para intimidar y normalmente para reforzar la ley consuetidinaria o

lo s deseos de quienes e s t á n en el poder. Siempre es una salvaguar diade los intereses creados, de los privilegios establecidos y organizados.

E l hechicero que tie ne el apoyo del jefe o de una poderosa sociedad

secreta puede hacer que su arte se deje sentir de forma más eficaz

que si estuviera operando contra ellos o por su cuenta.

L a f u n c i ó n individual y s o c i o l ó g i c a de la magia se hace, pues,m á s eficaz, gracias a los mecanismos a t r a v é s de los cuales opera

E n esto y en el c á l c u l o subjetivo de probabilidades, que hace que el

é x i t o ensombrezca al fracaso, pues el fracaso puede ser explicado a

su vez por una contramagia, resulta claro que la creencia no e s t á

ta n mal fundada ni se debe tanto como en un principio pudiera pa

recer a la extravagante s u p e r s t i c i ó n de la mentalidad p r i m i t i v a Una

fuerte creencia en la magia encuentra e x p r e s i ó n p ú b l i c a en la mltolog ía que circula acerca de milagros m á g i c o s y que siempre se encuen

t r a a c o m p a ñ a n d o a todos los tipos importantes de magia. La jactan* iacompetitiva de una comunidad frente a otra, la fama del sobresa

l í e n t e é x i t o m á g i c o , la c o n v i c c i ó n de que la ext raor dina ria buena su

te se ha debido probablemente a la magia, crea una tradición liempre naciente que rodea a todos los magos famosos o sistemas de

magia famosos con un halo de r e p u t a c i ó n sobrenatural. Esta i r a d i

d i c i ó n circula nte generalmente culmi na retrospectivamente en Un mitooriginario, que aporta la carta constitu cional y las c reden, ¡ a l e s .1

todo el sistema m á g i c o . El mito de la magia es exact amente una ju s

118

naturaleza o una i n t e r p r e t a c i ó n r a p s ó d i c a de sus leyes. La f u n c i ó n

de l mito no es explicativ a ni s i m b ó l i c a . Es la e x p o s i c i ó n de un acon

tecimiento extraordinario, un suceso que e s t a b l e c i ó de una vez pOI

todas el orden social de una t r i b u o de alguno de sus e m p e ñ o s c. < I

n ó m i c o s , artes y oficios, o de su r e l i g i ó n , o bie n de sus creencias y

ceremonias m á g i c a s . El mito no es simplemente una atractiva pieza

de f i c c i ó n que se mantiene viva por el i n t e r é s literario de la histO

r i a . Es una e x p o s i c i ó n de la realidad ori ginaria que vive en las ins

tituciones y e m p e ñ o s de una comu nida d. Just ifica mediante preceden

tes el orden existente y proporciona una pauta retrospectiva de va

lores morales, de discriminaciones y cargas s o c i o l ó g i c a s y de creen

cias m á g i c a s . En esto consiste su principal f u n c i ó n cultural. Por

toda su s i m i l i t u d de forma, el mito no es un simple cuento, ni un

prototipo de literatura ni de ciencia, ni tampoco una rama del arte

n i de la historia, ni una p s e u d o t e o r í a explicativa. Cumple una f u n c i ó n

sui generis estrechamente conectada con la naturaleza de la t r a d i c i ó n

y de la creencia, con la continuidad de la cultura, con la r e l a c i ó n

entre la vejez y la juv entu d, y con la acti tud humana hacia el pasado.

L a f u n c i ó n del mito consiste en fortalecer la t r a d i c i ó n y dotarla de

mayor valor y prestigio al llevarle hasta una realidad i n i c i a l de acon

tecimientos más elevada, mejor, más sobrenatural y más efectiva.

E l lugar de la r e l i g i ó n debe considerarse en el esquema de lacultura como una s a t i s f a c c i ó n compleja de necesidades altamente de

rivadas. Las diversas t e o r í a s de la r e l i g i ó n la adscriben o a un «ins-

t i n t o » religioso o a un sent imient o religioso e s p e c í f i c o (McDougall,

Hauer), o bien la explican como una t e o r í a p r i m i t i v a del animismo

( T y l o r ) , o del preanimismo (Marett), o bien la adscriben a las emo

ciones del miedo (Wundt), o a los raptos e s t é t i c o s y los lapsus del

lenguaje (Max M ü l l e r ) , o a la a u t o r r e v e l a c i ó n de la sociedad (Dur-

kheim). Estas t e o r í a s convierten a la r e l i g i ó n en algo sobreimpuesto

al conjunto de la estructura de la cultura humana, satisfaciendo q u i -

z á s algunas necesidades, pero necesidades que son completamente

a u t ó n o m a s y que no tienen nada que ver con la realida d duramente

traba jada de la existencia humana. Sin embargo, puede demostrarse

que la r e l i g i ó n e s t á i n t r í n s e c a aunque indirectamente conectada con

lo fund ament al del hombre, es decir, con las necesidades b i o l ó g i c a s .Como la magia, sale del curso de la p r e v e n c i ó n y la i m a g i n a c i ó n ,

4 u e caen sobre el hombre una vez que se levanta por enci ma de la

naturaleza animal bruta. A q u í entran temas de la i n t e g r a c i ó n pe]

sonal y social incluso má s amplio s que los que nacen de la neccsidad p r á c t i c a de las acciones azarosas y las empresas p r e ñ a d a s de pe

ligros. Se abre todo un abanico de ansiedades, presentimientos y

proble mas relat ivos al destino huma no y al lugar del hombre en el

universo una vez que el hombre comienza a actuar en c o m ú n no

119

 

sólo con sus compañeros ciudadanos, sino también con Lis geneia

ciones futuras y pasadas. La religión no ha sur gido de l a espe t ula

ción ni de la reflexión, y todavíft menos de la desilusión o equivoi .1

ción, sino má s bien de la verdadera tragedia de la vida humana,

del conflicto entre los planes human.., y las icahdad.

La mayor parte de las otras formas de religión, cuando se analizan

en su carácter funcional, corresponden a necesidades profundas, aun

que derivadas, del individuo y de la comunidad. El totemismo, poi

. I .n ip lo , cuando se relaciona con su marco mas amplio, albina la

existencia de un ínt imo parentes co entre el hombr e y el mundo que

lo rodea. El lado ritual del totemismo y del culto a la naturaleza

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 59/125

La cultura ent raña profundos cambios en la realidad del hombre;

entre otras cosas, hace que el hom bre som eta algo de su autoes tima

y de su autobúsqueda. Pues las reía, iones humanas no di si ansan sim

plem ente, ni siquiera fundamentalm ente, n i la eoai e ion piocedente

del exterior. El hombre sólo puede trabajar con y pai.i otro gracias

a las fuerzas morales que nacen de las lealtades y de las adhesiones

personales. Estas se forman lunilaiii.nl.dmente en el p í o .eso de pa

t e r n i d a d y ma ter nidad y parentesco, p< 1 0 inevitablemente se extien

den y enri quece n. I I amoi d< los padn poi los hijos y de los hijo s

po r los padres, el que existe entre el marido y la esposa y entre los

herma nos y las hermanas, su ve como p ro tot ipo y t ambién como nú

cleo para las lealtades del < lan, el sentimiento de vecindad y la ciu

dadanía tribal. La coopera» ion y la mutua ayuda se basan, tanto en

la s sociedades salvajes com o en las civilizadas, en sentimie ntos per

manentes.

La existencia de Inertes adhesiones personales y el h e c h o de la

muer te, que es el acontecimiento humano que má s tra sto rna y de

sorganiza los cálculos del hombre, son quizás las principales fuen

tes de la creencia religio sa. La afirmación de que la muerte no es

real, de que el hombre tiene un alma y de que ésta es inmortal nace

de la pro funda necesidad de negar la destrucción personal, necesidad

que no es un instinto psicológico, sino que está determinada por lacultura, por la cooperación y por el crecimiento de los sentimien

tos humanos l\u a el individuo que afronta la muerte, la creencia en

la inmortalidad y el ritual de extremaunción, o úl t imos auxilios (que

de una u otra Luna son casi universales), confirma su esperanza de

que hay un después, que quizás no es peor que la vida presente y

que puede se r mejor. De este modo, el ritual que precede a la muer

t e confirma la p e r s p e c t i v a emocional que el moribundo llega a n a E

sitar en este s u p r e m o trance. Después de la muerte, los que han

sufrido la pérdida quedan en un caos de emociones, que podría ha

cerse peligroso para cada uno de ellos individualm ente y p a r a la

comunidad como conjunto, si no fuera por el ritual de las obliga» in

nes mo rt uor ias . Los ritos religiosos del funeral y el entie rr o —todos

los auxilio s que se le pro por cionan al alm a que parte— son actos que

expresan el dogma de la continuidaddespués

de la muerte y la <1 »

munión entre los muertos y los vivos. Todo sobreviviente que ha pa

sado por cierto número de ceremonias mor tuorias He otro s va siendo

de este modo pre para do par a su pr opi a muer te. La creencia e n la

inmortalidad, que ha vivido de forma ritual y practicado en el caso

de su padre o su madre , de sus hermanos y amigos, le hace api.. |aj

con m ás firmeza la creencia en su pro pia vida futura . La crccni la en

la inm or ta li dad humana, por ta nto, que es el fundamento del t lilto «los antepasados, nace de la constitución de la sociedad h u m a n a

120

. «in s t a , en gran medida, de ritos de multiplicación o de propii i ai ion

de los animales, o en ritos de un aumento de fertilidad de la natu

raleza vegetal que t ambién establecen vínculos entre el hombre- \

su medio ambiente. La religión primitiva se ocupa en gran parte »l.

la sacralización de las crisis de la vida humana. La concepción, e]

nacimiento, la pubertad, así como el supremo trance de la muerte,todos dan origen a actos sacram entales . El hecho de la concepción

está envuelto en creencias como la reencarnación, la entrada delespí ri tu y la impregnación mágica. En el nacimiento, asociadas a

él y manifesta das en el ritual del nacimiento, aparecen abundantes

ideas animistas relativas a la formación del alma humana, al valor

del individuo para su comunidad, al desarrollo de sus poderes mo

rales, a la posibilidad de predecir su destino. Las ceremonias de

iniciación, predominantes en la pubertad, han desarrollado un con

texto mitológico y dogmático. Los espí ri tus guardianes, las divinida

des tutelares, los héroes culturales o el padre de todos de una comu

nidad están asociados con las ceremonias de iniciación. Los sacra

mentos contra ctuales, tales como el mat rim onio, la entrada en un

grado de edad o la aceptación de una fra ter nidad religiosa o mágica,

ent rañan fundamentalmente concepciones éticas, pero muchas veces

t ambién son expresión de mitos y dogmas.

Toda crisis importante de la vida humana implica un fuerte tras

torno emocional, un conflicto mental y una posible desintegración.

La esperanza de una solución favorable tiene que luchar con las an

siedades y presentimientos. La creencia religiosa consiste en la regu-

larización tradicional del lado positivo del conflicto mental y, por

tanto, satisface una concreta necesidad individual nacida de conco

mitancias psicológicas de la organización social. Por otra parte, la

creencia religiosa y el ritual, al hacer públicos lo s actos críticos

y los contratos sociales de la vida humana, regularizarlos según la tra

dición y some terlo s a sanciones sob renatura les, for tale ce los víncu

los de la cohesión humana.

La religión santifica en su ética la vida y la conducta humanas

y se convierte quizás en la fuerza má s poderosa de control social. Con

sus dogmas pr opo rcio na al hom br e enorme s fuerzas cohesivas. Creceen cualquier cultura, porque el conocimiento que prop orciona la pre

visión no consigue superar el sino; porque los lazos vitalicios de

cooperación y mutuo interés crean sentimientos, y los sentimientos se

rebelan contra la muerte y la disolución. La llamada cultural de la

religión es muy derivada e indirecta pero, en último término, está

enraizada en la forma en que las necesidades primarias del hombre

se satisfacen en la cult ura .

Los juegos, los deportes, los pasatiempos artísticos arrancan al

121

 

hombre de su excitación no rma l y aleja n el esfuerzo y la dliclpHnS

de la vida laboral, cumpliendo la función de recreación, de resten el hombre la plena capac idad pa ra el tra bajo rutinario. No oh i ni

te, la función del arte y del juego es más complicada y ma s ampll i

como puede mostrar un análisis de su papel dentro de la M i H n m

n< i un apartamiento parcial de la vida familiar. Acaba con la cere

un .n i i di un. ¡ación a la virilidad y muchas veces, en este momento,

- - .un. nz a la formación de lazos más extensos de pertenencia al clan,

a lo-, n ad o s de edad, a las sociedades secretas y a la ciudadanía

ti ¡ b a l . I'oi tanto, la principal función del juego juvenil es educan\.

m i e n i i a s que el aspecto recreativo prácticamente no existe mientras

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 60/125

tenimiento: combina ambas cosas. Las necesidades biológicas del

individuo exigen que el infante utilice sus miembros y pulmones, \

este libre ejercicio proporciona su primer entrenamiento, as i como

su verdadera adaptación a lo que le rodea. A través de la voz el In

fante llama a sus padres o tutores y de este modo entra en relej lón

con su sociedad y, a través de ésta, con el mundo sin limitaciones No

obstante, incluso estas actividades no se mantienen completamenii

libres y controladas únicamente por la fisiología. Toda cultura deteimina la extensión que puede concederse a la libertad del m o v í

miento cultural: desde el niño enfajado o atado que escasamemv

se puede mover hasta la completa libertad del infante desnudo. La

cultura también determina los límites dentro de los cuales se le

permite al niño gritar y llorar y dicta la prontitud de la respuesta

paterna y la severidad de la represión habitual. El grado en que estámoldeado el pri mer comportamien to, la manera en que las palabras

y los actos se entrecruzan en la expresión infantil, permiten a la

tradición i n f l u i r en el organismo joven a través de su medio amblente humano. Las primeras fases del juego humano, que son tambiénlas del trabajo humano, tienen por tant o considerable importa nci a y

deben ser estudiadas, no sólo en los laboratorios del behaviorista o

en la consulta del psicoanalista, sino también en el campo etnográ-

fico, puesto que varía en cada cultura.

Los juegos y el ejercicio de la siguiente etapa, cuando el niño

aprende a hablar y a utilizar los brazos y las piernas, entroncan di

rectamente con los primeros pasatiempos. La import an ci a del com-

portamiento lúdico infantil consiste en su relación con las influciu ¡a s

educativas que contiene, la cooperación con los demás y con los otros

niños. Más adelante el niño se hace independiente de sus padres o

tutores, en la medida en que se une a otros niños y juega con ellos

Con frecuencia los niños consti tuyen su propia comunidad que tiene

su propia organización rudimentaria, su liderazgo y sus intereses eco

nómicos —una comunidad que a veces proporciona su propia al!

mentación— y pasan en completa independencia días y noches fuera

de la casa paterna. A veces, los muchachos y las muchachas juegan

en grupos separados; o bien se unen en un solo grupo, en cuyo casoel erotismo y el interés sexual pueden entrar o no en el juego. Los

juegos suelen ser habitualmente una imitación de les adulto* 0

bien contienen algunas actividades paralelas. Rara vez son compli

tamente distintos de las cosas en las que el niño se verá implit adouna vez pase la madurez. De este modo, en este período se aprende

gran parte de la futura adaptación a la vida. Se desarrolla el código

moral, se forman los rasgos sobresalientes del carácter y se Inicianlas amistades o amores de la vida futura. Este período suele cont.

122

\n la medida en que los jóvenes no tomen part e en el tra bajo re

guiar de la comunidad.

Los juegos y recreaciones de los adultos generalmente prese n i an

un desarrollo continuado con respecto a los de los niños. En las

comunidades civi lizadas e igualmente en las primitivas no suele exili n una línea tajante de demarcación entre los juegos adultos y ju -

veniles, y con frecuenci a los viejos y los jóvenes se unen para las

diversiones; pero en el caso de los adultos la naturaleza recreativa de

tales propósitos result a promi nen te. En el ca mbio de intereses, en la

transformación de lo normal y lo gris a lo raro y ocasional, la cultura

convierte en buenas otras de las dificultades con que carga al hom-

bre. En las sociedades má s primitivas las recrea ciones suelen ser

monótonas y persistentes como el trabajo rutinario, pero siempre

son distintas. Se gastan horas en completar y perfeccionar un peque-

ño objeto, en las danzas o en el acabado artístico de un tablero deco-

rativo o figura. No obstante, la act ivi dad es siempre suplementaria.

Un tipo de esfuerzo manual y menta l, que no se da en las ocupaciones

ordinarias, permite al hombre hacer un trabajo duro y extraer nuevas

fuentes de energía nerviosa y muscular. La recreación, pues, no sirve

simplemente para llev ar al hombre lejos de sus ocupaciones ordi na -

rias; contiene también un elemento constructivo o creativo. El dile-

tante de las culturas más elevadas produce muchas veces mejores

obras y dedica sus mejores energías a su hobby. En las civilizaciones

primitivas, la vanguardia del progreso suele encontrarse entre los

tra bajos ociosos y extra s. Los avances en la habi lidad, los descu-

brimientos científicos, los nuevos motivos artísticos, pueden filtrarse

a través de las actividades lúdicas de la recreación y de este modo

reciben ese mínimo de resistencia t radi cion al que comport an las

actividades que todavía no se toman en serio.

Los juegos de carácter distinto, completamente no productivos

y no constructivos, tales como los juegos de turnos, los deportes com-

petitivos y las danzas seculares, no poseen esta función creativa,

pero en su lugar desempeñan un papel en el establecimiento de la

cohesión social. La atmósfera de relajación, de libert ad, así c omo

la necesidad de grandes reuniones para tales juegos comunitarios,lleva a la formación de nuevos lazos. Amistades e intrigas amorosas,

mejor con oci mien to de los parientes lejanos o de los miembros del

mismo clan, la competencia con otros y la solidaridad dentro de los

equipos que compiten , todo esto origina cualidades sociales que se

desarrollan gracias a los juegos públicos que constituyen un rasgo

característico de la vida tribal primitiva, así como de la organización

civilizada. En las comunidades primitivas, durante los grandes juegos

ceremoniales y las celebraciones públicas se produce muchas veces

123

 

i i n . i completa recristalización sociológica. El sistema de clanes pasa

a p r i m e r plano. Se desar rollan nuevas lealtades no terr ito ria les . En

I r . comunidades civilizadas el tipo de pasatiempo nacional r o í a l o

ra eficazmente a la formación del ca r ác t e r nacional.

E l arte parece ser, de todas las actividades culturales, la más

i n n l e i i a l e s , se «• p.ullcce de su habilidad y siente una c o n m o c i ó n

ante las nuevas lorma s que aparecen bajo sus manos. La c rea.

de lonnas complejas v perfectas con materiales raros y especialmente

d ó c i l e s o b i e n especialmente difíciles es una de las raíces se. nuda

l i a s de- la satistaeción estética. Las formas creadas atraen a los iniem

I M O S de la comunidad, dan al artista una posición elevada y estable

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 61/125

exclusiva y al mismo tiempo la má s internacional, e i n c l u s o i n t e

rracial. Indiscutiblemente la música es la má s pur a de todas las

artes, la menos mezclada con materias técnicas o intelectuales e x t n n

secas. Sea en el corroboree australiano, con su canto mo n ó to n o aun

que penetrante, o en una sinfonía de Beethoven o en la canción que

aco mp añ a a un baile de pueblo o en una canción marinera melane-

sia, no se utilizan s ímbolos o convenciones intelectuales, apelándose

ú n icamen te a la respuesta directa a la combinación de sonidos y al

r i tmo. En la danza, los efectos r í tmicos se consiguen mediante loi

movimient os del cuerpo, más concretamente de los brazos y las pfterñ a s , llevados a cabo en conjunción con música vocal o instrumental.

Las artes decorativas consisten en la o r n amen tac ió n del cuerpo, en

los diversos colores y formas de las ropas, en la pintura y en el ta

llado de objetos y en los dibujos o pinturas representativos. Las artelplás t icas , la escultura y la arquitectura, la madera, la piedra o el

material compuesto se moldea según determinados criterios es té t icos .

La poesía, el uso del lenguaje, y las artes dramáti cas es tán quizál

menos unifor memente dist ribu idas en sus formas desarrolladas, pero

nunca es t án completamente ausentes.

Todas las manifestaciones ar t ís t icas operan fundamentalmente I

t r av és de la acción directa de las impresiones sensibles. El tono de

la voz humana o la vibración de cuerdas o membranas, los ruidos denaturaleza r í tmica, las palabras del lenguaje humano, el color, la

línea, la forma, los movimientos corporales son, f is io lógicamente ha

blando, sensaciones e impresiones sensibles. Estas, así como sus COffl

binaCiones, producen un atractivo emocional específico que constituyela materia prima del arte y que es la esencia del atractiv o estéticoEn la escala má s baja del goce es té t ico se encuentran l os efectos de

las impresiones sensibles químicas , las de gusto y olor, que también

dan lugar a un limitado atractivo es té t ico . La llamada sensual diree i.t

de los olores de la comida y los efectos fisiológicos de los narcót icos

demuestran que los seres humanos ansian s i s t emá t i camen te una nio

dil icación de sus experiencias corporales, que existe un fuerte deseo

de salir de la rutina gris ordinaria de todos los días y pasar a un

mundo distinto, transformado y subjetivamente orientado. Las res

puestas a las impresi ones sensibles y a sus compuestos, a las se. mucia rítmicas, a la a r mo n ía y a la melodía en la música, a la línea del

dibujo y a la combinación de colores, tiene un fundamento orgát

E l imperativo ar t ís t ico es una necesidad bás ica; la principal funi lóndel arte consiste en satisfacer este deseo vehemente del organismo

humano por combinaciones de impresiones sensibles mezcladas.

E l arte se asocia con otras actividades culturales y desarrolla una

serie de funciones secundarias. Es un poderoso elemento para el desa

r ro l lo de los oficios y de los valores económicos . El artesano ama sus

124

cen el sello del valor eco n ó mico de tales objetos. El goce de la arte

s a n í a , la satisfacción estética del producto acabado y el reconocí

miento social se mezclan y reaccionan entre s í. Dent ro de cada

arte u oficio se aport a un nuevo incentiv o para el trabaj o bien hecho

y una norma de valor. Algunos de los objetos que suelen ser conside

rados como dinero o moneda corriente, pero que en realidad son sim

plemente signos de riqueza y expresiones del valor del mater ial y de

la habil idad, constituyen ejemplos de estas normas es té t icas , econó-micas y tecnológicas combinadas. Los discos de concha de Melanesia,

hechos de un mate rial raro con especial habilid ad, las esteras enro

lladas de Samoa, las mantas, platos de la tón y tallas de la Columbia

Británica , son muy importantes para comprender la economía, la

es té t ica y la organización social de los primitivos.

La profunda asociación del arte con la religión es un lugar co mú n

de las cult uras civilizadas y también es tá presente en las más sim

ples. Las reproducciones plás t icas de los seres sobrenaturales —ídolos ,

tallas t o t émicas o pinturas—, ceremonias como las asociadas con la

muerte, la iniciación o el sacrificio, funcionan para poner al hombre

m á s cerca de aquellas realidades sobrenat urales sobre las que se

centran todas sus esperanzas, que le insp iran profundos recelos

y, en resumen, conmueven y ac tú an sobre todo su ser emocional.

De acuerdo con esto, todas las ceremonias mortuorias es t án asociadasco n el llanto ritu alizado, con canciones, con la t r an s f o r mac ió n del

cadáver , con representaciones d r amá t i ca s . En algunas religiones, sin

gularmente en la de Egipto, la concentración del arte alrededor de la

momia, la necrópol is y toda la representación , del paso de este mun

do al otro, dramatizada y creativa, ha alcanzado un extraordinario

grado de complej idad . Las ceremonias de iniciación, desde las crudas

pero elaboradas celebraciones de las trib us del centro de Australia

hasta los misterios eleusinios y el r i tual masónico , constituyen repre

sentaciones ar t ís t icas dramatizadas. El drama clásico y el moderno,

las obras sobre los misterios cristi anos y el arte d r amá t i co de Oriente,

probablemente se originaron en algunos de estos rituales tempra

namente dramatizados.

En las grandes concentraciones tribal es, la u n ió n en la experiencia estética de la danza comunal , los cantos y las exhibiciones de arte

decorativo o de objetos de valor a r t í s t i c amen te arreglados, a veces

incluso de comi da acumulada, une al grupo con emociones fuertes

y unificadas. La j e r a r q u ía , el principio del rango y de la dis t inción

social, suele manifestarse muchas veces en los privilegios de la orna

men tac ió n exclusiva, de las canciones y danzas de propiedad privada

y de la pos ición ar is tocrát ica de las fraternidades d r amá t i ca s como

en el caso del areoi y el ulitao de la Polinesia.

125

 

E l arte y el conocimie nto son fuertemente afines. En el arto na

turalista y represe ntativo s iempre se corporiza una buena c antida d

de o b s e r v a c i ó n cor rect a y un incentivo de estudio de lo que no*, uní i

E l simbolismo del arte y el diagrama c i e n t í f i c o suelen estar entre

c h á m e n t e conectados. El impulso e s t é t i c o integra el conot Itnll ntO

en niveles altos y bajos. Los proverbi os, los anagramas y los cuentos,

De este modo, la cultur a transforma a los individuos en grupos

ni g.uu/atlos y p i o p o n i o n . i a estos una continuidad casi i n f i n i t a . Evi

d. ni . mente, el hombre no es un animal gregario, en el sentido de que

M I S a« e i o n e s concertadas se de-han a la d o t a c i ó n f i s i o l ó g i c a c i n n a t a

y •.(• Iiansportc en pautas comunes a toda la especie-. La o r g a n i z a c i ó n

s tóelo el comportamiento concertado, los resultados de la continui

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 62/125

sobre todo la n a r r a c i ó n h i s t ó r i c a , suele ser muchas veces en las c ul

turas primitivas, y t a m b i é n en sus formas desarrolladas, una man la

de arte y ciencia.

E l significado o s i g n i f i c a c i ó n de un motivo decorat ivo, de uní

m e l o d í a o de un objeto tallado no puede encontrarse, por tanto,

a i s l á n d o l o , s e p a r á n d o l o de su contexto. En la moderna c r í t i c a de ai te

se acos tumbr a a considerar una obra de arte como un mensaje peí

sonal del artista creador a su audiencia, la m a n i f e s t a c i ó n de un estado emocional o intelectual traducido a t r a v é s de la obra de art e

desde un hombre a otro. Tal c o n c e p c i ó n s ó l o es ú t i l si todo el contexto

cultural y la t r a d i c i ó n a r t í s t i c a se dan por sentados. S o c i o l ó g i c a m e u

te siempr e es incor recta ; y la obra de H . Taine y su escuela, que ha

puesto todo el é n f a s i s en la r e l a c i ó n entre la obra de arte y su ttülicn,

es un correctivo muy importante de la e s t é t i c a subjetiva e Individua

lista. El arte p r i m i t i v o es invariablemente de c r e a c i ó n popular o fol

k l ó r i c a . El artis ta se apodera de la t r a d i c i ó n de su t r i b u y, simple

mente, reproduce la talla, la c a n c i ó n , la obra del misterio t r i b a l . El

individuo que reproduce de esta forma una obra t radici onal le a ñ a d e

algo, la modifica en la r e p r o d u c c i ó n . Estas p e q u e ñ a s aportaciones

individuales, incorporadas y condensadas en la t r a d i c i ó n gradualmen

te creciente, se integran y se convierten en parte de la masa de pro

d u c c i ó n a r t í s t i c a . Las aportaciones indi vidual es no s ó l o e s t á n detei

minadas por la personalidad, la i n s p i r a c i ó n o el talen to creador del

individuo contribuyente, sino t a m b i é n por las asociaciones m ú l t i p l e s

d e l arte con su contexto. El hecho de que un í d o l o tallado sea objeto

de creencias d o g m á t i c a s y religiosas y de r i t u a l religioso determine

en gran medida su forma, t a m a ñ o y material. Como muchos o t r o i

artefactos o productos huma nos, la obra de arte se vuelve parte de

una i n s t i t u c i ó n , y el conjunto de su desarrollo, así como sus futí

ciones, s ó l o pueden entenderse si se estudian dentro del conte xto d<

l a s i t u a c i ó n .

L a cultura, pues, es esencialmente una realidad instrumental que

ha aparecido para satisfacer las necesidades del hombr e que sobrepa

san la a d a p t a c i ó n al medio ambiente. La cultura capacita al hombre

c o n una a m p l i a c i ó n adicional de su aparato a n a t ó m i c o , con una coraza protectora de defensas y seguridades, con movilidad y velocidad

a t r a v é s de los medios en que el equipo corpor al direc to le hublei l

defraudado por completo. La cultura, la c r e a c i ó n acumulativa del

hombre, a m p l í a el campo de la eficacia individual y del poder de la

a c c i ó n ; y proporciona una profun didad de pensamiento y una am

p l i t u d de v i s i ó n con las que no puede s o ñ a r ninguna especie animal

L a fuente de todo esto consiste en el c a r á c t e r acumulativo de lo

logros indi vidua les y en el poder de part icip ar en el trabajo c o m ú n

126

dad i radie ional, asumen formas distintas en cada cultura. La CU ltU r l

in . >dihe a pro funda mente la d o t a c i ó n humana innat a y, al hacerlo, no

s o l o aporta bendiciones, sino que t a m b i é n impone obligaciones y exl

i i », que someten m u c h í s i m a s libertades personales al bien c o m ú n

E l individuo tiene que someterse al orden y la ley; tiene que apretl

der y obedecer a la t r a d i c i ó n ; tiene que mover la lengua y aju star

la lari nge a una divers idad de sonidos y adaptar el sistema nervioso

a una diversidad de h á b i t o s . Trabaja y produce objetos que los otrosc o n s u m i r á n , mientras que, a su vez, siempre depende del trabajo aje

n o. Por ú l t i m o , su capacidad de acumular experiencias y dejarlas que

prevean el futuro abre nuevas perspec tivas y crea v a c í o s que se satis

facen en los sistemas de conocimiento, de arte y de creencias m á g i c a s

y religiosas. Aunque una cultura nace fundamentalmente de la satis

f a c c i ó n de las necesidades b i o l ó g i c a s , su misma naturaleza hace del

hombre algo esencialmente disti nto de un simple organismo animal.

E l hom bre no satisface ningu na de sus necesidades como un simple

animal. El hombre tiene sus deseos como criatura que hace utensilios

y u t i l i z a utensi lios, como miemb ros comulgante y razonante de un

grupo, como g u a r d i á n de la continuidad de una t r a d i c i ó n , como u n i

dad trabaj adora dent ro de un cuerpo cooperativ o de individuos, como

quien e s t á acosado por el pasado o enamorado de él, como a quien

lo s acontecimientos por venir le llenan de esperanzas y de ansiedades,y finalmente como a quien la d i v i s i ó n del trabajo le ha proporcionado

ocio y oport unidad es de gozar del color, de la forma y de la m ú s i c a .

127

 

L E S L I E A W H I T E

I I < O N U . M < ) D E C U L T U R A ( 1 9 5 9 )

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 63/125

N o existe virtualmente a n t r o p ó l o g o cultural alguno que no tenga

p o r firmemente establecido que el concepto central y b á s i c o de su

disciplina es el concepto de cultura. A este consenso m í n i m o se yux-

tapone sin embargo una absoluta falta de acuerdo en lo que al

contenido de este t é r m i n o se refiere. Para algunos la cultura es

t a n s ó l o conducta aprendida. Para otros no se trata de cultura en

absoluto, sino de una a b s t r a c c i ó n de la conducta— sea esto lo que

fuere. Ciertos a n t r o p ó l o g o s opinan que la cultura se compone tan

s ó l o de hachas y vasijas de c e r á m i c a ; otros, sin embargo, son de la

o p i n i ó n de que n i n g ú n objeto material puede ser considerado cu l -

tura. Hay a n t r o p ó l o g o s que piensan que la cultura existe tan s ó l o

en el intelecto; para otros, en cambio, consiste en cosas y aconteci-

mientos del mundo exterior. Hay t a m b i é n algunos a n t r o p ó l o g o s querepresentan la cultura como consistiendo ú n i c a m e n t e en ideas, pero

d i f i e r e n entre sí sobre si tales ideas deben concebirse como existen-

tes en el e s p í r i t u de los pueblos estudiados o como surgidas de

la mente del e t n ó l o g o . Aún p o d r í a n a ñ a d i r s e proposiciones tales como

«l a cultura es un mecanismo p s í q u i c o de d e f e n s a » , «la cultura con-

siste en un n ú m e r o n de s e ñ a l e s sociales diferentes correlacionables

co n un n ú m e r o ra de r e s p u e s t a s » , «la cultura es el Rohrschach de

l a s o c i e d a d » que no h a r í a n sino aumentar la c o n f u s i ó n y el enma-

r a ñ a m i e n t o . A la vista de esto, uno se pregunta qué s e r í a de la f í s i c a

co n una variedad tal de concepciones opuestas de la e n e r g í a .

Hubo, no obstante, un tiempo en que se dio un alto grado de

uniformidad en el uso del t é r m i n o cultura. En las ú l t i m a s d é c a d a s

d el siglo xix y primeros a ñ o s del siglo xx, la gran m a y o r í a de los an-t r o p ó l o g o s m a n t e n í a n la c o n c e p c i ó n expresada po r E. B. T y l o r , en

1871, en las primeras l í n e a s de su Primitive culture: « C u l t u r a . . . el

aquel todo,complejo que incluye el conocimiento, las creencias, el arte,

la moral, el derecho, las costumbres y", cualesquiera otras capacidades

y h á b i t o s adquiridos por el hombre en cuanto miembro de la sociid a d » . T y l o r no deja claro en su d e f i n i c i ó n que la cultura sea una

propiedad e s p e c í f i c a m e n t e humana, pero esto es algo que q u e d a

i m p l í c i t o en la p r o p o s i c i ó n y que él mismo ha explicitado en otras

12»

9 — E L C O N C E P T O D E C U L T U R A

 

ocasiones (Tylor 1881:54, 123, donde se r efiere a «la gran l>i.•• h • m< n

tal existente entre nosotros y los animales»). La cultura para l y l o i

abarcaba todas aquellas cosas y acontecimientos especílicos d< la

raza humana. Y, concretamente, enumer a creencias, costumbr es, ob

jetos, «hachuelas, azadones, cinceles» etc. —y técnicas— «de pesca,

del corte de madera... de producción de fuego, de lanzamient o de

picas y etc. 1913: 5-6).

parte llama a la cultura «intangible» (1945: 79, 81). Igualmente, I O N

antropólogos del simposio imaginario descrito por Kluckholm y K< I I ,

i I T 79, 81) arguy en que «uno puede ver» cosas tales como los

individuos y sus interacciones mutuas, pero «¿ha vist o alguien alguna

la "cultura"?». En el mismo sentido, Beals y Hoijer (1953: 210)dicen que «el antropólogo no puede observar directamente la cul

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 64/125

La concepción tyloriana de la cultura prevaleció en antropología

durante varias décadas. Aún en 1920, Rober t H. Lowie empezaba su

Primitive society citando «la famosa definición de Tylor». Más recién

temente, sin embargo, concepciones y definiciones de la cul tu ra han

proliferado cada vez en mayor medid a. Una de las más favorecidas

es la de la cultura como abstracción. Tal es la conclusión a que han

llegado Kroeber y Kluckhohn en su exhaustivo estudio sobre el tema:Culture: a critical review of concepts and history (1952: 155 y 169).

Tal es igualmente la definición dada por Hoijer y Beals en su libro de

texto, An introduction to anthropology (1953: 210, 219, 507, 535). Félix

M . Keesing, sin embargo, en un trabajo más reciente, Cultural an-

thropology (1958: 16, 427) define la cul tu ra como «la to ta li dad de la

conducta aprendida, transmitida socialmente».

Gran parte de la discusión del concepto de cul tu ra en los últimos

años se ha centrado principalmente en la distinción entre cultura

y conducta humana. Durante bastante tiempo los antropólogos se

contentaron con definir la cultura como un tipo de conducta pecu

liar de las especies humanas, adquirida por aprendizaje, y trans

mitida de un individuo, un grupo o una generación a los otros a

través de la herencia. En un deter minado moment o algunos comen

zaron a poner esto en duda y a mantener que la cult ur a no es ensí misma conducta, sino, en todo caso, una abstracción de la con

ducta. La cultura, dicen Kroeber y Kluckhohn (1952: 155) «es una

abstracción de la conducta humana concreta, pero no es en sí misma

conducta». Beals y Hoijer (1953: 210-219) y otr os, igualmente, mantie

nen este mismo punto de vista. 1

E l problema es que quienes definen la cultura como una abstrae

ción no dicen jamás lo que quieren decir con esto. Parecen dar por

sentado á) que ellos conocen lo que quieren decir con «abstrac

ción» y b) que los demás lo entenderán de igual manera. Ninguna

de estas dos suposiciones, creemos, está bien fundada, y volv ere

mos más adelante a considerar este concepto en el presente ensayo.

Pero, cualquiera que sea el sentido del término «abstracción» para

estos antropólogos, es evidente que cuando algo deviene una «abstrac

ción» se convierte en algo imperceptible, imponderable y no del

todo real. Según Linton «la cultura en sí misma es intangible y no

puede ser directamente aprehendida, ni siquiera por lo s mismos

individuos que participan en ella» (1936: 288-89). Herskovits por su

1. Uno de los primero s ejemplos de este modo de contemplar la mitin.t

como una a b s t r a c c i ó n , es la afirmación de Murdock: "teniendo en cuenta <u<

la cultura es meramente una abstracción de la media observada en | | oon

ducta de los i ndivi duos.. ." (1937, xi) .

130

tura . . .».

Si la cultura como abstracción es imperceptibl e e intangible, ¿p o

demos decir de alguna manera que existe? ¿es real? Ral ph Linton

(1936: 363) plantea esta cuestión con toda seriedad: «si puede decii se

que (la cultura) de algún modo existe...» Radcliffe-Brown (1940: 2)

declara respecto a esto que la palabra cul tu ra «no denota en modo

alguno una realidad concreta, sino una abstracción, y tal como co

múnmente es usada, una vaga abstracción». Spiro (1951: 24) por su

par te dice que de acuerdo con «la tendencia predominant e en la

antropología contemporánea... la cultura no tiene realidad ontoló-

gica alguna...».

De esta manera, cuando la cul tur a se convier te en una abstrac

ción, no sólo se hace invisible e imponderable: virtualmente deja

de existir. Sería difícil construir una concepción menos adecuada

de la cultura. ¿Cómo es, pues, posible que antropólogos tan eminen

tes e influyentes defiendan esta concepción de la cul tu ra como una

«abstracción»?

Una razón clave —si no, en el fondo, una afirmación implícita

de la razón misma— la suministran Kroeber y Kluckhohn (1952:

155):

Puesto que la conducta es el material básico y primordial de lapsicología, y la cul tura no lo es —siendo relevante a este efecto

sólo de manera secundaria, como una influencia más sobre dicho

material— es muy natural que psicólogos y sociólogos psicolo-

gizantes contemplen la conducta como algo primario, extendien

do a continuación esta perspectiva al campo total de la cultura.

E l razonamiento es simple y direct o: si la cul tu ra es conducta, la

cultura se convierte entonces en objeto de la psicología, puesto que

la conducta es propiamente un objeto psicológico, con lo que la

cultura se convertiría a su vez en propiedad particular de psicólo

gos y «sociólogos psicologizantes». Por este mismo camino, la antro

pología no biológica quedaba sin objeto. El peligro era real e inmi

nente, la situación crítica. ¿Qué debía hacerse?

La solución que Kroeber y Kluckhohn proponían era clara ysimple: dejar la conducta para los psicólogos; los antropólogos guar

darían para sí las abstracciones de la conducta. Dichas abstracciones

devienen y constituyen la cultura.

Pero en este dar al César, los antropólogos han entregado a la

psicología la mejor parte del botín, ya que le han dado las cosas

y acontecimientos reales, lo directa o indirectamente observable y

localizable en el mundo exterior, en el tiempo y el espacio terreno.,

guardando par a sí mismos tan sólo abstracciones intangibles c im-

1 u

 

ponderables «sin realidad ontológica». Pero al menos, y finalinenli ,

¡conservan un objeto —por más insustancial e inobservable que snt

enteramente suyo!

Que esta sea realmente la razón principal para definir la < u l h u a

«n o como conducta, sino como una abst racc ión de la conducta» es

quizás cuestionable. Pensamos, no obstante, que Kroeber y Kluckohn

mea-., p iop osi cio ncs , gciicralizacioncs, conclusiones etc. l a va l ide /

do tales premisa s, propo siciones, generalizaciones y conclusiones se

, -.laMccc poi me dio di- su contrast ación en térmi nos de experiencia

d e l m u n d o externo (Einstein 1936: 350). Este es el modo como la cien

. I . I procede y lleva a cabo su trabajo.

I 1 prime r paso en el pr ocedimiento científico es observar, o mal

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 65/125

se han expresado claramente. Y, en úl t imo té rmino, cualquiera que

sea la razón o razones —pues pueden ser varias que han conducido

a esta dis t inc ión—, no cabe duda de que la cues t ión de si la cultura

debe ser considerada meramente c omo conducta o como una abstrac

ción de aqué l la , consti tuye el tema central en los recientes inten tos

de construir un concepto de cultura út i l , adecuado, fructífero y du

radero.

E l autor de este escrito no está más inclinado que Kroeber y

Kluckhohn a entregar la cultu ra a los psicólogos. De hecho pocos

ant ropólogos se han tomado m ás trabajo que él, intenta ndo deli mita r

los problemas psicológicos de los culturales. 2 Pero lo que en modo

alguno desea es sust ituir la sustancia mi sma de la cul tur a por su

espectro. No puede ruarse una ciencia cuyo objeto es té constituido

por abstracciones intangibles, invisibles, imponderables y oncológi

camente irreales. La ciencia debe tener estrellas, mamíferos , zorros,

cristales, células, fonemas, rayos gamma y rasgos culturales reales

con los que trabajar. 3 Estamos convencidos de que es posible ofrecer

un análisis de la s i tuac ión que permita diferenciar por un lado la

psicología, estudio científico de la conducta, y por otro la culturo-

logia, o estudio científico de la cultura, al tiempo que proporcione a

cada una de ellas un objeto real y sustancial.Toda ciencia establece una dicotomía entre la mente del obser

vador y el mundo exterior 4 —teniendo cosas y acontecimientos su

lugar de ocurrenc ia fuera de la mente del observador. E l científico

establece contacto con el mundo exterior con, y a t ravés de, m i

sentidos, formando percepciones. Estas percepciones se conviert en en

conceptos que se manejan en el proceso del pensar5 para formar pre-

2. Varios de los ensayos contenidos en The Science of the Culture (1949)

—"Interpretaciones cul turológicas; interpretaciones psicológicas de -la conducta

humana'*, "Determinantes culturales del intelecto", "E l Genio: sus causas y su

incidencia", "Akenaton: Personaje vs. procesos culturales"; "Def inic ión y prohJ

b i c i ó n del Incesto", etc.— manejan esta d i s t i n c i ó n .

3. Traté este mismo punto en mi reseña del libro de Kroeber y Kluckhohn,

Culture: a critical review, etc. (1954, 464-5). Aproximada ment e por la s mis mas fe

chas Huxley escribía (1955, 15-16): "Si la antropología debe ser considerada mi.,ciencia, es preciso que los a n t r o p ó l o g o s definan la cultura, no de una mn

ñera metaf í s i ca o f i losóf ica, o como una abstracción, o en términos mr m

mente subjetivos, sino como algo que puede ser investigado con m é t o d o s .

trictamente cient í f i cos , como un pioceso f e n o m é n i c o que tiene lugar en el e-.pa

ci ó y el tiempo".

4. "L a creencia en un mundo exterior independiente del sujeto pen ¡pirulí

es el fundament o de toda la cie ncia natural", dice Einstein (1934, (<).

5. Según Einste in, pensar en términos c ient í f i cos significa "opeiai ron ion

ceptos, la creación y empleo de relaciones funcionales determinada-, rnn. . n

y la c o o r d i n a c i ó n de las experiencias sensoriales con é s t o s conceptos" (19.16, ''•">

132

g n u i a l í ñ e n t e experimentar, el mundo de manera sensible. El siguien

te paso — u n a vez las percepciones han sido convertidas en conceptos— es la clasificación de cosas y acontecimientos percibidos o expe-

i mi. niados . Las cosas y acontecimientos del mund o exteri or son di

v ululas de- este modo en clases de diversos tipos: ác idos , metales,

l íquidos , mamíferos , estrellas, á tomos, corpúsculos y demás. Sucede

ahora que existe una clase de fenómenos , de enorme importancia

para el estudio d el hombr e, para los que la ciencia aú n no tienenombre: es la clase de cosas y acontecimientos que consisten en,

o dependen de, la s imbol izac ión.6 Es éste quizás uno de los hechos

más paradój icos de la historia reciente de la ciencia, pero es un

hecho. La razón de esto es sin duda que este tipo de cosas y acon

tecimientos han sido siempre considerados y designados, no por sí

mismos, sino como parte de un contexto particular.

Una cosa es lo que es. «Una rosa es una rosa es una rosa».* Las

acciones no son ante todo acciones é t icas , acciones económicas o

acciones erót icas . Una acción es una acción. Un acto deviene un

acto é t ico, e rót ico o económico cuando —y sólo entonces— se le

considera en un contexto ético, económico o erót ico. Un vaso de

porcelana china ¿es un espécimen científico, un objeto de arte, un

art í culo comercial o una prueba judi cial? La respuesta es obvia. En

principio, por supuesto, llamarlo un «vaso de porcelana china» es

situarlo ya en un contexto particular. Para empezar, ser ía mucho

mejor decir «una forma de caolín cocido y vid ria do es una forma de

E n este ensayo Einste in tiene mucho que de cir sobre la manera de encarar el

proceso del pensamiento cient í f i co .

6. Ente nde mos por "simb olizar" el hecho de otorgar un cierto sentido a

hechos o cos as, o a la forma en que dicho otorgamiento es captado y apre

ciado. E l agua bendita sirve muy bien como ejemplo en este sentido: su san

tidad le es otorgada por un ser humano y es comprendida y apreciada por

otros seres hum anos. E l lenguaje articulado es la más caracter í s t i ca forma de

s i m b o l i z a c i ó n . Simbolizar es traficar con significados no sensoriales, es decir,

significados que, como la santidad del agua bendita, no pueden ser percibidos

po r los solos sentidos. La s imbol ización es una especie de conducta. S ó l o el

hombre es capaz de simbolizar.

Hemos discutido ampliamente este concepto en "The Symbol : the Origin andBasis of Hu man Behaviour", publicado originalmente en The Philosophy of the

Science, vol. 7, p á g s . 451-463, 1940, publicado m ás tarde con l igeras modific acio

nes en The Science of Culture. Ha sido igualmente reimp resa en Etc., A Re-

view of General Semantics, vol. 1, págs . 229-237, 1944; Language, Meaning and

Maturity, de S. I . Hayawaka Ed . (NY, 1954); Reading in anthropology, de E.

Adarason Hoebel y otros Ed s. (N Y, 1955); Readings in Introductory Anthropo-

logy, de El m a n R. Service E d. (Ann Arbor, Mich., 1956); Sociological Theory,

de Le wi s A. Coser y Bernard Rosemberg Eds. (NY, 1957); y en Readings in the

Ways of Mankind, de Walter Goldschmi dt E d. (1957).

* Alus ión a un texto de la novelista americana Gertrude Stein.

133

 

( i i l i n cocido y v i d r i a d o » . En tanto que vaso de porcelana china, <

convierte en objeto a r t í s t i c o , e s p é c i m e n c i e n t í f i c o o m e r c a n c í a cuan

do . y s ó l o entonces, pasa a ser considerado en un contexto esteta o,

* u i d í l i c o o comercial, respectivamente.

Volvamos ahora a la clase de las cosas y acontecimientos que con

sisten o dependen de la s i m b o l i z a c i ó n : una palabra, un hacha de

Cosas y acontec imiento-

depend ien te s de l s imbol izar

( S i m b o l a d o s )

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 66/125

piedra, un fetiche, el evitar la madre de la esposa, la repugnancia de

l a leche, la h i s o p a c i ó n de agua bendita, un cuenco de porcelana, decir

una o r a c i ó n , elegir un voto, la s a n t i f i c a c i ó n del sabbath, «y toda

clase de capacidades, y h á b i t o s [y cosas] adquiridas por el hombre

en tanto que miembro de la sociedad [ h u m a n a ] » ( T y l o r 1913: 1). To

dos ellos son lo que son: hechos y cosas que dependen del simboli zar.

Todas estas cosas-y-acontecimientos-dependientes-del-simbolizar

pueden considerarse en diferentes contextos: a s t r o n ó m i c o , f ís i c o , q u í -

mico, a n a t ó m i c o , f i s i o l ó g i c o , p s i c o l ó g i c o y cultural, en los que se

convierten sucesivamente en f e n ó m e n o s a s t r o n ó m i c o s , f í s i c o s , q u í m i -

cos, a n a t ó m i c o s , f i s i ol ó g i co s y culturales. Toda cosa y acontecimien

tos que dependen del simbolizar dependen igua lmente de la e n e r g í a

solar que sustenta la tot alidad de la vida de este planeta: é s t e es

el contexto a s t r o n ó m i c o . Ahora bien, estos acontecimientos y estas

cosas pueden ser igualmente considerados e interpretados en t é r m i -

nos de los procesos a n a t ó m i c o s , f i s i o l ó g i c o s y p s i c o l ó g i c o s del hom

bre que los produce o los padece. Pueden t a m b i é n ser considerados

en t é r m i n o s de su r e l a c i ó n con los organismos humanos, es decir,

en un contexto s o m á t i c o . E incluso en un contexto e x t r a s o m á t i c o , es

decir, en t é r m i n o s de su r e l a c i ó n con otras cosas y acontecimientos

m á s que con los organismos humanos.

Cuando cosas y acontecimientos que dependen del simbol izar se

consideran e interpretan en t é r m i n o s de su r e l a c i ó n con los orga

nismos humanos, es decir, en un contexto s o m á t i c o , entonces propia

mente pueden denominarse conducta humana, y la ciencia correspon

diente: psicología. Cuando estas mismas cosas y acontecimientos que

dependen del simbolizar son considerados e interpretados en t é r m i n o s

de contexto e x t r a s o m á t i c o , es decir, en t é r m i n o s de su mutua r e í a

c i ó n más bien que de su r e l a c i ó n con organismos humanos, podemos

entonces llamarlos cultura, y la ciencia correspondiente: culturología.

Este a n á l i s i s se diagrama en la fig . 1.

E n medio del diagrama tenemos una columna vertical de c í r c u l o s ,

O, , 0 : , 0 3 , etc., que representan las cosas (objetos) y acontecimientos

(acciones) dependientes del simbolizar. Estas cosas y acontecimien

tos constituyen una clase de f e n ó m e n o s bien diferenciados en el reinode la naturaleza. Puesto que dichos f e n ó m e n o s c a r e c í a n de nombre

hasta la fecha, nos hemos aventurado a proporc ionarle s uno: s|m

bolados. Somos conscientes de lo arriesgado de a c u ñ a r nuevos nom

bres, pero no es menos cierto que esta i m p o r t a n t í s i m a clase de f e n ó -

menos necesita un nombre que la distinga de las otras clases. Si en

vez de a n t r o p ó l o g o s f u é r a m o s f ís i c o s los l l a m a r í a m o s q u i z á s « f en ó -

menos g a m m a » . Pero no lo somos y creemos que una palabra l i n a

p i e es siempre mejor —o al menos má s aceptable— que una let ra

134

Conducta humana Rasgos culturales

Ciencia de la p s i c o l o g í a Ciencia de la cultura

F i g . 1

griega. Al a c u ñ a r nuestro t é r m i n o no hemos hecho sino seguir un

precedente bi en establecido: si un aislado es lo que resulta del pro

ceso o la a c c i ó n de aislar, lo que resulta de la a c c i ó n o el proceso

de simbol izar bien puede ser ll amado un simbolado. La palabra en

sí , de cualquier forma, no tiene demasiada importancia. P o d r í a m o s

incluso hallar un t é r m i n o mejor que simbolado. Lo que sí tiene

capital importancia es que la clase tenga un nombre.*

U n a cosa o acontecimiento que depende del simbolizar —un sim

bolado— es ni más ni menos que eso, pero puede resu lta r significa

t i v o en un determinado n ú m e r o de contextos. Como ya hemos visto,

puede resultar significativo en un contexto a s t r o n ó m i c o : la reali

z a c i ó n de un r i t u a l requiere el gasto de una parte de la e n e r g í a que

proviene del sol. Pero dentro de las ciencias del hombre s ó l o dos

contextos pueden aparecer como significativos: el s o m á t i c o y el

e x t r a s o m á t i c o . Los simbolados pueden ser considerados e interpreta-

* Hemos traducido "symbolate" directamente por "simbolado", a pesar de

lo extravagante de este termino en castellano. R e - a c u ñ a r el t é r m i n o de White

sobre el modelo l i n g ü í s t i c o ("simbolema", por ejemplo) h a b r í a sido violentar

u n a peculiaridad que el autor parece haber querido conservar cuidadosamente,

tanto por su referencia a la t e r m i n o l o g í a f í s i c a , como por su t á c i t a e v i t a c i ó nde una t e r m i n o l o g í a que más adelante demuestra conocer a la p e r f e c c i ó n . Por

otra parte "Isolate" ha sido traducido, igualmente, de la má s directa manera

posible —a pesar de que el t é r m i n o usual castellano es "unidad" y no "aisla

do"— con vistas a mantener al m á x i m o el paralelismo symbolate-isolate con el

que White ejemplifica su modo de a c u ñ a c i ó n .

E n cuanto a la forma como hemos traducido "Symboling" a lo largo de todo

el texto, h ay que decir que se ha preferido "simbolizar" y " s i m b o l i z a c i ó n " , sobre

otras posibles t raducciones, en orden sobretodo a evitar las connotaciones

laca niana s que traducci ones como "dependent upon symboling" por " d e p e n

diente de lo s i m b ó l i c o " hubieran t r a í d o consigo. (N. del T.)

ns

 

(los en t é r m i n o s de su r e l a c i ó n como el orga nismo humano, »> luYn

e n l e í minos de su r e l a c i ó n con cualquier otra cosa que no sea el orga

nismo humano. Vamos a ilustrar esto con algunos ejemplos.

Y o me fumo un c i g a r r i l l o , participo en una v o t a c i ó n , decoro un

C U 0 D C O de c e r á m i c a , evit o a la madre de mi esposa, rezo u n a onu lón

o t a l l o una punta de flecha. Cada uno de estos actos depende del

proceso de simbolizar. 7 Cada uno de ellos es un simbolado. Como

p í o , tendría que ser considerado en t é r m i n o s de su r e l a c i ó n con otros

Imbolados o grupos de simbolados como costumbres m a l i n i i . H i i . i l . .

i gainia, p o l i g i n i a , poli andr ia —residencia de una pareja d e s p u é s

. 1 . I matrimonio, d i v i s i ó n del trabajo entre sexos, modos de subsisten

< i . i . arquitectura d o m é s t i c a , grado de desarrollo cultural ele. Si, poi

el con tra rio , nos ocupamos de los modos de votar, la considera! lón

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 67/125

c i e n t í f i c o , yo puedo considerar estos actos (acontecimientos) en tei

minos de su r e l a c i ó n conmigo mismo, con mi propio organismo, o

bien, tratarlos en t é r m i n o s de su r e l a c i ó n con otro simbolado que

nada tenga que ver con mi pro pio organismo.

E n el primer caso considero el simbolado en t é r m i n o s de su rela

c i ó n con mi estructura corporal: la estructura y funciones de mi

mano; o con mi v i s i ó n c r o m á t i c a y e s t e r e o s c ó p i c a ; o en r e l a c i ó n conm is deseos, necesidades, miedos, i m a g i n a c i ó n , h á b i t o s formados, reac

ciones manifiestas, satisfacciones etc. ¿ Q u é siento cuando evito a la

madre de mi esposa o participo en una v o t a c i ó n ? ¿ C u á l es mi actitud

hacia este acto? ¿ C u á l es mi c o n c e p c i ó n de él? ¿Me a c o m p a ñ a un

tono marcada mente emocio nal o lo realizo de manera m e c á n i c a y

formalista? Cualquier tipo de c o n s i d e r a c i ó n en este sentido hace

referencia a la conducta humana. Nuestro i n t e r é s es entonces psico-

lógico.

