El desarrollo urbano en al-Andalus: el caso de Andújar (Jaén).

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Juan Carlos Castillo Armenteros, María Carmen Pérez Martínez, José Luis Castillo Armenteros, Vicente Salvatierra Cuenca. Cuadernos de Madinat al-Zahra. Vol. 2, Año 1988-90, Revista de difusión científica del Conjunto Arqueológico Madinat al-Zahra (Medina Azahara).

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E,L DESARROLLO URBANO EN AL-ANDALUS:EL CASO DE ANDUJAR (JAEN)

V. SALVATIERRA CUENCAJ. C. CASTILLO ARMENTE,ROSM. C. PEREZ MARTINEZJ. L. CASTILLO ARME,NTEROS

1. INTRODUCCION

Las investigaciones arqueológicas en los cen-tros urbanos se han convertido en los últimosaños en un hecho frecuente, que está empezandoa permitir hacer nuevos planteamientos sobre laformación y desarrollo de nuestras ciudades. Enel presente estudio resumiremos los resultadosde las últimas intervenciones en Andújar, y las

precisiones que permiten hacer sobre la muralla.No obstante hay que advertir que las excavaciones

efectuadas representan muy poco, si tenemos en

cuenta el ritr¡o al que está destruyéndose el cascohistórico de esta ciudad. Desgraciadamente, comoen tantas otras poblaciones, los sucesivos ayun-tamientos de Andújar se han mostrado bastanteindiferentes, cuando no opuestos, a cualquier in-tento no ya de conservar, sino tan sólo de cono-cer, el patrimonio histórico de la ciudad. Hastael momento, las intervenciones se han limitado a

dos pequeñas excavaciones realizadas en dos pun-tos opuestos dei recinto amurallado.

Tras el análisis de estos elementos, pasaremos

a estudiar, empleando todos los datos conocidos,cuál pudo ser el origen y evolución de esta pobla-ción en época islámica.

La ciudad de Andújar se encuentra emplazadaen pleno valle del Guadalquivir, en la ribera de-

recha del rlo, a una altura de 200 m. sobre el niveldel mar. Localizada en las coordenadas U.T.M.30SVH075105 del mapa militar de España 904

(18-36) a escala 1:50.000 (Fig. 1).

2. LAS EXCAVACIONES DE 1989

Las dos intervenciones se efectuaron por el

procedimiento de urgencia por la Delegación Pro-vincial de Cultura de la Junta de Andalucía. Elprimer problema que dificulta la interpretaciónde 1os resultados, es la circunstancia de que en

ambos casos las obras de cimentación ya se habíaniniciado, por 1o que buena parte de los datos ar-queológicos desaparecieron con las mismas. Noobstante, los resultados de estos estudios ofrecenalgunas aportaciones que pueden a¡rdar a resolverdiversas cuestiones sobre el desarrollo de la ciu-clad.

2.1. El solar de las calles San Francisco n.' 3

y Juan Robledo n." 1.2 (CHOCLAN YCASTILLO, en prensa)

La excavación sacó alaluz algunas de ias es-

tructuras que formaron parte de las defensas de

la ciudad. Corresponden a dos fases o momentosconstrLrctivos (Fig. 2;Lán. 1, A y B).

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Del más antiguo sólo quedan algunos restos,

constituidos por un gran foso de 7 m. de anchura

y 2 m. de profundidad, y un gran torreón de forma

trapezoidal, que se constnryó encofrando con mor-

tero de cal y arena parte de la base geológica que

había quedado al descubierto por la construccióirdel foso. Se eleva con sucesivos bancales de mor-tero, dispuestos escalonadamente que, tras rebasar

el nivel de la roca, enmarcan un núcleo central de

tapial. Tiene 8 m. por su cara Oeste, 7,66 m. porla Norte y 6,42 m. por la Este. La altura conser-

vada oscila entre 1,13 m. en su esquina NE y 1,40

en la NV.Estos elementos formarían parte de un sistema

defensivo que debió ser eliminado, o completa-mente enmascarado, por las obras posteriores, y

del que no conocemos el momento de su cons-

trucción, ni si se construyó todo el conjunto si-

multáneamente o hubo algún lapso de tiempo en-

tre la disposición de cada elemento, ya que no se

encontraron niveles asociados que permitieran acla-

rarlo.El foso se colmató con materiales muy ho-

mogéneos, con una cronología global del siglo

XII, lo que permite fechar con bastante seguridad

la segunda fase de las construcciones en época

almohade, al haberse excavado en esos niveles par-

te de las cimentaciones de las nuevas estructuras.Esta segunda fase supone un conjunto defen-

sivo complejo, y es probablemente una de las

obras más importantes realizadas en las murallasde Andújar ante ia matertalízación de 7a antenaza

cristiana. Comprende un tramo de muralla y una

torre albarrana. Se trata de la última muralla le-

vantada en época islámica, que define al mismotiempo la expansión máxima del recinto medieval,

puesto que los cristianos se limitarán en lo suce-

sivo a pequeñas reformas y reparaciones, sin ul-teriores ampliaciones.

