EL CULTIVO DE TOMATE (Lycopersicon esculentum L. Mill .... EL CULTIVO DE TOMATE... · El objetivo...
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Cultivos Protegidos HORT-CP-003 Octubre de 2016
EL CULTIVO DE TOMATE (Lycopersicon esculentum
L. Mill) BAJO CUBIERTAS PLASTICAS
Por E. Zamora
INTRODUCCION
En Sonora, México el cultivo de tomate
(Lycopersicon esculentum L. Mill.) bajo invernadero ha
sido producido para el mercado de exportación desde hace
mas de dos décadas. En el norte del Estado se estima que
están establecidas más de 100 hectáreas de tomate bajo
invernaderos produciendo en la mayor parte del año [11].
Las regiones donde se tienen antecedentes de tomate como
cultivo protegido se localizan en los municipios Magdalena
de Kino, Ímuris, Nogales (Cíbuta) y en la Región de
Caborca. Estos municipios están ubicados en regiones
desérticas y semidesérticas con climas calurosos y secos
durante el verano hasta templado a frio durante el invierno
con una precipitación anual menor a 450 mm. En otras
regiones de Sonora como Costa de Hermosillo y los Valles
de Guaymas, Yaqui y Mayo se ha establecido generalmente
el cultivo de tomate en piso bajo invernaderos y casas
sombra (Figura 1).
Figura 1. Vista parcial de un cultivo de tomate bajo casa sombra en el Valle de
Guaymas-Empalme, situado en una área semidesértica en Sonora, México.
México produce tomate casi todo el año y al menos
en 14 Estados con clima un tanto diverso se produce bajo el
esquema de cultivo protegido [11]. Los Estados productores
que se destacan son Sinaloa, Baja California, Sonora y las
regiones norte y centro del país (Figura 2) [11]. El cultivo
de tomate bajo invernadero o casa sombra exige una
constante y extensa laboriosidad en el manejo, aun más de
lo que se requiere para otros cultivos [17]. En México, el
tomate se produce tanto bajo invernaderos de alta y mediana
tecnología como en casas sombra [25].
Figura 2. Estados productores de tomate bajo invernaderos y casas sombra en
México. Fuente: Greenhouse Tomatoes Changes the Dynamics of the North American Fresh Tomato
Industry. Roberta Cook y Linda Calvin. USDA, 2005.
GENERALIDADES DEL CULTIVO
Las plantas de tomate para invernaderos son de
hábito de crecimiento indeterminado pero dependiendo del
tipo de estructura a cubrir pudieran ser consideradas plantas
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de tomate del tipo determinado [24]. Según el tipo de frutos
de tomate producidos bajo invernaderos para mercado en
fresco pudieran ser, tomate gordo o bola (beefsteak),
saladette y cherry (Figura 3).
(A) (B) (C)
Figura 3. Tipos de frutos de tomate más comunes producidos bajo invernaderos.
Detalle A, tomate beefsteak, detalle B tomate saladette y detalle C, tomate cherry.
TEMPERATURA Y HUMEDAD RELATIVA
El tomate bajo invernadero requiere de un rango
óptimo de temperatura diurna de 21 a 28 °C (70 a 82 °F)
mientras que las temperaturas nocturnas debieran estar entre
17 y 18 °C (62 y 64 °F) [21, 30 y 37]. Alto rendimiento y
calidad son obtenidos cuando el cultivo de tomate se
desarrolla bajo un rango de temperatura diurna de 27 a 29
ºC (80 a 85 ºF) y durante las noches de 17 a 22 ºC (62 a 72
ºF) [17]. Durante la floración, temperaturas nocturnas
debieran mantenerse entre 16 y 18 °C (60 y 64 °F) mientras
que las diurnas entre 18 y 30 °C (65 y 86 °F) [26]. En
temperaturas abajo de 14 °C (58 °F) se pudieran presentar
problemas de absorción de nutrientes como es el caso del
fosforo al tornarse las hojas de un color purpura como señal
de deficiencia [37]. Por otro lado, se deberán evitar
temperaturas arriba de 32 °C (90 °F) si es posible ya que
afectan el crecimiento de raíces [4 y 37]. A temperatura de
30 °C (86 °F) el licopeno (pigmento que hace que los
tomates sean rojos) no desarrolla en gran medida [17 y 37].
Para el cultivo de tomate, una humedad relativa
acercándose a lo ideal está en el rango de 65 a 75 % durante
la noche y de 80 a 90% durante el día [15, 21, y 37]. Para
reducir la alta humedad en el interior del invernadero o casa
sombra, una buena ventilación pudiera ser necesaria para
reducir la presencia de enfermedades en las plantas [21, 26
y 37]. Cuando la humedad relativa se eleva por arriba del
90% en periodos largos, la incidencia de enfermedades en
las plantas son muy altas [33].