L o que decimos respecto a los actos (acontecimientos) puede ap l i

carse igualmente a los objetos (cosas). ¿ C u á l es mi c o n c e p c i ó n de

u n cuenco de c e r á m i c a , de una hacha tall ada, de un c r u c i f i j o , de

u n cerdo asado, del agua bendita, del whisky, del cemento? ¿ C u á l

es mi ac ti tud y de qué manera reacciono ante cada una de estas

cosas? En resumen ¿ q u é tipo de r e l a c i ó n existe entre estas cosas

y mi propi o organismo? No es habitu al considerar estas cosas como

conducta humana, y sin embargo son verdaderas corporeizaciones d i

esta conduc ta. La diferencia entre un nodulo de pedernal y un hacha

de piedra e s t á en el factor t rabajo humano. Un hacha, un cuenco,

u n c r u c i f i j o —o un corte de pelo— son trabajo humano cristalizado.

Tenemos pues una clase de objetos que dependen de l simboliza i v

que tienen una s i g n i f i c a c i ó n en t é r m i n o s de su r e l a c i ó n con el orga

nismo humano. La c o n s i d e r a c i ó n e i n t e r p r e t a c i ó n c i e n t í f i c a s de et t f l

tipo de r e l a c i ó n es lo que llamamos psicología.

Pero t a m b i é n es posible tratar estos simbolados en t é r m i n o s <<

sus mutuas relaciones, sin tomar en cuenta su r e l a c i ó n con el orga

nismo humano. En este caso, evitar la madre de la esposa, por ejem-

7. "¿De qu é modo el tallado de una cabeza de flecha depende de la limbo

l i z a c i ó n ? " p o d r í a preguntarse. Personalmente he respondido a esta ctMttldO M

" O n the Use of Tools by Pri mates" ("Sobre ei uso de herramie ntas Je !<-. pn

mates"), publicado originalmente en Journal of Comparative Psychology, vol vi.

p á g s . 369-374, y reimpreso en White, The Science of Culture; en Main in í'mi

temporary Society, preparado por el departamento de C i v i l i z a c i ó n Contempo

r á n e a de la Uni ver sidad de Col umbia (NY , 1955) y en Readings in Introductor v

Anthropology (Ann A r b o r , M i c h . , 1956). Existe una gran diferencia entre rl

proceso i nstr umenta l de la especie human a y el de los primate s subh umanos .

E s t a diferencia no r a d i c a en otra cosa que en el hecho de la s i m b o l i z a c i ó n .

136

tipo de gobierno ( d e m o c r á t i c o , m o n á r q u i c o , fascista); edad, sexo, si

t u a c i ó n e c o n ó m i c a ; partidos p o l í t i c o s etc. Situados en este contexto,

nuestros s imbola dos se conv iert en en cultura —rasgos culturaleso grupos de rasgos, es decir, instituciones, costumbres, c ó d i g o s etc. Su

campo de relevancia c i e n t í f i c a es entonces la culturología.

Todo esto se aplica por i g u a l para actos y para objetos. Si lo

que consideramos es una azada, deberemos conte mplar la en t é r m i nos de sus relaciones con otros simbolados del contexto e x t r a s o m á t i

co : en r e l a c i ó n con otros instrumentos de p r o d u c c i ó n a g r í c o l a , el palo

de cavar y el arado, por ejemplo, o bien con la d i v i s i ó n sexual del

trabajo, el estadio de desarrollo cultural etc. T a m b i é n s e r í a p e r t i

nente de este estudio establecer las relaciones entre un computador

d i g i t a l y el grado de desarrollo de las m a t e m á t i c a s , el desarrollo

t e c n o l ó g i c o , la d i v i s i ó n del trabajo, la o r g a n i z a c i ó n social en que es

utilizado ( c o r p o r a c i ó n , o r g a n i z a c i ó n m i l i t a r , laboratorio a s t r o n ó m i c o )

y d e m á s .

Enfrentamos pues dos diferentes maneras de hacer ciencia8 con

r e l a c i ó n a las cosas y acontecimient os —objetos y acciones— que

dependen del simbol izar . Si lo que hacemos es tratarlos en t é r m i n o s

de su r e l a c i ó n con el organismo humano, es decir, en un contexto

s o m á t i c o u o r g a n í s m i c o , dichas cosas y acontecimientos devienen

conducta humana, y nuestro trabajo c i e n t í f i c o psicología. Si, por el

c o n t r a r í o , nuestra c o n s i d e r a c i ó n se centra en las relaciones que

mantienen entre sí, independientemente de su r e l a c i ó n con cualquier

tipo de organismo humano, es decir, en un contexto e x t r a s o m á t i c o o

e x t r a o r g a n í s m i c o , cosas y acontecimientos se transforman en cultura

—elementos o rasgos culturales— y nuestra labor c i e n t í f i c a en cultu-

rología. C u l t u r o l o g í a y p s i c o l o g í a humana tienen por objeto, como es

f ác i l observar, la misma clase de f e n ó m e n o s : las cosas y aconteci

mientos que dependen del simbolizar (simbolados). La diferencia

entre u na y otr a radica exclusivamente en el dis tin to context o en que

incluyen dicho objeto al estudiarlo. 9

E l tipo de a n á l i s i s que a q u í hemos aplicado al proceso de s i m

b o l i z a c i ó n en general es el mismo que los l i n g ü i s t a s han venido ap l i -

8. ""CientizaT" es también un tipo de conducta. Véase nuestro ensayo "Science is Sciencmg" ("Ciencia es cientizar") publicado primeramente en Philosophy

of Science, vol. 5, págs . 369-389, 1938, y reimpreso en The Science of Cutturt 1

* Hemos conservado "cientizar" en vez de "Hacer ciencia" para mantener almáximo el juego de palabras de White en su t í tulo. (N. del T.)

9. La importancia del contexto queda ilustrada al contrastar actitudes queafectan a una misma clase de mujeres: en cuanto madres son reverenciadas, <ncuanto suegras, menospreciadas.

117

 

( a n d o desde hace d é c a d a s a una parcela determinada de este < ampo

las palabras.

U na palabra es una cosa (un sonido o c o m b i n a c i ó n de sonido* o

marcas efectuados sobre alguna sustancia) o un acto que d e p e n d í

d el simbolizar. Las palabras son precisamente eso: palabras. Pero

adquieren relevancia para los estudiosos del lenguaje en dos coni< l

tos diferentes: el s o m á t i c o u o r g a n í s m i c o , y el e x t r a s o m á t i c o u extra-

l i a d a . o i n p a i a n d o estos dos l i b r o s : The psychology of language de

W a l i . i U PilUbury y Clarence L . Mcadcr (New Y o r k , 1928) y The

hiurii,de L. B l o o m f i e l d * (N . Y. 1933). En el pri mero encontramos

C a p í t u l o s tales como « L o s ó r g a n o s del d i s c u r s o » , « L o s sentidos ini-

pll< adoi en el d i s c u r s o » , «El proceso mental del d i s c u r s o » , etc. En el

s e g u n d o los c a p í t u l o s llevan t í t u l o s como «El f o n e m a » , «La estructti

i . i l o n é t i c a » , « F o r m a s g r a m a t i c a l e s » , « T i p o s de o r a c i ó n » , etc. La dis

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 68/125

o r g a n í s m i c o . Dicha d i s t i n c i ó n se expresa habitualmente con los tél

minos langue y parole, o sea lengua y habla. 10

Las palabras, consideradas en el contexto s o m á t i c o constituyen un

tipo de conducta humana: la conducta hablada. El estudio c i e n t í f i c o

de las palabras en el contexto s o m á t i c o es lo que suele llamarse

p s i c o l o g í a (que puede i n c l u i r t a m b i é n f i s i o l o g í a y a n a t o m í a ) del

lenguaje. Es la ciencia que se ocupa de las relaciones entre palabrasy organ ismo humano: el modo como las palabras son producidas y

pronunciadas, su sign ifi cado, las actitudes que el hablan te adopta

ante estas palabras, la p e r c e p c i ó n y respuesta de las mismas.

E n el contexto e x t r a s o m á t i c o , en cambio, las palabras son consi

deradas en cuanto se relacionan unas con otras, independientemente

de cualquier tipo de r e l a c i ó n con el organismo humano. El campo

c i e n t í f i c o concreto es en este caso la l i n g ü í s t i c a , o ciencia del len

guaje. La f o n é t i c a , la f o n o l o g í a , la sintaxis, el l é x i c o , la g r a m á t i c a ,

l a d i a l e c t o l o g í a , el cambio l i n g ü í s t i c o etc., s e g ú n que el é n f a s i s se

ponga en este o aquel pun to concreto del campo general considerado

L a diferencia entre estas dos ciencias queda perfectamente Huí

PalabrasContexto s o m á t i c o

Habla {Parole)

Contexto e x t r a s o m á t i c o

Lengua (Langue)

P e r c e p c i ó n ^ ^ ^ ^ ^ G ra má ti c a

C o n c e p t u a l i z a c i ó n ^ ^ ' ^ ^— ^ ^ - x Sintaxis

I m a g i n a c i ó n " ^ • ^ ^ 0, L é x i c o

R e a l i z a c i ó n ° 4 ^ ^ ^ ^

f ó n i c a 0¿

»^***4 F o n é t i c a

o*

Fig. 2

10. S e g ú n ( F e r d i n a n d ) de Sa us su re el leng uaje hu man o es obje to no de ">></

sino de dos ciencias... De Saussure t r a z ó una neta d i v i s o r i a entre langue y

parole. E l lenguaje (langue) es u n i v e r s a l , mientras que el discurso concreto

(paróte)... es i n d i v i d u a l " ( C a s s i r e r , 1944, 122). Huxley por su parte (1955, 16).

citando la d i s c u s i ó n de C a s s i r e r sobre la d i s t i n c i ó n s a u s s u r í a n a entre lanyj

parole, se refiere a la p r i m e r a , l l a m á n d o l a "sistema superindividual de g r a m á -

t i c a y sinta xis" y a la segunda co mo "las pal abras o modo concr eto di- h.ibl.ti

que usan los individuos p a r t i c u l a r e s " . Y continuando en el mismo sentido, di< i

"encontramos esta mismo distinción en toda actividad cultural —en derecho

en arte...; en la est ructura social...; en ciencia..." (el subrayado es nuestro)

138

t i n c i ó n entre las dos ciencias queda ilu strada en la fi g. 2.

Las figuras 1 y 2 son fundament almente iguales. Ambas hacen

referencia a cosas y acontecimi entos que dependen del simbolizar. En

l a f i gura 1 se trat a de una clase general: los simbolados. En la

f i gura 2, en cambio, de una particular: las palabras (que es una

subclase de la clase simbolados). En cada uno de estos casos lo que

hacemos es referir cosas y acontecimientos, por un lado al contextos o m á t i c o , por otro al e x t r a s o m á t i c o , en orden a su c o n s i d e r a c i ó n

c i n t e r p r e t a c i ó n . En cada caso, igualmente, tenemos un distinto tipo

de ciencia, o de hacer ciencia: p s i c o l o g í a de la conducta y del len

guaje, por un lado; ciencia de la cultura y del lenguaje, por otro.

Cultura es, pues, la clase de las cosas y acontecimientos que de-

penden del simbolizar, en cuanto son consideradas en un contexto

extrasomático. Esta d e f i n i c i ó n rescata a la a n t r o p o l o g í a cultural de

las abstracciones intangibles, imperceptibles y o n t o l ó g i c a m e n t e irrea

les a las que se h a b í a encadenado y le proporciona un objeto real,

sustancial y observable. A l mismo t iempo e f e c t ú a una clara d i s t i n

c i ó n entre conducta —organismos con conducta— y cultura, entre

p s i c o l o g í a y ciencia de la cultura.

P o d r í a o b j e t á r s e n o s que cada ciencia d e b e r í a tener una deter

minada clase de cosas, no cosas-incluidas-en-un-contexto, que consti

tuyesen propiamente su objeto. Los á t o m o s son los á t o m o s y los ma

m í f e r o s los m a m í f e r o s , p o d r í a a r g ü i r s e , y cada uno constituye respec

tivamente el objeto de la f í s i c a y de la m a m a l o g í a , sin hacer inter

venir para nada el contexto. ¿ P o r qué, pues, d e b e r í a la a n t r o p o l o g í a

d e f i n i r su objeto en t é r m i n o s de contexto y no de la cosa en sí?

A primera vista este argumento parece perfectamente pertinente, en

realidad tiene muy poca fuerza. Lo que el c i e n t í f i c o intenta es hallar

l a i n t e l i g i b i l i d a d de los objetos observados, y muy frecuentemente el

n i v e l de s i g n i f i c a c i ó n de los f e n ó m e n o s se encuentra precisamente en

el contexto en que estos aparecen y no en ellos mismos. Incluso ent re

las llamadas ciencias naturales existe una ciencia de los organismos-

en-un-contexto-concreto: la p a r a s i t o l o g í a , que estudia los organismos

que ocupan papeles determi nados en el reino de las cosas vivientes.Y en el reino del hombre y de la cultura tenemos igualmente doce

nas de ejemplos cuya s i g n i f i c a c i ó n depende má s del contexto que

de las cualidades inherentes de los f e n ó m e n o s mismos. Al adulto

macho de determinada especie animal se le da el nombre de hombre.

Pero un hombre es un hombre, no un esclavo. Un hombre se con-

* T r a d . e s p a ñ o l a . El lenguaje. U n i v e r s i d a d A u t ó n o m a de San Maf C Of

L i m a , 1964.

I V )

 

vierto eil un esclavo cuando entr a en un dete rmi nado contex to l <>

m i in.> sucede con las m e r c a n c í a s : el m a í z y el a l g o d ó n tienen un

determinado valor de uso, pero no son considerados m e r c a n c ía s

— a r t í c u l o s producidos para la venta y el beneficio— por ejemplo en

la cultura hopi: el m a í z y el a l g o d ó n se convierten en m e r c a n c í a s

s ó l o cuando entran en un determinado contexto s o c i o e c o n ó m i c o .

U na vaca es una vaca, pero puede convertirse en medio de cambio,

t l va sin el concepto y la actitud. De igual manera, conceptos y actitudes c a r e c e r í a n por entero de sentido desligadas de todo tipo de

m a n i f e s t a c i ó n ext eri or, bien sea en la conducta o en el lenguaje (q ue

n o d e j a «le ser una for ma de conducta ). Cada eleme nto cultural,

< a.la iasgo tiene por tanto un aspecto subjetivo y otro objetivo I V r o

todos estos conceptos, actitudes y sentimientos — f e n ó m e n o s que de

hecho tienen lugar dentro del organismo humano— pueden ser con

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 69/125

dinero (pecus, pecuniario), comida, potencia m e c á n i c a (Cartwright

u s ó la vaca como medida de potencia en su primer telar m e c á n i c o ) ,

e incluso objeto de culto (India) s e g ú n el conte xto. No existe una

ciencia part icu lar dedicada a las vacas, lo que sí tenemos son cienci as

que estudian los medios de cambio, la potencia m e c á ni c a o los obje

tos sagrados, para las que la vaca, en cuanto relacionada con estos

campos, puede ser relevante. De esta manera llegamos a obte ner unaciencia de las cosas y acontecimientos en un contexto e x t r a s o m á -

t i c o .

El locus de la cultura. Si definimos la cultu ra como compuesta de

cosas y acontecimientos di recta o indirect amente observables en el

mundo exte rior, tendremos igualmente que definir c u á l es el lugar

de ocurrencia y el grado de realidad de estos f e n ó m e n o s , es decir,

resolver la c u e s t i ó n de c u á l sea e l lugar de la cultu ra. Y la respuesta

es: las cosas y acontecimientos que comprende la cultura se ma

nifiestan en el tiempo y el espacio a) en los organismos humanos ,

en forma de creencias, conceptos, emociones, actitudes; b) en el

proceso de i n t e r a c c i ó n social entre los seres humanos; y c) en los

objetos materiales (hachas, f á b r i c a s , ferrocarriles, cuencos de c e r á -

mica) que rodean a los organismos humanos integrados en las pautas

de i n t e r a c c i ó n social. 11 El lugar de la cultura es pues a la vez intraor-

g á n i c o , i n t e r o r g á n i c o y e x t r a o r g á n i c o ( v é a s e figura 3).

Alguien p o d r í a objetarme, sin embargo, el haber dicho que la

cultura se compone de f e n ó m e n o s e x t r a s o m á t i c o s y ahora que en

parte se manifiesta dentro de los organismos h umanos. ¿N o es esto

una c o n t r a d i c c i ó n ? La respuesta es: n o. No es una c o n t r a d i c c i ó n ,

sino un malentendido. En n i n g ú n momento hemos dicho que la cu l -

tura e s t é compuesta por cosas y acontecimientos e x t r a s o m á t i c o s ,

esto es, f e n ó m e n o s que exclusivamente tienen lugar fuera de los orga

nismos humanos. Lo que a q u í se ha dicho es que la cultura con

siste en cosas y acontecimientos que se consideran en un contexto

e x t r a s o m á t i c o . Lo cual es algo bien distinto.

Todo elemento cultural tiene dos aspectos: subjetivo y objetivo

P o d r í a parecer que las hachas de piedra, por ejemplo, son elementos« o b j e t i v o s » , mientras que las ideas y las actitudes son « s u b j e t i v o s »

Esto es una c o n c e p c i ó n super fici al e inadecuada del asunto. El h acha

tiene su componente subjetivo: s e r í a totalmente i n ú t i l y asignifica

11. "El verdadero locus de la cultura", dice Sapir (1932, 236), "está en lasinteracciones de... individuos y, por el lado subjetivo, en el c ú m u l o de slgalflcados que cada uno de estos individuos abstrae inconscientemente de su p.uncipación en dichas interacciones". La proposic ión es bastante similar a la nuestr a excepto por la omis ión de los objetos, es decir, la cultura material.

140

siderados, en orden a su i n t e r p r e t a c i ó n c i e n t í f i c a , como pertenecien

tes al contexto e x t r a s o m á t i c o , es decir, en t é r m i n o s de su r e l a c i ó n

co n las d e m á s cosas y acontecimientos del orden de los simbolizado,

mejor que en t é r m i n o s de su r e l a c i ó n con el organismo humano. En

esta perspectiva, el t a b ú de la madre de la esposa s e r í a considerado,

en cuanto a las actitudes y conceptos que implica, más bien en

t é r m i n o s de sus relaciones con otras formas de parentesco y f a m i l i a ,lugar de residencia etc., que como relacionado con el organismo hu

mano. Por el contrario, el hacha p o d r í a ser considerada en t é r m i n o s

de su r e l a c i ó n con el organ ismo hu mano —su signifi cado, las diver

sas concepcio nes y actit udes co n respecto a ellas etc.— en lugar de

relacionarlo con otras cosas y acontecimientos del campo de lo sim

bolizado como flechas, azadas y costumbres que regulan la d i v i s i ó n

social del trabajo etc.

F ig . 3. El locus de la cultura

* = Objetos

O = Personas

— = L í n e a s de i n t e r a c c i ó n o

i n t e r r e l a c i ó n .

Pasaremos ahor a revi sta a una serie de conceptos de cult ur a o

relacionados con el concepto de cultura empleados ampliamente en

la literatura e t n o ló g i c a , c o m e n t á n d o l o s c r í t i c a m e n t e desde el punto

de vista establecido en el presente trabajo.

«La cultura consiste en ideas». Algunos a n t r o p ó l o g o s prefieren

111

 

d e f i n i r lacultura en t é r m i n o s de ideas exclusivamente. E s t a u m u |i

i io n se funda al parecer en la n o c i ó n de que las ideas son l o . - l<

t n e n t O S primarios y b á s i c o s de la cultura, losmotores primeros que

a l promover todo tipo deconducta, producen asimismo objetOl RIAtl

riales tales como los cuencos de c e r á m i c a . «La cultura COnsiltC « ti

i d e a s » dice Tay lor (1948: 98-110, passim) «es un f e n ó m e n o m e n i . d

n o . . . objetos materiales o conducta observable... Porejemplo, en ll

i ta l no halla su exacta r e a l i z a c i ó n en ninguna de las ollas con

cretas. El lomismo que el « a m e r i c a n o t í p i c o » de 5 pies y 8 1/2 pul

padas, I n l . r / K libras, « a s a d o , co n 2,3 n i ñ o s etc. E s t o es lo (pie al pare

i er intentan « d i o s significar por a b s t r a c c i ó n . Si es así, se h a l a de

algo bien c o n o c i d o : una mera c o n c e p c i ó n en la mente del obsei vadoi

d e l c i e n t í f i c o .

Existe un modo ligeramente diferente deenfocar la «a bs t r a c t L ón*

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 70/125

cabeza de un i n d i o existe unaidea de danza. Esto es un rasgo Ctll

t u r a l . Esta idea dedanza induce al i n d i o a comportarse deun deteiminado m o d o » , es decir, a danzar.

U n a tal c o n c e p c i ó n de la realidad sociocultural no puede lej

calificada sino de ingenua. Se funda en un tipo de p s i c o l o g í a y de

m e t a f í s i c a p r e c i e n t í f i c a s , primitivas y perfectamente obsoletas. Hubo

una Mujer-Pensamiento entre los keresan que a t r a í a los acontecimientos por el mero hecho dedesearlos ypensarlos. E l Dios Ptah c r e ó

la cultura egipcia objetivando sus propios pensamientos. Y Dios

d i j o « H á g a s e la l uz » y la luz fuehecha. Pero no explicamos nada

en absoluto diciendo que la cultura es unresultado de las ideasdel

hombre. No cabe duda deque en la i n v e n c i ó n de lasarmas de fuego

hubo una idea que s i r v i ó como punto de partida, pero nada queda

explicado diciendo que lasarmas de fuego son unproducto del pen

samiento, puesto que no damos cuenta de las ideas en sí mismas.

¿ P o r qu é una idea ocurre en un lugar y tiempo determinados' y no

en otros distintos? De hecho, las ideas —las ideas realistas, las situa

ciones tactuales— entran en elpensamiento desde elmundo exterior.

Fue trabajando con barro como el hombre, o la mujer, a d q u i r i ó la

idea de c e r á m i c a . Elcalendario es un subproducto de la agricultura

intensiva. Lacultura consiste de hecho en ideas, pero las actitudes,los actos manifiestos y losobjetos son cultura t a m b i é n .

«L a cultura consiste en abstracciones». Volvemos ahora a la de f i -

n i c i ó n tan popular ennuestros d í a s deque «la cultura es una abstrac

c i ó n , o consiste ena b s t r a c c i o n e s » . Como hemos observado antes, los

que definen la cultura enestos t é r m i n o s no nosdicen j a m á s lo que

intentan expresar con « a b s t r a c c i ó n » yhay bastantes razones para pen

sar que ellos mismos notienen demasiado claro lo que intentan decir

co n esto. Todos ellos subrayan que unaa b s t r a c c i ó n no es unacosa

o acontecimiento observable. Pero el hecho de las dudas surgidas

acerca de la « r e a l i d a d » de una a b s t r a c c i ó n indica lo poco seguros

que quienes emplean el t é r m i n o e s t á n sobre susignificado, o mejor,

sobre loque tratan de decir con él. Nosotros, sin embargo, sídisponemos de algunas claves.

L a cultura es « f u n d a m e n t a l m e n t e una forma, una pauta oLUI

m o d o » dicen Kluckhohn y Kroeber (1952: 155, 169). « I n c l u s o loi

rasgos culturales sonabstracciones. Unrasgo cultural es un "tipo

idear porcuanto no se dan dos ollas i d é n t i c a s ni dos ceremonias

matrimoniales celebradas de la misma m a n e r a . » El rasgo cultural

«o l l a » aparece pues como la forma ideal de la quecada o l l a partícular es unejemplo —una especie de ideal o idea p l a t ó n i c a . Toda v

cada una de lasollas, piensan ellos, es real, pero el « i d e a l » en cuan-

142

N o se dan dosceremonias de matrimonio i d é n t i c a s . Pues bien, t a b ú

lemos una larga serie de ceremonias matrimoniales. Encontramos

que uncien por cien deellas contienen unmismo elemento A (mutua

a c e p t a c i ó n de loscontrayentes). Un noventa y nueve por ciento con

tienen undeterm inado elemento B. Otros elementos C, D y E apare

cen respectivamente en un 96, 94 y 89 porcien de loscasos. Cons

truimos conestos porcentajes unacurva de d i s t r i b u c i ó n y determi

namos la media o norma s e g ú n la cual se distribuyen las instancias

particulares. El resultado es la ceremonia de matrimonio t í p i c a . El

problema, como en el caso del americano medio quetiene 2,3 hijos,

es queeste ideal j a m á s se produce en la realidad. Es una « a b s t r a c -

c i ó n » , es decir, una c o n s t r u c c i ó n del observador c i e n t í f i c o , que existe

s ó l o en su mente.

E l hecho de no reconocer que las abstracciones son s ó l o conceptos

ha llevado a unatotal c o n f u s i ó n tanto en loque respecta a su locus

como a su grado de realidad. El reconocimiento de las llamadas

abstracciones c i e n t í f i c a s (como en el caso del « c u e r p o r í g i d o » en

f í s i c a , que no existe en la realidad) como construcciones en la

mente del c i e n t í f i c o c l a r i f i c a encambio, en loque a laciencia de la

cultura respecta, los dos puntos siguientes: que las « a b s t r a c c i o n e s »

culturales no sonsino conceptos ( « i d e a s » ) en la mente del a n t r o p ó -logo; y que, por lo que hace a su« r e a l i d a d o n t o l ó g i c a » , los conceptos

no son menos reales que cualquier otra cosa en las mentes delos hom

bres —nada es más real, porejemplo, que una a l u c i n a c i ó n .

Este punto r e c i b i ó un tratamiento muy acertado por parte de

Bidney (1954: 488-89) en su c r í t i c a de Culture, a critical review...:

E l punto crucial de toda la c ue s t i ón e s t á en la signif icación del

t é r m i n o a b s t r a c c i ó n y en susentido on t o l óg i c o . Algunos a n t r o p ó -logos sostienen que nomanejan sino abstracciones lógicas y que

la cultura notiene realidad si no enesas abstracciones, pero lo

que no pueden hacer es esperar queotros cient í f icos sociales

concuerden con ellos, habida cuenta lanula realidad objetiva del

objeto de su ciencia. Deeste modo Kroeber y Kluckohn con-funden el concepto de cultura, que es unaconstrucción lógica,

con la existencia factual de la cultura... (el subrayado es nuestro).

Es interesante constatar, en este sentido, que un t e ó r i c o de la

a n t r o p o l o g í a como Cornelius Osgood (1951 : 208; 1940) ha definido

e x p l í c i t a m e n t e la cultura como unamera f o r m a c i ó n en la mente de

los a n t r o p ó l o g o s : «La cultura consiste entodo aquel c ú m u l o de ideas,

conductas e ideas del agregado de seres humanos que uno ha obser

vado directamente o que hansido comunicadas al propio intelecto,

143

 

y de las que u no se ha he cho c o n s c i e n t e » . S p i r o (1951: 24) po i M I

paite- mantien e que « la cul tur a es una c o n s t r u c c i ó n l ó g i c a a b s t i a í d a

a p a r t i r de la cond ucta hu man a observable y que tan s ó l o t iene « M .

t e n c i a en la men te del investigador» ( e l subrayado es del propio Spiro)«No existe cultura "material" como tal». Aquel los que definen La

t u l t u r a e n t é r m i n o s de ideas, bie n com o una a b s t r a c c i ó n o como

v e i i n < I I cosa algo que no es u cosa, i o n i o la espeian/a, la l i o m

t u l . u l o la libertad, por ejemplo. Pero no soy yo q u i e n ha lte< ho In

objetos culturales. Yo simplemente he descubierto cosas y a c o n t e c í

mientos del mundo exte rior que pueden ser identificados r o m o una

clase aparte dependiente del proceso de s i m b o l i z a c i ó n y tratados

e n un contexto e x t r a s o m á t i c o , y a los que he denominado e u l i m a

Esto es precisamente lo que E. B. T y l o r hizo. Esto es lo mismo que

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 71/125

objetos ma teri a les no forman, o no pueden for mar, parte de la c u l -

t u r a . « E s t r i c t a m e n t e h a b l a n d o » , dice Hoeb el (1956: 176) « l a c u l -

t u r a mate ria l no es cul t ura en a b s o l u t o » . T a y l o r (1948: 102, 98) v a

a u n m á s l e j o s : « . . . e l concepto de "cul tu ra materi a l" es f a l a z » p o r q u e

« l a c u l t u r a e s u n f e n ó m e n o m e n t a l » . Beals y H o i j e r (1953: 210) « . . . u n a

c u l t u r a es una a b s t r a c c i ó n de la con duc ta y no d e b e s e r c o n f u n d i d a

con los actos mi sm os de con duc ta o con artefactos mate ria les ta les

com o los i n s t r u m e n t o s . . . » . S e m e j a n t e r e c h a z o d e l a c u l t u r a m a t e r i a l

resul t a chocan te sobre t o d o s i lo com par amos co n la larga t r a d i c i ó n ,

e n t r e e t n ó g r a f o s , a r q u e ó l o g o s y m u s e í s t a s , de l la mar a ins t r umen tos ,

m á s c a r a s , fet ich es y otra s cosa s por el est ilo, prec isa men te « c u l t u r a

m a t e r i a l » . 1 2

U n a d e f i n i c i ó n como l a nues t ra resuelve en gran medid a e l em

bro l lo . Co mo ya hem os visto, no par ece del t o d o a b s u r d o h a b l a r

d e c o n d u c t a p a r a refer irse a cosas ta les como s andal ia s o cuenc os

de c e r á m i c a ; lo rel evan te en ellos no es pre cis ame nte la pie l de ci erv o

o e l b a r r o , s ino e l t rab ajo huma no: so n cris ta l izaci ones del t raba jo

h u m a n o . P e r o s e g ú n n u e s t r a d e f i n i c i ó n , l a s i m b o l i z a c i ó n es un fa ctor

c o m ú n q u e a t a ñ e por igual a ideas, act itude s, actos y obje tos. Ex is te n

pues t res c lases de s imbolados: a) ideas y act itudes, b) a c c i o n e s

m a n i f i e s t a s , c) objetos materia les . Todos e l los deben ser cons ide

rados en el c o n t e x t o e x t r a s o m á t i c o . T o d o s d e b e n c o m p u t a r s e c o m o

c u l t u r a . U n a c o n c e p c i ó n de es te t ipo nos ret rotrae prec isam ente a

u n a f o r m u l a c i ó n que t iene ya un a anti gua t r a d i c i ó n en la antropo

l o g í a c u l t u r a l : « c u l t u r a es aquel lo que se describe en una mon ogra

f í a e t n o g r á f i c a » .

«Reificación de la cultura». Exi s t e un t ipo de c o n c e p c i ó n de la

c u l t u r a que a lgunos a n t r o p ó l o g o s mant ienen ante la c o n s t e r n a c i ó n

de otros que los acus an de « r e i f i c a c i ó n » . Co mo uno de los que h an

s ido especi a lmente a tac ados como « r e i f i c a d o r » de la c u l t u r a , 1 3 p u e d o

decir que e l t é r m i n o es part i cula rment e inadecu ado . R e i f i c a r es con-

12. Es interes ante not ar que Durkh eim (1951, p á g s . 313-314) que habitual-

mente usa el t é r m i n o "sociedad" donde muchos a n t r o p ó l o g o s americanos hubieran dicho cult ura o sistema sociocultural, hace h i n c a p i é en que "no es

verdad que la sociedad e s t é constituida tan s ó l o de individuos; incluya Igual

mente objetos materiales que juegan un papel esencial en la vida comunita

ria", y cita como ejemplo cosas tales como casas, instrumentos, m á q u i n a 1 , em

pleadas en la indus tria, etc. "La vida social... cristaliza... y se f i j a de este modo

en soportes materiales... externos..."

13 . Max Gluckman "reific a la estructu ra en la misma for ma en que White

reifica precisamente la cultura", dice Murdock (1951, pág. 470). Strong, por IU

parte (1953, pá g. 392) siente que "White reifica, c incluso a veces llega a d r i l •

c a r , la cultura...". Ver igualmente H e r r i c k (1956, p ág . 196).

144

L o w i e , Wissler y los primeros a n t r o p ó l o g o s americanos hicieron. Para

Durkheim (1938: x l i i i ) «la p r o p o s i c i ó n que establece que los hechos

sociales (es decir, rasgos culturales) deben ser tratados como c o s a s »

e s t á «en la base misma de nuestro m é t o d o » . No somos nosotros

quienes hemos reifi cado la cultu ra. Los elementos que componen la

cultura, s e g ú n nuestra d e f i n i c i ó n , eran cosas desde el p r i n c i p i o

mismo.N o cabe duda de que para aquellos que definen la cultura como

u n compuesto de « a b s t r a c c i o n e s » intangible, imponderables y o t o l ó -

gicamente irreales, el hecho de convertir estos aspectos en cuerpos

reales, sustanciales, debe aparecer como una verdadera r e i f i c a c i ó n .

Pero no es é s t e el caso de quien no suscribe tal d e f i n i c i ó n .

«Cultura: un proceso sui generis». «La cultura es una cosa sui

generis...» d i j o L o w i e hace muchos a ñ o s (1917: 66, 17). Esta misma

v i s i ó n ha sido mantenida igualmente por Kroeber, Durkheim y otros

(para otros ejemplos ver White [1949: 89-94]). Muchos han sido, no

obstante, los que han interpretado mal semejante a f i r m a c i ó n y se han

opuesto a ella. Lo que L o w i e q u e r í a decir aparece claramente en la

c o n t i n u a c i ó n de la cita que m e n c i o n á b a m o s más arriba (1917: 66):

« L a cultura es una cosa sui generis que debe ser explicada en sus pro

pios t é r m i n o s . . . el e t n ó l o g o debe dar cuenta del hecho c u l t u r a l ,bien sea i n t e g r á n d o l o en un determinado grupo de hechos cultura

les, bien mostrando otros hechos culturales a partir de los cuales

e l hecho en c u e s t i ó n puede haberse d e s a r r o l l a d o » . La costumbre de

trazar la f i l i a c i ó n patrilinealmente, p o d r í a explicarse por ejemplo en

t é r m i n o s de d i v i s i ó n sexual del-trabajo, costumbres de residencia

(patrilocal, matrilocal, neolocal etc.), modos de subsistencia, reglas

de herencia, etc. T r a d u c i é n d o l o en t é r m i n o s de nuestra d e f i n i c i ó n de

cultura: «un simbolado en un contexto e x t r a s o m á t i c o (es decir, un

rasgo cultural) debe siempre ser explicado en t é r m i n o s de su rela

c i ó n con otros simbolados del mismo c o n t e x t o » .

Esta c o n c e p c i ó n de la cultura, como la de la « r e i f i c a c i ó n » con

l a que se halla estrechamente vinculada, ha sido bastante mal enten

dida y atacada. Muchos han llegado a tacharla de « m í s t i c a » . ¿ C ó m o

puede la cultura crecer y desarrollarse por sí misma? («la cultur a.. .

parece crecer por sí m i s m a » ; Redfield [1941 : 134] ) . «No parece que

sea p r e c i s o » dice Boas (1928: 235) « c o n s i d e r a r la cultura como una en

tidad m í s t i c a que existe independientement e de los indi viduos que la

componen y se mueve por su propia f u e r z a » . Bidne y por su parte

(1946: 535) cataloga esta v i s i ó n de la cultura como « m e t a f í s i c a mi l

tica del h a d o » . Otros, como Benedict (1934: 231), Hooton (1939: 370),

Spiro (1951 : 23) t a m b i é n la han atacado.

145

1 0 . — E L C O N C E P T O Ul : C U L T U R A

 

Pero nadie ha dicho nunca que la cultura es una entidad que svmueva y exista por sí sola, independientemente de las persona*.

Nadie tampoco, que yo sepa, ha dicho que el orig en, naturaleza y

I m u iones de la cultura pueda entenderse sin tomar en considera

ción a la especie humana. Es obvio que si la cultura tiene que « i

entendida en estos aspectos, la naturaleza biológica del hombre

debe ser también tomada en consideración. Lo que se ha al inundo

es que en una determinada cult ura , sus variaciones en el tiempo

i iiiiinpuln;i.i .... ial como el estudio, no de la sociedad, sino.1. I.i rultuia, se nos pidió abandonar este tipo de investigan ion

. n l . ivm de lo (pie ahora suele llamarse estudio de los «contactos

« n l i i i i . d e . I n lugar del estudio de la formación de nuevas so

i icdades compuestas, se suponía que teníamos que observar lo

q u e esta sucediendo en Africa como un proceso en el que una

entidad llamada cultura africana entra en contacto con otra enti

d a d denominada cul tura europea u occidental, dando lugar a

una nueva entidad... que se describe como la cultura african.i

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 72/125

y el espacio han de ser explicadas en términos de la cultura misma

Esto es precisamente lo que Lowie quería decir con aquel «la CIlItU

ra es una cosa (proceso sería sin duda más apropiado) sui gctwtis»

como la cita anteriormente mencionada (1917: 66) deja bien claro.

La consideración, individual o colectiva, del organismo humano es

irrelevante en una explicación de procesos de cambio cultural. « No

se trata de misticismo» dice Lowie (1917: 66) «sino de simple método

científico». Y, como todo el mundo sabe, las investigaciones acadé

micas han venido desarrollándose en este sentido por décadas. No

es preciso hacer int erveni r el organismo humano en una explicación

del desarrollo de los medios de cambio, de la escritura o del arte

gótico. La máquina de vapor y la maquinaria textil fueron introdu

cidos en Japón en las últimas décadas del siglo xi x, lo que pr odujo

determinados cambios en la estructura social del país. Subrayar que

hubo seres humanos implicados en el proceso no añade nada en abso

luto a la explicación. Por supuesto que los hubo y no fueron en

modo alguno de poca importan cia para los acontecimientos mismos,

pero lo son de manera absoluta para la explicación de dichos aconte

cimientos.

«Sonlas personas, no la cultura, las que hacen las

cosas».«La

cultura no "trabaja", ni "se mueve", ni "cambia", sino que es tía

bajada, movida, cambiada . Son las personas las que hacen las cosas»

dice Lynd (1939: 39). Y subraya su a rgumento con l a audaz afirma

ción de que «la cultura no se pinta uñas.. . es la gente quien lo

hace...» (ibíd.). Hubiera sido un hermoso remate demostrar además

que la cultura no tiene uñas.

La opinión de que «son las gentes y no la cult ura las que ha* en

las cosas» está ampliamente extendida entre los antropólogos. Boai(1928: 236) nos dice que «las fuerzas que produc en los cambios son

activas en los indi viduos que componen el grupo y no en la culturaen abstracto». Hallowell (1945: 175) subraya que «nadie ha encon

trado ni encontrará jamás culturas en sentido literal. Lo único que

existe son personas que se encuentran e interactúan, pudiendo pro

ducirse un fenómeno de aculturación —modificación del modo devida de uno o ambos grupos de normas— en el proceso de interacción

desatado por el encuent ro, y siendo los individuos los centros diná

micos de este proceso». Radcliffe-Brown (194: 10-11) viert e, por ai

lado, unas leves gotas de burla sobre la idea de que son las culturas

y no las personas las que se interrelacionan e interactúan:

Hace unos pocos años y como resultado de la redefinición de

146

o< ( id» ntalizada. Todo esto me parece una fantástica reificación

de abstracciones. La cultura europea es una abstracción, como

lo es la cultura de cualquier tribu africana. Encuentro que es

más bien una fantasía tratar de imaginar a estas dos abstrac

ciones entrando en contacto y dando lugar a una tercera.

Nosotros denominamos a esta forma de considerar que son laspeí sonas y no la cultura las que hacen las cosas, la falacia del pseudo-

realismo. Por supuesto que la cultura no existe ni podría existir inde

pendientemente de las personas.14 Pero ya hemos indicado más arriba

que los procesos culturales pueden ser explicados sin tener que tomar

en cuenta a los organismos humanos, puesto que la consideración de

los organismos humanos carece de importancia para la solución de

los problemas de la cultur a. Averiguar si la momificación en el Perú

precolombino es una costumbre propiamente indígena o debida a la

influencia egipcia es algo que no requiere para nada tomar en consi

deración a los organismos humanos. Es evidente que la práctica de

la momificación, haya sido inventada en Perú o difundida desde

Egipto, requiere el concurso rea l y efectivo de seres de carne y hueso.

Pero no es menos evidente que Einstein tenía que respirar para poder

llegar a producir la teoría de la relatividad y a nadie se le ocurrehacer inte rvenir para nada su respiración a la hora de describir la

historia o explicar el desarrollo de esta teoría.

En realidad, los que argumentan que son las personas y no la

cultura las que hacen esto o aquello, están confundiendo la descrip

ción de los hechos con su explicación. Sentados en la galería del

Senado ven gente que hace leyes; en los astill eros, hombres que

construyen barcos de carga; en el laboratorio, seres humanos que

aislan enzimas; en los campos, gentes que plantan maíz etc. Para

ellos, sin embargo, la descripción de todos estos hechos sirve, sin

más, como su explicación: se trata de gente que hace leyes, construye

cargueros, planta maíz o aisla enzimas: una s imple e ingenua ma

nera de antropoecntrismo.

La explicación científica es un poco má s refi nada. Si una persona

habla chino, o evita a la madre de su mujer, abomi na la leche, obser

va residencia matrilocal, coloca los cadáveres de sus muertos sobre

14. "No cabe duda de que estos acontecimientos culturales no habrían tenidonunca lugar de no ser por los organismos humanos... el culturologista conoceperfectamente bien que los rasgos culturales no se dedican a deambular porun lado y por otro como almas desencarnadas que interactúan entre sí..."(White, The Science of Culture, págs. 99-100).

147

 

u n entramado de ramas, escribe s i n f o n í a s o aisla enzimas, es poique

ha nacido, o al menos ha sido criado, en un determinado c o n i . lo

e x t r a s o m á t i c o que contiene todos estos elementos que nosotros di im

minamos cu ltu ra. La conducta de un pueblo es una f u n c i ó n de (o una

respuesta a ] su cultura . La cul tura es la variable indepenilieni< i >

conducta es la dependiente. Las variaciones de la cultura se i c l l < | .ui

en la conducta. Todo esto no son sino t ó p i c o s de l e c c i ó n inaugural dr

i < M I t tin m i. i v i i Mvc l a de la cultura europea con la africana y la pro

d in 4 lón di una determinada mescolanza, la cul tura euro african.

I I' | > . i i c ( < i a Radcliffe-Brown y a otros « u n a f a n t á s t i c a r e i fi c a c i ó n

d i i d r . i i . i c t i o n e s » . Sin embargo, los a n t r o p ó l o g o s se han visto s o l i c i

tados por problemas de esta í n d o l e a lo largo de varias d é c a d a s y

. m u t e n d r á n que seguir bregando con ellos durante otras tantas,

i i enti (-cruzamiento de costumbres, t e c n o l o g í a s e i d e o l o g í a s es un

pioblenia c i e n t í f i c o tan v á l i d o como el entrecruzamiento de orga-

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 73/125

u n curso de i n t r o d u c c i ó n a la a n t r o p o l o g í a . Hay pueblos que tratan

de curarse las enfermedades con oraciones y encantamientos y pul

blos que lo hacen con vacunas y a n t i b i ó t i c o s . El problema es l'.n

q u é unos pueblos usan encantamientos mientras otros usan vacu

n a s ? » La c u e s t i ó n no se resuelve sin más con decir « u n o s pueblos

usan unas cosas y otros pueblos o t r a s » . Es justamente esta misma

e x p l i c a c i ó n la que necesita ser explicada: ¿ p o r qué hacen lo quehacen? La e x p l i c a c i ó n c i e n t í f i c a no tiene que tomar en cuenta a los

pueblos en absoluto. No es preciso tener en cuenta para nada a los

organismos humanos a la hora de explicar por qu é una t r a d i c i ó n

e x t r a s o m á t i c a emplea conjuros en lugar de vacunas. La respuesta es

meramente c u l t u r o l ó g i c a : la cultura, como ha observado L o w i e ,

debe ser explicada en t é r m i n o s de cultura.

L a cul tur a «en una perspectiva realista, no puede desconectarse

de aquellas organizaciones de ideas y de sentimientos que constitu

ye n el i n d i v i d u o » , es decir, no es posible desconectar la cult ura de

lo s individuos, s e g ú n dice Sapir ( 1 9 3 2 : 233). Y, por supuesto, e s t á

m u y en lo cierto; en la realidad la cultura no aparece separada de

lo s individuos. Pero si, de un modo realista (en la actual idad) cultur a

e individuos aparecen como inseparables, desde un punto de vista

l ó g i c o ( c i e n t í f i c o ) ambos pueden ser desconectados, y nadie mejor

que el mismo Edward Sapir ha efectuado esta « d e s c o n e x i ó n » : no pue

de decirse que aparezca un solo i n d i o n i siquiera un m ú s c u l o , o un

nervio o un ó r g a n o sensible —en su m o n o g r a f í a , Southern Pamir,

a Shoshonean Language ( 1 9 3 0 ) . Ni un solo individuo podemos \ .

rondando en su Time perspective in aboriginal american culture

( 1 9 1 6 ) . «La ciencia, dice C o h é n , debe abstraer determinados ciernen

tos y dejar de lado o t r o s » ( 1 9 3 1 : 226) « P o r q u e no todas las cosas que

aparecen juntas son igualmente relevantes» (el subrayado es nuestro)U n a verdadera c o m p r e n s i ó n y a p r e c i a c i ó n de este hecho p r o d u c i r í a

enormes beneficios a la t e o r í a e t n o l ó g i c a . « D e s d e un punto de vista

realista, es imposible separar la c i u d a d a n í a del color de los o j o s » ,

esto es: cada ciudadano tiene un par de ojos y cada par de ojos es

de distinto color. Pero, en los USA al menos, el color de los ojos no

es relevante para la c i u d a d a n í a : « l a s cosas que aparecen juntas no

son igualmente r e l e v a n t e s » .

De esta manera, lo que H a l l o w e l l , Radcliffe-Brown y otros d i c e n

acerca de que « s o n las personas las que se encuentran e i n t e r a c t ú a n »

es perfectamente cierto. Pero esto no.debe apartar nuestra atent lón,

para la s o l u c i ó n de determinados problemas, de los simbolados que

aparecen en un contexto e x t r a s o m á t i c o : de los instrumentos, eos

tumbres , utensil ios, creencias y actitudes, de la cultu ra, en suma. La

148

I I I si nos humanos o de genes.

N<> hemos afirmado, ni tampoco implicado, que los a n t r o p ó l o g o s

M U i . d e s hayan dejado de trat ar la cultu ra como un proceso sui

ycucris, esto es, sin tomar en cuenta los organismos humanos. Mu-

. hos de ellos, si no los más , lo han hecho. Esto no impide que exis

ta n algunos que al pasar al campo de la t e o r í a nieguen toda valideza este tipo de i n t e r p r e t a c i ó n . El mismo Radcliffe-Brown nos propor-

< l o n a algunos ejemplos de soluciones y problemas puramente cul-

i n i o l ó g i c o s de lo a q u í expresado —en « T h e Social organization of

Australian T r i b e s » ( 1 9 3 0 - 1 ) , « T h e Mother's Brother in South A f r i c a »

( 1 9 2 4 ) , etc. Pero cuando seguidamente pasa a vestir el birrete de

f i l ó s o f o , retira toda validez c i e n t í f i c a a este tipo de procedimiento.' 5

N o obstante, algunos a n t r o p ó l o g o s han llegado a reconocer, a n i v e l

t e ó r i c o , que la cult ura puede ser estudiada sin tomar en cuenta el

organismo humano y que la c o n s i d e r a c i ó n de los organismos huma

nos es del todo irrelevante en lo que hace a los problemas que se

refieren al contexto e x t r a s o m á t i c o . Hemos citado varios de ellos

— T y l o r , Durkheim, Kroeber, Lowie y otros— que han trabajado en

este sentido.16 Aún podemos a ñ a d i r una o dos referencias má s a este

respecto. «La mejo r esperanza... para una d e s c r i p c i ó n y " e x p l i c a c i ó n "parsimoniosas de los f e n ó m e n o s n a t u r a l e s » , dicen Kroeber y K l u c k

hohn ( 1 9 5 2 : 167) « p a r e c e estar en el estudio de las formas y proce

sos culturales en sí mismos, a b s t r a í d o s en gran medida... de los

individuos y p e r s o n a l i d a d e s » . Y Steward ( 1 9 5 5 : 46) hace notar que

« c i e r t o s aspectos de la cultura moderna resultan más f á c i l m e n t e estu-

diables separados de las conductas individuales. La estructura y f u n

c i ó n de un sistema monetario bancario y crediticio, por ejemplo, su

pone aspectos supraindividuales de la c u l t u r a » . Igualmente, dice, « l a s

formas de gobierno, los sistemas legales, las instituciones e c o n ó m i c a s ,

las organizaciones religosas, los sistemas e d u c a t i v o s » y d e m á s , « c o m

portan aspectos nacionales... que deben ser entendidos independien

temente de la conducta de los individuos conectados con e l l o s » ( i b í d . :

4 7 ) .

Nada nuevo hay en todo esto. Es algo que tanto los a n t r o p ó l o g o s

como otros tipos de estudiosos de las ciencias sociales han venido

haciendo durante a ñ o s . Para algunos de ellos , no obstante, parece

15. Cfr. White, The Science of Culture, págs. 96-98, para una más amplia discu s i ón .

16. En nuestros ensayos "The expansión of the Scope of Science" ("La expansión de la esfera científica") y "The Science of Culture", ambos en The Science

of Culture.

149

 

resultar muy duro reconocer a nivel de teoría y de prim ¡pió 1 lo i|in

de hecho ejercitan en la práctica.

«Son precisos dos o más de dos para hacer una cultum i I - . I .

una concepción, no del todo insólita en etnología, qu e sostien» qu<

el que un determinado fenómeno pueda ser considerado u n elemi ntu

cultural o no, depende de que sea expresado por uno, o dos <> \

ríos» individuos. Así Linton (1945: 35) dice: «cualquier elemento d<

conducta... peculiar a un solo individuo no puede ser considerado

M I L 1 1 . i definición, en cambio, sí llena los requi sitos de una

i l r l m i i i M i i iientdica: un elemento concepción o creencia, a n i ó n

U objeto— cuenta como elemento cultural, a) si depende del limboUfar, b) cuando se le consi dera en un contexto extrasomático. Sobre

que i odo elemento existe en un contexto social, no parece que pueda

haber duda. Pero esto mismo sucede con rasgos tan poco específica-

m » u l e humanos (no sometidos a la simbolización) como la laclan» ¡a,

el cuidado y el empare jamie nto. No es pues la socialidad, la bilatc-

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 74/125

como parte de la cultur a de una sociedad... así , una técnica de tej<I

cestas conocida por un solo individuo, no podrá ser clasifi cad.! i o n m

parte de esa cultura...». Wiss ler (1929: 358), Osgood (1951: 207-08),

Malinowski (1947: 73), Durkhei m (1938: lvi ) y otros, comparten ese

punto de vista.

Dos objeciones pueden oponerse a esta concepción de la cultura:a) Si la pluralidad de expresiones de la conducta aprendida es el

criterio para di sti ng ui r la cult ura de lo que no es cultur a, los chifla

pancés descritos por Wolfang Kóhler en The mentality of apes ( N e w

York, 1925) tenían una cultura propia, ya que las innovaciones m

troducidas por uno de los indivi duos eran rápidamente adoptadas

por todo el grupo. Otras cuantas especies subhumanas tendrían asi

mismo cultura, de acuerdo con este criterio, b) La segunda objeción

es que si la expresión de una sola persona no es suficiente para

calificar un acto como elemento cultural ¿cuántas serán las perso

nas requeridas? Linton (1936: 274) dice que «tan pronto como el

nuevo objeto o situación es transmitido a alguien, o compartido poi

otro individuo de la sociedad, aunque sólo sea uno, debe ser to n

tado como parte de la cultura». Osgood (1951: 208) requiere «dos

o más». Durk heim (1938: lvi ) necesita «varios indi viduos , como mínimo». Wissler (1929: 358) dice que un elemento no asciende s in má s

al rango de rasgo cultural hasta haber sido sometido por el grupo .•

un proceso de estandarización. Malinowski, por su parte (1941: 73)establece que «el hecho cul tur al comienza a produ cirse cuando , i

interés individual se transforma en sistema público, general \a i rferible de esfuerzo organizado».

Semejante concepción, obviamente, no satisface los requisitos

científicos. ¿Cómo es posible llegar a un acuerdo sobre el momento

en que «el interés individual se transforma en sistema público, gen,

ra l y transferible de esfuerzo organizado»? Supongamos por un mo

mentó, que un ornitólogo dijera que un único espécimen de pájam

no- podría ser ni una paloma mensajera ni una g rul la chillona, p« re

que caso de existir un indefinido número de ejemplares éstos podían

ser considerados bien palomas mensajeras o bien grullas. Supongamos

igualmente que un físico dijera que un único átomo no puede ser

contado como átomo de cobre y sólo cuando tal ti po de á t o m o s .,

encuentran « en gran número» pueden propiamente ser c o n . i d . i .i <l . .

átomos de cobre. Lo que se requiere es una definición que estable/»

si el elemento pertenece a la clase o no, con independencia de « u.m

tos elementos de x puedan exi sti r (una clase lógica puede c o n si a i

de un único miembro e incluso de ninguno).

150

i.didad o la pluralidad, lo que distingue el fenómeno humano o cul

tumi del no específicamente humano o cultura l. El carácter distin

tivo lo establece precisamente la simbolización. En segundo lugar,

el que una cosa pueda ser considerada en un contexto extrasomá

tico no depende de que dicha cosa o acontecimiento aparezca en nú

mero de uno, de dos o de «varios». Cualquier cosa o acontecimientopuede perfec tamente ser considerada elemento de cult ura incluso si

constituye por sí misma el único miembro de su clase, del mismo

modo que un átomo de cobre seguiría siendo un átomo de cobre aun

en el caso de ser el único de su clase en todo el cosmos.

Todo esto sin mencionar el hecho de que la noción misma de que

un acto o una idea en la sociedad humana pueda ser obra de un

solo individuo no es sino una pura ilusión, además de otra de las

deplorables trampas del antropocentrismo. Cada miembro de la so

ciedad está sometido siempre a un cierto grado de estimulación cul

tural por parte de los miembros de su grupo. Cualquier cosa que

el hombre realiza en cuanto ser humano, y gran parte de lo que

realiza como mero animal, es función de su grupo en la misma me

dida, al menos, en que lo es de su organismo. Para empezar, todo

acto humano, incluso en sus aspectos má s personales e individuales,

es siempre producto del grupo. 17

La cultura como rasgos «característicos-». «La cultura puede defi

nirse», dice Boas (1938: 159) «como la totalidad de las reacciones y

actividades físicas y mentales que caracterizan la conducta de los

individuos que componen el grupo...» (el subrayado es nuestro).

Hersk ovi ts (1948: 28), por su parte, nos dice, que «cuando analiza

mos detenidamente la cultura , lo que encontramos es una serie de

reacciones pautadas que caracterizan la conducta de los in div id uos

componentes de un grup o dado» (lo que esto del «análisis detenido»

tenga que ver con semejante concepción no queda claro). Igual

mente Sapir (1917: 442): «la masa de reacciones típicas que llamamos

cultura...». Esta postura, por supuesto, ha sido mantenida también

por otros.

17. Hace má s de cien a ñ o s e s c r i b ía K a r l M a r x : " E l hombre es en el más

literal sentido de la palabra un zoon politikon, no s ó l o un animal social, sino

a d e m á s un animal que s ó l o puede desarrollarse como individuo dentro de la

sociedad. L a p r o d u c c i ó n realizada por individuos aislados fuera de la socie-

dad... es un absurdo tan grande como pensar que pueda darse desarrollo alguno

del lengua je sin individuos viviendo junt os y teniendo que comunica rse entre

s í" . A Contribution to the Critique of Political Economy (Charles H . K e r r & Co.,

Chicago, 1944), p ág . 268.

151

 

Pueden dirigirse dos objeciones contra esta c o n c e p c i ó n de la «id

tura: a) ¿ C ó m o es posible determinar c u á l e s son los rasgos que

caracterizan el grupo y c u á l e s no — c ó m o es posible efcctuai la sep. i

r a c i ó n entr e lo que es cu lt ur a y lo que no lo es? Por ot ro lado h)

si llamamos cultura a los rasgos que caracterizan el grupo, ,

llamaremos a los que no lo caracterizan?

