el jaroon azulLa historia de un Emprendedor

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La historia de un Emprendedor: El Jarrón Azul Un emprendedor ciertamente es una persona que reúne muchas habilidades y conductas. Entre ellas se destaca: su compromiso con la fijación de metas, el cumplimiento, la búsqueda de oportunidades, la habilidad de persuasión y fijación de redes de apoyo, la auto-confianza, persistencia, correr riesgos calculados, entre otras. William Peck parece ser una persona que las reúne todas. Lee la siguiente historia y saca tus propias conclusiones. ¿Te parece William una persona emprendedora? EL JARRÓN AZUl Por Peter B. Kyne Mister Alden P. Ricks, mejor conocido por sus empleados como "Cappy Ricks", fue el fundador y el espíritu dirigente de una importante empresa maderera y de vapores. El ya se había retirado de la dirección activa del negocio, pero en realidad continuaba siendo su principal guía y consejero. Este señor tenía un problema, ya que a la oficina de Shangai había mandado a un empleado que estaba dando mal resultado. -Skinner, ¿Tienes un candidato para el puesto? – Preguntó Cappy - Siento decirle que no, Mister Ricks. Todos los empleados que tengo bajo mis ordenes son demasiado jóvenes para esa responsabilidad -¿Que quieres decir con demasiado jóvenes? Replico Cappy -Bueno, el único a quien yo consideraría competente para ocupar el cargo seria Andrews y él apenas tiene treinta anos. -¿Treinta anos eh? Pues si mal no recuerdo yo te empecé a confiarte la responsabilidad de dos millones cuando apenas tenias veintiocho. -Es cierto, pero Adrews... bueno, no hemos puesto a prueba todavía su competencia -¡Skinner! – interrumpió Cappy en voz resonante—no alcanzo a comprender, porque no te he despedido. ¿Dices que todavía no hemos puesto a prueba la competencia de Andrews? ¿Porque tenemos aquí gente que no sabemos lo que puede hacer? ¡Contéstame! El mundo de hoy es el mundo de la juventud y métete eso en la cabeza. El próximo representante que mande a Shangai tendrá que ser un luchador que no se dé por vencido. Ya hemos tenido allá tres que resultaron ser un fracaso y de esos no quiero más. Cuando Skinner salió de la oficina llego una visita, al hallarse ante el saludo respetuosamente y dijo "Mi nombre es William E. Peck. Le agradezco mucho a usted la fineza de concederme una entrevista." Mirándolo con semblante severo, Cappy le dijo que tomara asiento, señalándole una silla, Cappy noto que cojeaba un poco y que el brazo izquierdo lo tenia amputado hasta el codo. ¿Bien, que desea usted? He venido a que me dé usted trabajo. Habla usted como si tuviera la seguridad de obtenerlo Ciertamente, Mister Ricks, yo sé que usted no me lo negara ¿Porque? Peck, sonriendo en una forma que le simpatizo a Cappy, contesto: "Yo soy agente vendedor y sé que puedo vender cualquier cosa que tenga algún valor, porque lo he demostrado durante cinco anos y quiero demostrárselo a usted." Mister Peck – dijo Cappy sonriendo – de eso no tengo duda, pero dígame ¿acaso sus defectos físicos no son un impedimento?

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La historia de un Emprendedor: El Jarrón AzulUn emprendedor ciertamente es una persona que reúne muchas habilidades y conductas. Entre ellas se destaca: su compromiso con la fijación de metas, el cumplimiento, la búsqueda de oportunidades, la habilidad de persuasión y fijación de redes de apoyo, la auto-confianza, persistencia, correr riesgos calculados, entre otras. William Peck parece ser una persona que las reúne todas. Lee la siguiente historia y saca tus propias conclusiones. ¿Te parece William una persona emprendedora? EL JARRÓNAZUlPor Peter B. KyneMister Alden P. Ricks, mejor conocido por sus empleados como "Cappy Ricks", fue el fundador y el espíritu dirigente de una importante empresa maderera y de vapores. El ya se había retirado de la dirección activa del negocio, pero en realidad continuaba siendo su principal guía y consejero.

Este señor tenía un problema, ya que a la oficina de Shangai había mandado a un empleado que estaba dando mal resultado.

