El Eterno Retorno Del Libertador - Frank David Bedoya Muñoz - Boyacá, 24 de Julio 2015 VK PB

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El eterno retorno del libertador Frank David Bedoya Muñoz Página 1 de 19 El eterno retorno del Libertador Texto completo de la conferencia de Frank David Bedoya Muñoz. Pronunciada el 24 de julio de 2015 en el Pantano de Vargas – Paipa, Boyacá. -Imagen: fotografía al Bolívar de Jessica Quiñones, propiedad de Amparo Moreno del Mesón de los Lanceros-

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Conferencia completa: El eterno retorno del Libertador.Autor: Frank David Bedoya Muñoz

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    El eterno retorno del Libertador

    Texto completo de la conferencia de Frank David Bedoya Muoz. Pronunciada el 24 de julio de 2015 en el

    Pantano de Vargas Paipa, Boyac.

    -Imagen: fotografa al Bolvar de Jessica Quiones, propiedad de Amparo Moreno del Mesn de los Lanceros-

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    Toda va, todo vuelve; eternamente rueda la rueda del ser. Todo muere, todo vuelve a florecer, eternamente corre el ao del ser.

    Todo se rompe, todo se recompone; eternamente se construye a s misma la casa del ser. Todo se despide, todo vuelve a saludarse; eternamente permanece fiel a s el anillo del ser.

    En cada instante comienza el ser; en torno a todo Aqu gira la esfera All. El centro est en todas partes. Curvo es el sendero de la eternidad.

    [] Ahora muero y desaparezco, diras, y dentro de un instante ser nada. Las

    almas son tan mortales como los cuerpos. Pero el nudo de las causas, en el cual yo estoy entrelazado, retorna, -l me crear de

    nuevo! Yo mismo formo parte de las causas de eterno retorno.

    Friedrich Nietzsche, As Habl Zaratustra. Cmo, oh Tiempo! respond no ha de desvanecerse el msero mortal que ha

    subido tan alto? He pasado a todos los hombres en fortuna, porque me he elevado sobre la cabeza de

    todos. Yo domino la tierra con mis plantas; llego al Eterno con mis manos; siento las

    prisiones infernales bullir bajo mis pasos; estoy mirando junto a m rutilantes astros, los soles infinitos; mido sin asombro el espacio que encierra la materia, y en tu rostro leo la Historia de lo pasado y los pensamientos del Destino.

    Simn Bolvar, Mi Delirio sobre el Chimborazo.

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    * * *

    Permtanme no decir solamente las verdades que gracias a un mtodo histrico, filosfico y pasional se pueden establecer sobre el Libertador Simn Bolvar, sino, antes, enunciar los caminos que me condujeron hacia dichas interpretaciones que quieren devenir veracidad. Al finalizar, creo poder estar en condiciones de insinuar por qu es posible el eterno retorno del Libertador. Pertenezco a una generacin que fue atemorizada y asesinada por la violencia causada por la exclusin social y por la espiral de asesinatos de la mafia en Medelln en tiempos de Pablo Escobar. El sistema nacional de educacin pblica en Colombia tambin se haba degradado en la mayor esterilidad posible y sus mtodos y formas fueron entregados a los negocios privados de editoriales donde pareciera que el ltimo objetivo era el de ensear. Los profesores, mal pagados y mal valorados en la sociedad, poco tenan que ofrecerle a una generacin que estaba dispersa entre ambiciones desmedidas y balaceras por doquier. Salimos de esas escuelas y de esos colegios en una orfandad de conocimientos. No es una exageracin decir que salamos de la educacin primaria y secundaria sin siquiera saber leer y escribir bien. Los que no fuimos asesinados en Medelln salimos a engrosar la filas de los desempleados. El nombre de la pelcula no pudo ser ms acertado: Rodrigo D no futuro. Los jvenes de la Medelln de la ltima dcada del siglo XX no tenamos futuro. Cmo conseguir dinero, cmo sobrevivir y cmo sostener una vida de algaraba y alcohol, esas eran las nicas cuestiones. Sin futuro, porque se nos haba arrebatado tambin el pasado, slo contbamos con un presente infernal. Medelln era la prueba contundente de una de las ms importantes tesis del historiador Eric Hobsbawm:

    La destruccin del pasado, o ms bien de los mecanismos sociales que vinculan la experiencia contempornea del individuo con la de generaciones anteriores, es uno de los fenmenos ms caractersticos y extraos de las postrimeras del siglo XX. En su mayor parte, los jvenes, hombres y mujeres, de este final de siglo crecen en una suerte de presente permanente sin relacin orgnica alguna con el pasado del tiempo en el que viven.

    En esta sociedad sin historia Simn Bolvar ya haba desaparecido, salvo para algunos honorables ancianos que, de manera anacrnica, sostenan unas sociedades bolivarianas con ms de un siglo de existencia y cuyo nmero de integrantes se estaba reduciendo aceleradamente por la muerte de sus asociados. Cabe anotar que un joven de esta poca nunca pasaba por all. Tambin apareci Bolvar en las montaas de Colombia, en una reivindicacin suya que hicieron las guerrillas; pero de ello hablar ms adelante. El punto es que para un joven de la ciudad de Medelln Bolvar no exista o era una imagen difusa de alguna estatua

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    por all o un dibujo olvidado en una vieja cartilla escolar. No es raro que esta generacin confundiera a Cristbal Colon con Simn Bolvar sin saber quin era ninguno de los dos. En mi caso, solo el azar de la existencia me condujo al encuentro decisivo con Simn Bolvar: tena 16 aos y era mensajero en una institucin educativa. Me corresponda hacer las diligencias de un cura rector y por curiosidad un da encontr en el estante de la biblioteca de su oficina un ejemplar de El general en su laberinto de Gabriel Garca Mrquez. Yo no saba quin era ese general, ni me imaginaba que esa hamaca y esas botas que ilustraban la portada del libro, smbolos de un hroe muerto, se convertiran en todo mi futuro. El arte literario llenara todas las carencias de mi precaria formacin. En varias ocasiones lo he expresado: con El general en su laberinto de Garca Mrquez yo volv a nacer. La tragedia de Bolvar est expresada all en un aforismo contundente de muy pocas palabras. Transcurran los ltimos das del Libertador:

    Era el fin. El general Simn Jos Antonio de la Santsima Trinidad Bolvar y Palacios se iba para siempre. Haba arrebatado al dominio espaol un imperio cinco veces ms vasto que las Europas, haba dirigido veinte aos de guerras para mantenerlo libre y unido, y lo haba gobernado con pulso firme hasta la semana anterior, pero a la hora de irse no se llevaba ni si quiera el consuelo de que se lo creyeran.

