el indio absuelto y las indias condenadas en las cortes de la muerte

28
EL INDIO ABSUELTO Y LAS INDIAS CONDENADAS EN LAS CORTES DE LA MUERTE* Juan A. ORTEGA Y MEDINA ACERCA DÉLAS IDEAS que los españoles cultos o semileírados se forjaron sobre América y lo americano lo sabemos todo o casi todo; pero no podemos decir lo mismo de la opinión que el pueblo (el Juan Español de entonces) llegó a tener en los primeros tiempos. ¿Qué imagen de las Indias y del indio tuvo un rústico español del siglo xvi? ¿Cómo llegaron a él los gran- des y decisivos temas americanos? ¿Cómo vio estos temas, cómo les sintió y los recreó? A estas y otras preguntas parecidas intenta responder nuestro ensayo. Lo que también queremos destacar es que el perfil espiritual del indio que vamos a sacar en un primer plano, resultó mucho más familiar para su tiem- po que la imagen que podían dar los cedularios, las codifica- ciones e inclusive las crónicas de Indias, por la principal razón de que los documentos tuvieron bastante menos público que los dramas y autos de la época. La visión escénica contribuyó mucho más que la escrita a forjar la conciencia popular espa- ñola cara al indio. Se nos presenta éste, en suma, mucho más dotado de ser, más intencional y vividamente apresado en la literatura teatral que en la histórica; más asequible, más pró- jimo y cercano por vía escénica que por modo documental. LA HISTORIA E N E L TEATRO En el siglo xvi comienza a realizarse en la historia, como es sabido, un viraje decisivo. El Renacimiento logra que ésta deje de relatar el tema de Dios para expresar el del hombre. La política y la concomitante razón de estado ocuparán el vacío dejado por lo teológico, y el acontecer histórico, por * Este ensayo fue escrito en el Seminario de Historiología q u e e n l a Facultad de Filosofía y Letras dirige e l D r . Edmundo O'Gorman.

Transcript of el indio absuelto y las indias condenadas en las cortes de la muerte

Page 1: el indio absuelto y las indias condenadas en las cortes de la muerte

EL INDIO ABSUELTO Y LAS INDIAS C O N D E N A D A S E N

LAS CORTES DE LA MUERTE*

Juan A. ORTEGA Y MEDINA

A C E R C A D É L A S I D E A S que los españoles cultos o semileírados se f o r j a r o n sobre América y lo americano lo sabemos todo o casi todo; pero no podemos decir lo m i s m o de la opinión que e l p u e b l o (el J u a n Español de entonces) llegó a tener en los pr imeros t iempos. ¿Qué imagen de las Indias y de l i n d i o tuvo u n rústico español de l siglo xvi? ¿Cómo l l egaron a él los gran­des y decisivos temas americanos? ¿Cómo v i o estos temas, cómo les sintió y los recreó? A estas y otras preguntas parecidas i n t e n t a responder nuestro ensayo. L o que también queremos destacar es que el p e r f i l e sp i r i tua l d e l i n d i o que vamos a sacar en u n p r i m e r p lano, resultó m u c h o más f a m i l i a r para su tiem­po que l a imagen que podían dar los cedularios, las codifica­ciones e inc lus ive las crónicas de Indias , p o r l a p r i n c i p a l razón de que los documentos t u v i e r o n bastante menos públ ico que los dramas y autos de l a época. L a visión escénica contribuyó m u c h o más que la escrita a for jar l a conciencia p o p u l a r espa­ñola cara a l i n d i o . Se nos presenta éste, en suma, m u c h o más dotado de ser, más i n t e n c i o n a l y v i v i d a m e n t e apresado en la l i t e r a t u r a teatral que en l a histórica; más asequible, más pró­j i m o y cercano p o r vía escénica que p o r m o d o documenta l .

L A H I S T O R I A E N E L T E A T R O

E n e l s iglo x v i comienza a realizarse en l a his tor ia , como es sabido, u n viraje decisivo. E l R e n a c i m i e n t o logra que ésta deje de re latar el tema de Dios p a r a expresar e l de l hombre . L a pol í t ica y l a concomitante razón de estado ocuparán el vacío dejado por lo teológico, y el acontecer histórico, p o r

* E s t e e n s a y o f u e escr i to e n e l S e m i n a r i o de H i s t o r i o l o g í a q u e e n l a F a c u l t a d d e F i l o s o f í a y L e t r a s d i r i g e e l D r . E d m u n d o O ' G o r m a n .

Page 2: el indio absuelto y las indias condenadas en las cortes de la muerte

478 JUAN A. ORTEGA Y MEDINA

l o tanto, descenderá d e l p l a n o trascendental a l de l a moder­n i d a d e i n m a n e n c i a . P o r supuesto, l a transición n o es tan brusca: las viejas formas medievales históricas seguirán per­d u r a n d o p a r a expresar u n mensaje dis t into de l t r a d i c i o n a l : en cierto sentido así ocurrirá con el auto de las Cortes de la

Muerte. D u r a n t e l a E d a d M e d i a h u b o u n m o d o , entre otros, de relatar alegóricamente l a h is tor ia : el misterio o auto semi-teológico. E l acontecer de l a h is tor ia se proyecta en escala jerárquica sobre el esquema cristocentrista; es decir , se pro­yecta subsumiendo todos ios acontecimientos humanos a u n a instancia super ior : l a Redenc ión . 1 E n el tablado m e d i e v a l adquiere l a h is tor ia u n f o r m i d a b l e valor plástico e i n f o r m a ­tivo, y los poetas, aislados o en cofradías, se d a n maña para ordenar los sucesos históricos en torno a u n sacramento o a u n misterio, s u p r i m i e n d o —a consecuencia de l trasiego, y en fun­ción de l a causa redentora y teológica— todo t iempo y, a ve­ces, hasta todo espacio del imitados e históricos. E n otros cases, y conforme pasan los años, a l e x h u m a r crónicas, le­yendas y milagros, se les inyecta u n t iempo y espacio histó­ricos perfectamente sincrónicos, s in interpolaciones anacró­nicas salvo en l a t ramoya. S iguiendo l a tradición, ante e l público campesino amontonado en las plazuelas españolas alrededor de los carros y catafalcos, o ante los espectadores citadinos apeñuscados en los corrales, se rev iven historias y leyendas. L o s autores d e l siglo x v i , y especialmente los d e l x v n , traspasan también l a h is tor ia al teatro, l a actual izan, y mediante e l a r b i t r i o escénico l a p o n e n a l servicio de u n a cau­sa o creencia nacionales : a beneficio de su rey, de su país y de su religión. L o s dramaturgos ingleses de l a era isabel ina, así como los españoles de l a de los Austr ias , r e c u r r i e r o n fre­cuentemente a l a h i s tor ia en busca de inspiración dramática y polít ica. Shakespeare y L o p e saquearon a placer las cróni­cas medievales y resuci taron poéticamente los acontecimientos pretéritos. E n ambos autores, religión y polít ica v a n de l a m a n o . L a h i s t o r i a salta a l centro de l escenario p a r a ponerse a l servicio de l a gente en ca l idad de exper ienc ia u t i l i zab le . L o s espectadores se convertían con sumo gusto en actores apasionados: l a plebe mosqueter i l de l pat io y l a p a r d i l l a de las plazas campesinas vivían la h is tor ia , t o m a b a n contacto

Page 3: el indio absuelto y las indias condenadas en las cortes de la muerte

EL INDIO EN LAS "CORTES DE LA MUERTE'' 479

c o n los temas vitales de su t iempo, se f a m i l i a r i z a b a n con ellos, los hacían sustancia de su v i v i r co t id iano .

L A FUENTE

E n 1557 se imprimía en T o l e d o e l auto de las Cortes de

la Muerte, que L u i s H u r t a d o de T o l e d o dedicaba " a l inv ic ­t ísimo señor d o n Fe l ipe , rey de España y Inglaterra, etc., su señor rey" . Pero H u r t a d o sólo prosiguió, agrandó y acabó

e l auto, p o r q u e las"^ü7ti?5^iiabían-sMo comenzadas por M r c a e l de C a r a v a j a l , n a t u r a l de Plasencia y, a juzgar por su ape l l ido , " m a r r a n o " o crist iano nuevo. E n l a Dedicatoria a l rey F e l i ­pe se descarga d o n L u i s de su v a n i d a d , y nos confiesa que cayó en e l la p o r e l hecho de haber escrito y representado con a n t e r i o r i d a d otras obras de ambiente más alegre y de tonos más festivos. 2 " M a s p o r vía de e n m i e n d a y consideración —es­cribe—, d i o remate a [estas] Cortes que hizo l a M u e r t e con todos los estados, con notable l l a m a m i e n t o , en este presente año [1557]; e n l a s c u a l e s —prosigue—, p o r apacible estilo y delicadas sentencias, cada estado será lo que l a M u e r t e se le puede proveer y en sus cortes d e t e r m i n a r . " E l nombre com­ple to de l auto es e l s iguiente: Las Cortes de la Muerte a las

cuales vienen todos los estados, y por vía de representación

dan aviso a los vivientes y doctrina a los oyentes.3

C o m o l a Danza de la Muerte, de l a cua l proceden estas y otras cortes, e l auto de C a r a v a j a l y H u r t a d o de T o l e d o viene a ser también u n a "especie de mascarada e s p i r i t u a l " 4 en l a c u a l comparecen y ple i tean los diversos estamentos ante l a M u e r ­te. Se trata e n esta pieza de presentar " e l sentido de l a fragi­l i d a d h u m a n a " , " e l d o m i n i o de l a muerte sobre ricos y p o b r e s " y " e l pesimismo castellano, que encierra a l a vez ascetismo m o r a l y democrac ia i g u a l i t a r i a " . 5

E l ob je t ivo de estas Cortes responde a l a vie ja incitación m e d i e v a l d e l sermón plástico, d e l e jemplo. L a intención es m o r a l i z a d o r a y a lecc ionadora : educar a l p u e b l o en los p r i n ­c ip ios fundamentales de l a fe e h i s tor ia cristianas. Chicos y grandes gustaban p o r i g u a l de tales representaciones, y se de­l e i t a b a n con los alardes de l a complicadísima tramoya y apa­rejos, con los estampidos y rayos salidos de la caja de los

Page 4: el indio absuelto y las indias condenadas en las cortes de la muerte

48o JUAN A. ORTEGA Y MEDINA

truenos, c o n los enrevesados juegos de poleas, que p a r a deleite de los pasmadísimos espectadores subían o ba jaban y cerra­b a n o abr ían nubes de las que salían legiones de ángeles y santos; otras veces se trocaba l a visión celestial en i n f e r n a l , y como p o r ensalmo brotaba de los más profundos inf iernos de escotillón toda u n a espantosa pesadi l la de demonios.