ENFRIAMIENTO Y CALEFACCION
Debido a las condiciones cálidas en el interior del
invernadero o casa sombra, generadas por el calor extremo
del desierto Sonorense, el cultivo de tomate debiera ser
ventilado en las horas criticas del día ya sea en forma pasiva
o utilizando abanicos y extractores que ayuden a circular y
cambiar el aire con el propósito de mantener las
temperaturas abajo de 32 ºC (90 ºF) [17].
Con el objetivo de enfriar el interior de las naves de
invernaderos se emplean varios sistemas disponibles
actualmente en el mercado. Ventilación y enfriamiento,
ventilación natural (ventilación pasiva), ventilación
mecanizada y el enfriamiento evaporativo son algunas
alternativas para enfriar el interior de los invernaderos [14].
En las áreas desérticas de Sonora con veranos largos
calurosos y secos, un sistema de neblina (foggers) (Figura
4) pudiera ser de gran ayuda como un medio de
enfriamiento dentro de las naves de casas sombra o
invernaderos durante parte del verano [21].
Figura 4. Un aspersor fogger instalado en un invernadero (Costa de Hermosillo,
México).
En el norte y noroeste del Estado de Sonora, para la
calefacción de los invernaderos es empleado equipo que
requiere una fuente de energía para calentar el aire dentro de
los mismos. Existen dos tipos de calefacción basados en:
aire caliente y vapor de agua. Cada uno de ellos tiene
características propias como los equipos que los componen y
la forma de distribución del calor en el interior de las naves
[14]. El sistema de calefacción que mayormente se emplea
en invernaderos ubicados en la parte norte de Sonora es el
de vapor de agua distribuido en tuberías situadas en la
periferia interior de las naves. Este sistema requiere energía
proveniente de enormes calderas.
VENTILACION
El objetivo de la ventilación en las naves de
invernadero es reducir la humedad relativa del interior [33].
En invernaderos ubicados en áreas desérticas, la
acumulación de aire caliente en el interior de las naves,
sobre todo en días calurosos del verano y algunos días del
invierno, es más frecuente. Esto, en combinación con altas
densidades de plantas por metro cuadrado, que al transpirar
causan que la humedad relativa dentro de las naves se eleve,
3
hace necesario la renovación del aire dentro de las mismas.
Existen dos modalidades en los sistemas de ventilación:
ventilación mecanizada y ventilación pasiva. La primera
requiere una serie de dispositivos y de equipo adecuado
como ventiladores y extractores que ayudan a mover el aire
húmedo hacia afuera y la segunda requiere el levantar
manualmente las coberturas laterales y los frentes de las
naves permitiendo así introducir aire seco al interior
reemplazando de esta manera la humedad del interior
proporcionando a las plantas un clima confortable para su
desarrollo. Además, mantener una buena ventilación dentro
de los invernaderos reduce la incidencia de enfermedades y
daños por cocimiento de frutos [17 y 33].
FERTILIZACION CARBONICA
La mayoría de los cultivos reaccionan bien cuando
se aplican de 310 a 1000 ppm de CO2 a la atmosfera bajo
invernaderos [6 y 29] y las concentraciones óptimas caen en
un rango de 700 a 1000 ppm (Romero-Aranda et al 1995,
Tremblay y Gosselin 1998) [1]. En general una inyección de
CO2 a la atmósfera de los invernaderos ha sido benéfico
para el desarrollo y vigor de las plantas aunado a un
incremento en el rendimiento [6 y 29]. En el cultivo de
tomate, al inyectar CO2 a la atmosfera pudiera incrementar
la producción entre 20 y 30% acelerando además la
floración y fructificación al menos 10 días [21]. Dosis a un
rango de 800 a 1000 ppm es recomendado para acelerar las
plántulas de tomate [6]. Concentraciones de 350 a 1000
ppm o más de CO2 en la atmosfera del invernadero han
arrojado buenos resultados en incremento de producción [16
y 17].
SUELO y pH
Si el cultivo de tomate se establece en piso (suelo)
de preferencia debiera ser en suelos francos-ligeros
profundos y con buen drenaje [13].
La mayoría de las hortalizas producidas bajo
invernaderos por lo general se desarrollan bien en suelos
con pH de 5.0 a 7.5 [13, 15, 21, 30 y 37]. Pero son
aceptados como pH óptimos de 6.0 a 6.5 en suelos
minerales y de 5.0 a 5.5 en suelos orgánicos [30].
