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¿De que se trata la Navidad? Pág. 5 Escogiendo una Biblia. Pág 13 Jesús y las mujeres. Pág. 16 El Dios pródigo. Pág 21 Celebrando la venida de Jesús E E l l N N o o t t i i c c i i e e r r o o Iglesia de Dios Universal Iglesia de Dios Mundial VOL XXXII No. 12 Viviendo y compartiendo el evangelio DICIEMBRE 2004 Pág. 3

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¿De que se trata la Navidad? Pág. 5 Escogiendo una Biblia. Pág 13 Jesús y las mujeres. Pág. 16

El Dios pródigo. Pág 21

Celebrando la venida de Jesús

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NNoottiicciieerroo Iglesia de Dios Universal

Iglesia de Dios Mundial

VOL XXXII No. 12 Viviendo y compartiendo el evangelio DICIEMBRE 2004

Pág. 3

2 El Noticiero DICIEMBRE 2004

Adviento: Celebrando la venida de Jesús ........................... 3 ¿Qué y cuando es el adviento? La palabra Adviento se deri-va del latín y significa “venir” o “la venida”. Adviento es más que sólo una temporada de preparación para recordar que Jesús nació hace más de dos mil años. ¿De qué se trata la Navidad?.............................................. 5 Para un niño de nueve años, la Navidad significaba diver-sión, fiestas, pavo, pastel navideño, nuevos juguetes y que-darse despierto hasta tarde para mirar TV. Veríamos familia-res que no habíamos visto desde la Navidad pasada y po-dríamos hablar y jugar hasta tarde en la noche. EL RINCÓN DE LOS NIÑOS El mejor de los regalos........................................................ 6 CARTA DEL PASTOR GENERAL Diciembre 2004 ................................................................... 8 ESTUDIO BÍBLICO JUVENIL Reacio para ir .................................................................... 10 LECCIONES DE LA BIBLIA Una lección sobre Pedir .................................................... 11 Jesús no les hizo 40 preguntas antes de sanarlos. Él no consiguió balanzas sagradas para pesar los pecados de ellos contra sus hechos buenos. Simplemente los sanó. Así es él. Escogiendo una Biblia....................................................... 13 “nadie después de beber el nuevo sake quiere el viejo, por-que dice, “el nuevo es mejor”. A primera vista, esa traduc-ción parece decir todo lo contrario de lo que Jesús dijo.

Una traducción clásica ………………………………….14 ¿Qué es una Biblia de Estudio? …………………….…15

Jesús y las mujeres........................................................... 16 En el primer siglo en Palestina, la manera en que Jesús tra-tó a las mujeres fue considerada un comportamiento revolu-cionario. Una Herencia de ayudar .............................................. 19 El Dios Pródigo.................................................................. 21 Una de las parábolas referidas al amor de Jesús revela mu-cho más sobre el amor de Dios de lo que podríamos pensar LEYENDO A TRAVÉS DE ROMANOS Cuán grande Salvación un estudio de Romanos 8 ........... 24 El capítulo de nuestro estudio este mes viene al final de la explicación de Pablo respecto del evangelio. Es el clímax, y las verdades que Pablo discute son verdaderamente asom-brosas. MINISTERIOS LA PURA VERDAD ¿Es realmente necesaria la iglesia?................................26 TESTIMONIO Yo escapé del legalismo ................................................... 27

CONTENIDO

El Noticiero Año 32 No. 12 Diciembre 2004

Misión: Edificar a los miembros de la Iglesia de Dios Universal con artículos sobre la vida cristiana y estudios bíblicos. El Notici-ero es la publicación de noticias oficial de la Iglesia de Dios Uni-versal, publica las declaraciones doctrinales oficiales de la iglesia. El Noticiero es una publicación electrónica mensual de la Iglesia de Dios Universal, también conocida en algunos países como Igle-sia de Dios Mundial. Copyright Worldwide Church of God 2004. Esta publicación es distribuida gratuitamente por correo electróni-co y copias impresas son distribuidas por medio de los pastores o líderes de cada congregación. Si desea recibir El Noticiero por correo electrónico, puede solicitarlo a: [email protected] El Noticiero también está disponible en Internet: http://www.wcg.org/espanol Presidente y Pastor General: Joseph Tkach Supervisor Editorial: Michael Morrison Editor Ejecutivo: J. Michael Feazell Editor: Thomas C. Hanson Edición Castellana: Director Regional: Charles B. Fleming Editor: David E. Ágreda Traducción al español: Eleana Molina, Jaime Salek, José Luis Casado, Eduardo Castro, David E. Ágreda. Un agradecimiento especial a nuestros traductores voluntarios. Prueba de lectura: Carlos Gutiérrez. Salvo indicación contraria, los textos bíblicos se citan de La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional. © 1999 por la Sociedad Bíblica Internacional.

Queremos saber de usted. El Noticiero busca informar sobre los varios ministerios y obras de servicio realizadas por los miembros. Son bienvenidos sus artícu-los sobre su congregación, la vida cristiana y testimonios. Para someter un artículo o anuncio para su publicación, o si desea cola-borar con la traducción del inglés al español escriba a:[email protected]

DICIEMBRE 2004 El Noticiero 3

AAddvviieennttoo:: cceelleebbrraannddoo llaa vveenniiddaa ddee JJeessúúss

¿Qué y cuándo es el adviento?

a palabra Adviento se deri-va del latín y significa “ve-nir” o “la venida”. Adviento

es más que sólo una temporada de preparación para recordar que Je-sús nació hace más de dos mil años. Los cristianos se preparan mental y espiritualmente durante el adviento para la nueva venida de Jesús en gloria, recordando su promesa de que él reconciliaría to-da la creación de Dios. Para los cristianos, el adviento es la tempo-rada para recordar que nuestro Sal-vador vino en humildad y que ven-drá de nuevo en gloria. El adviento comienza el cuarto domingo antes de la celebración del nacimiento de Jesús. En el año 2004, el adviento comienza el 28 de noviembre. La temporada de adviento puede durar de 22 a 28 dí-as, dependiendo del día en que cae el 25 de di-ciembre en un año en particular.

Tradicionalmente, el color del adviento es el púr-pura, el color de la realeza para dar la bienvenida a Cristo el Rey. El púrpura también simboliza el su-frimiento, lo cual establece una conexión importante entre el nacimiento de Jesús y su muerte: su nativi-dad (la encarnación) no puede separarse de su cru-cifixión (la expiación). El propósito de la venida de Jesús al mundo como “La Palabra hecha carne”, de su morada entre nosotros, es revelar a Dios y su amor por el mundo, no sólo por medio de la vida y enseñanzas de Jesús, sino también por medio de su sufrimiento, muerte y resurrección. Algunas igle-sias usan el azul real para distinguir el adviento de la cuaresma.

La corona de adviento La corona de adviento es un sím-bolo que se está volviendo muy po-pular y que los cristianos escogen usar en las iglesias y hogares como recordatorio de la preparación espiri-tual que semana a semana están

haciendo mientras esperan la navi-dad. La corona siempre viva circu-lar (real o artificial) tiene cinco ve-las: cuatro velas púrpura o azul en el círculo exterior, una para cada domingo de adviento, y una vela blanca, por el nacimiento de Jesús, en el centro. Las velas son un sim-ple, pero efectivo símbolo del ad-viento, la venida de Jesús, quien es la luz del mundo.

Puesto que la corona es un ele-mento simbólico para narrar la his-toria de la navidad, hay varias ma-neras de entender su simbolismo. En algunas tradiciones las cuatro velas representan la esperanza, la paz, el gozo (esta vela es a veces color rosa) y el amor. Otros las

usan para simbolizar la luz, la fe, la verdad y la gra-cia. Otros usan la primera vela para representar la profecía, la segunda para la historia de Belén, la tercera representa a los pastores, la cuarta repre-senta a los hombres sabios y la quinta (blanca) re-presenta a Cristo. Se enciende una vela el primer domingo de ad-viento y luego una vela adicional cada domingo. En Navidad se enciende la vela blanca. Al encender cada vela se hace una oración. El significado exac-to dado a los varios aspectos de esta corona no es tan importante como la historia que invita a escu-char y la preparación que invita a hacer.

Adviento es una época apropiada para incorporar a los niños en la adoración en la iglesia, para devo-cionales familiares y aprender historias de nuestra fe. En casa puede ponerse una corona de adviento en la mesa y encender las velas durante las comi-das, con lecturas bíblicas y oraciones precediendo el encendido de las velas. Una nueva vela es encendida cada do-mingo durante cuatro semanas, y esas mismas velas son encendidas durante las comidas durante la semana. Esta práctica provee una

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Portada

4 El Noticiero DICIEMBRE 2004

oportunidad para la oración familiar y da a los niños la oportunidad de leer las escrituras diarias.

La razón de la temporada Es vital que el adviento sea diferente a la cele-bración del nacimiento de Jesús, aunque como tem-porada de preparación para la venida de Jesús, precede a la Navidad. Es sólo en la publicidad co-mercial que la temporada de Navidad comienza desde noviembre. Los domingos de adviento enfati-zan particularmente nuestra espera de la venida del Mesías.

Hay una progresión en los servicios de adviento desde la espera del primer domingo, hasta la espe-ranza del segundo, el gozo y proclamación del ter-cero y la alabanza y celebración del cuarto, mien-tras nos preparamos para celebrar la Navidad. Esta progresión es para recordarnos del viaje en nues-tras propias vidas, para conectar nuestra espera y expresar nuestra esperanza y fe de que Dios, en realidad, “es con nosotros”.

¡Después de este viaje tenemos una razón para celebrar! El nacimiento de Jesús viene con la com-prensión de que, verdaderamente tenemos una ra-zón para tener esperanza y fe en Dios: que lo que fue hecho una vez en la historia humana verdadera, en las vidas humanas verdaderas, continúa siendo hecho en las vidas de las personas hoy. La Navidad puede entonces traernos, no sólo un momento de buenos sentimientos, sino una profunda fe en el tan esperado adviento, una fe que Dios no dejará por siempre el mundo como está hoy, sino que vendrá de nuevo para rescatar a su pueblo.

Esta es la fe, la esperanza, que el adviento pue-de expresar muy bien, cuando es celebrado como preparación para la Navidad. El mundo necesita desesperadamente esta esperanza en la oscuridad de esta temporada, la oscuridad del conflicto y mal entendimiento entre la gente, la oscuridad de la ig-norancia y el temor, una esperanza de que esto no es todo lo que hay, que Jesús, quien es la luz del mundo, vendrá y traerá la luz el amor y la esperan-za.

El adviento está enmarcado por un espíritu de esperanza, de anticipación, de preparación. El espí-ritu del adviento está bien expresado en la parábola de las vírgenes que están esperando la venida del novio. Junto a su gozo por la llegada del esperado novio, hay una necesidad de preparación que la parábola nos enseña.

Phil Baldwin Pastor de las congregaciones IDU en London

(Comunidad cristiana familia de fe) y Windsor, Canadá

Una lista sugerida de lecturas diarias de adviento para el año 2004

Domingo, Nov. 28 Isaías 40:1-5

Lunes, Nov. 29 Isaías 52:7-10

Martes, Nov. 30 Isaías 40:9-11

Miércoles, Dic. 1 Génesis 3:8-15

Jueves, Dic. 2 Génesis 15:1-6

Viernes, Dic. 3 Deuteronomio 18:15-19

Sábado, Dic. 4 Salmos 89:1-4

Domingo, Dic. 5 Isaías 11:1-10

Lunes, Dic. 6 Zacarías 6:12-13

Martes, Dic. 7 Miqueas 5:2-4

Miércoles, Dic. 8 Malaquías 3:1-6

Jueves, Dic. 9 Juan 1:1-8

Viernes, Dic. 10 Juan 1:9-18

Sábado, Dic. 11 Marcos 1:1-3

Domingo, Dic. 12 Lucas 1:5-13

Lunes, Dic. 13 Lucas 1:14-17

Martes, Dic. 14 Lucas 1:18-25

Miércoles, Dic. 15 Lucas 1:39-45

Jueves, Dic. 16 Lucas 1:46-56

Viernes, Dic. 17 Lucas 1:57-66

Sábado, Dic. 18 Lucas 1:67-80

Domingo, Dic. 19 Isaías 7:10-14

Lunes, Dic. 20 Lucas 1:26-35

Martes, Dic. 21 Isaías 9:2-7

Miércoles, Dic. 22 Mateo 1:18-25

Jueves, Dic. 23 Lucas 2:1-20

Viernes, Dic. 24 Mateo 2:1-2

DICIEMBRE 2004 El Noticiero 5

¿¿DDee qquuéé ssee ttrraattaa llaa NNaavviiddaadd??

ecuerdo en los años 60 cuan-do la nieve ca-

ía y el mundo se llenaba de emoción. Para un niño de nueve años, la Navidad significaba diversión, fies-tas, pavo, pastel navideño, nuevos juguetes y quedar-se despierto hasta tarde para mirar TV. Veríamos familiares que no había-mos visto desde la Navi-dad pasada y podríamos hablar y jugar hasta tarde en la noche. Poco sabía yo cuanto impacto tendría en mi vida esta época de buena voluntad.

