El Genio de Oriente1

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Joaquín Córdoba Genio de Oriente DS i l , C6" [995

Transcript of El Genio de Oriente1

  • Joaqun Crdoba

    Genio de

    Oriente

    DS i l ,C6" [995

  • ProlegmenosA Juan y Mercedes, en 'rdo de los mIos que vivimos

    en Oriente

    Pensamiento y cultura en el Oriente antiguo

  • Con toda certeza, cualquier lector curioso de nuestros d1as habr de quedarse sorprendido al leer este proverbio comn en el Ori nte antiguo: "En boca abierta entran moscas" . Y pienso que su sorpre a lal vez se deba a dos evidencias inmediatas: la chocante proximidad del dicho a uno de nuestros ms populare proverbios - "En boca cerrada no entran mosca "-, y la sintona de sensaciones y entimientos que la simillttld oe ambas expresiones de la sabidura popular dejan traslucir. Pero u asombro ha de crec r todavia ms, cuando sepa que la gente que usaban dicho proverbio en su lenguaje corriente fueron lo sumeros, un pueblo que hace ms de cuatro mil afio habitaba las tielTas meridional~ Mesopotamia. Acostumbrados corno e us a esttrehar que nuestra cultura nace-con el pensamiento griego y la literatura bblica, una tan curiosa comunin popular por encima del tiempo nos ha de hacer reflexionar. Acaso no fueron IflS cosas como se suele decir? Pues resulta Que mi les d tablillas de arcilla y papiros _ muestran que no. Y si de los griegos heredamos la accin, por fuel'za tendremos que corregir a Fausto, que qu ra verla n el principio de toda, las cosas. Pues en el principio de nuestra cultura esl la palabra. La palabra de los sumerios. La palabra y el pensamienlo de Oriente.

    Escribe lean Bottro que, queramos o no, nuestra civilizacin occidental fue originalmente dinamizada por el cri tianismo. y ste a su vez nacido en la corluencia de la cultura grecorromana y la ideologa bblica , dos vas tributarias del lejano mundo de sumerios y babilonio . Pero ms all de la autoridad que queramos conceder a su pensami nto, SlJ aserto ha de quedar validado por la simple constatacin de los clocumentos. Herno d remontarnos en el tiempo muchos miles de aftos atrs, mucho anles de que los griegos fueran griegos y la Biblia fuera Biblia. Ms all d e 'a Edad O Cura de cuya tinieblas emerge el canto de Homero. Ms all de las tablillas micnicas, balbuceanle sistema de notacin elemental pronto olvidado. Ms all de la versin bblica de los setenta, que recoge tradiciones nacidas en varias pocas pero nunca ms atrs de algullOs siglos. Ms all de todo eso estn los antepasados m remoto de nuestra ultura y nuestro pensamiento: las gentes y los pueblos del Oriente antiguo. A diferencia de los modernos diletante, los antiguos griegos y Jos viejos jud10s de la prerromanidad lo salW.n y lo reconocan. Com R Rtskhiladze demostrara tiempo atrs, cuando erdotb se refera a los orientales hablaba el brbaros, pero no con el significado peyorativo que nosotro le damos al concepto, ino con el de alglo os, los que hablan otra lengua. Porque Herdoto estimaba que la histOtia de los pueblos del Odente Prximo constitua una apo Ltacin valiosa a la civilizacin humana. Y cuando lo . judos depOl1.ados a Babilonia evocaban a la oril1a del ufrates su ail0rada Sill, lo hacan viendo ante la inmensidad d la zigurat del templo de Marduk, el modelo de lo Que sera en su relatos la tOITC de Babel. Por ello y por mucho ms, si se pretencle escribir sobre la historia del pensamiento y la cultura, detenernos en lo:> gri gos -el milagro griego- o en el mundo bblico -la santidad de la Biblia como esencia suprema- equivale a Quedamos en la mitad del camino. Teogonas y cosmogonas, sistemas religiosos y rituales cultura poltica y administrativa, matemtica , asb-onomla y fsica, literatura, historiografa, ciencias de la naturaleza, medicina, arquitectura, todo tiene sus races en Oriente. Pero ms all que las disciplinas las tiene sobre todo lo que ms importa para nosotros, hase del spritu de la cultura y la ei neia: ~I splitu dedu ' tivo. El espiritu ob ervaelor. El espritu ordenador. El espritu cientfico.

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  • Este libro intenta adentrarse en todos los campos posibles de la cultura y el penamiento de los antiguos pueblos del Oriente Prximo, especialmente en aquello

    que tienen que ver con el reposo de la reflexin solitaria, con la proyeccin escrita del espritu humano. Excluyo por tanto cualquier consideracin relativa a la cultura material. el arte o la arquitectura en sus manifestaciones fsicas, no as en 10 que la arqu itectura tiene de aplicacin o evidencia de un espritu cientfico . Porque en todo aquel mundo existi un pensamiento singular, una forma de analizar, de exponer. Una cultura profunda en tocios los sentidos. Sin embargo, con frecuencia se dice que en los textos escritos de la cultura oriental antigua faltan los enunciados abstractos a partir de la observacin de los hechos. Y se repite que el espritu oriental antiguo no fue capaz de dar el paso que hay entre el anlisis y la ley. Ms an, que dada la pretendida ausencia de elaboraciones tericas, sus nmeros y sus medidas por ejemplo no eran ms que simples habilidades tcnicas, progresos si se quiere, pero poco m~, reservando a los griegos la virtualidad matemtica y geomtrica. Mas, dejando aparte lo errneo de tal reserva, hay que avanzar desde allOra que todos los principios tericos que hacen posible el pensamiento creador y el espritu cientfico estaban preselltes sin duda en las primeras manifestaciones de la cultura.

    Los primeros textos escritos nacen de una voluntad de racionalizacin admini:,;trativa, de un plan de organi2acin elaborado por un cuerpo de especialistas. En ellos esfaba pues presente la conciencia de la necesidad de recopilar los datos, organizarlos mediante cdigos y guardarlos. Es una experiencia de la lgica que se remonta al 35003200 a. C. Al tiempo o PQ~O despus, se comeliZara la definicin intelectual de las cosmogonas y las teogonas, para lo que era preciso un esfuerzo previo de abstraccin de las fuerzas naturales que llevara en principio a una teologa potica que es casi filosofa o metafsica. Y luego vendran las primeras empresas ~nciclopdicas, como esas diez mil rlbricas que organizan en listas todo el universo material, un esfuerzo sobrehumano de clasificacin emprendido por los escribas sumerios y que hoy conocemos bien gracias a B. Landsberger. Para acabar, en fin , C..Q fl verdaderos

    tratado~ escritos en una o,en cien tablillas, segn la impoiancia o la complejidad del asunto. Cuando estudiamo~ '~s tablillas de Mul.Apin, por ejemplo. qu importa que los autores hablen d.e constelaciones, estrltas y planelas de Enlil, Anu o Ea, si al leerlas y contemplar eltiniverso nos damos cuenta que lo que hacen con tal clasificacin no es otra cosa que dividir el hemisferio Norte en tres sectores segn la observacin, ms all de los 13,5 , en la banda de 13 y por debajo? As lo tradujo L. W. King en 1912, y no hace mucho lo explic como astrnomo V1adimir S . Tuman. No haba pues sin1ple astrologa como dicen algunos, sino verdadera y tenaz observacin del uni verso y los fenmenos celestes, refrendada en tablillas separadas por ms de mil aos. Incluso la adivinacin y la magia, corno pensaba J. Bottro, se converta en conocimiento deductivo y sistemtico, capaz de prever.

    La cultura y el pensamiento del Oriente antiguo responden en conjunto a la primera expresin de madurez intelectual de la humanidad . Porque aquellos antiguos antepasados de nuestra cultura fueron capaces de mirar el universo de las cosas y las ideas con el suficiente espritu analtico, con el suficiente sentimiento de curiosidad ante lo desconocido. con la suficiente capacidad de abstraccin como para que vea mas en ellos el origen de las ms altas expresiones de la ciencia, la cultura y el pen

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  • sam1enlO que hoy llamamos occidental . Yeso, preciso es recordar1o, miles de ao antes de que crates se preguntara sobre el todo.

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  • oqtuaJJ tf 0JJvqsa (uaffvUt

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  • Un estudio que pretende trazar una imagen general de la cultura y el pensamiento habidos n el mundo del Oriente Prximo antiguo, desde los orgenes hasta la criss del imperio sasanida, requiere una reflexin primera que, en el e pritu del autor, tiene algo de justificacin.

    A comienzos del pa. ado siglo y en el curso del mismo, numerosos viajeros y curiosos europeos iniciaron el redescubrimiento del Oriente a travs de us propias vivencias y sus estancias ms o menos prolongadas en Egipto, Turqua, Siria, Traq, Irn e incluso la Arabia profunda y las pistas y montaas del remoto Oman . De tales experiencias y circunstancias dejaron luego testimonio en numerosos libros qu , andando el tiempo, onstituiran el nudo de Jo que ha dado en llamarse la "literatura orientalista", tan duramente cliticada por estudiosos como E. W. aid. Sin embargo. las obras de gentes tan singulares como D. Bada y Leblich, J. L. Burckhardt, E. W. Lane, R F. Burton o F. T. Palgrave entre muchos otros no orprenden y no maravillan . Todos ellos tenan un conocimiento profundo de las lengua de los paises que visilaron, de sus costumbres que compartieron, de us gentes enlTe las que se contaron y con las que disfrutaron de la amistad, el riesgo e inclu o a veces el amor. Pero lo que para nu stros bi abuelo:> fuera viaje imaginario a lo imposible, maravilla d un mundo dominado por la imagen turbadora de la danza excitante de Kuchiuk-Hanem. dibujada en Jos recuerdos exaltados de Gustave FlaubeJi, se reputa hoy como fuente perversa de la relativizacin "orientalista". de simplificacin de 10 oriental a un comn y muy negativo denominador.

    A decir verdad, cuando E. W. Said critica la reconstruccin europea simpli ta y reductora de una cielia imagen del Oriente a trav de sa literatura "orientali ta", se refiere al Oriente islmico ya los medios acadmicos ft.loacadmicos decimonnicos a l dedicado . No por tanto al horizonte obre el que versa e te libro, el Oriente preislmico. Pero con mucha frecuencIa. comentaristas y lectores no avisados onsideran que el Oriente antiguo hubo de er tan emejanre entre si. en el tiempo y en el espacio, como cierta literatura dd pasado iglo tendio a con 'derar el Oriente entonces contemporneo. Es la rep ticin del viejo error cometldo por un mundo que. de forma innala, est acostumbrado a pensar en griego y lann cuando pretende hablar de cultura o de pensamiento. ero ni e. ni fue a J

    En un spacio de millones de kilmetro cuadrado!> cubierto de montaas. desierto. no y mar . sobr el que nue tra mirada e vierte adems en la his

    Gentes y paisajes toria alli sobrevenida dw-ante casi cuatro

    mil ao . difcilmente puede estimarse unifonnidad en ellerreno culturaJ, como pen an algunos. Por pura lgica es imposible defenderla como rasgo propio del Oriente antiguo. Suponerla tan l0 cra un error: desarrollarla en un tratado 'ualQuiera muestra de ab oluta ignorancia_ Y este libro, pese a sus preten jone declarada en el titulo, ni desea cometer el mi mo error ni quisiera que as se entendiera. Siguen pgina que hablan de la cultura habida en un amplio escenario durante mile de anos. Pero si aqullas son reducidas en nme

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  • ro, en modo alguno se debe a la tan propiamente europea presuncin de uniformidad radical de la cultura oriental, sino a la pura necesidad. Pues muy al contrario, estas pginas quisieran dejar patente la riqueza, la complejidad y la amplitud de una cultura y un pensamiento que durante siglos hubieron de permanecer ocultos por la imagen bblica. Una imagen que empez a cuartearse cuando el 4 de marzo de 1875. el Daily TelegraPh inclua una informacin de G. Smith relativa al hallazgo de un texto cuneiforme que relataba el milagro maravilJoso de la creacin, redactado en fecha y mundo muy diferente y anterior al del Gnesis.

