El fantasma de la ópera · del cuerpo de baile, de sus madres, de las acomodadoras, de los...

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Gastón Leroux El fantasma de la ópera

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GastónLeroux

Elfantasmadelaópera

AndresIZS
Máquina de escribir
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PREFACIO

DondeelautordeestaobrasingularcuentaallectorcómosevioobligadoaadquirirlacertidumbredequeelfantasmadelaÓperaexistiórealmente.

El fantasmade la ópera existió.No fue, como se creyó durantemucho tiempo, una inspiración deartistas,unasupersticiónde,directores,lagrotescacreacióndeloscerebrosexcitadosdeesasdamiselasdel cuerpo de baile, de sus madres, de las acomodadoras, de los encargados del vestuario y de laportería.

Sí,existió,encarneyhueso,apesardequetomaratodalaaparienciadeunverdaderofantasma,esdecirdeunasombra.

DesdeelmomentoenquecomencéacompulsarlosarchivosdelaAcademiaNacionaldeMúsica,mesorprendiólaasombrosacoincidenciadelosfenómenosatribuidosalfantasma,ydelmásmisterioso,elmásfantásticodelosdramas;ynotardémuchoenpensarquequizásepodríaexplicarracionalmenteaéstemediante aquéllos. Los acontecimientos tan sólo distan unos treinta años, y no sería nada difícilencontraraúnhoy,enelfoyer[1]ancianosmuyrespetables,cuyapalabranopodríamosponerenduda,querecuerdan,comosilacosahubierasidoayer,lascondicionesmisteriosasytrágicasqueacompañaronelraptodeChristineDaaé, ladesaparicióndelvizcondedeChagnyy lamuertedesuhermanomayor,elcondePhilippe,cuyocuerpofuehalladoaorillasdellagoqueseextiendebajolaópera,delladodelacalleScribe.Peroningunodeestostestigoscreíahastaahoraoportunomezclarenestahorribleaventuraalpersonajemásbienlegendariodelfantasmadelaópera.

Laverdadtardóenpenetrarmicabeza,alteradaporunainvestigaciónqueacadamomentotropezabaconacontecimientosque,aprimeravista,podíanserjuzgadosdeextraterrestres,ymásdeunavezestuvea punto de abandonar una labor en la que me extenuaba persiguiendo, sin alcanzar jamás, una vanaimagen.Porfintuvelapruebadequemispresentimientosnomehabíanengañado,yfuirecompensadodetodosmisesfuerzoseldíaenqueadquirílacertidumbredequeelfantasmadelaóperahabíasidoalgomásqueunasombra.

Ese día, había pasado largas horas leyendo las Memorias de un director, obra ligera delexcesivamente escépticoMoncharmin, que no comprendió nada, durante su paso por la ópera, de laconductatenebrosadelfantasma,yqueseburlódeéltodoloquepudo,en'elprecisomomentoenqueeralaprimeravíctimadelacuriosaoperaciónfinancieraqueacontecíaenelinteriordel«sobremágico».

Desesperado, acababa de abandonar la biblioteca cuando encontré al amable administrador denuestra Academia Nacional que charlaba en un rellano con un viejecillo vivo y pulcro, a quien mepresentóalegremente.Elseñoradministradorestabaalcorrientedemisinvestigacionesysabíaconquéimpaciencia había intentadodescubrir el paradero del juez de instruccióndel famoso casoChagny, elseñorFaure.Se ignorabaquéhabía sidodeél,vivoomuerto.Yheaquíque,a suvueltadelCanadá,dondehabíapasadoquinceaños,suprimerasalidaenParíshabíasidoparasolicitarunpasedefavoralasecretaríadelaÓpera.EseviejecilloeraelseñorFaureenpersona.

PasamosjuntosbuenapartedelatardeymecontótodoelcasoChagnytalcomolohabíaentendidoélanteriormente. Se había visto obligado a llegar a la conclusión, falto de pruebas, por la locura delvizcondeylamuerteaccidentaldelhermanomayor,peroseguíaconvencidodequeundramaterriblese

habíaproducidoacausadeChristineDaaéentrelosdoshermanos.NosupodecirmequéhabíasidodeChristine ni del vizconde. Por descontado, cuando le hablé del fantasma, se limitó a reír. También élhabíaestadoalcorrientedelascuriosasmanifestacionesqueparecíanentoncesatestiguarlaexistenciadeunserexcepcionalquehubieraelegidopordomiciliounodelosrinconesmásmisteriososdelaópera,yhabíaconocidolahistoriadel«sobre»,peronohabíavistoentodoestonadaquemerecieralaatencióndeunmagistradoencargadodeinstruirelcasoChagny,yapenasescuchóunosinstantesladeclaracióndeuntestigo,quesehabíapresentadoespontáneamenteparaafirmarqueenunaocasiónseencontróconelfantasma.Esepersonaje—eltestigo—noeraotroqueaquelalquetodoParísllamaba«elPersa»,yqueerabienconocidoportodoslosabonadosalaOpera.Eljuezlohabíatomadoporuniluminado.

Podéis imaginaros hasta qué punto me interesó historia del Persa. Quise encontrar, si aún habíatiempo, a este precioso y original testigo. Llevado por mi buena fortuna, conseguí descubrirlo en supequeñopisode lacalledeRivoli,alquenohabíaabandonadodesdeaquellaépocaydondemoriríacincomesesdespuésdemivisita.

Alprincipiodesconfié;perocuandoelPersamehubocontado,consucandordeniño, todoloquesabíapersonalmentedelfantasma,yexplicadocontodapropiedadlaspruebasdesuexistencia,ysobretodolaextrañacorrespondenciadeChristineDaaé,correspondenciaqueaclarabaconluzdeslumbrantesuespantosodestino,yanomefueposibledudar.¡No,no!Elfantasmanoeraunmito.

Sémuy bien que seme replicó que toda esta correspondencia podía no ser auténtica, y quemuyposiblemente podía haber sido fabricada por un hombre cuya imaginación se había alimentadociertamentede los cuentosmás seductores.Pero, por fortuna,me fueposible encontrarmuestrasde laletra de Christine fuera del famoso paquete de cartas y, como consecuencia, desarrollar un estudiocomparativoqueesfumótodasmisdudas.

MedocumentéigualmenteacercadelPersayhepodidoapreciarqueesunhombrehonrado,incapazdeinventarunamaquinaciónquehubierapodidoconfundiralajusticia.

TaleslaopinióndelasmásgrandespersonalidadesqueestuvieronmezcladasdecercaodelejosenelcasoChagny,quefueronamigosdelafamilia,yalascualesexpusetodosmisdocumentosydesarrollémisdeducciones.Recibídeelloslosmásnoblesalientos,yalrespectomepermitiréreproduciralgunaslíneasquemefuerondirigidasporelgeneralD…

Señor:Nopuedosinoincitarloapublicarlosresultadosdesuinvestigación.Meacuerdoperfectamente

dequealgunassemanasantesdeladesaparicióndelagrancantanteChristineDaaé,ydeldramaqueenlutóatodoelbarriodeSaint-Germain,sehablabamucho,enelfoyerdeladanza,delfantasma;ycreofirmementequenosedejódehablardeélhastadespuésdecerraresecasoqueocupótodoslosespíritus.Perosiesposible,comopiensodespuésdehaberleoídoausted,explicareldramamedianteel fantasma, le ruego, señor, que volvamos a hablar del fantasma. Por misterioso que éste puedaparecer al principio, siempre será más explicable que esa historia oscura con la que gentes malintencionadas quisieron ver destrozarse hasta la muerte a dos hermanos que se adoraron toda lavida…

Conmismayoresrespetos,etcétera.

Porúltimo,conmidossierenmano,volvía recorrerelvastodominiodel fantasma,el formidablemonumentodelquehabíahechosuimperio,ytodoloquemisojoshabíanvisto,todoloquemiespírituhabía descubierto, corroboraba admirablemente los documentos del Persa, cuando un hallazgomaravillosovinoacoronardeformadefinitivamistrabajos.

Comoserecordará,últimamente,excavandoenelsubsuelodelaOperaparaenterrarallílasvocesfonografiadas de los artistas, el pico de los obreros puso al desnudo un cadáver. Pues bien, ¡pudedemostrarqueeraelcadáverdelFantasmadelaÓpera!Hicetocarconlamanoestapruebaalmismoadministrador,yahorameesindiferentequelosperiódicoscuentenquesehaencontradoallíunadelasvíctimasdelaComuna[2].

Losdesventurados,que fueronaniquiladosdurante laComunaen los sótanosde laópera,noestánenterradosporese lado;yodirédóndepuedenencontrarsesusesqueletos,nomuy lejosde la inmensacriptaenlaquehabíanacumulado,duranteelasedio,todotipodeprovisiones.Mepusesobreesterastroprecisamentebuscandolosrestosdelfantasmadelaópera,alquehubieraencontradodenoserpor lainauditacasualidaddelenterramientodelasvocesvivas.

Perovolveremosahablardeestecadáverydeloqueconvienevienehacerconél;ahorameinteresaterminaresteprólogo,muynecesario,agradeciendolascomparsasexcesivamentemodestasque,comoelcomisariodepolicíaMifroid(enotro tiempo llamadopara lasprimeras investigacionesdespuésde ladesaparicióndeChristineDaaé,comotambiénelantiguosecretarioseñorRémy,elantiguoadministradorseñorMercier,elantiguoprofesordecantoseñorGabriely,másespecialmente, laseñorabaronesadeCastelot-Barbezac,que fueenotro tiempo«lapequeñaMeg»(de loquenoseavergüenza), laestrellamásencantadoradenuestroadmirablecuerpodeballet, lahijamayorde lahonorable señoraGiry—antiguaacomodadora,yafallecida,delpalcodelfantasma—,mefuerondegranutilidad,ygraciasaloscualesvoyapoderrevivir,juntoconellector,hastaensusmínimosdetalles,estashorasdepuroamorydeespanto[3].

CAPÍTULOI

¿ESELFANTASMA?

AquellanocheenlaquelosseñoresDebienneyPoligny,directoresdimisionariosdelaópera,dabansuúltimasesióndegalaconocasióndesumarcha,elcamerinodelaSorelli,unadelasprimerasfigurasdeladanza,seviosúbitamenteinvadidopormediadocenadedamiselasdelcuerpodebailequesubíandeescenadespuésdehaber«danzado»elPoliuto.Seprecipitaronalcamerinocongranconfusión, lasunashaciendooírrisasexcesivasypoconaturales,ylasotrasgritosdeterror.

LaSorelli,quedeseabaestarsolauninstanteparaeldiscursoquedebíapronunciardespués,enelfoyer,antelosseñoresDebienneyPoligny,habíavistoconmalhumorlanzarsetrasellaatodoestegrupoalocado.Sevolvióhaciasuscompañerasyseinquietóalcomprobarunaemocióntantumultuosa.FuelapequeñaJammes—lanarizpreferidadeGrévin,consusojosdenomeolvides,susmejillasderosa,sucuellodelirio—quienexplicóentrespalabras,conunavoztemblorosaquelaangustiaahogaba:

—¡Eselfantasma!Y cerró la puerta con llave. El camerino de la Sorelli era de una elegancia oficial y banal. Una

psique[4],undiván,untocadoryunosarmariosformabanelnecesariomobiliario.Algunosgrabadosenlasparedes,recuerdosdelamadre,quehabíaconocidolosbellosdíasdelaantiguaóperadelacalleLePeletier. Retratos de Vestris, Gardel, Dupont, Bigottini. Aquel camerino parecía un palacio a laschiquillas del cuerpo de baile, que ocupaban las habitaciones comunes donde pasaban el tiempocantando, peleándose, pegando a los peluqueros y a las vestidoras, y bebiendo vasitos de casis ó decerveza,óinclusoderon,hastaeltoquedecampanadelavisador.

LaSorellieramuysupersticiosa.Aloírhablardelfantasmaa lapequeñaJammes,seestremecióydijo:

—¡Quétontaeres!Comoeralaprimeraencreerenlosfantasmasengeneralyeneldelaóperaenparticular,quisoser

informadainmediatamente.—¿Lohasvisto?—preguntó.—Comolaveoausted—replicógimiendolapequeñaJammes,quien,sinpoderaguantarsesobresus

piernas,sedejócaerenunasilla.De inmediato, la pequeña Giry ojos de ciruela, cabellos de tinta, tez color bistre, su pobre piel

recubriendoapenassushuesecitos,añadió:—Sí,esél,yesmuyfeo.—¡Oh,sí!—exclamóelcorodebailarinas.Ysepusieronahablartodasalavez.Elfantasmaseleshabíaaparecidobajóelaspectodeunseñor

defracnegroquesehabíaalzadoderepenteanteellas,enelpasillo,sinquepudierasabersededóndevenía.Suapariciónhabíasidotansúbitaquepodíacreersequesalíadelmuro.

—¡Bah!—dijo una de ellas que más ó menos había conservado la sangre fría—, vosotras veisfantasmasportodaspartes.

Laverdadesque,desdehacíaalgunosmeses,nohabíaotrotemaenlaóperaqueeldelfantasmade

fracnegroquesepaseabacomounasombradearribaaabajodeledificio,quenodirigíalapalabraanadie, a quien nadie osaba hablar y que, además, se desvanecía nadamás ser visto, sin que pudierasabersepordóndenicómo.Nohacíaruidoalandar,comocorrespondeaunverdaderofantasma.Habíancomenzado por reírse y burlarse de aquel aparecido vestido como un hombre de mundo o como unenterrador,perolaleyendadelfantasmaenseguidahabíatomadoproporcionescolosalesenelcuerpodebaile. Todas pretendían haber tropezado más ó menos veces con este ser sobrenatural y haber sidovíctima de sus maleficios. Y las que reían más fuerte no eran ni mucho menos las que estaban mástranquilas. Cuando no se dejaba ver, señalaba su presencia ó su pasó acontecimientos chistosos ófunestosdelosquelasupersticióncasigenerallehacíaresponsable.¿Habíaquelamentarunaccidente?¿Una compañera había gastado una broma a una de las señoritas del cuerpo de baile? ¿Una cajita depolvosfacialessehabíaperdido?¡Todoeraculpadelfantasma,delfantasmadelaópera!

Enrealidad,¿quién lohabíavisto?Laóperaestá llenade fracsnegrosquenosonde fantasmas…Peroésteteníaunaparticularidadquenotodoslosfracstienen.Vestíaaunesqueleto.

Almenos,asílodecíanaquellasseñoritas.Y,naturalmente,teníaunacalavera.¿Eraseriótodoaquello?Lociertoesquelaimagendelesqueletohabíanacidodeladescripciónque

habíahechodelfantasmaJosephBuquet,jefedelostramoyistas,quedecíahaberlovisto.Habíachocado,no podemos decir que «había dado de narices», ya que el fantasma no las tenía, con el misteriosopersonajeen laescalerillaque,cercade larampa, llevabadirectamentea los«sótanos».Había tenidotiempodecontemplarlosólounsegundo,yaqueelfantasmahabíahuido,peroconservabaunrecuerdoimborrabledeesavisión.

YheaquíloqueJosephBuquetdijodelfantasmaaquienquisooírle:«Esdeunadelgadezextremaysusvestidurasnegrasflotansobreunaarmazónesquelética.Susojos

sontanprofundosquenosedistinguenbienlaspupilas inmóviles.Enresumen,nosevenmásquedosgrandeshuecosnegroscomoenloscráneosdelosmuertos.Supiel,queestátensasobreloshuesoscomounapieldetambor,noesblancasinodesagradablementeamarilla.Tienetanpocanarizqueesinvisibledeperfil,ylaausenciadenarizesalgoterribledever.Tresócuatrolargasmechasoscuraslecaensobrelafrenteque,pordetrásdelasorejas,hacendecabellera».

EnvanoJosephBuquethabíaperseguidoaestaaparición.Seesfumócomoporartedemagiayélnopudoencontrarsurastro.

Eljefedelostramoyistaseraunhombreserió,ordenado,deimaginaciónlenta,yenaquelmomentose encontraba sobrio. Sus palabras fueron escuchadas con estupor e interés, y en seguida hubo genteexplicandoquetambiénellossehabíanencontradoaunfracconunacalavera.

Las personas sensatas que no hicieron caso de esta historia afirmaron, al principio, que JosephBuquethabíasidovíctimadelabromadealgunodesussubordinados.Perodespués,seprodujeron,unodetrás de otro, incidentes tan extraños y tan inexplicables que hasta losmás incrédulos comenzaron apreocuparse.

Sabidoesqueun tenientedebomberoses,desde luego,valiente.No temeanada,ymenosaúnalfuego.

Puesbien,eltenientedebomberosencuestión[5],quehabíaidoadarunavueltadevigilanciaporlossótanos y se había aventurado, parece ser, un pocomás lejos que de costumbre, había aparecido de

repenteenelescenario,pálido,asustado,tembloroso,conlosojosfueradelasórbitas,ycasisehabíadesvanecido en losbrazosde la noblemadrede la pequeña Jammes. ¿Yporqué?Porquehabíavistoavanzarhaciaél,¡alaalturadesumirada,perosincuerpo,aunacabezadefuego!Ylorepito,untenientedebomberosnotemealfuego.

EltenientedebomberossellamabaPapin.Losmiembrosdelcuerpodebailequedaronconsternados.Primero,esacabezadefuegonorespondía

enlomásmínimoaladescripcióndelfantasmaquehabíadadoJosephBuquet.Seinterrogóaconcienciaalbomberoseinterrogódenuevoal jefedelostramoyistas,despuésdelocual lasseñoritasquedaronpersuadidasdequeelfantasmateníavariascabezasquecambiabasegúnleconvenía.Naturalmente,enseguida imaginaron que corrían el mayor de los peligros. Desde el momento en que un teniente debomberos no vacilaba en desmayarse, corifeos y «ratas»[6] podían invocar infinidad de excusas paradisimularelterrorleshaciahuiratodavelocidadconsuspatitasalpasarantealgúnagujerooscurodeuncorredormaliluminado.

Hasta el extremo de que, para proteger en lamedida de lo posible almonumento entregado a tanhorribles maleficios, la Sorelli misma, rodeada de todas las bailarinas y seguida incluso por lachiquilleríadelasclasesinferioresenmaillot,habíacolocado,aldíasiguientedelahistoriadeltenientede bomberos, sobre la mesa que se encuentra en el vestíbulo del portero, del lado del patio de laadministración,unaherraduradecaballoquecualquieraqueentraraenlaOpera,siemprequenofueraatítulo de espectador, debía tocar antes de poner el pie en el primer peldaño de la escalera. Y debíahacerlobajopenadeconvertirseenpresadelpoderocultoquesehabíaadueñadodeledificio,desdelossótanoshastaeldesván.

Laherraduradecaballo,comotodaestahistoriaporlodemás,nolaheinventadoyo,yhoyendíapuedeverseaúnsobrelamesadelvestíbulo,alladodelaportería,alentrarenlaOperaporelpatiodelaadministración.

Todoestonosdaconsuficienterapidezunavisióndelestadodeánimodetalesseñoritas,latardeenlaqueentramosconellasenelcamerinodelaSorelli.

—¡Eselfantasma!—habíagritadopueslapequeñaJammes.Lainquietuddelasbailarinasnohizomásqueaumentar.Ahoraunsilencioangustiosoreinabaenel

camerino.No seoíamásqueel ruidode las respiraciones jadeantes.Por fin, Jammes, arrojándose alrincónmásapartadodelapared,conlossíntomasdeunverdaderotemor,musitóestasolapalabra.

—¡Escuchad!Atodaslespareció,enefecto,oírunrocedetrásdelapuerta.Ningúnruidodepasos.Eracomosiuna

sedaligerasedeslizaraporelpanel.Después,nada.LaSorelliintentómostrarsemenospusilánimequesuscompañeras.Seacercóalapuertaypreguntóconvoztenue:

—¿Quiénestáahí?Peronadielerespondió.Entonces,sintiendofijosenellatodoslosojos,queespiabanhastasusmásmínimosgestos,seobligó

aparecervalienteydijoconvozmuyfuerte:—¿Hayalguiendetrásdelapuerta?—¡Oh,sí!¡Claroquesí!—repitióesapequeñaciruelasecadeMegGiry,queretuvoheroicamentea

laSorelliporsufaldadegasa—.¡Sobretodo,noabra!¡PorDios,noabra!

PerolaSorelli,armadaconunestiletequenodejabajamás,seatrevióagirarlallaveenlacerradurayabrirlapuerta,entantolasbailarinasretrocedíanhastaeltocadoryMegGirysuspiraba:

—¡Mamá,mamá!Valientemente,laSorellimirabaenelcorredor.Estabadesierto;unamariposadefuego,ensucárcel

decristal,arrojabaunresplandorrojoyturbioentrelastinieblas,sinllegaradisiparlas.Ylabailarinavolvióacerrarconrapidezlapuerta,lanzandounprofundosuspiro.

—¡No,nohaynadie!—dijo.—Sinembargo,¡nosotraslohemosvisto!—afirmódenuevoJammesvolviendoaocuparconpasitos

asustadizos su sitio al, lado de la Sorelli—.Debe estar por algún lado, por ahí,merodeando.Yo novuelvo a vestirme. Deberíamos bajar todas juntas al foyer, en seguida, para el «saludo», y así,volveríamosasubirjuntas.

Enestepunto,laniñasetocópiadosamenteeldeditodecoralqueestabadestinadoaconjurarlamalasuerte.YlaSorellidibujó,furtivamente,conlarosadapuntadelauñadesupulgarderecho,unacruzdeSanAndréssobreelanillodemaderaquellevabaenanulardesumanoizquierda.

«LaSorelli—escribióuncélebrecronista—esunabailarinaalta,derostroserioyvoluptuoso,decinturatanflexiblecomounaramadesauce.Sedicedeellaquees“unahermosacriatura”.Suscabellosrubiosypuroscomoelorocoronanunafrentematebajolacualseengastanunosojosdeesmeralda.Sucabezasebalanceablandamentecomouna joyaenuncuello largo,eleganteyorgulloso.Cuandobailatieneun indescriptiblemovimientodecaderasquedaa todosucuerpounestremecimientode inefablelanguidez.Cuandolevantalosbrazosparainiciarunapirueta,marcandoasítodoeldibujodelvestido,lainclinación,delcuerpohaceresaltarlacaderadeestadeliciosamujer,quepareceuncuadrocomoparasaltarselatapadelossesos».

Hablandodecerebro,parececomprobadoquelaSorellinolotuvo.Nadieseloreprochaba.Dijoentoncesalaspequeñasbailarinas:—Hijasmías, tenéis que reponeros…¿El fantasma? ¡Lomás probable es que nadie lo haya visto

nunca!—¡Sí, sí! Nosotras lo hemos visto… Lo hemos visto antes—volvieron a decir las chiquillas—.

Llevabaunacalaveraeibavestidodefrac,igualquelatardeenqueseaparecióaJosephBuquet.—¡YGabrieltambiénlovio!—continuóJammes—,ayermismo.Ayerporlatarde…enplenodía…—¿Gabriel,elmaestrodecanto?—Claroquesí.¿Nolosabíausted?—¿Eibavestidodefracenplenodía?—¿Quién?¿Gabriel?—No,mujer.Elfantasma.—Claroqueibavestidodefrac—afirmóJammes—.ElmismoGabrielmelodijo…Precisamente

poresoloreconoció.Ocurrióasí:Gabrielestabaeneldespachodeladministrador.Derepenteseabriólapuerta.EraelPersa.YasabéishastaquépuntoelPersaes«gafe».

—¡Desde luego!—respondieron a coro las pequeñas bailarinas que, tan pronto como evocaron laimagendelPersa,hicieronloscuernosalDestinoconel índiceyauricularextendidos,mientrasqueelmedioyelanularpermanecíanplegadossobrelapalmayretenidosporelpulgar.

¡Y también sabéis que Gabriel es supersticioso!—continuó Jammes—. Sin embargo, es siempre

educadoy,cuandovealPersa,secontentaconmetertranquilamentelamanoenelbolsilloytocarselasllaves…Puesbien,enelmomentoenquelapuertaseabrióanteelPersa,Gabrieldiounsaltodesdeelsillóndondeseencontrabahastalacerraduradelarmario,paratocarhierro.Alhacerestemovimiento,sedesgarró con un clavo todo un faldón de su abrigo.Al apresurarse para salir, fue a dar con la frentecontraunaperchaysehizounchichónenorme;luego,retrocediendobruscamente,sedespellejóelbrazocontraelbiombo,alladodelpiano;quisoapoyarseenelpiano,perocontanmalasuertequelatapacayósobresusmanosyleaplastólosdedos;saliócomounlocodeldespachoy,finalmente,calculótanmalalbajarlaescalera,quesecayóycayorodandotodoslospeldañosdelprimerpiso.Precisamenteenaquelmomentopasabayoporallíconmamá.Nosprecipitamosalevantarlo:estabacompletamentemagulladoyteníatantasangreenlacaraquenosasustamos.Peroenseguidanossonrióyexclamó:«¡Gracias,Diosmío,porhabermelibradodeéstaportanpoco!».EntonceslepreguntamosquéleocurríaynosexplicóqueelmotivodesutemorerahabervistoalfantasmaaespaldasdelPersa.¡Elfantasmaconlacalavera!,segúnlodescribióJosephBuquet.

Un murmullo apagado saludó el final de la historia, que Jammes contó muy sofocada por laprecipitacióndedecirladeuntirón,tanaprisacomosilahubieraperseguidoelfantasma.DespuéshubootrosilencioqueinterrumpióamediavozlapequeñaGiry,mientrasque,profundamenteemocionada,laSorelliselimabalasuñas.

—JosephBuquetharíamejorcallándose—afirmólaciruela.—¿Porquétienequecallarse?—lepreguntaron.—Esloqueopinamamá—replicóMegenvozmuybajaymirandoasualrededorcomosituviera

miedodeserescuchadaporotrosoídosquelosquesehallabanallípresentes.—¿Yporquédiceesotumadre?—¡Chis!¡Mamádicequealfantasmanolegustaqueselemoleste!—¿Yporquédiceestotumadre?—Porque…porque…pornada.Esta voluntaria reticencia tuvo la virtud de exasperar la curiosidad de aquellas señoritas, que se

apretujaronalrededordelapequeñaGiryylesuplicaronqueseexplicase.Seencontrabanallí,codoconcodo,inclinadasenunmismomovimientodesúplicaytemor.

Secomunicabanelmiedo,sintiendoconellounplaceragudoquelashelaba.—¡Hejuradonodecirnada!—dijodenuevoMeg,enunsuspiro.Pero las otras la apremiaron insistentemente y tanto prometieron guardar el secreto queMeg, que

ardíaendeseosdecontarloquesabía,comenzó,conlosojosfijosenlapuerta.—Bueno…esporlodelpalco.—¿Quépalco?—¡Elpalcodelfantasma!—¿Elfantasmatieneunpalco?Ante la idea de que el fantasma tuviera un palco, las bailarinas no pudieron contener la alegría

funestadesuasombro.Lanzaronpequeñossuspirosydijeron:—¡Oh,Diosmío!Cuenta,cuenta.—¡Másbajo!—ordenóMeg—.Eselpalcodelprimerpiso,elnúmero5,yaloconocéis,elprimero

alladodelprosceniodelaizquierda.

—¡Noesposible!—Talcomolodigo.Mamáeslaacomodadora…¿Peromejuráisdeverdadquenocontaréisnada?—Sí,claro…—Pues bien, se trata del palco del fantasma Nadie ha entrado en él desde hace más de unmes,

exceptoelfantasma,claroestá.Ysehaordenadoalaadministraciónquenoloalquilenuncaanadie…—¿Esciertoquevaelfantasma?—Puesclaro…—¡Entonces,alguienvaaestepalco!—No…Elfantasmavayallínohaynadie.Laspequeñasbailarinassemiraron.Sielfantasmaibaalpalco,debíavérsele,porquellevabaunfrac

negroyunacalavera.EsloquelehicieroncomprenderaMeg,peroéstalesreplicó:—Precisamente. ¡No se ve al fantasma! Y no tiene ni frac negro ni cabeza… Todo lo que se ha

contadoacercadesucalaveraydesucabezadefuegonosonmásquetonterías…Nohaynadaqueseacierto…Sóloseleoyecuandoestáenelpalco.Mamánolohavistonunca,perolohaoído.¡Mamálosabemuybien,yaqueesellaquienledaelprograma!

LaSorellicreyósudeberintervenir:—PequeñaGiry,teburlasdenosotras.EntonceslapequeñaGiryseechóallorar.—Habría hechomejor callándome… ¡Simamá se entera!… Puedo aseguraros que JosephBuquet

hacemalenmeterseenasuntosquenoleincumben…esoleacarrearáalgunadesgracia…mamálodecíaprecisamenteayerporlatarde.

Enesemomentoseoyeronpasosfuertesyapresuradosenelcorredoryunavozsofocadaquegritaba:—¡Cécile,Cécile!¿Estásahí?—Eslavozdemamá—dijoJammes—.¿Quépasa?Yabriólapuerta.Unahonorabledama,vestidacomoungranaderodelaPomerania[7],seprecipitóen

el camerino y, gimiendo, se dejó caer en un sillón. Sus ojos giraban, enloquecidos, iluminandolúgubrementesurostrodeladrillococido.

—¡Quédesgracia!—exclamó—.¡Quédesgracia!—¿Qué?¿Quéocurre?—JosephBuquet…—¿QuépasaconJosephBuquet?—¡JosephBuquethamuerto!El camerino se llenóde exclamaciones, depalabras de extrañeza, de confusas preguntas llenas de

miedo…—Sí…, acaban de encontrarlo ahorcado en el tercer sótano… ¡Pero lo más terrible—continuó,

jadeando, la pobreyhonorabledama—, lomás terrible esque los tramoyistasquehan encontrado sucuerpo,pretendenqueseescuchabaalrededordelcadáverunaespeciederuidoquerecordabaaldeuncantofúnebre!

—¡Esel fantasma!—dejóescapar lapequeñaGiry,pero se repuso inmediatamente llevándose lospuñosalaboca—:¡No,no…nohedichonada!

Asualrededor,todaslascompañeras,aterrorizadas,repetíanenvozbaja:

—¡Seguroqueeselfantasma!LaSorelliestabapálida.—Nopodréhacermisaludo—dijo.LamadredeJammesdiosuopiniónmientrasvaciabaunvasitodelicorquedescansabaenunamesa:

elfantasmaestabametidoenesteasunto…LociertoesquenuncasesupomuybiencómomurióJosephBuquet.Lasumariainvestigaciónnodio

ningúnresultado,apartedelsuicidionatural.EnMemoriasdeundirector,elseñorMoncharmin,queeraunodelosdosdirectoresquesucedieronalosseñoresDebienneyPoligny,explicaasíelincidentedelahorcado:

«UnenojosoincidentevinoaturbarlapequeñafiestaquelosseñoresDebienneyPolignydabanparacelebrar su despedida.Me encontraba en el despacho de la dirección cuando vi entrar de repente aMercier,eladministrador.Estabaexcitadísimomientrasmecontabaqueacababandedescubrir,ahorcadoeneltercersótanodelescenario,entreunportante[8]yundecoradodeElreydeLahore,alcuerpodeuntramoyista.Yoexclamé:“¡Vamosadescolgarlo!”.¡Eneltiempoquetardéenbajarcorriendolaescalerayhacerdescenderlaescaladelportante,lacuerdadelahorcadohabíadesaparecido!».

He aquí un acontecimiento que el señorMoncharmin encuentra natural. Se encuentra a un hombrecolgadodeunacuerda,selevaadescolgarylacuerdaseesfuma.¡Oh!ElseñorMoncharminencontróunaexplicaciónmuysimple.Escuchémosla:«Eralahoradeladanzayloscorifeosylas“ratas”habíantomadoconprestezaprecaucionescontraelmaldeojo».Punto,esoestodo.Osimagináisalosmiembrosdelballetbajandolaescaladelportanteyrepartiéndoselacuerdadelahorcadoenmenostiempoquesetardaendecirlo.Esonoesserio.Porelcontrario,cuandopiensoenellugarexactodondefueencontradoelcuerpo,eneltercersótanodelescenario,imaginoqueenalgunapartealguienteníainterésenquelacuerdadesaparecieraunavezhechoeltrabajo,yveremosmástardequehaciabienensuponerloasí.

La siniestra nueva se había difundido en seguida de arriba a abajo de la ópera, en la que JosephBuquet eramuyquerido.Lospalcos sevaciarony laspequeñasbailarinas, agrupadas alrededorde laSorelli como corderos asustados alrededor del pastor, tomaron el camino del foyer a través de loscorredores y de las escaleras mal alumbradas, trotando a toda la velocidad que les permitían suspiernecitasrosas.

CAPÍTULOII

LANUEVAMARGARITA

Enelprimerrellano,laSorellisetopóconelcondedeChagny,quesubía.Elconde,porlogeneralmuytranquilo,mostrabaunagranexcitación.

—Ibaabuscarla—dijoelcondesaludandoalajovencongalantería—.¡Ah,Sorelli!¡Quéhermosavelada!¡YquétriunfoeldeChristineDaaé!

—¡Noesposible!—protestóMegGiry—.¡Sihaceseismesescantabacomounloro!Perodéjenospasar,miqueridoconde—dijolachiquillaconunareverenciarevoltosa—,vamosenbuscadenoticiasdeunpobrehombrealquehanahorcado.

En aquel momento pasaba muy excitado el administrador, que se detuvo bruscamente al oír laconversación.

—¡Cómo!¿Yalosabenustedes,señoritas?—dijocontonobastanterudo—.Puesbien,nohabléisdeello…ysobretodoquelosseñoresDebienneyPolignynoseenteren.Lescausaríademasiadotrastornoensuúltimodía.

Todoelmundoseencaminóhaciaelfoyerdeladanza,queseencontrabayainvadido.El conde deChagny tenía razón: no hubo jamás gala comparable a aquélla; los privilegiados que

asistieronhablanaúnasushijosynietosconemocionadorecuerdo.PensadqueGounod,Reyer,Saint-Saens,Massenet,GuiraudyDelibessubieronpor turnoalatrildeldirectorde laorquestaydirigieronellosmismoslaejecucióndesusobras.Tuvieron,entreotrosintérpretes,aFaureylaKrauss,yesenestaveladacuandose revelóalestupefactoyembriagadopúblicodeParíselartedeChristineDaaé,cuyomisteriosodestinoquierodaraconocerenestaobra.

GounodhabíadirigidoLamarchefúnebredeunamarioneta;Reyer,subellaoberturadeSigurd;Saint-Saens, laDanzamacabrayunaEnsoñaciónoriental;Massenet,unaMarchahúngara inédita;Giraud,suCarnaval; Delibes, el vals lento de Sylvia y los pizzicati de Copelia. Las señoritas Krauss yDeniseBloch habían cantado, la primera, el bolero Vísperas sicilianas; la segunda, el brindis de LucreciaBorgia.

PeroeltriunfomayorrecayóenChristineDaaé,quehabíacomenzadoconalgunospasajesdeRomeoyJulieta.Era laprimeravezque la jovenartistacantabaestaobradeGounodque,además,aúnnosehabía llevado a la ópera y que la ópera Cómica acababa de reponer mucho después de haber sidoestrenadaenelantiguoTeatroLíricoporlaseñoraCarvalho.¡Ah!Hayquecompadeceraaquellosquenooyeron a Christine Daaé en el papel de Julieta, que no conocieron su gracia ingenua, que no seestremecieronconlosacentosdesuvozseráfica,quenosintieronvolarsusalmasjuntoalasuyasobrelastumbasdelosamantesdeVerona:«¡Señor!¡Señor!¡Señor!¡Perdónanos!».

Puesbien,todoestonofuenadaalladodelosacentossobrehumanosquedejóoírenelactodelaprisiónyenel trío, finaldeFausto,quecantóensustituciónde laCarlottaquesehallaba indispuesta.¡Jamássehabíaoídonivistoaquello!

Era«unaMargaritanueva»loquelaDaaéinterpretaba,unaMargaritadeunesplendor,deunfulgoraúninsospechados.

LasalaenterahabíaestalladoenmilesdeclamoresdeinenarrableemocióndirigidosaunaChristinequesollozabaydesfallecíaenlosbrazosdesuscompañeros.Huboquellevarlaasucamerino.Parecíahaber entregado su alma. El gran crítico P. De St.-V fijó el inolvidable recuerdo de este minutomaravillosoenunacrónicaalaquetitulóconjusticiaLanuevaMargarita.Comogranartistaqueera,elcríticosimplementeponíaaldescubiertoqueestabellaydulceniñahabíaaportadoaquella tardealgomásque suarte: sucorazón.Ningunode losamigosde laópera ignorabaqueel corazóndeChristinepermanecía tanpurocomoeraa losquinceaños,yPdeSt.-Vdeclarabaque«paracomprender loqueacababadesucederconDaaé,¡eranecesarioimaginarquesehabíaenamoradoporprimeravez!Quizásoy un poco indiscreto —añadía—, pero sólo el amor es capaz de realizar un milagro tal, unatransformación tan fulgurante. Cuando oímos, hace dos años, a Christine Daaé en el recital delConservatorio,nosdiograndesesperanzas…¿Perodedóndeprovienelasublimeactuacióndehoy?¡Sinodesciendedel cielo en alas del amor, tendréquepensar que asciendedel infiernoyqueChristine,comoelmaestrocantorOfterdingen,hizounpactoconeldiablo!QuiennohayaoídocantaraChristineDaaé el trío final de Fausto no conoce Fausto. ¡No podría superarse esta exaltación de la voz y estasagradaembriaguezdeunalmapura!».

Sin embargo, algunos abonados protestaban. ¿Cómo podía habérseles ocultado tanto tiemposemejantetesoro?ChristineDaaéhabíasidohastaentoncesunSiebelaceptablealladodeesaMargaritademasiado espléndidamente material que era la Carlotta[9]. ¡Y había sido necesaria la ausenciaincomprensible e inexplicablede laCarlotta, en estaveladadegala, paraque apie firme lapequeñaDaaépudieradarmuestradeloqueeracapaz,enunapartedelprogramareservadaaladivaespañola!¿Y por qué, privados de Carlotta, los señores Debienne y Poligny se habían dirigido a la Daaé?¿Conocíanacasosugeniooculto?Ysi loconocían,¿porqué loescondían?¿Porqué,ella también, loocultaba? Cosa rara, no se le conocía en la actualidad ningún profesor. Y había declarado en vanasocasionesqueenlosucesivotrabajaríacompletamentesola.Todolocualresultabamuyinexplicable.

El conde de Chagny había asistido, de pie en su palco, a este delirio y había compartido losestruendososbravos.

ElcondedeChagny(Philippe-Georges-Marie)teníaentoncesexactamentecuarentayunaños.Eraungranseñoryunhombreatractivo.Detallamásquemediana,derostroagradableapesardelafrenteduray unos ojos un poco fríos, era de una educación refinada con lasmujeres y un poco altanero con loshombres, que no siempre le perdonaban sus éxitos mundanos. Tenía un corazón excelente y unaconcienciahonrada.TraslamuertedelviejocondePhilibert,sehabíaconvertidoenjefedeunadelasmásilustresyantiguasfamiliasdeFrancia,cuyostítulosdenoblezaseremontabanaLuiselTestarudo.LafortunadelosChagnyeraconsiderabley,cuandoelviejoconde,queeraviudo,murió,nofuetareafácil para Philippe administrar un patrimonio tan enorme. Sus dos hermanas y su hermano Raoul noquisieronsabernadadelaherenciayniquisieronoírhablardereparto,encargandodetodoaPhilippe,comosielderechodeprimogenituranohubieradejadodeexistir.Cuándosecasaronlasdoshermanas—elmismodía—,tomaronsupartedemanosdelhermano,nocomoalgoquelesperteneciera,sinocomounadote,porlaqueleexpresaronsureconocimiento.

LacondesadeChagny—desolteraMoerogisdelaMartyniére—habíamuertoaldaraluzaRaoul,nacidoveinteañosdespuésquesuhermanomayor.Cuandoelviejocondemurió,Raoulteníadoceaños.Philippeseocupóactivamentedelaeducacióndelniño.Fueauxiliadoenestalabor,deformaadmirable,

porsushermanasprimeroyluegoporunaancianatía,viudademarino,quevivíaenBrest,yqueinicióaljovenRaoulenelgustoporlascosasdelamar.EljovenentróenlatripulacióndelBorda,salióentrelosprimerosnúmerosyrealizótranquilamentesuvueltaalmundo.Graciasapoderosasinfluencias,acababadeserdesignadoparaformarpartedelaexpediciónoficialdelRéquin,queteníalamisióndebuscarenloshielospolaresalossupervivientesdelaexpedicióndelArtois,delquenoseteníannoticiasdesdehacíatresaños.Mientrastanto,disfrutabadeunlargopermisodeseismeses,ylasviudasricasdelnoblebarrio,viendoaestehermosojoven,queparecíatanfrágil,lecompadecíanyadelosrudostrabajosqueleesperaban.

Latimidezdeestemarino,casiestoytentadodedecirsuinocencia,eranotable.Parecíahabersalidoeldíaanteriorde las faldasde sushermanas.Dehecho,mimadoporellasypor suanciana tía,habíaconservadodeestaeducaciónpuramentefemeninaunosmodalescasicándidos,huellasdeunencantoquehastaentoncesnadahabíapodidoempañar.Enesaépocateníapocomásdeveintiúnañosyaparentabadieciocho.Llevabaunbigotitorubio,teníalosojosazulesyunatezdeniña.

PhilippeconsentíamuchoaRaoul.Enprincipio,sesentíamuyorgullosodeélypreveíacongozounacarreragloriosapara suhermanomenoren lamismamarinadondeunodesusantepasados,el famosoChagnyde laRoche,habíaostentadoel rangodealmirante.Aprovechaba lospermisosdel jovenparaenseñarleParís,alqueéstecasidesconocíaentodoloqueesaciudadpuedeofrecerdealegríalujosayplacerartístico.

El conde consideraba que a la edad de Raoul una excesiva prudencia no es muy recomendable.Philippeteníauncaráctermuybienequilibrado,ponderadotantoensustrabajoscomoensusplaceres,siempredemodalesperfectos,yeraincapazdedarasuhermanounmalejemplo.Lollevóconélatodaspartes. Le dio a conocer incluso el foyer de la danza. Sé de sobra que se decía que el conde tenía«buenísimasrelaciones»conlaSorelli.Pero,¿acasopodíaconsiderarseuncrimenqueunjoven,quesehabía mantenido soltero y que por lo tanto disponía de mucho tiempo, especialmente desde que sushermanassehabíanestablecido,vinieraapasarunaodoshorasdespuésdecenarencompañíadeunabailarina que, evidentemente, no era excesivamente espiritual, pero que tenía los ojosmás bellos delmundo?Además, hay sitios donde un verdadero parisino, cuandoposee el título de conde deChagny,debehacersever,yenestaépoca,elfoyerdeladanzadelaóperaeraunodeestossitios.

Además,quizáPhilippenohubierallevadoasuhermanoalosbastidoresdelaAcademiaNacionaldemúsicasiéstenohubierasidoelprimeroenpedírseloenvariasocasiones,conunadulceobstinacióndelaqueelcondedebíaacordarsemástarde.

Philippe,despuésdehaberaplaudidoaquellanochealaDaaé,sehabíavueltohaciaRaoulylohabíavistotanpálidoquesehabíaasustado.

—¿Noveustedqueestamujerseencuentramal?—habíadichoRaoul.Enefecto,enelescenariotuvieronquesosteneraChristineDaaé.—Erestúelquevaadesmayarse…—dijoelcondeinclinándosehaciaRaoul—.¿Quétepasa?PeroRaoulyasehabíapuestoenpie.—Vamos—dijoconvoztemblorosa.—¿Adóndequieres ir,Raoul?—preguntóel conde,asombradodelestadoenqueseencontraba su

hermanomenor.—¡Vayamosaverquépasa!¡Eslaprimeravezquecantaasí!

Elcondeobservóconcuriosidadasuhermanoyunaligerasonrisasedibujóenlacomisuradesuslabios.

—¡Bah!—yañadióenseguida—:¡Vamos,vamos!Parecíaestarencantado.Enseguidaseencontraronenlaentradadelosabonados,queestabaabarrotada.Alaesperadepoder

entrar en el escenario, Raoul desgarraba sus guantes con un gesto inconsciente. Philippe, que eracomprensivo,noseburlódesuimpaciencia.Peroyaestabaresignado.AhorasabíaporquéRaoulestabadistraído cuando le hablaba y también por qué parecía sentir un vivo placer encauzando todas lasconversacioneshacialaOpera.

Penetraronenelescenario.Unamasadefracssedirigíaapresuradamentehaciaelfoyerdeladanzaohacialoscamerinosdelos

artistas.A losgritosde tramoyistassemezclaban lasalocucionesvehementesde los jefesdeservicio.Los figurantes del último cuadro que abandonan el escenario, los «viejos verdes» que empujan, unbastidorquepasa,undecoradoquebajadeltelar,unpracticable[10]quesujetanamartillazos,eleterno«sitio del teatro» que resuena en los oídos como la amenaza de alguna catástrofe nueva para vuestrachisteraodeunasólidacargacontravuestrosriñones:taleselacontecimientohabitualdelosentreactosyquenuncadejadeturbaraunnovatocomoeljovendelbigotitorubio,deojosazulesytezdeniñaqueatravesaba, todo lo rápido que la aglomeración se lo permitía, el escenario en el queChristineDaaéacababadetriunfarybajoelqueJosephBuquetacababademorir.

Laconfusiónnohabíasidonuncatancompletacomoenestanoche,peroRaoulnohabíasidonuncamenostímido.Apartabaconelhombrovigorosotodoslosobstáculos,sinocuparsedeloquesedecíaasualrededor,sinintentaratenderalaspalabrasasustadasdelostramoyistas.Tansólolepreocupabaeldeseodeveraaquéllacuyavozmágicalehabíaarrancadoelcorazón.Sí,sentíaclaramentequesupobrecorazónaúnnuevoyanolepertenecía.HabíaintentadodefenderlodesdeeldíaenqueChristine,alaqueconocíadepequeña,habíareaparecidoanteél.Sintióensupresenciaunaemociónmuydulcea laquequisorechazarmediantelareflexión,yaquesehabíahechoeljuramento,tantosérespetabaasímismoyasufe,dequenoamaríamásquealaquefuerasumujer,yniporunmomentopodíaimaginarencasarseconunacantante.Peroheaquíquea ladulceemociónhabíaseguidounasensaciónatroz.¿Sensación?¿Sentimiento?Habíaenelloalgofísicoyalgomoral.Elpecholedolíacomosiselohubieranabiertoparaarrancarleelcorazón.¡Sentíaallíunhuecohorrible,unvacíorealquejamáspodríaserrellenadomásqueporelcorazóndeella!Estossonacontecimientosdeunapsicologíaparticularque,pareceser,nopueden ser comprendidosmásquepor losquehan sidoheridos, en el amor, porungolpe extraño,llamadoenellenguajecomún,«unflechazo».

ElcondePhilippeteníadificultadenseguirlo.Ycontinuabasonriendo.Alfondodelescenario,pasadalapuertadoblequeseabrealosescalonesqueconducenalfoyerya

losqueconducenalospalcosdelaizquierdadelaplantabaja,Raoulhubodedetenerseantelapequeñatropade«ratas»que,reciénbajadasdesugranero,obstruíanelpasilloporelquepretendíaintroducirse.Másdeuncomentarioburlónfuepronunciadoporpequeñoslabiospintados,alosqueélnorespondió.Porfinconsiguiópasarysesumergióenlaoscuridaddeuncorredor invadidoporelestruendodelasexclamacionesqueproferíanlosadmiradoresentusiastas.Unnombreahogabatodoslosrumores:¡Daaé,Daaé!Elconde,detrásdeRaoul, sedecía:«Elmuybribónsabeelcamino»,ysepreguntabacómo lo

habíaaprendido.ÉlnuncalohabíallevadoalcamerinodeChristine.HabíaquesuponerporlotantoqueéstehabíaidosolomientraselcondesequedabacharlandoenelfoyerconlaSorelli,yaqueamenudoellalerogabaquepermanecieraasuladohastaelmomentodesaliraescena,yquienavecesteníalamaníatiránicadedejarlealcuidadodelaspequeñaspolainasconquebajabadesucamerinoyconlasquegarantizabaellustredesuszapatillasderasoylalimpiezadelamaillotcolorcarne.LaSorelliteníaunaexcusa:habíaperdidoasumadre.

El conde, retrasando lavisitaquedebíahacer a laSorelli, seguíapues lagaleríaqueconducía alcamerinodelaDaaéycomprobabaqueaquelcorredornuncahabíasidotanfrecuentadocomoaquellanoche en la que todo el teatro parecía trastornado por el éxito de la artista, y también por sudesvanecimiento.Pueslahermosaniñaaúnnosehabíarecuperadoyhabíanidoabuscaralmédicodelteatro, que llegó entretanto empujando a los grupos de gente y seguido por Raoul, que le pisaba lostalones.

Deestemodo,elmédicoyelenamoradoseencontraronalmismotiempoalladodeChristine,querecibiódelunolosprimeroscuidadosyabriólosojosenbrazosdelotro.Elcondesehabíaquedado,conotrosmuchos,enelumbraldelapuerta,antelacualseahogaba.

—¿No cree, doctor, que estos señores deberían «desalojar» el camerino? —preguntó Raoul conaudaciaincreíble—.Nosepuederespiraraquídentro.

—Tieneustedtodalarazón—afirmóeldoctor,ydespachóatodos,excepciónhechadeRaoulydeladoncella.

Esta contemplaba aRaoul con los ojos agrandados por elmás sincero de los asombros. Jamás lohabíavisto.

Sinembargo,noseatrevióainterrogarlo.Yeldoctorpensóquesieljovenactuabaasíera,evidentemente,porqueteníaderechoahacerlo.De

tal forma que el vizconde permaneció en el camerino presenciando cómo la Daaé volvía a la vida,mientras losdosdirectores,DebienneyPoligny,quehabíanacudidoparaexpresarsuadmiraciónasupupila,seveíanrechazadosalpasillo,consustrajesoscuros.ElcondedeChagny,echadoalcorredorcomolosdemás,sereíaacarcajadas.

—¡Ah,elmuybribón!¡Elmuybribón!Yañadíaparasí:«Paraquetefíesdeesosjovenzuelosqueadoptanairesdeniñitas».Estabaradiante.—EsunChagny—concluyó,yseencaminóalcamerinodelaSorelli;peroéstabajabahaciaelfoyer

consupequeñorebañoquetemblabademiedo,yelcondelaencontróenelcamino,comoyasehadicho.En el camerino, Christine Daaé había dejado escapar un profundo suspiro al cual respondió un

gemido.Volviólacabeza,vioaRaoulyseestremeció.Miróaldoctor,alquesonrió,despuésasucriadayporúltimoaRaoul.

—¡Señor!—preguntóaesteúltimoconunavozqueeratansólounsuspiro—.¿Quiénesusted?—Señorita—respondióel joven,al tiempoquesearrodillabaydepositabaunardientebesoen la

manodeladiva—,señorita,soyelniñoquefuearecogersuchaldelmar.Christinevolvióamiraraldoctoryaladoncella,ylostresseecharonareír.Raoulselevantómuy

sonrojado.—Señorita,yaqueleplacenoreconocerme,quisieradecirlealgoenprivado,algomuyimportante.

—Cuandomeencuentremejor, ¿no leparecebien, señor?…—ysuvoz temblaba—.Esustedmuyamable…

—Peroesnecesarioquesevaya…—añadióeldoctorconsumejorsonrisa—.Déjemeustedatenderalaseñorita.

—¡Noestoyenferma!—exclamóChristinederepenteconunaenergíatanextrañacomoinesperada.Yselevantó,pasándoseunamanoporlospárpadoscongestorápido.—¡Seloagradezcomucho,doctor!…Necesitoestarsola…Váyansetodos,porfavor…,déjenme…

Estoymuynerviosaestanoche…Elmédicoquisooponeralgunosargumentos,peroantelaagitacióndelajovenestimóqueelmejor

remediopara su estado erano contradecirla.Y salió junto conRaoul, quien se encontró en el pasillocompletamentedesamparado.Eldoctorledijo:

—Nolareconozcoestanoche…normalmenteestandulce…Ylodejóallí.Raoul le quedó solo.Toda aquella parte del teatro se encontraba ahora desierta.La ceremonia de

despedidadebíahaberempezadoenelfoyerdelaópera.RaoulpensóquequizálaDaaéiríayesperósumidoenlasoledadyelsilencio.Inclusoseescondióenlasombrapropiciadelquiciodeunapuerta.Seguíateniendoaquelhorribledolorenelcorazón.YeradeesodeloquequeríahablarlealaDaaésindemora.Derepente,elcamerinoseabrióyvioalacriadaquesalíacompletamentesola,llevandounospaquetes. Se interpuso en su camino y le pidió noticias de su ama. Ella le contestó riendo que seencontraba bien, pero que no debía molestarla puesto que quería estar sola. Y se escapó. Una ideaatravesóelcerebroabrasadodeRaoul.¡Evidentemente,laDaaéqueríaestarsolaparaél…!¿Acasonole había dicho que quería conversar en privado? Esta era la razón por la que había despedido a losdemás.Respirandocondificultad,seacercóalcamerinoy,conlaorejapegadaalapuertaparaescucharlo que iban a contestarle, se dispuso a llamar. Pero su mano se detuvo. Acababa de percibir, en elcamerino,unavozdehombrequedecíaconentonaciónparticularmenteautoritaria:

—¡Christine,esprecisoquemeames!YlavozdeChristine,dolorida,queseadivinabaentrecortadaporlaslágrimas,unavoztemblorosa,

respondía:—¿Cómopuededecirmeesto?¡Amí,quenocantomásqueparausted!Raoul se apoyó en un panel, tal fue su sufrimiento. El corazón, al que creía haber perdido para

siempre, había vuelto a su pecho y latía con estruendo. El corredor entero retumbaba y los oídos deRaoulestabancomoaturdidos.Seguramente,sisucorazónseguíahaciendotantoruido,ibanaoírlo,ibana abrir la puerta y el joven sería vergonzosamente expulsado. ¡Qué papel para unChagny! ¡Escuchardetrásdeunapuerta!Seapretóelcorazónconambasmanosparahacerlocallar.Perouncorazónnoeselhocico de un perro e, incluso sujetándolo elmorro a un perro que ladra sin parar, siempre se le oyegruñir.

Lavozdelhombreprosiguió:—Debesestarmuycansada.—Oh!Estanocheleheentregadomialmayestoymuerta.—Tualmaesextraordinariamentebella,hijamía—siguiódiciendolavozgravedelhombre—,yte

loagradezco.Nohuboemperadorquerecibieraunregalocomoéste.¡Estanochehanlloradolosángeles!

Despuésdeestaspalabras,estanochehanlloradolosángeles,elcondeyanooyómás.Sin embargo, no se fue. Como temía ser sorprendido, se ocultó en un rincón sombrío decidido a

esperaraqueelhombreabandonaseelcamerino.Enunmismoinstanteacababadeconocerelamoryelodio.Sabíaaquiénamaba.Queríasaberaquiénodiaba.Antesugranestupordesuparte,lapuertaseabrió yChristineDaaé, envuelta en pieles y escondido el rostro bajo un encaje, salió sola. Cerró lapuerta,peroRaoulobservóquenolacerrabaconllave.Pasóanteél,quiennisiquieralasiguióconlosojospuestoque los tenía fijosen lapuerta,quenosevolvíaaabrir.Entonces,alverqueelcorredorestabadenuevodesierto,locruzó.Abriólapuertadelcamerinoylacerróinmediatamentedetrásdeél.Seencontrabaenlamásabsolutaoscuridad.Habíanapagadoelgas.

—¿Hayalguienaquí?—dijoRaoulconvozvibrante—.¿Porquéseesconde?Yaldeciresto,seguíaapoyadoenlapuertacerrada.Oscuridady silencio.Raoul no oíamás que el ruidode su propia respiración.Seguramente no se

dabacuentadequelaindiscrecióndesuconductasobrepasabatodoloimaginable.—¡Sólo saldrá usted de aquí cuando yo lo permita!—exclamó el joven—. ¡Si nome contesta, es

usteduncobarde!¡Peroyosabrédarconusted!Yencendióunacerilla.Lallamailuminóellugar.¡Nohabíanadieenelcamerino!Raoul,despuésde

cerrar cuidadosamente lapuerta con llave, encendió losglobosy las lámparas.Penetró en el tocador,abriólosarmarios,buscó,tanteóconsusmanoshúmedaslasparedes.¡Nada!

—¡Ah!¿Esquemeestoyvolviendoloco?—dijoenvozalta.Permaneció así diez minutos escuchando el silbido del gas en medio de la paz del camerino

abandonado:enamoradocomoestaba,nisiquierapensóenllevarseunacintaquelehubierareconfortadoconelperfumedesuamada.Saliósinsaberquéhacíaniadóndeiba.Enunmomentodesuincoherentedeambular,unairefríolegolpeóenlacara.Seencontrabaalfinaldeunaestrechaescaleraporlaquebajabadetrásdeéluncortejodeobrerosinclinadossobreunaespeciedecamillaquerecubríaunpañoblanco.

—¿Lasalida,porfavor?—preguntóaunodeellos.—¡Laestáviendo!Delantedeusted—lecontestaron—.Lapuertaestáabierta,perodéjenospasar.Preguntómaquinalmente,señalandolacamilla.—¿Quéeseso?Elobrerorespondió:—EstoesJosephBuquet,alquesehaencontradoahorcadoeneltercersótano,entreunbastidoryun

decoradodeElreydeLabore.Sehizoaunladoanteelcortejo,saludóysalió.

CAPÍTULOIII

DONDE,PORPRIMERAVEZ,LOSSEÑORESDEBIENNEYPOLIGNYDANENSECRETOALOSNUEVOSDIRECTORESDELAÓPERA,LOSSEÑORESARMANDMONCHARMINYFIRMINRICHARD,LAVERDADERAYMISTERIOSARAZÓNDESUMARCHADELA

ACADEMIANACIONALDEMÚSICA

Mientrastantoproseguíalaceremoniadeladespedida.Yahedichoanteriormentequeestamagníficafiestasedaba,conocasióndesumarchadelaópera,en

honoralosseñoresDebienneyPoligny,quehabíanqueridomorir,comodecimoshoy,alogrande.Habíansidoayudadosenlarealizacióndeesteprogramaidealyfúnebreportodosaquellosque,por

aquelentonces,desempeñabanunpapelenlasociedadylasartesdeParís.TodaestagentesehabíareunidoenelfoyerdelaóperadondelaSorelliesperaba,conunacopade

champán en la mano y un breve discurso preparado en la punta de la lengua, a los directoresdimisionarios. Tras ella, sus jóvenes y viejas compañeras del cuerpo de ballet se apretujaban,conversando en voz baja de los acontecimientos del día, y otras haciendo discretas señales decomplicidadasusamigosqueentropelparlanchínrodeabanyaelbuféquehabíasidolevantadosobreelsueloenpendiente,entreladanzaguerrerayladanzacampestredelseñorBoulenger.

Algunasbailarinassehabíanvestidoyaconsusropasdecalle;lamayoríallevabaaúnsusfaldasdegasa ligera; pero todas habían creído su deber adoptar un tono de circunstancia. Tan sólo la pequeñaJammes, cuyas quince primaveras parecían haber olvidado, en su despreocupación—feliz edad— alfantasma y la muerte de Joseph Buquet, no cesaba de cacarear, de cuchichear, de saltar, de hacerdiabluras,hastaelpuntodeque,alaparecerlosseñoresDebienneyPolignyenlasescalinatasdelsalón,fueseveramentellamadaalordenporlaSorelli,queestabaimpaciente.

Todoelmundocomprobóquelosdirectoresdimisionariosparecíanalegres,loqueenprovinciasnohubieraparecidonaturalanadie,peroqueenParísseconsideródemuybuengusto.Aquelquenohayaaprendidoaocultarsutristezabajounamáscaradealegríayasimularalgodetristeza,aburrimientooindiferenciaantesuíntimaalegría,noseránuncaunparisino.Sisabéisqueunodevuestrosamigosestápreocupado, no intentéis consolarle; os dirá que ya lo está. Pero, sí le ha sucedido algo agradable,guardaosdefelicitarleporello;encuentratannaturalsubuenasuertequeseextrañaríadequesehabledeella.EnParíssevivesiempreenunbailedemáscaras,ynoesenelfoyerdelaOpera,dondepersonajestan«enterados»comolosseñoresDebienneyPolignyhubierancometidoelerrordemostrarsutristeza,que era real. Comenzaban ya a sonreír a la Sorelli, que empezaba a despachar su discurso decompromiso, cuando una exclamación de aquella loquilla de Jammes vino a truncar la sonrisa de losseñoresdirectoresdeunaformatanbrutalquelaexpresióndedesolaciónydeespantoqueseescondíaenellosaparecióantelosojosdetodos:

—¡Elfantasmadelaópera!Jammes había soltado esta frase con un tono de indecible terror y su dedo señalaba entre la

muchedumbredefracsaunrostrotanpálido,tanlúgubreytanespantoso,conlostresagujerosnegrosde

los arcos superficiales tan profundos, que aquella calavera así señalada obtuvode inmediato un éxitoloco.

—¡ElfantasmadelaOpera!¡ElfantasmadelaOpera!La gente reía, se empujaba y quería ofrecer de beber al fantasma de la Ópera; ¡pero había

desaparecido! Se había deslizado entre los asistentes y lo buscaron en vano, mientras dos ancianosseñoresintentabancalmaralapequeñaJammesylapequeñaGirylanzabagritosdepavoreal.

LaSorelliestabafuriosa:nohabíapodidoterminarsudiscurso.LosseñoresDebienneyPolignylahabíanabrazado,agradecidoyhabíanescapado tanaprisacomoelmismofantasma.Nadieseextrañó,puestoquesesabíaquedebíanasistiraunaceremoniasimilarenelpisosuperior,enelfoyerdelcanto,yquefinalmentesusamigosíntimosseríanrecibidosporúltimavezenelgranvestíbulodeldespachodedirección,endondelesaguardabaunacena.

Aquí es donde volvemos a encontrarlos, junto con los nuevos directores, los señores ArmandMoncharminyFirminRichard.Losprimerosapenasconocíana lossegundos,perosepresentaroncongrandes demostraciones de amistad, y éstos les respondieron con mil cumplidos. De tal manera queaquellosinvitadosquehabíantemidounaveladamásaburridasemostraronenseguidamuyrisueños.Lacena fue casi alegre y, llegado el momento de los brindis, el señor comisario del gobierno fue tanextraordinariamente hábil, mezclando la gloria del pasado con los éxitos del futuro, que la mayorcordialidadreinóenseguidaentrelosconvidados.Latransmisióndelospoderesdedirecciónsehabíanefectuado lavísperade la formamássimpleposible,y losasuntosquequedabanporarreglarentre laantiguaylanuevadirecciónhabíansidosolucionadosbajolapresidenciadelcomisariodelgobiernocontal deseo de entendimiento por ambas partes que realmente no podía resultar extraño, en esta veladamemorable,encontrarcuatrocarasdedirectorestansonrientes.

LosseñoresDebienneyPolignyhabíanentregadoyalasdosllavesminúsculas, las llavesmaestrasquefranqueabanlasmúltiplespuertasdelaAcademiaNacionaldeMúsica—variosmilesdepuertas—,a los señoresArmandMoncharmin y FirminRichard. Las llavecitas, objeto de la curiosidad general,pasabanconprestezademanoenmano,cuandolaatencióndealgunosfueatraídaaldescubrirdepronto,en el extremo de lamesa, aquella extraña, pálida y cadavérica figura de ojos hundidos que ya habíaaparecido en el foyer de la danza y que había sido interpelada por la pequeña Jammes como «¡Elfantasmadelaópera!».

Seencontrabaallícomoelmásnormaldelosconvidados,salvoquenocomíanibebía.Losquehabíancomenzadoamirarlosonriendo,habíanacabadoporvolverlacabeza,hastatalpunto

la visión de aquel individuo llenaba inmediatamente el espíritu de los pensamientos más fúnebres.Ningunovolvióahacerlasbromasdelfoyer,ningunogritó:«¡Elfantasmadelaópera!».

Élnohabíapronunciadounasolapalabraynisusmismosvecinoshubieranpodidodecirelmomentoprecisoenquehabíavenidoasentarseallí,perocadaunopensóquelosmuertos,quevienenavecesasentarse a lamesade losvivos, nopodían tenerun aspectomásmacabro.Los amigosde los señoresFirmin Richard y Armand Moncharmin creyeron que este invitado descarnado era un íntimo de losseñoresDebienneyPoligny,mientrasquelosamigosdeDebienneyPolignypensaronqueaquelcadáverpertenecíaalaclienteladelosseñoresRichardyMoncharmin.Detalmodoqueningúnrequerimientodeexplicación, ninguna reflexióndesagradable, ningún comentario demal gusto amenazóofender a aquelhuésped de ultratumba. Algunos invitados, que estaban al corriente de la leyenda del fantasma y que

conocían la descripción que había dado el jefe de los tramoyistas—ignoraban la muerte de JosephBuquet—,creíanenel fondoqueelhombrequeestabaenel extremode lamesahabríapodidopasarperfectamenteporlavivaimagendelpersonajecreado,segúnellos,porlaincorregiblesupersticióndelpersonalde laOpera.Sinembargo,según la leyenda,el fantasmacarecíadenariz,yestepersonaje latenía;peroelseñorMoncharminafirmaensusMemoriasquelanarizdelconvidadoeratransparente.«Sunariz—dice—eralarga,finaytransparente»,yyoañadiríaquepodíatratarsedeunanarizpostiza.ElseñorMoncharminpudotomarportransparencialoquenoeramásquebrillo.Todoelmundosabequelacienciafabricafalsasadmirablesnaricespostizasparaaquellosquesehanvistoprivadosdeellaporlanaturalezaoporalgunaoperación.¿Habríavenido,dehecho,elfantasmaasentarseaquellanocheenelbanquete de los directores sin haber sido invitado? ¿Podemos asegurar que esta presencia era la delfantasmadelaÓperamismo?¿Quiénseatreveríaadecirlo?Sihabloaquídeesteincidente,noesporquepretendaniporunsegundohacercreerointentarhacercreerallectorqueelfantasmahubierasidocapazdeaudaciatansoberbia,sinoporque,endefinitiva,lacosaesmuyposible.

Yestaes,alparecer,razónsuficiente.ElseñorArmandMoncharmin,siempreensusMemorias,dicetextualmente: Capitulo XI: «Cuando pienso en aquella primera velada, me es imposible deslindar laconfidenciaquenoshicieronlosseñoresDebienneyPolignyensudespachodelapresenciaenlacenadeaquelfantasmáticopersonajealqueningunodenosotrosconocía».

Estoesloquepasóexactamente:LosseñoresDebienneyPoligny,situadosenelcentrodelamesa,nohabíanvistoaúnalhombredela

calavera,cuandoderepenteéstecomenzóahablar.—Las «ratas» tienen razón—dijo—. La muerte del pobre Buquet no es quizá tan natural como

parece.DebienneyPolignysesobresaltaron.—¿Buquethamuerto?—exclamaron.—Sí—respondiótranquilamenteelhombreolasombradehombre—.Lehanencontradoahorcado

estanocheeneltercersótano,entreunportanteyundecoradodeElreydeLahore.Los dos directores, o mejor ex-directores, se levantaron instantáneamente mirando fijamente a su

interlocutor.Estabanmásalteradosdeloquecabía,esdecirmásdeloquecabeestarloporlanoticiadelahorcamientodeunjefedetramoyistas.Semiraronentresí.Sehabíanpuestomásblancosqueelmantel.Finalmente,Debienne hizo una señal a los señoresRichard yMoncharmin: Poligny pronunció algunaspalabrasdeexcusadirigidasalosinvitados,yloscuatropasaronaldespachodelosdirectores.CedolapalabraalseñorMoncharmin.

«Los señores Debienne y Poligny parecían agitarse cada vez más por momentos—cuenta en susMemorias—, y nos pareció que tenían que decirnos algo que les preocupaba mucho. Primero nospreguntaronsiconocíamosalindividuoque,sentadoenelextremodelamesa,leshabíadadoaconocerlamuertedeJosephBuquet,yantenuestrarespuestanegativa,semostraronaúnmásturbados.Tomaronde nuestrasmanos las llavesmaestras, las observaron un instante,movieron la cabeza y después nosaconsejaron hacer cerraduras nuevas, en el mayor secreto, para los pisos, despachos y objetos quequisiéramos tenerherméticamentecerrados.Resultaban tan ridículosaldecirnosesto,que rompimosareír preguntándoles si es que había ladrones en la Ópera. Nos respondieron que había algo peor, elfantasma. Nos echamos a reír de nuevo, persuadidos de que estaban gastándonos una broma como

culminacióndeesta fiesta íntima.Pero,apeticiónsuya, recuperamosnuestro“aireserio”,decididosacomplacerlesenaquellaespeciedejuego.Nosdijeronquejamásnoshubieranhabladodelfantasmadenohaberrecibidolaordenformaldelmismofantasmadeaconsejarnosquenosmostráramosamablesconélyqueleacordáramostodoaquelloquenospidiera.Sinembargo,demasiadocontentosdeabandonarun lugardondereinabacomoamoyseñoraquellasombra tiránicaydeversedepronto libresdeella,habíanesperadoelúltimomomentoparaexplicarnostanextrañaaventura,yaqueconseguridadnuestrosespíritusescépticosnoestaríanpreparadosparasemejanterevelación.PeroelanunciodelamuertedeJosephBuquetleshabíarecordadobrutalmenteque,siemprequehabíandesobedecidoalosdeseosdelfantasma,algúnhechofantásticoofunestosehabíaencargadoderecordarlesrápidamenteelsentimientodesudependencia».

Durante estas inesperadas palabras, pronunciadas en el tono de la más secreta e importanteconfidencia,yomirabaaRichard.Ensustiemposdeestudiante,Richarderaconocidoporsureputacióndebromista,esdecirquenoignorabaningunadelasmilyunamanerasdeburlarsedelosdemás,ylosporteros del bulevar Saint-Michel podrían contarmuchas anécdotas suyas.Así pues, parecía disfrutarenormemente de la ocasión que le brindaban.No se perdía ni un detalle, a pesar de que el conjuntoresultara algomacabro a causade lamuerte deBuquet.Movía la cabeza con ademánde tristezay suaspecto, amedidaquehablaban losdemás, sevolvía compungido comoel deunhombreque lamentaamargamentetodoesteasuntodelaÓpera,ahoraqueseenterabadequehabíaunfantasmadentro.Yonopodía hacer otra cosa que copiar servilmente esa actitud desesperada; sin embargo, a pesar de todosnuestros esfuerzos, no pudimos al fin evitar una carcajada ante las mismas narices de los señoresDebienneyPoligny,quienes,alvernospasarsintransicióndelestadodeánimomássombríoalaalegríamásinsolente,reaccionaroncomosicreyeranquenoshabíamosvueltolocos.

Dadoquelafarsaseprolongabaenexceso,Richardpreguntómedioenseriomedioenbroma:—Pero,enresumidascuentas,¿quéesloquequiereesefantasma?ElseñorPolignysedirigióhaciasudespachoyvolvióconunacopiadelpliegodecondiciones.Elpliegodecondicionescomenzabaconestaspalabras:«LadireccióndelaóperaestaráobligadaadaralasrepresentacionesdelaAcademiaNacionalde

músicaelesplendorqueconvienealaprimeraescenalíricafrancesa»,yterminabaenelartículo98,enlossiguientestérminos:

«Elpresenteprivilegiopodráserretirado:»1°Sieldirectorcontravienealasdisposicionesestipuladasenelpliegodecondiciones».Siguenlasdisposiciones.—Aquellacopia—dijoelseñorMoncharmin—estabaescritaentintanegrayenteramenteconforme

alaquenosotrosposeíamos.Sinembargo,vimosqueelpliegodecondicionesquenossometíaelseñorPolignycomportabainfine

unpárrafoañadido,escritoentintarojaconunaletrainsólitayatormentada,comosihubierasidotrazadaagolpesdecabezasdecerillas,laletradeunniñoqueaúnnohacesadodehacerpalotesytodavíanosabeligarlasletras.Esteañadido,quealargabadeformatanextrañaelartículo98,decíatextualmente:

«5°SieldirectorretrasapormásdequincedíaslamensualidadquedebealfantasmadelaÓpera,mensualidadfijadahastanuevaordenen20.000francos,osea,240.000francosalaño».

El señor de Poligny, con gesto dudoso, nos mostró esta cláusula suprema, que en verdad no

esperábamos.—¿Esoestodo?¿Élnoquierenadamás?—preguntóRichardconlamayorsangrefría.—Sí—replicóPoligny.Volvióahojearelpliegodecondicionesyleyó:«Art. 63. El gran proscenio, a la derecha de los primeros palcos, será reservado en todas las

representacionesparaeljefedelEstado.»Laplatean°20,loslunes,yelpalcon°30delprimerpiso,losmiércolesyviernes,estaránpuestos

aladisposicióndelministro.»Elpalconúmero27delsegundopisoestaráreservadocadadíaparausodelosprefectosdelSenay

depolicía».Alfinaldeesteartículo,elseñorPolignynosenseñóunalíneatrazadacontintaroja,quehabíasido

añadida:«Elpalcon°5delprimerpisoserápuestoentodaslasrepresentacionesadisposicióndelfantasma

delaOpera».Anteestaúltimajugadanonosquedómásremedioquelevantarnosyapretarcalurosamentelasmanos

denuestrosdospredecesores,alavezquelosfelicitábamosporhaberideadoaquellaencantadorabromaque demostraba que la vieja alegría francesa seguía conservándose. Richard creyó incluso su deberañadirque ahora comprendíaporqué los señoresDebienneyPolignyabandonaban ladirecciónde laAcademiaNacionaldeMúsica.Nosepodíatrabajarconunfantasmatanexigente.

—Evidentemente —replicó sin pestañear el señor Poligny—, 240.000 francos no se encuentrandebajode laherraduradeun caballo. ¿Yhan considerado loque cuestano alquilar el palcon°5delprimerpiso,reservadoparaelfantasmaentodaslasrepresentaciones?Sintenerencuentaquenoshemosvistoobligadosareembolsarelabono.¡Eshorrible!¡Realmentenotrabajamosparamantenerfantasmas!…¡Preferimosirnos!

—Sí—repitióelseñorDebienne—,preferimosirnos.¡Vámonos!Ysepusoenpie.Richarddijo:—Pero, en fin,me parece que han sido ustedes demasiado condescendientes con ese fantasma. Si

tuvieraunfantasmatanmolestocomoése,nodudaríaenhacerlodetener.—Pero,¿dónde?¿Cómo?—exclamaronlosdosenvozalta—.Jamáslohemosvisto.—¿Nisiquieracuandovaasupalco?—Jamáslohemosvistoensupalco.—Entonces,alquílenlo.—¡AlquilarelpalcodelfantasmadelaOpera!Bien,señores,inténtenloustedes.Despuésdelocualsalimosloscuatrodeldespachodedirección.Richardyyojamásnoshabíamos

«reídotanto».

CAPÍTULOIV

ELPALCON°5

Armand Moncharmin escribió unas memorias tan voluminosas que, en lo que se refiereparticularmenteallargoperíododesucodirección,habríaparapreguntarsesienalgúnmomentoencontrótiempoparaocuparsedelaóperadeotraformaquenofueraladecontarloqueenellaocurría.ElseñorMoncharminnosabíaniunanotademúsica,perotuteabaalministrodeInstrucciónPúblicaydeBellasArtes,habíahechounpocodeperiodismodecalleygozabadeunafortunaconsiderable.Porúltimo,eraun hombre encantador y que no carecía de inteligencia, puesto que, decidido a regir la Opera, habíasabidoescogeraundirectorútilynohabíadudadoendesignaraFirminRichard.

FirminRicharderaunmúsicodistinguidoyunhombredemundo.Heaquíelretratoquenosda,enelmomentodesutomadeposesión,laRevuedesthéatres:

«El señor Firmin Richard tiene aproximadamente unos cincuenta años, es de alta estatura, deconstituciónrobusta,sinsergordo.Poseeprestanciaydistinción,subidodecolor,elpeloabundante,unpococortoycortadoacepillo,labarbaacordeconelpelo;sufisionomíatienealgounpocotristequetemplaunamiradafrancaydirectayunasonrisaencantadora.

»El señor FirminRichard es unmúsicomuy distinguido.Hábil armonista, sabio contrapuntista, lagrandezaeslacaracterísticaprincipaldesucomposición.Hapublicadomúsicadecámaramuyapreciadaporlosaficionados,músicaparapiano,sonatasofugasllenasdeoriginalidad,ademásdeunvolumendemelodías.Finalmente,LamuertedeHércules,ejecutadaenlosconciertosdelConservatorio,arrojaunsoploépicoquehacepensarenGluck,unodelosmaestrosveneradosporelseñorFirminRichard.Detodasmaneras,aunqueadmireaGluck,noadmiramenosaPiccini.ElseñorRichardleagradatodoloqueencuentra.LlenodeadmiraciónporPiccini, se inclinaanteMeyerbeer, sedeleita conCimarosaynadieapreciamejorqueél,elinimitablegeniodeWeber.Porúltimo,enloqueconcierneaWagner,elseñor Richard, no está lejos de pretender que es él, Richard, el primero y quizás el único encomprenderloenFrancia».

Aquí detengomi cita, de la que creo se desprende con suficiente claridad que, si al señorFirminRichardamabacasitodalamúsicayatodoslosmúsicos,eldeberdetodoslosmúsicoseraamaralseñorFirminRichard.Digamosparaconcluiresterápidoretrato,queelseñorRicharderaloquesehadadoenllamarunserautoritario,esdecirqueteníauncarácterdifícil.

Los primeros días de los dos directores en la Ópera transcurrieron dominados por la alegría desentirselosamosdeunaempresatanampliayhermosa.Habíansindudaolvidadoyalacuriosayextrañahistoriadel fantasma, cuando seprodujoun incidenteque lesprobóque, si se tratabadeuna farsa, lafarsaaúnnohabíaterminado.

