Era una vez un niño llamado Garbanzón. Vivía en la aldea de los gigantes y sus padres estaban muy preocupados porque todos los niños de la aldea eran mucho más grandes que él. Entonces llamaron al mejor médico de la aldea para saber lo que le ocurría.Cuando el médico llegó le dijo que tenía pequeñicitis, es decir que se iba a quedar así para siempre. Pero el médico les dijo que había una solución, aunque solo la hacía por encargo especial. La solución era una pócima que hacía especialmente él. Los padres aceptaron.

El médico les dijo que volvería en una semana con la poción. Y así fue, en un semana el médico volvió con la pócima y le dijo a Garbanzón que solo se tomara un poquito porque era muy potente.Garbanzón no le hizo caso, estaba muy emocionado y se la bebió entera y el médico le gritó enfadado:

-¿Por qué has hecho eso? Ahora crecerás más de lo normal.Garbanzón empezó a crecer y a crecer hasta llegar al tejado de su casa y romperlo.

Garbanzón miró hacia abajo y vio que sus padres y el médico eran pequeños y dijo:

- Ha funcionado.Al día siguiente, cuando Garbanzón llegaba al colegio, todos sus amigos se quedaron perplejos y Garbanzón fue el más alto y apreciado de la aldea de los gigantes.

Hecho por: Rubén V. e Iván C.