Sé que no todos tienen recuerdos de la Navidad como los míos, pero el verdadero significado de la época festiva tiene aún más que ofrecer ahora y en el futuro. Al-guien me preguntó: ¿por qué vino Jesús al mundo y por qué la crucifixión? La respues-ta a esa pregunta es multifacética, y las vi-das de cada ser humano que ha vivido se-rán afectadas por ella de una u otra mane-ra.

“Yo he venido para que tengan vida y vida en abundancia” (Juan 10:10), esta es una razón de la presencia de Jesús en la tierra.

Este mundo tiene muchos placeres y fuen-tes de alegría y aprecio por la vida: el cielo azul, un cálido atardecer, el nacimiento de su propio pequeño hijo, la habilidad de ver, oír y caminar, escuchar música o tocar un instrumento musical, los placeres de la co-mida y compartir la comida con un grupo de amigos. Pero no importa que experiencias disfrute usted, nada se compara con la vida que Dios nos tiene reservada en su reino. Jesús vino para darnos una vida enriqueci-da, que a veces no podemos verla en nues-tra rutina diaria. Pero en nuestros corazo-nes está la promesa de un mundo mejor que el que dejamos atrás (Hebreos 11:16).

Jesús vino a fundar su iglesia

La iglesia del Nuevo Tes-tamento está formada por los seguidores de Cristo que cre-yeron el mensaje de esperan-za que él proclamó. Se reúnen regularmente para la adoración y la alabanza, y llegan a ser hermanos y hermanas en Cris-to, compartiendo su fe y creencias, aflicciones y prue-bas, esperanzas y sueños. Dan y reciben ánimo unos de otros. “¡Cuán bueno y cuán agradable es que los herma-nos convivan en armonía!” (Salmos 133:1).

Jesús vino a demostrar el poder y amor de Dios

¿Se ha preguntado usted por qué en el jardín del Getsemaní, Dios permitió que Pedro cortara la oreja del siervo para que Jesús se la pusiera de nuevo? (Lucas 22:50-51). Jesús ama a toda la gente, aún a los que lo traicionaron y mataron. Desde la cruz declaró su deseo de que ellos sean perdonados, se preocupó incluso por la turba que se burlaba de él.

Así que, entre las muchas razones para la en-carnación de Cristo, tenemos:

1. Darnos esperanza para el futuro (vea Je-remías 29:11) por medio de su propio sa-crificio.

2. Establecer su iglesia.

3. Revelar el amor y el poder de Dios.

Los hombres sabios trajeron oro, incienso y mi-rra, pero Jesús trajo el Espíritu Santo, la vida eter-na y la reconciliación con Dios.

Si tiene la oportunidad de hacerlo, mire la corta película “La Navidad de Charlie Brown”. Escuche la voz del pequeño Linus después de citar Lucas 2:8-14. “De eso se trata la Navidad Charlie Brown. De eso se trata”.

Phil Gale Miembro de la congregación IDU

en Victoria, Canadá

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6 El Noticiero DICIEMBRE 2004

EEll mmeejjoorr ddee llooss rreeggaallooss

Jesús es el regalo especial de Dios para mí ¿Has estado alguna vez acostado en tu cama sin poderte dormir? ¿Qué escucha-bas? ¿Podías escuchar a mamá y a papá en otra habitación? ¿Escuchabas un buho u otra ave nocturna cantando fuera? ¿El so-nido del tránsito? ¿Cuáles son los sonidos que piensas que habrías escuchado la no-che que nació Jesús -la noche cuando to-das las promesas de Dios se hicieron reali-dad? Imagina que estás allí. Si escuchas con atención podrías escuchar el ruido del tránsito que pasa afuera, o los sonidos de los asnos y caballos moviéndo-se o relinchando en sus cuadras. O bien, el crujido de la paja mientras José y María se acuestan sobre ella para descansar. Tal vez hasta puedas es-cuchar las pala-bras de José lle-nas de cariño al nacer el bebé. Es-toy seguro que es-cucharías también el primer llanto del bebé. Mira ahora al bebé. Es como los otros be-bés: pequeño, con un parchecito de cabello en su cabecita y con los ojos cerrados. Sus pequeños pies y manos se mueven hacia arriba por primera vez. Mira más detenida-mente. ¡Este bebé es Jesús! Mira a tu alrededor. Este no es un buen lu-gar para que nazca Jesús. Este lugar está lleno de asnos y caballos que pertenecen a las personas que se están hospedando cerca de allí. El lugar está sucio. Si miras hacia arriba, podrás ver nidos de aves en las vigas del techo. Hasta podrías ver una

estrella asomando por una abertura del te-cho. Mira más detenidamente ahora. Jesús está envuelto en una larga tira de tela. Su madre lo acuna en sus brazos. Entonces lo pone en un pesebre acolchonado con paja, que es donde va a dormir. Eso no suena como el nacimiento del Hijo de Dios. Parece imposible. ¿Por qué sería necesario que alguien tuviera que cuidar del Hijo de Dios? Mucho antes de que Jesús naciera en un establo de Belén, era una promesa. Inme-

diatamente des-pués de que pe-có, Dios le pro-metió a Eva que algún día nacería un niño especial. Ese bebé habría de destruir a Sa-tanás y todas sus tentaciones. Esa no fue la única promesa que se

cumplió esa noche. Dios le había dicho a David que uno de sus descendientes iba a ser el Mesías. Tanto José como María eran descendientes de David. Miqueas, el siervo de Dios, había escrito que el Mesías nace-ría en Belén. Y así fue. Todas esas promesas se cumplieron en un solo día. Jesús había nacido. Él había creado a Adán y Eva. Los ángeles lo ado-raban. Era el rey del universo. Pero ese día se había hecho bebé. Necesitaba una ma-dre y un padre que lo cuidaran. Tuvo que dormir en un lugar donde comían los ani-males. ¿Por qué? Jesús nos amaba dema-siado como para estar separado de noso-

El Rincón de los Niños

DICIEMBRE 2004 El Noticiero 7

tros. Él quería vivir con nosotros a fin de mostrarnos la forma de vivir con él. Nos dio otras promesas. Promesas para todos no-sotros. Dijo que volvería otra vez y lo hará, ¡muy pronto!

Lectura Bíblica: Lucas 2:1-7 Por aquellos días Augusto César decretó que se levantara un censo en todo el impe-rio romano. (Este primer censo se efectuó cuando Cirenio gobernaba en Siria.) Así que iban todos a inscribirse, cada cual a su propio pueblo. También José, que era descendiente del rey David, subió de Nazaret, ciudad de Ga-lilea, a Judea. Fue a Belén, la ciudad de David, para inscribirse junto con María su esposa. Ella se encontraba encinta y, mien-tras estaban allí, se le cumplió el tiempo. Así que dio a luz a su hijo primogénito. Lo envolvió en pañales y lo acostó en un pe-sebre, porque no había lugar para ellos en la posada. En esa misma región había unos pastores que pasaban la noche en el campo, turnán-dose para cuidar sus rebaños.

Sucedió que un ángel del Señor se les apa-reció. La gloria del Señor los envolvió en su luz, y se llenaron de temor. Pero el ángel les dijo: "No tengan miedo. Miren que les traigo buenas noticias que serán motivo de mucha alegría para todo el pueblo. Hoy les ha nacido en la ciudad de David un Salvador, que es Cristo el Señor. Esto les servirá de señal: Encontrarán a un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre." De repente apareció una multitud de ánge-les del cielo, que alababan a Dios y decían: "Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz a los que gozan de su buena voluntad." Cuando los ángeles se fueron al cielo, los pastores se dijeron unos a otros: "Vamos a Belén, a ver esto que ha pasado y que el Señor nos ha dado a conocer." Así que fueron de prisa y encontraron a Ma-ría y a José, y al niño que estaba acostado en el pesebre. Laberinto: Encuentra el camino a Belén. Traza con un lápiz el camino a través del laberinto y ayuda a los Reyes a llevar sus regalos al niño Jesús.

8 El Noticiero DICIEMBRE 2004

Diciembre 2004

Estimados hermanos y hermanas en Cristo:

Con frecuencia he pensado en cuan útil sería tener un video que narrara y explicara nuestra transición doctrinal de los últimos 15 años. Sin embargo, realizar tal proyecto estaba sim-plemente fuera de consideración. No teníamos las finanzas para contratar un equipo de producción ni el personal para hacerlo nosotros mismos.

Pero en agosto pasado sucedió algo sorprendente. Greg Johnson, director de un ministerio con sede en la ciudad de Salt Lake, Utah, Estados Unidos, llamado Permaneciendo Juntos [Standing Together], invitó a Mike Feazell y a mí a hablar ante un grupo de cerca de 50 pasto-res en Utah. Greg nos había visitado aquí en Pasadena y sintió que podíamos ayudarle a animar a los pastores evangélicos que están trabajando predominantemente en un ambiente mormón. Principalmente, Greg quería que contáramos nuestra historia y explicáramos que es más efectivo atraer a las personas por medio de la amistad que confrontarlas con argu-mentos doctrinales.

A último momento tuve que cancelar debido a una enfermedad y Mike fue solo. Entre la audiencia cuando Mike narró nuestra historia estaban Joel Kramer y Scott Johnson. Joel sirve en la Fraternidad Cristiana Esperanza Viva en Brigham City, Utah, Estados Unidos, y Scott ayuda a Joel en su ministerio multimedia llamado Ministerios de video Esperanza Viva [Living Hope Video Ministries] (puede ver su sitio web en inglés en www.lhvm.org). Joel y

Scott produjeron un video en el año 2003 sobre la evidencia del ADN que confronta la doc-trina de los mormones que los Amerindios son descendientes de la antigua Israel. El video se llama El ADN vs. El Libro de Mormón.

Cuando estos dos hombres escucharon la presentación de Mike acerca de la historia de la Iglesia de Dios Universal, fueron conmovidos profundamente. Cuando vinierona a la confe-rencia nunca habían oído de la IDU, pero después de la presentación sintieron que Dios les había mostrado el tema de su siguiente video. Nos contactaron por medio de Greg Johnson y nos preguntaron si estábamos de acuerdo en permitirles conducir entrevistas con líderes y miembros de la iglesia en Pasadena para que nuestra historia fuera dicha en nuestras pro-pias palabras.

Después de más discusión, aceptamos cordialmente. Una vez que pasamos algún tiempo con Joel y Scott, fue claro que si hubiéramos buscado un equipo de producción que pudiera entender y presentar apropiadamente nuestra historia en video, no podríamos haber encon-trado un equipo más apropiado que este. Ahora que la producción está terminada, sólo po-demos decir que Dios ha puesto en nuestras manos una poderosa herramienta que narra nuestra historia y da una conmovedora presentación del evangelio.

Carta del Pastor General

DICIEMBRE 2004 El Noticiero 9

Joel y Scott usarán el video, titulado Llamado a ser libre [Called to Be Free], para tocar los cora-zones de los mormones que están luchando por entender las diferencias entre su iglesia y el evangelio cristiano. También servirá como un mensaje de ánimo para familiares y amigos de los mormones. Aunque el video no trata sobre el mormonismo y ni siquiera lo menciona, es una apasionante presentación de muchos de los elementos principales de cualquier orga-nización autoritaria o sectaria en marcado contraste con la libertad y el gozo del evangelio.

Ministerios Esperanza Viva no nos cobrará ni un centavo por los cientos y cientos de horas que pasaron filmando, editando y preparando este video hasta la producción final. Para ellos, esta era una historia que necesitaba decirse y algo que Dios los guió a hacer en co-nexión con su propio ministerio en Utah. Nuestro único gasto han sido los costos de dupli-

cación de los DVD. Hemos ordenado una caja de 30 DVD como regalo para cada congregación en los Estados Unidos, la cual enviaremos a cada pastor. Hemos pedido a su pastor que presente el programa en su iglesia y luego ponga los DVD a disposición de los que lo quieran por una donación sugerida de tres dólares, los cuales irán al fondo de su iglesia local. Si la congregación necesita más (como esperamos que suceda, puesto que serán un excelente regalo para familiares y amigos para explicarles lo que sucedió en nuestra iglesia, sin men-cionar el valor que tiene como herramienta de alcance evangelístico), los pastores pueden ordenar las copias que deseen directamente de Joel y Scott. Otros pueden ordenar una copia en inglés en el sitio web de Esperanza Viva: www.lhvm.org

Creo que ustedes encontrarán que Llamado a ser libre es un video conmovedor e inspirador. Estoy agradecido porque Dios nos ha dado tan especial bendición durante esta época de Adviento mientras celebramos el mayor regalo de todos: Emmanuel, Dios con nosotros, nuestro Señor y Salvador, el Hijo encarnado de Dios, Jesucristo.