En general, una buena disponibilidad de nutrientes
se encuentra en el rango de 5.6 y 6.3 [15]. Pero el rango
optimo del pH en la solución de nutrientes oscila entre 5.6 a
5.8 [37] mientras que el intervalo de pH deseable para el
cultivo de tomate está entre 5 y 7 [21].
Si el pH es demasiado alto, debido a la alcalinidad
del agua, habrá que agregar pequeñas cantidades de acido
para bajar el nivel al rango adecuado. Para esta corrección
de pH, pueden ser utilizados los ácidos sulfúrico H2SO4,
nítrico HNO3, ó fosfórico H3PO4 [37].
Es recomendable utilizar un medidor de bolsillo
para pH y así chequear diariamente el rango de pH en el
agua de riego [1 y 37].
RESPUESTA A LA SALINIDAD
Las plantas de tomate son consideradas
moderadamente sensibles a la salinidad debido a que el
promedio del umbral es de 2.3 dS/m. Pero en suelos
arenosos se pueden desarrollar bajo una conductividad
eléctrica (Ce) de 3.5 dS/m, en suelos francos de 2.0 y en
suelos pesados de 1.2 dS/m respectivamente [35]. Valores
de conductividad eléctrica entre 1.5 y 2.5 dS/m pudieran
considerarse aceptables para un cultivo maduro de tomate
[15]. El riego con agua salobre reduce los rendimientos en
tomate al producir frutos más pequeños y en menor número,
pero se incrementan los grados brix, acido nítrico y el
contenido de materia orgánica en los frutos cuando se aplica
correctamente el fosforo en fertirriego [30].
ESTABLECIMIENTO DEL CULTIVO
Por lo económico, para muchos productores es más
fácil establecer el cultivo de tomate directamente en el suelo
ya sea en plano o en camas meloneras dentro de las naves de
invernaderos procurando seleccionar un suelo fértil, con
buen drenaje y que esté bien nivelado [4, 22 y 24].
Antes de establecer el cultivo en el piso, es
recomendable considerar algunas prácticas agronómicas
como preparación del suelo [10] así como todo tipo de
análisis referente a la calidad del agua, niveles de fertilidad
del suelo incluyendo un análisis para nematodos.
Siembra y Trasplante.- la siembra de tomate
generalmente se realiza bajo invernadero en charolas de
poliestireno (hielo seco) para formar los almácigos,
colocando una semilla por celda o en camas calientes [10].
Las plantas se desarrollan en semillero por 20 ó 30 días.
Después, pudieran ser trasplantadas directamente en el
suelo, bolsas de polietileno, cubetas o lana de roca en el
jugar definitivo hasta cosecha si se produce el tomate como
cultivo sin suelo [4 y 10]. Si las plántulas se desarrollan en
la misma nave con plantas maduras, es probable que tanto
insectos como mosquita blanca, minadores, etc. además, de
enfermedades contaminen al nuevo cultivo.
TRATAMIENTO PREVIO A LAS PLANTULAS
Es necesario contemplar en pre trasplante un
tratamiento preventivo de las plántulas contra enfermedades
del suelo. Los tratamientos pudieran variar ya sea si se trata
de una producción convencional o una producción
orgánica. Si se trata de una producción convencional de
tomate, las plántulas pudieran ser tratadas usando una
mezcla de Propamocarb y Carbendazim sumergiendo el
4
cepellón en la solución hasta asegurarse que las raíces
queden bien bañadas. Pudiera ser incluido a este tratamiento
un producto enraizador que ayude a desarrollar mejor su
sistema radicular. Por otro lado, si se trata de una
producción orgánica, la utilización de trichoderma
Trichoderma herzianum, un hongo benéfico en
combinación con Bacillus subtilis o algún otro material
biológico comercial para bañar las raíces pudiera ser
utilizado antes de trasplantar. Una vez trasplantado, la
aplicación de la solución pudiera ser a través del sistema de
riego. Estos hongos benéficos actúan como antagónicos
contra algunos hongos fito-patógenos del suelo propios de la
región y además actúan como reguladores de crecimiento
ayudando a un mejor desarrollo de las plantas.
MARCO DE PLANTACION
Como cultivo en piso.- En tomate cultivado
directamente en el suelo bajo invernaderos, como se
produce por lo general en el las áreas costeras de Sonora, se
pudieran utilizar distanciamientos de 30 a 40 cm entre
plantas a doble hilera con una separación de 0.80 m entre
hileras dejando un espacio de 1.8 m con el propósito de
realizar labores de cultivo. Una población de 20,000 mil
plantas por hectárea pudiera considerarse como aceptable
[22 y 37].
