EL EXTRAÑO REGRESO DE PABLO
Click here to load reader
-
Upload
luz-martinez -
Category
Documents
-
view
219 -
download
3
description
Transcript of EL EXTRAÑO REGRESO DE PABLO
Todos los pobres de Medellín qui-
sieron ser como él, aplaudieron sus dis-
cursos, vindicaron sus fugas, asistieron
a las fiestas populares que organizaba,
trabajaron en sus fincas y sus empre-
sas fachada; algunos lo conocieron y
hasta le estrecharon la mano; otros, lle-
gada la hora, lo escondieron en sus
casas. La mayoría asistió a su entierro
como se acude al sepelio de un santo,
un mártir, una leyenda.
Era Pablo Escobar Gaviria, el nar-
cotraficante más famoso de cuantos
hayan existido y quien ahora resucita en
la televisión latinoamericana, luego de
años de ser un referente popular como
la Virgen de Chiquinquirá, el Divino
Niño, la Virgen de Guadalupe, el Che
Guevara o Evita Perón. De hecho, en su
terrible discurso, él mezclaba la teatra-
lidad populista de colectividades polí-
ticas como el peronismo argentino, el
gaitanismo y anapismo colombianos y
muchos otros experimentos de la mis-
ma laya, que estuvieron en el poder,
cayeron luego y permanecieron incólu-
mes en el inconsciente colectivo.
Galán de barriada o cantante de ran-
cheras y tangos apaches, latin lover, sica-
rio, guerrillero, millonario, Robin Hood
tercermundista, ángel caído y al servi-
cio del infierno, Escobar cuenta hoy con
una secreta logia de admiradores que,
más allá de profundizar en su prontua-
rio sangriento, encuentra en él una suer-
te de benefactor y paladín. Se sabe que
la sustancia mítica de un personaje apa-
rece con toda su fuerza arrolladora en
el instante de su muerte, y este es el caso
de este bandido de talla universal.
¿Cómo bucear en la historia de un
personaje con semejantes característi-
cas sin correr un enorme riesgo?
Pues bien, sorteando los escollos y
como dos equilibristas que atraviesan la
cuerda floja, dos creadores colombianos
se le han medido a esta difícil empresa.
Y por ahora, por lo menos en lo refe-
rente al rating, están alzándose con una
gran victoria. La noche del estreno de
la serie Escobar, el patrón del mal fue his-
tórica, pues se alzó como la producción
más vista en su primer capítulo en todos
los años de la televisión colombiana,
superando incluso a los más cruciales
episodios de Yo soy Betty, la fea.
El recuerdo de las víctimasJuana Uribe y Camilo Cano son dos
creadores con una larga trayectoria y una
credibilidad labrada merced de largos
años de trabajo. Ella es vicepresidenta del
Canal Caracol y una productora de gran
sensibilidad y agudeza, que aporta a la
‘caja de las ilusiones’ nuevos puntos de
vista, enfoques inesperados y formas
narrativas originales. Él, por su parte, es
un periodista ligado al tradicional perió-
dico El Espectador de Bogotá, con más
48
El extraño regreso de
Por Iván Beltrán Castillo y Luz Martínez (Especial para Mundo Diners)
Televisión
Se estrenó en Colombia la superproducción tele-visiva Escobar, el patrón del mal que recrea la vidade Pablo Escobar, el narcotraficante más violentoy famoso de cuantos han existido. Para los latino-americanos es como regresar a los convulsos añosochenta, pródigos en sangre, corrupción y cocaí-na. La serie fue estrenada en el Ecuador y otrospaíses del mundo. El jefe del cartel de Medellíncabalga de nuevo.
Una serie controvertida
Pablo
de cien años de ininterrumpida labor, y
uno de los medios de comunicación más
éticos y escrupulosos que han existido.
Ambos tienen en común una cosa:
fueron víctimas de Pablo Escobar y sin-
tieron en carne propia su quehacer cri-
minal.