Recuerden dar para las necesidades de su congregación local y ayudando a pagar los gastos de nuestra denominación, incluyendo la impresión de nuestra nueva revista Odisea Cristiana, nuestra publicación de noticias de la iglesia, ahora renombrada IDU Hoy, nuestro sitio web, folletos, supervisión, entrenamiento y desarrollo pastoral y las conferencias de compañerismo de la iglesia.

¡Que Dios le bendiga con una gozosa y maravillosa temporada de adviento! En el amor de Jesús:

10 El Noticiero DICIEMBRE 2004

RReeaacciioo ppaarraa iirr

La Biblia está llena de personas que reordenaron sus prioridades para obedecer a Dios. Algunos lo hicieron por su propia elección, otros con vacilación y otros tuvieron que ser arrastrados literalmente por Dios.

Miremos a un tipo llamado Jonás, este fue uno de los que Dios tuvo que forzar para que le obede-cieran. Quizá tú ya sabes esta historia, o por lo menos crees que la sabes. Ahora miraremos esta historia desde un nuevo ángulo.

Antes de profundizar en la Palabra de Dios, detente y pídele a Dios que el Espíritu Santo sea tu maestro y te ayude a ver cómo quiere él que reordenes tus prioridades para obedecerlo.

Lee el libro de Jonás completo. ¡No te preocupes, sólo son 48 versículos! Mientras lees, escribe tus observaciones. ¿En control de quién estaba Jonás durante las diferentes partes de la historia?

Las Escrituras no dicen si Dios habló con Jonás en voz alta, o si sólo habló a su corazón. De cual-quier modo, Jonás sabía claramente que Dios quería que él cambiara su programa de actividades y le obedeciera. ¡Dios lo estaba llamando a una misión espeluznante!

¿Qué le pidió Dios a Jonás que hiciera? (1:2)

¿De qué huyó Jonás que Dios le pidió claramente que hiciera? (4:2)

Nínive era una gran ciudad, pero estaba llena de gente mala. Jonás sabía que Dios es un Padre amoroso que perdonaría a la gente de Nínive si se volvían de su pecado. El problema de Jonás era la auto justicia. Él pensó que la gente de Nínive era demasiado mala y no merecía el perdón de Dios.

Miles de ciudades alrededor del mundo son como Nínive, perdidas en el pecado. Afortunadamente, tenemos un Dios amoroso que perdona nuestro pecado y ¡ama a la gente que creó! Creo que Dios está llamado estudiantes de todo el mundo para ser Jonáses, llevando las buenas noticias de Jesu-cristo a las grandes ciudades del mundo. ¿Es espeluznante? ¡Ya lo creo!

Toma los últimos momentos de tu estudio de hoy para darle a Dios una oportunidad de hablarte. Pon tu mano derecha, con la palma hacia arriba en tu regazo. Cierra tus ojos y figura tu vida en la palma de tu mano. Luego dile a Dios: “Aquí está mi vida. Quiero obedecerte. Estoy escuchando y quiero oírte. ¿Qué quieres decirme? Luego escucha. Si Dios pone un pensamiento en tu mente, es-críbelo, ora sobre esto, cuéntale a alguien lo que Dios dice y obedécelo. ¡Sólo hazlo! Reordena tus prioridades. No huyas como Jonás de lo que Dios te está pidiendo que hagas. Permanece en él y obedece.

Mira 2 Corintios 5:13-15. Escribe el versículo 15 palabra por palabra.

Medita sobre 2 Corintios 5:13-15

Lee estos versículos tres veces por lo menos.

¡Permite que el amor de Dios controle tu vida hoy!

Estudio Bíblico Juvenil

DICIEMBRE 2004 El Noticiero 11

Lecciones

Biblia El Evangelio de Marcos, Lección 10 Marcos 1:29-34

UUnnaa lleecccciióónn ssoobbrree PPeeddiirr

Cuando salieron de la sinagoga, Jesús fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama, con fiebre. Él se le acercó, la tomó de la mano y la ayudó a levantarse. Entonces se le quitó la fiebre y se puso a servirles

Al atardecer, cuando ya se ponía el sol, la gente le llevó a Je-sús todos los enfermos y endemoniados, de manera que la población entera se estaba congregando a la puerta. Jesús sanó a muchos que padecían de diversas enfermedades. También expulsó a muchos demonios, pero no los dejaba hablar porque sabían quién era él.

ncluso Jesús necesitó reposo. La sinagoga permitía un tiempo a mediodía para la comida en sábado, y Jesús fue a la casa de Simón y Andrés a comer. Pero incluso en

una escena privada, él estaba listo para ayudar aquellos que lo solicitaban. Éste no era un "gran milagro" en términos de mag-nitud y muchedumbres. Era una necesidad privada, personal, familiar. La familia conocía a Jesús como alguien que cuida y ayuda, así que hicieron le dijeron sobre la suegra de Simón que tenía fiebre.

Dígale al Señor No sabemos si Jesús supo que la suegra de Simón estaba

enferma antes de que ellos le dijeran. Pero sabemos esto: en cuanto ellos le dijeron a Jesús sobre ella, él fue a ella y la sa-nó.

Este es un buen ejemplo para decirle a Jesús sobre las co-sas. Sí, no hay nada que Jesús no sepa respecto a nuestras necesidades, pero él quiere que aprendamos a pedirle ayuda. Jesús ya sabe nuestras necesidades. Pero él quiere, que no-sotros le pidamos su ayuda. La madre de Simón no le pidió a Jesús que viniera a ella; otros lo hicieron.

¿Por qué debemos pasar por los trau-mas y crisis de esta vida solos? En los Salmos, Dios nos da ejemplos de personas que llevan sus miedos y preocupaciones personales a él. Cuando exponemos nues-tros problemas ante Dios, sabemos que seremos escuchados, y sabemos que es-tamos en manos de alguien que hará para nosotros lo que es correcto y bueno.

"Aun si voy por valles tenebrosos, no temo peligro alguno porque tú estás a mi lado; tu vara de pastor me reconforta". (Salmo 23:4).

Pidiendo ayuda Cuando le pedimos a Jesús que nos

ayude, esto muestra ciertas cosas sobre nosotros:

Muestra que sabemos que Jesús es jus-to para pedirle.

Muestra que confiamos en Jesús.

Muestra que nos preocupamos sobre los problemas que Jesús se preocupa.

Muestra que nuestra esperanza está en Jesús.

Muestra que nuestras vidas se encuen-tran alrededor de Jesús.

Muestra que pertenecemos a Jesús.

Cuando le pedimos a Jesús que nos

I

de la

En los Salmos, Dios nos da ejemplos de personas que llevan

sus miedos y preocupaciones personales a él.

12 El Noticiero DICIEMBRE 2004

ayude, esto nos re-cuerda ciertas cosas:

1. Nos recuerda el poder de Jesús.

2. Nos recuerda el amor de Jesús.

3. Nos recuerda que Jesús es el encargado de todo.

4. Nos recuerda que Jesús sabe nuestras necesidades.

5. Nos recuerda que Jesús quiere ayudar-nos.

6. Nos recuerda que Jesús nos escucha.

7. Nos recuerda que Jesús hace lo que es correcto y bueno para nosotros.

Cuando vienen las respuestas

En cuanto Jesús la sanó, la suegra de Si-món se levantó y em-pezó a servir a otros. Si fuéramos a sacar un principio de esto, sería que; así como la sue-gra de Pedro usó la fuerza que Jesús le dio

para hacer cosas buenas para otros, así nosotros debemos consagrar lo que Jesús nos da para hacer lo bueno para otros. Ella hizo lo que podía hacer y nosotros debemos hacer lo que podemos hacer. Teniendo cuidado unos a otros.

Cualquiera puede pedir Después del ocaso las muchedumbres llegaron. La noticia

se había extendido sobre cómo Jesús había expulsado el de-monio, así que el pueblo trajo a sus enfermos y poseídos a la puerta de Simón y Jesús los sanó.

Jesús es bueno con todos sin tener en cuenta quién pide. Es difícil imaginar que todos en el pueblo en esa noche eran san-tos, justos, con un halo de santidad.

Cafarnaúm era como otros pueblos, lleno de personas regu-larmente pecadoras en cada paso de sus vidas. Pero fueron sin embargo, pecadores, todos sin excepción, y se bañaron en la gloria del Hijo de Dios. Jesús no les hizo cuarenta preguntas antes de sanarlos. Ni consiguió balanzas sagradas para pesar los pecados de ellos contra sus hechos buenos. Él simplemen-

te los sanó. Así es él.

El redentor de su creación. Él creó en amor y redime en amor. Él quiere que to-dos vengan a él, porque él, es el único lu-gar de sanación y vida que existe en ver-dad. Esa tarde en Galilea, el pueblo de Ca-farnaúm experimentaba en ese mismo ins-tante la venida del Reino.

Autoridad para ayudar Cuando los exorcistas judíos y sanado-

res intentaron expulsar demonios o sanar las fiebres, siguieron prescripciones mági-cas como rituales, algunos de los cuales se detallan en el Talmud. Por ejemplo, según William Barclay: "El Talmud detalla el mé-todo de tratar con una fiebre ardiente como la de la suegra de Simón. Un cuchillo to-talmente hecho de hierro se ataba con una trenza de pelo a un arbusto. En los días sucesivos se tenía que repetir; primero, Éxodo 3:2-3; segundo, Éxodo 3:4; y final-mente Éxodo 3:5. Entonces una cierta fór-mula mágica era pronunciada, y así se su-ponía que la cura era lograda".

Jesús asombró a todos porque no usó ningún ritual o encantamiento. Él simple-mente pidió que los demonios salieran por su propia autoridad, y salieron. Él simple-mente dice a las personas que se levanten y caminen, o toca su piel leprosa, o toma su mano y alzándolos y fueron sanados. Su autoridad era y es la autoridad del Hacedor y Gobernante de todas las cosas.

Por eso usted puede traer sus proble-mas a él. Por eso usted puede confiar en que él va a hacer para usted lo que es co-rrecto y bueno. ¿Qué lo está desgastando ahora mismo a usted? ¿Por qué no lo toma y se lo lleva a Jesús y le pide que lo ayu-de?

J. Michael Feazell

Jesús no les hizo 40 preguntas antes de sanarlos. Él no

consiguió balanzas sagradas para pesar los pecados de ellos contra sus hechos

buenos. Simplemente los sanó. Así es él.

Reflexión: 1. ¿Jesús realiza sólo grandes mila-gros o también nos ayudará en las cosas pequeñas? 2. ¿Qué necesita usted para decirle todo a Jesús?

DICIEMBRE 2004 El Noticiero 13

EEssccooggiieennddoo uunnaa BBiibblliiaa

n amigo Japo-nés estaba con-tándome sobre

la versión japonesa de la Biblia que él usa. Citó a Lucas 5:39. En la Nueva Versión Internacional esta escritura lee, " Y nadie que haya bebido vino añejo quiere el nuevo, porque dice: Él añejo es mejor.'”, mi amigo me dijo: "Mi Biblia japonesa no dice “vino” si-no dice “sake” [una bebida japonesa hecha de arroz fermentado]. Como el sake nuevo es mejor que el vie-jo, el versículo se escribe así, “nadie después de be-ber el nuevo sake quiere el viejo, porque dice, “el nue-vo es mejor”.

A primera vista, esa tra-ducción parece decir todo lo contrario de lo que Jesús dijo. Él dijo que lo viejo era bueno, no lo nuevo. Asimismo, Jesús habló del vino, y no del sake. El vino es normalmente bueno des-pués de unos años de envejecer, el sake es bueno cuando es hecho reciente.

¿Por qué los traductores usa-ron la palabra “sake” en lugar de vino? Mi amigo me lo explicó; en Japón, pocas personas saben so-bre el vino. Así que se enfrentaron los traductores de la Biblia japo-nesa con una opción. O traducen el verso literalmente y confunden a sus lectores, o traducen el ver-sículo más libremente y transmi-ten lo que Jesús quería decir.

En este versículo, Jesús estaba contrastando la vieja fórmula lega-lista de la religión con la nueva fórmula que él trajo. En las ver-siones inglesas y españolas el vino viejo y nuevo es una metáfo-ra para estas dos fórmulas de re-ligión. En la traducción japonesa,

la metáfora del sake lleva el inten-to de Jesús en que exista una di-ferencia entre las dos. Irónica-mente, si los traductores hubieran escogido la traducción literalmen-te, el significado intencional de Jesús se habría perdido para los lectores japoneses.

