El Lado Oscuro de Las Teleseries Turcas
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El lado oscuro de las teleseries turcas. Ignorado por muchos, porque importa más el rating
08/11/2014 |
Por María Cristina Prudant
Es tanto el embelesamiento de los telespectadores de Mega con estas producciones, que ha
pasado inadvertida la violencia contra las mujeres que se difunde en Las Mil y una Noches y
Fatmagul. Nadie ha dicho nada. El canal del grupo Bethia, que antes se negó a difundir los spots
para prevenir el sida, ahora abre su pantalla a todo con tal de conseguir el mejor rating y las
mayores utilidades del mercado televisivo.
Chile es el cuarto país con más femicidios en América Latina y el Caribe. Según estudios, entre un
cuarto y más de la mitad de las mujeres de nuestro continente informan haber sido abusadas en
algún momento por sus parejas.
En lo que va de 2014, ya van 34 casos de mujeres asesinadas por sus parejas en Chile. Sólo en el
mes de julio se registraron cuatro. Las autoridades del Servicio Nacional de la Mujer (Sernam) han
dicho que esta preocupante alza se debe a la falta de conciencia país respecto de estos crímenes,
de valoración del rol femenino en distintas áreas y la necesidad de asumir políticas de prevención.
Como primera norma le corresponde al Sernam, organismo del Estado, la tarea de crear las
instancias para que este flagelo de nuestra sociedad termine y, en principio, se han incorporado a
todas las instituciones que participan en el circuito del femicidio. Pero también deben asumir un
rol los distintos actores de la sociedad civil.
¿Igual a Chile?
En nuestro país ha mejorado la preocupación por la violencia de género, pero falta mucho por
hacer. Tal vez no son comparables las culturas de Chile y Turquía, pero Mega cuando eligió
teleseries para su parrilla programática fue porque supuestamente esa realidad no está tan
alejada de la chilena y para ello, según un ejecutivo del canal, “hace algún tiempo revisamos un
estudio de una organización económica mundial que determinaba patrones de comportamiento
de los países, en términos culturales, políticos y económicos, y Turquía estaba pegado a Chile”.
Pero, ¿será tan así?
Para las mujeres en Turquía que son víctimas de violencia doméstica o sexual, hay pocas puertas
que tocar. Hay pocos refugios para ellas y con demasiada frecuencia la sociedad tiende a juzgar a
la víctima, no al agresor. Cada año son asesinadas u obligadas a cometer suicidio en nombre del
honor. Se trata de un país dominado por los hombres, donde los códigos de honor son profundos y
son siempre las mujeres quienes pagan el precio.
Así, en la pantalla de Mega vemos una cruda realidad con escenas de violencia contra la mujer de
un tono demasiado fuerte (Ver recuadro). Pero nadie reacciona. Claro, debe ser porque es más
entretenido ver la teleserie y lo demás es una lata; andar denunciando estas cosas ¿para qué?
El contraste en este caso corre por cuenta de Televisión Nacional con su teleserie “No abras la
Puerta”, que muestra cómo ayudar a las mujeres que son agredidas. De hecho, el rol protagónico
es de la terapeuta Isabel (Luz Valdivieso), que sufrió violencia y ahora se dedica a ayudar mujeres
con el mismo problema. Se muestra la cruda realidad de este tema en otra dimensión. Pero, esta
teleserie apenas bordea los 5 puntos de rating contra 37 (peak) de Las Mil y Una Noches y 35 para
Fatmagul.
Cambio21 se comunicó con diversos especialistas en televisión para abordar este tema de la
violencia de género, pero la mayoría argumentó que no ve las teleseries y, por tanto, no puede
opinar.
“Lo que hacen es altamente peligroso”
Carolina Carrera, de Corporación Humanas, clarificó que ella no ha visto las teleseries turcas. Sin
embargo, es un tema de incumbencia de su organización y desde el aspecto general manifestó que
“efectivamente la audiencia se va por el lado de querer conocer lo que te muestra un país tan
exótico, entre comillas, para nosotros, tan alejado de la realidad de América Latina en general. Ahí
hay algo del juego de querer conocer aquello a lo que no podemos llegar, porque no es fácil viajar
a Estambul”.
Añadió que, “por otro lado, hay todo un cuento con estos personajes medio idílicos que ponen.
Con la música y todo lo exótico que muestran, al parecer por ahí encontraron una veta de una
audiencia importante que está siguiendo este tipo de teleseries”.
“El problema es que lo que están haciendo resulta altamente peligroso para un país donde
tenemos altas tasas de violencia intrafamiliar y de femicidios. Somos uno de los 5 países de
América Latina con tasas más altas, donde precisamente los canales de televisión a lo que
debieran estar aportando hoy es a parar la violencia contra las mujeres”, señaló Carrera.
TVN y “No abras la puerta”
Mencionó que “Canal 7 a lo menos en su teleserie nocturna “No abras la Puerta” está visibilizando
un problema y lo está planteando como tal. Uno allí dice: mira qué bueno. Qué pena que tenga
tan baja audiencia, y eso es precisamente porque no queremos ver lo que pasa acá y gozamos
mirando lo que pasa en otros países, donde hay violencia hacia las mujeres igual que en Chile”.
“A mí me parece que como sociedad tenemos algo que decir. Yo sé que existe libertad de
expresión y nadie va a restringir eso, pero los canales y el Consejo Nacional de Televisión tienen
que hacer críticas cuando hay situaciones como estas, que finalmente se repiten dos teleseries
donde la violencia contra las mujeres aparece exacerbada y nadie dice nada”, expresó la directora
de la Corporación Humanas.
Además dijo que “no solo las ONG debiéramos reaccionar, sino el Servicio Nacional de la Mujer;
algo tiene que decir. Así como uno critica la publicidad sexista, cómo no hacerlo y denunciar
teleseries donde lo que más se muestra es la violencia contra las mujeres y donde hay miles de
personas que están viendo esto, que pareciera como natural. Es la naturalización de la violencia y
de la dominación, aunque sean culturas distintas. La verdad es que en ninguna parte del mundo la
violencia contra las mujeres puede ser permitida”.
