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EL LABERINTO DE LA SOLEDAD

H U M B E R T O C R U Z R A N G E L

A N I B A L B A U T I S T A A C O S T A

J O S E C A R L O S

E S P I N O S A E S P I N O S A

I B R A H I M F R A N C O E S T R A D A

C A R L O S E D U A R D O P E R E Z

V A R G A S

FRASES MS

TRASCENDENTES

En el documento se encuentran las frases ms celebres

del libro El Laberinto de la Soledad del autor Octavio

Paz. Cabe destacar que la seleccin de frase estuvo a

cargo del equipo por lo que es muy posible que no

estn algunas que otros lectores consideren

importantes.


Frases ms trascendentes Pgina 1

CAPITULO 1: EL PACHUCO Y OTROS EXTREMOS

El adolescente se asombra de ser. Y al pasmo sucede la reflexin: inclinado sobre el ro de su

conciencia se pregunta si este rostro que aflora lentamente del fondo, deformado por el agua, es

suyo. El laberinto de la soledad, Capitulo I.

No importa que las respuestas que damos a nuestras preguntas sean luego corregidas por el

tiempo. El laberinto de la soledad, Capitulo I.

Las pocas viejas nunca desaparecen completamente y todas las heridas, aun las ms antiguas,

manan sangre todava.



Lo que me parece distinguirlos del resto de la poblacin es su aire furtivo e inquieto, de seres que

se disfrazan, de seres que temen la mirada ajena, capaz de desnudarlos y dejarlos en cueros.

El ciclo, que empieza con la provocacin, se cierra: ya est listo para la redencin, para el ingreso a

la sociedad que lo rechazaba.

Los mexicanos mienten por fantasa, por desesperacin o para superar su vida srdida.



Es posible que lo que llamamos pecado no sea sino la expresin mtica de la conciencia de

nosotros mismos, de nuestra soledad.

En cada hombre late la posibilidad de ser o, de volver a ser, otro hombre.

CAPITULO II: MSCARAS MEXICANAS

El lenguaje popular refleja hasta qu punto nos defendemos del exterior: el ideal de la hombra

consiste en no rajarse nunca.



Ms que le brillo de la victoria nos conmueve la entereza ante la adversidad.

En un mundo hecho a la imagen de los hombres, la mujer es slo un reflejo de la voluntad y querer

masculinos.

La mala es dura, impa, independiente como el macho.



No slo nos disimulamos a nosotros mismos y nos hacemos transparentes y fantasmales; tambin

disimulamos la existencia de nuestros semejantes.

CAPITULO 3: TODOS SANTOS, DIA DE MUERTOS

Cualquier pretexto es bueno para interrumpir la marcha del tiempo.

La razn es sencilla, en ese instante, en ese presente, el pasado y el futuro al fin se reconcilian.



Las Fiestas son el nico lujo de Mxico.

Lo importante es que, durante la Fiesta, todo pasa como si no fuera cierto, como en los

sueos. La gente se burla del clero, de las instituciones, del ejrcito y hasta del mexicano

mismo.

La religin y el destino, trazaban la vida de sus hijos. La conquista de Mxico, sera

inexplicable sin la traicin de los dioses, que reniegan de su pueblo.



todo funciona como si la muerte no existiera, se exalta la salud con drogas milagrosas en un

siglo donde tambin hubo campos de concentracin.

CAPITULO IV: LOS HIJOS DE LA MALINCHE

Y las inesperadas violencias que nos desgarran, el esplendor convulso o solemne de nuestras

fiestas, el culto a la muerte, acaban por desconcertar al extranjero.-El Laberinto de la

soledad, Capitulo IV.



Para un europeo, Mxico es un pas al margen de la Historia universal. -El Laberinto de la


En todas ellas el hroe es siempre el aventurero, el intelectual o el revolucionario

profesional. El hombre aparte, que ha renunciado a su clase, a su origen o a su patria.



Herencia del romanticismo, sin duda, que hace del hroe un ser antisocial. -El Laberinto de la


El carcter de los mexicanos es un producto de las circunstancias sociales imperantes en

nuestro pas; la historia de Mxico, que es la historia de esas circunstancias, contiene la

respuesta a todas las preguntas -El Laberinto de la soledad, Capitulo IV.