N u e s t r o auto no posee tanta r iqueza , pero sí cuenta con l o suyo. T i e n e n las Cortes mensajes similares a los de l a famosa Danza castellana: d o l o r h u m a n o ante e l ineluctable m o r i r , fugac idad de l a v i d a , v i d a que n o es sino máscara de u n sepulcro o p u d r i d e r o v i t a l , carácter i g u a l i t a r i o de todos los vivientes frente a l terr ible rasero de l a M u e r t e , sátira so­c i a l , crít ica dec id ida de todas las injusticias sociales y alusión a la caduca edad de l m u n d o y su próximo f i n . A p a r e c e n ade­más en este auto las censuras anticlericales erasmistas, e l sesgo satírico lucianesco p leno de h u m o r y, como novedad curiosa, l a condenación de l protestantismo, de L u t e r o propiamente , " e l hermoso A n t e c r i s t o " , como dirá l a C a r n e (escena ni) .

C o m o ocurre con esta clase de obras, e l auto de l a Cortes

de la Muerte cuenta también con figuras alegóricas y simbó­licas, a u n q u e n o muchas, d is t r ibuidas en las veintitrés esce­nas que const i tuyen la pieza. Ésta está escrita en q u i n t i l l a s de ocho sílabas, s in n i n g u n a variación métrica.

L o p r i m e r o que se nos ocurre es hacer u n cotejo entre los personajes de l poema medieva l y los de l auto, para que p o r comparación podamos ver las diferencias y los puntos de entronque . E n l a Danza desf i lan ante l a M u e r t e los perso­najes siguientes: e l Padre Santo, e l E m p e r a d o r , el C a r d e n a l , e l Rey , e l Pat r iarca , el D u q u e , el A r z o b i s p o , e l Condestable, e l O b i s p o , e l C a b a l l e r o , el Escudero, e l Deán, e l Mercader , e l A r ­cediano, e l A b o g a d o , e l Canónigo, e l Físico, el C u r a , el L a ­brador , e l M o n j e , el Usurero , el F r a i l e , e l Portero , el E r m i t a ­ño, e l C o n t a d o r , el Diácono, e l R e c a u d a d o r , e l Subdiácono, el Sacristán, e l R a b í , el Alfaquí y e l Santero. Se h a l l a n , pues, representados e n escala jerárquica m e d i e v a l los personajes del m u n d o s in que fa l ten p o r supuesto e l judío y el árabe. M u c h o mayor es e l número de personajes que aparecen en las Cortes.

Antes de Calderón, n o hay en el teatro de l a Península n i n ­gún caso parec ido : n i l a trilogía fantástica de G i l Vicente , n i

Page 5: el indio absuelto y las indias condenadas en las cortes de la muerte

EL INDIO EN LAS "CORTES DE LA MUERTE" 481

m u c h o menos obras coetáneas como el Coloquio de la Muerte

de Sebastián de H o r o z c o (1550-1580), en que aparecen l a M u e r t e , e l P a p a , e l E m p e r a d o r , e l C a r d e n a l , e l C a b a l l e r o , e l Escudero, e l Fra i l e y e l L a b r a d o r , o l a Farsa llamada Dan­

za de la Muerte (1551), de J u a n de Pedraza, donde desf i lan ante la M u e r t e e l Papa , el Rey , e l Pastor y l a D a m a , en tanto q u e sirven de fondo re f lex ivo l a Razón, l a I r a y e l E n t e n d i ­m i e n t o , o b i e n l a Farsa de las Cortes de la Muerte, en l a que d i a l o g a n fúnebremente l a M u e r t e , u n Poeta, u n V i e j o y u n Galán , o p o r últ imo l a Danza de A . Lasso de l a Vega , en l a que p l a t i c a n los personajes de costumbre. P o r l o que se refie­re a Las Cortes de la Muerte, a continuación v a e l elenco, en e l que podrá advertirse en qué consistió su novedad respecto a los autos anteriores:

M I N U T A D E P E R S O N A J E S P O R O R D E N D E A P A R I C I Ó N

Laicos Eclesiásticos Simbólicos

P a s t o r E r m i t a ñ o M u e r t e C a b a l l e r o Á n g e l de l a g u a r d a i ? D o l o r R i c o Á n g e l d e l a g u a r d a 2Q T i e m p o

M i l ó n ) O b i s p o S a t a n á s B r o c á n \ l a d r o n e s S a n A g u s t í n C a r n e P o b r e S a n F r a n c i s c o M u n d o J u a n S a n J e r ó n i m o V e j e z C a s a d o S a n t o D o m i n g o J u v e n t u d V i u d a F r a y R e m i g i o C u l p a J u e z F r a y M a c a r i o C a r o n t e L e t r a d o M o n j a C l o t o i

M é d i c o L á q u e s i s \ Pureas

L a b r a d o r Á t r o p o s J D u r a n d a r t e ) P i e d e H i e r r o J « * / * • " « B e a t r i z , mujer mundana H e r á c l i t o , filósofo triste D e m ó c r i t o , filósofo alegre C a c i q u e i n d i o I n d i o [ 1 ? ]

O t r o i n d i o O t r o [3?] O t r o [49] O t r o [ 5 9]

Page 6: el indio absuelto y las indias condenadas en las cortes de la muerte

482 JUAN A. ORTEGA Y MEDINA

D o n M o y s é n i

D o n F a r ó n > judíos D o n M i c é n | J a r i q u e ( » r < moros

A r t a r a z j V a s c o F i g u e y r a , cristiano portugués M o z a A u c t o r

( E l p r o b l e m a q u e nos p r e s e n t a L u t e r o , e n v i r t u d d e n u e s t r a c l a s i f i ­c a c i ó n l o r e s o l v e m o s p o n i e n d o a este p e r s o n a j e a q u í , a p a r t e , j u n t o c o n l o s P r o c u r a d o r e s , A s e s o r e s , M a c e r o s y " M a l d i t o s " . )

E L RELATO

T e n d r e m o s que pasar p o r él rápidamente, pues e l objeto de nuestro estudio es l a escena x i x , es decir, l a de l a presenta­ción de los indios en las Cortes. S i n embargo, como n o l a po­demos estudiar aislada, habremos de referirnos a l desarrol lo argumenta l de l a pieza.

Consta e l auto de las Cortes de la Muerte de veintitrés escenas o "representaciones" . H a y u n i n t r o i t o reci tado p o r e l Ermitaño, en e l c u a l se pregona a los espectadores que l a M u e r t e l lamará a sus Cortes a todas las naciones y estados. L a M u e r t e , dice e l tétrico Ermi taño , "v iene a hacer / Cortes y a acortar c a m i n o / a muchos que piensan ser / larga su estrella y su s i n o " .

A oídos de l a M u e r t e t empora l h a l legado l a n o t i c i a de que el l ina je h u m a n o , harto de pagarle tan presto su t r i b u t o , protesta de l a brevedad de l a v i d a terrena; l a M u e r t e convoca entonces a los humanos a unas Cortes generales en las que escuchará u n o tras otro los agravios y quejas de los hombres . E l P r o c u r a d o r de los estamentos p ide en n o m b r e de sus repre­sentados " a q u e l l a v i d a l o n g e v a " de l a edad p r i m e r a (esc. n) ; pero l a M u e r t e le contesta, con respuesta medieva l , que e l la n o es sino u n b i e n , porque saca a los hombres "de l a n i e b l a escura" p a r a l levarlos a l cielo. D e esta suerte comienza e l triste desfile de los vivos.

Pasa e l O b i s p o en atuendo i m p r o p i o de su of ic io , y no le va len de n a d a sus quejas ante l a M u e r t e ; ésta arremete tam­bién contra él, con sátira erasmista, a causa de l puñaüco , d e l

Page 7: el indio absuelto y las indias condenadas en las cortes de la muerte

EL INDIO EN LAS "CORTES DE LA MUERTE" 483

roquete , d e l gorsalico l a b r a d o y de l a b a r b a de soldado (esc. 111) c o n que se adorna e l descuidado y guerrero celador

de l a grey. San Agustín, que está presente en las Cortes j u n ­tamente c o n otros santos, se siente ob l igado a intervenir , y le r e c o m i e n d a a l castrense O b i s p o que pract ique las virtudes teo­logales y n o pleitee n i l i t igue n i sea codicioso (ibid.).

Pasa a continuación u n Pastor que, buscando u n a oveja descarr iada, se topa con e l "escuro torrentero" de l a casa de l a M u e r t e , y despavorido pretende ponerse a salvo; mas no l o alcanza (esc. v ) .

