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EL CONSUMO DE COMERCIO JUSTO EN GALICIA: UNA APROXIMACIÓN DESDE LA IDEOLOGÍA, LOS VALORES Y LA CLASE SOCIAL Ángel Antonio Leira Pernas Universidade Da Coruña (UDC) Master Oficial en Migraciones Internacionales (MOMI) 652919073 [email protected] / [email protected] El presente trabajo pretende servir como una aproximación teórica y metodológica al fenó- meno del comercio justo en Galicia. Se tratará, por un lado, de cuantificar el comercio justo a partir del nivel de ventas de las tiendas existentes en la comunidad autónoma, y por otro lado se intentará predecir la propensión a consumir a partir de tres variables: la ideología, los valo- res y la clase social, asumiendo que el comercio justo sigue lógicas diferentes al consumo de masas y es necesario que medien factores reflexivos individuales en el consumo de este tipo de productos. Para ello, y a partir de los datos extraídos de las fuentes primarias de la investiga- ción, se elaborará un indicador de clase social objetiva tomando como referencia la teoría sociológica moderna sobre clase y teniendo en cuenta las características cambiantes del mer- cado laboral y la estructura ocupacional. El indicador de clase funcionará como variable de cruce en el estudio de la propensión a consumir, y aunque no trascenderá a debates sociológi- cos de mayor envergadura, servirá como apoyo metodológico en la reducción de la realidad social a grupos más o menos homogéneos en cuanto al nivel de vida. Palabras clave: comercio justo clase valores ideología

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EL CONSUMO DE COMERCIO JUSTO EN GALICIA:

UNA APROXIMACIÓN DESDE LA IDEOLOGÍA, LOS VALORES Y LA CLASE

SOCIAL

Ángel Antonio Leira Pernas

Universidade Da Coruña (UDC)

Master Oficial en Migraciones Internacionales (MOMI)

652919073

[email protected] / [email protected]

El presente trabajo pretende servir como una aproximación teórica y metodológica al fenó-

meno del comercio justo en Galicia. Se tratará, por un lado, de cuantificar el comercio justo a

partir del nivel de ventas de las tiendas existentes en la comunidad autónoma, y por otro lado

se intentará predecir la propensión a consumir a partir de tres variables: la ideología, los valo-

res y la clase social, asumiendo que el comercio justo sigue lógicas diferentes al consumo de

masas y es necesario que medien factores reflexivos individuales en el consumo de este tipo de

productos. Para ello, y a partir de los datos extraídos de las fuentes primarias de la investiga-

ción, se elaborará un indicador de clase social objetiva tomando como referencia la teoría

sociológica moderna sobre clase y teniendo en cuenta las características cambiantes del mer-

cado laboral y la estructura ocupacional. El indicador de clase funcionará como variable de

cruce en el estudio de la propensión a consumir, y aunque no trascenderá a debates sociológi-

cos de mayor envergadura, servirá como apoyo metodológico en la reducción de la realidad

social a grupos más o menos homogéneos en cuanto al nivel de vida.

Palabras clave: comercio justo clase valores ideología

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1. INTRODUCCIÓN

Vivimos en una sociedad de consumo en la que son evidentes los ejemplos de efectos

negativos que el consumo de masas ha tenido sobre todos los aspectos de la vida social

de las personas y sus nocivos efectos en un desarrollo estable de la naturaleza. El con-

sumo se ha convertido en la base de la vida social humana, y son muchos los autores

que han caracterizado en este momento histórico a los seres humanos como seres de

consumo. Éste es cada vez más autónomo, impersonal e impredecible.

Los efectos del consumo sobre la vida social humana y su indefectible importancia en la

generación y reproducción de desigualdades sociales lo ha convertido en un asunto de

central interés desde sectores críticos al capitalismo neoliberal, que consideran que el

desarrollo de nuevas formas de consumo tienen una fuerte capacidad de transformación

de la sociedad. Estas nuevas formas de consumo surgen a partir del desarrollo de pautas

de gasto y de actitudes que generan, directa o indirectamente, un reequilibrio del poder

adquisitivo entre consumidores de países del norte y productores de países del sur, y un

beneficio tangible sobre el medio ambiente. Uno de los ejes de estas formas de consumo

responsable es el comercio justo, que se caracteriza por garantizar en el intercambio de

mercancías que las condiciones laborales y sociales en las que se ha elaborado un pro-

ducto sean acordes con el respeto a los derechos humanos, y por tanto, se paga un precio

justo por la mercancía comprada. El consumidor debe pagar un precio ético primado

(Bird y Hughes, 1997), un porcentaje del dinero destinado a los productores, y que ga-

rantiza que los productores son organizaciones de colectivos registrados o bajo formas

de asociación participativa. Estas organizaciones operan en los países del sur y garanti-

zan haber sido desarrolladas bajo condiciones laborales dignas y la eliminación de in-

termediarios, en ocasiones especuladores.

El surgimiento de nuevos tipos de formas y pautas de consumo ha sido examinado des-

de la sociología y desde la filosofía debido a que es, simultáneamente, un fenómeno

colectivo y reflexivo. La teoría sociológica ha producido un buen número de trabajos

teóricos que tratan de caracterizar esta nueva sociedad y este nuevo tipo de consumidor.

Inglehart, por ejemplo, sostiene que el cambio cultural está favoreciendo un cambio de

pensamiento y de percepción del consumidor acerca del consumo responsable (In-

glehart, 1991, 2001). En concepción del postmaterialismo de Inglehart la preocupación

del consumidor se trasladaría desde una consideración puramente individualista a una

concepción integrada, en cuya preocupación tienen cabida el medio ambiente y el respe-

3

to de los derechos humanos. En general, el consumidor postmaterialista está sensibiliza-

do para llevar a cabo un consumo responsable, y sin embargo no actúa acorde a ello.

Las pautas de consumo en la sociedad moderna están cambiando: numerosos autores

han caracterizado dentro de la teoría del cambio de valores al consumo como un acto

mucho más reflexivo y meditado, y no tan ligado al estatus o la aceptación social. Este

proceso de postmodernización genera una multiplicidad de identidades y modelos de

consumidores entre los cuales surgen aquellos comprometidos con el respeto al medio

ambiente, los derechos humanos, etc. (Bauman, 2001; Beck, 1999). Desde la filosofía

se ha desarrollado también un importante cuerpo teórico acerca de la ética en el consu-

mo, como una responsabilidad inherente a la vida social occidental dada la solidaridad

orgánica durkheimiana global que nace, crece y se desarrolla en el contexto de la globa-

lización. Desde un sentido ético, el consumidor occidental debe escoger donde gastar su

dinero, y debe tratar de que sus elecciones a la hora de consumir vayan acompañadas de

una reflexión moral (Singer, 2009). En definitiva, existe una creciente masa de consu-

midores comprometidos con una ética particular en el mismo acto de consumir.