ElseñorFirminRichardllegóaquellamañanaasudespachoalasonce.Susecretario,elseñorRémy,lemostróunamediadocenadecartasquenohabíaabiertoporquellevabanlamenciónde«personal».UnadelascartasatrajoenseguidalaatencióndelseñorRichard,nosóloporqueloescritoenelsobreestabaentintaroja,sinotambiénporqueleparecióhabervistoyaenalgunaparteaquellaletra.Notuvoquepensardemasiado:setratabadelaletraconlaquehabíancompletadotanextrañamenteelpliegode

condiciones.Reconocióenseguidasuaspectotoscoycasiinfantil.Laabrióyleyó:

Miqueridodirector,lepidoperdónporveniramolestarleenestosmomentostanpreciososenlosquedecidelasuertedelosmejoresartistasdelaópera,enlosquerenuevaimportantescontratosyenlosqueconcluyeotrosnuevos.Todoelloconunavisióntansegura,unacomprensióndelteatro,unaciencia del público y de sus gustos, una autoridad que ha estadomuy cerca de pasmar ami viejaexperiencia. Estoy al corriente de lo que acaba de hacer con la Carlotta, la Sorelli y la pequeñaJammes, como por algunas otras en las que ha adivinado admirables cualidades, talento, o genio.(Sabeustedmuybienaquiénmerefierocuandoescriboestaspalabras.NosetrataevidentementedelaCarlotta,quecantacomounajeringayquenuncadebióhaberabandonadolosAmbassadeursnielcaféJacquin;nidelaSorelli,cuyoéxitosedebesóloalacarrocería;nidelapequeñaJammes,quebailacomounavacaenunprado.YtampocomerefieroaChristineDaaé,cuyogenioesevidente,peroalaquedejaustedconceloenvidiosoalmargendetodoestrenoimportante).Enfin,esustedlibredeadministrarsupequeñonegociocomoleplazca,¿noescierto?Detodasformas,desearíaaprovecharelhechodequeaúnnohayapuestoaChristineDaaédepatitasenlacalleparaoírlaestanocheenelpapeldeSiebel,yaqueeldeMargarita,despuésdeltriunfodelotrodía,leestáprohibido.Leruego-tambiénquenodispongademipalconihoynilosdíassiguientes,yaquenoterminarémicartasinconfesarlehastaquépuntomehevistodesagradablementesorprendidoalllegaralaÓperaenestosúltimos tiempos, al enterarme de quemi palco había sido alquilado en la taquilla, por órdenes deusted.

Enunprincipionoheprotestadoporquesoyenemigodelescándalo,despuésporqueimaginéquesuspredecesores,losseñoresDebienneyPoligny,quesiempresecomportarondeformaencantadoraconmigo,habíandescuidadoantesdesumarchadehablarledemispequeñasmanías.PeroacaboderecibirlarespuestadelosseñoresDebienneyPolignyamipeticióndeexplicaciones,respuestaqueme prueba que están ustedes al corriente de mi pliego de condiciones y que, por consiguiente, seburlandemídeformaofensiva.¡Siquierenquevivamosenpaz,elcaminomásapropiadonoeseldeempezarporquitarmeelpalco!Conayudadeestaspequeñasobservaciones,leruegomeconsidere,señordirector,comoasumáshumildeyobedienteservidor.

Firmado:F.delaópera.

EstacartaibaacompañadadeunextractodelaseccióndecorrespondenciadelaRevueThéatrale,enlaqueseleíalosiguiente:

«F. de la Ó.: R. y M. no tienen excusa. Les hemos advertido y entregado su pliego decondiciones.Saludos».

En cuanto al señor Firmin Richard terminó de leer, la puerta del despacho se abrió y el señorMoncharmin se encaminó hacia él, llevando en lamano una carta idéntica a la que había recibido sucolega.Semiraron,echándoseareíracarcajadas.

—Labromacontinúa—dijoelseñorRichard—.¡Peroyanotienegracia!

—¿Qué significa esto? —preguntó el señor Moncharmin—. ¿Acaso creen que porque han sidodirectoresdelaóperavamosaconcederlesunpalcoaperpetuidad?

Pues tanto para el primero como para el segundo, la doble carta era sin duda el fruto de lacolaboraciónbromistadesuspredecesores.

—¡Noestoydehumorparadejarmetomarelpelopormuchotiempo!—declaróFirminRichard.—¡Soninofensivos!—observóArmandMoncharmin.—¿Quéquerránenrealidad?¿Unpalcoparaestanoche?ElseñorFirminRicharddiolaordenasusecretariodeenviarelpalconúmero5delprimerpisoa

losseñoresDebienneyPoligny,sinosehabíayavendido.Noloestaba.Lareservalesfueinmediatamenteenviada.LosseñoresDebienneyPolignyvivían,el

primeroenelfinaldelacalleScribeydelbulevardelosCapucines;elsegundoenlacalleAuber.Lasdos cartas del fantasmade laÓpera habían sido echadas al buzón del bulevar de losCapucines. FueMoncharminquienprimerolonotóalmirarlossobres.

—¡Yaloves!—dijoRichard.Se encogieronde hombros y lamentaronque gentes de esta edad se divirtieran aún con juegos tan

inocentes.—¡Porlomenospodíanhabersidoeducados!—observóMoncharmir—.¿Hasvistocómonostratan

acercalaCarlotta,delaSorelliydelapequeñaJammes?—Mira, querido amigo, esas gentes están enfermas de envidia… Cuando pienso que han llegado

inclusoapagarunespacioenlaseccióndecorrespondenciadelaRevueThéâtrale…¿Esquenotienenotracosaquehacer?

—¡A propósito! —añadió Moncharmin—, parecen interesarse mucho por la pequeña ChristineDaaé…

—¡Sabestanbiencomoyoqueesamuchachatienefamadeprudente!—respondióRichard.—¡Sehaganadotanrápidamentelafama!—replicóMoncharminr—.¿Acasonotengoyofamadeser

entendidoenmúsica?Puesnoconozcoladiferenciaentrelaclavedesolyladefa.—Tranquilízate.Nuncahastenidoesafama—declaróRichard.Enestepunto,FirminRicharddioalujierlaordendehacerpasaralosartistasque,desdehacíados

horas,sepaseabanporelgrancorredordelaadministraciónesperandoquelapuertadeladirecciónseabriera,puertatraslacuallesesperabalagloria,eldinero…,oeldespido.

Eldíatranscurrióentrediscusiones,conversaciones,firmasorupturasdecontratos;poresolesruegoquecreanqueaquellanoche,ladel25deenero,nuestrosdosdirectores,cansadosporunadurajornadadeiras,intrigas,recomendaciones,amenazasymanifestacionesdeamorodeodio,seacostarontempranosintenersiquieralacuriosidaddeiraecharunaojeadaalpalcon°5parasabersilosseñoresDebienneyPolignyencontrabandesugustoelespectáculo.Laóperanosehabíacerradodesde lamarchade laantigua dirección, y el señor Richard había continuado con las pocas obras necesarias en curso sininterrumpirlasrepresentaciones.

Alamañanasiguiente,losseñoresRichardyMoncharminencontraronensucorreo,porunlado,unacartadeagradecimientodelfantasma,quedecíaasí:

MiqueridoDirector:

Gracias.Encantadoravelada.Daaéexquisita.Cuiden los coros.LaCarlotta,magníficoybanalinstrumento.Leescribiréprontoacercadelos240.000francos,exactamente233.424francoscon70céntimos, teniendo en cuenta que los señores Debienne y Poligny me han hecho llegar los 6.575francoscon30céntimosquerepresentanlosdiezprimerosdíasdemipensióndeesteaño,dadoquesusprivilegiosfinalizaronel10porlanoche.

Suservidor,EdelaO.

Y,porotrolado,unacartadelosseñoresDebienneyPoligni:

Señores.Lesagradecemossuamableatención,perocomprenderánfácilmentequelaperspectivadevolver

aoírFausto,pormuyagradablequeseaparalosantiguosdirectoresdelaópera,nopuedehacernosolvidar que no tenemos ningún derecho a ocupar el palco n° 5 del primer piso, que perteneceexclusivamenteaaqueldelquetuvimosocasióndehablarlealreleerconustedes,porúltimavez,elpliegodecondiciones,últimopárrafodelartículo63.

Rogamosaceptennuestroagradecimiento,señores,etcétera.

—¡Bueno, estos tipos ya empiezan a fastidiarme! —declaró violentamente Firmin Richard,rompiendolacartadelosseñoresDebienneyPoligny.

Aquellanoche,elpalcon°5fuevendido.A lamañana siguiente, al llegar a sudespacho, los señoresRichardyMoncharminencontrabanun

informedel inspectorsobre loocurrido lanocheanteriorenelpalcon°5delprimerpiso.Heaquíelpasajeesencialdelinforme,queesbreve:

«Mehevistoenlanecesidad—escribeel inspector—,derecurrirestanoche—elinspectorhabíaescrito su declaración la víspera por la noche— a un guardiamunicipal para hacer evacuar por dosveces, alprincipioya lamitaddel segundoacto, elpalconº5.Losocupantes,quehabían llegadoalcomienzodelsegundoacto,provocabanunverdaderoescándaloconsusrisasycomentariosridículos.Asualrededorseoíanreclamacionesyenlasalalagenteempezabaaprotestar,cuandolaacomodadoravinoenmibusca.Entréenelpalcoyexpresélascorrespondientesadvertencias.Aquellaspersonasnoparecían estar en su sano juicio y me dieron excusas estúpidas. Les advertí que, sí se repetía elescándalo,meveríaobligadoahacerevacuarelpalco.Aúnnohabíaterminadodesalir,cuandovolvíaoírsusrisasylasprotestasdelasala.Regreséencompañíadeunguardiamunicipal,queleshizosalir.Reclamaron,siempreentrerisas,ydeclararonquenoseiríansinoselesdevolvíaeldinero.Finalmentesecalmaronylosdejévolveralpalco;almomento,lasrisasvolvieronaempezar,yestavezlosexpulsédefinitivamente».

—¡Quetraiganalinspector!—gritóRichardasusecretario,queyahabíaleídoelinformeylohabíasubrayadoconunlápizazul.

El secretario, señor Rémy —veinticuatro años, bigote fino, elegante, distinguido, muy buenapresencia, que llevaba una levita entallada, obligatoria de trabajo en aquella época, era un hombreinteligentepero tímidoantesu jefe,ganaba2.400francosdesueldoanual,pagadosporeldirector.Su

trabajoconsistíaen revisar losperiódicos,contestar lascartas,distribuir lospalcosypasesde favor,concertar las citas, conversar con los que hacen antesala, visitar a las artistas enfermas, buscar lassuplentes,coordinaralosjefesdepersonal,antetodo,eraelcerrojodeldespachodeldirector,aunquenorecibieraporelloningúntipodecompensaciónypudieraserdespedidodelanochealamañana,yaque,supuestonoestáreconocidoporlaadministración—,elsecretario,pues,queyahabíamandadoabuscaralinspector,diolaordendehacerlopasar.

Elinspectorentróunpocoinquieto.—Explíquenosquéhapasado—dijoRichardconbrusquedad.Elinspectorfarfullóinmediatamenteehizoalusiónalinforme.—Perobueno,esaspersonas,¿dequésereían?—preguntóMoncharmin.—Señor director, parecían haber cenado bien y más predispuestos a reír que a escuchar buena

música.Nadamásllegaryentrarenelpalcollamaronalaacomodadora,quelespreguntóquéocurría.Entoncesledijeron:

»—Mireustedenelpalco,¿nohaynadie,noescierto?…»—No—respondiólaacomodadora.»—Puesbien—afirmaron—,cuandoentramosoímosunavozquedecíaquehabíaalguien».ElseñorMoncharminnopudodejardemiraraRichardsinsonreírse,peroéstenosonreíaenlomás

mínimo.Habíayarecibidotantasvecesestetipodebromasquenolefuedifícilreconocerenelrelatoque,delamaneramásingenuadelmundo,lehacíaelinspector,todaslascaracterísticasdeunadeesasbromascruelesquediviertenalprincipioaaquellosaquienesvandirigidas,peroqueluegoterminanporenfurecerlos.

El señor inspector, para ganarse la simpatía de Moncharmin, que sonreía, había creído que suobligaciónerasonreírtambién.Desgraciadasonrisa.LamiradadeRichardfulminóalempleado,quienadoptódeinmediatounaexpresióncompungida.

—Pero,bueno,cuandollegóesagente—preguntórugiendoelterribleRichard—,¿nohabíanadieenelpalco?

—Nadie, señordirector, ¡nadie!Nienelpalcode laderecha,nienelde la izquierda.Se lo juro.Pongolasmanosenelfuego.Estodemuestraquesetratadeunabroma.

—¿Yquédijolaacomodadora?—¡Oh!Paralaacomodadoratodoesmuysencillo,dicequeeselfantasmadelaópera.¡Vaya!Yelinspectorrióburlón.Perosediocuentadequehabíavueltoaequivocarse,puestoqueapenas

acababadepronunciarestaspalabras,laexpresióndeRichardpasódesombríaafuriosa.—¡Que busquen a la acomodadora! —ordenó—. ¡Inmediatamente! ¡Y que me la traigan! ¡Y que

despidanatodaesagente!El inspector quiso protestar, peroRichard le cerró la boca con un temible: «¡Cállese!».Después,

cuandoloslabiosdeldesgraciadoinspectorparecieroncerrarseparasiempre,eldirectorleordenóquevolvieraaabrirlos.

—¿Quéesesodel«fantasmadelaÓpera»?—sedecidióapreguntarconungruñido.Peroelinspector,eraahoraincapazdepronunciarunapalabra.Dioaentendermedianteunamímica

desesperadaquenosabíanada,omásbienquenoqueríasabernada.—¿HavistoustedalfantasmadelaOpera?

Conunenérgicomovimientodecabeza,elinspectornegóhaberlovistojamás.—¡Peorparausted!—declarófríamenteRichard.Elinspectorabrióunosojosenormes,unosojosquesesalíandelasórbitas,parapreguntarporqué

eldirectorhabíapronunciadoaquelsiniestro«¡Peorparausted!».—¡Porquevoyaajustarleslascuentasatodosaquellosquenolehayanvisto!—explicóeldirector

—.Dadoqueestáentodaspartes,noesadmisiblequenoseleveaenninguna.¡Megustaquelagentecumplaconsuobligación!

CAPÍTULOV

CONTINUACIÓNDE«ELPALCON°5»

Dicho esto, el señor Richard dejó de ocuparse del inspector y trató diversos asuntos con suadministrador, que acababa de entrar. El inspector pensó que ya podía irse y, con sumo cuidado, deespaldas,seacercabayaalapuertacuandoelseñorRichard,aldarsecuentadelamaniobra,paralizóaldesgraciadomedianteunestruendo:«¡Nosemueva!».

GraciasalasdiligenciasdeRémy,habíanidoabuscaralaacomodadora,queeraporteraenlacalledeProvence,adospasosdelaÓpera.Notardóenentrar.

—¿Cómosellamausted?—MamáGiryMeconocebien,señordirector.SoylamadredelapequeñaGiry,esdecir,lapequeña

Meg.LodijoconuntonorudoysolemnequeporunmomentoimpresionóalseñorRichard.Miróamamá

Giry(chalsuelto,zapatosgastados,viejovestidodetafetán,sombrerocolorhollín).Eraevidente,porlaactituddeldirector,queéstenoconocíaenabsolutoono recordabahaberconocidoamamáGiry,«nisiquieraalapequeñaMeg».PeroelorgullodemamáGiryeratalqueestacélebreacomodadora(muchometemoquesunombrediolugaralapalabra«giries»,bienconocidaenlajergadeentrebastidores.Porejemplo:siunaartistareprochaaunacompañerasuschismes,suscotilleos.Ledirá:«Esoespropiodegiries»)imaginabaserconocidaportodoelmundo.

—¡No laconozco!—terminópordecireldirector—,peroseñoraGiry,estono impidequequierasaberquésucedióayernocheparaqueustedyel inspectorsevieranobligadosarecurriraunguardiamunicipal…

—Precisamentequeríayoverlo,señordirector,yhablarleparaquenoleocurranaustedlasmismasdesgraciasquealosseñoresDebienneyPoligny…Tampocoellos,alprincipio,queríanescucharme…

—Nolepreguntonadadetodoeso.¡Lepreguntoquéocurrióanoche!MamáGiryenrojecióde indignación.Jamáslehabíanhabladoensemejante tono.Selevantócomo

para marcharse, recogiendo ya los pliegues de su falda y agitando con dignidad las plumas de susombrerocolorhollín;pero,cambiandodeparecer,volvióasentarseydijoconvozaltiva:

—¡Ocurrióqueestánmolestandoalfantasma!Enestepunto,envistadequeRichardibaaestallar,Moncharminintervinoydirigióelinterrogatorio,

delqueresultóquemamáGiryencontrabaperfectamentenaturalqueseoyeraunavozdiciendoquehabíagenteenunpalcodondenohabíanadie.Nopodíaexplicarseestefenómeno,quenoeranuevoparaella,másqueporlaintervencióndelfantasma.Alfantasmanadiepodíaverloenelpalcoperotodoelmundopodía oírlo. Ella, sí, lo había oído amenudo, y podía creérsela puesto que nomentía jamás. Podíanpreguntar a los señoresDebienneyPolignyy a todos los que la conocían, y también al señor IsidoreSaack,aquienelfantasmahabíarotounapierna.

—¿Ah,sí?—interrumpióMoncharmin—.¿ElfantasmaleharotolapiernaalpobreIsidoreSaack?MamáGiry abrió de par en par unos ojos en los que se leía su extrañeza ante tamaña ignorancia.

Finalmente,consintióeninformaraaquellosdospobresinocentes.Lacosahabíaocurridoentiemposde

los señores Debienne y Poligny, siempre en el palco n° 5, y también durante una representación delFausto.

MamáGirytose,aclarasuvoz…empieza…,sediríaquesepreparaparacantartodalapartituradeGounod.

—Ocurrióasí,señor.AquellanocheseencontrabanenprimerafilaelseñorManieraysuesposa,loslapidariosdelacalleMogador;y,detrásdelaseñoraManiera,suamigoíntimo,elseñorIsidoreSaack.CantabaMefistófeles(mamáGirycanta):«Vosqueoshacéisladormida»,yentonceselseñorManieraoyeensuoídoderecho(sumujerseencontrabaasuizquierda)unavozqueledice:«¡ja,ja!¡NoesJulielaquesehaceladormida!»(suesposasellamaprecisamenteJulie).ElseñorManierasevuelvehacialaderechaparaverquiéneselquelehablaasí.¡Nadie!Sefrotalasorejasysediceasímismo:«¿Estarésoñando?».Enaquelmomento,Mefistófelescontinuabaconsucanto…Pero,¿estaréquizásaburriendoalosseñoresdirectores?

—¡No,no!Continúe…—Son ustedes muy amables. (Una mueca de mamá Giry). Pues bien, Mefistófeles continuaba su

canción(mamáGirycanta):«Catalinaalaqueadoro/¿porquénegar/alamantequeosimplora/unbesotandulce?»;einmediatamenteelseñorManieraoye,siempreensuoídoderecho,lavozqueledice:«¡Ja,ja!NoseríaJulielaquenegaseunbesoaIsidore».Sevuelvebruscamente,pero,estavez,haciaelladodesuesposaeIsidore,¿yquéesloqueve?AIsidorequehabíatomadopordetráslamanodesuesposayquellenabadebesoselpequeñohuecodesuguante…Talcomolescuento,misseñores(MamáGirycubredebesoseltrozodecarnequedejaaldesnudosuguantedeseda).Entonces,comopuedensuponer,lascosasnoquedaronasí.¡Zas!¡Zas!ElseñorManiera,queeraaltoyfuertecomousted,señorRichard,soltóunpardebofetadasalseñorIsidoreSaack,queeradelgadoydébilcomoelseñorMoncharmin,yesperonofaltaralrespetoqueledebo.Fueunescándalo.Enlasalagritaban:«¡Basta!¡Basta!…¡Vaamatarlo!».Finalmente,elseñorSaackpudoescapar…

—Asíqueelfantasmanolerompiólapierna—comentóMoncharmin,unpocoofendidodequesufísicolecausaraamamáGirytanmediocreimpresión.

—Selarompió,señor—replicómamáGiryconvozdura(yaquehabíaentendidomuybieneltonohiriente)—.Selarompióenlaescalinatagrandequeélbajabademasiadoaprisa,señor.¡Ytanbienquetardaráensubirla,yalocreo!

—¿FueelfantasmaquienlecontólasfrasesquepronuncióeneloídoderechodelseñorManiera?—pregunta, siempre con una seriedad a la que encuentra de lo más cómica, el juez de instrucciónMoncharmin.

—No,señor.MelocontóelmismoseñorManiera.Así…—¿Perohahabladoustedconelfantasma,miqueridaseñora?—Comohabloahoraconusted,miqueridoseñor…—Ycuandolehablaelfantasma,¿quéledice?—¡Puesbien,medicequelelleveunasilla!Con estas palabras, pronunciadas solemnemente, el rostro demamáGiry se volvió demármol, de

mármolamarillo,veteadoporestríasrojas,comoeldelascolumnasquesostienenlaescalinataprincipalyalquesellamamármolsarrancolin.

Esta vez, Richard se echó a reír coreado por Moncharmin y por el secretario Rémy; pero,

escarmentadoporlaexperiencia,elinspectornoreía.Apoyadoenlapared,sepreguntaba,manoseandofebrilmentesusllavesenelbolsillo,cómoibaaterminaraquellahistoria.Y,cuantomás«altanero»eraeltonodemamáGiry,mástemíalacóleradeldirector.Peroantelahilaridaddelosdirectores,laseñoraseatrevíaavolverseamenazadora,¡amenazadoradeverdad!

—¡Enlugardereírsedel fantasma—exclamóindignada—,haríanustedesmejorhaciendocomoelseñorPoligny,quiensediocuentaporsímismo…!

—¿Sediocuentadequé?—preguntaMoncharmin,quenuncasehabíadivertidotanto.—¡Delfantasma!…¿Dequiénvaaser?…¡Mirenustedes!…(Secalmaderepenteyaquejuzgaqueelmomentoesgrave).¡Mirenustedes!…Meacuerdocomosi

fuera ayer. En aquella ocasión tocaban La judía. El señor Poligny había querido asistir él solo a larepresentación,enelpalcodelfantasma.LaseñoraKrausshabíaconseguidounéxitoloco.Acababadecantar,comoustedessaben,lapartedelsegundoacto(mamáGirycantaamediavoz):

Cercaaaquelqueamoquierovivirymorir,ylamismamuerte,nonospuededesunir.

—¡Bien,bien!Meacuerdo—reconoceconunasonrisadesalentadoraelseñorMoncharmin.PeromamáGirycontinúaamediavoz,haciendobalancearlaplumadesusombrerocolorhollín:

¡Marchemos!Aquí,enloscielos,lamismasuerteahoranosesperaalosdos.

—¡Sí,sí!Losabemos…—repiteRichard,impacientedenuevo—.¿Yentonces?¿Quémás?—Yentonces, sigueelmomentoenqueLeopoldoexclama:«¡Huyamos!»,¿noescierto?,ycuando

Eleazar losdetienepreguntándoles: «¿Adóndecorréis?».Puesbien,precisamente en esemomento, elseñorPoligny,alqueobservabadesdeelfondodeunpalcodeal lado,quesehabíaquedadolibre,selevantó de golpe y salió rígido como una estatua. No tuve tiempo más que para preguntarle, comoEleazar:«¿Adóndevausted?».Peronomecontestóyestabamáspálidoqueunmuerto.Lomirébajarlaacera,peronofueélquienserompiólapierna…Sinembargo,caminabacomoenunsueño,comoenunmalsueño,ynisiquieraencontrabaelcamino,élquealardeabadeconocerbienlaOpera.

AsíhablómamáGiry,ycallóparacomprobarelefectoquehabíaproducido.LahistoriadePolignyhabíahechobajarlacabezaaMoncharmin.

—Nadadetodoestomeexplicaenquécircunstanciasycómoelfantasmadelaóperalepidióaustedunasilla—insistiómirandofijamenteamamáGiry.

—Puesbien,apartirdeaquellanoche…,yaqueapartirdeaquellanochedejaronporfintranquiloalfantasma…yanointentaronsacarlesupalco,losseñoresDebienneyPolignydieronórdenesparaqueseloreservasenentodaslasfunciones.Entonces,cuandollegaba,mepedíasusilla…

—¡Uy, uy, uy! ¿Un fantasma que pide una silla? ¿Es acaso una mujer su fantasma? —preguntóMoncharmin.

—No,elfantasmaesunhombre.—¿Cómolosabeusted?—Tienevozdehombre.¡Oh!,unavozdehombremuysuave.Ledirécómoocurrenlascosas.Cuando

vienea laÓpera,suele llegarhacia lamitaddelprimeracto,da tresgolpecitossecosenlapuertadelpalcon°5.¡Imagínenseustedeslointrigadaqueestuvelaprimeravezqueoíesostresgolpes,puessabíaperfectamentequeaúnnohabíanadieenelpalco!Abrolapuerta.Escucho.Miro.¡Nadie!

Ydespués,oigodeprontounavozquemedice:«SeñoraJules—éseeraelapellidodemidifundomarido—,unasilla,porfavor».Consupermisoseñordirector,mequedécomountomate…Perolavozcontinuó:«¡Noseasuste,señoraJules,soyyo,elfantasmadelaÓpera!».Miréhaciadondeveníalavozque,porotraparte,eratanamableytan«acogedora»quecasinomedabamiedo.Lavoz,señordirector,estabasentadaenelprimersillóndelaprimerafilaaladerecha.

Aunquenovieraanadieenelsillón,habríapodidojurarquehabíaalguienallí,yquehablaba,yleaseguro,alguienmuybieneducado.

—¿Estabaocupadoelpalcoaladerechadelpalcon°5?—preguntóMoncharmin.—No. El palco n° 7, al igual que el palco n° 3 a la izquierda, no estaban aún ocupados. El

espectáculoacababadeempezar.—¿Yquéhizousted?—Puesbien,letrajelabanqueta.Evidentemente,noeraparaélparaquienpedíaunasilla,erapara

sudama.Peroaellanolaheoídonivistojamás…¿Qué? ¿Cómo? ¡Ahora resulta que el fantasma tenía esposa! La doble mirada de los señores

Moncharmin y Richard pasó de mamá Giry al inspector que, detrás de la acomodadora, agitaba losbrazosconeldeseodehacerrecaersobreéllaatencióndesusjefes.Conairedesoladosegolpeabalafrente con el índice, para dar a entender a los directores quemamá Jules estaba completamente loca,pantomima que convenció definitivamente a Richard a prescindir de un inspector que mantenía a suservicioaunaalucinada.Labuenamujercontinuaba,dedicadaporenteroasufantasma,alabandoahorasugenerosidad.

—Alfinaldelespectáculomedasiempreunamonedadecuarentasous,avecesinclusociensous,yotras hasta diez francos, cuando ha pasado varios días sin venir. Desgraciadamente, desde que hanempezadoaimportunarlo,nomedaabsolutamentenada…

—Perdón, mi querida señora… (nuevo aleteo de la pluma del sombrero color hollín ante tanpersistentefamiliaridad),perdón…Pero¿cómoselasarreglaelfantasmaparadarlesuscuarentasous?—interrogaMoncharmin,quehabíanacidocurioso.

—¡Bah!Losdejasobrelamesitadelpalco.Losencuentroallíjuntoconelprogramaquesiempreletraigo.Haytardesenlasqueencuentroinclusofloresenmipalco,unarosaquehabrácaídodelescotedésudama…Estoyseguradequevienealgunavezconunaseñoraporqueundíaolvidaronunabanico.

—¡Ajá!¿Conqueelfantasmaolvidóunabanico?Y,¿quéhizoustedconél?—Puesbien,selodevolvíalaprimeraoportunidad.Aquísedejóoírlavozdelinspector:—Nohaseguidoustedelreglamento,señoraGiry.Lepondréunamulta.—¡Cálleseusted,imbécil!(vozdebajodeFirminRichard).—¡Lellevóustedelabanico!¿Yentonces?

—Y entonces, se lo llevaron, señor director; no volví a encontrarlo al final del espectáculo. Lapruebaestáenquedejaronensulugarunacajadebombonesingleses,deesosquemegustantanto,señordirector.Esunadelasamabilidadesdelfantasma…

—Estábien,señoraGiry…Puedeustedretirarse.Después de quemamáGiry hubo saludado respetuosamente, no sin cierta dignidad, que jamás la

abandonaba,alosdosdirectores,éstoscomunicaronalinspectorqueestabandecididosaprescindirdelosserviciosdeesaviejaloca…Ydespidieronalseñorinspector.

Cuandoelseñorinspectorsehuboretirado,trasconversaracercadesudedicaciónalaempresa,losdirectores advirtieron al administrador que preparara la cuenta del señor inspector. Cuando seencontraronsolos,losdirectoressetransmitieronsimultáneamenteelmismopensamiento,eldeiradarunavueltaporelpalcon°5.

Yhastaallílosseguiremos.

CAPÍTULOVI

ELVIOLÍNENCANTADO

ChristineDaaé,víctimadeintrigassobrelasquenosreferiremosmástarde,novolvióporuntiempoatenerotrotriunfocomoeldelafamosaveladadegala.Sinembargo,apartirdeésta,habíatenidolaocasión de hacerse oír en la ciudad, en casa de la duquesa de Zúrich, donde cantó los más bellosfragmentosdesurepertorio.Asíescómoelgrancrítico,X.Y.Z.,queseencontrabaentrelosinvitadosnotables,seexpresaalrespecto.

«CuandoselaoyeenHamlet,unosepreguntasiShakespearehavenidodelosCamposElíseosparahacerleensayarOfelia…Tambiénesciertoque,cuandociñe ladiademadeestrellasde la reinade lanoche,Mozart,por suparte,debeabandonar lasmoradaseternasparaveniraescucharla.Perono,notieneporquémolestarse,yaquelavozagudayvibrantedelamágicaintérpretedesuFlautamágicasubealCielo,elcualescalaconsoltura,aligualquehasabido,sinesfuerzo,ascenderdesuchozaenlaaldeadeSkotelofalpalaciodeoroymármolconstruidoporGarnier».

Pero,despuésdelaveladadeladuquesadeZúrich,Christineyanovuelveacantarenpúblico.Elhechoesqueporestaépocarechazacualquierinvitación,cualquiermensaje.Sindarpretextoplausiblealguno, renunciaaaparecerenuna fiestadecaridada laqueanteriormentehabíaprometidosuayuda.Actúacomosinofuerayadueñadesudestino,comosituvieramiedodeunnuevotriunfo.

SupoqueelcondedeChagny,paracomplacerasuhermano,habíarealizadogestionesmuyactivasensufavorconelseñorRichard.Ella leescribióparadarle lasgraciasypararogarlequenovolvieraahablar de ella a sus directores. ¿Cuáles podían ser las razones de una actitud tan extraña? Unospretendíanquetodoelloocultabauninconmensurableorgullo,otrosvieronenellounadivinamodestia.Noseestanmodestocuandoseestáenelteatro.Enrealidad,nosésideberíaescribirsimplementeestapalabra: terror. Sí, creo que Christine Daaé tenía por aquel entonces miedo de lo que acababa deocurrirleyqueestabatanperplejacomotodoelmundoasualrededor.¿Estupefacta?¡Vamos!Tengoaquíuna carta deChristine (colección del Persa) que se refiere a los acontecimientos de esta época. Puesbien,despuésdehaberlareleído,noescribirénuncaqueChristineestabaestupefacta,nisiquieraasustadaporsutriunfo,sinohorrorizada.Sí,sí…,horrorizada.«¡Yanomereconozcoamímisma!»,dice.

¡Lapobre,puraydulceniña!Nosedejabaverenningunaparte,yelvizcondedeChagnyintentóenvanocruzarseensucamino.Le

escribióparapedirlepermisoparavisitarlaensucasa,yyahabíaperdidolaesperanzaderecibirunarespuesta,cuandounamañanaellalehizollegarlasiguientenota:

«Señor,noheolvidadoalniñoquefueabuscarmichalalmar.Nopuedoevitarescribirleesto,hoyquepartoparaPerros,llevadaporundebersagrado.Mañanaeselaniversariodelamuertede'mipobrepapá,aquienustedconocióyqueleapreciaba.Estáenterradoallí,consuviolín,enelcementerioquerodea lapequeña iglesia,alpiede la laderadonde, siendoaúnmuyniños,tantojugamos;albordedeaquellacarreteradonde,yaunpocomáscrecidos,nosdijimosadiósporúltimavez».

EncuantorecibióestanotadeChristineDaaé,elvizcondedeChagnyseprecipitósobreunaguíadeferrocarriles,sevistióatodaprisa,escribióalgunaslíneasqueelmayordomoentregaríaasuhermanoyse precipitó en un coche que, por cierto, lo dejó demasiado tarde en el andén de la estación deMontparnasseparacogereltrendelamañanaconelquecontaba.

Raoul pasó un día angustioso y no recuperó el gusto por la vida hasta la tarde, cuando se vioinstaladoensuvagón.AlolargodetodoelviajereleyólanotadeChristine,aspirósuperfume;resucitólaimagendesusañosjóvenes.PasótodalanocheeneltrensumidoenunsueñofebrilqueteníacomoprincipioyfinaChristineDaaé.ComenzabaadespuntareldíacuandoseapeóenLannion.CorrióhacialadiligenciadePerros-Guirec.Eraelúnicoviajero.Interrogóalconductor.Supoquelavísperaporlanocheunajoven,queparecíaparisina,sehabíahechoconduciraPerrosysehabíaapeadoenlaposadadel Sol Poniente.No podía tratarsemás que deChristine.Había venido sola. Raoul dejó escapar unprofundosuspiro.EnaquellasoledadibaapoderhablarconChristineenplenatranquilidad.Laamabatantoquenopodíanirespirarsinella.Estejovenquehabíadadolavueltaalmundoeracomounavirgenquenohubieradejadojamáslacasadesumadre.

Conformeseibaacercandoaella,recordabacondevociónlahistoriadelapequeñacantantesueca.Muchosdeesosdetallessonaúnignoradosporelgranpúblico.

Habíaunavez,enunapequeñaaldeadelosalrededoresdeUpsala,uncampesinoquevivíaallíconsu familia, cultivando la tierradurante la semanaycantandoenelcoro losdomingos.Estecampesinoteníaunahijapequeñaalaqueenseñóadescifrarelalfabetomusicalmuchoantesdequeaprendieraaleer. Papá Daaé era, sin darse quizá muy bien cuenta, un gran músico. Tocaba el violín y estabaconsideradocomoelmejormúsicodepueblode todaEscandinavia.Sureputaciónseextendíapor losalrededoresylagentesedirigíasiempreaélparahacerbailaralasparejasenlasbodasylasfiestas.LaseñoraDaaé,paralítica,muriócuandoChristineteníaseisaños.Inmediatamente,elpadre,quenoqueríamásqueasuhijayasumúsica,vendió laspocas tierrasque teníaysemarchóaUpsalaenbuscadegloriayfama.Noencontrómásquemiseria.

Entonces,volvióalcampo,yendodeferiaenferia,tocandosusmelodíasescandinavas,mientrassuhija,quenoleabandonabajamás,leescuchabaconéxtasisoleacompañabacantando.Undía,enlaferiadeLimby,elprofesorValériuslosoyóyselosllevóaGotemburgo.Pretendíaqueelpadreeraelmejorviolinista del mundo, y que la hija tenía pasta de gran artista. Se procedió a la educación y a lainstruccióndelaniña.Entodaspartesdeslumbrabaatodosporsubelleza,sugraciaysuafándeesmeroydebienhacer.Suevoluciónerarápida.Entretanto,elprofesorValériusysumujersevieronobligadosa venir a instalarse enFrancia.Trajeron con ellos aDaaé y aChristine.La señoraValérius trataba aChristinecomoasuhija.Encuantoalbuenhombre,comenzabayaalanguidecerañorandosutierra.EnParís,nosalíajamás.Vivíaenunaespeciedesueñoqueentreteníaconsuviolín.Durantehorasenterasseencerrabaensuhabitaciónconsuhijayselesoíatocarelviolínycantarconmuchadulzura,conmuchadulzura.Aveces,laseñoraValériusveníaaescucharlosdetrásdelapuerta,dejabaescaparunprofundosuspiro,seenjugabaunalágrimayvolvíaamarcharsedepuntillas.Tambiénellasentíalanostalgiadesucieloescandinavo.

ElseñorDaaéparecíarecuperarlasfuerzastansóloenverano,cuandotodalafamiliaibaapasarlasvacaciones a Perros-Guirec, en un rincón de Bretaña que por aquel entonces era prácticamentedesconocidoporlosparisinos.Legustabamuchoelmardeestacomarca,enelquereencontraba,decía,

elmismocolordesutierra;y,amenudo,enlaplaya,tocabasusbaladasmásdolientes,pretendiendoqueel mar callaba para escucharlas. Además, tanto había suplicado a la señora Valérius, que ésta habíacedidoaotrocaprichodelviejoviolinistadepueblo.

Enlaépocadelasfiestasdelpuebloydelosbailes,partiócomoantañoconsuviolínyconderechoallevarasuhijaduranteochodías.Nadiesecansabadeescucharlos.Derramabanarmoníapatatodoelañoen lasmáspequeñasaldeasydormíanpor lasnochesengranjas, rehusando lacamadelalbergue,apretándoseenlapajaunocontraotro,comoenlostiemposdesumiseriaenSuecia.

Sin embargo, bastante bien vestidos, rehusaban los sous que les ofrecían y no pedían nada, y lasgentes,asualrededor,noentendíannadadelaconductadeaquelviolinistaquerecorríaloscaminosconaquellahermosaniñaquecantabatanbienqueunocreíaescucharaunángeldeparaíso.Losseguíadepuebloenpueblo.

Undía,unmuchachodelaciudad,queseencontrabaenlaregiónconsuinstitutriz,obligóaéstaarecorrerunlargocaminoporquenosedecidíaaabandonaraaquellaniñacuyavoztandulceytanpuraparecíahaberloencadenado.LlegarondeestemodoalbordedeunacalaalaqueaúnsellamaTrestaou.Poraquellostiemposnohabíaenaquellugarmásqueelcielo,elmarylaplayadorada.YsobretodohabíaunfuertevientoquearrastróelchaldeChristinealmar.Christinelanzóungritoyestirólosbrazos,peroelchalseencontrabayalejos,sobrelasolas.Entoncesoyóunavozqueledecía:

—Nosepreocupe,señorita,yoiréabuscarsuchalalmar.Y vio a un niño que corría, que corría, pese a las protestas indignadas de una buenamujer toda

vestidadenegro.Elniñopenetró en elmarvestidoy le trajo su chal. ¡Tanto el niño comoel chal seencontrabanenlamentableestado!Lamujerdenegronopodíacalmarse,peroChristinereíaconganasybesó al pequeño. Era el vizcondeRaoul deChagny.Vivía entonces con su tía enLannion.Durante elverano, volvieron a verse casi todos los días y jugaron juntos.Debido a la solicitud de la tía y a laintervencióndelprofesorValérius,elbuenodeDaaéaccedióadarclasesdeviolínaljovenvizconde.De este modo, Raoul aprendió a apreciar las mismas melodías que habían encantado la infancia deChristine.

Teníanaproximadamenteelmismo tipodealmasoñadoray tranquila.Nogustabanmásquede loscuentosdeviejoscondesbretones,ysujuegopreferidoconsistíaenirabuscarlosenlosumbralesdelaspuertas como si fueran mendigos. «Señora, o querido señor, ¿no sabe usted alguna historia paracontarnos,porfavor?».Yraraveznoseles«daba»algo.¿Quéviejabretonanohavisto,aunquesóloseaunavezensuvida,bailaralaskorrigans[11]sobrelosbrezos,alclarodeluna?

Pero su gran fiesta era cuando, hacia el crepúsculo, en la inmensa paz de la tarde, después de lapuestadelsolenelmar,elpadreDaaéveníaasentarseasuladoalbordedelcaminoylescontabaenvozbaja,comositemieraasustaralosfantasmasqueinvocaba,lashermosas,dulcesoterriblesleyendasde lospaísesdelNorte.Unasveceseranbellascomo loscuentosdeAndersen,otras tristescomo loscantosdelgranpoetaRuneberg.Cuandoélcallaba,losdosmuchachosdecían:«¡Otra!».

Habíaunahistoriaquecomenzabaasí:

«Unreyestabasentadoenunabarquita,sobreunadeesasaguas tranquilasyprofundasqueseabrenaligualqueunojobrillante,enmediodelosmontesdeNoruega…».

Yotradecía:

«LapequeñaLottepensabaaltiempoentodoyennada.Pájarodeestío,planeabaentrelosdorados rayos del sol, llevando en sus rubios rizos su corona primaveral. Su alma era tanclara, tan azul, como su mirada. Mimaba a su madre y era fiel a su muñeca. Cuidabaenormementesuvestido,suszapatosrojosysuviolín,perosobretodaslascosasleagradabaescuchar,adormeciéndose,alÁngeldelamúsica».

Mientraselbuenhombredecíaestascosas,Raoulmiraba losojosazulesy lacabelleradoradadeChristine.YChristine pensaba que la pequeñaLotte eramuy feliz de poder escuchar, al dormirse, alÁngel de la música. No había cuentos narrados por Daaé en los que no interviniese el Ángel de lamúsica,ylosniñosnolepedíanexplicacionesinterminablesacercadeél.Daaépretendíaquetodoslosgrandesmúsicos,todoslosgrandesartistas,recibían,porlomenosunavezensuvida,lavisitadelÁngelde lamúsica.Alguna vez elÁngel se había inclinado sobre sus cunas, como le sucedió a la pequeñaLotte; por eso existen pequeños prodigios que tocan el violín a los seis añosmejor que hombres decincuenta, locual,mediréis,esalgoabsolutamenteextraordinario.AveceselÁngelvienemuchomástardeporque losniñosno sonbuenosynoquieren aprender elmétodoydescuidan las escalas.OtrasveceselÁngelnoacudenunca,porquenosetieneelcorazónpuronilaconcienciatranquila.JamássevealÁngel,perosedejaoírporlasalmaspredestinadas.Confrecuenciallegacuandomenosloesperan,cuando están tristes y desanimadas. Entonces, el oído distingue de pronto armonías celestes, una vozdivina,yserecuerdandeellatodalavida.AquellaspersonasquehansidovisitadasporelÁngelquedancomoinflamadas.Vibranconuntemblorqueelrestodelosmortalesignora.Gozandelprivilegiodenopodertocaruninstrumentooaabrirlabocaparacantarsinproducirsonidosque,dadasubelleza,llenandevergüenzaa todos losdemássonidoshumanos.LasgentesquenosabenqueelÁngelhavisitadoaestaspersonas,dicenquesongeniales.

LapequeñaChristinepreguntabaasupadresiélhabíaoídoalÁngel.PeroelseñorDaaémovíalacabezatristemente,luegobrillabasumiradamirandoalaniñayledecía:

—¡Tú,hijamía,túleoirásundía!Cuandoestéenelcielo,teloenviaréundía,teloprometo.ElseñorDaaéempezabaporaquellaépocaatoser.Llegóelotoño,queseparóaRaouldeChristine.Volvieronaversetresañosmástarde:eranyaadolescentes.EstoocurriótambiénenPerros,yRaoul

conservóuna impresión tal que le acompañó toda su vida.El profesorValérius habíamuerto, pero laseñoraValériussehabíaquedadoenFrancia,dondesusintereseslaretenían,conelbuenDaaéysuhija,que continuaban cantando y tocando el violín, arrastrando en su sueño a su querida protectora, queparecíanovivirmásquedemúsica.EljovenhabíaidoaPerrosporcasualidadytambiénporcasualidadentróenlacasaantañohabitadaporsuamiguita.VioalprincipioalviejoDaaé,queselevantódelasillaconlágrimasenlosojosyloabrazó,diciéndolequehabíanguardadodeélunfielrecuerdo.Dehecho,nohabíapasadoundíasinqueChristinehablaradeRaoul.Elviejocontinuabahablandocuandolapuertaseabrióy, encantadoraypresurosa, la joven entró llevandoenunabandeja el té humeante.Reconoció aRaoulydejólabandeja.Unaligerallamaseextendiósobresurostroencantador.Semanteníavacilante,callada.Elpadrelesmirabaalosdos.Raoulseacercóalajovenylaabrazóaltiempoqueledabaun

beso que ella no evitó. Le hizo algunas preguntas, cumpliómuy bien su papel de anfitriona, volvió acoger la bandeja y abandonó la habitación. Después fue a refugiarse en un banco, en la soledad deljardín.Experimentabasentimientosqueagitabansucorazónadolescenteporprimeravez.Raoulvinoasuencuentro y charlaron con cierto pudor hasta la noche. Habían cambiado completamente, ya noreconocían a sus personajes, que parecían haber adquirido una importancia considerable. Eran tanprudentes como diplomáticos y se contaban cosas que no tenían nada que ver con sus nacientessentimientos. Cuando se separaron, al lado de la carretera, Raoul dijo a Christine, al tiempo quedepositabauncorrectísimobesoensumanotemblorosa:

—¡Señorita, no la olvidaré nunca! —y se marchó lamentando estas palabras, consciente de queChristineDaaénopodríaserlaesposadelvizcondedeChagny.

EncuantoaChristine,fueabuscarasupadreyledijo:—¿NoteparecequeRaoulyanoestanamablecomoantes?¡Yanolequiero!Eintentónopensarmásenél.Lolograbaconbastantedificultadysevolcóensuarte,queleocupaba

todosutiempo.Susprogresoseranmaravillosos.Losquelaescuchabanlepredecíanqueseríalaartistamásimportantedelmundo.Peroentretantomuriósupadre,ydegolpe,ellaparecióperderconélsuvoz,su alma y su genio. Le quedaba aún talento suficiente para ingresar en el Conservatorio, pero sólosuficiente. No destacó jamás, siguió las clases sin entusiasmo y obtuvo un premio simplemente paracomplaceralaancianaseñoraValérius,conlaquecontinuabaviviendo.LaprimeravezqueRaoulhabíavistoaChristineenlaópera,habíaquedadoprendadoporlabellezadelajovenyporlaevocacióndelasdulcesimágenesdeantaño,perosorprendidodesufaltadegenio.Parecíaajenaatodo.Volvióparaescucharla.La seguíapor los corredores.Laesperódetrásdeunmontante. Intentó llamar suatención.Másdeunavezlaacompañóhastalapuertadesucamerino.Peroellanoloveía.Parecía,porlodemás,no ver a nadie.Era la viva imagen de la indiferencia.Raoul sufrió por ello, porque era bella; él eratímidoynoseatrevíaaconfesarseasímismoquelaamaba.Además,ocurrióelimprevistodelaveladadegala: los cielosdesgarrados, unavozde ángel que sedejabaoír en la tierrapara el placer de loshombresysucorazónconsumido…

Además,además…estabaaquellavozdehombredetrásdelapuerta:«¡Esprecisoquemeames!».Ynadieenelcamerino…

¿Porquésehabíareídocuando,enelmomentoenqueellaabría losojos,élhabíadicho:«Soyelniñoquefuearecogersuchaldelmar»?¿Porquénolohabíareconocido?¿Yporquélehabíaescrito?

¡Oh,quélargaesestacosta…quélarga!Aquíestáelcrucedetrescaminos…Ylacolinadesierta,losbrezaleshelados,elpaisaje inmóvilbajoelcieloblanco.Loscristales tintinean,se rompenen losoídos…¡Quéruidohaceestadiligenciaquevatandespacio!Reconocelascasuchas…,lascercas, laslandas,losárbolesdelcamino…Estaeslaúltimacurvadelacarretera,despuésbajaránbruscamenteyllegaránalmar…,alagranbahíadePerros…

AsíqueellasehabíaapeadoenlaposadadeSolPoniente.¡Bueno!Nohayotra.Yademásseestámuybien.Recuerdaqueenotrostiempossecontabanallíhistoriasmaravillosas.¡Cómolatesucorazón!¿Quélediráalverlo?

LatíaTrilardeslaprimerapersonaaquienvealentrarenlaviejasaladeahumadadelaposada.Loreconoce.Losaluda.Lopreguntaquélohatraídohastaallí.Elseruboriza,ylediceque,aliraLannionpornegocios,decidió«llegarsehastaallíparasaludarla».Ella insisteenservirleeldesayuno,peroél

dice:«Dentrodeunrato».Pareceesperaralgooaalguien.Lapuertaseabre.Élseponeenpie.Nosehaequivocado: ¡ella! Él quiere decir algo, pero se contiene. Ella permanece ante él, sonriendo, nadasorprendida.Surostroestáfrescoyrosadocomounafresasilvestre.Sinduda,estáexcitadaporhabercaminadoalairelibre.Suseno,enelquelateuncorazónsincero,seagitasuavemente.Susojos,clarosespejosdepálidoazul,colordeloslagosquesueñan,inmóviles,alláenelnortedelmundo,susojosletraen tranquilamenteel reflejodesualmacándida.Elabrigodepielesestáentreabierto,descubriendounacinturaestilizada,laarmoniosalíneadesujovencuerpollenodegracia.,RaoulyChristinesemiranlargamente.LaviejaTrilardsonríey,discreta,seretira.Finalmente,Christinehabla:

—Havenidoustedynomeextrañaenlomásmínimo.Teníaelpresentimientodequeleencontraríaaquí,enestealbergue,alvolverdemisa.Alguienmelodijoallá.Sí,mehabíananunciadosullegada.

—¿Quién?—preguntaRaoul, cogiendoentre susmanos lapequeñamanodeChristine,queéstanoretira.

—Puesmipobrepadre,queestámuerto.Hubounlargosilencioentrelosdosjóvenes.LuegoRaoulreanudólaconversación:—¿Acasosupadrelehadichoquelaamo,Christine,yquenopuedovivirsinusted?Christineseruborizaprofundamenteyapartalacabeza.Diceconvoztemblorosa:—¿Amí?¡Estáustedloco,amigomío!Yseechaareírparadarse,comosueledecirse,unrespiro.—Nosería,Christine,estoesmuyserio.Ellareplica,congravedad:—Nolehehechovenirparaquemedijeraestascosas.—Ustedmeha«hechovenir»,Christine.¿Adivinópuesquesucartanomedejaríaindiferenteyque

yoacudiríaaPerros?¿Cómopudopensaresosinosabíaquelaamo?—Pensé que se acordaría de los juegos de nuestra infancia, a los que se sumabami padre tan a

menudo. En realidad, no sé muy bien qué es lo que pensé… Tal vez hice mal en escribirle… Suaparición, tan súbita, el otro día en el camerinomehabía llevado lejos,muy lejos en el pasado, y leescribí como laniñaqueyoera entonces,yquehubiera sido felizdevolver aver, enunmomentoditristezaydesoledad,asupequeñocamarada…

Por un momento guardaron silencio. Hay en la actitud de Christine algo que Raoul no encuentranatural,apesardequenoleesposibleprecisarlo.Sinembargo,nolasientehostil.Porelcontrario…,laternura desolada de sus ojos lo confirma de sobras. Pero, ¿por qué esta ternura va acompañada dedesolación?…Esoesloquenecesitasaberyloqueyairritaaljoven…

—¿Eldíaenquemevioensucamerino,fuelaprimeravezquesefijóenmí,Christine?Éstanosabementir,ydice:—¡No!Lehabíavistoyavariasvecesenelpalcodesuhermano.—Y,luego,tambiénenelescenario.—¡Losospechaba!—dijoRaoulmordiéndoseloslabios—.Peroentonces,¿porqué,cuandomevio

ensucamerino,arrodillado,haciéndolerecordarquehabíarecogidosuchaldelmar,porquémecontestócomosinomeconocierayseechóareír?

Eltonodeestaspreguntasestanbrusco,queChristinemiraaRaoulasombradaynolecontesta.Elmismojovenquedasorprendidodelasituaciónqueacabadeprovocarenelmismoinstanteenquehabíadecidido hacer oír aChristine palabras de ternura, amor y sumisión.Unmarido, un amante que tiene

todoslosderechos,nohablaríadedistintamaneraasumujeroasuqueridasilehubieraofendido.Pero,irritadode supropia torpezay encontrándose estúpido,novemás salida a esta ridícula situaciónqueadoptademostrarseodioso.

—¡Nomecontesta,usted!—exclama,rencorosoydesdichado—.Puesbien,voyacontestaryoporusted.Había enel camerinoalguienque le estorbaba,Christine. ¡Alguienencuyapresencianoqueríarevelarquepodíaustedinteresarseenunapersonaquenofueraél!…

—Sialguienmemolestaba,amigomío—lointerrumpióChristineconacentoglacial—,sialguienmeestorbabaaquellanoche,debíadeserusted,puesesaustedaquienrechacé.

—Sí…paraquedarseconelotro…—¿Quédiceusted,señor?…—exclamalajovenestremeciéndose—.¿Ydequéotrosetrata?—Deaquélaquienusteddijo:«¡Yonocantomásqueparausted!¡Estanocheleheentregadomialma

yestoymuerta!».Christine ha cogido el brazo deRaoul: lo aprieta con una fuerza insospechada en una criatura tan

frágil.—¿Entoncesescuchabadetrásdelapuerta?—¡Sí!Porquelaamo…Ylooítodo…—¿Oyóqué?Ylajoven,queextrañamentehavueltoacalmarse,soltóelbrazodeRaoul.—Elledijo:«Esprecisoquemeames».Al oír estas palabras, una palidez cadavérica se extiende por el rostro de Christine, sus ojos se

oscurecen…Vacila, está a punto de caer.Raoul se precipita hacia ella, le tiende los brazos, pero yaChristinehavencidoestedesfallecimientopasajeroysusurraenvozbaja,apenasperceptible:

—¡Diga!¡Digatodo!¡Digatodoloqueoyó!Raoullamira,vacila,nocomprendenadadeloquepasa.—¡Hableya!¿Novequemeestáhaciendosufrir?—Oítambiénloqueéllecontestódespuésdequeustedleconfesaraquelehabíaentregadosualma:

«Tualmaesextraordinariamentebella,hijamía,yteloagradezco.Nohuboemperadorquerecibieseunregalocomoéste.¡Estanochehanlloradolosángeles!».

Christinesehallevadounamanoalcorazón.ClavalamiradaenRaoulconemociónindescriptible.Esunamiradatanaguda,tanfija,quepareceladealguienquehaperdidoeljuicio.Raoulestáasustado.PerodeprontolosojosdeChristinesehumedecenyporsusmejillasdemarfilsedeslizandosperlas,dospesadaslágrimas…

—¡Christine!…—¡Raoul!…Eljovenquieretomarlaensusbrazos,peroellasedesprendedesusmanosyhuyeenlaconfusión.Mientras Christine permanecía encerrada en su habitación Raoul se hacía mil reproches por su

brutalidad;pero,porotraparte,losceloslerecorríanlasvenasencendidas.¿Porquéhabíamostradolajovensemejanteemociónalsaberquehabíandescubiertosusecreto?¡Teníaquesermuyimportante!Apesar de lo que había oído, Raoul no dudaba de la pureza de Christine. Sabía que su conducta eraintachable, y no era tan novato como para no comprender que una artista está a veces obligada a oírproposiciones amorosas. Lo cierto es queChristine había contestado que le había entregado su alma,

pero era evidente que se refería tan sólo al canto y la música. ¿Evidente? ¿Entonces, por qué esaturbación hacía un momento? ¡Dios mío, qué desgraciado era Raoul! Si hubiera podido atrapar alhombre,lavozdehombre,lehubierapedidoexplicacionesconcretas.

¿PorquéhabíahuidoChristine?¿Porquénobajaba?Rechazóeldesayuno.Estabaabatidoy sudolor eragrandealverdesvanecerse, lejosde la joven

sueca,aquellashorasquehabíaimaginadotandulces.¿Porquénoveníaarecorrerconéllaregiónqueencerraba tantos recuerdoscomunes?¿Porqué,yaqueparecíano tenernadaquehacerenPerrosydehechonohacíanada,novolvíainmediatamenteaParís?Sehabíaenteradodequeporlamañanahabíahechocelebrarunamisaporeldescansodelalmadesupadreyquehabíapasadolargashorasrezandoenlapequeñaiglesiayenlatumbadelmúsico.

Triste,desalentado,Raoulsedirigióhaciaelcementerioque rodeaba la iglesia.Empujó lapuerta.Vagó solitario entre las tumbas, descifrando las inscripciones, pero al llegar detrás del ábside vioinmediatamente un esplendoroso ramo de flores que descansaba sobre una lápida de granito y que,desbordándola,caíanenlatierrablanca.Llenabandeperfumeaquelheladorincóndelinviernobretón.Eranmilagrosasrosasrojasqueparecíanbrotadasdelanieve,aquellamismamañana.Eraunpocodevidaentrelosmuertos,yaquelamuerteestabapresenteportodaspartes.Tambiénlavidasedesprendíade la tierra que había arrojado su exceso de cadáveres. Esqueletos y calaveras se amontonaban acentenares contra el muro de la iglesia, retenidos únicamente por una fina alambrada que dejaba aldescubierto todoelmacabroedificio.Lascalaveras,apiladas,alineadascomoladrillos,sujetasen losintervalosporhuesosfuertesylimpiamenteblanqueados,parecíanformarelprimerasentamientosobreel que sehabían levantado las paredesde la sacristía.Lapuerta de la sacristía se abría enmediodeaquelosario,aligualqueenmuchasviejasiglesiasbretonas.

RaoulrezóporelalmadeDaaé,luego,tristementeimpresionadoporesassonrisaseternasquetienenlas bocas de las calaveras, salió del cementerio, subió la colina y se sentó al borde de la landa quedominaelmar.Elvientoseagitabamalignamenteporlosarenales,aullandobajolapobreytímidaluzdel día. Ésta fue cediendo, desapareció y se convirtió tan sólo en una raya lívida en el horizonte.Entonces, el viento calló.Había llegado la noche.Raoul se encontraba cercado por sombras heladas,perono sentía el frío.Todo supensamientovagabapor la colinadesiertaydesolada, toda recuerdos.Allí, en aquel lugar, había venido amenudo a la caída de la tarde con la pequeñaChristine para verdanzaralaskorrigansenelmomentoprecisoenquesalíalaluna.Porloqueaélserefiere,jamáslashabíavisto, sinembargo teníabuenavista.PeroChristine, aún siendounpocomiope,pretendíahabervistoamuchas.Sonrióaesterecuerdoy,luego,derepente,seestremeció.Unasilueta,unasiluetamuyconcreta,peroquehabíallegadohastaallísinqueningúnruidolaanunciara,unasiluetadepie,asulado,decía:

—¿Creequelaskorrigansvendránestanoche?EraChristine.Élquisohablar.Ellaletapólabocaconsumanoenguantada.—¡Escúcheme,Raoul,estoydecididaadecirlealgograve,muygrave!Suvoztemblaba.Élesperó.Ellavolvióahablar,conalgodeahogo.—¿Seacuerda,Raoul,delaleyendadelÁngeldelamúsica?—¡Claroquemeacuerdo!—dijoél—;mepareceinclusoquefueaquídondesupadrenoslacontó

porprimeravez.—Fue tambiénaquídondemedijo:«Cuandoestéenelcielo, te loenviaré».Puesbien,Raoul,mi

padreestáenelcieloyyoherecibidolavisitadelÁngeldelamúsica.—No lo dudo —contestó el joven con gravedad. Creía que su amiga, en un arrebato piadoso,

mezclabaelrecuerdodesupadreconelresplandordesuúltimotriunfo.Christine pareció ligeramente extrañada de la sangre fría con la que el vizconde de Chagny se

enterabadequehabíarecibidolavisitadelÁngeldelamúsica.—¿Cómoseloexplica,Raoul?—dijo,inclinandosupálidorostrotancercadeljovenqueéstepudo

pensarqueChristine ibaadarleunbeso,aunqueellasóloquería leer,apesarde laoscuridad,ensusojos.

—Creo—lerespondióél—queunacriaturahumananocantacomocantóustedlaotranochesinquesedéunmilagro,sinqueelCielonohayaintervenido.Noexisteenlatierramaestroalgunoquepuedaenseñarsemejantestonalidades.UstedhaoídoalÁngeldelamúsica,Christine.

—Sí—dijoellasolamente—,enmicamerino.Esallídondemedasusleccionesdiarias.Eltonoconelquedijoestoeratanpenetranteytanparticular,queRaoullamiróinquieto,comose

miraaunapersonaquediceunamonstruosidadoqueseaferraaalgunalocavisiónenlaquecreecontodaslasfuerzasdesupobrecerebroenfermo.Ahorasehabíaechadohaciaatráse,inmóvil,noeramásqueunpocodesombraenlanoche.

—¿Ensucamerino?—repitióélcomounestúpidoeco.—Sí,esallídondelooigo,ynohesidolaúnicaenoírlo.—¿Quiénmáslohaoídoentonces,Christine?—Usted,amigomío.—¿Yo?¿YoheoídoalÁngeldelamúsica?—Sí,laotranoche.Eraélelquehablabacuandoustedescuchódetráslapuertademicamerino.Fue

élquienmedijo:«Esprecisoquemeames».Peroyocreíaserlaúnicaenescucharsuvoz.Imaginepues,misorpresa,cuandoestamañanameheenteradodequeustedtambiénpodíaoírlo…Raoul se echó a reír a carcajadas. Y, en seguida, la noche se disipó en la colina desierta y los

primerosrayosdelunaenvolvieronalosjóvenes.ChristinesehabíavueltohaciaRaoulconairehostil.Susojos,porlogeneraltandulces,relampagueaban.

—¿Dequéseríetanto?¿Creeacasohaberoídounavozdehombre?—¡Exacto!—exclamó el joven, cuyas ideas comenzaban a confundirse ante la actitud agresiva de

Christine.—¡Usted,Raoul!¡Ustedesquienmediceesto!¡Unamigodelainfancia!¡Unamigodemipadre!No

loreconozco.Pero,¿quésehacreídousted?Soyunajovenhonesta,señorvizcondedeChagny,ynomeencierro con voces de hombre enmi camerino. ¡Si hubiera abierto la puerta, habría visto que allí nohabíanadie!

—¡Escierto!Cuandoustedsalió,abrílapuertaynoencontréanadieenelcamerino…—Yalove…¿Entonces?Elcondehizoacopiodetodosuvalor.—¡Entonces,Christine,creoquealguienseburladeusted!Ella lanzó un grito y huyó. Él corrió tras ella, pero lamuchacha, llena de una irritación feroz, lo

detuvoconunenérgico:—¡Déjeme!¡Déjeme!Ydesapareció.Raoulvolvióalalberguemuyabatido,muydescorazonadoymuytriste.SeenteródequeChristineacababadesubirasuhabitaciónyquehabíaanunciadoquenobajaríaa

cenar.Eljovenpreguntósiseencontrabaenferma.Labuenaposaderalecontestódeformaambiguaque,de encontrarse mal, no era nada grave y, como creía en los enfados de los enamorados, se alejóencogiéndosedehombrosydiciendoenvozbajaqueeraunalástimaveradosjóvenesdesperdiciandoenvanasdiscusioneslaspocashorasdefelicidadqueelbuenDiosleshapermitidopasarenlatierra.Raoulcenósoloenunrincóndelatrioy,comopodéisimaginar,deunaformabientriste.Mástarde,ensuhabitación,intentóleery,luego,enlacama,intentódormir.Enlahabitacióndealladonosalíaningúnruido.¿QuéhacíaChristine?¿Dormía?Ysinodormía,¿enquépensaba?Yél,¿enquépensaba?¿Acasoera capaz de decirlo? La extraña conversación que había tenido con Christine lo habrá turbado porcompleto…PensabamenosenChristinequealrededordeChristine,yese«alrededor»eratandifuso,tannebuloso,tanincomprensible,quesentíaunsingularyangustiosomalestar.

Deestemodolashoraspasabanmuylentas.Seríanmásomenoslasonceymediadelanochecuandooyó,conclaridad,pasosenlahabitacióndeallado.Eranpasosligeros,furtivos.¿EntoncesChristinenosehabíaacostado?Sinpensarenloquehacía,eljovensevistióatientas,cuidandodenohacerelmenorruido.Yesperó,dispuestoa todo.¿Dispuestoaqué?¿Losabíaacaso?ElcorazónlesaltóenelpechocuandooyóquelapuertadeChristinegirabalentamentesobresusgoznes.¿Adóndeibaaestashorasenlas que todo dormía en Perros? Entreabrió cuidadosamente la puerta y pudo ver, al claro de luna, lasiluetablancadeChristinequesedeslizabaconprecauciónporelcorredor.Alcanzólaescalera,bajó,yél, por encima de ella, se inclinó sobre la barandilla. De repente, oyó dos voces que hablabanrápidamente. Le llegó una frase: «No pierda la llave». Era la voz de la posadera.Abajo abrieron lapuertaquedabaalarada.Lavolvieronacerrarytodoquedóencalma.Raoulsedirigióinmediatamentea suhabitaciónycorrióhacia laventana,queabrió.Lablanca siluetadeChristine sedestacabaenelmuelledesierto.

ElprimerpisodelaposadadelSolPonientenoeramuyalto,yunárbolquetendíasusramasalosbrazosimpacientesdeRaoullepermitióllegarafuerasinquelaposaderapudierasospecharsuausencia.Asípues,¿cuálnofueelestuporde labuenamujer,a lamañanasiguiente,cuandole trajeronal jovencasi helado, más muerto que vivo, y cuando se enteró de que le habían encontrado tendido en lasescaleras del altar de la pequeña iglesia de Perros? Corrió a dar la noticia a Christine, que bajó alinstanteyprodigóaljoven,ayudadaporlaposadera,suscuidadosinquietos.Éstenotardóenabrirlosojosyvolviócompletamentealavidaalverasuladoelencantadorrostrodesuamiga.

¿Quéhabíasucedido?ElcomisarioMifroidtuvoocasión,unassemanasmástarde,cuandoeldramade la ópera exigió la intervención de la policía, de interrogar al vizconde de Chagny acerca de lossucesos de la noche de Perros, y he aquí de qué forma fueron transcritos en las hojas del sumario(Signatura150).

Pregunta.—¿LaseñoritaDaaéloviobajardesuhabitaciónporelcuriosocaminoqueustedeligió?Respuesta.—No,señor,no.Sinembargo,laalcancésincuidardeahogarelruidodemispasos.No

quería entonces más que una cosa, que se volviera, me viera y me reconociera. Me decía que mi

persecucióneraabsolutamenteincorrectayqueaqueltipodeespionajeeraindignodemí.Peroellanoparecióoírmey,dehecho, actuócomosiyonoestuvieraallí.Abandonócon tranquilidadelmuelleydespués, de repente, subió rápidamente por el camino.El reloj de la iglesia acababade dar las docemenoscuartoymeparecióqueel sonidode lahora lehacían forzar lamarcha,yaqueempezócasiacorrer.Llegóasíalapuertadelcementerio.

P.—¿Estabaabiertalapuertadelcementerio?R.—Sí,señor.Esomesorprendió,peronoparecióextrañarenlomásmínimoalaseñoritaDaaé.P.—¿Nohabíanadieenelcementerio?R.—Nohabíanadie.Sihubierahabidoalguien,lehabríavisto.Laluzdelalunadeslumbrabayla

nievequerecubríalatierra,alreflejarsusrayos,hacíaaúnmásclaralanoche.P.—¿Noeraposiblequehubieraalguienescondidodetrásdelastumbas?R.—No,señor.Sonunaslápidasmiserablesquedesaparecenbajolanieveycuyascrucessealzana

rasdelsuelo.Lasúnicassombraseranlasdelascrucesylasdosnuestras.Laiglesiaresplandecíadeluz.Jamáshevistosemejanteluznocturna.Eramuyhermoso,muytransparenteymuyfrío.Jamáshabíaidodenocheauncementerioeignorabaquefueraposibleunaluzsemejante,«unaluzquenopesanada».

P.—¿Esustedsupersticioso?R.—No,señor.Soycreyente.P.—¿Enquéestadodeánimoseencontraba?R.—Muyserenoytranquilo,seloaseguro.Enverdad,lainsólitasalidadelaseñoritaDaaémehabía

turbadoenunprincipioprofundamente.Pero,encuantoviquelajovenpenetrabaenelcementerio,penséqueibaacumpliralgunapromesasobrelatumbadesupadre,yencontrélacosatannaturalquerecobrétodamicalma.Sólomeextrañabaaúnelquenohubieraoídomispasos,yaquelanievecrujíabajomispies.Perodebíaestar,sinduda,absortaporsudevoción.Decidí,pues,nomolestarlay,cuandollegóalatumbadesupadre,mequedédetrásalgunospasos.Searrodillóen lanieve,hizo laseñalde lacruzyempezóarezar.Enaquelmomentodieronlasdocedelanoche.Aúnresonabalaúltimacampanadaenmisoídos, cuando vi a la joven alzar la cabeza. Sumirada se clavó en la bóveda celeste, sus brazos setendieronhaciaelastrodelanoche.Mepareciócomosiestuvieraenéxtasisyaúnmepreguntabacuálhabíasidolacausasúbitaydeterminantedeesteéxtasis,cuandoyomismolevantélacabeza,lancéamialrededor unamirada perdida y todomi ser se tendió hacia el Invisible, el invisible que nos tocabamúsica. ¡Yquémúsica! ¡Ya la conocíamos!Christineyyo lahabíamosoídoennuestra juventud.Perojamás del violín del señorDaaé había surgido un arte tan divino.En aquel instante no pude dejar derecordartodoloqueChristinemehabíaexplicadoacercadelÁngeldelamúsica,ynosupequépensarde aquellos sonidos inolvidables que, si no bajaban del cielo, no permitían adivinar su origen en latierra.Allí no había instrumento alguno nimano alguna para guiar el arco. ¡Recordaba esa admirablemelodía!SetratabadeLaresurreccióndeLázaro,queelviejoDaaénostocabaensushorasdetristezaydevoción. Si elÁngel deChristine hubiera existido, no lo hubiera hechomejor aquella noche con elviolín del viejo músico de pueblo. La invocación de Jesús nos arrebataba de la tierra y, en verdad,esperabainclusoverlevantarselapiedradelatumbadelpadredeChristine.TuvetambiénlaideadequeDaaé había sido enterrado con su violín y, sinceramente, no sé hasta dónde, en aquellos momentosfúnebresyesplendorosos,enelfondodeaquelperdidocementeriodeprovincia,alladodelascalaverasde los muertos que nos sonreían con sus mandíbulas inmóviles… no, no sé hasta dónde llegó mi

imaginaciónnidóndesedetuvo.Perolamúsicaseextinguióyvolvíarecobrarmissentidos.Meparecióoírunruidodellugardondeestabanlascalaverasdelosario.

P.—¡Ajá!¿Oyóunruidoprocedentedelosario?R.—Sí.Meparecióquelascalaverasreíanconsarcasmoynopudeevitarunescalofrío.P.—¿Acasonopensóque,detrásdelosario,podíaesconderseprecisamenteelmúsicoceleste,que

acababadeembelesarle?R.—Pensétantoenesoquenopudepensarenotracosa,señorcomisario,hastaelpuntoqueolvidé

seguiralaseñoritaDaaé,quesehabíalevantadoyseacercabatranquilamentealapuertadelcementerio.Ella,porsuparte,estabatanabsortaquenomesorprendequenomeviera.Permanecísinmoverme,conlosojos fijos en el osario, decidido a llegarhasta el final de esta increíble aventuray aclararlo todohastaelúltimodetalle.

P—¿Yquéocurrióentoncesparaqueloencontraran,porlamañana,mediomuerto,enlosescalonesdelaltarmayor?

R.—¡Oh!Ocurriótodomuyrápido…Unacalaverarodóhastamispies…,luegootra…,yotra…Eracomo si yo fuera el centro de aquel fúnebre juego de bolos. Pensé que un falso movimiento habíadestruido la armonía delmontón de huesos tras el cual se ocultaba nuestromúsico.Esta hipótesismepareciódeltodorazonable,cuandoviaunasombradeslizarsederepenteporlaparedresplandecientedela sacristía. Me lancé tras ella. La sombra, empujando la puerta, había entrado ya en la iglesia. Yollevaba alas, la sombra una capa. Fui lo bastante rápido comopara coger una punta de la capa de lasombra.Enaquelmomento,lasombrayyoestábamosjustoanteelaltarmayorylosrayosdelaluna,atravésdelagranvidrieradelábside,caíanapicodelantedenosotros.Comoyonolasoltaba,lasombrasevolvióhaciamíylacapaconlaqueseenvolvíaseentreabrió.Vi,señorjuez,comoleveoausted,unaespantosacalaveraqueclavabaenmíunamiradaenlaqueardíanlosfuegosdelinfierno.CreívérmelasconelpropioSatány,anteesaaparicióndeultratumba,micorazón,peseatodosuvalor,desfalleció,yyanorecuerdonadahastaelmomentoenquemedespertéenmipequeñahabitacióndelaposadadelSolPoniente.

CAPÍTULOVII

UNAVISITAALPALCON°5

AbandonamosalosseñoresFirminRichardyArmandMoncharminenelmomentoenquesedecidíanavisitarelpalcon°5delprimerpiso.

Dejaronatráslalargaescaleraquevadesdeelvestíbulodelaadministraciónhastaelescenarioysusdependencias.Atravesaronelescenario,entraronenelteatroporlapuertadelosabonados,despuésenlasalaporelprimerpasilloalaizquierda.Sedeslizaronatravésdelasprimerasfilasdelasbutacasdela orquesta y contemplaron el palco n° 5 del primer piso. Se veíamal porque estaba sumido en unasemioscuridadyporqueenormesfundascolgabandelterciopelorojodelospasamanos.

En aquel momento estaban prácticamente solos en el inmenso agujero tenebroso y un profundosilenciolosrodeaba.Eralahoratranquilaenlaquelostramoyistasvanatomarunacopa.

El equipo había abandonado por un tiempo el escenario, dejando un decorado a medio instalar.Algunosrayosdeluz(unaluzpálida,siniestra,queparecíarobadaaunastromoribundo)seinsinuabaatravés de una abertura hasta unavieja torre que alzaba sus almenas de cartón sobre el escenario.Lascosas,enaquellanocheficticia,omejordichoenaqueldíaengañoso,adoptabanformasextrañas.Encimade los sillones de la orquesta, la tela que los recubría parecía unmar enfurecido cuyas olas glaucashubieransidoinmovilizadasinstantáneamenteporordensecretadelgigantedelastormentasque,comotodossabemos,se llamaAdamástor[12].Los señoresMoncharminyRicharderan losnáufragosenestaagitación inmóvil de un mar de tela pintada. Avanzaban hacia los palcos de la izquierda a grandesbrazadas, comomarineros que han abandonado su barco e intentan ganar la orilla. Las ocho grandescolumnasdecartónpulidosealzabanen lasombracomootros tantosprodigiosospilaresdestinadosasostener el acantilado amenazador, crujiente y ventrudo, cuyos soportes estaban representados por laslíneascirculares,paralelasyoscilantesdelospalcosdelospisosprimeros,segundosyterceros.Enloalto,enlomásaltodelacantilado,perdidasenelcielodecobre,obradeLenepveu,unasfigurashacíanmuecas,reíansarcásticamente,seburlabandelainquietuddelosseñoresMoncharminyRichard.Eran,sinembargo,figurasquesuelensermuyserias.SellamabanIsis,Amfitrite,Hebe,Flora,Pandora,Psique,Tetis,Pomona,Dafne,Clitia,Galatea,Aretusa.Sí,lapropiaAretusayPandora,alaquetodoelmundoconoce a causa de su caja, miraban a los dos nuevos directores de la Ópera que habían conseguidoaferrarseaunaruinayque,desdeallí,contemplabanensilencioelprimerpalcon°5.Hedichoyaqueestaban inquietos.Almenos,me lo imagino. Elmismo señorMoncharmin confiesa que se encontrabaimpresionado.Dicetextualmente:«Aquel“columpio”(¡vayaestilo!)delfantasmadelaópera,alquenoshabían hecho subir tan amablemente desde que sucedimos a los señores Poligny y Debienne, habíaterminadosindudaalgunaporturbarmisfacultadesimaginativas,ymeparecequetambiénlasvisuales,porque(¿acasoeraelescenarioidealenelquenosmovíamosenmediodeunincreíblesilencioloquenosimpresionóhastaaquelpunto?…¿Fuimosacasojuguetesdeunaespeciedealucinaciónhechaposibleporlasemioscuridaddelasalaylaqueinundabaelpalcon°5?),porquequevi,ytambiénRichardvio,almismotiempo,unasiluetaenelpalcon°5.Richardnodijonada;tampocoyo.Peronoscogimosdelamanoconunmismogesto.Después,esperamosasívanosminutos,sinmovernos,con losojossiempre

fijos en el mismo punto; pero la silueta había desaparecido. Entonces salimos y, en el corredor,intercambiamosnuestrasimpresionesyhablamosdelasilueta.LopeorfuequemiimagendelasiluetanoseparecíaenlomásmínimoaladeRichard.Yohabíavistoalgoparecidoaunacalaverainclinadasobrelabarandilladelpalco,mientrasqueRichardobservóaunasiluetademujerviejaquerecordabaalademamáGiry.De talmodo comprendimos que habíamos sido víctimas de una ilusión y, sin dudarmás,corrimossintardanzayriendocomolocos,alprimerpalcon°5,enelqueentramosyenelqueyanoencontramossiluetaalguna».

Ahoraestamosenelpalcon°5.Es,unpalcocomotodoslosdemáspalcosdelprimerpiso.Enrealidad,nadadiferenciaaestepalco

delosvecinos.MoncharminyRichard,burlándoseostensiblementeyriéndoseelunodelotro,movíanlosmuebles

delpalco,levantabanlasfundasylossillones,yexaminabanenparticularaquélenelquelavozteníacostumbredesentarse.Perocomprobaronquesetratabadeunsimplesillónquenoteníanadademágico.Enresumen,elpalcoeraunodelospalcosmásnormales,consutapiceríaroja,sussillones,sualfombraysupasamanosde terciopelorojo.Despuésdehaberexaminado,de la formamásseriadelmundo, laalfombra y de nohaber encontrado allí ni en ningunaotra parte nada especial, bajaron a la platea, alpalcodebajodelpalcon°5.Enelpalcodeplatean°5,queestájustoenelrincóndelaprimerasalidaalaizquierdadelasbutacasdelaorquesta,noencontrarontampocoalgoquemerecieseserseñalado.

—Toda esa gente se burla de nosotros —terminó exclamando Firmin Richard—. El sábado serepresentaFausto,¡ynosotrosdosasistiremosalarepresentaciónenelpalcon°5!

CAPÍTULOVIII

DONDELOSSEÑORESFIRMINRICHARDYARMANDMONCHARMINTIENENLAAUDACIADEREPRESENTAR«FAUSTO»ENUNASALA«MALDITA»YDELESPANTOSO

ESPECTÁCULOQUETUVOLUGARENLAÓPERA

Elsábadoporlamañana,alllegarasudespacho,losdirectoresencontraronunadoblecartadelF.delaÓ.querezabaasí:

Estimadosdirectores.¿Mehandeclaradoacasolaguerra?Siquierenreencontrarlapaz,ésteesmiultimátum.Contienedelascuatrosiguientescondiciones.1ºDevolvermemipalco,yquieroqueseapuestoamilibredisposiciónapartirdeestemomento.2ºElpapelde«Margarita»locantaráestanocheChristineDaaé.NosepreocupendelaCarlotta,

queestaráenferma.3ºExijo losbuenosy lealesserviciosde laseñoraGiry,miacomodadora,a laquereintegrarán

inmediatamenteasusfunciones.4ºEsperomecomuniquen,medianteunacartaentregadaalaseñoraGiry,quienmelaharállegar,

siaceptanustedes,comosuspredecesores,elpliegodecondicionesreferenteamipagomensual.Lesinformarémásadelantedecómohabrádeefectuarse.

