El Equipo-MY flotaron en el cielo mientras se acercaban cada vez más y más al suelo… Finalmente,...
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Viaje a
Le Dem
Equipo-MEl
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MED-EL presenta...
El Equipo-MIlustraciones de Burkard Schulz
Guión de Justyna Konczalska
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Medelina se encontraba sentada en su habitación
haciendo las tareas de clase.
-”Cuánto me gustaría estar ahora mismo lejos de aquí
en tierras lejanas... Conocería nuevos amigos y viviríamos
aventuras asombrosas. Pero aquí estoy, sentada intentado
resolver estos problemas de matemáticas.
¡Qué difíciles son las matemáticas!” pensaba Medelina
mientras soñaba despierta.
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De repente, un fuerte ruido se escuchó desde la habitación de al lado. Justo
lo que necesitaba Medelina, ¡una distracción!.
Feliz por la interrupción, saltó de la silla y se dirigió rápidamente a
la habitación contigua. Abrió la puerta pero no pudo ver nada, había
demasiado humo. La habitación olía a quemado y una vez el humo
se despejó, Medelina descubrió al Profesor Opusonix y a Smarty Marty
en el banco de trabajo. Tenían sus caras negras como el carbón y el
Profesor Opusonix limpiaba las lentes de sus gafas.
-”¿Qué estáis haciendo aquí?” preguntó Medelina curiosa.
-”Estamos trabajando en un motor para nuestro globo”,
respondió Smarty Marty orgullosa de su trabajo.
-”Es un quemador, no un motor”, corrigió el Profesor Opusonix.
-”¡Suena interesante!” dijo alegremente Medelina.
-”Lo es”, respondió Smarty Marty.
Finalmente, Lea Cochlea entró lentamente en la habitación y observó atónita
a su alrededor. -”¿Qué está pasando aquí?” preguntó tímidamente.
-”El Profesor Opusonix y yo vamos a hacer un viaje. Volaremos a Le Dem.
Un amigo del Profesor Opusonix ha creado una máquina reductora para
encoger cosas y queremos verla.” dijo Smarty Marty.
-”¡Genial Smarty, ya has revelado nuestro secreto! ¡Queríamos volar solos!”
dijo el Profesor Opusonix un tanto molesto.
-”Siempre con secretos…”, se quejaba Lea Cochlea sacudiendo su cabeza.
-”¿Puedo acompañaros?” preguntó Medelina impacientemente.
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-”Este viaje es muy peligroso y no sabemos lo que durará
el trayecto hasta llegar a Le Dem”, respondió Smarty Marty.
-”¡Pero yo no tengo miedo! Además llevaré baterías
de repuesto”, le contestó Medelina.
-“¿Para qué necesitas baterías?” preguntaba Smarty Marty.
-”Bueno, así podré oírlo todo durante el viaje.
Mis procesadores de audio necesitan baterías para funcionar.”
Explicaba Medelina al Profesor Opusonix con una
esperanzadora mirada. Sin embargo, el Profesor Opusonix
ya había dejado de escucharla y trabajaba en el motor.
-”Os acompañaremos. No podemos
dejaros solos en un viaje tan largo
y peligroso”, intervino Lea Cochlea,
y dirigiéndose a Medelina dijo:
-”Te ayudaré a hacer el equipaje”.
A continuación, dio media vuelta
y abandonó la habitación.
-”¡Hey!, ¡allá vamos Le Dem!”,
exclamó Medelina entusiasmada.
Lista de equipaje de Medelina
para 14 días:
• ControlremotoFineTun
er
• 3paquetesde6pilas=
18pilas
• Cablederepuesto
• Deshumidificador(inclu
yendodiferentes
adaptadores de red para otros países)
• Bateríarecargable,bate
ríarecargablederepues
to
ycargador(incluyendod
iferentesadaptadores
de red para otros países)
• Portabateríasyportabat
eríasderepuesto
• Comprobadordelproces
adordeaudio
• Cepillodelimpieza
• Ganchodesujeciónadic
ional
• Tarjetadeidentificació
ndepaciente
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La noche había caído, cuando los cuatro amigos
subieron al globo. El Profesor Opusonix se colocó
sus gafas de piloto y el gorro de aviador.