Esta historia ilustra un dilema que frecuentemente tienen los traductores de la Biblia. ¿Deben traducir tan literalmente como sea posible, con el riesgo que confun-dan al lector, o deben traducir lo que las Escrituras intentan decir, y por ello pierda parte del significa-do original?

Literal vs. Exacto Como cristianos, valoramos la

Palabra de Dios, y nuestro instinto natural puede decirnos que con-fiemos en sólo una traducción lite-ral de la Biblia. "Cuando las per-sonas dicen que quieren una tra-ducción literal, palabra por pala-bra," dice Ken Barker, "están pen-

sando que lo literal es igual a más exacto." Barker es director ejecu-tivo del Centro de Tra-ducción de la Nueva Versión Internacional (NIV) en Lewisville, Texas.

"Ser literal no es la misma cosa que ser exacto", dice Barker. "Una traducción comple-tamente literal sería tor-pe, confusa y a veces desorientadora". Por ejemplo, una traducción al español de Jeremías 12:2 leería algo así: "Tu estás cerca de sus bo-cas, pero lejos de sus riñones. "En hebreo, los riñones representan el lugar de las emociones de una persona, el cora-zón, como nosotros di-

ríamos en nuestro idioma. En la versión española, la traducción es “pero en su interior están lejos de ti” un término virtualmente olvida-do para los riñones.

La versión Dios Habla Hoy (DHH) traduce este versículo, "Tú los plantas y echan raíces, y cre-cen y dan fruto. De labios para afuera, te tienen cerca, pero en su interior están lejos de ti". Esta tra-ducción, aunque no literal, captura el intento de la escritura original. En algunos casos hay pasajes de la Biblia que son aún difíciles de entender; como por ejemplo, en Job 36:33 la Nueva Versión Inter-nacional (NVI) dice, “Su trueno anuncia la inminente tormenta, y hasta el ganado presagia su lle-gada” y en Dios Habla Hoy (DHH) dice; “El trueno anuncia a Dios, la tempestad proclama su ira”. Aun-que esto mejora, usted tendrá que leer probablemente varias veces el pasaje para captar el significa-

U

14 El Noticiero DICIEMBRE 2004

do. La Reina Valera de 1995, tra-duce este verso: "Con el trueno declara su indignación y la tem-pestad proclama su ira contra la iniquidad".

En los escritos de Pablo se muestran extensas diferencias entre las traducciones en español. Por ejemplo romanos 8:8, “Los que viven según la naturaleza pe-caminosa no pueden agradar a Dios” (Nueva Versión Internacio-nal [NVI]) y “los que viven según la carne no pueden agradar a Dios” (Reina Valera 1995). La se-gunda traducción es literalmente exacta, pero no tan inmediata-mente entendible como la prime-ra, la segunda traducción es más directa de lo que Pablo quiso de-cir. Él estaba usando la palabra carne como una metáfora para la naturaleza pecaminosa.

Los traductores de la NVI se guían entre lo literal, palabra por palabra y las traducciones pen-samiento por pensamiento.

Las pautas en las traducciones

Cuando usted usa cual-quier versión de la Biblia, está leyendo la Palabra de Dios traducida, perdiendo algún significado de lo es-crito originalmente. Aun-que los traductores pro-fundamente respetuosos de la Palabra de Dios se esfuercen por ser exactos, admiten que ninguna tra-ducción o traductor es per-fecto.

Las preferencias de los traductores, incluyendo sus prejuicios teológicos, aparecen inevitablemente. Así, como ellos han tenido cuidado traduciendo su versión, les instan a los estudiantes de la Biblia que tengan cuidado al usarla. Por esta razón, usted aprenderá más en su estudio de la Biblia si consulta otras versiones

regularmente. Una técnica buena es referirse a por lo menos dos versiones de la Biblia. Una de ellos será más literal y la otra más pensamiento por pensamiento.

Una traducción literal general-mente tarda más tiempo para ser leída debido a algunas redaccio-nes torpes. Sin embargo, con ella usted puede explorar confiada-mente a mano, otras traduccio-nes, mientras puede referirse siempre a la redacción más literal. Una traducción literal también conserva figuras originales del discurso y la poesía. Las traduc-ciones más libres, pueden apuntar a ello con el propósito de ser más entendible, pero pueden debilitar el estilo literario del escritor bíbli-co.

Las traducciones más libres Por otro lado, las traducciones

más libres, las versiones denomi-nadas pensamiento por pensa-miento, tienen a menudo un natu-ral y fácil flujo de lectura. Ello

permite leer un libro de la Biblia más fácilmente y conseguir una apreciación global de lo que se dice.

Las traducciones más libres también pueden ser realmente provocadoras de pensamiento. Llevan una emoción que puede perderse en las traducciones más rígidas.

Como la Nueva Versión Inter-nacional, la versión Dios habla hoy, como su Biblia de estudio regular, usted puede explorar otras traducciones confiadamente para enriquecer su comprensión de las Escrituras. El estudio de la Biblia comparativa que usa varias traducciones diferentes permite que la Palabra de Dios sea clara. Inclusive en la traducción.

George Hague

Una traducción clásica

La antigua traducción castella-na de la Biblia que realizara Casiodoro de Reina y se publi-cara por primera vez en 1569, recibió una revisión general: Reina-Valera 1995.

Desde hace siglos, este ha si-do el texto a través del cual los cristianos evangélicos de habla castellana han conocido y amado la Palabra de Dios. Considerada un clásico de la lengua española, la revisión Reina-Valera ha pasado a ser la más utilizada en el mundo protestante hispanoamericano. Su lenguaje forma parte del habla de los cristianos evangé-licos, quienes han memorizado frases, versículos y pasajes enteros, en los que siempre encuentran consuelo e inspira-ción divina.

DICIEMBRE 2004 El Noticiero 15

¿¿QQuuéé eess uunnaa BBiibblliiaa ddee EEssttuuddiioo??

n la época de ten-siones y polémicas con la iglesia de la

mayoría de nuestros países de habla castellana, los evangélicos solíamos lanzar la acusación de que a los creyentes católicos no se les permitía leer las Sagradas Escrituras sin notas.

Tal limitación se interpreta-ba como la pretensión de dirigir -erróneamente, según se presu-ponía- la comprensión del texto bíblico por los caminos que al au-tor de las notas (o a la autoridad eclesiástica que las sancionaba) le interesaba.

La situación ha dado un giro de 180 grados. Primero apareció, hace ya mucho tiempo, una edi-ción del texto de Reina-Valera con notas: la comúnmente llama-da «Biblia Scofield». Se trata, en lo que a las notas se refiere, de una traducción a nuestro idioma de la homónima norteamericana, caracterizada por seguir una co-rriente dogmática determinada al dispensacionalismo.

Después han proliferado las Biblias con notas o BÍblias de es-tudio a tal punto que hoy consti-tuyen, de hecho, una moda.

La cuestión fundamental es la siguiente: ¿Necesita el texto bí-blico notas u otros instrumentos aclaratorios? Y la respuesta que debemos dar hoy, al margen de toda actitud polémica y antagóni-ca, tiene que ser afirmativa. En efecto, las necesita, entre otras razones, por las siguientes:

Ese texto fue escrito hace va-rios miles de años. Las secciones más cercanas a nosotros tienen una antigüedad de casi dos mile-nios.

Ese texto fue escrito en un am-biente geográfico amplio y diver-so, extraño a la inmensa mayoría de los lectores de habla castella-na.

Las costumbres, las institucio-nes, las prácticas religiosas, los instrumentos de trabajo y de re-creación, los sistemas políticos, etc., que forman el «telón de fon-do» de los relatos bíblicos son muy diferentes de los nuestros.

Los idiomas en que se escribie-ron esos textos ni siquiera usa-ban los mismos caracteres que utilizamos nosotros hoy. Además, su sintaxis nos resultaría incom-prensible si tratáramos de copiar-la en nuestro idioma.

La poesía semítica, tan impor-tante en la literatura bíblica, se parece muy poco a la poesía castellana. (Hay que recordar que gran parte del AT es poesía; y que hay poemas en varios libros del NT.)

Los evangélicos hemos acep-tado esta realidad y, por ello mis-mo, nos hemos percatado de la necesidad de proveer a los lec-tores de la Biblia de material complementario que los ayude a comprender mejor lo que leen y estudian. Eso explica que en los últimos años se hayan producido las llamadas «Biblias de estudio». La primera Biblia de estudio pu-blicada por Sociedades Bíblicas

Unidas, en cualquier idioma, es la edición del Nuevo Tes-tamento y Salmos que, con esas características y utilizan-do el texto de la llamada «ver-sión popular» en castellano, vio la luz el año 1990.

Posteriormente, en 1994, se publicó la Biblia completa (la VPEE: Versión popular, edi-ción de estudio). Y a finales de 1995, Sociedades Bíblicas Unidas publicó también la Bi-

blia de estudio con el texto de la revisión de 1995 de la clásica Re-ina-Valera (RVR-95-EE).

Pero, ¿qué es una Biblia de es-tudio? ¿Qué ha de tener «de más» una determinada edición de la Biblia para que se constituya, propiamente hablando, en Biblia de estudio? ¿Es Biblia de estudio la edición de la Biblia que con-tenga «algo» adicional al texto bíblico? ¿Pueden trazarse los límites con claridad?

Señalemos, desde el principio, lo que puede sonar a perogrulla-da: el texto bíblico es el texto bí-blico. Con esto queremos indicar que debe distinguirse diáfana-mente lo que es el texto bíblico de cualesquiera otros elementos que se agreguen a la publicación de ese texto con miras a ayudar al lector en la comprensión de la palabra de Dios. El texto bíblico tiene que ser el de la traducción que se haya escogido. En notas al pie, en recuadros bien diferen-ciados, al final del volumen o si-guiendo los criterios de distinción que los editores decidan, debe incluirse el material adicional. Es este material adicional lo que hace de una determinada edición de la Biblia, una Biblia de estudio.

Artículo extraído de la página web de las Sociedades Bíblicas Uni-das: www.labibliaweb.com/cid/1

E

16 El Noticiero DICIEMBRE 2004

JJeessúúss yy llaass mmuujjeerreess

En el primer siglo en Palestina, la manera en que Jesús trató a las mujeres fue considerada un comportamiento revolucionario.

uando ella se convirtió en adolescente, su padre hizo los arre-

glos. Ésta era la costumbre de esa época. María se casaría con el carpintero, José, hijo de Elí. Desde su nacimiento, el papel de María en la vida era fijo, por-que ella nació mujer dentro de una familia judía. Pero su papel en la historia era extraordinario. Dios la escogió para ser la ma-dre de Jesús.

Una mujer de valor Cuando el ángel Gabriel vino

a María, ella estaba inicialmente preocupada por lo que la apari-ción del ángel podría significar. El ángel la tranquili-zó, mientras le expli-có que ella fue esco-gida para ser la ma-dre de Jesús.

"¿Cómo será posi-ble", preguntó María al ángel, "porque aún soy virgen?"

El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su som-bra. Así que al santo niño que va a nacer lo llamarán Hijo de Dios También tu pa-rienta Elizabet va a tener un hijo en su vejez; de hecho, la que decían que era estéril ya está en el sexto mes de emba-razo. Porque para Dios no hay nada im-

posible. Aquí tienes a la sierva del Señor --contestó María--. Que él haga conmigo como me has dicho. Con esto, el ángel la dejó. (Lucas 1:34-38)

Aunque ella sabía que estaría enfrentando la vergüenza y humillación, María, en la fe, se sometió de buena gana a la vo-luntad de Dios. Entendió que era posible que José no se casara. Sería dañada en su imagen. Ma-ría actuó con gran valor y fe.

Aunque Dios la protegió mos-trando a José en un sueño que debía recibirle en matrimonio, a pesar de estar embarazada an-tes de casarse. José fielmente

se casó con María ya embara-zada. Un legado del dedo acu-sador apuntando la chismografía seguirían a ellos y a Jesús a lo largo de sus vidas.

Jesucristo honró a su madre a lo largo de su vida y en su cruci-fixión. María estaba en el pie de la cruz. Cuando Jesús la vio allí, tuvo compasión por ella, indi-cándole a Juan que cuidaría de ella después de su muerte y después de su resurrección:

Cuando Jesús vio a su madre, y a su lado al discípulo a quien él amaba, dijo a su madre: --Mujer, ahí tienes a tu hijo. Lue-go dijo al discípulo: --Ahí tienes

a tu madre. Y desde aquel mo-mento ese discí-pulo la recibió en su casa. (Juan 19:26-27)

El honor y res-peto de Jesús simplemente no sólo estaban re-servados para su madre. Se exten-dió a todas las mujeres. Una acti-tud largamente inesperada y des-conocida en su cultura y en su tiempo. Jesús, diferente a los hombres de su generación y cul-tura, enseñó que las mujeres eran iguales a los hombres a la vis-

C

Así que José subió de Nazareth, ciudad de Galilea, a Ju-dea. Fue a Belén, la ciudad de David.... para inscribirse jun-to con María su esposa. Ella se encontraba encinta. (Lucas 2:4-5) Ilustraciones de Jody Eastman

DICIEMBRE 2004 El Noticiero 17

ta de Dios. Las mujeres podrían recibir el perdón de Dios y la gracia. Las mujeres, así como los hombres, podrían estar entre los seguidores personales de Cristo. Las mujeres podrían ser participantes plenas en el reino de Dios. Jesús ofreció el discipu-lado pleno a las mujeres.