Juana Uribe es sobrina política de
Luis Carlos Galán, el inmolado líder
del Nuevo Liberalismo, y quien fuera
uno de los acérrimos enemigos de
Pablo Escobar, quien le mandó liqui-
dar en 1989. Además, su madre, Maru-
ja Pachón de Galán, fue secuestrada
por el mismo mafioso y permaneció en
su poder durante varios meses ingra-
tos, como se recrea magistralmente en
el libro de Gabriel García Márquez,
Noticias de un secuestro.
Camilo Cano es hijo de Guillermo
Cano, quien fuera, siendo el director de
El Espectador, el periodista encargado
de desenmascarar la oculta tramoya
delictiva de Pablo Escobar, en medio de
un país que por entonces había acep-
tado su juego, luego de la instauración
de un régimen del silencio, basado en
la corrupción, la compra de políticos,
funcionarios y autoridades y, claro
está, de un insensato baño de sangre.
• La serie es una versión libre del
libro La parábola de Pablo, de Alon-
so Salazar, un periodista y escritor
colombiano que fue alcalde en
Medellín durante 2008-2011.
• Los libretos son de Juan Camilo
Ferrand, coautor en la serie El car-
tel de los sapos.
• La idea de recrear la vida de Pablo
Escobar para la televisión nació en
2009 y desde el inicio se enfatizó en
tres de sus grandes víctimas: Gui-
llermo Cano, el exministro de justi-
cia Rodrigo Lara y Luis Carlos
Galán.
• El actor que interpreta a Pablo Esco-
bar es Andrés Parra, quien recopiló
toda la información que encontró del
jefe del cartel de Medellín en un cua-
derno que él llama ‘mi diario’, con
recortes y datos del capo. Se compe-
netró tanto con este personaje que
cuenta que soñó durante un mes
seguido con el verdadero Pablo
Escobar, dialogando cada noche.
• Las grabaciones en Miami atrajeron
tanto la atención de un grupo de
policías norteamericanos, que le
pidieron al actor Andrés Parra que,
por favor, se dejara tomar una foto
con él, esposándolo, pues durante
años soñaron con capturar al capo,
y que al menos en la ficción querían
lograrlo.
• La peluca que usa el actor para dar
vida a la melena ondulada de Esco-
bar fue un encargo especial, que
fabricaron artesanos en Estados
Unidos y que costó 1 500 dólares.
La barba que va a usar en el final
de sus días tuvo un costo de 800
dólares.
• La serie fue un éxito rotundo en
Internet. La página oficial
www.PabloEscobarInedito.com tuvo
más de 150 mil visitas durante la
noche del lanzamiento.
• En Twitter la cuenta oficial @Esco-
barElPatron creció en 35% duran-
te el primer capítulo y se acercó a
los 17 mil seguidores en solo una
noche. Facebook recogió 9 000
seguidores en la primera semana de
estreno.
• El actor Germán Quintero personi-
fica al director de El Espectador Gui-
llermo Cano, asesinado el 17 de
diciembre de 1986. En la serie el
actor usa la misma máquina de
escribir del fallecido periodista y, en
general, toda la ambientación de su
oficina es real.
• La actriz Angie Cepeda interpreta a
Virginia Vallejo, una destacada
periodista de los años ochenta,
autora del libro Amando a Pablo,
odiando a Escobar. En la serie se lla-
ma Regina Parejo.
• El actor Nicolás Montero le da vida
al líder Luis Carlos Galán, fundador
del Nuevo Liberalismo en Colom-
bia y quien fue asesinado el 18 agos-
to de 1989.
Datosy curiosidades
Andrés Parra como Pablo Escobaren El patrón del mal.
Los editoriales y la obstinación con
que Guillermo Cano vulneró la relati-
va tranquilidad del negocio de las dro-
gas terminaron por costarle la vida. Fue
acribillado en las mismísimas puertas
de su medio de comunicación.