-Skinner, ¿Tienes un candidato para el puesto? – Preguntó Cappy- Siento decirle que no, Mister Ricks. Todos los empleados que tengo bajo mis ordenes son demasiado jóvenes para esa responsabilidad-¿Que quieres decir con demasiado jóvenes? Replico Cappy-Bueno, el único a quien yo consideraría competente para ocupar el cargo seria Andrews y él apenas tiene treinta anos.-¿Treinta anos eh? Pues si mal no recuerdo yo te empecé a confiarte la responsabilidad de dos millones cuando apenas tenias veintiocho.-Es cierto, pero Adrews... bueno, no hemos puesto a prueba todavía su competencia -¡Skinner! – interrumpió Cappy en voz resonante—no alcanzo a comprender, porque no te he despedido. ¿Dices que todavía no hemos puesto a prueba la competencia de Andrews? ¿Porque tenemos aquí gente que no sabemos lo que puede hacer? ¡Contéstame! El mundo de hoy es el mundo de la juventud y métete eso en la cabeza. El próximo representante que mande a Shangai tendrá que ser un luchador que no se dé por vencido. Ya hemos tenido allá tres que resultaron ser un fracaso y de esos no quiero más.Cuando Skinner salió de la oficina llego una visita, al hallarse ante el saludo respetuosamente y dijo "Mi nombre es William E. Peck. Le agradezco mucho a usted la fineza de concederme una entrevista."Mirándolo con semblante severo, Cappy le dijo que tomara asiento, señalándole una silla, Cappy noto que cojeaba un poco y que el brazo izquierdo lo tenia amputado hasta el codo.¿Bien, que desea usted?He venido a que me dé usted trabajo.Habla usted como si tuviera la seguridad de obtenerloCiertamente, Mister Ricks, yo sé que usted no me lo negara¿Porque? Peck, sonriendo en una forma que le simpatizo a Cappy, contesto: "Yo soy agente vendedor y sé que puedo vender cualquier cosa que tenga algún valor, porque lo he demostrado durante cinco anos y quiero demostrárselo a usted." Mister Peck – dijo Cappy sonriendo – de eso no tengo duda, pero dígame ¿acaso sus defectos físicos no son un impedimento?No, en ningún modo. Lo que me queda de cuerpo esta sano, sobre todo mi cabeza y me queda el brazo derecho. Puedo pensar y puedo escribir. ¿Estoy contratado?No, Mister Peck. Lo siento pero usted sabrá que yo no tomo parte activa en la administración de este negocio. A quien debe usted ver es a Mister Skinner. Ya vi a Mister Skinner. Pero por el modo en que me hablo parece que lo le simpatice. Yo le manifesté que estaba dispuesto a aceptar cualquier ocupación. ¿No le dio ninguna esperanza?No, señor. Bien amiguito, entonces ¿para qué viene a verme a mí?Porque quiero trabajar aquí. No me importa de que, con tal de que sea algo que yo pueda hacer.Cappy oprimió un botón en su escritorio y en un momento entro Mister Skinner lanzando una mirada hostil hacia Peck y luego otra mirada interrogativa a Cappy.Quiero mandar a Andrews a Shangai y quiero que le des empleo a este joven... que le des una oportunidad de demostrar lo que puede hacer. Naturalmente que le habrás de pagar a Mister Peck lo que valga y nada más. Muy bien Mister Ricks – dijo Skinner con cierto despecho –Volviéndose hacia el triunfante Peck, le amonesto diciéndole: "No crea que porque he intervenido por usted ya tiene su porvenir asegurado. Su porvenir usted mismo tendrá que labrarlo y tiene que comenzar muy pronto.