PODA Y ENTUTORADO DE LA PLANTA
El cultivo de tomate bajo invernaderos requiere de
una constante labor durante su desarrollo y periodo de
producción [17]. Las plantas de tomate son comúnmente
entutoradas a un solo tallo [22]. Las plantas se podan a un
solo tallo removiendo regularmente los brotes laterales,
comúnmente referidos como "chupones" y el entutorado de
las plantas (Figura 5) se inicia en un periodo no mayor a las
dos semanas después del trasplante y el comienzo de la poda
cuando aparezca el primer racimo de flores [10, 12, 22 y
37].
(A) (B)
Figura 5. Una hilera parcial de plántulas de tomate recién trasplantadas en suelo
bajo una casa sombra (A) y (B) Planta de tomate tutorada con un cordón a un
tallo al inicio de su desarrollo.
Un brote se formará justo entre el pecíolo de la hoja
y el tallo [12]. La remoción de los brotes o chupones deberá
realizarse una vez por semana (Figuras 6 y 7) cuando estos
midan 2.54 cm (1 pulgada) de largo para mantenerlos bajo
control [24 y 37].
(A) (B)
Figura 6. Cortando un brote (A) y señalamiento de un punto donde estaba el
brote (B).
Figura 7. Las plantas de tomate bajo invernadero requieren una constante labor
desde el desbrote de plantas jóvenes hasta el inicio y final del periodo de cosecha.
Si los brotes no se eliminan se obtendrá una gran
cantidad de frutos pequeños y de baja calidad, es mejor
tener un tallo productivo y así se podrán producir frutos más
grandes, más uniformes y de alta calidad [37].
Cuando se poda la planta a un tallo, se enrolla
alrededor de ella un cordón o rafia (Figura 8). Se deberá
amarrar la rafia en espiral y que quede floja o sujetar la parte
basal de cada planta; pasarlo sobre el alambre y después
amarrarlo al mismo alambre con un nudo corredizo [22].
Figura 8. Un dibujo ilustrando plantas de tomate tutoradas a un tallo.
5
Al tutorear una planta de tomate, siempre se deberá
de enrollar en la misma dirección -- si se empieza en la
dirección de las manecillas del reloj, hay que continuar en la
misma dirección, de otra manera, al alcanzar un
determinado peso de frutos, pudiera hendir (rajar) la rafia y
trozarla [37]. Algunos productores prefieren utilizar clips de
plástico para asegurar la planta a la rafia.
En algunas ocasiones se utiliza la poda y tutorado
de la planta a dos tallos como se muestra en la Figura 9.
Figura 9. Ilustración, planta de tomate podada y tutorada a dos tallos en “V”.
Se deberá diseñar un sistema de soporte con
alambres corriendo horizontalmente por encima de cada
una de las hileras de plantas [22 y 37] y a una altura de 2.14
m (7 ft) del nivel del suelo, cortando la rafia o cordón a 4.3
m (14 pies) de largo así habrá suficiente holgura que
permita a la planta apoyarse y extenderse cuando alcance la
altura de los alambres [17 y 37] (Figura 10).
(A) (B)
Figura 10. Plantas jóvenes de tomate recién tutoradas bajo invernadero
y establecidas en el suelo (A) y (B) plantas tutoradas a un tallo en pleno
desarrollo (Costa de Hermosillo).
RIEGOS Y FERTILIZACION
Una abundante cantidad y calidad de agua es el
primer paso para producir cosechas de alta calidad bajo
invernaderos [7] En invernaderos, se requieren riegos
automatizados usando dispositivos eléctricos como relojes o
controles electrónicos [37 y 39]. Una hectárea de tomate
pudiera llegar a ocupar más de 12,000 m³ de agua [36]. El
volumen de agua varía de acuerdo a la temporada y tamaño
de la planta. En un cultivo recién trasplantado se pudiera
aplicar solamente 64 ml (2 onzas fluidas) de agua por día y
por planta aproximadamente. En ciertas regiones con días
soleados, las plantas maduras pudieran necesitar hasta 2.7
litros o (3/4 de galón) por planta por día. Por lo general, 2
litros (1/2 galón) de agua por planta por día son adecuados
para plantas con un casi o completo crecimiento. Es
recomendable monitorear las plantas con frecuencia,
especialmente durante las dos primeras semanas seguidas al
trasplante, para que el volumen de agua pueda ser
incrementado cuando se necesite. El agua deberá ser
aportada a cada planta utilizando tubines (spaguetii) de 3
mm los cuales acarrean el agua de las líneas principales a la
base de la planta [37].
El cultivo de tomate requiere una constante atención
en los programas de fertilización [17]. La clave para obtener
éxito en un programa nutricional incluye lo siguiente: 1).