Estas nuevas formas de consumo enfrentan a la sociedad del riesgo (Beck, 1999; Gid-

dens, 1990) para conseguir, a través del consumo, aletargar los efectos no deseados de

las lógicas del crecimiento económico y los avances tecnológicos. Con todo, muchos

estudios descubren una alta coincidencia entre consumidores responsables y perfil ideo-

lógico (Llopis-Goig, 2009; De Pelsmacker et al., 2005a), lo que aún convierte a este

tipo de consumo como minoritario y aislado. La extensión de un cambio de valores al

respecto de las pautas de consumo propio, responde igualmente a la posibilidad de acce-

so a canales de difusión que dan a conocer esta forma de consumo y empujan la reflexi-

vidad y a la creación de nuevos esquemas cognitivos. La poca amplitud de dichos cana-

les dificulta el crecimiento de un tipo de consumo tan ligado a la reflexividad.

2. APROXIMACIÓN AL CONSUMO DE COMERCIO JUSTO EN GALICIA

En la primera parte de este estudio se realizará una aproximación al consumo de comer-

cio justo en Galicia a través de los datos extraídos de las estadísticas de venta de las

tiendas que han prestado su colaboración. En primer lugar se deben situar los datos ob-

tenidos en el contexto del comercio justo en Galicia. Las tiendas de las que se han obte-

nido datos son seis de las siete tiendas que se dedican exclusivamente a la venta de pro-

ductos de comercio justo en Galicia. La otra tienda especializada es A Cova da Terra, en

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Lugo, que si bien no ha podido facilitar sus datos de ventas, ha colaborado en la recogi-

da de datos primarios.

De todos modos, es necesario reafirmar el carácter aproximativo de esta investigación al

tratar de realizar una fotografía del consumo de comercio justo en Galicia, pues si bien

están a disposición del lector los datos de las tiendas especializadas en comercio justo,

no todos los productos de comercio justo están disponibles en estos puntos de venta.

Existen otros de establecimientos que proporcionan al consumidor la posibilidad de

adquirir este tipo de productos –tiendas ecológicas o grandes almacenes– y algunos

autores y estudios previos afirman que es en esos establecimientos donde se producen el

mayor número de ventas de este tipo de productos (Bird y Hughes, 1997; De Pelsma-

cker et al., 2005b).

No obstante, el comercio justo como fenómeno más o menos reflexivo e independiente

del consumo de masas se daría de manera aislada y bajo criterios concretos ya descritos.

De este modo, el consumo de comercio justo en las tiendas especializadas implica cier-

tas características que lo alejan del consumo de masas (coincidencia ideológica, despla-

zamiento, interactuación con los vendedores, asunción del mensaje transmitido por las

organizaciones, etc.) y que hacen necesaria una concienciación previa de que se está

consumiendo un producto con un alto contenido simbólico. Si ese producto se consume

en un supermercado la carga simbólica decae y el mensaje se difumina.

Se asume además que la variabilidad del consumo de productos de comercio justo en

establecimientos de consumo convencional estará relacionada con las fluctuaciones del

propio establecimiento. Por ese motivo el estudio focaliza su interés en las tiendas de

comercio justo, pues se asume que son ellas las que representan esa reflexividad hacia el

producto que es clave para conocer el crecimiento de este tipo de consumo.

2.1 Análisis de las ventas

El análisis de las ventas de las tiendas de comercio justo en Galicia se ha realizado a

través de una perspectiva comparada entre la situación de las tiendas y la situación del

consumo convencional en el contexto de crisis en el que el consumo se encuentra ac-

tualmente.

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GRÁFICO 1. TASA DE CRECIMIENTO MEDIO ANUAL DEL GASTO DE LOS HOGARES POR TIPO

DE PRODUCTO

Fuente: Instituto Nacional de Estadística; encuesta de presupuestos familiares (base, 2006)

El gráfico 1 muestra la evolución que ha llevado a cabo desde el estallido de la crisis

económica, el consumo de ciertos tipos de productos. Los productos que se han exami-

nado son todos aquellos que en el contexto del consumo convencional tienen su homó-

nimo en el comercio justo. En la tabla se muestra la variación entre los años 2007 y

2011 de los productos señalados en la gráfica, y se observa la incidencia de la crisis

económica en el descenso de la tasa de crecimiento medio anual del consumo de esos

productos, alcanzando su cénit en el período comprendido entre 2008 y 2009, aunque el

crecimiento medio es negativo durante todo el período 2008-2011 en todos los produc-

tos. Tan sólo el grupo de alimentos y bebidas no alcohólicas frena su descenso en el

período 2010-2011, situándose en un crecimiento negativo del 0,08. Los demás produc-

tos de consumo examinados descienden año a año con tasas que alcanzan importantes

cotas.

El gráfico 2 muestra la evolución de las ventas de las tiendas dedicadas en exclusiva a la

venta de productos de comercio justo en Galicia a través de una comparativa de los da-

tos de los años 2009 y 2011. De las tiendas estudiadas, existen fluctuaciones no dema-

siado pronunciadas y una variabilidad menor que en los datos examinados en el gráfico

1. Estos datos se desagregan en la tabla 1 para mejor visibilidad de los mismos, y para

una visión más global de la evolución de las cifras y la composición del fenómeno.

-10

-8

-6

-4

-2

0

2

4

6

8

10

2007 2008 2009 2010 2011

Alimentos y bebidas no alcohólicas

Artículos de vestir y calzado

Ocio, espectáculos y cultura

Hoteles, cafés y restaurantes

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GRÁFICO 2. EVOLUCIÓN DE LAS VENTAS DE PRODUCTOS DE COMERCIO JUSTO POR ESTABLE-

CIMIENTO

Fuente: elaboración propia a partir de estadísticas internas de Panxea, Intermón Oxfam y SIG.