De lo contrario, esta noche representarán Fausto en una sala maldita. A buen entendedor…¡Saludos!

FdelaÓ.

—¡Empiezaa fastidiarmeeste tipo,a fastidiarmeenserio!—gritóRichard,mientras levantaba lospuñosenseñaldevenganzaylosdejabacaerconestruendosobrelamesadesudespacho.

Entretanto,entróMercier,eladministrador.—Lachenal querría ver a uno de los señores—dijo—. Parece que el asunto es urgente; el buen

hombreparecemuyalterado.—¿QuiéneseseLachenal?—preguntóRichard.—Esaljefedesuscaballerizos.—¿Cómoqueeljefedemiscaballerizos?—Claro,señor—explicóMercier—…enlaOperahayvarioscaballerizos,yelseñorLachenalessu

jefe.—¿Yquéhace?—Seencargadeladireccióndelascuadras.—¿Quécuadras?—Pueslassuyas,señor.LascuadrasdelaÓpera.

—¿Peroesquehaycuadrasenlaópera?¡Laverdadesnosabíanada!¿Ydóndeestán?—Enlosbajos,delladodelaRotonda.Esunserviciomuyimportante,tenemosdocecaballos.—¡Docecaballos!¿Yparaqué,Diosmío?—Pues,paralosdesfilesdeLajudía,deElProfeta,etc…Senecesitancaballosamaestradosy«que

sepande tablas».Loscaballerizosseencargandeamaestrarlos.ElseñorLachenalesmuyhábil.EselantiguodirectordelascuadrasdeFranconi.

—Muybien…¿Peroquéquiere?—Nolosé…Jamáslohabíavistoensemejanteestado.—¡Hágalopasar!ElseñorLachenalentra.Llevaunafustaenlamanoysegolpeanerviosamenteunadesusbotas.—Buenosdías,señorLachenal—dijoRichardimpresionado.¿Aquédebemoselhonordesuvisita?—Señordirector,vengoapedirlequepongaenlacalleatodalacuadra.—Pero,¿cómo?¿Quierequepongaenlacalleanuestrosqueridoscaballos?—Nosetratadeloscaballos,sinodelospalafreneros.—¿Cuántospalafrenerostieneusted,señorLachenal?—¡Seis!—¡Seispalafreneros!Bastaríacondos.—Se trata de «plazas» —lo interrumpió Mercier— que fueron creadas e impuestas por el

subsecretariodeBellasArtes.Losocupanhombresprotegidosporelgobierno,ymeatrevoasugerir…—¡Elgobiernonomeimporta!…—afirmóRichardconunagranenergía—.Nonecesitamosamásde

cuatropalafrenerosparadocecaballos.—¡Once!—rectificóeljefedecaballerizos.—¡Doce!—repitióRichard.—¡Once!—repitióLachenal.—¡Ah!Elseñoradministradormehabíainformadodequeteníausteddocecaballos.¡Teníadoce,peronomequedanmásqueoncedesdequenoshanrobadoaCésar!YelseñorLachenalsedaunfuertefustazoenlabota.—¡Nos han robado a César! —exclamó el administrador—. ¡A César, el caballo blanco de El

Profeta!—NohaymásqueunCésar—declaróentonosecoeljefedecaballerizos—.Estuvediezañoscon

Franconiyhevistomuchoscaballosenmivida.¡Puesbien,comoCésarnohaymásqueuno!Ynoslohanrobado.

—¿Cómohasido?—¡Nolosé!¡Nadiesabenada!Estaeslacausademivisita.Poresovengoapedirlequepongaenla

calleatodoslosdelacuadra.—¿Yquédicensuspalafreneros?—Tonterías…Unosacusanalosfigurantes…otrospretendenqueeselporterodelaadministración.—¿Elporterodelaadministración?¡Respondodeélcomodemímismo!—protestóMercier.—¡Pero,bueno,señorjefedecaballerizos!—exclamóRichard—,¡debetenerustedalgunaidea!…—Sí,señor.¿Sitengouna?¡Tengouna!—declaródeprontoLachenal—,yvoyadecírsela.Notengo

lamenorduda.

Elseñorjefedecaballerizosseacercóalosdirectoresylessusurróenlaoreja:—¡Hasidoelfantasmaquienhadadoelgolpe!Richardsesobresaltó.—¡Ah!¡Conqueustedtambién!¡Ustedtambién!—¿Cómo,yotambién?Eslomásnatural…—Peroquédiceusted,señorLachenal!¡Peroquédiceusted,señorjefedecaballerizos!…—Digoloquepienso,despuésdeloquehevisto…—¿Yquéhavisto,señorLachenal?—Vi,comoleestoyviendoausted,aunasombranegraquemontabauncaballoblancoqueseparecía

aCésarcomodosgotasdeagua.—¿Ynocorriótrasesecaballoblancoyesasombranegra?—Corríyllamé,señordirector,perodesaparecieronconunarapidezdesconcertanteyseperdieron

enlaoscuridaddelagalería…ElseñorRichardselevantó.—Está bien, señor Lachenal. Puede usted retirarse… presentaremos una denuncia contra el

fantasma…—¿Ydespediráamispalafreneros?—¡Desdeluego!¡Adiós,señor!ElseñorLachenalsaludóysalió.Richardechabachispas.—¡Preparelacuentadeeseimbécil!—¡Esunamigodelseñorcomisariodelgobierno!—seatrevióadecirMercier…—YtomaelaperitivoenelTortoniconLagréné,SchollyPertuiset,elmatadordeleones—añadió

Moncharmin—.¡Nosvamosaponeratodalaprensaencontra!Explicarálahistoriadelfantasmaytodoelmundosedivertiráacostanuestra.¡Sihacemosenridículo,podemosconsiderarnosmuertos!

—Estábien.Nohablemosmás…—concedióRichard,queyaestabapensandoenotracosa.Enaquelmomentoseabriólapuerta,quesindudanoestabavigiladaentoncesporsucancerbero,ya

quevieronentrarentrombaamamáGiryconunacartaenlamano,ydecirprecipitadamente:—Perdón,milexcusas,señores,peroestamañanaherecibidounacartadelfantasmadelaÓpera.Me

dicequemepresenteaustedes,quesindudatienenalgoque…Noacabódedecirlafrase.VioelrostrodeFirminRichard,yeraterrible.Elhonorabledirectorde

laóperaestabaapuntodeexplotar.El furorque loagitaba sólo se traducíademomentopor el colorescarlata de su rostro furibundoy por el brillo de sus ojos relampagueantes.Nodijo nada.Nopodíahablar.Pero,depronto,inicióungesto.Primerofueelbrazoizquierdo,conelquecogióamamáGiryyle hizo describir una media vuelta tan inesperada, una pirueta tan rápida, que ésta lanzó un gritodesesperado;después,fueelpiederecho,elpiederechodelmismohonorabledirectorelqueimprimiósuhuellaeneltafetánnegrodeunafaldaquejamásenaquellugarhabíasufridoultrajeparecido.

El hecho se había producido de forma tan inesperada que mamá Giry, cuando se encontró en lagalería,estabaaúnmedioaturdida,yparecíanoentendernada.Pero,depronto,comprendióylaÓperaresonó con sus gritos indignados, con sus enfurecidas frases, con sus amenazas de muerte. Fueronnecesariostresmozosparahacerlabajarhastaelpatiodelaadministraciónydosguardiasparallevarla

alacalle.Aproximadamentealamismahora,laCarlotta,quevivíaenunapequeñamansióndelfaubourgSaint-

Honoré, llamabaasucamareraysehacía traerelcorreoa lacama.Entre lascartasencontróunaquedecíaasí:

«Sicantaestanoche,tengacuidadodequenoleocurraunagrandesgraciaenelmomentomismoenqueempieceacantar…unadesgraciapeorquelamuerte».

Estaamenazaestabaescritaentintaroja,conunaletradepalotesytrazovacilante.Despuésdeleerlacarta,laCarlottayanotuvoapetitoparadesayunar.Rechazólabandejaenlaque

lacamareraleofrecíaelchocolatehumeante.Sesentóenlacamaysepusoapensarprofundamente.Noeralaprimeracartadeestetipoquerecibía,perojamáshabíaleídounatanamenazadora.

Enaquelmomentosecreíaelblancodemil intrigasycontabahabitualmenteque teníaunenemigosecretoquehabíajuradosudesgracia.

Pretendía que se tramaba contra ella unmalvado complot, una desgracia que se produciría el díamenospensado;peroellanoeraunamujerfácildeintimidar,añadía.

Lo cierto es que si había algún tipo de complot, era el que la Carlotta montaba contra la pobreChristine, que no se enteraba de nada.LaCarlotta no había perdonado aChristine el triunfo que éstahabíaobtenidoalsustituirladeimproviso.

Cuando se enteró de la extraordinaria acogida que había tenido su suplente, la Carlotta se sintióinstantáneamentecuradadeunprincipiodebronquitisydeunaccesoderabiacontralaadministración,yabandonótodoproyectodedejarsupuesto.Desdeentonces,sehabíadedicadoatrabajarcontodassusfuerzaspara«ahogar»asurival,obligandoainfluyentesamigosapresionaralosdirectoresparaquenovolviesen a dar a Christine la ocasión de obtener un nuevo triunfo. Aquellos periódicos que habíancomenzadoaalabareltalentodeChristine,noseocuparonmásquedeensalzarlagloriadelaCarlotta.Porúltimo,inclusoenelteatromismo,lacélebredivapronunciabalasfrasesmásultrajantesacercadeChristineeintentabacausarlemilesdepequeñosdisgustos.

LaCarlottanoteníanicorazónnialma.¡Noeramásqueuninstrumento!Aunque,hayquedecirlo,unmaravillosoinstrumento.Surepertorioabarcabatodoloquepuedetentarlaambicióndeunagranartista,tantoen loque respectaa losmaestrosalemanescomoa los italianoso franceses.Nunca jamás,hastaeste día, se habíaoídodesafinar a laCarlotta, ni carecer del volumendevoznecesariopara traduciralgúnpasajedesuinmensorepertorio.Enresumen,elinstrumentosehallabasiempretenso,poderosoyadmirablementeafinado.PeronadiehabríapodidodeciralaCarlottaloqueRossiniledijoalaKraus,despuésdehabercantadoparaélenalemán«Sombríosbosques»…:«Cantaustedconelalma,hijamía,yquéhermosaessualma».

¿Dóndeestabatualma,Carlotta,cuandobailabasenlostuguriosdeBarcelona?¿Dóndecuando,mástarde,cantabasenaquellostristestabladostuscoplillascínicasdevacantedelmusic-hall?

¿Dónde cuando ante los maestros reunidos en casa de alguno de tus amantes, hacías resonar eseinstrumentodócil cuyaúnicavirtudconsistía encantar con lamisma indiferenteperfecciónel sublimeamor y lamás baja orgía? ¡Carlotta, si alguna vez tuviste un alma y la perdiste entonces, la habríasrecobrado al convertirte en Julieta, cuando fuiste Elvira, Ofelia, y Margarita! Otras antes que túascendierondesdemásabajoquetú,peroelarte,respaldadoporelamor,laspurificó.

Enrealidad,cuandopiensoentodaslaspequeñecesyvillaníasqueChristineDaaétuvoquesoportar

en aquella época por culpa de la Carlotta, no puedo contener mi cólera, y no me extraña que miindignaciónsetraduzcaenopinionesuntantoabstractassobreelarteengeneral,yelcantoenparticular,quelosadmiradoresdelaCarlottanoencontraránciertamentedesuagrado.

CuandolaCarlottaterminódepensarenlaamenazaqueencerrabalacartaqueacababaderecibir,selevantó.

—¡Yaveremos!—dijo,ypronuncióenespañolunoscuantosimproperios.Loprimeroquevio al acercarse a laventana fueuncoche fúnebre.El coche fúnebrey la carta la

persuadierondequeaquellanochecorríaungranpeligro.Reunióencasaaalgunosdesusamigos,lesinformódequeen la representaciónde lanocheseríavíctimadeuncomplotorganizadoporChristineDaaé,ydeclaróquehabíaquepararlospiesalapequeñallenandolasalaconsusadmiradores,losdelaCarlotta. Eran muchos, ¿no? Contaba con ellos para que estuvieran preparados para cualquiereventualidadyparahacercallaralosperturbadoresenelcasodeque,comoellatemía,organizaranunescándalo.

ElsecretarioparticulardelseñorRichard,quehabíaidoainformarsedelasaluddeladiva,volvióconlaseguridaddequeseencontrabamejorquenuncaydeque,«aunqueestuvieraagonizando»,cantaríaaquellamismanocheelpapeldeMargarita.Comoelsecretario,departedesujefe,habíarecomendadoaladivaquenocometieraningunaimprudencia,quenosalieradecasayseguardasedelascorrientesdeaire, la Carlotta no pudo evitar asociar estas recomendaciones excepcionales e inesperadas con lasamenazasescritasenlacarta.

Eranlascincocuandorecibióotracartaanónimaconlamismaletraquelaprimera.Erabreve.Decíasimplemente:«Estáustedconstipada.Siesrazonable,comprenderíaqueesunalocuraquerercantarestanoche».

LaCarlottasoltóunacarcajada,seencogiódehombros,queeranmagníficos,ylanzódosotresnotasqueledevolvieronlaconfianza.

Susamigosfueronfielesalapromesaquelehabíanhecho.AquellanocheseencontrabantodosenlaÓpera,perobuscaronenvanoalosferocesconspiradoresquedebíandeestarasualrededor,yalosquedebíanoponerse.Conexcepcióndealgunosprofanos,algunoshonradosburguesescuyaplácidafiguranoreflejaba otro deseo que el de volver a escuchar una música que desde hacía tiempo les habíaconquistado suaprobación,nohabíaallímásque loshabituales, cuyoselegantesmodales,pacíficosycorrectos, alejaban toda idea acerca de unamanifestación. Lo único anormal era la presencia de losseñoresRichardyMoncharminenelpalcon°5.Losamigosde laCarlottacreyeronquequizá,porsuparte,losdirectoreshabíansospechadoelproyectadoescándaloyhabíandecididoacudiralasalaparaparalizarlo en el momento mismo en que estallase. Pero, como ya saben ustedes, se trataba de unahipótesisinjustificada:losseñoresRichardyMoncharminnopensabanmásqueensufantasma.

¿Nada?…EnvanointerrogoenardienteesperaalaNaturalezayalCreador.¡Ningunavozenmioídodeslizaunapalabradeconsuelo!…

ElcélebrebarítonoCarolusFontaapenashabía terminadode lanzar laprimera llamadadeldoctor

Faustoa laspotenciasdel infierno,cuandoelseñorFirminRichard,quesehabíasentadoen lamismasillaqueelfantasma—lasilladeladerecha,enlaprimerafila—seinclinabaconelmejorhumordelmundohaciasusocioyledecía:

—¿Ytú?¿Algunavozyatehadichoaloídoalgunapalabra?—¡Esperemos!Nonosprecipitemos—contestóconelmismotonodebromaArmandMoncharmin—.

La representaciónacabadeempezary sabesmuybienqueel fantasmano llegahabitualmentehasta lamitaddelprimeracto.

El primer acto transcurrió sin incidentes, lo que no extrañó en lomásmínimo a los amigos de laCarlotta,yaqueMargaritanocantaenesteacto.Encuantoa losdosdirectores, semiraronsonriendocuandobajóeltelón.

—¡Elprimerohaterminado!—dijoMoncharmin.—Sí.Elfantasmaseretrasa—declaróFirminRichard.Siemprebromeando,Moncharmininsistió:—Enrealidad,lasalanoestádemasiadomalestanocheparaserunasalamaldita.Richard se dignó a sonreír. Señaló a su colaborador una señora gorda, bastante vulgar, vestida de

negro,queestabasentadaenunabutacaenelcentrodelasala,entredoshombresdeaspectotoscoconsuslevitasdepañodefrac.

—¿Quiénesesagente?—preguntóMoncharmin.—Esagente,miqueridoamigo,esmiportera,suhermanoysumarido.—¿Leshasdadoentradas?—¡Claro!MiporteranohabíavenidonuncaalaÓpera…,estáeslaprimeravez.Ycomoapartirde

ahora ha de venir todas las noches, he querido que estuviera bien situada antes de pasarse el ratoacomodandoalosdemás.

MoncharminpidióexplicacionesyRichardleinformóquehabíaconvencidoasuportera,enlaqueteníamuchaconfianza,paraqueocuparaporalgúntiempoelpuestodelaseñoraGiry.

—HablandodemamáGiry—dijoMoncharmin—,¿yasabesquevaapresentarunadenunciacontrati?

—¿Aquién?¿Alfantasma?¡Elfantasma!Moncharmincasilohabíaolvidado.Además,elmisteriosopersonajenohacíanadaparaquelosdirectoresvolvieranarecordarlo.Derepente,lapuertadesupalcoseabrióbruscamenteydejópasoalaterrorizadoregidor.—¿Quésucede?—preguntaronlosdosalavezestupefactosdeverloensemejantelugaryenaquel

momento.—Sucede—dijoel regidor—que losamigosdeChristineDaaéhanmontadouncomplotcontra la

Carlotta.Yéstasehapuestohechaunafuria.—¿Quéhistoriaesésa?—dijoRichardfrunciendoelceño.Peroeltelónsealzabayeldirectorhizo

ungestoalregidorparaqueseretirara.Cuandoeladministradorhuboabandonadoelpalco,MoncharminseinclinóhaciaRichard.—¿Tiene,pues,amigoslaDaaé?—preguntó.—Si—dijoRichard—.Lostiene.—¿Quiénes?

Richardindicóconlamiradaunprimerpalcoenelquenohabíamásquedoshombres.—¿ElcondedeChagny?—Sí,élmelarecomendó…,tancalurosamenteque,sinosupieraqueesamigodelaSorelli…—¡Vaya,vaya!…—murmuróMoncharmin—.¿Yquiénesesejoventanpálidosentadoasulado?—Essuhermano,elvizconde.—Estaríamejorenlacama.Tieneaspectodeestarenfermo.Alegrescantosresonabanenescena.La

embriaguezenmúsica.Eltriunfodelabebida.

Vinoocervezacervezaovino,¡sillenoestámivaso,tantomejor!

Estudiantes, burgueses, soldados,muchachas ymatronas con el corazón alegre, se agitaban ante latabernaconefigiedeldiosBaco.Siebelhizosuentrada.

ChristineDaaéestabaencantadoradisfrazadadehombre.'Sufrescajuventud,sugraciamelancólica,seducían a primera vista. Inmediatamente, los partidarios de la Carlotta se imaginaron que iba a serrecibida con una ovación que les confirmaría las intenciones de sus amigos. Esta ovación indiscreta,hubierasido,porotraparte,deunatorpezainsigne.Noseprodujo.

Por el contrario, cuandoMargarita atravesó la escenayhubocantado losdosúnicosversosde supapelenestesegundoacto:

¡Noseñores,nosoydoncellanihermosa,ynonecesitoquesemedélamano!

Estruendosos bravos acogieron a la Carlotta. Eran tan imprevistos y tan inútiles, que los que noestabanalcorrientedenadasemirabanpreguntándosequépasaba.Yelactoterminósinningúnincidente.Todoelmundosedecíaentonces:«Evidentemente, seráenelpróximoacto».Algunosque,alparecer,estabanmejorinformadosquelosdemásafirmabanqueelescándaloibaainiciarseen«LacopadelreydeThule»,yseprecipitaronhacialaentradadelosabonadosparaavisaralaCarlotta.

Losdirectoresabandonaronelpalcoduranteesteentreactoparainformarsedelcomplotdelqueleshabía hablado el administrador, pero volvieron en seguida a su sitio, encogiéndose de hombros yconsiderandotodoeseasuntoeraunatontería.Loprimeroquevieronalentrarfueunacajadebombonesingleses encima del tablero del pasamanos. ¿Quién la había traído? Preguntaron a las acomodadoras.Peronadiepudodecirlesnada.Pero,volviéndosedenuevohaciaelpasamanos,vieronestavez,alladode la caja de bombones ingleses, unos gemelos. Semiraron.No tenían ganas de reír. Todo lo que laseñoraGiryleshabíadicholesvolvíaalamemoria…,yademás…,lesparecíaquehabíaasualrededorunaextrañacorrientedeaire…Sesentaronensilencio,realmenteimpresionados.

LaescenarepresentabaeljardíndeMargarita…

Proclamadlemiamor,

llevadlemisvotos…

Mientrascantabaestosdosprimerosversos,consuramoderosasy lilasen lamano,Christine,allevantarlacabeza,vioensupalcoalvizcondedeChagnyy,apartirdeaquelinstante,atodoslesparecióque su voz eramenos segura,menos pura,menos cristalina que de costumbre.Algo que no se sabía,ensordecía,dificultabasucanto…Habíaenellatemblorymiedo.

—Extrañamuchacha…—hizonotarcasienvozaltaunamigodelaCarlotta,situadoenlaplatea—.Lanochepasadaestabadivinayhoyaquí la tienes, le tiembla lavoz. ¡Faltadeexperiencia! ¡Faltademétodo!

Esenvosenquientengofe,habladvospormí.

El vizconde escondió la cabeza entre las manos. Lloraba. Detrás de él, el conde se mordía conviolencialapuntadelbigote,alzabaloshombrosyfruncíalascejas.Paratraducirmediantetantossignosexteriores sus sentimientos íntimos, el conde, siempre tan correcto y tan frío, debía estar furioso. Loestaba. Había visto regresar a su hermano de un rápido y misterioso viaje en un estado de saludalarmante. Las explicaciones que habían seguido tuvieron sin duda la virtud de tranquilizar al condequien,deseosodesaberaquéatenerse,habíapedidounaentrevistaaChristine.Daaé.Éstahabíatenidolaaudaciadecontestarlequenopodíarecibirle,niaélnia•suhermano.Creyóquese tratabadeunaabominable maquinación. No perdonaba a Christine que hiciera sufrir a Raoul, pero, sobre todo, noperdonabaaRaoulquesufrieraporChristine.¡Ah!Habíasidountontodepreocuparseduranteuntiempoporaquellajoven,cuyotriunfodeunanocheseguíasiendoincomprensibleparatodos.

Quesobresubocalaflorpuedaalmenosdepositarundulcebeso.

—¡Pequeñazorra,bah!—gruñóelconde.Se preguntó qué se proponía aquellamujer… qué podía esperar…Era pura, decían que no tenía

amigoniprotectordeningúntipo…¡aquelÁngeldelNortedebíaserunabuenabribona!PorsuparteRaoul,detrásdelasmanos,cortinaqueocultabasuslágrimasdeniño,sólopensabaenla

cartaquehabíarecibidoasu llegadaaParís,adondeChristinehabía llegadoantesqueél,huyendodePerroscomounmaleante:«Miqueridoamiguitodeantaño,esprecisoquetengaelvalordenovolveraverme, de no volver a hablarme…Sime ama un poco, haga esto pormí, pormí, que no lo olvidaréjamás…, mi querido Raoul. Sobre todo, no entre nunca en mi camerino. De ello depende mi vida.Dependelasuya.SupequeñaChristine».

Unestruendosoaplauso…LaCarlottahacesuentrada.Elactodeljardínsedesarrollabaconsushabitualesperipecias.CuandoMargaritaterminódecantarelariadelReydeThule,fueaclamada.Tambiénlofuecuando

terminólacancióndelasjoyas.

¡Ah!cuantoríodevermetanbellaenesteespejo…

Entonces,seguradesímisma,seguradesusamigosquéestabanenlasala,seguradesuvozydesuéxito,notemiendoanada,Carlottaseentregóporentero,conardor,conentusiasmo,conembriaguez.Suactuaciónnotuvoyacontenciónnipudor…YanoeraMargarita,eraCarmen.SelaaplaudiómásaúnysudúoconFaustoparecíareservarleunnuevoéxito,cuandodeprontoocurrió…algoespantoso.

Faustosehablaarrodillado:

Déjame,déjamecontemplarturostrobajolapálidaclaridadconlaqueelastrodelanoche,comoenunanube,acariciatubelleza.

YMargaritacontestaba:

¡Ohsilencio!¡Ohdicha!¡Inefablemisterio!¡Embriagadoralanguidez!¡Escucho!…¡Ycomprendoaestavozsolitariaquecantaenmicorazón!

Enaquelinstante…,justoenaquelinstante…,seproducealgo…seproducealgo…,lohedichoya,algoespantoso…

… La sala entera se pone en pie en un único movimiento… En su palco, los dos directores nopudieron contener una exclamación de horror… Espectadores y espectadoras se miran como parapreguntarselosunosalosotroslaexplicacióndeunfenómenotaninesperado…ElrostrodelaCarlottareflejaeldolormásatroz,susojosparecenpresosporlalocura.Lapobremujersehalevantado,conlabocaaúnentreabierta,traspronunciar«estavozsolitariaquecantaenmicorazón…».Peroaquellabocayanocanta…,noseatreveapronunciarunasolapalabra,unsolosonido…

Aquella boca creada para la armonía, aquel instrumento ágil que jamás había fallado, órganomagnífico,generadordelosmásbellossonidos,delosacordesmásdifíciles,delasmodulacionesmássuaves,de losritmosmásardientes,sublimemecánicahumanaa laquenofaltabaparaserdivinamásqueelfuegodelcielo,elúnicocapazdeotorgarlaverdaderaemociónyelevarlasalmas…aquellabocahabíadejadoescapar…

Deaquellabocasehabíaescapado…¡Ungallo!¡Ah!¡Unhorrible,repugnante,plumoso,venenoso,espigado,espumeanteychillóngallo!¿Pordóndehabíaentrado?¿Cómosehabíaagazapadoensu lengua?Con laspatasencogidaspara

saltarmásaltoymáslejos,subrepticiamentehabíasalidodesularingey…¡cuac!¡Cuac,cuac!…¡Quéterriblecuac!Merefiero,comoospodéis imaginar,aunsapoensentidofigurado.Noseloveía,peroselooía.

¡Cuac!Lasalaquedóanonadada.Nuncaunave,delosmásruidososcorrales,habíadesgarradolanochecon

uncuactanasqueroso,ylopeoreraquenadieloesperaba.LaCarlottanodabacréditoasugargantaniasusoídos.Unrayocayendoasuspieslehubieraextrañadomenosqueaquelgallochillónqueacababadesalirdesugarganta.

Ynolahubieradeshonrado.Mientrasque,sabidoesqueungalloescondidoenla lenguadeshonrasiempreaunacantante.Lashayqueinclusomuerendelaimpresión.

¡Diosmío!¡Quiénlohubieracreído!…Cantabatantranquila:«Ycomprendoestavozsolitariaquecantaenmicorazón»,sinesfuerzo,comosiempre,conlamismafacilidadconquesedice:«Buenosdías,señora,¿cómoestá?».Cómonegarqueciertascantantespresuntuosasnosabenmedirsusfuerzasyque,en suorgullo, quieren alcanzar con la débil vozque el cielo les hadeparado efectos excepcionalesynotasquelesestánprohibidasdesdequevinieronalmundo.Escuandoelcielolascastiga,sinqueellaslosepan,poniéndolesungalloenlaboca,ungalloquehace¡cuac!Todoelmundosabeesto.PeronadiehubieraadmitidoqueunaCarlotta,queteníaporlomenosdosoctavasenlavoz,soltaraungalloaestasalturas.

No podían olvidarse sus estridentes sobreagudos, sus staccati inauditos en la Flauta mágica. SeacordabandeDonGiovanni,enlaqueellaeraElvira,yenlaquealcanzóelmásestrepitosotriunfounanoche, al dar el si bemol que no podía dar su compañera doña Ana. Entonces, ¿qué significaba enrealidad este cuac, al final de aquella tranquila, apacible y pequeñita «voz solitaria que canta enmicorazón»?

No era natural. Tenía que haber un sortilegio. Aquel gallo olía a quemado. ¡Pobre, miserable,desesperada,aniquiladaCarlotta!…

Enlasala,elrumoribaenaumento.Sisemejanteaventuralehubieraocurridoaotracantante,¡selahabría silbado! Pero con la Carlotta, cuyo perfecto instrumento era conocido de todos, no habíairritación, sino consternación y espanto. ¡Lo mismo debieron sentir los hombres que asistieron a lacatástrofequerompiólosbrazosalaVenusdeMilo!…Porlomenosaquéllospudieronverelgolpequerompíalaestatua…,ycomprender.

Pero,¿aquí?¡Aquelgalloeraincomprensible!Detalmodoque,trasunossegundosdurantelosqueelpúblicosepreguntabasirealmentelaCarlotta

había oído salir de su propia boca aquella nota. ¿Era, en, realidad, una nota aquel sonido? ¿Podíallamarseaquellounsonido?Unsonidoaúnesmúsica;peroellaintentópersuadirsedequeaquelruidoinfernalnohabíaexistido;que,simplemente,habíasufridoporuninstanteunailusióndesuoídoynounacriminaltraicióndesuórganovocal…

Buscó,conunamiradaperdida,algoasualrededor,comoparaencontrarunrefugio,unaprotección,omásbienlaseguridadespontáneadelainocenciadesuvoz.Sehabíallevadoalagargantalosdedoscrispadosenungestodedefensaydeprotesta.¡No,no!¡Aquelcuacnoerasuyo!ElmismoCarolusFontaparecía de la misma opinión, ya que la contemplaba con una expresión inenarrable de estupefaccióninfantil y gigantesca.Enúltima instancia, él estaba junto a ella.No la había abandonadounmomento.Quizá pudiera decirle cómo había ocurrido aquello… ¡No, tampoco él podía! Sus' ojos se clavabanestúpidamente en la boca de la Carlotta como los ojos de los niños en el inagotable sombrero delprestidigitador.¿Cómocabíaenunabocatanpequeñauncuactangrande?

Todoello,gallo,cuac,emoción,rumoraterradodelasala,confusióndelescenario,debastidores—enloscorredoresalgunoscomparsasmostrabanrostrosdesencajados—,todoloquedescriboaldetallenodurómásdeunossegundos.

Unossegundoshorriblesqueparecieroninterminablesenparticularalosdosdirectores,alláarriba,enelpalcon°5.MoncharminyRichardestabanmuypálidos.Esteepisodioinaudito,queseguíasiendoinexplicable, los llenaba de una angustia tantomásmisteriosa cuanto que, desde hacía un instante, sehallabanbajolainfluenciadirectadelfantasma.

Habíansentidosualiento.AlgunospelosdelacabezadeMoncharminsehabíanerizadobajoaquelsoplo…YRichard sepasabaelpañuelopor la frente sudorosa…Sí, estabaallí…,a sualrededor…,detrásdeellos,alladodeellos,losentíansinverlo…Oíansurespiración…¡ytancercadeellos…,tancerca!Sesabecuandoalguienestápresente…Puesbien,¡ahoralosabían!…Estabansegurosdesertresenelpalco…Temblaban…Pensabanenhuir…Noseatrevían…Noseatrevíanahacerelmásmínimomovimiento,niintercambiarunapalabraquedieranaentenderalfantasmaquesabíanqueseencontrabaallí…¿Quéibaapasar?¿Quéibaaocurrir?

¡Seprodujoelcuac!Porencimadelosrumoresdelasalaseoyósudobleexclamacióndehorror.Sesentíanbajolainfluenciadelfantasma.Inclinadoshaciaelescenario,mirabanalaCarlottacomosinolareconocieran.Aquellamujerdelinfiernodebíadehaberdadoconsucuaclaseñaldealgunacatástrofe.Laesperabanenunestadoexaltadodetensión.Elfantasmalohabíaprometido.¡Lasalaestabamaldita!Sus pechos se agitaban ya bajo el peso de la catástrofe. Se oyó la voz estrangulada de Richard quegritabaalaCarlotta:

—¡Siga!¡Siga!¡No!LaCarlottanocontinuó…Volvióaempezarvalientemente,heroicamente,elversofatalencuyo

finalhabíaaparecidoelgallo.Unsilencioespantosoreemplazaalalborotogeneral.TansólolavozdelaCarlottallenadenuevoel

navíosonoro.

¡Escucho!…

Elpúblicotambiénescucha.

…Ycomprendoestavozsolitaria(¡cuac!)(¡Cuac!…)quecantaenmí…¡cuac!)

Elgallotambiénhavueltoaempezar.La sala estalla en un prodigioso tumulto. Derrumbados en sus sillones, los dos directores no se

atreven siquiera a volverse. No tienen fuerza suficiente. ¡El fantasma se ríe de ellos en sus mismasnarices!Y,porfin,oyeneneloídoderechosuvoz,laimposiblevoz,lavozsinboca,lavozquedice:

¡Estanocheestácantandocomoparahacercaerlaarañacentral!

Enunmismomovimiento,amboslevantaronlacabezahaciaeltechoylanzaronungritoterrible.Laaraña,lainmensamasadelaarañasedeslizaba,ibahaciaellosantelallamadadeaquellavozsatánica.Descolgada,laarañacaíadelasalturasdelasalaysehundíaenlaplatea,entremilclamores.Aquellofueunaavalancha,elsálvesequienpuedageneral.Mideseonoeshacerreviviraquíunahorahistórica.Loscuriososnotienenmásqueleerlosperiódicosdelaépoca.Hubomuchosheridosyunamuerta.

LaarañasehabíaestrelladoenlacabezadeladesgraciadaquehabíaidoaquellanocheporprimeravezensuvidaalaÓpera,aquellaalaqueRichardhabíadesignadoparareemplazarensusfuncionesdeacomodadora a la señoraGiry, la acomodadora del fantasma.Murió en el acto, y al día siguiente unperiódicopublicabaestostitulares:¡Doscientosmilkilossobrelacabezadeunaportera!Estafuetodasuoraciónfúnebre.

CAPÍTULOIX

ELCUPÉMISTERIOSO

Aquellatrágicanocheresultófatídicaparatodoelmundo.LaCarlottahabíacaídoenferma.EncuantoaChristineDaaé,habíadesaparecidodespuésdelafunción.Habíantranscurridoquincedíassinqueselahubieravueltoaverenelteatro,sinquesehubieradejadoverfueradelteatro.

Nohayqueconfundirestaprimeradesaparición,queocurriósinescándalo,conelfamosoraptoquepocodespuésdebíaproducirseenunascondicionestaninexplicablesytantrágicas.

Naturalmente,Raoulfueelprimeroennoentenderlosmotivosquecausabanlaausenciadeladiva.Lehabíaescritoa ladireccióndelaseñoraValériusynohabíarecibidorespuesta.Alprincipionosehabíaextrañadodemasiadoalsaberenquéestadodeánimoseencontrabaysuresoluciónderompertodotipoderelaciónconél,sinque,porotraparte,tampocoRaoulpudieraadivinarelmotivo.

Sudolornohabíahechomásqueaumentar,yterminóporinquietarsealnoveralacantanteenningúnprograma.SerepresentóFaustosinella.Unatarde,alrededordelascinco,sedirigióaladirecciónparaconocerlascausasdesaparicióndeChristineDaaé.Encontróalosdirectoresmuypreocupados.Nisuspropios amigos los reconocían: habían perdido toda su alegría y entusiasmo. Se los veía atravesar elteatrocon lacabezagacha,elceño fruncidoy lasmejillaspálidas,comosi sevieranperseguidosporalgúnabominablepensamiento,ofueranpresadealgunamalajugadadeldestinoqueeligeasuvíctimayyanolasuelta.

Lacaídade laarañahabíaacarreadoconsiderables responsabilidades,pero resultabadifícilhacerquelosdirectoresseexplicaranaesterespecto.

La investigación había concluido, declarándolo un accidente provocado por el mal estado de losmediosdesuspensión;eldeberdelosantiguosdirectores,asícomoeldelosnuevos,habríasidoeldecomprobarestemalestadoyremediarloantesdequecausaralacatástrofe.

Deboaclararque,poraquellaépoca,losseñoresdirectoresMoncharminyRichardsemostrarontancambiados, tan lejanos… tan misteriosos…, tan incomprensibles que muchos abonados acabaroncreyendoquealgomáshorribleaúnquelacaídadelalámparahabíamodificadoelestadodeánimodeéstos.

Ensusrelacionescotidianassemostrabanmuyimpacientes,exceptoprecisamenteconlaseñoraGiry,quehabíasidoreintegradaasusfunciones.EsfáciladivinarlaformaenquerecibieronalvizcondedeChagnycuandoéstefueapedirlesnoticiasdeChristine.Selimitaronadecirlequeestabadevacaciones.Preguntócuánto tiempoestaría ausente; se le respondió, concierta sequedad,que susvacaciones eranilimitadas,yaqueChristineDaaélashabíasolicitadopormotivosdesalud.

—¡Entoncesestáenferma!—exclamó—.¿Quétiene?—¡Nosabemosnada!—¿Lehanenviadoustedeselmédicodelteatro?—¡No! Ella no lo reclamó, y puesto que merece nuestra máxima confianza, hemos creído en su

palabra.El asunto no pareció tan claro a Raoul, que abandonó la ópera presa de los más sombríos

pensamientos.Decidióque,pasara loquepasara, irenbuscadenoticiasacasade laseñoraValérius.Recordaba, sin duda, los términos enérgicos con queChristineDaaé, en su carta, le prohibía intentarcualquiercosaparaverla.PeroloquehabíavistoenPerros, loquehabíaoídodetrásdelapuertadelcamerino, la conversación que había sostenido con Christine en la colina, le hacía presentir algunamaquinación que, por poco diabólica que fuera, tampoco era humana. La imaginación exaltada de lajoven,sualmatiernaycrédula,laeducaciónprimitivaquehabíallenadosusprimerosañosdeuncúmulodeleyendas,elcontinuopensamientoensupadremuertoporencimadetodo,elestadodeéxtasissublimeenelque lamúsica la sumergíaenelmomentoenqueestearte semanifestabaenciertascondicionesexcepcionales—¿nodebía juzgarse así despuésde la escenadel cementerio?—, todoaquelloparecíaconformarun terrenoespiritualpropicioa losmaléficosdesigniosdealgúnpersonajemisteriosoysinescrúpulos. ¿DequiéneravíctimaChristineDaaé?Estaes lapreguntaqueRaoul sehacíaa símismomientrasseapresurabaairalencuentrodelaseñoraValérius.

Elvizcondeteníaunespíritudelosmássanos.Era,sinduda,poetayleagradabalamúsica,enloquetienedemásetéreo,yeraungranentusiastadelasviejasleyendasbretonasdondedanzanlaskorrigans;y,porencimadetodo,estabaenamoradodeaquellapequeñahadadelNortequeeraChristineDaaé.Perotodoestono impedíaque sólocreyeraen lo sobrenatural enmateriade religiónyque lahistoriamásfantásticadelmundonofueracapazdehacerleolvidarquedosydossoncuatro.

¿Qué lediría laseñoraValérius?Temblabamientras llamabaa lapuertadeunpequeñopisode lacalleNotre-Dame-des-Victoires.

LadoncellaqueunanochelehabíaprecedidoalsalirdelcamerinodeChristine,vinoaabrirle.LepreguntósieraposibleveralaseñoraValérius.Ladoncellalecontestóqueseencontrabaenfermaensulechoyquenoestabaencondicionesde«recibir».

—Hágalellegarmitarjeta—dijo.No tuvo que esperar mucho. La doncella volvió y lo introdujo en un saloncito bastante oscuro y

sobriamente amueblado, donde los dos retratos, el del profesor Valérius y el del viejo Daaé, seencontrabanfrenteafrente.

—La señora le ruega que la disculpe —dijo la doncella—. No podrá recibirle más que en suhabitación,porquesuspobrespiernasyanolasostienen.

Cinco minutos después, Raoul era introducido en una habitación a oscuras, donde descubrióinmediatamente, en la penumbrade una alcoba, a la bondadosa figura de la bienhechora deChristine.Ahora los cabellos de la señora Valérius eran completamente blancos, pero sus ojos no habíanenvejecido.Porelcontrario,sumiradanuncahabíasidotanclara,nitanpura,nitaninfantil.

—¡SeñordeChagny!—exclamóalegremente,mientras tendíaambasmanosalvisitante—.¡Ah!,¡elCieloesquienleenvía!…Vamosapoderhablardeella.

Estaúltimafrasesonólúgubreenlosoídosdeljoven.Preguntóenseguida:—Señora…¿dóndeestáChristine?Ylaancianaseñoralecontestócontodatranquilidad:—¡Puesestáconsu«geniobienhechor»!—¿Quégeniobienhechor?—exclamóelpobreRaoul.—¡PueselÁngeldelamúsica!Consternado, el vizconde de Chagny se dejó caer en una silla. Christine estaba de verdad con el

Ángel de la música. Y mamá Valérius, en su lecho, le sonreía poniéndole un dedo en la boca pararecomendarlesilencio.Añadió:

—¡Nodebedecirloanadie!—Puede usted confiar enmí…—contestó Raoul sin sabermuy bien qué decía, ya que sus ideas

acercadeChristine,yamuyconfusas,seenturbiabancadavezmásyparecíaquetodocomenzabaagirara su alrededor, alrededor de la habitación, alrededor de aquella extraordinaria mujer de cabellosblancos,deojosdecieloazulpálido,consusojosdecielovacío—.Puedeustedconfiarenmí…

—¡Lo sé, lo sé! —dijo la mujer con una risa alegre—. Pero, acérquese a mí como cuando erapequeño.DemelasmanoscomocuandomecontabalahistoriadelapequeñaLottequelehabíacontadoelseñorDaaé.Yasabequelequieromucho,Raoul,¡yChristinetambiénlequieremucho!

—Mequieremucho…—suspiróeljovenqueordenabacondificultadsuspensamientosentornoalgeniodelaseñoraValérius,alÁngeldelquetanextrañamentelehabíahabladoChristine,alacalaveraquehabíavislumbrado,comoenunaespeciedepesadilla,enlasescalerasdelaltarmayordePerros,ytambién al fantasma de la Ópera, cuyo renombre había alcanzado sus oídos un día en que se habíadetenidoenelescenarioaunospocospasosdeungrupodetramoyistasquereconstruíanladescripcióncadavéricaquehabíahechoantesdesumisteriosofinelahorcadoJosephBuquet…

Preguntóenvozbaja:—¿Señora,quélehacepensarqueChristinemequieremucho?—¡Ellamehablabadeustedcadadía!—¿Deveras?…¿Yquéledecía?—Medijoqueustedlehabíadeclaradosuamor…Y la anciana comenzó a reír a carcajadas, enseñando todos los dientes, que había conservado

celosamente.Raoulselevantó,conlafrenteenrojecidaysufriendoatrozmente.—¿Adóndeva?…¿Quierehacerelfavordesentarse?…¿Creequepuededejarmecomosinada?…

Estáustedmolestoporquemehereído.Lepidoperdón…Despuésdetodo,noesculpasuyaloquehaocurrido…Ustednosabía…Esjoven…ycreíaqueChristineeralibre.

—¿Christineestácomprometida?—preguntóconvozahogadaeldesgraciadoRaoul.—¡No,claroqueno! ¡Claroqueno!…sabemuybien,queChristine,aunque loquisiera,nopuede

casarse…—¿Qué?Nosénadadeeso…¿PorquéChristinenopuedecasarse?—¡Puesporelgeniodelamúsica!…—¿Cómo?—¡Sí,élseloprohíbe!—¿Seloprohíbe?…¿Elgrangeniodelamúsicaleprohíbecasarse?Raoul se inclinaba hacia la señoraValérius con lamandíbula en alto, comoparamorderla.No la

hubieramiradoconojosmásferocessihubieratenidodeseosdedevorarla.Haymomentosenlosquelaexcesivainocenciaparecetanmonstruosaquesevuelveodiosa.RaoulveíalaseñoraValériuscomounapersonademasiadoinocente.

Ellanoseinmutópesealaduramiradaquecaíasobreella.Volvióaempezardelaformamásnatural:—¡Oh!Seloprohíbe…sinprohibírselo…Simplementelediceque,sisecasara,novolveríaaoírlo.

¡Eso es todo!… ¡Y que él se marcharía para siempre!… Entonces, como puede comprenderperfectamente,ellanoquieredejarqueelgeniodelamúsicasemarche.¡Eslomásnatural!

—¡Sí,sí!—asintióRaouldébilmente—.¡Eslomásnatural!—Además,creíaqueChristinelehabíahabladodetodoestocuandoseencontróconustedenPerros,

adondehabíaidoconsu«geniobienhechor».—¡Ah!,¿conquehabíaidoaPerrosconel«geniobienhechor»?—QuierodecirqueélhabíaconcertadoconellaunacitaenelcementeriodePerros,sobrelatumba

delseñorDaaé.LehabíaprometidotocarlelaResurreccióndeLázaroenelviolíndesupadre.RaouldeChagnyselevantóypronuncióestaspalabrasdecisivascongranautoridad:—Señora,¡vaadecirmeahoramismodóndeviveesegenio!Labuenamujernopareciósorprenderseenlomásmínimodeestapreguntaindiscreta.Alzólosojos

ycontestó:—¡Enelcielo!Semejantecandorloconfundió.Lasimpleycompletafeenungenioquebajabadelcielotodaslas

nochesparafrecuentarloscamerinosdelasartistasenlaOpera,lodejóperplejo.Sedabacuenta ahoradel estadoenelquepodía encontrarseuna joveneducadaporunmúsicode

pueblosupersticiosoyunabuenamujer«iluminada»,ygimióalpensarentodoaquello.—¿Christinesiguesiendounamujerhonesta?—preguntódepronto,sinpoderimpedirquebrotarade

suboca.—¡Puedojurarloporlagloriademíalma!…—exclamólaviejaque,estavez,parecióofenderse—,

ysidudadeello,señor,noséquéhavenidoahaceraquí.Raoulmanoseabanerviosamentesusguantes.—¿Cuántohacequeconoceaese«genio»?—¡Haceunostresmeses!…Sí,haceyatresmesesqueempezóadarlelecciones.El vizconde extendió los brazos con gesto amplio y desesperado, y luego los dejó caer con

abatimiento.—¿Elgenioledalecciones?¿Dónde?—Ahoraquesehamarchadoconél,nosabríadecírselo,perohacequincedíaseraenelcamerinode

Christine.Aquíseríaimposible.Esunpisodemasiadopequeño.Lacasaenteralesoiría.Mientrasqueenlaópera,alasochodelamañana,nohaynadie.¡Nomolestan!¿Comprende?…

—Comprendo,comprendo—exclamóelvizconde,abandonandotandeimprovisoalaanciana,queéstasepreguntóasímismasielvizcondenoestaríaunpocochiflado.

Alatravesarelsalón,Raoulseencontrófrentealadoncellay,poruninstante,tuvolaintencióndeinterrogarla,perocreyósorprenderunaligerasonrisaensuslabios.Pensóqueseburlabadeél.Huyó.¿Acaso no sabía ya suficiente?… Había querido informarse. ¿Qué más podía desear?… Alcanzó eldomiciliodesuhermanoapie,enunestadolamentable…

Hubieraqueridocastigarse,golpearselafrentecontralasparedes.¡Habercreídoentantainocencia,en tanta pureza! ¡Haber intentado, por un momento, explicarlo todo con ingenuidad, con sencillez deespíritu,coninmaculadocandor!¡Elgeniodelamúsica!¡Ahorayaloconocía!¡Loveía!¡Debíatratarse,sin duda alguna, de algún tenorcillo buen mozo que cantaba con sentimiento! ¡Ah, qué miserable,pequeño,insignificanteyneciojoveneselvizcondedeChagny!,pensabaenfurecidoRaoul.Yella,¡qué

criaturatanaudazysatánicamenteastuta!De todas formas, esta carrera por las calles le había hecho bien, refrescado un poco las ideas

alocadasquelerondabanporlacabeza.Cuandoentróensuhabitación,pensabatansóloentumbarseenlacamaparaahogarsussollozos.PerosuhermanoestabaallíyRaoulsedejóensusbrazoscomounbebé.Paternalmente,elcondeloconsolósinpedirleexplicaciones.Porotraparte,Raoulhubieradudadoencontarlelahistoriadelgeniodelamúsica.Sihaycosasdelasqueunonosevanagloria,hayotrasenlasquesesufredemasiadahumillaciónalsercompadecido.

El conde llevó a su hermano a cenar a un cabaret. Sumido en un estado tal de desesperación, esprobable que Raoul hubiera declinado toda invitación, si el conde, para decidirle, no le hubierainformadoquelanocheanterior,enelcaminodelBois[13],ladamadesupensamientohabíasidovistaengalante compañía. En un principio, el vizconde se negó a creerlo, pero luego los detalles fueron tanconcretosqueyanoprotestó.Afindecuentas,¿nosetratabadelaaventuramástrivialdelmundo?Selahabíavistoenuncupéconloscristalesbajados.Ellaparecíaaspirarprofundamenteelaireheladodelanoche. Había un maravilloso claro de luna. La habían reconocido perfectamente. En cuanto a suacompañante, tansólohabíandistinguidounavagasiluetaenlasombra.ElcarruajeibaalpasoporuncaminodesiertodetrásdelastribunasdeLongchamp[14].

Raoulsevistióconfrenesí,dispuestoya,paraolvidarsu tristeza,a lanzarse,comovulgarmentesedice,enlos«torbellinosdelplacer».Pero,¡ay!,fuemásbienuntristecomensaly,trasdejarencuantopudoalconde,seencontróhacialasdiezdelanocheenuncochedealquilerdetrásdelastribunasdeLongchamp.

Hacíaunfríodeperros.Lacarreteraparecíadesiertaymuyiluminadabajolaluna.Dioalcocherolaorden de esperarle pacientemente en un rincón de una pequeña avenida adyacente y lo másdisimuladamenteposiblecomenzóacaminar.

Nohacíaaúnmediahoraqueestabadedicándoseaestesanoejercicio,cuandouncarruaje,queveníade París, giró al final de la carretera y, tranquilamente, al paso de su caballo se dirigió hacia dondeRaoulestaba.

Pensó inmediatamente: ¡es ella!Y sucorazóncomenzóa latir congolpes sordos, como losqueyahabíaensupechocuandooyólavozdehombredetrásdelapuertadelcamerino…¡Diosmío,cuántolaamaba!

El carruaje seguía avanzando. Él permanecía inmóvil. ¡Esperaba!… ¡Si se trataba de ella, estabadecididoasaltaralacabezadeloscaballos!Costaraloquecostara,queríatenerunaconversaciónconelÁngeldelamúsica…

Algunospasosmásyelcupéibaapasarfrenteaél.Nodudabaenabsolutodequefueraella…Unamujer,enefecto,asomabasucabezaporlaventanilla.

Y,derepente,lalunalailuminóconunapálidaaureola.—¡Christine!Elsagradonombredesuamor lebrotóde los labiosydelcorazón. ¡Nopudoretenerlo!…Dioun

salto para retenerlo, ya que aquel nombre, arrojado a la cara de la noche había sido como la señalesperadadeunaembestidafuriosadelcarruaje,quepasóanteélsinquetuvieraparaponerenejecuciónsuproyecto.Elcristaldelapuertahabíavueltoacerrarse.Lasiluetadelajovenhabíadesaparecido.Yelcupé,traselquecorría,noerayamásqueunpuntonegrosobrelacarreterablanca.

Siguióllamándola:Christine:¡Christine!…Nadielecontestó.Sedetuvoenmediodelsilencio.Lanzóunamiradadesesperadaalcielo,alasestrellas;golpeóconelpuñosupechoinflamado.¡La

amabaynoeracorrespondido!Conlavistanubladaobservóaquellacarreteradesoladayfría, lanochepálidaymuerta.Nohabía

nadamásfrío,nadamásmuertoquesucorazón.¡Habíaamadoaunángelydespreciabaaunamujer!¡Cómo se ha reído de ti, Raoul, la pequeña hada del Norte! ¿No ves que resulta inútil tener una

mejillatanfresca,unafrentetantímidaydispuestasiempreacubrirsedeunvelorosadepudor,siluegosepaseaenlanochesolitaria,enelinteriordeuncupédelujo,encompañíadeunmisteriosoamante?¿Notendríanquehaberlímitessagradosparalahipocresíaylamentira?¿Acasodebentenerselosojosclarosdelainfanciacuandosetieneelalmadeunacortesana?

…Ellahabíapasadodelargosincontestarasullamada…Perotambién,¿porquéhabíatenidoélquecruzarseensucamino?¿Conquéderechohabíaalzadoderepenteelreprochedesupresenciaanteella,quenolepedíanada

másqueelolvido?—¡Vete!…¡Desaparece!…¡Nocuentas!…¡Pensabaenmoriryteníaveinteaños!…Sucriadolesorprendióporlamañanasentadoenlacama.

Nosehabíadesnudadoyelcriado temióalgunadesgraciaalverlo, talera ladesolacióndesurostro.Raoul learrancóde lasmanoselcorreoque le traía.Había reconocidounacarta,unpapel,una letra.Christineledecía:

Amigomío, no falte pasadomañana amedia noche al baile demáscaras de la ópera, amedianoche,alsaloncitoqueestádetrásdelachimeneadelgranfoyer;espéremedepiecercadelapuertaqueconducealaRotonda.Nohabledeestacitaconnadie.Póngaseundominóblanco,bienenmascarado.Sialguienloreconoce,puedecostarmelavida.Christine.

CAPÍTULOX

ENELBAILEDEMASCARAS

El sobre, llenodemanchasdebarro, no llevaba sello. «Para entregar al señorvizcondeRaouldeChagny», y la dirección a lápiz. Había sido seguramente tirado con la esperanza de que alguien quepasararecogieraelbilleteylollevaraaldomicilioindicado.Yeraloquehabíasucedido.Elbilletesidoencontradoenunaaceradelaplazadelaópera.Raoulloreleyófebrilmente.

Nonecesitabamásparaquesuesperanzarenaciera.Lasombríaimagen,queporunmomentosehabíahechounaChristineolvidadadesusobligacionesconellamisma,dejópasoalaprimeraideaquehabíatenido de una desgraciada niña inocente, víctima de una imprudencia, y de su sensibilidad excesiva.¿Hastaquépunto,ahoraya,seguíasiendovíctima?¿Dequiénseencontrabaprisionera?¿Aquéabismoslahabíanarrastrado?Sepreguntabatodoestoconangustiamuycruel.Peroestemismodolorleparecíasoportablecomparadoconeldelirioenelquelesumíala ideadeunaChristinehipócritaymentirosa.¿Qué había sucedido? ¿Qué influencia había sufrido? ¿Qué monstruo la había hechizado, y con quéarmas?…

… ¿Con qué armas podía ser a no ser las de la música?… ¡Sí, sí! Cuantomás pensaba, más sepersuadíadequeseríaporesteladodondedescubriríalaverdad.¿Habíaolvidadoacasoeltonoconelqueellalehabíadicho,enPerros,quehabíarecibidolavisitadelenviadoceleste?¿YlamismahistoriadeChristine,enaquellosúltimostiempos,acasonodebíaayudarleaaclararlastinieblasenlasquesedebatía?¿HabíaignoradolaesperanzaquesehabíaapoderadodeChristinedespuésdelamuertedesupadreyeldesprecioquehabíasentidoportodaslascosasdelavida,inclusoporsuarte?

Habíapasadoporelconservatoriocomounamaquinacantante,carentedealma.Y,derepente,habíadespertadocomobajoelinflujodeunaintervencióndivina.¡ElÁngeldelamúsicahabíallegado!¡CantalaMargaritadelFaustoytriunfa!…¡ElÁngeldelamúsica!…¿Quién,quién,pues,sehacepasarasusojoscomoesemaravillosogenio?…¿Quién,pues, conocedorde la leyendaamadadelviejoDaaé, lautilizahastaelpuntodeque la jovennoesentresusmanosmásqueun instrumentosindefensaalquehacevibraracapricho?

Raoulpensabaqueunatalcircunstancianoeraexcepcional.Recordabaloquelehabíasucedidoa laprincesaBelmonte,queacababadeperderasumarido,y

cuyaangustiasehabíaconvertidoenestupor…Hacíaunmesquelaprincesanopodíahablarnillorar.Estainerciafísicaymoralibaagravándosedíaadíayladebilidaddelarazónacarreabapocoapocolaaniquilacióndelavida.Cadatardellevabanalaenfermaalosjardines,peroellanoparecíacomprendersiquieradóndesehallaba.Raff,elmayorcantantedeAlemania,quepasabaporNápoles,quisovisitarestosjardinesatraídoelrenombredesubelleza.Unadelasdamasdelaprincesarogóalgranartistaquecantara, sin dejarse ver, cerca del bosquecillo en el que ella se encontraba tumbada.Raff consintió ycantóunasencillamelodíaquelaprincesahabíaoídoenbocadesumaridodurantelosprimerosdíasdesuhimeneo.Latonadaeraexpresivaysugerente.Lamelodía,laspalabras,laadmirablevozdelartista,todoseuniópararemoverprofundamenteelalmadelaprincesa.Laslágrimasbrotarondesusojos…,lloró,seencontróliberadayquedóconvencidadequesuesposo,aquellatarde,habíabajadodelcielo,

paracantarlelatonadadeantaño.¡Sí!… ¡aquella tarde!… Una tarde, pensaba ahora Raoul, una única tarde… Pero aquel hermoso

engañonohabríaresistidoaunaexperienciarepetida…AquellaidealprincesadeBelmontehubieraterminadopordescubriraRaffdetrásdelbosquecillo,si

hubiera venido todas las noches durante tres meses… El Ángel de la música había dado clases aChristinedurantetresmeses…¡Quéprofesortanpuntual!…¡Yahora,porsifuerapoco,lapaseabaporelBois!…

Conlosdedoscrispadossobreelpecho,dondelatíasucorazónceloso,Raoulsedesgarrabalacarne.Inexperto,sepreguntabaahoraconterroraquéjuegoloinvitabalaseñoritaparalapróximamascarada.¿Hastaquépuntounachicadelaóperapuedeburlarsedeunjovenquelo ignoratododelamor?¡Quémujermezquina!

DeestemodoelpensamientodeRaoulibadeunextremoaotro.Nosabíayasidebíacompadecersede Christine o maldecirla, y la maldecía y compadecía simultáneamente. Sin embargo, por si acaso,consiguióuntrajededominóblanco.

Porfinllególahoradelacita.Conelrostroocultotrasunantifazprovistodelargoyespesoencaje,completamente de blanco, el vizconde se encontró muy ridículo con aquel traje de mascaradasrománticas.Unhombredemundonosedisfrazabaparairalbailedelaópera.Hubierahechoreír.Unaideaconsolabaalvizconde:¡nadielereconocería!Además,aqueltrajeyaquelantifazteníanunaventaja:Raoulibaapoderpasearseporlossalones«comoporsucasa»,soloconelmalestardesualmayalatristezadesucorazón.Noleseríanecesariofingir.Erasuperfluocomponerunaexpresiónacordeconeldisfraz:¡latenía!

Estebaileexcepcional,antesdelmartesdecarnaval,seorganizabaenmemoriadelaniversariodelnacimiento de un ilustre dibujante de las alegrías de antaño, un émulo de Gavarni, cuyo lápiz habíainmortalizadoalas«mascaradas»yeldescensodelaCourtile[15].Sesuponíaquedebíasermásalegre,más ruidoso,másbohemioque lamayoría losbailesdecarnaval.Muchosartistas sehabíandadocitaseguidosdetodounséquitodemodelosypintoresque,haciamedianoche,comenzaríanaarmarungranbullicio.

Raoulsubiólagranescalinataalasdocemenoscinco.Nosedetuvoaobservarcómosedistribuíanasualrededorlostrajesmulticoloresporlospeldañosdemármol,enunodelosdecoradosmássuntuososdelmundo;no sedejó abordarporningunamáscara alegre, no contestó aningunabromay esquivó lafamiliaridad acaparadora de varias parejas que estaban ya demasiado alegres. Tras atravesar el granfoyeryescapardeunafarándulaquelohabíaaprisionadoporunmomento,penetróporfinenelsalónindicado en el billete deChristine.Allí, en tan poco espacio, había unamultitud de gente, ya que setrataba del punto de reunión en el que se encontraban todos los que iban a cenar a laRotonda o quevolvían de tomar una copa de champán. El tumulto era despreocupado y alegre. Raoul pensó queChristinehabíapreferido,paralamisteriosacita,aquellamuchedumbreaunlugaraislado.Aquí,bajolamáscara,seencontrabanmásescondidos.

Seaproximóalapuertayesperó.Notuvoqueesperarmucho.Pasóundominónegroquerápidamenteleapretólapuntadelosdedos.Comprendióqueeraella.

Lasiguió.—¿EsustedChristine?—preguntóentredientes.

Eldominósevolvióconprestezaysellevóeldedoaloslabiospararecomendarlesindudaquenorepitierasunombre.Raoullasiguióensilencio.

Temíaperderladespuésdehaberlaencontradodenuevoenaquellasextrañascircunstancias.Yanosentíaningúntipodeodiocontraella.Nodudabasiquieradequeella«noteníanadaquereprocharse»,pormuyextrañaeinexplicablequeparecierasuconducta.Estabadispuestoatodaslasrenuncias,atodoslos perdones, a todas las cobardías. La amaba.Y seguramente conocería dentro de poco la razón deaquellaausenciatansingular…

Detantoentanto,eldominónegrosevolvíaparaasegurarsedequeeldominóblancoloseguía.MientrasRaoulvolvíaaatravesardeestamaneraelgranfoyer,nopudopormenosquefijarse,entre

lamuchedumbre,enungrupo,enmediodelosotrosquesededicabanalasmáslocasextravagancias,querodeabaaunpersonajecuyoaspectoextrañoymacabrocausabasensación…

Este personaje iba totalmente de escarlata con un inmenso sombrero de plumas encima de unacalavera. ¡Quéespléndida imitacióndeunacalavera!Losdiletantesqueseapiñabanasualrededor loadmiraban,lofelicitaban…lepreguntabanquémaestro,enquéestudio,frecuentadoporPlutón,lehabíanhecho, dibujado, maquillado, una calavera tan hermosa. ¡La Camarde[16] misma debió posar comomodelo!

Elhombredelacalavera,desombrerodeplumasytrajeescarlataarrastrabatrasélunampliomantode terciopelo rojocuyacolasedeslizabamajestuosamenteporelparqué.Enelmantohabíanbordadoconletrasdeorounafrasequecadaunoleíayreleíaenvozalta:«Nometoquéis!¡YosoylaMuerterojaquepasa!».

Alguien intentó tocarlo…, pero una mano de esqueleto, que salía de una manga púrpura, agarróbrutalmentelamuñecadelimprudenteyéste,sintiendoelcrujidodeloshuesos,elapretónarrebatadodelaMuertequeparecíanoibaasoltarlojamás,lanzóungritodedolorydeespanto.PorfinlaMuerterojalodejóenlibertadyhuyócomounlocoentreunanubedecomentarios.Enaquelmismoinstante,Raoulsecruzóconelfúnebrepersonaje,queprecisamenteacababadevolversehaciaél.Estuvoapuntodedejarescaparungrito:¡LacalaveradePerros-Guirec!¡Lahabíareconocido!…QuisoprecipitarsesobreellaolvidandoaChristine,peroeldominónegro,queparecía tambiénpresadeunaextrañaconmoción, lohabíacogidodelbrazoyloarrastraba…loarrastrabalejosdelsalón,fueradeaquellamasademoníacadondepaseabalaMuerteroja…

Acadamomento,eldominónegrosevolvía,yalblancolepareciópordosvecesadvertiralgoquelaaterraba,yaqueaceleróelpaso,comosifueranperseguidos.

Así subieron dos pisos. Allí, las escaleras, los corredores, estaban prácticamente desiertos. Eldominónegroempujólapuertadeuncamerinoehizoseñasalblancodequeentrara.Christine(yaqueenrealidad se trataba de ella, pudo reconocerla por la voz), Christine cerró inmediatamente la puertamientraslerecomendabaquepermanecieraenlapartetraseradelcamerinoyquenosedejaraver.Raoulsequitólamáscara.Cuandoeljovenibaarogaralacantantequeselaquitara,quedósorprendidodeverque de repente apoyaba un oído en el tabique y escuchaba atentamente lo que ocurría al otro lado.Después,entreabriólapuertaymiróenelcorredor,diciendoenvozbaja:

—Debehabersubidoal«camerinodelosCiegos»…—deprontoexclamó—:¡Vuelveabajar!Quisocerrarlapuerta,peroRaoulseopuso,porquehabíavistoenelpeldañomásaltodelaescalera

unpierojoquesubíaalpisosuperior…ylenta,majestuosamente,lacapaescarlatadelaMuerterojase

deslizóporlosescalones.YvolvióaverlacalaveradePerros-Guirec.—¡Esél!—exclamó—.¡Estaveznosemeescapará!PeroChristine había vuelto a cerrar la puerta en elmomento en queRaoul se precipitaba.Quiso

apartarladesucamino.—¿Quién?—preguntóellaconvozcompletamentecambiada—.¿Quiéneselquenoseleescapará?Brutalmente,Raoul intentóvencer la resistenciade la joven,peroella lo rechazabaconuna fuerza

inesperada…Élcomprendió,ocreyócomprender,yseenfureció.—¿Quién? —dijo con rabia—. ¡Pues, él! ¡El hombre que se oculta tras esa horrible máscara

mortuoria…,elgeniomalodelcementeriodePerros!,…¡lamuerteroja!…Enfin,suamigo,señora…¡SuÁngel de lamúsica! Pero le arrancaré lamáscara, al igual que arrancaré lamía, y esta vez nosveremoscaraacara,sinvelosysinmentiras,ysabréaquiénamaustedyquiénlaama.

Seechóareírcomounloco,mientrasqueChristine,detrásdesuantifaz,dejabaescaparundolorosogemido.

Extendió con gesto trágico sus dos brazos, que interpusieron una barrera de carne blanca ante lapuerta.

—¡Ennombredenuestroamor,Raoul,ustednopasará!…Élsedetuvo.¿Quéesloquehabíadicho?¿Ennombredesuamor?…Peroellajamáslehabíadicho,

jamás,que loamaba.Sinembargo, ¡no lehabíanfaltadoocasiones!…Lohabíavistomuydesdichado,llorandoanteella,implorandounasolapalabradeesperanzaquenohabíallegado…¿Acasonolohabíavistoenfermo,mediomuertodefríoydeterrordespuésdelanocheenelcementeriodePerros?¿Acasosehabíaquedadoasuladoenelmomentoenquemásnecesitabasuscuidados?No.¡Habíahuido!…¡Yahoradecíaqueloamaba!Hablaba«ennombredesuamor».¡Vamos!Notenía—otraintenciónqueladehacerleperderalgunossegundos…EranecesariodartiempoaquelaMuerterojaescapase…¿Suamor?¡Mentira!

Yselodijo,entonodeodioinfantil.—¡Miente,señora!¡Porquenomequierenimehaqueridonunca!Hayqueserundesgraciadocomo

yoparadejarsemanejar,paradejarseburlarcomoyolohehecho.¿Porquésuactitud,laalegríadesumirada,sumismosilenciomepermitieron,apartirdenuestroprimerencuentroenPerros,todotipodeesperanzas?Todotipodeesperanzashonradas,señora,yaquesoyunhombrehonestoylacreíaaustedunamujerhonesta,cuandonoteníamásintenciónqueladereírsedemí.¡Sehaburladodetodoelmundo!Haabusadoinclusodelalmacándidadesubienhechora,quesiguecreyendoensusinceridadmientrasustedsepaseaporelbailedelaOperaconlaMuerteroja…¡Ladesprecio!…

Yseechóallorar.Ellasedejabainsultar.Noteníamásqueunsólopensamiento:elderetenerlo.—Undíamepediráperdónportodasesasvilespalabras,Raoul,¡yyoloperdonaré!…Élmoviólacabeza.—¡No,no!¡Mehevueltoloco!…¡Cuandopiensoqueyonoteníaotroobjetivoenlavidaqueeldar

minombreaunavulgarcantantedeÓpera!…—¡Raoul!…¡Nodigaeso!—¡Morirédevergüenza!—Viva,amigomío…—pronunciólavozgraveyalteradaChristine—,¡yadiós!—¡Adiós,Christine!

—¡AdiósRaoul!Eljovenseacercóconpasovacilante.Seatrevióapronunciarotrosarcasmo:—¡Oh!,supongoquepermitirá,sinembargo,quevengaaaplaudirledetantoentanto.—¡Yanovolveréacantar,Raoul!—Realmente…—añadióélconmásironíaaún—.¡Lepreparanotrasagradablesdistracciones!¡La

felicito!…Pero,volveremosavernosenelBoisalgúndíadeéstos.—NienelBois,nienningunaotraparte,Raoul.Novolveráaverme.—Almenos,¿seráposiblesaberaquétinieblasdeseavolver?…¿Haciaquéinfiernosaledeviaje,

misteriosaseñora?…¿Oaquéparaíso?…—Había venidopara decírselo,Raoul, peroya nopuedodecirle nada… ¡No lo creería!Ustedha

perdidolafeenmí,Raoul.¡Todohaterminado!…Dijo aquel «Todoha terminado» enun tonode tal desesperación, que el joven se estremecióy el

remordimientodesucrueldadcomenzóaturbarleelalma…—¡Perobueno!—exclamó—.¡Yameexplicaráquésignificatodoesto!…Esustedlibre,sintrabas…

Paseapor laciudad…secubreconundominóparaveniralbaile…¿Porquénovuelveasucasa?…¿Quéhahechoduranteestosquinceúltimosdías?…¿QuéhistoriaesesadelÁngeldelamúsicaquemehacontado la señoraValérius?Alguienhapodidoengañarla, abusarde sucredulidad…Yomismo fuitestigo de ello enPerros…pero ahora ya sabe a qué atenerse…Meparecemuy sensata,Christine…¡Sabesustedloquehace!…Sinembargo,laseñoraValériuscontinúaesperándola,invocandoasu«geniobienhechor»… ¡Explíquese,Christine, se lo ruego!… ¡Se han engañado los otros!…¿Qué comedia esésta?…

Christineapartósimplementesumáscaraydijo:—¡Esunatragedia,amigomío!…Raoulvioentoncessurostroynopudocontenerunaexclamacióndesorpresaydehorror.Losfrescos

coloresdeantañohabíandesaparecido.Unapalidezmortalinvadíaaquellosrasgosquehabíaconocidotanencantadoresytansuaves,fielesreflejosdelagraciaapacibleydelaconcienciasinremordimientos.¡Ahoraestabavisiblementeatormentadaporalgo!Elsurcodeldolorlahabíamarcadosinpiedadysushermososojosclaros,enotrotiempolímpidoscomolagosqueservíanalapequeñaLotte,aparecíanestanoche de una profundidad oscura, misteriosa e insondable, cercados por una sombra espantosamentetriste.

—¡Amigamía…amigamía!…—gimióél,alavezqueletendíalosbrazos—.Haprometidoustedperdonarme…

—Quizá… tal vez un día… —dijo ella, mientras volvía a colocarse la máscara, y se marchóimpidiéndoleseguirlaconungestoquelorechazaba…

Quisolanzarsetrasella,peroellasevolvióyrepitiócontalsoberanaautoridadsugestodeadiósquenoseatrevióadarunsolopasomás.

Lamiróalejarse…Después,bajóasuvezhaciadondesehallaba lamuchedumbre, sinsabermuybienquéhacía,conlassienespalpitantes,elcorazóndesgarrado;ypreguntóenlasalaqueatravesabasinohabíanvistopasaralaMuerteroja.Ledecían:«¿QuiénesesaMuerteroja?».Élcontestaba:«Esunseñordisfrazadoconunacalaverayunagrancaparoja».PortodaspartesledecíanquelaMuerterojaacababadepasar,arrastrandosuregiacapa,peronoloencontróporningúnladoyvolvió,hacialosdos

delamañana,alcorredorquepordetrásdelescenarioconducíaalcamerinodeChristineDaaé.Suspasoslehabíanconducidoallugarenquehabíaempezadosutortura.Llamóalapuerta.Nole

contestaron. Entró como cuando lo hizo para buscar por todas partes la voz de hombre. El camerinoestaba vacío. Unmechero de gas ardía agonizante. Encima de un pequeño escritorio había papeles ysobres.PensóenescribiraChristine,perooyódeprontounospasosenelcorredor…Notuvotiempomásqueparaesconderseenel tocador,queestabaseparadodelcamerinoporunasimplecortina.Unamanoempujabalapuertadelcamerino.¡EraChristine!

Contuvolarespiración.¡Queríaver,queríasaber!…Algoledecíaqueibaaasistiraunapartedelmisterioyquequizásibaaempezaracomprender…

Christineentró,sequitólamáscaracongestocansadoylaarrojósobrelamesa.Suspiró.Dejócaersu hermosa cabeza entre las manos… ¿En qué pensaba?… ¿En Raoul?… ¡No! ya que Raoul la oyómurmurar:

—¡PobreErik!Enunprincipiocreyóhaberoídomal.Ademásestabaconvencidodeque,sihabíaalguiendequien

compadecerse,éseeraél,Raoul.Seríamáslógico,despuésdeloqueacababadepasarentreellosquedijeraenunsuspiro:«¡PobreRaoul!».Peroellarepitiómoviendolacabeza:«¡PobreErik!».

¿QuépintabaeltalErikenlossuspirosdeChristineyporquélapequeñahadadelNorteseapiadabadeErikcuandoRaouleratandesgraciado?

Christine se puso a escribir despacio, con tranquilidad, tan pacíficamente que Raoul, que aúntemblabaporeldramaque los separaba, se sintió rabiosamente impresionado.«¡Quésangre fría!», sedijo.Ella siguió escribiendo, llenandodos, tres, cuatrohojas.De repente, alzó la cabezayocultó lospapeles en su pecho… Parecía escuchar… Raoul también escuchó… ¿De dónde venía aquel ruidoextraño,aquel ritmo lejano?…Uncantosordoqueparecíasalirde lasparedes…¡Sí,sediríaque losmuros cantaban!… El canto se hacíamás claro…, las palabras eran inteligibles…, se distinguió unavoz…unavozmuybella,muydulceymuyatractiva…,pero tantadulzuraseguíasiendo,sinembargo,masculina: era evidente que aquella voz no pertenecía a una mujer… La voz seguía acercándose…atravesólapared…llegó…,y,depronto,lavozestabaenlahabitacióndelantedeChristine.Christineselevantóyhablóalavozcomosihablaraaalguienqueseencontrabaasulado.

—Aquíestoy,Erik—dijo—,yaestoylista.Esustedquienllegatarde,amigomío.Raoul,quemirabaconcautelaatravésdelacortina,nodabacréditoasusojos,quenadaveían.LafisonomíadeChristineseaclaró.Unahermosasonrisavinoaposarseensuslabiosexangües,una

sonrisacomolaquetienenlosconvalecientescuandoempiezanacreerqueelmalqueleshaheridonoselosllevará.

UnavozsincuerporeanudósucantoylociertoesqueRaouljamáshabíaoídonadaenelmundo—unavozqueune, almismo tiempoyconelmismoaliento, losextremos—tanamplioyhermosamentesuave,tanvictoriosamenteinsidioso,tandelicadoenlafuerza,tanfuerteenladelicadeza,ensuma,tanirresistiblementetriunfante.Conteníaacentosdefinitivosdignosdeunmaestroyquedebíanseguramente,porlasolavirtuddesuaudición,crearacentossublimesenlosmortalesquesienten,amanytraducenlamúsica.Conteníaunafuentetranquilaypuradearmoníadelaquelosfielespodrían,contodaseguridad,bebercondevoción,convencidosdebeberlagraciadelamúsica.Ysuarte,derepente,alcontactoconlodivino,seveíatransfigurado.Raoulescuchabafebrilmenteaquellavozyempezabaaentendercómo

ChristineDaaépudounanoche,anteelpúblicoestupefacto,cantarconaquellosacentosdeunabellezadesconocida, de una exaltación sobrehumana, sin duda bajo la influencia del misterioso e invisiblemaestro.Yahoraentendíamásaúnestefenómenoalcomprobarqueaquellavozexcepcionalnocontabaprecisamente nada excepcional: con el amarillo había hecho azul. La trivialidad del verso y la casivulgaridad popular de la melodía parecían transformados en belleza por un soplo que los elevaba yllevabahastaelcieloenalasdelapasión,yaqueaquellavozangélicaglorificabaunhimnopagano.

Estavozcantaba«lanochedelhimeneo»deRomeoyJulieta.Raoul vio aChristine extender los brazos hacia la voz, como lo había hecho en el cementerio de

PerroshaciaelviolíninvisiblequetocabalaResurreccióndeLázaro…Nadapodríaexplicarlapasiónconlaquelavozdijo.

¡Eldestinoteencadenaamísinretorno!

Raoul sintió traspasado el corazón y, luchando contra el encanto que parecía arrebatarle todavoluntadytodaenergía,ycasitodalucidezenelmomentoenquemáslanecesitaba,consiguióapartarlacortinaqueloocultabayavanzóhaciaChristine.Ésta,queseacercabahaciaelfondodelcamerinocuyopanelestabaocupadoporungranespejoque ledevolvíasu imagen,nopodíaverlopuestoqueestabadetrásdeellayenteramentetapadoporella.

¡Eldestinoteencadenaamísinretorno!

Christine seguía avanzandohacia su imageny su imagenbajabahacia ella.LasdosChristine—elcuerpo y la imagen— terminaron por tocarse, por confundirse, y Raoul extendió los brazos pararetenerlasalasdosauntiempo.

Pero, por una especie de deslumbrante milagro que le hizo tambalear, Raoul fue repentinamentelanzadohaciaatrás,mientrasunvientoheladoleazotabaelrostro.Ynovioados,sinoacuatro,ocho,veinteChristine,quegirabanasualrededorconunaligerezatalqueparecíanburlarsedeélyquehuíancontantarapidezquesumanonopodíatocaraninguna.Finalmentetodovolvióaquedarinmóvilysevioásímismoenelespejo.PeroChristinehabíadesaparecido.

Seprecipitóhaciaelespejo.Chococontralasparedes.¡Nadie!Sinembargo,elcamerinoretumbabaaúnconunritmolejano,apasionado:

¡Eldestinoteencadenaamísinretorno!

Sus manos enjugaron su frente sudorosa, pellizcaron su carne despierta, tantearon la penumbra,devolvieron á la llama de la lamparilla de gas toda su fuerza. Estaba seguro de que no soñaba. Seencontraba en el centro de un juego formidable, físico y moral, cuya clave desconocía y que quizásacabaríaconél.Sesentíavagamentecomounpríncipeaventureroquehafranqueadolalíneaprohibidade un cuento de hadas y que no debe extrañarse de ser presa de los fenómenos mágicos queinconscientementehaafrontadoydesencadenadoporamor.

¿Pordónde,pordóndehabíasalidoChristine?¿Pordóndevolvería?¿Volvería?… ¡Ay! ¿No le había asegurado que todo había terminado?…¿Y la pared no le repetía

acaso:Eldestinoteencadenaamísinretorno?¿Amí?¿Aquién?Entonces, extenuado, vencido, con el cerebro confuso, se sentó en el mismo sitio que hacía un

momento ocupaba Christine. Como ella, dejó caer la cabeza entre las manos. Cuándo la levantó,abundanteslágrimascorríanálolargodesujovenrostro,verdaderasypesadaslágrimas,comolasquetienenlosniñoscelosos,lágrimasquellorabanporunmalenabsolutofantástico,perocomúnátodoslosamantesdelatierra.Envozaltanopudomásquepreguntarse:

—¿QuiéneseseErik?