Utilizar fertilizantes fabricados específicamente para
tomates bajo invernaderos, 2). Que tanto de cada elemento
del fertilizante es necesario, 3). Que tanto está siendo
aplicado, 4). Chequear los niveles de pH y conductividad
eléctrica, 5). Observar los signos que las plantas que
pudieran presentarse como deficiencias o tener un exceso de
un nutriente (para mayor detalles consultar el folleto
Algunas Deficiencias Nutricionales en Cultivos Protegidos
HORT/CP-001-2016) y 6). Monitorear el estatus de
nutrientes en las plantas tomando periódicamente muestras
para análisis foliares [37].
Regularmente, las partes por millón (ppm) es la
unidad utilizada para medir la concentración de nitrógeno, o
cualquier otro nutriente específico en la solución [17 y 37].
Estas unidades están generalmente dentro del rango de 50 a
300 ppm de nitrógeno. En el Cuadro 1 se observan las
cantidades en ppm a utilizar de nitrógeno en el cultivo de
tomate de acuerdo a su estado de desarrollo [37].
Cuadro 1. Guía general - cantidad de nitrógeno a utilizar
en plantas de tomate [37].
Nitrógeno TSS* CE**
Estado de crecimiento (ppm) (ppm) (mmhos)
Desde germinación 50 450-550 0.6
a la 1ª hoja verdadera
totalmente extendida.
1a hoja verdadera a la 3ª 50-75 550-600 0.6-0.7
hoja totalmente extendida.
3a hoja al trasplante. 75-100 600-800 0.7-0.9
Desde trasplante al 2o 100-125 800-1100 0.9-1.8
amarre de racimo.
2o racimo en adelante. 125-200 1100-1600 1.8-2.2
* Total de sólidos solubles. ** Conductividad Eléctrica.
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FERTILIZANTES COMERCIALES
La elección de un fertilizante comercial depende del
productor. Sin embargo, de preferencia deberán ser
fertilizantes grado invernadero los cuales son altamente
solubles en agua. Para un fácil manejo de referencia, el
Cuadro 2 muestra la cantidad de cada elemento en algunos
fertilizantes [37].
Cuadro 2. Fertilizantes utilizados en fertigación del cultivo
de tomate bajo invernaderos [37].
Fertilizante Composición porcentual (Elementos)
Nitrato de calcio 15.50 % de N, 19% de Ca
Nitrato de potasio 13.75 % de N, 44.5% de K2O
Nitrato de amonio 34 % de N
Urea 46 % de N
Ácido fosfórico 75 % de P2O5 (el % puede variar)
Sulfato de magnesio 9.7 % Mg (el mismo como sal epsom)
Sulfato de potasio 50 % K2O
Sulfato de amonio 21 % de N, 24 % de S
Cloruro de potasio 60 % K2O (como potasa muriática)
Fosfato monoamónico (MAP) 12 % de N, 61 % P2O5
Fosfato diamónico (DAP) 16 % de N, 48 % de P2O5
Fosfato monopotásico (MKP) 52 % de P2O5, 34 % de K2O
Cloruro de calcio 36 % de Ca
ANALISIS FOLIARES
Es aconsejable realizar un muestreo foliar
periódicamente para determinar si las plantas están
recibiendo el mejor nivel de nutrientes [18]. El análisis
foliar puede ser utilizado para observar problemas en plantas
que aparenten estar enfermas o con un déficit en los niveles
de nutrientes [18 y 37]. Las razones para realizar el
monitoreo foliar son para que puedan ser referidos como
diagnósticos de problemas que pudiesen ocurrir [39].
Es muy importante tomar las muestras de hojas del
lugar correcto en las plantas para conseguir resultados reales
[18]. Remover una hoja de cada planta, colectando de 6 a 8
hojas por muestra. Seleccionar la hoja para ésta muestra
que se encuentra justo arriba del fruto de 2 pulgadas de
diámetro (cerca del tamaño de una pelota de golf) [18 y 37].
Si se toman las hojas más altas ó más bajas en la planta se
tendrán serios efectos en el nivel de nutrientes que se
mostraran en el reporte, especialmente para nitrógeno y
otros elementos altamente móviles [37].
Cuadro 3. Niveles de nutrientes recomendados en tejidos de
hoja de tomate [37]. Macro elementos Micro elementos
N 4.0-5.5 % Fe 100 - 250 ppm
P 0.3-1.0 % Zn 30 - 150 ppm
K 4.0-7.0 % Mn 40 - 300 ppm
Ca 1.0-5.0 % Cu 5 - 25 ppm
Mg 0.4-1.5 % B 35 - 100 ppm
Mo 0.15 - 5.0 ppm
Cuadro 4. Rangos de N (NO3) y K recomendados en peciolos
frescos de hojas de tomate bajo invernadero [18].
