El gran Willy

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18 PEUGEOT MAGAZINE GUILLERMO VILAS El Gran Willy El mayor tenista argentino de la historia organizó este año la Peugeot Green Tennis Cup y declara sus anécdotas junto a la Marca. La cuenta pendiente en el equipo nacional de la Copa Davis y su gran apuesta como entrenador . POR MELISA MIRANDA CASTRO FOTOS SEBASTIÁN URRERE PON Es difícil poder verlo en estado de reposo, la hiperactividad caracteriza su rutina cotidiana. Se podría pensar que desde que se retiró de la competencia, Guillermo Vilas pasa sus días distendido, disfrutando de lo que cosechó con sus triunfos en los grandes torneos del mundo. Pero eso está muy lejos de la realidad. El legendario tenista maneja varios proyectos a la vez y pasa su día corriendo de compromiso en compromiso, y siempre cerca de las canchas. Durante la primera mitad del año, Vilas fue organizador, anfitrión y jugador de la Peugeot Green Tennis Cup. "Fue una muy lida copa porque tenía buen ambiente, conocía a los jugadores. El tenis tiene ingredientes muy lindos, muy cotidianos para hacer cosas.Yo trabajo con amigos", asegura el artífice de "la gran Willy". “Busco rodearme de gente que conozco, no me gusta estar con gente que no conozco”, explica. Un poco por esa premisa no dudó en trabajar junto a Peugeot Argentina cuando llegó el momento, ya que entre los primeros autos a los que se subió en su vida eran de la marca: su padre tuvo los modelos 403, 404 y 504. “Me acuerdo que una vez me trajo de Mar del Plata a Buenos Aires para ablandar el coche, iba despacito, paramos a comer y en distintos lados. Mi papá amaba los coches, él estaba conectado con el automovilismo. Había una carrera que se llamaba ‘Mar y Sierras’ y mi papá era uno de los que organizaban y marcaba los circuitos. Varias veces fui cuando llegaban ciertas personalidades importantes, conocía a muchos corredores”, cuenta Vilas. Pero su relación con Peugeot continuó también de adulto. Mientras competía en Roland Garros fue junto a Ion Tiriac a la automotriz en Francia a presentarse para ver si les podían facilitar una movilidad porque entrenaban lejos del torneo: "En ese momento nos dieron un 504 celeste y también una camioneta porque pensábamos que teníamos mucho equipo. Nos vino bárbaro", recuerda.

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Revista Peugeot. Entrevista al tenista Guillermo Vilas donde habla sobre su presente, sus proyectos y su rol como entrenador de su hija.

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guillermo Vilasel gran

WillyEl mayor tenista argentino de la historia organizó este año la peugeot green tennis Cup y declara sus anécdotas junto a la Marca. La cuenta pendiente en el equipo nacional de la Copa Davis y su gran apuesta como entrenador .

por MeLisa

MiranDa Castro

Fotos sebastián

Urrere Pon

Es difícil poder verlo en estado de reposo, la hiperactividad caracteriza su rutina cotidiana. Se podría pensar que desde que se retiró de la competencia, Guillermo Vilas pasa sus días distendido, disfrutando de lo que cosechó con sus triunfos en los grandes torneos del mundo. Pero eso está muy lejos de la realidad. El legendario tenista maneja varios proyectos a la vez y pasa su día corriendo de compromiso en compromiso, y siempre cerca de las canchas. Durante la primera mitad del año, Vilas fue organizador, anfitrión y jugador de la Peugeot Green Tennis Cup. "Fue una muy lida copa porque tenía buen ambiente, conocía a los jugadores. El tenis tiene ingredientes muy lindos, muy cotidianos para hacer cosas. Yo trabajo con amigos", asegura el artífice de "la gran Willy". “Busco rodearme de gente que conozco, no me gusta estar con gente que no conozco”, explica. Un poco por esa premisa no dudó en trabajar junto a Peugeot Argentina cuando llegó el momento, ya que entre los primeros autos a los que se subió en su vida eran de la marca: su padre tuvo los modelos 403, 404 y 504. “Me acuerdo que una vez me trajo de Mar del Plata a Buenos Aires para ablandar el coche, iba despacito, paramos a comer y en distintos lados. Mi papá amaba los coches, él estaba conectado con el automovilismo. Había una carrera que se llamaba ‘Mar y Sierras’ y mi papá era uno de los que organizaban y marcaba los circuitos. Varias veces fui cuando llegaban ciertas personalidades importantes, conocía a muchos corredores”, cuenta Vilas. Pero su relación con Peugeot continuó también de adulto. Mientras competía en Roland Garros fue junto a Ion Tiriac a la automotriz en Francia a presentarse para ver si les podían facilitar una movilidad porque entrenaban lejos del torneo: "En ese momento nos dieron un 504 celeste y también una camioneta porque pensábamos que teníamos mucho equipo. Nos vino bárbaro", recuerda.