La zona excavada corresponde a un tramo en

el que el lienzo trazaLrn ángulo, cuya parte occi-dental sigue una orientación suroeste-noreste yla oriental noroeste-sureste. El vértice se alineóde forma aproximada con el antiguo torreón. Pre-

senta un alzado máximo de 0,56 m. y una anchura

regular de 2,40 m.E1elemento más espectacular de este momen-

to es una gran torre albarrana de planta ochavada,

que se unió con el torreón de la fase anterior me-

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diante un largo muro. La construcción de este

último lienzo se realizó tras excavar en los sedi-

mentos del foso una zanja de cimentación de 4m. de anchura, rompiendo incluso ia parte frontaldel antiguo torreón, sobre el que cabalga. Se fa-

bricó mediante un encofrado de 2,50 m. de ancho.

La torre ochavada se proyecta 18 m. aproxima-damente por delante de la muralla.

No ha sido posible determinar si el primersistema defensivo había desaparecido ya comple-tamente, o fue elirninado por los almohades al

construir el nuevo sistema. La colmatación del

foso no implica necesariamente la simultáneadesapa-rición de los demás elementos. Cuandose construye la torre albarrana, del torreón sólo

se conservará la base, en la que se apoyará el es-

pigón que debía unir a ésta con la nueva muralla.La circunstancia de que el espigón no aicance en

rea-lidad ia n-rura1la, sugiere que ésta se realizaba

en altura, mediante un arco, que soportaría unpaso, como ocurre en otras muchas torres de estas

características, el antiguo torreón pudo emplearse

como base y zona de paso bajo este puente.Parece evidente que las nuevas obras suponen

el retranqueamiento del trazado principal de lamuralla, que queda a unos 2 rn. de distancia delantiguo torreón.

La atribución de la muralla al mismo momen-to constructivo de la torre albarrana, se efectúa

en base a las diferencias existentes entre los ma-

teriales constructivos empleados en el torreón yla muralla, y a la identidad de los mismos entreésta, la torre albarrana y el lienzo de unión. Estas

últimas estructuras fueron fabricadas con tapialmuy apisonado, donde predomina la arena.

Tarnbién se han encontrado restos del sistema

empleado en la construcción, ya que en el mo-mento final no se retiraron los postes de madera

verticales que formaron el armazón con el que

fue levantada la muralla. La excavación ha docu-mentado muchos de estos hoyos con la madera

descompuesta en su interior, al igual que en los

mechinales horizontales, creados para Ia forma-ción de los diferentes cajones.

2.2. El solar situado entre las calles Alcázar,Deán Pérez de Vargas y Parras (CAS-TILLO, en prensa)

La excavación se realizó en un amplio solar,

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en el que hasta estos momentos había sobrevividoun gran edificio del siglo XVI, que se derribóante su estado ruinoso (CASTILLO, en prensa).Se encontraba situado en el interior del recinroamurallado, junto a la zona donde estaba la de-nominada puerta del Alcázar (Fig. 3).

Los restos localizados perrenecen a una forti-ficación interior, quizá a modo de Lrarbacana ode pequeña plazaforttficada, que proregiese estepurlto, especialnente vulnerable, que se alcanzainmediatamente después de arravesar el puentesobre el Guadalquivir y a la que se accedería unavez franqueada ia puerta exrerior (Fig. a).

Esta disposición es posible deducirla tambiénde un dibujo de Ximena Jurado (Fig. 5) que aun-que está lejos de ser una represenración exacra,permite efectuar bastantes correlaciones con iosrestos de la cerca que aún existen, aunque en eldibujo el conjunto aparece representado en el lu-gar donde estaría emplazada 1a puerta de SanraClara.

Otra posible interpretación es la de que aun-que seg/rn todas las noticias el casrillo o aIcázarestaba en e1 otro extremo de la ciudad, próxinoal otro lienzo excavado, aquí pudo existir otroalcázar, quizá incluso rnás antiguo, que dejó sunombre en el enrorno (Fig. 6). Finahnente, ram-poco hay que descartar que las estructuras en-contradas formasen parte de un sistema de cercasinteriores, que compartimentasen la ciudad, faci-litando su defensa. En el momento actual es im-posible determinarlo.

Se realizaron cinco cortes, dos de los cuales(Cl3 y C/4) permitieron estudiar un gran lienzode muralla, de 22 m. de largo por 1,54 m. de anchoy 1,83 rn. de altura conserwada, prácticamenre per-pendicular al trazado que 1a cerca exrerior debíatener en este sector. Entre el extremo del lienzoexcavado y dicha muralla debía haber unos 15 m.aproxirnadamente. Adosadas a esta muralla se do-cumentaron dos torres. La primera, en la zonanoroeste, de planta aproximadaffrente cuadrada,tenía 3,7A x 4,20 m. La segunda, en el extremosureste, presenta más problemas para su identifi-cación, ya que a causa del gran número de refor-lnas que sufrió la zona, se presenta como un sim-ple quiebro en la horizontalidad de la muralla.Sobresale de ésta unos 3 m. (Fig. 3; Lám. 2A).