CAPÍTULOXI

HAYQUEOLVIDARELNOMBREDE«LAVOZDEHOMBRE»

AlamañanasiguienteenqueChristinedesaparecióantesusojosenunaespeciededeslumbramientoque aún le hacía dudar de sus sentidos, el vizconde deChagny fue en busca de noticias a casa de laseñoraValérius.Seencontróanteuncuadroconmovedor.

Alacabeceradelaanciana,quetejíasentadaensulecho,Christinehacíaencaje.Jamásunóvalotanbello,unafrentemáspura,unamiradatandulceseinclinaronsobreunalabordevirgen.Lasmejillasdela joven habían recuperado los frescos colores. El cerco azul de sus ojos claros había desaparecido.Raoulno reconocióyael rostro trágicode lavíspera.Siunvelodemelancolíanoensombreciera susrasgoscomounúltimovestigiodelinauditodramaenelquesedebatíaaquellamisteriosamujer,RaoulhabríapodidopensarqueChristinenoerasuincomprensibleheroína.

Selevantóalverloacercarsey,sinemociónaparente,letendiólamano.PeroelestupordeRaouleratalquepermanecióallí,anonadado,sinungesto,sinunapalabra.

—¡Vaya,señordeChagny!—exclamólaseñoraValérius—.¿NoconoceyaanuestraChristine?¡Su«geniobienhechor»noslahadevuelto!

—¡Mamá!—interrumpiólajovenentonoseco,altiempoquesesonrojabahastalosojos—.Mamá,creíaqueyanovolveríamosahablardeeso…¡Sabeustedmuybienquenohaytalgeniodelamúsica!

—¡Hijamía,sinembargotehadadoclasesdurantetresmeses!—Mamá,leheprometidoexplicárselotodoundíanomuylejano,almenosesoespero…perohasta

entonces,ustedmehaprometidoelsilencioynohacermejamáspreguntas.—¡Simeasegurarasnovolveradejarme!Pero,¿mehasprometidoeso,Christine?—Mamá,todoesonointeresaparanadaalseñordeChagny…—Seequivoca,Christine—interrumpióeljovenconunavozquepretendíaserfirmeyvalientepero

que,sinembargoeratansólotemblorosa—;todoloqueleatañemeinteresahastaunpuntoquenopodríaustedcomprender.Noleocultaréquemeextrañaymealegroa lavezdeencontrarla juntoasumadreadoptivayqueloquepasóayerentrenosotros,loquepudousteddecirme,loquepudeadivinar,nadamehacíapreverunretornotanrápido.Seríaelprimeroenalegrarmesinoseobstinaraenconservaracercade todoestounsecretoquepuedeserle fatal…yhacedemasiado tiempoquesoyamigosuyoparanoinquietarme, al igual que la señoraValérius, por esa funesta aventura que seguirá siendo peligrosa entantonoladesentrañemos,ydelaqueterminaráporservíctima,Christine.

Aloírestaspalabras,laseñoraValériusseagitóensulecho.—¿Quéquieredecirtodoeso?—exclamó—.¿Christineestáenpeligro?—Sí,señora…—declaróvalientementeRaoul,apesardelasseñasquelehacíaChristine.—¡Dios mío! —exclamó jadeante la buena e ingenua anciana—. ¡Tienes que decírmelo todo,

Christine!¿Porquémetranquilizas?¿Ydequépeligrosetrata,señordeChagny?—¡Unimpostorestáabusandodesubuenafe!—¿ElÁngeldelamúsicaesunimpostor?—¡EllamismalehadichoquenohaytalÁngeldelamúsica!

—¿Yquéhayentonces?Dígamelo,ennombredelCielo—suplicó impotente la señoraValérius—.¡Mevaustedamatar!

—Lo que hay, señora, a nuestro alrededor, a su alrededor, alrededor de Christine, es unmisterioterrestremuchomásterriblequetodoslosfantasmasytodoslosgenios.

LaseñoraValériusvolvióhaciaChristineun rostroaterrorizado,peroésta sehabíaprecipitadoyahaciasumadreadoptivaylaapretabaentresusbrazos:

—¡Nolecreas,mamáquerida!…¡Nolecreas!—repetía,eintentabaconsolarlaconsuscaricias,yaquelaancianadejabaescaparsuspirosquedesgarrabanelcorazón.

—¡Entonces,dimequeyanomeabandonarás!—implorólaviudadelprofesor.ChristinecallóyRaoulvolvióaempezar:—Esloquedebeustedprometer,Christine…¡Esloúnicoquepuedetranquilizarnos,asumadreya

mí!Noscomprometemosanohacerlemáspreguntassobreelpasado,sinosprometepermanecerbajonuestraprotecciónenelfuturo…

—¡Esuncompromisoqueyonolepidoyunapromesaqueyonolesharé!—dijolamuchachaconorgullo—. Soy libre de mis actos, señor de Chagny, no tiene el menor derecho a controlarlos y leagradeceríaseabstuvieradehacerloapartirdeestemomento.Encuantoaloquehagodesdehacequincedías,nohaymásqueunhombreenelmundoquetendríaderechoaexigirqueseloexplicara:¡mimarido!¡Peronotengomaridonimecasarejamás!

Mientras decía esto con fuerza, extendió la mano en dirección a Raoul, como para hacer mássolemnessuspalabras,Raoulpalideció,nosóloporlaspalabrasqueacababadeoír,sinoporqueestabaviendoeneldedodeChristineunanillodeoro.

—Notieneustedmaridoysinembargollevaunaalianza.Intentócogerlelamano,peroChristinelahabíaretiradorápidamente.—¡Esunregalo!—exclamósonrojándosemásaúnyesforzándoseenvanoporocultarsuturbación.—¡Christine!Yaqueno tieneunmarido,esteanillosólopuedeserdelqueesperaserlo.¿Porqué

engañarnosaúnmás?¿Porquéseguirtorturándome?¡Eseanilloesunapromesa!¡Yesapromesahasidoaceptada!

—¡Esloqueyolehedicho!—dijolaanciana.—¿Yquélehacontestado,señora?—¡Lo que me vino en gana! —gritó Christine exasperada—. ¿No encuentra señor, que este

interrogatoriohaduradoyademasiado?Encuantoamí…Raoul, muy emocionado, temía obligarla a pronunciar palabras que significaran una ruptura

definitiva.Lainterrumpió:—Perdónporhaberlehabladoasí,señorita…¡Sabeustedbiencuáleselnoblesentimientoquehace

quemeinmiscuyaenestemomentoenasuntosque,sinduda,nomeincumben!Perodéjemedecirleloquehevisto…,yhevistomásdeloquecree,Christine,oloquecreíver,yaque,enrealidad,lomínimoquepuedehacerseenestaaventuraesdudardelospropiosojos…

—¿Quéhavisto,señor,oquehacreídover?—Visuéxtasisanteelsonidodelavoz,Christine,delavozquesurgíadelapared,odelcamerino,o

delapartamentodeallado…¡sí,suéxtasis!…¡Yesestoloquemellenadepánicoporusted!…¡Estáaprisionada en el más peligroso de los hechizos!… Sin embargo, parece haberse dado cuenta de la

impostura,yaquehoydicequenohayunÁngeldelamúsica…Entonces,Christine,¿porquélosiguióunavezmás?¿Porquéselevantóconelrostroresplandecientecomosirealmenteestuvieraoyendoalosángeles?…¡Esavozesmuypeligrosa,Christine,puestoqueyomismo,mientraslaoía,meencontrabatanembelesadoqueusteddesapareciódemivistasinquepudieradecirpordónde!…¡Christine,Christine!Enelnombredelcielo,eneldesupadrequeestáenelcieloyquetantoquisousted,yquemequiso,Christine,¿vaadecirnos,asubienhechorayamí,dequiénesesavoz?¡Aúnencontradesuvoluntadlasalvaremos!…¡Vamos!¡Díganoselhombredeesehombre,Christine…,deesehombrequehatenidolaaudaciadeponerunanillodeoroensudedo!

—SeñordeChagny—declarófríamentelajoven—,¡nolosabrájamás!En este punto se oyó la agria voz de la señora Valérius que, de repente, tomaba el partido de

Christine,alverlahostilidadconlaquesupupilaacababadedirigirsealvizconde.—¡Ysiellaloama,señorvizconde,esonoesasuntosuyo!—¡Ay,señora!—volvióadecirhumildementeRaoul,quenopudocontenerlaslágrimas—.¡Ay!Creo

que,efectivamente,Christineloama…Todomelodemuestra,peronosóloestomedesespera,¡sinoelquenoestoyenabsolutosegurodequeaquélalquequiereChristineseadignodesuamor!

—¡La única que debe juzgarlo soy yo, señor!—dijoChristinemirando fijamente aRaoul con unaexpresióndesoberanairritación.

—Cuandoseemplean,paraseducirauna joven,medios tan románticos…—dijoRaoulquesentíaquesusfuerzasleabandonaban…

—¿Espreciso,noescierto,queelhombreseaunmiserable,oquelajovenseaunatonta?—¡Christine!—¿Raoul,porquécondenadeestemodoaunhombrealquenohavistojamás,alquenadieconocey

delqueustedmismonosabenada?—Sí,Christine…Sí…Almenosséesenombrequeustedpretendeseguirocultándome…¡SuÁngel

delamúsica,Christine,sellamaErik!…InmediatamenteChristinesetraicionóasímisma.Estavezsepusopálidacomounmanteldealtar.

Balbuceó:—¿Quiénselohadicho?—¡Ustedmisma!—¿Cómo?—Laotranoche, lanochedelbailedemáscaras.¿Acasonodijo,al llegarasucamerino:«¡Pobre

Erik!»?Puesbien,Christine,seencontrabaallí,enalgunaparte,unpobreRaoulquelaoyó.—¡Eslasegundavezqueescuchausteddetrásdelaspuertas,señordeChagny!—Noestabadetrásdelapuerta…¡Estabaenelcamerino!…¡Ensutocador,señorita!—¡Desgraciado!… —gimió la joven, que mostró todos los síntomas de un indecible horror—.

¡Desgraciado!¿Quierequelomaten?—¡Quizá!Raoul pronunció este «quizá» con tanto amor y desesperación que Christine no pudo contener un

sollozo.Entoncesletomóambasmanosylomirócontodalapuraternuradelaqueeracapaz,y,eljoven,ante

aquellamirada,sintióquesudoloryasehabíaesfumado.—Raoul—dijo—,esprecisoqueolvidelavozdehombre,quenorecuerdesiquierasunombre…y

quejamásintenteaveriguarelmisteriodelavozdehombre.—¿Tanterribleesesemisterio?—¡Nohayotromásterribleenlatierra!Sehizounsilencioqueseparóalosjóvenes.Raoulestabadestrozado.—Júreme que no hará nada por «saber»—insistió ella—. Júreme que no volverá a entrar enmi

camerinosiyonolollamo.—¿Meprometellamarmealgunavez,Christine?—Seloprometo.—¿Cuándo?—Mañana.—¡Entonces,selojuro!Fueronsusúltimaspalabrasesedía.ÉllebesólasmanosysefuemaldiciendoaErikeintentandoarmarsedepaciencia.

CAPÍTULOXII

ARRIBADELASTRAMPILLAS

Aldía siguiente,volvióaverlaen laópera.Seguía llevandoeneldedoel anillodeoro.Ella fuedulceybuena.Leinformóacercadelosproyectosquetenía,desufuturo,desucarrera.

Él le comunicó que la salida de la expedición polar se había adelantado y que, dentro de tressemanas,deunmesalosumo,abandonaríaFrancia.

Ella leanimó,casiconalegría,apensarenelviajeconentusiasmo,comoenunaetapamásdesugloriafutura.Y,alcontestarleélquelagloriasinamornoofrecíaasusojoselmenorencanto,ellalotratócomoaunniñocuyastristezasdebenserpasajeras.Élledijo:

—¿Cómopuedehablarcontantaligerezadecosastangraves,Christine?¡Puedequenovolvamosavernosjamás!…¡Puedomorirduranteesaexpedición!

—Yyotambién—selimitóadecirella…Yanosonreía,yanobromeaba.Parecíapensarenalgonuevoqueleveníaporprimeravezalamente.

Sumiradabrillaba.—¿Enquépiensa,Christine?—Piensoenqueyanovolveremosavernos…—¿Yesoesloquelaponetanradiante?—¡Yquedentrodeunmestendremosquedecirnosadiós…parasiempre!—Amenosque,Christine,noscasáramosynosesperáramosparasiempre.Ellaletapólabocaconlamano:—¡Calle, Raoul!… ¡No se trata de eso, ya lo sabe de sobra!… ¡Y jamás nos casaremos! ¿De

acuerdo?Parecía no poder resistir una dicha desbordante que la había asaltado de repente. Empezó a dar

palmadasconalegríainfantil…Raoullamirabainquieto,sincomprender.—Pero,pero…—dijoelladenuevo,tendiendolasmanosaljoven,omejordicho,dándoselas,como

sisúbitamentehubieradecididohacerleunregalo—.Pero,aunquenopodamoscasarnos,sípodemos…,podemos prometernos… ¡No lo sabrá nadie más que nosotros, Raoul!… ¡Han habido casamientossecretos!…¡Raoul,podemosprometernosporunmes!…¡Dentrodeunmes,ustedseiráyyopodréserfelizconelrecuerdodeestemesdurantetodalavida!

Estabaentusiasmadaconsuidea…Yvolvióaponerseseria.—Esta—dijo—esunafelicidadquenoharádañoanadie.Raoul había comprendido. Se aferró a aquella inspiración. Quiso que inmediatamente se hiciera

realidad.SeinclinóanteChristineconhumildadsinparydijo:—¡Señorita,tengoelhonordepedirsumano!—¡Perosiyatienelasdos,miqueridoprometido…!¡Oh,Raoul,quéfelicesvamosaser!…¡Vamosa

jugaralfuturomariditoyalafuturamujercita…!Raoul se decía: ¡Imprudente! De aquí a un mes habré tenido tiempo de hacérselo olvidar o de

penetrarydestruir«elmisteriodelavozdehombre»,ydentrodeunmesChristineconsentiráensermi

mujer.¡Mientrastanto,juguemos!Fue el juegomásbonito delmundoy al que se entregaron como los dos niños que eran. ¡Ah, qué

cosasmaravillosassedijeron!¡Yquéjuramentoseternosintercambiaron!Laideadeque,alcumplirunmes,nohabríanadieparapodermantenerestaspromesaslessumíaenunaturbaciónquesaboreabanconcontradictorias emociones, entre risas y lágrimas. Jugaban «al corazón» igual que otros juegan «a lapelota».Ladiferenciaradicabaenelhechodequealsersuspropioscorazoneslosquelanzaban,éstosdebíansermuyhábilespararecibirsinhacersedaño.Undía—eraeloctavodejuego—,elcorazóndeRaoul se hizomucho daño y el joven detuvo la partida con estas extravagantes palabras: «Ya nomemarcharéalpolonorte».

Christine,queensuinocencianohabíapensadoenestaposibilidad,descubrióderepenteelpeligrodeljuegoyseloreprochóamargamente.NocontestóaRaoulniunasolapalabraysemarchóasucasa.

Estoocurríapor la tarde,enelcamerinodelacantante,dondeacostumbrabanacitarseydondesedivertíanconmeriendascenasdetresgalletasydosvasosdeOportoanteunramodevioletas.

Por lanoche,ellanocantaba.Yélno recibió lacartaacostumbrada,peseaquesehubierandadopermiso para escribirse todos los días durante esemes. Al día siguiente, corrió a casa de la señoraValérius,queleinformódequeChristinesehabíaausentadopordosdías.Sehabíaidolavísperaporlatarde, a las cinco, diciendo que no estaría de vuelta hasta pasado mañana. Raoul estaba destrozado.DetestabaalaseñoraValériusporhaberlecomunicadoaquellanoticiaconunatranquilidadquelodejabaperplejo. Intentó sonsacarle algo, pero era evidente que la buena mujer no sabía nada. Se limitó acontestaralaspreguntasdesordenadasdeljoven:

—¡EselsecretodeChristine!Y,aldecirlo,levantóeldedoconunaunciónespecialquerecomendabadiscreciónyque,almismo

tiempo,pretendíatranquilizar.—¡Bien,muybien!—exclamabaRaoulconenfadomientrasbajabalasescalerascorriendocomoun

loco—.¡Estupendo,veoquelasjóvenesestánperfectamenteprotegidasporseñorascomolaValérius!¿DóndepodíaencontrarseChristine?…Dosdías…¡Dosdíasmenosparasufelicidadtanbreve!¡Y,

paracolmo,porculpasuya!…¿Acasonohabíanacordadoqueéldebíapartir?…Ysisufirmeintencióneraladequedarse,¿porquéhabíahabladotanpronto?Sereprochabasutorpezayfueelmásdesgraciadodeloshombresdurantecuarentayochohoras,alcabodelascualesChristinereapareció.

Reapareciótriunfalmente.Volvióporfin,aobtenerelmismoéxitoqueenlaveladadegala.Apartirdelaaventuradel«gallo»,laCarlottanohabíapodidosaliraescena.Elterrordeunnuevo«cuac»laposeía y le quitaba todos sus recursos; y los lugares que habían sido testigos de su incomprensiblederrotaselehabíanhechoodiosos.Encontrólamaneraderompersucontrato.SelerogóalaDaaéquetemporalmenteocuparaelpuestovacante.UnverdaderodeliriolaacogióenLajudía.

Elvizconde,presenteduranteaquellavelada,fueelúnicoensufrirescuchandolosmilecosdeestenuevotriunfo,yaquevioqueChristineseguíaconservandosuanillodeoro.Unavozlejanamurmurabaaloídodeljoven:«Estánochesiguellevandoelanillodeoro,ytúnohassidoquienselohadado.Estánochehaseguidoentregandosualma,ynohasidoáti».

Y lavoz continuaba aún:«¡Si ellanoquieredecirte loquehahechodesdehacedosdías…, si teescondesuparadero,esprecisoquevayasápreguntárseloáErik!».

Corrióhaciaelescenario.Leinterrumpióelpaso.Ellalovio,yaquesusojoslobuscaban.Ledijo:

—¡Deprisa,deprisa!¡Venga!Yloarrastróhastasucamerinosinpreocuparsedetodoslosquecelebrabansurecientegloriayque

murmurabanantelapuertacerrada:—¡Estoesunescándalo!InmediatamenteRaoulsearrodillóanteella.Le juróquesemarcharíaá laexpedicióny lesuplicó

quenuncamásleprivaradeunasolahoradeladichaquelehabíaprometido.Christinedejócorrersuslágrimas.Sebesabancomounhermanoyunahermanadesesperadosqueacabandeverseamenazadosporundolorcomúnyquevuelvenáencontrarseparalloraráunmuerto.

Súbitamente,sedeshizodeldulceytímidoabrazodeljoven,parecióescucharalgoquenosabíaquéera…y,conungestoseco,señalólapuertaáRaoul.Cuándoestuvieronenelumbral,ledijotanbajoqueelvizcondeapenasadivinósuspalabras:

—¡Mañana,miqueridoprometido!¡Yalégrese,Raoul…,estanochehecantadoparausted!Élnocontestó.Pero,¡ay!aquellosdosdíasdeausenciahabíanrotoelencantodesudulcementirá.Semiraronenel

camerino sin decirse nada, con los ojos tristes.Raoul debía dominarse para nogritar: «¡Tengo celos!¡Tengocelos!».Peroellalooíadetodosmodos.

Entonces,ledijo:—Vamosápasear,Raoul.Elairenosharámuybien.Raoul creyó que iba á proponerle una excursión por el campo, lejos de aquelmonumento al que

detestabacomosisetrataradeunacárcelyácuyocarcelerosentíapasearseátravésdelasparedes…,elcarceleroErik…Peroella lo condujoal escenarioy lohizo sentar sobreelbrocaldemaderadeunafuente,enlapazyelfrescordudososdeunprimerdecoradomontadoparaelpróximoespectáculo.Otrodía paseó con él, cogiéndolo de la mano, por los caminos abandonados de un jardín cuyas plantastrepadorashabíansidocortadasporlasmanoshábilesdeundecorador,comosilosverdaderoscielos,lasverdaderasflores,laverdaderatierraleestuvieranprohibidosparasiempreyestuvieracondenadaánorespirarotraatmósferaqueladelteatro.Eljovenvacilabaenformularlelamenorpreguntaporque,alsaber que ella no podía contestarle, temía hacerla sufrir inútilmente. De tanto en tanto pasaba unbombero,quevigilabadesdelejossuidiliomelancólico.Aveces,ellaintentabaengañarseyengañarloacercade labellezaficticiadeaquelcuadroinventadopor lafantasíade loshombres.Suimaginaciónsiemprevivaleseñalabacoloressiempremásdeslumbrantes,hastaelpuntodequelanaturaleza,decía,nopodíacompararlos.Seexaltaba,mientrasRaoulapretabasumanofebril.Elladecía:

—¡Mire,Raoul,esasmurallas,esosbosques,esasglorietas,esasimágenesdetelapintada,todoestohavistolosamoresmássublimes,yaqueaquíhansidocreadosporlospoetas,quesuperanenciencodosáloshombresvulgares!¡Dígame,pues,quenuestroamorestábienaquí,Raoul,porquetambiénélhasidocreado,ynoesmás,éltambién,queunailusión!

Él,desconsolado,nocontestaba.—¡Nuestroamoresdemasiadotristeenlatierra,vayamosporelcielo!…¡Yavequéfácilesaquí!Y lo arrastraba más alto que las nubes, á través del magnífico desorden del telar, y se divertía

dándolevértigoalcorrerdelantesuyosobre los frágilespuentesmetálicos,entre losmilesdecuerdasqueseuníanálaspoleas,álostornos,áloscilindros,enmediodeunaverdaderaselvaaéreadevergasydemástiles.Cuándoélvacilaba,ellaledecíaconunmohínadorable:

—¿Tú,unmarino?Después, volvían a bajar a tierra firme, es decir a un corredor real que les conducía hasta risas,

bailesyvocesjóvenesamonestadasporotravozsevera:«Despacio,señoritas…¡Vigilenlaspuntas!»…Eralaclasedebailedelasniñasdeseisanueveodiezaños…consucorséescotado,eltutúligero,elpantaloncito blanco y las medias de color rosa, y trabajan, trabajan aplicadamente con todos suspiececillosdoloridosconlaesperanzadeconvertirseenalumnasdelascuadrillas,corifeos,meritorias,primeras bailarinas envueltas en relucientes diamantes…Mientras, Christine reparte caramelos entreellas.

Otro día le hacía entrar a una amplia sala de su palacio, abarrotada de oropeles, despojos decaballeros,delanzas,deescudosypenachos,ypasabarevistaalosfantasmasdelosguerrerosinmóvilesy cubiertos de polvo. Les arengaba con palabras de consuelo y les prometía que volverían a ver lastardesresplandecientesdeluzylosdesfilesconmúsicaantelastribunasquelosaclamarían.

Asílopaseóportodosuimperio,queeraficticioperoinmenso,yaqueseextendíaalolargoyanchodediecisietepisos,desde laplantabajahastael tejado,yestabahabitadoporunejércitodeextrañospersonajes. Pasaba entre ellos como una reina popular, animando a los trabajos; sentándose en lostalleres,dandosusconsejosalasmodistascuyasmanosvacilabanalcortarlasricastelasquevestiríanaloshéroes.Loshabitantesdeestepaísrealizabantodos losoficios.Habíazapaterosyorfebres.Todoshabían aprendido a quererla, porque Christine se interesaba por las preocupaciones y las pequeñasmaníasdecadauno.Sabíaderinconesdesconocidosenlosquehabitabanensecretoviejosmatrimonios.

Llamabaa supuertay lespresentabaaRaoul comoaunpríncipeencantadorquehabíapedido sumano y, sentados los dos en algún baúl carcomido, escuchaban las viejas leyendas de la ópera comoantaño, en la infancia,habíanescuchado losviejoscuentosbretones.Aquellosviejosno seacordabanmás que de la Opera. Vivían allí desde hacía muchos años. Las administraciones desaparecidas loshabíanolvidado;lasrevolucionesdepalacioloshabíanignorado.AllíafuerahabíapasadolahistoriadeFranciasinqueellosseenteraran,ynadieseacordabadeellos.

Asítranscurríanaquellospreciososdías,yRaoulyChristine,conelexcesivointerésquesimulabanporlascosasexteriores,seesforzabantorpementeenocultarseelúnicopensamientodesucorazón.LociertoeraqueChristine,quehastaentoncessehabíamostrado lamásfuerte, repentinamentepasóaunestadodeextremonerviosismo,quenopodíaexpresar.Ensusexpediciones,seponíaacorrersinrazón,obiensedeteníabruscamente,ysumano,convertidaenuntrozodehielo,apretabaladeljoven.Avecessusojosparecíanperseguirsombras imaginarias.Gritaba:«¡Poraquí!»ydespués:«¡Porallí!», riendoconuna risa temblorosaque terminabaen lágrimas.EntoncesRaoulqueríahablar,hacerlepreguntasapesarde suspromesasy suspactos.Pero,antesdequepudiera formularunapregunta,ellacontestabafebrilmente:

—¡Nada!…Leaseguroque-nomepasanada.Unavezquepasabananteunatrampillaentreabiertaenelescenario,Raoulseinclinósobreeloscuro

huecoydijo:—Christine,mehaenseñadolapartealtadesuimperio…,peroheoídoextrañashistoriasacercade

lossótanos…¿Quierequebajemos?Aloíresto,lotomóensusbrazoscomositemieraverlodesaparecerporelagujeronegro,yledijo

temblandoenvozmuybaja:

—¡Jamás,jamás!Leprohíbobajarahí…Ademásesapartedelreinonomepertenece…¡Todoloqueestábajotierralepertenece!

Raoulclavósusojosenlosdeellayledijoentonoduro:—¿Entonces,élviveahíabajo?—¡Nohedichoeso!…¿Quiénlehadichoeso?¡Vamos,venga!Aveces,Raoul,mepreguntosiusted

noestáloco…¡Ustedsiempreoyecosasimposibles!…¡Venga,venga!Y lo arrastraba literalmente, ya que él se obstinaba en quedarse cerca de la trampilla y de aquel

agujeroqueleatraía.La trampilla se cerró de golpe, tan de repente que ni siquiera vieron la mano que la movía,

dejándolosallí,completamenteaturdidos.—¿Quizáseraélquienestabaallí?—terminópordecirRaoul.Ellaseencogiódehombrosperonoparecíanadatranquila.—¡No, no! Son los «cerradores de trampillas». Algo tienen que hacer los «cerradores de

trampillas»…Abrenycierranlastrampillassinrazónalguna…Escomo«loscerradoresdepuertas».Dealgunamaneratienenque«pasareltiempo».

—¿Ysifueraél,Christine?—¡Imposible!No,élsehaencerradoparatrabajar.—¡Vaya!¿Conqueéltrabaja?—Sí.Élnopuedeabrirycerrarlastrampillasytrabajaralmismotiempo.Podemosestartranquilos.Aldeciresto,seestremeció.—¿Enquétrabaja?—¡Oh, en algo terrible!…Por eso podernos estar tranquilos.Cuando él trabaja en lo suyo, no ve

nada,nocomenibebe,nirespira…,durantedíasynoches.¡Esunmuertoviviente!¡Notienetiempoparaentretenerseconlastrampillas!

Volvióaestremecerse,seinclinóhacíalatrampilla…Raoulladejabahacerydecir.Secalló.Temíaqueelsonidodesuvozlahicierareflexionarydetenerelcurso,tanfrágilaún,desusconfidencias.

Ellanolohabíasoltado…seguíaencogidaentresusbrazos…ysuspiró:—¡Sifueraél!Tímidamente,Raoulpreguntó:—¿Letienemiedo?Ellasuspiró:—¡No,claroqueno!El joven adoptó involuntariamente una actitud de compasión, como se suele adoptar con un ser

impresionable que aún es presa de un sueño reciente. Parecía querer decir: «No se preocupes, aquíestoy».Ysugestofue,casisinquerer,amenazador.Entonces,Christinelomiróconextrañeza,comosemiraaunfenómenodevaloryvirtud,yparecíavalorarensujustamedidatantaaudaciaainútil.AbrazóalpobreRaoulcomopararecompensarlo,conunarrebatodeternura,pormostrarsudeseodedefenderlacontralospeligrossiempreposiblesqueencierralavida.

Raoulcomprendióysepusorojodevergüenza.Sesentía tandébilcomoella.Sedecía:«Pretendequenotienemiedo,peronosalejadelatrampillatemblando».Estabaenlocierto.Eldíasiguiente,ylosdemás días fueron dedicados a recorrerlo todo, casi hasta los tejados, lo más lejos posible de las

trampillas.LaagitacióndeChristinenohacíamásqueaumentarconforme ibanpasando lashoras.Porfin, una tarde llegó comomucho retraso, con el rostro pálido y los ojos enrojecidos y desesperados.Raoulsedecidióarecurriralosgrandesmedios;porejemplo,leaseguródebuenasaprimeras«quesólopartiríaalpolonortesiellalerevelabaelsecretodelaVozdehombre».

—¡Calle!¡EnnombredelCielo,calle!¡Siélleoyese,pobredeusted,Raoul!Ylosojosperdidosdelajovenmirabaninquietamenteasualrededor.—¡Christine, yo la arrancaré de su poder, lo juro! Ya no pensará jamás en él. Es absolutamente

necesario.—¿Creequeesposible?Ellasepermitióestadudaquesignificabaparaélunestímulo,al tiempoqueloarrastrabahastael

últimopisodelteatro,alomás«alto»,allídondeseestálejos,muylejosdelastrampillas.—La esconderé en algún rincón desconocido delmundo adonde él no vendrá a buscarla.Estará a

salvo.Entonces,memarcharé,yaquehajuradonocasarsejamás.ChristinesearrojósobrelasmanosdeRaoulylasestrechóconunarrebatopocofrecuenteenella.

Pero,denuevoinquieta,volvíalacabezaatodaspartes.—¡Másarriba!—dijotansólo—.¡Aúnmásarriba!—ylearrastróhastalacumbre.Lecostabaseguirla.Prontoseencontrarondebajodeltejado,enunlaberintodevigas.Sedeslizaban

a través de los arbotantes, los cabrios, las jambasde fuerza, los tabiques, los entrantes y las rampas;corrían de viga en viga como en un bosque hubieran corrido de árbol en árbol, árboles de troncoscolosales…

Apesardelcuidadoqueellaponíaenmirarcadarincón,noviounasombraquesedeteníaalavezqueella,quevolvíaaavanzarcuandoellaavanzabayquenohacíamásruidoqueelquedebehacerunasombra.Raoulnosediocuentadenadapuestoque,alteneraChristinedelante,noleinteresabanadadeloquepudieraocurrirdetrás.

CAPÍTULOXIII

LALIRADEAPOLO

Deestemodollegaronalostejados.Ellasedeslizabaporellostanligeracomounagolondrina.Sumiradarecorrióelespaciodesiertoentrelastrescúpulasyelfrontóntriangular.RespiróprofundamenteporencimadeParís,queparecíaunvalleentregadoaltrabajo.MiróaRaoulconconfianza.Seleacercó,ycaminaronunoal ladodelotro,alláenloalto,porlascallesdezinc,porlasavenidasdefundición.Contemplaronsusombragemelaenlosampliosestanquesllenosdeaguainmóvil,enlosqueenveranolosmáspequeñosdelaescueladedanza,unosveintecríos,sezambullenyaprendenanadar.Lasombraque lesseguía, siempre fielasuspasos,habíasurgidoextendiéndosepor los tejados,alargándoseconmovimientosdeáguilanegraporlasencrucijadasdelascallejuelasdehierro,girandoalrededordelospilones,rodeandosilenciosalascúpulas.Losdesventuradosjóvenesnosospechabanenlomásmínimosupresenciacuandosesentaronporfin,confiados,bajolaaltaproteccióndeApoloque,congestodebronce,alzabasuliraprodigiosaenelcorazóndeuncieloencendido.

Una esplendorosa tarde de primavera les rodeaba. Algunas nubes, que acababan de recibir deponiente una suave tonalidad oro y púrpura, pasaban lentamente, arrastrándose sobre los jóvenes.ChristineledijoaRaoul:

—Pronto iremosmás lejosymásdeprisaque lasnubes,hastaelconfíndelmundo,ydespuésmeabandonará, Raoul. Pero si, llegado para usted el momento de raptarme, yo me negara a seguirlo,entonces,Raoul,usteddeberáraptarme.

Con qué fuerza, que parecía dirigida contra ella misma, pronunció estas palabras, mientras seapretabanerviosamenteaél.Eljovenquedósorprendido.

—¿Teme,pues,cambiardeopinión,Christine?—¡Nosé!—dijomoviendoextrañamentelacabeza—.¡Esundemonio!Yseestremeció.SeacurrucóentrelosbrazosdeRaoul,conungemido.—¡Ahoramedamiedovolveravivirconél…!¡bajotierra!—¿Yquiénlaobligaavolver,Christine?—¡Sinovuelvoasuladopuedensucedergrandesdesgracias!…¡Peroyanopuedomás!¡Nopuedo

más!…Yaséquehayquecompadeceralaspersonasqueviven«bajotierra».¡Peroestoesdemasiadohorrible!Y,sinembargo,seacercaelmomento.Yanomequedamásqueundía.Sinovoy,élvendráabuscarme con su voz. Me arrastrará con él a su casa, bajo tierra, y se arrodillará ante mí, ¡con sucalavera!¡Mediráquemeama!¡Yllorará!¡Oh,Raoul,sivierasuslágrimasenlosdoshuecososcurosdesucalavera!¡Nopuedovolveraveresaslágrimas!

Se retorció de una forma horrible las manos, mientras Raoul, presa también de aquel horrorcontagioso,laapretabacontrasupecho.

—¡No, no! ¡No volverá a oírle decir que la anca! ¡No volverá a ver sus lágrimas! ¡Huyamos!…¡Ahoramismo,Christine,huyamos!—yqueríaarrastrarlaya.

Peroellaledetuvo.—¡No, no!—dijo inclinando dolorosamente la cabeza—. ¡Ahora no!… Sería demasiado cruel…

Déjelooírmecantarunavezmás,mañanaporlanoche…ydespuésnosiremos.Amedianocheiraustedabuscarmeamicamerino,alasdoceenpunto.Enesemomentomeestaráesperandoenelcomedordellago… ¡pero nosotros seremos libres y usted me llevará consigo!… Incluso si me niego… debejurármelo,Raoul…Séperfectamentequeestavez,sivuelvo,talveznoregresejamás…—yañadió—:¡Nopuedeustedcomprender!…

Lanzóunsuspiroalquepareciócontestarotrosuspirodetrásdeella.—¿Nohaoído?Lecastañeteabanlosdientes.—No—aseguróRaoul—,noheoídonada.—Es horroroso —afirmó ella— estar temblando así constantemente… Sin embargo, aquí no

corremosningúnpeligro.Estamosennuestracasa,enmicasa,enelcielo,alairelibre,enplenodía.Elsolestáardiendo,¡yalospájarosnocturnosnolesgustacontemplarelsol!Jamáslohevistoalaluzdeldía…¡Debeserhorrible!…—balbuceómirandoaRaoulconojosperdidos—.¡Ah,laprimeravezquelevicreíaqueélibaamorirse!

—¿Por qué?… —preguntó Raoul realmente asustado del tono que tomaba aquella extraña yformidableconfidencia—.¿Porquécreyóqueibaamorir?

—¡¡¡PORQUEYOLOHABÍAVISTO!!!EstavezRaoulyChristinesevolvieronauntiempo.—Poraquíhayalguienquesufre…—dijoRaoul—,talvezunherido…¿Nohaoído?—Nopodríadecirlo—declaróChristine—, incluso cuandono está,misoídos están llenosde sus

suspiros…Perosiustedlohaoído…Selevantaronymiraronalrededordesí…Seencontrabanabsolutamentesolosenelinmensotejado

deplomo.Volvieronasentarse.Raoulpreguntó:—¿Cómolovioporprimeravez?—Hacíatresmesesquelooíasinverlo.Laprimeravezcreí,comousted,queaquellavozadorable,

quederepentesehabíapuestoacantaramilado,cantabaenelcamerinodeallado.Salíylabusquéportodaspartes.Peromicamerinoestámuyaislado,comoyasabe,no,pudeencontrarlavozenotrolugar.En realidad, seguía allí, en mi camerino. Además, no se limitaba a cantar, sino que me hablaba,contestabaamispreguntascomounaauténticavozdehombre,conladiferenciadequeerabellacomolavoz de un ángel. ¿Cómo explicar un fenómeno tan increíble? Yo nunca había dejado de pensar en el«Ángel de la música» que mi pobre padre había prometido enviarme apenas muriese. Me atreví ahablarledeestachiquillada,Raoul,porqueustedconocióamipadre,porqueéllequisoyporqueustedcreyó,igualqueyo,cuandoéramosniños,enel«Ángeldelamúsica».Poresoestoyseguradequenosesonreirániseburlará.YoconservabaelalmatiernaycréduladelapequeñaLotteynofueprecisamentelacompañíadelaseñoraValériuslaquemelahizoperder.Llevéaquellaalmainmaculadaenmismanosingenuase, ingenuamente, la tendí, laofrecíalavozdehombre,creyendoofrecerlaalángel.Enciertamanera, la culpa fue también de mi madre adoptiva, a la que no ocultaba yo nada del inexplicablefenómeno.Seapresuróendecirme:«DebeserelÁngel.Entodocaso,siemprepuedespreguntárselo».Lohice,ylavozdehombremecontestóqueeraenefectolavozdeángelqueesperabayquemipadremehabíaprometidoalmorir.Apartirdeaquelmomento,seestablecióunagranintimidadentrelaVozyyo,ytuve confianza absoluta en ella. Me dijo que había bajado a la tierra para hacerme experimentar la

felicidad suprema del arte eterno, y me pidió permiso para darme clases de música todos los días.Aceptécongranardorynofaltabaaningunadelascitasquemedaba,aprimerahora,enmicamerino,cuandoeserincóndelaOperaestátotalmentedesierto.¿Cómoexplicarlecómofueronaquellasclases?Niustedmismo,aunquehayaoídolavoz,puedehacerseunaidea.

—Lociertoesquenopuedohacermeunaidea—afirmóeljoven—.¿Conquéseacompañaba?—Conunamúsicaque ignoro,queestabadetrásde laparedyeradeunaprecisión incomparable.

Además,eracomosilaVozsupieraconexactitudenquépuntodemisclasesmipadremehabíadejadoalmorir,ytambiénelsimplemétodoquehabíausado.Yasí,recordando,omejordicho,alacordarsemivoz de todas las lecciones anteriores y beneficiándome de repente de las que recibía, evolucionéprodigiosamente, ¡yde talmodoqueenotrascondicioneshabría tardadoaños!Piensequemisaludesbastantedelicada,yquemivozteníaenprincipiopococarácter.Naturalmente,lascuerdasbajasestabanpoco desarrolladas, los tonos agudos eran demasiado duros y los medios confusos. Era a aquellosdefectosalosquemipadrehabíacombatidoyvencidoporuninstante.FueaestosdefectosalosquelaVozvenciódefinitivamente.Pocoapocoaumentabaelvolumendelossonidosenproporcionesquemidebilidad pasada nome habría permitido esperar: aprendí a dar el máximo posible de alcance amirespiración.PerolaVozmeconfióelsecretodedesarrollarlossonidosdepechoenunavozdesoprano.Sobretodorecubriótodoestoconelfuegosagradodelainspiración,despertóenmíunavidaardiente,devoradora,sublime.LaVozteníalavirtudde,alhacerseoír,elevarmehastaella.Meponíaalaalturadesuvuelomaravilloso.¡ElalmadelaVozhabitabaenmibocaylallenabadearmonía!

»Enpocassemanas,yanomereconocíaalcantar…Estabainclusoasustada…porunmomentotemíque hubiera en todo eso una especie de sortilegio. Pero la señora Valérius me tranquilizó. Meconsiderabaunajovendemasiadosimplecomoparainteresaraldemonio.

»MicambioeraunsecretoquetansólosabíamoslaVoz,laseñoraValériusyyo,yaquelamismaVozlo había ordenado así. Cosa curiosa, fuera del camerino cantaba conmi voz de cada día y nadie seenteraba de nada. Yo hacía todo lo que quería la Voz.Me decía: “Hay que esperar… ¡Ya lo verás!¡Sorprenderemos a todo París!”. Y yo esperaba. Vivía una especie de sueño de éxtasis que la Vozcontrolaba.Enestascircunstancias,Raoul, leviunanocheenlasala.Mialegríafuetangrandequenisiquierapenséenocultarlaalentrarenmicamerino.Paradesgracianuestra,laVozseencontrabayaallíypudover,pormiactitud,quesucedíaalgonuevo.Mepreguntó“quémepasaba”,ynotuvereparosencontarlenuestrahistoria,niledisimuléellugarqueustedocupaenmicorazón.EntonceslaVozcalló.Lallamé pero nome contestó, le supliqué, pero fue en vano. ¡Tuve unmiedo horrible a que se hubieramarchadopara siempre! ¡Ojalá lo hubiera hecho así, amigomío!…Aquella nochevolví a casa en unestadodeabsolutadesesperación.MeabracéalaseñoraValériusdiciéndole:“¿Sabes?LaVozsehaido.¡Talveznovuelvanuncamás!”.Yellaseasustó tantocomoyoymepidióexplicaciones.Se locontétodo.Ellamedijo:“¡PorDios, laVozestácelosa!”.Estomehizopensarqueyoestabaenamoradadeusted…».

Aquí Christine se detuvo por un momento. Apoyó la cabeza en el pecho de Raoul y ambospermanecieronsilenciosos,abrazadoselunoalotro.Era talsuemociónquenovieron,omejordicho,quenosintierondesplazarse,aalgunospasosdeellos,alasombrareptantededosgrandesalasnegrasque se les acercaba, pegada a los tejados, tan cerca, tan cerca que hubiera podido, sólo con cerrarsesobreellos,ahogarlos…

—Al día siguiente —continuó Christine con un profundo suspiro—, volví a mi camerino muypensativa. La Voz estaba allí. ¡Oh, amigo mío! Me habló con una gran tristeza. Me declarócategóricamentequesiyodebíaotorgarmicorazónenlatierra,ellanopodíahacerotracosaquesubiralcielo.Ymedijoestocontalacentodedolorhumanoquehabríatenidoquedesconfiarapartirdeaqueldía y empezar a comprender que había sido víctima del desequilibrio demis sentidos. Peromi fe enaquellaaparicióndelaVoz,alaquetaníntimamentesemezclabaelrecuerdodemipadre,seguíasiendoabsoluta.No temía nada tanto como el hecho de no volver a oírla. Por otra parte, había reflexionadosobre los sentimientosque sentíaporusted; habíamedido todo el riesgo inútil; ignoraba incluso si seacordabademí.Pero,pasaraloquepasara,suposiciónenlasociedadmeprohibíaparasiemprepensarenunenlacefeliz.JuréalaVozqueustednoeraparamímásqueunhermanoyquenuncaseríaotracosa,yquemicorazónestabavacíodeamoresterrenos…Estaeslarazón,amigomío,porlaqueapartabalosojosenelescenariooenlospasilloscuandoustedintentaballamarmiatención;¡larazónporlacualnoloreconocía…,porlacualnoloveía!Poraqueltiempo,lashorasdeclaseentrelaVozyyotranscurríanenundivinodelirio.Jamáslabellezadelossonidosmehabíaposeídohastaaquelpunto,yundíalaVozmedijo:

»—¡Bueno,ahora,ChristineDaaé,yapuedesaportaraloshombresunpocodelamúsicadelcielo!»¿Porquéaquellanoche,queera laveladadegala, laCarlottanovinoal teatro?¿Porqué seme

llamóparareemplazarla?Nolosé.Perocanté…,cantéconunardordesconocido.Mesentíaligeracomosituvieraalas.¡Porunmomentocreíquemialmaencendidahabíaabandonadomicuerpo!».

—¡Oh,Christine!—dijoRaoul,cuyosojossehumedecíanalrecordaraquelepisodio—,esanochemicorazónvibróacadaacentodesuvoz.Vicorrer las lágrimasporsuspálidasmejillas,y lloréconusted.¿Cómopodíacantarmientraslloraba?

—Me abandonaron las fuerzas—dijo Christine—. Cerré los ojos…Y cuando los abrí, ¡usted seencontraba ami lado! ¡Pero la Voz también estaba, Raoul!…Tuvemiedo por usted y tampoco quisereconocerloesavez,noquise reconocerloenabsolutoymeechéa reír cuandome recordóquehabíarecogidomichalenelmar…

»Pero,¡ay!,¡pordesgracianopudeengañaralaVoz!…Lehabíareconocidoperfectamente…¡YlaVozestabacelosa!…Losdosdíasquesiguieronmehizoescenasatroces.Medecía:

»—¡Túloamas!¡Sinoloamases,nolorechazarías!Esunantiguoamigoalquepuedesestrecharlamanocomoatodoslosdemás…¡Sinoloamases,notemeríasencontrarteasolasconélyconmigoenelcamerino!…¡Sinoloamases,noloecharías!

»—¡Basta!—grité irritada a laVoz.Mañanadebo ir aPerros, a la tumbademi padre.Rogaré alseñordeChagnyquemeacompañe.

»—Comoquieras—respondió,perodebessaberquetambiényoiréaPerros,yaquesiempreestoydonde túestés,Christine,ysisiguessiendodignademí,sinomehasmentido, te interpretaré,cuandosuenenlasdoce,enlatumbadetupadre,laResurreccióndeLázaro,conelviolíndelmuerto.

»Deestemodo,meviobligadaaescribirle lacartaquelecondujoaPerros.¿Cómopudedejarmeengañarhastaeseextremo?¿Cómoesposibleque,antelaspreocupacionestanterrenalesdelaVoz,nohayasospechadoalgunaimpostura?¡Pero,pordesgracia,yanoeradueñademímisma!¡Eraalgosuyo!…YlosrecursosqueposeíalaVozeransuficientesparaengañaraunaniñacomoyo.

—Pero,¡bueno!—exclamóRaoulenestepuntodelrelatodeChristinedondeéstaparecíadeplorar

conlágrimaslaexcesivainocenciadeunespíritupoco«listo»…¡Perosupoustedlaverdad!…¿Cómonoescapóinmediatamentedeaquellahorriblepesadilla?

—¿Saber la verdad?… ¡Raoul!… ¿Escapar de aquella pesadilla?… ¡Pero si, por desgracia, sóloentré en aquella pesadilla hasta el día en que precisamente supe la verdad!… ¡Calle, calle!No le hedichonada…Yahoraquevamosabajardelcieloalatierra,compadézcame,Raoul…¡Compadézcame!Unanochefatal…,aquéllaenlaqueocurrierontantasdesgracias…,lanocheenlaquelaCarlottacreyóserun asquerosogalloy en laque sepuso a lanzargritos como si hubierapasado toda lavida enuncorral…lanocheenquederepentelasalaseviosumergidaenlaoscuridadtraslacaídadelalámparaquesedesplomósobrelaplatea…Aquellanochehubomuertosyheridos,ytodoelteatrosellenóconlosmástristesgemidos.

»Miprimerpensamiento,Raoul,enplenacatástrofe,fuealmismotiempoparaustedyparalaVoz,yaqueporaquelentoncesambosocupabanporigualmicorazón.Enseguidametranquilicéconrespectoausted,alverloenelpalcodesuhermanoysabíaquenocorríaningúnpeligro.EncuantoalaVoz,mehabíaanunciadoqueasistiríaa la representacióny temíporella;sí, realmente tuvemiedo,comosisetratara de «alguien de carne y hueso, capaz de morir». Me decía a mí misma: «¡Dios mío, quizá lalámparahayaaplastadoalaVoz!».Meencontrabaentoncesenelescenarioy,asustadahastaelpuntodequemedisponíaacorrera lasalaparabuscara laVozentre losmuertosy losheridos,cuandosemeocurrió la idea de que si no le había pasado nada, debía estar ya en mi camerino deseosa detranquilizarme.Deunsaltomeplantéenelcamerino.LaVoznoestaba.Meencerréallíylesupliquéque,si aún estaba con vida, sememanifestara. LaVoz nome contestaba, pero de repente oí un largo, unadmirablegemidoqueconocíaperfectamente.SetratabadellamentodeLázarocuando,alavozdeJesús,comienzaaabrir lospárpadosyavolveraver la luzdeldía.Eranlos llantosdelviolíndemipadre.ReconocíalaformadetocarelarcodeDaaé,elmismo,Raoul,quenosinmovilizabaenloscaminosdePerros, el mismo que nos «encantó» la noche del cementerio. Después, por encima del instrumentoinvisibleytriunfante,oíelgritodealegríadelaVida,ylaVoz,manifestándosealfin,sepusoacantar,dominanteysoberana:

»—¡Ven y cree enmí! ¡Los que crean enmí, resucitarán! ¡Camina! ¡Los que han creído enmí nopodránmorir!

»—Meesdifícilexplicarlelaimpresiónquesentíaloíraquellamúsicaquecantabaalavidaeternaenelmomentoenque,anuestrolado,unospobresdesgraciados,aplastadosporlaaquellalámparafatal,exhalabanelúltimosuspiro…Meparecióquemeordenabaquemelevantara,quemefuerahaciaella.Sealejaba.Laseguí.“Venycreeenmí”.Creíaenella.Iba…y,cosaextraordinaria,micamerinoparecíaalargarseantemispasos…,alargarse…Evidentementedebíade tratarsedeunefecto,causadopor losespejos,yaqueelespejoseencontrabafrenteamí…y,de,repente,meencontréfuerademicamerino,sinsabercómo».

Aquí,Raoulinterrumpióbruscamentealajoven.—¿Cómo?¡Christine,Christine!,¿porquénodejadesoñar?¡Nosoñaba,mipobreamigo!¡Meencontréfuerademicamerinosinsabercómo!Usted,quemevio

desaparecerunanoche,quizápuedaexplicarlo.¡Peroyonopuedo!…Sólopuedodecirleunacosa,yesque,alencontrarme frenteamiespejo,no loviygiréparaver si lo teníadetrás…,peroyanohabíaespejonicamerino…Meencontrabaenuncorredoroscuro.¡Tuvemiedoygrité!

»Todoestabaentinieblasamialrededor.Alolejos,unatenueclaridadrojizaalumbrabaunángulodelapared,unaesquinadelaencrucijada.Grité.Sólomivozllenabalasparedesyaqueelcantoylosviolineshabíanenmudecido.Derepente,enmediode laoscuridad,unamanocogía lamía…,omejordichoalgohuesudoyheladoquemeaprisionólamuñecasinsoltarla.Grité.Unbrazomecogiópor lacintura yme levantó…Me debatí un instante horrorizada;mis dedos se deslizaron a lo largo de laspiedrashúmedas,alasquenopudieroncogerse.Después,yanomemovímás,penséqueibaamorirdeterror.Me llevaban hacia la pequeña claridad rojiza; entramos en aquel resplandor y entonces vi queestabaenbrazosdeunhombreenvueltoenunagrancapanegraquellevabaunamáscaraqueleocultabatodalacara…Intentéunesfuerzosupremo:mismiembrossetensaron,mibocaseabrióunavezmásparagritarmiterror,perounamanolacerró,unamanoquesentísobremislabios,sobremicarne,yqueolíanamuerte.Ymedesmayé.

»¿Cuánto tiempo permanecí inconsciente? No sabría decirlo. Cuando volví a abrir los ojos, elhombre de negro y yo seguíamos sumidos en las tinieblas. Una linterna sorda, colocada en el suelo,alumbrabaelchorrodeunafuente.Elagua,quesalíadelapared,desaparecíacasideinmediatoatravésdelsueloenelqueyomeencontrabatendida;micabezadescansabasobrelasrodillasdelhombredelacapa y lamáscara negra, ymimisterioso compañerome refrescaba las sienes con una suavidad, unaatenciónyunadelicadezaquemeparecieronmásdifícilesdesoportarquelabrutalidaddelrapto.Susmanos,peseasermuyligeras,nodejabandeoleramuerte.Lasrechacé,perosinfuerza.Preguntéenunsuspiro:

»—¿Quiénesusted?¿DóndeestálaVoz?»Merespondióunsuspiro.De repenteunsoplodeairecálidomeazotóel rostroy,vagamente,en

mediodelastinieblas,alladodelaformanegradelhombre,distinguíunaformablanca.Laformanegramealzóymedepositosobre la formablanca. Inmediatamenteunalegrerelincho llegóhastamisoídosestupefactos,ymurmuré:

»—¡César!»Elanimalseagitó.Amigomío,meencontraba recostadaamediasenunasillademontaryhabía

reconocidoalcaballoblancodeElProfeta,alquemuyamenudohabíaacariciadodándolegolosinas.Peroundía corrieron rumorespor el teatrodeque el animalhabíadesaparecidoydequehabía sidorobadoporelfantasmadelaOpera.Encuantoamí,yocreíaenlaVozynohabíavistonuncaalfantasma,perodeprontomepregunté, estremeciéndome, si no sería la prisioneradel fantasma.En el fondodelcorazónllamabaalaVozenmiayuda,yaquejamáshubieraimaginadoquelaVozyelfantasmafueranuno.¿HaoídoustedhablardelfantasmadelaOpera,Raoul?».

—Sí—respondióel joven—,perodígame,Christine,¿quéocurriócuandoseencontróalomosdelcaballoblancodeElProfeta?

—Nohiceelmenormovimientoymedejéllevar…Pocoapoco,unestadodelaxitudsucedíaalaangustiayalterrorenlosquemehabíasumergidolaextrañaaventura.Lasiluetanegramesosteníayyonohacíanadaparadesprendermedeella.Unapazextraordinariameinvadíaypensabaencontrarmebajolabenignainfluenciadealgúnelixir.Mesentíaenplenituddefuerzas.Misojosseibanacostumbrandoyaalastinieblasque,porotraparte,seaclarabanenalgunoslugaresgraciasabrevesfulgores…Juzguéquenosencontrábamosahoraenunaestrechagaleríacircularypenséenqueaquellagaleríaquerodeabalaópera,bajotierra,erainmensa.Unavez, tansólounavezhabíabajadoalossubterráneosdelaOpera

que sonprodigiosos,peromehabíadetenidoenel tercer sótano sinatrevermeaadentrarmemásbajotierra.Sinembargo,dospisosmás,enlosquesehabríapodidoasentarunaciudad,seabríanantemispies.Perolassombrasquesemehabíanaparecidomehicieronhuir.Hayallídemonios,completamentenegros,antecalderas,yqueagitanpalasytenedores,animanlosbraseros,enciendenllamas,teamenazansiteacercasabriendoderepentesobreunolabocarojadeloshornos…Pero,mientrasCésarmellevabatranquilamente sobresu lomoenmediodeaquellanochedepesadilla,vide repente,muy lejosymuypequeños,comosiestuvieranenelextremodeunanteojopuestoalrevés,alosdemoniosnegrosantelosbraseros rojos de sus calderas… Aparecían… desaparecían… Volvían a aparecer, siguiendo nuestraextraña marcha… Por último, desaparecieron definitivamente. La forma de hombre continuabasosteniéndome y César caminaba sin guía y con pie firme… No podría decirle, ni siquieraaproximadamente,cuántoduróaquelviajeatravésdelanoche.Simplementesentíaquegirábamos,quegirábamos,quebajábamossiguiendounainflexibleespiralhaciaelcorazónmismodelosabismosdelatierra.Pero¿noseríamicabezalaquegiraba?…Detodasformas,nolocreo.No,estabaenunincreíbleestadodelucidez.Césarolfateóunmomento,notólaatmósferayaceleróelpaso.SentíelairehúmedoydespuésCésarsedetuvo.Lanochesehabíaaclarado.Unresplandorazuladonosrodeaba.Mirédóndenos encontrábamos.Estábamosal bordedeun lagocuyas aguasdeplomo seperdían a lo lejos, en laoscuridad…,perolaluzazuliluminabaaquellaorillayviunabarquillaatadaaunaargolladehierro,enelmuelle.

»Yosabíaquetodoaquelloexistía,ylavisióndeaquellagoydeaquellabarcabajotierranoteníanadadesobrenatural.Pero,pienseenlascondicionesenlasquellegabaaaquellaribera.LasalmasdelosmuertosnodebíansentirmenosinquietudalabordarelÉstige.Carontenoerasindudamáslúgubrenimásmudoque la formadehombrequeme transportó a la barca[17]. ¿Acaso el elixir había dejadodehacerefecto?¿Acasolafrescuradeaquellosparajesbastabaparahacermevolverenmímisma?Peromisopordesaparecíaehicealgunosmovimientosquedenotabanqueelterrorvolvíaaempezar.Misiniestrocompañerodebiódarsecuenta,yaque,conungestorápido,despidióaCésar,quehuyóporlastinieblasdelagaleríayoíelgalopedesuscascosenlospeldañosdeunaescalera;después,elhombresaltóalabarcayliberósuataduradehierro;cogiólosremosyremóconfirmezayrapidez.Bajolamáscara,susojosnomeperdíandevista;sentíaclavadoenmíelpesodesuspupilasinmóviles.Anuestroalrededor,elaguanohacíaelmenorruido.Nosdeslizábamosenmediodeaquelresplandorazuladodelquelehehablado;másadelante,volvimosasumergirnosenlanochemáscompleta,yporfinatracamos.Labarcachocócontrauncuerpoduro.Ydenuevovolvióallevarmeenbrazos.Peroyohabíarecobradofuerzasparagritar.Ygrité.Pero,súbitamente,mecallé,deslumbradaporlaluz.Sí,unaluzbrillante,enelcentrode la cualmehabíandepositado.Me levantédeun salto.Me sentía en laplenituddemis fuerzas.Enmedio de un salón que me pareció ordenado, amueblado y adornado de flores, de flores a la vezpreciosasyestúpidasacausadelascintasdesedaquelasatabanalascanastas,igualquelasquevendenenlastiendasdelosbulevares,demasiadocivilizadas,comolasqueestabaacostumbradaencontrarenmi camerino después de cada estreno; y enmedio de aquel perfume tan parisino, la silueta negra delhombredelamáscaraestabadepieconlosbrazoscruzados…,yhabló:

»—Tranquilízate,Christine—dijo—,nocorreselmenordelospeligros.»¡EralaVoz!»Mifuriaigualóamisorpresa.Meprecipitésobreaquellamáscarayquisearrancarlaparaconocer

elrostrodelaVoz.Laformadehombremedijo:»—Nocorrerásningúnpeligrosi“notocaslamáscara”.»Y,aprisionándomesuavementelasmuñecas,mehizosentar.»¡Luegosearrodillóantemíynodijonadamás!»Lahumildaddeestegestomehizorecobraralgodevalor.Laluz,alprecisartodaslascosasami

alrededor,medevolvióalarealidaddelavida.Pormuyextraordinariaquepareciera,laaventuraestabaahorarodeadadeobjetosmortalesalosquepodíaverytocar.

Lostapicesdelasparedes,losmuebles,lasantorchas,losjarroneseinclusolasflores,cuyoorigenypreciohubierapodidodecir,por suscanastillasdoradas, encerraban fatalmentemi imaginaciónen loslímitesdeunsalóntantrivialcomootrocualquieraque,porlomenos,teníalaexcusadenoestarsituadoenlossótanosdelaópera.Sindudateníaquevérmelasconalgúnseratrozmenteoriginalquehabitabamisteriosamente en los sótanos por necesidad, igual que otros, y que con la muda aprobación de laadministraciónhabíaencontradounabrigodefinitivoenlosconfinesdeaquellaTorredeBabelmodernaenlaqueseintrigaba,secantabaentodaslaslenguasyseamabaentodaslasjergas.

»Yentonces,laVoz,laVozalaquehabíareconocido,apesardesumáscara,quenohabíapodidoocultármela,eraaquelloqueestabaarrodilladoantemí:¡unhombre!

»No pensé en la horrible situación en la queme encontraba, ni siquierame preguntaba qué iba aocurrirmeycuáleraeldesigniooscuroyfríamentetiránicoquemehabíaconducidohastaaquelsalón,delamismamaneraqueseencierraaunprisioneroenunamazmorra,oaunaesclavaenunharén.¡No,no,no!,medecía:¡LaVozesesto:unhombre!Ymeechéallorar.

»Elhombre, siempre arrodillado antemí, comprendió sinduda elmotivodemis lágrimas, porquedijo:

»—¡Escierto,Christine!…Nosoyniángel,nigenio,nifantasma…¡SoyErik!».Aquívolvióa interrumpirseel relatodeChristine.A losdos jóvenes lesparecióqueelecohabía

repetidodetrásdeellos:¡Erik!…¿Quéeco?…Sevolvieronysólovieronquehabíallegadolanoche.Raoulhizoademándelevantarse,peroChristineleretuvoasulado:

—¡Quédese!¡Ahoratienequesaberlotodoaquí!—¿Porquéaquí,Christine?Temoporusteddelfrescodelanoche.—Nodebemostemermásquealastrampillas,amigomío,yaquínosencontramosenelconfíndel

mundo de las trampillas… Además, no puedo verlo fuera del teatro… No es éste el momento decontrariarlo…Nodespertemossussospechas…

—¡Christine,Christine!Algomedicequehacemosmalenesperarhastamañanaporlanocheyquedeberíamoshuirahoramismo.

—Ledigoque,sinomeoyecantarmañanaporlanoche,tendráungrandisgusto.—EsmuydifícilnohacersufriraErikyalavezhuirparasiempre…—Enestotienerazón,Raoul…,yaquelomásprobableesqueélsemuerasimevoy…—ylajoven

añadióconvozsorda—:Peroesonoimpidequedebamosirnos,yaque,delocontrario,nosarriesgamosaqueélnosmate.

—¿Laamaentonces?—¡Hastaelcrimen!—Perosuescondrijonopuedeserimposibledeencontrar…

Podemos ir a buscarlo allí. Si Erik no es un fantasma, se le puede hablar e incluso obligarlo aresponder.Christinenegóconlacabeza.

—¡No,no!NopuedeintentarsenadacontraErik…Loúnicoposibleeshuir.—¿Ycómo,teniendolaoportunidaddehuir,volvióustedaél?—Porqueeranecesario…Yloentenderácuandoleexpliquecómopudesalirdesucasa…—¡Oh,cuantoloodio!…—exclamóRaoul—.Yusted,Christine,dígame…,debedecirmealgopara

queyopuedaescucharconcalmaelrestodeestaextraordinariahistoriadeamor…¿Yusted,leodia?—¡No!—dijotansóloChristine.—Entonces,¿paraquéhablar?…¡Ustedloama!¡Sumiedo,susterrores,todonoesmásqueamor,y

delmásapasionado!Delosquenoseconfiesan—explicóRaoulconamargura—.Delosqueestremecencuandosepiensaenél…¡Piense,unhombrequeviveenunpalaciobajotierra!

Ysoltóunacarcajada.—¿Ustedquéquiere?¿Quevuelva?—leinterrumpióbrutalmentelajoven…Tengacuidado,Raoul,

seloheadvertido:¡yanosaldríajamás!Ysehizounespantososilencioentreellostres…,ellosdosquehablabanylasombraqueescuchaba

detrás…—Antesderesponderlequisierasaberquésentimientosleinspiraaustedél,sinoloodia.—¡Horror!—lecontestóella…,ypronuncióestaspalabrascontalfuerzaquecubrieronlossuspiros

delanoche—.¡Esoesloterrible!…—siguiódiciendofebrilmente—.Letengohorrorynolodetesto.¿Cómopodríaodiarlo,Raoul?ContempléaErikamispies,enlamansióndellago,bajotierra.Élmismoseacusa,semaldice,¡imploramiperdón!…

»Reconocesuimpostura.¡Meama!¡Despliegaantemíunintensoytrágicoamor!…¡Meharaptadoporamor!…Mehaencerradoconélenlatierraporamor…,peromerespeta,searrastra,gime,llora…Y cuando me levanto, Raoul, cuando le digo que sólo puedo despreciarle si no me devuelveinmediatamentelalibertadquemehaquitado,cosaextraña…,melaofrece…Notengomásqueirme…Estádispuestoaenseñarmeelmisteriosocamino…Loqueocurreesqueéltambiénsehalevantadoymeveoobligadaarecordarque,sinoesfantasmaniángelnigenio,siguesiendolaVoz,¡yaquecanta!…

»¡Yyoloescucho…ymequedo!»Aquellanochenointercambiamosniunapalabramás…¡Cogióunarpaysepusoacantarme,con

vozdehombre,vozdeángel,laromanzadeDesdémona!Elrecuerdodequeyoteníadehaberlacantadomeavergonzaba.Hayunavirtudenlamúsicaquehacequenoexistanadaenelmundoexteriorfueradeesossonidosqueinvadenelcorazón.Olvidémiextravaganteaventura.Sólorevivíalavoz,ylaseguíaembriagada en su viaje armonioso. Formaba parte del rebaño de Orfeo.Me paseó por el dolor y laalegría,elmartirioyladesesperación,ladicha,lamuerteyloshimeneostriunfantes…Yoescuchaba…Aquellavozcantaba…Mecantófragmentosdesconocidos…,ymehizoescucharunamúsicanuevaqueme causó una extraña impresión de dulzura, languidez y reposo…Unamúsica que, después de haberelevadomialma,laapaciguópocoapocoylacondujohastaelumbraldelsueño.Mequedédormida.

»Cuandodespertémeencontrabasolaenunsofá,enunapequeñahabitaciónmuysencilla,amuebladade una vulgar cama de caoba y paredes cubiertas de tela de Jouy, iluminada por una lámpara quedescansabasobreelmármoldeunaviejacómodaestiloLuisFelipe.¿Quéeraaquelnuevodecorado?…Mepasé lamano por la frente como para rechazar unmal sueño…Pero ¡ay!, por desgracia no tardé

muchoendarmecuentadequenohabíasoñado…¡Estabaprisioneraynopodíasalirdemihabitaciónmásqueparaentrarenuncuartodebañomuybienacondicionado!Aguacalienteyaguafríaavoluntad.Alvolveramihabitación,visobrelacómodaunanotaescritaentintarojaqueexponíaexactamentecuálera mi triste situación y que, si aún no lo había entendido, me quitaba todas las dudas acerca de larealidad de los acontecimientos: “Mi querida Christine, decía la nota, no tengasmiedo respecto a tudestino.Notienesenelmundounamigomásfielyrespetuosoqueyo.Cuandoleasestanota,estarássolaenestamorada,que tepertenece.Salgoparadarunavueltapor las tiendasy traerte toda la ropaquepuedesnecesitar”.

»—Decididamente—exclamé—, ¡he caído en manos de un loco! ¿Qué va a ser de mí? ¿Cuántotiempopiensaesemiserabletenermeencerradaensuprisiónsubterránea?

»Comounaenajenada,recorrímipequeñoapartamento,buscandosiempreunasalidaquenoencontré.Meacuséamargamentedemíestúpidasupersticiónysentíunplacerenormeenburlarmedelaperfectainocenciaconlaquehabíaacogido,atravésdelasparedes,alaVozdelgeniodelamúsica…¡Cuandounaestantonta,seestáamerceddelasmásinauditascatástrofes!¡Melohabíamerecido!Teníaganasdegolpearmeymepuseareíryalloraralavez.EnesteestadomeencontróErik.

»Después de dar tres golpecitos secos en la pared, entró tranquilamente por una puerta que yonohabíasabidodescubriryquedejóabierta.Veníacargadodecajasypaquetesquedejóinmediatamenteencima demi cama,mientras yo lo insultaba y lo desafiaba a quitarse lamáscara si es que tenía lapretensióndeocultarunrostrodehombrehonrado.

»—NuncaveráselrostrodeErik—mecontestócongranserenidad:»Ymereprochópornohabermeaseadoaúnaaquellashoras.Sedignóexplicarmequeeranlasdosdelatarde.Medejabamediahoradetiempo.Mientrashablaba,

ponía mi reloj en hora, tras lo cual me invitó a pasar al comedor donde nos esperaba, anunció, unexcelentedesayuno.Yoteníamuchahambre,lecerrélapuertaensusnaricesyentréenelcuartodebaño.Mebañé,despuésdedejarami ladounmagníficoparde tijerascon lasqueestabadecididaadarmemuertesiErik,despuésdehabersecomportadocomounloco,dejabadecomportarsecomounhombrehonrado…ElbañomehizoungranbienycuandoreaparecíanteErik,habíatomadolasabiadecisióndeno insultarlo ni herirlo y, por el contrario, de halagarlo para obtener una rápida libertad. Habló élprimero acerca de los proyectos que tenía sobremí, precisándomelos para tranquilizarme.Le gustabademasiado mi compañía para verse privado de ella inmediatamente, como por un momento habíaconsentido el día anterior.Ante la expresión indignada demi horror, yo debía entender que no habíamotivoparaasustarmedetenerloamilado;meamaba,peroyanovolveríaadecírmelosiyonoseloautorizaba,yelrestodeltiempolopasaríamosconlamúsica.

»—¿Quéentiendeustedporelrestodeltiempo?…—lepregunté.»—Cincodías—mecontestóconfirmeza.»—¿Ydespuésserélibre?»—Serás libre, Christine, ya que, transcurridos esos cinco días, habrás aprendido a no temerme.

Entoncesvolverásparaver,decuandoencuando,alpobreErik…»El tono en el que pronunció estas últimas palabras me conmovió profundamente. Me pareció

reconocerunaangustiatanreal,tandignadepiedad,quealcéhacialamáscaraunrostroenternecido.Nopodíaver losojosdetrásde lamáscara,yestonoayudabaadisminuireldesagradablesentimientode

malestarquesentíaalinterrogaraaquelmisteriosotrozodetelanegra.Pero,pordebajodelatela,enlapuntadelabarbilladelamáscara,aparecieronuna,dos,tres,cuatrolágrimas.

»Meseñalóensilenciounasientofrenteaél,alladodeunpequeñoveladorqueocupabaelcentrodelaestanciadonde,eldíaanterior,había tocadoelarpaparamí,ymesentémuyturbada.Sinembargo,comíconapetitoalgunoscangrejosyunaladepolloregadaconunpocodevinodeTokayqueélmismohabíatraído,decía,delasbodegasdeKoenisgberg,antañofrecuentadasenotrotiempoporFalstaff.Elno comía ni bebía. Le pregunté cuál era su nacionalidad y si aquel nombre de Erik no era de origenescandinavo.MecontestóquenoteníanombrenipatriayquehabíaelegidoeldeErikporcasualidad.Lepregunté por qué, ya que me quería, no había encontrado un medio mejor de decírmelo que el dearrastrarmeconélyencerrarmebajotierra.

»—Esmuydifícilhacerseamarenunatumba—ledije.»—Unotienelas“citas”quepuede—respondióenuntonomuyespecial.»Luegoselevantóymetendiólamano,porquequeríahacermeloshonoresdesuvivienda,peroyo

retiréconbrusquedadmimanodelasuyalanzandoungrito.Loqueacababadetocareraalavezhúmedoyóseo,yrecordéquesusmanosolíanamuerte.

»—¡Oh,perdón!—gimió.Yabrióunapuertaantemí—.Estaesmihabitación—dijo—.Esbastanteextraña…¿Quieresvisitarla?

»Notitubeé.Susmodales,suspalabras,todosuaspectomehacíantenerconfianzay,además,sentíaquenodebíatenermiedo.

»Entré.Meparecióqueentrabaenunacámaramortuoria.Lasparedesestabantotalmentetapizadasdenegro,pero,enlugardelaslágrimasblancasquedeordinariocompletanestefúnebreornamento,seveía,encimadeunaenormepartiturademúsica,lasnotasrepetidasdelDiesirae.Enmediodelahabitaciónhabíaundosel,delquecolgabanunascortinasdepañorojoy,bajoeldosel,unataúdabierto.

»Alverlo,retrocedí.»—Ahí es donde duermo—dijo Erik—. En la vida hay que acostumbrarse a todo, incluso a la

eternidad.»Volvílacabeza,impresionadaporaquelsiniestroespectáculo.Misojosseposaronentoncesenel

tecladodeunórganoqueocupaba todaunapared.Encimadelpupitre seencontrabauncuaderno todogarrapateadodenotasenrojo.Pedípermisoparamirarloyleíenlaprimerapágina:DonJuantriunfante.

»—Sí—medijo—,algunasvecescompongo.Haceyaveinteañosqueempecéestetrabajo.Cuandoestéacabado,lollevaréconmigoaeseataúdyyanomedespertaré.

»—Debetrabajarenéllomenosposible—exclamé.»—Avecestrabajoquincedíasyquincenochesseguidos,durantelascualesvivotansólodemúsica.

Después,descansoduranteaños.»—¿QuiereinterpretarmealgodesuDonJuanTriunfante?—lepregunté,pensandoquelegustaríay

sobreponiéndomealarepugnanciaquemecausabaestarenaquellacámaradelamuerte.»—Jamásmepidas eso—contestó convoz sombría—.EsteDon Juannoha sido escrito según la

letradeunLorenzodaPonte,inspiradoporelvino,lospequeñosamoresyelvicio,castigadofinalmenteporDios.Siquieres, interpretaréaMozart,queharácorrer tusbellas lágrimasy te inspiraráhonestospensamientos.¡PeromiDonJuan,elmío,arde,Christine,ysinembargonolofulminaelfuegodelcielo!…

»Enestepunto,volvimosaentraralsalónquehabíamosabandonado.Mefijéqueenningunapartedeaquellaestanciahabíaespejos.Ibaadecirlo,peroEriksehabíasentadoalpiano,diciéndome:

»—Mira,Christine,hayunamúsicatanterriblequeconsumeatodoslosqueseleacercan.Felizmenteaúnnohasllegadoaella,puesperderíastusfrescoscoloresyyanotereconoceríanaturegresoaParís.Cantemosópera,ChristineDaaé.

»Medijo:“Cantemosópera,ChristineDaaé”,comosisetrataradeuninsulto.»Pero no tuve tiempo para detenerme a pensar en el tono que había dado a sus palabras.

InmediatamentecomenzamoseldúodeOtelo,yyalacatástrofesecerníasobrenuestrascabezas.Estavezmehabíadejado el papel deDesdémona, que canté conunadesesperaciónyun espantoquenohabíaalcanzadohastaaqueldía.Enlugardeparalizarme,laproximidaddesemejantecompañeromeinspirabaunespléndidoterror.Loshechosdelosqueeravíctimameacercabanextraordinariamentealpensamientodelpoetayencontrétonalidadesquehubieranmaravilladoalmúsico.Élcantabaconvozdetruenoysualmavengativasevolcabasobrecadasonido,aumentandoterriblementesupotencia.Elamor,loscelosyel odio brotaban en torno a nuestros gritos desgarradores.Lamáscara negra deErikme recordaba elrostrodelMorodeVenecia.EralavivaimagendeOtelo.Creíquemeibaagolpear,quemeharíacaerconsusgolpes…y,sinembargo,nohacíaelmenormovimientoparahuirdeélyevitarsufurorcomolatímidaDesdémona.Porelcontrario,meacercabaaél,atraída,fascinada,encontrandoelencantodelamuerteensemejantepasión.Peroantesdemorir,quiseconocer,paraconservarlaimagenenmiúltimamirada,aquellosrasgosdesconocidosalosquedebíahabertransformadoelfuegodelarteeterno.QuiseverelrostrodelaVoz,einstintivamente,medianteungestoquenopudecontener,yaquenoeradueñademí,misdedoságilesarrancaronlamáscara…

»¡Oh!,¡horror!,¡horror!…¡Horror!».Christine se detuvo ante aquella visión a la que aún parecía querer apartar con sus manos

temblorosas,mientrasquelosecosdelanoche,aligualquehabíanrepetidoelnombredeErik,repetíantresveces:«¡Horror,horror,horror!».RaoulyChristine,siempreestrechamenteabrazados,sobrecogidosporelrelato,alzaronsusojoshacialasestrellasquebrillabanenuncielotranquiloypuro.

—Esextraño,Christine—dijoRaoul—,lollenadegemidosqueestáunanochetandulceyapacible.Sediríaqueselamentajuntoconnosotros.

—Ahoraquevaaconocerel secreto—contestóella—,susoídos,al igualque losmíos, sevanallenardelamentos.

Apretó lasmanos protectoras de Raoul entre las suyas y, sacudida por un largo estremecimiento,continuó:

—Aunqueviviesecienaños,siempreoiríaelaullidosobrehumanoquelanzó,elgritodesudolorydesurabiainfernales,mientrasaquellacosaaparecíaantemisojosdilatadosporelespanto,tanabiertoscomomiboca,quenosehabíacerradoyquesinembargonogritabaya.

»¡Oh,Raoul,aquellacosa!¿Cómodejardeverla?Simisoídosestánllenosdesusgritos,misojosestánhechizadosporsurostro.¡Quéimagen!¿Cómodejardeverlaycómohacerquelavea?…Raoul,usted ha visto las calaveras cuando están secas por el paso de los siglos y si no fue víctima de unahorrible pesadilla, vio también su calavera la noche de Perros. También ha visto pasearse durante elúltimobailededisfracesala«Muerteroja».Perotodasesascalaveraspermanecíaninmóvilesysumudohorror ya no vivía. Pero imagine, si es capaz, la máscara de la Muerte reviviendo de repente para

expresar,porlosagujerosnegrosdesusojos,sunarizysuboca,lairadesatada,elfurorsoberanodeundemonio: imagine laausenciademiradaen losagujerosde losojos,yaque,comosupemás tarde,nopuedenversesusojosdebrasamásqueenlanocheprofunda…Yodebíaser,pegadaalapared,lavivaimagendelEspanto,comoéleraladelaRepulsión.

»Entonces,acercóamíelrechinarhorribledesusdientessinlabiosy,mientrasyocaíaderodillas,me susurró lleno de odio cosas insensatas, palabras interrumpidas, maldiciones, delirio… ¡Y no sécuántascosasmás!…

»—¡Mira!—gritabainclinadosobremí—,¡hasqueridover,ve,pues!¡Impregnatusojos,embriagatualmaconmimalditafealdad!¡MiraelrostrodeErik!¡AhoraconoceselrostrodelaVoz!¿Notebastaba,dime,conescucharme?Hasqueridosabercómoestabahecho.¿Porquésoistancuriosaslasmujeres?

»Yse echabaa reírmientras repetía: “¡Sois tan curiosas lasmujeres!”…conuna risa atronadora,ronca,espumeante,terrible…Decíatambiéncosascomoéstas:

»—¿Estáscontenta?Soyhermoso,¿no?…Cuandounamujermehavisto,comoloacabasdehacertú,esmía¡Meamaparasiempre!SoyuntiposólocomparableaDonJuan.