Es bastante probable que los a n t r o p ó l o g o s que mantienen e s t a

postura e s t é n má s bie n pensando en una cultura, o en varias culturas

" " I " 1 que « s o c i e d a d » , teniendo en cuenta que habla de una

h n i n a í, l i c l i i ia ') comunidad de seres h u m a n o s » y aún a ñ a d e que

••el l , i m u í ,> "sociedad" es en si mismo una c o n s t r u c c i ó n c i i l t m a l »

' . . i p i i . | l«M2: 236]) . Estos individuos hacen cosas: piensan, suenan,

ai l u á n , se rebel an. Y es « s i e m p r e el i n d i v i d u o » v no la sociedad

0 la cultura la que hace estas cosas. Lo que Sapir encuentra son

a d á m e n l e los individuos y su conducta. Nada má s .

Parte de la conducta de los individuos, dice Sapir, es cultura.

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 75/125

en particular, más que en la cultura en general, o en la cultura como

f e n ó m e n o e s p e c í f i c o . Así, por ejemplo, podemos distinguir la « c u l t u r a

f r a n c e s a » de la « c u l t u r a i n g l e s a » por los rasgos que caracterizan a

cada una de ellas. Pero si es verdad que los ingleses y los franceses

d i f i e r e n en muchos aspectos, no es menos cier to que sus puntos de

semejanza son muy numerosos . Y los rasgos que los asemejan for-m a n parte de cada pueblo tanto como los que los diferencian. ¿ P o r

q u é h a b r í a m o s de llamar cultura a los unos y no t a m b i é n a loi

otros?

Las dificultades e incertidumbres de este tipo quedan despejada,

haciendo uso de nuestra c o n c e p c i ó n de la cultura: la cultura consiste

en todos aquellos modos de vida que dependen de la s i m b o l i z a c i ó n

y a los que consideramos en un contexto e x t r a s o m á t i c o . Si, por

seguir con el mismo ejemplo, q u i s i é r a m o s distinguir lo i n g l é s da

l o f r a n c é s sobre la base de sus distintos rasgos culturales, t e n d r í a -

mos que especificar « l o s rasgos que c a r a c t e r i z a n » al pueblo en cues-

t i ó n . Lo que no p o d r í a m o s hacer es afirmar que los rasgos atípleosno pertenecen a la cult ura .

C o n r e l a c i ó n a esto p o d r í a m o s q u i z á s llamar la a t e n c i ó n sobrala interesante d i s t i n c i ó n trazada por Sapir ( 1 9 1 7 : 442) ent re conduc ta

i n d i v i d u a l y « c u l t u r a » .

Es, en realidad, siempre el i nd i v i duo el que a c t ú a , piensa, BUSñ a y se rebela. De todos estos pensamientos, s u e ñ o s , accionesy rebeliones, los que de a l gún modo importante contribuyen al a modi f i cac i ón o p r e s e r v a c i ó n de las reacciones t í p i ca s quillamamos cultura, los denominamos datos sociales; el resto, aun

difiriendo poco de éstos, desde un punto de vista psicológico, ¡O S

denominamos individuales y los dejamos de lado, ya que carecen

de importancia histórica o social (no son cultura). Es muy i inpoitante tener en cuenta que semejante di s t i nc i ón es absolutamentearbitraria y fundada, de hecho, en un pr i nc i p i o de selección. Di< bsselección, por su parte, depende de la escala de valores ad«>ptada. Y no es preciso deci r que el umbral de sepa rac i ón en t i elo social o h i s t ó r i c o (es, decir cultural) y lo individual , varíade acuerdo con la f i losofía del i n t é r p r e t e . Encuentro enteranieni,inconcebible la posibilidad de dibujar una frontera fi j a y eternamente vá l i da entre uno y otro campo. (Subrayados y p a r é n t e s i sson nuestros).

Sapir se ve confrontado con una pluralidad o agregado de i n d i

viduos (personalmente h u b i é r a m o s preferido cualquiera de estos téi

152

Otra parle, aunque desde un punto de vista p s i c o l ó g i c o no d i l u í .

I» má s m í n i m o de la otra, la que él llama cultura, es no cultura.

1 a frontera entre « c u l t u r a » y «no c u l t u r a » es pues enteramente a i l n

i i o i . i , y depende de la e v a l u a c i ó n subjetiva de quien traza la l í nea

Ninguna otra c o n c e p c i ó n de la cultura p o d r í a parecemos menos

satisfactoria que é s t a . Dice, en efecto: « c u l t u r a es el nombre que da-

mos a ciertos aspectos de la conducta de los individuos, sobre la

base de una s e l e c c i ó n arbi tr ari a y de acuerdo con criter ios subje-

t i v o s » .

E n el ensayo del que hemos e x t r a í d o las anteriores citas «Do We

Necd a S u p e r o r g a n i c ? » , Sapir contrapone su pro pio punt o de vista

al punto de vista c u l t u r o l ó g i c o mantenido por Kroeber en « T h e Su-

p e r o r g a n i c » ( 1 9 1 7 ) . Sapir hace desaparecer la cultura, d i s o l v i é n d o l a

en la total ida d de las reacciones i ndivi duales . La cultur a se convierte,

como él mismo dice en otra parte, a una « f i c c i ó n e s t a d í s t i c a » (Sapir

1932: 237) . Y puesto que no existe rea lidad significativa alguna a la

que podamos ll amar cult ura , no puede haber cienci a de la cul tur a.

E l argumento de Sapir era h á b i l y persuasivo. Pero t a m b i é n e r r ó -

neo, o al menos e n g a ñ o s o .

L a a r g u m e n t a c i ó n de Sapir era convincente porque se apoyaba enu n hecho a u t é n t i c o y demostrable. Su c a r á c t e r e n g a ñ o s o en el hecho

de hacer aparecer la d i s t i n c i ó n entre conducta i n d i v i d u a l y cultura

como la ú n i c a significativa.

Es perfec tament e ci er to que los hechos que compr ende la con-

ducta humana i n d i v i d u a l y los que comprende la cultura son las

mismas clases de cosas y acontecimientos. Todos son simbolados—

dependientes de la capacidad e s p e c í f i c a m e n t e humana de simbolizar.

Es igualmente cierto que « p s i c o l ó g i c a m e n t e c o n s i d e r a d o s » son i d é n -

ticos. Pero Sapir pasa por alto, y llega a obscurece r de hecho con

su argumento, la realidad de que los contextos en que estos « p e n s a -

mientos, acciones, s u e ñ o s y r e b e l i o n e s » pueden ser considerados, a

efectos de su e x p l i c a c i ó n e i n t e r p r e t a c i ó n c i e n t í f i c a s , son fundamen-

talmente: el s o m á t i c o y el e x t r a s o m á t i c o . Considerados en un con-

texto s o m á t i c o , es decir, en t é r m i n o s de su r e l a c i ó n con el organismohumano, estos actos dependientes del simbo lizar const itu yen la con-

ducta humana. Considerados en un contexto e x t r a s o m á t i c o , esto es,

en " t é r m i n o s de su r e l a c i ó n unos con los otros, dichos actos consti-

tuyen la cultura. Así pues, en vez de situar arbitrariamente algunos

de ellos en la c a t e g o r í a de cultur a, desplazando todos los d e m á s al

campo de la conduc ta humana , lo que nosotros hacemos es colocar

todos los actos, pensamientos y cosas que dependen del si mboliza r

153

 

en uno u otro contexto, el somático o el extrasomático, según la

n. i tui a l e / a de l problema a t r a t a r .

Conclusión. Entre las muchas clases de cosas y de acóntce ¡miento

s i p n i l ¡ c a t i v o s eme la ciencia desfigura, hay una clase para la que

aún no tiene nombre. Es la clase de las cosas y fenómenos que de

penden del simbo lizar, una fa cultad peculiar de la especie humana.

Nosotros hemos propuesto que las cosas y acont ecim ientos que depen

dea del si mboli zar sean llamados simbolados. La peculiar designa»

piulidos por una, dos o má s personas; si tales rasgos tienen (pie sei

«• ii.» i a i a i terísticos de un pueblo; si la cultura es una reilica» ion • •

SO, y si puede o no puede pintarse las uñas.

La distinción que hemos efectuado entre conducta y cultura,

entre psicología y culturología, tiene justamente mucho que ver con

aquella (pie diñante a ñ o s han mantenido los lingüistas entre lcng.ua

v habla. Si es válida para los unos también puede serlo para loeotros.

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 76/125

de esta clase no es im porta nte en sí. En cambi o, es impo rta nte que

tenga algún tipo de nom bre por el que se la pueda distinguir explit I

tamente de las otras clases.

Las cosas y acontecimientos que dependen del simboli zar compren

den por igual ideas, creencias, actitudes, sentimientos, actos, pautas

de conducta, costumbres, códigos, insti tuciones, obras de arte y formas artísticas, lenguajes, instrumentos, máquinas, utensilios, orna

mentos, fetiches, conjuros, etc., etc.

Por otra parte, las cosas y acontecimientos dependientes del sim

bolizar pueden ser, y han si do tradi ciona lmente referidas , a efectos

de su observación, análisis y explicación, a dos contextos fundamen

tales. Dichos contextos pueden ser propi a y apropiada mente llama dos

somático y extrasomático. Cuando un acto, objeto, idea o actitud se

considera en el contexto somático, es la relación entre esta cosa o

acontecimiento con el organismo humano. Las cosas y aconteci

mientos que dependen del si mboliza r que son consideradas en el

contexto somático pueden ser llamadas propiamente conducta huma

na —al menos las ideas, actos y actitudes, ya que las hachas de piedra

y los cuencos de cerámica no son habitualmente considerados con

ducta humana , por má s que su significación se desprenda del hecho

de haber sido producidos por el trabajo humano, lo que lo cons

tituye de hecho en cristalizaciones de la conducta humana. Cuando,

en cambio, cosas y acontecimientos son considerados en el contexto

extrasomático, se los contempla en términos de su mutua intern 1 1ción m ás que en términos de su relación con el organismo humano,

individual o colectiv o. El nombre de las cosas y acont ecim ientos que

se consideran en el contexto extrasomático es cultura.

Las ventajas de nuestro tipo de análisis son, pues, varias. Las di l

tinciones aparecen claras y bien trazadas. La cultura queda clara

mente deli mi tada de la conducta humana. La cultura queda definida

en los términos adecuados a un objeto científico, esto es, en térmi

nos de cosas reales, directa o indirectamente observables en el mundo

real en que vivimos. Nuestra concepción libra a la antropología del

íncubo de las «abstracciones» intangibles, imperceptibles e impon

derables s in realida d ontológica.

Nuestra definición nos desembaraza asimismo de los dilemas en

que mucha s de las otras concepciones nos colocan, tales com o si

la cultura consiste en ideas y si estas ideas existen realmente en

el intelecto de los pueblos estudiados o solamente en el de los etnó

logos que los estudian; si los objetos materiales son o no son cultura;

si los rasgos cultu ral es, para s er considera dos tales, deben ser com-

154

Finalmente, nuestra distinción y nuestra definición guardan una

' i r e c h a relación y están en perfecto acuerdo con la tradición an

tropológlca. Tal es n i m ás ni menos lo que Tylor significó por cul

tura, como una lectura de su Primitive culture puede demostrar. Tal

es la que casi todos los antropólogos no físicos han venido u t i l i

zando durante años. ¿Qué es lo que los investigadores científicosde campo han venido estudiando y describiendo en sus monografías?

Respuesta: cosas reales y observables , y acont ecim ientos que depen

den del s im boliza r. Lo que difícilmente puede decirse es que hayan

estado estudia ndo y describi endo abstracciones i mpercepti bles, intan

gibles, imponderables y ontológicamente irreales. Es ci erto que el in

vestigador de campo puede estar interesado en las cosas y aconteci

mientos , en cuanto consideradas en el contexto somático, con lo que

estaría haciendo psicología (como lo estaría haciendo igualmente el

lingüista, caso de considerar las palabras en su aspecto somático). Y

que la antropología, según se usa actualmente este término, abarca una

serie de estudios enteramente diferentes entre sí: anatómicos, fisio

lógicos, genéticos, psicológicos, psicoanalíticos y culturológicos. Pero

esto no significa que la distinción entre psicología y culturología no

sea fundamental. Lo es.

Las tesis presentadas en este trabajo no son ninguna novedad. No

se tra ta, en a bsoluto, de un corte violent o con la tradición antropo

lógica. Todo lo contrario: se trata en un sentid«*muy real y en gran

medida, de un claro retorno a la tradición, la tradición establecida

por Tylor y continuada en la práctica por numerosísimos antropólo

gos hasta nuestros días. Lo único que hemos hecho ha sido dar una

expresión verbal clara y concisa de todo esto.

i

155

 

V V A M D I I ( , ( K ) | ) | N O I K . I I

• ni I U R A , L E N G U A J E Y S O C I E D A D (1971)

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 77/125

Parece ser casi universal la tendencia humana a ver el mundo

d i v i d i d o en distintos pueblos s e g ú n las grandes diferencias evidentes

de lenguaje y costumbres, y ello es reflejo de algo que tiene una

realidad objetiva. La realidad parece tan obvia que la tomamos como

algo dado y seguimos considerando las cuestiones c l á s i c a s de la an-

t r o p o l o g í a , en lo que se refiere a la historia de las lenguas y las cos-

tumbres y la s i g n i f i c a c i ó n de las diferencias aparentes entre ellas, sin

detenernos a examinar c r í t i c a m e n t e la supuesta realidad.

Es cierto que los pueblos d i f i e r e n en lengua y costumbres. Pero

las formas concretas en que las lenguas, las culturas y los pueblos

se relacionan entre sí son má s complicadas de lo que normalmente

se supone. Las complicaciones se han hecho evidentes para los estu-

diosos de las sociedades urbanas, que tan frecuentemente tienen una

p o b l a c i ó n en la que se mezclan distintas etnias y transfondos l i n -

g ü í s t i c o s , varias clases sociales, muchos cultos o sectas religiosos y

ocupaciones altamente e s p e c i a ü z a d a s y diferenciadas. Se suele ale-

gar, por tanto, que las ciudades modernas ho son susceptibles del

tipo de d e s c r i p c i ó n , con que la a n t r o p o l o g í a describe las comunidades

m á s p e q u e ñ a s y de cultura más h o m o g é n e a . Pero las complicaciones

no se l i m i t a n a las ciudades modernas. Los indios del noroeste del

Amazonas, en S u d a m é r i c a , sirven de ejemplo.1

E n el c o r a z ó n del á r e a cultural del noroeste del Amazonas 2 e s t á

el rí o Vaupes. Junt o con sus afluentes, const ituye una cuenca del

t a m a ñ o de Nueva Inglaterra, s i t u á n d o s e sus l í m i t e s entra Colombia

y B r a s i l . Junto a los n u m é r i c a m e n t e escasos maku, los aproximada-

mente 10.000 indio s que viven a l l í e s t án establecidos junto a los r í o s ,que son sus autopis tas para los viajes y el transp orte. Todos ellos

forman parte de una misma red de aldeas que se visitan y casan entre

s í. Y todas t ienen costumbres simi lares en lo que se refiere a sub-

sistencia, c o n s t r u c c i ó n de viviendas y asentamientos, o r g a n i z a c i ó n de

1. L a d e s c r i p c i ó n que sigue se basa en un informe de Sorensen (1967).

2. La s á r e a s culturales de S u d a m é r i c a las describen Steward y F a r o n (1959).

Sobre este á r e a , v é a s e p á g s . 351-355.

157

 

p á r e n t e * o y f ami l i a , y r i t u a l religioso. Pero hablan más de 20 lenguas

ininteligibles entre sí.

C a d a i n d i v i d u o e s t á asociado, por f i l i a c ión patrilineal, a un clan,

cuyos varones adultos v i v e n junto con sus esposas e hijos c o m o un

grupo l oca l . Una « t r i b u » consta de varios clanes que comparten un

mismo nombre y son identificables por su u t i l i z a c i ó n de una lengua

diferenciada. De esta forma, má s de 20 lenguas e s t á n asociadas, de

una en una, con má s de 20 tri bus . Cada t r i b u tiene t a m b i é n su u n i

" " 1 • '• '•>'• 'ampie en las legiones tecnológ icamente subdes.u i olí. dasd- I " - i " , lo es « ii las zonas indust r ia l izadas .

Comenzaremos nuestro examen de esta compleja r e l a c i ó n con una

• ' • ' « • • " sobre el lenguaje. Gracias a la especial conciencia del

lenguaje que nos proporc iona e l ar t e de escribir, y gracias a nues t r a

i upeiieia I . I de los esfuerzos conscientes por aprender lenguas extran-

l« ias. podemos ver má s obj eti vamen te el lenguaje que la mayor partede las (.lias clases de sistemas de compor tamie nto conceptual que

I O I I I I . n i el contenid o de la cultura.

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 78/125

d a d p o l í t i c a y ceremonial con una historia distinta; y sus distintos

grupos locales se s i t ú a n a una dist ancia de varias horas remando

p o r el río . Las tribus e s t á n ligadas en cinco f r a t r í a s e x ó g a m a s dis

tintas (hermandades). La regla de la exogamia exige que el marido y

la mujer proced an de tri bus disti ntas y, en consecuencia, de grupos

l i n g ü í s t i c o s distintos.

Esta o r g a n i z a c i ó n exige que todo el mundo sepa hablar más de

una lengua. En cada grupo l oca l , en presencia de los hombres de la

t r i b u debe hablarse la lengua de la t r i b u a que pertenece. Esta es

la primera lengua de los n i ñ o s que nacen a l l í . Pero las madres de

estos n i ñ o s proceden de otras tribus con otras lenguas. Las distintas

mujeres introduci das por matri monio y procedentes de la misma

t r i b u hablan su propia lengua t r i b a l cuando e s t á n trabajando o

v i s i t á n d o s e , pero no cuando e s t á n presentes los maridos. Son fre

cuentes las visitas y de los parientes de la madre. Los hijos tienen

gran contacto con la lengua t r i b a l de la madre, así como con la del

padre. El tukano, la lengua de la t r i b u más populosa y más extendida,

sirve de lingua franca en la zona y t a m b i é n la aprenden los n i ñ o s , caso

de que no sea la lengua t r i b a l del padre o la madre.

L a r e g i ó n , pues, contiene una p o b l a c i ó n que se distingue de otraspoblaciones por convenciones referentes al matrimonio, la exogamia,

l a f i l i a c ión , la pertenencia al grupo l o c a l y el uso l i n g ü í s t i c o ( i n c l u

yendo la u t i l i z a c i ó n de una lingua franca). La p o b l a c i ó n se subdivide

en f r a t r í a s , que sirven sobre todo para regular los matrimonios. Ade

m á s se subdivide en tri bus, que constit uyen las grandes unidade i

ceremoniales, p o l í t i c a s y portadoras de lengua; y é s t a s se subdividen

en clanes, que e s t á n asociados con las comunidades locales. Existe n

costumbres comunes a todos los niveles. A cada n i v e l existe un s e n t í

miento de identidad colectiva por c o n t r a p o s i c i ó n con las otras unida

des. Al n i v e l má s alto, la c o n t r a p o s i c i ó n es con los maku, que viven

lejos de los r í o s y se casan entre el los, con otros grupos de indi os

situados fuera de la r e g i ó n y que s ó l o tienen contactos e s p o r á d i c o s

co n sus habitanes, con europeos y con mestizos (personas de ascen

dencias india y europea mezcladas).

Entonces, ¿ q u é consideraremos a q u í como un pueblo d i s t i n t o »

Parece claro que cada n i v e l puede considerarse adecuadamente como

alguna clase de comunidad o sociedad, social y culturalmente aislada.

Cada n i v e l tiene determinadas costumbres y convenciones asociadas

c o n determinada clase de asuntos. La i g u a l a c i ó n habitualmente indis

cutible de una lengua, una cultura y un pueblo resulta a q u í incon

gruente. Evidentemente, la r e l a c i ó n entre lengua, sociedad y cultura

158

E L C O N T E N I D O DEL L E N G U A J E

Por lenguaje entendemos un conjunt o de normas de comporta

miento l i n g ü í s t i c o , un conjunt o de princi pios organizados para poner

orden en ta l comportamient o. Aprender f r a n c é s , por ejemplo, es

aprender las normas del comportamiento oral comunic ativo y desarro

l l a r la habil idad para apl icarlo tanto a la forma de nuestro comporta

miento como a la c o m p r e n s i ó n del comportamiento de los otros (sien

do en este caso los otros las personas que hablan f r a n c é s ) . Una des

c r i p c i ó n de la lengua francesa es una d e s c r i p c i ó n de las normas que

necesitamos saber para hablar de tal forma que los franceses lo

consideren un f r a n c é s aceptable y entender t a m b i é n , como ellos, lo

que un f r a n c é s le dice a otro. Aprender ruso es aprender otro con

junto de normas del comportamiento oral comunicativo.

Las normas que compr enden todas las lenguas humanas conocidas

pueden considerarse ordenadas en varios sistemas o niveles de organ i z a c i ó n : el f o n o l ó g i c o , el m o r f o l ó g i c o , el s i n t á c t i c o , el s e m á n t i c o y

e l s i m b ó l i c o . Los dos ú l t i m o s i m p l i c a n la a r t i c u l a c i ó n del lenguaje

c o n otros aspectos de la cultura y suelen excluirse de los tratamientos

d el lenguaje como sistema estructural diferenciado, pero s e r á con

veniente i n c l u i r l o s a q u í como a n t i c i p a c i ó n a nuestro examen de la

cultura.

El sistema fonológico

E l sistema f o n o l ó g i c o comprende un conjunto de normas para dis

t i n g u i r las diferencias de sonido, e n t o n a c i ó n y acento que van cohe

rentemente asociadas con las diferencias del significado. O í m o s las

palabras inglesas tap, tab, dap (como en la pesca) y dab como distintas, siendo un discriminador s ign i f i c a t i vo en la f o n o l o g í a inglesa

el tipo de consonantes sonoras o sordas t é c n i c a m e n t e denominadas

« o c l u s i v a s » (aunque sonora y sorda no tengan una s i g n i f i c a c i ó n en sí

mismas). Un hablante de la lengua t r u k , del fidei comiso de los Es

tados Unidos en el P a c í f i c o , probablemente o i r í a estas palabras como

variantes de menor importancia de la misma cosa, si es que apre

ciaba alguna difere ncia; pues, en su lengua, la calidad de sor da|

150

 

o sonoras de las oclusivas no da lugar a contrastes significa!me . i'<.1

otra parte, el nativo angloparlante tiene gran dificultad en p< K ilm

las diferencias de la lengua truk entre las palabras mwúán («mai lio,

hombre»), mmwáán («equivocado») y mmwán («fermantado, a g u a

do») 3 porque en inglés no se hacen signif icativas distinciones seguí 1

lo que dure la pronunciación de las consonantes o las vocales, diferí 11

cia que sin embargo es fundamental en la lengua truk.

Como sugieren estos ejemplos, el sistema fonológico de cada le u

l , (".pulsión de aue la a c o m p a ñ a ) , pero /t/ después de /s/ ( com o en

•.tone) se p i o n u u i 1 . 1 | t | sin aspiración. Ordinariamente no nos damos

M i e n t a de esta sistemática diferencia de la pronunciación de la / l /

poique en i n g l é s no produce un contraste significativo. Necesitamos

1 , le í 1 1 nos a la distinción entre aspiración y no aspiración de las t on

sonantes con objeto de describir el verdadero comportamiento l i n -

g ü í s t i c o del angloparlante —la fonética del inglés—, pero la ( l i s t í n

ción no es aplicable para contrastar las categorías sonoras significa-

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 79/125

gua incluye un conjunto de discriminadores mediante los cuales los

hablantes perciben qu é diferenciaciones sonoras son significativas

para cada lengua. Estos discriminadores son los rasgos distintiva.

del sistema fonológico. Pueden describirse en términos de variables

acústicas mediante las cuales un oyente distingue entre ellas, o bien,

como es más habitual entre los lingüistas, en términos de variables(articulatorias) de comportamiento incluidas en la producción de

sonidos lingüísticos distinguibles: posición articulatoria, sonoridad,

nasalización, carácter fricativo, etc., para las consonantes; y altura de

la lengua, posición atrasada o adelantada de la lengua, grado de re

dondez de los labios y nasalización, para las vocales. Algunas varia

bles —por ejemplo, la posición articu latori a— sirven para proporcio

nar rasgos diferenciados en todas las lenguas,4 pero en otros casos

los rasgos diferenciados que proporcionan los discriminadores báll

eos para el sistema fonológico de una lengua parecen ser resultad,,

de una selección arbitrari a entre un número más amplio de posibilid.1

des. Tiene muy poca importancia práctica, si es que ti ene alguna, que

una lengua se base en las diferenciaciones sonoras del inglés, del

ruso, del japonés o de cualquier otra lengua conocida.

Para cualquier lengua concreta, pues, existen combinaciones d>rasgos dist int ivos que los hablantes reconocen como creadores de

distintos significados. Estas combinaciones necesarias para dar lugar

a todas las diferencias de significado de una lengua son los fonema

de esa lengua, como se denominan técnicamente. Los fonemas son las

unidades de sonido lingüístico a partir de las cuales se construye el

vocabulario de una lengua. En el ejemplo que ya hemos considerado,las unidades sonoras representadas por las letras t, d, p y b en las pa

labras inglesas tap, tab, dap y dab son fonemas ingleses, pero no de

la lengua truk.

Las normas que constituyen el sistema fonológico de una leng.ua

incluyen principios para modificar la pronunciación de los f onemas

según los otros fonemas a que estén yuxtapuestos. Así, la / t / 5 inicial

en inglés (como en tone) se pronuncia [ t ' ] con aspiración (una luc í

3. La vocal á tiene en truk el sonido de la a inglesa en hat.

4. V é a s e , por ejemplo, el tratamiento de Hockett (1966) y Ferguson

5. Se acostumbra a representar los símbolos de los fonemas entre han.r.

con objeto de di stinguir los de los símbolos que se utilizan en la escritura mu

mal, que muchas veces sólo tiene una correspondencia parcial con los verdad,

ros fonemas de la lengua, como sucede con las letras c y k en la ortoitiaha

inglesa. Lo s símbolos fonéticos que indican la verdadera pronunciación van entre

corchetes.

160

t i v e j , los fonemas, del inglés.

A un nivel todavía más alto de organización, existen principio

que de terminan el orden en que deben disponerse los fonemas vocales

y consonantes. De esta forma, podemos acuñar las palabras plout

y slout de acuerdo con normas inglesas del orden fonológico, pero

rechazamos srout, thlout o ndout, por ser contrarias a estas normas.

El sistema morfológico

Las unidades mínimas que transportan significados concretos en

un lenguaje se construyen por combinaciones de los fonemas de la

lengua. Estas unidades significativas mínimas se denominan técnica

mente mor ios (f ormas). Por ejemplo, la palabra inglesa houses con

tiene dos morios: hou.se y el sufijo del plural -s (fonémicamente

/haws/ y /iz /. De manera similar, la palabra truk semey («mi padre»)

contiene dos morios: seme— («padre») e -y («mi»). El sistema

morfológico de una lengua comprende los diversos principios me

diante los cuales se combinan los morfos para const it uir las palabras,

incluyendo las formas sistemáticas en que tales formas se modifican

en estas combinaciones.

A l describir una lengua, tenemos en cuenta las distintas formas

variantes de los morfos con el mismo significado como diferentes

formas de la misma cosa. Esta misma cosa de la cual se consideran

las diferentes formas se denomina técnicamente morfema. En inglés,

por ejemplo, el sufijo plural que se escribe como -s o -es tiene foné

micamente las distintas formas /-s/, /-z/ e /- iz / . Que se utilice una

u otra depende, respectivamente, de si el morfo de que es sufijo

termina en consonante sorda que no sea sibi lante, consonante sonora

que no sea sibilante o semivocal, o bien sibilante . De manera simiku.

en el dialecto romónum de la lengua truk, los morfos del morfema

que significa «distrito» aparecen con vocales finales de diferentes al

turas de la lengua en los compuestos, según la altura de la primeravocal de los morfos que lleven de sufijos, por ejemplo, sópwutiw

(«distrito inferior»), sópwo-notow («distrito occidental»), sópwótd

(«distrito superior»). 6 Existe cierto número de morfemas que siguen

6. El truk tienen nueve fonemas vocálicos: / i /alta anterior y unrounded.neutra, Je/ media anterior y unrounded neutra, /á/ baja anterior y unitlUII

ded neutra, lúl alta central y unrounded neutra, lél media central y unround 1

neutra, /a/ baja central y unrounded neutra, /u/ alta posterior y rounded llena,/o/ media posterior y rounded llena, y 161 baja posterior y rounded llens

l i d

11 . — E L C O N C E P T O DE C U L T U R A

 

( i. i pauta de la a l t e r n a c i ó n vocal, en los que la vocal f i na l del pi InV I

morfo siempre es de la misma altitud vocal (alta, media, baja) qil< 1 1

p u n i r í a vocal del s u f i j o . Juntas constituyen una de las van.. < las.

d« morfemas del dialecto r o m ó n u m , estando cada clase caractcri/ada

p o r su propia pauta distintiva.

El sistema sintáctico

É m b l t O Comunicativooral que llamamos lenguaje con

esosotros

á m b i t o s .

II \istcma .simbólico

E l sistema s i m b ó l i c o abarca los principios que determinen los

usos expresivos y evocativos de las formas l i n g ü í s t i c a s . Este es mi

padre y este es mi papaíto denotan el mismo tipo de r e l a c i ó n , pero

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 80/125

E l sistema s i n t á c t i c o de una lengua comprende sus principios sin

tácticos, los principios mediante los cuales se ordenan las palabras en

c l á u s u l a s y frases. Exist en varias c a t e g o r í a s funcionales (partes de

l a o r a c i ó n ) en que se dividen las palabras y las frases, y existen p r i n

cipios que determinan su o r d e n a c i ó n . Así, en la lengua truk, unapalabr a mod ifi cado ra por regla general sigue a la palabra cuyo s i g u íficado modifica (waa, « c a n o a » , waa seres, « c a n o a n a v e g a n d o » ) y una

c o n s t r u c c i ó n posesiva que l i ga dos sustantivos por r egla general im

plica la u t i l i z a c i ó n del sufijo -n en la palabra correspondiente al

objeto p o s e í d o y a c o n t i n u a c i ó n la palabra que denota al poseedor

(wáá-n Peeter, «la canoa de P e e t e r » ) . Cuando una palabra modifica

dora se u t i l i z a en una c o n s t r u c c i ó n posesiva, va d e s p u é s de la pala

b r a que denota al posesor (wáá-n Peeter seres, «la canoa de Peeter

n a v e g a n d o » ) .L a sintaxis t a m b i é n incluye los principios mediante los cuales se

transforma un tipo de c o n s t r u c c i ó n u o r a c i ó n en otra, como cuando

se transf orma una frase de activo en pasivo en i n g l é s .

El sistema semántico

E l sistema s e m á n t i c o se ocupa de las normas m e d í a n t e las c u a l » ,las personas seleccionan las palabras y las expresiones concretas paratransmitir un significado concreto. Para referirse a un edificio ardiendo , por ejemplo, se necesitan conocer los cri teri os que determinan | ]

la palabra adecuada es casa, granero o cobertizo. De forma similar,al referirse a a l g ú n pariente, se necesitan conocer los criterios poi los

que se decide si debe nombrarse como primo, tío, sobrino o cunado

Ñ o s ocupamos a q u í de las normas mediante las cuales las personas

categorizan los f e n ó m e n o s de todas clases (cosas, a c o n t e c í m u •ni< 11,relaciones, sensaciones, personas, personalidades, etc.) y c ó m o reprcsentan estas c a t e g o r í a s mediante morfemas de su lengua y mediante

expresiones construidas a partir de estos morfemas. Por tanto, elsistema s e m á n t i c o se ocupa de la manera en que las formas no Un

g ü í s t i c a s —todo el campo de los conceptos y las percepciones median

te los cuales las personas comprenden su mundo— se proyectan en

formas l i n g ü í s t i c a s , formas l i n g ü í s t i c a s que sirven como c ó d i g o de

las formas n o - l i n g ü í s t i c a s . Las formas n o - l i n g ü í s t i c a s pertenecen a

otros á m b i t o s del comportamiento conceptual incluidos en la cul

tura, y el sistema s e m á n t i c o pertenece a la r e l a c i ó n denotativa d i

16 2

manifiestan acti tudes bastante distintas del hablante. De lo que

a q u í se trata no es tanto de las denotaciones como de las connota

ciones de las palabras, no de aquello a que hacen referencia, sino de

lo que ellas (o las cosas que denotan, o ellas y las cosas que denotan

conjuntamente) sugieren o implican. Existen asociaciones de los

sonidos l i n g ü í s t i c o s con otros sonidos, por ejemplo, con el sonidod el agua. Los sonidos l i n g ü í s t i c o s siempre e s t á n asociados con los

distintos estados sentimentales que las personas tienen con las cosas

que denotan determinadas palabras, como cuando hablamos de hearth

and home (el fuego y el hogar). Los sentimientos de respeto y des

precio van asociados con el uso de determinadas palabras, y así suce

sivamente. El sistema s i m b ó l i c o consta de cierto n ú m e r o de sistemas

distintos relacio nados con las vinculaciones no denotativas del com

portamiento comunicativo oral con los otr os sistemas de com por ta

miento conceptual. T a m b i é n tiene que ver en las formas en que estas

vinculaciones se manipulan s i s t e m á t i c a m e n t e en el habla para expre

sar sentimientos y evocar sentimientos en los d e m á s , para adular c

insultar, construir i m á g e n e s y crear estados de á n i m o .

El significado como parte del lenguaje

Puesto que el a n á l i s i s de los sistemas s e m á n t i c o y s i m b ó l i c o exige

l a d e s c r i p c i ó n de otros dominios del comportamiento conceptual

aparte del comportamiento oral comunicativo, algunos l i n g ü i s t a s han

adoptado la postura de que estos sistemas no forman parte del len

guaje o, por lo menos, no forman parte de lo que la ciencia l i n g ü í s tica por sí sola es capaz de estudiar r iguro samente. Algunos argu

mentan que el a n á l i s i s y d e s c r i p c i ó n de una lengua d e b e r í a empezar

p o r el sistema f o n o l ó g i c o . Luego p o d r í a analizarse el sistema morfo

l ó g i c o y describirse en t é r m i n o s del sistema f o n o l ó g i c o , siendo este

ú l t i m o formalmente originario con respecto al sistema m o r f o l ó g i c o ;y entonces, el sistema s i n t á c t i c o p o d r í a describirse en t é r m i n o s del

sistema m o r f o l ó g i c o y del f o n o l ó g i c o tomados conjuntamente. l a .

consideraciones del significado no s ó l o no son pertinentes, sino que

son t a b ú para el rigor c i e n t í f i c o . Por tanto, durante a l g ú n tiempo,

muchos l i n g ü i s t a s de o r i e n t a c i ó n c i e n t í f i c a han limitado su a t e n c i ó na las descripciones de los sistemas f o n o l ó g i c o , m o r f o l ó g i c o y s l n t á tt i c o ; y han dejado la c o m p i l a c i ó n de diccio narios a estudiosos del

lenguaje de o r i e n t a c i ó n más humanista o más p r á c t i c a . Se ha demos-

1 M

 

tracto que esta forma dea p r o x i m a c i ó n esexcesivamente r í g i d a . En la

p i a c t i c a , las i n t a x i s nopuede manejarse si n hacer referencia al sig

m i n a d o , y la f o n o l o g í a nosiempre puede describirse satisfactoria

mente sin tener en cuenta la m o r f o l o g í a , la sintaxis e incluso conttdl

raciones s i m b ó l i c a s , como cuando la d i f e r e n c i a c i ó n f o n o l ó g i c a DO

transmite diferencias en el significado s e m á n t i c o , pero p o n e dfl

relieve siel hablante demuestra ono respeto por la persona a laque

se d i r i g e . Actualmente se e s t á n considerando varias aproximaciones

\1¡,////•.'/, 1,1,1,1 de modelos

I 1 l i n g ü i s t a ( h a l l e s Hockett (1966) haafir mado que todas lasle u

p ú a s humanas se caracterizan, entre otras cosas, por la « d u a l i d a d

il e p a u l a s » T e n í a presente que c a d a lengua tiene tanto un sistema

l o n o l o p j t o c o m o unsistema gra matical. Esta dual idad deorganiza-

c i ó n , afirmaba, permite que ungran n ú m e r o demorfemas se orga-

nicen con (serepresenten por ) diferentes disposiciones deun peque-

ñ o n ú m e r o de fonemas. Aprendiendo a hacer unas pocas d i s c r i u ú

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 81/125

menos r í g i d a s ym ás productivas. Existe un renovado i n t e r é s por los

temas m e t o d o l ó g i c o s y t e ó r i c o s de la l e x i c o g r a f í a y la c r e a c i ó n de

diccionarios (Householder y Saporta, 1962) y por el modo en que

las formas l i n g ü í s t i c a s transmi ten significados tanto s i m b ó l i c o s como

s e m á n t i c o s a los niveles f o n o l ó g i c o s , m o r f o l ó g i c o s y s i n t á c t i c o , en la

i n t e r a c c i ó n social (Hymes, 1962).A este respecto, existe una historia que viene a cuento sobre el

gran l i n g ü i s t a y a n t r o p ó l o g o americano Edward Sapir, quen afirma-

ba que h a b í a estado trabajando con uninformador sobre una len-

gua amerindia que p o s e í a una g r a m á t i c a d i f í c i l deordenar. Por ú l t i -

m o , supuso que h a b í a comprendido los principios implicados y, para

demostrar suh i p ó t e s i s , c o m e n z ó élmismo a construir frases en la

lengua enc u e s t i ó n . « ¿ P u e d e decirse e s t o ? » preguntaba a suinforma-

d o r , y luego pronunciaba supropia e x p r e s i ó n en lalengua del i n fo r -

mador. Lo r e p i t i ó varias veces, componiendo siempre distintas expre-

siones. Cada vez el informador a s e n t í a con la cabeza y d e c í a «Sí,

puede decirse e s o » . Aparentemente ahí estaba la c o n f i r m a c i ó n de que

ib a por buen camino. Luego, una terrible sospecha p a s ó por lamente

de Sapir. Una vez má s, p r e g u n t ó : « ¿ P u e d e decirse e s t o ? » , yuna vez

m á s r e c i b i ó la respuesta « S í » . Y entonces p r e g u n t ó , « ¿ Q u é s i g n i f i c a ? »« ¡ A b s o l u t a m e n t e n a d a ! » fue larespuesta.

Cierta ono, lahist ori a nos recuerda que una cosa espoder cons-

t r u i r expresiones que f o n o l ó g i c a ygramaticalmente sean aceptables.

Y otra cosa ser capaz de comunicarse con sentido Slow houses writc

stones (lentas casas escriben piedras) es gramaticalmente correcto

en i n g l é s —en elsentido estrecho del t é r m i n o g r a m á t i c a — , pero el

u n sinsentido. En un sentido más amplio del t é r m i n o , no esgramati-

ca l yuxtaponer como adjetivo y sustantivo, sujeto y verbo, y verbo

y predicado lasconcretas formas s e m á n t i c a s a quepertenecen las

palabras de tal frase. Si la lengua inglesa eslo que una persona t iene

que saber conobjeto de comunicarse significativamente con los

angloparlantes de ta l forma que estos acepten que no es significa

tivamente distinta de lasuya, entonces los sistemas s e m á n t i c o y s i m -

b ó l i c o forman parte de loque debe saberse.

L os sistemas comprendidos enuna lengua, pues, nos ó l o son los

que pueden describirse en unacadena ordenada de desarrollo fol

m a l a partir del sistema f o n o l ó g i c o . Existen varios sistemas d i t t t f l

tos que son igualm ente origina rios con respecto al todo, caracteu

zado por las formas enque estos sistemas seunen para crear otros

sistemas, como el s e m á n t i c o (y t a m b i é n el s i n t á c t i c o ) , a partir desus

pautas de a r t i c u l a c i ó n .

164

naciones f o n o l ó g i c a s , laspersonas pueden producir ungran n ú m e r o

d e mensajes portadores de i n f o r m a c i ó n . Hockett noi n c l u í a lossis-

temas s e m á n t i c o s y s i m b ó l i c o . Cuando nosotros lo tomamos t a m b i é n

en cuenta, esevidente que no nos estamos ocupando simplemente de

esta dualidad demodelos, sino deuna m u l t i p l i c i d a d demodelos.

Mediante esta m u l t i p l i c i d a d demodelos se puede organizar unai n f i n i t a variedad deexperiencias en unconjunto deconceptos muy

grande pero f i n i t o , que a suvez puede organizarse en lasdistintas

disposiciones posibles de unvocabulario más l i m i t a d o , pero t o d a v í a

grande. El vocabulario consta devarias disposiciones de morfemas,

que e s t á n compuestos dedistintas disposiciones de fonemas, d i s t i n -

g u i é n d o s e unos de otros por las diferentes combinaciones de sus

rasgos distintivos (percepciones a c ú s t i c a s ) .

Recreamos estos elementos m o r f o l ó g i c o s alcombinar el l i m i t a d o

n ú m e r o de elementos f o n o l ó g i c o s s e g ú n determinados principios.

D e forma similar, recreamos los conceptos mediante la c o m b i n a c i ó n

de elementos m o r f o l ó g i c o s enpalabras y frases, s e g ú n determinados

principios. Recreamos lascomplicadas disposiciones de estos con-

ceptos, que reflejan situaciones vitales, combinando las palabras y las

frases en oraciones, y las oraciones en relac iones descri ptivas ynarraciones s e g ú n nuestros principios de la sintaxis y de la cons-

t r u c c i ó n narrativa. Al hacerlo, t a m b i é n evocamos los estados subje-

tivos que laspersonas hanllegado a asociar con estas situaciones

de la vida. Deeste modo, gracias al lenguaje, recreamos la expe-

riencia; y mediante nuestra habilida d para recrearla, t a m b i é n nos

habilitamos para crear toda clase de experiencias nuevas e ima-

ginarias.

L a m u l t i p l i c i d a d de pautas hace del lenguaje una nerramienta

poderosa y eficaz para objetivar y manipular la experiencia en lo

que denominamos el pensamiento racional y para imaginar miles

de otras cosas quenunca hemos experimentado directamente. Sin

el lenguaje apenas h a b r í a sido posible conseguir algo de loque en-

tendemos por cultura humana.

Clichés

AI ser el lenguaje unpoderoso recurso para la c o m u n i c a c i ó n de

experiencias con un alto grado desutilidad, no siempre resulta fáci l

su usopara expresar lospropios pensamientos conp r e c i s i ó n . No

l<>>

 

obstante, gran parte de lo que tenemos que hablar en el curso de

lo s a s n i l l o s diarios no requiere una c o m u n i c a c i ó n muy precisa. Las

palabras y frases almacenadas pueden utilizarse una y otra ve/ .

U n a ve z fabricadas, las expresiones que transmiten eficazmente 14 ti

tudes y sentimientos se vuelven a utilizar cuando hay que manifestai

.una e x p r e s i ó n o actitud similar. La mayor parte de lo que se dice en

l a c o n v e r s a c i ó n ordinaria no se hace, por tanto, con palabras Individualmente seleccionadas del vocabulario del hablant e y dispuestas

tenores al lenguaje situadas a un n i v e l de o r g a n i z a » ion m l e i i o i I ", m

lo s rasgos disti ntivo s no pueden describirse r e f i r i é n d o n o s a otras u ní

d.ules interiores al lenguaje. Para describirlas tenemos que r c c u i r i i .\

conceptos que se refieren a la acústica del sonido hablado o a lo

que ocurre en la boca cuando se produce el sonido. Los describimos

en t é r m i n o s tales como a s p i r a c i ó n , n a s a l i z a c i ó n y p o s i c i ó n articu

latoria. Estas variables no forman parte de la lengua truk ni de la

lengua inglesa. Pertenecen a un equipo de conceptos con los que la

l i n g ü í s t i c a trata de describir todos y cada uno de los sonidos que

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 82/125

en oraciones mediant e los princi pios de la sintaxi s. Consisten en

gran medida en oraciones y frases prefabricadas. «Hey, look at

this!» ( « ¡ E h , mira e s t o ! » ) , «What do you think of that?» ( « ¿ Q u é te

parece e s o ? » ) , «Grin and bear ir» ( « S o n r í e y a g u á n t a l o » ) . Todas estas

frases son a r t í c u l o s del bien aprovisionado a l m a c é n de las expre

siones hechas que constituyen los c l i c h é s de la lengua inglesa.L o s c l i c h é s permiten que la gente se desenvuelva en los asuntos

inmediatos sin tener que sufrir los tropiezos y ensayos que por regla

general a c o m p a ñ a n los intentos de ser original en la c o m u n i c a c i ó n .

E l hablante no tiene que decidir c ó m o utilizar su lenguaje para llegar

a donde quie re ir . Los c l i c h é s le proporcionan caminos concurridos

que él y sus oyentes ya conocen perfectamente.

U na lengua, pues, es un recurso mucho mayor que su uso o r d i

nario. Pensamos que cultivar ese recurso no es n i n g ú n arte menor.

Emica y ética

Antes de abandonar el conteni do del lenguaje, tenemos que con

siderar una importante d i s t i n c i ó n conceptual, que los l i n g ü i s t a s f o r mularon e x p l í c i t a m e n t e por pr imer a vez, pero que es fundamental

para todas las ciencias del comportamiento y crucial para la t e o r í a

de la cultura. Esta d i s t i n c i ó n conceptual se representa por la pareja

de t é r m i n o s ética y émica, a c u ñ a d o s por Kenneth Pike (1954) para

represent ar en las ciencias del compor tamiento la misma d i s t i n c i ó n

que en f o n o l o g í a represen tan l a pareja de t é r m i n o s f o n é t i c a y foné -

mica. Para ver lo que se trata, volvemos a nuestro tratamiento de

lo s sistemas f o n o l ó g i c o y m o r f o l ó g i c o .

R e c u é r d e s e la r e l a c i ó n en su mayor parte j e r á r q u i c a de palabras,

morfos, fonemas y rasgos distintivos. La estructura de las pal abras

puede describirse en t é r m i n o s de sus morfemas constituyentes y las

normas que det ermin an la forma de los varios morfos posibles de

u n morfema, como vimos con las palabras de la lengua truk. Las

formas que un morfema puede adoptar en sus distintos morfos pue

den describirse en t é r m i n o s de las normas que determinan la yuxta

p o s i c i ó n de fonemas, como t a m b i é n ejemplificamos con la lengua

truk. Las distintas formas de los fonemas pueden describirse como

resultantes de las distintas combinaciones de los rasgos distintivos,

siendo dichos rasgos dist inti vos las percepciones po r las que cada

fonema se distingue de todos los d e m á s . Hasta este momento, cada

n i v e l de o r g a n i z a c i ó n p o d r í a describirse en t é r m i n o s de unidades in

166

pueden d e s e m p e ñ a r un papel en cualquier lenguaje. Cuando habla

mos de este equipo o de su u t i l i z a c i ó n en la d e s c r i p c i ó n , hablamos

de f o n é t i c a .

Cuando un l i n g ü i s t a comienza a recoger una lengua que no co

noce, u t i l i z a un sistema de a n o t a c i ó n f o n é t i c a que le permite regis

trar todas las variables que aparecen en la p r o d u c c i ó n de los sonidos

l i n g ü í s t i c o s y con el cual cree que puede recoger todos los soni

dos que cree escuchar con detallada p r e c i s i ó n . Algunas de las distin

ciones de su t r a n s c r i p c i ó n reflejan distinciones que son significativas

para los hablantes de aquella lengua. Otras pueden reflej ar h á b i t o s

s i s t e m á t i c o s del habla que requieren d e s c r i p c i ó n , pero que no dan

lugar a diferencias sign ificativas, tales como las diferencias regulares

entre hablantes ingleses sobre la p r o n u n c i a c i ó n de la /t/ en tone y

la del mismo fonema en stone? Otras muchas no reflejan nada que

sea s i s t e m á t i c o ni significativo en los h á b i t o s de las gentes cuya

lengua se e s t á recogiendo. Uno de los objetivos del a n á l i s i s consiste

en clarificar todos estos d e s p r o p ó s i t o s . Aumenta la d i f i c u l t a d el he

cho de que las variaciones de sonido que no son significativas en

una lengua pueden serlo en otra. Conforme progresa el a n á l i s i s , el

l i n g ü i s t a reduce el n ú m e r o de s í m b o l o s del lenguaje que transc ribe

a l m í n i m o necesario para representar las c a t e g o r í a s sonoras que los

hablantes de la lengua deben dis ti ngui rl es decir, los fonemas de la

lengua. Mientras que una t r a n s c r i p c i ó n f o n é t i c a pretende represen

tar todo lo que es diferenciado en el verdadero comportamiento

l i n g ü í s t i c o , sea o no significativo, la t r a n s c r i p c i ó n f o n é m i c a pretende

represen tar solamente lo que es significativo de la concreta lengua

en c u e s t i ó n .

L a tr a n s c r i p c i ó n f o n é t i c a representa un conjunto de conceptos

mediante los cuales los l i n g ü i s t a s describen los sonidos l i n g ü í s t i c o s .

U n a t r a n s c r i p c i ó n f o n é m i c a representa las c a t e g o r í a s sonoras que

significan diferencias significativas en alguna lengua y que prop or

cionan los puntos de referencia más adecuados para describir la es

tructura f o n o l ó g i c a de los morfemas y las palabras de esa lengua.Generalizando a par ti r de esto._ podemos decir que cuando des

cribimos cualquier sistema de comportamiento socialmente significa-

7. Es c a r a c t e r í s t i c o de los h á b i t o s l i n g ü í s t i c o s de muchos america-anglopar-

lantes pronu nciar las oclusivas sordas con a s p i r a c i ó n cuando inici an una silabaacentuada, a menos que vayan precedidas inmediatamente de una Isl en la

misma palabra; en ese caso no se aspiran. C o m p á r e s e la k de kin y skin, la p

de pine y spine, y la t de interna! e hysterical.

167

 

t i v o , la d e s c r i p c i ó n es é m i c a , en la medida en que se bas a en lo

e lementos que ya so n componentes del sistema; y la d e s c r i p c i ó n < .

é t i c a en la medida en que se basa en elementos conceptuales qu e

no son componentes de ese sistema. El objeto de los a n á l i s i s é m i c o s

es llegar a un conjunto m í n i m o de componentes conceptuales qu e

puedan servir como los puntos originales de referencia para descri

b i r el resto del contenido del sistema. Pero este conjunto m í n i m o de

componentes conceptuales s ó l o puede ser descrito en t é r m i n o s étl

< m u i d o los europeos comenzaron a describir por primera v e/ una

l e n g u a e x ó t i c a , utilizaron las c a t e g o r í a s sonoras de sus propias leu

guas, ta l c o m o se representaban en sus p r o p i o s alfabetos, para re-

i ngi i y descubrir lo que ellos c r e í a n escuchar. Y utilizaron las en i e

g ü i l a s de la g r a m á t i c a latina para describir las g r a m á t i c a s de estas

lenguas. El resultado fue de lo más confuso, y los observadores so

h a n deci dir cpie aquellas lenguas c a r e c í a n de la o r d e n a c i ó n fono

l ó g i c a y gramati cal que se encontraba en las lenguas europeas.

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 83/125

eos, es decir, con referencia a conceptos que son e x t r í n s e c o s al siste

ma que se e s t á describiendo.

L a é m i c a , pues, se refiere a todo lo que participa m e t o d o l ó g i c a

y t e ó r i c a m e n t e al hacer una d e s c r i p c i ó n é m i c a de los sistemas de

comportamiento socialmente significativos, tanto l i n g ü í s t i c o s como

culturales. La é t i c a se refiere a todo lo impli cado en la conceptua-l i z a c i ó n y d e s c r i p c i ó n de los componentes é m i c o s b á s i c o s u origina

rios de tal sistema de comportamiento. A d e m á s , puesto que los con

ceptos é t i c o s pretenden poder descr ibir los componentes é m i c o s o r i -

ginarios de cualquier sistema de comportamiento de un determinado

tipo (por ejemplo, de los sistemas pertenecientes a la f o n o l o g í a , la

m ú s i c a , los colores, las formas f í s i c a s , las relaciones g e n e a l ó g i c a s , et

c é t e r a ) , proporcionan el marco referencial, las constantes conceptua

les, gracias a las cuales se examinan las similitudes y diferencias

entre los concretos sistemas de comportamiento de ese t i p o . Así, u t i -

lizamos los conceptos é t i c o s cuando comparamos la m ú s i c a truk con

la europea o cuando hacemos un estudio comparativo de c ó m o la

gente categoriza las relaciones de parentesco.8

Existen relativamente pocas materias para las que dispongamos

de aparatos de conceptos é t i c o s bien desarrollados capaces de des

c r i b i r los componentes é m i c o s b á s i c o s de los sistemas de comporta

miento pertenecientes a estas materias. Los sonidos del lenguaje (fo

n o l o g í a ) corresponden a una de esas materias. Otra es el parentesco

g e n e a l ó g i c o . T a m b i é n e s t á bien desarrollada la é t i c a de algunos as

pectos de la t e c n o l o g í a , como r e v e í a n los vocabularios t é c n i c o s

correspondientes a hacer nudos, trenzar y tejer, y a l f a r e r í a ; Birdwhistell (1953-1970) ha realizado impor tan tes esfuerzos expl orator ios

para desarrollar una n o t a c i ó n é t i c a de los movimientos y gestoscorporales comunicativos. Pero el continuado subdesarrollo de la

é t i c a en las ciencias sociales y del compor tamiento es consecuencia

de la falta de a t e n c i ó n a las descripciones é m i c a s de la mayor partode los sistemas de comportamiento de las culturas ajenas. A este

respecto, es ins tructi vo el desarrollo de la f o n é t i c a .

8. Lo s role s de la é t i c a y la é m i c a en la d e s c r i p c i ó n y c o m p a r a c i ó n de la

a n t r o p o l o g í a c u l t u r a l los trata Goodenough (1970, p á g s . 104-130). Una detcrip

c i ó n ahora c l á s i c a de las c a t e g o r í a s é m i c a s en un sistema d e - c l a s i f i c a c i ó n 04

colores es la de Conglin (1955). P a r a un ejercici o exploratorio de descripcióné m i c a de algunos aspectos de una r e l i g i ó n folk, v é a s e F r a k e (1964); p a r a la nn

lidad de la a p r o x i m a c i ó n é m i c a en la c l a r i f i c a c i ó n de incomprensiones largo

tiemp o sosten idas sob re el "culto a los antepasados" en A f r i c a , v é a s e Kopyt«»H

(1971). V é a s e t a m b i é n la d e s c r i p c i ó n é m i c a de la c l a s i f i c a c i ó n n a v a j a de l oi

objeto s en re poso de Wither spoon (1971).

168

Se fue progresando a medida que los l i n g ü i s t a s prestaron atenc i ó n a las cosas que t e n í a n que aprender a dis ting uir para llega r a

lo s fonemas de otras lenguas. Por ejemplo, descubrieron que en al

gunas lenguas existen distinciones significativas basadas en que las

vocales e s t é n o no separadas por una i n t e r r u p c i ó n del-sonido pro

ducido por el cierre de la glotis. Por tanto, el cierre de la glotis sea ñ a d í a al equipo de conceptos que p o d í a n ser ú t i l e s para describir

la s diferenci as signi ficativas del sonido en otras lenguas. La aspira

c i ó n de las consonantes, significativa en i n d i , fue simplemente a ñ a -

dida. De esta forma, el equipo de posibilidades se a m p l i ó , hasta que

l o s l i n g ü i s t a s dejar on de descubrir distinciones significativas en las

nuevas lenguas que no pudieran ser descritas en t é r m i n o s de las

variables f o n o l ó g i c a s que ya h a b í a n aprendido a tener en cuenta en

las lenguas anteriormente descritas. Las diversas distinciones que

h a b í a n aprendido a hacer prestando a t e n c i ó n a la é m i c a de las len

guas p o d í a ahora reexaminarse y estudiar sus relaciones mutuas. El

resultado fue la moderna f o n é t i c a articu latori a: un cuerpo sistema

tizado de variables conceptuales, gracias al cual podemos dar cuenta

de todas las distinciones necesarias de sonidos l i n g ü í s t i c o s para des

c r i b i r los h á b i t o s l i n g ü í s t i c o s de los hablantes de cualqu ier lengua

conocida (Pike, 1943; Hockett, 1955; Samalley, 1968). Puesto que es

tos conceptos son universa lmente aplicables (aunque no univer sal-

mente significativos), podemos cont rol ar las comparaciones de los

sistemas f o n o l ó g i c o s de distintas lenguas.