    Primera verdad sobre el Libertador. Su gesta heroica, su obra poltica, su proyecto continental, todo fue olvidado. Ya sea por la tergiversacin de sus contemporneos, ya sea por la ingratitud de las generaciones posteriores, ya sea por la dispersin de la sociedad del capital que elimin la historia como elemento constitutivo de las identidades individuales y nacionales; Bolvar desapareci para la mayora de los colombianos, salvo para una minora letrada con un poco de cultura que lo conoce o para otra minora poltica ms reducida an; para la inmensa mayora de los colombianos Bolvar no era nada o era una estatua en un parque que ya nadie determinaba.

    * * * Hemos llegado a un punto culminante donde al parecer se han agotado todas las fuentes, interpretaciones e ideas sobre la vida de Simn Bolvar. Existen inmensidad de biografas de Simn Bolvar, monografas y toda clase de libros, pero a la larga todos repiten lo mismo. Afortunadamente ya todo el archivo de los documentos pblicos y privados del libertador se encuentran organizados,

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    digitalizados y publicados en la pgina www.archivodellibertador.gob.ve, ya las fuentes documentales de Bolvar no son de uso exclusivo de una camarilla de eruditos, cualquier persona puede acceder a sus cartas completas en internet. Ya no es necesario como antes pagar una fortuna por las ediciones completas de sus obras. A dos investigadores les debemos esencialmente todo lo que sabemos de Simn Bolvar: el alemn Gerhard Masur y el ingls John Lynch. Obviamente le debemos mucho a los esfuerzos grandiosos de nombres que ya son familiares para los estudiosos de Bolvar: Gabriel Garca Mrquez, Indalecio Livano Aguirre, Vicente Lecuna, Per de Lacroix, Fernando Gonzlez, Mario Hernndez Snchez-Barba, Gilette Saurat, David Bushnel, Augusto Mijares. En realidad slo se cambian los enfoques, los matices, pero en general desde el Bolvar de Masur (1948) hasta el Bolvar de Lynch (2006) todos hacen un recuento de las mismas cuestiones que son tratadas ampliamente en estas dos obras cannicas. Incluso el escritor William Ospina en su bello texto En busca de Bolvar admite que sus fuentes fueron Masur y Lynch; William Ospina hace una nueva sntesis de la vida de Bolvar con la claridad y la belleza que lo caracteriza, aunque tampoco en l hayamos algo nuevo. Creo que la historiografa respecto de Bolvar est llegando a sus lmites. Esto no es bueno o malo, simplemente es as. En Venezuela en los ltimos aos ha cobrado inters una hiptesis que indica que Bolvar no muri slo de tristeza, traicin y enfermedad sino que fue asesinado. El gobierno de Chvez orden la exhumacin de los restos de Bolvar para hacer investigaciones ms profundas con las nuevas tecnologas disponibles y se elaboraron dos informes: 1) Informe sobre la Reconstruccin Facial 3D del Libertador Simn Bolvar; 2) Informe Preliminar sobre las Causas de la Muerte del Libertador Simn Bolvar. El del rostro no ha tenido una aceptacin total, sobre todo por parte de algunos artistas, y sobre la muerte, las conclusiones fueron las previsibles. Dice el informe en su conclusin que aunque no se puede excluir la tuberculosis como causa de muerte, parece ahora una causa menos probable que lo que se haba concluido previamente en los informes del examen post mrtem realizado en 1830. Sin embargo, si se asesin o no, el informe no agreg elementos. Hace pocos das, desafortunadamente, fue asesinado en la ciudad de Pampatar, Isla de Margarita, el historiador Jorge Mier Hoffman quien haba publicado el libro La carta que cambiar la historia. Cmo, Cundo, Quin lo mat, Dnde est Bolvar. Basado en cartas apcrifas. Con un estudio detallado de toda la obra escrita de Bolvar se puede demostrar fcilmente que no son verdaderas. As que tampoco