TABLA 1. EVOLUCIÓN DE LAS VENTAS DE COMERCIO JUSTO EN GALICIA

2009 2011

Enero 31.017,07 € 12,37% 29.811,64 € 11,50%

Febrero 14.346,55 € 5,72% 15.081,86 € 5,82%

Marzo 15.535,91 € 6,19% 17.063,13 € 6,58%

Abril 21.236,38 € 8,47% 21.722,97 € 8,38%

Mayo 17.941,03 € 7,15% 20.492,04 € 7,90%

Junio 21.153,12 € 8,43% 20.509,36 € 7,91%

Julio 18.193,64 € 7,25% 17.787,38 € 6,86%

Agosto 10.943,74 € 4,36% 11.760,57 € 4,54%

Septiembre 15.095,94 € 6,02% 18.589,66 € 7,17%

Octubre 17.420,27 € 6,95% 16.782,68 € 6,47%

Noviembre 18.900,96 € 7,54% 18.839,44 € 7,27%

Diciembre 49.018,82 € 19,54% 50.805,25 € 19,60%

Total 250.803 € 100,00% 259.246 € 100,00%

Fuente: elaboración propia a partir de estadísticas internas de Panxea, Intermón Oxfam y SIG.

En primer lugar, observando los datos de la tabla 1, se comprueba que el comercio justo

todavía intenta abrirse paso dentro de un contexto que le sigue siendo hostil. Si bien las

ventas de las tiendas examinadas han conocido un incremento importante en el período

estudiado, su nivel de ventas sigue siendo minoritario, llegando a poner en peligro la

viabilidad de los establecimientos en cuestión, como se ha podido comprobar a través

de los testimonios de los implicados. El hecho de que la gestión y organización de las

tiendas esté siendo llevado a cabo en su mayor parte por voluntarios es la única explica-

ción de la supervivencia de la mayoría de las tiendas estudiadas, en un contexto donde

€0,00

€10.000,00

€20.000,00

€30.000,00

€40.000,00

€50.000,00

€60.000,00

€70.000,00

€80.000,00

2009

2011

7

el consumo en los cascos antiguos de las ciudades gallegas, donde se encuentran ubica-

das las tiendas, se ha visto dramáticamente afectado por la crisis del consumo. Se ob-

servan, sin embargo, diferentes indicios que en la tabla 1 indican la aparente indepen-

dencia del comercio justo sobre el consumo convencional, pero el principal es por su-

puesto que se produce un aumento del 3,37% de las ventas de las tiendas en el mismo

período (2009-2011) en el que el consumo general de los mismos productos ha decaído

en Galicia un 5,33%.

3. ANÁLISIS DE DATOS PRIMARIOS

Este bloque corresponde al análisis de datos primarios obtenidos mediante la realización

de dos encuestas: la primera de ellas fue elaborada en tiendas de comercio justo de dife-

rentes organizaciones que han colaborado en el estudio. La segunda fue elaborada a

través de la recogida de información en cuestionarios realizados a pie de calle y a través

de redes sociales. La muestra de ambas es de 40 encuestados.

3.1. Comercio justo y clase social. Oportunidades de acceso según la situación económica

particular

Uno de los objetivos del estudio radica en tratar de encontrar nexos entre el consumo de

productos de comercio justo y la posibilidad de acceder a ellos en tanto bienes de con-

sumo que son. En la hipótesis se asume que además de tener en cuenta la ideología y los

valores como principales impulsores de una conducta de consumo responsable, es nece-

sario que medie una capacidad objetiva de acceso al producto. La noción de “clase so-

cial objetiva” que se aplicará a partir de ahora tiene poco que ver con las definiciones

clásicas en la teoría sociológica de clase social, en tanto que se tendrá en cuenta un sólo

criterio de reducción de los individuos en grupos: el del nivel de vida a través del poder

adquisitivo y sus condicionantes particulares de cara al ahorro (responsabilidades fami-

liares, posibilidad de pérdida de empleo, etc.). Se obvian por tanto innumerables tipos

de reducción de la realidad social a grupos definidos a través de la educación, de parti-

cipación colectiva, de sectores de ocupación y de afinidades históricas que trascenderían

a un debate de mayor envergadura. La “clase social objetiva” que se trabajará en las

páginas subsiguientes trata de clasificar lo más adecuadamente posible a los individuos

a partir de su poder adquisitivo de partida, y que no tiene sólo que ver con el dinero a su

disposición.

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3.1.1. Poder adquisitivo

El primer criterio dentro de la clasificación de clase propuesta será el poder adquisitivo

como provisor de bienes y servicios, que adquiere mayor importancia en la sociedad de

consumo actual, donde cada vez son mayores las necesidades que genera el mercado y

donde el empoderamiento económico de la clase media ha ido acompañado de una ge-

neración cada vez mayor de bienes de consumo indispensables.

A través de la estética de las ocupaciones de (Bauman, 1999) se trazará una de las lí-

neas desde la cual se construirá la clasificación de clase social objetiva. La estética de

las ocupaciones (Bauman, 1999) funciona como concepto clave para conocer los aspec-

tos subjetivos de la conciencia del trabajador acerca de su trabajo y de la perspectiva

que tiene de sus trayectoria personal y profesional. Las mismas ocupaciones de la etapa

postindustrial de la sociedad occidental están intrínsecamente unidas a las pautas de

consumo. Las diferencias existentes entre el trabajo industrial y el postindustrial tienen

mucho que ver con la transición del consumo occidental desde un consumo de subsis-

tencia hacia una lógica de consumo masivo de productos diversificados donde la subsis-

tencia ocupa un papel primordial –todo el mundo necesita comer– pero en la que la ma-

yor parte del capital se destina a bienes materiales para la vida contemplativa.

La sociedad de consumo se desarrolla principalmente a través de la creación de necesi-

dades en su espectador. Las necesidades son previas a su satisfacción, y desde un punto

de vista psicológico la importancia relativa de la necesidad es indiferente a la satisfac-

ción de la misma. La felicidad, al existir sólo en breves momentos tras satisfacer una

necesidad momentánea acentuada, no existe como estado (Freud, 1927). Una vez satis-

fecha la necesidad surgen el aburrimiento, la desidia y el descontento, y el que había

sido objeto de deseo pierde los atributos que llevaron al consumidor a desearlo. Lo que

en última instancia se desea es el deseo en sí. El deseo del deseo, mediatizado por los

condicionantes sociales y la influencia de los medios de comunicación, es el verdadero

eje de la conciencia que tiene del placer el individuo-consumidor.

En esta línea planteaba Maslow (1943) su teoría holístico-dinámica de las necesidades.

Señalaba la existencia de una jerarquía de necesidades humanas, representadas en forma

de pirámide, y que se componía desde la base hasta la cúspide por necesidades de fisio-

logía, seguridad, afiliación, reconocimiento y, finalmente autorrealización. Estas últimas

9

se dan cuando se han completado los cuatro estadios anteriores, y tienen la cualidad de

que no terminan.