Éstas eran ideas revoluciona-rias. Muchos de sus contempo-ráneos, incluyendo a sus discí-pulos, se asustaron. Las muje-res estaban alborozadas y agra-decidas, claro, y muchas dedica-ron sus vidas a su servicio. Echemos una mirada, de las na-rrativas históricas en la Escritu-ra, a unas de estas mujeres de la fe y cómo Jesús trató con ellas.

María de Magdala En los inicios del ministerio de

Jesús, uno de los ejemplos más raros es el seguimiento devoto de María Magdalena. Entre el grupo de mujeres que viajaron con Jesús y sus 12 discípulos, estaba María Magdalena (Lucas 8:2). María casi se menciona siempre primero en una lista de las discípulas de Jesucristo. Ella pudo haber sido una de las líderes de ese grupo de mujeres que si-guieron a Jesús des-de la salida de su mi-nisterio en Galilea hasta su muerte y después.

Jesús recién resu-citado se apareció a ella primero. Es iróni-co que en un tiempo en que las mujeres no pudieran legal-mente dar testimonio, Jesucristo escogió a una mujer como la primera en dar testi-monio de su resu-rrección. Una escrito-ra británica Dorothy

L. Sayers dijo: Quizás no es nin-guna maravilla que las mujeres estaban primero en la Cuna y al final en la Cruz. Ellas nunca habían conocido a un hombre como este hombre. Nunca ha sido como esa época. Un profe-ta y maestro que nunca las fas-tidió, nunca aduló o halagó o patrocinó a nadie: quién nunca hizo chistes fuera de lugar sobre ellas... quién reprendió sin eno-jarse y alabó sin condescender: quién tomó sus preguntas y ar-gumentos en serio" (¿las Muje-res Son Humanas?, página 47).

María y Martha Jesucristo enseñó que las mu-

jeres eran responsables de cre-cer en la gracia y conocimiento como los hombres, cuando vi-nieron a ser sus seguidoras. Es-to se expresa claramente en lo que contó Lucas respecto a la visita de Cristo a la casa de Martha y María que vivieron en Betania un pueblo aproximada-mente a 2 millas de Jerusalén. Martha había invitado a Jesús y

sus discípulos a su casa para una comida. Pero mientras Martha estaba preparando la comida a sus invitados diligen-temente, su hermana, María, estaba escuchando a Jesús jun-to con el resto de sus discípulos.

“Mientras iba de camino con sus discípulos, Jesús entró en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa. Te-nía ella una hermana llamada María que, sentada a los pies del Señor, escuchaba lo que él decía. Marta, por su parte, se sentía abrumada porque tenía mucho que hacer. Así que se acercó a él y le dijo: --Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sirviendo sola? ¡Dile que me ayude!” (Lucas 10:38-40)

Martha parece haber sido la hermana mayor y cabeza de su propia casa.

Jesús no regañó a Martha por estar ocupada sirviendo, sino que le dijo que su hermana, Ma-ría, era la que tenía definidas

sus prioridades. "Martha,

Martha, le con-testó el Señor", estás inquieta y preocupada por muchas cosas, pero sólo una es necesaria, María ha esco-gido la mejor, y nadie se la qui-tará" (versículos 41-42).

Jesús esperó de las mujeres así como de los hombres que aprendan de él. Jesús no sentía

que el trabajo de las mujeres o el de los hombres, en realidad no eran importan-tes. Él no estaba

Marta, Marta --le contestó Jesús--, estás inquieta y preocu-pada por muchas cosas, pero sólo una es necesaria María ha escogido la mejor, y nadie se la quitará. (Lucas 10:41-42)

18 El Noticiero DICIEMBRE 2004

diciendo que uno se equivoca en ser diligente y cuidadoso sobre nuestras responsabilidades. Cristo estaba diciendo que de-bemos elegir nuestras priorida-des. Se llamó a las mujeres para ser discípulas de Jesús, así co-mo a los hombres, y se espera-ba que las mujeres cumplieran sus responsabilidades espiritua-les, así como a los hombres.

Una hija de Abraham Otro relato fascinante es la

historia de Lucas respecto a la curación de una mujer. En un día sábado, en la sinagoga, jus-to delante del Jefe de la sinago-ga. La curación no sólo muestra que Cristo contrasta su estilo de vida con las restricciones legalis-tas, farisaicas y arcaicas, sino también muestra su profunda consideración hacia las mujeres.

Un sábado Jesús estaba en-señando en una de las sinago-gas y estaba allí una mujer que por causa de un demonio llevaba dieciocho años en-ferma. Andaba en-corvada y de ningún modo podía ende-rezarse. Cuando Jesús la vio, la lla-mó y le dijo: --Mujer, quedas libre de tu enfermedad. Al mismo tiempo, puso las manos sobre ella, y al instante la mujer se enderezó y empezó a alabar a Dios. (Lucas 13:10-13)

El Jefe de la si-nagoga protestó inmediatamente. Él dijo indignadamente que las personas podían curarse en los otros seis días de la semana. Esto sig-nificaba que debía castigarse a Cristo porque el gobernante

religioso consideró un quebran-tamiento del sábado. ¿Cristo se intimidó por estas palabras? No, en lo más mínimo.

“--¡Hipócritas! --le contestó el Señor--. ¿Acaso no desata cada uno de ustedes su buey o su burro en sábado, y lo saca del establo para llevarlo a tomar agua? Sin embargo, a esta mu-jer, que es hija de Abraham, y a quien Satanás tenía atada du-rante dieciocho largos años, ¿no se le debía quitar esta cadena en sábado?” (versículos 15-16).

Jesucristo no sólo enfrentó la ira de los líderes judíos sanando a esta mujer en Sábado, sino que mostró su consideración por ella, llamándola "hija de Abraham". "La idea de ser un hijo de Abraham era bastante común. Jesús usó ese término en referencia a Zaqueo unos capítulos después en Lucas. Pe-ro Jesús con esta modificación de la frase. De “hijo” a “hija”. Le-

vanta de esta manera la posi-ción inferior que tenía la mujer a un nuevo estado", dicen los au-tores Ruth A. Tucker y Walter Liefeld (Hijas de la Iglesia, pági-na 31).

Ante sus críticos más veneno-sos, Jesús mostró públicamente su preocupación y alta conside-ración por esta mujer, a quien otros probablemente la habían visto durante años cuando se esforzaba en su aflicción en ir a la sinagoga para rendir culto a Dios y otros pudieron haber hui-do de ella porque era una mujer y también inválida.

Las seguidoras La Biblia no especifica exac-

tamente cuántas mujeres viaja-ron con Jesús y sus discípulos masculinos, pero Lucas archiva los nombres de unas pocas pro-minentes, y menciona que había "muchas otras."

“Después de esto, Jesús viajó de pueblo en pueblo, procla-mando las bue-nas noticias del reino de Dios. Los Doce esta-ban con él, y también algunas mujeres que habían sido sa-nadas de espíri-tus malignos y de enfermeda-des: María, a la que llamaban Magdalena, y de la que habían salido siete de-monios; Juana, esposa de Cuza, el administrador de Herodes; Su-sana y muchas más que los ayudaban con sus propios re-cursos. (Lucas 8:1-3)

Piense sobre

Cuando Jesús vio a su madre, y a su lado al discípulo a quien él amaba, dijo a su madre: --Mujer, ahí tienes a tu hijo. Luego dijo al discípulo: --Ahí tienes a tu madre. Y desde aquel momento ese discípulo la recibió en su casa. (Juan 19:26-27)

DICIEMBRE 2004 El Noticiero 19

estas notables palabras. Aquí estaban las mujeres que no sólo se asociaron con Jesucristo y sus discípulos masculinos, sino que viajaban con ellos. También, note que por lo menos algunas de estas mujeres, posiblemente viudas, controlaban sus propias finanzas. Por su generosidad es que se apoyaron, por lo menos parcialmente Jesús y sus discí-pulos.

Aunque Cristo trabajó dentro de las tradiciones culturales del primer siglo, hizo caso omiso de las limitaciones que se habían impuesto a las mujeres en esa cultura. Las mujeres eran libres de seguirlo y tomar parte en su ministerio al mundo.

Todos somos uno en Cristo En Cristo nosotros somos to-

dos hijos de Dios. Cuando el apóstol Pablo escribió. "Todos ustedes son hijos de Dios me-diante la fe en Cristo Jesús, por-que todos los que han sido bau-

tizados en Cristo se han revesti-do de Cristo" (Gálatas 3:26-28).

Las palabras significativas de Pablo, sobre todo donde involu-cran a las mujeres, son intrépi-das inclusive ahora, y ciertamen-te lo eran en el tiempo en que él lo escribió. Esto era otra de las declaraciones de transición de Pablo que muestran que una nueva relación había empezado en el nuevo pacto a través de Cristo.

Ahora tenemos una nueva vi-da en Cristo. Todos los cristia-nos tienen una nueva relación con Dios. A través de Cristo, sean hombres o mujeres, convir-tiéndonos en hijos de Dios y uno en Cristo Jesús. Cristo está lla-mando a todos, hombre y muje-res al arrepentimiento y a un nuevo estilo de vida. Jesús mos-tró a través de su ejemplo que es tiempo para apartar los viejos prejuicios, los sentimientos de superioridad por encima de otros, los sentimientos de resen-

timiento y cólera, para caminar en una nueva vida con él y a tra-vés de él.

Muchas de ustedes están es-forzándose por ser mujeres de fe. Muchas de ustedes, como la mujer sanada por Cristo en la sinagoga, tienen que pasar por alto alguna discriminación sien-do fieles al culto Dios y su ser-virlo. No se descorazone ni se rinda. Jesucristo la llama a usted por igual en todos los sentidos y como heredera de sus prome-sas. Y, usted humildemente sí-galo, Cristo la usará en su servi-cio.

Y para aquellas de ustedes que no han tomado ese paso, así como él libró a esa mujer de los poderes de Satanás habien-do sido debilitada en aflicción física, Cristo promete librar a todas las "hijas de Abraham" que se arrepientan y lo sigan. Jesucristo las quiere en su reino.

UUnnaa HHeerreenncciiaa ddee aayyuuddaarr

Entrevista con Ruth A. Tucker

La Historiadora Ruth A. Tucker es una profesora visitante en la Escuela Divina Trinidad Evangélica. La Dra. Tucker también ha enseñado en el “Calvin College” y en el “Seminario Teológico Fuller”. Tiene un doctorado en historia de la Universidad Northern de Illinois y es oradora reconocida en

seminarios y conferencias cristianas. Sus libros incluyen Las Hijas de la Iglesia (con Walter Liefeld) y Guardianes de la Gran Comisión.

Pregunta: Usted ha dicho en algunos de sus libros que la Bi-blia muestra que Jesucristo te-nía una sensibilidad inusual hacia las mujeres.

Ruth Tucker: Jesús tenía una

perspectiva y actitud notable hacia las mujeres. Era el Mesí-as, y había venido a traer el re-ino de Dios, había venido a vivir y morir y enviar un mensaje al mundo entero. Él necesitó movi-lizar a todos los que creerían,

todos sus seguidores, las muje-res así como los hombres.

Nosotros leímos sobre 12 hombres que siguieron a Jesús, pero había mujeres también en su compañía. María Magdalena

20 El Noticiero DICIEMBRE 2004

y otras Marías lo siguieron y lle-varon el mensaje de quién era Jesús. Estas mujeres continua-ron con la gran comisión de Je-sucristo, que dio antes de su muerte.

Los hombres y mujeres que siguieron a Jesús tenían esa gran comisión. No era una co-misión que podía causar rivali-dad en el liderazgo, prestigio o posición y poder, sino una co-misión que requiere servicio a los demás.

La gran comisión es radical. Exige sacrificios, abnegación y llamado para servir. Desgracia-damente en la iglesia de hoy, siguiendo a menudo el modelo de dirección en el mundo, bus-camos el prestigio y el poder, como seguidores de Jesús. No-sotros no pensamos en eso, pe-ro a menudo sucede.