»Yalzándoseconlospuñosenlascaderas,balanceándosesobreloshombrosaquellacosarepulsivaqueleservíadecabeza,tronaba:

»—¡Mírame!SoyDonJuantriunfante.»Alvermegirarlacabezapidiendopiedad,mecogióbrutalmenteporelpeloymeobligóamirarlo.

Susdedosdemuerteseenlazaronamiscabellos».—¡Basta,basta!—interrumpióRaoul—.¡Lomataré, lomataré! ¡Enelnombredelcielo,Christine,

dimedóndeestáelcomedordellago!¡Lomataré!—CalleRaoul,siquiereustedsaberlotodo.—¡Ah,sí!Quierosabercómoyporquévolvióusted.Eseeselsecreto,Christine,enrealidadnohay

otro.¡Perodetodasformas,lomataré!—¡OhRaoulmío,siquieresaber,escuche!Mearrastrabaporelpeloyentonces…,yentonces…¡Oh,

estoesaúnmáshorrible!—Diloahora…—exclamóRaoulconaireamenazador—.¡Dilopronto!—Entoncesdijoentresilbidos:»—¿Qué? ¿Te doy miedo? ¿Es posible?… Crees quizá que llevo aún una máscara, ¿no? ¿Y que

esto…esto,micabeza,esunamáscara?Puesbien,¡arráncalacomolaotra!¡Vamos!¡Vamos!¡Otravez!¡Quieroquelohagas!¡Tusmanos!¡Tusmanos!…Dametusmanos…

Sinotebastan,teprestarélasmías…yentrelosdosarrancaremoslamáscara.»Mearrojéasuspies,peroélmecogiólasmanos,Raoul,ylashundióenelhorrordesucara…Con

misuñassearrancólacarne,suhorriblecarnemuerta.»—¡Mira, mira!…—exclamaba desde el fondo de su garganta que bramaba como una fragua—.

¡Entératedeunavezdequeestoyhechoconmateriademuerte!…¡Delacabezaalospies!…¡Yqueesuncadáverelqueteama,teadoraynotedejaránunca,nunca!…Haréensancharelataúd,Christine,paramástarde,cuandohayamosacabadonuestrosamores…¿Ves?,yanorío,lloro…,lloroportiquemehasarrancadolamáscarayqueporellanopodrásabandonarmejamás…Mientraspodíascreermehermoso,Christine,podíasvolver…Séquehubierasvuelto…,peroahoraqueconocesmimonstruosidadhuirásparasiempre…¡¡¡No tesoltaré!!!¿Porquéhasqueridoverme?¡Insensata, locaChristine,porquéhas

queridoverme!…¡Simipadrenomehavistojamásymimadre,paranoverme,meregalóllorandomiprimeramáscara!

»Porfinmehabíasoltado,yyomearrastrabaporelparquéentresollozos.Después,comounreptil,searrastró,saliódelahabitaciónyentróenlasuya,cuyapuertasevolvióacerrar,yyomequedésola,entregadaamihorroryamispensamientos,libredelavisióndelacosa.Uninmensosilenciosepulcralhabíasucedidoaaquellatormentaypudereflexionaracercadelasterriblesconsecuenciasdelgestoquehabíahechoalarrancarlelamáscara.Lasúltimaspalabrasdelmonstruomehabíaninformadodesobra.Yomismamehabíaaprisionadoparasiempreymicuriosidadibaaserlacausadetodasmisdesgracias.Me lohabíaadvertidoconfrecuencia…Mehabía repetidoquenocorreríaningúnpeligromientrasnotocaselamáscara,yyolahabíatocado.Maldijemiimprudencia,peromedicuentatemblandodequeelrazonamientodelmonstruoera lógico.Sí,habríavueltosino lehubieravistoel rostro…Yamehabíaconmovido lo suficiente, interesado, incluso apiadado,mediante sus lágrimas enmascaradas, para quepermaneciera impasibleantesuruego.Porúltimo,yonoeraunaingrataysudefectonoibaahacermeolvidar que era la Voz y que me había reconfortado con su genio. ¡Habría vuelto! ¡Pero ahora, deencontrarmelejosdeaquellascatacumbas,novolvería!¡Nosevuelveparaencerrarseenunatumbaconuncadáverqueteama!

»Porsumaneraexcitadadeactuardurantelaescena,ydemirarme,omejordicho,deacercaramílosdosagujerosnegrosdesumiradainvisible,habíapodidodarmecuentadequesupasión'noteníalimites.Paraquenometomaraensusbrazos,enunmomentoenquenopodíaofrecerlelamenorresistencia,eraprecisoqueaquelmonstruofueraalavezunángely,quizás,apesardetodo,loeraunpoco:elÁngeldelamúsica,ypuedequelohubierasidodeltodosíDioslehubieradadootrofísicoenlugardevestirlodepodredumbre.

»Extraviadaantelaideadeldestinoquemeestabareservado,presadelterrordevervolverseaabrirla puerta de la habitación del ataúd y de volver a ver el rostro delmonstruo sinmáscara,me habíadeslizado hastami propio cuarto yme había apoderado de las tijeras que podían poner término amiespantosodestino…,cuandoenesemomentooílasnotasdeunórgano…

»Entonces fue cuando empecé a entender las palabras de Erik acerca de lo que llamaba, con undesprecioquemehabíadejadoestupefacta,lamúsicadeópera,yaqueloqueoíanoteníanadaqueverconloquemehabíafascinadohastaentonces.SuDonJuanTriunfante(yaquenomecabíalamenordudadequesehabíavolcadoensuobramaestraparaolvidarelhorrordeloqueacababadeocurrir),suDonJuanTriunfantenomeparecióalprincipiomásqueunlargo,horribleymagníficosollozoenelqueelpobreErikhabíavertidotodasumiseriamaldita.

»Volvíaaverelcuadernodenotasrojaseimaginabafácilmentequeaquellamúsicahabíasidoescritaconsangre.Mepaseabacontododetalleatravésdelmartirio;mehacíaentrarentodoslosrinconesdelabismohabitado por la fealdad humana;memostraba aErik golpeando atrozmente a su pobre cabezarepulsivacontralasparedesfúnebresdeaquelinfiernoyrehuyendo,paranoasustarlos,lamiradadeloshombres. Asistía anonadada, jadeante, desesperada y vencida, a la eclosión de aquellos acordesmaravillososenlosquesedivinizabaelDolor,después,lossonidosquesubíandelabismoseagruparonderepenteenunvueloprodigiosoyamenazante;sutropatornasoladaparecióescalarelcieloaligualqueeláguilacuandosubehaciaelsol;aquellasinfoníaparecióabrazarelmundoycomprendíquelaobrasehabíarealizadoporfinyquelaFealdad,elevadaenalasdelAmor,sehabíaatrevidoamirarcaraacara

alaBelleza.Mesentíacomoebria;lapuertaquemeseparabadeErikcedióantemisesfuerzos.Sehabíalevantadoaloírme,peronoseatrevióavolverse.

»—¡Erik!—exclamé—, enséñeme el rostro sin terror. Le juro que es usted elmás desgraciado ysublimedeloshombresy,siapartirdeahoraChristineDaaétiemblaalmirarle,¡esporquepiensaenlagrandezadesugenio!

»EntoncesEriksevolvió.Habíacreídoenmíyyotambién,pordesgracia…¡yyo,ay,ay…,yoteníafeenmí!…ElevóhaciaelDestinosusmanosdescarnadasysearrodillóantemíconpalabrasdeamor…

»…Conpalabrasdeamorensubocademuerte…,lamúsicasehabíacallado…»Besabaelbordedemifalda,ynovioqueyocerrabalosojos.»¿Quémás puedodecirle,Raoul?Ahora, ya conoce el drama…Durante quince días se repitió…,

quincedíasduranteloscualeslementí.Mimentirafuetanhorriblecomoelmonstruoalqueibadirigida;yaesepreciofuecomopudeconseguirlalibertad.Quemésumáscara.Desempeñétanbienmipapelque,cuandonocantaba,seatrevíaamendigaralgunademismiradas,comounperro tímidoquedavueltasalrededorde suamo.Seconvirtióasí comoenunesclavo fielyme rodeabademilcuidados.Pocoapoco llegué a inspirarle tanta confianza que se atrevió a llevarme a las orillas del LagoAverno y apasearmeenbarcaporsusaguasdeplomo;enlosúltimosdíasdemicautiverio,porlanoche,mehacíaatravesarlasverjasqueencierranlossubterráneosdelacalleScribe.AllínosesperabauncarruajequenosllevabahastalasoledaddelBois.

»Lanocheenlaquenosencontramosestuvoapuntoderesultarmetrágica,yaquesientehaciaustedunosceloshorribles;alosquenohepodidocombatirmásqueafirmandosupróximapartida…Porfin,despuésdequincedíasdeaquelabominablecautiverio,enelquemesentíunasveces transportadadepiedad,otrasdeentusiasmo,deangustiaydehorror,mecreyócuandoledije:¡Volveré!».

—Yhavuelto,Christine—gimióRaoul.—Escierto,Raoul,ydebodecirqueno fueron lasespantosasamenazascon lasqueacompañómi

libertadlasquemeayudaronamantenermipalabra,sinoelsollozodesesperadoquelanzóenelumbraldesutumba.

»Sí, ese sollozo —repitió Christine moviendo dolorosamente la cabeza— me encadenó aldesventuradomonstruomásdeloqueyomismasuponíaenelmomentodedecirnosadiós.¡PobreErik,pobreErik!».

—Christine —dijo Raoul poniéndose de pie—, dice usted que me ama, pero pocas horas hantranscurridodesdequeharecuperadorecobradosulibertadqueyavuelvealladodeErik…¡Recuerdeelbailededisfraces!

—Lascosashabían sidoacordadas así…recuerde tambiénqueaquellashoras laspasé conusted,Raoul…,conpeligroparalosambos…

—Duranteaquellashorasdudédequemeamase.—¿Aúnloduda,Raoul?…SepaentoncesquecadaunodemisviajesalladodeErikhaaumentadomi

horrorhaciaél,yaquecadaunodeestosviajes,enlugardecalmarlocomoyoesperaba,levuelvenaúnmáslocodeamor…¡ytengomiedo!¡Tengomiedo!¡Tengomiedo!

—Tienemiedo…Pero,¿meama?…SiEriknofueracomoes,¿meamaría,Christine?—¡Desventurado! ¿Por qué tentar al destino? ¿Para qué preguntarme cosas que he ocultado en el

fondodemiconcienciacomounpecado?

Selevantóasuvez,rodeólacabezadeljovenconsusbellosbrazosyledijo:—¡Oh,miprometidodeundía!Sinoleamasenoleofreceríamislabios,porprimerayúltimavez.Él los tomó,pero laoscuridadque les rodeaba sedesgarróde talmaneraquehuyeroncomosi se

acercaraunatormenta,ysusojos,enlosquehabitabaeltemordeErik,lesreveló,antesdedesaparecerenelfondodelostejados,alláarriba,porencimadeellos,¡uninmensopájaronocturnoquelesmirabaconsusojosdebrasa,yqueparecíaaferradoalascuerdasdelaliradeApolo!

CAPÍTULOXIV

UNGOLPEGENIALDELMAESTROENTRAMPILLAS

Raoul y Christine corrieron, corrieron. Ahora huían del tejado donde se encontraban los ojos debrasa,quesólosevenenlomásprofundodelanoche;ynosedetuvieronhastallegaraloctavopiso.

Aquellanochenohabíafunciónylospasillosdelaóperaestabandesiertos.Depronto,unaextrañasiluetasurgióantelosjóvenes,cortándoleselpaso.—¡No!¡Poraquíno!Ylasiluetalesindicóotropasilloporelcualpodíanllegarentrelosbastidores.Raoulqueríadetenerse,pedirexplicaciones.—¡Vamos,vamos, aprisa!—ordenóaquella sombravagaocultaenunaespeciedecapaycubierta

conunbonetepuntiagudo.PeroyaChristinearrastrabaaRaoulyleobligabaaseguircorriendo:—¿Peroquiénes?¿Quiénesése?—preguntabaeljoven.—¡EselPersa!…—contestabaChristine.—¿Quéhaceaquí?—Nadiesabenadadeél…¡Estásiempreenlaópera!—Loqueustedmeobligaahacer,Christine,esunacobardía—dijoRaoul,queestabamuyalterado

—.Mehacehuir.Eslaprimeravezenmivida.—¡Bah!—contestóChristinequeempezabaa calmarse—.Creoquehemoshuidode la sombrade

nuestraimaginación.—SideverdadhemosvistoaErik,deberíahaberloclavadoalaliradeApolo,comoseclavaala

lechuzaenlastapiasdenuestrasgranjasbretonas,yyanohubiéramostenidoqueocupamosdeél.—MibuenRaoul,primerohabríatenidoquesubiralaliradeApolo,ynoescosafácil.—Sinembargo,losojosdebrasaestabanallí.—¡Bueno!Ya está usted comoyo, dispuesto a verlo en todas partes, pero si se reflexiona, uno se

dice: lo que he tomado por ojos de brasa no eran más que los clavos de oro de dos estrellas quecontemplabanlaciudadatravésdelascuerdasdelalira.

YChristinebajóunpisomás,seguidaporRaoul.—Yaqueestádecididadel todoapartir,Christine—dijoel joven—,vuelvoa insistirquevaldría

máshuirahoramismo.¿Porquéesperaramañana?¡Quizánoshayaoídoestanoche!…—¡Imposible,imposible!Trabaja,repito,ensuDonJuanTriunfante,ynoseocupadenosotros.—Estáustedtanpococonvencidaquenodejademirarhaciaatrás.—Vamosamicamerino.—Vámonosmejorfueradelaópera.—¡Jamáshastaelmomentodehuir!Nosexpondríamosaalgunadesgraciasinocumplomipalabra.

Leprometínovernosmásqueaquí.—Esunconsueloparamíquelepermitaesto.¿Sabe—dijoRaoulconamargura—quehassidousted

peroquemuyaudazpermitiéndomeeljuegodelnoviazgo?

—Pero, querido, él está al corriente.Me dijo: «Confío en ti, Christine. El señor de Chagny estáenamoradodetiydebeirse.Antesdequesevaya,¡queseatandesventuradocomoyo!…».

—¿Yquésignificaeso,porfavor?—Soyyolaquedeberíapreguntárselo,Raoul.¿Seesdesgraciadocuandoseama?—Sí,Christine.Cuandoseamaynosesabesiseesamado.—¿DicesesoporErik?—PormíyporErik—dijoeljovenmeneandoalcabezaconairepensativoydesolado.LlegaronalcamerinodeChristine.—¿Porquésecreemásseguraenestecamerinoqueenelteatro?—preguntóRaoul—.Sileoyeusted

atravésdelosmuros,tambiénélpuedeoírnos.—¡No!Mehadadosupalabradenoponersetraslasparedesdemicamerino,yyocreoenlapalabra

deErik.Micamerinoymihabitación,enlamansióndellago,sonmíos,exclusivamentemíos,ysagradosparaél.

—¿Cómo pudo abandonar usted este camerino para ir a parar a un corredor oscuro, Christine?¿Quierequeintentemosrepetirsuspasos?

—Espeligroso,amigomío,porqueelespejopodríallevarmeotravezy,enlugardehuir,meveríaobligadaairhastaelfinaldelpasadizosecretoqueconducealasorillasdellagoydesdeallíllamaraErik.

—¿Laoiría?—Por donde quiera que llame a Erik, Erikme oirá… Él fue quienme lo dijo. Es un geniomuy

especial.No hay que creer, Raoul, que se trata simplemente de un hombre que le divierte vivir bajotierra.Hacecosasqueningúnotrohombrepodríahacer.Sabecosasqueelmundovivienteignora.

—Tengacuidado,Christine,estáconstruyendoustedaunfantasma.—No,noesunfantasma.Esunhombredelcieloydelatierra.Esoestodo.—¡Unhombredelcieloydelatierra…esoestodo!…¡Quéformadehablar!…¿Siguedecididaa

huirdeél?—Sí,mañana.—¿Quierequeledigaporquéquerríaquehuyamosestanoche?—Dígame,Raoul.¡Porquemañanayanoestarádecididaanada!—Enesecaso,Raoul,mellevaráustedapesarmío…¿Quedaclaro?—Aquí,pues,mañanaporlanoche.Alasdoceestaréensucamerino.Paseloquepase,yocumpliré

mipromesa—dijoeljovenconairesombrío—.¿Hadichoustedquedespuésdelarepresentacióndebeiraesperarlaenelcomedordellago?

—Enefecto,esallídondemehacitado.—¿Ycómopodrállegarhastaél,sinosabesalirdelcamerino«porelespejo»?—Pues,encaminándomedirectamentehacialaorilladellago.—¿A través de todos los subterráneos? ¿Por las escaleras y los corredores en los que están los

tramoyistasy las gentesde, servicio? ¿Cómo se las arreglaría para conservar el secretode semejanteviaje?TodoelmundoseguiríaaChristineDaaéyllegaríaallagoacompañadadeunamultitud.

ChristinesacódeuncofrecillounaenormellaveyselaenseñóaRaoul.—¿Quées?—preguntóél.—EslallavedelaverjadelsubterráneodelacalleScribe.

—Entiendo,Christine,conducedirectamenteallago.Porfavor,demeesanave.—¡Jamás!—contestóellaconenergía—.¡Seríaunatraición!Derepente,RaoulviocómoChristine

cambiabadecolor.Unapalidezmortalcubriósusrasgos.—¡Oh,Diosmío!…—exclamó—.¡Erik,Erik!,tengapiedaddemí.—¡Calle!—ordenóRaoul—.¿Nomehadichoustedquepodíaoírla?Perolacantanteseretorcíalosdedos,mientrasrepetíaentonocadavezmásextraviado:—¡Oh,Diosmío!¡Diosmío!—Pero,¿quépasa?¿Quéocurre?—imploróeljoven.—Elanillo.—¿Quéanillo?Porfavor,Christine,tranquilícese.—Elanillodeoroquemedio.—¿Ah,esErikquienledioelanillodeoro?—¡Losabeusteddesobras,Raoul!Peroloquenosabeesloquemedijoaldármelo:«Tedevuelvo

lalibertad,Christine,peroacondicióndequeesteanilloestésiempreentudedo.Mientrasloconserve,estarásasalvodetodopeligro,yErikserátuamigo.Perositeseparasdeél,serátudesgracio,Christine,yaqueEriksevengará»…¡Amigomío,elanillonoestáyaenmidedo!…¡Ladesgraciahacaídosobrenosotros!

Buscaronenvanoelanillodeoro.Noloencontraron.Lajovennosecalmaba.—Fuemientraslehedadoesebeso,bajolaliradeApolo—intentóexplicartemblando—;elanillo

se habrá deslizado de mi dedo y caído a la ciudad. ¿Cómo encontrarlo ahora? ¿Qué desgracia nosamenazaahora,Raoul?¡Ah,huyamos!

—¡Huyamosenseguida!—volvióainsistirRaoul.Ella dudó.Él creyó por unmomento que iba a decir que sí…Pero después sus claras pupilas se

turbaronydijo:—¡No,mañana!Ysealejóprecipitadamente,mientrascontinuabaretorciéndoselosdedoscomosideaquellamanera

elanillofueraaaparecer.EncuantoaRaoul,volvióasucasamuypreocupadoportodoloquehabíaoído.—¡Sinolasalvodelasmanosdeesecharlatánestáperdida!¡Perolasalvaré!—dijoenvozaltaen

sucuarto,mientrasseacostaba.ApagólalámparaysintióenlaoscuridadlanecesidaddeinsultaraErik.—¡Farsante!…¡Farsante!…¡Farsante!…—gritótresvecesenvozalta.Pero,derepente,seincorporóapoyándoseenloscodos.Unsudorfríoselepegóalassienes.Dos

ojos,ardientescomobrasas,acababandeencendersealpiedesucama.Lemirabanfija,terriblemente,enlanocheoscura.

Raoul era valiente, sin embargo temblaba.Estiró lamano tanteando, temblorosa, incierta, hacia lamesilladenoche.Alencontrarunacajadecerillas,encendióuna.Losojosdesaparecieron.

Pensó,sintranquilizarseenlomásmínimo.«Ellamedijoquesusojossóloseveíanenlaoscuridad.Handesaparecidoconlaluz,peroélquizás

estéaúnahí».Yselevantó,buscó,pasóprudentementerevistaatodaslascosas.Miródebajodelacamacomoun

niño.Entoncesseencontróridículo.Dijoenvozalta:—¿Quédebocreer?¿Quénodebocreer,consemejantecuentodehadas?¿Dóndeterminalorealy

dóndeempiezalofantástico?¿QuéhabrávistoChristine?¿Quéhabrácreídover?Yañadióestremeciéndose:—Y yo, ¿qué he visto? ¿Habré visto en realidad los ojos de brasa hace un momento? ¿Habrán

brilladotansóloenmiimaginación?¡Noestoysegurodenada!¡Mejornopensarenesosojos!Seacostó.Volvióaquedartodooscuro.Losojosreaparecieron.—¡Oh!—suspiróRaoul.Incorporándoseenlacamalosmirabatambiénfijamente,contodoelvalordequeeracapaz.Después

deunsilencioenelqueintentórecuperartodasuserenidad,gritóderepente:—¿Erestú,Erik?¡Hombre,genioofantasma!¿Erestú?«Siesél…estáenelbalcón»,pensó.Entoncescorrióenpijamahastaunmueblecitoy tanteandocogióun revólver.Yaarmado,abrió la

ventana.Lanocheeramuyfría.Raoulechóunaojeadaalbalcóndesiertoyvolvióaentrarcerrandolapuerta.Seacostótemblando,conelrevólversobrelamesitadenoche,alalcancedesumano.

Unavezmás,apagólalámpara.Losojosseguíanallí,alpiedelacama.¿Estabanentrelacamayelcristaldelaventana,odetrásde

laventana,afuera,enelbalcón?EsoeratodoloqueRaoulqueríasaber.Queríasabertambiénsiaquellosojospertenecíanaunser

humano…Queríasaberlotodo…Entonces, tranquilamente y con frialdad, sin turbar a la noche que le rodeaba, el joven tomó su

revólveryapuntó.Apuntóalasdosestrellasdeoroquelemirabanconaquelcuriosoresplandorinmóvil.Apuntó un pocomás arriba que las dos estrellas. Si aquellas estrellas eran ojos, y si encima de

aquellosojoshabíaunafrente,ysiRaoulnoerademasiadotorpe…Ladetonación rodóconhorrible estruendoen lapazde la casadormida…Ymientrasmultitudde

pasosseafanabanenlospasillos,Raoul, incorporándoseenlacamaconelbrazotendido,dispuestoavolveradisparar,miraba…

Estavezlasdosestrellashabíandesaparecido.Luz,criados,elcondePhilippeterriblementeinquieto.—¿Quésucede,Raoul?—Meparecequehesoñado—contestóel joven—.Hedisparadoadosestrellasqueme impedían

dormir.—¿Divagas?…¡Teencuentrasbien!…Porfavor,Raoul,¿quéhapasado?…—yelcondeseapoderó

delrevólver.—¡No,no!Nodivago…Además,ahoramismolosabemos…Selevantó,sepusounabatay laspantuflas,cogió la luzqueuncriadolealcanzabay,abriendola

puerta,salióalbalcón.El condehabíavistoque el cristal de la ventana estaba atravesadopor unabala a la alturadeun

hombre.Raoulseasomabaporelbalcónconlalámparaenlamano.

—¡Ajá! —exclamó—. ¡Sangre, sangre!… Aquí… Allí… Más sangre. ¡Mejor, un fantasma quesangra…esmenospeligroso!—susurrómientrasreíasarcásticamente.

—¡Raoul,Raoul,Raoul!Elcondelezarandeabacomosiintentarasacaraunsonámbulodesupeligrososueño.—¡Pero,hermano,noestoydormido!—protestóRaoulimpacientado—.Puedesveresasangre.Creía

que estaba soñando y que había disparado sobre dos estrellas. Eran los ojos de Erik, y ésta es susangre… —súbitamente inquieto, añadió—: ¡Después de todo, quizá he hecho mal en disparar, yChristine es capaz de no perdonármelo!…Nada hubiera ocurrido si hubiera tomado la precaución decorrerlascortinasdelaventanaenelmomentodeacostarme.

—¡Raoul!¿Esquetehasvueltolocoderepente?¡Despierta!—¡Otravez!Haríasmejor,hermanomío,ayudándomeaencontraraErik…,yaque,afindecuentas,

unfantasmaquesangrasepuedeencontrar…Elmayordomodelcondedijo:—Escierto,señor,quehaysangreenelbalcón.Uncriadotrajounalámparaacuyaluzpudieronexaminartodo.Elrastrodesangreseguíalarampa

delbalónyllegabahastauncanalón,alolargodelcualsubía.—Amigomío—dijoelconde—,hasdisparadoaungato.—Lomalo—exclamóRaoulconunanuevacarcajadaburlonaquesonódolorosamenteenlosoídos

delconde—esqueesmuyposible.ConEriknuncasesabe.¿EsErik?¿Esungato?¿Eselfantasma?¿Esdecarneyhuesoosólounasombra?¡No,no!¡ConEriknuncasesabe!

Raoul se aferraba a aquellas frases extrañas que respondían tan íntima y lógicamente a laspreocupacionesdesuespírituyqueseidentificabanalasconfidencias,alavezrealesyconaparienciasobrenatural, deChristineDaaé.Y sus frases no contribuyeronpoco en persuadir amuchos de que elcerebrodeljovennofuncionababien.Elmismocondelocreyóy,mástarde,eljuezdeinstrucción,anteelinformedelcomisariodepolicía,notuvolamenordudaenllegaralamismaconclusión.

—¿QuiénesErik?—preguntóelcondeapretandolamanodesuhermano.—¡Esmirival!¡Ysinoestámuerto,lomismomeda!Conungesto,despidióaloscriados.LapuertadelahabitaciónvolvióacerrarsedejandosolosalosdosChagny.Peroloscriadosnose

alejaron tan rápidamente como para no permitir que el mayordomo del conde oyera cómo Raoulpronunciabafuerteyclaramente:

—¡EstanocheraptaréaChristineDaaé!EstafrasefuerepetidamástardeanteeljuezdeinstrucciónFaure.Peronuncasesupoexactamente

quésedijeronlosdoshermanosduranteesaentrevista.Loscriadoscontaronqueaquellanochenoeralaprimeravezquediscutían.Si,atravésdeunasparedesseoíangritos,ysiempresemencionabaaunaartistallamadaChristine

Daaé.A lahoradel almuerzo—el almuerzomatutino, que el conde tomaba en sugabinetede trabajo—,

Philippeordenóque fueranadecira suhermanoquedeseabaverlo.Raoul llegó, sombríoymudo.Laescenafuemuybreve.

Elconde.—¡Leeesto!

Philippeentregaasuhermanounperiódico:L'Épóque.Coneldedo,señalalasiguientecrónica.Elvizcondeleecondesdén:«Unagrannoticiaenelbarrio:laseñoritaChristineDaaé,artistalírica,yelseñorvizcondeRaoulde

Chagnysehancomprometido.Sisedacréditoa losrumoresdeentrebastidores,elcondePhilippesehabríanegado,afirmandoque,porprimeravez,losChagnynocumpliríansupromesa.Dadoqueelamor,enlaóperamásaúnqueenotraspartes,estodopoderoso,nospreguntamosdequémediospuedevalerseelcondePhilippeparaimpedirquesuhermanoelvizcondellevealaltaralanuevaMargarita.Sedicequelosdoshermanosseadoran,peroelcondeseengañaextrañamentesiesperaqueelamorfraternalcedaalamorasecas».

Elconde(triste).—Yaloves,Raoul,nosponesenridículo…Esachicatehasorbidoelsesoconsuscuentosdefantasmas.

(ElvizcondehabíapuesexplicadoasuhermanoelrelatodeChristineDaaé).Elvizconde.—¡Adiós,hermano!El conde.—¿Estás decidido? ¿Temarchas esta noche? (El vizcondeno contesta).…¿Con ella?…

¿Seráscapazdesemejantetontería?(Silenciodelvizconde).¡Yosabréimpedírtelo!Elvizconde.—¡Adiós,hermano!(Semarcha).Esta escena fue explicada al juezde instrucciónpormismohermano, quenodebíavolver a ver a

Raoulmásqueaquellanoche,enlaópera,algunosminutosantesdeladesaparicióndeChristine.Enefecto,Raouldedicótodoaqueldíaalospreparativosdelrapto.Loscaballos,elcarruaje,elcochero,lasprovisiones,lasmaletas,eldineronecesario,elitinerario

—eraprecisonotomareltrenparapoderdespistaralfantasma—,todoestoleocupóhastalasnuevedelanoche.

Alasnueve,unaespeciedeberlina,conlascortinasechadasylaspuertasherméticamentecerradas,ocupóunsitioen la fila juntoa laRotonda. Iba tiradapordosvigorososcaballosyconducidaporuncocherocuyorostroeradifícildistinguir,tanenvueltoestabaentrelosplieguesdeunabufanda.Delantedeestaberlinahabíatrescoches.Mástarde,lainstrucciónestablecióquesetratabadelosdelaCarlotta,llegadarepentinamenteaParís,delaSorelliy,delantedetodos,eldelcondedeChagny.Delaberlinanobajónadie.Elcocheropermanecióensuasiento.Losotrostrescocheroshabíanpermanecidoigualmenteenelsuyo.

Unasombra,envueltaenunagrancapanegraconunsombrerodefieltro,tambiénnegro,pasóporlaacera,entrelaRotondaylosvehículos.Parecíamiraratentamentelaberlina.Seacercóaloscaballos,despuésalcochero,antesdealejarsesinhaberpronunciadounasolapalabra.LainstruccióncreyómástardequeaquellasombraeraladelvizcondeRaouldeChagny.Enloqueamíserefiere,nolocreoasí,teniendoencuentaqueelvizcondedeChagnyllevabaunsombrerodecopa,igualquelasotrasnoches,yqueademáselsombrerofueencontradomástarde.Másbiencreoqueaquellasombraeraladelfantasma,queestabaalcorrientedetodocomoahoramismoveremos.

Porcasualidad,serepresentabaFausto.Laconcurrenciaeradelasmásbrillantes.Elpúblicodelaóperaestabamaravillosamenterepresentado.Poraquellaépoca,losabonadosnocedían,noalquilabanni subalquilaban ni se compartían los palcos con financistas, comerciantes o extranjeros. Hoy en díapodemosverenelpalcodelmarquésdecual,yaquesigueconservandosutítulo,pueselmarquésespor

contrato su titular, pero en ese palco, decíamos, descansa Cómodamente un vendedor de tocino y sufamilia, y está en su derecho ya que paga el palco del marqués. Antaño, estas costumbres eranPrácticamentedesconocidas.Lospalcosdelaóperaeransalonesenlosquesereuníanloshombresdemundoquienes,aveces,lesgustabalamúsica.

Todaesaconcurrenciaseconocía,sinqueporellosefrecuentaraNecesariamente.PerollevabanlosnombresenlacaraylafisionomíadelcondedeChagnyeraconocidaportodos.

LanoticiaaparecidaporlamañanaenL'Époquedebíahabersurtidosupequeñoefecto,yaquetodaslasmiradassedirigíanhaciaelpaloenelqueelcondePhilippe,conaspectodeabsolutaindiferenciayairedespreocupado,seencontrabacompletamentesolo.Elelementofemeninodeaquellaesplendorosaasambleaparecíaespecialmente Intrigadoy laausenciadelvizcondedabapieacientosdecuchicheosdetrásdelosabanicos.ChristineDaaéfueacogidaconbastantefrialdad.Aquelpúblicodistinguidonoleperdonabaquemiraratanalto.

Ladivanotólamaladisposicióndeunapartedelasalaysesintióturbada.Losasiduos,quepretendíanestaralcorrientedelosamoresdelvizconde,nopudieronevitarsonreír

en ciertos pasajes del papel de Margarita. Por eso se volvieron ostensiblemente hacia el palco dePhilippedeChagnycuandoChristinecantólafrase:«Querríasaberquiéneraaqueljoven,siesungranseñorycómosellama».

Conelmentónapoyadoen lamano, el condenoparecíapreocuparsede aquellasmanifestaciones.Fijabalosojosenelescenario.Pero,¿lomiraba?Parecíamuyausente…

Christine iba mostrándose cada vez más insegura. Temblaba. Se encaminaba hacia él desastre…CarolusFontasepreguntósiseencontrabamal,sipodríamantenerseenescenahastaelfinaldelactoqueeraeldeljardín.Enlasala,lagenterecordabaladesgraciaocurridaalaCarlottaelfinaldeesteacto,yel«cuac»históricoqueporelmomentohabíasuspendidosucarreraenParís.

Precisamenteentonces,laCarlottahizosuentradaenunpalcolateral,entradasensacional.LapobreChristinelevantólosojoshaciaaquelnuevomotivodeturbación.Reconocióasurival.Leparecióverlasonreírirónicamente.Estolasalvó.Loolvidótodoparatriunfarunavezmás.

A partir de estemomento, cantó con toda su alma. Intentó superar todo lo que había hecho hastaentonces, y lo consiguió.En el últimoacto, cuando comenzóa invocar a los ángelesy a ascenderdelsuelo,arrastróenunnuevovueloatodalasalaestremecidaytodoscreyeronteneralas.

Ante aquella llamada sobrehumana, un hombre se había levantado en el centro del anfiteatro y semanteníadepie,decaraa laartista,comosiconelmismomovimientodejara tambiénla tierra…EraRaoul:

¡Ángelespuros!¡Ángelesradiantes!¡Ángelespuros!¡Ángelesradiantes!

YChristine, con los brazos tendidos, la garganta inflamada, envuelta en la gloria de su cabelleradesatadasobresushombrosdesnudos,lanzabaelclamordivino:

¡Llevadmialmaalsenodeloscielos!

Fue entonces cuando una repentina oscuridad se hizo en el teatro. Todo fue tan rápido que los

espectadoresnotuvieronsiquieratiempodelanzarungritodeestupor,yaquelaluzvolviódenuevoailuminarelescenario.

…¡PeroChristineDaaéhabíadesaparecido!¿Quéhabíasidodeella?…¿Quémilagroeraaquél?…Todossemiraronsinentenderyunagranemociónseapoderódetodos.Eldesasosiegonoeramenorenelescenarioqueenlasala.Desdelosbastidoreslagenteseprecipitabahaciaellugarenelque,hacíauninstante,Christinecantaba.Elespectáculoseinterrumpíaenmediodelmayordesorden.

¿Adónde,adóndehabíaidoChristine?¿QuésortilegiolahabíaarrebatadoamillaresdeespectadoresentusiasmadosylosmismosbrazosdeCarolusFonta?Enrealidad,podíanpreguntarsesi,envirtuddesuruegoinflamado,losángelesnolahabíanllevadorealmente«alsenodeloscielos»encuerpoyalma…

Raoul,siempredepieenelanfiteatro,habíalanzadoungrito.ElcondePhilippesehabíaincorporadoen su palco. Todos miraban el escenario, miraban al conde, miraban a Raoul, y se preguntaba si elcuriososucesonoteníanadaqueverconlanotaaparecidaaquellamismamañanaenelperiódico.PeroRaoulabandonóatodaprisasusitio,elcondedesapareciódesupalcoy,mientrasbajabaeltelón,losabonados se precipitaron hacia la entrada de artistas. En medio de una indescriptible confusión yalgarabía,elpúblicoesperabaunanuncio.Todoshablabanalavez.Cadacualpretendíaexplicarcómohabíanocurrido las cosas.Unosdecían:«Hacaídoenuna trampilla».Otros:«Ha sidoelevadaen lasbambalinas.Lapobrehasidoquizásidovíctimadeunnuevotrucoestrenadoporlanuevadirección».Yotros aún: «Es una emboscada. La coincidencia de la oscuridad y la desaparición lo pruebansobradamente».

Por fin, se levantó el telón, yCarolus Fonta, avanzando hasta el estrado del director de orquesta,anuncióconunavozgraveytriste:

—¡Señorasyseñores,algoinaudito,quenossumeenunaprofundainquietud,acabadeproducirse!¡NuestracompañeraChristineDaaéhadesaparecidoantenuestrosojossinquepodamossabercómo!

CAPÍTULOXV

SINGULARACTITUDDEUNIMPERDIBLE

En el escenario reina un desorden jamás visto. Artistas, tramoyistas, bailarinas, comparsas,figurantes, coristas, abonados, todos preguntan, gritan, se empujan. «¿Dónde está?». «¡La han hechodesaparecer!». «¡Es el vizconde de Chagny el que la ha raptado!». «¡No, es el conde!». «¡Ah, y laCarlotta!¡LaCarlottaeslaquienhadadoelgolpe!».«¡No,eselfantasma!».

Algunosseríen,sobretododespuésdequeunatentoexamendelastrampillasydelsuelohaalejadocualquiersospechadeaccidente.

Enmediodeestamasaexcitada, trespersonajessehablanenvozbajaycongestosdesesperados.SonGabriel,elmaestrodecanto;Mercier,eladministrador;yelsecretarioRémy.Sehanretiradoaunrincóndeltamborquecomunicaelescenarioconelampliopasillodelfoyerdeladanza.Allí,detrásdeunosenormesaccesorios,comentan:

—¡He llamado! ¡No me han contestado! Puede que no estén en su despacho. En todo caso esimposiblesaberlo,porquesehanllevadolasllaves.

AsíseexpresaelsecretarioRémyynocabedudadequeconestaspalabrasserefierealosseñoresdirectores.Éstoshandadolaorden,enelúltimoentreacto,denomolestarlosbajoningúnpretexto.«Noestánparanadie».

—Sinembargo,¡noseraptaaunacantanteenelescenariotodoslosdías!—exclamaGabriel.—¿Leshagritadoustedeso?—preguntaMercier.—Ahoramismovuelvo—diceRémyydesaparececorriendo.Enaquelmomentoapareceelregidor.—Y bien, señor Mercier, ¿viene usted? ¿Qué hacen aquí ustedes dos? Lo necesitamos, señor

administrador.—Noquiero hacer nada ni saber nada antes de que llegue el comisario—declaraMercier—.He

mandadobuscaraMifroid.¡Cuandollegue,yaveremos!—Yyoledigoquehayquebajarinmediatamentealregistro[18].—Noantesdequellegueelcomisario…—Yoyahebajadoalregistro.—¡Ah!¿Yquéhavisto?—¡Puesbien,nohevistoanadie!¿Meentiendebien?¡Anadie!—¿Yquéquiereustedquehagayoallí?—¡Evidentemente! —contesta el regidor, que se pasa frenéticamente las manos por un mechón

rebelde—.¡Evidentemente!Peroquizásihubieraalguienenelregistro,podríaexplicarnoscómosehanapagadotandeprontolaslucesenelescenario.Y,Mauclairnoestáenningunaparte,¿entiende?

Mauclair erael jefede iluminación,o seael responsabledeldíay lanocheenel escenariode laópera.

—Mauclairnoestáporningúnlado—repiteMercierexcitado—.Perobueno,¿ysusayudantes?—¡NiMauclair ni sus ayudantes! ¡Nadie en el cuarto de iluminación les digo!Como bien pueden

imaginar—bramaelregidor—,laDaaénosehabráraptadoasímisma.¡Elgolpeestabapreparado,ylo

quehayquedescubrir…!¿Ylosdirectoresquenoaparecen?…¡Heprohibidodisminuirlaslucesyhepuestounbomberodelantedelnichodelregistro!¿Acasonohehechobien?

—Sí,sí,hahechoustedbien…Yahoraesperemosquellegueelcomisario.Elregidorsealeja,encogiéndosedehombros,rabioso,mascullandoinsultosaesosimbécilesquese

quedantranquilamenteacurrucadosenunrincónmientrastodoelteatroestá«patasarriba».Tranquilos,loquesedicetranquilos,GabrielyMerciernoloestaban.Habíanrecibidounaordenquelesparalizaba.No podíanmolestar a los directores por ningúnmotivo. Rémy había infringido esa orden y no habíapasadonada.

Precisamenteenaquelinstantevuelvedesunuevaexpedición.Vieneconunaexpresiónmásbienazorada.—¿Ybien,hahabladoconellos?—preguntaMercier.—Moncharminha acabadopor abrirme la puerta—contestaRémy—.Losojos se le salíande las

órbitas. Creí que iba a pegarme.No he podido decir una sola palabra, ¿saben lo queme ha dicho agritos?

»—¿Tieneustedunimperdible?»—No.»—¡Entoncesdéjemeenpaz!…»Intentoexplicarlequeenelteatroestánocurriendocosasextrañas…yélmecontesta:»—¿Unimperdible?¡Demeinmediatamenteunimperdible!»Un ordenanza que le había oído—gritaba como un sordo— llega con un imperdible, se lo da

inmediatamenteyMoncharminmecierralapuertaenlasnarices.¡Esoestodo!».—¿YnohapodidousteddecirlequeChristineDaaé…?—¡Habríaqueridoverloenmilugar!…¡Echabaespumaporlaboca!…Nopensabamásqueensu

imperdible…Creoque, sino se lohubieran traídoenel acto, lehubieradadounataque. ¡Realmente,todoestonoesnormalynuestrosdirectoresseestánvolviendolocos!…

ElseñorsecretarioRémynoestácontento.Lohacenotar.—¡Estonopuedeseguirasí!¡Noestoyacostumbradoaquemetratendeestaforma!Derepente,Gabrielexclama:—EsotrogolpedelF.delaÓ.Rémyseríesarcásticamente.Merciersuspira,parecedispuestoasoltarunaconfidencia…Pero,al

miraraGabrielquelehaceseñasparaquesecalle,nodicenada.Sinembargo,Mercier,quesienteaumentarelpesodesuresponsabilidadamedidaquetranscurren

losminutossinquelosdirectoresaparezcan,noaguantamás.—¡Bueno!Iréyomismoabuscarlos—decide.Gabriel,derepentemuysombríoygrave,ledetiene.—Pienseenloquehace,Mercier.¡Sisequedanensudespachoquizáseaporqueesnecesario!¡ElF.

delaÓ.tienemásdeuntrucoensuhaber!PeroMerciermuevelacabeza.—¡Esigual!¡Voyallá!Simehubieranescuchado,haceyamuchotiempolohubierancontadotodoala

policía.Yseva.—¿Quéestodo?—preguntainmediatamenteRémy—.¿Quélehabríaquehabercontadoalapolicía?

¿Por qué se calla, Gabriel?… ¡También está usted enterado del asunto! ¡Pues bien, más le valeinformarmesiquierequenovayaporahídiciendoque todosustedesseestánvolviendo locos!…¡Sí,locos,locosderemate!

Gabriellemiraconojosestúpidosysimulanoentendernadadeaquellasalidaintempestivadelseñorsecretario.

—¿Quéasunto?—murmura—.Noséaquéserefiere.Rémyseexaspera.—Estanoche,RichardyMoncharmin,aquímismo,enlosentreactos,parecíandosalienados.—Nolohenotado—gruñeGabriel,muyincómodo.—¡Será usted el único!… ¿Acaso cree que no les he visto?… ¿Y el señor Parabise, director del

CréditCentral,tampocosehadadocuentadenada?…¿CreequeelseñorembajadordelaBorderiellevalosojosenelbolsillo?…¡Pero,señormaestrodecanto,sitodoslosabonadosseñalabanconeldedoanuestrosdirectores!

—¿Quéhacíannuestrosdirectores?—preguntaGabrielconaireingenuo.—¿Quéhacían? ¡Pero si sabeustedmejorquenadie loquehacían!… ¡Estabausted allí!… ¡Y les

observaban,ustedyMercier!…Yeranustedeslosúnicosennoreírse…—¡Noleentiendo!Muy frío, muy ensimismado, Gabriel extiende los brazos y los deja caer, gesto que significa

evidentementequesedesentiendedelacuestión…Rémycontinúa:—¿Quésignificaestanuevamanía?…¿Esqueahorayanoquierenquenadieseacerqueaellos?—¿Cómo?¿Quenoquierenquenadieseacerqueaellos?—¿Porquénoquierenquenadielostoque?—¿Enverdadhanotadoustedquenoquierenquenadielostoque?¡Estosíqueesextraño!—¡Ah,conqueloreconoce!¡Yaerahora!¡Ycaminanparaatrás!—¿Para atrás? ¿Ha notado usted que nuestros directores caminan para atrás? Creía que sólo los

cangrejoscaminabanparaatrás.—¡Noríausted,Gabriel!¡Nosería!—Nomerío—protestaGabrielqueestámásserioqueunpapa.—Porfavor,Gabriel¿podríaexplicarme,ustedqueesamigo íntimode ladirección,porquéenel

entreactodel«jardín»,enelfoyer,cuandoyoavanzabaconlamanotendidahaciaelseñorRichard,oíalseñorMoncharmindecirmeprecipitadamenteenvozbaja:«¡Aléjese!¡Aléjese!¡Ysobretodonotoquealseñordirector!…»?¿Esquesoyunapestado?

—¡Increíble!—Yunosinstantesmástarde,cuandoelembajadordelaBorderiesedirigióasuvezhaciaelseñor

Richard,¿novioustedalseñorMoncharmininterponerseyexclamar:«Señorembajador,selosuplico,notoquealseñordirector»?

—¡Desconcertante!…¿YquéhacíaRichardmientrastanto?—¿Quéhacía?Lohavistoperfectamente,dabamediavuelta,saludabahaciaadelantesinquehubiera

nadiedelantedeélyseretirabacaminandohaciaatrás.—¿Haciaatrás?—YMoncharmin,detrásdeRichard,tambiénhabíadadomediavuelta,esdecirquehabíaefectuado

un rápido semicírculo detrás deRichard, y se retiraba también caminando hacia atrás…Así llegaron

hastalaescaleradelaadministración,caminandohaciaatrás…¡Haciaatrás!…Enfin,sinoestánlocos,¡yameexplicaráustedquéquieredeciresto!

—Quizáensayabanunpasodeballet—indicaGabrielsinconvicción.El secretarioRémy se siente ultrajado por una broma tan ordinaria en unmomento tan dramático.

Frunceelceño,semuerdeloslabiosyseinclinahaciaeloídodeGabriel.—¡No se haga usted el gracioso,Gabriel!Aquí ocurren cosas cuya responsabilidad podría recaer

sobreustedyMercier.—¿Quécosas?—preguntaGabriel.—ChristineDaaénohasidolaúnicaendesaparecerderepenteestanoche.—¡Ah,bah!—Nadade«¡ah,bah!».¿Puedeusteddecirmeporqué,cuandomamáGirybajóhaceunmomentoal

salón,Mercierlacogióporlamanoyselallevóconélatodaprisa?—¡Vaya!—exclamaGabriel—,nomehabíadadocuenta.—Se ha dado usted tanta cuenta que ha seguido aMercier y a mamá Giry hasta el despacho de

Mercier.Apartirdeentonces leshanvistoaustedyaMercier,peroyanosehavueltoaveramamáGiry…

—¿Creeustedquenoslahemoscomido?—¡No!Perolahanencerradobajollaveeneldespachoy,cuandosepasapordelantedelapuertadel

despacho,¿sabeloqueseoye?Seoyenestaspalabras:«¡Ay,bandidos!¡Ay,bandidos!».Enestepuntodelasingularconversación,llegaMerciermuyacalorado.—Bueno—diceconvozapagada—.¡Esincreíble!…Leshegritado:»—Esmuygrave.¡Abrid!»He oído pasos. La puerta se ha abierto y ha aparecidoMoncharmin. Estabamuy pálido.Me ha

preguntado:»—¿Quéquiere?»—HanraptadoaChristineDaaé—lehecontestado.»¿Sabenustedesquémehacontestado?»—¡Mejorparaella!»Yhavueltoacerrarlapuerta,dejándomeestoenlamano».Mercierabrelamano;RémyyGabrielmiran.—¡Elimperdible!—exclamaRémy.—¡Quéextraño!¡Quéextraño!susurraGabriel,quenopuedeevitarunestremecimiento.Derepente,unavozloshacevolversealostres.—Perdón señores. ¿Pueden decirme dónde está Christine Daaé? A pesar de la gravedad de las

circunstancias, una pregunta semejante sin duda les hubiera hecho estallar en carcajadas de noencontrarseanteun rostro tanabatidoquede inmediato les inspirópiedad.EraelvizcondeRaouldeChagny.

CAPÍTULOXVI

«¡CHRISTINE,CHRISTINE!»

ElprimerpensamientodeRaoul,despuésdelafantásticadesaparicióndeChristineDaaé,fueacusaraErik.Nodudabadelpodercasi sobrenaturaldelÁngelde lamúsicaen todoelámbitode laOpera,dondeéstehabíaestablecidosuimperio.

YRaoul se había abalanzado como un loco al escenario, sumido en la desesperación, llamándolacomoelladebíallamarloaéldesdeaqueloscuroabismodondeelmonstruolahabíallevadocomounapresa,aúnestremecidaporsuexaltacióndivina,enteramentevestidaconlablancamortajaconelqueyaseofrecíaalosángelesdelparaíso.

—¡Christine,Christine!—repetíaRaoul…,yleparecíaoírlosgritosdelajovenatravésdeaquellasfrágilestablasqueleseparabandeella.

Se inclinaba, escuchaba… Erraba por el mismo escenario como un demente. ¡Ah, bajar, bajar aaquellospozosdetinieblascuyasentradasestáncerradasparaél!

¡Aquelfrágilobstáculoquenormalmentesedeslizacontantafacilidadsobresímismoparadejarverelabismohacialaquetiendetodosudeseo…,estastablasalasquesuspasoshacencrujiryquedejanoírbajosupesoelmisteriosovacíodelas«profundidades»!…Estanoche,lastablassonalgomásqueinmóviles…,adquierenunaspectodesolidezquerechazalaideadequehayanpodidomoversejamás…¡Además,lasescalerasquepermitendescenderpordebajodelescenariohansidoprohibidasatodoelmundo!…

—¡Christine,Christine!…Loapartanentrecarcajadas…Seburlandeél…Creenqueelpobreprometidotienetrastornadoel

cerebro…¿Enquéfuriosacarreraatravésdeloscorredoresdenocheymisterio,sóloconocidosporél,Erik

habráarrastradoaaquellajoventanpurahastallegarasuhorriblemoradadelahabitaciónestiloLuisFelipe,cuyapuertaseabresobreaquellagodeInfierno…?

—¡Christine,Christine! ¡No respondes!¿Estásviva todavía,Christine?¿Nohasexhalado tuúltimosuspiroenunminutodehorrorsobrehumano,bajoelalientoabrasadordelmonstruo?

HorriblespensamientosatraviesancomorayosfulguranteselcerebrocongestionadodeRaoul.SindudaErikhadebidodescubrirsusecreto,saberqueeratraicionadoporChristine.¡Quéterrible

venganzapreparaba!¿Qué podría frenar al Ángel de la música, llevado por su insuperable orgullo? ¡Christine, en las

manostodopoderosasdelmonstruo,estáperdida!Raoulvuelveapensarenlasestrellasdeoroquelaúltimanochevinieronasubalcónyalasqueno

fulminóconsuarmaimpotente.Algunos hombres tienen sin duda ojos extraordinarios. Ojos que se dilatan en las tinieblas y que

brillancomoestrellas,ocomoojosdegato.Algunoshombresalbinos,queparecentenerojosdeconejoduranteeldía,tienenojosdegatoporlanoche.Todoelmundolosabe.

¡Sí,sí,erarealmenteaErikalqueRaoulhabíadisparado!¿Cómonolohabíamatado?Elmonstruo

habría huido por el canalón como los gatos o los presidiarios que, como también todos saben, seríancapacesdeescalarelcielosóloconlaayudadeunatubería.

Sin dudaErikmeditaba algo decisivo contra el joven, pero había sido herido y había huido paravolversecontralapobreChristine.

EsoibapensandohoscamenteelpobreRaoul,mientrascorríahacíaelcamerinodelacantante…—¡Christine,Christine!…Lágrimas amargas queman las mejillas del joven, que ve esparcida por los muebles las ropas

destinadas avestir a subellaprometida en elmomentode la huida…¿Porquénohabráquerido irseantes?¿Porquéhabrátardadotanto?…¿Porquéhabráqueridojugarconelpeligroquelesamenazaba?…,¿conelcorazóndelmonstruo?…¿Porquéhabráqueridodejar,comoúltimorecuerdoenelalmadeaqueldemonio,aquelcantocelestial?

¡Ángelespuros!¡Ángelesradiantes!Llevadmialmaalsenodeloscielos…Raoul, que no podía hablar por los sollozos, las frases inconexas y los insultos que llenaban su

garganta,palpaconsusmanostorpeselgranespejoqueundíaseabrióanteélparadejarqueChristinebajara a la tenebrosamorada. Empuja, presiona, tantea…Pero, al parecer, el espejo sólo obedece aErik…Quizá los gestos son inútiles con un espejo como éste…, quizá sea suficiente con pronunciarciertasfrases…Cuandoeraniño,lecontabanqueciertosobjetosobedecíanavecesalaspalabras.

De repente, Raoul recuerda… «una verja que da a la calle Sbribe… Un subterráneo que subedirectamentedellagoalacalleScribe…»¡Sí,Christinelehabíahabladodeello!…Trascomprobarquelapesadallaveyanoestáensucofre,seprecipitahacialacalleScribe.

Ya se encuentra fuera. Pasea sus manos temblorosas por las piedras ciclópeas, busca salidas…Encuentrabarrotes…¿Seránéstos?…¿Oaquéllos?…¿Oeserespiradero?…Lanzamiradasimpotentesentre los barrotes… ¡Qué profunda noche reinaba allí dentro!… Escucha… ¡Qué silencio!… Giraalrededordelmonumento…¡Ah,quebarrotestangrandes,quéverjastanpoderosas!…¡Eslapuertadelpatiodelaadministración!

Raoulcorrehacialaportera.—Perdón, señora, ¿no podría indicarmeuna puerta de verja?Sí, una puerta hecha de barrotes, de

barrotes…dehierro…,quedaa lacalleScribe…yqueconduceal lago.¿Conoceustedel lago?¡Sí,claro,ellago!¡Ellagoquehaybajotierra…bajolaópera!

—Señor,sémuybienquehayunlagobajolaópera,peronoséquépuertaconducehastaél…Noheidonunca…

—¿YlacalleScribe,señora?¡LacalleScribe!¿HaidoustedalgunavezalacalleScribe?Laporteraseríe.Estallaencarcajadas.Raoulhuyerugiendo,salta,subeunasescaleras,bajaotras,

atraviesatodalaadministración,yvuelveaencontrarseenlaluzdelescenario.Sedetiene.Elcorazónlelatecomosifueraaestallardentrodesupechojadeante…¿Ysihubieran

encontradoaChristineDaaé?Seacercaungrupodegente.Pregunta:—Perdónseñores,¿nohanvistoaChristineDaaé?Yseríendeél.Enelmismomomento,elescenariosellenadenuevosrumoresy,enmediodeunamultituddefracs

que le rodean conmovimientos de brazo explicativos, aparece un hombre de rostro sereno y que semuestraamable,muysonrosadoymofletudo,decabellosrizados,iluminadopordosojosazulesdeuna

maravillosa tranquilidad. El administrador Mercier señala el recién llegado al vizconde Chagny,diciéndole:

—Ese es el hombre, señor, al quedebe formular supregunta.Lepresento al comisario depolicíaMifroid.

—¡Ah,señorvizcondedeChagny!Encantadodeverlo—diceelcomisario—.Sies tanamabledeseguirme…Yahora,¿dóndeestánlosdirectores?¿Dóndeestánlosdirectores?…

Envistadequeeladministradorpermanecesilencioso,elsecretarioRémyseencargadeinformaralcomisariodequelosdirectoresestánencerradosensudespachoyquenosabenaúnnadadeloocurrido.

—¡Noesposible!…¡Vamosasudespacho!El señor Mifroid, seguido de un cortejo que va engrosándose poco a poco, se dirige a la

administración.MercieraprovechaeldesordenparadeslizarunallaveenlamanodeGabriel:—Estoseestáponiendofeo—murmura—.VeasoltaramamáGiry.YGabrielsealeja.Prontolleganantelapuertadeladirección.EnvanoMercierlesconminaaqueabran.Lapuertano

seabre.—¡Abranennombredelaley!—ordenalavozclarayuntantoinquietadelseñorMifroid.Porfinlapuertaseabre.Seprecipitaneneldespachodetrásdelcomisario.Raouleselúltimoenentrar.Cuandosedisponeaseguiralgrupo,unamanoseposaensuhombroy

oyeestaspalabraspronunciadasensuoído:—¡LossecretosdeEriknoleincumbenanadie!Sevuelveahogandoungrito.Lamanoquesehabíaposadoensuhombroestáahorasobreloslabios

deunpersonajecolorébanoyojosdejade,cubiertoconungorrodeastracán…¡ElPersa!Eldesconocidoprolongaelgestoquerecomiendadiscrecióny,enelmomentoenqueelvizconde,

estupefacto,vaapedirlelarazóndesumisteriosaintervención,elotrosaludaydesaparece.

CAPÍTULOXVII

SORPRENDENTESREVELACIONESDELASEÑORAGIRYRELATIVASASUSRELACIONESPERSONALESCONELFANTASMA

DELAÓPERA

AntesdeseguiralcomisarioMifroidensuvisitaalosdirectores,ellectormepermitiráinformarledeciertoshechosextraordinariosqueacababandeocurrireneldespachodondeelsecretarioRémyyeladministradorMercierhabíanintentadopenetrarenvano,ydondelosseñoresRichardyMoncharminsehabíanencerrado tanherméticamente,conunpropósitoqueel lector ignora todavía,peroque tengoeldeberhistórico—quierodecirmideberdehistoriador—denoocultarpormástiempo.

He tenido ocasión de decir hasta qué punto el carácter de los directores se habían vueltodesagradabledesdehacíaalgúntiempo,yhedichoqueestatransformaciónnosedebíasóloalacaídadelalámparaenlascondicionesqueyasabemos.

Hagamos saberal lector—pesealdeseode losdirectoresdequeestehechopermanecieraocultoparasiempre—queelfantasmahabíaconseguidocobrartranquilamentesusprimerosveintemilfrancos.Porsupuesto,¡huboruegosycrujirdedientes!Sinembargolacosasehabíaproducidodelaformamássencilladelmundo.

Cierta mañana, los directores habían encontrado un sobre preparado encima de la mesa de sudespacho. Este sobre llevaba escrito: Al señor F. de la Ó. (personal). Y venía acompañado de unapequeñanotadelmismoF.delaÓ.:«Hallegadoelmomentodellevaracabolascláusulasdelpliegodecondiciones. Introducirán veinte billetes demil en este sobre, al que sellarán con su pro pio sello yentregaránalaseñoraGiry,queseencargarádehacerlonecesario».

Los señores directores no se lo hicieron repetir dos veces. Sin detenerse a pensar cómo aquellasdiabólicas notas podían penetrar en un despacho al que siempre cerraban cuidadosamente con llave,encontrabanlaoportunidaddeatraparalmisteriosomaestrodecanto.Trasexplicarlotodo,bajopromesadelmayorsecreto,aGabrielyaMercier,pusieronlosveintemilfrancosenelsobreyloconfiaronsinpedir explicaciones a la señoraGiry, que había sido reintegrada a sus funciones.La acomodadora nomostrólamenorsorpresa.Noesprecisoseñalarhastaquéextremoselavigiló.Enresumen,sedirigiódeinmediato al palco del fantasma y depositó el precioso sobre en la barra del pasamanos. Los dosdirectores, al igual que Gabriel yMercier, estaban escondidos de manera que no lo perdieran ni unsegundodevistaduranteeltranscursodelarepresentación,einclusodespués,yaque,comoelsobrenosehabíamovido, losque lovigilaban tampoco lohicieron.El teatrosevacióy laseñoraGiryse fue,mientraslosseñoresdirectores,GabrielyMercier,seguíansinmoverse.Porfin,secansaronyabrieronelsobretrascomprobarquelossellosseguíanintactos.

A primera vista, Richard yMoncharmin creyeron que los billetes seguían allí, pero a la segundaojeadasedieroncuentadequenoeranlosmismos.Losveintebilletesauténticoshabíandesaparecidoysidoreemplazadosporveintebilletesfalsos.Primero,fuesólorabia,perodespuéstambiénterror.

—¡EsmásimpresionantequelostrucosdeRobert-Houdin![19]—exclamóGabriel.—Sí —contestó Richard—, y cuesta más caro. Moncharmin quería que se corriera a avisar al

comisario.Richardseopuso.Sindudateníasuplan.—¡Noseamos ridículos!TodoParís se reirádenosotros.Fde laOhaganado laprimerapartida,

nosotrosganaremoslasegunda—pensaba,evidentemente,enlapróximamensualidad.De todas formas, habían sido tan perfectamente burlados que no pudieron, durante las semanas

superar cierto abatimiento. Y, hay que reconocerlo, era comprensible. Si no se llamó al comisarioentoncesfue,ynohayqueolvidarlo,porquelosdirectoresalbergabanenlomásprofundodesuserelpensamientodequeunaodiosabromamontadaporsuspredecesores,quenoconveníarevelarantesdetenerla«clave»,podíaserlacausadelaextrañaaventura.Porotraparte,estepensamientosemezclabaavecesenMoncharmincon lavagasospechadequeelpropioRichardpodía sercapazdeeste tipodeocurrencias.Asípues,preparadosatodaeventualidad,esperaronlosacontecimientos,mientrasvigilabanyhacíanvigilaramamáGiry,alaqueRichardnoqueríaqueselehablaradenada.

—Siescómplice—decía—,haceyatiempoquelosbilletesestánlejos.Pero,paramí,setratatansólodeunaimbécil.

—¡Haymuchosimbécilesmetidosenesteasunto!—habíacontestado,pensativo,Moncharmin.—¿Acaso podía alguien sospechar?—gimió Richard—. Pero no tengasmiedo…La próxima vez

tomarétodaslasprecauciones…Asíllególapróximavez…CoincidióconeldíadeladesaparicióndeChristineDaaé.Porlamañana,recibieronunanotadelfantasmaquelesrecordabaelvencimientodelplazo:«Hagan

comolaúltimavez—aconsejabaamablementeelF.delaÓ.—.Saliómuybien.Entreguenelsobre,enelquehabráncolocadoveintemilfrancos,alaexcelenteseñoraGiry».

Ylanotaveníaacompañadadelsobrehabitual.Nohacíafaltamásquellenarlo.Laoperacióndebíacumplirseaquellamismanoche,mediahoraantesdelespectáculo.Penetramos,

pues,eneldespachodelosdirectoresmediahoraantesdequeeltelónselevanteanteaquellayafamosarepresentacióndeFausto.

Richardmuestra el sobre aMoncharmin, luego cuenta los veintemi francos y los introduce en elsobre,perosincerrarlo.

—YahoraquellamenamamáGiry.Vanabuscara lavieja,queentróhaciendounasolemnereverencia.Seguía llevandosuvestidode

tafetánnegro,colorquetendíaaóxidoyalila,ysusombrerodeplumascolorhollín:Parecíadebuenhumor.Dijonadamásentrar:

¡Buenosdías,señores!¿Setrataotravezdelsobre?—Sí, señoraGiry—dijoRichard con gran amabilidad—. Se trata del sobre… y también de otra

cosa.—Asudisposición,señordirector,asudisposición.Porfavor,¿cuálesesaotracosa?—Primero,señoraGiry,tendríaquehacerleunapequeñapregunta.—Hágala,señordirector.MamáGiryestáaquíparacontestarle.—¿Sigueestandoenbuenasrelacionesconelfantasma?—Inmejorables,señordirector,inmejorables.—Ah,noscomplacesaberlo…Dehecho,señoraGiry—pronuncióRichardadoptandoeltonodeuna

importanteconfidencia—,entrenosotros,podemosdecírselo…Noesustednadatonta.—Pero señor director… —exclamó la acomodadora deteniendo el amable balanceo de las dos

plumasnegrasdesusombrerocolorhollín—,leaseguroquenadiehatenidodudasconrespectoaeso.—Estamosdeacuerdo,yvamosaentendemos.Lahistoriadelfantasmaesunabuenabroma,¿verdad?

…Puesbien,yquequedeentrenosotros,yaha*duradodemasiado.MamáGirymiró a los directores como si le hubieran hablado en chino. Se acercó a lamesa de

Richardydijo,bastanteinquieta:—¿Quéquieredecirusted?…¡Noleentiendo!—Ustedmeentiendemuybien.Entodocaso,esprecisoquenosentienda…Paraempezar,vausteda

decirnoscómosellama.—¿Quién?—¡Sucómplice,señoraGiry!—¿Quesoycómplicedelfantasma?¿Yo?…¿Cómplicedequé?—Ustedhacetodoloqueélquiere.—¡Oh!…Noesdemasiadomolesto,¿sabeusted?—¡Ysiempreledapropinas!—Nomequejo.—¿Cuántoledaporllevarleestesobre?—Diezfrancos.—¡Caramba!Noesmucho.—¿Porqué?—Le diré todo esto más tarde, señora Giry. En este momento querríamos saber por qué razón…

extraordinaria…,sehaentregadoencuerpoyalmaaestefantasmaenlugardeaotro…¡NoserándiezfrancoslosqueconseguiránlaamistadylafidelidaddemamáGiry!

—¡Esoescierto!…Larazónpuedodecírsela,señordirector.Nohayningúndeshonorenello…,alcontrario.

—Nolodudamos,señoraGiry.—Puesbien…Alfantasmanolegustamuchoquecuentesushistorias.—¡Ajá!—sonrióRichard.—Peroésta,¡éstasólomeconcierneamí!…—continuólavieja—.Selocuento,fueenelpalcon°5.

Unanocheencontréunacartaparamí,unaespeciedenotaescritaentintaroja…Esanota,señordirector,nonecesitoleérsela.Melasédememoria…Ynolaolvidaréjamás…,aunquevivacienaños…

LaseñoraGiry,puestaenpie,recitalacartaconsorprendenteelocuencia:—Señora:«1825,laseñoritaMénétrier,corifeo,seconvirtióenmarquesadeCussy.1832,laseñorita

MarieTaglioni,bailarina,seconvirtióencondesaGilbertdesVoisins.1846,laSota,bailarina,secasaconunhermanodelreydeEspaña.1847,LolaMontes,bailarina,secasamorganáticamenteconelreyLuis de Baviera y recibe el título de condesa de Landsfeld. 1848, la señorita María, bailarina, seconvierte en baronesa de Hermeville. 1870, Thérése Hessler, bailarina, se casa con don Fernando,hermanodelreydePortugal…».

RichardyMoncharminescuchanalaviejaque,amedidaqueavanzaenlacuriosaenumeracióndeesosgloriososhimeneos,seanima,seendereza,sevuelveaudazy,finalmente,inspiradacomounasibilasobresutrípode,lanzaconunatronantevozdeorgullolaúltimafrasedelacartaprofética:

—¡1885,MegGiry,emperatriz!

Agotadaporesteesfuerzosupremo,laacomodadorasedejacaerenlasilladiciendo:—Señores,todoestoestabafirmado:«ElFantasmadelaÓpera».Yahabíaoídohablardelfantasma,

peronocreíamásqueamedias.DesdeeldíaenqueanuncióquelapequeñaMeg,lacarnedemicarne,elfrutodemisentrañas,seríaemperatriz,creíenélporcompleto.

Enverdad,enverdadnoeraprecisoobservarcondetenciónlaexaltadafisonomíademamáGiryparacomprenderloquesehabíapodidoobtenerdeaquellacabecitaconaquellasdospalabras:«fantasmayemperatriz».

¿Peroquiénmanejabaloshilosdeaquelextravagantemaniquí?…¿Quién?—No lohavisto algunavez,habla conusted,y aunasí, ¿cree en todo loque ledice?—preguntó

Moncharmin.—Sí.Enprimerlugar,porqueledeboelquemipequeñaMegsehayaconvertidoencorifeo.Lehabía

dichoalfantasma:»—Para que sea emperatriz en 1885, no debe perder el tiempo, debe convertirse de inmediato en

corifeo.»—Desdeluego—mecontestó.»YlebastócondecirleunaspalabrasalseñorPolignyparaqueasífuese…».¡Entonces,elseñorPolignylohavisto!—Nomásqueyo,¡perolohaoído!Elfantasmaledijouna;palabraaloído,yasabeusted,lanoche

enquesaliótanpálidodeltpalcon°5.Moncharmindejaescaparunsuspiro.—¡Quéhistoria!—gime.¡Ah!—respondemamáGiry—.Siemprehecreídoquehabíansecretosentreelfantasmayelseñor

Poligny.TodoloqueelfantasmapedíaalseñorPoligny,ésteseloacordaba…Polignynorehusabanadaalfantasma.

—Oyesbien,Richard.Polignynorehusabanadaalfantasma.—Sí,sí.Oigoperfectamente—declaróRichard—.ElseñorPolignyesamigodelfantasmay,comola

señoraGiry es amiga de Poligny, ¡estamos listos!—añadió en tonomuy duro—. Pero Poligny nomepreocupa…La única persona por cuya suerteme interesa, no lo disimulo, es la de la señoraGiry…SeñoraGiry,¿sabeustedloquehayenestesobre?

—¡PorDios,no!—dijoésta.—Puesbien,¡mireusted!LaseñoraGirydeslizaenelsobreunamirabaturbada,peroquedenuevorecobrasubrillo.—¡Billetesdemilfrancos!—exclama.—Sí,señoraGiry.Billetesdemil…¡Ylosabíaustedmuybien!—¿Yo?,señordirector,¡lejuroque…!—No jure, señoraGiry.Yahoravoyadecirle laotracosapor laque lehehechovenir…Señora

Giry,voyahacerqueladetengan.Lasdosplumasnegrasdelsombrerocolorhollín,quetomabanhabitualmentelaformadedospuntos

deinterrogación,setransformaronenpuntosdeexclamación.Encuantoalsombrero,oscilóamenazantesobresumoñoendesorden.Lasorpresa,laindignación,laprotestayelespantovolvieronareflejarseenel rostrode lamadrede lapequeñaMegmedianteunaespeciedepiruetaextravagantecausadapor la

virtudofendida,quedeunsalto lacondujohasta lanarizdeldirector,quiennopudoevitar retrocederhastasusillón.

—¿Hacermedetener?LabocaquedecíaestoparecíaapuntodeescupiralacaradelseñorRichardlostresdientesquele

quedaban.Richard se comportó como un héroe.No retrocedió.Con su índice amenazador ya señalaba a los

magistradosausentesalaacomodadoradelpalcon°5.—¡SeñoraGiry,voyahacerladetenerporladrona!—¡Repitaeso!YlaseñoraGiryabofeteócontodassusfuerzasalseñorRichard,antesdequeMoncharmintuviera

tiempodeintervenir.¡Vengativarespuesta!Peronofuelamanodelaencolerizadaviejalaqueseabatiósobrelamejilladeldirector,sinoelmismosobrecausantedetodoelescándalo,elsobremágicoqueseentreabrióderepenteparadejarescaparlosbilletesquevolaronenunremolinofantásticodemariposasgigantes.

Los dos directores lanzaron un grito y un mismo pensamiento los hizo arrodillarse, recogerlosfebrilmenteycomprobarapresuradamentelospreciosospapeles.

—¿Siguensiendoauténticos?,Moncharmin.—¿Siguensiendoauténticos?,Richard.—¡Sonauténticos!Por encimade sus cabezas, los tres dientes de la señoraGiry castañetean entre horribles insultos.

Pero,loúnicoquesedistingueconclaridadesunleitmotiv:—¿Yo,unaladrona?…¿Unaladronayo?Seahoga.—¡Estoydestrozada!—exclama:Y,derepente,vuelveasaltarantelasnaricesdeRichard.—¡En todocaso—chilla—,usted, señordirector,usteddebe sabermejorqueyodóndehan idoa

pararesosveintemilfrancos!—¿Yo?—preguntaRichardestupefacto—.¿Ycómopodríasaberlo?Inmediatamente,Moncharmin,severoeinquieto,procuraquelabuenamujerseexplique.—¿Quésignificaesto?—pregunta—.¿Porqué,señoraGiry,pretendeustedqueRichardsepamejor

queustedadóndehanidoapararlosveintemilfrancos?EntoncesRichard,quesesonrojabajolamiradadeMoncharmin,tomalamanodelaseñoraGiryyla

sacudeconviolencia.Suvozimitaaltrueno.Ruge,retumba…,fulmina…—¿Porquéhedesabermejorqueustedadóndehanidoapararlosveintemilfrancos?¿Porqué?—Porquehanidoapararasubolsillo…—dicelavieja,mirándoloahoracomosivieraaldiablo.Ahorale tocaalseñorRichardsentirsefulminado;primero,porestarespuesta inesperada,después

porlamiradacadavezmásdesconfiadadeMoncharmin.Enunsegundopierdetodalafuerzanecesaria,enundifícilmomentopararechazarunaacusacióntandespreciable.

Así,losmásinocentes,sorprendidosenlapazdesuscorazones,aparecenderepente,debidoaqueelgolpe que les sorprende los hace palidecer, o ruborizarse, o tartamudear, o levantarse, o hundirse, oprotestar, o callar cuando habría que hablar, o hablar cuando habría que callar, o permanecer fríoscuandoconvendríaacalorarse,oacalorarsecuandohabríaquepermanecerfríos,aparecenderepente—comodecía—comoculpables.

Moncharmin detiene el impulso vengador con el queRichard, que era inocente, iba a precipitarsesobrelaseñoraGiryyseapresura,tranquilizador,ainterrogarlaconmásdulzura.

—¿Cómohapodidosospecharustedquemicolaborador,Richard,sehametidolosveintemilfrancosenelbolsillo?

—¡Yonohedichoesonunca!—declaramamáGiry—.Peroyomismapuselosveintemilfrancosenel bolsillo del señor Richard—y añadió a media voz—: ¡Da igual! ¡Así fue! ¡Que el fantasma meperdone!

YcomoRichardempiezaaaullardenuevo,Moncharmin,conautoridad,leordenacallarse.—¡Perdón!¡Perdón!¡Perdón!Dejaqueestamujerseexplique.Déjameinterrogarlayo—yañade—:

Esrealmenteextrañoquetelotomesasí…Parecequetodoestemisteriovaaaclararse.¡Estásfurioso!…Teequivocas…Amí,encambio,mediviertemucho.

MamáGiry,mártir,levantalacabeza,enlaquebrillalafeensupropiainocencia.—Me dicen ustedes que había veinte mil francos en el sobre que metí en el bolsillo del señor

Richard,peroyorepitoquenosabíanada…¡NitampocoelseñorRichard!—¡Ajá!—exclamaRichardafectandounairederepentinavalentíaquedesagradóaMoncharmin—.

¡Conqueyotampocosabíanada!Poníaustedveintemilfrancosenmibolsilloyyonomeentero.¡Estasíqueesbuena,señoraGiry!

—Sí—asintiólaterribleseñora—.Esverdad…Nosabíamosnadanielunonielotro…Peroustedhatenidoqueterminarpordarsecuenta.

Sinningúntipodeduda,RichardhubieradevoradoalaseñoraGirysiMoncharminnohubieseestadopresente.PeroMoncharminlaprotegeyaceleraelinterrogatorio.

—¿Quéclasedesobre introdujoustedenelbolsillodel señorRichard?Nofueelquenosotros ledimos,elqueusted,delantenuestro,llevóhastaelpalcon°5.Sinembargo,erasóloéseelqueconteníalosveintemilfrancos.

—¡Perdón!Fueelquemedioel señordirectorelqueyometíenelbolsillodelseñordirector—explicamamáGiry—.Elquedepositéenelpalcodel fantasmaeraunsobreexactamente igualqueyollevabapreparadoenmimanga,yquemehabíadadoelfantasma.

Aldeciresto,mamáGirysacadesumangaunsobrepreparadoeidénticoalquecontienelosveintemilfrancos.Losdirectoreslocogencasialvuelo.Loexaminan.Compruebanqueloslacresselladosconsupropioselloestán intactos.Loabren…Contieneveintebilletes falsos igualesa losque lesdejaronperplejoshacíaunmes.

—¡Quésencillo!—diceRichard.—¡Quésencillo!—repite,mássolemnequenunca,Moncharmin.—Los trucosmás brillantes han sido siempre losmás sencillos—respondeRichard—.Basta con

teneruncómplice…—Ounacómplice—añadeenvozátonaMoncharmin.Ycontinuaconlosojosclavadosenlaseñora

Giry,comosiquisierahipnotizarla—:¿Eraelfantasmaquienlehacíallegarestesobre,yeraélquienledecía que lo sustituyera por el que nosotros le dábamos? ¿Era él quien le decía que introdujera esteúltimoenelbolsillodelseñorRichard?

—Sí,¡claroqueeraél!—Entonces,señora,¿puedeusteddarnosunapruebadesushabilidades?…Aquíestáelsobre.Haga

ustedcomosinosotrosnosupiéramosnada.—Loqueustedesmanden,señores.MamáGiryvuelveacogerelsobreconlosveintebilletesysedirigehacialapuerta.Sedisponea

salir.Losdosdirectoresseprecipitanhaciaella.—¡Ah,no,no!Nonoslavolveráajugar.Yatenemosbastante.Novamosaempezardenuevo.—Perdón, señores, perdón—se excusa la vieja—.Me han pedido que actúe como si ustedes no

supierannada…Puesbien,sinosabennada,memarchoconelsobre.—Entonces,¿cómolometeráustedenmibolsillo?—argumentaRichard,alqueMoncharminaúnno

deja de vigilar con el ojo izquierdo, mientras con el derecho no abandona a la señora Giry. Difícilposturaparalamirada,peroMoncharminestádecididoatodoparadescubrirlaverdad.

—Lopondréensubolsilloenelmomentoenquemenosloespere,señordirector.Comobiensabe,durantelasesión,vengoadarunavueltecitaentrebastidoresyamenudoacompaño,comoesmiderechodemadre, ami hija hasta el foyer de la danza.Le llevo sus zapatillas en elmomento de descanso, eincluso su rociador… En una palabra, voy y vengo con plena libertad… Los señores abonados vantambiénalfoyer…Ustedtambién,señordirector…Haymuchagente…Pasopordetrásdeustedypongoelsobreenelbolsillodeatrásdesutraje…¡Noesningunabrujería!

—¡No,noesningunabrujería!—rugeRichardhaciendogirarunosojosdeJúpitertronante—.¡Estonoesunabrujería,peroacabodecogerlaenflagrantedelitodementira,viejabruja!

Elinsultoduelemenosalahonorableseñoraqueelgolpequesequierepropinarasubuenafe.Seincorporafuriosaconlostresdientesalavista.