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    estos estudios, que parecen ms del mundo de la ficcin, muestran nada novedoso, sino unas ideas muy descabelladas. La hiptesis que plantea que Bolvar fue asesinando no se sostiene histricamente. Yo sigo insistiendo: simplemente Bolvar muri de tristeza, de una inmensa tristeza que acab con su ser despus de tantas traiciones. Existe adems una pelcula reciente: Libertador, estrenada en Venezuela en el ao 2014, una gran produccin de alta tecnologa y del arte cinematogrfico ms calificado, dirigida por Alberto Arvelo y protagonizada por dgar Ramrez, que tambin sugiere que Bolvar fue asesinado; pero como lo mencion, esta idea no se sostiene con argumento historiogrfico alguno. Qu queda pues por decir de Bolvar? Casi nada. Quiz el tema de si Bolvar tuvo hijos o no puede ser un tema novedoso, donde nada est comprobado. Fascina a muchos, por ejemplo, la idea de que Flora Tristn pudiera ser hija biolgica de Bolvar: el parecido en sus rostros en las pinturas de ambos es asombroso. Yo estara ms satisfecho si se adelantara una nueva investigacin para comprobar los planes de magnicidio que ejecut Santander contra Bolvar e incluso contra Sucre. Sin embargo, si no sabemos a estas alturas acerca de los autores intelectuales de la muerte de Gaitn, mucho menos de los planes criminales de Santander, quien se cuid bastante de no dejar evidencias. Debemos mucho al filsofo envigadeo Fernando Gonzlez Ochoa: sus retratos psicolgicos de las personalidades polticas de la poca de la independencia. Nadie como l ha retratado y puesto al descubierto las pasiones, las grandezas y las bajezas de ese perodo. La obra de Fernando Gonzlez an es poco conocida en Colombia, si se leyera en profundidad y seriedad al filsofo de Otraparte, Bolvar tendra un nuevo resurgimiento en Colombia. Las historias patrias tradicionales cumplieron su objetivo: enterraron la historia. Nunca hicieron que alguien se enamorara de la historia, todo lo contrario. Despus de haber ledo con mucha pasin El general en su laberinto, decid leerme cuanto libro encontr de Bolvar; afortunadamente la primera biografa que me lleg, regalo del biblioteclogo Emiro lvarez, fue la de Gerhard Masur, de ah en adelante decid hacerme historiador. Entr a estudiar historia en la Universidad Nacional, sede Medelln. Mi primer desconsuelo fue constatar que Bolvar ya no estaba en la academia: de seis semestres de Amrica Latina era excluida deliberadamente la poca de la independencia, con todo desparpajo: en el programa acadmico se pasaba de la

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    Colonia al siglo XIX, pero a partir de 1830, como si la poca de Bolvar ya no hiciera falta investigarse. Estaba decidido a graduarme con una tesis sobre Bolvar, mas asombrosamente, en la primera dcada del siglo XXI no haba quin dirigiera una tesis sobre l. Bolvar ya no estaba de moda entre los historiadores. Las tesis ms perseguidas eran las coloniales, no s por qu, a veces pienso que por ser tan godos en la academia actualmente. Yo, empecinado, segu escribiendo sobre Bolvar, pero solo, sin ninguna orientacin. Tuve la fortuna de que el prestigioso maestro Juan Guillermo Gmez Garca, especialista en el mundo de las ideas del siglo XIX y quien sin lugar a dudas s saba de la importancia de las ideas polticas de Bolvar, lleg a Medelln y accedi a calificar mi tesis. Ya haban pasado diez aos de mis lecturas apasionadas sobre Bolvar y, ahora, le entregu a l un mamotreto para graduarme con una serie de escritos que no eran ms que elogios, casi himnos, panfletos, nada nuevo, ni analtico, digno de una tesis original de un historiador. La pasin que me haba puesto en el camino de Bolvar ahora me daba una mala jugada pues haba escrito todo el tiempo como un mal evangelista y no como un hombre de ciencia. Haba cado en el mismo error de los miles de repetidores de libros que agrandaban la gigantesca cantidad de libros sobre Bolvar para no decir nada nuevo y redundar en los mismos datos hasta el cansancio. Todava recuerdo la noche en el barrio Carlos E. Restrepo cuando Juan Guillermo me dijo que con ese montn de papeles no me graduaba. Yo que haba denigrado, con justa razn porque la academia no le prestaba atencin a Bolvar; ahora frente a un estudioso verdadero, que por primera vez me lea, me enteraba yo de que no haba pasado de la pasin y del panfleto. Sal con una gran afliccin y estuve por muchos meses en un estado de crisis que no super hasta que un da, en la ms profunda soledad, ech al bote de basura todo lo que haba escrito sobre el Libertador. Mucho tiempo despus, con ms calma, record que en toda la historiografa bolivariana poca atencin se le haba prestado a las cartas que redact Bolvar en su exilio en Jamaica en 1815: como es bien sabido, siempre se exalta la llamada carta de Jamaica, pero no las dems, que tambin escribi en el exilio, una veintena de cartas que en su conjunto daban una mayor idea del mundo suramericano que all descubra y describa Bolvar, de unos sueos que se haran profticos. Tom las cartas y sorprendentemente en un fin de semana escrib mi tesis 1815: Bolvar le escribe a Suramrica1, trabajo que mi director de tesis valor aceptable para ingresar a los trabajos dignos de un historiador, no laureado pero s digno de la academia. Confieso esta ancdota para subrayar la dificultad que tenemos para escribir ideas originales sobre Bolvar, en este campo prevalece ms la repeticin que el ingenio. Quiz llegar un momento en que nuevas

    1 https://sites.google.com/site/bolivarynietzsche/home/1815-bolivar-le-escribe-a-suramerica

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    generaciones tendrn la ocasin de revisar todas las interpretaciones, y habr que comenzar todo de nuevo. Segunda verdad sobre el Libertador. Gracias a Daniel Florencio O'Leary y al historiador Vicente Lecuna, los documentos pblicos y privados del Libertador Simn Bolvar hoy en da se conservan y constituyen un patrimonio histrico y cultural de la humanidad. El gobierno bolivariano de Chvez dispuso todas las acciones necesarias para custodiar y modernizar este archivo para ponerlo al servicio de los pueblos. Ms all de las biografas de Gerhard Masur y de John Lynch sobre Bolvar, lo dems es una repeticin incesante con diversos matices. Sobre Bolvar se ha escrito tanto, se ha gastado tanto papel, se ha derramado tanta tinta y se han impreso tantas cosas, que parecemos perdernos en un ocano de letras para, al final, saber siempre las mismas cosas. Yo me atrevo a decir hoy que lo mejor que se ha escrito sobre Bolvar, con gran maestra artstica y con una pulcritud histrica asombrosa, es la novela El general en su Laberinto de Gabriel Garca Mrquez. Creo que es el Bolvar ms cercano y real que difcilmente podramos volver a tener. El alma de Bolvar se qued en esta novela.