Para Carolina Carrera “estos temas sí hay que mostrarlos, hay que visibilizarlos, pero la pregunta
que uno se hace es desde qué mirada, ¿para mostrar que es un problema social, para denunciar?;
este no es un problema a puertas cerradas. Lo que está detrás es que las mujeres somos objetos a
los que se les puede pegar o matar. No somos sujetos de derecho y eso es lo que uno cuestiona
que la televisión muestre con tanta ligereza”.
“Aquí también vivimos en una sociedad machista”
El especialista en televisión Cristián Leporati reconoce que sobre todo la teleserie Fatmagul es
“súper sexista”.
“En términos generales claramente estas teleseries turcas son producto de consumo masivo con
un perfil global, por eso que se apela al amor, a los celos, la infidelidad, el mundo de los negocios,
de las elites, de la clase baja que se mezcla con la alta y hay una violación. O sea, usa temáticas de
carácter global propias de la especie humana, sin importar su cultura, porque de esa forma
pueden vender un producto en muchos países y eso está claro”, dice.
Añade que “indudablemente que hay un guionista que obedece a la cultura turca que está
inmersa en una conducta bipolar antropológica en que por un lado se sienten europeo, pero
también están en África y en Asia. Es un país tremendamente particular, con una cultura muy
mezclada. No hay que olvidar que el turco de raza es español, es el romano que venía de España.
No puede negar su pasado africano y asiático y su religión islámica. Por lo tanto, también es una
cultura tremendamente machista y sus productos exportables son comprados por países de origen
islámico, árabes. Sus teleseries reflejan estilos de vida propios de esas culturas”.
“Por eso uno ve una Sherazade tremendamente independiente como mujer que trabaja como
arquitecto, pero a su vez dependiente de su rol de mujer, hija, madre. El Onur celoso, machista,
omnipresente y poderoso. El machismo aflora por todos lados y el rol de la mujer es perdonar”,
comenta Leporati.
Apunta a lo ocurrido en uno de los episodios donde Venus perdió a su bebe y el marido, Kerem, se
va y la deja sola. “Todo refleja una conducta machista”.
Al llevarlo a nivel local, Leporati señala que “eso no afecta en nada el rating, porque vivimos en un
país tremendamente machista en que, si bien las mujeres definen las compras del hogar en un 80
a 90 %, quien dirige las empresas, tiene poder, maneja la sociedad tanto doméstica como la
laboral e incluso la política, aunque tengamos una Presidenta, es el género masculino. Por tanto,
es una serie que en ese contexto sexista sintoniza y empatiza bien con nuestra cultura, sin lugar a
dudas. Aunque no nos guste”.
Las peores escenas de violencia contra la mujer
---Sin duda que entre lo peor en cuanto a violencia contra la mujer que se puede ver en estas
teleseries está la violación que sufre Fatmagul a manos de tres tipos adinerados que le echan la
culpa a un cuarto, que es pobre y lo obligan a casarse con la muchacha. Los tipos son protegidos y
la joven es condenada por sus vecinos y tildada de prostituta, porque ella habría tenido la culpa de
lo que le pasó.
--- La protagonista de Las Mil y Una Noches, Sherazade, fue golpeada al punto de ir a dar a una
clínica, por el marido de una vecina a la cual ella ayudó cuando arrancaba de éste, que la estaba
maltratando. El tipo esperó y un día la pilló sola en su departamento y la golpeó.
---La misma protagonista de Las Mil y Una Noches sufre constantemente violencia sicológica de
parte de su esposo, Onur, que es machista y celoso. Al punto de ponerle un detective privado para
que la vigile. Trató de convencerla de que no trabajara más. Y ella siempre lo perdona, porque él
es así; “celoso y ya no va a cambiar”.
---En Fatmagul, Azú es una prostituta a la que han golpeado duramente en varias oportunidades,
partiendo por el proxeneta. En una ocasión, cuando Fatmagul estaba refugiada en su casa, llegó un
cliente enojado y le dio una verdadera paliza. Fatmagul salió huyendo despavorida del lugar.
---También el ex novio de Fatmagul, Mustafá, que conoció a Azú en un viaje, se fue a vivir con ella
después que su ex novia le dijera que no quería saber nada de él. Le dijo a la mujer que dejara la
prostitución porque él le daría una buena vida, pero en la primera ocasión, por nada, le pegó.
---La escena más fuerte hasta ahora es la protagonizada por Muckades, la cuñada de Fatmagul, y
Salli, su ex novio, que la abandonó estando embarazada. Ella volvió a buscarlo y le enrostró que
tenía que cuidarla a ella y a su hijo. El tipo no quiere reconocer al niño y amenaza de muerte a la
mujer. Ella insiste y lo amenaza llamando a su padre y le cuenta que tiene un nieto. El hombre la
toma y la tira contra un auto, la golpea, luego la arrastra del pelo por el suelo y le sigue pegando.
La deja en un estado calamitoso.
---Esta escena la repitieron al otro día, cuando dieron las escenas del capítulo anterior.
Femicidio Nº 34
Noviembre: En la comuna de La Florida, Magaly Parra Guzmán, empleada de casa particular de 49
años, fue asesinada en su lugar de trabajo por su ex cónyuge, Rodrigo Castillo Villanueva, quien
posteriormente se suicidó. No se registran denuncias previas por violencia intrafamiliar.
La muerte de Magaly eleva a 34 el número de mujeres víctimas de femicidio durante 2014.
El femicidio es el homicidio cometido contra la mujer que es o ha sido cónyuge o conviviente del
autor del crimen. En nuestro país es castigado con condenas que pueden ir de quince años y un día
de cárcel hasta el presidio perpetuo calificado. Es la forma más extrema de la violencia contra las
mujeres. Se debe a que en muchas culturas, incluida la chilena, todavía se cree que los hombres
tienen derecho a controlar la libertad y la vida de las mujeres por el sólo hecho de ser mujeres. En
Chile, cada año hay cerca de 40 muertes por esta causa.