Concentración en ppm
Estado de crecimiento (NO3) (K)
Del trasplante al 2º 1000 – 1200 4500 – 5000
racimo de frutos.
Del 2º racimo al 5º 800 – 1000 4000 – 5000
racimo de frutos.
En la temporada de cosecha 700 – 900 3500 – 4000
POLINIZACION Y CUAJADO DEL FRUTO
Las flores de tomate son auto polinizadas [17]. Una
deficiente polinización causará aborto de flores y/o frutos de
menor tamaño, fofos y deformes [32]. La polinización
pudiera no realizarse debido a factores como: temperatura y
humedad relativa extremas, sequía, deficiencia y toxicidad
de nutrientes, etc.
En el cultivo de tomate la temperatura óptima para
la polinización está en el rango de 21 a 28 °C (70 a 82 °F) y
la humedad relativa óptima está entre 50 y 70% [32], por
arriba del 80% los granos de polen se pegan entre ellos y no
se dispersan adecuadamente [21 y 37]. Por otro lado,
humedad relativa menor al 60% por períodos prolongados
provoca que se seque el estigma evitando que los granos de
polen no se peguen al mismo [37]. En condiciones ideales,
la fertilización del ovario ocurre en 48 horas después de la
polinización [37].
En el interior del invernadero, el viento no sacude
suficientemente las plantas en floración para acarrear y
distribuir el polen a la mayoría de las flores, los productores
debieran considerar la utilización de un polinizador o
vibrador eléctrico al menos cada dos días para asegurar una
aceptable polinización y consecuentemente obtener un buen
cuajado de frutos [15, 17 y 37]. En invernaderos pequeños
la utilización de una aspiradora de aire pudiera ser muy útil
para este fin (Figura 11).
7
(A) (B) Figura 11. Un vibrador eléctrico para sacudir las plantas favoreciendo la
polinización de las flores (A) y (B) una aspiradora funcionando inversamente para
sacudir los granos de polen de una planta a otra. Fuente: Handbook Tomato
Louisiana State University.
Con el fin de asegurar una buena polinización, los
productores debieran considerar el utilizar abejorros
Bombus spp para polinizar al cultivo de tomate bajo áreas
grandes de invernaderos y así obtener un mayor número de
cuajado de frutos [17 y 32]. Se considera que una colmena
de 60 abejorros puede llegar a polinizar de 1000 a 2500 m²
por un espacio de tiempo entre 8 a 12 semanas (Figura 12).
Figura 12. Caja con una colonia de abejorros utilizados para polinizar las flores
en cultivo de tomate bajo casa sombra.
RALEO DE FRUTOS
La quita o raleo de frutos en racimos de tomate es
una labor que se realiza para mejorar el tamaño,
uniformidad y consecuentemente la calidad de frutos. Esto
envuelve la remoción de pequeños frutos deformes o
manchados de los racimos, dejando de tres a cinco de los
mejores [15 y 17] (Figura 13).
Figura 13. Detalle, racimo de frutos de tomate raleados previos a ser
cosechados.
INSECTOS-PLAGA
Los insectos–plaga más recurrentes que se pudieran
encontrar en el cultivo de tomate bajo invernaderos y casas
sombra son: mosquita blanca Trialeurodes vaporariorum,
Bemisia tabaci, trips de las flores Frankliniella occidentalis,
acaro de dos manchas Tetranychus urticae, pulgón verde
del durazno Myzus persicae, gusano del fruto Heliothis
armígera [5] mosquita minadora Liriomyza trifolii [9],
gusano alfiler Keiferia lycopercicella Walsh, falso medidor
de la col Trichoplusia ni, entre otros [2 y 36]. En la Costa
de Hermosillo se han detectado en las primeras etapas de
crecimiento del cultivo el pulgón harinoso Pseudococcus sp,
diabroticas Diabrotica balteata y D. variegata así como
araña roja.
ENFERMEDADES
Las condiciones cálidas y húmedas dentro del
invernadero propician un medio ambiente ideal para el
desarrollo de enfermedades de las plantas [27]. Las
enfermedades que frecuentemente atacan al cultivo de
tomate bajo invernadero son: el cáncer bacteriano
Clavibacter michiganensis, mancha bacteriana
Xanthomonas visicatoria, marchites bacteriana
Pseudomonas solanacearum, botrytis Botrytis cinérea [34],
cenicilla Oidium neolycopersici, moho de la hoja
Cladosporium fulvum [20], tizón temprano Alternaria
solani, mancha de la hoja Septoria sp, marchites por
Verticillium y Fusarium y una serie de enfermedades
virulentas como el mosaico virus del tabaco (ToMV), virus
hoja amarilla del tomate o de la cuchara (TYLCV), mosaico
del pepino (CMV) y gemini virus del tomate, entre otras. En
estado de plántula, el tomate pudiera verse afectado por
Pythium sp y por Rhizoctonia solani.
