El Desarrollo de La Esperanza

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EL DESARROLLO DE LA ESPERANZA <<La esperanza (elpis 1 ) tal y como nos lo describen los escritos apostólicos, tiene como horizonte último la parusía, la venida gloriosa del Señor con la que la historia será llevada a consumación y el Reino se manifestará con plenitud >> 2 . En la doctrina cristiana, la esperanza es una virtud teologal por la que se espera que Dios dé los bienes que ha prometido. Pero, la fe establece el primer contacto entre Dios y la inteligencia del cristiano, de aquí, nace la voluntad en tendencia hacia la búsqueda y la posesión de Dios que constituye la esencia de la esperanza teologal. Por otro lado, <<la fe y la esperanza están íntimamente unidad, ya que la fe es garantía de lo que se espera; la prueba de las realidades que no se ven>> (Hb, 11, 1). <<En la existencia cristiana la fe ocupa el primer puesto; pero el primado pertenece a la esperanza. Sin el conocimiento de Cristo, que se posee gracias a la fe la esperanza se convertiría en una utopía suspendida en el aire. Pero sin la esperanza, la fe decae y se vuelve tibia y muerta. Por medio de la fe el hombre encuentra el sendero de la auténtica vida; pero solo la esperanza lo mantiene en él >> 3 . Por medio de la fe el creyente adquiere una certeza firme, aunque de cosas no evidentes, pero que esperan. <<Porque nuestra salvación es en esperanza; y una esperanza que se ve, no es esperanza, pues ¿cómo es posible esperar una cosa que se ve?>>. La esperanza va más allá que la fe, se enfoca en la felicidad eterna, lo cual constituye el objetivo propio y principal de la esperanza teologal. Esta virtud teologal produce en el cristiano la firme convicción que puede alcanzar la vida eterna, pero no confiando en sus propias fuerzas, sino en la ayuda divina, ya que el objeto o motivo formal de la esperanza en Dios mismo que viene en nuestro auxilio. Sim embargo, <<la fe es la sustancia de la esperanza. Pero entonces surge la 1 Deidad griega que personifica la esperanza 2 ILLANES, J, Tratado de Teología Espiritual, Ed. Eunsa, España, 2007, pág. 367 3 GOFI, S, Nuevo Diccionario de Espiritualidad, Ed. Paulinas, España, 1993, pág. 451 1

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Sobre el desarrollo de la esperanza como virtud teologal

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EL DESARROLLO DE LA ESPERANZA[footnoteRef:2]. En la doctrina cristiana, la esperanza es una virtud teologal por la que se espera que Dios d los bienes que ha prometido. Pero, la fe establece el primer contacto entre Dios y la inteligencia del cristiano, de aqu, nace la voluntad en tendencia hacia la bsqueda y la posesin de Dios que constituye la esencia de la esperanza teologal. Por otro lado, (Hb, 11, 1). [footnoteRef:3]. Por medio de la fe el creyente adquiere una certeza firme, aunque de cosas no evidentes, pero que esperan. . [1: Deidad griega que personifica la esperanza] [2: Illanes, J, Tratado de Teologa Espiritual, Ed. Eunsa, Espaa, 2007, pg. 367] [3: Gofi, S, Nuevo Diccionario de Espiritualidad, Ed. Paulinas, Espaa, 1993, pg. 451]

La esperanza va ms all que la fe, se enfoca en la felicidad eterna, lo cual constituye el objetivo propio y principal de la esperanza teologal. Esta virtud teologal produce en el cristiano la firme conviccin que puede alcanzar la vida eterna, pero no confiando en sus propias fuerzas, sino en la ayuda divina, ya que el objeto o motivo formal de la esperanza en Dios mismo que viene en nuestro auxilio. Sim embargo, [footnoteRef:4]. Ante esto, la esperanza es una virtud teologal que refleja el sentido pascual de la vida cristiana, ya que esta virtud se apoya en la resurreccin de Cristo, como lo ensea el Concilio Vaticano II: [4: Benedicto XVI, Carta Encclica Spe Salvi, A Los Presbteros y Diconos a las Personas Consagradas y a todos los Fieles Laicos Sobre La Esperanza Cristiana. http://w2.vatican.va/content/benedict-xvi/es/encyclicals/documents/hf_ben-xvi_enc_20071130_spe-salvi.html. N. 10]

[footnoteRef:5]. [5: Lumen Gentium, n. 48.]