TABLA 2. INGRESOS POR MIEMBRO DEL HOGAR

Frecuencia Porcentaje

Consumidores No consumidores Consumidores No consumidores

Válidos

Altos ingresos 9 5 25,7 15,6 Ingresos medios 12 17 34,3 53,1 Bajos ingresos 14 10 40,0 31,3 Total 35 32 100,0 100,0

Perdidos 5 8 Total 40 40

3.1.2. Temporalidad

La importancia de la temporalidad en la configuración del mercado de trabajo desde su

legalización en la reforma laboral de 1984, y la legalización de las Empresas de Trabajo

Temporal en la reforma de 1992, va más allá de las consecuencias económicas de su

implantación.

La temporalidad es uno de los principales factores que provocan la corrosión del carác-

ter (Sennet, 2000): las características del empleo actual no permiten ni una identifica-

ción individual con el empleo, ni la formación de una biografía basada en la construc-

ción de una subjetividad asociada al trabajo, perdiéndose además la capacidad para de-

cidir un camino laboral. También influye en la toma de decisiones basadas en la medi-

ción del riesgo (Giddens, 1997; Beck, 1999). El individuo se enfrenta en diferentes

momentos de su vida con decisiones que pueden ser decisivas en el transcurso futuro de

su vida, momentos decisivos (Giddens, 1997). Sometido en escasas situaciones de su

vida (cambio de trabajo, realización de un examen de importante, casarse o divorciarse,

etc.), los momentos decisivos amenazan la coraza protectora de la seguridad ontológica

del individuo. No es sólo el estar sometido a un momento decisivo en una situación

concreta lo que quiebra la seguridad del individuo y le provoca una inquietud constante.

También el ser susceptible de verse sometido a un momento decisivo provocan esas

reacciones del individuo y modifican su conducta. En el caso del empleo, el ser despe-

dido y tener que buscar otro trabajo está mudando de ser una situación traumática que se

daba pocas veces en la vida del sujeto a ser una situación más habitual, a la que un indi-

viduo debe acostumbrarse. Pero no por ello deja de ser traumática y estresante, y el ser

susceptible de estar sometido a un cambio de trabajo provocará un cálculo de opciones

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que, muy probablemente, implicarán un descenso del gasto y un aumento del ahorro

como medida de prevención de un eventual fin del contrato.

TABLA 3. INGRESOS POR MIEMBRO DEL HOGAR

Frecuencia Porcentaje

Consumidores No consumidores Consumidores No consumidores

Válidos Alta seguridad contractual 22 18 88,0 52,9 Baja seguridad contractual 3 16 12,0 47,1 Total 25 34 100,0 100,0

Perdidos 15 6 Total 40 40

3.1.3. Teoría contemporánea sobre clase: Wright y Goldthorpe

Para completar la clasificación de clase propuesta, el estudio se apoyará en el repensa-

miento de las posturas neomarxistas y neoweberianas de la teoría sociológica moderna,

a través de Wright y Goldthorpe. En el caso de los marxistas (Wright), se ha matizado

su visión de la centralidad de la clase obrera y de las relaciones de producción en la per-

tenencia a una clase. Los weberianos también se han visto obligados a repensar sus pos-

turas, sobre todo en lo concerniente a las clases medias y a la influencia de las relacio-

nes de producción. Son las propias características de la organización del trabajo capita-

lista postfordista lo que ha provocado el repensamiento de sus concepciones: las rela-

ciones de producción se han vuelto más difusas, ya que mientras en el capitalismo in-

dustrial las relaciones propietario - trabajador eran directas, en el capitalismo postfordis-

ta las relaciones entre el propietario y el trabajador se realizan de manera indirecta a

través de cargos intermedios (personas con capacidad de toma de decisiones y cierta

altura jerárquica en la empresa, pero que carecen de la propiedad de los medios de pro-

ducción). La principal solución teórica marxista al problema de las clases medias son las

posiciones contradictorias de clase (Wright, 1983). Éstas disminuyen la distancia entre

pequeña burguesía, gran burguesía y proletariado, teniendo en cuenta la existencia de

individuos que cuentan con características de más de uno de los grupos (posición con-

tradictoria) en base a su relación con los medios de producción y su participación en el

trabajo manual. En este primer acercamiento teórico de Wright se aprecia el alejamiento

de la teoría marxista clásica, ya que la propiedad de los medios de producción no impli-

ca por sí misma el ejercicio de la autoridad1.

1 Más adelante, Wright procedió a la modificación y complementación de su clasificación añadiendo

diferentes elementos: uno de ellos es la creación de una tipología de bienes productivos que le ayudará en

su clasificación de las relaciones de producción. En ella, describe diferentes tipos de bienes que definirán

11

Los neoweberianos, por su parte, se han visto obligados a repensar sus concepciones

sobre clase en referencia a estatus y situación de mercado. Sobre el primero se tiende a

conservar la concepción clásica aplicada al postfordismo de que el estatus vendría de-

terminado por el acceso a derechos, capacidades de decisión dentro de las organizacio-

nes y ventajas legales (estatus relacionado con el bienestar). Sobre la situación de mer-

cado, se introducen elementos de carácter marxista que tienen que ver con el acceso a

los medios de producción.

La escala de deseabilidad social de las ocupaciones (Goldthorpe, 1991)2 define los

componentes principales de la concepción de clase neoweberiana y pone las bases para

la creación de su estructura de clase. Combina todas las categorías ocupacionales dentro

de las cuales sus miembros serían comparables desde el nivel de ingresos y nivel de

renta por un lado y otras condiciones de empleo (diferentes características del bienestar,

el acceso a fuentes de control y de dominación dentro de las empresas, etc.) por otro.

Goldthorpe además introduce el concepto “clase de servicio”: aquellas posiciones de

clase relacionadas directamente con el ejercicio del poder y la autoridad.

Reiterando que la pretensión de este trabajo no es profundizar sobre el concepto de clase

más que como método de reducción de la realidad social en grupos más o menos están-

darizables en términos de bienestar y seguridad económica, la teoría sociológica no ha

sido ajena a esta concepción de la clase. Al contrario que las concepciones clásicas so-

bre clase, que definían grupos sociales oponibles, con intereses opuestos no comple-

mentarios, las concepciones modernas disminuyen progresivamente los principios de

homogeneidad y bipolaridad de clase.

los diferentes tipos de dominación que se llevará a cabo en el trabajo, modificando la concepción marxista

clásica en beneficio de una categorización de bienes que tiene en cuenta la cualificación, y no sólo el

poder. Según Wright (1983), coexisten tres tipos de bienes productivos: los bienes derivados del propio

trabajo, cuya propiedad da lugar a relaciones de explotación de tipo feudal y al enfrentamiento entre seño-

res y siervos (González, 1992); los medios de producción, que dan lugar a relaciones de explotación capi-

talista; los bienes de organización, que dan lugar a relaciones de explotación entre dirigentes-burócratas y

subordinados (González, 1992); y los bienes de cualificación, cuya posesión da lugar al enfrentamiento

entre expertos y no expertos. La tabla de ocupaciones de Wright puede consultarse en: Wright (1985),

Classes, Londres: Verso. 2 Puede consultarse en Goldthorpe, John y Hope, Keith (1974): The Social Grading of Occupations, Ox-

ford: Clarendon Press.