Y se irá posibilitando cada vez más para otros sistemas de com

portamiento conforme intentemos hacer descripciones é m i c a s de

gran n ú m e r o de ellos, descripciones que inten tan dar cuenta de

todo lo que supone diferencias signi ficativas dent ro de cada sistema.

De esta forma, la é t i c a del comportamiento socialmente significativo

de todas clases s e r á finalmente desarrollada, y el estudio de los

otros aspectos de la cultura l o g r a r á el rigor que ahora asociamos

co n el estudio de las lenguas.

169

 

L E N G U A J E ! , I N D E V I D U O Y S O C I E D A D

Lengua, dialecto e idiolecto

Entendemos una lengua (o dialecto) como un único sistema mu

tario de normas, pero no deberíamos dejar que eso nos impidieia

ver la considerable autonomía de los sistemas o subsistemas dentrode una lengua. El cambio de uno puede precipitar el cambio del Otro,

,,,, |,|c inteligible co n los dialectos A y C, pero A y C son mutuamente

Ininteligibles entre sí. Si el dialecto B se extingue, diríamos que los

dial ectos A y C son dif erentes lenguas y no dialectos de la misma

lcng.ua. Cuando se presenta esta situación en que existe una cadena

de mutua inteligibilidad entre cierto número de dialectos, pero los

dialectos extremos no son mutuamente inteligibles, para determina

dos propósitos podemos hablar de todos ellos como dialectos de una

lengua, mientras que para otros propósitos podemos hablar de los

dialectos extremos como de lenguas distintas.

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 84/125

pero cada sistema es capaz de una considerable variación independiente de las variaciones de cualquier otro. El mismo fenómeno

puede combinarse de acuerdo con dist intos princ ipios en dos con

junt os de morf os estructuralmente poco "parecidos. El principio de

las armonías vocales anteriormente mencionado en relación con lamorfología de las palabras truk puede aplicarse igualmente a cual

quier sistema fonológico cuyos fonemas vocálicos se distingan, entre

otras cosas, por la altura de la lengua. Los mismos conceptos y pre-

cetos pueden ser proyectados en vocabularios morfológicamente bas

tante distintos; y recíprocamente, morfos de idéntica forma pueden

denota r di sti ntos conceptos y percepciones (como ocurre con el sus-

tativo y el verbo egg en inglés). Esta autonomía de los distintos

sistemas dentro de una lengua le confiere en parte su cualidad de

arbitraria.

Una lengua o dialecto, pues, se compone de cierto número de sis

tema de diversos grados de autonomía, articulándose estos sistemas

de una forma especial. El cambio en cualquiera de estos sistemas en

la forma de su articulación dará como resultado una lengua algo

distinta. Dos hablantes de lo que habitualmente consideramos la«misma» lengua no actúan con idénticos sistemas ni los articulan de

la misma forma. Cada hablante tiene su propio idiolecto, un término

que ha sido utilizado en sentidos algo distintos por distintas autori

dades, pero que aquí significa la versión propia de un individuo de

lo que él percibe como una lengua o un dialecto concreto. Si esto

es así, ¿qué entendemos por lengua, como cuando hablamos de len

gua inglesa o francesa?

Lo que entendemos por una lengua, en este sentido, es un campo

de variaciones den tro de los idiolectos que no obstruye demasiado

tajantemente l a capacidad de var ios hablantes para comunicarse en

tre sí sobre las habituales materias diarias con suficiente eficacia.

Las diferencias sensibles dentro de esta variación constituyen la

bases para distinguir los dialectos. Cuando la variación entre los ha

blantes indiv iduales es lo bastante insignificante como para pasajdesapercibida en gran medida, es que hablan el «mismo» dialecto.

Dos dialectos que son mutuamente ininteligibles son dialectos de

dos lenguas distintas, taxonómicamente hablando. Tómese un dia

lecto del francés, como el que se habla en los alrededores de París,

y un dialecto del alemán, como el de Suabia, por ejemplo. No cabe

duda de que pertenecen a dist intos idio mas. Pero a veces ocurreque en un conjunto de dialectos A, B y C, el dialecto B es mutua

170

Hemos estado habland o de algo que mantiene un estrecho pa

ralelo con los conceptos biológicos de especie y subespecie. Dentrode una población nunca existen individuos fenotípica o genotípica-

mente idénticos (a menos que sean gemelos idénticos, en cuyo caso

genotípicamente son idénticos). Mientras que las diferencias entrelos indiv iduos no inter fier an el mutuo apareamiento y permitan la

producción de una prol e viable, decimos que los individuos son

miembros de la misma especie. Las poblaciones regionales que son

sensiblemente diferentes en sus características fenotípicas predomi

nantes son subespecies de la misma especie si los indiv iduos de dos

poblaciones con límites colindantes de sus respectivas regiones pue

den aparearse mutuamente y dar lugar a una prole viabl e. Exis ten

cadenas de poblaciones animales tales que A se cruza con B, B con C,

y C con D, aunque compa rte n sus territorios, no se cruzan, compor

tándose como especies distintas (Mayr, 1963, págs. 507-512).

Los criterios que definen una lengua y una especie —la capacidad

de comunicarse en el primer caso y la capacidad para aparearse con

reproducción en el segundo— funcionan de fo rma similar y plantean

similares problemas. No debemos desechar la similitud argumentando que biológica e individualmente sólo puede existir un fenotipo,

mientras que lingüísticamente se puede ser büingüe o multilingüe,

porque entonces estaríamos confundiendo los in div iduos con los sis

temas. La capacidad para aparearse fructíferamente depende en gran

medida de factores que están determinados por los sistemas genéti

cos. Cuando hablamos de una especie nos referimos a la capacidad

de los sistemas genéticos individualmente heredados para interaccio-

nar de forma biológicamente productiva a través del comportamiento

apareador de los individuos. La capacidad de comunicarse eficazmen

te depende de factores que están determinados por sistemas apren

didos de signos-símbolos. Cuando hablamos de una lengua, nos refe

rimos a la capacidad de los sistemas indiv idualmente aprendidos de

signos-símbolos para interaccionar de forma intencionalmente pro

ductiva (realizando propósitos) a través del comportamiento lingüís

tico de los individuos. Todo lo que clasificamos como especie o sub

especie no son verdaderamente indiv iduos —aunque generalmente

lo pensemos así—, sino diferentes sistemas genéticos transportados

por individuos. De forma similar, y más obvi amente, todo lo que

clasificamos como una lengua o un dialecto consisten en distintos

idiolectos, sistemas simbólicos, transportados por individuos. Los

procesos o mecanismos mediante los cuales los individuos llegan a

171

 

transportar sistemas g e n é t i c o s y de s i g n o - s í m b o l o son muy distintos,

COIl toda seguridad, pero eso se sale del tema.

Variación lingüística e inteligibilidad mutua

Puesto que los idiolectos y los dialectos pueden d i f e r i r de ma

nera algo independiente en alguno de sus sistemas consti tuti vos o

subsistemas y t a m b i é n en la forma en que estos sistemas se articulan

as ignai .1 las palabras ordinarias de la lcnp.ua t r u k un r n n p m l n did. notaciones distintas , lo s miembros de un grupo tradicional de eapt*

e i a l i s l a s p o l í t i c o s en los t r u k pueden hablar en p ú b l i c o v I r a n s n n

ti l se m ens a jes que no son comprendidos por los no iniciados. Así, la

palabra t i u k aaw normalmente denota un gran á r b o l Ficus tan»

Imciists, pero en es te argot especial denota al h i j o del jefe, por regla

general denominado con otra e x p r e s i ó n . Los hablantes de- < n argot

u t i l i z a n la f o n o l o g í a , l a m o r f o l o g í a y la sintaxis t r u k con s ó l o peque

ñ a s alteraciones, pero al asignar especiales signif icados a las palabras

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 85/125

entre sí, conviene que nos preguntemos qué clase de diferencia es

m á s probable que sea productiva para el mutu o malentendimient o

o la mutua i n i n t e l i g i b i l i d a d : las diferencias dentro de cualquiera de

lo s sistemas o las diferencias en la a r t i c u l a c i ó n entre los dos siste

mas. A pri mera vista, esperamos que las diferencias en la a r t i c u l a c i ó n

de los dos sistemas —sea del f o n o l ó g i c o y el m o r f o l ó g i c o o del mor

f o l ó g i c o y el s e m á n t i c o — c o n d u c i r á n má s r á p i d a m e n t e al malenten

dido que las diferencias dentro de uno de los sistemas. Este j u i c i o

t a m b i é n parece razonable a la luz de lo que sabemos sobre los sis

temas en general. La v a r i a c i ó n dent ro de uno de los subsistemas

resulta menos efectiva sobre el sistema mayor del que es parte que

l a v a r i a c i ó n en la forma en que los diversos sistemas se articulan

entre s í, ya que la estruc tura del sistema mayor se caracteriza de

forma más inmediata por la pauta de a r t i c u l a c i ó n de los subsistemas.

Considerando que exista poca diferencia entre los sistemas, dos

hablantes pueden d i f e r i r considerablemente en sus sistemas f o n o l ó

gicos sin que se d a ñ e seriamente su capacidad para entenderse. Pue

de que necesitemos a l g ú n tiempo para acostumbrarnos, pero la mayor

parte de nosotros encontramos poca d i f i c u l t a d en entender a personas que hablan nuestra lengua con un acento extranjero bastante

pronunciado. Las personas que aprenden una segunda lengua tienden

a u t i l i z a r los rasgos distintivos de su primera lengua como funda

mento para distinguir y pronunciar los fonemas de la segunda. En

consecuencia, pierden por completo algunas diferenciaciones de fo

nemas, exactamente como un hablante nacido a l e m á n tiende, cuan

do habla en i n g l é s , a f u n d i r los fonemas /5/ (th sonoro) con /d/ y

/ p / (th sorda) co j i /t / .

Tampoco pueden tener grandes consecuencias sobre la mutua in

t e l i g i b i l i d a d algunas diferencias de los sistemas m o r f o l ó g i c o s . Las

normas que determinan la altura de las vocales finales en las pala

bras compuestas, ej emplifi cadas anter iormente para el dialecto ro-

m ó n u m del t r u k , v a r í a n considerablemente entre los distintos día

lectos t r u k . Los mismos nueve fonemas vocales ( v é a s e nota 6) apare

ce n en todos estos dialectos, pero las normas de las a r m o n í a s vocales

d i f i e r e n de uno al siguiente, de tal forma que encontramos sópwó-tiw

( « d i s t r i t o i n f e r i o r » ) así como sópwo-tiw, y sópwo-wu ( « d i s t r i t o extC

r i o r » ) y sapwo-wu así como sópwu-wu o sópwu-u.

S in embargo, el e q u í v o c o se desarrolla r á p i d a m e n t e con las d i í c

rencias en el sistema s e m á n t i c o , es decir, con la forma en que l<»

conceptos se proyectan en morfos, palabras y otras expresiones. Al

172

q u e u t i l i z a n , las vuelven incomprensibles para los d e m á s hablantes

de la lengua t r u k . S e g ú n el criterio de la mutua i n t e l i g i b i l i d a d , ha

blan otra lengua.

Cuando pensamos en aprender una nueva lengua, aunque reconoz

camos que ello i m p l i c a aprender nuevas normas gramaticales, la

mayor parte de nosotros creemos que la tarea fundamental consiste

en aprender un nuevo voca bular io para representar las mismas cosas

familiares. Lo que nosotros denominas house en i n g l é s se llama

maison en f r a n c é s e iimw en t r u k . Más tarde puede que descubra

mos que la clase de f e n ó m e n o s designado por maison o iimw y que

s e piensa en f r a n c é s o t r u k i m p l i c a en cada caso percepciones y

conceptos algo distintos de lo que se piensa en i n g l é s . Pero incluso

s i no fuera é s t e el caso, si el f r a n c é s y el i n g l é s tuvieran la misma

f o n o l o g í a , las mismas pautas de c o n s t r u c c i ó n m o r f o l ó g i c a y los mis

mos principios s i n t á c t i c o s , y si las palabras de una lengua deno

taran las mismas cosas que las palabras de otra, si al mismo tiempo

las formas de las palabras en las dos fueran siempre distintas, las

mismas formas no designando nunca las mismas cosas, las conside

r a r í a m o s dos lenguas distintas. 9

E l asunto de v a r i a c i ó n se reduce, pues, a que en la medida en

que podamos reconocer en el habla de otro las funciones del có

digo de nuestro propio idiolecto, su habla es i n t e l i g i b l e para noso

tros. Si las denotaciones de las palabras se alteran hasta el punto

de tener poca correspondencia con las denotaciones de las palabras

f o n o l ó g i c a m e n t e iguales de nuestro propio idiolecto, o si las formas

f o n o l ó g i c a s de sus palabras se alteran má s a l l á de nuestra capacidad

para reconocerlas, se pierde en ambos casos la mutua i n t e l i g i b i l i d a d .

Dentro de estos l í m i t e s y sin esa p é r d i d a , cabe una considerable va

r i a c i ó n . Dos personas hablan la « m i s m a » lengua, pues, si la v a r i a c i ó n

entre sus idiolectos no excede estos l í m i t e s .

Pero esto no agota el asunto. El problema de la d e f i n i c i ó n es

mucho m ás compli cado . Cuando los t é c n i c o s espaciales comienzan a

9. De hecho, dos lenguas ti enden a conver tir se en c ó d i g o s de los mismos

conceptos cuando ambas son habladas regularmente por aproximadamente la

misma gente, como sucede con una lengua v e r n á c u l a y una lengua nacional o

regional e s t á n d a r normal, o t a m b i é n en el tipo de situaciones como la del

nororeste del Amazonas que hemos t ratado anteriormente. La convergencia de

dos lenguas (kannada y marathi) hacia unas pautas f o n o l ó g i c a s y gramaticales

comunes y comunes denotaciones, junto con la r e t e n c i ó n de formas l é x i c a s dis-

tintas, la relata Gumperz (1969) sobre una aldea ampliamente b i l i n g ü e de la

I n d i a . V é a s e t a m b i é n Gumperz y Wilson (1971).

 

hablar de t e c n o l o g í a espacial o los l i n g ü i s t a s comienzan a hablai deasuntos t é c n i c o s rela tivos al lenguaje, el no especialista descubre su

incapacidad para comprender lo que se dice. ¿ S i g n i f i c a esto que el

hombre de la calle y el t é c n i c o espacial hablan diferentes l e n g u a » ?

E n cie rto sentido, así es. El hombr e de la calle reconoce que t i e n e

que aprender el « l e n g u a j e » de la t e c n o l o g í a espacial, un vocabulario

especial y los conceptos que abarcan sus denotaciones. Pero en OtTO

sentido, tanto el homb re de la calle como el especialista hablan in

g l é s (o lo que sea), pues se comunican f á c i l m e n t e sobre asuntos no

estos dos planes globales. Los componentes de los dos planes, sinr i u h . u g o , se mantienen distintos a n i v e l g e n é t i c o (en las c é l u l a s i .

p i o d i u toras del i n d i v i d u o ) . S e g ú n c u á l de cada par de cromosomas

se a liaspasado por el i n d i v i d u o a un miembro de su p r o l e , el l u jo

a d q u i r i r á uno u ot ro de los conjuntos de componentes del plan

(alelos) transportado por ese par de cromosomas. Este conjunto se

a ñ a d e - entonces al correspondiente pero no i d é n t i c o conjunto del

otro progenitor del h i j o para consti tuir su genotipo.

L o que a nosotros nos interesa ahora es que en una poblm ion

e i i d ó g a m a existe un abanico de alelos para cada gen. N i n g ú n i nd i

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 86/125

t é c n i c o s ; e incluso cuando habla de su especialidad, el t é c n i c o espa-

c i a l u t i l i z a palabras inglesas normales s e g ú n una c o m b i n a c i ó n de la

g r a m á t i c a inglesa con un vocabulario especializado. Obviamente es

diferente la s i t u a c i ó n en que dos personas tienen conocimientos de

similares materias pero no pueden comunicarse de la s i t u a c i ó n en

que pueden comunicarse sobre materias que ambos conocen, pero no

sobre otras cosas. En el primer caso, las dos personas hablan len-

guas distintas; en el ú l t i m o , hablan la « m i s m a » lengua, pero con

distintos grados de competencia en las diversas materias para las que

sirve de c ó d i g o .

Lenguaje y sociedad

L a a n a l o g í a entre la lengua y las especies como conceptos t i p o l ó

gicos no es la ú n i c a que puede trazarse entre los f e n ó m e n o s b i o l ó

gicos y de comportamiento. En b i o l o g í a , es necesario distinguir ta-

jantemente entre la herencia g e n é t i c a de un i n d i v i d u o , representada

p o r la estructura q u í m i c a de las m o l é c u l a s de los cromosomas de

l a c é l u l a o r i g i n a l (el huevo fecundado) a partir de la cual se desarro-

ll a el organismo i n d i v i d u a l , y los verdaderos rasgos que presenta el

organismo maduro. Los caracteres representados en los cromosomal

constituyen el genotipo del i n d i v i d u o y los caracteres f í s i c o s del orga-

nismo maduro constituyen su fenotipo. El genotipo es un plan o

cianotipo de lo que s e r á el i n d i v i d u o ; el fenotipo es la m a n i f e s t a c i ó n

material de ese plan en cuanto i n f l u i d o por las condiciones en que

e l plan se ha realizado.

E n realidad, cada i n d i v i d u o no transporta un plan global, s i n o

varios, porque no hereda un conjunto de cromosomas sino dos, uno

de cada progeni tor . Cada cromosoma contiene m o l é c u l a s de ADN

( á c i d o desoxi rribonucleic o), consistiendo cada m o l é c u l a de ADN en

una cadena de a m i n o á c i d o s . Determinadas posiciones de esta cade-

na controlan determinados aspectos de la herencia; cada una de talesposiciones se denomina un G E N . Las c a r a c t e r í s t i c a s variables posibles

en un gen dado se denominan ALELOS del gen. Los genes correspon-

dientes de los cromosomas correspondientes en los dos conjuntos

pueden tener alelos i d é n t i c o s o distin tos. En la medida en que los

alelos sean i d é n t i c o s , los dos planes heredados son iguales; pero

en la medida en que los alelos sean diferentes, los planes difieren

E l fenotipo representa l a s o l u c i ó n de las distintas potencialidades de

174

viduo puede tra nspor tar m ás de dos de ellos, pero puede hábeimuchos má s de dos transportados dentro de la p o b l a c i ó n como con-

junto, r e u n i é n d o s e en los alelos una diversidad de combinaciones a lo

largo del tiempo. El n ú m e r o total de alelos para todos los genes de

una p o b l a c i ó n productora constituye lo que se ha denominado el poolde genes de esa p o b l a c i ó n .

L o s pools de genes de las distintas poblaciones d i f i e r e n tanto en

la natura leza de los alelos representados como en la frecuencia rela-

t i v a con que se presentan. De este modo, la frecuencia relativa de los

alelos correspondientes a los a n t í g e n o s s a n g u í n e o s O, A y B difiere

de un pool de genes a otro, y algunos pools de genes carecen t o t a l

mente de r e p r e s e n t a c i ó n del alelo B. La frecuencia rela tiva en el

pool de genes determina, s e g ú n las leyes de la proba bil idad , la fre

cuencia rela tiva en que se presentan los genotipos 00 , OA, OB, AA,

A B y BB en la p o b l a c i ó n en un momento dado, y é s t o s a su vez

determinan la frecuencia relati va de los verdaderos tipos s a n g u í n e o s

o fenotipos O ( 00 ) , A (OA, AA), B (O B, BB) y AB (AB) en la po-

b l a c i ó n .

Volviendo al lenguaje podemos trazar una d i s t i n c i ó n paralela en-

tr e el plan o modelo, el conjunto de pri ncipi os para hab lar, que

transporta un hablante y las expresiones l i n g ü í s t i c a s que en realidad

construye. Estas ú l t i m a s son las manifestaciones a c ú s t i c a s concretas

de ese pl an, bajo la influencia de las condiciones reales en que el

plan se realiza, tales como la embriaguez del hablante, su estado de

fatiga, etc.

Es tentador igualar estas distinciones entre el lenguaje como plan

y las verdaderas realizaciones l i n g ü í s t i c a s con la d i f e r e n c i a c i ó n tra-

zada por el l i n g ü i s t a f r a n c é s Saussure entre lo que él denominaba

langue (lengua) y parole (habla). Sin embargo, para é l, la langue era

e l pla n ideal que transpor taba una p o b l a c i ó n como colectividad,

mientras que la parole era su m a n i f e s t a c i ó n imperfecta tanto en el

lenguaje real como en la v e r s i ó n del plan transportada por cada unode los individuos. Los idiolectos p e r t e n e c í a n a los dominios de la

parole. Por el contrario, vemos a q u í que cada idiolecto constituye

u n plan d ist into de las realizaciones que el i n d i v i d u o hace. Sin lu-

gar a dudas, cada i n d i v i d u o tiene una c o n c e p c i ó n de un plan ideal

que él proyecta sobre la colectividad. A d e m á s , puede existir una

v e r s i ó n de un plan ideal en el que coincidan determinadas autorida

des reconocidas de una sociedad, y é s t e puede ser el que todos los

17 5

 

d e m á s digan que es el plan ideal para la colectividad, el p l a n qu<todo el mundo intente buscar como modelo de su idiolet to Alguno

p a í s e s , Francia incluida, tienen una academia nac ional, entre tuyas

laicas e s t á la de decidir el plan ideal, el concreto con junto de m u ma .

que cons tit uyen la lengua nacional modelo. Pero, incluso donde - i

te n tales organismos modeladores, no existe un par de p e r s o n a - , i o m

pletamente acordes con respecto al plan. Incluso las auto ridadi

reconocidas discuten sobre el tema.

Por supuesto, un i n d i v i d u o s ó l o puede transpor tar dos planes g<

n é t i c o s globales en su genotipo, mientras que puede t ransp ort ar

rtl lo algo. Lo que comunica depende de las normas de él y tic

sus oyentes, que determinan la s e l e c c i ó n entre las lenguas de un

i . p . i l o i i o en las distintas situaciones sociales.

As i p u e s , p a i a una p o b l a c i ó n cualquiera, no s ó l o existe un pool

d. idiolcc los o versiones individuales de la lengua, sino que tambiénhay un pool de variantes o dialectos reconocidos, e incluso un pool

d r dist intas lenguas. El cono cimien to de estas lenguas y dialectos

v a n a de persona a persona. Algunos individuos son inonodialcctalcs

v otro s bi o mult idialectales ; algunos son m o n o l i n g ü e s y otros bi.o

m u l t i l i n g ü e s . Exactamente i g u a l que el n ú m e r o de alelos de los dis

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 87/125

muchos planes distint os para hablar. A d e m á s , el genotipo representa

una r e s o l u c i ó n s i n c r é t i c a de los dos planes de su genotipo, mientrasque el habla puede reflejar una e l e c c i ó n de uno u otro plan, segre

gado en su entendimiento y en su estructura de h á b i t o s como com

pletamente distinto; o bien puede reflejar a l g ú n grado de sincrch.m o entre lo s diversos planes de su reperto rio , como cuando se i n i c i a

una o r a c i ó n en i n g l é s y luego se inyecta en ella vocabulario f r a n c é s .

Puesto que el lenguaje se adquiere por aprendizaje más bien que

p o r herencia b i o l ó g i c a , no existe un n ú m e r o f i j o de planes aislados

que pueda tr anspo rta r una persona (o bien de lenguas que pueda

conocer). Ni existe un n ú m e r o f i j o de subplanes alternativos (estilo.

de hablar ) para alguna parte del plan general que pueda t rans pon al

Por ejemplo, puede tener pautas alternativas para la p r o n u n c i a c i ó n

de las mismas palabras, como en el caso de las vocales de las p a l a

bras inglesas fog, hog, log, etc., que se pronuncian bien como mop o

como dog. Un hablante puede pasar de hablar con las normas de un

s u b p l á n a hablar con las normas de otro, s e g ú n quien le acompam

y la i m p r e s i ó n que desee causar, como cuando deja de decir rwttting,

speaking y hearing para decir runnirí, speakirí y hearin'. Puede llevar

en su voc abulari o palabras alt ernativas para decir la misma cosa, ut i

lizando una u otra s e g ú n e s t é en una c o m p a ñ í a m i x t a o no.

Como sugieren estos ejemplos, una persona puede tener un plan

para cambiar de la u t i l i z a c i ó n de un conjunto de palabras a o t r o

conjunto y para cambiar de una pauta f o n o l ó g i c a a otra. Su elc< < io n

de uno u otro s u b p l á n e s t á determinada po r normas, y puede al o

marse que tiene una « g r a m á t i c a » en el sentido de que e s t á de acueido con un plan magistral. 10 De manera similar, la e l e c c i ó n del i n g l e s ,

e l f r a n c é s o el t r u k —suponiendo que uno los conozca— t a m b i é n p u e

de estar determin ada po r un plan magist ral. Cuando un francés que

habla bien el i n g l é s recibe un banquete en su hon or en los Estado s

Unidos y hace su discurso de sobremesa para su audiencia anglo

parlante en f r a n c é s y no i n g l é s , mediante esta e l e c c i ó n e s t á comu

10. Que existen normas que determinan el uso de los distintos estilos de

h a b l a r , el uso de los distintos dialectos e incluso el uso de las distintas lenguas,

como ocurr e en la r e g i ó n del noroeste d el Amazonas, nos recuenl.i que iu< l<

s e r d i f í c i l decidir d ó n d e se acaba la lengua y comienza el resto de la c u l t u r a

E l estudio de las normas que determinan los estilos de hablar y asuntos snni

lares relativos al uso del lenguaje ha sido adecuadamente denominado "la < Ino

g r a f í a del habla" por Hymes (1962).

176

tintos genes y su frecuencia r elat iva caracter iza el c a r á c t e r g e n é t i c o

de una p o b l a c i ó n , así el n ú m e r o de dialectos y de lenguas junto con

la frecuencia rel ati va de las personas que los conocen y la amplitud

de sus conocimientos caracterizan el c a r á c t e r l i n g ü í s t i c o de una po

b l a c i ó n .

N o podemos decir c u á l es el fenotipo o genotipo de una pobla

c i ó n e n d ó g r a m a , a pesar de las muchas c a r a c t e r í s t i c a s f e n o t í p i c a s

que puedan idealizar en p ú b l i c o los miembros de esa p o b l a c i ó n .

Pero podemos decir con certeza c u á l es el c a r á c t e r g e n é t i c o y feno-

t í p i c o . En algunas poblaciones el c a r á c t e r puede ser m o n o t í p i c o para

algunos genes, como cuando s ó l o exista el tipo s a n g u í n e o O (geno

tipo OO), pero no es é s t e el caso normal. De manera similar, pode

mos describir el c a r á c t e r l i n g ü í s t i c o de una p o b l a c i ó n , pero no siem

pre se puede afirmar que e s t é caracterizada por una ú n i c a lengua

o dialecto, por mucho que un determinado dialecto pueda ser i de a l i

zado en p ú b l i c o por los miembros de esa p o b l a c i ó n o incluso lo r e i

vindiquen co mo su dialec to. Tales alegatos son impor tant es, como

veremos, pero no reflejan el verdadero repertorio l i n g ü í s t i c o de una

p o b l a c i ó n . Verdaderamente, en muchos casos ni siquiera podemosdecir que una p o b l a c i ó n tenga un determinado lenguaje o dialecto

como el lenguaje o dialecto del hogar. Tener una determinada lengua

p o r la lengua del hogar, puede servir como fundamento para d e f i n i r

una p o b l a c i ó n , para empezar, exactamente i g u a l que tener los ojos

marrones puede utilizar se para d e f i n i r una p o b l a c i ó n . No obstante,

s i para d e f i n i r una p o b l a c i ó n utilizamos criterios p o l í t i c o s , g e o g r á f i

cos y sociales, en vez de l i n g ü í s t i c o s , entonces lo más que podemos

hacer es describir su c a r á c t e r l i n g ü í s t i c o , que puede ser m o n o l i n -

g ü e o monodialec tal, aunque l o más probable es que no lo sea (Gum-

persz, 1962).

Cualquier ciudad grande puede ilustrar este punto. Pero i gua l

mente p o d r í a hacerlo una p e q u e ñ a aldea, como cualquiera de las al

deas del noroeste del Amazonas anterio rmente descri ta. Al ot ro lado

d el mundo, la aldea de G a l i l o , en la costa norte de la isla de NuevaB r e t a ñ a , junto a Nueva Guinea, proporciona otro ejemplo. En 1954

t e n í a 248 habitantes que r e s i d í a n en la loc alidad. Todos los hombres

adultos de la aldea eran por lo menos b i l i n g ü e s en nakanai occidental

y p i d g i n english melanesio. La mayor parte de ellos t a m b i é n s a b í a n

t o l a i , una lengua que se habla alrededor de la ciudad de Rabaul, en

el extremo noreste de la isla, a unas cien millas de distancia. El

1771 2 . — E L C O N C E P T O DE C U L T U R A

 

t o l a i se e n s e ñ a b a en la escuela l oca l llevada por misionero* y heutilizaba en los servicios religiosos. Unos cuantos h o m b r e s iamhi< n

s a b í a n o l í a s lenguas. Pocas mujeres adultas eran c o m p e l e n ! . . . n

p i d g i n english, pero muchas s a b í a n t o l a i y todas hablaban con l l iml<

e l nakanai occidental. Para todos los habitantes de G al i l o , el n a k . m . u

h a b í a sido la lengua del hogar y por tanto la primera lengua a p r t f l

dida. Pensaban en el nakanai occidental como la « l e n g u a lo

« n u e s t r a l e n g u a » . Pero existe má s de un dia lecto del nakanai oc< i

dental, como bien s a b í a n los residentes en G a l i l o . Muchos de ellos

h a b í a n pasado diversos p e r í o d o s de tiempo viviendo en aldeas don

lengua of i c i a l de un eslado, o puede no serlo. Puede sel la lengualoi al de una sola aldea o puede servir como lengua l oca l de muchas

aldeas y ciudades en una gran r e g i ó n . Debemos apresurarnos .i anadu

que algunos indiv iduos pueden i dentificarse personalmente i o n algu

na otra lengua con preferencia a la que opera como lengua l oca l de

u comunidad, como ocurre cuando un emigrante c o n t i n ú a Identlfic a n d ó s e persona lmente con la lengua l oca l de la comunidad de que

procede, aunque i dent ifiq ue la otr a lengua con la comunidad en que

ahora v i v e , pero en la que se ve como residente extranjero. Cuando

hablamos de la lengua nativa de una persona, normalmente penaa

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 88/125

de p r e v a l e c í a n otros dialectos; algunos h a b í a n pasado gran partade su infancia. Unos cuantos i ndiv iduos imi tab an en su habla por lo

menos algunos de los usos asociados con el dialecto prevaleciente en

otra zona. G a l i l o c a r e c í a de homogeneidad l i n g ü í s t i c a incluso en el

uso del nakanai occidental.Por complicado que sea el c a r á c t e r l i n g ü í s t i c o de una comunidad,

lo s distintos dialectos y lenguas representados d e s e m p e ñ a n evidente

mente diferentes funciones y se valoran de diferentes formas (Fer-

guson, 1959; Rubin, 1962). La naturaleza de estas funciones v a r í a de

u n lugar a otro y es di f íc i l generalizar sobre ellas. Ya se han men

cionado los dialectos y lenguas del hogar, los primeros a que se

expone el n i ñ o . Los miembros de una comunidad pueden u t i l i z a r

todos el mismo dialecto o lengua, o bien no. En realidad, incluso

puede hablarse normalmente má s de un dialecto o lengua en la

misma casa.

Es casi seguro que existe un dialecto o lengua que se i d e n t i f i c a

c o n la comunidad o la localidad y que c u l t i v a n los que se i d e n t i f i -

can con la localidad. Cuando en una comuni dad e s t á representada

m á s de una lengua, como suele suceder, la lengua que se i den t i f i c a

co n la localidad es la que se espera que u t i l i c e la gente, si puede,

cuando par tici pa en las transacciones f amiliar es diari as. Es la lengua

en que se supone que todo el mundo es competente.

Desde luego, en las grandes unidades p o l í t i c a s pueden existir va

rias lenguas locales o regionales. Es casi seguro que existe una lengua

de la a d m i n i s t r a c i ó n p ú b l i c a . En los lugares en que las gentes de

diferentes localidades con diferentes lenguas locales comercian con

regularidad o tienen cualquier otra clase de trato social, e x i s t i r á al

guna clase de lengua comercial . Cualquier lengua cuyas funcione >

fomenten un extenso domi nio de ella a t r a v é s de las fronteras l i n -

g ü í s t i c a s regionales es probable que se convierta en una lingua franca,

como ha ocurrido con el s w a h i l i en A fr i ca oriental y con el p i d g i n

english en Nueva Guinea.Aunque, como hemos visto, las poblaciones por regla general tie

nen más de una lengua representada dentro de ellas, t a m b i é n es

normal en todas partes identificar las poblaciones como tales con

determinadas lenguas, en la medida en que es posibl e. En la p r á c t i c a ,

cuando identificamos una p o b l a c i ó n con una lengua, seleccionamos

como su lengua aquella con la que la propia p o b l a c i ó n se i d c n t i t n a

y que sirve como lengua l oca l interfamiliar. T a m b i é n puede ser la

178

mos t a m b i é n en una lengua l oca l , la que se i den t i f i c a con la comu

nidad donde a p r e n d i ó a hablar. Pero t o d a v í a no estamos seguros

de lo que pasa en el caso de que é s t a no sea t a m b i é n la lenguaprivada de su casa.11

L a o r g a n i z a c i ó n social de las comunidades complejas puede darlugar a la s e g r e g a c i ó n de sus poblaciones en varios grupos aislados

distintos. Dentro de cada uno de estos grupos aislados se produce la

c o m u n i c a c i ó n en una amplia variedad de contextos, pero entre ellos

se l i m i t a a muy pocos. En una comunidad de p l a n t a c i ó n , por ejem

p l o , los propietarios y los directores pueden tratarse en muchas ac t i -

vidades e inter actua r con frecuencia, e igualmente pueden hacerlo

lo s trabajadores entre s í. Pero el trat o entre los directores y los tra

bajadores s ó l o puede producirse en muy pocos contextos, relaciona

dos con la d i r e c c i ó n del trabajo y el mantenimiento del orden. En

tales circunstancias, es probable que las comunidades directivas y

trabajadoras presenten distintos dialectos, hasta el punto que des

p u é s de una conquista m i l i t a r p o d r í a n ser identificadas como lenguas

distintas. La competencia en distintos dialectos y lenguas e s t á estre

chamente asociada con la d i v i s i ó n en castas y clases den'ro de lascomunidades complejas ( v é a s e B u r l i n g , 1970, c a p í t u l o 8). I n tal tipo

de comunidad puede que sea di f íc i l decir c u á l es su lengua l oca l .

Las sociedades humanas, pues, d i f i e r e n entre sí en su c a r á c t e r

l i n g ü í s t i c o : en las lenguas y en los dialectos en que sus mi emb ros

tienen competencia y en la e x t e n s i ó n en que cada una de estas len

guas y estos dialectos e s t á n competentemente representados. Los dis

tintos dialectos y lenguas del pool de lenguas de una sociedad desem

p e ñ a n distintas funciones y se valoran de manera distinta. S e g ú n las

funciones que d e s e m p e ñ e n , existen distintos incentivos y oportunida

des para que los miembros de la sociedad los aprendan. La a m p l i -

t u d de la competencia de cualquier lengua o dialecto es un reflejo

de tales incentivos y oportunidades. Cuando los s e ñ o r e s y los cria

dos proceden de distintos segmentos de una sociedad mayor, por

ejemplo, cada uno con su propia lengua, y los hijos de los s e ñ o r e s

11 . Seguimos careciendo de una t e r m i n o l o g í a t é c n i c a desarrollada p a r a los

principales roles funcionales del lenguaje. Se utilizan ampliamente expresiones

como "lengua v e r n á c u l a " , "lengua e s t á n d a r " , "lengua naci onal", "lengua del^ ho-

gar ", "lengua comerciar, "lengua oficial", "Jengua ritual", "lengua alta" y "len-

gua b a j a " . Algunos de estos t é r m i n o s se utilizan con sentidos que en parte a t

superponen.

179

 

crecen y son educados aparte de los hijos de los criados, entonces

es probable que los criados tengan mayor competencia en la leng.ua

de sus s e ñ o r e s que los s e ñ o r e s en la lengua de sus criados. Pero si

lo s hijos de los s e ñ o r e s crecen al cuidado de los criados y juegan

nor malme nte con los hijo s de los criados, entonces, cuando sean se

ñ o r e s adultos, es probable que sean má s competentes en la leng.ua

de los criados que los criados en la lengua de sus s e ñ o r e s . Todo el

mund o tiene un fuerte ince ntivo para ser competente en cualquiera

que sea la lengua en que se lleven a cabo los asuntos diarios entre

/./ lenguaje y el individuo

Como hemos dicho, cada i n d i v i d u o tiene su propio idiolecto, su

piopia v e r s i ó n di- cualq uier lengua que hable. No es una r é p l i c a

• ta de los idiolectos de sus c o m p a ñ e r o s , pero e s t á lo bastante

p r ó x i m o a ellos como para poder hablar con ellos y ellos con él de

lo nn a di caz. Una lengua no es algo que la gente que la habla « p e r -

ha l a m e n t e » comparta perfectamente. Existen tantas versiones de una

lengua como el n ú m e r o de sus hablantes. Esto fue descubierto cuan

do se e m p e z ó a observar de cerca el habla y a recoger las muchas

p e q u e ñ a s diferencias que normalmente ignoramos. La v a r i a c i ó n entre

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 89/125

las familias de la comunidad l oca l . De ahí que sea el candi dato na

tural a ser la lengua con que se identif ique la comuni dad.

Pero la que sirve de lengua l oca l puede cambiar. Si por alguna

r a z ó n la gente de la aldea de G al i l o en Nueva B r e t a ñ a , a la que nos

hemos refer ido con ante rio ridad, encontr ara razonable u t i l i z a r cadavez más el p i d g i n english en los asuntos locales diarios a expensas

d el nakanai occidental, el p i d g i n english r e e m p l a z a r í a al nakanai occ i

dental como lengua l o c a l . La competencia en p i d g i n english e s t á lo

bastante extendida en G al i l o como para que sea muy posible este

cambio. Hasta el momento, los muchos intereses de los residentes

de G a l i l o les ha llevado a mantener el uso del nakanai occiden tal

como su lengua l oca l . La e v o l u c i ó n l i n g ü í s t i c a de G al i l o como co

munidad depende de c ó m o las circunstancias afecten en el futuro a

lo que los residentes de G al i l o perciben como sus intereses. Este

cambio de intereses a f e c t a r á a la forma que decidan usar las d i s t i n

tas lenguas de que disponen en su pool de lenguas.

Evidentemente, a q u í e s t á operando un proceso select ivo, que no

se diferencia de la s e l e c c i ó n natural en la e v o l u c i ó n b i o l ó g i c a , como

ha observado Hymes (1961). Un determinado c onjunto de circunstancias ambientales afecta de forma diferenciada a la supervivencia y,

en consecuencia, a las posibilidades reproductoras de los distintos

fenotipos y sus genotipos asociados en una p o b l a c i ó n . Por tanto, en

estas circunstanci as, la estabili dad y el cambio funcion an para man

tener o alterar l a frecuencia relati va de los distin tos alelos de un gen

de la p o b l a c i ó n , s e g ú n su efecto sobre la f u n c i ó n que cada alelo

puede d e s e m p e ñ a r en el funcionamiento del organismo. De forma

similar, la estabilidad o el cambio del medio ambiente social de los

miembros de una comun idad sirve para mantener o alter ar las elecciones que hacen entre las alternativas l i n g ü í s t i c a s disponibles para

comunicarse. Así, la s e l e c c i ó n f i s i o l ó g i c a , expresada en la e l e c c i ó n

human a de fines y de medio para los fines, sirve para guiar el curso

de la e v o l u c i ó n l i n g ü í s t i c a de una sociedad.

Hemos estado hablando a q u í de la e v o l u c i ó n l i n g ü í s t i c a de una

sociedad o p o b l a c i ó n aislada, algo que no debe confundirse con la

e v o l u c i ó n de una lengua como sistema de normas. Pero para entraja considerar esto ú l t i m o debemos esperar hasta haber examinado el

lenguaje en r e l a c i ó n con el hablante i n d i v i d u a l .

180

estas versiones es bastante p e q u e ñ a entre los adultos para los que

es su primera lengua y bastante mayor entre los n i ñ o s y las perso

nas para quienes no es su primera lengua. Cuando una persona puede

situar su v e r s i ó n dentr o del campo de variaciones de los adultos para

quienes es su primera lengua, estos adultos probablemente d i r á n

que habla la lengua « p e r f e c t a m e n t e » , con lo que quieren decir que

no pueden dis tin guir le de ellos mismo colectivamente (aunque bien

p o d r í a n disting uirle de cualquiera de ellos individualmente).

Desde el punto de vista del i n d i v i d u o que aprende una lengua, la

s i t u a c i ó n es distinta. Existe un conjunto de otros que hablan s ign i

ficativamente entre sí y que de esta manera parecen « c o m p a r t i r » la

lengua. Hay algo que aprender, un conjunt o de normas de hablar, y

se trata de algo que los otros ya saben. Al u t i l i z a r a los otros como

g u í a , el i n d i v i d u o que aprende puede a l g ú n día a r r e g l á r s e l a s para

descubrir c u á l e s son esas normas y, con la p r á c t i c a , p o d r á hablar

de la misma forma que lo hacen los otros.

E l proceso de aprendizaje de una lengua es compl icado y t o d a v í a

no se conoce sino imperfectamente. Pero sabemos que el aprendizajei n d i v i d u a l juega un papel activ o, siendo las normas de hablar e in

terpretar el habla de los otros resultado de su propia c r e a c i ó n . Por

supuesto, disponen de las normas que él necesita y le cor rig en cuando

no consigue dar con ellas. Pero no le recitan los pri ncip ios que con

forman su propia habla. Estos princ ipio s son algo que s ó l o conocen

subjetivamente, en el sentido de que los sienten. A menos que s e an

g r a m á t i c o s , no tienen objetivados estos principios para ellos mismos.

Saben cuando el habla de alguien suena rara o equivocada, al i gua l

que sucede con otros aspectos de su cultura, pero raras veces pueden

decirle el por qué , al menos no c on seguridad. La gente suele tener

reglas p r á c t i c a s sobre su lengua, así como en lo referente a otros

aspectos de su cultura, pero tales reglas rara vez coinciden con los

fundame ntos que se deducen del a n á l i s i s de las pautas que se mani

fiestan en su comportamien to. Que su lengua tiene una est ructuras e m á n t i c a que puede expresarse en reglas gramaticales suele resul

tar una sorprendente r e v e l a c i ó n para las personas que sirven de i n f o r

madores en las investigaciones l i n g ü í s t i c a s . Por esta r a z ó n , Edward

Sapir (1927) u t i l i z ó la e x p r e s i ó n « m o d e l o i n c o n s c i e n t e » con respecto

a las normas de tal comportamiento l i n g ü í s t i c o . P a r a el i n d i v i d u o

que aprende, pues, la tarea no s ó l o consiste en recordar las c o n c i c

181

 

tas correcciones de sus faltas, sino enhacer generalizaciones apar*t i i di- e l l a s . 121 asunto consiste endeducir laspautas que los otro*

pueden ejemplificar, pero tiene dificultades endescribir. El l n . l i . .

de que los n i ñ o s deduzcan subjetivamente suspautas en elcurso del

aprendizaje l i n g ü í s t i c o resulta evidente a partir del tipo de errores

que cometen, como cuando generalizan excesivamente o cometen

a n a l o g í a s equivocadas (Brown y B e l l u g i , 1964; E r v i n , 1964). Un erren

normal eni n g l é s es, por ejemplo, el uso debrang y brung por brought

b a s á n d o s e en el supuesto de quebring sigue lapauta de ring ysi>

E l queaprende llega al f i n a l a tener la s e n s a c i ó n de unconjunto

.1. M I | . I O | . I . I experiencia. En realidad noes la lengua de ellos, s ino

una i c p i c s e n t a c i ó n de la lengua que él ha creado para ellos.Sin

.m i . .neo, M n i e l e n - el criterio de aceptabilidad cuando se utih/. i

c o í i i o guia para el comportamiento l i n g ü í s t i c o de ellos, no podemos

d e» ii cpie es te equivocado.

I V i o loshechos de unalengua —los puntos de contraste en que

in s is t en sus hablantes y las formas enque estos puntos de contraste

s e distribuyen conrespecto unos a otros— pueden considerarse en

i. i i iuno s de más de unapauta, como yahemos indicado con antc-

i unidad. Dos l i n g ü i s t a s pueden crear di stintas codificaciones, dis

tintas exposiciones delas normas, para lalengua deun mismo pueblo.

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 90/125

de pautas y, almismo tiempo, un sentido delos fundamentos median

te los cuales se selecciona entre laspautas para construir lasverda

deras realizaciones l i n g ü í s t i c a s . Ha desarrollado estos fundamentos

a partir de suexperiencia sobre elcomportamiento delos otros. Su

pone quetodos ellos conocen colectivamente lamisma cosa enesenci a yque loque élsabe es lomismo que loque saben ellos. Para él,

el grupo tiene una lengua; y es loque élentiende que es, en la medi

da en que el comportamiento de losmiembros del grupo caiga den

t r o del campo devariaciones de lasexpectativas que susnormas le

proporcionan para ellos. Cuando encuentra uncomportamientoque

no coincide con sus expectativas, saca la c o n c l u s i ó n de que e s t á

•tratando con un dialecto o lengua distinto, algo nuevo a aprender.

N o obstante, lo que aparenta ser la misma clase de comporta

miento puede estar producido pormás de unconjunto de normas.

U n a pauta puede conceptualizarse adecuadamente demás deuna ma

nera. El sentimiento subjetivo de dos individuos sobre la misma

pauta puede implicar distintos criterios y fundamentos, exactamen

te igual como una persona ciega a los colores puede aprender a

distinguir las s e ñ a l e s de t r á f i c o respondiendo a los rasgos contras

tados de la pauta global que no son losutilizados por las personas

c o n v i s i ó n normal. (Para un ejemplo en f o n o l o g í a , v é a s e Sherzer,

1970.) No obstante, en lamedida enque los distintos criterios y f u n -

damentos l i n g ü í s t i c o s lleven a dospersonas a hablar de forma que

puedan coincidir con las expectativas que cada uno tiene con respectoa l otro, tienen la s e n s a c i ó n de quecomparten las mismas ñ o r m i .

de quehablan la misma lengua.

Exactamente igual que el individuo que aprende desarrolla nor

mas subjetivas y subconscientes que proyecta sobre sus c o m p a ñ e r o s ,

e l l i n g ü i s t a , que t a m b i é n es un individuo que aprende, hace lo

mismo inevitablemente. Pero lohace autoconscientemente y con la

i n t e n c i ó n de objetivarse para él y para losotros —de formular en

palabras— los criterios y fundamentos mediante los cuales disciernalas pautas delhabla deaquellos a quienes estudia. El resultado es

una c o d i f i c a c i ó n de las pautas que ha discernido. Para él y para

lo s queaceptan su trabajo, laspautas que de este modo desarrollapara losotros son unaverdadera r e p r e s e n t a c i ó n de«su l e n g u a » . La

a c e p t a c i ó n de que su habla es como la deellos es la ú n i c a compro

b a c i ó n de la validez de su f o r m u l a c i ó n . Lo quedescribe —la úm. .»

cosa quepuede describir— es supropia f o r m u l a c i ó n hecha a partir

182

Estas dos codificaciones pueden reflejar con la misma validez u n

< omportamiento l i n g ü í s t i c o y, utilizadas como g u í a , conducir aun com-

p o i tamiento casi i d é n t i c o . Preguntar c u á l de estas codificaciones

es la « v e r d a d e r a » r e p r e s e n t a c i ó n de la lengua es presuponer laexis

tencia de unconjunto deprincipios perfectamente compartidos por

otros, s u p o s i c i ó n que nosotros nopodemos hacer, incluso cuando

la perspectiva desde la queestamos acostumbrados a considerar el

lenguaje nos inclina de forma natural a hacerlo. Debemos aceptar

que es posible más de unar e p r e s e n t a c i ó n v á l i d a deuna lengua. Una

r e p r e s e n t a c i ó n puede ser más ú t i l para unos p r o p ó s i t o s y otra más

ú t i l para otros. Nuestra e l e c c i ó n entre las v á l i d a s representaciones

en competencia se d e t e r m i n a r á por c ó m o sirva a nuestros concretos

p r o p ó s i t o s . Cada unapuede aportar ú t i l e s penetraciones en cosas

distintas.

La evolución de las lenguas

Hemos observado que la e v o l u c i ó n l i n g ü í s t i c a de una sociedad

debe distinguirse tajantemente de la e v o l u c i ó n de una lengua con

creta.12 Para lo ú l t i m o hay dosconsideraciones de fundamental im

portancia. Una es el asunto que acabamos de mencionar, a saber,

que todo individuo crea supropia v e r s i ó n de la lengua en el curso

de suaprendizaje. La otra consiste en eldistinto c a r á c t e r y laparcial

a u t o n o m í a delos diversos grandes subsistemas dent ro deuna lengua.

Puesto que cada individuo crea supropia v e r s i ó n de lo que él

entiende por lalengua de susc o m p a ñ e r o s , el grado enque su v e r s i ó n

se aproxime a las versiones individuales deellos debe depender, apar

te de su propia aptitud para aprender, de las oportunidades que

tenga para descubrir diferencias significativas en su propia habla

y en la de sus c o m p a ñ e r o s . Cuanto más se hablen y mayor sea el

12. No nos ocupamos a q u í de la e v o l u c i ó n del lenguaje en general, a partir

de a l g ú n sistema de s e ñ a l e s anterior, menos complejo y animal, es decir, de la

e v o l u c i ó n de la c o m u n i c a c i ó n humana (Greenberg, 1957, pág. 65).Más bien de

c ó m o los contenidos de las lenguas concretas evolucionan y cambian o c ó m o

nacen las familias o lenguas emparentadas. Nuestro i n t e r é s , pues, es más bien

p o r la m i c r o e v o l u c i ón que por la m a c r o e vo l u c i ó n , por los aspectos s i s t e m á t i c o s

de l cambio más bien que por las etapas deldesarrollo.

18*

 

abanico de cambios de las situaciones y los asuntos que se abarquen,mayores s e r á n las oportunidades de descubrir estas diferencias y de

ajustar el habla para red ucir las diferencias.

L a f o n o l o g í a , la m o r f o l o g í a y la sintaxis forman parte de toda

c o m u n i c a c i ó n , sin que importe el asunto a tratar, y por tanto es

probable que presenten menos v a r i a c i ó n de la que presentan los sis

temas s e m á n t i c o y s i m b ó l i c o . El sistema s e m á n t i c o p r e s e n t a r á ma

yores variaciones en los significados de las palabras que se u t i l i z a n

poco y menor v a r i a c i ó n en aquellas que se usan normalmente. El sis

tema s i m b ó l i c o , de manera similar, p r e s e n t a r á mayores variaciones

•iones. El uso m e t a f ó r i c o produce formas en competencia, por ejemplo , cu i n g l é s kid es una forma que compite con child. l a s palabi i

t a b ú t a m b i é n promueven el a c u ñ a m i e n t o o p r é s t a m o de formas alter

nativas, cpie lina lment e pueden sus tit uir formas más antiguas en el

u s o ordi nario , como la palabra pee inglesa se f o r m ó a p a r l i i de la

primera letra de piss que s u s t i t u í a en muchos contextos sociales.

Y el desplazamiento de la p o b l a c i ó n , que r e ú n e en la misma comu

nidad a hablantes de dialectos algo disti ntos, da lugar a formas en

competencia en gran escala.

Puesto que no todos sus c o m p a ñ e r o s hablan i gua l , el que Bata

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 91/125

en r e l a c i ó n con las palabras que denotan cosas que las personas

experimentan en condiciones ampliamente distintas, y t e n d e r á a

presentar menos v a r i a c i ó n en las palabras que denotan cosas de

las que las personas tienen una experiencia muy c o m ú n .

Tanto si el campo global de variaciones es amplio o es p e q u e ñ o ,

es probable que su contenido cambie con el tiempo, aunque s ó l o sea

a causa de la e d i c i ó n de nuevos hablantes y la p é r d i d a de antiguos.

Algunos de estos cambios pueden ser fortuitos, pero otros pueden

present ar determinadas tendencias que den sentido al curso del cam

b i o .

U n a tendencia observada tiene que ver con las llamadas const ruc

ciones irregulares y no habituales. Si estas irregularidades se produ

cen en palabras y expresiones que se u t i l i z a n con frecuencia, persis

te n en la lengua mucho má s que si se producen en palabras que no

son habituales (Hockett, 1958, p á g s . 396-397). En el i n g l é s antiguo,

p o r ejemplo, e x i s t í a una clase de sustantivos que sufrieron m o d i f i -

caciones v o c á l i c a s internas en la forma del p l u r a l . Otra clase de

sustantivos c o n s t i t u í a n el p l u r a l mediante el suf i j o -n o -en. Uno a uno,lo s sustantivos de estas clases llegaron a formar el p l u r a l con el su

f i j o -s (o es), de acuerdo con una de las varias pautas de f o r m a c i ó n

de plurales que se h a b í a n vuelto más normales en el i n g l é s medieval.

Todo lo que ahora queda de estas clases se encuentra en las palabras

de uso muy nor mal o en las palabras que se u t i l i z a r o n con mucha

frecuencia hasta la r e v o l u c i ó n industrial. Los plurales men, women,

teeíh, feet, tice, mice y oxen son ejemplos evidentes. Formas antiguas

tales como kye, een y shoon han sido, sin embargo, sustituidas, por

cows, eyes y shoes.

E l curso de las sustituciones en el caso de los ú l t i m o s ejemplos

fu e gradual entre los angloparlantes. Por e r r ó n e a a n a l o g í a con Otras

formas, e x i s t i ó la tendencia entre los nuevos hablantes de la lengua

a decir shoes en vez de shoon. Algunos la mantuvieron sin corregir

y , al cabo de a l g ú n tiempo, hubo dos formas en competencia, comoactualmente dived y dove compiten como pasado de dive. En a l g ú n

momento, una de las formas en competencia se c o n s i d e r a r á má s

refinada, sofisticada o moderna, y la otra anticuada, r ú s t i c a , p r o p i a

de la clase baja o pasada de moda.

E l aprendizaje imperf ecto y la a n a l o g í a e r r ó n e a no son las dnicajfuentes de orige n de formas en competencia. La gente suele jugar

co n su lengua, int roducien do deliberadamente abreviatur as y distor-

184

aprendiendo debe escoger, entre las formas y los estilos de hablai

que se le presentan en competencia, aquel de acuerdo con el cual

m o d e l a r á su propia habla. Para reducir la v a r i a c i ó n de habla y la

de algunos de sus c o m p a ñ e r o s , debe aumentar la v a r i a c i ó n entre

él y el habla de otros. Debe seleccionar entre sus c o m p a ñ e r o s a aquellos con los que desea identificarse y con los que quiere que le iden

t i f i q u e n los d e m á s . Aquellos que escoja como sus modelos o figurasde referencia 13 pueden ser sus padres, un miembro dominante de su

pandilla de juegos infantiles, un l í d e r c a r i s m á t i c o de su comunidad

o una persona que considere de clase alta.