La muralla y torres fueron construídas con

un tapial mixto utiiizando gran cantidacl de ca1 vcantos pequeños, a modo de l-rormigón para las

caras externas del lienzo. mieiltr'¿r qtre ru irrteriorse rellenó con tierra, piedras, fragnentos cerár¡i-cos, etc. Er-r los mechinales que tenían que albergare1 armazón de madera para montar los cajones

con los cuales levantar la estructr-rra, se emplearonlajas de pizerra que fornan una oquedad más omenos cuadrada, que debieron facilitar la extrac-ción de las vigas de madera del encofrado, y su

reutilización en otro tramo del lienzo (Lám. 28).La base de la torre cuadrada se reforzó con

un muro igualmente encofrado, de tierra apiso-nada, que bordeaba todas las caras de la misma,rellenándose la zona interior, entre las paredesde la torre y la estructura de tierra, con cantosrodados dispuestos en capas regulares. De estaforma la superf-icie de la torre se amplió de formanotable (Figs. 3 ,v Z; Lám. 3A).

Además, se construyó un talud del mismo ma-

terial que facilita aún más 1a defensa del conjunto(Fig. Z; Lám. 3B). El refuerzo de la base mide2,60 m. de anchura y una aitura desde la base

geológica de 1,28 m.; e1 grosor del muro de tapiales de 60 cm.

Estas estructuras se edificaron sobre un es-

trato de época romana, bien documentado en laparte exterior del talud. Entre los materiales ce-

rámicos encontrados, destacan un elevado númerode tégulas. También se encontró material romanoen casi todas las otras zonas de la excavación,pero fuera de contexto.

En la zona sureste y rompiendo la muralla de

tapial mixto se docur¡entó otro muro de tierrade 1,80 m. de grosor y 1,45 de altura conservada,que posee las mismas características que el apare-

cido como refuerzo de la base de la torre (Lám.4, A y B). Ambos pertenecen probablemente a

una reestructuración o quizá refuerzo de las for-tificaciones, pero queda sin determinar la causa

de esta última remodelación, dada la debilidadde las nuevas estructuras.

Además de la serie de cortes que se efectuaronsobre la muralla, se realizaron dos sondeos estra-tigráficos, a los que habría que añadir el corte 3,

en el que, por el exterior de la muralla, tambiénse alcanzó la roca.

El corte 2, situado cerca del extremo sur delsolar, proporcionó los niveles más antiguos, que

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corresponden a una ocupación de la Edad del Bron-ce, aunque no se encontraron estructuras rela-cionables con los materiales excavados. Por enci-ma, aparecieron niveles muy mezclados con ma-

teriales romanos e islámicos. Finalmente es el

único corte que ha proporcionado niveles cris-tianos de los siglos XIV-XV, muy arrasados, po-siblemente por la construcción de una casa delsiglo XVI.

Los restos islámicos más antiguos bien estra-tificados, provienen del corte 1, de dos niveles

superpuestos, con una cronología de los siglos

IX-X. Se relacionaban con los restos de dos mu-ros, posiblemente de una habitación, el n-rayor de

ellos con dirección noroeste*sureste, conserván-dose de cada uno de ellos una hilada de piedras,de mediano tamaño, unidas sin argamasa (Fig.3). Estos niveles estaban muy afectados por las

fosas de cimentación de obras posteriores.La segunda fase es general a todo el espacio

excavado, y se fecha globalmente en el siglo XII.En el corte estratigráfico L, sobre los niveles an-

teriores, se documentó un gran muro, del que se

conservaban varias hiladas, con materiales del siglo

XII, que continúa en el corte 5.

Sin ernbargo, las estructuras más interesantes

de esta fase aparecieron asociadas al conjunto for-tificado descrito con anterioridad. Aquí, el terrenofue preparado, colocando una superficie de cal yarena, sobre la que se construyó un muro paraleloa la muralla, unido a ésta por otros perpendicu-lares que delimitan varias habitaciones de plantacuadrada o rectanguiar. Todo el conjunto con-serva una sola hilada, que posiblemente corres-ponda al nivel de cimentación. Entre el materialrecuperado, abundan fragmentos de grandes re-cipientes y restos de un molino. Es posible que el

conjunto corresponda a una zona de almacenajey de molienda de harina, aunque es imposible de-

terminar si se trataba de un espacio público -da-dala zona militar en la que evidentemente se en-

cuentra- o privado.Entre este conjunto y el cronológicamente si-

multáneo de los cortes 1 y 5, parece que existíauna calle, con una ligera pendiente, aunque nopudo confirmarse con absoluta seguridad.

Al tratarse de excavaciones de urgencia, huboque limitar los objetivos de las mismas, por loque hay una serie de problemas aún no resueltos.