Pregunta: Puede cualquier mu-jer hoy. ¿Si es una madre joven con muchos niños, o quizás una madre cuyos niños han crecido y salido del hogar, servir a Cris-to?

Respuesta: Absolutamente. Cualquier mujer, y cualquier hombre, deben seguir a Jesús. Nosotros tenemos una herencia increíble de mujeres que ayu-dan en sus comunidades. A menudo, cuando tienen niños pequeños, involucran a los ni-ños pequeños en su ministerio y consiguen que sus hijos adoles-centes se involucren en el mi-nisterio. Esto puede hacerse en la escena familiar y puede hacerse en los grupos.

Tenemos mujeres que ex-tienden la mano, a menudo en los ministerios de prestación social, ayudando a otros, satis-faciendo las necesidades de otros en la comunidad, pero tra-yendo al Salvador al mismo tiempo.

Pregunta: Como usted sabe,

Pablo dice a las mujeres más ancianas que enseñen a las mu-jeres más jóvenes. ¿Cómo sien-te usted que las mujeres ancia-nas puedan servir a las mujeres más jóvenes en la iglesia?

Respuesta: Las ancianas más maduras en la fe, ciertamente pueden enseñar a las mujeres más jóvenes y a las ancianas menos espirituales en la iglesia.

Este ministerio también debe incluir a mujeres que no pueden ser asociadas estrechamente con la iglesia, pero que en la comunidad pueden tener un in-terés en conocer más el evan-gelio de Jesucristo.

Mujeres que trabajan juntas para servir en la comunidad han sido un factor de mayor creci-miento para la iglesia a través de las generaciones. Cuando las mujeres extienden la mano a otras mujeres y a otras familias, ayudan, animan y también lle-van el mensaje del evangelio al mismo tiempo.

Las mujeres, jóvenes y an-cianas, deben verse ellas mis-mas como aquellas que se leen en las páginas del Nuevo Tes-tamento, ellas están allí, y han estado allí a través de genera-ciones, siguiendo el mandato de la gran comisión.

A menudo, las mujeres son las que continúan en la fe. Eso puede ser en parte porque se han secularizado los hombres más que las mujeres. Los hom-bres están fuera en el mercado, fuera en el lugar del trabajo y en el mundo. Ellos son desafiados a menudo en su fe más que las mujeres. Las mujeres han esta-do tradicionalmente en la casa. Ellas se encargan de criar a los niños y de trasmitirles la fe.

Las mujeres tienen que verse en la época del Nuevo Testa-mento a través de la historia en este papel. Dios ha usado a las

mujeres, dándoles el don de la fe desde el comienzo, procla-mando la resurrección sobre todo desde abajo a través de los siglos. Nosotros debemos conti-nuar eso en nuestros barrios, no sólo en nuestras casas, sino en nuestras comunidades.

Hoy, las mujeres están sa-liendo a trabajar; cada vez más. Yo estoy preocupada respecto a que la comunicación de la fe en la familia y en el barrio pueda dejarse atrás. Como las mujeres están convirtiéndose más secu-lares, involucrándose en sus propios trabajos y posiciones, encuentran su tiempo cada vez más limitado.

Como mujeres, nosotras ne-cesitamos aferrarnos a nuestra herencia y también animar a que los hombres se involucren, llevando el evangelio a la casa y a la comunidad, continuando esa gran comisión, predicar, en-señan, discipular y bautizar.

Pregunta: Sí, las mujeres están muy ocupadas, pero la econo-mía aquí y alrededor del mundo ha obligado a las muchas muje-res a salir de la casa a trabajar, ¿Cómo estas mujeres pueden encontrar tiempo para servir?

Respuesta: Yo pienso que ellas necesitan servir al Señor don-dequiera que se encuentren. Yo desafiaría a las mujeres activas que el lugar de trabajo es un lugar maravilloso para llevar la gran comisión. Jesús dijo que debemos ir a todo el mundo y ciertamente el lugar de trabajo es uno de esos lugares para extender la mano y compartir la fe, así como María Magdalena lo hizo, hablando a otros sobre la resurrección del Salvador, a quien ella había encontrado.

Sheila Graham

DICIEMBRE 2004 El Noticiero 21

EEll DDiiooss PPrróóddiiggoo

Una de las parábolas referidas al amor de Jesús revela mucho más sobre el amor de Dios de lo que podríamos pensar

.

a mayoría de los cristia-nos estamos familiari-zados con la parábola

de Jesús respecto al hijo pródi-go. Algunos se refieren a ella como la parábola del hijo perdi-do. Se encuentra en Lucas 15 en el Nuevo Testamento. Esta histo-ria maravillosa ha sido leída por niños y adultos de todos los tiempos. Nunca deja de inspirar-nos, incluso nos conmueve como el padre en la historia acepta a su hijo errante.

Una mirada rápida a esta pa-rábola revela el ejemplo de un hombre joven desenfrenado que malgasta su herencia, viviendo en una tierra extranjera (Lucas 15:13). Los problemas se suce-den cuando se pre-senta una hambruna severa en su nueva patria (versículo 14). Desesperado, empie-za a trabajar con un ciudadano de ese país que le permite alimen-tarse de la comida de sus cerdos (versículo 15). Hambriento y humillado, decide re-gresar a casa de su padre quien lo recibe con los brazos abier-tos (versículos 17-24).

Pero hay más en esa historia, mucho más. Quizás por eso Norval Geldenhuys en su Nuevo Comentario Internacional del Nue-vo Testamento llama a esta historia "el Evan-gelio dentro del Evan-

gelio". Para tener una aprecia-ción más detallada y un mejor entendimiento de esta parábola, echemos una mirada más íntima al Evangelio de Lucas, capítulo 15. Permitamos que la historia se desenvuelva en el tiempo cuando Jesús habló de eso; lo que William Barclay en su “Diario Estudio de la Biblia” llama "La historia corta más grande en el mundo."

Otra confrontación

Era otra confrontación entre Jesús y los líderes religiosos de Judea, los Fariseos. En medio de ellos estaban los “pecadores” y recaudadores de impuestos que se habían reunido para oír lo

que Jesús estaba hablando. No-tando la composición de la mu-chedumbre que estaba reunida, los Fariseos y los maestros reli-giosos empezaron a murmurar sobre el tipo de compañía que Jesús estaba congregando, em-pezaron a decir, "Este hombre recibe a los pecadores y come con ellos" (Lucas 15:1-2).

Esta no era la primera vez que criticaban a Jesús y a sus discí-pulos por asociarse con esos que los Fariseos consideraban como marginados. Más antes, durante un banquete dado para Jesús por un recaudador de im-puesto llamado Levi, un grupo de Fariseos cuestionaron a los dis-cípulos de Jesús. Los Fariseos

les preguntaron, "¿Por qué ustedes comen y beben con los recaudadores de impuestos y “pecado-res”?" Jesús les res-pondió diciendo: "no es la persona sana quién necesita un doctor, sino el enfer-mo. Yo no he venido a llamar a los justos sino a los pecadores al arrepentimiento" (Lucas 5:29-31).

Escuchando la misma crítica des-pués, descrita en Lu-cas 15, Jesús contes-tó el reproche de los Fariseos de nuevo. Esta vez escogió una respuesta más deta-llada. Empezó dicien-do dos parábolas: la

L

"El hijo más joven obtuvo el adelanto de su herencia y se fue a un país distante y allí malgastó toda su riqueza"

Ilustraciones por Jody Eastman

22 El Noticiero DICIEMBRE 2004

primera enfocada en una oveja encontrada después de haberse separado de un rebaño de 100, la segunda referida a 10 mone-das que habían estado perdidas y más tarde se encontraron (Lu-cas 15:3-10). Jesús explicó la importancia de cada historia: la gran alegría que tiene lugar en el cielo cuando una persona peca-dora, se arrepiente y vuelve a tener una relación correcta con Dios (versículos 7, 10).

La tercera parábola era la culminación a su respuesta. En esta historia, Jesús ilustra a un hombre joven que había vivido en libertinaje y que luego entra en razón.

Pero la palabra pródigo puede significar varias cosas: negativas o positivas; según el diccionario de la Real Academia Española significa: “Dicho de una persona que desperdicia y consume su hacienda en gastos inútiles, sin medida ni razón, que desprecia generosamente la vida u otra cosa estimable, muy dadivoso, que tiene o produce gran cantidad de algo.”

El hijo era pródigo de una manera negati-va, pero el padre era pródigo en un sentido positivo.

La parábola de Cris-to nos da un maravi-lloso vistazo de Dios como padre cariñoso, compasivo, incluso con un amor dadivoso, ejemplificando el rol del Padre Celestial en la parábola, para aquellos que se arre-pienten de sus peca-dos. Cuando exami-namos las acciones de este padre, podemos ver la gran diferencia entre Dios y nosotros. “Porque mis pensa-mientos no son los de

ustedes, ni sus caminos son los míos afirma el Señor. Mis cami-nos y mis pensamientos son más altos que los de ustedes; ¡más altos que los cielos sobre la tie-rra! (Isaías 55:8-9).

La libertad de elegir

El padre de la historia compla-ció sin ninguna restricción lo que el cabeza dura de su hijo desea-ba en recibir su herencia de in-mediato (Lucas 15:12). Era una demanda que raramente se con-cedía en la sociedad judía en ese entonces. La aparente facili-dad con que el deseo del hijo más joven fue concedido parece sugerir que el padre les dio gran libertad a sus hijos para hacer su voluntad.

Igualmente, nosotros también nos confrontamos constante-mente con las opciones. Depen-de de cada uno de nosotros es-coger nuestra manera de vivir. Este es un privilegio nuestro, que el amor del Padre nos permite, incluso cuando nos esperanza-

mos en seguir su camino. Así como aprendemos a través de nuestras muchas opciones ele-gidas por nosotros mismos, el hijo en la historia también enten-dió que la manera que él había escogido no le trajo la felicidad que buscó (versículo 17).

El hijo ensayó lo que le diría a su padre cuando retornara. Había pecado contra Dios y su padre, y ya no era digno en ser su hijo. Quiso ser considerado como uno más de los sirvientes contratados por su padre (versí-culos 18-19). Y así retornó a ca-sa.

El padre vio a su hijo mientras todavía estaba un poco lejos, y se llenó de compasión (versículo 20). Algunos comentarios sugie-ren que el padre siempre había estado mirando esperando el retorno de su hijo. En algunos comentarios suponen que la compasión del padre se debe a que tenía algo de conocimiento de la condición lastimosa de su hijo, quizás por algunos infor-

mes que recibía. Es-to nos recuerda lo que David dice so-bre Dios en el Salmo 139:1-16.

Cualquiera sea el caso, el anciano pa-dre hizo algo atípico para la cultura de esos días: corrió pa-ra encontrarse con su hijo. Entonces lo abrazó y lo besó fer-vorosamente, mu-chas veces, como en la traducción griega lo indica.

Cuando el hijo empezó a repetir el discurso que había ensayado, su padre lo interrumpió (Lu-cas 15:21-22). En lugar de permitirle a su hijo ser como uno

Después que había gastado todo, Se presentó una severa hambruna en ese país, y empezó a estar en la indigencia. Así que buscó trabajo y pidió a un ciudadano de ese país

que lo envió a sus campos a alimentar a los cerdos.

DICIEMBRE 2004 El Noticiero 23

de sus sirvientes, uno que, como William Barclay nota, podría ser despedido, el padre hizo algo notable. Pidió “la mejor túnica” (señal de posición), un anillo pa-ra su dedo (señal de autoridad) y zapatos (sólo reservado para los hombres libres) (versículo 22).

El padre mandó matar un ternero engordado y organizó una fiesta para dar la bienvenida a su hijo. "Para este hijo mío que estaba muerto y ahora está de nuevo vivo; estaba perdido y ahora ha sido encontrado" (ver-sículo 23-24).

El padre dio la bienvenida a su hijo otra vez con gran emoción y alegría, y restauró a su hijo a una posición de honor, no como un sirviente. Es notable que nuestro Padre Celestial hace lo mismo con nosotros.

Cuando pecamos, nos sepa-ramos de Dios (Isaías 59:2). De-jamos la compañía de la familia de Dios por un mundo influen-ciado por Satanás. El pecado nos consume y destruye. Nos lleva a la muerte (romanos 6:23).

Pero cuando nos arrepenti-mos, nuestros pecados son per-donados y somos restaurados a una relación correcta con Dios. Una restauración tan completa, como si nunca hubiéramos deja-do la familia (Hechos 3:19; Isaías 43:25).

El hijo mayor, al conocer del retorno de su hermano, se enfadó con su padre. Después de todo, ¿él no había permanecido fiel, tra-bajando como un esclavo para su padre? Él nunca había sido recibido así con un ternero asado en su honor. ¡Y "este hijo suyo" (un sentido sutil de superioridad aquí), quién había gastado su herencia en prostitutas, viene a casa y le dan un ternero engordado!