Louis Giddings s o l í a referirse a una p e q u e ñ a comunidad esquimal

de Alaska a la que se h a b í a trasladado una f a m i l i a de más a l l á de

las m o n t a ñ a s , donde se hablaba un dialecto esquimal distinto. Un

h i j o de esta f a m i l i a se c o n v i r t i ó en el l í d e r del grupo de juegos i n fan-

tiles de la comunidad. Pronto todos los n i ñ o s imitaban el dialecto

d e l chico en vez del de sus padres, y se produjo una d i v i s i ó n dialec

ta l de la comunidad s e g ú n l í n e a s generacionales. Si la g e n e r a c i ó n

joven persiste en esta e l e c c i ó n , la comunidad al cabo de una gene

r a c i ó n a c a b a r á teniendo como lengua l oca l un dialecto distinto.Este ejemplo ilustra c ó m o la s e l e c c i ó n de los modelos por parte

de uno puede producir un cambio del tipo que tratamos en r e l a c i ó n

c o n la e v o l u c i ó n l i n g ü í s t i c a de una comunidad: un cambio sobre

c u á l de los dos dialectos representados en el pool l i n g ü í s t i c o de una

comunidad l l e g a r á a funcionar como el lenguaje l oca l cotidiano, de

las relaciones interfamili ares. En este caso la e l e c c i ó n tuvo lugar

entre distintas tradiciones en competencia. Pero el cambio evolutivo

dentro de una ú n i c a t r a d i c i ó n —dentro de lo que percibimos como la

misma lengua l oca l en continuidad— i m p l i c a el mismo proceso de

e l e c c i ó n entre formas en competencia ( Hoeni gswald , 1960). No obs

tante, a q u í las formas en competencia son estilos de pronunciar un

dete rminado fonema (m ás bien que dos sistemas f o n o l ó g i c o s com

pletos), o i m p l i c a n cosas tales como pronunciar u o m i t i r las vocales

finales de las palabras, la c o l o c a c i ó n regular del adjetivo antes o

d e s p u é s del sustantivo que modifica, o el uso s i s t e m á t i c o de una

13. El término "grupo de referencia" se utiliza normalmente en la literaturasociológica para indicar el grupo, clase o segmento de la sociedad con el queuna persona desea identificarse y que adopta como modelo para él, o bien cuyaaprobación o aceptación pretende para sí mismo. En este sentido, los Indivldúos pueden ser tan importantes como los grupos. (Véase Hyman, 1968.)

I KS

 

dete rminada pal abra en uno u otro sentido en competencia (poi cj< m

p í o , el verbo i n g l é s realize en el sentido de « c o m p r e n d e r » o cu < I

sentido de « h a c e r r e a l » ) .

Puesto que el aprendizaje del lenguaje es un proceso de apn.M

m a c i ó n imperfecta más que una perfecta duplicidad del habla de

lo s otros , es ine vitabl e la existencia de formas en competencia, estilo

de p r o n u n c i a c i ó n en competencia y pautas en competencia de uso-,

s e m á n t i c o s y s i m b ó l i c o s dentr o de lo que se percibe como una t i l

d i c i ó n de lengua local ú n i c a e ininterrumpida. Como cada g e n e r a c i ó n

crea nuevas figuras de referencia, la tendencia centra l dentro del

campo de variaciones de la v a r i a c i ó n del idiolecto c a m b i a r á en conse

tUBque e I n d u c í a . perdido las siguientes vocales que e x p í a aban i .la

p i O I I I I I K i.u ion. E s t a s pronunciaciones, mas bien que las vocales l ina

li ., . I . I I I las que ahora se d i s t i n g u í a n entre las dos pal abi as. Ai lual

mente m a r c a n puntos significativos de contraste y funcionan como

loneinas distintos, /á/ en / f á án / («ed i f i c i o») y /a / en / f a a n / ( « b a j o

• I - - ) . De manera similar fue c ó m o /saapwo/ ( « d i s t r i t o » ) se convinio

l o i i é m i c a m e n t e en / s ó ó p w / . De esta forma,-los cinco fonemas vocales

de la lengua ancest ral se han c onvertido en los nueve fonemas voca

les antera ú ñ e n t e descritos (nota 6) del truk moderno (Dyen, 1949).

U n ( ambio s i s t e m á t i c o en el manejo de las vocales finales condujo a

u n a c o m p l i c a c i ó n en el n ú m e r o de puntos significativos de contraste

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 92/125

cuencia.

C a r a c t e r í s t i c o del cambio l i n g ü í s t i c o es la fuerte tendencia a que

el cambio sea coherente. En la lengua de las islas Gilbert, en el P ac í -

f i c o , por ejemplo, hubo un tiempo en que el fonema /t/ se pronunciabade manera muy parecida a la t inglesa, pero sin a s p i r a c i ó n . Delante

de la vocal anterior alta / i / ha llegado a pronunciarse como la s

inglesa en algunos dialectos y como la inglesa en otros. La cosa

es que este cambio en la p r o n u n c i a c i ó n no se ha producido solamente

en algunas palabras en que la /t / iba seguida de la / i / : se ha produ

cido en todas ellas. El cambio ha afectado a todo el sistema. El pro

p i o cambio tiene una pauta. Tal coherencia caracteriza al cambio

f o n o l ó g i c o de todas las lenguas y, presumiblemente, caracteriza tam

b i é n al cambio de otros aspectos del lenguaje. Al ser el l enguaje

una pauta de comportami ento, el cambio de lenguaje es un cambio

de pauta que sustituye por la suya propia.

S in embargo, las pautas se entrecruzan entre sí. Un cambio im

portante en una pauta puede llegar a destruir otra, f r a g m e n t á n d o l a en

varias pautas distintas o creando complejidades e irregularidadesdonde no e x i s t i ó ninguna. Estas complejidades e irregularidades se

convierten entonces en los primeros objetivos para el desarrollo de

formas competitivas, por a n a l o g í a en las pautas que se encuenti.m

en el lenguaje a lo largo de las l í n e a s ya discutidas. ¡El lenguaje

truk lo d e m o s t r a r á !

Hubo un tiempo, juzgando a partir de lenguas emparentadas, en

que todas las palabras truk acababan en vocal. H a b í a n , a d e m á s , i Ln< o

fonemas vocales: / i / , /e/, /a/, / o/ y /u/ . La forma de p r o n u n c i a c i é m

de estas vocables variaba predeciblemente s e g ú n c u á l e s fueran las

otras vocales que las siguieran inmediatamente: /a/ seguida de /<•/

en la siguiente s í l a b a se pronunciaba como la a inglesa de huí; seguida

de /o/ en la siguiente s í l a b a se pronunciaba de forma parecida a la

aw inglesa de law; y seguida de /a/ se pronunciaba como la a inglesa

de father. Una pauta similar se o b t e n d r í a a partir de las lengua',

emparentadas de las islas Gilbert. L l e g ó un momento en el que las

vocales de f i n a l de palabra se acortaron a un suspiro y luego flH rOfl

desapareciendo completamente, m a n t e n i é n d o s e tan s ó l o en los M U U

puestos, den tro de las palabras. Lo que originalmente h a b í a tenidola forma f o n é m i c a /faane/ ( « e d i f i c i o » ) y /faana/ ( « b a j o él») c o n t i n u ó

preservando la p r o n u n c i a c i ó n diferenciada de las prime tas v ocn h

186

\ u n a u m e n t o d e l n ú m e r o de fonemas v o c á l i c o s . Pero a lo largo de

este proceso se ha mantenido la coherencia. El efecto de la siguiente

/c/ u /o/ sobre la /a / precedente era f o n é t i c a m e n t e coherente antes

de la p é r d i d a de las vocales finales y era consistente f o n é t i c a m e n t e

d s p u é s de la p é r d i d a de las vocales finales.

L a coherencia en el cambio tiene una consecuencia i m p o r t a n t í s i m a .

D a lugar a pautas regulares de correspondencia entre las lenguas

emparentadas. Si cada ejempl o de un anti guo fonema /a/ se ha trans

formado en /á/ en truk donde en un tiempo fue seguido por una

vieja /e/, pero ha permanecido / a/ en truk cuando iba seguido de

una antigua /a/, podemos esperar ejemplos de /aCe/ (representando

a q u í C cualquier consonante) en una lengua emparentada (en la que

no se hayan perdi do las vocales finales) correspondiendo coherente

mente a los ejemplos de la / á / truk, y ejemplos de /aCa/ que corres

ponden a los ejemplos de la /a/ truk. Esto es lo que descubr imos

cuando comparamos la lengua de las Gilbert y otras lenguas del Pa

c í f i co con el truk. Tales correspondencias s i s t e m á t i c a s de los fonemas

de las palabras de similar significado en distintas lenguas constituyela pieza testimonia l má s impor tant e de que las lenguas representan

tradiciones nacidas de un lenguaje anterior c o m ú n . Han cambiado

en el curso del tiempo, cada una a su manera, pero el mantenimiento

de la pauta, que da coherencia incluso al cambio, se refleja en las

correspondencias regulares. Tales correspondencias proporc ionan los

fundamentos de la h i s t ó r i c a m e n t e famosa Ley de Grimm, que afirma

ba la correspondencia s i s t e m á t i c a de las consonantes entre el bajo

y el alto a l e m á n y las antiguas lenguas indoeuropeas, tales como el

s á n s c r i t o y el griego antiguo. 14 Conforme las lenguas emparentadas

siguen cambiando a lo largo del tiempo, las pautas de correspondencia

14. Por ejemplo, las consonantes iniciales del griego antiguo y el inglés secorresponden de la siguiente manera:

Inglés Griego

p t k b d gb d g ph th khf th h p t k

Compárese, por ejemplo, tame, tree, two en inglés y damazo, doru, dúo engriego; daughter, deer, door en inglés y thugater, ther (animal salvaje), thUfá

en griego; thtch, thy, three en inglés y tegos, teos, treis en griego.

187

 

se hacen cada vez menos evidentes y requieren un examen más c u i

dadoso para descubrirlas, pero c o n t i n ú a n existiendo. De este modoha sido posible descubrir qué lenguas van juntas en familias l i n

g ü í s t i c a s o troncos, un descubrimiento que ha puesto los cimientosde gran parte de nuestra c o m p r e n s i ó n de la natura leza del lenguaje

en general y de las formas en que las lenguas cambian. (Sobre losprocesos del cambio en el lenguaje, v é a s e Sapir, 1 9 2 1 ; Hocket t, 1958;Hoeningswald, 1960, y Wei nrei ch, Labov y Herzog, 1968 . )

I . H I . I .. sino una ma yo r o men or p a r t i c i p a c i ó n en el desenvo lvi mient o

de l.i c u l t u r a general cre ada y desa rrol lada hasta el momento poi la

h u m a n i d a d co mo un todo. E l objet o de la a n t r o p o l o g í a r u l t u i a l e i a

i i . i t a i de reconstruir los pasos o etapas que h a b í a n s e ñ a l a d o el crecim i e n t o de la cultura. Las sociedades con las t e c n o l o g í a s mas s i m p l e s

y los sistemas p o l í t i c o s menos elaborados representaban presumiblemente el estado inferior del crecimiento; otras representaban las distintas etapas intermedias, mientras que las sociedades de Europaoccidental, que p o l í t i c a y militarmente dominaban al resto del m u n d o

en el siglo diecinueve, representaban la etapa má s avanzada. 15 En pa

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 93/125

PROBLEMAS DE LA CONCEPCIÓN DE LA C U L T U R A

Nuestro tratamiento del lenguaje ha puesto de manifiesto el puntode vis ta con que ahora consider aremos la cul tur a y su r e l a c i ó n conel individuo y la sociedad. Pero antes de aplicar este punto de vistaa la cultura, debemos observar que el t é r m i n o « c u l t u r a » ha adquirido varios significados distintos en los ú l t i m o s cien a ñ o s . Estos distintos significados reflejan distintas suposiciones sobre la e v o l u c i ó n

humana, diferentes focos de i n t e r é s (tales como la sociedad, el conocimiento y el comportamiento) y distintos supuestos e p i s t e m o l ó g i c o s .

( V é a s e el a n á l i s i s de Krober y Kluckhohn, 1952.)

E l t é r m i n o en sí entra en el uso a n t r o p o l ó g i c o a partir de la palabra alemana Kultur. Las clases mejor educadas de Europa presum í a n de ser menos ignorantes que los campesinos h umilde s y lospatanes r ú s t i c o s , y de tener una mayor c o m p r e n s i ó n de la verdad

y una mayor a p r e c i a c i ó n de las cosas más refinadas de la vida. Era n« m á s c i v i l i z a d o s » . El grado en que la gente d i f e r í a en sus costumbres,creencias y artes con respecto a los europeos sofisticados c o n s t i t u í a

l a medida de su ignorancia e i n c i v i l i d a d . La his tor ia humana se conc e b í a como una regular e l e v a c i ó n a partir de un estado de p r i m i t i v a

ignorancia a otro de mayor i l u m i n a c i ó n progresiva, como se manifestaba en los logros cada vez más complicados de los hombres enl a t e c n o l o g í a , los niveles materiale s de vida, la medicina, la d i r e c c i ó n

p o l í t i c a y la literatura y las artes, y en un c ó d i g o moral cada vez másesclarecido. Lo que h a c í a posible estos logros era el mayor conocimiento de la « v e r d a d » , tanto natural como moral. El conocimientode la verdad era acumulativo a lo largo del tiempo, sustituyendo f i r

memente a la s u p e r s t i c i ó n y la ignorancia. Su crecimiento m e d í a elprogreso humano desde el salvajismo a la c i v i l i z a c i ó n . Cuanto más

poseyera y manifestara una sociedad en sus obras, más Kultur t e n í ay má s civi liza dos o cult ural izados eran, por lo menos, los miembr osde su é l i t e . E. B. T y l o r ( 1 9 0 3 , pág. 1) manifestaba claramente estepunto de vista en su muy citada d e f i n i c i ó n de la cultura como « e s c

todo complejo que incluye el conocimiento, la creencia, el arte, lamoral, la ley, la costumbre y cualesquiera otros h á b i t o s y capacidadesadquiridos por un hombre como miembro de la s o c i e d a d » .

S e g ú n este punto de vista, las sociedades no t e n í a n culturas sepa-

188

labras de T y l o r ( 1 9 0 3 , p á g s . 26-27) : « P o r el sencillo sistema de colocarlas naciones en un ext remo de la serie social y las tri bus salvajes enel otro, distribuyendo el resto de la humanidad entre estos l í m i t e s . . .

e l e t n ó g r a f o puede construir por lo menos una escala aproximada

de la c i v i l i z a c i ó n : el paso desde el estado salvaje al n u e s t r o » .

A finales del siglo diecinueve, Franz Boas c o m e n z ó a utilizar lapalabra « c u l t u r a » para referirse al conjunto diferenciado de costumbres, creencias e instituciones sociales que parecen caracterizar acada sociedad aislada (Stocking, 1966) . En vez de que las distintassociedades tengan diferentes grados de cultura o correspondan a dife

rentes etapas del desarrollo cultural, cada sociedad t e n í a una cultura propia. Este uso se c o n v i r t i ó en el dominante en la a n t r o p o l o g í a

americana y c o n t i n ú a s i é n d o l o , por la influencia que han tenido ensu desar roll o los seguidores de Boas. La cul tur a s e g u í a c o n s i d e r á n

dose compuesta por las cosas de la d e f i n i c i ó n de T y l o r , pero lasp r á c t i c a s , creencias y estilo de vida de cada sociedad concreta t e n í a n

que ser examinadas como una entida d ú n i c a que era distinta de

cualquier otra. Los nuevos miembros de la comunidad a p r e n d í a nl a cultura de la comunidad de sus c o m p a ñ e r o s , exactamente igualque a p r e n d í a n la lengua. Lengua y cultura iban juntas como uncuerpo de cosas diferenciadas relativas a una comunidad que set r a n s m i t í a n por aprendizaje y que daban a cada comunidad su propiat r a d i c i ó n peculiar, l i n g ü í s t i c a y cultural.

Puesto que cada t r a d i c i ó n se t r a n s m i t í a por aprendizaje, y puestoque las oportunidades para aprender d e p e n d í a n de los contactos sociales, el actual contenido de cualquier t r a d i c i ó n determinada (la c u l

tura de cualquier sociedad concreta) t e n í a que explicarse, por lomenos en parte, por las anteriores exposiciones de la comunidad agentes que transportaran otras tradiciones. Estas exposiciones proporcionaban las oportunidades de aprender nuevas cosas e incorporarlas a la t r a d i c i ó n local. Junto con las condiciones ambiental es

1 5. E s t a c o n c e p c i ó n de la histor ia humana fue dada por cier ta por los inte-

lectuales d e c i m o n ó n i c o s , incluidos M a r x y sus d i s c í p u l o s . Estos ú l t i m o s incor-

poraron en el dogma comunista la importante f o r m u l a c i ó n de las etapas de la

e v o l u c i ó n social de finales del siglo diecinueve, obra del gran a n t r o p ó l o g o ame-

ricano Lewis H . Morgan (1878). Resulta una parad oja que el comuni smo moder-

no, que alega defender las aspiraciones de igualdad social de las naciones t é c n i -

camente menos ind ustri ali zadas, siga manteniendo como dogma esta arrogante

t e o r í a e t n o c é n t r i c a desarrollada por las é l i t e s imperial istas del siglo xix.

189

 

locales, se afirmaba que explicaban la ú n i c a c o m b i n a c i ó n posible da« r a s g o s » de la cult ura de cada sociedad. Las diferencias c-ti lhual»-- ,

t e n í a n que entenderse, por tanto, como resul tados de los accidenten

de la historia y de las limitaciones ambientales, y no como un rofli |o

de las etapas evolutivas y de una presumida ley general de l crecímiento evolutivo por la que todas las sociedades estaban d e s t i n a d a s a

pasar (excepto cuando se vie ran empujadas adelante o « e l e v a d a s »

p o r aquellas que ya estuvieran por delante de ellas). (Para una expo-

s i c i ó n de este punto de vista, v é a s e Kroeber, [1948a].)

N o nos ocuparemos a q u í de los m é r i t o s relativos de las llamadas

t e o r í a s « e v o l u c i o n i s t a » e « h i s t ó r i c a » de las diferencias culturales.

pero la lengua no consiste en las actuaciones l i n g ü í s t i c a s . Consiste

en las percepciones, conceptos, recetas y habil idades mediant e las

• nales se construyen expresiones cpie los otros acepten como eoncoi

d á t i l e s co n sus nor ma s. Eso es lo que se ap re nde ; y lo que se ha

apiendido debe dist ingui rse claramente de su m a n i f e s t a c i ó n material' i i la p r o d u c c i ó n de productos, comportamiento p ú b l i c o (incluyendo

. 1 h a b l a ) y acontecimientos sociales.

A q u í , pues, reservaremos el t é r m i n o cul tur a para lo que se api en

de, para las cosas que se necesitan saber con objeto de cumplir la .

n o r m a s de los d e m á s . Y nos referiremos concretamente a las m a n ifestaciones mater iales de l o que se aprende como artefactos Cid-

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 94/125

Ambas t e o r í a s estaban de acuerdo en que la cultur a, en uno u otr o

sentido del t é r m i n o , se aprende y constituye un cuerpo de tradicio-

nes dentro de cualquier sociedad. Sus modernos exponentes e s t á n

de acuerdo, a d e m á s , en que todas las culturas son muy complejas,incluso entre los pueblos cuyas t e c n o l o g í a s parecen muy simples pan

lo s niveles industriales occidentales. E s t á n t a m b i é n de acuerdo en

que esta complejidad es una consecuencia directa de la tremenda

potencialidad que propo rcio na cualquier lengua humana conocida

para objetivar y analizar la experiencia y para almacenar y recupe-

r a r i n f o r m a c i ó n . Sin lenguaje, la capacidad humana para mantener y

transmitir un cuerpo de tradiciones s e r í a m í n i m a . 1 6 Queda, no obs-

tante, cierto n ú m e r o de a m b i g ü e d a d e s , como la que i m p l i c a el hablar

de la cultura de una sociedad.

Cultura versus artefactos culturales

U n a d i f i c u l t a d importante radica en no haber sido capaces de

cargar con las consecuencias de que la cultura es algo que se aprende.

L o s a n t r o p ó l o g o s han discutido si la cultura incluye o no las cosas

que hacen los hombres, a las que normalmente se designa como

« c u l t u r a m a t e r i a l » , como herramientas, puentes, caminos, casas y

obras de arte. Pero los objetos materiales que crean los hombres

n o son en, y por sí mismos, cosas que los hombres aprendan. Gracias

a la experiencia con las cosas que han conseguido sus c o m p a ñ e r o s , los

hombres forman sus concepciones de ellas, aprenden a utilizarlas \

descubren c ó m o hacer las cosas i g u a l que ellos. Lo que aprenden

son las percepciones, los conceptos, las recetas y habilidades nece-

sarios: las cosas que necesitan saber con objeto de hacer cosas que

cumplan las normas de sus c o m p a ñ e r o s . El paralelismo con el len-

guaje resulta claro. Gracias a la experiencia de las actuaciones Ung ü í s t i c a s de las otras personas, los hombres aprenden una lengua;

16. Los estudios sobre monos muest ran que pueden desarrollar y t r a n s m i t í )

comport amiento s habituales rudimentarios , tales como lavar la comida antes de

comerla y coger termitas metiendo pajas en sus hormigueros y esperando a que

trepen por ellas. Pero é s t a es toda la complejidad que se encuentra en sus

tradiciones.

190

turóles.

L a importancia de la d i s t i n c i ó n aparece inmediatamente cuando

observamos algo como una m á s c a r a de A f r i c a occidental o un mano-

j o medicinal de los indios de las llanuras en un museo. Lo que

vemos no es lo que un i n d i o de las llanuras ve, ni nuestra r e a c c i ó n

es la mism a que la de un africano occidental. Como entidades mate-

riales, la m á s c a r a y el manojo medicinal no han cambiado, pero lo

que son a ojos de l espectador depende de su exper ienc ia: de las

cosas que haya apr endido. Así , vemos que las diferencias cul tura les

entre los hombres no consisten simplemente en las cosas que obser-

v a n , sino en las normas con arreglo a las cuales las observan. Sus

distintas formas les conducen a crear cosas formadas de manera cla-

ramente distinta; pero, una vez creadas, estas cosas —las m o n t a ñ a s ,

lo s lagos y los r í o s — son rasgos ambientales. C ó m o responden a ellas

lo s hombres y qué hacen con ellas indica c ó m o las conciben, qué

creen con respecto a ellas, c ó m o las valoran y c u á l e s son sus p r i n

cipios para utilizarlas.

L o s artefactos culturales no se l i m i t a n a los objetos mater iales queproducen los hombres. Pueden ser sociales e i d e o l ó g i c o s , así como

materiales. Cada nuevo estado de los Estados Uni dos es una c r e a c i ó n

humana confor mada a las normas culturales americanas sobre la

o r g a n i z a c i ó n de estados. De este modo, manifiesta import antes rasgos

de la cultura p o l í t i c a americana. Una vez creado se convierte en un

rasgo ambiental que debe tratar se como tal , como saben todos los

contribuyentes. Como sugiere este ejemplo, la d i f e r e n c i a c i ó n entre la

cultura y sus artefactos puede ser muchas veces artificiosa. Por

ejemplo, cuando hablamos de la « f o r m a de v i d a » , en un momento

dado puede que estemos hablando de las normas de hacer las cosas

y en el siguiente momento podemos estarnos refiriendo a los dispo-

sitivos f í s i c o s y sociales y la o r g a n i z a c i ó n de las actividades que

resultan cuando la gente aplica estas normas para llevar a la práctica

sus p r o p ó s i t o s . Debemos reconocer que cualquier artefacto c u l t u r a l ,una vez creado, puede convertirse en modelo para la c r e a c i ó n de

otros artefactos, s u m á n d o s e su idea a la masa de normas de la c u l

tura. Una e x p r e s i ó n sorprendente da lugar a un c l i c h é del lenguaje;

lo s primeros sonetos se convirtieron en el prototipo de una nueva

forma literaria^ y las e n s e ñ a n z a s de un profeta se convirtieron en

norma é t i c a . Existe, pues, una r e l a c i ó n de feedback entre una cultura

191

 

y sus artefactos que f á c i l m e n t e puede confundir la necesaria dlfereni i, 11 i < m entre ambas cosas .

El dilema de lo «compartido»-«aprendido»

C o n lo dicho anteriormente hemos expresado un punto de vistaque s i t ú a la cultura en la mente y el c o r a z ó n de los hombres. P o r su

puesto, no podemos ver dentro de las mentes y los corazones. Pe í o

todos nosotros les atribuimos cosas con objeto de hacer i n t e l i g ib l e

el comportamiento. Existen algunos c i e n t í f i c o s sociales y del compor-

tura, puesto que se ocupa de laspautas

ca í actei is l n as de |<>s g u ip o

debe reducirse a los f e n ó m e n o s situados en el nive l de abstiai < ion del

grupo. C ó m o los individuos se relacionan co n estas paulas \

funciona el proceso de l aprendizaje son problemas propios di la

p s i c o l o g í a y no de la a n t r o p o l o g í a .

Lo s que adoptan esta postura necesariamente dan por supin sto

c ó m o nosotros, los observadores y descriptores individuales de las

culturas, aprendemos a distinguir lo s ign i f i c a t i vo de lo no significa

t i vo en el compor tamie nto que observamos y c ó m o llegamos a com

prende r el signif icado de lo que describimos; pues incluso los beba

viol ist as material ist as má s estri ctos seleccionan lo que recogen y

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 95/125

tamiento, incluyendo varios a n t r o p ó l o g o s , que prefier en no reconocer-

l o , por lo menos para fines c i e n t í f i c o s . Uno no puede simpatizar con

sus razones, pues si la cultura e s t á en los entendimientos de los hom-

bres y si la cultura es algo que comparten o que es c o m ú n a losmiembros de la sociedad, entonces, aparentemente, parece nece-

sario postular la existencia de un e s p í r i t u colectivo y ver la cultura

como algo consistente en lo que los s o c i ó l o g o s franceses han denomi-

nado « r e p r e s e n t a c i o n e s c o l e c t i v a s » ; o debemos asumir aparentemen-

te que los otro s pueden tener alguna clase de c o m u n i ó n mental m í s t i -

ca en la que nosotros, como observadores, somos incapaces de p a r t i -

cipar. Evidentemente, es equivocado atribuir por regla general a los

procesos mentales de los otros lo que indivi dualmen te ningun o de

nosotros ha sido capaz de descubrir en sí mismo.

U n a salida al proble ma, la adoptada por los material ist as cult ura-

les y del comportamiento, consiste en negar la referencia a los en-

tendimientos en la d e f i n i c i ó n y en la t e o r í a del lenguaje y de la c u l t u -

ra. La cul tur a se iguala con el comport amiento y no con las no rmas

que determinan el comportamiento. Consta de las cosas que vemos

hacer a las otras personas y de la pauta e s t a d í s t i c a de los aconte-

cimientos tal como los vemos producirse en una comunidad dada."

Desde este punto de vista, desde luego, las comunidades de abejas

y de hormigas pueden decirse que tienen cultura, pues existen pautasdiscernibles de comportamiento que caracterizan los acontecimientos

que se producen en su interior. Cualquier cosa que sea la responsable

de estas pautas, no obstante, parece transmitirse en gran medida me

diante la herencia b i o l ó g i c a y no mediante el aprendizaje. Por t anto,

nosotros no reconocemos como culturales estas pautas que se pro

ducen entre las abejas y las hormigas. Pero tan pronto como i n c l u i -

mos el aprendizaje como algo esencial en la d e f i n i c i ó n de la cultura,

nos enfrentamos otr a vez con la mente, a menos que reduzcamos

nuestra c o n c e p c i ó n del aprendizaje a los reflejos condicionados . Pues

los resultados del aprendizaje incluyen conceptos, creencias preferencias, principios y normas, cosas todas ellas que tradicionalmcnte

asociamos con la mente. Por tanto, puede ser tentador seguir a

aquellos a n t r o p ó l o g o s que dicen que el estudio c i e n t í f i c o de ía CU

17. E s t a c o n c e p c i ó n la ha desarrollado M a r v i n H a r r i s (1964) y proporciona

las bases.para su extenso comentario sobre la t e o r í a a n t r o p o l ó g i c a (1%K)

192

hacen suposiciones sobre los significados de las cosas en sus des

cripciones de los acontecimientos. D e s p u é s de todo, los problemas de

m é t o d o de las ciencias tienen que ver con el modo como los c i e n t í -

ficos se relacionan con la materia que estudian. Si la cultura seaprende, el problema del m é t o d o es el problema de c ó m o el c i e n t í f i c o

aprende las culturas con objeto de poder describirlas. La r e l a c i ó n del

i n d i v i d u o con la cultura es, pues, crucial para el m é t o d o y la t e o r í a

de la a n t r o p o l o g í a c u l t u r a l .

Esta ú l t i m a o b s e r v a c i ó n indica otra vía para escapar a postulados

de e s p í r i t u s de grupo y representaciones colectivas. Exige que eche-

mos una mirada c r í t i c a al punto de vista tradi cion al de la antropo-

l o g í a de que la cultura pertenece y caracteriza a la comunidad o socie-

dad como algo dis ti nto de los indi viduo s (siendo algo c o m ú n a, y com-

partido por, los miembros de la comunidad) y al mismo tiempo es

algo que se aprende. A pri mera vist a se tra ta de proposiciones incom-

patibles.

Las personas aprenden en cuanto individuos. Por tanto, si la c u l t u -

ra se aprende, su ú l t i m a l o c a l i z a c i ó n debe estar en los individuos

antes que en los grupos. Si aceptamos esto, entonces la t e o r í a c u l t u -

r a l debe explic ar en qu é sentido podemos hablar de la cult ura co mo

algo compartido o como propiedad de los grupos, y debe explicar

c u á l e s son los procesos mediante los cuales se produce tal « p a r t i -

c i p a c i ó n » . No basta con tratar el problema mediante la simple afi r-

m a c i ó n de que la « c u l t u r a c o m p a r t i d a » es una c o n s t r u c c i ó n a n a l í t i c a ,

como han hecho algunos a n t r o p ó l o g o s . Debemos continuar tratando

de explicar c ó m o esta c o n s t r u c c i ó n a n a l í t i c a m e n t e ú t i l se relaciona

co n los f e n ó m e n o s humanos, in cluyendo los procesos sociales y psico-

l ó g i c o s que caracterizan a los hombres agrupados. Con este objetivo

presente hemos tratado la r e l a c i ó n del lenguaje con la sociedad y

co n el i n d i v i d u o , pues la « l e n g u a c o m p a r t i d a » es t a m b i é n una cons-

t r u c c i ó n a n a l í t i c a . El punto de vista manifestado en el trata mient o deeste tema es el que seguiremos elaborando en r e l a c i ó n con la cultura.

El problema de la predicción

Antes de pasar a consider ar el contenido de la cul tur a, debemos

aclarar otro punto sobre el que existen frecuentes confusiones. Se

193

13. — E L C O N C E P T O DE C U L T U R A

 

trata de la función de la predicción en las ciencias c u l t ú r a l e \- I

comportamiento, y se plantea como problema a par t i r de la p í e n , u

l>.u ion por el comportamiento y los acontecimientos como al}*" di

t into de lo que la gente aprende, es decir, como distinto de las noi

mas de comportamiento y de interpretación de acontecimiento*,

Puesto'que la predicción juega un papel crucial en la v e r i l i i a i ion

de la concordancia de las formulaciones científicas, si se adopta I.»

forma de aproximación de los materialistas behavioristas de que la

cultura equivale al comportamiento, de ah í se deduce que la valide/

de una descripción cultural depende de su capacidad para pradal b

el comportamien to, para predecir lo que la gente verdaderamente

I I capitán, p a i a la defensa, valora Li s posibilidades ta l i o n i o él las

entiende y ordena unamaniobra defensiva adecuada. Apesar de ser

un experto, su éxito en la predicción está lejos de ser perfecto, inclu-

so dentro de la l imitada diversidad de posibilidades olcnsivas de

que dispone el otro equipo. Cada bando trata de dar la impresión

al otro bando de que regularmente hace determinado tipo de cosas

en ile terminadas condiciones, y habiendo conseguido que sus oponen-

t e s predigan según este esquema, procede a engañarlos haciendo algo

distinto. No se espera un juego estadísticamente poco habitual y con

grandes posibilidades deéxito, pero sinembargo noviola las normas

de los jugadores en lo que tiene de verdadero fútbol. Al aprender

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 96/125

hará en unas circunstancias dadas. En la medida en que sea posible,

tal predicción es, por supuesto, una preocupación humana universal

Todo el mundo está comprometido en el juego depredecir lo que s u I

compañeros harán o no harán. Pero las personas que operan conlo que aparenta ser la misma cultura y que se conocen muybien

unas a otras siguen siendo incapaces depredecir el comportamiento

de los otros. Lacultu ra proporciona unconjunto de expectativas refe-

rentes a qu é clases de comportamientos sonadecuados en deternu

nadas situaciones. Pero sólo en situaciones altamente ritualizada ,

donde las opciones adecuadas son mínimas, es posible predecir el

comportamiento exacto. Además, la gente viola de buena gana las

expectativas que proporciona la cultura. Parece evidente, por tanto,

que la cultura no es en absoluto un instrumento para predecir el

comportamiento exacto, aunque un conjunto de normas de compoi

tamiento como el de la cultura ayude a hacer el comportamiento m i .

predecible de lo que lo sería en otro caso.

En este sentido, el ejemplo del lenguaje vuelve a ser pertinente

Ninguno de nosotros podría alegar que la descripción de una lenguapuede ser válida científicamente sólo en el caso de que prediga COR

exactitud lo que cualquier hablante de la lengua pueda decir en

realidad, incluyendo sus errores de la lengua, en respuesta i cualquier estímulo determinado. Como era evidente en nuestro trata

miento del lenguaje, existen otras cosas a predecir. Una descripi lóncientíficamente válida de una lengua es aquella que nos permitípredecir si una expresión lingüística determinada será o no aceptada

por los hablantes de la lengua como conforme a sus normal dihablar.18 De forma similar, adoptamos la postura de que una dest rip

ción válida de una cultura como algo aprendido es la que prediosi unaacción particular será o noaceptada por aquellos queconoi anla cultura como conforme a sus normas de conducta. Tal predii I lónes muy dist inta de la predicción del concreto comportamiento 0JII

de hecho tendrá lugar.

A manera de ejemplo, piénsese en el fútbol americano. L o s «pie

participan activamente en el juego desean predecir tan exai tamenttcomo sea posible qué es lo que sus contrarios harán encada jugada

18. L a reseña de Chomsky (1959) es especialmente eficaz, como roclia/o <l.

la estricta postura behaviorisra.

194

a jugar al fútbol, primero hay que aprender las normas del juego,

que establecen los límites dentro de los cuales es aceptable el com-

portamiento y má s allá de loscuales no lo es. También hay quedesa-

rrollar ciertas habilidades físicas para correr, pasar, coger, bloquear

y entrar. Por último, se aprenden los juegos ofensivos, que abarcan

un conjunto de fórmulas o recetas normales para ganar terreno

hacia los tantos, y hay que aprender los juegos defensivos para evi-

tarlo. Los preparadores pueden planear tantas nuevas formas y ju -

gadas como gusten, mientras se mantengan dentro de las reglas del

juego. Unapersona que conozca las reglas puede predecir congran

exactitud si una determinada jugada o acción será juzgada como

que las viola, pero este conocimiento no le capacita para predecir

qu é juego concreto se utilizará en una concreta situación. Unades-

cripción válida del fútbol es una relación de lo que se necesita saber

para jugarlo de forma aceptable y para seguir el juego compren-

diéndolo; nobusca predecir cómo laspersonas ejercerán sus opciones

dentro de las normas en todas las situaciones concebibles. Los pre-

paradores, expertos en el juego, desearían poder hacerlo. Ven pelícu-las de sus contrarios en partidos anteriores conobjeto de descubrir

el modelo de posibilidades que caracteriza su estilo de juego dentro

de las normas. Pero cualquiera que presencie por primera vez un

partido de fútbol no se interesa por tales sutilezas. Quiere saber lo

necesario para seguir el juego comprendiéndolo.

Existen, pues, dos órdenes de fenómenos hacia los que orienta la

predicción delcomportamiento humano. Uno pertenece al verdadero

comportamiento y el otro a las normas de comportamiento. Un sis-

tema de normas de comportamiento —una cultura— constituye una

ayuda impo rtante para hacer predicci ones sobre elverdadero compor-

tamiento, pero no es del mismo orden que el compor' amiento que

ayuda a predecir. Lacultura ayuda a la gente a predecir que deter-

minadas clases de comportamientos y de acontecimientos son alta-

mente improbables, constituyendo una violación de las normas; y

permite que la gente estreche el campo de variaciones probables a

unas pocas alternativas. Noobstante, dentro de la red de expectati

vas así conseguida, la predicción del comportamiento y de los aconte-

cimientos reales consiste on una exposición probabilística basada

en los porcentajes observados en una muestra de acontecimientos

pasados relativos a dos clases de cosas: lo que verdaderamente ocu-

195

 

r r l ó y si lo que o c u r r i ó se m a n t e n í a dentro de las normas o las vio-I n h a . Algunas personas e n g a ñ a n con má s frecuencia que o l í a . , pm

ejemplo. Para los que ya conocen las normas, las reglas del |u<

é s t a es la clase de p r e d i c c i ó n que tiene i n t e r é s .

E l otro orden de f e n ó m e n o s a que pertenece la p r e d i c c i ó n ton.

que ver con lo que, de entre las cosas que pueden ocurrir, s e r í a

aceptable s e g ú n las normas de comportamiento de las personas. La

p r e d i c c i ó n no se orienta a q u í hacia qué o c u r r i r á o c u á l e s son las ñor

mas. Especifica c u á l e s son las clases de unidades sociales, materiales

y de comportamiento implicadas en los acontecimientos y c u á l e s son

L a d i s t i n c i ó n que trazamos entre é m i c a y é t i c a en r e l a c i ó n conel lenguaje es a q u í completamente aplicable. La o b s e r v a c i ó n debe ser

complementada con alguna clase de respuesta colabora dora poi p.u le

de aquellos que ya conocen el juego (incluso si s ó l o es de apmba< mu

y d e s a p r o b a c i ó n con movi mien tos de la cabeza). Una vez sabemos lo

que es s ign i f i c a t i vo y c u á l e s son las reglas o normas que lo detei

minan, entonces sabemos c u á l e s son las unidades que debemos tener

en cuenta para una e s t a d í s t i c a de los aconteci mientos. Podremos

contar los first down, penalties, off-side, etc., pero primer o tendremos

que saber lo que es un first down, un penalty, etc. En las ciencias

sociales contamos toda clase de cosas como votos, ventas de dolara

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 97/125

maneras adecuadamente

combinadas. En resumen, es una e x p o s i c i ó n de definiciones y de

normas. Des crib ir una lengua o una cult ura consiste en hacer una

e x p o s i c i ó n predicativa de esta ú l t i m a clase. Tant o el lenguaje como

la cultura, pues, pertenecen al mis mo orden de f e n ó m e n o s , siendo

el lenguaje, desde luego, una parte de la cult ura, como ha observado

Sapir (1929).19

Cultura y unidades de comportamiento

E n las ciencias que no se ocupan del comportamiento de los orga

nismos vivos , el observador toma nota tan detalladamente c o m o le

es posible de lo que cree ver. Abstrae las pautas de una muestra de

tales recolecciones, formula h i p ó t e s i s sobre la i n t e r r e l a c i ó n de los

distintos f e n ó m e n o s comprendidos en estas recolecciones y, a partir

de las h i p ó t e s i s , predice qué o c u r r i r á en u n a s condiciones concretas.

Espera a que se produzcan las condiciones o trat a de crearlas a r t i f i -cialmente e n el laboratorio. Si su p r e d i c c i ó n se cumple, considera

que sus construcciones e h i p ó t e s i s se han verific ado. Hay veces en

que se pone en c u e s t i ó n la a d e c u a c i ó n de las unidades de observa

c i ó n , como cuando no son lo bastante deprimidas. Pero en las ciencias

de l compo rta mien to, especialmente en las que se ocupan del com

portamiento humano, la a d e c u a c i ó n de las unidades es un as unto

de crucial importancia. S u p ó n g a s e que usted es el prove rbia l hom

bre de Marte naciendo un estudio sobre el f ú t b o l americano. Observa

varios partidos y toma nota detallada de todo lo que cree que esta

ocurriendo. Analiza todas las pautas e s t a d í s t i c a s que cree e n c o m i o

en sus anotaciones, pero nunca pide a nadie que le explique el

juego. No sabe c u á l es su objeto, c u á l e s son las distintas posiciones

d el equipo y qué c o s a s carecen de importancia, c o m o una pelea a

p u ñ e t a z o s que se haya desarrol lado entre dos jugadores. Usted deacube toda clases de actividades, pero no el partido de f ú t b o l .

19. L a i n c l u s i ó n de la lengua dentro de la c u l t u r a no se acepta debido a la

considerable a u t o n o m í a que exhiben las lenguas —por lo menos en los sistemasf o n o l ó g i c o s , m o r f o l ó g i c o s y s i n t á c t i c o s — con respecto a las otras partes de la

c u l t u r a . Los sistemas de etiqueta, las creencias religiosas, la t e c n o l o g í a y la

o r g a n i z a c i ó n familiar presentan todos ellos sim ilar es grados de a u t o n o m í a , por

no decir ciada de los j uegos.

196

y ocupaciones; pero todas estas cosas son unidades significativas

en el complicado juego de v i v i r . No podemos contarlas si no las reco

nocemos; y antes de poder reconocerlas tenemos que saber las reglas

y las normas del juego. Para hacer afirmaciones que predigan elcomportamiento, primero necesitamos saber de q u é . c u l t u r a es ma

n i f e s t a c i ó n dicho comportamiento.

E L CONT E NI DO DE LA C U L T U R A

Esperamos que el conteni do de la cultur a presente un claro pa

ralelo con el contenido del lenguaje, siendo un lenguaje en sí mismo

una clase de sistema c u l t u r a l . Vimos c ó m o los estudiosos del len

guaje se han concentrado sobre las formas del habla ( f o n o l o g í a y

m o r f o l o g í a ) y sobre los princi pios que los ordenan en actuacionesl i n g ü í s t i c a s intel igibl es (sin taxi s). Han dedicado much a menos aten

c i ó n al contenido de los sistemas s e m á n t i c o y s i m b ó l i c o . Esta con

c e n t r a c i ó n ha sido una consecuencia de tomar el compo rta mien to

p o r el objeto de estudio. Tal é n f a s i s hace natu ral centrarse sobre

l a m o r f o l o g í a y la sintaxis del comportamiento l i n g ü í s t i c o y no en la

m o r f o l o g í a y el orden cognoscitivo de los f e n ó m e n o s no-de-comporta

mien to asociados. Pero al conside rar el contenido de la cul tur a,

debemos tener en cuenta todo el abanico de f e n ó m e n o s —tanto del

comportamiento como no del compor tamie nto— que form an parte de

la experiencia humana y que son objeto de aprendizaje. Con toda se

guridad, existen otras clases de comportamiento distintos del l i n -

g ü í s t i c o que t a m b i é n tienen m o r f o l o g í a , sintaxis y significado, como'

e s t á n demostrando los a n t r o p ó l o g o s , 2 0 pero en una perspectiva más

amplia que nosotros debemos adoptar, descubriremos que la culturacontiene otros rasgos, a d e m á s de los observados en el lenguaje.

Viendo la cultura como un producto del aprendizaje humano, una

20. Por ejempl o, v é a s e Birdwhistell (1953, 1970), M. Goodenough (1965), H a l l

(1959), Keesing (1970a) y Metzger y Williams (1963). V é a s e t a m b i é n T u r n e

(1967. 1969).

197

 

v i / , r e s u m í su contenido como sigue (Goodenough, 1963, pags259):

1. Las formas en que la gente ha organizado sus experiencias

de l mundo real de tal manera que tenga una estruc tura como

mundo f e n o m é n i c o de formas, es decir, sus percepciones y con-

ceptos.

2. Las formas en que la gente ha organizado sus experienciasde l mundo f e n o m é n i c o de tal forma que tenga estructura como

u n sistema de relaciones de causa efecto, es decir, las proposicio-

nes y creencias mediante las cuales explican los acontecimientos

Las combinaciones de estas c a t e g o r í a s —de esta forma i o n estecolor, por ejemplo— definen otras c a t e g o r í a s de nuestro c a t á l o g o d<

formas, tales como harina de avena, barcos y rosas. T a m b i é n c a l igo i izamos los sistemas en que las cosas que distinguimos parecenestar mutu ament e dispuestas, y los sistemas en que pueden l i a n ,formars e cuando cambi an sus mutuas disposiciones.

Tales c a t e g o r í a s distintas de los f e n ó m e n o s y de los procesos son

formas conceptuales o ideales. Se distinguen como formas por todo

lo que nos permi te dist ing uir nuestra experiencia de una a otra, es

decir, por un conjunto de rasgos distintivos. Ya hemos visto esto en

r e l a c i ó n con el lenguaje, cuyos rasgos distintivo s son las variable,

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 98/125

y planean t á c t i c a s para llevar a cabo sus p r o p ó s i t o s .3. La forma en que la gente ha organizado sus experiencias

de l mundo f e n o m é n i c o para estructurar sus diversas disposiciones

en j e r a r q u í a s de preferencias, es decir, sus sistemas de valores

o de sentimientos. Estos proporcionan los principios para selec-cionar y establecer p r o p ó s i t o s y para mantenerse conscientemente

orientado en un mundo f e nomé ni c o cambiante.

4. La forma en que la gente ha organizado sus experiencias de

lo s pasados esfuerzos de realizar p r o p ó s i t o s repetidos en proce-

deres operativos para realizar sus p r o p ó s i t o s en el futuro, es

decir, el conjunto de «pr i nc i p i os g ra ma t i c a l e s» de la a c c i ón y una

serie de recetas para realizar fines concretos. Incluyen los proce-

deres operativos para tratar con las personas así como para tratar

co n las cosas materiales. La cultura, pues, consta de normas para

decidir lo que es, normas para decidi r lo que puede ser, normas

para decidir lo que no siente, normas para decid ir qué hacer y

normas para decidir c ó m o hacerlo.

E l anterior resumen sirve ú n i c a m e n t e como punto de partida. No

menciona el lenguaje ni las reglas y las obligaci ones sociales. Nada

dice de las costumbr es e instituc iones. Pero el é n f a s i s puesto sobre

las normas nos s e ñ a l a la d i r e c c i ó n que deseamos seguir. Procedere-

mos, pues, a considerar estos asuntos con má s detalle en los siguien-

tes apartados: formas, proposi ciones, creencias, valores , reglas y va

lores p ú b l i c o s , recetas, rutinas y costumbres, sistemas de costumbres,

y significado y f u n c i ó n .

Formas

Nadie puede tratar cada experiencia sensorial m o m e n t á n e a como

si fuera ú n i c a , pues en ese caso la experiencia pasada no s e r í a de

ninguna u t i l i d a d para tratar con el presente. Por necesidad, las peísonas tratan las experiencias presentes como antiguas, distinguiendo

entre ellas en la medida en que encuentren ú t i l e s tales distinciones.

L a for ma humana de aproximarse a la experiencia es c a t e g ó r i c a .Por tanto, para la o r g a n i z a c i ó n de la experiencia de cada i n d i -

viduo es fundamental un c a t á l o g o de formas o c a t e g o r í a s formales

que ha aprendid o a dis tin gui r directament e con sus sentidos. Exist en

c a t e g o r í a s de color, c a t e g o r í a s de forma, c a t e g o r í a s de g u s t o , e t c é t e r a

198

perceptibles por las que una forma l i n g ü í s t i c a se distingue como

t a l de otra. Es más di f í c i l encont rar ejemplos procedentes de otros

aspectos de la cul tur a porque los esfuerzos por lograr descripciones

é m i c a s de las formas culturales aún son en gran medida explora-torios. 21

U n a c u e s t i ó n importante se refiere a la medida en que la selec-

c i ó n de rasgos distintos e s t á determinada por propiedades b i o l ó g i c a -mente construidas de nuestro equipamiento sensorial en contrapo-

s i c i ó n a la medida en que tal s e l e c c i ó n es fruto del azar. El mundo

real parece estar lleno de toda clase de discontinuidades que nada

tienen que ver con nuestra r e l a c i ó n sensorial con ellas. Nuestro equi-

pamiento sensorial t a m b i é n tiene discontinuidades, de forma que, en

el mejor de los casos, s ó l o puede servir de f i l t r o . Debemos suponer,

p o r tanto, que existen algunas clases de distinciones que los hombres

hacen casi inevitablemente, que perciben como contrastes llamativos,

mientras que otras distinciones s ó l o pueden hacerse con d i f i c u l t a d o

no pueden hacerse en absoluto. Entre ambos extremos existen mu-

chas distinciones que los hombres pueden hacer f á c i l m e n t e , pero

que no se m o l e s t a r í a n en hacer si no hubiera una r a z ó n para pres-

tarles a t e n c i ó n o para desarrol lar la habilidad de hacerlas.

Resulta in str uct ivo lo que aprendemos sobre las c a t e g o r í a s del

color. Parece que todos l os hombres, al margen de las diferenc ias

culturales, se inclinan a hacer determinadas distinciones « b á s i c a s »de colo r, tengan o no palabras en sus lenguas que reflej en estasdistinciones. Con el vocabulario del color, a d e m á s , existe un deter-

minado orden de e l a b o r a c i ó n de las distinciones para las que existen

distintos nombres ( B e r l í n y Kay, 1969). La d i s t i n c i ó n b á s i c a es e n t r a

blanco y negro (u oscuridad y luz); a c o n t i n u a c i ó n se a ñ a d e el r o j o ,

luego el verde y el amarillo (no importa su orden), luego el azul,

seguido del m a r r ó n , y por ú l t i m o (en cualquier orden) p ú r p u r a , rosa,

naranja y gris. A d e m á s , si el rojo (o cualquier otro color) es la Únit lc a t e g o r í a verbal aparte del blanco y el n e g r o , de el punto focal da

referenci a para lo que verdaderamente es má s rojo en la tabla de

colores permanece muy constante a t r a v é s de las distintas culturas

21. E l t é r m i n o "etnocien cia" se usa frecuentemente con referenc ia a este

trabajo exploratorio. E l lector interesado debe remitirse a Romny y D'Aiuliadc

(1964), T y l e r (1969), B e r l í n y Ka y (1969) y Wither spoon (1971).

 

V lenguas. lista constancia m u l t i c u l t u r a l del punto local se da l.mibien para otros t é r m i n o s de los colores. Lo que v a r í a es el | In

de variaciones del punto foca l que abarca el t é r m i n o que designa a

u n color.

Como t a m b i é n muestra el estudio de las c a t e g o r í a s del c o l o i , la

gente no representa en el vocabu lario de su lengua todas las di sc r i -

minaciones que puede hacer o que de hecho hace. Existen muchajcosas familiares en el medio ambiente de cada uno de nosotros,

p o r ejemplo, las cosas que reconocemos inmediatamente al encon-

trarlas y, en algunos casos, a las que asociamos d ist int os sentimien-

tos, pero para las cuales no tenemos nombres. Las flores silvestres

m i s m o vocabulario. I'or l a n í o , la d e f i n i c i ó n di- estas formas puede

d e i i v a i s e de o l í a s lormas que en un sentido l óg i co o s i s t e m á t i c o

so n má s fundamentales o p r i m i t i v a s . Pero a lgunas formas r e p r e s e n

l a d a s en el vocabulario no pueden definirse de esta manera. L os

rasgos distintivos mediante los cuales se dist inguen solamente pueden

indicarse mediante d e m o s t r a c i ó n . Una vez han sido definidas estas

lormas primitivas mediante ejemplos, las otras formas pueden defl

nirse en t é r m i n o s de diversas combinaciones de formas p r i m i t i v a s ,

como se representan en la m a n i p u l a c i ó n verbal. Una d e s c r i p c i ó n s i s

t e m á t i c a de una cultura d e b e r í a empezar adecuadamente por estas

formas primitivas y luego utili zarl as como puntos de referencia para

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 99/125

constituyen un ejemplo evidente de cosas que para la mayor parte

de los americanos urbanos carecen de nombres e s p e c í f i c o s y, aunque

reconozcan diferencias entre ellas, tienen que amontonarlas bajo la

extensa etiqueta de « f l o r e s » . Refinamos nuestras c a t e g o r í a s de nom-

bres de lo que perci bimos en la medida en que sirve a nuest ros

intereses. Igualmente sucede con las personas. Aprendemos los nom-

bres propios de las personas que son importa ntes y los rec ordamos

mientras esas personas c o n t i n ú a n siendo important es para nosotros

de alguna fo rma. A otras no las catalogamos p or separado e i n d i v i -

dualmente; las amontonamos en clases má s amplias de etiquetas

é t n i c a s , regionales, nacionales y raciales.

U n a lengua, pues, proporciona un conjunto de formas que consti-

tuyen un c ó d i g o para las otras formas cultura les. Al represent ar el

mismo n ú m e r o de formas que somos capaces de distinguir mediante

u n n ú m e r o de palabras más l i m i t a d o de nuestra lengua, reducimos

las formas percibidas de nuestra experiencia a un conjunto más

amplio de c a t e g o r í a s codificadas (como percibi mos más colores de

lo s nombre s que tenemos para nombr arlo s). Las palabras y las

frases almacenadas que utili zamos denotan mu cho menos que el

abanico total de formas que podemos dist ing uir y hasta hablar de

ellas; pero las c a t e g o r í a s formales que designan sirven como puntos

f i j os de referencia en el c a t á l o g o de formas con las que noso tros

operamos.

E l repetido uso de estas palabras nos permite aproximarnos a un

consensus con respecto al abanico de formas que pueden denotar . Tal

es el caso de las formas que hemos llegado a dist ing uir en el C U r S O

de nuestra experiencia i n d i v i d u a l , pero sobre las que no estamos

preparado s pa ra hablar, y que tienden a permanecer como entidades

privadas, mundos subjetivos, que en algunos casos pueden ser muy

importantes en nuestras vidas emocionales, como revela el a n á l i s i s psi

q u i á t r i c o , pero que tenemos gran d i f i c u l t a d en objetivar ante nosotrosm i pm os. 22

Muchas de las formas que e s t á n codificadas en el vocabulario de

la lengua pueden describirse o definirse mediante otras palabras de l

22. L a exper ienci a de la primera infanc ia juega un importante n-l en psu <»

terapia, presumiblemente porque data de una é p o c a en que el a p r e n d í / . u < - d< la

lengua t o d a v í a es incompleto y la gente aú n no puede objetiva i < i r cx|>ciicn

cias ante sí mi sma y, por tanto, tratarla s de forma racional

200

describir las formas más complejas derivadas de las distintas com-

binaciones. Esta a p r o x i m a c i ó n es la que tienen presente los antro-

p ó l o g o s cuando hablan de describir una cultura «en sus propios t é r -

m i n o s » y en los de la e t n o g r a f í a é m i c a .

N o obstante, la l ó g i c a de la d e s c r i p c i ó n , no recapitula la onto-

genia del aprendizaje. Una g r a m á t i c a descriptiva de una lengua, por

ejemplo, que desarrolle paso a paso su r e l a c i ó n de forma tan l ó g i c a

como sea posible, no presenta los pasos mediante los cuales la

gente que aprende la lengua en la infancia llega a una c o m p r e n s i ó n

de su g r a m á t i c a . Normal mente aprendemos las formas cult urales

de manera gradual, a t r a v é s de una serie de sucesivas fases y r e f i -

namientos de la c o m p r e n s i ó n , observando c ó m o responde la gente

selectivamente, tanto verbal como no verbalmente. El vocabulario

de su lengua, desde luego, proporciona una lista confeccionada de las

distintas respuestas. Es impre sci ndib le aprender la lengua —es decir,

aprender a u t i l i z a r su vocab ulari o de forma aceptable— para apren-

der las formas culturales que su vocabulario codifica. Por esta r a z ó n ,l o s a n t r o p ó l o g o s ponen el é n f a s i s en la import ancia de aprender la

lengua l o c a l en los estudios e t n o g r á f i c o s . Por supuesto, aprender

la lengua no es el ú n i c o medio para aprender las formas culturales.

T a m b i é n es esencial la a t e n c i ó n al comportamiento no verbal. Pero,

dada la import anc ia del lenguaje para aprender las formas de una

cultura, la s e m á n t i c a descriptiva e s t á jugando un papel cada vez

m á s importante en la d e s c r i p c i ó n c u l t u r a l . 23

L os estudios de s e m á n t i c a revelan que las formas culturales de-

signadas por las palabras tienen una o r g a n i z a c i ó n s i s t e m á t i c a en v i r -

t u d de los sistemas en que se contrastan unas con otras. Cuando

hablamos de r o j o , azul y m a r r ó n , por ejemplo, nos referimos a cate-

g o r í a s perceptivas que se mantienen en inmediato contraste unas

c o n otras. Junto con todas las d e m á s c a t e g o r í a s que t a m b i é n se man-

tienen en inmedi ato contraste con ellas, constituyen un dominio se-mántico, en este caso el domin io designado por la palabr a color. Las

c a t e g o r í a s perceptivas representadas por las palabras dulce y agrio

contrastan con todas las d e m á s del dominio que denominamos gusto,

23 . Una buena s e l e c c i ó n de lecturas sobre los progreso s en esta zona | |

proporciona T y l e r (1969). V é a s e t a m b i é n B u r l i n g (1970), Hammcl (1965) y B u c h l c i

y Selby (1968).