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Sin embargo, en el caso de la segunda, la DirecciónGeneral de Bienes Culturales, teniendo en cuentala importancia de los restos, decidió su conserva-ción, por lo que es de esperar que sea posibleefectuar una segunda campaña que complete los

datos obtenidos. Mientras que esto se produce,se pueden establecer algunas conclusiones provi-sionales sobre la cronología de los lienzos de mu-ralla excavados y su relación con los distintos ti-pos de materiales empleados, cuestiones estrecha-mente relacionadas:

1. La fortificación más antigua, se localiza en

el solar sito entre las calles San Francisco y JuanRobledo. Se trata del torreón trapezoidal cons-truído con un mortero de cal y arena pertene-ciente al sistema defensivo establecido en la ciudadantes de 1120, fecha en la que se produce el terre-moto que afectó, según las fuentes, a toda la ciu-dad y en especial a sus defensas. No es posibledeterminar el momento de construcción aunqueno creemos que sea anterior al siglo XI.

2. El conjunto formado por el lienzo de mu-ralla, por el que une el torreón y la torre ochavada,

y por esta misma, pertenecerían a una recons-trucción de las murallas realizada por los almo-hades, seguramente con posterioridad a fl7a.

3. A este mismo período de ocupación almo-hade pertenecen los restos de fortificación docu-mentados en la excavación de la calle Alcázar,donde los materiales cerámicos indican una cro-nología del siglo XII, que pudiera llegar inclusoa inicios del XIII. Resulta extremadamente difícilsituar el momento preciso de la construcción. ymás aún fechar la reforma que se realiza.

Cabe destacar, no obstante, que su técnicaconstructiva es diferente a la documentada en laexcavación de la calle San Francisco. Las diferen-cias pueden atribuirse a un gran número de razo-nes, técnicas, económicas, etc. Pero como se sabe

este tipo de diferencias en las construcciones se

debe en casi todos los casos a diferentes cronolo-gías. Por ello lo más probable es que se realizasedurante el siglo XII, pero con anterioridad al con-junto de la torre albarrana, aunque sin demasiadaseparación en el tiempo. Es de advertir que en 1o

excavado no parecen haber huellas del impactodel terremoto de 1170, pero quizá fuera por su

causa por lo que se reforzó de forma tan notablela torre.

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3. EL RECINTO AMURALLADOLas excavaciones efectuadas permiten hacer

algunas precisiones sobre el conjunto de la cerca,parte de ia cual aún se conserva si bien en cons-tante peligro de demolición.

Sobre las murallas de la ciudad de Andújarhay una relativamente amplia bibliografía quearranca desde el siglo XVII (XIMENAJURADO1639, SALCE,DO OLID 1677, ROME,RO DE,TORRES 19i6, TORRES LAGUNA 1958 Y1967, MORALE,S TALE,RO 1958, E,SLAVA YCORCOLES 1978, ESLAVA 1982). Son pocornás que descripciones superficiales de los restosconservados en e1 momento que se produce su

estudio, que tienen el interés de mostrarnos cómohan ido desapareciendo paulatinamente fragmen-tos de la cerca. Este proceso también puede se-

guirse a través de 1as Actas Capitulares de la ciu-dad (TORRES LAGUNA 1981), donde se ad-vierten claramente dos fases; una primera, quellega hasta el siglo XIX y durante la que se suce-

den los intentos de mantener y restaurar en loposible, y otra, en la que, ya perdida compieta-mente su utilidad militar )¡ convertida en un frenopara La expansión urbana y la especulación inmo-biliaria, se va procediendo al derribo de los lien-zos, puertas y torres. Este complejo proceso quizásea la causa de las diferencias en el núrnero de

puertas y torreones que da cada autor, y que vandesde los 48 torreones y 12 puertas de SalcedoOl;d (1677) alas 7 puertas de Eslava y Córcoles(1e80).

Los últimos trabajos profundizan algo más

en la descripción incluyendo detalles sobre tipo-1ogía formal, materiales empieados, técnicas cons-tructivas, etc., elementos que se emplean para es-

tablecer una cronología, más o menos hipotética.

3.1. El trazado actualAunque como se ha rndicado más arriba, 1a

mayor parte del recinto ya l-ra sido destruído, aúnes posible, en base a 1os elementos que subsisten,reconstruir aproximadamente su trazado. Pode-mos partir del extremo noroeste de la ciudad,donde según algunas referencias, en la denominadaPlazaYieja, se encontraba el castillo, der¡olidohace ya algún tiempo, y hasta hace poco ocupadosu en'rpl.azamiento por un cine, desaparecido tam-brén en la actualidad (Fig. 8).