Octubre: El último femicidio registrado en este mes fue en Puente Alto, Magdalena Ramírez,
dueña de casa de 49 años, fue asesinada con un arma de fuego por su ex pareja. Existía una
denuncia previa contra el agresor por lesiones leves, de junio de este año. No había medidas
cautelares vigentes al momento de su muerte. La hija en común, de 11 años, ha quedado al
cuidado de su hermana mayor.
El sujeto se encuentra hospitalizado, con riesgo vital, por una herida penetrante que se auto infirió
en el tórax producto de un disparo de escopeta.
Las mujeres pueden denunciar las situaciones de violencia que han presenciado o que les ha
tocado vivir llamando al 800-104-008. “Si usted teme por la seguridad o la vida de una vecina o
amiga, acompáñela y apóyela”, es la consigna.
Fuente: Sernam
10 comentarios
Isabel Monichi Ortega · Comentarista destacado
En las teleseries turcas, queda claro el maltrato a las mujeres. Pero tambien hay amores profundos
de los hombres hacia las mujeres.
En Chile, la Udi i RN,liados con los empresarios, maltratan a toda la sociedad y quedan impunes,
porque su dinero compra y pampea con las conciencias de quienes debieran defenderla.
Responder · Me gusta · 12 · Seguir publicación · 8 de noviembre a la(s) 18:45
Mario Segundo Elizondo Arenas · Comentarista destacado · UTEM
Estas equivocada, el exotismo que ves te ciega. No es la primera vez que chilenos y chilenas se
ciegan a estas culturas exhibidas de manera falsa en TV.
Responder · Me gusta · 1 · 9 de noviembre a la(s) 2:05
Agnete Hernandez Thomsen · Comentarista destacado · Santiago de Chile
Mario Segundo Elizondo Arenas: Ambas teleseries exponen claramente lo absurdo de los
prejuicios masculinos de su sociedad respecto las mujeres, desde la imjusticia hacia Fatmagul,
hasta el abuso de poder y la discriminacion de la que es victima Sherezade al ser madre y
profesional. Exponen claramente el dialogo y conflicto entre Sherezade y Onur por los viajes, el
trabajo y la independencia de Sherezade, y el character posesivo de el, y como intentan conciliar
esas diferencias (algo que muchisimas vivimos o hemos vivido como profesionales en este pais). La
violencia esta expuesta, esta clara la postura respecto de ella. Esta clarisimo el caracter violento
enfermizo de Mustafa tanto contra fatmagul como contra la polola que tiene despues. Estas
teleseries indagan mucho mas profundamente en el machismo y el conflicto entre tra... Ver más
Responder · Me gusta · 1 · 10 de noviembre a la(s) 22:28
Maria Angelica Chacon Carvajal · Academia de Humanidades
Creo que no saben que la teleserie fatmagul es para demostrar La valentía de una mujer que
denuncia y ayuda a otras mujeres a levantar la voz contra el maltrato
Responder · Me gusta · 8 · Seguir publicación · 9 de noviembre a la(s) 17:16
Cecilia Nuñez A · Comentarista destacado · Quillota
Totalmente de acuerdo con este articulo y realmente notorios el machismo desmedido , maltrato
sicologico y fisico de estas teleseries.
Responder · Me gusta · 3 · Seguir publicación · 8 de noviembre a la(s) 22:11
Vale Sardá · Tanto Te Importa en Ninguna
pfff me quedo claro que fatmagul no era machista de hace mucho tiempo me vi la serie completa
y es hermosa, tanto así que llega al punto de defender los derechos de la mujer son tan tontos
graves ¿como aca en chile pueden mostra las minas en pelota y nadie les dice nada? ¿eso no es
machismo? o que por que la protagonista es violada y la tratan de prostituta en los primero
capitulos no significa que estén de acuerdo, sigan la trama y dejen de escribir cosas sin sentido por
querer defender teleseries en la que muestran desde trios hasta cosas peores miles de mujeres
son acosadas sexualmente por culpa de teleseries chilenas pero claro le quieren encontrar la
quinta pata al gato por que las turcas tienen exito si buscara cada signo de machismo entonces
todas las teleseries tienen algo la violencia a la mujer no depende de una teleserie depende de
nosotras
Responder · Me gusta · 2 · Seguir publicación · 10 de noviembre a la(s) 19:56
Eduardo Rodriguez Mendoza · Comentarista destacado · Trabaja en En Todas Partes !!
¿Y cual es el problema?... ¿acaso las empresas televisivas se fijan en lo que exhiben?... ellas
solamente ven el rating... o sea la utilidad monetaria. Por algo son empresas. Lo triste es que el
público les hace el juego.
Responder · Me gusta · 1 · Seguir publicación · 9 de noviembre a la(s) 16:10
Patricio Carrillo Lagos · Seguir · Comentarista destacado · Talca
Es increíble los argumentos que dan las personas que están dedicadas a eliminar este flagelo
social.
Dicen que el espectador se encandila por lo exótico de aquel país y su cultura??? como si
mostraran mucho.
No soy asiduo a las teleseries porque siempre nos muestra, conspiraciones, engaños, infidelidad,
malos tratos, etc., chilenas y extranjeras y las turcas no distan en nada con las propias chilenas,
pero que muestren lo malo del machismo y la desprotección social del estado y la sociedad
respecto de las víctimas, nos hacen reflexionar que aún somos primitivos en el respeto a los
DDHH.
Bien por mostrar esa realidad que no queremos, mal por la pobreza de las opiniones de los
entrevistados.