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Los primeros autos a los que Vilas se subió en su vida fueron Peugeot: su padre tuvo los modelos 403, 404 y 504.

P:¿Nunca se le ocurrió correr?R: No, yo tenía miedo del automovilismo. Porque Gálvez se mató y en una de las carreras también murió Juan de Dios, que era el preferido de Fangio. Mi papá tenía el casco de él. Entonces me daba miedo correr, no me gusta que se muera la gente. En ese tiempo tenía mucho riesgo el automovilismo.

P:¿Qué es lo que más extraña de la época de viajes y competencias?R: A mí siempre me gustaba mucho ir a Roland Garros, ver los partidos. Pasa que yo soy muy obsesivo y a veces me pasaba de vueltas. Tengo ganas de volver a París, he dejado de ir un poco por eso, porque tengo mis hijas y mi esposa ya estaba cansada. Pero ahora quiero volver, quiero empezar otra vez.

P:¿Entre los jugadores actuales, reconoce a alguno como su sucesor o por lo menos que tenga su mismo espíritu?R: No, no veo espíritu. Te puedo decir que Nadal tiene mi mismo sistema.

P:Nadal le ganó un récord de de victorias consecutivas en polvo de ladrillo, que usted había marcado con 53 ¿le molestó que le sacaran ese logro?R: No me molestó porque le faltan muchísimos más. Eso él lo logró pasar, pero los otros no. Tengo la mayoría de los récords, porque jugaba muchos partidos y muy largos. Ahora no juegan tan bien. Nadal tiene el sistema bien, a mí me gusta lo que hace.

P:Dijo que le gustaría ser capitán de la Copa Davis, ¿sigue con ese deseo?

entrevista

R: Me preguntaron si me gustaría ser, entonces yo dije que es como el servicio militar, si a vos te llaman a la Davis no podés negarte. Sería un sacrilegio, para nosotros los que tenemos códigos. El código del tenista es: si te llaman a la Davis no te podés negar porque te matan. Pero acá no te matan. El otro código es que cuando vos te retirás, si has sido un buen jugador de tenis, te tienen que dar por jugador y tu honor, la posibilidad de poder llevar adelante el equipo de la Copa Davis. Te tienen que convocar. La cosa es así, si te piden es porque te quieren y no te podés negar.

P:¿Si lo convocaran entonces, qué le aportaría usted como capitán al equipo?R: Si vos vas a ser capitán, generalmente te nombran después de que perdieron. O pasa como con Tito Vázquez que fue capitán como 50 veces, porque perdían y lo volvían a poner. Yo le pondría al equipo las cosas que le falta. Sin ser capitán, por ejemplo, vi a un pibe que tenía que jugar al otro día y lo veo que se está comiendo una milanesa con papas fritas. Le digo: "vos no tenías que jugar mañana, sos un animal". Entonces me dice: "Es que me gusta, ¿qué me puede pasar?". Y te puede agarrar un espasmo con los nervios, tomate una sopa, cómo te vas a comer eso que es pura grasa.