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Este diablo – dijo para sus adentros Cappy – es buena pieza, pero tiene cerebro. No me explico como Skinner, no pudo darse cuenta de ello, si ese pobre chico se sale un poco de la raya o si le brota en la cabeza una idea que quiera poner en practica, es casi seguro que firmara su sentencia de muerte con esta gente de cerebro fosilizado.Ya en la oficina de Skinner, el joven poniéndose de pie pregunto:¿Cuándo debo empezar?Cuando este usted listo. – Le contesto con cierta ironía.Apenas había salido cuando Mister Skinner se dirigió a la oficina de Cappy, antes de poder abrir la boca, le callo levantando un dedo y en voz cordial le dijo:Ni una palabra. Ya sé lo que me vas a decir y admito que tienes razón. Pero óyeme ¿cómo era posible rechazar a un joven que tanto empeño tiene en trabajar y que no acepto un NO como respuesta? A pesar de que no encontró aquí mas que obstáculos para lograr su propósito, no se dio por vencido ni se desanimo. ¿Qué trabajo le vas a dar?El de Andrews, naturalmente.Dime Skinner, ¿no tenemos en existencia como medio millón de pies de abeto fétido? Skinner asistió y Cappy, continuando con la avidez de quien acaba de hacer un gran descubrimiento que cree causara una verdadera revolución en el mundo dijo: Mándalo a vender esa madera apestosa y un par de furgones de pinabete rojo o cualquiera otra de las maderas que casi nadie quiere ni regaladas.Skinner sonrió maliciosamente y dijo: convenido, pero si no vende le damos su pasaporte ¿verdad?Supongo que si, aunque yo lo sentiría mucho. Por el contrario, si tiene éxito, le pagaremos el sueldo que gana Andrews. Hay que ser justos, justos en todo y con todos.Cuando se presento Peck a trabajar Cappy hablo con él para darle instrucciones:Peck, ¿acaso has llegado a vender alguna vez abeto fétido? Peck se mostró bastante confundido e indicando una negativa con la cabeza pregunto: ¿Qué clase de madera es esa?El abeto de California es una madera áspera y correosa, muy pesada y que despide un olor como zorrillo cuando se corta. Creo que Skinner te va da lo peor que hay para empezar.¿Se pueden clavar clavos en ella?Ah, claro Yo puedo vender cualquier cosa si vale el precio. Concluyo Peck con un aire de desafío y se dirigió a trabajar. Y así lo hizo, trabajo arduamente y levanto varios pedidos de madera, sus ordenados eran tantos que Skinner tuvo que pedirle que se calmara un poco en la venta de esa madera, por estárseles agotando la que tenían en existencia.Peck envió un telegrama a Skinner y este se lo mostró a Cappy diciendo:No cabe duda que Peck puede vender madera; ha conseguido 5 nuevos clientes y acaba de mandar otro pedido de dos furgones de abeto fétido. Creo que tendrá que aumentarle el sueldo el primero del año.Óyeme, Skinner, ¿por qué diablos quieres aguantar hasta el primero del año? Ese pernicioso hábito que tienes de diferir para mas tarde lo que tienes que hacer hoy, especialmente cuando se trata de soltar dinero, nos ha costado la perdida de los servicios de más de un buen empleado. Skinner realmente me obligas a recordarte quien manda en esta empresa. Súbele el sueldo ahora mismo.Esta bien señor – asintió Skinner – lo haré efectivo desde el día que entro a trabajar.Bueno; sabes, creo que voy a tener que buscar un sucesor para el puesto de Shangai y estoy seguro que Peck tiene las características de un buen administrador para la oficina de ese lugar, pero tendré que probarlo un poco más. Mirando a Skinner con sonrisa picaresca Cappy le dijo:Oye Skinner, voy a pedirle a Peck que me traiga el jarrón azul. Notifica al jefe de policía y al propietario del bazar para que no nos cueste tanto. Tú convendrás que si me entrega el jarrón azul valdrá diez mil dólares al ano como nuestro gerente en Shangai.El semipálido semblante de Skinner casi se sonrojo.Todo estaba preparado, era domingo día que ningún negocio se encuentra abierto, a Peck le pidieron traer el jarrón azul con este argumento:Andando yo por el centro – dijo Cappy – pase frente a una tienda en la calle Sutter, entre Stocktony Powell, donde en un escaparate vi un jarrón azul. Sucede que a una dama a quien le tengo gran estimación posee otro igual y sé que nada le agradaría más, como regalo de aniversario de matrimonio, que otro jarrón como ese. Tengo que tomar el tren a las ocho de esta noche para llegar a tiempo mañana a Santa Bárbara, donde ella vive, y podré felicitarle personalmente así como entregarle el regalo.

Muy bien – señalo Peck-- comprendo que si no lleva usted mismo el jarrón y aguardamos hasta mañana lunes a que abran la tienda no podrá llegar a tiempo a Santa Bárbara. Hágame el favor de describirme el jarrón. ¿ES azul oscuro o pálido?... ¿de que tamaño es poco más o menos?... ¿es liso o tiene figuras?

Cappy describió el jarrón exactamente y concluyo:

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Oye, Peck, el costo no será una gran cosa. Tú podrás pagarlo y mañana se lo cobraras al cajero diciéndole que lo carguen a mi cuenta.

Peck se dirigió inmediatamente a buscar el famoso regalo. Al llegar a la calle Sutter camino por una acera entre Stockton y Powell, y luego por la otra acera sin lograr ver el jarrón ni tienda alguna donde vendieran tal clase de artículos.

"Sin duda que Cappy se equivoco en el nombre de la calle o yo le entendí mal – se dijo Peck para sí – Voy a hablarle por teléfono para que repita la dirección."

Hablo a la casa de Mister Ricks, pero la criada le informo que el señor había salido. Entonces regreso a la calle Sutter y la recorrió de nuevo sin mejor resultado que la primera vez. Luego doblo sobre una de las calles que cruzaban, caminando dos cuadras en una dirección y dos en otra, así continuo recorriendo todas las calles del barrio sin vislumbrar en ninguna parte el consabido jarrón azul.No por eso se dio por vencido, sino que emprendió la búsqueda en otra zona comercial y como ultimo recurso, se dirigió a una cuadra aislada de la calle Post donde, recordó que existían dos o tres pequeñas tiendas. Al llegar a la última de ellas, noto en un escaparate el jarrón que correspondía a la descripción de Cappy.

Trato de abrir la puerta pero estaba cerrada con llave como ya suponía. De todos modos, golpeo con fuerza por si acaso hubiera alguien dentro que pudiera abrirle, pero sin resultado, entonces, levantando la vista, vio, en la fachada un letrero que decía:" BROWNES ART SHOP"

Sin perdida de tiempo se dirigió al hotel más cercano donde echando mano de una guía telefónica, encontró 19 personas inscritas con el apellido BROWNE. Entonces pidió en la oficina del hotel un directorio de los hablantes de la ciudad, en el cual hallo el nombre de B. Browne como propietario de un bazar de objetos de arte, pero no daba la dirección de su domicilio particular.