    * * * Aprend que para ser un buen historiador habra que dejar por unos momentos los archivos, era necesario salir a recorrer los lugares, conocer los territorios de la historia que uno quiere contar. Estuve en Santa Marta, en Bogot, en Bucaramanga, slo me faltaba Boyac para completar el itinerario del Libertador. En el ao 2003, me sum al recorrido que hicieran ms de 600 personas de la gesta de la Campaa Admirable. El itinerario: Cartagena, Calamar, Tenerife, Mompox, Ocaa, Ccuta, San Cristbal, Mrida, Trujillo, Barinas, Acarigua, Barquisimeto, Valencia, Guacara, Maracay, La Victoria y finalmente Caracas. A pie, en bus, en chalupas por el ro Magdalena, con contratiempos, con emocin pudimos reconocer algunos de los tantos territorios que fueron escenario de la gesta de nuestra independencia. Adems de conocer de cerca la Revolucin Bolivariana, de la cual hablar ms adelante, descubr un hecho que me llam la atencin. Algunos sectores de la izquierda, que proclamaban a Bolvar como suyo, desconocan mucho de l. Todos enarbolaban las consignas: Bolvar somos todos o la espada de Bolvar por

    Amrica Latina, pero pocos saban en realidad sobre la vida y obra del Libertador.

    Me puse en cada pueblo, en cada plaza a reunir a un puado de gente para narrar la historia de Bolvar, lo confieso: pareca un evangelizador. Alguien que hablaba del Libertador como si fuera Jesucristo. Yo me haba propuesto, en todo momento de mi vida, ensear la vida y obra de Bolvar. Pero an no haba hecho un aporte

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    terico importante. En ese ocano de letras sobre Bolvar ni siquiera haba aportado una tonalidad ms. Por otro lado, despus de la hazaa del viaje por el ro Magdalena y el primer encuentro con Venezuela, al hacerme conocer un poco ms en Medelln como historiador bolivariano, fui contactado por guerrilleros de las FARC quienes en la ciudad me hicieron muy amablemente la invitacin de irme un tiempo con ellos a dar clases de Bolvar en el monte, invitacin que no dud en rechazar, primero por miedo, y segundo porque ya a esas alturas yo haba esclarecido en m, que hacer de Bolvar un asunto de clandestinidad no aportaba mucho. Aceptaron mi negativa, creo que me comprendieron, y nunca ms buscaron mis servicios como profesor bolivariano. Ms adelante tuve que manifestar en muchas ocasiones mi posicin con respecto a que la guerrilla colombiana hiciera una reivindicacin de Bolvar. Un bolivariano como yo, garcamarquiano, por decir algo, era para muchos inconcebible, muchas veces en los escenarios de la izquierda colombiana, siempre tena que explicar que amar a Bolvar no significaba ser necesariamente de la FARC. Nadie sabe qu consecuencias tendr para el futuro poltico en Colombia que la guerrilla quiera adoptar al Libertador. O si esto servir para realizar sus ideales. En el hecho de que hayan empuado las armas contra los propios conciudadanos ya estn pelados. Porque en eso consisti precisamente la grandeza de Bolvar: se rehus en todo momento a obligar por la fuerza a que la gente del pueblo tomara sus ideas. De otra parte, en el plano del conocimiento, que la guerrilla reivindique a Bolvar tampoco ha significado mayor conocimiento del pueblo de acerca de l, por lo menos no en las ciudades; habra que ver en el campo, eso no lo s. Supongo que los militantes juiciosos del movimiento bolivariano, estudiarn la vida y obra del Libertador en los mismos libros existentes para todo el mundo, si es verdad que se profundiza el estudio de Bolvar en las montaas y no slo se trata de una reivindicacin de consignas nada ms. Hasta el momento no lo sabemos. Creo que en este punto debo reiterar lo que ya he dicho en repetidas ocasiones, valga aclararlo una vez ms: mi postura frente a las FARC es la misma que tiene Fidel Castro en las ideas que present en su libro La Paz en Colombia; suscribo y afirmo cada una de sus palabras:

    Yo discrepaba con el jefe de las FARC por el ritmo que asignaba al proceso revolucionario de Colombia, su idea de guerra excesivamente prolongada. Su concepcin de crear primero un ejrcito de ms de 30 000 hombres, desde mi punto de vista, no era correcta ni financiable para el propsito de derrotar a las fuerzas adversarias de tierra en una guerra irregular. [] Es conocida mi

    oposicin a cargar con los prisioneros de guerra, a aplicar polticas que los humillen o someterlos a las dursimas condiciones de la selva. De ese modo nunca rendiran las armas, aunque el combate estuviera perdido. Tampoco estaba de acuerdo con la captura y retencin de civiles ajenos a la guerra. Debo aadir que

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    los prisioneros y rehenes les restan capacidad de maniobra a los combatientes. Admiro, sin embargo, la firmeza revolucionaria que mostr Marulanda y su disposicin a luchar hasta la ltima gota de sangre. La idea de rendirse nunca pas por la mente de ninguno de los que desarrollamos la lucha guerrillera en nuestra patria. Por eso declar en una Reflexin que jams un luchador verdaderamente revolucionario deba deponer las armas. As pensaba hace ms de 55 aos. As pienso hoy.

    Despus de citar a Fidel siempre agrego lo siguiente: si yo hubiese elegido las armas, hace rato que estuviera en la selva con un estandarte de Bolvar y un fusil, pero no. Yo eleg los libros, con el estandarte de Bolvar pero en congresos de historia, en auditorios dando conferencias, en aulas de clases, en la soledad de la escritura, caminando por las calles de la patria bolivariana admirando a Hugo Chvez, con una libreta tomando notas, escribiendo un diario y anhelando o ser escritor o un poltico hecho en las tribunas de los pueblos, con la nica arma que s manejar: la palabra. Hasta ah el tema bolivariano de las FARC. Aun as, despus de tantas correras, faltaba mi aporte terico para ensanchar las interpretaciones de la vida y obra de Simn Bolvar. Despus de tantas aventuras, era justo y necesario escribir mi aporte terico, como expres anteriormente, mi tesis de grado no era suficiente. Algunos artculos fueron decisivos para superarme, me propuse argumentar La autenticidad y el valor de Mi delirio sobre el Chimborazo2, cre la Escuela Zaratustra3 durante cuatro aos, donde enseamos a un pblico ms amplio las vidas y obras de Simn Bolvar y Friedrich Nietzsche. Mi primer aporte original, pequea interpretacin, un matiz ms en el ocano de la produccin terica sobre Simn Bolvar fue mi artculo Simn Bolvar: Antelacin del superhombre de Nietzsche4. Hoy quiero recordar algunas ideas esenciales de este texto: En El Anticristo Nietzsche plante la siguiente cuestin: Qu tipo de hombre se debe criar, se debe querer, como tipo ms valioso, ms digno de vivir, ms seguro