-”El viaje va a comenzar”, dijo calmadamente mientras
encendía el quemador. Entonces, el globo comenzó
a ascender en el cielo.
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A la mañana siguiente, cuando el sol se levantó, sumergió
la tierra en un mar de colores que despertó del sueño al
Equipo-M. -”¡Mira qué pequeño parece todo desde aquí!”
exclamó Smarty Marty deslumbrado por aquella visión.
Los cuatro amigos se deleitaban mirando aquellos campos
llenos de color, las diminutas casas, los ríos y lagos.
-”¡Desde aquí arriba el mundo es realmente fascinante!”
dijo Medelina disfrutando con admiración de aquella
impresionante vista.
De repente, el quemador comenzó a emitir extraños sonidos.
Hizo un silbido y dejó de funcionar, mientras la llama
del quemador se iba apagando a su vez. El Profesor
Opusonix sacudió la cabeza diciendo: -”Hasta aquí ha
llegado el viaje en globo, el quemador se ha estropeado”.
El globo flotaba en el aire silenciosamente y los cuatro
amigos se miraban los unos a los otros con preocupación.
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Nadie se atrevió a decir nada y romper ese silencio.
Y flotaron en el cielo mientras se acercaban cada vez
más y más al suelo…
Finalmente, el globo tomó tierra estrepitosamente
en una inmensa pradera. El impacto fue tan violento que
todo el Equipo-M salió despedido y el equipaje salió volando
fuera de la barquilla del globo. La maleta de Medelina se
abrió y todo su contenido quedó disperso por todos lados.
-”¡Oh no!”, suspiraba Medelina intentado recoger sus
pertenencias. -”¡Mis baterías, no las encuentro!”, Medelina
parecía bastante desesperada, pero las diminutas baterías
habían desaparecido entre la briznas de hierba.
-”Medelina, ¿pusiste las baterías como si tal cosa dentro
de la maleta? Por qué no las pusiste aparte en un bolsa
pequeña?”, inquirió Lea Cochlea preocupada. -”Sí, Lea,
las metí sueltas dentro de la maleta. No me imaginaba que
se abriría”, respondió Medelina. -”Verás, cuando se sale de
viaje, pueden ocurrir todo tipo de cosas. También se puede
perder el equipaje, por ejemplo. ¡Esto es algo que uno debe
tener siempre en cuenta! Pero no te preocupes, guardé unas
cuantas pilas dentro de tu mochila por precaución”,
dijo Lea Cochlea.
-”¡Gracias Lea!, contestó Medelina aliviada dándole
un abrazo a su amiga.
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-”¿Y qué vamos a hacer ahora? Preguntó Smarty Marty ansioso.
-”Iremos a pie” , respondió el Profesor Opusonix.
-”¿Sabes siquiera dónde estamos y lo lejos que estamos de Le Dem?”
preguntó Smarty Marty al profesor.
-”No, pero podemos usar la brújula del globo y seguirla en dirección oeste”,
contestó el profesor. Estaba decidido… Los cuatro amigos recogieron su
equipaje y la brújula, y comenzaron a caminar.
Las horas pasaron y no habían llegado demasiado lejos. Lea Cochlea llevaba
la delantera marcando el ritmo y como Lea es un caracol, caminaron a paso
de caracol. El sol se estaba poniendo, así que el Equipo-M decidió ir en busca
de un refugio que les cobijase durante la noche.
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Smarty Marty descubrió un agujero en el suelo.
-”Mirad aquí, ¿qué clase de agujero es éste?”, preguntó.
-”Es la entrada a una madriguera”, dijo Lea, y gritó: -”¡Hola!
¿Hay alguien en casa?”. Pero no obtuvo respuesta alguna.