Peck volvió al bazar y mirando nuevamente el letrero, noto que el apellido del dueño no era "BROWNE" sino "BOWN". Hizo cambiar un billete de 20 dólares en monedas pequeñas, se dirigió al teléfono, y empezó a llamar a cuantas personas de nombre B. Brown había registradas. Al cabo de muchas llamadas, dio con la residencia del tal Mister Brown exacto que buscaba, pero tan solo para que un sirviente le informara que su amo había ido a comer a la casa de un tal Mister Simón en la vecina población Mill Valley.

Peck llamo a la casa del mencionado Simon, hizo que le pasaran a Mister Brown y él explico que quería comprar el jarrón azul que se encontraba en su tienda, teniendo como respuesta lo siguiente:

¡Que demonios!... ¿Me esta tomando el pelo o supone que estoy loco? ¿Sabe usted lo que vale ese jarrón?

No – respondió Peck – ni me importa... yo lo quiero, cueste lo que cueste. Ese jarrón azul tengo que llevármelo hoy.

Bien, si no puede usted aguardar, llame a Mister Herman Joost, mi encargado, que vive en Chilton Apartments. Dígale de mi parte que vaya enseguida a abrir el bazar y que le venda el jarrón. Adiós.

Peck llamo inmediatamente al número que Mister Brown le dio, el cauteloso Joost contesto que primero tendría que hablar por teléfono con Mister Brown para confirmarlo y que si era verdad, él estaría en el bazar antes de la nueve.

Joost se presento con un policía que por precaución había pedido que lo acompañara. Abrió la tienda y dio el jarrón azul a Peck.

¿Cuánto vale? – preguntó Peck

Dos mil dólares

¡Dos mil dólares! – exclamo con una voz y un semblante de desesperación -- ¿acepta usted un cheque personal?

Yo no lo conozco a usted – respondió Joost

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Peck, llamo enseguida a la casa Mister Ricks, sabiendo que allí residía su yerno, el capitán Peal ley, quien le escucho con bastante amabilidad.

Peck, es casi increíble que te hayan asignado a una misión semejante; -- dijo el capitán – Sigue mi consejo y olvídate del jarrón azul.

No puedo – replico Peck – Cappy se sentirá muy contrariado si no le entrego el jarrón. El se ha portado conmigo de manera espléndida y considero un deber ineludible cumplir con este deseo suyo.

Pero ya es muy tarde para entregárselo Peck, se fue en el tren de las 8 y ya son las nueve y media.

Lo sé. Pero si puedo conseguir el jarrón yo se lo puedo entregar antes de que baje del tren en Santa Bárbara a las 6 de la mañana.

¿Cómo?

Aquí en el aeropuerto tengo un amigo que con gusto me llevara en su avión hasta ese lugar.

¡Estás loco!

Lo se, pero por favor préstame dos mil dólares

¿Para que?

Para comprar el jarrón azulNo Peck, vete a tu casa a dormir y olvídate del maldito jarrón.

¡Por favor Capitán Peal ley! A usted le pueden cambiar un cheque por que lo conocen bien a mi no; además hoy es domingo.

Bueno – interrumpió Mister Joost -- ¿vamos a estar aquí toda la noche?

¿Es usted conocedor de diamantes? – Dijo Peck –

Sí –Contesto Joost.

¿Cuánto cree que valga este anillo?

Joost lo miro con no mal disimulada admiración y dijo que bien valdría dos mil quinientos dólares.

Se lo dejo en prenda, -- se apresuro a decir Peck – Déme un recibo y cuando haya cobrado usted mi cheque vendré a recuperarlo.

Quince minutos después, con el jarrón cuidadosamente empacado, Peck se dirigió al aeropuerto donde se encontraba su amigo aviador y a media noche ambos se perdían en las nubes rumbo al sur con el paquete.

Hora y media mas tarde aterrizaron en el Valle de Salinas, cerca de la vía del ferrocarril, Peck descendió y corrió hacia la vía férrea con un periódico en la mano y momentos después, cuando vio que el tren en que venia Cappy se aproximaba, hizo del periódico una antorcha y empezó a hacer señales con ella en medio de la vía. El tren se detuvo, el conductor abrió la puerta de uno de sus coches para averiguar lo que pasaba y Peck se metió de un salto.

¿Quién diablos es usted? – Preguntó el conductor -- ¿por qué paro el tren?

Porque tengo urgencia de ver a un pasajero que viene en este tren, en la sección A del coche Siete. Yo le pagaré mi pasaje.

Hubo que tocar el timbre varias veces para despertar a Cappy quien al fin abrió la puerta, en su bata de noche. Cappy miraba a Peck con ojos azorados, como si lo creyera loco. Luego se echo a reír, le hizo tomar asiento, y empezó a referirle que todas las dificultades con que tropezó habían sido planeadas, desde la dirección equivocada del bazar hasta el precio del jarrón, pues en realidad solo valía $10.00 dólares.