Nuestra historia como nacin independiente contribuira tambin a perpetuar y hacer ms

neta esta psicologa servil, puesto que no hemos logrado suprimir la miseria popular ni las

exasperantes diferencias sociales, a pesar de siglo y medio de luchas y experiencias

constitucionales. -El Laberinto de la soledad, Capitulo IV.

Las reacciones habituales del mexicano no son privativas de una clase, raza o grupo aislado,

en situacin de inferioridad. Las clases ricas tambin se cierran al mundo exterior y tambin se

desgarran cada vez que intentan abrirse. -El Laberinto de la soledad, Capitulo IV.



En suma, la historia podr esclarecer el origen de muchos de nuestros fantasmas, pero no los

disipar. Slo nosotros podemos enfrentarnos a ellos. -El Laberinto de la soledad, Capitulo IV.

EN NUESTRO lenguaje diario hay un grupo de palabras prohibidas, secretas, sin contenido claro,

y a cuya mgica ambigedad confiamos la expresin de las ms brutales o sutiles de nuestras

emociones y reacciones. Palabras malditas, que slo pronunciamos en voz alta cuando no

somos dueos de nosotros mismos. -El Laberinto de la soledad, Capitulo IV.



Son las malas palabras, nico lenguaje vivo en un mundo de vocablos anmicos.

Quin es la Chingada? Ante todo, es la Madre. -El Laberinto de la soledad, Capitulo IV.



La Chingada es la madre que ha sufrido, metafrica o realmente, la accin corrosiva e

infamante implcita en el verbo que le da nombre. -El Laberinto de la soledad, Capitulo IV.

Basta un cambio de tono, una inflexin apenas, para que el sentido vare. Hay tantos matices

como entonaciones: tantos significados como sentimientos. Se puede ser un chingn, un Gran

Chingn (en los negocios, en la poltica, en el crimen, con las mujeres), un chingaquedito



(silencioso, disimulado, urdiendo tramas en la sombra, avanzando cauto para dar el mazazo), un

chingoncito. -El Laberinto de la soledad, Capitulo IV.

Al gritarla, rompemos un velo de pudor, de silencio o de hipocresa. Nos manifestamos tales como somos

de verdad. -El Laberinto de la soledad, Capitulo IV.

Se puede contestar a la pregunta qu es la Chingada? La Chingada es la Madre abierta, violada o burlada

por la fuerza. El "hijo de la Chingada" es el engendro de la violacin, del rapto o de la burla. Si se compara

esta expresin con la espaola, "hijo de puta", se advierte inmediatamente la diferencia. Para el espaol la

deshonra consiste en ser hijo de una mujer que voluntariamente se entrega, una prostituta; para el

mexicano, en ser fruto de una violacin. -El Laberinto de la soledad, Capitulo IV.



CAPITULO 5: CONQUISTA Y COLONIA

CUALQUIER contacto con el pueblo mexicano, as sea fugaz, muestra que bajo las formas

occidentales laten todava las antiguas creencias y costumbres.- El laberinto de la soledad,

capitulo V.

ms all de la originalidad particular de cada cultura (mesoamericana), es evidente que

todas ellas, decadentes o debilitadas, estaban a punto de ser absorbidas por el Imperio azteca,

heredero de las civilizaciones de la Meseta.- El laberinto de la soledad, capitulo V.



La llegada de los espaoles parece una liberacin a los pueblos sometidos por los aztecas.-

El laberinto de la soledad, capitulo V.

Ni la superioridad tcnica, ni la defeccin de vasallos y aliados, hubieran logrado la ruina del

Imperio azteca si ste no hubiese sentido de pronto un desfallecimiento, una duda ntima que

lo hizo vacilar y ceder.-El laberinto de la soledad, capitulo V.



La gran traicin con que comienza la historia de Mxico no es la de los tlaxcaltecas, ni la de

Moctezuma y su grupo, sino la de los dioses.- El laberinto de la soledad, capitulo V.