    En 1836, Edward WilIiam Lane publicaba su libro Maneras y costumbres de los modernos egijJcios. Acaso en sintona con lo que la ciencia de entonces afirmaba como indiscutible, comenzaba su introduccin recordando la importancia que las caractedsticas fsicas de un pas teman sobre las maneras, costumbres y carcter de una nacin. Cielto que el determinismo geogrfico es un exceso, pero en cualquier caso consta como condicionante muy preciso de la cultura humana. Y los mlltiples paisajes y pueblos del Oriente antiguo son al tiempo escuela de diversidad e imposicin de la naturaleza. Por ello tambin es de rigor acercarse en principio a la realidad del spacio y el tiempo que consideramos, un escenario ruuenso. Desde los bosques hmedos del norte de Anatolia e Irn. cerrados y umbros, hasta los desiertos requemados de la pennsula de Arabia o dellrn interior. De la orilla mediterrnea de Siria o Palestina hasta los horizontes inacabables del Asia Central, las imponenentes montaas elel Baluchistn o las aguas del golfo y el ocano ndico que baan las costas de Arabia, Irn y Omn. Visto as, comprenderemos que el espacio interesado est lejos de poderse abarcar en un vistazo. Porque en realidad es la imagen de un continente

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    Firuzabad

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  • enorme hacia el que convergen rutas. mares y vientos muy diversos . Difcilmente puede haber, en tan gran spacio, la uniformidad cultural supuesta a vece'.

    Este libro trata pues de la vida de un Un p a s e o por continente y de la cultura de muchos

    mundos. Dado que por fuerza hay que poner un comienzo y un final, el relato sela historia inicia en la regin de Uruk, al sur del actual Iraq, en torno al 3500 l . C. Por vez

    primera se omenzaron a e cribir all unos documentos balbucientes, elementales si e quiere, escrilo sobre modesto barro pero fruto al fin de una operacin intelectual, de un esfuerzo mental llevado a cabo por gentes que deseaban guardar memoria y registro de sus actividaue . Y el final de la hi toria, casualmente, ms o mellos en la misma regin. El ao 636 d. c., los rabes tnusulmane del callia Ornar derrotaban en Qadi~iya a los sasnidas de Yazdegird ill. Lo que vino le pus si que supuso un cambio raclic

  • me mesopotmico, los iranios expresaron idea:;, mitos y organizacin. Mucho peor conocida todava que la mesopotmica, la cultura susiano-elamita es la primera manifestacin original del espJitu iranio, prximo y lejano al tiempo respecto al mbito mesopotamico.

    La historia del segundo milenio es si cabe ms rica y compleja. Pueblos, reinos y lenguas se mu ltiplican enriqueciendo y complicando a la vez la imagen de la cultura y el pensamiento oriental. Se abre el horizonte hitita en AnatoHa (ca. 1700-1200 a. C.), que da entrada a la mirada indoeuropea en la cultura oriental. Pero antes habra que recordar la madurez babilnica -y no slo con Hammurabi (1792-1750 a. C.) , sino tambin con la longeva y peculiar dinasta de los (,:~asitas (ca. 1570-1155 a. C.)-, pues en torno a la ciudad de dicho nombre se comienza a tejer uno de los ms fuerte polos de referencia cultural vlido para todo el Oriente. Y al norte, Mitanni (ca. 15001350 a. C.), como manifestacin ultima del genio hurrita, o la Asiria que con altibajos habIia de mantener su culLma desde una fecha remota hasta mediados del primer milenio a. C.

    Ms all de Mesopotamia y Analolia, Sida. Palestina o el Irn continuaron su marcha a:;ccndente a lo largo del segundo milenio . En Occidente, los amorritas de Aleppo y Mari lideran la cultura y la historia de los mundos cercanos a la Siria Septentrional o al Ll[rates Medio durante la primera mitad del milenio. Luego, disueltos sus reinos en los telTitorios de las grandes potencias emcrgentes, los cananeos de Ugarit y ot.ros muchos y pequeftos reinos de Palestina y Siria determinaran la segunda mitad del milenio con la ntida imagen cultural del mundo semitico occidental. Y en Inin, en t.orno a Susa y Dur-Untash, cabezas renovadas del gran reino bicfalo de los elamitas, madur el nico rival poltico, cultural y militar de los mesopotmicos durante la misma segunda mitad del milenio.

    Durante el primer milenio a. c., los hogares centrales de la cult.ura y el pensamienlo se fijaJl en las ciudades asirias y su Imperio, hasta su destruccin en torno al 612 a. C. Lucgo, en Babilonia, con justicia lJamada por algunos megalpolis, cabeza de l mundo oriental hasta ll entrada de Ci ro en el 539 a. C. En el curso de aquello siglos, las bibliotecas, los archivos y los eruditos de Asiria y Babilonia poseian sin duda la suma del saber, el pensamiento, la literatura y la ciencia recopilada o en creacion. Eran ya muchos miles de aos los que se llevaban recorridos. Yen torno a eso centros privilegiados, en torno a esas preuguracioncs de lo que mucho despus vendran a simbol izar Roma y At.enas, una miriada de pequeos estados que como los luvilas en Anato li a y Siria, los arameos en Siria y Palestina. los urartios en las montaas de Armenia o Jos iranios en su mundo de las mesetas y los valles del Iran. animaron una cultura propia y original siempre, aunque relacionada en cierto mooo con el nucleo asirio-babilnico.

    La conquista persa de Babilonia supuso una modilicacin importante que los contemporneos parecen haber ignorado: que el eje creador se desplazara definitivamente hacia ellrfm. Hasta la conquista alejandrina (331 a. C.), todo el Oriente PrxinlO vivi bajo el cetro del Rey de Reyes aquemnida, si bien la unificacin adminislraUva y la superior direccill a cargo de medos y persas no supuso la anulacin de las culturas propias de las regiones que antes hablan sido centros originales e independientes. Pero la introduccin del arameo como lengua franca, hablada y

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  • cambio iniciado en la poca imperial asiria y afianzado durante el peroaqJaeJnJm-da- , con la consiguiente relegacin de las tablillas de arcilla en benefi

    - portes ms adecuados para una escritura cW'siva, produjo dos consecuencias: la primera, la lenta relegacin de las antiguas lenguas y sus escrituras. La segunda, l olvido de los saberes de lo mundo que tran mitian. Y todo ello al tiempo que la importancia pol1tica de Mesopotamia desapareca, mientras que en viejas ciudades como Uruk, Ksh o la misma Babilonia, La reducida supervivencia de cultivadores del antiguo saber se apagara definitivamente con la llegada de los parto .

    Desde la constitucin del r ino de MitTidates 11 (124-88 a. C.), los territorios situados al este del ufrates, e decir, la antigua Mesopotamia ya! Yazira, junto con el Irn entero y el Asia Centra!, se onvirtieron en el mundo que politica y culturalmente se senDa heredero dellmperio de lo aquemnidas, animado de un irredentismo de restauracin sobre el Asia romana. En ese e~ptitu se sentan el rey parto Artbano TI (10-38 d. C.) O el monarca sasnida Shapw' 1 (241-273 d. C.) , pues con us reclamaciones expresa a Roma y con su conducta afi rmaban una voluntad de continuidad y una memori del genio imperial propio del trono de Ciro y Daro. Pero acaso ignoraban que con su filoaquemenedismo heredaban tambin muchos de los valores, la particular filosofa del poder y la capacidad organizativa del antiguo mpedo asirio-babiJnico, inspirador a su vez de la corte medo persa. Y con toda certeza desconocan que, de ste modo, los pueblos parto-sasnidas y sus imperios constitu an el ltimo eslabn de tina trad icin de cultura y pensamiento iniciada en torno al 3500 a. C.

    Las luchas del imperio de lo partos (217 a. C.-80 d. C.) contra elecidas y romanos, o las del imperio sasnida (80-636 d. C.) contra Roma y Bizancio aspiraban en cierto modo a restaurar el espacio natural de los antiguos imperios mesopotmicos. Pero la batalla de Qadisiya puso punto final. Yel mundo y el pensamiento cambiaron radicalmente y para siempre con el Islam.

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  • II

  • lateria. alma, silencio. Tres palabras con las que pretendo vocar, de modo simblico, la esencia y el contenido de este caplulo. La escritura y . us sopoltes. como fonna ba ica de tijacin del pensamiento y su ~ manife laciones' los letrados y su mundo . como imagen reanimada de las per ona y la vida de los que escribieron los documento. que hoy nos traen su recuerdo : y el ambiente de los lugares n los que se redactaron la tablillas y los papiros. ya fuera (;n el callado ajetreo de los archivo~ o en el reposo domstico d los letrados. 'ememorado todo en el sil neio ntimo del creador y su entorno. Pues sila nocin de cultura y pensamiento que quisiera evocar re ponde a la proyeccin escrita del spritu de la rellexin, su historia debe empp zar por el conocimiento de los medios, las gente y lo lugar s que lo hicieron posible. Porque no hay que olvidar que nos hallamos ante la primera escritura de la humanidad, los ms tempranos letrados y los lugares de estudio ms antiguos.

    En su ya veterana Hzstoria de la Escritura, dice Ignace J Gclb que la primeraMateria : 1a e 'critura slo expresaba en parte -1 lellguaje hablado De hecho, aunque los aocumentm; ms antiguos poseen UII solo sentido, pueden leerse con palabras distintas y hasta en lenguas diver as.

    escritura y l a s lenguas Pero eso no quita que los documento ' de

    la poca Uruk fueran verdadera escritura -lamas antigua conocida- , con la que era posible almacenar el regi tro de un dato y reconocpr!o, incluso recordar su sentido liempo desplle . Acostumbrados como estamos a la rutina de releer Ubros antiguos, abrir las pginas de tro ' lluevo. Lomar notas, no nos damos cuent~ de que as llevamos a cabo una operacin mecnica de reconocimiento de signos escritos en tiempos pasado; que los entendemos porque son iguales a los que no otros usamos hoy, y que con linos y otro se tran clibe 11l1\ misma lengua: la nuestra. Puede que en principio 110S parezca esto baladt. pero es algo maravilloso. Porque se trata de op raciones que rompen las barreras del tiempo y el e pacio gracias a un dominio: la esclitura. As que difcilmente podemos percatarnos de la revolucionaria importancia que tuvo para la humanidad su invencin, que no fue fruto de una luminosa conclusin, sino de una evolucin lenta natural, dentro de la ms curiosa lgica.