—¿Porqué?—Porqueaquellanochepaséasuladoenlasalavigilandotantoelpalcon°5comoelfalsosobre

quehabíaustedcolocadoallí.Nobajéalfoyerdeladanzaniporunmomento.—Por eso, señor director, no fue aquella noche cuando le coloqué el sobre… Fue a la siguiente

representación…Mire,eralanocheenlaqueelseñorsecretariodeBellasArtes…Aloírestaspalabras,elseñorRichardhacecallarbruscamentealaseñoraGiry…—¡Escierto!—dicepensativo—.Meacuerdo…ahorame,acuerdo.ElsubsecretariodeEstadosalió

apasearentrebastidores.Preguntópormí.Bajéunmomentoalfoyerdeladanza.Meencontrabaenlasescalerasdelfoyer…ElsubsecretariodeEstadoyeljefedesudespachoestabanenelfoyermismo…Derepente,mevolví…Eraustedquepasabapordetrásdemí,señoraGiry…Tuvelaimpresióndequemehabíarozado…Nohabíanadiemásqueusteddetrásdemí…¡Oh,aúnlaveo!¡Aúnlaveo!

—¡Puesbien,sí,esofue,señordirector!¡Esofue!Acababadedejarlemiasuntoensubolsillo.Esebolsilloesmuyfácil,señordirector.

Y la señoraGiry añade una vezmás el gesto a la palabra: se coloca detrás deRichard y, con talpresteza que el mismo Moncharmin que mira con los dos ojos bien abiertos queda impresionado,depositaelsobreenelbolsillodeunodelosfaldonesdelalevitadeldirector.

—¡Hayquereconocerlo!—exclamaRichardunpocopálido—.Lohapensadomuybienelfantasmadelaópera.Elproblemaqueseleplanteabaerasuprimirtodointermediariopeligrosoentreelquedalosveintemilfrancosyelqueselosqueda.Lomejorquepodíahacereraveniracogerlosdemibolsillosinqueyomedieracuenta,porqueyonisiquierasabíaqueestabanallí…Admirable,¿no?

—¡Oh, admirable sin duda! —repitió Moncharmin—. Sólo olvidas, Richard, que yo di diez milfrancosdeaquellosveintemil,yqueamínomepusieronnadaenelbolsillo.

CAPÍTULOXVIII

CONTINUACIÓNDELASINGULARACTITUDDEUNIMPERDIBLE

La última frase de Moncharmin expresaba de forma evidente las sospechas que tenía de sucolaborador,detalmodoquefueprecisounaexplicacióninmediataytormentosaporpartedeRichard,quiendecidióporfinaceptarlapropuestadeMoncharminconelfindeayudarleadescubriralmiserablequeseburlabadeellos.

Así llegamos al «entreacto del jardín» durante el cual el señor secretario Rémy, al que no se leescapabanada,observócontantacuriosidadlaextrañaconductadesusdirectores.Apartirdeaquí,nadanosresultarámásfácilqueencontrarunaexplicaciónaactitudestanexcepcionalmentebarrocasysobretodotanpocoacordesconlaimagendedignidadquedebendarunosdirectores.

LaconductadeRichardyMoncharminveníaenteramentedeterminadaporlarevelaciónqueleshabíasido hecha: 1º) Richard debía repetir exactamente aquella tarde los gestos que había realizado en elmomentodeladesaparicióndelosprimerosveintemilfrancos;2°)Moncharminnodebíaperderdevistani por un segundo el bolsillo de atrás de Richard, en el cual la señora Giry habría depositado lossegundosveintemilfrancos.

EnellugarexactoenquehabíasaludadoalsecretariodeBellasArtes,sesituóRichard,llevandoasusespaldas,aalgunospasosdedistancia,aMoncharmin.

La señoraGiry pasa, roza aRichard, se libera de los veintemil en el bolsillo de la levita de sudirectorydesaparece…

Omejordicho,lahacendesaparecer.ObedeciendoalasórdenesquéMoncharminlehadadoalgunosinstantes antes, antes de la reconstrucción de la escena, Mercier encierra a la buena señora en eldespachode la administración.Así le será imposible a lavieja comunicarsecon su fantasma.Ellanoopuso resistencia alguna, ya que mamá Giry no es más que una pobre figura desplumada, perdida,espantada,queabreunosojosdeavedespavoridabajounacrestaendesorden,queoyeyaenelcorredorsonoro,elruidodelospasosdelcomisarioconelquelahanamenazadoyqueexhalasuspirosqueharíanfundirselascolumnasdelaescalinataprincipal.

Mientras tanto, Richard se inclina, hace reverencias, saluda, camina hacia atrás como si ante élestuvieraelsubsecretariodeEstadoparalasBellasArtes.

Sinembargo,aunquesemejantesmuestrasdeeducaciónnohubierancausadoelmenorasombroenelcaso de que delante del director se encontrara el señor subsecretario de Estado, sí causaron a losespectadores de esta escena tan poco habitual un asombro muy comprensible, dado que delante deldirectornohabíanadie.

El señorRichard saludabaalvacío…, se inclinabaante lanada…,y retrocedía—caminabahaciaatrás—delantedenada…

…Además,aalgunospasosdeél,Moncharminsededicabaahacerlomismo.Eincluso,alejandoalseñorRémy,suplicabaalseñorembajadordelaBorderieyalseñordirector

delCréditCentral«quenotocaranalseñordirector».Moncharmin,queyateníaunaideaformada,nocreíaenlomásmínimoenloqueRichardlehabía

dichoanteriormente,unavezdesaparecidoslosveintemilfrancos:«QuizáhayasidoelembajadoroeldirectordelCréditCentral,oacasoelseñorsecretarioRémy».

Y más aún, después de la primera escena de la confesión del mismo Richard, éste no habíaencontradoanadieenaquellapartedelteatrodespuésdequelaseñoraGirylerozara…¿Porque,pues,sidebíanrepetirexactamentelosmismosgestos,debíaencontraraalguienhoy?

Tras caminar hacia atrás para saludar, Richard continuó caminando de la misma forma porprudencia…,hastaelpasillodelaadministración…EravigiladopordetrásporMoncharminyélmismovigilaba«alagentequeseleacercaba»pordelante.

Una vez más, esta forma absolutamente nueva de pasearse por los corredores, que los señoresdirectoresdelaAcademiaNacionaldeMúsicahabíanadoptado,noibaapasardesapercibida.

Ynopasódesapercibida.Afortunadamente para los señores Richard y Moncharmin, en aquel momento las «ratitas» se

encontrabancasitodasenlosdesvanes.Losdirectoreshabríantenidomuchoéxitoentrelasjóvenes.Peronopensabanmásqueensusveintemilfrancos.Una vez llegado al corredor semioscuro de la administración, Richard dijo en voz baja a

Moncharmin:—Estoy seguro de que nadieme ha tocado…; ahora te pondrás lejos demí yme vigilarás en la

sombrahastalapuertademidespacho…Nohayqueponerenguardiaanadieyyaveremosquéocurre.PeroMoncharminreplica:—¡No,Richard,no!…Caminahaciadelante…Yoiré inmediatamentedetrás. ¡Nomealejaréniun

solopaso!—¡Peroasínonuncapodránrobarnoslosveintemilfrancos!—exclamaRichard.—Esoespero—declaraMoncharmin.—Entonces,loqueestamoshaciendoesabsurdo.—Hacemosexactamenteloquehicimoslaúltimavez…Laúltimavezmereunícontigoalasalidadel

escenario,alfinaldeestepasillo…yteseguíporlaespalda.—¡Apesardetodo,escierto!—suspiraRichardmeneandolacabezayobedeciendopasivamentea

Moncharmin.Dosminutosmástardelosdosdirectoresseencerrabaneneldespachodeladirección.FueelmismoMoncharminquienguardólallaveenelbolsillo.—Laúltimavezpermanecimoslosdosencerradosasíhastaquedejastelaóperaparairatucasa—

dice.—¡Escierto!¿Ynovinonadieamolestarnos?—Nadie.—Entonces —reflexionó Richard, que se esforzaba por ordenar sus recuerdos—, entonces

seguramentemerobaroneneltrayectodelaóperaamidomicilio.—¡No!…—profirióMoncharminconeltonomásseco—.No,esonoesposible…Yotellevéatu

casaenmicoche.Losveintemilfrancosdesaparecieronentucasa,deesonomecabelamenorduda.EsaeralaideaqueahorateníaMoncharmin.—Eso es increíble—protestóRichard—.Tengoplena confianza enmis criados…,y si algunode

elloshubieradadoelgolpe,habríadesaparecidopocodespués.Moncharminseencogiódehombros,comodandoaentenderqueélnoentrabaenesetipodedetalles.Ahora,RichardempiezaacreerqueMoncharminletrataconuntonocompletamenteinsoportable.—¡Moncharmin,yanoaguantomás!—¡Richard,yotampoco!—¿Teatrevesasospechardemí?—¡Sí,deunabromadeplorable!—¡Nosebromeaconveintemilfrancos!—¡Esaesmiopinión!—declaraMoncharmindesplegandounperiódicoencuyalecturasesumerge

conostentación.—¿Quépiensashacer?—preguntaRichard—.¿Vasaponertealeerelperiódicoahora?—Sí,Richard,hastaelmomentodellevarteacasa.—¿Cómolaúltimavez?—Cómolaúltimavez.RichardarrancaelperiódicodelasmanosdeMoncharmin,Moncharminselevantamásirritadoque

nunca. Se encuentra delante a unRichard exasperado que le dice,mientras cruza los brazos sobre elpechogestodeinsolentedesafíodesdequeelmundoexiste.

—Mira—diceRichard—, esto es lo que pienso. Pienso en lo que yo podría pensar, sí, como laúltimavez,despuésdehaberpasadolaveladacontigo,mevolvierasallevaracasa,enelmomentodedespedirnos,me diera cuenta que de que los veintemil francos han desaparecido del bolsillo demilevita…,igualquelaúltimavez.

—¿Yquépodríaspensar?—exclamóMoncharminadquiriendouncolorcarmesí.—Podríapensarque,dadoquenotehasseparadodemíniunpalmo,yque,segúndeseotuyo,has

sidoelúnicoenacercarseamí,comolaúltimavez,podríapensarque,silosveintemilfrancosnoestánenmibolsillo,tienenmuchasposibilidadesdeestareneltuyo.

Moncharmindiounbrincoaloírestahipótesis.—¡Oh!—exclamó—.¡Unimperdible!—¿Quéquiereshacerconunimperdible?—¡Atarte!…¡Unimperdible!…¡Unimperdible!—¿Quieresatarmeconunimperdible?—¡Sí,atartealosveintemilfrancos!…Así,tantoaquícomoeneltrayectoatudomicilio,ounavez

enél,podrásnotaralamanoqueentreentubolsillo…Yasíverássieslamía,Richard…¡Ah,ahoraerestúelquesospechasdemí!…¡Unimperdible!

YfueentoncescuandoMoncharminabriólapuertaquedabaalpasillo,gritando:—¡Unimperdible!¿Quiénmetraeunimperdible?Y sabemos también, cómo en aquel mismo instante el secretario Rémy, que no tenía ningún

imperdible, fue recibido por el director Moncharmin mientras un ordenanza le traía el tan deseadoimperdible.

Yesoesloquesucedió:Moncharmin,trascerrarlapuerta,searrodillóaespaldasdeRichard.—Espero—dijo—quelosveintemilfrancossiganestandoaquí.

—Tambiényo.—¿Losverdaderos?—preguntóMoncharminqueestavezestabadecididoanodejarse«timar».—¡Míralos!Yonoquieronitocarlos—declaróRichard.Moncharminsacóelsobredelbolsillode

Richard y retiró los billetes temblando, ya que esta vez, para poder comprobar con frecuencia lapresenciade losbilletes, nohabían sellado el sobreyni siquiera lohabíanpegado.Se tranquilizó alcomprobar que seguían allí, y eran los auténticos. Los colocó en el bolsillo del faldón y los prendiócuidadosamenteconelimperdible.

Despuésdelocualsesentódetrásdelalevita,alaquenoperdiódevista,mientrasRichard,sentadoasumesa,nohacíaelmenormovimiento.

—Unpocodepaciencia,Richard—ordenóMoncharmin—.Yafaltansólounospocosminutos…Elrelojdaráenseguida lasdocecampanadasdemedianoche.A lasdocenosmarchamoscomo laúltimavez.

—Tendrétodalapacienciaqueseanecesaria.Eltiempopasaba,lento,pesado,misterioso,asfixiante.Richardintentóreír.—Terminaréporcreer—dijo—enlaomnipotenciadelfantasma.¿Nocreesqueprecisamenteeneste

momentohayenlaatmósferadeestahabitaciónunnoséquéqueinquieta,queindispone,queasusta?—Escierto—aprobóMoncharminqueestabarealmenteimpresionado.—¡Elfantasma!—volvióadecirRichardenvozbaja,comositemieraseroídoporoídosinvisibles

—. ¡El fantasma!Si fuera realmenteun fantasma el quedio esos tres golpes secos sobre lamesaqueoímosperfectamente…,elquedejaaquílossobresmágicos…,elquehablaenelpalcon°5…,elqueasesinaaJosephBuquet…,elquehacecaerlaaraña…,yelquenosroba.¡Yaque,endefinitiva,aquísólo estamos túyyo!…Si losbilletesdesaparecen sinqueni túni yo intervengamos…,nosveremosobligadosacreerenelfantasma…,enelfantasma…

Enaquelmomento,elrelojqueseencontrabaencimadelachimeneadejóoírlaprimeracampanadadelamedianoche.

Ambos directores se estremecieron. Les atenazaba una angustia cuya causa no habrían podidoexpresaryalaqueintentabancombatirenvano.Elsudorinundabasusfrentes.Yla,últimacampanadasonóconmásfuerzaensusoídos.

Cuandoelpéndulohubocallado,lanzaronunsuspiroyselevantaron.—Creoquepodemosirnos—dijoMoncharmin.—Tambiényo—obedecióRichard.—Antesdesalir,¿permitesquemireentubolsillo?—¡Cómono,Moncharmin!¡Debeshacerlo!¿Ybien?—preguntóRichardaMoncharminquepalpaba.—Elimperdiblesigueahí.—Evidentemente,puestoque,comomuybiendecías,nopuedenrobarnossinqueyomedécuenta.PeroMoncharmin,cuyasmanosseguíanbuscandoenelbolsillo,aulló:—¡Sientoelimperdible,peronolosbilletes!—¡No!¡Nobromees,Moncharmin!…¡Noeselmomento!—Tocatúmismo.Conungestobrusco,Richardsequitalalevita.Losdosdirectoresarrancanelbolsillo…¡Elbolsillo

estabavacío!

Lomáscuriosoesqueelimperdibleseguíaclavadoenelmismositio.RichardyMoncharminpalidecieron.Yanopodíadudarsedelsortilegio.—Elfantasma—murmuróMoncharmin.Pero,repentinamente,Richardsaltasobresucolega.—¡Sólotúhastocadomibolsillo!…¡Devuélvememisveintemilfrancos!…¡Devuélvememisveinte

milfrancos!…—Tejuropormialmaquenolostengo…—suspiraMoncharminquepareceapuntodedesfallecer.Y, como llamaban otra vez a la puerta, fue a abrirla con paso casi automático, pareciendo no

reconocer al administrador Mercier e intercambiando con él algunas frases sin importancia, sincomprendernadadeloqueelotroledecía,dejandoporfincongestoinconscienteenlamanodeaquelfielservidorasombrado,elimperdiblequeyanopodíaservirleparanada…

CAPÍTULOXIX

ELCOMISARIODEPOLICÍA,ELVIZCONDEYELPERSA

Laprimera frase del comisario de policía al entrar en el despachode la dirección fue para pedirnoticiasdelacantante.

—¿NoestáaquíChristineDaaé?Veníaseguido,comoyadijeanteriormente,porunacompactamultitud.—¿ChristineDaaé?No—respondeRichard—.¿Porqué?Moncharmin,porsupartenotienefuerzasniparapronunciarunapalabra…Suestadodeánimoes

muchopeorqueeldeRichard,yaqueRichardpuedeaúnsospechardeMoncharmin,peroMoncharminseencuentra ante un gran misterio…, el que hace estremecer a la humanidad desde su nacimiento: loDesconocido.

Richard vuelve a hablar, ya que la pequeñamultitud que rodea a los directores y el comisario semantienenenunsilencioimpresionante:

—¿Porquémepreguntausted,señorcomisario,siChristineDaaénoestáaquí?—Porque hay que encontrarla, señores directores de la Academia Nacional deMúsica—declara

solemnementeelcomisariodepolicía.—¿Cómoquehayqueencontrarla?¿Esquehadesaparecido?—¡Enplenarepresentación!—¿Enplenarepresentación?¡Esextraordinario!—¿No es cierto? Y lo que es tan sorprendente como la desaparición es que sea yo quien deba

informarlesdeella.—¡Enefecto!…—asienteRichardquesecogelacabezaentrelasmanosymurmura—:¿Quéesesta

nuevahistoria?¡Realmentehaymotivossuficientesparadimitir!…Ysearrancaalgunospelosdelbigotesinsiquieradarsecuenta.—¿Asíquehadesaparecidoenplenarepresentación?—repite—,comoenunSueño…—Si,hasidoraptadaenelactodelacárcel,enelmomentoenqueinvocabalaayudadeloscielos.

Perodudodequehayasidoraptadaporlosángeles.—¡Encambio,yoestoysegurodeello!Todoelmundosevuelve.Unjovenpálidoyquetiembladeemoción,repite:—¡Estoyseguro!—¿Dequéestáustedseguro?—preguntaMifroid.—De que Christine Daaé ha sido raptada por un ángel, señor comisario, y podría decirle su

nombre…—¡Ajá!, señor vizconde de Chagny, ¿pretende usted que la señorita Daaé ha sido raptada por un

ángel?…¿Porunángeldelaópera,sinduda?Raoulmiraasualrededor.Evidentementebuscaaalguien.Enaquelmomentoenque leparece tan

urgenteacudiralapolicíaenayudadesuprometida,habríadeseadoencontraraaqueldesconocidoquehacepocolerecomendabadiscreción.Peronoloencuentraenningunaparte.¡Puesbien,hablará!…Sinembargo, no sería capaz de explicarse ante tanta gente, que se lo come con los ojos, llena de una

curiosidadindiscreta.—Sí, señor,porunángelde laópera—contestóal señorMifroid—.Y ledirédóndevivecuando

estemosasolas…—Tienerazón,señor.El comisario de policía invita a Raoul a sentarse a su lado y despacha a todo el mundo, con

excepción naturalmente de los directores que, no obstante, no habrían protestado ya que parecíandispuestosaaceptarcualquiertipodecontingencias.

EntoncesRaoulcobrafuerzas,yempieza:—Señorcomisario,eseángelsellamaErik,viveenlaóperayeselÁngeldelamúsica.—¡ElÁngeldelamúsica!¡Esosítienegracia!…¡ElÁngeldelamúsica!Volviéndosehacialosdirectores,elseñorcomisariodepolicíapregunta:—Señores,¿viveconustedeseseángel?LosseñoresRichardyMoncharminnegaronconlacabezasinsonreírsiguiera.—¡Oh!—exclamó Raoul—, estos señores han oído' hablar del fantasma de la ópera. Pues bien,

puedoafirmarlesqueelfantasmadelaÓperayelÁngeldelamúsicasonlamismacosa.YsuverdaderonombreesErik.

ElseñorMifroidsehabíalevantadoymirabaatentamenteaRaoul.—Perdón,señor,¿acasotieneustedintencióndeburlarsedelajusticia?—¿Yo?—protestóRaoul,quepensócondolor:«Otroquenoquiereescucharme».—Entonces,¿aquévieneestecuentodelfantasmadelaópera?—Leaseguroqueestosseñoreshanoídohablardeél.—Señores,alparecerconocenustedesalfantasmadelaópera.Richardselevantó,llevandoensus

manoslosúltimospelosdesubigote.—¡No,señorcomisario!No,noloconocemos,perotendríamosungraninterésenconocerlo,yaque

estamismanochenosharobadoveintemilfrancos…YRichardvolvióhaciaMoncharminunamiradaterriblequeparecíadecir:«Devuélvemelosveinte

milfrancosolocuentotodo».Moncharminlacomprendiótanbienquehizoungestodesesperado:«¡Ah,dilotodo!¡Dilotodo!».

MifroidmirabaalternativamentealosdosdirectoresyaRaoul,ysepreguntabasinosehabíacaídoenunasilodelocos.Sepasóunamanoporelpelo.

—Unfantasmaque,enunamismanoche,raptaaunacantanteyrobaveintemilfrancosesunfantasmamuyocupado—dijo—.Siustedesmelopermiten,vamosaordenarelasunto.Lacantanteprimero,losveintemil francosdespués.Veamos, señordeChagny, intentemoshablar seriamente.Ustedcreeque laseñoritaDaaéhasidoraptadaporunindividuollamadoErik.¿Conoceaeseindividuo?¿Lohavisto?

—Sí,señorcomisario.—¿Dónde?—Enuncementerio.ElseñorMifroidsesobresaltó,volvióamiraraRaoulydijo:—¡Por supuesto!… Allí es donde suelen encontrarse a los fantasmas. ¿Y qué hacía usted en el

cementerio?—Señor—dijoRaoul—,medoyperfecta cuentade lo extrañodemis respuestasydel efectoque

producenenusted.Pero lesuplicoquemecreaenmisano juicio.Deellodepende lasalvaciónde lapersonaaquien,juntoconmihermanoPhilippe,másquieroenelmundo.Quisieraconvencerleenunaspocaspalabras,yaqueel tiempoapremiay losminutossonpreciosos.Pordesgracia,sino leexplicodesdeelprincipioestahistoria, lamásextrañaqueustedpueda imaginar,nomecreerá.Voyadecirle,señorcomisario,todoloqueséacercadelfantasmadelaÓpera.¡Pordesgracia,señorcomisario,noségrancosa!

—¡Diga lo que sabe, diga todo lo que sabe!—exclamaronRichardyMoncharmin, de prontomuyinteresados.Peroalaesperanzaquehabíanconcebidoporuninstantedeconoceralgúndetallecapazdeponerlessobrelapistadelmistificador,prontosevieronobligadosarendirsealatristeevidenciadequeelseñorRaouldeChagnyhabíaperdidoporcompletoel juicio.TodalahistoriadePerros-Guirec, lascalaveras y el violín encantado no podía haber nacido más que en el cerebro trastornado de unenamorado.

Además,eraevidentequeelcomisarioMifroidcompartíaestepuntodevista,yseguramentehabríapuestofinaaquellasfrasesdesordenadas,delasquehemosdadounavisiónenlaprimerapartedeesterelato,silasmismascircunstanciasnosehubieranencargadodeinterrumpirlos.

Lapuertaacababadeabrirsedejandopasoaunindividuoextravagantevestidoconunaamplialevitanegrayprovistodeunaltosombreroalavezraídoyreluciente,caladohastalasorejas.Corrióhaciaelcomisario y le habló en voz baja. Se trataba sin duda de algún agente que venía a dar cuenta de unamisiónurgente.

Duranteestecoloquio,elseñorMifroidnoperdíadevistaaRaoul.Porfindijodirigiéndoseaél:—Señor, ya hemos hablado bastante del fantasma. Vamos a hablar ahora de usted, si no tiene

inconveniente.¿DebíaraptarustedestanochealaseñoritaDaaé?—Sí,señorcomisario.—¿Alasalidadelteatro?—Sí,señorcomisario.—Elcochequelehatraídodebíadespuésllevarlosaambos.Elcocheroestabayaavisado…yel

itinerarioestabayatrazado…Másaún,debíaencontrar,encadaetapa,caballosderefresco…—Escierto,señorcomisario.—Y,sinembargo,elcochesigueallí,esperandosusórdenes,alladodelaRotonda,¿noescierto?—Sí,señorcomisario.—¿Sabíaustedque,alladodelsuyo,habíatrescochesmás?—Nolesheprestadolamenoratención…—EraneldelaseñoritaSorelli,quenohabíaencontradositioenelpatiodelaadministración;elde

laCarlotta,yeldesuseñorhermano,elcondedeChagny…—Esposible…—Loquesíescierto,encambio…,esquesisucarruaje,eldelaSorelliyeldelaCarlottasiguen

estando en su sitio a lo largo de la acera de la Rotonda…, el del señor conde de Chagny ya no seencuentraallí…

—Estonotienenadaquever,señorcomisario…—¡Perdón!¿AcasoelseñorcondenoseoponíaasumatrimonioconChristineDaaé?

—Esteasuntonoincumbemásquealafamilia.—Yamehacontestado…,seoponía…,yporesoustedraptabaaChristineDaaé,selallevabalejos

desuhermano…Puesbien,señordeChagny,permítameinformarlequesuhermanohasidomásrápidoqueusted…¡ÉlesquienharaptadoaChristineDaaé!

—¡Oh!—gimióRaoulllevándoseunamanoalcorazón—.Noesposible…¿Estáustedseguro?—Inmediatamente después de la desaparición de la artista, que ha sido organizada mediante

complicidades que aún debemos establecer, subió en su coche, que inició una carrera enloquecida atravésdeParís.

—¿AtravésdeParís?—susurróelpobreRaoul—.¿QuéentiendeustedporatravésdeParís?—YfueradeParís…—FueradeParís…¿Enquédirección?—LadeBruselas.Ungritoroncoseescapadelagargantadeldesgraciadojoven.—¡Oh!—exclama—.¡Juroquelesalcanzaré!Yenunpardesaltossaledeldespacho.—Y tráiganosladenuevo…—grita jovial el comisario—. ¡Esa esuna informaciónquevale tanto

comoladelÁngeldelamúsica!Dicholocual,elseñorMifroidsevuelvehaciasuauditorioasombradoyleadministraundiscursillo

dehonradopolicía,peronadapueril:—No tengo lamenor idea de si ha sido realmente el señor conde de Chagny quien ha raptado a

ChristineDaaé…,perotengoquesaberlo,ynocreoqueenestemomentohayaalguienconmásdeseosdeinformarme que su hermano el vizconde… ¡Ahora debe estar corriendo, volando! ¡Es mi principalayudante!Estees,señores,elarte,queparecetancomplicadodelapolicía,yqueresultanoobstantedeunaasombrosasimplicidadcuandosedescubrequelomejoreshacerdesempeñarelpapeldepolicíaapersonasquenoloson.

PeroquizáselcomisarioMifroidnohabríaestadotanorgullosodesímismosihubierasabidoquelacarrerade su rápidomensajerohabía sido frenadaal entrar éste en el primer corredor, libreyade lamasadeloscuriososalosquesehabíadispersado.Elcorredorparecíadesierto.

Sinembargo,unagransombraseinterpusoenelcaminodeRaoul.—¿Adóndevatanaprisa,señordeChagny?—habíapreguntadolasombra.Raoul,impaciente,habíalevantadolacabezayreconocidoelgorrodeastracándeantes.Sedetuvo.—¡Otravezusted!—gritóconvozfebril—.¡UstedqueconocelossecretosdeErikyquenoquiere

queyohabledeellos!¿Quiénesusted?—Losabemuybien…¡SoyelPersa!—dijolasombra.

CAPÍTULOXX

ELVIZCONDEYELPERSA

Raoulrecordóentoncesquesuhermanolehabíaseñaladounanocheaaquelvagopersonajedelquese ignoraba todo, una vez en que se había comentado de que era un persa y que vivía en un viejo ypequeñoapartamentodelacalledeRivoli.

Elhombredetezdeébano,ojosdejadeygorrodeastracánseinclinóhaciaRaoul.—Confío,señordeChagny,enquenohayatraicionadoelsecretodeErik.—¿Y por qué no debería traicionar a semejantemonstruo, señor?—replicóRaoul en tono altivo,

intentandoliberarsedelinoportuno—.¿Acasoesamigosuyo?—EsperoquenohayadichonadadeErik,señor,porqueelsecretodeErikeseldeChristineDaaé.Y

hablardeunoeshablardelotro.—¡Oh, señor!—exclamóRaoul cada vezmás impaciente—. Parece usted al corriente demuchas

cosasquemeinteresan,peroahoranotengotiempodeescucharle.—Porúltimavez,señordeChagny,¿adóndevatanaprisa?—¿Noloadivina?AsocorreraChristineDaaé…—Entonces,señor,quédeseaquí,yaqueChristineDaaéseencuentraaquí.—¿ConErik?—¡ConErik!—¿Cómolosabe?—Asistí a la representación y no haymás que unErik en elmundo capaz demaquinar semejante

rapto…¡Oh!—exclamólanzandounhondosuspiro—.¡Hereconocidolamanodelmonstruo!…—¿Loconoceusted?ElPersanocontestó,peroRaouloyóotrosuspiro.—¡Señor!—dijoRaoul—.Ignorosusintenciones,pero,¿puedeustedhaceralgopormí?…¿Quiero

decir,porChristineDaaé?—Creoquesí,señordeChagny,yésteeselmotivoporelqueloheabordado.—¿Quépuedehacer?—¡Intentarllevarlohastaella…yhastaél!—¡Señor!Esunaempresaqueyoheintentadovanamenteestanoche…pero,simehaceestefavor,mi

vida le pertenece… Señor, una palabra más: el comisario de policía acaba de informarme de queChristineDaaéhasidoraptadapormihermano,elcondePhilippe…

—¡Oh!,señordeChagny,nolocreoenabsoluto…—Esonoesposible,¿noescierto?—Nosésiesoesposible,perohaymodosyformasderaptaraalguienyelcondePhilippe,queyo

sepa,nuncahaestadometidoenlamagia.—Susargumentossonconvincentes,señor,yyonosoymásqueunpobreloco…¡Señor,corramos,

corramos!Mepongoenteramenteasudisposición.¿Cómopodríanocreerlecuandonadiemásqueustedmecree?¿CuándoeselúnicoennoreírsealoírelnombredeErik?

Eljoven,cuyasmanosardíandefiebre,cogióenungestoespontáneolasmanosdelPersa.Estabanheladas.

—¡Silencio! —dijo el Persa deteniéndose y escuchando los lejanos ruidos del teatro y los másinsignificanteschasquidosqueseproducíanenlasparedesyloscorredoresvecinos—.Nopronunciemosesenombre.Digamos,Él.Tendremosmenosposibilidadesdellamarsuatención…

—¿Cree,pues,queestácercadenosotros?—Todoesposible,señor…,siesquenoseencuentraenestemomentoconsuvíctimaenlamansión

delLago.—¿Ustedtambiénconoceesamansión?Sinoestáallípuedeestarenestapared,enelsuelo,enestetecho…¡Quéséyo!…Puedetenerelojo

pegadoaestacerradura…,eloídoenestaviga…YelPersa,rogándoleapagarelruidodesuspasos,arrastróaRaoula travésdecorredoresqueel

jovennohabíavistojamás,nisiquieraenlostiemposenqueChristinelepaseabaporaquellaberinto.—Esperemos—dijoelPersa—,esperemosqueDariushayallegado.—¿QuiénesDarius?—preguntóeljovensiemprecorriendo.—Dariusesmicriado.Seencontrabanenaquelmomentoenelcentrodeunaauténticaplazadesierta,unasalainmensamal

iluminadaporunpábilodevela.ElPersadetuvoaRaoul,yenvozmuybaja, tanbajaqueRaoul tuvodificultadenoírlo,lepreguntó:

—¿Quélehadichoustedalcomisario?—Le he dicho que el verdadero raptor de Christine Daaé era el Ángel de lamúsica, llamado el

fantasmadelaOpera,yquesuverdaderonombreera…—¡Chisss!…¿Yelcomisariolehacreído?—No.—¿Nohadadoningunaimportanciaaloqueustedledecía?—¡Ninguna!—¿Lohatomadoporunloco?—Sí.—¡Tantomejor!—suspiróelPersa.Ylacarreracontinuó.TrassubirybajarvariasescalerasdesconocidasparaRaoul,losdoshombresseencontraronfrentea

unapuertaqueelPersaabrióconunapequeñaganzúaquesacódeunbolsillodesuchaleco.AligualqueRaoul,elPersallevabanaturalmenteunfrac.LaúnicadiferenciaesqueélllevabaungorrodeastracányRaoulunachistera.Erauninsultoalcódigodeeleganciaqueregíaenlosbastidores,dondeseexigelachistera,perosedaporsupuestoqueenFranciasepermitetodoalosextranjeros:lagorradeviajealosingleses,elgorrodeastracánalospersas.

—Señor—dijo el Persa—, su chistera le estorbará para la expedición que vamos a emprender…Mejorseríadejarlaenelcamerino.

—¿Enquécamerino?—EneldeChristineDaaé.Y el Persa, tras dejar paso a Raoul por la puerta que acababa de abrir, le indicó, frente a él, el

camerinodelaactriz.RaoulignorabaquesepudierallegarsealcamerinodeChristineporotrocaminoqueelqueseguíade

costumbre. Se encontraba al extremo del pasillo que solía recorrer antes de llamar a la puerta delcamerino.

—¡Veoqueconocemuybienlaópera!—¡Notanbiencomoél!—dijoelPersaconmodestia.YempujóaljovenalcamerinodeChristine.EstabaigualquelohabíadejadoRaoulmomentosantes.ElPersa,despuésdecerrarlapuerta,sedirigióhaciaeldelgadopanelqueseparabaelcamerinode

unampliocuartotrastero.Escuchó.Luegotosióconfuerza.Inmediatamenteseoyóunmovimientoenelcuartotrasteroy,pocossegundosmástarde,llamabanala

puertadelcamerino.—¡Entra!—dijoelPersa.Entróunhombrequetambiénllevabaungorrodeastracányvestíaconunalargahopalanda.Saludóysacódesuabrigounacajaricamentecincelada.Ladepositóencimade lamesa,volvióa

saludarysedirigióhacialapuerta.—¿Nadietehavistoentrar,Darius?—No,amo.—Quenadieteveasalir.Elcriadosearriesgóalanzarunaojeadaporlospasillosydesaparecióconpresteza.—Señor—dijoRaoul—,estoypensandoenunacosa,y esqueaquínospueden sorprender, y eso

seríamuyembarazoso.Elcomisarionotardarámuchoenvenirainvestigaraestecamerino.—¡Bah!Noesalcomisarioalquedebemostemer.El Persa había abierto la caja. Dentro había un par de largas pistolas de maravilloso dibujo y

ornamento.—InmediatamentedespuésdelraptodeChristineDaaé,heordenadoamicriadoquemepreparase

estasarmas.Hacetiempoquelasconozco,ynolashaymásseguras.—¿Quiereacasobatirseenduelo?—preguntóeljoven,sorprendidoporlallegadadeaquelarsenal.—Enefecto,nosdirigimosaunduelo—contestóelotro,mientrasexaminabalacargadesuspistolas

—.¡Yquéduelo!Dichoesto,tendióunapistolaaRaoulycontinuódiciendo:—Enestedueloseremosdoscontrauno,peroestépreparadoparatodo,señor,yaquenoleoculto

que tenemos que vérnoslas con el adversario más temible que pueda imaginarse. Pero usted ama aChristineDaaé,¿noescierto?

—¡Sí,laamo!Perousted,quenolaama,explíquemeporquéestádispuestoaarriesgarsuvidaporella…¡OdiaaErik!

—No,señor,noloodió—dijotristementeelPersa—.Siloodiasehacetiempoyaquehabríadejadodehacerdaño.

—¿Lehahechodañoausted?—Eldañoquemehizoyaseloheperdonado.—¡Resultaextraordinariooírlehablardeesehombre!—continuóeljoven—.Lotratademonstruo,

habladesuscrímenes,éllehahechodañoyencuentroenustedesapiedadinusitadaquemedesesperaba

enChristine…ElPersa no contestó.Había ido a coger un taburete y lo había colocado apoyado contra la pared

opuestaalgranespejoqueocupabatodoelpaneldeenfrente.Después,sehabíasubidoaltaburetey,conlanarizpegadaalpapelconelqueestabatapizadalapared,parecíabuscaralgo.

—Bien,señor—dijoRaoulqueardíadeimpaciencia—,leestoyesperando.¡Vamos!—¿Vamos,adónde?—preguntóelotrosinvolverlacabeza.—¡Abuscaralmonstruo!Bajemos.¿Nomehadichoquesabíacómohacerlo?—Loestoybuscando.YlanarizdelPersasiguiópaseándosealolargodelapared.—¡Ah!—exclamóderepenteelhombredelgorro—.¡Esaquí!Ysudedoapretó,porencimadesucabeza,unángulodeldibujodelpapel.Despuéssevolvióybajódeltaburete.—Dentrodemediominuto—dijo—,nosencontraremossobresushuellas.Y,atravesandotodoelcamerino,fueapalparelgranespejo.—No,aúnnocede…—murmuró.—¡Asíquesaldremosporelespejo!…—dijoRaoul—.¡IgualqueChristine!…—¿SabíaentoncesqueChristineDaaéhabíasalidoporesteespejo?—¡Y en mis mismas narices, señor!… Estaba oculto allí, tras la cortina del vestidor y la vi

desaparecer,noporelespejo,sinoenelespejo.—¿Yquéhizousted?—Creíseñor,quesetratabadeunaaberracióndemissentidos,deunalocura,deunsueño.—Ode una nueva fantasía del fantasma—continuó el Persa—. ¡Ay, señor deChagny!—continuó

mientras seguía palpando con lamano el espejo—. ¡Ojalá tuviéramos que vérnoslas con un fantasma!¡Podríamosdejar entonces en la cajanuestropardepistolas!… ¡Sáquese el sombrero, se lo ruego!…Póngaloallí…Yahora, abróchese suchaqueta sobreelplastrón todo loquepueda…, igualqueyo…bájeselasvueltas…,levánteseelcuello…Debemoshacernoslomásinvisiblesquepodamos—yañadióaún, tras un corto silencio,mientras se apoyaba en el espejo—:El disparodel contrapeso, cuando seactúasobreel resortedesdeel interiordelcamerino,esunpoco lentoensusefectos.Noocurre igualcuandoseestádetrásdelaparedysepuedeactuardirectamentesobreelcontrapeso.Entonces,elespejogirainstantáneamenteysemueveconunavelocidadincreíble…

—¿Quécontrapeso?—preguntóRaoul.—Pues el que hace que se levante todo este lienzo de la pared sobre su eje. No pensará que se

desplazasoloporartedemagia.Y el Persa, acercando a Raoul con una mano, seguía apoyando la otra (con la que aguantaba la

pistola)enelespejo.—Pronto,verá,siprestaatención,cómoelespejoselevantaalgunosmilímetrosycómosedesplaza

luegootrospocosmásdeizquierdaaderecha.Encajaráentoncesenunpivote,ygirará.¡Nuncasesabráaciencia cierta lo que puede hacerse con un contrapeso! Un niño puede hacer girar una casa con sudedito… cuando un lienzo de pared, pormuy pesado que sea, impulsado por un contrapeso sobre supivote,bienequilibrado,nopesamásqueunapeonzasobresupunta.

—¡Estonogira!—exclamóRaoulimpaciente.

—¡Vamos, espere! Tendrá todo el tiempo que quiera para impacientarse, señor. El mecanismo,evidentemente,estáherrumbradooelresorteyanofunciona.

LafrentedelPersasefrunció.—Tambiénpuedesucederotracosa.—¿Qué,señor?—Puedequeélsimplementehayacortadolacuerdadelcontrapesoyconelloinmovilizadotodoel

sistema.—¿Porqué?Ignoraquevamosabajarporaquí.—Puedesospecharlo,yaquenoignoraqueyoconozcoelsistema.—¿Fueélquienseloenseñó?—No. Hice mis investigaciones yendo en pos de él y, tras sus misteriosas desapariciones, lo

encontré.¡Oh,eselsistemamássencillodepuertasecreta!EsunmecanismotanviejocomolospalaciossagradosdeTebas, lade lascienpuertas;comoelde lasaladel tronodeEcbatana,como lasaladeltrípodedeDelfos…

—¡Estonogira!…¿YChristine,señor?¡Christine!…ElPersadijofríamente:—Haremostodoloquehumanamentepuedahacerse…Peroélpuededetenemosdesdeelprincipio.—¿Acasoeselamodeestasparedes?—Mandaalasparedes,alaspuertas,alastrampillas.Entrenosotroslellamamosconunnombreque

significaalgoasícomoelmaestroentrampillas.—¡Asíme ha hablado Christine de él…, con el mismomisterio y acordándole el mismo temible

poder!Perotodoestomepareceextraordinario…¿Porquéestasparedesleobedecensóloaél?¿Fueélquienlasconstruyó?

—Sí,señor.Y,comoRaoullemirabaconexpectación,elPersalehizoseñaldecallarse,después,conungestole

señaló el espejo… Fue como un reflejo tembloroso. Su doble imagen se turbó, como en una ondaestremecida,ydespuéstodovolvióainmovilizarse.

—Yave,señor,estonogira.¡Tomemosotrocamino!—Estanoche,nohayotrocamino…—declaróelPersa,conunavozextraordinariamentelúgubre—.

¡Yahora,cuidado!¡Yprepáreseadisparar!Élmismo apuntó su pistola hacia el centro del espejo.Raoul lo imitó.El Persa atrajo hacia sí al

joven, con el brazo que le quedaba libre, y el espejo giró de repente, deslumbrándolos, entre uncentellearcegadordeluces;giró,igualqueunadeesaspuertasgiratoriasqueahoraseabrenalassalaspúblicas…,giróllevándoseaRaoulyalPersaensumovimientoirresistibleyarrojándolosbruscamentedelaplenaluzalamásprofundaoscuridad.

CAPÍTULOXXI

ENLOSSÓTANOSDELAÓPERA

—Mantengalamanoenalto,dispuestaadisparar—repitióapresuradamenteelcompañerodeRaoul.Trasellos,lapared,dandounavueltacompletasobresímisma,habíavueltoacerrarse.Losdoshombrespermanecieroninmóvilesunossegundos,conteniendolarespiración.Enaquellastinieblasreinabaunsilencioquenadaturbaba.Finalmente, el Persa se decidió a hacer un movimiento y Raoul lo oyó deslizarse de rodillas,

buscandoalgoenlaoscuridadconsusmanosquetanteaban.Derepente,anteeljoven,lastinieblasseaclararonprudentementealaluzdeunapequeñalámpara

sorda,yRaoulretrocedió instintivamentecomoparaescapara la investigacióndeunenemigosecreto.PeroenseguidacomprendióqueaquellaluzpertenecíaalPersa,cuyosgestosseguía.Elpequeñodiscorojosepaseabaconmeticulosidadalolargodelasparedes,arriba,abajoyalrededordeellos.Aquellasparedes estaban formadas, a la derecha, por unmuro y, a la izquierda, por un tabique de tablas, porencimaypordebajodesótanos.RaoulsedecíaqueChristinedebióhaberseguidoaquelcaminoeldíaqueibaenposdelavozdelÁngeldelaMúsica.EsedebíaserelcaminohabitualdeErikcuandoveníaasorprenderlabuenafeylainocenciadeChristine.Raoul,querecordabalasfrasesdelPersa,pensóqueaquel camino había sido misteriosamente construido por el fantasmamismo. Sin embargo, más tardesabríaqueErikhabíaencontrado,comopreparadoparaél,esepasillosecretodecuyaexistenciadurantemuchotiempohabíasidoelúnicoconocedor.AquelcorredorhabíasidoconstruidodurantelaComunadeParísparapermitiraloscarcelerosconduciralosprisioneroshastaloscalabozosquehabíanconstruidoenlasbodegas,yaquelosfederadoshabíanocupadoeledificioinmediatamentedespuésdel18demarzoylohabíanconvertido—enlapartealta—enelpuntodepartidadelasmontgolfieras[20]encargadasdellevaralosdepartamentossusproclamasincendiarias,ylapartebajaenunaprisióndeEstado.

ElPersasehabíaarrodilladoydejadosulinternaenelsuelo.Parecíabuscaralgoy,depronto,velósuluz.EntoncesRaouloyóunligerocrujiryvioenelsuelodelcorredoruncuadradoluminosomuypálido.

Parecíacomosiunaventanaacabaradeabrirseen losbajosaún iluminadosde laópera.RaoulyanoveíaalPersa,perolesintióasuladoynotósualiento.

—Sígameyhagaexactamentelomismoqueyo.Raoul fueconducidohaciael tragaluz luminoso.VioentoncesqueelPersavolvíaaarrodillarsey,

colgándosedeltragaluzconlasdosmanos,sedejabadeslizarhaciaabajo.ElPersasujetabalapistolaconlosdientes.

Cosaextraña,elvizcondeteníaplenaconfianzaenelPersa.Apesardequeignorabatodoacercadeélyquelamayoríadesusfrasessólohabíanservidoparaaumentarlaoscuridadentodaestaaventura,nodudabaenpensar,queenestedecisivomomento,elPersaestabadesuladocontraErik.Suemociónlehabíaparecidosinceracuandolehabíahabladodel«monstruo».Elinterésquehabíademostradonoleparecíasospechoso.Porúltimo,sielPersatuvierapreparadoalgoencontradeRaoul,nolehubieradadounarma.Además,enresumidascuentas,¿nosetrataba,costaraloquecostara,dellegarhastaChristine?

Raoulnopodíaelegir losmedios.Sihubieravacilado, inclusosinestarconvencidodelas intencionesdelPersa,eljovensehubieraconsideradocomoelúltimodeloscobardes.

Asuvez,Raoulsearrodillóysecolgóconlasdosmanosdelatrampilla.—¡Suéltesedel todo!—oyó,ycayóenbrazosdelPersa,que leordenó inmediatamenteecharseal

suelo,volvióacerrarlatrampillasobresuscabezas,sinqueRaoulpudierasabercómo,yfueatumbarsealladodelvizconde.

Éstequisohacerleunapregunta,perolamanodelPersaseapoyóensubocaeinmediatamenteoyóunavozalaquereconociócomoladelcomisariodepolicíaquehacíaunmomentolehabíainterrogado.

Ambosseencontrabanentoncesdetrásdeuntabiquequelosocultabaperfectamente.Cercadeallí,unaestrechaescalerasubíaaunapequeñahabitaciónporlacualdebíadepasearseelcomisariohaciendopreguntas,yaqueseoíaelruidodesuspasosaltiempoqueeldesuvoz.

Laluzquerodeabalosobjetoseramuydébil,pero,alsalirdeaquellaespesaoscuridadquereinabaenelcorredorsecretodearriba,Raoulnoteníadificultadendistinguirlos.

Nopudocontenerunasordaexclamaciónalverdeprontotrescadáveres.Elprimeroestabatendidosobreelestrechorellanodelaescalerillaquesubíahacialapuertatrasla

cual se oía al comisario; los otros dos se encontraban debajo de la escalera, con los brazos en cruz.Pasandolosdedosatravésdeltabiquequelosocultaba,Raoulhubierapodidotocarlamanodealgunodeaquellosdesgraciados.

—¡Silencio!—susurródenuevoelPersa.Tambiénélhabíavistoloscuerposyconunasolapalabraloexplicótodo:—¡¡Él!!Ahoraseoíalavozdelcomisarioconmayorintensidad.Pedíaexplicacionesacercadelsistemade

iluminación,queel regidor ledaba.Elcomisariodebíaestar enel«registro»,oen susdependencias.Contrariamentealoquepodríacreerse,cuandosetratabadeunteatrodeópera,el«registro»noestabadestinadoaejecutarmúsica.

Poraquellaépoca,laelectricidadseempleabasóloparaciertosefectosescénicosmuyrestringidosyparalos timbres.El inmensoedificioyelmismoescenarioaúnse iluminabancongas,yseregulabaymodificabasiemprelailuminacióndeldecoradocongashidrógeno;yesosehacíamedianteunaparatoespecialalquelamultiplicidaddesustuboshizoquefuerabautizadocomo«registrodeórgano».

Alladodelaconchadelapuntador,habíareservadounnichoparaeljefedeiluminación,quedesdeallídabalasórdenesasusempleados,mientrasvigilabasuejecución.EnestenichoeraellugardondeMauclairseencontrabadurantetodaslasrepresentaciones.

Sinembargo,Mauclairnoestabaensunicho,ytampocosusempleadosocupabansuspuestos.—¡Mauclair,Mauclair!Lavozdelregidorresonabaahoraenlosbajoscomoenuntambor.PeroMauclairnocontestaba.Yahemosdichoquehabíaunapuertaquedabaaunaescalerillaque subíadel segundo sótano.El

comisariolaempujó,perolapuertaresistió.—¡Vaya,vaya!—dijo—.Veausted, señor regidor…Nopuedoabrir esapuerta…¿Siemprees tan

difícil?Elregidor,empujólapuertaconunvigorosogolpe.Sediocuentadeque,almismotiempo,empujaba

auncuerpohumanoynopudocontenerunaexclamación.Reconocióinmediatamenteaaquelcuerpo:

—¡Mauclair!Todaslaspersonasquehabíanseguidoalcomisarioenaquellavisitaalregistroavanzaroninquietos.—¡Quédesgracia,estámuerto!—gimióelregidor.PeroelcomisarioMifroid,aquiennadasorprende,estáyainclinadosobreaquelenormecuerpo.—¡No—dijo—,loqueocurreesquellevaunaborracheradecuidado!—dijo—.Noeslomismo.—Seríalaprimeravez—declaróelregidor.—Entonceslehandadounnarcótico…¡Esmuyposible!Mifroidseincorporó,bajóalgunospeldaños

másyexclamó:—¡Miren!A la luz de un farolillo rojo, al pie de la escalera había tendidos dos cuerposmás.El encargado

reconocióalosayudantesdeMauclair,Mifroidbajóylosauscultó.—Duermen profundamente —dijo—. ¡Extraño! No podemos dudar de la intervención de un

desconocidoenel serviciode iluminación…, ¡yesedesconocido trabajaba sindudaparael raptor!…¡Peroquécuriosaidealaderaptaraunaartistaenescena!…¡Songanasdecrearsedificultades,deesoestoyseguro!¡Quebusquenalmédicodelteatro!—yMifroidrepitió—:¡Extrañocaso,muyextraño!

Después,volvióaentrarenelpequeñocuarto,dirigiéndoseadospersonasalasque,desdeellugarenqueseencontraban,RaoulnielPersapodíanver.

—¿Quédicenustedesdetodoesto,señores?—preguntó—.Sonustedeslosúnicosquenohandadosuopinión.Sinembargo,debentenerunaligeraidea…

Entonces,porencimadelrellano,RaoulyelPersavieronavanzaralascarasanonadadasdelosdosdirectores —no se veía más que sus siluetas sobre el rellano— y oyeron la voz conmovida deMoncharmin:

—Hoy están ocurriendo aquí una serie de cosas, señor comisario, a las que no podemos darexplicaciónalguna.

Ylasdossiluetasdesaparecieron.—Graciasporlainformación,señores—dijoMifroidentonosocarrón.Peroelregidor,cuyabarbilladescansabaahoraenelhuecodesumanoderecha,loquesignificaun

actodereflexiónprofunda,dijo:—NoeslaprimeravezqueMauclairseduermeenelteatro.Recuerdohaberleencontradounanoche

roncandoensunicho,juntoasutabaquera.—¿Hace mucho de eso? —preguntó el señor Mifroid, mientras limpiaba meticulosamente los

cristalesdesubinóculo,yaqueelcomisarioeramiopecomo lessueleocurrira losmejoresojosdelmundo.

—¡Diosmío!Nohacemucho…—dijoelregidor—.¡Mire!…Eralanoche…,sí,seguro…,lanocheenquelaCarlotta,yalosabeseñorcomisario,lanzósufamoso¡cuac!

—¿LanocheenquelaCarlottalanzósufamoso¡cuac!?YelseñorMifroid, trasvolveracolocarseen lanarizelbinóculodecristales transparentes,miró

fijamentealencargadocomosiquisieraadivinarsupensamiento.—¿AsíqueMauclairtomarapé?—preguntóentonodespreocupado.—Claroquesí,señorcomisario…Mire,precisamenteallí,enesatablillaestásutabaquera…¡Oh,

tomamucho!

—¡Tambiényo!—dijoelseñorMifroid,ymetiólatabaqueraensubolsillo.RaoulyelPersaasistieron,sinquenadiesospecharasupresencia,altrasladodelostrescuerposque

lostramoyistasvinieronallevarse.Elcomisariolossiguióytodoelmundovolvióasubirtrasél.Poralgunosinstantesseoyeronsuspasosqueresonabansobreelescenario.

Cuando estuvieron solos, el Persa indicó aRaoul que se levantara.Éste obedeció; pero, comonohabía vuelto a alzar lamano a la altura de los ojos, dispuesta a disparar, igual que el Persa; éste lerecomendóvolveraponerseenaquellaposiciónynoabandonarlapasaraloquepasase.

—Peroestocansainútilmentelamano—murmuróRaoul—,ysidisparonoloharéconseguridad.—Cambieelarmademano,entonces—concedióelPersa.—¡Nosédispararconlamanoizquierda!AlocualreplicóelPersaconestadeclaraciónextraña,quedesdeluegonoeralamásindicadapara

aclararlascosasenelcerebrotrastornadodeljoven:—Nosetratadedispararconlamanoizquierdaoconlamanoderecha;setratadetenerunadelas

manos puesta como si fuera a apretar el gatillo de una pistola, teniendo el brazomedio doblado; encuantoalapistolaensí,despuésdetodo,puedeguardarlaenelbolsillo.

Yañadió:—¡Que esto quede bien claro, o no respondo de nada! ¡Es una cuestión de vida omuerte!Ahora,

¡silencioysígame!Sehallabanentoncesenelsegundosótano.Raoulpodíaentre=vertansólo,alaluzdealgunasvelas

inmóviles,dispersasensuscárcelesdecristal,unaínfimapartedeeseabismoextravagante,sublimeeinfantil,divertidocomounteatrodepolichinelas,espantosocomounabismo,queconstituyelossótanosdelaÓpera.

Sonformidablesysoncinco.Reproducentodos losplanosdelescenario,sus trampasy trampillas.Los escotillones están allí reemplazados por raíles. Enormes vigas transversales soportan trampas ytrampillas.Vigas,queseapoyanenbloquesdefundiciónodepiedra,soleraso«chisteras»queformanunaseriedesoportesquepermitendejarpasolibrealas«glorias»[21]yaotrascombinacionesotrucos.Se da cierta estabilidad a estos aparatos uniéndolos por medio de ganchos de hierro y según lasnecesidades del momento. Los tornos de mano, los tambores y los contrapesos están generosamentedistribuidosenlossótanos.Sirvenparamaniobrarlosgrandesdecorados,pararealizarloscambiosalavista,paraprovocarladesapariciónsúbitadelospersonajesdelosmagos.Esenlossótanos,handicholos señores X, Y, Z, que han dedicado a la obra deGarnier[22] un estudiomuy interesante, donde setransformaa los cacoquimios[23] en hermosos caballeros, a las horribles brujas en hadas radiantes dejuventud.TanprontosaleSatándelossótanoscomosesumergeenellos.Laslucesdelinfiernoescapandeallíyelcorodelosdemonioslosocupan.

…Ylosfantasmassepaseancomoporsucasa…RaoulseguíaalPersa,obedeciendoalpiedelaletrasusrecomendacionessinintentarentenderlos

gestosqueleordenaba…,diciéndosequenolequedabamásesperanzaqueél.¿Quéhubierahechosinsucompañeroenaquelespantosodédalo?¿Acasonosehabríavistodetenidocontinuamentepor lamarañadevigasycuerdas?¿Nosevería

atrapadoenaquellagigantescateladearaña?Y, de haber podido pasar a través de aquella red de alambres y de contrapesos que sin cesar

aparecíananteél,corríaelriesgodecaerenunodelosagujerosqueseabríanpormomentosbajosuspiesycuyofondodetinieblasnopodíaalcanzarsumirada.

Bajaban,seguíanbajando…Ahoraseencontrabaneneltercersótano.Seguíanguiándoseenlaoscuridad,graciasaalgunalamparillalejana…Cuantomásbajaban,másprecaucionesparecíatomarelPersa…NocesabadevolversehaciaRaoul

y de recomendarle que siguiera sus instrucciones señalándole el nodo de poner la mano, desarmadaahora,perosiempredispuestaadispararcomosiempuñaraunapistola.

Derepenteunavozatronadoralesdejóclavados.Alguiengritabaencimadeellos:—¡Alescenariotodoslos«cerradoresdepuertas»!Elcomisariodepolicíalesreclama.…Seoyeronpasosyunassombrassedeslizaronenlasombra.ElPersahabíallevadoaRaouldetrás

deunbastidor…Vieronpasarmuycercayporencimadesuscabezasaviejosencorvadosporlosañosyelpesodelosdecoradosdelaópera.Algunoscasinopodíansostenersedepie…,otros,porcostumbre,conlaespaldadobladaylasmanostendidashaciadelante,buscabanpuertasquecerrar.

Así eran los cerradores de puertas…, antiguos tramoyistas agotados, de los que unos directorescaritativossehabíanapiadado.Leshabíahechoencargadosdelaspuertasenlossótanosyenlostejados.Ibanyveníansincesar,dearribaaabajodelescenario,paracerrarlaspuertas,yselesllamabatambiénpor aquella época, ya queme parece que ahora están todosmuertos, «los cazadores de corrientes deaire».

Lascorrientesdeaire,vengandedondevengan,sonmuymalasparalavoz[24].ElPersayRaoulsefelicitarondeaquelincidentequeleslibrabadetestigosmolestos,yaquealguno

deloscerradoresdepuertas,alnotenernadaquehacerniinclusotampocoundomicilio,sequedabaporperezaopornecesidadenlaóperaypasabalanocheenella.Podíantropezarconellos,despertarlosytenerquedarexplicaciones.El interrogatoriodelseñorMifroidsalvabaanuestrosdoscompañerosdeaquellosencuentrosdesafortunados.

Peronopudierondisfrutarpormucho tiempode la soledad…Otras sombrasbajabanahoraporelmismocaminoporelquelos«cerradoresdepuertas»habíansubido.Cadaunadeestassombrasllevabaunapequeñalinterna…queagitabanmoviéndolaarribayabajo,examinándolotodoasualrededorycontodoelaspectodebuscaralgooaalguien.

—¡Vaya!—murmuróelPersa…—Noséquéestaránbuscando,peropodríanencontrarnos…¡huyamos!…¡deprisa!…¡Lamanoen

guardia,señor,siempredispuestaparadisparar!Plieguemáselbrazo,así…laplanoalaalturadelojo,como si se batiera en duelo y esperara la ordende «fuego».Meta su pistola en el bolsillo. ¡Deprisa,bajemos! (arrastraba a Raoul hacia el cuarto sótano…). A la altura del ojo, es cuestión de vida omuerte…¡Poraquí,porestaescalera!(llegabanalquintosótano).¡Ah,quéduelo,señor,quéduelo!

ElPersasuspiróaliviadoalllegaralquintosótano…Parecíadisfrutardealgomásdeseguridaddela que había mostrado antes, cuando se habían detenido ambos en el tercer sótano, sin embargo noabandonabalaposicióndelamano…

Raoul tuvo tiempodeextrañarse,unavezmás,por lodemás sinhacerningunanuevaobservación.Ninguna,yaqueenverdadnoeraelmomentodeextrañarsedeaquellaextraordinariaconcepcióndeladefensapersonalqueconsistíaenguardarlapistolaenelbolsillomientrasquelamanoseguíadispuesta

aservirsedeella,comosilapistolaestuvieraaúnenlamano,alaalturadelojo,posicióndeesperadelaordende«fuego»enlosduelosdeaquellaépoca.

Conrespectoaesto,Raoulcreíarecordarperfectamentequelehabíadicho:«Sonpistolasdelasqueestoyseguro».

Deloqueleparecíalógicodeducirlosiguiente:«¿Quéleimportabaestarsegurodeunaspistolasalasquenovaautilizar?».

Pero el Persa le detuvo en sus vagos intentos reflexivos.Haciéndole señal de detenerse, volvió asubirunospeldañosdelaescaleraqueacababandedejar.DespuésvolviórápidamentealladodeRaoul.

—¡Quétontossomos!—lesusurró—.Prontonosveremoslibresdeesassombrasdelaslinternas…Sonlosbomberosquehacensuronda[25].

Losdoshombrespermanecieronentoncesaladefensivadurantecincolargosminutosporlomenos;después,elPersaarrastróaRaoulhacialaescaleraqueacababandebajar;pero,derepente,conungestovolvióaordenarleinmovilidad.

Anteellos,laoscuridadsemovía.—¡Cuerpoatierra!—exclamóelPersaconunsusurró.Losdoshombressetiraronalsuelo.Justoatiempo.…Unasombraque,estavez,nollevabaningunalinterna…,tansólounasombraenlasombrapasaba.Pasótancercadeellosquepodíatocarlos.Sintieronsobresusrostroselsoplocálidodesucapa…Ya que pudieron distinguirle lo suficiente como para ver que la sombra llevaba una capa que la

envolvíadelacabezaalospies.Enlacabeza,unsombreroblandodefieltro.…Sealejó,rozandolasparedesconelpieydandoaveces,enlasesquinas,patadasalasparedes.—¡Uff!…—exclamóelPersa—,debuenanoshemoslibrado…Esasombrameconoceyyameha

llevadodosvecesaldespachodeldirector.—¿Seráalguiendelapolicíadelteatro?—preguntóRaoul.—¡Alguienmuchopeor!—contestósindarmásexplicacioneselPersa[26].—¿Noseráél?—¿Él?…Sinollegapordetrás,veremosantessusojosdeoro…Esaesnuestrapequeñafuerzaenla

oscuridad.Peropuedellegarpordetrás,conpasosdelobo…ysomoshombresmuertossinollevamossiemprelasmanoscomosifueranadisparar,alaalturadelojo,haciaadelante.

ElPersanohabíaterminadoaúndeformularsusconsejos,cuandounafigurafantásticaaparecióantelosdoshombres.

…Uncuerpoentero…unacara;nosolamentedosojosdeoro.…Sinounrostroluminoso…unafiguraenllamas…Sí,unafiguraenllamasqueavanzabaalaalturadeunhombre.¡Perosincuerpo!Aquellafiguradesprendíafuego.Enlaoscuridadparecíaunallamaconformadecuerpohumano.—¡Vaya! —exclamó el Persa entre dientes—, ¡es la primera vez que la veo!… El teniente de

bomberosnoestabaloco,éltambiénlahabíavisto…¿Quéseránesasllamas?Noesél,perobienpuedeserélquiennoslaenvía…¡Cuidado!…¡Cuidado!…Pongalamanoalaalturadelojo,¡porloquemásquiera!…alaalturadelojo.

Lafiguradefuego,queteníaunaspectoinfernaldedemonioenllamas,seguíaavanzandoalaalturadeunhombre,sincuerpo,delantedelosdoshombresaterrorizados…

—Quizá él nos envíe a esta cosa por delante para mejor sorprendernos por detrás…, o por loslados…¡Nuncasesabeconél!…Conozcomuchosdesustrucos…,¡peroéste…,éstenoloconocíaaún!…¡Huyamos!…,porprudencia…sólo…¡porprudencia!…lamanoalaalturadelojo.

Yhuyeronlosdosjuntosalolargodelcorredorsubterráneoquesehabríaanteellos.Trasunossegundosdecarrera,queparecieronlarguísimosminutos,sedetuvieron.—Escurioso—dijoelPersa—,raravezvieneélporaquí.¡Esteladonoleinteresa!…¡Noconduce

nialLagonialamansióndelLago!…Peroquizásepaqueestamossobresuspasos,…apesardequeyolehayaprometidodejarlotranquiloynovolverametermeensusasuntos.

Aldeciresto,volviólacabeza,yRaoultambién.Vierondepronto lacabezadefuegodetrásde lassuyas.Loshabíaseguido…Debíahabercorrido

también,yquizásaúnmásaprisaqueellos,porquelesparecióquesehabíaacercado.Empezaronadistinguiralavezunruidocuyoorigenlesresultabaimposibleadivinar.Sólocayeron

enlacuentadequeesteruidoparecíadesplazarseyacercarsejuntoconlallama-figura-de-hombre.Eranchirridos o más bien crujidos, como si miles de uñas rascaran una pizarra, produciendo un ruidoabsolutamenteinsoportablesimilaralqueavecesseproduceporculpadeunapiedrecitaengastadaenunabarradetizaquechirríaenlapizarra.

Siguieronretrocediendo,perolafigura-llamaavanzaba,seguíaavanzandoganándolesterreno.Ahorayasedistinguíanmuybiensus rasgos.Losojoserancompletamenteredondosyfijos, lanarizunpocotorcidaylabocagrande,conunlabioinferiorquecolgabaenformadesemicírculo;recordabanlosojos,lanarizyellabiodelalunacuandolalunaestátotalmenteroja,colorsangre.

¿Cómopodíadeslizarseaquellalunarojaenlastinieblas,alaalturadeunhombre,sinningúnapoyo,sincuerpoparasostenerla,almenosaparentemente?¿Cómocaminabatandeprisa,enlínearecta,conlosojosfijos,tanfijos?¿Dedóndeveníatodoesecrujir,chirriar,golpearquearrastrabatrasdesí?

Porfin,elPersayRaoulnopudieronretrocedermásyseaplastaroncontralapared,sinsaberquéibaapasarles,quedandoamerceddeaquella figura incomprensiblede fuegoy, sobre todoahora,delruidomásintenso,másvivo,muy«numeroso»,yaquesindudaaquelruidoeraproducidoporcientosdepequeñosruidosqueseagitabanenlastinieblas,bajolacabeza-llama.

Lacabeza-llama,sigueavanzando…¡Yaestáaquí!…Consuruido…¡Yaestájuntoaellos!…Losdos compañeros, pegados a la pared, sientenque los cabellos se les erizandehorror, porque

ahorayasabendedóndeprocedenlosmilesderuidos.Avanzanentropel,rodandoporlassombraseninnumerablesolaspequeñasyapretadas,más rápidasque lasque trotanen laarenacon lamarcaalta,pequeñasolasnocturnasquecorreteanbajolaluna,bajolaluna-cabeza-de-llama.

Laspequeñasolassedeslizanentresuspiernas,subenporellas,irresistiblemente.Entonces,RaoulyelPersanopuedenretenersusgritosdehorror,espantoydolor.

Tampocopuedencontinuarmanteniendo lasmanosa la alturadelojo,posturadedueloenaquellaépoca, antes de la orden de «fuego». Sus manos bajan a las piernas para alejar las pequeñas olasluminosasquearrastrancositasagudas,olasllenasdepatas,uñas,garrasydientes.

Sí, sí,RaoulyelPersaestánapuntodedesmayarsecomoel tenientedebomberosPapin.Pero lacabeza-fuegosehavueltohaciaellosaloírsusaullidos.Yleshabla:

—¡No os mováis! ¡No os mováis!… Sobre todo, ¡no me sigáis!… ¡Soy el matador de ratas!…¡Dejadmepasarconmisratas!…

Bruscamentedesaparecelacabeza-fuegoyseesfumaenlastinieblasmientras,anteella,elcorredorse ilumina a lo lejos, gracias almovimiento que elmatador de ratas ha hecho con su linterna sorda.Antes,paranoespantarlasratas,habíavueltolalinternahaciaél,iluminandosupropiacabeza;ahora,paraapresurarsuhuida,alumbraelespacionegroanteél…Yentoncesdaunbrinco,arrastrandoconsigolasolasderatas,trepadoras,crujientes,losmilesderuidos…

ElPersayRaoul,liberados,respiran,sibienaúntemblorosos.—DeberíahaberrecordadoqueErikmehablódelmatadorderatas—dijoelPersa—.Peronome

habíadichoqueteníaesteaspecto…Esextrañoquenolohayaencontradojamás[27].»¡Creíaquese tratabadeunade las jugadasdelmonstruo!…—suspiró—.Perono,nuncavienea

estosparajes».—¿Estamos muy lejos del lago? —preguntó Raoul—. ¿Cuándo llegaremos?… ¡Vamos al lago!

¡Vamosallago!…Cuandolleguemosallagollamaremos,golpearemoslasparedes,gritaremos…¡Christinenosoirá!…¡Ytambiénélnosoirá!…Ysiustedleconoce,lehablaremos.—¡Noseainfantil!—exclamóelPersa—.NuncaentraremosenlamansióndelLagoporellago.—¿Porquéno?—Porqueallí esdondeha acumulado toda sudefensa…Ni siquierayohepodido llegar a laotra

orilla,… a la orilla de la casa… Primero hay que atravesar el lago…, ¡y le aseguro que está bienprotegido!…Metemoquemásdeunodeestosantiguostramoyistas,viejoscerradoresdepuertasquehandesaparecido misteriosamente, intentaron simplemente atravesar el lago… Es terrible… Yo tambiénestuveapuntodequedarmeallí…¡Sielmonstruonomehubiera reconocidoa tiempo!…Unconsejo,amigo.Noseacerquejamásallago…Y,sobretodo,tápeselosoídossioyecantaralaVozbajoelagua,lavozdelaSirena.

—Pero entonces—replicó Raoul en un transporte de fiebre, de impaciencia y de rabia—, ¿quéhacemosaquí?…SinopuedehacernadaporChristine,déjemealmenosmorirbuscándola.

ElPersaintentócalmaraljoven.—Sólo disponemos de un medio para salvar a Christine Daaé, créame, y es penetrando en esa

mansiónsinqueelmonstruosedécuenta.—¿Ycreequepodremoshacerlo?—¡Sinotuvieraesaesperanzanohabríavenidoensubusca!—¿Pordóndeentraremosenlamansión

delLagosinpasarporellago?—Por el tercer sótano, del que tan inoportunamente hemos sido expulsados, señor, y al cual

volveremosahoramismo…Lediré,señor—exclamóelPersaconlavozsúbitamentealterada—,lediréel lugar exacto…Se encuentra entre unos bastidores y un decorado abandonadodeEl rey deLahore,exactamenteenellugarenqueencontrólamuerteJosephBuquet…

—¡Ah!¿aqueljefedelostramoyistasalqueseencontróahorcado?—Sí, señor—añadió en tono singular el Persa—, y cuya cuerda no pudo ser hallada… ¡Vamos!

¡Ánimo!…enmarcha…,yvuelvaaponerlamanoenguardia,señor…Pero,¿dóndeestamos?ElPersasevioobligadoaencenderdenuevolalinterna.Dirigióelhazluminosohaciadosamplios

corredoresquesecruzabanenángulorectoycuyasbóvedasseperdíanenelinfinito.

—Debemos estar —dijo— en la parte reservada al servicio de aguas… No veo ningún fuegoprovenientedelascalderas.

Precedió a Raoul, buscando el camino, deteniéndose bruscamente al paso de algún hidráulico.Después,tuvieronqueocultarseanteelresplandordeunaespeciedefraguasubterráneaqueacababandeapagaryantelacualRaoulreconocióalosdemoniosentrevistosporChristineensuprimerviajeeldíadesuprimerrapto.

Volvíanpocoapocoalprodigiososótanoquesehallabadebajodelescenario.Debíanencontrarseentoncesenelfondodelacuba,aunagranprofundidad,sipensamosquehabían

excavadolatierraquincemetrospordebajodelascapasdeaguaquehabíaentodaaquellapartedelacapital, y que hubo que drenar toda el agua… Se sacó tanta agua que, para hacerse una idea de lacantidadexpulsadaporlasbombas,habríaqueimaginarunasuperficiecomoelpatiodelLouvreconunaalturadeunavezymedia lade las torresdeNotre-Dame.Detodosmodos, tuvieronqueconservarunlago.

EnaquelmomentoelPersatocóunaparedydijo:—Sinomeequivoco,éstepodríaserunodelosmurosdelamansióndelLago.Golpeóentoncescontraunapareddelacuba.Quizánoseadeltodoinútilinformarallectordecómo

habíanconstruidoelfondoylasparedesdelacuba.Conelfindeevitarquelasaguasquerodeanlaconstrucciónquedasenencontactoinmediatoconlas

paredes que aguantaban todo el armazón de la maquinaria teatral, cuyo conjunto de estructuras, decarpintería, cerrajería y pinturas debe quedar aislado de la humedad, el arquitecto se vio obligado aconstruirentodaspartesunadobleenvoltura.

Eltrabajoparaconstruirestadobleenvolturallevóunañoentero.ElPersagolpeabalapareddelaprimera envoltura mientras hablaba a Raoul de la mansión del Lago. Para alguien que conociera laarquitecturadelmonumento,elgestodelPersaparecíaindicarquelamisteriosacasadeErikhabíasidoconstruida en la doble envoltura formada por un gruesomuro hecho en estacada, una enorme capa decementoyotromurodevariosmetrosdeespesor.

DetrásdelPersa,Raoulsehabíaaplastadocontraparedyhabíaescuchadoconavidez.…Peronooyónada,…nadamásquepasos lejanosque sonaban en el suelo, en la parte alta del

teatro.ElPersahabíavueltoaapagarsulinterna.—¡Cuidado!—dijo—.¡Cuidadoconlamano!Yahoramuchosilencio,porqueintentaremosentraren

sucasa.Yloarrastróhastalaescalerillaquehabíanbajadoantes…Volvieronasubirla,deteniéndoseencadaescalón,espiandolassombrasyelsilencio…

Prontoseencontraroneneltercersótano…EntonceselPersahizouna señalaRaouldeponersede rodillasyasí, arrastrándosede rodillasy

sobre una mano—la otra mano seguía en la posición indicada— llegaron hasta la pared del fondo.ApoyadaenaquellaparedhabíaungranlienzoabandonadodeldecoradodeElreydeLahore.

Yjustoalladodeaqueldecorado,unportante…Entreeldecoradoyelportantenohabíamásespacioqueparauncuerpo.…Uncuerpocomoelqueundíasehabíaencontradocolgado…elcuerpodeJosephBuquet.Siemprederodillas,elPersasehabíadetenido.Escuchaba.Porunmomentopareciódudarymiróa

Raoul;después,susojosseclavaronarriba,enelsegundosótano,quelesenviabaeldébilresplandordeuna linterna filtrándose entre dos tablas. Evidentemente aquel resplandormolestaba al Persa. Por fin,agachólacabezaysedecidió.

SedeslizóentreelportanteyeldecoradodeElreydeLahore.Raoullesiguiódecerca.Lamano libre del Persa tanteaba la pared.Raoul la vio un instante apoyarse con fuerza, como lo

habíahechoenlapareddelcamerinodeChristine…Yunapiedrabasculó…Ahora,habíaunagujeroenlapared…EstavezelPersasacólapistoladelbolsilloeindicóaRaoulquehicieralomismo.Montólapistola.Con decisión, y siempre de rodillas, se introdujo en el agujero que la piedra, al bascular, había

dejadoenlapared.Raoul,quehabríaqueridopasarelprimero,tuvoquecontentarseconseguirlo.Elagujeroeramuyestrecho.ElPersasedetuvocasienseguida.Raoulleoíatantearlapiedraasu

alrededor.Después,volvióasacarsulinternayseinclinóhaciaadelante.Examinóalgodebajosuyoeinmediatamenteapagólalinterna.Raouloyóqueledecíaenunsuspiro.

—Tendremosquedejamoscaeralgunosmetros,sinhacerruido;sáqueselosbotines.Porsuparte,elPersaprocedíayaaestaoperación.PasósuszapatosaRaoul.—Déjelosjuntoalapared—dijo—.Losrecogeremosalsalir[28].ElPersaavanzóunpoco.Después,sevolviódeltodo,siemprederodillas,yseencontróasífrentea

Raoul.Ledijo:—Voyacolgarmeconlasmanosdelextremodelapiedrayadejarmecaerensucasa.Despuésusted

haráexactamentelomismo.Notema:lorecibiréenmisbrazos.ElPersahizo loquehabíadicho,yRaouloyóen seguidaun ruidosordoqueevidentementehabía

sido producido por la caída del Persa.El joven se estremeció, temiendo que aquel ruido revelase supresencia.

Sinembargo,másqueaquelruido,eralaausenciaderuidosloqueaRaoullellenabadeangustia.¿Porqué,sisegúnelPersaacababandeentrarenlamansióndelLago,nooíanaChristine?…¡Niunsologrito!…¡Niunallamada!…¡Niungemido!…¡Grandesdioses!¿Habríanllegadodemasiadotarde?…

Arañandoconlasrodillaslapared,agarrándosealapiedraconsusdedosnerviosos,Raoulsedejócaerasuvez.

Inmediatamentesintióqueleabrazaban.—¡Soyyo—dijoelPersa—,silencio!Ypermanecieroninmóviles,escuchando…Nuncaasualrededorlanochehabíasidomásopaca…Nuncaelsilenciotanpesadonitanterrible…Raoulsehundíalasuñasenloslabiosparanogritar:«¡Christine!¡Soyyo!…¡Contéstamesinoestás

muerta.Christine!».Porfin,volvióaempezareljuegodelalinterna.ElPersadirigiólosrayosdeluzporencimadesus

cabezas,hacialapared,buscandoelagujeroporelquehabíanvenidosinencontrarlo…—¡Oh!—exclamó—.¡Lapiedrasehavueltoacerrarsobresímisma!Yelhazdeluzdelalinternabajóalolargodelmurohastallegaralsuelo.ElPersaseagachóyrecogióunacosa,unaespeciedehiloqueexaminóunossegundosyqueluego

arrojóconhorror.—¡EllazodelPendjab![29]—murmuró.—¿Quées?—preguntóRaoul.—Podríaserlasogadelahorcadoquetantohanbuscado—respondióelPersa,estremeciéndose.Depronto,presadeunanuevaansiedad,paseóelpequeñodiscorojodesulinternaporlasparedes…

Iluminó,extrañohecho,un troncodeárbolqueparecíaaúnvivoconsushojasy todo…Las ramasdeaquelárbolsubíanalolargodelaparedyseperdíaneneltecho.

Debidoalapequeñezdeldiscoluminoso,alprincipioresultabadifícildarsecuentadelascosas…Había unmontón de ramas, y luego una hoja…, y otramás…, y al lado no se veía nada de nada,…solamenteelhazdeluzqueparecíareflejarseasímismo…Raouldeslizólamanosobreaquello,sobreaquelreflejo…

—¡Mire…—dijo—,laparedesunespejo!—¡Sí,unespejo!—dijoelPersaconprofundaemoción.Yañadió,pasándoselamanoquesujetabala

pistolaporlafrentesudorosa:—¡Hemosidoacaerenlacámaradelossuplicios!

CAPÍTULOXXII

INTERESANTESEINSTRUCTIVASTRIBULACIONESDEUNPERSAENLOSSÓTANOSDELAÓPERA

RelatodelPersa

ElpropioPersacontócómohabíaintentadoenvanohastaesanochepenetrarenlamansióndelLagopor el lago; cómo había descubierto la entrada del tercer sótano, y cómo, finalmente, el vizconde deChagny y él se encontraron apresados por la imaginación infernal del fantasma, en la cámara de lossuplicios.Heaquíelrelatoquenoshadejado(encondicionesqueprecisaremosmástarde)yalquenohe cambiado ni una sola palabra. Lo transcribo tal como está, porque no creo que deba silenciar lasaventuraspersonalesdeldarogaalrededordelamansióndelLagoantesdevolverencompañíadeRaoul.Si,poralgunosinstantesesteprincipio,porinteresantequesea,parecealejarnosunpocodelacámaradelossupliciosessóloparamejordevolvernosaella,después,trashabernosexplicadocosasdemáximaimportanciayciertasactitudesymodosdehacerdelPersaquehastaahorahanpodidoparecerunpocoextraordinarios.