Aparece e l Caba l l e ro , a rmado de p u n t a en blanco, arro­gante y f iero , y en nombre d e l estado m i l i t a r exige larga v i d a p a r a todos los guerreros. L a M u e r t e se lo niega y le aconseja q u e vaya m e j o r a pelear contra e l m u n d o y sus vicios, y que se deje de guerras grandes y crueles; que se deje también de desol lar a sus vasallos y que arremeta en cambio contra las "setas" de herejes (esc. v i ) .

Se acerca ahora el P r o c u r a d o r de los ricos y presenta su d e m a n d a de más larga v i d a p a r a sí y los suyos; pero San Francisco de Asís, desde su s i t ia l de juez, le espeta l a respuesta eterna (esc. vn) : " ¡ R i c o s ! Quiéroos avisar, / vuestra m a l d a d sobrepuja / tanto, que querer pensar / i r a l cielo, es entrar / l a m a r o m a en el aguja . "

E n su c a m i n o a las Cortes dos frailes capuchinos son asal­tados y robados por dos ladrones, los cuales acusan a los f ra i ­les de "mendigones y b igardones" (esc. v i n ) . Esta escena es u n i n t e r l u d i o jocoso que los autores aprovechan para l levar agua a su m o l i n o erasmiano.

T r a s l a farsa cómica se presenta e l Pobre , q u i e n alega que , como l o es tanto, lo me jor será que l a M u e r t e lo recoja; él n o se c u r a nada del m u n d o , y estima el m o r i r como reme­d i o seguro. Interviene Santo D o m i n g o y a m o d o de consuelo le aconseja que tenga resignación; que él le hace saber que l a muer te le r o n d a y que a m a n o está ya e l j u i c i o f i n a l (esc. i x ) .

T ó c a l e e l turno a l a P r o c u r a d o r a de las monjas, que en n o m b r e de sus hermanas se que ja de las "doscientas c i r imo-n i a s " inúti les que t ienen que aguantar en el convento, de l a abadesa " n e c i a , loca y desgraciada" que t ienen que soportar, de los trabajos que n u n c a les escasean, de las molestias que

Page 8: el indio absuelto y las indias condenadas en las cortes de la muerte

JUAN A. ORTEGA Y MEDINA

sufren p o r " l a sarna y l a t i n a " . Insist iendo en sus críticas, los autores arremeten contra las monjas y las censuran porque desertan d e l coro y de las horas y a b a n d o n a n l a contempla­ción, porque a f i l a n más que navajas sus lenguas y par lo tean y se cartean de c o n t i n u o en el locutor io , y p o r q u e cometen infamias peores (esc. x ) .

P o r sus sufr imientos y su paciencia p i d e n los casados me­nos severidad p o r parte de l a M u e r t e , supuesto que ya en este m u n d o hacen m u c h a peni tencia ; pero l a demandada les nie­ga el favor y les recuerda que p o r l a herencia de E v a les v ienen sus trabajos y fatigas (esc. x i ) .

L a escena x n sirve para cr i t icar las costumbres de l a época y zaherir los lujos, las modas, los afeites y l a ga lanura falsa de las v iudas . Es u n a sátira social contra las mujeres.

C o n f i a n d o en sus tretas se presentan en las Cortes e l Juez y e l L e t r a d o ; pero sus marrullerías n a d a p u e d e n frente a l a M u e r t e . Ésta les dice cuan feliz sería e l m u n d o si desapare­c ieran tantos leguleyos, y comienza a poner en práctica su amenaza empezando p o r ambos (escenas X I I I y x i v ) .

L l e g a n los Médicos con sus lancetas, a l jo fa in i l las , sangui­juelas y purgantes; l a M u e r t e casi n i escucha a esos "revolve­dores de or inales" , y les q u i t a l a v i d a p o r q u e "el los —dice— m a t a n más que y o " . E l seráfico San Francisco n o puede dis i ­m u l a r su cólera y los l l a m a "gente m a l i n a " , engañadora, "ho­mic idas de l m u n d o " (esc. x v ) .

C r u z a ahora l a escena e l L a b r a d o r , que se va lamentando c o n amargura de su perra suerte. A n t e las Cortes dice que, pues él se afana y suda tanto para provecho de otros, justo sería otorgarle u n a v i d a más larga. L a M u e r t e n o le hace caso; Satanás tercia en el j u i c i o para declarar que todos los labriegos son perezosos y ladrones (esc. x v i ) .

L a escena x v n parece ser otra interpolación jocosa, jácara o paso interca lado p a r a descargar l a tensión. R u m b o a las Cortes pasan p l a t i c a n d o e injuriándose dos ruf ianes y l a hem­b r a de u n o de ellos. C o n desgaire y lenguaje bronco de ger-m a n í a discuten y nos describen a l a tía de l a p icara Beatr iz , u n a ta l Sancha l a C u m p l i d e r a , contumaz carcavera que n i a l a p r o p i a m a d r e Celes t ina cede u n ápice en achaques de cor­tesana alcahuetería .

Page 9: el indio absuelto y las indias condenadas en las cortes de la muerte

EL INDIO EN LAS "CORTES DE LA MUERTE" 485

Presentan luego sus cuitas los dos filósofos: e l triste y el alegre. E l G r a n L l o r a d u e l o s (Heráclito) arremete contra l a c o r r o m p i d a edad d e l m u n d o y contra e l trastrueque horren­do de los valores: v i leza p o r h u m i l d a d , p o r b o n d a d hipocre­sía, la necedad p o r leal tad, lo vulgar p o r f i l o s o f í a . . . L o s filósofos s ienten que el m u n d o está a l revés; todo él fanta­sioso, v i l , desvergonzado, codicioso e hipócrita, m u n d o lascivo y l u j u r i o s o , m u n d o de Mesal inas en lugar de Porcias y L u ­crecias (esc. xv ín) . R e s u m i e n d o , todo el discurso es de melan­cólica añoranza de l a E d a d de O r o , de anhelada v u e l t a a los orígenes. L o s plantos viene a ser u n p r e n u n c i o de l a esce­na x i X ; en l a que los indios de América harán irrupción con aires de u topía c o n d o l i d a . M u n d o nuevo, subitáneo, p u r o , bucólico y n o p a l e r o (admirable sustituto este úl t imo de los pastoriles frutos de las robustas encinas) . Es éste u n m u n d o s in vanidades, de inocencia p lena . Pero dejamos in tenc iona l -mente suspenso e l relato p a r a trasladarlo íntegramente más tarde.

E n unas Cortes convocadas p o r u n a M u e r t e tan muerte y tan española como ésta, n o podían fal tar moros y judíos. U n o s y otros se enzarzan e n pintorescas controversias teoló­gicas, de las cuales no salen m u y b i e n parados M a h o r n a y los hebreos (esc. x x ) .

C a r l e a n d o l lega a las Cortes e l V i e j o , y pretende que la M u e r t e le a largue el plazo a cuenta de l a exper ienc ia v i v i d a : no le v a l e n razones y se lo l l eva l a Descarnada. Impetuosa i r r u m p e a su vez l a J u v e n t u d , y en n o m b r e de l a " f l o r d e l m u n d o " e x p o n e su d e m a n d a : de nada le s irven sus arrogan­cias juveni les y sus fogosos argumentos (escenas x x i y x x n ) .

P o r ú l t imo, en apoteósico y gemebundo f i n a l de duelo , a n u n c i a l a M u e r t e a todos l a i n m i n e n t e l legada d e l A n t i c r i s ­to, nac ido e n B a b i l o n i a ; el descenso de E l i a s y E n o c , l a muerte de ambos en l u c h a contra e l A n t i c r i s t o y l a derrota f i n a l de éste p o r las huestes de San M i g u e l , e l arcángel y alférez de C r i s t o (esc. x x m ) . A c t o seguido Satanás y C a r e n t e pescan a L u t e r o p o r e l cogote y se lo l l e v a n a l quemadero . M i e n t r a s tanto penetra el " A u c t o r " , d e m a n d a l a venia , se adelanta y rec i ta unas q u i n t i l l a s de desagravio e n las que sol ic i ta los aplausos y l a benevolencia de l públ ico. L a M u e r -

Page 10: el indio absuelto y las indias condenadas en las cortes de la muerte

486 JUAN A. ORTEGA Y MEDINA

te, empero, n o se traga e l anzuelo, y en a d i v i n a n d o e l t ruco , agarra a l auctor y se lo l l eva también con los otros a l "escuro" .

E L TEXTO

H e aquí ahora e l texto de l a escena x i x , en l a cua l inter­v i e n e n e l D e m o n i o , e l M u n d o y l a C a r n e , San Agustín, San Francisco y Santo D o m i n g o , l a M u e r t e y los Indios; éstos en­t r a n en escena tras u n tañer de trompetas.