P:¿Los jugadores se le acercan a pedirle consejos?R: No, nadie. El único que habló conmigo fue Gastón Gaudio. Un día vino, y me dijo que estaba medio loco y que quería saber cuántos partidos buenos había jugado en mi vida. Y yo le dije jugué sólo cuatro, en algunos me pudo haber ido bien de suerte, en algunos el rival se retiró, pero en los que jugué perfecto, sin error, fueron cuatro. Fue el único que me preguntó eso, la pregunta era en realidad que él quería saber qué chances tenía de ganar un Gran Slam.

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Durante la primera mitad del año, Vilas fue organizador, anfitrión y jugador de la Peugeot Green Tennis Cup. “Fue una muy lida copa porque tenía buen ambiente, conocía a los jugadores”.

La heredera. Además de los torneos que organiza, de lanzar su marca de pelotas, su línea de indumentaria, su plan de dejar en septiembre de 2013 el Club Vilas y abrir su propio club, y la idea de publicar un libro sobre su profesor de tenis, que en realidad es una entrevista que Alejandro "Fuchi" Fusilie le hizo a Felipe Locícero; Guillermo Vilas se convirtió en entrenador. Es el entrenador de la mayor de sus tres hijas, fruto del matrimonio con la tailandesa Phiang Phatou. Andanín tiene 8 años y el tenis ya corre por sus venas. "Juega muy bien. Me la imagino en los grandes torneos, es imposible que no esté", asegura el padre-entrenador. Andanín fue la única de sus hijas que alcanzó a verlo competir, aunque era muy chica y se dormía en los estadios. "Es muy loca. Heredó un poco mi personalidad, es divertida, hace todo ese tipo de cosas. Le encanta el colegio, una vez había asueto y fue igual. Me llamaron de la escuela para preguntarme si yo sabía que estaba ahí, y había ido porque la amiga iba, pero la amiga iba porque estaba en penitencia. Si se porta mal le decimos "mañana no vas al colegio" y se pone a llorar. Esa es su penitencia", cuenta. Sus otras dos hijas, Lalindao e Intila, nacieron en 2002, con diferencia de 9 meses, pero a pesar de ser chicas ya juegan con una raqueta de plástico con el dibujo de Barbie. Aunque Guillermo ya le compró a la segunda una raqueta de verdad.

P:¿Cómo es la relación con su hija siendo padre y entrenador?R: A mí no me gusta que las cosas tarden, porque crea como callos

en las cosas. La persona que está estresada ya de entrada en hacer las cosas no va a tener el estrés en caso que tenga que hacer algo rápido. En cambio una persona a la que le dicen �despacito�, �no le ganaste, pero la próxima vez le vas a ganar�, después le agarra la locura. Los tenistas son personas complicadas, son ansiosas y son exigentes. Por eso me parece que para enseñarle a mi hija tengo que exigirla porque después los partidos se le van a hacer mucho más fáciles.

P:¿Le resulta fácil entrenar a Andanín que solo tiene ocho años?R: Es una persona muy intuitiva y hace todo bien. Le gusta enseñar, le enseña a mis hijas más chicas. Ayer grabamos una clase de gimnasia que ella les dio a las hermanas. Con el entrenamiento hay cosas que yo no sé, porque es la primera vez que hago esto, entonces el otro día jugó con un profesor y me dijo que era la primera vez que jugaba con una chica de esa edad que jugaba atrás de la línea de base, porque los chicos juegan adentro y yo siempre la obligo a ir al fondo porque se juega de atrás. Juega con una raqueta igual de larga que la mía, pero más livianita, así ya no cambia más de raqueta. Esas cosas me van guiando para saber que no hago lo mismo que los otros.

P:¿Está lista para competir?R: Ya prácticamente está, el falta muy poco. Pero la voy a hacer jugar y jugar muchos partidos, quiero que sea una competidora. Ella ya está maquinando. Le falta saber girar. Juega muy fuerte.