Hay un cansancio imperial y la servidumbre parece carga ligera al que siente la fatiga del

poder.- El laberinto de la soledad, capitulo V.



La otra, sin esperanza de salvacin, traicionada por todos, escoge la muerte.- El laberinto de

la soledad, capitulo V.

Por la fe catlica los indios, en situacin de orfandad, rotos los lazos con sus antiguas

culturas, muertos sus dioses tanto como sus ciudades, encuentran un lugar en el mundo.-El

Laberinto de la soledad Capitulo V.



CAPITULO VI: DE LA INDEPENDENCIA A LA REVOLUCIN Nuestra Revolucin de Independencia determinada por las circunstancias locales hacen que nuestros caudillos, sacerdotes humildes y oscuros capitanes, posean un sentido ms profundo de la realidad y escuchan mejor lo que, a media voz y en cifra, les dice el pueblo.

El dao moral ha sido incalculable y alcanza a zonas muy profundas de nuestro ser.

No es la rebelin de la aristocracia local contra la Metrpoli, sino la del pueblo contra la primera.



Todos esperan que una Constitucin democrtica

(Al limitar el poder temporal de la Iglesia y acabar con los privilegios de la aristocracia)



Los conservadores apelan a las armas. Jurez responde con las Leyes de Reforma, que acaban con los "fueros" y destruyen el poder material de la Iglesia.

La igualdad de los hombres ante la Ley



El poder ser de quien se atreva a alargar la mano(Y Porfirio Daz se atreve)

LA REVOLUCIN MEXICANA



Nuestro movimiento social naci del propio suelo, del corazn sangrante del pueblo y se hizo drama doloroso y a la vez creador.

Zapata realismo y mito se alan en esta melanclica, ardiente y esperanzada figura, que muri como haba vivido: abrazado a la tierra. Como ella, est hecho de paciencia y fecundidad, de silencio y esperanza, de muerte y resurreccin



CAPITULO VII: LA "INTELIGENCIA" MEXICANA

INCURRIRA en una grosera simplificacin quien afirmase que la cultura mexicana es un reflejo de los cambios histricos operados por el movimiento revolucionario.

Y no es estricta ni fatal porque muchas veces la cultura se adelanta a la historia y la profetiza o deja de expresarla y la traiciona.

La "inteligencia" se inclina hacia el pueblo, lo descubre y lo convierte en su elemento superior.



Los ms valientes se encaran al presente: surge la novela de la Revolucin. Mxico, perdido en la simulacin de la dictadura, de pronto es descubierto por ojos atnitos y enamorados: Hijos prdigos de una patria que ni siquiera sabemos definir El lema del positivismo, "Amor, Orden y Progreso", fue sustituido por el orgulloso "Por mi Raza Hablar el Espritu".

La educacin que imparta el Estado ser socialista... combatir el fanatismo y los prejuicios, creando en la juventud un concepto racional y exacto del Universo y de la vida social



CAPITULO VII: NUESTROS DAS

Como todas las revoluciones modernas, la nuestra se propuso, en primer trmino, liquidar el

rgimen feudal, transformar el pas mediante la industria y la tcnica, suprimir nuestra situacin

de dependencia econmica y poltica y, en fin, instaurar una verdadera democracia social

En efecto, el apitalismo pas a otras cada vez ms gradualmente de las formas primitivas de

acumulacin complejas, hasta desembocar en la poca del capital financiero y el imperialismo

mundial



La expansin imperialista unific al planeta: capt todas las riquezas, aun las ms escondidas, y las

arroj al torrente de la circulacin mundial, convertidas en mercancas; universaliz el trabajo

humano.

Al mismo tiempo, los pueblos as anexados participaron slo de una manera pasiva en el proceso:

en lo econmico eran meros productores de materias primas y de mano de obra barata; en lo

poltico, eran colonias y semicolonias; en lo espiritual, sociedades brbaras o pintorescas.



La empresa revolucionaria: consumar, a corto plazo y con un mnimo de sacrificios humanos, una

obra que la burguesa europea.