Cappy pasó cariñosamente la mano por la cabeza de Peck y le dijo:

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Mi querido Peck, bien sé que lo que hice fue cruel, pero tengo que confiarte un puesto de tal importancia, que necesitaba ponerte a prueba para estar seguro de que podrás desempeñarlo. Por eso te confié la tarea más ardua que doy a los que necesito para los cargos que requieren hombres que nunca se dan por vencidos. Ahora sabes, que saldrás de este tren con un puesto de diez mil dólares al año como gerente de nuestra oficina en Shangai.

Aportado por: Mario Alberro Franco Martín

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carlomagno el 11/09/2008 a las 09:17 PM

El valor es hijo de la prudencia, no de la temeridad. Pedro Calderón de la Barca

No soy asiduo lector de literatura motivacional, aunque quizás más de una vez, entre tantas cosas que llegan a las manos de uno, he podido obtener la satisfacción de leer un escrito del que pudiera extraer una enseñanza realmente valiosa y con la cual su autor diera muestras de poseer suficiente claridad y sensatez como para sondear más allá de la superficie, vislumbrar algo en las profundidades de la condición humana y reconocer las complejas redes que hacen de la existencia de cada ser humano, un gran rompecabezas. Así pues, me enfrento con cierta desconfianza a cualquiera lectura cuyo propósito sea dar una enseñanza moral o de naturaleza práctica, aunque nunca cierro la puerta a la posibilidad de que un autor logre cautivar mi interés y me descubra cosas que no hubiese podido yo ver por mi propia cuenta.

En el caso de la lectura de “El Jarrón Azul”, a poco de haber avanzado en la lectura pude reconocer inmediatamente que me hallaba ante un escrito con la fórmula básica que configura el estilo de la literatura motivacional (lenguaje sencillo, situaciones tipo, personajes idealizados, efecto sorpresa al final, etc.), estilo hoy día ampliamente difundido a través de mensajes en cadena por internet, que responde a la necesidad que tiene cada autor de asegurar que el público asimile sin dificultades las diferentes moralejas. Eso en sí no me molesta, pues es lo que debe esperarse de toda fábula moralizante, desde sus orígenes remotos hasta nuestros días, siendo consistentes con el principio de que para cada fin, hay un medio. ¿Quién pudiera criticar las fábulas de Esopo o esas cándidas enseñanzas morales que venían en las narraciones infantiles de nuestra edad escolar? No seré yo, quien todavía añora los momentos de placer brindados por esas lecturas. Es por ello que el estilo y función didáctica de la pieza no presenta para mí, en principio, mayor problema, independientemente de la calidad narrativa.

Pero nótese que he dicho en el último párrafo que “en principio” no tengo mayor problema, pues la verdad es que, para lograr su efecto didáctico o moralizante, la narración debe llenar ciertos requisitos formales que permitan que su contenido sea asimilable, por lo menos para una persona como yo. De allí que aunque las tipologías de los personajes sean caricaturescas, una caracterización en particular me pareció grotesca y por ende, poco edificante como para usarla de ejemplo a seguir. No creo que sea una virtud que una persona sobrepase los límites de la racionalidad y la sensatez, sólo por seguir una orden o deseo de un superior jerárquico, ni tampoco por la obcecación de seguir un principio de no claudicar. A mi parecer, un principio de mayor importancia y que debe regir la vida de las personas es la prudencia, el sabio equilibrio que evita las posturas radicales y los extremismos. Hay que mantener la cordura, pensar en las circunstancias de cada situación y los posibles resultados de cada acción, de tal manera que en

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cada caso se tome la decisión justa. Es muy posible que en la vida nos enfrentemos a situaciones en las que no hayamos valorado justamente los posibles resultados de nuestra tenacidad y que por ello, desistamos de algo o busquemos la salida más fácil. Por ello nunca dejará de ser importante hacer apoteosis de las voluntades inquebrantables y los espíritus esforzados y tenaces, los que hacen la diferencia entre el éxito y el fracaso. En ese sentido, la primera parte del escrito, donde el vendedor Peck logra sortear los obstáculos y sobrepasa cualquier expectativa vendiendo el indeseable abeto fétido, se puede mostrar como una situación ejemplificante y bastaba con ello para que el autor cumpliera su objetivo de enseñarnos una lección de voluntad inclaudicable.

Sin embargo, una vez pasada esta parte de la narración, creo que el autor perdió el sentido de la mesura al introducir la prueba del jarrón azul, pues echó a perder la moraleja. En la realidad, llegados a ciertos límites, el sentido común debe imperar. De lo contrario, tarde o temprano estaremos en una situación en la que, como el tenaz vendedor Peck, que estuvo dispuesto a romper la vidriera y robar el jarrón o causar un accidente de tren, romperemos la ley y las reglas de la convivencia. ¿Alguien podría valorar como positiva la actitud de Tanya Harding cuando contrató a sicarios para quebrar las piernas de su competidora en las competencias de patinaje olímpico? Por supuesto que no, porque todos sabemos que la competitividad y el deseo de ganar tiene sus límites, así como el deseo de lograr cualquier cosa.