Cómo ve Dios el arrepentimiento

El hijo mayor revela mucho sobre la naturaleza humana. Cuando leemos la historia, la mayoría de nosotros tiene un razonamiento duro. ¿Qué es lo justo sobre un hijo malgastador que vuelve a casa y le hacen un banquete mientras que el hijo fiel que hizo todo lo que se pidió, no recibió nunca tal honor?

Jesús nos recuerda a través de la respuesta del padre que los caminos de Dios no son los nuestros (Isaías 55:8).

El padre respondió a su hijo mayor en tono suave que él era consciente que siempre había estado con él, y que todo lo que tenía era para su hijo mayor. Pe-ro que tenían que celebrar el re-torno de "este hermano suyo" (un recordatorio de la relación del hijo mayor con su hermano). No había necesidad, pero "era la acción correcta”. El padre tenía que hacerlo. La alegría era la única reacción apropiada en tal situación" (The Tyndale New Testament Commentaries [Co-mentarios Tyndale del Nuevo Testamento], vol. 3, pag. 268).

Cuando nos arrepentimos, Dios nos restaura los honores debidos como hijos de Dios, sin tener en cuenta nuestros peca-

dos (Hechos 3:19: 1 Juan 2:1-2). Esto es duro de asimilar para los seres humanos. Pero la miseri-cordia pródiga y el perdón de Dios, se hacen posibles por el perfecto sacrificio de Jesucristo, es una asombrosa verdad. De hecho, uno podría decir que ellos son pródigos. Porque si hay un punto que destacar en esta pa-rábola, es cómo lo pródigo de Dios está en su perdón y miseri-cordia.

A lo largo de esta parábola, Jesús ilustró a los "pecadores" (hablando de cada uno de noso-tros) que, así como por el hijo voluntarioso, el camino del arre-pentimiento estaba abierto para ellos, a los Fariseos y a los maestros religiosos (también hablando a cada uno de noso-tros).

Cristo mostró que las perso-nas que para ellos parecían es-tar por debajo, los "pecadores" y recaudadores de impuestos, eran parte de su familia también, y una obediencia esclavizante de la ley no trae ningún premio espi-ritual en sí mismo (Isaías 1:11; Efesios 2:8-9). Es Dios, por su gracia y misericordia que nos recompensa (romanos 9:14-18).

El padre en la historia revela a la humanidad el amor incom-prensible que Dios nuestro Pa-dre tiene para cada uno de noso-

tros, y el deseo serio que él tiene de perdonarnos y tener una relación con no-sotros. Más allá de la his-toria del hijo pródigo, Lu-cas 15 es más oportuna-mente la historia del Dios pródigo. Quien es dadivo-so, con un amor tan extra-vagante y exuberante por nosotros que puede asombrarnos dándonos un gran consuelo y como-

didad como ningún otro.

D. Taylor Pero mientras él todavía estaba fuera, su padre lo vio y se llenó de compasión por él; corrió hacia

su hijo, lo abrazó y lo besó.

24 El Noticiero DICIEMBRE 2004

CCuuáánn ggrraannddee ssaallvvaacciióónn un estudio de Romanos 8

�La carta de Pablo a los romanos tiene tres partes principales: una presentación del evangelio (capítulos 1-8), el lugar de Israel en el plan de Dios (capítulos 9-11) y ex-hortaciones para la vida cristiana (capítulos 12-15).

El capítulo de nuestro estudio este mes viene al final de la ex-plicación de Pablo respecto del evangelio. Es el clímax, y las verdades que Pablo discute son verdaderamente asombrosas.

¡Ninguna condenación!

El capítulo empieza con una declaración asombrosa: “Por lo tanto, ya no hay ninguna conde-nación para los que están unidos a Cristo Jesús, pues por medio de él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pe-cado y de la muerte” (vv. 1-2).

Por lo que Cristo ha hecho, los creyentes no se cuentan entre los culpables y por lo tanto no existe castigo para ellos. Noso-tros pecamos, pero no hay nin-guna condenación. Si nosotros no pecáramos, el tema de la condenación ni siquiera surgiría. Pablo sabe que nosotros peca-mos, sin embargo él dice, que no hay ningún castigo para los cris-tianos aunque pequen.

¿Difícil de creer? Sí, porque nosotros sabemos que el pecado merece ser castigado. Pablo es-tá de acuerdo, pero el evangelio es que Cristo ha pagado la pena por nosotros. Porque pagó la multa por completo, nosotros no necesitamos pagar de nuevo.

Cristo ya ha recibido toda la condenación que nosotros me-recemos, no hay ninguna con-denación que nos espere, así que. Si tenemos fe en él, si nuestras vidas están en él, no necesitamos tener miedo.

¿Por qué? Porque Jesús nos ha hecho libres de la ley de pe-cado y muerte, nos liberó de la única ley que podría condenar-nos. La ley que dice: los que pe-can morirán, ya no se aplica a nosotros, en Cristo, tenemos la vida eterna.

Dios no quiere que pequemos, pero aun cuando pecamos, no nos condenaremos si creemos en su Hijo (Juan 3:18). La ley no podría darnos vida eterna, pero Dios puede. Él lo hizo enviando a su Hijo como un ser humano para realizar un sacrificio por nuestros pecados (Rom. 8:3).

Jesús no vino a condenar a los pecadores —vino a condenar el pecado. Él vino a castigar al pecado, sacar fuera el pecado que tenía poder para controlar-nos y matarnos. Vino a darnos vida, y para hacerlo cumplió completamente los requisitos morales de su ley (v. 4). En su vida y en su muerte, Jesús satis-fizo todas las demandas de la ley. No puede exigir nada más.

La vida en el Espíritu

Pablo nos dice entonces que los cristianos “no vivimos según la naturaleza pecaminosa sino según el Espíritu” (v. 4). No in-tentamos pecar, pero fijamos “la mente en los deseos del Espíri-tu” (v. 5). No somos perfectos, claro, pero como somos guiados

por el Espíritu, hacemos las co-sas de Dios.

Antes de que esperáramos creer, nuestras mentes estaban muertas, pero ahora tienen la vida y la paz (v. 6). Antes de que creyéramos, éramos hostiles, desobedientes y desagradába-mos a Dios (vv. 7-8). Pero nues-tras nuevas vidas son controla-das por el Espíritu Santo que vi-ve en todos los que pertenece-mos a Cristo (v. 9).

Nuestros viejos cuerpos están muertos debido al pecado, y re-cibieron su pago en la cruz (Rom. 6:2-6). Pero en Cristo, te-nemos vida nueva —“el Espíritu que está en ustedes es vida a causa de la justicia” (8:10). Por-que Cristo es virtuoso, y nues-tras vidas están en él, estamos vivos.

“Y si el Espíritu de aquel que levantó a Jesús de entre los muertos vive en ustedes, el mismo que levantó a Cristo de entre los muertos también dará vida a sus cuerpos mortales por medio de su Espíritu, que vive en ustedes” (v. 11). Dios, que resu-citó a Jesús después de muerto también nos levantará, si su Es-píritu está viviendo en nosotros. Nuestros cuerpos se levantarán inmortales, incorruptibles y llenos de gloria.

“Por tanto, hermanos, tenemos una obligación,” dice Pablo (v. 12). Nos obliga a que vivamos según el Espíritu de Dios. No hay ninguna penalidad por el fra-caso, Pablo dice en el versículo 1, pero la obligación todavía per-manece: Nosotros damos “muer-te a los malos hábitos del

Leyendo a través de Romanos

DICIEMBRE 2004 El Noticiero 25

cuerpo” (v. 13). Somos llamados a servir en el Espíritu, no en la carne. Nos ordena que sirvamos a Dios mismo.

El viejo hombre se condena; el nuevo hombre no, así que que-remos dedicar tanto de nuestra vida nueva como podamos. Cualquier cosa que hacemos según la carne pecadora se mo-rirá, pero cualquier cosa que hacemos en la obediencia a Dios será de valor eterno. En lo más matamos el pecado y en lo más obedecemos Dios, en lo más es-tamos vivos. Los hijos de Dios son llevados por el Espíritu de vida agradable a él (14).

El Espíritu no nos esclaviza, no nos asusta con las amenazas de la condenación, pero nos da en cambio una membresía segu-ra en la familia de Dios (v. 15). Puesto que el Espíritu está en nuestras vidas, podemos llamar a Dios confiadamente como nuestro Padre —y esto tiene im-plicaciones importantes.

Puesto que somos hijos de Dios, somos sus herederos — herederos junto con el propio Jesucristo (v. 17). Esto significa una convicción de salvación y una convicción de gloria —pero también significa que sufrimos en esta vida, como él lo hizo. Cuando nuestras vidas se ponen en Cristo, compartimos su vida, en lo bueno y en lo malo. Com-partimos sus sufrimientos, su muerte, su rectitud y su resu-rrección para gloriarnos. Como hijos de Dios, somos los cohere-deros con Cristo, mientras com-partimos quién él es y lo que él ha hecho. Pertenecemos a él.

Toda la creación está esperando por nosotros

Aunque como cristianos tene-mos dolor, “en nada se compa-ran los sufrimientos actuales con la gloria que habrá de revelarse en nosotros” (v. 18). Así como había para Jesús, hay gran ale-

gría ante nosotros —tanto, que nuestros problemas actuales parecerán triviales.

Pero nosotros no somos los únicos beneficiados. Pablo expli-ca que hay una importancia cósmica en el plan de Dios que viene desarrollándose en noso-tros: “La creación aguarda con ansiedad la revelación de los hijos de Dios” (v. 19). La crea-ción no sólo quiere vernos en la gloria, también se bendecirá con el cambio.

“Porque [la creación] fue so-metida a la frustración. […] que-da la firme esperanza de que la creación misma ha de ser libera-da de la corrupción que la escla-viza, para así alcanzar la glorio-sa libertad de los hijos de Dios” (vv. 20-21).

La creación está ahora en de-caimiento; su propósito original es frustrado. Pero a la resurrec-ción, cuando nosotros nos vea-mos en la gloria que debidamen-te pertenece a los Hijos de Dios, el universo también se librará de su esclavitud. El universo será redimido por la obra de Jesucris-to (Col 1:19-20).

Aun así, la creación está ac-tualmente forcejeando, en dolor, cargando, como el útero en que los hijos de Dios están siendo gestados, (Rom. 8:22). Nosotros también gemimos con dolor, aunque tenemos un pago por adelantado de la salvación —el Espíritu Santo que vive en noso-tros. Aunque ya somos Hijos de Dios, nuestra salvación no está todavía completa. Esperamos, con una mezcla de paciencia y avidez, por “la redención de nuestro cuerpo” (v. 23). Nuestra adopción se completará enton-ces.

Ésta es la esperanza que te-nemos en la salvación —incluso nuestros cuerpos serán nuevos, transformados en gloria. El mun-do físico no es basura que debe

echarse al lado —Dios lo hizo bueno, y lo hará bueno de nue-vo. No vemos esto todavía, ni en la creación ni en nuestros pro-pios cuerpos, pero tenemos se-guro esperar que esto ocurra. Cuando Pablo dice, “Pero si es-peramos lo que todavía no te-nemos, en la espera mostramos nuestra constancia” (v. 25).

No vivimos en la situación de “ya pero todavía no”: ya redimi-dos, pero no todavía completa-mente redimidos. Nosotros ya nos libramos de la condenación, pero no todavía completamente libres del pecado. Ya estamos en el reino, pero no está todavía en su plenitud. Vivimos con los as-pectos de los años por venir, así como nos esforzamos con los aspectos de la vejez.

“Así mismo, en nuestra debili-dad el Espíritu acude a ayudar-nos. No sabemos qué pedir, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con pala-bras” (v. 26).

Dios sabe nuestras limitacio-nes y frustraciones. Él sabe que nuestra carne incluso es débil que cuando nuestro espíritu está deseoso, su Espíritu intercede por nosotros de maneras que no podemos poner en palabras.

El Espíritu de Dios no quita nuestra debilidad, pero nos ayu-da en nuestra debilidad. Pone un puente entre la brecha vieja y nueva, entre lo que nosotros vemos y lo que él nos ha decla-rado ser. Vemos que todavía pe-camos aunque queremos hacer lo recto (Rom. 7:14-25). A pesar de esta diferencia, podemos es-tar seguros que el Espíritu Santo hace lo que nosotros no pode-mos.

Más que vencedores

Incluso a pesar de nuestros in-tentos, nuestras debilidades y nuestros pecados, “sabemos que

26 El Noticiero DICIEMBRE 2004

Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito” (v. 28). Dios tiene un plan para no-sotros, y ya ha empezado a hacer su trabajo en nosotros; podemos estar seguros que él completará (Fil. 1:6).