    2 http://gotasdetinta.org/1/historia_frank.html 3 http://www.otraparte.org/actividades/literatura/zaratustra-2007.html 4 https://sites.google.com/site/simonbolivarsuperhombre/home/1-simon-bolivar-antelacion-del-superhombre-de-nietzsche

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    de futuro. Ese tipo ms valioso ha existido ya con bastante frecuencia: pero como caso afortunado, como excepcin, nunca como algo querido voluntariamente, y luego agreg: Se da, en los ms diversos lugares de la tierra y brotando de las ms diversas culturas, un logro continuo de casos singulares y con los cuales un tipo superior hace de hecho la presentacin de s mismo: algo que en relacin con la humanidad en su conjunto es una especie de superhombre. Tales casos afortunados de gran logro han sido posibles siempre y sern acaso posibles siempre. E incluso generaciones, estirpes, pueblos enteros pueden representar en determinadas circunstancias tal golpe de suerte. Ese tipo ms valioso, ese tipo

    superior, ese superhombre ese golpe de suerte, ya lo tuvimos una vez en

    Suramrica, ese hombre fue el Libertador Simn Bolvar. Simn Bolvar libr victoriosamente una guerra larga y compleja. Despus de su ser guerrero se convirti en un fundador de naciones, luego sus pensamientos polticos, sus propuestas constitucionales fueron tergiversadas, desatendidas. Hombres ambiciosos y egostas lo traicionaron, Bolvar tuvo el poder para imponer sus ideas, pero prefiri la soledad, y muri como un Libertador. Quien estudie con juicio la historia comprender cmo el hombre con mayor poder en Suramrica, por su coherencia libertaria, emprendi el camino hacia la soledad. Nietzsche ensea el superhombre en su magistral obra As habl Zaratustra. A continuacin algunas ideas esenciales que explican al superhombre, por favor lanse pensando en el hombre Simn Bolvar: Yo os enseo el superhombre. El hombre es algo que debe ser superado. Qu habis hecho para superarlo? [] El superhombre es el sentido de la tierra. [] Yo amo a quien es de espritu libre y de

    corazn libre: su cabeza no es as ms que las entraas de su corazn, pero su corazn lo empuja al ocaso. [] Un nuevo comienzo, un juego, una rueda que se mueve por s misma, un primer movimiento, un santo decir s. [] Sea vuestro

    amor a la vida amor a vuestra esperanza ms alta: y sea vuestra esperanza ms alta el pensamiento ms alto de la vida! [] El hombre es algo que debe ser superado. [] Creadores fueron quienes crearon los pueblos y suspendieron encima de ellos

    una fe y un amor: as sirvieron a la vida. [] El querer hace libres: sta es la

    verdadera doctrina acerca de la voluntad y la libertad. [] El espritu libre, el enemigo de las cadenas. [] Amo la libertad, y el aire sobre la tierra fresca;

    prefiero dormir sobre pieles de buey que sobre sus dignidades y respetabilidades. Las palabras anteriores se aplican exactamente a la vida y obra de Simn Bolvar, compreselas con las siguientes del Libertador:

    Yo despreci los grados y distinciones. Aspiraba a un destino ms honroso: derramar mi sangre por la Libertad de mi patria. La intencin de mi vida ha sido una: la formacin de la Repblica libre, e independiente de Colombia entre dos pueblos hermanos. Lo he alcanzado: Viva el Dios de Colombia!!! [] Libertador

    o muerto es mi divisa antigua. Libertador es ms que todo; y, por lo mismo, yo no

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    me degradar hasta un trono. [] Mi mayor flaqueza es mi amor a la libertad; este amor me arrastra a olvidar hasta la gloria misma. Quiero pasar por todo, prefiero sucumbir en mis esperanzas a pasar por tirano, y aun aparecer sospechoso. Mi impetuosa pasin, mi aspiracin mayor es la de llevar el nombre de amante de la libertad. [] Habis presenciado mis esfuerzos para plantar la

    libertad donde reinaba antes la tirana. He trabajado con desinters, abandonando mi fortuna y aun mi tranquilidad. Me separ del mando cuando me persuad que desconfibais de mi desprendimiento. Mis enemigos abusaron de vuestra credulidad y hollaron lo que me es ms sagrado, mi reputacin y mi amor a la libertad. He sido vctima de mis perseguidores, que me han conducido a las puertas del sepulcro.