La esperanza es una virtud infusa, la cual solo Dios puede incrementarla, pero el cristiano tambin debe de colaborar con Dios en el crecimiento de dicha virtud; en la medida en que cuenta cada vez ms con la ayuda divina en su lucha espiritual.LA PRESUNCIN Y LA DESESPERACINLa presuncin se la podra denominar como, el voluntarismo espiritual, el cual consiste en sobrevalorar la capacidad y los medios humanos de que se dispone y, por consiguiente, contar solo con el esfuerzo personal en la propia Santificacin. Ante todo esto se corre el peligro de pasar al extremo contrario que es la desesperacin que, origina lo que podramos llamar Pesimismo Espiritual, donde el individuo piensa que su santidad es una utopa, como plan y proyecto, irrealizable en el momento de su formulacin y, por tanto, le parece intil recurrir a la ayuda divina. [footnoteRef:6]. Es por eso, que resulta ser ateo fcilmente, pues se pasa de la fe al atesmo, al pasar de la esperanza a la desesperanza, pues el hombre tiene la incapacidad de salir de s mismo, la falta de fantasa. Provocndole miedo y terror de la vida real, eliminando todo rastro de esperanza. Encerrndose en la amargura y el resentimiento. Pero la fe recuerda la realidad de la resurreccin de Cristo como acontecimiento creador del futuro. Y la esperanza, a su vez, alimenta la tendencia hacia el futuro basndose en las realidades de lo que ya ha acontecido. Ante este pesimismo espiritual, el hombre pierde la objetivacin, dejando de dar carcter objetivo a una idea o sentimiento, dejando de creer en Dios y la vida eterna como presupuesto de la esperanza como virtud. [6: Onfray, M, Cinismos, Retrato de los Filsofo Llamados Perros, Ed. Paidos, Barcelona, 2002, pg. 152.]

Para esto debemos de reencontrarnos y recuperarnos del voluntarismo espiritual y sobre todo de la desesperanza, considerando que, sin la ayuda de Dios, no podemos hacer nada. [footnoteRef:7]. Para esto una de las principales manifestaciones de la esperanza es la oracin. [footnoteRef:8]. [7: Bernard, CH, Introduccin a la Teologa Espiritual, Ed. Verbo Divino, Pamplona, 1996, Pg. 78-79. ] [8: Benedicto XVI, Carta Encclica Spe Salvi, A Los Presbteros y Diconos a las Personas Consagradas y a todos los Fieles Laicos Sobre la Esperanza Cristiana. N. 32]

San Agustn ensea que la oracin es un ejercicio del deseo, y que la esperanza es necesaria durante la peregrinacin, hacia la vida eterna, pue ella nos consuela en el camino, soportando la fatiga por esperar llegar a la meta. Qutale la esperanza de llegar, y al instante se quebrantaran sus fuerzas. [footnoteRef:9]: [9: Gamarra, S, Teologa Espiritual, Ed, B.a.c, Madrid, 1994, Pg. 128-129]

a) La confianza sin lmites en Dios, que es mayor que cualquier obstculo que pueda encontrase a lo largo del camino.b) La espera tensa de la salvacin como participacin del hombre, y del mundo por el hombre, en la gloria de Cristo, siguiendo esta lnea de conducta: (Heb 12, 23).c) El aguante paciente y perseverante (hypomon[footnoteRef:10]) en las pruebas y en los sufrimientos (Heb 12, 1-3). [10: Constancia llena de esperanza y paciencia.]

d) La audacia confiada (prresia[footnoteRef:11]), sostenida por la certeza del amor y del poder salvfico de Dios en Cristo (Heb 3, 6; 4, 14-16; 10, 19. 31). [11: El significado fundamental de parrsa es el de libertad para decirlo todo; de aqu las diversas modulaciones de su significado: franqueza, valenta, libertad confiada.]

CONCLUSIN La esperanza teologal reviste, por tanto, una importancia capital para la lucha espiritual, ya que empuja al cristiano para la lucha espiritual, ya que empuja al cristiano a pelear con decisin y optimismo: contra spem, in spem, vive de esperanza segura, contra toda esperanza. La esperanza lleva a recomenzar enseguida despus de un fracaso, con la certeza de que se cuenta siempre con perdn y la gracia de Dios. Dios purifica a menudo la esperanza del cristiano para quitar de ella las imperfecciones que hacen referencia a su motivo formal. La esperanza se hace viva e inexpugnable, de tal modo que el cristiano espera heroicamente, contra toda esperanza, como dice San Pablo a propsito de Abrahn: . (Rm 4, 18). Finalmente, la esperanza no conduce, pues, a una actitud pasiva, de mera espera, sino que da pruebas de su autenticidad en el empeo por vivir en todo momento como corresponde a la llamada a la unin con Dios en Dios con el universo entero- que se ha dado a conocer en Jess[footnoteRef:12]. [12: Illanes, J, Tratado de Teologa Espiritual, pg. 368]

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