C A C I Q U E

L o s i n d i o s o c c i d e n t a l e s y estos c a c i q u e s v e n i m o s a tus cortes t r i u n f a l e s , a q u e j a r n o s d e los m a l e s

5 y a g r a v i o s q u e r e c i b i m o s ; q u e e n e l m u n d o n o t e n e m o s

rey n i r o q u e q u e e c h e a p a r t e las r a b i a s q u e p a d e c e m o s , y p o r t a n t o a t i q u e r e m o s ,

1 0 M u e r t e , d a r q u e j a s d e l a r t e , p u e s tú s o l a , q u ' e s r a z ó n ,

sabrás q u e s i e n d o p a g a n o s y h i j o s de p e r d i c i ó n , p o r s o l a p r e d i c a c i ó n

1 5 v e n i m o s a ser c r i s t i a n o s ;

c o m o h a b r á s o í d o y v i s t o , s e g u i m o s y a l a d o c t r i n a y l a escue la y d i s c i p l i n a d e l m a e s t r o J e s u - C r i s t o

Y es tamos y a t a n u f a n o s c o n l a m e r c e d s i n g u l a r d e h a b e r n o s v u e l t o c r i s t i a n o s , q u e a los a l tos s o b e r a n o s

2 5 n o v e m o s c o n q u é p a g a r . M a s q u é casos s o n t a n c r u d o s ,

t ú , M u e r t e , nos d a a e n t e n d e r , q u e c u a n d o a los dioses m u d o s , bes t ia les , fa lsos y r u d o s

3 0 a d o r á b a m o s s i n ser ,

* F a l t a u n verso e n esta q u i n t i l l a .

n i n g u n o nos p e r t u r b a b a d e c u a n t o s e n nues t ras t i e r r a s h a p a s a d o , n i p a s a b a , n i m a t a b a , n i r o b a b a ,

35 n i h a c í a c r u d a s g u e r r a s . Y a g o r a q u e y a ¡ c u i t a d o s !

nos h a b í a m o s de v e r u n p o c o m á s r e g a l a d o s , p o r sólo t en er los g r a d o s

4 0 d e c r i s t i a n d a d e n t a l ser, p a r e c e q u e d e s a f u e r o s ,

h o m i c i d i o s , fuegos , brasas , casos atroces y f i e r o s , p o r estos negros d i n e r o s

4 5 nos l l u e v e n e n n u e s t r a s casas, j O h , D i o s , y q u é a d v e r s i d a d e s

s o n és tas ! ¿ N o e n t e n d é i s esto? ¡ P a g a r c o n m i l c r u e l d a d e s todas las neces idades

5 0 d e l m u n d o ! D i , ¿qu 'es a q u e s t o ? ¡ C ó m o ! ¿ E s t a m o s o b l i g a d o s

q u e t o d o g é n e r o h u m a n o e n r i q u e z c a m o s ? ¡ C u i t a d o s ! ¿ Y tras esto a p e r r e a d o s

55 y m u e r t o s d e a j e n a m a n o ? ¿ N o nos bas ta p r o v e e r

las m i s e r i a s d e p a r i e n t e s , las de h i j o s y m u j e r , s i n o h a b e r d e sostener

6 0 las d e todas esas gentes?

¿ Q u i é n n u n c a v i d o a l i n g l é s , n i a l h ú n g a r o , qu 'es de p o r t e , n i a l b o h e m i o n i a l f r a n c é s , n i e s p a ñ o l n i g inovés ,

Page 11: el indio absuelto y las indias condenadas en las cortes de la muerte

EL INDIO EN LAS "CORTES DE LA MUERTE" 487

65 d e b a j o d e l o t r o nor te?

¿ P o r v e n t u r a h a n a c a b a d o

t o d o e l m u n d o d e s p o j a r

q u e cosa n o h a y a q u e d a d o ,

p u e s q u e c o n t a n t o c u i d a d o

70 nos v a y a n a l l á a buscar?

¿ Y c ó m o a q u e l l a s r i q u e z a s

d e a q u e l l a f e l i c e A r a b i a ,

T a r s i s , S a b á y sus g r a n d e z a s

n o h a n h a r t a d o las bravezas

75 d e a q u e s t a r a b i o s a r a b i a ?

L o s r u b í e s r u t i l a n t e s

d e N a r s i n g a t a n reales ,

los z a f i r e s y d i a m a n t e s

¿ n o h a n b a s t a d o a estos g i g a n t e s ,

80 s i n b u s c a r n u e s t r o s meta les?

P u e s , m e z q u i n o s , ¿a d ó i r e m o s

h u y e n d o d e l m a l g o b i e r n o ,

q u e m á s g e n t e n o e n v i e m o s ,

s i a n u e s t r a l e y nos v o l v e m o s ,

85 a las p e n a s d e l i n f i e r n o ?

¡ O h h a m b r e p e s t i l e n c i a l

l a d e a q u e s t e o r o m a l d i t o ,

y d e s t a g e n t e b e s t i a l

h a c e n t a m a ñ o c a u d a l

90 d e t a n m a l v a d o a p e t i t o !

¡ U n a c o s a q u e les d a m o s

d e b u e n a g a n a o e n p a z ,

p o r q u e a l l á n o l o e s t i m a m o s

e n t a n t o , n i r e p u t a m o s ,

95 p o r c a u s a r m a l e s asaz!

Q u e a u n q u e l a I n d i a es t e n i d a

p o r s i m p l e , c i e r t o n o y e r r a

e n d e s p r e c i a r l o , y l o o l v i d a ,

q u e a l f i n es t i e r r a c o c i d a

100 e n las v e n a s d e l a t i e r r a .

¿ Q u é c a m p o s n o e s t á n r e g a d o s

c o n l a s a n g r e , q u e a D i o s c l a m a ,

d e n u e s t r o s p a d r e s h o n r a d o s ,

h i j o s , h e r m a n o s , c r i a d o s ,

105 p o r r o b a r h a c i e n d a y f a m a ?

¿ Q u é h i j a , m u j e r n i h e r m a n a

t e n e m o s q u e n o h a y a s i d o

m á s q u e p ú b l i c a m u n d a n a ,

p o r esta g e n t e t i r a n a

110 q u e i o d o l o h a c o r r o m p i d o ?

P a r a sacar los a n i l l o s ¿ q u é d e d o s n o se c o r t a r o n ? ¿ Q u é ore jas p a r a z a r c i l l o s n o r o m p i e r o n c o n c u c h i l l o s ?

115 ¿ Q u é b r a z o s n o d e s t r o z a r o n ? ¿ Q u é v i e n t r e s n o t r a s p a s a r o n

las espadas c o n g r a n l l o r o ? Des tos m a l e s ¿ q u é p e n s a r o n ? ¿ Q u e e n los c u e r p o s s e p u l t a r o n

120 n u e s t r o s i n d i o s s u tesoro?

O T R O I N D I O

¡ C ó m o ! ¿ P o r h a b e r v e n i d o a l a v i ñ a d e l S e ñ o r a l a t a r d e , es p e r m i t i d o q u e a los q u e él h u b o q u e r i d o

1 2 5 r o b e n , m a t e n s i n t e m o r ?

P u e s e l los h a n p r e d i c a d o q u e t a n t o d i o a los p o s t r e r o s q u e e n s u v i ñ a h a n t r a b a j a d o , c o m o a l o s q u e h a n m a d r u g a d o

130 y s a l i e r o n los p r i m e r o s .

¡ Q u e l e y d i v i n a n i h u m a n a p e r m i t a tales m o l e s t i a s ! ¡ Q u e u n a g e n t e q u e es c r i s t i a n a y q u e a D i o s s i r v e de g a n a ,

135 l a c a r g u e n c o m o a las bes t ias ! ¿ Q u i é n n u n c a t a l v i o , m o r t a ­

j e s ? M e d e c i d , q u e es c o m p a s i ó n , ¡ q u e se s i r v a n de los tales c o m o d e u n o s a n i m a l e s

140 b r u t o s y s i n m á s r a z ó n !

C A C A Q U E

¡ O h , P a r t o s , c u a n b i e n c u -a C r a s o , a q u e l c a p i t á n , [rastes q u e p o r l a b o c a l e echastes t a n t o o r o , q u e matas tes

145 a q u e l l a s e d , y a l q u i t r á n ! D e s t a m e s m a m e d i c i n a

d e b i é r a m o s , c i e r t o , u s a r c o n esta h a m b r e c a n i n a , t a n f u n d a d a e n l a r a p i ñ a

150 y q u e t a n t o h a d e a m a r g a r . ¿ Q u é l o c u r a s s o n aquestas?

Page 12: el indio absuelto y las indias condenadas en las cortes de la muerte

488 JUAN A. ORTEGA Y MEDINA

¿ P i e n s a es ta g e n t e e n e l s u e l o , q u e d e l o r o h a c e f iestas , q u e h a d e i r c o n l a c a r g a a

, [cuestas, 155 c o m o g a l á p a g o , a l c ie lo?

P u e s t e n e m o s e n t e n d i d o q u e , s i n o l o r e n u n c i a r e , q u e t o d o es t i e m p o p e r d i d o , y p e r d e r á l o s e r v i d o

160 s i de t a l c a r g a c a r g a r e . P o r v e n t u r a , c o m o a c á

h a y t a n t o y t a n g r a n l e t r a d o , o t r a cosa a l c a n z a n y a ; p e r o a n o s o t r o s a l l á

165 así n o s l o h a n p r e d i c a d o .

O T R O I N D I O

T a m b i é n a l l á h a n v o c e a d o

q u e l a l e y y los p r o f e t a s

p e n d e n e n q u e D i o s sea a m a d o

y e l p r ó j i m o n o i n j u r i a d o ,

170 y éstas s o n las vías retas .

P u e s ¿ c ó m o es esto, S e ñ o r a ?

Y éstos a p r e g o n a n v i n o

y v e n d e n v i n a g r e a h o r a ,

d e s p o j a n d o c a d a h o r a

175 a l i n d i o t r i s t e , m e z q u i n o .

¿ C ó m o se p u e d e s u f r i r

e n t r e c r i s t i a n o s t a l cosa

( n i a u n b á r b a r o s sé d e c i r ) ,

y l a t i e r r a n o se a b r i r

180 e n cosa t a n espantosa?

C A C I Q U E

I m á g e n e s d e o r o y p l a t a n o h a c e m o s , q u e h e m o s v i s t o q u e esta g e n t e n o l o a c a t a , antes l o r o b a , a r r e b a t a ,

185 a u n q u e fuese e l m e s m o C r i s t o . V e n i m o s d e t e r m i n a d o s

d e j a r los h i j o s y t i e r r a s , y b u s c a r y a , d e s d i c h a d o s , los des ie r tos a p a r t a d o s

190 d o n o nos f a t i g u e n g u e r r a s ;

d o n d e n o h a y a p e s t i l e n c i a

d e o r o , n i s u m a l d a d q u e p e r t u r b e l a c o n c i e n c i a ; d o n d e j u s t i c i a y c l e m e n c i a

195 p u e d a n t e n e r l i b e r t a d .