Dios planeó por adelantado que debemos volvernos como su Hijo Jesucristo. Así que nos lla-mó a través del evangelio, nos justificó a través de la fe en su Hijo, y nos unió con él en su glo-ria (Rom. 8:29-20). No vemos todo esto todavía, pero podemos estar seguros que Dios está ha-ciéndolo.

“¿Qué diremos frente a esto? Si Dios está de nuestra parte, ¿quién puede estar en contra nuestra? Que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entre-gó por todos nosotros, ¿cómo no habrá de darnos generosamente, junto con él, todas las cosas?” (vv. 31-32).

Si Dios fue tan lejos al darnos a su Hijo cuando éramos peca-dores, podemos estar seguros que nos dará todo lo demás que necesitamos.

En el día del juicio, nadie pue-de acusarnos, Dios nos ha de-clarado no culpables (v. 33). Na-die puede condenarnos, porque Cristo nuestro Salvador está in-tercediendo por nosotros (v. 34).

No importa qué pruebas ten-gamos, “en todo esto somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó” (v. 37). ¡La victoria es nuestra! Nada puede separarnos del plan que Dios tiene para nosotros. Absoluta-mente nada puede separarnos de su amor (vv. 38-39).

Michael Morrison

PREGUNTA: Yo fui miembro de cierta iglesia por muchos años, ahora comprendo que era una secta legalista. Cuando mi igle-sia fue obligada a cerrar sus puertas por falta de membresía, busqué otra iglesia a que asistir. Debido a mis experiencias nega-tivas me pregunto si realmente necesito pertenecer a una igle-sia. Para mí, Jesucristo es la única y verdadera iglesia. Todos deberíamos unirnos a su iglesia y tener una relación con él. Qui-siera su comentario al respecto.

RESPUESTA: 1) Cambiar de iglesia puede ser extremada-mente doloroso y difícil. En cierta forma es como un segundo ma-trimonio. Cuando alguien ha es-tado en una iglesia por muchos años, se acostumbra a una cultu-ra, tradiciones de adoración, in-cluso cierta terminología y len-guaje. En muchas situaciones la nueva iglesia nunca será tan buena, porque en la mente del individuo la primera iglesia (aun-que sea una secta tóxica) es siempre la medida por la cual las otras iglesias son juzgadas.

2) También hay quienes cambian de iglesia con una dinámica opuesta. La iglesia original era tan mala e inefectiva, a su esti-mación, que la nueva iglesia es virtualmente perfecta y no tiene nada malo. La antigua iglesia pudo haber sido una secta lega-lista (como parece ser su caso) pero eso no significa que TODAS las otras iglesias son perfectas.

c) Otro grupo son aquellos que han sido quemados por la iglesia o la religión. Tuvieron una rela-ción con una iglesia que les prometió exclusividad, beneficios y una relación con Dios que nin-guna otra iglesia podría darles (por lo menos según ellos).

Cuando el individuo se da cuenta que hay fallas e imperfecciones se desilusionan. Si pensaban que eran parte de la “única y verdadera iglesia” para darse cuenta después que su iglesia tenían muchas imperfecciones doctrinales y administrativas, puede dar como resultado la pérdida de la fe.

Nosotros ministramos a mu-chos individuos que por una u otra razón, están decepcionados por la religión. Ministramos a muchos que no quieren acercar-se a nosotros más que en su computadora, porque no confían en la religión organizada y no lo harán por algún tiempo.

Como cristianos, nuestra prin-cipal relación es con Dios, no con una entidad humana que sirva de mediadora entre noso-tros y Dios. Eso no quiere decir que no sea necesaria la asisten-cia a la iglesia. Pero la asistencia fiel a una iglesia y el involucrarse en todas sus actividades no lo hacen a uno cristiano, como es-tar en un establo no lo convierte en vaca o caballo. Hay “buenas iglesias” y “malas iglesias”, con-gregaciones saludables y enfer-mizas.

Debido a nuestra experiencia, podemos ofrecer ayuda a los que se sienten decepcionados por la religión por haber pertene-cido a una secta legalista. Esta-mos listos para ayudarle por me-dio de nuestro sitio web, nuestra literatura y servicios de adora-ción en congregaciones donde usted conocerá personas que han encontrado libertad en Cris-to. Manténgase en contacto, no-sotros haremos lo mejor que po-damos para ofrecerle dirección e inspiración Cristo céntrica.

Greg Albrecht

¿¿EEss rreeaallmmeennttee nneecceessaarriiaa llaa iigglleessiiaa?? Ministerios La Pura Verdad

DICIEMBRE 2004 El Noticiero 27

YYoo eessccaappéé ddeell lleeggaalliissmmoo

o nací de nuevo el 16 de agosto de 1992, a la edad de 26 años,

entré a una nueva vida de amor, aceptación y gracia al encontrar a Jesús como mi ver-dadero Salvador y amigo. De pronto comprendí mi necesidad, su perdón y la realidad del pre-cio que había pagado por mí. ¡Qué revelación!

Mas tarde ese mismo año, escuché mi primer villancico navideño. Había escuchado esa canción durante toda mi vida, pero ahora la entendía. Me de-tuve en medio de la tienda, con lágrimas rodando por mi rostro, cuando la ola de comprensión penetró mi alma.” Al mundo paz, nació Jesús, Dios al peca-dor reconcilió…” ¡Oh qué mara-villosas palabras! Cada día hay un gozo, un nuevo día para amar y ser amado incondicio-nalmente.

Comencé asistiendo a dos iglesias. Una porque me gusta-ba la alabanza y adoración, la otra (un grupo pequeño) porque la dama que me guió al Señor era pastora allí, y también era “profetisa” que daba “palabras de Dios” que para mí eran de ánimo. Yo no tenía conocimien-to previo de la Biblia y ávida-mente acepté las enseñanzas de la dama que me guió al Se-ñor. Después de todo, ella sa-bía mucho y yo era sólo un “ni-ño en el Señor”.

Lenta y súbitamente, comen-cé a recibir los mensajes: debía asistir sólo a una iglesia, si no mi discipulado sería dividido y

débil, mi diezmo debía ir a mi “almacén local”, si no diezma-ba, le permitía a Satanás el ac-ceso a mis hijos, a mi salud y a mis finanzas, si me perdía al-gún servicio o estudio bíblico, estaba “retrocediendo”, si vestía ropa “sugestiva” hacía pecar a los hombres al verme.

Asistí a esa iglesia por cinco años, cayendo cada vez más en el legalismo. Durante ese período de tiempo, fui ordenada pastora y me volví a casar con mi ex esposo. Tuvimos otros dos hijos además de nuestros dos hijos mayores.

Mi paciente esposo asistió a la iglesia conmigo, hasta que se dio cuenta de cuantas equivo-caciones tenía. Él dejó de asis-tir y estaba continuamente en la lista de oración de la iglesia por “retroceder”. Yo continué, sin perderme ni un servicio o even-to de la Iglesia (hasta cinco días a la semana) aún después de dar a luz a mis hijos. Llegué hasta amenazar con el divorcio si mi esposo no me permitía diezmar su salario más un extra 5% por bendiciones “sobre abundantes”.

La pastora tenía a la congre-gación bajo temor. La dama que originalmente me guió al Señor fue “sacada” porque se negó a dar su cheque de pago completo a la iglesia. Ella había sido parte del “círculo íntimo” de ministros, líderes especialmente ungidos que vivían en los terre-nos de la iglesia y daban su cheque de pago completo a la iglesia.

El pastor nos convenció que esta dama estaba “en rebelión” así que todos la despreciamos. Pero yo seguía dudando sobre lo que estaba sucediendo en la iglesia. Estaba dando a esta iglesia tanto dinero que la deu-da de mi tarjeta de crédito se elevó y comenzaron a rebotar mis cheques. Les gritaba a mis hijos porque estaríamos en problemas si llegábamos tarde a la iglesia. Mi casa era un de-sastre. Creía que constante-mente decepcionaba a Dios que consideré suicidarme.

El punto final de ruptura fue cuando mi hijo bebé estaba hospitalizado por desnutrición. Alimentado exclusivamente con leche materna, ganó sólo una onza entre su segundo y tercer mes de vida. Yo estaba tan de-seosa de mostrar mi fidelidad que lo alimentaba sólo lo sufi-ciente para que dejara de llorar y luego le ponía un pacificador en su boca. El confundió el bi-berón con el pacificador y esta-ba muriendo de hambre. El doc-tor me dijo que tenía una se-mana para que el bebé ganara peso. Tenía que dejar el pacifi-cador. El niño lloró por tres días y rehusó la leche materna y el biberón. Yo oré desesperada-mente pidiendo la ayuda de Dios.

Al tercer día, la pastora llamó y al escuchar llorar al bebé por teléfono, me ordenó que le di-era de nuevo el pacificador. Es-ta sería la primera vez que de-safiaría a la pastora. No dije una palabra. Simplemente col-gué el teléfono y volví a intentar

Y

Testimonio

28 El Noticiero DICIEMBRE 2004

alimentar al bebé. El niño co-menzó a responder y ganó 4 onzas en una semana. Yo co-mencé a comprender que la pastora no siempre sabía qué era lo mejor y que había situa-ciones en que Dios no me re-quería poner primero a la igle-sia.

Escapar de esta terrible si-tuación no fue fácil. Cuando comencé a admitir que algunas cosas estaban mal, sabía que tenía que dejar esa iglesia, pero eso parecía imposible. Final-mente decidí separarme de esa iglesia y llamé a mi amiga que había sido expulsada. Ella oró conmigo y Dios me dio el valor para nunca regresar.

Pude contactar a la mayoría de la congregación y compartir con ellos las Escrituras (princi-palmente en el libro de Gálatas) que me ayudaron a liberarme, y pronto esa iglesia cerró. En po-cos meses, el pastor, que con-tinuó reuniéndose en su casa, perdió la vista. Menos de un año después murió por compli-caciones de una cirugía de la vejiga.

Mi esposo y yo nos mudamos a otra ciudad y somos muy feli-ces. Tenemos cinco niños con edades desde 4 hasta 19. He asistido a pocos servicios reli-giosos, pero no voy regular-mente, mi esposo no va para nada. Ambos amamos a Jesús y oramos juntos, pero el dolor de haber estado involucrados en algo tan malo, mientras pen-sábamos que era lo correcto, nos ha dejado cicatrices pro-fundas.

Encontrar a Ministerios La Pura Verdad ha sido de gran alivio para mí. Estoy feliz de que ustedes estén esparciendo luz y verdad sobre los horribles efectos del legalismo. Dios les bendiga y por favor ¡continúen con la buena obra!

anónimo

La Encarnación Una razón para tener esperanza

Una historia de humildad Una razón para tener esperanza ¿Cuál es el milagro más grande de todos? Ha nacido un Salvador De pie en la luz La fecha del nacimiento de Jesús La Navidad, ¿Es un pecado? Jeremías 10 y los árboles de Navidad 'No harás así a Jehová tu Dios', Deuteronomio 12:30-31 Un llamado a la unidad Un mensaje navideño

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El corazón alegre es buen remedio… Un pastor norteamericano miró a los hermanos parados en la iglesia. Como no hablaba muy bien el español, en vez de decir: “Vénganse todos, que aquí hay ban-cas” él lo dijo así: “¡Vénganse toros, que aquí hay vacas! Sucedió en Guatemala que un pastor estaba en la predicación, y estaba hablando de la perfección. Él preguntó a la congregación, “¿Quién es perfecto?” Al instante se puso de pie un hermanito y le dijo, “Yo soy Perfecto, porque ese nombre me pusieron mis padres”. “¿Dónde podemos encontrar la paz?” vociferaba un evangelista en una asamblea donde había sólo inconversos. Y así repitió su pregunta durante varias veces, hasta que se levantó un borracho y le dijo: “Pastor, ¡yo sé donde podemos encontrar la paz!” El evangelista rápidamente pensó que este iba a decir que “en Cristo.” “La Paz, pastor, se halla en Bolivia”, respondió el borracho. Después de predicar acerca de los dones espirituales, un hermano vino y le preguntó al pastor, “Pastor, ¿qué hago? Yo sólo tengo un don y es el de criticar, ¿que hago con el?” El pastor, después de pensarlo, le dijo: “¿Recuerda que el hombre que tenía sólo un talento se fue y lo enterró?” “Sí,” contestó el hermano. “Yo le recomendaría que haga lo mismo con su don” “Niños, ¿a qué le tienen miedo?” preguntó el maestro de escuela dominical, para introducir a su clase al tema. Jaime respondió, “Yo le temo al ‘malamén”. El maestro, extrañado, le preguntó, “¿Qué es eso?” Jaime lo miró y le dijo, “No estoy muy seguro, pero debe ser terrible, por que mi mamá siempre dice al final de su oración, ‘líbranos de tentación y del mal-amén’”.

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