    A finale de los al os sesenta. una joven Los orgenes: fichas investigadora france a radicada en los y estampillas Estados Unidos, llamada D ni e ch

    mandt-Bess rat, comenz un proyecto de investigacin sobre los orgenes y la formas de la utilizacin de la arcilla n I Orien-

    Prximo. La bsqueda :e llev a cabo en museos y colecciones privadas de Amri ca, Europa y Oriente Medio. repasando en atruogo y almacene~ todos los materiales fechado", ms o menos, cntre 19000 y el 6000 a. C. Junto a los objetos que e peraba

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  • encontrar. la estudiosa registr una categorla imprevista: unos pequeos artefactos. con apariencia de fichas, de unos 2 centmetros por tnnino medio y forma de esferas, : 0005. discos, tringulos, etc. Algul1as presentaban incisiones o marcas. y todas se haban realizado con una pasta muy pura. modelada a mano y despucs cocida . Tale fichas se documentaban en la mayora de los asentamientos neolticos del Oriente Prximo, y eran descritas en los informes como amuletos, piezas de un juego o con adscripciones muy peregrinas. As que no era extraI10 que hasta entonces nadie hubiera noLado la s imilitud evidente entre las fichas, por encima del tiempo y el espacio . Pero Denise Schmandt-Besserat se dio cuenta desde luego, comprendi su Iuncin y, I que a nosotros ms nos interesa ahora. entendi la relacin entre las fichas y los orgenes de la escritura. Fue un verdadero descubrimiento .

    En sus aos de formacin en Pars. Denisse recordaba haber tenido en sus manos un objeto procedente de Susa, fechado en torno al 3000 a. C. Se trataba de una especie de pelota hueca de arcilla , del tamao de un puo cerratlo, en cuya supeliicie exterior se hban impreso una serie de fichas -conos y discos-, guardadas en su interior. P. Amiet lo haba publicado como tUl sistema contable, dado el paralelismo formal con otro hallazgo semejante encontrado tiempo atrs en el palacio de la vieja ciudad mitann io-hurrita de Nuzi. El objeto de Nuzi, publicado por A. Leo Oppenheim, consista en una especie de huevo hueco. en cuya superficie exterior se haba cscritoo en cuneiforme, el detalle de una contabilidad relativa a cuarenta y ocho animales. Dentro se descubri el mismo nmero ele fichas. Como ms tarde contarla, Denisse llevaba catalogadas varios cientos de fichas prehistricas antes de reparar en la semeja11za de stas COIl las histricas conocidas en Susa o Nuzi. Al principio le pareci imposible que existiera una relacin entre ambos grupos, pero al fn hubo de concluir qllC en tocio el OrienLe Prximo. desde el undcimo milenio hasta el segundo, la gentes haban utilizado un sistema de contabilidad basado en las fichas. Pero eso no era ms que la primera parte del descubrimiento.

    Avanzando en su estudio, D. Schmandt-Besserat comprob que el uso de las fichas haba sido paralelo al de la produccin de alimentos y al inicio de los intercambios. El sistema inicial no haba introducido cambio alguno en casi cinco mil afios, probablemente porque se adaptaba perfectamente a la economia agrcola. Pero luego. con el crecimiento de los ncleos humanos y la complejidad paulatina de lo bienes y los intercambios habida entre el 5000 y el 3500 a.c. , comenzaron a aparecer nuevos tipos de fichas e incisiones sobre las mismas. Y desde los inicios del cuarto milenio, con el desalTollo paulatino de la cultura urbana debi surgir igualmente la necesidad de simplificar y registrar de una manera ms precisa. Aparecieron entonces esa especie de pelotas de arcilla hueca, llamadas bullae, cuya funcin ms evidente era la que hoy realiza un sobre de correos. La mayor parte deban de ser una suerte de conocimientos de embarque. medinnte los cuales un productor remitia una mercanca precisa a un destinatario lejano, a travs de un transportista La bulla sellada y cerrada contena en sus fichas testimonio del tipo y nmero de la mercanca remitida, y era as una especie de albarn y garanta frente a prdidas o substracciones en ruta. Puede que el necesario conocimiento del contenido por parte del intermediario, para evitar a su vez ser objeto de engao. llevara a la idea de marcar la superficie de la bulla con las improntas de las fichas guardadas en su interior, ade

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  • ms del sello del remiten te. Y e mo oncluye la investigadora francesa, aunque las mar a sobre las bullae no e idearan para sub tituirlas, eso fue exactamente lo que ocurri. La. primeras tablillas de barro descubierta en Uruk presentan todas un perfil convexo caracterstico, heredado sin duda de las bullae. Y los primeros signos de escritura parecen inspirados en las fichas. A,,{, los numerales primeros son impresiones directas de fichas - conos pequeos (1), discos (10) y conos mayores (60)-: pero otros ideograma reproducen en dos dimensiones las fichas en uso . Por ejemplo, el signo que en poca Uruk simboliza una oveja, una vasija o una prenda de pao resu lta tener un paralelo exaclo en las fichas que ante y durante algn tiempo se usaron en la contabilidad. La conclusi6nfinal de D. Schmandt-Besserat result6 tan novedosa como sorprendente: los primeros ejemplos de escritura que muchos haban supuesto fruto de wla invencin eran, en realidad, la aplicacin novedosa de un s i lema de registro milenario y propio del Oriente Prximo ms antiguo. En verdad, un primer triunfo de la lgica y del espritu prctico de la humanidad creativa.

    As pues, a mediados del cuarto mileEl desarrollo de la nio aparecieron las primeras tablillas. En escritura a lo largo principio eran muy pequeas y senci llsidel tiempo mas, con una escritura nldimentaria com

    pue ta por improntas de fichas, dibujos de olras y nuevos signos pictogrficos que las necesidades haran crecer con tantemente . Las ms antiguas e enconlraron en Uruk, pero al tiempo o po o de pus se L1 aron tambin en otros lugares d 1 mismo horizonte cultural, omo Yemdet Na r, Ki h o Tell Brak. Recogida en el entorno de edificios administrativos. religiosos o en mbitos de comercio, hasta lo que se entienden constituyeron documentos de contabilidad de bienes o mercancas En 1936, A. Falkenstein public el primer estudio sobre estas tablillas y sus signos, catalogando 891 ms 49 para las cifras. l las vea como una invencin . Hoy se sitan como una fase deci iva en una evolucin que, comenzada en las remotas fichas neolticas, acabara en la e eritura cuneiforme clsica. De hecho, el nuevo catlogo de H. J. Nissen, que rene ya unos 1.500 signos, demuestra el desarrollo ulterior ele unos 300 hasta el sistema cuneifonne. En las primeras tablillas, los signos que no eran impresiones se grababan con un punzn sobre la arcilla fresca. La dificultad de trazar lineas curvas impondra, de modo natural, la progresiva esquematizacin rectilnea ha ta la adopcin de una verdadera e critura, al tiempo que las necesidades de expresin irn forzando el camino hacia la fonetizacin. Pues como piensa]. Bottro, la mayor parte de las primeras tablillas Uruk son m bien recordatorios para iniciado que se pueden leer en cualquier lengua: segn l, nos encontraramos ante "una e 'critura de las co as, no de las palabra ".

    A comienzos del tercer milenio se culminara la fase deci iva: la escritura de las palabras, el fonetismo. Dicho en sntesis, la fonetizaci6n consiste en otorgar al sigIlO que expresaba en principio una palabra completa, el valor de una slaba, convirtiendo as los ideogramas en fonogramas. A partir de entonce ,la e entura cuneiforme acab por de arrollarse y comenz a perfeccionarse y aligerarse, disminuyendo el nmero de signos hasta unos 600, de los que slo 400 eran de uso corriente. El umerio pri

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  • mero y el acadio despus fueron las lenguas formadoras de la escritura. La ms antigua. el sumerio, se expresaba con un domi11io de ideogramas. El acadio, como lengua semita. culmin el proceso fontico y silbico, aunque conserv algunos ideogramas.

    Distintos viajeros europeos de comienzos del siglo XV1l popularizaron la definicin de esclitura cuneiforme. adoptada luego por los estudiosos. para describir la escritura misteriosa entrevista en ruinas y fragmentos de barro. El aspecto de cuas o clavos que presentan los signos se impona en la descripcin . Se trata de signos compuestos por cuatro elementos simples: una cua vertical, otra horizontal, otra oblicua y una especie de cabeza de cua. Las mltiples combinaciones de estos elementos daban a cada signo su estructura particular. El resultado es una larga y compleja serie de signos simples. dobles, compuestos y complejos. Se escriban con W1 clamo o estilo de caa o metal, de izquierda a derecha, sobre tablillas de arcilla de formas muy diversas, las ms comunes rectangulares o cuadradas y susceptibles de ser sujetadas con una mano. La superficie se poda dividir a veces en columnas o campos mediante incisiones horizonLales, aunque nonnalmente el letrado escriba en lneas horizontales y de corrido. Pero los textos no presentan un aspecto mecnico: los especialistas pueden distinguir pocas y manos distintas en un conjunto de documentos. La esctitura cuneiforme madura, capaz de expresar todos los matices de la cultura y el pensamiento se conseguira en el curso de la segunda mitad del tercer milenio.

    Dentro de un esquema que se mantendra en lneas generales, los signos seguiran evolucionando durante el segundo y el primer milenio. Las caligrafas ms bellas quiz sean las de la poca Paleobabilnica y Neoasiria. esta ltima reputada de clsica. Pero cada una tiene su atractivo particular: como dice R Labat, el signo asirio tendera a la regularidad: el babilonio a la flexibilidad.

    La escritura cuneiforme sera adaptada por otras lenguas, como el eblata y el elamita durante el tercer milen io: el hitita. el luvita. el palata, el hurrita y el ugaritico duran1 e el segundo: el urarteo y el persa antiguo en el primer a. C. Pero en el curso del mismo nlenjo, con la introduccin del alfabeto y el dominio creciente de otras lenguas como el arameo, la escritura cuneiforme fue dejando paso l la cursiva. Fuera de estas formas de escritura y como una rareza. queda una jeroglfica particular, usada parcamente por los hititas durante el segundo milenio, y Que emplearan tambin sus ilerederos luvitas durante el primer milenio. Se fundaba en pictogramas de animales, objetos, partes del cuerpo y sm bolos religiosos, con los que se formaba un gran nmero de ideogramas y un silabario con mltiples homfonos. Se escriba y lea en bandas alternas de izquierda a derecha y de derecha a izquierda. Pero con la introduccin del alfabeto lineal y la escritura cursiva vehiculada por la difusin general del arameo, el jeroglfico luvita desapareci.

    La difusin del alfabeto fue una nueva revolucin cultural debida al genio y a la iniciativa de los letrados del Oriente. Dicho sencillamente, el alfabeto 110 es ms que un nmero limitado de signos entre 20 y 30-, con los que puede escribirse una . gua, anotando los sonjdos ms simples en los que aquella se descompone. la segunda mitad del segundo milenio. en Ugarit se desalToll un alfab... o ~i::llme con 30 signos para transcribir la lengua ugartica. adoptado 2 . .'nhin otras lenguas del mismo grupo. Pero hacia fines deJ segu... ~ utilizar en las ciudades fenicias de la costa sirio-pa!-- -4lU1:l aT7~a

  • no que llegara a convertr e en la nueva fOlma de escritura. Se b'ata de ignos curvos O rectos, dibujados con pincelo pluma sobre un material perecedero, especialmente papiro y pergamno. SencIJo, ligero , in problemas de aprendizaje prcticamente, comenz l ser adoptado por todos. Con el alfabeto fenicio se escribira l arameo, el hebreo , el moabit:1 y el pnico entre otras lenguas. En la penn ula Arbiga sin embargo. se usaran diversas escrituras alfabtica que slo tienen un lejan parentesco con el fenicio. El mejor conocido quiz es l sudarbigo, de 29 con onante , sin not:'1cin de vocales, aunque ciertas consonantes puedan tener a veces valor voclico. Sus inscdpciones se J en fcilmente, dado el individualismo de las letras y la separacin entre palabras mediru1le barras verticales.