El lienzo de muralla corría hacía el oeste porla acera izquierda de dicha Plaza, descendía porel mismo lado de 1a calle Tiradores para doblaren dirección al Paseo de 1a Feria, donde justa-mente en el n." 1 se pueden ver aún restos de lamisma. Seguía con una dirección norte-sur por ellado izquierdo de este paseo, donde quedan di-versos restos, aunque en su mayor parte fue de-rribada para dar salida a varias calles. Entre ellasdestaca en primer lugar la calle Dr. Fleming, don-de se encontraba la Puerta de Córdoba. Un pocomás abajo se localizan los restos del Torreón deTavira, una torre cuadrada de tapial, recubierracon sillería bien labrada. A continuación la calleSanta Clara, donde se encontraba la puerta delmismo nombre. A partir de aquí la rnuralla con-tinuaba en la misma dirección, hasta enlazar conla torre de la Fuente de la Sorda, donde es posiblever los restos del lienzo de tapial y una torre delmismo material recubierta de siliería.

Giraba entonces al E, atravesando diagonal-mente la calle Alcázar hasta su unión con la de

Santa Ursula, donde aún se ve el arranque de unarco de ladrillo, que pudo pertencer a la llamadaPuerta del Alcázar, que daría acceso al recintoexcavado.

El lienzo principal continuaba, siempre en di-rección E, por las actuales pistas de deportes delcolegio de San José y por los solares del margenizquierdo de la antigua carretera Madrid-Cádiz,hasta llegar a la calle Tercia, en la que aún puedenverse los restos de la misma en un solar del ladoizquierdo, cruzal¡a ia calle y continuaba entre las

casas del lado derecho de esta calle y las ubicadasa la izquierda de la antigua carretera nacional,hasta llegar a ia calle Tartesos. Al final de la rnismase puede ver un fragmento de muralla, que a juz-gar por sus características, pertenecería a una de

las torres de la ciudad.A partir de aquí, subiría en dirección N, por

la calle Murallas, enlazando con el lado izquierdode 1a calle Silera. En el punto de unión de ambas,

estaba otra de 1as puertas de la ciudad. Seguía el

lienzo hasta llegar al Altozano de la Virgen María,en el que se ubicaba la Puerta del So1, continuabapor el margen izquierdo de la calle del Ho-yo, donde queda un torreón de tapial. A con-tinuación atravesaba la plaza de la Constitu-ción, donde estaba la Puerta del Peso de la Ha-

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rína, para, tomando dirección noroeste, perderseentre las casas edificadas en el lado derecho de las

calles Guadalupe y Naranjo y las del lado izquier-do de la calle Ollerías. Cruzaría la calle 12 de

Agosto, para seguir entre las viviendas de la acera

derecha de la calle Juan Robledo y la izquierdade las calles Ollerías y San Francisco. En esta zonasubsiste un fragmento de lienzo. Finalmente -i-rando al Oeste, volvería alaPlazaYieja.

3.2. La composición de los paramentos

Los materiales arquitectónicos utilizados en

la fabricación o restauración de las murallas sondiversos, tal y como puede verse en los escasos

restos localizados en algunos puntos de la ciudad.A falta de un estudio sistemático, que está en

curso, se ha detectado la existencia de:

TAPIAL. Empleado parala construcción de

todo el lienzo amurailado observable en la calleSilera, San Francisco,22 de Julio, y en las torresde la Fuente ia Sorda y T avira. Aunque el procesode construcción es similar en todos los casos, se

han detectado varios tipos:

-Tapial de argamasa, con un predominio de

cal, arena y piedras de tamaño diverso, ob-servado en la torre aparecida tras la exca-vación arqueológica de la calle San Francis-co, (CHOCLAN Y CASTILLO, en pren-sa).

-Tapial mixto, documentado gracias a la in-tervención arqueológica efectuada en la ca1le

.Llcázar (CASTILLO, en prensa). Se realizóun "cajón", de argamasa de cal y cantos queformó las caras externas del lienzo y se re-llenó el interior con una mezcla muy com-pacta de tierra, piedras y cerámica.

-Tapiai de tierra sin cal, apareció en la exca-vación de la calle .\lcázar, consistía en unmuro encofrado con sólo tierra apisonada(CASTILLO, en prensa).

Esta variedad en los elementos que configuranlos tapiales está presente también, según los es-

tudios realizados por Eduardo Chiquero y Enri-que Moreno (1,990, inédito), en las murallas de

Jaén. Diferencias que pueden tener causas políti-cas, económicas, cronológicas, estratégicas, etc.,problemas aún por resolver.

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SILLERIA. Esta técnica constructiva se ob-serva en varias partes de la muralla de la ciudad,especialmente como refuerzos en las torres de la

Fuente la Sorda y Tavira. Se trata de refuerzosmás tardíos, tras generalizarse el uso de la artille-ria.

LADRILLO. En las murallas y torres de lacalle Silera se observa la utilización de este mate-rial, generalmente empleado para restaurar defi-ciencias o grietas aparecidas en las mismas.