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TABLA 4. NIVEL DE ESTUDIOS ALCANZADO

Frecuencia Porcentaje

Consumidores No consumidores Consumidores No consumidores

Válidos Con estudios superiores 31 16 77,5 40,0 Sin estudios superiores 9 24 22,5 60,0 Total 40 40 100,0 100,0

3.1.4. Propuesta de indicador de clase

Como se señalaba, los neoweberianos ajustaron su noción de status a través de una serie

de características que, si bien se referían directamente a la remuneración del trabajo,

tenían en cuenta otras características del mismo que pueden servir para aumentar el ni-

vel de vida del individuo: seguridad contractual, seguridad económica, capacidad de

toma de decisiones en la empresa o disfrute de tiempo libre.

Lo que actualmente define, o debería definir la pertenencia a una clase social, no debe

ligarse al sector de ocupación y la propiedad de los medios de producción sino referirse

más a otra serie de características que comienzan a ser escasas y volubles en el mercado

laboral: la contratación indefinida, el empleo a tiempo completo, el tiempo libre de que

dispone el individuo, las posibilidades o no de perder el empleo (debido a las constantes

situaciones de incertidumbre de las empresas), y por supuesto el nivel de ingresos a dis-

posición del individuo. Las posiciones contradictorias de clase son habituales en la so-

ciedad actual (empresarios de hostelería, propietarios de pequeños establecimientos,

etc.).

Lo realmente interesante para este estudio es conocer cuáles son las variables socioeco-

nómicas que definen una mayor o menor propensión a consumir productos de comercio

justo, y por lo tanto, se deben intentar conocer todos aquellos elementos que puedan

influir en el bienestar de un individuo que, de manera indirecta, condiciona su compor-

tamiento como consumidor.

Basándome en tales consideraciones, se propondrá una clasificación de clase para los

empleados por cuenta propia resultado del cruce de las siguientes variables:

TABLA 5. CRUCES PARA LA CLASIFICACIÓN DE LOS EMPLEADOS POR CUENTA PROPIA

Altos ingresos/miembro

Ingresos/miembro medios

Bajos ingresos/miembro

Con empleados

Sin empleados

Con empleados

Sin empleados

Con empleados

Sin empleados

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Para los empresarios se utilizará como referencia a Wright, añadiéndole la diferencia-

ción entre empleador y no empleador. Parece más fácil aproximarse a la solvencia de un

empresario desde su participación o no en el trabajo manual. Así, un empresario con

empleados que no participa en el trabajo manual tiene mayor nivel de vida que uno que

debe participar en el trabajo manual de su empresa.

Para los asalariados se utilizará también la clasificación de Wright sobre bienes de or-

ganización aplicada de la manera que se muestra en la siguiente tabla: se tienen en cuen-

ta los bienes de cualificación como proveedores institucionalizados de capital cultural

(Bourdieu, 2000), en tanto que funcionan como canales de acceso a estructuras de opor-

tunidad laborales. A su vez, y como condicionantes de las oportunidades de consumo,

se cruzarán las dos anteriores variables con el nivel de ingresos por miembro del hogar,

en una escala baremada de la siguiente manera:

TABLA 6. CRUCES PARA LA CLASIFICACIÓN DE LOS EMPLEADOS POR CUENTA AJENA

Altos ingre-sos/miembro

Ingresos/miembro medios

Bajos ingre-sos/miembro

Alta seguridad contractual

Cualificados

No cualificados

Baja seguridad contractual

Cualificados

No cualificados

La seguridad contractual se utilizará como elemento que enfrenta al individuo a una

dificultad añadida al gasto, por los problemas que ésta plante: retomando los momentos

decisivos de Giddens, el estar sometido a un eventual despido reduce la voluntad de

gasto y aumenta la del ahorro.

La dificultad de elaborar un indicador basado en los ingresos radica en la variabilidad de

los mismos por zona geográfica, así como las diferencias en el coste de la vida

TABLA 7. RENTA MEDIA EN ASTURIAS, CATALUÑA, GALICIA Y MADRID. POR PERSONA

Renta anual Renta mensual

2008 2009 2008 2009

Asturias 10.676 € 10.400 € 890 € 867 € Catalunya 10.770 € 10.605 € 898 € 884 € Madrid 31.903 € 30.468 € 975 € 944 € Galicia 9.098 € 9.716 € 758 € 810 € Fuente: INE, encuesta de presupuestos familiares y elaboración propia

14

La tabla anterior muestra renta media anual de los hogares y los individuos en cuatro

comunidades autónomas diferentes del país. Se han escogido Galicia y Asturias como

comunidades de similares características en cuanto al empleo: crecimiento de los servi-

cios junto a un mantenimiento de empleo industrial y extractivo; y se les ha comparado

con las dos comunidades más representativas del avance de los servicios y del desarro-

llo de la sociedad de consumo: Madrid y Catalunya. Se han sometido a comparación la

renta media anual y mensual (calculada a partir de la renta anual dividida por los doce

meses del año) con la dificultad subjetiva de llegar a fin de mes

TABLA 8. DIFICULTAD PARA LLEGAR A FIN DE MES

Por hogar Por persona

2008 2009 2008 2009

ASTURIAS Con dificultad 13,5 18,4 13,2 18,7 Con cierta dificultad o facilidad 68,9 67,3 69,9 67,4 Con facilidad 17,4 14,2 16,8 14 CATALUÑA Con dificultad 28,4 31,7 28,4 32,6 Con cierta dificultad o facilidad 61,1 57,7 61,2 57,5 Con facilidad 10,5 10,4 10,3 9,9 GALICIA Con dificultad 27,5 30,8 26,7 30,7 Con cierta dificultad o facilidad 59,4 55,4 61 56 Con facilidad 13,1 13,7 12,3 13,2 MADRID Con dificultad 28,2 24,6 30,1 25,7 Con cierta dificultad o facilidad 55,5 60 55,4 58,2 Con facilidad 16,3 15,5 14,6 16,1

Fuente: INE, encuesta de presupuestos familiares y elaboración propia

Entre 2008 y 2009 la media de ingresos por persona en Galicia se sitúa en una media de

784 euros mensuales. Se asume que son ligeramente superiores a la renta mensual habi-

tual que el encuestado muestra en el cuestionario, debido a las diferentes primas del

empleo. Así, los umbrales de renta que se utilizarán para los cruces serán los siguientes.