    En fin. la universalizacin del alfabeto y la lengua aramea propuso un modelo sencillo a partir del cual otros pueblos desarrollaron sus propias escrituras, como la palmirena, nabatea. armenia, georgiana y algunas ms que sera prolijo detallar. aunque no puedan omitirse, claro est, las escrituras alfabticas del pahlevi parto y el pall levi sasnida, hijas ellas tambin del alfabeto arameo.

    Escritas en cuneiforme silbico o alfa

    Un mosaico de btico y en escritura lineal alfabetica, las

    lenguas del Oriente antiguo nos han llegalenguas do a travs de los siglo en tablillas de arcilla o papiros. Algunas fueron habladas o

    e ludiadas en los anlbientes cultos durante miles de anos, otras slo durante alguno. ' siglos. Pero en todas se fueron expresando los entimienlos, las reflexiones y la -abiduda de lo que nosotro entendemos corno pensamiento y cultura.

    La lengua ms antigua conocida e' la sumeria, porque en lo ambientes que la hablaban se ide la escritura O re tablilla _ el ' islema cuneiforme que la ha penniLido llegar ha t! nosotro . E una lengua dificil. a la que los sumerios llanlaban e 111 e -g ir, tal vez "lengua noble" egn pieo an alguno ' . Los gramticos la definen como aglutinante, ampliamente monosilbica, con gran nmero de homfonos. Las relaciones gramaticales se expresaban aadiendo a la ba e invariab\ de las palabras prefijos, infijo y sufijos. Los letrados de su mundo fueron lo iniciadores de la derivacin cuneifonne y el fonetismo. dada la dificuJtad de expresar en ideogramas los nombres propios o los elemento gramaticale . Pero en torno al 2350 a. c., de los 600 signos usados lo 150 eran silbicos. El sumerio fue la lengua dominante en Mesopotamia durante casi todo el tercer milenio. Luego quedaria relegada al papel de lengua cuila, un poco como el latn de nuestro Medievo y Renacimiento. cultivada y conservada entre los \.etrados ha ta el fin mi mo de la escritura cuneifonne y los viejos sabere .

    Mas de una vez se ha dicho que i la e cntura cuneiforme pudo evolucionar, ello fue gracias al arLido que supieron sacar de ella 10 acadios al adaptarla a su propia lengua. Durante el tercer milenio. en la Mesopotamia septentrional y tal vez en muchos territorios de al Yazira, la mayor palie de la poblacion parece haber sido semita. Uno de sus prncipes. Sargon. fundador de la ciudad de Akkad y del primer

    ~'\o.\\ 'C~\o.

  • gua de las lenguas semticas del grupo oriental. Su rasgo fundamental - como de las dems lenguas semiticas- es la triliteralidad de las races. El sentido fundamental de las palabras est en las tres consonantes que forman la raz. Como se comenz a escribir a partir del cuneiforme sumerio, los acadios desarrollaron hasta sus ltimas consecuencias el fonetismo: cada signo representaba una slaba. Lo que supona un gran avance sobre la escritura sumeria es para nosotros una verdadera complejidad, acostumbrados como estamos a la sencillez de los alfabetos. Pues sonidos como ba, abo bi, ib se escriben con signos diferentes, por ejemplo. Pero la peltenencia comn al tronco semita hace que la lengua en s misma no sea difci l. Una gran parte del vocabulario de todas las lenguas semitas, tanto antiguas como modernas, es muy similar, y las sintaxis son muy prximas. Por ejemplo, la palabra acadia kalbu (perro), suena igual en rabe (kalbu), y muy semejante en siraco (kolab) o en hebreo (keleb). y la raz triltera -Idb- es la misma.

    Los escribas acadios conviltieron el sistema de escritura en si lbico, conservando slo algunos ideogramas, sobre todo con valores determinativos o complementarios. El viejo acadio domin Mesopotamia entre el 2350 y el 2150 a. C. Pero la restauracin slUlleria durante el ltimo siglo del tercer milenio no pudo con l: las ventajas prcticas eran demasiado evidentes. Cada Ur, el viejo acadio fue continuado por sus dialectos, el asirio y el babilonio, que seran las lenguas dominantes durante el segundo y gran parte del primer milenio a. C. En uno y otro se reconocen matices propios, segn las pocas, especialmente en las escrituras. El clsico silabario de Ren Labat lo deja ver con todo detalle. Mas, pese a todo y como deca A. Fillet. lodos aquellos dialectos estaban ms prximos entre si Que los laUnes de la poca de Csar y el Medievo. Yen este acadio antiguo o sus dialectos se escribi la mayor parte de la cultura y el pensamiento del Oriente antiguo. Todava en poca aquemnida y selecida sera cultivada por los letrados. Pero ya en tiempos ele los primeros monarcas persas se perdi como lengua viva, incluso en Mesopot.amia, ante el avance imparable del arameo.

    El sumerio y el acadio eran las lenguas bsicas del mundo de los letrados. Pero hubo muchos otros pueblos y lenguas cuyos escribas, adems de usar la propia, estudiaban y empleaban tambin las mesopotmicas. Durante el tercer milenio destacan dos lenguas: la eblata en Siria y la elamita en la Susiana y Elam, aunque probablemente se hablara en otras regiones del Irn. El descubrimiento de Ebla y su cultura es una de las aportaciones ms destacadas de la investigacin sobre el Oliente antiguo habidas en nuestro siglo. Los archivos del palacio, fechados a comienzos de la segunda mitad del tercer milenio, permitieron conocer una lengua olvidada. convencionalmente llamada eblata, sobre cuyas caractersticas precisas hay todava mucha discusiones acadmicas. Es evidente que se trata de una lengua semtica que, como dice P. Fronzaroli , pel1enece al tipo Iingustico semtico arcico, continuado en MesopOlamia en el acadio, reconocible en el ugartico del segundo milenio y que aflora en Jos dialectos ms antiguos de la Arabia Meridional. Ebla constituy sin duda el mayor y ms temprano estado territorial de Siria, por Jo que su lengua debi de tener una importancia real, aunque no sepan10S an con certeza el papel que ejerci en el esquema linguistico del mundo semtico occidental. La edicin de los textos es una labor muy ardua, porque sus escribas empleaban muchos logogramas sumerios, si bien el fonetismo y la adaptacin de los signos silbicos era ya un hecho entre ellos.

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  • Junto con el acadio, el elamita es una de la lenguas ms perdurables del Oriente antiguo, hablada con seguridad desde la segunda mitad del Cllalto milenio ha, ta la egunda del primero. Los primeros elamoparlantes desarrollaron un sistema de escritura pictogrfica e ideogrfica propio, pero distinto al de Uruk, que desde fines del cuarto milenio se extendi durante algn tiempo por todo el Irn . in embargo, en la segunda mitad del tercer milenio los suso-elamitas adoptaron la escritura uneiforme mesopotmica, relativamente adecuada a u lengua. La lengua elamita es de tipo aglutinante, aunque no tenga parentesco evidente con el sumerio ni con otra lengua conocida. Los letrados elamita escriban con los signos del silabario acadio sobre todo, pero tambin usaban algunos logogramas sumero-acadios y otros logogramas o pseudologogran1as elamitas. En su estudio sobre la evolu in de los igno~ de la escritura elamita a lo largo de los siglos, M.-J. Steve demuestra una evolucin constante hacia la simplificacin. 'e conservan mucho textos de pocas muy distintas, dada la larga existencia del r ino bicfalo de Elam y Susiana. y conocemos bastante de su historia y su cultura, siempre en pugna con las potencias mesopotmicas.

    En las tierras altas de al Yazira , durante el tercer milenio. con toda seguridad deba contarse una alta poblacin hurrita.. No obstante y fuera de referencias onomsticas en documentos de entonces y algo despus, su lengua no tendra una verdadera proyeccin hasta la segunda mitad del segundo milenio, particularmente entre el 1600/1500 y el 1300 a. c., con el Imperio de Mitanni. Nos encontramos tambin ante una lengua aglutinan te, que tampoco tiene relaciones evidentes con el sumerio o el elamita . Los escribas hurritas mpl aran el silabario acadio para scribir su lengua, pero la mayor part de la correspondencia oficial conservada del Imperio de Mitanni y de la documentacin administrativa se hizo sobre todo en el acadio internacional de la poca, fuertemente teido d giros y tnninos hUITitas. Se ban encontrado documentos escritos en hurrita en Amama, Hattusa, Ugarit, Mari, Emar y otros lugares, pero aunque no son demasiados todava, re ulta evidente que la cultura hunita ejerci un gran influjo sobre Si ria y Anatolia durante la poca milannia y an de pu . El mundo religioso, los rituales de culto y los conjuros mgicos, la literatura y los mitos propios e incluso tratados tcnicos de la cultura hurrita pasaron al acervo ele hititas y sirios. Con el hurrita se relacion durante algn tiempo la lengua de Urartu, el gran estado de las montlas armenias, rival de Asiria durante el primer milenio.

    Se trata igualmente, como el elamita, el hurrita o el sumerio de una lengua aglutinante. Pero tampoco puede relacionar e e trechamente con ninguna de ellas, si acaso, posee algn parentes o con el hurrita. e con erva un nmero relativo de textos e inscripciones en urartio, escrito en el ilabario cuneiforme del asirio de la poca.

    Un captulo aparte merece la lengua hitita, hablada en gran parte de Anatolia durante el segundo milenio. Fue la lengua del gran Imperio Hltita, en cuya capital, Hattusa, se encontr a comienzos de nuestro siglo un gran archivo oficial. Luego, en la misma ciudad y en muchos otros yacimientos se fueron reuniendo texto escritos con la escritura cuneiforme mesopotmica, utilizando el silabario habitual y algunos sumerogramas. P ro lo curioso del aso es que como demo trara tempranamente el checo B. Hrozoy, los scribas de aquel imperio haban adaptado el silabario para escribir su propia lengua, que sorprendentemente resultaba ser indoeuropea. El sistema se adecuaba bastante mal a una lengua tan distinta , por lo que todava hoy aunque se t:om

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  • prende peliectamente, se lee con cielta dificultad. Los textos de Jos archivos dejaron adems enlrever la existencia de otras lenguas hermanas del mismo tronco, habladas entonces en Anatolia, como el palaita y elluvita, que tendra un extraordinario auge en el sureste de Anatolia y norte de Siria a comienzos del primer milenio. La lengua hitita dej consignado en sus docwnentos un mundo de cultura particular, en el que vemos sus contactos con las otras culturas del Oriente y los sentimientos de un pueblo indoeuropeo, cuyos mitos alcanzaran el universo de los griegos.