Responder · Me gusta · Seguir publicación · 11 de noviembre a la(s) 14:08
Sindicato Tottus
Es teleserie ,ficcion se pusieron graves
Responder · Me gusta · Seguir publicación · 11 de noviembre a la(s) 23:49
Adriana Hernandez Gajardo · Comentarista destacado
las teleseries chilenas adolecen de RACISMO Y CLASISMO, y no representan a la mayoría y los
actores son cuicos que el rol de gente comun no les sale,y todo acontece en grandes
departamentos de vitacura y grandes mansiones de la "de esa" y si un actor es moreno lo ponen
de jardinero o "nana" ,La historia de Fatmagul representa gente comun y sus luchas por sus
derechos.Yo creo que la gente se ve mejor representada y por eso las ve. y ademas a sus actores
NO LES ENCANTA RIPLEY
Responder · Me gusta · 1 · Seguir publicación · 10 de noviembre a la(s) 20:56
Aunque no lo crea, la revista Ritmo que leían las lolitas de antes se convirtió en tema de doctorado
universitario
12/10/2014 |
Por Francisco Castillo
Entre los años 1965-75, medio millón de niñas chilenas leían Ritmo; una revista juvenil inocente
sólo en apariencia, según lo estableció Tesis de Doctorado de la Universidad de Chile
A mediados de los 60', los jóvenes de la época creían tener el privilegio histórico de ser
protagonistas de los cambios, que parecían estar en sus manos en momentos en que empiezan a
hacerse visibles las desigualdades sociales
Fue un período apasionante, iniciado con el estallido de la revolución cubana, y que siguió sin
pausa con la irrupción del rock&roll, James Dean, el asesinato de Kennedy, los Beatles, la reforma
agraria, la píldora anticonceptiva, la minifalda, Woodstock, , la revuelta estudiantil en París, las
melenas, los pantalones de mezclilla, las motonetas, la Teología de la Liberación. Y por si fuera
poco, la Unidad Popular llega al poder en Chile.
Con la TV aún en pañales, los chilenos se informan y entretienen por medio de la radio y la prensa
escrita, que alcanzó volúmenes de circulación enormes para los 9,5 millones de habitantes en
1970. Un solo dato: Clarín, periódico de centroizquierda, vendía 1 millón de ejemplares diarios.
Los jóvenes universitarios se empoderan, partiendo sus demandas en la conservadora UC, donde
en agosto de 1967, 9 meses antes que en París, se lleva a cabo la histórica toma de su casa central;
las peticiones de reforma siguieron después en las demás universidades chilenas.
Como el "compra huevos"
¿Y las adolescentes de enseñanza media? Vivían su propio mundo, abriendo ojos y oídos a las
costumbres y música que les llegaba de fuera, principalmente de Estados Unidos.
Quien tuvo la osadía de idear una revista para ese nicho, fue un joven de 5° humanidades del liceo
de Quilpué, talentoso dibujante además, llamado Alberto Vivanco. Pero su propuesta fue
desechada por Guillermo Canals, gerente de la poderosa editorial Zig Zag.
Vivanco volvió a la carga cuando entró a Periodismo en la U de Chile, y de nuevo Canals le dio un
portazo: "El rock&roll es un a moda pasajera; los adolescentes chilenos no tienen plata; jamás
comprarán una revista como la que propones; además, eres muy joven", le dijo.
Tras deambular por varias editoriales, como en el juego del "compra huevos", Vivanco por fin fue
escuchado por la casa Lord Cochrane, filial de El Mercurio, cuyo responsable era el hermano liberal
de la familia Edwards, Roberto. Éste lo escuchó a instancias de su amiga María Pilar Larraín,
emprendedora editorial y compositora de música popular, de 35 años en esa época, de familia
aristócrata, de esencia conservadora pero con ímpetus liberales.
Vivanco, en cambio, era de ideas de centroizquierda pero, antes que nada, un gran creador
editorial y de historietas. Su viñeta "Lolita", famosa en Clarín, hasta hoy se publica en Venezuela y
otros países centroamericanos. Con María Pilar Larraín conformaron un dúo poderoso.
El contenido
La revista Ritmo nació por fin en septiembre de 1965, con María Pilar como directora y Vivanco
como segundo de a bordo. Tuvo el mérito de enganchar con la informalidad y vitalidad de sus
lectores, la mayoría mujeres de 12 a 17 años, debido a la juventud y diversidad del equipo editor y
redactor. Ha sido la única revista chilena para adolescentes que logró identificarse con su grupo
etario, reflejada en sus altos niveles de venta (100 mil ejemplares a la semana) y lectoría (500 mil
lectores).
"Era una publicación aparentemente ingenua" -dice hoy la socióloga UC y doctora en Historia U. de
Chile, Silvia Lamadrid Álvarez-, "pero manejaba un universo valórico que articulaba las tradiciones
con los desafíos de un momento de cambio".
De los artículos de Ritmo, agrega la profesional, "es posible extraer hoy representaciones de
género que no son inocentes y que, mediante matices y ambigüedades, se adaptaban a los
desafíos de la modernidad de esos años, sin ceder el núcleo conservador central".
Silvia Lamadrid contó a Cambio21 que ella fue una de las adolescentes que esperó con ansias la
aparición del primer número de Ritmo. Tenía 15 años cuando leyó el primer editorial de María
Pilar Larraín, que en parte decía:
"¡Hola! ¿Qué tal? Estamos felices de poder entregarles el primer número de nuestra revista... Aquí
encontrarán lo que más les gusta, lo que más les interesa, desde las aventura de Trini hasta ese
súper-secreto: ‘prométeme que no se lo cuentas a nadie', de los cantantes y gente de radio y
televisión. También, datos útiles sobre estudios, deportes, canciones, últimos discos a la venta...".
Méritos y objeciones
Sin que lo supieran las muchachitas de esa época, la revista les toleraba cierta irresponsabilidad,
producto del optimismo, la alegría, la espontaneidad, siempre que no dañaran el proceso cultural
y social en que los adolescentes, en general, estaban encauzados por sus mayores.
Este se definía como estar "bien preparados para ser adultos, trabajadores disciplinados y padres
de familia", dice Lamadrid en su tesis doctoral "Ritmo revisitado. Representaciones de género en
los 60", que acaba de publicar Editorial Cuarto Propio.
"Ritmo tenía propuestas normativas en la mayoría de sus artículos de contenido, pero a la vez
utilizaba un estilo interactivo, recibiendo y publicando cartas y relatos de los lectores, por donde
se colaba su propia realidad", señala la autora.