TABLA 9. UMBRALES DE RENTA POR MIEMBRO DEL HOGAR

UMBRALES DE RENTA

Bajos ingresos por miembro del hogar No superarán los 600 euros por miembro

Ingresos por miembro del hogar medios Más de 600 euros y menos de 1100 euros por miembro

Altos ingresos por miembro del hogar Más de 1100 euros por miembro

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Se agruparon, finalmente, los individuos ocupados en las 8 categorías que se describen a

continuación, que corresponden a grupos homogéneos en relación con las características

destacadas.

TABLA 10. PROPUESTA DE CATEGORÍAS DE CLASE DE LA POBLACIÓN ACTIVA

CLASE SOCIAL ACTIVOS

1. Muy alto

Empleados por cuenta propia, con altos ingresos/miembro del hogar, con empleados.

Asalariados cualificados, con altos ingresos/miembro del hogar y alta seguridad contractual.

2. Alto con seguridad

Empleados por cuenta propia, con altos ingresos/miembro del hogar y sin empleados.

Asalariados no cualificados, con altos ingresos/miembro del hogar y alta seguridad contractual.

3. Alto con incertidumbre Asalariados con y sin cualificación, con altos ingresos/miembro del hogar y baja seguridad contractual.

4. Medio con seguridad

Empleados por cuenta propia, con ingresos medios/miembro del ho-gar y con empleados.

Asalariados con y sin cualificación, con ingresos/miembro del hogar medios y alta seguridad contractual.

5. Medio con incertidumbre

Empleados por cuenta propia, con ingresos medios/miembro del ho-gar y sin empleados.

Asalariados con y sin cualificación, con ingresos/miembro del hogar medios y baja seguridad contractual.

6. Bajo con seguridad

Empleados por cuenta propia, con bajos ingresos/miembro del hogar y con empleados.

Asalariados con y sin cualificación, con bajos ingresos/miembro del hogar y alta seguridad contractual.

7. Bajo con incertidumbre

Empleados por cuenta propia, con bajos ingresos/miembro del hogar y sin empleados

Asalariados cualificados, con bajos ingresos/miembro del hogar y ba-ja seguridad contractual.

8. Muy bajo Asalariados no cualificados, con bajos ingresos/miembro del hogar y baja seguridad contractual.

A continuación se ha realizado una clasificación para los desempleados, que significan

hoy en España un importante grupo de presión, a través de criterios similares. Según

datos del INE, aproximadamente 21 de los 47 millones de individuos que viven en Es-

paña no están trabajando, pero la mayoría de ellos son consumidores. Colocarlos en la

escala social y caracterizar su nivel de vida es fundamental para tratar de discernir su

comportamiento como consumidores.

Las variables que se tendrán en cuenta para realizar esta clasificación serán puramente

económicas, ya que son las que mejor pueden definir el nivel de vida de un desemplea-

do.

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TABLA 11. CRUCES PARA LA CLASIFICACIÓN DE LOS DESEMPLEADOS

Sin personas a su cargo Con personas a su cargo

Cobrando la prestación por desempleo

Bajos ingresos/miembro

Ingresos/miembro medios

Altos ingresos/miembro

Sin cobrar la prestación por desempleo

Bajos ingresos/miembro

Ingresos/miembro medios

Altos ingresos/miembro

Por tanto, primero se ha tenido en cuenta el nivel de ingresos del hogar, y en segundo

lugar la prestación. Se asume que un individuo que no cobra la prestación pero que vive

en un hogar con un alto nivel de ingresos tiene un alto nivel de vida (dependiendo de la

edad se podrá intuir si se trata de un estudiante, un jubilado, o simplemente de alguien

que no necesita trabajar). Estas variables se cruzarán con la variable “personas al car-

go”, asumiendo que a mayor número de personas al cargo, menor gasto individual se

realizará.

TABLA 12. PROPUESTA DE CATEGORÍAS DE CLASE PARA LOS INACTIVOS

NIVEL DE VIDA / CLASE SOCIAL INACTIVOS

1. Muy alto Sin personas a su cargo, con altos ingresos/miembro del hogar y sin cobrar la prestación.

2. Alto con seguridad Sin personas a su cargo, con ingresos/miembro medios del hogar y sin cobrar la prestación.

3. Alto con incertidumbre

Sin personas a su cargo, con altos ingresos/miembro del hogar y co-brando la prestación.

Sin personas a su cargo, con ingresos/miembro medios del hogar y co-brando la prestación

4. Medio con seguridad

Con personas a su cargo, con altos ingresos/miembro del hogar y sin cobrar la prestación.

Sin personas a su cargo, con bajos ingresos/miembro del hogar y sin cobrar la prestación.

5. Medio con incertidumbre

Con personas a su cargo, con altos ingresos/miembro del hogar y co-brando la prestación.

Sin personas a su cargo, con bajos ingresos/miembro del hogar y co-brando la prestación.

6. Bajo con seguridad Con personas a su cargo, con ingresos/miembro medios del hogar y sin cobrar la prestación

7. Bajo con incertidumbre Con personas a su cargo, con bajos ingresos/miembro del hogar y co-brando la prestación

8. Muy bajo

Con personas a su cargo, con bajos ingresos/miembro del hogar y sin cobrar la prestación.

Con personas a su cargo, con bajos ingresos/miembro del hogar y co-brando la prestación.

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TABLA 13. CLASIFICACIÓN DE CLASE OBJETIVA (CONSUMIDORES Y NO CONSUMIDORES)

Frecuencia Porcentaje

Consumidores No consumidores Consumidores No consumidores

Válidos

Muy alta 8 2 34,78 6,89 Alta con seguridad 0 2 0 6,89 Alta con incertidumbre 0 1 0 3,44 Media con seguridad 7 10 30,43 34,48 Media con incertidumbre 2 5 8,69 17,24 Baja con seguridad 6 1 23,08 3,44 Baja con incertidumbre 0 2 0 6,89 Muy Baja 0 6 0 20,68 Total 23 29 100 100

Perdidos 17 11 Total 40 40

Finalmente, atendiendo a la clasificación de clase realizada, se han podido colocar a 23

encuestados consumidores y a 29 no consumidores, debido al alto número de valores

perdidos en la encuesta por el considerable número de ítems necesarios para realizar la

clasificación, ítems obtenidos de respuestas susceptibles de generar rechazo por parte de

los encuestados debido a la profundidad de su interés en aspectos más bien privados.