    A pesar de lo expuesto, en el panorama linguistico del mundo semita en la antigedad brillaron otras muchas lenguas, de mayor o menor trascendencia cultural. Durante el segundo milenio, en Palestina el cananeo, el amorrita en Siria, y en la fachada mediterrnea de Siria el ugarilico, lengua hablada en la ciudad de Ugarit y sus dependencias, que seria descifrada por H. Bauer y E. Dhorme. Pese a su pequeo mbito de difusin, la riqueza cultural de sus archivos y la definicin Que hicieron us escribas de un sistema alfabtico cuneiforme, la situa entre las ms interesantes

    referencias de nuestra investigacin sobre el pasado. Se trata de una lengua perteneciente al grupo noroccid en lal , con ciertos parentescos defendidos con el rabe, el hebreo, el arameo o el fenicio, pero que cabra en justicia situar ms bien de modo independiente, como afirma J. Cunchillos. Detrs del ugartico en el tiempo habra que situar el arameo, el hebreo y los distintas formas de rabe habladas en la Pennsula Arbiga . Particularmente el arameo, debido quizs a que era la lengua materna de una numerosa poblacin dispersa por Siria, Palestina, Mesopotamia y al Yazira, demostr una enorme vivacidad cultural y capacidad de difusin. La simplicidad de su escritura, alfabtica y lineal, debi de ayudar mucho, pero tambin el conveltirse en la segunda lengua administrativa del Imperio asirio. Con el tiempo sera la lengua franca del Oriente hasta la llegada del latin y las lenguas parto-sasnidas.

    El saber y la cultura del Oriente preislrnico se cierra en el habla y la escritura de las lenguas indoeruropeas irallias: el persa antiguo del Imperio Aquemnida y el persa medio de parlos y sasnidas.

    En su inscripcin de Berusiul11, Dario recuerda que su relato ha sido escrito en lengua aria. Por distintas referencias puede inferirse que medos y persas hablaban la misma lengua, acaso llamada por ellos aria. Pero fue muy poco utilizada, prcticamente slo en la clebre inscripcin de Behisturn, ladtillos y losas de fundacin e inscripciones funerarias entre otras. De hecho, la administracin y la colTespondencia se haca en elamita, acadio y sobre todo arameo, verdadera lengua oficial del imperio. Luego, tras el Perodo Helenstico, Irn y Mesopotamia quedaran integrados en los ltimos grandes horizontes culturales anteriores al Islam. Con el Imperio de los Partos vendJia el pahlevi patio, escdto con un alfabeto derivado del arameo. Esta fOlma del llamado persa medio parece pertenecer a un grupo de dialectos del Irn Central, todava emparentado con dialectos hablados en las regiones del Caspio y del rea de Isfahn. Se conservan inscripciones en straca, monedas y relieves, pero la mayor parte de lo escrito debi de hacerse sobre pergamino, razn por la que ha llegado hasta nosotros muy poca documentacin. Un problema semejante al que nos presenta la cultura del Imperio Sasnida y su lengua, el palllevi sasnida, otra fonna del persa medio escrito con alfabeto tambin delivado del arameo.

    Podramos en fin dirigir nuestra atencin ahora al sogdiano, lengua . lleg a convertirse en la lengua franca del Asia Central, y por cuyo ID .

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  • conocer entre lo turcos el pensamiento maniqueo o la literatura budista. Pero creo que no aadira mucho ms a lo que a esta altura habr de ser W1a evidencia aplastante: que tan gran diver idad de 1 nguas y e critura , que tantos mlles de aos d reflexin y cultura dillcllmente pueden resultar en una imagen unvoca y simple. Porque es la de todo un mundo.

    PaLio del templo ele l abu, dio. de lo e"criba~ y letrados. Babilonia, s. VI;1 , C. (foto D, G"org-e Yukhana.)

    Los arIlfices de la cultura y el pensamiento A 1 m a . los del Oriente antiguo fueron los letrado , un grpo complejo de per oua expertas en cono

    cimiento diverso pero unidas, al fin y al abo,letrados y scritura .por-el b"co y comn de la las lengua. La gentes de entonce distinguan claramente los di tintos saberes y sus letrados. Y su m u n do velan en ellos el origen de toda sabiduna, el recurso ante el dolor, el consuelo ante los

    mal s d amor, el nimo anl la dese peranza o la olucin ante los ms habituales pr blemas con la administracin. Un sa erdote Uamado Anu-bel-sunu, que vivi en la U ruk larda del 165 a. C., bajo el reinado del elecida Antioco N Epifanes, escl;bi una relacin de la figuras intelectuales ms estimadas en la historia de u pueblo, reuniendo los datos precisos en vario documentos antiguos. La lista re 0ge siete sabios -aPkallu- anteriore al Diluvio y nueve eruditos - ummanuposteriores al mismo Diluvio. Los segundos resultan ser letrados o eruditos cono-cidos en parte por otras fuentes como autores de obras literarias, csp cialistas tc

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  • nicos y consejeros reales. Los primeros, letrados tambin, son descritos sin embargo y literalmente como sabios, genios civilizadores que ensearon a lo hombres la escritura, las ciencias y las tcnicas. Y aunque segn otras fuentes vinieran los siete bajo el patrocinio de Ea. en ltimo extremo la civilizacin humana haba venido de la mano de siete letrados, siete sabios. siete espritus que por fuerza nos traen a la memoria la imagen posterior de los siete sabios de Grecia.

    El hecho de llegar a convertirse en un Persona y alma de escriba o en un let.rado constituia el final de letrados un largo y difu:ll Qroceso de aprendizaje ini

    ciado en la niez y bajo maestros exigentes. No conocemos muy bien el tiempo preciso ni el coste de los estud ios, ni tampoco se han encontrado lugares que puedan describirse como ~cu~as. Pero probablemente no tengamos an respuestas a estas preguntas porque nos las hacemos como occidentales del mundo modemo. Muchos autores presuponen que pocas familias podran privarse del apoyo econmico del trabajo infantil, y menos an costear unos estudios que se suponen caros. Samuel Noah Kramer, en su ya clsico Los SumenlJs, as lo estimaba. E invocando la estadstica hecha aos atrs por N. Schnerder, sobre cientos de documentos administrativos de en tomo al 2000 a. c., concluia que la mayor parte de los 500 escribas censados, que se decan hijos de gobernadores, administradores de templos, oficiales militares, capitanes de barco, oficiales de la administracin, sacerdotes, escribas, archiveros, etc., procedan de los sectores ms acomodados de la sociedad. Con la perspectiva que hoy nos dan cientos de referencias ms que N. Schneider no pudo utilizar, y que cubren casi tres mil aos de lstoria, la impresin es diferente. La movilidad social que es patrimonio de las sociedades occidentales del siglo xx, no fue lo habitual ni en el Oriente antiguo ni en el Occidente antiguo o moderno hasta fines del siglo XIX. Lo Que nos permiten conocer los datos prosopogrficos relativos al mu ndo de escJibas y letrados es que, por lo comn, las familias tendan a ejercer profesiones semejantes: conoemos as dinastas de comerciantes como la del asirio Imdilulll, o de escribas como la

    del hurrita Apil-sin. Pero tambin escribas que se dicen hijos de herreros, curtidores e incluso esclavos. La riqueza no era sinnimo de educacin letrada. De hecho, la mayor parte de los prncipes y grandes seores parecen haber sido analfabetos, como dejan entrever numerosos textos. No creo por tanto que la educacin letrada fuera un Plivilegio de clase, sino ms bien una eleccin repetida por tradicin familiar. Porque tampoco creo que su costo fuera una barrera para nadie, ni los textos nos permiten imaginar la explotaci6n del trabajo infantil, como si ha sido el caso en el mundo moderno. Y como conocemos sobradanlente el sistema habitual de retribucin de los funcionarios del Oriente antiguo, difcilmente podemos situarlos entre los "ms acomodados" de la sociedad. Lo que deba de existir era un sentimiento de cierta dignidad en la profesin y un legtimo orgullo por sus conocimientos. Todava hoy se descubre en los pueblos orientales, un respeto al saber ya los estudios paradjicamente ignorado en Occidente, donde con ms medios que en ningn sitio. UIla cultura dominada por la codicia y la COITupcin del "precio de todo y el valor de nada", en feliz frase de Osear Wilde, ha pervertido irremisiblemente la esencia de Jos valores de la humanidad.

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  • ~ ene umerios que acudan a la "casa de las tablillas" para aprender a e cribir emprenclian UD largo camino, desde luego. Pero con todas las dificultades del estudio, tampoco podemo imaginrnoslos en "dedicacin exclusiva". Aunque la abrumadora mayora de los Dombres onocidos en todas las pocas sean varoniles. las mujcre nunca estuvieron excluidas, y de hecho sabemos de prince as letradas. como Enhheduanna, sacerdotisa e hija de Sargon el acadio, de numerosas mujeres escribas en Sippar y Mari o sacerdotisa lelTadas hun'itas durante el segundo milenio. Mas, como quiera que fuese, para nio y [nas el aprendizaj era iguahnent lento porque era complicado. pero tambin humano. A mi al menos eso me sugieren los textos escolares. Por oLra parte, la "casa de las tablillas" evocada por S. N. Kramer debi de ser slo una parte del sistema -si es que no se llamaba as a cualquier lugar donde se enseara- , probablemente dominado por la enseanza libre de los distintos letrados y escribas, en cuyas casas de Ugarit, Sippar-Amnanwn Terqa entre otras descubiertas, s que e han encontrado las huellas de la docencia privada. Y ya en los archivos de los templos, de los palacios o en las mismas casa de los letrados, se llevaran prcticas o estudios ms complejos y a ca.rgo slo de miembros del mundo de los letrado . Pero antes, junto al maestro y sus ayudantes, los jvenes hablan de ir aprendiendo al tiempo que crecan, desde lo ms sencillo hasta lo ms complejo, en un proceso que se puede reconstruir a partir de hallazgos habidos en las distintas excavaciones.

    Probablemente en el patio de la casa del mae tro, como parece que fue tambin el sacerdote Ur-Utu. en la ciudad de Sippar-Amnanum, hacia el 1630 a. e., los alumnos se sentaban en el uelo en torno al letrado o sus ayudantes, quienes llevaran el peso de las enseanzas b jca . Primero aprendan a hacer por j mi mas las tablillas de arcilla: luego a prepararse los c,llamos de madera, tle uno cinco centmetros de largo, con los extremos afilados y en forma triangular o de cuiia. Despus por fin, a escribir en un tipo de tablillas tpicas. lenticulares y de unos 10 cenll1etros de dimetro, usadas preferentemente para stos menesteres, y sobre la que empezaban a prclicar primero incisiones simples, verticales, horizontale o inclinadas. Como en nuestras antiguas cuelas, el maestro escriba una linea en un lado de la tablilla, y el di cpulo copiaba debajo o detrs el modelo, al tiempo que e impartan instrucciones orales qu e1 tiempo e ha llevado. En cualquier ca o empezaban por los ignos basicos de la lista, simultaneando e l aprendizaje de scritura y lectura. Luego los ideogramas complejos y las listas de palabras expre adas en sumerio por ms de un signo, en grupos de sinnimos O por calegonas de objetos. Poseemos repertorios de formas gramati ales y vocabulario de botnica o zoologa entre muchos otros temas. Deban de funcionar muy bien para la en enanza nemotcnica, pero luego acabaron sirviendo de manuales de referencia. El alumno se limitaba en principio a copiar, luego menudeaban los ejercicios de memoria y. finalmente, term inaba por escribir al dictado fragmentos de literatura o cartas. Lo sumerios del tercer milenio slo tenian que aprender su lengua: pero cuando los semitas adoptaron la escritura cuneiforme y el sumerio se convirti en una lengua muerta, lo letrado:> tuvieron que aprender almeno las dos lenguas y sus peculiaridades en la escritma. El mantenimiento del umetio -como el dellatin despues-, estaba apoyado no slo en el prestigio de la cultura expresada, sino tambin en la misma esencia del istema de escritura vigente hasta la adopcin del aUabeto lineal arameo.