4. ANDUJAR TRAS LA CONQUISTA

Estas poderosas murallas cayeron intactas en

manos de Fernando III, puesto que la ciudad le

fue entregada por pacto por al-Bayyasi (AGUI-RRE, JIMENEZ 1979; GONZALEZ 1980). Apartir de este momento Andújar se convertirádurante un tiempo en uno de los centros claves

del sisterna defensivo cristiano en el valle del Gua-dalquivir, hasta la caída de Jaén (CASTILLO ETALII 1989), y paulatinamente irá recibiendo unaserie de privilegios que, en un proceso contradic-torio, culminará a mediados del siglo XV con laconcesión del título de ciudad, que en Jaén sólocompartirá con Ubeda, Baeza y la propia Jaén(RODRIGUEZ MOLINA 1982). Con ello se

aseguraba permanentemente su condición de ciu-dad realenga, pero al mismo riempo era un reco-nocimiento de su importancia política, social yeconómica en el nuevo marco que se estaba desa-

rrollando, y que la colocaba por encima de otraspoblaciones que en períodos anteriores habían si-

do mucho más importantes y gozado de mayorprotagonismo.

Esta importancia postrera ha sido, en ocasio-nes, trasladada hacia atrás en el tiempo, contri-buyendo con ello a la distorsión de lo que real-mente fue el poblamiento en el valle del Guadal-quivir, al presentar una imagen marcadamenteurbana, donde en realidad predominaba un mundoesencialmente campesino. A continuación preten-demos aportar algunas precisiones sobre las di-mensiones y el papel de Andújar (Anduyar), en

los comienzos de al-Andalus.

5. UN ORIGEN PROBLEMATICO

No está claro el origen de esta localidad, nisiquiera si existió como un núcleo de cierta enti-

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dad antes de la invasión islámica. En época ibérica1os oppidum en este tramo del Guadalquivir eranIliturgi, identificada con el importante yacimienrode Cerro Maquiz, cerca de 1a actual Mengíbar, e

Isturgi, de menor entidad y que parece corres-ponder a los Villares de Andújar, a 5 km. de laactual población de Andújar. También próximo,el yacimiento de Las Torrecillas, parece haber sidoun centro de segundo orden (CHOCLAN, CAS-TRO 1988).

Los Villares presenta fases de poblamiento an-tiguo que se remontan al menos hasta el sigloVII a.C., cuando constituyó un gran oppidum,que con posterioridad se reduce en irnportanciay población. Isturgi aparece documentado comomunicipio romano en época flavia, aunque el pro-ceso de municipalización puede quizá retrotraersea época de César, que así habría premiado el apc-ry<-r

recibido durante sus guerras con Pompeyo (CAS-TRO 1989).

Alcanzará su máximo esplendor en época altoimperial, cuando se convierte en uno de los prin-cipales centros productores de cerámica de mesa

-terra sigillata- de la Península, pero siendosiempre una localidad de menor importancia quelas de su entorno. Según sus excavadores, el pe-ríodo de actividad industrial se desarrolla grossomodo desde los años treinta del siglo I d.C. hastala segunda mitad del siglo II, después se iniciauna fuerte decadencia, cesando la producción an-tes del final de esta centuria (ROCA 1931).

Gracias a un conjunto de investigaciones re-cientes sobre el poblamiento de la Campiña enépoca romana (CHOCLAN, CASTRO 1988),ha podido establecerse una correlación entre e1

tamaño de los yacirnientos y su papel en la es-

tr-uctura econórnica dela zona, diseñando un mo-delo en el que los asentamientos ocupan variosniveles.

El primer nivel lo constituyen un conjuntode yacimientos amurallados, articulados a su vezen dos rangos, el primero de los cuales está siem-pre ocupado por una ciudad de relativa impor-tancia, mientras que en el segundo pueden haberuna o más localidades.

En la zona que analizamos, Los Villares ocupae1 primer rango y, según la hipótesis de los inves-tigadores, el yacimiento de Las Torrecillas el se-

gundo. Este último no presenta en superficie in-

dicios de fortificación, pero 1os autores lo incluyenen esta categoría por su tamaño. El papel que se

supone que cumplían estos asentarnientos, lluese asimilan aTos vici o pagi de los textos romanos,era el de lugares donde se efectuaba el intercambioprimario, centros de mercado local entre las ciu-dades y las explotaciones can-rpesinas. Estos asen-

tamientos desaparecen a mediados del siglo II,cuando se produce la crisis de la pequeña y me-diana propiedad (CHOCLAN, CASTRO1 988).

¿Qué posibilidades hay de que existiese otrapoblación en la actual Andújar? Para época ibérica,no hay datos que 1o apoyen, y por otra parte losestudios de arqueología espacial descartan que Pu-diese existir otro asentarniento en la zona, puestoque las relaciones de distancias entre éstos son

muy constantes en todo el valle del Guadalquivir(RUIZ 1e88).

E,l caso romano es algo distinto, en primerlugar, porque las facilidades naturales que existenen este punto para atravesar ei río, fueron consi-derablemente aur¡entadas por los romanos al cons-

truir un gran puente qL1e, aunque muy modificadopor intervenciones posteriores, aún sobrevive, yque Fernández Casado (1980) considera de época

republicana.En segundo lugar han aparecido algunos restos

arqueológicos, aunqlre muy escasos. Dichos restos

proceden de una de ias excavaciones efectuadas

en la muralla, y de hailazgos fortuitos en el po1í-

gono de Ia Puerta de Madrid y en ias proximida-des de la iglesia de Santa María, datada en el sigloXIV.