201

 

pero no contrasta n dir ectamente con rojo y azul. En respuesta a la

pregunta « ¿ E s r o j o ? » , no se responde «No , es a g r i o » . Pero los dos

dominios que designamos como color y gusto contrastan dire< lamente

en un n i v e l más general como c a t e g o r í a s má s amplias de mus ti a expc

rienda sensorial. Las formas conceptuales representadas por patín-

y tío pertenecen, de manera similar, al domin io de las relaciones

de parentesco. No presentan un contraste direc to con las c a t e g o r í a s

representadas por amigo y enemigo, pero se subsumen con estas d l t l

mas en un n i v e l más alto como partes del domin io má s extenso de ¡ai

relaciones sociales. Como muestran estos ejemplos, algunos domlnios se designan mediante t é r m i n o s de cobertura e s p e c í f i c o s , comocolor y gusto, mientras que otros no. No tenemos palabra en i n g l é s

t e s » b i o l ó g i c a s y p s i c o l ó g i c a s que caracterizan al boi nbie en i uai i lu

especie.

L a c o d i f i c a c i ó n de las relaciones, así como de las formas en el

lenguaje, nos permite utilizar el lenguaje pa ra expresar , y poi l a n í o

para objetivar ante nosotros mismos, las relaciones que distinguimos

entre las formas. En otras palabras, nos permite exponer proposicio

ne s como A es una especie de B, X toca a Z, etc. Unas p r o p o s ñ iones

se basan en nues tra exper ienci a de las relaciones , y otras no, pefO

la capacidad de form ula r proposiciones nos perm ite razonar median

te a n a l o g í a s . Al sustituir una c a t e g o r í a codificada por otra, en di .

tintas proposiciones, podemos imaginar nuevas disposiciones de loi

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 100/125

para aquel del que son constituyentes inmediatos las c a t e g o r í a s

enemigos y amigo. Las formas s e m á n t i c a s y afines de a n á l i s i s nos

permiten d i v i d i r las palabras que usa la gente y las formas cult ural es

que designan s e g ú n sus respectivos domin ios y subdomi nios. De

esta manera se ponen de manifiesto las j e r a r q u í a s de contrastes en

que se ordenan. Estas j e r a r q u í a s se parecen a las j e r a r q u í a s t a x o n ó -

micas de la b i o l o g í a , que son en sí mismas ejempl os autoconsciente-

mente creados del tipo de orden formal sobre el que hemos estado

hablando. Esta clase de orden parece estar presente en el contenido

formal de todas las culturas.

Tales ó r d e n e s j e r á r q u i c o s o t a x o n ó m i c o s van en parte e x p l í c i t o s y

en parte i m p l í c i t o s en las pautas de contraste ent re las formas para

las que hay palabras y expresiones. Tal o r d e n a c i ó n de las formas

culturales no siempre va ni siquiera i m p l í c i t a en las pautas de con

traste que descubre el a n á l i s i s s e m á n t i c o del comportamiento verbal,

pero aparece revelada por un a n á l i s i s similar del comportam iento no

verbal ( B e r l í n , Breedlove y Raven, 1968).

E l a n á l i s i s s e m á n t i c o revela otras pautas de o r g a n i z a c i ó n a d e m á s

de las j e r á r q u i c a s . Se tratan en los trabajos ya mencionados en la

nota 23 y no necesitamos detenernos má s en ellas.

Proposiciones

N o s ó l o distinguimos las formas, sino que distinguimos diversal

relaciones entre las formas: relaciones espaciales, relaciones temporales, relaciones s e m á n t i c a s y s i m b ó l i c a s , relaciones de i n c l u s i ó n , < \

c l u s i ó n , y subsidiariamente relaciones instrumentales, e t c é t e r a . Abo

ra no nos preocupan las controversias sobre la medida de la capacidad

individual para pe rci bir relaciones mediante los tests de inteligent laL o que nos interesa es el uso de las formas del lenguaje para desig

nar las distintas c a t e g o r í a s de relaciones que la gente aprende a

discernir. Las clases de relaciones designadas parecen ser llamativa

mente similar es de una lengua a otra, a pesar del distinto léxico 0

dispositivos gramaticales empleados. Esta s i m i l i t u d es una cuestimp or tante en lo que se refie re a nuestra capacidad para tra din u d<

una lengua a otra. Esto sugiere muchas cosas acerca de las « c o n s t a n

202

mas por a n a l o g í a con las antiguas, disposiciones que en absoluto

hemos experimentado directamente, como cuando pasamos de la

experiencia con flores p ú r p u r a s y sombreros p ú r p u r a s a imaginai

la experiencia de vacas p ú r p u r a s . De este modo llegamos a concebirnuevas formas q ue no hemos perci bido , sino que hemos c onstr uido

mediante la m a n i p u l a c i ó n de formas ya codificadas. Estas formas

construidas o construcciones mentales puede que resulten tener

alguna cont rapa rti da en la experiencia poster ior —de hecho pueden

i n f l u i r la experiencia pos terior— o bien, como los fantasmas y el

é t e r de la f í s i c a del siglo diecinueve, pueden seguir siendo cosas cuya

existencia postulamos , per o que nunca observamos direct amente .

D e l mismo modo, tal m a n i p u l a c i ó n de las proposiciones nos per

mite anticipar el futuro, es decir, describir acontecimientos que toda

v ía no han oc urri do y que pertenecen a la f a n t a s í a . No podemos f o r -

mular p r o p ó s i t o s y metas má s que en la medida en que an ticipa mos

el futuro, y podemos anti cip ar mucho, excepto en la medid a en que

somos capaces de imaginar las cosas. El proceso de c o d i f i c a c i ó n l i n -

g ü í s t i c a y m a n i p u l a c i ó n verbal que nos capacita para definir pro

p ó s i t o s complicados y de largo alcance t a m b i é n nos conduce a llenar

nuestro mundo con productos de nuestras i m a g i n a c i ó n . Este poder,

que pro por cion a el lenguaje como codifi cador objeti vo de la expe

riencia y al mismo tiempo como c á l c u l o para manejarlo imaginativa

mente, es el principal factor responsable de la comp leji dad de las

culturas humanas y de la creciente complejidad y poder del conoci

miento humano, el f e n ó m e n o que tanto i n t r i g ó a los t e ó r i c o s de la

e v o l u c i ó n cultural del siglo xix . Como ha demost rado la ciencia-fic

c i ó n , lo que imaginamos hoy suele realizarse m a ñ a n a .

L a capacidad del hombre para imagi nar —y a t r a v é s de la imagi

n a c i ó n , conjurar el futuro y hacer planes sobre é l— da lugar a la

necesidad de valora r lo que se imagina con respecto a la pro bab ili dad

o pos ibi lid ad de que se realice. Tal v a l o r a c i ó n adopta dos formas,

l i n a valora el proceso del razonamiento —la l ó g i c a — mediante el

cual se han traza do las deducciones ima ginadas. E l ot ro valora la

coherencia de la d e d u c c i ó n con la experiencia anterior. Todas las

personas hacen ambos tipos de v a l o r a c i ó n , a despecho de las d iff l

rencias personales en cuanto a la facilidad con que las hagan. La

periencia de los a n t r o p ó l o g o s no conduce a otra c o n c l u s i ó n . Por tanto,

todos los pueblos tienen normas de l ó g i c a de a l g ú n tipo (tanto si las

 

hacen o no objeto de la a t e n c i ó n consciente) y t a m b i é n tienen ROI

n i . r . e m p í r i c a s para la v a l o r a c i ó n de la validez de las proposu i o n e s

N o se ha investigado la medida en que estas normas difieren 1 11

las distintas culturas. Los a n t r o p ó l o g o s que han aprendido la lengua

l oca l hasta u t i l i z a r l a con f ac i l i dad y que han descubierto las proposiciones que son localmente aceptadas como a x i o m á t i c a s , informan

que la manera en que razonan otros pueblos y los puntos en que

se enzarzan discusiones les parecen razonables. C o n s i d é r e s e , por

ejemplo, el siguiente comentario de un marino micronesio, d e f e n d í , n

d o su creencia de que el sol gira alrededor de la tierra (Girschnei,

1913 , pág. 173).

p in an a la aparente c o n t r a d i c c i ó n . Por ejemplo , si alguien nos cuentaalgo contr ari o a nuestras creencias, suponemos que e s t á mintiendo

<- mal informado. Cuando nosotros hemos experimentado algo que

110 encaja con nuestras creencias, podemos suponer q ue fue una

di i ion. Un supuesto normal es que las proposiciones contradn lorias

pertenezcan a di stin tos dominios de la realidad y, por tanto, no

.n i mutuamente contradictor ias. Así, muchas personas de T r u k han

dc i i d ido que existen dos clases de enfermedades, un tipo general p a t a

el que la medicina occidental es efectiva y un tipo l o c a l del p a í s

de T r u k que exige recurrir a la medicina t r u k tradicional.

Cuanto má s segrega la gente sus experiencias en dominios inde-

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 101/125

Me doy perfecta cuenta de que los extranjeros sostienen que

la tierra se mueve y el sol permanece quieto, como alguien nosha dicho; pero esto no podemos creerlo, pues ¿ c ó m o p o d r í a suce-

der entonces que por la m a ñ a n a y por la tarde el sol queme conmenos calor que durante el d í a ? Tiene que ser porque el sol seha enfriado cuando emerge del agua y hacia el atardecer cuando

t a m b i é n se acerca al agua. Y a d e m á s , ¿ c ó m o s e r í a posible que elso l estuviera quieto cuando incluso nosotros podemos observar

que en el curso del año cambio de pos i c ión con r e l ac ión a lasestrellas?

Creencias

Las anteriores consideraciones nos llevan de las proposiciones a

las creencias, es decir, a las proposiciones que se aceptan como cier-

tas. No obstante, tal a c e p t a c i ó n , no se basa tan s ó l o en la l óg i ca y

en las consideraciones e m p í r i c a s . El hecho de que la gente sostengalo que nosotros consideramos una creencia extravagante por r a z ó n e l

que nosotros encontramos e m p í r i c a y l ó g i c a m e n t e inaceptables no

significa que en consecuencia ellos sean « p r e l ó g i c o s » o « i n f a n t i l e s » de

mentalidad. Aceptar una p r o p o s i c i ó n como cierta consiste simple

mente en valorarla de una forma. Puede valorarse por razones empi

ricas o l ó g i c a s , o bien puede valorarse por una diversidad de ra/<>

nes sociales y emocionales. Así, una creencia puede ser sostenida 1

pesar de la evidencia e m p í r i c a contraria por razones que no tienennada que ver con su u t i l i d a d para predeci r. No necesitamos ir más

lejos del c í r c u l o de nuestra propia f a m i l i a y amigos para demos

trarlo.

Incluso la coherencia l ó g i c a y e m p í r i c a tiene su lado emocional,

como si alguna clase de « i m p u l s o » irracional impeliera a los hombies

a buscar la coherencia. Pues, cuando la experiencia conduce a acept a r como p r o p o s i c i ó n verdadera lo que parece incoherente t o n l«>

que ya c r e í a , se sienten molestos. Cualquiera que sean las razones p a i .1

e l l o , la gente parece impulsada a inte ntar resolver de alguna manera

la disonancia cognoscitiva resultante, como la denominan los psicoa

nalistas (Festinger, 1957). B á s i c a m e n t e , la t é c n i c a de r e s o l u c i ó n con-

siste en postular una p r o p o s i c i ó n adicional que, si es verdadera. • \

204

pendientes, mayor es el n ú m e r o de estrategias para la a c c i ó n que

puede desarrollar. Cuanto más amplio es el abanico de situaciones

a que parece aplicable una estrategia, más f ác i l e s resultan de afron-

ta r los problemas dia rios . Resulta muy atracti vo un postulado queune dominios de la experiencia en otro caso separados, haciendo

posible comprenderlos todos en los mismos t é r m i n o s . La c o n s t r u c c i ó n

de la t e o r í a c i e n t í f i c a consiste, por supuesto, en hacer tales postu-

lados. Pero t a m b i é n es, en todas partes, una c a r a c t e r í s t i c a del pro-

ceso intelectual humano.

Resulta fundamental la c o n s t r u c c i ó n de postulados que raciona-

l i z an la experiencia, aclarando sus incoherencias y uniendo dominios

de c a t e g o r í a s más amplias, para que tenga lugar un aprendizaje com-

plejo. Al cons tru ir muchos hechos aislados como derivados de uno

fundamental, la gente tiene la posibilidad de manejar más hechos.

Cuando sabemos el « f u n d a m e n t o de la c o s a » , nos convertimos en

s e ñ o r e s de una gran masa de cosas de otra forma discordes y una

ú n i c a estrategia global resulta aplicable a un amplio campo de f enó

menos. Como consecuencia de esta clase de r a c i o n a l i z a c i ó n humana,

las creencias tienden a ser ordenadas en sistemas coherentes e inter-

namente consistentes. Algunas de las creencias concretas de estos sis-

temas e s t á n enraizadas en la experiencia diaria y aparecen como

verdades autoevidentes. Otras son deducciones l ó g i c a m e n t e consis-

tentes con ellas. Otras aún son postulados que int egran las verdades

autoevidentes y las verdades deducidas para que parezcan ser conse-

cuencia l ó g i c a de los postulados. Estas otras proposiciones que se

siguen l ó g i c a m e n t e de los postulados unificados son t a m b i é n verda-

des plausibles.

T ó m e s e como ejemplo la experiencia humana normal de que las

cosas desagradables nos ocurren cuando nuestras acciones han ofen-

dido a nuestros c o m p a ñ e r o s y que mostrar c o n t r i c c i ó n y e x p i a c i ó n

lo s predispone de nuevo a nuestro favor. Estas observaciones y lasproposiciones que se siguen de ellas proporc iona n una estrategia

para mitigar los castigos que en otro caso t e n d r í a m o s que soportar

T a m b i é n sufrimos muchas otras molestias, muchas veces por razo-

nes que no podemos percibir con f ac i l i dad . Si postulamos la e x i l

tencia de seres invisibles que f á c i l m e n t e se ofenden, entonces pode-

mos entender por regla general la desgracia como castigo a las ofan

las hechas a otros, y podemos ampliar nuestra estrategia de con

 

u n c i ó n y expiación a una técnica que sirva para toda cía d< i

p l a c í a s . Nos incl inamos a aceptar tales postulados unif icadores como

ciertos, porque parecen aclarar muchas cosas. Nos negamos .» p i

en duda su verdad debido al desorden cognoscit ivo que se seguiríade nuestra falla de creencia.

Hay otras cosas que t ambién predisponen a la gente a de t e rm l

nadas creencias. La mayor experiencia y sabiduría de los ancianos,

donde las condiciones de vida son relativamen te estables, concede

autoridad y credibilidad a las creencias que manifiestan. Actuar con-

tra sus consejos lleva, con demasiada frecuencia, al fracaso. Algunas

creencias se autodemuest ran en que, creyendo que algo es cierto,

la gente ac túa de tal forma que hace sus experiencias futuras con-

Hasta ahora nos hemos centrado en las proposi< ion< que I I . van

a una persona a aceptar una proposic ión como verdadera sin ronslderar las creencias de los otros. Evidentemente, debemos disimjmu

entre la proposic ión que una persona concibe privadamente DOMO

cierta y aquella en la que ac túa como si fuera c ier ta. Podemos u<

garnos a comer toma tes, por ejemplo, diciendo que son venenosos

(como parec ían creer nuestros antepasados europeos no muy lejano.)

sin estar en absoluto convencidos de que en realidad lo sean. O, cuan-

do estamos enfermos, podemos tomar una medicina respetuosamen-

te como ha sido prescrita, aunque en privado dudemos de que

verdaderamente importe, exactamente igual que podemos r e / a i pl

diendo l l u v i a con muy pocas esperanzas de que sirva para algo

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 102/125

sistentes con sus creencias. El paranoico, por ejemplo, que cree que

la gente le es hostil, ac túa sobre esta creencia de tal forma que in-

vita a la hostilidad. Las creencias sobre el carác ter y los motivos

humanos y sobre la hechicería y la brujer ía suelen funcionar por

tales sistemas aut odemostrat ivos. Las proposiciones que proporcio-

nan gratificaciones emocionales t ambién invitan a creerlas. Muchas

creencias religiosas funcionan de esta forma, como t ambién mu-

chas creencias sobre las personas y su naturaleza. Por ejemplo, si

por una parte decimos que todo el mundo, en cuanto seres huma-

nos, merece ciert as consideraciones y si, al mismo ti empo, rehusa-

mos mostrar tales consideraciones a algunas categorías concretas de

personas, afrontamos el problema de ser culpables de violar nues-

tros propios principios. Pero si creemos que aquellos cuya humani -

dad despreciamos con nuestra conducta no son, después de todo,

completamente humanos, «no hace mucho todavía que han bajado

de los árboles» o algo por el estilo, podemos tranquilizar nuestras

conciencias. Si la creencia fuera distinta, t endríamos que afrontar

nuestra culpa.

Los factores sentimentales que comprometen a los hombres con

la verdad de las proposiciones concretas nos conducen al reino dé

los valores, que se t r a t a rá a c o n t i n u a c i ó n . Pero es preciso mencio

nar una cosa. Los fundamentos emocionales del compromiso con

cualquier proposic ión varían evidentemente de un individuo a Otro.

En el caso de algunas proposiciones, los factores emocionales ptM

den ser ampli amente compart idos a consecuencia de los problemas

comunes que plantea la experiencia c o m ú n , tales como los proble-

mas de culpabilidad a que antes nos hemos referido. Pero en ( I

caso de otras proposiciones, su valor emocional puede ser muy va

riado, de tal forma que afecten con fuerza a unos y signifiquen

poco para otros. Es importante para el sentido de comunidad, sin

embargo, la tendencia Romana a sistematizar las creencias en elcurso de racionalizar la experiencia, de tal forma que en todas las

culturas las creencias tienden a estar ordenadas en sistemas. Los

individuos pueden variar mucho en su compromiso personal con la

verdad de las proposiciones individuales dentro de un sistema de

creencias y, no obstante, compart ir un compromiso común con el

sistema como tal y con sus proposiciones centrales.

206

Muchas veces actuamos como si sostuviéramos determinadas pro

posiciones como cier tas porque pensamos que otros las creen y OS

peran de nosotros que actuemos en consecuencia. Hay veces, desde

luego, en que una convicción fuertemente sostenida en privado nos

c onduc i r í a a actuar de forma cont rar ia a lo que esperan nuestros

c ompa ñe ros y en contra de lo que sabemos que ellos creen. Pero lo

que importa para la inte racc ión social coordinada y la mutua com-

pre ns i ón no consiste necesariamente en un compromiso personal

c o m ú n con la verdad de cualquier conjunto concreto de proposicio-

nes —aunque tal compromiso c omún puede ser esencial para coope-

r a r en algunas clases de e m p e ñ o— , sino el conocimiento por parte

de todos de las proposiciones en nombre de las cuales se predican

las acciones y una aceptac ión común de estas proposiciones como

fundamento para la a c c i ó n . Cuando citamos proposiciones para jus-

tificar nuestros actos, las estamos t ratando como si fueran ciertas,

sin tener en cuenta nuestras convicciones personales.

Debemos distinguir, por tanto, entre creencias personales (lasproposiciones que una persona acepta como ciertas independiente-

mente de las creencias de los de má s ) y las creencias declaradas (las

proposiciones que una persona aparenta aceptar como ciertas en su

c ompo r t am i e n t o públ ico y que cita para defender o justificar sus

acciones ante los otros) . Las proposiciones que los miembros de un

grupo acuerdan aceptar como sus creencias comunes declaradas per-

tenecen al grupo de las creencias públicas. Wallace (1961, pág . 41) ha

observado que si «cualquier conjunto de individuos establecen un

sistema de expectativas de comportamiento equivalentes, se produce

la aparic ión de una relación organizada. Tal sistema de mutuas expet

tativas puede ser calificado de contrato implícito... La cultura puede

concebirse como un conjunto de modelos regularizados de tales r e í a

ciones c o n t r a c t u a l e s » . Los padres y los hijos, por ejemplo, no n O C C

sitan creer personalmente lo mismo sobre Santa Claus para disfru-tar juntos de las Navidades, pero deben tener comprensiones equl

valentes de lo que son las creencias públ icas con que se juega el

juego de las Navidades y de lo que debe hacerse para darles apa

riencia de verdad.

20 /

 

Valores

E n la experiencia humana cada forma va asociada de alguna nía

ñ e r a con otras formas. Todos los objetos, personas, p r á c t i c a s y acoíltecimientos del repe rtor io conceptual de formas de una persona

tienen para él, a este respecto, alguna clase de significado asociativo

o s i m b ó l i c o . De lo que nos ocupamos a q u í es de las formas en que

la gente asocia las cosas con sus estados sentimentales in terio res y

co n la g r a t i f i c a c i ó n de sus deseos y necesidades sentidas,24 en otras

palabras, en c ó m o la gente valora las cosas.

Como sabemos, la gente no se l i m i t a a valorar unas cosas posi

tivamente y otras de fo rma negativa. Los mismos objetos pueden a

l ienen sentimientos y valores privados similares a los nuestros qu e

estamos positiva y negativamente orientados en el misino si ntidono s procura el sentimiento de que todos s o m o s de la misma ( lase .

Cuando vemos que otros escogen como nosotros e s c o g e r í a m o s en cir-

cunstanci as s imilar es, sentimos que los comprendemos, inclus o po

demos pensar que existe un lazo especial entre nosotros. Tali icn

timientos son una importante c o n t r i b u c i ó n a la solidaridad B O i tal,

el tipo de solidaridad que el s o c i ó l o g o f r a n c é s Emile Durkheim llamo

« m e c á n i c a » por contraste con la « s o l i d a r i d a d o r g á n i c a » , que se basa

en la mut ua dependencia para las gratif icaciones de los deseos, y no

en compartir intereses y sentimientos comunes.

L a experiencia humana, tanto real como imaginaria, e s t á ricamen

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 103/125

la vez gratificarnos y causarnos dolor. Es probable que las personas,

que son los principales agentes de nuestras gratificaciones, sean tam

b i é n las principales agentes de nuestras frustraciones: como sueleocurrir que lo sean los padres para los hijos. Por tanto, nuestros

sentimientos sobre las cosas son ambivalentes y conflictivos. C ó m o

manejar estos conflictos —resolverlos si se puede, v i v i r con ellos si

podemos— constituye una importante p r e o c u p a c i ó n humana. La gen

te los aborda recurriendo a mecanismos p s i c o l ó g i c o s como el des

plazamiento, la p r o y e c c i ó n , la s u b l i m a c i ó n y la f o r m a c i ó n reactiva,

lo que puede conducir a creencias que parecen extravagantes y dan

lugar a costumbres de las que resulta di f í c i l entender c ó m o obtiene

la gente a l g ú n tipo de g r a t i f i c a c i ó n , como son, por ejemplo, los ritos

dolorosos y peligrosos desde el punto de vista m é d i c o . (Todo esto

es'tratado con alguna e x t e n s i ó n en W h i t i n g y C h i l d , 1953, y por Goode

nough, 1963, C a p í t u l o 6.)

L a pauta de repetidas gratificaciones y frustraciones en la rela

c i ó n con las cosas que nos rodean es inevitablemente ú n i c a paracada uno de nosotros. Por tanto, todo el mundo tiene su propio si s

tema de sentimientos personales: las preferencias que g u i a r í a n sus

acciones si se sintiera libre de la s u j e c c i ó n social. Y todo el mundo

tiene el correspondiente conjunto de actitudes privadas o personal,

co n el que valora las cosas. Cuanto más similares sean las condii lo

nes en que crezcan las personas, es más probable que sean similares

sus valores privados, en un sentido general, aunque sigan difiriendo

en gran medida en los detalles. Las personas, en tal caso, experma n

t a r í a n muy aproximadamente las mismas cosas de forma muy l i m l

l a r . Pueden acabar c l a s i f i c á n d o l a s de formas distintas en sus j c ra i

q u í a s de preferencias, pero h a b r á cierto n ú m e r o de cosas que todos

consideren positivamente y otro cierto n ú m e r o de cosas que tO

dos encuentren despreciables. La s e n s a c i ó n de que las otras personas

24. "Por deseos... nos referimos a los estados de cosas deseado., y i> •< i

sidades nos referimos a los medios eficaces para conseguirlos o inanimn lo-.'

(Goodenough, 1963, pá g. 50). V é a s e Mali nowsk i (1944, p ág. 90), que del un l.i

necesidades como las condiciones necesarias y suficientes para l.i supci viven. • i

de l grupo má s bien que como las condiciones suficientes para cons< r«<n i<-

fines deseados (incl uyendo la supervivenci a del grupo cuando .<a un luí di

seado).

208

te diversificada. Junto con esta d i v e r s i f i c a c i ó n va la d i v e r s i f i c a c i ó n

de deseos e intereses. Posi blemente no todos pueden ser satisfechos.

C ó m o llevar al m á x i m o la g r a t i f i c a c i ó n y minimizar la f r u s t r a c i ó n se

convierte en una importante p r e o c u p a c i ó n humana. Esta preocupa-

I no sólo nos conduce a ordenar los deseos e intereses en jerar

q u í a s de preferencias, sino que t a m b i é n conduce a una o r g a n i z a c i ó n

de los recursos para la g r a t i f i c a c i ó n deseada y a una o r g a n i z a c i ó n de

la a. tividad humana con respecto a su u t i l i z a c i ó n . Con la planifica-

< ion la p e n t e maximiza la g r a t i f i c a c i ó n de sus deseos, y minimiza

la s oportunidades de f r u s t r a c i ó n mediante la a c u m u l a c i ó n de recur

s o s y **l ahorro de su consumo.

U n aldeano de Nueva Guinea, por ejemplo, sabe que s ó l o puede

d e j a i pasar un determinado tiempo entre las siembras de los huer

tos si quiere tener un constante abastecimiento de alimentos vege

tales. Sabe c u á n t a comida de más t e n d r á de conseguir con objeto

de apadrinar un festival conmemorativo en honor de su padre di

funto, y i n . . a l a planearlo con cinco o seis a ñ o s de a n t e l a c i ó n . D i s -tribuye su tiempo entre la caza, la c o n s t r u c c i ó n de edificios, el co

mercio y la guerra con sus vecinos s e g ú n le conviene

T al presupuestado!) s ó l o es posible dentro de un entramado de

planes establecidos y sus consiguientes ruti nas. La c a t a l o g a c i ó n or

dena la conducta de gran parte de lo que se hace en cada comunidad

humana. Este tipo de actividades, en las que la gente pasa la mayor

parte de su tiempo, y la s circunstancias en que las desarrollan, cuen

t an , con toda seguridad, s e g ú n el grado en que la p l a n i f i c a c i ó n y la

r u t i n a resulten gratificadoras. Las comunidades humanas v a r í a n en

gran medida a este respecto. Sin embargo, la tendencia a catalogar

y crear ruti nas, en la medida en que hacerlo así compensa, es u n i -

versal. Incluso los reclusos ordenan su vida en forma de rutinas

f i j a s .

Puesto que la catalogación y las rutinas proporcionan una gratif i c a c i ó n de deseos que de otra manera s e r í a n incompatibles, consti

tuyen en sí mismas una fuente de g r a t i f i c a c i ó n . Adquieren nuevo valor

positivo al reducir la incertidumbre de la g r a t i f i c a c i ó n y aumentar

la confianza en las expectativas. A l i v i a n a la gente de tener que adop

tar decisiones a veces di f í c i l e s sobre qué hacer en cada momento y

ayudan a espaciar las actividades de tal forma que maximicen su

209

14. — ir os'\ i I' I H di »i i.rt u\

 

d u . u i . i global combinada. En la medida en que proporcionen esla

clase de gra tifica ciones, la gente v a l o r a r á posit ivamente el estable

< imiento de planes y rut ina s dentro de los cuales puede operai ha

bitualmente.

Reglas y valores públicos

De la misma manera que los planes son necesarios pa ra r e g í d . u

y maximizar las gratificaciones de los deseos en competencia dentro

de cada i n d i v i d u o , t a m b i é n son necesarios para regular la competen

ci a y mutua interferencia entre los distintos individuos cuando bus

derecho privilegiado de B . (El t é r m i n o p r i v i l e g i o suele utilizarse po

pularmente en otro sentido para significar el derecho concedido poralguna autoridad que e s t á autorizada para hacer o cambial las ie

glas, como distinto de derecho « d i v i n o » , « n a t u r a l » o « i n a l i e n a b l e » ,

que esa misma aut ori dad tiene la o b l i g a c i ó n de respetar.) Tanto los

derechos como las obligaciones definen las limitaciones del e o m p o i

tamiento y las prioridades entre las personas con r e l a c i ó n a la gra t i -

f i c a c i ó n de sus deseos. Dentro de los l í m i t e s as í definidos e s t á el

campo del p r i v i l e g i o . A q u í las personas son libres, s e g ú n las reglas,

de hacer lo que deseen sin considerar los deseos de los otros. Un

sistema de reglas sociales consiste b á s i c a m e n t e , pues, en una d e l i

n i c i ó n de derechos y de las correspondientes obligaciones.

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 104/125

c a n s i m u l t á n e a m e n t e llevar a cabo sus respectivos p r o p ó s i t o s . Cuan

d o no se entrometen en el camino de otro, no hay problemas; pero

para la r e a l i z a c i ó n de una g r a n d í s i m a parte de sus deseos más importantes, los hombres dependen de la c o o p e r a c i ó n de los otros.

Muchas veces una persona s ó l o puede conseguir lo que quiere a ex

pensas de otro. Por tanto, cada uno de nosotros siente la necesidad

de restringir y contro lar el comportamiento de los d e m á s y, al mis

m o tiempo, de permanecer tan l i b r e de restricciones y control como

sea posible.

L a s o l u c i ó n de estos intereses comunes en competencia consiste

en planificar las gratificaciones de los deseos a t r a v é s de reglas so

ciales o c ó d i g o s de conducta. Estas reglas determinan c ó m o determi

nadas c a t e g o r í a s de personas pueden actuar en r e l a c i ó n con las otras

distintas c a t e g o r í a s de personas y cosas. Las reglas, con otras pala

bras, especifican qué derechos y privilegios tienen las personas y las

cosas socialmente distrib uidas. Los n i ñ o s americanos son i n t r o d u -

cidos por primera vez en este tipo de o r g a n i z a c i ó n interpersonal enforma de « t u r n o s » . Los a n t r o p ó l o g o s no conocen ninguna comuni

d ad humana que carezca de tales reglas o cuyas relaciones sociales

n o puedan ser analizadas como una d i s t r i b u c i ó n ordenada de den

chos, privilegios y obligaciones entre bien definidas c a t e g o r í a s de

personas. A este respecto, en todas partes, la d i r e c c i ó n de los asun

tos humanos se ordena con referencia a un « c o n t r a t o s o c i a l » de al

guna clase, si podemos tomar prestado el t é r m i n o tan firmementeasociado con la f i l osof í a po l í t i c a de Hobbes, Locke y Rousseau (sobreel tema, v é a s e K e n d a l l , 1968).

Derecho, privilegio y obligación son realmente conceptos é t i c o s

fundamentales para estudiar la cultura de las relaciones social-

L o s a n t r o p ó l o g o s los u t i l i z a n t é c n i c a m e n t e s e g ú n la d e f i n i c i ó n que

les ha dado el t e ó r i c o del derecho Wesley H o h f e l d (1919). En las

relaciones ent re dos pa rtes A y B, lo que A puede dema ndar de B

( s e g ú n las reglas) es el derecho de A o el derecho demanda do de

B y corresponde a la o b l i g a c i ó n de B á A. Lo que A no puede de

mandar de B (el no derecho de A) corresponde con el p r i v i l e g i o o

25. Par a un trata miento de su u t i l i z a c i ó n como instrumentos a n a l í t i c o s ,

v é a s e W. Goodenough (1965) y Kcesing (1970b).

210

L a pauta de prioridades que se manifiesta en una masa de reglas

sociales representa un conjunto de valores. En la medida en que las

personas quieran controlar su conducta de acuerdo con estas reglas,

demuestran la a c e p t a c i ó n de estos valores, al menos en p ú b l i c o .

L os valores que se expresan en un conjunto dado de reglas son,

pues, los valores operativos de quienes los sostienen; y son los va-

lores públicos de cualquier grupo social cuyos miembros consideren

la observancia de estas reglas como un requisito para l a pertenencia

a l grupo. Un i n d i v i d u o puede pertenecer a varios grupos, cada uno

c o n sus propias reglas y los correspondientes valores p ú b l i c o s , como

en el caso de un americano que sea miembro activo de la Iglesia

Metodista, del club de campo l oca l y de la Guardia Nacional. El sis

tema de valores que escoja como sus valores operativos en un de

terminado momento, d e p e n d e r á del grupo que e s t é operando como

grupo de referencia.

Lo s valores p ú b l i c o s de un grupo reflejan de muchas maneras los

sentimiento s y valores personales de sus miemb ros. Pero e s t á ncon

denados a entrar en c o n f l i c t o , al menos en parte, con las preferen

cias personales. Las personas suelen v i o l a r las reglas o tratar de

subvertirlas. Pero no debemos concluir que las exigencias que un

sistema de reglas exige de un i n d i v i d u o en contra de sus preferen

cias privada s le conduzca necesariamente a querer q u i t á r s e l a s de

encima. Pueden ser un inconveniente en algunas ocasiones, pero en

otra s pueden suponer ventajas. Por ejemplo , la incomodidad que un

hombre debe s u f r i r en el p a í s de T r u k y en la Micronesia a causa

de la autoridad de que goza s e g ú n estas reglas el hermano de su

esposa, se compensa con la misma auto ridad de que él goza sobre

el marido de su hermana. Cambiar las reglas para escapar a su

carga es t a m b i é n suprimir una fuente de ventajas. A d e m á s , aunque

nos obliguen a dar a los d e m á s c o m p a ñ e r o s lo que se les debe, nos

protegen de ser frustrados por nuestros c o m p a ñ e r o s cuando perseguimos nuestros propios intereses. Las reglas y los valores p ú b l i c o s

que manifi esta n son en sí mismos valora dos como algo a lo que se

puede apelar. La f r u s t r a c i ó n que una persona sufre por su opera-

t i v i d a d le permite demostrar su r a t i f i c a c i ó n de los mismos, y le con

cede el derecho legal a ejercer sus privilegios y ex ig i r la aquiescen

ci a de los d e m á s . De este modo, el sistema de reglas concede a todo

211

 

i n d i v i d u oun poder sobre sus

c o m p a ñ e r o s ,algo que no e s t á dispuesto

a perder aunque deba pagar un elevadoCOStC

N o obstante, n i n g ú n sistema de reglas hasta ahora ideado c o n

cede a todas las c a t e g o r í a s de personas los mismos derechos y o b l i

gaciones con r e l a c i ó n a todas las d e m á s c a t e g o r í a s . I n t o d a s partes,

l a p o s e s i ó n o por lo menos algunos derechos y privilegios d e p e n d e n

de la concordancia con alguna clase de c u a l i f i c a c l ó n . Existen di fe

rencias naturales de edad, sexo y f u n c i ó n reproductora, tempera-

mento y actitudes intelectuales. Junto con las concomitantes di fe

rencias en habilidad, c o n o c i m i e n t o s , e \ p e i ieu t ia y s a b i d u r í a , bastan

para garan tizar las desigualdades n i la m u t u a dependencia y en el

poder real para realizar o i n t e r f e r i r la g r a t i f i c a c i ó n de los deseos

z a c i ó n ordinaria de las reglas tiende a plantearlas en t é r m i n o s gene-

rales, dejando de lado las consideraciones adicionales que las COmpilcan. A q u í se presentan los mismos problemas que cuando la gente

trata de describir las reglas gramaticales de una lengua.

So n necesarios detallados y cuidadosos a n á l i s i s de las reglas para

obtener los valores que manifiest an. Los proverbios, los m i t o s , las

historias y las f á b u l a s t a m b i é n proporcionan testimon ios sobre los

valores p ú b l i c o s y sobre su a d e c u a c i ó n o falta de a d e c u a c i ó n con lo .

sentimient os priv ados. Por ejemplo, cuando la gente disfruta con-

tando historias sobre h é r o e s embaucadores, cuyas acciones son de-

senfrenadas s e g ú n sus reglas de conducta, suelen estar manifestan-

d o , entre otras cosas, sus sentimientos personales sobre las reglas.

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 105/125

de otro. Tales desigualdades t i e n d . n h . i ee i se mayores en las socie-

dades donde la espet lalizai lón ocupaclonal, y otras, e s t á n altamente

desarrolladas o donde t a m b i é n sirven otros factores para promovercomplicadas pautas de m u í na dependencia. Las desigualdades de

poder real a que conducen estas complejidades tienden a encontrar

e x p r e s i ó n en las reglas sociales, cuya forma inevitablemente e s t á

i n f l u i d a con m a y o i peso poi aquellos que gozan de más poder real.

De donde se deduce que en algunas sociedades determinadas cate-

g o r í a s de personas gozan de m u c h í s i m o s menos derechos y p r i v i

legios de los que gozan otras c a t e g o r í a s en el agregado de relaciones

en que o p e r a n I as personas que de este modo quedan más « d e s p o

j a d a s » por las reglas tienen menos incentivos para respetarlas. Ade-

m á s , conforme cambian las circunstancias, la gente gana o pierde

ventajas dentr o de las reglas. Por tanto , existe una continua p r e s i ó n

de los individuos y de los grupos dentro de la sociedad para m o d i

f i ca r las reglas, como Tanner (1970) ha mostrado en su estudio de

los p rocesos lega le s entre los minangkabau de Sumatra. La gente

puede estar de acuerdo con el contenido de las reglas existentes,

pero es improbable que e s t é n igualmente comprometidos a mante-

ner este contenido en su forma actual o a aceptar los valores pú-

blicos que manif iest a. En sus esfuerzos por inclinar las reglas hacia

fines c o n f l i c t i v o s , incluso puede escoger discrepar en lo que respecta

a su actual contenido.

L a gente tiene que e n s e ñ a r las reglas a sus hijos, y t a m b i é n jus-

t i f i c a r sus propias acciones ante los otr os con referencia a las nor-

mas y a los valores p ú b l i c o s que entienden que corporizan las reglas.

Pero no podemos esperar que sus formulaciones se a d e c ú e n siempre

exactamente con las formas en que responden a las situaciones con-

cretas, incluso cuando consideren que su respuesta es confor me a

las reglas. Las formulaciones populares suelen ser aproximaciones,

en el mejor de los casos, de lo que los análisis detallados de las

reglas rev elan que parecen ser. En el estudio de la ley no escrita ,

p o r ejemplo, es necesario analizar la masa di sponible de casos ma-

teriales —con especial a t e n c i ó n a los casos excepcionales— con obje-

t o de aprender las cosas que la gente verdaderamente tiene en cuen-

ta cuando deciden si una determinada a c c i ó n en una determinada

s i t u a c i ó n constituye una v i o l a c i ó n del derecho de otro. La v c r b a l i -

212

ciedad es responsable en part e de los especiales sentimientos que

asociamos con la mor al idad. Puesto que, bajo las reglas, debemos

s u f r i r que muchos de nuestros deseos sean frustrados en manos de

nuestros c o m p a ñ e r o s , tenemos fuertes sentimientos emocionales so-

bre nuestros derechos y p r i v i l e g i o s . De hecho, lo que hace un sis-

tema de reglas es d e f i n i r para cada uno de nosotros los l í m i t e s de

nuestra f r u s t r a c i ó n . Dentro de estos l í m i t e s somos libres de buscar

las gratif icaciones que podamos encont rar e, incluso, de exigirlas.

Toda la ir a que constituye la respuesta natu ral a la f r u s t r a c i ó n y que

c o n frecuencia tenemos que suprimir en r e l a c i ó n con las exigencias

que otros pueden hacer legalmente, toda esta rabia suprimida, puede

liberarse en forma de ira justa cuando se v i o l a n nuestros derechos.

Nuestra ira tiene una cualidad especial que nace del sentimiento de

t r a i c i ó n . Puesto que las reglas consti tuyen la base de las expectati-

vas de la gente con respecto a los d e m á s , se espera que sean respe-

tadas. Presentarse a uno mismo como miembro de una comunidad

o de cualquier otro grupo social es comprometerse a respetar sus

reglas. No respetarlas es trai ciona r una confianza. Puesto que las

reglas frustran, al mismo tiempo que premian, nuestro compromiso

de mantenerlas significa en algunos sentidos un sacrificio por el que

cedemos algo a cambio de alguna ot ra cosa. En la medida en que

nuestros c o m p a ñ e r o s no cumplen el mismo compromiso, perdemos

lo que se s u p o n í a que iba a darnos nuestro propio compromiso. Nos

sentimos tentados, por tanto, a quebrantar nosotros mismos las re-

glas cuando vemos que los otros las quebrantan. De esta forma nos

encontramos en un c o n f l i c t o emocional. Nuestro nuevo compromiso

co n las reglas es probable que vaya a c o m p a ñ a d o del r'eseo de una

fuerte s a n c i ó n punitiva contra cualquiera que las haya transgredido,

incluso cuando nosotros mismos no f u é r a m o s los perjudicados.

Por tales razones, las fuertes emociones de rectitud y agravioa c o m p a ñ a n de manera na tural al compromiso con una masa de re-

glas sociales. La presencia de estas emociones constituye la diferen-

ci a entre lo que Summer (1907) d i s t i n g u i ó hace mucho tiempo como

« f o l k w a y s » y « m o r e s » . Si todas las sociedades humanas e s t á n orde-

nadas por reglas que especifican los derechos y las obligaciones, no

necesitamos preguntarnos si estas emociones y el tono peeuliarmente

213

 

a l . , l i v o que asociamos con la « m o r a l i d a d » y « b i e n y m a l » debe sei

1 1 1 1 f e n ó m e n o humano universal. Todo orden social necesariamentecontiene dentro de él un orden moral. (Para un tratamiento mas

extenso dentro del contexto de la e v o l u c i ó n social, v é a s e Goodcnough, 1967.)

Recetas

Las formas, las creencias y los valores son los puntos de refe

rencia del comportamiento. El actor percibe la s i t u a c i ó n (incluyen

do el comportamiento de los otros) como una d i s p o s i c i ó n o secuencia

de formas interpretables. Los valores que adjudica a estas formas

se definen como un conjunto de formas culturales. La d i s p o s i c i ó n

puede ser mate rial , social o emociona l; y la pretendida reorganiza

c i ó n debe ser valorada como un fi n en sí mismo, o considerarse ne

cesaria para realizar a l g ú n p r o p ó s i t o más lejano.

L a c o n s e c u c i ó n de algunos p r o p ó s i t o s es un asunto ad hoc en el

que la gente imp rovi sa conforme va progresando, haciendo uso de

cualquier recurso que tenga a mano. E l l o es inevitable cuando la

gente afronta problemas para los que no tiene s o l u c i ó n previa; perot a m b i é n ocurre así con frecuencia en los p r o p ó s i t o s simples que

f á c i l m e n t e pueden realizarse con una diversidad de sistemas. In

cluso en tales actividades ad hoc, no obstante, las cosas que se hacen

y el orden en que se hacen se determinan por las creencias de los

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 106/125

y sus creencias sobre sus interrelaciones le permite n relacionarl as

co n sus propios estados sentimentales internos. Le ayudan a diagnos

ticar las causas de sus descontentos y a concret ar sus deseos. Suscreencias sobre ellas le proporci onan los fundamentos para dete rmi

nar qué disposiciones de formas dentro de su s i t u a c i ó n s a t i s f a c e r í a n

sus deseos. Debe tener en cuenta los programas establecidos y las

reglas sociales al decidir en el curso de la a c c i ó n que e s t á calcu

lada, de acuerdo con sus creencias, para lograr las disposiciones ne

cesarias. Una rupt ura con el progr ama o una brecha de las reglas

puede parecer el ú n i c o curso posible, en cuyo caso debe sopesar el

posible costo de tal a c c i ó n contra el costo de dejar sin cumplirse ese

concreto deseo.

Decir todo esto no significa que la a c c i ó n humana logre llegar

a un ó p t i m o de gratificaciones. Todos calculamos mal duran te bue

na parte del tiempo. Los deseos que disimulamos muchas veces nos

llevan a actuar de manera que más tarde rechazamos. E l caso es que

e l comportamiento humano se dirige a realizar p r o p ó s i t o s , sean s i m -

ples o complejos. Como tal, se orienta por fines-medios y se calcula

co n referencia a alguna clase de consideraciones u t i l i t a r i a s , siendo

en ú l t i m o t é r m i n o la medida de la u t i l i d a d el estado de á n i m o inter

no de la persona —tanto emocional como f í s i c o — y no lo que un

observador estime como sus mejores intereses globales.

L o s p r o p ó s i t o s y los fines son, pues, los que dan cohcre iu la B

l a a c c i ó n ; y damos senti do a las acciones de los d e m á s s e g ú n los

p r o p ó s i t o s y fines que entendemos que tienen (o les imput amos) . En

este sentido, todo comportamiento s ign i f ic a t iv o es como el compoitamiento l i n g ü í s t i c o . La p r e t e n s i ó n comunicativa de una real i / a c i ó n

verbal propor ciona el centro alrededor del cual se seleccionan Lai

palabras y las construcciones gramaticales y se disponen s i n t á c t i c a -

mente en oraciones coherentes. De forma similar, las consecuent Laique se pretenden, o los p r o p ó s i t o s de otras clases de comportamieu

tos, proporcionan los centros alrededor de los cuales se organizan

s i n t á c t i c a m e n t e en actividades coherentes las personas, las cosas y

lo s actos. De hecho, una actividad puede definirse como una a c c i ó n

o un grupo de acciones coordinadas que pretende afee tai de alguna

manera a las disposiciones existentes, de la misma manera (pie estas

214

actores sobre los elementos i mplicados y por las habilidades y h á b i -

tos de comportamiento de los actores. Estas creencias, habilidades y

costumbres imponen restricc iones sobre la d i r e c c i ó n de una actividad

incluso cuando la gente e s t á improvisando. Debe haber u n conside

rable lugar para las variaciones dentro de estas restricciones. Sin

embargo, casi siempre existen algunas restricciones de esta clase

que dan una estructura global a la d i r e c c i ó n de las actividades, pro

p o r c i o n á n d o l e s su o r g a n i z a c i ó n s i n t á c t i c a b á s i c a . Desde luego las

reglas sociales de conducta a ñ a d e n más restricciones, prescribiendo

y proscribiendo las clases de cosas que pueden decirse y hacerse, y

el orden en que se producen.

Las restricciones sobre el comportamiento, sean impuestas por

la natural eza y las circuns tancias o por las creencias, habili dades,

h á b i t o s y reglas, complican la i m p r o v i s a c i ó n de la actividad, d i f i -

c u l t á n d o l a . Por tanto, la gente desarrolla recetas o f ó r m u l a s para

muchos p r o p ó s i t o s que se repiten. Con ello reducen la cantidad de

i m p r o v i s a c i ó n necesaria pero, al mismo tiempo, a ñ a d e n aún más restricciones, estructurando más la o r g a n i z a c i ó n s i n t á c t i c a de la a c t i v i -

dad humana.

De hecho, toda receta es la e x p o s i c i ó n de un conjunto de condi

ciones que deben cumplirse si se pretende conseguir un objetivo.

H ay requis itos tales como los materiales brutos , las he rramien tas,

las habilidades, el tiempo, el espacio y el personal; y existen requi

sitos sobre c ó m o deben organizarse o relacionarse eficazmente. En

algunas recetas los requisitos son muy exactos, dejando muy poco

campo de v a r i a c i ó n , mientras que en otras existe un amplio campo

de l a x i t u d una vez que se han cumplido los requisit os. Por ejemplo,

una tarea puede requerir un m í n i m o de dos personas para ejecu

tarla, pero puede ser má s eficaz hacerla entre tres, cua tro o cinco

personas. A d e m á s , para unos p r o p ó s i t o s s ó l o s e r v i r á la madera de

roble, pero para otros b a s t a r á con cualquier madera dura. La orde

n a c i ó n de las formas en j e r a r q u í a s t a x o n ó m i c a s , a las que antes nos

hemos refer ido, representa una a d a p t a c i ó n cognoscitiva p r á c t i c a al

sistema en que los grados de especifidad v a r í a n dentro de las di

tintas recetas.

L o s p r o p ó s i t o s para los que e s t á n d i s e ñ a d a s las recetas no se re

ducen a cosas materiales. Muchos de nuestros p r o p ó s i t o s repetidos

215

 

tienen que ver con la gente: convencer a algui en para que nos llaga

un favor, conseguir permiso para algo que no tenemos libertad pata

liacei por nuestra cuenta, e t c é t e r a . Estas recetas pertenecen al com

pon.uniento: las formas en que debemos vestir, las formas en que

debemos aproximarnos a los d e m á s , las cosas que debemos y que

n o debemos decirles. E m i l y Post y Dale Carnegie son conocidos auto

res de libros de recetas para p r o p ó s i t o s de esta clase en los Estado-.

Unidos. Todas las personas tienen recetas para preparar fiestas, para

coquetear con el sexo opuesto, para hacer amigos y para hacer ene

migos. Berne (1964) da muchos ejemplos de las recetas e s t á n d a r e s que

se utilizan en A m é r i c a en lo que él denomina «l os juegos a que juega

l a g e n t e » .

fiantes, potcncialmcnt c más productivas o socialmente más divertidas,

intereses que suelen estar en mutua competencia. Tales m ú l t i p l e s In

tereses en competencia son la causa de que se retenga localinenii

u n gran repertorio de m é t o d o de pesca (recetas), más de los que

d i c t a r í a n las consideraciones de eficacia product iva. La gente cam

b i a de un m é t o d o a otro s e g ú n sus intereses del momento y s e g ú n

permitan las circunstancias.

Como nos recuerda el ejemplo de la pesca, las personas tienen

intereses di stintos y tratan de servir s i m u l t á n e a m e n t e a tantos como

pueden a t r a v é s de las mismas actividades. I r de pesca puede ayudar

a realizar, al mismo tiempo, p r o p ó s i t o s d i e t é t i c o s , recreativos y otros.

E n la medida en que cualquier receta permite variaciones en su eje

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 107/125

Algunas recetas has sido totalmente pensadas por adelantado, de

d u c i é n d o l a s de las creencias y comprensiones existentes. A otra s se

llega a t r a v é s del esfuerzo y el error; se descubren procedimientosque parecen funcionar, pero no se entiende por qu é funcionan. Cuan

d o pensamos que entendemos los principios involucrados, nos senti

mos capaces de variar la receta s e g ú n nuestra c o m p r e n s i ó n ; pero

cuando no entendemos los fundamentos, tendemos a adherirnos es

clavamente a la f ó r m u l a , esperando cada vez que siga funcionando

como en la o c a s i ó n anterior. Si tenemos poco que perder, podemos

arriesgarnos a experimentar con ella de forma que mejore nuestra

c o m p r e n s i ó n ; pero si estamos muy preocupados por el resultado, tra

taremos de seguir exactamente la receta. De hecho, el compor tamien

to tiende a adquirir una cualid ad esclava o compulsi va, y en este

sentido a volverse ritualizado, en lo que respecta a los p r o p ó s i t o s

repetidos que suponen gran p r e o c u p a c i ó n emocional para n osotros

(cualesquiera que sean las razones de la p r e o c u p a c i ó n ) , especialmente

cuando no confiamos en nuestra c o m p r e n s i ó n de todo lo implicado. 26

Dado que suele ser di f í c i l cumplir los requisitos de una deter

minada receta, la gente se interesa por las oportunidades de apren

der nuevas recetas para conseguir los mismos o similares p r o p ó s i t o s .

S in tener en cuenta la frecuencia con que recurran a ellas, se sien

te n má s seguros si saben recetas alternativas (o tienen acceso a lo.

servicios de personas con tales conocimientos). Por ejemplo, tener

pescado para a c o m p a ñ a r las f é c u l a s guisadas de la principal comida

d el día es una seria p r e o c u p a c i ó n de muchos i s l e ñ o s del Pacífico

E n mi localidad, la gente sabe cierto n ú m e r o de m é t o d o s distintos

para coger pescado. Cada m é t o d o o receta tiene sus propias exigen

cias de equipamiento, habilidad y personal. Cada uno sirve s e g ú n

en qué circunstancias y s e g ú n las clases de pescado. Hay ocasiones

en que las circunstancias ofrecen pocas posibilidades de elegir el mé

todo y otras en que se abren distintas posibilidades. A d e m á s , la gente

prefiere unas a otras, por ser menos arduas, más excitantes o desa-

26. Malinowski (1925) ha argumentado, por ejemplo, que los ritos y conjur os mágicos tienden a utilizarse más intensamente en aquellos puntos de losprocedimientos tecnológicos en que el control humano sobre el resultado esmenos seguro. Para posterior tratamiento, véase Goodenough (1963, págs. 477-478).

216

c u c i ó n , la gente puede adaptarla para conseguir t a m b i é n otros pro

p ó s i t o s . La e v o l u c i ó n que sufre una forma establecida de d i r i g i r una

actividad repetida, por tanto, se debe probablemente a que ha sidoconformada para que si rva a la vez a intereses y p r o p ó s i t o s distintos.

Rutinas y costumbres

Deliberadamente hemos hablado antes de recetas que de rutinas

o costumbres. La c o m p r e n s i ó n o conocimiento de las exigencias de

procedimiento para conseguir un p r o p ó s i t o —es deci r, una receta—

n o debe confundirse con la manera en que las exigencias tienden a

cumplirse en la p r á c t i c a ni con la regularidad con que se recurre a

concretas recetas entre las diversas alternativas conocidas. Desde

luego, estas cosas no carecen de r e l a c i ó n ; pero cuando hablamos

de recetas nos referimos a ideas y comprensiones de c ó m o hacer las

cosas, y cuando hablamos de rutinas y costumbres nos referimos a

su verdadera r e a l i z a c i ó n .

Dentro de la l a x i t u d que permite una receta, la gente desarrolla

sus propios h á b i t o s de procedimi ento y estilo personales de operar;

convierte pues en rutina la e j e c u c i ó n de la receta. La receta de

poner la mesa para comer, por ejemplo, exige un mant el, det ermi

nada clase de platos, vasos y v a j i l l a de plata, y su d i s p o s i c i ó n de

una forma determinada. La necesidad f í s i c a exige que el mantel sea

lo primero que se ponga, pero la receta no dice nada sobre el orden

en el que debe hacerse el resto de las cosas. Sin embargo, cada un o

de nosotros tiende a desarrollar su propia rutina habitual para el

orden en que coloca los platos, la v a j i l l a de plata y los vasos.

Las rutinas de este tipo pueden quedarse en idiosincrasias per

sonales; pero en las actividades que exigen la p a r t i c i p a c i ó n coope

rativa de varias personas, el estilo personal de l individuo dominante

puede determinar la manera en que una concreta receta es llevada

a cabo por todos. Las repetid as realizaciones por parte de las mismas

personas d e s e m b o c a r á en un conjunto de mutuas expectativas y de

h á b i t o s mutuamente adaptados que pueden estar conformados en

gran medida por el estilo individual de uno de ellos. Esto es espe

cialmente probable en las situaciones de aprendizaje, donde los n i ñ o s

217

 

. m i . I K K I I participando con los adultos. Las expectativas resultantes

•.. ((invierten, en electo, en parte de la receta —la forma e n n e c i a

de realizarla para la actividad en c u e s t i ó n en el pensamiento de

la gente (pie trabaja junta concontinuidad. Si una persona trabaja

co n distintos grupos en la misma actividad, p e r c i b i r á las distinta!

expectat ivas de losdiversos grupos como sistemas variantes para rea-

lizar la misma receta b á s i c a ; pero si s ó l o trabaja con el mismo gru-

po , puede incorporar sus expectativas con respecto a la manera de

realizarlo en su c o n c e p c i ó n de la misma receta. Existe, pues, una

r e l a c i ó n de feedback entre las recetas y las rutinas de comporta-

miento para ejecutarlas.

Es probable que las personas que trabajan unas conotras en cier-

convertidas en rutinas. No es probable que se desarrollen rutinas de

compor tami ento excepto en r e l a c i ó n con la e j e c u c i ó n de n a c í a s lia

bitualea, pero algunas recetas habituales pueden carecer de tales ru-

imas habituales asociadas.