Un método cultural que se ha vuelto frecuente es
utilizar plantas de tomate injertadas sobre patrones
resistentes a enfermedades del suelo como por ejemplo
8
Verticillium sp, Fusarium oxysporum razas 1 y 2,
nematodos entre otras [28].
DESORDENES ABIOTICOS
Algunos problemas en frutos de tomate se presentan
con frecuencia debido a manejos inadecuados o medio
ambiente adverso al cultivo durante la temporada de
desarrollo y no por causas de microorganismos parásitos
[22] (para mayor detalles consultar el folleto Algunas
Fisiopatías de Frutos, Tallos y Hojas en Cultivos Protegidos
HOR/CP-001-2016). Los desordenes abióticos o fisiopatías
mas frecuentes en frutos de tomate son: hendiduras radiales
y concéntricas, resquebrajamientos de frutos, cara de gato,
finas rajaduras en los frutos (fruto de piel áspera), cicatriz de
la cremallera, roncha madura (pared gris), hombro verde,
pudrición apical del fruto, frutos vanos y frutos quemados
por el sol [19, 20 y 22].
COMBATE DE MALEZAS
La aplicación de plástico oscuro como acolchado
sobre las camas en cultivos de otoño y primavera es una
medida efectiva no solo para el control de malezas sino que
también ayuda a mantener por mayor tiempo la humedad en
la parte radicular de la planta [23]. Un constante combate de
malezas dirigido tanto a los alrededores como al interior de
los invernaderos utilizando los métodos mecánico, físico y
químico, es una estrategia que reduce no solo la población
de malas hierbas sino que también reduce las incidencias de
enfermedades y plagas.
CULTIVARES
Si se tiene un plan de producir tomate bajo
invernaderos, se deberá utilizar una variedad para
invernaderos. Estas deberán ser exclusivamente híbridas [17
y 37].
Los criterios para seleccionar un cultivar de tomate
para invernaderos son: Tamaño de fruto deseado, que
carezca de problemas fisiológicos, alto rendimiento,
uniformidad en el tamaño del fruto, duración en anaquel y
demanda en el mercado [17 y 37] (Figura 14). Además, que
presenten resistencia a enfermedades como Virus Rizado del
Tomate (TYLCV), Virus Mosaico del Tabaco (TMV),
Cladosporium, Verticilium, Fusarium, resistencia a la
mayoría de los nematodos, al plateado, pudrición de la
corona y raíz por Fusarium, entre otras [37].
Figura 14. Detalle, frutos del híbrido de tomate. La elección de una variedad de
tomate requiere de mucha atención de parte de los productores con el propósito de
reducir los riesgos de la inversión de un proyecto que se esté por realizar.
COSECHA
Los frutos de tomate pueden ser cosechados en
racimos o individualmente [17]. Los frutos pueden ser
cosechados en madurez fisiológica mostrando una
apariencia de no madurez frecuentemente llamados “estado
maduro verde” o cuando se comience a desarrollar las
coloraciones propias que indican madurez [15, 21 y 26]
(Figuras 15 y 16). La cosecha de tomate puede llevarse a
cabo de 2 a 3 veces por semana y de preferencia temprano
durante la mañana [15].
Figura 15. Frutos de tomate en la planta antes de ser cosechados (A) y (B) Fruto
de tomate beefsteak mostrando la estrella distal, un criterio que se toma en cuenta
para cosechar los frutos.
Si el rajado de la piel del fruto es un problema,
cosechar cuando estos presenten de 10 a 30% en color [26].
9
Figura 16. Frutos de tomate cherry en distintas coloraciones, desde un estado de
madurez en verde (madurez fisiológica) hasta un color rojo completo. El color en
los frutos es de mucha importancia para efecto de empaque.
En frutos de tomates hidropónicos, las
características que indican buena calidad son: Sabor,
firmeza, textura, vida de anaquel y nivel de nutrimental. La
calidad manejada es de tomate de primera y de segunda
siendo éstos últimos frutos que presenten cierta deformación
y que estén ligeramente rasgados.