Mirando hacia atrás, Silvia Lamadrid piensa que esta revista -hasta ahora la única de esas
características en la historia- tuvo efectos positivos y negativos. Entre los primeros, "abrió el
mundo a las jovencitas, principalmente; fue transversal, porque llegaba a lectoras de colegios
católicos hasta de liceos con número; las niñas de clase media baja juntaban entre cinco el dinero
para comprar el ejemplar que luego compartían; leyendo Ritmo se aproximaban a un mundo al
que aspiraban pertenecer".
Hojeando sus páginas, se advierte la transversalidad de su público lector, situado de Arica a Punta
Arenas. "Se trataban temas de sociabilidad juvenil y de romances candorosos -sin relaciones
sexuales-, pero también de la necesidad de que la mujer se preparara, mediante sus estudios, para
integrarse después al mundo del trabajo idealmente como profesional".
Los aspectos negativos se manifiestan en su marcada línea conservadora, como exagerar el
respeto a los mayores, y advertir sobre el surgimiento de "pandillas" de jóvenes rebeldes que eran
consideradas en esa época como "semillas de maldad".
Mundo edulcorado
La tesis doctoral -contenida en 420 páginas entretenidas y documentadas- concluye reconociendo
que la simpática e inocente revista Ritmo (publicó 503 ediciones, entre 1965 y 1975), tal vez ‘sin
querer queriendo' fue un espejo de las contradicciones que rodeaban a las adolescentes chilenas
en esa época.
Las muchachas eran presionadas por sus familias y autoridades educacionales para ser "niñas
buenas", pero a la vez estaban seducidas por un entorno social que exigía libertades en todo
ámbito.
"Ni enajenados ni revolucionarios, los jóvenes lectores de la revista Ritmo se abrían a la vida
encontrando un panorama político-social de ascendente confrontación, que los haría salir fuera de
los edulcorados límites del Ritmo-mundo", finaliza la socióloga Lamadrid.
La crisis de las teleseries chilenas: Las producciones turcas cuestan 800 mil pesos por capítulo. Las
nacionales más de 20 millones por una hora
11/11/2014 |
Por Verónica Romero
Las producciones televisivas nacionales no han sido capaces de ganar en rating a las teleseries
turcas, que la rompen en sintonía. Los costos asociados a cada una son muy dispares y los
resultados extremadamente distintos. Mientras más gastan peores resultados tienen.
Las teleseries chilenas pierden terreno de manera acelerada frente a las producciones extranjeras,
especialmente las turcas, lo que se traduce en problemas económicos para las señales televisivas
que apostaron por una producción nacional, ya que el rating y la baja en los auspiciadores significa
menos dinero para el canal.
Los chilenos estamos acostumbrados a escuchar de las batallas de las teleseries, sin embargo, este
año hemos sido testigos de una crisis que inunda a las producciones nacionales, que no han
podido mantener un público cautivo como lo hicieran en años anteriores y que en general se ha
visto opacadas por las producciones extranjeras, que llaman más la atención de los televidentes.
Esta situación es un problema para todos los que forman parte de los programas, ya que por el
bajo rating han perdido auspiciadores y han bajado los ingresos. En varios casos los canales están
en números rojos, lo que puede significar el cierre de los espacios de entretención como el área
dramática.
Una de las razones por las que hay tanta diferencia entre Canal 13 y TVN, las casas televisivas que
históricamente cuentan con más sintonía, y el reestructurado Mega, que integró el fenómeno de
las producciones turcas en Chile, es que el gasto en el que incurren por cada capítulo de una
teleserie es muy diferente.
Mientras que las producciones nacionales invierten alrededor de 25 millones de pesos por cada
capítulo, cifra que aumenta si las grabaciones se hacen en exteriores o en otra ciudad, las
producciones que importa Mega tienen un valor cercano a los 800 mil pesos, a los que se les suma
el doblaje que implica que llega al millón de pesos. Esto significa que para sobrevivir, las teleseries
turcas no necesitan más de 5 puntos de rating, en cambio, las chilenas necesitan sobre los 20
puntos para obtener ganancias.
Entre las opciones que se barajan para mejorar esta situación está la posibilidad de cambiar de
horario la transmisión de las teleseries, pero otra más extrema es cortar los capítulos y terminar
antes con la producción.
Con respecto al complicado escenario por el que atraviesan los canales con las teleseries
nacionales, el experto en marketing y publicidad, Cristián Leporati explicó a Cambio21 que "están
en proceso de cambio, están con canales que están cambiando de televisión y de equipos, lo que
demuestra una clara crisis en el producto teleserie".
En cuanto a si esta situación tiene algo que ver con el costo de realización de una teleserie, versus
la importación de un producto, Leporati comentó "más que los costos, la televisión en general es
una industria que está en un proceso de cambio profundo, en que se pasa de un periodo analógico
a uno digital que va a cambiar profundamente el negocio de la televisión y en este proceso hay
una parte que está en el pasado y otra que está en la modernidad. Siempre ha existido la
importación de teleseries, eso no es nuevo, lo que pasa es que hay un proceso de cambio hay
quienes lo leen bien en términos de contenido y el negocio de la televisión y otros que lo hacen
mal. Es difícil entender este fenómeno y, por lo tanto, es bastante más complejo hoy que hace 15
años hacer una teleserie".
"hay que ver qué va a pasar en cuatro meses más, porque las teleseries turcas se acaban y hay que
ver qué se va a hacer ahí. Hay muchos cambios y los canales de televisión dependen
excesivamente de las teleseries en el horario prime, creo que es súper riesgoso, porque si le
apuntas te haces rico ese año o no, como le pasó al 13 y TVN y te vas de espaldas. El tema es
tremendamente complejo y está en el límite permanentemente", agregó el experto en marketing.