Respecto a esta última, como en tantos otroscasos, no faltan afirmaciones en el sentido de que

esta iglesia se situó sobre una antigua mezquita,sin que haya un solo elemento que lo justifique(CORCOLES 1987). La iglesia se sitúa en unaposición próxima al centro del casco históricomedieval, aunque escorada hacia la zona del puen-

te.Las murallas trazan una planta aproximada-

mente rectangular, orientada noroeste-sureste,aprovechando un meandro del río, pero sin que

la topografía sea realmente determinante. Aunquelas excavaciones efectuadas en el extremo S de

esta muralla han proporcionado un nivel con ma-

teriales de época romana, así como otros con ce-

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Page 12: El desarrollo urbano en al-Andalus: el caso de Andújar (Jaén).

rámicas que pueden fecharse en los siglos IX-X,unos materiales y otros aparecen en cantidadesrnuy reducidas y en ningún caso asociados a es-

tructuras, por tanto aunque confirman algunas

sugerencias en el sentido de que podía haber ha-bido a1gún pequeño núcleo romano en la zona(CRUZ 1990), la arqueología no autoriza, porahora, a pensar en 1a existencia en este punto de

una muralla romana anrerior.

6. UN HISN EN EPOCA ISLAMICA

Aunque no hay pruebas físicas por el momen-to, la existencia de un pequeño hál¡itat amuralladode época rorrrana quizá pueda deducirse de unbreve texto. La noticia, una de las más antiguasque conocemos sobre el Andújar islárnico, estácontenida en el Muqtabis III de Ibn Hayyan,quien señaia que en el año 888 el emir'Abd Allah,ante las proporciones que estaba tomando la re-belión contra el gobierno omeya ordenó, al clue

era a la sazón gobernador de la Cora de Jaén,'Ubaid Allah b. Muhammad b. al-Gumar b. Abi'Abda que ampliase urgentelxente las fortifica-ciones de Arjona y Andújar, y reuniese en el in-terior a los campesinos del entorno (IBNHAYYAN; GURAIE,B 1952; AGUIRRE, Y JI-MENEZ 1979).

Arjona, la otra población citada en esta nori-cia, era una localidad de cierta importancia. Se

trata de un antiguo oppidum ibérico, con magní-ficas posibilidades defensivas, que suele identifi-carse con la Urgavo Alba de 1as fuentes romanas.En época islámica parece que fue el lugar de asen-

tamiento de los Banu Bayila (AGUIRRE, JIME-NEZ 1979). Se trata por tanto de un centro for-tificado, ocupado desde el primer mornento, 1o

que viene confirmado por el apelativo de Q'alaque 1e da al-Muqaddasi, según la interpretaciónde este término propuesta por M. Acién (1989).Además de ello e1 r¡ismo al-Muqaddasi 1o incluyeentre los 13 rustaq (distritos) que rodeaban Cór-doba en el siglo X (AGUIRRE, JIMENEZ1e7e).

Ninguno de estos factores confluyen en An-dújar, cuya importancia es evidente mucho menor,y su exclusión de la lista de rustaq puede significarque en el momento en que ésta se elabora depen-día administrativamente de Arjona. No obstante,

92

en el texto de Ibn Hayyan ambas poblacionesson calificadas de Hisn (p1. Husun). Este es untérmino que de forma genérica hace alusión a unpunto fortificado, o donde es posible refugiarse(ACIEN 1989). Andújar, aunque protegida enparte por el rlo, carece realmente de defensas na-

turales, por ello podemos suponer que estaba do-tado de antiguas murallas, que ahora se ampiían.Por la fecha en que eilo se produce, es perfecta-mente verosímil que dichas fortificaciones fuesenrolnanas.

Según esta interpretación Andújar sería portanto un pequeño núcleo, al que en algún mo-mento se dota de fortificaciones -no entramos,por supuesto eu su consistencia, estr-uctura o tipode material empleado-, surgido en este puntogracias a la presencia del puente, y qurzá con lamisión de defenderlo. Ello no implica, por tanto,que deba considerarse como una de las poblacio-nes de segundo rango de que hernos hablado.

Gracias al puente, este punto tal vez experi-mentó cierto crecimiento a costa de la vecina ciu-dad de Los Villares, cuando se produce la quiebrade las industrias cerámicas radicadas en ella. Noobstante el abandono de Los Villares fue muylento y, según algunos hallazgos, parece que aúnsubsistía un pequeño núcleo en época visigoda(CRUZ 1eeo).

La falta de defensas naturales, además de esas

murallas, y el hecho de que se le asignen las mis-mas funciones de Arjona que sí disponía de elias,quizá indique que en esos momentos la poblaciónhabía alcanzado ya un cierto tamaño. Aunque,en realidad, la denor¡inación de hisn no tiene nada

de particular en al-Andalus, caracterizada por lagran abundancia de husun, que llegan a conver-tirse en un elemento distintivo (ACIEN 1989).