¡ O h t i e r r a t a n m a l h a d a d a ! q u é d a t e a l l á c o n t u o r o , d é j a n o s , d e s v e n t u r a d a , p a s a r l a b u e n a j o r n a d a

200 s i n t a n t a z o z o b r a y l l o r o . N o nos r o b e s e l sos iego,

c o r a z ó n y l i b e r t a d , p u e s e s t á n l i b r e s d e f u e g o , y j a m á s d i g a s , te r u e g o ,

205 ser h i j o s d e t u m a l d a d .

¡ C ó m o ! Y p o r h a b e r n o s h e c h o t a n g r a n m e r c e d e n m o s t r a r n o s a q u e l c a m i n o d e r e c h o p a r a e l c i e l o , y t a l p r o v e c h o ,

210 ¿se e n t i e n d e q u e h a n d e aso­l a r n o s ?

T o l o m e o , q u e h e c i s t e t a n g r a n s u m a y t a l c o n d u t a d e n a c i o n e s , y escrebis te , d i , ¿ c ó m o n o nos p u s i s t e

215 e n t u r e g i s t r o y m i n u t a ?

A n t i g u o s q u e t ras tornas tes a l m u n d o , y a l r e t o r t e r o l e t ra j is tes y p i n t a s t e s , ¿y c ó m o nos o l v i d a s tes

220 (os p r e g u n t o ) e n e l t i n t e r o ? ¿ C ó m o n o dis tes n o t i c i a s

d e n u e s t r a s t i e r ras? (os p i d o ) . S i g ú e s e q u e l a m a l i c i a destos m a l e s y c o b d i c i a

225 m á s q u e tod os h a s a b i d o . P u e s d a t e p r i e s a a c r i a r

m u c h o o r o , ¡ o h t r i s t e t i e r r a ! p o r q u e te q u i e r o a v i s a r q u e h a y c o b d i c i o n e s s i n p a r

230 q u e te h a n d e h u n d i r c o n g u e -

[ r r a . H u y e , p u e s , e n t e n d i m i e n t o ,

p o r n o c o n t a r m á s m a l d a d e s q u e d e a q u e s t a g e n t e s i e n t o , y a q u e l g r a n c o r r o m p i m i e n t o

235 d e leyes y d e b o n d a d e s ,

a q u e l j u g a r a l t e r r e r o

Page 13: el indio absuelto y las indias condenadas en las cortes de la muerte

EL INDIO EN LAS "CORTES DE LA MUERTE" 489

c o n l o s q u e s a b e n y e n t i e n d e n q u e t i e n e n o r o y d i n e r o . ¡ O h m i D i o s t a n v e r d a d e r o ,

240 y e n c u á n t o s m o d o s te o f e n d e n !

O T R O I N D I O

N o p e n s á b a m o s a l l á q u e h a b í a e n e l m u n d o gentes t a n p e r v e r s o s c o m o h a y y a : todos l o s m a l e s de a c á

¡ C u á n t o h o l g a m o s q u e p r e n -a h o r a e n t i e r n a s e d a d e s , [ d a n , n u e s t r o s h i j o s , m a t e n , h i e n d a n , p o r q u e n o s e p a n n i a p r e n d a n

250 t a n t o s i n s u l t o s , m a l d a d e s !

¿ Q u i é n v i o n u n c a e n n u e s t r a s [ t ierras

a r c a b u z , l a n z a n i e s p a d a , n i o t r a s i n v e n c i o n e s p e r r a s de a r m a s p a r a las g u e r r a s ,

255 c o n q u e s a n g r e es d e r r a m a d a ? N o s o t r o s q u e c i e r t a m e n t e

nos j u z g á b a m o s d i c h o s o s p o r v i v i r a l l á e n P o n i e n t e , d o n o h a y e s t r u e n d o d e gentes ,

260 ¡ s o m o s l o s m á s r e v o l t o s o s !

C A C I Q U E

A n t e s c r e o , p o r p e n s a r q u e a n i n g u n o m a l h a c e m o s n i s o l e m o s e n o j a r , todos n o s v a n a t o m a r

265 l a m i s e r i a q u e t e n e m o s . V a y a n a esas A m a z o n a s ,

q u e b i e n d e f i e n d e n su r o c a c o m o v a r o n e s p e r s o n a s , y n o a u n a s tr istes m o n a s

270 a q u i e n t o d o e l m u n d o coca . ¿ Q u é i n j u r i a o q u é v i l l a n í a

o q u é d e s h o n r a o d e s p e c h o les h a b e r n o s h e c h o h o y d í a , p o r q u e t a l c a r n i c e r í a

275 h a g a n e n n o s , c o m o h a n h e c h o ? ¿ R o b á r n o s l e s p o r v e n t u r a

sus c a m p o s , sus h e r e d a d e s ,

sus m u j e r e s ? ¿ Q u é l o c u r a es és ta , y t a l d e s v e n t u r a

280 d e tantas e n e m i s t a d e s ?

O T R O I N D I O

D e s a q u e l l a m a n r i q u e z a esa g e n t e t a n s e d i e n t a se c a r g u e , y d e s u v i l e z a , q u e n u e s t r a n a t u r a l e z a

285 c o n m u y p o c o se c o n t e n t a . A T o s q u e a l l á v a n t o c a d o s

d e a q u e s a m a l d i t a r o ñ a , c a r g a d e vasos p r e c i a d o s d o b e b e r á n los c u i t a d o s

290 a q u e l tós igo y p o n z o ñ a ,

q u e n o s o t r o s n o b u s c a m o s m á s r i q u e z a s n i h e r e d a d e s ; c o n esto nos c o n t e n t a m o s , c o n saber q u e s o j u z g a m o s

295 n u e s t r a s p r o p i a s v o l u n t a d e s . Y és ta t e n e m o s a l l á

p o r m u y g r a n f i l o s o f í a y c r i s t i a n a . N o sé a c á c ó m o n o se s i e n t e y a ;

300 c i e r t o , s a b e l l o q u e r r í a .

C A C I Q U E

¡ A y , q u e n o v e m o s , c u i t a d o s ( c o m o a n d a m o s c o n c a n d i l e s ) ,

q u e a l l á somos t a n m a l v a d o s q u e p o r los n u e s t r o s p e c a d o s

305 v i e n e n estos a l g u a c i l e s ! N i carece d e m i s t e r i o

e n v i a r s i e m p r e q u i e n r i j a n u e s t r a p r o v i n c i a y ' i m p e r i o * q u i e n c o n t a n t o v i t u p e r i o

310 nos g o b i e r n e y nos a f l i j a .

O T R O I N D I O

P u e s sólo res ta saber s i e n estas C o r t e s t a n d i n a s se p u d i e s e p r o v e e r c ó m o q u i t a r e l p o d e r

315 destas gentes y r a p i ñ a s ; y s i n o h a y p a r a q u é ,

Page 14: el indio absuelto y las indias condenadas en las cortes de la muerte
Page 15: el indio absuelto y las indias condenadas en las cortes de la muerte
Page 16: el indio absuelto y las indias condenadas en las cortes de la muerte
Page 17: el indio absuelto y las indias condenadas en las cortes de la muerte
Page 18: el indio absuelto y las indias condenadas en las cortes de la muerte

EL INDIO EN LAS "CORTES DE LA MUERTE" 493

y acomodación de lo i n d i o en el auto se real iza sin violencias y s i n explicaciones previas.

P o r supuesto, lo anter ior no excluye l a cur ios idad n a t u r a l d e l pueblo , l a desazón p r o m o v i d a por otra novedad que va­mos a l l a m a r física. H a y que a d m i t i r que efectivamente exis­t ió l a expectación psicológica p o p u l a r ; mas no la conciencia histórica de e l la . E n d e f i n i t i v a , e l i n d i o podrá llegar a ser u n ente nuevo e n l a escena, pero jamás l o será ante l a mente d e l p u e b l o , que solamente lo podrá pensar en el carácter de ser q u e encaja p o r ant i c ipado —digámoslo así— en u n sistema.

E S P A C I O Y T I E M P O

C o m o ya d i j imos cuando escribimos acerca ele l a h is tor ia e n e l teatro, e n los dramas y autos de corte medieva l e l espa­c i o y el t i e m p o son metahistóricos, porque sólo así era posible q u e lo histórico no amenazase a lo transhistórico. L a acción d e l d r a m a —aquí, l a acción de las Cortes— transcurre en l a a l l e n d i d a d evi terna ; pecu l ia r m u n d o en donde las travesuras de los anacronismos se a n u l a n . Filósofos griegos y Padres de l a Iglesia p u e d e n hacer acto de presencia en las mismas Cortes e inc luso d ia logar con los indios gracias a que las exigencias históricas reales q u e d a n anuladas. S i n embargo, el tema i n ­d i a n o resultaba ser tan h o n d o , tan entrañable e histórico, que, o r a entre líneas, ora abiertamente, l a acción de l d r a m a ba ja a l escenario histórico de l aquí y de l ahora : a las Indias, a América. E l escenario se t ransforma en u n topos utópico, en u n a t ierra de nadie s i tuada entre dos líneas: l a perecedera y l a eterna; entre cielo y t ierra , entre lo rea l y lo ideal .