A pesar de todo lo logrado y ha sido mucho miles de campesinos viven en condiciones de gran

miseria y otros miles no tienen ms remedio que emigrar a los Estados Unidos



En la poca de Crdenas, el perodo ms extremista de la Revolucin. Y fueron precisamente los

dirigentes que haban luchado contra la corrupcin sindical los que entregaron las organizaciones

obreras.

Ms duea de s, ms poderosa tambin, la burguesa no slo ha logrado su independencia sino

que trata de incrustarse en el Estado, no ya como protegida sino como directora nica.

En realidad, el capitalismo nacional no slo es consecuencia natural de la Revolucin sino que, en

buena parte, es hijo, criatura del Estado revolucionario.



Uno de los hechos que caracterizan la economa mundial es el desequilibrio que existe entre los

bajos precios de las materias primas y los altos precios de los productos manufacturados.

La ausencia de capitales puede remediarse de otra manera. Existe, ya lo sabemos, un mtodo de

probada eficacia. Despus de todo, el capital no es sino trabajo humano acumulado.

El "socialismo" totalitario puede transformar la economa de un pas; es ms dudoso que logre

liberar al hombre. Y esto ltimo es lo nico que nos interesa y lo nico que justifica una

revolucin.



Desde los socialistas utpicos se haba afirmado que la clase obrera sera el agente principal de la

historia mundial. Su funcin consistira en realizar una revolucin en los pases ms adelantados y

crear as las bases de la liberacin del hombre.

La historia del siglo XX hace dudar, por lo menos, del valor de estas hiptesis revolucionarias y, en

primer trmino, de la funcin universal de la clase obrera como encarnacin del destino del

mundo. Ni con la mejor buena voluntad se puede afirmar que el proletariado ha sido el agente

decisivo en los cambios histricos de este siglo.

Capitulo IX: LA DIALCTICA DE LA SOLEDAD

Todos los hombres, en algn momento de su vida, se sienten solos; y ms: todos los hombres

estn solos.



As, sentirse solos posee un doble significado: por una parte consiste en tener conciencia de s; por

la otra, en un deseo de salir de s. La soledad, que es la condicin misma de nuestra vida, se nos

aparece como una prueba y una purgacin, a cuyo trmino angustia e inestabilidad

desaparecern.

Nacer y morir son experiencias de soledad. Nacemos solos y morimos solos. Nada tan grave como

esa primera inmersin en la soledad que es el nacer, si no es esa otra cada en lo desconocido que

es el morir. La vivencia de la muerte se transforma pronto en conciencia del morir. Los nios y los

hombres primitivos no creen en la muerte; mejor dicho, no saben que la muerte existe, aunque

ella trabaje secretamente en su interior.

En nuestro mundo el amor es una experiencia casi inaccesible. Todo se opone a l: moral, clases,

leyes, razas y los mismos enamorados. La mujer siempre ha sido para el hombre "lo otro", su

contrario y complemento. Si una parte de nuestro ser anhela fundirse a ella, otra, no menos

imperiosamente, la aparta y excluye. La mujer es un objeto, alternativamente precioso o nocivo,

mas siempre diferente.



En nuestro tiempo el amor es escndalo y desorden, transgresin: el de dos astros que rompen la

fatalidad de sus rbitas y se encuentran en la mitad del espacio. La concepcin romntica del

amor, que implica ruptura y catstrofe, es la nica que conocemos porque todo en la sociedad

impide que el amor sea libre eleccin.

La sociedad concibe el amor, contra la naturaleza de este sentimiento, como una unin estable y

destinada a crear hijos. Lo identifica con el matrimonio.



Pero la sociedad moderna pretende resolver su dualismo mediante la supresin de esa dialctica

de la soledad que hace posible el amor. Comunin ertica.

El amor es uno de los ms claros ejemplos de ese doble instinto que nos lleva a cavar y ahondaren

nosotros mismos y, simultneamente, a salir de nosotros y realizarnos en otro: muerte y

recreacin, soledad y comunin. Pero no es el nico. Hay en la vida de cada hombre una serie de

perodos que son tambin rupturas y reuniones, separaciones y reconciliaciones. Cada una de

estas etapas es una tentativa por trascender nuestra soledad, seguida por inmersiones en

ambientes extraos.

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