Pero sí tiene relevancia el papel que se le asignacomo centro y refugio de una zona, especialmenteen el contexto de una sublevación en gran medidaantiurbana (ACIEN 1989; AGUIRRE, SALVA-TTERRA 1989).

Es irnposible determinar el tamaño de estalocalidad en el siglo IX, y mucho menos en épocarofirana. Por supuesto, sería mucho menor que lasuperficie cercada en el siglo XII, ya que debemospensar no sólo en el crecimiento normal de lapoblación, sino también en la expansión que estas

locaiidades experimentan a partir del siglo XI,

Page 13: El desarrollo urbano en al-Andalus: el caso de Andújar (Jaén).

primero con la desmembración del califato, y lue-go por 1a llegada de los que huían ante ei avance

cristiano.Presumiblemente el 1ímite sur, sobre el río,

sería básicamente el mismo en todas 1as épocas.

Por el norte, las excavaciones descartan casi porcompleto que el recinto original llegase hasta allí.Este pudo encontrarse en las proximidades de laiglesia de Santa María, que es el lugar situadomás al norte de donde proceden restos romanos.No 1-ray indicios para los lados este y oeste.

J. Aguirre (1982) ha sugerido que Andújar pu-do ser uno de los iqlim/s de la Cora de Jaén, aun-que nunca aparezca como ta1 en las fuentes. Las

razones en que se apoya son, que debía habermás iqlim/s de los citados, dado e1 escaso númerode ellos que aparecen en las fuentes, sobre todocomparados con los citados para las Coras vecinas,

y que Andújar debía ser importante, por las veces

que es citada en los textos.Es evidente que dicha importancia proviene

de su posición estratégica sobre el Guadalquivir,y todas las menciones que se hacen de ella estánsiempre en función de hechos rnilitares. Por otraparte ya hemos sugerido su posible dependenciade Arjona en esta prirnera época. No obstante es

bastante verosímil que se crease sobre el Guadal-quivir un distrito específico en una zona a todasluces vital para Córdoba.

Sin embargo la escasez de documentación -es-crita o arqueológica-, se prolonga también parael resto del período islámico. En realidad Andújarno vuelve a aparecer en los textos hasta el sigloXII. Entonces jugará nuevamente un papel de re-lativa importancia con motivo de los enfrenLa-mientos entre almorávides, ahnohades, andalusíes

y cristianos. La población será calificada otravezde hisn por Ibn Sahib a1-Sala (1969) y de nuevosu importancia proviene de su posición sobre el

Guadalquivir.

7. CONCLUSIONES

F,l elemento de mayor interés que puede ex-traerse de todo lo anterior, creemos que es la evi-dencia de que Andújar no existió realmente comociudad a comienzos de la época islámica. Se ha

hablado, hasta convertirlo en un tópico, del in-tenso urbanismo que caracterizó a al-Andalus

a lo largo de toda su l.ristoria (LF,VI-PROVEN-

QAL 1982; TORRES BALBAS 1985); srn em-

bargo, en ocasiones, posiblemente en muchas más

de las que a primera vista se supone, los musul-manes no ocuparon las antiguas ciudades romanas,

ya completamente abandonadas, sino que lo que

serían con el tiempo algunas de sus principaleslocalidades se desarrollaron a partir de núcleosinsignificantes.

Calibrar exactamente cuál era la situación de

cada población en el momento de la invasión, ycómo evolucionaron, es un factor que permitirácomprender mejor la historia de al-Andalus, yapartarnos de esa in-ragen, a medias entre el ro-manticismo y el racismo, que nos presenta unasociedad muy estable, y sin apenas cambios, cs

decir, esLancada.

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Fig. 3: PLanta de la Excaztación realiz-ada en la cl. ALcázar.

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Fig. 4: C/. Alcázar. Hipótesis de plaza fortificada.

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Fig. 6: C/. ALcázar. Hipótesis del Alcázar.

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Page 21: El desarrollo urbano en al-Andalus: el caso de Andújar (Jaén).

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Fig. 7: Refuerzo de la base de la torre. Perfil Noreste

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2/A: Murallas ¿l.ocumentadas en la excaoación de la c/. Alcázar.

2lB: Estructura 1, técnica de construcción de la muralla de la c/. Alcázar.

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Page 25: El desarrollo urbano en al-Andalus: el caso de Andújar (Jaén).

Lám. 3/A: C/. Alcázar. Refuerz-r,rea/iz-ado en la basc

de la tc¡rre.

Lám. 3lB; Cl. Alcázar. Talud 1, muro tJe tapial deL refuerzo.

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Page 26: El desarrollo urbano en al-Andalus: el caso de Andújar (Jaén).

Lárn. 1/A: Cl. A/cáz,ar. Reestr¿tcturación en la Tnurdlldrea/izada co/t /./.n tttt.ro de tierra apisonada.

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