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  • La formacin bsica de los jvenes letrados, que entre otras sal idas posibles haban de nulrir luego las filas de la administracin, no slo inclu.a el dominio de la escritura y la lectura de las lenguas en uso, sino tambin una buena formacin en matemtica. Impartida esta rama por especialistas en contabilidad y mediciones, los alumnos aprendan tablas y operaciones de suma. resta, multiplicaciones y divisiones, races cuadradas y cbicas y otros recursos. Alcanzado el dominio en todos estos conocimientos, el alumno haba acabado la formacin bsica. A partir de ah podan empezar el ejercicio de la profesin de escriba en la administracin estatal, en los templos, al servicio de particulares o ejerciendo libremente en las puertas de la ciudad o cerca de los palacios, donde los ciudadanos requelan sus servicios de escribanos a cambio de un precio. Pero tambin a partir de tales conocimientos bsicos empezaban los estudios de especializacin, adquiridos junto a maestros afamados o en escuelas reputadas, como las de Nippur y Abu Salabikh durante el tercer milenio, o en las bibliotecas y centros de estudio de Kalhu, Babilonia o Ninive durante el primer milenio. Yas se fueron formando los literatos, los sacerdotes, los mdicos y las gentes de ciencia en general, que redactaron los tratados y los escritos de la cultw-a y el pensamiento.

    Con independencia de su origen y las condiciones de su ejercicio posterior, puede que los letrados poseyeran un legtimo orgullo de sus conocimientos, pero la mayora de los textos guardan una discrecin absoluta. Slo los sumerios parecen vanagloriarse de su saber. Lo que nO deja de llamar la atencin. Yen fechas tardias, el rey Assurbanipal tambin se moslraria orgulloso de conocer los signos y de haberlo demostrado ante la asamblea de los letrados. Pero contra lo que suelen repetir los manuales, nada deja traslucir la existencia de un orgullo de casta o algo parecido. Donde s se enconlraban eu comn Los letrados era en su fe, en sus santos patronos. Durante el ter'cer milenio, la diosa Nisaba, hija y escriba de Anu, constitua la devocin especial de los escribas y letrados. Pero a finales del milenio y comienzos del segundo su importancia decreci, llegando a a ser prcticamente substituida por el dios Nabu de Babilonia, hijo de Marduk, cuyos eptetos, cuidadosamente recogidos por Francesco Pomponio, no dejan lugar a dudas: "creador del arte de la escritura", "seor del caJamo y la tablilla", "escriba del Esagila", "escriba de los dioses" y muchos ms. Y para que no quepa duda, el dios vena simbolizado por el clamo y la tablilla. Ante sus pies. los escribas y letrados dedicaban tablillas, ofrendas y exvotos. y aunque su ciudad santa era Borsippa, donde se levantaba su templo principal y su enorme zigurat, en muchos otros lugares se alzaban templos menores y capillas. Uno de los edificios mejor conservados de Babilonia, al que la fortuna concedi llegar intacto hasta nosotros es, precisamente, el templo de Nabu, seor de los letrados. Entre los muros de su patio central, pintados de blanco y negro. parece an sentirse el espritu de una divinidad sapiente y de sus fieles en el silencio del atardecer.

    Acabada pues su formacin bsica. la En la carrera de personas letradas tenan ante s tantas salila vida das al menos como cuantas reas de cono

    cimiento vienen sugeridas en las tablilla conservadas. No me refiero a cargos y profesiones. que tambin -como las 136 enun

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  • ciadas en 1 anverso de la clebre "lista de las profesiones de Uruk" estudiada por H. J. Nissen-, sino a saberes. Porque muchas de las especialidades deban ejercerse al tiempo que otros trabajos ms comunes en la sociedad de su tiempo, como las distintas ramas de la administracin. el sacerdocio masculino y femenino en sus muy diversos grados, la construccin o la medicina c n su compaa de encantadores y adivinos. Con el tiempo parece haberse ido ampliando el nmero de las personas capace de leer y escribir, al m nos los documenlos ms sencillos ligados a su profesin de comerciantes, militares, etc. Tal ugieren algunos textos, y sobre lodo, debi de ser ms corriente an de de la poca en la que el arameo comenz a circular por todo el Ori nte. Pero es seguro que la mayor parte de los omerciantes de Kanis, durante la primera mitad del segW1do milenio, no podan depender, al ienlo por ciento, de la colaboracin de escribas profesionales, ni tampoco los autntico "comandos" enviados tras las ILneas enemigas, de los que habla F. MaJbran-Labat, cuyo informes alcanzaron la sede del mando central del ejrcito asiro. Mas cualquiera que fuese la carrera de su vida, todo el mundo habia comenzado por la formacin b ica descrita en escritura, lectura y matemtica, y todos probablemente y con independencia de la importancia de su familia, empezaban por los rangos ms bajos. Aunque claro e t, una familia bien situada deba constituir una ayuda apreciable. A [majes del tercer milen io por ejemplo, Ir-Nanna comenz al servicio de la administracin como simple sukkal (mensajero) en Lagash. Aos despus a cendera hasta convertirse en 1 jefe de todos los men~ajeros de la administraci n de la III Dina tia de Ur, un cargo verdaderamente impoltante. Si bi n habra que aadir que su padr y su abuelo tambin lo haban ostentado. Pero no si mpre era as, desde luego. Un imple e cribano pblic , llamado Nabu-ahhe-erib, alcanz la confianza del rey asirio Asarhaddon (680-669 a. C.) tan slo por sus conocimientos a tronmicos, llegado casualmente hasta el rey.

    Cono emo los nombres de cientos de letrados, sobre todo escribas, pero tambin sacerdotes y gentes de todo: los saberes y en todas las situaciones posibles. Slo en los documentos conocidos del pequeo reino hurrita de Arrapha, a comienzos de la 'egunda mitad del egundo milenio, PaoIa egri contabiliza duranle cuatro generacion s m de 280 escribas. entre los que se cuentan cribas reales, e cribas al servicio de grandes familias, escribanos pblicos e inclu o escribas itinerantes. Una familia importante d escriba en el mismo reino era la de Apil-Sin, muchos de cuyos miembros trabajaron al ervicio del noble Tehip-tiIJa. Aunque el pice de la carrera lo formaban los escribas reales, particularmente los que reciban el titulo de "gran escriba", como presumiblemente lo fuera Asali, escriba enviado por el rey de Mitanru Tusratta en cierta ocasin, acompaando a su diplomtico preferido en Jos asuntos de Egipto Keliya, un experto de la cancillera de Wassukkanai. Precisamente en esa segunda mitad del segundo milenio, los mensajeros y diplomtico intercambiados por las distintas cortes deban formar parte del gnlpO de los letrado', puesto que portaban lo mensajes, los defendan y haban de tomar buena nota de la . negociaciones en caso de emprenderlas. poca de madurez ciertamente, pero responda a una larga tradicin que encontramos ya n Mari, A1eppo. Karana, Babilonia, Isin y muchas olras ciudades de la primera mitad del milenio. Junto a los tcnicos en la admini tracin haba otras gentes de saber, entre Has no pocos sacerdotes, que en lo profundo de us ca as guardaban archivos y biblioteca per ouale que iban

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  • ms all de sus estrictas obligaciones, como se demuestra en la casa del citado UrUtu de Sippar-Amnanum, o en otras varias de la ciudad de Ugarit.

    Siglos despus, la corte de Asiria estara formada en gran parte por letrados quv, expertos en distintos saberes, vivan inmersos en oscuras rivalidades por alcanzar O mantener el favor real, como describiera Pien-e Villard. El jefe de los escribas, el exorcista, el mdico, augures y arspices, astrlogos y bibliotecarios eran sin duda cargos en manos de letrados, algunos de cuyos ttulos evocan hoy saberes de feria, pero que entonces estaban respaldados por conocimientos muy complejos y ostentados por peronas llenas de inquietudes literarias y tcnicas, como indica el contenido de sus bibliotecas conservadas o el catlogo de las mismas, en palabras del mismo P. Vilianl. y puede que incluso no pocas veces, los supremos cargos como los de general en jefe, heraldo de palacio, intendente o gran copero fueran desempeados por letrados. Un puesto de singular impoliancia debi de ser ellos educadores del prncipe heredero. Porque adems de los saberes propios del mando y la milicia, algunos monarcas parecen haber recibido una verdadera formacin de letrados. Tal es el caso de Assurbanipal, que como dej escrito en los colofones de su biblioteca, demostr satisfactoriamente ante la asamblea de los letrados sus conocimientos en escritura cuneiforme y n las lenguas de Sumer y Akkad. Tambin pues algunos prncipes y reyes sintieron inqu ietudes por el saber. Ya en poca aquernnida, recuerda M. A Dandamaev, que en sus noches de insomnio, los reyes persas llamaban a sus secretarios para que les leyeran los anales de los acontecimientos de su tiempo. Y ms tarde, bajo los sasnidas, prncipes reales y nobles aprendan a leer, escribir y contar, el ajedrez y el polo , montar a caballo, cazar y el uso de las armas. Y seg n el historiador rabe al Tabari, el rey rabe Mundir, ayo del futuro rey sasnida Bahram Gor, busc letrados persas, bizantinos y rabes para instruir a su pupilo en la escritura, el derecho, la literatura y otros saberes ms habiLuales. Segn la leyenda llegarla a ser un rey poeta, ta.nto en persa como en rabe: y tanta sera su [ama que incluso J. W. Goethe hara de Bahram el padre de la poesa persa. Segn Arthur Christensen, la instruccin de un paje en la eOlte sasnida era como sigue: literatura, historia, elocuencia, montar a caballo, disparar con el arco y manejar la lanza y el hacha, msica, canto, astronoma, ajedrez y todo tipo de juegos, adems de dominar el protocolo, la gastronoma y el arte de vestirse adecuadamente. Claro que la corte y la cultura sasnida constituyen el fi n de miles de afios de evolucin en la historia de la cultura que estamos narrando.

    I&Yida.de-1 1D letrada poda seguir tambin derroteros ms peligrosos de lo que inicialmente cupiera pensar. No slo para aquellos inmersos en la lucha por el poder den tro del palacio, caldos en desgracia por sus errores reales o supuestos, como Adad-sumu-usur ante el rey Assurbanipal, sino tambin los que peligraban por su mismo destino. Por ejemplo una especie de agentes del servicio secreto asirio, los mutir tem, entre los que destacan sobre todo Assur-risua y Bag-Tessup, cuyos iniormes precisos obtenidos tras las lneas de Uraltu parecen sacados de una novela de aventuras. Yen las guelTas mantenidas por los persas, cuntos letrados. quedaran para siempre en los valles de Grecia, en las estepas de Tracia, elel Asia Central o el Afganistn? Porque cuenta Herdoto que los persas tenan por costumbre lomar notas de la marcha ele las operaciones sobre el mismo campo de batalla. En Salamina, ] erjes dictaba a sus escribas, reunidos en torn o a l, los nombres de las unidades

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  • y sus jefes y, probablemente, preparaba l mismo una especie de de cripcin de lo que crea iba a ser una gran victoria. A debi de ocurrir en la lejana batalla donde muriera el gran Ciro o en Termpilas, y acontecera de pues en otros tiempos y lugares. Qu melanclica aoranza la de esa historia escrita sobre papiro o pergamino, probablemente en arameo, redactada en el mismo campo de batalla por unos letrados de accin! Sus nombres y sus obras se perdieron en el tiempo.

    l I 1

    Reconstruccin de la Sala L-276Y, archivo del Palacio Real de Ebla (segn Scardal, e Ninno) Ca. 23502250 . C.