En resumen, mi impresión general es que esta anécdota tenía la semilla de un mensaje ejemplar, pero se perdió al final por una deformación del concepto de vocación de servicio y sentido de compromiso hacia nuestros semejantes, valorándose como virtud el servilismo y la llamada “obediencia debida”, de ingrata recordación en episodios tristes de la historia. En un entorno competitivo, donde se miden más que nada los resultados, la actitud servicial es una herramienta valiosa, pero no debe convertirse el medio en un fin por sí mismo; el servicio debe estar puesto en función de un objetivo digno, no simplemente la de “obedecer órdenes sin ambages”.

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Eysel Adolfo el 12/09/2008 a las 04:24 PM

carlomagno:

El aprendizaje compartido es lo valioso de esta heramienta. Esto nos enseña a ver perspectivas que muchas veces no por la manera individualista de aprender no sacamos el máximo provecho de todas nuestras potencialidades.

Tu punto de vista es tremendo...

Felicitaciones,

Eysel Adolfo

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Malena el 30/10/2008 a las 11:33 PM

Anteriormente lei esta historia y me gusto y motivo mucho, me parece que ademas de ser emprendedor me parece que resalta mucho la lealtad y agradecimiento a esas personas que creen y confian en uno...

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Siempre debemos buscar opciones y ser mas proactivos en nuestro diario vivir, no solo aplicar estas enseñanzas en lo profesional, sino tambien en lo personal.

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Eysel Adolfo el 31/10/2008 a las 01:02 PM

¿Qué opinas acerca de la la persistencia vs. la prudencia? Piensas que William debió llegar a esos extremos... ¿Lo hace eso un emprendedor?

Saludos,

Eysel

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Vivian Macias el 31/10/2008 a las 03:27 PM

Está muy interesante la lectura, ya que nos enseña que cuando una persona tiene interés, iniciativa, confianza en sí mismo y determinación, logra lo que se propone, sin importar los impedimentos que se tengan.

De cierta manera, he vivido algo parecido en lo profesional, en cuanto a la experiencia se refiere, que es un tema que se toca también en la lectura.

Muchas veces por ser jóvenes, y no contar con la experiencia que se requiere para determinado puesto, se nos cierran las puertas, sin tomar en cuenta de que eso no lo es todo, con el interés y la disposición de aprender y seguir adelante pese a los obstáculos, utilizando todos los medios y recursos necesarios, podemos demostrar que podemos hacer mucho más de lo esperado, solo necesitamos que se nos dé la oportunidad que es lo que más cuesta.

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Marcela el 03/11/2008 a las 11:28 PM

Definitivamente esta es una lectura enriquecedora, no importa los obstáculos que debamos enfrentar, si tenemos sueños y metas que cumplir, esta lectura nos muestra la persistencia de un joven que pese a sus debilidades como individuo, logro sus metas por su persistencia. Esa persistencia que debemos tener todos cuando tenemos sueños.

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juan el 05/11/2008 a las 12:48 PM

Leí la lectura hace un buen tiempo atras, y me parece que para poder llegar a donde uno quiere hay que perseverar. Muchas veces la desesperación de un individuo por alcanzar el éxito nos lleva a hacer cosas, para probarles a nuestros superiores que somos capaces de llevar a cabo una tarea, no importa lo difícil que sea.

En nuestra sociedad “Panamá” por ejemplo, no importa cuánto le pruebes a la persona para la cual trabajas cuan diligente y hábil puedes ser, muy pocas veces nuestro talento es bien visto y valorado por nuestros jefes, mas bien se torna en una amenaza para ellos.

En mi caso soy una persona muy positiva y que no toma un no por respuesta tan fácil, como me he visto en muchas ocaciones en la posición del protagonista de “El Jarrón Azul” tome la decisión de ser mi propio jefe, y formar mi propia empresa; no es fácil no ha sido fácil ni lo será, pero la satisfacción más grande que me llevo es que todo lo que estoy logrando es para mí, por mí y para los míos.

Cada persona crea su propio universo, y como el arquitecto de mi destino que soy, tengo la certeza de que las enseñanzas de la lectura son para gente emprendedora que realmente pueden captar el mensaje, “haz lo que tengas que hacer pare tener éxito en la vida” no te quedes esperando a que otros te den migajas. Toma acción, se responsable de tus actos, no dejes que nadie determine como va a ser tu futuro o tu destino. En nuestras manos esta establecer la diferencia entre obtener un cheque firmado por otro cada mes y la satisfacción de saber que tú eres quien firma los cheques que brindan el sustento de otros y de sus familias. Ese es mi punto de vista es mi parecer y una opinión que fuertemente sostengo. Todo lo que somos es el resultado de lo que hemos pensado, nuestros pensamientos y acciones crean nuestra vida.

Como es arriba es abajo

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Como es adentro es afuera,

La tabla de Esmeralda, circa 3,000 a.c

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Eysel Adolfo el 05/11/2008 a las 02:16 PM

La diversidad existe y por lo tanto, cada quien diseña y construye su propio destino según su propio estilo. Algunos simples, otros complejos. Algunos altos, otros bajos... En fin, de eso se trata, de ir dejando las pisadas por el sendero que te toca.