A l censurar el C a c i q u e el ant icr is t iano afán de riquezas, es­tablece u n para le lo entre lo que se les había predicado a los indios allá y l o que se entendía p o r e l lo acá (cf. vs. 161-165

y 296-300) . A m b o s adverbios a l u d e n b i e n claramente a Amé­r i c a y a E u r o p a (esto es, a España) . Es más, en n i n g u n a esce­n a se alude tan concretamente como en la x i x a u n espacio y t i empo reales, históricos, americanos. L o s apostrofes de San Francisco y de Santo D o m i n g o a las Indias (vs. 371, 391, 401 -

410) a p u n t a n a u n m u n d o concreto: los allá se repi ten bas­tantes veces, y con frecuencia los míseros indios se lamentan

Page 19: el indio absuelto y las indias condenadas en las cortes de la muerte

494 JUAN A. ORTEGA Y MEDINA

de los males que sufren e n "nuestras t ierras" (vs. 32, 45, 222,

251) . E l C a c i q u e se refiere también a l a s impleza de l a In­d i a (v. 9 6 ) , con lo cua l se ve que e l t remedal utópico i n d i a n o se concreta y asegura tantas veces como se hace necesario re­c u r r i r a l a u n i d a d espacio-temporal . Tenemos , p o r consi­guiente, dos planos de desenvolvimiento dramático que se yux­taponen e in terca lan : el transhistórico y el histórico. E l p r i ­mero es e l que hace posible l a acción, el diálogo, e l codea-m i e n t o de los personajes en u n m u n d o sin t iempo n i espacio reales; e l segundo p l a n o resulta p o r fuerza sumamente con­creto e histórico en l a serie de alusiones. A m b o s planos pue­d e n entremezclarse dramáticamente y hasta confundirse, por­que la fórmula ya señalada af ianza l a i n c o n m o v i b l e seguridad d e l esquema dogmático y evita e l pe l igro histórico de u n a o r i g i n a l i d a d auténtica resquebrajadura de l m u n d o conceptual católico.

I M A G E N RACIONAL Y SOCIAL DEL INDIO

R e s u l t a i lus trador comprobar cómo los pr inc ipales temas americanos p r e n d i e r o n no sólo en l a conciencia de los espa­ñoles cultos y representativos d e l siglo x v i , sino asimismo e n l a conciencia vulgar y r u d a . L a s capas populares de l a España h a b s b u r g u i a n a toman contacto con aquellos temas, se interesan p o r ellos, los discuten, y se confeccionan su verdad merced a l auto de las Cortes de la Muerte. Recuérdese que a comienzos de l siglo x v n l a carreta de Ángulo e l M a l o recorría aún esos pueblos de Dios representando el auto y l levando e l mensaje americano a todos los r incones de España. L o s p r i n ­cipales problemas que se ref ieren a las Indias y a l i n d i o se h a l l a n i n c l u i d o s e n l a escena x i x d e l auto. A b o r d e m o s pr ime­ramente e l que creemos esencial : e l que se refiere a l a enton­ces tan debat ida cuestión acerca de l a capacidad rac iona l de los i n d i o s . H a y en las Cortes u n a doble respuesta: l a implí­c i ta y l a explíci ta .

Respuesta implícita.—Como ya d i j imos , e l C a c i q u e y los i n d i o s aparecen en el auto codeándose con los filósofos y con los Padres de l a Iglesia; sigúese de aquí que l a categoría h u ­m a n a de l i n d i o quedaba reconocida desde el momento en que

Page 20: el indio absuelto y las indias condenadas en las cortes de la muerte

EL INDIO EN LAS "CORTES DE LA MUERTE" 495

éste podía e x p o n e r sus cuitas y relatar sus lacerias en e l m i s m o n i v e l h u m a n o que los demás personajes. P a r a l a p a l u r d a con­currenc ia , l a lección era convincente: aquellos indios occi­dentales representaban a los verdaderos que allá en las Indias convivían dolorosamente con los extorsionadores españoles. P e r o l a senc i l la lección no se queda en esto; e l a u d i t o r i o h a oído, desde e l in t ro i to recitado por e l Ermi taño , que a las Cortes de l a M u e r t e v a n a asistir todos los estados y naciones

d e l m u n d o . S iendo así, veamos qué connotación poseían en­tonces tales palabras :

1) E n t e n d í a s e p o r Cortes " e l a y u n t a m i e n t o y j u n t a d e los p r o ­c u r a d o r e s d e las c i u d a d e s y v i l l a s q u e t i e n e n v o t o p a r a p r o p o n e r y d e c r e t a r l o q u e p a r e c e c o n v e n i r a l r e y y a l r e i n o , y p a r a conce­d e r l e los s e r v i c i o s o r d i n a r i o s y e x t r a o r d i n a r i o s " . E n l a Nueva Re­copilación de leyes del Reino ( l i b . 6 , t í t . 7 , 1. 4 ; cf. Diccionario de autoridades, t. 2, p . 628) se lee a l r e s p e c t o : " L o s p r o c u r a d o r e s q u e nos e n v i a r e m o s a l l a m a r p a r a las vues t ras C o r t e s o r d e n a m o s q u e sean e n v i a d o s tales q u a l e s las c i u d a d e s y v i l l a s d e n u e s t r o s r e i n o s e n t e n d i e r e n q u e c u m p l e a n u e s t r o s e r v i c i o y a l b i e n y p r o c o m ú n d e las d i c h a s c i u d a d e s y v i l l a s . "

2) P o r nación se d e f i n í a " l a c o l e c c i ó n d e los h a b i t a n t e s e n a l g u ­n a p r o v i n c i a , p a í s o r e i n o " (Dice, de autoridades, t. 4 , p . 6 4 4 ) .

5) Y p o r estado, d e j a n d o a u n l a d o l a a c e p c i ó n e s t r i c t a m e n t e p o l í t i c a y t a m b i é n l a q u e se r e f i e r e a los tres b r a z o s de u n r e i n o , se c o n c e b í a e n t o n c e s " l a especie , c a l i d a d , g r a d o y o r d e n d e c a d a cosa ; y p o r e l l o e n las r e p ú b l i c a s se d i s t i n g u e n , c o n o c e n y h a y d i ­versos es tados , u n o s seculares y o t ros ec les iás t i cos , y déstos los u n o s c lé r igos , l o s o t ros r e l i g i o s o s , y d e los seculares p r o p i o s de l a r e p ú b l i ­ca , u n o s n o b l e s y c a b a l l e r o s , o t r o s c i u d a d a n o s , u n o s o f i c i a l e s , o t r o s l a b r a d o r e s & c , y c a d a u n o e n s u estado y m o d o d e v i v i r t i e n e n o r d e n , r e g l a s y leyes p a r a su r é g i m e n " (ibid., t. 3, p . 623).

L a rústica asamblea que presenciaba e l auto poco o nada sabría de leyes, pero b i e n se le alcanzaba que a unas Cortes sólo podían c o n c u r r i r hombres representativos y no bestias. V a de suyo q u e l a asamblea teatral p u e b l e r i n a reconocía en aquellos i n d i o s l a ca l idad h u m a n a s in necesidad de d i s c u r r i r sesudamente sobre los atr ibutos racionales concedidos o rega­teados p o r sabios y teólogos. A l p u e b l o le bastaba con verlos sobre e l t a b l a d o , moviéndose, razonando, teniendo "uso de razón" . S i a l g u n a d u d a p u d o ensombrecer l a conciencia l a -br iega de l a época, fue l a de l a reciente y dudosa conversión

Page 21: el indio absuelto y las indias condenadas en las cortes de la muerte

496 JUAN A. ORTEGA Y MEDINA

de los indios ; pero estos recelos, si los h u b o , no ponían en tela de j u i c i o l a categoría r a c i o n a l de los indios . H a y , p o r últ imo, u n pasaje que francamente alude a l a naturaleza h u m a n a de los indios (vs. 131-140).

Respuesta explícita— N a d a sabemos, por desgracia, sobre los ropajes que vestirían los cómicos encargados de represen­tar los papeles de indios , pero sí conocemos p o r el p r o p i o auto las características que adornaban a l americano. E l i n ­d i o que se representa es u n h o m b r e c iv i l izado , el ser mansue-tísimo, humildísimo, simplísimo y pacientísimo que Las Casas y los pr imeros escritores de Indias de jaron estereotipado. Si se recuerda que l a Brevísima relación se imprimió en Sev i l l a en 1552, nada de extraño tendría cierta i n f l u e n c i a de L a s Casas en el auto, i n f l u e n c i a que puede sopesarse con m o t i v o de las lamentaciones de los indios por su mísera suerte. P e r o n o nos interesa ahora u n estudio comparat ivo entre estos tex­tos. 8 L o único que nos toca añadir es que el auto respondió m u y b i e n a l c l i m a de su t iempo, a u n a de las corrientes inter­pretativas de opinión, en este caso p o p u l a r , for jada p o r en­tonces en torno a l manso, candido y desgraciado i n d i o . E n resumidas cuentas, es el h o m b r e na tura l , el hombre ajeno a las maldades de l a férrea edad que atravesaba el m u n d o . H o m b r e exento de codic ia y sed de oro (vs. 86-100) , ex traño a las crudas guerras (v. 3 5 ) , inerme y dichoso (vs. 251-260),

incapaz de hacer m a l (v. 262), inofensivo (vs. 269-270) . Este h o m b r e pre-rousseauniano, fel iz e inocente, vivía en u n esce­n a r i o n a t u r a l e idílico, pero s in señal de barbar ie o salvajis­m o . L a discusión podía quedar b i e n entre teólogos y juris­consultos, pero no entre aldeanos, para los cuales los alegatos y protestas de los indios eran razones lastimeras b i e n c o n v i n ­centes que de antemano concedían l a categoría h u m a n a a l plañidero; razones as imismo m u y comprensibles, dado que se referían a l eterno p r o b l e m a de las injusticias sociales, a l a constante m a n c i l l a y opresión de los de abajo p o r los de a r r i b a .