EMPAQUE
En empaques con alta tecnología los frutos de
tomate, antes de ser empacados en cajas de cartón, pasan
por un proceso de selección mediante rayo láser para ser
acomodados en cajas según el tamaño ó calibre los cuales
pueden ser 16, 18, 22, 32, 35, 39 y 45. El empaque debe de
ser uniforme en el tamaño de frutos y el número ó calibre
corresponde al número de frutos por caja (Figura 17).
Figura 17. Existen varias presentaciones de empaque de frutos de tomate de
invernaderos al llegar a los centros de consumo.
Generalmente, los frutos son empacados en cajas de
cartón de 6.8 kg (15 lb) de peso neto considerando el color y
tamaño del fruto de tomate. Cuando se empaca en dos capas
el peso es de 7.26 a 9 kg (16 a 20 lb).
ALMACENAMIENTO
La optima temperatura para frutos de tomate en
almacenamiento dependerá del grado de madurez que se
presente: para frutos verde-maduro de 12.5 -15 °C (55 - 60
°F), en frutos ligeramente rojos de 10.5 -12.5 °C (50 - 55
°F) y para frutos de color rojo intenso de 7 -10 °C (44 - 50
°F) por 3 a 5 días. Los tomates verdes maduros pueden ser
almacenados hasta por 14 días a 12.5 °C (55 °F) antes de
que alcancen su madurez [8]. La humedad relativa optima
para tomates esta en un rango de 90 a 95% [8, 21 y 32].
Puede ser fijado, para una madurez normal de los frutos, un
rango de 18-21°C (65-70°F) con una humedad relativa entre
90-95% y para una madurez lenta (tomates en traslado) de
14-16°C (57-61°F) [8].
Para una rápida madurez del fruto, las temperaturas
debieran de estar en el rango de 12.5 - 25 °C (55 - 77 °F) y
un tratamiento con etileno de 100 ppm de 24 a 48 horas
puede ser efectivo [8 y 21].
RENDIMIENTO
Los rendimientos en la producción de tomate bajo
invernaderos dependen de algunos factores como tipo de
fruto, duración de la temporada de cosecha, numero de
cosechas y sistemas de producción [32]. Los rendimientos
suelen ser menores en cultivos establecidos en suelos que en
hidropónicos [21 y 32]. Bajo sistemas hidropónicos, una
producción de de 18 kg por planta durante 7 u 8 meses de
cosecha es un excelente rendimiento en áreas semidesérticas
según Jensen (1995) [30]. Rendimientos alcanzados en
Holanda superan el rango de 47 a 53 kg/m² [32].
SUGERENCIAS PARA LA PRODUCCION DE
TOMATE COMO CULTIVO PROTEGIDO
Algunas recomendaciones de inicio hechas por
algunos autores antes de comenzar con una producción de
tomate a nivel comercial se enlistan a continuación:
1. Es mejor aprender de los errores de otros que de uno
mismo.
2. Visitar invernaderos de otras regiones.
3. Conseguir, lo más que se pueda, información técnica
a cerca del tema.
4. Vender el producto antes de iniciar con el proyecto.
5. Conseguir un medidor de pH y otro para la
conductividad eléctrica.
10
6. Polinizar cada tercer día con cualquier equipo citado
en esta guía o contemplar la adquisición de colonias
de abejorros.
7. Asegurarse que las plantas no sufran de estrés por
cualquier tipo de evento.
8. No permitir que insectos-plaga y enfermedades estén
fuera de control (especialmente la mosquita blanca).
9. Establecer una bitácora.
10. Si tiene algún problema o dudas pedir asesoría a
expertos o consultar a otros productores con mayor
experiencia en el manejo del cultivo.
Estas sugerencias y otras que se pudieran ir
sumando permite ver lo laborioso que es esta actividad y lo
complicado que pudiera llegar a ser en cuanto a gastos
requeridos para mantenimiento, personal administrativo y de
campo. En un área de 240 m² de invernadero se requiere de
20 personas-hora por semana [38].
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12
El Cultivo de Tomate (Lycopersicon esculentum L. Mill.) bajo Cubiertas Plásticas HORT-CP-003-2016 es una revisión bibliográfica para apoyo a la
docencia y divulgación con información básica que pudiera servir como una guía para la producción de pepino tomate bajo invernaderos, túneles altos o
casas sombra en áreas desérticas del Estado de Sonora y el cual está dirigido al sector productivo incluyendo productores, técnicos y estudiantes así como a
todas las personas que estén interesadas en la producción de hortalizas de traspatio. Esta publicación ha sido elaborada por el autor basándose en resultados
de ensayos experimentales realizados por años sobre el tema en la Costa de Hermosillo y otras localidades. Además, se respalda la obra con una serie de
bibliografía cuidadosamente revisada que puede permitir al lector interesado consultar más detalles sobre el tema en la red de internet
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