Siempre me ha parecido interesante lo complejo que somos los seres humanos por naturaleza . Nuestro comortamiento... No siempre es el correcto y muchas veces nos equivocamos. Lo admirable es saber reconocer o admitir errores.

¿Cómo respondemos a cada impulso o a cada variable del entorno? ¿Qué hacemos al respecto para que las cosas cambien? Esa respuesta la tiene cada uno de nosotros. De momento, de lo que si estoy seguro es que nada a tu alrededor cambia si tu no haces nada al respecto.

Felicidades...Por tu nueva empresa.

Saludos,

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Tamara Figueroa el 06/11/2008 a las 10:11 PM

Es la segunda vez que tengo la oportunidad de leer esta hermosa historia, en donde se denota la "PERSEVERANCIA" de William Peck, que no se dejò vencer por las adversidades hasta lograr el èxito.

Es impresionante como èl, ya habìa impreso sus tarjetas de presentaciòn; mucho antes de saber si iba a ser contratado o no. Èl mantuvo su visiòn y logrò su objetivo.

Es una historia realmente inspiradora.

Gracias...

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LEYDI ORTEGA el 08/11/2008 a las 05:02 PM

Esta lectura la lei en una de las materias que di el año pasado, y sabe me gusto muchisimo que la volvi a leer, y no conforme con eso, se la ley a mi hermanita que tiene 11 años, me encanto mucho porque el mensaje que da es fabuloso, a veces tenemos que ser insistente , tenaz y no rendirnos tan facilmente, todos somos capaces, si los que tienen alguna discapacidad, alzanzan sus metas, y no viven la vida renegando, porque nosostros no podemos hacer lo mismo.

Que esta lectura nos lleve a valorar las pequeñas cosas con un gran corazon.

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Diana Nieto el 14/11/2008 a las 04:45 AM

Con respecto a la Lectura del Jarrón Azul, en lo personal, me parece que es una historia que cuyo mensaje es claro y nos invita a que ante situaciones diversas, no nos limitemos en una respuesta; sino en ir más allá, buscando opciones o alternativas y resolver.

Es un ejemplo de PERSEVERANCIA y sobretodo de POSITIVISMO. de que lo que nos trazamos, es un reto y debemos cumplirlo, apoyados en nuestra experiencia, pericia, agilidad. Es dar nuestra milla extra.

Es una combinación de varios elementos, con los cuales contamos y muchas veces no sabemos, y ésto impide explotar las opciones o herramientas que nos permitirán alcanzar el triunfo.

Es simplemente tomar una decisión de querer hacer la diferencia y cumplir con el deber; ahora, no es bueno, tampoco ser extremistas y cometer una "locura" por cumplir con x asignación. También es importante que sepamos identificar hasta qué punto es aceptable llegar, de acuerdo a las diversas situaciones que se presenten.

Con este pensamiento concluyo mis comentarios:

"Caminar es Avanzar, es construir, es edificar un mundo mejor, una vida mejor. Caminar es tener el alma en tensión de trabajo y de esfuerzo."

Anónimo

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JENNIFER AYA CRUZ el 19/11/2008 a las 06:23 PM

EN LA VIDA TODO C PUEDE LOGRAR, SIEMPRE Y CUANDO TENGAS VOLUNTAD PARA ASUMIR UN NUEVO RETO.....

DE ESO C TRATA LA VIDA D SER EMPRENDEDORES CON DISPOCISON A TODO .....

LUCHA POR LO Q QUIERES!!!!

CLARO Q C PUEDE....____(*.*)____

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Ariel Frauca el 05/12/2008 a las 06:50 PM

A qué límites podemos llegar para lograr un objetivo nos define como personas. El éxito está definido solamente por las metas que nos proponemos y los límites que nos ponemos para lograrlas. En esta historia, la persistencia hizo que Peck lograra su meta. Él se había propuesto a toda costa trabajar en esa empresa y sus límites eran muy amplios desde mi punto de vista (parar un tren con una antorcha de periódico es algo que yo personalmente no haría). Sin embargo la historia logra el objetivo de ejemplificar cómo la perseverancia es importante para lograr las metas: a Peck no le importó ninguno de los obstáculos insuperables para muchos de nosotros (productos imposibles de vender, dirección equivocada, costo elevado del jarrón) que le pusieron en su camino.

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Los dos retos que superó Peck en este caso eran exagerados, pero la enseñanza que me deja es que las personas caracterizadas por perseverancia inquebrantable tienen el éxito asegurado tarde o temprano.

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Mauricio el 22/12/2008 a las 10:40 AM

Saludos, para todos aquellos emprendedores les adjunto una pagina que les puede ser de mucha ayuda y hasta puede brindarles capacitacion.

http://www.ceemp.espol.edu.ec/

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la bruja el 10/09/2009 a las 02:34 PM

me parece muy bien esta lectura la acabe de leer pero que cansada chaooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo

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Eysel Adolfo el 10/09/2009 a las 04:36 PM

Hola Bruja:

Espero la hayas disfrudo.