Respecto de las posibilidades que existen para que los canales revierta la compleja situación por la
que atraviesan, Cristián Leporati dijo "los canales apelan al focus group, que tiene muchas
disfunciones, y testean sus productos y en base a eso deciden, pero eso no da buenos resultados,
ya que ahora hay que hilar más fino, porque hay un mercado más complejo y entretenido, por lo
tanto, se hace más fina la investigación, cosa que creo que los canales no hacen, no investigan
bien sus audiencias y por eso no le apuntan tanto como antes".
"Lo que le vendría muy bien a los canales de televisión con las teleseries es la etnografía, en el que
se vive un tiempo con el investigado y se ve qué hace en sus momentos de distracción. Esto sería
una forma muy interesante para los canales, porque sería una manera de entender más qué pasa
con la gente de verdad, más profundamente. Creo que tienen que cambiar la metodología de
evaluación de las potenciales teleseries".
A estos temas también se refirió el diseñador de producción en Mega, Leonardo Vera, quien en
entrevista con Cambio21 mencionó que "todas estas cosas no ocurren porque la otra es mejor o
no, sino por varias razones. En el caso de Mega encontró algo novedoso para el país que el rédito
es muy grande para ellos. Se viralizó la televisión con lo que está haciendo el Mega gracias a la
visón de Patricio Hernández".
En cuanto a los resultados que los otros canales, 13 y TVN, tienen en sus producciones, Vera
comentó "los fenómenos como los que ocurren en Mega han sucedido en varias ocasiones. Partió
con La Madrastra, después con Amores de Mercado, Romané, El circo de las Montini, Brujas. Lo
que pasa es que arrastran la sintonía por bastante tiempo, pero después los canales los logran
bombardear y le pegan en la línea de flotación, y el canal que va ganando se va para abajo. Esto es
cíclico y después otro va a encontrar otra cosa".
"Los cambio ejecutivos han sido fundamentales en los cambios de rating, porque cambia todo,
cambia la decisión de uno y la decisión final es distinta y eso influye en toda la gente que ve.
Además, los televidentes encuentran tan mala la televisión que están castigando a los canales más
grandes, es cosa de ver las redes sociales", concluyó Leonardo Vera.
Alejandro Diaz · Comentarista destacado
Simple ..no hagan mas comedias y pasen películas como se hacia antes
Responder · Me gusta · 4 · Seguir publicación · 11 de noviembre a la(s) 8:05
Imparcial Valpo · Comentarista destacado · Universidad de Chile
Sigan nomas pasando comedias asi la gente no piensa. y tambien con el futbol.
Responder · Me gusta · 1 · Seguir publicación · 11 de noviembre a la(s) 11:47
Imparcial Valpo · Comentarista destacado · Universidad de Chile
Joaquin Nicolas M. Te falto CNN.
Responder · Me gusta · Seguir publicación · 11 de noviembre a la(s) 11:50
Hugo Cañete del Valle · Comentarista destacado · Liceo San Agustin, Santiago Chile
Chile y su burbuja monetaria
Responder · Me gusta · Seguir publicación · 11 de noviembre a la(s) 12:44
Joaquin Nicolas Munoz · Comentarista destacado
En Chile, ya estan como en Mexico, telenovelas, farandula. futbol y boxeo, en otras palabras, circo
para el pueblo. El afan por llenar la parilla con basura.,basura y mas basura! Basta de telenovelas,
turcas, chilenas o mexicanas son todas la misma mierda!!!!
Responder · Me gusta · 3 · Seguir publicación · 11 de noviembre a la(s) 2:03
Joaquin Nicolas Munoz · Comentarista destacado
Las que estan en crisis, no son las telenovelas, es la sociedad en su totalidad que permite que le
den toda esta basura!! Aprendan de PBS o de la BBC, compren programas de calidad. Downton
Abbey, Mrs. Marple, Keeping Up Appearances, Upstairs Downstairs, Frontline.
Responder · Me gusta · 1 · Seguir publicación · 11 de noviembre a la(s) 2:12
Teleseries de las 20 horas: El caballito de batalla de los canales para subir rating de las noticias
04/10/2014 |
Por María Cristina Prudant
La guerra por conseguir sintonía para los noticieros, porque esa es la verdad, comenzó con una
alta estrategia comunicacional. Los canales han desarrollado un gran despliegue informativo,
publicitario y promocional para competir por el rating con su oferta melodramática.
Unos primero, otros después, pero todos los canales, ya han desplegado toda una parafernalia en
torno a sus nuevas teleseries que serán transmitidas a las 20.00 horas. Cada uno se juega algo
importante en esta pasada. Y el gran jurado, que es el televidente, comienza a ser seducido por las
emisoras. Lo cierto es que para los canales 13, Mega y TVN esta competencia va más allá de
exhibir a sus mejores actores y actrices, guionistas, productores y directores y entregar la historia
más entretenida, porque lo que está en juego es mucho más importante y es una cuestión de
política.
Cada emisora tiene su propia línea editorial, que representa ciertos intereses, por lo que es lógico
que busquen difundir sus ideas. Eso lo hacen a través de las noticias.
Entonces, las teleseries de las 20.00 horas son importantes. Además, si les va bien pueden contar
con una parrilla publicitaria muy elevada en cuanto a cifras y, por cierto, el rating suma puntos que
les dan cierta categoría, aunque su programación en conjunto no sea de las mejores.
Mega se juega el todo por el todo. La primera apuesta de la recién construida área dramática tiene
que pasar el examen y para ello pondrá en pantalla Pituca sin Lucas, protagonizada por Paola
Volpato y Alvaro Rudolphy. Ambos actores emigraron de TVN junto con la directora María Eugenia
Rencoret, que llegó a la estación de Bethia para crear ese departamento. Para ello arrasó con todo
lo que pudo desde Televisión Nacional: actores, actrices, productores, guionistas, escenógrafos,
vestuaristas, maquillistas, etcétera.
La apuesta es difícil, pero tiene varios puntos afavor. Entre ellos, actores "calados" y su contexto
de éxito en el canal en esta área por lo que ha conseguido con las teleseries turcas en el horario
prime, que antes era solo de TVN.