    Todo el devenir de la vida de Simn Bolvar fue una superacin. La brega constante por hacerse un hombre libre y por crear nuevos hombres libres. Uno de los legados ms mal interpretados de la obra de Nietzsche es su idea del superhombre. En ningn momento se refera a una especie de Superman, como vulgarmente se ha interpretado. El superhombre de Nietzsche se aleja profundamente de cualquier idea de fuerza bruta o de superpoderes. El superhombre es otra cosa muy distinta al hombre ambicioso de la vulgaridad moderna. El superhombre es una meta, el hombre que se supera a s mismo, el hombre creador, el hombre sin Dios, que tiene que convertirse en un Dios mismo, dueo de su voluntad y artfice de su destino. Repitamos: antes de que Nietzsche hablara de un superhombre, en Suramrica ya exista uno. En As habl Zaratustra, Nietzsche da una explicacin esencial sobre qu es y qu no un aristcrata: un alma noble. Nietzsche est hablando de una nueva nobleza. En primer lugar, aclara que esta nobleza no se puede comprar, no es una oligarqua burguesa del mundo moderno: En verdad, no una nobleza que vosotros pudierais

    comprar como la compran los tenderos, y con oro de tenderos: pues poco valor tiene todo lo que tiene un precio. En segundo lugar, advierte que tampoco es un nobleza hereditaria, pues no importa el lugar de origen, sino hacia dnde se va, cmo se supera el hombre a s mismo: Constituya de ahora en adelante vuestro

    honor no el lugar de dnde vens, sino el lugar adonde vais! Vuestra voluntad y vuestro pie, que quieren ir ms all de vosotros mismos, - eso constituya vuestro nuevo honor! Y en tercer lugar, no una nobleza que se consiga por estar al lado de

    los privilegiados, por servirles a los poderosos. En verdad, no el que hayis servido a un prncipe - qu importan ya los prncipes! En fin, no se trata de privilegios heredados, se trata de una elevacin, de una superacin humana. Un aristcrata, en tanto que crea valores. Una aristocracia del saber, del arte, de anticipacin al futuro. !No hacia atrs debe dirigir la mirada vuestra nobleza, sino hacia adelante! En definitiva, un aristcrata, que no es un monarca que vive de

    privilegios heredados sin hacer ningn esfuerzo, ni un burgus moderno egosta y ambicioso. No se puede confundir este concepto de aristocracia con las modernas

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    oligarquas burguesas. Se trata de una cuestin de altura, de arte, de conocimiento. Se trata de una elevacin humana. Para Nietzsche el aristcrata es aquel que debe permanecer dueo de sus cuatro virtudes: el valor, la lucidez, la simpata y la soledad. Tercera verdad sobre el Libertador. Simn Bolvar fue el primer aristcrata de Suramrica. Simn Bolvar tuvo el valor de renunciar a sus privilegios de clase para convertirse en un guerrero sin precedentes en la historia de nuestras tierras: tuvo el valor de convertirse en un fundador de naciones. Tuvo la lucidez para discernir la realidad que quera transformar, lase su Manifiesto de Cartagena y su Carta de Jamaica. Tuvo la lucidez para proponer nuevos valores, lase su Discurso de Angostura y su discurso y proyecto de Constitucin para Bolivia. Tuvo la lucidez para descifrar el ocaso de un viejo mundo y el nacimiento de uno nuevo, lase su vasta correspondencia. Tuvo la simpata en vida, y an despus de muerto, para convencer a varias generaciones de que la grandeza y la libertad en Suramrica han sido posibles y que pueden volver a hacerlo. Simn Bolvar estaba solo en un continente. El estudio de su heroica y trgica vida as lo demuestra. Como dijo Nietzsche: Un amigo nato, jurado y celoso de la soledad, de su propia soledad, la ms honda, la ms de media noche, la ms de medio da: - esa especie de hombre fue el Libertador Simn Bolvar!

    * * *

    En una maana de febrero de 2012, sbitamente decid salir de Medelln e irme por segunda vez y definitivamente para Venezuela. Haca mucho tiempo vena contemplando esa idea, pero no me decida. Ese da fue distinto, antes de salir a dar mis clases de historia en el Pequeo Teatro le anunci aquella intencin a mi madre. Ella en ese instante no me crey; era lgico, ni yo en ese momento acababa de crermelo; pero una fuerza interior se estaba apoderando de m, la decisin ya estaba tomada. Sal en mi bicicleta, mientras pedaleaba pensaba y pensaba sin encontrar un rumbo seguro. Despus, al medioda, sostuve una conversacin con Rodrigo Saldarriaga, actor y dirigente poltico de la izquierda antioquea recientemente fallecido, le plante mi intencin, mi tensin, mi inconformidad con mi existencia actual en Medelln y mis anhelos de participar en la Revolucin Bolivariana de Venezuela; l, maestro de aventuras y artfice de proezas heroicas y revolucionarias, aristcrata y afirmador de la vida, me ayud a acabar de convencerme, me ofreci

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    todo su respaldo. La sonrisa lcida y la mirada profunda de Rodrigo Saldarriaga me acabaron de convencer. Di mi clase, y volv a casa de mi madre en mi bicicleta. Todava est en mi me memoria, con la ms increble nitidez, aquella tarde soleada en que iba yo por las calles de El Poblado hacia el sur del Valle de Aburr, pedaleando y pensando cmo carajos me iba a ir para Venezuela sin un slo peso en el bolsillo. De repente se fue esclareciendo en mi mente una cuestin que estaba ntimamente ligada a mi desazn por el contexto poltico de mi pas y en una rpida y magnfica intuicin resolv que iba a escribir una conferencia, la cual presentara en el Pequeo Teatro cobrando la entrada por ella, con el dinero que recaudara realizara mi viaje. Par por un momento mi bicicleta, hice una pausa en el camino para regocijarme por mi plan, era quijotesco, pero tena un plan. Mi conferencia Por qu en Colombia nunca quisieron a Bolvar?5 la present el 12 de marzo de 2012 en el Pequeo Teatro de Medelln, tal cual como la so. Fue un evento magnfico, asistieron mis seres ms queridos y muchos amigos pagaron con una increble solidaridad aquella boleta, recog un buen dinero, recib otras colaboraciones considerables de mis amigos y con estos recursos trac el camino. Esta conferencia tom un valor enorme en mi vida, dado que se convirti en mi mejor carta de presentacin en Venezuela; haba logrado escribir algo muy bueno sobre Bolvar, adems la puse en consideracin de un pblico muy exigente. Qu iba a decirles un historiador colombiano a los venezolanos, que tan buenos acadmicos tienen all. La conferencia se convirti en mi mayor soporte para sustentar esta aventura. Cada vez que la present signific un rotundo triunfo. Ya en Venezuela, en el comandante Hugo Chvez descubr un autntico hijo de Bolvar. Lo bolivariano en Chvez no slo fue un sentimiento genuino y admirable, sino que esta caracterstica de su personalidad debe ser motivo de mayores estudios y de investigaciones posteriores. Por qu en Colombia nunca quisieron a Bolvar? fue una conferencia presentada con gran xito en siete ocasiones en Caracas, una vez en Maracaibo y finalmente en el Estado Gurico. De ella slo mencionar una breve sntesis que hice del ltimo laberinto de Bolvar: En 1824 ha quedado libertada toda la Amrica. No han pasado dos aos y Santander quiere someter a Pez, Pez no se deja y amenaza con separar a Venezuela de Colombia, Bolvar no sabe qu hacer, si le sigue el juego a Santander pierde a Venezuela, si interviene a favor de Pez logra sostener unido a Venezuela pero se enoja Santander. Bolvar opta por lo ltimo y ratifica a Pez como jefe 5 https://sites.google.com/site/bolivarynietzsche/home/-por-que-en-colombia-nunca-quisieron-a-bolivar