A este propósito, bueno será advert ir que precisamente en las quejas de los indios contra sus explotadores se f u n d e n l a vie ja idea cr is t iana de l a p o s i b i l i d a d de salvación p a r a todos los hombres y l a n o menos r a n c i a y castellana de l rasero jus-

Page 22: el indio absuelto y las indias condenadas en las cortes de la muerte

EL INDIO EN LAS "CORTES DE LA MUERTE" 497

t i c iero y p o p u l a r , democrático e igua l i ta r io a l que ya a l u d i ­mos cuando nos referimos a l mensaje social contenido en las danzas y cortes de l a M u e r t e . Repárese también en que los i n ­dios protestan v ivamente en el auto en nombre de su recién a d q u i r i d a fe cr i s t iana (vs. 36-45) , cosa que resulta u n tanto insólita p o r q u e l a reclamación adquiere entonces u n t inte novedoso que recubre el cuerpo t r a d i c i o n a l ; u n matiz , pues, casi anti-aristotélico, y p o r consiguiente apuntado contra l o escolástico-tomista y contra lo aristocrático. Se trata, en suma, d e l rechazo d e l concepto teofógico-social de siervos a natura:

v i n o nuevo en los viejos odres, como lo es todo el auto, expre­sión nueva en el marco de lo medieva l y h a b i t u a l . L a pro­testa, aunque rea l izada a l m o d o t radic iona l , no deja de poner en d u d a , por e l hecho m i s m o de ser expresada por los indios , l a l e g i t i m i d a d de l grado de servidumbre entre los hombres . L o s indios r e c l a m a n justamente l a i g u a l d a d de l trato h u m a n o p o r q u e ya poseen l a p o s i b i l i d a d de l a i g u a l d a d trascendental . E l espaldarazo de p l e n a h u m a n i d a d otorgado a los ind ios p o r l a conciencia p o p u l a r española (reflejada en las Cortes de la

Muerte) es cosa que no puede ponerse en d u d a a l a vista d e l auto.

Pero aún h a y más: los alegatos de los indios se asemejan e n su fondo social a los de l P r o c u r a d o r de los labradores. L a respuesta que se da a unos y a otros es l a d e l camino t radi ­c i o n a l de l a resignación y de l a alusión a l a muerte l i b e r a d o r a y a l i n m i n e n t e f i n d e l m u n d o ; s in embargo, Satanás n o se recatará en l l a m a r a los labradores ladrones, porque éstos a l a hora de l a cosecha d a n "trechas de lo más s u c i o " p a r a h u r t a r y evi tar diezmos, terrazgos, soldadas y demás gabelas (esc. x v i ) . Y aunque los mesegueros r e p l i c a n a m o d o de de­

fensa que a l a h o r a de l a cosecha " d e b e n más que lo que cogen" , San J e r ó n i m o interviene para aconsejarles que tengan paciencia y d i suadi r los de que q u i e r a n hacer pasar y valer sus afanes, trabajos y sudores por " m a r t i r i o " . L o s labradores, na tura lmente , n i s iquiera in tentan invocar , como lo harán los indios , su c a l i d a d cr is t iana como l e n i t i v o y defensa de su situación social , y l o curioso es que los autores de l a pieza se atrevieran a hacerlo imaginat ivamente situándose en l a o r i ­l l a utópica i n d i a n a y n o en l a rea l de España: lo que era fac-

Page 23: el indio absuelto y las indias condenadas en las cortes de la muerte

498 JUAN A. ORTEGA Y MEDINA

t ib ie real izar en el p l a n o teórico n o convenía aceptarlo en el práct ico y menos expresarlo s in cortapisa en este campo. L a ­bradores e indios podrán, pues, a causa de l a i g u a l d a d tras­cendental , ex igir u n me joramiento en l a condición social ; n o obstante, son los indios los únicos que se atreven a hacerlo. A unos y otros se les aconseja pac ienc ia y resignación, pero a los labradores se les increpará además y se les echará en cara con desprecio aristocrático sus la t roc in ios de grano. Condenación t r a d i c i o n a l y caballeresca en defensa de l status medieva l de l a serv idumbre por naturaleza , de l a cua l se exime a los i n ­dios, s iendo que, si lo hubiesen deseado los autores, habr ían h a l l a d o sobradas razones n o sólo p a r a reduc i r a los indios a l a servidumbre n a t u r a l , como lo argumentaba pía y cristia-nís imamente e l tomista D r . Sepúlveda, sino también para re­bajarlos inc luso a l a escala de la barbar ie deshumanizadora.

DIALÉCTICA DE LO INDIO

E n l a escena x i x de las Cortes de la Muerte están repre­sentadas y se entrecruzan todas las corrientes conceptuales relativas a l tema de l a condenación o salvación del i n d i o y de las Indias . P a r a decir lo con m a y o r precisión, se h a l l a n en e l la fundamenta lmente dos corrientes de opinión: l a t rad ic iona l y l a m o d e r n a . L a queja, e l alegato i n d i a n o por el m a l trato pertenece a l a corriente p o p u l a r (es decir, a l a opinión creada p o r e l p r o p i o p u e b l o e s p a ñ o l ) , cuyo or igen se confunde en l a v ie ja postura t r a d i c i o n a l y cr i s t iana : pac iencia y resignación, f e l i c i d a d ul t ra terrena a los que se h a l l a n en l a o r i l l a redentora de l a fe cr ist iana. Esta corriente n a d a tiene que ver con l a defensa modernis ta de l padre Las Casas, q u i e n postuló u n i n d i o poseedor de suyo de ciertos derechos naturales con ab­soluta independenc ia de su regeneración crist iana. Las quejas de los indios pertenecen, pues, a l p l a n o t radic iona l , están dentro de él ; l a defensa d e l i n d i o parte p o r consiguiente d e l supuesto t rad ic iona l , está m o n t a d a sobre l a p la ta forma cris­t iana . N o será l a defensa d e l i n d i o en sí y p o r sí, sino l a de l i n d i o hecho hombre por e l único m o d o entonces posible de l legar a serlo: p o r l a vía de l a gracia, reconcil iación y salva­ción en C r i s t o ; u n i n d i o - h o m b r e , cr ist iano, de carne y hueso,

Page 24: el indio absuelto y las indias condenadas en las cortes de la muerte

EL INDIO EN LAS "CORTES DE LA MUERTE" 499

es l o que se defiende, n o l a entelequia i r redenta a l m o d o lascasiano.

A h o r a b i e n , lo anter ior n o quiere decir que los autores n o hayan r e c i b i d o cierta i n f l u e n c i a de l a l i t e ra tura combat iva d e l " c o n t u r b a d o r " d o m i n i c o . E l tema de l a destrucción de las Indias se presenta revestido de tal indignación adjet ival , que desde lejos se percibe en e l la l a i r a c u n d i a de Las Casas, aunque ya u n tanto cernida y amort iguada . A s i m i s m o , e l re­trato del i n d i o manso y p u r o p u d i e r a b i e n ser de inspiración lascasista, pero no hay que o l v i d a r que desde las pr imeras car­tas co lombinas ésta fue l a imagen indígena que se puso en circulación.

E n tanto que los indios m a n t i e n e n sus protestas en e l p l a n o t radic ionai -cr is t iano, sus acusaciones t ienen s in d u d a u n a val idez tremenda como conciencia acusadora; pero he aquí que, p o r ar t i f i c io de los autores, l a dialéctica de l a que ja se hace anti tét ica, traspasa el p l a n o crist iano y viene a situarse en el pagano desde e l cua l se intentará l a apología de l m u n d o idólatra amer icano y de l a fe l i c idad y h a r t u r a pre-cristianas. E n suma, los indios in tentan su defensa desde l a acera gent i l (vs. 26-35), y esto, naturalmente , les es negado de m o d o terri­

ble . Acontece entonces que l a culpa española (v. 244) se tor­n a b u m e r a n g y regresa cambiada y m a l d e c i d a como culpa

americana (vs. 374-375, 39 1 _395> 401-410); e l colofón lo pon­drá f u r i b u n d a m e n t e Santo D o m i n g o con la condena de las Indias . E l d o l o r por el i n d i o permanece intacto, pero inda­gando su o r i g e n se l lega a descubrir que l a causa del m a l radica en las Indias y no en los españoles. S i l a compasión española p o r el indio persiste, i n q u i r i e n d o y p r o f u n d i z a n d o se l lega i n c l u s o a u n a condenación de l a empresa española en América. L o s absueltos serán los indios ; l a sentencia conde­n a t o r i a caerá sobre América.