Algunas recetas habituales no se utilizan si las circunstancias

permiten utilizar otras. Aquellas que se prefieren, p e r m i t i é n d o l o las

Circunstanc ias , son costumbres fundamentales, mientras que aqu-

ilas a las que h a b i t ü a l m e n t e se recurre cuando las circunstancias no

permiten utilizar las recetas preferidas soncostumbres secundarlas

E l estatus de una receta como costumbre no depende de que sea

preferida como el « i d e a l » a utilizar, permaneciendo iguales las de

m á s cosas, sino de que sea la que h a b i t ü a l m e n t e se u t i l i z a (y poi

tanto que se espera u t i l i z a r ) en un conjunto dado de condiciones,

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 108/125

de actividades distintas, siguiendo distintas recetas, lleven

sus h á b i t o s mutuamente ajustados de una actividad a las otras, en la

medida en que las recetas lo permitan. De este modo, sus mutuasexpectativas se generalizan, dando un estilo global a los sistemas con

que se hacen muchas cosas distintas. Como estas expectativas tie-

n en un efecto de feedback en las recetas, se convierten t a m b i é n en

parte de las normas que sirven para hacer una serie de cosas dis-

tintas. Las distintas recetas a que se aplican estas normas generali-

zadas constituyen ahora una clase diferenciada de recetas con una

o r g a n i z a c i ó n s i n t á c t i c a más estructurada de lo que es necesario para

cualquiera de ellas por razones puramente t é c n i c a s . Tales desarro-

llos son evidentes en la o r g a n i z a c i ó n social del trabajo, por ejem-

p l o , donde circulan de una actividad a otra las mismas expectativas

para dar ó r d e n e s , iniciar el trabajo, coordinar los esfuerzos, d i s t r i -

buir lastareas y responsabilidades, remunerar el trabajo y manifestar

a p r o b a c i ó n y d e s a p r o b a c i ó n .

A diferencia de las rutinas, que nacen de los h á b i t o s en ejecutarrecetas concretas, las costumbres tienen que ver con los h á b i t o s de

escoger entre las posibles recetas y posibles rutinas desarrolladas.

Cuando la gente tiene que reunirse y discutir c u á l de las posibles

recetas o de las rutinas conocidas u t i l i z a r á en una o c a s i ó n dada, no

puede decirse que ninguna de las recetas ni de las rutinas constituya

una costumbre en tal o c a s i ó n . Unacostumbre, pues, es una receta o

una rutina para realizar unareceta a la que se recurre regularmente,

p e r m i t i é n d o l o las circunstancias, conpreferencia a otras posibles re

cetas o rutinas. Lascostumbres nacen cuando la e l e c c i ó n de recetaso rutinas para ocasiones concretas ya ha sido convertida en rutina

Debemos s e ñ a l a r que la c o n v e r s i ó n en rutina s ó l o puede reta lo

narse con la e l e c c i ó n de las recetas y no con la manera de su ejecu

c i ó n . De este modo, existen recetas habituales para cavar pozos en

una comunidad donde s ó l o se necesita cavar un pozo una ve/ cada

diez a ñ o s o así, y pueden haber expectativas establecidas sobre c u á l

de las recetas se u t i l i z a r á en unas condiciones determinadas; pero

es improbable que existan rutina s establecidas para cjecutai estas

recetas, dada la poca frecuencia con que se cavan pozos. Por el con-

trario, dado que se realizan con frecuencia, es probable que las

recetas habituales para preparar el alimento b á s i c o e s t é n altamente

218

incluyendo las condiciones que impiden recurrir a las recetas prefe-

ridas en otro caso. Es importante s e ñ a l a r que la gente de dos co

munidades puede conocer muy aproximadamente las mismas recetas,pero tener distintas costumbres en lo que respecta a su u t i l i z a c i ó n .

Puesto que las costumbres consisten en recetas y rutinas a las

que la gente recurre regularmente para p r o p ó s i t o s repetidos, la mis-

m a gente se adapta o h a b i t ú a a ellas y adquiere habilidad en su rea-

l i z a c i ó n . De este modo, las costumbres adquieren un valor superior

a l derivado de su eficacia en r e l a c i ó n con los p r o p ó s i t o s para cuya

c o n s e c u c i ó n han sido d i s e ñ a d a s . La gente se compromete a hacer

las cosas a que e s t á acostumbrada y que, por tanto, le « l l e g a n de

forma n a t u r a l » . Este comprom iso puede llevarlo a exigir que se u t i -

licen recetas y rutinas concretas como parte de sus normas decon-

ducta. Cuando esto ocurre, unacostumbre refleja una o b l i g a c i ó n so

c i a l y no solamente un h á b i t o . Encontramos a q u í de nuevo unacon-

s i d e r a c i ó n de la d i s t i n c i ó n que hizo Summer (1907) entre costum-

bres que son « m o r e s » y aquellas que son « f o l k w a y s » .

U n a vez se ha establecido unacostumbre, los requisitos para po

nerla en e j e c u c i ó n se convierten en una r e s t r i c c i ó n que afecta a la

forma en que las otras recetas y costumbres pueden adoptar con

facilidad. La forma de las costumbres existentes sirve para l i m i t a r

la forma de las otras costumbres y para l i m i t a r c u á l e s entre las re

cetas alternativas conocidas puede f á c i l m e n t e hacerse habitual. La

forma de una costumbre no puede comprenderse ú n i c a m e n t e , por

tanto, con respecto a los p r o p ó s i t o s que pretende servir. T a m b i é n

debe interpretarse a la luz de las otras costumbres con las que

coexiste, sus posibles efectos sobre ellas y los posibles efectos de

ellas sobre é s t a . De este modo, se nos vuelve a recordar que una

i n t e r p r e t a c i ó n u t i l i t a r i a de una costumbre debe tener en cuenta su

eficacia neta con respecto a todos los otros p r o p ó s i t o s que la gentet a m b i é n tiene y que intenta llevar a la p r á c t i c a a t r a v é s de las otras

costumbres.

Evidentemente, algunos p r o p ó s i t o s repetidos tienen prioridad so

bre los d e m á s . Las recetas que son eficaces para realizar lo que la

gente considera sus necesidades b á s i c a s para supervivencia y SUS

exigencias b á s i c a s para la vida social es mucho más probable que

219

 

se conviertan en habituales, a expensas de otras recetas para i v a l i

zar p r o p ó s i t o s distintos, y estas ú l t i m a s es menos probable que se

conviertan en habituales a expensas de las primeras . Otras conside

i aciones t a m b i é n determinan la factibilidad y d i f i c u l t a d relativa t on

que las formas de una receta habitual puede adaptarse mutuamente.

Incluyen la medida con que las recetas requieren el consensus social,

l a i n v e r s i ó n en aprendizaje y habilidades que la gente ha hecho en

ellas, así como la clase de intensidad de i n v e r s i ó n emocional. Toda

v ía no sabemos qué peso tienen estas consideraciones en r e l a c i ó n

co n las d e m á s o c ó m o sus respectivos pesos cambian con las c i r

cunstancias. Las t e o r í a s referentes a la p r i m a c í a de la t e c n o l o g í a y

de las consideraciones materiales sobre los intereses sociales y hu

manos (por ejemplo, White, 1949) s ó l o proporcionan una burda

(tintando algunos rasgos en c o m ú n ) , rasgos complementarios (no

teniendo n i n g ú n rasgo en c o m ú n ) y en v i n c u l a c i ó n instrumental (sicn-d o el p r o p ó s i t o de una receta preparar los materiales o crear el es

c enai io para ol ra receta).

L a v i n c u l a c i ó n instrumental impone claramente restricciones so-

bi e el o r d e n temporal o p r o g r a m a c i ó n de las actividades. Las recetas

totalmente complementarias, por otra parte, pueden realizarse al mis

i n o tiempo, puesto que no suponen s u p e r p o s i c i ó n de materiales,

habilidades, personal, etc. No obstante, cuando las recetas tienen

a l g ú n rasgo en c o m ú n , existe t a m b i é n la necesidad de su orde

n a c i ó n s i s t e m á t i c a . Las posibles clases de orden se complican con

las distintas formas en que se superponen los rasgos. En la medida

en que dos recetas requieren los mismos materiales brutos, h a b i l i

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 109/125

a p r o x i m a c i ó n a lo que parece ser una i n t e r a c c i ó n muy complicada

de intereses en competencia. A veces los hombres escogen morir

antes que comprometer creencias o p r á c t i c a s habituales que tienen

poco que ver con la supervivencia f í s i c a , pero a las que, por otras

razones, se sienten emocionalmente comprometidos (una o b s e r v a c i ó n

que nos recuerda cuan complic ado es, en realidad , el asunto de las

prioridades).

Sistemas de costumbres

Y a hemos visto c ó m o el desarrollo de las habilidades y la nece

sidad de compartir las expectativas, cada una a su manera, s e r v í a n

para comprometer a la gente con determinadas recetas y rutinas

m á s bien que con alternativas conocidas. El compromiso parece i r

implicado en el proceso que ordinariamente denominamos institu-c i o n a l i z a c i ó n , pues normalmente tenemos presente que una receta o

rutina ha sido establecida como una cosa que se espera hacer y, con

el creciente grado de i n s t i t u c i o n a l i z a c i ó n , como la cosa necesaria y

moralmente adecuada a hacer. El mutuo ajuste de las recetas y las

rutinas refuerza en gran medida el compromiso con ellas y de ahí

que se vayan institucionalizando, pues ello conduce a organizar sis

temas cuyas distintas costumbres componentes e s t á n tan ajustadas

entre sí que al cambiar una de ellas se interrumpe el funcionamiento

de todas las d e m á s . El llamado efecto de cambio en cadena ha sido

bien documentado en muchas sociedades ( v é a s e , por ejemplo, Spi-

cer, 1 9 5 2 ) . Una c o m p r e n s i ó n de la o r g a n i z a c i ó n s i s t e m á t i c a de las

costumbres puede revelar mucho sobre la estructur a de las. institu

ciones, así como sobre los procesos de cambio cultural y social.

Hemos visto que una receta habitual contiene variedad de rasgos, incluyendo cosas como los materiales brut os, las herramientas ,

las habilidades, las operaciones e s p e c í f i c a s , las exigencias de tiem

po y espacio, las exigencias de personal y las ocasiones para la rea

l i z a c i ó n . (Para un c a t á l o g o y un tratamiento más completos, v é a s e

Goodenough, 1963, pá gs . 324-331 . ) Las distintas recetas se mantienen

en diversa r e l a c i ó n entre sí, tales como las de rasgos superpuestos

220

dades, marcos y personas, tienden a estar en competencia. La pro

g r a m a c i ó n , como vimos en r e l a c i ó n con los deseos en competencia,

es una evidente s o l u c i ó n a este problema. De este modo, las ocasiones para ejecutar las recetas se hacen complementarias. Si una

receta permi te una alternativa má s amplia en cuanto a las materias

prima s, los escenarios, etc., que otras, puede convertirse en habitual

utilizar la pri mer a receta en aquellas alternativa s en que no pueda

usarse la ú l t i m a , convirt iendo así en complementarias las que eran

recetas superpuestas en un principio. T a m b i é n puede ocurrir que

las dos recetas tengan exigencias de procedimiento comunes, de tal

forma que una ú n i c a e j e c u c i ó n de los procedimientos comunes fo

mente s i m u l t á n e a m e n t e los p r o p ó s i t o s de ambas. Motivos de eficacia

pueden hacer que la r e a l i z a c i ó n de una actividad de este tipo sea la

o c a s i ó n propicia para realizar t a m b i é n la otra. Si para sacar dinero

d e l banco, comprar comida y sacar libros de la biblioteca tenemos

que i r a la ciud ad, por ejemplo, es probabl e que combinemo s las

ocasiones de estas distintas actividades, permitiendo que un viaje al a ciudad sirva para todas. De manera similar, si se necesita el mis

m o personal para conseguir que se hagan distintas clases de tra

bajos, puede encajarse su m o v i l i z a c i ó n de manera que coincidan

c o n las ocasiones en que se necesite realizar más de uno de estos

trabajos. Las recetas para distintos p r o p ó s i t o s repetidos suelen ajus

tarse donde es posible la f l e x i b i l i d a d , para facilitar tales fusiones o

fusiones parciales de lo que en otro casi s e r í a n actividades separadas.

Tales fusiones, así como las relaciones instrumentales y comple

menta rias de las recelas, afectan al desarr ollo de los programa s ha

bituales para la r e a l i z a c i ó n de las actividades. La gente trata de

disponer las cosas para que sea posible e m p e ñ a r s e en tantas acti

vidades gratificadoras como sea posible en intervalos m í n i m o s . Las

disposiciones complementarias de los rasgos de las recetas (comoocurre con la d i v i s i ó n del trabajo y de las habilidades) contribuyen

de forma importante a este fi n, como lo hace la u t i l i z a c i ó n de los

rasgos superpuestos para la f u s i ó n de las actividades en rutinas ha

bituales eficaces.

Por supuesto, existen l í m i t e s a las posibilida des de engranaje da

las recetas habi tuales en programas y fusiones. E l cambio de las I 1]

221

 

1 1111-.1 .i 11* ¡as afecta a la disponib ilidad de recurso s materiales, peí

sonal y habilidades, y restringe o expande de forma diversa las posi

bilidades de utilizar determinadas recetas. Las consecuencias pue

den ser la ru ptu ra de los programas mu y complejamente estru ctur a

dos. La gente necesita recetas alternativas y programas alternativo,

co n objeto de realizar sus p r o p ó s i t o s a d a p t á n d o s e a un mundo im .

table. Pero el tiempo y la e n e r g í a necesarios para aprender procedi

mientos alternativos y para desarrollar habilidades alternativas dis

minuye el tiempo y la e n e r g í a disponibles para otras actividades que

gratifican de manera más inmediata. Cuantas más alternativas e s t é

la gente preparada para adoptar, más di f í c i l le r e s u l t a r á disponer

sus cosas social y materialmente para poder realizar cualquiera de

ellas con facilidad y eficacia. Por el cont rari o, cuant o má s perfecta

pueden conseguirse f á c i l m e n t e los fines valoiados, las I I I S I H I K

tienden a cristalizar alrededor de los puntos en que los rasgos de

las recetas se superponen y donde la d i r e c c i ó n de las actividades

puede fusionarse f á c i l m e n t e . La o r g a n i z a c i ó n del trato i n l e i p i i o n a l

y la c o n s t i t u c i ó n de los grupos sociales tienden especialmente a «.« i

institucionalizados. Compa rti r las expectativas es tan esencial pata

l a d i r e c c i ó n de todas las actividades que exigen c o o p e r a c i ó n c i i i n

distintos ind ivi duo s que la gente se encuentr a someti da a gran pie

s i ó n para reducir los modos alternativos de o r g a n i z a c i ó n social a un

m í n i m o y, donde existen las alternativas, a comprometer se con una

de ellas como la for ma establecida de hacer las cosas. Por e j emplo ,

¿ p a r a qu é estru ctura r de distintas maneras la r e l a c i ó n dirigente-

seguidores de cada actividad si una sirve eficazmente para todas?

L o s grupos f i j o s de una comunidad, tales como las familias, los cla

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 110/125

mente permitan las circunstancias que la gente siga un conjunto

de recetas y un programa de actividades, más libres e s t a r á n paraacumular las necesarias materias pri mas y las herramientas, para

desarrollar las concretas habilidades requeridas, y para organizar

el personal en grupos adecuadamente f i j os . Por tanto, en la medida

en que las condiciones lo permiten, la gente se c o n f í a a recetas y

programas concretos. Como hemos visto, su mayor familiaridad pos

terior con estos programas y recetas sirve para reforzar aún más

esta confianza.

Cuanto mayor es esta confianz a, menos gente se preocupa de

mantenerse dispuesta y capaz para recurrir a alternativas. En vez

de esto, cada vez se ocupa más en disponer su mundo de fo rma

que no se plantee la necesidad de alternat ivas. Las recetas, los de

p ó s i t o s de materiales, las disposiciones sociales y los programas a

que la gente se c o n f í a adquieren cada vez más un val or como fines

en sí mismos. La gente exige de los d e m á s que adquieran el conocimiento y las habilidades necesarias para realizar estas rutinas. E x i -

gen la c o l a b o r a c i ó n de los d e m á s en su r e a l i z a c i ó n y prohiben el

comportamiento que se interfiera en ellas o que ponga en peligro

las disposiciones y los materiales acumulados de que depende la

r e a l i z a c i ó n de estas rutinas habituales, i n v i s t i é n d o l a s de rectitud

moral e incluso de santidad. De este modo, el progreso que l l ena

al engranaje de las costumbres en organizaciones complejas de acti

vidades humanas y relaciones sociales proporciona incentivos huma

nos para mantener las costumbres y las disposiciones existentes ca

paces de contin uar las operaciones con eficacia. Los procedimien tos

habituales y los dispositivos f i jos en los que los miembros de una

comunidad han depositado tal confianza conservadora puede decirse

que constituyen las instituciones de esa comunidad.27

Puesto que desarrollan en favor de la creciente eficacia con que

27. E s t a d e f i n i c i ó n es cohere nte con l a de Talcott Pa rsons (1951, pá g. 39).

Algunos escritores utilizan el t é r m i n o " i n s t i t u c i ó n " en un sentido algo distinto

A s í , "una i n s t i t u c i ó n es un grupo de personas" s e g ú n Coon (1962, pág. 3). V é a s e

t a m b i é n Malinowski (1944, p á g s . 52-54), que u t i l i z ó mucho " i n s t i t u c i ó n " en el

sentido de f ó r m u l a consuetudinaria y la rutina o las rutin as habituales aso

ciadas.

222

nes, las c o m p a ñ í a s mil ita res y comerciales, y otras asociaciones per

manentes, tienden todos a ordenarse internamente s e g ú n principiossimilares y similares pautas de relaciones de roles. Sucede as í hasta

t a l punto que en gran medida lo damos por supuesto. De hecho, pa

r e c e r í a e x t r a ñ o tener lenguas completamente distintas para las dis

tintas actividades en que participamos y distintas normas de con

ducta para cada receta que necesita c o o p e r a c i ó n social. Los p r i n -

cipios y las pautas de o r g a n i z a c i ó n y prioridad que se repiten y ligan

las recetas y las instit uciones les dan coherencia y un orden estruc

tu rado en el sistema mayor. Estos pri ncip ios y pautas t a m b i é n dan

c a r á c t e r individual a tales sistemas globales, el tipo de calidad que

Ruth Benedict (1934) p r e t e n d i ó dilucidar como « p a u t a s de c u l t u r a »

y que Morris Opler (1945) p r e s e n t ó en t é r m i n o s de « t e m a s » c u l -

turales.

Significado y función

Hemos hablado de las recetas como f ó r m u l a s para realizar pro

p ó s i t o s y gratificar deseos. Hemos observado el conflicto de deseos

y la consiguiente necesidad de programas y prio ridades. Y hemos

considerado c ó m o la tendencia humana a llevar al ó p t i m o las grati

ficaciones de los deseos lleva a la gente a ajusta r sus ru tinas y pro

gramas habituales entre sí en sistemas altamente organizados e ins

titucionalizados. En todo esto hemos aceptado como a x i o m á t i c o

que el compor tami ento humano es intencional y que las consecuen

cias de las acciones pasadas, relativas a los p r o p ó s i t o s de la gente,

afectan a la forma en que la gente valora las cosas y las decisiones

que se adoptan con respecto a futuras acciones. No obstante, debe

decirse, que los mismos axiomas subyacen en la t e o r í a e c o n ó m i c a

de la u t i l i d a d y en la t e o r í a p s i c o l ó g i c a del aprendizaje. La preocu

p a c i ó n por las consecuencias y sus efectos sobre el comporta mien to

futuro t a m b i é n se reflejan en el concepto de f u n c i ó n , que ha sido

223

 

desarrollado dentro de la a n t r o p o l o g í a en los sentidos algo d i s t i n t o - ,

po i Mul l nowt fk i (1944) y R a d c l i f f e - B r o w n ( 1 9 3 5 ) . 28

S e g ú n M a l i n o w s k i , las costumbres y las instit uciones nacen en

respuesta a las necesidades humanas b á s i c a s —tales como las de

comida, sexuales y de refugio— y las d e m á s necesidades que puedan

derivarse de la vida social. Observar c ó m o las costumbres y las i n s t i

tuciones satisfacen estas necesidades es lo mismo que examinar su

f u n c i ó n . En otras palabras, M a l i n o w s k i ve las costumbres y las

instituciones como cosas que funcionan para resolver los repetidos

problemas de la vida.

R a d c l i f f e - B r o w n y sus seguidores adoptan la f i l o s o f í a como su

modelo. Considerando la sociedad como un organismo cuyas d i s t i n

tas partes cont ribuyen, cada cual a su manera, a conti nuar la exis

c o n r e l a c i ó n a cierto n ú m e r o de intereses y p r o p ó s i t o s (usos) distintos

a la vez. Unos son p r o p ó s i t o s de los que los participantes son «me,cientcs y que e s t á n dispuestos a admitir. Otros p r o p ó s i t o s < i n l c i . s«

pueden ser tales que la gente no admita tenerlos, ni siquiera para

ellos. Por ejemplo, la gente parece ser inconsciente de las preocupa

(iones emocionales que la atraen a los juegos, especialmente cuando

se trata de devotos o « a d i c t o s » a determinadas clases de juegos

(Roberts y Sutton-Smith, 1962). Lo mismo sucede en gran parte del

comportamiento r i t u a l ( W h i t i n g y C h i l d , 1953; E. Goodenough, 1965;

W . Goodenough, 1966; Spiro, 1967).

Todo el abanico de p r o p ó s i t o s e intereses a cuyo servic io la

gente asocia, consciente o inconscientemente, una p r á c t i c a habital,

reciben un significado o valor positivo para ellos. Al mismo tiempo ,

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 111/125

tencia del todo, definen la f u n c i ó n de una costumbre o i n s t i t u c i ó n

como su c o n t r i b u c i ó n a la existencia o mantenimiento de la sociedad

como una entidad integrada.

Tanto en los usos de M a l i n o w s k i como de R a d c l i f f e - B r o w n , la

f u n c i ó n tiene que ver con c ó m o las costumbres y las instituciones

se relacionan con a l g ú n sistema mayor de partes interconectadas ,

aunque cada uso pone el acento en distintos aspectos de lo que po

d r í a m o s llamar la e c o l o g í a global de las costumbres. Ambos usos

coinciden en poner el é n f a s i s en el efecto de las costumbres y las

instituciones sobre los requis itos de supervivencia de los sistemas

asociados: el sist ema p s i c o b i o l ó g i c o humano en el caso de M a l i n o w s k i

y los sistemas de comportamiento social en el caso de Ra d c l i f f e -

B r o w n .

Dada la forma en que los efectos percibidos r e t r o a c t ú a n (feed-

back) sobre la e s t r u c t u r a c i ó n de los deseos y sobre la d e f i n i c i ó n de

l o s p r o p ó s i t o s , a veces es tentador suponer que la c o m p r e n s i ó n delo s efectos de una costumbre (su f u n c i ó n ) t a m b i é n explica la r a z ó n

de ser de la costumbre y, por tanto, su causa h i s t ó r i c a u origen. Pero

las cosas no son tan sencillas. Por tanto, a q u í , en el tratamiento del

desarrollo de las costumbres no hemos puesto el é n f a s i s en los ver

daderos efectos de las costumbres sobre la gente y la sociedad, sino

en los p r o p ó s i t o s o efectos intencionales para los que se u t i l i z a n

las costumbres. Y al hacerlo no nos hemos preocupado de la natura

leza de los p r o p ó s i t o s o efectos intenc ionales. No nos importa si

i m p l i c a n la c o n s e r v a c i ó n o la d e s t r u c c i ó n de la sociedad, pues la

gente tiene recetas habituales para suicidarse, cuando es eso lo que

quieren hacer, así como paar tratar la enfermedad, satisfacer el

hambre y socializar a los n i ñ o s . Por esta r a z ó n , hasta este momento

hemos evitado hablar de f u n c i ó n , siguiendo a L i n t o n (1936: 404)

en cuanto a distinguir entre el « u s o » de una costumbre y su f u n c i ó n .~ Hemos observado que es probab le que lo que evoluc iona como re

ceta habitual o d i s p o s i c i ó n institucionalizada haya sido conformado

28 . Para revisiones del concepto de función, véase Firth (1955) y Bateson

(1958, cap. 3); y para un importante tratamiento de los peligros del énfasissobre la función con exclusión de otras consideraciones, v é a s e Dabrcndorf (1958).

22 4

lo s intereses y las preocupaciones que no se sirven y que incluso se

sacrifican dan a la p r á c t i c a habital un significado o valor negativo.

D e este modo, el significado y el valor tienen valencias tanto posi

tivas como negativas. La gente suele ser ambivalente sobre sus cos

tumbres. Significado y valor, pues, tienen que ver con la forma en

que la gente siente que las costumbres se relacionan personalmente

c o n ellos, con sus deseos y preocupaciones, cualesquiera que sean,

incluyendo sus deseos y preocupaciones sobre la sociedad como con

junto. Cuando las circunstancias cambiantes alteran la experiencia

de la gente sobre los efectos que sus costumbres tienen sobre ellos,

lo s significados y valores de estas costumbres t a m b i é n c a m b i a r á n .

Es en este sentido que los efectos se r e t r o a c t ú a n en la d e f i n i c i ó n

de los p r o p ó s i t o s y en la v a l o r a c i ó n de los medios habituales, te

niendo como consecuencia una nueva d i s p o s i c i ó n de lo que son las

costumbres pri mari as y secundarias y la e l e v a c i ó n de nuevas recetas

a l estatus de habituales. En esta medida, la f u n c i ó n de una costum

bre (tanto en sentido del t é r m i n o de M a l i n o w s k i como en el de

Radcliffe-Brown) puede considerarse como algo que ayuda a expl icar

su existencia como costumbre, pero s ó l o en este sentido (Spiro, 1966).

Por supuesto, es muy d i f í c i l analizar las costumbres con respecto

a los p r o p ó s i t o s que la gente pretende realizar mediante su u t i l i z a

c i ó n y con respecto a la s a t i s f a c c i ó n y la f r u s t r a c i ó n que la gente

asocia con ellas y que les aportan su significado y valor. Las inter

pretaciones de las p r á c t i c a s habituales que pretenden hacerlo, tal

como las interpretaciones de sentido p s i c o a n a l í t i c o de los s í m b o l o s

y ritos religiosos , suelen ser poco covincentes. Uno de los más im

portantes d e s a f í o s a que se enfrentan las ciencias sociales y del

comportamiento consiste en procrear m é t o d o s para hacer tales in

terpretaciones de forma convincente. Que las interpretaciones que im

plican motivos y p r o p ó s i t o s humanos sean d i f í c i l e s y e s t é n llenas depeligros no nos permi te, no obstante, descalif icar el papel crucial

d e l p r o p ó s i t o humano en la t e o r í a de la cultura.

Desde luego, es probable que la p r á c t i c a de una receta habitual

tenga efectos de los que la gente sea totalmente inconsciente. T a l e .

efectos pueden tener impl icaciones para la s a t i s f a c c i ó n de necesida

des b á s i c a s y para la capacidad de supervivencia de la sociedad como

225

1$ . — E L C O N C E P T O DE C U L T U R A

 

t a l . Pero si la gente no los nota, no tienen nada que ver con el valor

o s i g n i f i c a c i ó n de la costumbre, ni a c t ú a n retroactivamente sobrel .i s cambiantes definiciones del p r o p ó s i t o y las cambiantes valora

(iones de las cost umbres por parte de la gente. En los Estados Un í

dos, por ejemplo, hemos estado trabajando pulpa de madera pai . i

hacer papel y cumplir otros objetivos socialmente aprobados. Al mil

mo tiempo, hemos contaminado nuestros r í o s , lo cual no es u n iconsecuencia in tenc iona l de esta actividad industrial. Hasta hace

muy poco no nos d á b a m o s cuenta de la e x t e n s i ó n de los efectos de

la c o n t a m i n a c i ó n , e indudablemente seguimos sin darnos cuenta de la

verdadera naturaleza de estos efectos en todas sus ramificaciones

e c o l ó g i c a s . Pero estos efectos forman parte de c ó m o nuestra indus

tria de pulpa de madera funciona en la p r á c t i c a .

i de1111111111 io , como la lengua local de la comuni dad. Al mismo I n m

po,puesto que cada persona, a t r a v é s del aprendizaje,

debed e s a l í ol l a r para sí misma su propia c o m p r e n s i ó n del contenido y la e s t r í a

tura de esa lengua, no exis ten dos indi viduos que tengan la misma

c o m p r e n s i ó n de ella en todos los puntos. El resultado es un con

junto de idiolectos cuya v a r i a c i ó n entre ellos es lo bastante p e q u e ñ a

como para proporcionar una moda fuertemente a p i ñ a d a . T a t a la

colectividad de hablantes, esta moda puede ser considerada su dia

lecto o lengua. Consideraciones s imilare s se aplican a otros aspectosde la cultura. Nuestro tratamiento de ellos comienza por el i n d i -

viduo.

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 112/125

Si pensamos en una actividad habitual como parte del intrincado

proceso natural que envuelve a la gente, sus deseos, sus otras acti

vidades y el medio ambiente total, entonces la r e l a c i ó n de la a c t i v i -

dad con el proceso y con todas las cosas en él implicadas, tal como

l o c o m p r e n d e r í a un observador omniscente, constituye su función.

Desde el punt o de vista de los participan tes, sin embargo, una cos

tumbr e tiene valor o significado, que consiste en las formas en que

la asocian con sus deseos y preocupaciones y con el total de su si

t u a c i ó n v i t a l (incluyendo el estado de su medio ambiente) tal como

ellos la perciben. Así, la f u n c i ó n de una costumbre incluye su signi

ficado y valor. T a m b i é n incluye muchas cosas más. Pero s ó l o su

significado y valor son importantes para explicar por qué una re-

• ceta dada sigue siendo una costumbre o por qu é una determinada

o r g a n i z a c i ó n de cosas se mantiene como i n s t i t u c i ó n . 29

CULTURA, I N D I V I D U O Y SOCIEDAD

Confrontemos ahora el problema planteado al principio de esteensayo: ¿ c u á l es la r e l a c i ó n de la cult ura con la sociedad?

Vimos con el lenguaje que los miembros individuale s de un grupo

social o comunidad tienen distintos grados de competencia en di l

tinto n ú m e r o de dialectos y/o lenguas. T a m b i é n tienen conocimientosentre ellos —expectativas comunes— sobre c u á l de estas lenguas y

dialectos de sus reperto rios indivi duales es el má s apropi ado parauna s i t u a c i ó n dada. Puesto que es más f ác i l desarrollar la competen

cia en una que en varias lenguas distintas, una lengua del repci

•torio tiende a convertirse y a mantenerse como la convencional-

mente establecida para todas o casi todas las situaciones o a c t i v i

dades en que participan los miembros de la comunidad. A é s t a la

29. V é a s e el tratamiento de f u n c i ó n y significado por Goodenough (1963,

cap. 4-6) y Linton (1936, cap. 23). V é a s e t a m b i é n el tratamiento de f u n c i ó n "m i

nifi esta" y "latente" p or Merton (1957, cap . I) .

226

La cultura y el individuo

Cada individuo desarrolla, a partir de su propia experiencia, suv i s i ó n personal y subjetiva del mundo y de sus contenidos: su pers

pectiva persona l. Abarca tan to las ordenaciones cognosciti vas como

afectivas de sus experiencias. Para fines t é c n i c o s la denominaremos

su propriospecto.20 Dentr o del propri ospect o de una persona y, en

realidad, dominando en gran medida su contenido, se encuentran las

distintas normas para per cibir , valorar, crear y hacer, que él atribuye

a las d e m á s personas como resultado de su experiencia con res

pecto a las acciones y admoniciones de ellos. Al atribuir las normas

a los otros, da sentido al comportamiento de ellos y puede prede

c i r l o en un grado significativo. Al utilizar para él lo que cree las

norma s de ellos, como g u í a de su propio comportamiento, se hace

a sí mismo inteligible para ellos y a partir de ahí puede i n f l u i r en

su comportamiento, lo bastante, por lo menos, para permitirse rea

lizar muchos de sus p r o p ó s i t o s .

Es probable, desde luego, que una persona encuentre que las nor

mas que aprende a atribuir a sus padres, para p r o p ó s i t o s p r á c t i c o s ,

puedan t a m b i é n ser atribuidas por lo menos a algunas otras perso

nas con quienes tiene trato, pero no a todos los d e m á s . Las d e m á s

personas quedan clasificadas en conjuntos o c a t e g o r í a s de otros, pare

ciendo que cada conjunto tiene normas que son peculiares de sus

miembros. S e g ú n nuestra d e f i n i c i ó n de cult ura, las normas que de

esta forma una persona atribuye a un determinado conjunto de

otras constituyen para él la cultura de este conjunto.31 Este conjunto

30. Del l a t í n proprio, "peculiar a uno mismo", y specíus, " v i s i ó n " , "perspes-

tiva". E l griego nos d a r í a idiorama, pero rechazo esta alte rnati va debido a los

usos que ya ha recibido —orama en otros neologismos ingleses Wallace (1961,

p á g s . 15-16) se ha referido al propriospecto, desafortunadamente, como el "la

berinto" del individuo. Me he referido a él, con t o d a v í a menos fortuna, como

l a "cultura privada" del individuo (1963, pág. 260). Wallace t a m b i é n iguala l a b irinto con cultura, diciendo ( pág . 16): "E l laberinto es al indi viduo lo que lf

cultura es al grupo". A q u í reservaremos el t é r m i n o cultura para referirnos a

algo que se percibe como la propiedad del conjunto de otros.

31. E s t a c o n c e p c i ó n de la cult ura se parece evident emente a lo que el f i l é

sofo G. H. M ead (1934, p á g s . 152-163) denominaba el "otro generalizado".

227

 

es para él una entidad significativa en su medio ambiente humano,sin tener en cuenta si sus miembros t ambién se perciben a sí mis

mos como una entidad, o si están o no organizados de alguna foi

ma como grupo que funciona. En la medida en que una persona

encuentra que debe atribuir distintas normas a distintos conjuntos

de otros, percibe estos grupos como poseedores de distintas culto

ras. Por este sistema, cada propriospecto de un individuo llega a

incluir diversas culturas distintas que asocia con lo que para él son

grupos significativos de otras personas. El resultado puede repre

sentarse como

p=(a-f-b+c-f-.. .)+x,

sobre las normas que él ha a bs t ra í do a partir de su e.xpe ia d.

lo que para él constituye un conjunto significativo de o l i o s \m

él atribuye a ese conjunto como las normas mediante las niales sus

miembros llevan a cabo sus asuntos.

Cuando un individuo A percibe que un individuo B es compe

tente en las normas (la cultura) que atribuye al grupo X, y cuan

do B percibe que A es competente en las normas que él atribuye al

mismo grupo X , entonces A y B se consideran a sí mismo y al o t r o

como sabiendo actuar de acuerdo con las «mismas» normas. Puesto

que tienen percepciones similares deotros miembros adultos del pi n

po, mientras que al mismo tiempo perciben la incompetencia de los

ni ños y los e x t r a ñ o s ; naturalmente venestas normas, en las que tie-

nen una competencia similar, como propiedad del mismo grupo.

Como tales, estas normas parecen existir al margen de los i n d i v i -

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 113/125

donde el propriospecto de un individuo (p) consta de las distintas

culturas (a, b, c, etc.) queatribuye a los correspondientes grupos de

otras personas, junto con las otras formas, creencias, valores y rece

tas (x) que él ha desarrollado a partir de su propia experiencia de

las cosas, al margen del resto de la gente, y que no atribuye a na-

die más .

Una persona no sólo puede atribuir distintos sistemas de normas

a distintos conjuntos de otras personas, sino que t a mbi é n puede

ser competente en más de uno de ellos; es decir, ser competente en

má s de una cultura. Esto es frecuente en el caso de los americanos

cultos de ascendencia extranjera o entre las personas que han con

seguido seraceptadas en unaclase social más alta queaquella en que

crecieron cuando eran n i ñ o s . En la dirección de sus asuntos, una per

sona debe escoger entre lasdistintas culturas de su repertorio la que

considera más adecuada para sus propósi tos en una ocasión dada.La que escoge es la cultura operativa de esa o c a s i ó n . En la medida

en que se identifique con un determinado grupo de otros, considera

la cultura que asocia con ese grupo como su cultura. No obstante,

debemos resaltar que, igual que los individuos pueden ser p o l í g l o t a s ,

t a mbi é n pueden ser pluriculturales, estando determinada la concreta

cultura quedebe serconsiderada como la suya —cuando hablamos cic

la cultura de unapersona— porconsideraciones de identificación so-

cial más bien que simplemente por la competencia (aunque, eviden

temente, la cultura del grupo con que una persona se identifica es

casi inevitablemente una en la que el individuo es muy competente).

Merece lapena hacer unadisgresión para observar que el concepto

a n t ropo l óg i c o de cultura es en sí mismo un producto de la experien-

cia humana c o m ú n de que las normas y las expectativas que apren

demos a atribuir a una persona pueden generalizarse, para propósltos p r á c t i c o s , a otras personas, pero no a todas. Esta experiencia

requiere que la gente distinga distintas clases de personas, teniendoque ser comprendida cada clase en t é rminos de carac ter í s t icas y <« le

yes» peculiares. Si todas las personas operaran en t é rmi nos de las

mismas normas, sin presentar contrastes, nunca se hubiera conce

bido la idea de cultura. Ladescripc ión quehace un a n t ropó l ogo de

la cultura de un pueblo es una exposición de las generalizaciones

228

duos, que van y vienen en el ciclo de nacimientos y defunciones. Al

ser percibidas como propiedad de un grupo, tienen una existenciapropia independiente, y fácilmente se reifican como un objeto, como

algo a lo que la gente se remite, y a lo que ellos mismos se en-

cuentran respondiendo. Al hacernos losde má s demandas en nombre

de este objeto —en nombre de lo que ellos entienden queconstitu

yen las normas del grupo—, vemos nuestro propio comportamiento

como restringido, conformado e incluso «determinado» por ese obje

to. Deeste modo, lasnormas queproyectamos sobre el grupo se con

vierten en una cosa con la que contar, una fuerza exterior de gran

importanc ia para comprender nuestro comp ortamien to. Desde esta

perpsectiva resulta claro por qu é ant ropólogos de concepciones tan

diversas c omo A. L. Kroeber y Leslie White se hanpuesto de acuerdo

en concebir la cultura como supraindividual y como gobernada por

factores distintos de los que gobiernan el comportamiento individual

(Kroeber, 1948b). Aunq ue esta generalización es el resultado de unai lus ión humana nacida de generalizar sobre los otros, no obstante,

los hombres viven gracias a sus ilusiones —gracias a las abstraccio

nes y generalizaciones— y al hacerlo así las convierten en reales.

Hablando con rigor, la pertenencia de una persona a un grupo

que tiene una cultura común es tá determinada por la medida en

que el individuo mismo se revele competente en las normas que

atribuimos a los otros miembros del grupo; es decir, en la medida

en que parezca estar enculturado en lo que nosotros percibimos

como la cultura del grupo. Desde este punto de vista, es posible

que una persona pertenezca a má s de un grupo de cultura c o m ú n ,

pues puede ser competente en má s de un conjunto de normas. La

pertenencia en cuanto asunto de competencia cultural, hemos dicho,

es distinta de lapertenencia en el sentido sociopsicológico de la iden

t ificación propia, o de ser identificado y aceptado por los d e m á s ,

como miembro de un grupo. Se puede ser competente en la cultura

francesa sin tener la identidad social de « f r a n c é s» . Puesto que la

competencia en las normas que se asocian con un conjunto de otras

personas sólo puede desarrollarse mediante unainte racc ión intensiva

con, al menos, algunos de esos otros, losconjuntos de personas que

229

 

•.un i oinpe tcntes en lo que perciben como la misma cul tura se supci

ponen cu gran medida a los conjuntos de personas que participanicpctidamente unos con otros en una o más actividades. Cuanto

mayor es la variedad de actividades en que repetidamente se rcla-

* i ' . n . u i , mayor es el abanico de asuntos en que ellos mismos se con

aderan competentes en las mismas normas.

Debemos resaltar a este respecto que puede obtenerse Inmediata

mente un alt o grado de competencia, especialmente en el comp on a

miento social y en el conocimiento de las obligaciones sociales, de

viniendo competente en los roles sociales suplementarios más bien

que d es emp eñ an d o directamente los propios roles. Por ejemplo, el

niño desarrolla una gran competencia sobre cómo actuar de la mis

ma manera que su padre o su madre gracias a su in teracción con

sus padres; en consecuencia, cuando se convierte en padre, lo que

in . i.ulo de los que se tratan con los individuos de olios conglomc

lados, por lo menos en el contexto de esa actividad o con piulo de

actividades. Tales conglomerados son grupos naturales. Si los iniein

broa de un conglomerado son conscientes de sí mismos como enti

dad con conti nuidad y distinguen entre miembros y no niiemluns

mediante algunos criterios de pertenencia (o de elegibilidad para

poder ser miembro s), el conglomerado constituye una sociedad en

el sentido más amplio y más simple del término. En este sentido

hemos venido hablando hasta ahora de sociedad.

Existen dis tintas clasif icaciones de los grupos y de las sociedades

según la clase de actividades con que es tén asociados y según la

manera que tengan para surtirse de miembros, pero en este ensayo

no nos ocupamos de tales clasifi caciones . De lo que nos ocupamos

es de que, en la p r ác t i ca , los an t r o p ó lo g o s raramente han conside

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 114/125

previamente ha aprendido a esperar de sus propios padres le pro

porciona ahora una clara idea de qué esperar de sí mismo. Una repet ic ión má s directa de los roles adultos tiene lugar en los juegos y

el deporte (Roberts y Sutton-Smit h, 1962).

La percepción de la competencia co mú n proporciona una base

para que las personas se identifiquen mutuamente como siendo la

misma clase de personas. Fomenta un sentido de etnicidad co mú n .

Lleva a la gente a investigar entre sí la dirección de otras activida

des y da origen a redes sociales relativamente estrechas y a grupos

aislados. Siempre que encontramos tal red o grupo social supone

mos que, por lo menos en algunos sentidos, sus miembros adultos

pueden considerarse competentes en lo que perci ben como un con

junto de normas comunes. Tamb ién suponemos que las normas que

aprendemos a atribuir a los miembros concretos de una red o grupo

co n quien nos tratamos son las que pueden atribuirse con seguridad

a los otros miembros del grupo y al grupo como un todo. Estas su

posiciones pueden no ser siempre válidas, pero lo más probable es

que lo sean. Operamos sobre la base de estas suposiciones hasta

que la nueva exper iencia exige que las modifiquemos. Los antropó-

logos lo han hecho así en sus investigaciones etnográf icas de la mis

ma manera que todo el mundo lo hace para dir ig ir sus asuntos.

Cultura y sociedad

Hemos mencionado cómo, cuando las personas se perciben unas

a otras como competentes en lo que consideran la misma cul tur a,

esta percepción refuerza su sensación de ser un grupo y su concien

cia de t al. Pero todavía no hemos intentado una definición formalde los términos «grupo» y «sociedad».

Si tomamos como punto de referencia una actividad o un con

junto de activi dades y examinamos la frecuencia con que las perso

nas se tratan entre sí en re lación , con ellas, descubriremos que la

gente se divide a sí misma en conglomerados, t r a t án d o s e más fre

cuentemente entre sí los que quedan dentr o de un mismo conglo-

230

rado los simples conglomerados asociados con una o unas cuantas

actividades como las unidades a las que asociar el fenómeno de lacultura. 32 Antes han observado todas las actividades en que la gente

p.niicipa activamente o de cuya real ización dependen de los otros,

v lian tomado como su modelo de sociedad al conglomerado de los

conglomerados que los abarca a todas, o a casi todas, y que al

un ano ti empo parece constituir un aislado natur al. (Para distint as

definiciones de sociedad, véase Mayhew, 1968.)

E s t a s .o, iedades mayores y relativament e autosuf icientes pueden

e s t . u delimitadas de forma vaga o clara. (Para un tratamiento de

l o . limites, véase Barth, 1969.) Dent ro de ellos, los dis tin tos conglo

merados subsidiari os asociados con una clase de actividad pueden

i congruentes o casi congruentes con los conglomerados asociados

co n otras actividades. Los grupos d o més t i co s de una aldea, por ejem

plo, pueden pa rtic ipar en muchas clases distintas de actividades

como unidades separadas. Por otra parte, los grupos subsidiarios deuna sociedad autosuticiente pueden diferir en cuanto a compos ición

de una actividad a otra, superponiéndose y c r u zán d o s e los miem

bros de unos y otr os, como ocurre en las modernas poblaciones

urbanas. Todos los miembros de una sociedad pueden tratarse di

rectamente con iodos los d emás miembros, estando el conjunto fuer

temente unido poi ii s pautas de in teracción; o bien los miembros

no pueden conocer personalmente a todos los d emás , estando la so-

32. Sin lugar a dudas, han habido estudios antropológicos sobre hospitales ygrupos ocupacionales —incluso de familias (Roberts, 1951)— como unidadestransportadoras de cultura. Pero estos grupos han sido considerados como comunidades o partes de comunidades implicadas en una diversidad de activi-dades, y su estudio ha sido poco frecuente en comparación con los estudios decomunidades de aldea, bandas y vecindarios. Se ha asociado tan fuertemente

la cultura con las comunidades y los grupos sociales —como distintos de lasactividades— en la práctica antropológica que suele leerse sobre la gente como"miembros de una cultura", una idea verdaderamente sin sentido, como inmediatamente resulta evidente si seguimos sus implicaciones y hablamos de lagente como "miembros de una lengua". No se puede ser miembro de un conjunto de normas ni de una masa de conocimientos y costumbres. Pero talesson las absurdidades a que pueden conducir la igualación de cultura con elgrupo.

231

 

i ii (l.ul laxamente unida y p a r e c i é n d o s e , en la for ma en que sus

miembros se trat an entre sí , a una red ramificad a.Tales diferencias de la estructura de grupo y societal son s i g m f i

Cativas para las cuestiones que se refieren al mant enimient o del

consensus social sobre el contenido de la cult ura. Pero no s e r í a pro

ductivo tratar de definir el f e n ó m e n o de la cul tur a con respecto a

una clase de grupo, tal como la comunidad de aldea p e q u e ñ a , gco-

l ' i á ti c a m e n t e limitada, fuertemente unida y e n d ó g a m a : la clase de

comunidad que los a n t r o p ó l o g o s han encontrado más f á c i l de descri

b i r . D e f i n i r la cultura en tales t é r m i n o s es centrarse sobre un caso

concreto a expensas de perder tanto el f e n ó m e n o de la cultura como

su r e l a c i ó n con las sociedades autosuficientes en toda su comple

jidad, complejidad que vimos ejemplificada en el caso de los indios

de l Amazonas con que empezamos este ensayo. La r e l a c i ó n de la

conjunto concreto de c a r a c t e r í s t i c a s es hacer a b s t r a c c i ó n a partirde la real idad obje tiva . Los ejemplares indivi duales pueden aproxi

marsc a esta a b s t r a c c i ó n , pero ninguno de ellos puede conlonuarsecompletamente a ella.

De forma similar, la cultura p ú b l i c a de un grupo consista an Lai

versiones in divi duale s propi as de los miembro s adultos del grupo

reconocido s por los otro s miembr os adult os como competentes en

cuanto a cumplir sus mutuas expectativas. Nunca existen dos venianes i d é n t i c a s sobre las formas, las creencias, etc., y sin embargo la

v a r i a c i ó n entre ellas se mantiene dentro de l í m i t e s mediante el pro

ceso de ajuste selectivo que acabamos de describir: l l a m é m o l e s se-

lección normativa. Cada v e r s i ó n (incluyendo la del e t n ó g r a f o ) consti

tuye un ejemplar socialmente prod uctivo de la cult ura p ú b l i c a , si la

persona que opera con ella es juzgada socialment e competente por

sus c o m p a ñ e r o s . Podemos pensar en la cultura p ú b l i c a comprendien

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 115/125

cultura con tales sociedades es lo que vamos a tra tar ahora.

Evidentemente, para las personas que se tratan continuamente

co n otras constituye una ventaja su competencia en lo que perci

ben como las mismas normas. Tales personas llegan, por tanto, a

una mutua c o m p r e n s i ó n sobre qué normas esperan los otros que

dominen y sobre qué normas esperan que utilicen como cultura ope

rativa en las actividades en que se tratan mutuamente. Las normas

que convienen para estos p r o p ó s i t o s puede decirse que constituyen

su cultura pública para estas actividades.

Como hemos dic ho, las personas que utilizan lo que ellos consi

deran como la misma cultura en sus tratos con los otros tienen

cada cual su propia c o m p r e n s i ó n o v e r s i ó n personal de lo que es

ta l cultura. En sus tratos mutuos, la mala c o m p r e n s i ó n lleva a cada

individuo a ajustar su propia v e r s i ó n de la cultura p ú b l i c a para

que concuerde mejor con las expectativas de sus c o m p a ñ e r o s . Por

supuesto, tales ajustes no los hace igual todo el mundo. Unos miem

bros del grupo son reconocidamente má s competentes que otro s

y los ancianos en general son má s experimentados que los j ó v e n e s .

E n consecuencia, las versiones de la cul tura p ú b l i c a del grupo que

sostienen las autorid ades reconocidas prop orci onan las expectativas

hacia las que los otros ajustan progresivamente sus propias versio

nes. Este proceso de ajuste selectivo lleva a una c o n g l o m e r a c i ó n

modal de las versiones indi viduale s de lo que todos at ribu yen al

grupo como su cultura p ú b l i c a .

Objetivamente considerada, pues, la cultura p ú b l i c a de un grupo

no es distinta de una especie b i o l ó g i c a , pues las especies constan

de una serie de in divi duos tales que nunca existen dos i d é n t i c o s y,

si n embargo, la v a r i a c i ó n entre todos ellos e s t á contenida dentro

de los l í m i t e s gracias al proceso que denominamos s e l e c c i ó n natural.De este modo, la especie es un conglomerado moral de c a r a c t c r í s t i

cas f í s i c a s y de comportamiento. Cualquier individuo cuyas carac

t e r í s t i c a s le permitan procrear con sus c o m p a ñ e r o s constituye un

ejemplar b i o l ó g i c a m e n t e productivo de la especie. El conjunto de la

especie puede pensarse como un abanico de variaciones o un con

junto de tendencias modales. Pero desc ribir la en t é r m i n o s de un

232

do un abanico de variaciones entre sus ejemplares socialmente pro

ductivos, o podemos pensarla como la tendencia modal que se daentre ellas. Pero describirla es hacer una a b s t r a c c i ó n —la v e r s i ó n

d e l e t n ó g r a f o — que, en el mejor de los casos, puede ser otro ejem

plar socia lmente p rod uct ivo , pero a la que no se puede esperar que

se conforme exactamente n i n g ú n otro ejemplar.

Subjetivamente, pues, la cultura p ú b l i c a de un grupo consiste en

las normas que una persona atribuye a los otros miembros del grupo

o al grupo como un todo. Vista así , es algo unitario. Objetivamente,

si n embargo, la cultura p ú b l i c a de un grupo es una c a t e g o r í a taxo

n ó m i c a que abarca las distintas versiones subjetivas de la cultura

p ú b l i c a del grupo que sostienen individu almente los miembros del

grupo. La c a t e g o r í a contra sta como tal con las c a t e g o r í a s asociadas

a los otros grupos.

Tanto la v e r s i ó n subjetiva como la objetiva juegan papeles necesarios c importantes en la d e s c r i p c i ó n y en la t e o r í a cultural. Es

importante tener claras las diferencias entre ellas y sobre c ó m o se

relacionan mutuamente. Por ejemplo, Hammel (1970) e n c o n t r ó que

100 informadores yugoslavos de Belgrado le dieron 100 determina

ciones de prestigio distintas sobre la misma lista de ocupaciones. Dos

procedimientos e s t a d í s t i c o s distintos le dieron dos « m o d e l o s de con

s e n s u s » distintos sobre el prestigio de las ocupaciones. Uno se ba

saba en toda la lista de ocupaciones; el otr o se basaba en aquellas

partes de la lista que eran más p r ó x i m a s a la o c u p a c i ó n de cada

informador, r e u n i é n d o s e luego los « m o d e l o s de c o n s e n s u s » de cada

o c u p a c i ó n para crear un modelo global. Cada individuo tiene su vi

s i ó n subjetiva de la cultura p ú b l i c a relativa al prestigio de las ocu

paciones, pero el e t n ó g r a f o tiene que abstraer una s í n t e s i s de las

versiones ind ividuales para caracterizar la cultu ra p ú b l i c a desde unaperspectiva « o b j e t i v a » .

Hemos definido la cultura p ú b l i c a de un grupo como las nor mas

que los miembros del grupo esperan que u t i l i z a r á n los d e m á s para

operar en sus tratos mutuos. Por tanto, una cultura p ú b l i c a —consi

derada subjetiva u objetivamente— no necesita contener una sola

233

 

cultuia < -11 el sentido de un sistema organizado de normas. Supon

gamos, por ejempl o, que somos miembros de una familia en la (pa

se h a b l a inglés la mayor parte de las veces, pero siempre se habla

1 i .mcés en la comida, prohibiéndose el inglés. En este caso, los miem

bros del mismo grupo operan unos con otros según dos conjuntos

distintos de normas lingüísticas. La cultura propia que atribuyo a

esta familia, y que debo utilizar como cultura operativa para íun

cionar aceptablemente como miembro de ella, incluye tanto el inglés

como el francés. Este ejemplo puede sorprendernos por extraño,

pero el fenómeno que ilustra es normal. Piénsese, por ejemplo, en

una comunidad escolar donde se juega al fútbol en otoño y a l béisbol

en primavera, y donde todos los jóvenes confían en tomar parte en

ambos deportes. Los juegos son tan distintos que saber uno sirve

de poca ayuda para aprender el otro, pero ambos forman parte de

del poder, cada una en su propio context o, sin tener la sensación deincoherencia.

Además de los d i s t i n t o s sistemas de normas de la cultura pública

de una sociedad en la que todos los miembros son competentes, hay

otros en los que sólo son competentes ciertos miembros. Algunos

tic e s t o s s i s t e m a s pueden asociarse con subgrupos dentro de la socie

dad, tales como los gremios profesionales organizados y similares.

A < l " ' 1 1 < ""q>l< n.eut.u icdad pertenece a los grupos y a las categorías

( l r l a s I " '••""..s dentro de- la sociedad más bien que sólo a las oca-

' , , N , L < " 1 V !<»•• piopos i tos . Tales subgrupos o categorías pueden servir

tomo espe» ¡ a l i s tas , utilizando el sistema de normas en que son com

petentes para proporcionar servicios a los demás. Los concretos sis-

temas de noi mas asi utilizados constituyen especialidades dentro de

c u l t u i a pub l i ca global de la sociedad. Aquellos sistemas en que

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 116/125

las cosas que los miembros de la comunida d deben aprender con

objeto de operar en ella aceptablemente. Aquí no dudaríamos dedecir que tanto el fútbol como el béisbol forman parte de la cultura

que at ribui mos a la comu nidad. De donde se deduce que los muy

distintos cuerpos de conocimientos asociados con la pesca y la agri

cultura, ambos emprendidos por los mismos hombres en una comu

nidad de aldea truk, forman parte de esa cultura de la comunidad.

Hasta este momento hemos igualado el lenguaje y la cultura, tra

tando a ambos como sistemas organizados de normas de comporta

miento. Pero, en este sentido, la pesca y la agricultura constituyen

dos culturas distintas entre los truk, exactamente como el inglés

y el francés son distintas lenguas. Está claro que cuando hablamos

de la cultura de una sociedad como las cosas que se deben saber

con objeto de comportarse de manera aceptable como miembro de

ella, nos referimos a un cierto número de disti ntos sistemas de nor

mas y no a uno solo. Estos distintos sistemas están en sí mismosorganizados de acuerdo con normas o principios de más alto nivel que

determinan qu é concreto sistema es adecuado para cada ocasión.

En los ejemplos presentados, las dos lenguas y las dos activida

des de subsistencia, respectivamente, sirven esencialmente al mismo

tipo de propósitos, comunicativos en u n caso y nutritivos en el otro.