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    superior de Venezuela. El congreso que debera celebrase en 1831 se adelanta y se realiza la convencin de Ocaa, all se enfrentan los santanderistas con los bolivaristas, Bolvar no sabe cul de las dos facciones es peor, ya no tiene esperanzas. De la convencin no sale nada y le toca asumir el mando entre las ms agitadas revueltas, esta nueva posicin lo enferma ms. El 25 de septiembre de 1828 en Bogot intentan asesinar a Bolvar. Manuelita lo salva, la libertadora del Libertador. Pero Bolvar ya est muerto en vida. Los culpables son fusilados, menos uno, Santander, a quien se le comprob su culpabilidad pero a Bolvar le sugieren que a este se le d el indulto y slo lo mandan al exilio. Entre tanto Per se rebela y se apodera de Guayaquil. Bolvar corre al Ecuador, con la ayuda de Sucre controlan al Per. A finales de 1829 Bolvar regresa a Bogot, le llegan las cartas de sus amigos sugirindole que se haga coronar, Bolvar desaprueba categricamente tales ideas. En Antioquia el valeroso Jos Mara Crdova, creyendo las estupideces de que Bolvar se iba a coronar, se levanta en armas con 300 hombres en contra del Libertador, despus del combate un irlands del ejrcito patriota asesina al bravo len. Otra muerte innecesaria y absurda. Unos quieren que sea rey, otros le atribuyen que l quiere ser rey. Todo era un caos, una locura, Bolvar no aguanta ms. El 20 de enero de 1830 presenta su renuncia a la presidencia ante el Congreso. Es hora de partir, en la ms profunda desilusin Bolvar se va pero no sabe para dnde. Qu ironas, ahora que tan slo es un ciudadano pide permiso al Congreso para irse para Venezuela y se lo niegan! El 8 de mayo sale de Bogot hacia su destino final. Como no tiene dinero con que irse deja a Manuela en la fra Bogot rodeada de canallas y sale para la costa, a ver cmo consigue recursos para salir del pas. Otra irona, el creador de Colombia se acuerda de que no tiene pasaporte para salir del pas. Mientras que Bolvar hace su ltimo viaje se entera de que su discpulo y amado Sucre es asesinado el 4 de junio en Barruecos, un guerrero noble cuya nica ambicin era irse a descansar con su esposa e hija, asesinado nicamente por querer y serle fiel a Bolvar. Se acaba la poca de los hroes y comienza la de los asesinos. Bolvar ya slo espera la muerte en una finca prestada, sin nada, todo lo que haba hecho y a la hora de irse no se llevaba ni siquiera el consuelo de que se lo creyeran. Cuando Bolvar sali por ltima vez de Bogot, nos relata Lynch: La turba sali a las calles para celebrar la partida de Bolvar quemando retratos suyos y gritando a favor de Santander.

    Toda esta historia es tambin edpica. Bolvar es el padre, al que se adora y se venera, pero tambin el que se teme y se odia, al que tambin se quiere matar y santificar. Cmo purgar la culpa de todos sus asesinos? Colgando miles de cuadros con sus imgenes y erigiendo miles de estatuas, no? La historia de los pueblos creados por Simn Bolvar muestra que stos no siguieron su enseanza, no siguieron el rumbo que les traz su padre. Cuarta verdad sobre el Libertador.

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    Gilette Saurat, en un breve prrafo, relata lo ocurrido despus de la muerte de Bolvar: Con la muerte de Bolvar acab el tiempo de los hroes, y comenz el tiempo de los asesinos. Santander regres del destierro para presidir al fin solo los destinos de una repblica que repudiara hasta el nombre de Colombia para tomar el de Nueva Granada. Jos Hilario Lpez se instalar, tambin, con la frente en alto en el solio del primer magistrado del pas, y lo mismo Jos Mara Obando. Desde entonces la vida poltica tendr el semblante de esos hombres, estrechez, demagogia, crueldad. Bajo etiquetas diferentes, sus herederos ocuparn por turnos el proscenio. Se darn golpes de pecho en nombre de la patria de ellos sta no recibir grandeza alguna y del pueblo que slo conocer la ignorancia, la miseria y la servidumbre. As se preparar el soporte de una estirpe de tiranos que abandonarn el continente a la explotacin econmica del extranjero.