Apuesta por Pituca sin Lucas
Según Cristián Leporati, experto en esta materia, el mejor posicionado para vencer en esta batalla
de las 20.00 horas es Mega, porque "ellos a partir de las teleseries turcas capturaron, entre
comillas, una audiencia de clientes. Ese cliente es fiel, los han seguido durante varios meses con
Las Mil y una Noches. Trasvasijaron una parte de esa audiencia hacia Fatmagul y también lo que
están pretendiendo hacer estratégicamente es catapultarla a horarios más temprano, a las 20.00
horas, aprovechando esa sinergia que ya tienen".
Él cree que las teleseries turcas le van a ayudar a Mega, "porque, si lo ves en términos de
marketing, una vez que capturas un cliente lo que intentas es mantenerlo fiel, feliz y que se
mantenga mucho tiempo a tu lado. De alguna forma lo que hace ese canal es fortalecer un nicho,
que ya tiene bien fortalecido, que es el de las teleseries internacionales, que ha tenido mucho
éxito. Van a hacer una prueba con actores de muy buen nivel, con mucho rating, liderazgo y
seguimiento de las audiencias locales. Lo que están haciendo es simplemente premiar con algo
local a esta audiencia que ya tienen capturada".
También planteó a Cambio21, respecto de los actores contratados por Mega, que "son súper
reconocidos y la gente que ve las teleseries los sigue".
Según Leporati, lo que arriesga la estación de Bethia "es simplemente un fracaso, pero ya tiene
asegurado la prime de las 22.00 en adelante. Además, el tema que desarrollarán es muy
contingente, bastante real. Una clase media que se cree que es lo que finalmente no es. Y que el
crédito los sustenta y los mantiene en un imaginario de consumo de vida que no es real. Por lo
tanto, puede que represente muy bien el momento que viven muchas familias de clase media".
El analista de televisión y periodista Luis Breull coincide en que es muy posible que gane en rating
la teleserie de Mega. Según dijo a Cambio21, será muy importante ver el comportamiento de las
audiencias con estas teleseries nuevas para ver si se va a generar o no un recambio de liderazgos.
Es muy probable que si le va bien, el noticiero central (Ahora Noticias) se dispare al primer lugar".
Agregó que "aquí se podría dar un cambio de escenario muy fuerte y eso implicaría, además, un
escenario súper complejo para el resto de la industria televisiva, que ya está mal. Porque si un
canal comienza a ganar desde las ocho de la noche y tiene cautiva la audiencia hasta las 12 de la
noche, se va a generar un descalabro para la industria".
Según ha trascendido, en los estudios previos a las campañas de las teleseries hay un ambiente un
poco confuso en torno a las propuestas de Canal 13 y TVN, porque no se entienden bien las
historias.
Canal 13 se la juega con Valió la Pena
El canal de Luksic viene de una derrota, aunque los ejecutivos digan lo contrario, con Mamá
Mechona, la que fue excesivamente promocionada durante el Festival de Viña del Mar y cuya
protagonista, Sigrid Alegría, incluso fue reina del certamen musical.
"Con Mamá Mechona conseguimos los objetivos que nos propusimos: superamos a nuestra
competencia directa, de CHV, que comenzó junto con nosotros, y mejoramos la entrega de
audiencia al noticiero central", respondió Alberto Gesswein, director del área de ficción.
Ahora se la juega por Valió la Pena, cuyo tema musical principal es interpretado por el popular
Marc Anthony. Es protagonizada por Lorena Bosch, Cristián Arriagada y Francisco Pérez-Bannen.
"Tenemos una teleserie muy competitiva y que se realizó sabiendo la competencia que
enfrentaríamos. Las fortalezas de Valió la Pena son varias. Un elenco muy potente, con actores
consagrados, que tienen un gran desempeño y figuras nuevas, como la niña María Fernanda, que
se lucen", agregó Gesswein, que ha lanzado dos teleseries este año que no han triunfado en la
guerra, con cifras cercanas a los 10 puntos: Mamá Mechona y la nueva nocturna: Chipe Libre.
TVN: "Caleta del Sol"
El canal estatal está en una situación difícil, porque ya perdió su reinado de las 22.00 horas.
Recordemos su slogan: "Las nocturnas son de TVN" y así fue durante muchos años. Tal como ha
ocurrido con las teleseries de las 20.00 horas, horario en el que han estado liderando desde hace
un largo tiempo. Su último gran éxito fue Los Carmona, que a pesar de mucha incredulidad logró
mantener su liderazgo hasta el último.
Luego vino El amor lo Manejo Yo, que se encuentra en sus últimos capítulos, con buen rating. Eso
dicen los entendidos, y le ha dado buena audiencia a 24 horas Central, el noticiero principal de la
señal estatal.
Por esto y mucho más TVN no puede perder este segmento, así que se la juega por Caleta del Sol.
El actor, Gonzalo Vivanco (42 años) es la nueva apuesta del canal y este será su debut. Ha
desarrollado su carrera profesional en mercados tan potentes como Estados Unidos, Colombia y
México. Regresa al país para convertirse en la nueva pareja televisiva de Carolina Arregui.
Ha trabajado para las cadenas Telemundo, Univisión y Fox, y en más de 20 producciones
dramáticas, entre ellas las teleseries Mi último matrimonio feliz, Gata Salvaje, Acorralada y las
series internacionales Lynch, El capo y Kdabra.
Chilevisión no participa
En el canal de Time Warner decidieron postergar la teleserie Buscando a María debido al mal
momento de su área dramática, producto de los malos ratings obtenidos por sus teleseries. Es lo
que ocurrió con la última -Las Dos Carolinas-, que tuvo un promedio de 7,3 puntos. Fue dirigida
por Vicente Sabatini y protagonizada por Claudia Di Giolamo.
Estarán en competencia
Caleta del Sol
"Caleta del Sol, amor contra viento y marea", protagonizada por Carolina Arregui, Francisco Melo y
Gonzalo Vivanco, cuenta sobre el renacimiento de Elena (Carolina Arregui), quien tras su fracaso
matrimonial decide acudir a la caleta donde están sus raíces, sus buenos recuerdos y la energía del
mar y las ballenas para rearmar su vida. Es en Caleta del Sol el lugar en donde Elena se reinventará
en varios ámbitos y deberá elegir entre un viejo amor de juventud, Crescente (Francisco Melo), o
un apuesto y seductor ingeniero, Ignacio (Gonzalo Vivanco), que ha llegado al lugar.