Así pues, en gran medida son compet iti vos con respecto a los pro

pósitos que sirven y encajan dent ro del mismo sistema cultural ma

yor mediante su distribución en ocasiones complementarias. No obs

tant e, otros sistemas dis tintos de normas pueden ser complementa

rios para los propósitos. Tal sería, por ejemplo, el caso de dos sis

temas de normas en que uno determinara las actividades que sirven

a fines económicos y el otro determinara las actividades que sirven a

los fines psicológicos o espirituales que denominamos religiosos. Es

evidente que los dist int os grandes sistemas de normas de la cultura

pública de una sociedad se mantienen entre sí en la misma clase de

relación que nosotros ya hemos considerado con respecto a la orga

nización de las recetas y rutinas habituales. De este modo, en los

Estados Unidos, los mismos individuos pueden profesar y practicar

la ética del cri stia nismo, del laissez-faire económico y de la política

234

se espera que t odo el mundo sea competente, incl uyendo las normas

que (l e leí minan las relaciones especialista-cliente, son universales enla <oli . i i . . p o l . l ú a . (Para un tratamiento de las especialidades y los

" " . v . . .l es ( i i l i males , véase Linton, 1936, Capítulo 16.)

oi ios sistemas de normas asociados con subgrupos concretos pue-

d e u se i uti lizados por sus miembros de forma regular cuando se tra-

lan ' u n , i , oí no en el caso de que utilicen distintas lenguas o argots

entn • l íos , |x ro no con los otros miembros de la sociedad mayor.

, ) ( U K M I O . un a cultura puede servir como cultura pública de un

Mihgmpo, mientras que otra cultura sirve como la cultura pública

de la s.Miedad mayor de la que forma parte el subgrupo.

Es p i o b a b l e (pie las actividades cuya realización está confinada a

s ub g i u po s de nn, , de la sociedad mayor estén controladas por nor

mas (pie pi, . . . l u í una considerable variación de un subgrupo a

< ) l l n 1 ddciencias de las distintas culturas públicas que contro

la " i ; " ' a ""•> de , i.e act ividades pueden ser notables, pero son de, - n t lase que no interfieren seriamente con la capacidad de los

miembros de los distintos subgrupos para interaccionar en las re-

lativainenti potas ocasiones en que deben trabajar juntos en esa

actividad. Pues, en tal actividad, el grado de diferenciación entre

las distintas culturas públicas de los subgrupos de la sociedad son

análogas a las existentes entre los dialectos de una lengua. Los

antropólogo. ., lelieien a este nivel de diferenciación como subcul-

tural y hablan de que los grupos tienen distintas subculturas. Lo

que implica que la cultura es a la subcultura como la lengua al

dialecto y la especie a la subespecie. Otra vez aquí, hablamos obje

tivamente de la cultura pública de la sociedad en sentido taxonómi

co, no de un sistema de normas, sino de un conjunto de sistemas

funcionalmente equivalentes (tales como los sistemas de la etiqueta

o de la agricultura) cuyos respectivos contenidos son tales que el

comportamiento de una persona que opera en términos de uno de

los sistemas no es incomprensible para otra que lo interpreta en

términos de otro sistema Incluido en el conjunto.

Dentro de la cultura pública de una sociedad existen diferencias

entre los individuos, asociadas con las especialidades y las subcul-

235

 

t i n a s cu la medida de sus competencias. Puesto cpie normalmen te

la competencia en un sistema de normas s ó l o puede adquirirse medi.mie la prolongada i n t e r a c c i ó n con las personas que ya son COtTl

petcntes, las diferencias de competencia tienden a estai aso< iadas

las fronteras sociales dentro de la sociedad más amplia. Tales dif<

rencias, por tanto, suelen servir como indicaciones de la Identidad

social, como la edad, el sexo, la casta o la clase. A d e m á s , las de,

tintas competencias de una persona, entre otras cosas, es probable

que const ituyan su pasaporte de a c e p t a c i ó n dentro del grupo laboral,l a sociedad profesional, la c o n g r e g a c i ó n religiosa o el club social.

Algunos sistemas de normas en que pueden ser competentes los

miembros indi viduale s de la sociedad han sido aprendidos a conse-

cuencia de un contacto í n t i m o con los miembros de otras socieda-

des. Estos individuos no u t i l i z a n normalmente esas normas como

n i / . u ion c o m p l e j a de tradiciones separadas y de sus partes c o n . i i

I u l i vas.

l a complicada r e l a c i ó n de la cul tur a y la sociedad que hemos

< i . lo considerando nos ha llevado ahora a distinguir distintos sen-

i l .l o s del leí mino « c u l t u r a » . Cada sentido es ú t i l para una t e o r í a

social y c u l t u r a l , y cada uno de ellos se relaciona de forma s i s t e m á -

tica con todos los d e m á s . Concluiremos esta s e c c i ó n r e v i s á n d o l o s

como sigue:

1. Cultura en el sentido general del sistema de normas para

contener varias de estas culturas. Tratamos de este sentido del t é r

mino cuando cons ideramos el contenido de la cul tur a y su r e l a c i ó n

c o n la c o n s t i t u c i ó n b i o l ó g i c a , p s i c o l ó g i c a y de comportamiento del

hombre, y cuando hablamos de la cultu ra como un at ri bu to de todos

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 117/125

parte de su cultura operativa cuando tratan con miembros de su

misma sociedad. Reducen su u t i l i z a c i ó n al trato con los miembros

de las sociedades ajenas con las que e s t á n asociadas. Pero estos

otros sistemas de normas de sus propriospectos se manti enen como

alternativas de su repertorio cultural personal, alternativas a las que

se puede recurrir en circunstancias extraordinarias ( v é a s e L i n t o n ,

1936: 273). Forman parte del pool de culturas de la sociedad, de

la misma manera que las lenguas conocidas por cualquiera de los

miembros de una sociedad forman parte del pool de lenguas, pero

no tienen un papel establecido que d e s e m p e ñ a r en la d i r e c c i ó n de

ninguna de las actividades que s ó l o incluyen a miembros de la so-

ciedad o de sus sub grupos. No ocupan un lugar en el sistema global

de culturas p ú b l i c a s mutuamente ordenadas de la sociedad.

Por supuesto, este sistema global constituye lo que los antro-

p ó l o g o s tienen generalmente presente cuando hablan de la « c u l t u r ade una s o c i e d a d » . Representa precisamente la medida de lo que

u n o debe saber, o profesar creer, para poder operar de forma acepta

b le para sus miemb ros en cualquier rol que sea asignado. Como

t a l , la cultura de una sociedad no debe confundirse con los c o n t é

nidos totales de su pool de culturas. Es la parte del pool que ha

adquirido un estatus habitual para los miembros de la sociedad o

de cualquiera de sus subgrupos. Consta de sistemas de normas reíativamente aislados referentes a las distintas clases de actividades

y tipos de sistemas a los que hablamos normalment e, como son el

lenguaje, la r e l i g i ó n , la propiedad, la arquitectura, la metalurgia, la

agricultura, e t c é t e r a . Cada uno de tales sistemas, a p r e n d i é n d o s e y

t r a n s m i t i é n d o s e independientemente o semiindependicntemente de

todos los d e m á s , constituye una tradición distinta. La cultura di

una sociedad no s ó l o incluye aquellas tradiciones que son c ono» idasp o r todos sus miembros y que funcionan como universales en la

cultura p ú b l i c a global, sino que t a m b i é n incluye las tradiciones que

sirven de culturas p ú b l i c a s a s ó l o algunos subgrupos comprendidosen ella, sean como especialidades o bien como culturas o l u b t ni

turas d e grupos e s p e c í f i c o s . La Cultura de una sociedad (la escri

biremos de a q u í en adelante con C m a y ú s c u l a ) es, p u e s , una o i g a

236

lo s hombres.

2. La cultura de un grupo, considerada subjetivamente como

e l sistema o sistemas de normas que una persona atr ibuye al con-

junto de las otras personas. El proprios pecto de una persona puede

contener varias de estas culturas. Tratamos de este sentido del t é r

mino cuando consideramos las culturas concretas como productos

d e l aprendizaje humano y cuando tratamos de describir culturas

concretas en e t n o g r a f í a , siendo tales descripciones resultados del

aprendizaje del e t n ó g r a f o .

3. La cul tur a operat iva de una persona, siendo el concreto sis-

tema de normas de su propriospecto que u t i l i z a para interpretar el

comportamiento de los d e m á s o para guiar su propio comporta-

miento en una o c a s i ó n dada. Tratamos de este sentido del t é r m i n o

cuando intent amos comprender el ro l de la cultu ra en la i n t e r a c c i ó n

social y en los procesos mediante los cuales puede decirse que la

gente llega a compa rti r una cultura.

4. l a cultura p ú b l i c a de un grupo, que consta de todas las ver-

siones Individuales del sistema o los sistemas de normas que los

miembros de un grupo esperan que los d e m á s u t i l i c e n como sus

culturas operativas en las distintas actividades en que se tratan mu-

tuamente. La versión propia de cada i n d i v i d u o de la cultura p ú b l i c a

corresponde al segundo sentido del t é r m i n o cultura antes mencio-

nado. Considerada objetivamente, la cultura p ú b l i c a es una c a t e g o r í a

o clase que consta de todas sus versiones individuales, estando con-

tenidas las variaciones dentro de los l í m i t e s de estas versiones, gra-

cias al proceso que hemos denominado de s e l e c c i ó n normati va. Unacultura p ú b l i c a puede constar de varios sistemas separados de nor-

mas, constituyendo cada uno una t r a d i c i ó n distinta dentro de ella.

Este sentido del té rmino cultura resulta aplicable cuando conside-

ramos l a cult ura como la propiedad de un grupo social y cuando

nos ocupamos del mant enimi ento de las tradic iones a lo l a r g ó del

tiempo r e l a c i o n á n d o l o con los grupos.

237

 

5. La cul tur a como un nivel concreto de la j e ra rquía taxonómi

i .1 de- culturas publicas. Consiste en el conjunto de culturas públicasq u e so n lunciona lmcnte equivalentes y mutuamente comprensibles

Cada cultura públ ica del conjunto es una subcultura, estando la < ul

tura en una re lac ión con la subcultura idéntica a la de la lenp.ua

co n el dialecto. Así utilizado, el t é rmino cultura, junto con el de

subcultura, pertenece a la clasificación de los grupos según el grado

de simi lari dad y difere ncia de sus disti ntas culturas públ icas (o de

sus concretas tradiciones dentro de ellas).

6. La Cultura de una sociedad (con C m a y ú s c u l a ) , es el sistema

global de culturas públ icas mutuamente ordenadas pertenecientes a

todas las actividades que se desarrollan dentro de la sociedad. Aquí

nos ocupamos de la cultu ra en cuanto relaci onada con la organiza

S I O I I

de las tradiciones a, h, y d de la Cultura A y sus punios devista y comprensiones personales (x ,) que no atribuye a ninguna otrap eí s. ma.

l o d o s los mie mbros de la sociedad son competente s en las l i a

d ii iones a y /; de la Cultura A (debiendo ser éstas tradiciones como

la l e n g u a , las normas o reglas que controlan la inte racc ión social, los

c á none s del vestuario). Estas tradiciones son universales culturales

de la sociedad. Casi todo el mundo es competente en las tradicio

nes c y d, pero nadie es competente en ambas (como suele ocurrir

en el caso de las actividades en que participa sólo uno u otro sexo).

Sólo unos pocos indiv iduo s son competentes en la t radic ión e, que

es especialmente restri ngida. Los indi vi duos difieren en el n ú m e r o de

tradici ones en que son competentes. E l individuo 9 tiene un abanico

de competencias más limitado, mientra s que el 4 es competente en

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 118/125

ción de las sociedades humanas en foda su complejidad.

7. El pool de culturas de una sociedad, consiste en la suma de

lo s contenidos de todos los propriospectos de todos los miembros de

la sociedad, incluyendo todos los sistemas de normas de que puedan

tener conoci miento los miembros . Este sentido del t é rmi no pertenece

a la cultura en cuanto depósi to de fuentes de conoc imi ent o y habi

lidades que transportan los miembros de una sociedad. Es especial

mente importante para comprender los procesos de cambio de la

Cultura de una sociedad (véase anteriormente 6).

El pool de culturas

Hemos di sti ngui do entre la Cult ura de una sociedad ( con C ma

yúscula) y su pool de culturas. Su pool de culturas consiste en todos

lo s valores, ideas, creencias, recetas y tradiciones que conocen uno

o más mie mbros de una sociedad; en otras palabras, todo lo conte

nido en todos los propriospectos de todos sus miembros. La Cu l

tura consiste en la parte del pool de culturas que const ituye un si ste

ma de tradiciones que funciona como un conjunto de culturas pú

blicas para los miembros de la socedad. La figura 1 represe nta de

forma esquemát ica el pool de culturas de una sociedad, incluyendo

su Cultura con sus di stintas tradiciones componentes.

Como allí se ejemplifica, los miembros de la sociedad se repre

sentan por n ú m e r o s . Cada individuo tiene su propia vers ión de la

Cultura de su sociedad (repre sentada por la let ra A) y de sus dis

tintas tradiciones (representadas por las letras pe que ña s a, b, c, d

y e). El individuo 1 es competente en las tradicione s a y b y d: elindividuo 2 es competente en las tradiciones a, b y c; y así suce

sivamente. Las letras K, L y M representan las Culturas de otras

sociedades en las que tienen alguna competencia algunos i n d i v i d u o ,

de la sociedad de Cultura A. De este modo, el propriospecto del

individuo 1 (p,) incluye una concepción en funcionamiento de la

Cultura K (o de algunas de sus tradici ones ) así como una compren-

238

m á s tradiciones de la Cultura A que ningún otro, excepto el i n d i

viduo 8, y t a mbi é n es competente en dos culturas extranjeras. E v i

dentemente, es en potencia una importante fuente de cultura dentro

de su sociedad.

1. pt - (/«,:#,. b,. -. d.. -  Pt• w , <i> »l » —» •)+(K, . . . ) -f

1

•7Pi (A 2 <2> b , "*» —» .• • ) + ( - —> — , . . . ) +

x i3r.

A

p i (A,- "y *3 ~> ~. . . ) + ( - . . . . ) -f*2

**

<

PA (A 4: "4 - *4 > . . ) • < * • „L 4 > ~ . . . . ) +

XS

3.

I

P% (A s: « s . - , "s. - • . . ) + ( - . - , M. . . . ) +X*

1•

P* (A 6: "<,> K ' 1 . • • ) + ( - . . . ) +X §

xPi = <A7: -, *7 . - • • •) _ ( _ • • • / •

. . . ) +

X*jp_

(iP$ ( a „ : V C» . ~ «",. . . ) _

. . W*1

y. P* (A 9: ~. - . . • . #. . . ) +

X*

*m

F i g . 1. Modelo del pool de cul tura s de una sociedad .

L o s núme r o s 1, 2, etc., representan los individuos de una sociedad de Cultura A.

Detrás de cada número hay una representación de los conteni dos de ese pro-

piiospeeio individual (p). Dentro del primer paréntes i s van las versiones indi

viduales de la (n l in ra A y de las distintas tradiciones de la Cultura A que

conoce (a, b, c, d, e), Dentro del segundo paréntes i s van las versiones del

individuo de las Culturas de otras sociedades (K, L, M) con las que e s t á fami

liarizado. Sería má s exacto, si el espacio lo permiti era, dividir las Culturas

K, L y M en sus tradiciones componentes (Ka, K, Kc, etc.). L a letra x represen

t a lo que pueda haber en el propriospect o del individuo produc to de su expe

riencia privada, distinta de la de las demás personas y que él no atribuye a

ninguna otra persona.

S i concentramos nuestra atención en la columna de la t radic ión a

de la fig . 1, podemos v isualiz ar varias cosas sobre ella. En primer

lugar, la variac ión entre las versiones indi vidual es (a,, a2, fl„)

deben ser tale s que los indiv iduos se vean unos a otros operando

co n la misma t r a d i c i ó n . Este será el caso si la variac ión de las ver-

239

 

sionrs individuales es unimodal en su d i s t r i b u c i ó n o si se atribuye

a d i l ciencias de competencia má s bien que a diferencias en subcul-turas o estilos socialmente reconocidos. No obstante, la v a r i a c i ó n

puede ser bimodal o incluso multimodal, como cuando grupos dis

tintos dentro de la sociedad tienen sus propias versiones S U b c u l t U T S

les de lo que t o d a v í a perciben como la « m i s m a » t r a d i c i ó n . Conforma

cambia la p r o p o r c i ó n y la clase de i n t e r a c c i ó n entre los indivi duos

y los grupos dentro de la sociedad, el grado de v a r i a c i ó n individual y

de diferencia subcultural t e n d e r á a aumentar o a disminuir, s e g ú n

sea el caso.

Conforme los miembros de cada nueva g e n e r a c i ó n maduran, se

miran cada vez más unos a otros y cada vez menos a sus mayores

para c onf irma r su competencia. A lo largo del tiempo, por tan to, la

modalidad a cuyo alrededor se conglomera la v a r i a c i ó n individual

de la Cultura de la sociedad madre). Sin embargo, estas tradiciones

ahora distintas e s t a r á n « g e n é t i c a m e n t e » emparentadas en el s e n t i d ode que ambas han derivado mediante cadenas sin ruptura de ensclianza aprendizaje de lo que la gente del pasado h a b í a percibidocomo la misma t r a d i c i ó n compartida por los miembros de una so

ciedad. 33 Dependiendo de la prof undi dad temporal y del grado de

d i f e r e n c i a c i ó n implic ado, tales tradiciones emparentadas pueden or

denarse t e ó r i c a m e n t e en c a t e g o r í a s g e n é t i c a s a n á l o g a s a las familias

troncos y phila l i n g ü í s t i c o s o bien a los g é n e r o s , familias y ó r d e n e s

b i o l ó g i c o s . Pero tal como e s t á n ahora las cosas, un m é t o d o com

parativo riguroso mediante el cual, a falta de una historia recogida,

se establezcan relaciones g e n é t i c a s —comparable al desarrollado por

l o s l i n g ü i s t a s — , no ha sido t o d a v í a creado para la mayor parte de los

aspectos de la cultura. Los a n t r o p ó l o g o s han dedicado mucha aten

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 119/125

t e n d e r á a cambiar, h a c i é n d o l o de forma considerable a lo largo de

lo s siglos sin que nadie se dé cuenta de que se e s t á produciendo el

cambio. Tal cambio ha sido denominado cultural drift ( d i r e c c i ó n

cultural) (Eggan, 1941: 13), en concordancia con la e x p r e s i ó n

l i n g ü í s t i c a ya establecida «linguistic drift» para el mismo f e n ó m e n o

d el lenguaje (Sapir, 1921: 165 ss.). Evidentemente, la d i r e c c i ó n

cultural y l i n g ü í s t i c a no son igualables al concepto b i o l ó g i c o de di

r e c c i ó n g e n é t i c a . Este ú l t i m o se refiere a la p é r d i d a de alelos en el

pool g e n é t i c o de una p e q u e ñ a p o b l a c i ó n , o al cambio de la frecuen

ci a con que e s t á n representados en tal pool g e n é t i c o , en v i r t u d de

factores casuales o azarosos en cuanto distintos de las presiones

selectivas del medio ambiente. El equivalente cultural es la p é r d i d a

de una t r a d i c i ó n o una forma variante de una t r a d i c i ó n en el pool

de culturas de una p e q u e ñ a p o b l a c i ó n debido a que los pocos i n d i -

viduos que son competentes en ella mueren antes de tener oportunidad de traspasar sus conocimientos. Como s e ñ a l ó Sapir, por otra

parte, la estructura dada de una lengua en cuanto sistema de nor

mas organizado y la necesidad que tiene la lengua de cont inuar como

sistema organizado, incluso mientras cambia, impone importantes

presiones selectivas que l i m i t a n las formas en que puede cambiar

co n facilidad m a n t e n i é n d o s e funcionalmente viable como lengua. De

este modo, en la d i r e c c i ó n l i n g ü í s t i c a operan más bien procesos se

lectivos que no fortuitos. Sapir l l a m ó la a t e n c i ó n sobre los sorpren

dentes paralelismos entre los cambios f o n o l ó g i c o s que se producen

independientemente en i n g l é s y a l e m á n a lo largo de varios siglos

para ilustrar c ó m o la estructura f o n o l ó g i c a de una lengua madr e

c o m ú n l i m i t a las posibilidades de cambio f o n o l ó g i c o en sus leu

guas hijas.

Si los miemb ros de la sociedad ejemplifi cada en l a fi g . 1 se- dividen en dos sociedades, el bajo í n d i c e o la total ausencia de in te i

a c c i ó n e n t r e los miembros de estos grupos ahora distintos permi

t i r á que la d i r e c c i ó n cultural se produzca con independencia en

cada uno de ellos y sigan cursos gradualment e divergent es. l a

t r a d i c i ó n a de cada sociedad h i j a se c o n v e r t i r á finalmente en dos

tradiciones distintas (como s u c e d e r á con otras tradiciones derivadas

240

c i ó n a trazar el origen y la e x p a n s i ó n ( t é c n i c a m e n t e llamada «di fu -

s i ó n » ) de las tradiciones concretas (o conjunt os de tradiciones presumiblemente emparentadas) de la historia humana; pero hasta el

momento, nuestra c o m p r e n s i ó n de la naturaleza de la cul tur a y de

lo s procesos culturales no ha sido suficiente para resolver los pro

blemas m e t o d o l ó g i c o s de identificar las tradiciones emparentadas,

s i t u a c i ó n que plantea un importante d e s a f í o a las futuras inventiva

c i n v e s t i g a c i ó n . 34 Lo que debe resaltarse a q u í es que la r e l a c i ó n ge

n é t i c a de la cultura se aplica más f á c i l m e n t e a las tradiciones

separadas que a las distintas tradiciones articuladas que juntas

constituyen la Cul tur a de una sociedad.

E l proceso de d i r e c c i ó n cultural es por sí solo suficiente para

producir cambios en la Cultura de una sociedad en el curso del

tiempo, pero es evidente que hay otros procesos dentro del pool

de cul tura s que afectan su contenido. Mient ras que la d i r e c c i ó n c u l -

tural supone cambios sin discontinuidad de la t r a d i c i ó n , otros pro

cesos producen cambios con clara discont inui dad de alguna clase.

Podemos ejemplificarlo con referencia , una vez má s, a la fig . 1.

Supongamos que la t r a d i c i ó n e, en la que s ó l o son competentes

lo s indi vidu os 4 y 8, es un cuerpo de conocimientos para el diag

n ó s t i c o y la cura di- las enfermedades, y que los indi vidu os 4 y 8son los curanderos de la sociedad. Si ambos mur ier an sin haber

traspasado sus cono< i m í e n l o s de e, esta t r a d i c i ó n d e s a p a r e c e r í a del

pool de culturas y no p o d r í a disponer de ella ninguno de los miem

bros de la sociedad cuando se encuentren enfermos.

Evidentemente, es más probable una p é r d i d a cultural de este

tipo cuando son pocos lo s indiv iduos competentes en una deter

minada t r a d i c i ó n . También es más probabl e conforme las circuns-

33 . Tale s tradiciones emparentadas, especialmente en á r e a s g e o g r á f i c a m e n t e

contiguas, se denominan c o m ú n m e n t e "contradicciones" en la a r q u e o l o g í a ame-

ricana (Rouse, 1954, 1957).

34. Lo s a n t r o p ó l o g o s de la escuela austrogermana de la Kulturkrcislehrc,

especialmente Graebncr (1911), se refirieron a estos problemas m c t a d o l ó g i i <>s

( v é a s e las revisiones de Kluckhon, 1936, y de H c j n c - G c l d c r n , 1964). En los E l

tados Unidos. Sapir hizo una notable c o n t r i b u c i ó n (1916).

241

16 — E L C O N C E P T O DC C C L T U R V

 

tnucías reducen las motivaciones de la gente para adquirir compe

tencia en esta tradición. Por regla general, existen altas mo t i v a c i o n e spara aprender aquellas tradiciones del pool de culturas que funcio

nan como culturas públicas par a los miemb ros de la sociedad y que

se reconocen c omo parte de la Cultu ra societal. Y por regla general

existen pocas motivaciones para aprender las tradiciones de las cul

turas ajenas a pa rt ir de los pocos indi viduos locales que son com

petentes en ellas. Por tanto, en circunstancias normales, esperaría

mos que los conocimientos de las tradiciones de la Cultura extran

jera A i que t iene el individuo 5 desaparezcan del pool de culturas

de la sociedad a su muerte, a menos que algunos individuos tengan

la oportunidad de ir a v i v i r en la sociedad donde la Cultura M está

asociada e independientemente se hagan competentes en sus tradi

ciones.

de la sociedad hagan diferentes elecciones entre tales elementos como

lorma de pensar y actuar que les parezcan adecuadas para realizarsus propósitos y gratificar sus deseos. Tales cambios se producen

a todos los niveles de la organización cultural, desde la sust i tución

de un element o por otro dentr o de una receta a la sust i tución de

toda una receta por otra, o bien a la sust i tución de toda una tradi

ción por otra.

Las sustitu ciones de menor import an cia suelen hacerse sobre ba

ses in dividua les, como cuando u n granjero decide ensayar un nuevo

cultivo. Pero cuando se ven afectadas las expectativas de los demás, y

especialmente sus derechos, por la sust i tución , lo proba ble es que se

produzca una crisis en las relaciones de las personas. Cuando se trata

de un camb io de las reglas de la cult ura pública, debe llegarse a una

decisión a la que debe someterse todo, ya sea mediante algún proce

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 120/125

No obstante, supongamos que la competencia del individuo 5 en

la Cultura Ai incluya el conocimiento de una t radición para diag

nost ica r y cu rar enfermedades dist int a de la tradición e. El falle

cimient o de los in dividu os 4 y 8 sin haber traspasado los conoci

mientos de e crearían probablemente la demanda de que el individuo

5 practicara la tradición médica extranjera que había aprendido. De

este modo una tradición extranjera puede conseguir el reconoci

miento en el pool de culturas como una tradición pública y pasar

a f ormar parte de la Cultura societal A. El individuo 5 puede en

contrar clientes incluso mientras estén vivos los in dividu os 4 y 8,

y luego e y la tradición introdu cida de la Cult ura Ai se convertirían

en tradiciones en competencia dentro de la Cultura A. Tal compe

tencia puede resolverse de distintas formas: una tradición puede

desplazar en último término por completo a la otra; pueden seguir

ambas, una como preferida y la otra como alternativa de recambio;o bien pueden llegar a considerarse adecuadas para distintas circuns

tancia s y convertirs e en complementarias m ás bien que en com

petidoras.

Como implica lo ant eriorment e dicho, la gente cambia sus valoraciones de lo que considera tradiciones propias y ajenas. A través

de sus invenciones y descubrimientos privados, las personas añaden

continuamente al componente x del pool de culturas (Barnett, 1953).A pa rt ir del cont act o con miembros de otras sociedades, alimen ta n

t ambién const antemente con nuevos elementos el pool de culturas.

Estas adiciones pueden consistir en conceptos aislados, proposicio

nes, actit udes de valor, habilidades, o bien en recetas; o pueden

consistir en sistemas enteros de normas, en tradiciones completas.

Estas adiciones proporcio na n referencias para revalor ar las ideas,

creencias, recetas, habilidades y tradiciones y a establecidas en laCultura societal. Tales revalorizaciones pueden reforzar el compromiso con los princ ipios existentes para dirigir los asuntos de la

vida o pueden debi lita r ta l compromiso. Así, el rol, si existe, qu e

juega un elemento dentro del pool de culturas en la dirección de

las actividades —así como en su posibilidad de continuar formando

parte del pool— está condenado a cambiar conforme los miembros

242

dimiento ordenado de la cultu ra pública o bien mediante el resulta

do de un conflicto social y la utilización de fuerza coactiva. Si todo

lo demás se mantiene f i j o , tales decisiones son má s fáciles de adop

ta r en los pequeños grupos, como las familias, que en los grandes.

S o n má s fáciles de alcanzar cuando existe un alto grado de compro

miso de los miembros al grupo que no cuando el compromiso de los

miembros al p.rupo bajo. Fáciles o difíciles, tales decisiones se adop

tan continuamente en toda clase de grupos, grandes o pequeños. Así,

en el an o 1.000 de nuestra era, la althing (asamblea n aciona l) de Is-

landia v o t ó la adopción del cristianismo como la tradición religiosa

con que ocuparían públicamente los islandeses desde aquel momen

to. Ta l sust i tución de una tradición religiosa por otra a nivel de la

cultura pública ha ocu rrid o en otros muchos momentos y lugares,

a veces con disputas y a veces sin. Asimismo, las distintas tecnolo-

gías ylas distintas

etiquetas sociales están siendo constantementeseleccionadas, ent re las altern ativa s inclui das en los polos de cu ltu ra

para sustit uii a las antiguas (o coexistir con las antiguas en un a de

terminada reía» ion ordenada) como partes de las Culturas sociales.

Los verdaderos procesos mediante los cuales se llevan a cabo

tales cambios y las condiciones que los disparan y determinan las

formas que adoptan exceden los límites de este ensayo. No obstante,

debemos señalar que suelen implicar movimientos de reforma visio

narios con carga emocional que son «utópicos» de concepción y « to -

talitarios» en la acción. 15 Implique lo que implique el modelo de un

pool de culturas, como se presentó de forma muy simplificada en la

f i g . 1, propor cion a un entramado de referencias para examina r los

procesos del cambio cultural y la evolución y para considerar los

roles de la ecología, la demografía, las estructuras institucionales

existentes, y la psicología y biología humanas en estos procesos.

Pues parece claro que cuando hablamos de la evolución cultural

de las sociedades, sean simples o complejas, hablamos de los pro-

35. V é a s e el anál i s i s de tales movimientos y sus distintas interpr etaciones

por Linton (1943), Wallace (1956), Worsely (1957), Burridge (1969) y Gerlach

(1970). Véase también Hopper (1950) y Turner y K i l l i a n (1957, p á g s . 307-529).

 

rD lOf que determinan el contenido de los pools de c u l t i n a s y d e t e im i n a n el uso selectivo que hace la gente de los contenidos del p o o l

de culturas de su propia sociedad. Todas las consideraciones rali]

vantes, cuales quiera que sean, pasan necesariamente por el e m b u d o ,

en sus consecuencias, de las decisiones que adopta la gente dfl mi

ñe ra individual y colectiva. La influencia de las circunstancias anihien

tales sobre sus decisiones se ve necesariamente afectada por lo que

la gente quiere, tant o inconsciente como conscientemente, para e l l o s

mismos y para la sociedad; y tanto las circunstancias como los de-

seos están mediatizados po r las limitac iones de sus propri ospecto s

personales, que incluye n las distintas cultura s, tradiciones, recetas,

e t c é t e r a , de que tienen conocimiento personal, y que representan

l o que ellos han hecho indi vidu alment e de su experiencia ante rior .

K l I I K I - . N C I A S

I U I M Y , F . C . 1969 ,Stratagems and Spoils. Nueva Y o r k : Schoken Books.

B A R N i r r r , H O M E R G., 1953, Innovaíion. Nueva Y o r k , M c G r a w - H i l l .B A K T I I , F R E D R I K , 1 9 6 6 , Mudéis of Social Organization. Londres: Royal Anthropolo

gical Insti tute, Occasi onal Paper 23.

B A R T H i F R E D R I K (ed.), 1 9 6 9 , Ethnic Groups and Boundaries. Boston: Little Brown.

B A T E S O N , G R E G O R Y , 1958, Navcn, 2.» ed. Stanf ord: Stanf ord University Press.

B E N E D I C T , R U T H , 1934, Patíerns of Culture. Boston: Houghton Mifflin.

B E R L Í N , B R E N T , D E N N I S E L B R E E D L O V E Y P E T E R H. R A V E N , 1968, "Covert Categories

an d Folk Taxonomies". American Anthropologist, 70, pp. 2 9 0 - 2 9 9 .li i H I N , B R E N T Y P A U L K A Y , 1969, Basic Color Terms. Berkeley: University of Ca

lifornia Press.

B I Í R N E , E R I C , 1 9 6 4 , Gomes People Plays. Nueva Y o r k : Grove Press.

H I K D W I I I S T E L L , R A Y L. , 1953, ¡ntroduction to Kinesics. Louisville: University of

l " i i r A lile Press.

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 121/125

L o s efectos pretendidos y no pretendidos de sus decisiones sobre el

futuro contenido del pool de culturas, sobre el medio ambiente y

sobre la estruc tura de las institucione s —en la medida en; que las

personas se dan cuenta de estos efectos— influyen en el feedback

sobre las definiciones de sus propósi tos en el futuro y sobre sus per-

cepciones de las elecciones entonces disponibles para llevar a la

prác t i c a sus p r o p ó s i t o s .

C on esto concluimos este ensayo. Comenzamos con la cuest ión

planteada por el pluralismo l ingüístico y cultu ral de una sociedad

india del noroeste del Amazonas. Tomando como punto de partida

los fenómenos familiares del lenguaje, tratamos luego de presentar

una forma de ver la cultura y la sociedad que nos permita consi-

derar su exist enci a. como una consecuencia de cómo operan los

seres humanos en cuant o indiv iduos diri gidos por p r o p ó s i t o s . 3 6 En la

medida en que hayamos podido hacer esto, t ambién hemos descubier-

t o que no sólo es posible clarificar las complejidades de la re lac ión

de la cultura con la sociedad, sino t ambién delinear un modelo con-

ceptual que puede tener utilidad para una t eoría general de la esta-

bilidad y del cambio cultural.

3 6 . Aproximaciones similares son evidentes en los escritos de Bailey (!%'»).Barth ( 1 9 6 6 ) . Homans ( 1 9 6 7 ) , Tanner ( 1 9 7 0 ) y Wallace ( 1 % 1 ) . llomaiis establea

i n e q u í v o c a m e n t e (p ág. 106) que "el probl ema centr al de las ciencias .<>< ¡alessigue siendo el planteado, en su propio lenguaje y en su propia ¿ p o c a , p04

Hommcs. ¿ Có m o el comportamiento del individuo crea las car acl ens iic is de

los grupos?" Véase también la similar aproximación al lenguaje de W C Í I I I C H I i .

Labov y Hcrzog ( 1 9 6 8 ) .

244

i

I Í I R D W I I i s T E L L , R A Y L . , 1 9 7 0 , Kinesics and Context. Filadelf ia: University of Penn-

tylvania Press.B R O W N , K O G E R Y U R S U L A B E L L U G I , 1964, "Three Processes in the ChiJd's Acquisition

of Syntax", en E . H. Lenneberg (ed.), New Directions in the Study of Lan-

r.'Kige, pp. 1 3 1 - 1 6 1 . Cambridge, Mass.: M. I. T. Press.

l i e . M I I K , I H A K. v H E R N R Y A. S E U T Y , 1968, Kinship and Social Organization. Nueva

V . o K Macmillan.

H u m i N C , K O U I I I N S , 1970, Man's Many Voices. Nueva Y o r k : Holt, Rinehart and

Wiiiston.

Itiiiunix.i, Ki N I I M , 1%9, New Heaven, New Earth. Nueva Y o r k : Schocken Books.

( HOHÜ I . NOAMi 1 9 5 9 , "Verbal Behavior by B. F. Skinner". Language, 35, pp. 2 6 - 5 8 .i IN . I I A K O I J ) C , 1955, " H a n u n ó o Color Categories". Southwestem Journal of

Anthtt»/»<>!•"• e 11, pp. 3 3 9 - 3 4 4 .C O N N . ( A I U I IO N S,, 1962, The Story of Man, 2.* ed. Nu eva Y o r k : Knopf.

D A I I R B N D O R I ' , R A L P H , 1958, "Out of Utopia". American Journal of Sociology, 64,

pp, li s 127.

D Y I N , I S I I M H I , l'Ms> " O H the Histor y of the Truke se Vowels". Language, 25, pp.

420 4 Ml

«.<\ . iIM o .

l'Ml." S u m e

Aspects of Culture Change in the Northern Philippines".Anuí lino Anthiopologist, 43, pp. 1 1 - 1 8 .P . R V I N , S U S A N M . I ' I M , ' Imitation and Struetural Change in Children' s Language",

en I ll Lonnobcrg (ed.), New Directions in the Study of Language, pp. 163-

189. < . o n h i i . l j - . . Mass M. I. T. Press.

1 1 1 K M S O N , ( o A I n . A . 1939 "Diglossia". Word, 15, pp. 3 2 5 - 3 4 0 .F U R I H I K O N , < I I A H I I S A . 1966. "Assumptions about Nasals: a Sample Study in

P i n • I I O I I I I i n . 1 . . » - i . i l t linvei sais", en J . H. Green berg (ed.) , Universals of Langua-

r.e, 2.» ed . p p M M) Cambridge, Mass.: M. I . T. Press.

I i M S . I I , Im-. . i" , / . \ heory of Cognitive Dissonance, Eva ns to n, 111.: Row,

Peterson.

I - ' I K M I , K A Y M O N I » , I 9 S S , "I niu tion", en W. L . Th omas Jr . ed., Yearbook of Antro-

potogy 1955, pp 237-258. Nueva Y o r k : Wenner-Gren Foundation for Anthropo

logical Research.

F R A K E . C I I A R U L S O.. 1964, "A Struetura l Description of Su banun 'Religious Beha

vior'", en W. I I . (¡(lodeiiou^h (ed.), F.xplorations in Cultural Anthropology,

P P . 111-129. Nuevs Y o r t McOraw H U I .

G B R L A C H , L u n I I . R IV y V I K M N I A I I . H I Ñ E , 1970, People, Power, Change. Indiana-

polis: Bobbs-Mernll.

G I R S C I I N E R . M. 1913, "Die Kaiolineni nsel Namoluk und ihre Bewohner". Baessler-

Archiv, 2, pp. 1 2 3 - 2 1 5 .O O O O B N Ó U O H , E R W I N R . , 1965 The Psychology of Religious Expcrience. Nueva

Y o r k : Basic Books.

G O O D E N O U C H , W A R D H., 1963, Coopcration in Change. Nueva Y o r k : Russell Sage

I oundations.

< KXSXNOUCH, W A R D H. , 1%5. "Rcthinki ng 'Status' and 'Role'", en M. Banton (ed ),

245

 

The Relévame of Modcls for Social Anthropology, pp. 1-14. I . o n d i r s Tavis

lock.

G O O O E N O U G H , W A R D H . , 1966, "Human Purpose in Life". Zygon, 1, pp. 217-229.G O O D E N O U G H , W A R D H. , 1970, Descripction and Comparison in Cultural Añtkropo

logy. Chicago: Aldine.

G R A E B N E R , F R I T Z , 1911, Methode der Ethnologie. Heidelberg: C a r i Wintcr.

G R E E N B E R G , J O S E P H H . , 1957, Essays in Linguistics, Viking Fund Publica! ions m

Anthropology, n.° 24. Nueva York: Wenner-Gren Foundation for AQthropolo

gical Research.

G U M P E R Z , J O H N J . , 1969, "Communication i n Multilingual Communities", e n S. A

Tyler (ed.), Cognitive Anthropology, pp. 435-449. Nueva York: Holt, Rinchail

an d Winston.

G U M P E R Z , J O H N J . , 1962, "Types of Linguistic Communities", Anthropological

Linguistics, 4 (1), pp. 28-40.

G U M P E R Z , J O H N J . y R O B E R T W I L S O N , 1971, "Convergence and Creoli zation", en

D . Hymes (ed.), Pidginization and Creolization of Languages. Cambridge: Cam

bridge University Press.

H A L L , E D W A R D T. , 1959, The Silent Language. Garden City, Nueva York: Dou-

bleday.

K I M U I I , W l L L M O O R E , 1%8, "Social Contract", en International Encyclopedia of

the Social Sciences, vol. 14, pp. 376-381. Nu eva York: Macmillan and FreePress.

K L U C K H O H N . C L Y D C , 1936. "Some Reflections on the Method and Theory of the

Kultui krcislehre". American Anthropologist, 38, pp. 157-1%.

i i m i M , ( i M » I , 1951, "Valúes andValue-Orientations in the Theory of Action"

en T. Parsoni y E . A. Shils (eds.), Toward a Theory of Action, pp. 388-433.

Cambraidge, Ma n. : Harvard University Press.

K PYT O PP, '«•"". 1971, "Ancestors as Elders". Africa (en prensa).

I i I I I I I Í . A. L . , 1948a, Anthropology, ed. revisada. Nueva York: Harcourt, Brace.

( T r . esp Antropología. México: F. C. E . ) .

I i ; . . u . i r -\ . I M H I ) , "White's View of Culture". American Anthropologist, 50,pp -tu'. 414.

K R O R B D R , A. L. , y C L Y DU K L U C K H O H N , 1952, "Culture: a Critical Review of Con-

i < - p i s .uní I ) . I n i i i i i i i i s " . I'apers of the Peabody Museum of Archaeology andI.thnology, 4/(1)

i i I O N , R A L P H i 1 *>.%, The Study of Man. Nueva York: Appleton-Century-Crofts.

i l i . |. / / estudio del hombre. México: F. C. E . ) .

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 122/125

H A M M E L , E . A., 1965, Formal Semantic Analysis, Special Publication. AmericanAnthropologist, 67 (5),Part 2.

H A M M E L , E . A. (ed.), 1970, "TheEthnographer's Dilema: Alternative Models of

Occupational Prestige in Belgrade". Man, 5 (s. n.), pp. 652-670.

H A R R I S , M A R V I N , 1964, The Nature of Cultural Things. Nueva York: Random

House.

H A R R I S , M A R V I N , 1968, The Rise of Anthropological Theory. Nueva York: Tho-

mas Y . Crowell.

H E I N E - G E L D E R N , R O B E R T , 1964, "One Hundred Years of Ethnological Theory in

German-Speaking Countries: Some Milestones". Current Anthropology, 5,

pp. 407-418.

H O C K E T T , C H A R L E S F . , 1955,A Manual of Phonology, Memoir 11 del International

Journal of American Linguistics, 21 (I ), Part. 1.

H O C K E T T , C H A R L E S F. , 1958,A Course in Modern Linguistics. Nueva York: Mac

millan.

H O C K E T T , C H A R L E S F. , 1966, "The Problem of Universals i n Languages", en J . H .

Greenberg (ed.), Universals of Language, 2.a ed., pp. 1-29. Cambridge, Mass.:

M . I. T. Press.H O E N I G S W A L D , H E N R Y M., 1960, Language Change and Linguistic Reconstruction.

Chicago: University of Chicago Press.

H O H F E L D , W E S L E Y , 1919, Fundamental Legal Concepts. New Haven: Yale Univri

sity Press.

H O M A N S , G E O R G E C , 1967, The Nature of Social Science. Nueva York: Harcomi,

Brace andWorld.

H O P P E R , R E X D., 1950, "The Revolutionary Process". Social Forces, 28, pp. 270-279.

H O U S E H O L D E R , F R E O W. y SOLS A P O R T A (eds.), 1962, Problems in Lexicographv

Bloomington: India na Research Center in Anthropology, Folklore andLinguis

tics, Publication 21.

H Y M A N , H E R B E R T H . , 1968, "Reference Groups", en International Encyclopedia of

tehe Social Sciences, vol. 13, pp. 353-361. Nueva York: Macmillan and Frec

Press.

H Y M E S , D E L L H. , 1962, "The Ethnography of Speaking", en T. Gladwin y W. C.

Sturtevant (eds.), Anthropology and Human Behavior, pp. 13-53 Washington

D . C : Anthropological Society of Washington.

H Y M L O , D E L L H . , 1961, "TheFunctions of Speech: an Evolutionary Annroach",en F. C. Gruber (ed.), Anthropology and Education, pp. 53-83. Filadclfia: Ufil

versity of Pennsylvania Press.

K E E S I N G , R O B E R T M., 1970a, "Kwai o Foste rage". American Anthrropologist, 72,

pp. 991-1019.

K E E S I N G , R O B E R T C M., 1970b, "Toward a Model of Role Analysis", en K. Namll

y R. Cohén (eds.), A Handbook of Method in Cultural Anthropology, pp. 4.' |

453. Nueva York: Natural History Press.

246

L i N T O N . R A L P H , 1943, "N.itivistic Movements". American Anthropologist, 45, pp.

M M I • < > U I I lli • ' U S I . A W , 1925, "Magic, Science, and Religión", en J . Needham ed.,

'.. i. a, . /.'. linón, IInd Reality, pp. 19-84. Nueva York: Macmillan. (Reeditado

. II i. a, • ,iu,l Religión and Other Essays, Garden City, N. Y., Dou-

Mrd.u r»'»l M l i esp. H n e n o s Aires: Paidos).

M M I D V I I I I > • • " J I S I A W , 1944, A Scientific Theory of Culture and Other Essays,

< i . ip< i M i l i l l m v i i s i ! v «•! North Carolina Press. (Tr. esp. Una teoría científica

di ln inltiiiti, Barcelona: E.D.H.A.S.A.).

M A Y I I I w, I . I O N l l . 1%8, "Society", en International Encyclopedia of the Social

14, pp 577 586. Nu ev a York: Macmillan and Free Press.

M A Y H I I I 1963, Animal Spccies and Evolution, Cambridge. Mass.: Harvard

Unlvcrnity Pron.M i M> <• H i ' M i Mntd. Self and Society. Chicago: University of Chicago Press.

M M ' I . I N , Ko m el K 1987, Social Theory and Social Structure. Nueva York: Free

l ' i e s s ( I i r . p l,-,>iui social y estructura social, México, F. C. E . ) .

M i I / - . I U , l > < \ \i H A N » Y.. Williams, 1963, "A Formal Ethnographic Analysis of

T r n e i . i p . i I ..(luí.. Wrddiiigs*. American Anthropologist, ( Tr. esp. La sociedad|> i Uva M . . . I M . I Aytiso). 65, pp. 1076-1101.

M O R C A N , I i wi s I I . IK/K. Ancient Society. Nueva York: Holt. (Tr. esp. La sociedad

primitiva, Madrid: Ayuso).

O n i u . M O R R I S I . I•»•!' ) , I h< n i e s as Dynamics Forces in Culture". American

Journal Sociotogy, 51. pp. 198-206.

P A R S O N S . T A I ion, 1951, The Social System. Nueva York: Free Press. (Tr. esp.

El sistema social Madrid: Revista de Occidente).

P A H I , H I I n I I> e l 1955 Health, Culture, and Community. Nueva York:

Russell Sagc Foundation.

P l K B , K I N M m i . l ' l |, Phanatlcs. Ann Arbor: University of Michigan Press.

P I K E , K E N N I m i . l 'vi .Language in Relation to a Unified Theory of the Struc-

ture of Human liehavtor, Part I, Summer Institute of Linguistics (2.» ed. rev.

por Gra vcn hag e, MotltOfl, 1967.)

R A D C L I F F E - B R O W N . A k.. l«M5. "On the Concept of Function in Social Sciences".

American Anthropologist, t7, pp. 394-402.

R O B E R T S , J O H N M., 1961, "Thrcc Navaho Households". Papers of the Peabody

Museum o¡ Archaeology and l thnology, 40 (3).

R O B F R T S , J O H N M. y B R I A N S U T T ON S M I T H , 1962, "Child Training and Gome Invol-

vement". Ethnology, 1, pp. 166-185.

R O M M E Y , A.K . y R. G. D ' A N D R A I H : (eds.), 1964,Transcultural Studies in Cognition,

Publicación especial. American Anthropologist, 66 (3), Part. 2.

R O U S E , I R V I N G . 1954. "On the Use of the Concept of Area Co-Tradition". American

Antiquity, 21, pp. 221-225.R O U S E . I R V I N G , 1957. "Culture Arca and Co-Tradition". Southwestem Journal of

Anthropology, 13, pp.123-133.

247

 

R l ni N I , Jow, 1962,"Bilingualism in Paraguay". Anthropological Lingüistica, 4(1),

pp . 52-.SK.S M I U . BlHVARI», 1916, Time Perspective in Aboriginal American Culture, < anad.i

Dcpurtumcnt of Mines, Ceoloyical Survey, Memoir 90, Anthropological Series,

I I . " 13. (Reeditado en D. G. Mandclbaum ed., Selected Writings of V.dward

Sapir. Bcrkcley: University of California Press, 1949.)

S A P I R , E f t W A R D , 1921, Language: Nueva York: Harcourt, Brace. (Tr. esp., /:'/

lenguaje, México: F. C. E . ) .

S A P I R , E D W A R D , 1927, "TheUnconscious Pattcrning of Behavior ¡n Society", en

E . S.Dummer (ed.), The Unconscious: a Symposium, pp. 114-142. Nueva Yor k:

Knopt.

S A I » I R , E D W A R D , 1929, "The Status of Linguistics as a Science". Language, 5, pp.207-

214.

S H E R Z E R , J O E L , 1970, "Talking Backwards in Cuna: the Sociological Reality of

Phonological Description". Southwestem Journal of Anthropology, 25, pp.

343-353.

S M A L L O Y , W I L L I A M A . , 1968,Manual of Articulatory Phonetics, ed. rev. Hartford,

Practical Anthropology.

I U L N T I . S

, V | ° » . » I K 7 I . Ptimitivc culture (cap. I ). Londres: John Murrayand Co.

K H O M I I . M , A I , | < ) I 7 , «The Superorganic», American Anthropologist.Washington I X

M A . I N O W S M . I I . | ) U , «Culture» enEncyclopcdie of the Social Scien

ces, vol VI, Nueva Y o r k .

W 11111. I A , 1 9 5 9 , «The Concept of Culture», American Anthropolo-

i W a . l i m p i ó n D.C.

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 123/125

S O R E N S O N , A R T H U R P., 1967,"Multilingualism in the Northwest Amazon". Ameri-

can Anthropologist, 69,pp. 670-684.

S P I C E R , E D W A R D H . (ed.) 1952,Human Problems in Technological Change. Nueva

York: Russell Sage Foundation.

S P I R O , M E L F O R D E . , 1968, "Religión: Problems in Definition and Explanation", en

M . Banton (ed.), Anthropological Approaches to the Study of Religión, pp. 85-

126. Londres: Tavistock.

S P I R O , M E L F O R D E . , 1967, Burmese Supernaturalism. Englewoods Cliffs, N. J .

Prentice-Hall.

S T E W A R D , J U L I Á N H . y Locis C. Faron, 1959, Native Peoples of South America.

Nueva York: McGraw-Hill.

S T O C K I N G , G E O R G E W . , Jfi., 1966, "Franz Boas and the Culture Concept in Histori-

ca l Perspective". American Anthropologist, 68, pp. 867-882.

S U M M I R , W I L L I A M G . , 1907, Folkways. Nueva York: Atheneum.

T A N N E R , N A N C Y , 1970, "Disputing and the Génesis of Legal Principies: Ex amplcs

from Minangkabau". Southwestem Journal of Anthropology, 26, pp. 375-401.

T U R N E R , R A L P H . y L E W I S M. K I L L I A N , 1957, Collective Behavior. Englewood

Cliffs, N. J . : Prentice-Hall.

T U R N E R , V I C T O R I W. , 1967,The Forest of Symbols. Ithaca, N. Y . : Cornell University Press.

T Y L E R , S T E P H E N A . , (ed.), 1969, Cognitive Anthropology. Nueva York: Holt, Rinc-

hart andWinston.

T Y L O R , E D W A R D S B. , 1903,Primitive Culture, 4.* ed. rev. John Murray. (Primera

edición, 1871.).

W A L L A C E , A N T H O N Y F. C , 1956, "Revitalization Movements". American Anthropolo-

gist, 58, pp. 264-281.

W A U . A C E , A N T H O N Y F. C , 1961,Culture and Personality. Nueva York. Random

House.

W F I N R E I C I I , U R I E L , W I L L I A M L A B OV y M A R V I N I . H E R Z O G , 1968, "Empirical FoUDdl

tions for a Theory of Language Change", en Directions of Historical Linguis-

tics: a Symposium, pp. 97-195. Austin: University of Texas Press.

W H I T E , L E S L I E , 1949, The Science of Culture. Nueva Yor k: F a r r a r , Straus.

( T r . esp. La ciencia de la cultura. Buenos Aires: Paidos).

W H I T I N G , J O H N W. M. e I R V I N G L. C H I L D , 1953, Child Training and Personality.

New Haven: Yale University Press.

WlTHBRffOON, G A R Y J . , 1971, "Navajo Categories of Objects at Rest". American

Anthropologist, 73, pp. 110-127.

W O R S I J I Y , P E T E R . 1957,The Trumpet Shall Sound. Londres: MacGibbon and Kee.

248

O ® 0 1 " N w A • 1971, «Culture, Language andSociety», American\niii,,,/-../,.,,./ Washington D.C.

 

I I I H L I O T K C A DE ANTROPOLOGÍA

Dirigida por José R. Llobera

1 Adam Kuper

Antropología y antropólogos. La escuela británica: 1922-1972

2 Jo sé R. Llob¿ra (ed.)

La antropología como c i enc i a

Textos de Lévi-Strauss, Radcliffe-Brown, Goodenough. Kaplan, Manners, Pa-

noff, Rivers , Malinows ki, L ewí s, Gluckman, Conklin, Leach, Eggan, Murdock,

McEwen, Jarvie, Beattie, Tylor, Ipola y Nutini, compilados y prologados por

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 124/125

J o s é R. Llobera.

3 J. S. Kahn (ed.)

El concepto de cu l tu ra: tex tos f undamentales

Textos do Tylor, Kroeber, Malinowski, White y Goodenough, compilados

y piolnuados por J. S. Kahn.

En preparación:

A . I I Iludí hilo RrownI I m c t o d o d e In a n tro p o l o g í a s oc ia l

I ntii:. Dninonl

Introducción a dos teorías de la antropología social

E . R. Leach

Sistemas políticos de las tierras altas de Birmania

M . G. Smith (od.)

Antropología política

Maurice Godelier (od.)

Antropología y economía

A. R. Radcli ffe Brow n y Daryl Forde (eds.)

Sistemas af ricanos de parentesco y matr imonio

E . E. Evans-Pritchard

Brujería, oráculos y magia entre los azande

E . E. Evans-Pritchard

Los nuer

 

\I tropología y sociología en oirás colecciones

Colección Argumentos

B a r r i n g t o n Moore Jr.

Poder polít ico y teoría social

Paolo Caruso

Conversaciones con Lévi-Strauss, Foucault y Lacan

Claude Lévi-St rauss. Pierre Bordieu y otros

La teoría

l i m o t h y Raison (ed.)

Los padres fundadores de la ciencia social

I t . i y i n on d Bollour

5/11/2018 El Concepto de Cultura: Textos Fundamentales [Kahn, J.S.] - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/el-concepto-de-cultura-textos-fundamentales-kahn-js 125/125

11 M.r . do los otros

M imvm-.l ic iones con Lévi-Strauss y otros)

I II I fM l d l

Un •••nudo en explosión

( .un í iilfuliéliras

I . Mil l>IIVl<| l l . l l ld

tu sociología

I il n i di l l n l s i l l o

( i i M i o i l l i n H U Í Ve: ( l l r m c n t

I «vi !Uinii«* Prntnntiición y antología de textos

< I I . i d r i n . . \. i • • i . 1111 i i

l It 11 . i . Ii In/ ' . í imi. ' . .1 ., antropólogo y filósofo; Claude Lévi-Strauss, El oso

y ül barbara

( l . m d i - I * vi *. i •. • • i / / Intuía de los estudios del parentesco

(>•.< .11 I I I W Í M . I" « ultui.i de In pobie/a; Oscar Lewis. K. S. Karol y Carlos Fuentes.

Pobreza, burguatla y revolución

I . - . m M . i i i r V i n . i i i i . In metodología de Max Weber; Max Weber, Fundamentos

metí »</<>/< H / / < O : . dr l.i '. i •< lologl.i

Julián Plrt-Rlvora. Tro» ensayos do antropología estructural

Marco im i i o - . - . o . Modelo: M « - . i n e c o n ó m i c o s de interpretación de la realidad la-

tinoamericana: de Morlútogui « Cunde, Frénk •

Rodolfo StavcnhaiM'ii. I imv.to lac lan. Ruy Mauro M a r i n i , Tres ensayos sobre

Anuiie .i latina

Ciando Ió v i Strauss. M o l f o r d l Spiro, Kathleen Gough. Polémica sobre el origen

y tu universalidad de l.i lamilla

Claude Lóvl-Strauss, Estructurollsmo y ecología

I t t i i c i : ( . I I K | < J < T , F r i o d r i c h [ngcls. Sobre el origen del hombre

luí de Housch. // cstructurallsmo heterodoxo de Mary Douglas; Mary Douglan.

'.<>bre la naturaleza de las cosas.