Saludos,

Eysel

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el lector juicioso el 16/11/2009 a las 10:26 PM

hola en verdad estoy consternado al ver como en una mente vil, malevola, malintencionada y premeditada puede aprovecharse de la buena voluntad de un ser humano con ambisiones y servicial creo que el autor deja como enseñanza la pobreza en la que vive para escribir una atormentada historia llena de gansteres e insensata. creo que nbo hay palabras para definir una mente tan perversa.

señores por favor lean todo el libro no se cieguen por el principio que es muy bueno pero tiene un final escalofriante solo de un sicopata.

gracias hay mejores historias ahi esta padre rico padre pobre de robert kiyosaki

Page 12: el jaroon azulLa historia de un Emprendedor

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alejandro luconi el 28/12/2009 a las 05:15 PM

es exelente

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luis el 11/01/2010 a las 07:44 PM

apesta este libro a sido el mas aburrido que e leido en toda mi vida espero no tener que volver a leerlo nunca jamas

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Hortencia el 19/04/2010 a las 10:34 AM

Me mandaron leer el libro "El jarrón azul", se que es sobre esta historia. Existe el libro? Cuál es el autor?

Gracias.

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yaya el 07/05/2010 a las 05:18 PM

necesito en ensayo sobre esta obra yaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

me ayudan....por favor

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indhi el 05/08/2010 a las 10:02 PM

Lucido el primer comentario, sera que nos pueda escribir algo hermoso y motivador...

A mi me parecio muy emprendedor lo de Don Peck, lo de el avion y el tren se paso un poquito, pero le dio algo de fantasia al escrito.

Excelente,ciao

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pedro el 19/10/2010 a las 10:53 PM

s me pueden ayudar para sacar algunas idias principales y secundarias

Page 13: el jaroon azulLa historia de un Emprendedor

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Israel Mercado el 30/12/2010 a las 05:15 PM

Historia que cambio mi vida, yo solo tenia 20 años, por cuestiones de la vida no habia terminado la secundaria cuando me tope con un tipo que me ofrecio trabajo, despues de discutir los terminos de la contratacion (sueldo minimo, ninguna prestacion por el periodo de prueba de 1 mes, pero con una increible posiblidad de crecimiento). Me indico la direccion de la que seria mi oficina, despues de conseguir la llave, me dirigi a pie a la dichosa oficina. Al entrar la encontre vacia, sin pintura, solo un escritorio viejo con una silla igual, no telefono(tampoco linea), no fax, no copiadora, no maquina de escribir y mucho menos computadora.

La encomienda que me queria asignar era grande y me advirtio que ese puesto era para alguien que tuviera carrera, pero que miraba en mi un espiritu emprendedor y que me pondria a prueba por un mes.

Al ver la oficina tal cual, la verdad me senti muy frustado y hasta cierto grado molesto, senti que tenia todas las de perder.

Regrese a su despacho, pedi una cita y como a la media hora me atendio y yo casi sin cruzar palabra le mencione que como pensaba el, que iba a poder lograr la meta que me estaba encomendando si la oficina carecia de precisamente todo para lograr la meta (la cual era vender la misma cantidad de casas por credito INFONAVIT que con credito HIPOTECARIO, que a la fecha era de un 95% y solo 5% se vendian por INFONAVIT).

Se paro, cruzo su escritorio hasta mi y poniendo su mano sobre mi hombro (somo si fuera mi padre), y en un tono sonriente me dijo "precisamente por eso te contrate a ti, para que TU me digas y me indiques a mi, TODO lo que tenemos que hacer para lograr la meta, pero sino te sientes competente la decision esta en tus manos, yo no obligo a nada a nadie, pero antes que de tomes una decision, lee este folleto y mañana te invito a desayunar y me dices que camino vas a tomar".

El folleto en blanco y negro, sin ninguna ilustracion y con señales de que bastante gente le habia echado mano decia como titulo "EL JARRON AZUL", lo lei de principio a fin y me encanto y me abrio los ojos, note que no solo mi abuela y mi madre pensaban igual sino que empresarios tambien.

Regrese al dia siguente al desayuno y mientras comiamos pregunto leiste el folleto? SI! le dije rapido, te felicito! a muchos se los he dado y muy pocos siquiera lo han leido, te sirvio? que decision tomaste?

Le dije... ME QUEDO! y aqui tienes una lista de las cotizaciones de todos los articulos que necesitamos y donde salen mas baratos, a las 10am me llevan un fax que consegui a credito y esta es la lista de los requisitos para la contratacion del telefono.

Sonrio y en tono de broma me dijo, me regresas mi "jarron azul"?

Al tercer año, logramos vender el 80% de casas por infonavit.

llevo 20 años trabajando en los bienes raices, y muchos trabajando para el o con el, de echo termine la universidad tambien y en este momento que estoy escribiendo, estoy fuera de la ciudad, contratando y preparando gente para una plaza nueva, de unas de las empresas de ese (ahora mi muy buen amigo), que me dio a leer por primera vez "EL JARRON AZUL".