Pero dentro de la baja representatividad de los encuestados que se han podido clasificar,

las respuestas obtenidas muestran una distribución diferente de los casos según la en-

cuesta.

Pese a la dificultad para obtener conclusiones, se observa cómo el nivel de vida entre

ambos colectivos puede ser bastante similar, con la salvedad de que el colectivo de con-

sumidores estaba mucho más formado que el de no consumidores, lo que le da acceso a

posibilidades de crecimiento laboral y los “bienes de cualificación” definidos por

Wright. De ahí que haya estado tan copado el grupo “Muy Alto”. Por su parte, los no

consumidores se agrupan en su mayoría en las posiciones intermedias. La categoría de

los no consumidores parece más real: la distribución de las frecuencias, salvando el gru-

po de los individuos de clase social muy baja, se asemeja a la curva de la distribución

normal, teniendo en cuenta los condicionantes por la muestra tan baja a disposición y el

número de casos perdidos. Por su parte, y no siguiendo el patrón de los no consumido-

res, los consumidores de comercio justo se acercan a los extremos, y muestran, en gene-

ral, un mayor nivel de vida que el otro grupo.

18

3.2. Ideología política

El comercio justo no tiene por qué ser ideológico, en un estricto sentido de ideología

política, atendiendo a los valores que promueve. No obstante, no está exento de una

notoria impregnación ideológica de izquierdas, que puede incluso ser un impedimento

para gente que autoubicada más a la derecha en la escala ideológica asocie este tipo de

productos a una rivalidad casi futbolística. En efecto, la impregnación ideológica del

comercio justo suele asociarse a prejuicios y etiquetas sobre los consumidores y promo-

tores de estos productos. La escala de autoubicación ideológica propuesta comprende

desde el 0 como la posición más a la izquierda de la escala, y el 10 como la posición

más a la derecha. Se han agrupado los resultados de la siguiente manera:

De 0 a 2: Izquierda De 3 a 4: Centro-

izquierda 5: Centro

De 6 a 7: Centro-derecha

De 8 a 10: Derecha

TABLA 14. CLASIFICACIÓN DE LOS ENCUESTADOS SEGÚN SU AUTOUBICACIÓN EN LA ESCALA IDEOLÓGICA

Frecuencia %

Consumidores No

consumidores Consumidores

No consumidores

Válidos

Izquierda 18 17 51,4 48,6 Centro-izquierda 13 2 37,1 5,7 Centro 2 8 5,7 22,9 Centro-derecha 1 3 2,9 8,6 Derecha 1 5 2,9 14,3 Total 35 35 100,0 100,0 Media 2,57 3,63

La mayoría de los encuestados se considera gente de izquierdas. El grupo más numeroso

es, en ambos casos, el grupo de gente autoubicada en las posiciones más a la izquierda

de la escala: el 51,4% en el grupo de los consumidores y el 48,6% en el grupo de los no

consumidores. El reducido número de encuestados no consumidores y su baja represen-

tatividad provoca un sesgo importante, aunque profundizando en la encuesta se pueden

trazar líneas claras de diferenciación entre el posicionamiento político ambos grupos.

Por ejemplo, está suficientemente claro que los consumidores de productos de comercio

justo están claramente posicionados políticamente como personas de izquierdas. De

hecho, tan sólo el 5,8% de los encuestados se autoubicó en una posición de derechas (ya

sea la posición más a la derecha como la posición de centro-derecha).

3.3. Coincidencia o rechazo de los valores que promueve el comercio justo

El objetivo principal de esta parte del estudio es diferenciar entre actitudes y comporta-

mientos de los consumidores de comercio justo con respecto al resto, aun siendo sus-

19

ceptibles de un importante sesgo de respuesta, teniendo en cuenta que la encuesta se

realizó dentro de las tiendas de comercio justo. No obstante, se asume también que las

respuestas de los no consumidores estarán influidas por un importante sesgo, y de lo que

se trata es de colocar a los encuestados frente a decisiones éticas que se contraponen.

Los consumidores y los no consumidores, frente a las situaciones en las que se les sitúa,

se diferencian entre sí en la valoración de las actitudes a tomar frente al comercio justo

y el consumo responsable, así como su visión acerca de las capacidades y los deberes

individuales hacia el planeta y hacia el resto de seres humanos, la implicación ética y la

responsabilidad moral para/con el mundo. El objetivo de la encuesta pasaba por enfren-

tar al encuestado a situaciones en las que es imposible no relativizar, pero ante las que

hay que tomar una decisión que implica una fuerte carga ética.

Los canales de difusión que utiliza el comercio justo son diferentes dada la propia iden-

tidad de su concepción: es un tipo de consumo que incide en la aceptación de ciertos

valores por parte del receptor y que terminan por significar una condición sine qua non

para consumir este tipo de productos. A priori, al contrario que el consumo convencio-

nal, los vendedores de productos de comercio justo buscan primero la transmisión de

valores, la concienciación y la sensibilización del cliente que la venta masiva, por lo que

resulta complejo articular la complementariedad del consumo masivo y el comercio

justo.

Estos valores atañen a visiones personales acerca del mundo, la pobreza y el medio am-

biente. Por tanto, se tratarán de buscar diferencias tangibles entre consumidores y no

consumidores de productos de comercio justo acerca de los valores que éste promueve.

Se ha realizado una escala de aceptación de los valores del comercio justo utilizando los

siguientes ítems:

Comprar productos de comercio justo es un gesto de justicia, no de solidaridad.

Me gustaría colaborar con alguna ONG.

Las políticas neoliberales, la derecha económica, es la única culpable de la po-

breza en el tercer mundo.

El mundo posee los recursos suficientes para abastecer a toda su población.

Los productos de comercio justo son de calidad.

El libre mercado atenta contra los derechos y la dignidad de los productores lo-

cales.

20

A continuación, se ha elaborado una segunda escala de rechazo de los valores del co-

mercio justo por parte de los consumidores, y el resultado se ha obtenido a través de la

valoración de las siguientes afirmaciones en la encuesta:

No me debo sentir culpable por la situación de los países del tercer mundo, ya

que no es culpa mía.

En época de crisis, busco los productos más baratos, independientemente del

origen y su proceso de elaboración.

