Sanguinetti opina que uso de velo islámico choca con laicidad uruguaya

El expresidente Julio María Sanguinetti (1985-1990, 1995-2000) dijo a Efe que la "incipiente inmigración" de sirios plantea un potencial problema respecto al uso del velo de las niñas musulmanas en establecimientos educativos de Uruguay, cuya constitución fomenta la laicidad del Estado.

Sanguinetti matizó que "una cosa es la actitud íntima de pertenencia" que puede suponer el uso, por ejemplo, de una medalla religiosa, y otro es la utilización de un "símbolo ostensible" como puede ser el velo.

El pasado octubre, cinco familias, compuestas por un total de 42 personas, en su mayoría niños, víctimas de la guerra civil que sufre Siria desde 2011, llegaron a Uruguay por decisión del Gobierno del entonces presidente José Mujica, y está prevista la llegada de un segundo grupo de 72 personas para finales de este año.

Sanguinetti precisó que la inserción de los sirios, llegados a Uruguay gracias a una "actitud solidaria" del Gobierno, "no es sencilla" debido a la "distancia cultural muy fuerte" que existe.

En ese sentido, puso como ejemplo un caso divulgado en los últimos días por la prensa local sobre un padre que golpeó a su hija por un episodio menor, ya que "él en su casa era el rey".

"Habría que preguntarse si estos inmigrantes (sirios) son los que están preparados para integrarse a la sociedad uruguaya", expresó el expresidente uruguayo, ya que hay costumbres que "rechinan con los valores republicanos y laicos" del país suramericano.

Para Sanguinetti, un Estado laico debe "garantizar la libertad religiosa", además de asumir "una postura no contraria" a las distintas confesiones, sino más bien "una neutral", y puso como ejemplo la cercanía del concepto de laicidad uruguayo con el que sostiene Francia, país que prohíbe el uso del velo en edificios públicos.

El exmandatario explicó que la defensa de la laicidad en el país no es un asunto nuevo, ya que "hace más de cien años se quitaron los crucifijos de los hospitales públicos".

El presidente colorado José Batlle y Ordóñez impulsó en sus dos mandatos (1903-1907, 1911-1915) una serie de medidas para llegar a la secularización del Estado uruguayo, que terminaron con la separación definitiva entre Iglesia y Estado en una constitución aprobada en 1918.

"Todos los cultos religiosos son libres en el Uruguay. El Estado no sostiene religión alguna. (...) Declara, asimismo, exentos de toda clase de impuestos a los templos consagrados al culto de las diversas religiones", establece desde entonces la constitución uruguaya en uno de sus artículos.

Publicado el sábado 25 de julio del 2015 a las 10:50 hs

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