EralaprimeravezqueentrabaenlamansióndelLago—escribeelPersa—.Envanohabíarogadoalmaestro en trampillas así llamábamos enmi país, en Persia, a Erik—queme abriera lasmisteriosaspuertas.Siempresehabíanegado.Yo,quemejactabadeconocermuchosdesussecretosytrucos,habíaintentadoenvanoforzar laconsigna.DesdequevolvíaencontraraEriken laópera,a laqueparecíahaber elegidocomodomicilio, lehabía espiadocon frecuencia tantoen los corredoresde los sótanoscomoenlossuperiores,asícomoenlamismaorilladelLago.Cuandosecreíasolo,subíaensubarcayatracabadirectamentelapareddeenfrente.Perolacuriosidadquelerodeabaerademasiadoespesaparaquepudieraverenquélugarexactodelaparedhacíafuncionarelmecanismodelapuerta.Lacuriosidadytambiénunaideatemiblequesemehabíaocurridoalmeditarsobrealgunasfrasesqueelmonstruomehabíadirigido,meimpulsaronundía,enelqueamivezmecreíasolo,asubiralabarcayadirigirlahaciaaquellapartedelaparedporlaquehabíavistodesapareceraErik.FueentoncescuandotuvequevérmelasconlaSirenaqueguardaelaccesoaaquellosparajesycuyoencantoestuvoapuntodesermefatal, en las condiciones precisas que paso a exponer. Aún no había abandonado la orilla cuando elsilencioenelquenavegabasevioturbadoporunaespeciedesuspirocantantequemeenvolvió.Eraalavezuna respiraciónyunamúsica;ascendíasuavementede lasaguasdel lagoymeenvolvíasinpoderadivinarporquéartificioseconseguía.Meacompañaba,sedesplazabaconmigoyeratansuavequenome daba miedo. Por el contrario, deseoso de acercarme a la fuente de aquella suave y cautivadoraarmonía,meinclinabaporencimadelabarcahacialasaguas,yaquenoteníalamenordudadequelamúsica provenía de ellas.Me encontraba ya en el centro del lago y no había nadiemás que yo en labarca.Lavoz—yaqueahoraeraclaramenteunavoz—estabaamilado,porencimadelasaguas.Meincliné…Meinclinécadavezmás…Ellagoestabaenperfectacalmayelrayodelunaque,traspasandoeltragaluzdelacalleScribe,veníaailuminarlo,noreflejabaabsolutamentenadaenaquellasuperficielisaynegracomolatinta.Merestreguélasorejasconintencióndelibrarmedeunposiblezumbido,pero

tuvequerendirmeantelaevidenciadequenohayzumbidotanarmoniosocomoelsuspirocantantequemeseguíayqueahorameatraía.

Siyohubiera tenidounespíritu supersticiosoomehubieran influidomás las leyendas,nohubieradejadodepensarquemeenfrentabaaunasirenaencargadadeturbaralviajeroqueseatrevieraaviajarpor las aguas de la mansión del Lago, pero, a Dios gracias, soy de un país que gusta demasiado lofantásticocomoparaconocersufondo,yyomismolohabíaestudiadobastanteenotrostiempos.Conlostrucosmássimples,alguienqueconozcasuoficiopuededesataralapobreimaginaciónhumana.

Nodudé,pues,queteníaquevérmelasconunanuevainvencióndeErik,pero,unavezmás,aquellainvencióneratanperfectaque,inclinándomeporencimadelabarca,mesentíamenosimpulsadoporeldeseodedescubrireltrucoqueporeldedisfrutardesuencanto.

Ymeincliné…seguíinclinándome…hastacasizozobrar.De pronto dos brazosmonstruosos surgieron del seno de las aguas yme agarraron por el cuello,

arrastrándome al abismo con una fuerza irresistible. Y, desde luego, habría estado perdidoirremisiblementedenoserporquetuvetiempodelanzarungritoporelqueErikmereconoció.

Porqueeraél,queenlugardeahogarmecomoseguramentehabíasidosuintención,nadóymedejósuavementeenlaorilladellago.

—Eresun imprudente—medijo alzándoseantemí, chorreantede aquel agua infernal—.¿Porquéintentasentrarenmimansión?Noteheinvitado.¡Noquierosabernadadetinidenadieenelmundo!¿Acasomesalvastelavidasóloparahacérmelainsoportable?Porgrandequehayasidotuservicio,ErikterminaráporolvidarloytúsabesquenadaenelmundopuedeconteneraErik,nisiquieraelmismoErik.

Élhablaba, pero ahorayono teníaotrodeseoque el de conocer loque llamabaya el trucode lasirena.Enseguidaseprestóasatisfacermicuriosidad,yaqueErik,queesunverdaderomonstruo—yoloconsideroasí,habiendotenidoocasióndeverloenacciónenPersia—,siguesiendoenalgunascosasunauténticoniñopresuntuosoyvanidoso,ynohaynadaquelegustemásque,despuésdehaberdejadoasombradaalagente,demostrartodoelingenio,milagrosoenverdad,desuespíritu.

Seechóareírymeenseñóunlargojunco.—¡Es la cosamás simpledelmundo!—medijo—,esmuycómodopara respirary cantarbajó el

agua. Es un truco que aprendí de los piratas del Tonquín[30], que de este modo pueden permanecerescondidoshorasenterasenelfondodelosríos[31].Lehabléconseveridad.

—Esuntrucoquehaestadoapuntodematarme…—ledije—,ypuedequehayaresultadofatalparaotros.

Nomecontestó,peroselevantóconeseairedeamenazainfantilqueleconozcotanbien.Nolepermitíquemeintimidara.Ledijeclaramente:—Sabesloquemeprometiste,Erik.¡Nomáscrímenes!—¿Esquehecometidomáscrímenes?—preguntó,adoptandountonoamable.—¡Desgraciado!—exclamé—.¿HasolvidadopueslashorasrosasdeMazenderan?—Sí,preferiríahaberlasolvidado—contestóélrepentinamentetriste—,peroreconocequehicereír

alapequeñasultana.—Todoesoescosapasada…—declaré—,peroahoraeselpresentey,siyolohubieraquerido,éste

noexistiríaparati…Acuérdatedeesto,Erik:¡yotesalvélavida!Aproveché el giro que había tomado la conversación para hablarle de una cosa que desde hacía

tiempoacudíaamenudoamimente.—Erik…,Erik,júrame…—¿Qué? Sabes perfectamente que no cumplo mis juramentos. Los juramentos están hechos para

atraparalosestúpidos—dijo.—Dime…puedesdecírmeloamí,¿no?—¿Qué?—¿Qué?¡Laaraña!…¡Laaraña,Erik!…—¿Quépasaconlaaraña?—Sabesperfectamenteloquequierodecir.—¡Ah!… la araña…Claro que puedo decírtelo…La araña no ha sido cosamía…Aquella araña

estabademasiadogastada…—yriosarcásticamente.Cuandoreía,Erikeraaúnmásespantoso.Saltóalabarcariéndosedeunaformatansiniestraqueno

pudeevitarestremecerme.—¡Muygastada,queridodaroga![32]Muygastadalaaraña…secayósola…Hizo¡boom!Yahora,un

consejo, daroga. Ve a secarte si no quieres coger un constipado… y no vuelvas a subir nunca a mibarca…Y, sobre todo,no intentes entrar enmi casa…No siempre estoyallí…daroga. ¡Y lamentaríatenerquededicartemimisadedifuntos!

Sereía,siempredepieenlapartetraseradelabarca,ysemovíaconunbalanceodemono.Teníatodoelaspectodelarocafatalcon,porsifuerapoco,susojosdeoro.Luegonovimásquesusojosy,finalmente,desaparecióenlanochedellago.

Apartirdeestedíarenunciéaentrarensumansiónporellago.Evidentementeaquellaentradaestabademasiadobienvigilada,sobretododesdequeélsabíaqueyolaconocía.Peropensabaquedebíahaberotra,yaquemásdeunavez,mientraslevigilaba,habíavistodesapareceraErikeneltercersótano,sinpodersabercómo.Noesprecisoquerepitaque,desdequehabíavueltoaencontraraErikinstaladoenlaOpera,vivíabajoelperpetuoterrordesushorriblesfantasías,noenloquepudieraafectarme,perotemíatodo para los demás.[33] Cuando ocurría algún accidente, algún hecho fatal, no podía evitar decirme:«Quizá seaErik»…, igual queotros decían ami alrededor: «Es el fantasma»… ¡Cuántas veces habréoídopronunciaresafraseporgentesquesonreían!¡Desgraciados!Desaberqueaquelfantasmaeradecarne y hueso y más terrible aún que la sombra vana que evocaban, habrían seguramente dejado deburlarse…sihubieransabidosimplementedeloqueErikescapaz,sobretodoenuncampodemaniobrascomolaÓpera…¡Ysihubieranconocidoafondomiterriblepresentimiento!…

En cuanto amí, no vivía…Apesar de queErikme hubiera anunciado con solemnidad que habíacambiadoyquesehabíaconvertidoenelmásvirtuosodeloshombres,desdequeeraamadoporloqueera,fraseque,demomento,medejóhorriblementeperplejo,nopodíadejardeestremecermealpensarenelmonstruo.Suhorrible,únicayrepulsivafealdadlealejabadelahumanidadyeraevidenteparamíqueélnocreíatenerasuvezningúndeberparaconlarazahumana.Laformaenlaquemehabíahabladodesusamoresnohabíahechomásqueaumentarmitemor,yaquepreveíaenaquelnuevoacontecimiento,alque había hecho alusión con el tono de jactancia que ya le conocía, la causa de nuevos dramasmáshorriblesquelosanteriores.Conocíahastaquéextremodesublimeydesastrosaangustiapodíallegareldolor de Erik, y las palabras que me había dicho —vagamente anunciadoras de la catástrofe másespantosa—nocesabandeacudiramitemiblepensamiento.

Por otra parte, había descubierto el extraño comercio moral que se había establecido entre elmonstruoyChristineDaaé.Ocultoeneltrasteroalladodelcamerinodelajovendiva,habíaasistidoasesionesadmirablesdemúsicaquesumíanevidentementeaChristineenunéxtasismaravilloso,pero,detodasformas,nuncahabríapodidoimaginarquelavozdeErik,fuertecomoeltruenoosuavecomoladelosángeles,pudierahacerolvidarsufealdad.ComprendítodocuandodescubríqueChristineaúnnolohabíavisto.Tuveocasióndepenetrarenelcamerinoy,recordandolasleccionesqueélmehabíandadoenotrotiempo,nomecostónadaencontrarelresortequehacíagirarlaparedqueaguantabaelespejo,yvimediantequétrucajedeladrillosahuecadosyladrillosportavocessedejabaoíraChristinecomosihubieraestadoa su lado.Tambiéndescubríporel caminoqueconducea la fuentey laprisión—a laprisióndeloscomuneros—,ytambiénlatrampillaquepermitíaaErikintroducirsedirectamenteenlossótanosdelescenario.

Pocosdíasmás tarde, cuál no seríami sorpresa al enterarme conmis propios ojos ymis propiosoídos,queErikyChristineDaaéseveían,yalsorprenderalmonstruo,inclinadosobrelafuentecillaquellora, en el camino de los comuneros (final de todo, bajo tierra), ocupado en refrescar la frente deChristineDaaédesvanecida.Uncaballo,blanco,elcaballoblancodeElProfeta,quehabíadesaparecidodelascuadrasdelossótanosdelaOpera,estabatranquilamenteasulado.Mepersoné.Fueterrible.Visalirchispasdelosojosdeoro,fuigolpeadoenplenafrenteantesdequepudieradecirunasolapalabray quedé aturdido. Cuando recuperé el conocimiento, Erik, Christine y el caballo blanco habíandesaparecido.NodudédequeladesgraciadajovenseencontrabaprisioneraenlamansióndelLago.Sindetenermeapensar,decidívolveralaorilla,pesealriesgodesemejanteempresa.Duranteveinticuatrohorasespié,escondidocercadelaorillaoscura,laaparicióndelmonstruo,yaqueestabaconvencidodeque tendría que salir en busca de provisiones.Con respecto a esto, debo decir que, cuando salía porParísoque seatrevíaamostrarseenpúblico, seponía, en lugardelhorribleagujerode sunariz,unanarizdecartónpiedraprovistadeunbigote,quenolequitabadeltodosuairemacabro,yaquecuandopasabadecíanasusespaldas:«¡Mira,ahívaesetrompe-la-mort!»[34],peroquelehacíamásomenos—digomásomenos—soportablealavista.

Estabapuesaguardándoloenlaorilladellago—dellagoAvernocomoéllohabíallamadovariasvecesdelantemío,riendosarcásticamente—y,cansadodemilargaespera,medecía:«Hapasadoporlaotrapuerta,porladel“tercersótano”»,cuandooíunpequeñochapoteoenlaoscuridad,vibrillarcomofanalesalosojosdeoroypocodespuésllegabalabarca.Eriksaltabaalaorillayveníahaciamí.

—Haceyaveinticuatrohorasqueestásahí—dijo—;meestáscansando.¡Teadviertoquetodoestoacabarámuymal!Y tú lo habrás querido, ya quemi paciencia contigo es enorme…Crees seguirme,grandísimonecio—(textual)—ysoyyoelquetesigoysétodoloquesabesdemí.Teperdonéayerenmicaminodeloscomuneros,perotedigo,ahoraenserio,quenoquierovolveraverte.Todoestoesmuyimprudenteymepreguntoaunsisabesloqueesperasiinsistesenhablar.

Estaba tan encolerizado que me guardé bien de interrumpirlo. Tras resoplar como una foca, meexpusoloquepensabaquecorrespondíaaloqueyometemía.

—¡Sí,debessaberya—deunavezportodas—quétesignificaríahablar!Tedigoque,porculpadetusimprudencias—puestoquetehashechodetenerdosvecesyaporlasombradelsombrerodefieltro,quiennosabíaquéhacíasenlossótanosytecondujoantelosdirectores,quienestetomaronporunpersafantasiosoaficionadoalostrucosmágicosyalascandilejasdelteatro(yoestabaallí…,sí,estabaenel

despacho;sabesbienqueestoyentodaspartes)—,tedigoqueporculpadetusimprudenciasacabaránpor preguntarse qué es lo que buscas aquí… y querrán, como tú, buscar a Erik… y descubrirán lamansióndelLago…¡Enesecaso,peorparati,amigomío!…¡Peorparati!¡Norespondodenada!—yvolvióa resoplar comouna foca—. ¡Denada!…Si los secretosdeErikno siguen siendo secretosdeErik; ¡peor paramuchos seres humanos! Es todo lo que tenía que decirte y, amenos que no seas ungrandísimonecio—(textual)—deberíasersuficiente,anoserquenosepasloquequieredecirhablar…

Estabasentadoenlapartetraseradesubarcaygolpeabalamaderadelapequeñaembarcaciónconlostalones,esperandounarespuestamía.Ledijesimplemente:

—NoesaErikaquienvengoabuscaraquí…—¿Aquién,pues?—Losabesmuybien,¡aChristineDaaé!—Tengoderechoacitarlaenmicasa—mecontestó—.Meamaporloquesoy.—¡Noescierto!—respondí—.Lahasraptadoysecuestrado.—Óyeme—medijo—,¿meprometesnovolverameterteenmisasuntossiteprueboquemeamatal

comosoy?—Sí, te lo prometo —respondí sin vacilar, pues pensaba que para semejante monstruo esta

demostracióneraimposible.—¡Pues bien, es sencillísimo!… Christine Daaé saldrá de aquí cuando quiera, y volverá… Sí,

volveráporquequerrávolver…¡Volveráporsímisma,porquemequierepormímismo!—¡Oh!,dudoquevuelva,perotuobligaciónesdejarlamarchar,nomolestarla.—Miobligación,grandísimonecio—(textual)—,esmivoluntad…,mideseoesdejarlamarchar,y

ella volverá…, porque me ama… Todo esto, te aseguro, acabará en una boda…, una boda en laMadeleine,grandísimonecio—(textual)—.¿Porfinmecrees?Tedigoque lamisade labodayaestáescrita…VerásquéKyrie…

Volvió a golpear la madera de la barca con los talones, produciendo una especie de ritmo queacompañabacantandoamediavoz:¡Kyrie!…¡Kyríe!…¡KyrieEleison!…¡Verás,verásquémisa!

—Escucha—concluí yo—, te creeré si veo a Christine Daaé salir de la casa del Lago y volverlibrementeaella.

—¿Ynovolverásameterlanarizenmisasuntos?¡Puesbien,loverásestanoche!…Venalbailedemáscaras.Christineyyoiremosadarunavuelta…Túirásdespuésaesconderteenel trasteroyveráscómoChristine,quehabrávueltoa sucamerino,querrá tan sólovolveraemprenderel caminode loscomuneros.

—¡Deacuerdo!Sienefectoveíaeso,nomequedaríamás remedioqueaceptarlo,yaqueunamujerhermosa tiene

siempreelderechodeamaralmáshorribledelosmonstruos,sobretodoenelcasodeque,comoenéste,tengalaseduccióndelamúsicayqueestamujerseaprecisamenteunacantantemuyapreciable.

—¡Yahoravete,debosalirdecompras!Me fui, pues, siempre inquieto por Christine Daaé, pero rumiando sobre todo en el fondo de mí

mismountemiblepensamientoqueélhabíadespertadoacausademisimprudencias.Medecía:«¿Cómoacabaráesto?».Apesardemicarácteralgofatalista,nopodíadeshacermedeuna

indefinible angustia debido a la increíble responsabilidad que había tomado un día al dejar vivir al

monstruoquehoyamenazabaamuchossereshumanos.Antemigransorpresa,lascosassucedieroncomoélmelohabíaanunciado.ChristineDaaésalióde

lacasadelLagoyvolvióvariasvecessinqueaparentementenadie la forzara.Quiseentoncesolvidaresteamorosomisterio,peroeramuydifícilparamí,sobretodoacausadeaqueltemiblepresentimiento,dejar de pensar en Erik. De todosmodos, resignado a una extrema prudencia, no cometí el error devolver a la orilla del Lago o de emprender de nuevo el camino de los comuneros. Pero, como meperseguía la obsesión de la puerta secreta del tercer sótano, varias veces fui a aquel lugar que sabíadesierto durante lamayor parte del día.Me pasaba allí interminables ratos retorciéndome los dedos,escondidodetrásdeundecoradodeElreydeLahore,quehabíandejadoallínoséporqué,yaqueestaobranoserepresentabaconfrecuencia.Tantapacienciahabríadeserrecompensada.Undíaviacercarsea mí, de rodillas, al monstruo. Estaba seguro de que no me veía. Pasó entre el decorado que seencontrabaallíyunportante,fuederechohastalaparedypresionó,enunlugarqueidentifiquédelejos,unresortequehizobascularlapiedraquedejabalibreelpaso.Desaparecióporestepasajeylapiedravolvió a cerrarse tras él. Ahora sabía el secreto del monstruo, secreto que podía llevarme, en sumomento,alamansióndelLago.

Paraasegurarmeesperéalmenosunamediahorayluegohicegiraramivezelresorte.TodofuncionócomohabíafuncionadoconErik.Peronomeatrevíaentrarenelagujerosabiendoqueésteseencontrabaenlacasa.Porotraparte,laideadequepodíasersorprendidoaquíporErikmerecordóderepentelamuertedeJosephBuquety,comonoqueríacomprometersemejantedescubrimiento,quepodíaserútilamucha gente, a muchos seres humanos, abandoné los sótanos del teatro tras haber vuelto a colocarcuidadosamentelapiedraensusitio,siguiendounsistemaquenohabíavariadodesdelospersas.

Comoustedescomprenderán, continuabamuy interesadoen la intrigadeErikyChristineDaaé,noporque obedeciera a una curiosidad malsana, sino debido, como ya he dicho, a aquel temiblepresentimientoquenomeabandonada:«SiErikdescubrequenoloamapor loquevale—pensaba—,podemosesperar lopeor».Y,deambulandosincesar,peroconprudenciapor laópera,prontosupe laverdadsobrelostristesamoresdelmonstruo.SehabíaapoderadodelespíritudeChristineporelterror,pero el corazónde la dulce niña pertenecía enteramente al vizcondeRaoul deChagny.Mientras éstosjugaban inocentemente, como dos inocentes prometidos, en la parte alta de la ópera —huyendo delmonstruo—,nosospechabanquealguienlesvigilaba.Yo,estabadecididoatodo:amataralmonstruosieraprecisoyadardespuésexplicacionesalajusticia.PeroEriknosedejóver,yestonometranquilizóenlomásmismo.

Debo aclarar cuál erami plan.Creía que elmonstruo, expulsado de sumorada por los celos,mepermitiríadeestemodopenetrarsinpeligroenlacasadelLagoporelpasajedeltercersótano.Teníaelmayorinterés,porelbiendetodos,ensaberquépodíahaberallí.Undía,cansadodeesperarlaocasión,hicegirar lapiedrae inmediatamenteoíunamúsicamaravillosa.Elmonstruo trabajaba,con todas laspuertas de la casa abiertas, en suDon JuanTriunfante.Yo sabía que ésta era la obra de su vida.Meguardédemovermeypermanecíprudentementeenmioscuroagujero.Sedetuvounmomentoysepusoacaminarcomoun locoporsumorada.Dijodeprontoenalto,convozatronadora:«¡Deboacabarestoantes! Y bien acabado». Esta palabra no era la más indicada para tranquilizarme y, como la músicavolvíaaempezar,cerré lapiedraconprecaución.Pero,apesarde lapiedracerrada,oíaaúnunvagocantolejanoquesubíadelfondodelatierra,aligualquehabíaoídoelcantodelasirenasubirdelfondo

delasaguas.Recordabalaspalabrasdealgunostramoyistas,delosquesehabíanreídoenelmomentodelamuertedeJosephBuquet:«Habíaalrededordelcuerpodelahorcadoalgoasícomounruidoqueparecíauncantodedifuntos».

EldíadelraptodeChristineDaaénolleguéalteatrohastabastanteavanzadalavelada,temblandoantelaideadeoírmalasnoticias.Habíapasadoundíahorrible,yaquenohabíacesado,trasleerenunperiódicodelamañanalanoticiadelabodadeChristineydelvizcondedeChagny,depreguntarmesi,apesardetodo,noharíamejordenunciandoalmonstruo.Perorecobréeljuicioymepersuadídequeconestaactitudsólopodíacontribuiraprecipitarlaposiblecatástrofe.

Cuandomicarruajemedejóantelaópera,miréelmonumentocomosienverdadestuvieraextrañadodeencontrarlotodavíaenpie.

Pero,comotodobuenoriental,soyunpocofatalistayentré,esperándomelotodo.El raptodeChristineDaaéenel actode laprisión,que sorprendióa todoelmundo,mecogióya

advertido.Estaba segurode queErik la había escamoteado, como reyde los prestidigitadores que enverdadera.YcreíqueestavezhabíallegadoelfinparaChristineyquizáparatodoelmundo.

Hastatalpuntoqueporunmomentomepreguntésinoibaaaconsejaratodoslosqueseguíanenelteatroquesepusieranasalvo.Perodenuevomecontuve,puesestabasegurodequemetomaríanporunloco.Porúltimo,noolvidabaque, si por ejemplogritaba:«¡Fuego!»parahacer salir a aquellagente,podíaprovocarunacatástrofe—asfixiasenlahuida,pisoteos,luchassalvajes—peoraúnquelamismacatástrofe.

De todas formas, me decidí a intervenir personalmente sin pérdida de tiempo. Por lo demás, elmomentomeparecíapropicio.TeníamuchasprobabilidadesdequeEriknoseocuparamásquedesuprisionera. Había que aprovechar para penetrar en sumorada por el tercer sótano y pensé unir paraaquellaempresaalpobrevizcondedesesperado,quien,enelactoaceptómipropuestaconunaconfianzaquemeconmovióprofundamente.Habíaenviadoamicriadoabuscarmispistolas.Dariusnosalcanzócon la caja en el camerino deChristineDaaé.Di una pistola al vizconde y le aconsejé que estuvierasiempredispuestoadisparar,comoyo,yaque,apesardetodo,Erikpodíaesperarnosdetrásdelapared.Debíamospasarporelcaminodeloscomunerosyporlatrampilla.

El jovenvizcondemehabíapreguntado,alver laspistolas,si íbamosabatirnosenduelo.Yyo ledije:¡yquéduelo!Perodesdeluegonotuvetiempodeexplicarlenada.El jovenvizcondeesvaliente,peroignorabacasitodosobresuadversario.¡Muchomejor!

¿Qué es un duelo con elmás temible de los espadachines comparado con un combate con elmásgenial de losprestidigitadores?Yomismomehacíadifícilmente a la ideadeque iba a luchar conunhombre que sólo es visible cuando lo desea y que además ve todo a su alrededor cuando todo sigueoscuro…Con un hombre cuya rara ciencia, sutilidad, imaginación y destreza le permiten disponer detodaslasfuerzasnaturalescombinadasparacrearennuestrosojosuoídoslailusiónquenospierde…Ytodo esto en los sótanos de la ópera, es decir en el mismo país de la fantasmagoría. ¿Acaso puedeimaginarseestosinestremecerse?¿Acasopodemoshacernosunaideadeloquelehubieraocurridoaunhabitante de laOpera si hubiera encerrado en ella—en sus cinco sótanos y veinticinco pisos—a unRobert-Houdinferozysarcástico,quetanprontoseríecomoodia,tanprontovacíalosbolsilloscomoasesina?…Piensen en esto: «¿Combatir contra unmaestro en trampillas?». ¡Diosmío!Ha construidotantas en nuestro país, en todos los palacios, trampillas pivotantes que son las mejores del mundo.

¡Combatiralmaestroentrampillasenelreinodelastrampillas!SimiesperanzaconsistíaenqueaúnnohabíadejadoaChristineDaaéenaquellamansióndelLago,a

laquehabíadebidollevardesvanecidaunavezmás,miterrorencambioestribabaenqueseencontrarayaenalgunapartedenuestroalrededorpreparandoellazodelPendjab.

NadiesabelanzarmejorqueélellazodelPendjab:eselpríncipedelosestranguladoresaligualqueeselreydelosprestidigitadores.Cuandohuboacabadodehacerreíralapequeñasultana,entiemposdelas lloras rosas de Mazenderan, ella misma le pidió que él se divirtiera haciéndola temblar. Y noencontrónadamejor que el juegodel lazodelPendjab.Erik, quehabía vividoun tiempo en la India,habíavueltoconunaincreíbledestrezaparaestrangular.Sehacíaencerrarenunpatioalqueconducíanaunguerrero—habitualmenteuncondenadoamuerte—,arriadoconuna largapicayunaanchaespada.Eriknoteníamásquesulazoy,siempreenelmomentoenqueelguerrerocreíaabatiraErikdeungolpepoderoso,seoíasilbarellazo.Conunmovimientodemuñeca,Erikapretabaeldelgadolazoenelcuellodesuenemigoyloarrastrabainmediatamenteantelapequeñasultanaysuscriadas,quemirabandesdeunaventanayaplaudían.LapequeñasultanaaprendiótambiénalanzarellazodelPendjab,ymatóasíavarias de sus criadas, e incluso a algunas de sus amigas que habían venido a visitarla. Pero prefieroabandonarel temahorriblede lashorasrosasdeMazenderan.Sihehabladoes,porquetuve,al llegarconelvizcondedeChagnyalossótanosdelaópera,queponerenguardiaamicompañerocontraestaposibilidad, siempre amenazante a nuestro alrededor, de estrangulamiento. En verdad, una vez en lossótanos,mis pistolas ya no podían servirnos de nada, ya que estaba convencido de que, a partir delmomentoenquenosehabíaopuestodesdeelprincipioanuestraentradaenelcaminodeloscomuneros,Eriknomerodeabaporallí.Perosiemprepodíaestrangularnos.Notuvetiempodeexplicartodoestoalvizconde, y no sé si, disponiendo de ese tiempo, lo habría empleado en contarle que había en algunaparte,enlasombra,unlazodePendjabdispuestoasilbar.Eraabsolutamenteinútilcomplicarlasituaciónyme limitaba a aconsejar al señordeChagnyquemantuviera siempre lamanoa la alturadel ojo, enposicióndedisparar.Enestaposturaresultaimposible, inclusoparaelestranguladormáshábil, lanzarconéxitoellazodePendjab.Almismotiempoqueelcuello,cogeelbrazoolamano,yasíellazo,alquepuededesatarsefácilmente,sevuelveinofensivo.

Después de esquivar al comisario de policía y a algunos cerradores de puertas, a los bomberos,encontrarporprimeravezalmatadorderatasypasardesapercibidosanteelhombredelsombrerodefieltro, el vizconde y yo conseguimos llegar sin obstáculos al tercer sótano, entre el bastidor y eldecoradodeElreydeLahore.PuseenacciónelresortedelapiedraysaltamosalamoradaqueEriksehabía construido en la doble envoltura de las paredes de los cimientos de la ópera (y con lamayorsencillez delmundo, porque Erik fue uno de los primerosmaestros de obras de PhilippeGarnier, elarquitecto de la Opera, y continuó trabajando misteriosamente solo, cuando los trabajos habían sidosuspendidosoficialmentedurantelaguerra,elsitiodeParísylaComuna).

ConocíalosuficienteaErikparatenerlapresuncióndellegaradescubrirtodoslostrucosquehabríapodidopergeñar durante todo este tiempo.Tampoco estabanada tranquilo al saltar dentrode su casa.SabíaloquehabíahechodeciertopalaciodeMazenderan.Convirtióeledificiomásnobledelmundoenlacasadeldiablo,dondenopodíapronunciarseunapalabrasinquefueraespiadaodevueltaporeleco.¡Cuántos dramas familiares, cuántas tragedias sangrientas arrastraba tras de sí el monstruo con sustrampillas! Esto sin tener en cuenta que, en los palacios que él había «trucado», no podía saberse

exactamentedóndeseencontrabauno.Teníainvencionessorprendentes.Sinduda,lamáscuriosa,lamáshorrible y la más peligrosa de todas era la cámara de los suplicios, con excepción de casosexcepcionalesenlosquelapequeñasultanasedivertíahaciendosufriraalgúnplebeyo,nodejabanentrarmásquealoscondenadosamuerte.AmimododevereralainvenciónmásatrozdelashorasrosasdeMazenderan.Además,cuandoelvisitantequehabíaentradoen lacámarade lossupliciosyanopodíaaguantarmás,leestabapermitidosiempreacabarconunlazodelPendjab,quedejabanasudisposiciónalpiedelárboldehierro.

Así,cuálnoseríamisorpresa,pocodespuésdeentrarenlamoradadelmonstruo,alcaerenlacuentade que la habitación a la que acabábamos de saltar el vizconde de Chagny y yo era precisamente lareconstrucciónexactadelacámaradelossupliciosdelashorasrosasdeMazenderan.

Encontré anuestrospies el lazodelPendjabquehabía temido tantodurante toda lanoche.EstabaconvencidodequeaquellazohabíaservidoyaparaJosephBuquet.EljefedetramoyistasdebíahabersorprendidoaErik,igualque,yo,enelmomentoenqueponíaenjuegolapiedradeltercersótano.Luego,porcuriosidad,habíaintentadopasarasuvezantesdequelapiedravolvieraacerrarse,yhabíaidoacaeralacámaradelossuplicios,delaquenohabíavueltoasalirmásqueahorcado.Meimaginabamuybien a Erik arrastrando el cuerpo, del que quería librarse, hasta el decorado de El rey de Lahore ycolgándoloallíparadarejemplooparaaumentarelterrorsupersticiosoquedebíaayudarleavigilarlosaccesosdelacaverna.

Pero,trasreflexionar,ErikhabíavueltoabuscarellazodelPendjab,queestáhechocuriosamentedetripasdegatoyquehubierapodidoexcitarlacuriosidaddeunjuezdeinstrucción.Asíseexplicabaladesaparicióndelacuerdadelahorcado.

Y he aquí que descubría el lazo a nuestros pies en la cámara de los suplicios… No soy nadapusilánime,perounsudorfríomeinundóelrostro.

Lalinterna,cuyopequeñodiscorojopaseabaporlasparedesdelafamosísimacámara,temblabaenmimano.

ElseñordeChagnysediocuentaymedijo:—¿Quépasa,señor?Lehiceunaviolentaseñaldequesecallara,yaqueaúnabrigabalasupremaesperanzadequenos

encontráramosenlacámaradelossupliciossinqueelmonstruolosupiera.Peroniaquellaesperanzaeralasalvación,yaqueaúnpodíaimaginarmuybienque,porelladodel

sótano,lacámaradelossupliciosprotegíalamansióndelLago,quizásinclusoautomáticamente.Sí,lossupliciosibanacomenzarquizásautomáticamente.¿Quiénhubierasidocapazdedecirquégestosnuestroslosdesencadenarían?Recomendé a mi compañero la inmovilidad más absoluta. Un silencio aplastante se cernía sobre

nosotros.Y mi linterna roja seguía dando la vuelta a la cámara de los suplicios… la reconocía, sí… la

reconocía…

CAPÍTULOXXIII

ENLACÁMARADELOSSUPLICIOS

SigueelrelatodelPersa

Nosencontrábamosenmediodeunapequeñasalade formaperfectamentehexagonal…,cuyasseiscarasestabanforradasinteriormentedeespejos…,dearribaaabajo…Enlosángulossedistinguíamuybien las juntasde losespejos, lospequeñossectoresdestinadosagirar sobresusgoznes…,sí, sí, losreconocí…,yreconocíelárboldehierroenunrincón,alfinaldeunodeestospequeñossectores…,elárboldehierroconsuramadehierro…,paralosahorcados.

Había cogidoelbrazodemi compañero.ElvizcondedeChagny temblaba,dispuesto agritar a suprometidaparadecirlequehabíavenidoensuayuda…Yotemíaquenopudieracontenerse.

Derepente,oímosunruidoanuestraizquierda.Alprincipio, fuecomounapuertaqueseabrieraysecerraraen lahabitacióndeal lado,después

huboungemidosordo.RetuveconmásfuerzaaúnelbrazodelseñordeChagny.Luegooímosclaramenteestaspalabras:

—¡Tómaloodéjalo!¡Lamisadebodasolamisadedifuntos!Reconocílavozdelmonstruo.Volvióaoírseungemido.Después,unlargosilencio.Estabapersuadidoentoncesdequeelmonstruoignorabanuestrapresenciaensumorada,yaquedelo

contrarioselashabríaarregladoparaquenoleoyéramos.Lehubierabastadoconcerrarherméticamentelaventanitainvisibleporlaquelosquegustandelossupliciosmirandentrodelacámara.

Además,estabasegurodeque,siélestuvieraenteradodenuestrapresencia,lossupliciosyahabríanempezado.

TeníamospuesunabuenaventajasobreErik:nosencontrábamosasuladoyélnosabíanada.LoimportanteeranohacérselosaberyloquemástemíaeralaimpulsividaddelvizcondedeChagny,

quequeríalanzarseatravésdelasparedesparaalcanzaraChristineDaaé,cuyosgemidoscreíamosoírpormomentos.

—¡Lamisadedifuntosnoesmuyalegre!—continuódiciendoErik—,mientrasquelamisadebodas,esasí,esmagnífica.Hayquetomarunadecisiónysaberloquesequiere.Amímeesimposibleseguirviviendoasí,enelfondodelatierra,enunagujero,comountopo.DonJuanTriunfanteestáterminado,ahora quiero vivir como todo elmundo. Quiero tener unamujer como todo elmundo, ir a pasear eldomingo.Heinventadounamáscaraconlaqueparezcolapersonamásnormaldelmundo.Nollamarálaatención de nadie. Serás la más feliz de las mujeres. Y cantaremos solo para nosotros, hasta morir.¡Lloras!¡Tienesmiedodemí!Sinembargo,enelfondonosoymalo.¡Ámameyloverás!¡Sólomehafaltadoquemeamaranparaserbueno!Sitúmeamarasseríamansocomouncorderoyharíasdemíloquequisieras.

Elgemidoqueacompañabaaestaespeciedeletaníadeamorfueenaumento.Jamásheoídoalgomás

desesperado, y el señor de Chagny y yo reconocimos que Erik era el que emitía aquella espantosalamentación.EncuantoaChristine,quizádetrásde laparedque teníamosdelantenuestro,debía estarmudadehorror,sinfuerzasparagritar,conelmonstruoasuspies.

Estelamentoerasonoro,atronadoryestentóreocomolaquejadelocéano.PortresvecesErikarrojóaquellamentodelarocadesugarganta.

—¡Túnomeamas!¡Túnomeamas!¡Túnomeamas!—Después,secalmó—:¿Porquélloras?Sabesmuybienquemehacesdaño.

Sehizoelsilencio.Cadasilenciosuponíaparanosotrosunaesperanza.Nosdecíamos:«Quizásdetrásdelapared,élse

haidoydejadoaChristineDaaésola».SólopensábamosenindicaraChristineDaaénuestrapresenciasinqueelmonstruosedieracuenta.Ahora,laúnicaformadesalirdelacámaradelossuplicioseraqueChristinenosabrieralapuerta;

denoserasí,nopodríamossocorrerla,yaqueignorábamosinclusodóndeseencontrabalapuerta.Derepente,elsilenciodealladofueturbadoporelruidodeuntimbreeléctrico.AlotroladodelaparedseoyóunsaltoylavozdetruenodeErik:—¡Llaman!Queentre—unalúgubrecarcajadasarcástica—.¿Quiénvieneamolestarnos?Espérame

aquíunmomento…,voyadecirlealasirenaqueabra.Unos pasos se alejaron, una puerta se cerró.No tuve tiempode pensar en el nuevo horror que se

preparaba;olvidéquequizáselmonstruosalíaparacometerunnuevocrimen.Nopensémásqueenunacosa:¡Christineseencontrabasolaalotroladodelapared!ElvizcondedeChagnyyalallamaba.

—¡Christine,Christine!Sioíamosloquedecíanenlahabitacióndeallado,nohabíamotivoparacreerquemicompañerono

fueraoídoasuvez.Sinembargo,elvizcondetuvoquerepetirvariasvecessullamada.Porfin,unavozdébilllegóhastanosotros.

—¿Estarésoñando?—¡Christine, Christine! ¡Soy yo, Raoul! —Silencio—. Contéstame Christine… ¡Si está sola,

contésteme,porloqueustedmásquiera!Entonces,lavozdeChristinemurmuroelnombredeRaoul.—¡Sí,sí,soyyo!¡Noesunsueño!…Christine,tengaconfianza…Estamosaquíparasalvarla…¡Ni

unaimprudencia…!Cuandooigaalmonstruo,avísenos.—¡Raoul,Raoul!SehizorepetirvariasquenosoñabayqueRaouldeChagnyhabíapodidollegarhastaella,conducido

porunfielcompañeroqueconocíaelsecretodelamansióndeErik.Peroenseguida,alarápidaalegríaqueletraíanuestrapresencia,siguióuntemoraúnmayor.Quería

queRaoulsemarcharaenelacto.TemblabademiedoaqueErikdescubrierasuescondite,yaqueenesecasonohubieradudadoenmataral joven.NoshizosaberenpocaspalabrasqueEriksehabíavueltoabsolutamentelocodeamoryqueestabadecididoamataratodoelmundoyaélmismoconelmundo,siellanoconsentíaenconvertirseensumujeranteelalcaldeyelpárroco,elpárrocodelaMadeleine.Lahabíadejadohastaeldíasiguientea lasonceparameditar.Eraelúltimoplazo.Entonces, tendríaqueelegir,comodecíaél,entrelamisadebodasoladedifuntos.

YErikhabíapronunciadoestafrasequeChristinenohabíacomprendidoenteramente:«¡Síono;sies

no,todoelmundopuededarsepormuertoyenterrado!».Peroyocomprendíaquellafraseperfectamente,porquerespondíadeformaamenazanteamitemible

pensamiento.—¿PodríadecirnosdóndeestáErik?—lepregunté.Ellacontestóquedebíahabersalidodelamansión.—¿Podríaasegurarsedeello?—¡No!…Estoyatada…,nopuedohacerniun sologesto.Al saberlo, el señordeChagnyyyono

pudimoscontenerungritoderabia.Lasalvacióndelostresdependíadelalibertaddemovimientosdelajoven.

—¡Oh!¡Liberarla,llegarhastaella!—Pero,¿dóndeestán?—volvióapreguntarChristine—.Haysólodospuertasenmihabitación, la

habitaciónestiloLuisFelipedelaquelehehablado,Raoul…,unapuertaporlaqueentraysaleErik,yotraquenohaabiertojamásdelantedemíyporlaquemehaprohibidopasarporser,segúndice,lamáspeligrosadelaspuertas…,¡lapuertadelossuplicios!

—¡Christine,estamosdetrásdeesapuerta!…—¿Estánenlacámaradelossuplicios?—Sí,peronovemoslapuerta.—¡Ay!…Sialmenospudieraarrastrarmehastaallí…Golpearíacontralapuertayasísabríandónde

está.—¿Esunapuertaconcerradura?—pregunté.—Sí,concerradura.Pensé:seabredelotroladoconunallave,comotodaslaspuertas,peropornuestroladoseabrecon

elresorteyelcontrapeso,ynovaaserfácildescubrirlo.—¡Señorita!—dije—.¡Esabsolutamentenecesarioquenosabraesapuerta!—Pero, ¿cómo?—respondió la voz desolada de Christine. Oímos un cuerpo que se movía, que

intentabalibrarsedelasligadurasquelaaprisionaban…—Sólonossalvaremosconastucia—dije—.¡Necesitamoslallavedeesapuerta!—Sédóndeestá—contestóChristinequeparecíaagotadaporelesfuerzoqueacababadehacer—,

peroestoybienatada…¡Miserable!…Seoyóunsollozo.—¿Dóndeestálallave?—pregunté,ordenandoalseñordeChagnyquesecallaraymedejarallevar

elasuntoporquenopodíamosperderniuninstante.—En la habitación, junto al órgano, con otra llavecita de bronce que igualmenteme ha prohibido

tocar.Están enunabolsita de cuero a la que él llamaLabolsita de la viday de lamuerte… ¡Raoul!¡Raoul!… Huya…Aquí todo es misterioso y terrible… Erik se ya volver completamente loco… ¡Yustedes en la cámara los suplicios!… ¡Salganpor dondehanvenido! ¡Esa cámara debe tenermotivosparallamarseasí!

—¡Christine,saldremosdeaquíjuntosomoriremosjuntos!—dijoeljoven.—Tenemos que salir de aquí sanos y salvos—susurré—, pero debemos conservar la sangre fría.

¿Porquélahaatado,señorita?Nopuedehuirdeaquí,yéllosabe.—¡Quise matarme! El monstruo, esta noche, después, haberme traído aquí desvanecida, medio

cloroformizada,sehabíaausentado.Habíaido,pareceser—esélquienmelohadicho—,avisitarasubanquero… Cuando ha vuelto, me ha encontrado con el rostro ensangrentado… ¡yo había queridomatarme!¡Mehabíagolpeadolafrentecontralasparedes!

—¡Christine!—gimióRaoul,yempezóasollozar.—Entonces,meató…Notengoderechoamorirhastamañanaalasonce…Todaestaconversaciónatravésdelaparedfuemuchomás«entrecortada»ymuchomáscautelosade

loquepodríadar idea transcribiéndolaaquí.Amenudonosdeteníamosenmediodeunafrase,porquenoshabíaparecidooíruncrujido,unpaso,unmurmulloinsólito…Ellanosdecía:

—¡No,noesél!…Hasalido…¡Estoyseguradequehasalido!Hereconocidoelruidoquehacealcerrarselapareddellago.

—Señorita—declaré—,elmonstruomismolahaatado…Tambiénseráélquienladesate…Notienemásquesimularunacomedia…¡Noolvideustedquelaama!

—¡Desgraciadademí!—oírnos—.¿Cómopodríaolvidarlo?—Recuérdeloparasonreírle…suplíquele,dígalequeesasataduraslehacendaño.PeroChristineDaaénosdijo:—¡Chisss!…Oigoalgoenlapareddellago…¡Esél!…¡Váyanse!¡Váyanse!…¡Váyanse!…—No nos iríamos aunque pudiéramos—dije para impresionar a la joven—. ¡No podemos irnos!

¡Además,estamosenlacámaradelossuplicios!—¡Silencio!—volvióasusurrarChristine.Lostresnoscallamos.Pasossordossearrastrabanlentamentedetrásdelaparedyvolvíanahacercrujirelsuelo.Luego,hubounenormesuspiroseguidodeungritodehorrordeChristine,yoímoslavozdeErik.—¡Tepidoperdónporenseñarteunrostrocomoéste!¡Miraenquéestadomeencuentro!¡Esculpa

delotro!¿Porquéhabrállamado?¿Acasopreguntoalosquepasanquéhoraes?Novolveráapreguntarlahoraanadie.Esculpadelasirena…

Denuevounsuspiromásprofundo,másamplio,salidodelomáshondodelabismodeunalma.—¿Porquéhasgritado,Christine?—Porquesufro,Erik.—Creíquetehabíaasustado…—Erik,aflójemeestasataduras…¿nosoyacasotuprisionera?—Volverásadesearlamuerte…—Mehadadoustedtiempohastamañanaporlanoche,alasonce,Erik…Lospasosseguíanarrastrándoseporelsuelo.—Despuésdetodo,yaquedebemosmorirjuntos…,yquetengotantaprisacomotú…,sí,yotambién

estoycansadodeestavida,¿entiendes?…¡Espera,notemuevas;voyadesatarte!…Notienesmásquedecirunapalabra:¡no!,ytodosehabráacabado,paratodoelmundo…¡Tienesrazón…,tienestodalarazón!¿Paraquéesperarhastamañanaporlanochealasonce?…¡Ah,sí,porquehabríasidomuchomásbonito!…He tenidosiempre laenfermedaddeldecorado…de lograndioso…¡qué infantil!…Nohayquepensarmásqueenunomismo,enlavida…,enlapropiamuerte…,elrestoessuperfluo…¿Veslomojadoque estoy?… ¡Ah, querida, es que hicemal en salir!…Haceun tiempode perros…Además,Christine,creoquetengoalucinaciones…Sabes,elquellamabahaceunratodondelasirena,vetesabersisuenaenelfondodellago,puesbien,separecía…Así,vuélvete…¿Estáscontenta?¡Yaestáslibre!…

¡Dios mío, tus muñecas, Christine! ¿Les he hecho daño? Dime… Esto sólo merece la muerte… Apropósitodemuerte,¡debocantarlesumisa!

Al oír aquellas frases terribles, no pude evitar un horrible presentimiento… También yo habíallamadounavezalapuertadelmonstruo…¡ysinsaberlo!…habíadebidoponerenmarchaalgúntimbredealarma…Ymeacordabadelosdosbrazosquesalierondelasaguasnegrascomolatinta…¿Quiénhabríasidoahoraelpobredesgraciadoperdidoenaquellasorillas?

El recuerdo de aquel desgraciado casi me impedía regocijarme por la comedia que representabaChristiney,sinembargo,elvizcondedeChagnymurmurabaamioídoestapalabramaravillosa:¡libre!…¿Quién,pues?¿Quiéneraelotro?¿Aquelporelqueoíamosahoralamisadifuntos?

¡Quécantomássublimeyarrebatado!TodalamansióndelLagoretumbaba…Todaslasentrañasdelatierraseestremecían…HabíamospegadolaorejacontralapareddeespejoparaoírmejorlacomediadeChristineDaaé,aqueseentregabaparasalvamos,perosólooíamoslamisadedifuntos…¡Eramásbienunamisadecondenados!…Allí,enelfondodelatierra,parecíaunarondademalditos.

RecuerdoqueelDiesIraequeélcantónosenvolviócomounatormenta.Sí,anuestroalrededorhabíarayosycentellas…Sí,lehabíaoídocantarotrasmuchasveces…Conseguíainclusohacercantaralasfaucesdepiedrademis torosandrocéfalosen losmurosdelpalaciodeMazenderan…Perocantardeestaforma,¡jamás,jamás!Cantabacomoeldiosdeltrueno…

De repente, la voz y el órgano se detuvieron tan bruscamente que el señor de Chagny y yoretrocedimos detrás de la pared, asustados…Y la voz de pronto cambiada, transformada, pronuncióclaramenteestassílabasmetálicas,rechinandolosdientes:

—¿Quéestáshaciendoconmibolsa?

CAPÍTULOXXIV

EMPIEZANLOSSUPLICIOS

SigueelrelatodelPersa

Lavozrepitióconfuror:—¿Quéestáshaciendoconmibolsa?ChristineDaaénodebíatemblarmenosquenosotros.—¿Conqueeraparacogerlabolsaporloquequeríasquetedesatara,di?…Seoyeronpasosprecipitados, lacarreradeChristinequevolvíaalahabitaciónestiloLuisFelipe,

comoparabuscarrefugiojuntoanuestrapared.—¿Porquéhuyes?—decíalaenfurecidavoz,quelahabíaseguido—.¡Quieresdevolvermemibolsa!

¿Nosabesacasoqueeslabolsitadelavidaydelamuerte?—Escúcheme,Erik…—suspirólajoven—.Siapartirdeahoradebemosvivirjuntos…¿quépuede

importarle?…¡Todoloqueessuyomepertenece!…Lohabíadichodeunaformatantemblorosaqueinspirabacompasión.Ladesgraciadadebíaemplear

toda la energía que le quedaba para superar su terror… Pero no sería con este tipo de supercheríasinfantiles,dichasconlosdientescastañeteantes,comopodíasorprendersealmonstruo.

—Sabesbienquelabolsanocontienemásquedosllaves…¿Quéqueríashacer?—preguntóErik.—Quisiera—dijoella—visitaresahabitaciónquenoconozcoyquesiempremehaocultado…¡Es

unacuriosidaddemujer!—añadióellaenun tonoquepretendíaseralegreyqueporsufalsedadsólosirvióparaaumentarladesconfianzadelmonstruo.

—¡Nomegustanlasmujerescuriosas!—replicóErik—.DeberíasdesconfiardeesascosasdesdelahistoriadeBarbaAzul…¡Vamos!…¡Devuélvememibolsa…,devuélvememibolsa!…¡Quieresdejaresallave…pequeñacuriosa!

Y rió sarcásticamente,mientrasChristine lanzaba un grito de dolor…Erik acababa de quitarle labolsa.

Fueenaquelmomentocuandoelvizconde,sinpodercontenersepormás tiempo, lanzóungritoderabiaydeimpotencia,quelogréahogarconmuchadificultad…

—¡Ah!—exclamóelmonstruo—.¿Quéeseso?¿Nohasoído,Christine?—¡No…,no!Noheoídonada—contestóladesgraciada.—Mehaparecidooírungrito.—¿Ungrito?…¿Acasoestáustedenloqueciendo,Erik?…¿Quiénquierequegriteenelfondodeesta

mansión?…Yohegritadoporquemehacíadañó…Noheoídonada…—¡Quémaneradedecirmeesto!…¡Tiemblas…! ¡Estásmuyalterada!…¡Mientes!…¡Hangritado,

hangritado!…Hayalguienenlacámaradelossuplicios…¡Ah,ahoracomprendo!…—¡Nohaynadie,Erik!…—¡Yaentiendo!…—¡Nadie!…

—¡Quizá…tuprometido!…—¡Yonotengoprometido!¡Losabeustedmuybien!…Unanuevarisamalévola.—Porotraparte,¡estanfácilsaberlo!…MipequeñaChristine,amormío…,noesnecesarioabrirla

puertaparasaberquéocurreenlacámaradelossuplicios…¿Quieresverlo?¿Quieresverlo?…¡Mira!…Sihayalguien…,sirealmentehayalguien,veráscómoseiluminaráalláarriba,alladodeltecho,laventanainvisible…Bastaconcorrerlacortinanegrayapagaraquí…¡Yaestá!…¡Apaguemos!Nodebestemerlaoscuridad,encompañíadetumaridito…

EntoncesseoyólavozagonizantedeChristine.—¡No!…Tengomiedo… ¡Ya le he dicho que tengomiedo a la oscuridad!… ¡Esa cámara nome

interesaenlomásmínimo!…¡Esustedquienmedamiedo, comoaunaniña, con esa cámarade los suplicios!…Anteshe sido

curiosa,escierto…Pero,ahora,nomeinteresanadadenada…¡nada!Yloqueyomástemíasedisparóautomáticamente…¡Derepentenosvimosinundadosdeluz!…Sí,

detrás de nuestra pared se produjo comoun incendio.El vizconde deChagny, que no se lo esperaba,quedótansorprendidoquesetambaleó.Ylavozencolerizadaestallóalotrolado.

—¡Yatedecíaquehabíaalguien!…¿Vesahoralaventana?…¡Laventanaluminosa!…¡Alláarriba!Elqueseencuentradetrásdeesaparednopuedeverla…Perotúsubirásaladobleescalerilla,¡estáaquíparaeso!Amenudomehaspreguntadoparaquéservía…Puesbien,¡yalosabes!…¡Sirveparamirarloquesucedeenlacámaradelossuplicios…,pequeñacuriosa!

—¿Qué suplicios?… ¿Qué suplicios hay allí dentro? ¡Erik, Erik, dígame que tan sólo quiereatemorizarme!¡dígamelosimeama,Erik!…Nohaysuplicios,¿noescierto?¡Soncuentosparaniños!…

—Veamirar,queridamía,porlaventanita…No sé si el vizconde, ami lado, oía ahora la voz desfallecida de la joven, hasta tal punto estaba

absortoenelespectáculoinauditoqueacababadesurgirantesumiradadesorbitada…Encuantoamí,que ya había visto muy a menudo aquel espectáculo a través de la ventanita de las horas rosas deMazenderan,sólomequedabaoírloquedecíanallado,buscandounmotivodeacción,unaresoluciónatomar.

—¡Veaver,veamirarporlaventanita!…¡Dime,cuéntamedespuéscómotienelanariz!Oírnosrodarlaescalera,queapoyabancontralapared…—¡Sube,pues!…¡No!…¡No!…¡Subiréyo,querida!—¡Bueno,sí!…Iréamirar…¡Déjeme!…—¡Ay,querida!…¡Queridamía!…¡Quégentil eres!…¡Esmuyamablede tuparte ahorrarmeeste

trabajo ami edad!…¡Medirás cómo tiene lanariz!…Si lagente sediera cuentade la felicidadquerepresenta tener una nariz, una nariz propia… no vendría jamás a pasearse por la cámara de lossuplicios…

Enaquelmomentooímosclaramente,porencimadenuestrascabezas,estaspalabras.—Amigomío,aquínohaynadie…—¿Nadie?¿Estásseguradequenohaynadie?…—Absolutamente…Nohaynadie…—¡Tantomejor,pues!…¿QuéteocurreChristine?…¡Vamos!…Noirásaencontrartemal…¡Sino

hay nadie!… ¡Baja, baja!… ¡Tranquilízate, puesto que no hay nadie!… Pero ¿qué te ha parecido el

panorama?—¡Oh,sorprendente!—Bueno, te encuentras mejor… ¿no es cierto?… Te encuentras mucho mejor… Nada de

emociones…¡Quécasamáscuriosaésta,¿no?,enlaquepuedenencontrarsesemejantespanoramas!…—¡Sí,escomoestarenelMuseoGrevin![35]…Pero,Erik,nohaysupliciosallídentro…¿Sabeque

mehahechopasarunmiedoterrible?…—¿Porqué,sinohaynadie?—¿Fueustedquienconstruyóesacámara,Erik?…¿Sabequeesmagnífica?¡Decididamente,esusted

ungranartista,Erik…!—Sí,ungranartista«enmigenero».—Pero,dígameErik,¿porquéhallamadoaestahabitaciónlacámaradelossuplicios?—¡Oh,esmuysencillo!Pero,primero,¿quéhasvisto?—¡Hevistounbosque!…—¿Yquéhabíaenelbosque?—¡Arboles!…—¿Yquéhayenlosárboles?—Pájaros…—Hasvistopájaros…—No,nohevistopájaros.—Entonces, ¿qué has visto? ¡Piénsalo!… ¡Has visto ramas! ¿Y qué hay en una rama?—dijo la

terriblevoz—.¡Hayunahorca!¡Poresollamoamibosquelacámaradelossuplicios!…Yyaloves,noesmásqueunaformadehablar…¡Todoestonoesmásqueunabroma!…¡Yonuncameexpresocomolosdemás!…¡Nohagonadacomolosdemás!…Pero,estoymuycansado…muycansado.Yanopuedosoportar, ¿sabes?, tener un bosque enmi casa, y una cámara de suplicios…, estar instalado como uncharlatánenelfondodeunacajadedoblefondo…¡Nopuedomás!¡Nopuedomás!…Quierotenerunpiso tranquilo,conpuertasyventanascorrientesyunamujerhonradacomotodoelmundo…Deberíasentenderlo,Christine,ynotendríaquerepetírteloacadamomento…¡Unamujercomotodoelmundo!…Unamujeralaquequerría,alaquellevaríaapaseareldomingoyalaqueharíareírtodalasemana…¡Ah, no te aburrirías conmigo! Tengomás de un truco en lamanga, sin contar los de cartas…Mira,¿quieresquetehagajuegosdemanosconlascartas?Asímataremoseltiempo,mientrasesperamosquesean las once de la noche de mañana… ¡Mi pequeña Christine!… ¡Mi pequeña Christine!… ¿Meescuchas? ¡Ya nome rechazas!… ¿Dime,me amas?… ¡No, nome amas!… ¡Pero no importa!… ¡Meamarás!Antesnopodíasmirarmimáscaraporquesabíasloquehabíadetrás…¡Ahora,yanoteimportamirarla,teolvidasdeloquehaydetrásyyanoquieresrechazarme!…Unoseacostumbraatodocuandosequiere…cuandosetienebuenavoluntad…¡Cuántosjóvenesquenosequeríanantesdelabodaluegoseadoraron!¡Ah,iyanoséloquedigo!…Perotedivertirásmuchoconmigo…¡Nohaynadiecomoyo,porejemplo,puedoasegurartequenohayotroventrílocuomejorqueyo!¡Soyelprimerventrílocuodelmundo!…¡Teríes!…¡Quizánomecreas!…¡Escucha!

El miserable (que realmente era el mejor ventrílocuo del mundo) aturdía a la pequeña (me dabaperfectacuenta)paraalejarsuatencióndelacámaradelossuplicios…¡Estúpidamaniobra!…¡Christinenopensabamásqueennosotros!…Repitióenvariasocasiones,eneltonomássuavedequefuecapaz,

mirándoloconojosdeardientesúplica:—¡Apaguelaventanita!…¡Erik!…¡Apaguelaventanita!…Estabaconvencidadequeaquellaluz,quesehabíaencendidorepentinamenteenlaventanitaydela

queelmonstruohabíahabladodeformatanamenazadora,teníaunarazóndeser…Unasolacosadebíatranquilizarlamomentáneamente,yeraquenoshabíavistoa losdos,detrásde lapared,enmediodelmagníficoincendio,depieyenperfectoestado…Perosehabríatranquilizadomás,sindudaalguna,sisehubieraapagadolaluz…

Elotrohabíaempezadoyaunnúmerodeventrílocuo.Decía:—Mira,levantounpocomimáscara.Sólounpoco…¿Vesmislabios?¿Oloquetengoporlabios?

¡Nosemueven!…Mibocaoesaespeciedebocaquetengo…estácerrada.Sinembargo,oyesmivoz…Habloconelvientre…,esmuynatural…¡Aestosellamaserunventrílocuo!Essabido:escuchamivoz,¿adónde quieres que me ponga? ¿En tu oído izquierdo… o el derecho?… ¿En la mesa?… ¿En loscofrecillos de ébano de la chimenea?… ¡Ah! ¿te sorprende?… ¡Mi voz está en los cofrecillos de lachimenea!¿Laquieres lejana…opróxima?…¿Retumbante?…¿Aguda?…¿Nasal?…Mivozsepaseapor todas partes… por todas partes… Escucha, mi querida…, en el cofrecillo a la derecha de lachimenea,escuchaloquedice:¿Habráquegiraralescorpión?…Yahora,¡crac!…,escuchaloquediceahora el cofrecillo de la izquierda: ¿Habrá que girar al saltamontes? Y ahora, ¡crac!…Mírala en lagargantadelaCarlotta,enelfondodelagargantadorada,delagargantadecristaldelaCarlotta.¿Quédice?Dice:«Soyyo,señorgallo.Soyyolaquecanta:Escuchoaestavozsolitaria…¡cuac!…¡quecantaenmicuac!…».Yahora,¡crac!,hallegadoaunasilladelpalcodelfantasma…yhadicho:«LaseñoraCarlotta canta esta noche como para hacer caer la araña…». Y ahora, ¡crac!… ¡Ja!… ¡Ja!… ¡Ja!…¿DóndeestálavozdeErik?…EscuchaChristine,queridamía…¡Escucha!…Estádetrásdelapuertadelacámaradelossuplicios…¡Escúchame!…Soyyoelqueestoyenlacámaradelossuplicios…¿Yquédigo?Digo:«¡Pobresdeaquellosquetienenladichadetenerunanariz,unaverdaderanarizpropiamentesuyayquevienenapasearseporlacámaradelossuplicios!…¡ja,ja,ja!».

¡Maldita voz del formidable ventrílocuo! ¡Estaba en todas partes, en todas partes!… Se colaba atravésdelaventanitainvisible…,atravésdelasparedes…,corríaalrededordenosotros…¡Erikestabaallí!¡Noshablaba!…Hicimosungestocomoparaarrojarnossobreél…,pero,másrápido,másinasiblequelasonoravozdeleco,lavozdeErikhabíavueltoalotroladodelapared…

Depronto,dejamosdeoírsuvozyheaquíloqueocurrió:LavozdeChristine:—¡Erik,Erik!…¡Mecansaustedconsuvoz!…¡Calle,Erik!…¿Noleparecequehacecaloraquí?…—¡Sí,sí!Elcalorsehaceinsoportable…—contestalavozdeErik.Ydenuevolavoz,ahogadaporlaangustia,deChristine:—¿Quéesesto?…Laparedestámuycaliente…laparedestáardiendo…—Voyaexplicártelo,Christine,amormío,esporculpade«laselvadeallado»…—¿Quéquieredecir?…¿Laselva?—¿NohavistoqueeraunaselvadelCongo?YlarisadelmonstruoseelevótantoqueyanodistinguimoslosclamoressuplicantesdeChristine…

ElvizcondedeChagnygritabaygolpeabacontralasparedescomounloco…Yonopodíacontenerlo…Perono se oíamás que la risa delmonstruo…,y elmonstruomismonodebió oírmás que su risa…

Después,huboel ruidodeuna lucha rápida,deuncuerpoquecaeal sueloyqueesarrastrado…yelestrépito de una puerta cerrada con furia… y nada más, nada alrededor nuestro más que el silencioabrasadordelmediodía…,¡enelcorazóndeunaselvaafricana!…

CAPÍTULOXXV

¡TONELES!¡TONELES!¿TIENEUSTEDTONELESPARAVENDER?

SigueelrelatodelPersa

He dicho ya que aquella cámara en la que nos encontrábamos el señor de Chagny y yo eraregularmente hexagonal y estaba forrada por completo de espejos. Desde entonces, especialmente enciertas exposiciones, se han hecho cámaras exactamente iguales que ésta, llamadas «casas de losmilagros»o«palaciosdelasilusiones».PeroelprimeroeninventarlasfueErik,queconstruyóantemisojos laprimerasaladeeste tipo,en tiemposde lashoras rosasdeMazenderan.Bastabacondisponeralgúnmotivo decorativo en los rincones, una columna por ejemplo, para obtener instantáneamente unpalaciodemilcolumnas,yaque,porefectodelosespejos,lasalarealseaumentabaenhastaseissalashexagonales,de lasquecadaunasemultiplicabahastael infinito.Antaño,paradivertira«lapequeñasultana»,habíadispuestodeestemodoundecoradoqueseconvertíaenel«temploinnumerable»;perolapequeñasultanasecansóenseguidadeunailusióntaninfantil,yentoncesEriktransformósuinventoencámarade los suplicios.En lugardelmotivoarquitectónicocolocadoen los rincones,pusoenprimerplanounárboldehierro.¿Porquéaquelárbol,perfectaimitacióndelarealidadconsushojaspintadas,era de hierro? Porque debía ser lo suficientemente sólido como para resistir todos los ataques del«paciente»alqueseencerrabaen lacámarade lossuplicios.Veremosdequémaneraeldecoradoasíobtenidosetransformabapordosveces,instantáneamente,enotrosdosdecoradossucesivos,graciasalarotaciónautomáticadelostamboresqueseencontrabanenlasesquinasyquehabíansidodivididosentres,uniendolosángulosdelosespejosysosteniendocadaunounmotivodecorativoqueibaturnándosealternativamente.Las paredes de esta extraña sala noofrecíanningún asidero al paciente, ya que, conexcepcióndelmotivodecorativodeunasolidezapruebadetodo,estabanforradastansólodeespejos,yespejos lo suficientemente sólidos como para aguantar los arrebatos de rabia del miserable al quearrojabanallí,paracolmoconmanosypiesdesnudos.

Ni unmueble. El techo era luminoso. Un ingenioso sistema de calefacción eléctrica, que ha sidoimitadodespués,permitíaaumentarlatemperaturadelasparedesavoluntadydardeestemodoalasalalatemperaturadeseada…

Mededicoenenumerartodoslosdetallesprecisosdeuninventoabsolutamentenatural,quecreabaestailusióndealgosobrenaturalmedianteramaspintadas,deunaselvaecuatorialabrasadaporelsoldelmediodía,paraquenadiepuedaponerendudalaserenidaddemiespíritu,paraquenadiepuedadecir:«¡Este hombre se ha vuelto loco!», o bien: «Este hombre miente», o: «Este hombre nos toma porimbéciles»[36].

Simehubieralimitadoacontarlascosasasí:«Albajardelsótano,nosencontramosconunaselvaecuatorialabrasadaporelsoldelmediodía»,habríalogradocausarunefectodeestúpidasorpresa,peronobusconingúnefecto,yaquemiintenciónesexplicarquénossucediórealmentealvizcondedeChagnyyamíenelcursodeunaterribleaventuraque,poruntiempo,mantuvoenviloalajusticiadeestepaís.

Vuelvoahoraaloshechosenelpuntoenqueloshedejado.

Cuandosehizolaluzeneltechoyanuestroalrededorseiluminólaselva,elestupordelvizcondesuperó todo lo que pueda imaginarse.La aparición de aquella selva impenetrable cuyos innumerablestroncos y ramas nos enlazabanhasta el infinito, lo sumió en una consternación espantosa. Se pasó lasmanosporlafrentecomopararechazarunavisióndesueñoysusojosparpadearoncomolosdealguienaquien,aldespertar, lecuestarecobrarelconocimientode larealidadde lascosas. ¡Poruninstante,seolvidódeescuchar!

Hedichoque la apariciónde la selvanome sorprendió,por esopudeescucharquéocurría en lahabitacióndeal lado.Además,me llamabamenos la atencióneldecorado,delque sedesentendíamipensamiento,quedelmismoespejoqueloproducía.Aquelespejosehabíarotoenalgunospuntos.

Enefecto,teníagrietas.Habíanlogrado«estrellarlo»apesardesusolidezyestomedemostrabaque,sindudaalguna,lacámaradelossupliciosenlaquenosencontrábamos,yahabíaservido.

UnavíctimaquellevaríalospiesylasmanosmásprotegidosquelosdeloscondenadosdelahorasrosasdeMazenderan,habíacaídoenaquella«ilusiónmoral»y,locoderabia,habíagolpeadoaquellosespejosque, a pesar de sus ligeras grietas, habían reflejado su agonía.Y la ramadel árbol en la quehabíaconcluidosusuplicioestabadispuestadetalmodoque,antesdemorir,habíapodidovermecersealavez—supremoconsuelo—amilesdeahorcados…

¡Sí,sí,JosephBuquethabíapasadoporallí!…¿íbamosamorircomoél?Yonolocreía,yaquesabíaqueteníamosaúnalgunashorasdetiempoyquepodríaemplearlasen

algomásútildeloqueJosephBuquethabíasidocapazdehacer.¿Acaso no tenía un profundo conocimiento de la mayoría de los «trucos» de Erik? Esta era la

oportunidaddefinitivadellevarloalapráctica.Paraempezar,nopensabaenlomásmínimoenvolveralcorredorquenoshabíaconducidohastala

cámaramaldita, nime preocupé por la posibilidad de volver a poner en juego la piedra interior quecerraba el paso. Elmotivo eramuy simple: ¡no disponía de losmedios!…Habíamos saltado de unaalturabastanteconsiderablealacámaradelossupliciosyningúnmueblenospermitíaahoraalcanzarelpasaje,nisiquieralaramadelárboldehierro,niloshombrosdeunodenosotrosamododeescalerillas.

No habíamás que una salida posible, la que daba a la habitación estiloLuis Felipe en la que seencontrabanErikyChristineDaaé.Perosiaquellasalida,porelladodeChristineeraunapuertanormaly corriente, por el nuestro era absolutamente invisible…Teníamospues que intentar abrirla sin sabersiquieraenquélugarseencontraba,locualnoerauntrabajomuyfácil.

Cuandome convencí de que no podíamos esperar nada deChristineDaaé, cuando oí almonstruollevar, omejor dicho, arrastrar consigo a la desgraciadamuchacha fuera de la habitación estilo LuisFelipe para que nomolestara nuestro suplicio, decidí ponerme inmediatamente a trabajar, es decir, abuscarelresortedelapuerta.

Pero,primero,tuvequecalmaralseñordeChagnyqueyasepaseabaporelclarocomounalucinado,lanzandoclamoresincoherentes.Losretazosdeconversaciónquehabíapodidooír,peseasuemoción,entreChristineyelmonstruo,habíancontribuidoaponerlefueradesí;siañadimosaestoelefectodelaselvamágicayelardientecalorqueempezabaahacercorrerelsudorporsussienes,nocostarámuchoentender que el señor de Chagny comenzara a experimentar cierto tormento. A pesar de misrecomendaciones,micompañeronotomabayaningúntipodeprecaución.

Iba y venía sin ningún rumbo, precipitándose hacia un espacio inexistente, creyendo entrar en una

avenidaqueleconducíahaciaelhorizonteygolpeándoselafrente,pocospasosdespués,conelmismoreflejodesuilusióndeselva.

Entretanto,ibagritando:¡Christine!…¡Christine!…,yagitabalapistolallamandoaúncontodassusfuerzasalmonstruo,desafiandoaundueloamuertealÁngeldelamúsica,maldiciendolaselvailusoria.Elsupliciosurtíaefectoenaquellamentepocopreparada.Intentabacombatirlorazonandoconelpobrevizcondedelamaneramásserenadelmundo,lehacíatocarconeldedolosespejosyelárboldehierro,lasramaspintadasenlospaneles,yleexplicaba,segúnlasleyesdelaóptica,todalautileríaluminosaenlaqueestábamosenvueltosydelaquenopodíamos,comodosvulgaresignorantes,servíctimas.

—Estamos en una cámara, en una cámara pequeña, esto es lo que debemos repetirnosconstantemente…Ysaldremosdeestacámaracuandoencontremoslapuerta.¡Puesbien,busquémosla!

Leprometíque,simedejabaactuarsinaturdirmeconsusgritosysuspaseosdeloco,encontraríaelresortedelapuertaantesdeunahora.

Entonces, se tumbó en el parqué, como se hace en los bosques, y declaró que esperaría a que yoencontraralapuertadelaselvayaquenoteníanadamejorquehacer.Ycreyósudeberañadirque,desdedonde se encontraba, «la vista era espléndida» (A pesar de todo lo que yo había podido decirle, elsupliciosurtíaefecto).

Encuantoamí,olvidandolaselva,elegíunpaneldeespejosymepuseatantearsobreélentodoslossentidosbuscandoelpuntodébil sobreelquehabíaqueapretarparahacergirar laspuertas, segúnelsistemadepuertasytrampillasgiratoriasdeErik.Avecesesepuntodébilpodíaserunasimplemanchaen el espejo, del tamañodeunguisante, bajo la cual se encontraba el resortequehabíaquedisparar.¡Busquéybusqué!Tanteaba todo loaltoquemismanospodíanalcanzar.Erikeramásomenosdemialturaypensabaquenohabríacolocadoelresortemásarribadeloquealcanzabasutalla;erasólounahipótesis,peromiúnicaesperanza.Habíadecidido,pues,incansableyminuciosamente,darlavueltaalosseispanelesdeespejosydespuésexaminartambiéndetenidamenteelparqué.

Almismo tiempoque tanteaba lospaneles con sumocuidado,meesforzabapornoperderun solominuto,yaqueelcalormeinvadíasiempremásynosasábamosliteralmenteenaquellaselvainflamada.

Trabajabadesdehacíaunamediahorayhabía terminadoyacon trespaneles,cuandonuestramalafortunaquisoquemevolvieseanteunasordaexclamaciónlanzadaporelvizconde.

—¡Meahogo!—decía—.Todosestosespejosirradianuncalorinfernal…¿Vaaencontrarprontosuresorte?¡Sinoloconsiguepronto,nosvamosaasaraquí!

Nome disgustó nada oírle hablar así.No había dicho una sola palabra con respecto a la selva yconfiabaenquelarazóndemicompañeropodríalucharaúnmáscontraelsuplicio.Peroañadió:

—LoquemeconsuelaesqueelmonstruolehadadotiempoaChristinehastamañanaalasoncedelanoche; si no podemos salir de aquí y salvarla, ¡almenosmoriremos antes que ella! ¡Lamisa deErikpodráservirparatodoelmundo!

Yaspiróunabocanadadeairecalientequecasilohizodesfallecer…Comono tenía losmismosmotivos que el vizconde para aceptar lamuerte,me volví, después de

algunas palabras de aliento, hacia mi panel, pero había cometido la tontería de dar algunos pasosmientrashablaba,detalmodoque,enlaconfusióndelaselvailusoria,nosabíaconseguridadcuálerami panel. Me veía obligado a volver a empezar, al azar… Tampoco pude evitar manifestar micontrariedadyelvizcondecomprendióqueteníaquerehacerlotodo.Estolediounanuevaoportunidad.

—¡Jamássaldremosdeestaselva!—gimió.Su desesperación no hizo más que aumentar. Y, al aumentar, le hacía olvidar siempre más que

aquellosnoeranmásqueespejosynounaverdaderaselva.Yo había vuelto a buscar…, a tantear… La fiebre empezaba también a invadirme…, ya que no

encontraba nada…, absolutamente nada…En la habitación de al lado seguía el mismo silencio. Nosencontrábamosdeverdadperdidosenlaselva…,sinsalida…,sinbrújula:…,singuía…,sinnada.¡Oh!Sabíaloquenosesperabasinadieacudíaennuestraayudaosinoencontrabaelresorte.Pero,¡yapodíabuscarelresorte!Noencontrabamásqueramas…ramasdeunabellezaadmirablequesealzabanrectasantemíosecurvabanondeantesporencimademicabeza…¡Peronodabanningunasombra!Noeradeextrañar,yaqueestábamosenunaselvaecuatorial,conelsoljustosobrenuestrascabezas…,unaselvadelCongo…

En varias ocasiones, el señor de Chagny y yo nos habíamos quitado y vuelto a poner el traje,encontrandoavecesquenosdabamáscaloryavecesque,porelcontrario,nosprotegíadelcalor.

Yoaúnresistíamoralmente,peroelseñordeChagnymepareciócompletamente«ido».PretendíaquehacíatresdíasytresnochesquecaminabasinpararporaquellaselvaenbuscadeChristineDaaé.Detantoentanto,creíaverlatraseltroncodeunárbol,odeslizándoseatravésdelasramas,ylallamabaconpalabrassuplicantesquellenabanmisojosdelágrimas:«¡Christine,Christine!…¿Porquéhuyesdemí?¿Acasonomequieres?…¿Noestamosprometidos?…¡Christine,detente!¡Mira,estoyagotado!…¡Christine,tenpiedad!…¡Voyamorirenlaselva…,lejosdeti!».

—¡Oh,tengosed!—dijofinalmenteentonodelirante.Tambiényoteníased…Teníalagargantahechafuego…Sinembargo,agachadoahoraenelsuelo,nodejabadebuscar…,buscar…,buscarelresortedela

puertainvisible…,yaquelaestanciaenlaselvasehacíapeligrosaconlacercaníadelanoche…Yalasombrade lanocheempezabaa envolvernos…,había llegadomuydeprisa, comocae lanocheen lospaísesecuatoriales…,derepente,sinapenascrepúsculo…

Pero lanocheen lasselvasecuatorialesessiemprepeligrosa,sobre todocuando,comoennuestrocaso,nosetieneconquéhacerfuegoparaalejaralasfieras.Habíaintentado,dejandoporuninstantelabúsquedadelresorte,romperalgunasramas,alasquehabríaencendidoconlallamademilinterna,perotambiényomehabíaestrelladocontralosfamososespejosyesomehabíahechorecordaratiempoqueteníamosenfrentetansóloimágenesderamas…

Con la noche, el calor no había desaparecido, al contrario… Ahora hacía más calor bajo elresplandorazuldelaluna.Recomendéalvizcondequetuvieralasarmasdispuestasparadispararyquenoseapartaradellugardenuestrocampamentomientrasyoseguíabuscandoelresorte.

Derepente,oímoselrugidodeunleónapocospasos.Nosdesgarrólosoídos.—¡Oh!—exclamóelvizcondeenvozbaja—, ¡noestá lejos!…¿No love?Allí…a travésde los

árboles…,enaquellasespesuras…Sivuelvearugir,¡disparo!Yelrugidovolvióasonaraúnmásfuerte.Elvizcondedisparó,peronocreoquealcanzaraalleón;

tansólorompióunespejo;locomprobéalamañanasiguiente,alalba.Durantelanochedebimoshacerunlargocamino,yaquenosencontramosrepentinamentealbordedeundesierto,deuninmensodesiertodearena,depiedrasyderocas.Realmentenovalía lapenasalirde laselvaparacaereneldesierto.Vencido,mehabíatumbadoalladodelvizconde,cansadodebuscarresortesquenoencontraba.

Estaba realmente extrañado (y se lo dije al vizconde) de que no hubiéramos tenido otros malosencuentrosdurantelanoche.Habitualmente,despuésdelleónhabíaunleopardoy,aveces,elrevoloteodemoscas tsé-tsé.Eran todosefectos sonorosmuy fácilesdeproduciry expliquéal señordeChagny,mientrasdescansábamosparaatravesareldesierto,queErikreproducíaelrugidodelleónconunlargotamborilrematadoenpieldeasnoenunosolodesusextremos.Encimadelapielsetensaunacuerdadetripaatadaporelcentroaotracuerdadelmismogéneroqueatraviesaeltambordeladoalado.Eriknotienemásquefrotarestacuerdaconunguanteuntadodecolofonia.Porlamaneradefrotar,imita,hastaelextremodenopoderdistinguirla, lavozdel leónodel leopardo,o inclusoelrevoloteodelasmoscastsé-tsé.