-”Quizá esta madriguera está abandonada”,
dijo el Profesor Opusonix mientras Smarty Marty
desaparecía dentro del agujero. -”Vamos, no hay nadie aquí”.
La voz de Smarty Marty salía desde dentro.
Y los tres siguieron a Smarty Marty y echaron un vistazo
alrededor de la madriguera. -”Este sitio es muy acogedor”
dijo Medelina mientras se acomodaba en un rincón.
Los demás se sentaron cerca de ella. Lea Cochlea
desenvolvió un par de sándwiches y sacó la tetera
de su mochila. Otra vez, había pensado en todo.
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Una vez terminada la cena, desenrollaron sus sacos de dormir y los cuatro se
dispusieron a dormir. -”Cuanto antes me duerma, antes será mañana y antes
llegaremos a Le Dem.” meditaba Smarty Marty mientras le vencía el sueño.
-”¿Qué estáis haciendo en mi casa?.” Estas palabras arrancaron del sueño al
Equipo-M repentinamente. Bueno, a todos menos a Medelina. Ella continuaba
durmiendo ya que no llevaba puestos sus procesadores durante la noche.
Lea Cochlea la despertó rápidamente con un suave toque.
De repente, una joven coneja saltó justo enfrente del Equipo-M,
preocupada al ver a los desconocidos visitantes.
-”¡Hola! Estábamos buscando refugio para pasar la noche, y no sabíamos
que este era su hogar. Por favor, discúlpenos”, dijo Medelina.
-”Oh, no pasa nada. Me llamo Nuria. Bienvenidos a mi casa”, respondió la joven
conejita. Los cuatro amigos se presentaron y le contaron su historia a Nuria.
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-”Le Dem no está lejos de aquí. Si queréis, puedo llevaros allí
sobre mi espalda”, sugirió Nuria. En el Equipo-M estaban
encantados con su ofrecimiento.
Los cuatro amigos hicieron su equipaje y se pusieron
en marcha. El sol brillaba y hacía un día espléndido.
-”Soy una corredora muy rápida, así que sería una buena idea
si ataseis vuestro equipaje para evitar perderlo por el camino”,
sugirió Nuria mientras le daba a Smarty Marty un cordel.
-”Medelina, quizás deberías usar tu gancho de sujeción adicional
para sujetar mejor tus procesadores de audio y así evitar
que se caigan de tus orejas”, sugirió el Profesor Opusonix,
pero Medelina no respondió. Estaba fascinada mirando el cielo.
-”¡Medelina!. Dijo más fuerte el Profesor, pero Medelina seguía
sin responder. -”¡Mirad! Unas luces parpadean en los
procesadores de Medelina”, indicó Smarty Marty.
-”¡Ah sí! Probablemente se le hayan acabado las baterías”
apuntó Lea Cochlea dándole un codazo a Medelina.
Ciertamente se habían agotado las baterías. Medelina las
cambió y puso el gancho de sujeción adicional para sujetar
mejor los procesadores a sus orejas.
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El Equipo-M trepó por la espalda
de Nuria y se agarraron a la piel.
-”Vámonos”, dijo Smarty Marty.
Y Nuria comenzó a moverse.
Después de una breve travesía,
los cuatro amigos pudieron observar
en la distancia aquel mágico lugar.
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La ciudad de Le Dem se alzaba en una colina
rodeada de altas montañas.
Las casas estaban construidas con ladrillo rojo,
protegidas por una muralla alrededor.
Le Dem era una ciudad moderna que atraía
a muchos científicos.
Nuria subió al Equipo-M hasta los muros de la ciudad.
-”Gracias por tu ayuda Nuria”, dijo Medelina agradecida
en nombre del Equipo-M, y se despidieron de la conejita.
-”De nada. Os deseo todo lo mejor”, respondió Nuria,
y comenzó su camino de regreso a casa.
Entonces, el Equipo-M entró en la ciudad.
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