    La cultura y el pensamiento necesitaban entonces como ahora entornos de paz y recogimiento . Cierto Que a veces las mejores ideas sobrevienen lejos del

    Silencio' hogares de espacio habitual de Lrabajo: historias

    sobre leyes de cubiertas bajo un rbol o melodas nacidas en el curso de un paseo pensamiento forman parte de la leyenda de la cultura. Pero incluso los destellos de ingenio prey cultura cisan luego el reposo del estudio, de la reflexin sosegada En el Oriente anti

    guo, la cultura y el pen amiento e creaban en el silencio de los templos, en las

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  • bibliotecas y los archivos de los palacios y santuarios, en el tranquilo discunir de la horas domsticas de los letrados. Y as resulta que el fruto de la especulacin reflexiva, de la meditacin, de la observacin de la naturaleza qued guardado en archivos y bibliotecas. En tales lugares, hoy parcialmente descubiertos por las excavaciones arqueolgicas, b'abajaron hombres y mujeres de carne y hueso, de nombres con frecuencia conocidos, pero de rostro annimo o recordado convencionalmente por pinturas y relieves asirios o, a veces, por objetos de uso personal, como el sello privado de Abni-Sarrum, escriba real de un monarca acaclio, o por documento mucho ms conmovedores, como la estela funeraria del escriba Tarhunpiyas, acUvo en el pais luvita de Marash. Gentes que han vivido de verdad, espacios un da llenos de actividad intelectual, de espritu de creacin, de debate incluso , como la Academia fundada por el sasnida Shapur 11 en Djund-i Shapur. Hay que sentir en el silencio de las ruinas. Porque en los espacios que hoy se descubren nacieron en parte las races de nuestra propia cultura.

    Los pioneros de la investgacin de Bibliotecas y archivos campo en Oriente llenaron los depsitos de palacios y templos de los museos con cientos de tablillas ,

    recogidas a paletadas literalmente. El estado de conservacin de muchas de ellas era deplorable, particularmente el de aquellas que no haban sido cocidas en la Antgcdad, bien fuera inlencionalmente o como causa de la misma destruccin del archivo . Por lo tanto, se ignoraba entonces cmo haban aparecido y las ms de las veces incluso dnde, porque los primeros estudiosos eran incapaces de distinguir los muros de adobe de la masa de destruccin y la tierra natural del yacimiento. La excavacin slo reparaba en muros C011 zcalos de piedra -como los palacios asirios-, o en objetos de piedra tales como estelas, estatuas o similares. Las tablillas , maltratadas, se recogan si sobrevivan al pico y la pala, pero nunca se saba su procedencia real ni la disposicin en la que hablan aparecido. Y as resulta que desconocemos cmo eran 10 archivos y las bibliotecas de algunos de los ms emblemticos palacios y templos, aunque podamos hoy suponerlos en parte gracias a los descubrimientos modernos.

    Una biblioteca o un archivo oficial de entonces no estaba demasiado lejos, en concepcin , montaje y fun cionamiento, de las modernas tcnicas de custodia de libros y documentos. Se supone que una biblioteca debe conservar los libros de acuerdo con un sistema de clasificacin que permita la localizacin y consulta; y que un archivo adrninistratvo ha de permitir, adems de la custodia, el control repetido de asuntos dispares, sobre lo') que a veces hay que volver con reiteracin. Bien, pues todas esos funciones las cumpUan los archivos y las bibliotecas de templos y palacios. En los Jugares donde la madera era abundante, como en Siria, Anatolia y Asiria, las tablillas se colocaban en una especie de baldas o estanteras apoyadas en la pared : en las regiones donde escaseaba, como en Mesopotamia y Susiana, las tablillas se guardaban en nichos abiertos en el mw'o, en cestos, en tinajas o en cajas de madera. Por supuesto, la custodia se hacia siguiendo un orden que reservaba salas y anaqueles a

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  • los di tintos temas, de forma tal que se podla localizar una tablilla en un conjunto y reintegrarla a su sitio exacto tras la consulta. En las bibliotecas se utilizaban adems catlogos en lo que se relacionaban los ttulo existentes en un fondo especfico: de hecho conservamos mucho de estos catlogos, aunque no sepamos bien cmo e usaban. En los archivos administrativos, en los que podia moverse un per onal ms numeroso, existan indicaciones de ayuda para localizar "legajos cerrados". En Laga h por ejemplo, se conservaban pellas de barro -las crelulae- que haban servido como lacre en la atad ra de un cesto. Por 1 r verso todava se distinguen las huellas del entrelazado de hojas de palmera: por la patte visible, los funcionat-ios haban e crito el tema y la fecha de las l bUllas contenidas. Pero la mejor de cripcin de un archivo la tenemos hoy gracias al descubrimiento del palad real le la Ebla del tercer milenio a. C. Su reconstruccin fsica y funcion al la debemos a los profesores italianos Paolo Matthiae y Alfonso Archi.

    Entre los aos setenta y ochenta se ha ido descubriendo Ulla gran parte del palacio de los reyes de Ebla, particularmente un sector suroeste de lo que de bi ser algo mucho mayor, pero en donde la fortuna hizo que se encontrasen tres salas pecficas de arch ivos y alguno depsi tos de textos ms hallados en sitios en lo que se consultaban en el momento el e la de tru ci n violenta del palacio . En la seccin que P. Matthiae llama "sector admini trativo", se determin la ala principal - L 2769- , y oLras do menare llamadas, para diferenciarlas, la pequea Rala del torren - con acceso directo desd el patio porticado- , y la trapezoidal, dentro del secto r administrativo. En las dos primera lo texto haban sido lasficados en estanteras de madera, colocndose las tabl.illas como las fichas de un fichero: algunas, verdaderamente grandes, directamente sobre el suelo y bajo el anaquel inferi r, junto a algunos cestos que contenan tablillas muy pequeas . En la sal trapezoidal, sobre poyos de fbrica adosados al muro y, probablemente, den tro de armarios de madera que ardieron n el incendio. El archivo principal dispona ad ms de un vestbulo con un banco corr ido de obra, donde aparentemente se copiaban textos, se secaban quizs las tablillas an tres as y e hacan consultas. Por su parte, el Prof. A. Archi ha con eguido reconstruir en gran medida la organizacin administrativa: en la sala del torren se guardaban documentos de los cinco ltimos meses de vida del palacio, relativos a distribucin de rac iones para 1 personal del palacio mismo y lo mensaj ros: en la sala trapezoidal se archivaban textos de control sobre la produccin agropecuaria y en tradas de metales valioso : por fin , la ' itada ala L 2769 constitua el arch ivo principal. Aqu se conservaba la documentacin poltico-adm inistrativa ms variada que quepa imaginar, repe ltorios y lxicos para uso de los escriba~, vocabu larios bilinges sumerio-eblatas, la co rrespondencia oficial recibida por los monarca y las copias de la cartas que enviaban, los tratados internacionales y una seccin aparte, verdadera hiblioteca de textos li terarios. Naturalmente. los distintos documen tos aparecan ordenados por secciones en los diferentes anaquele de las estanteras.

    De forma parecida deban de estar organi zados los archivos de los palacios reale:s de Mari y Ugarit. aunque su distribucin intrnseca sea peor conocida. Como la que hubo de regir en la gran biblioteca hallada parcialmente en I siglo pasado en

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  • Nnive, segun parece verdadera coleccin privada del rey asirio Assurbanipal, compuesta - en la parte rescatada- por cartas, textos administrativos y jurdicos y, sobre todo, por un amplio conjunto de 10 que podemos llamar literatura en sentido genrico, estrictamente literaria y cientfica o paracientfica, adems de textos JexicogrMicos, oraciOnes y encantamientos. No hace mucho, Olof Pedersn public en Upsala dos volmenes dedicados al estudio de los cerca de 50 archivos estatales, religiosos y privados descubiertos en Assur por la misin alemana de W. Andrae en los aos anteriores a la 1 Guerra Mundial. El rigor propio del trabajo de campo seguido por W. Andrae y su equipo ha hecho posible hoy reunir una fantstica informacin del ambiente letrado de Assur a lo largo de distintas pocas. En los a os ochenta, el profesor iraqu Walid al Yadir encontr la biblioteca del templo de Shamash en Sippar. Con el de Ebla, el hallazgo de Sippar constituye uno de los grandes descubrimientos de nuestro siglo, con miles de tablillas depositadas en una habitacin cuadrangu lar, dentro de nichos abiertos en los gruesos muros del edificio. Textos religiosos, epopeyas y ritos, documentos de astrologa y astronoma, repertorios lexicogrficos y cientos de textos todava en estudio prometen novedades sorprendentes, COIllO nuevos fragmentos de la leyenda de Gilgamesh, el hroe mesopotmico por excelencia.

    Adems de los templos y palacios, la En las casas de los experiencia demuestra que muchos pareruditos ticulares, en su mayor parte emditos pro

    bablemente, conservaban en sus domicilios verdaderas bibliotecas y archivos privados. Son conocidos, por ejemplo, los archivos privados de ciertos nobles y particulares distinguidos de la ciudad hurdta de Nuzi, de contenido econmico, jurdico y epistolar sobre todo, o el ms breve y sencillo por su carcter domstico de algunas casas privadas de Babilonia, excavadas en poca de R Koldewey Y entTe los archivos domsticos rescatados en Assur por su discpulo W. Andrae, destacan algunos, como los 800 docu mentos de la casa ele una familia de exorcistas, con numerosos encantamientos, textos mdicos, listas ele plantas, amuletos: o tambin el archivo de una familia de escribas, con sus numerosos textos lexicales y no pocos de tipo astronmico, astrolgico y li terario . La citada obra de O. Pedersn los recoge a to cios. Pero no menos interesantes son los hallados en Ugari t o los ms recientes recogidos Sippar-Amnanum y en Emar.

    En la ciudad de Sippar-AmnanulTl, los belgas Lon de Meyer, Michel Tanret y Hermann Gasche encontraron el domicilio del sacerdote Ur-Utu y su archivo y biblioteca privada, compuesta por unos tres mil documentos de contenido diverso: oraciones, textos de aruspicina, documentos de raciones para personal religioso y militar - pues a sus funciones religiosas, segn parece. Ur-Utu unfa las de un puesto de relieve en la administracin del templo de la diosa Annunitum- , cartas y documentos de venta, prstamo y alquiler. Adems, Ur-Utu y sus ayudantes impartan la docencia de la escritura en el patio de su casa. como la excavacin ha demostrado con claridad. En la ciudad siria de Emar, junto a ti ll O de los templos se ha encontrado el

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  • domicilio y lugar de enseanza, Quiz, de Wl sacerdote adivino, practicante tambin de la aruspicina y protegido por el rey de I-latti.