La ideadequeErikpudieraestar en lahabitacióndeal ladocon sus trucos,me incitóa tomar ladecisión de conferenciar con él, ya que evidentemente había que renunciar a la idea de sorprenderlo.Ahorayadebíasaberaquéatenerseconrespectoa loshabitantesde lacámarade lossuplicios…Lollamé:¡Erik,Erik!…Gritélomásfuertequepudeatravésdeldesierto,peronadiecontestóamivoz…Portodaspartes,anuestroalrededor,elsilencioylainmensidaddeaqueldesiertopétreo…¿Quéibaaserdenosotrosenmediodeaquellahorriblesoledad?

Empezábamosliteralmenteamorirdecalor,dehambre,desed…,sobretododesed…Finalmentevial señor deChagny incorporarse sobre un codo y enseñarme un punto en el horizonte… ¡Acababa dedescubrireloasis!

Sí,allá,muylejos,enplenodesierto,unoasis…unoasisconagua…agualimpiacomoelcristal…aguaquereflejabaalárboldehierro…¡Ah!Aquelloerasindudaunefectodelespejismo…loreconocíenseguida…,elmásterrible…Nadiehabíapodidoresistirlo,nadie…Meesforcéporconservartodamirazón…ypornodesearelagua…porquesabíaquesideseabaelaguaquereflejabaelárboldehierroy,si trasdesearelagua, tropezabaconelespejo,sólohabríaunacosaquehacer:colgarmedelárboldehierro…

PoresogritéalseñordeChagny:—¡Esunespejismo!…¡Esunespejismo!…¡Nocreaenelagua!…¡Esotrotrucodelespejo!…Entonces,me envió—como se dice—a paseo conmi truco del espejo,mis resortes,mis puertas

giratoriasymipalaciodeespejismos…Afirmóairadoqueyoeralocoociegoparaimaginarquetodaaquellaaguaquecorríaallálejos,entretantosárboleshermososnoeraaguadeverdad…¡Eldesiertoeraverdad!¡Ylaselvatambién!…Aélnoseleengañabafácilmente…Habíaviajadodemasiado…,yportodoslospaíses.

Searrastródiciendo:—¡Agua!¡Agua!Llevabalabocaabiertacomosibebiera…Tambiényoteníalabocaabiertacomosibebiera…Nosólo laveíamos,sinoque¡laoíamos!…Laoíamoscorrer…,gotear…¿Comprendenustedes la

palabragotear?¡Esunapalabraqueseoyeconlalengua!…Lalenguasesaledelabocaparaescucharlamejor.

Por último, fue intolerable ya para nosotros oír la lluvia, y no llovía. ¡Aquello era una invencióndemoníaca!…PensarquesabíacómolohacíaErik:llenabadepiedrecitasunacajamuyestrechaymuylarga,cortadaaintervalospordivisionesdemaderaydemetal.Laspiedrecitas,alcaer,topabancontra

lasdivisionesyrebotabanunasenotras,produciendoruidosentrecortadosqueparecíanelrepiqueteodeunalluviadetormenta.

HabíaquevercómoelseñordeChagnyyyoestirábamoslalengua,arrastrándonoshacialaorilla…,nuestros ojos y nuestros oídos estaban llenos de agua, pero nuestra lengua tan seca como suela dezapato…

Alllegaralespejo,elseñorChagnylolamió…yotambiénlamíelespejo…¡Estabaardiendo!Entonces, nos dejemos rodar por el suelo, presa de una cruel desesperación. El señor deChagny

acercóasusienlaúltimapistolaquequedabacargada,yyobusquéamispiesellazodelPendjab.Sabíaporquéhabíavueltoaaparecerenaqueltercerdecoradoelárboldehierro…¡Elárboldehierromeesperaba!Pero,almirarellazodePendjab,vialgoquemehizoestremecerdeformatanviolentaqueelseñor

deChagnysedetuvoensumovimientodesuicidio.Murmurabayaun«AdiósChristine».Lehabíacogidodelbrazo.Despuéslequitélapistola…,ymearrastréderodillashacialoquehabía

visto.Acababadedescubrir, juntoal lazodePendjab,en laranuradelparqué,unclavodecabezanegra

cuyafinalidadnoignoraba…¡Por fin había encontrado el resorte! ¡El resorte que iba a poner en juego la puerta!… ¡Que iba a

darnoslalibertad!…¡QueibaaentregarnosaErik!Palpéelclavo…Miréal señordeChagnyconunaexpresión radiante…Elclavodecabezanegra

cedíaamipresión…Yentonces…Noseabrióunapuertaenlapared,sinounatrampillaenelsuelo.Inmediatamente entró aire fresco desde aquel agujero negro.Nos inclinamos sobre el recuadro de

sombracomosobreunafuentelímpida.Conelmentónenlasombrafresca,labebimos.Nosinclinábamoscadavezmásporencimadelatrampilla.¿Quépodíahaberenaquelagujero,en

aquellafosaqueacababadeabrirmisteriosamentesupuerta?¿Quiénsabesinohabíaaguaallí?…Aguaparabeber…Alarguélosbrazosenlastinieblasyencontréunapiedra,yotra…,unaescalera…unaescaleranegra

quebajabaalacueva.¡Elvizcondesedisponíayaatirarseporelagujero!Allí, aunque no encontráramos agua, podríamos escapar a los deslumbrantes efectos de aquellos

horriblesespejos.Perodetuvealvizconde,puestemíaunanuevatretadelmonstruo,yconmilinternasordaencendida

bajéelprimero…Laescaleradecaracolsesumergíaenespesastinieblasygirabasobresímisma.¡Québienseestaba

enlaescalerayenlastinieblas!Aquella frescura provenía menos del sistema de ventilación instalado por Erik que de la misma

frescura de la tierra, que debía de estar saturada de agua al nivel en el que nos encontrábamos…¡Además,elLagonopodíaestarmuylejos!…

Prontonosencontramosalfinaldelaescalera…nuestrosojosempezabanahacersealastinieblasyadistinguiranuestroalrededorformas…,formasredondas…,sobrelascualesdirigíaelhazluminosodemilinterna.

¡Toneles!…¡EstábamosenlabodegadeErik!Allídebíaguardarelvinoyquizáselaguapotable…YosabíaqueErikeraamantedelosbuenosvinos…¡Ah,sí,allíhabíamuchoparabeber!…ElseñordeChagnyacariciabalasformasredondasyrepetíaincansablemente:—¡Toneles!¡Toneles!¡Cuántostoneles!De hecho, había bastantes de ellos alineados simétricamente en dos filas, entre las que nos

encontrábamos…SetratabadepequeñostonelesymeimaginéqueErikloshabíaescogidodeaquel tamañodadasu

facilidaddetransportehacialamansióndelLago.Examinamosunotrasotro,buscandoalgunoconunaespitaquedieraseñalesdehabersidoutilizado

algunavez.Perotodoslostonelesestabanherméticamentecerrados.Entonces,traslevantarunoparacomprobarsiestaballeno,nospusimosderodillasyconlahojade

uncuchillitoquellevabaconmigointentéhacersaltareltapón.Enaquelmomentomeparecióoír,comosivinierademuylejos,unaespeciedecantomonótonocuyo

ritmomeeraconocido,yaquelohabíaoídoconfrecuenciaenlascallesdeParís:—¡Toneles!¡Toneles!¿Tieneustedtonelesparavender?Mimanoquedóinmóvilsobreeltapón…ElseñordeChagnytambiénhabíaoído.Medijo:—Escurioso.Escomosieltonelcantara…Elcantovolvióaempezar,máslejano…—¡Toneles!¡Toneles!¿Tieneustedtonelesparavender?—¡Oh!—exclamóelvizconde—,leaseguroqueelcantosepierdeeneltonel.Noslevantamosymiramosdetrásdeltonel…—¡Esdentro!—exclamabaelseñordeChagny—.¡Esdentro!Pero ya no oíamos nada…Y nos vimos obligados a atribuir aquello a nuestromal estado y a la

alteración de nuestros sentidos.Volvimos al tapón del tonel. El señor deChagny puso las dosmanosjuntasencimay,enunúltimoesfuerzo,hizosaltareltapón.

—¿Quéesesto?¡Noesagua!—exclamóinmediatamenteelvizconde.El vizcondehabía acercado sus dosmanos llenas ami linterna…Me incliné sobre lasmanos del

vizconde…,e inmediatamente lancé la linterna tan lejosdenosotrosqueserompióyseapagó…,yseperdióparasiempre.

LoqueacababadeverenlasmanosdelseñordeChagny…¡erapólvora!

CAPÍTULOXXVI

¿HABRÁQUEGIRARALESCORPIÓN?¿HABRÁQUEGIRARALSALTAMONTES?

FindelrelatodelPersa

Así,albajaralfondodelafosa,habíallegadoalfindemitemiblepensamiento.¡Elmiserablenomehabíaengañadoconsusvagasamenazasamuchossereshumanos!Almargendelahumanidad,sehabíaconstruidounaguaridadefierasubterránea,totalmentedecididoavolarlotodoconélyprovocandounagrancatástrofe,silosquevivíanalaluzdeldíaveníanamolestarleenelantroenelquehabíarefugiadosumonstruosafealdad.

Eldescubrimientoqueacabábamosdehacernossumióenunaangustiaquenoshizoolvidartodaslaspenas pasadas, todos nuestros sufrimientos presentes… Nuestra presente situación nos parecíaexcepcionalalrecordarquehacíatansolounosinstanteshabíamosestadoalbordedelsuicidio,perodepronto nos quedamos horrorizados de lo que podía ocurrir. Comprendíamos ahora todo lo que habíaqueridodecirytodoloquehabíadichoelmonstruoaChristineDaaé,asícomoloquesignificabaaquellaabominablefrase:«¡Síono;siesno,todoelmundopuededarsepormuertoyenterrado!».¡Sí,enterradoentre los escombrosde loquehabía sido lagranóperadeParís!…¿Podía imaginarseuncrimenmásespantosoparaarrastraralmundoenunaapoteosisdehorror?Preparadaparalaseguridaddesurefugio,lacatástrofeibaaservirparavengarlosamoresdelmáshorriblemonstruoquehayapasadosobrelafazdelatierra…«¡Mañanaporlanoche,alasonce,últimoplazo!»…¡Ah,habíasabidoelegirlahora!…¡Habríamuchagenteenlafiesta!…,¡muchossereshumanos…,alláarriba…,enlosluminosospisosdelpalaciodelamúsica!…¿Acasopodíasoñaruncortejo,máshermosoparasumuerte?…Ibaabajaralatumbajuntoconloscuerposmásbellosdelmundo,adornadosdetodasuertedejoyas…¡Mañanaporlanoche,a lasonce!…VolaríamosporlosairesenplenarepresentaciónsiChristineDaaédecía:¡No!…¡Mañana por la noche a las once!…¿y cómono ibaChristineDaaé a decir que ¡No!? ¿Nopreferiríaacaso casarse con lamismamuerte antes que con aquel cadáver viviente? ¿Ignoraba o no que de surespuestadependíalasuertedemuchossereshumanos?…¡Mañanaporlanoche,alasonce!…

Arrastrándonosenlastinieblas,huyendodelapólvora,intentandovolveraencontrarlospeldañosdepiedradadoquealláarriba,porencimadenuestrascabezas…,latrampillaqueconducealahabitacióndelosespejossehaapagadoasuvez…,nosrepetimos:«¡Mañanaporlanoche,alasonce!».

…Por finencuentro laescalera…,pero,de repente,me incorporodegolpeenelprimerpeldaño,porqueunpensamientoterribleacabadeacudiramimente:

«¿Quéhoraes?».¿Qué hora es?… ¿Qué hora?… ¡Mañana por la noche a las once puede ser hoy, puede ser ahora

mismo!…¿Quién podría decirnos qué hora es?…Meparece que estamos encerrados en este infiernodesdehacedíasydías…,desdehaceaños…,desdeelcomienzodelmundo…¡Puedequetodoestovueledentrodeunmomento!…¡Unruido!…¡Uncrujido!…¿Lohaoídousted?…¡Allí!¡Allí,enaquelrincón!…¡Grandesdioses!…escomounruidomecánico…¡Otravez!…¡Ah!¡Luz!…¿Quizáseaelmecanismo

quelohagavolartodo?…¡seloaseguro,esuncrujido!…,¿estáustedsordo?ElseñordeChagnyyyonosponemosagritarcomo locos…Elmiedonosavasalla…,subimos la

escalera,rodandosobrelospeldaños…¡Puedequelatrampillaestécerrada!¡Puedequeseaestapuertacerradalaqueproducetantaoscuridad!…¡Quiénpudierasalirdelaoscuridad!…¡Salirdelaoscuridad!…¡Volveraencontrarlaclaridadfataldelahabitacióndelosespejos!…

Pero ya estamos en lo alto de la escalera…, no, la trampilla no está cerrada, pero ahora reina lamismaoscuridaden la cámarade los espejosqueen labodegaquehemosabandonado…Dejamos labodega…ynosarrastramosporelsuelode lacámarade lossuplicios…,elsueloquenosseparadelpolvorín…¿Quéhoraes?…¡Gritamos!¡Llamamos!…ElseñordeChagnyclamacontodassusfuerzasrenacientes:«¡Christine!¡Christine!».YyollamoaErik…,lerecuerdoquelehesalvadolavida…¡Peronadanosresponde!…Tansólonuestrapropiadesesperación…,nuestrapropialocura…¿Quéhoraes?…«Mañanapor lanoche,a lasonce»…Discutimos…,nosesforzamosporcalcularel tiempoquehemospasado,aquí…,perosomosincapacesderazonar…Siporlomenospudiéramosverelcuadrantedeunreloj, con agujas que se moviesen.Mi reloj está parado desde hace tiempo…, pero el del señor deChagnyfuncionaaún…MedicequelopusoenhoramientrassepreparabaporlanocheantesdeveniralaÓpera…Intentamosllegaralaconclusióndequeelmomentofatalaúnnohallegado…

…Elruidomásinsignificantequellegahastanosotrosdesdelatrampilla,alaqueheintentadocerrarenvano,nosvuelveasumergirenlaangustiamásatroz…¿Quéhoraes?…Yanollevamosencimamásqueunacerilla…Sinembargo,deberíamossaber…ElseñordeChagnysugiereromperelcristaldesurelojypalparlasagujas…Seproduceunsilencioduranteelcualpalpaeinterrogaalasagujasconlapuntadelosdedos.Laanilladelrelojlesirvedepuntodereferencia…Calculaporlaseparacióndelasagujasquepuedenserlasonceenpunto.

Perolasoncequenoshacentemblar, talvezhayanpasadoya,¿noescierto?…Puedequeseanlasonceydiez…ytendríamosporlomenosdocehoraspordelante.

Derepente,grito:—¡Silencio!Mehaparecidooírpasosenlahabitacióndeallado.¡Nomeheequivocado!Oigoruidodepuertas,seguidopasosprecipitados.Golpeancontralapared.

LavozdeChristineDaaé:—¡Raoul!¡Raoul!¡Ah!,exclamamostodosalavez,aunladoyalotrodelapared.Christinesolloza.¡Nosabíasiibaa

encontrarvivoalseñordeChagny!…Alparecerelmonstruohabíasidoterrible…Nohabíahechomásquedelirarmientrasesperabaqueellasedecidieraapronunciarel«sí»que lenegaba…Noobstante,ellalehabíaprometidoel«sí»siconsentíaenllevarlaalacámaradelossuplicios…Peroélsehabíaopuestoobstinadamenteconterriblesamenazascontralahumanidad…Porfin,trasmuchashorasdeesteinfierno,acababadesalirenaquelmomento…dejándolasolaparameditarporúltimavez…

…¡Muchashoras!…—¿Quéhoraes?¿Quéhoraes,Christine?…—¡Sonlasonce!…¡Lasoncemenoscinco!…—¿Perolasoncedequé?—¡Lasoncequedecidiránlavidaolamuerte!…Acabaderepetírmeloalsalir—vuelveadecirla

voztrémuladeChristine—.Esespantoso…¡Deliraysehaarrancadolamáscaraysusojosdeorolanzanllamas!¡Ynohacemásquereír!…Mehadicho,riendocomoundemonioborracho:«¡Cincominutos!Tedejosoladebidoatuconocidopudor.Noquieroquetesonrojesantemícuandomedigassí,comolasnoviastímidas…¡Quédiablos!».Yaleshedichoqueestabacomoundemonioborracho…«Toma(yhabuscadolabolsitadelavidaydelamuerte),toma—mehadicho—,aquíestálallavecitadebroncequeabreloscofresdeébanoqueestánencimadelachimeneadelahabitaciónestiloLuisFelipe…Enunodeesoscofresencontrarásunescorpiónyenelotrounsaltamontes,unosanimalitosmuybienreproducidosenbroncedelJapón.¡Sonanimalesquedicensíyno!Esdecirquenotendrásmásquegirarelescorpiónsobresuejehastacolocarloenlaposiciónopuestaalaquelohasencontrado…Estosignificaráparamí,cuandoentreenlahabitación,enlahabitacióndenuestranochedebodas:¡Sí!…Sigirasalsaltamontes,querrádecir:¡No!Deserasí,cuandoentreenlahabitación,entraréenlahabitacióndelamuerte…».Yreía como un demonio borracho. Le pedí de rodillas la llave de la cámara de los suplicios,prometiéndoleserparasiempresuesposasimelaconcedía…Peromehadichoqueyanonecesitaríaaquellallaveyqueibaaarrojarlaallago…Después,siempreriendocomoundemonioborracho,mehadejadodiciendoquenovolveríahastadentrodecincominutos,porquesabíatodoloquesedebe,cuandose es un caballero, al pudor de lasmujeres… ¡Ah!, tambiénme ha gritado: «¡El saltamontes!… ¡Tencuidadoconelsaltamontes!…¡Unsaltamontesnogira tansólo,salta,salta!…¡Saltamaravillosamentebien!…».

Intento aquí reproducir mediante frases, palabras entrecortadas, exclamaciones, el sentido de laspalabrasdelirantesdeChristine…Ella también,duranteaquellasveinticuatrohoras,debióalcanzarellímitedeldolorhumano…yquizáhabíapadecidoaúnmásquenosotros…Acadamomento,Christineseinterrumpíaynosinterrumpíaparaexclamar:«¿Raoul,teencuentrasbien…?»,ytocabalasparedesqueahoraestabanfríasysepreguntabaporquérazónhabíanestadotancalientes…Transcurrieronloscincominutosyelescorpiónyelsaltamontesarañabancontodassuspatasmipobrecerebro…

Sinembargohabíaconservadosuficientelucidezparacomprenderque,sisegirabaelsaltamontes,elsaltamontessaltaría…,yconélmuchossereshumanos…¡Nohabíadudadequeelsaltamontesponíaenjuegoalgunacorrienteeléctricadestinadaavolarelpolvorín!…ElseñordeChagnyqueparecía,desdequehabía;vueltoaoírlavozdeChristine,haberrecobradotodasufuerzamoral,explicabaatodaprisaala jovenla terriblesituaciónenlaquenosencontrábamos,nosotrosylaOperaentera…Eranecesariogirarelescorpión,inmediatamente…

Este escorpión, que contestaba el sí tan deseado por Erik, quizás impediría que se produjera lacatástrofe…

—¡Ve!…¡Ánimo,Christine,miadoradaChristine!…—ordenóRaoul.Hubounsilencio.—¡Christine!—exclamé—.¿Dóndeestáusted?—Juntoalescorpión.—¡Nolotoque!Acababa de ocurrírseme—ya que conocía a Erik— que elmonstruo había vuelto a engañar a la

joven.Quizás era el escorpión el que iba a volarlo todo. ¿Por qué no había vuelto aún, si los cincominutoshabíanyatranscurrido?…¡Nohabíavuelto!…Sindudahabíaidoaponerseacubierto…Quizásesperabalaformidableexplosión…¡Tansóloesperabaeso!…Enverdad,nopodíaesperar jamásque

Christineconsintieraensersupresavoluntaria…¿Porquénohabíavuelto?…¡Notoqueelescorpión!…—¡Él!¡Leoigo!…¡Yaestáaquí!…—exclamóChristine.Llegaba, enefecto.Oímos suspasosque seacercabana lahabitaciónestiloLuisFelipe.Sehabía

reunidoconChristine.Nohabíapronunciadounasolapalabra.Entonces,alcélavoz:—¡Erik!¡Soyyo!¿Mereconoces?Amillamadarespondióinmediatamenteenuntonoextraordinariamentesereno.—¿Cómo,nohabéismuertoyaahídentro?…Puesbien,procuradportarosbien.Quiseinterrumpirle,peromedijocontantafrialdadquequedéheladodetrásdelapared:—¡Unapalabramás,daroga,ylohagovolartodo!—yañadióenseguida—:¡Leconcedoelhonora

laseñorita!…Laseñoritanohatocadoelescorpión(¡quétranquilohablaba!),laseñoritanohatocadoelsaltamontes (¡conquésangrefría!),peroaúnnoesdemasiado tardeparahacerlo.Mire,abrosin llaveporquesoyelmaestroentrampillasyporqueabroycierrotodoloquequieroycomoquiero…Abroloscofrecillosdeébano.Mire,señorita,en loscofrecillosdeébano…,esoshermososanimalitos…,estánbastantebienreproducidos…,quéinofensivosparecen…¡Peroelhábitonohacealmonje!(todolodecíacon una voz neutra, uniforme). Si se gira el saltamontes, volaremos todos, señorita…Hay suficientepólvorabajonuestrospiesparahacersaltarunbarrioenterodeParís…Sisegiraelescorpión, ¡todaestapólvoraquedaanegada!…Señorita,conmotivodenuestrasbodas,haráustedunpreciosoregaloaalgunoscentenaresdeparisinosqueaplaudenenestemomentounamediocreobradeMeyerbeer…Lesregalarálavida…puestoque,consushermosasmanos(¡quévozmásapagada!),vaagirarelescorpión¡Yluego,felices,noscasaremos!

Unsilencio,ydespués:—Sidentrodedosminutos,señorita,nohagiradoelescorpión…tengounreloj…—añadiólavoz

deErik—,unrelojquefuncionamaravillosamentebien,giraréelsaltamontes…,yelsaltamontessaltamaravillosamentebien…

Sehizounsilenciomásespantosoquetodoslosdemássilencios.YosabíaquecuandoErikadoptabaaquellavozpacífica,serenaycansada,esqueestádispuestoatodo,capazdelmástitánicocrimenodelamásesclavizadadevoción,yqueunasílabadesagradableasusoídospodíadesencadenarunhuracán.ElseñordeChagnyhabíacomprendidoqueloúnicoquepodíahacererarezary,arrodillado,rezaba…Encuantoamí,lasangremegolpeabacontantafuerzaquetuvequellevarmeunamanoalcorazónpormiedoa que explotara… Presentíamos lo que ocurría en aquellos últimos momentos en el pensamientoenloquecidodeChristineDaaé…Comprendíamossududaengirarelescorpión…¿Seríaelescorpiónelqueloharíavolartodo?¿HabríadecididoErikdestruirnosatodosconél?

PorfinsedejóoírlavozdeErik,suaveydeunadulzuraangelical…—Losdosminutoshantranscurrido…,¡adiós,señorita!…,¡salta,saltamontes!…¡Erik!—exclamóChristinequedebíahaberseprecipitadosobrelamanodelmonstruo—,mejuras,

monstruomejurasportuinfernalamorqueeselescorpiónelquehayquegirar…—Sí,paravolareneldíadenuestraboda…—Pues,entonces,saltemos.—¡Anuestraboda,inocentecriatura!…Elescorpiónabreelbaile…Pero,¡bastaya!…¿Noquieres

elescorpión?…Entonces,¡elsaltamontes!

—¡Erik!…—¡Basta!…Había juntado mis gritos a los de Christine. El señor de Chagny, siempre de rodillas, seguía

rezando…—Erik!¡Hegiradoelescorpión!…¡Ah!¡Quémomentovivimos!¡Esperando!Esperandoasertansólodespojosenmediodeltruenoydelasruinas…Asentircrujirbajonuestrospies,enelabismoabierto…cosas…,cosasquepodíanserelprincipio

delaapoteosisdehorror…,yaque,delatrampillaabiertaenlastinieblas,bocanegraenlanochenegra,subíaunsilbidoinquietante,comoelprimerruidodeuncohete…

…Alprincipiofuemuytenue…,despuésmásconsistente…,másfuerte…¡Pero,escuchad!¡Escuchad!Ysujetadconambasmanosvuestrocorazóndispuestoavolarjuntocon

muchossereshumanos.Noeraaquelelsilbidodelfuego.¿Acasonopareceunamangadeagua?…¡Alatrampilla!¡Alatrampilla!¡Escuchad!¡Escuchad!

Ahoraempiezaahacerglugú…glugú…¡Alatrampilla!¡Alatrampilla!¡Alatrampilla!…¡Quéfrescura!¡Aella!¡Aella!Todalasedquehabíadesaparecidoconelmiedovuelveahoramásfuerteaúnconel

ruidodelagua.¡Elagua!¡Elagua!¡Elaguaquesube!…Quesubeenlabodega,porencimadelostoneles,todoslostonelesdepólvora(¡toneles!¡toneles!…

¿Tieneustedtonelesparavender?),¡elagua!…¡elaguahacialaquenosprecipitamosconlasgargantasabrasadas!…¡Elaguaquesubehastanuestrasbarbillas,hastanuestrasbocas!…

Ybebemos…Enelfondodelabodega,bebemos,hastalamismabodega…Y volvemos a subir, sumidos en la negra noche, la escalera, peldaño a peldaño, la escalera que

habíamosbajadoalencuentrodelaguayquevolvemosasubirconelagua.Lo cierto es que había allí una cantidad apreciable de pólvora perdida y anegada… ¡Agua en

abundancia!…¡NoseescatimaelaguaenlamansióndelLago!Siestosigueasí,ellagoenteroentraráenlabodega…

En realidad, ahora nadie sabe dónde se detendrá… Estamos fuera de la bodega y el agua siguesubiendo…

Yelaguasaletambiéndelabodega,seextiendeporelsuelo…SiestocontinúatodalamansióndelLagovaaquedarinundada.Elpropiosuelodelahabitacióndelosespejosesunpequeñolagoenelquenuestros pies chapotean. ¡Ya es suficiente agua! Erik debería cerrar el grifo: ¡Erik! ¡Erik!… ¡Ya haysuficienteaguaparalapólvora!¡Cierraelgrifo!¡Cierraelescorpión!

PeroEriknocontesta…Noseoyemásqueelaguaquesube…,ahoranosllegahastalamitaddelaspiernas…

—¡Christine,Christine!¡Elaguanosllegaalasrodillas!—gritaelseñordeChagny.PeroChristinenoresponde…Tansóloseoyeelaguaquesube.¡Nada!Nadaenlahabitacióndeallado…¡Yanohaynadie!¡Nadieparagirarelgrifo!¡Nadiepara

cerrarelescorpión!

Estamoscompletamentesolosenlaoscuridad,conelaguanegraquenosenvuelve,quesube,quenoshiela.¡Erik!¡Erik!¡Christine!¡Christine!

Ahorahemosperdidopieygiramosenelagua,llevadosporunmovimientoderotaciónirresistible,ya que el agua gira junto con nosotros y chocamos contra los espejos negros que nos rechazan… ynuestrasgargantas,queemergenporencimadeltorbellino,aúllan…

¿Acasovamosamoriraquí?¿Ahogadosen lacámarade los suplicios?…¡jamáshabíavistoesto!¡Erik, en la épocade lashoras rosasdeMazenderan,nuncamehabía enseñadoalgo semejantepor laventanitainvisible!…¡Erik!¡Erik!¡Tehesalvadolavida!¡Acuérdate!…¡Estabascondenado!…¡Ibasamorir!…¡Teheabiertolaspuertasdelavida!…¡Erik!…

¡Girábamosenelaguacomosifuésemoslosrestosdeunnaufragio!…Pero,derepente,heagarradoconmismanosdesesperadasel`troncodelárboldehierro…,yllamo

alseñordeChagny…Noscolgamoslosdosdelaramadelárboldehierro…¡Elaguasiguesubiendo!¡Ah!¿Recordáiselespaciohayentrelaramadelárboldehierroyeltechoencúpuladelahabitación

de los espejos?… ¡Intentad recordarlo!…Después de todo, quizás el agua se detenga…Seguramenteencontrará su nivel… ¡Mirad! ¡Parece que se detiene!… ¡No, no! ¡Horror!… ¡A nado! ¡A nado!…Nuestros brazos que nadan se entrelazan: ¡nos ahogamos!…, nos debatimos en el agua negra…, noscuestayarespirarelairenegroencimadelaguanegra…,elairequehuye,queoímoshuirporencimadenuestras cabezas mediante no sé qué sistema de ventilación… ¡Giremos, giremos, giramos hasta queencontremoslaentradadeaire!…Pegaremosentoncesnuestrabocaalabocadeaire…Perolasfuerzasmeabandonan,intentoagarrarmealasparedes…¡Quéescurridizassonparamisdedosquebuscan,lasparedesdeespejos!…¡Seguimosgirando!…¡Noshundimos!…¡Unúltimoesfuerzo!…¡Unúltimogrito!…¡Erik!…¡Christine!…¡Glu,glu,glu!…,en losoídos. ¡Glu,glu,glu!…,enel fondodel aguanegranuestros oídos hacen glugú.Yme parece aún, antes de perder el conocimiento, oír entre dos glugú…«¡Toneles!…¡Toneles!…¿Tieneustedtonelesparavender?».

CAPÍTULOXXVII

FINDELOSAMORESDELFANTASMA

AquíterminalanarraciónescritaquemedejóelPersa.

Pese al horror de una situación que parecía conducirles definitivamente a la muerte, el señor deChagnyysucompañerosesalvarongraciasa lasublimeabnegacióndeChristineDaaé.El restode laaventurameloexplicóeldarogamismo.

Cuando fui a verlo, seguíaviviendo en supequeño apartamentode la calle deRivoli, frente a lasTullerías.Seencontrabamuyenfermoyfueprecisotodomiardordereportero-historiadoralserviciodelaverdadparadecidirlearevivirconmigoelincreíbledrama.ErasiempresuviejoyfielcriadoDariusquienleservíaymecondujoasulado.Eldarogamerecibiójuntoalaventanaabiertaaljardín,sentadoenungransillóndondeintentabalevantaruntorsoque,ensustiempos,nodebiócarecerdebelleza.ElPersa teníaaúnsusmagníficosojos,perosupobre rostroestabamuycansado.Sehabíahecho rasurartotalmentelacabeza,alaquesolíacubrirconungorrodeastracán.Ibavestidoconunaampliahopalandamuysencilla,encuyasmangasseentreteníainconscientementeretorciéndoselosdedos,perosuespírituseguíasiendomuylúcido.

No podía recordar las angustias pasadas sin dejarse embargar por cierto desasosiego y, casi amigajas,learranquéelsorprendentefinaldeestaextrañahistoria.Avecessehacíarogarparacontestaramispreguntas;encambiootras,exaltadoporsusrecuerdos,evocabaespontáneamenteantemí,conunaviveza estremecedora, la imagen espantosa de Erik y las terribles horas que el señor deChagny y élhabíanvividoenlamansióndelLago.

Tendrían, que haberlo visto estremecerse cuando me describía su despertar en la penumbrainquietantedelahabitaciónestiloLuisFelipe…,traseldramadelagua…Heaquí,pues,elfinaldeestaterriblehistoria,talcomomelacontóparaquecompletaseelrelatoescritoquemehabíaconfiado:

Alabrirlosojos,eldarogaseviotumbadoenunacama…ElseñordeChagnyestabaechadosobreuncanapé,juntoalarmariodeluna.Unángelyundemoniovelabansobreellosalladodelarmario…

Después de los espejismos y de las ilusiones de la cámara de los suplicios, la precisión de losdetalles burgueses de aquella pequeña habitación tranquila parecía también haber sido inventada paradesorientar aún más al individuo lo bastante temerario como para internarse en aquellos parajes depesadillaviviente.Aquellacama-barco,aquellas sillasdecaobaencerada,aquellacómodayaquelloscofres, el cuidado con el que los mantelitos de puntilla estaban colocados en los respaldos de lossillones, el reloj de péndulo y, a cada, lado de la chimenea, los cofrecillos de apariencia taninofensiva…, en fin, aquella estantería adornada de conchas, de acericos rojos para los alfileres, debarcosdenácarydeunenormehuevodeavestruz…,todoellodiscretamenteiluminadoporunalámparacon tulipa puesta sobre un velador… todo este mobiliario, que era de una conmovedora cursileríahogareña, tan apacible, tan razonable, en el fondo de los sótanos de la Ópera, tal decoracióndesconcertabaalaimaginaciónmásquetodaslasfantasmagoríaspasadas.

Ylasombradelhombredelamáscara,enaquelmarcoanticuado,precisoylimpio,sorprendíaaún

más.SeinclinóydijoenvozbajaalPersa:—¿Estásmejor,daroga?…¿Contemplasmímobiliario?…Es todo loquemequedademipobrey

miserablemadre…Ledijoaúnmáscosas,delasqueyanoseacordaba;pero—yestoleparecíamuyextraño—elPersa

conservabaelrecuerdoprecisodeque,eneltranscursodeestavisióntrasnochadadelahabitaciónestiloLuisFelipe,sólohablabaErik.ChristineDaaénodecíaunasolapalabra;sedesplazabasinruido,comounahermanitadelacaridadquehubierahechoelvotodesilencio…Traíaenunatazauncordial…,ountéhumeante…ElhombredelamáscaraselaquitabadelasmanosylatendíaalPersa.

EncuantoalseñordeChagny,dormía.Erik,mientrasechabaunpocoderonenlatazadeldaroga,señalándolealvizcondetendido,dijo:—Havueltoensímuchoantesdequesupiéramossítúestabasvivo,daroga.Seencuentramuybien…

Duerme…Nohayquedespertarle…Por un momento Erik abandonó la habitación y el Persa, apoyándose en el codo, miró a su

alrededor…Vio,sentadaenunrincóndelachimenea,lasiluetablancadeChristineDaaé.Ledirigiólapalabra…, la llamó…, pero se encontraba aún demasiado débil y volvió a dejarse caer sobre laalmohada…Christinevinohastaél,lepusounamanoenlafrente,luegosealejó…ElPersaseacordódequeentonces,alalejarse,notuvoniunasolamiradaparaelseñordeChagnyquien,asulado,bienesverdad,dormíatranquilamente…Yvolvióasentarseensusillón,enelrincóndelachimenea,silenciosacomounahermanitadelacaridadquehubierahechovotodesilencio…

Erikregresóconunosfrasquitosquedejóencimadelachimenea.Envozbaja,paranodespertaralseñordeChagny,dijoalPersa,despuésdesentarseasucabeceraydetomarleelpulso:

—Ahora ya estáis ambos fuera de peligro. Pronto os conduciré a la superficie de la tierra, paracomplaceramimujer.

Dicholocualselevantóy,sindarexplicaciones,volvióadesaparecer.ElPersamirabaahoraelperfiltranquilodeChristinebajolalámpara.Leíaunlibrodiminutodelomo

doradocomoloslibrosreligiosos.LaImitacióntieneedicionesdeestetipo[37].EnlosoídosdelPersarepercutíaaúneltononaturalconelqueelotrohabíadicho:«Paracomplaceramimujer»…

Muysuavemente,eldarogavolvióallamar,peroChristinedebíaestarmuylejos,porquenolooyó…Erikentródenuevo…,hizobeberaldarogaunapoción, tras recomendarlequenodirigieraniuna

solapalabraa«sumujer»nianadie,porqueesopodíaperjudicarelbienestardetodoelmundo.Apartirdeaquelmomento,elPersaseacuerdaaúndelasombranegradeErikydelasiluetablanca

deChristine,quesedeslizabanensilencioa travésde lahabitaciónyse inclinabansobreel señordeChagny.ElPersaestabaaúnmuydébil,yelmenorruidodelapuertadelarmariodeluna,quealabrirsechirriaba,porejemplo,ledabadolordecabeza…,yluegosedurmiócomoelseñordeChagny.

Esta vez se despertó en su casa, cuidado por su fiel Darius, quien le informó de que le habíanencontrado, lanocheanterior,contra lapuertadesuapartamento,alquedebióser transportadoporundesconocidoquesepreocupódellamarantesdealejarse.

Inmediatamentedespuésdequeeldarogahuborecobradosusfuerzasysuresponsabilidad,envióenbuscadenoticiasdelvizcondealdomiciliodelcondePhilippe.

Lecontestaronqueel jovenaúnnohabíaaparecidoyqueel condePhilippehabíamuerto.Habíanencontradosucadáverenlaverjadellagodelaópera,delladodelacalleScribe.ElPersarecordóla

misafúnebrealaquehabíaasistidotraslapareddelahabitacióndelosespejosynodudódelcrimennidelcriminal.Sindificultad,conociendoaErik,reconstruyóeldrama,¡ay!,sinesfuerzo.Despuésdecreerque su hermano había raptado a Christine Daaé, Philippe se había lanzado en su persecución por lacarreteradeBruselasen laque,asuconocimiento,sehabíapreparadolahuida.Alnoencontrara losjóvenes, había vuelto a la Opera, había recordado las extrañas confidencias de Raoul acerca de unfantástico rival, se enteródeque el vizconde lohabía intentado todoparapenetrar en los sótanosdelteatroyque,finalmente,habíadesaparecidodejandosusombreroenlahabitacióndeladiva,alladodeunacajadepistolas.Elconde,queyanodudabadelalocuradesuhermano,sehabíalanzadoasuvezaaquel infernal laberinto subterráneo. ¿Era preciso algo más, a los ojos del Persa, para explicar lapresenciadelcadáverdelcondeenlaverjadellago,enelquevigilabaelcantodelasirena,lasirenadeErik,aquellaporteradellagodelosMuertos?

ElPersanodudómás.Aterradoporestanuevafechoría,sinpoderpermanecerenlaincertidumbreenla que se encontraba respecto a la suerte definitiva del vizconde y de Christine Daaé, se decidió acontarlotodoalajusticia.

LainstruccióndelcasohabíasidoconfiadaaljuezFaureynovacilóenhacerleunavisita.Podemosimaginarfácilmentedequémodounespírituescéptico,atadoalascosasdelatierra,superficial(lodigocomolopienso)ynadapreparadoparasemejanteconfidencia,recibióeltestimoniodeldaroga.Eljuezlotratócomosifueraunloco.

ElPersa,desesperandodequealguienlehiciesecaso,sepusoentoncesaescribir.Yaquelajusticianoqueríasutestimonio,quizásalaprensaleinteresara.Asíqueunatardeenqueacababaderedactarlaúltimalíneadelrelatoquehetranscritofielmenteaquí,sucriadoDariusleanuncióaunextranjeroquenohabíadadosunombre,cuyorostrolehabíasidoimposibleveryqueseempeñabaenquedarseallíhastaqueeldarogalorecibiera.

ElPersa,presintiendoinmediatamentelaidentidaddeaquelcuriosovisitante,ordenóquelohicierapasar.

Eldaroganosehabíaequivocado.¡Eraelfantasma!¡EraErik!Parecía padecer muy débil y se apoyaba en la pared como si temiera caerse… Al quitarse el

sombrero,mostróunafrentepálidacomolacera.Elrestodelacaraestabatapadoporlamáscara.ElPersasehabíaerguidoanteél.—AsesinodelcondePhilippe,¿quéhashechodesuhermanoydeChristineDaaé?Anteestahorribleacusación,Erikvacilóyporunmomentoguardósilencio;luego,searrastróhasta

unsillón,enelquesedejócaerlanzandounprofundosuspiro.Yallídijoentrefrasessueltasypalabrasentrecortadas:

—Daroga,nomehablesdelcondePhilippe…Estabamuerto…,ya…,cuando…,lasirenacantó…,fueunaccidente…,untriste…,unlamentableaccidente…¡Sehabíacaídotorpe,simpleynaturalmenteallago!…

—¡Mientes!—exclamóelPersa.EntoncesErikinclinólacabezaydijo:—Novengoaquí…parahablartedelcondePhilippe…,sinoparadecirteque…voyamorir…—¿DóndeestánRaouldeChagnyyChristineDaaé?

—Voyamorir…—¿RaouldeChagnyyChristineDaaé?—… de amor…, daroga…, voy a morir de amor…, así es…, ¡la amaba tanto!…Y la amo aún,

daroga,puestoquemueroporella.Sisupierasquéhermosaestabacuandomepermitióbesarlaviva,porsusalvacióneterna…Eralaprimeravez,daroga,laprimeravez,¿meoyes?,quebesabaaunamujer…¡Sí,viva,labeséestandovivayestabahermosacomounamuerta!

ElPersasehabíalevantado,sehabíaatrevidoatocaraErik.Lesacudióporelbrazo.—¿Medirásalfinsiestávivaomuerta?—¿Porquémezarandeasasí?—contestóErikconesfuerzo—.Tehedichoquesoyyoelquevaa

morir…sí,labeséestandoviva…—¿Yahoraestámuerta?—Tedigoquelabeséasíenlafrente…,yellanoapartósufrentedemiboca…¡Ah,esunajoven

honesta!Encuantoasiestámuerta,nolocreo,aunqueyanoesasuntomío…¡No,no,noestámuerta!Ynomegustaríasaberquealguienhayatocadounsolopelodesucabeza.Esunajovenvalienteyhonradaque,además,tesalvólavida,daroga,enunmomentoenelquenohubieradadodossousportupieldepersa.En realidad,nadieseocupabade ti. ¿Porquéestabasallíconaquel jovencito?Además, ibasamorir.Mesuplicabaporlavidadesujovencito,peroyolehabíacontestadoque,dadoquehabíagiradoelescorpión,mehabíaconvertidoporestemismohechoyporsupropiavoluntadensuprometidoyquenonecesitabaadosprometidos,locualerabastantejusto.Encuantoati,túnoexistías,yanoexistías,telorepito,ibasamorirjuntoconelotroprometido.

»Pero,escúchamebien,daroga,cuandogritabaiscomocondenadosporculpadelagua,Christineseme acercó con sus hermosos ojos azules muy abiertos y me juró, por la salvación de su alma, queconsentíaensermimujerviva.Hastaentonces,daroga,enelfondodesusojoshabíavistosiempreamimujermuerta.Eralaprimeravezqueveíaenellosamimujerviva.Erasinceraaljurarporlasalvacióndesualma.Nosemataría.Asuntoconcluido.Mediahoramástarde,todaslasaguashabíanvueltoallagoyyoestirabatulengua,daroga,yaqueestabaseguro,palabra,quetequedabasallímismo…¡Enfin,esoestodo!…Estabaacordadoquedebíaisrecobrarelconocimientobajotierrayqueluegoosllevaríaalasuperficie.Finalmente,cuandomedejasteis libreelsuelo lahabitaciónestiloLuisFelipe,volvíaellacompletamentesolo».

—¿QuéhabíashechodelvizcondedeChagny?—lointerrumpióelPersa.—¡Ah!…¡Entiéndeme!…Aése,daroga,noibaallevarloenseguidaasícomoasí,alexterior…Era

unrehén…PerotampocopodíaconservarloenlamansióndelLagoporChristine.Entoncesloencerrémuy confortablemente y lo até (el perfumedeMazenderan lo había vuelto dócil comoun trapo) en labodegadeloscomuneros,queestáenlapartemásdesiertadelsótanomáslejanodelaÓpera,másabajoaún que el quinto sótano, allí a donde no va nadie y donde es imposible hacerse oír de nadie. MeencontrabamuytranquiloyvolvíalladodeChristine.Ellameaguardaba…

Enestepuntodelrelato,pareceserqueelfantasmaselevantócontantasolemnidadqueelPersa,quehabía vuelto a ocupar su sitio en el sillón, tuvo que levantarse también como obedeciendo almismomovimientoysintiendoqueleeraimposiblepermanecersentadoenunmomentotansolemne,eincluso(meconfesóelmismoPersa)sequitó,apesardetenerlacabezarapada,sugorrodeastracán.

—Sí, ella me aguardaba —continuó Erik, que se puso a temblar como una hoja, a temblar

estremecidoporunaemociónsolemne—.Meesperabadepie,viva,comounaverdaderanoviaviviente,porlasalvacióndesualma…Ycuandomeacerqué,mástímidoqueunniñopequeño,noescapó…,no,no…permanecióallí…,meesperó…¡Inclusocreo,daroga,queunpoco!…,¡oh,nomucho!…,perounpococomounanoviaviva…,queadelantólafrenteunpoco…Y…,y…,yola…besé…¡Yo!…,¡yo!…,¡yo!… ¡Y ella no murió!… Permaneció tranquilamente a mi lado, después de que la besé…, en lafrente…¡Ah,quémaravillosoes,daroga,besaraalguien!…Túnopuedessaberlo…,peroyo…¡yo!…Mi madre, daroga, la pobre desgraciada de mi madre no quiso jamás que la besara… ¡Huía…,arrojándomemimáscara…,ningunaotramujer!…,¡jamás!…,¡jamás!…¡Ay,ay,ay!Entonces…,depurafelicidad,lloré.Ycaíllorandoasuspiececitos…Ybeséllorandosuspies,suspiececitos,llorando…Tútambiénlloras,daroga;ytambiénellalloraba…,elángellloró…

Mientrascontabaesto,EriksollozabayelPersa,enefecto,nopodíacontenersuslágrimasanteaquelhombre enmascarado que, con escalofríos, lasmanos sobre el pecho, lloraba tanto de dolor como deternura.

—¡Sentícorrersuslágrimaspormifrente,ohDaroga!Erancálidas…,erandulces…,recorríanpordebajodemimáscaraeibanajuntarseconlasmíasenmisojos…resbalabanhastamiboca…¡Ah,suslágrimas…pormí!Oye,daroga,oyeloquehice…Mearranquélamáscaraparanoperderniunasoladesus lágrimas… ¡Y ella no huyó!… ¡Ni murió!… Continuó viva, llorando… sobre mí…, conmigo…¡Lloramosjuntos!…¡Señordelcielo,mehasconcedidotodalafelicidaddelmundo!…

YEriksehabíahundido,sollozando,enelsillón.—¡Ah,novoyamoriraún…enseguida…,perodéjamellorar!—lehabíadichoalPersa.Alcabodeuninstanteelhombredelamáscaracontinuó:—Óyeme, daroga, oye bien esto… Mientras me encontraba a sus pies… oí que decía: «Pobre

desventuradodeErik»,¡ycogiómimano!…Entoncesnofuinadamás,¿locomprendes?,queunpobreperrodispuestoamorirporella…¡talcomotelodigo,daroga!

»Imagínatequeyollevabaenlamanounanillo,unanillodeoroquelehabíadado…queellahabíaperdido…yqueyohabíaencontrado…,unaalianza…Lopuseensumanitayledije:«¡Toma,cogeesto!…,cogeestoparatiyparaél…Serámiregalodebodas…¡elregalodelpobredesventuradodeErik!…Séqueamasaesejoven…,¡nolloresmás!…».Ellamepreguntóconvozmuydulcequéqueríadecir;entonceslehiceentender,yellacomprendióenseguidaqueyonoeraparaellamásqueunpobreperrodispuesto a morir…, que ella podría casarse con el joven cuando quisiera, porque había lloradoconmigo… Ya puedes imaginarte, ay, daroga, que al decirle esto era como si partiera con todatranquilidad mi corazón en cuatro, pero ella había llorado conmigo… y había dicho: «¡PobredesventuradodeErik!».

LaemocióndeErikeratalquedebióadvertiralPersaquenolomirara,yaqueseahogabayteníaque quitarse la máscara. El darogame contó que había ido a la ventana y la había abierto lleno decompasión,peroteniendomuchocuidadodefijarlavistaenlacopadelosárbolesdelasTulleríasparanoencontrarseconelrostrodelmonstruo.

—Fuientoncesaliberaraljoven—continuóErik—yledijequemesiguieraalladodeChristineSeabrazarondelantemío,enlahabitaciónestiloLuisFelipe…Christine llevabasuanillo…HicejuraraChristine que, cuando estuvieramuerto, vendría una noche, pasando por el lago de la calle Scribe, aenterrarme en absoluto secreto con el anillo de oro que llevaría hasta esemomento…, le dije cómo

encontraríamicuerpoyloquehabíaquehacer…EntoncesChristinemebesóporprimeravez,aquí,enlafrente…enmifrente:(¡nomires,Daroga!),ysemarcharonlosdos…Christineyanolloraba…Sóloyolloraba,daroga,daroga…¡SiChristinecumplesujuramento,prontovolverá!…

Erik sehabía callado.ElPersano le hizomáspreguntas.Estaba tranquilo respecto a la suerte deRaoul de Chagny y de Christine Daaé, y ningún ser humano había podido, después de haberle oídoaquellanoche,ponerendudalapalabradeErik,quelloraba.

Elmonstruohabíavueltoaponerselamáscarayreunidosusfuerzasparadespedirsedeldaroga.Lehabíaanunciadoque,cuandosintieramuypróximosufin,leenviaría,enagradecimientoporelbienquelehabíahechoantaño,lomásvaliosoqueteníaenelmundo:todoslospapelesqueChristineDaaéhabíaescritoeneltranscursodeestaaventuraparaRaoulyqueellahabíaentregadoaErik,asícomoalgunosobjetosqueproveníandeella,dospañuelos,unpardeguantesyunlazodezapato.AunapreguntadelPersa,Erikleinformóquelosdosjóvenes,tanprontosevieronlibres,habíandecididoirabuscaraunsacerdote en alguna aldea solitaria en laqueocultarían su felicidad, yque, con esta intención, habíanelegido«alaestación,delNortedelMundo».Porúltimo,ErikcontabaconelPersaparaque,encuantorecibieralasreliquiasylospapelesprometidos,anunciarasumuertealosdosjóvenes.ParaellodebíapagarunalíneaenlosanunciosnecrológicosdelperiódicoL'Époque.

Aquellofuetodo.ElPersahabíaacompañadoaErikhastalapuertadesuapartamento,yDariuslehabíaacompañado

hastalaacera,sosteniéndolo.Unsimónaguardaba.Eriksubió.ElPersa,quehabíavueltoalaventana,leoyódeciralcochero:«AlaexplanadadelaOpera».Elsimónsehundióenlanoche.ElPersahabíavistoporúltimavezalpobredesventuradodeErik.

Tressemanasdespués,elperiódicopublicabalasiguientenotanecrológica:

«ERIKHAMUERTO».

EPILOGO

Estaeslaverdaderahistoriadelfantasmadelaópera.Comoloanunciéalprincipiodeestaobra,nopuedeahoradudarsedequeErikviviórealmente.Haydemasiadaspruebasdeestaexistenciahoyendíaadisposiciónde todos,paraquenopuedanseguirse razonablemente loshechosy lasgestasdeErikatravésdeldramadelosChagny.

Noesprecisoseñalaraquíhastaquépuntoesteasuntoapasionóalacapital.¡Aquellaartistaraptada,elcondedeChagnymuertoencondicionestanexcepcionales,suhermanodesaparecidoyeltriplesueñode los encargados de la iluminación de la Opera!… ¡Qué dramas! ¡Qué pasiones! ¡Qué crímenes sehabíandesarrolladoentornoalidiliodeRaoulydeladulceyencantadoraChristine!…¿Quéhabíasidode la sublime y misteriosa cantante de la que la tierra no debía volver a oír hablar jamás?… Laimaginaronlavíctimadelarivalidadentrelosdoshermanos,ynadieimaginóloquehabíapasado,nadiecomprendióque,puestoqueRaoulyChristinehabíandesaparecidojuntos,losdosprometidossehabíanretiradolejosdelmundoparadisfrutardeunafelicidadquenohubieranqueridohacerpúblicadespuésdelaextrañamuertesufridaporelcondePhilippe…Undíahabían"tomadountrenenlaestacióndelNortedelMundo…Tambiényo,quizásundía,tomaréeltrenenesaestacióneiréabuscaralrededordetus lagos, ¡ohNoruega!, ¡ohsilenciosaEscandinavia!, lashuellaspuedequefrescasaúndeRaoulydeChristine,ytambiénlasdelaseñoraValérius,quedesaparecióigualmenteporaquellamismaépoca!…PuedequeundíaoigaconmispropiosoídosalEcosolitariodelNortedelMundorepetirelcantodeaquellaqueconocióalÁngeldelamúsica.

Muchodespuésdequeelcaso,graciasalosserviciospocointeligentesdeljuezdeinstrucción,señorFaure, se dio por concluido, la prensa, de tanto en tanto, intentaba aún averiguar el misterio…, ycontinuabapreguntándosedóndeestabalamanomonstruosaquehabíapreparadoyllevadoacabotantascatástrofesinauditas.(Crimenydesaparición).

UnapublicacióndelaÓpera,queestabaalcorrientedetodosloschismorreosdeentrebastidores,fuelaúnicaenescribir:

«EstohasidoobradelFantasmadelaópera».Yaúnasílohacía,naturalmente,deunmodoirónico.SóloelPersa,alquenohabíanqueridoescucharyquenovolvióaintentar,despuésdelavisitade

Erik,unanuevatentativadedeclaraciónalajusticia,poseíatodalaverdad.Yteníalaspruebasprincipalesquelehabíanllegadojuntolaspiadosasreliquiasanunciadasporel

fantasma…A mí me correspondía completar esas pruebas con la ayuda del daroga. Día a día, le ponía al

corrientedemishallazgosyéllosguiaba.HacíaañosquenohabíavueltoalaOpera,peroconservabadel monumento un recuerdo muy preciso, y no existía mejor guía para de abrirme los rincones másocultos.Eraéltambiénquienmeindicabalasfuentesquedebíainvestigar,lospersonajesalosqueteníaqueinterrogar.EsélquienmeimpulsóallamaralapuertadelseñorPoligny,enelmomentoenqueelpobrehombreestabacasiagonizante.Nosabíaqueseencontraratanmalynoolvidaréjamáselefectoque produjeron mis preguntas relativas al fantasma.Memiró como si viera al diablo y tan sólo mecontestóconalgunasfrasesentrecortadas,peroqueatestiguaban(esoeraloesencial)hastaquépuntoelF.delaÓ.habíaperturbado,ensutiempo,aquellavidayademasiadoagitadadeporsí(elseñorPoligny

eraloquesehaconvenidoenllamarunvividor).CuandocomuniquéalPersaelpobreresultadodemivisitaaPoligny,eldarogasonrióvagamentey

medijo:—PolignynuncasupohastaquépuntoesegrandísimocrápuladeErik(elPersahablabadeEriktanto

comodeundioscomodeunvilcanalla)lemovióasuantojo.PolignyerasupersticiosoyEriklosabía.EriksabíatambiénmuchascosasdelosasuntospúblicosyprivadosdelaOpera.

CuandoelseñorPolignyoyóqueunavozmisteriosalecontaba,enelpalcoñ5,elempleoquehacíadesutiempoydelaconfianzadesusocio,yanoquisosabernadadelresto.Fulminadoalprincipioporuna voz celestial, se creyó condenado, y después, dado que aquella voz le pedía dinero, tuvo quecomprenderfinalmentequeestabaenmanosdeunmaestrocantordelqueelmismoDebiennefuevíctima.Losdos,yacansadosdesudirecciónporvariasrazones,semarcharonsinintentarconocermásafondola personalidad de aquel extraño F. de laÓ. que les había hecho llegar un pliego de condiciones tanespecial.Legarontodoelmisterioaladirecciónsiguiente,lanzandounprofundosuspirodesatisfacción,sintiéndoseliberadosdeunasuntoquetantoleshabíaintrigadosinhacerlosreíraningunodelosdos.

De este modo se expresó el Persa acerca de los señores Debienne y Poligny. Le hablé de sussucesores yme sorprendió de que enMemorias de unDirector, del señorMoncharmin, se hablara deforma tan extensa de los hechos y gestos del F. de laÓ., en la primera parte y no se dijera nada, oprácticamentenadaenlasegunda.Conrespectoaesto,elPersa,queconocíaesasMemoriascomosilashubiera escrito,me hizo observar que encontraría la explicación reflexionando sobre las pocas líneasque,enlasegundapartedeestasmemorias,Moncharminsemolestóendedicaralfantasma.Estassonlaslíneasquenosinteresan,puesrelatacómoterminólafamosahistoriadelosveintemilfrancos:

«Con respecto al F. de la Ó. (es Moncharmin quien habla), de que he contado aquí mismo, alprincipiodemisMemorias,algunasdesuscuriosasfantasías,noquieroañadirmásqueunacosa,yesque compensó, mediante una buena acción, todas las molestias que había ocasionado a mi queridocolaboradory,deboconfesarlo,amímismo.Sindudajuzgóquehaylímitesparatodabroma,enespecialcuando cuesta tan caro y hay un comisario de policía “tras sus pasos”.En elmismomomento en quehabíamos dado cita en nuestro despacho al señorMifroid para contarle toda la historia, algunos díasdespuésdeladesaparicióndeChristineDaaé,encontramosencimadelamesadeRichard,enunhermososobreenelqueseleíaescrito,entintaroja:DepartedelF.delaÓ.,lassumasconsiderablesquehabíaconseguidosacar,comosideunjuegosetratara,delacajadeladirección.Richardsostuvoenseguidalaopinióndequedebíamosdejarlascosasasíynoseguirconelasunto.SuscribílaopinióndeRichard.Todopueshaterminadobien.¿Noescierto,queridoF.delaÓ.?».

Evidentemente, Moncharmin, y más aún después de esta restitución, seguía creyendo que por unmomentohabíasidoeljuguetedelaimaginaciónburlescadeRichard,aligualqueporsuparteRichardno dejó de creer queMoncharmin se había divertido inventando todo el asunto del F. de laÓ., paravengarsedealgunasbromas.

Este era elmomento de pedir al Persa queme explicaramediante qué artificio el fantasma hacíadesaparecerveintemil francos en el bolsillodeRichard, a pesardel imperdible.Mecontestóquenohabíaprofundizadoenaqueldetalle,peroquesiyomismoquería«trabajar»enellugardeloshechos,debíaencontrarlaclavedelenigmaenelmismodespachodelosdirectores,recordándomequeaEriknose le había llamado porque sí el maestro en trampillas. Prometí al Persa que me entregaría, cuando

dispusieradetiempo,aútilesinvestigacionesacercadeesteparticular.Diréinmediatamenteallectorquelos resultados de estas investigaciones fueron perfectamente satisfactorios. No creía, en verdad,descubrirtantaspruebasinnegablesdelaautenticidaddelosfenómenosatribuidosalfantasma.

Es interesante saber que los papeles del Persa, los de Christine Daaé, las declaraciones que mefueronhechasporantiguoscolaboradoresdelosseñoresRichardyMoncharmin,porlapequeñaMeg(laespléndidaseñoraGiry,pordesgraciahabíafallecido)yporlaSorelli,queahoraseencuentraretiradaenLouveciennes,esinteresante,pues,saberquetodoesto,queconstituyelaspruebasdocumentalesdelaexistenciadelfantasma,pruebasquedepositaréenlosarchivosdelaópera,estácontroladoporvariosdescubrimientosimportantesdelosquepuedosentir,conjusticia,ciertoorgullo.

SibiennohepodidoencontrarlamansióndelLago,dadoqueErikcondenódefinitivamentetodassusentradassecretas(y,contodo,estoysegurodequeseríafácilpenetrarsiseprocedieraaldesecamientodel lago,comoyahepedidovariasvecesa laadministracióndeBellasArtes)[38], encontré, eso sí, elcorredor secreto de los comuneros, cuya pared de tablas está en ruinas en algunos puntos. He dadotambiénconlatrampillaporlaqueelPersayRaoulbajaronalossótanosdelteatro.Hedescifrado,enelcalabozodeloscomuneros,muchasinicialestrazadasenlasparedesporlosdesgraciadosqueestuvieronencerradosallí,y,entreesasiniciales,unaRyunaC.¿RC?¿Estonoessignificativo?RaouldeChagny.Aúnhoylasletrassonmuyvisibles.Evidentemente,nomedetuveallí.Enelprimerytercersótanoshicefuncionar dos trampillas de sistema giratorio, absolutamente desconocidas de los tramoyistas, que nousanmásquetrampillasdedeslizamientohorizontal.

Porúltimo,puedodecir, conplenoconocimientodel caso, al lector:«Visiteundía laOpera,pidapermisoparapasearenpaz, sinestúpidoscicerones,entreenelpalcon°5ygolpeecontra laenormecolumnaqueseparaaestepalcodelaplatea.Golpeeconsubastónoconelpuño,yescuche…alaalturadesucabeza:¡lacolumnasuenaahueco!Despuésdeesto,noseextrañedequelacolumnapuedaestarhabitadaporlavozdelfantasma.Hay,enesacolumna,espacioparadoshombres.Siseextrañandequedespuésde los fenómenosdelpalcon°5nadiepensaraenaquellacolumna,noolvidenqueofreceunaspectodemármolmacizo,yquelavozqueestabaencerradaparecíavenirmásbiendelladoopuesto(ya que la voz del fantasma ventrílocuo venía de donde quería). La columna fue labrada, esculpida,vaciadayvueltaavaciarporelcinceldelartista.Nodesesperodedescubrirundíaeltrozodeesculturaquedebíabajarseylevantarseavoluntad,paradejarunlibreymisteriosopasajealacorrespondenciadel fantasmacon laseñoraGiry,yasuspropinas.Enrealidad, todoesto,quevi, sentí,ypalpé,noesnada comparado a lo que un ser grande y extraordinario comoErik debió crear en elmisterio de unmonumentocomoelde laópera,perocambiaría todosestosdescubrimientosporelquepuderealizar,anteelmismoadministrador,eneldespachodeldirector,apocoscentímetrosdelsillón:unatrampilla,delalongituddeunabaldosa,delalongituddeunantebrazo,nomás…Unatrampillaqueseabatecomolatapaderadeuncofre,unatrampillaporlaqueveoapareceraunamano,quetrabajacondestrezaenelfaldóndeun frac…¡Porallídesaparecieron loscuarentamil francos!…Tambiénporallí,ygraciasaalgúntruco,habíanvuelto…».

Cuandolehablédeeso,conemociónbiencomprensible,alPersa,ledije:—Entonces, Erik se limitaba a divertirse —ya que los cuarenta mil francos fueron devueltos—

haciendobromitasconsupliegodecondiciones…Élmecontestó:

—¡Nolocreausted!…Erikteníanecesidaddedinero.Creyéndosefueradelahumanidad,noseveíacoaccionadoporescrúpulosyseservíadesusextraordinariasdotesdedestrezaeimaginación,quehabíarecibidodelanaturalezaencompensacióndesuhorriblefealdad,paraexplotaraloshumanosyalgunasvecesdelaformamásartísticadelmundo,yaqueeltrucovalíaamenudosupesoenoro.Sidevolvióloscuarenta mil francos, por su propia voluntad, a los señores Richard yMoncharmin, es porque en elmomento de la restitución no los necesitaba. Había renunciado a su boda con Christine Daaé. Habíarenunciadoatodaslascosasexistentesenlasuperficiedelatierra.

SegúnelPersa,ErikeraoriginariodeunapequeñaciudaddelosalrededoresdeRuán.Eraelhijodeunmaestro de obras.Había huidomuy pronto del domicilio paterno, donde su fealdad eramotivo dehorror y de espanto para sus padres. Por algún tiempo, se había exhibido en las ferias, donde suempresariolepresentabacomoel«muertoviviente».DebehaberatravesadoEuropaentera,deferiaenferia,ycompletadosuextrañaeducacióndeartistaydemagoenlamismafuentedelartedelamagia,entre los zíngaros. Toda una época de la existencia de Erik permanecía bastante oscura. Volvemos aencontrarloenlaferiadeNizhnyNovgorod,dondeactuabaentodasuespantosagloria.Cantabayacomonadieenelmundohacantadojamás.Hacíaelventrílocuoyseentregabaanúmerosextraordinarios,delos que las caravanas, a su regreso a Asia, hablaban aún durante todo el camino. De este modo sureputaciónatravesólosmurosdelpalaciodeMazenderan,dondelapequeñasultana,favoritadelsha-in-sha[39], se aburría. Unmercader de pieles, que iba a Samarkanda y que volvía deNizhnyNovgorod,explicó losmilagros que había visto bajo la tienda deErik. Elmercader fue llamado al palacio y eldaroga deMazenderan tuvo que interrogarlo.Después, el daroga fue encargado de buscar a Erik. LocondujoaPersia,dondeduranteunosmeses,comosediceenEuropa,hizoydeshizo.Cometiópuesunacantidad de horrores, ya que parecía no conocer el bien ni el mal, y cooperó en algunos hermososasesinatospolíticosconlamismatranquilidadconlaquecombatiómedianteinvencionesdiabólicas,conelemirdeAfganistán,queestabaenguerraconel Imperio.El sha-in-sha lecobróafecto.FuecuandoaparecieronlashorasrosasdeMazenderan,delasqueelrelatodeldaroganoshadadounaidea.ComoErik tenía de arquitectura ideas absolutamente personales y concebía un palacio al igual que unprestidigitadorconcibeunacajade sorpresas,el sha-in-sha leencargóunedificiodeeste tipo,queélproyectóyrealizóyqueera,alparecer,taningeniosoquesumajestadpodíapasearseportodaspartessinquelevieranydesaparecersinquenadiepudieradecirporquéartificio.Cuandoelsha-in-shaseviodueño de semejante joya, ordenó, como ya lo había hecho cierto zar con el genial arquitecto de unaiglesiadelaplazaRoja,enMoscú,quelesacaranlosojosaErik.Peroluegopensóque,inclusociego,Erikpodíaconstruirparaotrosoberanounamansióntanbellaymisteriosacomolasuya,yque,afindecuentas,mientras vivieraErik alguien conocería siempre el secreto delmaravilloso palacio.Decidió,pues,darmuerteaErik,asícomoatodoslosobrerosquehabíantrabajadoasusórdenes.EldarogadeMazenderan fue encargado de la ejecución de esa orden abominable. Erik le había prestado algunosserviciosylohabíahechoreírmuchoenvariasocasiones.Asíqueeldarogalosalvó,facilitándolelahuida.Peroestuvoapuntodepagarconsucabezaaquelladebilidadgenerosa.Afortunadamenteparaeldaroga,fueencontradoenlaorilladelmarCaspiouncadávermediocomidoporlasavesmarinasquesehizopasarporeldeErik,ayudadoporunosamigossuyosquevistieronelcadáverconropaquehabíapertenecidoalpropioErik.Eldarogaseviocastigadotansóloconlapérdidadesucargo,desusbienesy con la condena al exilio. Sin embargo, como el daroga era de sangre real el Tesoro persa siguió

pasándoleunapequeña rentade algunos centenaresde francos almes.Fuecuandovinoa refugiarse aParís.

EncuantoaErik,habíapasadoaAsiaMenorhaciaConstantinopla,dondehabíaentradoalserviciodelsultán.Comprenderéisquétipodeserviciosprestóaunsoberanoquevivíaacosadoporconstantesterrores,sabiendoqueErikfuequienconstruyótodaslasfamosastrampillasycámarassecretasycajasfuertesmisteriosasqueseencontraronenYildiz-Kiosk,traslaúltimarevoluciónturca.Tambiénfueél[40]

quientuvolaideadefabricarunosautómatasidénticosalpríncipeytanparecidosquelohacíandudarhastaalpropiopríncipe,autómatasquehacíancreeraloscreyentesquesujefeseencontrabaenunsitio,despierto,cuandoenrealidaddescansabaenotrositio.

Naturalmente,tuvoquedejarelserviciodelsultánporlosmismosmotivosquehabíatenidoquehuirdePersia.Sabíademasiadascosas.Entonces,muycansadodesuaventurera,extraordinariaymonstruosavida,deseósercomolosdemás.Ysehizomaestrodeobrascomootrocualquieraqueconstruyecasaspara todoelmundo,con ladrillosnormalesycorrientes.Realizóciertos trabajosdecimentaciónen laópera.Cuandosevioenlossótanosdeunteatrotangrande,sunaturalezaartística,fantasiosaymágicaseimpuso.Además, ¿no seguía siendo igual de feo?Soñó con hacerse unamansión desconocida para elrestodelmundoyqueleocultaríaparasiempredelasmiradasdeloshombres.

Yase sabeyseadivina lodemás.Transcurrea lo largodeesta increíbley, sinembargo,verídicaaventura.¡PobredesventuradodeErik!¿Hayquecompadecerlo?¿Hayquemaldecirlo?Nopedíasermásquealguiencomolosdemás.¡Peroerademasiadofeo!Tuvoqueocultarsugenio,ojugarconél,cuando,de tener un rostro normal, hubiera sido uno de los hombresmás nobles de la raza humana. Tenía uncorazónenelquehabríacabidounimperio;perotuvoquecontenerseconunacueva.¡Enrealidad,hayquecompadeceralfantasmadelaópera!

Herezado,peseasuscrímenes,sobresusrestos,¡yqueDiossehayaapiadadodeél!¿PorquéhizoDiosunhombretanfeo?

Estoy seguro,muy seguro, de haber rezado sobre su cadáver cuando el otro día lo sacaron de latierra,enellugarexactodondeenterrabanalasvocesvivas;erasuesqueleto.Nofueporlafealdaddesucabezaporlaqueloreconocí,yaque,cuandohapasadotantotiempotodoslosmuertossonfeos,sinoporelanillodeoroquellevabayqueChristineDaaéhabíavenidosindudaacolocarleeneldedoantesdesepultarle,comolehabíaprometido.

Elesqueletoseencontrabamuycercadelafuentecita,enellugarenqueporprimeravez,cuandolaarrastró a los sótanos del teatro, elÁngel de laMúsica había sostenido en sus brazos temblorosos aChristineDaaédesmayada.

¿Yahoraquéharándeeseesqueleto?¿Loarrojaránalafosacomún?…Yoafirmo:queellugardelesqueletodelfantasmadelaÓperaestáenlosarchivosdelaAcademiaNacionaldeMúsica;noesunesqueletovulgarycorriente.

Notas

[1]Salónovestíbulodelaoperadondesereúnenlosespectadoresduranteunentreacto.<<

[2]SedenominaComunaalgobiernorevolucionarioqueejercióelpoderenParís,en1781,instaurandounrégimendeterror.<<

[3]Seríauningratosinoagradecieraigualmente,enelumbraldeestaespantosayverídicahistoria,aladirección actual de la Opera, que tan amablemente se ha prestado a todas mis investigaciones, y enparticularalseñorMessager;tambiénalsimpatiquísimoadministrador,señorGabion,yalamabilísimoarquitectoencargadodelaconservacióndelmonumento,quenodudóenprestarmelosplanosdeCharlesGarnier,peseaestarcasisegurodequenoselosdevolvería.Finalmente,mequedaelreconocimientopúblicoalagenerosidaddemiamigoyantiguocolaborador,señorJ.L.Croze,quemepermitióconsultarsuadmirablebibliotecateatral,ytomarprestadasedicionesúnicasalasqueélteníaenmuchaestima.<<

[4] Espejo grande de pie, dispuesto sobre un bastidor, con bisagras en elmarco, demodo que puedavariarseavoluntadlainclinación.<<

[5] Sé la anécdota, también absolutamente cierta, pormedio delmismo señor PedroGailhard, antiguodirectordelaOpera.<<

[6]Sedenominan«corifeos»alosmiembrosdelasegundadelascincojerarquíasdelcuerpodebailedelaóperadeParís,entantoque«ratas»o«ratitas»sonlosalumnos/asdedichocuerpo,quecumplenlafuncióndefigurantes/as.<<

[7]RegiónhistóricasituadaaorillasdelmarBáltico,divididaactualmenteentrePoloniayAlemania.<<

[8]Decoradomontadoentrebastidores.<<

[9] Como veremos más adelante, Siebel es el novio de Margarita en la ópera Fausto, de Gounod,personajequesolíaserinterpretadoporunasopranoomezzosopranotrasvestida.<<

[10] Accesorio teatral que no es un simple decorado, sino que puede usarse, como una puerta o unaventana.<<

[11]Dekorrig,gnomo,ykorr,enano:pequeñosseresfemeninosdelfolclorebretón,generalmentevelludosymalévolos.<<

[12]Giganteque,enOsLusiadas,delpoetaportuguésLuísVazdeCamoens(1524-1580),guardaelcabodelasTormentasodeBuenaEsperanza.<<

[13]ElBoisdeBoulogne,extensoparquedelossuburbiosparisinos.<<

[14]HipódromosituadoenelBoisdeBoulogne.<<

[15]El«descensodelaCourtille»,queenunconjuntodemerenderosyjardinescampestres,consistíaeneldesfile,encochesdemáscaras,conquesefestejabaelmartesdecarnaval.<<

[16]Familiarmente,laMuerte.<<

[17]Enlamitologíagriega,elÉstigeeselríodelosInfiernos,porelcualelbarqueroCaronteconducelasalmasdelosmuertos.<<

[18]Sedenomina«registro»alcuartodesdedonde—enlaoperadeParís—secontrolanlasluces.Másadelanteseexplicaelporquédeestenombre.<<

[19]NoconfundirconelfamosomagonorteamericanoHarryHoudini.JeanEugéneRobert-Houdin(1805-1871)fueunnotableprestidigitadorfrancés,cuyaobraescritaesunverdaderomanualdeiniciaciónalaprestidigitación.<<

[20]Losprimerosaerostatos,globosdeairecalientecuyonombrederivadesusinventores,loshermanosMontgolfier.<<

[21]Las«glorias»son,enel lenguaje teatral, loselementosquese suelencolocarenel«cielo»de losdecorados,comolunas,soles,cometas,rayos,etc.<<

[22]BernardGarnier(1825-1895),arquitectofrancés,autor—entreotrasobras—delteatrodelaóperadeParísydelCasinodeMontecarlo.<<

[23]Personaquepadecetristezaydisgusto,aconsecuenciadelocualestápálidaymelancólica.<<

[24]ElmismoPedroGailhardmecontóquehabíacreadoelpuestodecerradoresdepuertasparaviejostramoyistasalosquenoqueríadespedir.<<

[25]PoraquellaépocalosbomberosteníanaúnlamisióndecuidardelaseguridaddelaOperadurantelas representaciones.Más tardeeseservicio fuesuprimido.Cuandopreguntéelmotivoal señorPedroGailhard,mecontestóque temíanque,dadosuabsolutodesconocimientode lossótanosdel teatro, lesprendieranfuego.<<

[26]Elautornodarámásexplicaciones, lomismoqueelPersa,acercadelaaparicióndeestasombra.Todo en esta narración histórica queda explicado a medida que los hechos aparentemente anormalesvayan sucediendo. El autor no explican expresamente al lector lo que el Persa quiso decir con estaspalabras:«Alguienmuchopeor»(quelapolicíadelteatro).Ellectordebenadivinarlo,yaqueelautorprometióalexdirectordelaOpera,señorPedroGailhard,guardarelsecretoacercadelapersonalidad,a lavez interesanteyútilde la sombraerrantede lacapaque, condenándoseavivir en losbajosdelteatro,haprestadoprodigiososserviciosaaquellosque,enlasveladasdegala,porejemplo,seatrevenabajaralossótanos.MerefieroaserviciosdeEstado,ynopuedodecirmás.<<

[27]ElantiguodirectordelaOpera,elseñorPedroGailhard,mecontóundíaenelcabodeAil,encasade la señoradePierreWolff, la inmensadepredación subterráneadebidaa la rapiñade las ratas,queduróhastaeldíaenquelaadministracióncontrató,porunpreciobastanteelevado,aunindividuoqueasegurabasuprimirlaplagasóloconveniradarunavueltaporlossótanoscadaquincedías.Apartirdeentonces, ya no hubomás ratas en laÓpera que las que se admiten en el foyer de la danza.El señorGailhardpensabaqueaquelhombrehabíadescubiertounperfumesecretoqueatraíahaciaélalasratas,aligualqueel«coq-levent»conelquealgunospescadoressefrotanlaspiernas,atraealospeces.Lasarrastrabatrasdesíhastaalgúnagujeroenelquelasratas,embriagadas,sedejabanahogar.Hemosvistoelespantoquelaaparicióndeaquellafigurahabíacausadoaltenientedebomberos,espantoquehabíallegadohastaeldesmayo—conversaciónconelseñorGailhard—,yparamínohaylamenordudadeque la cabeza-llama encontrada por el bombero sea lamisma que puso en un estado tan alarmante alPersayalvizcondedeChagny(papelesdelPersa).<<

[28]Jamásseencontraronesosdosparesdebotines,quehabíandejado,segúnlospapelesdelPersa,entreelportanteyeldecoradodeElreydeLahore,enelmismolugarenquesehabíaencontradoahorcadoaJosephBuquet.Debieronllevárselosalgúntramoyistaouncerradordepuertas.<<

[29]PendjaboPunjab,regióndelnoroestedelapenínsulaindostánica,divididadesde1947entrelaIndiayPakistán.<<

[30] Región histórica del noreste de Indochina, desde 1954 forma parte de la República Popular deVietnam.<<

[31]UninformeadministrativoprocedentedelTonquínyllegadoaParísafinalesdejuliode1900,cuentacómoelcélebrejefedela,banda,DeTham,vencidojuntoconsuspirataspornuestrossoldados,pudoescapar,aligualquetodoslossuyos,graciasaltrucodelosjuncos.<<

[32]Daroga,enPersia,comandantegeneraldelapolicíadelgobierno.<<

[33]Aquí,elPersapodíahaberadmitidoque lasuertedeErik le interesaba tambiénpersonalmente,yaquenoignorabaque,sielgobiernodeTeheránsupieraqueErikaúnestabavivo,estohabríasignificadoelfindelamodestapensióndelantiguodaroga.EsprecisoañadirqueelPersateníauncorazónnobleygeneroso,ynodudamosdequelascatástrofesquetemíaparalosdemásocupabanplenamentesuespíritu.Porlodemás,suconductaentodoesteasuntolodemuestradesobrasyporencimadecualquierelogio.<<

[34]Literalmente,el«engaña-la-muerte»,apelativo familiarde«unapersonaquesalebiende todas lasenfermedades»,segúnelLarousse.<<

[35]Elmuseodecera.<<

[36]EnlaépocaenqueescribíaelPersa,secomprendemuybienquetomaratantasprecaucionescontralaincredulidaddelagente;hoyendía,cuandotodoelmundohapodidoveresetipodesalas,resultaríansuperfluas.<<

[37]SerefierealaImitacióndeCristo,deTomasdeKempis(1379-1471).<<

[38] Hablaba yo aún, cuarenta y ocho horas antes de la aparición de esta obra, al señor Dujardin-Beaumetz,nuestrosimpatiquísimosubsecretariodeBellasArtes,quemehadejadoalgunaesperanza,yledecía que es deber del Estado acabar con la leyenda del fantasma para restablecer sobre basesindiscutibleslahistoriatancuriosadeErik.Paraelloseríaindispensable,yseríalaculminacióndemitrabajo, encontrar la mansión del Lago en la que puede que se encuentren aún auténticos tesorosmusicales.NocabedudadequeErikfueunartistaincomparable.¿QuiénnosdicequenoencontraremosenlamansióndelLagolafamosapartituradesuDonJuanTriunfante?<<

[39]Reydereyes,títuloqueostentabaelmonarcadePersia.<<

[40] Entrevista a Mehemet Alí bey, al día siguiente de la entrada de las tropas de Salónica enConstantinopla,porelenviadoespecialdeIrMatin.<<