Pituca sin Lucas
La teleserie cuenta la historia de Tichi Achondo Risopatrón, una mujer de situación económica
acomodada que tras los fallidos negocios de su marido, José Antonio (Mauricio Pesutic), sufre su
abandono, quedando en la calle. Es así como se traslada a un barrio de clase media, donde conoce
a su vecino Manuel Gallardo (Rudolphy), un dirigente y trabajador en el terminal pesquero, viudo y
con cuatro hijos.
Valió la Pena
Su trama está centrada en Rosario García (Bosch), una mujer fuerte que proviene de una humilde
familia de Mejillones, y que desde niña trabajó duro para sacar adelante a su hermana y su abuelo.
Actualmente, es una exitosa ejecutiva del rubro inmobiliario. No tiene tiempo para el amor, pero
esto cambia cuando comienza a sentirse atraída por su enemigo, el doctor y ecologista Gastón
Rodríguez (Arriagada). De forma inesperada la vida de Rosario da un giro con la llegada de Ema
(María Fernanda Martínez), la hija de una amiga de la infancia, que acaba de quedar huérfana, y la
sorpresiva aparición de su padre (Pérez-Bannen), con el que se generará un triángulo amoroso.
viernes, 31 de octubre de 2014
'The 100', la serie que sabe beber
En televisión hay herencias, plagios y referencias. Por ser un medio tan joven, ni que sea porque
prácticamente sólo se utilizan como referencias las series de los últimos veinte años, nos
encontramos con bastantes casos de parecidos y guiños más que razonables. El miércoles, por
ejemplo, hablaba de ‘Boardwalk Empire’ como supuesta heredera de ‘Los Soprano’ y no era
ningún golpe bajo. Seguro que en los propios despachos de HBO, que emitió las dos series,
hablaban en estos términos. Bueno, y debían añadirle la etiqueta de Scorsese para sentirse bien
con ellos mismos.
Una de las series actuales que más se presta a las comparaciones es ‘The 100’. Su planteamiento
era muy ‘El señor de las moscas’, con ese grupo de chavales problemáticos que mandaban a la
Tierra para descubrir si ya era habitable, pero la serie ha sufrido un proceso de transformación. Su
mayor fuente de inspiración (y no lo disimulan) es ‘Perdidos’. Como la serie de J.J. Abrams y
Damon Lindelof, nos hicieron creer que nos encontraríamos con unos náufragos viviendo el día a
día en una tierra hostil... y descubrimos que no estaban solos. Encontrar agua y comida era el
menor de los problemas.
La cuestión es que tener una serie como referencia no tiene porqué ser malo. Las referencias son
como el alcohol, que hay que beber con moderación y, si se hace, pues que el sujeto mantenga la
dignidad y no pierda la compostura. De hecho, con una copita a veces sale lo mejor de uno mismo
y en el caso de ‘The 100’, por más que se monten botellones descontrolados, aguantan muy bien
el tipo. Sólo hace falta ver el arranque de la segunda temporada. Si no hubiéramos vivido todos
esos enigmas de la escotilla y los otros, probablemente hubiera aplaudido delante del televisor.
Pero, como sí lo había vivido, me conformé con asentir con admiración.
El responsable, Jason Rothenberg, entiende bastante bien que los tiempos han cambiado. Si debe
utilizar ‘Perdidos’ de referencia, no puede permitirse el lujo de hacernos esperar y la hiper-
actividad de la protagonista Clarke y el resto de los personajes es muy astuto. No hay tregua como
tampoco la tienen ellos y de momento no se ahogan en la trama. Cuando ‘The 100’ se presentó
podía augurar lo peor a nivel de personajes, ni que sea porque parecían sacados del molde de la
CW y corrían el riesgo de funcionar a base de giros.
Clarke es una muy buena heroína (me estoy haciendo muy fan de su determinación), su madre
vende su instinto maternal, Bellamy ha tenido un buen recorrido y Finn está en proceso de ser un
chico-de-la-serie correcto. Hasta un personaje como Raven sorprende para bien con una madurez
impropia para el canal, que demuestra que no estamos ante una serie teen sino simplemente ante
ciencia ficción bien hecha.
Los títulos de crédito que han inaugurado con esta segunda temporada también dejan entrever
que ‘The 100’ será prácticamente una partida de Risk con las distintas facciones de humanos
luchando por la supervivencia. ¿Acaso podíamos imaginarlo cuando nos vendieron la serie como
‘El señor de las moscas’? Y, si bien no lo copiaron de ‘The Walking Dead’, más de uno verá
paralelismos entre los caminantes de Robert Kirkman y el segundo episodio emitido este pasado
miércoles.
Sí, ‘The 100’ es una serie muy notable y por suerte, por más que se inspire en ‘Lost’, nos cuenta
otra historia. Luce barata, tiene multitud de inspiraciones pero juega bien sus bazas y no deja que
su presupuesto y referencias coarten su libertad de movimiento. Es muy recomendable, sobre
todo para aquellos que no pasaron de los primeros episodios, donde únicamente sentaron las
bases del universo. Ahora que juegan de verdad, podemos pasarlo más que bien.
Escrito por Crítico en Serie a las 10:11
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Clasificado por: The 100
1 comentario:
Abril22 dijo...
Menudo enganche!! Y yo pensaba que sería un dramón y acaba mutando thriller xD! Es como
dices, hasta que no acabe no sabremos el qué pero yo me pregunto, todo lo vemos es lo que le
cuentan al policía no? Así que es probable que jueguen tanto con él como con nosotros que al fin y
al cabo seríamos lo mismo... Menudo Puzzle!
Visto el 3 creo que ya sé quien puede ser el muerto...
4 de noviembre de 2014, 15:42