    Una de las ciudade' que ha deparado el hallazgo de ms archivos privados ha sido Ugarit Las llamadas casa del gran sacerdote, casa del letrado, casa de Rap'anu, casa de las tablillas literarias y casa del acerdote hlln'ita no on ms que algunos de lo ejemplos posibles. En la primera, una gran ca a parcialmente construida en piedra, como la mayor parte de la arqllitectm a ugartica, se descubrieron textos mitolgicos, ritual s, listas de ofrendas, documenlos econmicos y vocabularios sum rio-acadios. Una particularidad conservar la fama de la casa del gran sacerdote: Que aqu e descubri por vez primera la lengua ugartica y el sistema propio de notacin en un alfabeto cuneiforme. Pero como es lgico, l sacerdote letrado onoca y escriba el silbico acaclio, el hurrita y el umerio, pues en su amplia biblioteca se encontraron numerosos documento en dichas lengua .

    En el barrio al este del palacio real se descubrieron varias vivienda importantes. En la casa del letrado se encontraron tablillas lexicogrfica , una especie de u'atado sobre el arte de escribir en versiones sumeria y acadia, textos religiosos, textos mdicos y una relacin ele conjuros y frmulas mgicas dedicadas a Marduk d Babilonia. Aliado, en una cuidada ca a que perteneci a un tal Rap'anu se hallaron abundantes textos cuneiforme acadios y algunos en el alfabeto ugartico, entre los que destaca un pequeo tratado de medicina veterinaria. El arc hivo inclua numerosas calias, textos lexicogrficos econmicos, jurdico y religiosos. Los documentos indican que Rap'anu era adems de propietario y persona de gran influencia en la vida poltica de la ciudad, una especie de notario y recaudador de impuestos en el puerto de la ciudad . Yen el barrio meridional, en fin, e10s nuevas casas dignas de recuerdo: la de las tablillas literarias y la del sacerdote hurrita. En la primera, adems de los documentos de la vida corriente e encontraron autnticas tablillas literarias. Las ms famosas quiz, un "libro de sabidura" - una colee in de sentencias que on consejos de un padre a su hijo re pecto a todos los temas de la vida- y un fragmento muy bello de la leyenda e1el Diluvio. En la casa del sacerdote hun'ita se encontraron texto' mitolgicos, litrgicos y religiosos en general, repertorios lexicogrficos, cru1.as, documentos jurdicos, de medicina y astrologa, modelos de hgados y pulmn en arcilla con ulOtaciones n cuneiforme alfabtico lIgadLico, documentos bilinges y trilinges, una coleccin de tablillas en lengua hurrita pero transcrita por el sistema alfabtico ugartico, etc., etc. En alguna stancia e document U!l sistema de ru'chivo de textos semejante al d la Ebla del tercer milenio, con baldas de madera apoyadas en el muro. Pero ent.re todos los documentos all hallados de tacan una tablilla con un verdadero sistema de notacin musical muy complejo, y dos documento literarios de la mayor belleza y profundidad humana: el "Juta sufriente" y la "Sabidura" n refranes, scritos en sumerio y en acadio. que constituyen un conjunto de sentencia imbuidas de una filo ofia amarga y pesimista.

    Cabra multiplicru' los jemplos. Y podramos alcanzar las pocas de decadencia en la Babilonia selecida, cuando los eruditos parecen querer ocultar por un lado los viejos saberes que se extinguan con las lenguas antiguas, y por otro ilustrar a sus nuevos seores con las grandezas de una cultura remota. Pero se nos escapan poca magnficas. Qu nos diran los documentos guardados en la casa de Mani o en

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  • la de Kartir, rivales en fe y pensamiento, en filosofa de la vida durante la poca sasaIlida? Probablemente nunca lo sepamos. Pero en otras casas de eruditos y letrado ms sencillos s que vemos recogida la cultura y el pensamiento de aquellos mundos perdidos.

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  • VAnlznJ t

    0l uaJ'lUvsuaq ap sopvffa1

    III

  • Hacia el ao 275 a. c., Anlioco 1 (281-261) mand que la poblacin de la ciudad de Babilonia se trasladara a la cercana Seleucia. Al tiempo, sin embargo, restauraba 1 s grandes templos de Babilonia y Borsippa y animaba a sus eruditos a la reactivacin de los antiguos saberes. Porque tal vez Anlioco estuvier sinceramente interesado en 1 cultura de su Imperio . De hecho, uno de los sac rdotes del templo de Marduk, llamado Beroso, le dedic una gran historia de Babi lonia. desde la poca del Diluvio hasta la conquista macedonia: su Babyloniak. Destinada al regio mecenas, la obra se escribi en griego, pero estaba basada en todo el saber acumulado en los ar hivos, las bibliotecas y la erudicin babilonia. Era una portentosa recapitulacin. imbuida de un cierto espritu de metancoUa. Pero los fragmento l!egados indirectamente ha ta nosotTos estn llenos de inters. En uno de ellos, publicado por P. Schnabel en 1923, e cuenta el origen de la cultura y la civilizacin en Mesopotamia. egn Bero~o , al

    comienzo de lo tiempos gente salvajes e ignorantes se instalaron n aldea. Vivan como las bestias hasta que un da, surgi del mar un ser extraordinruio llamado Oanes. Tenia el cuerpo de un pez, pero con rostro y pies humanos. Esle ser ense a lo hombres de Caldea la escritura, las ciencias y las tcn icas, la fundacin de ciudades y templos la jurisprudencia y la geometra, el cultivo de cereales y la horticu ltura. Todo 10 que constituye la vida civilizada. El relato de Beroso tiene vario detalles dignos de inters, pero uno me parece especialmente atractivo: que el saber re. umido de los hombres se compendiaba en la escritura, las ciencias y las tcnicas. Ms all de la belleza del relato, lo que importa es destacar que el compendio que Beroso hizo de todos los saberes, semejante al que nosotro haramos - letra , ciencias y t cnkas-, se deca ya entonces de origen remoto y nacido en Mesopotamia. Y hoy, tablillas, papiros y pergaminos nos demuestran basta qu punto es ello verdad.

    La primera gran aportacin de la cultura y el pensamiento de l Oriente El antiguo fue la idea misma de religin. Impregnados como e tamos de nuestras tradicione cristianaspensamiento impedidos por el teln bblico de ver

    ms all y sin prejuicios, dado el va

    religio s o y l os lor absoluto que se confiere - espe

    cialmente en el protestanti mo- a la

    Biblia, sin duda habremos de sorin ic io s d e l a prendemos al comprobar los parale

    lismos, las semejanzas, los ecos

    incluso de los remotos edificio r liespec ul acin gio O mesopotmicos en nuestras iglesias, o de los ri tos de ofrendas yfilosfi c a sacrificios en los nuestro . Pero m interesante todava ser anotar esta

    con tatacin previa: que el mundo rel igioso mesopotmico fue el primero en dar una respuesta religiosa y filosfica a las grandes pregun tas sobre el origen, e l ser y el

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  • devenir. Y adems luego, en la fase irania, el primero lambin en aportar con Zaratustra la conviccin de la libertad humana en la eleccin del bien y de) mal, y la definicin de una esperanza en el ms all. Pero es Que en el mismo mundo del Oriente Prximo antiguo encontramos Los orgenes de la especulacin filosfica. Aunque iempre se reitera por ignorancia sobre una supuesta incapacidad oriental, Lo cierto

    es que la lectura de los textos DOS tiene que apaliar del error. Se merece Herclito el calificativo de filsofo menos que Martin Heidegger, porque su forma de expresin sea mas corta o distinta? Del mismo modo, el redactor del clebre poema "El justo sufriente" desalToll al menos dos lneas de pensamiento que me parecen evidentes y de temprana manifestacin: el pesimismo, probablemente la "escuela" dominante en el mundo de los letrados, y el agnosticismo como aportacin propia del autor del poema. A m al menos se me antoja, que la concepcin del mundo y el ms all propio de los mesopotmicos haba de desembocar en una filosofa pesimista. A las preguntas de dnde venimos?, qu somos?, a dnde vamos? encontraron respuesta. Pero con frecuencia olvidamos que su destino fina l, un Hades de oscuridad y tristeza, era el mismo que ms tarde recogieron la Biblia y los griegos. Los que acompanaban a Menipo en la barca de Caronle lloraban por su destino, mientras que el filsofo griego encontraba consuelo en su lcido comportamjento. Ms de mil aos atrs, el redactor del poema mesopotmico tambin habia hallado su propio consuelo a la desazn de la existencia, al bien y al mal.

    Contra la tan citada humorada de

    Teogonas, cosmogonas, A 1. Oppenheim, sobre la imposibili

    dad de escribir una hisloria de la relisentimientos y magias gin mesopotmica -y tampoco, supongo, de las grandes lineas del pen

    samiento religioso-, entiendo con Jean Bottro que la documentacin de momento utilizable, aunque constituya tan slo un fragmento de la original, resulta suficiente para defmir el mundo religioso de enlonces como un verdadero sistema. Pero el pensamiento y el sistema religioso del Oriente antiguo no fue fundado por persona, hroe o profeta alguno. Era, como sus ciudades o su escritw'a, un fenmeno de crecimienlo natural que salia desde la Prehistoria, desde lo profundo de la angustia del ser humano, de sus necesidades y sus vivencias. No se apoyaba por tanto ni en libros revelados ni en referencias anteriores, por lo que su honda originalidad, su riqueza e inters resulta patente a la vez que turbadora, si consideramos las huellas que de la misma viven an entre nosolros. Fue construyndose y afinndose poco a poco. ganando en solidez a lo largo del tiempo hasta alcanzar una durabilidad asombrosa. pues mantuvo desde el cuarto y hasta el primer milenio un esquema de principios semejantes. Slo en el curso del primer milenio, con los sistemas iranios como el zoroastrismo y el maniqueismo apareceran dos de las religiones que se han dado en Llamar "histricas", con sus profetas, sus libros sagrados y ese espritu de conversiJIl y misin del que haba carecido el pensamiento mesopotmico antiguo.

    Dejando a un lado la consideracin de los docwnentos monumentales y mente arqueolgicos - con el sorprendente paralelismo entre las plantas

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  • ciones en la distribucin de e pacios de los templos antiguos y las iglesia posteriores-, y utilizando tan slo los extos escritos, podemos entender por un lado el sistema religioso en s - con su cosmogonia, su teogona y panten, su antropogonia- , y por otro lado, la religiosidad y 1 sentimiento vivido de esas creencias y sus consecuencias en la vida y en la cultura de la muerte. El pensamiento religioso naci de un modo natural, tanto entre sumerios como enbe emitas, pero como fueron aquellos los primeros en desarro llar un sistema de escrilura capaz de expre ar las sutilezas del pensamiento, sus dioses y LIS mjtos aparecen tambin los primero . Arrancando de la noche de los tiempos, la religin es naturalista al principi ,santificando las fuerzas naturales que son superiores o inaccesibles al hombre - el sol, la tormenta, la luna, las aguas subterrneas, la fertilidad y muchas m - , para proceder enseguida a un antropomorfismo deliberado. El po litesmo es pues gualm nte natural, pero la naturaleza divina est claramente expresada por un determinativo comn de la divinidad, que en su raz primera es un ideograma imple inspirado en una estrella y que significa el cielo, lo alto. Las listas de dioses sumerios censan centenares y hablan de 3.600, pero por la naturaleza de s