EVANGELIZACIÓN Y D E S T R U C C I Ó N D E L I N D I O

D e acuerdo con el concepto del b u e n i n d i o , l a evangeliza-ción se ent iende como u n acto re f lex ivo y v o l u n t a r i o de éste,, " p o r sola predicac ión" (v. 14) . Desde las pr imeras estrofas esto es lo que se adelanta a manifestar el C a c i q u e en las*

Page 25: el indio absuelto y las indias condenadas en las cortes de la muerte

5O0 JUAN A. ORTEGA Y MEDINA

Cortes. Creemos, pues, que se trata de u n hombre a q u i e n se aplicó e l método defendido p o r Las Casas contra v iento y marea : " l a persuasión de l entendimiento y l a invitación y sua­ve moción de l a voluntad ' '^ 9 l o cua l , como se sabe, además de impos ib le n u n c a fue cierto. Esta inclinación, esta "suave mo­c i ó n " p r o p u g n a d a por Las Casas está discretamente a l u d i d a , según creemos, en l a frase de l auto ar r iba c i tada: i n d u d a b l e eco lascasiano. L a i n f l u e n c i a de l d o m i n i c o se demuestra tam­bién por las alusiones concretas a l a destrucción de las Indias : homic id ios , fuegos, brasas (v. 42), campos tintos en sangre de inocentes indios (vs. 101-102), hijas, hermanas y mujeres prost i tuidas (vs. 106-110), dedos cercenados para sacar más rápidamente los ani l los de las víctimas (vs. 111-112), orejas y brazos cortados en busca de parecidas riquezas (vs. 113-115),

vientres traspasados p o r las espadas españolas, que, como las romanas en el auto de l a Destrucción de Jerusalén, hen­dían las barrigas buscando el oro en p o l v o comido (vs. 116-

117). Más aún, l a resolución de los indios de remontarse (en el auto nuestro de retirarse a desiertos apartados) y de

abandonar sus hi jos y sus tierras (v. 187) , sus quejas p o r el m a l gobierno (v. 82) y las n o menos amargas por los desmanes de jueces y alguaciles (vs. 301-310), son demostraciones de que e l horrendo tema de la destrucción de las Indias había l legado a ser u n a v i v e n c i a p o p u l a r . C o m o se ve, en las Cortes de la

Muerte no hay lenguaje cortesano sino p o p u l a r , no hay dis­cretas y sutiles razones metafóricas n i disfraz, sino los hechos mismos expuestos descarnadamente para que h i e r a n h o n d a y eficazmente l a conciencia de l p u e b l o de u n m o d o indeleble y patético. Estas y otras cosas de m e n o r i m p o r t a n c i a son las que d is t inguen a las Cortes de la Muerte de u n a obra como e l Villano del Danubio, escrito elusivamente p o r fray A n t o ­n i o de G u e v a r a .

I M A G E N CAMBIANTE DE LAS INDIAS

L a s Indias Occidentales se presentan como u n m u n d o no previs to p o r las autoridades, en este caso " T o l o m e o " y los "ant iguos" , a quienes con u n poco de sorna y u n m u c h o de a m a r g u r a se les reconviene p o r haberse dejado en el t intero

Page 26: el indio absuelto y las indias condenadas en las cortes de la muerte

EL INDIO EN LAS "CORTES DE LA MUERTE" 503

p e r m a n e n c i a en ellas los corrompe y destruye. Éste es, p o r supuesto, u n o de los biseles que presenta el tema de l a dege­neración, de l a l l a m a d a " c a l u m n i a de América" , de l a i n m a ­durez e i n f e r i o r i d a d pecaminosa americanas. Pero esta vez se expl ica l a causa de l a decadencia: es el oro, el oro m a l v a d o , esa m a l h a d a d a " t i e r r a coc ida" , l a causa de todos los males; p o r él l a edad dorada fue destruida e i m p l a n t a d a l a de hie­r r o ; p o r ese tósigo y ponzoña despertóse l a sed codiciosa de los españoles que vivían en las Indias. Santo D o m i n g o anate­mat iza a las Indias p o r haber mostrado a E u r o p a sus metales, después devueltos en males (vs. 391-395) . Las Indias se con­vier ten e n placentera resbaladi l la hacia e l i n f i e r n o , y San Francisco, que también sabe que el oro es el m o t i v o , se i n d i g ­n a a su vez contra las Indias y las execra por ser l a causa de " tanta m u l t i t u d p e r d i d a " (v. 375). A h o r a son las Indias con­denación, obstáculo, estorbo p a r a l a v i r t u d ; ahora son " l a mejor gran jer ia de l a región i n f e r n a l " (vs. 417-418) . Y para remachar más e l clavo, dialogarán a l f i n a l de l a escena l a C a r n e y e l M u n d o por vía de censura, según se i m a g i n a b a n los autores, pero tal vez con resultados contrarios a los pro­puestos.

CONCLUSIÓN

E n v e r d a d que resulta ex t raordinar io el haber p o d i d o com­probar c ó m o los grandes y pr imordia les temas americanos prendían e n la conciencia p o p u l a r española y cómo el trata­m i e n t o d a d o a ellos tendía a su divulgación y vulgarización. L o s graves mensajes indianos l legaban a l p u e b l o en f o r m a y lenguaje sencil los y comprensibles. L a autocrít ica española, a veces feroz, no se había detenido en las cabezas teológicas y representativas, sino que había hecho l legar su exal tada ver­

dad a l corazón de l p u e b l o . Autocrí t ica o r i g i n a l como n i n g u n a otra nación antes o después se h a dado el l u j o de real izar, autocrít ica además p r o p i a , española, cr ist iana y católica, pre­ciosísima s e m i l l a histórica para todo el inmenso arcoiris de leyendas negras y de todos colores.

N o sabemos de qué m o d o preciso h i r i e r o n l a conciencia de l p u e b l o español las corrientes de las cosas americanas; pero

Page 27: el indio absuelto y las indias condenadas en las cortes de la muerte

504 JUAN A. ORTEGA Y MEDINA

justamente l a escena x i x de l auto de las Cortes de la Muerte

es u n a vía de acceso o de enfoque p o p u l a r de los temas ame­r icanos esenciales. Nues t ro ensayo es, pues, u n corte, u n a ven­t a n a para asomarse y ver p o r e l la reconstruirse l a opinión v u l g a r re la t iva a los problemas de América. Asist imos a l es­pectáculo s igni f icat ivo que nos p r o p o r c i o n a el pueblo español a l acogerse a l a postura t radic ional i s ta cr is t iana y a l recha­zar l a postura modernis ta a p u n t a d a francamente por el padre L a s Casas; o, p o r mejor decir , vemos cómo el pueblo se desen­t iende de algunos de los postulados lascasianos y se queda c o n los que n o desvían n i dañan e l p a t r i m o n i o medieva l de l a cr i s t iandad. T a l vez precisamente p o r eso resulta m u y ex­pres ivo que sea Santo D o m i n g o , el f u n d a d o r de l a O r d e n a q u e perteneció Las Casas, q u i e n t ruena contra las Indias y las condena .

C o n l a escena x i x d e l auto, l a conciencia histórica p o p u l a r española p u d o forjarse u n a concepción de las Indias : u n a i m a g e n p r i m e r o edénica, que poco a poco se va trocando en l a antítesis demoníaca y negativa. C laroscuro condenatorio y conceptual sobre América que b i e n serviría para q u i t a r de las cabezas i lusionadas los ensueños y aspiraciones a u n m u n d o m e j o r y muel le .

A s i m i s m o , el v u l g o español tomaba contacto, si no con el i n d i o de carne y hueso, p o r lo menos con u n trasunto idea l i ­zado. C o p i a falsa evidentemente, pero verdadera en l a con­c i e n c i a v i v a d e l p u e b l o durante dos o más siglos. Visión posi­t i v a ahora : el noble i n d i o , e l i n d i o sosegado y bueno, e l h o m ­bre en e l seno de l a bondadosa naturaleza, pero no b r u t o y en estado de bestia (vs. 139-140), s ino ser r a c i o n a l dotado de h u ­m a n i d a d crist iana, y perfeccionado p o r l a redención de Cr i s ­to. Éste es el i n d i o que captó l a conciencia histórica p o p u l a r española a través de u n auto casi sacramental , que a l incor­p o r a r los temas cardinales americanos, l levó el mensaje i n d i a ­n o hasta los más apartados rincones de España.

N O T A S

1 C f . E d m u n d o O ' G O R M A N , La conciencia histórica en la Edad Me­dia, E l C o l e g i o d e M é x i c o , 1942. p p . 35-36.

Page 28: el indio absuelto y las indias condenadas en las cortes de la muerte

EL INDIO EN LAS "CORTES DE LA MUERTE" 50$

2 E l Espejo de gentileza y hospitales de damas y galanes, y las Cortes de casto amor, a u t o s d e d i c a d o s a s i m i s m o a l R e y .

3 N o s s e r v i m o s d e l t e x t o de l a Biblioteca de Autores Españoles d e R i v a d e n e y r a , t. 35.

4 P e d r o J o s é P I D A L , " N o t i c i a p r e l i m i n a r " a l a Danza, de la Muerte, e n l a Bibl. de Autores Españoles, t. 57, p . x l i v .

5 Á n g e l V A L B U E N A P R A T , Historia de la literatura española, B a r c e l o ­n a , 1937, t- 1> P - 64 o - V a l b u e n a s igue f i e l m e n t e e n estos j u i c i o s a d o n M a r ­c e l i n o M E N É N D E Z P E L A Y O (véase l a Historia de la poesía castellana en la Edad Media, M a d r i d , 1913, t. 1, p p . 344-347).

6 Hist. de la literatura esp., t. 1, p . 640.

7 D o n Q u i j o t e p e r s i g u i ó a l a M u e r t e , a l E m p e r a d o r , a l D i a b l o , a l Á n g e l , a l a R e i n a , a C u p i d o y a " o t r a s p e r s o n a s , d e d i f e r e n t e s trajes y r o s t r o s " . E n t r e éstas se h a l l a b a n s i n d u d a los i n d i o s . P o r l o q u e se r e f i e r e a l d i o s e c i l l o d e l a m o r , C e r v a n t e s h a c í a q u i z á u n a c o n f u s i ó n c o n o t r o de l o s a u t o s d e C a r a v a j a l , las Cortes de casto amor.

8 S o b r e e l i n f l u j o l a s c a s i a n o i n d i a n i s t a véase C o n c h a M E L É N D E Z , La novela indianista en Hispanoamérica (1832-1889), E d . de l a U n i v e r s i d a d d e P u e r t o R i c o , M a d r i d , 1934, e n e s p e c i a l e l c a p í t u l o 1.

9 V é a s e e l De único vocationis modo. . . , c a p . 5.

10 A l u s i ó n m e t a f ó r i c a q u e r e c u e r d a e l h e c h o r e a l de q u e e l v i n o e n p e l l e j o s q u e se e n v i a b a a las I n d i a s se a v i n a g r a b a e n l a d i l a t a d a t r a v e s í a .