Entonces, estos dos profesionales
de la información vinieron a encon-
trarse tiempo después de pasado aquel
período aciago, y se dieron cuenta de
que las heridas que deja una tempora-
da en el infierno no se cierran tan fácil-
mente. Quedan traumas, oscuridades
letales, sentimientos confusos y en el
aire reina la necesidad de reconstruir
las piezas del laborioso averno vivido
para trascender el dolor.
Un póquer con dos carasEstas dos víctimas trabajaron
durante mucho tiempo en la recons-
trucción de cada uno de los pasos de
Pablo Escobar, desenterrando frag-
mentos escondidos de su existencia
como, por ejemplo, su génesis violen-
ta en la Medellín de los años sesenta,
donde fuera contrabandista de cigarri-
llos, jalador de autos, asaltante de ban-
cos y contrabandista de electrodomés-
ticos.
Ambos insisten en que esta serie,
aunque ciertamente devela la crueldad
homicida del capo, es mucho más que
una simple retaliación o ajuste de cuen-
tas con quien tanto daño le hizo a Colom-
bia. Se trata de una tentativa por enten-
der los mecanismos secretos, los proce-
sos sociales y políticos, y las muchas
injusticias sociales que terminaron por
engendrar un monstruo tan feroz.
El resultado de esta paciente labor
y meticulosa autopsia a un período de
la historia latinoamericana es esta
serie en la que participan 1 300 acto-
res, grabada en 450 locaciones, toda
una producción 100% en exteriores de
Bogotá, los Llanos Orientales, Medellín,
la costa atlántica y Miami. Con una
inversión de casi 200 mil dólares por
capítulo, pocas veces vista en produc-
ciones de América Latina.
De todas maneras, una vez estre-
nada la serie, no han faltado los pole-
mistas, los detractores y los críticos
mordaces que piensan que esta es una
serie más de narcotráfico y no un retra-
to histórico.
Tampoco han faltado los admira-
dores sempiternos del ‘padrino’ más
famoso del mundo, esos que llegan a
los sitios de grabación con una cáma-
ra, únicamente porque saben que,
gracias a la magia del arte, ahora les
será posible tomarse su soñada foto con
Pablo.
51
• Christian Tappan personifica al
primo hermano de Pablo Escobar,
que en la vida real se llamaba Gus-
tavo Gaviria y que fue el gran con-
sejero del capo, dado de baja por el
bloque de búsqueda en 1990. En la
serie es Gonzalo Gaviria.
• El actor Ernesto Benjumea es el
exministro de justicia Rodrigo Lara
Bonilla, el primero en señalar a
Escobar públicamente de narcotra-
ficante. Murió asesinado por sica-
rios del capo en 1984.
• El lugarteniente más leal a Escobar,
John Jairo Vásquez Velásquez, alias
‘Popeye’, lo interpreta el actor Car-
los Mariño, que en la serie se lla-
ma ‘El marino’. En la actualidad,
Popeye está recluido en uno de los
patios de la cárcel de Cómbita, en
Boyacá.
• Juancho Arango personifica al capo
Gonzalo Rodríguez Gacha. En la
serie se llama Gustavo Ramírez,
alias ‘El Mariachi’.
• Otro capo que sale en la serie es
Carlos Lehder, interpretado por el
actor Alejandro Martínez, quien lle-
va el nombre de Marcos Herber.
• Nadie sabe a ciencia cierta hasta
cuándo durarán los efluvios de la
leyenda de Pablo Escobar. En
Colombia parece ser inagotable.
Luego de la serie aquí recreada, han
aparecido dos documentales: Las
víctimas de Pablo Escobar, del canal
capital de Bogotá, bajo la dirección
del periodista Hollman Morris, y
Los tiempos de Pablo Escobar, una
recreación producida por Gonzalo
Córdoba. Además, en cuestión de
semanas Germán Castro Caicedo,
emblemático periodista colombia-
no, publicará un libro, Operación
Escobar, con los pormenores de la
persecución y muerte del bando-
lero mitológico.
Escenas de El patrón del mal.