No dispongo del tiempo necesario para colaborar con alguna ONG.

La gente que compra habitualmente productos de comercio justo, tiene más in-

gresos que la media.

Hay mucha gente que, aun queriendo, no puede ser solidaria.

Tal y como están las cosas, entiendo que las personas antepongan sus intereses

a la solidaridad.

Miro antes el precio que la procedencia de un producto.

Tal y cómo funciona el mundo, nada de lo que yo haga podrá cambiar las cosas.

En un contexto de crisis, no creo que pueda consumir productos de comercio

justo.

Se elaboró un indicador idéntico para los no consumidores de comercio justo, con tan

sólo una modificación: la afirmación “los productos de comercio justo son de calidad”

se transforma en “los productos de comercio justo NO son de calidad”. El resto de

afirmaciones permanecen invariables y se utilizarán de la misma manera para realizar la

escala.

El indicador se ha elaborado a través de las preguntas anteriormente expuestas, respon-

didas a partir de la siguiente escala de respuesta propuesta a los encuestados, con los

resultados obtenidos a continuación:

ESCALA

1. Totalmente en desacuerdo

2. Poco de acuerdo 3. Ni de acuerdo ni en desacuerdo

4. Bastante de acuerdo

5. Totalmente de acuerdo

TABLA 15. RELACIÓN CON LOS VALORES DEL COMERCIO JUSTO DE LOS CONSUMI-DORES

Rechazo de los valores del co-mercio justo

Aceptación de los valores del comercio justo

Validos 38 37 Perdidos 2 3 Media 2,4240 4,1776

Media calculada siendo 5 la posición de mayor rechazo o mayor aceptación, según corresponda, y 1 la po-sición de menor rechazo o menor aceptación.

21

TABLA 16. RELACIÓN CON LOS VALORES DEL COMERCIO JUSTO DE LOS NO CON-SUMIDORES

Rechazo de los valores del co-mercio justo

Aceptación de los valores del co-mercio justo

Validos 35 34

Perdidos 5 6

Media 3,0229 3,5833

Media calculada siendo 5 la posición de mayor rechazo o mayor aceptación, según corresponda, y 1 la po-sición de menor rechazo o menor aceptación.

Pese a que los no consumidores están sensiblemente menos sensibilizados que los con-

sumidores, tienden a aceptar mayoritariamente los valores propuestos, pese a que mu-

chas de las afirmaciones propuestas eran voluntariamente pretenciosas. En este caso,

interesa más la diferencia existente entre ambos grupos que la respuesta real, dado que

en el grupo de los no consumidores, estadísticamente poco representativo, el sesgo de

respuesta por deseabilidad social ante afirmaciones como las propuestas puede ser am-

plio. Por ello se opta por centrar el interés en la diferencia entre ambos grupos, ya que

se supone también que el sesgo de deseabilidad social para los consumidores puede ser

elevado. Dado que ambos grupos son susceptibles de presentar un sesgo considerable,

se pueden extraer las conclusiones más jugosas atendiendo a las diferencias entre ellos.

4. CONCLUSIONES

Examinando los resultados obtenidos se concluye en primer lugar que el carácter mino-

ritario del comercio justo sigue vigente, atendiendo a las dificultades de viabilidad de

las tiendas que se dedican al mismo, y que logran una relativa tranquilidad de cara a su

supervivencia gracias a la acción del voluntariado. No obstante, la evolución de las ven-

tas en el contexto de la crisis ha sido positiva, abriendo un espacio de optimismo de cara

al futuro de esta forma de consumo y de todas aquellas relacionadas con él.

Esta evolución al margen de las fluctuaciones del consumo de masas parece deberse a

ciertas características que convierten al comercio justo en un fenómeno relativamente

distante de las lógicas de consumo masivo de la sociedad occidental. En primer lugar,

parecen mediar entre el consumidor de comercio justo y el consumidor convencional

unas implicaciones morales y unos comportamientos éticos para/con el resto del mundo

y el medio ambiente que se reflejan también en sus pautas de consumo. Sometidos a la

obligación de escoger, los consumidores habituales de comercio justo priorizan en mu-

chas ocasiones esa necesaria implicación sobre su situación económica (conclusión que

22

se debe relativizar en su justa medida, pues pocos individuos supeditarán su bienestar a

su implicación ética).

Además, toda esta implicación tiene su origen en una serie de corrientes de pensamiento

moderno que tienen su génesis y se relacionan con grupos de izquierda: ecologismo,

ecosocialismo, ideologías verdes anticapitalistas, etc. Todo ello provoca que sean indi-

viduos que se autoubican a la izquierda en la escala social los que se impliquen en ma-

yor medida en estas nuevas formas de consumo que en realidad no deberían estar sujetas

a una consideración política, sino a una reflexión interna.

También parecen mediar en la propensión a consumir productos de comercio justo ca-

racterísticas socioeconómicas y laborales de los individuos. La encuesta, pese a su esca-

sa representatividad, ha comprobado que una mayor parte de los consumidores de co-

mercio justo es poseedor de un mayor nivel de vida y una mayor estabilidad laboral que

un no consumidor: suelen ser individuos con menos cargas familiares, con cierta estabi-

lidad laboral y con estudios superiores. Todo ello es susceptible de estar relacionado: la

implicación con estas nuevas prácticas de consumo son sólo compatibles con el acceso a

canales de información y el contacto con nuevas ideologías ecológicas que van surgien-

do.

Por último, y considerando este estudio únicamente como una aproximación al fenó-

meno, parece que van surgiendo nuevas líneas que posibilitan el avance de la investiga-

ción de este tipo de fenómenos relacionados con el consumo. En primer lugar por la

aparición y reproducción de nuevos y numerosos movimientos sociales: desde el 15M a

todos los movimientos asamblearios, participativos y cooperativistas en barriadas urba-

nas que están intrínsecamente conectados con estas nuevas ideologías centradas en la

transformación del consumo de masas: el fomento del cooperativismo alimentario, de la

alimentación ecológica y del comercio justo están muy presentes en el ideario de los

movimientos sociales que han surgido desde la aparición de los indignados.

En ámbitos más académicos, la preocupación de la teoría sociológica y de la filosofía

acerca de la globalización ha ido paulatinamente girando hasta centrar su interés en el

consumo como fenómeno clave en la reproducción de desigualdades y cada vez más

autores consideran que un cambio de concepción del consumo y el desarrollo de nuevas

pautas de gasto son fundamentales para la transformación del capitalismo y para frenar

todos los problemas ecológicos que plantea la sociedad del riesgo para la propia super-

vivencia del status quo.

23

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