    * * *

    Mato a Bolvar o digo que retorna eternamente? Hace pocos meses, ya de regreso en Colombia, escrib un pequeo artculo que conmocion a algunos de mis lectores. Estaba matando a Bolvar, despus de tanto tiempo y tanto amor. He aqu lo que dije: Tard veinte aos para comprender la tremenda disyuntiva de Bolvar. Despus de librar victoriosamente una guerra con el imperio espaol, en una proeza que tan solo se puede equiparar con las gestas de Alejandro, Julio Cesar y Napolen, Bolvar encontr que despus de haber expulsado al ltimo espaol ahora su lucha era con los colombianos, sus propios compatriotas, estos que se encargaron muy pronto de acabar su obra con perfidias, traiciones y egosmos. Como Bolvar se rehus a declararle una nueva guerra a sus propios paisanos, muri en la ms profunda tristeza y soledad. Ya mucho antes Bolvar haba afirmado que no es justo destruir los hombres que no quieren ser libres. Una

    cosa era luchar contra el opresor, otra muy distinta era obligar al propio vecino que no quera la libertad; esto ltimo era, segn l, una perversin en cualquier revolucin. Qu hacer con los propios compatriotas que no slo se niegan a la revolucin sino que ellos mismos encarnan con ahnco los valores reaccionarios de los imperios exteriores? Qu hacer con los hombres y con las mujeres en Colombia que son portavoces y defensores de los valores ms reaccionarios, egostas, capitalistas, en

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    algunos casos hasta fascistas, todos reivindicadores de las ms rancias oligarquas hoy expresadas en el santismo-uribismo? Los fusilamos? No se puede. Los transformamos? Creo que no se puede tampoco. Entonces? Realizar el ideal bolivariano de libertad y unidad es una quimera en las actuales condiciones: una cosa es luchar con un enemigo externo, otra muy distinta con el enemigo interno. Uno no puede matar a sus hermanos porque piensan distinto. Por ello el ideal bolivariano no se puede alcanzar de ninguna manera de forma armada, esto es un absurdo, una contradiccin. Ah que el vecino se volvi

    paramilitar y mafioso y adems est dispuesto a derramar la sangre de sus hermanos!? Eso ya es otro asunto, lo de ellos es asesinar, no pensar ni hacer una revolucin. He ah nuestra tragedia, cmo no matarnos entre nosotros?, pero adems, cmo no dejarnos matar? Tampoco es dable hacer del pensamiento de Bolvar un evangelio. Pretender que un joven del siglo XXI lea las miles de cartas de Bolvar, sus innumerables biografas, para que luego obtenga una conciencia revolucionaria, es un idealismo de profesor de secundaria enredado y de poltico delirante que ya raya con el absurdo. Creo que el problema en general de la izquierda, es creer que su dogma debe llegar a las ovejas descarriadas del rebao. Nadie cambia por

    consejos o por ilustracin. Si no se transforman las estructuras cristianas y capitalistas, poco podemos esperar que surjan revolucionarios; lo inevitable es que los godos se multiplicarn y los Francisco de Paula Santander, los Laureano Gmez y los lvaro Uribe Vlez se prolongarn hasta el infinito. Como no se puede declarar la guerra a los godos de la propia patria ms bien vale hacer ya el duelo por la muerte de Bolvar. Bolvar ha muerto. Se muri y con l se fueron las esperanzas de una sociedad distinta. Est bien muerto. Idealizarlo no ayuda en nada: los idealismos nos estn alejando de la vida real, vida que est bien complicada y enmaraada en nuestro pas. Bolvar ha muerto. Ahora nos toca a nosotros sin l. Tard veinte aos en comprenderlo. Un camino tan largo para descubrir que Bolvar estaba muerto? Hoy vengo a decir, ac en el Pantano de Vargas, territorio emblemtico de la gesta bolivariana, que s, que Bolvar ha muerto. Tan muerto est su cuerpo como su alma hace ya casi doscientos aos. Pero ha sido un fantasma, un culto, una ideologa, un poema, una estatua, una novela, una pelcula, ha sido literatura y cancin. Puede ser todo esto y nada a la vez.

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    Ahora, pienso que no debe quedar camino para la desilusin. No es posible pedirle a Bolvar todas las respuestas a los interrogantes que vinieron despus de l. Ya lo he dicho: hacer de Bolvar una religin, ya sea para una nueva fe o para el resentimiento, no tiene sentido. Afortunadamente, tanto para el caso de Colombia como para el caso de Venezuela, ya la ideas de Bolvar no estn raptadas por las oligarquas de los siglos XIX y XX que hicieron un uso de ellas para toda suerte de oficialismos, oligarquas que construyeron un Bolvar reaccionario y til para todo tipo de discursos patrioteros y que durante mucho tiempo escondieron y tergiversaron el legado revolucionario que l forj. Quinta verdad sobre el Libertador. Es casi ya un consenso admitido que los conceptos propios que heredamos de Bolvar son los siguientes: 1. Unidad e integracin latinoamericana y caribea. 2. Independencia y soberana poltica absoluta. 3. Lucha contra cualquier forma de imperialismo. 4. Oposicin frontal al modelo liberal burgus de occidente. Mientras que el nudo de las causas en las cuales est entrelazado Bolvar siga irresuelto, este mismo nudo har que l retorne de nuevo.

    * * * Un da Bolvar fue mi ilusin, la entrada a un mundo nuevo. Despus lo quise encontrar en la academia y no lo encontr. Quise ensearlo y creo que no lo logr, tal como lo esperaba Lo hice escritura y las consecuencias no se volvieron colectividad. Lo quise encontrar en algunos proyectos polticos posteriores a su memoria y los hallazgos no fueron muy halagadores: burocracia, en un lado, y violencia entre hermanos, en este lado, que no se ha acabado.

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    Advert que lo haba convertido en evangelio, y me asust y lo mat. Ms bien mat al evangelizador. Pero, pensndolo mejor y hoy que escribo una vez ms en la conmemoracin de su nacimiento, creo que en m, Simn Bolvar retorn. Y seguramente en muchos otros, Bolvar, siempre retornar. Porque, despus de tanto tiempo, aun cuando admitimos que est bien muerto y que no queremos volverlo un santo, incluso con todo esto, hoy podemos estar seguros de que, de una u otra manera, siempre se dar en estas tierras un eterno retorno del Libertador.

    Muchas gracias.

    Frank David Bedoya Muoz Pantano de Vargas, Boyac, 24 de julio de 2015